Maniobras Movilizacion Visaceral
Maniobras Movilizacion Visaceral
Maniobras Movilizacion Visaceral
Capítulo 9
Maniobras de movilización visceral
Lucas Pappalardo
En este capítulo, se hará una breve reseña de aquellas maniobras de movilización de vísceras
abdominales que son de utilidad en el trauma abdominal. No hay que olvidar que en el
paciente traumatizado el tiempo durante el cual permanece en shock es un factor negativo
muy bien conocido; esto determina que a la hora de realizar un abordaje abdominal el
cirujano deba estar familiarizado con la anatomía y las maniobras de movilización a fin de
poder implementarlas y realizarlas rápidamente. Muchas de éstas fueron desarrolladas y
descriptas en un contexto que no se relaciona precisamente con el trauma, como por ejemplo
la maniobra de Kocher, pero que pudieron extrapolarse con éxito y no sólo a la cirugía del
trauma, sino también a otras áreas quirúrgicas.
La falta de conocimiento y de práctica de las maniobras de movilización visceral no permite
realizar una correcta exploración abdominal, lo que conlleva a no advertir lesiones que
condicionan frecuentes casos de reoperaciones y su consecuente aumento de la
morbimortalidad.
Técnicas
Maniobra de movilización hepática (maniobra de Langenbuch)
Fue descrita por el cirujano austríaco Langenbuch en 1894 para la resección hepática parcial
y la exéresis de la vesícula en casos complejos. En lo que refiere al trauma, nos es útil para
exponer la vena cava retrohepática (ver hematoma retroperitoneal zona IV)
Técnica:
De esta manera, se logra que todos los órganos izquierdos queden del lado opuesto. Así,
podemos exponer la superficie lateral izquierda de la aorta, del tronco celíaco, de la
mesentérica superior y hacia abajo la bifurcación y la cara posterior del páncreas y del riñón.
La modificación de esta maniobra es aquella que hace lo mismo, solo que no involucra al
riñón en la movilización, quedando este in situ.
Técnica:
Repetir los pasos de la maniobra original hasta la liberación del bazo.
Desde aquí, se debe generar un plano de disección entre el bazo y el páncreas, por
delante, y la grasa de Gerota por detrás, de modo que el riñón y la glándula
suprarrenal izquierda permanezcan in situ (Figuras 9-3 y 9-4).
Accesos vasculares
Aorta suprarrenal
Se describen tres vías de abordaje: a nivel del hiato esofágico, la maniobra de Mattox y el
abordaje transtorácico izquierdo. El control a nivel del hiato no es recomendable en pacientes
en shock. La maniobra de Mattox es muy utilizada para lesiones supramesocolónicas. Si esta
última fracasa, se recomienda continuar con toracotomía lateral izquierda baja.
Tronco celíaco
Se aborda con maniobra de Mattox. En casos graves, puede ligarse.
Manual de Cirugía del Trauma
Aorta inframesocólica
Para explorar la zona I retroperitoneal y sus grandes vasos se debe utilizar la maniobra de
Cattell-Braasch, desplazar todas las vísceras e sentido craneal y hacia la izquierda, seccionar
el ligamento de Treitz y disecar el tejido areolar a la izquierda de la aorta hasta alcanzar la
vena renal izquierda. Así se consigue la exposición de la aorta infrarrenal.
En heridas pequeñas, se puede suturar con polipropileno 4-0.
Vasos ilíacos
Para abordar los vasos ilíacos (zona III retroperitoneal) se puede hacer por el lado derecho o
izquierdo de la fascia de Toldt, o bilateralmente. Luego de incidir la fascia, se desplazan tanto
el colon izquierdo como el derecho. Rápidamente se exponen los vasos ilíacos junto con el
uréter que atraviesa la arteria ilíaca de afuera hacia adentro y de arriba abajo. Colocar un
tutor o algún reparo alrededor del uréter para no perderlo de vista. Se continúa la disección
en sentido caudal, abriendo el tejido retroperitoneal que se localiza por arriba de los vasos
ilíacos.
Manual de Cirugía del Trauma
Sitios complejos:
Vena cava suprarrenal: es necesario movilizar el hígado en sentido cefálico y hacia la
izquierda (maniobra de piggy-back). Son lesiones con mortalidad elevada.
Confluencia de las ilíacas con la cava: es muy difícil, se aconseja seccionar la arteria
ilíacilíaca primitiva derecha y movilizar la bifurcación aortica hacia la izquierda. En casos
extremos, la ligadura proximal a la lesión de las venas ilíacas es una opción útil.
Lesiones en zona III: recordar que en trauma cerrado la causa del sangrado es
multifactorial (vasos, partes blandas y hueso); la arteria más frecuentemente lesionada es la
glútea mayor. La arteria ilíaca externa ligada conlleva a un riesgo de amputación del 44-45%.
La ligadura de la arteria ilíaca interna no conlleva ningún riesgo.
Si la lesión se continúa hacia la región inguinal, se sugiere el abordaje desde la línea media
continuando hacia la ingle, siguiendo el trayecto de los vasos ilíacos externos; de ser
necesario, se puede sacrificar el ligamento inguinal.
Resumen
Al momento de realizar la exploración del abdomen en el contexto de un trauma abdominal,
se deben utilizar diferentes maniobras de movilización visceral que permitirán una adecuada
exposición de los órganos, de arterias y venas, y de sitios complejos. Entre las maniobras
más utilizadas están las de movilización hepática (para exponer la vena cava retrohepática),
la de Cattel-Braasch (para explorar la cara posterior del colon ascendente, tener acceso a la
aorta y la vena cava inferior), la maniobra de Pringle (que consiste en la interrupción parcial
del flujo sanguíneo hepático), la maniobra de Lardennoise (exploración de la cara posterior
del estómago), la maniobra de Kocher (exposición de la vena porta, la vena cava inferior, la
cara posterior de la cabeza de páncreas y la segunda porción duodenal) y la maniobra de
Mattox (acceso a la cara posterior del colon descendente, del riñón izquierdo, del bazo, a la
cara posterior del cuerpo y la cola del páncreas, de la aorta, del tronco celíaco y de la arteria
mesentérica superior).
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