Somos Dignos de Ser Libres PDF
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¿SOMOS DIGNOS DE SER LIBRES? padres: «No mereces la libertad que te hemos dado», «no mereces la libertad
ANA ESTUPIÑA SÁNCHEZ que te hemos dado»... pero... ¿Hay que merecer la libertad? ¿Alguien ha de
darte la libertad? ¿No era la libertad algo esencial al ser humano? ¿No me
habían dicho tantas veces aquello de que todos los seres humanos nacemos
libres e iguales? Empezaron así una serie de reflexiones y preocupaciones (de
«comidas de coco», para ser más claros), que me llevaron un año más tarde a la
A diferencia de lo que ocurría con la mayoría de mis amigos y amigas, ¡sobre facultad de filosofía y, en estos momentos, cuando ya estoy en el último curso de
todo de mis amigas!, mis padres no me imponían una hora límite para llegar a la carrera, a escribir estas páginas.
casa por las noches. No obstante, me habían dicho muchas veces que avisara si Naturalmente no podría haber inscrito mis reflexiones en el registro de la
iba a llegar muy tarde; que era preferible incluso una llamada telefónica a altas propiedad intelectual, ya que de originales tenían bien poco. Hace siglos que
horas de la noche que despertarse y preocuparse pensando que me había ese animal con dos patas, sin plumas y preguntón que es el ser humano se había
pasado lo peor. ¡Muy optimistas, los padres! hecho preguntas sobre la libertad y sobre otras muchas cosas. Algunos de esos
Yo solía prever cuando iba a llegar tarde y les avisaba antes de salir, así es animales preguntones, a los que se les suele llamar filósofos, habían llevado sus
que nunca había tenido grandes problemas con este tema, hasta aquel sábado reflexiones un poco más lejos de lo común y habían tenido la santa paciencia de
del mes de julio en que quedé con una amiga para ir a un cine de reestreno escribirlas, supongo que más para clarificarse a sí mismos al obligarse a una
cercano al instituto donde, según ella, hacían un buen programa. Después de reflexión más pausada, que con la pretensión de que otros las leyeran y pudieran
comer dije en casa que me iba al cine y salí dispuesta a disfrutar de un par de serles útiles.
buenas películas. Pero el buen programa resultó ser un «maratón de cine», algo así Pero naturalmente mis reflexiones no empezaron por los filósofos, de
como un dulce suicidio para cinéfilos estivales, ya que se trataba nada menos que los que casi nada sabía entonces, sino por algo que tenía mucho más
de diez películas, algunas de ellas en versión original. Aún recuerdo «El gran cerca: los miembros de mi propia familia. Y ninguno de ellos me parecía
dictador» de Chaplin, «Senderos de Gloria» de Kubrick, «Terciopelo azul» de D. muy libre que digamos: mi hermano pequeño, que sólo tenía dos años, no
Lynch, y algunas otras. me parecía en absoluto libre; era un ser totalmente dependiente al que
El evento comenzó a las cuatro de la tarde del sábado y acabó a las diez de la había que darle de comer, bañarlo, sacarlo a la calle, acostarlo a dormir,
mañana del domingo. Así es que aparecí en casa a las once de la mañana con etc. Mi otro hermano y yo, con catorce y diecisiete años respectivamente,
todo el cuerpo dolorido, los ojos corno huevos, la cabeza a punto de estallar, e tampoco éramos el paradigma de la libertad; aunque nos desenvolvíamos
incapaz de pensar en nada que no fuera meterme en la cama y dormir. Pero antes por nosotros mismos en muchas cosas, dependíamos de nuestros padres en
tuve que soportar la inevitable bronca-sermón de mis padres que, en esencia, me muchas otras, y además ellos tenían autoridad sobre nosotros y nos
hacía culpable de largas horas de angustia y preocupación, me recordaba mi imponían sus normas, con las cuales no siempre estábamos de acuerdo.
compromiso de llamar si iba a llegar muy tarde y me amenazaba con recortarme Finalmente estaban mis padres, y tampoco se podía decir que hacían lo
una libertad que se me había concedido y que yo había mostrado no merecer. que querían y que vivían en completa libertad; tenían muchas
En ese momento no tuve fuerzas más que para disculparme dando una obligaciones: trabajar, cuidar de nosotros, mantener la casa, pagar facturas
breve explicación de lo ocurrido e irme a dormir. Pero cuando desperté por la y todas estas cosas que han de hacer los adultos y de las que muchas veces se
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quejan corno de pesadas cargas. menos, no son tan complicadas como las nuestras. ¡Ellos sí que son libres!
En fin, no me pareció que la libertad fuera una planta que creciera entre las Si esto era cierto no cabía otra conclusión que decir que toda persona que
paredes de mi casa; en ella sólo encontré algunas de las cosas que se le oponían: quiera ser libre tendría que alejarse de la sociedad y sus complicaciones y vivir
la dependencia, el sometimiento a la autoridad, las obligaciones... No obstante una vida lo más parecida posible a la de los animales. De hecho, mi profesor de
me di cuenta de que por ese camino no iba a llegar muy lejos. Conducía filosofía nos había hablado de ciertos filósofos que habían tornado esa
únicamente a la desoladora conclusión de que nadie es libre, pues, ¿quién no determinación. Recordaba, porque me había llamado la atención, el caso de un fi-
depende en alguna medida de otros?, ¿quién no tiene que someterse a alguna lósofo griego, un tal Diógenes el Cínico, que vivió antes de Cristo, creo que en el
autoridad? ¿quién no tiene obligaciones de algún tipo? Precisamente la S. III, y que había buscado alejarse de las complicaciones y convenciones de la
sociedad consistía en eso, en relaciones de dependencia entre las personas, en el sociedad. Mi profesor nos contó algunas anécdotas muy divertidas sobre
establecimiento de autoridad a muchos niveles, y en una serie de obligaciones que Diógenes, como que vivía en un barril, y comía y bebía allí donde le entraba
tenemos los unos con los otros. hambre o sed. Una vez había visto a un niño beber agua con las manos y
Nadie viviendo en sociedad es autosuficiente y se solventa la vida él sólito. arrojó su cuenco, enfadado consigo mismo, porque un niño le había superado en
Sólo para poder comer pan hace falta un agricultor que cultive el trigo, alguien sencillez. Otra vez pasó por su lado el poderosísimo Alejandro Magno que se paró
que compre ese trigo y lo lleve a algún sitio donde se muela y convierta en y le dijo que le pidiera lo que quisiera y se lo concedería; Diógenes le pidió que
harina, y alguien que compre la harina y haga pan. No digamos del resto de se apartara porque le tapaba el sol. La gente decía que Diógenes vivía como un
cosas que necesitamos: comida, ropa, casa... todos dependemos de muchísima perro, por eso le llamaban cínico, de «quión» que en griego significaba perro. Un
gente. Además toda persona tiene obligaciones de algún tipo dentro de la día en un banquete le trataron como a un perro y le tiraron los huesos, y Diógenes
sociedad en que vive. Ha de hacer un trabajo con el que obtiene el dinero que orinó allí mismo delante de todos, como si, en efecto, fuera un perro. Me había
necesita para vivir y con el que hace algún servicio a los demás; pero aun en caído simpático el tal Diógenes, y me hizo pensar que siempre había habido
el caso de que el trabajo le guste y encuentre satisfacciones, también supone personas que habían denunciado las cosas que les habían parecido negativas de
muchas obligaciones: cumplir un horario, obedecer órdenes de alguien, hacer la sociedad, y que habían tratado de cambiarlas y de provocar a los demás para el
algunas cosas que no nos gusta o no nos apetece hacer en un cierto momento, cambio. Pensé que quizás movimientos como el de objetores de conciencia,
etc. Y respecto a la autoridad, la sociedad podría compararse a una cebolla insumisos, ecologistas, alternativos, okupas etc., eran en realidad cosas que
donde se van superponiendo las diferentes capas de autoridad: los hijos están habían existido siempre y que se iban adaptando a las circunstancias propias de
bajo la autoridad de los padres, los padres de sus jefes, los jefes de otros jefes cada época.
más gordos etc.
Estaba claro que la vida social es un completo lío, una especie de compleja Llegados a este punto mis neuronas no daban más de sí. Ya había pensado
tela de araña que nos atrapa a todos y donde quizás nadie puede ser libre. bastante sobre la libertad y la cosa parecía clara: la sociedad nos ofrece muchas
Habríamos de decir entonces que los que son verdaderamente libres son los comodidades, nos facilita las cosas que necesitamos para vivir y nos protege,
animales. Naturalmente no los perros o gatos que tenernos en casa o el canario pero nos impide ser libres. Si queremos realmente ser libres, deberíamos de
de la jaula, que son como esclavos de esclavos, sino los animales salvajes, los renunciar a las comodidades y protección de la sociedad para vivir como los
que decimos que «viven en libertad». Ellos no tienen relaciones de dependencia animales salvajes. No me acababa de convencer esta conclusión, pero ya estaba
una vez que son adultos, ni de autoridad, ni obligaciones sociales o, por lo cansada de darle vueltas a la cabeza y además, aunque no me atraía la idea, porque
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suponía que mis padres seguirían enfadados conmigo, tenía que salir de mi personas.
habitación a comer algo o me moriría de hambre. Me decidí a salir y respiré Había ido a la playa con mi amiga Mónica, y al ver a una niña que llevaba un
aliviada al comprobar que el enemigo no estaba en casa y que, además, había flotador con la cara enorme de una rana recordé de golpe algo que había ocurrido
dejado un trozo de tortilla de patatas en la cocina. Me preparé un suculento bastantes años antes, cuando yo tendría unos diez u once años. Pasábamos las
bocadillo que devoré en el sofá, bebiendo una coca-cola y viendo un programa vacaciones de Pascua en un camping donde disfrutaba de lo lindo con una
malísimo en la televisión. No sé qué hubiera pensado de mí Diógenes el Cínico, pandilla de chicos cuya afición favorita era cazar todo tipo de bichos y some-
pero yo me sentía bien y paradójicamente ¡libre! terlos a torturas y experimentos muy variados. Entre los animales capturados,
Saboreando aún la tortilla de patatas y mi sentimiento de libertad, volví a mi teníamos una rana a la que habíamos metido en una jaula de pájaro, y
habitación apresuradamente, ya que escuchaba en la escalera las voces de mis tratábamos de alimentar con moscas. Mis amigos tenían la habilidad de cazar
padres y mis hermanos y pensé que una retirada a tiempo me evitaría volver a moscas, atarles un hilo a la pata y colgarlas de la jaula para que la rana las
escuchar el sermón de la mañana. Además la experiencia me decía que, en estos comiera cómodamente. Pero tan sofisticada técnica no tenía éxito y la rana se
casos, la mejor estrategia es dejar pasar el tiempo para que las aguas vuelvan a murió de hambre.
su cauce. De hecho, a estas alturas ya se iban tranquilizando los ánimos, pues mi No podíamos explicarnos lo ocurrido. Pero cuando íbamos a enterrar a la
madre entró en mi habitación para preguntarme si me encontraba bien. Le rana nos pilló el padre de uno de aquellos niños que debía ser biólogo a algo así,
respondí amablemente y traté de conmoverla diciéndole que me dolía un poco porque nos echó una bronca tremenda recriminándonos nuestra crueldad con los
la cabeza después de tantas horas viendo cine. Conseguí ablandarla, ya que me animales, y nos dio una explicación. Nos dijo que el cerebro de las ranas era muy
trajo un vaso de leche con una aspirina y me dejó tranquila para que durmiera. pequeño y simple, de manera que sólo reconocen un insecto si vuela; la rana
Dormí como un lirón esa noche, y el día siguiente lo dediqué a la está programada para cazar insectos al vuelo y es incapaz de ir más allá y
reconciliación, ya que un recorte de libertades en pleno verano podía ser reconocer como insecto algo que no se mueve.
terrible. Estuve todo el día ayudando a mi madre en la casa, y bajé a mi Tumbada al sol y observando aquella niña con su hortera flotador de rana,
hermanito al parque. Al llegar mi padre estuve parlanchina y amable. Volví a me di cuenta de que la envidiada libertad de los animales dejaba mucho que
disculparme y les hablé de las películas tan interesantes que había visto, aunque desear. Recordé algunas cosas que nos habían dicho en clase de ciencias
reconocí que era una locura que no volvería a repetir. Prometí algo así como naturales y también en filosofía. Si bien es cierto que los animales no tienen
cuarenta veces que en otra ocasión llamaría si iba a volver tarde y la cena las obligaciones y complicaciones sociales que tenemos las personas, en
transcurrió en armonía hablando de algunas de las películas del maratón que realidad su vida está programada, no pueden hacer más allá de aquello que su
ellos habían visto y recordaban con nostalgia, y de algunas que no habían podido programa genético les impone. Es verdad que no lodos los animales son tan
ver, corno «El Gran Dictador» de Chaplin que estuvo prohibida en tiempos de tontos como aquella rana que murió de hambre rodeada de moscas. Muchos
Franco, por ser una parodia de Hitler y en general de todos los dictadores. tienen un cerebro más desarrollado y se pueden adaptar a las circunstancias,
Durante los días siguientes abandoné la especulación filosófica y el buen cine pero a todos les pasa algo similar: sus respuestas están ya prefijadas,
para dedicarme a cosas más banales como la lectura de febeos, las salidas con los cuando aparece el estímulo responden de la manera que lo han de hacer, no
amigos y los programas veraniegos de televisión. Pero sucedió algo que me hizo deciden su respuesta. ¿Puede llamarse a esto libertad? Parece claro que no.
volver a pensar en la libertad y a replantearme la conclusión a la que había Los animales no están condicionados social o culturalmente, pero lo están
llegado unos días antes sobre la libertad de los animales y la falla de libertad de las genéticamente, y este condicionante es mucho más fuerte.
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La conducta animal es muy rígida. Un hormiguero funciona como una Por la tarde pude seguir dándole vueltas a la cabeza mientras que, tendida
máquina, porque cada hormiga es como una pieza que hace aquello que tiene en la cama, escuchaba música en mi habitación. Ya podía recapitular y
que hacer. No es pensable una revolución en el hormiguero, o que alguna establecer algunas conclusiones sobre la libertad. En primer lugar, y en contra
hormiga se niegue a hacer su función, ya que sus instintos son muy fuertes y de lo que pudiera parecer a simple vista, los animales no son más libres que los
determinan su comportamiento. Por contra, las personas nacemos en una humanos. La vida animal está prefijada, guiada por los instintos, mientras que
determinada época y situación social que nos condiciona bastante a cumplir las personas tenemos muchas más cosas que elegir, nuestras respuestas son
una determinada función social, pero nuestro destino no es inexorable; muchas mucho más abiertas, y nuestra vida tiene muchas más posibilidades.
personas se han rebelado contra él y han cambiado su condición, y a lo largo de En segundo lugar había experimentado la libertad como un sentimiento,
la historia ha habido muchas revoluciones porque mucha gente no se contentaba como una sensación agradable al hacer algo que apetece mucho y te hace sentir
con la función que se les asignaba. bien. Pero esto pertenecía al ámbito de las sensaciones subjetivas, del mundo
En definitiva, los instintos, que determinan la conducta de los anímales, no interior, muchas veces misterioso y hasta incomunicable.
funcionan con los humanos. Una persona puede suicidarse o morir haciendo En tercer lugar estaba la libertad en cuanto al pensamiento. Me di cuenta
huelga de hambre pasando por encima del instinto de conservación; puede de que, por muchos factores que condicionaran mi vida, por muchos
decidir no tener hijos e incluso no tener relaciones sexuales, en contra del instinto impedimentos que encontrara para hacer cosas, lo que siempre podría hacer era
de apareamiento y reproducción que funciona inevitablemente en los animales. pensar libremente. De hecho, había decidido darle vueltas a la cuestión de la
Todo esto significa que podemos elegir, que vamos eligiendo muchas cosas a lo libertad, y eso era algo que hacía libremente. Pero ni siquiera esta libertad es
largo de la vida, y en esto consiste la libertad humana. absoluta. En nuestro pensamiento también influye la sociedad en que vivimos, la
Naturalmente no podemos entender la libertad como el poder hacer educación que tenemos, los libros que leemos, etc. No pensamos en el vacío,
cualquier cosa que se nos pase por la cabeza. Esto no lo puede hacer nadie. Es sino a través de las cosas que conocemos y de las experiencias que tenemos. Si
evidente que estamos biológica y culturalmente condicionados. No podemos mi pensamiento podía darle tantas vueltas a la cuestión de la libertad, era
volar, como los pájaros, ni hacer otras muchas cosas debido a nuestras debido a que había oído cosas sobre ella. En el Instituto se había tratado el tema
limitaciones anatómicas o sociales. Pero no por esto hemos de negar la libertad, desde diferentes enfoques según las asignaturas; también me ayudaban las
ya que podemos elegir otras muchas: los estudios que vamos a hacer o la películas que había visto, las conversaciones con mis amigos, la experiencia de
profesión que vamos a tener, los compromisos que vamos a adquirir, las aso- la rana y las moscas... Comprendí las palabras de mi profesora de historia que
ciaciones a las que vamos a pertenecer... y un sinfín de cosas más triviales, nos había dicho muchas veces: «Si quieres que alguien sea libre, dale cultura», y
como si seguir quemándome al sol y comiéndome el coco con el tema de la que por eso los dictadores prohibían libros, películas y todo aquello que podía
libertad o hacer caso a Mónica que no paraba de insistir en que nos bañáramos. hacer, que la gente tuviera ideas contrarias a su régimen. Sabía que la cultura
En uso de mi libertad decidí' tomar un baño y dejar las reflexiones para otro es algo muy amplio, que abarca mucho más de lo que se aprende en el Instituto
momento. Mónica aprovechó la ocasión para contactar con tres chicos que y en los libros. Decidí que continuaría con los estudios, que algunas veces había
estaban cerca de nosotras pidiéndoles muy sonrientes que vigilaran nuestras estado tentada de dejar, pero también viajaría todo lo que pudiera, leería mucho,
cosas mientras nos bañábamos. Al salir del baño entablamos con ellos una conocería gente, vería películas (¡eso sí, nunca más diez de un tirón!) y tendría
divertida conversación hasta que tuvimos que irnos a casa a comer. todas las experiencias que pudiera.
En cuarto lugar, había otra cuestión: esta libertad de pensar, de querer cosas,
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de hacer proyectos, lo que, según la terminología que aprendí después, filosofía. Pasamos la tarde charlando y quedamos en vernos al día siguiente
podríamos llamar «libertad interna», era muy importante, pero tenía que en la estación para despedir a Dani que ya se volvía a Madrid.
completarse con la «libertad externa», la libertad para hacer cosas, para realizar Tras despedir a Dani el día siguiente, fuimos a tomar algo. Mónica
ideas y proyectos. Y esto es algo que depende mucho de las condiciones sociales. conversaba muy animada con José, así es que yo me puse a hablar con
Por ejemplo, lodos mis proyectos anteriores podrían quedarse en eso, en Andrés. Me habló de sus estudios, de las asignaturas que se estudiaban en
proyectos, en ejercicio de libertad interna, si yo hubiera nacido en otra época o la carrera, de algunos profesores y de cosas así. Yo le dije que me había
en otro país y por ser mujer se me obligara a dedicarme al matrimonio y los hijos, gustado mucho la asignatura de filosofía en 3° de BUP, le conté las cosas
a pasar de la tutela del padre a la del marido, y se me impidiera estudiar, viajar, que había estudiado y él me escuchó muy interesado. Después de un buen
y otras muchas cosas. De haber sido así lo más seguro es que ni siquiera rato de conversación nos despedimos intercambiando los teléfonos de los
hubiera tenido tales proyectos y pensamientos, ya que me hubieran educado para cuatro.
el matrimonio y la dependencia de los hombres, y mis pensamientos girarían en Nos llamaron dos días más tarde y volvimos a quedar. De nuevo José y
torno a este destino. Mónica se enredaron en una conversación a dos que no parecía abierta a
Me sentí bastante orgullosa de haber ordenado mis pensamientos y nadie más. Andrés y yo continuamos hablando de, filosofía, y en esta ocasión
haber podido incluso llegar a conclusiones. Era la primera vez que hacía me atreví a ponerle al corriente de mis disquisiciones sobre la libertad. Me
algo así, y había resultado divertido; me había abstraído tanto que no me escuchó con atención, y dijo estar sorprendido de todo lo que había
había dado cuenta de que el casete que escuchaba se había acabado hacía discurrido con mi edad. ¡Ya estábamos con la edad! Sólo tenía cinco años
tiempo, y que en la casa retumbaban los lloros de mi hermanito y los gritos más que yo y me trataba como a una cría. Pero no me importaba demasiado, ya
de mi madre. que después de todo parecía gustarle conversar conmigo.
Tuve que salir de mi tranquilo refugio y meterme en plena guerra. Me habló de lo que algunos filósofos habían dicho sobre la libertad. Era un
Tomé partido por el bando más débil, mi hermano pequeño, que se abrazó a tema controvertido, sobre el que se había escrito y discutido mucho. Me explicó
mí entre lloros, y Ubre una dura batalla con el bando contrario, mi hermano que históricamente había habido dos posiciones enfrentadas sobre el tema: los
el mayor, que se había atrincherado en el cuarto de baño en el que yo deterministas, que negaban la libertad, y los que la defendían. A su vez había
necesitaba entrar para arreglarme, ya que habíamos quedado con José, Dani y muchos tipos de determinismo según se pensara que es Dios, la biología, la
Andrés, los chicos que habíamos conocido en la playa por la mañana. psicología, la sociedad etc., lo que determina la conducta humana. Pero en
Los chicos ya estaban en la heladería cuando llegamos Mónica y yo. cualquier caso los deterministas pensaban que la conducta humana está
Parecían distintos y más mayores que por la mañana en bañador y con el totalmente determinada por una serie de causas y que, por lo tanto, no
pelo mojado. De hecho, nos sorprendió cuando nos dijeron su edad: José actuamos libremente sino movidos por esas causas. El determinismo no sólo
tenía veintiuno y Dani y Andrés veintidós. Entablamos una amena podía hacer referencia a la conducta humana, sino que, en sentido estricto, los
conversación en la que nos enteramos de que José había dejado los estudios y deterministas pensaban que todos los fenómenos del universo estaban regidos
trabajaba en el negocio de su padre. Dani era su primo, vivía en Madrid por leyes inexorables; cualquier cosa que pasara, la caída de una hoja, la muerte
donde estudiaba derecho, y pasaba unos días en Valencia con sus tíos para de un insecto, o el camino recorrido por una gota de rocío, obedecía a esas leyes,
disfrutar de la playa. Y finalmente Andrés había acabado 3° de filosofía. era algo que necesariamente tenía que pasar así y no de otra manera.
Me parecieron muy interesantes, sobre todo Andrés y sus estudios de ………………….
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Responde las siguientes preguntas:
1. ¿Por qué piensa la narradora que su hermano de dos años no es
libre?
2. ¿Y por qué no lo es ella?
3. ¿Son libres sus padres?
4. ¿Por qué la vida social nos impide ser libres?
5. ¿Por qué piensa que los animales sí son libres?
6. ¿La conducta de los animales está condicionada? ¿Qué tipo de
condicionamiento poseen?
7. Si las conductas de los animales y de las personas están ambas
condicionadas, ¿por qué se dice que somos más libres que los
animales?
8. ¿Cómo no se puede entender la libertad y cómo sí hay que
entenderla?
9. La educación que recibes, ¿está vinculada a la libertad interna o
externa? Justifica tu respuesta.