Apuntes de Cirugía PDF
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INTRODUCCIÓN
En los últimos cincuenta años se han producido profundos cambios en la forma y fondo
como hemos entendido el ejercicio de la Medicina. Nuevas y más certeras formas de diagnóstico
y tratamiento van dejando en el pasado mucho de lo que hoy hacemos y enseñamos. La biología
molecular, la genética, diagnósticos por imágenes, tratamientos cada vez menos invasivos y más
eficaces, control de algunas enfermedades, incontrolables hasta ahora, y aparición de nuevas
patologías, son algunas características de lo que vemos actualmente y un anuncio de lo mucho
que veremos en el futuro cercano.
La información médica hoy, para quien dispone de moderna tecnología, es múltiple, oportuna,
variada y tan abundante que puede superar la capacidad de procesarla; puede suceder que se
tenga gran información, que no es lo mismo que conocimiento. Y en esto puede haber una falla
inédita en la enseñanza.
Grandes cambios en la Medicina y en medios de información son la inquietud que nos ha guiado
para presentar un manual de cirugía, que resume nuestra experiencia clínica en diversos temas, y
que está dirigido a nuestros estudiantes de Medicina. Deseamos entregar una visión “procesada”
de grandes temas quirúrgicos, y que de acuerdo a nuestro desarrollo científico cultural están y
estarán vigentes por varios años.
El aprendizaje junto al paciente seguirá siendo el mejor procedimiento docente por lo cual los
campos clínicos cobran cada día mayor importancia. Nuestro Hospital San Juan de Dios es en
este sentido privilegiado. Cuenta con un Hospital base con todas las especialidades médicas, otro
Hospital, el Félix Bulnes, con similares características, Hospitales periféricos, consultorios de
atención primaria y de atención más resolutiva, servicios de urgencia de adultos y pediátrico. Si
además estamos insertos en una comunidad de más de un millón de personas, establecimientos
de atención médica adecuados, y un cuerpo médico con sentido docente-asistencial, estamos
entregando a nuestros estudiantes las herramientas para ser excelentes profesionales.
Al entregar este manual, el Servicio de Cirugía del Hospital San Juan de Dios cumple un
compromiso con nuestros alumnos, que han sido un foco de continuo progreso y superación, e
inmediatamente adquiere el próximo, que será el renovar periódicamente los conocimientos de
nuestra especialidad: la Cirugía.-
Generalidades
Las infecciones pueden estar directamente relacionadas con la atención del enfermo (por
ejemplo infección urinaria asociada a cateterismo vesical), o simplemente sobrevenir
durante la hospitalización del paciente, independiente de todo acto médico (como por
ejemplo una epidemia de gripe).
Las edades extremas de la vida, esto es pacientes ancianos y recién nacidos, constituyen un
factor de riesgo de IIH, entre otras razones debido a trastornos de la respuesta inmunitaria y
a multipatología frecuente. Las condiciones inmunológicas, por su parte, se alteran además
en otras condiciones mórbidas, como cáncer, diabetes, malnutrición, etc., o terapéuticas,
como transplantes de órganos sólidos, inmunosupresión, corticoterapia, uso de antibióticos,
etc. Los politraumatismos y las quemaduras extensas son otras condiciones del paciente que
influyen en la adquisición y evolución de una infección nosocomial. Las infecciones
nosocomiales pueden ocurrir también asociadas a condiciones biológicas normales, como
por ejemplo un parto vaginal.
Las infecciones intrahospitalarias pueden tener consecuencias muy importantes para los
individuos. En primer término, la infección representa una morbilidad adicional, que se
suma a la patología por la cual se accedió al hospital; requiere exámenes adicionales,
procedimientos y tratamientos antibióticos, que no habrían sido necesarios de no mediar el
contagio. Muchas veces se prolonga la estadía hospitalaria, lo que implica mantener al
enfermo en condición potencial de adquirir una nueva infección. El retraso en la
recuperación como consecuencia de la infección retarda también la reincorporación del
individuo a su actividad laboral, con los consiguientes efectos en la economía familiar. Las
IIH ocasionan también efectos psicológicos en las personas, generan desconfianza hacia el
equipo de salud, y dificultan la reinserción en la vida familiar.
Las infecciones adquiridas en el hospital pueden dejar secuelas en las personas, de orden
cosmético o funcional graves y, más importante aún, en un 0,18% pueden constituir la
causa atribuible de la muerte del enfermo. En Chile, en cifras, se calcula que en un total de
1,1 millón de egresos hospitalarios de la red pública de hospitales en todo el país, ocurren
aproximadamente 44 mil infecciones intrahospitalarias al año, con 2 mil fallecidos por esta
causa.
Vigilancia Epidemiológica
La búsqueda de IIH se realiza en pacientes con factores de riesgo específicos, lo que limita
el número de pacientes que deben ser vigilados y permite comparaciones más fidedignas
entre hospitales similares. La información es también más adecuada para el análisis al estar
mejor definidos los indicadores. La selección de indicadores se ha realizado en el nivel
central, en el Programa de Infecciones Intrahospitalarias del Ministerio de Salud,
considerando que representan prácticas de alta frecuencia en la atención, porque son
prácticas de alto riesgo de IIH, por existir factores de riesgo propios del paciente, o debido
a que las IIH pueden tener consecuencias severas sobre la salud de los enfermos. La
mayoría de los hospitales chilenos se agrupa en tasas bajas o moderadamente bajas; sobre la
base de esto, se ha definido el cuartil 75% como tasa aceptable para cada indicador
vigilado.
Un hospital ubicado en el 25% con tasas más altas no es definitivo que tenga un problema
real de infecciones; pero, es posible que así sea, en especial si esto se repite en el tiempo, ya
que se utiliza un sistema de vigilancia común, que ha demostrado en la práctica tener una
aplicación y una sensibilidad similar entre los distintos hospitales, y que otros indicadores,
como por ejemplo la estadía hospitalaria promedio de los enfermos, son también análogos.
Las epidemias de IIH generan alrededor del 0,5% de todas las IIH, con tendencia a la
disminución de los brotes a través de los años, especialmente en los servicios pediátricos.
Su importancia radica en que se trata de IIH que comparten mecanismos de transmisión
común, por lo que su estudio aporta valiosa información para el establecimiento de medidas
de prevención y control. Tres cuartos de los brotes epidémicos se atribuyen a fallas en el
cumplimiento de las normas, porque se identificó transgresión de las técnicas de atención -
especialmente mano portada -, lo que puede detectarse oportunamente con programas de
supervisión.
Un mérito importante del programa de control de las IIH en los hospitales, es que se ha
demostrado que las IIH se asocian a la calidad de muchas prácticas de atención, de manera
que su control - a través de protocolos y normas de atención estandarizados y conocidos -,
contribuye a mejorar la calidad de la atención prestada al enfermo. El sistema de vigilancia
hace visibles las IIH, de manera que se pueden controlar con los conocimientos y medios
existentes,en muchas ocasiones ahorrando recursos, y buscando en el largo plazo reducirlas
al mínimo posible, ya que - en materia de infecciones nosocomiales -, el riesgo cero no
existe.
La infección de herida operatoria se define como aquella que ocurre dentro de los 30 días
siguientes a la intervención, y que involucra a la piel en el sitio de la incisión, a los tejidos
subcutáneos, o a espacios subaponeuróticos directamente relacionados con la cirugía (como
un absceso intra-abdominal después de una cirugía abdominal o una meningitis después de
una craneotomía). Si hay implantes permanentes de material protésico no humano (como
válvulas cardíacas protésicas, injertos vasculares de bovino, prótesis de cadera, etc.), el
periodo de aparición de la infección se extiende a 1 año.
Los agentes causales fueron S aureus en un tercio de los casos y S coagulasa (-) en un
8,9%, representando entre ambos el 61% de las infecciones con agente etiológico
identificado.
La infección de una herida limpia es, para algunos, la vergüenza del cirujano, pues
denota las imperfecciones de su técnica quirúrgica, los defectos en los procedimientos de
preparación del enfermo y la insuficiencia de la higiene de las salas y pabellones de su
hospital. En una visión más amplia, podemos proponer que los elementos constituyentes de
la etiopatogenia de la infección de herida operatoria son tres: huésped, agentes y vectores.
En la siguiente fórmula se resumen los elementos favorecedores y los factores protectores
en la génesis de una infección de herida operatoria:
Huésped
La piel es el órgano más vasto del cuerpo humano. Cubre toda su superficie, representando
un 15% de la masa corporal. La piel guarda continuidad con las mucosas respiratoria,
digestivas y urinarias, constituyendo todas la primera línea de defensa del organismo frente
a agentes nocivos, como por ejemplo bacterias. En la piel, el estrato granuloso forma una
barrera queratínica que protege a los tejidos profundos de la invasión bacteriana, y en la
superficie, el estrato córneo constituido por células planas que solo contienen queratina,
forma una barrera eficaz a las ondas luminosas, calóricas, a bacterias y a sustancias
químicas
La presencia de infecciones en otros sitios es una fuente posible, aunque menos probable,
de infección de la herida operatoria. Más relevante es, como veremos más adelante, la
colonización de la piel y tejidos del paciente, especialmente cuando es por Gérmenes
Agentes
Las bacterias son los agentes productores de infección más importantes, aunque
también se describen infecciones por hongos y por mycobacterias atípicas. La inmensa
mayoría de las veces estos gérmenes provienen del mismo huésped. Los reservorios de
gérmenes en el huésped son la flora cutánea normal, la placa bacteriana, la flora del tracto
gastrointestinal, el tracto genital femenino, y el tracto respiratorio superior. Estos gérmenes
son inoculados desde estos reservorios en las heridas por distintos mecanismos:
colonización de la piel o mucosas, insuficiente preparación preoperatoria, traumatismos
penetrantes, transgresiones a la técnica quirúrgica o, más raramente, diseminación
hematógena o linfática.
En USA, los gérmenes causantes de infección postoperatoria más frecuentes son S aureus,
Enterococcus y S coagulasa (-). Entre los hongos destacan las infecciones por Candida
albicans, lo que se observa también en nuestro país y en nuestro hospital.
Además del tipo de germen posible de encontrar en una infección de herida operatoria,
interesa conocer la sensibilidad del mismo a los antibióticos disponibles, dado que algunos
en particular (S aureus, Pseudomonas, A baumannii), tienen una fuerte tendencia a generar
resistencia a los antimicrobianos. Esta particularidad es especialmente importante en el caso
de las cepas intrahospitalarias, siendo la más significativa la disminución de la sensibilidad
de S aureus a la cloxacilina.
Otros factores importantes a considerar son las características biológicas de los agentes
patógenos, ya sea en cuanto a sus propiedades aeróbicas o anaeróbicas, su virulencia, y su
concentración en distintos niveles (típicamente el caso del aumento de concentración
bacteriana en el tubo digestivo a medida que se aleja del estómago y se acerca al colon,
aumentando considerablemente la relación anaerobio: aerobio, de 1:1 a 1000:1).
Vectores
Anteriormente mencionamos que los gérmenes podían ser inoculados desde los
reservorios del paciente en las heridas por colonización de la piel o mucosas, por
insuficiente preparación preoperatoria, por traumatismos penetrantes, por transgresiones a
la técnica quirúrgica, por esterilización inapropiada de ropa y materiales o, más raramente,
por diseminación hematógena o linfática.
Salvo el último, en todos los demás se reconocen vectores que favorecen la ocurrencia de
una infección postoperatoria. La colonización de piel y mucosas se favorece con estadías
preoperatorias prolongadas y con transgresiones a las normas de procedimientos
establecidas, tanto para el lavado de manos como en el uso de ropa, guantes y mascarillas.
Igualmente, se aumenta el riesgo de colonización con la invasión de sistemas por medios
cruentos y con la concentración de los pacientes en unidades de cuidados especiales. Menos
relevantes en la colonización son aspectos ambientales, como el aseo de las unidades y los
sistemas de ventilación, como se grafíca en el siguiente cuadro:
Los traumatismos penetrantes, por el doble mecanismo de romper las barreras naturales a la
entrada de gérmenes y de inocular los mismos en los tejidos más profundos, representan un
riesgo mayor de infección. Esto es particularmente cierto en las heridas contaminadas
además con cuerpos extraños, como heridas por arma de fuego, en particular escopetas. Las
quemaduras de la piel, en especial las extensas, representan otro ejemplo de infección
asociado a trauma.
En los criterios de selección del antibiótico es necesario considerar el tipo de cirugía que se
va a realizar y los microorganismos más probablemente involucrados en la infección, los
que están relacionados principalmente con la flora endógena del paciente y las condiciones
del huésped, por ej, diabéticos con operaciones que podrían durar más de dos horas, o
pacientes a los que se les colocará una prótesis de cualquier tipo. Además, debe
considerarse la sensibilidad local de los microorganismos a los antibióticos.
Las infecciones de herida operatoria tienen consecuencias no solo sobre el enfermo, sino
también consecuencias económicas y sociales. El siguiente cuadro describe las
complicaciones más destacables en el paciente, y el subsiguiente señala el impacto
económico y social de las infecciones de herida operatoria:
→Locales: Abscesos
Celulitis
→Regionales: Peritonitis
Empiemas
→Generales: Sepsis
Mortalidad
→Otras: Dehiscencia de sutura
Retardo cicatrización
Evisceración
Eventración
Económico Social
Prolongación de las hospitalizaciones Ausentismo laboral
Aumenta la demanda de antibióticos
Requiere curaciones Pérdida de la productividad
Aislamiento ocasional
Reintervenciones quirúrgicas frecuentes Generación de subsidios
Mayor número de exámenes diagnósticos
Se considera que hay infección del tracto urinario (ITU) cuando se cultivan en orina
aséptica más de 100.000 colonias de un germen por dl, usualmente acompañado de
alteraciones en el sedimento urinario (bacteiuria, piuria). El 87% de las ITU
intrahospitalarias se observan en pacientes a los que se le ha indicado sonda vesical por un
periodo prolongado.
El factor de riesgo más importante de ITU asociada a CVP es el tiempo de duración del
cateterismo (Riesgo Relativo = 2.3 a 22.4 dependiendo de la duración del cateterismo).
Otros factores de riesgo para ITU son sexo femenino (RR = 2.0), edad avanzada (RR = 2.0
sobre 50 años), uremia, diabetes mellitus, y manejo no aséptico de la sonda y del recolector.
En cambio, los factores de riesgo para bacteremia asociada a CVP son la infección por
Serratia marcescens (RR = 3.5), sexo masculino (RR = 2.0), y edad mayor de 60 años.
Las infecciones del tracto urinario asociadas a CVP representan la segunda frecuencia de
infección intrahospitalaria en el país, con un total de 1.115 casos notificados en 1998. En el
hospital San Juan de Dios, en el año 1999 fue la 4a frecuencia, con 54 pacientes notificados
en los servicios vigilados - Medicina, Cirugía y UCI -. No obstante esto, las tasas se
encuentran por sobre el cuartil 75, esto es representan problema, en los Servicios de
Medicina (17,90 por 1.000 días de CVP) y en la Unidad de Cuidados Intensivos (10,78%o).
En nuestro hospital, en las infecciones del tracto urinario asociadas a cateterismo vesical
permanente, E. coli ha ido disminuyendo su incidencia en el periodo 1996-1999, y la
mayoría de las infecciones se produce por otros gérmenes Gram (-), destacando entre ellos
Klebsiella pneumoniae, que representa el 22% de los casos del año 1999. Candida spp es
también un germen de creciente importancia en nuestra realidad, causante del 28% de las
ITU asociadas a CVP en el último año. Si bien K pneumoniae es el agente causal más
importante en el Servicio de Medicina (32% de los casos), en la Unidad de Cuidados
Intensivos lo es Candida spp (53% de los casos; el riesgo relativo de candidiasis urinaria en
UCI es 2,3 mayor que en Medicina, lo que se explica por el tipo de enfermo más
comprometido). En el Servicio de Cirugía, el germen más frecuentemente aislado fue P
aeruginosa; pero, el bajo número de infecciones no permite extraer conclusiones
significativas.
que las mejores medidas de prevención de la ITU asociada a CVP sean, primero, evitar la
cateterización innecesaria mediante una adecuada indicación y, segundo, retirar la sonda
correctamente indicada lo más pronto posible de acuerdo a la evolución del enfermo.
Las otras medidas básicas para prevenir la ITU asociada a CVP son: técnica de inserción
aséptica; manejo aséptico de la sonda y del recolector de orina, esto es, se requiere lavado
de manos antes y después de la manipulación, y uso de guantes de procedimiento; fijación
apropiada de la sonda para evitar desplazamientos; el recolector de orina debe ser un
sistema cerrado y debe permanecer bajo el nivel de la vejiga para evitar el flujo retrógrado.
Los catéteres venosos centrales (CVC), son de uso común en la atención de los
pacientes hospitalizados con patologías complejas, ya que proporcionan una vía útil para el
aporte de fluidos intravenosos, medicamentos, nutrición parenteral, y para la monitonzación
de parámetros vitales (presión arterial y venosa). Desafortunadamente, su utilización va
acompañada de diversas complicaciones, entre las que destaca la infección del torrente
sanguíneo, porque puede ser una complicación grave que aumenta la estadía y la sobrevida
del enfermo, y porque aumenta los costos de la hospitalización.
Se considera que clínicamente un enfermo con CVC tiene una infección del torrente
sanguíneo (ITS), cuando presenta cuadro séptico caracterizado por fiebre mayor de 38º C,
calofríos, hipotensión u otros signos de infección, sin otro foco infeccioso aparente.
Además, puede tener confirmación microbiológica, la que puede ser con y sin retiro del
catéter. Sí no se retira el catéter se usa la técnica de hemocultivos cuantitativos, los que se
consideran positivos cuando en el hemocultivo periférico cuantitativo se aisla el mismo
germen que en el hemocultivo obtenido por arrastre del CVC. Si se retira el catéter, se
consideran positivos cuando en uno o más hemocultivos periféricos se aisla el mismo
germen que se aisla en la punta del catéter (más de 15 unidades formadoras de colonias,
según técnica de Maki).
Las ITS asociadas a CVC son la cuarta causa de infecciones nosocomiales en el país, con
un total de 382 casos notificados en 1998. En nuestro hospital, durante 1999 se notificaron
59 casos de ITS en pacientes con CVC, ocupando el 3er lugar como localización. La tasa fue
de 8,02 ITS por 1.000 días de CVC en adultos, y de10,42%o en niños, ambas por encima
del cuartil 75.
Las infecciones del torrente sanguíneo asociadas a CVC no son inocuas; por el contrario,
pueden contribuir o ser causa de la muerte del enfermo. En el año 1999, fallecieron seis de
ocho pacientes adultos con ITS asociada a CVC en la UCI de nuestro hospital; la letalidad
atribuible fue 12,5% (un paciente falleció como consecuencia de la ITS adquirida), y la
letalidad asociada fue 25% (en dos pacientes, incluido el anterior, la ITS contribuyó a la
muerte).
En niños, fallecieron seis de los16 menores con ITS asociada a CVC; en tres la muerte fue
causada por la IIH y en los otros tres contribuyó al fallecimiento (letalidad atribuible =
18,8% y letalidad asociada = 3 7,5%).
prolongados.
Los catéteres deben ser cambiados sobre bases clínicas y microbiológicas, y no sobre
esquemas temporales rígidos, ya que no hay evidencia que respalde esto último, mientras
que si hay información que el riesgo de colonización alcanza su máximo alrededor del
tercer día de inserción, lo que hace incierto que cambios cada 5 o 7 días puedan ser de
utilidad en la prevención de infecciones.
Cerca del 40% de los pacientes que requieren ventilación mecánica (VM) en
unidades de cuidados intensivos desarrollan infección del tracto respiratorio, y alrededor
del 30% fallece en la unidad. La neumonía nosocomial (NN) asociada a VM aumenta la
mortalidad de los pacientes en un 25% respecto de aquellos que no desarrollan esta
complicación.
En Chile, el año 1998 se notificaron 811 NN asociadas a VM, siendo la cuarta causa de
infecciones nosocomiales. En este hospital, el año 1999 hubo 65 NN en pacientes con VM,
constituyéndose en la segunda causa de infección después de las endometritis, con una tasa
cruda de 18,3% (65 NIN entre 356 pacientes ventilados). Esta cifra es muy superior a la
tasa de 1,45% endometritis puerperal (71 infecciones en los 4.896 partos atendidos).
La tasa de NN en pacientes ventilados en UCI adultos fue de 22,67 NN por 1.000 días de
ventilación mecánica, cifra que está por debajo del cuartil 75. En niños, la tasa fue de 19,71
%o en UCL pediátrica y de 20,63%o en UCI neonatológica, ambas cifras por encima del
cuartil 75. El germen más frecuentemente aislado en adultos fue A baumannii (3 7,5%),
seguido de S aureus (31,3%) y P aeruginosa (2 1,9%). En niños, el germen más frecuente
fue K pneumoniae, que representó el 3 6,4% de las infecciones en pediatría y el 50% en
neonatología.
Los hospitales, y particularmente las unidades de cuidados intensivos, son terreno fértil
para el desarrollo, crecimiento y diseminación de bacterias resistentes a los antibióticos,
como consecuencia de la densidad poblacional y del estrecho contacto con el personal de
salud - lo que favorece las infecciones cruzadas en especial mano portada -, y, además, por
el amplio uso de antimicrobianos - que selecciona cepas bacterianas resistentes por
mutación y transferencia de genes resistentes. La resistencia de las bacterias a los
antibióticos aumenta la morbilidad y la mortalidad asociada con las infecciones
nosocomiales.
Las infecciones causadas por Staphylococcus aureus son las más frecuentes dentro de las
infecciones nosocomiales, lo que tiene mucha relevancia si se considera que aumentan la
mortalidad intrahospitalaria en 2,4 veces. Los factores de riesgo identificados en algunos
estudios son la presencia de catéter venoso central, anemia e hiponatremia. La portación
El problema mayor del uso de antibióticos sin regulación en la industria avícola y ganadera
es la posibilidad de transferencia génica desde los animales a las bacterias intestinales
humanas, lo que es crucial, porque se ha observado empíricamente que los pacientes con
cepas microbianas intestinales resistentes a algunos antibióticos se convierten a cepas
sensibles en el ámbito ambulatorio; pero, vuelven a reaparecer al reingresar el enfermo al
hospital, probablemente por disminución de la inmunidad por su condición mórbida y por
el uso recurrente de antimicrobianos.
Lavado de Manos
antisepsia entendemos el uso de sustancias químicas, con diferentes niveles de acción, que
reducen el crecimiento de la flora residente y transitoria de la piel(#) o tejidos vivos.
Relacionados con la prevención y control de infecciones intrahospitalarias están los jabones
antisépticos (contienen sustancias químicas que combinan acción limpiadora y removedora
de la suciedad de la piel), y los desinfectantes (sustancias químicas destinadas a la
desinfección de superficies y material inerte, con distintos niveles de acción)(&)
(#) Flora residente: son los microorganismos estables que aparecen en el nacimiento y se instalan en el
organismo a lo largo de toda la vida del individuo. No son removibles por
acción mecánica. Ej.: S coagulasa (-). Flora transitoria: Son microorganismos que se
encuentran en la piel sin multiplicarse, variables en tipo y cantidad, y son producto de la contaminación, con
objetos animados o inanimados, fácilmente intercambiables, y que se eliminan por simple arrastre mecánico.
Ej.:A baumannii.
(&) Ejemplos de desinfectantes de bajo nivel son los amonios cuaternarios; de nivel intermedio, cloro y
derivados; de alto nivel el glutaraldehído al 2%.
- lavado de manos
- uso de guantes, delantal mascarillas
- preparación y almacenamiento del material estéril
- manejo del campo estéril
- manejo del material contaminado
La transmisión cruzada de microorganismos entre enfermos, por las manos del personal de
la salud, es considerada la principal vía de diseminación de las infecciones nosocomiales.
Esto ya había sido observado por Lister en el siglo XIX, cuando advirtió que la explicación
de la mayor frecuencia de endometritis puerperal en los hospitales docentes de París se
debía a un mayor número de examinaciones ginecológicas por los aprendices. Asimismo,
Semmelwies insistía en que los médicos que hacían autopsias se lavaran las manos antes de
atender a los lactantes.
Aunque los médicos atienden a los enfermos menos tiempo que las enfermeras y personal
paramédico - lo que pudiera hacer pensar que deberían descontaminar sus manos menos a
menudo -, el lavado de manos en ellos es muy importante, ya que tienen numerosos
contactos breves con enfermos y se mueven de una sala a otra, o incluso entre distintos
servicios clínicos, con mucha mayor frecuencia que el resto del personal.
Las manos deben ser descontaminadas antes de cada contacto con el paciente, en particular
si se va a realizar un procedimiento; el lavado de manos debe ser considerado como parte
de las obligaciones del trabajo clínico. El lavado de manos con jabón antiséptico es más
efectivo que el lavado con jabón simple para disminuir el crecimiento bacteriano en las
manos del personal de salud. Para las personas alérgicas a los antisépticos en uso, puede ser
igualmente útil la fricción de las manos con alcohol en gel.
Uso de guantes Siempre que exista En manipulación de fluidos Siempre que exista
contacto con sangre o En procedimientos la acción.
fluidos corporales invasivos.
Cuando se atiende a un En curaciones de pacientes
paciente con piel o quemados, con heridas
mucosas no intactas expuestas etc.
Uso de delantal Cuando el operador está Atención directa de Mientras exista
expuesto a recibir pacientes y en el riesgo
salpicaduras o derrames procedimientos
de sangre o fluidos
corporales
Uso de mascarilla Cuando el operador está Atención directa de la vía Mientras exista
y/o lentes expuesto a recibir aérea. el riesgo
salpicaduras o derrames En algunos procedimientos.
de sangre o fluidos Permanencia a menos de 1
corporales mt de distancia en pacientes
con aislamiento individual
Habitación individual Si se sospecha una Infecciones Según tiempo
con puerta cerrada infección que se transmite transmisibles por vía aérea. de contagio.
por vía aérea, o cuando
las secreciones del
paciente no pueden ser
contenidas (grandes
abscesos).
Las Precauciones Universales son los cuidados que debemos tener al manipular
sangre o fluidos corporales de alto riesgo de cualquier paciente, para prevenir el riesgo de
transmisión de enfermedades entre el paciente y el personal.
Los elementos cortopunzantes deben ser usados de acuerdo a las técnicas, y eliminados en
un recipiente de paredes rígidas, sin manipular. El recipiente debe llenarse solo hasta 2/3 de
su capacidad, sin forzar, y eliminarse debidamente cerrado en la basura corriente. Las
agujas nunca deben ser recapsuladas, ya que ello entraña un elevado riesgo de accidente
punzante de riesgo alto, puesto que el lumen de la aguja contiene gran cantidad de material
biológico que se inocula profundamente.
Por último, la materia orgánica del material contaminado debe eliminarse con agua
corriente, usando las barreras protectoras pertinentes. De esta manera, cumpliendo estas
precauciones, se disminuyen al mínimo las posibilidades de la persona que atiende al
enfermo de adquirir infecciones y, muy importante, se asegura que el resto del personal que
participa en la estadía del enfermo (como personal de ropería y aseo), se exponga a un
accidente cortopunzante.
Todas las personas que laboran en pabellones quirúrgicos deberían estar inmunizadas
contra Hepatitis B. Para el virus de la hepatitis C no hay vacuna, por lo que el
cumplimiento de las precauciones universales es primordial; en verdad, estas últimas
deberían ser dominadas rápidamente por las personas que se incorporan, ya sea como
trabajadores o como estudiantes, puesto que por su inexperiencia están más expuestas a
prácticas incorrectas. El riesgo acumulativo aumenta con accidentes repetidos. Todos los
accidentes con sangre o fluidos biológicos deben ser notificados.
especialmente del equipo de salud que se relaciona directamente con los enfermos.
También es preciso reconocer que las tasas de infección son un parámetro relevante para
medir la calidad de la atención entregada al usuario. Y, por último, es necesario reiterar que
el lavado de manos es la medida de asepsia más importante en la prevención de infecciones.
Los dos hechos anotados anteriormente justifican por si solos los esfuerzos que se realizan
para implantar una política de uso racional de esta importante arma terapéutica.
De parte del huésped deberá tener la certeza que estamos ante una infección y que ésta será
beneficiada con el uso del antibiótico si esta es aguda o de evolución prolongada, la
localización de ella para asegurarnos que éste llegará al sitio de la infección; la extensión y
gravedad que nos hará más agresivos en la indicación; si el origen es extra o
intrahospitalario implicara una mayor complejidad en su manejo, ya que en general, estos
últimos son producidos por cepas multirresistentes. Dentro de los antecedentes, la edad, la
presencia de embarazo, la función renal y hepática serán datos importantes para planear el
esquema terapéutico.
Frente a una infección demostrada, es necesaria tener la seguridad que el antibiótico llegue
al foco y alcance concentraciones útiles; es por esto que la vía de administración, las dosis,
el intervalo de ella y vía de excreción juega un papel importante.
Uso terapéutico
Desde la aparición de los antibióticos en clínicas, se pudo detectar que a medida que se
generalizaba su uso, iba produciéndose un cambio en la población bacteriana, emergiendo
cepas resistentes a su acción. La “estadística bacteriológica” ha permitido en nuestro
medio, clasificar en tres grupos las bacterias más frecuentes encontradas desde el punto de
vista de su sensibilidad a través del tiempo.
Lo anterior es de importancia dado que permite predecir la susceptibilidad que tendrán a los
antimicrobianos los agentes etiológicos responsables de la infección en diversas
localizaciones. Es evidente que la a mayor variabilidad corresponde a los bacilos gram
negativos, los cuales participan preferentemente en la infección quirúrgica, especialmente
de origen abdominal. Sin embargo en este último caso, el mayor riesgo de cepas resistentes
está relacionado con aquéllas adquiridas en el hospital.
Persistencia de fiebre
Uno de los problemas más serios que enfrenta el cirujano es la persistencia de fiebre
en el manejo de una infección.
Las causas que lo provocan son variadas, pudiendo existir error diagnóstico por falta de
identificación del germen causal, a pesar de disponer de elementos para ello. Por esto la
toma de muestra ideal es sin antibióticos, con técnica adecuada, la cual puede ser diseñada
por el Laboratorio de Microbiología, incluyendo el transporte oportuno, ya que mientras
más corto sea el tiempo transcurrido entre la toma y la siembra mayor será el rendimiento
bacteriológico. Aquí debe reiterarse la utilidad del examen directo como una primera y
rápida aproximación al diagnóstico.
Otra causa de fiebre persistente es el error en la elección del antimicrobiano ya sea porque
no se cuenta con la información bacteriológica o porque no se dispone del antibiograma o
más frecuentemente por una inadecuada correlación clínica bacteriológica.
Cuando el diagnóstico y la elección del antibiótico son correctos y el paciente sigue febril,
debe buscarse la persistencia de focos en los cuales no alcanza a concentrarse
adecuadamente el medicamento, como son, abscesos mal drenados o la formación de
colecciones en el transcurso del tratamiento. Mientras no se traten éstos quirúrgicamente y
no se eliminen tejidos necróticos a medida que éstos se produzcan, no existe posibilidad de
éxito.
Uso Profiláctico
Debe partirse de la base que su debe restringirse a los pacientes quirúrgicos con riesgo de
desarrollar infecciones en el postoperatorio o en aquellos en que la aparición de ella esta
asociada con un resultado catastrófico. Con el fin de unificar criterios en la selección de
pacientes de alto riesgo se han clasificado a las heridas quirúrgicas en 4 grupos:
1. Herida limpia: Esta situación se asocia a la cirugía electiva sin una transgresión
de la técnica quirúrgica. La incisión no penetra en áreas donde existe flora endógena.
Posibilidad de infección menor al 5%.
4. Herida sucia: A esta condición pertenecen las heridas traumáticas con tejido
desvitalizado, con o sin presencia de pus o con perforación de vísceras huecas. Posibilidad
de infección 30 a 40%.
El grupo 1 tiene un riesgo muy bajo de infección; con un riesgo evidente el segundo y
tercero y prácticamente la presencia de infección en el grupo cuatro.
En el momento de elegir el antibiótico a usar, deben conocerse los gérmenes más habituales
que causan infecciones post operatorias por localización anatómica, recordando que suelen
existir asociaciones de bacteria aerobias y anaerobias y que no es conveniente usar loas
antibióticos de excepción, pues de fallar la profilaxis y la infección hace su aparición
debemos tener antibióticos de reserva para combatirla.
Cada vez que se revisa el tema de profilaxis siempre se concluye enfatizando que el uso de
antibióticos no sustituye a la técnica quirúrgica refinada y no debe crear una falsa
seguridad.
Evaluación Nutricional
Evaluación mínima:
Peso (I P/T) (IMC), albuminemia y linfocitos.
Evaluación Completa:
- Parámetros antropométricos: pliegues cutáneos, circunferencia muscular del brazo y
área muscular del brazo.
- Parámetros bioquímicos: albuminemia, transferrina (TLBC), prealbúmina, linfocitos.
Se asocia con:
• Aumento de las complicaciones.
• Prolongación de la estancia hospitalaria.
• Mayores costos hospitalarios.
Requerimientos Nutricionales
• Lípidos:
• Carbohidratos:
• Energía:
• Proteínas:
• Vitaminas y Minerales:
NUTRICION ENTERAL
Beneficios:
Contraindicaciones:
Absolutas: Obstrucción intestinal total, ileo severo de intestino delgado con distensión
abdominal, incapacidad total para absorber nutrientes a través del tracto
digestivo.
Indicaciones:
Ejs: Anorexia, Coma, Sepsis, Trauma, cirugía de cabeza y cuello, transición de nutrición
parenteral
Complicaciones:
Ventajas:
Desventajas:
Indicaciones:
Ventajas:
Desventajas:
NUTRICION PARENTERAL
Indicaciones:
Contraindicaciones:
- Cuando existe capacidad para recibir y absorber adecuadamente los nutrientes necesarios,
por la vía oral o por sonda gástrica o enteral.
- Inestabilidad hemodinámica.
- Metas no claras en el tratamiento.
- Enfermedad terminal (prolongación de la vida).
Aminoácidos
Tipos de Aminoácidos
Glucosa
Lípidos
Electrolitos
Elementos Traza
- Los elementos trazas incluyen: zinc, cobre, cromo, manganeso, flúor, hierro, selenio,
molibdeno y yodo.
- Existen diferentes requerimientos según el tipo de paciente y patología.
- Habitualmente se administran como oligoelementos: zinc, cobre, cromo y manganeso.
Vitaminas y Minerales
Tipo de Infusión:
-La administración de la mezcla debe ser continua, mediante el uso de una bomba de
infusión.
-La administración por goteo de la mezcla, puede producir alteraciones metabólicas y
electrolíticas, especialmente cuando se trata de mezclas con altos apodes de carbohidratos.
Evaluación:
-Peso corporal.
-Balance de Nitrógeno.
-Determinación de proteínas viscerales. (albuminemia, transferrina, prealbumina).
-Determinación de pruebas funcionales.
1.- Por la inserción: neumotórax, quilotórax, punción arterial, embolia por aire, etc.
2.- Mecánicas: malposición del catéter, flebitis, trombosis, oclusión del catéter.
3.- Infección: sitio de inserción, colonización del catéter, sepsis, bacteremia por catéter.
Metabólicas:
Gastrointestinales:
Monitorización:
MACRONUTRIENTES EN NUTRICIÓN
- Tracitrans Plus (10 ml): molibdeno, selenio, hierro, zinc, manganeso, cobre, cromo,
flúor y yodo. (Fresenius)
- Tracutil (10 mi): molibdeno, selenio, hierro, zinc, manganeso, cobre, cromo, flúor,
y yodo. (BBRAUN)
Diarrea severa prolongada (Sida), fístula intestinal de alto débito: igual al anterior.
Soluciones de electrolitos
Soluciones Glucosadas
Introducción
2.- LOS DUCTOS O VIAS DE RETORNO VENOSO: Hay que recordar que la sangre
regresa al corazón mediante el sistema superficial y por el sistema venoso profundo que es
el que mayor causal de sangre lleva. Ambos están integrados mediante las venas
perforantes. La dirección del flujo normal es de superficial a profundo a través de las venas
perforantes y de profundo al corazón. La disposición de las vías y la existencia en estos
sistemas de válvulas dirigen el flujo en la dirección señalada.
En este corazón periférico multifactorial que hemos enunciado existen el flujo de precarga
(diástole de la bomba muscular) el flujo de eyección (sístole de la bomba muscular) y el
flujo de poscarga determinado fundamentalmente por el estado de la vía hacia proximal.
Etiología
Las causas más frecuentes que producen un desorden fisiopatológico del retorno venoso
de las extremidades inferiores son las siguientes:
Finalmente se citan como etiología de IVC las iatrogenias y los traumatismos venosos
capaces de interrumpir los ductos descritos, las ligaduras venosas terapéuticas, la fibrosis
por radioterapia y las compresiones crónicas de diversa naturaleza.
En Insuficiencia Venosa Crónica, sea primaria, o sea ligada a una disminución del tono
venoso por una menor elasticidad o por estructura fíbroelástica deficiente, o sea secundaria
a una trombosis venosa profunda, lo sustancial como punto físiopatológico fundamental es
la hipertensión venosa crónica.
Los leucocitos se atrapan en estos capilares de alto flujo liberando radicales libres que
dañan los tejidos. Entonces la apariencia clínica es de un estado inflamatorio. Estos
cambios que se resumen en una hipertensión venosa microangiopática son particularmente
El Síndrome Postrombótico
2. - puede haber obstrucción definitiva del lumen venoso lo que ocurre felizmente en no
más de un 10 o un 12%. La vena permanece bloqueada y no se recanaliza.
Es importante también dar su significado y tomar las medidas profilácticas necesarias para
que un enfermo que ha tenido una trombosis venosa profunda no tenga una retrombosis
especialmente durante los 6 primeros meses posteriores al episodio, en que la frecuencia de
este fenómeno de retrombosis es de alrededor de 15 a 20%.
Manifestaciones Clínicas
Linfedema Postrombótico
Es el más grave de los linfedemas. Acontece por una grave lesión del sistema
venoso profundo capaz de generar un edema permanente de alto flujo y bajo contenido
proteico secundario a la hipertensión venosa. El sistema linfático se agota en su función de
válvula de seguridad del sistema venoso y colabora en este caso en la acumulación de
líquidos y proteínas de cadena larga en el espacio intersticial. Al principio el edema es
blando y cede parcialmente con el reposo. Compromete el celular y la piel e infiltra menos
masa muscular. Pero su evolución es rápida hacía el fibroedema y se ve entorpecida por la
aparición de trastornos tróficos de lípodermatoesclerosis que lesionan los capilares
1.-Tratamiento médico.
2.-Tratamiento quirúrgico.
Tratamiento médico:
Evitar la exposición exagerada al sol o a cualquier otra fuente de calor (estufas, termas,
depilaciones, etc).
Este procedimiento que permite drenar el líquido acumulado y los elementos proteicos es
de gran utilidad para disminuir la lipodermatoesclerosis. Debe ser realizado por personal
médico o kinesiólogo entrenado.
4. Presoterapia
La presoterapia debe realizarse con bajos registros de presión, menores a 30 mm Hg, debe
ser secuencial y por tiempos breves. Hay quienes discuten su aplicación porque si se usan
mayores presiones que las enunciadas o por períodos más largos podría producir lesiones
del espacio intersticial y provocar daño de las vías linfáticas iniciales.
5. Tratamiento Farmacológico
Los soportes elásticos, para ser aceptados médicamente, deben cumplir con los siguientes
factores técnicos:
La presión debe estar acorde con la patología y grado de la afección. Como guía se puede
establecer lo siguiente:
Los vendajes elásticos están incluidos dentro de lo que se llama vendajes de compresión.
En algunos casos es útil agregar los llamados vendajes de contensión.
En 1880 Pablo Unna confeccionó una bota blanda inelástica para el tratamiento del edema.
Estos vendajes impiden que la pierna aumente de volumen al ponerse de pie pero no
comprimen. Hoy imitando la bota de Unna existen vendajes de contensión como es el
tensoplast de 7,5 cm de ancho.
Las infecciones en las lesiones cutáneas de la IVC son frecuentes llámese celulitis o
linfangitis o los signos directos de supuración de la superficie ulcerada.
Los signos clínicos indicarán claramente si se trata de una infección localizada o si existen
signos de progresión a distancia como puede ser la existencia de líneas de linfangitis o de
celulitis en los tejidos vecinos o la presencia de linfoadenitis inguinal o de fiebre.
El método Doppler:
El doppler manual de onda continua es útil para la detección del reflujo safenofemoral y de
la unión safenopoplítea. Siendo operador dependiente es una técnica que se usa
rutinariamente en el paciente ambulatorio pues provee una rápida orientación para
determinar los sitios de reflujo, mediante las maniobras de Valsalva o la compresión
muscular proximal y distal al punto en estudio. Nosotros creemos que el método de
Doppler manual detecta también con una sensibilidad de alrededor del 100% el reflujo
poplíteo.
Sabemos que existen falsos positivos en esta región debido a variaciones de la safena corta
o a reflujos de las venas gastronemias o de la vena de Yacomini que pueden simular reflujo
venoso profundo a pesar de que existen válvulas competentes. Esta deficiencia puede ser
aclarada con el Duplex Scanner.
Duplex Scanner:
Este método ha probado ser el más seguro e indicado entre los métodos de estudio del
sistema venoso de las extremidades inferiores porque detecta rápidamente en casi un 100%
la presencia o ausencia de reflujo, y porque es capaz también de identificar los sitios de
obstrucción, informando sobre la extensión en los troncos o vías principales longitudinales
profundas o en las vías transversales del sistema perforante.
El método Duplex Scanner exige el uso de un sensor de 7,5 MHz pulsado. El examen debe
ser hecho por un operador calificado en el estudio del sistema venoso, conocedor de la
técnica de posición del enfermo y de las maniobras, absolutamente protocolizadas. El flujo
venoso normal es rítmico con la respiración aumentando durante la expiración. La ausencia
de flujo venoso espontáneo significa obstrucción del segmento.
2. -El estudio del contenido significa determinar el flujo o la permeabilidad del lumen
venoso o las características de la sustancia (trombo) y la extensión de este material en el
árbol venoso. A medida que el trombo se envejece en horas o en días aumenta el contenido
de colágeno de los mismos por lo que los más antiguos son ecogénicos. El ecografista
deberá conocer según el grado de ecogenicidad la antigüedad en horas o en días de los
trombos e informar al clínico. El signo más significativo para demostrar la presencia de un
trombo en la vena es la falta de compresión de la misma con el sensor doppler.
El único inconveniente actual del triplex es que no puede medir en ml/seg los volúmenes de
flujo, los volúmenes de reflujo o los volúmenes de eyección. Esto se determina por la
pletismografía de aire.
El futuro del Triplex será la visualización tridimensional de las venas, la medición de los
volúmenes, y el estudio asociado a medios de contraste.
Pletismografía de aire:
El pletismógrafo de aire está conformado por una bota de PVC que rodea toda la pierna,
conectada a un transductor de presión que permite leer en forma automática las variaciones
del volumen de la pierna traducida a ml/seg.
Estando el paciente en decúbito dorsal con su pierna elevada en 15 cms se le pide que se
ponga de pie.
Se produce el llenamiento del sistema venoso de la extremidad. Este es de 100 a 150 ml/seg
en una extremidad normal en 2 seg y es de 150 a 350 ml/seg en una con IVC.
Estando el paciente de pie se le pide que haga una flexión enérgica del ortejo mayor. Esto
mide el volumen de eyección.
La fracción de eyección varía de un individuo a otro y de una pierna a otra según sean las
características del corazón periférico (masa muscular, estado valvular, volumen sanguíneo,
lagos del soleo, etc). La fracción de eyección normal varia entre 70 y 120 ml/seg.
Posteriormente se le pide al paciente que haga unas 10 veces flexiones de todos los ortejos
del pie lo que provoca el máximo posible de vaciamiento venoso de la extremidad. El
volumen que quede en la pierna corresponde al volumen residual.
Pacientes con mínimo riesgo son aquellos que tienen un volumen de eyección mayor de
60% y un reflujo moderado o mínimo. Estos pacientes tienen generalmente un volumen
residual menor de 60 cm de agua.
Al respecto Ciano Quirós, en 1960 determinó que este nivel de hipertensión venosa
marcaba el límite crítico en la IVC. Es decir, los pacientes que tienen presión venosa menor
de 60 cm de agua en el tobillo se tratan en su mayor parte exclusivamente con tratamiento
médico y muy rara vez era necesario el tratamiento quirúrgico.
Riesgo mediano de desarrollo de lesiones de IVC son los pacientes con una fracción de
eyección mayor de 40% y un reflujo grave es decir, mayor de 10 ml/seg.
Indudablemente que los pacientes en que el Eco doppler color ha determinado y localizado
el reflujo o la obstrucción, y en los que la pletismografía de aire determina un riesgo
mediano o alto de lesiones cutáneas son determinantemente de tratamiento quirúrgico y
medico en el menor tiempo posible de evolución de la IVC.
Tratamiento quirúrgico:
Cirugía de la obstrucción:
SEGMENTO ILIOFEMORAL:
1. – By-pass femoroaxilar
Se ha propuesto esta derivación hecha con una safena o con ambas safenas en la trombosis
de la vena cava especialmente de la cava superior por procesos evolutivos del mediastino,
llámese procesos neoplásicos, procesos tuberculosos, procesos inflamatorios inespecíficos y
procesos mesenquimáticos. Esto produce una hipertensión endocraneana progresiva
insoportable para el paciente que deriva en una muy mala calidad de vida. Sin entrar en
detalles, informamos que la vena safena interna uni o bilateral es cosechada en todo su
trayecto hasta la región maleolar, Mediante un túnel subcutáneo tallado por la pared de la
línea axilar anterior del abdomen y del tórax se deriva hacia el cuello. Se hace una
anastomosis uni o bilateral a las venas yugulares.
El flujo intracraneano y supra cava superior se derivará hacia la vena femoral produciendo
de inmediato una disminución de la hipertensión endocraneana. Hemos realizado esta
técnica, con enorme beneficio para el paciente, que no era capaz de soportar la hipertensión
endocraneana. Su mayor dificultad se basa en el bajo índice de permeabilidad observado en
el largo plazo. Hoy día con el uso de heparinas de bajo peso molecular esta técnica ha
mejorado enormemente su porcentaje de permeabilidad a largo plazo.
En 1958 el Dr. Eduardo Palma de Uruguay realizó el primer by-pass veno venoso
contralateral, en un síndrome post flebítico con oclusión de una vena ilíaca.
Se diseca la safena interna del lado venoso sano hasta la rodilla y mediante un túnel
subcutáneo se traslada vía suprapúbica al lado en que la vena ilíaca está obstruida y se
realiza una anastomosis safeno-femoral común. De esta manera el flujo de la pierna cuya
ilíaca está obstruida se hace vía femoral-safena interna y femoroilíaco contralateral.
Este puente derivativo, llamado operación de Palma, produce una notoria disminución de la
hipertensión venosa de la extremidad con síndrome post flebítico y por sí solo es capaz de
mejorar significativamente las condiciones hemodinámicas de las IVC y revertir el
desarrollo de una lipodermatoesclerosis y secundariamente de una úlcera venosa.
Los estudios a largo plazo demuestran una permeabilidad de 50% del by-pass veno venoso
contralateral a 5 años, controlada en Eco Doppler color.
El flujo de la extremidad con la vena femoral superficial obstruida, se hace desde vena
poplítea a través de la safena y drena en la vena femoral común. Este by-pass veno venoso
homolateral lateral tiene una permeabilidad a largo plazo de más de 75%.
Los resultados han sido de variable porcentaje, creándose una buena situación en el post
operatorio inmediato. En el largo plazo, se va generando una hiperplasia entre el anillo
protésico y la pared de la vena, lo que lleva a veces a una reestenosis o a una situación de
trombosis.
El primero en realizar esta técnica en 1970 fue el Dr Kistner cuya técnica ha sido
modificada solo en el aspecto del abordaje o del sitio de la venotomía por el Dr Raju. La
técnica de Kistner supone una venotomía en el lugar de la protuberancia de la localización
de los velos valvulares, venotomía longitudinal. Raju aborda la válvula por una incisión
transversal 2,5 cm por encima de la protuberancia valvular.
Kistner presentó una serie de 52 casos en marzo de 1977 con un 80% de resultados buenos
a largo plazo. Esto significó la desaparición del edema, la regresión de las manifestaciones
de lipodermatoesclerosis y la cicatrización de la úlcera. La flebografía retrógrada, demostró
la continencia total en el 50% de los casos y una continencia parcial en el 22% de los casos.
El control alejado fue hecho a 13 años de post operatorio. Estas técnicas de valvuloplastía
interna están limitadas al grupo de síndrome de IVC con falla valvular congénita o
adquirida ya que en los síndromes post trombóticos la retracción valvular y las alteraciones
parietales hace prácticamente irrealizable este tipo de valvuloplastía interna.
3. - Transplantes valvulares:
Técnica de Taheri.
Esta técnica consiste en la obtención de cuatro cms de vena humeral o axilar incluyendo
una o dos válvulas cuya continencia se hace en el mismo acto operatorio por maniobra de
compresión proximal y empuje del flujo venoso hacia la válvula para probar su
competencia. También se puede usar el doppler intraoperatorio. Se diseca la vena poplítea
proximal por encima de la interlínea, con la técnica de abordaje lateral clásico; se separa de
la arteria poplítea proximal y se le extirpa a la vena un segmento de 2 o 3 cm. un cm menos
que la longitud de del trozo de vena humeral o axilar a injertar.
Entonces se coloca el injerto mediante suturas proximales y distales término terminales con
prolene 8.0.
Estas técnicas descritas por Kistner y Queral tienen por objeto, interponer una o más
válvulas en segmentos de recanalización post trombótica que no permiten una
reconstrucción valvular. Es así como el tercio proximal de la vena femoral superficial se
anastomosa con la safena interna proximal valvulada normal, o con la rama vertical
principal de la vena femoral profunda en forma término terminal. Kistner considera que la
anastomosis realizada a la rama vertical de la femoral profunda rinde resultados más
duraderos porque las válvulas de la safena interna son menos firmes y su eje es menos
continente.
En 1930 y para salvar el desprestigio en que había caído la simple safenectomía que
se practicaba hasta la época, se inicia con Linton, el estudio y la ligadura de las venas
perforantes. En junio de 1956, Cockett de Inglaterra, publica en el British Journal of
Surgery un trabajo maestro en que se establecen los principios de la fisiología de las venas
perforantes y la localización anatómica de las clínicamente más importantes. Introduce y
determina la importancia de su tratamiento quirúrgico para la cicatrización definitiva de la
úlcera venosa.
Se han descrito técnicas de tratamiento de las venas perforantes a cielo abierto como son las
operaciones de Linton, la operación de Cockett y hoy día las operaciones con incisiones
muy pequeñas previo mapeo en Eco Doppler.
Esto obliga a un examen Doppler color de mapeo preoperatorio realizado por un operador
especializado en sistema venoso de las extremidades inferiores.
tercio inferior de la pierna. A través de ella y mediante disección roma o digital localizamos
las perforantes mencionadas anteriormente y hacemos su división subaponeurótica.
El autor no recomienda las aponeurectomías extensas tipo Cockett o Linton salvo casos
muy seleccionados. Mediante el Eco doppler y la Pletismografía se ha determinado que las
perforantes clínicamente ulcerogénicas son principalmente las de Boyd, las de Sherman y
especialmente la primera y segunda de Cockett, porque siendo venas muy cortas de 1 o 2
cms trasmiten directamente la hipertensión venosa del sistema profundo hacia la piel.
Estas perforantes son fácilmente mapeadas con el Eco doppler color.
Introducción
Clasificación
b) Indirectas:
- Vía sanguínea
- Vía linfática
- Contigüidad: Abscesos perianales, anorectales, genitales.
- Impétigo
- Erisipela
- Celulitis
- Foliculitis
- Furúnculos
- Carbunclo
- Paroniquia, Panadizo, Onicocriptosis
- Antrax
- Hidrosadenitis supurativa
- Quistes epidérmicos infectados. (Quistes sebáceos).
- Herida operatoria
- Herida traumática
- Sitios de infusión intravenosa
- Ulceras de decúbito
- Ulceras en pie diabético
- Sitios de monitorización hemodinámica (líneas arteriales o
venosas).
En 1998, R.T. Lewis desarrolló una clasificación simple que tiende a racionalizar la
abundante y compleja terminología relativa a las infecciones de los tejidos blandos.
PIODERMAS PRIMARIOS
a) Impetigo:
-Frecuente en niños
-Agente causal: Estreptococo piógeno – Estafilococo Aureus
b) Erisipela:
c) Celulitis:
El paciente puede ser tratado en forma ambulatoria con reposo, medidas generales,
medicación sintomática más los antibióticos respectivos. Controles periódicos y
hospitalización ante complicaciones o no respuesta al tratamiento médico.
d) Foliculitis:
Clínica: Lesión eritematosa- pápula- pústula, de 2-5 mm, pruriginosa, que tiende a
resolución espontánea.
e) Furúnculos:
f) Carbunclo:
-Proceso más extenso que furunculosis, hacia áreas con abundante TCS y piel fina.
-Agente causal y Tratamiento: Igual a Furúnculo.
g) Paroniquia, panadizo:
h) Antrax:
-Grave
-Infección limitada a personas que trabajan con lana o productos animales contaminados
con esporas resistentes de BACILO ANTHRACIS.
Tratamiento: - Hospitalización
- Drenaje y limpieza quirúrgica, debridamiento de tejido necrótico
- ATB: PNC.
i) Hidrosadenitis Supurativa:
j) Quistes Epidérmicos:
INFECCIONES NECROTIZANTES
En 1884 Fournier describió la infección gangrenosa de los genitales y del periné masculino
de donde se conoce actualmente la “gangrena de Fournier”. En 1924 Meleney publicó la
detallada descripción de una infección necrotizante progresiva, “gangrena estreptocóccica
hemolítica aguda”, la cual atribuyó en forma exclusiva al estreptococo beta hemolítico (la
tan temida bacteria asesina). En 1952 Wilson utilizó el término “fascitis necrotizante”
para designar genéricamente las infecciones necrotizantes o gangrenosas, de etiología
típicamente polibacteriana, o mucormicótica, que en forma característica producen necrosis
masiva de la fascia subcutánea con erosión de los tejidos subdérmicos pero sin afectar la
fascia muscular ni el músculo, cuadro patológico que se acompaña de gran toxicidad.
Las infecciones necrotizantes de la piel y de los tejidos blandos son causadas por
microorganismos anaeróbios solos o en combinación sinérgica con bacterias aeróbicas.
El desafío que representan las infecciones necrotizantes de la piel y de los tejidos blandos
está constituido, en la primera fase, por la gangrena tisular subcutánea rápidamente
progresiva, la cual se acompaña de un cuadro de extremada toxicidad que con frecuencia
lleva a la falla orgánica multisistémica, causa reconocida de muerte en la gran mayoría de
los pacientes. Sólo el diagnóstico precoz y una intervención quirúrgica radical de urgencia,
unidos a un excelente soporte de la función orgánica en una buena unidad de cuidado
intensivo, pueden salvar la vida del enfermo.
Clínica y Patología:
Diagnóstico:
Tratamiento:
Preguntas
Lecturas recomendadas
Las uñas son anexos cutáneos, por lo que pueden tener afecciones locales, generales o
consecutivas a malformaciones congénitas. White (1939) las clasificó en:
1. Infecciones
2. Psoriasis
3. Contactos
4. Eczema (Dermatitis atópica)
5. Avitaminosis
6. Tumores
7. Traumatismos
Krausz (1950) revisa 2788 casos de patología ungueal, con lo cual encuentra un 94% de
patología traumática o infecciosa. Nosotros sólo nos ocuparemos de los problemas quirúrgicos
locales ya que los problemas de enfermedades generales son de competencia del internista y las
cutáneas del dermatólogo.
Oniquia
Paroniquia
Al igual que en la mano, se presenta una inflamación del surco de la uña: rara vez es
producida por una enfermedad general y afecta con mayor frecuencia al ortejo mayor. Puede o
no estar acompañada de una Onicocriptosis, a la vez que puede ser precursora de esta. El cuadro
varía desde celulitis leve a supuración franca.
1. Reposo absoluto con pie en alto por 7 días y aumentarlo según evolución.
2. Extirpar 2 mm. de borde ungueal.
3. Drenaje, si existe colección.
4. Antibiótico si existe celulitis.
5. Curación diaria.
Onicocriptosis
Los términos “uña encarnada” y Onicocriptosis son engañosos ya que implican que el
borde de la uña crece hacia adentro, en el surco ungueal. Du Vries (1933 y 1944) idea el término
Hipertrofia Labio ungueal, que está más de acuerdo con la naturaleza de la lesión.
Frost (1950) reconoce tres tipos de “uña encarnada”:
La Hipertrofia Labio ungueal (uña encarnada) se produce debido a la obliteración del espacio de
1 ó 2 mm de surco ungueal que lleva a la irritación y solución de continuidad de la delgada capa
epitelial que ahí existe. Esta se produce por un calzado inadecuado y por el traumatismo local del
recorte de la uña dejando un espolón que rompe el surco ungueal. Algunas veces se produce por
una pequeña solución de continuidad debido a la tijera, que al caminar permite que aumente el
traumatismo y la irritación local asociándolo a infección, lo que completa el cuadro.
Tratamiento de la urgencia:
Generalmente se trata de pacientes con un cuadro infeccioso de reciente comienzo, causados por
un corte inadecuado u otro traumatismo local. Estos pueden ser tratados con:
Ahora, los pacientes que consultan por un cuadro de varios días de evolución, semanas y a veces
meses de evolución, deben ser tratados en forma electiva con cirugía definitiva. En este grupo
están los que presentan una recidiva.
Uña Incurvada
La deformidad, de grado variable, incluye la uña, el lecho o ambos. Como el contorno de la uña
depende del contorno del dorso de la falange distal, generalmente son secundarios a esta
deformidad.
Tratamiento:
Cuando sólo está deformado el borde de la uña, la extirpación de este borde con el surco y la
matriz permite buenos resultados. Cuando existe una deformidad de toda la uña, lo mejor es la
operación de Zadik (resección de uña y matriz).
Cuando existe una deformidad del dorso de la falange distal, se realiza una corrección de esta
(método descrito por Du Vries).
Hematoma Subungueal
Se produce por un traumatismo directo contuso, lo que produce sangrado del lecho
ungueal, el cual se visualiza por transparencia bajo la uña. A esto se agrega gran dolor que
aumenta al bajar el brazo y, muchas veces, es pulsátil. Todo esto cede en el momento en que se
realiza el drenaje por una ventana en la uña. La disminución del dolor es inmediata.
Luego del drenaje, bajo medidas asépticas, sólo queda evaluar la falange mediante una
radiografía para ver su indemnidad.
a)Los abscesos Intracutáneos: La superficie palmar de los dedos está sujeta a múltiples
traumatismos de los cuales la inoculación de germen por un pinchazo es muy frecuente. Si
esto ocurre, rápidamente aparecen síntomas de infección. La aparición de una pústula lo hace
evidente y el tratamiento consiste en el drenaje más antibióticoterapia. Generalmente, no
requiere anestesia el procedimiento de drenaje por la desvitalización de la zona.
b)Las infecciones subcutáneas o del pulpejo (Panadizo): Es poco frecuente pero seria; por
tratarse de un espacio facial cerrado, la tensión que se desarrolla por el edema y la infección
produce un síndrome compartamental, aumentando la destrucción y necrosis, la que
involucra los vasos nutricios de la falange distal llevándolo a una Osteítis de la falange
distal. Es por esto, que se debe actuar en forma precoz. El diagnóstico lo permite la
aparición de dolor sordo, tumefacción, mas la presencia de dolor pulsátil que impide dormir
y que no cede al elevar la extremidad.
- Anestesia troncular
- Torniquete para evitar el sangramiento durante el procedimiento.
- Drenaje, insiciones laterales. De acuerdo a cuantía dejar drenaje.
- Antibióticoterapia
- Curación diaria
- Reposo mano en alta
A diferencia de las infecciones anteriores, aparecen otros tipos de gérmenes, fuera del
Staphylococcus; correspondiendo a una flora mixta (contaminación e inoculación).
1. Consulta precoz.
- Reposo con mano en alto Desinfección local superficial
- Antibióticoterapia: Unasyna, 375 mg cada 12 horas vía oral. Asociar a Perenteryl o
Yogurt
- Control cada 24 horas para evaluación
2. Consulta tardía.
- Anestesia local, si se realizara drenaje u onicectomía
- No requiere torniquete
- Drenaje
- Antibióticoterapia (igual que el tratamiento anterior)
- Curación diaria
- Reposo con mano en alto
- Control a las 48 horas, luego curaciones diarias, dando de alta a la
semana
Es una infección localizada entre la cuarta parte distal del epitelio subungueal y el
periostio. Generalmente, el espacio apical se infecta por haberse deslizado un objeto puntiagudo
por debajo del borde libre de la uña. Se confunde con un panadizo, pero el dolor es exquisito
cerca del borde libre de la uña, además de tener el antecedente del mecanismo de producción. Al
mismo tiempo puede avanzar hacia la región lateral, confundiéndose con una Paroniquia.
Fig. 7.1
Fig. 7.2
Fig. 7.3
Fig. 7.4
Fig. 7.5
Fig. 7.6
Fig. 7.7
Fig. 7.8
Fig. 7.9
Fig. 7.10
Fig. 7.11
Con fines didácticos se analizarán las lesiones de partes blandas y fracturas por separado pero
debemos considerar que éstas se pueden presentar en forma concomitante.
Siempre se manifiestan con un sangramiento importante que se explica por la rica irrigación de
la zona.
Prioridades en el manejo:
1. Como en todo traumatizado, vía aérea permeable, con control de columna cervical.
2. Ventilación apropiada.
3. Circulación.
Una vez que aseguramos los tres puntos anteriores, vamos al control local de las lesiones.
Tipos de lesión:
Hematomas: son producto de una contusión, sin lesionar la piel. Habitualmente son de
evolución espontánea. Sólo en casos extremos evacuaremos con una pequeña incisión con
bisturí, o en una fase tardía mediante punción evacuadora.
Tatuajes: múltiples pequeñas partículas que quedan incrustadas en la piel, deben ser
removidas antes de 12 hrs. Realizar lavado con escobilla. Si existen restos de petróleo, es
necesario extraerlos con éter o acetona.
Cuerpos extraños: en cara es perentorio retirarlos todos, excepto balas y perdigones. Especial
atención debemos tener con aquellos que entran por la boca y quedan en el tejido celular ya que
existe un alto riesgo de infección.
Herida cortante simple: es la más frecuente. Pueden ser reparadas hasta 24 hrs de
provocadas. La regularización de bordes tiene como objetivo dejarlos lineales y
perpendiculares. La sutura recomendada será catgut simple 4/0 en músculo y celular, y nylon 5-
6 /0 en piel. Las suturas se retiran no más allá del 5ºdía a excepción de las orejas en donde
debemos esperar hasta el día 14º, por la tendencia a la retracción de piel y exposición
secundaria del cartílago
Herida por avulsión: generalmente están comprometidas todas las capas de la piel y su
circulación en forma tangencial. Los colgajos pequeños se seccionan, mientras que los grandes
se regularizan los bordes, dejándolos perpendiculares. Debemos afrontar estos segmentos con
cintas adhesivas o mallas de compresión. No suturar. En los grandes defectos, se utilizarán
injertos dermoepidérmicos, o eventualmente colgajos.
Manejo
1. Anestesia: local o troncular. La inyección debe ser a través de la incisión, lo cual evita mayor
dolor al enfermo
2. Aseo: por lo general cualquier lesión de cara puede ser suturada después de 24 hrs de
producida siempre y cuando se realice un aseo profuso con suero fisiológico.
4. Afrontamiento: siempre intentar suturar todos los planos comprometidos para lograr una
óptima cicatrización. Si sólo se sutura la piel la cicatriz tenderá a deprimirse, ya que no tiene
soporte músculo-cutáneo. El afrontamiento con papel adhesivo ( steri-strip) es útil en
aquellas heridas superficiales de bordes netos. En toda sutura se debe intentar seguir las
líneas de expresión de Langer`s (figura)
BUENA ILUMINACIÓN
Fracturas Faciales
Para lograr un buen diagnóstico, es fundamental preguntar por el mecanismo por el cual se
produjo la agresión (cinemática del trauma).
Actualmente, si bien el examen físico sigue siendo prioritario, es el TAC el método diagnóstico
que nos permite ver partes duras y blandas, lo que nos ayuda a planificar de mejor manera el
tratamiento.
Prioridades
Emergencia:
Vía aérea permeable: retirar cuerpos extraños (prótesis, alimentos, fragmentos óseos), no
olvidar que si el enfermo insiste en sentarse, es porque se ahoga al acostarse. Si el enfermo está
comprometido de conciencia, debemos recurrir a la intubación. Existen algunas fracturas que por
si mismas pueden provocar obstrucción de la vía aérea, por ejemplo la fractura conminuta de
mandíbula deja la lengua sin soporte siendo retraída hacia la pared posterior de la faringe
Diagnóstico:
Estudio radiológico: existen una serie de proyecciones que permiten una adecuada
evaluación.
Proyección de Waters: es la radiografía más útil para ver la pared lateral e inferior del anillo
orbitario, pared lateral de los senos maxilares y pirámide nasal.
Proyección de Towne: útil para evaluar las fracturas condilares y subcondilares de la mandíbula.
Proyección póstero-anterior y lateral de mandíbula: son especiales para ver la sínfisis, áreas
parasinfisiarias, cuerpo, rama y coronoides.
Fig. 8.1
Fig. 8.3
Fig. 8.2
Anatomía
La glándula tiroides está ubicada en la región infrahioidea en posición central. Tiene un lóbulo
derecho, un lóbulo izquierdo, un lóbulo piramidal y un istmo.
Es necesario recordar:
1. -La relación de la glándula con los planos superficiales, piel, músculos y aponeurosis.
2. -La relación con la vía respiratoria (laringe y tráquea cervicales) y digestiva (faringe y esófago
cervical).
3. -La relación con la región carotídea (carótida primitiva, vena yugular interna y nervio
neumogástrico)
4. -La relación con los elementos de la región carotídea.
5. -La relación con los nervios laríngeos superior e inferior.
6. -La relación con las glándulas paratiroídeas (superior e inferior).
Existen:
- Los nódulos linfáticos prelaringeos, ubicados entre el borde cefálico del istmo y el aspecto
ventral de la laringe.
- Los nódulos linfáticos pretraqueales y del mediastino anterior y superior, entre el borde caudal
del istmo y el extremo cefálico del timo.
- Los nódulos linfáticos del surco traqueo-esofágico.
- Los nódulos linfáticos de la cadena de la vena yugular interna.
Estos linfonodos constituyen las estaciones de drenaje linfático primario de la glándula tiroides.
Definiciones
Tanto los bocios difusos como los nodulares pueden acompañarse de alguno de los trastornos
funcionales.
Patología
Desde este punto de vista, un bocio puede ser la manifestación de alguna de las siguientes
lesiones:
A-BENIGNOS
B-MALIGNOS
1.Carcinoma papilar.
2.Carcinoma folicular.
3.Carcinoma medular.
4.Carcinoma anaplástico.
El propósito de este estudio es identificar aquellos pacientes con bocio nodular que tienen un
riesgo de ser portadores de cáncer.
Estudio clínico:
1. Historia: Algunos de los elementos de ella permiten establecer cierto grado de sospecha de la
existencia de cáncer:
d) Edad: La probabilidad que tiene un bocio nodular de ser cáncer, es mayor en pacientes
menores de 20 años y mayores de 50 años.
a) Número de nódulos: Se estima que el riesgo de malignidad es mayor en los nódulos únicos.
Sin embargo, la condición de bocio multinodular no excluye el cáncer.
b) Consistencia dura.
4.Estudio Complementario:
a) Ecotomografía del tiroides y del cuello: Este procedimiento de estudio por imágenes
proporciona las siguientes informaciones:
- Número de nódulos (uno o más).
- Tamaño (tridimensional).
- Naturaleza sólida, quística o mixta.
- Ubicación en la glándula.
- Linfonodos aumentados de tamaño.
c) Cintigrafía: Utilizando una dosis trazadora de 1131 o Tc99, el cintígrafo mide la intensidad de
la concentración del radiofármaco en el nódulo relativa a la del tejido sano.
Los estudios clínicos y complementarios del paciente portador de bocio nodular, permiten
seleccionar a aquellos con indicación quirúrgica:
1-Certeza de cáncer.
2-Sospecha de cáncer.
3-Alteraciones mecánicas de la vía aérea o digestiva altas.
4-Bocio nodular tóxico (indicación controvertida frente a la alternativa terapéutica con I131).
5-Fracaso del tratamiento médico (Levotiroxina) en los enfermos seleccionados para ser tratados
primariamente en ésta forma.
6-Bocios de gran tamaño con deformidad estética.
Complicaciones de la Tiroidectomía
3.Lesión del nervio laríngeo superior: Provoca parálisis del músculo cricotiroídeo y pérdida de la
sensibilidad del orificio cefálico de la laringe. Se expresa clínicamente por la incapacidad del
paciente para emitir sonidos de intensidad alta y “cansancio de la voz”. Por otra parte hay pasaje
de partículas de alimentos a la vía aérea en el momento de la deglución, lo que ocasiona tos y
eventualmente, bronquitis.
1. Epidemiología:
2.Etiología:
Los siguientes factores se han señalado como ligados a la iniciación y promoción del cáncer del
tiroides: radiaciones ionizantes, estimulación TSH permanente, cáncer diferenciado tiroídeo
preexistente y factores genéticos.
- Aspecto Microscópico: Las células neoplásicas poseen un núcleo descrito como en “vidrio
molido o esmerilado”. La detección de estos núcleos establece el diagnóstico histológico de esta
forma de cáncer. El epitelio tumoral se dispone en forma de papilas proyectadas hacia cavidades
quísticas. Las papilas poseen un eje conjuntivo vascular y en el intersticio existe una cantidad
variable de linfocitos. En aproximadamente el 60% de los casos existe un componente folicular,
el que puede ser escaso o abundante. La presencia de una mínima proporción de estructuras
papilares o la sola comprobación de células con el núcleo característico, establece el diagnóstico
de cáncer papilar. Es un tumor que no posee cápsula, e invade el parénquima tiroídeo adyacente.
Una proporción de estos tumores presenta calcificaciones microscópicas conocidas con el
nombre de “cuerpos de psamoma”. Este cáncer tiende a invadir los vasos linfáticos. La
incidencia de metástasis linfáticas regionales oscila según las distintas experiencias entre un 40 y
un 80%. Tiende a presentarse originándose en múltiples focos simultáneos (multicentricidad) en
una proporción que oscila entre un 30 y 80%. De acuerdo con el criterio de extensión anatómica
establecido por el Dr. Woolner (patólogo de la Clínica Mayo), el cáncer papilar se clasifica en:
Presentación Clínica:
Es la forma más común de cáncer del tiroides, su malignidad es baja y su crecimiento lento, por
esta razón se clasifica como cáncer diferenciado. Puede ocurrir a cualquier edad siendo común
en la segunda y tercera décadas de la vida. Habitualmente es asintomático y el síntoma más
común es la presencia de un bocio nodular con un tiempo de evolución prolongado. Un 30 a un
47% de los enfermos presenta metástasis clínicas regionales generalmente ipsilaterales. La forma
de cáncer papilar extratiroídea suele presentarse con síntomas y signos de invasión local o
compresión (disfonía, disfagia, disnea, etc.). Este tumor da metástasis regionales y en forma
menos frecuente metástasis a distancia (pulmonares, óseas o cerebrales).
- De la glándula tiroides: Tiroidectomía total o casi total. Este concepto se fundamenta en la alta
tasa de multicentricidad que se observa en un número significativo de los casos (hasta un 80%).
- De los linfonodos: Disección cervical linfática modificada en los casos en que se detecta
Tratamientos Complementarios:
- Rutinario: En este caso todos los pacientes tratados quirúrgicamente reciben una dosis
de 1131, llamado ablativa, alrededor de 6 semanas después de la intervención quirúrgica.
- Selectivo: En este caso se selecciona el tipo de paciente que será tratado: > de 40 años,
Ca extratiroídeo, tumor residual microscópico o macroscópico y todos los casos con
metástasis a distancia en el momento en que se efectúa el tratamiento quirúrgico.
b. Cáncer Folicular
Cáncer folicular invasor, se define como un tumor con angioinvasión y capsular avanzada
(Frecuencia: 18,6%).
Presentación Clínica:
El carcinoma folicular es menos común que el cáncer papilar. La variedad “encapsulado” tiene
una malignidad muy baja y su letalidad es prácticamente nula. En nuestra experiencia es la forma
preponderante del cáncer folicular. La variedad invasora es infrecuente pero su malignidad es
mayor. Se presenta a cualquier edad.
Tratamiento quirúrgico:
Hormona tiroídea: Al igual que en el cáncer papilar, estos enfermos reciben hormonoterapia en
forma permanente (Levotiroxina).
c. Cáncer Medular
- Aspecto microscópico: Las células que conforman el tumor se disponen en capas separadas por
tabiques de tejido conjuntivo que dividen el tumor en nidos de células de tamaño variable. Esta
Presentación Clínica:
Algunos de estos productos han sido utilizados como marcadores bioquímicos del tumor. La
determinación de niveles de calcitonina, el test de infusión de calcio (medición de la respuesta de
la calcitonina sérica a la infusión de calcio) y el test de estimulación con Pentagastrina, pueden
establecer el diagnóstico preoperatorio en los miembros de la familia de un paciente portador de
un Ca medular o en pacientes de historia sugerentes de endocrinopatía múltiple. Estos mismos
tests permiten el seguimiento de estos pacientes. Detección de genes específicos es un marcador
biológico muy eficiente.
Tratamiento quirúrgico:
d. Cáncer Indiferenciado
Tratamiento quirúrgico:
Consiste en la resección de la totalidad o la mayor parte del tumor. Sin embargo, la mayoría de
las veces sólo es posible hacer una resección parcial de él. Todos los pacientes deben ser
sometidos a radioterapia post-operatoria. En la actualidad se está ensayando la efectividad de la
quimioterapia asociada a radioterapia. Sin embargo, ninguna forma de tratamiento aislado o
combinado ha logrado disminuir la letalidad de este tumor la que alcanza al 100% de los casos.
En nuestra experiencia el cáncer folicular tiene una ligera mejor sobrevida que el papilar. Este
hecho está relacionado con la preponderancia de la variedad no invasora de cáncer folicular que
es la que tiene el mejor pronóstico.
d) Sexo: Las mujeres tienen un pronóstico ligeramente mejor que los hombres.
e)Presencia de metástasis linfáticas: Los pacientes con metástasis linfáticas regionales no tienen
peor pronóstico como sucede con el cáncer de otras regiones.
DIAGNÓSTICO
Anamnesis:
- Edad
- Fecha de aparición
- Tipo de crecimiento
- Antecedentes de TBC
- Síntomas y compromisos de vía aérea y digestiva (disfagia, disfonía, hemorragia,
rinorrea, sistémicos)
- Antecedentes de extirpación tumor maligno cutáneo
Examen físico:
b) Sistémico.
Exámenes complementarios:
- Radiografía cervical
- TAC y RNM
- Ecotomografía
- Punción aspirativa con aguja fina
- Punción biopsia
Desde el punto de vista anatomo-patológico hay que incluir en este Capítulo las patologías
neoplásicas o similares derivadas de todas las estructuras anatómicas del cuello. Este concepto
incorpora neoplasias que son comunes a tejidos que existen en el resto del cuerpo, y a otros que
son exclusivamente de ésta región anatómica. Por otra parte, se incluyen lesiones no neoplásicas
(Ver Clasificación).
Desde el punto de vista clínico y semiológico hay que admitir como concepto que los tumores
del cuello son aquellos que se manifiestan como una masa o tumor cervical persistente, evidente
a la inspección y palpación. Esto implica, por razones de orden práctico, incorporar en ésta
clasificación, lesiones neoplásicas, inflamatorias y anomalías del desarrollo, las que presentan,
en general, las siguientes características comunes: 1) tumores únicos, 2) benignos, 3) originados
en tejidos del cuello, y 4) aquellos originados en tejidos comunes a otros sitios del organismo,
los que adquieren aquí características evolutivas distintas debido a relaciones anatómicas
especiales.
Según éste criterio, aconsejamos el uso de la Clasificación de Lahey que facilita la orientación
del diagnóstico clínico.
- Tiroides ectópico
- Quiste tirogloso
- Quiste epidermoide y teratomas
- Adenoma del istmo del tiroides
- Linfonodo delfiano (prelaríngeo)
Tumores Laterales:
1)Unicos:
1. Quistes y fístulas branquiales
2. Tumores de la glándula parótida
3. Tumores de la glándula submaxilar
4. Linfangioma unilocular o higroma quístico y multilocular
5. Tumores del cuerpo carotídeo (paragangliomas)
6. Neurilenoma y Schwanoma
7. Tumores vasoformativos
8. Metástasis linfática solitaria con tumor primario no detectado
9.Lipoma
10.Teratoma lateral
2)Múltjples:
1. Adenopatías TBC
2. Adenopatías infecciosas
3. Adenopatías metastásicas
4. Linfomas
- Tiroides Lingua1: Constituye la expresión clínica de un tejido tiroídeo que no migró desde su
sitio de origen embrionario, y quedó, en el adulto, en una posición que puede ser: 1)
supralingual, con expresión clínica en la base de la lengua o en la hipofaringe, 2) intralingual y
3) infralingual, que se manifiesta como un tumor suprahioídeo. Destacamos que este es el único
tejido tiroídeo de estos pacientes.
- Quiste Tirogloso: Es el resultado de una anomalía del desarrollo que consiste en la falta de
obliteración del tracto embrionario que da origen al tiroides definitivo; este fenómeno origina la
persistencia del conducto y la posibilidad de desarrollo de un quiste.
- Adenoma del Istmo del Tiroides: Es infrecuente observar un adenoma desarrollado en el istmo
del tiroides el que en tal caso tiene las mismas características clínico-patológicas que otros
adenomas foliculares en otros sitios del tiroides.
-Linfonodo Delfiano: Un nódulo prelaríngeo de la línea media sobre el istmo del tiroides recibe
ésta denominación, pudiendo presentar características patológicas por cualquiera de las causas
que afectan a los nódulos linfáticos.
b. Tumores Laterales:
En aquellos casos con componente inflamatorio clínico debe plantearse el diagnóstico diferencial
con una TBC linfática en período de caseificación.
c. Tumores Vasoformativos:
Existen diferentes tipos de hemangiomas: 1) capilar, formado por vasos defino calibre, 2) los
cavernosos, formados y conectados con gruesos vasos venosos y arteriales y 3) formas mixtas.
-Lipomas: Son tumores derivados del tejido adiposo. Pueden ser superficiales (subcutáneo) o
profundos (subaponeuróticos). Se manifiestan como un aumento de volumen circunscrito, de
tamaño variable, consistencia blanda, superficie lisa o ligeramente abollonada, indoloro, de
crecimiento lento. Se observan a cualquier edad. Las formas profundas plantean problemas de
diagnóstico diferencial. El tratamiento es quirúrgico.
- Teratomas Laterales: Con iguales características clínico-patológicas que para los descritos en
la línea media, aparecen como un tumor generalmente único en las regiones laterales del cuello.
- Tumores Múltiples Laterales del Cuello: Corresponden a patología propia del tejido linfático,
se desarrollan en unidad aparte.
LINFOADENOPATIAS CERVICALES
1. - Anatomía
Los nódulos linfáticos se han denominado según su ubicación en los distintos triángulos
anatómicos del cuello.
a)En el triángulo anterior del cuello, limitado por el borde ventral o medial de los músculos
esternomastoídeos y el borde basilar de la mandíbula están los:
b)En el triángulo posterior del cuello, limitado por el borde lateral del músculo trapecio hacia
dorsal y el borde dorsal del músculo esternomastoídeo hacia ventral están:
c)En la región carotídea, que está limitada por ambos bordes de los músculos
esternormastoídeos, están los linfonodos de la cadena de la vena yugular interna.
Desde el punto de vista oncológico, los linfonodos han recibido denominaciones distintas:
2. -Clasificación:
Los procesos patológicos que originan el aumento de tamaño de los nódulos linfáticos cervicales
son de diversa naturaleza:
Linfoadenopatías:
→Inflamatorias:
- Inespecíficas: Agudas
Crónicas
- Específicas: TBC
Sífilis
Sarcoidosis
Mononucleosis
Toxoplasmosis
Rasguño de gato
→Neoplásicas:
- Primarias: Leucemia
Linfoma
- Secundarias: Metástasis
- Crónicas: Su origen es similar al de los procesos sépticos agudos y su evolución crónica está
determinada por la repetición del proceso original (ej: amigdalitis). La manifestación clínica es
solamente la presencia de uno o más nódulos linfáticos aumentados de tamaño. El tratamiento
consiste en la eliminación del foco original.
El tratamiento es igual que para cualquier forma de tuberculosis. Las lesiones residuales se
extirpan quirúrgicamente.
Linfoadenopatías Neoplásicas
Estudio del paciente con metástasis linfática cervical con tumor primario no detectado
1. No hacer biopsia por escisión como primer paso porque esta acción conlleva un riesgo
potencial de implantación local de células neoplásicas, condicionando de ésta manera la
posibilidad de recidiva en el sitio de la biopsia. Por otra parte, dificulta significativamente el
tratamiento quirúrgico definitivo.
2. ¿Qué hacer? : Buscar el tumor primario mediante historia exhaustiva y examen físico local y
general minuciosos. En la mayoría de los casos se encuentra el tumor primario. Si este no es
ubicado:
3. Hacer una punción aspirativa con aguja fina de la metástasis. El estudio citológico o
histológico, según sea la naturaleza de la muestra obtenida, podrá dar el diagnóstico preciso:
4. Si la punción informa:
- Radiografía de tórax
- Radiografías de cavidades perinasales
- Faringografía contrastada
- Laringografía contrastada
- Tomografía axial computada
- Resonancia nuclear magnética
5. ¿Cómo seguir? : bajo anestesia general: palpar los sitios anatómicos con mayor riesgo de
contener un tumor primario (nasofaringe, hipofaringe, base de la lengua, amígdala). En este
momento hacer endoscopía de la vía aérea y digestiva superiores.
Si se encuentra el tumor primario con cualquiera de estas maniobras, se toma una biopsia de él,
para estudio histológico diferido y tratamiento quirúrgico ulterior.
Si no se encuentra el tumor primario, se extirpa el nódulo linfático para estudio histológico
inmediato (biopsia rápida). Si se confirma el diagnóstico de metástasis linfática de carcinoma de
células escamosas, hacer una disección linfática cervical y radioterapia post-operatoria. Una
alternativa terapéutica es extirpar el nódulo linfático para estudio histológico diferido y
confirmado el diagnóstico, tratar sólo con radioterapia del cuello incluyendo los sitios
anatómicos con mayor riesgo de contener un tumor primario oculto.
Definición
- Posterior: Plano imaginario vertical frontal que pasa por el punto de unión del paladar duro y
blando.
Por lo tanto, se excluyen de esta cavidad el paladar blando, la fosa amigdaliana y sus pilares, la
base de la lengua y la vallécula. Todos estos sitios forman parte de la faringe oral.
1) Lengua móvil.
2) Piso de boca derecho e izquierdo.
3) Encía superior e inferior.
4) Paladar duro.
5) Trígono retromolar derecho e izquierdo.
6) Mucosa vestibular superior e inferior.
El cáncer intraoral comprende el 5% de los cánceres (USA). En la cavidad oral existen otros
tumores malignos epiteliales y no epiteliales. El 97% de los tumores malignos son carcinomas de
células escamosas (epidermoides, espinocelular) y el resto, principalmente carcinoma de
glándulas salivales menores y otros menos frecuentes.
Lesiones Precancerosas
Leucoplasia: Es una mancha “blanca” de la mucosa oral. Esta es una definición semiológica, por
lo tanto engloba diversas patologías: Nevus esponjoso, liquen plano, estomatitis nicotínica,
moniliasis, displasia intraepitelial, papilomatosis oral, etc.
Desde el punto de vista histológico la displasia se manifiesta por cambios citomorfológicos del
epitelio con desdiferenciación celular progresiva y pérdida de la arquitectura histológica normal,
hasta llegar al carcinoma “in situ”. Comprende tres grados: leve, moderada y avanzada. La
etiología de estas lesiones es la misma que la del carcinoma intraoral. Su manejo consiste en la
biopsia por escisión y examen histológico en varios cortes.
Etiología
Historia natural
Carcinoma intraoral: El carcinoma de células escamosas tiene una historia natural que sigue un
patrón uniforme de crecimiento. La enfermedad local crece inicialmente, extendiéndose hacia
otros sitios anatómicos; en etapas más avanzadas invade en profundidad los músculos.
Consecutivamente se produce la invasión linfática, la “que es muy común” y que ocurre en
primera instancia en los linfonodos submandibulares y yugulares superiores para invadir más
adelante los grupos inferiores.
Esta lesión que está presente por varios meses es inicialmente indolora, posteriormente se hace
dolorosa y finalmente aparece dolor irradiado hacia el oído (invasión de nervio lingual).
Ocasionalmente hay hemorragia, y en las lesiones desarrolladas en las encías se puede presentar
aflojamiento y pérdida espontánea de piezas dentarias.
Examen físico
Inspección: Esta etapa del examen del paciente es fundamental y debe hacerse con buena
iluminación, revisando metódicamente los sitios anatómicos señalados y anotando el carácter de
la lesión y sus dimensiones (úlcera, vegetación, infiltración o combinaciones).
Palpación oral bidigital, con un dedo protegido con guante de goma en la boca y con otro
colocado en el cuello, debe hacerse una apreciación del tamaño del tumor y sus características de
infiltración.
Palpación de cuello: Debe hacerse metódicamente, explorando cada uno de los niveles de
nódulos linfáticos del cuello:
Diagnóstico
El examen físico local, inspección sistemática con buena iluminación de los sitios
señalados debe formar parte rutinaria del examen físico de cualquier paciente; esta es la única
forma de hacer un diagnóstico oportuno de carcinoma intraoral. Las evidencias clínicas de ésta
enfermedad conducen a un diagnóstico presuntivo. El diagnóstico final se logra por una biopsia
por incisión (extirpación quirúrgica de un trozo del tumor) y su estudio histopatológico.
El estudio radiológico de la mandíbula o del maxilar, según la ubicación del tumor primario,
permite detectar la invasión destructiva de estos huesos cuando está presente.
Clasificación TNM y estadios, permite establecer criterios terapéuticos uniformes, a la vez, que
constituye una medida del pronóstico de los pacientes tratados.
Tratamiento
- De los nódulos linfáticos cervicales: Las alternativas para el manejo del cuello negativo
(ausencia de metástasis clínicas o detectables) son dos:
Fallas
Las fallas del tratamiento quirúrgico del cáncer intraoral ocurren, en igual proporción,
por:
- Radioterapia: Todos los tumores con un diámetro mayor de 2 cms y con metástasis linfáticas
palpables y todos los casos con metástasis en los linfonodos cervicales, demostradas por el
estudio histopatológico, deben tratarse con radioterapia complementaria post-operatoria.
Pronóstico
Etiología: el factor etiológico principal es la irradiación por rayos ultravioletas, la banda entre
2.800 a 3.200 D. Otros factores señalados son el tabaco y el traumatismo térmico (fumador de
pipa).
Clínica: el cuadro clínico se manifiesta por el desarrollo de una lesión ulcerosa vegetante,
persistente, habitualmente colocada en posición mediana o paramediana del bermellón del labio
inferior.
En el 10% de los casos se encuentran evidencias clínicas de metástasis en los nódulos linfáticos
correspondientes. El diagnóstico se hace por el aspecto clínico y una biopsia por incisión.
Tratamiento quirúrgico: La extirpación debe ser controlada con biopsia rápida de los márgenes
de resección y la reconstrucción debe ser inmediata, recurriendo a alguna de las diferentes
técnicas existentes para cumplir este objetivo.
ANATOMÍA
-Parótida: La región parotídea se desarrolla por ventral y caudal del pabellón auricular desde el
punto de vista de la anatomía de superficie. Esto es una consideración que hace posible el
diagnóstico clínico de los tumores. El compartimento parotídeo es un ángulo diedro de base
lateral y de vértice medial. Su pared dorsal está constituida por la apófisis mastoides y la
inserción del vientre dorsal del músculo digástrico en la ranura del mismo nombre en un plano
lateral; la pared ventral del conducto auditivo externo, la apófisis estiloides y sus músculos; en su
plano medial, la pared ventral está formada por el borde dorsal de la rama mandibular y los
músculos masetero y pterigoídeo interno.
Existe una íntima relación entre el nervio facial y la glándula. Este tronco sale en la superficie
exocraneana por el agujero estilomastoídeo y penetra en la glándula. En su espesor, se divide en
ramos intraparotídeos los que crean una porción infrafacial (medial al plano de desarrollo del
nervio) y uno suprafacial, lateral respecto de ese plano.
- Glándulas submaxilares: La región tiene un límite inferior constituido por los vientres del
músculo digástrico. La relación de la glándula con el ramo mandibular del nervio facial y la
relación entre el nervio lingual y la prolongación profunda de la glándula son elementos
anatómicos que deben ser considerados en el abordaje quirúrgico de ésta región.
- Glándula sublingual: Esta glándula y sus conductos excretores están en el piso de la boca. Se
relaciona con el nervio lingual en su polo dorsal.
Unidad funcional
Desde el punto de vista histológico, la Unidad Funcional está constituida por los
siguientes elementos (de proximal a distal): Alvéolo Secretor
Túbulo Terminal
Conducto Intercalado
Conducto Estriado
Conducto Excretor
- Trastornos funcionales
- Anomalías del desarrollo
- Sialosis
- Quistes
- Procesos inflamatorios y sialolitiasis
- Traumatismos
- Tumores
A. Trastornos funcionales:
C. Sialosis:
En los cuadros de sialosis existen otros componentes clínicos que corresponden a la patología de
base. A nivel de las glándulas salivales pueden provocar aumento de volumen circunscrito que se
presentan con aspecto de tumor. Destacamos el Síndrome de Sjögren, la etiopatogenia de ésta
enfermedad obedece probablemente a un mecanismo de autoinmunidad y sus manifestaciones se
presentan en:
Las glándulas salivales, especialmente la parótida, pueden con el tiempo adquirir un aspecto
semiológico nodular y se ha descrito el desarrollo de linfoma en el 10% de estas glándulas.
El diagnóstico de síndrome de Sjögren se confirma mediante una biopsia de una glándula salival
menor. El tratamiento es sintomático: uso de saliva y lágrimas artificiales.
D. Lesiones quísticas:
- Quistes verdaderos: Son aquellos que tienen epitelio similar al epitelio acinar. Son
extremadamente raros.
- Ránula: Clínicamente es un quiste del piso de la boca. Actualmente se acepta que se trata de
un mucocele por extravasación originado en la glándula sublingual. Por razones no precisadas, la
saliva sale de los acinos e invade el intersticio. En este sitio ella genera un proceso inflamatorio
que evoluciona hacia un granuloma limitado por una capa de tejido conectivo. El granuloma
evoluciona hacia una liquefacción y el tejido conectivo que lo rodea, hacia la formación de una
membrana (pseudomembrana).
Se han propuesto diversas formas de tratamiento. Nosotros practicamos la extirpación del quiste
en block con la glándula sublingual correspondiente. Esta política de tratamiento está
fundamentada en la etiopatogenia de esta afección.
E. Procesos inflamatorios:
Inespecíficos:
que provoca nuevas áreas desconectadas del sistema canalicular, así se perpetúa el proceso y la
glándula es reemplazada casi en su totalidad por tejido conjuntivo. Esta afección se observa
preferentemente en los niños preescolares y escolares. Clínicamente se presenta como episodio
recidivante de aumento de volumen de la glándula, dolor, aumento de temperatura local, flujo de
saliva anormal, fiebre y en algunos casos supuración. El episodio cede en forma espontánea o
con tratamiento. Después de un lapso variable de días, semanas o meses recidiva en una o más
oportunidades hasta el momento del tratamiento.
Específicos:
- TBC: Es una infección poco frecuente, compromete los folículos linfáticos intraparotídeos y en
algunos casos directamente el parénquima glandular.
- Virales:
Parotiditis aguda epidémica: Es una inflamación aguda causada por virus que
compromete preferentemente a la glándula parótida. Habitualmente la infección es bilateral. Se
aprecia aumento de volumen, dolor, enrojecimiento de la piel de la región y en ocasiones
trismus; cursa con fiebre alta y compromiso del estado general. La secreción salival se encuentra
disminuida. Se presenta habitualmente en niños, en forma epidémica y tiene un curso
autolimitado.
E. Litiasis salival:
Tratamiento: El proceso inflamatorio o infeccioso debe ser tratado con calor local, reposo,
antiinflamatorios y antibióticos. En aquellos casos en que el cálculo está situado en el conducto
G. Traumatismos:
El traumatismo más común de la región está representado por las heridas cortantes. Estas pueden
provocar además de la lesión de la piel, sección del parénquima, del conducto parotídeo y del
nervio facial.
Incidencia
La incidencia y prevalencia de los tumores de las glándulas salivales es más bien baja
(1.8 x 100.000 habitantes en USA).
Clasificación
1) Epiteliales:
A) Adenoma:
1.Adenoma pleomórfico
2.Adenoma Monomórfico
Adenolinfoma
Adenoma oxifílico
Otros
B) Tumor mucoepidermoide - Carcinoma mucoepidermoide.
C) Tumor de células acinosas - Carcinoma de células acinares
D) Carcinoma:
Adenoquístico
Adenocarcinoma
Carcinoma epidermoide
Carcinoma indiferenciado
Carcinoma en adenoma pleomórfico
2) No epiteliales.
3) No clasificados.
La clasificación muestra los tumores epiteliales o primitivos de las glándulas salivales. El tumor
mixto benigno o adenoma pleomorfo es el más común de todos, y su nombre deriva del hecho
que la histología demuestra una combinación de tejidos de derivación epitelial y
mesenquimática; sin embargo, la histogénesis, según los conceptos actuales, sería en células
epiteliales con alto potencial pleomórfico. Otros tumores benignos son el cistoadenoma papilar
linfomatoso; oncocitoma; adenoma de células sebáceas y el tumor linfoepitelial benigno.
Los tumores malignos más frecuentes son el carcinoma adenoide quístico o cilíndroma, cuya
característica más relevante es la invasión perineural y el carcinoma mucoepidermoide, en éste
se han descrito dos variedades: de baja malignidad y de alta malignidad.
Otros tumores malignos son: carcinoma de células acinosas; tumor mixto maligno; formas
infrecuentes de adenocarcinomas y el carcinoma epidermoide.
En el criterio del M.D. Anderson Memorial Hospital (Houston-Texas), los tumores malignos de
las glándulas salivales se clasifican en poco agresivos o de baja malignidad o muy agresivos o de
alta malignidad.
A) 80% de los tumores se desarrollan en las glándulas salivales mayores, de los cuales un 80%
es benigno.
B) 70% son de la variedad tumor mixto benigno.
C) La parótida es la glándula más frecuentemente afectada.
D) 80% de los tumores parotídeos son benignos.
E) 50% de los tumores submandibulares son benignos.
F) 75% de los tumores de glándulas salivales menores, incluyendo la sublingual, son malignos.
Clínica y Diagnóstico
No diagnóstico Subdiagnóstico
↓ ↓
Inacción Terapia inefectiva
Quirúrgica Médica
Anestesia inapropiada Antiinflamatorios
Incisión inapropiada Antibióticos
Biopsia incisional Analgésicos
Intento terapéutico frustro Corticoides
No confirmación histológica
No seguimiento
No derivación
↓
Postergación terapia efectiva
En general, los tumores de las glándulas salivales tienen un curso esencialmente asintomático,
incluyendo una importante proporción de los tumores malignos. El diagnóstico presuntivo se
hace principalmente por hallazgos del examen físico que revelan aumento de volumen
persistente, habitualmente un nódulo más o menos irregular en la glándula en ausencia de otra
patología que explique este crecimiento.
- Citodiagnóstico: Este procedimiento de examen consiste en puncionar el tumor con una aguja
fina y aspirar para obtener material. Este material se extiende en una lámina portaobjetos, se fija
y tiñe. Se estudia las características citomorfológicas para decidir si hay tumor y si este es
benigno o maligno. En los centros de mayor experiencia mundial (Inst. Karolinska de
Estocolmo) la correlación positiva con la biopsia diferida es del 95% o más; sin embargo, no
todos están de acuerdo en practicar este examen, dado que todos los pacientes deben ser
operados.
Para reiterar, el diagnóstico es eminentemente clínico presuntivo; por lo tanto todos los enfermos
deben ser sometidos a intervención quirúrgica con fines de diagnóstico y tratamiento.
Tratamiento
-Tratamiento de los tumores benignos es quirúrgico: Parotidectomía con preservación del nervio
facial y submaxilectomía total, respectivamente.
Nódulos linfáticos cervicales: La disección radical del cuello en general se indica en los casos
con evidencias clínicas de metástasis y en los tumores malignos “agresivos”
Radioterapia post-operatoria. En líneas generales se indica en los tumores agresivos y/o en los
tumores de extensión local avanzada.
Pronóstico
Factores de importancia en el pronóstico del cáncer de las glándulas salivales mayores son:
Cuadro clínico
Los tumores benignos de las glándulas salivales menores generalmente evolucionan en forma
asintomática. El síntoma más común es la presencia de un tumor indoloro sin ulceración de la
mucosa, de crecimiento lento, ubicado en cualquiera de los sitios anatómicos señalados. Una
proporción de los tumores malignos evoluciona al menos inicialmente, con las mismas
características que un tumor benigno.
El resto desarrolla síntomas y signos dependiendo del sitio anatómico, del grado de crecimiento
y de la agresividad del tumor.
Los tipos histológicos más comunes en estas glándulas son el tumor mixto benigno, el carcinoma
mucoepidermoide y el carcinoma adenoide quístico.
Tratamiento
El tratamiento de los tumores benignos de glándulas salivales consiste en la extirpación local con
un margen de tejido sano apropiado.
El tratamiento quirúrgico de los tumores malignos de las glándulas salivales menores consiste en
la resección apropiada del tumor primario y la de los nódulos linfáticos cervicales cuando están
comprometidos.
Generalidades
La piel es el órgano que recubre el cuerpo; está formado por tres capas: La epidermis, la
dermis y e1 tejido celular subcutáneo. La primera contiene queratinocitos, melanocitos, células
de Langerhans y células de Merckel. La dermis se divide a su vez en papilar (más superficial) y
reticular (más profunda). Ambas capas contienen principalmente fibroblastos, fibras de
colágeno, elásticas y de reticulina, unidades pilosebáceas y glándulas sudoríparas.
Etiología
A. Lesiones prema1ignas:
Es el cáncer más frecuente de la población caucásica; se origina en las células del estrato basal;
con agresividad local invadiendo estructuras vecinas; salvo excepciones se acepta que no da
metástasis linfáticas ni hematógenas. Se presenta principalmente en zonas de la piel expuestas a
la luz solar como la nariz, canto interno del ojo y párpados.
Se describen 3 tipos:
-Nodular: Se presenta como nódulo mal del imitado, perlado, con telangectasias y en su
evolución puede ulcerarse.
Proponemos que el tratamiento sea la resección quirúrgica del tumor, lo que nos permite estudiar
histológicamente toda la pieza operatoria, asegurando así una resección completa (control de
bordes).
Se origina en las células del estrato espinoso de la epidermis y aparece principalmente en las
zonas del cuerpo expuestas a la luz solar. Clínicamente se presenta como una úlcera o como una
proliferación exofítica, de crecimiento progresivo, pudiendo dar metástasis principalmente a
linfonodos regionales, con una frecuencia que varía entre un 4 a un 40%.
El tratamiento consiste en la resección quirúrgica del tumor con márgenes libres no menores de
1. cm. La resección de los linfonodos regionales se realizará, en general, si estos están
clínicamente comprometidos.
D. Melanoma:
Su frecuencia ha aumentado en forma significativa en las últimas tres décadas y se espera que en
el año 2000 el riesgo de desarrollar un melanoma será de 1 en 90 personas. Las extremidades
inferiores son más afectadas en las mujeres y el tronco en los hombres.
Se describe que los nevos displásicos y los congénitos representan lesiones con potencial
maligno.
Se sospecha que un nevus está sufriendo una transformación maligna cuando ocurren las
siguientes alteraciones:
- Asimetría
- Bordes irregulares
- Cambio de color
- Diámetro creciente
- Elevación
- Se ulcera, sangra, duele (representan signos más tardíos).
Factores pronósticos
El diagnóstico se basa en el estudio histológico mediante una biopsia de toda la lesión si ésta es
pequeña o de una muestra significativa del tumor, que incluya hasta el tejido celular subcutáneo
si el tumor es extenso.
Las metástasis a distancia sólo se recomienda resecarlas cuando se tiene la certeza que es única.
Las terapias sistémicas si bien se ha visto que producen una regresión de las lesiones, no se
acompañan de un aumento en la sobrevida.
Los programas se han hecho hasta ahora en base a examen físico y mamografía en determinados
grupos de población. Los diferentes screening permiten detectar entre 2 o 3 y hasta 20 Cánceres
por cada 1.000 mujeres examinadas.
El HIP (Plan de Seguro de Salud de la Prueba de New York) fue el primer estudio en mostrar
beneficio de screening para Cáncer Mamario. Incluyó 62.000 mujeres entre 40 y 54 años y en el
grupo intervenido se demostró un 23% de reducción de la mortalidad lo que fue estadísticamente
significativo. La metódica del análisis incluyó examen físico y mamografía y se ha estimado que
el 19% de los Cánceres fueron detectados sólo por la mamografía.
Los beneficios del HIP llevaron a implementar el proyecto de demostración de la detección del
Cáncer Mamario (BCDDP) y a otras pruebas de screening, estos últimos para corroborar los
resultados y el primero para determinar si era factible aplicar el screening a poblaciones más
grandes.
El BCDDP fue un gran estudio americano con 280.000 mujeres examinadas con mamografía y
examen físico, que no tuvo prueba controlada aleatoria, por lo tanto los resultados no pueden ser
usados para probar concluyentemente la eficacia del screening, pero puede inferirse información
importante.
Sólo la prueba del HIP y los datos combinados de la prueba de las 2 comunas Suecas (Koparberg
y Ostergotrand) tuvieron un número suficiente de mujeres para demostrar un beneficio del
screening estadísticamente significativo.
SINTOMAS
Tumor
En una revisión de nuestra casuística constatamos que el tumor estaba presente en el 97,6% de
las enfermas en el momento del primer examen médico y fue referido como la primera
manifestación nosológica en el 87,5%. Recordemos que en el diccionario se define como nódulo
una masa pequeña y una induración o alteración en la consistencia más o menos circunscrita o
más o menos difusa es lo que corresponde a tumor. El médico debe, por lo tanto, considerar
como tumor para su investigación y estudio cualquier masa pequeña o grande más o menos
delimitada o más o menos vaga.
Características: En la gran mayoría de los casos el tumor maligno de mama se presenta como
una masa dura, indolora, de límites difusos. En un porcentaje menor algunos carcinomas como
el medular, el mucinoso o el papilar aparecen más circunscritos, más blandos o con zonas
reblandecidas.
El carcinoma ductal in situ cuando alcanza una extensión importante y por la distensión de los
conductos comprometidos puede percibirse como un lóbulo de mayor densidad, lo que hemos
denominado “lóbulo relleno” o “lóbulo insuflado”.
El ritmo de crecimiento del tumor es variable y no es raro que los pacientes manifiesten que el
tumor no ha variado perceptiblemente de tamaño en varios meses o incluso en años, lo que no
permite descartar la malignidad.
En nuestra serie el tiempo que medió entre la detección del primer síntoma por parte de la
enferma y el momento de la primera consulta, fue menos de un mes sólo en el 16%. El 58,2%
de los casos consultaron en los primeros seis meses.
En la revisión de nuestros pacientes pudimos comprobar que el 5,2% de los cánceres presentaba
descargas por el pezón y que ésta era hemática en el 66% de ellos. La descarga constituyó la
primera manifestación de la enfermedad en un 3,3%.
En otra revisión que realizamos de 9.685 casos con signología mamaria, encontramos 500 casos
con descarga por el pezón. Averiguando en que porcentaje esta secreción obedecía a un
carcinoma, observamos que las posibilidades de malignidad dependían de:
Entre los cánceres pesquisados en los que existía descarga la mayoría fue del tipo papilar o
cribiforme.
Dolor
El Cáncer mamario es habitualmente indoloro, pero cuando se acompaña de dolor este puede
traducir un crecimiento rápido, lo que haría temer un pronóstico más severo.
Alteraciones Cutáneas
Los signos cutáneos que se asocian a Cáncer de Mamas pueden ser secundarios a:
1. - Retracción de la piel: La fibrosis que se produce con relación a la masa tumoral produce una
retracción tisular. Cuando esta afecta a los ligamentos de Cooper se produce su acortamiento
con aparición de un “hundimiento” cutáneo. Si esta depresión se produce en varios puntos
adquiere un aspecto de capitonaje. En estos casos la piel no esta directamente comprometida con
el tumor y no tiene la gravedad de otras alteraciones cutáneas.
2. - La distensión de la piel que recubre la masa tumoral acompaña habitualmente los carcinomas
de crecimiento expansivo de límites más o menos circunscritos. No implica un pronóstico
severo (salvo por el tamaño tumoral) por cuanto tampoco hay invasión cutánea.
3. - Infiltración cutánea: a medida que la masa tumoral crece, la células tumorales invaden la
piel, la que adquiere el aspecto de placa indurada que queda fija al tumor subyacente.
La extensión de las ulceraciones varía desde unos milímetros hasta una gran superficie que
abarca toda la mama y la pared torácica.
6. - Edema Cutáneo: el edema o “piel de naranja”, aparece por el taponamiento de los linfáticos
subdérmicos por grupos de células neoplásicas. Por lo tanto esos signos de disminución
linfática.
Ocasionalmente en mamas muy grandes, pesadas, y péndulas con o sin tumor o en pacientes con
insuficiencia cardíaca, puede aparecer edema de las zonas bajas por dificultad de vaciamiento
linfático o venoso.
Edema y Enrojecimiento
Retracción o Desviación del Pezón: la retracción y/o desviación del pezón tienen la misma
significación que la retracción cutánea. Obedece a la fibrosis reaccional peri o intratumoral que
tracciona el pezón. Cuando el tumor esta localizado en la región central por detrás del pezón, la
fibrosis acorta los conductos con la retracción consiguiente.
Ulceración del Pezón: Se distinguen 2 tipos de ulceración del pezón en relación al cáncer
mamario:
A medida que la masa tumoral crece comienza a adherirse y fijarse a los planos posteriores:
Aponeurosis y Músculo Pectoral y finalmente a la Parrilla Costal.
Cuando el tumor esta fijo al plano costal, la mama queda inmóvil y no puede deslizarse de los
planos subyacentes.
Adenopatías
Desde el momento que el cáncer se hace infiltrante, las células tumorales entran en contacto con
los vasos linfáticos y por embolización alcanzan los linfonodos regionales como son los axilares
y mamarios internos que se consideran como cadenas primarias y las supraclaviculares que se
consideran como secundaria y con el significado de una metástasis a distancia.
Adenopatías Axilares:
Los linfonodos de la cadena mamaria interna se localizan en la grasa que está sobre la fascia
endotorácica por detrás del plano costal y vecinos al borde esternal, paralelo a los vasos del
mismo nombre. No son, por lo tanto, accesibles a la palpación, pero su compromiso puede
sospecharse por la localización del tumor, su tamaño y la presencia de metástasis axilares.
Los tumores de gran tamaño, los que están situados en las regiones central y medial, y los que
tienen compromiso axilar, tienen mayores posibilidades de invasión de la cadena mamaria
interna.
Se dice que los tumores pequeños con axila negativa tienen un porcentaje de invasión de la
cadena mamaria interna inferior al 5% y si se trata de tumores pequeños localizados en los
cuadrantes externos y con axila negativa, las posibilidades de compromiso de esta cadena
mamaria interna no van mas allá del 1%. No así los tumores que ocupan toda la mama tienen
invasión de ésta en el 50% de los casos.
Clínicamente los linfonodos mamarios internos sólo pueden ser percibidos cuando son tan
grandes que, destruyendo parte de la pared costal, hacen prominencia determinando la aparición
de un nódulo paraesternal. El uso de linfografía o TAC permitiría sospechar metástasis más
pequeñas de esta localización.
Adenopatías Supraclaviculares:
Cuando existe invasión tumoral de adenopatías aparecen como nódulos duros únicos o múltiples,
al comienzo más o menos bien delimitados y móviles y finalmente confluentes formando una
masa de mayor tamaño que se fija a los planos profundos y se pierde bajo la clavícula.
Metástasis a Distancia:
Linfáticas: las metástasis supraclaviculares ipsilateral aún cuando están situadas en el territorio
regional se consideran, por su pronóstico, como metástasis a distancia.
Las adenopatías axilares y supraclaviculares contralaterales quedan con mayor razón incluidas
en el rumbo de las metástasis y lo mismo los de cualquier otro territorio.
c) Larga Evolución: las lesiones óseas no llevan rápidamente a la muerte de los pacientes y con
o sin respuesta a los tratamientos paliativos, pueden transcurrir largos meses o años antes del
desenlace final.
Radiológicamente las metástasis óseas del carcinoma mamario son habitualmente osteolíticas
y rara vez osteoblásticos o mixtas. La existencia de focos osteoblásticos traduce, por lo
general, un proceso evolución más lenta o de reparación ósea de una zona previamente
osteolítica.
e) Complicaciones: las complicaciones más temidas son las compresiones del SNC,
principalmente al nivel del canal medular y las fracturas patológicas.
a) Pruebas de laboratorio: tales como elevación de las fosfatasas alcalinas, incremento de las
transaminasas y de la bilirubinemia y aumento del antígeno carcinoembrionario.
b) Cintigrama Hepático
c) Ecotomografía Abdominal
d) TAC de Abdomen
Las metástasis hepáticas son habitualmente resistentes a la hormonoterapia con pobre respuesta a
la quimioterapia y mal pronóstico. Ocasionalmente una metástasis hepática única puede ser
resecada con tiempo de sobrevida a veces satisfactorio.
Otras Localizaciones:
Pueden aparecer otras como peritoneales, ováricas, raquimedulares orbitarias, etc. El carcinóma
lobulillar suele dar metástasis en localizaciones extrañas de difícil interpretación.
DIAGNÓSTICO
Entre los recursos consideramos que los 3 pilares diagnósticos son: la anamnesis, el examen
físico y la mamografía, que puede ser complementada con una ecotomografía.
Sólo después de un estudio bien orientado puede planificarse, como procedimiento diagnóstico
final, la biopsia que debe estar bien indicada, bien elegida y ser bien realizada.
Mamografía
El Colegio Americano de Radiología ha desarrollado el BI-RADS que es una sigla para Breast
imaging Reporting and Data System, es decir sistema de archivo de datos y de informe
mamográfico, que intenta estandarizar la terminología y delinear la organización del informe.
Clasificación de BI-RADS
a) Imagen nodular especulada o bordes difusos, la que en el 96% a 98% de los casos
corresponde a un carcinoma. Ocasionalmente la superposición de imágenes puede crear
falsas imágenes espiculadas, pero éstas rara vez se repiten en los 2 planos: lateral y cráneo-
caudal.
d) Relación entre tamaño del tumor radiológico y el tamaño del mismo a la palpación. Los
tumores malignos son más grandes a la palpación que lo que le corresponde a su imagen
radiológica. Esto es lo que se denomina la Ley de Leborgne.
f) Retracción en algún sector anterior o posterior del contorno del cuerpo mamario.
i) Vascularización acentuada.
Mamografía Digital. Tecnología disponible en los últimos años, permite el estudio en los casos
que exista una duda en la mamografía convencional. A veces detecta focos de
microcalcificaciones que no se han visualizado en la mamografía de rutina. Permite analizar
número total de microcalcificaciones, número por cm2, densidad y forma de cada una de las
calcificaciones para así determinar cuales son sospechosas. Tiene mayor resolución, permite
magnificar hasta 9 veces su tamaño real, manipula el contraste siendo muy útil en las mamas
fibrosas.
Ecotomografía
La ecotomografía permite estudiar el contenido del nódulo o masa tumoral, sus contornos, la
pared posterior y el espacio subcutáneo.
b) Detección de recidiva en mamas operadas y/o irradiadas. Tiene buen rendimiento luego de
seis meses de operada y 18 meses después de la radioterapia.
Mamocintigrafía
Definición
Casificación
1. Etiología:
• Neumotórax Espontáneo(NE): incluye dos variedades que son a las que nos referiremos en
este capítulo:
2. Cuadro Clínico:
• Neumotórax Simple: aquel que se presenta con síntomas mínimos, sin ningún cambio
fisiológico importante;
Histopatología
Los términos blebs y bulas son muy usados en la literatura quirúrgica. Los blebs son
definidos como colecciones de aire subpleurales pequeñas (menores de 2 centímetros)
contenidas dentro de la pleura visceral, como resultado de rupturas alveolares. Los blebs
generalmente se encuentran en el ápex del lóbulo superior o en el ápex posterior del lóbulo
inferior. Los blebs están bien demarcados del parénquima normal subyacente y se comunica con
él por un cuello angosto.
Las bulas son espacios aéreos sellados localizados dentro del parénquima pulmonar, producidos
por destrucción de la pared alveolar. Estas bulas se localizan en el ápex o en el borde de los
lóbulos. Corresponden a hiperinsuflación de un pequeño volumen de parénquima que se
comunica con el pulmón por un cuello angosto.
Los hallazgos histopatológicos de los NES son aquellos dados por su patología pulmonar
subyacente: enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedad pulmonar intersticial difusa,
granuloma eosinofílico, sarcoidosis, neumoconiosis, neoplasias y diferentes tipos de infección.
Los NES asociados con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) son secundarios a
neumonía por Pneumocystis carinnii, neumonía por citomegalovirus, tuberculosis o neumonía
por mycobacterias.
Rasgos Clínicos
La causa más frecuente de un NEP es la ruptura de pequeñas blebs subpleurales. Esto puede
ocurrir durante el reposo o el ejercicio, y se ve más frecuentemente en pacientes hombres
jóvenes altos con hábito tabáquico. Se describe una tendencia familiar. En la población
norteamericana la incidencia varía entre 6-7/100.000 hombres y 1-2/100.00 mujeres. Es
levemente más común en el lado derecho, y el NEP bilateral se produce en menos de un 10% de
los pacientes. Se producen recurrencias aproximadamente en un 25% de los pacientes,
generalmente dentro de los primeros 2 años. Después de un segundo NEP, las posibilidades de
tener un tercer episodio aumentan a más de un 50%.
Diagnóstico
La cuadro clínico está generalmente relacionado con el grado de colapso pulmonar. Aunque
algunos pacientes pueden tener un NE asintomático, generalmente se presentan con dolor
torácico agudo y disnea. Después de unas pocas horas la intensidad del dolor torácico disminuye,
y llega a ser más tolerable. Ocasionalmente tienen tos irritativa. Los hallazgos físicos pueden
estar totalmente ausentes si el colapso pulmonar es mínimo, pero cuando hay un colapso
importante, hay una disminución en el movimiento de la pared torácica en el lado afectado. A la
percusión, la cavidad torácica es hiperresonante y timpánica, y a la auscultación los ruidos
El diagnóstico clínico de Neumotórax es confirmado mejor por una radiografía de tórax de pies
posteroanterior y lateral. Una radiografía de tórax posteroanterior en espiración puede ser útil
para demostrar pequeños N no vistos en una radiografía standard. El diagnóstico radiológico de
un Neumotórax a tensión es sugerido por un colapso completo del pulmón con desplazamiento
contralateral del corazón y el mediastino e inversión del hemidiafragma.
El TAC esta siendo cada vez más usado para el estudio de estos pacientes. Este es más sensible
que la radiología convencional para detectar pequeños cambios iniciales enfisematosos. A
menudo es posible una descripción detallada del número, tamaño y localización de los blebs. Se
puede hacer también una evaluación precisa del lado contralateral, lo que es útil para predecir
recurrencias del otro lado. Basado en los hallazgos en el TAC, eventualmente puede ser posible
establecer estrategias de tratamiento.
En los pacientes con un Neumotórax del lado izquierdo, el electrocardiograma puede mostrar
desplazamiento hacia la derecha del eje del QRS, con una disminución del voltaje precordial,
una disminución de la amplitud del QRS y una inversión de la onda T precordial, lo que se
soluciona con la reexpansión del pulmón. Cuando está presente un gran Neumotórax, la
interposición de gas entre el corazón y los electrodos puede producir una disminución de la
amplitud del QRS y de las ondas R y T y simular un infarto de pared anterior del miocardio.
Complicaciones
La fuga de aire puede durar más de 48 horas después de su tratamiento inicial. Esto se ve más en
pacientes con Neumotórax secundario, pero a veces los pacientes con NEP hacen esta
complicación asociándose la mayoría de las veces esto con una expansión incompleta del
pulmón. Ante esto puede ser útil una segunda pleurotomía antes de pensar en la cirugía.
Neumotórax a tensión:
Se produce cuando el aire alveolar entra continuamente al espacio pleural pero no es evacuado
(mecanismo de válvula). Se da en un 2 a 3% de los casos. La tensión se desarrolla cuando la
presión intrapleural llega a ser mayor que la presión atmosférica. El paciente se presenta con
signos de distress respiratorio con taquicardia y se ve ansioso. Tanto la disnea como el dolor son
más importantes que en un Neumotórax simple. El paciente puede llegar a estar hipotenso con
cianosis periférica, desviación traqueal y signos físicos de un gran Neumotórax. En esta
situación es imperativa una descompresión inmediata del espacio pleural con una aguja,
pleurotomía o cualquier otro instrumento.
Neumomediastino:
Es secundario a la disección por el aire a lo largo de los bronquios y vasos pulmonares y puede
complicar un NE. Generalmente no tiene consecuencia clínica, pero se deben excluir otras
causas, como lesión de la vía aérea principal o perforación del esófago. Es raro un
Neumoperitoneo secundario a un Neumotórax y se debe diferenciar de un Neumoperitoneo
asociado a perforación de vísceras abdominales. El enfisema intersticial y subcutáneo
generalmente no tienen consecuencias.
Hemotórax:
Es una complicación rara de un NEP y la mayoría de las veces es producido por la ruptura de
pequeños vasos localizados en adherencias entre la pleura visceral y parietal. Un hemotórax
significativo se produce en un 5% de los casos. Ocasionalmente el paciente llega a estar
hipotenso y requiere una cirugía de urgencia.
Neumotórax bilateral:
El Neumotórax bilateral se produce en menos de un 1% de los casos. Puede ser simultáneo, pero
más a menudo es secuencial.
Tratamiento
En el manejo del NE, hay diferentes situaciones clínicas que puede requerir diferentes
tratamientos. El tratamiento no quirúrgico incluye la observación, aspiración simple, y
pleurotomía con o sin drenaje ambulatorio. La pleurodesis química con tetraciclina o talco son
alternativas que se pueden agregar a la pleurotomía para disminuir las recurrencias. El
tratamiento quirúrgico consiste en una bulectomía apical con o sin pleurodesis, mediante
pleurectomía o abrasión pleural.
Observación
Los pacientes asintomáticos sin patología asociada, con Neumotórax pequeños (menos de 20%)
y sin evidencia de progresión radiológica pueden ser tratados con observación. La tasa de
reabsorción de aire desde el espacio pleural se estima es de 1,25% del volumen del Neumotórax
cada 24 horas (50 a 70 ml/día). Para asegurarse que no se produzcan complicaciones es
recomendable que estos pacientes sean hospitalizados por un período de 24 a 48 horas, y antes
del alta se debe instruir al paciente sobre los riesgos potenciales de un Neumotórax a tensión. Se
debe hacer un seguimiento semanal con examen clínico y radiológico hasta que el Neumotórax
se haya resuelto completamente. El principal inconveniente de esta forma de tratamiento es la
duración del Neumotórax, el que es mayor a lo que se ve con la pleurotomía. Se debe estar alerta
ya que una duración prolongada (más de 14 días) puede llevar al desarrollo de un fibrotórax y
necesitar un tratamiento quirúrgico. Así cuando un pulmón no se reexpande después de una
semana, ya está indicada la aspiración y/o una pleurotomía.
Pleurotomía convencional:
Pleurotomía ambulatoria:
Algunos autores sugieren la pleurodesis química en vez de la cirugía para evitar las recurrencias.
Se han usado muchos productos en el pasado, como la quinacrina, sangre autóloga, nitrato de
plata y bleomicina, pero actualmente están en uso sólo la tetraciclina y el talco.
La mayoría de los cirujanos torácicos tienen reparos sobre su uso rutinario, debido a que se trata
de una enfermedad benigna que ocurre en gente joven, que puede requerir una toracotomía
posteriormente por otras patologías. Debido a la importante sínfisis pleural que esta pleurodesis
produce, tales toracotomías pueden ser difíciles y estar asociadas con altas tasas de morbilidad,
especialmente si se considera una resección pulmonar o un trasplante. Por lo tanto, la pleurodesis
química debe ser usada sólo en casos seleccionados.
Indicaciones Quirúrgicas
Al primer episodio. La cirugía se debe indicar al momento del primer episodio cuando un
Neumotórax se complica con persistencia de fuga de aire por más de 3 días, hemotórax, falla en
la reexpansión, neumotórax bilateral o neumotórax a tensión o si el paciente tiene riesgo laboral.
Actualmente, algunos autores sugieren que todos los pacientes jóvenes con un NEP significativo
deben ahorrarse una pleurotomía para proceder inmediatamente al tratamiento quirúrgico como
tratamiento definitivo. Este enfrentamiento no es la terapia standard, y la mayoría de los
pacientes aun son intervenidos debido a complicaciones del NEP.
La mayoría de las fugas aéreas sellan dentro de las 24 a 48 horas después de instalada la
pleurotomía, y sólo un 3 a 5% de los pacientes tienen una fístula persistente. Sin embargo, si
persiste una fuga de aire por más de 48 horas, el continuar con el drenaje con o sin aspiración por
períodos de 8 a 10 días, sólo produce un mínimo aumento en el éxito del tratamiento. Por lo
tanto, se debe plantear la cirugía después de 3 a 4 días de drenaje pleural inefectivo.
Cuando un paciente se presenta con un primer episodio de Neumotórax con una gran bula única
identificada en la radiografía de tórax o en la TAC, se debe recomendar al paciente la cirugía. En
aquellos pacientes en los cuales la TAC ha identificado blebs subpleurales, no es claro si la
cirugía se debe recomendar en el momento del primer episodio.
Los pacientes en riesgo de desarrollar Neumotórax debido a su trabajo, como personal aéreo o
buzos deben ser tratados mediante la cirugía en el momento de su primer episodio. Los pacientes
que viven en áreas aisladas o los pacientes que viajan frecuentemente, especialmente aquellos
con evidencias de lesiones quísticas en la radiografía de tórax, también pueden ser candidatos
para una cirugía. El manejo de un Neumotórax en una mujer embarazada durante el primer
trimestre o cerca del parto, debe ser conservador y se puede instalar una pleurotomía sin
problemas.
Tratamiento Quirúrgico
Los principios del tratamiento quirúrgico del NEP consisten en resecar los blebs y/o bulas y
obliterar el espacio pleural para la prevención de recurrencias. En la mayoría de los pacientes la
resección en cuña de los blebs apicales es suficiente para controlar la fuga de aire. También se
puede necesitar múltiples resecciones en cuña cuando la enfermedad es multilocular.
Obliteración del espacio pleural. Se piensa que es necesaria para prevenir recurrencias. Esto se
puede lograr por pleurodesis química, abrasión mecánica o por pleurectomía parietal, las que
pueden ser hechas solas o en asociación con resección del pulmón en el momento de la
toracotomía o videotoracoscopía.
Abordaje Quirúrgico
Toracotomía. Rara vez se requiere una Toracotomía Posterolateral completa para el tratamiento
del NEP en pacientes menores de 40 años. En la mayoría de estos pacientes, se puede resecar el
ápice pulmonar y llevar a cabo una pleurectomía o una abrasión pleural a través de una incisión
axilar corta cosméticamente aceptable o a través de una toracotomía mínima hecha a través del
triángulo auscultatorio o mediante una videotoracoscopía.
Cuando se entra a la cavidad torácica, se identifican los blebs apicales y se buscan otros en el
segmento superior del lóbulo inferior antes de hacer la resección apical. La pleurectomía apical
se inicia con una incisión donde la pleura se separa de la fascia endotorácica hasta que se alcanza
el ápice. El sangramiento se controla con clips o electrobisturí. El resto de la pleura parietal se
puede despegar con una tórula de gasa seca. Se deja un tubo pleural único 28-Fr en el espacio
pleural, el que se retira 48 horas después. El paciente se da de alta generalmente en el quinto día
postoperatorio.
Esta es la variedad más común de NES. Se produce en pacientes mayores de 50 años de edad y
es el resultado de la ruptura de una bula dentro del espacio pleural.
El tratamiento de emergencia para los pacientes con un NES es similar al descrito para los
pacientes con un NEP, exceptuando que no se justifica la observación. Siempre se debe tratar de
reexpandir el pulmón con una pleurotomía, la que se debe mantener a menudo por un período
más largo que en un NEP. Se ha demostrado que, debido a la pobre vascularización pulmonar,
estos pacientes necesitan un drenaje pleural por tiempo prolongado, con una mayor incidencia de
infecciones intrahospitalarias y empiemas. Si el espacio pleural se drena adecuadamente y el
pulmón se mantiene reexpandido, eventualmente la fuga de aire se detiene. En algunos pacientes,
sin embargo, persiste por 10 a 15 días, y se debe pensar en la cirugía.
Se produce en alrededor de un 10% de los pacientes con fibrosis quística y puede ser una
condición letal en aquellos con mala función pulmonar. La terapia conservadora se asocia con
una alta tasa de recurrencias, y el advenimiento del trasplante pulmonar a complicado la decisión
quirúrgica. Si se realiza una abrasión pleural, ésta puede contraindicar un futuro trasplante. Así
la mejor solución es una toracotomía axilar o un abordaje videotoracoscópico con resección
apical sin pleurodesis.
Un Neumotórax puede ser secundario a una infección pulmonar (bacteriana, viral, micótica o
parasitaria), infección pleural (empiema) o a una infección intraabdominal (absceso subfrénico).
Las infecciones pulmonares cavitarias son particularmente propensas a complicarse con un
Neumotórax. Se sabe que la tuberculosis pulmonar se puede asociar con un Neumotórax, el que
puede requerir un período prolongado de drenaje pleural. En casos de tuberculosis, no se debe
plantear la cirugía antes que el paciente haya recibido suficiente tratamiento antituberculoso
sistémico.
Neumotórax y SIDA:
Desde el inicio de los años ochenta, han aumentado los reportes describiendo la asociación entre
NE y SIDA. Estos son generalmente secundarios a una neumonía por Pneumocystis carinnii.
También se puede presentar en pacientes con Sarcoma de Kaposi o infecciones por
mycobacterias, citomegalovirus o piogénicas. En estos pacientes, el Neumotórax puede ser
pequeño y asintomático, pero también puede crecer rápidamente y llegar a ser a tensión,
causando una falla respiratoria severa. Hay una predilección por Neumotórax bilaterales
sincrónicos con fístulas broncopleurales importantes y una mayor tasa de incidencia de
recurrencias.
El manejo inicial debe ser conservador mientras sea posible, y a veces los Neumotórax pequeños
pueden resolverse sólo con observación. Sin embargo, la mayoría tienen fugas de aire grandes y
persistentes, las que pueden requerir de una pleurotomía. Ocasionalmente se pueden tratar
ambulatoriamente con una válvula unidireccional. La terapia más efectiva sigue siendo la
cirugía, con resección del área patológica y pleurectomía. Aunque se han reportado altas tasas de
mortalidad operatoria, generalmente toleran la cirugía razonablemente bien y la mayoría no
requieren ventilación mecánica durante el período postoperatorio. Puede ser útil una TAC para
demostrar la presencia de quistes aéreos en el pulmón contralateral. Cuando se identifica una
enfermedad bilateral se debe hacer una esternotomía media o una toracotomía axilar bilateral
secuencial.
Neumotórax y neoplasias:
El Neumotórax asociado con la menstruación fue descrito en 1958 por Maurer. Se produce
dentro de las 48 a 72 horas de iniciada la menstruación. Para hacer el diagnóstico se debe
reconocer la asociación del Neumotórax recurrente en coincidencia con el período perimenstrual.
Su patogenia es poco clara, y se han planteado muchas hipótesis. El aire puede llegar al espacio
pleural desde el cuello uterino y abdomen a través de defectos diafragmáticos congénitos.
También pueden haber implantes endometriales torácicos focales en la pleura visceral o en el
pulmón, con fuga de aire durante la menstruación. También pueden obstruir bronquiolos,
causando hiperinsuflación y ruptura alveolar.
El manejo del Neumotórax catamenial es similar al de los otros tipos de Neumotórax, en los que
los episodios pequeños y asintomáticos se pueden tratar en forma conservadora, y los episodios
grandes y sintomáticos requieren pleurotomía. El manejo de las recurrencias es más
problemático y son posibles muchas opciones: (1) tratar cada episodio con una pleurotomía; (2)
manejo hormonal para suprimir la ovulación; (3) usar pleurodesis química; (4) practicar una
histerectomía y ooforectomía bilateral; y (5) terapia quirúrgica con abrasión pleural o
pleurectomía. En la opinión de algunos, la cirugía está indicada cuando se desea el embarazo o
cuando está contraindicada la ligadura de trompas laparoscópica.
BIBLIOGRAFIA
Los herbívoros como las ovejas, vacas cerdos y ocasionalmente el hombre ingieren los huevos
(aunque también se pueden infestar directamente desde la región anal del perro) transformándose
así en los huéspedes intermediarios que van a formar los quistes. Cuando la carne contaminada
con estos quistes es dada de comer al perro, se completa el ciclo.
Cuando el huésped intermedio, en este caso el hombre, ingiere el huevo desde el pasto
contaminado con heces de perro, o directamente desde su pelaje, se libera el embrión hexacanto
y atraviesa la pared del intestino delgado, llegando al hígado por el sistema porta. El hígado es
entonces la primera estación y ahí se aloja el embrión en alto porcentaje (alrededor de 50-55%).
Si pasa este filtro, encuentra la segunda estación (segundo lugar de capilarización de vasos) que
es el pulmón (40-45%). Un pequeño porcentaje sigue al sistema arterial y por éste, a distintos
órganos y tejidos del cuerpo (riñón, bazo, ojo, encéfalo, celular subcutáneo, etc). Luego de
ubicarse, se produce la vacuolización y vesiculación del embrión entrando así en etapa larval =
hidátide. La hidátide mide 1 cm de diámetro a los 6 meses y crece aproximadamente 1 cm por
año, alcanzando a veces gran tamaño (15 cm o más).
Epidemiología
Ya Hipócrates habría descrito la Hidatidosis hepática cuando observó que bolsas de agua
en el hígado se rompían y provocaban la muerte. La primera publicación de Hidatidosis humana
corresponde a Bremser en 1821.
Su distribución en América es en el cono sur. Chile tiene una alta incidencia de Hidatidosis,
ubicándose de preferencia desde la séptima a la undécima región, constituyendo una endemia
que no ha podido ser revertida con el paso de los años, pese a las medidas tomadas en las últimas
décadas.
Su incidencia es de 7 a 8 por 100.000 habitantes, con 700 a 800 casos nuevos anuales, aunque su
prevalencia real es mayor (190 a 500 por 10.000). Clásicamente se acepta que la localización
hepática es la de mayor relevancia, y luego sigue la pulmonar; se presenta como quiste único en
el 25-30% de los casos y en el momento del diagnóstico el 30 a 40% ya puede estar complicado.
Anatomía Patológica
- Una membrana externa o cutícula, sin real estructura histológica, formada por capas
concéntricas laminares como clara de huevo, semi elásticas, que permite el intercambio osmótico
vital para el quiste.
- Una membrana interna, la capa prolígera o germinativa, muy fértil y con gran cantidad de
núcleos, que da origen por yemación a las vesículas prolígeras (se le llama quiste hidatídico
infértil a aquel que no produce vesículas prolígeras), las cuales quedan unidas a la germinativa
por un pedículo. Hacia el interior se produce el líquido hidatídico, aséptico, color “agua de roca”,
que contiene sales orgánicas y proteínas con propiedades antigénicas, las cuales dan lugar a
reacción antígeno anticuerpo y pueden provocar reacciones anafilácticas severas y permiten su
diagnóstico mediante pruebas serológicas. Cuando las vesículas prolígeras, que en un inicio son
sólidas y luego se ahuecan formando entre 8 a 10 escólices, se desprenden, liberan los escólices
que quedan flotando dentro del quiste, formando la arenilla hidatídica. A su vez, estos escolex
pueden crecer y formar vesículas hijas, similares al quiste que les dio origen. En el pulmón muy
raras veces hay vesículas hijas, de ahí su menor fertilidad que en el hígado. El órgano portador
de un quiste hace una reacción adventicial y forma una membrana fibrosa que rodea el quiste,
como una suerte de aislamiento y constituye que no forma parte anatómica de la hidátide.
El quiste hidatídico esta compuesto entonces por la hidátide más la adventicia formada por el
huésped.
En el pulmón, el quiste hidatídico puede localizarse en cualquier lóbulo, sin embargo por su
volumen, es relativamente más frecuente en los lóbulos inferiores. Como la llegada del embrión
es por vía sanguínea y el calibre de los vasos va disminuyendo hacia la periferia pulmonar, la
ubicación es preferentemente hacia la superficie, lo que facilita su abordaje quirúrgico.
Cuadro Clínico
tejido pulmonar atelectasiado con la pleura visceral, inervada por el SNC; y en ocasiones incluso
se producen cuadros de neumonitis, a veces agudos, los que obligan a consultar y en los cuales el
estudio dará el diagnóstico presuntivo o de certeza. En su evolución este quiste simple puede
sufrir complicaciones y donde quiera que esté situado, éstas son su ruptura e infección.
Otras complicaciones:
Diagnóstico
Imágenes:
-Quiste simple: es una imagen densa, homogénea, redondeada u ovalada, de bordes regulares y
límites precisos. Esta imagen por ser similar a cualquier tumor, es sugerente, pero no
patognomónica de quiste hidatidico, y es necesario hacer el diagnóstico diferencial con el Ca
pulmonar. En nuestra experiencia, a diferencia del quiste hepático, no hemos observado
calcificación macroscópica del quiste hidatídico pulmonar, por lo que la presencia de ésta en la
radiografía es en general un argumento en contra del diagnóstico. En esos casos debe plantearse
el diagnóstico diferencial con granulomas (TBC, Sarcoidosis) o con fístulas arterio-venosas
obliteradas y calcificadas.
Imágenes específicas:
b. Imagen de doble arco: Si la fisura de la membrana parasitaria es mayor, no sólo sale líquido
hidatídico, sino que entra aire entre la adventicia y la membrana parasitaria y dentro del parásito
mismo entre la membrana parasitaria y el líquido que se mantiene convexo por la tensión
superficial. Se observa entonces una masa densa, redondeada, con un halo superior en forma de
media luna dividido en dos por una tenue línea dada por la membrana parasitaria. Es también
una imagen patognomónica:
Imágenes inespecíficas:
a. Imagen de retención de membrana: cuando se elimina casi todo o todo el liquido parasitario,
sólo queda la membrana parasitaria. La cavidad adventicial con la insuflación pulmonar, suele
retraerse sobre estos restos dando origen a una sombra radiólogica no homogénea, irregular, a
veces de forma romboide que puede ser dada por muchas otras lesiones pulmonares y que no es
típica del quiste hidatídico pulmonar complicado.
La ecotomografia y el TAC pulmonar pueden mostrar el contenido líquido y en muy raros casos,
la imagen de la membrana.
Serología:
Las pruebas serológicas podrían dar el diagnóstico en caso de ser positivas, cosa que ocurre en
no más del 60-65% de los casos y en especial cuando el quiste se ha roto recientemente y sus
antígenos entran en la circulación. El quiste simple o roto de larga data, da poca reacción. Con
todos estos elementos, podemos adelantar que el diagnóstico de certeza no alcanza mas allá del
80-85%.ç
múltiples los factores, tanto del huésped como del parásito los que influyen en la producción de
anticuerpos.
Tratamiento
Quirúrgico:
En los quistes simples, la tendencia es hacer solamente una quistectomía (extirpación del
parásito suturando las comunicaciones bronquiales abiertas a la adventicia) y siempre evitar la
contaminación del campo operatorio con el líquido parasitario fértil y la eventual siembra
secundaria. Para esto existen técnicas que permiten extraer el parásito sin que se rompa la
membrana, aunque muchos prefieren realizar una punción aspirativa con un prolijo aislamiento
previo del campo operatorio con compresas y con el uso de sustancias parasiticidas como suero
hipertónico al 30%, agua oxigenada, povidona, etc, sin embargo es necesario recordar que
ninguno es 100% eficaz, y que más importante es tener cuidado y utilizar la técnica operatoria
adecuada.
Aunque tendencias técnicas hay muchas, todas deben cumplir con requisitos indispensables:
La cirugía tiene muy buen resultado, con baja morbilidad y mortalidad. En nuestra serie, alcanza
al 1,7% más bien a expensas de los casos complicados que obligan a resecciones pulmonares.
Médico:
obligaba a altas dosis (12-15 tabletas diarias) por varios meses (2 a 3), lo que lo hacía
económicamente poco recomendable como tratamiento de primera elección, sobretodo tomando
en cuenta que los efectos obtenidos eran dudosos. El Albendazol permite reducir la dosis por su
mayor absorción intestinal, y se describe que es tan efectivo que podría llegar a producir la
desaparición del quiste (nunca observado por nosotros). Hay que mencionar que su efecto
necrotizante se refiere a quistes pequeños, de no más de 3 a 5 cm, de suerte que implica
alternancia a veces con la cirugía.
1) Pre y post operatorio de cirugía del quiste como protección y profilaxis (su principal uso).
2) Cuando el paciente no puede o no quiere operarse.
3) En hidatidosis múltiples en las que la cirugía aparece como impotente para dar solución a este
verdadera siembra hidatidica, en hidatidosis secundaria y en quistes de difícil acceso.
- Hacia cefálico el estrecho superior del tórax desde el borde superior del esternón a la séptima
vértebra cervical.
- Hacia caudal el diafragma y lateralmente ambas pleuras mediastínicas, hacia ventral la cara
posterior del esternón y dorsalmente la columna vertebral.
Se han establecido numerosas divisiones topográficas de esta región, sin embargo la más
aceptada divide el mediastino en una porción superior y otra inferior trazando una línea entre la
parte inferior del manubrio esternal y la cuarta vértebra dorsal. El compartimento inferior a su
vez está dividido en tres partes, anterior, media y posterior por el saco pericárdico anterior y
posterior.
En el mediastino superior se encuentran el timo, tráquea, esófago y cayado aórtico con sus
ramas. En el anterior tejido linfático, adiposo y parte inferior del timo. En el mediastino medio
se incluyen el corazón, pericardio, numerosos ganglios linfáticos, bifurcación traqueal, nervios
frénicos y vagos. El posterior contiene aorta descendente, esófago, conducto torácico, vasos
intercostales, vagos y vena ácigos además de la cadena simpática.
Debido a que muchas de las lesiones del mediastino superior se extienden hacia el anterior,
Burkell ha establecido una división sólo en tres compartimentos: Anterosuperior, medio y
posterior.
Manifestaciones Clínicas
Como veremos más adelante muchas lesiones mediastínicas pueden cursar en forma
asintomática. No obstante, la mayoría de los signos y síntomas están condicionados por la
compresión de sus distintos órganos, originando diversos síndromes, el más frecuente de los
cuales lo constituye el SINDROME DE VENA CAVA SUPERIOR caracterizado por
ingurgitación yugular, circulación colateral del tórax, edema en esclavina y cianosis de cabeza,
cuello y parte alta del tórax, todo lo cual traduce un aumento importante de la presión venosa.
La mayoría de los pacientes con este síndrome presentan una lesión maligna siendo la más
frecuente el cáncer broncogénico y lesiones del timo y tiroides. Menos de un 20% de los casos
se deben a una lesión benigna incluyendo la fibrosis mediastínica idiopática, y el bocio
intratoráxico. El tratamiento quirúrgico está indicado rara vez y la radioterapia es útil desde el
punto de vista sintomático.
A veces la ruptura de alvéolos pulmonares puede dirigir el aire al mediastino. No debe olvidarse
que la ruptura de una víscera hueca abdominal puede ocasionar este enfisema a través del
retroperitoneo. Otra causa suele ser el traumatismo de tórax especialmente heridas penetrantes.
Por último se ha descrito el Enfisema Mediastínico Espontáneo, en el que se postula que su
origen puede estar dado por un enfisema pulmonar intersticial. El tratamiento de estos cuadros
debe estar dirigido a tratar la causa desencadenante.
Procedimientos Diagnósticos
relación con estructuras vecinas. La ecotomografía es útil para definir la estructura quística de
la patología o la presencia de colecciones mediastínicas.
Masas en Mediastino
La sintomatología producto de tumores mediastínicos puede ser muy variable. Una alta
proporción de casos es diagnosticado casualmente por radiografía simple de tórax en pacientes
asintomáticos. Es importante la presencia de síntomas (Tos, dolor y disnea los más frecuentes)
ya que existe una clara relación con la malignidad. Los tumores asintomáticos son benignos en
el 90% de los casos, en cambio cuando existe sintomatología aprox el 50% de los casos son
malignos. Esto es válido para los adultos ya que la proporción de tumores malignos en los niños
es de alrededor del 50%
No es el propósito de este capítulo tratar detalladamente los distintos tumores que aparecen en el
mediastino pero debe conocerse su ubicación, frecuencia y las características más importantes
de algunos de ellos.
Mediastino Anterosuperior:
Timamos
Linfoma
Tumores tiroideos (Bocio intratoráxico)
Tumores paratiroideos (Adenoma paratiroideo)
Tumores de células germinales (Seminomas, Teratomas, Teratocarcinomas, coriocarcinomas)
Lipomas
Mediastino Medio:
Quiste pericárdico
Quiste broncógeno
Quiste enterógeno
Mediastino Posterior:
La incidencia de Linfomas en los niños es mayor pudiendo representar en algunas series hasta el
40% de los casos totales.
Consideraciones Generales
Durante los últimos años y como consecuencia de la relación fuerte entre la presencia de
Timomas y el cuadro de Miastenia Gravis se ha desarrollado con gran intensidad la cirugía
resectiva del timo en pacientes portadores de dicha enfermedad aún en ausencia de timoma. La
tendencia actual en el comienzo del milenio tiende a establecer a ala Cirugía como el mejor
tratamiento del cuadro y los resultados han sido alentadores.
Existen evidencias que señalan que ante la presencia de un linfoma los pacientes se beneficiarían
con la resección de éste y no solamente con la obtención de la muestra para el diagnóstico
histológico como ha sido lo tradicional. Su resección permitiría obtener mejores resultados con
el tratamiento complementario (Quimioterapia y Radioterapia) y disminuir las recurrencias.
La conducta más apropiada ante una masa mediastínica debe ser el tratar de establecer su
naturaleza y cuando sea posible resecarla tanto en lesiones benignas como malignas.
La enfermedad ácido péptica del tubo digestivo se caracteriza por provocar lesiones
erosivas y/o soluciones de continuidad de las mucosas del esófago, estomago, duodeno y
divertículo de Meckel por la acción del ácido clorhídrico y la pepsina principalmente y en
algunos ocasiones a otros factores, como H. Pylori, sales biliares y deben existir otros factores
aun no identificados.
Las lesiones pépticas se localizan preferentemente a nivel del tubo digestivo alto y tienen como
causal un desequilibrio entre los factores defensivos y agresivos de la mucosa.
El rendimiento del tratamiento médico aumentó considerablemente con los bloqueadores de los
receptores de H2 de la histamina y posteriormente con la terapia en base a inhibidores de la
acción de la bomba de intercambio H+/K.
La cirugía sólo puede actuar a nivel de los factores agresivos, bloqueando o disminuyendo la
producción de ácido clorhídrico. El primer procedimiento quirúrgico utilizado fue la derivación
gastroyeyunal como técnica única; pretendía acelerar el vaciamiento gástrico para defender la
mucosa, pero fue abandonado rápidamente por el gran número de úlceras de la boca
anastomótica como secuela.
Objetivos de la Cirugía
En 1943, Dragstedt reactualiza la vagotomía, empleada años antes por Latarjet, seccionando los
troncos vagales a nivel del esófago terminal. Durante la década de los años 50, tiene amplia
difusión y uso, acompañada con técnicas de drenaje complementarias.
En 1969 Burge y luego Holle, manteniendo la inquietud por las vagotomías y sus
complicaciones, preconizan la vagotomía proximal o de células parietales o supraselectiva que
mantiene los beneficios de la vagotomía troncular pero con una morbimortalidad muy inferior
gracias a que respeta la inervación distal del estomago, ramos del nervio de Latarjet que inervan
y mantienen el sinergismo antropilórico duodenal.
Tipo I : úlceras angulares y del 1/3 medio del cuerpo gástrico (57%)
Tipo II : úlcera gástrica asociada o 2aria a úlcera duodenal (22.9%)
Tipo III : úlcera pre pilórica que se comporta fisiopatológicamente como una úlcera
duodenal (20.1%)
Las úlceras gástricas se ubican en la zona limítrofe proximal del antro vecinas a la zona de
células parietales, variando su altura a medida que avanza la zona de metaplasia intestinal que
asciende por la curvatura menor.
Nuestra población tiene un avance muy precoz del antro, llegando a cifras de lesiones
subcardiales y cardiales del 28% (Csendes) al 35% (Llorens).
Revisaremos el tratamiento quirúrgico de las úlceras gástricas que evolucionan con normo o
hipoclorhidria, ubicadas en la zona límite entre antro y tejido secretor y son dependientes de la
enfermedad ulcerosa duodenal en su manifestación y evolución, las clasificadas como tipo I y
tipo IV
1. Resectivos
- incluyendo úlcera
- dejando ulcera in situ
Las úlceras tipo I tienen indicación precisa de resección y las úlceras de tipo IV requieren mayor
expedición quirúrgica para realizar resecciones altas tipo Panchet o Shoemaker o
esofagoyeyunogastrostomía.
Ante limitaciones técnicas o en pacientes de riesgo puede utilizarse resecciones tipo Kelling-
Madlener, con indicación de biopsia en controles post operatorios.
Consideramos que el uso de técnicas con vagotomía más drenaje debe limitarse solo para las
complicaciones y en situaciones de alto riesgo.
Inmediatas: Tardías:
Hemorragia Dumping
Dehiscencia Diarrea
Infección Reflujo alcalino
Ileo Pancreatitis
Retención gástrica Anemia
BezoarRecurrencia ulcerosa
Ulcera de la boca anastomótica
Las altas cifras de recurrencia y la recuperación de la acidez en forma parcial con el transcurso
del tiempo nos hace dudar y consideramos que la búsqueda continúa.
La cirugía de la UD se ha basado y esta limitada a reducir la acidez, con dos objetivos: elevar el
pH intragástrico para disminuir o suprimir la actividad de la pepsina y aminorar el débito ácido
hacia el duodeno.
Revisamos les técnicas utilizadas a través de la historia para lograr la reducción de la acidez;
bloqueando los mecanismos de estimulo o disminuyendo la masa de células secretoras.
El tratamiento médico actual cumple con los mismos objetivos de la cirugía y quizás logrando
una mayor reducción de la acidez, lo cual nos obliga en el caso de úlceras rebeldes a tratamiento
médico completo (en cuanto a arsenal terapéutico) y bien llevado, a una cirugía con óptimos
resultados en cuanto a reducción de acidez, mínimos riesgos operatorios y baja recurrencia:
Vagotomía selectiva + antrectomía o hemigastrectomía.
El empleo de otras técnicas queda como recurso para el tratamiento de las complicaciones y para
pacientes sin acceso a tratamientos médicos óptimos, o alérgicos a ellos.
Bardham y cols del District General Hospital, Rotherham, Reino Unido, estudian las variaciones
en los ingresos hospitalarios y de las intervenciones quirúrgicas por úlcera duodenal y en su
revisión encuentran cifras muy variables de reducción o aumento en el tratamiento quirúrgico de
la úlcera duodenal, en diferentes centros asistenciales de diversos países; tanto en el tratamiento
de urgencia como electivo concluyen que el uso de nuevos fármacos ha influido notoriamente
pero probablemente existe también un cambio en la historia natural de la enfermedad ya que el
Factores desencadenantes:
El 70 a 90% de las úlceras duodenales recidivan durante los 12 meses que siguen al término del
tratamiento de la fase aguda; para reducir estas cifras se recomiendo, en algunos pacientes, un
tratamiento de mantención que no siempre es bien llevado; este es otro factor de complicación.
La revisión de los pacientes ingresados a la unidad de emergencia del área occidente por
complicaciones de las lesiones pépticas gástricas y/o duodenales en los últimos 5 años nos
muestra un gran predominio de la población masculina sobre la femenina:
Mujeres 17%
Hombres 83%
Tipo de lesión:
Ulceras duodenales 76%
Ulceras gástricas 24%
Prepilóricas: 30%
Duodenal: 46%
Gástricas: 24%
Presentación clínica:
Síndrome ulceroso rebelde: 17%
Síndrome de retención gástrica: 11%
Hemorragia digestiva: 25%
Perforación: 47%
Diagnóstico % incidencia
Tipo de Lesión Nº
Ulcera duodenal 34
Ulcera duodenal + Ulcera gástrica 1
Ulcera duodenal + várices esofágicas 1
Ulcera gástrica 24
Ulcera gástrica + duodenal 2
Ulcera gástrica + várices esofágicas 6
Total 69
Con estos antecedentes el cirujano debe mantener al paciente en observación y ser muy cauto
para otorgar el alta.
En caso de no contar con endoscopía diagnóstica ni terapéutica, o por fracaso con este
procedimiento, debemos seguir las indicaciones clásicas de cirugía:
Hemorragia masiva
Persistencia de hemorragia
Recurrencia de hemorragia
Perforación
La sutura simple más epiploplastía en la ulcera duodenal perforada en mayores de 60 años, tiene
una mortalidad de 5% y recurrencia a un año de 6%; a tres años asciende la recurrencia a 36%.
T. T Irvin del Exeter Hospital, Exeter, Reino Unido, presentó una revisión de 284 pacientes con
úlcera péptica perforada, 229 píloroduodenales y 55 gástricas. La mortalidad operatoria global
Encontró variables clínicas significativas en el grupo mayor que lo motiva para sugerir la
estratificación del riesgo en los pacientes de edad avanzada para poder predecir la mortalidad
operatoria y decidir la técnica quirúrgica a utilizar.
Factores de riesgo:
- Edad avanzada
- Enfermedad asociada: cardiorespiratoria, insuficiencia hepática, renal, diabetes.
- Retraso en consultar
- Ingreso en estado de shock
Nos parece interesante su discusión en los grupos de trabajo y plantear un protocolo a utilizar en
los servicios de urgencia del país.
Obstruccion Pilórica
Procesos ulcerosos duodenales o pilóricos crónicos pueden llevar a una fibrosis obstructiva del
canal pilórico y también úlceras antrales gigantes o lesiones ulcerosas prepilóricas pueden llevar
a un síndrome de retención gástrica. No tienen indicación quirúrgica de urgencia y pueden ser
tratados médicamente y programar una operación definitiva que básicamente debe ser un
procedimiento resectivo complementario o no con vagotomía selectiva, según sea la etiología.
Como se puede apreciar a través de lo expuesto, hay diferentes patologías y variedad de técnicas
para su tratamiento lo que obliga a todo cirujano a conocer los pro y los contra de cada uno de
ellos; tener el criterio para evaluar la indicada para cada paciente y estar capacitado para realizar
cualquiera de ellos con el objeto de asegurarle el mínimo de mortalidad, morbilidad y
recurrencia.
Introducción
El cáncer gástrico tiene el triste privilegio de constituir una de las principales causas de
muerte oncológica en Chile y en el mundo (cuadro 1); a pesar de los grandes avances logrados
con el uso combinado de las diferentes terapias adyuvantes en el manejo del cáncer, solamente
la cirugía es capaz de curar el cáncer gástrico, objetivo alcanzado en una proporción creciente
de pacientes con la estandarización de las modernas técnicas quirúrgicas y la disminución
lograda en la morbimortalidad postoperatoria.
Epidemiología
Los estudios epidemiológicos han sido muy importantes para conocer la distribución
geográfica de ésta enfermedad y plantear las hipótesis sobre sus probables causas.
Hasta la década de 1980, el cáncer gástrico fué la primera causa de muerte oncológica en el
mundo. Posteriormente se observó una disminución en su incidencia, posiblemente derivado de
las mejores condiciones socioeconómicas y de conservación de los alimentos; hoy en día es
probablemente la segunda causa de muerte a nivel mundial. En Chile también se observó un
descenso en las tasas a partir de la década del 50, el que fué constante hasta mediados de la
década de 1980 en que se detuvo por causas desconocidas; la tasa cruda de mortalidad actual
es elevada y es de alrededor de 20 por 100000. En el contexto mundial y comparando las tasas
de mortalidad por cáncer gástrico ajustadas por edad, Chile ocupa el quinto lugar, antecedido
por Japón, Costa Rica, Portugal y Bulgaria. Ahora bien, el análisis de las variaciones
geográficas en nuestro país permite constatar que en 1992, las tasas crudas de mortalidad mas
elevadas se presentaron desde la IV a la XII regiones, con cifras superiores al promedio
nacional de un 19.7 por 100000. (6)
En nuestro país, el cáncer gástrico es aún la principal causa de muerte oncológica, registrándose
2632 fallecimientos por ésta causa en 1993. (cuadro 1)
INTESTINAL DIFUSO
EPIDEMIOLOGIA Factores ambientales Asociación genética (grupo A)
EDAD Edad avanzada Jovenes edad media
SITIO Antro Cardias Cuerpo
MACROSCOPIA Circunscrito Difuso Linitis Plástica
TIPO CELULAR Bien diferenciado tipo intestinal Pobremente diferenciado celular
(glandular) poligonales o en anillo de sello
CONDICION Anemia perniciosa Ninguna
PRENEOPLASICA Gastritis atrófica
Metaplasia intestinal, displasia
PRONOSTICO Mejor Peor
Etiología
Como sucede con la mayoría de las lesiones neoplásicas, el cáncer gástrico se desarrolla
en un proceso que tiene múltiples etapas y que resulta de la interacción de agentes del medio
con el sustrato genético. Los cambios del núcleo celular se expresan fenotípicamente en
cambios anatómicos detectables como lesiones precancerosas (gastritis, adenomas gástricos o
displasia) y cáncer. Los estudios epidemiológicos han ayudado fuertemente en precisar la
incidencia y variaciones regionales como se expresó anteriormente, con lo cual se han
identificado factores predisponentes como agentes cancerígenos contenidos en los alimentos,
antecedentes genéticos, cirugía gástrica previa, infección por helycobacter pylori y el
tabaquismo.
Existen pocos datos disponibles respecto a los eventos tempranos en el desarrollo del cáncer
gástrico de tipo difuso. Para ésta entidad se han propuesto dos tipos diferentes de lesiones como
precursoras: la displasia no metaplástica y la displasia globoide, lesiones que se originan en la
mucosa gástrica normal.
Diagnóstico
Cuadro clínico:
Un aspecto que provoca dificultad en el diagnóstico de los pacientes con cáncer gástrico es la
inespecificidad de los síntomas de presentación, por lo cual, el clínico debe sospechar el
diagnóstico en todo paciente que se presente a la consulta relatando síntomas digestivos vagos
y poco precisos que pueden también ser provocados por otras enfermedades de la región
abdominal alta. La mayor parte de los pacientes mencionan la existencia de malestar epigástrico,
sensación de plenitud post prandial precoz, eructos, acidez o vómitos ocasionales. Entre el 5 y
10% de los pacientes pueden tener síntomas similares a los de los pacientes con úlcera péptica
clásica y otro 10 % puede relatar síntomas inespecíficos de enfermedad crónica como anemia,
debilidad y pérdida de peso. Un grupo de pacientes consultan por primera vez con síntomas de
enfermedad neoplásica avanzada como disfagia, hemorragia digestiva alta u obstrucción
pilórica que esporádicamente requieren un tratamiento quirúrgico de emergencia.
Como sucede con la historia clínica, los hallazgos del examen físico son poco orientadores, y
solo evidencian anomalías detectables cuando la enfermedad está muy avanzada. La palpación
de un linfonodo supraclavicular, hepatomegalia, masas epigástricas o ascitis señalan
habitualmente que la enfermedad es incurable.
HISTORIA PREVIA
Ulcera gástrica 25.5 %
Ulcera duodenal 7.5 %
Anemia perniciosa 5.9 %
Pólipos gástricos 3.5 %
Pólipos colónicos 3.0 %
Acloridria 1.8 %
Poliposis intestino delgado 1.4 %
Estudio diagnóstico:
Cuando un paciente consulta por síntomas digestivos inespecíficos como los señalados, el
médico debe iniciar un estudio dirigido a descartar o confirmar la presencia de un cáncer
gástrico, especialmente si se trata de personas de más de 40 años de edad. El diagnóstico puede
realizarse utilizando la endoscopía digestiva alta, la radiografía de esófago, estómago y
duodeno con medio de contraste o una combinación de ambos.
Endoscopia
La endoscopía digestiva alta permite la observación de la lesión y la obtención de muestras
para biopsias y citología, con lo cual se confirma el diagnóstico en el 95% de los pacientes. La
descripción macroscópica y la posibilidad de obtener imágenes con los modernos
videoendoscopios facilita el diagnóstico diferencial con las lesiones ulceradas benignas y
además es muy útil para identificar a los cánceres precoces y a los avanzados. Deben
biopsiarse todas las zonas sospechosas con lo cual se diagnostican cánceres precoces
difícilmente observables con otros métodos como son los de tipo II B.
Ecografía Endoscópica
Se trata de una tecnología de reciente introducción en la práctica clínica que permite explorar
el grado de penetración del tumor en las distintas capas de la pared gástrica, y eventualmente el
compromiso linfático de la primera barrera. Evidentemente que este método de estudio,
contribuye a complementar la etapificación y a aplicar las categorías TNM, especialmente en
sus versiones más modernas en que mediante imágenes digitalizadas e integradas
computacionalmente permite obtener visiones tridimensionales de los tumores (10). Especial
utilidad se le confiere para evaluar el compromiso esofágico en las lesiones neoplásicas que
comprometen el cardias (11).
Clasificación Anatomopatológica
Los cánceres gástricos precoces, es decir, aquellos que infiltran solamente la mucosa o
submucosa corresponden en nuestro medio aproximadamente al 13 % de todos los cánceres
gástricos diagnosticados y al 5% de los resecados, cifra que contrasta con la cifra cercana al
40% alcanzada en Japón. La clasificación utilizada para este tipo de tumores se aprecia en la fig.
19.2:
Etapificación
T: TUMOR PRIMARIO
TX: Tumor primario no evaluable
T0: Sin evidencia de tumor
T1S: Carcinoma in situ- tumor intraepitelial
T1: Tumor invade la mucosa
T2: Tumor invade muscular propia o subserosa
T3: Tumor infiltra serosa (peritoneo visceral) sin infiltrar estructuras adyacentes.
N: LINFONODOS REGIONALES
NX: Linfonodos no evaluables
NO: Sin metástasis
N1: Metástasis en 1-6 linfonodos regionales
N2: Metástasis en 7-15 linfonodos regionales
N3: Metástasis en mas de 15 linfonodos regionales
M: METASTASIS A DISTANCIA
MX: Metástasis no evaluable
MO: Sin metástasis a distancia
M1: Metástasis a distancia
Cuadro 4: Etapificación
ETAPAS
ETAPA T1S N0 M0
ETAPA IA T1 N0 M0
ETAPA IB T1 N1 M0
T2 N0 M0
ETAPA II T1 N2 M0
T2 N1 M0
T3 N0 M0
ETAPA IIIA T2 N2 M0
T3 N1 M0
T4 N0 M0
ETAPA IIIB T3 N2 M0
ETAPA IV T4 N1-N2-N3 M0
T1-T2-T3 N3 M0
Cualquier T Cualquier N M1
Tratamiento Quirúrgico
1.- En los últimos años, hemos asistido a un desarrollo extraordinario de las terapias oncológicas.
La cirugía, la radioterapia y la quimioterapia se pueden asociar de variadas formas, para
otorgar una mayor posibilidad de curación, o disminuir las posibilidades de recidiva
locoregional, aunque no se prolongue la sobrevida. Este objetivo es posible plantearlo y
lograrlo en varios tumores sólidos digestivos (14). Sin embargo, en el cáncer gástrico, los
tratamientos coadyuvantes, utilizando quimioterapia en esquemas de droga única o asociadas,
radioterapia abdominal o la combinación de ambas, no han demostrado hasta la fecha
resultados significativos en la mejoría de los porcentajes de sobrevida a cinco años plazo, de los
pacientes operados con criterio curativo (15)(16)(17)(18)(19). Esto significa que, el paciente
debe estar perfectamente etapificado en el preoperatorio e intraoperatorio cuando así proceda,
para poder determinar que se pretende obtener con la exploración quirúrgica y la eventual
resección gástrica, y entregar un pronóstico aproximado de sobrevida.
2.- La cirugía del cáncer gástrico puede tener varios objetivos. En un paciente con una
obstrucción antral o disfagia por una tumoración cardioesofágica o bien que ha presentado
una hemorragia masiva, puede realizarse una cirugía paliativa, que pretende mejorar la calidad
de vida pero no tiene intenciones curativas. En éstos casos, la técnica derivativa o bien la
resección, puede llevarse a cabo, aunque los factores pronósticos locoregionales, indiquen
que por el grado de avance de la enfermedad el cáncer es incurable.
3.-El gran avance en el tratamiento quirúrgico del cáncer gástrico ha sido la introducción por
parte de la Escuela Japonesa, de las resecciones gástricas ampliadas a las cadenas linfáticas
adyacentes (cuadro 6), con lo cual, han demostrado tasas de sobrevida a cinco años (20) (21),
superiores a las publicadas por los centros occidentales (9) (20). A pesar de lo anterior, las
resecciones linfáticas extendidas no han sido incorporadas en el arsenal de muchos centros de
países desarrollados, cuyos resultados, respecto a las sobrevidas alejadas, son inferiores a las
publicadas en los trabajos Japoneses. No está claro las razones de esto, e incluso, se ha
mencionado que características no determinadas existentes entre las poblaciones orientales y
occidentales serían las causantes de las diferencias observadas en las sobrevidas alejadas. Sin
embargo, recientemente, Siewert y cols (22), publicaron los resultados de un gran grupo
cooperativo y demostraron que en los canceres gástricos T2N0, N1MO, T3NOMO, la
disección linfática D2 aumento la sobrevida en forma significativa.
4.- En el cáncer gástrico, los factores pronósticos más importantes son el compromiso de la
serosa y de los linfonodos locoregionales. En la experiencia publicada por el German
Gastric Carcinoma Study Group (21), que comprende 1654 canceres gástricos resecados, la
sobrevida a cinco años fue de un 60 a 80% en ausencia de compromiso ganglionar, y descendió
a un 20-30% cuando los linfonodos estaban comprometidos. Además, este grupo demostró que,
cuando el porcentaje de linfonodos invadidos es superior a un 20% de los estudiados por el
patólogo, el pronóstico es peor.
Técnica Quirúrgica:
Los principios técnicos que empleamos son los descritos por la Sociedad Japonesa de
Investigación del Cáncer Gástrico y utilizamos la nomenclatura por ellos descrita para los
grupos linfáticos (cuadro 5).
GRUPO LOCALIZACION
1.........................................................Cardial Derecho
2.........................................................Cardial Izquierdo
3.........................................................Curvatura Mayor
4.........................................................Curvatura Menor
5.........................................................Suprapilorico
6.........................................................Infrapilorico
7.........................................................Arteria Gástrica Izquierda
8.........................................................Arteria Gástrica común
9.........................................................Tronco Celíaco
10.......................................................Hilio Esplénico
11.......................................................Arteria Esplénica
12.......................................................Pedículo Hepático
13.......................................................Grupo Retropancreático
14.......................................................Raiz Mesenterio
15.......................................................Arteria Cólica Media
16.......................................................Paraaorticos
La disección linfática practicada en ambos casos incluirá los grupos linfáticos que constituyen
de acuerdo a la ubicación tumoral las dos primeras barreras, empleando la clasificación
Japonesa de los grupos linfáticos (cuadro 5).
Bibliografía
I. Tumores Hepáticos
A.- Carcinoma
1. Primario Hepatocarcinoma
Colangiocarcinoma
Tumores mixtos o anaplásticos
2. Metastásico
TUMORES HEPATICOS
CARCINOMA PRIMARIO
Mención aparte merece, sin embargo, la variedad "fibrolamelar" del hepatoma. Es un subtipo de
este tumor descrito a fines de la década del 50 y cuya real importancia se reconoció a mediados del
80. Se trata de una variedad de crecimiento lento, poco frecuente, y que tiene mejores resultados
cuando es sometido a un tratamiento quirúrgico agresivo. Incluso cuando tiene ubicaciones
centrales no susceptibles de resecciones curativas, éstos pacientes han sido sometidos a trasplante
hepático con resultados aceptables en términos de sobrevida.
En Europa y Estados Unidos, el carcinoma hepatocelular es poco frecuente y representa menos del
3% de las causas de muerte por tumores malignos. Por otra parte, en países asiáticos es muy
frecuente, constituyendo la 2ª-3ª causa de muerte por tumores malignos. Otro sitio de alta
prevalencia e incidencia son algunos países africanos donde constituye la causa de muerte de hasta
un 50% de los hombres mayores de 50 años. En Japón es la 2ª causa de muerte en hombres y la 5ª
en mujeres (40% del total de muertes por neoplasias malignas). En Sudamérica, incluido Chile, su
incidencia es de 1-2% de tumores malignos que se encuentran en estudios efectuados en material de
autopsias.
La distribución por sexos demuestra que es una afección preponderantemente masculina, con una
relación de 5:1 ==> 7:1 con las mujeres. La relación de hepatocarcinoma versus colangiocarcinoma
es de 5:1 y la edad más frecuente de presentación es en la 5ª-6ª década de la vida. La alta
prevalencia masculina ha sugerido alguna asociación con hormonas androgénicas.
La asociación de carcinoma primario del hígado con cirrosis (alcohólica y no alcohólica) existe en
un 65-80% de los casos. En un 5-8% adicional se demuestra la existencia de hepatitis crónica activa
y sólo un 10-15% de los pacientes tienen un hígado previamente sano. La alta incidencia de cirrosis
asociada, conlleva una reserva funcional disminuida (Clasificación Child-Pugh A/B/C) que es un
importante factor pronóstico.
Los estudios serológicos virales demuestran que un 30-80% de los portadores de carcinomas
primarios del hígado son portadores de antígenos virales de superficie para el virus de la Hepatitis B
[HBs-Ag(+)]. Los fenómenos inflamatorios repetidos podrían tener alguna asociación con la
aparición del tumor.
Otros factores que se han asociado a la aparición del carcinoma primario del hígado han sido:
parásitos, hemocromatosis, dietas ricas en grasas y pobres en proteínas y micotoxinas que se
ingieren en los alimentos (aflatoxinas).
A diferencia del anterior, la variedad fibrolamelar es de individuos más jóvenes (3ª-4ª década de la
vida) y la asociación con el virus de la Hepatitis B y Cirrosis sólo se encuentra en un 5-10% de los
pacientes. Esta variedad no presenta diferencias de distribución por sexos.
Cuadro Clínico
hemiabdomen superior, con mayor irradiación hacia el lado derecho. Un 50% de los pacientes nota
espontáneamente aparición de masa palpable. Un 75% de los pacientes tiene hepatomegalia
(generalmente no sensible). La existencia de ascitis puede asociarse a la presencia de cirrosis y no
ser necesariamente de causa tumoral. Un 30% presenta esplenomegalia. La aparición de ictericia es
poco frecuente en el hepatoma, salvo cuando tiene ubicación hiliar o existen linfoadenopatías
metastásicas que comprimen la vía biliar. La presencia de ictericia es más frecuente cuanto el tumor
es un colangiocarcinoma, especialmente de ubicación central. Finalmente debe recordarse que con
gran frecuencia el aumento de la bilirrubinemia se asocia a una descompensación de la reserva
funcional del hígado por la cirrosis concomitante habitual.
Al momento de consultar, la mayoría de los enfermos refieren sintomatología por 2-4 meses y
habitualmente han escapado a una adecuada detección clínica, porque su sintomatología se ha
atribuido a una progresión de la enfermedad de base (cirrosis hepática, hepatitis crónica).
Un 5-10% de los portadores de un carcinoma hepatocelular pueden presentar ruptura espontánea del
tumor hacia la cavidad abdominal. Habitualmente la presentación clínica es con distensión
abdominal, dolor brusco, hipotensión y shock. Se asocia a una alta mortalidad si no es intervenido
quirúrgicamente. Aún siendo operado los resultados y sobrevida dependen de la ubicación del
tumor, reserva funcional (Child A, B ó C) y edad del paciente (mayor o menor de 65 años).
Métodos de Imagen
El Cintigrama con diversos medios de contraste, demuestra focos de captación anormal y su uso
hoy en día es complementario a otros exámenes de primera elección y con indicaciones precisas.
La Arteriografía Selectiva del tronco celíaco, portografía de fase tardía y cavografía inferior,
imprescindibles en el pasado, han sido parcialmente reemplazados por otros exámenes como Eco-
Doppler, Resonancia Nuclear Magnética y Tomografía Axial Computada con medios de contraste
asociados. Aún así, aún tiene su utilidad especialmente en tumores grandes o de segmentos
mediales, en tumores neuroendocrinos con metástasis múltiples y en planificación de
quimioterapias intraarteriales selectivas.
La Tomografía Axial Computarizada es uno de los exámenes que mayor y mejor calidad de
información proporciona. En tumores de ubicación periférica (que nunca invaden hilio hepático o
vena cava) hacen innecesario más estudios. Deben diferenciarse las situaciones en las cuales los
tumores toman contacto con diafragma o vísceras vecinas y ser erróneamente clasificados como
irresecables.
Eco-Doppler: Tiene especial indicación en los tumores de ubicación central o hiliar para precisar la
existencia de invasión portal, de venas hepáticas o de cava inferior.
Ecografía: Examen de bajo costo y alto rendimiento, muy útil para la evaluación inicial y
orientación del resto de los exámenes.
Ecografía intraoperatoria: De utilidad para el cirujano al precisar la relación con los grandes vasos
y la detección de otros tumores o lesiones satélites no diagnosticadas en el preoperatorio.
Biopsia percutánea: De uso más restringido en la actualidad y sólo para confirmar cuando el resto
de los exámenes demuestran compromiso extenso del hígado, cuando se sospecha recidiva de un
tumor previamente tratado o cuando la probable naturaleza de la lesión hace planteable otro
tratamiento que no sea la cirugía (por ejemplo: quimioterapia). En tumores que se estimen
potencialmente resecables y por lo tanto curables, la biopsia percutánea puede asociarse a
diseminación tumoral y por lo tanto afectar la sobrevida. Además tiene morbimortalidad,
habitualmente por hemoperitoneo.
Colangiografía Endoscópica Retrógrada: Con indicación en aquellos casos que el tumor invade la
vía biliar principal en el hilio hepático.
Los factores pronósticos adversos de recidiva más importantes son: trombos vasculares en la pieza
operatoria resecada, presencia de metástasis hepática al momento de la resección (no diagnosticadas
en el preoperatorio) y un tumor mayor de 5 cms de diámetro. Como factor favorable se ha
mencionado la ubicación periférica del tumor y su vecindad con la cara inferior del hígado.
Sólo un 20-50% de los pacientes portadores de un tumor primario del hígado son sometidos a un
tratamiento "potencialmente curativo". Existen variaciones importantes entre los diversos centros y
países en lo que se refiere a precocidad del diagnóstico y morbimortalidad postoperatoria. La
sobrevida actuarial (de los resecados) fluctúa entre 75-80% a 1 año, 42-64% a 3 años y 30-45% a 5
años. La causa de muerte en 85% de los casos es por recidiva intrahepática en el hígado residual, lo
cual apoya el concepto de multicentricidad que tiene la mayoría de estos tumores. La mortalidad
perioperatoria fluctúa entre un 10-20% y la sepsis de foco intraabdominal es la causa más frecuente
Las metástasis pueden llegar por vía linfática pero con mayor frecuencia lo hacen por vía sanguínea,
favorecidas por el alto flujo sanguíneo, arterial y venoso, que tiene el hígado.
Entre un 40-50% de los fallecidos por cánceres gastrointestinales diseminados tienen metástasis
hepáticas. El origen más frecuente es gástrico, colónico, vesicular y pancreático. También es sitio
frecuente de metástasis de carcinomas renales, pulmonares, mamario y melanomas. El carcinoide,
tumor de origen neuroendocrino que se ubica en cualquier parte del tracto digestivo, también puede
generar metástasis al hígado.
La sintomatología específica de las metástasis es habitualmente escasa, incluso antes de que los
pacientes fallezcan. En el laboratorio ocasionalmente solo se observa una elevación moderada de las
fosfatasas alcalinas. La ictericia sólo existe cuando el compromiso hepático es masivo o la
metástasis tiene relación con el hilio. La presencia de ascitis es frecuente. La hepatomegalia puede
existir y ser de carácter nodular, dependiendo del tamaño y ubicación de la(s) metástasis. Sin
embargo, la mayoría de las veces el hígado tiene palpación normal.
Los métodos de imagen fundamentales para el estudio son la Eco y TAC abdominal. Frente a la
sospecha de metástasis debe buscarse el origen del tumor primario. En orden de frecuencia se
recomienda: colon, estómago, vesícula, páncreas, riñón, mamas, pulmón, melanomas y carcinoide.
Las metástasis del hígado a veces pueden ser resecadas con un porcentaje de éxito significativo en
términos de sobrevida. Los resultados son variables dependiendo del origen del tumor primario.
Para intentar una resección de metástasis hepáticas, el tumor primario debe haber sido tratado
(previamente o durante el mismo acto quirúrgico). Los resultados dependen entre otros factores: del
grado de diferenciación, del tiempo de aparición en relación con el tumor originario y del número
de metástasis y la distancia entre ellas (cuando son más de una). Ocasionalmente puede efectuarse
resecciones de metástasis más de una vez. Existen series clínicas con sobrevidas de hasta 20%
global con resecciones de diferentes metástasis hepáticas (a 3 años).
La punción biopsia tiene utilidad, dado que en algunos tumores diferenciados los resultados del
estudio anatomo-patológico orientan al origen primario y por lo tanto su curación potencial.
En Chile, dentro de las "causas de muerte por afecciones digestivas", los tumores malignos
representan la primera frecuencia con un 45% del total. El cáncer gástrico ocupa el primer lugar de
éstos, seguido por cáncer vesicular que muestra un aumento sostenido en la última década. El
cáncer vesicular se sitúa además como la tercera causa general de muerte por neoplasia maligna
entre los chilenos y entre 1985 y 1995 cobró un promedio de 4 muertos diarios.
Las estadísticas nacionales tienen algunas limitaciones en el sentido que se están haciendo menos
autopsias de los fallecidos en nuestro país y existe un gran número de fallecidos con tumores
digestivos avanzados que no se puede precisar su origen. Pese a todo, en opinión de muchos, es
probable que el cáncer vesicular pase a ocupar la primera frecuencia en un período cercano.
Finalmente, la disminución sostenida de las tasas de colecistectomías electivas en Chile, sería otro
factor involucrado.
La causa de la génesis del cáncer vesicular seria multifactorial, con factores genéticos y ambientales
donde la alimentación tendría algún rol. La presencia de litiasis vesicular se asocia a un 80-98% de
los cánceres, tanto en estudios de material de autopsias nacionales como extranjeros. Los cálculos
biliares, en forma directa o indirecta (como reflejo de la composición alimentaria), se asocian a
factores inflamatorios repetidos, a la aparición de displasia y finalmente cáncer. Los factores
genéticos se han asociado a algunas subpoblaciones en Chile (mapuches) así como en indígenas del
sur de Estados Unidos y en algunos lugares de Japón (incidencia 5-7 veces mayor que la esperada).
La dieta rica en grasas y la presencia de embarazo también tendrían algún rol. Otros factores
podrían ser: quistes congénitos del colédoco, anomalías de implantación del conducto de Wirsung,
papilomatosis vesicular, vesícula en "porcelana", mucosa heterotópica, uso de anticonceptivos
orales y reflujo biliar.
La distribución por sexos demuestra un predominio de 4:1 en las mujeres con respecto a los
hombres. La mayor frecuencia se observa entre los 50-60 años, si bien en el último tiempo, en
Chile, se observa una aparición a edades más tempranas. En este momento aproximadamente 50%
de la población femenina de mujeres adultas y 30% de los varones (en Chile) son portadores de
litiasis vesicular y 2-3% de ellos, tienen alto riesgo de desarrollar un cáncer vesicular.
Cuadro Clínico
Si se pudiera definir al cáncer vesicular en 2 palabras, habría que decir que es inespecífico y
tardío. Generalmente los síntomas se superponen a los de litiasis vesicular y existen con gran
Métodos Diagnósticos
La Tomografía Axial Computarizada, examen de alto costo, aún no tiene un sitio bien definido en el
diagnóstico del cáncer vesicular.
La Punción Percutánea para Biopsia se asocia a morbimortalidad de hasta un 20% de los casos y
no se recomienda de rutina.
La Laparoscopía Diagnóstica solo está justificada en casos de duda y frente a la necesidad de evitar
una laparotomía exploradora. Otros exámenes de laboratorio general (hemograma, pruebas
hepáticas, etc.) son sólo complementarios.
Clasificación
(C) Con compromiso de serosa: (C.1) Sin infiltración de otros órganos y (C.2) Con
infiltración de vía biliar y/o hígado;
(D) Con infiltración peritoneal de órganos vecinos o con metástasis.
En Chile sólo un 5-8% se diagnostican en etapas "A" ó "B.1" y todo el resto se encuentra en etapas
más avanzadas.
Tratamiento y Pronóstico
El tratamiento del cáncer vesicular es quirúrgico sólo en etapas "A" ó "B.1". En el primer
caso (A) sólo basta la colecistectomía simple (laparoscópica o laparotómica), con extirpación del
ganglio cístico. En la etapa siguiente (B.1) debe agregarse la resección del lecho vesicular (2-3 cms)
y la linfadenectomía regional (linfonodos pericoledocianos, retroduodenales y peripancreáticos).
Existen dudas si este último tratamiento está justificado en etapa "B.2". En cánceres más avanzados
los tratamientos quirúrgicos agresivos no están justificados por los malos resultados obtenidos.
La diseminación tumoral se produce habitualmente por vía linfática: ganglio cístico ==>
pericoledociano ==> pancreatoduodenal ==> mesentérico y tronco celíaco. También puede
diseminarse por vecindad y vía sanguínea.
Los malos resultados observados en todas las series de casos avanzados plantean la necesidad de
colecistectomía en todos los portadores de colelitiasis, especialmente si son mujeres, en la 5ª-6ª
décadas de la vida (sean o no sintomáticas). Otros factores a considerar son la presencia de
"vesícula en porcelana", quistes congénitos de colédoco asociados, pólipos vesiculares y la
presencia de portadores de Salmonella typhi en bilis vesicular (un 7% de los que han presentado
fiebre tifoídea), como indicaciones de "cirugía profiláctica".
El cáncer primario de la vía biliar tiene en Chile una incidencia y prevalencia mucho menor
que el de vesícula. Su frecuencia real es difícil de conocer, dado que por ejemplo en estudios de
autopsias se encuentran habitualmente cánceres tan avanzados que no es posible determinar si se
originó en la vesícula biliar o en la vía biliar propiamente tal.
Es un cáncer que se puede originar en cualquier sitio, desde la emergencia de los conductos desde el
hígado, hasta la ampolla de Vater, siendo este último sitio el más frecuente con hasta un 50% del
total. El 50% restante se distribuye en proporciones iguales en vía biliar intrapancreática,
supraduodenal y hepática común. Con menor frecuencia se origina en forma aislada en alguno de
los conductos hepáticos principales (derecho o izquierdo).
Tiene una distribución con un leve predominio en varones y con una mayor frecuencia en la 5ª-6ª
décadas de la vida.
Cuadro Clínico
La manifestación clínica más frecuente es la ictericia que se encuentra en más del 90% de
los casos. Además, se observa habitualmente prurito y baja de peso. El dolor abdominal es menos
frecuente y cuando está presente es moderado, opresivo, en epigastrio o cuadrante superior derecho.
La infección biliar es poco frecuente, salvo que exista el antecedente de manipulación instrumental
de la vía biliar (endoscópica).
Métodos Diagnósticos
Ecotomografía Abdominal y Tomografía Axial Computada son los exámenes iniciales de elección y
demuestran dilatación de la vía biliar intra y extrahepática, además de las características de la
vesícula y del páncreas. Permiten además identificar linfoadenopatías y metástasis hepáticas, pero
rara vez visualizan al tumor primario de la vía biliar.
pueden ser considerados exámenes complementarios entre ellos. Desde el punto de vista del
cirujano, tiene mayor utilidad la CTPH, ya que define y precisa los límites proximales del tumor y
por lo tanto su resecabilidad. La especificidad y sensibilidad de la CTPH para el diagnóstico de
obstrucción biliar, supera al 95%.
Eco-Doppler: tiene alta sensibilidad para el diagnóstico de invasión portal y de arteria hepática y
debe ser un examen rutinario cuando se planifica un tratamiento resectivo. La Tomografía Axial
Computada Helicoidal con asociación de medios de contraste endovenosos, son otra herramienta
para el diagnóstico de invasión vascular.
La Arteriografía Selectiva y Portografía, métodos diagnósticos importantes hace una década, han
sido progresivamente reemplazados por los ya mencionados.
Tratamiento
La descompresión biliar con drenajes percutáneos o endoscópicos puede ser transitoria o definitiva.
La indicación transitoria está dada en aquellos pacientes que son potencialmente curables, pero en
quienes se desea corregir una desnutrición calórico proteíca severa, controlar la sepsis o mejorar
insuficiencias sistémicas asociadas (por ejemplo: insuficiencia renal aguda). Su uso transitorio
también es discutido, puesto que si bien ayuda a la identificación de la vía biliar durante la cirugía,
produce fenómenos inflamatorios, los cuales pueden dificultar el tratamiento. En casos considerados
irresecables, las prótesis endoscópicas o percutáneas son definitivas y habitualmente permiten una
regresión de la ictericia y control del prurito.
El trasplante hepático también fue considerado como una opción terapéutica, sin embargo, los
malos resultados obtenidos en términos de alta recidiva tumoral en el hígado trasplantado, ha hecho
que ésta opción sea discutida en la actualidad.
Los resultados obtenidos por la quimio y radioterapia (única o asociadas a cirugía) no han sido
buenos, si bien en este momento existen varios protocolos en estudio.
Menos del 50% del total de pacientes portadores de un cáncer de la vía biliar son sometidos a
cirugía potencialmente curativa. La mortalidad operatoria fluctúa en 2-12% con una morbilidad
asociada del 30-50%. La sobrevida actuarial es de 50-80% a 1 año, 20-32% a 2 años, 15-18% a 5
años y 2-3% a 10 años (de los resecados).
En los casos considerados irresecables, pero candidatos a cirugía, las derivaciones biliodigestivas
quirúrgicas han mostrado mejores resultados que las prótesis endoscópicas. La necesidad de
rehospitalización y la frecuencia de colangitis han sido menores en el grupo quirúrgico. La
sobrevida ha sido similar en el grupo sometido a cirugía, comparado con el grupo tratado por vía
endoscópica.
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1.-Introducción
2.-Aspectos generales
Embriología
Anomalías congénitas
Anatomía normal
Fisiología
3.-Enfermedades inflamatorias
Pancreatitis aguda
Clasificación clínica
Indicaciones de cirugía
Alternativas de tratamiento quirúrgico
Pancreatitis crónica
Clasificación clínica
Indicaciones de cirugía
Alternativas de tratamiento quirúrgico
1. INTRODUCCIÓN
El objetivo de estos apuntes es hacer sólo una reseña de los aspectos más
relevantes de la patología pancreática, desde una perspectiva quirúrgica. Para complementarlos
es indispensable revisar la bibliografía adjunta y comentar las inquietudes con los docentes
respectivos.
2. ASPECTOS GENERALES
a) Embriología:
(1) El páncreas se origina de dos brotes dependientes del intestino primitivo del embrión, uno
ventral y otro dorsal. (fig. 21.1).
Al final de la cuarta semana se forma el brote a dorsal del duodeno y a la quinta semana un brote
ventral en la base del divertículo hepático-biliar. El brote ventral rota en 180º desde la derecha
hacia la izquierda para fusionarse con el dorsal en la sexta semana (fig. 21.3).
El brote ventral forma la cabeza y el proceso uncinado y el dorsal el resto del páncreas, con la
unión ambos conductos se fusionan.
El conducto de Wirsung se forma en su parte proximal del páncreas ventral y en su parte distal
del conducto de la parte dorsal, constituyendo el conducto principal. El conducto de Santorini se
forma de la parte proximal del páncreas dorsal (fig. 21.2).
Los acinos secretores aparecen al tercer mes, así como los islotes de Langerhans a partir de los
acinos glandulares.
Alteraciones de este desarrollo normal dan origen a una serie de anomalías congénitas (tabla 1).
b) Anomalías congénitas:
Páncreas anular: Es una fina banda de tejido pancreático rodeando la segunda parte del
duodeno que se continúa con la cabeza y que se debe a la falta de rotación del brote ventral. Es
frecuente que este anillo produzca estenosis de duodeno. En el 50% de los casos los síntomas se
producen en el estado adulto(2). Cuando se produce obstrucción es necesario realizar una
derivación dudodeno yeyunal (3). (fig.21.4)
Páncreas ectópico: Son inclusiones de tejido pancreático en diversas vísceras, especialmente del
tubo digestivo (4) y van siendo menos frecuentes desde proximal hacia distal. Se encuentran en
el estómago, duodeno, ileon, divertículo de Meckel, ombligo; sitios menos frecuentes son: el
colon, apéndice, vesícula biliar, omentos, mesenterio o en una fístula broncoesofágica. Muchas
veces es tejido funcionante como islotes de Langerhans en masas de 3-4 cms. incluídas en la
mucosa, submucosa o muscular en focos únicos o múltiples.
Vesícula pancreática: Se han descrito dos situaciones: una vesícula biliar con tejido pancreático
en toda su extensión, en que se supone se origine en el brote pancreático y la otra en que hay
inclusiones de tejido pancreático en una vesícula normal (6).
c) Anatomía normal:
Organo retroperitoneal plano, de una longitud de 15-20 cms, altura 4-5 cms,
espesor de 2-4 cm y peso de aproximadamente 70 grs. Ningún otro órgano está tan relacionado
con otras entidades anatómicas como el páncreas. El cáncer de páncreas puede invadir duodeno,
estómago, bazo, glándulas suprarrenales, colon transverso, riñón izquierdo, yeyuno, uréter
derecho, etc.(fig. 21.6 y 21.7).
Cabeza: Aplanada, por la cara anterior está adyacente al píloro, el colon transverso y el borde
adherido a la cara interna del arco duodenal.
La superficie posterior al borde medial e hilio del riñón derecho, vasos renales derechos y la
vena cava, pilar derecho del diafragma, vasos pancreáticoduodenales y vena gonadal derecha.
Vía biliar: La porción distal de la vía biliar, el páncreas y el duodeno forman una unidad
anatómica inseparable desde el punto de vista embriológico, anatómico y quirúrgico. La vía
biliar está total o parcialmente rodeada por parénquima pancreático en 85% y yace detrás del
páncreas en 15% (fig. 21.8).
Cuello: El cuello del páncreas tiene 1,5-2 cms de longitud. Esta cubierto anteriormente por el
píloro y se extiende a la derecha hasta el nacimiento de la arteria pancreatoduodenal anterior
rama de la gastroduodenal. Hacia izquierda el límite es arbitrario (fig. 21.10).
Cuerpo: Su superficie anterior está cubierta por el peritoneo de la bolsa retrogástrica que separa
el estómago del páncreas y en relación con el mesocolon transverso cuya hoja peritoneal superior
cubre el páncreas y la inferior pasa por debajo de él. La arteria cólica media emerge en el borde
inferior del páncreas y va entre las dos hojas del mesocolon transverso. Por posterior el cuerpo
toma contacto con la aorta, el origen de la arteria mesentérica superior el riñón izquierdo y la
vena esplénica.
Cola: Es relativamente móvil y alcanza en muchos casos el hilio del bazo (fig. 21.11).
Endoscópicamente la papila se puede localizar por un pliegue longitudinal que se interrumpe por
uno transversal formando una T.
Ampolla de Vater: Es una dilatación del conducto pancreático duodenal común adyacente a la
papila y bajo la unión de ambos conductos.
Fig.21.14:
Variaciones en
desembocadura en
papila y Esfínter de
Boyden.
Esfínter de Boyden: Es el conjunto de esfínteres que rodean el trayecto intramural del conducto
común, el conducto pancreático y la ampolla. El conjunto puede tener hasta 3Omm. y está
formado por un esfínter en el conducto pancreático, dos en el colédoco terminal (superior e
inferior) y otro en la ampolla (fig. 21.14).
Papila duodenal menor: Está situada a 2mm. hacia craneal, ligeramente anterior a la papila
mayor, es más pequeña y no tiene el pliegue longitudinal característico de la otra.
La división de la arteria pancreaticoduodenal en dos ramas anterior y posterior forman dos arcos
que se anastomosan con sendas arterias de la mesentérica superior.
Fig. 21.16:
Drenaje venoso: En general corren paralelas a las arterias y yacen superficiales a ellas y posterior
a los conductos pancreáticos. El drenaje es hacia la vena porta, vena esplénica y a la vena
mesentérica superior e inferior. El cuerpo y la cola se drenan hacia la vena esplénica.
Histología:
Elementos celulares:
Células acinosas: secreción externa
Células B: secreción interna de insulina y glucagón (islotes de Langerhans)
d) Fisiología:
Exocrina: La elaboración del jugo pancreático, que es la secreción más importante del tubo
digestivo. Producido en los acinos y conductillos.
Jugo Pancreático: Es isotónico y secretado por los acinos y conductos pancreáticos. Contiene
agua, electrolitos y proteínas y cumple dos funciones: a) Neutralización y dilución, en el
duodeno, del ácido clorhídrico del contenido gástrico que atraviesa el píloro. b) Continuación de
la digestión de los alimentos ya iniciada en los segmentos proximales del aparato digestivo.
El volumen es variable según los alimentos ingeridos, pero normalmente es de 20 ml/Kg peso
corporal en 24 hrs, fluctúa entre 1200-l500ml diarios. Los electrolitos del jugo pancreático más
importantes son: sodio, potasio, calcio, bicarbonato y el cloro. Se caracteriza por su isotonicidad
con el plasma, elevada concentración de bicarbonato y la alcalinidad de su pH (8.0).
El 90% del contenido proteico del jugo pancreático lo forman los proenzimos y el resto los
inhibidores de la tripsina, proteínas plasmáticas y mucoproteinas. Los proenzimos sólo se activan
al llegar al duodeno y se clasifican de acuerdo al tipo de nutrientes sobre el cual actúan.
Proteolíticos:
Enzimas Lipolíticas:
Lipasa: Hidrolizan triglicéridos, pero como estos son insolubles en agua, se requiere la acción de
sales biliares para formar micelas susceptibles a la acción de la lipasa.
Fosfolipasa
Fase gástrica e intestinal: Es el estímulo del paso del contenido gástrico al duodeno lo que
gatilla la secreción pancreática. Los principales mediadores de esta fase son la secretina y la
colecistoquinina.
Acción del glucagón sobre la secreción exocrina: Inhibe la secreción exocrina del páncreas y su
administración prolongada puede producir atrofia.
producida en los islotes y el mayor freno a la secreción exocrina del páncreas, pudiendo suprimir
totalmente la secreción pospandrial.
3. ENFERMEDADES INFLAMATORIAS
Fisiopatología: Si bien se conoce que el daño inflamatoria local y sistémico se debe a una
activación inapropiada de las enzimas pancreáticas y la liberación de citoquinas, no es conocida
la causa que gatilla este proceso. De tal manera que el tratamiento es empírico y la cirugía actúa
en las complicaciones.
Se produce una recuperación rápida de la sintomatología, en pocos días; sin disfunción orgánica,
la que es excepcional y mínima.
Los síntomas son más severos y persistentes, con fiebre alta, se asocian a falla orgánica y/o
complicaciones locales como absceso, pseudoquiste e infección.
Las lesiones anatomopatológicas se caracterizan principalmente por necrosis del parénquima que
puede extenderse a la grasa peripancreática y retroperitoneal.
Son colecciones líquidas que se presentan precozmente en el curso de una pancreatitis aguda, se
localizan cerca del páncreas y carecen de una pared de tejido granulatorio o fibroso. Raramente
son demostrables por hallazgos físicos, habitualmente son descubiertas por imágenes. Se
presentan en 30-40% de las P.A., la mitad regresa espontáneamente.
La composición química de estas colecciones no es precisa, tienen bacterias en cantidad variable.
Se diferencian del pseudoquiste o absceso en que estos tienen una pared definida.
Estas colecciones representan el punto de partida temprano del desarrollo de un pseudoquiste o
absceso. No se sabe porque la mayoría remite y otros siguen a pseudoquiste o absceso.
a) Colelitiasis: (13-14-15)
La asociación etiológica entre colelitiasis y P.A. fue sugerida por Opie en 1901 al observar un
cálculo en la ampolla de Vater en una P.A. severa (16).
En 1974 Acosta tamizó las deposiciones de pacientes con P.A., en 34 de 36 encontró cálculos, en
comparación de 3 de 36 en el grupo control sin P.A.(1 7).
Es indispensable identificar los pacientes con litiasis en una P.A. porque ella recurre hasta en un
63% si no se trata y hasta en un 92% si quedan el colédoco (18).
La hiperamilasemia asintomática es muy frecuente después de este examen, desde 6 al 36% (20).
La frecuencia de P.A. depende de los niveles de amilasemia que la definan como enfermedad.
Tiene alta frecuencia en los pacientes con disfunción del esfínter de Oddi y en los que se realiza
manometría de la vía biliar (21).
c) Poscirugía:
d) Otras causas:
En pancreatitis aguda leve: La opción más razonable parece ser realizarla de 5-15 días de
iniciada la enfermedad, cuando haya regresión clínica completa. Más precozmente es
técnicamente más difícil por la inflamación y diferirla más tiempo exponemos al paciente a una
recidiva.
En pancreatitis aguda grave: Hay consenso en todos los autores en diferir la cirugía sobre las
vías biliares en este caso, a 1-2 meses después del alta, ya que en el período agudo tiene una alta
morbimortalidad. En esta cirugía es indispensable realizar una colangiografía intraoperatoria ya
que si se queda un cálculo en el colédoco, las posibilidades de recidiva son muy altas. El
pronóstico de la P.A. biliar es peor que cualquier otra causa y la mortalidad operatoria de la
litiasis puede ser de hasta 16% cuando la P.A. es grave (19).
Diagnóstico:
Amilasemia: Elevaciones de 2 a 3 veces lo normal son diagnósticas. Tiene una especificidad del
72% (23). Existen causas extrapancreáticas de hiperamilasemia como las glándulas salivales,
pulmones y trompas de Falopio.
Lipasemia: Permanecen elevadas más tiempo que las amilasas, las cuales bajan de nivel los
primeros días limitando su utilidad (24).
Exámenes radiológicos:
Ecografia: Es útil para el diagnóstico de litiasis, pero tiene muchas limitaciones para visualizar
el páncreas por el gas del ileo. Los signos directos pancreáticos son: aumento de volumen,
Tomografia computarizada: Es el examen ideal porque detecta la necrosis cuando se usa con
contraste endovenoso, al observar zonas no perfundidas. Debe ser hecha en todas las P.A. de
curso grave para precisar la presencia de necrosis y su extensión (25-26).
En el TAC no hay correlación exacta entre la necrosis encontrada radiológicamente y la de la
cirugía. No se conoce su real sensibilidad y especificidad diagnóstica ya que mucha P.A.
necróticas no se operan y aun este examen puede ser normal en pancreatitis edematosas.
Pronóstico:
Criterios de Ranson: Fueron descritos en 1974 y actualizados por el mismo autor en 1982 (27-
18). Son los más usados por su buena correlación clínica y simplicidad.
La sensibilidad de los criterios de Ranson es 72% y especificidad del 76% en estudio de 700
pacientes (28).
Criterios de Glasgow: Fueron descritos en 1978 y modificados varias veces hasta 1984. Son
semejantes a los de Ranson pudiendo ser evaluados también a las 48 hrs. Estudios demuestran
que la sensibilidad es de 63% y la especificidad del 84% (29).
Edad >55
Leucocitos >15000
Glucosa >180
BUN mg./dl >96
Pa 02 <60
Albúmina gr./dl. <3,2
LDH >600
Mortalidad: Es mayor en un primer episodio que en los siguientes y mayor en las litiásicas que
las alcohólicas. También es mayor en la postoperatoria e idiopática. La mortalidad general es de
10-15%, si es edematosa oscila de 0-3% y en las necróticas de 25-30%.
TRATAMIENTO
En la P.A. grave la administración precoz de NPT antes de las 72 hrs se asoció con una
reducción de las complicaciones de 95,6% a 23,6% y de la mortalidad de 38% a 13% en relación
a su uso tardío (37).
Inhibidores de proteasas: Teóricamente sería un tratamiento clave para neutralizar las enzimas
activadas irregularmente, pero ninguna sustancia probada ha resultado ser eficaz clínicamente. El
primero usado fue la aprotinina (inhibidor de la tripsina) aunque inicialmente los resultados
fueron alentadores, estudios posteriores no han demostrado beneficios (39). También se han
usado otras substancias como el gabexatomesilato y antiproteasas humanas en plasma fresco con
malos resultados(40).
En un primer estudio (49) en 121 pacientes con P.A. litiásica fueron asignados aleatoriamente en
dos grupos: unos tratados con colangiografia endoscópica y esfinterotomía en las primeras 72 hrs
y otros con tratamiento conservador. En los pacientes con P.A. leve no hubo ninguna diferencia
en cuanto a evolución, pero en los con P.A. grave se redujo la frecuencia de complicaciones de
61% a 24% y de mortalidad de 18 a 4% y la estancia hospitalaria.
Tratamiento Quirúrgico en PA
Indicaciones de cirugía:
Los procedimientos quirúrgicos sobre el páncreas en la P.A. solo tienen indicación y rendimiento
en los pacientes con necrosis pancreática infectada, en los cuales la mortalidad es prácticamente
del 100% si no se hace debridación quirúrgica(53-54). De tal manera que en primer lugar
comentaremos los elementos clínicos y de laboratorio que nos permiten seleccionar los pacientes
con necrosis pancreática y luego aquellos en que la necrosis se infecta.
1. Necrosis pancreática:
La necrosis es un área difusa o local del parénquima pancreático no viable, la cual puede estar
asociada a necrosis grasa peripancreática y retroperitoneal. Se asocia clínicamente a gravedad (3
ó más signos de Ranson), peor pronóstico, mayor frecuencia de complicaciones y alta tasa de
mortalidad (43). La sobreinfección de la necrosis puede ocurrir precozmente y rara vez
compromete toda la glándula, lo habitual es que sea periférica respetando la zona central.
La presencia de necrosis predice severidad de la P.A. con una sensibilidad del 83% pero con una
especificidad del 42%, debido a que una P.A. severa puede desarrollarse sin necrosis y que
algunas necrosis se recuperan sin infectarse y por lo tanto sin tener necesidad de cirugía (44-45).
Diagnóstico de necrosis:
Proteína C reactiva: Cuando es mayor de 100 u. predice la necrosis y severidad clínica, tiene un
rendimiento semejante a los criterios de Ranson, con una sensibilidad y especificidad del 83%
(46).
TAC dinámico: Puede diagnosticar la necrosis o tejido no viable que no se perfunde con el
contraste endovenoso y aun apreciar la cantidad de parénquima no viable.
Si bien no hay una correlación exacta entre la cantidad de necrosis encontrada en la intervención
quirúrgica y en TAC (25-26) puede darnos información sobre la necesidad de cirugía por la
presencia de abscesos, burbujas de aire (infección por anaerobios) o pseudoquistes infectados.
Establecido por los elementos anteriores que existe necrosis, esto no es indicación de por sí de
cirugía ya que estaría indicado sólo en los que se infectan, lo que sucede en aproximadamente
40-60% y las que no se infectan pueden recuperarse sin cirugía (47-48).
La clasificación de Balthazar es radiológica pero establece una buena correlación entre la
radiología y la gravedad clínica. El grado O no tiene alteraciones, en el grado 1 hay aumento de
volumen del páncreas e irregularidades del contorno, grado 2 hay compromiso de la grasa
peripancreática, grado 3 una colección líquida, grado 4 dos o más colecciones liquidas y/o gas.
Son signos de mal pronóstico el grado de extensión de la necrosis y el hecho que esta se infecte.
2. Necrosis infectada:
El próximo paso será comentar los elementos clínicos y de laboratorio determinar los pacientes
que tienen necrosis infectada y por lo tanto indicación quirúrgica. La infección aparece en 40-
60% de las P.A. necróticas (47).
Beger.
World J. Surg. 12:257, 1988.
Berger
World J.Surg. 12:257, 1988.
Beger
World J. Surg. 12:257, 1988.
Punción pancreática
Infección difusa: Puede ser del páncreas y de la grasa peripancreática o retroperitoneal. Esta es la
forma más grave, que aparece más precozmente, que se asocia a falla multisistémica y la más
difícil de tratar. Las alternativas técnicas para tratarla son varias y se basan en el debridamiento y
extracción del tejido necrótico infectado (secuestrectomía), en forma repetida con lavados de la
zona.
C) Tratamiento abierto: Llamado también pancreatostomía, en que se deja la herida abierta con
el páncreas taponado con gasas, realizando luego lavados programados en pabellón cada 24-48
hrs, hasta lograr limpieza y granulación. Si bien es la técnica preferida por nosotros y que en la
experiencia de la mayoría de los autores da el mejor rendimiento y más baja mortalidad, tiene de
por sí morbilidad muy seria como: fístulas intestinales y hemorragias locales de muy difícil
tratamiento.
Existe otra posibilidad intermedia en que la herida se cierra con una malla protésica y se abre
solo durante los lavados.
3. Absceso pancreático:
Tiene una frecuencia de 1- 4% de las P.A. Es una colección localizada de material purulento,
rodeada por pared de tejido granulatorio con poco o nada de necrosis habitualmente en las
proximidades del páncreas. Aparece tardíamente en la evolución de la pancreatitis, generalmente
a la cuarta o quinta semana. Se caracteriza por fiebre muy alta y puede aparecer en la P.A. y el
traumatismo pancreático. Su tratamiento es fundamentalmente quirúrgico cerrado y
generalmente evoluciona bien.
4. Pseudoquiste infectado:
Tienen una frecuencia del 8% en las PA, son de aparición tardía después de la segunda semana
de evolución. Es una colección de liquido seroso o jugo pancreático rodeada de una pared de
tejido inflamatorio o fibroso, conectada o no a un conducto pancreático, a consecuencia de una
pancreatitis aguda, crónica o trauma. En cuanto a clínica son ocasionalmente palpables y su
diagnóstico es más radiológico y rara vez regresan cuando persisten más de seis semanas o
tienen más de 5-6 cms. Se diferencian de las colecciones líquidas agudas en que estas son más
precoces y no tienen cápsula.
El tratamiento es conservador en los que tienen < de 5cms ya que suelen regresar sin problemas.
Si son de más de 5 cms. y tienen una cápsula de >de 5mm.de espesor es raro que involucionen,
así como los que sangran o se infectan los cuales deben tratarse por uno de los siguientes
procedimientos:
Endoscópicos: Con este procedimiento se pueden hacer vaciamiento por punción y anastomosis
con el estómago.
Quirúrgicos: Para realizar este tipo de tratamiento es necesario esperar un mínimo de seis
semanas para obtener una cápsula gruesa que facilite la realización de una anastomosis. Pueden
derivarse al estómago y intestino según la localización (57-58). Siempre es necesario enviar
muestra de la pared a estudio histológico por la posibilidad de confundir con una neoplasia
quística.
Hemorragias:
La P.A. se complica de hemorragia masiva, que puede comprometer la vida del paciente en
aproximadamente un 2%. Se produce en parénquima pancreático, retroperitoneo, conducto de
Wirsung y tiene una mortalidad de 50-80%.
Se producen hemorragias por ulceraciones superficiales son más comunes en P.A. graves,
especialmente las complicadas con septicemia.
En estudios necrópsicos el 15% de las P.A. hacen trombosis de la vena esplénica, también se
puede demostrar con un TAC con contraste. Hay esplenomegalia, desarrollo de colaterales en el
estómago y el colon.
La hemorragia por várices puede aparecer en un 30-70% de las P.A. con trombosis de la vena
esplénica, pero no es usual en el periodo agudo sino en forma mediata.
En laparatomías por otra razón en que se encuentre dilatación de las venas gastroepiploicas en
ausencia de cirrosis sugiere trombosis de la vena esplénica y el tratamiento es la esplenectomía.
Complicaciones vasculares:
En la P.A. se pueden producir necrosis vasculares letales por las enzimas proteolíticas y la
infección con formación de trombosis y pseudoaneurismas. El vaso más afectado es la arteria
esplénica, también la gastroduodenal, pancreático duodenal, gástricas y hepáticas.
Si no hay localización de la hemorragia digestiva se sugiere abrir el píloro para ubicar el origen
gástrico o duodenal, examinar la papila de Vater por sangramiento del Wirsung. Si la hemorragia
proviene de un pseudoquiste o de un aneurisma que lo ha oradado, se puede definir el vaso
responsable por la localización de la masa inflamatoria. Por ejemplo si la masa es de la cabeza
habitualmente compromete la arteria gastroduodenal o la pancreático duodenal y las masas del
cuerpo y cola la arteria esplénica.
Se puede hacer compresión de la arteria y ligadura si esto es posible en un sitio más proximal, si
es distal una resección del bazo y cola del páncreas pero si es proximal debe evitarse la
pancreatoduodenectomía en pacientes graves por la alta mortalidad.
Estudios clínicos que los dos tercios de los pacientes que han tenido una P.A. grave
experimentan una disminución de la función exocrina y endocrina; así como cambios
morfológicos. Esta alteración de la función es más frecuente después de una pancreatitis
alcohólica que litiásica.
Dolor abdominal
↓
Diagnostico de P.A. (clínica y enzimas)
↓
Diag. necrosis (PCR, TAC)
/ \
P.A. edematosa sin necrosis PA grave (UTI)
Control diario hasta regresión clínica necrótica
P.A. biliar / \
Colangiografia endos. / \
cirugía electiva. No infectada Infectada
No quirúrgica Sin falla org. Sin rpta al tto
necrosis <50% Falla org.
↓
Punción
↓
Cirugía
PANCREATITIS CRONICA
Los cambios morfológicos son fibrosis con destrucción y pérdida permanente de elementos
exocrinos. Estos cambios pueden ser focales segmentarios o difusos y pueden estar asociados
con diferentes grados de dilatación de los conductos y estenosis, también obstrucción por
trombos proteicos o cálculos. Puede haber edema y necrosis, quistes y pseudoquistes con o sin
infección, comunicados o no con el conducto de Wirsung.
Los islotes de Langerhans están relativamente bien preservados, pero hay pérdida progresiva de
la función aunque se haya eliminado la causa.
El dolor es el síntoma más frecuente, desde disconfort hasta la adicción a narcóticos. Otros son la
obstrucción o ruptura de conductos que pueden causar pseudoquistes, ascitis, hidrotorax,
hipertensión portal, pseudoaneurismas arteriales.
Si fracasa el tratamiento médico del dolor hay alternativas quirúrgicas, cuando los conductos
están dilatados las derivaciones intestinales y cuando son normales las resecciones. Los mejores
resultados se obtienen con las anastomosis amplias del Wirsung a un asa intestinal cuando los
conductos están dilatados. También es útil la alcoholización de los nervios esplácnicos cuando
no es posible la cirugía.
El tratamiento puede ser percutáneo por punción y/o colocación de catéter o endoscópico, pero
los resultados son muy insatisfactorios porque la punción tiene un 70% de recurrencia y las
anastomosis endoscópicas 5-15% de hemorragia o absceso.
c. Fístulas pancreáticas: Es una filtración de jugo pancreático desde un conducto a una víscera
vecina (internas) o al exterior (externas). Pueden ser secuela de cirugía del páncreas u órganos
vecinos, de una pancreatitis aguda, ruptura de un pseudoquiste o trauma pancreático. Se pueden
complicar con infección, hemorragia, erosión de vísceras adyacentes. Las fístulas externas en
ausencia de obstrucción ductal o cuerpos extraños cierran en un 80% con alimentación
parenteral, somatostatina y ayuno, reservando la cirugía solo para las complicaciones sépticas o
el fracaso del tratamiento médico.
e. Ictericia: Es la evidencia de una estenosis progresiva del conducto biliar por la fibrosis del
parénquima pancreático. El tratamiento es quirúrgico para evitar la colangitis o la cirrosis biliar
secundaria, la técnica de elección es la hepaticoduodenostomía latero lateral o hepático
yeyunostomía con un asa desfuncionalizada. El tratamiento endoscópico solo puede ser tomado
como transitorio.
También puede producirse retención gástrica debido a la estenosis fibrosa del duodeno, que se
puede confundir con ulcera péptica y que sí es persistente puede requerir derivación
gastrointestinal. Un proceso similar ocurre en el colon, especialmente en el colon transverso
izquierdo y ángulo esplénico; se puede confundir con un cáncer de colon aunque en la P.C. no
compromete la mucosa. En este caso si hay obstrucción el tratamiento es la resección intestinal.
La PC es la causa más frecuente de trombosis de la vena esplénica que produce várices gástricas
y hemorragia digestiva. Estas várices en pacientes sin cirrosis responden bien a la esplenectomía.
Cuando hay trombosis portal, de vena mesentérica y/o cavernomatosis está contraindicada
cualquier cirugía del páncreas.
Indicaciones:
- Dolor intratable
- Complicaciones de la pancreatitis crónica
- No poder descartar la presencia de un cáncer asociado.
La historia natural de la P.C. en occidente está más asociada al alcoholismo. Hay un deterioro
progresivo funcional en los dos tercios de los pacientes a pesar de cesar la ingesta alcohólica (60-
6 1).
Causas del dolor: Existen dos hipótesis, la de la hipertensión ductal por obstrucción de conductos
a causa de estenosis o cálculos y la de estimulación de terminaciones nerviosas por inflamación
y fibrosis.
Aproximadamente un 10% de los pacientes con pancreatitis crónica requieren de una operación.
Los objetivos son: confirmar el diagnóstico de P.C., evaluar el estado físico y emocional del
paciente en cuanto a enfermedades asociadas y adición a drogas o alcohol, evaluación de la
función endocrina y exocrina, delinear las características anatomopatológicas de la enfermedad
como: dilatación de los conductos, estenosis, obstrucción del conducto biliar o el duodeno,
presencia de aneurismas o trombosis de vasos, ascitis o derrames pleurales y estado nutricional.
Elección de la operación:
Técnicas quirúrgicas:
Pancreatectomía subtotat distal: Esta técnica está indicada en pacientes sin dilatación del
conducto, con dolor no tratable médicamente y compromiso anatómico predominantemente
distal como: pseudoquistes localizados en el cuerpo y cola, cuando las derivaciones fracasan en
aliviar el dolor, pseudoaneurismas, en pacientes con hipertensión portal y várices gástricas y
esofágicas, y cuando no es posible descartar la presencia de un cáncer asociado.
Pancreatectomía total: Sólo está indicada cuando fracasan las resecciones locales en aliviar el
dolor, puede conservarse el duodeno, tiene excelentes resultados en aliviar el dolor pero deja una
diabetes inestable muy difícil de tratar.
CANCER DE PANCREAS
Sintomatología:
Compromiso del estado general: Enflaquecimiento progresivo que suele ser la primera
manifestación clínica.
Extra digestivos: Trombosis venosa profunda, trombosis portal y esplénica con esplenomegalia y
hemorragia digestiva.
Diagnóstico:
97% de los exámenes son anormales en presencia de cáncer pancreático, la P.C. puede producir
imágenes semejantes pero las estenosis son más cortas <de 5 mm. y no irregulares. Está
principalmente indicado cuando el TAC no demuestra masa.
Marcadores tumorales: Ninguno tiene la sensibilidad y especificidad suficiente para ser usado
como seleccionador en diagnostico precoz. El CA 19-9 tiene una sensibilidad del 90%, pero es
normal en estadios tempranos, poco especifico, otros cánceres pueden elevarlo. Su utilidad es
pronostica porque baja si se extirpa todo el tumor.
Punción percutánea con aguja fina: Es altamente específica con pocos falsos positivos, pero
tiene falsos negativos en tumores pequeños. El inconveniente es que puede implantar células en
el trayecto de la aguja o producir diseminación peritoneal, por lo tanto no está indicado en
aquellos casos potencialmente resecables ya que además de las razones expuestas puede producir
pancreatitis y fístulas de colon o estómago y tiene mortalidad de por sí.
Etapificación:
Lo ideal es una buena etapificación preoperatoria para recibir el tratamiento más adecuado con el
mínimo de morbilidad. Es necesario definir los tumores potencialmente resecables, los no
resecables pero aun localizados y los diseminados (con metástasis a distancia).
N Linfonodos regionales
Nx linfonodos no evaluados
N 0 sin metástasis linfáticas
N l con metástasis linfáticas regionales
M Metástasis a distancia
Mx su presencia no puede ser evaluada
M 0 sin metástasis a distancia
M l hay metástasis a distancia
Tratamiento Quirúrgico:
Preparación preoperatoria:
Debe establecerse un buen plano de disección entre el páncreas y los vasos mesentéricos y la
porta; puede incluirse resección de un segmento de porta, pero este grupo de pacientes tiene un
peor pronóstico.
Tipo de resecciones:
Está indicada en el cáncer periampular y el de la cabeza del páncreas, puede ser con o sin
conservación del píloro. La mortalidad de esta operación es de aproximadamente 5% y la
principal morbilidad es la fístula pancreática del muñón.
Pancreatectomía radical
En esta técnica además de la resección de toda la cabeza se reseca el tejido graso retroperitoneal,
los segmentos de vasos comprometidos, la grasa periaortica y peri cava.
No está demostrado que esta técnica mejore la sobre vida en comparación con la convencional y
tiene una morbimortalidad mucho más alta.
Pancreatectomía distal
Está indicada en aquellas lesiones que comprometen el cuerpo y la cola, debe combinarse con
esplenectomía. Este tipo de tumores rara vez son resecables porque son de diagnóstico muy
tardío.
Pancreatectomía total
Los principales factores que afectan la sobre vida son: el tamaño del tumor mayor o menor de 2
cm., el grado histológico, el compromiso linfático y el compromiso histológico del margen de
sección.
El pronóstico es mucho mejor en los tumores periampulares porque el diagnóstico suele ser
mucho más precoz.
Tratamiento paliativo:
Alivio de la ictericia:
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Concepto
Toda hernia de la mucosa fuera del lumen intestinal debe ser considerada como un
divertículo.
Se entiende por Enfermedad Diverticular del Colon a una afección que compromete el Intestino
Grueso, con una serie de alteraciones funcionales y anatómicas que conducen finalmente a la
formación de divertículos.
Por otra parte, un divertículo verdadero está constituido por las tres túnicas de la pared intestinal.
Esta variedad de divertículo es rara en el colon, observándose con escasa frecuencia en el colon
derecho, principalmente en la región cecal.
El no contar con la capa muscular es un hecho importante en el divertículo falso, ya que implica
pérdida de la capacidad de evacuación de su contenido hacia el lumen, favoreciendo su
infección.
Incidencia y Distribución
La frecuencia de divertículos aumenta con la edad, estimándose que sobre los 40 años un
5%-20% de la población general los presentan y de éstos, entre un 10% a un 20% hacen en algún
momento un cuadro diverticular sintomático.
Esta incidencia es variable de acuerdo a los diferentes grupos etarios considerados. Así, se han
comunicado frecuencias de 33% sobre los 50 años de edad y de 40% - 50% sobre los 70 años.
Con respecto a su distribución en el colon, los divertículos son más frecuentes en el sigmoides
Por otra parte, en un número importante de casos en esta enfermedad, sólo hay divertículos en el
sigmoides, aunque se debe decir que lo contrario, su existencia en algún otro segmento del colon,
sin comprometer el sigmoides, también puede ocurrir, pero con una frecuencia escasa.
Patogenia
Las observaciones, tanto clínicas como experimentales, han demostrado que esta
herniación de la mucosa a través de las fibras musculares puede estar relacionada con dos
factores fundamentales: el aumento de la presión intracolónica y la debilidad de la pared en
puntos determinados.
Algunos autores han demostrado que el engrosamiento de las capas circular y longitudinal, con
un acortamiento por contracción de las tenias en esta última, es la primera anormalidad que
aparece en el intestino alterado. Esta hipertrofia muscular estrecha el lumen intestinal con el
aumento de la presión intraluminal por contracción exagerada de los anillos musculares
circulares que segmentan dicho lumen, con salida y desarrollo así de los divertículos, que
protruyen por los puntos más débiles de la pared.
Estudiando la distribución vascular del colon en su pared y su relación con los divertículos, se ha
demostrado que éstos emergen por los tabiques conjuntivo vasculares que perforan la pared
muscular, quedando finalmente estos vasos juntos al cuello diverticular.
Estas zonas de penetración de los vasos constituyen los puntos débiles de la pared colónica,
siendo este hecho lo ampliamente demostrado como causa importante hasta ahora.
Se debería nombrar otras teorías postuladas, pero en forma secundaria, tendientes a explicar en
parte este factor de debilidad parietal, como la teoría congénita, con existencia de puntos más
débiles de la pared que permitirían con el tiempo ser fácilmente atravesadas por la mucosa que
protruye, la existencia de un factor degenerativo, con debilidad consecuente de la pared en
diversos puntos, y por último la causa inflamatoria como factor predisponente de debilidad de la
pared y mayor producción de divertículos.
Con respecto a los factores que producirían la hipertonía e hipertrofia muscular, con el
consiguiente aumento de la presión intraluminal, se debe decir que la observación de la clara
menor frecuencia de divertículos colónicos en la población de países en desarrollo en relación a
los de países desarrollados ha conducido a la teoría de que la dieta altamente refinada, pobre en
residuos, consumida en estos últimos, lleva a una disminución del bolo fecal, a un
estrechamiento del colon, y así a un aumento de las contracciones y de la presión intraluminal,
para movilizar esta masa fecal más pequeña.
Otro factor postulado, que contribuiría a esta presión aumentada seria el estrés propio de la vida
moderna, que llevaría, al igual que en la colopatía funcional, a una estimulación más frecuente y
acentuada de las fibras musculares del intestino grueso.
FORMACION DE DIVERTICULOS
Clasificación
Ahora, dado que la presencia de diverticulitis, de mayor o menor grado, implica habitualmente
síntomas y signos de la enfermedad, existe la tendencia a denominar diverticulosis al cuadro
díverticular asintomático, o bien emplear este término, para diagnosticar sólo la existencia de
estas lesiones, lo cual seria aceptable desde un punto de vista simple y básico.
Sin embargo, esto no quiere decir que lo anterior, por lo mismo, deba considerarse como una
clasificación valedera y completa, ya que quedarían sin denominación cuadros no inflamatorios
y, sin embargo, sintomáticos, como el cuadro clínico hemorrágico puro. Por otra parte, existen
dificultades obvias de orden clínico en algunos casos para clasificarlos como diverticulosis o
diverticulitis basándose exclusivamente en los síntomas y signos, los cuales no siempre pueden
ser claros.
Por esto que es mejor utilizar el término Enfermedad Diverticular, que incluye en su concepto a
ambas condiciones.
Por último, es útil considerar y razonar que empleando los términos diverticulosis o diverticulitis
siempre tendremos dificultades y confusión en clasificar ciertos cuadros debido a que éstas son
en última instancia definiciones anátomopatológicas de una enfermedad, y lo que corresponde
más bien para efectos prácticos en el tratamiento, es realizar una clasificación clínica de la
misma (consideración de los síntomas y signos en su realización).
En algunos de estos pacientes no siempre es fácil determinar hasta qué punto la sintomatología
depende sólo de la existencia de divertículos colónicos, ya que también puede existir una
colopatía funcional concomitante. Sin embargo, nos orienta en el diagnóstico y nos define la
enfermedad la ausencia de otras patologías colónicas después de un estudio criterioso, y la
evolución habitual de ésta en forma periódica, con sintomatología recurrente, denominadas crisis
diverticulares.
Los síntomas más frecuentes de estas crisis son el dolor abdominal, comúnmente en el cuadrante
inferior izquierdo o hipogastrio, de carácter continuo e intensidad moderada. Ocasionalmente el
dolor puede ser de carácter cólico, esto generalmente relacionado con diarrea. En algunos casos,
al examen abdominal, en relación a la zona más sensible se podrá palpar una masa cilíndrica
dolorosa, compatible con sigmoides aumentado de diámetro.
Otros síntomas importantes son las alteraciones del tránsito intestinal, con cuadros de diarrea,
que pueden estar alternadas con períodos de estitiquez o heces delgadas y distensión abdominal.
La pérdida de sangre por ano, aunque de escasa cuantía, es frecuente, pudiendo ser roja cuando
se acompaña de diarrea y mucus en estrías, o también rojo obscura, no melena, con carácter de
colorragia.
La duración de estas crisis habitualmente es de una a dos semanas con tratamiento médico
adecuado, aunque como se señaló, existe la tendencia a la repetición de las mismas. De acuerdo
a diversos autores, las frecuencias de estas crisis van aumentando con el tiempo, de ahí que deba
existir el criterio en qué momento indicar la cirugía electiva a un paciente de acuerdo a factores
que se considerarán. Asimismo, es importante también saber en qué momento se debe realizar el
tratamiento quirúrgico de una eventual crisis diverticular que ha evolucionado a un cuadro
sintomático complicado.
Los pacientes que presentan este cuadro son aquellos que como iniciación de su sintomatología o
en la evolución de la misma presentan una de las complicaciones anteriormente indicadas, y que
se describen:
1. Hemorragia severa: Esta complicación, que se comunica con una frecuencia de 5% al 20%,
se define como aquella hemorragia que conduce a la anemia aguda, alteración hemodinámica y
que requiere transfusión sanguínea.
No es infrecuente que este cuadro aparezca como primer síntoma de la enfermedad, sin
antecedentes previos, y habitualmente en forma brusca, sin pródromos. Es una hemorragia
aislada como sintomatología, aparte de los signos propios de descompensación hemodinámica, y
acompañado a veces de dolor abdominal tipo cólico.
Se ha visto además en este cuadro algunas relaciones importantes a considerar: Las hemorragias
de mayor cuantía se han visto en pacientes con mayor edad, una parte importante de los casos
presentan hipertensión arterial como antecedente, por último algunos autores señalan que de las
hemorragias identificadas con estudio angiográfico, el sitio de sangrado es en el colon derecho
en mayor frecuencia.
Por último se debe decir que las recidivas no son infrecuentes a mediano o largo plazo (22% de
los casos).
2. Obstrucción intestinal: Este cuadro representa alrededor del 9% de las formas sintomáticas
de la enfermedad y alrededor del 20% de las formas complicadas. La disminución del lumen que
desencadena esta complicación se debe a la combinación de fibrosis retráctil de la pared,
En la mayoría de los casos puede palparse una masa relativamente fija y sensible en el cuadrante
inferior izquierdo o hipogastrio.
Esta forma clínica se manifestará como un absceso intra abdominal pericólico o una peritonitis
difusa dependiendo sí el proceso infeccioso se localice o no.
En los casos con absceso pericólico, la sintomatología se asemeja a una crisis diverticular pero
con intensidad mayor y progresiva. Así el dolor abdominal es constante y de intensidad
creciente, de predominio o localizado en cuadrante inferior izquierdo, la fiebre se hace continua,
de intensidad aumentada, o toma carácter de tipo supurativo, puede predominar la constipación o
existir francos signos obstructivos por estenosis del lumen por el proceso. Se palpa
prácticamente siempre una masa abdominal, de limites imprecisos, dolorosa y fija, en la zona del
absceso.
En la peritonitis difusa, se manifiesta el cuadro clínico clásico de la misma, con dolor abdominal
difuso, vómitos, alteración hemodinámica, fiebre alta, resistencia muscular difusa, signos
algunos de los cuales pueden verse aminorados por las condiciones previas del paciente, la
evolución y la misma gravedad del cuadro.
-“difusión” o “permeación” del proceso infeccioso sin existir una perforación clara o bien
definida, aunque en sentido estricto sí exista;
4. Fístulas: Esta forma clínica representa el 6% al 25% del grupo de las complicaciones de la
Enfermedad Diverticular, aunque no más del 3-4% de todas las formas sintomáticas. Su origen
se debe habitualmente a un proceso infeccioso con absceso franco o no, localizado, que ha
evolucionado en forma tórpida, formándose en forma gradual trayectos fistulosos, habitualmente
a órganos adyacentes.
La forma más común es la fístula colovesical, existiendo en forma mucho menos frecuente la
fístula colocutánea, colouterina, colovaginal, y coloentéricas.
Una vez ya establecida, la fístula no dará más que síntomas funcionales, sin alteración del estado
general, aunque con cuadros de infección urinaria recidivantes, que se exacerban con la actividad
inflamatoria o crisis diverticulares propias de la enfermedad.
No obstante, a la vez debemos complementar nuestra investigación con los exámenes que
consideremos necesarios, los cuales, aún así, su elección va a quedar supeditada a la evaluación
que realicemos previamente de la sintomatología del paciente en ese momento.
Es importante considerar que la insuflación debe ser moderada y bien controlada, por lo que
algunos autores sugieren realiza sólo la técnica de llenado simple y evacuación, en los casos
sintomáticos activos.
En general este examen debe realizase con cautela en los cuadros sintomáticos en etapa aguda,
siendo juicioso esperar la disminución de la sintomatología para realizarlo. Asimismo, no debe
realizase en los casos compatibles con el cuadro clínico de perforación.
Sin embargo, en las hemorragias masivas, este examen puede efectuase, en donde tiene además
un rol terapéutico, ya que se puede aminorar o detener la hemorragia con el efecto hemostático
del llene del divertículo sangrante con el material viscoso del bario.
Endoscopía:
Si bien el estudio endoscópico nos podrá mostrar ocasionalmente los orificios diverticulares, la
indicación fundamental de este examen es la exclusión de una neoplasia en casos de estenosis
del lumen, con la realización consiguiente de biopsias. Además, nos corroborará la altura o nivel
de dicha lesión.
Otra indicación de la colonoscopía estará dada en los cuadros de hemorragia al diagnosticar otras
causas de la misma. Eventualmente nos rebelará el sitio de la hemorragia, aunque esto toma real
valor cuando a la exploración se encuentra sólo sangre roja en el colon derecho. También en
aquellos casos en donde se visualiza la presencia de un coágulo en la cavidad diverticular.
Arteriografía selectiva:
Este examen, en donde se inyecta un medio de contraste por una arteria principal con
visualización de su escape o salida, es importante en los cuadros de hemorragia severa ya que
nos localizará el sitio de la hemorragia, y a la vez cumple el procedimiento un papel terapéutico,
al poder infundir por el catéter agentes vasocontrictores para controlar la hemorragia. Aún más,
en caso de persistencia de la misma en su evolución, nos permitirá realizar una resección
segmentaria, ya localizado el sitio de la hemorragia.
Por esta razón, en el caso específico de esta complicación, y de acuerdo a las condiciones e
infraestructura existente, se debería solicitar este examen en prioridad al enema baritado.
Habrá, por otra parte, dificultad de visualización del sitio de sangrado si se hiciera este último
examen antes de la arteriografía.
Una limitación de este procedimiento es que para localización de la hemorragia se requiere una
pérdida de sangre con un flujo de a lo menos 0,5 ml/mm, lo que nos dificultará el diagnóstico, en
caso de hemorragia o pérdida intermitente.
Este examen, que se basa en la detección de glóbulos rojos marcados con un radio isótopo, al
igual que en la arteriografía, está indicado en la hemorragia severa para localización del sitio de
ésta. Tiene la ventaja, en relación a la arteriografía, que es más sensible ya que detecta pérdidas
de sangre con un flujo mínimo de 0,1 ml/min. A la vez, sin embargo, es menos específico que el
anterior, ya que menos frecuentemente nos ayudará en el diagnóstico de certeza de la lesión.
Ecotomografía Abdominal:
Este examen puede ser de gran utilidad en casos complicados o crisis diverticulares con síntomas
importantes, para clarificar el diagnóstico en pacientes con dolor abdominal y fiebre o con una
masa abdominal, principalmente en mujeres. La presencia de una colección localizada o absceso
puede ser así confirmada.
Exámenes Urológicos:
Por último es útil nombra los exámenes complementarios que pueden ser de ayuda en la fístula
colo-vesical, la forma clínica más frecuente en este tipo de complicación. Estos son la
cistoscopía y la cistografia retrógrada.
La cistografía retrógrada, en cambio, está más indicada en este caso en forma específica, ya que
mostrará la comunicación colo-vesical en un buen porcentaje de los casos.
Con respecto a esta complicación y los métodos auxiliares en general para su diagnóstico, se
puede comenta que, si bien la cistografía retrógrada es más eficaz que la cistoscopía para la
visualización de la fístula, ésta última, sin embargo, puede ser más útil que la Enema Baritada en
el aporte de datos o evaluación de esta complicación, ya que se ha visto que este examen revelará
la fístula solamente en un 44% de los casos.
Por otra parte, la TAC de abdomen y pelvis ha demostrado ser de eficacia, no sólo en los casos
anteriormente indicados sino también en esta complicación.
TRATAMIENTO
En los casos de Enfermedad Diverticular asintomática la práctica habitual, dado los mecanismos
etiopatogénicos descritos, es la indicación de un régimen rico en residuos y evita la constipación,
por lo que se aconseja para esta finalidad aceite mineral, o los mucilagos. Se debe evita los
laxantes como fenolftaleína por ser causantes de espasmos e irritación y los lavados intestinales a
repetición.
Por ser impredecible en forma estricta su evolución en el futuro, no hay más medidas a indica en
este tipo de pacientes, salvo advertirle su alteración colónica y su control y consulta en caso de
aparición de síntomas.
Se podrá indicar como parte del tratamiento la arteriografía selectiva si se cuenta con ella, la
cual, como se comentó, aparte de ser diagnóstica de localización del sangrado, tiene un valor
terapéutico, pudiendo infundirse agentes vasoconstrictores, como vasopresina a una velocidad de
En el caso que la hemorragia, a pesar de todo lo anterior, sea incoercible o persistente, está
indicado el tratamiento quirúrgico de urgencia.
Indicaciones quirúrgicas:
Procedimientos Quirúrgicos:
En la cirugía de urgencia, la técnica resectiva a realiza va a ser de acuerdo al cuadro a trata, y los
procedimientos son: resección más anastomosis primaria, debiendo decir que esto implica
realizar, si se tiene la experiencia, un lavado intraoperatorio del colon por ser una intervención
en colon no preparado, o resección más anastomosis diferida. Dentro de ésta última, la más
factible a practicar es la operación de Hartmann, que consiste en la resección del segmento
alterado, con cierre del cabo distal dejándolo en la cavidad abdominal, y abocamiento del cabo
proximal a la pared abdominal, como una colostomía terminal. Posteriormente, una vez pasado
el proceso agudo, se realizará como segunda etapa la reconstitución del tránsito.
Una tercera alternativa en prioridad es proceder sólo a una colostomía transversa como
procedimiento derivativo. No es de elección principal esta técnica, sobre todo sí existe un
proceso séptico concomitante en el segmento colónico comprometido, aunque se practique
drenaje de éste. Por esto, su utilidad debe estar considerada en pacientes obstruidos con
compromiso general importante, o con gran inestabilidad o avanzada edad, que implican riesgo
alto para una cirugía más compleja.
Perforación: En este tipo de complicación, por ser de tipo séptico la indicación en prioridad más
frecuente es la resección del segmento alterado más anastomosis diferida, esto último sin
discusión, dado compromiso infeccioso existente(Operación de Hartmann).
Sin embargo, se debe decir que estudios más recientes han demostrado, en el caso de absceso
pericólico, que el drenaje percutáneo del mismo, seguido posteriormente de una resección más
anastomosis primaria puede ser el tratamiento de elección en estos casos, siempre que no haya
perforación importante o gangrena parietal, evitando así la cirugía en etapas.
Por último, en los casos de una perforación pequeña, bien localizada, en un paciente en precarias
condiciones, puede procederse a una sutura de la perforación, con drenaje adyacente, y una
colostomía proximal.
Fístulas: El tratamiento de este cuadro clínico debe incluir la resección del segmento colónico
afectado por la enfermedad diverticular, del trayecto fistuloso, y sutura del órgano receptivo.
En el caso de la fístula colo-vesical, las que a largo plazo en general son bien toleradas, bien
establecida la fístula se puede realizar una preparación adecuada del colon preoperatoria,
procediendo entonces a la resección colónica con anastomosis primaria, y sutura de la zona
afectada en vejiga, con sonda vesical por un tiempo prudente, habitualmente 10 días.
Se debe decir, sin embargo que no siempre se dan las condiciones ideales, y la presencia de
microabscesos, inflamación importante o adherencias firmes, aconsejarán la resección en etapas.
Cuestionario
1. Nombre y comente cuáles son los factores demostrados más relacionados con la etiopatogenia
de la Enfermedad Diverticular.
4. Dentro de los exámenes complementarios que se pueden realizar nombre el examen objetivo
más importante y comente las razones.
Bibliografía Recomendada
2. Contreras J., Bannura G.: Enfermedad Diverticular del Colon. En: Azolas C., Jensen Ch.
Cirugía del Colon. Editorial Soc. de Cirujanos de Chile y Soc. Ch. de Proctología,1994, pp
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3. Pérez G.: Tratamiento quirúrgico electivo de la enfermedad diverticular. En: Azolas C.,
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4. Kodner I., Fry R., Fleshman J., l3irnhaum E.: Enfermedad Diverticular. En: Schwartz SI,
Shires GT, Spencer FC. Principios de Cirugía. Editorial Interamericana S.A.. 1995, pp 1241-
1245.
Antecedentes Históricos
Definición
Se define obstrucción intestinal como un impedimento al tránsito del contenido del tubo
digestivo, distal al ángulo de Treitz.
La obstrucción intestinal puede ser secundaria a causas mecánicas y no mecánicas (Tabla 1). Los
trastornos no mecánicos son aquellos que afectan la propulsión del contenido del tubo digestivo.
Las causas más frecuentes de obstrucción intestinal baja son, según un trabajo realizado en la
Asistencia Pública de Santiago el cáncer colorrectal (42%), el vólvulo del sigmoides (33%), y las
hernias estranguladas con compromiso de colon (10%). Con respecto a la obstrucción intestinal
alta, las patologías que más frecuentemente se asocian a este cuadro son las bridas (49%), las
hernias estranguladas con compromiso de intestino delgado (15%) y los tumores (15%) (3).
1-. Mecánica
a) Luminal
- Intusucepción
- Cálculos biliares
- Bezoar
- Parásitos
- Bario
- Otros
b) Parietal
- Neoplasias
- Inflamatorias (CUI, Crohn, diverticulitis)
- Endometriosis
- Divertículo de Meckel
c) Extraparietal
- Bridas
- Hernias
- Masas extrínsecas
- Vólvulo
2-. No mecánica
a) Defectos neuromusculares
- Megacolon
- Ileo paralítico (abdominal o causas sistémicas)
b) Oclusión vascular
- Arterial
- Venosa
Fisiopatología
Con la anamnesis cuidadosa y detallada es posible establecer ciertas tendencias diagnósticas. Así
por ejemplo, el antecedente de laparotomías previas o de patología herniaria orienta hacia el
diagnóstico de obstrucción intestinal alta.
Si se trata de un paciente de edad avanzada sin antecedentes quirúrgicos, lo más probable es que
se trate de un cuadro de obstrucción intestinal baja por neoplasia. En general la obstrucción
intestinal alta presenta un cuadro clínico más florido que la obstrucción intestinal baja (Tabla 2).
Con respecto al examen físico, existen signos comunes a ambas entidades como son la distensión
abdominal, la sensibilidad abdominal, el bazuqueo y las alteraciones en los ruidos hidroaéreos.
En algunos casos especiales, como por ejemplo el vólvulo del sigmoides, el examen físico es
muy revelador ya que es fácil plantear este diagnóstico al encontrar un aumento de volumen en
el hipocondrio derecho asociado a gran distensión abdominal.
Dentro de los exámenes de laboratorio recomendamos solicitar aquellos propios de cada paciente
que va ha ser sometido a una intervención quirúrgica (hemograma, perfil bioquímico, velocidad
Estadísticamente las patologías que más frecuentemente llevan a compromiso vascular del asa
intestinal son: vólvulo intestinal, bridas y hernias estranguladas. Al existir compromiso
isquémico del asa (obstrucción intestinal complicada) aumenta considerablemente la
morbimortalidad de los pacientes. En el caso de vólvulo del sigmoides la morbimortalidad
aumenta de un 12% a un 53% al existir compromiso del asa intestinal (5).
Clínicos Laboratorio
Dolor abdominal continuo Leucocitosis > 10000 (20000)
Masa abdominal Acidosis metabólica
Blumberg Creatinfosfoquinasa elevada
Taquicardia > 100
Tº axilar > 38º C
El dolor abdominal continuo no es lo habitual en un paciente que cursa con obstrucción intestinal
simple, por lo tanto su presencia es señal de que existe irritación peritoneal probablemente a
consecuencia de perforación del asa (secundaria a isquemia) o aplastronamiento. La masa
abdominal tampoco es propia de un paciente portador de obstrucción intestinal. Si bien esta
puede corresponder a la causa que origina la obstrucción (cuerpo extraño o tumor), también es
posible que sea el resultado de un aplastronamiento de asas asociado a perforación o peritonitis.
La Creatinfosfoquinasa es una enzima que se libera cuando existe necrosis muscular (músculo
cardiaco, esquelético o intestinal). Si aumenta esta enzima puede indicar daño muscular
secundario a isquemia del asa. Respecto a los gases en sangre arterial, creemos que es uno de los
elemento predictivos de mayor importancia en la sospecha clínica de obstrucción intestinal
complicada (7). En la revisión que se presenta al final de este trabajo se demuestra la
importancia del base excess en la predicción de isquemia intestinal.
Una vez hospitalizado el paciente y respondida nuestra primera interrogante, se debe decidir cual
es la conducta definitiva a seguir. Lo habitual es la cirugía, pero existen casos en que se puede
mantener una conducta expectante para estabilizar al enfermo y en algunas circunstancias muy
específicas la sola descompresión, que puede realizarse dejando al paciente en régimen cero e
instalando sonda nasogástrica con aspiración cada dos horas, puede resolver la urgencia y así
evitar la cirugía en ese momento. Si no existen evidencias de compromiso vascular intestinal, es
posible mejorar las condiciones generales del paciente previo a la intervención quirúrgica. Para
este objetivo es esencial corregir la volemia y los trastornos ácido base e hidroelectrolíticos
asociados. Ante la sospecha de isquemia intestinal la cirugía se debe plantear en forma precoz, lo
que implica resolver el problema antes de dos horas desde que fue planteado el diagnóstico, para
así evitar que esta isquemia se convierta en necrosis irreversible.
Las principales causas de obstrucción intestinal alta son las bridas, hernias y tumores. Al existir
el antecedente de laparotomías previas debe plantearse el diagnóstico de bridas, cuadro que con
maniobras descompresivas básicas se resuelve en un 20% de los casos (10). Existen algunas
situaciones en que es posible plantear manejo expectante y así resolver la urgencia (Tabla 4).
Ante la sospecha de compromiso vascular intestinal se debe realizar una cirugía de urgencia y lo
habitual es que se practique una resección y anastomosis primaria de los cabos intestinales. En
casos de peritonitis difusa planteamos ostomizar al paciente. Al existir compromiso
hemodinámico intraoperatorio existe un alto riesgo quirúrgico y es más frecuente que haya
filtración de la anastomosis, por lo tanto, se recomienda una minilaparotomía, con resección del
segmento comprometido y exteriorización de los cabos intestinales a través de una laparostomía
contenida.
El diagrama de flujo 2 grafica la conducta a seguir ante un paciente con este diagnóstico. Se
observa que si el individuo tiene peritonitis, cáncer de colon obstructivo o hernia estrangulada,
debe ir a la cirugía inmediata. Al tratarse de una enfermedad diverticular que cursa con
obstrucción intestinal baja, es recomendable la aplicación de maniobras descompresivas y
antibioterapia por 24 horas, si el paciente no responde satisfactoriamente recomendamos la
cirugía
Cáncer colorrectal
Hernia Estrangulada → CIRUGIA INMEDIATA
Peritonitis
"
Enf. Diverticular → Manejo Médico
24 Hrs. !
Mejoría
Respecto a la obstrucción intestinal del colon derecho, sea ésta con o sin necrosis del asa, lo que
corresponde es la hemicolectomía derecha más ileotransversoanastomosis, que debe ser
terminoterminal o lateroterminal.
En el caso particular del vólvulo cecal, si no hay necrosis se debe practicar una cecopexia con
fijación parietal del ciego, o bien una cecostomía, siendo ésta prácticamente la única indicación
formal para realizar este procedimiento (11).
En el caso del vólvulo del sigmoides, nosotros recomendamos primero realizar una
rectosigmoidoscopía o colonoscopía, pues este examen permite apreciar la viabilidad del asa y
practicar una eventual destorsión endoscópica, método con un alto índice de efectividad (70-
80%) (12). Si el asa no es viable recomendamos realizar una operación de Hartmann. Es posible,
de acuerdo a la experiencia del equipo quirúrgico, plantear una cirugía definitiva para esta
patología (Operación de Duhamel-Haddad o Resección anterior baja) en forma primaria
realizando lavado intraoperatorio de colon.
La serie se compone de 91 pacientes (48% hombres y 51% mujeres) con una edad promedio de
59 años (rango entre 21 y 90 años). Dos tercios de los pacientes poseían el antecedentes de
laparotomía previa.
Los principales síntomas observados fueron dolor abdominal, detención del tránsito intestinal
normal y vómitos, con un tiempo de evolución promedio de 82 horas (Tabla 5)
Tabla 5: Síntomas
Al examen físico general el 50% de los pacientes presentaban signos claros de deshidratación,
mientras que en el examen abdominal los hallazgos más constantes fueron sensibilidad dolorosa,
distensión, bazuqueo (Tabla 6).
Sensibilidad abdominal 90 %
Distensión abdominal 62 %
Deshidratación 50 %
Hernias 46 %
Bazuqueo 44 %
Ruidos hidroaéreos metálicos 20 %
Blumberg 7%
Sopor 4%
Fiebre 1,2 %
Abdomen en Tabla 1%
La laparotomía más utilizada fue la media supra e infraumbilical (67%). Más de la mitad de los
pacientes de esta serie presentaba una obstrucción intestinal alta, y las principales causas de
obstrucción fueron bridas, hernias complicadas y vólvulo intestinal (Tablas 7 y 8).
Bridas 40 %
Hernias complicadas 38 %
Vólvulos 22 %
Tumores 5 %
Delgado 68 %
Sigmoides 18 %
Colon 6%
Ciego 3%
Recto 1%
Al realizar el estudio del compromiso vascular según la apreciación del cirujano, en la presente
serie se observó que el asa comprometida era viable en el 79% de los casos.
Al buscar algún examen de laboratorio capaz de predecir compromiso vascular del asa intestinal,
observamos que la medición de gases en sangre arterial entrega un valor predictivo bastante
confiable, es así como el 87,8 % de los pacientes con valores de base excess > -3 (sin acidosis
metabólica) no tenía compromiso isquémico del asa, diferencia estadísticamente significativa
(Tabla 9).
Resumen
Bibliografía
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12. Vargas M. A., Vera E., Bannura G.: Vólvulo del sigmoides: resultados inmediatos en su
manejo. Rev Chil Cir. 1981; 33: 127-129.
Megacolon se define como una elongación, dilatación e hipertrofia permanente del colon,
la cual puede ser segmentaria o comprometer a la totalidad del órgano.
Su origen puede ser congénito o adquirido. Respecto del compromiso anátomopatológico puede
presentar alteración de los plexos mientéricos de Meissner y Auerbach. En la tabla 1
presentamos la clasificación que nos parece más adecuada para calificar esta afección
Todos los datos epidemiológicos coinciden en señalar a la tercera y cuarta región como las zonas
más afectadas dentro del área endémica de chile (1ª a 6ª región) con una prevalencia del 20%
para enfermedad de Chagas. En nuestro país el megacolon chagásico afecta predominantemente
al sexo masculino (60-75%) con una amplia distribución etárea y un promedio de edad de 53
años.
Las otras etiologías de Megacolon en población adulta prevalentes en nuestro país, como lo
muestra un estudio realizado en el Hospital San Borja Arriarán, la componen el Megacolon
Idiopático (MI), seguido del Hirshprung (H) de diagnóstico tardío.
Etiopatogenia
Con relación al Megacolon Chagásico (MC), el primer factor que lesiona el ganglio
nervioso es un proceso inflamatorio que luego deriva en fibrosis con destrucción parcial y a
veces total del sistema autónomo a nivel de los plexos de Meissner y Auerbach.
El recto esta siempre afectado y la enfermedad compromete todo el colon en forma progresiva de
manera variable.
Clínica
En el examen físico destaca la presencia de una marcada distensión abdominal y el tacto rectal
revela abundantes heces o impactación fecal.
En el MI, la población mayoritariamente afectada se encuentra bajo los 30 años o sobre los 60,
comprometiendo por igual a ambos sexos.
Diagnóstico
Otra diferencia importante de señalar, es que en los pacientes portadores de H, rara vez se
presenta el vólvulo de sigmoides como complicación.
Para el diagnóstico correcto de MI se debe contar con un tránsito de colon, el que habitualmente
muestra lo que se denomina inercia colónica, y que no es más que un tránsito de material
intestinal muy enlentecido.
La radiografía simple de abdomen es de gran utilidad en el diagnóstico del vólvulo del sigmoides
y de la retención estercorácea.
Complicaciones
El vólvulo o torsión del colon sigmoides sobre su eje mesentérico es el más común de los
vólvulos de colon (75%) y es la segunda causa de obstrucción intestinal baja después del cáncer
colorrectal. La clínica del vólvulo de sigmoides adquiere las características de una obstrucción
intestinal baja en un paciente con antecedentes de constipación crónica, al examen físico destaca,
que siempre existe un grado de compromiso del estado general con deshidratación, gran
distensión abdominal y ampolla rectal vacía. Para el diagnóstico la radiografía simple de
abdomen permite apoyar el diagnóstico hasta en un 93 % de los casos.
El vólvulo de sigmoides es una urgencia médico-quirúrgica y la conducta terapéutica a seguir
depende principalmente de la viabilidad del segmento comprometido, ya que, del compromiso
En caso de encontrarse con un vólvulo de sigmoides con asa necrosada procede realizar la
resección del segmento comprometido y realizar una operación de Hartmann.
Tratamiento
En los MI con inercia colónica el tratamiento ideal es la colectomía total, pues es todo el colon el
que presenta el trastorno de motricidad. En estos casos las biopsias de los distintos segmentos
analizados demuestran indemnidad de los plexos mientéricos.
pero con una alta frecuencia de complicaciones como dehiscencia anastomótica (42%),
incontinencia fecal (20%) e impotencia sexual (15%).
Las cirugías más frecuentemente empleadas en el tratamiento de este tipo de megacolon son:
La resección anterior baja consiste en la resección del colon sigmoides y gran parte del recto
hasta el plano de los elevadores con una anastomosis colorrectal inmediata a nivel del recto
subperitoneal. Esta operación es la más utilizada en nuestro país (75%) probablemente por el
mayor conocimiento de la técnica quirúrgica, pues se realiza también para el cáncer rectal. En
nuestro país se observa una 32% de morbilidad caracterizada principalmente por dehiscencia de
suturas, fístulas y peritonitis; la mortalidad operatoria promedio es de 4 % con una recidiva de la
enfermedad en el 12 % de los pacientes.
La resección anterior baja por preservar una porción del recto disquinético siempre poseerá una
tasa no despreciable de recidiva, por lo que, la única manera de disminuir estos valores es elegir
muy bien los pacientes a los cuales se les someterá a la operación y realizar una resección
realmente baja del recto, hecho que sin duda aumenta la morbilidad.
2. Operación de Duhamel-Haddad.
Bibliografía
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1974; 25-26: 226-8.
Introducción
En nuestro país no existen estudios que proporcionen cifras exactas en relación a la real
prevalencia de la patología hemorroidal. Sin embargo, creemos que tiene una alta frecuencia y
que constituye, sin duda, un motivo frecuente de consulta.
Históricamente ya Hipócrates en el año 400 a.c. hacía mención al manejo quirúrgico de esta
dolencia. Desde esa fecha se han propuesto numerosos métodos tanto conservadores como
agresivos en relación al manejo de esta afección, lo que habla de una falta de uniformidad de
criterios en tomo al manejo de esta patología. En la actualidad existen diversas alternativas de
tratamiento, y entre ellas, varias técnicas operatorias. La indicación de tratamiento quirúrgico
esta bien determinada, siendo la hemorroidectomía cerrada de Ferguson la operación más
ampliamente practicada (4).
Definición
Thomson, en 1975, describe y define las hemorroides como cojinetes vasculares del canal anal.
Estos vasos sanguíneos vistos microscópicamente aparecen interpuestos entre fibras musculares
de la submucosa donde Thomson cree que contribuyen al ajuste fino de la continencia anal. La
disminución de las fibras musculares de la submucosa y separación del esfínter interno del canal
anal y recto inferior, ocurre, probablemente, como consecuencia del envejecimiento. De ello
resulta que la mucosa y submucosa junto con estos cojinetes vasculares se vuelven más móviles
y eventualmente se exteriorizan a través del orificio anal, ocasionando los síntomas propios de
esta patología (5).
Se ha observado que el tejido hemorroidario esta constituido por vasos de tipo sinusoidal y no
por venas como se creía antiguamente, lo que ha sido confirmado mediante estudios
oxigenométricos en los que se ha determinado que la sangre hemorroidal es de origen arterial.
Esta compleja irrigación drena en redes anastomóticas extensas en el recto bajo y el canal anal
constituyendo así los plexos hemorroidarios externos e internos. El plexo interno drena la parte
baja de la ampolla rectal cuyo límite inferior histológicamente corresponde a la inserción
tegumentaria de las fibras provenientes de la capa longitudinal fibromuscular que atraviesan
desde cefálico y lateral el esfínter interno cerca de su borde inferior. Este límite esta algo caudal
de la línea pectina en plena piel del conducto anal y se denomina surco interhemorroidal. Por lo
tanto, la línea pectínea no es el límite entre las hemorroides internas y externas como se ha
difundido vastamente. Los plexos hemorroidarios externos drenan el periano, existiendo
comunicaciones con los plexos venosos internos.
Clasificación
- Grado 1, son aquellas que fundamentalmente sangran pudiéndose encontrar además una leve
tumefacción.
- Grado 2, hemorroides internas que prolapsan, descendiendo a través del orificio anal pero
reduciéndose espontáneamente.
- Grado 3, aquellas que prolapsan, debiendo ser reducidas manualmente y que rápidamente
vuelven a descender.
- Grado 4, aquellas que permanecen irreductibles.
Fig. 25.5
Etiopatogenia
Hasta ahora, la causa exacta de las hemorroides es desconocida, pero sí se conocen las
condiciones asociadas que pueden desencadenar la enfermedad sintomática.
Se postula que la disfunción del esfínter anal interno jugaría un rol en la aparición de esta
patología, ya que se ha demostrado una alteración de su actividad en pacientes portadores de
hemorroides. Se cree que existe una conexión fisiológica entre el esfínter anal interno y la en-
fermedad hemorroidal, ya que los plexos hemorroidarios internos descansan superficialmente
adyacentes al esfínter; de manera que una disfunción esfinteriana podría ocasionar una
disminución del retomo venoso y la consiguiente congestión hemorroidaria.
Thomson propone la teoría de los cojinetes vasculares, la que postula que los plexos
hemorroidarios normales representarían masas discretas localizadas en la submucosa, la cual se
desliza con cada esfuerzo defecatorio. Con el tiempo las estructura anatómicas que soportan la
submucosa se debilitan y conducen al prolapso con la consecuente sintomatología propia de la
enfermedad.
Burkitt, Graham y Stewart sostienen la teoría de que el esfuerzo repetido del acto de defecación
favorece la aparición de la enfermedad hemorroidaria. Ello se relaciona fundamentalmente a
malos hábitos alimentarios occidentales caracterizados específicamente al empleo de
una dieta pobre en residuos. Esta teoría es aun controversial ya que en diversos estudios han de-
mostrado que la incidencia de constipación entre portadores de enfermedad hemorroidal fluctúa
sólo entre un 20 y un 50 % (7).
Desde un punto de vista práctico, las hemorroides internas se pueden dividir en dos categorías:
Hay que recordar que el sistema venoso portal carece de válvulas y drena las hemorroides
internas, a diferencia del sistema venoso sistémico que posee válvulas y drena las hemorroides
externas. Esta situación explica el hecho que las obstrucciones del sistema portal genera una
sobrecarga venosa que en definitiva determina congestión de los plexos hemorroidales internos
hasta comprometer progresivamente los plexos externos. Esto ocurre en la cirrosis, la trombosis
de la vena porta y los tumores abdominales. Entre estos últimos cabe destacar que el tumor abdo-
minal más frecuente es el embarazo.
La experiencia práctica confirma que las mujeres en la etapa final de su embarazo, presentan un
importante aumento de la presión intraabdominal, la cual actúa preferentemente sobre el sistema
de drenaje venoso portal (carente de válvulas) y que se traduce en que casi el 100% de las
a) Herencia: al igual que lo que ocurre con la enfermedad varicosa de extremidades inferiores
existen familias particularmente predispuestas al desarrollo de esta condición, de forma tal, que
muchos o todos sus miembros resultan afectados y, por lo general, en edades precoces. Esto es
probablemente atribuible a debilidad estructural de las paredes de los vasos sanguíneos de los
plexos hemorroidarios.
b) Constipación y diarrea: es obvio que el efecto dilatador de la defecación normal sobre los
plexos hemorroidales puede aumentar considerablemente cuando el enfermo presenta
constipación crónica y tiene que realizar esfuerzos prolongados y repetidos para la evacuación de
la masa fecal. La diarrea, de igual modo, si se acompaña de tenesmo importante provoca
esfuerzos repetidos con intención de evacuación, con efectos similares a los producidos en la
constipación.
Los malos hábitos defecatorios pueden ser igualmente nocivos, específicamente en aquellos
individuos que tienen como conducta habitual, el permanecer tiempos prolongados en el acto
evacuatorio.
c) Posición erecta. El hombre es el único animal de la escala zoológica que presenta esta
enfermedad la que puede ser atribuida, entre muchos otros factores, a su condición de animal
bípedo. Ciertos trabajos que obligan a permanecer de pie o sentado durante tiempos prolongados
(carteros, choferes o cargadores) son especialmente propensos a desarrollar esta dolencia. Sin
embargo, no existe ninguna demostración científica que explique esta relación.
d) Relajación o disfunción del esfínter anal interno. Los pacientes que han sufrido una o más
intervenciones por fístulas anorrectales, con sección de los esfínteres anales, desarrollan más fre-
cuentemente enfermedad hemorroidal. Lo mismo ocurre en los ancianos con relajación
importante del tono esfinteriano.
f) Calor seco: las consultas por molestias hemorroidales son más frecuentes en épocas esti-
vales. Se ha observado que los pacientes que habitualmente deambulan en ambientes calurosos,
o personas que permanecen sentadas en superficies calientes (conductores) presenta con mayor
frecuencia la enfermedad hemorroidal. Sin embargo, al igual que lo que ocurre con muchas de
las condiciones previamente mencionadas, tampoco se ha demostrado con certeza el rol
fisiopatológico de este factor.
Cuadro Clínico
1. Sangramiento cuyo origen está principalmente en los plexos hemorroidarios internos. Suele
ser el primer síntoma que relatan los enfermos, inicialmente como estrías sanguinolentas que
acompañan las heces pero que pueden, en ocasiones, provocan hemorragias severas que incluso
llegan a la producción de anemia hipocroma crónica. El aspecto del sangrado es de color rojo
brillante, lo que habla de su origen arteriolar, como ya se señaló.
3. Prolapso o masa anal: los enfermos relatan la presencia de una masa anal, que
inicialmente aparece sólo en los esfuerzos defecatorios, que luego se reduce espontáneamente.
Por lo general, el prolapso ocurre en etapas más tardías de la enfermedad e inicialmente no se
acompaña de otras molestias, pero en la medida en que esta enfermedad progresa, las masas
prolapsadas se acompañan de dolor, sobre todo cuando el prolapso es irreductible. Las
hemorroides que se prolapsan corresponden a los paquetes internos, pero las hemorroides
externas cuando se encuentran congestionadas o trombosadas también ocasionan sensación de
masa anal.
Las hemorroides sintomáticas pueden además estar complicadas. Entre las complicaciones
destacan:
1. Hemorragia: constituye una complicación importante tanto por su persistencia como por su
intensidad.
3. Trombosis. Afecta más frecuentemente a los paquetes externos en forma de trombo único,
con intenso dolor. Las hemorroides trombosadas se pueden ulcerar y sangrar, después de
eliminar parcialmente el coagulo. Ocasionalmente regresan espontáneamente dejando un nódulo
duro constituido por una bolsa de piel denominado plicoma.
4. Prolapso: constituye una complicación cuando alcanza los grados 3 o 4. Puede ocasionar
dolor, ulcerarse, sangrar, trombosarse y asociarse a secreción e irritación perianal.
Examen Físico
2. Tacto rectal: permite evaluar espasmos esfinterianos cuando hay irritación concomitante.
No es fácil acostumbrase a palpar hemorroides internas por tener estas una consistencia
esponjosa suave. La importancia primordial del tacto rectal radica en que produce una dismi-
nución de la tonicidad relativa para luego proceder a la introducción del anoscopio. Además es
esencial para descartar la existencia de otras patologías en el conducto anorrectal.
En nuestro equipo, como norma habitual, en todos los pacientes con patología hemorroidaria que
relatan episodios de sangramiento, practicamos una rectosigmoidoscopía a fin de descartar otras
lesiones rectosigmoídeas que puedan originar el sangrado.
Diagnóstico
A continuación presentamos la Tabla 1 con una serie de patologías anorrectales que se pueden
manifestar con los mismos síntomas de la patología hemorroidaria: masa, dolor y hemorragia.
Tabla 1
Tratamiento
1. Manejo no operatorio:
Este incluye educación dietaria, calor local húmedo, analgésicos, agentes hidrofílicos,
escleroterapia y ligadura de banda elástica.
b) Calor local húmedo: se aplica en forma de baños de asiento con ácido bórico. Este
último tiene la propiedad de ser astringente, antiséptico, cicatrizante y desodorante. Se
administran 30 g (una cucharada sopera) por litro de agua tibia, prolongando el baño por 10 a 15
minutos tres a cinco veces al día. Esto está especialmente indicado en casos de fluxión y crisis de
d) Escleroterapia: ésta técnica fue inicialmente empleada por Morgan en 1869 usando
persulfato férrico. En 1913 Terrell introdujo como esclerosante la Quinina Urea (9). Los
argumentos que se esgrimen a favor de la técnica inyectable versus la quirúrgica y viceversa son
diversos.
- Pacientes con hemorroides internas grado 1 y 2 que presenten sangrados frecuentes, y que no
desean una terapia quirúrgica.
- Pacientes en quienes la intervención quirúrgica esta contraindicada. Las contraindicaciones son
las siguientes:
Hemorroides externas.
Hemorroides complicadas: fluxión, trombosis o patología anal asociada.
Hemorroides internas sangrantes durante el embarazo.
Hemorroides en pacientes diabéticos.
Hemorroides internas grado 3o4.
- Esfacelo tegumentario.
- Necrosis extensa que puede comprometer toda la pared anorrectal.
- Abscesos y/o fístulas porque la solución inyectada que actúa como cuerpo extraño.
- Pileflebitis.
Para realizar la escleroterapia se debe inyectar 1 mm sobre la línea pectínea, para evitar el dolor.
La aplicación no debe hacerse en el vaso sanguíneo, sino entre ellos en un plano intermedio entre
e) Ligadura de banda elástica: Es una técnica simple y efectiva para el manejo de las
hemorroides grado 2. Se trata de un procedimiento ambulatorio que no requiere de anestesia. Se
aplica una banda elástica ubicada en el canal anal alto en la porción más redundante de la
mucosa rectal inmediatamente por sobre la línea pectínea. Al quinto o séptimo día se produce la
caída de la banda con la porción hemorroidaria incluida a consecuencia de la necrosis producida
quedando un lecho esclerosado. Este método ofrece un resultado más preciso que la
escleroterapia ya que controla la eliminación del material mucoso hemorroidario. Se recomienda
aplicar una banda elástica o dos por sesión, esperando unas 6 semanas para repetir el
procedimiento, a fin de lograr la total eliminación de los paquetes hemorroidarios
comprometidos.
Entre ellos se incluyen la crioterapia, el láser, la dilatación anal y la esfinterotomía lateral interna
parcial.
Crioterapia: método en desuso por el extremo disconfort y dolor que ocasiona. Se realiza
usando nitrógeno liquido u oxido nitroso. Con esta técnica es posible congelar el tejido
hemorroidario, sin embargo es imprecisa en cuanto a la cantidad de tejido destruido. Deja un
lecho operatorio de difícil cicatrización, y se asocia a una tasa alta de hemorragia secundaria al
procedimiento.
La dilatación anal y la esfinterotomía lateral interna parcial son métodos que ya no se emplean y
solamente se mencionan como cultura general (10).
Mediante esta técnica pueden ser tratadas las hemorroides internas, externas o mixtas. Las in-
dicaciones de cirugía en los casos de pacientes portadores de hemorroides internas incluyen:
En casos de crisis de fluxión aisladas, el tratamiento médico consiste en baños de asiento con
ácido bórico por 3 a 5 veces al día, asociado a analgésicos orales y a dieta rica en fibra vegetal.
Si los episodios de hemorragia son aislados, el manejo inicial consiste en eliminar los factores
predisponentes, pero si el sangramiento es persistente el tratamiento en la mayoría de los casos
debe ser quirúrgico.
El primer control ambulatorio lo realizamos a los 7 días, y luego el paciente se cita semanal-
mente hasta verificar la cicatrización total de la herida operatoria. Hay que consignar que con
esta técnica existe un alto porcentaje de deshiscencia de la sutura del lecho, lo cual es esperable
en alrededor del 60 a 70% de los casos.
D)Complicaciones:
suturado, con la consecuente hemorragia de origen arterial. Ocurre entre el 4º día y la 3º semana
después de la cirugía. Su incidencia es del 0,5 a 4% El tratamiento que ofrece el mejor resultado
de esta complicación es la inyección de epinefrina en el lecho sangrante (13).
4. Trastornos de la micción: Son debidos a un fenómeno reflejo en el que junto al espasmo del
esfínter anal interno se agrega espasmo uretral, ya que la inervación de ambos deriva del nervio
pudendo interno. Su manejo es sencillo mediante medidas habituales de enfermería.
5. Impactación fecal: para evitarla se debe tratar de lograr una evacuación antes del 3º o 4º día
postoperatorio. Si se presenta, se trata con enemas evacuantes y / o desimpactación digital del
bolo fecal. Sólo en esta situación puede usarse vaselina líquida, la que, por lo general, no
empleamos porque retarda la cicatrización de las heridas.
Se practicó esfinterotomía lateral interna asociada, al 35% de los pacientes operados. El por-
centaje de dehiscencia de sutura fue de 69%. Sólo dos pacientes de la serie presentaron
complicaciones en el postoperatorio (1,8%). Una fue una estenosis anal, asociada a absceso
anorrectal que fue tratado ambulatoriamente con drenaje y dilatación. El otro caso correspondió
a un paciente que presentó fluxión de hemorroide interna accesoria, el que fue tratado
médicamente.
Bibliografía
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11. Khubchandani IT, Trímpi HD, Sheets JA: Closed hemorrhoidectomy with local anesthesia.
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12. Khubchandani IT, Trimpi HD, Sheets JA: Evaluation of polyglicolic acid suture vs catgut in
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14. Venegas J, Valdés C, Cavalla C. y cols: Urgencias proctológicas. Bol Hosp SJ de Dios 1995;
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Introducción
La alta incidencia de ésta patología en nuestro país (2ª causa electiva después de la cirugía de la
vía biliar), y la necesidad de encontrar técnicas aplicables a la mayoría de nuestros pacientes es
motivo de permanente interés entre cirujanos generales y especialistas dedicados al tema.
Como dato estadístico, a pesar de no contar con cifras epidemiológicas exactas, podemos inferir
que en nuestro país existe un 12% a 20% de probabilidad de desarrollar una hernia inguinal,
siendo la relación hombre: mujer de 3 : 1.
Otro de los desafíos con que contamos los cirujanos es reducir las recurrencias, que según
diferentes series varían desde un 2% hasta un 20%.
1. Definición
2. Composición
Las hernias están compuestas por un saco (peritoneo parietal) que contiene cuello, cuerpo y
fondo, y que protruyen a través de un orificio o anillo (defecto) aponeurótico.
Fig. 26.1
Fig. 26.2
Fig. 26.3
Fig. 26.4
3. Clasificación
Pueden ser:
- Congénitas o adquiridas
- Complicadas o No complicadas
- Reductibles o No reductibles
Según su localización:
a) Triángulo de Petit
b) Cuadrilátero de Grienfelt
4. Anatomía
Orificios o anillos:
a) Orificio inguinal profundo o externo
b) Orificio inguinal superficial o interno
Paredes:
a) Anterior: Aponeurosis del oblícuo mayor
b) Posterior: Fascia Transversalis
c) Superior: Fibras del oblícuo menor y transverso
d) Inferior: Ligamento inguinal
Fig. 26.5
Anatomía Topográfica
Los límites de las fositas están dados por el uraco hacia medial, por los vasos umbilicales
obliterados en la parte media y por los vasos epigástricos hacia lateral.
Fig. 26.6
La región femoral o crural también representa una zona de debilidad por donde atraviesan los
vasos y nervio femoral en su recorrido hacia las extremidades inferiores. Sus límites (de la región
femoral) son:
Fig. 26.7
El contenido del conducto inguinal está constituido por el cordón espermático en el hombre y el
ligamento redondo en la mujer y contienen:
a) Músculo cremáster
b) Plexo pampiniforme (arteria y venas espermáticas)
c) Conducto deferente con arteria y vena deferencial (en el hombre)
d) Nervio ilioinguinal
e) Ramo genital del nervio genitofemoral
5. Diagnóstico
Cuando acompañando al aumento de volumen aparece dolor importante hay que sospechar en una
complicación, que puede ser “Hernia Atascada” o “Hernia Estrangulada”. La diferencia clínica
es difícil de detectar, ya que el diagnóstico definitivo se realiza en el acto operatorio o bien por
estudio histopatológico de la víscera comprometida. La diferencia entre las 2 radica en que en la
Hernia Estrangulada hay compromiso vascular (necrosis) de la víscera comprometida.
También pueden utilizarse las Imágenes (Ecotomografía, TAC, RNM) cuando existen dudas en el
diagnóstico. El diagnóstico diferencial debe hacerse principalmente con:
a) Adenopatías
b) Lipomas
c) Varicocele
d) Hidrocele
6. Tratamiento
El tratamiento es QUIRURGICO, y está dirigido a resolver las complicaciones (si las hay),
a reparar el defecto aponeurótico y reforzar las paredes. La reparación puede ser anatómica o por
medio de material protésico (mallas), éstas últimas de mucha aceptación en la actualidad ya que
evitan la tensión en el tejido reparado.
Lecturas recomendadas
Historia
Desde 1901, Dimitri Oscarovich Ott, ginecólogo ruso y previamente Nitze, en 1876,
habían utilizado la laparoscopía con fines diagnósticos. Con el advenimiento de la tecnología
como la ecografía, la tomografía axial computarizada y la resonancia nuclear magnética, la
utilidad de la laparoscopía con fines puramente diagnósticos ha decaído notablemente, en
cambio la utilidad de ésta para procedimientos terapéuticos ha significado un avance en la
cirugía actual.
La primera Colecistectomía laparoscópica fue efectuada en 1987 por Mouret, en Lyon (Francia),
seguida por Dubois en París. Casi simultáneamente Saye en Atlanta y Reddick en Nashville (
EEUU) practicaron también las primeras Colecistectomía laparoscópicas utilizando láser; de ahí
que se nombran las 2 técnicas ( Francesa y Norteamericana ).
Consideraciones Generales
La gran ventaja y motivación tanto para cirujanos como pacientes es que es una técnica
quirúrgica mínimamente invasiva, que permite, sin grandes incisiones, efectuar intervenciones
quirúrgicas visualizadas a través de un endoscopio con fuente de luz en un monitor. Con
pequeñas incisiones (generalmente de 5 y 10 mm), se introducen trócares por donde se manejan
diversos instrumentos para disecar, cortar, coagular, ligar, etc.
Dentro de las normas de nuestro servicio está que toda cirugía laparoscópica debe poder
reproducir la misma técnica quirúrgica vía laparotómica (abierta), y también que todo cirujano
que inicie una cirugía laparoscópica debe ser capaz de decidir cuando convertir a cirugía
convencional y además tener el conocimiento técnico para resolver los problemas que pudieran
presentarse.
Instrumental y Equipo
• 1 o 2 monitores
• Cámara de video
• Fuente de luz (fibra de vidrio)
• Insuflador y balón de CO2
• Videograbador
• Unidad de electrocoagulación
• Laparoscopios
Tanto el equipo como el instrumental debe ser verificado por el cirujano y/o por la enfermera (o)
y técnico de pabellón.
El instrumental requiere de un cuidadoso manejo, así, debe ser lubricado y esterilizado después
de cada intervención ya sea en Gluteraldehído (Cidex r) u Oxido de etileno.
El CO2 se utiliza por ser de bajo costo, fácilmente difusible y soluble, y no ser irritante y/o
inflamable.
Indicaciones y Contraindicaciones
También ha sido utilizada en cirugía de urgencia (Apendicitis aguda, Ulcera péptica perforada);
su mayor utilidad en éstos casos además de ser un procedimiento diagnóstico, es que permite sin
una gran incisión, un excelente aseo de la cavidad abdominal (peritonitis difusa) con una mejor
visualización de los compartimientos menos accesibles.
Contraindicaciones absolutas:
Contraindicaciones relativas:
Ventajas y Desventajas
Ventajas:
• Cosmética
• Menor manipulación intraabdominal e ileo postoperatorio
• Menor dolor postoperatorio
• Menor tiempo de hospitalización
• Reintegro laboral precoz
• Menor % de infección herida operatoria
• Menor restricción respiratoria
• Menos adherencias postoperatorias
• Menor incidencia de hernias incisionales
Desventajas:
Complicaciones
Fig. 27.5
Fig. 27.6: Aguja de Veress
Preguntas
Lecturas recomendadas
Una de las consultas más frecuentes en los Servicios de Urgencia es por apendicitis
aguda. Según estudios realizados en nuestro Servicio de Urgencia, el 35% de las operaciones
corresponden a esta patología. La operación precoz, oportuna, significa la rápida recuperación
del paciente y el precoz reingreso a su actividad habitual. La operación tardía significa gran
riesgo, complicaciones, estadías prolongadas, onerosos tratamientos y exámenes y además, una
morbimortalidad importante.
No siempre se tuvo este concepto tan claro. Es solo a partir de 1886 cuando el Dr. Reginald
Fitz, patólogo de la Universidad de Harvard, USA, describió el cuadro de la apendicitis aguda
perforada y lo relacionó con las numerosas muertes que se atribuían a procesos inflamatorios
del ciego. El Dr. Fitz recomendó la apendicectomía y poco después se describió el cuadro de
apendicitis aguda antes de la perforación, iniciándose la apendicectomía precoz como
tratamiento seguro de esta enfermedad.
Anatomía
Está irrigado por la arteria apendicular, rama de la ileocólica, a su vez tributaria de la arteria
mesentérica superior.
La función del apéndice es inmunitaria, una acción que la ejerce casi todo el tubo digestivo, por
lo cual es prescindible.
La localización anatómica del apéndice es de gran importancia pues puede tener distintas
ubicaciones que ponen a prueba la habilidad del cirujano para encontrarla, a veces con pequeñas
incisiones. Sin embargo hay un punto de referencia fijo que es la base apendicular, siempre en
el polo inferior del ciego, en la confluencia de las tres tenias; el resto cuerpo y vértice puede
estar detrás del ciego intra o retroperitoneal, hacia la pelvis, hacia el mesenterio, detrás del
íleon. Bueno es recordar que en mal rotaciones intestinales puede tener una localización muy
alta y también, muy excepcionalmente, un situs inversus que puede dar un típico cuadro de
apendicitis aguda, pero en abdomen inferior izquierdo.
Fig. 28.1
Fig. 28.2
Etiopatogenia
Varía de acuerdo a edad. En los niños es más frecuente por hiperplasia de los folículos
linfáticos relacionada con infecciones virales intestinales. Por ello puede ser regresiva cuando
se supera el cuadro intestinal. Pero no siempre es así y sería peligroso dejar evolucionar una
apendicitis aguda de supuesta causa viral esperando su regresión. La otra causa, que también se
da en los niños, pero más frecuente en adultos y viejos, es la obstrucción del lumen por
fecalitos, cuerpos extraños. Se sigue produciendo mucus, el apéndice se distiende, se trombosa
la arteria apendicular lo que produce necrosis, invasión bacteriana que progresa hacia la serosa,
llegando a la perforación del órgano. También como causas más raras está la presencia de
tumores apendiculares (adenocarcinomas, carcinoides) y parásitos (ascaris, amebas).
Cuadro Clínico
Pocas enfermedades requieren de tanto juicio clínico de parte del médico como la
apendicitis aguda. Un buen criterio, la toma oportuna de decisión, define en gran parte la
evolución del paciente y esta decisión puede ser una indicación quirúrgica urgente, o bien una
observación clínica, o bien la ayuda con exámenes de laboratorio y/o imágenes.
taquicardia y el dolor se hace más difuso. En el examen encontramos un paciente que se mueve
poco en su lecho, se queja de dolor, taquicárdico. Su examen segmentario permite excluir
patologías torácicas. El abdomen está discretamente distendido, con poca movilidad
respiratoria. La palpación superficial es dolorosa en cuadrante inferior derecha y hay resistencia
muscular a la palpación profunda. Puede haber signo del rebote (signo de Blumberg) y dolor en
fosa ilíaca derecha al presionar el lado izquierdo (signo de Rovsing). Ruidos hidroaéreos
escasos o ausentes.
El tacto rectal puede demostrar dolor en pared lateral derecha y en la mujer el tacto
ginecológico puede demostrar dolor en fondo de saco posterior o lateral derecho, así como
también otras anomalías que inclinen hacia un diagnóstico ginecológico.
En la otra mitad son cuadros clínicos vagos, con dolor no tan inhabilitante, con hallazgos físicos
poco claros, pero que usted piensa que no es normal, que “hay algo” que no le gusta. Es en esta
situación cuando se juega la habilidad y el conocimiento médico.
Recalcamos la importancia y tantas veces repetida, del examen físico completo que incluye
tacto rectal y tacto ginecológico.
El hemograma que demuestre una leucocitosis con desviación a izquierda es una ayuda pero no
categórica. Un examen de orina nos puede orientar hacia patologías urinarias.
Si utilizamos todos los recursos en forma razonable, y cuando sean necesarios, las
apendicectomías innecesarias no deberían ser más del 2-3%.
Clínica
Aumento presión
Local
Salida de contenido PERITONITIS
Difusa
Tratamiento
Plastrón Apendicular
Diagnóstico:
Básicamente clínico, apoyado en el examen físico completo, anamnesis, signos vitales, etc.
Debe apoyarse con:
- Laboratorio: Hemograma, VHS, PCR.
- Imágenes: Ecotomografía, TAC.
Tratamiento:
- Hospitalización
- Cultivos (hemocultivos)
- Antibióticos (según antibiograma o gérmenes más frecuentes)
- Evaluación periódica:
- Clínica: Dolor, masa abdominal, etc
- Laboratorio: Hemograma, VHS.PCR,
- Imágenes: Ecotomografía (idealmente c/72 horas)
- Apendicectomía residual a los 3-6 meses de desaparición completa del cuadro clínico y
normalización de laboratorio e imágenes.
Complicaciones:
Tratamiento Quirúrgico
Para finalizar queremos insistir en la rigurosidad clínica para examinar a todo enfermo
con dolor abdominal agudo. Cuando pensemos en una apendicitis aguda debemos recordar que
podemos confundirla con otras patologías: oclusión intestinal, cuadros urológicos y
ginecológicos, colecistitis, perforación úlcera péptica, pancreatitis, neumopatías de bases
pulmonares, oclusión vascular mesentérica, gastroenteritis, adenitis mesentérica etc. La clínica,
el criterio clínico, y la criteriosa ayuda de laboratorio e imágenes le permitirán hacer el
diagnóstico de APENDICITIS AGUDA.
Definición
Hablamos de RGE patológico cuando los episodios son frecuentes, recurrentes y deterioran la
calidad de vida del paciente. Es una enfermedad progresiva, y parece intervenir algún factor
hereditario en la intensidad y complicaciones del cuadro.
Epidemiología
Hay bastantes evidencias que apoyan el hecho de que es una enfermedad progresiva y que la
irritación crónica del esófago por el contenido gástrico, en especial el ácido clorhídrico, y en
ocasiones por el contenido duodenal, con bilis y jugo pancreático provoca la esofagitis que
después de algún tiempo puede llevar a la metaplasia columnar del esófago (esófago de
Barrett), y luego a la aparición de displasia y adenocarcinoma esofágico. En los últimos años ha
habido un incremento importante de cáncer esofágico del tipo adenocarcinoma, por esófago de
Barrett. De ahí la importancia que adquiere el diagnóstico y tratamiento adecuado de la
esofagitis por reflujo, pues hay evidencias que demuestran que el manejo oportuno y adecuado
del reflujo gastroesofágico, reduce la incidencia de esófago de Barrett y de cáncer derivado del
mismo. En esta progresión de la esofagitis-Barrett-displasia-adenoCa, parece influir el tiempo,
pero más importante parece haber algún factor genético, ya que sólo algunos de estos pacientes
hacen esta evolución.
que el esófago en estos pacientes, y que basta un leve reflujo que llegue a la larínge para
producir el problema, sin que alcance a provocar una esofagitis. Los otorrinolaringólogos están
describiendo con mayor frecuencia lesiones laríngeas, como inflamación, edema, pólipos y Ca
laríngeo, que atribuyen a RGE. Sin embargo esto no es universalmente aceptado, y la frecuencia
parece ser bastante escasa. En estos pocos casos en que se comprueba que los problemas
faringolaríngeos son por RGE, el tratamiento de éste da excelente resultado en la afección
laríngea.
Un paciente que consulta por síntomas de RGE, debiera si las condiciones lo permiten,
hacerse a lo menos una endoscopía. En esta endoscopía podemos encontrar una esofagitis, en
sus distintos grados. Lo ideal es documentar esta esofagitis con una biopsia, que da una
apreciación más objetiva del grado de esofagitis. En ocasiones descarta la presencia de
esofagitis, que habían sido sospechadas a la endoscopía. En general no debieramos hablar de
esofagitis endoscópica, si el operador no ve claramente lesiones erosivas. Con clínica de RGE,
y esofagitis endoscópica, ojalá con biopsia, estamos autorizados para hacer el diagnóstico de
RGE, e iniciar un tratamiento médico.
En algunos casos es necesario completar o hacer estudios más específicos de RGE, para
precisar el diagnóstico. Esto sucede:
En todas estas situaciones, y otras debemos sospechar que el RGE no es la causa de todos, o
ninguno de los síntomas del paciente. Es necesario en estos casos descartar algunos trastornos
de motilidad del esófago, como el esófago en cascanueces, o el esófago espasmódico difuso,
acalasia, esófago esclerodérmico, o reflujo duodenogástrico, que pueden explicar algunas de
estas circunstancias. Debemos agregar además los casos en que se ha planteado una corrección
quirúrgica del reflujo, en que el estudio debe ser completo para precisar el diagnóstico, y para
hacer una correcta indicación quirúrgica, y obtener de este modo los mejores resultados.
Exámenes complementarios
2. Manometría esofágica; permite descartar trastornos de la motilidad esofágica que pueden dar
síntomas similares al reflujo, y nos da información de la calidad de la válvula(EEI). Muy
importante en los casos quirúrgicos, en que además nos sirve de control de calidad de la
cirugía si lo repetimos en el postoperatorio.
5. Estudios con radioisótopos, permiten evaluar la presencia de RGE, al detectar devolución del
medio radioactivo, y también medir la velocidad del vaciamiento gástrico. Sin embargo no es
un examen muy reproducible ni específico. La mayor utilidad puede ser el detectar reflujo al
árbol respiratorio, que si es positivo es muy específico de aspiración a bronquios.
6. Otros estudios como el test de provocación con fármacos o con infusión de ácido al esófago
están fuera de la práctica clínica.
Son dos problemas diferentes. Hay pacientes con H.H: que no tienen RGE, y pacientes
con RGE, sin H.H, sin embargo están frecuentemente relacionados. En los casos de RGE, en
que además hay una H.H., el EEI funciona peor y en general se encuentran presiones menores.
Además el tratamiento médico es de inferior resultado. El tratamiento quirúrgico debe corregir
el reflujo y también la H.H.
Tratamiento
El tratamiento pretende:
El tratamiento médico consiste básicamente en dieta sana, postura con cabecera levantada
durante la noche, antiácidos idealmente inhibidores de la bomba de protones y en algunos casos
prokinéticos, para facilitar el vaciamiento de esófago y estómago. Además algunas medidas
generales como corregir la obesidad, evitar la hiperpresión abdominal (cinturones o ropa
En algunos casos que señalaremos más adelante está indicada la corrección quirúrgica. Antes de
definir la indicación de cirugía señalaremos algunos hechos bastante difundidos y aceptados en
reflujo
Hechos en RGE
Tratamiento quirúrgico
1. El paciente ideal y de mejores reultados, es el joven, con síntomas francos de reflujo, con
esofagitis leve, cuyas molestias son documentadamente por reflujo, que responde muy bien a
tratamiento médico, y que es dependiente del omeprazol, es decir que al suspender el
medicamento recurre rápidamente. Algunos de estos pacientes aceptan sin embargo bien el
tratamiento médico, pero la gran mayoría, si es bien informado, prefiere el tratamiento
quirúrgico, que les significa volver a una vida normal, suspender medicación, que puede
tener efectos secundarios en el largo plazo, y además por su costo elevado. Algunos de estos
pacientes solicitan ser operados, porque a pesar de tener un buen control de la acidez, pirosis
con el tratamiento médico, mantienen una muy molesta regurgitación a veces en momentos
muy inoportunos; esto se debe a que el omeprazol no corrige la válvula incompetente, de
modo que el reflujo se mantiene, aunque sin ácido.
2. Paciente refractario al tratamiento médico, especialmente con esofagitis erosiva grado II-III,
en que esté probado el reflujo como causa del trastorno.
5. Reflujo sintomático en pacientes que deben someterse a cirugía abdominal por otra patología,
p.ej. colecistolitiasis.
3. Sin respuesta a dosis apropiada de omeprazol. En estos casos debemos sospechar otra causa
para los síntomas y complicaciones.
4. Algunos trastornos severos de motilidad esofágica como mesenquimopatías (esófago
esclerodérmico)
5. Barrett asintomático.
promedio de estadía hospitalaria 3 días, vuelta a las actividades normales tres semanas,
reoperaciones por problemas mecánicos, fundamentalmente estenosis 2.1%. La morbilidad
precoz más frecuente es la disfagia, que puede ser importante en un 2-3% de los operados, y
este porcentaje disminuye de acuerdo a la experiencia del cirujano. Otro problema que puede
ser molesto es el atrapamiento gástrico, o dificultad para eructar o vomitar, lo que sucede con
cirugías que crean válvulas muy continentes.
Esófago de Barrett
Preguntas
Lecturas recomendadas
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La sobrevida global a cinco años no supera el 10% aunque los resultados son diferentes en las
series orientales u occidentales. En los tumores superficiales la sobrevida a cinco años varía
entre un 60 a un 90%. La resecabilidad se sitúa entre el 60% y el 80% y en Chile se han
publicado reportes de un 31% (1), con cifras que varían entre un 28-48%. La mortalidad
operatoria varía dependiendo del riesgo quirúrgico. Stein y Siewert (2), reportan en los
grupos de bajo riesgo (jóvenes sin patología asociada y tumores en etapa I-II) una mortalidad
inferior al 4%, en los pacientes de riesgo moderado 9% y en el grupo de alto riesgo (añosos con
patología asociada y etapas avanzadas de la enfermedad) sobre el 30%. En nuestro país los
mejores resultados publicados (1) son del 11.3% y dependen tanto de la experiencia de los
grupos quirúrgicos como de la calidad del apoyo de la unidad de cuidados intensivos en el
postoperatorio.
Clasificación
Factores pronósticos
La sobrevida a cinco años plazo de los tumores superficiales resecados es similar a los
otros tumores digestivos en igual etapa evolutiva y la sobrevida global del cáncer esofágico a
cinco años no supera el 10%. En la experiencia Francesa, en el momento del diagnóstico dos de
tres pacientes son considerados inoperables por razones generales o carcinológicas y el
porcentaje de pacientes que se pueden beneficiar de una extirpación no es mayor del 12 al
25%, según los registros de población. Elías en un análisis de 200 pacientes portadores de
cáncer del esófago resecados en el Instituto Gustave Roussy (4), informa que cuando la
resección ha sido hecha con criterio oncológico curativo, la sobrevida a 5 años ha sido de un
27%; de aquí surge la búsqueda, por métodos estadísticos de análisis multifactorial, de los
factores que identificados sirvan tanto para decidir el uso de terapias adyuvantes como para
intentar precisar los pronósticos individuales.
La profundidad es el factor más importante. Nabeya en Japón (5) publicó una casuística de
1.982 casos recolectados entre 1966 y 1989, todos cánceres superficiales que comprometían
hasta la submucosa con o sin linfonodos metastásicos. Fueron clasificados según la
profundidad de la infiltración, en intraepiteliales 231 casos (12%) todos (N-), muscular de la
mucosa 367 casos ( 19%) y 1% con ( N+) y sub mucosos 1,384 casos (69%) con 24% de
(N+). El pronóstico de sobrevida a cinco años, excluidas las muertes operatorias y por otras
enfermedades, fue de aproximadamente un 95% para los intra epiteliales, 90% para los
tumores que infiltraban la muscular de la mucosa, 60% para los sub mucosos con N (-) y 45%
para los N(+).
Hiroko Ide (6) en Japón analizó 403 pacientes con carcinoma esofágico resecados en los que
extirparon las tres cadenas ganglionares, cervical, torácica y abdominal en el 30.3% de los
casos, dos cadenas en 50.6% y una cadena o menos en el 19.1% de los casos ( cuadro 3). Se
demuestra en éste trabajo que la invasión linfática, aumenta en la medida que se profundiza el
tumor; el 74% tenía invasión linfática, el 49% invasión de los vasos sanguíneos, el 11%
metástasis intramurales y el 58% metástasis en los linfonodos. En el caso de los T1, 4% de los
mucosos y 30% de los submucosos tenían metástasis ganglionares y el 74% de los T3 y 83%
de T4 la presentaban. Las metástasis fueron mediastínicas, cervicales y abdominales, que
corresponden al 49%, 14% y 41% respectivamente. El análisis estadístico multifactorial
demostró que los factores pronósticos más importantes fueron la profundidad del tumor, la
invasión vascular, las metástasis en los linfonodos y las intra murales.
Cuadro 3: Factores pronósticos. Sobrevida a cinco años de pacientes con resección curativa
según profundidad (T) y metástasis linfática. Hiroko Ide.
En China, Zhang y cols. (7) evaluaron 3.603 pacientes con carcinomas epidermoides de
esófago operables (1958-1992), de los cuales 44.8% eran estadios 0, I , IIa y IIb. La
resecabilidad global fue del 86% y un 75.5% fueron cirugías curativas con extirpación
macroscópica total del tumor y de los linfonodos.. En los estadios de 0 a IIb la resecabilidad
fue del 100%, en estadio III un 86% y el IV un 36.7% La sobrevida a cinco años fue de 91.7%
para el estadio 0, 57.6% para el estadio I, 45.1% para el estadio IIa, 27.1% para el estadio IIb,
13.4% estadio para el III y 0% en estadio IV. La sobrevida global a cinco años fue del 30.4%.
Lerut y col. (8) define al carcinoma avanzado como aquellos tumores que presentan
linfonodos regionales y dístales comprometidos así como los T4 o con metástasis a órganos
sólidos. La sobrevida a cinco años para los casos con linfonodos negativos fue de 51.2% vs.
12.4% para el grupo con linfonodos positivos. A medida que el tumor se profundiza aumenta
el compromiso tumoral nodal (cuadro 4).
Lerut Bélgica(8) Fok Hong.Kong WatsonLondres Zhang China (7) Braghetto Chile
n=212 (9) n= 857 (10) n=396 n=3.603 (1) n=308 %
%sobre %sobre % Sobre %Sobre %Sobre
% vida 5a. % vida 5a % vida 5a % vida 5a vida 5a
Sobrevida global 22.3% 23% 30.4% 27%
Estadio 0 y I 8.1% 77% 2.5% 66.1% 3.8% 66.6% 6.2%
IIa 27.9% 46.5% 14.8% 5.1% 36.5% 45.1% 7.2%
IIb 28.1% 49.6% 4.5% 27.1% 33%
III 38.5% 15% 70.4% 13.9% 53.3% 13.4% 27.8%
IV 25.5% 0% 7.2% 6.6% 1.9% 0% 25.8%
Ganglio (+) 12.4% 60.4% 10.3% 13.8% 88.7%
(-) 51.2% 39.6% 47.4% 42.3% 11.3%
Resecabilidad 84.1% 61.6% 42% 86% 31.5%
Edad promedio 66.9 años 55.5 años 63 años
Al ser una enfermedad de pacientes mayores la asociación con otras patologías es frecuente lo
cual limita seriamente las alternativas terapéuticas; se asocian también otras enfermedades
malignas y en nuestra serie encontramos un 44% de patología asociada y en un 11% se
asociaron a otras neoplasias.
La resecabilidad en China o Japón se sitúa sobre el 62% mientras que en Europa Occidental
es de alrededor del 42%. La mortalidad operatoria a 30 días en Asia es de un 3% a 5%
mientras que en Occidente las mejores cifras son alrededor del 8% para Altorki (12) en New
York y Watson (10) de Londres. Las diferencias están dadas principalmente por la experiencia
de los diferentes grupos, las vías de abordaje y las técnicas quirúrgicas empleadas.
Tratamiento
Las alternativas terapéuticas disponibles hoy en día pueden utilizarse en forma aislada o
combinada, con criterio paliativo o bien curativo y las indicaciones de su empleo dependerán
de las características de los centros como también de la orientación de los grupos de
especialistas que tratan a los pacientes con cáncer de esófago Sin embargo, es necesario resaltar
que, las publicaciones de la última década han aclarado en parte el rendimiento de las
terapias adyuvantes y promovido, por ende, la convergencia en su empleo, aunque será
necesario la realización de ensayos clínicos prospectivos para tener respuestas definitivas.
Técnica Quirúrgica
La historia de la cirugía del esófago comienza con la primera resección del esófago
torácico realizada por Czerny en 1877. Pero el hecho clave, fue la primera resección
transtorárica de un cáncer del esófago realizada por Torek en 1913. Desde entonces, los
progresos han sido enormes, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, con el
extraordinario desarrollo de las unidades de cuidados intensivos y de apoyo general de los
pacientes operados.
Cirugía curativa:
El tratamiento quirúrgico es la recomendación estandar para los estadios I y II, es decir para los
casos en que el tumor se encuentra localizado en la pared esofágica, sin infiltrar la adventicia
(T1,T2,No,N1) y tendría una indicación relativa para los casos que la infiltran (T3N1) . La
resección quirúrgica esta contraindicada en los tumores T4 o con metástasis a distancia.
La operación de Lewis-Santy fué propuesta en Francia en 1947 (14 ), y desde entonces es muy
utilizada para los tumores localizados en el tercio medio e inferior del esófago y consiste en un
abordaje abdominal para la confección del tubo gástrico, la linfadenectomía del tronco
celíaco, la piloroplastía y la yeyunostomía, y un abordaje torácico a través de una toracotomía
En los últimos años, con el gran desarrollo alcanzado por la video-cirugía se ha introducido
éste procedimiento para realizar esofagectomías videoasistidas, tanto por vía transhiatal como
por videotoracoscopía. El lugar preciso que estas técnicas ocuparan en el tratamiento de ésta
enfermedad es algo que el futuro aclarará (20)
En éste punto es importante destacar las impresiones de Peracchia (21), quién señala que la
resección quirúrgica es el tratamiento de elección para el cáncer de esófago, cuando la
resección pueda efectuarse con un riesgo operatorio aceptable. Al presente, ninguna técnica
quirúrgica ha demostrado su superioridad en término de morbilidad y mortalidad
postoperatoria o de sobrevida a distancia y a la hora actual no hay estudios prospectivos y
randomizados que apoyen a una u otra. La elección dependerá de la experiencia y actitud
agresiva o conservadora del cirujano y de su escuela quirúrgica.
Cirugía paliativa:
Se define como paliativa a aquella cirugía que pretende mejorar la calidad de vida sin
prolongarla. Este loable objetivo es difícil de lograr en los pacientes aquejados de cáncer de
esófago por cuanto, la disfagia, representa un síntoma de una enfermedad avanzada en un
paciente desnutrido y aquejado de complicaciones pulmonares, que hacen muy riesgosa la
intervención.
terapéutica asociada, su uso complica la existencia del paciente y a veces afecta su dignidad
personal. .
Otras alternativas:
En cuatro ensayos publicados en fase III que han comparado radioterapia preoperatoria (33 a
44 Gy) y cirugía sola (22)(23)(24)(25), solo el ensayo escandinavo mostró un aumento en la
sobrevida. Los ensayos de la EORTC demostraron disminución de las recidivas pero no
aumento de las tasas de sobrevida. Es necesario destacar que algunos de ellos fueron realizados
antes que se introdujeran los modernos métodos de evaluación del volumen tumoral e
infiltración parietal, por lo que, tienen errores en la apreciación de la etapificación.
Los dos estudios randomizados fase III para evaluar la radioterapia postoperatoria (26)(27) no
han demostrado eficacia en prolongar la sobrevida, aunque el trabajo de Teniere logró mejorar
el control local. Por lo tanto, la radioterapia exclusiva es una opción para el tratamiento
paliativo de los cánceres de esófago avanzados e inoperables, pero no se recomienda su uso
adyuvante a la cirugía. Por otro lado, difícilmente se harán ensayos prospectivos y
randomizados en éste sentido, considerando las ventajas observadas con la asociación de la
quimioterapia.
Basados en los reportes favorables del tratamiento del carcinoma anal con la administración
combinada de radioterapia y quimioterapia, en los que se persigue el efecto radiosensibilizador
de la quimioterapia, (28) han surgido trabajos optimistas en cáncer esofágico, con sobrevidas a
dos años de 25% y 38% y una vida media de 10 y 12,5 meses. Poplin (29) y Herskovic (30)
han publicado experiencias clínicas; este último comparó quimioterapia combinada (5
fluoracilo y cisplatino) asociada a radioterapia 50 Gy. con radioterapia sola a dosis de 64
Gy en pacientes con carcinoma y adenocarcinoma esofágicos. Los efectos adversos
observados fueron severos en el 44% vs. 25% y amenazaron la vida en el 20% versus el
3%. Sarada (31) reproduce estos resultados al comparar la quimioterapia más radioterapia
versus radioterapia sola, analizó el control locoregional 26% vs 5%, la sobrevida libre de
enfermedad que fue de un 20% versus un 2% y la sobrevida a dos años de 29% versus un
7%. La vida media fue de 14 meses versus 7,5 meses y las metástasis óseas fueron menores
en el primer grupo.
cuenta cada centro entre los cuales destaca la experiencia quirúrgica y las unidades de cuidado
intensivo. Una vez resueltos estos interrogantes podremos proponer una alternativa de
tratamiento sean estos curativos o paliativos; en nuestro medio, la última alternativa es la más
socorrida, ya que un 50 a 60% de nuestros enfermos recibe solo terapia paliativas, situación
similar a la del resto de los países occidentales.
Entre los tratamientos paliativos que ocupan un lugar destacado se encuentran los
procedimientos endoscópicos. Los más utilizados son las dilataciones sucesivas que permiten
mantener la vía oral, alcoholización de los tumores, endoprótesis rígidas y autoexpandibles
que han experimentado un gran desarrollo en los últimos años por la baja morbimortalidad y
facilidad en la instalación. Otras alternativas con las que no tenemos experiencia en nuestro país
es la fotocoagulación con laser El objetivo de estos tratamientos paliativos es mantener la vía
oral para la alimentación con una mejor calidad de vida y la sobrevida obtenida varía en un
promedio de 6 a 8 meses.
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APUNTES DE CIRUGÍA
Prof. Dr. William Awad Faray Prof. Dr. Arturo Jirón Vargas
Director Departamento de Cirugía Jefe Servicio Cirugía
Campus Occidente Hospital San Juan de Dios
Dr. Arturo Jirón Silva
Coordinador Alumnos Pregrado
Campus Occidente
Editores:
Arturo Jirón S. William Awad F. Patricia Arroyo A.
CD-ROM:
Luis Villarroel R.
Santiago – Chile
Enero 2001
COLABORADORES
Dr. Ricardo Abuauad Dra. Ma. Eugenia Bravo Dr. Oscar Jiménez
Prof. Asociado de Cirugía Unidad de Mama Instructor de Cirugía
Jefe Unidad de Tórax Unidad de Transplante
Dr. Fernando Benavides Dr. José Manuel De La Torre Dr. Juan Kehr
Unidad de Tórax Unidad de Tórax Prof. Adjunto de Cirugía
Jefe Unidad de Asistencia Nutricional
COLABORADORES
Algunos capítulos no han sido incluidos en este documento, otros capítulos serán
agregados en próximas ediciones, de acuerdo a las necesidades que surjan. La intención
de los autores es ir adecuando estos apuntes, cada año, de modo que representen el
estado actual de las patologías descritas, y constituya un elemento de consulta obligada
para el estudiante.
Los Autores