José Gaos. Obras Completas III. Ideas de La Filosofía
José Gaos. Obras Completas III. Ideas de La Filosofía
José Gaos. Obras Completas III. Ideas de La Filosofía
COORDINACIÓN DE HUMANIDADES
Programa Editorial
OBRAS COMPLETAS
ll ........................ 211
III ......................... 213
IV ........................ 215
PÁGINAS ADICIONALES
Filosoña y mística aquí y ahora ............ 313
Filosofia y mistica aqui y ahora [Pasajes de la segunda
versión] ...................... 329
[Apunte sobre mística y tilosoña] ........... 343
Poesia, mística y filosofía. Debate en tomo a San Juan
de la Cruz ..................... 345
[Gaos visto por si mismo] .............. 359
[Vocación y profesión] .............. 359
[El Historicismo] ................. 365
[Mi filosoña (l942)] ................ 385
[Mi filosofía (1943)] ................ 395
[Filosofia de la ñlosoña y vocación filosófica] . . . . 412
Los cursillos de Morelia. Introducción a la ñlosoña . . . 435
De la realidad y de la verdad: su unidad y su pluralidad:
abstracción y concreción .............. 487
De las conferencias sobre ñlosoña de la ñlosoña (1938) . 493
Programa .................... 493
Textos ...................... 498
Índice onomástico ........ . .......... 521
Índice general ..................... 527
EL HIST'ORICISMO Y LA ENSENANZA¡DE LA FILOSOFÍA
(NTRODUCCIÓN A LA PRIMERA EDICION DE ANTOLOGÍA
FILOSÓFICA. LA FILOSOFÍA GRIEGA)
2“ Sobre todo lo que antecede, otros detalles en mis articulos Sobre sociedad e his-
toria, en la Revista Mexicana de Sociología. primer trimestre, 1940, Sobre ¡afilosojía
de la filosofia, ya citado, y El mundo y la filosofía actuales y el personismo, en la
revista Luminar, número especial sobre el personismo. [Publicados ambos articulos
en el Tomo VII de estas Obras mmpletas, el pn'mcro en pp. 157—169, y el segundo,
con el título 'La nlosofia actual y el personismo', en pp. 193—204.)
17 C]. el ya citado artículo Filosofía y Pedagogía.
2” Cf. mi artículo Sobre “Individuo y sociedad” en la Revista Mexicana de So-
ciolugía. ¡ulioagosto. 1939. [Publicado en el Tomo Vil de sus Obras completas, pp.
149-155.l
226 JOSÍE caos
sensibles desde otra. Porque las distintas lenguas no tienen, todas, cx-
presiones para las mismas cosas. Ello se debe a algo más profundo. Las
lenguas responden a culturas y quizá hasta a mentes, colectivas, dis-
tintas. Y estas culturas no tienen los mismos ingredientes materiales y
espirituales, estas mentes no perciben ni piensan lo mismo. Muchos
norteamericanismos del español de México son la prueba de la falta
original de los objetos designados por ellos en la cultura mexicana.
Análogamente sucede con lo que no son cosas materiales. En unas
lenguas faltan términos para denominar, por ejemplo, sentimientos
que tienen nombre en otras, o las unas tienen un solo término para
denominar lo que las otras distinguen con sendos. Indicio de que las
mentes correspondientes a las primeras no distinguen lo que estas úl-
timas, acaso por no percibir, o incluso no experimentar, algo de lo
que experimentan y perciben las otras. El francés con su orgueil y el
alemán con su 31012 no distinguen como nuestro español entre orgullo
y soberbia. En la mayoria delos casos, lo que pasa es que los términos
tienen significaciones plurales y las significaciones de los términos
de una lengua no se corresponden exactamente con las significacio-
nes de los términos de otra. Esto hace que un mismo término de una
lengua figure en distintos contextos de ella con otras tantas de sus
significaciones, y que al traducir no sea posible emplear un mismo
término, sino que sea necesario hacer uso de distintos, consecuencia
de todo punto perturbadora cuando el término original es un térmi-
no cuya unidad es esencial, como sucede en los casos en que es un
término técnico filosófico. El lector encontrará en esta antología un
ejemplo con el término griego areté traducido por virtud. Todo esto
y otro tanto que no es posible ni interesa detallar, se debe en última
instancia a la irrealidad del supuesto más profundo de toda actividad
de traducción: la independencia de lo significado, o más en general
aún, de lo expresado por las expresiones, respecto de éstas mismas.
Para que en las distintas lenguas pudiera haber expresiones perfecta-
mente equivalentes desde el punto de vista semántico, fuera menester
que lo expresado pudiera expresarse indiferentemente con unas ex-
presiones u otras, es decir, resultara indiferente a la diferencia entre
las expresiones, independiente, pues, de ellas. Pero mucho dista de
ser asi. No hay solas las clásicas suposiciones real o formal, lógica y
material, en que el mismo término significa el objeto, o la idea deeste
objeto, o a si mismo, el término; hay vinculaciones recíprocas entre
lo expresado y las expresiones, lo uno y las otras en cuanto tales, que
se ven muy bien, por ejemplo, en los refranes: las equivalencias entre
los de distintas lenguas son en muchos casos meramente aproximadas.
Estas dificultades tienen su potenciación máxima en la traducción del
EL HISTORICISMO Y LA ENSENANZA DE LA FILOSOFÍA 237
base de traducciones, y para que la mención del caso sea de todo pun-
to pertinente en este libro, de traducciones de filosofía griega, bastará
citar a Santo Tomás y su Aristóteles de Moerbeke —que no resulta ex-
cesivamente atenuado porque el Angélico Doctor ¡¡UdiCl'3 “consultar“
el texto griego y las traducciones de su hermano de religión sean un
"calco". —
Mas si por parte de su ¡unción explicativa es la Historia integración,
por parte de la narrativa es selección. Esta función selectiva empieza
por ser obra de la misma historia: la historia es pérdida y destrucción
material, base y medio de la función amnésica, pérdida y destruc-
ción psíquica, que juntamente con la función mnémica, re— y conme-
morativa, concurre a la selectiva. Forzosa selección, de los hechos del
pasado, porque es forzosa abreviatura de éste: la Historia no puede
ser la historia por segunda vez. Esta selección es el término subjetivo
que tiene por correlato objetivo la estructura, el relieve con que la
realidad histórica se presenta ya a la primera mirada a ella —por lo
que no hay más remedio que representarse la historia de la filosofia,
como en general la de la cultura, orográíicamente. la historia de la
lilosoña no se presenta integrada igualmente por todas las filosoñas
—en otro sentido que el dilucidado de la verdad y falsedad. Hay las
filosoñas de los “ grandes pensadores" y las delos que no son tan gran-
des, sino menores y hasta minúsculos. De este relieve son elemento
articulador las edades y culturas —antigua, moderna. la filosofia no
culmina en una más alta cumbre, sino en las más altas Cumbres de la
antigua y de la moderna: un Platón y un Aristóteles y un Descartes,
un Kant, un Hegel. (Es una cuestión en la que no voy a entrar aqui
la del lugar y concepto de la filosoña medieval: prolongación de la
antigua, distinguiéndose de ambas la moderna, según una interpreta-
ción generali7ada hasta la interpretación más reciente, según la cual
la del medievo, origen de la moderna, distinguiéndose ambas de la
antigua.)33 Y él, el objetivo relieve, es la traducción figurada de una
jerarquía de valor. Conformémonos con reconocer todo esto como
otros tantos hechos, sin intentar desarrollar, ni siquiera enunciar inte-
gramente, los formidables problemas que estos hechos plantean: en
qué consista la “grandeza" de los pensadores, cómo y por qué la arti-
culación por las edades y culturas. . . A excepción de tocar el punto
siguiente.
las ideas evolucionistas del siglo pasado dieron una importancia
singular a los orígenes de las cosas en general. Los orígenes de las co-
' La anotación de la que proviene la [me final del articulo no contiene indicación
precisa del lugar de su inserción. Además, en el manuscrito termina de manera diferente.
Después de '. . .a el de armcarse. .. '. el manuscrito (folio 34396) continúa: .al
moderno inmanentismo —con la práctica. aunque esta expr5ión suene a un moderna
como|o es, amarxisu. Yal ¡nacionalismo. Sóloque ni el historicismo,ni el racionalism
automoderado son el irracionalismo.'
LA SITUACIÓN DE LA FILOSOFÍA EN EL MOMENTO
PRESENTE
“dar razón". Pero dar aquella razón que se ha llamado "razón de ser".
Este ser de que la filosofía es dar razón, es a su vez, ya el existir, la
existencia de los seres o entes, ya la manera de ser esencial, la esencia
de éstos. la filosofía ha sido, pues, dar razón de que los seres exis—
tan, en lugar de que no existan, o de que sean esencialmente de la!
o cual manera y no de otra. la razón dada por la filosoña ha sido
un Ser, con mayúscula, cuya existencia es esencial, porque su esen-
cia consiste precisamente en existir. En este Ser se identifican, pues,
esencia y existencia. Es un Ser que es una Esencia-Existencia, todo con
mayúsculas. Ahora bien, dar esta razón de ser ha sido obra de la razón
en otro sentido: en el sentido de la facultad del espíritu humano así
llamada también. En el pasado, la filosofia ha sido, en suma, cosa de
la razón y cosa de razón; cosa de razón, se puede decir en conjun-
to. Pero, ha sido también 'teologia”, en el sentido más propio de este
término. “Teo-logía” es etimológicamente “logos" de “Dios". “Dios"
es el nombre dado tradicionalmente al Ser razón de la existencia y de
la esencia de todos los demás seres. Pero es también el nombre dado
asimismo tradicionalmente al objeto por excelencia de toda religión.
Esta, la religión, es la forma, la via espontánea, primera, más propia
de entrar el hombre en relación con Dios. Mas el hombre no es sólo
un ser religioso. Es además un ser racional. Tiene razón, tiene "logos"
—y no se contentó con entrar en relación con Dios por la vía de la re-
ligión; quiso entrar en relación con él también por la via de la razón;
incluso fundamentalmente por esta via. Quiso dar “razón de Dios”,
esto es, hizo "teo-logía'. Es fácil ver que el dar razón de la existencia
y esencia de los seres, dando por tal razón el Ser divino, traía consigo
el dar razón de este Ser mismo, se fundaba en ello; la filosofía fue teo-
logía. Y es fácil igualmente ver que, en cuanto teología, la filosofía ha
sido cosa de religión. Sin ésta, sin su espontánea, primera, más propia
reiación religiosa con Dios, no se le hubiera ocurrido al hombre entrar
con Dios en relación racional, incluso racional fundamentalmente. En
conclusión, la filosofía ha sido en el pasado cosa de razón y cosa de
religión. Y, en efecto. Pasen ustedes raudamente la vista de su me-
moria sobre las cumbres de la cordillera bajo la imagen de la cual se
nos presenta la historia de la filosoña, como toda historia. Platón: el
mundo sensible, dependiente, “participante" del mundo de las Ideas,
y éste participante, dependiente a su vez de la Idea del Bien, lo Divi-
no. Aristóteles: la "filosofia prima", culminando en la "teología” de
la Esencia-Existencia de que “d1pende il cielo e lutta la natura“, o
que, inmóvil, mueve el mundo "como lo amado mueve al amante". la
edad media entera: desde el [Mes quaerens intellectum de San An-
selmo, que es un credo ut intelligam, hasta los praeambulafidei de
LA sn…ctórv DE LA FILOSOFÍA EN EL MOMENTO PRESENTE 261
Dr. Larroyo:
l . La filosofia es un saber perfectible; lo que no vale sólo de sus proble-
mas y soluciones, si que también de su propio concepto. Una ojeada
a los grandes sistemas del pasado exhibe este ritmo ascendente. la
filosofía, como toda faena humana, tiene sus clásicos; los [autores de
nuevas ideas que vienen a relativizar las precedentes. Por esta razón,
es justificado en cada época y lugar el problema de la filosoña; por esta
razón “henos aqui reunidos para leer una 'ponencia' sobre el Concepto
dela Filosofía, hacer observaciones a ella y un resumen de ponencia
y observaciones, y escuchar “ponencia“, observaciones y resumen so-
bre tal tema a estas fechas, a estas alturas, una vez más“.
2. Con ese derecho se ha dicho con gran acierto que el órgano
de la lilosoña es la historia de la filosofía. la historia, a decir verdad.
aporta las pie7as de construcción del concepto de filosoña. pues la
historia de un concepto, es la historia del progreso de este concepto.
Piénsese por ejemplo en el concepto mismo de ciencia. la vieja y rigida
dualidad entre definición e historia es un residuo de pensar ahistórico.
Por eso no deja de ser ingenuo el decir que no “todas las cosas serían
definibles” (conceptuables) ; que “habria cosas que no podrían ser
definidas, sino historiadas. Cosas de que no habría definición. sino
sólo Histon'a. Tales serían las cosas que tienen historia, que serían
historia. Y tales serian, nada menos que las cosas humanas”. ¿Acepta
el Dr. Gaos que todos los conceptos son forja del hombre, son cosas
humanas?
Pero el progreso de un concepto, de una noción científica es avan-
zar en cierto sentido,. encaminarse hacia determinada meta. Y frente
a parejo tema de sentido, de progreso, el historicismo ha de hacer un
“alto". Para plantearlo la filosoña recurre a una instancia de otro linaje,
a las condiciones (exigencias) supremas del saber. nunca satisfechas
de modo perfecto por el hombre perfectible. De ahi que no sea pro-
blema “la exigencia del previo examen de la cuestión de la posibilidad
284 José GAOS
APENDICE;
Dr. Gaos, al Dr. Larroyo:
A 1. Estamos conformes en que es la historia de la filosoña la que
reitera el problema de la filosoiia, como reitera la filosofía misma o
en general. Si la historia de la filosolia es un proceso de perfecdona-
miento de la filosol'ra o no, es una cuestión en que no entré. Es que
no era necesario que envase, puesto que lo decisivo era la historia y
no el que ésta sea o no perfeccionamíento. Ahora diré que la alirma-
ción "una ojeada a los grandes sistemas del pasado exhibe este ritmo
ascendente" me parece superlativamente problemática. A Aristóteles
y Santo Tomás ¿los ha superado Kant? Los aristotélico—tomistas no lo
concederán. Acaso no lo concedan más que los neokantianos. A Kant
¿lo ha superado Hegel, Heidegger? Un neokantiano no lo concederá.
A 2. Es posible que toda esta observación se hubiese omitido o
hubiese cambiado si yo hubiese dicho: “Habría cosas de que no habria
una sola definición a lo largo de la historia, sino sólo una serie de
definiciones a lo largo de la misma.'
Acepto que todos los conceptos son cosas humanas.
Acerca del “tema de sentido, de progreso', me remito a 'A l'.
la exigencia del previo examen de la cuestión de la posibilidad de
la definición de la filosofia, es problema que plantea el hecho de haber
quienes niegan la posibilidad de la definición.
A 3. la filosof'a seria “saber fundamental. . . saber radical' que 'de-
be indagar qué es el ser.” “Pero de ahí, sin más, añadir quela filosofia
debe ser la ciencia del 'ser en si', media gran diferencia." De acuerdo.
la gran diferencia que media entre decir. "la filosofia es la ciencia del
ser“ y decir. “esta ciencia del ser es, ella, ser en si, el ser en si", que
TEXTOS SOBRE EL CONCEPTO DE FILOSOFÍA 299
3
Entre tanto había llegado a ser un profesor de filosofía del que se iba a em-
pezar a esperar la obra de publicista filosófico — pero seguía sin más. que
pudiera llamar mi filosofía. que mi vida filosófica, el encuentro con la fila
sofia, la vocación. la profesión, la decepción de la filosofía en el sentido de
su insuficiencia como tal, la consiguiente idea de la teoría de la filosofia. la
decepción de la vida filosófica en el sentido de su insuficiencia como vida. . .
Es decir, seguía sin más, que pudiera publicar como obra filosófica. que una
autobiografía — filosófica. Pero ésta se me apareció como verdadera filosofia.
Las filosofías eran las tantas y tales que eran por no ser más que exposiciones
de la visión del mundo de cada uno de los distintos filósofos, emanantes de
las vidas correspondientes — como revelaba el Discurso del Método. Este se
me convirtió en la clave de interpretación de todas las filosofías. A la vida de
Aristóteles era su metafísica lo que a la vida de Descartes su metafísica, lo que
a la totalidad del Discurso la parte cuarta.
La incongruencia que hubiera habido en seguir concibiendo mi filosofia
como una teoría de la filosofia y como una autobiografía no llegó a hacérseme
patente porque tanto aquella como esta concepción vinieron a convertirse
más o menos en sendas obras. Por una parte. acabó planteándoseme como
un problema la posibilidad de saber de la filosofia, y en general de las cosas
como ella, las cosas humanas, las cosas que tienen historia. que son historia.
en otra forma que en forma de Historia. y llegué a pensar que tales cosas no
son “definibles' o no pueden ser objeto de “teoria", sino sólo de Historia —
y biografia. Por otra parte, concebida la filosofía como la vida del filósofo
de que emana la visión del mundo de éste, y que es el ser mismo de éste. la
pregunta “¿qué es la filosofía?" se me convirtió en las preguntas "¿qué es mi
vida?" “¿qué es mi ser?" "¿qué soy yo?”. Y cuando convertí la respuesta en una
teoría del filósofo en general. se me replanteó el problema de la Historia yla
teoría. . .
4
Mi vida y filosofia llegaron a un punto en que se concentraron en este plan de
obra:
304 JOSÍE mos
Autobiografía filosófica
La vocación
La profesión
la abstracción del horizonte de libros
El histon'cismo
In decepción
“doctrinal" del historicismo
"vital" de la abstracción
[a obstinación. Filosofía de la lilosoíía
Historia y teoría '
Filosofia, soberbia. humanidad
5
Pero si la ñlosoña de ¡afllosojía y la autobiografrafilosófica son tales. aquélla
debía comprender ésta como un caso particular. Una ñlosoña de la historia
de la ñlosoña como soberbia en el seno de la historia de la Humanidad debía
comprender la historia en particular, la vocación, la profesión y abstracción,
el historicismo y la decepción doctrinal. y la decepción vital y la obstinación
a lo largo de la historia de los ñlósofos en general.
Por otra parte, mi vida acabó presentándoseme como caso particular de
nuestra vida, a saber. de la vida de nosotros, los hombres de hoy — y los
hombres en general. Una ñlosoña de la historia de la Humanidad conla lilosolía
en primer término. concluyendo con la historia contemporánea y mi vida o
yo dentro de ella.
Nuestra vida
Grecia
la Cristiandad
la modernidad
la actualidad
la tilosofta
Vocación
Profesión
Decepción
Obstinación
ser única. Esto pone de manifiesto una relación entre lo tratado en el número
anterior y lo tratado en el presente. Imposibilidad de la definición que no sea
única, es decir, para todos o universalmente válida, significa: imposibilidad
de que nada definible pertenezca más que a una especie. . . única, también,
para todos o universalmente válida. Y si todo fuese definible, imposibilidad
de que nada pertenezca más que a una especie tal. — ¿Es posible que algo no
pertenezca a una especie única para todos o universalmente válida? ¿Fs posi-
ble que haya cosas pertenecientes a una especie distinta para cada sujeto. es
decir, cosas que siendo las mismas cosas pertenezcan a una especie distinta
para cada sujeto? ¿Es posible que haya cosas que no sean las mismas. en un
sentido sulicientemente general. para todo sujeto posible? — Propongo dejar
este problema de la imposibilidad o posibilidad de la definición de la filosofía
y tratar de formar un concepto de la filosofia, y tanto si se logra formularlo
como si no, replantear el problema: si se logra formarlo y es una indiscuti-
ble definición, para indagar la sinrazón de la negación de la posibilidad de
la definición de la filosofia; si no se logra formarlo, o no es una definición.
para indagar la razón de este resultado y de la negación de la posibilidad de
la definición de la filosofia. Y propongo tal por esta sencilla razón: porque
la imposibilidad o posibilidad de definir una cosa no parece poder saberse
antes de que se sepa qué sea la cosa. . . Los definibles se definen como tales a
sí mismos. . .
4. Un concepto, de cualquier cosa que sea. con tal que sea una cosa de
aquellas que se conocen o se pueden conocer en su realidad auténtica, no
parece posible ni fundado obtenerlo sino a base de este conocimiento de la
cosa misma en su realidad auténtica. La liloboña sería una de estas cosas y su
realidad auténtica su historia: la filosofia sería, por lo pronto. la historia de la
filosofia, el conjunto de las filosofías de los distintos filósofos en su sucesión
y conexión histórica.' [Esto es ya, sin duda. una concepción de la filosofia.
una filosofia. de la que pueden discrepar. de la que discrepan de hecho otras
concepciones de la filosoña, otras filosofías: aquellas para las que la filosofia
es una filosofia, a saber, aquella de que se trate, y las demás son filosofías falsas
o falsas filosofías. Cabría preguntar a estas filosofías por qué una filosofía falsa
sería una falsa filosofia, sobre todo por la relación entre aquella filosofía y
las demás que parece necesaria para poder llamar a éstas filosolias, aunque
falsas. .. pero prefiero decir otras cosas. Se viene a topar de nuevo con la
historia de la definición de lilosofia. . . Desde el primer momento de ocuparse
con la filosofia, de entrar en la filosofia. de hacer filosolia o filosofar, se está en
una filosofia a diferencia de otras, en oposición a otras — y sin embargo, esto se
afirma como válido para todas. . . Desde que se hace, desde que hay filosoña,
se está en, hay historia de la filosofia, h'istoña y de la filosofía, pluralidad de
una unidad, discrepancia en algo unitario, para hacer posible la discrepancia
misma. . . Toda concepción de [afílosojía habrá de ser, será una concepción
de esta peculiar dialéctica. . . una concepción de la filosofía. que pretenderá
' Los corchetes que siguen y la nota entre elk>s son de Gaos.
TEXTOS SOBRE El, CONCEPTO DE FILOSOFÍA 307
la agrupación deja de vivir en común con los demás los mitos y la vida en
común con los dioses o con Dios implicada por los mitos. por hacerse por sí
mismo, esto es. por medio de su propia razón, una Weltanschauung y una
idea de los dioses o de Dios y entrar con éstos en la relación que implique
tal idea, aunque la Weltanschauung y la idea de los dioses o de Dios que se
haga y la relación con los últimos que implique la idea de ellos resulten todo
lo iguales posible a las de la "comunidad” — el individuo practica la lilosoña,
es un lilósofo.
La lilosolía es, pues. el reconocerse un individuo personalidad distinta de
los demás de su "comunidad“, dejando de vivir en común con los demás los
mitos y la vida en común con los dioses o con Dios implicada por los mitos,
por hacerse por su propia razón una Weltanschauung y una idea de los dioses
o de Dios y entrar con éstos en la relación implicada por tal idea — aunque la
Weltanschauung y la idea de los dioses o de Dios que se haga y la relación
con los últimos que implique la idea de ellos resulten todo lo iguales posible
a las de la “comunidad”.
El individuo que no se reconoce personalidad distinta de los demás de la
"comunidad” vive en y por ésta. y en ella y por ella en y por los dioses o el
Dios de ella. El individuo que se reconoce personalidad distinta de los demás
de la "comunidad" pasa a vivir “en si y por si" y por tanto a no vivir en ni por
la “comunidad" ni en ni por los dioses o el Dios de ella. . . la ñlosofia implica,
con el aislarse de la “comunidad“, el insolidariurse con ella, un momento de
ateísmo. auténtico en la misma medida en que ella, la Iilosoña, sea auténtica;
un momento, siquiera. antes de recaer en la Weltanschaung, la idea de los
dioses o de Dios y la relación con éstos eventualmente iguales en algún grado
a los de la 'comunidad“. Y éste es el sentido pn'migenio del lilosólico “en si
y por sí”. No hay más "si" propiamente tal que cada individuo personalmente
para 81.
El reconocerse el individuo personalidad distinta de los demás de la “comu-
nidad” y el pasar a vivir en si y por si, dejando de viviren y por la “cºmunidad"
y los dioses o el Dios de ella. es un pasar a vivir sobre si como correlato de un
estimarse sobre, superior a los demás de la "comunidad" e incluso. siquiera
en el momento de ateísmo. a los dioses o el Dios de ella — aunque se haga
temblando de miedo. del miedo a los dioses o al Dios a los que se niega siquie-
ra momentáneamente, del miedo de quedarse solo, de pasar precisamente a
vivir en sí y por sí. . . Miedo, reliquia de la “comunidad" en el filósofo, impu-
reza de éste, que sólo lo es plenamente en la medida en que “supere" todo
miedo semejante y acepte su soledad, incluso de Dios o ateísmo, con entero
coraje. . . con aceptación plena del riesgo de condenarse — o en la seguridad
absoluta de tener razón. .. contra todos. . .
Para esta estimación de si mismo no hay más nombre propio que el de
"soberbia“. Filosofia, pues, soberbia.
(El tránsito de la "comunidad” a la “sociedad”, por la soberbia. . .)
En la medida en que el individuo humano no puede dejar de vivir en “comu-
nidad” sin dejar de ser humano — soberbia y lilosolia son demencia, sinrazón
de la razón. . . -
TEXTOS SOBRE EL CONCEPTO DE FILOSOFÍA 309