Evaluacion de Proyectos II
Evaluacion de Proyectos II
Evaluacion de Proyectos II
Estudio de Mercado
Uno de los factores más críticos en el estudio de proyectos es la determinación de su mercado, tanto
por el hecho de que aquí se define la cuantía de su demanda e ingresos de operación, como por los
costos e inversiones implícitos. Consta de la determinación y cuantificación de la demanda y oferta, el
análisis de los precios y el estudio de la comercialización. Aunque la cuantificación de la oferta y la
demanda pueda obtenerse fácilmente de fuentes de información secundarias en algunos productos,
siempre es recomendable la investigación de las fuentes primarias ya que proporcionan información
directa, actualizada y más confiable que cualquier otra fuente de datos.
El objetivo general de esta investigación es verificar la posibilidad real de penetración del producto en
un mercado determinado. Por otro lado, el estudio de mercado también es útil para prever una política
adecuada de precios, estudiar la mejor forma de comercializar el producto y dar a conocer si realmente
existe un mercado para el producto que se pretende.
Estudio organizacional-administrativo-legal.
Uno de los aspectos que menos se tienen en cuenta en el estudio de proyectos es aquel que se refiere
a los factores propios de la actividad ejecutiva de su administración: organización, procedimientos
administrativos y aspectos legales.
Para cada proyecto es posible definir la estructura organizativa que más se adapte a los requerimientos
de su posterior operación. Conocer esta estructura es fundamental para definir las necesidades de
personal calificado para la gestión y, por lo tanto, estimar como mayor precisión los costos indirectos de
la mano de obra ejecutiva. Tan importante como los aspectos anteriores es el estudio legal. Aunque no
responde a decisiones internas del proyecto, como la organización y los procedimientos administrativos,
influye directamente en ellos y, en consecuencia, sobre la cuantificación de sus recursos.
Financiamiento.
La evaluación del proyecto se realiza sobre la estimación del flujo de caja de los costos y beneficios. La
existencia de algunas diferencias en ciertas posiciones conceptuales en cuanto a que la rentabilidad del
proyecto per se puede ser distinta de la rentabilidad para el inversionista, por la existencia de
financiamiento.
Las principales fuentes de financiamiento se clasifican generalmente en internas y externas. Entre las
fuentes internas se destacan la emisión de acciones y las utilidades retenidas en cada periodo después
del impuesto. Entre las externas sobresalen los créditos y proveedores, los préstamos bancarios de corto
y largo plazo y los arriendos financieros.
El costo de utilizar los recursos que prevé cada una de estas fuentes se conoce como costo del capital.
Lógicamente, las fuentes de financiamiento interno son escasas y limitadas, por tanto, la posibilidad de
realizar el proyecto. Pretender financiar un proyecto exclusivamente con propios implica que la empresa
debe generar dichos recursos en los momentos en que el proyecto lo requiera. Esto hace peligrar la
viabilidad del proyecto, ya que muchas veces la empresa no genera los recursos necesarios, o no lo hace
al ritmo que se le demanda.
El costo de capital corresponde a aquella tasa que se utiliza para determinar el valor actual de los flujos
futuros que genera un proyecto y representa la rentabilidad que se le debe exigir a la inversión por
renunciar a un uso alternativo de los recursos en proyectos de riesgo similares
Por otra parte, no deben desconocerse las ventajas que representa el financiamiento con recursos
propios, que se traducen en un menor riesgo de insolvencia y en una gestión menos presionada, pero
en definitiva también deben evaluarse para lograr un equilibrio entre los niveles de riesgo y costo de la
fuente de financiamiento.
Las fuentes externas generan distintos tipos de crédito con diferentes tasas de interés, plazos, periodos
de gracia, riesgos y reajustabilidad. Es claro que cada proyecto puede tener múltiples fuentes de
financiamiento, simultaneas, las cuales, evaluadas correctamente llevarán a la mezcla optima de
financiación.
El interés Es la tasa que se conviene pagar por un dinero tomado en préstamo. Este interés depende
de las condiciones contractuales y varía en razón directa con la cantidad de dinero prestada y con el
tiempo de duración del préstamo. El interés puede componer cada año, semestre, trimestre, mes, día o
incluso de manera continua. Cuando únicamente el capital gana interés por todo el tiempo que dura la
transacción, al interés vencido al final del plazo se le conoce como interés simple.
S=C(1+in)
Donde:
C=Capital, n=Número de periodos, i=Tasa de interés.
El interés compuesto es cuando el interés de un periodo es calculado sobre el principal más la cantidad
acumulada de intereses generado en periodos anteriores. Este cálculo refleja el efecto del dinero en el
tiempo tanto para el préstamo como para el interés.
S=c(1+i) n
Donde:
C=Capital, n=Número de periodos, ¡=Tasa de interés.
La diferencia fundamental entre interés simple e interés compuesto estriba en el hecho de que cuando
se utiliza el interés compuesto, los intereses a su vez generan intereses, mientras que cuando se utiliza
interés simple los intereses son función únicamente del principal, el número de períodos y la tasa de
interés.
Para ilustras la diferencia entre estos dos conceptos, suponga que se han pedido prestados $1,000 para
pagarlos dentro de dos años a una tasa de interés del 10%. Si se utiliza interés simple entonces la
cantidad a pagar sería:
Por otra parte, si se utiliza interés compuesto, el adeudo a final del segundo año sería como se muestra
a continuación:
Año Adeudo al Interés Adeudo al
principio final del
del año año
Para comprender mejor la definición anterior a continuación se muestra la fórmula utilizada para evaluar el valor
presente de los flujos generados por un proyecto de inversión:
donde:
VPN. = Valor presente neto. So = Inversión inicial. St = Flujo de efectivo neto del período t, n = Número de períodos
de vida del proyecto, i = Tasa de recuperación mínima atractiva.
La fórmula anterior tiene una serie de características que la hacen apropiada para utilizarse como base de
comparación capaz de resumir las diferencias más importantes que se derivan de las diferentes alternativas de
inversión disponibles. Primero, la fórmula anterior considera el valor del dinero a través del tiempo al seleccionar
un valor adecuado de i. Cabe mencionar que algunos autores utilizan como valor de i el costo de capital
(ponderado de las diferentes fuentes de financiamiento que utiliza la empresa) en lugar de TREMA (tasa de
recuperación mínima atractiva). Sin embargo, existen algunas desventajas al usar como valor de i el costo de
capital. Algunas de estas desventajas son:
Sin embargo, es obvio que estos proyectos en general no son muy atractivos. Por otra parte, el utilizar como
valor de i la TREMA, tiene la ventaja de ser establecida muy fácilmente, además es muy fácil considerar en ella
factores tales como el riesgo que representa un determinado proyecto, la disponibilidad de dinero de la empresa
y la tasa de inflación prevaleciente en la economía nacional.
Además de la característica anterior, el método del valor presente tiene la ventaja de ser siempre único,
independientemente del comportamiento que sigan los flujos de efectivo que genera el proyecto de inversión:
Esta característica del método del valor presente lo hace ser preferido para utilizarse en situaciones en que el
comportamiento irregular de los flujos de efectivo, origina el fenómeno de tasas múltiples de rendimiento.
Finalmente, conviene mencionar que, en la mayoría de los casos, el valor presente para diferentes valores de i,
se comporta como aparece en la siguiente figura. Lo anterior se debe al hecho de que generalmente todos los
proyectos de inversión demandan desembolsos en su etapa inicial y generan ingresos en lo sucesivo. Sin embargo,
no se debe de descartar la posibilidad de encontrar proyectos de inversión con gráficas completamente diferentes
a la mostrada.
Para ilustrar cómo el método del valor presente se puede aplicar al análisis y evaluación de un proyecto
individual suponga que cierta empresa desea hacer una inversión en equipo relacionado con el manejo de
materiales. Se estima que el nuevo equipo tiene un valor en el mercado de $100,000 y representará para la
compañía un ahorro en mano de obra y desperdicio de materiales del orden de $40,000 anuales. Considere
también que la vida estimada para el nuevo equipo es de cinco años al final de los cuales se espera una
recuperación monetaria de $20,000. Por último, asuma que esta empresa ha fijado su TREMA en 25%.
Puesto que el valor presente neto es positivo, se recomienda adquirir el nuevo equipo.
De acuerdo a este ejemplo es obvio que siempre qué el valor presente de un proyecto sea positivo, la decisión
será emprenderlo. Sin embargo, sería conveniente analizar la justificación esta regla de decisión. Primero, cuando
el valor presente es positivo, significa que el rendimiento que se espera obtener del proyecto de inversión es
mayor al rendimiento mínimo requerido por la empresa (TREMA). También, cuando el valor presente de un
proyecto es positivo, significa que se va a incrementar el valor del capital de los accionistas.
En el ejemplo anterior la decisión era aceptar el proyecto. Sin embargo, veamos qué pasa si en el mismo ejemplo
presentado anteriormente, la empresa en lugar de fijar su TREMA en 2% la hubiera fijado en 40%. Para esta
nueva modificación el valor presentado que se obtiene sería:
Y como el valor presente es negativo, entonces, el proyecto debe ser rechazado. Lo anterior significa que
cuando la TREMA es demasiado grande, existen muchas probabilidades de rechazar los nuevos proyectos de
inversión. El resultado anterior es bastante obvio, puesto que un valor grande de TREMA significa que una
cantidad pequeña en el presente se puede transformar en una cantidad muy grande en el futuro, o
equivalentemente, que una cantidad futura representa una cantidad muy pequeña en el presente.
Finalmente, si en el ejemplo analizado se hubiera supuesto un valor pequeño de TREMA, el valor presente
hubiera resultado muy grande. Esto significa que cuando TREMA es pequeña existen mayores probabilidades de
aceptación, puesto que en estas condiciones el dinero no tendría ningún valor a través del tiempo. Para terminar
la discusión de este ejemplo, la siguiente figura muestra cómo sería el valor presente que se obtiene en la compra
del nuevo equipo para diferentes valores de TREMA.
Puesto que el objetivo en la selección de estas alternativas es escoger aquella que maximice el valor presente, las
normas de utilización de este criterio son muy simples. Todo lo que se requiere hacer es determinar el valor
presente de los flujos de efectivo que genera cada alternativa y entonces seleccionar aquella que tenga el valor
presente máximo. Sin embargo, conviene señalar que el valor presente de la alternativa seleccionada deberá ser
mayor que cero, ya que de esta manera el rendimiento que se obtiene es mayor que el interés mínimo atractivo.
Las finanzas corporativas son la parte de las finanzas que tratan las decisiones financieras de las empresas y los
instrumentos y análisis utilizados para tomar estas decisiones. El objetivo principal de las finanzas corporativas es
maximizar el valor corporativo a la vez que la gestión de riesgos financieros de la empresa. Aunque en principio
es diferente de la financiación empresarial que estudia las decisiones financieras de todas las empresas, los
principales conceptos en el estudio de las finanzas corporativas son aplicables a los problemas financieros de todo
tipo de empresas.
Las finanzas corporativas se centran en las decisiones monetarias que hacen las empresas y en las herramientas
y análisis utilizados para tomar esas decisiones. El principal objetivo de las finanzas corporativas es maximizar el
valor del accionista.
Decisiones
Herramientas
Análisis
Como plantea la definición, las finanzas corporativas se centran en la toma de decisiones monetarias; y se
auxilian de una serie de herramientas que permiten el análisis para tener una panorámica más acabada de la
realidad que está experimentando la organización. Todo esto con el fin de lograr maximizar el valor del accionista.
En otras palabras, buscar llevar el valor de la acción a su punto máximo, y con ello beneficiar a quienes han
capitalizado la empresa. Por lo que las finanzas corporativas tienen como meta buscar la manera de generar valor,
tanto a la empresa como a quienes la conforman.
Por otra parte, el término finanzas corporativas suele asociarse con frecuencia a banca de inversión, evaluar las
necesidades financieras de una empresa y levantar el tipo de capital apropiado para satisfacer esas necesidades.
Las finanzas corporativas pueden asociarse con transacciones en las cuales se levanta capital para crear,
desarrollar, hacer crecer y adquirir negocios.
Las finanzas corporativas miden el nivel de rendimiento de una inversión, estudian los activos reales (tangibles
e intangibles) y la obtención de fondos, el ritmo de crecimiento de la empresa, tamaño del crédito concedido a
los clientes, Remuneración de los empleados, endeudamiento, adquisición de empresas, entre otras áreas.
Riesgo y beneficio: Los inversores actúan en los diferentes mercados intentando obtener el mayor
rendimiento para su dinero a la vez que pretenden minimizar el riesgo de su inversión. El mercado de
capitales ofrece en cada momento una frontera eficiente, que relaciona una determinada rentabilidad
con un determinado nivel de riesgo o volatilidad. El inversor obtiene una mayor rentabilidad esperada a
cambio de soportar una mayor incertidumbre. El precio de la incertidumbre es la diferencia entre la
rentabilidad de la inversión y el tipo de interés de aquellos valores que se consideran seguros. A esta
diferencia la conocemos como prima de riesgo.
El valor del dinero en el tiempo: Ante la misma cantidad de dinero, un inversor prefiere disponer de ella
en el presente que en el futuro. Por ello, el transvase inter-temporal de dinero cuenta con un factor de
descuento (si intercambiamos renta futura por capital presente, por ejemplo, en un préstamo
hipotecario), o con una rentabilidad (si intercambiamos renta presente por renta futura, por ejemplo, en
un plan de pensiones).
Tasa de interés: Se define como el precio que se paga por los fondos solicitados en préstamo, en un
periodo de tiempo. Por lo general es expresado en porcentaje y representa una tasa de intercambio entre
el precio del dinero al día de hoy en términos del dinero futuro.
A partir del objetivo básico de las finanzas corporativas que es maximizar el valor o la riqueza para los accionistas
o propietarios, una de las cuestiones fundamentales se centra en medir la contribución de una determinada
decisión al valor del accionista. Para responder a esta cuestión se han creado las técnicas de valuación o valoración
de activos.
A diferencia de la contabilidad, que pretende reflejar, de la forma más exacta posible, las transacciones de la
empresa; las finanzas se centran en el futuro de la misma, pero a través del estudio del valor. Sin embargo, ¿son
necesarias las finanzas corporativas? La respuesta es sí, a continuación, algunas ventajas de este proceso:
La misión más importante de los directivos de una empresa es generarle a ésta la máxima creación de valor
posible, es decir, hacer que la compañía valga cada vez más. Cuando el capital que se invierte genera una tasa de
rendimiento superior al costo del mismo, entonces se estará generando valor.
El fondo de maniobra es la cantidad de capital que están a disposición de una organización. Es decir, es la
diferencia entre los recursos en efectivo o fácilmente convertibles en dinero en efectivo (activo circulante), y las
necesidades de efectivo (Pasivo Circulante).
Además de horizonte de tiempo, las decisiones sobre el capital circulante se diferencian de las decisiones de
inversión de capital en términos de las consideraciones de actualización y de rentabilidad, sino que también son
“reversibles” en cierta medida.
Las decisiones de gestión de capital circulante no se toman en las mismas condiciones que las decisiones a largo
plazo, y la gestión sigue diferentes criterios en la toma de decisiones: las principales consideraciones son el flujo
de tesorería y de liquidez y rentabilidad y el rendimiento sobre el capital (de los cuales el flujo de caja es
probablemente el más importante).
La medida más ampliamente utilizada del flujo de caja es el período medio de maduración el ciclo de explotación
neto o ciclo de conversión de efectivo. Esto representa la diferencia de tiempo entre el pago en efectivo de las
materias primas y los cobros de las ventas. El ciclo de conversión de efectivo indica la capacidad de la empresa
para convertir sus recursos en dinero en efectivo. Otra medida es el ciclo de explotación bruto, que es lo mismo
que el ciclo de explotación neto, excepto que no tiene en cuenta el período de aplazamiento de los acreedores.
Las decisiones de inversión se toman a largo plazo y están relacionadas con los activos fijos y la estructura de
capital. Las decisiones se basan en varios criterios relacionados entre sí. La administración corporativa busca
maximizar el valor de la empresa mediante la inversión en proyectos que producen un valor presente neto positivo
cuando se valoran con una tasa de descuento apropiada. Estos proyectos también deben ser financiadas
adecuadamente. Si no hay esas oportunidades, la maximización de valor para los accionistas establece que la
gestión debe devolver el exceso de efectivo a los accionistas (es decir, la distribución a través de dividendos). Por
todo ello, las empresas deberán tomar decisiones sobre:
Apalancamiento
En finanzas, el apalancamiento es un término general que se utiliza para denominar a las técnicas que permiten
multiplicar las ganancias y pérdidas. Las formas más comunes para conseguir este efecto multiplicador son
pidiendo prestado el dinero, la compra de activos fijos y el uso de derivados.
Una entidad de negocios puede aprovechar sus ingresos mediante la compra de activos fijos. Esto aumentará la
proporción de costes fijos frente a variables, lo que supondrá que un cambio en los ingresos se traducirá en un
cambio mayor sobre el beneficio.
Apalancamiento Operativo
Una empresa puede aprovechar su capital para pedir dinero prestado. Cuanto más se pide prestado, los
beneficios o pérdidas se reparten entre una base más pequeña proporcionalmente y son proporcionalmente más
grandes como resultado.
Apalancamiento Financiero
Ambos efectos se producen por el efecto del endeudamiento que origina una diferencia entre la rentabilidad
económica y la rentabilidad financiera.
La gestión de riesgos es el proceso de medición del riesgo y elaborar y aplicar estrategias para gestionar ese
riesgo. La gestión del riesgo financiero se enfoca en los riesgos que se pueden administrar (“cubrir”), utilizando
los instrumentos financieros intercambiados (por lo general los cambios en los precios de las materias primas, los
tipos de interés, tipos de cambio y precios de las acciones). La gestión de riesgos financieros también desempeñará
un papel importante en la gestión de tesorería.
Este campo está relacionado con las finanzas corporativas de dos maneras. En primer lugar, la exposición a
riesgos de la empresa es un resultado directo de las anteriores decisiones de inversión y financiación. En segundo
lugar, ambas disciplinas comparten el objetivo de mejorar o preservar el valor de la empresa. Todas las grandes
empresas cuentan con equipos de gestión de riesgos.
Los derivados son los instrumentos más utilizados en la gestión de riesgos financieros. Como crear contratos
derivados únicos es costoso de crear y controlar, los más rentables métodos de gestión del riesgo financiero
implican generalmente derivados que cotizan en los mercados financieros bien establecidos. Estos instrumentos
derivados estándar incluyen opciones, contratos de futuros, forwards y swaps. Pese a ello, también pueden
contratarse derivados por fuera del mercado por acuerdo directo entre los contratantes, este tipo de derivados
se llama OTC o “Over The Counter”.
Las finanzas corporativas, o bien financiera de las empresas es un enfoque para llevar el proceso de la
elaboración del presupuesto de capital, las finanzas corporativas con lleva a maximizar el valor o la riqueza para
los accionistas o propietarios, una de las cuestiones fundamentales se centra en medir la contribución de una
determinada decisión al valor del accionista, se han creado técnicas de valuación o valoración de Activo
(contabilidad) activos.
Las finanzas se centran en la forma en la que las empresas pueden crear valor y mantenerlo a través del uso
eficiente de los recursos financieros.
Un mercado financiero, también llamado mercado de capitales, es un lugar que puede ser físico o virtual, en el
que se realizan los intercambios de instrumentos financieros entre oferentes y demandantes, se negocian y
también se fijan los precios a los que se va a realizar su compra-venta.
Para que un mercado financiero sea considerado como tal, debe tener, en la medida de lo posible, las siguientes
características que lo definan:
- Amplitud: Se refiere a los títulos que se negocian en el mercado financiero en un momento dado. Cuanto
mayor sea el número de títulos que se negocien, mayor amplitud tendrá dicho mercado financiero.
- Profundidad: Se trata de que existan instrumentos financieros para hacer frente a determinadas
situaciones que puedan ocurrir en el mercado financiero.
- Flexibilidad: Es el precio que tienen los instrumentos financieros que se van a negociar en un determinado
mercado financiero.
- Transparencia: Posibilidad que ofrezca un mercado de conocer a qué precios se están negociando los
activos financieros.
- Libertad: La existencia o no de barreras de entrada y salida a un mercado financiero.
Hay muchas formas y criterios para clasificar a los mercados financieros, a continuación, nos vamos a centrar en
la clasificación que se han realizado por diversos exponentes en finanzas:
Mercados directos: Los oferentes y demandantes se ponen en contacto ellos mismos para realizar
operaciones.
Mercados intermediarios: Las operaciones se llevan a cabo a través de intermediarios financieros o
brokers.
Mercados financieros según las características que tengan los activos financieros
Mercados al contado o spot: El pago de las operaciones se realiza en el mismo momento en que se llevan
a cabo.
Mercados a plazo o forward: El pago de las operaciones realizadas en un momento dado se aplaza a una
fecha posterior.
Mercados nacionales.
Mercados internacionales.
los mercados financieros se representan nada más como una fuente de financiamiento para las corporaciones,
pero en términos más generales, hay que verles como un mecanismo para canalizar ahorros hacia las inversiones
productivas en toda la economía. Y tienen muchas otras funciones importantes. Los mercados financieros
proporcionan liquidez a los inversionistas, o sea, la capacidad de intercambiar valores (incluso con poca
anticipación) y tienen la flexibilidad de adaptar sus carteras de inversiones a sus metas y preferencias personales.
No hay un vínculo necesario entre los riesgos y la duración de las inversiones de la empresa y los riesgos y la
duración de las carteras de los accionistas.
Los mercados financieros también permiten a los inversionistas reducir el riesgo mediante la diversificación y
ajustar su exposición a los riesgos del mercado que no pueden ser diversificados. Sin embargo, la empresa no
necesita diversificarse, porque los inversionistas pueden hacerlo solos. Las propias empresas pueden recurrir a los
mercados financieros para manejar el riesgo, por ejemplo, mediante operaciones compensatorias de ciertos
riesgos que de otra manera interferirían con el funcionamiento de la empresa.
La interrelación de las actividades de la empresa con los mercados financieros se ilustra en la figura mostrada a
continuación Las flechas de la figura señalan el flujo de efectivo que sale de la empresa a los mercados financieros
y vuelve a ella. Suponga que empezamos con las actividades de financiamiento de la empresa. Para recaudar
dinero, la empresa vende instrumentos de deuda y acciones de capital a los inversionistas en los mercados
financieros. Esto produce flujos de efectivo que van de los mercados financieros a la empresa (A). La
administración de la empresa usa este efectivo para financiar las actividades de inversión (activos) de la empresa
(B). El efectivo generado por la empresa (C) se paga a los accionistas y tenedores de bonos (F). Los accionistas
reciben efectivo en la forma de dividendos; los tenedores de bonos que prestaron fondos a la empresa reciben
intereses y, cuando se liquida el préstamo inicial, se les reintegra el principal.
No todo el efectivo de la empresa se distribuye. Una parte se retiene (E) y otra parte se le paga al gobierno en
impuestos (D). Con el tiempo, si el efectivo pagado a los accionistas y tenedores de bonos (F) es más que el efectivo
recaudado en los mercados financieros (A), se crea valor.
Los administradores financieros también acuden a los mercados financieros como fuente de información sobre
tasas de interés, precios de materias primas y valores de mercado de empresas y títulos. Por ejemplo, el
administrador financiero puede tomar el precio de las acciones como informe mensual del desempeño financiero
de la empresa.
Los mercados financieros se clasifican normalmente atendiendo a tres criterios: el tiempo, el destino de los
fondos, y el rendimiento.
En cuanto al tiempo se clasifican en corto plazo, mediano plazo, y largo plazo. En el corto plazo se considera un
horizonte de tiempo de menor a un año comercial; el largo plazo se refiere en general a un periodo mínimo de
tres años; el mediano plazo es la expresión aplicable a cualquier período comprendido entre el largo y el corto
plazo. La duración de este período depende del contexto al que se refiera, pero concretamente en el caso de los
mercados financieros es el correspondiente a todas aquellas operaciones con un vencimiento superior al año. En
el siguiente cuadro se conceptualiza al Mercado de Dinero como el lugar donde se compran y se venden títulos
valor los cuales se caracterizan por el corto plazo, el Mercado de Capitales se entiende como el lugar donde se
compran y se venden títulos valor los cuales se caracterizan por el largo plazo, en el Mercado de Divisas se
compran y se venden monedas nacionales (pesos mexicanos) e internacionales (dólar USD, euros, libras y yenes),
en el Mercado de Metales se negocian metales preciosos (oro y la plata), finalmente en el Mercado de Derivados
se operan instrumentos de cobertura, de apalancamiento, y de especulación.
Los mercados financieros en cuanto a los destinos de los fondos se clasifican en mercado primario y mercado
secundario.
El mercado primario es el mercado en el que se negocian activos financieros como los bonos, acciones,
obligaciones, y papel comercial, entre otros de reciente creación, por lo que, en este mercado, ocurre una sola
vez, al momento de su emisión. También se conoce como mercado de emisión. El mercado primario es aquel que
se relaciona con la colocación inicial entre el público inversionista; es en este tipo de colocación donde los recursos
financieros se canalizan directamente al emisor de los títulos.
En los mercados financieros el riesgo es una constante asociada al rendimiento, atendiendo a este aspecto se
clasifican en: riesgo alto y riesgo bajo.
El riesgo alto se asume como la pérdida de toda la inversión realizada, al invertir con un riesgo alto, normalmente
se asocia con un rendimiento alto, de ahí que se conozca en los mercados financieros la máxima “a mayor riesgo
mayor rendimiento”. El riesgo bajo se asocia a un rendimiento bajo y de ahí que “a menor riesgo menor
rendimiento” en este caso el riesgo en que se incurre garantiza que no se pierde la totalidad de la inversión, sin
embargo, si se tienen perdidas.
Los mercados financieros se clasifican atendiendo a su especialidad en: mercado de dinero, mercado de
capitales, mercado de divisas, mercado de metales, mercado de derivados.
Mercado de divisas
Se refiere al mercado en el que el activo que se intercambia son las divisas de los distintos países entre sus
instituciones financieras, de forma que quedan fijos los tipos de cambio oficiales. Se clasifica en mercado de divisas
al contado, caracterizado porque la entrega de divisas se produce a dos días vista; y el mercado de divisas a plazo,
que es aquel que se caracteriza porque la compraventa de divisas se materializará en un futuro, ejemplo, en el
Mercado de Divisas al contado se entrega una cantidad de moneda nacional (19 MXP) por una moneda extranjera
(un dólar) el mismo día de la operación de ahí la palabra al contado. En el caso del Mercado de Divisas a plazo la
diferencia sólo es la entrega (de la moneda extranjera por la nacional) la cual se hace luego de 48 horas.
Mercado de derivados
Es en el que se negocian instrumentos financieros cuyo valor depende de otros títulos o valores subyacentes y
cuyo objetivo es transferir el riesgo de los compradores a los vendedores. Cuando se habla de derivados se hace
siempre referencia a las opciones y futuros.
En el ámbito financiero una opción es el contrato por el que una de las partes, pagando una prima, tiene el
derecho y no la obligación de vender o comprar un activo (activo subyacente) a un precio pactado (precio de
ejercicio) en una fecha o período determinado. Los dos objetivos más comunes de los contratos de opciones son
cubrirse ante un riesgo potencial, o bien tratar de obtener una plusvalía, estas son las opciones se negocian
principalmente en mercados organizados.
Los futuros son acuerdos entre comprador y vendedor por los que se negocia la compraventa de bienes, valores
o divisas en una fecha futura determinada y a un precio establecido. El comprador debe depositar una cantidad
de dinero (margen) como garantía de cumplimiento de lo pactado. Al contrario que los forwards, se negocian en
mercados de futuros organizados.
Mercado de mercancías
En el ámbito financiero, un mercado de mercancías o “commodities” hace referencia a las materias primas, suele
clasificarse en tres clases de productos: metales, petróleo y sus derivados, y productos agrícolas.
En este tema se dio a conocer los Mercados Financieros en los cuales se puede invertir, obtener financiamiento,
especular, y administrar el riesgo financiero, todo ello por parte de una persona física (inversionista) o una persona
moral (empresa).
Concepto de Riesgo y Rendimiento.
Cuando alguna organización o persona realiza una inversión, busca que su rendimiento (el cual definiremos
detalladamente más adelante) sea tan alto como lo posible, sin embargo, existe una limitante para que esto se
lleve a cabo y es la existencia del riesgo.
El riesgo lo podemos definir como la diferencia que existe entre el rendimiento esperado y el realizado.
Eventualmente, todas las inversiones cuentan con la inseguridad de no obtener los beneficios esperados y de
contar con una gran diferencia entre los rendimientos proyectados y los reales. Entre más grande sea la posibilidad
de esta diferencia, mayor será el riesgo de inversión.
Sería obvio considerar que los inversionistas siempre buscan maximizar sus rendimientos y reducir los riesgos,
pero esto no es así pues en la realidad, una disminución en el riesgo inevitablemente implica una minimización en
los rendimientos proyectados. Debido a esto, un inversionista estará preparado para tomar el riesgo, siempre y
cuando estime que el rendimiento esperado de su inversión será lo suficientemente grande como para
contrarrestar el riesgo que está tomando.
En las últimas décadas la actividad económica y financiera ha sufrido diversas modificaciones debido a su
desarrollo, dando origen a nuevos riesgos también. Como ejemplo podemos incluir al factor tecnología, el cual en
el ámbito financiero ha facultado la negociación electrónica y la comunicación en tiempo real entre mercados de
diferentes países e incluso continentes.
Existen diferentes tipos de riesgos, nosotros sólo profundizaremos en los riesgos financieros los cuáles podemos
dividir en:
Riesgos de activos y pasivos: Son los que producen pérdidas en bienes, servicios o deudas debido a
movimientos en los precios de mercado.
Riesgos contractuales: Son las pérdidas que sufren las entidades cuando están imposibilitadas a cumplir
con sus obligaciones crediticias. Posibles escenarios por los que la organización no pudiera efectuar dichas
obligaciones serían la falta de liquidez, incremento de los intereses, pérdidas continúas, entre otros.
Riesgos de fondeo: Son pérdidas que surgen por la incapacidad de efectuar ventas o compras de activos
sin resistir un cambio en los precios. También este tipo de riesgos surge por no contar con los créditos
necesarios para conservar el nivel de inversión deseado.
Riesgos operacionales: Toda transacción debe realizarse dentro de un sistema de control y de normas;
cuando surgen pérdidas provenientes de fallas administrativas, errores humanos, o simplemente porque
se encuentren fuera de estas normas y sistemas de control, los llamaremos riesgos operacionales.
Riesgo legal: Es cuando alguna de las partes no tiene la facultad legal para realizar cierta operación,
también se presentan cuando existen fallas en la formulación de contratos.
Riesgo foráneo: Son las posibles pérdidas que pudieran surgir debido a transacciones en países
extranjeros, por ejemplo, el tipo de cambio en la moneda, discrepancias políticas, bloqueo de fondos,
etcétera.
La medición de riesgos es de suma importancia dentro de una organización; la creación de técnicas para la
identificación, cuantificación y el control de riesgos nos ayudará a conocer e identificar los factores que influyen
sobre el valor del mercado y de esta manera poder realizar modelos de optimización del mismo. Estas técnicas de
medición también nos ayudarán a la toma de decisiones ya que como lo mencionamos implica una medida de
control.
Cuando hablamos de rendimiento nos referimos a la remuneración que recibe cualquier propietario de un
activo financiero. Podemos definir dos tipos de rendimientos:
Rendimientos evidentes: Son aquellos que generan una utilidad debido a que contienen el valor de una
ganancia periódica. Ejemplo: Bonos y acciones.
Rendimientos tácitos: Éstos producen una utilidad debido a que la compra de un activo financiero es
menor que la venta del mismo. A diferencia de los rendimientos evidentes, éstos no obtienen una
ganancia periódica. Un ejemplo son los pagarés.
En cualquier actividad la cantidad de beneficios obtenidos es muy importante, pero no representa por sí sola
una medida universal, ya que esta cantidad no sólo se relaciona con los beneficios, sino también debería
relacionarse con la inversión necesaria para conseguirlos. En este supuesto, la relación que existe entre los
beneficios y la inversión hecha para alcanzarlos es una medida permitida y considerablemente reconocida, así
encontramos pues una manera de medir el rendimiento:
Podemos decir que la relación entre el riesgo y el rendimiento es positiva ya que, a mayor riesgo, mayor será el
rendimiento también.
Cada bien o servicio tiene sus características particulares de riesgo y rendimiento. Es necesario la comprensión
y cuantificación de dichas peculiaridades para predecir su conducta futura considerando estas dos variables.
Tomando en cuenta la conducta histórica de los rendimientos de un activo individual es viable predecir el
rendimiento esperado de dicho activo. Para lo anterior se usa una técnica llamada análisis de escenarios.
Para llevar a cabo la técnica de análisis de escenarios se siguen tres pasos iniciales:
1) Proponer una serie de realidades posibles (se sugiere que sean tres).
2) Determinar una probabilidad de que sucedan cada una de las posibles realidades.
3) Especificar el rendimiento que cada activo pudiera producir en cada uno de los escenarios.
El rendimiento esperado es el promedio ponderado multiplicado por las probabilidades de que sucedan las
posibles realidades de los rendimientos.
El modelo de fijación de precios de activos de capital (CAPM) es actualmente una de las herramientas de mayor
difusión y utilización en el ámbito inversor para calcular el rendimiento esperado de activos de capital. El modelo
es utilizado para determinar la tasa de rentabilidad teóricamente requerida para un cierto activo, si éste es
agregado a un portafolio adecuadamente diversificado y a través de estos datos obtener la rentabilidad y el riesgo
de la cartera total. El modelo toma en cuanto la sensibilidad del activo al riesgo no diversificable (conocido
también como riesgo del mercado o riesgo sistémico, representado por el símbolo de beta (β), así como también
la rentabilidad esperado del mercado y la rentabilidad esperada de un activo teóricamente libre de riesgo.
CAPM calcula la tasa de rentabilidad apropiada y requerida para descontar los flujos de caja proyectados futuros
que producirá un activo, dada la apreciación de riesgo que tiene ese activo. Betas mayores a 1 simbolizan que el
activo tiene un riesgo mayor al promedio de todo el mercado; betas debajo de 1 indican un riesgo menor. Por lo
tanto, un activo con una beta alta debe ser descontado a una mayor tasa, como medio para recompensar al
inversionista por asumir el riesgo que el activo acarrea. Esto se basa en el principio que dice que los inversionistas,
entre más riesgosa sea la inversión, requieren mayores rentabilidades.
Puesto que beta refleja la sensibilidad específica al riesgo no diversificable del mercado, el mercado, como un
todo, tiene beta de 1. Puesto que es imposible calcular el rentabilidad esperado de todo el mercado, usualmente
se utilizan índices, tales como el S&P 500 o el Dow Jones.
Donde:
Antes de analizar este modelo conviene diferenciar entre dos tipos de riesgo en el ámbito financiero.
En primer lugar, está el riesgo diversificable, propio o idiosincrásico. Este riesgo va asociado a un título o a un
sector en particular. Por ejemplo, el aumento en el precio de un recurso energético como el petróleo puede
afectar negativamente a empresas que consuman este recurso para su actividad productiva. Aumentará la
incertidumbre de sus inversores y la volatilidad de los títulos de estas empresas; pero otras empresas no tienen
por qué verse perjudicadas por el aumento en el precio del recurso energético, e incluso algunas se podrían
beneficiar. En este caso, el riesgo ―la mayor volatilidad― es exclusivamente propia de un sector en particular y
no de todas las empresas de la economía. Gracias a la diversificación de títulos, se puede eliminar este riesgo.
Por otra parte, se distingue el riesgo no diversificable o sistemático que es aquel que tienen en común todas las
empresas y va asociado a la economía global. En general, recesiones económicas y expansiones afectarán a todas
las empresas negativamente y positivamente respectivamente, pero no en la misma magnitud. Este riesgo es
imposible de diversificar pues afecta a todas las empresas en la misma dirección (positivamente o negativamente).
Este modelo relaciona positivamente y linealmente el rendimiento esperado de un activo con su riesgo
sistemático, medido por el coeficiente beta. Suponiendo que los inversores diversifican de tal manera que
eliminan todo el riesgo no diversificable, únicamente se preocuparán por el riesgo sistemático que afectan a todos
los activos, imposible de eliminar. Por ejemplo: una recesión económica o una subida en el tipo interés afectan
negativamente a todas las empresas. Si los rendimientos de todos los activos se ven afectados negativamente es
imposible reducir el riesgo mediante la diversificación. Por esta razón, el riesgo sistemático o no diversificable será
el único riesgo relevante en este modelo. La relación entre rendimiento esperado y riesgo sistemático es positiva
lógicamente.
El coeficiente Beta será la medida de la volatilidad relativa del rendimiento de un activo respecto a la variabilidad
del mercado. También se puede definir como: “la contribución de ese activo al riesgo de la cartera de mercado”.
El coeficiente beta de referencia será la beta de mercado, que toma valor unitario. Teniendo en cuenta esta beta
de referencia, se podrá clasificar los activos observando su beta y comparándola con la beta del mercado:
Si la beta de un activo es igual a uno, quiere decir que, en promedio, los rendimientos del activo
aumentarán en la misma proporción que los rendimientos de la cartera de referencia en nuestro análisis.
Si la beta de un activo es superior a uno, implica que, en promedio, los rendimientos del activo
aumentarán en mayor proporción que los rendimientos de la cartera de mercado. Se calificará este activo
como agresivo, pues amplifica los movimientos del mercado tanto a la baja como al alza.
Si la beta de un activo es inferior a uno, implica que, en promedio, los rendimientos del activo aumentarán
en menor proporción que los rendimientos de la cartera de mercado. Se calificará este activo como
defensivo, pues amortigua los movimientos del mercado tanto a la baja como al alza.
a) Es un modelo estático en el que sólo hay un período. Los activos se negocian o intercambian al principio
del periodo y los rendimientos se reciben al final del mismo.
b) Todos los activos son perfectamente divisibles y la oferta de activos financieros está dada.
c) Se supone la existencia de un activo seguro con oferta neta igual a cero. Podremos pedir prestada o
prestar ilimitadamente al rendimiento r, el rendimiento del activo seguro.
d) Los inversores son adversos al riesgo y buscan formar carteras eficientes en el sentido media-varianza.
Esto implica que los inversores sólo se fijarán en el rendimiento esperado y la varianza de sus carteras,
por lo que se asume que los rendimientos de los activos se distribuyen como una variable normal2.
e) Hay expectativas homogéneas sobre el conjunto de oportunidades de inversión.
f) Los mercados financieros son perfectamente competitivos. Ningún inversor tiene poder para influir en
el precio de los activos que se negocian.
g) No hay costes de transacción ni impuestos.
h) Es un modelo de equilibrio en el que no hay oportunidad de arbitraje.
Aunque el CAMP dista de ser perfecto, es el modelo más utilizado para la determinación de la tasa de descuento
apropiada para las inversiones reales. Además, la sencillez de su aplicación ha facilitado su difusión entre la
inmensa mayoría de los analistas financieros.
El CAMP presenta una simple pero poderosa descripción de la relación entre el riesgo y el retorno en un mercado
eficiente. Este modelo provee las bases para un numero de prácticas corrientes en la industria de la inversión
entre las que se puede mencionar:
FUSIO
Unidad 3. Reestructuración y gestión financiera de la pequeña y
gran empresa.
Fusiones y Adquisiciones.
El concepto de adquisición define al proceso realizado por una compañía cuando toma el control operacional de
otra. Esto, como resultado de una compra directa o mediante la acumulación de acciones suficientes para lograr
dicho fin. Para completar la transacción, el adquirente probablemente esté dispuesto a pagar un precio mayor al
valor contable por acción, o pagar un valor superior al de la simple multiplicación del número de acciones que la
adquirida haya emitido por el precio de mercado de cada acción. Si el precio máximo que valga la pena pagar por
ella es el valor de mercado actual de las acciones de la adquirida, no existe alguna razón obvia para realizar la
adquisición.
La fusión es una operación usada para unificar inversiones y criterios comerciales de dos compañías de una
misma rama o de objetivos similares. A su vez, constituye la absorción de una sociedad por otra, con desaparición
de la primera, y la aportación de los bienes de ésta a la segunda sociedad.
La fusión puede hacerse igualmente mediante la creación de una nueva sociedad, que, por medio de los aportes,
absorba a dos o más sociedades preexistentes. Es decir, es la reunión de dos o más compañías independientes en
una sola. Es el acuerdo de dos o más empresas jurídicamente independientes, por el que se comprometen a juntar
sus patrimonios y formar una nueva sociedad. Es también cualquier combinación que resulta en una entidad
económica a partir de dos o más entidades anteriores a la combinación.
Muchos procesos de Fusiones y Adquisiciones se han originado por la necesidad de los empresarios de
desarrollar y solidificar sus actividades en una industria determinada, tratando de permanecer en ella y
consolidarse en el mercado. Sin embargo, otros actores tratan de obtener beneficios en el corto plazo y buscar
adquirir una empresa con el objetivo de incrementar su valor y luego venderla a un precio superior. El factor
común en ambos casos es el estímulo de agregarle valor a la empresa adquirida.
En general, la decisión de ir a un proceso de Fusiones y Adquisiciones puede estar motivada por distintas razones.
Sin embargo, la intención de creación de valor es frecuentemente su propósito final.
Las Fusiones y Adquisiciones son una buena idea cuando el valor de mercado de la empresa resultante es mayor
que el valor de las sociedades consideradas como entes independientes, aquí es cuando se produce un efecto
sinérgico. Actualmente, la apertura de los mercados y la globalización han reforzado la competencia en que se
encuentran las empresas, lo que las lleva a tomar en cuenta alguno de estos procesos como posible solución a
mercados exigentes. De hecho, es notorio como grandes empresas transnacionales han adquirido empresas
locales, para de esa forma anular la competencia interna y quizás externa en caso de que un competidor se
adelante quitándole nichos de mercado.
Estos procesos deben ubicarse en el contexto más amplio de las estrategias de negocios y empresariales para
una compañía, por lo que la creciente importancia que han adquirido como plan estratégico para las empresas
tiene como fundamento el cumplimiento de los diversos objetivos que persigue el adquiriente, como el
crecimiento y la expansión de los activos, ventas y participación en el mercado y el incremento de la riqueza de
los accionistas. Este propósito es considerado como un criterio racional para la toma de decisiones financieras y
de inversión.
Fusión por la creación de una compañía nueva: Consiste en la fusión de dos o más compañías para la
creación de una nueva sociedad, a la cual cada una aporta la totalidad de su patrimonio y produce la
disolución anticipada de cada una de éstas.
Fusión por absorción: Cuando la fusión resulta de la absorción de una o varias compañías por otra ya
existente. Implica la disolución de las compañías absorbidas, las cuales desaparecen después de haber
transferido la totalidad de sus patrimonios a la sociedad absorbente.
Fusión horizontal: La compra o fusión de una empresa que compite en la misma rama económica, con la
intención de participar en un mayor mercado o de las economías de escala. A esta fusión también se le
conoce como fusión estratégica.
Fusión vertical: Cuando la compra o fusión se realiza hacia un cliente o un proveedor, con la intención de
asegurar la venta del producto en el primer caso, o el suministro de materias primas para el segundo.
Conglomerado: este tipo de compañía no tiene ningún tipo de relación, la fusión o compra se hace sólo
buscando mejoras en la eficiencia y su consecuente sinergia.
La valoración juega un papel fundamental en la determinación del precio justo y referencial para una
transacción de compra y venta de empresas, en el momento en que éstas deciden participar en el proceso de
fusión o adquisición. Es recomendable que este proceso de valoración sea conducido por profesionales
independientes, que mantengan la objetividad y un criterio alejado de intereses o circunstancias que puedan
influir en la valoración. De igual forma, es conveniente y usual que un proceso de Fusiones y Adquisiciones incluya
una primera fase de análisis conformado por un “due diligence” de la compañía objetivo, orientado a confirmar
que la información utilizada para la valoración sea razonable y que cubra niveles materiales de riesgo para el
comprador, en aspectos financieros, legales, fiscales, laborales, etc.
La valoración dará como resultado rangos de valor a ser considerados como referencial y puntos de partida para
la negociación entre las partes involucradas en la transacción. En el caso de transacciones que contemplen un
Swap de acciones, donde la operación se conceptualice con intercambios accionarios entre las compañías
involucradas, se deberá además realizar cálculos de la relación de canje accionario, donde se determinen los
valores de cada acción a ser canjeada y cómo quedarían las participaciones accionarias de cada parte.
Actualmente, las empresas cuentan con un gran número de administradores, quienes no siempre actúan de
acuerdo a los intereses de los accionistas anteponiendo los suyos propios; ya que sus intereses, preferencias y
creencias pueden no ser los mismos que los de la compañía. Conforme se desciende la escalera de puestos, se
encuentra una creciente tendencia en los individuos a malinterpretar o ignorar el objetivo del accionista: obtener
utilidades. Los administradores tienen tanto la voluntad como los medios para adoptar una posición egoísta y
perseguir sus objetivos que pueden ser completamente opuestos a los intereses de los accionistas, como serían,
realizar la adquisición para obtener seguridad en el empleo al diversificar los riesgos, minimizar los costos de
desequilibrio financiero, evitar que otra compañía tome el control, poder emplear su experiencia y talento,
aumentar el tamaño de la empresa, etc.
Esta situación puede derivar en una pérdida de valor sobre el resultado de la fusión o adquisición, al cual se le
denomina “costo de agencia”. Existen varias razones para incurrir en estas pérdidas, tales como una estimación
equivocada basada en información incompleta, errores al calcular el potencial de creación de valor, realizar un
pago demasiado alto por la adquisición o una prima excesiva. En este caso, se debe estar consciente de que los
problemas administrativos y los derivados de la relación accionista-administrador resultarían en el fracaso de la
operación.
Sin embargo, de acuerdo a las principales firmas consultoras para Fusiones y Adquisiciones, estos procesos se
llevan a cabo en integraciones de tipo horizontal (integraciones realizadas entre empresas del mismo giro
empresarial), básicamente por las siguientes razones:
Sinergia. Incremento positivo de las ganancias asociadas mediante la combinación de dos firmas, por lo
que la firma combinada debe operar de manera más eficiente que las dos por separado. Una adquisición
puede reducir las necesidades combinadas de inversión o capital.
Obtención de liderazgo del sector.
Creación de valor para el accionista.
Aumento o protección del mercado o de la gama de productos.
Inversión de dinero líquido sobrante.
Favorecer el crecimiento del tamaño de la compañía.
Diversificar el riesgo y minimizar los costos de desequilibrio financiero y bancarrota.
Evitar que otra compañía tome el control.
Adquirir tecnología, complementarla o reemplazarla.
La compañía objetivo es generalmente una compañía en el mismo ramo que la adquirente, y que ya esté
operando en un área en la cual la compañía planea expandirse o tiene un producto adecuado para mezclarse con
la línea de producto que se desarrolla. La efectividad en los costos es el motivo clave de cualquier tipo de unión.
Hoy en día, los negocios se encuentran inmersos dentro de la economía mundial, aunque no realice, venda o
compre fuera del mercado regional o nacional. La economía mundial se origina en donde haya competencia entre
negocios, por lo que, dentro de esta economía cada negocio tiene que ser capaz de competir.
Anteriormente las fusiones o adquisiciones eran ofensivas, se enfocaban hacia la creación de riqueza y
crecimiento. En la actualidad, la mayoría de ellas son defensivas, se enfocan a preservar la riqueza, en lugar de
evitar una baja productividad y en casos extremos la desaparición del negocio. La manera para detener o al menos
reducir la baja productividad y la desaparición del negocio es reduciendo costos. La manera más fácil, al menos
temporalmente, es aplicar los gastos indirectos sobre una base más grande, y esto es lo que hoy en día las mega-
fusiones tratan de realizar. Sin embargo, su efectividad en el largo plazo falta por demostrarse.
Los motivos para adquirir otras empresas deben formar parte de las estrategias de negocios y crear una ventaja
competitiva de largo plazo para ella. Frecuentemente, el adquirente busca transferir sus técnicas administrativas
a la empresa objeto de la adquisición logrando un valor agregado. Ésta supuesta capacidad de crear valor para los
accionistas de la empresa adquirente, ha sido cuestionada duramente teniendo como fundamento los resultados
tan decepcionantes que han presentado las fusiones y adquisiciones de manera general.
Se puede suponer que existe una marcada diferencia entre los objetivos de las F&A y la creación de valor durante
el período posterior a las mismas; sin embargo, se deben estudiar otros aspectos del proceso y no solo culpar a
los intereses personales de los administradores o a la incapacidad de crear un valor agregado para que se pueda
determinar el origen real del fracaso de estas estrategias.
La mayoría de las fusiones y adquisiciones siguen una progresión bastante típica de acontecimientos que dan
lugar a la integración final de las compañías implicadas. El grado en el cual estas estrategias siguen esta progresión
depende en gran parte de la industria y del tipo de transacción implicada.
La toma de decisiones para la unión de negocios consta de dos perspectivas: la racionalista y la que se basa en
el proceso organizacional. La perspectiva racionalista basa su estrategia en la evaluación de los aspectos
económicos, estratégicos y financieros, de igual manera calcula el potencial de creación de valor. Su importancia
se basa en la cuantificación de los costos y beneficios esperados.
La perspectiva del proceso organizacional da igual importancia al contexto organizacional en todas las etapas de
este proceso y representa mayores problemas por lo que debe manejarse más cuidadosamente y tener un
completo control sobre la estructura organizacional. Esta perspectiva considera también el aspecto intangible que
pueda afectar al proceso, busca la justificación de la fusión o adquisición además de evaluar los posibles costos y
beneficios.
La perspectiva racionalista para la toma de decisiones consta de siete fases. Dichas fases no van separadas, sino
que pueden superponerse y depender mucho unas de otras, aunque este proceso puede ser mucho más complejo
dependiendo de cada acuerdo y de sus desafíos propios.
El método del CAUE consiste en convertir todos los ingresos y egresos, en una serie uniforme de pagos.
Obviamente, si el CAUE es positivo, es porque los ingresos son mayores que los egresos y por lo tanto, el proyecto
puede realizarse; pero, si el CAUE es negativo, es porque los ingresos son menores que los egresos y en
consecuencia el proyecto debe ser rechazado.
Sin embargo, el CAUE describe más propiamente los flujos de caja porque la mayoría de las veces la serie
uniforme desarrollada representa costos. Recordemos que este término es usado para describir el resultado de
un flujo de caja uniforme, la mejor alternativa seleccionada debe ser la misma escogida por valor presente o por
cualquier otro método de evaluación cuando las comparaciones son manejadas con propiedad.
La principal ventaja de este método sobre los otros es que no requiere que la comparación se lleve a cabo sobre
el mínimo común múltiplo de años cuando las alternativas tienen diferentes vidas útiles. Es decir, el CAUE de una
alternativa debe calcularse para un ciclo de vida solamente. Porque, como su nombre lo indica, el CAUE es un
costo anual equivalente para toda la vida del proyecto. Si el proyecto continuara durante más de un ciclo, el costo
anual equivalente para el próximo ciclo y subsiguiente, será exactamente igual que para el primero, suponiendo
que todos los flujos de caja fueran los mismos para cada ciclo.
La repetitividad de una serie anual uniforme a través de varios ciclos de vida, puede demostrarse considerando
el diagrama de flujo de caja ilustrado en el ejemplo que se muestra a continuación.
El diagrama de flujo de caja muestra la representación de dos ciclos de vida de un activo que tiene un costo
inicial de $20,000 un costo anual de operación de $8,000 y 3 años de vida útil.
Obsérvese que el CAUE para la primera vida es exactamente igual su valor, que cuando se consideran dos ciclos
de vida. El mismo valor de CAUE será obtenido entonces para tres, cuatro o cualquier otro número de ciclos de
vidas evaluados.
Así, el CAUE para un ciclo de vida de una alternativa representa el costo anual equivalente de la alternativa cada
vez que el ciclo de vida sea repetido.
Costos de operación. Corresponde a los gastos de mantenimiento periódicos y son totalmente objetivos
y cuantificables exactamente.
Costos de posesión. Son los costos de oportunidad de efectuar una inversión en un activo. Costos
subjetivos y dependen del evaluador o inversionista. Es la serie uniforme equivalente a efectuar un
desembolso de valor i durante N periodos de vida útil y obtener un valor de salvamento de valor V.M. al
final de este periodo.
Además, para la evaluación de una alternativa hay que tener en cuenta Casi siempre presente el interés de la
tasa y tener en cuenta que hay más posibilidades de aceptar un proyecto cuando la evaluación se efectúa a una
tasa de interés baja, que a una mayor
Como consecuencia de lo anterior, es importante determinar una tasa correcta para hacer los cálculos; hay
quienes opinan que debe usarse la tasa promedio, utilizada en el mercado financiero y hay otros que opinan que
debe ser la tasa de interés, a la cual normalmente el dueño del proyecto hace sus inversiones. Esta última tasa es
conocida con el nombre de Tasa de Interés de Oportunidad.
Bibliografía: