Familias Con Proposito Leccion 1

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 3

Campaña “ ”

Preparado y recopilado por Pastor Rene Yaitul y Giselle Collado

Lección 1

“¿POR QUÉ UNA FAMILIA?”

Textos Bíblicos: Eclesiastés 4:9-12; Salmo 127.

Objetivo: Reconocer que la familia nace en el corazón de Dios y que somos desafiados a
encontrar el propósito de Dios para nuestras familias.

INTRODUCCIÓN

La compañía Pixar, recordada por las películas de Toy Story, con Woody y Booz y el resto de su
pandilla, tenía un concepto para cada una de sus apuestas. El concepto original de estas películas
se basaba en la idea de que todo producto, en este caso juguetes, tiene un propósito por el cual
fue creado. Según Pixar, en un mundo imaginario, si los juguetes tuviesen sentimientos, ellos
serían felices al cumplir con su propósito e infelices al no cumplirlo. Entonces, en el caso de Toy
Story estos juguetes sabían que su propósito era divertir y entretener a los niños y esta era su
vida, todo era perfecto porque cumplían con su propósito, hasta que Andy (su dueño), crece y ya
no jugaba con algunos de ellos y estos juguetes entran en crisis, se llenan de confusión y
ansiedad porque han perdido la capacidad de cumplir con su propósito.
A veces pareciera que esto sucede en la actualidad con las familias que conforman la sociedad.
Vemos familias en crisis, llenas de ansiedad, culpa, juicio, totalmente inconexas y faltas de
propósito.
Aun así, la familia frente y a pesar de las distorsiones que ha sufrido a través de la historia de la
humanidad, la familia se ha mantenido como el vínculo más confiable de unidad entre los seres
humanos. Hablando en general, la familia de una persona es su apoyo a lo largo de la vida en
maneras que nadie más puede ni desea hacerlo. En la familia de origen es donde aprendemos
hábitos, rutinas, valores, costumbres, aprendemos a socializar y a enfrentarnos al mundo que
nos rodea. Es allí donde recibimos el afecto, la guía y contención que nos prepara para salir al
ambiente exterior y finalmente formar nuestra propia y nueva familia.

“Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. 10 Si
uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en
problemas. 11 Del mismo modo, si dos personas se recuestan juntas, pueden brindarse calor
mutuamente; pero ¿cómo hace uno solo para entrar en calor? 12 Alguien que está solo puede ser
atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de espalda con espalda y vencen; mejor todavía si
son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente.” Eclesiastés 4:9-12 NTV

 ¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DE LA FAMILIA? ¿PARA QUÉ FORMAMOS FAMILIA?


Debemos siempre recordar que el diseño de Dios es el mejor. El inventor es el que mejor entiende
la complejidad de su producto. Con seguridad podrá explicar sus funciones a otros, pero al final
solamente el diseñador realmente entiende cómo es que las partes individuales encajan dentro
del propósito general. Para que entendamos a la familia, tenemos que ir hacia el creador de la
familia.
Desde el comienzo de la humanidad, Dios dejó en claro que él quería que el hombre y la mujer
se uniesen para formar una familia. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo
creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las
bestias que se mueven sobre la tierra” (Génesis 1:27-28).

1
Campaña “ ”
Preparado y recopilado por Pastor Rene Yaitul y Giselle Collado

Dios también instruyó a Adán y a Eva para que se uniesen físicamente y viviesen juntos,
convirtiéndose en uno solo: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).
Para Dios el matrimonio es la extensión de su propia naturaleza: Génesis 1:27. La plenitud de
alegría, paz, abundancia y grandeza de Dios fue extendida a la raza humana a través de la
primera pareja que Él creo.
La familia encuentra su ineludible función de procrear, nutrir y cuidar, siempre y cuando esté
basada en definiciones claras de conducta moral. Si dejamos que Dios, a través de Su Palabra,
defina lo que nos conviene, estamos elevando los estándares de valor de nuestra familia y de
nuestra sociedad; de lo contrario entramos en un peligroso territorio de corrupción, inmoralidad y
malas costumbres. Es por ello que se hace necesario volver al diseño original y hacer todo lo
posible para fortalecer la familia y sus valores, ya que si mejoramos como familia, entonces
mejoraremos como sociedad y por ende, como país.

 LA FAMILIA DA TRABAJO.
Como hemos visto, es muy interesante que Dios pone al hombre y a la mujer en un hermoso
jardín lleno de frutas y verduras, para que lo disfruten, pero también para que lo trabajen y lo
cuiden. Ahí mismo Dios les dice: ¡Multiplíquense, llenen la tierra y dominen el resto del mundo!
En otras palabras, les da un principio, lo primero que les dice es: ¡Hay mucho por hacer en este
mundo! Y su responsabilidad es trabajarlo, cuidarlo y hacer que el resto del mundo se vea así de
hermoso como este jardín. Es decir, solo han pasado dos capítulos de la Biblia y ya sabemos
esto: Estamos aquí por Dios y para Dios (Isaías 43:7) y nada en tu vida es un accidente. Tu vida
tiene un propósito aquí, tu familia tiene un propósito. El propósito lo vemos aquí en Génesis: tiene
que ver con trabajar, crear, ejercer cuidado y dominio, servir, multiplicar, traer bien a la sociedad
y hacer que el resto del mundo se vea hermoso…¿Cómo logramos eso? ¿A través de un servicio
en la iglesia? Claro que sí, pero no solo allí. Cuando enseñamos a nuestros hijos, cuando
honramos a nuestros padres y les obedecemos, la forma en cómo nos relacionamos, los negocios
que hacemos, las capacidades y habilidades que manifestamos…Cuando como parte de una
familia nos involucramos en cada área que trae restauración, sanidad, justicia, belleza y bien a la
humanidad, estamos cumpliendo con ese propósito.

Tal vez, tu crea que tu familia no es la mejor, pero miremos un poco la familia donde nació Jesús.
Cristo Mismo fue parte de una familia. Su familia era una familia común, tan normal como la tuya
y la mía. Si analizamos Mateo 1, podemos ver que en la familia extensa de Jesús,
específicamente en sus antepasados, hay personas que tal vez un religioso no habría aceptado
en el linaje del Rey de Reyes y Salvador del mundo, pero Dios quería que Cristo tuviera en su
linaje a una prostituta, a un rey sumamente malvado (Manasés) y a una extranjera moabita (Rut),
entre otros. Dios nos muestra de esta manera que se identifica con nosotros y que ninguna familia
finalmente es perfecta, pero que cuando llega su presencia entonces todo puede ser restaurado
(tal como le sucedió a Rahab, a Manases y a Rut).
Si piensas que tu familia no es perfecta y que hay mucho por restaurar, debes saber que cuando
permitimos que Dios trabaje en nuestras familias podemos tener la misma convicción que Pablo
en Romanos 8:37. Dios desea hacernos más que vencedores por medio de Él.
Ya seas esposo (a), padre, madre, hijo(a), abuelo (a), tío (a), etc., lo que haces fuera de casa no
tiene significado si no te concentras de igual manera en tu ministerio dentro de casa. Si los
integrantes de mi familia no son tratados al menos con el mismo cuidado, amor y respeto con que
trato a las demás personas en diferentes eventos, entonces mis prioridades están fuera de lugar.

2
Campaña “ ”
Preparado y recopilado por Pastor Rene Yaitul y Giselle Collado

 NUESTRO PRIMER MINISTERIO


La familia es nuestro primer ministerio. En el ministerio a la familia no existen muchas
gratificaciones inmediatas. Con frecuencia tus familiares no van a agradecerte tu labor de árbitro
en sus peleas o por hacerles comer algo rico. Puede ser que tu familia extendida no note los
pequeños sacrificios que haces para amarlos correctamente. Sin embargo, es crucial que
siempre tengas presente que, aunque seas o no llamado a un ministerio público, definitivamente
sí hemos sido llamados a ministrar con gracia en las relaciones que Dios ya nos ha dado. Una y
otra vez en las Escrituras somos llamados a amarnos unos a otros. Una hermosa descripción de
cómo debe lucir el amor se encuentra en 1ª Corintios 13:4-7: “El amor es paciente, es bondadoso;
el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta
indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; no se regocija
de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo
lo soporta”.
Es mucho más difícil amar de esta manera en las relaciones que Dios ha puesto en nuestra vida
diaria. De manera que piensa en cómo interactúas con los de tu hogar o con tus relaciones más
cercanas.
 ¿Eres tan paciente y bondadoso en tu hogar como lo eres el domingo en la iglesia?
 ¿Eres amable y respetuoso con las personas de la iglesia, pero con tu familia y amigos
cercanos insistes en que las cosas se hagan a tu manera?
 ¿Sirves en la iglesia, pero te vuelves irritable y resientes el tener que servir a tu esposo,
hijos o a tus padres?

Por último, lee Salmos 127: 1 “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican”.
Necesitamos al Señor para poder cumplir realmente el propósito que Él diseñó para la familia,
porque solo allí encontraremos a verdadera plenitud que trae seguir y vivir el diseño original de
Dios.

 Conclusión

Las sociedades secularizadas han cobrado fuerza con un vigor inusitado, ellas están cambiando
valores fundamentales de convivencia por valores circunstanciales de conveniencia. El
autosacrificio y el bienestar colectivo es dejado de lado y asoma amenazante la auto indulgencia,
que busca a toda costa el bienestar individual. La estabilidad matrimonial y familiar se convierte
en algo superficial y llega avasallante el egoísmo y un descomunal sentido de autosatisfacción.
Y como resultado, se provoca una clara evidencia de descontrol espiritual, la verdad absoluta de
la Palabra de Dios es cambiada por la verdad relativa del culto al YO, donde cada uno tiene su
propia verdad.
Se hace por esto muy necesario decidir cumplir a cabalidad con el propósito de crear una familia
y descendencia íntegra y de bien. Pero esta ardua tarea no se puede lograr sin el ingrediente
indispensable para todo matrimonio, y para toda familia: El poder del amor.
Dios nos ha dado el verdadero amor como una herramienta de gran poder para transformar
nuestra vida individual, matrimonial, familiar. El amor le hará disfrutar de las diferencias, desatará
perdón y traerá bendición. Si el verdadero y genuino amor está en su familia, lo heredará a su
descendencia. No lo dude.
Dios les bendiga!!!

También podría gustarte