El Viaje Del Heroe
El Viaje Del Heroe
El Viaje Del Heroe
Es así que podemos observar que todas las grandes tradiciones, las
antiguas literaturas, las mitologías y las religiones han tratado el tema del
viaje. El viaje ha forjado héroes y heroínas desde tiempos inmemoriales.
Estos viajes han sido considerados como viajes iniciáticos, es decir que
acarrean una transformación y un aprendizaje para quien los realiza.
Algunos de ellos han sido realmente famosos en la historia: Gilgamesh, el
héroe de la epopeya sumeria, que emprende un viaje en busca de la
planta que le dará la inmortalidad. Otro héroe famoso fue Jasón, que
lideró a los argonautas en busca del vellocino de oro. Moisés, quien
dirigió el éxodo del pueblo hebreo hacia la tierra prometida. Eneas, que
encabezó el exilio depués de la caída de Troya. Odiseo, que emprende
un viaje de regreso al hogar, al amor (esposa) y a la familia.
Hay otros héroes como Marco Polo o Colón o Erick el Rojo, quienes
fueron en busca de otras tierras. Hay viajes netamente simbólicos como
los que hicieron Hércules, el mismo Odiseo o Dante, cuando
descendieron al infierno. O como Jonás y Moby Dick, el viaje al vientre
de la ballena.
EL VIAJE
Nada mejor para definir y explicar el significado simbólico del viaje que
ir a las propias fuentes de los estudiosos que trabajaron con los
arquetipos. Así Eduardo Cirlot nos dice: “… desde el punto de vista
espiritual, el viaje no es nunca la mera traslación en el espacio, sino la
tensión de búsqueda y de cambio que determina el movimiento y la
experiencia que se deriva del mismo. En consecuencia estudiar,
investigar, buscar, vivir intensamante lo nuevo y profundo son
modalidades de viajar o, si se quiere, equivalentes espirituales del viaje.
Los héroes son siempre viajeros, es decir, inquietos. El viajar es una
imagen de aspiración, dice Jung, del anhelo nunca saciado, que en
parte alguna encuentra su objeto. Señala luego que ese objeto es el
hallazgo de la madre perdida. Pero el verdadero viaje no es nunca una
huida ni un sometimiento, es evolución. Viajar es buscar...” (Diccionario
de símbolos).
Vale destacar en este punto que no importa cuántas veces esta historia
haya sido contada, ni las muchas colecciones de cuentos de hadas y
mitos con los que se pueda relacionar, sólo nos ha sido entregada una
vez completa y en imágenes y es a través de los Arcanos Mayores del
Tarot. Comenzando por la encarnación o nacimiento hasta alcanzar no
sólo la muerte física sino el estado de totalidad o integración de la
conciencia que nos lleva a vencer la rueda de la reencarnación.
Las definiciones de Tarot son numerosas. Van desde camino real (del
egipcio “tar”: camino y “ro”: rey), a la ley divina (del hebreo “Torah”), o
la explicación más profana de que las cartas provendrían de un valle
por donde pasa el Río “Taro”, cerca de la ciudad de Parma. Lo único
que podemos afirmar es que tarot es una palabra francesa cuya t final
no se pronuncia. Los que insiten en pronunciarla es porque ven en ella
una conexión entre la primera y la última t, que forman un círculo o
rueda, que es otro significado de la palabra “rota” (del latín: rueda). Si
agregamos la palabra egipcia “orat”: anunciado y recordamos que
Hator era la diosa de las iniciaciones, entonces podemos entender la
frase que el ocultista norteamericano Paul Foster Case creó a partir de
las letras: Rota Taro orat Torá ator, es decir “La rueda del tarot anuncia
la ley de la iniciación”.
Hoy el mundo evoluciona hacia el arquetipo del Mago. Es por ello que
en la secuencia de los 22 arcanos mayores es el 22 (el Chamán) el que
impulsa todo el tiempo a un nuevo viaje, una nueva aventura, un nuevo
estadio de la conciencia. La clave está en comprender que ningún
arquetipo es completo en sí mismo y que todos los arquetipos son
subsidiarios, se complementan, forman una unidad. Son distintos
estadios de la conciencia y eventualmente para alcanzar la conciencia
del mago hay que pasar por los arquetipos.
Todos los mitos heroicos siguen una secuencia zodiacal que podemos
comparar con la evolución y desarrollo de la aventura heroica,
descripta claramente por Joseph Campbell, al que haremos referencia
más adelante.
Teniendo en cuenta el camino del Sol como una mapa o una hoja de
ruta, diríamos que este camino traza un círculo completo y recomienza
diaria y anualmente.
Todo viaje del héroe encierra una psicología sagrada. En casi todas las
tradiciones culturales y religiosas lo que aparece más claramente es
que el anhelo profundo de toda alma humana es el de retornar a su
fuente epiritual. Se produce una búsqueda activa de la relación con los
arquetipos. Al final del viaje el héroe experimenta la unión con el amado
del alma, nuestro arquetipo personal, el representante de Dios en
nosotros.
Es decir que, si consideramos el viaje del héroe como una alegoría del
paso por la vida, podríamos dividirlo en una sección obligatoria y una
sección voluntaria. La carta 13 es la frontera. Todos llegamos hasta allí.
Dependiendo de nosotros mismos y de lo que hacemos con nuestra
vida, experimentamos la muerte como un final o como un tema clave,
una etapa de trancisión esencial que tiene lugar en la mitad de la vida,
tras la cual nos espera lo que importa de verdad, la iniciación, la fase
transpersonal y el desarrollo del yo. El mensaje del Tarot es claro. Primero
necesitamos madurar en la fase uno. Antes de abordar lo trascendente,
debemos manejar con éxito lo cotidiano. De la misma manera para
superar el ego y alcanzar el Yo tendremos que desarrollar primero un
ego fuerte, capaz de encontrar su sombra a lo largo del camino, sin ser
devorado por ella. Algunas personas jamás atraviesan la frontera.
Las tres últimas cartas (19-20-21) marcan el resultado final del proceso
de individuación.