Cuadernos Pedagogía Crítica
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4. LA RESISTENCIA.
En tanto que las diferentes prácticas de clase, ya sean en el ámbito económico,
político o ideológico, son fundamentalmente relaciones conflictivas, relaciones de
poder, no existe ejercicio del poder que no contenga de manera implícita lucha de
resistencia. “Toda relación de fuerza, implica en todo momento una relación de
poder” (Foucault, 1992, p. 158). Y, consecuentemente, toda relación de poder,
implica en todo momento, una relación de fuerza, de intereses encontrados, de
conflicto, de guerra, de resistencia.
En este capítulo se aborda el estudio de los mecanismos concretos, heterogéneos
y multiformes de la resistencia al ejercicio unilateral del poder en la escuela
primaria. En los capítulos anteriores se analizó cómo se ejercía el poder de
manera explícita e implícita; cómo la clase dominante objetiva sus intereses
políticos e ideológicos dentro y a través de la escuela. En este capítulo se trata de
analizar el ejercicio del poder a partir de la resistencia, de la capacidad de
objetivar los intereses de las clases explotadas; es decir, de la resistencia del
proletariado al ejercicio del poder de la burguesía.
En congruencia con la definición de poder y de relaciones de poder que se ha
manejado a lo largo de la investigación, es posible afirmar que todo ejercicio de
poder conlleva otro ejercicio de poder enfrentado: A éste se le denominará
resistencia, para diferenciarlo del primero. Y si la relación de poder es una relación
conflictiva de clases en lucha, no hay relación de poder sin ejercicio de poderes
encontrados; no hay ejercicio sin resistencia. “No existen relaciones de poder sin
resistencia; éstas son más reales y más eficaces cuando se forman allí mismo
donde se ejercen las relaciones de poder; la resistencia al poder no tiene que venir
de afuera para ser real; pero tampoco está atrapada por ser compatriota del poder.
Existe porque está allí, donde el poder está: es pues como él, multiforme e
integrable en estrategias globales” (Foucault, 2002, pp. 170 y 171).
Con el fin de esquematizar el análisis sobre el contrapoder ejercido dentro de la
escuela primaria, se estudia por separado a los actores principales de la
resistencia: estudiantes y maestros.
LOS ESTUDIANTES Y LA RESISTENCIA.
Es importante aclarar que la resistencia no es un nuevo término en boga de la
jerigonza de la pedagogía radical. La resistencia hace referencia al reconocimiento
de un contra poder colectivo, ejercido por los oprimidos para objetivar sus
intereses de clase y, de esta manera, contrarrestar el ejercicio del poder de la
clase dominante, con el fin de construir un mundo radicalmente nuevo, en donde
en última instancia el ejercicio del poder se vuelva inoperante. La resistencia es
una postura emancipadora de la pedagogía radical que reconoce al individuo
como sujeto activo, el cual conforma sus visiones sobre el mundo a través de la
reelaboración y construcción de los diferentes mensajes ideológicos a los que está
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M: Jorge, ¿y tu material?
A: No lo traje.
M: ¿Por qué no lo trajiste?
A: Porque no.
M: Y entonces, ¿qué vas a hacer?
A: No sé (haciendo un gesto de indiferencia)
M: ¿Te quieres ir a tu casa?
A: Como quiera.
(O/261099/15)
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El profesor pasa a revisar la tarea a los lugares donde están sentados los
alumnos y se da cuenta que sólo unos cuantos la hicieron.
(O/060999/11).
El niño que salió al baño tardó veinticinco minutos en regresar al salón. Salió
caminando lentamente, saludó a unos amigos, tomó un trago de agua, se
puso a jugar fútbol en la cancha con niños de otro grupo, entró al baño, platicó
con otros compañeros, jugó a las luchas con un niño, se regresó, volvió a
tomar agua, se detuvo para ver a unos niños trabajar y cuando se dio cuenta
que yo lo estaba observando, salió corriendo al salón, se sentó
inmediatamente en su lugar y se puso a trabajar.
(O/271099/16).
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Después de que el grupo hubo escrito la fecha del día, la maestra empieza a
dictar una lección a los alumnos.
M: Mi hermano el hombre: amo el canto del cenzontle.
A1: ¿Sonsontle? (algunos alumnos ríen).
M: No, cenzontle. Pájaro de cuatrocientas voces; / Amo el color del jade;
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Mientras la maestra revisa la tarea, la mayor parte de los alumnos del grupo
está platicando. Se puede escuchar la siguiente conversación entre un grupo
de niños:
A1: Yo tengo un ratón.
A2: ¿A poco?
A3: Yo también tengo otro ratón de esos caseros.
A1: ¡Qué suave! Mi ratón también es casero, lo agarré dentro de mi casa pero
lo tengo escondido en una caja porque a nadie le gusta.
(O/300899/06).
Se paran dos niñas a pedir algo a otras compañeras, las ve el maestro y les
dice:
M: Siéntense, no deben estar paradas.
As: Les estamos pidiendo algo.
M: ¿Qué les están pidiendo?
As: Unos pincelines.
M: No van a colorear, van a escribir, así que siéntense.
Las niñas se sientan pero siguen platicando en voz baja para que no las
pueda oír el maestro. Otro niño se voltea y se pone a platicar con ellas.
(O/010999/09).
Los alumnos que están sentados en el rincón de la parte de atrás del salón se
pusieron de acuerdo para copiar la lección del libro; ponen el libro bajo la
butaca y el cuaderno encima, la mochila en un lado para que de esa manera
no puedan ser vistos por el profesor.
(O/020999/10)
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Se observa que el profesor tiene buena relación con los alumnos, bromea con
ellos y ellos con él en un ambiente de confianza.
Cuando el profesor estaba realizando un comentario sobre el tipo de viviendas
donde los hombres habitaban primitivamente, de pronto se soltó una fuerte
lluvia que posteriormente se convirtió en granizo. Fue tanto el ruido que
provocó el granizo en el aula, que resultó prácticamente imposible continuar
con la clase. Los alumnos se levantaron de sus lugares y se dirigieron a las
ventanas para ver caer el granizo. Esta conducta el profesor la tomó con
naturalidad.
M: qué les parece se aprovechamos la lluvia para hacerle una carta al director
para que nos pongan el cielo raso en el salón.
(O/131198/04).
Los estudiantes redactaron una carta para el director solicitándole que les
proporcionara el material necesario para instalar el cielo raso en el aula de clases.
Posteriormente corrigieron de forma grupal la redacción y la ortografía de la carta
y, finalmente, se nombró de manera entusiasta una comisión de estudiantes para
que le hiciera llegar la carta al director.
En esta clase se puede apreciar cómo el maestro respeta los intereses de los
estudiantes y cómo, a partir de dichos intereses, propone actividades de reflexión
y análisis que llevan a los estudiantes a construir una visión crítica de su realidad,
con el fin de transformarla. Aquí la relación entre maestro y estudiantes no es de
opresor–oprimido, de sometedor–sometido, sino de compañero a compañero.
Maestro y estudiantes, describe Antonio Gramsci, forman un “bloque histórico”;
intelectuales y proletarios, a través de una práctica política e ideológica, se
fusionan para cuestionar y transformar la realidad social.
En este caso la resistencia es utilizada para abrir democráticamente el espacio
áulico a los estudiantes, con el fin de emanciparse de una realidad opresora. “El
valor del constructo de la resistencia reside en su función crítica, en su potencial
para expresar las posibilidades radicales contenidas en su propia lógica y los
intereses contenidos en el objeto de su expresión” (Giroux, 1992, p. 146)
Para el maestro resistir dentro del aula es visualizar, potenciar y hacer posible un
futuro mejor; es encarar a la educación como un espacio fundamentalmente
político e ideológico, penetrado por las contradicciones de las estructuras más
amplias, que a partir del ejercicio del poder y los actos de resistencia dan forma al
cotidiano drama escolar. Como apunta Giroux: “la noción de resistencia tiene que
ser mediada no sólo por el grado en que promueve el pensamiento crítico y la
acción reflexiva, sino de manera más importante por el grado en que contiene la
posibilidad de estimular la lucha política colectiva alrededor de problemas de
poder o determinación social (1992, p. 148).
Así pues, el análisis de los actos de resistencia complementan el estudio del
ejercicio unilateral del poder en la escuela primaria, que hacen del drama escolar
un espacio contradictorio y dialéctico. Resistencia y ejercicio del poder son partes
de una relación contradictoria a partir de la cual cobra sentido el aspecto político e
ideológico de la vida escolar.
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