Memoria Imposible
Memoria Imposible
Memoria Imposible
LA EXPERIENCIA
INMEDIATA
19Mi punto de partida es la experiencia cotidiana del terror y el
miedo que muchos sectores de la poblacion colombiana tienen
que enfrentar. ¿Qué tipo de memoria se puede conformar en estas
condiciones?
20De entrada, la pregunta tiene un aspecto un poco absurdo. Lo
que prevalece en condiciones extremas como estas es una
temporalidad definida por la mera sucesion de los
acontecimientos. No por casualidad los habitantes de las veredas
rurales que se disputan paramilitares y guerrilleros empiezan la
narracion de lo ocurrido diciendo: ”ese día, ellos llegaron y
mataron”. Pasa lo mismo en las comunas de Medellín que se
encuentran en manos de las bandas juveniles: ”ese día los manes
nos hicieron una emboscada”.
21Es decir, se ubican dentro de una visión que se refiere a una
mera secuencia de acontecimientos. El ”presentismo” se impone
como categoría central de la experiencia y va a a la par con la
discontinuidad temporal: de un momento a otro, el
acontecimiento cambia el universo social de las personas
afectadas; pero el momento no crea memoria, sino, más bien,
olvido ya que cada acontecimiento nuevo va desplazando el
anterior.
7 Cf. el capítulo ”Configuraciones del espacio,el tiempo y la subjetividad
en un contexto de terrror(...)
LA RISA ES LA TRADUCCIÓN
DE UNA MEMORIA TRUNCA
28Incluso los muertos no siempre alcanzan a convertirse en
materia de una memoria inmediata. Por el contrario, caen en el
olvido dada la imposibilidad de llevar a cabo una celebración
colectiva en memoria de los difuntos. En un interesante trabajo
sobre el barrio Antioquia de Medellín, uno de los más marcados
por la guerra entre bandas, la antropóloga Pilar Riaños cita una
frase de un habitante acerca del tipo de olvido de los muertos que
prevalece:
”la muerte sola no es completa, la muerte completa es el olvido. Esto
lo debíamos saber mejor los habitantes de Medellín, que en los últimos
años nos ha tocado aprender en suerte, al son de sálvese quien pueda,
qué es el oficio atroz de torear la muerte, además con el capote más
rojo, más alegre, más vivo, más débil, nuestra juventud. Eso también
y con el otro lado del mismo capote hemos aprendido el oficio del
olvido.”
LA MEMORIA ATEMPORAL
31Llegamos así a otra expresión de la memoria. Si bien el
”acontecimiento” es lo que siempre toma de sorpresa, no deja al
mismo tiempo de ser percibido como ”anunciado”. Lo que
significa que, al lado de una memoria trunca, existe otra memoria
que se presenta en sentido opuesto como una memoria de larga
duración, hasta el punto de ser precisamente atemporal.
32De hecho, las narrativas en las que se expresa esta memoria
están basadas en la convicción de que la historia es repetitiva; lo
que sucede ahora es lo mismo que sucedía en la Violencia de la
década de 1950 y lo que sucede en la década de 1950 es lo mismo
que sucedía en las guerras civiles del siglo XIX. Prevalece la
convicción de que siempre está presente la misma violencia, una
violencia que no está relacionada con actores específicos, sino
que toma el aspecto de una fuerza bárbara que escapa al control
de todo el mundo. Durante la Violencia de la década de 1950,
muchos campesinos decían: ”llegó la Violencia” como si se tratase
de un ente concreto. En el momento actual, como ya lo
mencionamos, no siempre se nombran a los actores, como si se
tratara de fenómenos que van más allá de lo que estos hacen.
33Esta memoria la califico de memoria mítica por estar construida
como la repetición permanente de lo mismo y por estar basada
en la percepción de una contraposición entre fuerzas
impersonales, como la contraposicion de animales que aparece
en los mitos estudiados por Lévi-Strauss y que se encuentra en la
base de muchas narrativas. Pero la repetición, lo sabemos desde
Freud, es la manifestación por excelencia del traumatismo. Y
Lévi-Strauss ha mostrado, por lo demás, que el mito puede
producir efectos terribles.
34Hablar de memoria mítica no quiere decir, evidentemente, que
no se esté haciendo referencia a acontecimientos históricos
precisos. Por el contrario, múltiples huellas dejadas por
acontecimientos históricos precisos están presentes allí. Pero
estas huellas discontinuas se separan por ”espacios en blanco” y
la memoria mítica se recrea continuamente para llenar esos
espacios.
9 La noción de ”brutalización” es tomada del historiador George
Mosse. Cf. De la Grande Guerre au tot (...)
EL RELATO HISTÓRICO
49He hecho mención hasta ahora de dos planos de la memoria: el
que remite a la experiencia inmediata de la violencia y el que
preside la inscripción de esta experiencia en la duración. Estos
dos planos dan lugar a dos tipos de relatos. Nos queda por
abordar un tercer plano: la articulación de la memoria con los
relatos de segundo grado, los que se pueden calificar de
reflexivos y pretenden tener una validez histórica.
13 2000, París: Editions du Seuil.
57Y agrega:
15 William Ospina, Lo que se gesta en Colombia, 2001,Medellín: Dann
Regional, pp. 127, 129 y 131.
” ”Las numerosas guerras civiles del siglo XIX, las dos grandes guerras
de la primera mitad del siglo XX, y la guerra actual, en la que se cruzan
todos los conflictos de la diversidad, han tenido como efecto común el
cortar sin tregua los hilos de la memoria” y de esta manera en
Colombia ”se ha borrado el tabú del asasinato”15 .
16 Cf. otro ensayo del mismo autor ”Lo que está en juego en Colombia”.
En: Colombia, último llamado, 2 (...)
CONCLUSIÓN
72Experiencia, representación de la memoria, confrontación con
el relato propiamente histórico: estos son los tres planos que yo
he querido distinguir. La mezcla de los tres planos contribuye a
su confusión y solo puede desembocar, dada la indistinción de
tiempos que termina por validar, en concepciones que
yuxtaponen los acontecimientos traumáticos a una dimensión de
la repetición que termina por anular la historia.
73James Joyce lo había dicho a propósito de la historia irlandesa.
Si esta reviste un cariz tan dramático, es porque no remite a una
”temporalidad lineal”, sino a una ”temporalidad simultánea”. La
observación vale para Colombia. La mezcla de los tiempos es la
que hace imposible al mismo tiempo la memoria, la historia y el
olvido.
NOTES
1 Traducción de Alberto Valencia, profesor de la Universidad del
Valle, Cali,Colombia.
4 Cf. Eric Conan y Henry Rousso, Vichy, un passé qui ne passe pas,
1996, París: Gallimard.
AUTEUR
Daniel Pécaut
© Institut français d’études andines, 2004
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