HIPERACTIVIDAD
HIPERACTIVIDAD
HIPERACTIVIDAD
Los niños de todos los orígenes pueden tener TDAH. Los adolescentes y adultos
también pueden tener TDAH.
Still dividió este trastorno en varias etapas, donde cada una se caracteriza por
mostrar actitudes particulares:
*Desde los 0 a los 2 años: Pueden notarse problemas en el ritmo del sueño y
mientras el niño se está alimentando. Sobresaltos, resistencia a los normales
cuidados, irritabilidad, etc.
*Desde los 2 hasta los 3 años: Dificultades para expresarse, una actividad
excesiva y poca conciencia de las situaciones de peligro, suelen sufrir numerosos
accidentes.
*De los 4 a los 5 años: Manifiestan claras complicaciones para adaptarse a un
grupo, desobedecen sistemáticamente y tienen dificultades para respetar los
límites.
*Desde los 6 años en adelante: Presentan una gran impulsividad y problemas de
aprendizaje causados por el déficit de atención. Además muestran problemas para
relacionarse.
“Este niño me agota”, “Es que no para”, “¿Es que nunca se te acaban las pilas?”.
Seguro que más de una vez hemos escuchado frases como éstas. Hay niños
revoltosos, nerviosos y movidos, pero a veces detrás de un niño que no para se
esconde un problema que preocupa a muchos padres y que nada tiene que ver con
el clásico niño travieso. Es el caso de los niños que padecen el Trastorno por Déficit
de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH), un trastorno de origen neurobiológico
que se caracteriza, como su nombre indica, por una falta de concentración,
impulsividad y/o hiperactividad excesiva o inapropiada.
1. Atención y concentración:
2. Impulsividad:
3. Hiperactividad:
Todas estas características son normales en cualquier niño, pero en el caso de los
niños con TDAH se dan con mucha mayor intensidad y frecuencia y pueden interferir
en su proceso de aprendizaje y/o en sus relaciones sociales y familiares. Y es
entonces cuando se convierte en problema. Hay muchas personas despistadas o
impulsivas, pero estos rasgos de personalidad no les impiden quedarse quietas o
concentrarse cuando es necesario.
Tipos de TDAH
Este trastorno se puede manifestar de tres formas diferentes, según predomine una
u otra dificultad. Según los criterios del manual de Diagnóstico y Estadística de la
Asociación de Psiquiatría Americana (1994), los tipos de TDAH son:
El niño, durante los primeros años de escolaridad, suele ser capaz de concentrarse
y trabajar solo, presenta un pensamiento reflexivo, sabe jugar siguiendo unas
normas y trabajar en grupo. En cambio, el niño con TDAH tiene dificultades a la hora
de realizar estas actividades: no puede hacer los deberes porque olvidó anotarlos
en la agenda, algunos compañeros no quieren jugar con él o, en muchos casos, se
encuentra sentado solo al final de la clase. Por todo esto, a menudo los niños con
TDAH presentan problemas asociados como:
Baja autoestima.
Mal comportamiento.
Problemas de adaptación en la escuela.
Mayor facilidad para sufrir accidentes.
Problemas en las relaciones con los familiares y amigos.
Problemas de sueño.
Problemas emocionales.
Dificultades a la hora de aprender.
Alto nivel de ansiedad.
El diagnóstico
También ocurren grandes cambios cuando entra en la escuela. Los horarios son
más pautados, el número de niños por maestro es mayor… pero, sobre todo, se le
exige una gran atención y control sobre sí mismo. Estos cambios, que para la
mayoría se produce de una forma natural, para los niños con TDAH no son tan
sencillos. Los padres luchan con sus hijos a la hora de hacer los deberes y el
profesor se da cuenta de que aquel niño no rinde o no se comporta como los demás
niños del grupo.
Por eso, muchas veces el diagnóstico coincide con la entrada del niño en el colegio.
El gran número de exigencias, a las que el niño con TDAH no puede responder,
hacen que durante la etapa escolar sea más evidente la necesidad de un
diagnóstico. Los padres debemos acudir a un profesional clínico especializado para
que realice el diagnóstico. Este profesional necesitará, además de la información
que le podamos dar nosotros, información por parte de la escuela mediante informes
o cuestionarios, así como la exploración y observación del comportamiento y
rendimiento del niño.
Muchos niños son “etiquetados” por las personas que les rodean. Estas etiquetas
de “gandul” o “maleducado” no facilitan la comprensión de lo que realmente le
sucede al niño ni orientan cómo ayudarle, a él y a su familia. Será mediante un
diagnóstico que confirme o descarte el trastorno cuando se podrá comenzar a
proporcionar la ayuda adecuada. Además, el profesional deberá evaluar si existen
otros problemas asociados.
Tratamiento
(Se ha cambiado el nombre del niño y cualquier detalle que pudiera identificarle)
Pedro es el segundo hijo del matrimonio. Tiene un hermano de 9 años. Nacido a las
39 semanas de gestación, por parto normal. Durante los primeros meses, el patrón
de alimentación fue normal. En cuanto al patrón de sueño, no durmió bien hasta los
2-3 meses. Le describen como un bebé intranquilo.
A nivel social, los padres describen a Pedro como un niño simpático, sociable y
cariñoso. Normalmente se acerca a los niños más pequeños y débiles, y mantiene
la relación con los amigos de infantil. Tiene buenas relaciones con la familia en
general.
Observación conductual:
Otras pruebas
En los cuestionarios sobre los criterios DSM-IV TR, para el diagnóstico del TDAH,
las apreciaciones de padres y profesores son bastante coincidentes. En cuanto a
síntomas de inatención, Pedro no presta atención suficiente a los detalles, tiene
dificultades para mantener la atención, parece no escuchar, no sigue instrucciones,
tiene dificultades para organizar tareas, se distrae fácilmente por estímulos
irrelevantes y es descuidado en las actividades diarias. En cuanto a síntomas de
hiperactividad, Pedro mueve en exceso manos o pies y se remueve en la silla,
abandona su asiento en clase u otros, corre o salta excesivamente en situaciones
inapropiadas y suele actuar como si “tuviera un motor”. Sin embargo, no presenta
los síntomas de hiperactividad siguientes: hablar en exceso, precipitar respuestas o
dificultades para guardar el turno.
Observación en el colegio
Según informa la tutora del colegio, en cuanto a los hábitos de trabajo, Pedro
muestra síntomas de hiperactividad e impulsividad. Interrumpe continuamente a los
demás, hablando, moviéndose o haciendo ruidos. No tiene una buena capacidad de
planificación, ni un ritmo y velocidad de trabajo adecuados, y generalmente no
termina los planes de trabajo, porque pierde mucho tiempo. En cuanto a la
organización, trabaja sin ninguna previsión, siguiendo lo que hacen sus
compañeros. La tutora considera que no se encuentra motivado ante las tareas
escolares. Sus dificultades académicas se centran en comprensión escrita y
ortografía. Necesita continuamente la atención y aprobación de sus profesores. No
muestra conciencia de problema, y parece sobrevalorar sus trabajos escolares. En
cuanto a la creatividad, la tutora refiere que no posee una gran imaginación. Y en
cuanto a su actitud en el grupo, adopta una actitud pasiva, mostrando una actitud
pasiva en la interacción. No interviene, se distrae. Continuando con la información
de la tutora, referida al comportamiento personal y social de Pedro, dice que es un
niño afectuoso, desenvuelto y siempre dispuesto a colaborar. Presenta dificultades
en atención sostenida, ya que se interesa fácilmente por todo, pero de forma poco
duradera. Muestra un bajo nivel de ansiedad y no parece tener conciencia de
problema. En cuanto a la responsabilidad, se muestra normalmente
despreocupado. Pedro tiene baja tolerancia a la frustración, reacciona con rabietas
desproporcionadas ante pequeñas contrariedades. La tutora considera que se
siente incapaz de afrontar solo cualquier dificultad, lo cual puede deberse a una baja
autoestima y posible anticipación de incapacidad ante las tareas. En las relaciones
con sus iguales, tiende más a someterse que a dominar. La tutora observa que es
descuidado en su aspecto. Y a nivel conductual, presenta conductas de escape ante
las dificultades.
En resumen, los resultados de la evaluación indican que Pedro tiene una capacidad
intelectual media. Muestra aptitudes dentro del promedio para su edad, pero su
rendimiento está algo por debajo de la media en las áreas de Comprensión Verbal
y Velocidad de Procesamiento.
En relación a los aspectos atencionales, en su ejecución general muestra problemas
en atención selectiva y sostenida, costándole centrarse en una tarea sin atender a
otros estímulos del entorno y permanecer atento durante largos periodos de tiempo.
Asimismo, la información que aportan los padres y el colegio, denota que dichos
problemas se aprecian en los distintos contextos y a lo largo del desarrollo.
Paralelamente, Pedro muestra un estilo cognitivo impulsivo, costándole planificar y
generar estrategias adecuadas para la resolución de las pruebas que así lo
requieren. Muestra asimismo inquietud motora.
Por sus resultados en las pruebas, así como por la observación conductual, su estilo
impulsivo y sus dificultades en atención y concentración, planificación, memoria de
trabajo e inhibición de conductas, se valora que el diagnóstico que presenta Pedro
es Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Además, para
poder dar esta valoración, atendemos a la historia de desarrollo de Pedro, su
escolaridad y las observaciones de sus padres y su profesora.
Área Psicológica:
Atención:
Estimulación de la atención selectiva.
Ampliar los tiempos de atención sostenida.
Entrenar habilidades de planificación
Entrenar la memoria de trabajo.
Impulsividad, hiperactividad:
Entrenar en estilo reflexivo de respuesta.
Aumentar el autocontrol emocional y conductual.
Entrenar habilidades para descifrar instrucciones escritas, e inhibir las
respuestas impulsivas.
Tolerancia a la frustración:
Aumentar la tolerancia a la frustración y trabajar las reacciones
desproporcionadas y de enfado ante las regañinas.
Aspectos emocionales:
Entrenamiento en estrategias de control de los factores emocionales
(nerviosismo, anticipación dificultad).
Área de Lecto-escritura:
Área familiar
Paralelamente, se recomienda que los padres reciban asesoramiento sobre cómo
potenciar las habilidades de su hijo, mejorar los aspectos atencionales y cómo
controlar su estilo cognitivo impulsivo. Asimismo, sobre cómo establecer criterios
educativos firmes, estableciendo límites claros, a la par que coherentes y
accesibles. Se recomienda el trabajo del terapeuta con padres y profesores para
manejar las contingencias adecuadas e ir sistemáticamente reduciendo las
conductas problemáticas y creando conductas alternativas más adaptativas. Es
importante administrar estas contingencias de manera sistemática. Entrenarles
también en cómo manejar las variables emocionales detectadas.
Derivación al neurólogo:
5.- Eliminar las rabietas. Entrenar a los padres en manejo conductual de las
reacciones explosivas. Entrenar al niño en autocontrol emocional y conductual.