Cueva Encantada
Cueva Encantada
Cueva Encantada
Periódico
de Ciencias, Arte, Literatura, Industria y conocimientos útiles), año 17, n.º 2, 8 de enero de
1873, págs. 31-32. Versión digital con la paginación original].
© De la versión digital, Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia
nos: mas no es dudoso, contra esta opinión del señor Gamero, que las casas que rodean
la antigua iglesia de San Ginés son de construcción antiquísima, anteriores a la época
del cardenal Silíceo, y por consiguiente entonces habría las mismas dificultades para
poder penetrar en la cueva que en 1851 Además, si las casas se hubiesen construido con
posterioridad, no dejaría de haber llamado la atención el encuentro de concavidades en
la dirección donde la tradición señala como el sitio de la famosa cueva de Hércules, y
algún recuerdo nos quedaría de ello, aunque el vulgo lo hubiese desfigurado.
La construcción romana de los arcos quita toda idea de la existencia de la cueva en
la época fabulosa de Toledo; indudablemente son restos de los cimientos de un gran
templo dedicado a alguna divinidad romana, tal vez a Júpiter, porque, como es muy sa-
bido, aquel pueblo guerrero los erigía en el centro de sus fortalezas, y la antigua iglesia
de San Ginés estaba situada en el corazón del primitivo cerco de Toledo. Nos afirma
más en nuestra opinión que en los sótanos de las casas de la acera de enfrente, y en al-
gunas de la contigua calle de la Lechuga, con peña viva intermedia, sin que haya señales
que indiquen que por aquel sitio pudiera continuar la cueva en dirección opuesta al
punto que la tradición señala, se encuentran restos de bóvedas de construcción también
romana, demostrando evidentemente, en nuestra opinión, que unos y otros son arcos de
cimentación para llenar desniveles del terreno, tan frecuentes en aquella parte de To-
ledo, y edificar sobre ellos el gran templo que, como llevamos dicho, debió de existir en
aquel sitio.
Si se cree que las consejas que pasan de generación en generación siempre tienen
algún origen verdadero, si se quiere conservar la tradición de la cueva de Hércules, ne-
cesario es buscarla en otra parte, como dijo el señor Amador de los Ríos, en el Semana-
rio Pintoresco, cuando se descubrieron los arcos, o hacer nuevas exploraciones que
vengan a demostrar quién está equivocado.
Concluiremos estos apuntes rogando a la. comisión de Monumentos artísticos de
Toledo y a D. José de los Infantes, propietario del solar de la iglesia de San Ginés, que
hagan todo lo que esté de su parte para que se desentierre el precioso monumento ar-
queológico a que hacemos referencia en los primeros párrafos de este breve articulo.