Computacion Cuantica

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Tema:

Computadoras Cuánticas
Autores:
Díaz Diaz Melio Josue

Escuela:
Escuela Profesional de Ingeniería de Sistemas e Informática - I Ciclo

Curso:
Introducción a la Ingeniería

Tutores:
Ing. Pedro Manco Pulido

Año:
ÍNDICE
Índice .....................................................................................................................................................2

Introducción ..........................................................................................................................................3

Computación y Bits................................................................................................................................5

La Evolución de la Computación Cuántica............................................................................................7

La unidad de información cuántica: Qubit................................................................................12


Beneficios del Qubit....................................................................................................................13

Potencial de la Computación Cuántica.....................................................................................14


Los factores primos y la seguridad informática.....................................................................15

El papel del entrelazamiento cuántico..........................................................................................16

El problema de la escalabilidad................................................................................................16
Algoritmos Cuánticos .............................................................................................................17
Problemática ..........................................................................................................................18
Referencias ..............................................................................................................................20

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INTRODUCCIÓN
Hacia el inicio de la década de los 60, Rolf Landauer comenzó a preguntarse si las leyes
físicas imponían algunas limitaciones al proceso de cómputo. En concreto se interesó sobre
el origen del calor disipado por los ordenadores y se preguntó si este calor era algo inherente
a las leyes de la física o se debía a la falta de eficiencia de la tecnología disponible.

El tema parece realmente interesante si recordamos que uno de los problemas de los actuales
ordenadores de alta velocidad es la eliminación del calor producido durante su
funcionamiento. Por otra parte, a medida que evoluciona la tecnología aumenta la escala de
integración y caben más transistores en el mismo espacio.

Rolf W. Landauer (4 de febrero de 1927 - 28 de abril de


1999). "En toda operación lógicamente irreversible que
manipula información, como la reinicialización de
memoria, hay aumento de entropía, y una cantidad
asociada de energía es disipada como calor". Este
principio es relevante en informática reversible y en
informática cuántica.

Cada vez se fabrican microchips más pequeños ya que, cuanto más pequeño es el dispositivo,
mayor velocidad de proceso se alcanza. Sin embargo, no podemos hacer los chips
infinitamente pequeños. Hay un límite en el cual dejan de funcionar correctamente. Cuando
se llega a la escala de nanómetros los electrones se escapan de los canales por donde deben
circular por el llamado "efecto túnel", un fenómeno típicamente cuántico. Así, y dicho de
forma un tanto grosera, si una partícula clásica se encuentra con un obstáculo, lo normal es
que no pueda atravesarlo y rebote. Pero los electrones son partículas cuánticas y presentan
comportamiento ondulatorio; por ello, existe la posibilidad de que una parte de tales
electrones pueda atravesar las paredes entre las que están confinados. De esta manera la señal
puede pasar por canales donde no debería circular y el chip deja de funcionar correctamente.
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Efecto túnel. La parte superior de la figura representa la situación descrita por la física
clásica. La parte inferior de la figura representa la situación que describe la
física cuántica.

En este contexto la computación digital tradicional no debe estar muy lejos de su límite,
puesto que ya se ha llegado a escalas de sólo algunas decenas de nanómetros. Estas
reflexiones iban a ser el germen de las actuales ideas acerca de la computación cuántica y
acerca de los ordenadores cuánticos.

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Computación y Bits
La más pequeña unidad de información es el bit. Un bit sólo puede tener uno de dos
valores, que para efectos prácticos representamos como 1 o 0, pero como bien apuntaron
Claude Shannon, padre de la teoría de la información, y Warren Weaver en el libro Teoría
Matemática de la Comunicación: “la información no debe confundirse con el significado”.
La información sobre el resultado de la lotería para un número en particular puede
representarse con un bit: 1 ganó, 0 no ganó, pero el significado de tal mensaje sería muy
grande, y por otra parte una fotografía digital puede requerir una gran cantidad de bits pero
tener un pobre significado. No debe por tanto asociarse cantidad de información con
cantidad de significado.

Dónde se almacena un bit de información es una cuestión mucho más práctica y que desde
que las computadoras digitales empezaron a existir se convirtió en un factor clave de
eficiencia energética, capacidad y velocidad de cómputo. Si para almacenar un bit se
requiere una gran cantidad de energía la computadora resultará anti-económica, como
sucedía cuando se usaban bulbos al vacío y relevadores para almacenamiento; si almacena
pocos bits su funcionalidad se reduce y si es lenta para acceder a cada bit entonces
presentará resultados en lapsos inaceptables.

Aún más importante es cómo se procesa cada bit, qué papel juega, si representa una
entrada, una salida, un resultado intermedio, un indicador de proceso que sirve para realizar
cálculos posteriores, etc. Aquí es cuando el bit se convierte en parte de una computación,
de una operación o de un cálculo.

Los bits están participando constantemente en nuevas computaciones que a su vez


responden a procesos bien estructurados denominados algoritmos.

Y aunque nos parezca que las computadoras actuales son omnipotentes la cruda realidad es
que tienen muchas limitaciones. El conjunto de problemas que pueden resolver es más bien
pobre, aunque claro, los problemas que les atañen usualmente los resuelven mucho más
rápido que lo que nosotros los seres humanos podríamos hacerlo.

Parte de su limitación fundamental radica en que tienen una cantidad finita de estados, son
máquinas discretas y en un momento dado solo pueden estar en uno de esos estados

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perfectamente identificado y se puede predecir con exactitud que llegará a él, esto es, son
máquinas determinísticas.

En 1982 Richard Feynman observó que ciertos procesos cuánticos no pueden ser simulados
eficientemente por una computadora tradicional y sugirió que estos efectos podrían ser
utilizados para realizar computaciones en una manera totalmente nueva. En 1985 Feynman
presentó el concepto en una conferencia titulada “Quantum Mechanical Computers” y así
nació este nuevo campo.

Utilizando los principios de la mecánica cuántica se ha identificado un tipo de máquina que


puede estar en más de un estado al mismo tiempo: la computadora cuántica. Esta cualidad
le ayuda, en teoría, porque todavía no se ha construido un prototipo funcional y estable,
aunque ya se han presentado bastantes candidatos, a realizar computaciones en tiempos
inconcebibles para las computadoras clásicas.

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La Evolución de la Computación Cuántica
Las ideas esenciales de la computación cuántica surgieron en los primeros años de la década
de 1980 de la mente de Paul Benioff que trabajaba con ordenadores tradicionales (máquinas
de Turing) a los que hacía operar con algunos de los principios fundamentales de la mecánica
cuántica. Entre 1981 y 1982 Richard Feynman proponía el uso de fenómenos cuánticos para
realizar cálculos computacionales y exponía que, dada su naturaleza, algunos cálculos de
gran complejidad se realizarían más rápidamente en un ordenador cuántico. En 1985 David
Deutsch describió el primer computador cuántico universal, capaz de simular cualquier otro
computador cuántico (principio de Church-Turing ampliado). De este modo surgió la idea de
que un computador cuántico podría ejecutar diferentes algoritmos cuánticos.

Richard Feynman nació el 11 de mayo de 1918 en Nueva


York, y murió el 15 de febrero de 1985. Feynman fue un
influyente popularizador de la física a través de sus libros
y conferencias, y un ejemplo más de ello fue la charla que
dio en 1959 sobre nanotecnología, titulada Hay mucho
lugar al fondo. Feynman ofreció 1.000 dólares en premios
por dos de sus retos en nanotecnología. También fue uno
de los primeros científicos en señalar las posibilidades de
los ordenadores cuánticos. Muchas de sus clases luego se
convirtieron en libros, como El carácter de la ley física y
Electrodinámica cuántica: La extraña teoría de la luz y la
materia. Entre sus trabajos más importantes, destaca la
elaboración de los diagramas de Feynman, una forma
intuitiva de visualizar las interacciones de partículas
atómicas en electrodinámica cuántica mediante
aproximaciones gráficas en el tiempo. Feynman es
considerado también una de las figuras pioneras de la
nanotecnología, y una de las primeras personas en
proponer la realización futura de las computadoras
cuánticas. Pero tal vez el homenaje más relevante no
proviene de los premios académicos: poco después de su
muerte, un grupo de estudiantes de Caltech escaló el
frente de la Biblioteca Millikan de la universidad y colgó
un gran cartel de tela con la leyenda "We love you Dick!"

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A lo largo de los años 90 la teoría empezó a plasmarse en la práctica, y aparecen los primeros
algoritmos cuánticos, las primeras aplicaciones cuánticas y las primeras máquinas capaces
de realizar cálculos cuánticos. En 1993 Dan Simon demostraba la ventaja que tendría un
computador cuántico frente a uno tradicional al comparar el modelo de probabilidad clásica
con el modelo cuántico. Sus ideas sirvieron como base para el desarrollo de algunos
algoritmos de auténtico interés práctico, como el de Shor. También en 1993, Charles Benett
descubre el tele-transporte cuántico, que abre una nueva vía de investigación hacia el
desarrollo de comunicaciones cuánticas.

Entre 1994 y 1995 Peter Shor definió el algoritmo que lleva su nombre y que permite calcular
los factores primos de números a una velocidad mucho mayor que en cualquier computador
tradicional. Además, su algoritmo permitiría romper muchos de los sistemas de criptografía
utilizados actualmente. Su algoritmo sirvió para demostrar a una gran parte de la comunidad
científica, que observaba incrédula las posibilidades de la computación cuántica, que se
trataba de un campo de investigación con un gran potencial. Además, un año más tarde,
propuso un sistema de corrección de errores en el cálculo cuántico.

Peter Shor Williston (nacido el 14 de agosto, 1959) es


un profesor estadounidense de matemáticas
aplicadas en el MIT, famoso por su trabajo en
computación cuántica, en particular por elaborar el
algoritmo de Shor, un algoritmo cuántico de
factorización exponencialmente más rápido que el
mejor algoritmo conocido actualmente que se
ejecuta en un ordenador clásico.

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En 1996 Lov Grover propone el algoritmo de búsqueda de datos que lleva su nombre. Aunque
la aceleración conseguida no es tan drástica como en los cálculos factoriales o en
simulaciones físicas, su rango de aplicaciones es mucho mayor. Al igual que el resto de
algoritmos cuánticos, se trata de un algoritmo probabilístico con un alto índice de acierto.

En 1997 se iniciaron los primeros experimentos prácticos y se abrieron las puertas para
empezar a implementar todos aquellos cálculos y experimentos que habían sido descritos
teóricamente hasta entonces. El primer experimento de comunicación segura usando
criptografía cuántica se realiza con éxito a una distancia de 23 Km. Además, se realiza el
primer tele-transporte cuántico de un fotón. A partir de entonces la computación cuántica es
una realidad imparable, y entre 1998 y 1999, investigadores de Los Álamos y del MIT
consiguen propagar el primer "qubit" (del inglés 'bit cuántico') a través de una disolución de
aminoácidos. Este experimento supuso el primer paso para analizar la información que
transporta un qubit.

Una de las propiedades más importantes de la criptografía cuántica es que si


un tercero intenta hacer eavesdropping durante la creación de la clave
secreta, el proceso se altera advirtiéndose al intruso antes de que se
trasmita información privada. Esto es una consecuencia del principio de
incertidumbre de Heisenberg, que nos dice que el proceso de medir en un
sistema cuántico perturba dicho sistema.

En 1998 nació la primera máquina de 2-qubits, que fue presentada en la Universidad de


Berkeley, California. Un año más tarde, en 1999, en los laboratorios de IBM se diseñó la
primera máquina de 3-qubits, que además fue capaz de ejecutar por primera vez el algoritmo
de búsqueda de Grover.

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En el año 2000, de nuevo en IBM, se diseña un computador cuántico de 5qubits capaz de
ejecutar un algoritmo de búsqueda de orden que forma parte del algoritmo de Shor. Este
algoritmo se ejecutaba en un simple paso cuando en un computador tradicional requería
numerosas iteraciones. Ese mismo año, científicos de Los Álamos anunciaron el desarrollo
de un computador cuántico de 7-qubits.

Representación esquemática de un eventual ordenador cuántico.

En 2001, IBM y la Universidad de Stanford, consiguen ejecutar por primera vez el algoritmo
de Shor en el primer computador cuántico de 7-qubits desarrollado en Los Álamos. En el
experimento se calcularon los factores primos de 15, dando el resultado correcto de 3 y 5
utilizando para ello 1018 moléculas, cada una de ellas con 7 átomos.

En 2005 el Instituto de “Quantum Optics and Quantum Information” en la Universidad de


Innsbruck (Austria) anunció que sus científicos habían conseguido implementar el primer
qubyte, una serie de 8 qubits, utilizando trampas de iones.

Y en 2006 científicos en Waterloo y MIT consiguen desarrollar un sistema de 12qubits.

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En septiembre de 2007, dos equipos de investigación estadounidenses, el National Institute
of Standards (NIST) de Boulder y la Universidad de Yale en New Haven, consiguieron unir
componentes cuánticos a través de superconductores. De este modo aparece el primer bus
cuántico, que además puede ser utilizado como memoria cuántica reteniendo la información
cuántica durante un corto espacio de tiempo antes de ser transferida a otro dispositivo.

Según la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) de los EEUU, en 2008 un equipo de


científicos consiguió almacenar por primera vez un qubit en el interior del núcleo de un
átomo de fósforo, y pudieron hacer que la información permaneciera intacta durante 1,75
segundos. Este lapso de tiempo puede ser ampliable mediante métodos de corrección de
errores, por lo que es un gran avance en el almacenamiento de información.

En 2009 el equipo de investigadores estadounidense dirigido por Robert Schoelkopf, de


la Universidad de Yale, crea el primer procesador cuántico de estado sólido, mecanismo
que se asemeja y funciona de forma similar a un microprocesador convencional, aunque
con la capacidad de realizar sólo unas pocas tareas muy simples, como operaciones
aritméticas o búsquedas de datos. La comunicación en el dispositivo se realiza mediante
fotones que se desplazan sobre el bus cuántico.

Recreación de un posible procesador cuántico.

Finalmente, en 2011, la primera computadora cuántica comercial es vendida por la


empresa D-Wave System a Lockheed Martin, por 10 millones de dólares, e IBM anuncia
que ha creado un chip lo suficientemente estable como para permitir que la informática
cuántica llegue en breve plazo a hogares y empresas. Se estima que en unos 10 ó 12 años
se puedan estar comercializando los primeros sistemas cuánticos "asequibles".

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La Unidad de Información Cuántica: QUBIT
La unidad elemental de información utilizada en computación cuántica. Al respecto,
Benjamín Schumacher –un físico teórico interesado en la teoría cuántica de la
información- descubrió, a finales del siglo XX, la forma de interpretar los estados
cuánticos como información, y acuñó el término qubit. También descubrió una manera
de comprimir la información en un estado y de almacenar la información en el número
más pequeño de estados.

Benjamín Schumacher descubrió una manera de interpretar


cuánticamente la información. Se le ocurrió una forma de
comprimir la información en un estado, y almacenar la
información en un menor número de estados. Esto ahora se
conoce como compresión Schumacher. Este fue el análogo
cuántico del teorema de codificación sin ruido de Shanonn,
y ayudó a iniciar el campo conocido como la teoría de la
información cuántica.

El término qubit se atribuye al artículo de Benjamín Schumacher en el que describía una


forma de comprimir la información en un estado y de almacenar la información en el
número más pequeño de estados, que ahora se conoce como compresión de Schumacher.
En el artículo, Schumacher indicó que el término se inventó como broma, por su
semejanza fonética con cubit (codo, en inglés), durante una conversación con William
Wootters.

Un qubit (del inglés quantum bit o bit cuántico) es un sistema cuántico con dos estados
propios y que puede ser manipulado arbitrariamente. Esto es, se trata de un sistema que
sólo puede ser descrito correctamente mediante la mecánica cuántica, y solamente tiene
dos estados bien distinguibles mediante medidas. También se entiende por qubit la
información que contiene ese sistema cuántico de dos estados posibles. En esta acepción,
el qubit es la unidad mínima y por lo tanto constitutiva de la teoría de la información
cuántica. Es un concepto fundamental para la computación cuántica y para la criptografía
cuántica, el análogo cuántico del bit en informática. Su importancia radica en que la
cantidad de información contenida en un qubit, y, en particular, la forma en que esta

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información puede ser manipulada, es fundamental y cualitativamente diferente a la de
un bit clásico. Hay operaciones lógicas, por ejemplo, que son posibles en un qubit y no
en un bit.

Representación angular de un estado arbitrario de un qubit.

Beneficios del Qubit

Los dos estados básicos de un qubit son |0〉 y |1〉, que corresponden al 0 y 1 del bit clásico
(se pronuncian: ket cero y ket uno). Pero, además, el qubit puede encontrarse en un estado
de superposición cuántica, que es combinación de esos dos estados. En esto es
significativamente distinto al estado de un bit clásico, que puede tomar solamente los
valores 0 o 1. Los valores representados por un qubit son de naturaleza continua.

Otra cuestión importante es el paralelismo cuántico, que es la posibilidad de representar


simultáneamente los valores 0 y 1. Los algoritmos cuánticos que operan sobre estados de
superposición realizan simultáneamente las operaciones sobre todas las combinaciones
de las entradas. En este "paralelismo cuántico" reside la potencia del cómputo cuántico.

Una tercera característica importante es que múltiples qubits pueden presentarse en un


estado de entrelazamiento cuántico. El entrelazamiento es una característica no local que
permite que un sistema de qubits se exprese con una correlación más alta que la posible
en sistemas clásicos. Un sistema de dos qubits entrelazados no puede descomponerse en
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factores independientes para cada uno de los qubits. Este estado puede utilizarse para
realizar la teleportación cuántica.

Potencial de la Computación Cuántica


Supongamos que encontrar los números primos de exactamente 48 dígitos toma 10 años
usando los procesadores comúnmente disponibles. Una computadora cuántica usaría sólo
una fracción de ese tiempo, digamos unas pocas horas, gracias a que en lugar de pasar
afanosamente por cada uno de los posibles estados que la resolución del problema requiere,
el algoritmo cuántico toma un atajo pasando por muchísimos estados al mismo tiempo y
volviendo al proceso tradicional únicamente para reportar resultados o para tomar la siguiente
entrada. Este atajo se denomina paralelismo cuántico. En el corazón de la computadora
cuántica reina el flamante y elusivo sucesor del bit: el qubit o quantum binary digit, que
puede presentar uno de los dos estados del bit (1 y 0) pero también es capaz de colocarse en
ambos estados al mismo tiempo gracias a la superposición – la ley básica de la mecánica
cuántica – proeza imposible para cualquier sistema digital en uso.

Al superponer estados, los qubits pueden procesar la información en simultáneo, en lugar de


hacerlo en serie o en paralelo, como las computadoras actuales. Por ejemplo, para procesar
8 bits en paralelo se usarían 8 bits físicos que en un ciclo de computación representan un solo
valor de entre 256 posibles, con lo cual el sistema tiene 256 estados. Procesar todos los
estados requeriría igual cantidad de ciclos como mínimo. En cambio, en la computadora
cuántica 8 qubits podrían asumir todas las combinaciones de estados de 8 bits y procesar todo
en un solo ciclo de computación.

Con todo, las computadoras cuánticas no serán de uso general. No es probable que veamos
aplicaciones completas basadas exclusivamente en este tipo de computación. Esto se debe a
que en la gran mayoría de problemas en los que nos ayudan estas máquinas hoy en día,
necesitamos conocer los resultados de cada operación individual. Por ejemplo, al procesar
una lista de 1 millón de clientes para asignarles una cuota mensual, se necesita registrar el
resultado para cada uno de ese millón de registros. En teoría es posible realizar todas las
operaciones en un solo paso usando computación cuántica, pero solamente uno de todos los

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resultados podrá ser conocido en cada momento, lo que en la práctica significa que no se
obtiene ningún beneficio de rendimiento para este caso. Nuevamente esto es un resultado
previsto por la mecánica cuántica pues los estados cuánticos superpuestos se “colapsan” a un
solo valor al momento en que se efectúa una medición.

Lo que sí veremos será combinaciones de computación clásica y computación cuántica, lo


que de hecho será el caso general. Con técnicas cuánticas se cubrirán secciones especiales de
cada algoritmo para las que su uso rinda los mejores beneficios.

Los Factores Primos y la Seguridad Informática

Existe un problema que es notablemente adecuado para la aplicación de la computación


cuántica. Se trata de la descomposición de números enteros enormes en sus factores
primos, o lo que es lo mismo, dado un número entero positivo cualquiera, encontrar todos
los números primos que al multiplicarse dan por resultado ese número.

Si el número a factorizar es grande resolver este problema requiere tal capacidad de


cómputo, que, para ciertos números muy grandes, puede considerarse irresoluble con las
técnicas de computación clásica Las técnicas criptográficas de llave pública y llave
privada, como RSA o intercambio de clave de Diffie y Hellman, entre otras, pueden
recibir ataques, es decir, intentos no autorizados de desencriptamiento, pero los atacantes
se enfrentarán con el problema de factorización de números grandes y el problema del
logaritmo discreto respectivamente. Estos problemas se vuelven computacionalmente
irresolubles si los números primos involucrados son muy grandes.

Pero con computación cuántica un villano informático podría – y fácilmente – resolver


ambos problemas y descifrar la información contenida en los mensajes. Esta posibilidad
compromete seriamente la seguridad de muchísimos sistemas informáticos actuales,
incluyendo bancos, universidades, empresas de Internet, etc.

Tal escenario de ataque informático con computación cuántica fue descubierto por Peter
Shor, en 1994, trabajando para AT&T. Shor describió completamente el algoritmo
cuántico para encontrar los dos números primos que factorizan a un número, sabiendo
que es el resultado de multiplicar dos primos, y por ello se le nombró en su honor
Algoritmo de Shor.

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Aunque el desarrollo de computadoras cuánticas todavía tomará algunos años – nadie
sabe cuántos – es importante empezar a pensar en nuevos métodos para garantizar la
seguridad de las comunicaciones informáticas. La solución involucra el desarrollo de
nuevos algoritmos de encriptamiento, con computación cuántica.

El Papel del Entrelazamiento Cuántico

Albert Einstein decía del entrelazamiento cuántico – quantum entanglement en inglés –


que se trata de una escalofriante acción a distancia (spooky action at a distance). Este
fenómeno establece un vínculo entre dos objetos de forma que el estado cuántico de uno
no puede describirse completamente sin hacer mención del estado del otro, aun cuando
entre los dos medie una distancia considerable.

Por ejemplo, si dos partículas están cuánticamente entrelazadas y al medir el espín de una
de las dos y se encuentra que apunta hacia arriba, inmediatamente se conoce que el espín
de la otra apunta hacia abajo. La distancia entre ellas es totalmente irrelevante.

En una computadora cuántica se aprovecha el entrelazamiento para determinar o


manipular el estado de todos los qubits sin que sea necesario observar a cada uno
individualmente.

Ambas propiedades, el entrelazamiento y la superposición son igualmente importantes


para implementar este tipo de computación

El Problema de la Escalabilidad

Diseñar y construir un qubit que funcione puede resultar una tarea difícil y complicada.
Se ha hecho ya con iones atrapados entre campos magnéticos, que se leen con un láser
especialmente calibrado para que la luz tenga cierta frecuencia y longitud de onda. Con
esta técnica se puede apuntar el láser a un ión particular y leer su estado, que como se dijo
antes, en ese momento deja la superposición y se colapsa a un único valor.

El verdadero problema es agregar más qubits y hacer que funcionen juntos por
enmarañamiento. Al agregar más qubits, más iones, por ejemplo, se enfrentan problemas
difíciles de resolver. Es necesario aislarlos de cualquier influencia externa para evitar que
se produzca una decoherencia, es decir, una lectura del estado del qubit que le obliga a

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abandonar la superposición y colapsar a un único estado, lo que significaría el fin de ese
ciclo de computaciones cuánticas. La coherencia significa, en este contexto, mantener los
estados de superposición de las partículas involucradas y para lograrlo hay que evitar
cualquier interacción con el entorno, como la que podría darse por choques de átomos
vagando por el lugar o algunas formas de radiación.

Al mismo tiempo debe implementarse un método de carga de entradas y lectura de


resultados. Ambas cosas implican una interacción del entorno con la computadora. Es
difícil mantener un balance entre aislamiento e interacción.

Algoritmos Cuánticos

El Algoritmo de Shor que permite encontrar factores primos usando computadoras


cuánticas, fue el primero que demostró un uso práctico y de gran interés para este tipo de
computación.

Una buena parte del trabajo de investigación actual en el campo consiste en desarrollar
nuevos algoritmos. Lo que se busca es tomar un problema que se considera irresoluble,
impracticable o simplemente no apto para computadoras clásicas y crear una versión que
pueda aprovechar las propiedades de superposición y enmarañamiento de las
computadoras cuánticas.

Estos algoritmos tienen usualmente dos partes: una de computación clásica y otra de
computación cuántica. En la primera las técnicas aplicables son las mismas que conocen
buena parte de los estudiantes de ciencias de la computación o ingeniería en informática
y sistemas. En la segunda se trabaja con los vectores de probabilidades y los estados que
describen el sistema para obtener un resultado y puede ser bastante complicada de
analizar y diseñar.

Entre los ejemplos más notables se encuentra el Algoritmo de Grover, por el que se
pueden localizar valores concretos en bases de datos no ordenadas. Con la mayoría de
manejadores de bases de datos actuales, la solución pasaría por construir un índice sobre
el campo de búsqueda y luego utilizar ese índice para localizar más fácilmente el valor
deseado. Este podría ser el caso, por ejemplo, si se intenta buscar el nombre de una
persona dado su número de teléfono en una guía telefónica que está ordenada

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alfabéticamente. Se construiría un índice sobre los números de teléfono y con él se
buscaría el nombre de la persona.

Considérese el siguiente problema: dado un número de factura y el número de NIT de su


emisor, localizar a los contribuyentes que reportaron ese número de factura en sus
declaraciones de IVA en la base de datos de la SAT. Para resolverlo con computación
clásica habría que construir un índice sobre los números de factura reportados por los
contribuyentes en una base de datos que bien podría ser de las más grandes del país.

Pero la construcción del índice implica recorrer afanosamente cada uno de los registros
para indexarlos y solo entonces aprovecharlo para la búsqueda que interesa.

Como hay una buena probabilidad de que el número no sea el último de la lista puede
resultar mejor recorrer la base de datos registro por registro, comparándolo contra el valor
buscado, es decir, una búsqueda secuencial pura.

El Algoritmo de Grover muestra cómo puede realizarse esa búsqueda secuencial con
computación cuántica y reducir el tiempo que toma a nada más la raíz cuadrada del que
tomaría con una computadora tradicional.

Problemáticas
No se ha resuelto completamente todavía el problema de cuál sería el soporte físico
ideal para la computación cuántica que, no obstante, debe cumplir los siguientes
requisitos:

1. El sistema ha de poder inicializarse, esto es, llevarse a un estado de partida


conocido y controlado.
2. Ha de ser posible hacer manipulaciones a los qubits de forma controlada, con un
conjunto de operaciones que forme un conjunto universal de puertas lógicas (para
poder reproducir cualquier otra puerta lógica posible).
3. El sistema ha de mantener su coherencia cuántica a lo largo del experimento.
4. Ha de poder leerse el estado final del sistema tras el cálculo.

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5. El sistema ha de ser escalable y tiene que haber una forma definida de aumentar
el número de qubits para poder tratar con problemas de mayor coste
computacional.

En cuanto a la transmisión de datos, científicos de los laboratorios Max Planck y Niels


Bohr obtuvieron, no hace mucho, resultados sobre la transmisión de información
cuántica usando la luz como vehículo, a distancias de 100 km. Los resultados dan
niveles de éxito en las transmisiones del 70%, lo que representa un nivel de calidad que
permite utilizar protocolos de transmisión con autocorrección. Actualmente se trabaja
en el diseño de repetidores, que permitirían transmitir información a distancias mayores
a las ya alcanzadas.

Por otra parte, los algoritmos cuánticos diseñados se basan en un margen de error
conocido en las operaciones de base y trabajan reduciendo el margen de error a niveles
exponencialmente pequeños, comparables al nivel de error de las máquinas actuales.
Algunos ejemplos importantes son el algoritmo de Shor, el algoritmo de Grover, o el
algoritmo de Deutsch-Jozsa.

Uno de los obstáculos principales de la computación cuántica es el problema de la


decoherencia, que causa la pérdida del carácter unitario (y, más específicamente, la
reversibilidad) de los pasos del algoritmo cuántico.

Las tasas de error son típicamente proporcionales a la razón entre tiempo de operación
frente a tiempo de decoherencia, de forma que cualquier operación debe ser completada
en un tiempo mucho más corto que el tiempo de decoherencia. Se cita con frecuencia
una tasa de error límite de 10-4 por debajo de la cual se supone que sería posible la
aplicación eficaz de la corrección de errores cuánticos.

Otro de los problemas principales es la escalabilidad, especialmente teniendo en cuenta


el considerable incremento en qubits necesarios para cualquier cálculo que implica la
corrección de errores. Para ninguno de los sistemas actualmente propuestos es trivial un
diseño capaz de manejar un número suficientemente alto de qubits.

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Referencias

• Morales, Leonel “Computación cuántica”,

https://www.researchgate.net/publication/229025363_COMPUTACION_CUANTICA

• Moret, Vicente. “Principios Fundamentales de Computación Cuántica”, disponible

en línea en http://www.lidiagroup.org/images/descargas/varios/011_ccuantica.pdf

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