La Personalidad Psicobiologia

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L a Personalidad. (Unidad I.

El término “personalidad” procede del vocablo latino persona, que se refería a la máscara que
utilizaban los actores del teatro clásico. Como la máscara asumida por el actor, el término persona
sugería una pretensión de apariencia, es decir, la pretensión de poseer rasgos distintos de los que
caracterizan realmente a la persona que está detrás de la máscara. Al cabo del tiempo, el término
persona ya no hacía alusión a la máscara sino a la persona real y a sus características explícitas.

Por lo tanto, a lo largo de la historia el significado ha variado de ser una ilusión de lo externo a
referirse a una realidad externa y finalmente, a ciertos rasgos internos u ocultos.

Hoy en día, la personalidad se define como un patrón complejo de características psicológicas


profundamente enraizadas, que se expresan de forma automática en casi todas las áreas de la
actividad psicológica. Es decir, la personalidad es un patrón de características que configura la
constelación completa de la persona.

La personalidad suele ser confundida con dos términos relacionados con ella: temperamento y
carácter.

El Carácter se refiere a las características adquiridas durante nuestro crecimiento y posee la


connotación de un cierto grado de conformidad con las normas sociales.

El temperamento, por el contrario, no es el resultado de la socialización, sino que depende de una


disposición biológica básica hacia ciertos comportamientos. Puede decirse de una persona que
tiene “un buen carácter” y de otra que tiene un “temperamento irritable”. Por tanto, el carácter
refleja el resultado de la influencia de la educación, mientras que el temperamento representa la
influencia de la naturaleza, físicamente codificada.

La personalidad es el patrón de características que incluye la constelación completa de la persona.


La personalidad no se limita a un solo rasgo, sino que incluye la totalidad de características de la
persona: interpersonales, cognitivas, psicodinámicas y biológicas. Cada rasgo refuerza al otro, a fin
de perpetuar la estabilidad y la consistencia conductual de la estructura completa de la
personalidad.

Perspectiva biológica.

Las influencias biológicas sobre la personalidad pueden ser entendidas como proximales o distales,
lejanas o cercanas. Las influencias distales se originan en el código genético e incluyen
características heredadas que son transmitidas como parte de la historia evolutiva de nuestra
especie. Muchas de esas características son sociobiológicas. Existen porque la recombinación
genética no es posible en ausencia de la sexualidad. La mayoría de estas características ejercen una
influencia sutil, incluso los seres humanos machos tienden a ser más agresivos, dominantes y
territoriales, y las hembras suelen ser más sociales, amorosas y maternales.
Existen otras influencias biológicas, las proximales. Son influencias que deben su existencia al
hecho de que somos sistemas biológicos complejos. Los dos conceptos de este estilo, que son
relevantes para la personalidad, son: el temperamento y la constitución.

Temperamento.

Todo el mundo posee una personalidad. Asimismo, cada persona posee unos patrones vitales y de
comportamiento característicos que, viene impuestos por la biología.

Cada niño nace con un patrón distintivo de disposiciones y sensibilidades. Las madres saben que
los niños son distintos desde el momento en que nacen, y algunos padres son capaces de advertir
estas diferencias entre sus hijos.

La palabra temperamento apareció en la Edad media para reflejar la base biológica de la


personalidad. Por lo tanto, el temperamento debe ser entendido como un potencial biológico o
subyacente para la conducta, que se aprecia en el estado de ánimo o emotividad predominante de
las personas y la intensidad de sus ciclos de actividad. Podemos sostener que el temperamento es
la suma de influencias biológicas heredadas en la personalidad que aparecen de forma continua a
lo largo de la vida.

Aunque la biología no determina completamente nuestra personalidad adulta, sí limita el


desarrollo y canaliza, junto con factores sociales y familiares, ciertas vías en favor de otras.

Constitución.

Se refiere al plan global sobre la que se construye alguna cosa.

El primer exponente destacado de esta visión fue Ernst Krestchmer (1926), que desarrollo un
sistema de clasificación basado en tres tipos corporales que se estudiaran más adelante.

Herencia.

La influencia más remota de la personalidad es la genética. La influencia de los genes sobre la


conducta explorando la presencia de patologías similares en hermanos y parientes de la persona
afectada, estudiando los patrones familiares de transmisión y comparando la correlación de
puntuaciones obtenidas en los cuestionarios de personalidad entre grupos de gemelos
homocigóticos y dicigoticos.

Vale decir que existen rasgos heredados en la personalidad.

Perspectiva psicodinámica.

Es quizás la más rica de las perspectivas desde el punto de vista conceptual. Su representante es
Sigmund Freud. Según este autor, la personalidad se desarrolla a través de cinco estadios
psicosexuales. A través del curso de la maduración normal, cada estadio psicosexual da paso al
siguiente, lo que presenta a la persona una secuencia de desafíos evolutivos. En esta perspectiva
psicodinámica el carácter posee un significado técnico y se refiere a la forma en que el yo suele
satisfacer las demandas de sí mismo y del entorno.

Perspectiva Interpersonal de la personalidad.

Sostiene que la personalidad es el producto social de la interacción con los otros significativos.
Siempre estamos manteniendo intercambios con los otros, reales o imaginarios, y sus expectativas.

La personalidad no puede ser entendida sin tener en cuenta que está inmersa en un contexto.

Desde el modelo cognitivo, se entiende que cada personalidad procesa la realidad de forma
diferente, cada uno con su estilo de procesamiento de la información, lo que genera distintos
esquemas (estructuras mentales internas).

Por último, cabe mencionar que la teoría evolutiva, propone que la personalidad se manifiesta en
ocho ámbitos distintos: comportamiento observable, comportamiento interpersonal, estilo
cognitivo, mecanismos de defensa, autoimagen, representaciones objetales, organización
morfológica y estado de ánimo- temperamento.

Bibliografía.

Trastornos de Personalidad de la vida moderna.

Theodore Millon & Roger Davis

Editorial Masson. 2001

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