Las Partes de Un Proceso
Las Partes de Un Proceso
Las Partes de Un Proceso
LAS PARTES EN EL
PROCESO
Por: Jorge Horacio Zinny
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1. INTRODUCCIÓN
El proceso judicial, en cuanto método racional de debate para la solución pacífica de los
conflictos intersubjetivos de intereses de naturaleza jurídica, está conformado por un elemento
subjetivo, un elemento objetivo y un elemento teleológico.-
El elemento objetivo está constituido por la actividad que despliegan los sujetos procesales,
tanto los esenciales cuanto los eventuales, en el ejercicio de sus facultades y derechos y el
cumplimiento de sus cargas y deberes, que se plasma en los actos procesales, conformando la
serie gradual, progresiva y concatenada en que consiste, desde este punto de vista, el proceso
judicial.-
El elemento teleológico lo constituye la finalidad que se persigue con este método racional
de debate, esto es, la solución pacífica del conflicto intersubjetivo de intereses mediante una
resolución jurisdiccional que actúe el derecho en el caso concreto planteado.- Desde este punto
de vista, el proceso judicial es un instrumento para la realización indirecta del derecho.-
En este trabajo, nuestra preocupación está dirigida a determinar quienes son las partes
en el proceso judicial, cuales son las condiciones que deben reunir para serlo, cuales son sus
facultades y cargas procesales y a quienes alcanzan los efectos de la decisión.-
2. CONCEPTO
2.1.Para Prieto Castro, el proceso supone la existencia de dos o más personas en posición
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contrapuesta, a las que se denominan «partes», una de las cuales ejercita la acción
(actor) pidiendo al órgano del Estado un acto jurisdiccional de tutela y otra frente a la
cual tal acto se solicita (demandado o acusado).-Cualquiera que no ocupe una de
estas posiciones originariamente, son denominados «terceros», aún cuando estos, en
determinadas circunstancias, puedan incorporarse posteriormente asumiendo el
carácter de partes.-
2.2.Máximo Castro afirma que «parte» es el sujeto que en su interés reclama, o en cuyo
nombre se reclama, o contra quien se reclama, la actividad jurisdiccional.-Sostiene
que todo juicio supone dos partes, actor y demandado, cuyas posiciones son totalmente
distintas ya que, por un lado, la del demandado es más favorable en cuanto al actor le
corresponde la carga de la prueba toda vez que es quien intentan modificar el «statu
quo», pero –en cambio- el actor, como tal, nunca puede ser condenado, salvo en las
costas.-
2.3.Para Chiovenda, parte es aquel que demanda en nombre propio, o en cuyo nombre se
demanda, una actuación de la ley, y aquel frente a la cual ésta es demandada.-La idea
de parte, entonces, es netamente procesal porque surge del mismo pleito, esto es, de la
relación procesal, ya que, por un lado, puede haber sujetos de una relación jurídica
sustancial con intereses contrapuestos que no estén en pleito, y por otro, se puede
deducir en pleito una relación sustancial por una persona o frente a una persona que
256 no es el sujeto de aquella relación.-El requerimiento de una actuación de la ley, en
concreto, una demanda, supone dos partes: el que la hace y aquel frente a quien se
hace, en definitiva, actor y demandado.- Un proceso judicial sin estas dos partes es
inconcebible.-
2.5.En esta misma línea de pensamiento se pronuncia Goldschmidt, sosteniendo que las
partes son los sujetos de los derechos y de las cargas procesales, agregando que en
todo proceso deben intervenir dos –agregamos, enfrentados- porque es inconcebible
una demanda contra si mismo.-
2.6.Palacio afirma que es parte toda persona (física o de existencia ideal) que reclama en
nombre propio, o en cuyo nombre se reclama, la satisfacción de una pretensión y
aquel frente a la cual se reclama dicha satisfacción.-Agrega que la noción de parte
implica un enfrentamiento y por ello sólo es aplicable a los procesos contenciosos.-
2.7.Devis Echandía sostiene que «el concepto de parte es puramente formal, es decir, en
materia civil, laboral y contencioso administrativo, es aquel que demanda en nombre
propio o en cuyo nombre se demanda la sentencia o el mandamiento ejecutivo mediante
el proceso; quien es demandado directamente o por conducto de su representante y
quien interviene luego de modo permanente y no transitorio o incidental».-
2.8.Para Clariá Olmedo, parte es el titular de la pretensión hecha valer en juicio y aquel
contra quien ella es formulada.-
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2.9.Alsina define a la parte como aquel que en nombre propio o en cuyo nombre se pretende
la actuación de una norma legal y aquel respecto del cual se formula esa pretensión.-
Tiene, entonces, la calidad de «parte» quien, como actor o demandado, pide la
protección de una pretensión por los órganos jurisdiccionales.-
2.10.Alvarado Velloso, luego de distinguir entre sujetos del conflicto y sujetos del litigio,
dice que parte procesal es «todo sujetos que de manera permanente o transitoria deduce
en el proceso una pretensión en nombre propio o en cuyo nombre se actúa (nunca
asume el carácter de parte el representante de ella) y aquel respecto de quien se
pretende».-
a) En primer lugar, todos ellos tienen como modelo el proceso contencioso, en el que se
advierte con toda claridad la existencia de dos sujetos con intereses contrapuestos,
lo que genera un conflicto que, al decir de Alvarado Velloso, cuando es llevado a
sede judicial, se transforma en litigio.-La contención, entonces, esto es, la afirmación
de la existencia de intereses en contradicción entre los sujetos que intervienen como
partes, es una nota distintiva que debe ser tenida en cuenta como elemento integrante
de toda conceptualización a su respecto.-
b) En segundo lugar, se advierte que las partes son dos, ni más de dos ni menos de dos: 257
una, que pretende y otra contra quien se pretende.-En mi opinión, no «frente a»
sino «contra de», desde que lo que persigue el actor al deducir la pretensión es que
el demandado sea obligado a cumplir una determinada prestación que es favorable
para el primero.-Por consiguiente, la pretensión se hace valer «ante» el tribunal
«contra» el demandado.-
La dualidad de las partes hace a la esencia misma del proceso judicial, en cuanto
método de debate, aspecto sobre el que volveré más adelante.-
c) En tercer lugar, hacen mención a la existencia de una pretensión que es llevada a
conocimiento del órgano jurisdiccional, reclamándole su acogimiento.-Si el actor
pretende que el demandado sea obligado a cumplir una determinada prestación, y
este resiste pretendiendo no ser obligado a hacerlo, cabe concluir que necesariamente
d) Finalmente, en cuarto lugar, se advierte la noción de que las «partes» son elementos
parciales de un todo.-
De lo dicho hasta ahora surge con toda nitidez que el concepto de partes es estrictamente
procesal, desde que sólo es posible elaborarlo cuando se afirma la existencia de la contradicción
de intereses, que es llevada a conocimiento del juez para que la resuelva, dando así nacimiento
al proceso judicial.-
Del concepto propuesto quedan excluidos: a)-el juez, que es sujeto de la relación jurídica
procesal pero no de la pretensión desde que no es titular activo ni pasivo de ella; b)- los sujetos
eventuales de esa relación (testigo, perito, martillero, etc.) por cuanto al intervenir en el proceso
no hacen valer pretensión alguna, ni invocan un interés propio, y sólo participan en carácter
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Como lo dijéramos precedentemente, todos aquellos que no son partes inicialmente, reciben
el nombre de «terceros».-Sin embargo, cuando el tercero ingresa a un proceso ya iniciado
invocando un interés propio, sea opuesto al del actor y al del demandado, sea coincidente con
el de uno de ellos y, por consiguiente, opuesto al del otro, queda abarcado por el concepto
propuesto porque en tal hipótesis el «tercero» deja de serlo ya que es titular activo o pasivo de
una pretensión que hace valer en el proceso.-
3. POSICIÓN JURÍDICA
De todo lo expuesto, surge con toda claridad que las partes en el proceso se ubican en una
posición doble, igual y contradictoria.-
Tal como lo expresara precedentemente, la «posición doble» de las partes significa que en
todo proceso ellas aparecen en dos posiciones –quien pretende y contra quien se pretende-, de
manera que no puede haber proceso sin partes, o con una sola o con tres o más.-La contención,
la existencia de intereses jurídicos contrapuestos, hacen a la esencia del concepto de proceso,
de manera tal que si aquella no existe, este tampoco y esto explica la afirmación precedente.-Es
por esto que Palacio, refiriéndose a los actos de jurisdicción voluntaria, afirma que quien los
258 promueve no es un actor sino un peticionario, toda vez que en su presentación no invoca ningún
conflicto de intereses y, por consiguiente, no hace valer una pretensión.-
Esta dualidad, como afirma Guasp, tiene un carácter lógico y abstracto y no histórico y
concreto, y es por eso que ella no se rompe en los proceso en rebeldía ni en los casos de
litisconsorcio, - En el primer caso no falta una parte sino que esta no ha tomado intervención en
el proceso, esto es, no ha comparecido, pero eso no significa en manera alguna que deje de serlo
y, consecuentemente, que no lo alcancen los efectos procesales y sustanciales que produce la
actuación judicial.-En el segundo caso, no es que la mutiplicidad de sujetos implique una
multiplicidad de partes, sino que ellos estarán ubicados en uno u otro o ambos polos pero
constituyendo una «parte» única, sea como actor (o pretendiente) o como demandado (o
pretendido), aún en los procesos colectivos en los que una cantidad indeterminada de personas,
sin intervención directa en el proceso e, inclusive, ignorando su existencia, serán alcanzados
por los efectos de la sentencia en virtud de ser, aún sin saberlo, co-pretendientes o co-pretendidos.-
Lo mismo ocurre en los proceso complejos, en los que la existencia de diversas pretensiones
contrapuestas constituyen o pueden constituir una multiplicidad de relaciones jurídicas
procesales que se desarrollan y resuelven en un único proceso por razones seguridad y certeza,
y también de conexidad o de economía, en todas ellas se producirá el fenómeno dual de
pretendiente y pretendido.-Lo mismo ocurre cuando el tercero ingresa al proceso ya iniciado
haciendo valer una pretensión opuesta a ambas partes originales, porque en esta hipótesis
actor y demandado originales constituirán –conjuntamente- la parte «demandada» por el
tercero, que asume el rol de «actor».-
La «posición igual» significa que la ley debe otorgar a las partes facultades y cargas de
contenido equivalente, y también igualdad de posibilidades y oportunidades para ejercerlas y
cumplirlas, respectivamente.-En definitiva, la norma procesal coloca a ambas partes en un
mismo plano frente al tribunal, garantizando a cada una el pleno ejercicio de su derecho de
defensa.-
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Cabe advertir, sin embargo, que esta igualdad es formal, con el contenido que le hemos
dado, ya que desde el punto de vista material la partes se hallan ubicadas en distintos planos.-
En efecto, el actor no puede ser condenado, salvo en costas y en multas por inconducta y sólo
corre el riesgo de que su pretensión sea rechazada, en tanto que el demandado, además, de las
costas y multas, puede ser condenado a cumplir con la prestación exigida por el actor.-
Lo mismo ocurre en cierto tipo de procesos a los que las partes llegan en una posición
particular que descarta la posibilidad de una igualdad absoluta, como es el caso de los juicios
ejecutivos, en los que el título que invoca el actor goza de una presunción de legitimidad y de
autenticidad –otorgada por la ley- que restringe las facultades procesales del demandado.-
La contradicción se exhibe como una pura posibilidad y no a una real actualidad, desde
que puede ocurrir que ella no se produzca, por ejemplo, cuando el demandado se allana o el 259
actor desiste del derecho invocado, o cuando alguna de las partes deja vencer el plazo para
ejercer una facultad o cumplir una carga, sin hacerlo.-
4. CLASES DE PARTES
Afirma Palacio que, aunque el concepto de parte es único, admite ciertas variantes que
permiten distinguir entre distintas clases de partes.-Así, según el momento en que participan
pueden ser originarias, (actor, demandado, reconviniente) o intervinientes o posteriores, que son
todos los que concurren voluntaria, provocada o necesariamente a un proceso pendiente, sin
haber sido siquiera mencionados en la demanda u oposición; según su composición, pueden
ser simples, si están constituidas por un solo sujeto (actor, demandado), o complejas o múltiples,
si son dos o más (litisconsorcio activo, pasivo o mixto); principales, que hacen valer un derecho
o interés propio (actor, demandado), o accesorias, que son «las que están habilitadas para invocar
un interés coincidente con el derecho aducido por las partes principales»(citado en garantía,
fiador simple, etc.); permanentes, que son los sujetos activos o pasivos de la pretensión que es
objeto del proceso, sean que participen desde el comienzo o que se incorporen posteriormente
como intervinientes principales o accesorios, o transitorias o incidentales, que hacen valer un
interés propio pero limitado a una determinada etapa o trámite del proceso.-
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5. CAPACIDAD PROCESAL
Resulta necesario distinguir entre «capacidad para ser parte» y «capacidad procesal».-
Tiene capacidad para ser parte toda persona –de existencia física o ideal, de derecho
privado o público- capaz de adquirir derechos y contraer obligaciones, por cuyo motivo están
dotados de los poderes de acción y de excepción y, por consiguiente, tienen aptitud para ser
titulares de los derechos, facultades, deberes, obligaciones y cargas que surjan como consecuencia
del proceso.- Esto es así porque todas ellas pueden ser titulares activos o pasivos de una
pretensión.- Es lo que en el derecho argentino se denomina «capacidad de derecho».-
Alvarado Velloso sostiene que, simplemente, como una forma de garantizar el derecho
de defensa en juicio, la ley reconoce este tipo de capacidad a entidades que no son propiamente
personas jurídicas, como las simples asociaciones o las sociedades irregulares, y a otras
constituidas exclusivamente por una masa o conjunto de bienes, como son la herencia yacente
o vacante o la masa del concurso o la quiebra, que pueden ser titulares de una relación jurídica
litigiosa.-En estos casos, la actuación de estos entes se encuentra regulada legalmente,
estableciendo que quien litiga por ellos, ejerciendo su representación, es una persona física
debidamente legitimada (curador, administrador, síndico, etc.)
Ahora bien, no todas las personas capacitadas para ser parte lo están para realizar por sí
260 mismas actos procesales válidos.-La capacidad procesal, entonces, es la aptitud legal de cumplir
válidamente los actos procesales, ejerciendo las facultades y cumpliendo con la cargas que la
ley procesal acuerda o impone a las partes.-Se trata de una capacidad de obrar, que en el
derecho argentino se denomina «capacidad de hecho».-
Cabe advertir que tanto la capacidad para ser parte cuanto a la capacidad procesal son
condiciones necesarias que deben reunirse, desde un punto de vista general, para ser parte o
para cumplir válidamente actos procesales en cualquier proceso, en cuanto no están referidas
a un proceso dado.-En este sentido puede afirmarse que toda persona puede ser parte y tener
participación en cualquier proceso, siempre que goce de plena capacidad.-
Sin embargo, también desde un punto de vista general hay ciertas personas que gozan de
una capacidad restringida –aquellos a los que, conforme a las normas del derecho sustantivo,
son incapaces absoluta o relativamente- y, por tanto, carecen de capacidad procesal por cuyo
motivo pueden ser partes pero no realizar válidamente actos procesales.- Tales son , por ejemplo,
las personas ideales, los incapaces absolutos del derecho civil, las personas inhabilitadas
judicialmente y, en general, todas aquellas que están sometidas a un régimen de representación
necesaria o forzosa.- En ciertos casos, la ley hace una excepción y reconoce a los incapaces
aptitud para realizar válidamente actos procesales respecto de determinadas pretensiones, como
es el caso del fallido respecto del divorcio o de filiación, reconociéndoles capacidad procesal
exclusivamente para tales supuestos.-
En la Argentina, además, la norma exige que, quien siendo parte, pretende cumplir por si
mismo los actos procesales de postulación, de alegación y de impugnación, debe contar con
asistencia letrada a fin de asegurarle un correcto ejercicio del derecho de defensa.-Esa asistencia
puede ser bajo la figura del patrocinante, que es el asesor letrado que ejerce la dirección técnica
de la defensa, o la del representante convencional o mandatario judicial, que es quien cumple la
actividad procesal.-En algunas legislaciones, ambas tareas deben ser realizadas por personas
distintas, en cuyo caso el representante o mandatario debe contar con dirección letrada, salvo
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para ciertos actos; en otras, cuando el mandatario es abogado, se autoriza que las dos sean
efectuadas por el mismo profesional.-
6. LEGITIMACIÓN PROCESAL
Deben diferenciarse los conceptos de capacidad y de legitimación, por cuanto el primero –
en su doble vertiente de «capacidad para ser parte»(o capacidad de derecho) y capacidad para
cumplir en el proceso válidamente los actos de parte (capacidad de hecho)- está referidos al
proceso en general, sin tener en consideración ninguno en especial.-Así, cualquier persona que
goce de capacidad plena puede ser parte o cumplir válidamente los actos de parte, en cualquier
proceso.-La legitimación, en cambio, atiene de la aptitud para «ser parte» (legitimatio ad caussam)
o para «cumplir válidamente los actos de parte» (legitimatio ad processum) en un proceso dado,
esto es, referido a un proceso concreto y determinado.-
Si, como hemos dicho, «partes son los titulares activo y pasivo de la pretensión hecha
valer en juicio», sólo podrán «ser partes» en un proceso determinado quienes reúnan tales
calidades respecto de la concreta pretensión hecha valer.-Sin embargo, debe tenerse en cuanta
que, como el concepto de parte se puramente formal, la «legitimatio ad caussam» es una cuestión
sustancial y, por tanto, será objeto de análisis en la decisión final.-Si una u otra de las partes
carecen de esta calidad, el fallo necesariamente será adverso y la pretensión deducida deberá
ser desestimada por que no fue hecha valer por quien, conforme a las normas sustantivas, 261
podía hacerlo, o no lo fue, conforme a esas mismas normas, contra quien debía serlo.-Como
explica Alvarado Velloso, se trata de investigar si el actor o el demandado, o ambos, son las
personas ante las cuales puede emitirse útilmente la sentencia.-A título de ejemplo, en la sentencia
deberá analizarse si quien demandó invocando ser acreedor realmente lo es, o si quien fue
demandado adjudicándosele la calidad de deudor realmente lo es.-No obstante, algunas
legislaciones admiten otorgarle a esta cuestión un tratamiento auténticamente procesal, dándole
el carácter de excepción previa, siempre que la falta de legitimatio ad causam sea manifiesta, es
decir, que desde el inicio mismo pueda afirmarse sin lugar a dudas que quien demanda no es la
persona que puede hacerlo, o que quien es demandado es la persona contra quien deba dirigirse.-
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Cabe advertir que este tipo de legitimación es otorgado por la ley a determinados
funcionarios u organizaciones, no obstante no ser partes, teniendo en cuenta intereses de
naturaleza pública, como es, por ejemplo, la participación del Asesor Letrado oficial en todo
proceso en que sea parte un incapaz, sin perjuicio de la representación necesaria que ejerzan
los padres o el tutor o el curador.-
Agrega este autor que no es fácil el deslinde entre los llamados «derechos subjetivos
procesales» y las «facultades o poderes jurídicos de las partes.-Así, habrá «derechos subjetivos
procesales» cuando ellos suponen una correlativa obligación del órgano jurisdiccional o del
adversario cuyo incumplimiento es susceptible de ser jurídicamente sancionado, como por
ejemplo, si el juez guarda silencio frente a una concreta petición de la parte, o si el adversario
no satisface las costas que le han sido impuestas.-En cambio, nos existe una «facultad procesal»
cuando existe el deber genérico de no impedir su ejercicio, como es –por ejemplo- la de recusar
al juez con o sin causa, o alegar.-
262
Debe también distinguirse los conceptos de «carga procesal» y «deberes de las partes».-
La carga procesal constituye una posibilidad de elección entre dos conductas lícitas, sin
que ni el juez ni el adversario pueda exigir una u otra.-Se trata de una posibilidad de actividad
prevista en la norma, no de inactividad, de manera tal que las consecuencias disvaliosas que
puedan derivarse hacia quien omite actuar no implica una sanción sino el resultado previsible
de una conducta libremente adoptada.-A modo de ejemplo, las partes tienen la «carga» de
impugnar la resolución judicial que le es desfavorable, pero nadie puede obligarla coactivamente
a cumplirla.-Si no lo hace y la resolución queda firme, el disfavor que de ella surja no es una
sanción sino el resultado de una elección.-
8. LITISCONSORCIO
Cuando en un proceso varias personas demandan a una, o una demanda a varias, o
varias demandan a varias, se produce el fenómeno procesal conocido como litisconsorcio, que
consiste en la coexistencia de varias personas ocupando una misma posición de parte (activo,
pasivo o mixto, respectivamente).-
8.1.El litisconsorcio es originario cuando varias personas demandan a una, o una a varias,
o varias a varias, o sucesivo, cuando hay una incorporación posterior de personas a
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uno o a otro de los polos procesales, o varias personas se incorporan a uno y a otro.-El
primero puede resultar de una cotitularidad activa o pasiva- de la pretensión hecha
valer, o de una conexidad jurídica entre las pretensiones, que surge de la existencia de
dos o más elementos comunes de los que constituyen la relación jurídica procesal,
estos es, los sujetos, el objeto perseguido o la causa de pedir (subjetivo, objetivo y
causal).-El segundo puede resultar de la afinidad o la homogeneidad entre las
pretensiones.-
Albarenga sostiene que existen manifestaciones modernas que ponen en crisis la teoría
clásica que intenta explicar el fenómeno litisconsorcial.-Afirma que el proceso se
encuentra estructurado para el debate de derechos individuales y no para el
conocimiento y decisión de cuestiones colectivas o de interés general.- Entendemos
que, sin perjuicio de reconocer que, efectivamente, el proceso, por regla, se estructura
para el debate de derechos individuales, y la utilidad de elaborar un procedimiento
específico para la tramitación y decisión de ese tipo de cuestiones –el proceso colectivo-
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de la relación jurídica exige que la pretensión sea hecha valer conjuntamente por
todos los cotitulares, o contra todos los vinculados pasivamente.- Así, se impone
la citación de todos los legitimados –activos y pasivos- en el litigio que se genera
con motivo de aquella, pues solamente de esa manera la sentencia que se dicte
será válida, útil y eficaz, satisfaciendo así la seguridad jurídica.-
Este tipo de litisconsorcio no requiere que todos los legitimados demanden o sean
demandados conjuntamente, pero si son interpuestas en procesos separados,
corresponde su acumulación para que se resuelvan en una decisión única.-
9. LA REPRESENTACIÓN PROCESAL
Puede ocurrir que una persona procesalmente capaz decida no concurrir al proceso,
otorgando mandato a un tercero para que la represente y cumpla en su nombre, los actos de
parte, ejerciendo las facultades y cargas que le competen.-También puede ocurrir que la persona
(actora o demandada) no pueda actuar por si misma, por tratarse de una persona ideal, o
porque no es procesalmente capaz, debiendo en ambos casos ser representada por un tercero.-
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La representación de toda persona, sea física o ideal, es ejercida por una persona
física.- La representación de una persona jurídica de derecho público surge
exclusivamente de la ley orgánica, en tanto que la de la persona derecho privado
nace de sus respectivos estatutos.-
9.2. La representación necesaria de las personas físicas procesalmente incapaces, que son
los incapaces de hecho del derecho sustantivo, es ejercida por una persona
preestablecida en la ley: los padres si se trata de menores de edad, el tutor en defecto
de estos o el curador cuando se trata de incapaces mayores de edad.-Además, en
todos los litigios en que se encuentran comprometidos la persona o los intereses de
incapaces la norma sustantiva exige la representación promiscua del ministerio público
pupilar, quien actúa al lado del representante necesario pero que tiene autonomía en
su desempeño, pudiendo inclusive oponerse a la actuación que cumpla aquel si
entiende que ella es perjudicial para el incapaz.- Esta representación promiscua –
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10.2.2. La sucesión a título universal se produce: a)- cuando la persona física que
ocupa la posición de parte fallece, real o presuntamente, a raíz de lo cual se
transmite la universalidad de sus bienes a los herederos y legatarios de
parte alícuota, quienes – en conjunto- pasan a ocupar su posición mientras
dure el estado de indivisión hereditaria y, una vez concluida esta quedará
como parte aquel heredero a quien se adjudicó la cosa en litigio; b)- cuando
la persona ideal se extingue por disolución, sucediéndola como parte
procesal el liquidador, o por fusión o escisión, en cuyo caso son sucedidas
como parte procesal por los nuevos entes sociales.-
10.2.2. La sucesión a título singular se produce: a)- «mortis causae» cuando el bien
que se halla en litigio ha sido legado, en cuyo caso, la persona física fallecida,
real o presuntamente, que es parte procesal es sucedida por el legatario de
268 la cosa.-Sostiene Devis Echandía que debe tenerse en consideración que el
legatario no representa al causante y, por tanto, mientras subsista el estado
de indivisión, son los herederos quienes deben comparecer y recién después
de aprobada la partición podrá el legatario comparecer para que se le
reconozca su condición de cesionario a este título, extromitiendo a los
herederos.-Agrega que antes puede comparecer como litisconsorte en tanto
invoca un interés propio; b)- por «acto entre vivos» cuando la cosa o derecho
en litigio es transferida a un tercero por compraventa, permuta, donación,
cesión, etc.-En esta hipótesis debe advertirse que si el cesionario comparece
al proceso y la parte contraria no consiente la sucesión, transmitente y
cesionario continúan como litisconsortes.-
10.3. La sustitución procesal se produce cuando la ley o el contrato habilita para intervenir
en un proceso, como parte legítima, a una persona ajena a la relación sustancial
controvertida, aunque jurídicamente vinculada, por un derecho o por una obligación
de garantía a uno de los partícipes de la relación discutida.- El sustituto interviene
en nombre e interés propio, aunque en virtud de un derecho o una obligación
conectado a una relación jurídica ajena.-
La sustitución es activa cuando el tercero hace valer la pretensión, esto es, inicia el
proceso porque la ley lo legitima para demandar al deudor de su deudor, ejerciendo
una pretensión subrogatoria.-Y es pasiva cuando comparece al proceso para oponerse
a la pretensión controvertida, como es, por ejemplo, el caso de la evicción.- En el
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10.5. En la sucesión procesal, hay un cambio de persona legitimada, por cuyo motivo el
sucesor pasa a ocupar el lugar del causante y, por tanto, carece de facultades para
ejercer defensas personales propias frente a la contraparte, en tanto que en la
sustitución procesal aparece un nuevo legitimado al lado del legitimado primitivo.-
No hay cambio de legitimado sino una suma de legitimados y es por eso que el
sustituyente puede ejercer defensas personales propias frente al adversario, con la
salvedad que no puede realizar actos procesales que impliquen, directa o
indirectamente, una disposición del derecho del sustituido, como sería, por ejemplo, 269
desistir del derecho, allanarse, confesar, etc.-
Por último, los efectos de la cosa juzgada alcanzarán por igual a sustituto y sustituido,
aunque este último no sido parte en el proceso.-
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
9 Albarenga Emilio Horacio: La posición del tercero en el proceso, T. 2 –Tesis doctoral inédita –
U.N.C. 2006
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Bs.As. 1957.-
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9 Carnelutti Francisco: Sistema de Derecho Procesal Civil, T.2 –Traducción de Alcalá Zamora y
Sentís Melendo- Ed. Uteha Argentina, Bs.As. 1944.-
9 Castro Máximo: Curso de Derecho Procesal, T.1-Compilación por Isaura P. Argüello y Pedro Frutos-
Biblioteca Jurídica Argentina, Bs.As. 1957.-
9 Clariá Olmedo Jorge A.: Derecho Procesal, T.2 –Ed, Depalma, Bs.As. 1983.-
9 Chiovenda José: Principios del Derecho Procesal Civil-Traducción española de la 3ª edición italiana-
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9 Devis Echandía Hernando: Teoría General del Proceso, T.2 – Ed. Universidad, Bs. As. 1985.-
9 Goldsmichdt James: Derecho Procesal Civil –Traducción a la 2ª edición alemana- Barcelona 1936.-
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9 Palacio Lino Enrique: Derecho Procesal Civil, t.3 – 3ª. Reimpresión –Ed. Abeledo-Perrot, Bs. As.
1983.-
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