Mega Ciudad Spivak

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 8

Megaciudad

Gayatri Chakravorty Spivak es profesora de Humanidades en la


Universidad de Columbia en Nueva York –donde dirige el Center for
Comparative Literature and Society–, y lo ha sido de otras muchas
universidades y centros de estudios avanzados en los cinco continen-
tes, con particular atención y continuidad en su India natal. Su renom-
bre como teórica del poscolonialismo no se deja encasillar fácilmente
debido a la diversidad e intensidad de sus estudios sobre crítica de la
cultura y literatura comparada, de no fácil adscripción. De ella se ha
dicho que ha aplicado estrategias deconstructivas a sus análisis teó-
ricos feministas, marxistas o poscolonialistas. Miembro de los conse-
jos de redacción de numerosas revistas especializadas, es autora de
obra abundante y variada, traducida a diversas lenguas europeas y
asiáticas, y ha visto ya la edición del primer The Spivak Reader
(1996). Ha recibido importantes premios por sus investigaciones aca-
démicas y ha sido distinguida con relevantes nombramientos, como
el que la hizo primera profesor visitante Y. K. Pao en Estudios
Culturales en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong.

Entre los temas que han sido objeto de su atención recientemente, se


encuentra también el de la ciudad, en una faceta percibida singular-
mente en la incesante actividad en que le mantienen sus compromi-
sos sobre diversos continentes: la megaciudad.
© Gayatri C. Spivak

199

MEGACIUDAD*
Gayatri Chakravorty Spivak

En enero de 1997 me encontré de pronto en Hong Kong rías modelo”, localizados en los grupos de nuevos inmigrantes
hablando sobre megaciudades. Suelo aceptar invitaciones tan que llegaron a los Estados Unidos después de que Lyndon
increíbles como éstas con el fin de poder subvencionar todos Johnson relajara las cuotas de entrada en 1965, pertenecen
los viajes que son necesarios para concebir una filosofía de la ahora a ese grupo. Los miembros de la nueva “Sociedad Civil
educación que sea accesible a los profesores rurales. Me gusta Internacional” de organizaciones no gubernamentales de coo-
la interdisciplinariedad. Soy una autodidacta. Este tipo de acti- peración respaldan esta red secesionista, y se afanan en pro-
vidades me hacen aprender cosas. Consideren, pues, este porcionarle un rostro humano. El feminismo universalista es
texto como un cuaderno de viaje sorprendido en un momento muy activo aquí. En Bangalore me encontré con otro tipo de
de la “siliconización” de Bangalore, una entre las cinco mega- persona, con el Subdirector Ejecutivo y Director de Desarrollo
ciudades de la India. Empresarial de una de las empresas de software más grandes
de la India, un hombre que rondaba los cuarenta y que en aquel
En Bangalore me encontré con la clase social descrita por momento se encontraba bajo los efectos del jet-lag, después
Robert Reich en una entrevista de aquel año: “el capitalismo de un viaje que acababa de realizar a los Estados Unidos. Me
electrónico… permite a las personas que tienen más éxito hizo un informe resumido de por qué Bangalore se había con-
separarse del resto de la sociedad. Ahora es posible para los vertido, si no en Silicon Valley, sí al menos en la “Silicon City”
directores, los profesionales y los técnicos de alto nivel comu- de la India.
nicarse directamente con sus homólogos de todo el mundo…”.1
Esa cultura secesionista tiene varios rostros y no necesaria- A finales de los años cuarenta y comienzos de los cincuenta, a
mente se parecen entre sí. Muchos de los hijos de las “mino-
1 Conversación entre Robert Reich y David Bennahum en “Into the Matrix”
* Traducido del original publicado en Grey Room, 01, Otoño 2000, pp. 8-25. (http://www.reach.com/matrix/meme2-02.html o http://memex.org/meme2-02.html).

© Los autores, 2005; © Edicions UPC, 2005


Megaciudad

medida que el mapa de la India se iba reorganizando inmedia- salario de sus homólogos americanos, pero que a su vez son
tamente después de la Independencia, se constituyeron un clase media según los estándares de la India. El problema resi-
número de institutos científicos, tales como el Instituto Indio de de en que se supone que la ciberconciencia globaliza el discur-
Ciencia y el Instituto Asiático de Desarrollo. Uno de ellos, el so de nación hacia el posnacionalismo. El hecho de que el
Instituto Indio de Estudios Avanzados, se afincó en Bangalore, sudeste de Asia tenga una clase trabajadora, mayoritariamen-
debido a razones que tenían tanto que ver con la historia pre- te femenina, que está relacionada con el hardware, no significa
colonial y colonial de Bangalore (una ciudad pequeña con una nada para los Estudios Culturales en Bangalore, ciudad ubica-
estructura civil desarrollada) como con su clima y su demogra- da en el sur de Asia.)
fía. Aquello creó cierta base técnica que atrajo a grandes
empresas electrónicas nacionales bajo los auspicios del primer Resumamos su relato: En 1991 el Departamento de
Plan Quinquenal de la India. A finales de los setenta y comien- Electrónica del estado de Karnataka –el sector público, en
zos de los ochenta, la industria se desplazó hacia el software otras palabras– estableció lo que mi informante llamó una
(no se ha investigado todavía la relación que existe entre ese Estación Terrestre. Y, ya a finales de la década de los ochenta,
hecho y la relajación del sistema de cuotas de Johnson). Entre las instituciones financieras para el desarrollo –empresas “pri-
1971 y 1981, el índice de crecimiento de Bangalore fue del vadas” coordinadas por el Banco Mundial, pero con algunas
76%, el más rápido de Asia. Las empresas de software –entre participaciones gubernamentales– comenzaron a facilitar el
ellas Digital, Hewlett-Packard, IBM y Verifone– volvieron a con- capital-riesgo necesario para poner en marcha empresas de
siderar la India como un lugar atractivo para realizar inversio- software financiando créditos a quince años a modo de capital
nes en software. Las compañías extranjeras que deseaban inicial.
desarrollar su software en el Tercer Mundo debido a su “mano
de obra barata” –una expresión que debe ser constantemente Así habló un representante de la cultura secesionista de la
desbrozada por los individuos de estudios culturales globales– Silicon City de Bangalore. En la ciudad existen varios miles de
comenzaron a comprarlo en la India en lugar de hacerlo ellos directores técnicos de software, que van de empresa en
mismos. La relación que existe entre eso y la recesión europea empresa y que no tienen nada que ver con el “indio medio”, una
de 1973, así como el tratamiento electrónico de las grandes figura imposible.
200
bolsas internacionales, es ahora la prehistoria del “dinero vir-
tual”. En 1987, Texas Instruments se mudó a la India. Fue la pri- (Silenciando la angustiosa pregunta que una mujer represen-
mera empresa que utilizó las comunicaciones vía satélite en la tante de esa comunidad me hizo durante una sesión de deba-
India. El coste de mantenerse conectado (en palabras de mi te –“¿Por qué nuestros hijos prefieren tener una identidad ame-
informante) –300.000 dólares al año para activar un “circuito”– ricana en lugar de una india?”– estoy dejando de lado una pre-
era prohibitivo para el capital indígena. Disminuir ese coste fue gunta inmensamente importante sobre la división de géneros
el aliciente competitivo. Es aquí donde la trama de “la secesión en el trabajo dentro de la cultura de la megaciudad: para el
de la sociedad” se complica. Fue de gran ayuda que movimien- marido, los negocios y la globalización; para la mujer, la crian-
tos “internos a la industria” –otra expresión abierta al desbroza- za de los hijos y la americanización. La conexión permanece
miento cultural– redujeran el coste de manera espectacular, pendiente.)
dramática en sus propias palabras, a unos 30.000 dólares por
medio circuito. Mi informante, este hombre de buen aspecto, relajado, ligera-
mente abotargado debido al estrés y a la vida fácil, se descri-
(Este representante del sector, mi informante, fue el que men- bió a sí mismo, en efecto, como un miembro de la cultura sece-
cionó la expresión “mano de obra barata”. Cuando se estudia sionista: muy buenas telecomunicaciones con el exterior, viajes
la “cultura” de Bangalore en el ciberespacio como disciplina constantes al extranjero, que cobra su salario en dólares pero
–en lo que ahora se llaman “Estudios Culturales”– un pequeño vive en la India, libre para ser globalmente móvil en cuanto a
giro en las expresiones dice mucho acerca de los tiempos que sus capacidades, con sus respectivas aspiraciones. Si ese tipo
cambian. Un activista de los Estudios Culturales de tendencia de personas parecen vivir solamente de manera virtual en el
izquierdista, de Bangalore, que estaba reuniendo nuevas espacio real llamado Bangalore, las palabras “real” y “virtual”
bases de datos para estudiarlas en el extranjero, afirmó en pertenecen a una semiótica previa. Cada ruptura es a su vez
marzo de 2000, en Nueva York, que no existía “clase obrera” una repetición...
en la ciberindustria de la India, porque “todo era software”. Eso,
por supuesto, es correcto si se piensa en la nación-estado. No hay duda de que el desarrollo del software es virtual; perso-
“Ninguna clase obrera” puede ser compatible con “mano de nas que están en distintos lugares pueden “trabajar juntas” sin
obra barata” si la “mano de obra barata” está compuesta de sentirse físicamente descolocadas. Pero esto, en sí mismo, no
ingenieros de software que trabajan por una décima parte del es virtualidad en un sentido completamente nuevo. El hecho de

© Los autores, 2005; © Edicions UPC, 2005


Megaciudad

trabajar sin sentirse físicamente descolocados es, después de durante el proceso de producción; no existe como
todo, el punto de venta del trabajo en casa, el posfordismo y la cosa útil distinta de este proceso...”5
ruptura de la clase trabajadora a través del desmantelamiento
de la fábrica actual. Si lo miramos de otra manera, la comuni- Mi informante no había leído esto, por supuesto. Como la
cación ha sido siempre telecomunicación. Hoy día su instru- izquierda radical y el estado moderno, él también habla de
mentalización no se puede distinguir de los circuitos del capital nación, o mejor dicho, de ubicación. Nos hemos desarrollado
financiero. He escrito recientemente sobre eso en otra parte.2 hasta ahora basados en un proyecto –exclamó–, nuestras con-
diciones han sido establecidas por otros, y hemos producido
En El Capital I, Marx describió el sujeto-estructura del capital según sus demandas. Ahora tenemos que producir de acuerdo
implicado –Foucault llamaría a eso una “posición convenida del con nuestros proyectos, coger la sartén por el mango. Hemos
sujeto”–, a través del Fausto de Goethe: “un monstruo anima- sido globales en cuanto a los clientes; ahora debemos ser glo-
do que comienza a ‘trabajar’ cual si estuviera poseído por el bales en cuanto al capital.
amor”.3 La solución de Marx a eso fue una reconsideración de
la posición en pro de la redistribución, no un egoidealismo de Mi informante, el ciudadano meridional de la megaciudad vir-
alguien que se opone a utilizar máquinas y métodos modernos, tual, se engaña en este aspecto. En el estado poscolonial rees-
como famosos posmarxistas han llegado a sugerir con dema- tructurado económicamente, se están retirando en una paz
siada facilidad, tanto que una referencia a modo de nota a pie caliente las barreras entre la economía frágil del estado y el
de página sería risible. Llamémosle una “tendencia teórica capital internacional.6 A medida que la telecomunicación se
dominante” y dejémoslo estar. convierte en posmodernidad, los sueños de una modernidad
descolonizada se están anulando debido a las actividades de
Marx escribió sobre el capitalismo industrial. Lenin cambió la gestión de crisis de la Organización Mundial del Comercio. La
base para señalar la importancia del capital comercial. economía protegida incluida en la Constitución de la India de
Recientemente, Saskia Sassen ha sugerido que la autoridad y Nehru-Mountbatten de 1947-49 permitió de iure la fabricación
la legitimidad han pasado al mercado del capital financiero, lo de chips semiconductores. “Autosuficiencia mejor que depen-
que ella viene a llamar el “ciudadano económico”.4 Si Marx des- dencia de las exportaciones”, se planteó como eslogan en mi
cribía el sujeto-estructura del capital industrial, nosotros esta- juventud. Bajo la reestructuración económica, esta tarea tre- 201
mos describiendo aquí al sujeto de la cultura secesionista elec- mendamente cara, no competitiva en el mercado mundial, está
trónica, al ciudadano económico como “persona”, como un des- desapareciendo. Estamos hablando acerca del lugar que tiene
plazamiento del sistema marxista. Él/ella carga con el implica- la nación-estado en el espacio real del planeta, en la medida en
do sujeto-estructura del mercado del capital financiero. Él/ella que se vincula a la maquinaria de la virtualización. Bangalore
gana al posfordismo común o tipo-jardín porque su producto es no es “realmente” sólo Silicon City. Es, de hecho, el hogar del
virtual. Esa es una versión desplazada del debate de Marx tercer hombre más rico del mundo, que, a pesar de su riqueza,
sobre el lugar especial que tiene el transporte como industria se encuentra todavía en el extremo final receptor del capital
en El Capital 2, donde el producto no son los bienes transpor- global. Y la clasificación es efímera, excepcional.
tados, sino el desplazamiento en sí mismo:
Así, la “cultura” o el “sujeto” de la megaciudad virtual está no
“Pero lo que la industria del transporte vende es el sólo diversificado en el típico sentido de carrera-clase-género
propio cambio de ubicación. El efecto útil producido únicamente, sino que también su capital en operación está
está inseparablemente unido al proceso de transpor- fracturado, entre el activo y el pasivo, o, si prefieren, entre el
te... Personas y mercancías viajan con el medio de “control” y su antónimo, a pesar de que eso es ya demasiado
transporte, y su viaje, su movimiento en el espacio es, crudo cuando el movimiento es electrónico. No obstante, la
precisamente, el proceso de producción efectuado nación-estado es el nombre de ese crudo epistema que no de-
por dicho medio. El efecto útil solo se puede consumir saparecerá. Ésa es, de hecho, una parte principal de mi razo-
namiento. La trinidad cultura-sujeto-agente continúa siendo tan
2 Gayatri Chakravorty Spivak, “Planet-think/Continent-think”, en The New
necesaria como imposible. Si el sujeto no sueña en controlar la
Comparative Literature, Nueva York, Columbia University Press, próxima publica-
ción.
operación del capital, el capital no se mueve.
3 Karl Marx, El Capital: Crítica de la Economía Política, trad. cast. de Pedro Scaron,
4ª ed., Madrid, Siglo XXI, 1984, Libro 1º, p. 236 (trad. inglesa de Ben Fowkes: 5 Karl Marx, El Capital: Crítica de la Economía Política, trad. cast. de Pedro Scaron,
Capital: A Critique of Political Economy, Nueva York, Vintage, 1977, Tomo 1, p. 4ª ed., Madrid, Siglo XXI, 1984, Libro 2º, p. 61-62 (trad. inglesa de David Fernbach:
302). Capital: A Critique of Political Economy, Nueva York, Vintage, 1978, Tomo 2, p.
4 Saskia Sassen, “On Economic Citizenship”, en Losing Control? Sovereignty in An 135).
Age of Globalization, Nueva York, Columbia University Press, 1996, pp. 31-58 (trad. 6 Véase Spivak, “Cultural Talks in the Hot Peace: Revisiting the ‘Global Village’”, en
cast.: “Sobre la ciudadanía económica”, en ¿Perdiendo el control?: La Soberanía Pheng Cheah y Bruce Robbins (eds.), Cosmopolitics: Thinking and Feeling Beyond
en la Era de la Globalización, Barcelona, Bellaterra, 2001, pp. 49-72). the Nation, Minneapolis, University of Minnesota Press, 1998, pp. 329-238.

© Los autores, 2005; © Edicions UPC, 2005


Megaciudad

Esta especial concatenación de sujeto-agente no es únicamen- Estos son, pues, los recordatorios derridianos, digeridos a mi
te representativa de la India, por supuesto. Un año más tarde, manera: Primero, que las estructuras de la telecomunicación
acudí a un congreso sobre Estudios Subalternos en Lucknow y están ya presentes como elementos residuales en el proceso
utilicé el término “capitalismo electrónico”. Debido a los prejui- cultural, porque toda comunicación es estructuralmente una
cios sexistas de un puñado de conservadores de izquierda que telecomunicación, aunque lenta. Segundo, si uno admite que la
acudieron al congreso y que consideraron que esa expresión psique produce el “yo”, debería ser capaz de comprender que
provenía de mi elitismo estadounidense, no me dieron tiempo el trabajo puede ser descrito por manifestaciones cada vez
para explicarme, pero al menos pude pronunciar estas pala- más complejas del potencial maquínico del chip de silicio, que
bras: “Si ustedes hubiesen contado con algunos habitantes de produce cada vez más nuevos tipos de “máquinas de comuni-
Bangalore en este congreso, sabrían lo que significa el capita- cación” inaccesibles al teatro de la mente humana, y que este
lismo electrónico. Bangalore no está en la India; es la zona trabajo metapsicológico desdibuja la distinción entre lo “natural”
abierta que va mucho más allá de un razonamiento nacional de y lo “artificial”. Tercero, si se aplica el interdicto, puede ayudar
izquierda. Ni siquiera saben qué significado tiene lo que les a comprender lo poco aconsejable que es aceptar promesas
vuelve arcaicos.”7 seductoras de ciberalfabetización sin mediaciones, como un
atajo hacia la educación general en los países en vías de de-
En noviembre de 1999, el intelectual de izquierda corriente ya sarrollo. Profundizar en ello ahora nos alejaría demasiado de la
había oído hablar de Bangalore, a pesar de que el término megaciudad. Para todos aquellos que ya tienen simpatías
“capitalismo electrónico” puede que todavía le resultase extra- posestructuralistas, déjenme añadir que el trabajo derridiano
ño. El semanario Economic and Political Weekly con sede en puede revisar y realzar el brillante trabajo de Sassen, cuando
Bombay realiza una crítica del gobierno civil de Bangalore sin reclama una nueva temporalidad instantánea para la política
preocuparse demasiado por el paisaje urbano o su especial basada en Internet, o la categoría de “presencia” para la visibi-
relación, como megaciudad que es, con la financiación fede- lidad de la antiguamente “invisible” resistencia.11
ral.8 Es una buena crítica, y establece que la autodeclarada
ruptura de la economía electrónica es también una repetición, El editorial del Economic and Political Weekly –bastante repre-
sensible a los clásicos análisis marxistas sobre la explotación, sentativo de la izquierda liberal de la India– ignora el hecho de
202
a modo de revisión para el postfordismo y los análisis feminis- que el desarrollo urbano de Bangalore, una de las cinco mega-
tas específicos: “Existe... una inquietud sobre si los países en ciudades de la India, se supone que ha sido financiado en gran
vías de desarrollo seguirán dando trabajo a los mismos niveles parte por el gobierno central. Por consiguiente, cuando comen-
más bajos de la división internacional del trabajo dentro de las ta que “los gobiernos estatales y los organismos de desarrollo
tecnologías de la información, tal como lo hicieron en otros sec- urbano están invirtiendo cantidades ingentes para dotar de
tores más convencionales.”9 apoyo infraestructural –parques infotécnicos con redes de
comunicación de alta tecnología y colonias residenciales ca-
No soy una devota de la causa de convertir a todo marxista en bleadas–”, puede que ignoren un hecho más general que “las
posestructuralista. Voy a mencionar aquí algunos recordatorios cuestiones sociales y de bienestar más generales… no se están
derridianos de la repetición-en-ruptura, esparcidos a lo largo de tratando con la debida seriedad”. Ese hecho es la globalización.
su obra al menos desde la publicación de La tarjeta postal, por El capitalismo electrónico global interviene para gestionar los
una razón concreta.10 Los argumentos desde una inteligencia asuntos de estado mientras ayuda a construir una infraestructu-
específicamente “artificial” requieren de estos recordatorios ra para su propio óptimo funcionamiento, y nada más que para
para que pueda ser emitido un interdicto que nos recuerde que eso. Aquí el ámbito incluye al llamado teatro rural. No soy
la llamada inteligencia “natural” es también, en el sentido más una experta en estos temas, como he dicho al comienzo. Sin
estricto, “artificial” de un modo diferente. En el derecho roma- embargo, ofrezco mi “experiencia”, con la absoluta confianza
no, la “interdicción” era el modo de disolver una disputa entre que los escritos de expertos tales como Sassen y Vandana
dos contendientes. Es un término adecuado para designar una Shiva corroborarán lo que digo.12 El razonamiento, como lo he
práctica que no toma partido, sino que utiliza lo que es estraté- mostrado en algún otro lugar, se asemeja a lo que sigue:
gicamente importante.
7 Raymond Williams, Marxism and Literature, Oxford, Oxford University Press, Los nuevos movimientos sociales no eurocéntricos, que traba-
1977, pp. 122-126 (trad. cast. Marxismo y Literatura, Barcelona, Península, 1980,
pp. 143-149). 11 Saskia Sassen, “The Global City: Destabilizing Borders/Producing New
8 “Beyond the Vision”, Economic and Political Weekly, 34, 46-47, Nov. 20-26, 1999, Subjects”, conferencia pronunciada en la Universidad de Princeton en un congre-
pp. 3247-3248. so sobre Literatura Comparativa en los Tiempos Transnacionales, Jueves, 23
9 “Beyond the Vision”, p. 3247. El próximo pasaje que se cita proviene de la misma Marzo 2000.
página. 12 Vandana Shiva, Stolen Harvest: the Hijacking of the Global Food Supply,
10 Jacques Derrida, La Carte postale: de Socrate à Freud et au-delà, París, Cambridge, Mass., South End, 2000 (trad. cast.: Cosecha Robada: el Secuestro
Flammarion, 1980. del Suministro Mundial de Alimentos, Barcelona, Paidós, 2003).

© Los autores, 2005; © Edicions UPC, 2005


Megaciudad

jan a favor de la agricultura ecológica y en contra de la biopira- He aquí el escenario: las auténticas redes de los movimientos
tería, a favor de la salud general de las mujeres y la planifica- sociales vagamente vinculados que abarcan muchas naciones-
ción familiar apoyada desde las infraestructuras y en contra del estado del sur evitan el nacionalismo. Los grandes movimien-
dumping farmacéutico y el control de la población –por citar tos burgueses para la liberación nacional abandonaron clara-
solamente dos frentes– son solamente rurales y locales debido mente al pobre campesino a su suerte. Las agencias transna-
a una oposición binaria residual que no puede ir más allá del cionales todavía consideran al estado como un garante inde-
nuevo término “glocal”. Estos movimientos afrontan directa- pendiente, mientras las bases de datos, las patentes y la
mente lo global y reclaman el interdicto entre lo global y lo local. devastación genética del mundo rural median entre lo virtual y
Cuando los teóricos de los sistemas mundiales como Immanuel lo real. Así, el discurso de “nación” debe ahora emerger otra
Wallerstein localizan el potencial emancipatorio de estos movi- vez, como un momento siempre arriesgado en la consolidación
mientos, aún representan un fin sistémico para ellos, ya que de estas interdicciones. La “nación” comienza a ser borrada
piensan que su objetivo es acceder al partido o al poder esta- (tachada pero visible) si la oposición entre lo rural y lo urbano
tal. De hecho, los movimientos colocan un interdicto entre el se coloca en entredicho. De hecho, a diferencia de la religión,
estado represivo o diezmado y la agenda a menudo explotado- el discurso de nación en este registro no puede movilizar hacia
ra de la autotitulada sociedad civil internacional. Considerar un el tipo de conflicto que puede servir de motivo para una inter-
fin sistémico es olvidar que estos movimientos surgen debido al vención militar en nombre de los derechos humanos, porque el
debilitamiento del estado en la globalización. Confiar con falta objetivo de estos movimientos es global y su pensamiento de
de sentido crítico en la sociedad civil internacional es olvidar “nación” puede, de hecho, contradecir unas reivindicaciones de
que la reivindicación de la internacionalidad respalda el debili- identidad más antiguas. Estos movimientos se encuentran den-
tamiento del estado y, por lo tanto, del reajuste constitucional tro de un espacio de diferencias culturales, pero están separa-
por parte de los grupos resistentes, cuando las agencias trans- dos del culturalismo metropolitano por sus alianzas de clase.
nacionales discriminan entre las naciones-estado en razón de La posición de destino manifiesta y triunfalista de los Estados
su ubicación cambiante en las coordenadas de la geopolítica y Unidos, como último recurso de los “derechos culturales”, no
la financiación del mundo. Una vez más, el Grupo de los Siete ayuda al proyecto de hacer visible esta concatenación de resis-
–globalizados– puede trabajar a favor de la globalización nego- tencia y, de hecho, ayuda a definir su terreno solo como “casos”
ciando con el Grupo de los 77 (el extremo que está “en vías de de violaciones fundadas en el estado o de los derechos huma- 203
desarrollo”, sintomáticamente irreconocible para muchos lecto- nos culturales. Se merecen una lectura más responsable: que
res occidentales) sobre una base nación-estado desigual. El en los sectores adecuados del sur –y el sur de Asia es uno de
lugar que tiene el “nacionalismo” para los grupos resistentes de ellos– los imperativos deberían ampliarse para incluir a lo rural-
base, como una catacresis resistente precaria, no ha sido toda- global en lugar de considerar solamente lo nacional-urbano
vía teorizado. Lo “rural” poscolonial, separado a menudo del como determinante. Porque forjar una voluntad general para el
aprendizaje para pensar en la nación en sentido colonial y pos- espacio real de la megaciudad va en interés de lo virtual, con-
colonial, es su escenario. Tal como mostraron los primeros tra- solidado no sólo por la destrucción de la biodiversidad, sino por
bajos del grupo de Estudios Subalternos, esto se debe a que la incursión del capital extranjero en el sector de la agricultura,
en gran parte de África y Asia el campesino no fue integrado haciendo incluso más sencillo para las empresas extranjeras
para que se considerara a sí mismo parte de una “nación”, en comprar tierras.
el tiempo de las luchas de Liberación Nacional, cuando el pen-
sar en la nación se convirtió en un imperativo para la resisten- ¿Qué aspecto tiene la resistencia aquí? Entre los elementos
cia.13 La lucha fue competencia, por citar la famosa expresión incluidos en el proyecto de megaciudad de Bangalore durante
de Lenin, de “la burguesía progresista”. Por lo tanto, el nacio- el año de mi visita se encontraba un aeropuerto internacional.
nalismo en nombre del estado debilitado en la globalización El 13 de enero tuvo lugar la vista del caso y Babu Mathew, un
para el reajuste de la virtualización de lo rural puede ser distin- profesor de derecho que es a su vez sindicalista, me aseguró
guido de las primeras manifestaciones anticoloniales, que a que la adquisición de tierras explotadora de este proyecto se
menudo conducen hoy a una justificación del nacionalismo reli- detendría probablemente gracias a una sentencia favorable.
gioso. Es algo perfectamente visible, como si sucediera en un (Mientras tanto, resultó que el aeropuerto no se construyó. Se
teatro de operaciones, tomando prestada una metáfora de la “modernizó” el que ya existía.) Pero el profesor Mathew se
guerra global. Es también tarea de la teoría hacer que sea mostró muy serio. ¿Por qué?, me pregunté.
racionalmente visible lo que la llamada autoridad de la expe-
riencia pueda esconder. Hablar de una globalidad posestatal Su respuesta debería ponernos en guardia contra la idealiza-
urbanística es olvidarse de esa tarea. ción romántica vanguardista de la memoria colectiva. Los tra-
bajadores y organizadores estaban, por supuesto, eufóricos
13 Ranajit Guha, Subaltern Studies, Delhi, Oxford University Press, 1982, Vol. 1-7. ante la victoria legal. Pero la realidad es que los pequeños pro-

© Los autores, 2005; © Edicions UPC, 2005


Megaciudad

pietarios de las tierras se habían rendido totalmente ante los La visión que se tiene en la India de la megaciudad es la ciu-
megaprecios que les ofrecieron desde la Institución Financiera dad-estado de Singapur. Siguiendo ese modelo, se ha cambia-
para el Desarrollo. Por lo tanto, que hubiesen detenido la cons- do recientemente en Bangalore la ratio superficie de suelo-altu-
trucción del aeropuerto no había sido más que una escaramu- ra de los edificios públicos, y estos planes invaden cada vez
za. La gran batalla ya se había ganado. Se había conseguido más los llamados barrios bajos. La “supresión del chabolismo”
una base de apoyo voluntario al Banco Mundial, coordinador o “los nuevos municipios” son proyectos de megaciudad tanto
del capital privado. Cualquiera de nosotros que haya hecho en Bangalore como en Calcuta. Se debatió el caso de Hong
frente al Banco Mundial y a otras agencias transnacionales en Kong, incluso entre funcionarios del gobierno de nivel bastante
público sabe cómo nos silencian: “Los pobres habitantes de bajo, como una ciudad-estado colonial que se enfrenta al pro-
Bangalore lo quieren, ¿quiénes son ustedes para decir lo con- blema de la reinserción en una nación-estado. Pero el proble-
trario?” Así se construye una voluntad subalterna general para ma inverso de la singapurización de las “megaciudades” de la
la megaciudad virtual. India nunca se debatió. Este no es punto que yo pueda debatir
desde el punto de vista arquitectónico. Solamente puedo con-
En el sentido más estricto, lo “rural” es la interdicción de lo local templar la ciudad como la sedimentación de un texto histórico,
y lo global-en-el-espacio-urbano. El juego del capital electróni- como un momento geográfico en unas unidades más grandes
co desdibuja su división binaria. Como todas las “alianzas de espacialmente definidas como la “India” o “Malasia”. Desde esa
personas” globales saben, y como ya he argumentado, la bio- perspectiva, citar “Singapur” dentro del contexto de “Bangalore”
piratería, las patentes de semillas, la ingeniería genética y el sería, como diría Derrida, hacer que las heridas sangraran.14
dumping farmacéutico por medio de los fertilizantes químicos
(la lista es interminable) convierten hoy lo rural en una base de Realicé una visita a un foro público de arquitectos resistentes.
datos tan fértil que es un frente directo de lo global en términos La alternativa al discurso de Singapur parecía peculiarmente
virtuales. Son los datos que alimentan esas actividades explo- “cultural”. ¿Qué tipo de formas culturales deberían utilizar los
tadoras y, por lo tanto, deben ser constantemente controlados arquitectos indios como modelos? He sugerido en algún lugar
y producidos. La iniciativa de la megaciudad, en todas sus for- que la utilización de la palabra “cultura” en una lucha multicul-
mas, intenta levantar esa interdicción, dar a lo urbano un acce- tural radical es comparable a la utilización que Foucault hace
204
so “adecuado” a la globalidad por vía electrónica, y transformar de la palabra “poder”: “para designar una compleja situación
lo “rural” en un metaconstitutivo fuera de lo “urbano”. De ahí la estratégica en una sociedad particular”.15 La resistencia radical
tristeza de Babu Mathew. a la globalización utiliza la palabra “cultura” de manera similar,
salvo que lo hace con un giro de 180 grados. “Cultura” es una
En Bangalore, la visión urbana local —tanto la oficial como la palabra que sugiere motivos más allá de la razón. Si este razo-
resistente— parece estar alejada de lo global. La visión muni- namiento se utiliza para satisfacer el deseo de acceder a una
cipal del proyecto de megaciudad está dividida en sectores. sociedad civil cuya feliz condición de súbdito la reclaman los
Los responsables de la planificación del Desarrollo Municipal anglopartidarios o sus clones, en la poscolonialidad se utiliza
utilizan planos de uso del suelo; las autoridades metropolita- para debatir el acceso a una modernidad sin tacha, ya que el
nas utilizan planos de infraestructura. El terreno señalado para occidental es “moderno” y la cultura es “tradicional”.
el aeropuerto internacional carecía de agua. Construyamos
canales como en Holanda, dijo un alto representante guber- El gobierno indio es, por supuesto, decididamente “moderno”.
namental, a pesar de que admitía que era algo irreal. Pero, El Informe culturalista de la Comisión Urbana de Charles
continuó, sería más sencillo construirlos porque la mitad de la Correa fue silenciosamente abandonado por la Comisión de
tierra era propiedad del gobierno. Aquella tierra es reserva Planificación India en 1987, el año en que Texas Instruments se
forestal, y ¡resultaba que el problema era el agua! Y así suce- instaló en Bangalore.
sivamente. Estos juicios sectoriales tienen poco que ver con
los debates académicos de décadas sobre la megaforma y la Prem Chandavarkar, mi amigo el arquitecto resistente, sabe
megaestructura. Los juicios sectoriales dependen de cuestio- que no es así, pero como socio que es de una empresa de
nes de asignación presupuestaria. El único requisito común en arquitectura de Bangalore de mucho éxito se siente acosado
las directrices uniformes transmitidas por el Gobierno Central por la cuestión de los modelos culturales para una modernidad
a estas cinco ciudades completamente heterogéneas — sin tacha. Cuando se le deja teorizar en paz, construye una teo-
Bangalore, Bombay, Calcuta, Hyderabad, Madrás— es que el
50 % de la inversión sea coordinado a través de licitaciones 14 La puesta en escena de cortes, lesiones y citas se encuentra en Jacques
globales por aquellas instituciones financieras para el desarro- Derrida, Glas, trad. inglesa de John P. Leavey, Jr. et al., Lincoln, University of
Nebraska Press, 1986, pp. 207-210 (versión original: Glas, París, Galilée, 1974).
llo que trabajan a favor de la cultura secesionista de la mega- 15 Spivak, A Critique of Postcolonial Reason: Toward a History of the Vanishing
ciudad virtual. Present, Cambridge, Harvard University Press, 1999, p. 353.

© Los autores, 2005; © Edicions UPC, 2005


Megaciudad

ría de la arquitectura como si fuese una práctica espacial, que macrológica “estructural” de cómo se debería realizar el traba-
absorbe el significado producido por la historia en lugar del que jo. El reconocimiento del carácter indecisorio del futuro monta
ha querido realizar el autor, una visión crítica de la división guardia contra el totalitarismo de mero cálculo. Al menos no
entre la intención y la consecuencia. Y, cuando abandona la ofi- confundiremos el nacionalismo de EE.UU. con lo global (bene-
cina para trabajar en la resistencia, toma parte en la confección volente) como tal. Una visión sin clases de la justicia ecológica
de la Enmienda Setenta y Cuatro a la constitución india, la Ley realizada en los EE.UU. es irremediablemente inadecuada
Nagar-Palika, y sitúa en el distrito, en la unidad urbanística más para enfrentarse a la espectralización de lo rural.
pequeña, la tan deseada unidad de autogestión local.
He escrito en otro lugar acerca del proyecto imposible de edu-
Aun así, de la misma manera que la cuestión sobre los mode- car contra la creación de una voluntad general que medie entre
los culturales nos aleja de la modernidad sin tacha, la resisten- lo virtual y la megaciudad real, contra la ignorancia de la inter-
cia que se basa en los distritos urbanos no llega a crear una dicción globalizadora.16 He insinuado su necesidad a través de
base de ciudad. Mathew, el profesor de derecho y sindicalista, Derrida, más arriba. Aquí les quiero recordar que el viaje a
se percata de que, en este momento, los inminentes problemas Bangalore lo realicé con el objetivo de reunir material para un
de vivienda, transporte, salud y educación aunque entendidos congreso en Hong Kong que, a su vez, estaba subvencionan-
por los vanguardistas radicales no eran considerados como do uno entre los muchos viajes en pro de un estudio sobre el
una necesidad por los trabajadores. Habían tenido demasiado trabajo intensivo para este proyecto, que no se asemejaba en
poco durante demasiado tiempo. La tierra, solamente la tierra, nada a los “proyectos de alfabetización”. El viaje a Bangalore
era considerada problema y los transnacionales lo estaban fue así doblemente instrumental, y a ese respecto una aproxi-
resolviendo. Se trataba, una vez más, de la construcción de mación constitutiva remota e idiosincrásica para ese rincón no
una voluntad general. Algún tipo de asuntos entran en un con- representativo de la India aborigen, donde Calcuta parece total-
flicto binario residual con ese Sur “rural”, la persistente perdi- mente una metrópoli de lujo. Pero esta forma de acceso cae en
ción del Sur “urbano” que sirve de intermediario de la megaciu- un particularismo y no es segura. Ese rincón no puede entrar
dad virtual hacia el espacio real, hacia un futurismo que apare- en el espacio de este ensayo. Así, cualquier crítica que yo
ce como solamente opuesto a utilizar máquinas y métodos ofrezca de la megaciudad como guardiana de la globalización
modernos. El término del profesor Mathew es la globalización es limitada en perspectiva. 205
“dirigida por la estrategia más que por la crisis”.
Vivo en Nueva York, donde la autorrepresentación como
Los Nuevos Movimientos Sociales no eurocéntricos pueden ser megaciudad que realizan los políticos y otros no profesionales
un correctivo invisible para la autodenominada Sociedad Civil depende tanto de la diversidad creciente de sus habitantes y su
Internacional de organizaciones no gubernamentales (ONG) dominio del mundo financiero como de la escena cultural.
internacionales de colaboración. El objetivo no es situar al dis- Desde mi punto de vista, una ciudad llena de inmigrantes que
trito como la unidad más pequeña de autodesarrollo urbano, buscan integrarse en una sociedad civil para obtener un con-
sino ampliar la perspectiva hacia lo local, como una interrup- junto de derechos civiles, por variadas razones, no es precisa-
ción de lo global. Las buenas ONG —alianzas de personas— mente una ciudad “global”; trae el mundo a la metrópoli y rede-
son aquellas que tienen el suficiente ímpetu para seguir ade- fine “lo americano”. Hasta tal punto la medida de la subdivisión
lante, aunque sea de manera limitada, si la ayuda se interrum- del suelo en una manzana urbana de Nueva York es tan rica
pe. La resistencia se organiza claramente fuera de los partidos como la altura de los edificios, así que, técnicamente, la vieja
políticos. Como resultado de lo que he resumido demasiado descripción de Nueva York como un montón de barrios está
brevemente, los arquitectos radicales, así como el municipio, todavía vigente. Existe, de hecho, una virtualización en curso
harían bien en repensar lo rural en la medida que intentan con- de la ciudad, un esfuerzo para reconstruirla como el nexo del
servar la ciudad como ciudad. Lo rural ya no consiste en árbo- capital electrónico de la que la reciente remodelación de Times
les y campos. Está en camino de convertirse en dato. Square es testigo. Pero los neoyorquinos luchan por mantener
la antigua definición, a pesar de que cambie su composición de
Nuestra esperanza es que si los imperativos cambian así, la clases. Esa lucha, en todas sus ramificaciones, se teoriza en
tarea (en la medida en que el arquitecto tiene una) de construir Evictions de Rosalyn Deutsche.17 A pesar de que cierto artícu-
cultura (en la medida en que sea posible, o necesario e impo- lo de periódico presenta a los artistas como si estuviesen atra-
sible) estará por supuesto dirigida en cuanto a su textura por pados entre los sin-techo y la alta burguesía, el mismo artista,
“las viejas normas”, se juzgará en su puesta en funcionamien- ciudadano de nuestro Empire Estate, ofrece Brooklyn como si
to, como se hace con toda contabilidad, porque deben ser cal-
16 Spivak, “Planet-Think.”
culables. La “textura” indica aquí la participación micrológica 17 Rosalyn Deutsche, Evictions: Art and Spatial Politics, Cambridge, MIT Press,
detallada en cómo se hace el trabajo, más que la planificación 1996.

© Los autores, 2005; © Edicions UPC, 2005


Megaciudad

fuese el nuevo Left Bank, el Museo de Arte Moderno como el dirigida por un gobierno de coalición de izquierdas durante
P.S.1 evitando el Whitney Museum en el Midtown de treinta años. No ha sido uno de los estados más favorecidos
Manhattan.18 Los inmigrantes económicos eurocéntricos mez- por el gobierno central. La cuestión de la megaciudad, con la
clándose con las viejas minorías reescriben la cultura de la especial relación que tiene con la financiación del gobierno
vieja Nueva York. Dejémosle ser un lugar de conflicto para las central, no se defiende aquí con especial entusiasmo. A decir
fuerzas de la megaciudad. En este sentido, creo que sigo sien- de todos, el gobierno estatal ha funcionado bien con las unida-
do un poco retro. des de autogobierno rural compuestas de cinco miembros. (Si
me retirara a ese rincón poco representativo de la India abori-
¡Corten! Otro escenario y otro actor, de mi segunda ciudad a la gen, donde Calcuta parece una metrópoli lujosa, este éxito se
primera. El gobierno de la India, el llamado estado poscolonial ensombrecería debido a los prejuicios, pero eso es demasiado
moderno, tiene cinco proyectos de megaciudad. Se incluyen micrológico.) Esta es una vieja y auténtica relación espacial
las dos nuevas Silicon Cities, Hyderabad y Bangalore, pero entre ciudad y campo. El estado de Bengala Occidental rural no
también las tres viejas capitales coloniales y presidenciales: es tan sorprendente como presa de la espectralización global
Bombay, Calcuta y Madrás. Sobre este palimpsesto, con sus como lo es el Bangladesh rural.20 Los monocultivos y los fertili-
propias ironías históricas, existe asimismo un choque peculiar zantes llegaron aquí con una oleada anterior de “la revolución
de la visión antigua, sectorializada y burocrática de la “India bri- verde”, pero no de una manera tan avasalladora, debido a la
tánica” que se descompone lentamente, labrando el llamado estructura económica de izquierda del estado. La resistencia
“proyecto de megaciudad” y las fuerzas de la globalización. no está fuertemente organizada y los efectos de la globaliza-
ción se viven con menor intensidad en el sector rural. No exis-
Soy de Calcuta. Y es cierto que existen miembros de la clase te clase trabajadora de Bengala Occidental en la ciudad de
secesionista aspirante también habitando (si esa es la palabra) Nueva York.21
el espacio real de Calcuta. Calcuta es aún un ejemplo de cómo
las particularidades de la nación-estado siguen siendo perti- Continúo sintiendo un consuelo secreto al ver que en Nueva
nentes al impulso universalizador del discurso de la megaciu- York se le hace frente al efecto de megaciudad y que Calcuta
dad. A menudo sucede a causa de que los informantes nativos se le resiste. Es el último consuelo de una persona descoloca-
206
no están dispuestos o son incapaces de tomar tales particula- da respecto a los tiempos que corren.
ridades en consideración, que las desechamos por antiguas. Y
por supuesto, a Calcuta 300 le falta el atractivo superficial y la
labia del periodismo de Silicon Alley.19

He aquí la conclusión de mi charla-experiencia, una vez de


20 Esta es una discusión muy general, conocida por los “marxistas” rurales en la
regreso en mi primera ciudad. El representante de la autoridad India y otros lugares de los países “en vías de desarrollo” que puede que no hayan
para el desarrollo metropolitano de Calcuta que estaba mejor oído hablar del libro de Raymond Williams, The Country and the City, Nueva York,
informado sobre los intentos finalmente frustrados de la Oxford University Press, 1973 (trad. cast.: El Campo y la Ciudad, Buenos Aires,
Paidós, 2001).
Fundación Ford para civilizar Calcuta desde la década de los 21 No estoy sugiriendo que el hecho de vivir en Calcuta “otorgue poder”, o que los
sesenta, fue también la única persona en todo mi trabajo de pobres rurales o urbanos en Calcuta “sean felices”. Tales malentendidos parecen
abundar particularmente en Gran Bretaña. (Gary Day, “Muffling the Voice of the
campo amateur que me preguntó: ¿Cuál es la definición aca- Other”, Times Higher Education Supplement, Agosto 6 de 1999, 22; Chetan Bhatt,
démica de la megaciudad? Le telefoneé desde Hong Kong y le “Primordial Being: Enlightenment, Schopenhauer and the Indian Subject of
dije que el jurado estaba todavía deliberando. Postcolonial Theory”, Radical Philosophy 100 (Marzo-Abril de 2000): 38). Cito las
perspicaces palabras de Shyamal Bagchee: “Spivak hace una lectura... desde una
perspectiva india –que es una de las varias perspectivas indias disponibles- y habla
Calcuta está en el estado de Bengala Occidental y ha estado de la posibilidad de una alfabetización transnacional, no posnacional. (Podemos
recordar como, incluso en el año del centenario de la confederación de Canadá,
18 Bernard Stamler, “Artists Stake Out A New Patch of Turf”, New York Times, 9 de Northrop Frye llamó a esto la primera sociedad posnacional del mundo; y en un
Abril de 2000, The City, p. 4. Razorfish, una empresa de Internet, forzó el despla- periodo más cercano a nuestra época Frank Davey ha profundizado sobre ese des-
zamiento del estudio de Isa Catto hacia el distrito del vestido. La gentrificación tino desafortunado en su análisis de la reciente ficción canadiense). La crítica a la
puede empujar a los artistas a coexistir con los industriales de viejo cuño, que algu- globalización desarrollada por Spivak no muestra ningún temor profundo acerca de
nas veces llevan a cabo la explotación de clases al estilo antiguo. Esta opinión de la desaparición de las naciones del mundo, al menos fuera de Occidente –y es pre-
la resistencia fue ofrecida en una conversación telefónica por el escultor Toland cisamente en la creencia de que puede surgir una relación de estados más nueva,
Grinnell, uno de los artistas presentados en la pieza. no coercitiva, donde propone su noción de transnacionalidad-. Considero que con-
19 Calcuta 300: Plan for Metropolitan Development 1990-2015, Calcuta, CMDA, sigue ver a Occidente/Primer Mundo/Norteamérica como el Otro, una vaga posibi-
1990. No estoy cualificada para juzgar tales textos sobre planificación. Pero pare- lidad para la mayoría de los que vivimos en un Occidente gradualmente homoge-
ce ser que el documento completo, que proviene más bien del estado de Bengala neizado –un destino que a su vez planeamos, en un anhelo débilmente imperialis-
Occidental que de la nación-estado de la India, está dedicado a los cambios ta, sobre el resto del mundo-. El posnacionalismo, declara contundente Spivak, es
infraestructurales proyectados, acompañados por prácticas en el espacio real y en el ‘chic radical del norte’”. (Shyamal Bagchee, reseña de mi A Critique of
el uso del suelo que poco tienen que ver con la ciudad como instrumento para los Postcolonialist Reason, en Literary Research/Recherche Littéraire 16.32, Otoño-
nexos de virtualización. Invierno, 1999: 337).

© Los autores, 2005; © Edicions UPC, 2005

También podría gustarte