Camilloni Corrientes Didacticas
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Ficha bibliográfica
Capítulo 1
De herencias, deudas y legados:
una introducción a las corrientes actuales de la didáctica.
Camilloni, A.
en algunos de ellos, pero usted como profesor ¡cuidado¡ ¡debe respetar la libertad de
elección de sus alumnos¡ Pero la norma podría ser diferente e impulsar a otro tipo de
acción docente. En este terreno vemos que la neutralidad puede ser una propuesta para
el profesor, pero que constituye ya una elección. El didacta está interviniendo, aún en
el caso en que su discurso sostenga que “el profesor debe ser neutro”, porque está
diciendo cómo se debe intervenir. La respuesta que da la didáctica es qué tipo de
intervención tiene que tener el docente sobre el aprendizaje de los alumnos en un marco
que hoy los didactas tienen absolutamente claro que abarca la sociedad en su conjunto.
Desde la didáctica se apunta a desarrollar un cierto tipo de intervención social. Si
todo trabajador social se plantea cómo trabajar, cómo intervenir en una comunidad, los
didactas se ocupan de la enseñanza tratando de responder a estoas otras preguntas
complementarias y específicas: ¿qué enseñamos?, ¿cómo lo enseñamos?, ¿qué debemos
enseñar?, ¿qué debe ser y hacer la escuela? Sabemos que hoy la escuela -y ya no restan
muchos ingenuos en este terreno- es una institución fundamental en la construcción de
una sociedad, se vista de manera optimista o, sin necesidad de caer en un estrecho
reproduccionismo, con la visión pesimista. Sabemos que los modos de transmisión
propios de la escuela son importantes en la modalidad de construcción de la sociedad y
en el tipo de sociedad que de ello resulte. Por esta razón, es imprescindible tratar de
responder a esas preguntas, que están claramente impregnadas de valores y
comprometidas con la ética.
Nuestra disciplina, es por definición, una disciplina global. No puede ignorar
ningún aporte teórico que pueda serle útil. Pero los niveles de desarrollo de las
diferentes ciencias sociales son distintos y en el tratamiento de los temas se observa
cierta asincronía en la adopción, el reemplazo, la integración, la yuxtaposición, y, en
consecuencia, la coexistencia de diferentes teorías, las que pueden servir de basamento a
diversas teorías didácticas, si quienes las abrazan adoptan los sesgos que esas teorías
les señalan y descartan los posibles aportes de otros enfoques.
Las didácticas de las disciplina también van cambiando por distintas razones. Son
asincrónicas entre sí y con relación a la didáctica general. Tienen diferente ritmo de
desarrollo y están basadas sobre enfoques teóricos, propuestas, corrientes, programas de
investigación científica diversos, por lo general a partir de planteos que sólo en
apariencia se desprenden y son isomorfos de la naturaleza de los contenidos que se
deben enseñar.
Cuando hablamos de disciplinas, nos referimos a dominios sistemáticos de
conocimientos que implican muchos componentes, tales como, por ejemplo, estructuras
conceptuales, herramientas procedimentales, modos y métodos de investigación, una
sintaxis entre los conceptos, modos de inferencia propios, pero también valores,
actitudes, hábitos y, siempre comunidades científicas. El mundo de una disciplina es un
mundo de ideas y personas. Por esta razón, a veces, las divisiones entre las disciplinas
son suficientemente fuertes como para traspasar los límites institucionales, nacionales y
temporales.
El conocimiento actual es producto de desarrollos interdisciplinarios,
multiprofesionales, y todos los límites disciplinarios ya son difíciles de sostener.
El progreso de la didáctica está sometido a similares avatares. En consecuencia, si
el problema de construcción de un corpus interdisciplinario es difícil con relación a los
campos disciplinarios que estén o estaban más o menos definidos, la didáctica debe
enfrentar, además, un problema adicional, la definición de su propio campo.
La didáctica recibe y refleja muchas crisis teóricas porque se trata de una
disciplina caracterizada por ser un dominio en donde se reunieron algunas o todas las
demás. Y aunque se ocupa de la enseñanza y tiene un objeto, los modos como habrá de
ocuparse de él, el tipo de discurso, el texto que construya, son los que van a constituir el
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Capitulo 2
Conflictos en la evolución de la didáctica:
la demarcación entre la didáctica general y las didácticas especiales
Davini, María Cristina
Introducción
límites peligrosos.
En la nueva perspectiva de la didáctica debiera plantearse, respecto de la
normativa, un mínimo acuerdo que, aun reconociendo que supone marcos teóricos a
probar, represente conocimientos públicos, es decir que puedan compartir y utilizar
otras personas y no sean patrimonio de la intuición intransferible del sujeto que
investiga o que enseña.
los sistemas de valor. las normas, las recompensas, las formas sociales de vida,
etc;
en variadas materias, aun en las ciencias naturales, se reconoce que, en la práctica,
los docentes nunca dejan de enseñar valores y actitudes.
Las ideas centrales rastreadas pueden intercambiarse entre las diferentes áreas
sin perder su potencialidad, tal como se expresa en su tratamiento compartido entre las
variadas disciplinas. Con ello, estarían resultando producciones significativas
generalizables.
En segundo lugar, puede apreciarse que ellas representan productos de un
"diálogo" entre los especialistas en los distintos campos y los aportes de corrientes
actuales de la psicología cognitiva, en especial las derivadas de las obras de Piaget e
Inhelder (construcción del conocimiento y desarrollo del pensamiento), Bruner
(negociación de significados), Vigotsky (ideas intuitivas y conocimientos científicos,
toma de conciencia, desarrollo en la zona de conocimiento próxima), Ausubel
(aprendizaje significativo) y otras conceptualizaciones.
Retomando el eje de nuestro análisis, pareciera que la didáctica general y sus
especializaciones están mucho más unidas que lo que una primera visión puede suponer.
Mientras tanto, se observa una clara supresión de la figura del "didacta" y la
organización de un diálogo directo entre las especialidades y la psicología cognitiva y
del aprendizaje.
La enseñanza plantea desafíos importantes que requieren propuestas que sólo pueden
elaborarse dentro de la didáctica general: esto es, que no se resuelven desde ninguna
especialización ni desde la psicología.
Recuperar estos problemas significaría retomar cuestiones que han sido
significativas en la historia de la didáctica. Entre ellos podrían destacarse los siguientes:
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Capitulo 3
Un capitulo pendiente: el método
en el debate didáctico contemporáneo
Eldelstein, Gloria
aprendizaje"
La construcción metodológica así significada, se conforma a partir de la estructura
conceptual (sintáctica y semántica) de la disciplina y la estructura cognitiva de los
sujetos en situación de apropiarse de ella. Construcción por lo tanto, de carácter
singular, que se genera en relación con un objeto de estudio particular y con sujetos
particulares. Cobra relevancia, asimismo, reconocer que la construcción metodológica se
conforma en el marco de situaciones o ámbitos también particulares. Es decir, se
construye casuísticamente en relación con el contexto (áulico, institucional. social y
cultural).)
Es significativo tener en cuenta que la adopción de una perspectiva metodológica
en la enseñanza proyecta un estilo singular de formación. Estilo que deviene de las
adscripciones teóricas que adopta el docente en relación con cuestiones sustantivas
vinculadas al enseñar y el aprender. Estilo que, en consecuencia, en su complejo
entramado expresa también su trayectoria (de vida, académica, de trabajo), aun cuando
pueda no ser objetivada, en tanto se juega en la práctica.
En relación con esta cuestión, G. Avanzini se refiere a un tercer elemento o
parámetro determinante en lo relativo al método junto a la disciplina y el alumno, en sus
peculiaridades, que es el tema de las finalidades. Ello implica la adopción de una
perspectiva axiológica, una posición en relación con la ciencia, la cultura y la sociedad.
Las técnicas y los procedimientos, en la visión que sostiene la autora, se
constituyen, en consecuencia, en instrumentos válidos, formas operativas articuladas en
una propuesta global signada por un estilo de formación, que integra a modo de
enfoque, perspectivas de corte filosófico-ideológico, ético y estético, científico y peda-
gógico.
En este sentido, cabría señalar -coincidiendo con J. Gimeno Sacristán que el
método no es un elemento didáctico más, expresa una síntesis de opciones. Opciones
relativas a la estructuración de los contenidos disciplinares, de las actividades, de los
materiales, a la organización de las interacciones entre los sujetos; a la sistematización
didáctica misma.
Idea que, en suma, sostiene en contraposición a toda perspectiva tecnicista, que el
método no remite sólo al momento de la interacción en el aula: participa en las instancias
de previsión, actuación y valoración crítica, de lo cual puede inferirse su papel decisivo
a la hora de generar una propuesta de enseñanza.
Este planteo otorga al docente una dimensión diferente. Si en la concepción
instrumentalista quedaba signado por la posición de ejecutor de las prescripciones
elaboradas por otros. En la perspectiva que esboza la autora, el docente deja de ser actor
que se mueve en escenarios prefigurados para devenir en "sujeto que, reconociendo su
propio hacer, recorre la problemática de la fundamentación y realiza una construcción
metodológica propia"
Hoy no es dable pensar en opciones metodológicas válidas para diferentes campos
de conocimiento ni en la homogeneidad en el interior de cada uno de ellos.
Implica reconocer al docente como sujeto que asume la tarea de elaborar una
propuesta de enseñanza en la cual la construcción metodológica deviene fruto de un
acto singularmente creativo de articulación entre la lógica disciplinar, las posibilidades
de apropiación de ésta por parte de los sujetos y las situaciones y los contextos
particulares que constituyen los ámbitos donde ambas lógicas se entrecruzan. La
adopción por el docente de una perspectiva axiológica, ideológica (en el sentido de
visiones de mundo), incide en las formas de vinculación con el conocimiento cuya in-
teriorización se propone y, por lo tanto, también tiene su expresión en la construcción
metodológica.
A partir de los "80 la expresión estrategia/s viene a reemplazar en programas y
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Capitulo 4
El campo de la didáctica:
la búsqueda de una nueva agenda
Litwin, Edith
La buena enseñanza
Los alcances de la palabra "buena", en este caso, difieren del planteo en que
se inscribió la didáctica de las décadas anteriores, que se remitía a enseñanza exitosa,
esto es con resultados acordes a los objetivos que se anticiparon. Por el contrario, en
este contexto, la palabra “buena” tiene tanto fuerza moral como epistemológica.
Preguntar qué es buena enseñanza en el sentido moral equivale a preguntar qué acciones
docentes pueden justificarse basándose en principios morales y son capaces de provocar
acciones de principio por parte de los estudiantes. Preguntar qué es buena enseñanza en
el sentido epistemológico es preguntar si lo que se enseña es racionalmente justificable
y, en última instancia, digno de que el estudiante lo conozca, lo crea o lo entienda.
Esta significación de la buena enseñanza implica la recuperación
de la ética y los valores en las prácticas de la enseñanza.
La enseñanza comprensiva
conceptos, ideas, principios, relaciones dentro de los diferentes campos. Esta selección
es arbitraria y valida determinados conocimientos en un momento particular. Es probable
que científicos o investigadores, en el caso de ponerse a pensar qué conocimientos
seleccionarían con el objeto de ser enseñados, nos remitieran a otros diferentes de los
propuestos por los profesionales que los confeccionan. La problemática que implican los
recortes particulares que se generan permite diferenciar, por un lado, la disciplina y. por
otro, los inventarios organizados para la enseñanza, que dividieron las disciplinas en
asignaturas que consisten en organizaciones arbitrarias con un fuerte poder clasificador.
Recuperada la disciplina, se debiera diferenciar su estructura sustancial de la
estructura sintáctica, entendiendo que la sustancial abarca las ideas o concepciones
fundamentales -que suelen ser las constituyentes del currículo-, mientras que la sintáctica
es la que, enmarcada en cada campo disciplinar, constituye la expresión de los criterios
con que cada disciplina sostiene aquello que es un descubrimiento, una comprobación o
la calidad de sus datos. La diferenciación de las estructuras de las disciplinas y el
reconocimiento de la importancia de la enseñanza de ambas estructuras permitiría construir
puentes entre ellas, reconocer sus fuerzas y limitaciones y enseñar sus modos de
construcción.
La disciplina y la protodisciplina
La disciplina y el currículo
Los numerosos estudios realizados durante los últimos años en torno al currículo
han permitido revisar las concepciones en las que se enmarcaron y las implicancias de
estos desarrollos para el campo de la didáctica. De especial interés resultan las ideas y
los cuestionamientos planteados por Stenhouse, que concibe el desarrollo del currículo
como un problema práctico que genera orientaciones para las actividades en el aula.
Implica un enfoque que explica tanto el diseño de las tareas como la comprensión de la
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Capítulo 5
La clase escolar. Una mirada desde la didáctica de lo grupal
Souto, Marta
Introducción
Este trabajo tiene como propósito sistematizar de manera sintética los aportes que
desde el pensamiento de lo grupal puede hacerse a la didáctica en lo que he dado en
llamar la didáctica de lo grupal.
La autora, intenta comunicar en forma sintética lo que ha producido y llamado
didáctica de lo grupal, haciendo referencia a la clase escolar como objeto.
¿Por qué referirnos a la clase escolar? Consideramos que la clase escolar es un
campo de problemáticas específico y en este sentido objeto de estudio propio de la
didáctica. Ello es así porque:
una senda que no existe pero que se hace al andar y que el cerebro es un órgano que
construye mundos en vez de reflejar o representar un mundo predefinido.
Se trata, entre otras cosas de:
Valga esta recorrida para traer desde otras ópticas los planteos de complejidad
que retomamos en didáctica.
“El conocimiento didáctico es un conocimiento complejo de una realidad
compleja”.
A su vez las clases se caracterizan, desde nuestra perspectiva, por su complejidad.
Podríamos pensarlas como sistemas complejos, en el sentido de un campo donde un
conjunto de procesos, elementos y sujetos diversos se interrelacionan constituyendo un
sistema nuevo con auto-eco-organización, en que la totalidad es más que las partes y
éstas conservan sus rasgos propios sin subsumirse al todo.
En la clase escolar se articulan elementos y procesos de muy diversa índole que,
puestos en interacción, producen sucesos singulares, acontecimientos, que transcurren
en el espacio y en el tiempo, y en un ambiente más allá de ellas mismas.
Más allá de las previsiones hechas y de las decisiones tomadas por el docente los
sucesos de la clase a la hora de la interacción toman causes no previstos. Un mismo plan
de trabajo en manos de un mismo docente, al ser llevado a la acción en dos grupos-clase
distintos, se transforma. Ello es así, en función de los sujetos y sus motivaciones, de las
relaciones entre ellos y con el docente, de la historia de ese grupo escolar, sus éxitos y
fracasos, del nivel previo de los alumnos, de las configuraciones grupales, de los
significados que circulan a nivel de lo imaginario, del prestigio-desprestigio del curso
en la escuela, de las modalidades de control y del poder que el docente utiliza en cada
grupo, de las representaciones que circulan acerca de la tarea y del saber específico que
se enseña, de condiciones temporales, espaciales, etcétera.
La impredecibilidad, la inmediatez, la simultaneidad de micro-sucesos, los
cambios azarosos, los niveles diversos en los que se producen esos sucesos muestran
con claridad la complejidad.
Una clase puede ser observada y analizada desde un único cauce, buscando las
irregularidades en los procesos de enseñanza, la causalidad en este proceso y el
producto, etcétera. Puede también ser un objeto de abordaje que intente dar cuenta
desde una mirada holística de la globalidad, buscando las relaciones, los encastres
diversos, las contradicciones y complementando los análisis desde múltiples niveles.
La complejidad de la clase hace más evidente cuando pensamos en los diversos
niveles y ámbitos desde donde abordarla: individual (que podrá ser cruzado y
multiplicado por los 20 ó 30 participantes); interpersonal (en las distintas
combinaciones posibles entre los participantes), abarca también lo interaccional y
vincular en las relaciones con el conocimiento, con la tarea, con los recursos etcétera;
grupal ( en las estructuras, las configuraciones, y los significados compartidos y no
compartidos); institucional (en normas, distribución de funciones y roles, estilos,
culturas, mandatos, fantasías, compartidas, guiones, etcétera); social (en ideologías,
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las presentadas en ese libro, las cuales intentan retomar aquel antiguo carácter de
disciplina de acción, que busca un deber ser pero dentro del marco del pensamiento
crítico.
Una situación de enseñanza debe ser abordada desde diversos niveles de análisis.
Dichos niveles, hacen referencia a teorías que provienen de distintas disciplinas y
abordan el objeto de estudio desde aspectos y niveles de complejidad diversos.
La didáctica específicamente se ocupa del análisis mutirreferencial de las
situaciones de enseñanza concretas y de las formas de operar en ellas.
La didáctica que postulamos estudia el acto pedagógico como objeto formal, y las
situaciones de enseñanza-aprendizaje como objeto concreto. La clase escolar constituye,
la forma más habitual de concreción.
Para comprenderla y analizarla se requiere de un enfoque que permita el cruce y la
convergencia de distintas disciplinas y teorías.
La clase escolar es el escenario donde se producen las prácticas pedagógicas. En
ellas se reflejan, se dramatizan configuraciones propias de la dinámica institucional.,
pero también surgen y se extienden a la institución núcleo de significación propios.
La clase es, al mismo tiempo, lugar de encuentro y de contraposición entre deseos
individuales y formaciones grupales e institucionales.
Es en ella donde se organizan las relaciones con el saber, que se cumple la
función de saber. Es por esta función que sus actores se nominan como docente alumno
y que se definen los lugares asimétricos en la relación. La presencia del saber otorga al
espacio su valor, su especificidad.
Un análisis de la clase escolar desde la complejidad permite plantear diversas
líneas de significación:
La clase como ambiente en el que transcurre la vida cotidiana de sus actores y
donde se produce sentido a las interacciones en torno al saber.
La vida social de la clase, las relaciones de poder y saber en ella, las paradojas en
la comunicación.
La vida inconsciente de la clase como espacio intersubjetivo, como campo
transferencial y vincular y como red de identificaciones.
Las clases como espacios tácticos de enseñanza en función de metas y
dispositivos técnicos.
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con los contextos que en la vida grupal se constituyen en texto y forma parte
de su trama compleja.
Para estudiar las clases escolares en la enseñanza media hemos diseñado un tipo
de investigación que intenta conocer la realidad de las aulas en su ambiente natural. Se
trata de una línea de investigación cualitativa, de tipo clínico. Son estudios de casos que
intentan reconstruir, comprender e interpretar las características peculiares que
presentan las clases escolares investigadas, priorizando un enfoque grupal. La
institución escolar es también objeto de análisis y las relaciones clase-escuela son
especialmente indagadas. Dentro de cada institución se estudian dos cursos.
Para realizar dicho estudio utilizamos un dispositivo metodológico que combina
un conjunto de técnicas diversas que apoyan datos sobre diversos aspectos de ese objeto
de investigación comprendido, tal como ya hemos señalado, en su complejidad. A
través de estas diversas técnicas conocemos la realidad del aula desde distintas
dimensiones y niveles de análisis.
Observaciones naturistas de clase, entrevistas semiestructuradas a docentes,
directivos y alumnos, técnicas sociométricas, técnicas proyectivas y documentos
conforman el dispositivo metodológico.
Así, conocemos los sucesos fundamentalmente en su fase interactiva, la dinámica
manifiesta y latente del grupo clase, las configuraciones que se estructuran, las
representaciones psíquicas y sociales de los actores, los resultados y los procesos en
marcha etcétera.
El análisis de cada tipo de datos permite la formulación de hipótesis interpretativas
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que se confrontan con las provenientes de los otros datos para así, dar cuenta de la
multiplicidad de factores y de significados que en una clase tienen lugar de forma
simultánea. La interpretación final de cada clase, cada curso y de cada escuela retoma
los resultados de los análisis y establece relaciones entre ellos.
La construcción de tipologías a partir de los análisis de datos realizados nos ha
permitido ir avanzando en niveles de generalidad creciente que en el momento actual
nos faculta a iniciar una investigación de tipo cuali-cuantitativo, con al finalidad de
construir una tipología de la clase escolar aplicable al conjunto de las escuelas de
enseñanza media.
Nos ubicamos en una concepción en que la interpretación es comprensión. Por un
lado comprensión de las significaciones y los sentidos de la acción social para los
actores. Se trata de hacer una representación de lo que los protagonistas de la clase hace,
dicen y sienten para descubrir significados, sentidos. El investigador descubre el sentido
que los sujetos dan a su conducta. Pero, va más allá y le otorga un nuevo sentido en
función de las teorías que pone en juego a interpretar.
La elaboración teórica se realiza también a lo largo de la investigación. La
investigación tiende a producir teoría, no a verificarla.
Las categorías de los análisis surgen de los datos y se transforman con ellos.
Conocer una clase escolar, es conocer una lógica implícita que ya funciona en el
escenario que el observador presencia. Es representante esa lógica. Para ello es
necesario el referente teórico. Para nosotros, se trata de comprender y reconstruir los
ambientes, los mundos y las lógicas que atraviesan una clase (individuales,
institucionales, sociales) y no reducidos a una única visión.
En nuestro caso, al entender a la clase como objeto y campo complejo la
referencia a las teorías y disciplinas diversas se hace necesaria. También la búsqueda de
la diversidad, de la heterogeneidad por detrás de la aparente uniformidad de lo escolar.
Necesitamos saberes provenientes de dominios para poder articularlos y conjugarlos
según las configuraciones cambiantes que se advierten en el campo de la clase en el que
se produce la enseñanza.
Para ello es necesario poner al propio investigador en situación de autoanálisis.
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Los espacios escolares, la distribución, el mobiliario, las paredes, los escritos, los
dibujos del aula están cargados de significados.
En la vida cotidiana se construyen esos significados. El espacio registra “huellas”
de esa vida que los grupos-clase pasan en el aula. En este sentido podemos afirmar
metafóricamente que “los espacios hablan”.
En nuestras investigaciones realizamos una primera aproximación a la escuela
conectándonos con sus espacios: fachada, aulas, pasillos, sala de profesores, dirección,
etc. Observamos detenidamente la distribución, las condiciones ambientales, el
mantenimiento, las inscripciones, los adornos, los materiales didácticos, etc.
Los actores se apropian en mayor o menor medida de esos espacios y transmiten a
partir de ellos su forma de vivir, de estar en las clases.
Tomaremos dos situaciones para ilustrar esto:
Alumnos y docentes se mueven en el aula sin manifestar preocupación ni
disgusto por la organización descrita. Parecen aceptarla como su espacio
cotidiano. La impresión que el aula provoca a quienes la observan es de
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Capitulo 6
La corriente critica en didáctica:
una mirada elíptica a la corriente técnica
Barco, Susana
Así planteado, el término cobra una dimensión que, sin apartarse de la etimología,
abre un espacio sustantivo a la reflexión y a la búsqueda (como develamiento) de
supuestos subyacentes, planteando además el carácter permanente de la actividad
crítica. Asimismo esta actividad se orienta -desde éste posicionamiento- hacia la
transformación social solidaria y la emancipación del entendimiento mediante los
procesos develadores y desmitificadores que implica.
La crítica compromete la voluntad política de generar propuestas superadoras de
aquello sujeto a su análisis, aunque haya quienes la descalifiquen por considerarla
destructiva, desconociendo el potencial creativo que se desarrolla a partir de todo
develamiento.
Mientras que desde la acepción corriente del término lo que se plantea es un
reajuste procedimental en virtud de la necesidad de garantizar el logro de determinados
fines, la segunda propuesta no se detiene en este reajuste sino que indaga, esclarece más
allá de lo procedimental -sin excluirlo-, revisa sentidos y significados, bucea en la
historicidad y tensa las prácticas con las formulaciones teóricas.
Con algunas aclaraciones en mano, se puede intentar un rastreo de la corriente
inicialmente mencionada. Gimeno Llorente consigna una vertiente alemana de esta
corriente, que no es homogénea en cuanto a su posicionamiento y donde no todos los
autores citados abrevan en las fuentes de las tres generaciones frankfurtianas. También
indica una vertiente anglosajona de esta corriente, en la que incluye a autores
norteamericanos tales como Apple, Giroux y Popkewitz; ingleses como Young, Sharp,
Green y Carr, o australianos como Kemmis y Grundy. Para el caso latinoamericano
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podrían agregarse Díaz Barriga. Burlan, Remedi. De Tezanos -entre otros-, así como
también se podría reconocer el aporte de diversos españoles como Gimeno Sacristán,
Pérez Gómez y Contreras Domingo, que han dado a conocer aportaciones en este
sentido. Pero lo que se advierte es que, en todo caso, algunos de los autores remiten más
al clásico trabajo de Carr, W. y Kemmis, que apelan al trabajo con fuentes. Nótese que
gran parte de la producción citada no puede catalogarse como corriente en el campo
didáctico, sino que se inscribe mayoritariamente en el ámbito de lo curricular. De allí
que hablar de una corriente constituida y consolidada en el terreno de la didáctica, como
un teorizar acerca de la práctica de la enseñanza, resulte apresurado y riesgoso. Tal vez
resulte conveniente una cierta cautela en el "etiquetamiemo", que muchas veces queda
reducido a una declaración inicial referida las más de las veces a cuestiones
epistemológicas preliminares, que luego no resultan sostenibles desde el resto de la
producción y menos desde las prácticas.
Abriendo perspectivas
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