Enfermedades de Transmision Sexual
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SÍFILIS
CLAMIDIA
GONORREA
HEPATITIS B
La hepatitis B es una enfermedad del hígado que es contagiosa y resulta de la
infección por el virus de la hepatitis B. Cuando una persona se infecta, puede
desarrollar una infección “aguda,” que puede variar en gravedad de una
enfermedad muy leve con pocos o ningún síntoma a una afección grave que
requiere hospitalización.
La hepatitis B aguda se refiere a los primeros seis meses después de que
alguien ha estado expuesto al virus de la hepatitis B. Algunas personas pueden
combatir la infección y eliminar el virus. En otras, la infección permanece y da
lugar a una enfermedad “crónica” o de por vida.
La hepatitis B crónica se refiere a la enfermedad que ocurre cuando el virus de
la hepatitis B permanece en el cuerpo de la persona. Con el tiempo, la infección
puede causar problemas graves de salud. Y es un tipo de infección hepática. A
menudo no presenta síntomas. Y No existe una cura, pero generalmente la
infección desaparece por sí sola. .
EPIDEMIOLOGÍA
La Hepatitis B es una de las enfermedades más importantes a nivel mundial
en la actualidad. Constituye un serio problema de Salud Pública en todo el
planeta, a pesar de disponerse de una vacuna eficaz y segura desde 1982. El
agente etiológico es el Virus de la hepatitis B (VHB), que es un ADN virus de la
familia Hapadnaviridae.
El único reservorio y fuente de infección son los seres
humanos, concretamente aquellos que son portadores crónicos del virus, que
lo pueden ser desde unos pocos meses después de la infección a serlo durante
toda su vida. VHB es causada por un virus que se contagia por vía sexual, por
transfusiones de sangre o por pinchazo con agujas contaminadas. El personal
sanitario, los pacientes en hemodiálisis, las personas que conviven con un
paciente con infección crónica por virus B y las personas con vida sexual
promiscua son los que más riesgo tienen de infectarse. Existen varios virus
que pueden causar hepatitis, siendo los más relevantes los virus de la hepatitis
A, de la hepatitis B y de la hepatitis C. Estos virus se diferencian en su
estructura y en el tipo de mecanismo de contagio.
Algunas personas afectadas por una hepatitis B pueden recuperarse
completamente. Los bebés y los niños pueden desarrollar con más facilidad
una cronificación del proceso. No existe un tratamiento etiológico para la
hepatitis B, pero la vacuna de la hepatitis B puede prevenir la
enfermedad. Desde el momento de la exposición al virus hasta que la
enfermedad se manifiesta transcurren de uno a seis meses.
Los síntomas más comunes son náuseas, vómito, pérdida del apetito, fatiga,
dolores musculares y articulares, luego se presenta ictericia junto con coluria y
acolia; varía desde formas no manifiestas hasta mortales, puede resolverse por
sí sola o hacerse crónica, produciendo cirrosis hepática y cáncer hepático, sin
embargo, alrededor de 90% de las infecciones en los adultos curan
espontáneamente sin dejar secuelas.
La fuente de transmisión es el hombre enfermo y portador. El virus se
encuentra en sangre y se elimina por orina, bilis, saliva, sudor lágrimas, leche
materna y semen. Es un virus muy infeccioso, versátil, y resistente.
PATOGÉNIA
El virus de la hepatitis B interfiere fundamentalmente con las funciones del
hígado, al replicarse en las células hepáticas, los hepatocitos. El receptor
responsable del reconocimiento del virus que en dichas células no se ha
identificado aún, aunque hay evidencias de que el receptor en el virus de la
hepatitis B del pato (estrechamente relacionado al virus humano) es la
carboxipeptidasa D. Los viriones de VHB (las partículas de Dane) se unen a la
célula huésped mediante el dominio pres del antígeno de superficie viral, y son
internalizados mediante endocitosis. Los receptores de PreS se expresan sobre
todo en hepatocitos, sin embargo, también se han detectado ADN y proteínas
virales en sitios extrahepáticos, lo que sugiere que tal vez también existan
receptores para el VHB en células no hepáticas.
Durante la infección con el VHB, la respuesta inmune del huésped es la
responsable tanto de la eliminación del virus como del daño hepático. Aunque
la respuesta innata no juega un papel significativo en estos procesos, la
respuesta adaptativa, sobre todo los linfocitos T citotóxicos (CTLs) específicos
contra el virus, contribuye a la mayor parte del daño hepático y a la eliminación
de la infección por VHB. Los CTLs eliminan la infección por VHB mediante la
destrucción de las células infectadas y la producción de citokinas antivirales,
que se utilizan para purgar VHB de los hepatocitos aún viables.5 Aunque el
daño hepático es iniciado y mediado por los CTLs, células inflamatorias no
específicas para el antígeno pueden empeorar la inmunopatología inducida por
los CTLs, y las plaquetas activadas en el sitio de la infección pueden facilitar la
acumulación de CTLs en el hígado.
Diagnóstico y tratamiento
Diagnóstico
Tratamientos