Antropología Filosófica
Antropología Filosófica
Antropología Filosófica
Introducción:
Antropología como disciplina autónoma: Max Scheler. Responde a ciertas
conceptualizaciones culturales.
¿Por qué hay una antropología filosófica? El interés por el hombre es constante en
toda la historia de la filosofía. El pensamiento filosófico siempre se ha preocupado
del problema del ser humano, por lo que cada aspecto aporta elementos de discusión
de la pregunta. Sin embargo, la pregunta antropológica está siempre subordinada a
otras problemáticas.
Período presocrático:
o Caso específico de los griegos: se supedita la pregunta antropológica a la
pregunta cosmológica. Crisis de los discursos cosmogónicos: surge una nueva
forma de concebir el mundo. La filosofía surge no como antropológica, sino
como cosmológica. Hay una transición entre cosmogonía y cosmología:
establecer una forma de comprensión del orden del universo. Metafísica
cosmológica: trae consigo una cierta comprensión del ser humano.
o El afán epistémico trae consigo la suposición de la participación del ser
humano en el logos que rige el universo. El hombre se entiende como un
sujeto privilegiado, que puede penetrar en el principio y fundamento del
universo. Aristóteles: es el Nous el que nos determina. Por qué podemos
entender: porque participamos. Nosotros participamos de la racionalidad, por
ello, podemos entenderla.
o Demócrito: no solo tenemos la capacidad de comprender la existencia solo
porque participamos, sino que, además, en el ser humano, converge toda
forma de realidad (microcosmos). Podemos reconstituir la realidad del cosmos
desde la autocomprensión del ser humano.
Período de la sofística: la crisis de los relatos anteriores afecta la forma en que se
entiende la convivencia en la polis.
o Es la propia estructura de la polis que se encuentra cuestionada, en sus
fundamentos y asideros. Estado, cultura, sociedad: todo está agrupado bajo el
concepto de la polis, como forma de vida. Los fundamentos entran en crisis,
puesto que se hace evidente que las leyes eran convencionales (religiosos,
fundamentalmente, porque se decía que las leyes habían sido constituidas por
los dioses). Cuando los valores se caen a pedazos, aparece un carácter
convencional, que en última instancia remite a una lógica de poder y dominio,
no a un dominio sacramental. La sofística encarna el espíritu de la convención.
La voluntad de los más fuertes es la que constituye estas weás.
o Interés socrático: salvar la polis – defender la sociedad. Se pone un
fundamento ni convencionalista ni cosmogónico, sino un valor de
racionalidad. Participamos en las verdades eternas de la razón, a la vez que
existimos mundanamente. Somos mortales y contingentes, pero tenemos un
alma (psiqué) que contiene las verdades eternas. El interés antropológico, en
este caso, está supeditado a los intereses éticos – políticos.
M. Landmann. Antropología filosófica. Introducción I, II y III.
Hombres de barro (tonto y torpe) – hombre de madera (tosco y malo) – hombres de
masa (taimados, se les oscureció el cerebro). El mito asume una condición del ser
humano que se da en la experiencia inmediata. San Pablo: hago el mal que odio. No
tenemos un medio ambiente, no tenemos una existencia condicionada.
Helenismo: las “formas familiares de vida de la polis” son cambiadas por el
ciudadano alejandrino, cosmopolita. Cambia la forma de instalación. El ideal estoico
es asumir que no se puede cambiar el curso de la historia, por lo que solo podemos
afirmarnos a nosotros mismos. Ataraxia – apatheia: lo que no depende de nosotros,
hay que soportarlo de alguna forma.
Pensamiento cristiano: el interés de los retazos que aporta la religión no es un interés
antropológico per se. Desde el interés teológico, se deriva un interés por el hombre,
surgiendo incluso una antropología teológica.
Constitución de una antropología filosófica.
o Kant. En la Doctrina trascendental del método, se asumen todos los afanes de
la razón humana. ¿Qué podemos conocer? ¿Qué debemos hacer? ¿Qué
podemos -qué nos cabe- esperar? Las tres preguntas se sintetizan en qué es el
hombre. Este sujeto tan extraño, que no puede conocer las esencias o las cosas
en sí, se plantea la pregunta de qué es lo que se puede conocer, aunque quiere
conocer más allá.
Conocimiento. Hay un afán de conocer. Llegó la hora de que nos
planteemos qué es lo que podemos conocer como somos.
Elaboraciones de sujetos puros frente a elaboraciones puras: idealismo
extremo. Sin embargo, la pregunta kantiana es qué es lo que podemos
conocer tal como somos, asumiendo un montón de especulaciones
heredadas desde la metafísica moderna.
Fundamentos de la praxis moral del hombre: fundamentos del deber.
Heredero de la metafísica especulativa, se asumen ciertas ideas de
ética que o son irrealizables o son demasiado bajos (la utilidad, bla).
Sin embargo, Kant se pregunta qué podemos entender como
fundamento moral tal y como somos.
Decadencia de la estructura teleológica. Sin embargo, los hombres
seguimos formulando juicios estéticos y de finalidad. Cuál es el
fundamento de que podamos formular juicios de finalidad.
o Entre Kant y Scheler:
Destrucción de los discursos desde la crítica al órgano fundamental
que construye los discursos: la razón. Cuando se hace la demolición
de los órganos de la acción y la actividad intelectual del hombre, hay
una crisis de identidad de la filosofía. Post-ilustración: destrucción de
las creencias ilustradas de la autonomía y la racionalidad humana.
Marx – Nietzsche. Se da una crítica al órgano central de la creencia en
la racionalidad: la razón, en cuanto baluarte central de la tradición
filosófica occidental.
La filosofía post-nietzscheana entra en una crisis de identidad. Hay
que volver a las viejas vías o buscar unas nuevas. La pregunta del qué
es la filosofía es encontrar una nueva identidad.
Se hizo fundamental superar la centralidad del sujeto. Una forma en
que se puede realizar esto es centrar el interés intelectual en la
pregunta por el hombre. La antropología, entonces, ocupa el lugar que
antes había sido ocupado por la ontología.
Factores culturales: guerras mundiales. Se pone en cuestión la
racionalidad y los valores trascendentes. Hay una cierta racionalidad
en estos planteamientos, pero hay un nivel de decadencia en el plano
de civilización de la cultura europea. Poner ojo aquí.
Se replantea la definición del ser humano como animal racional: o hay
que agregar algo más o se debe sacar de la razón.
Puntos fundamentales:
o Influencia de la experiencia religiosa: dependencia ontológica del ser humano.
Se daría como “experiencia previa al discurso”. La experiencia es tan fuerte
que decanta inevitablemente en doctrinas, en las llamadas “teologías
eclesiales”. Se puede separar el concepto de “religión” de la experiencia
religiosa misma. Por ello, los conceptos se pueden debatir libremente vivamos
o no vivamos la experiencia religiosa. La crisis de la mitología clásica griega
exige el desarrollo de un pensar filosófico. Nuestro origen cosmológico es una
superación de los mitos cosmogónicos. Las variaciones se dan sobre el
concepto del ser humano como imago Dei, pero este se puede dar
separadamente de la experiencia religiosa como tal.
o Modernidad: las ciencias empíricas abarcan todos los campos del
conocimiento. Se constituyen diversas antropologías científicas. El primer
rasgo común es un enfoque a diversas características del ser humano, desde
la particularidad necesaria a las ciencias modernas. Ejemplo: zoología,
antropología cultural, economía. Riqueza en la investigación de las diversas
áreas.
o Enfoque filosófico: no abrirse a la explicación, sino a la comprensión. La
comprensión supone una orientación de inteligibilidad distinta, en cuanto se
dirige a la esencia y al qué. Qué preguntamos cuando preguntamos por la
esencia de algo. “El hombre es el desconocido”.
Buber (Qué es el hombre, pp. 81-92): uno de los horizontes de seguridad es la pertenencia a
algo distinto a uno. Triunfo histórico de la burguesía: se cambia la forma de vida a una forma
industrial de concebir el trabajo y la vida en comunidad. Rezago del hombre respecto al
mundo que ha creado.
Los grandes pensadores piensan lo que da que pensar. Se eleva las situaciones problemáticas
a problemas, derechamente hablando.
-Buber: Rezago del hombre respecto a su creación. Estamos detrás de las propias creaciones.
Hay fuerzas de la producción que pueden llegar a ser más importantes que la vida humana.
Hay fuerzas distintas que no podemos llegar a comprender.
-Marquad: distanciamiento tacógeno del mundo humano. La vida del ser humano se
distancia cada vez más de los mundos que nosotros mismos hemos creado. Filosofía de la
historia: aceleración de la historia. En el mismo tiempo pasan más cosas. Las crisis son la
aceleración del cambio. La existencia que hemos de llevar está enajenada, puesto que la
existencia del hombre está lejos del mundo.
Ejemplo: hablar del mundo ex oídas, es decir, repitiendo información que otros nos han dado
(posverdad). Spinoza: formas burdas de hablar.
Ejemplo 2: profundización al límite de nuestras capacidades. La experiencia está en
dificultad, puesto que es difícil tener una experiencia directa de los acontecimientos. En el
plano de la experiencia nos movemos a partir de experiencias de segunda mano. La pasión
no está. Hasta el dolor y el sufrimiento son meramente ilusorios.
Gehler: Ensayos de antropología filosófica – pp. 172-192. En estas sociedades industriales,
no podemos tener una mera comprensión simple.
-Consecuencias subjetivas: señalar cómo esta sociedad post industrial ha significado un
terremoto para todos los valores de las sociedades anteriores. La industrialización genera una
idea de individualismo monádico, cerrado en sí mismo, generando un narcisismo hedonista.
La muchedumbre solitaria: el individuo está perdido en medio de la masa.
Hay un cambio de civilización. Estamos pasando a una relación ya no con la tierra misma,
sino con las máquinas y los medios de producción. Estos cambios culturales se convierten en
problemas de la filosofía.
Buber 81 – 92
Marquad Apología de lo contingente
Gehler 172-192.
Preguntas esenciales:
-Qué es el hombre: pregunta ontológica, se circunscribe dentro de un pensar filosófico.
-Quién es el hombre / quién es el hombre / quiénes son los hombres: pregunta de marcada
modulación existencial.
Temple de ánimo fundamental que orienta el interés cognoscitivo. Buber expresa la
raigambre de esta pregunta: la soledad.
La pregunta por el ser humano aparece en las épocas estructurales como una parte del
cosmológico, como una parte del mundo. Se puede alcanzar una mayor claridad conceptual,
y una estructura donde el hombre ocupa un lugar en el universo. Pensar de Aristóteles –
pensamiento teológico-cristiano. Por el contrario, cuando se piensa a la intemperie
(Kierkegaard) se alcanza una mayor hondura del pensar filosófico. Desaparece el referente;
se ha derrumbado por alguna crisis, sea cultural o conceptual.
Ejemplo de Grecia: si se derrumba la polis, es decir, los patrones estructurales que mueven
la existencia. Sócrates quiere salvar esa forma de vida.
Pregunta clásica: qué es el ser humano. Tiene un carácter evidentemente metafísico o,
mejor, ontológico. Lo que se está preguntando es el quid. Es la esencia de ese ser la que se
pone en cuestión. El autoconocimiento no es simplemente un esfuerzo orientado a saber, sino
que es un conocimiento orientado a ser seres humanos. El preguntarnos qué es lo que somos
no nos deja incólumes, sino que nos afecta sustancialmente. Tiene una orientación, en última
instancia, práctica. Por ello, hay que asumir las consecuencias que tiene el afán del saber
metafísico.
Las preguntas metafísicas han perdido un poco su sentido, puesto que nos importa más la
técnica y el consumo. Por otro lado, la pregunta por la esencia ya no tiene mucho sentido,
puesto que no es muy claro qué es lo que se pregunta al preguntarse por la esencia. En Kant,
hay una claridad de que la metafísica no cumple con los requisitos mínimos para ser
considerada una ciencia.
Otro argumento en contra de la constitución de la metafísica es el realce del positivismo. Hay
que explicar los retazos de la metafísica. Se postulan 3 estadios: el religioso, el metafísico y
el positivo-científico.
Tercer argumento: la metafísica se nutre de una condición histórica y fundamental que
siempre está en cambio.
Lo que sucede es que esas formas históricas de expresar el afán metafísico han devenido en
obsoletas. Ahora, lo que se pone en cuestión es la necesidad del pensar metafísico. La
pregunta “qué es el hombre” está enmarcada dentro de la tradición del pensar metafísico. En
términos simples, uno puede entender lo obsoleto de los pensamientos metafísicos, pero no
del pensar. La pregunta de Scheler “qué es el hombre” es una pregunta originaria del espíritu
humano.
Heidegger: los sistemas, que constituyen respuestas a la pregunta por el ser, solo nos han
ayudado a oscurecer la pregunta por el hombre.
La metafísica busca, por lo tanto, determinar a partir de una cosmovisión. Además, parte
desde una precondición, que es la cuestión del lenguaje. El orden del mundo griego estaba
claro antes de la conmoción de la cultura mitológica griega. Si no hay significaciones
comunes, la doxa prolifera, por lo que la polis se va a la chucha. Por ello surge el afán de la
aletheia, es decir, de una opinión común para todos desde la cual podamos partir. Verdad es
una opinión común, que los pensadores ubicaron en el topos uranos. Cómo tratar de encontrar
un punto que no varía de los pensamientos históricos. En los diálogos socráticos aparece la
cuestión de la verdad como cuestión política. Aristóteles señala a Sócrates como fundador de
la definición, como la cuestión por género y diferencia, es decir, por el orden y la separación
de la cosa respecto al orden general.
Pregunta por el hombre: pregunta por la particularidad de lo que somos. Qué es lo propio de
nuestro ser. Es lo propio de las preguntas por el ser. Hay pensadores que piensan en la esencia
única, pero se puede definir desde diferentes caracteres. La antropología contemporánea
busca determinar en esa complejidad las maneras diferentes de ser.
Interés teórico e interés práctico de la razón. Ambos conocimientos no son opuestos, pero si
puede haber una mayor preponderancia de uno de ambos.
Se puede orientar la antropología desde intereses puramente teóricos. Sin embargo, en este
caso el conocimiento de este objeto afecta lo que somos. En última instancia, no solo en ética,
no solo en política, sino también en antropología el interés es práctico. Nos conocemos a
nosotros mismos para hacer lo que conocemos.
Hay que pensar en qué condiciones el sujeto que conoce pone contenidos en el conocer. El
sujeto no es pasivo, por lo que hay que poner en descubierto los a priori trascendentales que
el sujeto pone en el conocimiento. La inspiración fundamental de la fenomenología es la
modernidad en cuanto se enfatiza en el sujeto activo, y determinar qué es lo que el sujeto
interpone en el conocimiento. Está ligado a un interés fundamentalmente teórico, puesto que
se liga con el saber qué es algo. Está ligado con el afán objetivo de la ciencia moderna, y con
el afán de universalidad.
Desde el punto de vista teórico, está muy bien conocer los a priori trascendentales, puesto
que debemos conocer más de él. Sin embargo, desde el punto de vista práctico, debemos
tomar en cuenta los a priori culturales que hemos heredado, que son constitutivos de lo que
somos. Esto tiene dos valores.
-Positivo: el lenguaje constituye una base para habla creativamente de lo que le pasa.
-Negativo: aferrarse a los a priori culturales e impedir que veamos la esencia significativa del
hombre.
La ideologías políticas, económicas y sectarias proporcionan imágenes e ideas. Son ideas que
están ahí, y que aparecen como a priori culturales que no se discuten. Ejemplo: animal
racional. ¿Qué significa seguir pensando estas cosas después de Auschwitz, desde el pueblo
que se considera como heredero de la cultura clásica?
Rasgo de convencionalidad: viene en auge cuando se dice que todo es convencional. Hay que
buscar nuevos fundamentos. Es en el contexto de la sofística que nace la filosofía y la figura
del animal racional, como recuperación de la unidad cultural. Se denomina un nuevo punto
de referencia, que es el logos. Podemos tener en común que somos racionales.
Modernos: buscar la universalidad en la mathesis universal como fundamento de la razón.
Necesitamos un lenguaje de comunidad que permita entendernos.
La noción del logos es política, puesto que constituye una forma de ser comunitario. Después
de Nietzsche, no podemos seguir pensando en la comunidad de la misma forma.
Homo faber
Inteligencia como órgano de la vida: trabajo de la mediación que determina los medios
mejores.
Milagro griego: independizar la inteligencia relacional práctica y transformarla en relaciones
puras. Se madura una conciencia que independiza el lenguaje de la matemática. Euclides y
la separación del órgano originario. La inteligencia se independiza directamente de esa
noción.
Llamamos inteligencia a esta razón separada. Logos en sentido clásico.
Como la vida no es una magnitud fija, de la misma manera el órgano cambia y evoluciona.
Actuar que está motivado por un anhelo: condición espiritual. Hay una actuación humana
donde las motivaciones preferentes no son el deseo ni el mero querer, sino el anhelo que
supera a ambos e, incluso, a veces va en contra de ellos. Entramos al nivel de los bienes en
cuanto valor de los bienes. No solo se refiere a las cosas en términos de cosas y bienes, sino
de esencia y estimación valórica.
Carácter comunitario del ser del hombre.
Creciente devenir de la individualidad: diagnóstico contemporáneo del aumento del
narcicismo. Hay una fuerza en la vida misma que nos lleva a un proceso de diferenciación.
Dentro de la comunidad está el deber de diferenciarnos.
Problema del individuo y la comunidad. No hay dos seres humanos idénticos. Es propio del
ser humano no solo vivir en comunidad, sino también diferenciarnos. El desarrollo de la vida
nos lleva a procesos de individuación.
Lipovetsky: La era del vacío.
Radical autoconciencia de la libertad: en los actos se muestra esta condición. Es en el
organismo entero donde se muestra.
*No hay órganos: Scheler sostiene que estas condiciones se muestran en los actos, no en
ciertos órganos determinados. Esfuerzo cartesiano – glándula pineal.
Trascendencia: es proyección a la temporalidad futura. Si el conocimiento científico nos
ayuda a responder al presente, la humanidad continuamente se proyecta al bien en sí mismo,
que no tiene ninguna utilidad en sí misma ahora. En la temporalidad está abierto siempre a
una temporaldad futura, al bien en sí mismo más allá de los bienes que en el presente se
poseen. En la actualidad: se ve en el ideal del progreso. Hay una meta escatológica -
secularizada-.
Mitsein: propio del ser humano. La profundización en la conciencia del individuo nos
plantea problemas respecto al proceso de individuación en una existencia óntica común:
-Insociable sociabilidad en Kant. No soportamos al prójimo, en el fondo de nuestro corazón,
pero no podemos vivir sin él.
Sociedades que surgen de la voluntad libre vs comunidades naturales.
Libertad – persona humana como sujeto. No es un ser humano enfatizando la individualidad.
El término griego de persona significa máscara. La base antropológica de la ética es que el
ser humano se hace, mediante una praxis, una personalidad moral. La personalidad virtuosa
o viciosa no es natural, sino que se hace mediante la práctica.
Condición comunitaria
Mundo valórico.
Universo simbólico Cassirer: animal simbólico. Lo propio de la persona humana es ser
comunicativa. Entes de cultura.
Trascendencia desde el presente.