Una Marca Llamada TU
Una Marca Llamada TU
Una Marca Llamada TU
Ese vestuario que llevas – una mirada a ese Swoosh característico en tu perfil –
dice mucho de ti; esa taza de café portátil que llevas – ah! eres una mujer
Starbucks. Tu camiseta con el distintivo de Campeón “C” en la manga, los tejanos
con los prominentes remaches de Levi, el reloj cuyo logo dice ‘sí-lo-conseguí’, tu
estilográfica con el símbolo del fabricante en su extremo superior …
Hoy las marcas lo son todo, y todo tipo de productos y servicios (desde empresas
de contabilidad a los responsables de la zapatillas de deporte o los restaurantes)
están pensando cómo trascender los estrechos límites de sus negocios y
convertirse en una marca con una emoción “a lo Tommy Hilfiger”.
Eres exactamente igual que una marca como Nike, Coca-Cola, Pepsi, o The Body
Shop. Para empezar a pensar como el gestor de tu marca preferida, hazte la
misma pregunta que se hacen los gerentes de marcas como Nike, Coca-Cola,
Pepsi, o The Body Shop: ¿que es lo que mi producto o servicio ofrece que lo
hace diferente? Piensa en el típico desafío de concurso, con 15 palabras más o
menos. Tómate el tiempo para escribir tu respuesta. Y luego tómate el tiempo para
leerla. Varias veces.
El próximo paso es dejar a un lado todas las descripciones habituales de las que
dependemos los empleados y los trabajadores para ubicarnos en la estructura de
la empresa. Olvida tu puesto de trabajo. Pregúntate: ¿qué hago yo, que sume,
sea notable, medible, distinguido, con valor adicional? Olvídate de la
descripción de tu puesto de trabajo. Pregúntate: de lo que yo hago, ¿de qué estoy
más orgulloso? Por encima de todo, olvídate de los peldaños estándares de
progreso que has escalado en tu carrera hasta ahora. Quema esa maldita
“escalera” y pregunta: ¿qué he logrado, de lo que puedo presumir
descaradamente? Si vas a ser una marca, tienes que estar implacablemente
centrado en qué haces que añada valor, de lo que estás orgulloso, y más
importante, qué méritos puedes atribuirte sin reparo alguno.
Cuando hayas hecho esto, siéntate y hazte una pregunta más para definir su
marca: ¿por qué quieres ser conocido? Así es – ser conocido por…!
¿Cuál es tu plan?
El dicho dice así: “no vendas la carne, vende sus ventajas”. Es también un
principio que cada marca corporativa entiende implícitamente, desde Omaha
Steaks y su programa de ventas vía mail hasta la campaña publicitaria de Wendy
“somos gente normal”. No importa cómo sean tus habilidades, no importa lo
atractiva que sea tu proposición de valor, siempre debes tener presente la
comercialización de tu marca – a clientes, a colegas, y a tu red virtual de
asociados.
No hay literalmente ningún límite a los caminos a seguir para mejorar tu perfil.
Prueba el pluriempleo! Inscríbete a un proyecto extra dentro de tu organización,
sólo para presentarte a nuevos colegas y mostrar tus habilidades – o trabajar en
otras nuevas. O, si dispones de tiempo, asume un proyecto independiente que te
ponga en contacto con un grupo de gente totalmente nuevo. Si puedes conseguir
que hablen bien de tí, te van a ayudar a correr la voz acerca tu notable aportación.
Si estas ideas no te atraen, prueba a dar clases en un centro universitario, en un
programa de educación para adultos, o en tu propia empresa. Consigue
reconocimiento por ser un experto, incrementa tu prestigio como profesional, y
aumenta la probabilidad de que las personas te busquen de nuevo con más
solicitudes y más oportunidades para destacar entre la multitud.
Si eres mejor escritor que profesor, prueba redactando una columna o un artículo
de opinión para el periódico local. Y cuando digo local, quiero decir local. No es
necesaria la página editorial del New York Times para sacar buena nota. Los
periódicos de una comunidad, newsletter profesionales, incluso publicaciones de
su compañía tienen un espacio en blanco que necesitan llenar. Una vez que
comienzas, ya tienes un historial – y ocasiones que se pueden aprovechar para
nuevas posibilidades.
En parte es una cuestión de fondo: lo que tienes que decir y lo bien que lo dices.
Pero también es una cuestión de estilo. En la red, ¿tus comunicaciones
demuestran un dominio de la tecnología? En las reuniones, ¿mantienes tus
aportaciones a corto y al grano? Llega incluso al nivel de tu marca en la tarjeta de
visita: ¿has diseñado un logo cool para tu propia tarjeta? ¿estás demostrando que
cuidas el diseño, dando a entender que el embalaje cuenta – y mucho – en un
mundo masificado?.
Es el poder de influencia.
Es lo mismo en el lugar de trabajo. Hay carreras de poder que vale la pena hacer
– y que se puede realizar sin que parezca que seas un megalómano idiota y
ensimismado, que sólo busca el propio ensalzamiento. Puedes hacerlo de
maneras pequeñas, lentas y sutiles. ¿Tu equipo está teniendo dificultades para
organizar reuniones productivas? Ofrécete voluntario para organizar la agenda de
la próxima reunión. Estás contribuyendo al equipo, y decides lo que está dentro y
fuera de la agenda. Cuando se trata de escribir un informe posterior al proyecto,
¿todo el mundo huye? Pide la oportunidad de escribir el informe, porque la mano
que sostiene la pluma (o golpea el teclado) es la que está escribiendo, o al menos
dando forma, a la historia de la organización.
Todo el mundo dice que la lealtad se ha acabado; la lealtad está muerta; la lealtad
ha llegado a su fin. Creo que todo esto es basura.
Creo que la lealtad es mucho más importante de lo que era en el pasado. Una
carrera de 40 años con la misma compañía, una vez pudo llamarse lealtad; desde
aquí se parece mucho a una vida de trabajo con muy pocas opciones, muy pocas
oportunidades, y muy poco poder individual. Es lo que solíamos llamar la
servidumbre por contrato.
Sé que esto puede sonar egoísta. Pero para ser CEO de YO, S.A. se requiere
actuar de forma egoísta – para crecer tu mismo, para promoverte a ti mismo,
para conseguir que el mercado te recompense. Por supuesto, la otra cara de la
moneda egoísta es que cualquier empresa para la que trabajas debe aplaudir
cada uno de tus esfuerzos en el desarrollo de uno mismo. Después de todo, todo
lo que hace que crezca YO, S.A. es salsa para ellos: los proyectos que lideras, las
redes que desarrollas, los clientes a los que complaces, los éxitos que generan
crédito para la empresa. Mientras que tu estás aprendiendo, creciendo,
construyendo relaciones, con grandes resultados, eso es bueno para ti y es ideal
para la empresa.
Esa lógica del ganar-ganar se mantiene durante el tiempo que estás en una
compañía en particular. Que es precisamente donde la era del profesional libre
entra en juego. Si estás tratando tu Curriculum Vitae como si se trata de un folleto
de marketing, ya has aprendido la primera lección del profesional libre. La
segunda lección es la que los atletas profesionales de hoy en día ya han
aprendido: tienes que testar tu valor en el mercado de forma regular, para
tener una lectura fiable del valor de tu marca. No es necesario que estés
buscando trabajo para ir a una entrevista de trabajo. Ni siquiera tienes que ir a una
entrevista de trabajo real para obtener un feedback provechoso e importante.
¿Cuál es tu futuro?
Se acabó. No más vertical. No más de escalera. Esa ya no es la forma en que
funcionan las carreras profesionales. Se acabó la uniformidad. Una carrera es
ahora un tablero de ajedrez. O incluso un laberinto. Está lleno de movimientos que
van hacia los lados, hacia adelante, se deslizan sobre la diagonal, incluso hacia
atrás cuando eso tiene sentido (a menudo lo tiene). Una carrera es una cartera
de proyectos que te enseña nuevas habilidades, te da nuevos
conocimientos, donde desarrollas nuevas capacidades, incrementas tu
relaciones, y constantemente te reinventas como marca.