Laborat

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10.

Las pesas de balanza son objetos de masa perfectamente conocida que sirven
para compararla con la masa del objeto cuyo peso queremos determinar. Las hay
desde 100 gr hasta 0,01 gr; y está terminantemente prohibido tocar con las manos
aquellas pesas de masa inferior a 5 gr, ya que al ser relativamente pequeñas, la
suciedad que les podemos impregnar puede alterar la medida. Para manipularlas
se utilizarán unas pinzas ubicadas en la propia balanza.
Se utilizan pinzas para no contaminar las pesas con la grasitud y transpiración de
los dedos.
Dicha contaminación produce un error en exceso, porque las balanzas de
precisión detectan diferencias de 0,1 mg.

9. No pesar objetos calientes (y a ser posible tampoco húmedos).


Si poseen vitrina con puerta, esta debe estar cerrada (al efectuar la medición final
y cuando no se utilice).
En las balanzas de dos platos que requieren utilizar caja de pesas, estas deben
cogerse con pinzas y nunca con los dedos.
Deben estar en un lugar apartado, protegidas de gases corrosivos, humedad, etc.
(en sala de balanzas con puerta cerrada).
Deben protegerse de las altas temperaturas, sol y de la electrostática.

8.

 Limpiar la bureta con agua y enjuagar con agua destilada.


 Enjuagar con pequeñas cantidades de la disolución valorante.
 Llenar la bureta con el valorante y enrasar con la llave (ver que no hay burbujas).
 Limpiar la punta de la bureta con agua destilada, y valorar.
 Colocar un papel blanco bajo el Erlenmeyer que contiene la muestra para ver
mejor el cambio de color (ver preparación de la muestra).
 Se valora con la disolución patrón, que se añade desde la bureta.
 Las valoraciones se hacen por triplicado.
 Los volúmenes obtenidos deben ser reproducibles (diferencias < 0,1 mL)

Para no causar error en la titulación o el experimento que se va a realizar...


Y así retirar todo exceso de aire o burbujas del mismo que puedan afectar la
medición.
7.
El vidrio es uno de los más utilizados y todos aquellos materiales que se
constituyen principalmente de vidrio son conocidos por el nombre de vidriería de
laboratorio. Existe una serie de requerimientos básicos que debe reunir el vidrio
para poder ser empleado en la fabricación de material de laboratorio , y uno de los
más importantes es que sea resistente al calor, es decir, refractario. Estas varían
según el tipo de vidrio utilizado, y se distinguen dos clases: el vidrio de sosa y cal,
o vidrio común, y el vidrio borosilicato o vidrio pírex.
El vidrio de sosa y cal presenta en su composición entre el 71% y el 75% de
arena, entre un 12% y un 16% de bicarbonato sódico y entre 10% y 15% de cal.
Las características varían dependiendo de su composición pero en general, el
vidrio de sosa y cal es sensible a los cambios de temperatura, razón por la cual su
uso se encuentra limitado en la fabricación de material para laboratorio.
Es el más fácil de fabricar y usualmente, a su composición básica se le incorporan
otros elementos para modificar algunas de sus propiedades, por ejemplo, se
incrementa su resistencia química, con lo que se vuelve un material más duradero,
o se reduce su punto de ablandamiento, para incrementar su índice de refracción.
El vidrio de borosilicato tiene una mayor resistencia química que el vidrio común,
una gran resistencia al calor y a los cambios de temperatura. En su composición
se puede encontrar entre un 70% y un 80% de arena, de un 7% a un 13% de
trióxido de boro, entre el 4% y el 8% de óxido de sódico y óxido potásico y
finalmente entre el 2% y el 7% de óxido de aluminio. Gracias a sus propiedades es
ampliamente utilizado en las plantas de producción del sector químico, en la
industria farmacéutica, en materiales para laboratorio.
Es empleado para manufacturar matraces aforados, buretas y probetas
graduadas, principalmente, aunque para ello debe sujetarse a las normas
vigentes. La razón por la que este tipo de vidrio presenta sus propiedades de
resistencia a las altas temperaturas y sus cambios bruscos se debe a la manera
en que sus componentes se comportan. El trióxido de bismuto, por una parte,
debilita la estructura de la red de sílice y reduce el punto de reblandecimientos de
los vidrios fabricados de sílice, obteniendo así propiedades como baja expansión
térmica, buena resistencia química, alta resistencia dieléctrica y elevada
temperatura de ablandamiento.
Es más difícil trabajar con él puesto que tiene una alta temperatura de
ablandamiento. Entre los usos más comunes que se le da a este tipo de vidrio se
encuentra la fabricación de materiales de vidrio para laboratorios, termómetros
para medir temperaturas elevadas, en espejos de telescopios, etc.

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