Teoría de La Relevancia
Teoría de La Relevancia
Teoría de La Relevancia
Esta teoría se puede considerar, simultáneamente, como una reacción y un desarrollo de las
teorías de Grice. Fundamentada en una visión general de la cognición humana, la tesis central
de la teoría es que el sistema cognitivo humano funciona de tal manera que tiende a maximizar
la relevancia en el proceso de comunicación. Por lo tanto, el principio comunicativo de
relevancia es responsable de la recuperación tanto del contenido explícito como implícito de un
enunciado. Además, la gran novedad es que esta teoría se inserta en una teoría general de la
mente y de la cognición.
Debemos la teoría de la relevancia a Dan Sperber y Deirdre Wilson que publicaron La relevancia.
Comunicación y procesos cognitivos en 1986 (Relevance. Communication and cognición).
Aunque no está exenta de críticas, la teoría de la relevancia ha ganado muchos adeptos y es una
de las teorías más valoradas en el terreno de la pragmática.
La ventaja que tiene el principio de relevancia respecto a las teorías de Grice, a juicio de Sperber
y Wilson, radica en que este principio se aplica sin excepciones. Por lo tanto, el principio de
relevancia se aplica sin excepciones, por lo que no se trata de que los comunicadores sigan,
violen o burlen el principio.
Cuando los oyentes y los lectores dan sentido a un texto, interpretan las conexiones en un texto
como significativas basándose en su propio conocimiento del mundo. Por esa razón, el propósito
de la comunicación es ampliar los entornos cognitivos comunes a los interlocutores.
Sperber y Wilson piensan que somos cooperativos porque, con ello, tenemos algo que ganar:
conocimiento del mundo. Por eso, entablar una comunicación supone dedicar atención, tiempo
y esfuerzo para entender lo que nos dicen. A cambio, recibimos unos “efectos cognoscitivos”,
es decir, una modificación o enriquecimiento de nuestro conocimiento del mundo. Y esperamos
de nuestro interlocutor que sea relevante, que nos diga algo que contribuya a enriquecer
nuestro conocimiento del mundo sin exigirnos un esfuerzo desmedido de interpretación. Un
enunciado es más relevante cuantos más efectos cognoscitivos produzca un enunciado y exija
menos esfuerzo de interpretación.
El grado de relevancia se rige, pues por los efectos contextuales y el esfuerzo de procesamiento.
Los efectos contextuales incluyen cosas tales como agregar nueva información, fortalecer o
contradecir una suposición existente o debilitar la información anterior. Cuanto más efectos
contextuales, mayor es la relevancia de un hecho particular. No vale la pena procesar un hecho
nuevo que no esté conectado con nada ya conocido, mientras que vale la pena procesar un
hecho nuevo con algo ya conocido.
En lo que respecta al esfuerzo de procesamiento, la teoría dice que cuanto menos esfuerzo se
necesita para recuperar un hecho, mayor es la relevancia. El oyente interpreta lo que se dice al
encontrar un contexto accesible que produce la cantidad máxima de información nueva con la
cantidad mínima de esfuerzo de procesamiento.
Pongamos un ejemplo muy simple:
Teoría desarrollada por Dan Sperber y Deirdre Wilson (1986/1995) que propone explicar los
factores que operan en la comunicación a partir de componentes extralingüísticos o cognitivos
que, además, tienen en cuenta el contexto común o mutuo de los hablantes respecto a la
“relevancia” de un enunciado, hecho pragmático que esta teoría considera esencial para la
comunicación. Concedemos atención al hablante porque presuponemos que su enunciación es
relevante. Sin embargo, gran parte del éxito del acto comunicativo depende del oyente y del
conocimiento previo que este tenga del contexto. De ahí que esta teoría también preste especial
atención al contexto común o información compartida por emisor y receptor.
(ostension-inference)
Proceso que según la teoría de la relevancia (Sperber y Wilson 1986/1995) subyace a toda
comunicación y que consta de dos niveles de intencionalidad: la intención del hablante de
informar de algo (intención informativa) y la intención del hablante de comunicar su intención
informativa (intención comunicativa). La comunicación ocurre cuando la intención comunicativa
se cumple y la audiencia reconoce la intención informativa del hablante. Para ello, el hablante
utiliza un estímulo ostensivo cuyo fin es el de captar la atención de la audiencia y generar unas
expectativas de relevancia para que la audiencia llegue a inferir la intención comunicativa del
hablante. Véanse codificación-descodificación y teoría de la relevancia.