Ragos Del Casco Antiguo de Panama
Ragos Del Casco Antiguo de Panama
Ragos Del Casco Antiguo de Panama
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Analizados en detalle en Castillero Calvo (1999: 178ff.).
viajeros y residentes extranjeros7), pero este problema se daba avalancha de gente. Así se perfiló una vez más la función his-
en mayor o menor grado en toda América Latina. En Panamá tórica de Panamá como tierra de paso: para muchos viajeros, el
perduró hasta ya entrado el siglo XX. desvío por el Istmo era más seguro y conveniente que cruzar
las vastas planicies de los EE.UU. por caravana. Pronto se creó
El informe que Mariano Arosemena presentó en 1836 como una empresa, la Panama Railroad Company, que construyó la
Jefe Político del Cantón de Panamá es un documento invalua- vía férrea: la primera en Centroamérica, que produjo grandes
ble para visualizar la ciudad de Panamá en ese “período oscuro”
entre la independencia de 1821 y mediados de siglo8. Ofrece ganancias mientras duró la bonanza11. En el Atlántico, la em-
información sobre el estado de la salud, higiene, educación, presa fundó un nuevo puerto: Colón, inicialmente conocido
nacimientos y defunciones; interesantes son las 200 casas de como Aspinwall. Portobelo y la mayoría de los poblados a lo
teja que se contaron en la parroquia de San Felipe frente a largo de las antiguas rutas coloniales se estancaron.
352 en Santa Ana, donde también había 83 “casas de paja”,
aunque aquí hay que recordar que la parroquia de Santa Ana Panamá —el terminal del Pacífico— se llenó de viajeros, aven-
era extensísima e incluía el hinterland rural de la ciudad. De tureros y obreros de otros países, muchos de ellos coolies o
ser correctas estas 200 casas en San Felipe, se había dado un gente de las islas caribeñas; como Colón, era un verdadero (y
marcado proceso de reconstrucción desde el incendio de 1781, violento) boom town donde corría el dinero y se especulaba
aunque la cifra representaba sólo la mitad de las que habían con la tierra; abundaban los bares y sitios de diversión, pero
existido antes de 1737. Los datos de población de ese entonces no se invertía mayormente en la infraestructura. Panamá fue
no son muy fiables. En 1843 se contaron sólo 4,897 habitan- una de las primeras ciudades del Pacífico en poseer conexiones
tes, y según este censo, en Santa Ana vivía algo más de la mitad marítimas regulares con ultramar; las principales compañías
de la población9. navieras (la Pacific Steam Steamship Co. y la Pacific Steam Na-
vigation Co.) habían llegado antes del Gold Rush. Por falta de
Para comprender el posterior desarrollo del arrabal conviene mejores opciones, los vapores seguían anclando en Flamenco y
tener en mente que en 1818 se clausuró el cementerio que se Naos; también existían instalaciones portuarias en Taboga12.
encontraba a un costado de la catedral, predio que décadas
después se cedió al Municipio de Panamá (hoy queda allí la La situación de Panamá a mediados de siglo se comprende
calle Pedro J. Sosa). El cementerio fue trasladado a un nue- muy bien a través de los mapas de H. Tiedemann de 1850
vo solar a un costado de la calle B: he aquí los orígenes del —de intramuros— y de T. Harrison de 1857, que es sólo del
que posteriormente rebautizó como Cementerio Amador. El arrabal. En San Felipe aún había muchos solares baldíos, rui-
hospital original de Santo Tomás de Villanueva, que quedaba nas y matorrales (en el mapa de Tiedemann se distingue entre
a un costado de la iglesia de Santa Ana, también se clausuró “ruins with bushes” y “ruins with trees”), aunque por la leyenda
y en 1842 se abrió uno nuevo en el sitio donde hoy queda la se ve que existían muchos comercios, hoteles y restaurantes. La
plaza Amador. Allí existió hasta que se construyó el actual en plaza Mayor había sido agrandada, ya que una de las manza-
La Exposición, inaugurado en 1924. El hospital de San Juan nas del costado norte había sido retranqueada. La actual plaza
de Dios en San Felipe también se clausuró10. Herrera, que en realidad era una manzana yerma y se usaba
para corridas de toros y otras fiestas, aparece como plaza del
EL FERROCARRIL TRANSÍSTMICO Y EL CANAL Triunfo; también se aprecia una plaza de Armas en el sitio que
FRANCÉS hoy ocupa la extensión trasera de la Presidencia.
Dada la situación de Colombia en el siglo XIX, las condicio- Poco después se dieron cambios significativos. Para satisfacer
nes para el crecimiento y desarrollo de Panamá no eran nada la demanda de tierra en la ciudad (la población ya alcanza-
propicias. Aún así, en la segunda mitad del siglo XIX hubo ba los 10,000 habitantes), en 1856 se permitió la demolición
una gran bonanza por dos razones exógenas: la construcción de parte de la muralla. Poco a poco desapareció la Puerta de
del ferrocarril transísmico en 1850-55 y los inicios del Canal Tierra, lo mismo que el foso, revellín y explanada; algunos ba-
de Panamá en 1880. luartes, cortinas y segmentos del muro de la contraescarpa se
usaron como cimientos para casas. Con el tiempo, toda esta
En 1848 se descubrió oro en California. Con esto se desató la zona —que en su mayoría fue adquirida por la Compañía del
legendaria Fiebre del Oro —el Gold Rush—, una verdadera Ferrocarril— se urbanizó, con lo cual se diluyó la barrera entre
los antiguos intra y extramuros. En 1861 se suprimieron las
comunidades religiosas y se desamortizaron los bienes en ma-
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Torres de Araúz et al. (1977, Vol. 1: 325) reproduce los más conocidos. nos muertas, lo cual conllevó la inserción de muchas propieda-
Los testimonios más significativos son: para antes de 1850, los de Au-
guste le Moyne y Gaspar Mollien; para mediados de siglo, los de Robert des eclesiásticas en el mercado de bienes raíces. El conflicto del
Tomes, Charles Toll Bidwell y Jenny White del Bal; para el último tercio, Estado con la Iglesia y su poder económico se había iniciado
cítense a Armand Reclus, Wolfred Nelson, Carl Bovallius y G. Molinari poco después de la independencia, aunque fue en la década de
(v. la bibliografía para los títulos completos).
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Publicado en Arosemena (1979: 106ff.).
9 11
Citado de Susto (1960: 18). V. Tomes (1855) y Otis (1867).
10 12
Sobre estos temas, v. Susto (1958) y González (1990). Véase Otis (1867: 220).
1860, durante el gobierno de Tomás Cipriano de Mosquera, dos mapas: uno muy conocido de 1886 y otro hecho por la
que se llegó a las últimas consecuencias. Un hecho que im- Nouvelle Compagnie hacia 1895. En ambos se aprecia un leve
pactó a la opinión pública fue la expulsión, en septiembre de crecimiento en dirección al Chorrillo: hay un nuevo núcleo
1862, de las últimas cinco monjas concepcionistas a Lima13. entre las Calles 17 y 21 Oeste, conocido como El Granillo, que
Años después, las órdenes religiosas pudieron volver a Panamá, en ese tiempo era una zona roja; los cementerios también cre-
pero no fue lo mismo. Los enormes edificios conventuales, la cieron en superficie. El área de Salsipuedes y La Ciénaga mejo-
mayoría en ruinas, habían sido subastados, convertidos a otros ró: en 1886 ya aparecen la plaza de Arango y la prolongación
usos y hasta demolidos.
de la Avenida B, que llegaba hasta la zona de las instalaciones
El mapa de 1857 es muy rico en información. Lo primero ferroviarias, exactamente donde hoy se encuentran las oficinas
en llamar la atención son las amplias instalaciones del recién del Municipio de Panamá. Con todo, ambos mapas demues-
inaugurado ferrocarril en el extremo norte de la ciudad. Por tran que el crecimiento del casco urbano original fue limita-
los cambios en el trazado de las calles, esta zona es difícil de do, por lo cual se dio una marcada densificación en el espacio
reconocer hoy, pero el terminal de pasajeros, las oficinas y al- edificado existente. Por otro lado, hacia el norte de las líneas
macenes del ferrocarril —todos edificios sin pretensiones ar- férrea empezó a desarrollarse un nuevo barrio: Calidonia, que
quitectónicas— ocupaban los terrenos donde hoy se encuentra entonces era un humilde caserío. La hilera de casas que se apre-
la empresa Cochez & Co.; el embarcadero quedaba en Playa cia en el mapa de 1886 se llamaba Guachapalí, precursor de El
Prieta, por el actual Mercado de Mariscos. Entre aquí y el casco Marañón. El área era cenagosa y particularmente insalubre.
colonial se hallaba La Ciénaga, un mísero barrio precario. Esta
zona, el actual barrio chino, es aún más difícil de descifrar, no Con todo, hubo algunos avances en los servicios públicos: se
sólo porque no existían las calles actuales, sino porque la línea mejoró la iluminación de las calles (inicialmente con luz de
de playa no era la misma de hoy; toda el área del terraplén y la gas), se construyeron un nuevo mercado público (1877), un
Ave. Eloy Alfaro es un relleno del siglo XX. Hacia el oeste del pequeño muelle, un amplio hospital francés en Ancón (1882)
arrabal original se reconoce la actual Ave. Ancón, que entonces y una línea de tranvía (1892), aunque ésta última sólo funcio-
se conocía como camino del Ganado: por ahí bajaban las reses nó tres años16. Se pensó en un acueducto, pero no se hizo rea-
hasta el matadero al final de la actual calle 13. En la calle B, el lidad. En La Boca, la compañía francesa construyó un muelle
caserío acababa a la altura del antiguo hospital. Más allá seguía para carga.
habiendo huertas, hatos y fincas.
Los sitios más conspicuos de la ciudad —la plaza de la Cate-
La bonanza ferroviaria duró hasta 1869, cuando se inauguró la dral, la plaza de Santa Ana, la avenida Central en el área de
ruta transcontinental en los EE.UU. Sobrevino una recesión, San Felipe— cambiaron de aspecto y adquirieron un aire más
pero en 1880 se inició —tras años de estudios— el proyecto de cosmopolita y hasta afrancesado, tendencia muy en línea con
Ferdinand de Lesseps para la construcción del canal interoceá- lo que sucedía a lo largo y ancho de América Latina. Muy sig-
nico14. La ubicación de Panamá era excelente con respecto al nificativa es la aparición de un nuevo espacio público: la actual
canal, ya que éste terminaría en la desembocadura del cercano plaza 5 de Mayo, que en ese entonces no estaba pavimentada y
río Grande. Con la llegada de personal técnico, obreros, gente no tenía ese nombre, pero que representaba una “puerta de en-
de servicio y aventureros, la población de la ciudad aumentó: trada” más digna que los galpones de Playa Prieta. El potencial
de los 13,000 que tenía en 1864 pasó a algo más de 24,000 en de esta plaza, por otro lado, no se aprovechó hasta ya entrado
189615. El auge, sin embargo, no fue duradero: se construyó fe- el siglo XX.
brilmente entre 1882 y 1888, pero en 1889 la empresa original
—la Compagnie Universelle du Canal Interocéanique— que- MÁS INCENDIOS
bró aparatosamente entre escándalos financieros y la mortan-
dad causada por la malaria y fiebre amarilla. En 1894 se creó Durante el siglo XIX hubo varios incendios importantes en
una nueva compañía, la Nouvelle Compagnie du Canal de Panamá, aunque no fueron tan devastadores como los del siglo
Panama, que no hizo gran cosa. XVIII. De los “años oscuros” antes de 1850 se conocen tres,
todos en el arrabal: en 1821 ocurrió el enigmático Fuego de la
En esos años, todo solar baldío se aprovechó (los alquileres Calle del Saladillo, y entre 1822 y 1827 hubo dos más17. Por
subieron muchísimo), y San Felipe se edificó completamente, desgracia, no se conocen detalles. Los siguientes, por suerte,
igual que la explanada; también se aprovecharon muchas su- están bien documentados18:
perficies de lo que quedaba de la muralla, cuyos terraplenes y
parapetos desaparecieron bajo los voladizos de las nuevas casas; 1854: El 9 agosto se incendió una docena de casas de madera
sólo se conservó la Punta de Chiriquí. De esta época destacan
16
Scoullar (1916-17: 213f.).
13
Incidente muy bien reportado por Bidwell (1865: 171). 17
Dato proporcionado por Vergara y Velasco (1974: 1151).
14
Sobre la construcción del Canal de Panamá desde sus inicios franceses, v. 18
El diario Daily Star & Herald / La Estrella de Panamá es la mejor
McCullough (1977). fuente de información. Véanse las ediciones del 10/8/1854; 7/7/1864;
15
Según Susto (1960: 26), y Posada (1897: 18). 7/6/1870; 21/2/1874; 8/3/1878; 15/6/1894.
en el arrabal. Empezó justo detrás de la iglesia de Santa Ana incendios. Había una cisterna para estos fines en las inmedia-
—quizás en la calle 14—, y la iglesia se quemó. Se sugirió usar ciones del mercado, pero la capacidad de los “carros-bomba” a
cañones para volar el techo de la misma. vapor era limitada. En 1882, por cierto, hubo un terremoto,
el cual afectó un buen número de edificios en San Felipe. La
1864: Ocurrió el 4 de julio. Empezó en una botica frente a la fachada de la catedral sufrió daños, y el portal del Cabildo se
iglesia de La Merced, según parece en la misma manzana don- desplomó.
de empezó el fuego de 1781. Avanzó a lo largo de la avenida
Central y destruyó 4 grandes casas; se detuvo en la llamada LA SEPARACIÓN DE COLOMBIA Y LA
Casa del Virrey, que no se quemó. CONSTRUCCIÓN DEFINITIVA DEL CANAL DE
PANAMÁ
1870: Se inició el 5 de junio en un cuarto del Hotel Aspinwall,
el mejor de la ciudad, que quedaba detrás de la catedral, en la El 3 de noviembre de 1903, Panamá se convirtió en una repú-
esquina de la Ave. Central con la calle 8ª. Se propagó en ambas blica independiente, con la ciudad de Panamá como su capital
direcciones a lo largo de la Ave. Central y hacia la Ave. B, en y sede gubernamental. La separación de Colombia, por su-
el tramo entre San Juan de Dios y la calle 6ª. El techo de la puesto, coincidió con la venta de la Nouvelle Compagnie a los
catedral comenzó a arder varias veces, pero con el auxilio de la EE.UU., que entonces crearon la Zona del Canal, continuaron
población se salvó. 22 casas fueron reducidas a cenizas y otras las obras en la vía interoceánica y las concluyeron en 191420. El
6 quedaron (según La Estrella de Panamá) “muy maltratadas Casco Antiguo experimentó un nuevo período de esplendor.
para salvarlas”.
Hubo grandes mejoras en la higiene, infraestructura y servicios
1874: Ocurrió el 19 de febrero. Empezó en la calle 6ª, en una públicos. Las más importantes fueron el saneamiento de la ciu-
tienda ubicada entre la plaza de la Catedral y la Ave. B; des- dad, la construcción de la red de acueducto y alcantarillado y la
truyó muchas casas en el sector entre esta avenida y dos de los pavimentación de las calles; también la reapertura del tranvía
costados de la plaza. Fue destruido el primer Gran Hotel, igual en 1913 y la construcción (en 1903-04) de una gran planta
que una veintena de establecimientos comerciales. eléctrica cerca de la iglesia de San José. Ciertas zonas del arra-
bal mejoraron. La avenida Central, por ejemplo, se convirtió
1878: Es el mejor documentado de los fuegos decimonónicos, en un gran emporio internacional; la calle 13 Oeste, anterior-
y para visualizarlo contamos con el vívido testimonio de Ar- mente inmunda como la calle del Matadero, se transformó en
mand Reclus19. Fue el 6 de marzo y empezó en una botica que una zona respetable. Con su nueva estación, almacenes y ho-
quedaba en la planta baja del primer Hotel Central, en el cos- teles de categoría, la plaza 5 de Mayo se tornó monumental;
tado este de la plaza de la Catedral. Se incendió gran parte de en su centro se construyó un monumento en recuerdo de los
esa manzana y la que queda más al sur, frente al actual Museo bomberos que murieron en el “Polvorín”, una explosión ocu-
del Canal en la calle 5ª. También se quemó la manzana donde rrida el 5 de mayo de 1914.
quedaba el arzobispado, en el costado norte de la plaza. Esta
última manzana fue achicada sólo días después del fuego, y así También era evidente la solidez de muchas nuevas construc-
la plaza adquirió sus dimensiones actuales. ciones; en la década de 1920 surgieron en la Ave. Central los
primeros edificios de cinco y seis pisos. Por su lado, el estado
1884: Nuevamente fue en un hotel —el Valparaíso cerca del panameño inició un programa de construcción de edificios
mercado— donde se inició el incendio. Fue un 27 de abril, y monumentales para gobierno, educación y cultura. Un hito
destruyó unos 19 edificios en el área de Salsipuedes. Aparente- fue el Teatro Nacional, que se inauguró en 1908 con una re-
mente, el mercado fue afectado. presentación de ópera; así se afianzaba el cosmopolitismo ini-
ciado una generación antes. Este orgullo se ve en obras como
1894: Ocurrió el 13 de junio. Según La Estrella de Panamá, se El “Libro Azul”de Panamá de William T. Scoullar y Panamá en
inició en el cuarto de “una mujer de vida airada” en Salsipuedes. 1915, hoy invaluables como testimonios de la época.
Destruyó toda esa área —recién reconstruida tras el incendio
de 1884—, aunque se detuvo antes de llegar al mercado. Por La ciudad crecía, por supuesto. La población prácticamente
el otro lado avanzó hacia La Ciénaga, y hacia el sur llegó hasta se triplicó entre 1905 y 1914, cuando llegó a unos 60,000
la plaza de Arango. Destruyó la casa del Gral. Buenaventura habitantes21 por el gran número de obreros emigrantes. Así se
Correoso, que quedaba en la Ave. B, sobre el antiguo baluarte conformaron vastos barrios de caserones de madera hacia el
de Barlovento. Supuestamente se destruyeron unas 300 casas y occidente y norte del centro histórico. Los más grandes eran
más de 5,000 personas quedaron sin hogar, aunque estas cifras El Chorrillo, El Marañón, Santa Cruz y San Miguel, estos tres
parecen algo exageradas. últimos tan cerca de la estación del ferrocarril —medio de
La decadencia de los centros históricos fue un fenómeno gene- La dictadura militar empezó por instituir la Dirección de
ralizado en América Latina durante el siglo XX, pero en cada Turismo Histórico y Social dentro del Instituto Panameño
ciudad se han dado condiciones propias. Como se verá en el de Turismo (IPAT); también creó la Dirección Nacional del
próximo capítulo, en Panamá este proceso tuvo mucho que Patrimonio Histórico, que fue incorporada al Instituto Nacio-
ver, no sólo con la expansión hacia los suburbios, sino también nal de Cultura (INAC) cuando éste se fundó en 1974. Más
con la política estatal con respecto a la vivienda y los alquile- concretamente, se invitó al arquitecto restaurador mexicano
res. Aun así, el centro histórico aumentó en población durante Carlos Flores Marini —uno de los firmantes de la Carta de
algún tiempo. Santa Ana y El Chorrillo alcanzaron sus cifras Venecia— a crear un plan maestro del Casco Antiguo, el cual
máximas en el censo de 1960 (65,146 habitantes en total), y se elaboró entre 1972 y 1975 con la idea de que se ejecutara a
San Felipe las logró en 1970 (14,145 habitantes). En esa últi- través del IPAT. En 1976 se promulgó la ya mencionada Ley
ma fecha, sin embargo, estos tres corregimientos ya sólo repre- 91 para San Felipe, con ordenanzas más o menos específicas.
sentaban el 34% de la población del distrito de Panamá24.
Bajo los presidentes Arístides Royo y Ricardo de la Espriella
El círculo vicioso de deterioro y abandono se hizo evidente a (1978-84) se promovió la restauración de cuatro plazas y varios
más tardar en los años 50, lo que vale tanto para la propiedad conjuntos en ruinas de San Felipe con base a las propuestas
privada como para los edificios públicos y la ya anticuada e de Flores Marini. Por su lado, en 1981 la Alcaldía de Panamá
ineficiente infraestructura. Muchas de las casonas de madera restauró la mansión Arias Feraud, hoy conocida como Casa
construidas en la época del canal llegaban al final de su vida de la Municipalidad. El modelo centralizado de gestión, sin
útil, y los edificios de alquiler, almacenes o depósitos que se embargo, no produjo los resultados esperados y tampoco fue
erigían para sustituirlas raras veces pasaban de lo estrictamente bien recibido en la opinión pública, en parte por sus nexos con
utilitario. El propio Estado no se ha quedado atrás, como lo el autoritarismo militar. La crisis de la dictadura en la segunda
demuestra la gris arquitectura de interés social construida a mitad de los 80, de todas formas, frenó el incipiente proceso
partir de los años 60 por el Instituto de Vivienda y Urbanismo de recuperación de San Felipe.
(IVU) y después por el Ministerio de Vivienda (MIVI).
En la última década —concretamente, a partir del gobierno de
Todo esto afectó a Santa Ana y El Chorrillo mucho más que Guillermo Endara— se ha pasado de los modelos centralizados
a San Felipe, ya que en el arrabal del último siglo ha habido de gestión a propuestas más participativas y flexibles. Con el
más pobreza, más casas de madera y más incendios; el último Decreto-Ley 9 de 1997 se extendieron los límites del Conjun-
de éstos, comparable con los grandes fuegos del pasado, fue el to Monumental Histórico del Casco Antiguo y se incluyeron
que resultó de la invasión estadounidense el 20 de diciembre zonas de muy diversa antigüedad. El Terraplén, por ejemplo,
de 1989. Algunas calles históricas han perdido gran parte de su que es del siglo XX, fue incluido, no así gran parte de la Ave.
legado arquitectónico: la calle Colón, que existe desde los ini- Central, que se remonta al período colonial pero ha sido muy
cios de la ciudad; la calle 16 Oeste, donde aún quedan solares alterada. Cuando se manejó el proyecto de ley se pensó en
baldíos del incendio de 1986; la propia Ave. Central cerca de crear un “área de amortiguamiento” en el resto de Santa Ana
la plaza de Santa Ana, hoy una babel de grises almacenes. y El Chorrillo, con ordenanzas especiales para la Ave. Central
y la plaza 5 de Mayo, propuesta que aún queda pendiente. En
Si bien el desplazamiento del centro neurálgico de la ciudad de ese mismo año 1997, el Casco Antiguo fue incluido en la Lista
Panamá hacia La Exposición y Bella Vista era un hecho antes del Patrimonio Mundial de UNESCO.
de la Segunda Guerra Mundial, no fue hasta los años 70 que
el centro histórico se convirtió en una pieza muy secundaria Actualmente, el Casco Antiguo se beneficia, no sólo de una
dentro de los procesos de desarrollo de la capital; en la década creciente conciencia de su valor patrimonial, sino de la integra-
de 1970, el área metropolitana sobrepasó el medio millón de ción de la antigua Zona del Canal a Panamá: el Casco Antiguo
habitantes y los temas álgidos eran el centro financiero y las ya no se encuentra en un extremo de la ciudad, sino más o
barriadas de autoconstrucción en la periferia. menos en el centro de esta “Y” muy alargada que se extiende
23
Situación descrita en Ruggieri (1905). 25
La legislación temprana de conservación de monumentos aparece en
24
V. Tejeira Davis (1996a: 183) para más datos de población. Rubio (1950b).
por unos 60 km. desde Capira hasta Chilibre y Tocumen. En
realidad, el área metropolitana de la ciudad de Panamá es úni-
ca en la América por tener varios sitios históricos: no sólo el
Casco Antiguo, sino también Panamá Viejo y Balboa. Además,
pocas capitales americanas son tan diversas: además de estos
sitios, están el propio Canal de Panamá (que quizás merecería