Ácido Láctico
Ácido Láctico
Ácido Láctico
Descripción:
Conservante y acidulante natural o sintético. Se obtiene de forma natural por extracción del azúcar
de la leche (lactosa) o de forma sintética (comercialmente) fermentando azúcar de caña (sacarosa),
azúcar de uva (glucosa) o almidón de maíz (maicena) con bacterias de la familia Lactobacillus. Se
utiliza para prevenir levaduras y hongos.
Ingesta diaria:
Ilimitada.
Nivel de toxicidad:
Baja
Efectos colaterales:
No se presentan efectos colaterales en adultos. Los lactatos de configuración tipo D- o DL-
(estereoisómeros) no deben ser suministrados a los bebés o niños pequeños, debido a que no
cuentan con las enzimas hepáticas apropiadas para metabolizar estas formas de lactato.
Restricciones dietéticas:
Ninguna. El ácido láctico y los lactatos pueden ser consumidos por todos los grupos religiosos, así
como por los vegetarianos (estrictos y no estrictos). Aunque su nombre está relacionado a la leche,
no se trata de un derivado de ésta por lo que puede ser consumido por personas alérgicas a la
leche o que sufran de intolerancia a la lactosa.
Aspectos Técnicos
Algunas características fisicoquímicas de relevancia
Recomendaciones de Uso
El Ácido Láctico es una sustancia que se encuentra ampliamente en la naturaleza como parte de
los metabolitos del organismo o como resultante de la fermentación de diferentes alimentos. Por
ejemplo, en la producción de queso, yogur, pan, productos cárnicos madurados y vegetales
fermentados el Ácido Láctico se encuentra presente.
El Ácido Láctico se emplea en la industria cárnica como un agente antimicrobiano que evita el
desarrollo de patógenos en los productos además de ayudar al perfil de sabor, ligar el agua libre y
reducir la presencia de sodio. En la mayoría de las ocasiones se aplica en su forma de sal.
En el cuerpo, el lactato (forma salina del Ácido Láctico) juega un papel importante como resultado
de la respiración anaeróbica. Cuando una persona se somete a un ejercicio intenso se activa la
descomposición anaeróbica del glucógeno que le permite a la persona continuar en la actividad
aunque se encuentre en un estado de fatiga. Anteriormente se creía que la presencia y
acumulación del lactato en el músculo era lo que daba pie a la sensación de dolor (DOMS) los días
posteriores al ejercicio. Actualmente se sabe que la presencia de este le permite al cuerpo
disminuir la producción de energía al crear un medio ácido y con ello poder iniciar la reconstrucción
del músculo. Los investigadores aún no han encontrado la razón final por la que se presenta el
DOMS, sin embargo, en los últimos hallazgos se ha observado que este malestar tiene que ver
más con el cansancio del músculo al realizar cierto tipo de ejercicios como correr cuesta arriba.