Perfil de Textura Expo
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Tema:
TULCÁN-ECUADOR
Perfil de textura
La textura es la propiedad sensorial de los alimentos que es detectada por los sentidos del
tacto, la vista y el oído y que se manifiesta cuando el alimento sufre una deformación. No
puede hablarse de “la textura de un alimento” como una única característica, sino que hay
que referirse a los atributos de textura, o las características o propiedades de la textura
(Torres, Gonzáles, y Acevedo, 2015).
Las características texturales pueden ser captadas por los dedos o los receptores bucales.
Entre las características captadas por los dedos están: firmeza (frutas), suavidad (selección
de frutas), jugosidad (maíz). Entre las captadas por los receptores bucales (lengua, dientes y
paladar) están: Masticabilidad, Fibrosidad, grumosidad, harinosidad, adhesividad,
grasosidad, entre otras (Torres, Gonzáles, y Acevedo, 2015).
Algunas definiciones
Dureza. - Se requiere fuerza para masticar a través del producto colocado entre los molares.
Adhesividad al paladar. - Se requiere fuerza para remover el producto del paladar usando
la lengua.
Fracturabilidad. - Fuerza con la cual el producto se rompe entre los molares, masticando
completamente con movimientos rápidos.
Ejemplo:
El sabor y textura, dos de los atributos de una salsa, están significativamente relacionados
con el uso de mantequilla, ésta crea una emulsión con una textura espesa, brillante, compleja
y que retarda la liberación de sabores y aromas. Reemplazando la mantequilla por gelatina,
en una salsa se modifica radicalmente la microestructura del sistema. Aunque la viscosidad
conseguida sea similar en ambas salsas, la presencia de gelatina ensalza la intensidad de color
y brillo, así como su palatabilidad y sensación en la boca.
¿Qué es lo que oímos cuando comemos? ¿De dónde vienen esos sonidos? ¿y que estímulos
provocan dichos sonidos? Morder, por ejemplo, una manzana produce un sonido fácilmente
identificable. Dicho sonido es realmente característico y evocativo. Sin embargo, los
atributos denominados crujiente y crocante forman parte de un complejo de sensaciones que
incluye vista, sabor, olor y en particular textura y sonido, donde tampoco podemos olvidar la
importancia de las vibraciones percibidas en la boca por acción de rotura de dicho alimento.
El crujiente podría ser definido como el grado e intensidad de pulsos sonoros producidos por
la boca (Chen y col., 2005). La diferencia fundamental entre el crujiente y el crocante
depende sobre todo de la vía que cada sensación emplea para alcanzar la cóclea: vía aérea y
oído externo en el caso del crujiente y vía ósea directa desde los dientes para el crocante.
Quizás sea la implicación simultánea de las sensaciones táctiles bucales lo que hace muy
agradables al crujiente y al crocante, puesto que el tacto es seguramente el sentido más
afectivo para la especie humana.
Ejemplo:
El impacto del sonido es dependiente no solo en como percibimos la señal sino también de
nuestras expectativas. Un buen ejemplo de esto es el tipo de empaquetado que se utiliza en
productos particularmente crujientes, como las patatas fritas. Dichos paquetes son diseñados,
de forma consciente o inconsciente, para que refleje el mismo ruido que produce el alimento
del interior.
En este atributo auditivo, la relación con las propiedades micro estructurales es también
clave. Existe una dependencia directa entre el aumento del contenido de agua con el aumento
del crujiente. En pan crujiente, por ejemplo, a partir de un 0.75 de humedad relativa, el
crujiente es perdido. Desde un punto de vista de la ciencia de polímeros, el efecto de deterioro
de un producto crujiente debido a un aumento de humedad es el resultado de la acción
plastificante del agua, de los azúcares, polioles y lípidos. La comprensión, por lo tanto, de
estos sistemas, es clave para la consecución de una experiencia sensorial única.
Torres, J., Gonzáles, K. J., & Acevedo, D. (2015). Análisis del Perfil de Textura en Frutas,
Productos cárnicos y quesos. ReCiTeIA, 64-72.