Unidad 4. - Evaporación y Uso Consuntivo.
Unidad 4. - Evaporación y Uso Consuntivo.
Unidad 4. - Evaporación y Uso Consuntivo.
4.1.1.- Evaporación.
La evaporación es el proceso físico por el cual el agua cambia de estado líquido a gaseoso, retornando
directamente a la atmósfera en forma de vapor. También el agua en estado sólido (nieve o hielo) puede
pasar directamente a vapor y el fenómeno se denomina sublimación. A efectos de estimar las pérdidas
por evaporación en una zona, el término se entenderá en sentido amplio, incluyendo la sublimación.
La radiación solar proporciona a las moléculas de agua la energía necesaria para el cambio de estado.
Todo tipo de agua en la superficie terrestre está expuesta a la evaporación. El fenómeno es tanto más
débil cuanto menor es la agitación de las moléculas, y tanto más intenso cuanto mayor es la cantidad
de agua con posibilidad de evaporarse. Además, es necesario que el medio que envuelve la superficie
evaporante tenga capacidad para admitir el vapor de agua. Esto último se conoce como poder
evaporante de la atmósfera.
Considerando la evaporación desde una superficie de agua (lagos, ríos, etc.) como la forma más
simple del proceso, éste puede esquematizarse así: Las moléculas de agua están en continuo
movimiento. Cuando llegan a la superficie del líquido aumentan su temperatura por efecto de la
radiación solar, y en consecuencia su velocidad, creciendo por tanto su energía cinética hasta que
algunas consiguen liberarse de la atracción de las moléculas adyacentes y atravesar la interface
líquido-gas convirtiéndose en vapor. De esta manera, la capa de aire inmediatamente por encima de
la superficie se satura de humedad. Simultáneamente a la evaporación se desarrolla también el
proceso inverso por el cual las moléculas se condensan y vuelven al estado líquido. La diferencia entre
la cantidad de moléculas que abandonan el líquido y la cantidad de moléculas que vuelven a él marca
el carácter global del fenómeno. Si ésta es positiva se produce evaporación, si es negativa,
condensación. El calor absorbido por unidad de masa de agua para realizar el cambio de estado se
denomina calor latente de evaporación o de vaporización.
4.1.2.- Transpiración.
Es el proceso físico-biológico por el cual el agua cambia de estado líquido a gaseoso a través del
metabolismo de las plantas y pasa a la atmósfera. Esencialmente es el mismo proceso físico que la
evaporación, excepto que la superficie desde la cual se escapan las moléculas del líquido no es de
agua libre sino que es la superficie de las hojas. Éstas están compuestas por finas capas de células
(mesodermo) y poseen una delgada epidermis de una célula de espesor, la cual posee numerosas
estomas. El espacio intercelular en el mesodermo contiene grandes espacios de aire entre cada
estoma. La humedad entre los espacios intercelulares se vaporiza y escapa de la hoja a través de
estas estomas. El número de estomas por unidad de superficie varía dependiendo de la especie
vegetal y las condiciones ambientales. Generalmente se abren con la luz y se cierran con la oscuridad.
La temperatura afecta la velocidad de apertura. Contrariamente a lo que se cree, el control que ejercen
los estomas sobre las tasas de transpiración es muy limitado. Ellos se cierran cuando la oscuridad o
la marchitez comienza. Cuando los estomas están completamente abiertos, la tasa de transpiración
está determinada por los mismos factores que controlan la evaporación. Los estomas ejercen una
suave regulación solamente cuando están cerrados.
4.1.3.- Evapotranspiración.
La cantidad de agua que realmente vuelve a la atmósfera por evaporación y transpiración se conoce
con el nombre de evapotranspiración real. Ésta es la suma de las cantidades de vapor de agua
evaporadas por el suelo y transpiradas por las plantas durante un período determinado, bajo las
condiciones meteorológicas y de humedad de suelo existentes.
El principal factor que determina la evapotranspiración real es la humedad del suelo, el cual puede
retener agua conforme con la capacidad de retención específica de cada tipo de terreno. La humedad
del suelo es generalmente alimentada por la infiltración, y constituye una reserva de agua a ser
consumida por la evaporación del suelo y las plantas.
La evaporación puede medirse en forma directa desde pequeñas superficies de agua naturales o
artificiales (tanques de evaporación) o a través de evaporímetros o lisímetros. Estos últimos poseen
una superficie porosa embebida en agua y se ubican en condiciones tales que la medición es
condicionada por las características meteorológicas de la atmósfera, tales como grado higrométrico,
temperatura, insolación, viento, etc.
Las tasas de evaporación así observadas pueden generalmente ser consideradas como máximas y
dan una buena aproximación del poder evaporante de la atmósfera. Aplicando a dichos valores
máximos diversos coeficientes de reducción y comparando los resultados corregidos con los
suministrados por las fórmulas de evaporación, se deducirán los valores más probables de las tasas
de evaporación aplicables a la superficie de interés.
El más utilizado de los evaporímetros es el de tipo Piche. Está constituido por un tubo cilíndrico de
vidrio de 25 cm de largo y 1.5 cm de diámetro. El tubo está graduado y cerrado en su parte superior,
mientras que su abertura inferior está obturada por una hoja circular de papel filtro normalizado de 30
mm de diámetro y 0.5 mm de espesor, fijada por capilaridad y mantenida por un resorte. Llenado el
aparato de agua destilada, ésta se evapora progresivamente a través de la hoja de papel filtro. La
disminución del nivel del agua en el tubo permite calcular la tasa de evaporación (en mm por cada 24
hs, por ejemplo). El proceso de evaporación está ligado esencialmente al déficit higrométrico del aire;
sin embargo, el aparato no tiene tal vez en cuenta suficientemente la influencia de la insolación. Este
aparato se instala bajo abrigo.
La evaporación depende del poder evaporante de la atmosfera que a su vez depende de los siguientes
factores:
Radiación solar
Temperatura
Humedad
Presión atmosférica
Viento
Método aerodinámico
Además del suministro de energía calórica, el segundo factor que controla la tasa de evaporación
desde una superficie abierta de agua es la habilidad para transportar el vapor lejos de la superficie.
La tasa de transporte se determina por el gradiente de humedad en el aire cercano a la superficie
y la velocidad del viento a través de dicha superficie, y estos dos procesos pueden analizarse
utilizando simultáneamente las ecuaciones de transporte de masa y de cantidad de movimiento en
el aire. En el volumen de control que se muestra en la Fig. 2, se puede considerar un plano
horizontal de área unitaria localizado a una altura z por encima de la superficie.