Principio Legalidad Penal en Paraguay
Principio Legalidad Penal en Paraguay
Principio Legalidad Penal en Paraguay
Universidad Americana
Gustavo Auadre*
*
Doctor en Derecho y Ciencias Jurídicas, con calificación summa cum laude. Juez del Tribunal de
Apelación. Docente universitario y de cursos de postgrados nacionales e internacionales. Miembro
cotizante de LIMAA-Liga Mundial de Abogados Ambientalistas. Miembro activo de ATINA-Academia
Transdisciplinaria Internacional del Ambiente. Miembro Fundador y actual Síndico Titular de la
Asociación de Jueces del Paraguay.
Proyectista del “Procedimiento para Hechos Punibles en Flagrancia”. Ex Juez en lo Penal. Ex Secretario
General de la AMJP-Asociación de Magistrados Judiciales del Paraguay. Ex Decano de la Facultad de
Ciencias Jurídicas de la Universidad Autónoma de Asunción. Ha realizado cursos, dictado conferencias y
disertaciones en varios países de Latinoamérica. Tiene publicados artículos sobre temas jurídicos de
actualidad.
Esta primera norma citada se halla complementada por el art. 1º. del
Código Penal paraguayo, Ley Nº. 1160/97, que justamente lleva por nomen
iuris Principio de Legalidad, hallándose conformados así los principios
básicos de actuación para nuestro derecho penal sustantivo.
Ernst von Beling sostiene que, para que una norma responda
fielmente al Principio de Legalidad Penal, ella debe ser:
de algún delito. Sostengo esto más allá de la mera retórica, evocando el fin
retributivo que el común de las personas entiende corresponde a una
condena a pena privativa de libertad. Resulta por ello necesario, hoy más que
nunca, detenernos a observar lo que hemos dicho, lo que hemos hecho y, lo
más importante, lo que estamos haciendo frente a esta real problemática.
1
Artículo 17. De los derechos procesales. En el proceso penal, o en cualquier otro del cual pudiera derivarse
pena o sanción, toda persona tiene derecho a:… 3) Que no se le condene sin juicio previo fundado en una
ley anterior al hecho del proceso, ni que se le juzgue por tribunales especiales …
2
Artículo 11. De la privación de la libertad. Nadie será privado de su libertad física o procesado, sino
mediando las causas y en las condiciones fijadas por esta Constitución y las leyes.
3
Artículo 137. De la supremacía de la Constitución. La ley suprema de la República es la Constitución.
Esta, los tratados, convenios y acuerdos internacionales aprobados y ratificados, las leyes dictadas por el
Congreso y otras disposiciones jurídicas de inferior jerarquía, sancionadas en su consecuencia, integran el
derecho positivo nacional en el orden de prelación enunciado …
4
Artículo 11 … 2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron
delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable
en el momento de la comisión del delito.
5
Artículo 9. Principio de Legalidad y de Retroactividad: Nadie puede ser condenado por acciones u
omisiones que en el momento de cometerse no fueran delictivas según el derecho aplicable. Tampoco se
puede imponer pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito. Si con
posterioridad a la comisión del delito la ley dispone la imposición de una pena más leve, el delincuente se
beneficiará de ello.
6
Artículo 15. 1. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueran
delictivos según el derecho nacional o inter nacional.
Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito. Si con
posterioridad a la comisión del delito la ley dispone la imposición de una pena más leve, el delincuente se
beneficiará de ello…
Por ello, ya nos resulta esencial el contar con una Ley o Código de
Ejecución Penal, que permita la estricta sujeción de todos los actos
administrativos penitenciarios a la labor de un recto control jurisdiccional,
reforzando en el régimen vivencial de internos condenados, los derechos y
garantías que con mucha frecuencia aparecen retaceados o directamente
ignorados y violados.- La actividad del control penitenciario no puede ser la
excepción y ejercitarse sin ataduras y respeto del ya observado Principio de
Legalidad.- Es en ese sentido, que se traza la necesidad imperiosa de un
estatuto jurídico del condenado, de manera a poder reconocer en éste a un
verdadero sujeto de derechos y no ya un simple objeto.
(C. Roxin, Derecho Procesal Penal, Ed. del Puerto, 2000, § 57, A y B, pág.
501 y sgtes.), ratificando así la vigencia del Principio de Legalidad.
criminal dentro del estricto marco que le resulta impuesto por el principio de
legalidad.
VIII. Conclusión
Como principal conclusión podríamos apuntar, sin lugar a dudas, que
ya resulta impostergable la decidida intervención del Poder Legislativo a fin
de aprobar una Ley adecuada, que pueda regir la actividad de los centros
penitenciarios y sus operadores, ello a fin de lograr una norma de actuación
exclusiva ajustada al principio de legalidad, conforme lo señala la
Constitución. En el mismo sentido expuesto, corresponde al Poder Ejecutivo
delinear políticas penitenciarias progresistas y respetuosas de los derechos
humanos, que hagan cobrar vida de forma definitiva a las normas penales
protectoras y lograr establecer la primacía de éstas, dejando de lado los
reglamentos y las normas inferiores que se les opusieran.
Todos estos son aspectos que una sociedad que quiera denominarse
democrática, debe de vigilar constantemente.
BIBLIOGRAFÍA
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