Felix Duque Contra El Humanismo
Felix Duque Contra El Humanismo
Felix Duque Contra El Humanismo
contra el Humanismo
A B A D A EDITORES
LECTURAS DE FILOSOFÍA
LECTURAS
S Filosofía
01nn TOR Félix DUQUE
Plaza dejesús, 5
28014, Madrid
TeL 914 296 882
fax' 914 297 507
E-maiL [email protected]
ISBN 82-96258-09-2
depósito legal M-49301-2003
2. Hayvers. esp. (deJ .L . Pardo) del ya clásico libro homónimo, en Pre-Textos. Valencia 1999.
10 CONTRA EL 1-11JMANJSM0
3· Vid. mis ensayoso Elgborg sítiene quien le escriba. En, ]airo Montoya (comp.), La escritura del cuerpo
1 El cuerpo de la escritura. Univ. Antioquia 1 Univ. N al. Colombia (Sede Medellín). Medellín,
2001, pp. I-28; y De 9borgs, cuerpos mejorablesy otras exageraciones, de próxima aparición en:
Domingo Hernández (ed.), Arte, cuerpo, tecnología. Eds. Univ. Salamanca. Salamanca �003.
4· Ya cumplida, de hacer caso a la secta raeliana, que ha anunciado el nacimiento del primer
don humano el �6 de diciembre de 200� (si hubiera sido el día antes, el "sacrilegio" ha
bría sido perfecto), y de un segundo para el comienzo de 2003. En todo caso, parece que
esos supuestos 'superhombres' se acercarían más al Superman americano que al Übermensch de
Nietzsche, del que algo diremos más adelante. En un episodio de Los Simpsons (esa neta ra
diografía -benévola, con todo- del american Wi9 oflife), Homer Simpson, a punto de caer con
su coche al mar, dirige desesperadamente su mirada al cielo, asegurando que, a pesar de sus
dudas de antaño, ahora cree fervientemente en la existencia de Aquel a quien supLica asf:
"¡Sálvame, Superman!".
5· Cf Peter Sloterdijk, El hombre auto-operable. STLENO n (Madrid, �001) 80-91, y mi réplica
en, En torno al humanismo. Heidegger, Gadamer, Sloterdijk. Tecnos. Mad1·icl �002.
6. C.f. la muy sugerente compilación deJ Ffalber·stam e ha Livingston, Postlwmorr Uodir.f. Indiana
Univ. Press. Bloomington/lnclianapolis 1995.
CUANDO TODO EL MUNDO SE CONFIESA HUMANISTA 11
de manera que el usuario podrá hacer con ellas y de ellas casi to
do lo que quiera, sin sufrir peligro por su audacia. El slogan de
biera rezar algo así como : "Ahora que Audi sabe que los usuarios
de sus coches son lo más importante para Audi . . . " (dicho sea de
paso , hay aquí un buen ej emplo de la compenetración cada vez
mayor entre 'fe y saber' , entre 'conocimiento e interés' ; pues lo
que tan grave sentencia parece querer decir es más bien: "Ahora
que Audi desea o quiere que . . . " , ya que ese 'saber' depende ex
clusivamente de la voluntad de la empresa) . Le interesa propalar
ese saber o querer para que , en lo posible , el p erfil de cliente
p ropio de esa franj a automovilística no se dirija a otra marca.
Pero en cualquier caso , lo importante es parar mientes en que
tanto lo realmente dicho como lo significativamente transmitido
tienen dos puntos importantes en común :
a) ambos son autorreferenciales ("hombre . . . para el hombre" ,
"Audi . . . para Audi") ;
b) ambos juzgan (abierta o subliminalmente) desde una instan
cia superior, que sin embargo intenta confundirse astutamente
-astucia de la razón . . . industrial- con el referente (¿quiénes so
mos los que 'sabemos' eso ? : ¿nosotros, los potenciales compra
dores, la empresa, o ambos, en cuanto 'hombres en general'?) .
Desde luego , todo indica que : "Ahora que sabemos . . . " signifi-
ca realmente: "Audi sabe" (o mejor: "A Audi le interesa propa
gar la buena nueva de que . . . ") . Pero eso aparenta querer decir:
"Nosotros, los hombres
(o sea, la Humanidad como universalidad colectiva, llegada a
un grado tal que tiende ya a la plena identificación del género
con su concepto : la humanitas) ,
sabemos que el hombre
(el ser humano en cuanto sujeto de quien se predica la humani
tas, considerado idealmente como centro de todo valor y do
nante de todo sentido ; como diría Don Miguel de Unamuno :
ser nada menos que todo un hombre) ,
!2 CONTRA EL HUMANISMO
7. Un término difícilmente traducible, ya que la palabra que podría ser más apropiada en es
pañol para ello : 'humanidad' , es radicalmente equívoca: puede significar el género huma
no en su conjunto, o la esencia de lo humano ; en este último sentido será usada aquí. Pero
incluso en este caso adquiere normalmente un tinte moralista (como cuando decimos, p. e . ,
que hay que cumplir un deber 'por humanidad' ) , siendo entonces un término sinónimo al
de 'humanitarismo': solidaridad con los demás hombres, noralmente con una resonancia
concomitante de piedad o de compasión. Al respecto, la perversión del lenguaj e mediático
ha llegado al punto de tildar a la pasada guerra de Yugoslavia de "guerra humanitaria" .
8. Cf. Noct es Atticae XIII, c. I7.
g. Como veremos después, el castigo de Prometeo se debió a su .fil antrop ía. En efecto, los dioses
no pueden abrigar un sentimiento de philía para con los hombres, ya que ésta se da siempre
entre igu ales: es el lazo cordial de unión entre amigos .
II
EL HUMANISMO PEDAGÓ GIC O
Puede encontrarse un estimulante y vigoroso alegato colectivo a favor de los studia humanitatis
(sin resabios de blando 'humanismo' reactivo) en ]a enseñanza italiana; (el ejemplo es obvia
mente exportable a otras latitudes, y sobre todo a la nuestra), en, !vano Dionigi (ed.), Difron
te ai classici. A colloquio con igreci e i latini. BUR . Milán 2002. Son especialmente relevantes los
ensayos de Massimo Cacciari (pp. 19-29) y Umberto Eco (pp. n5-139). Valga esta nota co
mo advertencia de que las dos nociones cubiertas por la palabra 'humanismo' : estudio de los
clásicos, y afirmación del hombre como metavalor y centro de la existencia -y aun de toda re
alidad-, no tienen por qué tener la misma extensión. Según mi experiencia, bien pocos es
tudiosos de las llamadas 'Humanidades' (en las Facultades de Letras) hace profesión de
humanismo 'metafísico' ; en cambio, como acabamos de ver en la nota anterior, la mayoría
de los movimientos 'humanistas' actuales no se distingue por su amor a los clásicos (más bien
al contrario, suelen hacer de una aguada mezcolanza de cientificismo y sociologismo la nue
va 'religión laica': la 'religión' del hombre para el hombre, en sus versiones liberal, postmar
xista o anarquista). Una tercera vía es la ofrecida por el llamado "humanismo cristiano", el
cual -como veremos- enlaza una formación religiosa tradicional (¡hay que inculcar valores!)
con alguna cortés alusión a los humaniora, mientras que centra su interés real en la capacita
ción técnica y científica. Ajeno a todo este mar de fondo, sin embargo, el DRAE sigue presen
tando beatíficamente -en su XXI ed., de 1992- sólo dos acepciones del término: "1. Cultivo
y conocimiento de las letras humanas._ 2. Doctrina de los humanistas del Renacimiento."
(II, II32).
15. Cf. Jean Bayet. Literatura latina. Ariel. Esplugues de Llobregat 19723, c. IX ("La decadencia
antonina y los comienzos de la literatura cristiana''; Gelio es estudiado en p. 456s.).
16. Cicerón, D e officis I 9, 30.
18 CONTRA EL HUMANISMO
En El nacimienta de la tragedia, su deseo es liberar al Espíritu alemán del "Gangelband einer ro
manischen Zivilisation" . Die Geburt der Tragodie. 19; e n Werke, ed. K. Schlechta. Ullstem.
Frankfurt/BerlínNiena 1 9 �; I, IIO.
7
EL HUMANISMO PEDAGÓGICO 19
1 8. Reproduzco e l texto completo: ·�Es ist für uns j etzt gleichgültig, dass mit diesem neuges
chaffenen Bilde des paradiesischen Künstlers die damaligen Humanisten gegen die alte
kirchliche Vorstellung vom an si eh verderbten und verlornen M enschen ankampften: so
dass die Oper als das Oppositionsdogma vom guten Menschen zu verstehen ist, mit dem
aber zugleich ein Trostmittel gegen jenen Pessimismus gefunden war, zu dem gerade die
Ernsteginnten jener Zeit, bei der grauenhaften Unsicherheit aller ZusUinde, aro stárksten
gereizt waren"; loe. cit.; 1, 105.
rg. Bien podía haber aludido a este respecto al extraordinario ejemplo - radicalmente no cristia
no- de resurrección gracias al Amor que es Orphée et Eurydice' ¡del alemán Christoph Willibald
Gluck, pero con libreto francés!
20 CONTRA EL HUMANISMO
pasando por el I<fylle del neoclasicismo y del Sturm und Drang -según
la teorización de Schiller - , hasta llegar nada menos que a "los
movimientos socialistas del presente" (soz.ialistischen Bewegungen der
Gegenwart) . ¡ El humanismo - con ayuda de una'refinada' mitolo
gía de ópera, artes figurativas y jardín-, hilo conductor de la déca
dence moderna! Así, Nietzsche advierte que también hoy, y con
más fuerza que nunca : " El protohombre bueno exige sus dere
chos: ¡ qué perspectivas más paradisíacas ! "�0 •
S i ahora, aleccionados por Nietzsche, volvemos a repasar l a lis
ta de los movimientos humanistas, podremos apreciar que , hasta
el momento especialmente criticado por el filósofo (finales del
siglo XVIII) , el humanismo reivindicaba para sí la restauración
de una constelación de valores agrupados en torno a la idea de
humanitas (fomentada por el cultivo de un espíritu más o menos
vaporosamente fundido con el Espíritu del Mundo : un cierto sa
bor a panteísmo naturalista, orientado a la idea de una reconci
liación final entre la Naturaleza y su vástago más díscolo , y sin
embargo más'noble' : la Humanidad) . Se trataría pues de valores
que, aunque normalmente habían hecho acto de presencia (casi
diríamos que se habían aparecido, como si fueran el fenómeno de
una esencia) en un puñado de obras de la antigüedad, eran con
siderados - ellos, y las obras- como si tuvieran validez y sentido
perennes: algo que por lo demás pensaban efectivamente griegos
y romanos de los valores encarnados en sus propios ' clásicos' .
Según esa concepción, los tiempos habían de ser medidos y juz
gados por el horizonte axiológico de una antigüedad en la cual se
habría revelado de una vez por todas el sentido de lo humano . Es
cierto que el humanista - también, él mismo , ' clásico' - se rige
por el famoso adagio de Cicerón : historia magistra vitae. Pero lo ha
ce porque cree que la historia -la narración de las gestas, traba
jos y virtudes de los grandes hombres- es una mera ocasión para
�o . "Der "gute Urmensch" will seine Rechte' welche paradisieschen Aussichten!" ( ib. ) .
EL HUMANISMO PEDAGÓGICO 21
2I. Cf. m i ensayo ' E/sitiod e/ahistoria. Akal. Madrid 1995, p . 14- 1 7.
22. Mensc h/iches, A//zumensch/iches JI. D e r Wanderer undsein Sc h atten ( = MA II) 1�5. Schlechta I , 929.
23. Al menos e n España, la carrera d e Filosofía (una de las 'humanidades' por excelencia) ni si
quiera ofrece ya cursos obligatorios de latín o griego.
22 CONTRA EL HUMANISMO
La cultura de la imagen
2 5. Nuestro "educar" ( del latín educere: ''sacar, llevar fuera de ... " ) tiene etimológicamente las
mismas connotaciones que el erziehen C'tirar consciente y reflexivamente de . . . " ) . Ambas
acepciones podrían acogerse pues a la m�éutica socrática. Por el contrario, unterrichten sig
nifica literalmente "dirigir de arriba abajo" . Nuestro término "instruir" ( con resonan
cias militares ya en Plaut o : instruere legionem) viene de struo ( = firmum reddere), "afianzar,
poniendo ordenadamente una cosa tras otra". Vid. Nuevo Diccionario Latino-Español Etimológico,
de R. de Miguel y el Marqués de Morante. Brockhaus. Leipzig r867, pp. 4 79 y 885.
2 6. Recuérdese que la Enryclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers (obsérvese la or
denación : ciencias, técnicas y oficios) se publica entre 175 1 y 1765. Por lo demás, ya es bien
signicativo que se equiparen los títulos: "Enciclopedia" y "Diccionario razonado" . Y como
un gigantesco diccionario está pensada la obra: el doble basamento anterior de la cultura ( la
metafísica-lógica y la retórica-preceptiva literaria) cae en descrédito, e impide una presen
tación orgánica y coherente del saber: ahora, 'ordenado' alfabéticamente ( compárese en es
te respecto la Enciclopedia con las Summae de Santo Tomás) . Tampoco inmora ya la razón
objetiva y valorativamente en los temas tratados, sino que los ilumina desde fuera, subjetiva
mente: los filósofos y los clásicos orientaban a los hombres hacia la rcu:.ón contenida en sus tra
tados y en sus libros. Ahora se trata, en cambio, de un diccionario ra¡:_onado.
CONTRA EL HUMANISMO
30. Cf. Johannes Hoffrneister, Worterbuch der phi/osophischen Begriffe. Meiner. Hamburgo 1 955, p .
466 (sub voce; Philanthrop).
3I. Sigo el texto original, recogido en la grabación de EMI-Odeón (rg8r, Orquesta de la
Radiodifusión Bávara, dirigida por Bernard Haitink) , y editado en Barcelona, rg8?..
CONTRA EL HUMANISMO
32. Muy pocos años después, en I793· sostendrá ardientemente el Marqués de Condorcet, en
su utopía revolucionaria, que: "Entre los progresos del espíritu humano más importantes
para la felicidad general, debemos contar con la total destrucción de los prejuicios que han
establecido entre los dos sexos una desigualdad de derechos, funesta incluso para el sexo al
cual favorece". (Bosquejo de un c ua dro his tó rico de los progresos de l espíritu hum a no. Editora Nacional.
Madrid I980, p. 24I) . Al respecto, cabe notar dos puntos' a) que esta profec ía es más cohe
rente que la del libreto operístico, en donde Sarastro notoriamente vuelve a poner 'en su
sitio' a la mujer, como subordinada enteramente al varón. De todas formas, recuérdese que
quienes entonan ese himno de liberación son en efecto una mujer (hija además de la Reina
de la Noche -o si queremos, de la aristocracia osc u ra ntis ta-, de la que habrá de renegar por
amor) y un paria: Papageno, que a fuerza de cazar pájaros se ha convertido en un híbrido
de volátil y hombre, y muestra todas las necesidades ' groseras' del populacho. Y b) que, ma
lévola y retrospectivamente, puede leerse el generoso programa condorcetiano sobre la
igualdad entre los sexos como ordenado "a la finalidad de poner a disposición de la movili
L.
zación económica la energía femenina". (J. Villacañas, His to ria de la Filosofía Co ntemporáne a.
AkaL Madrid, I997, p. 34).
33· Así, en el núm. r8 de la obra, el Coro de Sacerdotes canta: "Pronto sentirá el noble joven
nueva vida" (Ba ldfohlt der e dle Jünglingneues Leben). Jüngling es el término utilizado en la Biblia !u
terana para referirse a los apóstoles, los qdiscípulos" de Jesucristo.
EL HUMANISMO PEDAGÓGICO 29
34 · Es muy plausible entrever aquí una fuerte carga antiaristocrática. E l Primer Sacerdote pasa
sin transición de sus dudas sobre Tamino a su condición de príncipe, como si esa condi
ción fuera -contra lo establecido en toda la tradición de los cuentos y leyendas- un obstá
culo para soportar duras pruebas: �·wenn nun, im Schmerz dahingesunken, sein Geist ihn
verliesse und er dem harten Kampfe unterlage? Er ist Prin.d " (escena núm. 9).
35 · A la luz del Bos qu e jo de Condorcet, bien podría leerse el triunfo de los enamorados en su
paso por los elementos (el fuego y el agua, en cavernas guardadas por las "puertas del te
rror", Sc hrec ke npforte n) , gracias al son de una flauta (aunque entregada por los Adolescentes,
,
tallada por Sarastro de la raíz del Roble, el Arbol germánico que sostiene al Universo) como
una metáfora del arte soc ia l, capaz "de convertir los elementos en sustancias propias para
nuestro uso" (p. 238), con lo que se cumpliría el punto b) del filantropinismo .
Según Juan I8 , 3 6 , Cristo contesta a Pilatos, "Mi reino no es de [este] mundo" (He bas il e ía
he eme ouk es ti n e k to (i kósmou ; en la versión de la Vulgata: Regnum meum no n estde hoc mu ndo) . He co
mentado este pasaje en mi ya citado ensayo El si tio de la histo n'a , p. 24, nota 24.
CONTRA EL HUMANISMO
37. Obsérvese que, en alemán, la introducción de adverbios de tiempo como bald o dann permi
ten escribir los verbos en presente, y no en futuro -como en español-, acentuándose así aún
más la inminencia de la Parusía. También en Holderlin, Friedensfeier: uDesde la mañana,
mucho, 1 desde que un diálogo somos y oímos unos de otros, 1 ha experimentado el hom
bre; 1 pero pronto seremos canto". (Viel hat von Margen an, 1seit ein Gespriich wir sind und hOren vonei
nander, 1 erfahren der Mensch; bald sind wiraber Gesang. Versos 9I-93; SWB 1 , 364).
38. Tal es la objeción de Hyperion al 'revolucionario' Bellarmin, en la carta 7 de f!yperion I.I
(SWB I, 636).
EL HUMANISMO PEDAGÓGICO 31
39 · Cf. Dieter Henrich, "Über Holderlins philosophische Anfange", espec. apdos. 1-IV. En,
Konstellationen. Probleme und Debatten am Ursprungder idealistischen Philosophie (1 789-1 795). Klett-Cotta.
Stuttgart I99I, pp.I40-I59· Holderlin dirigiría después tres cartas a Niethammer, cuando
éste era ya Profesor de Teología Moral enJena, entre I795 y I8or
4-0. Der Streit des Philanthropinismus und des Humanismus in der Theorie des Erziehungsunterrichts in unserer Zfit (=
Streit). Jena 1808.
41. Tras la caída de Napoleón en Waterloo, Niethamrner no pudo resistir e.l embate de las fuer
zas reaccionarias y eclesiásticas -Baviera era, y es, un Estado de muy honda raigambre cató
lica-, y tuvo que dimitir de su puesto en 1816, no sin antes haber ganado para su causa a
Hegel, al cual nombrara Rector del Qymnasium de San Egidio, en Nuremberg (fue allí, no
toriamente, donde Hegel escribió la Ciencia de la Lógica).
42- Cf. M. Schwarzmaier, Friedrich lmmanue/Niethammer, ein bqyerischer Schulreformator. Munich I937; y
E. Hoj er, Die Bildungslehre F l. Niethammers. Frankfurt I965 (Colección, Forschungen zur Piidagogik
und Geistesgeschichte 2 ; ed. por M. Rang). Aunque el escrito citado va dirigido explícita y cen
tralmente contra el filantropinismo, uno de los rasgos de éste: la religión 'natural', secula
rizada, había sido blanco de las críticas de Niethammer mucho antes, en sus Philosophische
Briefe über den Religionsindijferentismus. J en a I796.
32 CONTRA EL HUMANISMO
43· S t r ei t, p. 8!.
44· Str ei t, p. I 4 4 ·
EL HUMANISMO PEDAGÓGICO 33
45· Briefe vo n und an Hegel (= Br.). Ed. de]. Hoffmeister. Meiner. Hamburgo 1952; 1, 232. Hegel
fundamenta el reproche de olvido (o negligencia, Vernachlassigu ng) en el hecho -realmente
vergonzoso- de que en los últimos 50 o incluso lOO años -denuncia- no se habría publi
cado ni una sola edición de un clásico en Baviera, cuya capital, Munich, no tendrá por lo
demás universidad hasta 1825. Por lo demás, hay motivos sobrados para pensar que Hegel
era sincero en sus elogios a los s tudi ahumanitatis. Dicho sea de paso, ello podría quizá ayudar a
esclarecer un tanto sus continuas preferencias por autores y doctrinas de la Grecia clásica,
en detrimento in crescendo de las teorías modernas, de modo que las de su propio tiempo (es
pecialmente, las de los románticos) son justamente y casi sin excepción las más denostadas
(Friedrich Schlegel es peor que Schelling, el cual es peor que Fichte, y éste peor que Kant -
aunque aquí se rompe un tanto la cadena involutiva-): cosa asombrosa para un pensador que
ha plantado para siempre como divisa esta precisa definición de la filosofía: <�su tiempo, c om
pr ehendido en pens amientos " (ih r e /;si t i n Gedanken erfass t). Grundlinien der Philosophi e des Rechts . Vor r ede. We r ke
(Suhrkamp); 7, �6.
34 CONTRA EL HUMANISMO
Cf. v\hke(Suhrkamp), vol. . Ni qué decir tiene que el propio Hegel será después IJ1ucho
4 que
más 'realista' (bien es verdad en el nivel universitari o) , como se ve en su El19'kl padie der
_
con una Rea lphilosophi e que por un lado. -la F1losof1a
p hilosophisc hen Wisse nschafte n,
�
de la
Naturaleza- atiende y 'traduce' en el nivel especulativo temas y e�oluCion de las Ciencias n�
turales (de la mecánica y la astronomía a la biología, con especial detenimiento en la qut
. .
mica) , y por otro -la Filos ofía del Espíritu - estudia Antropología, Psi col ogía , Derecho,
Ciencias políticas , Historia, Arte y Religión.
EL HUMANISMO PEDAGÓGICO
35
4 7. p.
Op.c i t. , 39·Cf. A. Comte, Disc u rso sobre el e sp íri tu posi tivo . Alianza. Madrid I9853; y Ca te c is m o
Ed. de A. Bilbao. Editora Nacional. Madrid Ig8� .
pos i ti vis ta.
EL HUMANISMO PEDAGÓGICO 37
48. No sólo ocurrió esto en el ámbito católico. También el neokantiano Hermann Cohen, ju
deoalemán, se creyó obligado a 'humanizar' a Kant y su Religión dentro de los límites de la
mera razón, publicando La re ligión, dentro de los l ím ites de lahum ani tas (Die Religion inn e hr alb de r Grenzen
der Hum ani tat, rgo82), una 'religión' cuya función estribaría en fomentar la 'fuerza plena de
la humanidad en el hombre' (di e Vollkrafld e r Menschheiti m Mens ch en). En Hoffmeister, op. c it., P ·
307 · De aqu1 a las tnVIahdades de Edwords hay ciertamente un gran trecho. Pero la direc
ción es la misma.
49 - Muy al estilo americano, y como si se tratara de un concurso de Miss es , la AHA nombra re
gularmente un "Humanist of the Year". De entre los más conocidos, cabe señalar los si
guientes, Julian Huxley (Director de la UNESCO, I 9 6 � ) . R. Buckminster Fuller
(comunicólogo y profeta de la ''segunda revolución": la informática, rg6g), Andrei Sajarov
(el famoso físico disidente, Ig8o) .
CONTRA EL HUMANISMO
s o.
Tal es la conocida acusación de Martin Heidegger en Die Z!<it des Wdtbildes (= ZW/>); en' Hoi7J1!ege.
Klostermann. Frankfurt/M. 1977; G.A. 5, 76, "Eine fünfte Erscheinung der Neuzeit ist
die Entgotterung. Dieser Ausdruck meint nicht die blosse Beseitigung der Gotter, dengro
ben Atheismus. Entgotterung ist der doppelseitige Vorgang, dass einmal das Weltbild sich
verchristilicht, insofern der Weltgrund als das Unendliche, das Unbedingte, das Absolute
angesetzt wird, und dass zum anderen das Christentum seine Christlichkeit zu einer
Weltanschauung (der christlichen Weltanschauung) umdeutet und so sich neuzeitgemiiss
macht''.
EL HUMANISMO PEDAGÓGICO 4I
bre ' , mentado tras la denominación de ' Humanismo ' (la única
mayúscula de nuestro texto) , a saber: la doctrina de lo humano .
Y no sólo para él, sino por él y desde él, ya que , al cab o , es el
hombre quien enjuicia, quien 'llama' a las cosas a su tribunal
para que le digan su valor. Así pues, y según lo visto hasta aho
ra , parece claro que , a p esar del adj etivo " cristiano " , este
"Humanismo" sigue apostando por la esencia de toda doctrina
humanista ; como sabemos , la autorreferencialidad (también, aquí,
por lo que toca a su justificación y sentido ) . Su obj eto y su suje
to serían el mismo , a saber: el hombre53.
Por otra parte, cabe desde luego suponer que la exaltación de
"
1 os "va1 ores a que se entrega nuestro texto no se refiere en ab-
soluto a los valores 'económicos' consabidos : el valor de uso y el
de cambio , sino a valores absolutos, incondicionales y obj etivos.
Sólo que , ¿cómo van a convenir tan altisonantes adjetivos a algo
puesto desde , por y para el hombre, sea éste quien sea? La últi
ma cláusula apunta a una solución, reforzada por el adj etivo
que en el mentado texto acompaña -califica, especifica, define- _
al sustantivo " Humanismo " . De éste se dice en efecto que es
" cristiano " . Y Cristo , como todos sabemos, era -es y será- Dios
y Hombre verdadero , a la vez pero en distinto respecto (pues
distintas son sus naturalezas) . Y de él sabemos también, por el
espléndido Prólogo del Evangelio de San Juan , que es Lagos
(Verbum, Palabra) , y que " era ya en el Principi o " (en arché) . Por
5 3· � re pec�o, .no deja d� ser extraordinariamente significativo que, en los albores de la apari
� �clas1ca
Cion _ del Uma msta como cultor de los studia humani ta tis o studiahumana , señalara uno de
sus m�xi ��s repres�ntantes que el retorno decidido a los grandes textos de la Antigüedad y
la dedtcac1on a las htte ras eran sólo medios para conseguir un nuevo "engendramiento" del
hombre; esta vez, por s(mi s moy en sí mismo , como en una suerte de autogéne sis. Así decía Marsilio
Ficino : pe�li tteras provo :a ti, pa n·untin seipsis. N o en vano era el andrógino el modelo preferido por
la alqutmta
_ renacentista. Cf. la excelente y concisa exposición del humanismo renacentista
de Eusebi Colomer, Mo vi mientos de re novación. Huma nismoy Renaci mi e nto. Akal. Madrid 1997, p- 9-
44 CONTRA EL HUMANISMO
tanto , nada más 'lógico ' que sea esa Palabra la que fij e , p ara
empezar, qué sea 'hombre ' (y de una manera tan evidente como
tautológica ; pues h o mbre será aquel que oye y sigue a la
Palabra) , y cuáles los valores que lo orienten.
Pero entonces, ¿no habría sido mejor cambiar orden y fun
ción de los términos y hablar de " Cristianismo humanista" , en
vez del llamado "Humanismo cristiano" ? Basta un punto de re
flexión para comprender cuán arriesgada habría sido esa inver
sió n : pues p arecería, primero , que el género " Cristianismo"
tendría que admitir entonces otras especies (¿cabría hablar, por
caso, de cristianos "teístas" , " angelistas" o, peor aún, " animalis
tas " ? ¿O tendríamos que recurrir a cristianismos locales y ha
blar entonces de cristianos vascos, españoles, franceses , etc . ?) ;
pero , en segundo lugar, no menos conocido es que el término
umanista -ya hemos aludido antes a ello- apareció allá por el siglo
XV en Italia para designar a quienes se ocupaban ardiente y po
lémicamente (contra legistae y clerici) en la " renovación de la cul-
.
tura antigua, grecorromana " 54 . o 1 o que es 1 o m1smo : d e 1 a
.
<<Hombre y mujer,
mujer y hombre ,
acceden a la Divinidad>> 55.
56. Recuérdense a este respecto las distinciones de nota r8 sobre Erziehungy Unterricht C'instruc
ción").
57- También distingue famosamente Kant entre cognitio ex datis y cognitio ex princlpiis (Kritik der reinen
Vernunjl, B 864-/A 836). Mutatis mutandis, "instrucción" (en Kant, per appositionem) y "forma
ción" (per intus susceptionem: "como un cuerpo animal, cuyo crecimiento no es debido a la adi
ción de miembros, sino a que, sin alteración en la proporción, cada uno de ellos lo hace
más fuerte y hábil para cumplir su fin"; B 86r/A 833). Una razón más para conjeturar el
origen ''kantianizante'' de nuestro texto.
EL HUMANISMO PEDAGÓGICO 47
58. No faltaría quien pensase al respecto una solución tan drástica como 'sencilla', a saber: que
tal diferencia no cae del lado de la "formación", sino de la t•instrucción": es la sociedad la
q:Ue, en cada época, repartiría los roles sexuales, siendo por tanto la 'marca natural' algo téc
mcament� maleable y modificable ad libitum, como probarían los casos extremos -pero quizá
generahzables en el futuro- del cambio quirúrgico de sexo.
59 · Sagroda Biblia . Versión directa... por E. Nácar y A. Colunga, O.P.- B.A C. Madrid 1958, p.
.
II53. n. 14-.
6o. ¿O bien habrá que decir aquí también: "para el cristiano y para la cristiana"?
CONTRA EL HUMANISMO
6r. No sin graves 'recaídas' en lo que el pensamiento �eminista actu�l tild�r�a sin duda de 'ma
. esp1ntual de la carne en
chismo'. Así, hay textos en los que, más que predtcar la c a nc e la cwn
la carne misma, se establece una ej ra rquía de clara hegemonía masculina: "quiero que sepáis -
les dice San Pablo a los de Corinto- que la cabeza de todo varón es Cristo, y la cabeza de la
mujer, el varón, y la cabeza de Cristo, Dios. . .. la mujer es gloria .(dóxa : apa�iencia se�si
ble, fenómeno) del varón, pues no procede el varón de la mujer, s1no la mujer del varan,
ni fue creado el varón para la mujer, sino la mujer para el varón". (J Cor. 11, 3 y 7-8).
EL HUMAN ISMO PEDAG ÓGICO
49
-siquiera sea en voluntad y espíritu, no físicament
e- de la carne y
del sexo , así como la nega ción de toda perte
nenc ia a la tierra?
¿ Qué espec ie de "form ación ínteg ra" sería la
que prete ndier a
convertir a "muj eres y hombres de nuestro tiemp
o" (en su mayo
ría, se supo ne, perte necie ntes a una deter mina
da clase socia l :
elevada, como confi rmac ión de la obstinada vigen
cia del punt o f
del filantropinismo) en una unidad indiferenc
iada (pues que no
cabe hablar aquí de conju nto o multitud : cosa
de "instrucció n") ,
en un ser asexuado -contra el supuesto prim ero-
, apátrida y, en
defin itiva, sin local izaci ón temp oral, que debe
sacri ficar todas
sus particularidades para llegar a ser unu m con un
Dios igualmen
te neutro ? 6 2 En suma , ¿acas o 'integridad' significa
'disolución to
tal ' , abstr acta universal idad , indis tinci ón ad
limitem entre el
hombre -entre muj eres y varon es- y el Dios ? ¿Ésa
es la finalidad
de la oración dirigida por Cristo al Padre?
Ciert amen te, y dejan do para más adelante, si
no una respu es
ta, sí un intento de profundizar en ese hiato que
súbitamente se
nos ha abierto en el conc epto -tan apare ntem
ente equilibrad o :
"Dad al César . . . , etc . " - del Humanismo 1 Cristiano
, lo único que
por ahora pode mos sacar en limpio tras tan exten
sas disquisicio
nes es que dicha expre sión no se sostiene , a meno
s que se prete n
da dar al sustantivo un significado nuevo y equívo
co, sin equivalente
en sus usos anter iores . Como se insinuó anter
iorm ente , ese ag-
.
gzorna mento a 1 as ' cosas de este tiempo . 6 3 parec e en el fondo un
,
re-
cono cimiento de que son 'valor es' como los impu
lsados desde la
American Huma nist Association (ellos sí, hijos legítimos de un
movi
miento que tiene ya dos siglos y se inició en la
Ilustración) los ac
tualm ente impu estos por la indis cutib le poten
cia mun dial
De n�evo, la palabra del Apóstol parece exigir este sac r ific io total, que implica
tamb1én, un total desarra igo de tierra y de tiempo obviamente,
cordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos (só: ma"Yta)así,como os ruego hermanos, por la miseri
sacrificio viviente (tJ:;,s ía n zOs a n) ,
grato a Dws, _ vuestro culto racional (logikén latreí
a n).. " (Ro m a nos I2 , I).
Por cierto, contra la doctrina expresa de San Pablo, Ro m . I2, 2 : "Y no os conforméis a este
s�glo (t Oi a i8nito úto i) , sino transformaos por la renovac ión de vuestra mente (to íin o ós J:ym 8n) , a
fin de probar cuál sea la voluntad de Dios, buena, grata y perfecta".
50 CONTRA EL HUMANISMO
por la
tar todo esto como An�ropo10-?'1�,, pues las tres pnmer
�
. as¡;, · pregun
Antrop olooi a . Pero en el fo�do se po d na con
tas se refieren a la última ".
Y Sin . emb arg�· Kant solo escnhi
o (tambi én como resume
el_ : spe�top agmatl-co (o s�a: �� �erteneciente al tronco duro denlasdeciencia lecciones) una An tro ol o 'a en
P ) Sien�o por demas dtfictl -si no contradictorio- reducir la éticas acomo cognitio�xp�nci
queremos conservar el espír itu del kantismo. Es por demás significativo la antro 0¡0�la, - SI·
IIS •
tac1enc·10 d e ]a "An tropo 1 og•a - " -nunca escrita- poco tendrí ues, que o b"•en esa me
'
•
le a
c�:�eias a la Antropolog1a , ya que -axtologtcamente- la 'cosa misma' : la red'-:cción de las otras
•
la más alta sería la Etica).
III
EL HUMANISMO 'METAFÍSIC O '
66. Diels-Kranz 8081. Jonathan Barnes presenta esta célebre Hom ome nsurasatz, desmonta las crí
ticas de Platón en el Te e te to y brinda una ingeniosa prueba lógica de su carácter no-contra
di,ctorio en, The Presocrati c Phil osophers . Routledge & Kegan Paul. Londres 1982 , pp. 541-551.
CONTRA EL HUMANISMO
54
67 . Heautontimorumenos I I, 25 (cit. en' Las seis comedias de Terencio. Vale c i a 1762; l, 267).
n
no
Como
puede
ocurría en el caso del anuncio de Audi, el contexto -para una fntse tan elevada-
como cuadra por demás a una comedia : e l viejo. Cluem � s la usa como justi
ser más vulgar, de su t·cctente amtgo Menedemo, cu
ficación general de su interés particular por las cuitasde mal de amores.
yo hijo se ha ido de soldado a Asia para curarse
68 . C. Alexandre, Dictionnaire Grec-Franfais. Hachetle. París 1878'', P · 1 588.
un
69 . Dict. , p. I585 .
EL HUMANISMO 'METAFISICO' 55
7 0 . Cf. Sein und :(sit (= SuZ) 1 IS. Klostermann. Frankfurt/M. I977 (orig., 1927) . C.A. 2, 90-97 .
7 1 . También aquí se da -y literalmente, esta vez- una verdadera redundancia: Práttein tQ prágmata
es en Lisias: ''hacer negocios [faire les a.ffaires] , a veces llevar los asuntos públicos." (Dict. , p .
II 7 3). En el habla de algunos pueblos de Castilla se encuentra todavía un equivalente, sólo
que relativo a las labores domésticas por parte de la mujer: "Hacer las hazanas". Heidegger
apunta también a este origen facticio de la 'cosa' en el mundo griego: "Die Griechen hatten
einen angemessenen Terminus für die ''Dinge": prágmata, d.i. das, womit man es im besor
genden Umgang (práxis) zu tun hat. Sie liessen aber ontologisch gerade den spezifisch, prag
matischen' Charakter der prágmata im Dunkeln und bestimmten sie, zunachst' als, blosse
Dinge"'. (SuZ; 2, 92) . Una nota marginal ulterior explicita aún más el origen artificial del
término: "Warum? eldos - morphé- h...l.. e! doch von téchne, also 'künstlerische' Auslegung!".
CONTRA EL HUMANISMO
72- Ésta es una de las objeciones (a mi ver, la más convincente) de Platón-Sócrates contra
Protágoras: "Si realmente para cada uno (hekástoi) es verdad aquello que por la percepción
(d i'ais théseos) le parece... ¿por qué realmente Protágoras es sabio, tanto que se cree maestro
de los demás, y con razón lleva sus buenos dineros, pero nosotros somos ignorantes y de
bemos acudir a su escuela, esto cuando cada hombre es medida d e s u p •·op i a sabiduría?"
(Te e teto r62D-E. Tr. M. Balasch. Anthropos. Barcelona rggo, p. J 2 3s. ) . C l a ,·o que la obje
ción descansa a su vez en dos asunciones: a) la lectura de "el h o m b re " como "cada hombre",
convirtiendo así el nombre común en una miríada de n o m b •·es p•·o p ios (Protágoras,
Sócrates, Teeteto, etc.); b) la identificación de la 11Cosa" con e l modo d · recibirla y juzgarla,
convirtiendo además tal modo de conocer en el más ínfirno y s ubj L i vo : la a(slhesis ("sensa
ción 1 percepción") , lo cual permitirá a Platón go l pe a •· con u n solo movimiento a
Protágoras y a los heraclíteos. De todas formas, segtin ·· l t c&t i rn o n io de Oiógenes Laercio
(que, obviamente, puede haber sufrido la influencia d las i • H •·p•· t n c i o ncs p•·�cede� tes de
la Academia), Protágoras ��decía que el alma no era n l l d a p a r t e de la s s e n s a c 1 o nes . (IX,
u
51) ·
En efecto, si este hombre soy 'yo' -el ún ico ser, po r lo derru\n. t l l que c o n ozco íntimamente
como siendo 'yo', mientras que los demás dicen serlo- . y .s l ·;;. e l l·¡ o rn b •·e (concreto ) la medida
de todas las cosas, ¿por qué habría fuera d e mí O L I'OS n u p u er.�t or• o/1�,. cp;o que !'ue ra n también
'medida' ? La medida sólo puede ser ú nica (o co nvt': r t l rn� hu� d l n t l n t n ,_ med i da s relativas a
una absoluta), o no es medida.
EL HUMANISMO ' METAFISICO'
57
74- D K'< '< B '< . Sigo la versión de J . -Fr. Pradeau, Fragm ents. [Ci tatio ns et tém oig nages]. Fr. II9.
F1ammarion. París 2002, p . 300. También la interpretación del controvertido pasaj e me
resulta convincente: a pesar de que el lógos sea lo común, la mayoría no lo sigue, mas no
porque su 'percepción' sea distinta en cada caso (como Platón hace decir a Protágoras) , "si
no porque son las opiniones erróneas las solas que falsean el testimonio de los sentido s " ,
señala Pradeau ( p . 30I) , remitiendo a DK'<'<BII4' "Quienes hablan d e manera sensata han
de apoyarse necesariamente en lo que es común a todos, al igual que una ciudad se apoya
sobre su su ley, y más firmemente. Porque todas las leyes humanas están alimentadas por
una sola ley divina" . De manera que la cercanía -buscada p o r Platón p ro do m o- entre
Protágoras y Heráclito no se sostiene.
EL HUMANISMO ' METAFISICO ' 59
75 - Sabemos que Heráclito alcanzó su akm é entre e l 504 y el 5 0 1 a . C . , mientras que se estima e l
nacimiento de Protágoras en torno al 4 9 2 a . C . (cf. M . Untersteiner, I sofisti . Bruno
Mondadori. Milán I996, p . 3). José Solana Dueso, en su edición de, Protágoras de Abdera,
Dzss01 Logoi . Textos relati vistas . (Akal. Madrid 1 9 9 6 , p. I 3 ) , calcula tentativamente que habría vi
VIdo entre 484 y 4I4 a. e. (akm é en 444-441' Olimpíada 8+).
76. Sobre las distintas interpretaciones ('subjetivismo' versus 'objetivismo') , cf. la nota 61, p . g8, de
la �d. de J. Solana Dueso. Por su parte, Mario Untersteiner aventura una interpretación sui ge
_
nens, basandose en un texto de Sexto Empírico (recogido en DK80Ar4), que pondría una "ma
teria fluida" (�l e reus té) a la base delho m o m ensura. También la 'traducción' que él propone de la
controvertida sentencia es bien distinta a la habitual, y parece una 'kantianización materialista'
de Protágoras: "l'uomo e dominatore di tutte le esperienze, in relazione alla fenomenalita di
quanto e reale e alla nessuna fenomenalita di quanto e privo di realta". (op.cit. , p. 6 5 ; adviérta
se que el texto original es de 1949).De todas formas, él mismo reproduce un texto de Hermias
(DK8oAr6) que insistiría en el 'humanismo' protagoreo , "limite (hó ros) e giudice delle espe
nenze obbiettive (pragmáto n) e l'uomo e le cose che cadono sotto i sensi sono esperienze obbiet
tive (prágm ata) , quelle invece che non cadono non esistono nel nevero delle forme dell' essere".
(ib . , p . 68). Pero , precisamente que aquí se utilice prágm ata como sinónimo de c hrém ata abona la
hipótesis de lo que podríamos llamar, con expresión ciertamente anacrónica: 'humanismo de
la producción' , o incluso 'humanismo téc nico ' . - Por su parte, Heidegger interpreta a Protágoras
dentro de la por él denominada Gru ndstellung de la metafísica griega (el ser como "hacerse pre
sente" -Anwesen- y la verdad como "estado de desocultamiento" - Unverbo rgenheit-) , equiparándo
lo incluso con Heráclito, en cuanto que el hombre pertenecería a lo '1presente abierto" (zum
offenenAnwesenden) , siendo esa pertenencia la que delimitaría entre presencia y ausencia (entre el
"ser" y el "no-ser" de la sentencia). Y continúa: "Aus dieser Grenze empfángt und wahrt der
�
Mensch das Ma s f r das, was an- und abwest. In einer Beschrankung auf das jeweilig
�
Unverborgene g:tbt stch dem Menschen das Mass, das ein Selbst je zu diesem undjenem be
grenzt" . (,ZWZ,, p . I04s.) . Así pues, lo que daría la medida al hombre sería lo ente -por serlo-,
en su delimitación de lo no ente -por no serlo- , al contrario de lo que reza textualmente la
Hom �m ensurasatz. El hombre sería m étro n en cuanto guarda del desocultamiento, al percibir la pre
sencia de lo presente corno contradistinta de la ausencia de lo ausente. Como si dijéramos: el
hombre es el custodio de la medida propia de las cosas. Dejando aparte si esta interpretación
no encaja a Protágoras velis nolis en el 'lecho de Procusto' de la metafísica griega según Heidegger
-en el afán de éste por probar que no hay suljetivism o alguno en la sofística-, no parece sino que
se limitara a invertir la relación entre el hombre y el ser, sin cambiar la posición c entral del pri
mero. De hecho , afirma : "Das egó verweilt im Umkreis des ihm als je diesem zugeteilten
Unverborgenen". (5, 104). Este morar en el circuito convierte a las cosas circundantes literal
mente en c irc u nstanc ias delho m bre (como en las Meditac io nes del Quijote orteguianas) . En ambos casos,
ya sea que el hombre imponga su medida a las cosas o la reciba de ellas, sigue tratándose de un
antropo c enh1sm o (activo y dominador en un caso, pasivo y receptor en el otro) : la medida de las
cosas sigue estando en el hombre. Seguramente no hay subjetivismo alguno en Protágoras (y
menos, d la Descartes, como Heidegger se empeña en probar, sin que se vea la necesidad) . Pero
el subjetivismo no es en absoluto necesario para la concepciónhum anista.
6o C O NTRA EL HUMANISMO
Antropocentrismoy excentricidad
opiniones ) .
EL HUMANISMO ' METAFISICO ' 6r
77 . Queda aquí naturalmente indeciso si Medida y Fondo coinciden en un Monismo (sea espiri
tualista o materialista) , o si la una puede reducirse a lo otro (realismo), o viceversa (idealis
mo). Lo único aquí importante es que el hombre queda inserto en un doble movimiento que
lo trasciende, y que puede interpretarse como don y como carga, como liberación y como destino.
78 . Por eso señalé al final de la larga nota anterior que el subjetivismo no entraña necesaria
mente un humanismo. Subjetivistas son Descartes, Kant y Fichte. Y a ninguno de ellos
conviene el rótulo de "humanista " .
79· Como mínimo, habría que decir que: ��el conocimiento es una opinión conforme a verdad
y acorde con un argumento o razón" (ten men rf!etó fógou afeth€ dóxan epistémen eínai), según
Teeteto, el cual lo habría oído "de alguien que lo decía" (Teaet. 2 0 1D) . El innominado es
Antístenes, adversario de Platón. A pesar de la aparente plausibilidad de la definición,
Sócrates no la admitirá -aunque tampoco nos ofrece ningua otra, 'verdadera'-. Es que ese
conocimiento sólo podría darse de lo compuesto (en efecto, se trata de enlazar un sujeto
con su razón o fundamento: metó lógou ; en nuestro caso : este hombre con el concepto 'hom
bre') , no de lo simple. Aristóteles se aventurará a dar una descripción más bien metafórica
al respecto, lindando así con la mística y la explicación obscurumperobscurius. Dirá en efecto en
Metaplrysica IX, lO que lo "verdadero simple" se capta en un thgeíni kai phánai (algo así como
"palpar y ver de golp e " , 1051b24). Por lo que señala en el paréntesis inmediato (a saber'
que no es lo mismo afirmación -katáphasis: un juicio metó lógou, diríamos- que phásis) , parece
que tal conocimiento sería el de una intuición, e intelectual (pues nada sensible es simple),
abriendo así una vía que seguirán, entre otros, Spinoza, Fichte, Schelling o Bergson, por
no hablar del Dios tomista, que capta todo uno intuitu: como si dijéramos, palpándolo-pal
pándose y viéndolo-viéndose.
80. D e este modo interpreta el Génesis el puesto del hombre en el universo (ejemplificado, para
empezar, en el Paraíso Terrenal) : "Tomó, pues, Yavé Dios al hombre, y lo puso en el j ardín
de Edén para que lo cultivase y guardase" ( 2 , 15). Esto, por el lado del trabaj o . Mas también
por el del conocimiento: "Y Yavé Dios traj o ante el hombre todos cuantos animales del
CONTRA EL HUMANISMO
campo y cuantas aves del cielo formó de la tierra, para que viese e rno los l l a ma•·ía, y fuese
el nombre de todos los vivientes el que él les diera". (2, 2 0 ) . El h e ho de t ra e •· a p•·csencia
los animales para que el hombre vie ra qué nombre les hobrín de clor po rece i m p l i c a r que ese
nombre habría de ser el justo, e.d., el adecuado a cada anjmal. po•· sus CHI'O c t e dst icas propias,
y no una imposición arbitraria (como si dijéramos: había de Sel' e/ lc•igw�je, n o un idioma
entre otros). De lo contrario, la ulterior confusión de lenguus t rHs l111bel no tendría senti
do. Cf. el extraordinario ensayo de Walter Benjamin, Über Sp•·achc 11/Jel'lwt�¡,¡ ""d iiberdie Sp r ache
des Me nschen. En la compilación Sp r ache und Geschichte. Recia m, St u t l ¡,¡ l'l 1 99 2 , pp. 30-49.
81. Recuérdense las famosas -y un tanto patéticas- fo rm u l[\cionciJ llfii'II'C"/II'HIS: aunque el hom
bre sea una "pasión inútil'' , no deja de ser cierto que: "pl'ecltmm I' H f' t'N i a rnos en un plano
donde solamente hay hombres". El exis te nciaism l o es un humanismo , S L I I' , l h 1 r n os A i res 19808, p.
2 6 . Sobre el tema, me permito remitir a l a larga noLn d e p . GH rn m i En lomo a l human ism o.
Tecnos. Madrid 2 0 0 2 .
E L HUMANISMO ' METAFISICO'
Como decía nada menos que Kant (el cual debiera ser considera
do auton'dadpor excelencia) : "no hay ningún autor clásico en filosofía" ,
dado que el único criterio válido respecto a qué sea lo filosófica
mente correcto es la "razón humana común (gemeinschaftlíche) "82•
Sin embargo, si nos vemos urgidos a preguntarnos por el hu
manismo , ello se debe ante todo a que - como señalamos al co
mienzo- en los torturados inicios del siglo XXI se viene
insistiendo desde posiciones aún más dispares que las de los di
versos sistemas filosóficos en la necesidad de poner en el primer
plano de la actualidad ese movimiento (o , más vaporosamente, ese
talante) , sea remozado o de nueva planta. Es posible que se trate,
en definitiva, de un uso Jlou del término , de algo así como un
'mecanismo de defensa' : pues frente al Jundamentalísmo religioso (el
más severo y radical de los antihumanismos) y la doble tiranía de la má
quinay del mercado , es urgente restablecer -se dice- el sentido del
hombre, hay que devolverle su 'dignidad' . Sólo que, como ya va
mos viendo , es discutible que ese sentido y esa dignidad puedan
ser defendidos con éxito por el humanismo , por más que en al
guno de sus avatares se presente , con buscada ambigüedad, como
"humanismo cristiano" , por ejemplo . Y la ironía del asunto estri
baría en que, mientras que en el alba griega surgió la filosofía (o
más precisamente : la metafísica) en buena medida para superar el
humanismo sofístico , ahora se llama de nuevo a la filosofía (o más
humildemente : al historiador de la filosofía) para que intente de
tener o disolver un antihumanismo surgido en buena medida de la
evolución, expansión y transformación de la filosofía misma. De
manera que -para salir con relativo buen pie del empeño - habrá
de criticarse a sí misma, procurando a la vez analizar y distinguir
los sentidos que -en algunos casos, como verdaderas vestimentas
82. �ebe�eine Entdec k�ng. . : [Respuesta e Eberhard, 1790] . Ak . VIII, 2 1 9 , n.- La adjetivación de esa
. razon �um�n_a ' es tmportante: gem ei nschafllich significa más "comunitario, social" que "común,
g�neral Ast h� certeramen�e las dos definiciones aristotélicas del hombre: ser vivo que tiene
_ en soCiedad, en la pólis (z6onpoliit kó n) .
·
El Titán filantrópico
t ramos
83. También significa "lo más monstruoso" . Es la misma raiz que e n c o n
en el término "di
nosaurio": el lagarto monstruoso.
EL HUMANISMO 'METAFISICO '
Rico en ardides y en hazañas, sólo hay dos cosas a las que debe so
meterse: a la muerte, por fuerza ("Sólo para el Hades no ha inven
tado evasión " : vv. 361-362) ; libremente, en cambio , a las leyes de
la profunda tierra, abajo , y a la justicia de los Celestiales, arriba:
Tales son los límites del hombre , para el griego . Tal, también,
su tarea y su afán : vivir en la superficie , sobre la haz de la tierra,
entre lo chtonio y lo celestial, pero armonizando ambos , sirvien
do de 'correa de transmisión' entre ambas leyes, dando la medida
una medida que recibe en custodia- a todo lo existent e . Pues
bien, el humanismo supone un orgulloso non serviam respecto a
esa misión mediadora . Llevado de su �bris (mutatis mutandis, de esa
sobrepujante "voluntad de poder" que Nietzsche celebrará más
�arde) , el hombre -o más exactamente , el 'héro e ' titánico que
I tenta rebasar sus límites mortales- se lanzará a la conquista del
�
cielo y a la explot ación de la tierra, pugnando por liberarse del
_
doble yugo de los Inferos y de los Celestiales . Un grandioso tes
timonio de esta rebelión se halla en el poema goetheano
Prometheus, una hermosa blasfemia que indignará a Jacobi y será
en cambio jovialmente aceptada por el neo -spinozista Lessing.
Aquí, el Titán tiene ya los rasgos del hombre ; obviamente, del
hombre superior, �psípolis: el gran Conductor que librará a sus seme
jantes de la miseria producida por el cobarde acatamiento a las
leyes divinas ; del hombre , también, sufriente , que por ello se
apiada de sus hermanos , sabiendo igualmente alegrarse con
ello s : una ardiente confirmación en fin del terenciano horno su m
'
que , en pleno Sturm und Drang, suena así en sus últimas estrofas :
CONTRA EL HUM ANI SMO
66
- ?·
<< ¿H onrar te yo? ¿Por que
vez
¿Las pen as aliviaste alguna
del ago bia do?
¿Acaso has enjugado
las lágrimas del tris te? 84
o ho mb re
¿N o me han forjad o com
el tiem po om nip ote nte
y el ete rno destino :
mis dueñ os , y los tuy os?
í ho mb res for mo
Aquí mi pu est o est á, aqu
seg ún mi pro pia image n;
,,
un lin aje que igual sea a m1
qu e pad ezc an , y llo ren ,
que goc en y se alegre n,
o,
sin res pet o sentir po r el tuy
85
¡ co mo yo ! >>
. et. Lite. ralmente habría que verter: "forjado hasta hacerme h_o�-
Orig ., zum Manne gesche_mwd. . l a "d ea d e que -en luga r del Dios trad iCIO-
ortante ' para eVltar o horob re. Al
bre" . La matización s lmp
1
.
destmo 1los cread de Pro met e o en cuant
nal- ahora sean el tieme�pomb"y nel dos la fra-
ores
castigo decretado por Zeus) habrían sido
contrario, esos pod eres vlrtu; e�Titá(nense eha hecho todo un hombre (ya que por tayudar a 1�s hDeo u;o-
.
tiempo y al desttnelo h roe Heracles (segu d o pr tofipo del 'hombre' tras Prometeo) 1 ]e des
.
uno de sus hijos' é h dIc. h ehren? �' fur�. / H ast du die Schm�rzen gelin . dert
Prometheus, estr. 5-7 ' << l e . vvo
·n e t ]e des Gea ngst eten ? 1 Hat mch t mic. h zum
Bela den en? 1 Hast du die Tra rlen ge 1
e Schi cksa l, 1 Mein e Herrn und
allmahhge �:it / Und das ewig Weil mcht
Manne geschmiedet 1 Die etwa, 1 lch sollte d L' �o:: b h n 1 In Wüs ten flieh en, /
e, 1 Ein
deine? //Wahntest du ten? 11 Hter s�tz,.� wein e ::n :che n 1 Nac h mein em Bild
sieh; 1
alle 1 Blütentriiume reif geni essen und zu freu en
1
zu en, 1. Zu
Geschlecht, das mir gleich sei, 1 Zu lelden, '
EL HUMANISMO ' METAFISICO '
Und dein nicht z u achten, 1 Wie ich! >> . En, Gedichte. . Ein Auswahl. Hg. ven Dürerbund.
Hermann Hillger. Berlín 1929, p. 63s.
86. Goethe utiliza el verbo (un neologismo) Jormieren' dar forma, modelar de fuera a dentro (cf.
supra , nota 20). Prometeo repite así con (aquellos a quienes ha elegido libremente como)
sus hermanos la misma acción por la que fue forjado -para hacerse- por el Tiempo y el
Destino. Al respecto, es posible conjeturar aquí una blasfema 'superación' de la Pasión de
Cristo. También Prometeo fue en su origen un dios (un Titán). Pero, en una apoteosis al re
vés (literalmente, en una "encarnación humana": Menschwerdung) , su libre aceptación del cas
tigo (externamente: el Tiempo; internamente: el Destino) sin arrepentimiento a{guno ha acabado
por "forjarlo", hasta llegar a hacerse hombre (cf. supra, nota 24). Y como tal, en lugar de
ascender transfigurado a los Cielos, permanece en la tierra, para ayudar a los hombres a
que lleguen a ser nada menos que todo un hombre, para que adecuen su existencia a la humanitas, a lo
humanum. Prometeo reniega así de su divinidad y acepta la suerte de los mortales.
87. Kritik derpraktischen Vernunfi (r. Th. ; I . Bucl!, 3· Hauptst. ; Akademische Textausgabe. V, 73) '
"Also ist Achtung für's moralische Gesetz ein Gefühl, welches durch einen intellectuellen
Grund gewirkt wird, und dieses Gefühl ist das einzige, welches wir vOllig a priori erkennen,
und desen Nothwendigkeit wir einsehen kónnen".
CONTRA EL HUMANISMO
68
El kantismo no es un humanismo
9 3 · Cf. mi, Kant su/fandamento cercato de/l'empirico e del soprosensibile. IL PENSI ERO
r99 3), ll-3!. XXXI II (Roma
9 4 · Idee zu einer allgemeinen Geschichte . (Tesis s•). Ale VIII, 23
9 5 · Cf. el escolio a la Tesis 3• de Idee . Ak. VIII, 20
..
.
74 CONTRA EL HUMANISMO
96. Una �es hum ani{ac ión del pensar cuya influencia remota puede
hen
encont
(hteral�ente: t'por la puerta") del de anima aristotélico: el no Qs poirarse en el famoso tl]yra t
a� hombre de�de fuera , , y � �a m'_lerte t s le vendría prestado
e ikó
de éste volvería ¿a un magma
c��do, c � mo si fuera la esputtuahzación del ápeiron de Anaximandro?primordial e indiferen
�Ion �e JU�tara_ despue_ s con la del pneüma de los estoico En todo caso, esta no
�auttzada por San Agustín como la illum i natio Dei y su "gloria s y el Hén neoplatónico, para ser
.
ra Igualm ente Kant. ": el hornointerior, del que habla
9 7. t der rei ne n Vernunft, B 4 04/A 3 4 6 .
Kriik
g8. Una de las 'trampas' de quienes preten convertir a Kant en un
hacer creer que el hombre se siente a síden "huma
mismo a través de la ley moral. Másnista" consiste en
bien habría que
CONTRA EL HUMANISMO
decir que ese neutro autón es . . . ¡la propia Ley, que se siente y reconoce a sí misma en cada
hombre!
99 ·
roo.
Kritik derpraktischen Vernunfi; loe. cit. V, 7 8 .
!bid.V, 74.
IOI. Idee zu einer allgemeinen Geschichte. (6. Sai>;). Ak. VIII, 23.
EL HUMANISMO ' METAFISICO'
77
estamente 'dem o
desvariara) , a saber : que en las elecciones supu
el hech o bruto de
cráticas' se confunde el estar conviviendojuntos con
r muchos 'su
ser un conju nto de gente : " con el resultado de suma
cuale s . . . no dejan
jetos ' que viene n a pone rse ahí delante . . . los
-con , 'falto de
de ser tratados como 'núm eros' . . . Este ser-j unto
los en serio 'en
con¡;i deración' , 'cuen ta' con los otros , sin tener ,ro2 p
. . era ' tener que ver con e11 os . or eso ,
. querer siqui
cuenta ' , sin
'
demo craci a- es:
la pregunta -incluso , y quizá sobre todo , en una
s un hombre es ele
¿cuáles debie ran ser los rasgos por los cuale
hos y obligacion es
gido por otros individuos igual es a él en derec
sí mism os -o cuya
(iguales ante las leyes que ellos se han dado a
repre senta han acep
"don ación " por parte de un grupo que los
men os artifi cial
tado libre ment e- , no ante una entidad más o
Desd e el respe cto
ment e const ruida , más o meno s ideológica) ?
á de se
huma nista que venim os examinan do , toda soluc ión habr
y de la instancia su
guir, claro está, las reglas de la autorreferencialidad
craci a'
perior. Una salida plausible (tanto , que en la mayor ' demo
ente corre cto' :
del mun do servirá de ideal y guía de lo 'polít icam
á saber , el/la self made [wo]m
an) sosti� ne que el homb re cabal habrá
o el dolo r y las
de ser aquel que se haga a sí mism o , sopo rtand
en el humanismo ,
pruebas (un rasgo estoico ubicuamente presente
como forja de su
como vamo s viend o) , y utiliz ándo las pro domo
mejo r ejemplo pa
perso nalid ad. Pues , ¿qué mejo r 'sujet o ' , qué
a autarq uía , de
ra los demá s que el de quie n mues tra una sobri
y de servirse
quien es capaz de controlar sus impulsos 'naturales'
de una razón lógicamente universal y socialmente
comunitaria? Es és
Goet he, y que el
te un punt o que ya aprec iamo s en el Prometeo de
Reproduzco el texto original completo:als"Sofern Dasein überhaupt ist, hat es die Seinsart des
er
I02.
Miteina ndersei ns. Dieses kann nicht summa tives Resultat des Vorkommens mehrernur
te' begriffen werden . Das Vorfin den einer Anzahl von 'Subjek ten' wird selbst
'Subjek Mitdasein begegnenden Anderen lediglic h
dadurch rnOglich, dass die zunachst in .ihrem Solche Anzahl wird nur entdeck t durch ein bes
noch als 'Numm ern' behand elt werden den
timrntes Mit- und Zueinandersein. Dieses 'rücksichtslose ' Mitsein 'rechnet' rnit haben'
ohne dass es ernstha ft 'a uf sie úihlt' oder auch nur mit ihnen 'zu tun
Ander en,
mbchte". (Su:ZI 26; 2, r67) .
EL HUMANISMO 'METAFISICO' 79
Con��rsación con F.v.Müller de rr. 6 . 1 8 2 2 : "Ach, die Menschen sind gar zu albern, nie
dertrachtig _ u�d metho�isch absurd; man muss so lange leben als ich, um sie ganz verach
ten zu lernen . Werke, Eneje und Geschpriiche. Artemis Gedenkausgabe. Zurich!Stuttgart 1948 .
s. ,
2 3 , 198.
Convers. De 2 7 . 4.I8IO; ed. cit. 2 2 , 592.
Briefe �us der Schweiz 1779 (Münster, II. II) ; "Der Mensch ist niemals ganz Herr von sich
selbst . (ed. c1t. I2, 49) .
ro6. Festzug r8 . I 2 . I8r8. Prolog/Die flme (ed.cit. 3, 732).
8o CONTRA EL HUMANISMO
107. Es con todo Herder quien ha 'popularizado ' (también en el sentido literalo llevado al puebloa
y depositado en el pueblo) ese ideal de Humanitiit. Cf. el sugestivo título del cap. I (L. XV, 3
parte) de las Ideen zur Philosophie der Geschichte der Menschheito "Humanitat ist der Zweck der
Menschennatur, und Gott hat unserm Gechlecht mit diesem Zweck sein eigenes Schicksal
in die Hande gegeben". Fourier. Wiesbaden 1985, p. 397. Adviértase la sutil solución que
Herder (al fin, un clérigo) ofrece del problema del humanismo la: esrelación
o entre una ms
tancia superior (aquí, el Dios cristiano) y la autorreferencialidad verdad �ue el destino
(e. d. la Humanitiit) de la especie humana procede en definitiva de Dios, pero El lo ha puesto
en las manos de los hombres para que sean ellos mismos quienes lo cumplan. Sobre el te
ma, centrado empero en la filosofía de la historia herderiana, remito a mi ya citado ensa
yoo Elsitio de la historia. Akal. Madrid 1995, pp. 50-57·
EL HUMANISMO 'METAFISICO' 8r
ro8. <<Wenn ein:n .Mens�hen die Natur erhoben, 1 1st es kein Wunder, wenn ihm viel gelingt; 1
Man muss m •hm d1e Macht des Schopfers loben, 1 Der schwachen Ton zu solcher Ehre
bringt; // Doch wenn ein Mann von allen Lebensproben 1 Die sauerste besthet, sich selbst
b�zwifolgt, /,Dann kann man ihn mit Freuden andern zeigen 1 Und sage: "Das ist er, das ist
sem e1gen! // Denn alle Kraft dringt vorwarts in die Weite, 1 Zu leben und zu wirken hier
und dort; 1 Dagegen engt und hemmt von jeder Seite 1 Der Strom der Welt und reisst uns
mit sich fort. 1 In diesem innern Sturm und aussern Streite 1 Vernimmt der Geist ein sch
wer verstanden Wort; 1 Von der Gewalt, die alle Wesen bindet, 1 Befreit der Mensch sich,
der sich überwindet>>. (Die Geheimnisse. Ein Fragment. En, Gedichte; ed.cit. p. 138s.).
!09. En justa correspondencia, cuando Napoleón fue confinado en Santa Elena lo tuvo Goethe
por un "nuevo Prometeo", como si el Emperador encarnara los rasgos del Titán de su poe
ma de �uventud : "Wa�um büsst . er? Was h�t er ��e jener �rometheus den Menschen ge
. e1ne morahsche Aufklarung
bracht . Auch L1cht: . . Y especifica muy bien después cómo se
concretó e�a "ilustración moral": a) descubriendo la incapacidad de los demás gobernan
tes; b) hac1endo que cada individuo reflexione sobre sí mismo y a sí mismo se atenga -o
sea: que se haga un hombre - ; y ) convirtiéndose en conductor del pueblo, mostrando a éste
e
sus propias potencialidades (según Hegel, el rasgo fundamental del "gran hombre"), "Er
hat die Unzulanglichkeit der übrigen Regenten aufgedeckt. Er hat einenjeden aufmerksam
auf Slch gemacht. . . . Er hat dem Volke gezeigt, was das Volk kann, denn er hat sich ja an die
Spitze desselben gestellt". (Conversación con Riemer, de 8.3.1826; ed. cit. 23, 426). Es
curiosa esa metáfora 'anatómica' : quien se coloca como cabeza de un cuerpo puede saber
mirando hacia abajo- aquello de lo que ese cuerpo es capaz (algo imposible, para un cuerpo
descabezado), y comunícarselo luego, de manera que sus órdenes no sean vistas como una
i�posición despótica, sino, literalmente, como epítome de 'lo que le pide el cuerpo'.
I I O . Dicho sea remedando a Lenin, que justificaba e l socialismo e n u n solo país como paso necesario
hacia el comunismo.
C ONTRA EL HUMANISMO
113. El f1·agmento completo dice asÍ: ''Nec certam sedem, nec propriam faciem, nec munus
ullum peculiare tibi dedimus, o Adam, ut quam sedes, quam faciem, quae munera tute op
tavens, ea, pro voto, pro tua sententia, habeas et possideas. . . . Medium te mun di posui, ut
circumspiceres inde commodíus quícquid est in mundo. Nec te caelestem neque terrenum,
neque mortalem neque immortalem fecimus, ut tui ipsius quasi arbitrarius honorariusque
plastes et fictor, in quam malueris tute formam effingas. Poteris in inferiora quae sunt bru
ta degenerare; poteris in superiora quae sunt divina ex tui animi sententia regenerari". De
S.
ho m inis dign itate. La dignitá dell'uo m o . Berlusconi Ed . , Milán I994, p. 8gs.
C ONTRA EL HUMANISMO
en el sentid o
·
Hamo technologicus
117. Jenseits von Gut und Base (=]GB)/ 207. Schlechta III (II) 669.
EL HUMANISMO ' M ETAFISICO'
n8. Nietzsche introduce en el mismo Gestell -diríamos con Heidegger- a la "gran política" , la
.. economía" , el "comercio mundial", el "parlamentarismo" y los "intereses militares". Cf.
Gotzendümmerung. "Was den Deutschen abgeht" . 4-. Schlechta III ( II ) 985.
119. JGB § 207. Schlechta III ( II) 669' " "fe ne méprise prcsque rien " - sagt er mit Leibniz" Nietzsche
tenía buen olfato: Leibniz sigue siendo el patrón laico de los "hombres objetivos" y amantes
de la ciencia y las buenas costumbres.
I�O. ZPr Genealogie der Moral (3. Abh . , ! 8) . Schlechta m (II ) 875·
88 CONTRA EL HUMANISMO
121 . " ¡ Ni Dios, ni Rey ni Amo ! " , corean los anarquistas, sin darse al parecer cuenta de que así
están promocionando a fondo el Programa del último hombre: "Kein Hirt und eine Herde!
Jeder will das Gleiche, jeder ist gleich , wer anders fühlt, geht freiwillig ins Irrenhaus". Also
sprach í;¡¡ rathustra. "Vorrede" 4· Schlechta II, 284. Las citas siguientes corresponden a esta
pág.
122. Sin hacerse, claro está, demasiadas ilusiones sobre la proximidad temporal de ese 'salto cua
litativo' . En efecto, del ('último hombre" sabe Zaratustra que : "Sein Geschlecht ist unaus
tilgbar wie der Erdfloh ; der letzte Mensch lebt am langsten".
EL HUMANISMO ' METAFISIC O'
8g
�
bre que espunta en el horizonte del humanismo tecnológico ,
_ la buena nueva' de la fábrica de automóviles? : "Ahora que
segun
sabemos que el hombre es lo más importante para el hombre . . . . "
I23. :
"Man hat s � n Lüstchen für den Tag und sein Lütschen für die Nacht, aber man ehrt die
0esundhell . (/oc. CJt. Schlechta II, 285 ) .
IV
EL FONDO DE LO HUMANO
moralidad vive del hiato entre el fáctico ser del hombre concreto y
el deber que éste tiene de pugnar por adecuarse asintóticamente a
la humanitas. Si por imposible se diera alguna vez esa extrema
coincidencia entre este hombre y el hombre, no sólo desaparece
ría la moralidad, sino el hombre mismo (cuya paradójica integri
dad consiste en esa escisión) y, con él (al menos para nosotros ,
l o s hombres) la realidad toda. Entonces sí que tendríamos e l
Unum johánico (al menos -valga u n nuevo caveat- según la inter
pretación de "unidad indiferenciada" que de ese neutrum -el lími
te del p ensar, del amor y de la vida- venimos ofreciendo) . Ese
hiato es, naturalmente (utilizando aquí el adverbio con toda preci
sión) , el cuerpo. Él es el que establece ese ancho y torturado um
bral, esa distancia entre instancias que hace de todo hombre un
hombre, y en la que todo hombre se debate.
Pero hay más : esa patológica naturalidad irreductible se presenta
de manera más inquietante cuando aquello ante lo que se pliega
o resiste mi cuerpo, según los casos, no es la razón práctica como
instancia superior de valoración, sino . . . otros cuerpos y, en definitiva,
ese monstruoso y sinuoso Cuerpo total que denominamos
'Naturaleza' , cuando suscita en nuestro espíritu un sentimiento
de terror (ante la posibilidad cierta del sufrimiento y aun la muer
te en virtud de algo sobrecogedor, de algo que literalmente 'se nos
viene encima') y a la vez de fascinación (al constatar que, por nues
tro cuerpo , formamos parte - como si de un continuum se tratase
de aquello que puede aniquilarnos, mas así, también, aniquilarse
a sí mismo en parte) . Y puesto que ese sentimiento -denominado
notoriamente : "sentimiento de lo sublime " - se manifiesta en la
percepción sensible de nuestro cuerpo, mas no como si estuviéra
mos examinando 'científicamente' un objeto externo y ajeno , si
no cuando lo sentimos como un cuerpo doliente y, en cuanto tal,
doblemente desgarrado y separado (de los otros cuerpos y del 'al
ma' que de ello se duele) , parece natural que Kant lo haya ubica
do en la estética . No sin ambigüedad, por cierto : pues la noción
EL FONDO DE LO HUMANO 93
1�4- Pueden traerse aquí a colac:�n los puntos � y 3 del ya citado (en la larga nota g) Credo de un
humamsta, de Ench Fromm: 2 . - Creo que el hombre es consecuencia de la evolución natu
ral: que ha nacido del conflicto de estar preso y separado de la naturaleza y de la necesidad
de hallar unidad y armonía con ella. 3 . - Creo que la naturaleza del hombre es una incohe
rencia, debida a las condiciones de la existencia humana, que exige buscarle soluciones, las
cuales a su vez crean nuevas incoherencias y la necesidad de nuevas soluciones".
1�5- El original lati�o (adj.' subl:�is) se deriva del verbo sublevo' "elevar algo de abajo arriba" (de
ah1_ tamb1en la su�levaCion ). Por analogía semántica, parece esa acción que habría debido
expres�:se en al�rnan con el fa_�oso término aujheben ; éste, sin embargo, no puede suprimir
la alus1on negativa a una supreswn, pues una cosa que ha sido elevada ya no está en su lugar, y
94 CONTRA EL HUMANISMO
por tanto deja de ser es a cosa ( el triunfo de una sublevación, p . e . , 'eleva' a un pueblo al ni
vel de instancia soberan a; pero con ello deja de ser un conjunto de s úbditos). Para mentar lo
"sublime" se utiliza en cambio un término de igual raíz, pero con el prefijo er � , que deno
ta reflexividad y posesión consciente : d as Erhabene, que proviene de sic h erheben: "elevarse" algo
o alguien al nivel que le conviene como tal (lo cual implica que la 'baja' condición en que,
p. e . , un hombre se encontraba antes no era la adecuada, sino que estaba en ella casi como
prisionero ) . Así, lo ''sublime" expresa una liberac ión respecto de un estadio inferior e inade
cuado .
EL FONDO DE LO HUMANO 95
126. Cf. I. Kant, Kritik der Urthei/skr aft (= KU). ;(íveites Buc h. An aJyti k des Erhabenen (// 23-29 , incluida la
Allgem ein e Anmerkungfina!) . Ak. V, 244-27 ).
127. KU. Allg. Anm. V , 267.
8
CONTRA EL HUMANISMO
Recuérdese que, con mayor extensión aún que en español, el término correspondiente ale
mán: Gegenstand, significa también "tema", "asunto" , o sea: todo cuanto se halle en la con
ciencia, sea o no una cosa, exista o no . De ahí la restricción de lo sublime a un objeto de la
naturaleza (pues también la razón es un 'objeto' -de la Crítica- , y Dios era 'objeto' de la Teología
natural) .
1 2 9.
KU, Allg. Anm. ; V, 268.
130. Notio es a su vez un "concepto puro, en cuanto que tiene su origen solamente en el entendi
miento (no en la imagen pura de la sensibilidad) " . (KrV A 320/B 377 ) . Si Kant no habla
aquí, sin más, de "categoría" es porque también los llamados "predicables" (conectores en
tre categorías -la fuerza, p . e . - , que Kant apenas trata) serían notiones.
EL FON D O DE LO HUMANO 97
De ahí la confusión -o más bien la inversión- del 'objeto sublime' con una alegoría o un sím
bolo. Somos nosotros los que, más o menos convencionalmente, elegimos un objeto (la ban
dera, p . e . ) para sobredeterminar su significado natural (un trapo de colores) con otro
'espiritual' (la Patria) . En cambio , es el 'objeto' sentido como sublime el que nos obliga a
buscar un significado adecuado para nosotros ( no para él mismo ) : en vano. Por eso una ex
plosión volcánica nos deja pasmados, cuando asociamos su imagen al mito griego de Tifón y los
titanes, aunque la irrupción del magma sea algo explicable científicamente. Ver nota si
guiente.
Si de veras es "natural", siempre se lo podrá medir. Podemos hablar de la fuerza 'desatada'
de la tempestad, pero siempre habrá un científico que la vuelva a 'atar' y hable de una bo
rrasca con vientos de tantos kilómetros a la hora, en lugares marcados por isobaras. La
fuerza no está ' desatada' por lo que hace a la Ciencia. Lo está por lo que hace a mi vida.
98 CONTRA EL HUMANISMO
133· Jbid. Para ser exactos y hacer enterajsuticia a Kant, hay que decir que el adjetivo ahora util�
zado es objektive , no gegenstiindliche. Pues podría pensarse -sól� eso, para Kant- en :na �_ ntul
ción objetiva que no fuera de un 'objeto' qua G:genstand (re�uerdese: algo en la concie�cla que
remite a algo Juera de ella), pero sí de un 'objeto. qua Objekt (el constructo o armawn tras
cendental, la forma pura de todo Gegenstand) . La intuición intelectual de F1chte y Schellmg Sigue
(en cada uno a su aire) ese camino de identificactón del Sujeto y el ObJekt: una pura auto
rreferencialidad que no sería ya humana, meramente huma�a. De todas fonnas, � com? se
acaba de mencionar, Kant rechaza esa posibilidad. En la tabla de representac� �nes . de
donde se ha extraído el texto se divide en efecto la objektive Perz.eption (en cuanto cogmho) en m_
tuitus ve! conceptus, diciendo de la intuición que "se remite . " al �eg_ensta�d" (o sea, Y �ara exas
perar el problema aún más: lo que la int�ición -pe�c�pcwn . : objefwa- tiene de c�gn¡flo
_ no se lo
debe en absoluto aJ objeto Gegenstand-, smo a la actiVIdad trascendental del SUJeto)
-
·
134 · Para gozar del sentilniento de lo sublime (p.e. del naufragio de una nave en un mar tem
pestuoso) es necesario que el espectado" 1° haya leído algún pasaje elevado al respecto (p.e.
Lucrecio) 0 visto una imagen sobrecogedora, y susceptible de ser interpretada como algo espl
ritualmente grande (p. e. La balsa de la Medusa) ; y 2° que esté en un lugar seguro; la pnmera _
condición acabará adquiriendo tal preponderanCia que hara de lo subhme algo literalmen
te artificial: será el arte -como veremos en Adorno y Lyota�d- el �ue �o me a su cargo los de
rechos de una Naturaleza abatida a fuerza de transformac1ones_ tecn1cas.
EL FONDO DE LO HUMANO
99
treme nda, que sólo podría 'darse a ver' si la Naturaleza,
per impos
sibile, se le presentase de un solo golpe, uno intuitu (o sea , si ese Objet
o
total se adecuase totalm ente al Sujeto , como campo de su
exposición)'35 .
En realidad, todas estas paradoj as desem bocan en lo
siguiente : lo
que nosot ros tenem os -y temem os- al princ ipio como
violencia
de la Naturaleza contra lo humano (y no sólo contra el cuerpo
hu
mano ) , bien mirad o -bien representado- se torna en
violencia de
Eso que hace ser de verda d homb re : en violencia de
lo (Sobr e)
human o contr a la naturaleza (incluido mi cuerp o) . Por eso
es su
blime . . . para nosotros. Y es que Kant , digám oslo franc amente
, ha
invertido pro domo (en favor de la casa del homb re) los
térmi nos.
Lo sublim e no es un obj eto natural representado idealm
ente, sino la
representación ideal de un objeto natural que , a su vez, es tenido por
representante de una Naturaleza secretamente plegada a la Voz de
su
Amo : el Espíritu (divino , por supue sto) .
Ahora bien, es indudable que , en lo sublim e , se trata
de una
representación . Por más que Kant, siguiendo una tradición retórica
que se remo nta al Pseud o- Long inos y se continúa
con Boile au
(el traductor del Peri J-!ypsous) y Edmund Burke , se empe
ñe en ha
blarn os de "huracanes . . . el océano ilimitado e irritad
o , una alta
catarata de un río poder oso , etc . " , no deja de mostr
ar sus cartas
cuando señala - entre la ingenuidad y el cinismo- que
la "visión"
(Anblick) de todos esos "obje tos de la naturaleza" nos resul
ta tan
to más atractiva cuanto más terrible es, con tal solame
nte de que nosotros
nos hallemos en seguridad (wenn wir uns nur in Sicherheit befindenY36 • ¡Así
que
el sentimiento de lo sublime se obtiene a la vista de un
espectáculo!
Y para que éste sea comp let o , es precis o fijar esa visión
, convi r
tiénd ola en una imagen (Bild) artística, en un cuadro (Bild,
también) ,
135. Eso es lo que defiende la doctrina cristiana, en el buen entendido de que en ella el
Dios, y el Objeto el Mundo; "desde la creación mundo, lo invisible de Dios, suSujeto es
poder y su divinidad, son conocidos mediante lasdelcriatura s".
eterno
(Rom. 1, 20). Sólo que Dios no
tiene cuerpo. O mejor dicho: sí que lo tuvo, una vez (bien, ahora
pusglorios um). Y cuando lo tuvo, bien lacerado y desgarrado
será por antonomasia un cor
para el cristiano que la imagen de la que quedó. Nada hay más sublime
136. KU 1 28; Ak. V, 26r. Es mío el subr.Crucifixión.
100 CONTRA EL HUMANISMO
137. D icho sea de paso : también la "sublimación" freudiana se explica en el marco de una presen
cialidad plena, visual.
EL FONDO DE LO HUMANO 101
1 3 8. KU 1 26 ; Ak. V , 252.
102 CONTRA EL HUMANISMO
El antihumanismo de yotard
Tras las huellas del Kant de lo sublime (pero, digamos, para ol
fatear en ellas ese olor a muerto, no para cubrirlas con sus propias
pisadas) han ido ulteriormente Theodor W. Adorno , con su
Teoría estética, y muy recientemente Jean-Franyois Lyotard. Sobre
todo este último ha radicalizado el problema, al hacer depender
de la diferente interpretación que se dé del sentimiento liminar de
lo sublime el criterio de demarcación entre Modernidad y
�ostmodernidad (de modo análogo a como yo busco en ello la
distinción entre el Humanismo y el Antihumanismo) .
Para Lyotard, los modernos (de Boileau a Burke , de Kant a
Schiller y los románticos) experimentaban ante ese sentimiento
la nostalgia por un origen perdido , ya fuera la Naturaleza-Madre 0
la Libertad moral del suj eto racional (imagen del Padre) .
Ciertamente , en lo sublime el contenido desborda todos los pi
lares colocados como límites de la experiencia (y Lyotard alaba a
Kant por su "valentía" al incrustar la Analítica de lo sublime dentro de
un discurso que no estaba preparado para aceptar ese sentimien
to) . Por eso produce dolor ese desbordamiento . Pero la forma sí
es vista como reconocible y consistente, y proporciona por ello
placer al espectador , ya que sirve de pródromo a la moralidad
(triunfo de la racionalidad, la cual supera supuestamente toda
presentación) . Todavía en un pintor como Kandinsky (según la
CONTRA EL HUMANISMO
140 . Sobre lo sublime enJ.-F. Lyotard, véase su ensayo L' intéret d u sublime (en; J. -F. Courtine et a /. ,
Du Subli me . Belin. París 1 988, pp. 149- 1 77) y la entrevista con Christine Pries; Das
Unda rste/lba re - wide r das Vergessen ( en; C. Pries, Das Erhabe ne . VCH. Weinheim 1989, pp. 3 1 9-
347) . Cf. también, M . I . Peña Aguado, Asthetik des Erhabenen. Passagen. Viena 1994·
EL FONDO DE LO HUMANO 10 5
14 4.Argumentation et présentation, la crise des Jondements. En, A. Jacob, dir . ' L ' Univers Philosophique.
Enryclopédie Philosophique Universelle. l. París 1997, p. 74�.
145. Recuérdense los famosos versos �-3 del himno, "Wo aber die Gefahr ist, 1 da wiichst das
Rettende auf'.
EL FONDO DE LO HUMANO 10 7
146. Recuérdese que figuras del minimal art como Hans Haacke y Richard Serra se caracterizan, el
primero, por sus esfuerzos por preservar la memoria de las víctimas del fascismo ; y el se
gundo, por su violenta posición frente a la 'racional' ordenación urbana, regida por el cál
culo y el beneficio capitalista.
EL FONDO DE LO HUMANO 10 9
150. Artículo-carta dirigido a Th . E . Carroll, en, La posmodernidad (explicada a los niños). Gedisa.
Barcelona, p . 17s.
EL FONDO DE LO HUMANO III
En verdad, más que con un círculo nos las habemos aquí con
un reciclado. Lo incorpóreo , lo impresentable comparece en la ima
gen del Muerto . Mas esa imagen viene al punto subordinada, su
blimada, como un nombre. El nombre del Hij o , en el nombre del
Padre (un nombre innominado, inefable : sólo porque el Hij o da
testimonio del Padre sabemos algo de Él, a saber : que es el
Fondo de la Imagen) .
Sólo que sigue rondando, obstinada, una pregunta: ¿realmente
es el hombre el esclavo de Dios? Si es así, huelga desde luego todo
humanismo . Es verdad que el Dios cumple el doble requisito per
seguido en estas páginas : Él es autorreferencialidad (Padre-Hij o
Espíritu) e instancia superior de valoración . Pero no es hombre , sino
Dios. ¿Realmente no lo es? ¿Acaso la humanidad de Cristo es una
excrecencia eliminable, como una mancha que se quita con la muer
te? ¿La vida eterna del Resucitado , no alberga dentro de sí la
II 4 CONTRA EL HUMANISMO
muerte del hombre Jesús y, con él, de todo hombre ? ¿Es que no
se echa de ver en este 'cristanismo trágico' -más allá del humanismo y
del antihum anismo- la inmortalidad de y en la mortalidad mis
ma? De lo contrario , resultaría inexplicable que los Salmos repi
tan exactamente una pregunta asombro sa: ¿por qué se preocup a
Dios por el hombre ? , para dar dos contesta ciones diametr al
mente opuesta s .
D ice el Salmo 144 , 3 : " ¡ Oh Yavé ! ¿Qué es el hombre para que
de él te cuides? ¿Qué el hij o del hombre para que pienses en
él?"
Y el Salmo 8 , 5 repit e : ¿ Qué es el hombre para que de él te
acuerde s, o el hijo del hombre para que tú cuides de él?
En el primero (144, 4) se respond e: "Es el hombre semejan te a
1
un soplo , sus días son como sombra que pasa" 51 . Palabras de ex
tremo pesimis mo éstas, que se avienen muy bien con la idea hu
millante del "hombre -esclavo " .
E n e l segundo , en cambio (8 , 6) , tras comparar e l Salmista los
cielos, la luna y las estrellas con el hombre , apostro fa aquél a
Dios de esta suert e : "Y le has hecho poco menor que Dios ( =
Cf. Sabidu ría [Salomón] 7 , 1 - 2 y 6 , "Yo soy hombre mortal, semejante a todos, naci�
do del que primero fue formado de la tierra, y en el seno de mi madre se formo _ m1
carne. j Consolidándose por unos diez meses la semilla de un hombre y el placer del
sueño . .. . 1 Una es la entrada de todos en la vida, e igual la salida" .
EL FONDO D E L O HUMANO II 5
por su naturaleza menor que los ángeles podrá llegar a ser la más
alta de las creaturas , hasta llegar incluso a hacerse de nuevo , por
su voluntaria mortificación , lo que por /a gracia del Padre, ya era : la única
imagen a Él semejante. Una imagen, con todo , analógica: el hombre
ha sido formado del barro de la tierra, y guarda indeleble en su
cuerpo esa matriz.. Sólo renegando de ella, de la carne y de la sangre,
mediante la Palabra, mas guardando transfigurada por el
Espíritu la imagen de esos restos mortales , podrá acercarse de
nuevo a Dios.
Pero, ¿quién es el que se acerca a la D ivinidad? ¿ Quién es el
Señor : el Hijo de Dios -la Segunda Persona d: la Trinidad- , o el
Hombre? ¿O bien todos nosotros, gracias a El? ¿A quién puso
Dios desde el inicio todo bajo sus pies? Esa oscilación es la única
que dota de interés filosófico a ese humanismo cristiano que antes
examinamos. Pues, ateniéndose al texto , cabe seguir dos direc
ciones bien distintas (en efecto , tomadas en la Edad Moderna) :
la mortificación (la luterana theologia crucis) , o la exaltación (la theologia
gloriae de los jesuitas) . La una profundiza sombríamente en los ba
josfondos de la D ivinidad, hasta llegar a ese fondus sub nigrum, ese resto
irreductible que es la "Naturaleza . . . en Dios" (die Natur - in
GottY5 2 • La otra en cambio sublima la imagen del Crucificado hasta
hacerla brillar en la Palabra. Al cabo de la calle moderna, la pri
mera posición -enlazándose con la filosofía influida por el juda
ísmo- puede desembocar en el antihumanismo. La segunda, por el
contrario , atenta a los movimientos de la ciencia y la política -
de acuerdo al talante mundano de la Compañía de Jesús- puede
alentar un remozado humanismo. . . cristiano. Sólo qu.e también pue
de unirse -saltando las bardas del corral cristiano - a las malas
F.W.J. Schelling, Untersuchungen über das Wesen der menschlichen Freiheit, "Dieser Grund sei
ner Existenz, den Gott in sich hat, ist nicht Gott absolut betrachtet, d.h. sofern er
existiert; denn er ist j a nur der Grund seiner Existenz. Er ist die Natur - i n Gott" ·
(En, Siimtliche Werke . Ed. Cotta. Stuttgart-Augsburgo r856-r86r; VII, 358. Es intere
sante señalar que inmediatamente después emplea Schelling una imagen analógica
para ilustrar ese fondo inescrutable, "Analogisch kann dieses Verhaltnis durch das der
Schwerkraft und des Lichtes in der Natur erlautert werden". (subr. mío).
EL FONDO DE LO HUMANO
El kantismo no es un humanismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Goethe, o lo importante es quién manda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Nietzsche, más allá de lo humano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
Homo technologicus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
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