Masoneria - Una Orden Iniciatica
Masoneria - Una Orden Iniciatica
Masoneria - Una Orden Iniciatica
Oscar Figueredo
La enseñanza iniciática
Si concordamos que estos pueden ser los objetivos que persigue
el proceso iniciático, deberemos considerar que la enseñanza
iniciática o específicamente la masónica, desde el punto de vista de los medios
por los que puede ser transmitida, no constituye una suerte de prolongación de la
enseñanza profana, complementaria a la educación ordinaria, tampoco su
antítesis o una especie de ciencia especializada opuesta a la anterior, en
contradicción y conflicto con las demás.
Los símbolos, además, representan una idea o fuerza que detrás de ellos se
oculta, conformando un instrumento a través del cual esa idea llega a
manifestarse. La particularidad de los conocimientos que se pretende transmitir,
como decíamos anteriormente, escapa al razonamiento formal porque el
lenguaje simbólico, a diferencia del lenguaje ordinario, establece relaciones
no convencionales entre el significado y el significante. Este contenido esencial
caracteriza a la docencia masónica a tal punto que podemos decir con propiedad
que el símbolo es el lenguaje masónicopor excelencia y permite conceptualizar
aspectos de la Realidad que no podrían aprehenderse de otra manera. Dentro del
concepto de símbolo, incluimos el Ritual, que no es otra cosa que el símbolo en
acción.
El método
En la acción educativa es indispensable tener en cuenta la metodología, o sea, la
ciencia del método. Se entiende por método, en general, el procedimiento para
alcanzar un determinado fin. La metodología incide en todo, porque es
nada menos que la forma de pensar, el proceso completo de comunicarnos con
el hermano que está haciendo, en este caso, el papel de educando. El método
educativo es una relación dinámica entre el contenido interno del educando, su
psiquis, los contenidos del saber y los objetivos que se propone el educador.
En tal sentido, debemos ser conscientes de que este proceso educativo constituye
una docencia de adultos. El término común que nuestros usos y costumbres nos
han estimulado a utilizar, para describir dicho proceso, es el vocablo instrucción. Al
respecto, es probable que al escuchar tal expresión, por primera vez, nos veamos
inclinados a interpretar dicho vocablo en el sentido que el mismo tiene en el
mundo profano, es decir: “comunicar sistemáticamente conocimientos o doctrinas;
enseñar, doctrinar”.
Entonces, si bien es cierto que el método educativo masónico debe contener guías
y orientaciones, las mismas están dirigidas a que los recipiendarios elaboren con
ellas sus propias conclusiones; para que puedan construir su propio edificio, su
propio Templo interno, a través de la toma de autoconciencia que realicen
respecto de cada símbolo y de todo el conjunto emblemático.
a) ¿Qué queremos que los HH.·. salgan sabiendo, en cada uno de los
grados del simbolismo, al concluir el año masónico?