LITERATURA
LITERATURA
LITERATURA
De ahí que las Vanguardias de la vieja Europa llegaran a la América en una versión
singular que asumía distintos nombres (ultraísmo, creacionismo, estridentísimo) de
polémica inserción en un concepto europeo. Una vez más, América practicaba
sistemáticamente la carnavalización cultural.
Sobre la ruina de una cultura humanística, eurocéntrica, que reconstruye una utopía
cultural grecolatina a partir del Renacimiento, en las Vanguardias del siglo XX se
buscaba una libertad que les permitiese el acceso al nuevo mundo creado por la segunda
revolución industrial, ya posible en el papel, si no en la fábrica.
Lo que los unía era la Modernidad, concepto que no debe confundirse con el
modernismo finisecular dominante en Latinoamérica y España en la transición de un
siglo a otro y es el último movimiento del siglo XIX.
El artista de Vanguardia buscaba destruir de una vez por todas las servidumbres con
respecto a la representación mimética de la realidad: ese ídolo de la burguesía victoriana
que habría de emerger (después del estallido de las Vanguardias) convenientemente
disfrazados de arte socialista o academicismo fascista en la horrible época del intervalo
entre las dos guerras mundiales. Lo que era común a las Vanguardias era la propuesta de
un arte libre en una sociedad libre.
El lenguaje del Vanguardismo
Las Vanguardias
Como en la época del “modernismo”, los dos centros de la vanguardia fueron Buenos
Aires (Borges, Girando, Molinari) y México (Pellicer, Villaurrutia, Gorostiza). En Cuba
aparece la poesía mulata: para cantar, bailar y mal decir (Nicolás Guillén, Emilio
Ballagas); En Ecuador, Jorge Carrera Andrade inicia un “registro del mundo”,
inventario de imágenes americanas… Pero el poeta que encarna mejor este período es
Pablo Neruda. Cierto, es el más abundante y desigual y esto perjudica su comprensión;
también es cierto que casi siempre es el mas rico y denso de nuestros poetas. La
vanguardia tiene dos tiempos: el inicial de Huidobro, hacia 1920, volatización de la
palabra y la imagen; y el segundo de Neruda, diez años después; ensimismada
penetración hacia la entraña de las cosas.
Dime:
Mmm miren n sus poemas jeje oops! La rima y nombr d versooo jeje
ESTROFA 1:
DOLOR POR PÉRDIDA Y AUSENCIA de un ser amado
ESTROFA 2:
Soledad y desesperación por la búsqueda del olvido.
ESTROFA 3:
= en general la idea del poema dime se enfoca en el dolor producto de un desamor. También
enuncia la desesperación del yo lírico frente a la soledad y al deseo de estar junto a su amada.
Símbolos:
La sombra: simboliza la tristeza y soledad que metafóricamente se encuentra siempre con
una persona en el poema simboliza tristeza
Motivo
El motivo del autor es indicar al lector la tristeza que se siente cuando se pierde a un ser
amado y mostrar lo difícil q es borrar recuerdos
Personajes
Encontramos una pareja:
El hombre quien se inspira en su mujer amada y mediante la voz del yo lirico expresa sus
sentimientosdepre
Y la mujer que mediante un apostrofe se enuncia
Figuras literarias..
1 apostrofe
Anáforas en las estrofas todas dime por favor __ busca incrementar la desesperación que
siente el yo lirico n busca de una salida a su dolor
Hipérboles 25 no poder vivir x extrañar a algiuien
26 no moirir x querer
Prosopopeya: el mar susurra palabras 17, 18
Valores
Amor
Idea principal:
Desesperación por olvidar
Idea secundaria
Búsqueda de medios y acciones que ayuden a olvidar como buscar uj lugar un camino un día
en el caso dl poema una noche o un rincón q no tenga el recuerdo de la persona amada
Tono afligido
El sueño
Símbolos
Tregua: n el verso 2 simboliza un pacto que se tiene al soñar a cambio de cerrar los ojos se
muere en la vida real para nacr en la imaginación de los sueños. Y al referisrse a puro reposo
de la mente de manera irónica indica al lector que los useuños son de naturaleza compleja y al
contrario de ser un reposo muestra gran actividad debido a la imaginación
Reflejos, tesoros de la sombra simboliza la importancia de sueños de realizar grands hazañas
en ellos
Motivo
Mostrar la complejidad de los sueños indicando las grandes acciones q se pueden llevar a cabo
con ellos a través de la mntee..
Personajes
El sueño
Figuras literarias
Encabalgamiento en todos los versos
Metáforas…
11 adjetivacion orbe intemporal, 6 don inconcebible
Prosopopeya vigilia dora 8
Simil como 1
Tono
Es un tono elegante.
Idea Principal
La imaginación utilizada en los sueños es impredecible y no tiene limitación alguna
Idea secundaria
Debido a acciones extraordinarias que se realiza en los sueños son de un valor importante
Antelación al amor
Símbolos de la pureza e inocencia son intimidad de la frente , la privanza del cuerpo
Motivo mostrar como la
Personajes
Inocencia
Figuras literarias
Metáfora 10
Encabalgamiento:,12,
Valores q hay n la poesía
Amor
Tono romántico
Idea principal secundaria
El amor que siente el yo lirico x una mujer que compartirá no solo su vida sino también su
muerte.
Pablo Neruda
Su madre murió sólo un mes más tarde de que naciera él, momento en que su padre, un
empleado ferroviario, se instaló en Temuco, donde el joven Pablo Neruda cursó sus
primeros estudios y conoció a Gabriela Mistral. Allí también comenzó a trabajar en un
periódico, hasta que a los dieciséis años se trasladó a Santiago, donde publicó sus
primeros poemas en la revista Claridad.
Tras publicar algunos libros de poesía, en 1924 alcanzó fama internacional con Veinte
poemas de amor y una canción desesperada, obra que, junto con Tentativa del hombre
infinito, distingue la primera etapa de su producción poética, señalada por la transición
del modernismo a formas vanguardistas influidas por el creacionismo de Vicente
Huidobro.
Pablo Neruda
En tal sentido, Neruda apoyó a los republicanos al estallar la guerra civil y escribió
España en el corazón. Progresivamente sus poemas experimentaron una transición
hacia formas herméticas y un tono más sombrío al percibir el paso del tiempo, el caos y
la muerte en la realidad cotidiana.
De allí pasó a México, y más tarde viajó por la URSS, China y los países de Europa
Oriental. Tras este viaje, durante el cual Neruda escribió poemas laudatorios y
propagandísticos y recibió el Premio Lenin de la Paz, volvió a Chile. A partir de
entonces, la poesía de Pablo Neruda inició una nueva etapa en la que la simplicidad
formal se correspondió con una gran intensidad lírica y un tono general de serenidad.
Nicols Guillén
En marzo de 1944, con José Antonio Portuondo, Mirta Aguirre y Ángel Augier,
Nicolás Guillén funda la revista Gaceta del Caribe, que, a pesar de su indudable
estatura literaria y cultural, apenas alcanza a sobrevivir hasta los dos últimos meses de
ese año.
En noviembre de 1945, Guillén inicia una gira por América del Sur, que habrá de
resultar fundamental tanto para su proyección continental como para el desarrollo
posterior de la perspectiva americanista de su obra, pues durante su visita a Venezuela,
Colombia, Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil sostiene intercambios con lo más
destacado de los artistas e intelectuales, y se profundiza su visión de América.
En 1947 publica en Buenos Aires El son entero. Cuatro años después, en 1951,
publica su Elegía a Jesús Menéndez, homenaje al líder obrero cubano con quien había
mantenido una estrecha amistad. Ese mismo año participa en el Consejo Mundial por la
Paz, en Praga y en Viena. Al año siguiente, viaja a la Unión Soviética, a la República
Popular China y a Mongolia. En Cuba escribe Las coplas de Juan Descalzo y publica la
Elegía cubana; El Semanario La última Hora, en el que colabora, le dedica un número
especial para unirse a la celebración de su cincuentenario, en medio de una situación
política cada vez más difícil para él, que se agrava después del golpe de estado de
Batista en 1952 contra el gobierno de Prío Socarrás: las circunstancias en la Isla lo
obligan al autoexilio, pues en su patria estaría condenado a prisión por la dictadura.
En 1979 se publica su Nueva antología mayor y dos años después se lleva a cabo
la publicación de su Obra poética en dos tomos. En 1983 recibe en Cuba el Premio
Nacional de Literatura, y desde entonces se suceden las ediciones de sus obras y nuevas
recopilaciones de textos, como Todas las flores de abril (poesía) en 1993, o América.
Sueña y fulgura (crónica), Cuba. En ala de nuestro tiempo (crónica) y España. Al
alcance del sueño (crónica), en 1995.
Mucho más útil que reincidir en los juicios ya digeridos por quienes han frecuentado
la poesía de Guillén como críticos profesionales, o como insaciables lectores, he querido
entrar en el estudio de aquellos puntos que han desatado enconadas polémicas o vivas
apoteosis; o que han sido los más conflictivos dentro de su gigantesca bibliografía
pasiva. Creo que ya va siendo hora de ajustar desenfoques, de elucidar toda una suma de
equívocos echados a rodar (repetidos en ingenuo contagio) por cierta zona vasta crítica
que acumuló el primer ciclo (Motivos de son, Sóngoro cosongo, West Indies, Ltd.) de la
obra poética de Guillén, sobre todo en sus relaciones con el medio que la produjo. A la
maniquea interpretación de esta crítica, habría que añadir igualmente una buena dosis de
valores permeados de «criollismo», colonización cultural y posiciones de clase. Ellos
invalidan y desorientan todavía. Por lo que es éste el momento de encarar y revisar
definiciones y conceptos.
El primer libro que publica Nicolás Guillén Motivos de son (1930), no muestra
relación alguna con el posmodernismo(1) americano y sí despliega los elementos
conformadores de una personalidad poética sui géneris. La perspectiva básica de este
cuaderno reside en el rigor y la profundidad con que el autor acomete una exploración
verbal, en cuanto a la forma; y en la rebeldía, de contenido, implícita en su temática.
Desde esta posición, se aniquila el contexto que había sedimentado la expresión
posmodernista; por lo que Motivos de son propone una vanguardia literaria que escapa a
los límites de una definición académica del término(2).
El «vanguardismo» fue una manera nuestra de estar al día con el arte que se había
producido en Europa; fue una actitud, desprejuiciada en donde se tenía conciencia del
atraso literario y artístico que nos aletargaba; mediante la llamada a la creación, abría
nuestras anquilosadas y mohosas puertas a un quehacer artístico audaz y desmitificador,
no obstante sus callejones sin salida. No creo que únicamente haya servido para
inventariar aeroplanos, telégrafos, modernas civilizaciones, sino para dar un toque de
queda estético y dar la lección histórica de que cuando las relaciones entre literatura y
revolución no se hacen consecuentes, se degenera en un caos político y artístico.
El tratar de encontrar una expresión poética nacional con una nueva actitud ante la
lengua, esa es la vanguardia cierta de Nicolás Guillén, la que implica revolución
estilística, literaria y social(3).
No se trata de una vanguardia por novedad externa, sino por las intenciones de orden
social ulteriores. Es el caso de César Vallejo, en el Perú; y recuerdo los inmejorables
criterios de Mariátegui acerca del nuevo arte de comienzos de siglo:
De modo que los Motivos de son no sólo realizaron una conquista formal, la
introducción del son como ritmo poético, a la poesía culta, escrita, sino que en ellos
están presentes temas que abrieron las puertas del rescate cultural, de la
descolonización, porque denunciaron la injusticia social y la discriminación.
Habría que observar que tras la exploración verbal que se plantea el poeta, esos tipos
frescos, populares, cuestionan la vida, condicionada la suya por los prejuicios más
monstruosos y las circunstancias a que estuvieron sometidos. Se tratará más bien de
personajes del pueblo y sus respectivos arquetipos: Bito Manué, la Mulata, el Negro
bembón. Pero Guillén no deja que la expresión poética hallada desborde la realidad que
ha asumido, sino que encuentra un equilibrio que luego suscitará las peores
interpretaciones de la crítica burguesa. Por ejemplo, está claro que en los Motivos... hay
un tratamiento de la raza como concepto cultural y como valor ético. Esto incluso
continúa en Sóngoro cosongo (1931) y hasta en West Indies, Ltd. (1954). No pocos
críticos han querido encasillar la obra de Guillén (teniendo en cuenta exclusiva su
primer libro) en los límites de la denominación de poesía negra. Ha sido una manía -un
vicio-, acatada y difundida. No entendieron jamás que se trataba de la aparición de una
poesía que hablaba al negro y del negro para hallar su justo papel en la cultura nacional
y para definir su aporte a ella. No es el negro como elemento aislante sino como
elemento integrante. La raza va a estar ligada más tarde a la idea del ancestro, ya
abordado en otra complejidad ideológica y temática. En esta primera tentativa, el poeta
deja entrever que al tratar esos temas reclama un control para sus conflictos internos, y
que los conjuga, trascendiéndolos, con los de su colectividad racial inmediata. Un
dilema de carácter individual se extiende a todo un núcleo de la humanidad.
La poesía de Motivos de son impone, por otra parte, una realidad desconocida o
distorsionada, o dada periféricamente; será un fresco y un testimonio. La poesía es el
instrumento para indagar una realidad o un contexto, y por ello es experiencia,
necesidad y justicia. Al mismo tiempo, los Motivos... son la poesía combativa de los
prejuicios raciales. Encuentran una expresión nacional e inician un proceso de
descolonización cultural, como antes dije. El poema que abre el libro así lo demuestra.
Él inaugura dicho proceso. «Negro bembón», apertura y recuento, es la poética de los
Motivos porque resume, sintetiza la esencia del juego verbal y del cuestionamiento del
tema céntrico del libro: el hombre negro en busca de su identidad, la denuncia de la
expoliación de su condición humana:
Los poemas «Hay que tené boluntá», «Búcate plata» son una clara denuncia de la
crisis económica de la época, que se correspondía, a nivel internacional, con la crisis
económica más profunda que haya sufrido el capitalismo en todo su desarrollo, la de
1929. «Tú no sabe inglé» representa una de las primeras alusiones antimperialistas del
poeta nacional.
Esta aventura enraizada, que fueron los Motivos de son, para destruir la retórica de la
época e inaugurar una nueva y válida expresión de la nacionalidad, fue un camino de
conocimiento, y tendrá en Sóngoro cosongo su principal, su consecuente desarrollo, su
continuidad temporal.
Cierta crítica decidió negar la correlación entre este cuaderno y Motivos de son,
además de la de estas dos obras con el resto de la obra de Guillén. Estas posiciones me
han parecido erróneas. De los Motivos a Sóngoro cosongo encontramos una diferencia,
un espacio que niega y que reitera, y a la vez una innegable continuidad. ¿Proceso
evolutivo? A las claras. Sóngoro... continúa la ruptura, pero asumiéndola con mayor
conciencia, y en él se reinstaura la aventura de un nuevo conocimiento poético expuesto
en el libro que precedía a éste. Baste señalar que el título del cuaderno procede de un
verso del motivo «si tú supiera...», de 1930. De modo que en Guillén hay que entender y
ver una temporalidad continuada: como cuando tiramos una piedra al agua quieta de un
estanque y se crean inevitables, infinitos círculos concéntricos, de los que hablé hace un
momento. Su obra está estructurada de esa forma. Sóngoro es un nuevo comienzo, otro
inicio, una revisión, una nueva transitoriedad. El propio Guillén lo propone en la poética
central del libro, el fundador poema «Llegada», ya asimilada la rebelión formal que
habían sido los ocho motivos. Las imágenes de Sóngoro cosongo se caracterizan por un
mayor grado de efectividad. El poeta reordena su verbo, su planteamiento intelectual, da
nacimiento abrupto a las contradicciones que luego irán a constituir el cuerpo de su
poesía. En este libro se estructura buena parte de la futura personalidad poética de
Guillén, y su dimensión americana.
Nadie antes (1931) se había percatado así de esta presencia, y de ese hecho histórico.
Alerta contra el exotismo europeo, contra el deslumbramiento ante civilizaciones
usurpadoras:
Por su parte, Cantos para soldados y sones para turistas era una premonición
política de la revolución cubana y del estado actual de América; era una «acertada
expresión lírica de lo político», según las palabras de Juan Marinello. Decía éste en su
prólogo:
Por la calidad, por la naturaleza de sus poemas, este libro es conflicto y solución,
aventura y triunfo, experiencia y culminación. Hay en estos versos hazaña atrevida y
conquista señera. No se exagera al decir que desde aquí se muestra un modo nuevo,
inusitado, de poesía revolucionaria. Y puede afirmarse, sin miedos, que toda poesía
política que se realice hoy en nuestras tierras ha de lucir, en la entraña, la sustancia de
estos cantos limpios y fuertes.
...El libro expresa, políticamente, el ideal, la protesta del colono que se siente
amenazado, y del antiguo hacendado, cubano, arruinado por el central norteamericano.
Es justa y real esta protesta. Pero hay algo más. El Central yanqui -la penetración
imperialista con palabras generales- no es un fenómeno de hoy. Si la «independencia»
existió, fue precisamente porque ya comenzaba a existir ese Imperialismo que hoy tanto
nos asusta. Éste es un hecho no fatal, en el concepto místico de la palabra, sino una
realidad que obedece al determinismo histórico [...] El colono luchará contra el yanqui
hasta que obtenga una mejora temporal, o será completamente vencido y convertido en
un proletario puro para trabajar la tierra al gringo(16).
Actualmente es un apátrida.
El negro
junto al cañaveral.
La tierra
bajo el cañaveral.
¡Sangre
que se nos va!
(18)
(«Caña»)
Nicolás Guillén
Nicolás Guillén
Desde su condición de mulato expresó con un peculiar sentido rítmico la temática del
mestizaje, en un contexto social y político que manifestaba la dura opresión y
servidumbre sufrida por el pueblo. En sus comienzos le caracterizó incluso una fonética
afrocubana, que más tarde abandonó para desmarcarse de la tradición oral folclórica.
A esta primera época pertenecen Motivos de son (1930) y Sóngoro cosongo (1931).
Poco después, con West Indies Limited (1934) se alejó del mero ejercicio rítmico para
incorporar la protesta política y antiimperialista, orientándose hacia una cólera militante
y comprometida con el hombre.
El poema más conocido del libro, Balada de los dos abuelos, indicó la madura
aceptación de lo africano y de lo español en una misma sangre: el abuelo blanco y el
abuelo negro, que evocan además la crueldad del tráfico de esclavos. En poemas como
Sensemayá y La muerte del Ñeque se inspiró en ritos y creencias africanos, sin que ello
supusiera un rechazo de la cultura blanca.
Sus poemas son una búsqueda por la igualdad social de los negros. Su sentir, su
deseo, es lograr la unificación de la raza, la convivencia en armonía. La presencia
norteamericana en Cuba es motivo de su antiimperialismo en la poesía que presenta. En
ella vemos la situación del negro, no sólo en las Antillas, sino también en el Continente.
Su poesía, además, presenta un canto desesperado con la esperanza de una liberación;
hiere más profundo, la sentimos desde adentro. Guillén alude a las raíces étnicas de la
raza:
¡Me muero!
(Dice mi abuelo negro) ¡Me canso!
(Dice mi abuelo blanco)
Este poema se encuentra en su obra «West Indies Ltd.» de 1934, La obra fue escrita a
raíz de la gran depresión económica del 30, la cual afectó profundamente a Cuba.
Guillén cree ver el rostro cruel y podrido del capitalismo e incita al explotado, al negro
hambriento, a la revolución. Describe las Antillas con su mezcla racial, su sociedad
caduca, su eterna dictadura, el hambre y la prostitución y levanta una valiente protesta
contra los dominantes yanquis y un canto de compasion por los parias. La poesía de esta
obra de Guillén es síntesis de una realidad histórica. El poeta se vale de un tono burlón,
irónico, para presentar los contrastes en el poema del mismo título que la obra «West
Indies Ltd.».
La presencia del colonizador en estas Islas se presenta como lo peor que ha llegado a
sus playas:
La primera parte del poema ha sido modelada de forma tal que el lector puede formar
una caricatura del mapa político antillano:
El canto que ha logrado crear Guillén se inicia con la repetición por tres veces de un
verso a cuyas palabras no da un significado determinado, sino los valores puramente
eufónicos por el énfasis que conlleva:
«La culebra tiene los Ojos de vidrio la culebra viene y se enreda en un palo>»
Estos mismos elementos los encontramos repetidos en otros versos, pero en otros
detalles de la culebra para dar al lector seguimiento a la idea rítmica de sus
movimientos.
Luego que la voz poética ha hecho la presentación de la culebra, se repiten los tres
versos iniciales de cierta insinuación cabalística, para después, en la siguiente estrofa,
comenzar la acción que el canto de la culebra exalta, o sea, la muerte del animal con el
hacha:
¡No le des con el pie, que te muerde, no le des con el pie que se va.
Así como si se tratara de una letanía, la voz poética nos va mencionando partes
vitales de la culebra, tales como los ojos, su lengua, su boca. Toda esta presentación
lleva como objetivo la descripción de la muerte de la culebra en la siguiente estrofa,
poniendo como manifiesto de ello las negaciones de sus actividades normales:
Ahora podemos ver al negro hablando, haciendo uso de su habla popular para
presentar su fisonomía. El negro cae en la interioridad de compararse con el blanco.
Nota su inferioridad, su fealdad, pero de una manera hasta cierto punto graciosa y sin
malicia:
en América latina
Luis Veres
Ese retorno a sí mismo dio lugar a algunas manifestaciones que suponen un regreso a lo
antiguo desde la óptica de la modernidad, lo que Bosi ha llamado la "vanguardia
enraizada" (5): en la música, las Bachianas Brasileiras de Héctor Vila-Lobos y la
Sinfonía India de Carlos Chávez son la síntesis de la música autóctona y la audición
moderna; la pintura de José Sabogal o Diego Ribera constituye la fusión de antigüedad
y modernidad en la pintura; y en el plano literario, los tres primeros poemarios de
Borges -Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1925), y Cuaderno de San
Martín (1929)- formalizan la seducción por el pasado argentino ante un mundo que se
acaba con lo moderno.
Es decir, que, mientras que lo moderno es algo inherente al siglo XX, las distintas
propuestas literarias que surgen en sus inicios en Latinoamérica necesitan ser estudiadas
como un fenómeno genuinamente americano "en relación con las condiciones propias
en que nuestras sociedades viven la crisis y los cambios generales del mundo
contemporáneo" (11). Al igual que el Modernismo, la vanguardia en Latinoamérica
supone un espíritu de renovación, aunque de espectro mucho más amplio, gestado en un
ambiente de experimentación mucho más agresivo. Tanto el referente estético de la
etapa anterior, al que se enfrentan, como la coyuntura histórica que los delimita, dan
lugar a una fisonomía de los movimientos de vanguardia en Latinoamérica diferenciada
de la vanguardia europea (12). Porque, si bien es cierto que las consecuencias del
conflicto mundial de 1914 fueron negativas a los dos lados del océano, en las nacientes
repúblicas americanas tuvo éste peculiar relevancia al convertirse en el punto de
inflexión, después del cual América Latina quedaría definitivamente relegada al papel
de economía subordinada por una irremediable solución de dependencia (13).
América Latina quedaba subordinada a las grandes potencias a causa de los grandes
monopolios económicos norteamericanos que con el apoyo militar y económico de su
gobierno suscitan la relación de dependencia bajo la cual se rige el imperialismo. Dentro
de los grandes cambios que germinan en la nueva situación destaca el crecimiento
urbano (14) facilitado por el desarrollo industrial de los sectores secundario y terciario
en países como Brasil, Chile, México y Argentina (15). En el caso cubano, como
Paraguay, Bolivia o Ecuador la falta de este desarrollo facilita el estancamiento de sus
economías (16).
La revolución mexicana tendrá una enorme resonancia en todo el continente (18), pues
supone el primer intento de liberar la tensión establecida entre las clases privilegiadas y
la oposición antioligárquica (19). La revolución supuso para muchos países la
contemplación de su propia realidad en un espejo e hizo surgir la conciencia de que el
contexto agrario de los países latinoamericanos era excesivamente estrecho para las
nuevas condiciones de desarrollo económico a las que apuntaba la modernidad. El
régimen oligárquico, que suponía un nuevo orden colonial, mantenía el atraso de las
nuevas repúblicas, mientras el mundo corría a una velocidad distinta y se desarrollaban
las comunicaciones, el sistema bancario, el comercio y la industria. Había que romper
las barreras para dar acceso a este mundo no sólo a la alta burguesía y las capas medias,
sino también a las clases populares. La revolución de México significó despertar de ese
sueño para los demás países.
Con lo visto hasta ahora, se puede decir que no es tan fácil afirmar que los movimientos
de vanguardia en Latinoamérica surgieron como imitación de sus homólogos europeos.
En general no hubo esa imitación de las escuelas europeas (23). Si bien existió cierto
interés por el seguimiento de la historia de la vanguardia europea, éste no se manifestó
en una actitud imitativa. La vanguardia en Latinoamérica posee sus peculiaridades que
vienen dadas por la singular configuración histórica del continente y por la particular
situación que viven las repúblicas americanas en las primeras décadas del s.XX. Esta
época de cambios propicia esa actitud renovadora que caracteriza a la vanguardia con
independencia de los movimientos artísticos europeos.
Esa situación era una muestra más de la crisis que había asolado a Cuba desde los
inicios de la independencia y, desde ese centro de contradicciones, la vanguardia iba a
tomar la conciencia de que el mundo moderno chocaba de frente con las tensiones que
surgían en el país. Así la vanguardia en Cuba se considera inaugurada desde 1927
cuando la Revista de Avance organiza la exposición "Arte Nuevo" (27). Avance supo
vincularse desde sus inicios con la preocupación por el carácter cubano que ya había
dado sus primeros frutos en Brasil con el Retrato de Brasil, de Paulo Prado, o
Macunaíma, de Mario de Andrade, o en Cuba, con la Indagación del choteo, de Jorge
Mañach. Pero ya desde 1920 se venía reuniendo en La Habana el "Grupo Minorista",
"que se pone al día con el fervor estético de las vanguardias europeas mientras hace una
oposición radical al gobierno de Alfredo Zayas" (28). Los vanguardistas cubanos habían
puesto en marcha una simbiosis entre lo primitivo y lo moderno que encontraba su
apoyo en los primeros trabajos etnográficos de Fernando Ortiz y en los cuentos negros y
los trabajos folklóricos de Lydia Cabrera (29). Ello conducía a una concientización
sobre los derechos de los negros propiciada también por la fundación en 1925 del
Partido Comunista cubano (30). El negrismo, al igual que el indigenismo pregonado por
Mariátegui, significaba así un notable cambio en la poesía cubana del momento que
suponía la unión de la modernidad con la tradición africana, mezcolanza que se
distanciaba de los aportes europeos. Pero, a diferencia del movimiento indigenista, el
negrismo se alejó de las diferenciaciones raciales en favor de la distinción de clase (31).
Quizás la ausencia de una tradición utópica y mesiánica en Cuba, a diferencia de Perú,
fuera la causante de esta peculiar fórmula (32). Ya en 1928 Fernando Ortiz había
ofrecido una conferencia en Madrid titulada "Ni racismos ni xenofobias" en la que
enfatizaba sobre un traslado del concepto de raza hacia el de cultura. En esa línea se iba
a dirigir, desde el Perú, el mensaje de Uriel García sobre la sensibilidad del alma india
en su libro El nuevo indio de 1931 y también, como no, la publicación por parte de
Nicolás Guillén de diversos artículos en "Ideales de una raza", página negra del
suplemento dominical del Diario de la Marina. Como señala Ángel Augier, "por
primera vez en Cuba, se planteaban en un diario importante e influyente, los problemas
del negro, sin eufemismos, con franqueza. El negro podía asomarse a una tribuna a
protestar por su preterición, a reclamar el reconocimiento efectivo de sus derechos
civiles y sociales." (33) Tanto Fernando Ortiz como Nicolás Guillén habían alertado, en
el manifiesto titulado "Contra los racismos", del peligro que suponía el ascenso del
racismo y la xenofobia en una época ensombrecida por la ascensión del nazismo en
Europa. El texto hacía referencia a "la integración nacional definitiva", a "la recíproca
interpenetración racial" con ciertos ecos de las ideas de Vasconcelos (34) que no
restaban cierto deseo de color cubano a una voluntad de identidad mulata.
La fórmula propicia para la poesía mulata quedaba así definida. Y esa propuesta no
dejaba de ser una forma de lucha contra lo instituido, batalla en la que coincidían todos
los movimientos de vanguardia. Igualmente, aquello que los ultraístas pretendían poner
de relieve al pegar pasquines en las calles con sus versos era una protesta contra la
situación del arte y la sociedad. Aquello que, desde otros países, los escritores
indigenistas, como Gamaliel Churata, destacaban en su denuncia de la situación de los
indígenas en la hacienda andina también suponía una protesta, que reflejaba la firme
voluntad del escritor de acercar el arte a la vida (35). Defender al negro de las haciendas
azucareras significaba una aproximación no muy diferente de los casos anteriores del
arte a la vida. Pero también ese acercamiento, dado en Cuba por el negrismo, encerraba
una estricta queja contra la clase dirigente, contra la oligarquía que complacientemente
observaba la situación del negro y del mulato en Cuba sin hacer nada por remediarlo.
Por ello, en Cuba ese requerimiento iba a quedar ejemplificado con la publicación en
1930 de Motivos de son. Dicho libro, como anunciaba Guillén en el prólogo tenía el
propósito de sacar del olvido a aquella porción de ciudadanos explotados que mediante
la síntesis biológica encarnaban la verdadera esencia cubana: