BasilioMartin GarciaMartinez
BasilioMartin GarciaMartinez
BasilioMartin GarciaMartinez
INTRODUCCIÓN ________________________________________________ 7
1.2. Años sesenta. Auge y ocaso del Nuevo Cine Español. _________ 43
7
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
1
Bruzzi, Stella, New Documentary: A Critical Introduction, Routledge, Londres,
1999; y algunos análisis de la obra colectiva de Keith Grant, Barry, y Slo-
niowski, Jeannette (eds.), Documenting the Documentary. Close Readings of
Documentary Film and Video, Wayne University Press, Detroit, 1998.
2
Roscoe, Jane, y Hight, Craig, Faking it. Mock-documentary and the Subversion
of Factuality, Manchester University Press, Manchester y Nueva York, 2001.
3
Liandrat-Guigues, Suzanne, y Gagnebin, Murielle, L’essai et le cinéma, L’or
D’Atalante, Champ Vallon, Seyssell, 2004.
4
Català, Josep María, “El film ensayo: la didáctica como una actividad subversi-
va”, Archivos de la filmoteca, nº 34, febrero, 2000, pp. 79-97.
5
Weinrichter, Antonio, “Subjetividad, impostura, apropiación: en la zona donde
el documental pierde su honesto nombre”, Archivos de la filmoteca, octubre,
1998, pp.109-123.
6
AA.VV., Desmontaje: film, vídeo/apropiación, reciclaje, IVAM, Valencia,
1993.
7
Torreiro, Casimiro, y Cerdán, Josetxo (eds.), Documental y vanguardia, Cáte-
dra, Madrid, 2005.
8
Ortega, María Luisa (coord.), Nada es lo que parece. Falsos documentales,
hibridaciones y mestizajes del documental en España, Ocho y medio, Ma-
drid, 2005.
8
Introducción
9
Este creciente interés se ha complementado con diversos homenajes y retros-
pectivas en Festivales, así como con la reciente concesión de la Medalla de
Oro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
10
Bellido López, Adolfo, en colaboración con Arranz Parra, Jesús, Bellido Ra-
mos, Adolfo y Núñez Sabin, Pedro, Basilio Martín Patino. Un soplo de liber-
tad, Filmoteca Generalitat Valenciana, Valencia, 1996.
11
Pérez Millán, Juan Antonio, La memoria de los sentimientos. Basilio Martín
Patino y su obra audiovisual, 47 Semana Internacional de Cine de Vallado-
lid, Valladolid, 2002.
9
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
12
González, Fernando, “Basilio Martín Patino: pensar la Historia”, Film-Historia,
vol.VII, nº2, Barcelona, 1997, pp. 141-160.
13
Torreiro, Casimiro, “Basilio Martín Patino: discurso y manipulación”, en Ca-
talà, Josep María, Cerdán, Josetxo, y Torreiro, Casimiro, Imagen, memoria y
fascinación. Notas sobre el documental en España, Festival Internacional de
Cine de Málaga/ Ocho y Medio, Madrid, 2001, pp. 231-240.
14
Martín Morán, Ana, “La inocencia subversiva. Pistas falsas y alguna certeza
sobre la producción audiovisual de Basilio Martín Patino”, Nada es lo que
parece…, op. cit., pp. 47–82.
15
Algunos de estos mismos autores también han impreso la huella de sus análisis
en artículos centrados en películas concretas: Bellido, Adolfo, “Madrid, el ar-
tista enfrentado a su obra”, Nickel Odeon, Madrid, nº7, verano, 1997, pp.
207-210; Martín Morán, Ana, “La reescritura del pasado en El grito del
Sur”, Cuadernos de la Academia, nº9, junio, 2001, pp. 493-510; Pérez Mi-
llán, Juan Antonio, “La seductora producción del caos”, Archivos de la Fil-
moteca, nº12, abril-junio, 1992, pp.126-131; Torreiro, Casimiro, “En las
fronteras”, Archivos de la Filmoteca, n 12, abril-junio, 1992, pp. 137-139.
16
Este autor ha dedicado su investigación a La seducción del caos y Andalucía,
un siglo de fascinación. Cfr. Heredero, Carlos, “Espejito prodigioso: ¡Dime
la verdad!”, Archivos de la Filmoteca, nº12, abril-junio, Valencia, 1992, pp.
132-135; Heredero, Carlos, “La historia como representación y el espejo apó-
crifo (A propósito de Andalucía, un siglo de fascinación)”, Archivos de la
Filmoteca, octubre, nº30, 1998, pp. 157-168.
17
Salvador, Alicia, “La triste España de Caudillo”, Archivos de la Filmoteca,
nº42-43, octubre 2002-febrero 2003, 2003, pp. 119-143.
18
Pastor Martínez, Ernesto J., “El nudo gordiano de Canciones para después de
una guerra”, Cuadernos de la Academia, nº13-14, 2005, pp. 285-304.
10
Introducción
19
Más allá de estas contribuciones, la atención a Martín Patino abunda en las
revistas generalistas de cine y en las secciones de cultura de los periódicos.
Se puede consultar una exhaustiva relación de las referencias bibliográficas y
periodísiticas en las que se cita alguna de las obras Basilio Martín Patino en
Bellido, Un soplo de libertad…, op. cit., pp. 257-276.
11
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
12
Introducción
20
Leyda, Jay, Films Beget Films, Hill and Wang, Nueva York, 1964.
21
Wees, William C., Recycled Images. The Art and Politics of Found Footage
Films, Anthology Film Archives, Nueva York, 1993; “El aura ambigua de las
estrellas de Hollywood en las películas de Found Footage de vanguardia”,
Archivos de la Filmoteca, nº30, octubre, 1998, pp. 137-147; “Forma y senti-
do en las películas de Found Footage: una visión panorámica”, Archivos de
la Filmoteca, nº30, octubre, 1998, pp. 125-135; “Found Footage y collage
épico”, en AA.VV., Desmontaje: film, vídeo/apropiación, reciclaje, IVAM,
Valencia, 1993, pp. 37-42.
22
Weinrichter, Antonio, “Usos, abusos y cebo para ilusos: el documental de
archivo contemporáneo”, Nada es lo que parece…, op. cit., pp. 83-106; “Ju-
gando en los archivos de lo real. Apropiación y remontaje en el cine de no
ficción”, en Torreiro, Mirito, y Cerdán, Josetxo, Documental y vanguardia,
Cátedra, Madrid, 2005, pp. 43-64; Desvíos de lo real, T&B Editores, Madrid,
2004.
23
Sánchez-Biosca, Vicente, El montaje cinematográfico, Paidós, Barcelona,
1996.
13
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
24
Roscoe y Hight, Faking it…, op. cit..
25
Nichols, Bill, La representación de la realidad. Cuestiones y conceptos sobre
el documental, Paidós, Barcelona, 1997.
26
Sánchez-Navarro, Jordi, “(Re)construcción y (re)presentación. Mentira hiper-
consciente y falso documental”, Documental y vanguardia, op. cit., pp. 85-
108; una versión anterior de este texto se encuentra en “El mockumentary: de
la crisis de la verdad a la realidad como estilo”, en Sánchez-Navarro, Jordi, e
Hispano, Andrés (eds.), Imágenes para la sospecha. Falsos documentales y
otras piruetas de la no ficción, Glenat, Barcelona, 2001.
27
De Felipe, Fernando, “El ojo resabiado (de documentales falsos y otros escep-
ticismos escópicos)”, Imágenes para la sospecha…, op. cit., pp. 31-58.
28
Waugh, Patricia, Metafiction. The Theory and Practice of Self-Conscious Fic-
tion, Routledge, Londres y Nueva York, 1984.
29
Dallenbach, Lucien, El relato especular, Visor, Madrid, 1991.
14
Introducción
30
Rose, Margaret A., Parody/Metafiction. An Analysis of Parody as a critical
mirror to the writing and reception of fiction, Croom Helm, Londres, 1979.
31
Currie, Mark (ed.), Metafiction, Longman Publishing, Nueva York, 1995.
32
Stam, Robert, Reflexivity in Film and Literature, Columbia University Press.
Nueva York, 1992.
33
Arenas Cruz, María Elena, Hacia una teoría general del ensayo. Construcción
del texto ensayístico, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha,
Cuenca, 1997.
34
Aullón de Haro, Pedro, Teoría del ensayo, Verbum, Madrid, 1992.
35
Picazo, María Dolores, “Introducción”, en Montaigne, Michel, Ensayos I,
Cátedra, Madrid, 2001.
36
Jarauta, Francisco, “Para una filosofía del ensayo”, Revista de Occidente,
Fundación José Ortega y Gasset, nº116, enero, 1991, pp. 43-49.
37
Cerezo, Pedro, “El ensayo en la crisis de la Modernidad”, Pensar en Occiden-
te. El ensayo español hoy, AA.VV., Centro de las Letras Españolas, Direc-
ción General del Libro y las Bibliotecas, 1991.
15
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
38
Lopate, Philip, “In the Search of the Centaur”, en Warren, Charles (ed.), Be-
yond Document. Essays on Nonfiction Film, Wesleyan University Press,
Hannover y Londres, 1996.
39
Liandrat-Guigues y Gagnebin, L’essai et le cinéma, op. cit.
40
Moure, José, “Essai de définition de l’essai au cinema”, L’essai et le cinéma,
op. cit., pp. 25-37.
41
Català, Josep María, “Film-ensayo y vanguardia”, Documental y vanguardia,
op. cit., pp. 109-158.
16
Introducción
***
17
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
18
Introducción
19
PRIMERA PARTE
BIOFILMOGRAFÍA DE
BASILIO MARTÍN PATINO
Las claves del cine de Basilio Martín Patino pueden entenderse con
mayor nitidez si nos asomamos a los aspectos que han conformado
su biografía y ubicamos su figura en el contexto cinematográfico en
el que fue desempeñando su labor artística, desde los años cincuen-
ta hasta nuestros días.
“¿Qué sentido tiene hablar de mí? –afirmaba Patino en unas
declaraciones– ¿A quién puede interesar? Podemos hablar de cine,
de mis películas, de los problemas de la imagen, de todo... pero la
biografía importa muy poco”42. En este desinterés radica la existen-
cia de pocos datos personales acerca del autor salmantino. Esta
carencia, paliada en parte por los libros de Bellido y de Pérez Mi-
llán43, se complementa con apuntes extraídos de diversas entrevis-
tas concedidas por el director –incluida la que mantuvo con el autor
de esta tesis doctoral el 8 de abril de 2005–. Conscientes de que
este trabajo de investigación no tiene como misión profundizar en
la vida de Martín Patino, el capítulo 1 de esta primera parte ofrece
sucintamente los datos de los que disponemos –suficientes para
esbozar la personalidad del cineasta– y los combina con una breve
presentación de su obra. Al mismo tiempo, también se intenta esta-
blecer un diálogo con el cine español que se realizaba en cada dé-
cada por las que va transitando Patino. Por tanto, el objetivo de este
42
Declaraciones a Pérez Millán, La memoria de…, op. cit., p. 19.
43
Bellido, Un soplo de libertad, op. cit.; y Pérez Millán, La memoria de los
sentimientos..., op. cit.
23
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
24
CAPÍTULO 1
PERFIL BIOFILMOGRÁFICO: MARTÍN PATINO
EN LOS MÁRGENES DEL CINE ESPAÑOL
44
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
25
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
45
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
26
1.1. Años cincuenta. Infancia y juventud en Sa-
lamanca. Industria, disidentes y “Conversacio-
nes”
Basilio Martín Patino nació en el pueblo de Lumbrales (Salaman-
ca), el 29 de octubre de 1930, en una familia tradicional, católica y
de derechas. Sus padres eran maestros que, tras la guerra, se trasla-
daron a vivir a Salamanca, pues su padre fue nombrado regente de
la Escuela Normal de Magisterio. En la ciudad, los cinco hijos de la
familia Martín Patino vivieron primero en un piso del barrio mo-
derno de Salamanca para después mudarse a una casa antigua del
casco histórico. Basilio fue enviado a estudiar al seminario menor
de Comillas, en Santander, donde no encajó. Lo abandonó una vez
terminado el Bachillerato. La vocación religiosa sí cuajo, sin em-
bargo, en dos de sus hermanos: uno es sacerdote y otra monja. Ya
desde pequeño, Patino cultivó su encanto por los teatros de muñe-
cos, en los que fabulaba historias construidas con decorados y figu-
ras al pie de una escalera. De ahí pasó al interés por los proyectores
de cine infantiles, de juguete, y a comenzar a ver películas gracias a
un amigo suyo, hijo del portero de un cine, que le colaba con fre-
cuencia: “Así pude ver muchas películas de las que llamábamos ‘de
caballistas’, que ni siquiera esas me dejaban ver en mi casa. Y de-
bió de pesar también, cómo no, la atracción irresistible que ejerce
lo prohibido”46. Esta afición de teatrillos y cine a escondidas le
condujo a una irresistible fascinación por aparatos audiovisuales,
de los que guarda una buena colección que hoy se expone en la
Filmoteca de Castilla y León bajo el título de Artilugios para fasci-
nar.
Tras su infancia y su paso por el seminario menor, Patino se
matriculó en Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca, un
lugar de prestigio donde impartían clases catedráticos como Lázaro
Carreter, Zamora Vicente, Tovar y, algo más tarde, Tierno Galván.
46
Declaraciones a Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p.
21.
27
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
28
Años cincuenta. Infancia y juventud en Salamanca
47
Cfr. Ángulo, Jesús, “Los antecedentes. El cine español de los años 50”, Los
Nuevos Cines en España. Ilusiones y desencantos de los años sesenta, Here-
dero, Carlos F., y Monterde, José Enrique (eds.), Instituto Valenciano de Ci-
nematografía Ricardo Muñoz Suay, Valencia, 2003, pp. 31-32.
29
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
48
Monterde, José Enrique, “Continuismo y disidencia (1951-1962)”, en Gubern,
Román, Monterde, José Enrique, Pérez Perucha, Julio, Riambau, Esteve y
Torreiro, Casimiro, Historia del cine español, Cátedra, Madrid, p. 270.
30
Años cincuenta. Infancia y juventud en Salamanca
31
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
49
Cfr. Monterde, “Continuismo y disidencia...”, Historia del cine español, op.
cit., p. 279.
50
Cfr. Ángulo, “Los antecedentes...”, Los Nuevos Cines en España…, op. cit., p.
40.
51
La crítica de los diarios no aportó apenas nada al regeneracionismo. Como
explica Heredero, “los críticos titulares de los periódicos continúan rindiendo
culto y sumisión al adocenamiento en el que vive instalada la producción he-
gemónica, al absentismo y la mansedumbre intelectual con la que se mani-
fiesta la inmensa mayoría de las películas nacionales. Comtemporizadora y
32
Años cincuenta. Infancia y juventud en Salamanca
33
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
53
Martín Patino: “Hice la carrera sin más medios económicos que lo que sacaba
de escribir o de estas actividades relacionadas con la crítica. Era mi ‘modus
vivendi’ (...). A pesar del nombrecillo que obtuve creo que no fui un buen crí-
tico” (Film Ideal, nº 193).
54
Cfr. Monterde, José Enrique, “La recepción del ‘nuevo cine’. El contexto críti-
co del NCE”, Los Nuevos Cines en España…, op. cit., pp. 118-119.
34
Años cincuenta. Infancia y juventud en Salamanca
55
Entrevista de Miguel Bilbatúa y Carlos Rodríguez Sanz, Nuestro cine, nº 52,
Madrid, 1966, p. 20.
56
Cfr. Castro, El cine español en el banquillo, Fernando Torres Editor, Valencia,
1974, p. 308.
35
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
pareja feliz, por su parte, ofrece una comedia amarga que mostraba
los avatares y dificultades de una joven pareja de condición obrera.
También con guión de Bardem y bajo la dirección de Luis García
Berlanga llegó Bienvenido Mister Marshall (1952). La carrera de
Berlanga continuó por los terrenos de la comedia, pero su crítica
social se suavizó hasta la aparición, ya en los sesenta, de Plácido o
El verdugo, donde la unión con el guionista Rafael Azcona aportó
grandes dosis de acidez e ironía. En el cine de Bardem, por su par-
te, juega un papel primordial la crítica realista a la burguesía espa-
ñola y a una sociedad anquilosada, encerrada en unos valores y una
atmósfera asfixiantes. Como señala Angulo, Bardem realiza un
“cine de tesis mucho más comprometido políticamente”57, lo que se
aprecia en películas dramáticas o de costumbres como Cómicos
(1954), Muerte de un ciclista (1955), Calle Mayor (1956) o la más
atávica La venganza (1957). En su cine late, según Monterde, “la
necesidad de toma de conciencia hasta la solución de una alternati-
va que desborda lo existencial para alcanzar lo social, en una per-
fecta ilustración de la imprescindible regeneración nacional”58.
Junto a estas dos importantes figuras, centrales en la cultura
de la disidencia en donde se instalará Patino, nos encontramos otros
cineastas que dejaron su huella crítica. El actor y director Fernando
Fernán-Gómez se adscribió a la corriente berlanguiana del sainete
costumbrista y regeneracionista. En sus películas se mostraba cer-
cano a los problemas cotidianos de la gente común, con simpatía
por los desheredados. De corte realista, resulta curioso apreciar
como su cine también manifiesta algún mecanismo metaficticio,
que hace pedazos la ilusión realista del relato. De entre su cine cabe
destacar La vida por delante (1958), la exitosa astracanada teatral
de La venganza de Don Mendo (1961) y, ya de lleno en la década
siguiente, El mundo sigue (1963) y El extraño viaje (1964), autén-
57
Angulo, “Los antecedentes...”, Los Nuevos Cines en España…, op. cit., p. 43.
58
Monterde, “Continuismo y disidencia...”, Historia del cine español, op. cit., p.
288.
36
Años cincuenta. Infancia y juventud en Salamanca
59
Monterde, “Continuismo y disidencia...”, Historia del cine español, op. cit., p.
291.
60
Declaraciones a Castro, El cine español en el banquillo, op. cit., p. 307.
37
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
61
Monterde, “Continuismo y disidencia...”, Historia del cine español, op. cit., p.
282.
62
Monterde, “Continuismo y disidencia...”, Historia del cine español, op. cit., p.
282.
63
Palabras recogidas en Bellido, Un soplo de libertad..., op. cit., p. 23.
38
Años cincuenta. Infancia y juventud en Salamanca
64
“Carta abierta” de Martín Patino al coordinador de la Filmoteca de Castilla y
León. Publicada en AA.VV., El cine español, desde Salamanca (1955-1995),
Junta de Castilla y León, Salamanca, 1995, pp. 55-58.
65
Se trata de una frase que ha gozado de cierta fortuna para referirse –quizá de
forma algo injusta– a aquellos años: un cine “políticamente ineficaz, social-
mente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente malo e industrialmente
raquítico”.
39
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
66
Angulo, “Los antecedentes...”, Los Nuevos Cines en España..., op. cit., p. 42.
67
“Carta abierta” de Patino, El cine español, desde Salamancal..., op. cit, pp. 55-
58.
68
“Carta abierta” de Patino, El cine español, desde Salamancal..., op. cit, pp. 55-
58. La cursiva es del original.
69
Ese desencanto progresivo con Salamanca alcanza una mayor sonoridad en la
reciente entrevista que Torreiro le hizo para Los Nuevos Cines en España. A
la pregunta de si Salamanca fue el germen de la política de García Escudero,
Patino responde taxativo: “Yo creo que no. ¡De Salamanca no salió NADA
[sic], nada de nada!” (Torreiro, Mirito, “Basilio Martín Patino. Contra los tó-
picos”, Los Nuevos Cines en España…, op. cit., 2003, p. 305).
40
Años cincuenta. Infancia y juventud en Salamanca
70
Declaraciones a Castro, El cine español en el banquillo, op. cit., p. 308.
71
Según señala Bellido, es posible que Patino hiciera más cortos durante su
diplomatura en el IIEC de los que, sin embargo, no se tiene constancia física.
72
Declaraciones a Castro, El cine español en el banquillo, op. cit., p. 309.
41
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
73
Declaraciones a Castro, El cine español en el banquillo, op. cit., p. 309.
74
Declaraciones a Castro, El cine español en el banquillo, op. cit., p. 310.
75
Entrevista de Torreiro, “Contra los tópicos”, Los Nuevos Cines en España...,
op. cit., p. 310.
42
1.2. Años sesenta. Auge y ocaso del Nuevo Cine
Español.
La actividad artística de Patino durante el inicio de la década se
circunscribió a tres cortos ya profesionales: El noveno (1961), To-
rerillos (1962) –premiados en diversos festivales y que permitieron
al cineasta hacerse un pequeño hueco en el mundo del celuloide– e
Imágenes y Versos a la Navidad (1962), la primera de sus múltiples
colaboraciones con José Luis García Sánchez76. Durante el inicio
de los años sesenta, Patino también ejerció como profesor auxiliar
de dirección en la EOC, donde incluso estuvo a punto de opositar a
la cátedra de montaje, el tema que mejor dominaba. Buena muestra
de ello es el artículo que publicó en el número 152 de la revista
Film Ideal: “Hacia un nuevo concepto de montaje”77, donde exhibe
cierto bagaje teórico en una cuestión que, más adelante, conformará
parte de la identidad de sus obras.
Tan diversas actividades no le impidieron ir perfilando su
primer y exitoso largometraje: Nueve cartas a Berta. Para contex-
tualizarlo conviene realizar previamente un breve viaje por las pelí-
culas que se hacían en aquella década, donde cineastas como Patino
y sus colegas de la EOC acabaron dibujando un oasis de renova-
ción en las estructuras cinematográficas españolas. La evolución de
la situación política presentaba un país cada vez más abierto, con el
empuje vital de una buena economía (capaz de generar amplias
clases medias) y un turismo como herramienta monetaria de primer
orden que favorecía el trasvase cultural y de costumbres. La dicta-
dura se relajaba a la par que se consolidaba el PCE como partido de
oposición –clandestina, por supuesto–, organizador de las primeras
76
Este futuro director, también salmantino, ha colaborado con Martín Patino en
muchas de sus películas posteriores en calidad de productor, codirector o di-
rector adjunto y ha resultado un animador vital en los momentos en que Pa-
tino se desencantaba con el cine o la industria (véase anexo II, donde se en-
cuentran las fichas técnicas completas de toda la obra de Basilio Martín
Patino).
77
Martín Patino, Basilio, “Hacia un nuevo concepto del montaje”, Film Ideal, nº
152, septiembre, 1964, Madrid, pp. 621-629.
43
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
78
Cfr. Torreiro, Casimiro, “¿Una dictadura liberal? (1962-1969)”, Historia del
cine español, op. cit., p. 334.
44
Años sesenta. Auge y ocaso del NCE
79
Para más detalles, cfr. Torreiro, “¿Una dictadura liberal?”, Historia del cine
español, op. cit., p. 329.
45
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
80
Gubern, Román, 1936-1939: La guerra de España en la pantalla, Filmoteca
Española, Madrid, 1986, p. 143.
81
Villegas López, Manuel, El nuevo cine español, XV Festival Internacional de
Cine/Izarra, San Sebastián, 1967, pp. 53-54
82
Cfr. Heredero, Carlos F., “En la estela de la modernidad. Entre el Neorrealis-
mo y la Nouvelle Vague”, Los Nuevos Cines en España…, op. cit., p. 139.
83
Torreiro, Casimiro, “¿Una dictadura liberal?”, Historia del cine español, op.
cit., p. 300.
84
Marías, Miguel, y Llinás, Francisco, “Del amor y otras soledades, en la encru-
cijada del NCE”, Nuestro Cine, nº 90, octubre, 1969, p. 65.
85
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
46
Años sesenta. Auge y ocaso del NCE
86
Al igual que ocurrió en otros países, la renovación se debió al impulso de
nuevos jóvenes realizadores provenientes de escuelas de cine, apoyados por
una legislación proteccionista que intentaba impulsar una cinematografía na-
cional alternativa a la existente, de una calidad más contrastada. Para un aná-
lisis de las motivaciones y características del fenómeno de los nuevos cines,
véase Monterde, José Enrique; Riambau, Esteve (eds.), Historia General del
Cine. Vol. IX: Europa y Asia (1945-1959), Cátedra, Madrid, 1996.
87
Heredero, “En la estela de la modernidad…”, Los Nuevos Cines en España...”,
op. cit., p. 139.
88
Martín Patino resta influencia a García Escudero y desmiente las bondades de
su talante: “Era un militar que sabía leer y escribía unos libros horrendos.
Uno de ellos [Distancia y palabras del cine español] hasta tiene un prólogo
mío lamentable. Pero García Escudero era un general y era difícil llevarse
bien con él” (Entrevista personal con Basilio Martín Patino, 8-5-2005).
47
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
89
Aunque los directores ya sabían a qué atenerse, la ley dejaba bastante lugar
para la interpretación de los censores. De hecho, cuando García Escudero ce-
só en su cargo, su sucesor “impuso un duro freno a la reforma en el terreno
cinematográfico sin tener necesidad de modificar el texto” (Torreiro, “¿Una
dictadura liberal?”, Historia del cine español, op. cit., p. 302).
90
Para detalles de censura en películas del NCE, cfr. Gubern, Román, “El force-
jeo entre censura y reformismo. ¿La primera apertura?”, Los Nuevos Cines en
España...”, op. cit., pp. 69-79.
91
Estas medidas quedan descritas en Kinder, Marsha, Blood Cinema. The re-
construction of National Identity in Spain, University of California Press,
Berkeley-Los Ángeles, 1993, p. 4-6.
48
Años sesenta. Auge y ocaso del NCE
92
Nuestro Cine, nº 2, agosto 1961, editorial, p. 3.
93
Monterde, José Enrique, “La recepción del ‘nuevo cine’...”, Los Nuevos Cines
en España..., op. cit., pp. 105-106.
94
Un ejemplo de esta atención preferente se puede constatar en el número 52,
donde se incluía la foto de portada, una crítica de Nueve cartas a Berta escri-
ta por Miguel Bilbatúa, una entrevista con Patino y varias escenas del guión;
en total: portada y veintidós páginas de la revista.
49
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
95
Torreiro, Casimiro, “¿Una dictadura liberal?”, Historia del cine español, op.
cit., pp. 308-309. La cursiva es del original.
96
Caparrós Lera, José María, El cine español bajo el régimen de Franco (1936-
1975), Publicacions i edicions de la Universitat de Barcelona, Barcelona,
1983, p. 44.
97
Cfr. Seguin, Jean-Claude, Historia del cine español, Acento Editorial, Madrid,
1995, p. 53.
98
Cfr. Torreiro, “¿Un dictadura liberal?”, Historia del cine español, op. cit., p.
309.
50
Años sesenta. Auge y ocaso del NCE
99
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
100
Ejemplos de esos primeros contactos con el documental son Carta de Sana-
bria (Ducay, 1956), Cuenca (Saura, 1958), A través de San Sebastián (Ecei-
za, 1960) o Torerillos (Patino, 1962).
101
Recogido en Monterde, José Enrique, “Realidad, realismo y documental en el
cine español”, en Català, Josep María, Cerdán, Josetxo, y Torreiro, Casimiro,
Imagen, memoria y fascinación. Notas sobre el documental en España, Fes-
tival Internacional de Cine de Málaga/ Ocho y Medio, Madrid, 2001, p. 24.
51
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
102
Villegas, El nuevo cine español, op. cit., p. 66.
103
Se puede encontrar un repaso a la labor de los nuevos cineastas antes de 1962
en Ángulo, Jesús, “Los antecedentes...”, Los Nuevos Cines en España..., op.
cit., pp. 49-52.
104
Cfr. Seguin, Historia del cine español, op. cit., y Torreiro, “¿Una dictadu-
ra...”, Historia del cine español, op. cit.
52
Años sesenta. Auge y ocaso del NCE
105
Cfr. Heredero, “En la estela de la modernidad…”, Los Nuevos Cines en Espa-
ña..., op. cit., p. 162.
53
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
106
Nuestro Cine, nº 71, marzo de 1968, Madrid, p. 7.
54
Años sesenta. Auge y ocaso del NCE
107
“Nuevo Cine Español, joven cine español”, Nuestro Cine, nº 77-78, noviem-
bre-diciembre, 1968, pp. 68-72.
108
“El llamado cine mesetario”, Nuestro Cine, nº 84, junio, 1969.
109
“Angelino Fons: el reflejo de una frustración: Cantando a la vida”, Nuestro
Cine, nº 84, junio, 1969.
110
Marías, Miguel, y Llinás, Francisco, “Del amor y otras soledades, en la en-
crucijada del NCE”, Nuestro Cine, nº 90, octubre, 1969, p. 65.
55
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
111
Torreiro, “¿Una dictadura liberal?”, Historia del cine español, op. cit., p. 335.
112
Caparrós, El cine español..., op. cit., p. 49.
113
Cfr. Martínez Torres, Augusto, Cine español. Años 60. Anagrama, Barcelona,
1973, pp. 119 y ss.
114
Otros premios, en festivales menos importantes, fueron el de mejor ópera
prima en San Sebastián para Nueve cartas a Berta, el de Valores Humanos en
Valladolid para Juguetes rotos o el mejor película en Mar del Plata para No-
che de verano.
56
Años sesenta. Auge y ocaso del NCE
dios por los que el régimen franquista pudo articular sus deseos de
emprender una reforma liberal”115.
115
Hopewell, John, El cine español después de Franco, El Arquero, Madrid,
1989, p. 38.
57
1.3. Años setenta. Reclusión obligada
Durante los años setenta, en España se vivía la época del tardofran-
quismo, la muerte del dictador y la conquista paulatina de las liber-
tades, con la consiguiente edificación de una democracia parlamen-
taria a través de los gobiernos de UCD. Patino jugó un curioso
papel político en la consecución de esa ansiada libertad política: su
casa adquiere un valor simbólico, pues desde ella se pactó la legali-
zación del Partido Comunista en la Semana Santa de abril de 1977.
El abogado José María Armero –cómplice del engaño patiniano de
La seducción del caos– ejerció de portavoz de Suárez ante el líder
del PCE. “Y a mí me tocó hacer de telefonista –recuerda Patino–,
había que localizar a Carrillo, a Tamames, a Montero... Era esper-
péntico porque mientras se intentaba legalizar a los comunistas ahí
abajo estaba pasando la procesión”116.
En lo que respecta al cine español, a pesar de la apertura
ideológica, en la década amplia que transcurre desde el cambio en
el Ministerio de Información y Turismo (octubre de 1969) hasta la
victoria socialista en el gobierno de España (octubre del 82), el
sector entró en un grave período de crisis que, después, se ha con-
vertido en su estado habitual. Los factores de esta inestabilidad
fueron varios: unos circuitos de distribución y exhibición controla-
dos por empresas estadounidenses, la expansión de la televisión y
del vídeo doméstico que restaron espectadores a las salas de cine, la
flaqueza de la industria española para exportar sus productos o una
fuerte dependencia estatal que se vio alimentada por una serie de
medidas desafortunadas y por el bloqueo de fondos derivado del
caso Matesa117. En medio de la naciente crisis, durante estos deci-
sivos años setenta, tan convulsos políticamente, el cine mostró tres
grandes líneas temáticas que, de modo diverso, podrían enlazarse
por la reacción que suponían contra el periodo franquista; no contra
116
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
117
Sobre la relación financiera entre el caso Matesa y los fondos de ayuda al cine
español, cfr. Torreiro, Mirito, “Del tardofranquismo a la democracia (1969-
1982)”, Historia del cine español, op. cit., p. 348.
58
Años setenta. Reclusión obligada
118
Cfr. Pérez, Pablo, “Entre la apertura, el búnker y la disidencia (Presencias de
la Historia en el cine español 1970-1976)”, Cuadernos de la Academia, nº6,
Madrid, septiembre, 1999, p. 68.
59
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
119
Hopewell, El cine español después de Franco, op. cit., p. 42.
120
Cfr. Torreiro, “Del tardofranquismo a la democracia…”, Historia del cine
español, op. cit., pp. 359-361.
121
Algunos autores menores reflejaron sucesos del momento político con pelícu-
las a medio camino entre la parodia y la denuncia política o ideológica: Un
cero a la izquierda (Iglesias, 1980) o ¡Que vienen los socialistas! (Ozores,
1982) parecen títulos suficientemente expresivos al respecto.
60
Años setenta. Reclusión obligada
122
Para un análisis pormenorizado de todos los títulos del género durante aque-
llos años, puede consultarse el estudio de Riambau, Esteve, “Vivir el presen-
te, recuperar el pasado: el cine documental durante la Transición”, Imagen,
memoria y fascinación... op. cit., pp. 125-138.
61
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
62
1.4. De los ochenta a hoy. La vuelta (fracasada)
a la industria. El refugio de la televisión
Tras los gobiernos de UCD y el fracaso del golpe de estado en fe-
brero de 1981, el ascenso de los socialistas al poder supuso una
muestra más de la consolidación de la democracia y las libertades
civiles. Patino volvió entonces al cine de ficción con dos ambicio-
sos proyectos –Los paraísos perdidos y Madrid– y, más tarde, a
probar suerte con vanguardistas producciones televisivas –La se-
ducción del caos y Andalucía, un siglo de fascinación–.
Antes del desembarco en la producción y la distribución co-
merciales, el director salmantino abandonó definitivamente la pu-
blicidad para, en ocasiones guiado por su afán experimental, ex-
primir las posibilidades del vídeo –intentó sacar adelante una
revista audiovisual bajo el título de La nueva Ilustración española
(1984)–, un soporte en el que realizó también diversos trabajos
institucionales como Retablo de la Guerra Civil Española (1980),
Inquisición y Libertad (1982) o El cochecito Leré (1984) o Liber-
tad, ¿para qué? (1984). Asimismo, desarrolla otra serie de activi-
dades profesionales: crea, junto a su hijo Pablo y José Luis García
Sánchez, la productora “La linterna mágica”, responsable de todos
sus proyectos llevados a cabo desde 1982; promueve la creación de
la distribuidora Videoteca, en la que colaboran económicamente
amigos como Armero, Berlanga o García Sánchez; pone en marcha
los talleres de imagen del Círculo de Bellas Artes; y, por último,
fomenta la emisión de varias televisiones locales en diversos pue-
blos castellanos, para “desmitificar la TV como algo complejo” y
lograr “un sentido social al estar hecha en un pueblo y con gentes
del pueblo”123. De nuevo, el cineasta busca sus propias fórmulas
para recrear su mundo y sus inquietudes: “A mí me atrae mucho
jugar, provocar, investigar, emocionar... Y como no había una es-
tructura industrial interesante, me tuve que montar mis propias em-
123
Declaraciones de Pablo Martín Pascual recogidas en Bellido, Un soplo de
libertad..., op. cit., p. 33.
63
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
124
Entrevista en Torreiro, “Contra los tópicos”, Los Nuevos Cines en España...,
op. cit., p. 317.
125
Cfr. Riambau, Esteve, “La década socialista (1982-1992)”, Historia del cine
español, op. cit., pp. 405-406.
64
De los ochenta a hoy. La vuelta (fracasada) a la industria
126
Hopewell, El cine español después de Franco, op. cit., p. 17.
65
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
127
Kinder, Marsha (ed.), Refiguring Spain. Cinema/Media/Representation, Duke
University Press, Durham, 1997, p. 12.
128
A este respecto, puede consultarse el artículo sobre la financiación del cine
español de Besas, Peter, “The Financial Structure of Spanish Cinema”, en
66
De los ochenta a hoy. La vuelta (fracasada) a la industria
67
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
tado taquillazos como Air Bag (Bajo Ulloa, 1997) o Torrente (Se-
gura, 1999). Por otro, una comedia más sofisticada, alentada por
Gómez Pereira, Trueba o Martínez Lázaro. Junto a estos nombres,
también gozaron de notable éxito e influencia otros directores que
desarrollaron historias melodramáticas –como Armendáriz (Secre-
tos del corazón, 1997), Garci (El abuelo, 1999) o Zambrano (Solas,
1999) –, de compromiso social –especialmente el cine producido
por Querejeta y la obra de Fernando León–, adaptaciones literarias
de época –Miró (El perro del hortelano, 1996)– o un cine negro
con ribetes existenciales –Díaz Yanes (Nadie hablará de nosotras
cuando hayamos muerto, 1996)–. Con el final de siglo, también se
consolidaron las carreras de autores comerciales que demostraron
cierta coherencia estilística o temática en su obra, un mundo propio
que tradujeron en imágenes, una suerte de tercera vía entre el com-
promiso estilístico y el acercamiento al espectador: Medem, De la
Iglesia, Urbizu, Bollaín, Uribe, Coixet o el argentino Aristaráin.
Desde una perspectiva mucho más elitista, de vanguardia y explo-
ración fílmica, se pueden subrayar las obras de Recha (El árbol de
las cerezas, 1998), Villaronga (El mar, 2000) o Guerín (Tren de
sombras, 1997).
El caso de este último director nos acerca al último fenómeno
reseñable del cine español fin-du-siècle: el retorno a la no-
ficción130, donde el propio realizador barcelonés ha realizado algu-
na de las propuestas más arriesgadas. En esta línea se podrían situar
las captaciones del paso del tiempo que proponen El sol del mem-
brillo (Erice, 1993), En construcción (Guerín, 2001) o El cielo gira
(Álvarez, 2004), la meta-representación de Jordá en Monos como
Becky (1999) y la simulación documental de propuestas como Aro
Tolbukhin (Vilaronga, Zimmerman y Racine, 2002) y Cravan vs
Cravan (Lacuesta, 2002). Esta senda de la no-ficción creativa tam-
bién fue la escogida por Patino a mediados de los noventa. El sal-
130
Para una información más detallada, puede consultarse el repaso que trazan
Cerdán y Torreiro en “Entre la esperanza y el desaliento. Situación actual del
documental en España”, Imagen, memoria y fascinación…, pp. 139-151.
68
De los ochenta a hoy. La vuelta (fracasada) a la industria
131
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
69
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
70
CAPÍTULO 2
EL CINE DE MARTÍN PATINO
71
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
72
2.1. Ficciones. Un cine incómodo con el estilo
tradicional
Patino no hace cine digerible por el gran público. “Siempre he he-
cho cine para mí, lo que me gustaba”132, afirma. Parte de su etique-
ta como autor consiste en oponerse a las normas estrictas de un
estilo complaciente con el espectador, animándole así a tomar parte
activa en el proceso fílmico: “Estoy convencido de que la única
forma de hacer un cine moderno (...) está en la confianza en el es-
pectador como ser humano vivo, en su colaboración, en dejar de
tenerle como un retrasado mental”133. Esto ha definido un estilo
que se mueve a disgusto entre las estructuras y estilos tradicionales.
Cada una de las cuatro películas catalogadas como ficción cuenta
con sus peculiaridades, pero pueden extraerse ciertas características
de estilo y de tema extensibles a todas ellas, como enunciaremos a
continuación.
Desde el punto de vista formal, el rasgo esencial del cine de
Patino es una reconocible voluntad de estilo, aunque propone una
forma que resulta austera, poco retórica para los modos habituales.
Sus películas –de apariencia casi naturalista– huyen del efectismo.
Toda su obra mantiene una coherencia estilística de sobriedad,
deudora del neorrealismo del NCE y del descubrimiento de la Nou-
velle Vague134, en concreto, de Godard: “¡Aquello era por lo que
yo estaba luchando! Un cine sin retórica, fuera de la qualité (que a
mí me repugna), en definitiva, una liberación. Aunque, eso sí, los
franceses lo hacían con más medios y yo de una forma muy provin-
ciana”135. Si de Godard le diferenciaba la disposición de medios, el
cine de Patino sí se asemeja al del francés por la importancia capi-
132
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
133
Entrevista de Miguel Bilbatúa y Rodríguez Sanz, Nuestro Cine, nº 52, 1966,
p. 11.
134
Para ver la tensión en el NCE entre la influencia del neorrealismo y la Nueva
Ola Francesa, véase el artículo de Heredero, Carlos, “En la estela de la mo-
dernidad...”, Los Nuevos Cines en España..., op. cit., pp. 144-150.
135
Entrevista de Bellido, Un soplo de libertad..., op. cit., p. 207.
73
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
136
Entrevista de Bellido, Un soplo de libertad..., op. cit., p. 190.
137
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
74
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
75
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
138
Entrevista de Bellido, Un soplo de libertad..., op. cit., p. 191.
139
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
140
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
76
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
141
Dadas las habituales demoras en la exhibición –por cuestiones políticas o
económicas–, a lo largo de este capítulo señalaremos el año en el que se pro-
dujo cada película.
142
La película consiguió la máxima protección económica del Ministerio: “Un
anticipo económico equivalente al 50 por ciento del coste comprobado, así
como doble valoración a efectos de protección económica, de concesión de
autorizaciones de doblaje y de cuota de pantalla. Es decir, los máximos bene-
ficios previstos en el art. 37 de la O.M. de agosto de 1964” (en Pérez Millán,
La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 76).
143
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 76.
77
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
144
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 77.
145
En la entrevista de Torreiro, Patino relata así este episodio: “Organizamos
para ellos una sesión en el Sindicato del Espectáculo. Era un poco acojonan-
te, pensar en el lío que me podía meter. Pero yo tenía razón: a pesar del rece-
lo inicial, al final estallaron en un aplauso, me abrazaron y me decían cosas
como: ‘¡Esos somos nosotros, los que hicimos la guerra para que otros termi-
naran viviendo de nuestro esfuerzo!’. Y me firmaron una carta talismán apo-
yando la película: gracias a esa carta, la película no está hoy olvidada en un
sótano” (Torreiro, “Contra los tópicos”, Los Nuevos Cines en España..., op.
cit., p. 314).
78
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
146
Citado en Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 78.
147
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
79
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
148
Fotocopia reproducida en Bellido, Un soplo de libertad..., op. cit., p. 115.
80
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
149
Cfr. Bellido, Un soplo de libertad..., op. cit., p. 60.
150
Monterde, José Enrique, “Nueve cartas a Berta”, en Pérez Perucha (ed.), An-
tología crítica del cine español (1906-1995), Cátedra, Madrid, 1997, Madrid,
p. 612.
81
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
151
Cfr. Pasolini, Pier Paolo, y Rohmer, Eric, Cine de poesía contra cine de pro-
sa. Pier Paolo Pasolini contra Eric Rohmer, Anagrama, Barcelona, 1970.
152
Del Amo, Álvaro, Estudio preliminar al guión de Nueve cartas a Berta, Ed.
Ciencia Nueva, Madrid, 1968, p. 26.
153
Del Amo, Nueve cartas a Berta, op. cit., p. 27.
82
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
154
Declaraciones a Bellido, Un soplo de libertad..., op. cit., p. 190.
83
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
155
Castro de Paz, José Luis, “Nueve cartas a Berta. Sin remedios, sin facturas...”,
Los Nuevos Cines en España…, op. cit., pp. 421. La cursiva y las comillas
pertenecen al original.
156
Declaraciones hechas por Patino para Bellido, Un soplo de libertad..., op. cit.,
p. 57.
157
Declaraciones a Castro, El cine español en el banquillo, op. cit., p. 317.
84
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
CUESTIONES TEMÁTICAS
Como señala Monterde, Nueve cartas a Berta entronca con una
temática característica de los nuevos cines de los años sesenta: el
joven burgués en conflicto generacional con su familia; el revisio-
nismo histórico-político –soterrado en el caso de cualquier película
española durante la dictadura–; el contraste de la familia y el amor
tradicional con nuevas formas venidas del extranjero; la amargura,
la desorientación vital, el malestar cultural; la falta de ilusión de la
vida provinciana, de la que el joven protagonista intenta escapar158.
Una crisis personal en la Salamanca de los sesenta que resulta
simbólica, reconocible y extensible a toda una generación: “Su
acierto –explica Patino– fue traducir al cine los sentimientos colec-
tivos de su tiempo, conectando sinceramente con esos seres vivos
que asumían las mismas verdades”159. Patino asume la validez ge-
neracional de su película, de Lorenzo como espejo de muchos otros
jóvenes a caballo entre el desencanto y las ganas de huir, entre el
peso del pasado y la promesa del futuro. El director, desde el inicio,
era consciente de la resonancia universal del tema simbolizado por
su personaje: “Yo no he intentado nunca hacer la crónica de un
estudiante. El tal estudiante, como tal, me tiene sin cuidado. Si hay
crónica es en tanto en cuanto me sirve de vehículo para indagar en
torno nuestro, en torno al inmovilismo, a un momento histórico
muy sintomático, a unas cosas esenciales que están ahí, condicio-
nándonos...”160. Esos condicionamientos apuntan otro de los temas
básicos de la película. Los personajes se encuentran limitados por
el pasado y el escenario ruinoso y silenciado de la Guerra Civil.
Las dos Españas enfrentadas. Los vencedores –quienes impusieron
sus leyes– están alrededor de Lorenzo. Los vencidos laten –no po-
día ser de otra manera a causa de la censura– tras la vida de Berta
en el extranjero, cuyo padre, un catedrático, hubo de exiliarse en
158
Cfr. Monterde, Antología crítica del cine español..., op. cit., p. 612.
159
Declaraciones a Castro, El cine español en el banquillo, op. cit., p. 311.
160
Entrevista de Bilbatúa y Rodríguez Sanz, Nuestro Cine, nº 52, 1966, p. 10.
85
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
86
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
161
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
162
García Escudero, José María, La primera apertura. Diario de un director
general, Planeta, Barcelona, 1978, pp. 176-178.
87
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
163
Bellido, Un soplo de libertad..., op. cit., p. 60.
164
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., título del capítulo
dedicado al análisis de Nueve cartas a Berta, p. 73.
165
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 90.
88
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
166
Del Amo, Álvaro, Nuestro Cine, nº 62, junio, 1967, p. 66.
89
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
amor y otras soledades. El film se levantó sobre una idea del pro-
ductor y crítico Juan Miguel Lamet (propietario mayoritario de la
película167), quien ya había contratado a Lucía Bosé para el papel
principal. El 3 de febrero de 1969 el guión se somete a la censura
previa y la Comisión de Apreciación de Películas sugirió numero-
sos cortes y cambios, sobre todo en asuntos relativos al tema del
divorcio –“¡no se podía pronunciar ni siquiera la palabra en toda la
película!”, recuerda Patino168– y a ligeras valoraciones políticas
que aparecían en el libreto. La productora presentó un nuevo guión
al tiempo que reclamaba las advertencias anteriores puesto que se
trataría de un film para mayores de dieciocho años. Los censores se
reunieron nuevamente el 9 de abril y autorizaron dos secuencias
antes prohibidas, aunque mantuvieron muchas de las variaciones
impuestas. El 23 de mayo se le otorgó a la productora el definitivo
permiso de rodaje y algo más de dos meses después la Comisión de
Apreciación de Películas la autorizaba “para mayores de dieciocho
años” y le concedía “la calificación de ‘Interés Especial’, con una
subvención no necesariamente reintegrable equivalente al 30% del
coste comprobado, que se establecía en 12.230.000 pesetas”169.
Con el film ya terminado y aún pendiente de la licencia de
exhibición para su estreno, se produjo el conflicto del Festival de
Venecia. Como cuenta Pérez Millán, la película fue invitada a par-
ticipar por el nuevo director de la Mostra: Ernesto G. Laura. Patino
se oponía a acudir –descontento con los cambios promovidos por el
productor en el montaje final– mientras que Lamet no cesó de pedir
a la Dirección General de Cultura Popular y Espectáculos que la
seleccionara como representante española en el certamen (para así
poder acceder al 40 por ciento de la subvención, en lugar del 30 por
ciento inicialmente previsto). En el Festival, la obra fue duramente
167
Lamet aún ostenta un 60 por ciento a través de Eco Films. Por esta razón, Del
amor y otras soledades ha sido la única película de toda la filmografía de Pa-
tino que no ha salido a la venta en DVD en 2004.
168
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
169
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 98.
90
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
170
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
171
Marías, Miguel y Llinás, Francisco, “Del amor y otras soledades. En la encru-
cijada del Nuevo cine español”, Nuestro Cine, nº 90, octubre de 1969, pp. 64-
69.
172
Ocupó el puesto 797 entre las 1843 películas españolas estrenadas entre 1965
y 1970, según el estudio ya citado de Martínez Torres (Torres, Cine espa-
ñol..., op. cit., pp. 119 y ss.).
173
Declaraciones a Castro, El cine español en el banquillo, op. cit., p. 313.
91
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
174
Entrevista de Miguel Veyrat, Nuevo Diario, 12 de septiembre de 1969, p. 16.
175
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
92
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
176
“Encontramos a un niño que era gracioso y lo hacía muy bien –confiesa Pa-
tino–. Pero a la semana cayó enfermo y era imposible seguir trabajando con
él. Entonces quedamos cortados. Casualmente dije: “Oye, pues si está ahí Pa-
blo. No hay más que vestirlo como el otro”. Y fue así. Se le maquilló un po-
quito y nadie se dio cuenta. El otro niño tenía algunas escenas que continúan
con mi hijo y nadie lo sabe” (Entrevista personal con Basilio Martín Patino,
8-5-2005).
93
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
CUESTIONES ESTILÍSTICAS
Al igual que en su anterior film, Patino opta por contar una historia
de forma realista, sin concesiones al artificio, ni siquiera las peque-
ñas rupturas formales existentes en Nueve cartas. El tono de la fo-
tografía y las numerosas escenas cotidianas, intrascendentes, supo-
nen elementos decisivos para el tono naturalista que transmite el
film. El realizador parece mirar por el ojo de una cerradura las inte-
rioridades y las discusiones de un matrimonio fatigado de la vida
en común. Fiel a su primera película, seguimos ante una historia
pequeña, de movimientos íntimos. Pero, a diferencia de Nueve car-
tas, aquí el protagonismo recae sobre dos personajes protagonistas.
Tanto peso no lo soportan bien los dos actores principales. Lucía
Bosé –estrella de reclamo en aquellos años– resulta algo artificial,
incapaz de la profundidad de mirada y los matices que requiere su
personaje. Sus momentos de enfado e histeria parecen histriónicos
antes que emocionantes. Y su voz en las confesiones a la psicóloga
queda monótona y falta de calidez, de sentimiento. Carlos Estrada
sí que aporta una mirada con mayores matices, tímidamente lasci-
va, por ejemplo, en sus intentos de seducción. Pero su hieratismo,
necesario para el personaje, resta vivacidad a las escenas de matri-
monio donde Patino se juega parte de la película. De este modo, las
discusiones y momentos más dramáticos se antojan algo postizos
para el espectador, que no termina de entrar en la frialdad de la
película.
Un tono frío que, como en casi todos los films de Patino, pro-
cede también de la cantidad de diversos elementos audiovisuales
que entran en juego y proyectan un cine más cerebral que senti-
mental. De hecho, como explica Pérez Millán, ese componente
melodramático “era quizá lo que faltaba, por decisión propia, en el
tratamiento de las relaciones interpersonales de películas como Del
amor y otras soledades, Madrid y, en distinta medida, Los paraísos
perdidos, y cuya ausencia les hacía parecer tan descarnadas”177.
177
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 347.
94
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
178
“Me interesaba este personaje como una especie de ser vampírico; por eso la
puse con la cara iluminada y todo oscuro y ella dominándola [a María, su pa-
ciente] de esa forma”, afirmaba Patino en una conversación con Javier Maqua
y Marcelino Villegas, Film Ideal, nº 217-219, 1969, p. 338.
179
El propio Patino declaraba su admiración por películas como La aventura,
“por la fuerza con que conseguía transmitir los sentimientos, sin apenas ac-
ción” (Declaraciones recogidas en Pérez Millán, La memoria de los senti-
mientos..., op. cit., p. 52).
95
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
180
Maqua y Villegas, “Conversación con Basilio Martín Patino”, Film Ideal, op.
cit., p. 339.
96
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
“Cada vez me gustas más”. Estos ejemplos ratifican, pues, que asis-
timos a un reflejo tan contradictorio como creíble de las complejas
relaciones entre el hombre y la mujer, cuya intención inicial era
promover una lectura de mayor vuelo: “La película –decía Patino–
está montada en torno a la crisis conyugal, aunque esto es solo una
disculpa para hablar de cosas que nos afectan o que nos duelen...
Cómo la sociedad actual nos condiciona hasta nuestros sentimien-
tos más íntimos”181.
Muy inscrito en la modernidad burguesa de los sesenta, el
personaje de María acude a la medicina para buscar una salida a su
depresión emocional. En este sentido, el personaje de la psicóloga
supone un frontón afectivo, un muro de contención de las ansias
liberadoras de María y, como dice Pérez Millán, unas conversacio-
nes laicas “tras la que apenas se oculta el afán de mantener unido al
matrimonio a base de resignación, de comprensión, de aceptación
de la realidad tal como es”182. Al igual que la “ciencia”, la religión
también contribuye a apaciguar los ánimos separadores de María:
“Dios siempre ayuda; esa desventaja tienes tú por no creer”, le dice
un amigo cura al término de la película. Pero ninguna de las dos
“terapias” le servirá para salir de su amargura, de su derrota íntima.
Por eso, el final de la historia resulta extraño, una especie de
capitulación ante el fracaso matrimonial, un excesivo conformismo,
cercano al que sufría Lorenzo en la conclusión de Nueve cartas a
Berta. Esto despertó las iras de cierta crítica de izquierdas que, es-
perando un rabioso alegato a favor del divorcio, se encontró con
una sumisión ante las instituciones sociales tradicionales (el matri-
monio, la familia). María vuelve por miedo a la soledad, por temor
al cambio, teniendo muy en cuenta las palabras de su padre con
respecto a su esposa: “Siempre ha tenido menos cerebro que un
mosquito, pero valen más los sentimientos y la compañía que todas
las inteligencias. No quiero pensar el día que no esté”, afirmaciones
181
Entrevista de Miguel Veyrat, Nuevo Diario, 12 de septiembre de 1969, p. 16.
182
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 108.
97
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
98
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
183
Conversación con Villegas y Maqua, Film Ideal, op. cit., p. 333.
184
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 111.
99
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
185
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
100
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
186
A lo largo del film, en ningún momento se dice el nombre de la protagonista.
Las referencias biográficas, sin embargo, apuntan a que esta protagonista po-
dría identificarse con Berta, la receptora de las epístolas de Lorenzo en Nueve
cartas a Berta. Aquí la denominaremos así, como también hacen Bellido y,
con matices, Pérez Millán (cfr. Bellido, Un soplo de libertad…, op. cit., p.
107; Pérez Millán, La memoria de los sentimientos…, op. cit., p. 229).
101
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
102
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
187
Declaraciones de Patino recogidas en Pérez Millán, La memoria de los senti-
mientos..., op. cit., pp. 232-233.
188
Del Amo, Pablo, “Investigar y crear”, en Bellido, Un soplo de libertad..., op.
cit., p. 221.
103
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
189
Declaraciones de Patino en la entrevista realizada para Bellido, Un soplo de
libertad..., op. cit., p. 193.
190
Declaraciones a Bellido, Un soplo de libertad..., op. cit., p. 193.
104
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
105
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
191
Personaje que, para aumentar la continuidad entre las obras, inicialmente iba a
ser interpretado por Emilio Gutiérrez Caba.
106
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
192
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 232.
193
Fotogramas, número 1708 (Recogido en Bellido, Un soplo de libertad..., op.
cit., p. 65.).
194
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
107
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
195
Bellido, Un soplo de libertad..., op. cit., p. 66.
108
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
109
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
196
Declaraciones recogidas en Pérez Millán, La memoria de los sentimientos...,
op. cit., p. 356.
110
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
197
Heredero, Carlos F., El Cultural de El Mundo, 10-10-2002.
198
Resulta ilustrativo constatar los calificativos “genéricos” de algunos críticos:
Heredero la definió como “obra-memoria y ensayo lírico a la vez” (El Cultu-
ral de El Mundo, 10-10-02), González Quesada se refirió a Octavia como
“reflexión sociopolítica” (El Adelanto de Salamanca, 19-10-02), Torreiro la
llamó “cine/indagación y cine/provocación” (Fotogramas, Octubre de 2002),
“concierto de músicas y miradas” (El coleccionista de cine, Noviembre de
2002), Losilla la calificó como una conjugación que va “del folletín a la tra-
gedia griega pasando por el melodrama y la saga familiar” (Archivos de la
Filmoteca, octubre 2003) y, desde una crítica negativa, Monterde lo encuadra
como un “film contado oralmente” (Dirigido, octubre 2002).
111
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
199
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 346.
200
“Cambié de rumbo muy joven, cautivado por el romancero de la guerrilla:
patria, revolución o muerte, la causa del pueblo... Hay palabras que nos en-
venenan: la violencia como metodología liberadora, que termina justificando
genocidios, secuestros, narcotráfico, corrupción”.
112
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
201
“La verdadera razón por la que sentí la necesidad de marcharme fue el salir de
aquella jaula. Continuar aquí hubiera sido asumir para siempre un futuro de
enfrentamientos o comulgar con ideas que me sentía obligado a combatir”.
202
“Quizá de lo que se trate es de administrar el miedo ante la opinión pública
por cuanto pueda venir, por cuanto termina viniendo siempre”.
113
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
ria del caos ético y mental de sus mayores (...). Es como si le dijera
[a Rodrigo]: no solo no cambiaste el mundo con tus teorías autosu-
ficientes y tus comportamientos ambiguos, sino que has contribui-
do a hacerlo inhabitable para los que venimos detrás”203.
Las relaciones entre estos tres vértices ubican a la película
muy cercana del melodrama, un terreno donde Patino admite no
sentirse a gusto. Quizá por esa incomodidad, algunos de los detalles
argumentales chirrían y se aproximan al folletín venezolano por lo
rebuscado de algunos hechos –la insólita aventura colombiana de
Manuela, el papel de la familia Maldonado en la Guerra Civil, las
inversiones eclesiásticas o el farragoso pasado político de Rodrigo–
que desequilibran el conjunto. El centro entre los tres personajes lo
reclama el propio Rodrigo al concluir la película, cuando con su
voz en off intuye la palabra de Octavia desde su tumba: “Rebelde,
Octavia tuvo que resistirse para no vivir atada a tanto cuerpo muer-
to y a un destino que le era ajeno (...). Es tarde para poder desentra-
ñar este mal sueño, fruto de nuestra edípica ceguera (...). ‘Ahí os
quedáis’, seguramente pensaría, sabiéndonos brasas apagadas, ce-
nizas. ‘Ahí os quedáis, engreídos, aturdidos, borrachos como dio-
ses’”. Por estas razones, el título de la película se corresponde con
un personaje secundario, la nieta ilegítima. Y, por eso, toda la pelí-
cula aparece punteada por el Stabat Mater de Pergolesi: el llanto
por esa víctima que soportará la carga de los pecados de toda una
estirpe que languidece. Ante la desesperanza y el pesimismo vital,
el énfasis ya no reside en un protagonista mayor que ha fracasado
en sus revoluciones. Ahora, la atención se centra en las consecuen-
cias de aquellos sueños rotos, en el patrimonio que han dejado las
utopías no conseguidas, los pasados de cartón-piedra que aún per-
viven y que, según Patino, provocan la muerte de la joven: “Octa-
via tenía que morir, como en las tragedias, como Antígona. O se
suicida o no tiene salida. Esa contradicción es la que me interesaba.
203
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., pp. 345-346.
114
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
204
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
205
Incluso nostalgia metafílmica ya que muchos de los paseos del protagonista
recuperan algunos de los lugares ya retratados en Nueve cartas a Berta: la vi-
sita de noche a la parte vieja o el descampado ahora convertido en lugar de
venta de droga.
206
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 349.
115
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
207
Fernández Santos, Ángel, crítica publicada en El País, 11-10-2002.
208
González Quesada, Ángel, crítica publicada en El Adelanto de Salamanca,
19-10-2002.
116
Ficciones. Un cine incómodo con el estilo tradicional
209
Era uno de los libros “publicados” por Hugo Escribano en La seducción del
caos.
117
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
118
2.2. El cine de no-ficción. La fascinación de las
imágenes en la frontera
La holgura del término no-ficción resulta, de entrada, lo suficien-
temente amplio como para acoger el resto de largometrajes de Mar-
tín Patino. Dado que obras como La seducción del caos o Madrid
se sitúan deliberadamente en terrenos borrosos, conviene tener pre-
sente que la distinción entre ficción y documental “no se basa solo
en propiedades textuales intrínsecas sino también en el contexto, la
producción, la distribución y la recepción”210, como afirma Plan-
tinga. Para definir estos trabajos de Patino es habitual encontrar
calificativos –tanto en la crítica como en las propias declaraciones
del director– como “documento”, “ficción-documento”, “trabajo
documentalista hasta cierto punto ficcional”, “cine de fronteras” u
otras designaciones que demuestran que los elementos extratextua-
les sitúan estas obras en un ámbito indeterminado que unificaremos
bajo el manto de la “no-ficción”. Dentro de esta heterogénea cate-
goría hemos subdividido las películas en tres conjuntos: la trilogía
documental (Canciones para después de una guerra, Caudillo y
Queridísimos verdugos), las ficciones ensayísticas sobre la repre-
sentación (Madrid y La seducción del caos) y las falsificaciones
audiovisuales (Andalucía, un siglo de fascinación).
A continuación variaremos el método de presentación segui-
do hasta el momento ya que tanto sus películas de montaje como
las propuestas ensayísticas y falsificadoras conforman el objeto de
estudio de la segunda parte de la tesis. En consecuencia, el esque-
ma de análisis trazado para las películas de ficción deja paso ahora
a un acercamiento más somero: sinopsis del film, datos y proble-
mas de rodaje y un sucinto comentario de los temas de cada pelícu-
la. Queridísimos verdugos, como explicaremos, constituye la única
excepción a este planteamiento.
210
Plantinga, Carl R., Rhetoric and Representation in nonfiction film, Cambridge
University Press, 1997, p. 16.
119
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
211
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
120
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
212
Cfr. Torreiro, “Basilio Martín Patino: discurso y manipulación”, Imagen,
memoria y fascinación…, p. 239.
213
Se puede encontrar un detallado y documentado recuento de la singladura
jurídica y creativa de Canciones para después de la guerra en Pastor, Ernesto
J., “El nudo gordiano…”, Cuadernos de la Academia, op. cit., pp. 285-304.
121
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
214
Recogido en Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 118.
215
Los artículos contenían calificaciones como éstas, extraídas del 4 de junio de
1971: “Su director debe ser, sin duda, excesivamente joven, irreflexivo y po-
co maduro”; “resulta intolerable que mientras la mayoría de los protagonistas
tienen superados los rencores que desata inevitablemente cada guerra civil,
sean los que apenas sí sufrieron aquellas pasiones quienes las pongan de nue-
vo en carne viva, restregando las cicatrices”; “dejar que cuente una época tan
decisiva de la historia actual del país un llorón de este calibre, y que lo haga,
además, tan parcialmente, se nos antoja, cuando menos, una estupidez. Y las
122
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
123
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
221
Ante tanto vaivén jurídico, no resultan extraños los irónicos términos en los
que se expresaba Patino al rememorar el asunto: “La peripecia política de
Canciones es sencillamente una memez, una incoherencia, una torpeza de
aficionados, que sólo se justifica cuando se vive acosado por los propios fan-
tasmas (...). Las dificultades de Canciones, que yo sepa, no son de orden jurí-
dico, sino de orden mágico, tienen más relación con Kafka que con nuestro
tradicional sistema jurisdiccional. Pero lo que ocurre es que por mucho que
yo tienda siempre al razonamiento cartesiano, y aunque los fantasmas no
existen, nuestro trabajo y nuestros días de esta vida se nos van yendo tan es-
túpida y dolorosamente mientras tanto” (Declaraciones a Castro, El cine es-
pañol en el banquillo, op. cit., p. 319).
124
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
222
Declaraciones a Castro, El cine español en el banquillo, op. cit., p. 317.
223
Torreiro, “Canciones para después...”, Antología crítica del cine español...,
op. cit., p. 697.
125
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
224
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
225
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
126
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
vencer a los tres verdugos oficiales que había en España para que
hablaran ante la cámara sobre su oficio y su vida. Así mismo, tuvie-
ron que obtener declaraciones de científicos, abogados, psiquiatras
y hasta familiares de asesinados en crímenes atroces sin contar con
el necesario permiso de las autoridades.
El proyecto del film parte de unos estudios realizados por el
novelista Daniel Sueiro. Éste había publicado un volumen sobre
Los verdugos españoles y cuando Patino contactó con él estaba
trabajando en un libro acerca de la historia de la pena de muerte y
sus distintos procedimientos. Bajo el encabezamiento de El arte de
matar, Patino quería rodar varios capítulos, dedicando un exhausti-
vo repaso histórico y metodológico a cada modalidad de ajusticia-
miento. “Empecé buscando el origen del terror –confiesa Patino–,
pero luego fui evolucionando porque la realidad así me obligó.
¿Por qué está barbaridad?, ¿de dónde nace esto? Entonces te das
cuenta de que, claro, sin este terror no funcionaría la dictadura”226.
Finalmente, el proyecto se quedó solo en la extensión del capítulo
dedicado al garrote vil, la ejecución imperante en la España de en-
tonces.
Así, durante varios meses, Patino se dedicó a realizar las en-
trevistas, buscar el material y organizarlo en la sala de montaje. La
película estaba concluida en 1973. Sin embargo, su obligada clan-
destinidad impedía el estreno. Con el advenimiento de la democra-
cia a España, se falsificaron los datos y fechas de producción de la
película para presentarla al Ministerio: el 12 de diciembre de 1976
la productora Turner Films solicitaba el permiso de rodaje, con un
presupuesto previsto de casi siete millones de pesetas227; en otro
documento de la productora se “aseguraba” haber realizado las
226
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
227
Según cuenta Patino, el dinero para levantar el film en 1973 fue facilitado por
el empresario navarro Juan Huarte: “Me dijo que si quería hacer una película
podía hacer la que yo quisiera. Cuando le dije que pretendía hacer algo sobre
los verdugos españoles, me dijo que vale, que lo que fuese” (Entrevista per-
sonal con Basilio Martín Patino, 8-5-2005).
127
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
128
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
129
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
228
Heredero, Carlos F., “Un film de ficción para la realidad”, Cinema 2002,
Madrid, junio, 1977.
229
Esa condición de víctimas se acentúa con declaraciones elevadas en el off:
“Son los comisionados para evacuar el pozo negro, molesto a la sociedad,
imprescindibles, pícaros y sumisos. Su historia es la del desprecio y la margi-
nación, solo intercambiable con la de los reos, frecuentemente camaradas su-
yos, por ellos ejecutados”.
230
Lara, Fernando, crítica de la película aparecida en la revista Triunfo, Madrid,
junio, 1977.
130
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
231
Martín Patino, Basilio, “Así fue el rodaje de Queridísimos verdugos”, Cua-
dernos para el diálogo, 9-4-1977, nº206, p. 47.
131
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
232
Queridísimos verdugos entra también, tangencialmente, en el debate mundial
sobre la conveniencia de la pena de muerte: al final del metraje, se nos pre-
sentan varios recortes de prensa sobre su aprobación en puntos de Estados
Unidos o Filipinas, así como la noticia de los últimos ajusticiados por el
Franquismo.
233
“A mí esos señores no me han hecho ningún daño... Es como coger un borre-
go en un matadero y matarlo”, comenta Antonio López.
234
Como éste de Antonio, acerca del violador asesino: “Fui a verlo y me dijo:
‘Hombre, tenga piedad de mí’. ‘La misma piedad voy a tener de ti como la
que tú has tenido con la muchacha’. Y no tuve ni más ni menos. Y se fue para
el otro mundo”.
132
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
235
Bernardo, tras agarrotar a un chico de 17 años que mató a otro mendigo, re-
cuerda: “Estuve todo el día y toda la noche pensando en aquello, que no se
me quitaba de la imaginación”.
236
Vicente Copete le espeta a uno de los asesinos del crimen de las bombas: “Si
no te sientas ahí, con la máquina de café te voy a matar”.
237
Bernardo Bascuñana: “Yo les ayudo cuando el padre de almas les deja en
disposición. ¿Te arrepientes del mal que has hecho a tu prójimo? Pues vamos
a rezar un credo. Y en el credo nos quedamos siempre...”.
238
Patino rememora esa escena con cierta irritación: “Esta pobre mujer y el padre
hablando de la paz que nos había dado Franco… ¡Era una cosa! Todo era un
mal sueño. Pero ese mal sueño creo que había que captarlo” (Entrevista per-
sonal con Basilio Martín Patino, 8-5-2005).
133
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
que estaba por llegar. Tras esa mirada perdida habita, ya para siem-
pre, por la fuerza del cine, la muerte en camino”239.
A pesar de que la entrevista constituye la base de Queridísi-
mos verdugos, aún nos encontramos con juegos de montaje que
proporcionan intencionadas relaciones en algunas secuencias. A la
ya citada inclusión de Copete y López entre las fotos de asesinos
genéticamente detectables, podemos añadir otros momentos. Por
ejemplo, cuando la imagen se para en detalles para ampliar simbó-
licamente los significados, al estilo soviético –una pequeña escultu-
ra de bronce de un toro estoqueado al hablar de la larga agonía del
Jarabo, imágenes de Jesucristo en casa de los Martínez Expósito o
la paloma que se posa en el tejado sobre el que comen los verdu-
gos, en la última secuencia–. También se aprecian las relaciones de
montaje en la presentación consecutiva de recortes de prensa de la
reinstauración de la pena de muerte, grabados de danzas de la
muerte y diversas imágenes de represión bélica y policial. Esta
combinación sugiere que una sociedad que ampare la pena de
muerte queda contagiada por todo tipo de violencia. El cierre de la
secuencia del asesino de Gandía también participa de estas amplia-
ciones semánticas: mientras los padres esperan el indulto, Antonio
López se entera de la denegación por medio del periódico, mientras
pasea. Al pasar por un cine donde proyectan Love Story se oye este
fragmento de villancico: “Y nosotros nos iremos, tururú, y no vol-
veremos más”. La intención irónica resulta evidente: contrastar el
triste anuncio de la ejecución con el final de esos verdugos que no
volverán más, de un tiempo oscuro, el Franquismo, que toca a su
fin. La secuencia concluye oponiendo la felicidad del ambiente
navideño a la tristeza de los padres de Martínez Expósito al cono-
cer la ejecución; es el último testimonio brutal que deja la película.
A todas las víctimas como aquéllas va dedicada la película, “en
memoria de tanto dolor”.
239
Zunzunegui, Santos, “Memoria de tanto dolor”, Nosferatu, nº 32, enero, 2000.
134
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
240
“José Luis García Sánchez –cuenta Pérez Millán– recuerda que gracias a este
trabajo pudieron rescatarse de una pérdida segura miles de metros de material
documental que dormían en un almacén lisboeta, cedidos por la Tobis a la
Unión de Cineastas Portugueses, y que poco después de la búsqueda realiza-
da para Caudillo fueron abandonados y, seguramente, destruidos. Patino ha
lamentado siempre que sus disponibilidades económicas no le permitieran
salvar más documentos” (La memoria de los sentimientos..., op. cit., nota 6,
p. 189).
241
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
135
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
242
Ante el escaso diez por ciento sobre los beneficios brutos de taquilla que
ofrecía el Ministerio, Retasa impuso un nuevo recurso (sin éxito) en febrero
de 1978. Tras la insistencia, esta vez a través de Juan Miguel Lamet como
nuevo responsable de Retasa, en abril de 1979 el Ministerio aumentó consi-
derablemente la protección económica que le correspondía al film.
243
Cfr. Bayón, Miguel, “Un Caudillo mucho más agresivo”, Triunfo, 7-10-1978.
244
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
136
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
245
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., nota 13, p. 190.
246
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
247
Entrevista de Cristóbal Ramiro a Basilio Martín Patino, El País Semanal,
nº436, 18-8-1985, p. 7.
137
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
248
Martín Patino, “Reflexiones en torno…”, El País, op. cit., p. XVI.
249
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
138
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
250
Salvador, “La triste España de Caudillo”, Archivos de la Filmoteca, op. cit.,
p. 142.
251
Martín Patino, Basilio, “Reflexiones en torno a Caudillo”, suplemento “Arte y
Pensamiento”, El País, 16-10-1977, Madrid, p. XVI.
139
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
252
Documentación presentado al ICAA en octubre de 1985. Citado en Pérez
Millán, “La seductora producción...”, op. cit., p. 241.
140
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
253
Cfr. Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 252.
141
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
254
Fernández Santos, Ángel, crítica publicada en El País, 24-3-1987.
142
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
255
Heredero, Carlos F., crítica publicada en Dirigido, abril de 1987.
256
Pérez Millán, “La seductora producción del caos”, Archivos de la Filmoteca,
nº 12, abril-junio, 1992, pp. 126-127.
143
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
257
Entrevista en Observador, 9 de febrero de 1992, recogido en Bellido, Un
soplo de libertad..., op. cit., p. 85.
258
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
144
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
145
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
259
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
260
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 293.
146
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
261
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 295. También se
recogen estas palabras –junto a múltiples datos sobre la producción de la se-
rie– en Casado Salinas, Juan María, “Andalucía, un siglo de fascinación. La
visión andaluza de Basilio Martín Patino”, El siglo que viene, nº34-35, 1999.
147
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
148
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
149
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
como los diversos problemas que les surgen: las constantes peleas
con los patrocinadores, los fallos de corriente en los poetas de cera
que decoran el escenario, la ultimación de los fragmentos pregra-
bados en donde se descubren informaciones sorprendentes... En la
adquisición de elementos grabados previamente, destaca la aporta-
ción de cantantes como Rosa León o Joan Manuel Serrat, una gra-
bación de los años sesenta en la que la poetisa Ángela Wilcox con-
fiesa su pasión por la lírica española, antiguos documentales sobre
los usos de la Cartuja de la Cazalla durante el Franquismo o la en-
trevista con un investigador que asegura que ahí estuvo recluido
Federico García Lorca antes de ser asesinado –con la intención de
ser canjeado por José Antonio Primo de Rivera–. Tras un largo día
de preparativos, llega el momento de la emisión y todo sale mal.
Hay improvisaciones, vídeos que no entran y muñecos que se que-
man dando lugar a una salva de fuegos artificiales que provocan la
huida de todos los espectadores y trabajadores del programa.
DESDE LO MÁS HONDO I. SILVERIO
El elemento percutor de las imágenes documentales es la aparición
de una lámina de estaño de finales del XIX que contiene la voz,
nunca oída, de Silverio Franconetti, todo un mito del cante flamen-
co. La aparición de la grabación y su posible escucha centran las
discusiones de expertos, peñas flamencas o programas de radio y
televisión en torno a la cuestión del cante hondo y la influencia de
Franconetti. Muchos debates desembocan en reflexiones sobre la
naturaleza doliente y hambrienta del flamenco y critican la falta de
“alma” en el cante actual, así como el intento por “enlatar” el sen-
timiento mediante la comercialización de soportes de audio. Al
mismo tiempo, se nos muestran las evoluciones de la lámina de
estaño: ha ido a parar –mediante una subasta de Christie’s– a ma-
nos de un magnate japonés de la electrónica, Eikichi, un apasiona-
do del cante jondo que pasó su juventud en Granada. Desde enton-
ces, vive con pasión el flamenco: fabrica guitarras españoles de
marca “Ibanez” (sin “eñe”), centra todo su interés y tecnología por
150
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
151
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
152
El cine de no-ficción. La fascinación de las imágenes en la frontera
153
2.3. Cortometrajes y otros soportes
Bajo este título se incluye el resto de la obra de Basilio Martín Pa-
tino, completando así el repaso a toda su producción artística y co-
mercial. En primer lugar, mostraremos su iniciación cinematográfi-
ca en el mundo del cortometraje y rastrearemos posibles semillas
temáticas o estilísticas de su cine posterior. Los cortos de los cin-
cuenta y sesenta supusieron para Patino el entrenamiento esencial
en el dominio de la retórica y las herramientas fílmicas. Ya desde
sus primeras obras de carrera –tanto de ficción como documenta-
les– se aprecian algunas de las constantes que atraviesan su obra.
Después, atenderemos a los proyectos que ha desarrollado desde
finales de los setenta con nuevos soportes como la televisión, el
videomontaje o la revista audiovisual. Aunque pueden entenderse
como productos secundarios en su cine, no carecen de importancia
y merecen ser reseñados brevemente. Aquellas experiencias con
nuevos soportes determinarían buena parte de su actividad para
TVE y Canal Sur, su producción artística de toda la década de los
noventa.
154
Cortometrajes y otros soportes
262
Citas recogidas en Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p.
46.
155
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
263
Declaraciones de Martín Patino reproducidas en el Boletín del Cineclub Uni-
versitario de Salamanca, 17-19 marzo 1963.
264
Declaraciones recogidas en Pérez Millán, La memoria de los sentimientos...,
op. cit., p. 54.
156
Cortometrajes y otros soportes
265
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 63.
157
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
266
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 65.
267
Texto mecanografiado de Patino en el IIEC, conservado en su expediente
académico (recogido en Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op.
cit., p. 67).
158
Cortometrajes y otros soportes
159
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
268
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 97.
269
Martín Patino, Basilio, “Las filmaciones de la Guerra de España” (catálogo de
la exposición), La Guerra Civil Española, Ministerio de Cultura, Madrid,
1980, pp. 35-36.
160
Cortometrajes y otros soportes
270
Martín Patino, Basilio, “Dos o tres cosas que me interesan un poco del ví-
deo”, Cinema 2001, nº 1, octubre, 1983, pp. 57-61.
271
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
161
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
162
Cortometrajes y otros soportes
272
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 206.
163
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
164
Cortometrajes y otros soportes
165
SEGUNDA PARTE
EL CINE DE NO-FICCIÓN
DE MARTÍN PATINO:
273
A pesar de que en este trabajo los estamos usando como sinónimos, hay quie-
nes, como Plantinga, prefieren referirse a las “películas de no-ficción” en lu-
gar de documentales, ya que la distinción documental-ficción, según el autor,
169
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
se deja fuera las películas de vanguardia, los films poéticos o los metadocu-
mentales (cfr. Plantinga, Rhetoric and Representation…, op. cit., p. 7).
274
Ortega, “Documental, vanguardia y sociedad, Los límites de la experimenta-
ción”, Documental y vanguardia, op. cit., p. 187.
170
Segunda Parte. El cine de no-ficción de Martín Patino
275
Cfr. Nichols, La representación de la realidad. Cuestiones y conceptos sobre
el documental, Paidós, Barcelona, 1997, pp. 153-158.
276
Quintana, Àngel, Fabulas de lo visible. El cine como creador de realidades,
Acantilado, Barcelona, 2003, p. 26.
277
Plantinga, Rhetoric and Representation…, op. cit., p. 18.
278
Barnouw, Erik, El documental. Historia y estilos, Gedisa, Barcelona, 1993, p.
308.
279
Lo que en una época se presentó como paradigma de la objetividad puede
haber cambiado ochenta años después ya que, como afirma Quintana, “las le-
yes culturales de cada época imponen unas formas concretas de construcción
de la realidad”. Así ocurre, por ejemplo, con Nanook, el esquimal, santo y se-
ña del documental clásico con pretensión de “verdad” que ha devenido un
docudrama algo ingenuo (Quintana, Fábulas de lo visible, op. cit., p. 31).
171
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
280
Ortega, “Documental, vanguardia y sociedad…”, Documental y vanguardia,
op. cit., p. 187.
281
Ortega, “Documental, vanguardia y sociedad…”, Documental y vanguardia,
op. cit., p. 187.
282
Nichols, La representación de la realidad, op. cit., p. 51.
172
Segunda Parte. El cine de no-ficción de Martín Patino
173
CAPÍTULO 3
CANCIONES PARA DESPUÉS DE UNA GUERRA
Y CAUDILLO, PELÍCULAS DE MONTAJE
Canciones para después de una guerra y Caudillo son las dos pelí-
culas de montaje que realizó Martín Patino. Ambas formaban parte
de una trilogía de montaje sobre la Guerra Civil y sus consecuen-
cias, cuya finalización perdió sentido con la muerte del dictador
español. El director entendía que la guerra constituía una losa que
pesaba sobre toda una generación. Y trató de rescatar la realidad y
la memoria, intentó releer el pasado para liberarse de ciertas menti-
ras y visiones oficiales: “La memoria –declaró Patino–, querámoslo
o no, está ahí, forma parte de nosotros mismos (…) Me es difícil,
pero lo intento siempre, liberarme de esa memoria colectiva, por-
que es mi memoria personal”283.
La reflexión que Patino establece en estas dos obras queda li-
gada, una vez más, a la denuncia de la veracidad de las imágenes
recibidas como documentales. En este caso, mediante el ensamblaje
de diversos materiales sonoros y visuales, Martín Patino logra des-
montar la visión oficial que el Franquismo divulgaba acerca de la
guerra, la figura del Caudillo y los años posteriores a la contienda
283
Citado en Bellido, Un soplo de libertad…, op. cit., p. 112.
175
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
176
3.1. Las películas de montaje. Marco teórico
El fenómeno de las películas de montaje ocupa un espacio preemi-
nente en la producción fílmica de Martín Patino. Una vez más, nos
encontramos ante un modo de hacer cine que se mueve por cami-
nos poco transitados. Las películas de montaje suponen una expre-
sión marginal en la industria fílmica y, en particular, en el cine de
no-ficción. En las siguientes páginas analizaremos este fenómeno
atendiendo a la diversidad de sus prácticas. En primer lugar, ahon-
daremos en su característica común: la reutilización de unos mate-
riales ya grabados a los que se les otorga un nuevo contexto y sen-
tido. Después, ante la heterogeneidad del fenómeno, ordenaremos
las diferentes prácticas de montaje tipificándolas en tres modalida-
des: compilación informativa, montaje irónico y collage. Bosqueja-
remos unos breves rasgos históricos de cada una y analizaremos sus
particularidades retóricas y estilísticas.
177
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
284
Citado en Arthur, Paul, “The Status of Found Footage”, Spectator (The USC
Journal of Film and TV Criticism), Vol. 20, Otoño 1999-Invierno 2000, p.
57.
178
Las películas de montaje. Marco teórico
285
Cfr. Sandusky, Sharon, “Toward Archival Film. The Archaeology of Redem-
ption”, Millenium Film Journal, nº 26, otoño 1992, p. 10.
286
Sandusky, “Toward Archival Film…”, Millenium Film Journal, op. cit., p. 4.
287
Cfr. Wees, “Forma y sentido en las películas de Found Footage…”, Archivos
de la Filmoteca, op. cit., p. 126.
288
Weinrichter, “Usos, abusos y cebo para ilusos…”, Nada es lo que parece…,
op. cit., pp. 89-90.
179
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
289
Sánchez-Biosca, Vicente, Una cultura de la fragmentación. Pastiche, relato y
cuerpo en el cine y la televisión, Filmoteca Generalitat Valenciana, Valencia,
1995, p. 26.
290
Cfr. Peterson, James, Dreams of Chaos, Visions of Order: Understanding the
American Avant-Garde Cinema, Wayne State University Press, Detroit,
1994, p. 145.
291
Cfr. Wees, “El aura ambigua…”, Archivos de la Filmoteca, nº 30, octubre,
1998, p. 141 y 147.
180
Las películas de montaje. Marco teórico
292
Cfr. Nichols, La representación de la realidad, op. cit., pp. 202-204. Cfr.
también Waugh, Thomas, Beyond Verité: Emile de Antonio and the New
Documentary of the Seventies”, en Nichols, Bill (ed.), Movies and Methods,
Volume II, University of California, Berkeley, 1985, p. 243.
293
Cfr. Eisenstein, Sergei M., Hacia una teoría del montaje Vol. 1, Paidós, Bar-
celona, 2001, pp. 223-236.
181
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
294
Cfr. Leyda, Films Beget Films, op. cit., p. 45.
295
Arthur, “The Status of Found Footage”, Spectator, op. cit., p. 65.
296
Wees, “Forma y sentido en las películas de Found Footage…”, Archivos de
la filmoteca, op. cit., p. 131.
182
Las películas de montaje. Marco teórico
297
Cfr. Sandusky, “Toward Archival Film…”, Millenium Film Journal, op. cit.,
p. 11.
298
Weinrichter, “Usos, abusos y cebo para ilusos…”, Nada es lo que parece…,
op. cit., p. 92.
299
Bonet, “La apropiación es robo”, en AA.VV., Desmontaje: film, ví-
deo/apropiación, reciclaje, IVAM, Valencia, 1993, p. 19.
300
Cfr. Arthur, “The Status of…”, Spectator, op. cit., p. 62.
183
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
301
Sekula, Allan, “Reading an Archive”, en Wallis, Brian (ed.), Blasted Allego-
ries, Museum of Contemporary Art, Nueva York, 1987, p. 116.
302
Weinrichter cita otros ejemplos de desmontajes de pasados gloriosos tras el
fin de épocas autoritarias: Tractora (Hermanos Alejnikov, 1987), Funerales
(Sólyom, 1992), Human Remains (Rosenblatt, 1998), así como algunas pelí-
culas firmadas por Monnikendam o la pareja Ricci Lucci-Gianikian (cfr.
Weinrichter, “Jugando en los archivos de lo real…”, Documental y vanguar-
dia, op. cit., p. 57).
184
Las películas de montaje. Marco teórico
3.1.2. Tipología
Se pueden establecer diversos criterios para distinguir las películas
de montaje: por ejemplo, según la fuente –entre las que se crean a
partir de una única fuente o con fragmentos procedentes de varias–
o según el grado de manipulación del metraje –las que lo presentan
sin manipular y las que ejercen sobre él algún tipo de operación
física de cambio–. Aquí, inspirándonos en una clasificación de
Wees304, hemos establecido una distinción basada en el grado de
experimentación formal y el nivel de carga crítica-ideológica de los
montajes. De este modo, proponemos tres tipos de documentales de
montaje: la compilación informativa, el collage (ambas categorías
extraídas de Wees) y, como fusión de ambos, el que hemos deno-
minado “montaje irónico”. Esta triada comparte el énfasis en el
objetivo constructor del proceso. Cualquiera de los términos se
antoja válido para designar una película de montaje, siempre y
cuando –tomamos prestadas las palabras de Wees– “se entiendan
referidos a la yuxtaposición de elementos pre-existentes extraídos
303
Wees cita varios de estos casos en “El aura ambigua…”, Archivos de la Fil-
moteca, op. cit., pp. 137-147. Entre los films que menciona destaca el
Marylin Times Five (1973), de Conner, donde se repite la misma secuencia
de Monroe una y otra vez, variando las características físicas de la imagen.
Wees también alude en su libro Recycled Images a los experimentos meta-
fílmicos de Al Razuti, justa fusión de admiración y desenmascaramiento (cfr.
Wees, Recycled Images…, op. cit., pp. 27-28).
304
Cfr. Wees, Recycled Images…, op. cit., pp. 32-48.
185
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
305
Wees, “Found Footage y collage épico”, Desmontaje: film, vídeo…, op. cit.,
p. 39.
186
Las películas de montaje. Marco teórico
306
Leyda, Films Beget Films, op. cit., p. 13.
307
Cfr. Leyda, Films Beget Films, op. cit., p. 33 y pp. 46-48.
187
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
308
Tomaremos como guía de las características del montaje tradicional lo ex-
puesto por Sánchez-Biosca en su libro El montaje cinematográfico, op. cit.
309
Para un análisis más detallado de las secuencias de montaje, véase Sánchez-
Biosca, El montaje cinematográfico, op. cit., cap. 9, pp. 175-194.
310
Cfr. Sánchez-Biosca, El montaje cinematográfico, op. cit., p. 30.
188
Las películas de montaje. Marco teórico
311
Leyda, Films Beget Films, op. cit., p. 77.
312
Nichols, La representación de la realidad…, op. cit., p. 68.
189
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
313
Nichols, La representación de la realidad…, op. cit., p. 69.
314
Weinrichter, “Jugando en los archivos de lo real…”, Documental y vanguar-
dia, op. cit., p. 54.
315
Cfr. Huctheon, Linda, A Theory of Parody. The Teachings of Twentieth-
Century Art, Metuchen, Londres y Nueva York, 1985, p. 115.
190
Las películas de montaje. Marco teórico
316
Cfr. Bonet, “La apropiación es robo”, Desmontaje: film, vídeo…, op. cit., p.
24.
317
Leyda ofrece un comentario de todas sus obras. Cfr. Leyda, Films Beget
Films, op. cit., pp. 24-27.
318
Leyda ofrece muchos más ejemplos de propaganda de guerra y de posguerra
en sus capítulos 4 y 5 (cfr. Leyda, Films Beget Films, op. cit., pp. 49-96).
191
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
319
Arthur, “The Status of Found Footage”, Spectator, op. cit., p. 60.
320
Como recoge Bonet, esta veta de denuncia y sátira políticas han perdido efi-
cacia a finales de siglo debido a su sobreutilización (cfr. “La apropiación es
robo”, Desmontaje, film, vídeo…, op. cit., p. 25.).
192
Las películas de montaje. Marco teórico
321
Weinrichter, “Jugando en los archivos de lo real”, Documental y vanguardia,
op. cit., p. 54.
322
Cfr. Genette, Gérard, Palimpsestos. La literatura en segundo grado, Taurus,
Madrid, 1989. p. 25.
323
Katz, Joel, “Del archivo a la archivología”, Desmontaje: film, vídeo…, op.
cit., pp.58-59.
193
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
324
Wees, Recycled Images…, op. cit., p. 25.
325
Katz, “Del archivo a la archivología”, Desmontaje: film, vídeo…, op. cit., p.
56.
326
Eco, Umberto, Apocalípticos e integrados, Lumen, Barcelona, 1968, p. 129.
194
Las películas de montaje. Marco teórico
3.1.2.3. El collage
Los films de montaje no se acercaron a las vanguardias hasta los
años cincuenta, cuando la compilación histórica empezó a alternar
con propuestas más vanguardistas y matéricas en lo que se ha dado
en llamar el collage fílmico. A pesar de la denominación que aquí
usaremos, no existe un consenso claro sobre la terminología para
este tipo de obras: autores como Bonet hablan constantemente de
películas “de desmontaje”328 en lugar de films “de montaje”, y
otros como Wees o Hausheer y Settele se refieren únicamente a
“films de metraje encontrado (found footage films)”329.
Intentar desarrollar una historia del collage cinematográfico
constituye una tarea que excede, con mucho, los límites y propósi-
tos de este trabajo330. En este breve apunte histórico una referencia
inexcusable pasa por la figura pionera de Bruce Conner. Este ci-
neasta, cuyo tema principal era la tensión entre orden y caos, ali-
mentó las innovaciones experimentales que se dieron en este cam-
po a partir de los sesenta: generalizó la corriente del metraje
encontrado, que se sirve, además de las imágenes de archivos, de
cualquier otro elemento audiovisual válido, incluyendo cualquier
327
Sánchez-Biosca, Una cultura de la fragmentación…, op. cit., p. 24.
328
Bonet establece un repaso, desde los inicios del arte del siglo XX, a una serie
de palabras y expresiones afines al concepto de desmontaje: cut-ups, papiers
collés, fotomontaje, ready-made, assemblage, décollage, détournement, de-
construcción, multimedia o media art. (Bonet, “La apropiación es robo”,
Desmontaje: film, vídeo…, op. cit., p. 14). Con respecto a los problemas ter-
minológicos, puede consultarse también Weinrichter, “Jugando en los archi-
vos de lo real…”, Documental y vanguardia, op. cit., p. 46.
329
Así lo evidencian los títulos de sus obras: Wees, “Found Footage y collage
épico”, Desmontaje: film, vídeo…, op. cit.; y “Forma y sentido en las pelícu-
las Found Footage: una visión panorámica”, Archivos de la filmoteca, op. Cit;
y Hausheer y Settele, Found Footage Film, Viper, Friburgo, 1992.
330
Se puede encontrar una información más extensa sobre los títulos del collage
vanguardístico en las obras citadas de Beauvais, Bonet Weinrichter o Wees.
195
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
331
Wees, Recycled Images…, op. cit., p. 40.
332
Perloff, Marjorie, “The Invention of Collage”, en Parisier, Jean (Ed.), Colla-
ge, New York Literary Forum, Nueva York, 1983, p. 40.
196
Las películas de montaje. Marco teórico
333
Cfr. Wees, Recycled Images…, op. cit., p. 47.
334
Wees ofrece diversos ejemplos de films realizados a base de metrajes manipu-
lados. Cfr. Wees, “Forma y sentido…”, Archivos de la filmoteca, op. cit., pp.
132-135.
197
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
335
Beauvais, Yann “Re-natos Descartes”, Desmontaje: film, vídeo…, op. cit., p.
70.
336
Cfr. Tscherkassky, Peter, “The Analogies of the Avant-Garde”, Found Foota-
ge Film, op. cit., p. 29.
337
Peterson, James, “Making Sense of Found Footage”, Found Footage Film,
op. cit., p. 57.
338
Recogido en una entrevista en Wees, Recycled Images…, op. cit., pp. 92-93.
198
Las películas de montaje. Marco teórico
339
Cfr. Wees, Recycled Images…, op. cit., p. 32.
340
Sandusky, “Toward Archival Film…”, Millenium Film Journal, op. cit., p. 4.
341
Los mecanismos reflexivos propuestos por Brecht y Wollen serán estudiados
con más detenimiento en este trabajo, en el epígrafe dedicado al estudio de
las características del cine metaficcional. Para una introducción, cfr. Stam et
al., Nuevos conceptos de..., op. cit., p. 226.
199
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
342
Cfr. Sánchez-Biosca, El montaje cinematográfico, op. cit., p. 117.
343
Cfr. Peterson, James, “Making Sense of Found Footage”, Found Footage
Film, op. cit., p. 57.
344
Cfr. Peterson, James, “Making Sense of Found Footage”, Found Footage
Film, op. cit., pp. 67-71.
200
Las películas de montaje. Marco teórico
345
Cfr. Wees, Recycled Images…, op. cit., pp. 15-19.
346
Wees, “Forma y sentido en las películas de Found Footage…”, Archivos de
la filmoteca, op. cit., pp. 128-129.
201
3.2. Canciones para después de una guerra
Canciones para después de una guerra recoge una etapa histórica
que abarca desde el anuncio del fin de la contienda civil el 1 de
abril de 1939 hasta la llegada del buque Semiramis el 2 de abril de
1954. En este marco temporal acotado, Patino nos ofrece un retrato
de la posguerra española que se mueve en una frontera algo inesta-
ble que transita del recuerdo emocional al acercamiento histórico y
político, configurando una película que se puede encuadrar dentro
de la categoría de documental de montaje irónico. Las canciones
infantiles se mezclan con las referencias a los sucesos más impor-
tantes de la II Guerra Mundial y Franco comparte espacio con los
jugadores del Athletic de Bilbao. Esta fusión de historia y nostalgia
determina una película que pretende ofrecer otra imagen de la Es-
paña de la posguerra, alejada de la que promovía la propaganda de
aquellos años. Una imagen que Català ha definido como “una cró-
nica psicohistórica de los sentimientos”347 y Torreiro ha catalogado
como “un recorrido por los evanescentes topoi de la memoria sen-
timental de un país”348.
Para trazar este recorrido, Patino utiliza una extensa cantidad
de materiales sonoros y visuales, entre los que destacan las imáge-
nes extraídas del noticiario oficial franquista que conforman el
grueso del film. Aprovechando las posibilidades de un montaje que
configura diversas figuras retóricas y semánticas, el director sal-
mantino nos muestra la visión oficial de aquella España del NO-
DO al mismo tiempo que su desestructuración crítico-irónica. La
película se convierte de este modo en una crónica desmitificadora
de ciertos mitos franquistas acerca de la España de aquella época.
Hemos dividido nuestro análisis en dos partes. En primer lu-
gar, ordenaremos los numerosos materiales que confluyen en la
347
Català, Josep María, “La crisis de la realidad en el documental español con-
temporáneo”, Imagen, memoria y fascinación…, op. cit., p. 40.
348
Torreiro, “Basilio Martín Patino: discurso y manipulación”, Imagen, memoria
y fascinación…, op. cit., p. 234.
202
Canciones para después de una guerra
349
Éstas son, según los títulos de crédito, las diferentes fuentes (de todo tipo de
soportes) que utilizó Patino para levantar Canciones para después de una
guerra: Archivos NO-DO, Filmoteca Nacional de España, Cifra Gráfica, Re-
vista “Triunfo”, Hemeroteca Municipal de la Prensa del Movimiento, Hijos
de Valeriano Pérez, Colección Manuel Summers, Radio Madrid, Radio An-
dorra, Radio Valladolid, Radio Nacional de España, Radio España, Radio Ju-
ventud, Radio La Voz de Madrid, Editorial Bruguera, Editorial TBO, Arte fo-
tográfico industrial, Prensa Española, Cinesco, S.A. y Sallent Film.
203
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
204
Canciones para después de una guerra
350
En los segmentos 36 (una locutora dedica una canción), 39 y 43 (ambos reco-
gen publicidad hertziana).
351
Las voces oficiales del NO-DO las respeta Patino en los segmentos 7, 23 y
32.
352
Aparece en los segmentos 8, 18 y 53.
353
Esta voz está únicamente en el fragmento 14, el dedicado a la muerte de Al-
fonso XIII.
354
En los segmentos 19 y 27.
355
En los segmentos 27, 42 y 46.
356
En los segmentos 19, 22 y 27.
357
Los fragmentos en los que hay sonidos extra son los siguientes: 2, 7, 8, 9, 11,
15, 17, 18, 19, 21, 25, 29, 30, 31, 34, 42, 49 y 52.
205
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
358
En este grupo no incluimos el El cara al sol dada su extensión entre el pue-
blo.
359
Existen retazos de ficción en los segmentos 4, 5 (ocupa todo el fragmento), 6,
8, 11, 15, 16, 18, 19, 20, 24, 25, 34, 36, 38, 41, 43, 44, 45, 46, 48, 49 y 50.
206
Canciones para después de una guerra
360
Presentes en los fragmentos 19, 21, 25, 41 y 46.
361
Se encuentran en treinta segmentos: el 2, 4, 6, 7, 8, 9, 11, 12, 13, 14, 16, 17,
18, 19, 20, 21, 24, 25, 28, 29, 30, 35, 36, 37, 38, 39, 40, 42, 46 y 50.
362
Aparecen en las canciones 4, 8, 11, 16, 17, 18, 19, 24, 27, 36, 44, 48, 49 y 53.
207
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
363
Cfr. Plantinga, Rhetoric and Representation…, op. cit., p. 18.
208
Canciones para después de una guerra
209
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
364
Cfr. Torrel, Josep, “Para ignorarnos menos. La reconsideración del pasado
durante la transición”, Cuadernos de la Academia, nº 6: Ficciones históricas,
Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Madrid,
septiembre, 1999, pp. 79 y 88.
210
Canciones para después de una guerra
365
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
211
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
366
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
367
Este efecto se produce en los segmentos 15, 17 y 25.
368
Esta variación se da en los segmentos 7 y 52.
212
Canciones para después de una guerra
369
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
370
Esto sucede en los fragmentos 8, 11, 18, 20, 29, 31, 34, 38, 45, 46, 48 y 53.
213
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
371
Pérez Millán, La memoria de…, op. cit., p. 136.
214
Canciones para después de una guerra
372
Declaraciones recogidas en Pérez Millán, La memoria de…, op. cit., p. 136.
373
Para el análisis de Canciones para después de una guerra y Caudillo, hemos
consultado bibliografía sobre la historia reciente de España que nos permitie-
ra contextualizar desde el punto de vista histórico el film. De entre los libros
consultados sobre la posguerra española con carácter más general, cabe citar,
entre otros, Moradiellos, Enrique, La España de Franco (1939-1975). Políti-
ca y sociedad, Síntesis, Madrid, 2000; Payne, Stanley, El régimen de Franco,
1936-1975, Alianza, Madrid, 1987; Tusell, Javier, La dictadura de Franco,
Altaya, Madrid, 1996; Preston, Paul, Franco: “Caudillo de España”, Grijal-
bo, Barcelona, 2002.
215
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
374
Martín Morán, Ana, “La inocencia subversiva…”, Nada es lo que parece…,
op. cit., p. 54.
375
Declaraciones a Castro, El cine español en el banquillo, op. cit., p. 322.
376
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
377
Declaraciones recogidas en el DVD editado por El País.
216
Canciones para después de una guerra
378
Declaraciones realizadas a Bellido, Un soplo de libertad…, op. cit., p. 200.
379
Declaraciones de Patino recogidas en el DVD editado por El País.
217
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
380
Esta atracción por ciertos elementos folclóricos está muy presente también en
Andalucía, un siglo de fascinación, como analizaremos en el epígrafe 4.2.3.1.
381
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
218
Canciones para después de una guerra
219
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
220
Canciones para después de una guerra
382
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos…, op. cit., p. 115.
221
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
383
Frase pronunciada por el protagonista de Ojos verdes (en 90’07”), uno de los
capítulos de Andalucía, un siglo de fascinación.
222
Canciones para después de una guerra
384
Declaraciones a Castro, El cine español en el banquillo, op. cit., p. 322.
385
El propio Patino cuenta, en los comentarios que incluye el DVD editado por
El País que, “para darle más carácter multitudinario, cantamos cuantos pudi-
mos reunir por el bar de los estudios próximos, procurando que nadie lo to-
mara a broma”.
223
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
386
Cfr. Sánchez-Biosca, Vicente, “NO-DO: entre ideología e historia de las men-
talidades”, Cuadernos de la Academia, n º 6, septiembre, Madrid, 1999, p.
128.
387
El Ministerio de Información y Turismo suprimió su obligatoriedad en los
cines el 22 de agosto de 1975 (cfr. Sánchez-Biosca, Vicente y Tranche, Ra-
fael, NO-DO: el tiempo y la memoria, Cátedra/Filmoteca Española, Madrid,
2001, p. 15).
388
Sánchez-Biosca, y R. Tranche, NO-DO: el tiempo y la memoria, op. Cit., p.
242.
389
Sánchez-Biosca y Tranche, NO-DO: el tiempo y la memoria, op. cit., p. 242.
224
Canciones para después de una guerra
390
Martín Patino, Basilio, “Reflexiones en torno a Caudillo”, suplemento “Arte y
Pensamiento”, El País, 16-10-1977, Madrid, p. XVI.
391
Cfr. Sánchez Biosca, “NO-DO: entre ideología…”, Cuadernos de la Acade-
mia, op. cit., p. 129.
392
Sánchez-Biosca y Tranche, NO-DO: el tiempo…, op. cit., p. 276.
225
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
393
Sánchez-Biosca y Tranche, NO-DO: el tiempo…, op. cit., p. 278.
394
Cfr. Sánchez-Biosca y Tranche, NO-DO: el tiempo…, op. cit., pp. 284 y 290.
395
Sánchez Biosca, “NO-DO: entre ideología…”, Cuadernos de la Academia,
op. cit., p. 136.
226
Canciones para después de una guerra
396
Cfr. Sánchez Biosca, “NO-DO: entre ideología…”, Cuadernos de la Acade-
mia, op. cit., p. 130.
227
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
228
Canciones para después de una guerra
229
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
230
Canciones para después de una guerra
231
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
232
Canciones para después de una guerra
233
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
234
Canciones para después de una guerra
397
Comentarios extraídos del DVD editado por El País.
235
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
398
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
236
Canciones para después de una guerra
237
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
238
Canciones para después de una guerra
239
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
399
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
240
Canciones para después de una guerra
241
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
400
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
242
Canciones para después de una guerra
243
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
244
Canciones para después de una guerra
401
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
245
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
246
Canciones para después de una guerra
402
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
247
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
403
Declaraciones realizadas a Bellido, Un soplo de libertad…, op. cit., p. 200.
248
3.3. Caudillo
Caudillo compone una biografía fílmica sui generis, construida a
partir de imágenes, sonidos de archivo y otros elementos populares.
Antítesis del retrato laudatorio que supuso Franco, ese hombre
(Sáenz de Heredia, 1964), la película de Patino pretende dar la
vuelta a la imagen salvadora y providencial que cuarenta años de
régimen autoritario habían fabricado. Una figura que se había ex-
tendido a través de los discursos y actos recogidos en noticiarios,
periódicos y hasta en un cómic. El director salmantino usa las mis-
mas fuentes genéricas que habían glorificado la figura del Caudillo
–los medios de comunicación controlados o vigilados por la Admi-
nistración– y las combina con otras grabadas por los servicios de
propaganda del bando republicano. De la mezcla surge, por un la-
do, una película que constituye una crónica sesgada de la Guerra
Civil; por otro, un contrarretrato, una suerte de relato vital no auto-
rizado que pone visualmente al descubierto un Franco en ocasiones
grotesco y patético.
Para analizar este anti-retrato y esta crónica desnivelada de la
contienda, hemos dividido nuestro análisis en dos apartados. Al
tratarse de un film con multitud de elementos visuales y sonoros
que entran en juego, en la primera parte abordaremos los mecanis-
mos formales y narrativos que hacen de Caudillo un documental de
montaje irónico. En la segunda parte, detallaremos cómo se cons-
truye una nueva visión de la Guerra Civil. Partiremos del trata-
miento que se le da a la figura de Franco: su pasado, la vertiente
militar o detalles de su esfera íntima. A continuación, dedicaremos
nuestro análisis al modo en que se reflejan los sucesos bélicos de la
guerra en Caudillo: los avances y retrocesos de cada ejército, los
apoyos internacionales con los que contaron y la especial atención
que Patino pone en las víctimas civiles. Para concluir, dedicaremos
unas páginas a estudiar cómo refleja la película la pelea ideológica
que subyacía a la contienda: el papel jugado por los intelectuales,
las asociaciones entre Franquismo y cruzada religiosa o el soporte
doctrinal del falangismo.
249
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
404
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., nota 7, p. 189.
250
Caudillo
405
Declaraciones de Patino en Basilio Martín Patino. Sobre espejos rotos, un
mediometraje rodado por Carlota Coronado (citado en Salvador, “La triste
España de Caudillo”, Archivos de la Filmoteca, op. cit., p. 126-127).
251
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
252
Caudillo
406
Aparecen fotografías en los fragmentos 5, 7, 8, 13, 18, 19, 22, 23, 26, 28, 29,
32, 34, 35, 36, 37, 38, 40, 44, 45, 46, 48, 50, 55 y 56.
407
Hay grabados o cuadros en los fragmentos 2, 8, 22, 32, 48 y 60.
408
Los recortes de prensa se ubican en los fragmentos 3, 5, 7, 8, 9, 10, 11, 22, 23,
25, 26, 32, 37 y 57.
409
Los documentos o carteles aparecen en los fragmentos 4, 24, 25, 26, 27, 32,
46 y 50.
410
Hay viñetas de cómic en los fragmentos 3, 7, 9, 18, 24 y 28.
411
A pesar de la enorme influencia de la historia contemporánea de España en el
cine del período democrático, es curioso constatar el escaso número de pelí-
culas de ficción –tan solo cuatro– donde aparezca el personaje de Franco:
Dragón Rapide (Camino, 1986), Espérame en el cielo (Mercero, 1987), Ma-
dregilda (Regueiro, 1993) y Buen viaje, Excelencia (Boadella, 2003).
253
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
412
Los sonidos grabados se hallan en los fragmentos 2, 4, 8, 13, 20, 21, 23, 24,
25, 27, 28, 30, 38, 41, 55 y 57.
413
Esta voz oficial aparece en los segmentos 1, 5, 7, 8, 9, 10, 18, 24, 25, 26, 46,
56 y 59.
414
Estos comentarios están en los segmentos 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 13, 19, 21,
23, 25, 26, 27, 32, 45, 46, 51, 52.
254
Caudillo
415
Hay declaraciones recogidas por las cámaras o discursos públicos en los
fragmentos 9 (Primo de Rivera), 14 (Queipo de Llano), 17 (Largo Caballero),
18 (Franco), 20 (Sánchez Mazas), 21 (un líder sindical), 31 (Queipo de
Llano), 35 (Serrano Suñer), 37 (Miguel Primo de Rivera), 38 (García Oliver
y un anarquista anónimo), 40 (Pasionaria), 42 (Miaja), 44 (Martínez Barrio),
45 (Pilar Primo de Rivera), 47 (Raimundo Fernández Cuesta), 49 (Franco y
255
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
256
Caudillo
418
Cfr. Casares Rodicio, Emilio (director y coord. general), Diccionario de la
Música Española e Hispanoamericana, SGAE, Madrid, 2002, p. 1149.
257
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
419
Cfr. Casares Rodicio, Diccionario de la Música…, op. cit., p. 502.
420
Bellido, Un soplo de libertad…, op. cit., p. 109.
258
Caudillo
421
Martín Patino, “Reflexiones en torno a Caudillo”, El País, op. cit., p. XVI
259
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
422
Existen estos efectos de montaje en los segmentos 3, 7, 9, 26, 28, 33, 34, 39,
46 y 58.
423
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
260
Caudillo
261
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
262
Caudillo
263
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
264
Caudillo
424
Pérez Millán realiza su resumen y análisis de Caudillo sobre una versión de
120 minutos, proyectada en el Festival de Berlín, que mantiene los virados
como una constante estilística. Con respecto a este recurso, este autor afirma
que “los distintos colores empleados (rojo, azul, magenta, sepia y, en algún
caso, verde) tienen asignada una nítida función simbólica” (Pérez Millán, La
memoria de los sentimientos…, op. cit., p. 182). También para Salvador esta
“manipulación ofrece una doble utilidad: el rojo y el azul tienen una particu-
lar simbología política en la contienda, al tiempo que se trata, respectivamen-
te, de tonalidades cálidas –que acercan– y tonalidades frías –que alejan–”
(Salvador, “La triste España de Caudillo”, Archivos de la Filmoteca, op. cit.,
p. 130).
425
Declaraciones recogidas en Pérez Millán, La memoria de los sentimientos...,
op. cit., p. 187.
426
Declaraciones recogidas en Pérez Millán, La memoria de los sentimientos...,
op. cit., p. 187.
265
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
pondan; del mismo modo, intuimos que el plano de una madre con
un niño rubio en brazos (36’00”) pertenezca, probablemente, al
exilio centroeuropeo. Esta falsificación de referentes resulta exten-
sible a algunos de los testimonios que se escuchan en Caudillo
pues, dada su dicción y pulcritud, parecen inventados y recitados
por actores. Tal hipótesis se ratifica en el segmento 25, donde en-
contramos un testimonio cuya voz se corresponde al narrador ofi-
cial que puntea todo el relato. Esta invención, esta mezcla de ele-
mentos reales y otros fabricados de forma verosímil, anticipa los
juegos metaficticios que establecerá Patino en sus trabajos televisi-
vos de los noventa. Y sirve para demostrar la flexibilidad de los
sonidos y las imágenes para obtener nuevos significados depen-
diendo de su ubicación en el discurso. Una versatilidad que ya ha-
bía constituido los cimientos sobre los que se edificó Canciones
para después de una guerra.
427
El análisis de las cuestiones narrativas –presente también en Madrid y en La
seducción del caos– está basado de un modo genérico en la metodología
desarrollada por Gérard Genette para la literatura en su “Discurso del relato”,
Figuras III, Lumen, Barcelona, 1989, pp. 75-327; y en la adaptación a los re-
latos cinematográficos propuesta por Efrén Cuevas en “El narrador en el cine.
Análisis de Sospechosos habituales”, en AA.VV., Quién cuenta la historia.
Estudios sobre el narrador en los relatos de ficción y no ficción, Eunate,
Pamplona, 1999, pp. 53-92.
266
Caudillo
267
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
268
Caudillo
269
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
270
Caudillo
428
Al igual que en Canciones para después de una guerra, en Caudillo hemos
consultado obras que nos permitieran contextualizar correctamente lo ocurri-
do entre los años 1936-1939 en España, aún siendo conscientes de la comple-
jidad de este periodo y de la abundante bibliografía existente. En ocasiones
puntuales de este análisis haremos referencia explícita a dicha bibliografía.
De entre los estudios consultados, se pueden señalar, entre otros Carr, Ray-
mond, La tragedia española: la Guerra Civil en perspectiva, Ariel, Barcelo-
na, 1986; Malefakis, Edward, La guerra en España, 1936-1939, Taurus, Ma-
drid, 1996; Cervera, Javier, Madrid en guerra. La ciudad clandestina, 1936-
1939, Alianza, Madrid, 1998; Payne, Stanley, y Tusell, Javier, La Guerra Ci-
vil. Una nueva visión del conflicto que dividió a España, Temas de hoy, Ma-
drid, 1996; y Bernecker, W.L., Guerra en España (1936-1939), Síntesis, Ma-
drid, 1996.
271
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
(la Guerra Civil) para ofrecer una nueva lectura, en el caso de imá-
genes rodadas por los nacionales, o asumir directamente la propa-
ganda republicana anti-franquista. Según confiesa Patino, esta in-
tención –la de usurpar la imagen que el Franquismo había creado
de su líder– era explícita ya desde el nacimiento de la película: “A
lo más que se llega en este tipo de confrontación cinematográfica
es a apoderarse de la representación fetichista del bisonte desde tu
cueva, a creer que lo capturas ante el deseo de dejar de ser su víc-
tima, como un exorcismo, y recrearte en irlo dominando, reducido
a su proporción, desmitificado de carismas”429. Siguiendo ese pro-
pósito desmitificador inicial, la película se convierte en un anti-
retrato del dictador que había condicionado la vida de todos los
españoles y, en particular, la del propio Patino.
Por esta razón, no resulta casual que el film se abra y conclu-
ya con dos retratos estereotipados de Franco (fragmentos 2 y 61),
porque precisamente esa es la imagen que intenta subvertir Patino.
Ambos quedan hiperbólicos tanto por el tiempo que ha transcurrido
como por su excesiva ideologización simbólica. El primero abunda
en el origen providencial al que se refería la voz del fragmento an-
terior (“Hubo una vez un hombre enviado por Dios para salvar a
España”) y nos presenta a Franco vestido con la camisa azul del
Movimiento y rodeado de forma pomposa por la bandera de Espa-
ña430. La cámara se hace cómplice de la grandeza que pretende
mostrar el cuadro y traza un suave movimiento ascendente que nos
va revelando la figura, de pies a cabeza. A pesar de un retrato tan
grandilocuente y de los “¡Viva España!” que resuenan, Franco solo
ha traído –da a entender el montaje– lo que acaban de mostrar las
imágenes del prólogo: dolor y muerte. Por otro lado, el retrato ofi-
cial con el que se cierra el film presenta a Franco como “el elegi-
do”, “el cruzado”: con capa blanca y fondo celeste, sosteniendo una
espada y con armadura. Una imagen oficial que queda fuertemente
429
Martín Patino, Basilio, “Reflexiones en torno a Caudillo”, El País, op. cit., p.
XVI.
430
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
272
Caudillo
a) El pasado de Franco
Para esta biografía no autorizada de la persona que gobernó España
durante casi cuatro decenios, Patino acude al pasado en varias oca-
siones. Su intención es encontrar las respuestas que expliquen, se-
gún su visión, los rasgos psicológicos, políticos y militares del dic-
tador. Se trata de diversos segmentos que Patino va insertando no
de forma cronológica, sino partiendo del interés para promover
nuevos sentidos en las secuencias que enmarcan los flashbacks.
El montaje de Patino presta especial atención a la etapa afri-
cana del general, clave para su forja como militar. En el segmento 7
se presenta un repaso al ascenso de Francisco Franco. Esta sem-
blanza de su juventud militar y sus campañas en África se torna
mordaz por la seriedad y el boato que le imprime el narrador. Se
trata de una voz laudatoria que, con el paso de los años y el absolu-
to control ejercido por el Franquismo, transmite una aureola épica y
mítica de la que el auténtico Generalísimo carecía para Patino y
todos sus opositores. Para éstos, el verdadero Franco se nos mostra-
rá más adelante con su fina voz ante la cámara (segmentos 18 y
58), ajeno a la virilidad con la que nos lo presenta el solemne off
273
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
274
Caudillo
431
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
275
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
276
Caudillo
277
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
432
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
433
Para un análisis detallado de los mecanismos de montaje y los tropos que
entran en juego en la secuencia, cfr. Sánchez-Biosca, El montaje cinemato-
gráfico, op. cit., pp. 219-248.
434
Las imágenes pertenecen al film El gran desfile de la Victoria en Madrid (cfr.
Crusells, Magí, La Guerra Civil española: cine y propaganda, Ariel, Barce-
lona, 2000, p. 53).
278
Caudillo
c) El Franco cotidiano
En su repaso biográfico a Francisco Franco, Patino aprovecha imá-
genes que presentan al general en momentos familiares o ajenos a
la guerra para ahondar en la caricatura que va dibujando de él. Así
se observa al final del fragmento 18, en donde el sarcasmo de Pa-
tino alcanza uno de sus momentos más señalados a cuenta de la
intimidad de Franco. Las imágenes se refieren al matrimonio que
contrae con Carmen Polo, tras sus campañas en África. Una música
acelerada y de letra grotesca –El barberillo de Lavapiés– ilustra la
boda desmitificando paródicamente la imagen guerrera del militar.
279
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
435
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
436
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
280
Caudillo
281
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
437
Salvador, “La triste España de Caudillo”, Archivos de la Filmoteca, op. cit.,
pp. 135-136.
438
Patino se defiende de esta crítica al apuntar su interés por trazar un acerca-
miento a la figura de Franco más emocional o irónico –o incluso contrapro-
pagandista– que centrado en el rigor histórico: “Cualquiera que conozca la
Historia sabe lo que hizo. Yo creo que lo que tengo que hacer es comunicar
imágenes y sensaciones y no empezar a contar estadísticas ni a narrar la His-
toria. Son sensaciones de las cuales se desprenden unas verdades quizá más
282
Caudillo
elocuentes que esos datos” (Entrevista personal con Basilio Martín Patino, 8-
5-2005).
283
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
284
Caudillo
285
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
286
Caudillo
439
Son fotogramas del reportaje La liberación de Barcelona (cfr. Crusells, La
Guerra Civil española: cine y propaganda, op. cit., p. 52).
287
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
288
Caudillo
tud; un expresivo título, Hijos del pueblo, para una melodía que
habla explícitamente de resistencia, libertad y levantamiento de
todos los ciudadanos ante la opresión fascista.
Este esquema favorable continúa en muchos otros fragmentos
que utilizan la metonimia para dibujar un protagonista colectivo: el
pueblo. En el 13, por ejemplo, mientras la canción hace referencia
al “jaleo” de la guerra, la banda visual nos ilustra la batalla: el
campo miliciano –el pueblo– se defiende para poder mandar a
Franco, a Mola y a Queipo (citados expresamente en la canción) “a
paseo”, barridos por esa “locomotora” que “silba”. Así, también se
sugiere la locomotora como una metáfora del progreso que conse-
guirá vencer a los generales rebeldes. En el 50, sin voz en off, úni-
camente acompañado por el Eusko Gudariak –himno nacionalista
vasco, con claras reminiscencias resistenciales–, Patino nos propo-
ne una sucesión de imágenes relativas a la huida, al hambre y a la
resistencia militar y social en las provincias vascongadas. Por últi-
mo, en el largo segmento 56, la voz oficial concluye el fragmento
refiriéndose a los verdaderos héroes para él440. No se refiere a
Franco –como ha estado haciendo durante casi todo el metraje–,
sino a los resistentes republicanos de la batalla del Ebro. Allí, ex-
plica el narrador, “el mundo volvió a quedarse asombrado. Un pue-
blo sin fuerzas, agotado, era capaz de rehacerse y luchar sin escapa-
toria, con energía sorprendente”, ante la maquinaria militar dirigida
por Franco. El quiebro irónico de esta voz radica en que, al haber
estado siempre ligada a la visión oficial del Caudillo, parece atri-
buir al ejército nacional unas alabanzas heroicas que, como acaba-
mos constatando, corresponden a los republicanos. La elección de
Ay, Carmela en el tramo final del segmento incide en la valoración
positiva del bando izquierdista. Una melodía popular y la voz en off
se unen para proyectar una imagen épica de la defensa republicana
–identificada por el propio narrador oficial de la película como “el
pueblo”– frente a los “traidores” e “invasores” que denuncia la me-
lodía.
440
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
289
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
441
Pertenece al film Celestino García Moreno (cfr. Crusells, La Guerra Civil
española: cine y propaganda, op. cit., p. 51).
290
Caudillo
291
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442
Salvador, “La triste España de Caudillo”, Archivos de la Filmoteca, op. cit.,
p. 132.
292
Caudillo
293
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
443
Estas escenas pueden pertenecer, según Crusells, a alguno de estos dos repor-
tajes propagandísticos: El entierro de Durruti, producido por la CNT-FAI, o
L’enterrament de Durruti, producido por la Generalidad de Cataluña (cfr.
Crusells, La Guerra Civil española: cine y propaganda, op. cit., p. 30).
444
Las imágenes del fragmento 39 pertenecen al film propagandístico Franco en
Salamanca I (cfr. Crusells, La Guerra Civil española: cine y propaganda, op.
cit., p. 36).
294
Caudillo
445
Salvador, “La triste España de Caudillo”, Archivos de la Filmoteca, op. cit.,
p. 130.
446
La bondad democrática de los brigadistas, pese a formar una opinión extendi-
da, resulta matizable. Según Esenwein, “es razonable creer que de los 35.000
a 60.000 voluntarios que se estima que hubo, más de la mitad eran comunis-
tas o simpatizantes”, una ideología que en aquellos años abogaba sin cortapi-
sas por la revolución violenta y la dictadura del proletariado. Además, como
recoge este autor, los voluntarios no escaparon de las depuraciones ideológi-
cas violentas ni de las ejecuciones a los disidentes (Esenwein, George, “El
Frente Popular: la política republicana durante la Guerra Civil”, La Guerra
Civil. Una nueva visión del conflicto que dividió a España, op. cit., p. 368 y
369).
295
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
447
Salvador, “La triste España de Caudillo”, Archivos de la Filmoteca, op. cit.,
nota 34, p. 131.
296
Caudillo
448
Las imágenes proceden de un material sin sonido, aún en fase de montaje, que
la Filmoteca Nacional guarda bajo el nombre Voluntarios de la libertad (cfr.
Crusells, La Guerra Civil española: cine y propaganda, op. cit., p. 50).
297
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
449
Martín Patino, “Reflexiones en torno a Caudillo”, El País, op. cit., p. XVI.
450
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
298
Caudillo
451
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos…, op. cit., p. 183.
452
Martín Patino, “Reflexiones en torno a Caudillo”, El País, op. cit., p. XVI.
299
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
300
Caudillo
453
No es descartable que Patino tuviese en mente un poema de García Lorca al
incluir dicha melodía como guía del fragmento. En El huerto de La Petenera,
el poeta granadino vertía su visión trágica de la vida: “Sobre el estanque /
duermen los sauces. / Los cipreses son negros / surtidores de rosales / y hay
campanas doblando / por todas partes. / A este huerto se llega demasiado tar-
de / con los ojos sin luz / y el paso vacilante / después de atravesar / un río de
sangre”. El mismo tono trágico comparte una de las secciones de Poema del
cante jondo (1921), titulada “Gráfico de la Petenera”.
301
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
454
Este contraste puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
302
Caudillo
303
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
455
Esta metonimia también toma cuerpo en el segmento 19, donde la última
imagen del fragmento vuelve a inspirar la unión del Franquismo y del bando
nacional con los elementos más castizos y conservadores de España. Una mu-
jer vestida de folclórica andaluza (al ritmo aún del pasodoble) como para-
digma de esa España estereotipada que se quería defender.
456
Este contraste puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
304
Caudillo
457
Esta declamación debe de corresponder al film republicano Mientras el mundo
marcha (cfr. Crusells, La Guerra Civil española: cine y propaganda, op. cit.,
p. 37).
458
Por supuesto, hubo cierta intelectualidad española de aquella época que apoyó
a Franco (Ridruejo, Sánchez Mazas, Panero, Plà o Pemán), pero fueron más y
con mayor trascendencia artística, quienes contribuyeron a la defensa de la
República (cfr. García Queipo de Llano, Genoveva, “Culturas en guerra”, La
Guerra Civil. Una nueva visión del conflicto que dividió a España, op. cit.,
pp. 609-634).
305
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
306
Caudillo
459
Hemingway, Malraux, Koestler, Sartre, Bernanos, Eluard, Orwell, Mauriac,
Einstein, Ehrenburg, Gustav Regler, Willy Brandt, Luigi Longo, Neruda,
Paul Robeson, Tito, Bertolt Brecht, Ludwig Renn, Haveloch Ellis, Koltzov,
Romain Rolland, Howard Fast, Rabindranath Tagore, Louis Aragon, John
Howard Lawson, Thomas Mann y Chu-En-Lai Pérez Millán, al manejar una
versión diferente, cita más nombres que los que aquí recogemos: Saint-
Exupéry, Dos Passos, Pietro Nenni, Ernst Busch, Nicolás Guillén, Joris
Ivens, Roman Karmen, Pandith Nehru, Julien Benda, Tristan Tzara, Alexei
Tolstoi y Octavio Paz (cfr. Pérez Millán, La memoria de los sentimientos…,
op. cit., nota 5, p. 189).
307
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
308
Caudillo
309
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
460
Como explica Antonio Montero, ya durante la II República hubo persecución,
quemas y muertes en el mundo religioso. Sin embargo, fue en los primeros
meses de la guerra cuando la represión sobre personas relacionas con la Igle-
sia resultó más despiadada, con matanzas como las de la cárcel modelo de
310
Caudillo
311
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
c) La Falange y el Franquismo
El nuevo partido unificado creado en abril de 1937 –la Falange
Española Tradicionalista y de las JONS– fue el basamento ideoló-
gico sobre el que Franco levantó los aspectos más doctrinarios de
su liderazgo durante la guerra y los años cuarenta461. Consciente de
esta importancia objetiva, durante todo el film Patino presta aten-
ción al movimiento falangista y atiende a su enorme influjo como
inspirador intelectual y propagandista del bando nacional.
Para Patino, hablar de Falange supone referirse a José Anto-
nio, su fundador. En el fragmento 9 se narran los orígenes del fas-
cismo en España. Primero refleja la violencia verbal existente en
ciertos sectores de la derecha en junio de 1935 (“O Acción Popular
acaba con el marxismo o el marxismo aplasta a España”, o “No
cabe diálogo ni convivencia con la Anti-España. Nosotros, y no
ellos”), omitiendo una vez más discursos similares encontrables en
los periódicos de inspiración marxista o anarquista. A continuación,
el director –a través de su narrador oficial– se centra en explicar la
génesis del falangismo: “José Antonio había proclamado la dialéc-
tica de los puños y de las pistolas. (…) Confiar los destinos de la
patria a los caprichos de las multitudes es absurdo. La verdad debe
imponerse por la fuerza”. Con un recurso ya utilizado en otras oca-
siones, estas palabras se ilustran por medio de viñetas de cómic,
461
Cfr. Moradiellos, La España de Franco…, op. cit., pp. 44-46 y 69-80.
312
Caudillo
313
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
462
De hecho, según el resumen del montaje de la versión larga expuesto en Pérez
Millán, esta secuencia de Franco entregando una corona de flores al ritmo del
Cara al sol y el discurso de Raimundo Fernández Cuesta iban inmediatamen-
te a continuación de las palabras de Pilar Primo de Rivera (cfr. Pérez Millán,
La memoria de los sentimientos…, op. cit., p. 179).
463
Las imágenes son un extracto del film Juventudes de España (Documental de
la Primera Demostración Nacional de Organizaciones Juveniles en Sevilla)
(cfr. Crusells, La Guerra Civil…, op. cit., p. 50).
314
Caudillo
315
CAPÍTULO 4
ANDALUCÍA, UN SIGLO DE FASCINACIÓN.
FALSIFICACIONES AUDIOVISUALES
317
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
464
Weinrichter, “Subjetividad, impostura, apropiación…”, Archivos de la filmo-
teca, op. cit., p. 119.
318
4.1. La falsificación audiovisual. Marco teórico
Los falsos documentales pueden tener diversos tipos y estilos, tan-
tos como clases de documentales existen. En cualquiera de estas
simulaciones se imita la gramática del género, se falsifica el interés
del asunto, se copia la supuesta espontaneidad de los protagonistas
y situaciones o se fingen los lugares comunes (grabaciones de ar-
chivo, voz en off, cámara al hombro, declaraciones de especialistas
en la materia ante la cámara...). La pretensión de la mayoría es,
además de un indudable sentido lúdico, desmitificar la veracidad y
credibilidad de la que goza el género. Demostrar que hasta el más
fiel cinema-verité no supone más que un mundo posible; la imagen
nunca sustituirá a la realidad, como mucho conseguirá ser un refle-
jo.
A continuación, estableceremos un marco teórico de la falsi-
ficación audiovisual sobre el que asentar el posterior análisis de los
mecanismos falsarios de los que se sirve Patino. Al inicio, dibuja-
remos un breve contexto histórico en el que se recogen los diferen-
tes falsos documentales que han llegado a las pantallas cinemato-
gráficas y televisivas desde que se iniciara esta modalidad en los
años sesenta. Posteriormente, nos detendremos en los rasgos que
definen el término: una práctica reflexiva que inventa una realidad
y se apropia del estilo y la retórica que caracterizan a las diferentes
modalidades de documental.
465
Puede encontrarse un repaso histórico a los títulos que se adscriben a la cate-
goría del falso documental en Sánchez-Navarro, “(Re)construcción y
(re)presentación…”, Documental y vanguardia, op. cit., pp. 90-108; también,
de forma más breve, en Weinrichter, “Subjetividad, impostura, apropia-
ción…”, Archivos de la Filmoteca, op. cit., pp. 116-119.
319
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
466
El protagonista, Kit Carson, vuelve a su papel de David Holzman en un falso
documental reciente sobre la fama y los aspirantes a actor que cuenta con la
complicidad de numerosas personalidades de Hollywood: Lissa Picard is
Famous (Dunne, 2000).
320
La falsificación audiovisual. Marco teórico
467
Este acrónimo inglés de rock y documentary comenzó a aplicarse a una serie
de documentales de éxito que mostraban las peripecias de grupos, cantautores
o conciertos (Monterrey, Don’t Look Back, El último vals).
468
Resulta llamativa la confusión extratextual del juego entre realidad y ficción
de Spinal Tap. El falso grupo creado para la película –que compuso e inter-
pretó todas las canciones– siguió actuando en la realidad una vez terminado
el rodaje: aparecieron en el Saturday Night Live, pusieron en el mercado un
disco, elaboraron vídeos musicales y se promocionaron con una gira por los
EE.UU. En 1992 llegaron a reunirse para sacar un nuevo disco titulado Break
Like the Wind (cfr. Plantinga, Carl, “Gender, Power and a Cucumber. Satiriz-
ing Masculinity in This is Sapinal Tap”, en Keith Grant, Barry, y Sloniowski,
Jeanette (eds.), Documenting the Documentary. Close Readings of Documen-
tary Film and Video, Wayne University Press, Detroit, 1998, p. 320).
321
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
469
A partir de Mondo Cane/Ese perro mundo (Jiacopetti, 1962), se extendieron
por Italia diversas películas de serie B que buscaban una “pornografía de la
verosimilitud”, “un hiperrealismo de lo oculto”, como dice Ángel Sala. Con
sensacionalismo y claro afán provocativo, la mayoría de los mondos busca-
ban materiales ocultos (en la noche, en el sexo, en culturas alejadas; con
asuntos cada vez más degradados e impactantes) y no dudaban en dramatizar
ciertos hechos y presentarlos como reales en un evidente fraude amarillista
(cfr. Sala, Ángel, “Del hiperrealismo oculto a otras manipulaciones de las no-
ficción”, Imágenes para la sospecha…, op. cit., pp. 123-151).
470
Con esta película, Orson Welles recuperó el espíritu manipulador de su mon-
taje radiofónico de La guerra de los mundos. El director se interpreta a sí
mismo en este barroco collage que investiga el límite que separa la realidad
del simulacro, el engaño artístico de la genialidad. F for Fake está realizada a
partir de un documental –quién sabe si verdadero o inventado– acerca del ge-
nial falsificador de pinturas Elmyr de Hory y otro del biógrafo (¿falso?) del
productor Howard Hughes, François Reichenbach.
322
La falsificación audiovisual. Marco teórico
471
Conviene matizar que JFK, caso abierto no es propiamente un falso docu-
mental. Simplemente completa, mediante la imitación del estilo inocente y la
textura doméstica, la famosa filmación del asesinato que A. Zapruder tomó
con su cámara Bell&Howell de 8 mm. Si bien se trata solo de algunas se-
cuencias de la película, la mezcla que ejerce de documentos reales y simula-
dos provoca en el espectador una gran sensación de verosimilitud. En este
sentido, Roscoe y Hight trazan un somero repaso a diversos productos fílmi-
cos y televisivos conocidos (Kubrick o Spielberg, por ejemplo) que, en cier-
tas partes de su metraje, también se apropian de la estética documental (cfr.
Roscoe, y Hight, Faking-it…, op. cit., pp. 76-98).
472
Josetxo Cerdán ha trazado un repaso a los títulos que pueblan el espacio del
falso documental en España, si bien lo ha hecho desde una perspectiva late-
ral: indagando las propuestas que parten del fake para adentrarse en el docu-
mental, revelando así las huellas del mundo histórico que contienen (cfr.
Cerdán, Josetxo, “La voluntad quebrada (o el extraño caso de los falsos do-
cumentales que no acaban de serlo)”, Nada es lo que parece…, op. cit., pp.
107-132).
323
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
473
Manualidades (Lorenzo, 1991) hace el seguimiento de un imaginario “Grupo
Cinematográfico Jean-Luc Godard” en una escuela española; la película fue
nominada al Goya al mejor corto “documental”. Luis Ángel Ramírez recoge
las iniciativas falsarias más interesantes del cortometraje español reciente en
“(Re)presentaciones de lo real en el cortometraje español”, Nada es lo que
parece…, op. cit., pp. 155-170.
474
De Felipe cita a Baudrillard para determinar los diferentes órdenes dominan-
tes de simulacros: la falsificación (desde el Renacimiento a la Revolución In-
324
La falsificación audiovisual. Marco teórico
325
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
477
Roscoe y Hight, Faking it…, op. cit., p. 53.
478
La tipología de Nichols es la más extendida en el terreno académico del do-
cumental gracias a su funcionalidad y claridad. Dispone cinco categorías: ex-
positiva, observacional, interactiva, reflexiva y performativa. Una explica-
ción detallada de las cuatro primeras se puede encontrar en el segundo
capítulo de La representación de la realidad…, op. cit., pp. 65-114. La moda-
lidad performativa la acuñó y desarrolló en un texto posterior: “Performing
Documentary”, Blurred Boundaries: Questions of Meaning in Contemporary
Culture, Indiana University Press, Bloomington e Indianapolis, 1994, pp. 92-
106.
479
Nichols, La representación de la realidad..., op. cit., p. 93.
480
Nichols, La representación de la realidad..., op. cit., p. 97.
326
La falsificación audiovisual. Marco teórico
481
Cfr. Roscoe y Hight, Faking it…, op. cit., pp. 64-75.
482
Nichols, La representación de la realidad..., op. cit., p. 98.
327
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
483
Roscoe y Hight, Faking it…, op. cit., p. 188.
484
Baudrillard, Cultura y simulacro, op. cit., p. 11.
485
Zuilhof, Gertjan, “Fake”, Catálogo del Festival de Rotterdam, Rotterdam
1997, p. 189 (citado en Weinrichter, “Subjetividad, impostura, apropi-
ación...”, Archivos de la Filmoteca, op. cit., p. 119).
328
La falsificación audiovisual. Marco teórico
486
Cfr. Marzábal, “Reflexiones sobre la naturaleza del documental”, Cuadernos
cinematográficos, op. cit., p. 653.
487
Català, “La crisis de la realidad en el documental español contemporáneo”,
Imagen, memoria y fascinación..., op. cit., p. 31.
488
La película de Rob Reiner construye, ante todo, una parodia (mockumentary)
de los documentales musicales. Desde esta perspectiva, muchas de las técni-
329
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
cas que imita quedan exageradas. Así, el film gana en comicidad perdiendo
en verosimilitud.
489
Cfr. Roscoe y Hight, Faking it…, op. cit., pp. 68 y 100.
490
Esta miniserie constaba de seis capítulos que seguían la campaña de un falso
aspirante demócrata a las presidenciales que, en las imágenes, llegaba a mos-
trarse junto a los verdaderos candidatos.
330
La falsificación audiovisual. Marco teórico
491
Cfr. Genette, Palimpsestos…, op. cit., p. 17-18.
331
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
492
En este sentido, resulta conveniente resaltar los juegos metafílmicos de algu-
nas secuelas, que implícitamente apuntalan el “carácter verdadero” de sus
predecesoras al asumirlas como auténticas. Así, por ejemplo, El libro de las
sombras. Bruja de Blair II (Berlinger, 2000) partía de la premisa de unos in-
crédulos estudiantes que se adentran en el bosque para verificar la realidad de
lo contado en El proyecto de la Bruja de Blair. Más complejo resulta el caso
de The Return of Spinal Tap: en 1993 se grabó esta secuela basada en un
concierto real que el grupo dio en el Royal Albert Hall londinense para pro-
mocionar su nuevo –y también real– disco.
493
Cfr. De Felipe, “El ojo resabiado...”, Imágenes para la sospecha…, op. cit., p.
55.
332
La falsificación audiovisual. Marco teórico
494
De Felipe, “El ojo resabiado...”, Imágenes para la sospecha, op. cit., p. 39.
495
Cfr. Williams, Linda, “Mirrors Without Memories. Truth, History and The
Thin Blue Line”, Documenting the Documentary, op. cit., 386.
333
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
334
La falsificación audiovisual. Marco teórico
496
El proyecto de la Bruja de Blair juega con dos tipos de estrategias retóricas:
el documental expositivo, “formal”, y el de observación, fruto del diario ama-
335
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
teur. Para un análisis de estas estrategias, cfr. Cuevas, Efrén, “En las fronte-
ras del cine aficionado: Tren de sombras y El proyecto de la bruja de Blair”,
Comunicación y Sociedad, vol. XIV, diciembre, 2001, pp. 24-33.
336
La falsificación audiovisual. Marco teórico
497
Wenders rodó gran parte de las escenas antiguas (atribuidas a dos inventores
germanos, contemporáneos de Edison o Lumière, que contruyeron un proyec-
tor capaz de emitir “rudimentarias fotografías en movimiento”) con una cá-
mara muda de los años 20, en la mejor tradición del slapstick.
337
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
498
En este sentido, los trabajos de David Attenborough constituyen un caso pa-
radigmático, como demuestra el análisis detallado que Bienvenido León hace
de sus estrategias en El documental de divulgación científica, Paidós, Barce-
lona, 1999.
338
La falsificación audiovisual. Marco teórico
499
Cfr. Stam, Robert, Burgoyne, Robert, y Flitterman-Lewis, Sandy, Nuevos
conceptos de la teoría del cine (estructuralismo, semiótica, narratología, psi-
coanálisis, intertextualidad), Paidós, Barcelona, 1999, p. 236.
500
Dentro de la hábil maniobra comercial de El proyecto de la bruja de Blair
destaca la emisión de un programa televisivo en un canal de cable estadouni-
dense. Curse of the Blair Witch se detenía en la mitología del bosque de
Blair: debates de expertos paranormales sobre el misterioso fenómeno, noti-
cias de prensa sobre la desaparición de los tres protagonistas o detalles de sus
biografías. La dirección de este “documental” corría a cargo de Eduardo Sán-
chez y Daniel Myrick, los responsables del film original.
339
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
501
Se pueden consultar diversos ejemplos de legitimaciones del origen de obras
literarias en Grafton, Anthony, Falsarios y críticos. Creatividad e impostura
en la tradición occidental, Crítica, Barcelona, 2001.
502
Ni siquiera Roscoe y Hight –quienes han trazado el intento más sistemático
por clasificar los mockumentaries– pasan por alto los problemas de delimita-
ción que plantea su esquema: “Los grados que proponemos no pueden ser
considerados formas ideales o ‘puras’, sino sugerentes agrupaciones de ten-
dencias textuales” (Roscoe y Hight, Faking it…, op. cit., p. 64).
503
Relacionados con el mondo, estos dos subgéneros son también fingimientos
exagerados de la verosimilitud. El shockumentary hace referencia a supuestos
documentales sobre “formas de morir y el horror propio de la agonía”; el
deathcumentary designa aquellas películas que documentan “el hecho natural
340
La falsificación audiovisual. Marco teórico
341
4.2. Andalucía, un siglo de fascinación
Tras haber descrito la naturaleza y los mecanismos del falso docu-
mental, en las siguientes páginas acometeremos el análisis de la
serie Andalucía, un siglo de fascinación. Mediante diferentes estra-
tegias retóricas, los siete episodios plantean una serie de imposturas
fílmicas que dibujan pinceladas de realidad en un lienzo de ficción
y viceversa. En este juego, Patino también establece un reto con el
espectador: le anima a que descubra qué partes de verdad se escon-
den en la cinta. Patino sacude al público de su postura cómoda y le
alienta a que discierna entre documentos reales y simulados, a que
se interrogue sobre la naturaleza de la imagen y sospeche –al igual
que él mismo hace– del género documental: “Como espectador
desconfío mucho más del documentalista que pretende ofrecerme la
realidad –sabiéndome cuánto ha manipulado él mismo las imáge-
nes, en el rodaje y en el montaje– que del autor que me ofrece una
obra de ficción como tal, sea ésta más o menos creíble”504.
En nuestro análisis de esta serie –cuyos argumentos ya se
apuntaron en el capítulo 2– detectaremos el material documental
que otorga la base verosímil para el engaño y describiremos cómo
cada episodio guarda resquicios –en ocasiones, evidentes, en otras
todo un desafío para la credibilidad de la audiencia– que revelan su
condición de invenciones. Posteriormente, nos acercaremos a los
diferentes recursos retóricos y estilísticos con los que Patino pone
en circulación una mentira “bellamente engalanada”. Por último,
centraremos nuestro análisis en los aspectos temáticos que recorre
esta producción patiniana: el papel de la tradición sociocultural, la
pasión por la libertad y los límites de la representación.
504
Citado en Pérez Millán, La memoria de los sentimientos…, op. cit., p. 284.
342
Andalucía, un siglo de fascinación
343
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
344
Andalucía, un siglo de fascinación
505
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
506
Estos son los títulos que aparecen diseminados por todo el episodio: Morena
clara (1935), Rosario La Cortijera (1935), El gato montés (1935), María de
la O (1936), Carmen de la Triana (1938), Suspiros de España (1938), Mari-
quilla Terremoto (1938), Torbellino (1941), Un caballero famoso (1942), La
blanca Paloma (1942), El crimen de Pepe Conde (1946), La Lola se va a los
puertos (1947), Filigrana (1949), El sueño de Andalucía (1950), Esta es mi
vida (1952), La hermana San Sulpicio (1952), Suspiros de Triana (1955),
Esa voz es una mina (1955), Curra Veleta (1956) y El emigrante (1959).
345
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
346
Andalucía, un siglo de fascinación
507
Heredero, Carlos, “La historia como representación y el espejo apócrifo (A
propósito de Andalucía, un siglo de fascinación)”, Archivos de la Filmoteca,
op. cit., p. 160.
347
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
508
En la trama también se señala la colaboración de Joan Manuel Serrat. Aunque
aparecen imágenes suyas en una pantalla gigante, la presencia del cantante
catalán en el rodaje de El jardín de los poetas fue inexistente. Patino utilizó
un doble para grabar las escenas de su actuación: siempre aparece de espal-
das, en planos muy abiertos y alejados o con poca iluminación (dentro de una
limusina, escapando de los fans). Los primeros planos del rostro de Serrat
proceden de otras grabaciones de archivo reciente.
348
Andalucía, un siglo de fascinación
En este episodio los trazos del mundo histórico resultan más abun-
dantes puesto que un supuesto adelanto técnico que permite escu-
char la voz de un mito del flamenco –la existencia de Franconetti es
demostrable en la realidad– desencadena toda la acción. A lo largo
de este episodio está muy presente el reflejo de lo factual por medio
de grabaciones de archivo que recogen cantes y bailes flamencos.
También se recoge la realidad en las escenas de pagodas y calles
japonesas, así como en las caras de mandatarios nipones durante la
inauguración del museo –unas escenas auténticas sacadas de con-
texto, extraídas de la apertura de su pabellón durante la Expo’92–.
Además, la inserción de fragmentos con referente real es reconoci-
ble en las declaraciones del cantaor Luis Caballero, las reflexiones
didácticas del folclorista Luis Suárez o del coleccionista Gustavo
Osborne y Loring y en las espontáneas conversaciones de las peñas
flamencas de Los cernícalos y La platería –no así los de La Maca-
rena, que reclaman hasta un código ético para que los japoneses no
se adueñen de todo, mención que revela la impostura de su diálo-
go–.
Sin embargo, hay que desconfiar del testimonio de algunos
expertos, reclutados por Patino como cómplices para la ambigüe-
dad de su engaño. Así, en determinados momentos, autoridades del
mundo flamenco disertan a partir de una premisa falsa lanzada por
el director: el diálogo entre el escritor José Antonio Velázquez y el
periodista José Antonio Blázquez; la discusión en el programa in-
ventado (“del archivo de Canal Sur” Comentan los expertos) entre
Amós Rodríguez Rey y Miguel Akal; la plática de sofá entre el
propio Rodríguez Rey, el ya mencionado Blázquez y el cantaor
Naranjito de Triana; y, por último, las declaraciones del biógrafo de
Franconetti, José Blas Vega. Aunque muchos sean personajes reco-
nocidos en el ambiente jondo, la sospecha proviene de las referen-
cias que hacen a la lámina de estaño y a la posibilidad (inexistente)
de escuchar la voz de Franconetti. De este modo, Patino se sirve de
349
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
350
Andalucía, un siglo de fascinación
351
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
509
Recogido en Casado, “La visión andaluza de Basilio Martín Patino”, El siglo
que viene, op. cit., p. 4. El director ofrecía palabras similares, que ahondaban
en la admisión del engaño, durante su participación en el coloquio que siguió
a la difusión de Casas Viejas: “Reconozco que soy un falsario que se inventa
a otros falsarios que hablen por mí. Todo es invención. Y yo reivindico el de-
recho a hacer espectáculo, así como acepto que después me lo reprochen o
incluso me lo rechacen. Están en su derecho, este juego es así”.
352
Andalucía, un siglo de fascinación
510
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
353
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
354
Andalucía, un siglo de fascinación
511
Pérez Millán da cuenta de confusiones similares en otros dos capítulos: en
Ojos verdes, “uno de los participantes en el debate [posterior a la emisión]
reconoció que hasta después de media hora de proyección no había empezado
a preguntarse si aquello sería verdad”; en El grito del sur, “tras haber proyec-
tado y discutido muchas veces con estudiantes de Historia, de Comunicación
Audiovisual e incluso con historiadores profesionales, por lo general reaccio-
nan con enfado y se sienten ‘estafados’ al saber, después de la proyección,
que ese documento que han contemplado no es ‘real’” (Pérez Millán, La me-
moria de los sentimientos…, op. cit., pp. 295 y 307).
355
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
512
Fragmentos de ambas películas pueden consultarse en el DVD del Anexo 4.
356
Andalucía, un siglo de fascinación
357
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
513
El DVD del Anexo 4 contiene fragmentos de cada uno de esos tres capítulos
en los que se aprecia este empleo de la voz en off.
514
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
515
Diversos ejemplos de estas escenas pueden verse en el DVD del Anexo 4.
358
Andalucía, un siglo de fascinación
359
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
516
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
517
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
360
Andalucía, un siglo de fascinación
361
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
518
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
362
Andalucía, un siglo de fascinación
519
Martín Morán, “La inocencia subversiva…”, Nada es lo que parece…, op.
cit., p. 67.
520
Estos dos capítulos recogen lateralmente ciertos tópicos socio-culturales y
elementos castizos. En Carmen y la libertad, el mundo de las cigarreras de
Triana o la racialidad andaluza de la protagonista de la ópera simplemente
imponen el marco en el que se desenvuelve una historia más preocupada por
aspectos como la libertad artística o los problemas de la representación que
por la tradición cultural andaluza. Por su parte, la inserción del toro y las fla-
363
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
mencas como parte del patrocinio del programa televisivo de El jardín de los
poetas sirve para reforzar la parodia y agudizar el contraste entre poesía y te-
levisión.
364
Andalucía, un siglo de fascinación
(La clave, de José Luis Balbín, y Los unos y los otros, de Ángel
Casas) e, incluso, clases y ensayos en la imaginaria “Real Acade-
mia de Cante y Baile Andaluz”. Todas las discusiones y su afán
didáctico contribuyen al acercamiento que este capítulo dibuja ha-
cia la práctica de la copla; se amplía el conocimiento de los espec-
tadores a través de canciones, objetos del museo, películas y graba-
ciones que repasan toda una trayectoria artística. En este sentido, la
multitud de ilustraciones sonoras y cinematográficas, los comenta-
rios extraídos de supuestas conferencias de Maura521 o los debates
televisivos hacen que el documental también ejerza el papel de
transmisor clásico de información, como cualquier otro documental
expositivo, y que el espectador acabe comprendiendo el género
musical con mayor nitidez.
De forma similar, los dos capítulos de Desde lo más hondo
implican una iniciación al mundo del flamenco, pues desentrañan
sus claves históricas y estéticas al mismo tiempo que hacen desfilar
fragmentos de sus figuras más notables. Si en Silverio el grueso del
debate corresponde a los expertos, en El museo japonés son los
propios artistas quienes hablan522, ensamblados por una voz en off
literaria y recargada que aporta una visión del flamenco entre in-
formativa y algo nostálgica por la pérdida de pureza, por el abur-
guesamiento de un cante que nacía del alma y la necesidad, del
dolor, el desamor y el hambre. Esta estructura adoptada para trans-
mitir la información provoca que más del setenta por ciento del
metraje corresponda a material de archivo (extraído de los progra-
mas de TVE Rito y geografía del cante y Flamenco). Este episodio
resulta el más didáctico, el menos lúdico, y por ello ofrece un in-
teresante bautismo en el mundo del flamenco para los no iniciados.
Llega a una conclusión sobre esta forma artística muy similar a la
que alcanzaba Silverio: la pureza del flamenco será difícil de recu-
perar ante el avance de una sociedad confortable y una música que
se comercializa, con unos “sentimientos con desgarro de atrezzo”
521
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
522
Hay ejemplos de estas declaraciones en el DVD del Anexo 4.
365
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
523
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
524
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
366
Andalucía, un siglo de fascinación
525
Como tema recurrente en su filmografía, resulta ilustrativo señalar que inclu-
so aparece explícitamente en dos títulos menores: Inquisición y libertad. Re-
flexiones en torno a una exposición sobre el Santo Oficio en España (1982) y
Libertad, ¿para qué? (1985).
367
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
526
El DVD del Anexo 4 contiene una muestra de estas imágenes virtuales.
368
Andalucía, un siglo de fascinación
369
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
527
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
528
Martín Morán, “La inocencia subversiva…”, Nada es lo que parece…, op.
cit., p. 72.
370
Andalucía, un siglo de fascinación
529
Martín Morán, “La reescritura del pasado...”, Cuadernos de la Academia, op.
cit., p. 509.
371
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
530
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
372
Andalucía, un siglo de fascinación
373
CAPÍTULO 5
MADRID Y LA SEDUCCIÓN DEL CAOS, ENSAYOS
METAFICTICIOS
Tanto Madrid como La seducción del caos, cada una desde sus
peculiaridades, enfrentan al cineasta con su propio oficio. Y lo ha-
cen estableciendo una reflexión intelectual que se va construyendo
en y desde las imágenes. Las dudas y contradicciones de Patino
sobre la representación, la historia y la televisión quedan al descu-
bierto con estas dos obras. Al mismo tiempo que se preguntan por
la naturaleza de la imagen, ambas comparten un aliento metafílmi-
co que desvela constantemente los mecanismos de construcción de
las representaciones. Ante la falta de respuestas, Madrid se ahoga
en el escepticismo mientras que La seducción del caos acepta el
desafío y entra en el juego subiendo el envite y apostando por la
falsificación para que, como dice Català, “se entienda que esas
formaciones retóricas no son más que mediaciones al servicio del
mejor postor”531.
531
Català, “La crisis de la realidad…”, Imagen, memoria y fascinación…, op.
cit., p. 31.
375
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
376
5.1. Metaficción. Marco teórico
Una forma recurrente de criticar el carácter de simulacro que com-
portan las representaciones consiste en mostrar su funcionamiento.
Poner el film ante un espejo que le devuelva en imágenes la identi-
dad del autor, sus influencias fílmicas o literarias, la importancia
del montaje o las herramientas con las que se esculpe una represen-
tación. Las obras metaficticias desvelan su propia condición de
ficción al mismo tiempo que ponen de manifiesto que cualquier
otra película es el efecto de un proceso discursivo, una combina-
ción de imágenes y sonidos que nunca podrá suplantar a la realidad.
Al tratarse de un fenómeno muy utilizado en la historia del
arte, en primer lugar señalaremos muy brevemente algunos antece-
dentes literarios interesantes o especialmente llamativos e intenta-
remos mostrar una panorámica de las manifestaciones reflexivas
audiovisuales que aporten cierto contexto histórico. A continua-
ción, abordaremos una definición del término desde diversos pun-
tos de vista: la contraposición entre ilusionismo y reflexividad, la
autoconsciencia de los procesos de producción o recepción, la in-
tertextualidad, la apariencia de obra en construcción, una tempora-
lidad narrativa que incluye el tiempo de producción del discurso o
los diversos mecanismos formales empleados para provocar que la
representación se vuelva sobre sí misma. Como última aportación
teórica, aventuraremos una taxonomía que nos permita organizar y
agrupar las diferentes obras metaficticias.
532
Sobre el origen de la expresión “metaficción”, cfr. Currie, “Introduction”,
Metafiction, op. cit., p. 1.
377
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
378
Metaficción. Marco teórico
379
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
380
Metaficción. Marco teórico
533
Guillén, Claudio, Entre lo uno y lo diverso. Introducción a la literatura com-
parada. Crítica, Barcelona, 1985, p. 165.
534
Cfr. Currie, Metafiction, op. cit., pp. 16-17.
535
Platas Tasende, Ana María, Diccionario de términos literarios, Espasa, Ma-
drid, 2000, p. 472.
536
Lodge, David, “The Novel Now”, Metafiction, op. cit., p.154.
381
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
537
Cfr. Boyd, Michael, The reflexive novel. Fiction as Critique, Lewisburg,
Bucknell UP, 1983, p. 38 (citado en Sobejano-Morán, Metaficción españo-
la..., op. cit., p. 16).
538
McCaffery, Larry, “The Art of Metafiction”, Metafiction, op. cit., p. 182.
539
Aún así, aportamos a continuación una escueta referencia a esos otros térmi-
nos que sobrevuelan el concepto de metaficción. Se incluye el autor que ha
acuñado el término –o que lo haya estudiado en profundidad– y una defini-
ción que en algunos casos apenas aporta novedad con respecto a la descrip-
ción general que otros autores han dado y que nosotros reproduciremos y dis-
cutiremos más adelante:
-Anti-ilusionismo: novelas o películas que toman postura consciente contra la
tradición realista de representación al destacar improbabilidades de la trama,
los personajes o el lenguaje.
-Anti-novela (Rousset, Cortázar): designa un tipo de narrativa posible, con una
estructura abierta a la intervención del lector, que se convierte en copartícipe
de la experiencia creadora del autor.
-Arte del agotamiento (John Barth): se refiere al arte con la premisa de la impo-
sibilidad virtual de la novedad en el período contemporáneo.
-Autodesignación del código: una situación textual en la que un acto de comuni-
cación se reproduce dentro de la estructura misma del lenguaje.
382
Metaficción. Marco teórico
383
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
541
Cfr. “El estilo y el medio en la imagen cinematográfica” (recogido en Sobre
el estilo. Tres ensayos inéditos, Erwin Panfosky, Paidós, Barcelona, 2000),
Qué es el cine (André Bazin, Rialp, Madrid, 1990) y Teoría del cine (Sigfried
Kracauer, Paidós, Barcelona, 1989).
542
Waugh, Metafiction. The Theory and Practice..., op. cit., p. 2.
543
Stam, Reflexivity in Film..., op. cit., prefacio, xiii.
544
Stam, Burgoyne y Flitterman Lewis, Nuevos conceptos de la teoría del cine...,
op. cit., p. 228.
545
Pozuelo Yvancos, José María, Poética de la ficción, Síntesis, Madrid, 1993,
p. 228.
384
Metaficción. Marco teórico
546
Cfr. Dallenbach, El relato especular, op. cit., p. 15. Aunque la autora utiliza
siempre el término mise-en-abyme –como “puesta en abismo” de un relato–,
muchas de sus ideas son aplicables a la metaficción. Dicho término, proce-
dente de la heráldica, se refiere a todo enclave dentro de una obra que guarda
relación de similitud con la obra que la contiene. Toda mise-en-abyme es me-
taficticia pero no toda metaficción se manifiesta únicamente mediante ese
procedimiento.
547
Salvo en la vertiente más revolucionaria y subversiva en la que, como se
analizará en 5.1.3., se renuncia a cualquier intento de familiaridad con el rea-
lismo.
548
Stam, Reflexivity in Film..., op. cit., p. 126.
549
Como explica Sobejano-Morán en la introducción al estudio de diversos tex-
tos españoles posmodernos, ciertos autores que se han ocupado de estudiar la
posmodernidad han destacado la importancia de esa quebradiza relación entre
discurso y referente: Kristeva alude a la escritura como una experiencia de
385
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
5.1.2.2. Autoconsciencia
Uno de los pilares de la metaficción es la autoconsciencia, que po-
dría definirse como la facultad que una obra artística tiene de cono-
cer su propia existencia en cuanto artificio fabricado. La ficción
autoconsciente no oculta su origen creado y lo muestra mirando a
su propio proceso de producción o bien al de recepción de la obra.
386
Metaficción. Marco teórico
553
Waugh, Metafiction. The Theory..., op. cit., p. 87.
554
Stam, Reflexivity in Film..., op. cit., p. 131.
555
Dallenbach, El relato especular, op. cit., p. 95.
387
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
556
Cfr. Rose, Margaret A., Parody/Metafiction..., op. cit., p. 96.; Eco, Umberto,
Lector in fabula, Barcelona, Lumen, 1987; Y Kristeva, Julia, Semiótica 1 y 2,
Madrid, Fundamentos, 1978.
388
Metaficción. Marco teórico
557
Waugh, Metafiction. The Theory and Practice..., op. cit., p. 67.
558
Un ejemplo que ilustra muy bien este problema de las expectativas y el pacto
de lectura de las convenciones artísticas tiene lugar en El último gran héroe
(John McTiernan, 1992). Cuando el personaje de Jack Slater (Arnold Sch-
warzenegger) salta al “mundo real” asistimos a la disparidad que supone el
código de las películas de acción. Slater sufre, se hace daño, debe reponer las
balas del cargador de su pistola... Ese contraste –así como la entrada de un
personaje “real”, el niño, en la ficción de Slater– muestra explícitamente las
convenciones del género de acción o de las películas de dicho actor. Es decir,
hace patente lo arbitrario del pacto de lectura.
389
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
5.1.2.3. Intertextualidad
Como ya se ha dicho, la reflexividad ataca al arte ilusionista mimé-
tico porque la referencia de su discurso ya no radica en la naturale-
za, sino en el lenguaje mismo. En su intento de cuestionar las rela-
ciones entre la realidad y la ficción, la reflexividad subraya la idea
del lenguaje como constructor de realidad. Con su mecanismo, las
obras metaficcionales acreditan que la novela o los personajes
constituyen tan solo un mundo de palabras, de signos559, e incluso
559
Cfr. Waugh, Metafiction. The Theory and Practice..., op. cit., pp. 56-57.
390
Metaficción. Marco teórico
que tanto el autor como la realidad “ya no son sólo causa, sino
también efecto del proceso lingüístico”560, en palabras de Fernando
Galván.
Juan Carlos Pueo, ante este mundo repleto de signos, explica
la recurrencia de este fenómeno en el siglo XX por ser consecuen-
cia de “la crisis de la modernidad [que] trajo consigo la conciencia
de la imposibilidad de la representación”. “Rodeados de signos,
acosados por su arbitrariedad, pero sin poder sumirnos en el silen-
cio –prosigue Pueo–, hay que seguir adelante, aceptando el hecho
de que no es posible representar y, sin embargo, representando toda
vía (...), como si la ficción hubiese evolucionado en metaficción,
conciencia de su ficcionalidad, aunque sin dejar de actuar como
ficción”561. Las palabras de Pueo expresan ese cambio en la refe-
rencialidad: ya no se puede representar el mundo real, sólo el len-
guaje que alguna vez representó ese mundo. Esta imposibilidad
conlleva que el arte como un elemento intertextual –el mosaico de
citas al que aludía Kristeva562– cobre un nuevo protagonismo. Todo
texto, de algún modo, remite a otro. La ficción se hace eco de esas
influencias y se revela capaz de fabular esas relaciones con los tex-
tos anteriores, de incluir su trama en otras películas –la escena del
homicidio en Misterioso asesinato en Manhattan, el rodaje de Nos-
feratu en La sombra del vampiro– o de introducir personajes en la
diégesis del film –el Orson Welles-Harry Lime de El tercer hombre
se inserta en el mundo de Criaturas celestiales–.
En los casos en los que arrastran una intertextualidad muy
marcada, los textos metaficticios ofrecen varios significados para
un único significante. Así lo explica Dallenbach: “Todo reflejo es
560
Galván, Fernando, “Postmodernismo: las formas de la heterogeneidad”, en
Galván, Fernando, Díaz Bild, Aida, Monterrey, Tomás, y Brito, Manuel, En-
sayos sobre metaficción inglesa, Secretariado de Publicaciones, Universidad
de La Laguna, La Laguna, 1994, p.20.
561
Pueo, Juan Carlos, Los reflejos en juego (Una teoría de la parodia), Tirant lo
Blanch, Valencia 2002, p. 44.
562
Cfr. Kristeva, Semiótica 1 y 2, op. cit.
391
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
563
Dallenbach, El relato especular, op. cit., p. 59.
564
Usamos esta expresión de forma literal. Según el DRAE podría entenderse
como una significación (en este caso la de un texto) que vive a costa de otra.
565
Cfr. Eco, Umberto, Lector in fábula, op. cit.
392
Metaficción. Marco teórico
figuran la forma de recibir la obra. Por eso, cada receptor traza una
lectura distinta, según su bagaje intelectual o artístico. La metafic-
ción es consciente y juega con ello, se anticipa o guía expresamente
al receptor, suscitando que el foco radique más en la forma que en
el fondo. Esto provoca, como ejemplifica Waugh566, que en la me-
taficción la gracia de una novela de misterio no resida tanto en la
culpabilidad homicida del mayordomo, sino en cómo se construye
el misterio, qué elementos retóricos se emplean, con qué expectati-
vas se juega, qué referencias literarias encierra... Es lo que ocurre
en películas de los Cohen como El hombre que nunca estuvo allí o
Muerte entre las flores; relatos, en definitiva, que requieren una
alta competencia del lector para captar y descifrar la gran cantidad
de referencias intertextuales que desarrollan.
Gérard Genette traza un análisis profundo y una clasificación
del fenómeno de la intertextualidad en Palimpsestos567. El autor,
basándose en Bakhtin y Kristeva, utiliza un término más inclusivo,
transtextualidad, que define como “todo lo que pone a un texto en
relación con otros textos”. Lo subdivide en cinco tipos diferentes:
1. Intertextualidad: cita, plagio o alusión568.
2. Paratextualidad: mensajes accesorios y comentarios que
rodean al texto.
3. Metatextualidad: relación que une a un texto con otro texto
que habla de él; es lo propio de la crítica literaria.
566
Cfr. Waugh, Metafiction. The Theory and Practice..., op. cit., p. 83.
567
Genette, Palimpsestos…, Taurus, Madrid, 1989.
568
En el capítulo 5 de Nuevos conceptos de la teoría del cine, Robert Stam (apar-
te de hacer un excelente resumen de Kristeva, Bakhtin y Gennette) propone
ampliar la tipología de la intertextualidad gennettiana. Así, además de las va-
riantes de cita, plagio y alusión, sugiere una intertextualidad de celebridades
(personajes de renombre intelectual que aparecen y evocan un ambiente cul-
tural concreto), una intertextualidad genética (hijos de actores que recuerdan
a sus padres), intratextualidad (procesos por los que las películas se refieren a
sí mismas), autocita (de otras obras del mismo autor) o, incluso, la intertex-
tualidad falsa (inventar referencias). Cfr. Stam, Burgoyne y Flitterman-
Lewis, Nuevos conceptos de..., op. cit., p. 236.
393
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
Régimen
569
Genette, Palimpsestos…, op. cit., p. 19.
570
Cfr. Genette, Palimpsestos…, op. cit., pp. 40-41.
394
Metaficción. Marco teórico
Imitación satí-
Imitación Pastiche Falsificación571
rica
571
Genette usa para esta categoría de imitación seria el término inglés forgerie y
de esta forma se mantiene en la traducción del libro al español. Nosotros he-
mos considerado acertado traducirlo como falsificación y así lo usaremos en
adelante.
572
Al resultar muy similares, conviene definir cada una de las figuras retóricas.
Aún así, resulta habitual que en la práctica se den unas junto a otras, mezcla-
das. Las definiciones están tomadas de Estébanez Calderón, Diccionario de
términos literarios, Alianza, Madrid, 1996.
Ironía: Es un procedimiento ingenioso por el que se afirma o se sugiere lo con-
trario de lo que se dice con las palabras, de forma que puede quedar claro el
verdadero sentido de lo que pensamos o sentimos. Constituye una ignorancia
fingida.
Sátira: Composición literaria en la que se realiza una crítica de las costumbres y
vicios de personas o grupos sociales, con propósito moralizador, meramente
lúdico o intencionadamente burlesco.
Alegoría: Procedimiento retórico que consiste en expresar un pensamiento por
medio de una o varias imágenes, o metáforas, a través de las cuales se pasa
de un sentido literal a un sentido figurado, que es el que, en definitiva, se
desea transmitir.
395
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
573
Martin, Recent Theories of Narrative, op. cit., p. 179.
574
Cfr. Rose, Parody/Metafiction..., op. cit., pp. 23 y 27.
575
Cfr. Waugh, Metafiction. The Theory and Practice..., op. cit., p. 78.
576
Pueo, Los reflejos en juego…, op. cit., pp. 90-92.
577
Rose, Parody/Metafiction..., op. cit., p. 65.
578
Un ejemplo de esta “metaficción paródica” se da en Sillas de montar calien-
tes. Durante todo el metraje, la película se desarrolla como una parodia sobre
el rodaje de un western y, al final de la película, vemos a los protagonistas,
tras una persecución, entrando a un cine para ver una película que se corres-
ponde con el título de la que ellos han rodado y que llega a incluir la persecu-
ción y su propia entrada en el cine.
396
Metaficción. Marco teórico
a) Estrategias formales
En la trama de una obra metaficticia destaca el artificio de un relato
que deja de ser transparente. Se busca hacer inteligible su modo de
funcionamiento y otorgar al receptor unas instrucciones de uso para
leer e interpretar el texto. Por tanto, la importancia de la creación
no reside tan solo en el argumento y los personajes, sino también
en reflejar las entrañas de la construcción de un relato. Diferencia-
remos la clasificación de los dispositivos formales según se trate de
una metaficción más lúdica y posmoderna o una más agresiva, con
un componente ideológico marxista de fondo.
579
Esta idea recogida por Pueo en Los reflejos en juego (p. 21, nota 24) procede
de la obra de Pere Ballart: Eironeia. La figuración irónica en el discurso lite-
rario moderno. Sirmio-Quaderns Crema, Barcelona, 1994.
397
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
580
Citas e ideas sobre los mecanismos brechtianos recogidas en Stam, Burgoyne
y Flitterman-Lewis, Nuevos conceptos de la teoría del cine..., op. cit., pp.
227-228.
398
Metaficción. Marco teórico
b) Obra en construcción
Al final, al dejar al descubierto sus propias estructuras y mecanis-
mos, la construcción artística de los relatos metafílmicos provoca
581
Estos elementos forman parte de los siete ingredientes que Wollen propone
para un contracine agresivo. El resto de características son, de hecho, idénti-
cas a las ya citadas por Brecht. Recogidos en Stam et al., op. cit., p. 226.
399
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
582
Cfr. Stam, Reflexivity in Film..., op. cit., pp. 152-154.
583
Cfr. Eco, Umberto, Obra abierta, Ariel, Barcelona, 1979.
584
Un ejemplo paradigmático es la Rayuela del argentino Cortázar, donde el
lector ha de interactuar con el texto de tal manera que cada uno la lee de una
forma propia, instituyendo una novela distinta según las elecciones que adop-
te durante la lectura.
585
Prince, Gerald, “Metanarrative Signs”, Metafiction, op. cit., p. 66.
400
Metaficción. Marco teórico
c) Temporalidad narrativa
Stam afirma que uno de los mecanismos favoritos de los narradores
autoconscientes reside en “llamar la atención explícita a las cam-
biantes relaciones entre los esquemas de tiempo gemelos de la his-
toria y el discurso”587. Por eso, afirma que la reflexividad actúa con
una triple temporalidad narrativa que la diferencia del relato ilusio-
nista y común. A la clasificación temporal de Genette –relato e
historia588–, Stam añade una nueva: el tiempo de producción del
discurso, en el que se hace referencia a la creación de los otros dos
tiempos.
Así se observa, por ejemplo, en películas como El hombre de
la cámara o Tren de sombras, en las que contemplamos parte del
proceso de montaje de la secuencia que se nos presenta. Conviene
aclarar que este último tiempo aparece a partir de un grado de me-
taficción intermedio y no suele darse en una reflexividad única-
586
Cfr. Dallenbach, El relato especular, op. cit., p. 67. Además, la autora pone
ejemplos literarios de cada uno de los posibles sustitutos. También propone
un tercer grupo que aquí obviamos: “la validez de la obra de arte per se”, por
resultar ambiguo en su formulación.
587
Stam, Reflexivity in Film..., op. cit., p. 140.
588
Según Gennette, toda obra narrativa cuenta con un tiempo del relato (los
acontecimientos tal y como se le presentan al espectador) y el tiempo “ideal”
de la historia (ordenado cronológicamente y sin elipsis, que tiene que ser re-
construido por el receptor de acuerdo con los datos que nos aporta el relato).
Cfr. Genette, Gérard, Figuras, Lumen, Barcelona, 1989.
401
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
589
Cfr. Stam, Reflexivity in Film..., op. cit., p. xvi.
590
Waugh, Metafiction. The Theory and Practice..., op. cit., pp. 116-145.
591
Sobejano-Morán, Metaficción española…, op. cit., pp. 23-30.
402
Metaficción. Marco teórico
592
Cfr. Stam, Reflexivity in Film..., op. cit., p. xvi (prefacio).
593
Cfr. Waugh, Metafiction. The Theory and Practice..., op. cit., p. 3.
403
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
594
Stam, Reflexivity in Film..., op. cit., p. 35.
595
Stam, Reflexivity in Film..., op. cit., p. 167.
596
Cfr. Wollen, Peter, Signs and Meaning in the Cinema, Thames and Hudson,
Londres, 1970.
597
Estas características están recogidas del resumen que de ellas se hace en
Stam, Burgoyne y Flitterman-Lewis, Nuevos conceptos de..., op. cit., p. 226.
598
Cfr. Stam, Reflexivity in Film..., op. cit., pp. 167-208. Las páginas correspon-
den al cuarto capítulo de su libro, titulado The Carnival of Modernism. Stam
elabora un amplio análisis de las obras citadas, describiendo todos los meca-
nismos que estos autores utilizan en su estrategia de reflexividad agresiva.
404
Metaficción. Marco teórico
599
Pozuelo Yvancos, Poética de la ficción, op. cit., p. 228.
600
Stam, Reflexivity in Film..., op. cit., p. 13.
405
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
a) Reflexividad temática
Se aplica a aquellas obras artísticas que cuestionan o desnudan la
ilusión ficcional sólo desde los contenidos, manteniendo siempre la
apariencia formal ilusionista y respetando todos los códigos (narra-
tivos, espaciales y temporales) de verosimilitud e identificación.
Este tipo de reflexividad se puede dividir en:
–Intertextual. Relatos formalmente ilusionistas cuya trama
versa sobre la ficción en sus diferentes expresiones: películas
que tratan el tema del teatro o la industria del cine, guiones
cuyos personajes son escritores... En este grado, los persona-
jes no tienen consciencia de ser una ficción, mantienen la ilu-
sión de realidad y no se autocuestionan su existencia. Encon-
tramos dos grupos dentro de esta reflexividad intertextual: las
películas sobre creadores artísticos –Balas sobre Broadway,
El loco del pelo rojo, Julia, Amadeus–; y aquellas que refle-
jan la propia institución cinematográfica –Los viajes de Sulli-
van, Ha nacido una estrella, El crepúsculo de los dioses,
Cantando bajo la lluvia, Cautivos del mal, Fedora, Silent
Movie, El juego de Hollywood, Obra maestra– o que, sir-
viéndose del celuloide, reflejan otras instituciones artísticas
de ficción –por ejemplo, el reality-show televisivo en El show
de Truman, el ensayo teatral de Vania en la calle 42 o la pre-
paración de Hamlet en En lo más crudo del crudo invierno–.
–Ligera. Relatos que aún mantienen su armazón formal ilu-
sionista, pero que se cuestionan explícitamente las fronteras
entre la ficción y realidad: personajes que (sin apelar direc-
tamente al espectador) pasan de un nivel de la ficción a otro o
tramas que confunden los niveles. Sucede en películas como
La rosa púrpura del Cairo, El último gran héroe, Abre los
ojos, El desprecio o la adaptación cinematográfica de Rosen-
crantz y Guildenstern han muerto. Esos mundos que se cru-
zan pueden ser de la pantalla a la realidad, de la realidad al
sueño, de un mundo virtual a uno real (¿Quién engañó a Ro-
ger Rabbit?, Matrix). En este caso de metaficción débil, los
406
Metaficción. Marco teórico
b) Reflexividad formal
Este tipo de metaficción se encuentra en las películas que cuentan
con una reflexividad que también afecta a la propia forma de la
obra concreta. Es decir, se muestra autoconsciente de ser una obra
de ficción y exterioriza esa condición de artefacto creado, por lo
que se puede afirmar que rompe y traspasa el espejo de la represen-
tación. Este tipo de metaficción, al ser de un grado mayor que la
temática siempre la incluye: toda reflexividad formal lo es también
de contenido. De nuevo, la clasificaremos en dos tipos:
–Autorreferencial. En este apartado se encuadran las obras
que se descubren y se refieren a sí mismas como ficción por
medio de los personajes o el narrador, que hacen alusiones al
propio título de la obra o a su condición de representación
ficticia. Usa muchos de los mecanismos metaficticios, pero
mantiene aún la estructura compositiva y la referencialidad
del relato ilusionista. En este apartado se incluyen films como
La seducción del caos, Sillas de montar calientes, American
Splendor o Adaptation. El ladrón de orquídeas.
–Anti-ilusionista radical. Relatos vanguardistas, formalmente
anti-ilusionistas, que enseñan el artificio del propio relato
fílmico o literario. La realidad y la ficción se convierten en
meros juegos de palabras601, se reivindica la contradicción, la
discontinuidad, los saltos de contexto, la radical descontex-
tualización... de modo que deja de haber un sentido global del
601
Cfr. Waugh, Metafiction. The Theory and Practice..., op. cit., p. 137.
407
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
408
5.2. El ensayo audiovisual. Marco teórico
El ensayo audiovisual es un género que cuenta con escasas pelícu-
las adscritas a sus planteamientos, en contraposición con la fecunda
tradición literaria de la que parte. Estas raíces comunes hacen que
la relación entre Bacon y Berliner o entre Ganivet y Patino aparez-
can cercanas: comparten numerosos mecanismos retóricos, estruc-
turales y de disposición teórica. El ensayo permite elaborar una
forma artística que conserva una poderosa vertiente filosófica, que
faculta para pensar ideas y exponerlas de forma personalizada y
asistemática. Supone un camino de exploración intelectual que
muestra la especulación durante su creación, con sus limitaciones,
alejado de la rigidez de un sistema filosófico. Propone una forma
adecuada para el cine por su heterogeneidad y apertura formal, ca-
paz de combinar diversos elementos que, por las potencialidades
del montaje cinematográfico, pueden alcanzar cotas muy sugestivas
para la expresividad del juicio personal del autor sobre los más
diversos temas. Y todo ello lo realiza desde una perspectiva argu-
mentativa cosida a la realidad, que asume un discurso estilizado
como método para organizar el propio pensamiento y darlo a cono-
cer en su singularidad.
Existen pocos investigadores que se hayan adentrado en una
definición sobre el ensayo cinematográfico y ninguno ha elaborado
una lista exhaustiva de los autores que lo han cultivado. Además,
para acrecentar la indefinición, no se ponen de acuerdo entre ellos
sobre qué es exactamente un ensayo fílmico. Por esta razón, en esta
aproximación teórica nos apoyaremos en las muchas indagaciones
en torno a la modalidad literaria, extrapolando sus características y
aplicándolas al cine. Estableceremos el análisis del ensayo audiovi-
sual según las directrices recién marcadas en esta introducción:
comenzaremos dibujando un breve repaso histórico de las manifes-
taciones cine-ensayísticas. Después nos detendremos a analizar los
diferentes aspectos que definen al ensayo audiovisual: su acotación
como género, la simultaneidad de la creación fílmica y filosófica, la
409
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
602
Conviene aclarar antes de abordar este estudio que partiremos de la identifi-
cación entre ensayo realizado en cine y hecho en vídeo puesto que ambos
comparten la mayoría de sus características. Sus diferencias radican en cues-
tiones secundarias para la recepción de la obra como son las condiciones de
producción y el soporte de la imagen.
603
Para un repaso histórico del ensayo en general, véase García Gual, Carlos,
“Ensayando el ‘ensayo’: Plutarco como precursor”, Revista de Occidente,
Fundación José Ortega y Gasset, nº 116, enero, 1991, Madrid, pp. 25-42; y
Arenas Cruz, Hacia una teoría general del ensayo…, op. cit., pp. 49-85. Una
panorámica del género en español se puede consultar en Marichal, Juan, Teo-
ría e historia del ensayismo hispánico, Alianza, Madrid, 1984.
604
Para Lopate, esta escasez se debe a varias razones: la complicación de la
cámara, por su naturaleza, para registrar pensamientos, la intransigencia del
público ante una saturación de palabras, la poca comercialidad de películas
tan personales e intelectuales o, por último, las trabas que un proceso colecti-
vo y caro como el cine impone a un autor que pretenda crear un discurso de
estas características (cfr. Lopate, “In the Search of the Centaur”, Beyond
Document…, op. cit., p. 266.).
410
El ensayo audiovisual. Marco teórico
605
Gubern, Román, “Cien años de cine”, Historia general del cine. Volumen XII:
el cine en la era audiovisual, Cátedra, Madrid, 1995, p. 278.
606
Cfr. Català, “El film-ensayo: la didáctica…”, Archivos de la Filmoteca, op.
cit., p. 80.
607
Lopate, “In the Search of the Centaur”, Beyond Document..., op. cit., p. 257.
Las mayúsculas proceden del original en inglés.
411
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
608
Cfr. Lopate, “In the Search of the Centaur”, Beyond Document…, op. cit., p.
257-258. De similar factura metacinematográfica es la Entrevista que Fellini
rodó en 1987. Se trataba de una falsa entrevista –que incluye recuerdos fic-
cionalizados representados por actores– que daba pie al realizador italiano
para repasar su cine y la historia de los estudios Cinecittá. A pesar de su halo
ensayístico, el film cuenta con demasiados segmentos ficticios como para ser
considerada como un auténtico ensayo cinematográfico.
609
Una muestra evidente de lo poroso del concepto del cine-ensayo es que Josep
María Català, por ejemplo, difiere de este juicio al calificar las obras de Mar-
ker: objetos que, únicamente, bordean el género, “films d’écriture cuyo flujo
de imágenes se amolda a la sinuosa disposición de una voz en off de carácter
intensamente evocativo” (Català, “El film-ensayo: la didáctica…”, Archivos
de la Filmoteca, op. cit., p. 84).
412
El ensayo audiovisual. Marco teórico
610
En el resto de la obra de Resnais, no de forma tan clara, se pueden vislumbrar
elementos ensayísticos, puesto que obras como Hiroshima mi amor (1959),
El año pasado en Marienbad (1961), Muriel (1963), Providence (1967) o Mi
tío de América (1980) combinan narración y reflexión, en algunos casos con
propuestas verdaderamente anti-naturalistas, pero aún insertas claramente en
el terreno de la ficción.
611
Dada su importancia en el ensayismo, Didier Coureau ha aventurado una
poética fílmica de ambos autores en su artículo “Poétique filmique de la
noosphère”, L’essai et le cinéma, op. cit., pp. 217-226.
612
Cfr. Liandrat-Guigues, Suzanne, “Une forme qui pense”, L’essai et le cinéma,
op. cit., pp. 193-200.
613
Lopate, “In the Search of the Centaur”, Beyond Document…, op. cit., p. 256.
413
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
614
Citado en Català, “El film-ensayo: la didáctica…”, Archivos de la Filmoteca,
op. cit., p. 79.
414
El ensayo audiovisual. Marco teórico
415
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
615
Puede encontrarse un estudio detallado de la obra de Berliner en Cuevas,
Efrén, y Mugiro, Carlos, El hombre sin la cámara: el cine de Alan Berliner /
The Man Without the Movie Camera: the Cinema of Alan Berliner, Ediciones
Internacionales Universitarias, Madrid, 2002.
616
Cfr. Cuevas, Efrén, “En las fronteras del cine aficionado: Tren de sombras y
El proyecto de la bruja de Blair”, Comunicación y Sociedad, Vol. XIV, nº 2,
2001, p. 21.
416
El ensayo audiovisual. Marco teórico
617
Para más información a este respecto, puede confrontarse Alvar, M., “Historia
de la palabra ensayo”, en Alvar, M., et. al., Ensayo, Diputación Provincial de
Málaga, Málaga, 1977, pp. 13-43.
417
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
618
Picazo, María Dolores, “Introducción”, Ensayos I, op. cit., p. 25.
619
Cfr. Marichal, Teoría e historia…, op. cit., p. 14. Algo similar decía uno de
los grandes ensayistas de la historia, Bacon, al afirmar que “la palabra es
nueva, pero el contenido es antiguo”, refiriéndose a semillas ensayísticas en
escritos romanos (citado en Arenas, Hacia una teoría…, op. cit., p. 50).
620
Cfr. Liandrat-Guigues, Suzanne, “Un art de l’équilibre”, L’essai et le cinéma,
op. cit., p. 8.
621
Bazin, André, France-Observateur, París, 30-10-1958.
418
El ensayo audiovisual. Marco teórico
622
Cfr. Arenas, Hacia una teoría general del ensayo…, op. cit., p. 26.
623
Cfr. Arenas, Hacia una teoría general del ensayo…, op. cit., p. 21.
419
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
624
Luckács, G., “Sobre la esencia y forma del ensayo”, El alma y las formas,
Grijalbo, 1975, Barcelona, p. 38.
625
Picazo, “Introducción”, Ensayos, op. cit., p. 17.
626
Cfr. Aullón de Haro, Teoría del ensayo, op. cit., p. 98.
627
Aullón de Haro, Teoría del ensayo, op. cit., p. 102.
628
Entre todo este conjunto de textos, la longitud es uno de los aspectos que
dificulta la demarcación del ensayo. Según Aullón de Haro, el tratado es más
largo que el ensayo y el poema puede ser mínimo. Así mismo, un ensayo
breve es un artículo y un ensayo más largo adquiere la categoría de libro. Ca-
talà añade a esta distinción la sugerencia de que el ensayo permanece vivo y
no concluso, mientras que el tratado se presenta cerrado y unívoco. Bense
también atendió a esta diferencia entre ensayo y tratado, aduciendo que el
primero no es científico; el tratado, por el contrario, es “donde se define la
ciencia como suma, como sistema de afirmaciones axiomático-deductivas
sobre un ámbito bien determinado”. Esto no quiere decir que no exista el en-
sayo científico, pero en este caso la ciencia objetiva es “el tema de reflexión
crítica” del ensayista (cfr. Aullón de Haro, Teoría del ensayo, op. cit., p. 48).
420
El ensayo audiovisual. Marco teórico
629
Cfr. Lopate, “In the Search of the Centaur”, Beyond Document…, op. cit., p.
245-247.
630
Cfr. Moure, José, “Essai de définition…”, L’essai et le cinéma, op. cit., p. 36.
421
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
631
Cfr. Català, “El film-ensayo: la didáctica…”, Archivos de la Filmoteca, op.
cit., pp. 83.
632
Cfr. Lopate, “In the Search...”, Beyond Document…, op. cit., pp. 249 y 252-
254.
422
El ensayo audiovisual. Marco teórico
633
Moure, “Essai de definition…”, L’essai et le cinéma, op. cit., p. 36.
634
Cfr. Moure, “Essai de definition…”, L’essai et le cinéma, op. cit., p. 37.
635
Weinrichter se apoya en Nichols y Bruzzi para explicar los documentales
performativos. Afirma que esta modalidad (practicada por autores como
Moore, Broomfiled o McElwee) desvía “el carácter evidencial del documen-
tal” con la intención de poder subrayar aspectos subjetivos y enfatizar la cua-
lidad afectiva del cineasta. Por tanto, el sujeto que filma ha de responder tan-
to a la realidad como ante la cámara, porque apuesta por enseñar el mundo,
explícitamente, según él lo percibe. La vertiente referencial del documental
tradicional pasa a un segundo plano. El documental performativo se acerca
más a la experimentación formal mediante unas herramientas retóricas que
llaman la atención sobre el propio texto y lo que representa. A diferencia del
documental reflexivo, el performativo “utiliza la referencialidad –según Ni-
chols– como componente del mensaje, no como sujeto de interrogación”. Cfr.
Weinrichter, Desvíos de lo real, op. cit., pp. 49-53; cfr. Nichols, Blurred
Boundaries..., op. cit., pp. 94-102; cfr. Bruzzi, Stella, New Documentary: A
Critical Introduction, Routledge, Londres, 1999, p. 154.
636
Weinrichter, Desvíos de lo real, op. cit., p. 97.
423
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
637
Cerezo, “El ensayo en la crisis de la Modernidad”, Pensar en Occidente…,
op. cit., p. 39.
638
Adorno escribió que el ensayo es una reacción contra las reglas de El discurso
del método, de Descartes (cfr. Adorno, Theodor W., “El ensayo como for-
ma”, Notas de Literatura, op. cit., p. 36).
424
El ensayo audiovisual. Marco teórico
639
Cfr. Català, “Film-ensayo y vanguardia”, Documental y vanguardia, op. cit.,
p. 156-158.
640
Català, “El film-ensayo: la didáctica…”, Archivos de la Filmoteca, op. cit., p.
88.
641
Jarauta, “Para una filosofía del ensayo”, Revista de Occidente, op. cit., p. 49.
425
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
642
Cfr. Renov, Michael, “History And/As Autobiography: The Essayistic in Film
and Video”, Frame-Work, Vol 2, nº 3, 1989, p. 7.
643
Citado en Aullón de Haro, Teoría del ensayo, op. cit., p. 40.
644
Cfr. Picazo, “Introducción”, Ensayos, op. cit., p. 18. Cfr. También Kant, Im-
manuel, Crítica de la razón pura, Alfaguara, 1978, Madrid.
426
El ensayo audiovisual. Marco teórico
645
Cfr. Picazo, “Introducción”, Ensayos, op. cit., pp. 18-20. Aullón de Haro
coincide, con otras palabras, en esta misma idea de que el ensayo es un traba-
jo coyuntural, que admite constantemente añadidos: ““La capacidad expresi-
va del ensayo, mediante la combinación de elementos (…), [se] articula como
totalidad abierta y de formación continua que solo en su propio desarrollo ob-
tiene su verdadero sentido” (Aullón de Haro, Teoría del ensayo, op. cit., pp.
36-37). De igual forma, Jarauta se refiere a esta estructuración en constante
apertura, en la que “el orden es el de un conflicto detenido, que vuelve a
abrirse en el discurrir de su escritura” (Jarauta, “Para una filosofía del ensa-
yo”, Revista de Occidente, op. cit., p. 46).
646
Adorno expresó esta indefinición formal del ensayo de un modo muy gráfico:
“La más íntima ley formal del ensayo es la herejía” (Adorno, Theodor W.,
“El ensayo como forma”, Notas de Literatura, op. cit., p. 36).
647
Arenas, Hacia una teoría general del ensayo…, op. cit., p. 33.
648
Cfr. Arenas, Hacia una teoría general del ensayo…, op. cit., p. 26. Sin olvidar
que se trata de una estructura abierta, Arenas ha identificado –guiándose por
las características de los textos argumentativos– las diferentes partes del en-
sayo. Según esta autora, el exordio mantiene su vigencia como explicador de
las motivaciones que instigan la investigación, aunque, a diferencia de otros
textos argumentativos, gana en espontaneidad estilística y semántica. La se-
gunda parte de la estructura ensayística, la exposición del tema, queda anu-
dada a la fluencia del yo, que enriquece así la selección de la información que
entrará en juego en la reflexión argumentada. La tercera parte, la argumenta-
427
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
428
El ensayo audiovisual. Marco teórico
653
Cfr. Weinrichter, Desvíos de lo real, op. cit., p. 89.
654
Català, “Film-ensayo y vanguardia”, Documental y vanguardia, op. cit., p.
127.
655
Cfr. Luckács, “Sobre la esencia…”, El alma y las formas, op. cit., p. 17.
656
Bergala, Alain, “Qu’est-ce qu’un film-essai”, en Astrid, Silvye (ed.), Le film-
essai: identification d’un genre (catálogo), Bibliothèque Centre Pompidou,
París, 2000, p. 14.
429
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
657
Cfr. Aullón de Haro, Teoría del ensayo, op. cit., p. 58.
658
Jarauta, “Para una filosofía del ensayo”, Revista de Occidente, op. cit., p. 44.
659
Citado en Jarauta, “Para una filosofía del ensayo”, Revista de Occidente, op.
cit., pp.47-48.
430
El ensayo audiovisual. Marco teórico
660
Luckács, “Sobre la esencia…”, El alma y las formas, op. cit., p. 28.
661
Citado en Aullón de Haro, Teoría del ensayo, op. cit., p. 44.
662
Para el poeta Valéry, por ejemplo, en toda teoría es inevitable encontrar auto-
biografía, puesto que cada poeta es un pensador abstracto previo, es decir, to-
do poeta es antes de serlo, un ensayista. Abundan en esta idea de maridaje en-
tre filosofía y poesía Pérez de Ayala, Picón-Salas, J.E. Clemente, Eduardo
Nicol, Bataillon, Anderson-Imbert o Derrida, entre otros.
663
Arenas, Hacia una teoría…, op. cit., p. 108.
664
Picazo, “Introducción”, Ensayos, op. cit., p. 27.
431
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
665
Musil, Robert, El hombre sin atributos I, Seix-Barral, Barcelona, 1969, p.
309.
666
Aullón de Haro, Teoría del ensayo, op. cit., p. 130.
667
Montaigne, Michel de, Ensayos I, op. cit., p. 35. Una película como The
Sweetest Sound, de Alan Berliner, lleva hasta el extremo el yoísmo al escoger
el nombre propio del director como materia de partida para indagar sobre la
identidad.
668
Arenas, Hacia una teoría general del ensayo…, op. cit., p. 65.
669
Cfr. Arenas, Hacia una teoría general del ensayo…, op. cit., pp. 66-67. Català
coincide en esta apreciación, pues también intuye una fuerte analogía entre
autorretrato y film-ensayo por “la incorporación de la identidad del cineasta
en el proceso de reflexión y de representación de la reflexión” (Català, “Film-
ensayo y vanguardia”, Documental y vanguardia, op. cit., p. 134-135).
432
El ensayo audiovisual. Marco teórico
670
Picazo, “Introducción”, Ensayos, op. cit., p. 24.
671
Luckács, “Sobre la esencia…”, El alma y las formas, op. cit., p. 38.
433
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
672
Cerezo, “El ensayo en la crisis de la Modernidad”, Pensar en Occidente…, p.
49.
673
Català, “Film-ensayo y vanguardia”, Documental y vanguardia, op. cit., p.
133.
674
Marías, Julián, “Los géneros literarios en filosofía”, Ensayos de teoría, Barna,
Barcelona, 1954, pp. 18-19.
675
Cfr. Català, “Film-ensayo y vanguardia”, Documental y vanguardia, op. cit.,
p. 145. Moure, sin citar a Català, abunda en esta misma idea con palabras
muy parecidas: “El film ensayo constata una escritura reflexiva que propone
simultáneamente una experiencia y la puesta en forma de la experiencia, un
discurso y una reflexión sobre ese discurso, una obra y su arte poética” (Mou-
re, “Essai de définition…”, L’essai et le cinéma, op. cit., p. 37).
434
El ensayo audiovisual. Marco teórico
676
Citado en Aullón, Teoría del ensayo, op. cit., p. 129.
677
Según Aullón, “su formulación, dicho simplificadamente, responde a la va-
riabilidad de hibridación entre un lenguaje conceptualizador y organicista
435
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
forma proviene del doble nivel del ensayo: “Uno a través del que se
‘persigue’ un objeto, un tema (o varios); y otro por el que este tema
se expresa estéticamente: el entramado, el carácter híbrido, está
expresándose a la vez que se expresa el propio tema. La forma sube
claramente a la superficie”678.
Originalmente, en literatura, el ensayo estaba concebido para
un lector culto pero no especializado, por lo que proponía un estilo
poco elevado, familiar, con aspectos conversacionales que aporta-
ban cercanía y facilidad al discurso y lo liberaban de las rigideces
de la prosa académica o tecnicista. Según recoge Arenas, el estilo
familiar no debe confundirse con el vulgar; lo familiar se caracteri-
za por su claridad, que recoge algunas rasgos orales: el diálogo, los
cambios de ritmo espontáneos, algunos elementos del habla colo-
quial (refranes, frases hechas, sentencias), las repeticiones y redun-
dancias, las asociaciones de ideas o las digresiones instintivas679. A
estos elementos que el cine ensayo comparte con la literatura con-
viene añadir otros aspectos que permite el montaje audiovisual: la
amplificación de sentidos a través de los sonidos o la música, la
ironía por el contraste entre banda sonora y visual o las posibilida-
des informativas y asociativas del choque de planos.
La ausencia de reglas muy marcadas –las que encorsetan a
los textos académicos– facilita en literatura el surgimiento de un
estilo propio basado en la familiaridad. Este estilo ornamenta el
discurso, pero no desde una intención gratuitamente retórica, sino
como consecuencia lógica de la personalidad y la voz emergente
del autor, que encuentra así la forma adecuada para expresar su
pensamiento sobre un asunto. Este discurso de la familiaridad con
436
El ensayo audiovisual. Marco teórico
680
La generalización del vídeo en los ochenta y de las tecnologías digitales a
finales de los noventa han ampliado las posibilidades de la creación de ensa-
yos audiovisuales. Sin embargo, la posibilidad de realizar películas en sopor-
tes más baratos no ha llevado pareja, aún, una óptima distribución ni un acce-
so generalizado a estos productos.
681
Lopate, “In the Search of the Centaur”, Beyond Document…, op. cit., p. 245.
437
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
682
Arenas, Hacia una teoría general del ensayo…, op. cit., p. 376.
438
El ensayo audiovisual. Marco teórico
683
Cfr. Blümlinger, Christa, “Lire entre les images”, L’essai et le cinéma…, op.
cit., p. 57.
684
Blümlinger, “Lire entre les images”, L’essai et le cinéma…, op. cit., p. 66.
685
Cfr. Weinrichter, Desvíos de lo real, op. cit., p. 96.
439
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
c) Recursos metafílmicos
La vertiente metafílmica discurre inherente al ensayo, pues cons-
tantemente trata de desentrañar el porqué de las representaciones
que va mostrando, de transparentar el flujo discursivo de sus imá-
genes y lo que explican sobre sí mismas. Renov afirma que “el
film-ensayo debe explorar las condiciones de enunciación”687 y,
para hacerlo, aprovecha algunos de los recursos metacinematográ-
ficos que ya explicamos en el apartado 5.1.2. de esta investigación.
A continuación recordamos algunos –los utilizados en el film-
ensayo– de forma sumaria:
-Autoconsciencia del proceso de producción (presentación
diegética del productor del relato, puesta en evidencia de la
producción y expresión del contexto que condiciona la crea-
ción fílmica del ensayo).
-Aparición en escena de las herramientas creativas (cámaras,
mesas de montaje, micrófonos, iluminación).
-Una transtextualidad que pone a la reflexión ensayística en
relación con otros ensayos u otras obras artísticas.
-Mezcla de mundos ontológicos (combinación de fragmentos
narrativos ficticios con extractos documentales).
-Un narrador-comentarista explícito en la toma de decisiones
sobre el avance del ensayo y que apela directamente al espec-
tador.
-Desconexión sonido-imagen.
-Una estructura interrumpida, repleta de fracturas, con oca-
sionales saltos de contexto.
-Una obra indeterminada, abierta, no cerrada causalmente.
686
Cfr. Lopate, “In the Search…”, Beyond Document..., op. cit., pp. 245-246.
687
Renov, “History And/As Autobiography…”, Frame-Work, op. cit., p. 7.
440
El ensayo audiovisual. Marco teórico
688
Català, “Film-ensayo y vanguardia”, Documental y vanguardia, op. cit., p.
155 (la cursiva procede del texto original).
441
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
689
Cfr. Arenas, Hacia una teoría general del ensayo…, op. cit., p. 456.
690
Moure, “Essai de definition…”, L’essai et le cinéma…, op. cit., p. 38.
691
Arenas, Hacia una teoría general del ensayo…, op. cit., p. 41. Arenas tam-
bién explica que la base dialéctica del ensayo proviene de los diálogos socrá-
ticos, donde entraban en juego los procedimientos de la síncrisis (“confronta-
ción de diversos puntos de vista sobre un objeto determinado”) y de la
anácrisis (“modos de provocar el discurso del interlocutor”) (Íbidem, p. 55).
442
El ensayo audiovisual. Marco teórico
692
Arenas, Hacia una teoría general del ensayo…, op. cit., nota 59, p. 70.
443
5.3. Madrid
Madrid se puede entender como una síntesis de todo el cine que
Patino había realizado hasta el momento y un anticipo de lo que
vendrá después. La película funde las dudas y el pesar íntimo del
protagonista –como ocurría en sus películas de ficción– con el tra-
bajo de montaje de imágenes de archivo –base de Canciones y
Caudillo–. Al mismo tiempo, esas dos vertientes se conjugan en
una propuesta que trasciende su origen ficcional para engastarse en
un ámbito fronterizo desde el que se interroga sobre las relaciones
entre la realidad y la representación.
Conscientes de esa ubicación, nuestro análisis se centrará en
su carácter metaficticio y ensayístico, puesto que conforman las
claves interpretativas más relevantes de Madrid. La historia de
Hans proporciona la coartada para que Patino nos enseñe las entra-
ñas y mecanismos de construcción de un relato que mezcla el do-
cumento con la ficción, los fotogramas de archivo con la realidad
del Madrid de los ochenta. Parejo al aliento metafílmico, Madrid
también se revela como una ficción ensayística, puesto que nos
presenta el discurrir de diversas reflexiones (sobre historia, estética
o cinematografía), con sus dudas e inseguridades, personificadas en
el papel de Hans, alter ego del director Patino.
444
Madrid
693
Declaraciones de Patino recogidas en Bellido, Un soplo de libertad…, op. cit.,
p. 165.
445
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
446
Madrid
través de ella, más que por medio de las imágenes. Tanto el comen-
tario de Hans como los rótulos que desvelan su pensamiento elabo-
ran una densa argumentación verbal que intenta dar respuestas a las
incógnitas que plantea el film desde su comienzo. Este discurso
enriquece su significación al colisionar con la imagen, como anali-
zaremos de forma detallada al abordar su condición ensayística.
El aspecto más llamativo de la narrativa de Madrid se refiere
a los niveles del relato, que proyectan una estructura narrativa esca-
lonada. De forma más simple que en La seducción del caos, Patino
utiliza una arquitectura textual que evidencia la creación de un me-
tarrelato inserto dentro de Madrid. De este modo, como espectado-
res de Madrid asistimos al proceso de creación de un relato. Pero
no se trata únicamente de un documental dentro de una película de
ficción llamada Madrid. Patino da un paso más y, como una ma-
triuska, inserta dentro de ese documental partes de otros documen-
tales ya rodados: fragmentos procedentes de los archivos de la gue-
rra. De este modo, se perciben con nitidez tres niveles del discurso:
la ficción ensayística de Madrid, la realización de un documental y
los fragmentos de archivo. Al igual que haremos con La seducción
del caos, resulta pertinente aclarar los niveles del relato y los tras-
vases que se producen entre ellos por medio de un gráfico explica-
tivo. La línea discontinua marca la apertura de fronteras entre una
diégesis y otra. Las flechas indican la dirección en la que un nivel
del relato invade a otro.
447
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
448
Madrid
694
Por ejemplo, vistas desde la azotea de los cines Callao (35’06”), o grabadas
por Hans y Goyo al atardecer (42’40”).
695
Al inicio, con la exposición sobre la Guerra Civil o, más adelante, cuando
vemos a Hans en el Museo del Prado (6’12”).
696
Por ejemplo, la Puerta del Sol en 84’46”.
697
Ese nuevo “paseo” por los letreros de Madrid en 36’36”.
698
El segmento documental que se desarrolla desde 102’27”.
699
Graban las chabolas en 66’32”.
700
En casa de una amiga de Lucía, en 19’40”, al ritmo de una zarzuela.
701
Bazin, “Ladrón de bicicletas”, ¿Qué es el cine?, op. cit., p. 340.
449
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
segundo nivel del relato lo forma, por tanto, dicho documental, que
se nos muestra aún a medio hacer. Este metarrelato –que permea
las fronteras al aunar fragmentos documentales y ficticios– está
compuesto por tres tipos de imágenes: entrevistas a expertos (tanto
de personajes reales como de actores cómplices que interpretan un
papel), fragmentos verité procedentes de la realidad del Madrid de
1986, y, por último, imágenes de archivo.
Precisamente ese metraje de archivo compone el tercer nivel
de Madrid. Dentro del trabajo de no-ficción que está realizando
Hans nos encontramos con una nueva caja china: una discontinua
línea argumental trazada a base de imágenes documentales rodadas
por otros, que pretende reflejar para el espectador el Madrid de la
guerra para “reconstruir las imágenes de lo que desapareció en el
tiempo” (4’46”). La reflexividad se hace evidente aquí, puesto que
se dialoga explícitamente sobre cómo organizar ese nivel del relato:
se nos muestran las claves de su creación, de su funcionamiento y
hasta las respuestas de algunos receptores a su visionado. Este ter-
cer nivel se presenta de forma inconexa y fragmentada: hasta en
trece ocasiones se introducen escenas o fotografías de archivo en
blanco y negro, sin seguir una línea cronológica. Hay muchos pla-
nos atemporales de la guerra, algunos pertenecientes a los bombar-
deos que sufrió la capital en noviembre del 36, otros de la procla-
mación de la República, milicianos entrenando, escenas extraídas
de las Cortes franquistas, etc. Por tanto, no se puede afirmar que
este último relato impresionista cuente con más unidad global que
la de su condición de material de archivo histórico español.
450
Madrid
702
Cfr. Dallenbach, El relato especular, op. cit., pp. 81-82.
703
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
451
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
704
“Conocer sus antecedentes” (4’46”); “conocer las formas de vida que han ido
conformando el presente. Captar sus silencios, sus días, su contenido, su mi-
rada, su luz” (6’14”); “Investigar aquel bullicio, aquel desastre, aquel entu-
siasmo, aquellas razones para morir” (9’32”); “Me parece importante infor-
mar. El espectador debe conocerlo todo” (43’20”); “Insisto en la necesidad de
partir desde hoy, desde el presente” (44’16”).
705
Por ejemplo, en 7’35” Hans le espeta a Lucía: “No estoy seguro de que este
sea el método de trabajo (…) Es una pérdida de tiempo”. Hans dice: “Hacer
una película sobre la guerra es como buscar dinosaurios. Tengo que investi-
gar más, buscar en archivos” (12’52”). O, más adelante, cuando le recrimina
a Goyo: “No, por favor, olvídate del transfocator. Completamente prohibido.
Es un aparato innoble. No movimientos innecesarios” (14’43”). “Me gustaría
seguir profundizando sobre esta ciudad contradictoria. Suponiendo que nos
permitan terminar el trabajo. Me preocupa que no contesten favorablemente a
mi propuesta” (78’18”).
706
“No, por favor, olvídate del transfocator (…). No movimientos innecesarios.
Los documentos testimoniales hay que filmarlos tal como son” (14’43”).
707
“Traspasar las apariencias… sugerir” (6’43”); “Lo obvio solo conduce al
aburrimiento” (7’35”); “organizárselo al espectador en forma de espectáculo
que le capte, le ilustre, le gratifique” (8’12”); “Hay un aforismo de Mies Van
der Rohe que dice: menos es más” (41’19”); “Todo lo perfecto está ya muer-
to. La elipsis, la fuerza poética de la elipsis… Porque todo eso que falta y que
sugerimos por medio de la elipsis es lo que hace la obra más rica, más abier-
ta, para que el espectador la imagine” (94’08”).
708
“También el apasionamiento tiene su interés. Ya quisiera yo poder filmar los
sentimientos” (26’24”); “Por eso es mejor inventarlas. El inventor dispone de
un poder absoluto sobre la realidad y los sentimientos” (90’28”); “No po-
dríamos explicarnos mejor que con los sentimientos de un poeta” (98’12”).
452
Madrid
709
Alguna de estas escenas puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
710
Esto sucede en 20’55”, (Hans ha pasado toda la noche estudiando y manipu-
lando fotogramas de dolor tras un bombardeo), en 67’49” (Lucía compara
imágenes del Ritz mientras Hans mira fotos) y en 85’16” (el niño distorsiona
imágenes de líderes comunistas).
711
Esto se da en 23’30” (tras unos momentos de silencio en la contemplación de
un bombardeo acaba hablando del tipo de música que le correspondería), en
31’50” (con metraje de los setenta hablan de vasijas y arqueólogos), en
39’57” (Lucía, Hans y Pancho hablan sobre la proclamación de la Repúbli-
ca), en 45’50” y 48’42” (Yuste parodia la formación juvenil falangista y el
discurso de Esteban Bilbao), en 57’18” (Hans le explica a Eva la soledad del
pueblo de Madrid), en 62’44” (Lucía le dice a su hijo que ponga La verbena
de la Paloma para acompañar las imágenes del entierro de Tierno Galván),
en 74’30” (los viejetes bromean sobre la comunión de Franco) y en 90’12 (
Hans, Pancho y Yuste debaten sobre la función de los documentales).
712
El off acompaña al archivo en 6’43”, 16’38”, y 20’55”.
713
Se ven cámaras en la secuencia inicial (una exposición de la guerra), en 3’15
(manifestación de la OTAN), en 5’00” (maqueta de Madrid, con grúa), 8’44”
(pregón madrileño), 14’05” (grabando fotos en la sala de montaje), 19’40”
(casa de la amiga de Lucía), 28’22” (en una iglesia), 33’33” (protesta de pro-
fesores), 35’06” (azotea de Callao), 36’36” (los letreros de Madrid), 38’00”
(entrevista a Sádaba), 41’24” (grabando a Antonio López), 42’40” (Madrid al
atardecer), 53’20” (Virgen de la Paloma), 61’10” (entrevista a José Prat),
66’32” (grabando chabolas), 81’30” (con una cámara de fotos), 82’41” (inau-
453
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
guración del Planetario), 84’46” (Puerta del Sol), 89’41” (en la feria), 92’53”
(las terrazas veraniegas), 95’05” (fiesta nocturna) y 101’10” (homenaje a los
brigadistas).
714
Aparecen en la sala de montaje en 6’48”, 14’05” (con el abuelo y el niño),
16’38” (Hans solo), 20’55” se refleja su cara en la pantalla), 23’30” (Hans y
Lucía, acaba con el niño de Karmen), 31’50” (imágenes de la Transición),
40’14” (en la Filmoteca), 45’40 (Pancho, Yuste y Lucía comentan archivo),
57’18” (Hans y Eva), 62’44” (Tierno Galván), 67’49” (Lucía en la sala),
73’35” (los viejetes ven la comunión de Franco), 85’16” (Lucía, su padre y el
niño), 86’40” (ensayos con Paco Valladares), 90’12” (Pancho, Yuste y Hans),
97’40” (grabando un poema de Dámaso) y 104’10” (Lucía, Helga y el nuevo
director).
715
En 40’14”, Hans y Lucía aparecen revisando cientos de rollos antiguos en una
Filmoteca.
716
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
454
Madrid
717
Declaraciones de Martín Patino a Torreiro, Mirito, y Heredero, Carlos F.,
Dirigido, nº146, abril, 1987, Madrid, p. 22.
455
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
5.3.1.3. Transtextualidad
El espectador de Madrid puede identificar una larga serie de refe-
rencias y citas textuales que configuran un relato con una densa
transtextualidad. Patino se sirve del halo de diversos autores y refe-
rencias para relacionarlas con Hans y su concepción artística y polí-
tica. De este modo –iremos de menor a mayor influencia en el tex-
to, siguiendo la clasificación genettiana– destacan en primer lugar
diversos elementos intertextuales. Madrid queda recorrido por múl-
tiples citas de material de archivo cuya ordenación y montaje co-
rresponden básicamente a Caudillo718, aunque alguna imagen tam-
bién procede de Canciones para después de una guerra (estos
fragmentos se corresponderían con lo que Stam ha catalogado co-
mo autocita719). Así mismo, aparecen otros testimonios de archivo
que provienen de escenas no mostradas en las anteriores películas
documentales de Patino y que, probablemente, pasaron por sus ma-
nos y fueron descartadas en el montaje final. Madrid recoge archi-
vos más recientes, rodados por la televisión: las manifestaciones de
los setenta reprimidas por la policía (31’50”), el entierro de Tierno
Galván (64’00”) y el clamor del pueblo contra el asalto del Congre-
so el 23-F (87’02”). En esta nómina de citas que pueblan Madrid,
no podemos olvidar otros elementos visuales informativos (o pro-
pagandísticos) que se citan con asiduidad: las fotografías, los carte-
les o los recortes de prensa, todos ellos procedentes de la época de
la contienda fratricida. En ocasiones, estas referencias sobre mate-
riales se hacen explícitas en boca de los personajes: al revisar foto-
grafías con Eva (54’00”) o al buscar revistas y periódicos antiguos
718
Estas citas de Caudillo pueden consultarse en el DVD del Anexo 4.
719
Cfr. Stam, Burgoyne y Flitterman-Lewis, Nuevos conceptos de la teoría del
cine…, op. cit., p. 236.
456
Madrid
720
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
721
En alguno de los casos la cita es también visual, como ocurre con el espec-
táculo zarzuelero que Hans contempla en 9’50”.
457
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
458
Madrid
722
Heredero, Carlos F., “Madrid, la difícil captura de la realidad”, Dirigido, op.
cit., p. 19.
459
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
460
Madrid
723
Heredero, “Madrid, la difícil…”, Dirigido, op. cit., p. 20.
724
Bellido, “Madrid, el artista…”, Nickel Odeon, op. cit., p. 210.
461
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
725
El carácter ensayístico de Madrid también destaca al confrontarlo con los
rasgos que señalan autores como Lopate o Moure. Al someter Madrid a los
requisitos exigidos por el primero, constatamos la adecuación del film de Pa-
tino a su abierta noción ensayística: una aparición constante de la palabra de
Hans y de su perspectiva intelectual subjetiva, una tentativa por averiguar las
claves sobre el problema de la representación icónica e histórica y un lengua-
je elocuente y asequible en sus explicaciones para cualquier espectador for-
mado. Del mismo modo, Madrid entra en las características que (por defecto)
Moure exponía para el ensayo: su estilo resulta variado y sus límites no son
concretos –pues se mueve entre el pensamiento metacinematográfico, los
fragmentos de archivo, la trama amorosa y el documental de actualidad–, las
preocupaciones filosóficas y estéticas que Hans se plantea van más allá del
mero montaje y, por último, Madrid carece en su globalidad de un procedi-
miento de creación prototípico, aunque en su interior contenga el film de
montaje, la ficción o el documental observacional.
462
Madrid
726
En la película resultan identificables las cuatro partes que estructuran al géne-
ro argumentativo, según lo explicaba Arenas. El exordio o introducción del
tema se nos presenta con nitidez en los primeros compases de Madrid: Hans
rueda carteles, mapas y maquetas sobre la capital y la guerra, y oímos las mo-
tivaciones de su investigación. A continuación, se expone la idea que percuta,
con sus dudas y contradicciones, la película: levantar una documental sobre
la Guerra Civil española en Madrid. Tras la exposición, el film da paso a la
argumentación, donde el protagonista se dedica a razonar e interrogarse sobre
463
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
las razones de aquella guerra y, a la vez, sobre las formas posibles para re-
contarlo. Las tres partes desembocan en un epílogo –la escena final en la azo-
tea– donde se prima la valoración emocional y donde, de forma asistemática,
se apunta una vaga solución a todos los problemas sobre la creación artística
y el reflejo de la Historia.
464
Madrid
465
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
727
Como muestra, puede servir el siguiente botón: en 4’46” el realizador ger-
mano afirma querer “reconstruir las imágenes de lo que desapareció en el
tiempo”, mientras que un rótulo asegura en 17’20”: “Paradoja de que sigan
estando aquí, protagonistas anónimos, visibles aún sus rostros…”.
728
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
466
Madrid
729
Cfr. Bazin, André, “Ontología de la imagen fotográfica”, ¿Qué es el cine?,
Rialp, Madrid, 1990, p. 29.
730
Sontag, Susan, Sobre la fotografía, Edhasa, Barcelona, 1989, p. 25; cfr. tam-
bién Barthes, Roland, La cámara lúcida, Paidós, Barcelona, 1990, entre otros
textos de referencia sobre la reflexión fotográfica realista.
467
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
731
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
468
Madrid
732
La escena en la que aparecen estas palabras puede consultarse en el DVD del
Anexo 4.
469
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
733
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
470
Madrid
734
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
735
Cfr. Kracauer, Siegfried, Teoría del cine. La redención de la realidad física,
Paidós, Barcelona, 1989, p. 102.
471
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
736
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
737
Cfr. Catalá, “Film-ensayo y vanguardia”, Documental y vanguardia, op. cit.,
p. 145.
472
Madrid
738
Cfr. Aullón, Teoría del ensayo, op. cit., p. 127.
473
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
739
Heredero y Torreiro, “Entrevista a Patino”, Dirigido, op. cit., p. 22.
474
Madrid
475
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
740
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
476
Madrid
741
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
477
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
742
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos…, op. cit., p. 252.
478
Madrid
743
“Hay un claro paralelismo entre el proceso que conduce al protagonista de la
acción, cuyo punto de vista es adoptado por Patino, a veces sin ambages ni
disimulos, y la óptica del creador de Madrid. Ambos se sienten capturados
por una ciudad en la que creen rastrear las huellas de un pasado heroico y
ejemplar (…) cuyo pretérito todavía gravita en el pulso cotidiano de su con-
temporaneidad” (Heredero, “Madrid, la difícil…”, Dirigido, op. cit., p. 19).
“La investigación del director alemán coincide con la de Patino-director”
(Bellido, “Madrid, el artista…”, Nickel Odeon, op. cit., p. 208). Pérez Millán
afirma que los rótulos, el off y ciertos diálogos de Hans “arroja[n] luz sobre la
actitud con la que Patino se enfrenta a su medio a finales de los años ochen-
ta” (Pérez Millán, La memoria de los sentimientos..., op. cit., p. 252).
744
Bellido, “Madrid, el artista…”, Nickel Odeon, op. cit., p. 209
479
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
como pictóricas, que van más allá de la pura explicación. Por eso,
precediendo a esta reflexión sobre Goya, Hans le recriminaba a
Pancho: “Por supuesto, lo de la guerra lo explicarían mucho mejor
los historiadores o los profesores” (25’15”). El director alemán
apuesta por la sugestión, por traspasar las apariencias, por la parti-
cipación activa del espectador para rellenar los huecos en el signifi-
cado, criticando a quienes desconfían “de la capacidad del especta-
dor para interpretarlo por sí mismo” (50’35”)745. Por esta razón
discute con su jefa al final del film; Helga le recrimina que su tra-
bajo no tiene que ver con la guerra y que la poesía solo generará
confusión. Hans le responde: “¿Confusión? No podríamos expli-
carnos mejor que con los sentimientos de un poeta. Un hombre que
ha sufrido capta mejor determinados momentos históricos. Esas
paredes esotéricas son metáfora de una ciudad amordazada por la
fuerza bruta” (97’55”)746.
El director real y su homólogo ficticio también demuestran
una preocupación por temas similares. El mayor de ellos es la aten-
ción que prestan a la Guerra Civil española. Hans está trabajando
en un documental sobre el asunto; Martín Patino ha dedicado parte
de su obra a aquella tragedia y sus consecuencias. En este sentido,
no resulta difícil visualizar al Martín Patino que montaba Caudillo
cuando vemos a Hans estudiando y manipulando las imágenes de
archivo en la sala de montaje. Pero no solo intuimos el pasado del
salmantino tras la máscara de Hans. De forma similar, las alusiones
a la fascinación de las imágenes o a la “excitante disección del
caos” (84’30”) parecen anticipar los derroteros que franqueará el
director salmantino en sus siguientes trabajos: la “fascinación” de
un siglo de Andalucía y la “seducción” que ofrece el caos.
745
Aunque sea una contradicción puntual, es necesario recordar que esta apuesta
por la sugestión de las imágenes cuenta con alguna falla en la disertación de
Hans: en 8’12” afirma que es necesario “organizárselo al espectador en forma
de espectáculo que le capte, le ilustre, le gratifique”.
746
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
480
Madrid
747
“De tener alguna afinidad ideológica con algún partido, sería con la ideología
libertaria”, expresaba Patino en una entrevista en Bellido, Un soplo de liber-
tad…, op. cit., p. 213.
748
En una entrevista realizada por Heredero y Torreiro, Patino afirmaba: “Des-
pués de haber estudiado un poco a este pueblo, estoy convencido que vivir en
Madrid durante la República tenía que ser impresionante”, una afirmación
muy similar a la proferida por Lucía en 70’00” (cfr. Heredero, Carlos F., y
Torreiro, Mirito, “Entrevista a Basilio Martín Patino”, Dirigido, op. cit., p.
22).
749
Bellido, Un soplo de libertad…, op. cit., p. 162.
750
Ante la pregunta de si Patino sufrió presiones para retirar estas críticas del
film, el autor respondió reivindicando el rótulo: “Dejé bien claro que estaban
allí porque a mí me parecía que tenían que estar. Y si cabía alguna duda, puse
el rótulo ése” (cfr. Heredero y Mirito, “Entrevista a Patino”, Dirigido, op.
cit., p. 23.).
481
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
751
Declaraciones recogidas en Pérez Millán, La memoria de los sentimientos…,
op. cit., p. 257.
482
Madrid
483
5.4. La seducción del caos
La seducción del caos comparte muchas de las inquietudes intelec-
tuales habituales en la filmografía de Patino: la tensión entre lo real
y lo ficticio, la sospecha ante las imágenes, el poder y la fascina-
ción de la manipulación, la reflexión sobre la complejidad de la
representación (histórica, política o folclórica), el final de las uto-
pías, la falsedad documental o el pastiche estilístico como forma
posible de alcanzar la verdad. La película disfraza de intriga poli-
cíaca una trampa audiovisual que mezcla formatos televisivos, fal-
sifica caracteres y desvela los propios mecanismos de creación te-
levisivos y fílmicos. Las normas de juego quedan, por tanto,
delimitadas: con La seducción del caos Patino propone un ensayo
que reflexiona sobre la televisión desde dentro. Como si se tratara
de un agente doble, se sirve de la representación para criticarla no
solo mediante el contenido, sino también con la forma. Denuncia a
los media sirviéndose de ellos a través de dos elementos (con im-
plicaciones narrativas y retóricas) que ponen en evidencia lo que
considera la falacia de la representación: lo metaficticio y lo falsifi-
cado. Ambos suponen para Martín Patino la plasmación audiovi-
sual de la tensión entre la realidad y la representación, situando en
primer plano la porosidad de unas fronteras que la posmodernidad
ha alimentado de suspicacias.
484
La seducción del caos
752
Heredero, “Espejito prodigioso...”, Archivos de la Filmoteca, op. cit., p. 135.
485
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
753
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
486
La seducción del caos
754
Como ya se hizo en los análisis de Caudillo y Madrid, seguiremos un enfoque
narratológico inspirado en Gérard Genette y en la adaptación que Efrén Cue-
vas ha hecho de éste.
755
En el cuadro narratológico se respeta la numeración romana de los episodios
de “Las galas del emperador” así como los títulos de cada una de las partes
de la trama de investigación, que hemos numerado del 1 al 7 respetando los
segmentos que presenta la película. En los casos de salto temporal (2 y 4), los
títulos se han subdividido para una mejor comprensión de la estructura crono-
lógica.
487
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
488
La seducción del caos
489
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
490
La seducción del caos
756
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
491
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
757
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
758
Además, apenas tres minutos después de esa escena (la de la Colegiata de
Wamba), con Hugo recién coronado rey, vuelve a aparecer el claquetista de
La seducción del caos anunciando la “secuencia final, cuatro, primera”.
759
Cfr. Dallenbach, El relato especular, op. cit., p. 35 y p. 76.
492
La seducción del caos
493
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
494
La seducción del caos
760
Stam, Burgoyne, Flitterman-Lewis, Nuevos conceptos de la teoría del cine...,
op. cit., p. 231.
495
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
761
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
496
La seducción del caos
762
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
763
Heredero, “Espejito prodigioso…”, Archivos de la Filmoteca, op. cit., p. 134.
497
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
764
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
498
La seducción del caos
5.4.1.3. Transtextualidad
Como en muchas otras obras metaficticias, la transtextualidad ejer-
ce un papel importante en La seducción del caos al establecer un
tejido de citas que hacen descansar su referencialidad en otras re-
presentaciones en lugar de remitir a la realidad. Basándonos en la
terminología genettiana766, iniciaremos su análisis de menor a ma-
yor influencia en el texto. Comenzaremos con las relaciones inter-
textuales (citas, plagios, alusiones) e intratextuales y continuaremos
con las relaciones de transformación de un texto anterior (transpo-
sición). Los hipertextos de imitación (pastiche y falsificación), pese
a formar parte del fenómeno de la transtextualidad, los dejaremos
para el epígrafe 5.4.2., mucho más adecuado para englobarlos.
En lo referido a citas, cabe señalar que ya en la primera ima-
gen de la película encontramos una referencia de Hesiodo: “Ante
todo fue el caos”, que supone toda una declaración de intenciones
sobre la complejidad de la realidad y la dificultad para representar-
765
Cfr. Waugh, Metafiction. The Theory and Practice..., op. cit., p. 83.
766
Cfr. Genette, Palimpsestos..., op. cit., pp. 40-41. Se puede encontrar un resu-
men de las categorías genettianas en el epígrafe 5.1.2.3. de este trabajo.
499
Realidad y representación en el cine de Martín Patino
la. Esta cita entronca, a su vez, con el título de la obra y denota que,
por su dificultad, esa representación implica algo atractivo, enigmá-
tico y seductor. También desde el inicio suenan los acordes de El
retablo de maese Pedro, de Manuel de Falla. La elección de esta
obra del compositor español no atiende únicamente a ejercer pun-
tualmente la labor de comentarista narrativo, sino que se relaciona
estructuralmente con La seducción del caos –como veremos al ana-
lizar la condición ensayística del film–. Aunque “Las galas” estén
repletas de citas (desde discursos de Diógenes o poemas de Darío,
hasta imágenes de grupos musicales), no las incluiremos todas en
esta parte del estudio puesto que no revelan especiales ni novedosas
características para el estudio de la transtextualidad. Tan solo nos
detendremos brevemente en el zapping de Escribano en la cárcel
(6, 68’37”), por lo intencionado de sus imágenes y su cercanía con
el collage fílmico impresionista. La disposición de fragmentos dis-
pares conforma una miscelánea cuyas imágenes adquieren un nue-
vo sentido mediante la colisión montajística, como ya ocurría en
ciertos fragmentos de Canciones y Caudillo. De este modo, Patino
hace extensivo el fraude de Mili Vanili a las acciones de Bush Sr.,
o establece una continuidad entre el hambre y la represión violen-
ta767.
La película también encierra diversas alusiones a otras obras
artísticas. Se apuntan los riesgos “de los nuevos Quijotes” que in-
tentan desenmascarar la representación (VIII, 89’39”) y encontra-
mos referencias veladas –no explícitas– al Fraude de Welles en el
capítulo VI de “Las galas”. Ahí Patino-Escribano delibera sobre el
valor del original en el arte, que se impone por encima de conside-
raciones estéticas: “Poseer el original, al margen de cualquier cate-
goría estética, es detentar un valor absoluto, único, patentado” (VI,
64’06”); todo el capítulo constituye una reflexión y un juego sobre
el valor de las falsificaciones artísticas en una película que supone
todo un engaño. Esa cualidad de embaucamiento y, por supuesto, el
tema de las imitaciones proporcionaban los rasgos esenciales del
767
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
500
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768
En el caso de Baudrillard, como pondremos de manifiesto en el epígrafe
5.4.3.2., toda la película comparte muchas de las ideas de este intelectual
francés contemporáneo.
501
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769
Constituye un recurso recurrente en la filmografía de Patino el asignar papeles
en sus películas a personajes famosos del cine, la cultura o la universidad. En
muchos casos se trata de amigos personales del propio Patino, que aceptan
aparecer como cameos. Abundan los ejemplos: el catedrático Agustín García-
Calvo, que aparecía en Rinconete y Cortadillo, el escritor Torrente Ballester
en Los paraísos perdidos, el cantante Miguel Ríos o el pintor Antonio López
en Madrid, el crítico musical Joaquín Luqui en Carmen o la libertad (uno de
los episodios de Andalucía, un siglo de fascinación) o el director de docu-
mentales Javier Rioyo ejerciendo de periodista en Octavia. Como apunta Pé-
rez Millán, se trata de su “tradicional tendencia a rodearse de amigos proce-
dentes de otras profesiones” que convierten la película “en una apoteosis de
caras conocidas”; o su querencia por incluir “mil y un guiños cómplices,
bromas casi privadas y pequeñas burlas más o menos crueles que seguramen-
te pasarán desapercibidos para muchos.” (Pérez Millán, “La seductora pro-
ducción…”, Archivos de la Filmoteca, op. cit., p. 131).
770
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
502
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771
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
503
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772
Obviamente, el nombre de esta organización traza una referencia paródica a
Marshall MacLuhan, el influyente teórico de la comunicación que popularizó
la idea de que “el medio es el mensaje”.
773
Cfr. González, Fernando, “Basilio Martín Patino: pensar la Historia”, Film-
Historia, vol. VII, nº2, Barcelona, 1997, p. 151.
504
La seducción del caos
nudo, en este caso, de que tanto los informativos como los docu-
mentales constituyen mundos creados, continuos artificios.
La película se revela así como un gran juego que anima a
descubrir las mentiras que contiene, un test para la credulidad del
espectador, un intento por que acierte a discernir lo verdadero de lo
falso, lo original de lo imitado. Sin embargo, a pesar del aliento
falsario, el protagonismo reconocible de Marsillach hace que, como
señala Martín Morán, la finalidad de la obra no sea tanto lograr
plenamente el engaño del espectador cuanto hacerle cómplice del
juego774. Patino pretende que el público distinga, en palabras de
Escribano, a los “nuevos Quijotes” que tratan de desenmascarar la
realidad, de aquellos súbditos que se conforman con las “sombras
de un mundo exterior mentalmente reconstruido” con el fin de que
el emperador –el poder, para Patino– mantenga intactas sus vesti-
duras: “Los emperadores han de considerar los procedimientos per-
tinentes para tener contentos a su súbditos. Están en juego sus ga-
las. Ha de seguir produciéndose el prodigio. Solo algunos
nostálgicos se obcecarán todavía en disentir y desnudar las hermo-
suras regias. ¿Quién quiere volver a los días de ira y apocalipisis?
(VIII, 87’39”)”.
Basilio Martín Patino demuestra con esta película ser uno de
esos últimos “nostálgicos” rebeldes que se empecinan en “disentir”
mientras gritan que toda representación constituye una invención,
un “juego de guardarropías y atrezzos”. Como analizaremos a lo
largo de este segundo apartado, se trata del mismo juego que él nos
está proponiendo al mezclar la verdad de “Las galas” con fragmen-
tos de falsa televisión. Examinaremos entonces los mecanismos de
invención de una trama de asesinato y concluiremos detallando
cómo simula la verosimilitud y las herramientas retóricas de la in-
formación televisiva.
774
Cfr. Martín Morán, “La inocencia subversiva…”, Nada es lo que parece…,
op. cit., p. 64.
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775
Cfr. Nichols, La representación de la realidad..., op. cit., pp. 68-71.
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776
De Felipe, “El ojo resabiado...”, Imágenes para la sospecha, op. cit., p. 39.
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777
González, “Basilio Martín Patino: pensar la Historia”, Film-Historia, op. cit.,
p. 152.
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778
Entrevista personal con Basilio Martín Patino (8-5-2005).
779
Heredero, “Espejito prodigioso…”, Archivos de la Filmoteca, op. cit., p. 133.
La cursiva y las comillas proceden del texto original.
511
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780
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
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781
Cabecera que se lanzó a principios de los 90 en España.
514
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782
Esto es visible, por ejemplo, en los siguientes fragmentos:
-“Me pregunto si esta espléndida arquitectura (…) era privilegio de unos po-
cos o democracia. Es decir, elitismo o participación, simulación o estética
(…). ¿Escenografía, democracia? ¿Simulación, democracia?” (31’23”).
-“¿Será la hora también de cuestionar el sentido y la razón del arte?”
(45’34”).
-“¿De qué otra manera podrían seguir siendo verdades las verdades?”
(66’41”).
-La adaptación de la duda hamletiana al problema de la representación
(89’39”).
516
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783
Al igual que Madrid, La seducción del caos contiene rasgos que Lopate y
Moure consideran como ensayísticos. A pesar de su vertiente ficcional, Es-
cribano (alter ego del director) se adecua al requisito lopatiano de expresar
una perspectiva única y un punto de vista personal, aderezado incluso con al-
gunas referencias biográficas y presencias físicas. Asistimos continuamente a
los problemas de Escribano con la justicia, su biografía resistencial, su obra
artística y televisiva o su denuncia en las ruinas del teatro. Con respecto a las
categorías propuestas por Moure, destaca que La seducción del caos adolece
de un estilo retórico predefinido, ni siquiera el de ficción, al variar en la im-
postura de un estilo a otro.
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En el DVD del anexo 4 puede verse un ejemplo del empleo de la voz en off
en “Las galas del emperador”.
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785
Heredero, “Espejito prodigioso...”, Archivos de la Filmoteca, op. cit., p. 132.
786
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
787
Baudrillard, Cultura y simulacro, op. cit., p. 11.
520
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788
Para un análisis de lo que se ha dado en llamar “el pensamiento débil” véase
Vattimo, Giani, y Rovatti, Pier Aldo (eds.), El pensamiento débil, Cátedra,
Madrid, 1990.
789
Baudrillard, Cultura y simulacro, op. cit., p. 77.
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790
Esta escena puede consultarse en el DVD del Anexo 4.
791
Baudrillard, Cultura y simulacro, op. cit., p. 47.
792
Pérez Millán, “La seductora producción...”, Archivos de la Filmoteca, op. cit.,
p. 130.
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793
Baudrillard, Cultura y simulacro, op. cit., p.53.
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794
Se bombardea la pantalla con pegotes de pintura antes de que el cristal se
haga añicos al final de “La belleza domesticada” (V, 50’20”); en “Variacio-
nes sobre un mismo tema” (VI, 66’51”) Escribano se desvanece de la panta-
lla, cae uno de los cuadros y, finalmente, solo parte de la pantalla se resque-
braja; y, por último, la imagen del tanque nevado es el único espejo que cae,
524
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795
Los motivos religiosos constituyen “reliquias, pequeños restos de vieja mate-
ria pero [que] objetivan formalmente el misterio” (III, 19’02”); cuando refle-
xiona en torno a diversas creaciones artísticas, Escribano se pregunta “si esta
espléndida arquitectura, cuyas ruinas nos conmueven aún, eran privilegios de
unos pocos o democracia” (IV, 31’23”); al hablar de la televisión y el ocaso
de los imperios, Hugo exclama junto a una estatua celebratoria y en un taller
de restauración: “Evolucionan las civilizaciones, las ideologías se deterioran.
Permanecen sus grandes gestos en forma de signos emblemáticos herrumbo-
sos y deteriorados. Esto queda de los imperios...” (VII, 73’04”); o, finalmen-
te, junto a la nevada puerta de Brandenburgo afirma que “sobre esta soledad
se rememoran los restos del naufragio. Fue una experiencia política, como
tantas, que se creía en la verdad” (VII, 74’09”)
526
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796
Pérez Millán, La memoria de los sentimientos…, op. cit., p 126. finalmente,
Patino aprovechó esa denominación para uno de los episodios que componen
Octavia.
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CONCLUSIONES
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Conclusiones
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BIBLIOGRAFÍA
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Bibliografía
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ANEXOS
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1. Minutado de Canciones para después de una
guerra
Dada la complejidad formal de Canciones para después de una
guerra y su riqueza semántica, hemos creído conveniente efectuar
un repaso individualizado de cada secuencia-canción. En este apar-
tado ofrecemos una descripción cronológica pormenorizada de los
elementos contenidos en cada secuencia de la película.
A la descripción de cada uno de los cincuenta y cuatro frag-
mentos en los que hemos dividido la película añadiremos los si-
guientes elementos:
-Título, autor y minuto. El título de la canción o, en su defec-
to, un lema que identifique al segmento. Entre paréntesis in-
cluimos el nombre del autor de la canción o, si es popular, su
filiación genérica.
-Elementos. Aquí recogeremos los diversos materiales que lo
componen, más allá de las imágenes informativas cinemato-
gráficas de archivo. Éstos pueden ser, en orden alfabético, al-
guno de estos once elementos: anuncios televisivos, docu-
mentos (partes de guerra, cartas, mapas, billetes de lotería,
medallas), efectos (división de pantalla, coloreados, solariza-
dos, cámaras lentas), fotos, elementos gráficos (letras sobre-
impresas), película de ficción, recortes de prensa, fragmentos
radiofónicos, rodaje actual, sonidos y voces en off.
-Tipo. Según las tres posibilidades reseñadas por Pérez Mi-
llán: monotemáticos, duales o de elementos dispares.
1. Cara al sol (Himno falangista, intérpretes anónimos. De 0
a 2’32”)
-Película de ficción, documentos.
-Monotemático: el final de la Guerra Civil Española.
El primer fragmento de la película es un claro ejemplo de compila-
ción simple. Al ritmo de la canción más emblemática del Fran-
quismo, Patino nos presenta el punto de partida de su narración: la
556
Anexo I. Minutado de Canciones
557
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558
Anexo I. Minutado de Canciones
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Realidad y representación en el cine de Martín Patino
prensa sobre la vuelta a casa de los quintos y con fotos fijas en los
andenes de los trenes. Periodismo, realidad y ficción unificados por
el montaje patiniano y la música. A esta secuencia de montaje le
sucede otra (con una música no identificable) donde se sobreimpre-
sionan imágenes de medallas, sellos franquistas y los anuncios de
saludo a Franco que realizan diversos establecimientos a través de
las páginas de periódicos.
5. Yo te daré (Raúl Cancio. De 7’38” a 7’52”).
-Película de ficción.
-Monotemático: la escasez de café.
Son fragmentos de una película, un solo plano de apenas 20 segun-
dos de un padre tocando el piano tras una comida, cuya misión es
aprovechar el final de la canción para introducir el tema del café,
un bien escaso en la posguerra.
6. Tiro liro (De 7’52” a 8’38”)
-Película de ficción, recortes de prensa, documentos.
-Elementos dispares.
Al hilo de la canción se nos muestra publicidad de manzanilla que
celebra la victoria del Caudillo y diversos recortes de prensa relati-
vos a presos, funcionarios de prisiones, la reconstrucción de Ma-
drid, la masonería, la vuelta de la Legión Cóndor o la restitución de
las corridas de toros con los diestros haciendo el saludo fascista. En
8’10”, aún con los diversos recortes en pantalla, comienzan a oírse
(en sound flow) voces que hablan sobre nuevos estilos de bailes:
“Hija, qué exageración, no sé si me atrevería a bailar eso”, “Pues
yo sí, que he sido provisional. ¿Quieres bailar, Charo?”. Entonces,
en el collage de imágenes entran también algunas secuencias de la
película Huella de luz797, que se mezclan con los recortes de perió-
dico y otros documentos como medallas, postales o sellos. El soni-
do recoge un diálogo entre varios jóvenes: “Y tú, Lucía, ¿no quie-
797
Huella de luz, Rafael Gil, Cifesa, 1942.
560
Anexo I. Minutado de Canciones
res bailar?”, “No, no, yo no sé apenas”, “Pues el que creo que baila
fenomenalmente esto es Enrique”, “No le hagas caso”, “Bueno,
supongo que el más desgraciado querrá bailar conmigo, ¿no?” “Se-
ría ridículo que no bailaras, hay que animarse” “¡Eso, eso, hay que
animarse!”, “¿Me permite, señorita?”.
7. Jota de José Antonio (De 8’38” a 10’26”)
-Efectos, recortes de prensa, sonidos, voz.
-Monotemático: víctimas del “terror rojo”.
En este fragmento entra en juego de manera evidente la manipula-
ción de los materiales. Se nos muestran imágenes de los noticiarios
oficiales relacionadas con la exhumación de cadáveres del bando
nacional. Patino incluye este documento presentado por la voz en
off como estremecedor y opta por obstaculizar la visibilidad me-
diante la técnica de ponerlas en solarizado. El locutor, en la mejor
tradición de la propaganda franquista, dice lo siguiente: “En Torre-
jón de Ardoz se procede a la exhumación de los cadáveres de las
víctimas del terror rojo y del ateísmo soviético, inmoladas bárba-
ramente por pelotones de asesinos y asalariados de Moscú. La elo-
cuencia del documento fotográfico permite darnos una dolorosa
pero necesaria y aleccionadora idea de cuáles eran los ideales y los
procedimientos de los intelectuales y otras cuadrillas del llamado
Frente Popular”.
Una vez concluidas las imágenes (9’32”), vemos un recorte
de periódico referido al homenaje que reciben los muertos por la
revolución roja y da comienzo la segunda parte de este fragmento:
el traslado del cadáver de José Antonio Primo de Rivera, líder de
Falange. En esta ocasión las imágenes se ven simplemente con el
característico tono azulado utilizado para el bando franquista. A las
imágenes se le unen recortes de periódico (relativos a aniversarios
y sepulturas) y el sonido grabado en el entierro en El Valle de los
Caídos, un discurso encendido de autoafirmación falangista (9’38”)
donde se recuerdan a los líderes “caídos por España”. Una vez más,
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798
Morena clara, Florián Rey, Cifesa, 1936.
799
Frente de Madrid, Edgar Neville, Film Bassoli, 1939.
562
Anexo I. Minutado de Canciones
800
Ya viene el cortejo…, Carlos Arévalo, Juan de Orduña y Cifesa, 1939.
801
Sin novedad en El Alcázar, Augusto Genina, Film Bassoli y Ulargui Films,
1940.
802
La tonta del bote, Gonzalo P. Delgrás, PCE (Producción Cinematográfica
Española), 1939.
803
El gran Ziegfeld, Robert Z. Leonard, MGM, 1936.
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Anexo I. Minutado de Canciones
que parece un orfanato donde los recogen, los limpian, los alimen-
tan y los visten; en 15’55” Patino se detiene en el detalle de un re-
corte de una revista que nos muestra cómo viven esos niños: vemos
la marca de falange en la taza que está bebiendo una niña. así como
el zoom a una taza. En 15’57” un plano en el que un niño rubio está
siendo fumigado con sustancia para despiojar y, más tarde, gente
escarbando en las basuras. En 16’07” se presenta un reportaje de
ABC con diversas fotos y un titular: “La recogida de niños mendi-
gos”. A continuación, fragmentos documentales de uno de esos
comedores para niños. En 16’20” Patino detiene la imagen y traza
un zoom sobre un niño regordete que come un plato de estofado.
Así termina la segunda estrofa de la canción.
En 16’24” comienza la tercera parte de este fragmento, donde
la canción repite la primera estrofa. Primero apreciamos una esta-
ción donde niños y mayores saludan con el brazo en alto. Se suce-
den los reencuentros y las escenas emocionantes, puestas a cámara
lenta por Patino. En 17’16” vemos, en dos ocasiones, a un niño
caminando solo entre la gente. En 17’31” se explica la situación a
través de un recorte de prensa: “La maldad reparada. Los niños que
nos robaron los rojos vuelven a sus hogares”, continuado por más
imágenes de reencuentro, algunas de ellas a cámara lenta.
11. Salud, dinero y amor (De 18’00” a 20’41”)
-Documentos, efectos, fotos, película de ficción, recortes de
prensa, sonidos.
-Monotemático: alegrías y esperanzas ante 1940.
En el inicio de este fragmento se sustituye la música por sonidos
grabados de los niños cantando los premios; mientras, vemos las
imágenes documentales de grupos de personas aguardando el sor-
teo en las calles o tras la alegría por haber obtenido un premio. La
melodía comienza en 18’17” y las imágenes se ajustan de forma
especialmente precisa al ritmo sonoro: en los momentos en que se
suceden notas rápidas, se nos muestran fotogramas al compás de
cada nota (de 18’27” a 18’32” vemos una alternancia de primeros
565
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Anexo I. Minutado de Canciones
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804
Esta es mi vida, Román Viñoly Barreto, 1952.
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Anexo I. Minutado de Canciones
805
Los últimos de Filipinas, Antonio Román, Cinematográfica Española Ameri-
cana, S.A., 1945.
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Anexo I. Minutado de Canciones
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Anexo I. Minutado de Canciones
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806
La fe, Rafael Gil, Suevia Films, 1947.
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Anexo I. Minutado de Canciones
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Anexo I. Minutado de Canciones
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Anexo I. Minutado de Canciones
807
Locura de amor, Juan de Orduña, Cifesa, 1948.
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Anexo I. Minutado de Canciones
808
Reina santa, Rafael Gil, Cesario González Rodríguez, 1947.
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Anexo I. Minutado de Canciones
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Anexo I. Minutado de Canciones
809
Alba de América, Juan de Orduña, Cifesa, 1951.
587
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810
Botón de ancla, Ramón Torrado, Suevia Films, 1947.
588
Anexo I. Minutado de Canciones
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811
La Lola se va a los puertos, Juan de Orduña, Juan de Orduña Fernández,
1947.
590
Anexo I. Minutado de Canciones
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La voz típica del NO-DO nos presenta la noticia de una niña (Jose-
fina Villaseca) que “sufrió graves heridas al defender su pureza”.
El fragmento se nos presenta sin ningún retoque aparente por parte
de Patino. La niña asesinada y violada, dice la voz en off, supuso un
“ejemplo conmovedor de virtud y heroísmo, para que Dios y su
Iglesia dispongan el premio debido a sus merecimientos por su pro-
ceder de virgen y mártir, por la fe y por el honor”.
48. A lo loco (De 88’22” a 90’56”)
-Documentos, efectos, fotos, película de ficción.
-Elementos dispares.
Una música animante para tiempos más felices. Vemos (con colo-
reado de rojo) a una pareja bailando y la noticia del periódico en la
que se anuncia el “pan blanco para todo Madrid”. Una secuencia
que alterna imágenes de fachadas de bares, camareros haciendo
cócteles y noticias de periódico (un gato con alas, la aprobación del
Opus Dei). La miscelánea continúa con imágenes de viejetes senta-
dos en el pueblo, más recortes de periódico (la agonía de Stalin, la
guerra de Corea), Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín, etc. Todas
ellas alternadas con imágenes de bailes (en colores rojizos o viole-
tas). Más tarde, en colores amarillentos, imágenes de transportes
públicos en Madrid y de guateques (acompañado de un póster en el
que se caricaturiza a los bailarines y dice: “Bailes modernos. Jo-
ven… diviértete de otra manera”). En 90’29”, tras noticias relativas
a Juan de Borbón, aparece el rostro de Dalí y sobreimpresionadas
unas manos que se multiplican en cientos de ellas, como espejos.
Más imágenes de Dalí en una representación teatral. El fragmento
termina con una serie de fotos fijas cotidianas, unas mujeres bai-
lando disfrazadas de hawaianas, un enano paseando por la calle y la
noticia de la repatriación de aquellos españoles que aún están en
Rusia.
49. Himno de Acción Católica (De 90’56” a 91’11”)
-Fotos, película de ficción, sonidos.
-Monotemático: Concordato con la Santa Sede.
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Anexo I. Minutado de Canciones
812
Bienvenido Mister Marshall, Luis García Berlanga, Unión Industrial Cinema-
tográfica S.L., 1953.
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Realidad y representación en el cine de Martín Patino
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Anexo I. Minutado de Canciones
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2. Minutado de Caudillo
De forma pareja a lo realizado con Canciones para después de una
guerra, a continuación expondremos una descripción cronológica
minuciosa de los elementos contenidos en cada secuencia. En con-
secuencia, la relación de cada uno de los sesenta y un fragmentos
en los que hemos dividido la película contará con las siguientes
partes: título y minuto, elementos presentes813 y tipo de fragmento.
1. Prólogo (De 0 a 1’25”)
-Rodaje actual, voz oficial.
-Dual: un pueblo destruido en la actualidad y preparativos de
guerra y heridos.
De 0 a 0’14” vemos imágenes de los setenta, en color, de ruinas de
guerra. La cámara efectúa un zoom sobre ese pueblo derruido
mientras suenan acordes de una guitarra que se van haciendo estri-
dentes. De 0’14” a 1’25” se mezclan imágenes de ese pueblo hecho
escombros (a causa de la guerra) con otras de archivo de soldados a
punto de disparar y de heridos en la contienda. La música se hace
más sinfónica. En 1’19” comienza la voz en off oficial: “Hubo una
vez un hombre enviado por Dios para salvar a España”. El último
fotograma que se aprecia es una luz que ciega a la cámara, desde el
agujero de una bóveda bombardeada. Durante la secuencia suenan
los acordes de Puente de los franceses, inspirada en Los cuatro
muleros.
2. Un cuadro de Franco (De 1’25” a 1’40”)
-Documentos, sonidos, voz oficial.
-Monotemático: un retrato del general Franco.
813
Se han variado algunos de los elementos usados en Canciones para después
de una guerra: hemos incluido los cómics y las voces en off las hemos subdi-
vidido en testimoniales y oficial. Igualmente, hemos desechado la categoría
de anuncios televisivos y de elementos gráficos (las letras sobreimpresas, los
rótulos, son tan constantes en Caudillo que no las destacaremos).
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Unidad militar del ejército español del antiguo protectorado de Marruecos.
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Cuerpo regular del ejército marroquí.
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Alabado sea Dios misericordioso.
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mozos salían para el frente como los cristianos del Medievo hacia
las Cruzadas. España, evangelizadora de la mitad del orbe, España,
martillo de herejes, espada de Roma, cuna de San Ignacio”. Y se
ven imágenes de más desfiles y la gente saludando, algunos con el
brazo en alto.
11. La posición anarquista en Cataluña al inicio de la guerra
(De 19’01” a 20’49”)
-Recortes de prensa, voces testimoniales.
-Monotemático: el fervor anarquista en los republicanos de
Cataluña.
Se oye la canción anarquista A las barricadas: “Negras tormentas
agitan los aires, nubes oscuras nos impiden ver. Aunque nos espere
el dolor y la muerte contra el enemigo nos llama el deber. El bien
mas preciado es la libertad hay que defenderla con fe y con valor.
Alza la bandera revolucionaria que llevara al pueblo a la emancipa-
ción. En pie obrero a la batalla hay que derrocar a la reacción. ¡A
las Barricadas! ¡A las Barricadas! Por el triunfo de la Confedera-
ción”. Se ven imágenes filmadas de una populosa manifestación.
En 19’17” aparece un recorte que se refiere a “Cataluña en armas”;
entonces, un testimonia (Voz 6) cuenta: “Cuando Durruti y los su-
yos lograron vencer completamente a los sublevados, acudieron
con sus pistolones a la Generalitat, sudorosos, llenos de polvo, en
camiseta… Y Companys los abrazó emocionado. Les dijo: ‘Sois
los dueños de la ciudad y de Cataluña. Todo, todo está en vuestro
poder’”. Y se ven imágenes de obreros en las puertas de una fábrica
o de milicianos celebrando la victoria por las calles de Barcelona,
con armas. En 19’35” entra otra voz en off (Voz 2): “No se preten-
dió tomar el poder. Se pretendió simplemente demostrar que no se
iba a consentir el triunfo del fascismo en España sin una lucha
enérgica, violenta”. Y más imágenes de gente en las calles, patru-
llando y celebrándolo. En 19’46” vuelve la Voz 6: “La gran bur-
guesía había huido o se había ocultado, dejando sin dirección a las
empresas. De unos veinte mil patronos textiles, no permanecieron
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habían podido huir, salvo que los del pueblo hablaran bien de ellos.
Luego se cogían en el Ayuntamiento los registros de propiedad y se
quemaban. Y se reunía a todos los habitantes y se les explicaban
los principios del comunismo libertario. Entonces se constituía la
Asamblea para que opinaran todos libremente y se organizaban las
cosas con el acuerdo de todos” (hasta 43’27”). Se ven imágenes de
cómo se organiza el pueblo bajo la CNT y la FAI: se pegan carte-
les, un orador ante los campesinos. En 43’28”, mientras se ven
imágenes de niños mirando un cartel y otras de una asamblea en
medio del pueblo, escuchamos otra voz testimonial (Voz 14): “Es-
toy seguro de ello, puesto que conviví muy de cerca en el frente
con los campesinos de las colectividades, que eran voluntarias, eran
espontáneas, ya que no se forzaba a nadie a realizarlas” (hasta
43’39”). Se ve un recorte de prensa sobre una colectividad de la
CNT. Una voz en off de una mujer (Voz 7) aporta su testimonio
(43’40”): “En Calanda, de 4.500 habitantes, 3.500 éramos de la
colectividad. Los campesinos se repartían las tierras, el ganado y
los aperos de labranza. 34 litros de aceite por cabeza para el año,
patatas, alubias, un litro de vino diario… leche había poca, porque
solo teníamos 14 vacas. Se sustituyó la moneda por cupones, que
daban derecho a alimentos y a ropa. Las cantidades de cada uno se
apuntaban en un libro de cada vecino” (hasta 44’19”), esta declara-
ción va unida a imágenes ilustrativas: un miliciano pastoreando,
diversos hombres haciendo el papeleo de racionamiento, un cupón
(“Ayuntamiento constitucional de Montoro, Comité del Frente Po-
pular Local. Cédula de trabajo al portador, inicial: veinticinco pese-
tas”), una mano que enseña un cupón a la cámara… En 44’10” otra
voz testimonial (Voz 15): “se implantó el colectivismo libertario
con todas las consecuencias, allí todo era de todos” (hasta 44’14”),
con imágenes de gentes que vienen con las azadas y con los borri-
cos. Y, de nuevo, la mujer (Voz 7) (44’16”): “No había cárcel ni
había guardias, aunque el frente estaba a cincuenta kilómetros.
También se crea un Ateneo” (hasta 44’21”), mientras se ven imá-
genes de un tractor y, después, de una escuela en la que se enseña a
escribir a gente mayor. Y vuelve la voz masculina (Voz 15) en
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sufrimientos y las tristezas que tienen los niños que aún están en
poder de los enemigos de mi patria, a los que yo envío un beso fra-
ternal. ¡Viva España!”. Y levanta el brazo.
50. Euskadi (De 89’33” a 91’08”)
-Carteles, fotos.
-Monotemático: las consecuencias de la guerra en el republi-
canismo vasco.
Suenan los txistus del Eusko Gudariak. Imágenes de niños en an-
denes o puertos. Despedidas. Gente que lleva sus pertenencias. En
89’56” se ven imágenes de militares vascos y los carteles de Du-
rango, Valmaseda y Amorebieta. En 90’02” un cartel donde se ve
un aizkolari partiendo un símbolo de la Falange, bajo el lema: “Go-
ra Euzkadi. Resistir es vencer”. En 90’12” un primer plano y un
rótulo: “José Antonio Aguirre. Presidente del Gobierno de Euzka-
di”. Aparecen soldados junto a él. En 90’22” un pasquín: “Juventu-
des Libertarias del País Vasco. Hoy más que nunca: ¡¡No pasa-
rán!!”, con un llamamiento para que se unan los jóvenes a la lucha
anti-fascista. En 90’26” se muestra una misa en el campo, con una
ikurriña tras el altar. En 90’42”, con imágenes de la entrada de Bil-
bao, aparece un rótulo: “Junio, 1937”; y se ven tropas desplegadas
por la ría de Bilbao. En 90’56” volvemos a ver fotogramas de niños
y ancianos en el puerto, preparados para embarcarse.
51. Muerte del general Mola (De 91’08” a 91’52”)
-Voz testimonial.
-Monotemático: el entierro del general Mola.
Suenan campanas de funeral y un ligero redoble para una foto de
Mola. Se incluyen imágenes del entierro. La Voz 1 explica
(91’12”): “El accidente de aviación en que se mató Mola, pues, fue
también muy comentado. Porque realmente Mola tenía mucho po-
der en el Norte, porque tenía todos los carlistas detrás de él. Y, en-
tonces había aquello de sus más y sus menos y, además, estaba que
Franco era Franco” (91’26”). En el funeral se comienzan a ver
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recuerdos, se llegó a luchar con un viejo cañón del siglo XIX pro-
cedente de un museo”; las imágenes actuales se mezclan con una
foto de ese cañón.
En 100’04” varía de nuevo la música (Ay, Carmela), más fre-
nética. Imágenes en blanco y negro de soldados andando y tratando
de vadear un río. En 100’18” sigue la voz: “En el Ebro, el mundo
volvió a quedarse asombrado. Un pueblo sin fuerzas, agotado, era
capaz de rehacerse y luchar sin escapatoria, con energía sorpren-
dente”. Y se ven escenas de los dos bandos preparando la batalla,
con Franco dirigiendo las operaciones en medio de los montes.
57. La liberación de Barcelona (De 100’52” a 102’02”)
-Poema recitado, sonidos, recortes de prensa.
-Monotemático: el júbilo por la llegada de las tropas naciona-
les a Barcelona.
Cambia la música. Suena un pasodoble (El gato montés) y se ve un
recorte de El diario montañés: “Victoria de España. Barcelona,
liberada por el Ejército Nacional. Como un alud incontenible, los
soldados de Franco arrollan a los rojos y entran victoriosos en la
gran urbe, entre el clamor delirante de la multitud”. Y se acompaña
de una foto del Caudillo con un abrigo de amplias solapas. Se oye
un murmullo de plaza de toros, que acompaña al pasodoble. Se ven
multitudes por las calles saludando a los vencedores. En 101’03”
aparece una voz en off recitando un poema: “Las banderas en el
aire gritan ¡Franco, Franco, Franco! Moros vestidos de seda, con
turbantes jalifianos817, patriarcas de tuaníes818, caballeros legiona-
rios, flechas de la Roma invicta, fuertes cóndores germanos. Y al
frente de todos: ¡Él, César, El Cid, Alejandro! ¿Qué grita esa voz
de imperios si no es ‘Franco, Franco, Franco’? Él resucita a los
muertos, él endurece a los blandos, él estimula a los flojos, él enal-
817
El jalifa era la máxima autoridad del protectorado español en Marruecos, que
ejercía por delegación del Sultán.
818
Una de las tribus del desierto español del Sáhara.
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3. Fichas técnicas819
1955.- IMÁGENES PARA UN RETABLO
Guión y dirección: Luciano G. Egido, Basilio Martín Patino y Ma-
nuel Bermejo.
Fotografía: Francisco Sánchez, en 16 mm. y blanco y negro.
Duración: 19 minutos.
Anotaciones: documental sobre el retablo de la Catedral Vieja de
Salamanca, comenzado a rodar en el verano de 1955.
1957.- EL DESCANSO
Producción: Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinemato-
gráficas.
Guión: Basilio Martín Patino.
Anotaciones: Práctica realizada, al parecer, durante el segundo
curso en el I.I.E.C. Se desconoce su paradero actual.
1958.- EL PARQUE (EL PARQUE DEL OESTE)
Producción: Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinemato-
gráficas.
Guión: Basilio Martín Patino.
Fotografía: Enrique Torán, en 16 mm. blanco y negro.
Intérpretes: Mario Camus y Mª. Fernanda d’Ocón (pareja de no-
vios), José Fernández Cormenzana (el pobre).
1959.- EL NOVENO
Producción: Hermic Films.
Productores: Luis Enciso, Mario Camus, José Luis Borau y Basilio
Martín Patino.
Fotografía: Antonio Álvarez y J. Ruiz Romero, en Agfacolor.
Montaje: Luis Torreblanca.
Ayudantes de dirección: Mario Camus y Luis Enciso.
Encargado de producción: José Luis Borau.
819
Agradecemos especialmente el trabajo de Maite Martínez en la transcripción
mecanográfica de este anexo, provenientemente en su mayor parte del libro
de Bellido, Basilio Martín Patino. Un soplo de libertad.
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Guión: Basilio Martín Patino, según una idea de Juan Miguel La-
met.
Fotografía: Luis Cuadrado, en color.
Música: Carmelo A. Bernaola.
Decorados: Pablo Gago.
Montaje: José Luis Matesanz.
Directores generales de producción: Marciano de la Fuente y Ra-
fael Casado.
Secretario general de producción: José Antonio Zaplana.
Jefe de Producción: José María González Sinde.
Operador: Teo Escamilla.
Ayudantes de dirección: J.L. Ruiz Marcos y José Luis García Sán-
chez.
Ayudante de producción: Pedro E. Samu.
Secretaria de rodaje: Gloria Arqueta.
Esculturas: Martín Chirino.
Vidrieras: Paloma de Hita.
Maquillaje: Juan Farssac.
Ayudante de maquillaje: Clementina Farssac.
Secretaria de rodaje: María Pilar L. Matesanz.
Ayudante de decoración: Carol Moeller.
Foto-Fija: Laureano López.
Ayudante de cámara: Julio Burgos.
Regidor: Matías Recuenco.
Peluquería: Vicente Palmero.
Sastra: Inés Gómez Duque.
Auxiliar de producción: Angel F. Leñador.
Auxiliar de cámara: José de Nicolás
Auxiliar de mntaje: Miguel Salazar.
Canciones: “Els farsiseus” y “Jo, soc”, con letra y música de Fran-
cecs Pi de la Serra y la participación de José Menese.
Duración: 92 minutos (96 minutos).
Exteriores rodados en: Madrid, Segovia y su provincia.
Intérpretes: Lucía Bosé (María), Carlos Estrada (Alejandro), María
Aurelia Capmany (psicóloga), Matilde Muñoz Sampedro (madre de
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Anexo III. Fichas técnicas
venciones de: José Prat, Fanny Rubio, Miguel Ríos y Antonio Ló-
pez.
Premios: Delfín de Oro y Premio de la FIPRESCI en el Festival
Internacional de Troia (Portugal). Presentada en el Festival de cine
de Barcelona. Gran Premio del Festival Internacional de Cine de
Autor de Bergamo. Primer premio en el Festival de San Remo.
1991.- LA SEDUCCIÓN DEL CAOS
Producción: La Linterna Mágica, S.A. y Televisión Española.
Guión: Pablo Martín Pascual y Basilio Martín Patino.
Productor ejecutivo: Pablo Martín Pascual.
Delegado de TVE: José Luis Rubio.
Ayudante de dirección: Ignacio Soriano.
Fotografía: Augusto Balbuena.
Realizador postproducción: Miguel A. Peña.
Director de producción: Javier Suárez de Tangil.
Decorador: Juan Ramón Martín.
Montador: Fernando Pardo López.
Música: “El retablo de Maese Pedro” de Manuel de Falla, interpre-
tada por la Orquesta Nacional de España, dirigida por Ataulfo Ar-
genta; y “Churumbelías” de Emilio Cebrián.
Colaboraron: José Manuel Caballero Bonald, Augusto Fernández
Balbuena, Carmen Álvarez Amador, Javier Bárdenas, Carlos León,
Carmen Gallido, Gonzalo Rivero, Javier Suárez de Tangil, Amador
Acedo, Deogracias Bernal, Germán Alcalde, Juan Jiménez, José
Idoeta, Alejandro Sevillano.
Segundo ayudante de dirección: Eva Leia.
Auxiliar de dirección: Miguel Balbuena.
Documentación: José Márquez.
Secretaria de producción: Carmen Gullón.
Coordinador de producción en Estados Unidos: Jordi Torrent.
Coordinador de producción en Alemania: Holger Roost.
Ayudante de producción: Julián Marcos.
Auxiliar de producción: Sergio Navarro.
Meritorio: Fernando Vidal.
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4. DVD con fragmentos de las películas de
Martín Patino
En la parte anterior de la contraportada de este volumen se encuen-
tra un DVD editado con diversos fragmentos de las películas de
Martín Patino analizadas en la Segunda Parte de la tesis. Como se
aprecia en el menú audiovisual del DVD, se ofrecen ocho cortes
representativos de Canciones para después de una guerra, Caudi-
llo y La seducción del caos y siete de Madrid. Por su parte, dada la
limitación de espacio, para Andalucía, un siglo de fascinación cada
capítulo cuenta únicamente con dos fragmentos reproducidos en el
DVD. Para facilitar el acceso al material, el menú ofrece dos posi-
bilidades de visionado para los fragmentos de cada obra: todos se-
guidos o escogiendo un corte concreto.
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