El Estado Burocratico Autoromparada - Gianfranco Pasquini

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El Estado burocrático autoritario en

perspectiva histórica comparada 1

GiANFRANCO PASQUINO

Comentario sobre O'Donnell, Guillermo: El Estado burocrático


autoritario. Triunfos, derrotas y crisis, Buenos Aires, Editorial
de Belgrano, 1982.

El trabajo teórico de una ciencia social preocupada por servir a su


tiempo es una de las condiciones necesarias para que crezca la
probabilidad de lo posible hasta el punto que llegue a ser práctica
efectiva de una mejor realidad social.
O'Donnell, Modernización y autoritarismo, 1972a, p. 216

1. Introducción

Algunos libros, generalmente muy pocos, merecen discutirse, interpre-


tarse y evaluarse periódicamente por su contribución a la ciencia política,
así como también merecen ser criticados con detalle debido a que ofrecen
la maravillosa oportunidad de generar reflexiones incluso más allá de sus
páginas. El Estado burocrático autoritario... es uno de esos libros. Hoy es
mucho más fácil entenderlo si se lo contextualiza en su época, como parte
de los estudios académicos de los años sesenta y setenta. Demasiadas veces
los politólogos han sido acusados de seguir modas, pero es más apropiado

l. Traducción de Mariana Prats.


Martín D'Alessandro - Gabriela lppolito-O'Donnell (coords.) 1 61

tiempo que los partidos únicos podían producir suficiente orden político
(Zolberg, 1965). En América Latina, México era un ejemplo positivo de un
partido hegemónico pragmático (el Partido Revolucionario Institucional)
que había probado ser capaz de generar y-' mantener el orden político -de
un tipo particular, por supuesto- por largo tiempo.
Desde mediados de los sesenta hasta mitad de los setenta, los países
más importantes de América Latina fueron sacudidos por golpes militares
más o menos sangrientos, bastante diferentes de las intervenciones militares
previas.3 Los miütares argumentaban abiertamente que sus intervenciones
se proponían establecer el orden político y no buscar sus propios intereses
y demandas, a menos que coincidieran con el interés "nacional". En cierto
punto Huntington (1968: 194) coincidió: "las explicaciones militares no
explican las intervenciones militares". En cualquier caso, a fines de los
sesenta comenzó la búsqueda no sólo de las causas de la inestabilidad guber,
namental, sino también del colapso y la emergencia de nuevos regímenes.
Escrito a principios de los setenta, pero publicado recién en 1982, el libro
de Guillermo O'Donnell El Estado burocrático autoritario . . . fue precedido
y también seguido por varios ensayos seminales de gran interés. Las bases
teóricas sobre las que se basa fueron publicadas en otro libro de O'Donnell
de 1972. 4 En su conjunto, los papers ocasionales, los artículos y los dos
libros sobresalen corno uno de los más grandes e innovadores intentos de
cornprend~r tanto las causas del colapso de varios regímenes democráticos
latinoamericanos como la emergencia (y aparente consolidación) de una
nueva forma de autoritarismo representada en lo que el autor define corno
Estado burocrático autoritario. Fue un intento ambicioso, motivado y mol,
deado por un académico que tenía como objetivo entender la realidad para
poder transformarla (ver el sugestivo recuento autobiográfico de O'Donnell
en Munck y Snyder, 2007) .5
En este ensayo primeramente ubicaré los artículos, libros y ensayos
ocasionales de O'Donnell en la literatura existente al momento de su es,
critura, así los lectores podrán apreciar la originalidad de O'Donnell y al
mismo tiempo observar lo que estaba siendo producido por otros autores ·
en el campo de estudio de los regímenes modernizadores. Luego trataré los

3. He formulado mi explicación comparativa en Pasquino (1974).


4. N. de los E.: Se refiere a Modernización y autoritarismo.
5. N. de los E.: Incluido en este volumen.
60 La ciencia política de Guillermo O'Donnell

afirmar que hay "espíritus de época" que atraen la atención académica, es


decir, que cuando algunos temas son verdaderamente importantes, muchos
politólogos deciden abocar sus energías intelectuales a su estudio, frecuen-
temente desde diferentes perspectivas. Más aún, cuando la ciencia política
es concebida y practicada como la ciencia que analiza e ilumina la política,
está definitivamente obligada a tratar los problemas más importantes de su
tiempo. Hoy están de moda estudios de toda clase relativos a los regímenes
democráticos existentes y especialmente a la calidad de las democracias
contemporáneas. Sin embargo, la mayor parte de los regímenes contempo-
ráneos y sus problemas no pueden ser estudiados ni entendidos sin conocer
cuándo y cómo surgieron, crecieron y se transformaron, en una palabra,
cómo se "desarrollaron". ·
Desde mediados de los añ9s cincuenta hasta fines de los sesenta del siglo
XX, los temas de mayor relevancia fueron la modernización y el desarrollo
político. Es una pena y una gran pérdida de conocimiento que la serie de
libros "Siete más uno" de la Princeton University Press ya no sea leída o
utilizada por los académicos que tratan los procesos de democratización y
consolidación democrática.2 Es cierto que los académicos más optimistas en
ese campo h an llegado a sugerir que el desarrollo político culminaría en la
formación de regímenes democráticos estables siguiendo el patrón anglosajón
(y sus "ideologías" fueron apropiadamente criticadas por Packenham, 1973).
Pero también es cierto que - siguiendo un artículo semin al de Huntington
(1965)-, algunos académicos, aunque pocos, han reenfocado su atención
al declive político. En este sentido, la mayor contrib~ción de Huntington
fue indicar que la modernización social podía ser un proceso capaz de inte-
rrumpir el más o menos largo camino hacia la democracia o, en sus palabras,
hacia la creación del "orden político". De manera interesante sugirió que
existieron dos organizaciones capaces de crear el orden político: la militar
y el partido único. Efectivamente, para el caso africano pareció durante un

2. N. de los E.: Se refiere a una serie de volúmenes patrocinada por el Committee on Compara-
tive Politics del Social Science Research Council: Lucían Pye (ed.), Communications a:nd Political
Development, 1963; Joseph LaPalombara {ed.) Bureaucracy and Politica1 Development, 1963; Robert
Ward y Dankwart Rustow (eds.) Political Modemization in]apan and Turkey, 1964; James Coleman
{ed.) Education and Political Development, 1965; Lucían Pye y Sidney Verba (eds.) Political Culture
and Politica1 Development, 1965; Joseph LaPalombara y Myron Weiner (eds.) Politica1 Parties and
Political Development, 1966; Leonard Binder, James Coleman, Joseph LaPalombara, Lucían Pye,
Sidney Verba y Myron Weiner {eds.) Crisis and Sequences in Political Det1elopment, 1971; y Charles
Tilly (ed.) The Forrnation of National States in Western Europe, 1975.
Martín D'Alessandro - Gabriela lppolito-O'Donnell (coords.) 63

editado por Huntington y Moore (1970). 6 O'Donnell creía fuertemente y


argumentaba que lo importante de entender y explicar tenía que ver con el
Estado, más precisamente con el "Estado capitalista" y tomó la que llamaré
una visión holística de este tipo de Estado.
Su visión era significativamente diferente de aquella propuesta por los
académicos norteamericanos quienes, también a causa de la llamada revolu-
ción conductista, habían perdido todo conocimiento e interés por las estruc-
turas del Estado. Era también bastante diferente de la visión adoptada por
los politólogos de su época, inclinados a observar especialmente o de manera
exclusiva las estructuras políticas y considerarlas variabfes independientes
de cualquier explicación exitosa. En general, es la elección de las variables
indep~ndientes lo que determina el estatus de disciplinas académicas como la
economía, la sociología o la ciencia política (y en cierto modo, las diferentes
ramas de la historia). O'Donnell tomó una perspectiva diferente rechazando
los límites académicos (todavía) existentes, o bien tratando de vincular-
los. No n os proponemos aquí debatir su elección, pero esperablemente,
un enfoque holístico que no se basa en los conocimientos e instrumentos
provistos por las disciplinas académicas existentes, corre muchos riesgos. El
más importante de estos riesgos consiste en generar descontento entre los
académicos de las diversas disciplinas y consecuentemente ser acusado de
vaguedad y superficialidad. Por mi parte, yo declararía inmediatamente mi
fuerte preferencia por un análisis de ciencia política y admitiría sospechas
"teóricas" ante el intento de explicar un fenómeno tan complejo como el
"Estado burocrático autoritario" sin dar a variables y factores políticos sino
un rol exclusivo, o al menos primordial. Pero O'Donnell (1972a:217) tomó
el camino opuesto, haciendo del autoritarismo burocrático la variable de-
pendiente: "los regímenes burocrático autoritarios son respuestas probables
a las numerosas tensiones de alta modernización".
Obviamente es posible argumentar que el objetivo deliberado de
O'Donnell era la identificación de un rol de gran importancia para el
Estado: "el Estado capitalista es garante y -organizador de las relaciones
sociales capitalistas y, por lo tanto, de la dominación que ellas concretan"
(O'Donnell, 1982:15). Sin embargo, atribuyó deliberadamente un rol su-
bordinado al aparato del Estado y sus instituciones: "el Estado es también

6. N. de los E.: Ese artículo de Linz se llama "From Falange to Movimiento-Organización: the
Spanish Single Party and the Franco Regime, 1936-1968".
..
62 La ciencia política de Guillermo O'Donnell

conceptos más importantes que O'Donnell decidió utilizar para capturar la ·


naturaleza de lo que consideraba un nuevo fenómeno político. Nuevamente
abordaré cada uno de ellos en referencia a lo que se había hecho en la po-
lítica comparada. Finalmente, concluiré ofreciendo una evaluación de la
contribución que hizo el tipo de análisis comprendido en El Estado burocrático
autoritario ... a la ciencia política.

2. Contexto político y teórico

A mediados de los sesenta, los tres fenómenos de mayor relevancia


que capturaron la atención de un gran número de politólogos, el autorita-
rismo, la .modernización,y la crisis, recibieron definiciones convincentes y
ampliamente aceptadas. Gracias a Juan Linz, los politólogos fueron capaces
de distinguir totalitarismos de autoritarismos, frecuentemente confundidos
aun en los mejores estudios disponibles (como Friedrich y Brzezinski, 1956).
Utilizando a España como caso de estudio heurístico o constructor de teoría
{Eckstein, 1975), Juan Linz (1964:297, itálicas mías) escribió: "los regúnenes
autoritarios son sistemas políticos con un pluralismo político limitado, no
responsable; sin una ideología orientadora y elaborada {pero con mentali-
dades distintivas) , sin movilización política intensiva ni extensiva {excepto
en algunos puntos de su desarrollo); y donde un líder (u ocasionalmente
un pequeño grupo) ejerce el poder en el marco de límites formalmente mal
definidos pero bastante predecibles". La influyente definición de Linz fue
utilizada no sólo por académicos cuyo objeto eran los regímenes autorita-
rios del sur europeo, sino también por estudiosos que analizaban la exten~a
variedad de instancias y situaciones autoritarias de América Latina, que
difícilmente podían catalogarse como "regímenes" capaces ·de durar más
de una década. Sin lugar a dudas, la defmición de autoritarismo presenta-
da por O'Donnell es significativamente diferente de la de Linz. De hecho,
O'Donriell hizo pocas referencias a Linz {excepto en su libro de 1972) ya
que no estaba particularmente interesado en las características puramente
políticas del autoritarismo. Tampoco estaba especialmente iriteresado en
el papel de los partidos políticos en el origen, vida y funcionamiento del
autoritarismo, el objeto central del ensayo de Linz en el importante libro
64 La ciencia política de Guillermo O'Donnell

(aunque, insistamos, derivadamente) un conjunto de aparatos o instituciones"


(O'Donnell, 1982: 17, itálicas mías). Sobre este punto, mi crítica es que la
falta de comprensión de la, quizás "limitada", autonomía de las institucio-
nes evita un análisis completo y correcto de los conflictos y tensiones en el
Estado (capitalista, pero para el caso, también el no capitalista). Más aún,
reduciendo la interpretación del Estado a "garante y organizador de las
relaciones sociales capitalistas", O'Donnell, y también otros académicos,
principalmente latinoamericanos, se han visto impedidos de diferenciar
la variedad de Estados que estaban analizando bajo la misma etiqueta.
Esta crítica a O'Donnell se presenta amable y delicadamente también en
una colección más amplia de ensayos dedicados a su libro Modernización y
autoritarismo (Collier, 1979b:365-371, 385-392). De alguna manera, varios
de estos académicos estaban dejando de lado el proceso fundamental que
yo llamaría de "desinstitucipttalización" del Estado, lo que implica su in-
capacidad para seguir organizando todas las complejas relaciones sociales
(capitalistas o no capitalistas).
El tercer concepto central utilizado en la mayor parte de los análisis de
sistemas políticos modernizadores y/o de sistemas políticos aparentemente
consolidados, es "crisis". A grandes rasgos, crisis puede tener dos conjuntos
de significados, igualmente útiles aunque bastante diferentes entre sí. Por
una parte, crisis significa ruptura, quiebre de patron'es tradicionales. Una
crisis de esta clase puede abrir paso a nuevas, aunque no necesariamente
mejores, situaciones, experiencias y actividades, pero también puede con-
ducir al colapso y la desaparición de un modelo, estructura o conjunto de
relaciones políticas, sociales o económicas. La crisis de un partido político
podría terininar en su desaparición como partido. La crisis de una oligarquía
puede producir la fragmentación de los oligarcas y su pérdida de poder. La
crisis de un sistema económico basado en la producción agrícola orientada
a la exportación a gran escala puede llevar a la emergencia de un modelo
económico sustentado en la sustitución de importaciones. Es poco proba-
ble que O'Donnell y aquellos académicos, sobre todo Cardoso y Faletto y
Gunder-Frank, que teorizaron la "dependencia'', consideraran la posibilidad
de que una crisis en la red de "dependencia" concluyera con un resultado
positivo o simplemente preferible. De modo sugestivo, O'Donnell hace va-
rias referencias a los trabajos del gran economista y teórico social Albert O.
Hirschman (1979), que estaba abierto a muchos resultados posibles y positi-
vos en el marco de una tradición de pensamiento en absoluto determinista.
Martín D' Alessandro - Gabriela lppolito-O'Donnell (coords.) 65

Por otra parte, crisis puede significar una barrera, un obstáculo a


enfrentar y sobrellevar. Entre las siete ctisis identificadas por O'Donnell
(1982:49-53), cuatro sugieren dificultades y problemas que no logran sobre-
llevarse y pueden conducir a finales dramáticos: inestabilidad política (crisis
gubernamentales); colapso del régimen; declive o pérdida de acumulación;
colapso del sistema. Tres pertenecen a la segunda categoría, y pueden produ-
cir consecuencias significativamente positivas: una ampliación de la arena
política; el quiebre de la dominación social; el fin del monopolio del poder
por parte del Estado. Aunque de un modo complicado, O'Donnell utilizó
la mayor parte del tiempo la palabra crisis para indicar factores y procesos
más o menos dañinos e irreparables. Cada una de estas crisis y procesos
parecían tener una evolución propia y no intentó sugerir conexiones entre
ellas o identificar secuencias. Varios años antes de la publicación del libro
de O'Donnell Modernización y autoritarismo, el Committee on Comparative
Politics había lidiado con otros tipos de crisis que tuvieron lugar durante el
proceso de desarrollo político. El Comité definió aquellas crisis como desafíos
a enfrentar, barreras a superar por todos los sistemas políticos, pasados, pre-
sentes y futuros, para llegar a ser viables y desarrollados. El contraste entre
la interpretación de O'Donnell y el objetivo del Comité no puede ser más
evidente. Como lo caracterizó James S. Coleman (1971:73-100), "el síndro-
me del desarrollo" conduciría a la "diferenciación-igualdad-capacidad". Para
el Comité el desarrollo político estaba signado por crisis interpretadas como
desafíos y barreras. No había nada dramático en el proceso de desarrollo,
nada que llevara a un resultado perturbador. El término "autoritario" ni
siquiera aparecía en el índice del libro.
Las diferentes crisis eran puestas en una secuencia dando la impresión
de que tenían que superarse y resolverse en ese orden específico: identidad,
legitimidad, participación política, penetración (crisis de la capacidad guber-
namental), distribución (una crisis de la administración de recursos) . Sólo en
el último capíti:ilo escrito por Sidney Verba (1971) emergían cuestionamien-
tos referidos a una posible superposición y acümulación de diferentes crisis,
a un orden "erróneo" en el cual aquellas crisis podían aparecer, y a la falta
de recursos y estr cturas para darles una solución satisfactoria. Por ejemplo,
la crisis de participación está destinada a permanecer irresuelta por largo
tiempo si no nacen partidos organizados. Este último capítulo de Oises and
Sequences in Political Development es también notable debido al perceptible
escepticismo y desasosiego de Verba frente a toda la iniciativa, que parecía
la sentencia de muerte del que había sido el esfuerzo más ambicioso de más
66 La ciencia política de Guillermo O'Donnell

de una década de investigación y estudio de varios prominentes politólogos


estadounidenses.
Mi postura general es que es importante y útil analizar las dinámicas de
todos los sistemas políticos a través de las lentes provistas por las crisis que
tuvieron que atravesar y por los desafíos que fueron capaces de sobrellevar.
Sin embargo, es absolutamente necesario proveer un recuento histórico de
estas crisis y ordenarlas según su importancia. La mejor forma de entender
las secuencias, probablemente diferentes en muchos países, consiste en
recurrir al instrumento analítico llamado "trayectoria dependiente" (path
dependence): la elección de una opción pone en ejecución otras opciones y
a la vez abre nuevos caminos. Finalmente, para formular generalizaciones
fructíferas y teorías probabilísticas, es altamente recomendable valerse del
método comparativo. , Al comenzar con los casos de Argentina y Brasil,
O'Donnell estaba abri~ndo el camino hacia un análisis comparativo de los
Estados burocrático autoritarios (más o menos en el mismo periodo, yo creía
una buena idea agregar a Perú y Chile).7 Lo que resta hacer siguiendo la
teorización de O'Donnell tiene dos aristas. Por un lado, ahora estamos en
condiciones de poder proveer un recuento histórico de la forma adoptada
por los Estados burocrático autoritarios. Por el otro, ahora tenemos suficiente
material para entender cómo y por qué todos sufrieron una crisis decisiva
y estuvieron obligados a transformarse. Es una lástima que pese a la exce-
lente colección de ensayos de Collier (1979b) haya, en contradicción con
uno de los máximos principios de la actividad científica, poca acumulación
de conocimiento en el campo de estudios sobre autoritarismo y desarrollo
pplítico, y ningún refinamiento de las "teorías".
Hoy en día, el término crisis es principalmente aplicado a problemas
y dificultades relativos a los regímenes democráticos. Esta es una historia
totalmente diferente, cargada de múltiples incompatibilidades, ligadas a la
incapacidad de distinguir entre dos tipos de crisis bastante diferentes. Según
muchos autores, hay una c1isis "de" la democracia, es decir, de la idea y el
ideal de democracia tal como se ha definido a lo largo de veinticinco siglos,
especialmente en el pensamiento político occidental. Algunos otros autores
indican que no hay una crisis de la democracia, sino problemas, conflictos,
contradicciones, reveses que afectan el funcionamiento de los regímenes
democráticos existentes. Hay crisis "en" las democracias. Pero ninguna de

7. Pasquino (1974).
Martín D' Alessandro - Gabriela lppolito-O'Donnell (coords.) 67

las llamadas crisis (desafección ciudadana, malestar, apatía, participación


decreciente, evaluación negativa de los líderes políticos y gubernamentales,
pobre desempeño de las instituciones, falta del sentido de eficacia en los ciu-
dadanos democráticos) ha conducido hasta el momento a la (re) emergencia
del Estado burocrático autoritario. La más importante de las "crisis en la
democracia" está bien representada por lo que O'Donnell (1994) ha definido
en otro merecidamente famoso artículo como "democracia delegativa".
Aunque no es mi preocupación central en este artículo, es importante
remarcar que el camino académico seguido por O'Donnell tras sus escritos
sobre el Estado burocrático autoritario lo condujo al análisis de la transición
(O'Donnell, Schmitter y Whitehead, 1986) y a cuestiones y problemas de
la democratización. Aquí no puedo citar todos los estudios abocados a la
democratización. Haré referencia sólo a Huntington (1991) y a O'Donnell
(1999)~ La lección general es que el Estado burocrático autoritario no
representa una forma perdurable de dominación política. Correspondió a
un tiempo y espacio limitados. Su caída no puede explicarse por factores
económicos sino a la configuración cambiante de actores políticos, especial-
mente los militares, sus capacidades reales y percibidas, y sus contradicciones
institucionales.

3. Principales conceptos y argumentos

Además del concepto de crisis, cuyos siete posibles significados y carac-


terísticas ya he analizado y tratado de vincular con los significados ofrecidos
por la literatura académica norteamericana sobre el desarrollo político,
O'Donnell basó su análisis en tres grandes conceptos socio-culturales.
Nación, pueblo y ciudadanía son conceptos necesarios para todo académico
que quiera entender las relaciones sociales existentes en cualquier Estado
(capitalista) y su posible evolución. A mi entender, estos tres conceptos
también son útiles para todos aquellos que quieran emprender la tarea más
compleja y ambiciosa de vincular la sociedad, la economía y la política para
formular la teoría de la dependencia. Estos tres conceptos fueron amplia-
mente utilizados en la literatura sobre modernización y desarrollo político.
O'Donnell ofrece una visión problemática de ellos resaltando cómo pueden
utilizarse para expandir y/o restringir la esfera pública. Él estaba especial-
mente interesado en resaltar el riesgo de ampliar la esfera de la ciudadanía
de un modo subordinado, es decir produciendo e incorporando ciudadanos
68 La ciencia política de Guillermo O'Donnell

de segunda clase. Sin enfocar demasiado sobre estos tres conceptos de na-
ción, pueblo y ciudadanía, aún ligados a una gran cantidad de controversias
académicas y políticas, la conceptualización de O'Donnell sugiere cuestiones
importantes. Consideraré dos que han adquirido aún mayor importancia en
la última década: inclusión/exclusión, y populismo.
l Cuán inclusivas pueden permitirse ser las nuevas democracias sin poner
en riesgo las estructuras democráticas emergentes? Es decir, lel proceso de
participación política debería ser filtrado, controlado y monitoreado? Y la
qué precio? Ante la ausencia de partidos políticos organizados, la extensión
de derechos electorales amplia y repentina puede no ser una bu~na receta
para construir regímenes democráticos viables y durables. Por otra parte,
la existencia de muchos· individuos que han sido apartados de la ciudada-
nía política mediante proCf1SOS sociales de exclusión, les brinda a líderes
populistas la oportunidad de irrumpir en el campo de la política de masas
explotando, justamente, al conjunto de "excluidos". Sin embargo, O'Donnell
(1972: 110) advierte que "el populismo puede ser una ocurrencia probable a
niveles más bajos (pasados o presentes) de modernización sudamericana".
Ni los demócratas bienintencionados, demasiado generosos en expandir
oportunidades participativas antes de la aparición de estructuras necesarias
para la participación significativa, incisiva y gratificante, ni los gobernantes
severos y exigentes que h acen demasiado difícil a los ciudadanos, viejos y
nuevos, moldear y perseguir sus estrategias participativas, pueden brindar
una solución efectiva y durable. En general, el riesgo, que no es tal en la
perspectiva de O'Donnell, es que el movimientismo participativo sea primero
manipuJado y luego devorado por líderes populistas astutos cuyo interés será
revivir de vez en cuando este movimientismo. Chávez docet. Lo que, por
supuesto, llama la atención, es cuán fructíferas son las categorías y conceptos
elaborados por O'Donnell. Al mismo tiempo, no obstante; uho desearía que
hubiese seguido desarrollando todos sus puntos de vista.
Entre todas las posibles relaciones entre sus conceptos, sugeriré sólo dos.
La primera atiende a la conexión entre ciudadanía, identidad y participación.
Las soluciones exitosas frente a la conjunción de estos tres componentes
sistémicos fueron el producto de la presencia de instrumentos estructurales
y culturales capaces de tratar tanto con la crisis de identidad como con la
de participación. Sólo aquellos que disfrutan el estatus de ciudadanos, que.
pueden por lo tanto identificarse con el sistema político y participar efecti-
vamente en sus actividades, se encontrarán en condiciones de coiaborar con
el gobierno y la transformación del sistema. La segunda relación concierne
Martín D'Alessandro - Gabriela lppolito-O'Donnell (coords.) 1 69
. a las demandas realizadas por los secto~es de la población movilizados, por
el pueblo, en pos de la distribución de oportunidades y recursos. Ante la
ausencia de partidos políticos organizados, estas demandas abren el espa-
cio político para ser explotado y ocupado por líderes populistas. No está
claro para mí si los líderes populistas tendrán la voluntad y la capacidad de
construir un Estado burocrático autoritario. Enseguida viene a la mente el
caso controversial de Venezuela, antes y después de Hugo Chávez, pero su
clasificación precisa y evaluación aún parecen ser bastante problemáticas.
La transición desde el populismo autoritario de Chávez, una posibilidad du-
dosa al momento de la escritura de este trabajo (enero de 2014), de ningún
modo disminuye la necesidad de un análisis convincente y una clasificación
apropiada. Los conceptos de O'Donnell mantienen su importancia y validez,
pero deben ser aplicados cum grano salís.

4. Efectos sobre la ciencia política

Por diversas razones, como ya señalamos, en ciencia política (aparen-


temente menos en economía y sociología) hay muy pocos libros que tienen
un impacto perdurable. Pocos de ellos son tan exitosos como para afectar
inmediatamente la investigación y la teorización. Pocos de ellos han sidff
citados por mucho tiempo y fuera de una "escuela" o sector específicos.
Pocos de ellos han llegado a ser de lectura obligatoria. Podemos utilizar dos
parámetros (de entre otros) para evaluar el impacto de El Estado burocrá-
tico autoritario ... de O'Donnell: primero, el número de citas que recibió;
segundo, la calidad de esas citas. La tarea de rastrear con precisión todas
las citaciones que recibió este libro seminal está obviamente más allá de
mis capacidades, por lo que decidí tomar en consideración sólo algunos
libros seleccionados por su importancia e impacto. Dos años después de
la publicación de Modernización y autoritarismo, Juan Linz (1975), un gran
académico y también un auténtico caballero, discutió en cierto modo las
tesis de O'Donnell y criticó algunas de sus presunciones e implicancias.
Particularmente, Linz (1975:294) primero señaló negativamente que "el
modelo de O'Donnell tiende a sobreenfatizar los límites estructurales y sub-
estimar las posibilidades de ingeniería política" (como lo formuló Giovanni
Sartori). También indicó que "los problemas del autoritarismo burocrático
estable posiblemente derivaban más de su legitimidad ambigua y de las
dificultades de institucionalización política que de límites económicos y su
70 La ciencia política de Guillermo O'Donnell

impacto sobre la sociedad" (1975:300). A lo largo de sus muchos escritos y


ensayos Linz continuó haciendo referencia a los estudios de O'Dorinell sobre
el autoritarismo burocrático, las transiciones políticas y la democratización
(por ejemplo, Linz y Stepan, 1996), sin conciliar sus reservas.
En su clásico estudio sobre Perú, Alfred Stepan (1978) se basó en el
autoritarismo burocrático de O'Donnell e hizo varias referencias a sus tra-
bajos, pero también criticó algunas de sus posturas especialmente desde el
punto de vista de la política comparada, y enfatizó la necesidad de prestar
mayor atención a las principales variables políticas. A lo largo de la im-
portante colección de ensayos de Stepan (2001) pueden rastrearse varias
referencias a lÜs escritos de O'Donnell. Curiosamente, no obstante, Stepan
no trata explícitamente ni de manera amplia la evaluación de O'Donnell
sobre el rol de la orga~ación militar para posibilitar la emergencia del
Estado burocrático autoritario y convertirse de manera irreemplazable en
su columna vertebral. Surge entonces una pregunta central. Si los militares
son tan poderosos, lpor qué y siguiendo qué motivaciones deciden (o son
obligados a) abandonar la arena política?
Tal como fue claramente demostrado en el ampliamente citado The
New Authoritarianism in Latin America (Collier, 1979b), pocos años después
de su publicación, Modernización y autoritarismo reorientó el estudio de la
política latinoamericana. Por supuesto, no todos los académicos aceptaron
el modelo de O'Donnell o el análisis político e histórico que presentó y sus
implicancias científicas (y políticas). Pero casi todos sintieron la necesidad
de tratar seriamente las cuestiones analíticas y teóricas que O'Donnell había
propuesto. El resultado general fue que muchos estudios de buena calidad
lo imitaron y que Latinoamérica adquirió una posición prominente en la
política comparada. 8
·Finalmente, aunque no sea central para el estudio -del Estado buro-
crático autoritario, en el libro de O'Donnell hay varias y significativas
digresiones y lecciones teóricas y metodológicas. La más importante de
estas enseñanzas concierne a. la necesidad de aplicar un enfoque histórico
comparativo al estudio de los fenómenos políticos con largas raíces en el
tiempo y espacio en sus respectivas sociedades. Esa lección, sus deficiencias

8. V:.:.r el extenso capítulo dedicado a América Latina en el libro de Rueschemeyer, Huber Ste-
phens y Stephens (1992), en el que son ampliamente discutidas las contribuciones de O'Donnell.
Martín D'Alessandro - Gabriela lppolito-O'Donnell (coords.) 71

y contribuciones son analizadas con precisión y tratadas en la interesante


y provechosa contribución de Mahoney (2003).

5. Conclusión

Cualquier evaluación general de la contribución de O'Donnell al estu-


dio del autoritarismo, la modernización y el desarrollo político, y más tarde
las transiciones y la democratización, debe contextualizarse. En mi opinión,
en una comparación que también fue realizada por Hagopian (2000), sólo
hay otro académico que, trabajando los mismos temas, haya logrado tanto:
Samuel Huntington (1927-2008). El orden político en las sociedades en cam-
bio, publicado en 1968, fue reimpreso constantemente hasta 2006. Desde
luego, El orden polftico ... tuvo dos grandes ventajas: fue escrito en inglés
por un profesor de Harvard. Y además apareció en el momento indicado.
De alguna forma, El orden político ... desafió todos los estudios previos
sobre modernización y desarrollo político, del mismo modo que El Estado
burocrático autoritario ... desafió los estudios e interpi:etaciones.previas de la
política latinoamericana. El intento de O'Donnell de identificar las razones
del surgimiento de un nuevo tipo de autoritarismo y de describir las carac-
terísticas del Estado burocrático autoritario fue un quiebre en un campo
caracterizado por cierta repetición y falta de audacia al tratar Cl.lestiones
analíticas y teóricas particularmente difíciles. A su debido tiempo, la ciencia
política estadounidense comprendió que era imperativo volver al análisis
de las estructuras del Estado (Evans; Rueschemeyer y Skocpol, 1985) y no
olvidar nunca las conexiones entre los fundamentos sociales y políticos de
un sistema político y sus instituciones.
La ola de estudios sobre la modernización y el desarrollo político prác-
ticamente concluyó a finales de los setenta. Desafortunadamente, estantes
llenos de buenos libros cayeron en el no siempre merecido olvido. O'Donnell
mismo se abocó a una nueva serie de estudios relativa a las transiciones
desde el autoritarismo y los inicios de la democratización (O'Donnell;
Schmitter y Whitehead, 1986). lHubiese sido posible este compromiso sin
lo que O'Donnell había aprendido mientras escribió Modernización y autori-
tarismo, El Estado burocrátice autoritario ... y muchos de los artículos, papers
y ensayos relacionados al tema? Esta es una pregunta retórica en busca de
una respuesta enfática: no. Y ello constituye una razón más para brindar el
debido homenaje al seminal y provocador libro de O'Donnell.

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