Agua de Lastre
Agua de Lastre
Agua de Lastre
El agua o aguas de lastre se utiliza en barcos de casi todos los tamaños desde el siglo XIX
para estabilizar la embarcación. Un barco debe estabilizarse porque el peso no está
repartido de forma uniforme, además la carga de la embarcación puede disponerse de
forma irregular y variar en cada trayecto en peso y tamaño.
Cuando se coge agua del mar para equilibrar el barco, con ella arrastramos una gran
cantidad de pequeños organismos que pertenecen a un determinado ecosistema, cuando
el barco llega a un nuevo puerto, si descarga el agua de lastre, estará contaminando las
aguas del puerto o lugar de atraque con microorganismos que no pertenecen a ese lugar.
Las citadas especies invasoras suponen hoy en día un gran problema en zonas invadidas en
las que anteriormente no existían, unas veces son un problema para las poblaciones de
especies autóctonas (ya sea por que las desplazan o porque suponen la incorporación de
un nuevo depredador no conocido para ellas) y en otras ocasiones, como es en el caso de
invasiones de moluscos como el mejillón cebra, se presenta un grave problema para el
equilibrio del ecosistema debido a la rápida invasión de este bivalvo no solo de ríos y
embalses sino también de todas las obras hidráulicas y conducciones hidráulicas que
pueden llegar a quedar obstruidas por la rápida proliferación de este mejillón.
Convenio internacional para el control y gestión del agua de lastre y los sedimentos de los
buques
Tal y como se indica en el Convenio, todos los buques que se dediquen a transporte
marítimo a escala internacional tienen que realizar la gestión del agua de lastre y de los
sedimentos que acarrea de acuerdo a un plan de gestión del agua de lastre y de los
sedimentos que se elabore para cada buque. Para hacer el seguimiento de la gestión
realizada, cada buque debe llevar un libro de registro de agua de lastre junto a un
certificado internacional de gestión de las aguas de lastre.
Con la entrada en vigor del convenio de aguas de lastre el 8 de Septiembre de 2017 una gran
parte de los buques deberán instalar un sistema de tratamiento de agua de lastre BWTS.
Para los buques existentes se facilitará un periodo de adaptación para la implementación
de sus sistemas para el tratamiento de aguas de lastre. Como último recurso los barcos
deberán cambiar el agua de lastre en alta mar.
Para entender y adaptar las tecnologías y sistemas para el tratamiento del agua de lastre es
necesario conocer que deben adaptarse a tres momentos o actividades en las operaciones
de lastre:
En función del tamaño de los organismos que se pueden encontrar en el agua de lastre, 4
son las metodologías más recomendadas, para organismos de tamaño grande y mediano,
las tecnologías de filtrado y desoxidación, mientras que para los microorganismos los
sistemas más empleados son los basados en tratamientos químico o con radiaciones
ultravioleta UV.
El agua se utiliza como lastre para estabilizar los buques en el mar desde que se introdujeron
los buques con casco de acero. Los buques cargan agua de lastre para mantener unas
condiciones operacionales seguras durante el viaje. Esta práctica reduce el esfuerzo en el
casco, facilita la estabilidad transversal, mejora la propulsión y la maniobrabilidad, y
compensa los cambios de peso como consecuencia de los distintos niveles de carga y el
consumo de combustible y agua.
Aunque es fundamental para la seguridad y eficiencia de las operaciones de un buque
moderno, el agua de lastre puede plantear problemas ecológicos, económicos y de salud
graves debido a la multitud de especies marinas que contiene. Entre estos organismos se
incluyen bacterias, microbios, pequeños invertebrados, huevos, quistes y larvas de distintas
especies. Las especies transferidas pueden sobrevivir y establecer una población
reproductiva en el medio de acogida, convirtiéndose en especies invasoras que se
impongan a las especies nativas y proliferen hasta alcanzar proporciones de plaga.
Los científicos descubrieron por primera vez los síntomas de la introducción de especies
foráneas tras la aparición masiva de las algas fitopláncticas asiáticas Odontella (Biddulphia
sinensis) en el mar del Norte en 1903. No obstante, hubo que esperar hasta la década
de 1970 para que la comunidad científica empezara a estudiar el problema en detalle. A
finales de la década de 1980 Canadá y Australia se encontraban entre los países que
experimentaban problemas particulares con las especies invasivas, y señalaron sus
preocupaciones al Comité de protección del medio marino (MEPC) de la OMI.
El problema de las especies invasivas en el agua de lastre de los buques se debe en gran
medida a la expansión del comercio y el volumen del tráfico en las últimas décadas y, dado
que el volumen de mercancías que se transportan por mar sigue aumentando, es posible
que el problema no haya llegado aún a su momento más grave. Los efectos en numerosas
zonas del mundo han sido devastadores. Los datos cuantitativos señalan que el número de
invasiones biológicas sigue aumentando de manera alarmante con un número de nuevas
zonas invadidas cada vez mayor.
La propagación de las especies invasivas se reconoce actualmente como una de las mayores
amenazas al bienestar ecológico y económico del planeta. Estas especies causan enormes
daños a la biodiversidad y a la valiosa riqueza natural de la tierra, de la cual dependemos.
Los efectos directos e indirectos en la salud son cada vez más graves, y los daños al medio
ambiente suelen ser irreversibles.
No obstante, cabe señalar que hay cientos de otras invasiones que se han registrado o se
están registrando en todo el mundo.
RESPUESTA MUNDIAL
La prevención de la transferencia de especies invasivas y la
coordinación de una respuesta a tiempo y eficaz contra las
invasiones requiere la cooperación y colaboración de los
Gobiernos, sectores económicos, organizaciones no
gubernamentales y organizaciones de tratados
internacionales; la Convención de las Naciones Unidas sobre
el Derecho del Mar (artículo 196) facilita el marco mundial
por el que se requiere a los Estados que cooperen para
prevenir, reducir y controlar la contaminación del medio
marino causada por el hombre, incluida la introducción
intencional o accidental en un sector determinado del medio
marino de especies extrañas o nuevas.
En varios artículos y reglas del Convenio BWM se hace referencia a las directrices que
elaborará la Organización y en la resolución 1 de la Conferencia se invita a la OMI a que
elabore esas directrices con carácter urgente y las adopte tan pronto como sea posible, y
en cualquier caso antes de la entrada en vigor del Convenio, con miras a facilitar la
implantación uniforme y mundial de este instrumento.
En la regla D-3 del Convenio BWM se prescribe que los sistemas de gestión del agua de
lastre utilizados para cumplir lo dispuesto en el Convenio estarán aprobados por la
Administración de conformidad con las Directrices para la aprobación de los sistemas de
gestión del agua de lastre (D8). Las Directrices (D8) se revisaron en 2016, convirtiéndose en
un Código obligatorio para la aprobación de sistemas de gestión del agua de lastre (Código
BWMS).
La Historia GloBallast (descargue el PDF) explica los principales logros del Programa de
asociaciones GloBallast, ejecutado por la OMI en colaboración con el Fondo para el Medio
Ambiente Mundial (FMAM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El proyecto se inauguró en 2007 tras una fase inicial de 4 años a fin de ayudar a los países
en desarrollo a que reduzcan la transferencia de organismos acuáticos perjudiciales y
agentes patógenos en el agua de lastre de los buques, implanten las directrices de la OMI
existentes, y se preparen para la implantación del nuevo Convenio.
Las diez especies más invasivas que pueden transferirse a través del agua de lastre de los
buques aparecen en la publicación, que también proporciona infografías, diagramas y casos
prácticos pormenorizados.
El proyecto es coordinado a nivel regional por CPPS e incluye además a Argentina, a través
de las autoridades marítimas de los seis países. De acuerdo a su nivel de compromiso con
el proyecto, los países se identifican como líderes (Argentina, Chile y Colombia) o socios
(Ecuador, Panamá y Perú).
A través de este proyecto, docenas de funcionarios de han capacitado en temas tales como
gestión de aguas de lastre a bordo, línea base biológica de puerto, toma de muestras, entre
otros. Además se han realizado consultorías legales, económicas y biológicas. Los países han
desarrollado e implementado una estrategia regional que aterriza en estrategias nacionales
para una plena implementación de las directrices de OMI.
La entrada en vigor de este Convenio presenta desafíos a los países producto de las nuevas
disposiciones que regirán el transporte marítimo internacional en relación con la
disminución del riesgo de la introducción de especies acuáticas invasivas a nuevos
ecosistemas a través del agua de lastre y sedimentos, una problemática mundial que ha
causado estragos a la biodiversidad marina y que produce grandes daños ambientales,
sociales y económicos.
La Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS) ha venido trabajando desde el 2009 con los
países de la región (Chile, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú), y con la participación de
Argentina, en el Proyecto OMI/PNUD/GEF "Construyendo Asociaciones para Asistir a los
Países en Vías de Desarrollo a Reducir la Transferencia de Organismos Acuáticos Dañinos en
Aguas de Lastre de los Buques" (GloBallast Partnership), con el fin de poder ayudar a la
región mediante el fortalecimiento institucional a través de la construcción de capacidades
y de la cooperación técnica para que puedan alcanzar los objetivos del Convenio BWM.
En el Anexo II se determinan con precisión los criterios relativos a las descargas y las
medidas destinadas a prevenir la contaminación por sustancias nocivas líquidas
transportadas a granel; se han evaluado e incluido unas 250 sustancias en la lista que figura
como apéndice del Convenio; la descarga de sus residuos se permite tan sólo en
instalaciones de recepción, a menos que se cumplan ciertas concentraciones y condiciones
(que varían según la categoría de las sustancias). En cualquier caso, no se permiten las
descargas de residuos que contengan sustancias perjudiciales a menos de 12 millas de la
tierra más próxima.
Anexo I: Reglas para Prevenir la Contaminación por Hidrocarburos
Las medidas introducidas por la OMI han contribuido a garantizar que la mayoría de los
petroleros se fabriquen y exploten en condiciones de seguridad y se construyan de forma
que se reduzca la cantidad de hidrocarburos vertidos en caso de accidente. También ha
disminuido la contaminación operacional, por ejemplo la ocasionada por las operaciones
ordinarias de limpieza de los tanques.
En 1983, el Convenio MARPOL introdujo varios conceptos nuevos de carácter radical, tales
como la exigencia de que los petroleros nuevos estuvieran dotados de tanques de lastre
separados a fin de evitar la necesidad de llevar agua de lastre en los tanques de carga, la
cual fue sustituida por la exigencia de que los petroleros que se entregaran a partir de 1996
estuvieran provistos de doble casco. De este modo, se incrementó en gran medida la
protección del medio marino.
Regla 1- Definiciones
Regla 2- Ámbito de aplicación
Regla 3- Exenciones y dispensas
Regla 4- Excepciones
Regla 5- Equivalentes
Regla 6- Reconocimientos
Regla 7- Expedición o refrendo del certificado
Regla 8- Expedición o refrendo del certificado por otro gobierno
Regla 9- Modelo de certificado
Regla 10– Duración y validez del certificado
Regla 11- Supervisión de las prescripciones operacionales por el Estado rector del
puerto
Regla 12– Tanques para residuos de hidrocarburos (fangos)
o Regla 12A- Protección de los tanques de combustible líquido
Regla 13-Conexión universal de descarga
Regla 14- Equipo filtrador de hidrocarburos
Regla 15- Control de las descargas de hidrocarburos
o A- Descargas fuera de zonas especiales
o B- Descargas en zonas especiales
o C- Prescripciones aplicables a los buques de arqueo bruto inferior a 400 en
todas las zonas, con excepción de la Antártida
o D- Prescripciones generales
Regla 16- Separación de los hidrocarburos y del agua de lastre
Regla 17- Libro registros de hidrocarburos,Parte I Operaciones en los espacios de
máquinas.
Regla 18- Tanques de lastre separado
Regla 19- Prescripciones relativas al doble casco y al doble fondo aplicables a los
petroleros entregados el 6 de julio de 1996 o posteriormente
Regla 20- Prescripciones relativas al doble casco y al doble fondo aplicables a los
petroleros entregados antes del 6 de julio de 1996
Regla 21- Prevención de la contaminación por hidrocarburos procedente de
petroleros que transporten hidrocarburos pesados como carga
Regla 22- Protección de los fondos de la cámara de bombas
Regla 23- Aptitud para prevenir escapes accidentales de hidrocarburos
Regla 24– Averías supuestas
Regla 25 -Escape hipotético de hidrocarburos
Regla 26 -Disposición de los tanques de carga y limitación de su capacidad
Regla 27– Estabilidad sin avería
Regla 43– Prescripciones especiales para la utilización o el transporte de
hidrocarburos en la zona del Antártico
ÁMBITO DE APLICACIÓN
1) A menos que se prescriba expresamente otra cosa, las disposiciones del presente Anexo
se aplicarán a todos los buques.
2) En los buques que, sin ser petroleros, estén equipados con espacios de carga que hayan
sido construidos y se utilicen para transportar hidrocarburos a granel y que tengan una
capacidad total igual o superior a 200 metros cúbicos, se aplicarán también a la construcción
y utilización de tales espacios las prescripciones de las Reglas, 9, 10, 14, 15 1), 2) y 3), 18, 20
y 24 4) estipuladas en este Anexo para los petroleros, salvo cuando dicha capacidad total
sea inferior a 1.000 metros cúbicos, en cuyo caso las prescripciones de la Regla 15 4) de este
Anexo podrán aplicarse en lugar de lo previsto en la Regla 15 1) 2) y 3).
3) Cuando en un espacio de carga de un petrolero se transporte un cargamento que esté
sujeto a lo dispuesto en el Anexo II del presente Convenio se aplicarán también las
prescripciones pertinentes de dicho Anexo II.
a) podrán ser eximidos por la Administración de cumplir tales normas siempre que la
construcción y el equipo del buque ofrezca protección equivalente contra la contaminación
por hidrocarburos, habida cuenta del servicio a que esté destinado el buque.
b) Los pormenores referentes a toda exención de esta índole que pueda conceder la
Administración constarán en el Certificado prescrito por la Regla 5 del presente Anexo.
CONCLUSION: