Proyecto Transversal de Democracia
Proyecto Transversal de Democracia
Proyecto Transversal de Democracia
BARRANCAS LA GUAJIRA
2015
TABLA DE CONTENIDO
1. Presentación.
2. Justificación.
3. Objetivos.
4. Marco teórico.
5. Transversalidad.
6. Recursos.
7. Cronograma de actividades.
8. Evaluación.
9. Bibliografía.
1. PRESENTACIÓN
Este proyecto se propone para desarrollar conceptos fundamentales en todos los grados
que ofrece la Institución Educativa, para empoderar al estudiante y se pueda desenvolver
en la diva, máxime en el momento histórico en que se da la vida de la edad o era de la
modernidad, la tecnología y la cibernética.
El proceso educativo, entendido como una formación más allá del ámbito académico,
exige que desde edades tempranas niños, niñas y jóvenes inicien a ser partícipes activos
en la construcción y mantenimiento de interacciones sociales sanas.
Las normas sociales son leyes humanas creadas con el fin de mejorar la convivencia
entre las personas, estos deberes y derechos deben ser de mutuo cumplimiento sin
distingo de edad, raza, sexo, religión, nivel educativo o socioeconómico.
Este proyecto atiende una de las necesidades globales más sentidas, que tiene que ver
con los fenómenos de violencia actual, y el trabajo de prevención que desde el ámbito
escolar este proyecto ofrece.
3.1. GENERAL
Orientar a la comunidad educativa para minimizar los conflictos sociales acorde a las
exigencias del momento histórico, mediante la educación para la justicia, la paz, la
democracia, la solidaridad, la fraternidad, la cooperación y la formación en valores
humanos, en función de la defensa, preservación promulgación y aplicación de los
derecho humanos, los derechos de los niños y las niñas y los derechos constitucionales.
3.2. ESPECIFICOS.
Crear una autentica cultura de derechos humanos, a los derechos de los niños y niñas,
los derechos constitucionales para la convivencia y la paz.
Desarrollar con padres de familia y educandos talleres con los cuales se busca mejorar
habilidades y competencias que requiere la vida en siglo XXI
Al nacer todos los niños y niñas llegan con capacidades innatas que quieren poner en
acción y esperan encontrar ambientes que les permitan potencial izar y demostrarlas para
enriquecer su desarrollo.
Ese acompañamiento debe reforzarse en el aula escolar en razón a las carencias que
ofrece la mayoría de los ambientes sociales y desde luego los familiares de dichos niños
y niñas.
La adecuada convivencia entre las personas llevas implícito el ejercicio de los derechos y
deberes, pero solo hasta hace poco se les dio la denominación de derechos humanos,
como producto de la agudización de problemas que aquejan a gruesos de la población
como la pobreza, la corrupción, la discriminación, el racismo, la injusticia, la violencia y
que movilizo a la gran mayoría de las naciones a hablar un mismo idioma; por eso se
habla de declaración universal de los derechos humanos.
Su gran importancia radica en que ejercer los derechos humanos permite desarrollar
plenamente y hacer uso de nuestras cualidades humanas, inteligencia, actitudes y
conciencia, así como satisfacer entre otras, nuestras necesidades espirituales. Los
derechos se basan en el deseo de vivir una vida en la que se respeten y protejan la
dignidad y valor inherentes de cada ser humano. Su ausencia crea condiciones de
inestabilidad social y política donde germina la violencia y los conflictos que se producen
en las sociedades y las naciones y dentro de estas.
A partir de este ensayo se han creado otros ensayos de igual importancia como los
derechos del niño y sin número de organizaciones garantes de los derechos a nivel
mundial que trabajan con un mismo fin. (UNESCO, UNICEF, OMS, ACNUR, CICR, OIT,
CDN, FAO, PNUD ENTRE OTRAS)
DEMOCRACIA.
(Del griego, demos, ‘pueblo’ y kratein, ‘gobernar’), sistema político por el que el pueblo de
un Estado ejerce su soberanía mediante cualquier forma de gobierno que haya decidido
establecer. En las democracias modernas, la autoridad suprema la ejercen en su mayor
parte los representantes elegidos por sufragio popular en reconocimiento de la soberanía
nacional. Dichos representantes pueden ser sustituidos por el electorado de acuerdo con
los procedimientos legales de destitución y referéndum y son, al menos en principio,
responsables de su gestión de los asuntos públicos ante el electorado. En muchos
sistemas democráticos, éste elige tanto al jefe del poder ejecutivo como al cuerpo
responsable del legislativo. En las monarquías constitucionales típicas, como puede ser el
caso de Gran Bretaña, España y Noruega, sólo se eligen a los parlamentarios, de cuyas
filas saldrá el primer ministro, quien a su vez nombrará un gabinete.
PAZ
Paz. (Del lat. pax, pacis). f. Situación y relación mutua de quienes no están en guerra. || 2.
Pública tranquilidad y quietud de los Estados, en contraposición a la guerra o a la
turbulencia. || 3. Tratado o convenio que se concuerda entre los gobernantes para poner
fin a una guerra. U. t. en pl. Con el mismo significado que en sing. || 4. Sosiego y buena
correspondencia de unas personas con otras, especialmente en las familias, en
contraposición a las disensiones, riñas y pleitos. || 5. Reconciliación, vuelta a la amistad o
a la concordia. U. m. en pl. || 6. Virtud que pone en el ánimo tranquilidad y sosiego,
opuestos a la turbación y las pasiones. || 7. Genio pacífico, sosegado y apacible. || 8.
Portapaz. ||
Paz espiritual, el concepto cristiano de paz supera con mucho lo que puede significar la
simple ausencia de guerra o de conflicto.
La palabra hebrea shalom es quizá la más rica al respecto y expresa la plenitud que debe
ser alcanzada por cada persona. 'Jesús proclamó bienaventurados a los que construyen
la paz, porque serán llamados hijos de Dios' (Mt. 5,9). Por ello es obligación del cristiano
Trabajar por el logro de la paz, que no se establecerá entre los hombres mientras sigan
sin cumplirse las condiciones de justicia previas. Para edificar y afirmar la paz, se
requiere, ante todo, que las causas de discordia entre los hombres queden desarraigadas,
pues son estas las que alimentan las contiendas.
Como señala en diversos pasajes el documento Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano
II, entre las causas de injusticia que deben desaparecer figuran las 'excesivas
desigualdades económicas', el 'deseo de dominio', el 'desprecio de las personas', la
'envidia, la desconfianza, la soberbia y las demás pasiones egoístas'.
UN POCO DE HISTORIA SOBRE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL
DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO.
Este debate se decidió finalmente en favor de los radicales, pero provocó una serie de
disputas sobre los mecanismos constitucionales que adoptaría el nuevo orden, en el que
'el origen fundamental de toda soberanía recae en la nación' (artículo 3). La discusión se
centró en torno al papel del monarca: los radicales consiguieron incluir una norma que
denegaba carácter legislativo a las proclamas reales, pero la propuesta central de que la
legislación aprobada por la Asamblea no fuera vetada por el poder ejecutivo quedó
mitigada para que el rey pudiera anular determinadas leyes con las que estuviera en
desacuerdo. La Declaración definía los derechos naturales del hombre, entre los que
consideraba básicos la libertad (individual, de pensamiento, de prensa y credo), la
igualdad (que debía ser garantizada al ciudadano por el Estado en los ámbitos legislativo,
judicial y fiscal), la seguridad y la resistencia a la opresión.
Aunque estos principios fundamentales constituyeron la base del liberalismo político del
siglo XIX, no fueron aplicados en la Francia revolucionaria: el monarca no aceptó que sus
anteriores súbditos fueran ahora soberanos, y la Asamblea Legislativa aceptó el veto
regio. Al cabo de tres años, se abolió la monarquía y se proclamó la República. Otras dos
declaraciones de los derechos del hombre y del ciudadano fueron aprobadas
posteriormente durante el transcurso de la Revolución Francesa. La Declaración de 1793
tuvo un carácter más democrático (defendía el derecho a la sublevación frente a la tiranía
y prohibía la esclavitud) y precedió a la Constitución de 1793. La Declaración de 1795,
más próxima a la de 1789, supuso el preámbulo de la Constitución del año III.
La Declaración tuvo gran repercusión en España y en sus colonias americanas, y fue uno
de los elementos fundamentales que estimularon la implantación de nuevas ideas.
Los derechos fundamentales son algo más. Su construcción teórica tiene mucho que ver
con Jellinek y su famosa ‘teoría de los estados y los derechos públicos subjetivos’. Esta
doctrina puede resumirse de este modo: por razón de su pertenencia al Estado el
individuo se encuentra inmerso en una pluralidad de estados que pueden ser los
siguientes: como consecuencia de su subordinación al Estado, el ciudadano se encuentra
en el ‘estado pasivo’ o status subiectionis, que conlleva para este último una serie de
deberes. A todo miembro del Estado pertenece —por otra parte— un rango en el cual es
señor absoluto, una esfera libre del Estado, una esfera que excluye el imperium: el estado
negativo también llamado status libertáis. A mayor abundamiento y en cuanto el Estado,
en el cumplimiento de sus deberes, reconoce al ciudadano la posibilidad de aspirar a que
el poder estatal sea ejercitado en su favor, en cuanto le concede la facultad de
beneficiarse de las instituciones estatales, le está reconociendo el ‘estado positivo’ o
status civitatis, que se presenta como el fundamento del conjunto de las prestaciones
estatales hechas en interés del individuo. La actividad del Estado, por tanto, sólo es
posible mediante la acción individual. En cuanto reconoce al individuo la capacidad de
obrar por cuenta del Estado, lo promueve a una condición más elevada y cualificada, a la
ciudadanía activa. Esta se corresponde con el ‘estado activo’, el status activa e civetitas,
por el que el individuo está autorizado para ejercer los llamados derechos políticos en su
más estricto significado.
Se concreta así la teoría de los estados de Jellinek, de la cual surgen derechos subjetivos
que, por corresponder al ciudadano respecto al Estado, se califican de públicos, de
fundamentales y se dividen según la tradición del modo siguiente: derechos civiles —de
ámbito personal, de la esfera privada—, derechos políticos y económicos, sociales y
culturales. Sabido lo anterior, decir que las libertades públicas (entendidas como
libertades con autonomía) sólo tendrían acomodo dentro de la primera categoría citada ya
de derechos fundamentales. Lo que sucede es que, ampliando el contenido pretendido
para las libertades, viene hablándose de libertades que implican participación, que
podrían equipararse con los derechos políticos, e incluso llegan a utilizarse de forma
indistinta las categorías antedichas, en contra de la tradición histórica ya citada y con la
dificultad de encuadrar, dentro de las libertades, los derechos económicos, sociales y
culturales. Se han calificado como derechos y libertades propiamente dichos los
siguientes: vida, integridad física y moral; libertad ideológica, religiosa y de culto; libertad y
seguridad; igualdad y no discriminación; honor, intimidad personal y familiar, propia
imagen; inviolabilidad del domicilio y secreto de las comunicaciones; libertad de residencia
y movimientos; libertad de expresión, libertad de producción y creación literaria, artística,
científica y técnica, libertad de cátedra, libertad de información; derecho de reunión;
derecho de asociación; derecho a participar en los asuntos públicos y a acceder, en
condiciones de igualdad, a funciones y cargos públicos; derecho a la tutela efectiva de
jueces y tribunales; derecho al juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la
asistencia de letrado, derecho del acusado a que se le informe de las imputaciones
formuladas en su contra, derecho a un proceso público sin dilaciones indebidas y
realizado con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su
defensa, a no declarar contra sí mismo, a no confesarse culpable y a la presunción de
inocencia; derecho a la educación, libertad de enseñanza; libertad sindical, derecho de
huelga; derecho de petición.
Dentro de los derechos de los ciudadanos consagrados en las constituciones cabe citar,
asimismo, los siguientes: derecho a contraer matrimonio; derecho a la propiedad privada y
a la herencia; derecho de fundación; derecho a la negociación colectiva laboral entre los
representantes de los trabajadores y empresarios. Los textos constitucionales hacen
referencia también, en ocasiones, a derechos económicos y sociales. En este campo,
cabe hablar de las siguientes cuestiones: protección de la familia, los hijos y las madres;
distribución equitativa de la renta; régimen público de Seguridad Social; derecho a la
protección de la salud; derecho a la cultura; derecho a un medio ambiente adecuado;
derecho a disfrutar de una vivienda digna.
A grandes rasgos, los derechos humanos pueden definirse como los derechos inherentes
a nuestra naturaleza, sin los que no podemos vivir como seres humanos. Los derechos
humanos y las libertades fundamentales nos permiten desarrollar plenamente y hacer uso
de muestras cualidades humanas, nuestra inteligencia, nuestras aptitudes y nuestra
conciencia, así como satisfacer entre otras, nuestras necesidades espirituales. Los
derechos humanos, se basan en el deseo, cada vez más extendido en la humanidad, de
vivir una vida en la que se respeten y protejan la dignidad y el valor concerniente de cada
ser humano. La ausencia de esos derechos no solo constituye una tragedia individual y
personal, sino que también crea las condiciones de la estabilidad social y política donde
germina la violencia que se producen entre las sociedades y las naciones y dentro de
estas. Solidaridad, en una colectividad o grupo social, es la capacidad de actuación
unitaria de sus miembros. Término que denota un alto grado de integración y estabilidad
interna, es la adhesión ilimitada y total a una causa, situación o circunstancia, que implica
asumir y compartir por ella beneficios y riesgos.
La noción de solidaridad, en auge durante el siglo XIX, mantuvo una vigencia muy
extendida en el seno del movimiento obrero, el anarquismo en particular, destacando la
postura del pensador ruso Piotr A. Kropotkin. Defensor de la idea del ‘apoyo mutuo’,
Kropotkin afirmó que la espontaneidad de las más diversas formas de solidaridad se
opone a una concepción de la naturaleza del hombre basada en la hostilidad y la
competencia.
Son factores operantes de la solidaridad: una actuación recíproca que a los valores
personales antepone las normas, costumbres, intereses y valores de la colectividad,
considerada como un todo; el sentido de pertenencia a una entidad sociocultural valorada
positivamente; una experiencia de relaciones sociales que implican a la totalidad de la
persona...
Justicia, constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo que le corresponde. Esta
idea tan genérica cobra expresión en dos tipos de justicia reconocidos: la conmutativa,
trasunto del principio de reciprocidad, que exige dar en contraprestación otro tanto de
aquello que se ha recibido como prestación de forma proporcional, y la distributiva,
concepto más amplio, que hace referencia a la solidaridad con los más débiles de la
sociedad, a cuyo fin se procurará una cierta redistribución de cargas y ventajas de
acuerdo a sus necesidades con el objeto de paliar y suprimir las desigualdades que son
independientes de los méritos y el esfuerzo personal o su contribución social.
Estas ideas adquieren expresión concreta en el Derecho positivo, primero a través de las
constituciones que reconocen el valor de la justicia como fundamental del ordenamiento
jurídico, junto a la libertad, la igualdad y el pluralismo político. Se señala este orden ya
que los tres últimos valores indicados son expresiones manifiestas de la justicia.
Sin embargo, no es posible el disfrute de tales valores sin la provisión de los medios
necesarios para el pleno desarrollo de la personalidad individual, familiar y social. A tal fin,
suelen las constituciones reconocer de forma ordinaria la propiedad y con ella otros
derechos reales limitados, siempre que respondan a una función social, entendida como
feliz combinación de los intereses individuales y colectivos, de forma que en un justo
equilibrio, pueda generarse una progresiva evolución de la calidad de vida, traducible en
un derecho al trabajo, a una vivienda digna, al disfrute del medio ambiente, a la cultura y
la educación entre otros.
4.1. MARCO LEGAL.
Convención sobre los derechos del niño. Aprobados por la Asamblea General de las
Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989.
4.2. MARCO REFERENCIAL
4.2.1.Ámbito.
Población: Serán los niños en la Institución Educativa Remedios solano año 2015.
4.2.2. Actores.
Afectados: Durante del desarrollo del proyecto se podrán presentar riesgos, la población
infantil y juvenil víctima de la vulneración de sus derechos constitucionales.
6. RECURSOS.
*Humanos.
*Materiales.
*Tecnológicos.
Cámara de video
*Económicos.
Asignar presupuesto.
7. CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES.
ACTIVIDADES A DESARROLLAR FECHA
NOTA: Para la actividad denominada jornada sobre los derechos del niño se propone la
elaboración de plegables que contengan información alusiva a los derechos del niño,
haciéndolos llegar a los padres de familia para involucrarlos en el proceso.
8. EVALUACIÓN.
La evaluación del presente proyecto debe ser de manera permanente en la medida que
se vayan desarrollando las actividades propuestas. Igualmente en el proceso evaluativo
se debe observar el grado de compromiso, de aceptación y puesta en evidencia los
aprendizajes en la convivencia intra y extra-escolar de cada uno de los estudiantes
teniendo en cuenta el presente formato.
BIBLIOGRAFIA.