Laura Antillano y Orlando Chirinos
Laura Antillano y Orlando Chirinos
Laura Antillano y Orlando Chirinos
El espacio entre literatura y cine ha venido acercándose con el paso de los años: es
muy común construir o leer una ficción planteada desde la dinámica de una película, al igual
que toparse con una película que toma prestados personajes, imágenes o historias del mundo
literario. Esto no quiere decir que la relación entre ambas partes sea satisfactoria en cada
oportunidad. De hecho, bajo circunstancias específicas, el espacio entre ambas se niega a
ceder. Por ejemplo, en el caso de la literatura, se puede mencionar el Finegans Wake de
Joyce (que por su propia cuenta es intraducible a otros idiomas); por el lado del cine se podría
mencionar La huelga o El acorazado de Potemkin, de Eisenstein. Dichos ejemplos son
excepciones valiosas que contienen de manera significativa la naturaleza del cine o la
literatura, que no podrían distinguirse desde la otra orilla y que se están perfectamente justo
donde están. Por supuesto, las imágenes mentales suscitadas por obra de la literatura han
tomado una forma más oportuna a partir de que el cine ejerciera su dominio sobre el
imaginario popular, hace poco menos de un siglo atrás. De igual modo, la consagración del
cine como un arte mayor fue conseguida en buena parte gracias a la representación de obras
maestras de la literatura, cuya trama permite un mejor desenlace desde una perspectiva
cinematográfica. En fin, salvo las excepciones, no hay duda de que el casamiento entre
literatura y cine goza de una convivencia saludable.
Entre los casos presentes a estudiar, la obra de Laura Antillano se caracteriza por estar
enmarcada en concepciones literarias muy bien definidas. Según Carucci (2003):
Esta apuesta a la aproximación al lector tal vez pueda parecer una banalización, sin
embargo, más allá de eso, puede encontrarse que hay temas que deben tratarse con ese
enfoque, en lugar de buscarse en una estilización o descontextualización. Esta práctica de
escritoras como Laura Antillano ayuda a comprender en gran escala qué temas se tratan en
la literatura venezolana, cuáles son las apuestas sobre la mesa, hacia dónde arrima sus fichas
el público lector. Porque, como ocurre en la obra de Orlando Chirinos, la literatura
ciertamente no está para complacer el deseo del escritor.
Sobre Orlando Chirinos vale la pena destacar su obra como escritor experimentado y
experimental. Según, Cuartín (2004):
Con respecto al cortometraje Papá paga la cuenta, el texto aparece muy beneficiado
en esta versión, aunque se diferencia en algunos aspectos: en el cuento, Víctor Pernía es
negro; Moisés Botero sufre la regresión a la playa mientras que en la cinta vuelve a una casa
adornada con plantas y con quien parece ser su madre; Élmer tiene un papel mucho más
involucrado en la cinta, al igual que Joaquín, el mesonero. En términos generales, al ser
filmado como cortometraje, el texto adquiere una mayor dimensionalidad y se libera de las
confusiones que puede presentar el texto integrado como un episodio del libro Los días
mayores.
REFERENCIAS
Cuartín, P. (2004) Por los caminos de lo clásico y lo popular en Mercurio y otros metales de
Orlando Chirinos. Academia. Volumen 1 (No. 2) pp. 27 - 30