Masoneria - Una Orden Iniciatica

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A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.

Libertad Igualdad Fraternidad

La docencia masónica: su perspectiva iniciática

Oscar Figueredo

Masonería: una Orden Iniciática


Al momento de definir la Orden Masónica, la mayoría de los textos estatutarios la
describen más o menos en los siguientes términos: es una institución iniciática,
universal, humanista y cultural; que basada en los principios de amor a la
humanidad y a la verdad, trabaja para el progreso moral y material de todos los
hombres, a los que aspira a hermanar por un vínculo de la solidaridad.

Las características enunciadas de universalidad, humanismo


y cultura son compartidas con otras instituciones que existen en nuestras
sociedades mundanas; pero la particularidad de calificar a nuestra Obediencia
como iniciática es la nota de originalidad que termina por darle su razón de ser.
Ahora bien, que la Masonería es en esencia iniciática no demanda
una investigación muy profunda. Ello es notorio desde el mismo instante en que
el profano es aceptado para ingresar a la Orden; dado que su incorporación sólo
se hace efectiva una vez que ha participado en el Ritual de Iniciación.

La Orden Masónica, es una institución iniciática, universal, humanista y cultural;


quebasada en los principios de amor a la humanidad y a la verdad, trabaja para el
progreso moral y material de todos los hombres, a los que aspira a hermanar por
un vínculo de la solidaridad.
El término iniciación deriva etimológicamente del vocablo latino initium; que
significa comienzo, entrada. Y cabe preguntarse ¿entrada a dónde?, ¿comienzo
de qué? El ser humano, en esta sociedad profana actual, postmoderna
y consumista, se encuentra usualmente divorciado de sí mismo; porque no se
conoce, está disociado y vive encerrado en su ego, en su individualidad, sin
percibir las influencias espirituales que lo pueden ayudar a
despertar, desarrollando y expandiendo su conciencia.
La iniciación tiene, por lo tanto, el objetivo de recibir a un profano y suministrarle
el impulso espiritual necesario para ayudarlo a comenzar a recorrer el camino del
conocimiento de sí mismo, de tal forma que pueda recuperar su unidad interna y
logre una efectiva comunicación con el macrocosmos y con el G.·.A.·.D.·.U.·.

Lo que se busca mediante la iniciación no es formar un mejor profano o uno más


bueno. Por el contrario, se trata de buscar dar nacimiento a un Hombre Nuevo y
desarrollar progresivamente sus cualidades, extremo este presente desde el
principio del recorrido del Sendero, allí en el simbolismo de la Cámara de
Reflexiones y del abandono de los metales.

La Iniciación tampoco radica en la ceremonia de consagración de un determinado


grado, sino en el Estado de Realización efectiva que el iniciado irá construyendo
en sí mismo, en un lento proceso de estudio, comprensión y asimilación, a fin de
expandir su conciencia, formar su voluntad y fortalecer su poder de hacer.

La enseñanza iniciática
Si concordamos que estos pueden ser los objetivos que persigue
el proceso iniciático, deberemos considerar que la enseñanza
iniciática o específicamente la masónica, desde el punto de vista de los medios
por los que puede ser transmitida, no constituye una suerte de prolongación de la
enseñanza profana, complementaria a la educación ordinaria, tampoco su
antítesis o una especie de ciencia especializada opuesta a la anterior, en
contradicción y conflicto con las demás.

Si las concepciones iniciáticas son esencialmente otras que las concepciones


profanas, es ante todo porque proceden de otra mentalidad que éstas; de las
cuales difieren por su objetivo y por el punto de vista bajo el cual encaran este
objetivo. Esta reflexión nos conduce a admitir que todo lo que puede
considerarse desde el punto de vista profano puede considerarse también, pero
desde otra óptica distinta y con otra comprensión, desde el punto de vista
iniciático. En realidad, no existe un dominio profano al cual ciertas cosas
pertenecen por su naturaleza; lo que existe es un punto de vista profano y un
punto de vista iniciático para considerar y comprender las cosas y la vida.

El rol y contenido de la educación masónica


La educación masónica es entonces un proceso específico y complejo cuyo
objetivo principal consiste en posibilitar la formación plena de los iniciados, esto es
el surgimiento del Hombre Nuevo en espíritu y conducta, donde el esfuerzo
personal e intransferible es determinante.

Complementariamente, la educación masónica debería también tener como


objetivo la conservación y el perfeccionamiento de la Orden y la proyección de sus
valores en la sociedad profana. A diferencia de la docencia profana, la masónica
tiene como contenido esencial los símbolos. Éstos no constituyen una finalidad en
sí mismos, ya que son un vehículo de expresión y conocimiento que actúa
como intermediario entre dos realidades, una conocida y otra desconocida.

Los símbolos, además, representan una idea o fuerza que detrás de ellos se
oculta, conformando un instrumento a través del cual esa idea llega a
manifestarse. La particularidad de los conocimientos que se pretende transmitir,
como decíamos anteriormente, escapa al razonamiento formal porque el
lenguaje simbólico, a diferencia del lenguaje ordinario, establece relaciones
no convencionales entre el significado y el significante. Este contenido esencial
caracteriza a la docencia masónica a tal punto que podemos decir con propiedad
que el símbolo es el lenguaje masónicopor excelencia y permite conceptualizar
aspectos de la Realidad que no podrían aprehenderse de otra manera. Dentro del
concepto de símbolo, incluimos el Ritual, que no es otra cosa que el símbolo en
acción.

Son también contenidos importantes de la docencia masónica todos aquellos


aspectos que definen la identidad masónica como patrimonio espiritual de la
Orden: la Iniciación, la Tradición, la Trascendencia y la Fraternidad.

El método
En la acción educativa es indispensable tener en cuenta la metodología, o sea, la
ciencia del método. Se entiende por método, en general, el procedimiento para
alcanzar un determinado fin. La metodología incide en todo, porque es
nada menos que la forma de pensar, el proceso completo de comunicarnos con
el hermano que está haciendo, en este caso, el papel de educando. El método
educativo es una relación dinámica entre el contenido interno del educando, su
psiquis, los contenidos del saber y los objetivos que se propone el educador.

La educación masónica es un proceso muy específico y complejo, que requiere


para su implementación de un método que contemple las características
particulares del educando, de la enseñanza iniciática y de los objetivos y los fines
que se propone.
La educación masónica es un proceso muy específico y complejo, que requiere
para su implementación de un método que contemple las características
particulares del educando, de la enseñanza iniciática y de los objetivos y los fines
que se propone.

En tal sentido, debemos ser conscientes de que este proceso educativo constituye
una docencia de adultos. El término común que nuestros usos y costumbres nos
han estimulado a utilizar, para describir dicho proceso, es el vocablo instrucción. Al
respecto, es probable que al escuchar tal expresión, por primera vez, nos veamos
inclinados a interpretar dicho vocablo en el sentido que el mismo tiene en el
mundo profano, es decir: “comunicar sistemáticamente conocimientos o doctrinas;
enseñar, doctrinar”.

Pero el verbo instruir proviene etimológicamente de la expresión latina truire, que


significa edificar y que constituye la raíz de otros términos asociados, como cons-
truir o des-truir. Ello nos permite comprender que el sentido que le deberíamos dar
a la voz ins-truir está relacionado con esa acción de elaborar, de edificar, de
construir internamente, puesto que tal es la significación que nos sugiere ese
prefijo “in” en conjunto con la raíz “truir”.

Entonces, si bien es cierto que el método educativo masónico debe contener guías
y orientaciones, las mismas están dirigidas a que los recipiendarios elaboren con
ellas sus propias conclusiones; para que puedan construir su propio edificio, su
propio Templo interno, a través de la toma de autoconciencia que realicen
respecto de cada símbolo y de todo el conjunto emblemático.

La consideración de las particularidades


La metodología masónica para alcanzar sus objetivos deberá comprender una
adecuada planificación de la docencia masónica con planes de
enseñanza realistas y que tomen en cuenta aspectos tales como:

a) Cantidad anual de Tenidas de Instrucción para los diversos grados.

b) Cantidad de instructores disponibles, además de los Vigilantes.

c) Formación de los Instructores.

d) Método de asignación de trabajos (individual y por grupos), etc.


Asimismo, tales programas de enseñanza realistas deberían ser diseñados para
dar una respuesta razonable a determinadas interrogaciones básicas, como por
ejemplo:

a) ¿Qué queremos que los HH.·. salgan sabiendo, en cada uno de los
grados del simbolismo, al concluir el año masónico?

b) ¿Qué orientación conceptual debemos darles?


c) ¿Cuáles áreas temáticas son las prioritarias?
Entre las otras posibles respuestas, destaco:

1. Somos una sociedad elitista (no temamos decirlo porque


seleccionamos nuestros miembros por sus virtudes). Pues entonces
rescatemos lo mejor de esa sociedad (porque no todos son mediocres) y
trabajemos para construir ese Gran Templo, que es nuestro mundo. El
trabajo en las Logias es clave y la labor de los verdaderos Maestros
Masones fundamental.
2. La Docencia masónica deberá tener presente como orientación conceptual
lo siguiente:

a) El trabajo a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo.

b) Concienciar sobre conceptos como: Camino


Iniciático, Tradición, Trascendencia, Retorno a las
Fuentes, Fraternidad y Ritual.

c) Concienciar sobre las responsabilidades del masón como portador de


los principios y valores de la Orden en el mundo profano.

La Masonería como vivencia


Quiero finalizar este burilado recordando los conceptos que un gran docente, hoy
pasado al Oriente Eterno, enseñaba respecto a esta temática.

Decía el H.·. Rafael Goldemberg: “La Masonería no se adquiere solamente a partir


de lecturas más o menos documentadas, sino a través de vivencias, donde las
informaciones pueden enriquecer la vocación, pero jamás culminar por sí solas en
la creación de un verdadero masón. Una cosa es ser masón y otra tener
conocimientos sobre la Masonería por cualquier medio, oral o escrito. La única
forma de ser masón es ingresar a la Masonería y permitir que a su vez, ésta
ingrese en nosotros”.

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