Informe Anual de La CPM (Completo)
Informe Anual de La CPM (Completo)
Informe Anual de La CPM (Completo)
AGOSTO 2018
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Informe anual 2018
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Informe anual 2018
Federico Perrota, 24/09/1993
Sergio Filiberto, 10/10/1989
Fernando Latorre, 13/04/1992
Franco Pizarro, 11/08/1989
Jhon Claros, 16/11/1991
Alan Córdoba, 06/06/1998
Juan José Cabrera, 21/08/1993
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Informe anual 2018
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Informe anual 2018
La CPM está integrada por
Mesa ejecutiva
Coordinador: Roberto Cipriano García
Integrantes: Susana Méndez, Ernesto Alonso, Sandra Raggio
y Valeria Corfiel
Direcciones generales
Directora general de áreas: Sandra Raggio
Directora general de administración: Valeria Corfiel
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Informe anual 2018
Leopoldo Polo” Schiffrin
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Informe anual 2018
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Informe anual 2018
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Informe anual 2018
Equipos de la CPM que participaron en la elaboración de este Informe
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Programa de salud mental
Director: Luis Onofri
Equipo: Matías Nicolás Díaz, Melina Magalí Galeano, Darío Antonio Leyes
Fouillet, Paula Ruiz, Yael Zygielman Tale.
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN..................................................................................................................17
6. LA MASACRE DE PERGAMINO..................................................................................138
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SECCIÓN II: POLÍTICAS PENITENCIARIAS
1. POLÍTICAS DE ENCARCELAMIENTO......................................................................149
1.1 La política del encierro se consolida.............................................................149
1.2 Prisión preventiva: piedra angular del sobre-encarcelamiento.................156
1.3 La trampa judicial: flagrancia y juicio abreviado .......................................165
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2.3 Desfinanciamiento y deficiente implementación........................................379
DE LA SALUD MENTAL.....................................................................................................508
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SECCIÓN V: POLÍTICAS DE JUSTICIA
6. CAUSAS ARMADAS........................................................................................................553
6.1 Jonatan Ingla: una investigación basada en estigmatización y prejuicios ..............555
6.2 Claudio Castro: una acusación fiscal arbitraria...........................................557
7. ACCESO A LA JUSTICIA...............................................................................................558
ANEXOS
Referencias bibliográficas
III Agradecimientos..............................................................................................................631
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Informe anual 2018
Informe anual 2018
El sistema de la crueldad XII
Sobre lugares de encierro, políticas de seguridad
y niñez en la provincia de Buenos Aires
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INTRODUCCIÓN
El año 2017 estuvo marcado por la masacre de Pergamino. El hecho -la muerte
de siete jóvenes incinerados en la comisaría 1ª de esa ciudad– no irrumpió de
la nada, no fue una sorpresa ni un accidente. Tampoco es un hecho que pueda
endilgarse a las víctimas. En su crueldad y dureza expresa la situación extrema
que se padece en los lugares de encierro de la provincia de Buenos Aires, donde
vivir al límite de la muerte, del frío, del hambre, del abandono y de la violencia
es el modo normal de sobrevivencia.
A pesar de ello, la Masacre no conmovió al sistema político, a la gestión de go-
bierno ni a la Justicia. Casi no conmovió a la sociedad ni fue tapa de los medios
masivos de comunicación o parte de los noticieros centrales de la televisión o
las grandes radios. Ninguno se sintió interpelado, pues nada cambió después de
este hecho atroz.
Los jueces no se cuestionaron las privaciones de la libertad que dispusieron ni el
lugar que admitieron para que esas personas fueran alojadas. Tampoco, luego de
constatados los agravamientos en las condiciones de detención, resuelven mo-
dificaciones drásticas, clausuras o traslados. Y, cuando lo hicieron, no actuaron
con firmeza ante la sistemática desobediencia de los funcionarios de gobierno.
El Gobierno, por su parte, lo admite pero se declara impotente. Propone la cons-
trucción de más cárceles como único remedio, y avanza en la consolidación y
profundización de un punitivismo duro, de larga data en la Provincia y clara-
mente ineficaz para lo que dice combatir. Seis meses después de esta masacre
-y ante el requerimiento de la Suprema Corte provincial que solicitó un plan
para resolver esta situación- solo confirmó que más del 80 % de las comisarías
no tenían medios para enfrentar siniestros: ni siquiera un matafuego adecuado
y, mucho menos, redes de prevención de incendios o planes de contingencia. A
casi un año y medio del hecho más grave ocurrido en una comisaría en demo-
cracia, la situación no ha cambiado: el Ministerio de Seguridad no adoptó nin-
guna medida de prevención y la Suprema Corte provincial tampoco se la exigió.
Los legisladores sólo se aprestan a discutir proyectos de reformas legislativas
emanadas del mismo Ejecutivo, cuyo resultado será endurecer más al sistema y
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Informe anual 2018
empeorar la situación. Las reformas promovidas por el gobierno al Código Pro-
cesal Penal, a la ley de Ejecución y al régimen penal juvenil no solo son incons-
titucionales: profundizarán las graves violaciones de derechos humanos que se
analizan en este informe. Y no resolverán los problemas que dicen combatir.
La política criminal actual sigue el mismo rumbo desde hace décadas captando
a los eslabones más débiles del delito. La mayoría de las personas están deteni-
das por delitos de pena baja; es una política criminal y de seguridad que no se
orienta a desestructurar el crimen organizado sino a garantizar sus condiciones
de reproducción -pues no opera sobre sus raíces sino sobre el follaje- delegando
la función de regulación de los mercados ilegales a las fuerzas policiales. Es una
política de persecución penal hacia la población de los territorios más pobres,
configurados por la vulneración de derechos. Una política criminal que persi-
gue abajo (a los fusibles de la cadena criminal) y garantiza la impunidad arriba
(a los que lo organizan y controlan el mercado ilegal).
A la par, el gobierno nacional aplica la doctrina de las nuevas amenazas, colo-
cando al narcotráfico y al terrorismo como los grandes peligros de nuestra segu-
ridad interior. Una ficción que busca avanzar en la militarización del territorio y
el control de los recursos para garantizar los negocios de las trasnacionales y su
política de saqueo y, al mismo tiempo, elude el control de los flujos financieros
donde se ejecutan las transacciones de los mercados ilegales: liberalización de
mercados y control territorial.
A escala global y territorial -por arriba y por abajo- la política de seguridad se
dirige a controlar los territorios bajo la modalidad de la ocupación militar o
policial y a determinadas poblaciones identificadas con el estigma de peligrosas.
Al mismo tiempo, se trata de garantizar negocios ilegales que son efectivamente
los que conspiran contra la seguridad, pues conforman el mercado del delito,
generan corrupción y degradan el Estado.
El paradigma de las nuevas amenazas globales que militariza el territorio na-
cional -asociado con una política criminal selectiva en lo local y sostenida por
la saturación policial que capta a los pobres que cometen delitos de escasa gra-
vedad- configura un escenario propicio para las violaciones sistemáticas de los
derechos humanos y el consecuente debilitamiento del sistema democrático.
El año 2017 dio muestras claras de ello: a la Masacre de Pergamino (producto
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Informe anual 2018
de esta política criminal que persigue jóvenes y pobres estigmatizándolos como
delincuentes) hay que adicionar la muerte de Santiago Maldonado y Rafael Na-
huel, jóvenes identificados como peligrosos en tanto “terroristas” y víctimas de
este nuevo paradigma que construye en comunidades mapuches vulnerables y
muy pobres un “enemigo transnacional” para el que no hay políticas sociales
inclusivas sino represión y encarcelamiento.
Para peor, esta profundización del Estado represivo no tiene como contracara
una de políticas de inclusión y más derechos que contengan las consecuencias
de un Estado y un mercado que expulsan a vastos sectores de la población. Los
grupos más vulnerables -niños, niñas y adolescentes pobres, migrantes, mino-
rías sexuales, pueblos originarios, personas con padecimiento mental- no re-
ciben políticas activas de protección. Y ciertas normativas puestas en marcha
implicaron más restricción de derechos.
Citaremos algunos ejemplos que van en este sentido. El decreto de necesidad y
urgencia (DNU 70/2017), publicado el 30 de enero de 2017 y modificatorio de
la ley nacional de migraciones 25.871, instaura el estatuto de la deportación sin
juicio que hablita la persecución a uno de estos colectivos. Un ejemplo paradig-
mático es el hostigamiento y persecución a los grupos migrantes procedentes de
Senegal, que son reprimidos y detenidos de manera sistemática por vender en
la vía pública.
Otro ejemplo es el protocolo anti piquetes del Ministerio de Seguridad, condu-
cido por Patricia Bullrich, que cercena el derecho a la protesta y a la libertad de
prensa, y atenta en general las garantías constitucionales.
También los intentos sistemáticos por malograr la aplicación de la ley de salud
mental 26.657 que constituye un avance histórico en el reconocimiento de los
derechos de las personas con padecimiento mental.
La reforma regresiva de la ley nacional de ejecución de la pena privativa de li-
bertad y la aprobación del proceso de flagrancia a nivel federal (sancionadas con
el acuerdo del oficialismo y los principales partidos de oposición) han cambiado
el paradigma de la resocialización, sostenida por el principio de la progresividad
de la pena que manda la Constitución nacional, para dar lugar al paradigma de
la seguridad ciudadana que incluye el derecho penal del enemigo. Este nuevo
paradigma pone el énfasis, entre otras cosas, en perseguir a la delincuencia clá-
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Informe anual 2018
sica e incrementar las penas, alimentar el sentimiento colectivo de inseguridad,
asignar a las víctimas un papel protagónico que justifica incluso la venganza, y
revalorizar el componente aflictivo de la pena y el endurecimiento del régimen
penitenciario. Se agregan la simplificación del debate de los actores políticos,
quienes asumen un abordaje superficial de un tema que, por ser predominante
en ciertos sectores de la población, supone réditos electorales. Esto se completa
con los reclamos de mayor poder estatal sancionador y de recortes a garantías
y derechos de defensa que se consideran necesarios y se celebran como verda-
deros logros en la lucha contra el delito. La profundización de este paradigma
socava el Estado de derecho.
Como corolario, al cierre de este informe, el presidente Mauricio Macri firmó
el decreto 683/2018 que habilita la participación de las Fuerzas Armadas en los
conflictos internos echando por tierra la división entre seguridad interior y se-
guridad exterior, que constituye uno de los logros institucionales más importan-
tes de la democracia post dictadura.
La provincia de Buenos Aires: continuidades, profundización y consolidación
Uno de los rasgos que señalábamos en el Informe XI respecto del año 2016 es
que en la provincia de Buenos Aires se advertía una continuidad clara con la
gestión anterior en materia de seguridad, justicia, niñez y salud mental. En ese
primer año de gestión, lo singular fue el reconocimiento sin discusión del diag-
nóstico de colapso y crisis de todo el sistema penal, de salud y de promoción y
protección de derechos, expresado por los ministros y la gobernadora Vidal.
Sin embargo, poco es lo que se hizo para revertir la situación; por el contrario
-tal como señalábamos más arriba-, incluso ante un episodio extremo como
la masacre de Pergamino, no hubo ningún avance significativo que permitiera
percibir una clara vocación política por resolverla.
La construcción de discursos resonantes que hablan de transformaciones pro-
fundas en el sistema penal, la justicia o las instituciones penitenciarias y poli-
ciales fueron sólo anuncios mediáticos con escaso contenido: maquillajes que
encubren una realidad que, como el magma de un volcán, no podrá contenerse
y que más temprano que tarde entrará en erupción.
No estamos lejos de ello. Como se expondrá en este informe, la situación en
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Informe anual 2018
la provincia de Buenos Aires es de extrema gravedad y se expresa en algunos
indicadores relevantes que durante 2017 alcanzaron un record histórico: se ha
llegado a un índice record de prisionización, de sobrepoblación y de crecimien-
to interanual de la población encarcelada. Los casos de tuberculosis también
son máximos duplicándose en solo un año, al igual que la cantidad de jóvenes
y niños inimputables detenidos. Lo más alarmante es que la tendencia continúa
en ascenso y la situación sigue empeorando. En diciembre de 2017 la cantidad
de personas detenidas era de 43.094, un índice de prisionización de 253 cada
100 mil habitantes. A junio de 2018, en seis meses, trepó a 45.782 personas de-
tenidas, un índice de 266 cada 100.000 habitantes.
La figura del volcán no es retórica, la diferencia es que el magma está compuesto
por personas.
Sobrepoblación
A diciembre de 2017 había 43.094 personas detenidas. En el SPB, 38.320 per-
sonas se alojaban en 20.071 plazas penitenciarias, generando otro record: 91 %
de sobrepoblación. En comisarías, 3.097 personas ocupaban 1.040 camastros
superando el 200 % de sobrepoblación, y el monitoreo electrónico se aplicaba a
1.677 personas.
Otro dato que da cuenta de la gravedad de la situación es que 1.269 personas se
alojaban en 109 comisarías inhabilitadas por orden judicial o administrativa, es
decir en lugares prohibidos.
La variación interanual de la tasa de personas detenidas fue de 24 puntos. Du-
rante el año 2017 se sumaron 4.500 personas al sistema de encierro: esto supera
la variación histórica más alta que correspondió al período 2000-2001, durante
la gobernación de Carlos Ruckauf.
En 2017 todos los complejos penitenciarios alojaron personas por encima de su
capacidad. En varias unidades penitenciarias la sobrepoblación superó el 200 %;
la Unidad 28 de Magdalena obtuvo el record: el 246 % (aloja a 3,2 personas cada
1 plaza). Estas cifras provocaron que a diciembre del año pasado, la PBA tuviera
1 persona detenida cada 395 habitantes.
Este crecimiento constante de la población encerrada en penales y comisarías
no es sólo una información cuantitativa de tipo demográfico: expresa cualitati-
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Informe anual 2018
vamente un crecimiento exponencial del padecimiento de personas vulneradas
en sus derechos elementales.
1 Creado en el año 2010 por acuerdo inter-institucional entre la Comisión Provincial por la Memoria de la
provincia de Buenos Aires, la Procuración Penitenciaria de la Nación y el Grupo de estudios sobre sistema penal
y derechos humanos (GESPyDH) del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias
Sociales (UBA), el RNCT releva casos concretos y fehacientes de torturas y tratos crueles, inhumanos y degra-
dantes. En los informes anuales del Registro disponibles en la web de la CPM se pueden encontrar en extenso
los antecedentes, fundamentos y especificaciones generales acerca de su abordaje conceptual y metodológico.
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Informe anual 2018
o prolongado. Marcar el cuerpo, autolesionarse, suele ser la única manera de
lograr ser escuchados. El 9% de las víctimas de estos hechos son mujeres, por-
centaje que duplica la participación de las mujeres en el total de la población
carcelaria (4,5% de promedio anual). Según lo que informa el SPB, de las cinco
personas que sufrieron mayor cantidad de hechos violentos durante el año, cua-
tro son mujeres. El mismo SPB informó que en 591 casos hubo una intervención
violenta del SPB, que incluyó desde golpes hasta la represión mediante disparos
con munición antitumulto. Por otro lado, en 1.985 casos (el 35 %) la única me-
dida adoptada fue el aislamiento. Es frecuente encontrar alojadas en buzones
personas heridas, golpeadas o deterioradas psíquicamente.
La salud penitenciaria atraviesa una crisis gravísima que provoca la gran can-
tidad de muertes por enfermedades no atendidas. Durante 2017, 2.538 de los
detenidos entrevistados en 55 unidades penales provinciales denunciaron al
menos un tipo de hecho vinculado a la desatención de la salud, muchos prolon-
gados y graves. Un solo dato da cuenta de este panorama desolador: los casos
registrados de enfermos por tuberculosis ascendieron de 187 en 2016 a 436 en
2017. Es urgente que Salud Penitenciaria, hoy bajo la órbita del Ministerio de
Justicia, pase a depender del Ministerio de Salud e integrarse a sus políticas
y programas.
Las muertes en el encierro siguen siendo evitables en tanto la desatención de la
salud es la base de su recurrencia, asociada con las infrahumanas condiciones de
vida. Entre 2008 y 2016 las muertes producidas por problemas de salud repre-
sentaron el 68%, los homicidios el 21% y los suicidios el 11%.
En este informe no presentamos una cifra completa porque no contamos con la
información oficial. Por primera vez el Ministerio de Justicia no informó la
cantidad de personas fallecidas. El listado de 134 personas que hemos podido
reconstruir es sin dudas un sub registro, lo que se constata en la serie decenal
de la tasa de mortalidad que ha oscilado entre 4.1 y 5.6. Si las muertes hubieran
sido efectivamente 134 nos daría una tasa de 3.4, sin dudas un imposible ya
que la situación de salud es deplorable y ha empeorado. Un indicador es el au-
mento exponencial de los casos de TBC, que se duplicaron seguramente por el
aumento de la sobrepoblación y el hacinamiento que baten un record histórico.
A modo estimativo y optimistas: si para 2017 tuviéramos una tasa igual a la más
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Informe anual 2018
baja de la serie (4.1 en 2014), los fallecimientos habrían sido 164.
Las mujeres y trans/travestis son aun más vulnerables pues, a pesar de la fuerte
demanda social y la visibilización pública de la agenda ligada al género, el sis-
tema de encierro reproduce la violencia patriarcal y genera peores condiciones
que las existentes para los varones.
Las mujeres detenidas aumentaron: 1.346 en 2017, de las cuales 81 estaban em-
barazadas y 62 encerradas con sus hijos. El número de niñas y niños encerrados
a diciembre de 2017 ascendía a 63: un 23,7 % más que en diciembre del año an-
terior. El 60,4% de las madres está en prisión preventiva, superando en más del
10% los valores de varones procesados (54 %). En sintonía con esto, las mujeres
acceden menos a derechos procesales ligados a la morigeración de la pena. A
pesar de ser una población que integra sectores muy vulnerables (embarazadas
y niños) el sistema penal es más duro con las mujeres, que padecen además
todas las violaciones de derechos ligadas con el encierro. Durante 2017 la CPM
registró 792 agravamientos en las condiciones de detención: 213 correspondían
a deficiente atención de la salud, 142 a afectación del vínculo familiar, 111 a
cuestiones procesales y 81 a malas condiciones materiales de detención.
El colectivo trans/travesti padece peores condiciones. El sistema penal niega
su identidad genérica, violando la ley 26.743, y las aloja en cárceles de varones
sin aplicar ningún protocolo tratamental diferencial. La situación de salud del
colectivo es particularmente vulnerable: durante 2017 murieron tres mujeres
trans por desatención de su salud, que de por sí es grave. No acceden a los tra-
tamientos hormonales ni tampoco al adecuado para el VIH y sus enfermedades
asociadas, siendo que estas enfermedades impactan de manera significativa so-
bre este colectivo.
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Informe anual 2018
de extensión y ocupación territorial de las fuerzas de seguridad. Como corola-
rio, la justicia se limita a convalidar el accionar policial.
En 2017, se detuvo a 39.765 personas. Solo el 10% tenía orden judicial previa;
en el 90 % restante la policía detuvo mediante flagrancia que luego fue confir-
mada por el Poder Judicial. Lejos de ser una medida de excepción, la prisión
preventiva es la regla: según la Procuración General un 54 % de los detenidos
se encuentra en esta situación, contrariando la idea de “puerta giratoria” de la
justicia o de una justicia que no detiene a ninguna persona.
Los últimos años presentan procesos penales poco auspiciosos para la situación
de los derechos humanos en la provincia de Buenos Aires. La flagrancia aumen-
tó un 30% en los últimos cinco años. Este procedimiento tiene como efectos
principales la legalización de prácticas policiales arbitrarias en el marco de la
aprehensión y la aceleración de la llegada a la instancia de condena, que gene-
ralmente los detenidos esperan tras las rejas. El juicio abreviado también se ha
convertido en regla: creció un 42% en los últimos cinco años y representa el 73%
de las sentencias dictadas a nivel provincial, mientras el juicio oral y público se
va convirtiendo en una excepción.
Arbitrariedad para detener, automaticidad para convalidar y velocidad para
condenar son las tres prácticas combinadas del Poder Judicial y las fuerzas
policiales que han llevado a este record de la tasa de encarcelamiento.
Las fuerzas de seguridad se despliegan por el territorio no sólo para controlar
sino también para captar y nutrir el sistema penal. Son en gran medida las que
generan el sobre-encarcelamiento.
La aplicación en la Provincia de la doctrina de las nuevas amenazas no ha impli-
cado grandes cambios en relación con gestiones anteriores que definieron como
estrategia de seguridad la saturación policial, pero se observa una mayor fre-
cuencia, intensidad y permanencia en los territorios. En algunos barrios la pre-
sencia se prolonga por meses o semanas y, consecuentemente, allanamientos sin
orden judicial, armado o fraguado de causas penales, torturas, violencia verbal,
amenazas o detenciones arbitrarias. La imputación infundada del delito de re-
sistencia a la autoridad es utilizada con recurrencia para justificar formalmente
detenciones y procesamientos esencialmente ilegales y arbitrarios. En la misma
dirección se inscriben los procedimientos de control vehicular, particularmente
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Informe anual 2018
en transporte público de pasajeros, que se han vuelto rutinarios y extendidos en
el territorio de la Provincia.
La Gendarmería se ha convertido en una fuerza multipropósito con presencia
en muchos territorios y una actuación específica en la represión de la protesta
social.
En este contexto, se sigue registrando un número alarmante de muertes produ-
cidas por agentes de las fuerzas de seguridad. En 2016 registramos 109 muertes,
incrementándose a 121 en 2017. El aval del presidente de la Nación y la ministra
de Seguridad al agente Chocobar envió un mensaje que promueve este tipo de
intervenciones policiales, en un contexto en el que la mayoría de los casos deno-
tan un evidente menosprecio por la vida y una notoria falta de profesionalidad
en el uso de la fuerza letal.
En 2017 se duplicaron las denuncias por violencia policial que ingresaron a
la CPM: 300 casos. La violencia policial es violencia del Estado y los casos no
pueden interpretarse de manera aislada: son prácticas incorporadas a la rutina
institucional y la modalidad con la que las policías cumplen sus funciones. La
tortura y los tratos crueles se inscriben como parte de estas prácticas estatales, y
adquieren rasgos de sistematicidad por su cotidianeidad y extensión territorial.
También aumentó la violencia policial sobre niños, niñas y adolescentes. Todas
las prácticas ilegales policiales se despliegan también sobre este colectivo. En
las inspecciones a comisarías hemos encontrado NNyA de entre 8 y 17 años de
edad, detenidos en muchos casos con adultos. Las figuras utilizadas para fun-
darlas son variadas: entrega de menor, aplicación del código de faltas, averi-
guación de identidad, entre otras. En estas detenciones no interviene personal
policial especializado o del Organismo de Niñez; tampoco se comunica o da
intervención oportuna a estos dispositivos ni a los defensores del fuero de Res-
ponsabilidad Penal Juvenil.
El de las personas trans es otro grupo que padece particularmente violencia y
persecución policial sistemática. Muchas veces es una doble vulneración: por
pertenecer al grupo y por ser migrantes.
Un signo positivo que destacamos -al igual que en nuestro informe anterior- es
la intervención de la Auditoría de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad.
Según información oficial, en 2017 se iniciaron 10.320 sumarios; en ese marco
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Informe anual 2018
se suspendió a 781 agentes y se detuvo a 300. Se iniciaron 613 sumarios por
enriquecimiento que derivaron en 85 funcionarios denunciados ante la justicia
penal; de estos, 9 fueron denunciados por lavado de activos.
Sin embargo, este rasgo que valoramos es insuficiente. Si no se complementa
con un cambio general en el diseño y la orientación de las políticas vinculadas al
delito, los agentes policiales seguirán desplegando rutinas que incluyen actos de
corrupción y prácticas violentas, arbitrarias e ilegales. En síntesis: toda gestión
que centre sus políticas de seguridad en el dominio territorial de la policía bo-
naerense asume la violencia sistemática y la corrupción estructural.
Salud mental
Otro de los grupos extremadamente vulnerables es el de las personas con pa-
decimiento mental privadas de su libertad. La cifra ha aumentado en conso-
nancia con el sistema penal, llegando a una cantidad aproximada de 13.500: un
crecimiento interanual del sistema manicomial de alrededor de 1.000 personas,
fundamentalmente en manicomios de gestión privada, ya que hubo una reduc-
ción general en los manicomios públicos de la Provincia. La falta o deficiente
atención médica clínica de las personas privadas de su libertad dentro de los
manicomios es el agravamiento más relevado, que se vincula claramente con la
elevada cantidad de muertes en los manicomios públicos: 92 personas sobre un
total de 182 en todo el sistema. La tasa de mortalidad fue de 44.81 cada 1.000 en
2017. La mayoría de las causas últimas registradas dan cuenta de patologías que
de haberse tratado a tiempo podrían haber evitado un desenlace mortal.
La modalidad de abordaje dentro de los manicomios de la Provincia se asemeja,
en cuanto a métodos y objeto, con el tratamiento penitenciario. El aislamiento,
la sobremedicación o la sujeción mecánica son los métodos que actualmente
hegemonizan el tratamiento del sufrimiento psíquico dentro de los manico-
mios dependientes del Ministerio de Salud y del SPB. No funcionan equipos
interdisciplinarios que comprendan el padecimiento de las personas en forma
continua, desde escucharlo hasta revertirlo. Lejos de abordar el padecimiento
mental, estas instituciones terminan por amplificarlo y su objeto no es otro que
el de acallar las expresiones del malestar de los usuarios que, mayoritariamente,
dan cuenta de agravamientos producidos por la propia institución de encierro.
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Informe anual 2018
Los usuarios entrevistados experimentan el sistema manicomial como un casti-
go por su conducta. Es notorio que el malestar que trasmiten no se vincula con
el delirio o las alucinaciones, sino con el frio, el hambre, la reclusión, la falta
de contacto afectivo familiar, la falta de atención médica clínica, la ausencia de
alguien que los escuche. En la Provincia se está lejos de asumir el paradigma de
salud mental previsto en la ley.
Niñez
Finalmente, queremos dar cuenta de la situación de extrema gravedad de las po-
líticas de niñez. El sistema de la crueldad, que produce padecimientos a granel,
se configura por la acción conjunta y coordinada entre las policías, los respon-
sables de lugares de encierro y los operadores judiciales: la denominada “cadena
punitiva”. Pero también se reproduce por la flagrante omisión de sistemas de
protección y promoción de derechos que deberían asistir a las poblaciones más
vulneradas. Por el contrario, lo que aparece como respuesta cada vez más con-
solidada es la que ofrece el sistema penal.
Esto puede observarse en la distribución de recursos en el presupuesto provincial.
En 2017 se asignó al Organismo Provincial de Niñez el 0,37 % del presupuesto
total de la Provincia y a Seguridad, el 8,83%. Este desfasaje entre presupuestos
asignados a ambas áreas da cuenta de las prioridades estatales en el abordaje de la
vulnerabilidad. En 2009 el presupuesto asignado a seguridad fue 11 veces mayor
que el destinado a niñez; en 2017 el destinado a seguridad fue 25 veces mayor. Los
municipios también tienen responsabilidad en la deficiente atención de la niñez.
Para garantizar el financiamiento permanente del sistema de promoción y protec-
ción de derechos de los niños (SPPDN), los municipios deben destinar al menos
el 50% del fondo de fortalecimiento de programas sociales. Esto no se cumple: de
135 municipios solo 40 (el 30% aproximadamente) ha conformado un consejo
local. En general, los Ejecutivos municipales no promueven la conformación, par-
ticipación y funcionamiento de los consejos locales.
La ausencia de los dispositivos de la ley de promoción deja a los NNyA abando-
nados a la intervención policial. Y en las cárceles de jóvenes se violan sistemá-
ticamente sus derechos y se reproducen las peores prácticas del régimen penal
de adultos.
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Informe anual 2018
Por otra parte, seguimos constatando la reconversión de centros de contención
en espacios cerrados. Sumando a ello, el OPNyA ha decidido incorporar agen-
tes del SPB en los centros cerrados, lo que consolida la carcelización del sistema
penal juvenil en detrimento del fuero de Responsabilidad Penal Juvenil (FRPJ)
que continúa perdiendo singularidad.
Los jóvenes detenidos afectados por el fuero de Responsabilidad Penal Juvenil
en 2007 fueron 1.424. De ellos, 660 (46 %) se encuentran privados de su libertad
en instituciones del OPNyA, 427 (30 %) en el SPB, 240 (17%) en prisión domi-
ciliaria y 97 (7%) en otras instituciones de salud.
La población no punible (menores de 16 años) se ha incrementado. Durante el
año 2015 era un 0,8% de la población total, durante el año 2016 ascendió al 3%
y durante el año 2017 alcanzó un 5%.
La población de jóvenes detenidos en centros cerrados, de recepción y centros
de contención dependientes del OPNyA se incrementó en un 7% desde el 2015.
En ese año la población era de 610 y en 2017 fue de 657. En estos ámbitos se
padecen torturas y malos tratos, régimen de vida de aislamiento de entre 18 y
24 horas y acceso limitado o nulo a la educación, la formación laboral o la re-
creación.
A modo de conclusión
Todos los aspectos que denunciamos como resortes estructurales de la violencia
estatal se han profundizado y consolidado, generando un escenario de gravísi-
mas violaciones a los derechos humanos.
Vale consignar que la CPM ha propiciado y participado de numerosas mesas
de trabajo interministeriales, así como de mesas de trabajo y audiencias en el
marco de medidas cautelares dispuestas por la CIDH y resoluciones de los juz-
gados provinciales. Siempre con la vocación constructiva de dialogar y aportar
elementos para revertir la grave situación existente. Sin embargo, poco pudo
avanzar; en general porque el Estado niega los problemas en estos ámbitos y
continúa la política de la gestión anterior de apelar todas las resoluciones judi-
ciales, a fin de dilatar su exigibilidad y cumplimiento. A esto se suma la escasa
información que entregan los poderes estatales.
Las violaciones a los derechos humanos ocurren porque se generan condicio-
29
Informe anual 2018
nes de posibilidad: no son hechos episódicos y erráticos, responden a lógicas
institucionales y de poder estables. Y requieren, en gran medida, de la opacidad
del Estado que las produce para garantizar su continuidad e impunidad. Como
nunca antes, los diferentes organismos del Estado brindaron escasa o nula
información, pese los insistentes pedidos. Consideramos que este apagón in-
formativo es otro elemento que prueba la gravedad de la situación que estamos
denunciando y de la decisión político-institucional de no avanzar en su reso-
lución. La acción de monitoreo y el testimonio de las víctimas sigue siendo un
recurso invalorable y la prueba inocultable de lo que está pasando.
Seguiremos reclamando las reformas estructurales pendientes. Muchas son le-
yes sin implementar que serían estratégicas para reorientar la política criminal,
el control del desempeño de las fuerzas de seguridad y penitenciarias y la erra-
dicación de la tortura y la violencia institucional: la policía judicial, las fisca-
lías especializadas en violencia institucional, la selección y enjuiciamiento de
magistrados, la autonomía de la defensa, la prohibición de alojar detenidos en
comisarías y el cumplimiento del protocolo facultativo de la Convención contra
la tortura de Naciones Unidas.
En este punto, el gobierno provincial tiene pendiente designar formalmente a
la Comisión Provincial por la Memoria como mecanismo local de prevención
de la tortura, reconociendo los 16 años de monitoreo y control de los lugares de
encierro realizado como organismo público autónomo y autárquico.
Es preciso además avanzar en la implementación plena de la ley de salud mental.
El estado de precariedad tratamental y violencia a la que son sometidas las per-
sonas con padecimiento mental encerradas en los manicomios exige la urgencia.
También dotar de financiamiento pleno al sistema de promoción y protección
de las niñeces para garantizar derechos y evitar el sometimiento al sistema de la
crueldad, que es el sistema penal actual.
La urgencia no es cuestión de agenda ni una discusión de prioridades: es un po-
sicionamiento ético frente al dolor de los demás. La urgencia es lo que demanda
este informe escrito desde las voces de las víctimas, sujetos de derecho de una
democracia que se banaliza en el mal que no puede erradicar.
Es, al mismo tiempo, una demanda pragmática: si se sigue profundizando este
modelo de gobernabilidad basado en el endurecimiento del Estado en su acción
30
Informe anual 2018
represiva, la sociedad en la que vivamos no será más feliz por el goce máximo
de unos pocos sobre la base del padecimiento de muchos, sino una sociedad sin
rumbo colectivo donde la violencia sea el medio y también el fin.
El paradigma de los derechos humanos no es una utopía inalcanzable sino un
proyecto de vida en común, una definición de cómo queremos vivir. El acceso a
derechos de todas las personas y colectivos que conforman es la base del bienes-
tar y de la seguridad de todos.
Trabajamos por una sociedad en la que predominen los valores de la igualdad y
la solidaridad, y en la que la agenda política se enuncie desde el reconocimiento
de derechos para toda la población y todas las personas sin distinciones, sin
estigmas ni prejuicios.
31
Informe anual 2018
32
Informe anual 2018
DERECHO DE ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA
E INCUMPLIMIENTO DEL DEBER DE INFORMAR
1. Ministerio de Justicia
Mediante nota fechada el 29/12/17, dirigida al subsecretario de Políticas
Penitenciarias, Dr. Juan José Baric, se solicitó:
a. En relación a la población detenida, informar los flujos (ingre-
sos y egresos) mensuales durante los años 2015, 2016 y 2017, para todas
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Informe anual 2018
las dependencias del Servicio Penitenciario Bonaerense y las alcaldías
departamentales: es decir, cantidad de ingresos y egresos que registra
cada establecimiento durante cada mes.
b. En relación al cupo penitenciario, se solicita detalle de plazas
clausuradas y plazas rehabilitadas por unidad y/o alcaldía (penitencia-
ria y departamental) durante 2016 y 2017. Asimismo, se solicita infor-
me de todas aquellas obras de infraestructura en establecimientos peni-
tenciarios realizadas durante el mismo período, ya sea ampliaciones o
construcción.
c. Listado de personas fallecidas en 2017 con los siguientes datos:
nombre y apellido, DNI, edad, género, fecha de nacimiento, causal me-
diata e inmediata de la muerte, enfermedad de base, unidad o alcaldía
en la que se encontraba detenido, fecha de ingreso a la unidad donde fa-
lleció y fecha de la detención actual. En caso de fallecimientos fuera de
las unidades o alcaldías, indicar lugar donde se produjo el fallecimiento
y lugar de detención que tenía la responsabilidad de su custodia. Si el
deceso se produjo en un hospital, indicar tiempo de internación. Incluir
personas fallecidas que se encontraban bajo el régimen de arresto domi-
ciliario y/o monitoreo electrónico. En todos los casos, indicar número
de IPP y UFI interviniente.
Luego de presentar la nota, en formato papel y digital, se realizó un seguimiento
de la solicitud mediante dos llamados telefónicos mensuales, entre febrero y junio
en los que fuimos atendidos por los asesores del subsecretario. Las respuestas
obtenidas fueron siempre dilatorias (“lo estamos viendo”, “falta que lo mire el
subsecretario”). A solicitud de uno de los asesores consultados, reenviamos
la nota en abril de 2018. Hasta la fecha de publicación de este informe, no se
había enviado la información requerida 7 meses antes. Es la primera vez que el
Ministerio no informa a la CPM los fallecimientos.
En el transcurso de 2017 sólo se accedió a los partes mensuales de población
detenida elaborados por la Dirección de Asistencia y Tratamiento del SPB,
enviados en formato electrónico.
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Informe anual 2018
Salud Penitenciaria, a quien se cursó una solicitud específica de información.
Detallamos el pedido, con fecha 29/12/17, dirigido al director de esta
dependencia, Javier Zoulemian:
a. Listado de detenidos/as que hayan sido diagnosticados y trata-
dos por TBC durante el año 2017. Indicar en caso de recurrencia. Datos
requeridos: nombre y apellido, edad, género, lugar de detención. Fecha
de diagnóstico y finalización del tratamiento. Identificar quiénes fueron
derivados a hospital extramuros (fecha y hospital).
b. Listado de detenidos/as que durante 2017 hayan recibido diag-
nóstico y/o tratamiento por VIH. Datos requeridos: nombre y apellido,
edad, género, lugar de detención.
c. Listado de unidades sanitarias que funcionen en centro de de-
tención, especificando si tienen sector de internación y cupo del mismo.
d. Listado de unidades en las que funcionan pabellones para aten-
ción de adicciones y cantidad de detenidos/as alojados/as en cada uno
de ellos.
e. Información sistematizada a partir del registro de datos estadís-
ticos de salud penitenciaria de la Dirección Provincial implementado
en todas las unidades sanitarias que funcionan en unidades penales,
durante 2017, según información oficial.
En este caso, el 6/3/18 se recibió información parcial de tres de los cinco puntos
y ninguna información sobre los puntos c y e. La información brindada carece
de especificaciones metodológicas que garanticen su correcta interpretación;
sumado a la parcialidad de la información obtenida, impide compararla con
datos de otros períodos. Durante marzo, mediante una comunicación telefónica
con las distintas áreas de la Dirección involucradas en la elaboración de los datos
solicitados, se volvió a solicitar la información faltante; se comprometieron a
comunicarse posteriormente con nosotros para informarnos, compromiso que
hasta la fecha no ha sido cumplido.
En marzo enviamos nota a la Auditoría de Asuntos Internos del Ministerio de
Justicia, a cargo del Dr. Rafael Paita, solicitando:
a. Información respecto de las instrucciones sumarias adminis-
trativas (ISA) iniciadas en los años 2015, 2016 y 2017, por la repartición
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Informe anual 2018
a su cargo, respecto de hechos que podrían encuadrarse o vincularse
con delitos contra la administración pública (enriquecimiento ilícito,
omisión maliciosa, negociaciones incompatibles, exacciones ilegales,
exacción agravada por el medio empleado, exacción agravada por el
destino recibido, malversación de caudales públicos, peculado, pecu-
lado de trabajo y servicio, cohecho, cohecho agravado, cohecho activo,
soborno transnacional, tráfico de influencias, encubrimiento, adminis-
trador infiel, asociación ilícita, fraude en perjuicio de la administración
pública, etc.).
Además hicimos pedidos individuales por desempeños irregulares de agentes en
los que podría existir un delito de acción pública. Ninguno de los requerimientos
fue contestado.
36
Informe anual 2018
y jóvenes detenidos, y cantidad de personal separado de sus tareas en
función de situaciones de denuncia durante el año 2017.
Posterior al envío de la nota, se realizaron llamadas mensuales para el seguimiento
de la solicitud, recibiendo siempre respuestas dilatorias (“no estoy al tanto”, “no
encuentro la nota, te pido que me la reenvíes”, “tiene que verlo la directora”). Por
pedido del Organismo, se reenvió la solicitud en febrero de 20181. Sin embargo
no hubo avances al respecto, por lo que se reiteró el pedido a fines de marzo.
En los años anteriores, la información remitida por este organismo se caracterizó
por la parcialidad, la falta de explicitación de la metodología utilizada y la
falta de datos absolutos. Además, no se entregaba en un formato que permita
el procesamiento de los datos. La situación para el año 2017 es aún peor: al
la fecha no se recibió nada de toda la información solicitada. Se suma que en
la inspección realizada el 31/1/2018 al centro cerrado Legarra nos negaron el
acceso al parte diario de detenidos, listado de actividades y talleres destinados
a los jóvenes detenidos e información acerca de los órganos judiciales que
dispusieron la detención; afectando seriamente la calidad de la intervención de
esta institución.
37
Informe anual 2018
carga total o parcial de casos).
A la fecha no obtuvimos respuesta pese a los reiterados llamados telefónicos. En
el último, la nueva directora manifestó no estar autorizada por el subsecretario
a entregar la información solicitada.
Respecto al resto de las áreas consultadas -Dirección de programas y promoción
comunitaria, Dirección de promoción y protección de derechos, Dirección
de recursos de protección y REUNA, la información remitida a la CPM resultó
incompleta.
38
Informe anual 2018
potencia para la definición de acciones específicas.
Para el presente informe se solicitó mediante nota (digital y en papel) con
fecha 29/12/17, dirigida al procurador General Julio Conte Grand, datos sobre
muertes en contextos de encierro, actualización de los datos publicados a
mediados de 2017 del Registro de procesos del niño y mayor desagregación
de la información relevada por el Registro único de detenidos en relación a
los institutos de prisión preventiva y juicio abreviado. Durante febrero de 2018,
nos reunimos con el director del área de Registros, Leandro Gáspari, quien se
comprometió a enviar la información solicitada a la brevedad e incluso se puso a
disposición para evacuar posibles dudas metodológicas. En los meses siguientes
se realizaron llamados telefónicos quincenales de seguimiento, solicitando que
se vaya enviando parcialmente la información.
Los datos correspondientes a niñez fueron entregados el 11/5/18. Ante la falta de
respuestas positivas sobre el resto de los puntos requeridos en diciembre, el 22/5/18
se reiteró la solicitud. Finalmente la información llegó el 5/7/18 -con 6 meses de
retraso- cuando ya no había tiempo para procesarla y analizarla en función de este
informe2. El discurso público de las autoridades valorando la necesidad de los datos
para el diseño de la política criminal no coincide con la importancia que le asignan
al área encargada de construirlos, conformada por un equipo insuficiente para
atender los requerimientos de otros organismos, incluso del propio Poder Judicial.
Con fecha 8/5/18 enviamos una nota al Dr. Carlos Enrique Pettoruti, a cargo
de la Secretaría general de la Procuración, bajo cuya órbita funciona el
Departamento de estadística, solicitando una serie de datos desagregados no
incluidos en las estadísticas de investigaciones penales publicadas anualmente3.
Concretamente, requerimos:
- Cantidad de investigaciones penales iniciadas entre 2009 y 2017,
correspondientes a la categoría “delitos contra la administración pública”,
desagregadas según los tipos de delitos que componen dicha categoría,
y discriminadas por año. Se requieren por separado las cifras del fuero
Criminal y Correccional y del fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.
39
Informe anual 2018
La nota fue respondida por Pettoruti dos meses después (2/7/18) diciendo: “Tengo
el agrado de dirigirme a Ud., por disposición del Señor Procurador General, a fin
de hacerle saber que la información estadística solicitada se halla disponible en la
página web del Ministerio Público”. Esto no es cierto: la información disponible
en el sitio web no contiene el nivel de desagregación que solicitamos, lo cual fue
explicitado en la nota enviada en mayo y es la razón que justifica el requerimiento.
40
Informe anual 2018
ro de IPP, existencia de personal penitenciario y/o médico imputado.
b. Autorización de una clave y nombre de usuario a nombre del Comité
contra la tortura, para acceder a los datos a través del sitio web de la
página oficial del máximo tribunal.
A su vez, en marzo de 2018 presentamos un nuevo pedido de información
acerca del programa de visitas judiciales (enmarcado en la acordada 3632)
y las sentencias mediante las que se establece el cupo judicial en las distintas
unidades penales de la Provincia. Mantuvimos contacto telefónico y por correo
electrónico en marzo y abril con el subsecretario, quien reiteró el compromiso
de enviar la información solicitada a la brevedad.
En relación al último pedido, se recibió información parcial y dispersa respecto
al cupo judicial; por tanto no respondía cabalmente a lo solicitado desde la
CPM. En cuanto al programa de visitas judiciales, la información también fue
incompleta y enviada de manera fragmentada.
En lo que respecta a la información sobre muertes en contextos de encierro, en
2014 la Corte Suprema provincial restringió el acceso de información a la CPM,
que desde 2006 hasta entonces estaba garantizado por la resolución 2825. Esta
resolución decía:
Hacer saber a los señores magistrados del fuero penal y de Menores, como
asimismo a los señores Fiscales, que en todos los casos en que tomaren
conocimiento de hechos referidos a lesiones de cualquier grado o
muertes cualquiera fuere la causa, acaecidos en lugares de detención de la
provincia de Buenos Aires (Unidades Carcelarias, Comisarías e Institutos
de Menores), deberán poner en conocimiento dichas circunstancias a la
Comisión Provincial por la Memoria [resolución 2825/06 SCJBA, art. 2,
versión original).
La reforma implementada en 2014 mediante la resolución 3452 limitó la cuestión
a los casos de lesiones, suprimiendo la obligación de los jueces de comunicar las
muertes a la CPM:
(Texto según RC 3452/14) Hacer saber a los señores magistrados del Fuero
Penal y de Responsabilidad Penal Juvenil, como asimismo a los señores
Fiscales, que en todos los casos en que tomaren conocimiento de hechos
referidos a lesiones, cualquiera fuere su causa o gravedad, acaecidos
41
Informe anual 2018
en lugares de detención de la provincia de Buenos Aires (Unidades
Carcelarias, Comisarías o dependencias de la Secretaría de la Niñez y
Adolescencia), deberán poner en conocimiento dichas circunstancias a
la Comisión Provincial por la Memoria (resolución 2825/06 SCJBA, Art.
2, versión vigente).
Esto viene repercutiendo negativamente en el caudal de información que recibe la
CPM: los órganos judiciales nos comunicaron el 28% de las muertes de 2016 y sólo el
14% de las ocurridas en 2017. La resolución 3452/14 encomendó a la Subsecretaría
de derechos humanos de las personas privadas de libertad “la elaboración
de un modelo de registro de personas fallecidas en condiciones de encierro”,
posteriormente creado mediante la acordada 3826 de 2016. La acordada obliga a
los magistrados de todos los fueros a comunicar a la Subsecretaría “las muertes
que desde la autoridad de custodia se le anoticiaren respecto de personas detenidas
o internadas bajo su control”, teniendo en cuenta los siguientes ítems: identidad,
edad, centro de detención o de salud, lugar de fallecimiento, breve descripción de
la causa de muerte, fecha de ocurrencia y autoridad que la informa, investigación
preliminar o causa en la que se hallaba detenida o internada la persona. También
requiere a la Procuración que informe los registros de IPP iniciadas4 en función
de cada fallecimiento. A casi dos años de su creación, el registro no ha cumplido
sus objetivos básicos. Respecto a la información solicitada -con una demora de
cinco meses-, el 22/6/18 llegó un listado con apenas 40 fallecimientos; cabe destacar
que para esa fecha la CPM llevaba registradas más de 100 muertes, comunicadas
por autoridades penitenciarias en el marco de inspecciones a unidades penales, en
entrevistas con familiares de detenidos o por órganos judiciales5.
Tal déficit se repitió el año anterior: la Subsecretaría nos comunicó el 46% de las
muertes de 2016 y el 45% de las ocurridas en 2017. Dicho de otro modo: la Corte
decidió centralizar la información pero sigue desconociendo más de la mitad de
las muertes que se producen en las cárceles de la Provincia. Además, en el listado
enviado faltaba consignar gran parte de los ítems solicitados: sólo se comunicaron
nombre, apellido, fecha de la muerte, órgano judicial que estaba a cargo de la
persona fallecida y unidad donde se encontraba alojada. Tampoco se nos otorgó
42
Informe anual 2018
la clave y el usuario para tener un acceso de vista al registro, según dispone el
punto d) de su reglamento. Vale aclarar que la Corte no ha cumplido el deber de
establecer la aplicación web del registro a través de su sitio oficial (art. 6).
5. Ministerio de Seguridad
Mediante nota fechada el 12.06.17 y dirigida al director de Asistencia al
personal herido, se solicitó:
a. Información acerca de los/las funcionarios/as policiales que perdie-
ron la vida en hechos violentos o traumáticos en el período compren-
dido entre el año 2015 y el año 2017 inclusive; desagregadas según las
categorías que componen el requerimiento:
b. Nombre, edad, sexo y domicilio del funcionario o funcionaria poli-
cial que perdió la vida; asimismo, datos del área policial donde el fun-
cionario/a se desempeñaba, repartición donde reportaba y jerarquía
que ostentaba.
c. Breve relato de las circunstancias o hechos en los que han perdido la
vida funcionarios/as policiales.
Nunca obtuvimos respuesta.
43
Informe anual 2018
6. Ministerio de Salud
Mediante nota fechada el 27/12/17, y ante la problemática situación que
atravesaba el servicio de salud mental del hospital interzonal de agudos
especializado en pediatría Sor María Ludovica por la falta de recursos humanos
-que derivó en el cierre de la admisión de pacientes niños, niñas y adolescentes
para evaluaciones y tratamientos ambulatorios-, se solicitó:
- Tenga a bien informar sobre la capacidad instalada en la Región
Sanitaria XI destinada a responder la demanda de atención en Salud
Mental de niños, niñas y adolecentes.
No obtuvimos respuesta.
A modo de conclusión
Además de los reclamos puntuales llevados adelante ante cada organismo,
se reiteraron los pedidos en el marco de las reuniones de la mesa de trabajo
que se creara a partir de las medidas cautelares otorgadas por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos por las graves violaciones de derechos
humanos registradas en el Complejo San Martín (extendidas luego a todo el
sistema penitenciario provincial). Las reuniones se llevaron a cabo en los
primeros meses de 2018 y todos los actores se comprometieron a cumplir con
los requerimientos de información, muchos de ellos ya solicitados. La Secretaría
de Derechos Humanos de la Provincia se posicionó como un actor que buscaba
garantizar el acceso a la información, actuando como mediadora ante los
distintos organismos del Estado; tampoco hubo resultados.
Al analizar todas las respuestas de los organismos estatales, podemos concluir
que identificamos un claro retroceso en el acceso a la información pública.
Esto incumple con la legislación nacional y provincial vigente, así como con los
compromisos asumidos por la nueva gestión, que desde un principio esgrimió
un discurso centrado en la transparencia y el acceso a la información.
Frente al agravamiento de algunos indicadores de política criminal que
permitirían una evaluación de la gestión provincial -tanto del Poder Ejecutivo
como del Judicial-, se ha decidido negar el acceso a la información; datos que
se producen, y fueron remitidos en los últimos años, no fueron provistos para
2017. El Poder Ejecutivo -representado por el Ministerio de Justicia, Ministerio
44
Informe anual 2018
de Seguridad y el Organismo de Niñez- han protagonizado un verdadero apagón
informativo.
Por otro lado, la demora en las respuestas y los controles internos que no
responden a criterios técnicos tienen efectos dilatorios que perjudican la
tarea de monitoreo de los organismos externos. La forma en que relevan,
sistematizan y presentan los datos no favorece la comparación interanual, su
correcta interpretación ni el cruce de variables, y mucho menos la triangulación
de diferentes fuentes oficiales. La falta de producción de información
en determinadas áreas y la escasa publicación web -con excepción de la
Procuración General, ninguna de las demás dependencias estatales consultadas
publican información en sus sitios- dan cuenta de un escenario muy alejado de
la transparencia y la idea de gobierno abierto.
Desde la CPM consideramos indispensable la eliminación de todas las trabas
para garantizar el efectivo acceso a la información pública. Igualmente relevante
es la plena implementación de una política seria de construcción de información
que permita la publicación en bases de datos abiertas y accesibles, así como el
diseño e implementación de políticas públicas con sustento y anclaje en una
realidad cada vez más compleja.
En este sentido, hemos participado y aportado constructivamente en proyectos
asumidos por la Procuración General, como es el caso del registro de violencia
institucional. Entre julio y septiembre de 2017 nos integramos a la mesa de diálogo
abierta para el diseño de este registro, y en octubre presentamos con el CELS un
documento con observaciones. Entre otras cosas, fue aceptada nuestra propuesta
de que las muertes acaecidas en contextos de encierro sean consideradas presunta
violencia institucional a los efectos de su registro en el sistema.
La apertura del Estado a la mirada externa permite mayor y mejor participación
en los asuntos políticos y el monitoreo de sus acciones: transparenta la gestión
pública y constituye una base fundamental para el fortalecimiento democrático
Este informe anual requirió de constantes esfuerzos para analizar y construir
información a partir del trabajo de monitoreo permanente de este organismo.
Pese a la decisión de las autoridades de ocultar y negar la información pública,
la magnitud de las graves violaciones de derechos humanos que se cometen no
puede disimularse, así como no puede “taparse el sol con las manos”..
45
Informe anual 2018
46
Informe anual 2018
I. Políticas de seguridad
1. POLÍTICAS REGRESIVAS QUE VIOLAN LOS DERE-
CHOS HUMANOS
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Informe anual 2018
masacre. Los dos casos constituyen graves violaciones a los derechos humanos
y un ejemplo de la aplicación concreta de la doctrina de las nuevas amenazas,
en tanto la violencia desplegada se justifica por la supuesta existencia de un ene-
migo interno (grupo terrorista) con conexiones internacionales y potencialidad
para vulnerar la soberanía nacional. La construcción de este enemigo justifica
también la intervención de grupos especiales ya existentes o la creación de nue-
vos grupos que ya no intervendrán bajo las reglas de la seguridad en términos
de represión o prevención del delito sino bajo diagnósticos, tácticas y reglas
propias del teatro de operaciones militares.
A solo un mes del asesinato de Rafael Nahuel, en el marco de la represión a la
comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu, la ministra de Seguridad Patricia
Bullrich confirmaba la creación del comando unificado contra la violencia de
la RAM. En un esfuerzo por justificar las intervenciones violentas que culmi-
naron con graves vulneraciones a los derechos humanos de adultos, mujeres y
niños de las distintas comunidades mapuches, este comando unificado emitió
un informe denominado “RAM” (de escasa rigurosidad y seriedad) en el que
se esfuerzan por inscribir al grupo Resistencia Ancestral Mapuche como una
célula terrorista con conexiones en Chile y con las ex FARC colombianas1. La
historia de nuestra democracia nos permite encontrar similitudes muy recien-
tes. Vale recordar que en los momentos previos al asesinato de Darío Santillán y
Maximiliano Kosteki, las máximas autoridades políticas y los medios de comu-
nicación instalaron la supuesta vinculación de los movimientos de desocupados
con células de las FARC2.
El ejemplo de las comunidades mapuches puede replicarse con otros colectivos
como organizaciones sociales o políticas o con mercados ilegales como el nar-
cotráfico.
El antecedente que significó la puesta en vigencia del decreto 721/2016 -que
delegó a los mandos militares facultades que desde el retorno de la democra-
cia correspondían al poder político y debilitó el esquema de control civil de
las Fuerzas Armadas- se complementa con el grave anuncio realizado por el
Presidente de la Nación respecto al involucramiento de las Fuerzas Armadas en
50
Informe anual 2018
la seguridad interior. Tal como lo señalamos en otras oportunidades, cualquier
avance sobre la delimitación precisa entre las acciones de seguridad exterior y
las de seguridad interior representa un peligroso y grave deterioro de los con-
sensos fundamentales construidos desde la post-dictadura. El terrorismo de Es-
tado instalado en 1976 justificó los delitos de lesa humanidad bajo el pretexto
de la guerra contra el enemigo interno, y habilitó la intervención de las fuerzas
armadas en la seguridad interior en la supuesta guerra contra la subversión.
La asunción de la doctrina de las nuevas amenazas significa una nueva cons-
trucción justificante que, con otra intensidad y estrategia, promueve minimizar
derechos y garantías y la intervención militarizada fronteras adentro.
El panorama de la regresividad que describimos se completa con los graves he-
chos de represión a manifestaciones públicas. Lo enunciado en el denominado
protocolo antipiquete fue superado por su implementación práctica, tal como se
verá en este capítulo. La represión en estas manifestaciones dio cuenta de la clara
determinación estatal por elegir la vía de la represión. También se evidenció la
violación de todas las recomendaciones internacionales en la materia: falta de
identificación del personal policial, utilización de infiltrados, empleo de arma-
mento y agresivos químicos no recomendados. También se registraron hechos
de violencia que culminaron con personas gravemente heridas y detenciones ar-
bitrarias bajo imputaciones falsas. La orientación a nivel nacional se extendió a
la represión y criminalización de las protestas en territorios provinciales. El caso
de la capital de la Provincia es un ejemplo que tuvo réplicas en otros territorios.
51
Informe anual 2018
seguridad, el ejercicio de la violencia estatal y el debilitamiento de los de-
rechos y garantías. En estos términos, lo que parece evidente es que se está
cristalizando un nuevo esquema de control social que tiene en las políticas
de seguridad a nivel nacional un mojón alarmante: puede ser el punto fi-
nal de los acuerdos alcanzados mediante la ley de seguridad interior en los
inicios de la transición democrática. La alerta ya mencionada respecto al
impacto simbólico y concreto que tenía involucrar a fuerzas militarizadas
entre la población civil, cobra un lamentable sentido hoy cuando la Gendar-
mería Nacional se convierte en la agencia estatal que militariza los territo-
rios en pos de la supuesta lucha contra las nuevas amenazas.
52
Informe anual 2018
en más de 386 operativos que se describen por la propia Gendarmería con una
breve síntesis de los hechos. La mayoría fueron manifestaciones públicas de di-
versos sectores sociales, políticos y gremiales que reclamaban por la liberación
de Milagro Sala, programas sociales para atender situaciones de precariedad
social, falta de suministro eléctrico, incorporaciones a puestos de trabajo y/o
indemnizaciones por despidos, respuesta de las autoridades por las consecuen-
cias de inundaciones, peticiones y reclamos a las autoridades competentes para
que se aplique la ley que estableció la emergencia social, entre otros. Se vuelve
evidente la utilización de una fuerza de seguridad militarizada para el control
social, la saturación del espacio público y la criminalización de la protesta social.
Descripciones como las que siguen constatan el involucramiento decidido de la
Gendarmería Nacional en operativos de policía con el criterio que se describía
antes: “Una sección en Acceso Oeste, ante posibles hechos de AOP (alteración
de orden público), paro nacional de mujeres y movilización de organizaciones
sociales”7; “Dos secciones CONDIS (acrónimo de contra disturbios), Autopista
Richieri, altura El Trébol, por jornada de protesta, cortes y ollas populares, por
parte de organizaciones sociales”8; “Un escuadrón CONDIS, Autopista Cañue-
las, por protesta empleados de la empresa Avícola Cresta Roja, por el despido
de cincuenta obreros”9; “Manifestación por vecinos del Barrio Villa del Carmen,
quienes realizaban reclamos por corte de energía eléctrica”10; “Reclamos por es-
cuela pública por parte de docentes, padres y estudiantes”11. Esta información
oficial, producida por la propia Gendarmería Nacional argentina, forma parte
del anexo documental del informe que prestó el Jefe de Gabinete de Ministros,
Lic. Marcos Peña, ante la Honorable Cámara de Diputados de la Nación el 4 de
octubre de 201712. Es importante advertir que no hubo prácticamente ningún
Cruz y Tierra del Fuego.
7 Operativo llevado a cabo por el Destacamento Móvil 6 Ezeiza el 8 de marzo de 2017 en la localidad de Morón.
8 Operativo realizado por el Destacamento Móvil 6 Ezeiza el 15 de marzo de 2017 en la localidad de Ezeiza.
9 Operativo realizado por el Destacamento Móvil 6 Ezeiza el 24 de julio de 2017.
10 Operativo realizado por Unidad de Investigaciones y Procedimientos Judiciales Campo de Mayo el 2 de
enero de 2017.
11 Operativo realizado por Unidad de Investigaciones y Procedimientos Judiciales Campo de Mayo el 20 de
marzo de 2017.
12 El informe completo (105 del 04/10/17) se puede consultar en la página electrónica de la Jefatura de Ga-
binete de Ministros. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/informe_105_hcdn.pdf
El anexo documental con el informe de la Gendarmería Nacional Argentina (que forma parte de la respuesta
a la pregunta 422 formulada por los diputados) se encuentra disponible en: https://drive.google.com/drive/
folders/0B2oa97CCrHOaSG94bUN2dmx0cFU
53
Informe anual 2018
día del año 2017 en el que la Gendarmería no interviniera en los denominados
“operativos de seguridad” por “alteraciones al orden público.
Según el investigador Diego Escolar, el derrotero institucional de la Gendarmería
Nacional resulta paradójico: “mientras que se la apartó del ejército para desmilita-
rizarla y, al mismo tiempo, restarle poder a las FFAA, se la convirtió en la vedette
de una re-militarización de la seguridad interior”13. Como señala el autor, la Gen-
darmería fue creada en 1938 como una fuerza de seguridad híbrida, entre militar
y policial, cuya misión básica era la custodia de las zonas de frontera y los territo-
rios nacionales, jurisdicciones producto de la colonización interior de los territo-
rios indígenas hacia fines del siglo XIX y principios del XX en el norte y centro-sur
del país (Chaco, Formosa, La Pampa, Neuquén, Río Negro y Santa Cruz). En esas
jurisdicciones actuaba con una suma de facultades judiciales y policiales contra
el bandolerismo rural, el contrabando, el control de la población indígena y las
protestas sociales que amenazaban la actividad de grandes compañías extractivas
de capitales nacionales y extranjeros, como Dreyfus y Bunge y Born14.
Pero la relación violenta con los pueblos originarios –afirma Escolar- es de al-
gún modo su contrato fundacional. La propia institución rescata como punto
central de su identidad histórica la guerra contra los indígenas. El investigador
cita el libro Historia de Gendarmería Nacional editado por la propia fuerza en
el año 1991, donde se afirma que los antecedentes de la fuerza se remontarían a
principios del siglo XVIII con la creación de Blandengues para el resguardo de
las fronteras coloniales con los pueblos indígenas. Su misión era “escarmentar” a
los indios y perseguir a los contrabandistas de cueros y a los “vagos y mal entre-
tenidos”. Desde 1921 se agregó otro objetivo a la necesidad de un cuerpo de gen-
darmes: el naciente movimiento sindical anarquista promovido por numerosos
obrajeros inmigrantes, con gran presencia en los territorios nacionales del norte
y sur argentino. Algo que no menciona el libro de la Gendarmería –explica Die-
go Escolar- es que, financiada por la compañía La Forestal, en Santa Fe se creó la
Gendarmería Volante, un cuerpo de guardias armados para reprimir las huelgas
y sindicalización de los obreros del tanino. Estas tropas semi privadas fueron
responsables de asesinar, torturar, vejar y expulsar a miles de obreros y sus fa-
13 Cfr. Escolar, D. (2017). Gendarmería. Los límites de la obediencia. Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Sb Editorial.
14 Ibídem.
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Informe anual 2018
milias en el proceso de cierre de la empresa. Con la cruenta represión de las
famosas huelgas de Santa Cruz en 1921 se creó la Policía Fronteriza y 10 cuerpos
de Gendarmería en las provincias, que fueron disueltas al año siguiente. Un pro-
yecto de ley de creación de Gendarmería Nacional es presentado al Congreso
de la Nación en 1923 y su promulgación fracasa; pero es presentado con pocas
variantes en 1926, 1928, 1934 y 1936, hasta que es aprobado en 1938 mediante
la ley 12.367, que creó la actual Gendarmería Nacional para la custodia y policía
de los territorios nacionales15. Ya en esos primeros tiempos de la existencia de la
fuerza no eran pocas las controversias que se suscitaban acerca de las funciones
que se le conferían y su naturaleza bifronte: militar y policial. Escolar16 explica
que la ley especificaba que la Gendarmería era una policía militarizada federal
independiente del Ejército nacional y que debía revistar bajo la órbita del Mi-
nisterio del Interior, pero que integraba la reserva del Ejército, tenía su mismo
régimen de instrucción y código de justicia. También se ordenaba que en casos
de estado de sitio, de exigencias de la defensa nacional o de mantenimiento del
orden interno pasara a depender del Ministerio de Guerra.
La mayor o menor dependencia del Ejército y su conducción por parte de car-
teras ministeriales del Poder Ejecutivo Nacional signaron la pertenencia institu-
cional de la fuerza entre los años 1945 y 197617. El perfil militar de la institución
15 En la página electrónica oficial de la Gendarmería Nacional Argentina puede leerse respecto a su historia: “Du-
rante la presidencia del Dr. Roberto M Ortiz, Gendarmería Nacional fue creada el 28 de julio del año 1938 por el
Congreso Nacional. Las particularidades del territorio donde debía cumplir la misión y el carácter de ésta, determi-
naron que la Fuerza naciera como un Cuerpo con organización, formación militar y férrea disciplina, circunstancia
que a la fecha se mantiene. Esa es la génesis de su creación y el espíritu que los legisladores imprimieron en el pro-
yecto que luego fue promulgado como Ley Nº 12.367: “contribuir decididamente a mantener la identidad nacional
en áreas limítrofes, a preservar el territorio nacional y la intangibilidad del límite internacional”. Su personal fue
sujeto a un régimen disciplinario castrense, con estructura, capacitación, doctrina militar y formación jurídica que
le permitiera cumplir funciones policiales en tiempo de paz, y en tiempo de guerra integrar el componente terrestre
militar: Caso concreto, fue su participación en la Guerra de Malvinas en el año 1982. La institución se encuentra
enmarcada dentro de la Ley Orgánica Nº 19.349 que regula su organización, misión, funciones, jurisdicción y com-
petencias, como el régimen legal de su personal. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/gendarmeria/historia
16 Ibídem.
17 Durante la presidencia de Juan Domingo Perón, la Gendarmería quedó circunscripta a las Zonas de Se-
guridad de Frontera (creadas en el mismo periodo de gobierno), pero se le agregó la vigilancia del Escuadrón
Campo de Mayo, unidad militar cercana a la ciudad de Buenos Aires. El investigador Diego Escolar atribuye
estas decisiones orientadas a la separación entre Gendarmería (que pasó a depender del Ministerio del Interior
a partir de 1952) y Ejército a un intento de limitar el poder de este último y contar con una fuerza militar bajo
control civil más directo. Pero con la destitución del Presidente Perón en 1955, los militares volvieron a colocar
a la Gendarmería bajo dependencia del Ejército y duplicaron el sueldo de los miembros de la fuerza, que era el
50% del de los miembros del ejército. Luego con el ascenso al poder del Gral. Pedro Eugenio Aramburu, fue nom-
brado Director General de Gendarmería un militar del ejército, el Gral. Jorge Nocetti Campos que revirtió las
medidas adoptadas por el gobierno peronista y ordenó una gran purga de cuadros y de actos simbólicos como la
restitución de los crucifijos que habían sido quitados de todas las dependencias. (Cfr. Escolar, D. (2017). Op. cit.)
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Informe anual 2018
se acentúo entre las décadas de 1960 y 1970, en coincidencia con el imperio
hemisférico de la doctrina de la seguridad nacional y los golpes militares que la
fueron transformando casi en un apéndice del Ejército. Con la última dictadura
militar la Gendarmería alcanzó su máximo grado de militarización y subordi-
nación al Ejército, funcionando prácticamente como una división e intervinien-
do activamente en el esquema represivo18.
La dependencia estrecha de la Gendarmería respecto del Ejército se mantuvo hasta los
primeros años de la década del noventa19, cuando luego de la sanción de la ley de de-
fensa nacional 23.554 (26/04/88) y de seguridad interior 24.059 (06/01/92) comienza
a configurarse la doctrina institucional con características de política de Estado que
establece la separación entre la defensa nacional y la seguridad interior. Sin embargo,
esta separación mantendrá cierta ambigüedad, precisamente en las características de
la Gendarmería (y también respecto a la Prefectura Naval Argentina20) que se establece
como fuerza intermedia. Cuando se define institucionalmente y en forma oficial a la
Gendarmería se expresa: “Una Fuerza de Seguridad, de naturaleza Militar con carac-
terísticas de Fuerza Intermedia, que cumple su misión y sus funciones en el marco
de la Seguridad Interior, Defensa Nacional y apoyo a la Política Exterior. Por fuerza
intermedia entendemos una organización con estado militar con capacidades para
disuadir y responder amenazas, crisis, contingencias e incidentes en los ámbitos de la
Seguridad Interior y de la Defensa Nacional, generando aptitudes para su empeño en
operaciones de Apoyo a la Política Exterior de la Nación. Depende del Ministerio de
Seguridad, integrando el Sistema de Seguridad Interior previsto en la Ley Nº 24.059 e
integra el Sistema de Defensa Nacional conforme a lo normado en la Ley Nº 23.554”21.
Resulta pertinente repasar someramente las principales regulaciones de las leyes
de defensa nacional, seguridad interior y orgánica de la Gendarmería Nacional
18 La Gendarmería, según Escolar, ya había participado en actividades represivas y contrainsurgentes de neto
contenido militar; en Salta, durante 1964 en la represión de la primera guerrilla rural del país, dirigida por
Jorge Ricardo Massetti y años después (1975) en el “Operativo Independencia”, en la provincia de Tucumán.
Durante la última dictadura cívico-militar, la Gendarmería intervino en centros clandestinos de detención en varias
provincias, participando en el traslado de detenidos y en la seguridad de los centros clandestinos. Escolar cita los ca-
sos de los centros clandestinos “El Campito” de Campo de Mayo, “La Escuelita” y el “Arsenal Miguel de Azcuénaga”
de Tucumán. También el pabellón especial (para presos políticos) del Penal de Chimbas en la provincia de San Juan.
19 Hasta 1991 los comandantes generales de la Gendarmería eran generales del ejército. Cfr. Escolar, Diego
(2017). Op. cit.
20 Cfr. página electrónica oficial de la Prefectura Naval Argentina: https://www.prefecturanaval.gob.ar/cs/
pna/Bienvenida
21 Cfr. página electrónica oficial de la Gendarmería Nacional Argentina: https://www.argentina.gob.ar/
gendarmeria/quienes-somos
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Informe anual 2018
Argentina, para tratar de discernir el marco normativo que permite el intenso y
decidido involucramiento de aquella fuerza de carácter militar en tareas policia-
les de seguridad interior, lo que coadyuva a desdibujar la categórica separación
entre funciones de defensa nacional y seguridad interior.
La ley de defensa nacional 23.55422 establece “las bases jurídicas, orgánicas y
funcionales para la preparación, ejecución y control de la defensa nacional” (art.
1). En el art. 2 se define a la defensa nacional como: “la integración y la acción
coordinada de todas las fuerzas de la Nación para la solución de aquellos con-
flictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas, en forma disuasiva o
efectiva, para enfrentar las agresiones de origen externo. Tiene por finalidad
garantizar de modo permanente la soberanía e independencia de la Nación Ar-
gentina, su integridad territorial y capacidad de autodeterminación; proteger la
vida y la libertad de sus habitantes.”
En el art. 4 se establece como principio: “Para dilucidar las cuestiones atinentes
a la Defensa Nacional, se deberá tener permanentemente en cuenta la diferen-
cia fundamental que separa a la Defensa Nacional de la Seguridad Interior”.
(Destacado de este informe).
Y en el art. 9 se enumeran los integrantes del sistema de defensa nacional: “a)
El Presidente de la Nación; b) El Consejo de Defensa Nacional; c) El Congreso
de la Nación, en ejercicio de las facultades conferidas por la Constitución Na-
cional para el tratamiento de las Comisiones de Defensa de ambas Cámaras;
d) El Ministerio de Defensa; e) El Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Ar-
madas; f) El Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea de la República Argentina;
g) Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina en los términos que
prescribe la presente ley; h) el Pueblo de la Nación mediante su participación
activa en las cuestiones esenciales de la Defensa; tanto en la paz como en la
guerra de acuerdo a las normas que rijan la movilización, el Servicio Militar,
el Servicio Civil y la Defensa Civil”.
La ley de defensa nacional apuntala el carácter militar de la Gendarmería Na-
cional; señala el art. 31: “Como integrantes del Sistema de Defensa Nacional, la
Prefectura Naval Argentina y la Gendarmería Nacional, desarrollarán en sus
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Informe anual 2018
respectivas estructuras, los medios humanos y materiales necesarios para el de-
bido y permanente control y vigilancia de las fronteras, aguas jurisdiccionales de
la Nación y custodia de objetivos estratégicos, así como para el cumplimiento de
las demás funciones emergentes de esta Ley y otras disposiciones legales que se
le apliquen. La Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval Argentina depende-
rán orgánica y funcionalmente del Ministro de Defensa, sin perjuicio de lo cual,
en tiempo de guerra, sus medios humanos y materiales o parte de ellos, podrán
ser asignados a los respectivos comandos estratégicos operacionales y coman-
dos territoriales, según se derive del planeamiento correspondiente.”
Cabe destacar que entre las disposiciones transitorias que preveía la ley de de-
fensa nacional (art. 45 y art. 46) se encontraba la función encomendada al Con-
sejo de Defensa Nacional, para que en un plazo perentorio de 365 días (desde
la promulgación de la ley) elaborara una serie de anteproyectos que debían ser
elevados al Poder Ejecutivo Nacional, entre los que necesariamente debían en-
contrarse nuevas leyes23 orgánicas para la Gendarmería Nacional Argentina y
la Prefectura Naval Argentina. Huelga aclarar que las leyes orgánicas de cada
fuerza24, que fueron promulgadas bajo gobiernos de facto, continúan vigentes.
La ley de seguridad interior 24.05925 “establece las bases jurídicas, orgánicas y
funcionales del sistema de planificación, coordinación, control y apoyo del es-
fuerzo nacional de policía tendiente a garantizar la seguridad interior.” (Art. 1).
En el Art. 2 se define como seguridad interior: “a la situación de hecho basada
en el derecho en la cual se encuentran resguardadas la libertad, la vida y el pa-
trimonio de los habitantes, sus derechos y garantías y la plena vigencia de las
instituciones s del sistema representativo, republicano y federal que establece la
Constitución Nacional”.
Una cuestión que no suele ser debidamente considerada es el carácter de conve-
nio que mediante el art. 5 la ley atribuye a la acción coordinada inter-jurisdiccio-
23 Que necesariamente incorporaran perspectivas democráticas, respetuosas del orden constitucional y esta-
blecieran regulaciones acordes a la doctrina institucional que separa categóricamente la defensa nacional de
la seguridad interior.
24 La ley general de la Prefectura Naval Argentina 18.398 fue promulgada el 10/10/69 durante el autode-
nominado gobierno de la “Revolución Argentina” que impuso como presidente al militar del ejército Juan
Carlos Onganía. Mientras que la ley orgánica de la Gendarmería Nacional Argentina 19.349 fue promulgada
el 25/11/71 bajo el gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse.
25 Texto vigente y actualizado disponible en: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-4999/458/
texact.htm
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Informe anual 2018
nal, para propender a la seguridad interior en el marco que establecen las leyes
nacionales y provinciales, con aquellas provincias que adhieran a la ley. Es decir,
que la adhesión a la ley de seguridad interior por parte de los estados provin-
ciales, permite bajo ciertos supuestos el despliegue y empleo de las fuerzas de
seguridad nacionales de carácter intermedio (de naturaleza militar y policial) en
los territorios provinciales.
El art. 23 de la ley de seguridad interior regula el empleo de las fuerzas de se-
guridad y policiales nacionales fuera del ámbito de las normas que reglan la
jurisdicción federal. Para que esto sea posible, se deberá acreditar estrictamente
el cumplimiento de alguno de los siguientes supuestos: “a) Cuando estén en pe-
ligro colectivo la vida, la libertad y el patrimonio de los habitantes de una región
determinada; b) Cuando se encuentran gravemente amenazados en todo el país
o en una región determinada del mismo, los derechos y garantías constitucio-
nales o la plena vigencia de las instituciones del sistema representativo, repu-
blicano y federal; c) En situación de desastre según los términos que norman la
defensa civil.” Según el Art. 24, cuando se acrediten los supuestos ya descriptos,
el gobernador de la provincia donde los hechos tuvieren lugar “podrá requerir
al Ministerio de Seguridad el concurso de los cuerpos policiales y fuerzas de
seguridad del Estado nacional, a fin de dominar la situación”. El artículo re-
cién citado es enfático al indicar: “Sin requerimiento del gobierno provincial,
no podrán ser empleados en el territorio provincial los cuerpos policiales y
fuerzas de seguridad del Estado nacional (…)”. (Destacado de este informe)
La Gendarmería Nacional Argentina, de acuerdo a las previsiones de la ley de
seguridad interior (art. 7, inc. f), forma parte del sistema de seguridad interior
-además, claro está, de las legítimas autoridades políticas- junto a la Prefectura
Naval Argentina, la Policía Federal, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y las
policías provinciales (de las provincias que adhieran a la ley). El Ministerio de
Seguridad tiene a su cargo la dirección superior26 de los cuerpos policiales y
26 La dirección superior reconocida al Ministerio de Seguridad respecto de los cuerpos policiales y
fuerzas de seguridad implican amplias atribuciones, que le permiten a la cartera ministerial formular
políticas en el ámbito de la seguridad interior, dirigir y coordinar la actividad de los órganos de infor-
mación e inteligencia, entender en la organización, doctrina, despliegue, capacitación y equipamientos
de las fuerzas federales y disponer de elementos de los cuerpos policiales y fuerzas de seguridad del
Estado nacional.
Esta “dirección superior” ejercida por el Ministerio de Seguridad, desdibuja claramente el carácter de fuerza militar que
prevalece en las definiciones adoptadas en Ley Orgánica de Gendarmería Nº 19.349. Aún en el supuesto, previsto en
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Informe anual 2018
fuerzas de seguridad del Estado nacional. Pero respecto de estas últimas, dicha
facultad queda limitada a los fines derivados de la seguridad interior, sin perjui-
cio de su dependencia del Ministerio de Defensa.
La Gendarmería Nacional Argentina integra el Consejo de seguridad interior27,
el Comité de crisis (cuya constitución tendrá lugar cuando se considere nece-
sario), la Dirección nacional de inteligencia criminal y el consejo provincial de
complementación para la seguridad interior (a través de los máximos responsa-
bles de Gendarmería destinados a la jurisdicción de que se trate) en el caso de
aquellas provincias que adhieran a la ley de seguridad interior.
Si el intenso involucramiento de la Gendarmería Nacional Argentina en el dis-
positivo institucional de seguridad interior subraya el carácter policial de la
fuerza, la ley orgánica 19.349 (sancionada durante una dictadura militar) re-
fuerza sin ambages que también se trata de una fuerza militar28. En efecto, el art.
1 de aquella norma expresa: “Gendarmería Nacional es una fuerza de seguridad
militarizada, dependiente del Comando en Jefe del Ejército, estructurada para
cumplir las misiones que precisa esta ley, en la zona de Seguridad de Fronteras y
demás lugares que se determinen al efecto”. Su misión como fuerza de seguridad
militarizada se encuentra explicitada en el art. 2:
“Es misión de Gendarmería Nacional satisfacer las necesidades inheren-
tes al servicio de policía que le compete al Comando en Jefe del Ejército,
en la zona de seguridad de fronteras y demás lugares que se determinen
al efecto, en materia de: a) Policía de Seguridad y Judicial en el fuero
federal; b) Prevención y represión de las infracciones que le determinen
leyes y decretos especiales; c) Prevención y represión de las infracciones
que le determinen leyes especiales y d) Policía de Seguridad en la vigi-
esta ley, de que se la utilice en cuestiones de seguridad interior, desplegada en todo el territorio nacional.
27 Según el Art. 9 de la Ley de Seguridad Interior, tiene por misión asesorar para la elaboración de las polí-
ticas correspondientes al ámbito de la seguridad interior, como asimismo en la elaboración de los planes y la
ejecución de las acciones tendientes a garantizar un adecuado nivel de seguridad interior.
28 Diego Escolar afirma que esta naturaleza bifronte de la Gendarmería constituye un activo institucional: “a
pesar de que el estado militar es un aspecto crítico de la imagen de la institución, constituye al mismo tiempo uno
de los factores que parecen favorecer su éxito o estima para ocupar ciertas funciones. La Gendarmería se habría
beneficiado por el desprestigio de las Fuerzas Armadas ante la opinión pública y los constantes consensos polí-
ticos en torno a la limitación de su injerencia, al mismo tiempo que habría logrado administrar o neutralizar los
efectos de estos mismos factores sobre sí misma atendiendo a sus propios fines institucionales. Además, utilizó
con ventaja estos factores en función de un emergente contexto doctrinario internacional en materia militar, que
le permite disputar recursos y funciones con la policía.” El investigador se refiere aquí a la doctrina de las nuevas
amenazas. (Cfr. “Los usos de la memoria. El Estado Militar como valor estratégico” en Escolar, Diego, op. cit).
60
Informe anual 2018
lancia de fronteras, protección de objetivos y otras actividades afines
con sus capacidades, de acuerdo con las disposiciones que establezca el
Comando en Jefe del Ejército”.
En el art. 5 se regula la cuestión crítica de la jurisdicción donde actuará la Gen-
darmería:
“a) En las zonas de seguridad de frontera terrestre, incluso los cursos de
agua fronterizos con las excepciones que correspondan de acuerdo con
el artículo 9º de la Ley 18.711 (…); b) En los túneles y puentes interna-
cionales; c) En cualquier otro lugar del territorio de la Nación, cuando
ello sea dispuesto por el Poder Ejecutivo con vistas al mantenimiento
del orden y la tranquilidad pública o para satisfacer un interés de segu-
ridad nacional; d) En cualquier otro lugar del país a requerimiento de
la Justicia Federal”.
En virtud del inc. c) de este artículo, el Poder Ejecutivo Nacional, a través del Mi-
nisterio de Seguridad dictó el decreto 66/201729 por el que se estableció (art. 1) que:
“El Ministerio de Seguridad convocará, cuando lo estime necesario, al
Centro de Planeamiento y control previsto en los artículos 14 y 15 de
la Ley Nº 24.059 y sus modificaciones, para que preste su asistencia y
asesoramiento a los fines de intensificar el esfuerzo nacional de policía,
y optimizar el servicio de seguridad ciudadana en cualquier lugar del
territorio nacional en que ello resulte necesario, para asegurar el man-
tenimiento de la seguridad interior y el cumplimiento de los objetivos
establecidos por el artículo 1 del Decreto Nº 228/16”30.
Los fundamentos del decreto 66/2017 son reveladores del verdadero alcance de
la expresión que utilizó la ministra de Seguridad cuando compareció ante la co-
misión de seguridad interior y narcotráfico del Senado de la Nación, al referirse
a la necesidad de utilizar la Gendarmería “para todo lo que estamos haciendo”31.
Y dan cuenta cabalmente de las dos dimensiones políticas en el tema de la se-
29 Sancionado el 25/01/2017. Texto vigente disponible en: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/ane-
xos/270000-274999/271199/norma.htm
30 Este decreto declaró la emergencia de la seguridad pública.
31 Cfr. Versión taquigráfica de la Reunión de la Comisión de Seguridad Interior y Narcotráfico (16/08/17)
de la Cámara de Senadores de la Nación. (Pág. 11 del documento). Disponible en: http://www.senado.gov.ar/
prensa/15469/noticias
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Informe anual 2018
guridad ciudadana, con las que el Poder Ejecutivo Nacional busca hegemonizar
el tratamiento de la problemática; es decir, la cuestión de las nuevas amenazas
por un lado, que reenvía a la necesidad de declarar la emergencia de seguridad
pública por el otro32. Así puede leerse en los considerandos del decreto:
“…cabe recordar que el Decreto Nº 228/16 de Emergencia de Seguridad
Pública establece en su artículo 8º la actuación conjunta de las jurisdic-
ciones locales y federal. Por ello, los gobernadores de provincia, en su
carácter de agentes naturales del Gobierno Federal, y el Jefe de Gobierno
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, facilitarán y prestarán, coor-
dinadamente con las fuerzas policiales y de seguridad federales, todo el
apoyo y logística que se les solicite en sus respectivas jurisdicciones a los
efectos del cumplimiento y éxito de las operaciones que se emprendan
en la lucha contra el delito complejo y el crimen organizado, en el marco
de la Ley de Seguridad Interior Nº 24.059 y sus modificaciones y de las
medidas adoptadas en el ámbito del Consejo de Seguridad Interior”.
Resulta importante hacer notar en este punto, el desplazamiento que se opera en
las autoridades responsables que son reconocidas por la ley para solicitar el des-
pliegue de las denominadas fuerzas de seguridad intermedias, en los territorios
ajenos a la jurisdicción federal. De tal manera, ya no son los gobernadores de la
provincia donde se verifiquen supuestos de graves peligros que hagan necesario el
despliegue de las fuerzas federales (art. 23 de la ley de seguridad interior), los que
“estrictamente” darán por acreditados dichos recaudos y requerirán al Ministerio
de Seguridad el auxilio de las fuerzas federales. Bajo la lógica del decreto 66/2017,
ahora deben facilitar y prestar coordinadamente todo el apoyo que se les solicite
en sus respectivas jurisdicciones para hacer frente a las nuevas amenazas 33.
32 Para un análisis detallado de esta cuestión ver Cap. I del Informe Anual 2017. Disponible en: http://www.
comisionporlamemoria.org/project/informes-anuales/
33 El involucramiento profundo la Gendarmería Nacional Argentina como institución dedicada bajo la
doctrina de las nuevas amenazas a la seguridad interior, tiene en la Provincia de Tucumán un ejemplo pa-
radigmático, puesto que el gobernador ha designado como Ministro de Seguridad al ex comandante de de
Gendarmería Claudio Valey (http://www.tucumanoticias.com.ar/noticia/politica/ex-comandante-de-gendar-
meria-nacional-claudio-maley-asumira-frente-al-ministerio-de-seguridad-173717.html) y como secretario
de Lucha contra el Narcotráfico a Carlos Driollet, que prestó servicio durante 36 años en la Gendarmería
Nacional Argentina (https://viapais.com.ar/tucuman/404301-carlos-driollet-asumio-como-secretario-de-lu-
cha-contra-el-narcotrafico/?page=43).
62
Informe anual 2018
2. LA POLÍTICA CRIMINAL EN LA PROVINCIA DE BUENOS
AIRES: TRAS LA CONTINUIDAD, SU PROFUNDIZACIÓN
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Informe anual 2018
En 2017 se duplicaron las denuncias por violencia policial que ingresaron a la
CPM. En 2016 el programa de Justicia y Seguridad Democrática registró 150
denuncias, mientras que en 2017 se registraron 300. Como venimos sostenien-
do, los casos de violencia policial no pueden interpretarse de manera aislada:
son prácticas incorporadas a las rutinas institucionales que tienen como objetivo
prioritario el control de territorios y poblaciones. La tortura y los tratos crueles
se inscriben como parte de estas prácticas y adquieren rasgos de sistematicidad
por su cotidianeidad y extensión territorial, y por la promoción, tolerancia o
aval estatal. Como dijimos, la gestión policial de mercados y territorios vulnera-
dos en sus derechos fundamentales implica la asunción estatal del ejercicio de la
violencia y la tolerancia a la corrupción. El denominado combate al delito es la
exacerbación de este esquema.
En la provincia de Buenos Aires, la aplicación de la doctrina de las nuevas ame-
nazas parece asentarse en el combate al narcotráfico. Esta orientación no es ex-
clusiva ni original de la actual gestión de gobierno: ha sido enunciada y llevada
al paroxismo de la escenificación mediática por otras gestiones34. Sin embargo,
la frecuencia, intensidad y permanencia en los territorios parece ser un rasgo
particular de la actual gestión. En algunos barrios la presencia se prolonga por
meses; en otros, semanas. En todos los casos se produce un sitio del territorio
que se acerca más a las tácticas de ocupación militar que a estrategias de interac-
ción con la población. En este contexto, recibimos denuncias por allanamientos
sin orden judicial, armado o fraguado de causas penales, torturas, violencia ver-
bal, amenazas, detenciones arbitrarias.
En la misma dirección se inscriben los procedimientos de control vehicular, en
particular la realizada en transporte público de pasajeros35. En otros informes
denunciamos estos procedimientos por su flagrante inconstitucionalidad. Du-
rante la gestión actual estos procedimientos se han vuelto rutinarios y extendi-
dos en el territorio de la Provincia. Particularmente grave y preocupante es su
convalidación judicial.
Un dato da cuenta de que la elección por la saturación territorial es una deci-
34 Un ejemplo fueron los mega-operativos de saturación en el barrio Carlos Gardel de Morón durante las
distintas gestiones provinciales, en particular la del gobernador Scioli.
35 Relavamos la realización de estos procedimientos al menos en los siguientes municipios: La Matanza, Lo-
mas de Zamora, Quilmes, La Plata, Partido de la Costa, Mar del Pata.
64
Informe anual 2018
sión estratégica: la creación de una nueva fuerza hacia el interior de la policía
bonaerense. La Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) es una fuer-
za multipropósito de despliegue rápido, integrada por cuadros provenientes de
grupos especiales como Halcón, GAD, GPM e Infantería. Esta unidad depende
directamente del ministro y fue creada en el marco de la emergencia en segu-
ridad por la resolución ministerial 791/17. Se enuncia entre sus motivaciones:
"(...) Que en el marco de la planificación estratégica que lleva
adelante esta cartera ministerial, resulta necesario implementar
acciones tácticas operativas de inminente respuesta ante tales he-
chos delictivos, ello por medio de una readecuación calificada de
los recursos humanos y medios logísticos acordes para dar pron-
ta respuesta preventiva y disuasiva de delitos y contravenciones,
promoviendo al mantenimiento del orden público en general".
Un signo positivo que destacamos -al igual que en nuestro informe anterior- es
la intervención de la auditoría de asuntos internos del Ministerio de Seguridad.
Según información oficial, en 2017 se iniciaron 10.320 sumarios. En el marco
de estos sumarios se suspendió a 781 agentes y se detuvo a 300. Se iniciaron 613
sumarios por enriquecimiento, que derivaron en 85 funcionarios denunciados
ante la justicia penal; de los 85, 9 fueron denunciados por lavado de activos.
Sin embargo, este rasgo que destacamos es insuficiente si no se complementa
con un cambio general en el diseño y la orientación de las políticas vinculadas al
delito, los mercados ilegales y la gestión estatal de los conflictos en los territorios
empobrecidos. Mientras el rol de la policía bonaerense sea la gestión y el gobier-
no de los territorios y los mercados ilegales que se desarrollan en ellos, los agen-
tes policiales seguirán desplegando rutinas que incluyan actos de corrupción y
prácticas violentas, arbitrarias e ilegales. En síntesis: toda gestión que centre sus
políticas de seguridad en el dominio territorial de la policía bonaerense asume
la violencia sistemática y la corrupción estructural.
Las definiciones estratégicas de la gestión provincial en materia de seguridad
pública se siguen asentando en ese dominio territorial y en las prácticas que lo
sustentan. Lejos de promover una modificación estructural, se mantiene la ten-
dencia a las respuestas espasmódicas y demagógicas. Un ejemplo fue el envío a
la Legislatura de un proyecto de reforma a la ley de ejecución penal para limitar
65
Informe anual 2018
las salidas anticipadas. Esto ocurrió días después de un grave hecho ocurrido en
la ciudad de La Plata en el que fue asesinada una niña36. Como si se tratara de un
manual de procedimiento, ante este tipo de hechos el proyecto de reforma fue
coronado con el anuncio del pedido de jury al juez que había intervenido en un
delito anterior cometido por el autor del hecho.
En este contexto, se sigue registrando un número alarmante de muertes pro-
ducidas por agentes policiales. En 2016 registramos 109 muertes, en 2017 re-
gistramos 121. El aval del presidente de la Nación y la ministra de Seguridad al
agente Chocobar no hace más que enviar un mensaje que promueve este tipo de
intervenciones policiales, cuando en la mayoría de los casos revelan un evidente
menosprecio por la vida y una notoria falta de profesionalidad en el uso de la
fuerza letal.
Todos los aspectos que denunciamos como resortes estructurales de la violencia
institucional se han asentado y profundizado, generando un escenario de graví-
simas violaciones a los derechos humanos.
66
Informe anual 2018
Benz llegaban en horas de la madrugada al complejo habitacional (que se extien-
de en apenas una manzana) y, con el motivo aparente de realizar procedimientos
contra el tráfico de estupefacientes, vejaban, humillaban, golpeaban y detenían a
las personas que ocasionalmente se cruzaban en su camino. Un equipo del pro-
grama de Justicia y seguridad democrática de la CPM se entrevistó personalmente
con algunas de las personas que habían sufrido la violencia de parte de los agentes
de Gendarmería. Refirieron que el modus operandi de los agentes públicos consis-
tía en: insultos racistas, tácticas de amedrentamiento (gritos sapucai en el medio
de la noche, utilización de pequeñas linternas que producen descargas eléctricas,
patadas en las extremidades, amenazas de todo tipo, entre otras torturas y malos
tratos) y traslado de los detenidos a un galpón (que la fuerza utiliza como base y
que se encuentra en el mismo predio donde se ubica el centro operativo de moni-
toreo de la unidad de policía de prevención local del partido de San Martín).
La propia Gendarmería reconoció los operativos realizados en el barrio La Ca-
tanga, en la instrucción de las causas penales que impulsó por diversos delitos
(tenencia simple de estupefacientes y portación ilegal de arma de fuego entre
otros) ante el Ministerio Público Fiscal del departamento judicial de San Martín,
y daba cuenta de que se utilizaba el galpón señalado por los denunciantes como
“Base operativa San Martín dependiente de la zona norte del operativo fuerzas
federales PBA”. Hay que destacar que el galpón que la Gendarmería compartía
con la Unidad de policía de prevención local y los agentes municipales del cen-
tro operativo de monitoreo del partido de San Martín no está habilitado para
alojar detenidos. No obstante, las personas denunciantes indican que se mante-
nía esposados e inmovilizados a los detenidos en los ambientes destinados como
vestuario para el personal de la Gendarmería. Además, los propios agentes de la
fuerza federal, en sus informes de instrucción para las causas penales, referían
que trasladaban a las personas detenidas al galpón descripto, y los mantenían
allí hasta el momento en que fueran citados a declarar.
Estos hechos fueron denunciados ante la Procuraduría de violencia institucio-
nal del Ministerio Público Fiscal de la Nación (PROCUVIN) en septiembre de
2017. Como consecuencia, el organismo impulsó una causa penal contra los
funcionarios de la Gendarmería que se instruye ante la Fiscalía federal en lo
criminal y correccional de Tres de Febrero.
67
Informe anual 2018
3. REPRESIÓN Y CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA
SOCIAL
38 Informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) La conflictividad socio-laboral en Argentina
Informe 2017 Observatorio de la conflictividad socio-laboral. Disponible en http://centrocepa.com.ar/infor-
mes/37-la-conflictividad-socio-laboral-en-argentina-informe-2017
68
Informe anual 2018
− Desde que comenzó la gestión Cambiemos la intervención re-
presiva del Estado totaliza 130 casos. El 42,3% del total se registró en el
año 2016 y el 57,7%, es decir 75 casos, en 2017.
− Durante 2017 la aplicación de esta política represiva causó la
muerte de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, alrededor de 250 heri-
dos y 331 personas encarceladas.
− La política represiva no se concentró en un solo sujeto social:
la padecieron trabajadores, movimientos sociales, organizaciones de la
sociedad civil, pueblos originarios, partidos políticos, mujeres, vecinos,
estudiantes.
A los destinatarios de esta violencia en general, se suma la de los trabajadores de
prensa. Al denunciar el denominado protocolo anti piquetes, decíamos:
69
Informe anual 2018
las instituciones democráticas. Por tanto, los actores de las protestas salieron de
la órbita de sujetos en ejercicio del derecho a peticionar a las autoridades para
quedar como motores de amenazas y desestabilización. Se trata de discursos y
acciones que van configurando un nuevo enemigo para el orden social, y que
tienen efectos concretos en términos de vulneraciones a los derechos humanos.
Tal como destacamos en este informe, al analizar el desempeño de la Gendarme-
ría -más allá de la intervención de las distintas fuerzas provinciales y federales en
las grandes manifestaciones producidas en CABA- es particularmente relevante la
amplitud territorial y la cotidianeidad para intervenir en los conflictos que desple-
gó esta fuerza. Como caracterizamos más arriba, no se trata de cualquier fuerza;
es la que, según los dichos de la ministra de Seguridad:
"(...) necesito... para todo lo que estamos haciendo y para la tarea
de fondo que está haciendo este gobierno".
La extensión de los conflictos y la represión en la provincia de Buenos Aires sur-
gen tanto del informe de CEPA como de los registros de la propia Gendarmería.
Algunos tomaron particular dimensión y estado público:
− Represión de trabajadores frente a la Legislatura en La Plata39.
− Represión a trabajadores en Mar del Plata.40.
− Represión de trabajadores de Cresta Roja41.
− Violenta represión y desalojo a trabajadores despedidos de
Pepsico .
42
70
Informe anual 2018
la protesta se acompaña con la judicialización de las personas que intervienen
en las mismas.
En La Plata se dio un ejemplo preocupante de represión y judicialización de la pro-
testa. Como describimos en otros informes, las autoridades municipales adopta-
ron desde el inicio el temperamento iniciado por el gobierno nacional. De hecho,
fue el único municipio que propuso en el tratamiento del protocolo anti piquetes
para su tratamiento en el Concejo Deliberante. Fue la oposición de gran cantidad
de organizaciones e instituciones, entre ellas la CPM, la que evitó que este proyec-
to se concrete. Sin embargo, el mecanismo de persecución que se proponía en este
protocolo fue implementado en la práctica por las autoridades municipales.
Un ejemplo fue la denuncia efectuada por funcionarios municipales de La Plata a
un grupo de cooperativistas: el 11 de julio de 2017, en el marco de reclamos que
llevaban a cabo diferentes cooperativas nucleadas en organizaciones sociales, un
grupo de sus referentes tuvieron una reunión con funcionarios municipales. Tras
el compromiso acordado de continuar con las negociaciones a fin de llegar a una
solución al conflicto, las organizaciones decidieron levantar la medida de fuer-
za. Sin embargo, en las entrevistas algunos cooperativistas nos mencionaron que
luego de la primera reunión y en función de lo expuesto se enteraron por medios
de comunicación que habían sido denunciadas al menos 11 personas por la inte-
rrupción del tránsito frente al palacio municipal. Es decir, en paralelo con la nego-
ciación, la Municipalidad de La Plata presentó una denuncia en sede de fiscalía, a
través del secretario de Políticas públicas en seguridad y justicia, Darío Ganduglia,
y el subsecretario de Seguridad, Fernando Padován. La presentación fue ampliada
el día 13 de julio luego de la segunda reunión que mantuvieron los funcionarios
con los cooperativistas. En esa oportunidad individualizan a Guillermo Salas, re-
ferente del FOL, a quien señalan como el autor de supuestas amenazas en el marco
de la negociación. Cabe mencionar el temperamento que tuvo la UFI 7 a cargo
de Virginia Bravo, que en un primer momento sostuvo la imputación con ele-
mentos de prueba insuficientes –únicamente con declaraciones de funcionarios
municipales y agentes policiales-, y luego apeló el sobreseimiento del Juzgado de
Garantías 6 que entendió que ni siquiera se encontraba mínimamente acreditado
el comportamiento de amenazas.
En 2017 el grupo de trabajo sobre detenciones arbitrarias de Naciones Unidas
71
Informe anual 2018
visitó la Argentina. En este contexto, la CPM y un gran número de organiza-
ciones y referentes de todo el país denunciaron el grave cambio en la forma de
intervenir del Estado ante los conflictos sociales y la criminalización de distintos
referentes políticos, entre los que se encuentra Milagro Sala. En función de esto,
el grupo de trabajo emitió un informe preliminar44 en el que respecto a este
punto destacó:
“(...) el Grupo de Trabajo recibió información sobre la privación de
la libertad en el contexto de protestas sociales y públicas por parte
de miembros de distintas comunidades, entre las que se incluyen
pueblos indígenas, sindicatos y movimientos políticos y sociales.
Esta delegación desea reiterar que los instrumentos internaciona-
les sobre derechos humanos garantizan el derecho de reunión pa-
cífica y que los Estados deben abstenerse de impedir o castigar toda
manifestación pacífica. Las conductas punibles deben describirse
con claridad a fin de preservar el principio de legalidad del derecho
penal. Violaciones tales como los “cortes de ruta” y la “desobedien-
cia y resistencia a la autoridad” revisten una inherente ambigüedad
y ello permite un alto grado de discrecionalidad por parte de las
fuerzas de seguridad sin que existan las suficientes salvaguardas
para garantizar una protección contra detenciones arbitrarias. El
Grupo de Trabajo observa además que en el caso de que se imple-
mente el “Protocolo de Actuación de las Fuerzas de Seguridad del
Estado en Manifestaciones Públicas”, adoptado por el Ministerio
de Seguridad en el año 2016, ello supondría un aumento del riesgo
de que se produzcan detenciones arbitrarias a través de la amplia-
ción de las facultades discrecionales de las fuerzas de seguridad. De
particular consternación resultó para el Grupo de Trabajo la infor-
mación recibida acerca de la violenta represión de las comunidades
indígenas en ocasión de las protestas realizadas con el fin de defen-
der los derechos emanados del Convenio 169 de la OIT, que fuera
ratificado por la Argentina. Se puso en conocimiento del GTDA el
excesivo uso de la fuerza, las vejaciones y los malos tratos sufridos
44 https://www.ohchr.org/sp/newsevents/pages/displaynews.aspx?newsid=21636&langid=s
72
Informe anual 2018
por los miembros de los pueblos indígenas a manos de las fuerzas
del orden y de empresas de seguridad privadas. Las detenciones
masivas de integrantes de pueblos indígenas que participaron de
manifestaciones sociales resultan de especial preocupación para el
Grupo de Trabajo (...) La ley antiterrorista no debe utilizarse para
criminalizar a los líderes indígenas y campesinos por actividades
relacionadas con la defensa de su territorio y su cultura; todos ellos
elementos protegidos debidamente por el derecho internacional de
los derechos humanos. El Grupo de Trabajo exhorta a las autorida-
des argentinas a que se abstengan de emplear fuerza desproporcio-
nada y reanuden el proceso de diálogo con los pueblos indígenas.”
73
Informe anual 2018
Ejecutivo se consolidan con políticas basadas en el control territorial de per-
sonas y mercados, que se sustentan por los marcos normativos que propicia el
Poder Legislativo fortaleciendo las atribuciones de la policía y que posterior-
mente convalida el Poder Judicial, a la vez que propicia con la delegación de sus
funciones en las fuerzas policiales.
Las prácticas policiales ilegales no pueden pensarse aisladas sino como respues-
ta frente a la ausencia de políticas integrales en materia de seguridad. Mientras
se siga percibiendo a la seguridad como un problema policial y prevalezca el pu-
nitivismo (reacción estatal, encarcelamiento y saturación policial en las calles)
como respuesta al reclamo por la inseguridad, las prácticas policiales ilegales
que problematizamos no se modificarán.
Algunas de las prácticas que integran la rutina de gestión territorial de las poli-
cías de la Provincia son: adulteración de los libros u actas de registro, detención
por averiguación de identidad, requisas, armado de causas, coimas, y hasta he-
chos más graves como tortura, otros tratos crueles o degradantes y uso letal de
la fuerza. La CPM analiza estas prácticas en el marco de las diversas intervencio-
nes y diagnósticos en los territorios que habitan los sectores más vulnerados de
la sociedad. Esto da cuenta del sesgo clasista y racista que las orienta.
La CPM recibió durante 2017, a través del programa de Justicia y seguridad
democrática (ProJuSeDe), 300 denuncias de violencia policial. El 20% de los
casos estuvieron vinculados a la violencia ejercida durante la detención de una
persona o cuando está detenida en dependencias policiales. El 23.33 % se refirió
al uso letal de la fuerza, el 17.33 % a causas armadas o fraguadas, el 6.33 % a
hostigamientos, el 10.89 % a detenciones arbitrarias, con un 4.66 % a jóvenes
menores de 18 años. Los hechos involucraron a 314 víctimas identificables y en
37 casos (12.33 %) se trató de hechos que involucraron a víctimas indetermina-
das por tratarse de situaciones colectivas. En lo que sigue damos cuenta de estas
prácticas, desde el abordaje de la CPM en los casos denunciados.
74
Informe anual 2018
les, judiciales y políticos.
Uno de los casos abordados en 2017 tuvo lugar un barrio de La Plata. Se presenta
la familia P a contarnos que uno de sus hijos, NP, y un vecino, NS, estaban dete-
nidos en la comisaría, víctimas de una causa armada. Iniciamos nuestra interven-
ción en este sentido, pero posteriormente observamos que no se trataba de un
caso aislado; por el contrario, se enmarcaba en una serie de prácticas policiales
ilegales llevadas adelante por los oficiales de la dependencia policial del barrio,
controlando el territorio en los términos expresados en los párrafos anteriores.
NP y NS tienen antecedentes penales con condenas cumplidas y relatan ha-
ber sido hostigados por personal policial en reiteradas oportunidades. Un día,
mientras se encontraban los dos en la casa de NP preparando algunas cosas para
ir de pesca, se acerca un vecino en su moto, la coloca en jardín que se encuentra
delante de la casilla, e ingresa. A escasos minutos irrumpen dos policías vestidos
de civil apuntando a NP, a NS y al vecino; los obligan a tirarse al piso, le quitan
las pertenencias (celulares, billeteras, documentos) y las colocan en la mochila
del vecino; revisan toda la casa y amenazan con armar una causa si no incrimi-
nan a otro vecino por vender estupefacientes. Cuando NP cuestiona el proce-
dimiento, los policías argumentan estar llevando adelante un allanamiento; sin
embargo no le muestran la orden judicial. Posteriormente los tres chicos son
llevados esposados al jardín de la parte delantera de la casa; para ese entonces ya
había afuera varios vecinos, un auto particular (posteriormente indicado como
el vehículo particular de uno de los oficiales), un patrullero de la policía bonae-
rense con otros dos oficiales y una persona que oficiaría de testigo. Despliegan
una manta sobre el suelo y comienzan a retirar todos los objetos que había den-
tro de la mochila, entre los que se encontraba una piedra de marihuana; remar-
camos que el testigo solo comenzó a percibir el procedimiento una vez que se
encontraron los tres aprehendidos fuera del lugar. Una vez finalizado el proce-
dimiento policial, NP y NS son llevados a la comisaría en calidad de aprehendi-
dos; el vecino -poseedor de los estupefacientes y sindicado como "el que trabaja
para la policía"- es liberado. Al día siguiente, en el marco de la investigación por
comercialización de estupefaciente que le imputaban a los dos mencionados, se
llevaron adelante allanamientos a siete viviendas del barrio.
Cuando la CPM logra el acceso al expediente, observa que el acta de procedimiento
75
Informe anual 2018
menciona los hechos tergiversados, inscribe un procedimiento y persecución que
no existió y no menciona el primer registro sobre la propiedad de NS. La Fiscalía 1
de La Plata, a cargo de Ana María Medina, convalida todo el proceder policial y soli-
cita tres órdenes de registro que son autorizadas por el Juzgado de Garantías 6. Con
esta orden los policías registran las tres viviendas solicitadas por la fiscal, y cuatro
domicilios más de manera ilegal. Con motivo de este episodio, las víctimas directas
del armado de causa y otros vecinos que fueron víctimas de similares prácticas se
acercaron a la CPM y relataron el entramado policial en su barrio.
FS vive al lado de la casa de su hermano NS. El día de los múltiples allana-
mientos su domicilio fue ilegalmente registrado (los oficiales no tenían orden
judicial), revolvieron sus pertenencias y en todo momento se dirigieron a él con
insultos y amenazas. Al día siguiente, dos policías vestidos de civil que habían
participado del allanamiento lo abordan en la calle y le solicitan 60 mil pesos
para “limpiar a NS” y sacarlo de la cárcel.
La familia S tiene un kiosco en su domicilio; cuentan que en reiteradas oportu-
nidades los oficiales le han solicitado grandes cantidades de dinero bajo amena-
za de "reventarles el local". El día del allanamiento entraron sin orden judicial,
secuestraron dinero, celulares, alimentos, varios cajones de cerveza, sin dejar
constancia en ningún acta de todos los elementos que se estaban llevando y que
nunca devolvieron. Uno de los integrantes de la familia refiere que los policías
fueron varias veces a su casa buscando a uno de sus hijos por supuestas causas
penales y que, cuando averiguó, en el juzgado le dijeron que no existían.
La señora MM está construyendo un local de comidas rápidas en el barrio; de-
nunció que funcionarios policiales de la comisaria la amedrentaron: la ame-
nazan con armarle una causa a su pareja por tener antecedentes penales y le
exigieron dinero para poder abrir su local. El hostigamiento es cotidiano y le
genera gran temor.
Desde el momento de su aprehensión hasta que lograron la libertad, los imputa-
dos NP y NS fueron víctimas de otras prácticas policiales ilegales. Denunciaron
torturas, tratos crueles y degradantes, y que los policías intentaban obligarlos a
incriminar a un vecino por un delito que no había cometido.
Desde la CPM iniciamos acciones para colaborar con la defensa técnica de NS
y NP respecto de la imputación penal y para denunciar a los funcionarios po-
76
Informe anual 2018
liciales. En este último sentido, se articuló con la Auditoría general de asuntos
internos y los vecinos del barrio fueron recibidos y pudieron denunciar admi-
nistrativamente a los oficiales; se inició una investigación sumarial administra-
tiva (ISA) que, con la recolección de otros elementos probatorios, culminó con
el desplazamiento de tres oficiales de la dependencia policial cuestionada y el
inicio de una causa penal contra ellos. Un mes después NP y NS obtuvieron la
libertad. La Ayudantía de estupefacientes a cargo de la investigación en coor-
dinación con la Unidad Fiscal 1 de La Plata, con fecha 3 de mayo de 2018 (6
meses después), solicitó la nulidad del procedimiento y el sobreseimiento de los
imputados, y el juez de Garantías a cargo resolvió en ese sentido.
Estas intervenciones se conjugaron con instancias de encuentro en el barrio
para asesorar respecto a las herramientas ante hechos de violencia y hostiga-
miento policial. En estos encuentros recibimos otros testimonios que permitie-
ron dar cuenta de que los hechos ocurridos no eran aislados sino cotidianos. Las
prácticas de control en el barrio implicaban intervenciones de distinta intensi-
dad, pero siempre la amenaza de sufrir represalias; esto se reconocía como un
hecho fundamental, ya que era lo que condicionaba a los vecinos al momento
de pensar en denunciar. Una vez que el temor se corrió, los relatos comenzaron
a emerger y aparecieron las detenciones cotidianas, los pedidos de dinero, las
amenazas y agresiones físicas y verbales, el hostigamiento hacia algunos actores
barriales y la cobertura de otros.
Lo que emerge en este caso es solo un ejemplo de cómo las prácticas policiales
generan condiciones de vulnerabilidad en los territorios, propiciando escena-
rios violentos y otorgando a determinados actores particulares condiciones para
el ejercicio de poder y la gestión de mercados. Sin dejar de tener presente que
estos entramados y prácticas de control territorial son centrales para entender el
incremento de ingresos al sistema penal y el consecuente escenario de masivas
vulneraciones de los derechos humanos de las personas privadas de la libertad.
77
Informe anual 2018
justificar formalmente detenciones y procesamientos esencialmente ilegales y arbitra-
rios. Se ha detectado en numerosos casos el uso injustificado de esta figura para ame-
drentar y disciplinar a quienes importunan, incomodan o simplemente cuestionan el
ejercicio desmedido de la fuerza de los agentes de policía. Ante la necesidad de detener
a alguien cuando no se encuentran reunidos los requisitos legales pertinentes, o ante
la voluntad de infundir un temor o directamente un mal sobre persona determinada,
se utiliza esta carta blanca que asegure una respuesta punitiva y refuerce el ideal de
autoridad en detrimento de los derechos y garantías de los ciudadanos.
El uso desviado de este tipo penal se ha revelado como una herramienta aplica-
da con cierto grado de sistematicidad en el marco de intervenciones violentas
ante manifestaciones, protestas y otras expresiones populares que interpelan
a la justicia. Esto es particularmente grave en tanto habilita la aprehensión en
flagrancia sin orden judicial y la detención ilegítima durante períodos que en
muchos casos exceden los plazos legales previstos45. La interpretación jurispru-
dencial que ve en el plazo de 24 horas, dispuesto por el art. 19 de la Constitución
provincial, el límite del tiempo en el que la aprehensión puede durar de manera
legítima ha calado hondo en todos los operadores judiciales. Recién a partir del
cumplimiento de ese plazo, es que se realiza un mínimo control de legalidad
sobre las actuaciones de prevención de las policías. Mientras tanto los aprehen-
didos son encerrados en comisarías en condiciones inhumanas y degradantes,
tal como veremos en este capítulo.
También puede advertirse cómo los policías utilizan la figura de resistencia a
la autoridad para justificar procedimientos ilegítimos que se destacan por el
caudal de violencia desplegado y su motivación inexistente. De este modo, fra-
guando el relato de los hechos en sus declaraciones testimoniales, los agentes
hacen aparecer como autor de un ilícito a quien en realidad resulta víctima de
violencia policial.
Algunos casos abordados por la CPM en 2017 dan cuenta del alcance de esta
práctica:
“(...) dos jóvenes se desplazaban en su auto, cuando notan que desde
un móvil policial que venía detrás de ellos, sin advertencia de ningún
tipo, comienzan a efectuar disparos directamente hacia ellos. Uno de
45 Art. 149 del C.P.P. Bs. As.
78
Informe anual 2018
los disparos impacta en la pierna de uno de los jóvenes hiriéndolo
gravemente; al constatar esto último policías se retiran. Luego, ale-
gando que los jóvenes habían intentado fugar de un control moti-
vado en su “actitud sospechosa”, inició en su contra una causa por
resistencia a la autoridad.”
“(...) Se encontraba estacionando su auto cuando fue interceptado por
agentes de la policía que lo obligaron a descender del vehículo y co-
menzaron a golpearlo acusándolo de ladrón. Su esposa e hijas, así como
los vecinos del barrio, intercedieron intentando evitar que continúe la
golpiza. Los policías se negaron a identificarse y a justificar su accionar.
Lo detuvieron y lo imputaron por resistencia a la autoridad.”
“Los niños LIM, SD y FR se encontraban en una esquina, cuando agen-
tes de la policía comenzaron a correrlos mientras les disparaban con
postas de goma. Los chicos buscaron refugio en su escuela siendo perse-
guidos por los agentes, quienes ingresaron al establecimiento educativo
y los aprehendieron por resistencia a la autoridad.”
Por otro lado esta figura penal aparece como consecuencia de intervenciones
violentas de los agentes policiales en el marco de manifestaciones y protestas
legítimas. Se complementa el proceder irregular de los oficiales con detenciones
e imputaciones de resistencia a la autoridad a quienes ejercen su derecho cons-
titucional de peticionar a las autoridades.
“(...) en la localidad de San Nicolás, un grupo de vecinos autoconvo-
cados, damnificados por las reiteradas inundaciones, reclamaban a las
autoridades agua potable y alimentos. Fueron brutalmente reprimidos
por agentes policiales, quienes aprehendieron por resistencia a la auto-
ridad al joven BNV.”
“(...) En La Plata, vecinos de la localidad de Melchor Romero iniciaron
una protesta exigiendo que la empresa Edelap regularice el suministro
de energía eléctrica en el barrio. Los agentes policiales reprimieron la
protesta disparando balas de goma contra los vecinos. En tal contexto
aprehendieron a más de diez vecinos por resistencia a la autoridad, en-
tre ellos a los jóvenes CA, MAEC y EB.”
“(...) En Lanús, oficiales policiales, irrumpieron violentamente en un
79
Informe anual 2018
merendero con armas, arrojando gases y balas de goma e hiriendo a
varios de los niños que se encontraban en el lugar. Ante ello, los adul-
tos que se encontraban en el lugar intentaron impedir que los policías
lastimen a los niños resultando aprehendidos el joven EMR y un niño
menor de edad e imputados por resistencia a la autoridad. “
En los últimos años se ha detectado un incremento de la utilización de esta figura.
La estadística publicada por el Ministerio Público de la provincia de Buenos Ai-
res46 da cuenta del aumento de casos enunciado. Sólo durante 2017 se iniciaron 30
mil investigaciones preliminares en las que se indaga sobre la comisión de delitos
contra la administración pública –que no son encubrimiento- representando el
3,77% del total de investigaciones preliminares iniciadas en la Provincia. La mis-
ma fuente da cuenta de una evolución ascendente entre 2009 y 2017:
2009 9.855
2010 10.279
2011 11.579
2012 14.358
2013 16.518
2014 19.377
2015 24.348
2016 28.693
2017 30.142
Fuente: CPM en base a información estadística penal, Procuración General de la provincia de Buenos Aires.
46 https://www.mpba.gov.ar/informesregistrosyestadisticas
80
Informe anual 2018
Gráfico 1. Porcentaje de IPP iniciadas por presuntos delitos contra la
administración pública, sobre el total de IPP
en la provincia de Buenos Aires, 2009-2017.
Fuente: CPM en base a información estadística penal, Procuración General de la provincia de Buenos Aires.
47 La información desagregada tipo por tipo fue requerida por esta Comisión al Ministerio Público provin-
cial, no habiendo recibido respuesta a la fecha.
48 Muestreo. Caso testigo 1: comisaría 9ª de La Plata, del total de detenidos durante el año 2016 el 18% lo
fueron por resistencia a la autoridad (en el 37% de esos casos se trata de concurso de delitos). Caso testigo
2: comisaría 3ª de Quilmes, del total de detenidos durante el año 2016 el 12% lo fueron por resistencia a la
autoridad (en el 39% de esos casos se trata de concurso de delitos).
81
Informe anual 2018
suficientemente preciso las conductas valoradas por el legislador como mere-
cedoras de pena, habilita al personal policial a echar mano de esta figura para
legitimar el uso abusivo y desproporcionado de su autoridad. El tipo, previsto
en el art. 239 del Código Penal argentino, amenaza con prisión desde quince
días a un año a quien “resistiere o desobedeciere a un funcionario público en
el ejercicio legítimo de sus funciones, o a la persona que le prestare asistencia
a requerimiento de aquel o en virtud de una obligación legal”. Es decir que no
cualquier oposición a la actuación del agente resulta constitutiva del tipo obje-
tivo, sino sólo aquella que de modo violento tenga como fin impedir su acción
legítima. Doctrina autorizada abona esta postura, considerando que la configu-
ración del delito requiere una oposición del sujeto activo a la acción directa del
funcionario público, valiéndose de medios violentos con el fin de impedirle su
acción49. En igual sentido, la jurisprudencia bonaerense ha interpretado que la
consumación de la figura requiere una oposición o rechazo activo a la acción
legítima de un funcionario público caracterizada por el empleo de intimidación
y violencia para impedir la orden o mandato funcional.
A su vez, la persona debe conocer de modo inequívoco que se encuentra frente
a la autoridad y que ésta dio una orden legítima. Es relevante tener en cuenta
esto y contrastarlo con los usos y las prácticas que describimos porque, entre
otras cosas, los policías incumplen la carga de identificarse y la obligación de
informar inmediatamente de modo comprensible la razón concreta de la priva-
ción de libertad así como los derechos que asisten a las personas50. De tal modo,
quienes cuestionan la conducta policial desplegada de forma irregular no sólo
no resisten ni desobedecen al funcionario público sino que muchas veces se de-
fienden -a tenor del art. 34 inc. 6º del Código Penal- de una agresión arbitraria
e ilegítima de la que son víctimas.
82
Informe anual 2018
cisiones de las autoridades políticas orientadas a cumplir distintos objetivos y
suelen estar vinculados a determinados eventos coyunturales: es habitual, por
ejemplo, que se utilicen como respuesta demagógica ante graves casos de vio-
lencia contra trabajadores del transporte público.
Se trata de una de las tantas modalidades de saturación policial que se inscri-
ben sobre ciertos territorios y sectores de la población más vulnerables y des-
favorecidos, asimilando pobreza a criminalidad. Habitualmente se desarrollan
sobre determinadas líneas de transporte, en arterias que comunican las zonas
céntricas con los barrios periféricos de las ciudades. La intervención policial no
es azarosa: dirigen las medidas de coerción sobre las personas que reúnen las
condiciones de sujeto sospechoso para el olfato policial.
Los procedimientos se caracterizan por una fuerte concentración policial y pre-
sencia de agentes armados con armas largas y de grueso calibre. El personal po-
licial abocado a estos operativos intercepta los colectivos de línea obligándolos a
detenerse; suben a la unidad portando sus armas y obligan a descender a los pa-
sajeros “masculinos”, en la mayoría de los casos, junto con sus pertenencias, sin
distinguir si son mayores de edad o se trata de niños. Una vez abajo, les ordenan
poner las manos contra el colectivo y los requisan palpándolos y revisando en-
tre sus ropas; abren sus mochilas, bolsos, carteras y demás pertenencias a fin de
inspeccionar qué elementos portan. Por último, requieren los DNI y constatan
la identidad. Luego de requisar cuerpos, ropa y efectos personales, se les ordena
subir nuevamente a la unidad y se habilita al chofer a continuar el recorrido.
El sesgo discriminatorio de estos procedimientos impone a la población que
utiliza el transporte público a una situación de mayor desprotección y sospecha
de las autoridades públicas en relación a otros sectores sociales. A esto se suma
que se desarrollan sin orden Judicial, sin notificar acto administrativo alguno,
sin testigos de actuación y no se dejan constancias en actas.
Como ya hemos afirmado y denunciado, estos procedimientos -inocuos para
la prevención de delitos- son inconstitucionales: vulneran de forma flagrante el
derecho a la libertad física, la intimidad y la presunción de inocencia, limitando
su goce de manera arbitraria e ilegal.
En primer lugar, afectan el derecho a la libertad física y la libre circulación:
“(...) La garantía de prohibición de arresto arbitrario se desagrega
83
Informe anual 2018
del debido proceso legal adjetivo, y refiere a que nadie puede ser
privado de su libertad física o ambulatoria sino en los supuestos de
excepción especialmente previstos que surgen de la segunda parte
del Art. 18 cuando establece que “nadie puede ser (…) arrestado
sino en virtud de orden escrita de autoridad competente”.51 (...) La
interceptación policial y la exigencia de identificación y otros datos
personales interfiere en distintos campos de autodeterminación, en
particular interrumpe la libre circulación en un ámbito público52.”
Tal accionar no puede calificarse sino como restricción a la libertad de circulación
importando una injerencia en la vida privada de las personas afectadas y, en tal
sentido, constituye una detención que cae bajo la garantía del art. 18 de la Consti-
tución nacional. Esta garantía se refuerza y completa con lo dispuesto por los ins-
trumentos internacionales con rango constitucional sobre derechos humanos53.
Afectan el derecho a la intimidad personal y a la privacidad:
“Las prácticas denunciadas desconocen el derecho a la intimidad,
entendido éste como el derecho a mantener el secreto, y el desco-
nocimiento por terceros de ciertos aspectos de la vida y de la per-
sona54. La actividad policial mediante la cual se requisa implica una
actividad positiva de búsqueda en el cuerpo y en las pertenencias
transportadas encontrándose ambas protegidas por el derecho a
la intimidad. Asimismo, implican una interferencia indebida por
parte del Estado en el principio de autonomía, afectando la libre
elección de planes de vida y sujetándolo a un continuo estado poli-
cial que desconoce su ámbito de privacidad.”
Desconocen la presunción de inocencia y violan el derecho a la igualdad:
“Es también un principio de derecho que todo hombre se reputa
inocente, mientras no se prueba lo contrario. Es una derivación de
la garantía de la defensa en juicio en el ámbito penal y, por ende, su
51 Granillo Fernández, Héctor M. “Código de Procedimiento Penal de la Provincia de Bs. As.”. 2da Ed.
Actualizada y ampliada. Ed. La Ley.
52 Garcia Luis M. “Dime quién eres, pues quiero saber en qué andas. Sobre los límites de las facultades de
la policía para identificación de personas. Los claroscuros del caso Tumbeiro, publicado en: LA LEY2003-A,
470 - Sup. Penal2002 (diciembre), 1 Cita Online: AR/DOC/20657/2001
53 Art. 25 de la D.A.D.D.H, Art. 9 de la D.U.D.H., Art. 7 de la C.A.D.H., Art. 9 del P.I.D.C.P.
54 Quiroga Lavie, Humberto, Benedetti, Miguel Angel, Cenicacelaya, María de las Nieves. “Derecho Consti-
tucional Argentino” Segunda Edición Actualizada. Ed. Rubinzal Culzoni Editores.
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Informe anual 2018
base constitucional no puede ser otra que el art. 18 de la Constitu-
ción nacional. La inocencia constituye un estado, un status jurídico
de certeza del que gozan todas las personas55.”
La exposición de una parte de la población a este tipo de procedimientos evi-
dencia su consideración como peligrosa estableciendo –por vía de hecho- una
categoría sospechosa fundada en el medio de transporte que usa. La utilización
de estos criterios de distinción se encuentra especialmente prohibida por cons-
tituir condición de discriminación.
Transgreden los principios de proporcionalidad y razonabilidad de la actividad
administrativa:
Estos operativos son justificados por las autoridades administrativas apelando
a la función genérica de prevención del delito de los agentes policiales y a lo
normado por el art. 294 5º del Código Procesal Penal. Desde ya, cabe advertir
que la amplitud de la habilitación que el legislador provincial reconoció a los
funcionarios de policía esa norma no satisface el más mínimo control de consti-
tucionalidad, habilitando en el orden práctico a un funcionario administrativo a
llevar adelante procedimientos que ni un juez podría habilitar.
“(...) Dicho de otro modo, la decisión administrativa y posterior
implementación de un operativo público de prevención o de con-
trol no constituyen un “cheque en blanco” para que los agentes po-
liciales revisen y registren indiscriminadamente vehículos y perso-
nas. Por el contrario, podrán hacerlo sólo en un caso individual en
base a una sospecha razonable concreta y objetiva y en una situa-
ción comprobable de urgencia56.”
La actuación material de la administración desplegada a través de los agentes
policiales que intervienen en estos procedimientos no guarda una proporción
adecuada entre los medios que emplea y el fin que desea alcanzar. No hay evi-
dencia empírica que acredite que estos procedimientos aleatorios sirvan para la
detección de acciones delictivas o su eventual prevención. Todo indica que sólo
se los utiliza para exhibir a la opinión pública, de modo grosero, las medidas
tomadas en la denominada guerra contra el delito. La afectación de derechos
55 CSJN Fallos 10:338
56 Gómez Urso Juan Facundo, “Manual de actuación para la policía judicial, de investigaciones, de seguri-
dad, fuerzas municipales e instructores judiciales”. Ed. Fabián J. Di Plácido.
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Informe anual 2018
y garantías -así como la transgresión al principio de proporcionalidad y razo-
nabilidad que la decisión administrativa conlleva- deslegitima constitucional
y convencionalmente el despliegue de los operativos públicos de control en el
transporte público de pasajeros. La ampliación de esta técnica de control terri-
torial se inscribe -tal como describimos más arriba- en una decisión estratégica
que incluye la creación de una nueva fuerza como la UTOI.
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Informe anual 2018
de ser declarados culpables, sancionados de conformidad con la
gravedad de sus actos (...).”
“(...) Restringir el recurso a la detención a situaciones de flagrancia
y a la existencia de orden judicial previa, tal y como establece la
Corte Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia Bu-
lacio c/ Argentina.”
“(...) Asegurar que todas las personas detenidas gocen, en el dere-
cho y en la práctica, de todas las salvaguardias legales fundamen-
tales a partir del mismo momento de la privación de libertad, velar
por que se vigile escrupulosamente el cumplimiento del sistema de
registro de la detención y sancionar toda infracción.”
Los casos que se desarrollan a continuación son ejemplos de una práctica que
se encuentra instalada en las rutinas policiales y que cuenta -tal como se verá en
otra parte de este capítulo- con la tolerancia y connivencia del Poder Judicial.
Los casos dejan ver algunos usos instrumentales de la tortura que no se asimilan
al viejo objetivo de la confesión (de imposible instrumentación en nuestro siste-
ma judicial) pero sí respecto de otros objetivos: disuadir de la denuncia, aportar
datos para el esclarecimiento de delitos, condicionar a la víctima y a su entorno.
87
Informe anual 2018
comisaría; allí continuó la tortura y el pedido de información:
“En el calabozo (...) vinieron por lo menos 6 personas distintas a pre-
guntarme distintas cosas: con qué banda trabajaba, a quién había se-
cuestrado. Las preguntas que me hacían eran ilógicas. Otro venía y me
preguntaba cuántos bolsos había llevado".
La familia denunció que los funcionarios policiales lo obligan a firmar un escri-
to donde se hacía cargo de un supuesto secuestro virtual y que los golpes recibi-
dos habían sido previos a la llegada a la comisaría. Luego de 9 días de detención,
le otorgan la libertad por falta de mérito.
Dos cuestiones surgen del accionar de los órganos judiciales: la convalidación
de la versión policial que a simple vista tenía graves vicios, y la actitud pasiva
ante la evidencia de graves hechos de tortura.
88
Informe anual 2018
de la comisaría descalzo, mientras lo amenazaban “Esta vez te salvaste así (gesto
mediante con los brazos) hijo de puta”. Al llegar a su domicilio, sus familiares
llaman a la ambulancia por las múltiples lesiones que presenta, y debió ser hos-
pitalizado a fin de realizarle un control médico exhaustivo por las condiciones
en las que se encontraba.
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Informe anual 2018
capacidad letal, con lamentables e irreparables consecuencias) sin necesidad,
razonabilidad y proporcionalidad. Como corolario, utilizan como ámbitos de
encierro calabozos de comisarías que no reúnen las condiciones mínimas indis-
pensables para alojar personas mayores de edad (mucho menos NNyA), y por lo
que están con inhabilitaciones administrativas o judiciales (en algunos casos se
constatan ambas). Sobre estos colectivos, a pesar de su vulnerabilidad, la policía
despliega las mismas prácticas antes descriptas como parte de su rutina. Prácti-
cas reñidas con las más elementales garantías constitucionales: detenciones por
averiguación de identidad y otras no vinculadas directamente a conductas de-
lictivas desplegadas contra sectores marginados, hostigamientos, persecuciones,
amenazas y armado de causas (donde se fraguan y alteran las pruebas necesa-
rias) como herramientas de disciplinamiento y control social, torturas y otros
tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes.
En 2017, la CPM presentó su informe alternativo a los informes quinto y sexto
de la Argentina ante el Comité contra la tortura y otros tratos o penas crueles
inhumanas o degradantes (CAT/C/ARG/5-6)58. Allí se alertó sobre el uso des-
proporcionado de la fuerza policial, incluido el uso letal, las detenciones ilegales
o arbitrarias, las torturas y otros tratos crueles al momento de la detención o en
centros cerrados, entre otras vulneraciones de derechos hacia los NNA.
90
Informe anual 2018
Ante la situación descripta, el Comité urgió al Estado argentino a
adoptar medidas efectivas para “investigar con prontitud, eficacia
e imparcialidad todas las denuncias de homicidios, detenciones ar-
bitrarias, torturas, hostigamiento y maltrato policial, y velar por
que los presuntos autores, así como los superiores jerárquicos que
supieran o debieran haber sabido que se estaban cometiendo estos
actos, sean enjuiciados, y de ser declarados culpables, sancionados
de conformidad con la gravedad de sus actos (…)”
Además, el Comité instó a “restringir el recurso a la detención a situaciones de
flagrancia y a la existencia de orden judicial previa, tal y como establece la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia Bulacio contra Argentina”.
El 21 de septiembre de 2017, la CPM presentó un informe60 al Comité de
derechos del niño de la oficina del alto comisionado de las Naciones Uni-
das para los derechos humanos, elaborado en referencia a los informes pe-
riódicos tercero y cuarto combinados de la Argentina (CRC/C/ARG/3-4)61
en sus sesiones 1522ª y 1524ª (CRC/C/SR.1522 Y 1524). El informe se refiere
a la violación de los derechos de NNyA y se vincula especialmente a los ar-
tículos 37 y 40 de la Convención sobre los derechos del niño en función de
los principales motivos de preocupación y recomendaciones enunciadas por el
Comité de los derechos del niño, específicamente a la recomendación 43 que
insta al Estado argentino a adoptar medidas concretas para aplicar su política
de tolerancia cero de la tortura. También insta a establecer prontamente, en los
ámbitos nacional y provincial, un mecanismo de registro y seguimiento de las
denuncias, incluyendo un registro nacional de denuncias de tratos inhumanos
o degradantes. Instó, asimismo, a iniciar investigaciones prontas, exhaustivas e
independientes de esas denuncias, a llevar a los responsables ante la justicia y
a proporcionar reparación a las víctimas, así como a adoptar todas las medidas
necesarias para prevenir esos actos, incluso publicando la investigación, las san-
ciones disciplinarias adoptadas y las condenas pronunciadas contra los autores
de los delitos. La recomendación 80 insta al Estado parte a velar por que las
91
Informe anual 2018
normas de justicia juvenil se apliquen plenamente, en particular los artículos
37 b), 39 y 40 de la Convención, así como las reglas mínimas de las Naciones
Unidas para la administración de las justicia de menores (reglas de Beijing), las
directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil
(directrices de Riad) y las reglas de las Naciones Unidas para la protección de los
menores privados de libertad (reglas de La Habana).
En el informe aludido -en lo que respecta puntualmente a la situación que atra-
viesan NNyA en sus interacciones con las fuerzas de seguridad- la CPM des-
cribió detenciones ilegales y arbitrarias por parte de funcionarios policiales,
detenciones en dependencias policiales pese a las prohibiciones expresas en la
legislación vigente, falta o deficiente investigación judicial de casos de tortura o
muerte producidas por agentes policiales, incumplimiento de la debida selec-
ción, formación y capacitación de los operadores vinculados a la cuestión de
NNyA, y reformas legislativas regresivas respecto a los estándares constitucio-
nales y convencionales adoptados por el Estado argentino.
La CPM ha constatado que las denuncias de violencia institucional contra niños
y niñas de la provincia de Buenos Aires crecieron exponencialmente durante
los últimos años. Las características salientes que afectan sistemáticamente a los
derechos y garantías de NNyA por parte de agentes estatales son: a) el desplie-
gue de prácticas policiales que incluyen detenciones arbitrarias, hostigamientos,
amenazas, torturas y otros tratos o penas crueles como rutina extendida territo-
rialmente; b) casos de detenciones arbitrarias de NNyA de entre 8 y 17 años; c)
casos de detenciones arbitrarias que se asocian a torturas y otros tratos crueles;
d) el uso de dependencias policiales para su alojamiento, incluso con adultos
en algunos casos; e) el uso y convalidación judicial de detenciones policiales
por figuras ilegales como la entrega de menor, aplicación del código de faltas,
averiguación de identidad; f) la ausencia de personal policial especializado o
de personal del Órgano de Niñez en las detenciones; g) graves falencias en los
registros de detenciones, con omisiones particularmente graves como el horario
de ingreso y salida y los motivos de la detención; h) ausencia de comunicación
a los órganos de la ley de promoción y protección integral de los derechos de los
niños y a los defensores de Responsabilidad Penal Juvenil; i) Falta de interven-
ción oportuna de los organismos de niñez.
92
Informe anual 2018
Un párrafo aparte merecen, en el informe presentado, las muertes por inter-
vención policial. Se destacó la preocupación por el elevado porcentaje -como se
verá en otro apartado de este informe- que representan los NNyA en el universo
de personas muertas, cuando la policía hace uso de la fuerza letal. En general, el
Estado convalida las muertes y no existe ninguna iniciativa orientada a detectar
las causas de la intervención letal policial y desarrollar políticas para erradicar-
las o bien reducirlas. En el caso de NNyA, las muertes se producen a partir de la
estigmatización que implica la vinculación de jóvenes pobres, principalmente,
con el delito y su constitución en un enemigo social62.
En mayo de 2017 la Argentina recibió la segunda visita oficial del Grupo de trabajo
sobre detención arbitraria de Naciones Unidas63. La CPM participó de la reunión
con organizaciones y expuso similar cuadro de situación al denunciado ante el CCT
y al CDN. El 18 de mayo de 2017, el Grupo difundió sus hallazgos preliminares64
donde, en el apartado que lleva por título Menores en conflicto con la ley, exhor-
ta al Estado:
(...) “a que garanticen que no se prive de la libertad a niños en cen-
tros inadecuados y que las fuerzas del orden se abstengan de utili-
zar fuerza injustificada y desproporcionada. Además, existe la ne-
cesidad de abordar en forma urgente el estado de deterioro en que
se encuentran muchos centros de menores en la Argentina, a fin de
permitir que se impartan allí el cuidado y la educación requeridos
para los niños. El GTDA alienta a la Argentina a que se enmiende
su legislación en todos los niveles a fin de que se corresponda con
los establecido en la Convención de Naciones Unidas sobre los De-
rechos del Niño”.
− Colectivo trans
El colectivo de personas trans -cuyos integrantes sufren muchas veces una doble
vulneración por el hecho de además ser migrantes- sufre la violencia y la perse-
cución policial sistemática desplegada contra las personas que deben ejercer la
93
Informe anual 2018
prostitución en la vía pública como único medio de obtener los ingresos nece-
sarios para subsistir.
Las prácticas que revelan la sistemática violencia institucional desplegada con-
tra este colectivo: limitaciones constantes a su libertad ambulatoria, detenciones
arbitrarias, vejaciones, humillaciones y agresiones que sufren durante la deten-
ción, torturas impuestas en contexto o ámbito de encierro, armado de causas
judiciales a través de relatos fraguados por agentes públicos y ausencia de pro-
gramas o políticas públicas de inclusión socio-laboral65.
Durante el mes de noviembre de 2017, en la ciudad de La Plata, seis personas
trans fueron víctimas de un violento procedimiento policial ocurrido en la vía
pública en horas de la madrugada. Fue llevado a cabo por más de 15 funciona-
rios pertenecientes a varias fuerzas policiales; entre ellos se encontraban fun-
cionarios policiales de seguridad e investigaciones y agentes de la Unidad de
policía de prevención local. En el operativo policial las abordaron con el objeto
de requisarlas para determinar si escondían estupefacientes entre sus efectos
personales. Los relatos dan cuenta de ahorcamientos, golpes en todo el cuerpo,
insultos, desnudos forzados, ataques a los ojos con agresivos químicos y una se-
rie de vejaciones, humillaciones, insultos y amenazas fundadas en su identidad
de género y su condición de migrantes. Además sufrieron el robo de muchos de
sus efectos personales (teléfonos celulares, documentos, dinero en efectivo) y la
amenaza concreta armarles una causa. Debido a la gravedad de los hechos y a
la persecución sistemática por parte de la policía que sufrían tres de las chicas
trans, la Comisión Provincial por la Memoria interpuso una acción de habeas
corpus preventivo ante el Juzgado de Garantías en lo Penal 3 del departamento
judicial de La Plata, con el objeto de que se garantizara su protección judicial
efectiva, se constataran las condiciones de salud de las personas golpeadas y
agredidas, y se garantizara su integridad. El juzgado interviniente hizo lugar
parcialmente a la acción interpuesta y ordenó al titular de la comisaría 9ª que
arbitrara los medios necesarios para que en los procedimientos desplegados en
la vía pública se extremaran todas las medidas del caso a fin de evitar un pro-
65 La ley provincial 14.783 (promulgada el 19/10/15) estableció la obligatoriedad para la administración
pública de ocupar en una proporción no inferior al 1% de su personal a personas travestis, transexuales o
transgénero. Sin embargo, la norma es de aplicación sumamente restringida (en algunos casos las personas se
han visto obligadas a litigar judicialmente para que se tenga en cuenta su derecho), y no se han desarrollado
programas o planes de acción que procuren el cumplimiento efectivo del cupo previsto en la ley.
94
Informe anual 2018
ceder desmedido, abusivo y/o arbitrario, como todo acto que implique violen-
cia institucional hacia las personas de identidad de género autopercibida (ley
26.743). Por otra parte el juez de Garantías en lo penal ordenó que se pasaran
los antecedentes a la unidad fiscal de investigación en turno, con el objeto de que
se impulsara una investigación penal preparatoria para determinar si los funcio-
narios policiales perpetraron delitos de acción pública. La Unidad Funcional de
Investigación y Juicio 2 impulsó la IPP 06-00-043588-17/00, que se encuentra
en pleno trámite.
La situación de este colectivo también fue puesta en conocimiento de los orga-
nismos internacionales. El Comité contra la tortura destacó:
“El Comité reitera su preocupación, expresada en sus observacio-
nes finales anteriores, respecto a la discriminación por perfil, los
malos tratos y los allanamientos violentos de personas afrodescen-
dientes y migrantes de otros países latinoamericanos por parte de
las fuerzas de seguridad. Preocupa además al Comité las informa-
ciones que dan cuenta de las requisas vejatorias de personas trans-
género y travestis en la vía pública y en los puestos policiales, así
como las detenciones en condiciones humillantes, particularmente
en la provincia de Buenos Aires. Si bien acoge las medidas mencio-
nadas por la delegación estatal para la integración de las mujeres
trans en detención, el Comité mantiene su preocupación ante la
falta de implementación de dichos programas en cárceles y comi-
sarías provinciales. El Comité observa con preocupación que ha
habido 3470 denuncias por discriminación en el año 2016, casi lo
doble con respecto al año anterior, y lamenta la falta de informa-
ción con respecto al seguimiento que se ha dado a estas denuncias
(arts. 2 y 16).”
Luego observa:
“El Estado parte debe: a) Emitir instrucciones claras a las fuerzas
de seguridad a nivel federal y provincial de respetar la prohibición
de discriminación en las detenciones y la dignidad de la persona
detenida en las inspecciones corporales, en aquellos casos en los
que sea estrictamente necesario y de no existir alternativa algu-
95
Informe anual 2018
na; b) velar por que se investiguen todos los casos de detenciones
arbitrarias, violencia y malos tratos a personas por su origen ex-
tranjero, orientación sexual e identidad de género, a fin de enjui-
ciar y castigar a los autores de tales actos y suspender a los agentes
implicados en los mismos; y c) velar por que se adopten políticas
y programas específicos de integración y protección de personas
en detención sobre la base de su orientación sexual e identidad de
género, a nivel federal y provincial, así como el pleno respeto de la
Ley 26.743 de identidad de género.”
− Migrantes
El otro colectivo permanentemente agredido es el de los migrantes y especial-
mente el que conforman las personas de origen senegalés que suelen apostarse
en la vía pública en pequeños puestos donde venden productos de marroqui-
nería y bijouterie. La extrema precariedad e irregularidad en la que desenvuel-
ven su actividad es utilizada sistemáticamente por la fuerzas de seguridad y los
agentes municipales investidos del poder de policía administrativo (controlar
el espacio público urbano y determinar las transgresiones o faltas a los códi-
gos correspondientes) como excusa y justificación de persecuciones, amedren-
tamientos, hostigamientos y amenazas y, cuando no, el robo de la mercadería
secuestrada o decomisada en el marco de los procedimientos en la vía pública.
En los últimos meses, se ha vuelto frecuente el despliegue de fuerzas de segu-
ridad federales, provinciales y municipales que prestan apoyo a agentes mu-
nicipales en grandes operativos que saturan el espacio público, especialmente
las zonas céntricas, con el objetivo declarado de erradicar la venta ambulante,
contrarrestar la violaciones a las leyes que protegen las marcas comerciales y
prevenir la comercialización de productos alimenticios no certificados como
aptos por las autoridades sanitarias.
La Comisión Provincial por la Memoria ha intervenido en casos en los que per-
sonas de origen senegalés son imputadas de delitos de acción pública; sin com-
prender cabalmente las características de los procedimientos de los que son ob-
jeto, sin identificar a los funcionarios policiales como tales (en muchas ocasio-
nes los agentes públicos no están uniformados) y sin manejar adecuadamente el
96
Informe anual 2018
idioma español son coaccionados y agredidos para que entreguen la mercadería
que venden. Además, se ha advertido que los procedimientos administrativos,
en el marco de los que los agentes municipales secuestran o decomisan la mer-
cadería, adolecen de severos vicios constitucionales (derecho a la defensa, posi-
bilidad de aportar prueba, derecho a recurrir las resoluciones sancionatorias), y
muchas se apartan flagrantemente de lo que indican las propias normas munici-
pales que se esgrimen como justificación de aquellos procedimientos.
También se ha intervenido en casos en los que migrantes provenientes de países
latinoamericanos son vejados, humillados y detenidos arbitrariamente por la
policía, que frecuentemente interviene con la excusa de prevenir infracciones
de tránsito o transgresiones a ordenanzas municipales que establecen contra-
venciones de dudosa constitucionalidad66.
El 30 de enero de 2017, se publicó en el Boletín Oficial el decreto de necesi-
dad y urgencia (DNU) 70/2017, modificatorio de la ley nacional de migraciones
25.871. El DNU restringe derechos, modifica procedimientos y resulta violato-
rio de los principios constitucionales de igualdad ante la ley, legalidad, inocencia
y debido proceso. En pos de una pretendida protección del orden público, lesio-
na los derechos fundamentales de los migrantes, reconocidos en nuestra Cons-
titución nacional y en instrumentos internacionales sobre derechos humanos
suscriptos por nuestro país como la Convención internacional sobre la protec-
ción de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares.67
La CPM elaboró y difundió un documento68 que denunciaba la regresión nor-
mativa que el decreto supone respecto a los estándares establecidos por la ley
25.871, y alertaba sobre las consecuencias políticas, judiciales y administrativas
que dicha regresión implicaría para los migrantes en la Argentina. El DNU mo-
difica la ley de migraciones al regular la “residencia precaria” y el procedimiento
de expulsión de las personas de nacionalidad extranjera. El decreto incorpora:
66 Cfr. Juliano, Mario Alberto (2007). “¿Justicia de faltas o falta de justicia? Análisis crítico del Código de
Faltas de la Provincia de Buenos Aires”. Buenos Aires. Editores del Puerto.
67 Aprobada por la Ley 26.202, promulgada el día 10/01/07. Publicada en el Boletín Oficial del 17-ene-2007;
Número: 31075.
68 El documento fue remitido para su estudio y consideración a la “Comisión Bicameral Permanente de
Trámite Legislativo -DNU- (Ley 26.122 art.2)” donde se encontraba bajo análisis el Decreto Nº 70/2017. Cabe
destacar que la Comisión nunca emitió un dictamen formal pronunciándose acerca de la constitucionalidad
del decreto. Por otra parte, el documento de posición acerca del Decreto Nº 70/2017 fue remitido a la “Relato-
ría sobre los derechos de los migrantes” de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
97
Informe anual 2018
un novísimo “procedimiento migratorio especial de carácter sumarísimo”, un
nuevo supuesto de dispensa para el migrante que preste auxilio a la justicia en el
esclarecimiento de delitos contra el orden migratorio, la figura del “avenimien-
to” a la medida de expulsión, modificaciones sustanciales al procedimiento de
retención y en el régimen de notificaciones y de los plazos de las vías recursivas,
cambios en el cómputo del arraigo necesario para acceder a la nacionalidad por
naturalización (a través de una modificación en la ley de ciudadanía 346). Mo-
dificaciones –según los considerandos del DNU- orientadas a “imprimir mayor
celeridad al procedimiento de actuación administrativa en el orden migratorio”
y a “ajustar la legislación migratoria a la nueva realidad” configurada por la “apa-
rición de las nuevas modalidades de fraude a la ley migratoria”, y la necesidad de
llevar adelante “nuevas estrategias contra el delito y la violencia”.
El DNU implica la consolidación de discursos que vienen articulándose desde
hace un tiempo, y alientan regulaciones regresivas sobre los estándares internacio-
nales contenidos en la ley de migraciones 25.871. La aplicación del decreto conlle-
va la persecución administrativa y judicial (y su eventual expulsión del país) de los
migrantes más desfavorecidos y vulnerables: sin los medios para defenderse en un
procedimiento administrativo con plazos exiguos, donde las notificaciones nece-
sarias puedan realizarse en los propios expedientes, la asistencia jurídica gratuita
sea de muy difícil acceso (y cuya intervención concreta sea de dudosa eficacia, en
virtud del escaso tiempo que se prevé para que pueda acceder al expediente perti-
nente); y, presumiblemente, todo tenga lugar mientras la persona se halla privada
de su libertad en virtud de la denominada “retención preventiva”, por un tiempo
que se declara indispensable para hacer efectiva la expulsión pero se extenderá -es
dable anticipar- agravando la situación del migrante sometido a proceso.
Esto mismo se sostuvo en el Informe alternativo a los informes quinto y sexto de la
Argentina ante el Comité contra la tortura y otros tratos o penas crueles inhuma-
nos o degradantes 69(CAT/C/ARG/5-6), donde también se alertaba que “tanto por
su efecto estigmatizante como por la restricción de derechos fundamentales, este
decreto y el diseño de políticas que lo rodean constituyen condiciones de posibili-
dad para la tortura y otros tratos crueles de un grupo particularmente vulnerable.”
98
Informe anual 2018
Además, se recomendó que el Comité instara al “Poder Ejecutivo Nacional a dero-
gar el decreto 70/17 y al Poder Legislativo de la Nación a evitar su transformación
en ley. Asimismo se inste a la autoridad nacional de aplicación de la ley migrato-
ria, a evitar la implementación de políticas regresivas tales como la instalación de
cárceles para migrantes, deportaciones masivas o restricciones arbitrarias para el
ingreso y la radicación de migrantes. Se requiera al estado nacional y al de la pro-
vincia de Buenos Aires información sobre la aplicación del decreto y en particular
respecto a la autorización para que la política de la provincia de Buenos Aires se
constituya en autoridad de aplicación de la ley migratoria”.
El Comité contra la tortura, en sus Observaciones finales sobre el quinto y sexto
informe conjunto periódico de Argentina70, manifestó su inquietud en el apartado
donde enumera los Principales motivos de preocupación y recomendaciones:
(...) “ante informaciones que señalan el rechazo en frontera de per-
sonas migrantes, incluyendo de grupos familiares, sin poder recu-
rrir la decisión o acceder a asistencia letrada. Asimismo le preo-
cupa la reciente sanción del Decreto de Necesidad y Urgencia No.
70/2017, que deroga garantías de la Ley 25.871 de Migraciones e
introduce un procedimiento de expulsión de migrantes sumarísi-
mo que reduce drásticamente los plazos para recurrir la expulsión.
Pese a la posición de la delegación estatal de que dicho Decreto
respeta las garantías del debido proceso, el Comité observa que el
Decreto exige a la persona sujeta a expulsión que acredite de forma
fehaciente la falta de medios económicos al solicitar la asistencia
jurídica gratuita, dificultando por ello su acceso. El Decreto habili-
ta además la retención preventiva de migrantes desde el inicio del
procedimiento sumarísimo hasta su expulsión, que podría exten-
derse a 60 días, sin tomar en consideración medidas menos coerci-
tivas ni el riesgo de fuga de la persona en cuestión (art. 3).”
El Comité contra la tortura insta al Estado:
"(...) a velar por que ninguna persona pueda ser expulsada, devuel-
ta o extraditada a otro Estado cuando existan razones fundadas
99
Informe anual 2018
para creer que correría el riesgo personal y previsible de ser so-
metida a tortura, y abstenerse de aceptar garantías diplomáticas
en relación a dicha persona; b) Derogar o enmendar las disposi-
ciones del Decreto de Necesidad y Urgencia No. 70/2017 con el
fin de que las personas sujetas a expulsión pueden disponer del
tiempo suficiente para recurrir la misma a nivel administrativo y
judicial y accedan a asistencia jurídica gratuita inmediata durante
el proceso de expulsión en todas las instancias; y c) Asegurar que
la legislación y normativa migratoria sólo recurre a la detención
por razones migratorias únicamente como medida de último re-
curso, después de que se hayan examinado debidamente y agotado
medidas alternativas menos invasivas, cuando se haya considerado
necesaria y proporcional y durante el período más breve posible. El
Estado parte debe también asegurar el control judicial efectivo de
la orden de detención por razones migratorias.”
Respecto a la regresión denunciada en virtud de la promulgación del decreto
70/2017, hay que destacar un reciente fallo de la Cámara Contencioso Adminis-
trativo Federal (Sala V-22/03/18),71 en la acción de amparo que se había promo-
vido por organizaciones de la sociedad civil contra su vigencia, por considerarlo
nulo al advertir que atentaba contra los principios constitucionales de legalidad
y debido proceso. La Cámara, por mayoría de sus miembros, resolvió declarar
la invalidez constitucional del decreto 70/2017, al advertir que la norma dictada
por el Presidente ha avanzado sobre competencias del Congreso de la Nación,
lo cual lo vuelve un acto nulo de nulidad absoluta e insanable. Durante abril de
2018, el Poder Ejecutivo Nacional apeló el fallo de la Cámara Contencioso Ad-
ministrativo Federal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación72.
El jefe de Gabinete de Ministros, Lic. Marcos Peña, en la oportunidad de brin-
dar su informe de gestión a la Cámara de Senadores de la Nación73, difundió
71 Ver Expte. Nº 3061/2017: Centro de Estudios Legales y Sociales y Otros c/ EN-DNM s/Amparo. Ley 16.986.
72 https://www.pagina12.com.ar/107796-por-un-respaldo-antimigratorio
73 Cfr. Informe al Senado Nº 111 (27/06/18). Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/
files/informe_111_-_hsn_-_27_de_junio.pdf (Consultar especialmente el apartado dedicado a exponer sobre
la “Ley de Migraciones”; pág. 436 y ss.)
El anexo documental donde se publica la información provista por la Dirección Nacional de Migraciones se
encuentra disponible en: https://drive.google.com/file/d/15xoHaXulAHRJqHEOspoC371Hd_NyQYH3/view
100
Informe anual 2018
información sobre la aplicación del DNU 70/2017: a pesar de los serios cues-
tionamientos constitucionales que ha recibido y de existir un fallo de segunda
instancia que lo declara inválido, justificó las “disposiciones de expulsión vin-
culadas a la existencia de antecedentes penales” y la aplicación del denomina-
do “procedimiento migratorio especial sumarísimo” por parte de la Dirección
Nacional de Migraciones. La información aportada por el jefe de Gabinete de
Ministros revela que las disposiciones de expulsión vinculadas a la existencia
de antecedentes penales (art. 29 y 62 de la ley de migraciones, según la refor-
ma introducida por el DNU 70/2017) pasaron de 1.286 durante 2016 a 1.983
en 201774. Cabe destacar que, según el informe, “desde la entrada en vigen-
cia del Decreto Nº 70/2017, se reciben un promedio de setecientos (700)75
oficios por mes del Poder Judicial informando a esta Dirección Nacional la si-
tuación procesal de extranjeros”.
Las “expulsiones efectivamente concretadas a partir del 31 de enero de 2017” (la vi-
gencia del DNU) fundadas en la existencia de antecedentes penales ascienden a 50.
Respecto a las “residencias canceladas con orden de expulsión dispuesta” (pero aún
no materializadas), se informa que aumentaron más de un 500% entre 2016 y 2017.
74 La serie estadística que comienza en el año 2014 (según se explica en el informe, debido a que durante este
año se instaló el expediente digital en la Dirección Nacional de Migraciones que permite contar con datos fe-
hacientes) da cuenta de: 809 disposiciones durante el año 2014 y 895 disposiciones durante el año 2015. Cabe
destacar, que según se aclara en el informe entregado por el Jefe de Gabinete de Ministros, estas disposiciones
no implican “expulsiones efectivamente concretadas” cuyo número es sensiblemente menor.
75 El uso de la mayúscula es del documento original.
101
Informe anual 2018
Gráfico 2. Cantidad de residencias canceladas con orden de expulsión
dispuesta, 2014 a 2017.
+567%
Fuente: CPM en base al informe 111 del Jefe de Gabinete de Ministros al Senado de la Nación, 27/06/2018,
76 Dice el Art. 64 de la Ley Nº 25.871: “Los actos administrativos de expulsión firmes y consentidos dictados
respecto de extranjeros que se encuentren en situación irregular, se ejecutarán en forma inmediata cuando se
trate de: a) Extranjeros que se encontraren cumpliendo penas privativas de libertad (…).
77 Una de las modificaciones más importantes que introduce a la sistemática de la ley de migraciones el De-
creto DNU (según los argumentos que articulan los considerandos del mismo, acerca de procurar la máxima
expedición del procedimiento administrativo de expulsión), es la regulación de un denominado “procedimiento
migratorio especial sumarísimo”, que se incorpora a la Ley 25.871 como Capítulo I BIS en el Título V (“De la
legalidad e ilegalidad de la permanencia”). En este nuevo procedimiento administrativo (especial y sumarísimo)
los plazos son improrrogables (Art. 69 in fine); la “retención preventiva” (lo que implica una detención) del
extranjero sometido a proceso, “podrá ser pedida en todo momento del procedimiento administrativo o del
proceso judicial” (Art. 69 bis); y los plazos para tomar vista del expediente administrativo e interponer recursos
(administrativos y judiciales), se establecen en tres días hábiles. Aún el plazo para recurrir la decisión del juez
federal de primera instancia (que entiende sobre la expulsión dictada y la procedencia de la retención solicitada,
una vez se haya agotado la vía administrativa), ante la Cámara Federal correspondiente, es de tres (3) días hábiles
improrrogables, al cabo de los cuales se deberá interponer el recurso y fundarlo debidamente.
102
Informe anual 2018
DNU 70/2017) ascendieron a 3.939 (2.785 durante 2017 y 1.154 hasta abril de 2018).
Estos datos no hacen más que corroborar las consecuencias regresivas para los
derechos de los migrantes, que fueran advertidas oportunamente por la CPM.
Tal como destacamos en los informes anteriores, las distintas gestiones estatales
de la Provincia vienen propiciando en discursos, acciones y omisiones la letali-
dad en la intervención policial, tendencia que se profundiza año a año. Esto se
conjuga con el aval judicial que se presenta en la mayoría de los casos.
El asesinato, en 2017, de Pablo Kukoc por el agente de la policía local de Avella-
neda Luis Chocobar motivó un posicionamiento del presidente de la Nación y la
de ministra de Seguridad que implica la promoción y aval estatal de la letalidad
policial. La doctrina que se enunció significa una inversión de todos los estánda-
res que establecen el uso de armas de fuego como el último y excepcional recuso
de los agentes policiales. Las expresiones vertidas por las máximas autoridades
del Ejecutivo nacional, y replicadas por el ministro de Seguridad Bonaerense,
significaron también una grave intromisión en la independencia del Poder Judi-
cial. Mientras Chocobar estaba procesado en el marco de una causa judicial por
homicidio agravado, desde el Ejecutivo nacional destacaban públicamente el su-
puesto profesionalismo del agente de la policía local de Avellaneda y objetaban
el temperamento de la justicia.
El contrapunto es muy grande cuando se ven las constancias de la causa y el
sumario administrativo. El agente Luis Chocobar ingresó como cadete el 1 de
mayo de 2017. Con solo 6 meses de formación, se incorporó a la policía local
de Avellaneda el 12 de diciembre de 2017. Chocobar es el producto de algo que
ya hemos denunciado: la incorporación masiva de agentes policiales a la poli-
cía bonaerense con escasa o nula evaluación en la selección y una paupérrima
capacitación, en particular en lo que respecta al uso del arma de fuego78. Este
dato aparece con contundencia en las pruebas que surgen de la causa judicial y,
78 Como veremos más abajo, del registro de muertes producidas por policías, de la CPM surge que, en el 15%
de los casos, los victimarios fueron integrantes de las policías locales.
103
Informe anual 2018
particularmente, en las propias declaraciones del agente.
El hecho comienza con un grave delito contra un turista, del que habrían par-
ticipado Pablo Kukoc y otra persona: los dos habrían desapoderado a esta per-
sona de sus pertenencias y luego le produjeron graves lesiones con un cuchillo.
Cuando Kukoc se estaba escapando, es interceptado por vecinos que vieron lo
ocurrido; según los relatos de los testigos, comenzaron a forcejear y lograron
recuperar la cámara robada al turista. En este momento ingresa a la escena Cho-
cobar, realizando tres disparos intimidatorios. En su declaración, lo relata así:
"Llegué y vi que el muchacho se tapaba con una mano y hacía ges-
tos con la otra como de querer lastimarlos; dije alto policía una
sola vez y los vecinos se fueron para atrás para protegerse... Ahí el
agresor siguió corriendo".
Lo que se desprende es que los vecinos, que tenían prácticamente reducido a
Kukoc, se alejaron luego de escuchar los disparos de Chocobar; de manera tal
que la real amenaza para ellos no fue Kukoc sino el propio Chocobar. Esta inter-
vención no solo impidió el objetivo de detenerlo, seguramente con vida, sino que
puso en grave riesgo la integridad de los vecinos que se encontraban en el lugar.
Estando detenido, Kukoc emprendió nuevamente la fuga al escuchar los dispa-
ros. Lo que sigue se ve claramente en los las imágenes: Chocobar disparando a
corta distancia ante una persona que se encontraba huyendo y de espaldas. La
explicación que el agente ensaya para justificar el supuesto peligro que implica-
ba Kukoc es a todas luces inverosímil:
"El agresor siguió corriendo y llegó hasta la esquina de Irala y
Suárez, sobre Irala se dio vuelta como que quería volver contra
nosotros y di dos o tres disparos al cielo, le grité que se tirara al
piso, y no lo hizo. Ahí los vecinos se van del lugar y van a ver a la
víctima (...) Al momento en que disparé el agresor estaba corrien-
do, él frenó y giró hacia el lado derecho como mirándome y ahí a
unos siete metros de distancia del él, disparé (...) Se tapaba la mano
derecha con la campera, él hizo cinco o siete pasos, se dio vuelta
hacia nosotros, pensé que iba a apuñalar a los muchachos también,
ahí hice detonaciones al cielo. El agresor siguió corriendo. No sé si
tenía un arma de fuego, yo pensé que me podía apuñalar o tener
104
Informe anual 2018
un arma de fuego, yo pensé que algo tenía, tenía la mano cubierta
con la campera".
El supuesto riesgo que representaba Kukoc se diluye entre el relato de los otros
testigos y el de Chocobar. La imagen de una persona prácticamente reducida
por vecinos desarmados, que incluso lograron quitarle el objeto robado, que
emprende una fuga ante los disparos del policía no parece dar cuenta de nin-
guna amenaza cierta para la integridad de Chocobar. Por el contrario, los más
de nueve disparos efectuados por el agente representaron lo que finalmente la
justicia confirmó en la imputación: Chocobar disparó a matar a una persona
que no representaba un peligro.
Lejos de un acto de profesionalidad, el accionar de Chocobar estuvo guiado por
una flagrante violación a los principios de razonabilidad y excepcionalidad en el
uso de la fuerza letal:
(...) “yo quería que se detuviera (...) Disparé con nervios y con una
sola mano, con la otra me cubría por si venía el agresor con inten-
ción de apuñalarme o algo".
Las expresiones del poder político influyen en las lógicas institucionales de las
fuerzas policiales y del Poder Judicial. La enunciación de esta doctrina que pro-
mueve las intervenciones letales se sostiene en algunos rasgos que se evidencian
en la información que desarrollamos más abajo: la desprofesionalización que
reflejan las intervenciones policiales, la preponderancia de la defensa de bienes
materiales por sobre el valor vida, la incidencia de las muertes entre los jóvenes,
la falta de investigación judicial de los hechos.
Como destacamos en otras oportunidades, desde la perspectiva de la profesiona-
lidad policial, los resultados concretos del estado policial permanente oscilan entre
la arbitrariedad y la ilegalidad. El marco de recomendaciones internacionales y de
legalidad nacional habilitan el recurso a la fuerza por parte de los agentes policia-
les con carácter excepcional y únicamente en aquellos casos en que el “presunto
delincuente ofrezca resistencia armada o ponga en peligro la vida de otras perso-
nas y no se lo pueda reducir o detener de otra forma”79. Aquí es donde entra en
juego una cultura institucional material y simbólica en torno al oficio policial que
involucra discursos que alientan la portación de armas en todo momento y las
79 Ley de la Policía de la Provincia de Buenos Aires 13.482, artículo 13, inciso I.
105
Informe anual 2018
consecuentes intervenciones armadas; una lógica convalidada no sólo por funcio-
narios de Poder Ejecutivo y medios de comunicación sino también por un Poder
Judicial que otorga impunidad a la mayoría de los autores de estas muertes.
En esta dirección, el rasgo saliente de las distintas gestiones de gobierno fue no
problematizar y avalar las muertes producidas por la intervención policial. En
función de este diagnóstico, hemos instado a que el mensaje estatal respecto de
las muertes producidas por policías lo señalara como un rasgo negativo de la
intervención y un resultado no deseable. La actual gestión ha profundizado el
discurso que banaliza la muerte y exalta la letalidad policial.
Dos recomendaciones que realizamos siguen teniendo vigencia por los nulos o
escasos avances:
− La provincia de Buenos Aires no cuenta con un protocolo deta-
llado y específico que establezca criterios para el uso custodia y preserva-
ción de las armas en poder de los policías. Este protocolo debe centrarse
en revertir los sentidos comunes y las prácticas, en particular la revisión
del estado policial como criterio rector de la cultura y rutina policial.
− El Poder Judicial debe orientar investigaciones rigurosas y efec-
tivas que permitan evaluar en estos casos la responsabilidad de los fun-
cionarios públicos.
La denominada “doctrina Chocobar” se ubica en las antípodas de estos objetivos,
en tanto subvierte los principios de uso excepcional de la fuerza letal y desalienta
las investigaciones judiciales en relación a las intervenciones policiales armadas.
En 2017, la CPM y otras organizaciones presentaron sus informes al Comité contra
la tortura de Naciones Unidas (CCT) y en particular plantearon el problema del uso
letal de la fuerza policial. Este organismo internacional instó al Estado Argentino a:
"(...) Investigar con prontitud, eficacia e imparcialidad todas las
denuncias de homicidios, detenciones arbitrarias, torturas, hosti-
gamiento y maltrato policial, y velar por que los presuntos autores,
así como los superiores jerárquicos que supieran o debieran haber
sabido que se estaban cometiendo estos actos, sean enjuiciados, y
de ser declarados culpables, sancionados de conformidad con la
gravedad de sus actos (...)". En similar dirección se pronunció el
Comité de Derechos del Niños, al requerir que el estado haga cesar
106
Informe anual 2018
el uso desmedido de la fuerza policial.
El temperamento expresado por las máximas autoridades nacionales y provin-
ciales constituye un explícito incumplimiento de las recomendaciones que los
organismos de Naciones Unidas requirieron implementar de manera urgente.
Los datos que aportamos a continuación permiten identificar rasgos estructurales
que explican los casos de violencia policial letal. El aval político se da en ese con-
texto, lo que permite esperar que el resultado sea un incremento de las muertes.
107
Informe anual 2018
cipal rastrear la cantidad y describir las características de los casos de uso letal de
la fuerza estatal ocurridos en el territorio de la provincia de Buenos Aires, fuera de
lugares de encierro, para cada período anual (del 1 de enero al 31 de diciembre de
cada año). La unidad de análisis que se busca registrar es cada muerte producida
por agentes de seguridad o de custodia mediante el uso de recursos estatales, ya
sea el arma de fuego (reglamentaria o no), patrullero, o fuerza física, entre otros.
La metodología de esta base es cuantitativa, con registro documental de fuentes secun-
darias: medios de comunicación, unidades fiscales de investigación, auditoría general
de Asuntos Internos e intervenciones de la CPM. Para los medios de comunicación, el
criterio de búsqueda es rastrear noticias en los medios preferenciales (Crónica, Diario
Hoy, Diario Popular) y complementar con búsquedas específicas en motores de bús-
quedas como Google. Cuando se tiene conocimiento de un caso a través de los medios
de comunicación, se envía una nota con plantilla pre-definida a la UFI interviniente
para obtener más datos. Esto se complementa con comunicaciones periódicas con fis-
cales, fiscales generales y oficinas específicas de la Procuración.
Otros de los objetivos que persigue el registro es caracterizar las prácticas profesio-
nales policiales en el territorio de la provincia de Buenos Aires e identificar cómo se
practica la selectividad estatal en el uso de la fuerza letal, observando tanto el contex-
to en que se produce la muerte como las características socio demográficas de la víc-
tima. En ese sentido, una de las categorías construidas para el presente registro es la
circunstancia en la que según la fuente se produce la intervención del agente policial
que provoca la muerte. Esta categoría tiene en cuenta las siguientes circunstancias:
− Robo de bienes propios: el agente mató defendiéndose de un robo.
− Robo de bienes de terceros: el agente mató defendiendo a una
víctima de un robo.
− Riesgo de vida de terceros: el agente mató porque había una
tercera persona que corría riesgo de ser asesinada.
− Orden de allanamiento y/o detención: el agente produce una
muerte en el marco de un operativo motivado por una orden judicial de
allanamiento y/o detención.
− Persecución: el agente produce una muerte luego de la fuga del
sujeto. (No importa el motivo de la persecución, sino el contexto).
− Represión de protesta social: el agente produce una muerte en
108
Informe anual 2018
un contexto de represión a una protesta social.
− Intervención de carácter privado: el agente produce una muer-
te como forma de resolver un conflicto de tipo privado y, por lo tanto,
ajeno a cualquier marco legal y función de tipo policial.
− Otra circunstancia: cuando el agente produce una muerte y no
se puede incluir en ninguno de los casos previos.
− Sin dato: cuando la fuente no informa acerca de la circunstancia.
En base a esta metodología, en 2017 se registraron 121 casos. Esto representa 12
casos más que en 2016, es decir, un 11 % más.
Es importante la incidencia que las muertes producidas por policías tienen so-
bre el total de homicidios dolosos. La Procuración registró 1.030 víctimas de
homicidios dolosos en 201780; de ellas, 121 corresponden a muertes producidas
por policías, representando el 12%. Es decir, 1 de cada 8,5 homicidios en la pro-
vincia de Buenos Aires fueron producidos por policías.
Fuente: elaboración propia en base a registro anual de CPM e informe del relevamiento de las
investigaciones penales preparatorias por homicidios dolosos de la Procuración, 2017.
Como destacamos más arriba, es alta la incidencia de muertes entre los segmen-
tos más jóvenes, en particular en niños menores de 18 años. En los casos en los
80 Ministerio Público de la Provincia de Buenos Aires, informe del relevamiento de las investigaciones
penales preparatorias por homicidios dolosos, provincia de Buenos Aires, 2017.
109
Informe anual 2018
que se pudo obtener la edad de las víctimas, más de la mitad (61.7%) tenía menos
de 25 años, y casi el 80% (79.1), menos de 30 años.
Tal como surge de la tabla que sigue, el 16.3% de los casos en los que se registró
la edad tienen como víctimas a jóvenes menores de 18 años. De los 14 casos, 7
ocurrieron en ocasión de "robo de bienes propios" y 2 en "intervención de carác-
ter privado". Es decir, 9 de las 14 muertes ocurrieron en circunstancias que no se
vinculan con la función policial.
Insistimos en este punto porque se trata de un segmento de la población que
requiere particular protección estatal. La CPM puso en conocimiento de esta si-
tuación al Comité de derechos del niño de la ONU81, quien recientemente trans-
mitió su preocupación por los "(...) informes de actos de violencia perpetrados
por las fuerzas de seguridad federales y provinciales (...) y el uso desproporcio-
nado de la fuerza contra los niños y adolescentes (...)". En función de esto instó
al Estado a que: "(...) Adopte medidas para erradicar el uso desproporcionado de
la fuerza contra los niños y los adolescentes (...)"82.
110
Informe anual 2018
Tabla 1. Muertes producidas por policía según rango etario,
provincia de Buenos Aires, 2017.
36-40 6 5 7
Subtotal 86 71.1 -
111
Informe anual 2018
Salud de la Provincia. Entre los segmentos más jóvenes es ampliamente mayor la
incidencia de las muertes producidas por policías que los homicidios en general.
Particularmente notorio es lo que se observa en la franja etaria de 15 a 24 años.
Mientras que sobre el total de homicidios dolosos el porcentaje de 15 a 24 años es
de 24% en los producidos por el uso de la fuerza de la policía es de 50%.
Fuente: CPM, relevamiento en base a medios de comunicación, denuncias e información provista por
fiscalías y Auditoria de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.
Homicidios provinciales se obtuvieron de las estadísticas del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos
Aires. Base: 88 casos
Tal como venimos destacando, la mayoría de las veces en los que un policía pro-
duce una muerte lo hace fuera de servicio; en 2017, representó el 73.2% de los
casos. Este dato se complementa con otro que da cuenta de las circunstancias en
que se produce la intervención letal policial: el 70.7% de las muertes fueron pro-
vocadas en circunstancias ajenas a la función policial. Es decir que en la mayoría
112
Informe anual 2018
de los casos el policía no intervino para la protección de terceros en el marco de
su misión como agente.
Como venimos destacando -se desarrolla en particular en la investigación rea-
lizada por el OPS-, es indispensable revisar el alcance concreto y simbólico del
denominado estado policial porque habilita y condiciona al funcionario policial
a portar su arma y ejercer su función las 24 horas.
En el 14% de los casos las muertes se producen por la intervención armada de
los policías en conflictos de carácter privado. Es decir que el agente produce
una muerte como forma de resolver un conflicto de tipo privado y, por lo tanto,
ajeno a cualquier marco legal y función de tipo policial. Esto incluye conflictos
familiares y vecinales, entre otros.
Fuente: CPM, relevamiento en medios de comunicación, denuncias e información provista por fiscalías y
Auditoria de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Base: 115 casos.
Esto se complementa con un dato que debe ser motivo de alarma para impulsar
políticas estatales para revertirlo: al cruzar esta variable con el género de las víc-
timas, surge que 12 son mujeres; entres ellas, 7 fueron víctimas de homicidio por
intervención de carácter privado; de esas siete 6 fueron femicidios, pues fueron
asesinadas por sus parejas o ex parejas policías. Es decir, en el año 2017, policías
113
Informe anual 2018
que actúan en el territorio bonaerense produjeron 6 femicidios. Vale destacar
que, en la mayoría de los informes vinculados a violencia de la que son víctimas
las mujeres en relación a las víctimas hombres, el porcentaje que representan
es ínfimo. En el relevamiento sobre muertes producida por policías no lo es:
las mujeres representan el 10% del total. Este porcentaje crece particularmente
cuando se mira al interior del universo de casos en los que los policías matan en
circunstancias personales: sube al 58%.
Cuando observamos los datos brindados por el informe sobre violencia de gé-
nero de la Procuración General de Buenos Aires, al menos en hipótesis surgen
puntos que evidencian la necesidad de indagaciones específicas83. En este senti-
do, se informa que 92 casos fueron caratulados como femicidios. Los seis casos
registrados por la CPM indican que al menos el 6.5% de los femicidios en la Pro-
vincia fueron cometidos por agentes policiales. Del informe de la Procuración
surge que 27 casos de femicidios fueron con arma de fuego. Los 6 femicidios
registrados en la base CPM fueron producidos con el arma reglamentaria, por lo
que se desprende que 6 de 27 hechos (el 22%) en los que se usó como mecanis-
mo de producción de la muerte un arma fueron cometidos por policías.
83 Ministerio Público de la Provincia de Buenos Aires: Informe de femicidios. Procesos penales de violencia
familiar y de género, 2017.
114
Informe anual 2018
Tabla 2. Circunstancias en las que se produjo la muerte, según género de la
víctima. Provincia de Buenos Aires, 2017.
Sexo/género atribuido por la fuente
Circunstancia Total
Hombre Mujer
Robo bienes de 12 0 12
terceros 11.0% 0.0% 9.9%
64 0 64
Robo bienes propios
58.7% 0.0% 52.9%
Riesgo de vida de 2 0 2
terceros 1.8% 0.0% 1.7%
Orden de 2 0 2
allanamiento y/o
1.8% 0.0% 1.7%
detención
11 1 12
Persecución
10.1% 8.3% 9.9%
Intervención de 11 7 18
carácter privado 10.10% 58.30% 14.90%
3 3 6
Otra circunstancia
2.8% 25.0% 5.0%
4 1 5
Sin dato
3.7% 8.3% 4.1%
109 12 121
Total
100% 100% 100%
Fuente: CPM. Relevamiento en medios de comunicación, denuncias e información provista por fiscalías y
Auditoria de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Base: 121 casos.
Un dato relevante -que debiera tenerse en cuenta para pensar estrategias de in-
tervención- es el que arroja la dimensión territorial de los casos. Lo que aquí
surge debe complementarse con otros niveles de desagregación territorial del
estudio realizado por el OPS para el período 2012. De los casos en los que se tie-
ne dato del municipio donde ocurrió (114), casi el 20% fue en La Matanza, sobre
un total de 30 municipios. Quilmes es el segundo mayoritario con 11 (igual que
en 2016). En algunos municipios los casos subieron y bajaron con respecto a
2016: en Avellaneda hubo 5 casos más y en Lomas de Zamora 5 menos.
115
Informe anual 2018
Tabla 3. Muertes producidas por la policía según el municipio donde ocurrió.
Provincia de Buenos Aires, 2017.
Municipio Cantidad %
La Matanza 22 19.3
Quilmes 11 9.6
Avellaneda 8 7.0
Merlo 7 6.1
Moreno 7 6.1
Lomas de Zamora 6 5.3
Lanús 5 4.4
La Plata 5 4.4
Florencio Varela 5 4.4
Morón 4 3.5
San Martín 4 3.5
José C. Paz 4 3.5
Ituzaingó 3 2.6
Alte. Brown 2 1.8
Berazategui 2 1.8
Malvinas Argentinas 2 1.8
Esteban Echeverría 2 1.8
Tigre 2 1.8
Hurlingham 2 1.8
San Isidro 1 0.9
Mar del Plata 1 0.9
Campana 1 0.9
Tres de Febrero 1 0.9
Escobar 1 0.9
La Costa 1 0.9
Bahía Blanca 1 0.9
Berisso 1 0.9
Presidente Perón 1 0.9
Carmen de Patagones 1 0.9
San Fernando 1 0.9
Total 114 100
Fuente: CPM, relevamiento en medios de comunicación, denuncias e información provista por fiscalías y
Auditoria de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Base: 114 casos.
116
Informe anual 2018
Mapa 1. Muertes producidas por la policía según el municipio donde ocurrió,
Provincia de Buenos Aires, 2017.
Fuente: CPM, relevamiento en medios de comunicación, denuncias e información provista por fiscalías y
Auditoria de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Base: 114 casos.
Respecto al mecanismo que provocó la muerte, casi todos los homicidios fueron
producidos con el arma de fuego reglamentaria (92.6%). Cuando se cruza este
dato con la variable “circunstancia en que se produce la intervención policial”,
surge que en todos casos donde la circunstancia es “robo de bienes propios” la
muerte fue provocada con el arma reglamentaria.
117
Informe anual 2018
Gráfico 6. Muertes producidas por la policía según el mecanismo que las
provocó. Provincia de Buenos Aires, 2017.
Fuente: CPM, relevamiento en medios de comunicación, denuncias e información provista por fiscalías y
Auditoría de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Base: 118 casos.
118
Informe anual 2018
Tabla 4. Muertes según la Institución a la que pertenece el agente.
Provincia de Buenos Aires, 2017.
119
Informe anual 2018
cidas por el uso de la fuerza policial fuera de los lugares de encierro durante el
año 2012. Fue una investigación que analizó otras fuentes, entre ellas los expe-
dientes judiciales donde han tramitado estos hechos. Un trabajo costoso por
las dificultades para acceder a ellos, pero muy valioso para definir una matriz
analítica sólida que nos permite hoy tener un marco general desde donde pensar
el problema y continuar con un registro anual de manera sustantiva.
84 Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos del año 1956 actualizadas como Reglas Mandela.
120
Informe anual 2018
Tabla 5. Cantidad de personas detenidas en comisarías.
Provincia de Buenos Aires, 1998-2017.
Luego de la crisis institucional vivida en la Argentina a fines del año 2001, la can-
tidad de detenidos en comisarías de la Provincia ascendió a 7.507 personas. En
2003 hubo un descenso pronunciado registrándose 5.223 detenidos; siguiendo
esta tendencia en 2004 con 5.192 personas. En 2005 volvió a incrementarse el
volumen de detenidos en comisarías, llegando a los 6.035. Ese año -luego del pro-
nunciamiento de la Corte Suprema de la Nación en el fallo Verbitsky85 y de un pro-
ceso de seguimiento de la situación promovido ante la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos por el CELS y la CPM, que incluyó múltiples instancias y
mesas de diálogo y de trabajo ante diversas instancias institucionales- se tomaron
algunas medidas a fin de disminuir la cantidad de personas alojadas, con el objeto
de garantizar que las condiciones de encierro se encuadren en el marco regulato-
rio de las Reglas mínimas para el tratamiento de reclusos de las Naciones Unidas.
Con posterioridad las cifras comenzaron a descender sensiblemente: 3.826 de-
tenidos en 200686 y 2.782 en 2007. Durante este año se dictó la ley 13.449 que
reformara los arts. 144 y 159 del Código de Procedimientos Penal de la Provin-
cia de Buenos Aires. La reforma estableció que la prisión preventiva procederá
“cuando fuere absolutamente indispensable para asegurar la averiguación de la
121
Informe anual 2018
verdad, el desarrollo del procedimiento y la aplicación de la ley”; instando a los
jueces de Garantías la aplicación de las medidas menos lesivas que el encierro
cautelar si con ellas se pueden garantizar los fines del proceso.
Volviendo sobre sus pasos y en desmedro de los alcances obtenidos en la reduc-
ción de personas alojadas en comisarías, en 2008 volvió a incrementarse llegan-
do a 3.448 y aumentando a 4.552 en el año 2009.
En junio de 2010, durante su visita a la Argentina, el relator especial para perso-
nas privadas de la libertad de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos destacó que “las comisarías de policía son centros concebidos para deten-
ciones transitorias que no cuentan con la infraestructura ni los servicios básicos
para asegurar condiciones dignas de detención. Además, debido a su formación,
el personal policial no está preparado para cumplir con la función de custodia
de detenidos, la que corresponde a servidores públicos capacitados para la cus-
todia y tratamiento de personas privadas de la libertad, en este caso, al Servicio
Penitenciario Provincial”. En consecuencia se exhortaba al Estado a “adoptar las
medidas necesarias para que cese la utilización de las dependencias policiales
como lugares de alojamiento permanente de personas.
A partir de las recomendaciones dirigidas por la CIDH, el Ministerio de Segu-
ridad de la Provincia resolvió la clausura de los calabozos de casi 200 depen-
dencias policiales (resoluciones 2109/11, 3340/11, 3975/11, 153/12 y 268/12),
observándose una disminución pronunciada en la cantidad de detenidos en co-
misarías: 3.334 en el año 2010 y 2.511 al año siguiente.
Sin embargo, como consecuencia de las deficiencias propias del sistema peni-
tenciario y judicial, las comisarías provinciales continuaron alojando detenidos
por períodos prolongados durante la vigencia de las resoluciones de clausura
y hasta la actualidad, incluso desatendiendo las recomendaciones de la CIDH.
El 20 de mayo de 2014, el Ministerio de Seguridad provincial dictó la resolución
642, mediante la cual se dispuso la rehabilitación de calabozos clausurados au-
torizando “(...) el alojamiento transitorio en dichas dependencias respecto de
quienes se disponga su detención o aprehensión a partir de la finalización de las
obras de readecuación de cada dependencia (...)”. Esta decisión gubernamental
profundizó la crisis de las personas privadas de su libertad e incrementó la vio-
lencia estatal agravando las condiciones de detención, fomentando y propician-
122
Informe anual 2018
do la tortura y, en definitiva, dando por tierra con las medidas progresivas que
al menos en lo cuantitativo iniciaban una tendencia de reducción. Asimismo
significó un retroceso en relación al temperamento adoptado en las anterio-
res resoluciones que expresaban como criterio rector las recomendaciones de
la CIDH ya citadas. Esta resolución no fue dictada de manera aislada sino en el
marco de la declaración de emergencia provincial87. Tal como describimos en
otros informes, la declaración de emergencia significó la cristalización de una
política que comenzó con la creación del Comando de prevención comunitaria
(CPC) y la consecuente profundización del control territorial basado en incre-
mento de las detenciones.
De manera formal e informal, se rehabilitaron calabozos que por su naturale-
za no cumplían con los estándares mínimos de alojamiento de detenidos88. El
incremento de las detenciones y las condiciones materiales de detención reper-
cutieron rápidamente en un aumento paulatino de torturas y tratos crueles y se
agravaron las condiciones de detención de las personas privadas de libertad en
comisarías. Durante las inspecciones realizadas entre 2014 y 2015 detectamos:
hacinamiento, deficientes condiciones de detención, falta de asistencia médi-
ca y alimentación adecuada, personas con graves enfermedades, registros de
detención y permanencia de niños, circunstancias rotundamente prohibidas.
También detectamos que el alojamiento de las personas en dependencia poli-
ciales era prolongado, superando en algunos casos los 6 meses. A esto se sumó
la falta de elementos para combatir incendios, la ausencia de protocolos de in-
tervención y capacitación para el personal, y la presencia de factores de riesgo:
colchones altamente combustibles y tóxicos, instalaciones eléctricas precarias,
falta de ventilación y sistema de cierre de celdas que dificultaban la evacuación.
La grave situación constatada motivó la presentación de un pedido de medida
cautelar por parte de la CPM y otra similar por parte de la Defensoría de Casación
87 Declarada el 4 de abril mediante decreto 220/14
88 Ello en consideración que los lugares de detención deben propender a garantizar entre otros aspectos: la
vida, la integridad psicofísica, y deben brindar servicios sanitarios adecuados, el suministro permanente de agua
potable, la provisión y calidad de la comida con el espacio destinado a comedor. Además: ámbitos propicios para
el descanso con camas y equipamiento, el la posibilidad de educación, espacios recreativos, ámbitos con ilumi-
nación y ventilación natural, acceso a espacio descubierto, lugares de alojamiento acondicionados a fin de evitar
temperaturas extremas, así como contar con servicio médico y odontológico adecuado (Reglas mínimas para el
tratamiento de los reclusos adoptadas por el Primer congreso de las Naciones Unidas sobre prevención del delito
y tratamiento del delincuente, celebrado en Ginebra en 1955, y aprobadas por el Consejo Económico y Social en
sus resoluciones 663C (XXIV) de 31 de julio de 1957 y 2076 (LXII) de 13 de mayo de 1977).
123
Informe anual 2018
de la Provincia de Buenos Aires89. La crítica situación motivó que la CIDH hiciera
lugar a las mediadas requeridas, y derivó en la visita a la provincia de Buenos Aires
-ya durante la actual gestión de gobierno- del titular de la Relatoría sobre derechos
de las personas privadas de libertad, James Cavallaro. El relator no solo constató el
incumplimiento del Estado -materializado en la ausencia de representantes de los
ministerios de Justicia y Seguridad en la audiencia convocada- sino también las
graves condiciones de detención oportunamente denunciadas por la CPM y otros
organismos. En función de esto emitió un comunicado:
“(...) las comisarías no reúnen las condiciones mínimas para que la
detención sea compatible con el derecho a la integridad personal.
En este sentido, la CIDH exhorta al Estado a adoptar las medi-
das urgentes y necesarias para que cese la utilización de las de-
pendencias policiales como lugares de alojamiento permanente de
personas (...) En todas las comisarías visitadas en la provincias de
Buenos Aires (...) la Relatoría observó que las condiciones de de-
tención se caracterizan por problemas similares, tales como haci-
namiento, falta de luz solar e insuficiente luz artificial, ausencia de
ventilación, colchones en mal estado, falta de agua caliente, hume-
dad, instalaciones sanitarias precarias y condiciones antihigiénicas.
Asimismo, en todas las comisarías, la delegación de la CIDH reci-
bió quejas generalizadas por la falta atención médica y por mala
calidad e insuficiencia de los alimentos, mismos que únicamente se
proveerían una vez al día. Ante esta situación, los familiares de las
personas detenidas son quienes les proporcionan alimentación y
medicamentos. En particular, el hacinamiento y condiciones tales
como la falta de ventilación, constituyen una amenaza para la salud
de las personas detenidas en las comisarías (…)90.”
La actual gestión -tal como expresamos más arriba- profundizó la tenencia ini-
ciada en 2014, y desoyó las denuncias que alertaban sobre la inminencia del
89 Se trata de las medidas cautelares MC-37-15 y 496-14 respectivamente.
90 (...) La Relatoría de la CIDH expresa su profunda preocupación por las condiciones de detención en que
se encuentran las personas privadas de libertad en los distintos centros de reclusión visitados, principalmente
en las comisarías, que tal como lo ha señalado esta Comisión, generan graves violaciones a derechos humanos
considerando que estos recintos no han sido diseñados originalmente, ni cuentan con las condiciones, para el
alojamiento de personas por periodos de tiempo prolongados.
124
Informe anual 2018
riesgo a la vida que corrían las personas detenidas en dependencias policiales.
En marzo de 2017, se produjo la peor masacre que se registra en la provincia en
una comisaría. La masacre de Pergamino es sin dudas -tal como desarrollamos
en extenso más adelante- una contundente muestra de los efectos de las políticas
demagógicas que promueven la detención y el ingreso ilimitado de personas al
sistema penal.
En lo que sigue damos cuenta de la crítica situación en que se encuentran las
personas privadas de libertad en dependencias policiales, el riesgo inminente a la
vida y la integridad, y la asunción de los poderes del Estado de esta grave realidad.
125
Informe anual 2018
Gráfico 7. Evolución en la cantidad de detenidos en comisarías de la provincia
de Buenos Aires, mayo 2016/diciembre 2017.
Fuente: CPM en base a la información provista en los partes de población detenida en comisarías
elaborados por el centro de operaciones policiales del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos
Aires. (No se cuenta con datos para los meses de abril y julio de 2017, por los que se definió usar los datos
91 Tomamos como punto de comparación el cupo declarado por las mismas autoridades, pero resulta in-
dispensable aclarar que dicho cupo sólo contabiliza la cantidad de camastros disponibles, es decir que no
contempla ninguno de los parámetros que establecen los tratados internacionales.
126
Informe anual 2018
Gráfico 8. Evolución de la población y el cupo en comisarías, Buenos Aires,
mayo 2016/diciembre2017
Fuente: CPM en base a la información provista en los partes de población detenida en comisarías, elaboradas
por el centro de operaciones policiales del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. (No se
cuenta con datos para los meses de abril y julio de 2017, por los que se definió usar los datos del mes anterior
para dar continuidad a la serie).
127
Informe anual 2018
Particular gravedad reviste lo detectado respecto al alojamiento de 60 mujeres
detenidas en calabozos no habilitados. En la tabla siguiente podemos ver las
comisarías que a diciembre de 2017 contaban con un solo calabozo o lo tenían
clausurado, y permanecían detenidos/as varones y mujeres. Esto constituye una
violación del deber de alojar a las mujeres en espacios claramente diferenciados
de los de los hombres, y de garantizar la custodia por parte de policías mujeres.
Calabozos
Comisaría Mujeres Varones Total Cupo
habilitados
Narco San
1 4 5 s/d s/d
Isidro
Narco La
11 7 18 Clausura judicial
Matanza
Merlo 3 (p S.
1 31 32 Clausura judicial
Martín)
B° Matera 4 1 5 1 5
DDI Lanús -
3 33 36 1 25
Avellaneda
C Tejedor 4 2 6 1 4
Mercedes 11 3 14 1 8
Fuente: CPM en base a parte de población detenida en comisarías en el mes de diciembre de 2017, elaborado
por el centro de operaciones policiales del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
128
Informe anual 2018
Este cuadro de sobre-encarcelamiento se combina con situaciones de hacina-
miento: el alojamiento de una gran cantidad de personas en espacios reducidos
y en condiciones materiales de detención que conjugan falta de ventilación, falta
o deficiente provisión de agua, ausencia de camastros y colchones.
En 2017, la CPM recibió gran cantidad de denuncias relacionadas con condi-
ciones de detención en dependencias policiales. Esto motivó la realización de
inspecciones y recopilación de información que permitió constatar el hacina-
miento92. Por ejemplo, en la comisaría 9ª de Quilmes se encontraban detenidas
30 personas, siendo el cupo según el Ministerio de Seguridad para 10 personas;
los detenidos se encontraban en dos celdas de 2 por 2 metros tipo jaula llamados
“locutorios"; algunos de ellos se ubicaban en un patio continuo. Según el relato
de los detenidos, los días de visitas había 60 personas en ese espacio. El titular
de la dependencia reconoció haber recibido solo 8 colchones; pudimos observar
y constatar que la mayoría de los detenidos duermen sobre frazadas en el piso
de las celdas.
En la comisaría 3ª de Avellaneda se constataron similares condiciones: al mo-
mento de la inspección había 44 personas detenidas, figurando en los registros
del Ministerio de Seguridad que la comisaría se encontraba en refacción y, por
lo tanto, no tenía capacidad de alojamiento definida. Se observó que en celdas
donde había 8 personas detenidas solo había colchones para 3. Constatamos
también la presencia de un joven con VIH y otro con retraso madurativo. El
lugar no contaba con baño por lo que debían orinar en una botella. En otras dos
celdas de 3 por 3 metros se alojaban dos y tres personas. Solo había un colchón
y una letrina; el lugar no tenía ventilación. En estas condiciones, todos los dete-
nidos permanecían encerrados 24 horas.
Como hemos sostenido, el Estado provincial asimila la cantidad de personas que
puede alojar en una comisaría a la cantidad de camastros disponibles. Aun asu-
miendo este criterio, que no respeta ningún estándar respetuoso de los derechos
humanos, las dependencias policiales se encuentran críticamente sobreocupadas.
La cantidad de comisaría que presentan sobrepoblación significa que esta situa-
129
Informe anual 2018
ción de hacinamiento extremo se repite en toda la provincia de Buenos Aires.
El hacinamiento se conjuga con graves condiciones de detención caracterizadas
por la falta de mantenimiento de su infraestructura, carencia de luz (natural y
artificial), falta de ventilación apropiada y acceso restringido al agua caliente.
La provisión de comida es insuficiente y de mala calidad y es nulo el suministro
de elementos de higiene y abrigo. Además de instalaciones eléctricas expues-
tas, precarias e inseguras, constatamos concentración de humedad, filtraciones,
ventanas sin vidrios, deficiencias en la red de agua, falta de calefacción y refrige-
ración. Las instalaciones están rotas y sucias, con presencia de plagas de insectos
y roedores, lo que fomenta la propagación de enfermedades evitables. La falta de
mobiliario hace que sea frecuente que los detenidos duerman en el suelo tirados
sobre mantas o se turnen para dormir sobre un colchón.
Bajo estas condiciones las personas detenidas permanecen 24 horas en un ré-
gimen de encierro absoluto sin actividades recreativas o de esparcimiento. Esta
modalidad de aislamiento constituye, en sí misma, un trato cruel, inhumano y
degradante, y es condición de posibilidad para la generación de otros episodios
de violencia. A esto se suma un factor que agrava particularmente las condicio-
nes de detención e implica un riesgo a la integridad física y la vida: la falta o defi-
ciente acceso a la salud. No hay personal médico, no se provee de medicamentos
y no existen dispositivos de atención. Esto es particularmente preocupante en
los casos de personas detenidas con enfermedades que requieren un tratamiento
específico y condiciones de alojamiento especiales. En 2017, la CPM recibió 94
denuncias por falta o deficiente atención médica a personas detenidas en de-
pendencias policiales. En algunos casos se trató de detenidos con enfermedades
graves. Estas condiciones fueron constatadas en distintas inspecciones93.
Extractos que dan cuenta de situaciones extremas:
- Comisaría 3ª de Avellaneda: “(…) en celdas donde habían 8
personas detenidas, solo había colchones para 3. Había un joven con
VIH y otro con retraso madurativo (…) El lugar no cuenta con baño
por lo que el detenido debía orinar en una botella. En otras dos celdas
de 3 por 3mts, se alojaban a dos y tres personas. Solo había un colchón
93 Comisaría 3ª de Avellaneda, Comisaría 9ª Quilmes, Comisaría 3ª de Quilmes, Comisaría 3 de Merlo,
Comisaría 8ª San Martín, Comisaría 9ª La Plata, Comisaría 11ª de La Plata, Comisaría 4ª de Valentín Alsina,
Comisaría 3ª de La Tablada.
130
Informe anual 2018
y una letrina (…) todos los detenidos permanecen 24 hs encerrados.”
- Comisaría 9ª Quilmes: “(…) había 30 personas, siendo el cupo
según el Ministerio de Seguridad para 10 personas. Dada la cantidad
de personas, pudimos constatar diversas mantas en el piso, ya que los
30 alojados deben distribuirse en el piso -tanto del denominado “patio”
como de la celda- para dormir y permanecer en dichos espacios duran-
te las 24 horas. Al momento de la inspección el calor era agobiante y
esto era referido por los detenidos como una situación particularmente
tortuosa. El baño es un cuadrado de aproximadamente 1,50 x 1 metro,
cubierto con una sábana y con un agujero en el suelo para que las per-
sonas hagan sus necesidades fisiológicas. Allí tienen sólo una canilla de
donde deben sacar el agua para higiene y para tomar.”
- Comisaría 3ª de Quilmes. “(…) Carece de ventilación, solo hay
tres pequeños orificios a la altura de 1 m 70 cm aproximadamente de 20
cm de diámetro. No ingresa luz solar; la luz artificial es escasa y consta
de una instalación precaria (…) Hay una cama cucheta por celda y 10
colchones para 23 personas (…) El resto de las personas dormía entre
las celdas y pasillo (…) las personas deben permanecer 24 horas ence-
rradas.”
- Comisaría 8 de San Martín. “(…) en dos celdas de pequeñas di-
mensiones habían detenidas cerca de 40 en condiciones de total hacina-
miento (…) no cuenta con ventilación y que por las altas temperaturas
se torna insoportable permanecer allí (…) habían muchos detenidos
con problemas de salud no atendidos (…) La comisaría se encuentra
clausurada por resolución ministerial 2109 del año 201194.”
- Comisaría 4ª de Valentín Alsina: “(…) Se trata de una comi-
saría que aloja mujeres. Los calabozos se encuentran clausurados por
resolución judicial, pero se siguen derivando personas detenidas en por
otras comisarías. Las 13 mujeres detenidas, se encontraban alojadas en
celdas de pequeñas dimensiones e incluso en un pasillo. No todas las
detenidas tenían colchones y los que pudimos ver estaban en muy mal
94 La CPM presentó un habeas corpus ante el Juzgado de Garantías 6 del Departamento Judicial de San
Martín.
131
Informe anual 2018
estado. Se detectaron casos de mujeres con enfermedades crónicas no
tratadas, como diabetes, hipertensión, etc.”
132
Informe anual 2018
esposaron y subieron al patrullero para llevarme a la comisaría donde
continuó la agresión (…) traté de explicarles que se habían equivocado
al detenerme, sin embargo no se detuvieron, me siguieron golpeando”.
- “(…) me esposan con las manos atrás y comienzan a golpearme
en la cara y en la espalda; después me trasladan a la comisaría de Santa
Teresita, donde continúan golpeándome y amenazándome (…) en un
momento sacó su arma reglamentaria y me la colocó en la boca, ame-
nazando con pegarme un tiro si realizaba la denuncia”.
- “El móvil no detiene su andar y me choca; los agentes bajan del
móvil y comienzan a insultarme; me suben al patrullero y se dirigen a
la comisaría 1ª de San Fernando (…) me llevan al patio y comienzan a
darme golpes de puño y patadas en la cara y el cuerpo (…) me gritaban
‘donde están tus amigos, lo que están choreando por el barrio’ (…) me
desmayé; cuando reaccioné encontraba bajo una canilla con agua fría…
era invierno (…) después me pusieron en un calabozo (…) se acerca un
policía con un balde lleno de agua fría y lavandina y me lo tira en la cara”.
- “Me bajan del patrullero tomándome del cuello; me ingresan a la
comisaría (…) me golpean en espalda; esposado, me meten en un cuarto
y tres policías, uno de ellos vestido de civil, comienza a darme cachetadas
y golpes de puño mientras me insultaban (...) luego de la golpiza, me sa-
can las esposas, me requisan y me hacen desvestir sin motivo”.
133
Informe anual 2018
ciales eventos (ausencia de ventilación, cierre de puertas con candados, hacina-
miento). Todo esto fue confirmado por los diagnósticos del Poder Judicial y del
propio Poder Ejecutivo. En 2017, la SCJBA informó a la CPM los resultados de
las visitas institucionales a comisarías realizadas por magistrados de los departa-
mentos judiciales de Dolores, Trenque Lauquen, Morón, San Nicolás, Necochea,
Junín, Mercedes y San Martín, en el marco de lo dispuesto por la acordada 3415.
En los informes del primer semestre del año 2017 hacen constar:
− Déficit relacionado con la sobrepoblación de algunas dependencias”95.
− Presencia de personas detenidas en calabozos clausurados96.
− Carencia de colchones ignífugos97.
− Condiciones de alojamiento inapropiadas”98.
Así lo expresan algunos registros: “instalaciones eléctricas con cables pelados o
encintados de manera precaria, sin tomacorrientes, y cables colgados sin pasaca-
bles”; “en sector de calabozos se advierte que los mismos se hallan en pésimo es-
tado de conservación, observándose a la vista cables colgando, escasa ventilación,
casi nula luz natural”; “No existen medidas de seguridad contra incendios”, hay
presencia de cables de electricidad precariamente colgados al techo de los cala-
bozos”; “El ambiente no presenta iluminación ni ventilación natural, presentando
95 Dolores: Ver inf. de comisarías de Mar de Ajó, Villa Gesell 2º, Castelli, Chascomús, General Madariaga (CSJPBA,
Presidencia SDH Res Nº 240). Trenque Lauquen: ver inf. de comisaría Carlos Tejedor (CSJPBA, Presidencia SDH
Res Nº 229). Mercedes: ver inf. de comisarías de Marcos Paz, de Dudinac, de Alberti, de Chivilcoy, de Suipacha, de
25 de Mayo Primera y Segunda, de Mercedes, de General Rodríguez Primera, de Moreno Primera y Sexta (CSJPBA,
Presidencia SDH Res Nº 231). Morón: ver inf. de comisarías de Merlo IV -Libertad-, San Alberto -4º de Ituzaingó-,
Morón 1º, Merlo 1º, Hurlingham I, Morón 2º -Haedo- (CSJPBA, Presidencia SDH Res Nº 239). San Martín: ver inf.
de comisarías 1º, 2º y 3º de José C. Paz, 1º, 2º, 3º y 4º de Malvinas Argentinas, 2º, 8º y 10º de Tres de Febrero, 3º de
San Martín, 1º de San Miguel, Destacamento Femenino de San Martín (CSJPBA, Presidencia SDH Res Nº 278).
96 San Nicolás: ver inf. comisarías de 2º y 3º de San Nicolás, 1º y 2º de Ramallo (CSJPBA, Presidencia SDH Res Nº261).
97 Dolores: ver inf. de comisarías de Santa Teresita, Mar del Tuyú, Villa Gesell 2º (CSJPBA, Presidencia SDH
Res Nº 240). Necochea: ver inf. de comisaría de Juan N. Fernández, Primera y Segunda de Necochea, D.D.I. de
igual jurisdicción (CSJPBA, Presidencia SDH Res Nº 221).
Mercedes: ver inf. de comisarías de Mercedes, de General Rodríguez Primera, de Moreno Primera (CSJPBA, Presi-
dencia SDH Res Nº 231). San Martín: ver. Inf. de Seccional 8º de Tres de Febrero Nogués (CSJPBA, Presidencia SDH
Res Nº 278). Morón: ver inf de comisarías de Merlo 1º, Morón 2º -Haedo (CSJPBA, Presidencia SDH Res Nº 239).
98 Dolores: ver inf. de comisarías de Santa Teresita, Mar del Tuyú, de Chascomús, de Castelli (CSJPBA, Presiden-
cia SDH Res Nº 240). Junín: ver inf. de Estación de Policía Comunal de General Viamonte, Comisaría de Rojas
(CSJPBA, Presidencia SDH Res Nº 213). Mercedes: ver inf. de comisarías de General Las Heras, de Dudinac, de
Alberti, de General Rodríguez Primera, de Moreno Sexta (CSJPBA, Presidencia SDH Res Nº 231). Morón: ver
inf. de comisarías de Morón 1º, Merlo II –San Antonio de Padua- (CSJPBA, Presidencia SDH Res Nº 239). Ne-
cochea: ver, inf. de Unidad Penal Nº 15 y Alcaidía Penitenciaria ambas de Batán, Comisaría de Lobería, Primera,
Segunda y Tercera de Necochea (CSJPBA, Presidencia SDH Res Nº 221). San Martín: ver. Inf. de 1º de José C.
Paz, 8º de Tres de Febrero y Destacamento Femenino de San Martín (CSJPBA, Presidencia SDH Res Nº 278). San
Nicolás: ver inf. de comisarías 1º de Ramallo, 3º de San Nicolás y la de San Pedro (CSJPBA, Presidencia SDH Res
Nº 261). Trenque Lauquen: ver inf. de comisaría de América (CSJPBA, Presidencia SDH Res Nº 229).
134
Informe anual 2018
una estructura eléctrica en precarias condiciones y con cables a la vista sobre la
pared. (…) Las condiciones generales del lugar se evalúan precarias e inequívoca-
mente insuficientes para la cantidad de personas alojadas en el sector”.
Del análisis del relevamiento efectuado por el Poder Ejecutivo99 en 413 dependen-
cias100, se desprende que un 76% tienen instalaciones eléctricas riesgosas, esto es, que
no se encuentran en condiciones de seguridad óptimas porque carecen de disyuntor,
llaves, cableado en buen estado, tendido de cañería embutida, entre otros aspectos101.
Fuente: CPM en base a información provista por el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
Base: 413 dependencias policiales.
99 En el marco del expediente 167/12 la Suprema Corte Provincial requirió al Poder Ejecutivo provincial la presentación
de una propuesta o plan de trabajo, el que fue presentado luego de muchas dilaciones, seis meses después de ocurrida la
masacre de Pergamino, sin que hasta ese momento se hubieran dispuesto medidas mínimas para evitar futuros hechos.
100 De acuerdo a lo informado por el Ministerio de Seguridad provincial la cantidad de Comisarías bajo su
control son más de 350, 70 sub-comisarías, así como también destacamentos, comisarías de la Mujer y DDIs.
101 Si bien en la mayoría de los casos la información generada por el Ministerio de Seguridad se especificaba
cada ítem de control de las instalaciones eléctricas, en muchos casos la información brindada sólo se limitaba a
las categorías “buena”, “regular” o “mala”. No hay especificaciones metodológicas que precisen con qué criterios
se construyó la categoría “Buena”, pero todos los casos en que la instalación eléctrica no fue considerada “Buena”
por el Poder Ejecutivo es tomada aquí como riesgosa por resultar deficitaria en términos de dificultar iniciación de
incendios. Por otro lado, los pocos casos en que el Ministerio informó que la instalación eléctrica estaba fuera de
funcionamiento fueron contabilizados como una situación riesgosa.
135
Informe anual 2018
A esto se suma un dato especialmente alarmante, sólo el 6% de las dependencias
tiene salidas de emergencias.
A la hora de conjugar los distintos elementos dentro de las dependencias po-
liciales encontramos que hay un nivel de riesgo alto de incendio en el 39% de
los casos porque no poseen ni instalación eléctrica óptima, ni matafuegos, ni
manguera con sistema de presurización, ni salida de emergencia. Si sumamos
los que carecen de, al menos, tres de estos elementos el porcentaje llega a los dos
tercios de los casos.
Sólo el 2% de las dependencias tienen instalaciones eléctricas sin riesgo, cuentan
con ambos mecanismos de extinción de incendios, y salidas de emergencia.
Fuente: CPM en base a información provista por el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
Base: 413 dependencias policiales. Nota: los casos “sin dato” son en los que no se pudo obtener información
sobre tres o cuatro de los factores de análisis.
136
Informe anual 2018
− Muertes en dependencias policiales
Según un relevamiento preliminar, entre 2012 y 2017 murieron al menos 100
personas que estaban detenidas en comisarías de la provincia de Buenos Aires,
de las cuales solo 54 fueron informadas por el Ministerio de Seguridad provin-
cial. Durante 2017 los fallecimientos fueron 22, entre los que se incluyen los 7
ocurridos en la comisaría 1 de Pergamino durante el mes de marzo.
Fuente: CPM en base a información proporcionada por la Auditoria General de Asuntos Internos del Mi-
nisterio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, y datos relevados en las 19 Fiscalías Generales de la
Procuración General de la SCJBA.
137
Informe anual 2018
En este contexto, y como consecuencia de las políticas que lo propiciaron, se
produjo la peor masacre que se registre en una dependencia policial de la pro-
vincia de Buenos Aires.
6. LA MASACRE DE PERGAMINO102
138
Informe anual 2018
torias desde la dimensión simbólica, como la promoción de la creación de un
espacio de memoria en la comisaría a través de la promulgación de una orde-
nanza municipal.
139
Informe anual 2018
internos quienes intentaron ahogar el fuego sin lograrlo, ya que no contaban con agua
en las celdas. La llave de paso de agua de la celda se abría desde afuera, pero los agentes
no lo hicieron. Según los mensajes de texto que los detenidos -algunos de ellos, vícti-
mas fatales- enviaron a sus familiares, el fuego se inició a las 18.15 hs. En esos mensajes
daban cuenta del inicio de un foco de incendio y pedían que se acercaran rápidamente
a la comisaría, ya que los agentes policiales no estaban haciendo nada para detener el
fuego. Señalan lo mismo los sobrevivientes. Los bomberos fueron alertados mucho
tiempo después. Y una vez que arribaron a la dependencia -alrededor de las 18.45
hs- su tarea de rescate fue obstruida continuamente por los funcionarios policiales: no
colaboraron con la entrega de las llaves para que pudieran abrir y controlar el fuego.
Además, como no habían sido alertados sobre la gravedad y dimensión del incendio,
debieron reorganizar el plan de rescate una vez que llegaron al lugar. Estas demoras
y la ausencia de auxilio a los detenidos, generó que finalmente -alrededor de las 19
horas- los siete jóvenes alojados en la celda 1 perdieran su vida. La causa que motivó el
encierro de los detenidos en sus celdas, el reclamo originario desoído y la indiferencia
policial, la magnitud que adquirió el fuego, el pedido de auxilio desesperado que se
solicitó desde las celdas, la inacción policial como respuesta, la demora en llamar a los
bomberos y la obstaculización policial de su trabajo pudieron reconstruirse a partir de
las pericias y las declaraciones testimoniales de las víctimas sobrevivientes.
Las 12 personas que sobrevivieron al incendio fueron víctimas del abandono pa-
decido el día del hecho y, particularmente, de los malos tratos, golpes y vejámenes
que los agentes policiales les aplicaron luego del hecho y cuando los sacaron de
la comisaría. Tampoco recibieron asistencia psicológica para procesar el daño y
padecimiento que les provocó ser parte de la situación. Como continuidad de la
causa penal por abandono seguido de muerte, la CPM presentó una denuncia pe-
nal por los golpes, malos tratos y vejámenes impartidos por personal del grupo de
apoyo departamental (GAD), al menos a cinco de los doce sobrevivientes.
Algunos testimonios:
140
Informe anual 2018
fila, y yo a uno le dije que parara porque no podía caminar… Ahí el policía
me contestó ‘dale que no vas a poder caminar’ y ahí me empuja para el pa-
sillo, y mientras voy avanzando para la salida me pegan varios palazos en
la espalda y en la nalga de punta. (…) nos pusieron en el patio boca abajo
esposados, y en un momento vomité negro y ahí intenté levantarme y vino
un policía que no vi y me pisó fuerte donde me había dado un palazo con
un pie en la espalda y me dijo ‘te dije que te quedaras quieto.”
− “(…) nos iban sacando a palazos a nosotros, y se escuchaba cómo
gritaban esos chicos; yo digo, los están sacando a los de la 1 y les están pe-
gando… nosotros estábamos tapados, porque no queríamos ni respirar,
porque sentíamos ardor cuando respirábamos… por allá siento que decían
‘acá no hay nadie más’, y yo le empecé a decir ‘guardia, guardia estamos acá’
(…) salieron dos adelante mío… y yo sentí que les empezaron a pegar.”
− “(…) Entró el GAD… empiezan a pegar palazos en la espalda
…no sé qué pensaban ellos pero nosotros nos estábamos ahogando y
encima nos re cagaron a palos… se ve que como no me pudieron pegar
porque yo salí corriendo- viene atrás mío, y me pegan una en la pata y
una en el brazo… y querías agarrar el agua y tampoco podías agarrar
agua, te tenían que dar ellos; estábamos con las manos acá atrás en la
nuca, la cara negra, limpiándote la nariz…escupiendo y todo negro sa-
lía, tampoco podías agarrar el agua con las manos, no podías tomar mu-
cha y bueno estuvimos ahí un rato hasta que se largó a llover. Estuvimos
un buen rato bajo la lluvia y después nos pasaron para abajo del techo.”
Para ellos la tortura no cesó en la comisaría 1ª: siguieron padeciendo las mismas
prácticas por parte del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Pocos días después de la masacre, la CPM puso en marcha un dispositivo de acom-
pañamiento y contención de los sobrevivientes. Un equipo interdisciplinario inte-
grado por psicólogos, abogados y trabajadores sociales entrevistó a los sobrevivien-
tes que aún se encontraban detenidos en la cárcel de Junín. Allí, se constataron las
devastadoras consecuencias psicofísicas que estos hechos generaron en ellos:
“(…) El agravamiento en las condiciones generales de detención a
las que se sometió a las víctimas deterioró aun más los cuadros de
salud constatados: hacinamiento y aislamiento en celdas de 23 ho-
141
Informe anual 2018
ras por día, falta de colchones, suciedad en las celdas, alimentación
insuficiente y de mala calidad, atención médica deficiente o nula.
Todo ello, sumado a la imposibilidad de reclamar por sus derechos
sin sufrir las represalias del SPB, constituye un circuito de deterio-
ro subjetivo identificable a la aplicación de torturas. Sobre la base
de esta serie de agravamientos, el aislamiento adquiere un papel
central al amplificar sus pensamientos, ya que la re-experimenta-
ción del hecho traumático ocupa casi todo el tiempo en un con-
texto en donde no pueden escaparse de los recuerdos traumáticos.
(…) Intentos o ideas de suicidio, ataques de ira como forma de
escapar de los recuerdos intrusivos y pesadillas con contenidos ví-
vidos del momento del incendio. Todos ellos, al momento de las
entrevistas, se encontraban atravesando cuadros de estrés postrau-
mático o cuadros depresivos graves.”
Los relatos: “Todas las noches escucho los gritos y veo a los pibes cómo golpea-
ban, gritaban para que los saquen”; “Lo que se me viene, lo que me aparece, son
los gritos de dolor de los chicos”; “Sentía como se daban la cabeza contra la pa-
red”; Veía cómo explotaban las lamparitas”; “Nosotros les molestábamos”; “Para
la policía somos animales”; “Nos dejaron morir”103.
No obstante la gravedad de los hechos, y que las muertes y las torturas se produjeron bajo
custodia del Estado, la versión que circuló por los medios responsabilizaba a los propios
detenidos con la idea del motín. El primer desafío fue revertir este relato y mostrar con
contundencia que en Pergamino ocurrió una masacre, que el Estado fue responsable y
que, por tanto, se trató de una grave violación a los derechos humanos. Como desarrolla-
mos en otro punto de este capítulo, la causa penal que investiga los hechos tuvo avances
sustanciales que derivaron en la detención de los policías imputados.
La gravedad y evidencia de la responsabilidad del Estado fueron confirmadas
por distintos organismos internacionales. La CPM denunció estos hechos en
el contexto de las graves violaciones de derechos humanos en las dependencias
103 Durante las entrevistas se fueron diseñando estrategias individuales de abordaje con cada sobreviviente, que
incluyeron múltiples presentaciones a sus juzgados de origen: Garantías 1, 2 y 3 de Pergamino, 2 de Mercedes y
Ejecución Penal de Junín. En las presentaciones no sólo se describieron las afecciones psicológicas y físicas que
había provocado ese episodio en sus vidas, sino que también se fundaron las razones que hacían indispensable la
concesión de medidas alternativas a la prisión. Entendiendo la gravedad de los hechos y el perjuicio ocasionado, la
CPM solicitó medidas de morigeración de la pena para los sobrevivientes; a partir de esta presentación, la justicia
decidió otorgar dos prisiones domiciliarias, una libertad condicional y una libertad.
142
Informe anual 2018
policiales, ante el Comité contra la tortura de Naciones Unidas, en el marco de
su 60ª sesión. El informe final emitido por el CCT fue contundente:
“(…) Preocupa asimismo al Comité la práctica de alojar a personas de-
tenidas de forma prolongada en dependencias policiales, pese a no estar
preparadas para ese fin y presentar condiciones edilicias deficientes. A
este respecto, el Comité nota con preocupación el incendio ocurrido en
marzo 2017 en la Comisaría 1 de Pergamino, Buenos Aires, en el que
murieron 7 detenidos”104.
Junto a otros organismos de derechos humanos el caso se denunció también
ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos105. En consonancia con
el reclamo de la CPM, la CIDH pidió que el Estado provincial garantice que la
investigación de la masacre de Pergamino y sea conducida con debida diligen-
cia, e instó a que las autoridades provinciales se abstengan de utilizar las depen-
dencias policiales como lugares de detención.
La evidencia de la responsabilidad estatal motivo que la auditoría de Asuntos In-
ternos del Ministerio de Seguridad promoviera la exoneración de los agentes poli-
ciales imputados, lo que fue efectivizada por el Poder Ejecutivo provincial. Al va-
lorar la prueba para resolver la expulsión de los funcionarios policiales, se afirma
que “violaron los principios y procedimientos básicos que deben regir la conducta
de todo efectivo policial”. Y agrega que “resulta inadmisible que cumpliendo fun-
ciones en la comisaría de Pergamino Seccional Primera no hayan colaborado para
tratar de extinguir el incendio […] En momentos que se había iniciado el fuego y
luego que el mismo se propagó, ninguno de los efectivos desplegó ningún tipo de
acción tendiente a sofocar el mismo y salvaguardar la vida e integridad física de
las víctimas”. A su vez, el sumario también menciona el “tardío llamado realizado
a los bomberos para pedir auxilio, así como también el pedido de la ambulancia”.
104 En función de esto, instó al Estado a: “Poner fin a la utilización de dependencias policiales como lugares
de alojamiento permanente de detenidos y garantizar el cumplimiento de dicha prohibición”. Comité contra la
Tortura. Observaciones finales sobre el quinto y sexto informe conjunto periódico de Argentina.
105 Tal como se verá en este capítulo, la CPM presentó ante la CIDH, una pedido de medida cautelar por las
graves vulneraciones de Derechos Humanos de las personas detenidas en dependencias policiales; la Comi-
sión IDH, hizo lugar al planteo e instó al Estado provincial a tomar medidas urgentes. El Estado desoyó estos
requerimientos y pocos meses después ocurrió la masacre de Pergamino.
143
Informe anual 2018
− Los familiares víctimas
La masacre generó profundos daños a los familiares y a la comunidad. Es nece-
sario entender que la masacre de Pergamino es un hecho que afecta también a
toda una población, no solo como individuos sino como seres humanos en un
contexto social. Las violaciones a los derechos humanos no se pueden entender
exclusivamente desde la perspectiva del maltrato al individuo aislado. Sus impli-
cancias son extensivas: representan una respuesta del sistema ante el conflicto,
y también una amenaza y ataque a toda la comunidad y su sistema de valores.
El impacto de estos hechos en la comunidad generó un ambiente dominante
de humillaciones, injurias y amenazas de la que son víctimas permanentes los
familiares y quienes los acompañan en su búsqueda de justicia. Estas situaciones
deterioran aun más el sufrimiento psíquico que padecen los familiares y allega-
dos de los jóvenes masacrados en la comisaría.
La CPM realizó distintas intervenciones orientadas a fortalecer y contener a los
familiares y a las organizaciones de la comunidad106. En este camino, se fueron
gestando estrategias que permitieron mantener instalado lo ocurrido y proble-
matizarlo ante las autoridades judiciales y políticas y ante la comunidad. Fue
central la transformación de las víctimas y el entorno de la condición pasiva
de dolor en reclamo y construcción activa. Esto posibilitó otro tipo de acciones
que la CPM promueve y acompaña, como la integración de los familiares de
Pergamino a una extensa red de familiares contra la violencia institucional, la
realización de actividades de difusión sobre lo ocurrido o capacitaciones. Las
movilizaciones en la ciudad, impulsadas por los familiares, la CPM y distintas
organizaciones, constituyeron y constituyen, acciones fundamentales para re-
vertir el sentido social de lo ocurrido e interpelar constantemente a las autori-
dades políticas y judiciales.
En estas acciones conjuntas se encuentra, sin dudas, la explicación de la visi-
bilización de lo ocurrido, de los resultados de la investigación judicial y de la
exoneración de los agentes policiales.
106 Entre las diversas acciones desplegadas se pueden enunciar: el patrocinio, la creación de dispositivos de
contención y acompañamientos interdisciplinario, el acompañamiento de las marchas, la señalización de la
comisaría como sitio de memoria, la realización de actos entre los que se destaca la realizada a un mes de
la Masacre, las presentaciones ante las autoridades políticas provinciales y nacionales y ante los organismos
internacionales del sistema interamericano y de Naciones Unidas. También se realizaron jornadas de capaci-
tación para víctimas de violencia institucional y las organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos.
144
Informe anual 2018
− El camino para la creación de un sitio de memoria en la co-
misaría 1ª
Durante la última dictadura la comisaría 1ª de Pergamino funcionó como cen-
tro clandestino de detención (CCD) bajo el mando del área militar 132, que
abarcaba la zona de San Nicolás, Ramallo, Pergamino, Baradero y San Pedro.
Las operaciones represivas eran llevadas a cabo por fuerzas policiales y militares
bajo el mando del coronel Manuel Saint Amant, entre 1975 y 1977, y del coronel
Norberto Ferrero, entre 1977 y 1979. Los testimonios de las víctimas relatan
que los operativos partían desde esa comisaría utilizando sus propios vehículos,
y que regresaban allí con el botín y las víctimas. En general, tras permanecer
algún tiempo en el lugar, eran llevadas a distintos CCD de la zona. Los crímenes
allí cometidos fueron juzgados en 2014 durante el juicio conocido como Saint
Amant II; por lo que quedó demostrado en esa causa y por investigaciones que
todavía se siguen realizando, se sabe que al menos 23 personas estuvieron se-
cuestradas en la comisaría 1ª.
Treinta y cinco años después del retorno de la democracia, la masacre de Per-
gamino dejó en evidencia que en esos lugares de encierro se siguieron come-
tiendo violaciones a los derechos humanos. Desde el primer momento, la CPM
promovió la creación de un sitio de memoria en la comisaría 1ª como espacio
de encuentro para la reflexión de los crímenes perpetrados por el Estado ayer y
hoy, para la participación de la sociedad civil y para la defensa de los derechos
humanos. Al mismo tiempo, la creación de un sitio de memoria es un acto repa-
rador para las víctimas, para los sobrevivientes del terrorismo de Estado y para
las familias de los siete jóvenes asesinados el 2 de marzo.
El 2 de marzo, al cumplirse un año de la masacre, la CPM presentó ante el Con-
cejo Deliberante la ordenanza que crea el espacio para la memoria. La misma
ya ha sido tratada en las comisiones respectivas y cuenta con el apoyo de todos
los bloques políticos, el gobierno municipal y los legisladores provinciales de la
zona. El proyecto contempla conformación de un consejo del espacio de memo-
ria compuesto por familiares de víctimas de la Masacre, organismos de derechos
humanos de la ciudad, y representantes del gobierno municipal, de la Secretaría
de Derechos Humanos de la Provincia, de la Comisión Provincial por la Memo-
ria y la Universidad Nacional de Noroeste.
145
Informe anual 2018
146
Informe anual 2018
II. Políticas penitenciarias
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Informe anual 2018
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Informe anual 2018
1. POLÍTICAS DE ENCARCELAMIENTO
1 El Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC), bajo la órbita del Ministerio de Seguridad de la
Nación, aún no ha publicado las cifras correspondientes a 2017.
149
Informe anual 2018
Gráfico 1. Tasa de encarcelamiento cada 100.000 habitantes
según continente, año 2015.
Fuente: CPM en base a lista mundial de población penitenciaria (Institute for Criminal Policy Research, 2016).
150
Informe anual 2018
detenciones y el inicio de la tendencia alcista que se sostiene hasta la actualidad.
La política criminal implementada por la gestión de María Eugenia Vidal y su mi-
nistro de Justicia Gustavo Ferrari, compartida por el procurador general y la Corte
Suprema provincial, no es más que la continuidad y profundización de la política
de los últimos años de la gestión anterior. Esto llevó las cifras a picos históricos. Si
2015 fue el año en que se rebasó por primera vez el punto crítico de 2005, hoy ya
es anecdótico: consecutivamente, 2016 y 2017 volvieron a batir récords.
Fuente: CPM en base a SNEEP (2007-2013), partes de población del SPB (2014-2017) y partes de comisarías
del Ministerio de Seguridad. Población provincial proyectada por INDEC según censos 2001 y 2010.
La tasa sumó 78 puntos en diez años, de los cuales 37 (casi la mitad) corres-
ponden solamente a 2016-2017. La novedad más preocupante de 2017 es que
aumentó el ritmo de crecimiento: en sólo un año sumó 4.510 nuevos detenidos
al total acumulado. Mientras de 2007 a 2015 la cantidad de detenidos creció a un
promedio anual del 4.2%, en 2016 subió un 7.4% y en 2017 un 11.7%.
151
Informe anual 2018
Esta velocidad para encerrar contrasta con la lentitud de los jueces para garantizar el
cumplimiento de derechos en el marco de la progresividad de la pena: a diciembre de
2017 sólo el 2.7% de los condenados tenía salidas transitorias, el 4% régimen abierto y
otro 4.4% estaba inserto en el programa Casas por Cárceles4; es más, de las 23 cárceles
que administran este programa, en 17 las plazas de las casas están sub-utilizadas5.
Otro indicador de esta consolidación del sobre-encarcelamiento es el alojamiento
masivo de detenidos en comisarías6. En abril de 2014, durante la gestión de Daniel
Scioli, el Ministerio de Seguridad conducido por Alejandro Granados dictó la re-
solución 642 autorizando el uso de comisarías (incluso las ya inhabilitadas) para
el alojar detenidos, provocando un sostenido incremento. Entre mayo de 2016 y
diciembre de 2017 la cantidad de personas detenidas en estos espacios se incre-
mentó en 858, lo que significa un aumento del 38.3% (en los mismos meses la
ocupación en cárceles y alcaidías creció 14%). Como puede verse en el siguiente
gráfico, hay una tendencia creciente que se sostiene a lo largo del período.
4 Este programa, pensado para el alojamiento de personas con regímenes abiertos, tiene dispar implementación,
registrándose en algunos lugares el alojamiento de detenidos que no cumplen con los requisitos exigidos para
ingresar a las mismas, no pudiéndose explicar tal situación más que en decisiones arbitrarias de las autoridades.
5 Según parte de población del SPB, 29/12/2017.
6 Esta cuestión se profundiza en la sección Políticas de Seguridad.
152
Informe anual 2018
Grafico 3. Cantidad de detenidos en comisarías de la provincia de Buenos
Aires, mayo 2016/diciembre 2017.
Fuente: CPM en base a información provista por el Centro de Operaciones Policiales del Ministerio de
Seguridad de la provincia de Buenos Aires. No se cuenta con datos de abril y julio de 2017, para los que se
definió unir los datos anterior y posterior, dando continuidad a la serie.
153
Informe anual 2018
mogéneo en el territorio provincial. La tasa de detención provincial según el
RUD (276 en 2017) tiene una representación heterogénea en los distintos de-
partamentos judiciales: Moreno-Gral. Rodríguez (376), Mercedes (352) y San
Martín (333) tienen las tasas más altas; Bahía Blanca (166), Necochea (178) y
Trenque Lauquen (187), las más bajas. Como muestra el siguiente mapa, ningún
departamento judicial del conurbano tiene tasas bajas: todas están por encima
de 200. Y todas son más altas que en 2016.
154
Informe anual 2018
35; y el 87% menos de 45; es decir que sólo el 13% tiene 45 años o más9. Esto se
vuelve más significativo al compararlo con la población a nivel provincial, como
vemos en el siguiente gráfico.
Fuente: CPM en base a SNEEP 2016 para población detenida y proyecciones para 2016 en base al Censo
2010 para la población provincial. A los efectos de este gráfico, el total de la población provincial incluye sólo
personas con 18 años o más.
Como ya hemos dicho, existe una sobre representación carcelaria del grupo eta-
rio de 18 a 44 años: constituye el 56% de los habitantes de la provincia y el 87%
de las personas detenidas. Lo mismo vale para la franja más joven, de 18 a 24,
que representa un 15% en la población provincial y un cuarto de los detenidos.
Los números confirman que el sistema penal concentra su accionar en varones
jóvenes del conurbano bonaerense. Como veremos a continuación, los instru-
mentos jurídicos para concretar esta selectividad son fundamentalmente la fla-
grancia, la prisión preventiva y el juicio abreviado, que de manera cada vez
más recurrente se utilizan combinados: a la policialización de la investigación
9 Según Informe anual SNEEP 2016. Hasta el momento no se han publicado los datos oficiales del SNEEP
para el año 2017.
155
Informe anual 2018
penal le sigue una mayor celeridad en el encarcelamiento y en el dictado de con-
denas. Estas tres herramientas no se utilizan con fines procesales sino políticos,
en el marco de un sistema penal clasista y selectivo que prioriza el encierro.
A lo largo de todo el siglo XX y lo que va del XXI, las personas procesadas o sin
condena firme10 han representado una porción mayoritaria respecto al total de
detenidos, tanto a nivel país como en la provincia de Buenos Aires. Se trata de
un problema que trasciende las fronteras nacionales y se observa en mayor o
menor grado en todo el continente americano. A nivel mundial, se estima que
en 2015 sumaban cerca de 3 millones de personas (Instituto de Investigación de
Política Criminal, 2016).
Aquí se sigue la definición de la Comisión Interamericana de Derechos Hu-
manos (en adelante CIDH) para quien “la prisión preventiva equivale a todo el
periodo de privación de libertad de una persona sospechosa de haber cometido
un delito, ordenado por una autoridad judicial y previo a una sentencia firme”
(CIDH, 2013:13).
En las últimas décadas, la Comisión Provincial por la Memoria, otros organis-
mos de derechos humanos y un sector minoritario dentro del sistema judicial
(principalmente defensores públicos) han denunciado esta situación porque
contradice el principio de presunción de inocencia consagrado en la Consti-
tución Nacional a través de la incorporación de tratados internacionales (art.
75, inc. 22) -como la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
(1789), la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) y la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (1969)-, además del artículo 18 que pro-
híbe la imposición de penas sin juicio previo.
Según sus defensores, la prisión preventiva es una medida cautelar para evitar
lo que denominan “peligros procesales”: la posibilidad de fuga o de obstrucción
10 Se entiende por “procesados” a los detenidos cuyas causas están en etapa de investigación (no tienen con-
dena) o en etapa de apelación (tienen condena de un tribunal de primera instancia pero no está firme, es
decir, no está confirmada por las instancias judiciales superiores). Se entiende por “penados” a los detenidos
que tienen condena firme, es decir, que ya agotaron o no hicieron uso de las instancias superiores de revisión.
156
Informe anual 2018
del proceso por parte del imputado11.
En realidad la prisión preventiva es una pena sin sentencia: las personas pro-
cesadas cumplen una condena antes de ser condenadas.12; esto se comprueba
examinando el tiempo que permanecen preventivamente en la cárcel hasta que
culmina su proceso judicial. A modo de ejemplo, a diciembre de 2016 en la pro-
vincia de Buenos Aires el 43,5% de los procesados llevaba hasta 1 año encarcela-
do; el 56,6% más de 1 año; el 33% más de 2 años; y casi el 20% más de 3 años, en
un claro incumplimiento del plazo máximo de la prisión preventiva establecido
por la ley 25.430/01. En el extremo, el 9% acumulaba 5 o más años en el encierro,
y el 2% alcanzaba o superaba el decenio13.
157
Informe anual 2018
ca del Sur reveló que en 2015 la tasa promedio de personas procesadas cada 100.000
habitantes ascendía a 107 en el subcontinente (mientras que la mundial se estima en
33). Entre diez países14, Argentina se ubicaba en el séptimo lugar con una tasa de 83
(Instituto de Investigación de Política Criminal, 2016). Pero si incorporamos en la
comparación a la provincia de Buenos Aires, ésta se sitúa en el cuarto.
Tabla 2. Tasa de procesados según país, América del sur, año 2015.
Uruguay 202
Paraguay 140
Perú 121
Buenos Aires 115
Brasil 105
Venezuela 101
Bolivia 86
Argentina 83
Chile 80
Ecuador 79
Colombia 77
Fuente: CPM en base a lista mundial de prisión preventiva (Instituto de Investigación de Política Criminal, 2016);
Informe SNEEP 2016 para cifra de Argentina; parte de población del SPB (diciembre 2016) para cifra de Buenos
Aires. Los datos de población nacional y provincial (2016) se obtuvieron de las proyecciones del INDEC.
158
Informe anual 2018
Gráfico 5. Situación procesal del total de personas detenidas, Argentina, 2002-
2016 (valores porcentuales).
Fuente: CPM en base a los datos publicados en los informes anuales del SNEEP y del informe Situación
procesal por jurisdicción (Guzmán y Zarza, 2016).
Fuente: CPM en base a los datos publicados en los informes anuales del SNEEP y del informe Situación procesal
por jurisdicción (Guzmán y Zarza, 2016). Para la provincia de Buenos Aires, se utilizaron los partes de población
del SPB (2014-2017), incluyendo los detenidos en pabellones de alcaidía en el grupo de procesados. En todos los
casos, los datos corresponden a diciembre de cada año. *Chaco: datos correspondientes al año 2003.
160
Informe anual 2018
Gráfico 7. Situación procesal por jurisdicción, año 2016
(valores porcentuales).
Fuente: CPM en base a los datos publicados en los informes anuales del SNEEP y del informe Situación procesal
por jurisdicción (Guzmán y Zarza, 2016). Para la provincia de Buenos Aires, se utilizaron los partes de población
del SPB (2014-2017), incluyendo los detenidos en pabellones de alcaidía en el grupo de procesados. En todos los
casos, los datos corresponden a diciembre de cada año. *Chaco, datos correspondientes al año 2003.
Se desplaza el pico más alto de cada serie: mientras que en 2002 el número más
alto de jurisdicciones se ubicaba en el rango entre 50% y 60% de procesados, en
2016 el valor más alto se ubica en el rango entre 30% y 40%.
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Informe anual 2018
Mapa 2. Situación procesal por jurisdicción, 2002-2016 (valores porcentuales).
Fuente: CPM en base a los datos publicados en los informes anuales del SNEEP y del informe Situación procesal
por jurisdicción (Guzmán y Zarza, 2016). Para la provincia de Buenos Aires, se utilizaron los partes de población
del SPB (2014-2017), incluyendo los detenidos en pabellones de alcaidía en el grupo de procesados. En todos los
casos, los datos corresponden a diciembre de cada año. *Chaco, datos correspondientes al año 2003.
162
Informe anual 2018
La provincia de Buenos Aires se mantiene entre las jurisdicciones con mayor
proporción de procesados que de condenados, aunque descendió del tercer al
sexto lugar pasando de un 75% a un poco más del 50%. Pese a que la proporción
de personas encarceladas sin condena firme sigue siendo elevada, contradicien-
do derechos constitucionales e internacionales, en los últimos años dicho por-
centaje ha disminuido, lo cual requiere un análisis específico.
Según los datos históricos disponibles para la provincia de Buenos Aires, se pue-
den distinguir dos etapas en la relación entre condenados y procesados: la pri-
mera entre 2002-2009, donde los procesados representaban en promedio el 79%
de los detenidos; y la segunda entre 2010-2017, donde ese porcentaje se redujo
a un promedio de 57%. Se pasó de un 86% en 2003, el pico más alto de la serie,
a un 51% actual, el más bajo.
Fuente: CPM en base a informes anuales del SNEEP (2002-2013) y a partes de población del SPB (2014-2017). De
dichas fuentes se desestiman las personas sobreseídas. De los partes del SPB se cuentan los detenidos en pabellones
de alcaidía, sumándolos al grupo de procesados. En todos los casos, los datos corresponden a diciembre de cada año.
163
Informe anual 2018
viene creciendo desde 2014, como muestra el siguiente gráfico16. En ese punto se
revirtieron cuatro años de descenso, volviendo a una cifra similar a la de 2004.
Fuente: CPM en base a informes anuales del SNEEP (2002-2013) y a partes de población del SPB (2014-2017).
De dichas fuentes se desestiman las personas sobreseídas. De los partes del SPB se cuentan los detenidos en
pabellones de alcaidía, sumándolos al grupo de procesados. En todos los casos, los datos corresponden a
diciembre de cada año.
16 Este salto se explica por el aumento en la cantidad de detenciones y porque desde 2014 se toman los datos
informados por el SPB (partes mensuales) que incluye detenidos en alcaidías y con monitoreo electrónico, no
considerados por el SNEEP.
17 Como se analizará más adelante, esto estaría vinculado con la implementación del proceso de flagrancia, desde 2008.
164
Informe anual 2018
La modificación en la relación entre condenados y procesados requiere que se analice
en el contexto más amplio de los cambios en el sistema penal provincial. Como vimos,
ha caído la participación de los procesados en el total de detenidos. Pero esto no ha
sido consecuencia de un uso restrictivo de la prisión preventiva, sino de una acelera-
ción en el dictado de sentencias. ¿Cómo interpretar estos cambios? ¿Son consecuencia
de una modificación estructural en la política criminal? A continuación analizaremos
los factores que contribuyen a responder estas preguntas.
165
Informe anual 2018
y políticas -generalmente vinculadas a hechos de inseguridad con alta cobertura
mediática- y sin contar con diagnósticos basados en datos de política criminal.
Así, lo que se inició como un cambio modernizador fue rápidamente dejado de lado
en sus principios básicos. Retomaremos a continuación algunos de los cuestiona-
mientos que fundamentaron el cambio de sistema y que, lejos de resolverse, conti-
núan siendo un problema central de la justicia provincial, ahora de tinte acusatorio:
166
Informe anual 2018
Con la implementación del sistema acusatorio se buscaba jerarquizar la inves-
tigación; para eso se proponían herramientas que lograran disminuir el uso de
recursos destinados a resolver delitos menores para concentrarlos en el crimen
complejo. En la misma línea, el fiscal debía dirigir tanto la investigación como
a la policía en tanto fuerza auxiliar de la justicia, limitando sus recurrentes y
cuestionadas arbitrariedades. En ese marco se incorpora el procedimiento de
flagrancia a la normativa bonaerense, primero por la ley 13.183/04 que reformó
el Código Procesal Penal, y más tarde por la ley 13.811/08 de flagrancia19. Los
puntos más salientes del proceso:
167
Informe anual 2018
Gráfico 10. Investigaciones penales preparatorias ingresadas por proceso de
flagrancia, provincia de Buenos Aires, 2013-2017.
Fuente: CPM en base a datos remitidos por la SCJPBA. Los datos correspondientes a 2017 son parciales,
preliminares y están sujetos a modificaciones.
168
Informe anual 2018
Por último, se sostiene que la focalización del sistema penal en los delitos con-
templados en la flagrancia, otorga mayor lugar a las prácticas policiales arbitra-
rias, considerando que la versión policial de los hechos -a través del acta que se
constituye en la verdad judicial- enmarca gran parte de la investigación judicial
y de lo que se negocia en las audiencias. También abona el fraguado de causas
por parte de la policía, como puede verse en el siguiente caso relevado por el
Registro Nacional de Casos de Tortura:
Eran las 23.20 hs, iba caminando por calle Diag. 73 entre 4 y 5, lo de-
tiene un patrullero de la Comisaría 9º, le piden DNI, le “hacen caja”
[preguntan por el radio si tiene pedido de captura]; ahí salta que
estaba “firmando” por una causa anterior [estaba con libertad con-
dicional, teniendo que firmar para demostrar que no se profugó]. Lo
suben al patrullero y lo llevan hasta la plaza de 1y 66, donde había un
auto chocado. Lo bajan del patrullero, lo ponen contra la pared y le
colocan entre su ropa un teléfono celular y una licencia de conducir
(las dos cosas de la dueña del auto). Lo intimidan y le dicen: “hacete
cargo o te plantamos esto [le muestran un arma]”. (Registro de cam-
po del RNCT, Alcaldía II La Plata, año 201721.)
Al analizar las detenciones informadas entre 2012 y 2017, el primer dato que
surge es que el 90% se producen como aprehensiones policiales sin intervención
judicial previa (valor que se mantiene estable desde 2012)22. Además, como pue-
de verse en la tabla 3, los porcentajes de aprehensiones que se convierten en de-
tención, dan cuenta de que los recursos del poder judicial siguen focalizados en
refrendar el accionar policial.
169
Informe anual 2018
Tabla 3. Porcentajes de requerimientos fiscales sobre detención y prisión
preventiva, provincia de Buenos Aires, años 2012-2017.
% de requerimientos de prisión
% de requerimientos de
preventiva sobre total de
conversión en detención
requerimientos de conversión en
sobre total de aprehensiones
Año detención
2013 58,9% 56,6%
2014 60,4% 55,1%
2015 56,8% 59,0%
2016 58,7% 58,1%
2017 55,2% 62,3%
Fuente: CPM en base a datos publicados por el RUD en sus informes anuales sobre aprehensiones y detenciones
con orden judicial; información sobre requerimientos proporcionada por la Secretaría de Planificación de la
SCJBA. Se contabilizan las resoluciones independientemente si conceden o deniegan el requerimiento.
170
Informe anual 2018
emergen en este tipo de procedimientos no deben soslayar el debido proceso y las
garantías fundamentales del imputado, ya que no se trata de un simple contrato sino
que se encuentra en juego su responsabilidad penal y su libertad.
La importación de estos mecanismos de negociación tiene su origen en el de-
recho anglosajón -más específicamente en el pleabargaining [acuerdo de culpa-
bilidad] estadounidense- y sus antecedentes más cercanos en nuestro país son
el proyecto Maier, el Código Procesal Penal de Córdoba y el Código Procesal
Penal de la Nación, entre otros23. En este último, se incorpora el procedimiento
con la ley 24.825, sancionada en 1997, luego de algunos cuestionamientos en
relación con la constitucionalidad de este instituto24. A continuación se exponen
algunos de los fundamentos del proyecto que finalmente se convertiría en ley en
el trámite parlamentario 199 del 13 de diciembre de 1995. En su defensa, el di-
putado nacional José L. Cafferata Nores consideraba que el objetivo primordial
era lograr una racional distribución de los recursos que el Estado afectaba al
proceso penal, para lo cual se establecería este procedimiento abreviado.
23 El proyecto de Código Procesal Penal de la Nación de 1986 conocido como “proyecto Maier” contenía,
en el Libro Cuarto dedicado a los Procedimiento Especiales, un Título destinado a reglamentar lo que allí se
denominaba procedimiento monitorio (art. 371 a 373). En aquel tiempo no se consideraba la posibilidad de
reemplazar al procedimiento necesario (juicio público) aunque se buscaba legitimar condenas penales como
la multa o la inhabilitación, o, excepcionalmente, penas privativas de libertad no mayores a un año.
24 Consideraban que al no materializarse la audiencia de debate como antecedente de la condena, la manda
prevista por el art. 18 de la Constitución, resultaba vulnerada.
171
Informe anual 2018
por su gravedad e importancia, o cuando no exista acuerdo sobre su
abreviación (citado en Argenti, 2010: 435).
172
Informe anual 2018
Sin embargo, primaron en la resolución final los argumentos a favor. Las razones
que sirvieron de fundamento para la sanción de la ley fueron la necesidad de
economizar recursos humanos y materiales, y de acortar el proceso penal para
delitos de menor gravedad, evitando el desgaste jurisdiccional propio de los pro-
cedimientos del juicio común. La ley finalmente fue introducida en la normativa
y rápidamente inserta en los diversos códigos procedimentales de las provincias.
Tal como se ha manifestado previamente, en el mismo 1997 en la provincia de
Buenos Aires se dio una transición fundamental: se dejó de lado el viejo Código
Jofré y entró en vigencia la ley 11.922, que reemplaza el sistema inquisitivo por
el sistema acusatorio. En este marco, la ley 12.059 de 1998 reconfiguró y reguló
el procedimiento del juicio abreviado, cuyas principales características son:
- Es aplicable a casos en los que pueda existir la imposición de
una pena privativa de libertad no mayor de 15 años o de una pena no
privativa de libertad25.
- El acuerdo puede ser propuesto tanto por el Ministerio Públi-
co Fiscal como por el imputado y su defensa, y puede realizarse hasta
treinta días antes de la fecha fijada para audiencia del debate oral.
- En todos los supuestos se requiere el acuerdo entre las partes in-
tervinientes, teniendo en cuenta que el consentimiento del imputado de-
berá ser fruto de su libre voluntad, de manera espontánea y con el debido
asesoramiento técnico legal de su defensa acerca de su conveniencia.
- Es de especial consideración la conformidad del imputado y su
defensa respecto de la pena pedida y de la calificación legal del hecho
que haga el fiscal.
- El órgano jurisdiccional debe dictar sentencia en el plazo de
cinco días y tiene la posibilidad de aceptar o rechazar el acuerdo, aun-
que sólo puede desestimarlo en caso de demostrarse que la voluntad
del imputado se hallaba viciada al momento de su aceptación o cuando
hubiera discrepancia insalvable con la calificación legal aplicada en el
acuerdo, respetando el principio de congruencia.
- En caso de aceptar el acuerdo, el monto de la pena no puede ex-
25 En principio se aplicaba a penas no mayores a 8 años, lo que se acercaba más a la regulación de Nación y, en sí,
a uno de los objetivos primordiales que perseguía el instituto que se destinaba a delitos menores. La ampliación del
alcance del juicio abreviado va en consonancia con el objetivo de economizar recursos y plazos del proceso penal.
173
Informe anual 2018
ceder el acordado por las partes, aunque sí puede imponerse una menor
a la consensuada y también disponer la absolución.
- En caso en que no se acepte el acuerdo y se continúe con el trá-
mite ordinario, ninguna de las conformidades prestadas o admisiones
efectuadas por el imputado podrán ser tomadas como reconocimiento
de responsabilidad penal.
- La sentencia que avale el acuerdo se puede recurrir mediante
recurso de apelación o casación, según sea correccional o criminal res-
pectivamente.
A continuación se analizará la aplicación que se ha dado en la práctica a este insti-
tuto. Entre 2013 y 2017 el 72.9% de las sentencias dictadas por la justicia provincial
(62.574 sobre un total de 85.778) fueron por medio del juicio abreviado; la tendencia
fue ascendente: de 10.473 en 2013 a 14.933 en 2017 (un incremento de 42.6%).
Fuente: CPM en base a información proporcionada por la Secretaría de Planificación de la Suprema Corte de
Justicia de la provincia de Buenos Aires. Los datos correspondientes a 2017 son preliminares.
174
Informe anual 2018
variaciones interanuales, las sentencias mediante juicio abreviado crecen soste-
nidamente, mientras el juicio oral cae de manera constante.
26 Los delitos son: abuso de autoridad (10), apremios ilegales (10), malversación de caudales públicos (9),
enriquecimiento ilícito (4), peculado (5), prevaricato (3), retención ilegal de persona detenida (3), violación
de los deberes de funcionario público (5), allanamiento ilegal (1), incumplimiento de los deberes de funcio-
nario público (2) y omisión de los deberes de funcionario público (1).
27 Informe preliminar sobre datos vinculados con investigaciones penales comprendidas por la Res. PG 1.390/01.
175
Informe anual 2018
tar con abogados privados, muchas veces pagos por las mismas agencias a las
que pertenecen los imputados (una práctica generalizada en las instituciones
policiales y penitenciarias); y el hecho de que los sindicados en estas causas no
tienen que esperar la resolución en prisión, ya que en estas investigaciones ge-
neralmente no se aplica la prisión preventiva.
El juicio abreviado es la forma predominante en que finalizan los procesos ini-
ciados a las personas con mayor desventaja para afrontarlo. En el marco de en-
trevistas realizadas por el Comité contra la tortura de la CPM, las personas que
se encuentran detenidas desconocen cuestiones básicas de su situación procesal,
lo que evidencia que la negociación con el fiscal no se realizó en base a una
decisión fundada. Sólo durante el año 2017 se realizaron entrevistas con 1.035
detenidos en las que se comunicaron diferentes problemas en relación con cues-
tiones procesales. Aquí se pone en crisis el papel de la defensa, que no brinda un
asesoramiento pleno a sus defendidos y se acopla a los medios coercitivos para
obligar a firmar el abreviado.
Se puede ver con claridad que desde el principio se parte de una negociación des-
igual. Es alarmante la coacción psíquica que se genera sobre el imputado: el fiscal
presiona para la firma del abreviado y, de no aceptar, promete una pena muy ele-
vada en la requisitoria de juicio oral. Pero además pesa el hecho de que la espera
hasta el juicio será en la cárcel. Al respecto, el año pasado la CIDH denunció:
El “auge” en materia de reconocimiento de responsabilidad penal que se
ha presentado en el marco de estos procesos […] a consecuencia de que
en la mayoría de los casos, las personas imputadas decidieron optar por
estos procesos -aunque se alegaran inocentes- por la inducción de sus
defensores a la autoinculpación, o ante la posibilidad de salir en libertad
o atenuar la pena, o incluso, por la coerción para aceptar algún tipo de
“acuerdo” (CIDH, 2017: 50).
En el mencionado debate parlamentario, el diputado Gorini ya había expresado
su preocupación en torno a la necesidad de que las personas imputadas que
sólo cuentan con defensa oficial reciban un asesoramiento tan eficaz como pue-
de serlo el defensor particular. Ello para que precisamente este instituto “no se
transforme en una máquina de condenar pobres defendidos por defensores ofi-
ciales” (citado en Argenti, 2010: 437).
176
Informe anual 2018
En este sentido, quienes se exponen al juicio oral no lo hacen porque estén dis-
puestos al riesgo de una pena mucho más grave sino porque cuentan con más
herramientas para afrontarlo. Resulta evidente que el castigo es el proceso: quie-
nes no firmen el juicio abreviado deberán esperar la instancia oral en la cárcel.
Y, en caso de ser reincidentes, no podrán acceder a ningún tipo de beneficio en
la conmutación de la pena.
Analizar la forma en que se resuelven las investigaciones judiciales arroja otros
datos interesantes: del total de sentencias por juicio abreviado en el período
2013-2017, un 3.5% fueron absolutorias. Es decir, en 2.017 IPP en las que se
llegó a un acuerdo entre fiscal, defensor e imputado acerca del delito y la pena
en base a reconocer la responsabilidad penal, el juez dictaminó su absolución, lo
cual da cuenta de la debilidad de las pruebas presentadas o del proceso que las
produjo. Esto representa un 25% del total de absoluciones del período.
La falta de datos sobre la cantidad de apelaciones de sentencias por juicio abre-
viado nos impide profundizar en esta línea. Esta falta no es aislada: no existe
producción de datos sobre las prácticas judiciales que permitan centrarse en
el modo en que se administra justicia. Tampoco contamos con datos acerca de
cuántas de las 8.239 personas que fueron absueltas cumplieron prisión preventi-
va hasta llegar a la sentencia absolutoria, aunque es probable que sea la mayoría.
Como parte del proceso de implementación del sistema acusatorio, se ha puesto
en marcha un procedimiento de evaluación estadística de tribunales, fiscales y
defensores centrado en su productividad: cuántos juicios orales producen por
año, cuántos juicios abreviados, cuántas causas irresueltas, cuántas sentencias
condenatorias. Sin embargo, estos datos se producen de modo que no permiten
un análisis crítico sobre las prácticas de administración de la justicia, sino con
una mirada centrada en la cantidad. Tal como afirma Gutiérrez: “En términos
cuantitativos el fiscal más ‘eficiente’ será el que realice más juicios orales y logre
más condenas (se desplaza, entonces, en la práctica, el principio de objetividad
a un segundo plano)” (2008: 11). No aparece en las preocupaciones del Poder
Judicial la posibilidad de considerar una mejor administración de justicia por
fuera de criterios de eficiencia que nada tienen que ver con procesos más justos.
Los últimos años presentan procesos poco auspiciosos para la situación de los
derechos humanos en la provincia de Buenos Aires. La flagrancia se expande
177
Informe anual 2018
paulatinamente y aumentó un 30% en los últimos cinco años. Este procedimien-
to tiene como efectos principales la legalización de prácticas policiales arbitra-
rias en el marco de la aprehensión y la aceleración de la llegada a la instancia
de condena, que generalmente los detenidos esperan tras las rejas. La prisión
preventiva -que nunca fue una excepción- sigue generando que la mitad de
las personas detenidas cumplan una pena en la cárcel sin sentencia firme. Y el
juicio abreviado también se ha convertido en regla: creció un 42% en los últi-
mos cinco años y representa el 73% de las sentencias dictadas a nivel provincial,
mientras continúan disminuyendo los juicios orales.
Los instrumentos jurídicos presentados como avances del sistema acusatorio re-
plican los principales problemas del sistema inquisitorio anterior, y agravaron la
situación del encierro y los derechos humanos. Arbitrariedad para detener, auto-
maticidad para convalidar y velocidad para condenar son las tres prácticas combi-
nadas del Poder Judicial y las fuerzas policiales que en 2017 produjeron un récord
en la tasa de encarcelamiento de la provincia de Buenos Aires (253 cada 100.000
habitantes), la más alta en la historia del país y una de las más elevadas del mundo.
Lo descripto da cuenta del entramado institucional bonaerense que en los últimos
20 años sostuvo una política criminal regresiva, desde la perspectiva de derechos
humanos. Una política criminal impulsada por los diferentes gobiernos –y conva-
lidada por un Poder Judicial que ha dejado de ser la garantía de la legalidad y un
Poder Legislativo que ha reformado las leyes procesales en más de 30 oportunida-
des, siempre en esa dirección- la provincia de Buenos Aires se encuentra en una
situación de gravedad institucional que requiere modificaciones urgentes.
178
Informe anual 2018
2. TORTURA Y GOBIERNO DE LA CÁRCEL
2.1 Sobrepoblación
179
Informe anual 2018
Gráfico 12. Evolución del porcentaje de sobrepoblación en el SPB
(cárceles y alcaidías), 1996-2017.
Fuente: CPM en base a información del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
32 Los 11 Complejos se integran del siguiente modo. Campana: unidades 21 y 41. Centro: 2 Sierra Chica,
7 Azul, 14 Gral. Alvear, 17 Urdampilleta, 27 Sierra Chica, 30 Gral. Alvear, 37 Barker, 38 Sierra Chica y 52
Azul. Conurbano Sur-Oeste: 39 Ituzaingó, 40 Lomas de Zamora, 43 González Catán, alcaidía Isidro Casa-
nova y alcaidía Virrey del Pino. Este: 6 Dolores, 15 Batán, alcaidía 44 Batán y 50 Batán. Florencio Varela:
23, 24, 31, 32, 42 y 54. La Plata: 8 Los Hornos, 9 La Plata, 10 Melchor Romero, 12 Gorina, 18 Gorina, 33
Los Hornos, 34 Melchor Romero y 45 Melchor Romero. Magdalena: 28, 35, 36 y 51. Norte: 3 San Nicolás,
5 Mercedes, 11 Baradero, 13 Junín, 16 Junín y alcaidía 49 Junín. Olmos: 1, 22, 25 y 26. San Martín: 46, 46
y 47 San Martín, alcaidía 53 Malvinas Argentinas. Sur: 4 Bahía Blanca, 19 Saavedra y 20 Trenque Lauquen.
180
Informe anual 2018
Gráfico 13. Porcentaje de sobrepoblación según complejo penitenciario,
evolución 2015-2017.
Fuente: CPM en base a información del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
181
Informe anual 2018
Gráfico 14. Unidades penitenciarias y alcaidías según nivel de ocupación,
evolución 2015-2017.
Fuente: CPM en base a información del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
Entre las diez subocupadas, ocho son alcaidías donde la permanencia suele ser
más breve (como tránsito entre la comisaría y la cárcel)33. Las únicas cárceles
en donde no se ocupan todas las plazas son la 10 de Melchor Romero y la 25 de
Olmos, de regímenes abierto y semiabierto respectivamente.
Entre las sobreocupadas, 25 superaron la marca de sobrepoblación global (91%)
y 5 están por encima del 200%. La unidad 28 de Magdalena (allí donde en 2005
murieron 33 detenidos asfixiados e incinerados34 luego de ser encerrados de-
liberadamente en un pabellón en llamas) es desde 2016 la más sobrepoblada
del SPB: aloja a 3.2 personas por cada plaza; le siguen las cárceles de Dolores,
Mercedes y Florencio Varela. Las 10 unidades más sobrepobladas son casi las
mismas de 2015 a 2017, aunque en orden diferente.
33 Una de ellas, la alcaidía de Isidro Casanova, está inutilizada desde febrero de 2016.
34 Ver CPM (2005). En febrero de 2018 se dio a conocer la sentencia que condenó a 3 funcionarios peniten-
ciarios por la masacre de Magdalena.
182
Informe anual 2018
Tabla 5. Las 10 unidades más sobrepobladas, 2015-2017.
2015 2017
Unidad % sobrep. % sobrep. Unidad
45 Melchor Romero 246 230 28 Magdalena
28 Magdalena 206 213 6 Dolores
31 Florencio Varela 191 205 5 Mercedes
42 Florencio Varela 173 201 42 Florencio Varela
32 Florencio Varela 153 200 32 Florencio Varela
1 Lisandro Olmos 142 195 31 Florencio Varela
23 Florencio Varela 139 182 49 Alcaidía Junín
5 Mercedes 136 166 23 Florencio Varela
49 Alcaidía Junín 133 155 45 Melchor Romero
6 Dolores 115 148 38 Sierra Chica
Fuente: CPM en base a información del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
Frente a este problema cada vez más alarmante, los poderes Ejecutivo y Judicial no
plantean soluciones estructurales, serias y planificadas. Por el contrario, se profun-
diza la tendencia al sobrencarcelamiento, como lo demuestran las propuestas de
modificación del Código Procesal Penal de la provincia de Buenos Aires enviado
por el Poder Ejecutivo a la Legislatura bonaerense. El hacinamiento de presos es
una de las imágenes carcelarias que suele tener más repercusión en los medios de
comunicación; también es un tema en el que suelen poner atención los organismos
internacionales de promoción y protección de derechos humanos. Por tal razón
los sucesivos gobiernos provinciales se cuidaron siempre de difundir un número
favorable en relación a la capacidad edilicia del SPB, aduciendo una cantidad de
plazas superior a la real. La táctica más conocida -que los funcionarios actuales no
han modificado- es la de sumar camastros en las celdas. En un reportaje reciente,
el subsecretario de Política Penitenciaria del Ministerio de Justicia provincial, Juan
Baric, declaró que en la alcaidía de Lomas de Zamora “ampliamos el cupo al doble”
poniendo “una segunda cama en cada celda”35. Se parte del falso supuesto de que un
camastro equivale a una plaza y que agregando camastros se amplía la capacidad
como si no dependiera de otros elementos, factores y recursos que también com-
35 Extraído de: http://www.letrap.com.ar/nota/2018-1-5-17-2-0-presos-hacinados-deberan-esperar-vidal-no-construi-
ra-nuevas-carceles
183
Informe anual 2018
ponen las condiciones de alojamiento: dimensiones de la celda, unidades sanitarias,
servicio de cocina, espacios de recreación y recepción de visitas, red de agua potable,
cloacas y electricidad, acceso al trabajo y a la educación, etc.
El balance de gestión difundido por la Subsecretaría de Política Penitenciaria a
principios de 2018 maquilla esta maniobra definiéndola como “capacidad adap-
tada”. Así, transforman un dato constante en uno variable. El documento infor-
ma que a diciembre de 2017 el sistema tenía una sobrepoblación de 9.962 per-
sonas. Sin decirlo, alega un cupo de 28.358 plazas (considerando que a esa fecha
la cantidad de encarcelados ascendía a 38.320) y asume un 35% de sobrepobla-
ción, es decir que más de un tercio de los detenidos no tiene espacio donde vivir.
Los gobiernos generalmente han respondido al problema del hacinamiento
construyendo nuevas cárceles. La gestión actual adoptó una postura ambivalen-
te y errática: primero prometió obras36 y luego las desestimó haciendo circular la
versión de que podría tercerizar su construcción a empresas privadas37 mediante
el sistema de participación público privada (PPP). Como demostramos en el
Informe anual 2016, cada vez que se amplió la capacidad edilicia del sistema se
volvió a incrementar la cantidad de personas encarceladas: entre 1996 y 2017 se
crearon 14.000 plazas y la población detenida creció en más de 28.000 personas.
En otras palabras, cada 10 nuevas plazas hubo 20 nuevos/as detenidos/as, y la
ocupación siempre quedó por encima de la capacidad de alojamiento.
184
Informe anual 2018
Gráfico 15. Evolución comparada de la capacidad de alojamiento del SPB
(plazas) y la cantidad de personas encarceladas, 1996-2017.
Fuente: CPM en base a información del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
La historia demuestra que las cárceles son espacios creados para llenarse: cons-
truirlas no mejora las condiciones de detención sino que eleva el piso de encar-
celamiento38.
Por su parte el Poder Judicial -como vimos- prioriza el encierro y utiliza las
medidas alternativas como excepcionalidad. Una de las principales es el arresto
domiciliario; según la ley 12.256 de ejecución penal (art. 19), los jueces tienen
la facultad de disponer esta medida para enfermos que no pueden tratar ade-
cuadamente su dolencia en un establecimiento carcelario, enfermos terminales,
embarazadas, madres de niños menores de cinco años, discapacitados, y mayo-
res de 70 años. Desde 2013 se utiliza en el 5% de los casos; en 2017 las personas
38 Ver Informe CPM 2017 (122-141).
185
Informe anual 2018
alcanzadas por esta medida fueron alrededor de 2.600, el 4.2% de la población
detenida a cargo del SPB39.
Algunos arrestos son controlados por los jueces que los disponen y otros están
a cargo del SPB, que los monitorea electrónicamente a través de una pulsera. La
segunda opción ha venido ganando lugar respecto a la primera: en 2014 el 30%
de los arrestos eran con monitoreo electrónico y en 2017 subieron a 64%.
Al analizar la distribución de la población detenida según los tres modos de deten-
ción que mencionamos al inicio del capítulo, vemos que la única alteración signi-
ficativa es el crecimiento del arresto domiciliario con monitoreo electrónico: entre
2014 y 2017 se triplicó la cantidad de personas detenidas bajo esta modalidad40.
186
Informe anual 2018
del SPB, ya que representa una porción mínima del total de personas detenidas:
el 95.8% están alojadas en cárceles y alcaidías.
187
Informe anual 2018
das en la UP 33. No obstante, la mayoría de los jueces lo rechazó. Los jueces tampoco
disponen la medida para las personas cuya responsabilidad penal todavía está siendo
investigada: sólo el 6.7% de los procesados esperan la sentencia afuera de los muros.
Lejos de las alternativas, el Poder Judicial opta por la cárcel. Y, ante los problemas
que genera la sobrepoblación, en los últimos años ha sorprendido con una estrategia
de emergencia para limitar el ingreso de nuevas personas en cárceles colapsadas.
Sobre la mitad de las unidades (27) del sistema se ha fijado un cupo judicial: un
máximo de detenidos que por orden de un juez el SPB no debe superar. Lo prime-
ro para decir es que la fijación de estos límites no está basada en un relevamiento
exhaustivo y sistemático respecto de las condiciones edilicias, ni en estándares de
derechos humanos recomendados internacionalmente. Generalmente, el número
máximo establecido corresponde a la cantidad de detenidos alojados el día de la
resolución. En términos simples, las disposiciones judiciales dicen: “a partir de hoy
en esta unidad no pueden ingresar más detenidos a menos que egresen en número
equivalente”. Consiste entonces en un cupo de emergencia. Tal es así que la suma de
las plazas definidas por los jueces sobredimensiona las capacidades reales en 4.700.
188
Informe anual 2018
según cupo judicial y real.
Fuente: CPM en base a información del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
43 Se cuentan las 50 cárceles y las 5 alcaidías que dependen exclusivamente del SPB, dejando afuera las 7
alcaidías departamentales.
44 Causa F-3533, Juzgado Correccional 2, Departamento Judicial La Plata.
189
Informe anual 2018
todos los cupos judiciales estaban sobrepasados. Incluso si consideráramos vá-
lidas las cifras establecidas por los jueces, en dichos lugares la sobrepoblación
alcanzaría un promedio de 42%45.
190
Informe anual 2018
Alcaidía Isidro
Casanova 0 19 -100%
Totales 22.164 15.652 42%
Fuente: CPM en base a información del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires. La cantidad de
detenidos corresponde a diciembre de 2017. La alcaidía Isidro Casanova está inutilizada desde febrero de 2016.
191
Informe anual 2018
será el principal responsable.
La sobrepoblación y el hacinamiento es la base sobre la que se montan los he-
chos de violencia, los casos de tortura y los diversos agravamientos de las condi-
ciones de detención que se analizan en los siguientes apartados.
A continuación se describen las condiciones de detención en las cárceles pro-
vinciales, según lo relevado en inspecciones realizadas por el Comité contra la
tortura de la CPM durante 2017. Se trata de un relevamiento de información en
el marco del monitoreo sobre los lugares de encierro, intervención que luego da
pie a presentaciones judiciales en favor de los derechos de personas detenidas,
tanto a nivel individual como colectivo.
Es necesario aclarar que, si bien abordan estas mismas cuestiones, los datos
presentados en el capítulo 3 (RNCT) surgen de un relevamiento que persigue
únicamente objetivos de registro y diagnóstico, por lo cual tienen mayor especi-
ficidad y sistematicidad, y no derivan en acciones judiciales.
192
Informe anual 2018
“circuito del campo”47: un grupo de penales más alejados geográficamente de los
grandes centros urbanos, a grandes distancias de sus lugares de residencia, y que
por la falta de transporte dificultan que las familias puedan visitarlos y proveerlos
de productos indispensables para la vida cotidiana, porque genera costos exorbi-
tantes que en la mayoría de los casos no pueden afrontar. La consecuencia directa
es la dificultad de las personas privadas de libertad para cubrir sus necesidades
básicas, debido a que son las familias las que suplen aquellas funciones de las que
el Estado debiera ocuparse: alimentación, abrigo, higiene personal, medicamen-
tos, comunicación con jueces y defensores, entre otros aspectos fundamentales.
Cuando hablamos de agravamientos de las condiciones de detención, nos referimos a
un conjunto de hechos que por su persistencia en el tiempo no son aislados y pueden
ser corregidos, sino que son parte constitutiva del sistema, en virtud de un accionar
institucional que los provoca o reproduce por acción u omisión. Estos agravamientos
se configuran en las distintas caras que adopta la tortura como práctica sistemática
perpetrada por el Estado sobre las personas que se encuentran bajo su tutela.
Hay un factor que influye de manera determinante para que se configuren como
agravamiento las aristas mencionadas: el hacinamiento como consecuencia de la
sobrepoblación, que en diciembre de 2017 ascendió al 91%. Como dijimos, la res-
ponsabilidad no es exclusiva del SPB sino también del Poder Judicial, que partici-
pa de forma activa y determinante en estas violaciones de derechos humanos. Las
distintas instancias estatales no tienen consenso sobre la capacidad de alojamiento
del SPB: está el cupo establecido por el Ministerio de Justicia provincial, que no lo
publica discriminado por unidad (28.000 plazas); está el informado por el Sistema
Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena (SNEEP), elaborado en base a
la consulta realizada a los directores de cada establecimiento penitenciario (27.000
plazas); está el establecido judicialmente para un conjunto parcial de unidades; y,
finalmente, el estimado por la CPM según el plan edilicio y de servicios (2008) y
otros documentos elaborados por el Ministerio de Justicia (20.000 plazas)48.
A partir de los ejes mencionados, se expondrán las condiciones de vida dentro
de las unidades penales, de acuerdo a los relevamientos realizados por el Comité
47 Se organiza la circulación o rotación de los detenidos por las siguientes unidades: UP 17 (Urdampilleta),
37 (Barker), 30 (Alvear), 13 o 49 (Junín), 2 (Sierra Chica), 38 (Sierra Chica), 52 (Azul), 7 (Azul), 19 (Saave-
dra) y 4 (Bahía Blanca).
48 El Plan edilicio no contempla como plazas las celdas de los pabellones de separación del área de convi-
vencia (SAC) y de admisión, por ser de alojamiento transitorio.
193
Informe anual 2018
contra la tortura (CCT) de la CPM durante 2017, entendiendo que los agra-
vamientos constatados son sistemáticos y perpetúan la tortura como práctica
intrínseca y estructural del encierro en la provincia de Buenos Aires.
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Informe anual 2018
durante meses o años (mayoritariamente de 24 horas diarias) privando a la per-
sona de cualquier tipo de contacto más allá de la puerta de su celda. Incluso en
pabellones considerados de trabajadores o estudiantes se registran regímenes de
aislamiento de 12, 14 ó 20 horas continuas; este encierro se acentúa los fines de
semana o feriados, cuando se reduce el plantel de agentes.
El CCT ha detectado que el aislamiento se concatena con otros agravamientos, en
particular los traslados constantes: en este caso el detenido permanece en movi-
miento, llevado de una unidad a otra con diferencia de días u horas y en condición
de alojamiento transitorio (AT), categoría funcional al SPB para justificar el man-
tenimiento de esa persona en régimen de aislamiento por constituir un “riesgo” el
contacto con la población de dicha unidad. Veamos, a modo de ejemplo, dos casos:
El Sr. F. S. llevaba aproximadamente 7 meses en aislamiento y en ese tiem-
po había sido trasladado por las UP 3, 4, 5, 30, 49, 13, 24, 23, 5 y 17, en
todas ellas alojado en sectores de depósito; y el Sr. V. B. llevaba 1 semana
en la UP 17 y había sido alojado en la UP 19 por 15 días en buzones, UP 2
por 21 días en buzones, UP 49 por 15 días en depósito, UP 13 por 15 días
en depósito, UP 5 por 9 días en buzones y UP 4 por 17 días en buzones50.
Una característica de esta práctica es que se configura por tiempo indetermina-
do, ya sea que el detenido se encuentre bajo ese régimen porque: a) está cum-
pliendo una sanción formal, muchas veces ignorando el tiempo; b) está aislado
sin una sanción formal; c) está en condición de AT, desconociendo en la mayo-
ría de los casos cuál será su unidad de destino, cuánto tiempo permanecerá y
en cuánto tiempo será trasladado; d) tiene impuesta una medida de seguridad
(resguardo físico); e) se encuentra alojado por voluntad propia51; o 6) tiene una
medida de seguridad penitenciaria.
Los pabellones conocidos como buzones -denominados de admisión, depósito
o separación del área de convivencia (SAC)- son los espacios por excelencia
que tienen régimen de aislamiento. Sin embargo, se detectaron casos en los que
dentro de un pabellón de población (donde el régimen de vida contempla horas
fuera de la celda, denominado por los detenidos como “la abierta”) determina-
50 “Internos de UP 2 Sierra Chica s/ actuaciones art. 25 inc. 3 del CPP condiciones materiales” causa 4381, que
tramita ante el Juzgado de Ejecución 2 de General Alvear. Dicha acción da tratamiento al aislamiento como
agravamiento de las condiciones de detención en las unidades penales 17, 30, 2 y 38.
51 Esta decisión de los detenidos suele no ser autónoma o decidida libremente sino condicionada por el te-
mor, miedo o amenazas de padecimientos considerados más graves como la violencia o la muerte.
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Informe anual 2018
das celdas son utilizadas para aislamiento. Generalmente, se trata de personas
que se encuentran en la unidad bajo la categorización de AT.
Por ejemplo, el 1 de diciembre de 2017 se realizó una inspección a la UP 28 de Mag-
dalena y se ingresó al pabellón 5, catalogado como población pero que funcionaba
como admisión/deposito, es decir se alojaba allí a detenidos que provenían de otras
unidades o que esperaban para ser trasladados a otra cárcel. Había detenidos que lle-
vaban más de 30 días en aislamiento extremo; no accedían a las duchas ni al patio y
debían higienizarse dentro de su celda; tampoco realizaban actividades educativas o
laborales; y todo acompañado por las pésimas condiciones materiales de las celdas:
“pulmones”52 en las paredes descascaradas, letrinas tapadas, filtración de líquidos
cloacales en la base de los sanitarios, conexiones eléctricas precarias e inseguras.
Además del tiempo encierro en condiciones materiales intolerables, es necesario ha-
cer hincapié en las condiciones subjetivas53 que se generan alrededor del aislamien-
to: la incertidumbre provocada intencionalmente es otro factor que lo convierte en
una forma de tortura. En general, la persona alojada en condición de aislamiento
desconoce los motivos, el tiempo que deberá soportarlo y a qué lugar será trasladad.
En las inspecciones realizadas durante 2017 se corroboró la utilización generalizada
de regímenes de aislamiento extremo, sobre todo en los casos de detenidos que no
cumplen sanción. Así, el SPB extiende el aislamiento como régimen de vida habitual
52 Así definen los detenidos a los huecos en las paredes de las celdas, que de acuerdo a sus dimensiones pue-
den conectar con las celdas contiguas.
53 Conforme el trabajo del Dr. Sharon Shalev, A Sourcebookon Solitary Confinement (Londres, Mannheim Centre
for Criminology, 2008), págs. 15 a 17; véase también Peter Scharff Smith, “The effects of solitary confinement on pri-
soninmates: a briefhi story and review of the literature”, Crime and Justice, vol. 34 (2006), pág. 441, los efectos que el
régimen de aislamiento provoca son numerosos síntomas que pueden presentarse tanto durante el período de encierro
como después de terminado el mismo. Los mismos se sintetizan en: Ansiedad, que abarca desde sentimientos de ten-
sión hasta ataques de pánico intensos (Bajo nivel de estrés persistente- Irritabilidad o inquietud- Miedo a una muerte
inminente- Ataques de pánico) ; Depresión, que abarca desde un estado de ánimo bajo hasta la depresión clínica
(Monotonía emocional; pérdida de la capacidad de tener “sentimientos”- Cambios de humor- Desesperanza- Aisla-
miento social; pérdida del inicio de actividad o de ideas; apatía; letargo- Depresión severa); Ira, desde la irritabilidad
hasta una intensa rabia (Irritabilidad y hostilidad- Control deficiente de los impulsos- Explosiones de violencia física
y verbal contra los demás, contra sí mismo o contra objetos- Ira no provocada, que a veces se manifiesta en forma
de rabia); Alteraciones cognitivas, que abarcan desde la falta de concentración hasta el estado de confusión (Escasa
capacidad de atención- Falta de concentración- Mala memoria- Procesos de pensamiento confusos; desorientación);
Distorsiones de la percepción, que van desde la hipersensibilidad hasta las alucinaciones (Hipersensibilidad a los soni-
dos y los olores- Distorsiones de las sensaciones por ejemplo, sensación de que las paredes se cierran- Desorientación
en el tiempo y en el espacio- Despersonalización; pérdida de la comprensión- Alucinaciones que afectan a los cinco
sentidos (por ejemplo, ver alucinaciones de objetos o personas que aparecen en la celda, u oír voces cuando nadie está
hablando realmente); Paranoia y psicosis, que abarcan desde pensamientos obsesivos hasta la psicosis propiamente
dicha (pensamientos recurrentes y persistentes, cavilaciones excesivas, a menudo de carácter violento y vengativo por
ejemplo, contra el personal de la prisión- Ideas paranoides, a menudo de carácter persecutorio- Episodios o estados
psicóticos: depresión psicótica, esquizofrenia); Autolesiones, agresiones autoinfligidas (Mutilaciones y cortes- Intentos
de suicidio).Todos estos efectos han sido constatados en detenidos alojados en cárceles de la Provincia.
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Informe anual 2018
aplicándolo indiscriminadamente, ya sea que se trate de un resguardo físico o de
una persona alojada en condición de tránsito. En el caso del resguardo físico y AT,
bajo formas establecidas legalmente se coloca a las personas en una situación de
mayor vulnerabilidad dentro del sistema, sometiéndolas a situaciones peores que las
que se intentan prevenir. A ello se suma el hecho de que la medida carece de plazo
formal: dejará de tener el resguardo físico cuando el juez lo considere y dejará de ser
AT cuando lo ingresen en alguna unidad y le asignen un pabellón.
Luego hay situaciones que aunque están validadas en el gobierno de la cárcel
carecen de legalidad y formalidad: el criterio de propia voluntad supone un bajo
grado de especificidad para referir a la necesidad de resguardo de un detenido,
colocando discursivamente la decisión en la persona y eximiendo al SPB de dar
explicaciones sobre la distribución de los detenidos; además, los aislamientos
por medida de seguridad penitenciaria y sin sanción formal muestran la discre-
cionalidad del SPB, que inscribe bajo estas formas medidas ilegales sin control
ni explicación y promueven situaciones de mayor vulneración de derechos.
El aislamiento implica además la privación de otros derechos, ya que las perso-
nas alojadas en esta condición no acceden a espacios recreativos, niveles educa-
tivos, incorporación a programas de trabajo y visitas familiares, el último esla-
bón afectivo que une al detenido con la sociedad.
A modo de ejemplo, en septiembre de 2017 entrevistamos en la UP 19 a una per-
sona oriunda de La Matanza. Desde hacía 20 días se encontraba bajo un régimen
de aislamiento extremo; compartía la celda con dos personas más y sólo había un
colchón. Estas dos personas también eran del conurbano bonaerense, motivo por el
cual ninguno de los tres tenía visitas y, en consecuencia, tampoco elementos básicos
de higiene personal, yerba y azúcar, abrigo. La persona relató que antes de llegar
había estado un mes en los buzones de la UP 30 y que, por los constantes traslados a
unidades alejadas de su domicilio, hacía siete meses que no veía a sus hijos de 3 y 5
años; asimismo, su mamá y su esposa no podían ir a visitarlo por razones geográfi-
cas, laborales, económicas y porque en ese sector no se permitían las visitas.
197
Informe anual 2018
Acciones judiciales. Durante 2017 el Comité contra la tortura realizó 4.656
presentaciones judiciales individuales por agravamiento en las condiciones de
detención, 600 más que en 2016:
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Informe anual 2018
tigüedad de las instalaciones y la carencia de mantenimiento, se
hallan en estado de deterioro, con presencia de humedad, vidrios
rotos de ventanas de celdas, etc., lo que da cuenta de la escasa in-
versión económica en reparaciones54.
54 Pericia de la Lic. María Lorena Mandagaran del cuerpo de asistentes sociales de la SCJBA, Asesoría Pericial
del Departamento Judicial de Azul. Causa 4381 “Unidad penitenciaria Nº 2 de Sierra Chica (anexo 1- C. PPAL
Nº 4380)”, Juzgado de Ejecución Penal 2 Gral. Alvear.
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Informe anual 2018
tener elementos para calefaccionarse55. Además, las celdas no poseían instala-
ción eléctrica, lo que provocaba falta de iluminación durante largas horas del
día; el ingreso de luz natural era muy escaso debido a que las personas tapaban
con mantas las ventanas sin vidrios para evitar el frío. En este lugar se constató
también que había personas sin colchón, durmiendo sobre el piso húmedo. Se
registró falta de recolección de residuos en las celdas, por lo que la basura estaba
acumulada en un rincón y agudizaba la obstrucción de la red cloacal. Cabe re-
marcar que estas condiciones eran soportadas las 24 horas del día.
La falta de colchones es recurrente en las cárceles bonaerenses: las personas de-
ben dormir en el piso, expuestas a la humedad y frío del suelo, al alcance de los
roedores, de la suciedad acumulada y sobre una superficie dura que resiente los
cuerpos y genera dolores constantes.
200
Informe anual 2018
El sostenimiento de los vínculos familiares resulta fundamental en la vida de las
personas privadas de su libertad y es un derecho que el Estado debe garantizar.
Sin embargo, la realidad de las cárceles muestra una forma de gestionar este
derecho que lo convierte en un beneficio o, en su defecto, en una modalidad de
sanción. De esta manera, la falta o entorpecimiento de la vinculación familiar
se transforma en un agravamiento de las condiciones de detención y en un cas-
tigo silencioso impuesto a los detenidos y sus familias. Las personas detenidas
encuentran dificultades cotidianas en este plano: traslados a penales lejanos de
sus lugares de origen e inaccesibles para sus familias, disminución del tiempo
de visitas por excesivas requisas a las familias, no acceso a las visitas como parte
de las sanciones penitenciarias, imposición de días de visitas específicos que
importan a la familia pérdida de recursos económicos, gastos exorbitantes, falta
de acceso real a la comunicación telefónica.
El 18 de abril de 2017, en la UP 17 de Urdampilleta, un detenido originario de
San Martín se encontraba sometido a un régimen de aislamiento extremo de 20
horas diarias. Al momento de la entrevista con el CCT, dijo que hacía un año
que estaba “paseando por las unidades del campo” y que por este motivo se veía
impedido de vínculos familiares: “a mi hijo de 4 años hace un año que no lo veo”.
Su mamá y su hermano iban a verlo pero con poca frecuencia, ya que la distan-
cia y los costos dificultaban la posibilidad de viajar. Este relato es una constante
en las unidades que integran el circuito del campo, ya que buena parte de los
detenidos allí alojados no son de la zona.
La falta de vinculación familiar repercute también en la alimentación y en la sa-
lud de las personas detenidas: patologías físicas, desmejoramiento generalizado o
afectación de la salud mental. Varias personas entrevistadas durante las inspeccio-
nes subrayaron que la cantidad de horas de encierro y la imposibilidad de tener
contacto con sus familiares generan estados de angustia o insomnio, lo que sub-
sanan solicitando psicofármacos para mantenerse estables, serenos y tranquilos.
Esto mismo concluyeron las observaciones periciales de la UP 2 de Sierra Chica:
201
Informe anual 2018
es escaso, lo que limita la construcción del lazo referencial padre-hijo.
La ausencia de contención y contacto familiar promueve sentimientos de
angustia, malestar y abandono institucional56.”
56 Pericia de la Lic. María Lorena Mandagaran del cuerpo de asistentes sociales de la SCJBA perteneciente a
la asesoría pericial del departamento judicial de Azul, causa 4381 “Unidad penitenciaria Nº 2 de Sierra Chica
(anexo 1- C. PPAL Nº 4380)”, Juzgado de Ejecución Penal 2 Gral. Alvear.
57 En referencia a pasajes oficiales financiados por el Estado.
202
Informe anual 2018
contención y sostenimiento familiar58.”
Ante la vulnerabilidad económica, las familias dependen de los servicios públi-
cos de transporte cuya oferta es escasa en el circuito del campo y con franjas ho-
rarias poco oportunas. O peor: en la UP 30 Alvear, por ejemplo, ningún trans-
porte público llega hasta la puerta de la unidad, por lo que al costo del pasaje se
le suma un remise o el colectivo tumbero59.
En este marco, la imposición de días para las visitas en jornadas laborables resul-
ta otro limitante. El familiar requiere de al menos tres días: salir el día anterior,
para llegar a tiempo a la visita, esperar el transporte público que sale a última
hora del día de la visita para llegar al día siguiente a su casa; a una persona que
tiene obligaciones laborales y/o niños/niñas a cargo, le resulta poco factible. Por
eso cobra mayor importancia la comunicación telefónica como último recurso.
Sin embargo, tampoco este tipo de contacto está garantizado en las cárceles bo-
naerenses porque los teléfonos que están en los pabellones presentan en todos
los casos similares características: aparatos que no funcionan o funcionan mal,
un solo teléfono para 20 personas que además requiere una tarjeta, que es pro-
vista sólo por los familiares. La citada pericia dice al respecto:
58 Causa 4388 “Unidad penitenciaria nº 38 -Sierra Chica - anexo VIII”, Juzgado de Ejecución Penal 2 Gral.
Alvear, Lic. María Lorena Mandagaran.
59 Se denomina así a medios de transporte precarios, muchas veces carentes de habilitación y que funcionan
transportando a familiares de detenidos a unidades carcelarias.
203
Informe anual 2018
milia desde hace más de un año, otros desde hace dos o tres meses lo que
conlleva a la ausencia de lazos referenciales y sentimiento de contención y
sostenimiento familiar. En los casos más favorables la presencia de algún
familiar es de una vez al mes60.
4. Vivir en la cárcel
Las normas existentes en las unidades carcelarias y las prácticas imperantes con-
forman un complejo sistema conocido como “régimen de vida”. Este régimen de
vida está constituido por un conjunto de violencias reguladas por el SPB que con-
figuran tratos crueles, inhumanos y degradantes hacia la población encarcelada.
Este sistema se sostiene en el argumento de la seguridad por sobre la vida y la
integridad de las personas, vulnerando derechos y contrariando el paradigma de
la resocialización que define el ordenamiento constitucional. La cárcel adminis-
tra la precariedad con la violencia y produce vidas aún más precarias
La mayor parte del tiempo la vida en la cárcel transcurre –como decíamos- en “el
encierro dentro del encierro”. Esto se traduce en falta de acceso a todos los dere-
chos: la educación, el trabajo, la formación en oficios, el esparcimiento, la salud, la
alimentación adecuada, la higiene personal (no tienen duchas) y al vinculo fami-
liar (inaccesibilidad del teléfono u horarios reducidos y restricción de las visitas).
La recreación refiere a actividades cuyo fin es el esparcimiento. Sin embargo,
dentro de las unidades penales asume una connotación diferente: reduce el es-
parcimiento y descanso al mero hecho de que la persona pueda salir al patio.
Estos lugares se limitan a un sector al que se accede desde el pabellón y que
podría describirse como un cajón de cemento sin techo (aunque a veces el techo
esta enrejado) que solo permite el ingreso de luz solar y muchas veces por pocas
horas. Las personas detenidas no cuentan con actividades que califiquen como
recreativas, es decir, orientadas al entretenimiento, la diversión y la distracción.
Hay otro tipo de actividades requeridas por las personas detenidas -acceso a edu-
cación, talleres formativos y trabajo- que cobran vital importancia al momento de
evaluar el acceso a medidas de progresividad de la pena. Sin embargo, acceden poco
a estas instancias por la generalización del aislamiento, los traslados constantes y el
60 Causa 4381 “Unidad penitenciaria 2 de sierra chica (anexo 1- C. PPAL Nº 4380)”, Juzgado de Ejecución
Penal Gral. Alvear, pericia de la Lic. María Lorena Mandagaran del cuerpo de asistentes sociales de la SCJBA
perteneciente a la asesoría pericial del departamento judicial de Azul.
204
Informe anual 2018
uso discrecional que hace el SPB de estos derechos, transformados beneficios.
Las requisas -tanto las que se realizan sobre el cuerpo de la persona detenida como
en las celdas- y el recuento son parte de la discrecionalidad penitenciaria y estruc-
turan distintas formas de control que componen el régimen de vida. Si bien los
estándares internacionales establecen que estas prácticas no deben ir en contra
de la dignidad humana, la forma y recurrencia con que se realizan están orienta-
das en esa dirección. Durante una inspección a la UP 4 Bahía Blanca, se detectó
que las requisas eran vejatorias. Las personas entrevistadas las describieron como
“un allanamiento”: les sustraen sus pertenencias, les tiran sus objetos al suelo, les
mezclan los alimentos y en ocasiones los rompen. En el SAC, particularmente, las
requisas personales implicaban el desnudo total y la realización de flexiones.
Las personas entrevistadas en la UP 37 de Barker mencionaron que en requisas
de las celdas los agentes del SPB ingresan de forma violenta, les rompen todas
sus pertenencias (incluidos los colchones) y les escupen la comida. Los deteni-
dos manifestaron que todos los días había requisas personales, que implicaban
desnudarse completamente y ser empujados contra la pared; en algunos casos,
también obligan a las personas a hacer flexiones y a “levantar la bolsa”61. Cabe
agregar que las requisas se realizan en los pasillos de los pabellones en presencia
de varios agentes penitenciarios y de otras personas detenidas.
Los recuentos constantes son otra práctica recurrente y tortuosa, sobre todo
cuando suceden durante la noche. Además de interrumpir el sueño, genera en
las personas detenidas una situación de alarma constante, ya que el hecho de
no responder al recuento trae aparejada una sanción. En la UP 40 de Lomas de
Zamora, por ejemplo, el recuento de las mujeres se realiza cada 2 horas desde el
momento en que les dan el cierre de las celdas (18 hs) y continúa con la misma
frecuencia durante toda la noche. Además, durante el día las recuentan a las 7 de
la mañana, horario en que abren las celdas, a las 12 del mediodía, horario en que
las engoman y a las 2 de la tarde, cuando les vuelven a dar la abierta.
5. Agresiones físicas
Las agresiones físicas completan un sistema que gestiona formas violentas de
vida bajo diferentes modalidades. Las marcas de las agresiones en los cuerpos de
61 Expresión utilizada por las personas detenidas en referencia a que durante el desnudo total se les solicita
que se levanten los testículos.
205
Informe anual 2018
las personas detenidas son el corolario de todo aquello a lo que son sometidas.
Pueden ser tanto una responsabilidad directa del SPB (cuando las agresiones
son producidas por sus agentes) como indirecta (cuando se trata de autolesiones
que implican una omisión de los agentes del SPB)62.
El temor a las represalias y la falta de garantía efectiva sobre el resguardo a la in-
tegridad física de las víctimas que quieren denunciar hace que muchas elijan no
declarar las agresiones sufridas de manos de los agentes penitenciarios, lo que
genera un manto de impunidad. Aun así, durante 2017 se denunciaron más de
500 hechos en el marco de la tramitación de acciones individuales y colectivas.
En muchos casos, las agresiones físicas se producen como respuesta a reclamos
de las personas detenidas por el cumplimiento de derechos que el Estado tiene
la obligación de garantizar. Tres ejemplos:
62 La cuestión de las autolesiones se desarrolla con mayor detalle en el apartado “La violencia carcelaria según
el SPB”.
206
Informe anual 2018
viamente, una de las detenidas había sido llamada desde la dirección,
donde le manifestaron que en caso de haber un chaponeo ella iba a ser
la responsable de las consecuencias y le pidieron que lo frene. Pese a las
amenazas, esa noche en todos los pabellones se efectivizó de manera
pacífica lo acordado por todas las detenidas. Lo que siguió a ello fue
una brutal represión: a la 1.30 de la madrugada el cuerpo de requisa
conformado por autoridades y 17 agentes masculinos ingresó a una de
las celdas donde se alojaban cinco mujeres. Las detenidas refirieron que
el jefe tenía en sus manos una escopeta Ítaca, con la que las apuntaba de
manera intimidatoria para que contestaran rápidamente. Después las
hizo poner a todas contra la pared, mientras realizaba movimientos de
carga y descarga con el arma hasta que se le escapó un cartucho en el in-
terior de la celda. Continuaron siendo insultadas, mientras requisaban
la celda y destruían sus pertenencias. Luego, las autoridades les dieron
la orden de desnudarse para una requisa corporal, pero una de ellas
se negó debido a la presencia de un hombre (que además era el jefe).
Durante un rato se rehusó a retirarse de la celda. Finalmente, lo hace y
le realizan la requisa corporal con presencia de personal femenino. Mi-
nutos más tarde, el jefe regresa y da la orden de retirar a dos detenidas
para reubicarlas en el SAC. Otras detenidas, aunque no fueron traslada-
das al SAC, debieron cumplir la sanción en su propia celda. Otra mujer
manifestó haber recibido agresiones físicas por parte del subdirector
de la unidad: relató que personal masculino ingresó a su celda para re-
quisarla, la esposaron con las manos hacia arriba y fue llevada al área
de sanidad para sacarle una radiografía, pues suponían que tenía un
celular en su vagina; durante todo el trayecto, el subdirector la insultaba
y amenazaba con comentarios homofóbicos: “vos te mereces esto por-
que sos un hombre” (a causa de su orientación sexual). En sanidad fue
maltratada por todo el personal masculino presente y no recibió ningún
tipo de atención en materia de salud.
207
Informe anual 2018
6. La familia como objeto de violencia
La violencia penitenciaria también se despliega sobre las familias de las personas de-
tenidas. Sortean importantes obstáculos para llegar hasta las unidades donde luego
soportan largas esperas a la intemperie (bajo la lluvia, con frío o calor intensos). En
algunas unidades, como la UP 1 de Olmos, comienzan a hacer la fila de espera desde
la medianoche del día anterior. Una vez que ingresan, las familias son sometidas a
requisas vejatorias, que en ocasiones incluyen desnudo total -sean adultos o niños-,
amenazas, presiones, robo de mercaderías y otros hostigamientos.
A modo de ejemplo, los detenidos de la UP 31 de Varela denunciaron, en julio de
2017, la siguiente situación: una mujer y su hija se presentaron para visitar a un
detenido; los agentes penitenciarios les negaron el ingreso aduciendo que una de
ellas no se encontraba registrada; luego se dirigieron al sector de requisas donde
son revisadas por otra agente, quien les ordena: “sáquense las zapatillas y toda la
ropa, desátense el pelo, levanten los brazos y muéstrenme la planta de los pies”. La
mujer procedió a desnudarse hasta que la agente pasó la mano por los elásticos
de su ropa interior; ante lo cual la mujer le pidió que dejara de tocarla. Luego la
agente se dirigió a su hija de 12 años, a quien también intentó requisar; la mujer
se lo impidió y la agente contestó manera amenazante “estás en la cárcel, quién te
mandó a traer a tu hija, si no te gusta no vengas más”. La mujer le solicitó sus datos
como empleada del SPB, que le fueron negados; como respuesta, la agente co-
menzó a gritarles con tono amenazante “ahora vas a ver, ahora no entrás, quién te
pensás que sos”. Posteriormente, otros agentes que se iban sumando comenzaron
a tirarle la mercadería que llevaban para su familiar detenido. La mujer solicitó
hablar con los directivos. Tuvieron que esperar cerca de 3 horas para ser atendidas,
en las que debieron soportar burlas y maltratos del personal de ingreso y visitas.
Pasado ese tiempo, una agente administrativa le señaló que tenía que firmar un
papel dejando constancia que quedaría suspendida por 60 días sin poder ingresar
a la unidad. Ella se negó a firmar, reiterando el pedido de entrevista con las auto-
ridades del penal. Ante su negativa, la empleada la amenazó con no devolverles
los documentos de identidad. Frente a este escenario, y encontrándose presente
su hija, decidió retirarse del establecimiento sin poder compartir el tiempo con su
familiar detenido ni entregarle los productos que le había llevado.
El sistema de la crueldad es un entramado complejo que pone de relieve la res-
208
Informe anual 2018
ponsabilidad de diferentes agentes estatales que generan un sistema violento que
tiene por objeto a las personas detenidas y a sus familiares.
209
Informe anual 2018
nalmente, son informadas por algún operador judicial.
- Dado que la recepción de información queda supeditada a que
los operadores judiciales la remitan, estos constituyen un segundo filtro
para el acceso completo a la información de referencia. Generalmente
los órganos judiciales informan con demasiado retraso y a veces direc-
tamente no se cumple con informar.
- La disparidad en la calidad de la información recibida: no existen
criterios unificados para la elaboración de los partes penitenciarios, por
lo que muchas veces carecen de datos fundamentales para el análisis.
- Se pueden identificar categorías generales utilizadas en los par-
tes, pero se carece de una explicitación sobre su significado y alcances.
- Los partes sostienen incoherencias en los relatos de los hechos
violentos, que se expresan en las distintas voces que lo componen. Estas
diferencias no son identificadas y mucho menos problematizadas.
- Se incluyen sólo dos partes con hechos ocurridos en institutos
para jóvenes. Esta falencia en la elaboración y remisión de información
sobre lo que sucede en los centros de detención para jóvenes es recu-
rrente a lo largo de los años.
Teniendo en cuenta estas limitaciones, es importante señalar que se toma la versión
oficial que se desprende de cada parte, aun cuando la inconsistencia de cuenta de
su falsedad, lo cual es analizado de manera más específica en algunos ejemplos. La
importancia de los datos que se presentarán a continuación radica en que son el
resultado de la única sistematización existente respecto a la violencia en la cárcel.
Cada parte informado constituye un caso que puede contener más de un tipo de hecho
violento y más de una víctima. Para 2017, cada caso involucra entre 1 y 39 víctimas.
Fuente: base de hechos violentos CPM, sobre un total de 3.375 partes elaborados por el SPB e informados por
órganos jurisdiccionales de la provincia de Buenos Aires, período 2017.
210
Informe anual 2018
Durante el período comprendido entre el 01/01/2017 y el 31/12/2017 se cargaron y ana-
lizaron 3.375 partes penitenciarios. En ellos se informan 4.451 hechos ocurridos en 59
centros de detención (1 en un hospital, 6 en comisarías, 57 en alcaldías, 2 en centros de
detención para jóvenes y 3.309 en unidades penales), padecidos por 5.760 víctimas.
211
Informe anual 2018
la cantidad de víctimas identificadas, que no siempre equivale a la cantidad de
personas involucradas. De allí que en el caso de agresiones entre personas dete-
nidas (que por su misma definición incluyen a más de una persona), en un 51%
se identifica a sólo una persona. Asimismo, resulta poco relevante la cantidad de
casos que involucran a más de 10 personas: sólo un 0.4%.
Cantidad Porcentaje
1 víctima 2.213 65.6%
Entre 2 y 5 1.063 31.5%
Entre 6 y 10 84 2.5%
Entre 11 y 20 11 0.3%
Más de 21 4 0.1%
Total 3.375 100%
Fuente: Base de hechos violentos CPM, sobre un total de 3.375 partes informados por el SPB y/o órganos
jurisdiccionales de la provincia de Buenos Aires, período 2017.
En la tabla 12, puede verse la distribución de víctimas según género; se destaca que
el 9% son mujeres, porcentaje que duplica la participación de las mujeres en el total
de la población carcelaria (4.5% en promedio anual); de las 5 personas que sufrieron
mayor cantidad de hechos violentos durante el período analizado, 4 son mujeres.
212
Informe anual 2018
Es diferente el tipo de hecho violento más informado según el género: mientras
que en el caso de varones los hechos más informados son “autolesión” (755,
25%), “agresión física entre personas detenidas” (722, 24%) y “pelea entre per-
sonas detenidas” (619, 20%), con escasas diferencias entre sí; para el caso de las
mujeres el hecho más informado son los “accidentes” (136, 40%), “autolesión”
(79, 23%) y “pelea entre personas detenidas” (59, 18%).
En cuanto a las consecuencias físicas, se analizan las lesiones según la tipificación
determinada por el personal de la salud que atendió a la persona involucrada en
el hecho y que se informa en el parte. La consecuencia más informada es “lesión
leve”, con el 59%. Por otra parte, aunque en términos porcentuales su participa-
ción sea poco significativa, en términos absolutos es relevante la cantidad de casos
en los que se informa “lesión moderada”, “lesión grave” y “muerte”, llegando a 119.
Sin embargo, se debe destacar que en un 16% de los hechos no se informa o no se
especifica el tipo de lesión, aún cuando haya habido alguna intervención del área de
sanidad, lo que da cuenta de la superficialidad con la que se realiza dicha atención.63
Frecuencia Porcentaje
Lesión leve 3.407 59.1
Sin lesiones 975 16.9
No especifica tipo de lesión 704 12.2
A determinar 330 5.7
No informa lesión 225 3.9
Lesión moderada y otras 86 1.5
Lesión grave y otras 20 0.3
Muerte 13 0.2
Total 5.760 100
Fuente: Base de hechos violentos CPM, sobre un total de 3.375 partes informados por el SPB y/o órganos
jurisdiccionales de la provincia de Buenos Aires, período 2017.
213
Informe anual 2018
La principal intervención la realizan los agentes sanitarios de la misma unidad
donde se producen los hechos (89%), sin que se trate necesariamente de un/a
médico/a; en general no se especifica quién realiza la atención sino que informa
el tipo de lesión y tratamiento indicado.
Por otra parte, resulta preocupante el tipo de medidas que informa el SPB ante
la comisión o padecimiento de un hecho violento. El primer dato a resaltar es
que en el 46% de los casos no se informa sobre algún tipo de medida; es decir
que no se definen acciones que permitan incidir sobre la comisión de un nuevo
hecho violento. La segunda medida es el aislamiento, dispuesto en 1.985 casos.
Dado que “medidas adoptadas informadas” es una variable de opción múltiple,
la manera en que se dan ciertas combinaciones de medidas permite sopesar el
impacto que tienen en la persona detenida. Sin considerar los “sin dato” que
constituyen la respuesta más frecuente, si cruzamos las 3 medidas que le siguen
en cantidad de casos, podemos ver que: en 1.494 de 3.375 casos (40%) se com-
bina “reubicación” con “aislamiento”; en 515 (14%) “requisa”, “reubicación” y
“aislamiento” y en 156 (4%) “requisa” y “aislamiento”.
214
Informe anual 2018
Tabla 15. Medidas adoptadas según tipo (por víctima).
215
Informe anual 2018
de ocultar hechos de tortura en una simple acción administrativa.
Accidentes
Los accidentes informados por el SPB se definen como todo hecho que comporta
daño físico y cuya ocurrencia no se asocia con la intencionalidad de alguna perso-
na. Más allá de esta definición formal, los accidentes albergan una multiplicidad de
situaciones: algunas aparentemente accidentales, otras consecuencia de las malas
condiciones materiales de los espacios de encierro o de las condiciones de traba-
jo dentro de las unidades penales (no contemplan medidas de seguridad laboral
mínimas), y otras encubren prácticas penitenciarias violentas. Esta diversidad de
situaciones expresa la manipulación de la información (qué y cómo informa el SPB)
así como la validación del Poder Judicial a esta fuente sin cuestionar su seriedad.
Llama especialmente la atención la manera en que son relatados, la contradic-
ción entre las circunstancias que provocaron los accidentes según el relato oficial
y el tipo de lesiones sufridas -que no generan cuestionamientos o investigacio-
nes específicas por parte de los órganos judiciales que toman conocimiento, ni
aun cuando son alertadas por el personal de salud-; similar situación se presenta
con los “relatos” de las personas detenidas identificadas en el parte.
Seguidamente se presentan algunos casos representativos de estas situaciones
que describimos. En primer lugar daremos cuenta de la inconsistencia entre el
hecho y el tipo de lesiones informadas.
216
Informe anual 2018
La inconsistencia entre un accidente en el marco de una actividad deportiva, y
lesiones como hematomas y traumatismos en ojo y nariz, no generan ninguna
acción de alerta por parte del personal médico que interviene ni tampoco desde
el poder judicial que se notifica del hecho y lo remite a la CPM. Esta inconsisten-
cia no es aislada, y puede verse también en los siguientes extractos:
217
Informe anual 2018
En un parte de la UP 34, se relata que un detenido solicita atención
médica ya que presentaba una herida cortante en el rostro. El diag-
nóstico de Sanidad refiere a un traumatismo leve de una herida
cortante en la región frontal. Asimismo, el textual de la víctima
manifiesta: “Estaba en el interior de mi celda recostado en la cama
y al levantarme me maree y caí pesadamente contra el suelo”; por
otra parte, el parte relata que se le preguntó por el origen de las
quemaduras, cuando no se indica en todo el parte la existencia de
las mismas, sólo se indica el traumatismo (Parte 57.132, análisis
de emergentes).
En el parte se informa un accidente de la UP 50, en el cual se pre-
senta el relato de una inspectora del SPB, quien observa que una
detenida tenía una lesión en su pierna derecha. Al preguntarle a la
víctima acerca del origen de la misma, declara: “Sra. me golpee con
la mesa de la nave del pabellón”. El diagnóstico del sector de Sani-
dad indica: “quemadura en mano derecha”. Así, la fuente indica un
tipo de lesión (quemadura) incompatible con el hecho descripto
(golpe) (Parte 57.230, análisis de emergentes).
218
Informe anual 2018
las únicas tareas de mantenimiento dentro del espacio carcelario, se realizan sin
elementos de trabajo y, en la mayoría de los casos, sin recibir el salario correspon-
diente. Presentamos a continuación algunos casos en relación con esta hipótesis:
Autolesiones
Como han venido señalando la CPM y otros organismos64, las autolesiones son
la principal estrategia de las personas detenidas como reacción frente a distin-
tos tipos de tortura carcelaria, especialmente la desvinculación familiar, la des-
atención de la salud y el aislamiento reiterado o prolongado. Marcar el cuerpo,
autolesionarse, parece ser la manera en que logran ser escuchadas. Se retoman
brevemente los planteamientos que hemos venido realizando en informes an-
teriores, sumado a algunas caracterizaciones generales de este tipo de hechos
violentos. Más adelante describiremos las huelgas de hambre protagonizadas
por personas detenidas, como una forma de expresión y reclamo que también
implica una lesión del propio cuerpo.
Durante 2017 las autolesiones fueron el tipo de hecho violento más informado.
Se procesaron 836 partes que los informan, lo que representa un 19% sobre el
total de hechos (4.451) y un 25% sobre el total de casos (3.375). Se deben desta-
car dos factores que pueden incidir en que sea el hecho más comunicado: desde
la lectura judicial y política, una autolesión no compromete la responsabilidad
del SPB ya que son acciones generadas por el individuo, “por propia voluntad”.
Por otra parte, la ocurrencia de las autolesiones es muy alta dentro de la cárcel,
lo cual la vuelve difícil de ocultar.
Durante 2017, 853 personas fueron víctimas de autolesiones: 763 hombres
64 La Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN) y la Procuración Penitenciaria de la Nación.
219
Informe anual 2018
(89.4%), 88 mujeres (10.3%) y 2 trans (0.2%).
En los casos en que se informan “autolesiones”, también se suelen informar otro
tipo de hechos violentos. Como puede verse en la siguiente tabla, esta asociación
entre distintos hechos violentos no responde a ninguna lógica, son indicadores
de la negligencia del SPB:
- En el caso de “autolesiones” y “uso de la fuerza”, se trata de una
respuesta injustificada y que agrava los problemas que las motivaron.
- En el caso de “autolesiones” y “agresión” o “pelea entre personas
detenidas”, las personas autolesionadas son identificadas en el momento
en el que se realiza una requisa. Es decir, hasta que no se produce un
hecho violento entre detenidos, el SPB no interviene para garantizar la
atención sanitaria de quien presenta una autolesión.
- En el caso de la combinación de “autolesiones” y “amenazas” o
“agresión al personal penitenciario”, generalmente se está frente a una
cadena de reclamos ignorados por el personal penitenciario, que culmi-
nan con una autolesión.
- En la misma línea, en el caso de las “autolesiones” e “intentos de
suicidio”, funcionan como dos puntos de una escala de reclamos en los
que el cuerpo de la persona detenida actúa como soporte.
220
Informe anual 2018
Tabla 16. Cantidad de hechos de autolesión combinados
con otro tipo de hecho violento.
Hecho Autolesión
Accidente 1
Amenaza al personal 33
Intento de suicidio 5
Uso de la fuerza 21
En los 836 casos se identificaron 853 víctimas, de las cuales un 68% tuvieron
como consecuencias lesiones leves. Llama la atención el alto porcentaje de vícti-
mas que sufrieron lesiones pero que no se especifique la gravedad de las mismas:
un 24%, el segundo valor más alto.
221
Informe anual 2018
Tabla 17. Cantidad de víctimas según tipo de consecuencia
física informada, período 2017.
De las 853 víctimas, 113 (el 14%) tienen más de una autolesión. La repetición de
autolesiones llegó hasta el caso de un varón que tuvo 17, seguido por 3 mujeres
222
Informe anual 2018
con 7, 6 y 5 autolesiones respectivamente. Como puede verse en el siguiente
cuadro, la reiteración de autolesiones no son casos aislados.
Frecuencia Porcentaje
1 738 86.5%
2 76 8.9%
3 24 2.8%
4 11 1.3%
5 1 0.1%
6 1 0.1%
7 1 0.1%
17 1 0.1%
Total 853 100%
Fuente: Base de hechos violentos CPM, sobre un total de 853 víctimas identificadas, período 2017.
223
Informe anual 2018
tre el 20 de octubre y el 8 de diciembre de 2017 y consistieron en
“agresión física entre detenidas”, seguida de 5 autolesiones (cortes
en diferentes partes del cuerpo) y dos accidentes dentro de la celda.
En otro caso, una detenida tuvo un intento de suicidio seguido por
una medida de aislamiento. Un mes después comienza a registrar
sucesivas “autolesiones”, sumando 5 en el resto del año. En todos
los casos, la medida dispuesta fue “aislamiento” (Base de hechos
violentos CPM, análisis de emergentes).
Hay dos elementos a destacar: las autolesiones se realizan como forma de recla-
mo por la desvinculación familiar, y en todos los casos la medida adoptada por
el SPB fue el aislamiento de la persona. Si sumamos que en una de las detenidas
tuvo además dos intentos de suicidio, el cuadro resulta muy preocupante.
Lejos de tratar las causas que llevan a la autolesión y realizar un abordaje psico-
físico integral que evite nuevos hechos, se adopta una medida sancionatoria (el
aislamiento) que agravará forzosamente el cuadro. Nunca se brinda asistencia
psicológica a estas personas, no se modifican las situaciones que las llevaron a
cometer ese hecho ni se trabaja sobre su malestar. Para dichas conductas sólo
existe el castigo.
224
Informe anual 2018
Tabla 20. Casos y hechos de violencia en el Complejo San Martín,
años 2016-2017.
2016 2017
Casos 205 279
Hechos 269 374
Fuente: Base de hechos violentos CPM.
Entre los hechos informados se destacan las “agresiones físicas” y “peleas entre
personas detenidas” (suman 29% en 2017), seguidas por situaciones en las que la
violencia es ejercida de manera directa por el SPB (19%). Por otra parte, se infor-
mó un 13% de “accidentes” y un 16% de “autolesiones”, lo que refleja el deterioro
de las condiciones materiales y los agravamientos que padecen los detenidos.
225
Informe anual 2018
Todos los hechos aumentaron entre 2016 y 2017, según lo informado oficial-
mente. Pero cabe remarcar que el mayor crecimiento se registra en el uso de
la fuerza por parte del SPB, duplicando los hechos registrados. Las situacio-
nes de violencia dentro de las cárceles son producto directo o indirecto de las
condiciones de detención y de tortura sistemática practicada por el personal
penitenciario, descriptas en los capítulos precedentes. Y el SPB responde a esa
violencia con más violencia, a través de la fuerza y de medidas que agravan la
situación de las personas involucradas. La violencia entonces no es carcelaria
sino penitenciaria.
Huelgas de hambre
La manifestación de un reclamo a través de la lesión del propio cuerpo
también suele hacerse a través de la huelga de hambre. El sistema penal
fuerza a las personas a recurrir a métodos extremos para hacerse escu-
char, incluso a costa de su salud.
Las huelgas de hambre por sí mismas ocasionan una degradación físi-
ca extrema, aun más en cuerpos que viven en condiciones inhumanas
mientras esperan o cumplen una condena. Al mismo tiempo, esta medida
representa la única posibilidad que poseen los detenidos para hacer oír
sus reclamos ante el Poder Judicial, profesionales médicos o autoridades
penitenciarias. Las huelgas de hambre y las autolesiones son prácticas re-
currentes en los espacios carcelarios, en tanto modalidades de protesta
y visibilización que garanticen el acceso a sus derechos. En este caso, sin
embargo, fue la expresión de un posicionamiento político que buscaba
instalarse en la esfera pública.
Durante 2016 y 2017, el Poder Legislativo discutió y aprobó luego la mo-
dificación de la ley nacional 24.660 de ejecución de la pena, que abando-
na principios del paradigma de la resocialización para instalar el nuevo
paradigma de la seguridad ciudadana, endureciendo y extremando posi-
bilidades de acceder a derechos como la libertad condicional, la libertad
asistida o las salidas transitorias a quienes tuvieren buena conducta, estu-
226
Informe anual 2018
dien o trabajen. Estas iniciativas van en detrimento de los derechos de las
personas detenidas y hace recaer sobre ella el fracaso del sistema peniten-
ciario. Frente a este panorama, se produjeron distintas acciones colectivas
protagonizadas por varones y mujeres que se encontraban en diferentes
unidades penales. A continuación presentamos una breve síntesis de estas
acciones de protesta que se plasmaron mayoritariamente bajo la forma de
huelgas de hambre.
La mañana del 14 de diciembre de 2016 la población de las unidades
penales 1, 9, 8 y 31, dependientes del Servicio Penitenciario Bonaerense
(SPB), comenzaron a organizarse con el fin de acompañar la protesta de
los detenidos del Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires (Devoto) que manifestaban su oposición a la reforma de
la ley nacional de Ejecución Penal, que comenzaba a discutirse legislati-
vamente y que iba a impactar también en los condenados a disposición
de la justicia provincial.
Ante la noticia del tratamiento de la reforma de esta ley -que llegaba por
intermedio de los familiares en visita y a través de los medios de comuni-
cación-, se decidió el inicio de una huelga de hambre como modalidad de
protesta; se inició en la UP 1 para luego hacerse extensiva a otras unidades
del SPB. Referentes de pabellones y centros universitarios, a través de sus
estudiantes, asumieron la responsabilidad de interiorizar a la población
de los perjuicios que ocasionaría para los detenidos las reformas que se
discutían. Se organizaron en una asamblea, convocando a la mayor canti-
dad de referentes de la población. La medida se desarrolló de manera pa-
cífica y sin reaccionar a las presiones penitenciarias o provocaciones que
pretendían su cese o un desenlace violento que justificara la represión.
Lo heterogéneo de la población encarcelada, las dificultades para sostener
la comunicación entre sí y con el afuera, la necesidad de dejar de lado las
demandas individuales y, particularmente, el aislamiento como medida
preventiva fueron en principio algunas de los obstáculos que debieron
salvarse en pos de organizarse en un reclamo colectivo. El 15 de diciem-
bre de 2016, en la UP 1 de Lisandro Olmos, los detenidos alojados en el
5° piso (pabellón 9) y en el 2° piso (pabellones 1 y 2) colgaron banderas
227
Informe anual 2018
en las ventanas expresando su postura en relación a la reforma de la ley
24.660: “basta de prisión perpetua a 50 años” y “no a la reforma”. Frente
a esta acción exclusivamente de visibilización, que no implicaba ningún
tipo de violencia, el SPB ingresa al pabellón 5-9, aíslan violentamente a
los detenidos y retiran las banderas. Unas horas después las autoridades
del penal regresan al pabellón, la guardia de infantería esposa a los dete-
nidos y los trasladan desde el quinto piso al pasillo de control en planta
baja y luego a las leoneras, a la vista de la población de los diferentes pisos.
Se solicitan los legajos personales y son trasladados a una de las oficinas
del penal donde los esperaban las autoridades de la Unidad y del Minis-
terio de Justicia. Los detenidos del 1º y 2º piso, al ver pasar por la escale-
ra a los detenidos del pabellón universitario, perciben el comienzo de la
represión que, sumado a las amenazas del SPB, los impulsa a comenzar
una protesta con la quema de mantas, ropa y colchones. Los guardias no
apagan los focos ígneos, por lo cual el humo se extiende por todo el sector
de redonda e ingresa a todos los pabellones del 1º y 2º piso.
Los detenidos alojados en el pabellón 5-9 que habían sido trasladados
esposados son increpados por las autoridades y se los responsabiliza por
los hechos que estaban aconteciendo en los pisos 1º y 2º. Los responsables
institucionales y ministeriales dicen textualmente: “Ahora vayan a poner
la cara ustedes para frenar esto”. Inmediatamente se retira a los detenidos
de la oficina y esperan en un pasillo contiguo durante un instante, hasta
que el jefe del penal los divide en dos grupos y les exige que intermedien
con la población de los otros pisos que se había sumado a la protesta.
En un acto de absoluta irresponsabilidad y con claras intenciones de ame-
drentamiento, cinco integrantes del pabellón universitario son traslada-
dos al 1º piso y siete al 2º piso. Al traspasar la puerta de acceso que da a la
escalera, son abandonados a su suerte en el espacio común donde se co-
munican todas las puertas de acceso a los pabellones. Se cierra el candado
de la puerta que conduce a la escalera y los representantes del pabellón
universitario quedan en un espacio donde persistían focos ígneos y humo
espeso que dificultaba ver y respirar con normalidad. En los pabellones,
la población protestaba y el espacio era un caos. En estas condiciones,
228
Informe anual 2018
los detenidos del pabellón universitario fueron obligados a intermediar
con la población. En la medianoche del viernes 17 de diciembre, y por la
gravedad de los hechos acontecidos en la unidad, la CPM -junto al juez
de Ejecución de La Plata José Villafañe- se constituyó en la Unidad, y en-
trevistó a los detenidos del 2º piso, quienes relataron la represión sufrida
y manifestaron su decisión de continuar con la huelga de hambre.
Desde el Ejecutivo se convocó a una reunión para el día siguiente, que con-
tó con la presencia de representantes de los tres poderes del Estado provin-
cial, de organismos de derechos humanos, de la Universidad Nacional de
La Plata, de la CPM y detenidos referentes de distintas unidades carcelarias.
En esta instancia se estableció realizar periódicamente mesas de trabajo
para comenzar a elaborar propuestas que discutan e intenten resolver las
múltiples problemáticas que atraviesa el sistema penal, tanto en el ámbito
federal como así en nuestra provincia. Se acordó conjuntamente la consti-
tución de mesas de trabajo en los distintos complejos penales para abordar
los problemas particulares de cada unidad. La instauración de este espacio
de dialogo llevó a decidir el levantamiento de la medida.
En las mesas de trabajo, los referentes de los pabellones expresaron los recla-
mos más urgentes. Sirve como ejemplo la resolución de uno de los primeros
planteos realizados por los detenidos en la primera jornada en Florencio Va-
rela, que contó con la presencia de autoridades del Ministerio de Seguridad,
de la jefatura del SPB, el CCT-CPM y referentes de la población detenida.
En esta instancia, como una primera inquietud, se planteó el faltante de col-
chones (entre 100 y 200 colchones solo en la UP 31). El representante de la
jefatura de SPB aseguró ante los presentes que se iba a resolver el problema
con la provisión de 50 colchones diarios a distribuirse en las distintas unida-
des. Sin embargo, nunca se pudo sostener este compromiso de provisión de
colchones a las unidades; por el contrario, hasta la fecha sigue aumentando el
faltante. Lejos se estaba de resolver problemas más graves cuando no se podía
dar solución a los tan elementales para el alojamiento de los detenidos.
Debido al incumplimiento del SPB en trasladar a los detenidos hacia los
lugares elegidos para los encuentros programados, y ante la imposibilidad
de los interlocutores para solucionar los más elementales planteos, fue
229
Informe anual 2018
escaso el tiempo en que se pudieron sostener estas mesas de trabajo por
complejo y se terminó de desarticular el espacio.
230
Informe anual 2018
2. Información relevada en la sede de la CPM para la intervención, en el
marco de entrevistas, comunicaciones telefónicas o por correo electrónico68.
En el año 2017 el equipo del RNCT participó en inspecciones a diez cárceles de
la provincia (en 12 fechas de trabajo de campo), en las cuales se efectuó el rele-
vamiento general de torturas y malos tratos, y un trabajo específico sobre la falta
o deficiente asistencia de la salud en las unidades 1 de Olmos, 2 de Sierra Chica,
22 de Olmos y 33 de Los Hornos69.
En el relevamiento de campo durante 2017 se completaron 235 fichas del RNCT:
179 a partir de entrevistas y 56 de la observación. A su vez, sobre la base de la
intervención de la CPM se sumaron otros 354 casos: 264 a partir de la recons-
trucción de planillas y 90 de comunicaciones en sede. Se cuenta entonces con
589 casos de tortura y/o malos tratos para el análisis.
Las 589 víctimas de tortura y/o malos tratos son en su gran mayoría varones: 493
(83,7%); por su parte, se entrevistó a 95 mujeres (16,1%) y a 1 persona trans. El prome-
dio de edad de las víctimas es de casi 30 años. Entre los casos se registraron 26 jóvenes
de entre 15 y 17 años. La distribución según edad ilustra que se trata de una población
preponderantemente joven, con un 75,4% de las víctimas menor de 35 años.
Los 589 casos relevados aportan información sobre los 11 tipos de tortura y/o
malos tratos que registra el instrumento. Atendiendo a los hechos descriptos por
las víctimas, su distribución es la siguiente:
231
Informe anual 2018
Tabla 22. Hechos descriptos según tipo de tortura y/o maltrato.
Como queda expresado en la tabla 22, las 589 víctimas aportaron información
sobre 2.818 hechos de tortura y/o malos tratos. El tipo de tortura con mayor
frecuencia de descripción es la falta o deficiente asistencia de la salud (530 he-
chos), que fue objeto de un relevamiento intencional durante 2017. Luego se
encuentran el aislamiento (470 hechos), las malas condiciones materiales (452
hechos) y la falta o deficiente alimentación (403 hechos), padecimientos que se
producen de manera extendida en los espacios carcelarios sobre los que inter-
viene el CCT.
En el siguiente rango de frecuencias las víctimas describieron 295 hechos de
impedimentos a la vinculación familiar y social, 212 de agresiones físicas y 206
asociados a los traslados (constantes y gravosos). Finalmente, se describieron
155 hechos de requisa personal vejatoria, 67 de robo y/o daño de pertenencias
y 28 de amenazas.
Debe tenerse en cuenta que el instrumento del RNCT, si bien es amplio en cuan-
to a la gama de tipos de tortura que permite relevar, implica un recorte tempo-
ral -se atiende a lo sucedido a la víctima durante los 2 últimos meses- y de la
232
Informe anual 2018
cantidad de hechos a ser descriptos por cada persona70. Por otra parte, a la hora
analizar los datos obtenidos deben considerarse como una primera aproxima-
ción a la multiplicidad y complejidad de la práctica de torturas y malos tratos.
Sin embargo, es de destacar que el registro de hechos en todos y cada uno de los
tipos de tortura contemplados -en la mayoría, frecuentes- permite seguir soste-
niendo el carácter multidimensional, generalizado y sistemático de la tortura
en la provincia de Buenos Aires.
7 años. Entre 2011-2017 el equipo del RNCT entrevistó a 3.700 víctimas que
comunicaron 16.700 hechos de tortura por parte del Estado en la provincia de
Buenos Aires. Además elaboró 100 informes de campo, 23 informes específicos
sobre cárceles y 4 informes temáticos. En el Informe 2017 del RNCT se publi-
carán los resultados del relevamiento sobre la asistencia de la salud en el SPB.
70 El instrumento del RNCT permite describir hasta 3 hechos de agresiones físicas y de falta o deficiente
asistencia de la salud y 1 hecho en los restantes tipos de tortura y/o malos tratos.
233
Informe anual 2018
Tabla 23. Hechos descriptos según tipo de problema de salud desatendido
234
Informe anual 2018
Tabla 24. Hechos descriptos según tipos de deficiencia
en la asistencia de la salud
Deficiencias en la asistencia de la salud Cantidad Porcentaje
Dificultades en la provisión de medicamentos 167 63.3
No le realizan o le realizan deficientemente 120 45.5
tratamientos y/o intervenciones
No le realizan o le realizan deficientemente controles 92 34.8
/ seguimiento
No le realizan o le realizan deficientemente estudios 79 29.9
No recibe atención especializada o de complejidad 64 24.2
No le realizan revisión clínica 62 23.5
No le realizan o le realizan deficientemente curaciones 56 21.2
Deficiencias en la provisión de alimentación especial 52 19.7
No le informan resultados y/o diagnósticos 33 12.5
Falta de servicio de enfermería 5 1.9
Incumplimiento de turnos extramuros 4 1.5
Desprovisión de elementos necesarios para el 4 1.5
tratamiento
Otra 11 4.2
Total 749 283.7
235
Informe anual 2018
el marco de una represión en el pabellón. Quedó descompensado, con fiebre
y dificultades para respirar y no recibió asistencia médica. Hace una semana
lo trasladaron a la Unidad 5 donde lo golpearon otros detenidos. Estaba es-
cupiendo sangre y veía nublado. No lo atendió ningún médico.
- En 2013 desde la Unidad 30 lo llevaron a hacerle un estudio pre-quirúrgico
para operarlo de la vesícula, pero le perdieron la historia clínica y quedó sin
efecto la operación. Tampoco le dieron la medicación anticonvulsiva y antide-
presiva prescripta. Además tiene problemas en los riñones, le molesta al orinar
y le duele. Estos síntomas se agravaron con la cantidad de traslados que padeció
en los últimos años como consecuencia de los viajes en los camiones.
- Desde hace más de 2 años tiene dos impactos de bala de plomo, uno
en la columna y otro en una costilla. Esto le provoca dolores y no le están
entregando los relajantes musculares y tranquilizantes prescriptos. El de-
tenido expresó: “para que te presten atención te tenés que cortar. Hoy me
corté en el brazo porque quería que me llevaran a una audiencia. No me
llevaron a la audiencia pero pude llegar a sanidad”.
- Hace 2 semanas lo golpeó el SPB en la Unidad 32 y no lo vio ningún
médico. Dos días después volvió a ser golpeado en el marco de una repre-
sión en el pabellón. Quedó descompensado, con fiebre y dificultades para
respirar y no recibió asistencia médica. Hace una semana lo trasladaron a
la Unidad 5 donde lo golpearon otros detenidos. Estaba escupiendo sangre
y veía nublado. No lo atendió ningún médico.
- Hace 3 meses fue golpeado por el SPB en la Unidad 28, por los golpes
en la cabeza tiene mareos y dolores constantes. Necesita ver un neurólogo.
Hace una semana fue golpeado por el SPB nuevamente en la Unidad 45 y
tiene golpes en la cabeza, la mano lastimada, el ojo hinchado, no se podía
mantener en pie. Le duelen mucho el cuerpo y la cabeza. Tiene la zona
abdominal hinchada porque lo tienen que operar de apéndice y no le están
dando medicación.
2. Aislamiento
Se registraron 470 víctimas de aislamiento. Considerando que cada una puede
padecer más de una situación durante los 2 meses previos a la entrevista, en total
236
Informe anual 2018
se relevaron 590 hechos comunicados de aislamiento según el siguiente detalle:
- 98 aislamientos impuestos como sanción, en un rango de 1 a 3 hechos por
víctima.
- 50 aislamientos como medida de seguridad, en un rango de 1 a 2 hechos por
víctima.
- 191 aislamientos por el régimen de pabellón, en un rango de 1 a 7 hechos por
víctima.
- 251 aislamientos en otras modalidades, en un rango de 1 a 6 hechos por víc-
tima.
Si se consideran estos hechos comunicados en su concatenación (que incluso
pueden haberse iniciado con anterioridad a los 2 meses previos a la entrevista y
sostenerse hasta esa fecha), un 23% de las víctimas indicó haber permanecido
60 días o más en aislamiento, con casos extremos de 2 y 3 años. Incluso estos da-
tos son parciales dado que al momento de la entrevista el 92,6% de las víctimas
continuaba aislado, por lo que los plazos serían mayores.
Considerando el hecho más gravoso de aislamiento descripto por las víctimas,
85 describieron una sanción (19.1%), 47 una medida de seguridad (10.5%), 132
un aislamiento por el régimen de pabellón (29.6%) y 182 otras modalidades
(40.8%)71. Esta diferencia tan pronunciada en cuanto a la cantidad de hechos
descriptos por “otras modalidades”, refleja una tendencia a la diversificación
de la práctica de aislamiento.
La mayoría de estas formas de aislamiento tienen delimitaciones lábiles en re-
lación a sus implicancias para las personas detenidas. Sin embargo, se puede
avanzar en el análisis considerando las características que asumen los hechos
relevados con más frecuencia:
237
Informe anual 2018
Tabla 25. Características de los hechos descriptos de aislamiento según
modalidad
Promedio de Promedio de
Tipo Concluido
días horas en celda
Régimen de vida (pabellón y 19 horas y 20
123 días 0%
alcaidía) minutos
23 horas y 25
Depósito 65 días 5.1%
minutos
23 horas y 55
Medidas de seguridad 20 días 6.4%
minutos
23 horas y 50
Alojamiento transitorio 19 días 16.7%
minutos
23 horas y 35
Admisión / ingreso 12 días 7.4%
minutos
23 horas y 50
Sanciones 10 días 9.4%
minutos
Base: 378 hechos descriptos de aislamiento. Fuente: 589 casos del RNCT, GESPyDH-CPM 2017.
238
Informe anual 2018
tengo en pie. Estoy sucio, con olor, no me dejan bañarme. Me robaron todas las
pertenencias, de toda la ropa que tenía quedé con lo puesto. Tampoco me dejan
llamar por teléfono. Cada vez que pido algo me pegan, me maltratan”.
- “Estuve 1 mes y medio esperando reubicación en admisión y ahora hace
2 días con una sanción por falta de respeto a otro preso. Si te pasa algo tenés
que estar gritando tres horas, te podés morir acá adentro. Yo tendría que
estar en un pabellón”.
239
Informe anual 2018
No provisión y/o deficiente provisión de
150 33.2
elementos para comer y beber
Colchón deteriorado / medio colchón 149 33.0
No provisión y/o deficiente provisión de ropa de
136 30.1
cama
Celda / pabellón con ratas 128 28.3
Falta de luz artificial 125 27.7
Falta de almohada 125 27.7
Falta de colchón 112 24.8
Celda / pabellón inundado 99 21.9
Falta de cama o camastro 57 12.6
Falta de instalación eléctrica 49 10.8
Falta de calzado 44 9.7
Falta de ropa 43 9.5
Falta de ventana 38 8.4
Irregular acceso a sanitarios 34 7.5
Falta de acceso a sanitarios 18 4.0
Total 5.017 1110.0
Respuesta múltiple. Base: 452 hechos descriptos de malas condiciones materiales. Fuente: 589 casos del RNCT,
GESPyDH-CPM 2017.
240
Informe anual 2018
más deficiencias combinadas y, entre ellas, casi un 20% más de 15, encontrando
casos extremos de 22 y 23 condiciones precarias simultáneas.
El promedio de tiempo en que las víctimas permanecían en estas condiciones
es de 2 meses y medio, registrando casos extremos de 5 y hasta 6 años consecu-
tivos. Sin embargo, estos datos presentan un subregistro, considerando que al
momento del relevamiento la mayoría de las personas continuaba en los lugares
señalados como de condiciones materiales más gravosas, por lo cual los tiempos
totales de padecimiento serían aún mayores.
Si consideramos las condiciones materiales diferenciando espacios de produc-
ción, en 151 casos (35.3%) se trataba de lugares de tránsito, en 145 casos (33.9%)
las malas condiciones se produjeron en los espacios de alojamiento habitual y
en 132 casos (30.8%) los hechos se daban en celdas de sanción72. Tal como se
ha expresado en informes anteriores, los lugares de tránsito se caracterizan por
ser particularmente inhabitables, por la circulación permanente de personas en
espacios que no cuentan con mantenimiento adecuado, por la pérdida de las
redes de solidaridad que supone el traslado y también porque suele haber ro-
bos, daño o pérdida de pertenencias, debiendo permanecer días y/o semanas
en una situación de total despojo (ropa, elementos de higiene, comida). Por su
parte, los lugares de alojamiento habitual traen aparejados perjuicios de carácter
permanente e indefinido en el tiempo, por lo cual las víctimas deben sobrevivir
diariamente en espacios que no contemplan las mínimas condiciones de habi-
tabilidad. En los lugares de sanción, el padecimiento es en general acotado en el
tiempo pero más intenso porque las pésimas condiciones materiales se combi-
nan con la prohibición de conservar las pertenencias propias, y la limitación de
contactos con otras personas detenidas o familiares que puedan paliar parcial-
mente las deficiencias infraestructurales y materiales.
Observaciones y relatos de las víctimas:
- El inodoro está rebalsadísimo, está todo muy sucio, con mampostería por
el piso. Al entrevistado le falta una pierna y no tiene agua en la celda. Tiene
que pasar por el pulmón [agujero en la pared] para ir a la celda de al lado para
higienizarse. Esa celda está desocupada y no lo dejan quedarse ahí.
- Celda muy fría, telarañas por toda la celda, humedad en las paredes.
72 24 casos sin dato.
241
Informe anual 2018
Mientras se entrevista llueven pedazos del techo. Pared con pulmón [aguje-
ro comunica con la celda contigua]. Debajo de la cama hay un agujero por
donde salen ratas.
- La celda es muy fría, tiene la ducha tapada hace muchos días y esto pro-
voca humedad en el piso y las paredes. Las paredes están todas manchadas
y sucias. En la ducha sale sólo agua hirviendo y no la fría, por lo que tienen
que juntar agua en un balde con agua caliente y le agregan fría para bañar-
se. Hay ratas muy grandes, “parecen nutrias”.
- La puerta de la celda se hincha con la humedad y cuesta abrirla. La celda
es muy pequeña y debe tener sus pertenencias en el piso. Se llueve el techo por
filtraciones. El vidrio de la ventana está suelto por lo que pasa mucho frío. Sólo
un guardia le permite salir a bañarse, el resto del tiempo no accede a duchas.
- Está aislado las 24 horas sin acceso a duchas ni patio. No hay vidrios en las
ventanas ni luz artificial. Salen olores fuertes de la letrina, es difícil respirar. No
tiene colchón ni almohada. Falta mesa o cualquier mobiliario para comer. El
entrevistado señaló: “todas las celdas son así, nunca vienen a arreglar nada”.
- La basura está acumulada en el piso de la celda. La víctima describió: “ayer
me bañé con el vasito, tiré el agua en el inodoro. No te dejan traer las cosas del
mono. El mono está allá [lo retiene el SPB], ni lo puedo ver, ni sé lo que tengo
[si le robaron]. Estaba sin colchón. No se puede pasar fuelle, tengo sólo una
campera para el frío. No te dejan tener los cordones: de un cordón hice dos”.
242
Informe anual 2018
Otros hechos se relacionaron con la provisión escasa y/o de calidad deficiente
de comida en determinados espacios intramuros (pabellones donde se produ-
cen peores condiciones alimentarias). También se registraron casos de hambre
durante el tránsito, en las trayectorias y recorridos en los móviles y en los lu-
gares en los que permanecían como alojamiento transitorio. En otros casos las
personas se veían obligadas a dejar de ingerir los alimentos que les entregaban
debido a que les producían dolencias de salud, tanto durante la permanencia en
sanidad como en los pabellones. En cualquier caso, la tortura del hambre no se
registra de manera excluyente en estas circunstancias sino que es administrada
diferencialmente según espacios y poblaciones.
Las condiciones de producción de la mala alimentación en los espacios de encie-
rro (cárceles e institutos) implican una práctica de castigo constante y variado.
Constante porque las deficiencias en la comida son diarias, y variado porque
presenta diferentes formas en cuanto a la provisión y la calidad de la misma,
según los pabellones. Las deficiencias en los alimentos que describieron las víc-
timas presentan las siguientes características:
Surge de la tabla 27 que cada víctima tuvo que soportar más de 2 faltas o de-
ficiencias en la alimentación y un 14% padeció la combinación de las cuatro
deficiencias de manera simultánea. El 74.7% de las personas entrevistadas ma-
nifestó que la calidad de la comida era mala, los alimentos no eran variados,
tenían mucha grasa, algunos no eran frescos y no recibían frutas o verduras.
En el 59.1% de los casos las víctimas padecieron insuficiencia de comida; en
243
Informe anual 2018
el 43.2% se encontraba mal cocida, pastosa, pegajosa, cruda; y el 39.2% indicó
que la comida se encontraba en mal estado, con hongos, podrida, con mal olor,
con insectos. Finalmente el 22.5% de las víctimas expresó que directamente no
ingería la comida de la institución sino que generaba estrategias alternativas
para alimentarse o soportaba el hambre. Entre quienes sí consumían lo que les
entrega el Servicio Penitenciario o el Organismo de Niñez, un 63.2% sufrió
dolencias físicas producto de la mala alimentación.
La falta de nutrientes necesarios para mantener la vitalidad y los malestares que
produce el estado de los alimentos afectan la salud de las personas detenidas. Las
dolencias descriptas en las entrevistas: gastritis, acidez, pérdida de peso, alergias
y dermatitis, anemia, deshidratación, vómitos y diarrea, dolores estomacales,
mareos, entre otras. En otros casos la mala alimentación generó el agravamiento
de cuadros previos como HIV, TBC, diabetes, hepatitis, cáncer, problemas de
vesícula, obesidad e hipertensión, porque las personas no recibían las dietas co-
rrespondientes para el tratamiento.
Relatos de las víctimas:
- “Te dan comida que te hace mal a la panza, ni me acerco. Agarro el pan
y lo como con el mate cocido. A la noche comemos comida que traen del
pabellón 5, que nos cocinan”.
- “Es un asco la comida. Pocas veces vienen las dos comidas. Traen todo
descarte. Yo no le doy cabida a la comida, a veces como y a veces no”.
- “Bajé mucho de peso. A la comida de acá hay que atacarla con hambre
porque si no es incomible. Tomo mate y como pan hasta que no aguanto
más de hambre. No tengo visitas, por eso no tengo para cocinarme”.
- “Tengo cáncer. La carne viene lavada con lavandina porque se ve que
está podrida. Dependo de la comida que trae mi familia pero viven a 700
kilómetros, no me pueden venir a visitar”.
- “La comida acá es re dolida. Es una falta de respeto. Cocinamos lo que
nos trae la familia. Yo necesito de una dieta especial por mis problemas en
la vesícula. Todos los meses tengo que presentar papeles que me hacen en
sanidad para que me dejen entrar la comida. El enfermero Salas se llama,
otro no puede hacerme la receta para que entren las verduras y frutas”.
- “Necesito dieta especial y no me la entregan. Cuando traen el rancho
244
Informe anual 2018
vienen paseando la comida por el piso. Tiene mucha grasa y no trae carne”.
- “Nada de nada, te cagás de hambre. Viene polenta así nomás, la veo y
digo ‘no gracias’, carne con hueso así nomás, toda pelada”.
- “Trabajaba en la cocina y no fui más porque no puedo repartir esa co-
mida a mis compañeras: verduras con gusanos, arroz en bolsa de arpillera
que tiene olor a pis, y nos hacían lavar 4 veces y poner a secar en el patio de
la cocina en donde se llena de tierra y de bichos porque está al lado de los
conteiners de basura. La carne amarilla, verdosa, babosa”.
245
Informe anual 2018
que se restringen los horarios para las comunicaciones, por falta de provisión de
tarjetas o por la intrusión de los funcionarios al momento de realizar el llamado.
La desvinculación familiar y social no es esporádica sino que suele sostenerse
por largos períodos, lo que intensifica el padecimiento de las víctimas por estar
lejos de sus vínculos más cercanos. El promedio de tiempo en que las víctimas
permanecían desvinculadas de su familia y/o allegados es de 8 meses (no obs-
tante se debe considerar que estos datos son relativos dado que al momento de la
entrevista muchas de las personas detenidas continuaban en esa situación, que
se extendería aún más).
Los testimonios de las víctimas describen:
- “A mi esposa se le complica venir a visitarme. Cuando la requisan la
hacen desnudar y la maltratan [verbalmente]. Cuando traía a mi bebé tam-
bién lo desnudaban; se enfermó de venir a las visitas”.
- “Acá es imposible tener visitas, mi familia vive en Caseros y no tiene
dinero para viajar”.
- “Desde que estoy en depósito me dan visita en cualquier lado: en trata-
miento, en la oficina, encerrados con candado, en una celda. La última vez
fue en una leonera y le dije a mi mujer que no vuelva”.
- “La única que puede venir es mi mamá, y viene una vez al mes por-
que tiene que tomar tres cosas [transportes] y la hacen esperar para entrar.
Abren a las 7 y entran recién a las 9 hs. La visita dura 2 horas nada más. Mi
concubino está en la Unidad 47 y hace 2 meses me dieron la inter carcelaria
en la Unidad 1 y no le permitieron el ingreso”.
- “Me suspendieron la visita, no sé por cuánto tiempo. No dejaron entrar
a mi señora, la verduguearon porque tenía plata y no quería dejarla porque
se la roban. Estuve los dos días de visita sin saber qué pasaba y al final no la
dejaron entrar”.
- “No puedo ver a mis hijos hace 6 meses porque no tienen documentos
y acá me dicen que tengo que hacer yo el trámite. Pedí hablar con la traba-
jadora social y nunca me atendió. La procuradora me dijo que me atendía
después de la feria [hace 2 meses] y sigo esperando. Además mi concubino
está en Sierra Chica y no lo trajeron a la inter carcelaria”.
- “Yo no sé leer ni escribir. Me hicieron poner el dedo en un papel que
246
Informe anual 2018
dice que acepto tener visitas los fines de semana. Yo creía que era martes
y miércoles; mi familia los fines de semana no me puede visitar y hace 2
meses que no los veo”.
6. Agresiones físicas
De las 350 personas a las que en 2017 se les preguntó si habían padecido agre-
siones físicas por parte de funcionarios públicos durante los 2 meses previos a la
entrevista, casi la mitad (165 víctimas) respondió afirmativamente. Entre ellas,
156 se encontraban a cargo del Servicio Penitenciario Bonaerense y 9 del Orga-
nismo de Niñez y Adolescencia; 146 de las víctimas son varones y 19 mujeres.
Estas personas comunicaron 215 hechos de violencia física en un rango de 1 a
4 agresiones. La reiteración de agresiones sobre las mismas personas detenidas
muestra su habitualidad y el marco de impunidad con que cuentan las fuerzas
de custodia en el encierro.
Del total de hechos comunicados las víctimas describieron hasta 3 agresiones físi-
cas en virtud de su gravedad: 131 personas describieron 1 hecho, 21 describieron
2 hechos y 13 describieron 3 hechos. Se dispone entonces de la descripción de 212
hechos de agresión física; así se pueden cualificar las circunstancias, modalidades
y efectos que produce la aplicación sistemática de esta forma de tortura.
Las circunstancias en las que los hechos de agresión física se produjeron con
mayor frecuencia fueron la represión ante reclamos o pedidos, el aislamiento y
la represión por conflictos entre personas detenidas.
Testimonios de las víctimas:
- “Me pegaron cuando volvía de la visita al pabellón, en el pasillo donde
requisan a todos. Yo traía mil cosas y el paquete de azúcar. En vez de abrirlo
[un agente del SPB] le clavó los dedos rompiendo todo el paquete. Yo le dije
con respeto que no lo rompa, que a mi familia le cuesta traerme eso. Me
dijo ‘qué te creés, que soy gato para clavar las uñas’. Le contesté que no dije
eso, que podía abrirlo sin romperlo. Me dijo ‘callate, pedazo de gato’. Vino
otro penitenciario y me dice ‘bueno, ya fue’ y me pega una trompada en
la mandíbula. Se une el que estaba discutiendo conmigo, me pegan varias
piñas, me empujan y me caigo al piso y me pegaron varias patadas. Serían
6 [penitenciarios]. Yo me cubría la cara con las manos y me pateaban la
247
Informe anual 2018
espalda y todo el cuerpo, me dejaron todo marcado. Después me hicieron
arrodillar y me agarraron el brazo izquierdo y me lo retorcían hasta arriba
de la cabeza y me quedó doliendo varios días. Me pusieron contra la pared
y me dieron dos o tres patadas en la costilla. Después de un rato me sacaron
las marrocas y me llevaron a sanidad. El médico no hizo nada”.
- “Nos trajeron a los buzones por una pelea y nos pegan a cada rato. En-
tran y nos golpean. Nos echan gas pimienta y balas de goma; vuelven al rato
y siguen haciendo lo mismo”.
- “Hace 3 días hubo un problema en el pabellón. El Servicio entró a mi
celda y me dispararon 8 balas de goma en una pierna y 2 en la otra. Me
duele mucho, tengo hinchado y todavía me sangra”.
Las agresiones físicas se caracterizan por combinar distintas formas (actos) de vio-
lencia. De los 212 hechos descriptos se desprenden 364 actos73 con un promedio
de casi 2 por hecho y un rango de hasta 8 actos combinados, con predominio de
golpes de puño en el 81.1% de los hechos. En la mayoría de las ocasiones esta for-
ma de violencia física estuvo acompañada de otra variedad de actos: patadas, cri-
queo, golpes con objetos contundentes, pisotones, empujones. También se registró
la utilización de armas como balas de goma y gas pimienta durante las agresiones.
Por último, se relevaron violencias con particular crueldad y gravedad:
- Abuso sexual: 3 hechos en las unidades 54 de Florencio Varela y 2 de
Sierra Chica.
- Picana eléctrica: 1 hecho en la unidad 19 de Saavedra.
73 Glosario de tipos de actos de agresión (no se consignan aquellos actos cuya denominación da cuenta de
la acción). Inyecciones compulsivas: aplicación compulsiva de sedantes que producen un estado de "plancha"
durante días enteros. Submarino seco: consiste en colocar una bolsa en la cabeza de la víctima produciéndole
principio de asfixia. Submarino húmedo: consiste en colocar la cabeza de la víctima en baldes o piletas con agua
produciéndole principio de asfixia. Pila/pirámide: se obliga a varias personas a apilarse unas arriba de otras, ge-
neralmente estando desnudas, hasta que quienes están abajo sufren ahogos por el aplastamiento. Puente chino: se
obliga a pasar a la víctima entre dos hileras de penitenciarios que propinan golpes simultáneamente. Chanchito:
sujeción de pies y manos a la espalda (con esposas, cables, sogas). En algunos casos, se los cuelga a la reja, un palo
u otro elemento. Plaf-plaf: golpes simultáneos con las dos manos en los oídos. Criqueo/motoneta: se llama así al
acto de esposar violentamente a las personas detenidas, con los brazos atrás y levantados más allá de la cabeza.
Ducha/manguera de agua fría: es la práctica de meter a las personas sometidas bajo la ducha de agua fría o bien
mojarlas con una manguera. Se trata de un tipo de tortura que generalmente acompaña a las golpizas y, además
de ocasionar sufrimiento por el frío o la presión del agua, es utilizado para borrar las marcas de los golpes en los
cuerpos de las víctimas. Gas pimienta/lacrimógeno: elemento que se presenta formalmente como instrumento
disuasorio y/o para reducir a una persona, sin embargo se utiliza para causar dolor sobre personas ya reducidas
aplicándolo en su cara. Bala de goma: es un instrumento que formalmente se utiliza para disuadir en casos de
motines o riñas generalizadas, a pesar de lo cual se registran casos en los que las víctimas son atacadas directa-
mente en situaciones o intensidad injustificada. Pata-pata: golpes en la planta del pie generalmente con palos.
248
Informe anual 2018
Las personas víctimas de agresiones físicas pudieron especificar 64 hechos en los que
participaron un total de 320 victimarios, lo que arroja un promedio de 5 agentes peni-
tenciarios o asistentes de minoridad agrediendo físicamente en simultáneo a la vícti-
ma. En otros casos las personas entrevistadas señalaron que los agresores eran varios
o muchos. En 8 de cada 10 hechos de agresión participaron dos o más agentes: se trata
de un despliegue de violencia física de manera grupal, con casos extremos de hasta 20
victimarios actuando en simultáneo. Por su parte, en 52 de los hechos las víctimas pu-
dieron señalar el cargo de los/as agresores/as. Los agentes que tienen mayor contacto
con las personas detenidas (encargados de pabellón y agentes de requisa) y los jefes o
subjefes de penal fueron los identificados con mayor frecuencia. En 9 de cada 10 he-
chos las agresiones produjeron lesiones físicas en las víctimas. Las lesiones producidas
por los agresores sobre los cuerpos de las víctimas pueden cualificarse según el nivel
de gravedad; para este análisis se utiliza aquí el sistema de categorías de la Procuración
Penitenciaria de la Nación, que distingue entre lesiones severas y otras, lesiones inter-
medias y otras y lesiones leves74. Este sistema de categorías no es excluyente, es decir
que las lesiones graves involucran siempre lesiones de niveles de gravedad más bajo.
En 93 de los hechos de agresión que produjeron lesiones, las víctimas pudieron
describir que 8 de cada 10 fueron intermedias o severas; es decir, produjeron
daños graves y en algunos casos irreparables que van desde cortes y contusiones
en todo el cuerpo hasta pérdida de funciones motrices u orgánicas.
Descripción de los hechos de agresión física:
- “Cuando ingresé a la unidad me pegaron. Estaba usando muletas por
una operación de fémur y cadera de hace unos años y me las rompieron.
Me golpearon en todo el cuerpo, me pisaban la cintura, me dieron culata-
zos y con el caño de la escopeta en las piernas y la espalda”.
- “Estuve un mes en una leonera y el Servicio entraba a pegarme y me
74 Procuración Penitenciaria de la Nación (2008). Cuerpos castigados: malos tratos y tortura física en cárceles federales.
Buenos Aires: Del Puerto. Según esta categorización, las lesiones leves son aquel daño físico que refiere a la producción
de marcas y dolor en diferentes partes del cuerpo: hematomas, raspaduras, excoriaciones, etcétera, consecuencia de una
significativa intensidad y frecuencia de los golpes infligidos. Las lesiones intermedias suponen una mayor intensidad en
el dolor físico y en el daño producido que las lesiones leves y además marcan al cuerpo del/la detenido/a con cortes y
lastimaduras, aunque no comprometan ningún órgano o función orgánica; también incluyen la hinchazón o inflamación
de diferentes zonas del cuerpo -tobillos, rodillas, ojos, boca, etcétera. Las lesiones severas incluyen fisuras, quebraduras,
desgarros, cortes profundos por puñaladas, lesiones profundas externas o internas (orgánico-funcionales, que implican
pérdida de algún órgano o función orgánica imprescindible para el normal desarrollo de la persona en su vida cotidiana).
Ejemplos: perforación de oído, hemoptisis -vómito de sangre-, conmoción cerebral, desprendimiento de retina, pérdida
de dientes o de la visión, fracturas y fisuras de miembros superiores o inferiores (brazos o piernas).
249
Informe anual 2018
sacaron todas mis pertenencias. Una vez que me pegaron me bajó la pre-
sión y me llevaron a sanidad. Cuando me llevaron de nuevo a la leonera me
volvieron a dar una paliza”.
- “Estoy hace más de un mes en buzones. El fin de semana fui a buscar mi
bolso y no me dieron nada. Reclamé y me pegaron. Cada vez que pido algo
me pegan, me maltratan hasta que me desmayo. No me dejan llamar por
teléfono, me tienen incomunicado. Bajé de peso, casi no me puedo mante-
ner en pie de lo débil que estoy”.
- “Entraron a mi celda a las 6 y media de la mañana el jefe del penal, el jefe
de requisa, eran como 10. Me capearon, me pegaron golpes en la cabeza.
Tengo un by pass en el brazo, me doblaban la mano y yo les decía que ten-
gan cuidado que tengo el by pass y nada, no les importaba nada. Me traían
(a admisión) con la cara contra el piso, re fuerte, los brazos atrás. Te pegan
sin dejarte marcas, entonces vas a sanidad y no tenés nada. Me dejaron acá
sin ropa todo un día. Creen que tengo una causa con unos policías. El jefe
no me quiere, me hizo firmar un acta de traslado. Me tiraron gas pimienta
y soy asmático, casi me muero acá adentro. Mi familia tiene denuncias he-
chas a la unidad porque mataron a mi cuñado. En el parte me pusieron una
faca grande. El jefe del penal me decía que de jefatura lo mandan. El parte
lo cumplí, fue de 9 días, estoy de onda acá, me quiero ir”.
250
Informe anual 2018
meses, con casos extremos de hechos diarios. En la descripción asociaron ge-
neralizadamente el maltrato durante las requisas con la exposición del cuerpo
desnudo (96.1%): el 81.2% de las víctimas fueron forzadas al desnudo total y el
restante 18.8% padeció la exposición a desnudo parcial (quitarse alguna prenda,
levantarse la remera, bajarse los pantalones).
En segundo lugar se registró la imposición de posturas humillantes para some-
ter a la mirada de los agentes de requisa la zona genital y anal: hacer flexiones,
agacharse, separarse las nalgas.
Con menor frecuencia, las víctimas describieron requisas realizadas por perso-
nal de otro género (lo que agrava la situación de vulneración por la exposición
del cuerpo desnudo), la reiteración de las inspecciones como forma de maltrato,
el padecimiento de agresiones físicas y verbales por parte del personal de requi-
sa, la cantidad excesiva de agentes intervinientes, la duración desproporcionada
de las requisas, el padecimiento de frío y contactos físicos (en 3 hechos se des-
cribieron abusos sexuales).
Relatos de las víctimas:
- [La víctima es mujer]. “Te hacen bajar los pantalones y desprender el
corpiño delante de personal masculino”.
- “Me falta media pierna, cada vez que me requisan tengo que tirarme al
piso para desnudarme”.
- “Requisan con perro y todo. Te ponen las manos atrás de la nuca, des-
nudo, con frío como 40 minutos”.
- [La víctima es mujer]. “Están presentes los paleros, si decimos algo nos
sancionan. Las requisas son sorpresa, cuando requisan el pabellón. Nos pa-
san la espada [detector] y nos meten la mano en el corpiño o desnudo total
con flexiones”.
- “Te requisan adelante de 7 personas. Encima les hablás bien y te tratan
mal y te criquean”.
- “Entraron al pabellón y nos levantaron de la cama, estábamos durmien-
do. Nos hicieron bajar el pantalón y abrirnos bien de piernas de espalda.
Nos sacaron criqueadas hasta el locutorio y nos dejaron ahí hasta las 10 de
la mañana que terminaron de requisar el pabellón”.
- [La víctima es mujer]. “Por reclamar contra la reforma de la ley me pe-
251
Informe anual 2018
garon y me requisaron dos veces en unas pocas horas. La primera vez me
sacaron de la celda después de golpearme y me requisaron más de 17 pe-
nitenciarios masculinos. Después de un rato, para requisarme de nuevo,
me tiraron al piso y el subdirector se me subió arriba y me ponía la rodilla
arriba de la cabeza mientras me requisaban”.
8. Traslados constantes
Se registraron 105 víctimas de la práctica penitenciaria de traslados constantes.
Entre ellas, 97 pudieron especificar la cantidad de cárceles por las que habían
circulado desde el inicio de estas prácticas, un total de 687 unidades, esto es
un promedio de 6.5 cárceles por víctima con dos casos extremos que expresa-
ron haber transitado por todas las unidades del SPB. Por su parte, 93 víctimas
manifestaron haber pasado en el curso de los últimos 2 meses por un total de
229 unidades, lo que arroja un promedio de 2.5 unidades por víctima con casos
extremos de circulación por 5 y 6 cárceles en sólo 60 días.
Esta modalidad de traslados continuos por diferentes espacios de encierro se
desarrolla durante largos períodos. Las personas entrevistadas padecieron estos
desplazamientos en promedio durante 1 año y 5 meses. La mitad de las personas
entrevistadas fue sometida a traslados constantes durante más de 6 meses y, en-
tre ellas, el 30.7% estuvo en esta situación durante más de un año, registrándose
casos extremos de 13 y hasta 18 años transitando diferentes espacios carcelarios
sin estabilidad y sometidos a permanente incertidumbre.
Los traslados constantes traen consecuencias que vulneran gravemente los dere-
chos de las personas detenidas. Las registradas con mayor frecuencia: la desvincu-
lación familiar y social (72.4%) que se produce por la dificultad de organizar las
visitas y por el alejamiento de la zona de residencia; los aislamientos reiterados
(65.7%) al ingresar a las unidades penales y, en muchos casos, como depósito por
períodos prolongados porque les niegan el alojamiento en pabellones; y la falta o in-
terrupción de actividades educativas (50.5%) que no pueden sostenerse por la bre-
vedad de la permanencia en cada lugar. Los traslados constantes también impiden
el acceso a actividades laborales (38.1%) por los tiempos que exigen las unidades
penales para otorgar trabajo; el agravamiento en las condiciones materiales (34.3%);
la falta o deficiente alimentación (24.8%) por la ubicación en los peores sectores de
252
Informe anual 2018
las cárceles durante la circulación; la falta o interrupción de tratamientos médicos
(26.7%) que no llegan a iniciarse o se suspenden ante un cambio de unidad; y las
dificultades para acceder a la progresividad de la pena (23.8%) por la imposibilidad
de hacer puntaje de conducta. Finalmente, se registraron hechos que incluyeron la
pérdida de pertenencias de las personas detenidas, la ruptura de relaciones construi-
das con sus pares y agresiones físicas por parte del SPB en el marco de los traslados.
Relatos de las víctimas:
- “Cuando me detuvieron me llevaron a la Unidad 28, a pesar de que tenía
impedimento por una causa anterior. Me pegó el SPB y me llevaron a la Uni-
dad 32. De ahí me sacaron a los días, me llevaron a la Unidad 23 unos días y
de ahí a la 31. Estuve una semana y me volvió a golpear el SPB y me robaron
mis pertenencias. Ahora hace una semana que estoy en la Unidad 30. Acá
tuve problemas en la causa anterior por una denuncia. Me pegó de nuevo el
SPB, me llevaron a sanidad, me hicieron una placa y me trajeron de vuelta a
los buzones. Pasé 4 meses en buzones, salvo dos días que estuve en pabellón”.
- “En la 36 estuve 3 meses, de ahí me llevaron a Saavedra, 11 días en SAC,
después a la 30 como AT otros 11 días en los buzones, en la 38 estuve 9 días
en buzones, después me llevaron a la 2 como AT por 7 días, volví a la 30 y
estuve 8 días en buzones y de ahí para acá (Unidad 37). Acá no puedo estar
porque tengo una amenaza de muerte. Me están rompiendo el vínculo fami-
liar y no puedo estudiar ni trabajar. Estoy a 6 meses de irme cumplido y me
niegan los beneficios porque supuestamente los informes me daban mal”.
- “Estoy siempre en depósito porque no me reciben los penales. Desde
2012 estoy con la calesita, la jueza me niega el traslado a una unidad cer-
cana. Tengo dolor al orinar y problemas de riñones que empeoran con los
traslados (posición del cuerpo, golpes, cantidad de horas sin ir al baño)”.
- “Estuve un año y pico en Sierra pero no me daban escuela y yo recién
había aprendido a leer. Después en la 38 (8 meses) y en la 17 (10 días) no
me querían recibir, estuve en buzones. En Azul me quería quedar porque
estaban dando estudio pero no me quisieron recibir. Mi defensora me dijo
que no podía hacer nada. Por la 30 pasé dos veces en un mes y medio”.
- “Hace 7 años que estoy en el campo y 6 meses que vengo verdugueado
así, sin poder bañarme, sin salir al patio. Los últimos 2 meses estuve en la
253
Informe anual 2018
49 en depósito, mes y medio en la 30 otra vez depósito, fui a la 2, después
en Mercedes estuve 2 días, 1 día y medio en Junín y volví a Mercedes como
AT. Me subieron a otro camión, volví a la 49 de Junín que no me recibió, de
vuelta a la 30 pero no me bajaron, un par de días en la 38 como AT y de ahí
para acá (las 37)”.
- “Me tienen con una rotativa. En un año y medio pasé por 24 unidades.
Me fui hace 5 meses de acá por una denuncia y me volvieron a traer. Corro
riesgo porque entro a unidades con prohibición. Cada 20 días me cambian
de penal. Tengo una herida con pus y cuando me van a atender me sacan.
Si presentás un habeas corpus al juzgado te atiende una enfermera, te sacan
una placa y le dicen al juzgado que te atendieron y te sacan de traslado”.
- “Vengo dando vueltas por los penales hace 3 meses, siempre en pabello-
nes de depósito. Mi esposa está embarazada de 8 meses y no puede llegar a
las unidades lejos. Tengo problemas de hemorroides, me habían derivado
a la Unidad 36 para que me vea un cirujano y me daban una dieta pero se
cortó con el traslado”.
9. Traslados gravosos
En 2017 fueron 101 las víctimas que padecieron traslados gravosos y comuni-
caron un total de 114 hechos sufridos en los 2 meses previos a la entrevista. Los
hechos fueron padecidos centralmente en la circulación hacia otro lugar de de-
tención (71.9%). Pero además un 23.7% implicó vulneraciones en traslados que
tenían como fin el contacto con la agencia judicial y un 4.4% hacia hospitales ex-
tramuros. De ese total de traslados, las víctimas describieron los más gravosos:
75 a otro lugar de detención, 23 a comparendo y 3 a hospitales extramuros. Estos
hechos suponen para las personas detenidas padecer una combinación de malos
tratos y torturas en virtud de las condiciones del régimen de vida impuesto en
tránsito. En promedio las víctimas padecieron casi 3 agravamientos combina-
dos durante los traslados. En un 62.4% de los hechos se destacó la gravosidad
del tiempo en aislamiento durante el alojamiento transitorio que alcanzó un
promedio de 18 días, en un rango de hasta 3 meses en estas condiciones. Lue-
go se encuentran las malas condiciones materiales de los vehículos de traslado
(hacinamiento, falta de luz y de aire, calores o fríos extremos, suciedad, falta de
254
Informe anual 2018
acceso a sanitarios) y de los espacios destinados al alojamiento en tránsito. En
los vehículos de traslado se registró un promedio de permanencia de 24 horas,
con casos extremos de hasta 10 días circulando en camiones, con largos reco-
rridos cuya duración no depende de las distancias (los trayectos suelen ser su-
mamente indirectos pasando por varias unidades penales). La falta o deficiente
alimentación o bebida durante el tránsito también fue señalada en 4 de cada 10
hechos, y si recibían, era de mala calidad.
También se registraron situaciones que ponen en riesgo directo la integridad
física e incluso la vida a las personas detenidas: desatención de su salud durante
los traslados (en un 34.7% de los hechos) y agresiones físicas penitenciarias (en
un 15.8%). En el primer caso las víctimas describieron agravamiento de cua-
dros de asma, hipertensión, padecimientos mentales, úlceras, hernias, proble-
mas traumatológicos y post-operatorios desatendidos. En el segundo caso se
registró violencia física por parte de los agentes que generó lesiones de distinta
gravedad, dolores y convulsiones. Finalmente, durante los traslados algunas de
las víctimas perdieron sus pertenencias (extravío, daño en el tránsito o robo por
parte del SPB), padecieron requisas vejatorias y amenazas penitenciarias y se
vieron involucradas en conflictos con otras personas detenidas, propiciados en
los camiones o durante el alojamiento en tránsito.
Relatos de las víctimas:
- “No puede ser, estuve 3 meses arriba del camión. En la Unidad 2 me baja-
ron 15 días en depósito, todo el día aislado, sin comer, sin agua y con el baño
tapado. El camión me perdió las cosas, dicen que las dejaron en otro penal”.
- “Cuando te llevan en el camión te esposan al piso y además te esposan
las manos con otros detenidos. Pedimos viajar en una forma decente, esto
es una ambulancia. La otra vez hubo un choque y la mayoría se golpeó. El
SPB te tumbea y provoca. Tenía que ir al hospital y me desnudaron. Me
querían hacer dar vuelta, darles la espalda desnudo y hacer flexiones. Me
negué y me apretaron mucho las esposas, me cortaba la circulación. Me
las pusieron atrás, me criquearon y para aflojarme me pegaron un par de
golpes en las costillas”.
- “En un viaje que tenía que ser de 2 horas salimos al mediodía y llegamos
a las 9 de la noche. Paramos para que los de la comisión se compren comi-
255
Informe anual 2018
da. Éramos 9, amarrocados al piso. Te quedan las muñecas infladísimas.
Más que ahora tienen esas camaritas, te movés y piensan que te sacaste las
marrocas y vienen y te la ajustan más”.
- “Estoy con muletas y usted vio cómo son los camiones, van de un lado
para otro. El camión pisa un pozo y me mata el dolor”.
- “Salí de Urdampilleta y me trajeron a Sierra 4 días como AT sin comer.
Después me llevaron a Varela para comparecer y hace 2 semanas volvieron
a traerme a Sierra (de nuevo aislado como AT)”.
- “Vine a juicio y viajé como 10 días porque me bajan en todas las unida-
des. Ahora hace 9 días estoy engomado como AT, sin colchón”.
256
Informe anual 2018
otro durante una requisa de pabellón. En los dos casos robaron medicamentos
y dañaron objetos personales.
Como señalamos en informes anteriores, estos malos tratos implican un desgas-
te para las víctimas, que deben empezar de nuevo cada vez que son despojadas de
sus bienes en un sistema que no provee los elementos básicos para alimentarse
o vestirse, que en general deben ser provistos por sus familias.
Relatos de las víctimas:
- “En las requisas te tiran todo, lo poco o nada que tenés”.
- “Cuando me trajeron al SAC el mono llegó más chico. Tenía un gorila y
me trajeron un monito”.
- “Cuando me cambiaron de pabellón, el SPB se quedó con el ventilador,
el equipo de música, el equipo de visita y la ropa. Reclamé y me dijeron que
ellos no tenían nada”.
- “Fijate en la página [web], encontrás los celulares que nos sacan a noso-
tros, es muy fuerte”.
- “Mi familia me trae la medicación pero no me la entregan. En sanidad
me dicen que se la dan al encargado”.
- “Me robaron la mochila completa con cuatro juegos de sábanas, una
casaca, dos desodorantes. Se la pedí, la vi ahí y no me la trajeron”.
- “Me rompieron la TV, no anda más. Entran, te dan vuelta las cosas,
rompen los colchones, abren los electrodomésticos”.
- “Te destruyen la celda. Después, cuando falta la ropa, empiezan los pro-
blemas entre los presos”.
11. Amenazas
Se registraron 28 víctimas de amenazas que comunicaron 33 hechos en los últi-
mos dos meses.
De la descripción de los hechos más gravosos surge que la mayor parte de las
amenazas se produjeron por haber realizado (o para inhibir) una denuncia de
malos tratos y torturas o por haber efectuado reclamos sobre las condiciones de
detención. Es así que las amenazas constituyen un tipo de tortura cuya gravedad
reside no sólo en el propio hecho sino también en cómo sus efectos atemorizan-
tes estructuran la vida de las víctimas.
257
Informe anual 2018
Los tipos de amenazas que se registraron con más frecuencia fueron de muerte
y de agresiones físicas (incluyendo abusos sexuales), pero también se relevaron
amenazas de traslado a lugares de detención perjudiciales por la distancia res-
pecto del lugar de residencia de sus familias y de aislamiento. Una particulari-
dad de las amenazas es que en su contenido apelan a experiencias cercanas a las
víctimas o conocidas durante el encarcelamiento:
- “Mientras me pegaban me dijeron ‘si denunciás algo vas a aparecer col-
gado, total acá la mayoría se vuela, nadie va a pensar que somos nosotros.
A nosotros no nos va a pasar nada, a vos se te va a apagar a la noche”.
- “A otro estudiante de periodismo lo trasladaron como a mí a Sierra Chi-
ca y lo mataron. Me amenazaron: ‘acá había otro pibe que reclamaba por el
estudio y muy bien no le fue’”.
El miedo que producen las amenazas limita las formas de expresión autónoma
de las personas detenidas: requerimientos, pedidos y especialmente las denun-
cias a los funcionarios públicos. Así, además de infligir penas o sufrimientos,
las amenazas cuentan con un plus de productividad en su capacidad de crear y
reforzar la sumisión y el silenciamiento de sus destinatarios.
- “Acá si reclamás te amenazan con que te suben a un camión y te trasladan.
Y nadie quiere estar moviéndose con su hijo [víctima encarcelada con su hijo]”.
- “Cuando pido sanidad o que me den piso me amenazan con sacarme de
traslado.
- “Ya me corté 7 veces para salir de la unidad y el jefe del penal me dijo
que si me ahorco es un favor para todos y que no me va a dar visitas”.
- “Pedí acercamiento familiar y el jefe de penal me dijo ‘si quiero te cago
a palos, si quiero te hago un parte o te pongo una faca y te olvidás’. Tengo
miedo de que en la requisa me planten algo. El hombre no se maneja como
jefe de un penal, es como un preso más”.
Las amenazas acompañan las agresiones penitenciarias como un acto que se
adiciona a la violencia física:
- “Cuando me pegaron me decían ‘sos pillo vos, te vamos a matar’, pero
no lo tomé como amenaza, siempre te dicen eso cuando te pegan”.
- “Durante la golpiza me dice ‘si yo quiero te cojo, pero no se me para con
un putín’. Estaba tirado en el piso y me ponía el pie en la cabeza”.
258
Informe anual 2018
- “Después de golpearme el subdirector me dijo que me iba a dar otro
golpe para terminar de matarme”.
- “Me pegaron y me dijeron que me iban a subir a un camión y me iban a
sacar a cualquier lado: ‘Hoy la sacaste barata’”.
Consideraciones finales
Los malos tratos y las torturas se registran de manera regular en los lugares de
detención de la provincia de Buenos Aires; su producción se sostiene por la
articulación de los tres poderes del Estado. Por un lado, la violencia focalizada
es sistemática, e impacta de manera particular y selectiva sobre determinados
sectores de la población encarcelada en un momento dado: el aislamiento y las
agresiones físicas por parte de funcionarios públicos (picana eléctrica, subma-
rino seco o húmedo, abusos sexuales, golpizas). Por otro lado, la vulneración
de derechos generalizada es persistente en las cárceles bonaerenses, y afecta de
manera extensiva a la población detenida: las malas condiciones materiales de
detención, la falta o deficiente alimentación, el impedimento para la vinculación
familiar y social y la falta o deficiente asistencia de la salud. Estas prácticas se
insertan en el programa de gobierno carcelario produciendo y gestionando la
degradación y la sumisión de los presos y las presas. Así, las torturas resultan
elementos constitutivos del encierro penal, que sustentan lo que desde la Comi-
sión Provincial por la Memoria hemos llamado el sistema de la crueldad.
259
Informe anual 2018
o sus familias, informes de campo de inspecciones periódicas, entrevistas con
profesionales, y un análisis crítico de los datos oficiales recabados.
Se busca reflejar los padecimientos en primera persona, describir el impacto fí-
sico y psíquico del desprecio que el sistema penal muestra por la vida de quienes
están detenidos/as y dar cuenta de la ausencia sostenida de políticas sanitarias
en los espacios carcelarios.
Acciones por la salud. Durante 2017 el Comité contra la tortura presentó 2.178
acciones judiciales individuales para requerir atención médica de personas de-
tenidas, entre ellas 960 informes urgentes, 853 habeas corpus y 239 informes
por art. 25 inc. 3. El 46% de las acciones realizadas por el Comité incluyeron el
problema de la salud.
260
Informe anual 2018
Tabla 28. Cantidad de entrevistas en donde se denuncia uno o más hechos
vinculado/s a la desatención de la salud en cárceles dependientes del SPB,
durante 2017.
261
Informe anual 2018
La falta de datos públicos y de información epidemiológica rigurosa y
mínimamente organizada constituye el escenario en el que se produce y
gestiona la política sanitaria en el encierro, que carece de planificación
y desarrollo de políticas sostenidas en el tiempo
262
Informe anual 2018
- “Acá estamos entre delincuentes […] el detenido peca”
(profesional de sanidad de la UP 1).
- “De por sí el interno es demandante, en el encierro se
potencia” (profesional de sanidad de la UP 1).
- “Tenés pacientes conflictivos y demandantes que tienen
otros objetivos [distintos de la asistencia de su salud]” (profesio-
nal de sanidad de la UP 1).
En una de las inspecciones realizadas a sanidad registramos la siguiente
situación:
263
Informe anual 2018
traba el jefe de requisa, le propinaron piñas y lo “llevaban a las pa-
tadas desde el pabellón 6”. Es llevado al SAC [separación del área
de convivencia] donde fue amenazado por los mismos agentes que
lo habían golpeado: le dijeron que si contaba algo de los golpes re-
cibidos “iba a quedar colgado”. Fue trasladado a Sanidad, donde no
registraron los golpes que presentaba y, por lo tanto, tampoco de-
nunciaron los hechos. Después de una revisión médica superficial,
fue golpeado en el consultorio de Sanidad por los agentes del SPB
que lo habían llevado: “me tenían con la cabeza pisada en el piso,
delante del médico” (registro de entrevista a un detenido, 09.10.17,
UP 2 de Sierra Chica).
75 Información presentada en la reunión del 26.10.17 en la Mesa provincial de trabajo sobre condiciones de
detención en cárceles de la Provincia, adjuntado a la causa F-3359 del Juzgado Correccional 2 de La Plata.
264
Informe anual 2018
junto y en relación con la población a la que debe atender. Podemos afirmar que
los cambios en la política de salud penitenciaria se restringieron a ajustar a los
trabajadores del área.
En las inspecciones a las unidades 1, 2, 9, 4, 19, 30, 25 y 15 se realizaron entrevis-
tas con el personal de sanidad, quienes dieron cuenta del impacto de estas me-
didas. En la UP 1 señalaron que alrededor del 95% de los profesionales habían
sido sumariados y cerca del 60% trasladados a otras unidades penales, sumado
a que los sábados y domingos no hay médico de guardia, falencia que cubre
alguno/a de ellos/as que, a su vez, falta otro día. Además el traslado de profesio-
nales ha afectado las condiciones y posibilidades de atención: por ejemplo en el
sector había mecánico dental con trabajos en proceso y otros pendientes, pero
fue trasladado y este trabajo no será realizado por otro profesional. En la UP 2
han sumariado a la mayor parte de los profesionales y despedido a tres médicos,
sin tomar nuevo personal. Lo mismo ocurre en la UP 9 donde sigue faltando
un psiquiatra, pese a que las 70 personas que recibían medicación psiquiátrica
quedaron sin posibilidad de controlar su consumo ni continuar del tratamien-
to. En la UP 4 todos los médicos se encontraban bajo sumario administrativo
porque cumplían con guardias pasivas sin presencia en las unidades sanitarias.
Idéntica situación se describió en la UP 17: no hay médicos los fines de semana,
no se nombran nuevos profesionales ni se cubren las bajas producidas (en los
últimos meses se fueron de baja dos enfermeras). En el Complejo Batán, los
sumarios, traslados y renuncias generaron una gran merma en la cantidad de
profesionales que obligó a redistribuir la atención en las diferentes cárceles de
todo el complejo. En la UP 30 tenían 14 profesionales médicos, de los cuales se
ha solicitado el traslado de 7 (el 50%) a otras unidades penitenciarias; se queda-
ron sin traumatólogo, oftalmólogo ni cardiólogo. El tema alcanzó también a los
empleados administrativos que pasaron a depender del escalafón general y no
de Salud Penitenciaria, modificando unilateralmente las condiciones de trabajo
y contratación.
No sólo el impacto de la atención se ha visto afectado por la merma de profe-
sionales sino también por la insuficiente asignación de recursos y materiales
necesarios para intervenir cotidianamente. En la entrevista realizada a personal
de salud en la UP 1, la naturalización de la falta de medicación, lo que llevó a
265
Informe anual 2018
flexibilizar la prohibición de ingreso de medicamentos por parte de las visitas
de los detenidos. En la misma entrevista, el director de dicha unidad sanitaria
expresa que no contaban con lo mínimo indispensable para la atención (ni si-
quiera oxígeno) y que recurrentemente deben reclamar ante estos faltantes bá-
sicos, sin la necesaria respuesta inmediata. En la UP 2, las carencias son extre-
mas: falta medicación, carencia de ambulancia propia, las salas de aislamiento
para internación de personas con TBC no estaban habilitadas, sin ecografista
ni radiólogo, no disponían de recursos para el laboratorio (donde sólo se podía
extraer sangre). En la UP 4, pese a haber sector femenino y niños/as con sus
madres, no había servicio de ginecología ni de pediatría. En la UP 17 no tenían
desfibrilador, existía un sector de rayos aunque no había una sala equipada para
poder realizar placas. En la UP 19 faltan especialidades y personal tales como
psiquiatra y enfermeros. En la UP 25 no disponían de médico ni enfermeros
de guardia; desde el programa Remediar hacía 6 meses que no les enviaban la
medicación completa, con faltantes de remedios básicos como aspirinas, lopera-
mida, medicación para tratamiento de cáncer de próstata; tres tubos de oxígeno
vacíos que no los recargaban hace más de un año; no se retiraban los residuos
patógenos, con lo cual deben dejarlos amontonados en el sector de sanidad.
La falta de ambulancia repercute en otros aspectos de la atención de la salud:
en la UP 4 contaban con una ambulancia pero no estaba equipada, sólo podían
usarla para traslados; en la UP 9 no tenían ambulancia, por lo que los traslados
los disponía el sector de seguridad del SPB, que implica que no siempre podía
garantizarse un traslado por turnos a hospitales extramuros, generando inte-
rrupción de tratamientos, perdida de turnos, retraso en la atención de especia-
listas. La falta de ambulancia también se registró en la UP 17, en la UP 19 y en
la UP 25.
La escasez y falta absoluta de recursos muchas veces lleva a que no puedan uti-
lizarse recursos estructurales como la sala de rayos, los tubos de oxígeno, que se
deterioran progresivamente.
Otro factor que agrava la situación son las deterioradas condiciones materia-
les de los sectores de internación intramuros lo que, sumado a la desidia en la
atención, expresa el desprecio por la vida humana y un desconocimiento de los
derechos de las personas detenidas. Las salas no tienen ninguna característica
266
Informe anual 2018
acorde a una sala hospitalaria, las condiciones son asimilables a las de cualquier
pabellón carcelario, sin control de asepsia, higiene o salubridad.
267
Informe anual 2018
desatención de la salud, agravada por pésimas condiciones materiales: 49 per-
sonas detenidas mayores de 45 años, 17 de las cuales no contaban con camas y
debían dormir en el piso; 7 estaban sin colchón desde hacía 4 meses (una perso-
na de 68 años hacía 7 meses se encontraba durmiendo en el piso). Fueron entre-
vistadas 16 personas con desatención de su salud, y en las historias clínicas no
había registro de patología ni diagnóstico. Ante esta situación, resulta aun más
grave la ausencia de especialistas y la interrupción de los tratamientos. No se les
suministró la medicación por faltantes en farmacia –aunque se insiste prohibir
a familiares su ingreso- y por burocratización en la entrega.
En la UP 1 también se registraron casos de deficiente atención en UP 22: in-
cumplimiento recurrente de los turnos programados en hospitales extramuros,
ausencia de control cotidiano en pacientes de riesgo e interrupción de dietas
especiales.
La falta de una alimentación adecuada para hacer frente a determinados pro-
blemas de salud es una situación constante que se transforma en un hecho de
tortura porque enferma o agrava problemas de salud previos. Sin embargo no es
algo problematizado por los profesionales entrevistados en las unidades sanita-
rias. Veamos algunos de los registros de campo:
Otra de las características que señalamos como constitutivas del sistema de sa-
lud en el encierro es lo que podría definirse como una política de desinforma-
ción llevada adelante por la Dirección de Salud Penitenciaria.
Durante los años 2013 y 2014, la Universidad Nacional de Lanús realizó una
268
Informe anual 2018
auditoría del sistema de salud penitenciaria76, cuyos resultados fueron alarman-
tes: ausencia de datos, construcción de información de mala calidad y dudosa
utilidad, falta de sistematización en la recolección de datos, registros, análisis y
circulación de la información. Desde entonces, nada se ha modificado a pesar de
los cambios en la gestión del área y de proclamar la importancia de elaborar in-
formación pública sobre el tema. La información solicitada desde la CPM tuvo
como respuesta informes parciales, sin especificaciones técnico-metodológicas
que permitan una correcta interpretación de los datos o que permitan conocer
su proceso de producción. Se suma a estas falencias la descentralización en la
producción de información estadística agregada y la falta de cuadros técnicos y
de formación al respecto. Este déficit ya estructural y sistémico da cuenta de la
inexistencia de una política sanitaria dentro del sistema penitenciario. La salud
no es un derecho sino un recurso escaso manejado por el SPB dentro del gobier-
no de la cárcel y, como tal, forma parte del sistema de la crueldad que produce
violencia y tortura.
La falta de un sistema de información de salud, que fundamente y facilite la
planificación y gestión de la salud, no es una falencia sino una estrategia que
permite la arbitrariedad, el manejo discrecional de todos los recursos que la
componen y, sobre todo, el control y regulación del SPB del acceso al servicio de
las personas detenidas.
Durante 2017, en diferentes espacios sanitarios se informó sobre la implemen-
tación de un nuevo modelo de registro que debían completar en cada unidad
sanitaria y regiría desde mediados de año. De acuerdo con lo expresado por los
profesionales, no habían recibido ningún tipo de capacitación o especificaciones
acerca de los criterios que debían tener en cuenta para completarlo. A fines de
año, se solicitó a la DPSP que informe los resultados de este nuevo registro, sin
haber recibido ninguna respuesta al respecto.
La única información publicada en el Balance de gestión. Enero a diciembre 2017,
presentado por el Ministerio de Justicia en reuniones con organismos interna-
cionales o audiencias judiciales, es de una pobreza tal que no puede considerarse
de ninguna manera: no hay datos epidemiológicos ni sobre la gestión o siquiera
269
Informe anual 2018
que permitan caracterizar el sistema de salud carcelario77.
A su vez, hemos solicitado información sobre las enfermedades de registro obligato-
rio (HIV, TBC) del Ministerio de Salud provincial y/o nacional, lo cual permite pre-
suponer cierta rigurosidad en la construcción de los mismos. Durante 2016 y 2017
se solicitó “Listado de detenidos/as que hayan sido diagnosticados y tratados por
TBC. Indicar en caso de recurrencia. Datos requeridos: nombre y apellido, edad, gé-
nero, lugar de detención. Fecha de diagnóstico y finalización del tratamiento. Identi-
ficar quiénes fueron derivados a Hospital extramuros (fecha y Hospital)” y “Listado
de detenidos/as que hayan recibido diagnóstico y/o tratamiento por VIH. Datos
requeridos: nombre y apellido, edad, género, lugar de detención”. Estos pedidos se
reiteraron durante los años 2016 y 2017, y fueron respondidos por la DPSP aunque
de modo parcial78, pero sin continuidades entre los dos informes enviados a pesar
de que el pedido fue el mismo. Resaltamos estas situaciones para tener en cuenta
al momento de analizar y comparar la información que presentaremos a continua-
ción; y también porque resulta indispensable comenzar a valorizar la importancia
de construir y publicar datos sobre la política sanitaria desarrollada en el encierro.
270
Informe anual 2018
do los actores intervinientes en el litigio judicial.
La salud no es un conjunto de síntomas sino que es -como ha sido enunciado en
informes anteriores- el resultado de una tensión entre salud, enfermedad y atención,
condicionada por los factores socioculturales, políticos y económicos de un sistema
social. En este sentido, focalizar en la TBC -en tanto enfermedad curable y preveni-
ble, asociada a la pobreza y a la desigualdad económica- permite mostrar cómo las
condiciones de vida generan y/o empeoran los síntomas y padecimientos que los
sujetos van viviendo. Tal como la define el Ministerio de Salud provincial:
80 Información extraída de la página del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires: http://www.
ms.gba.gov.ar/sitios/tbc/que-es-la-tuberculosis/
271
Informe anual 2018
Como puede verse en la siguiente tabla, las tasas más altas se presentan en el men-
cionado grupo etario, tanto en Argentina como en la provincia de Buenos Aires.
Tabla 29. Notificación de casos de tuberculosis, todas las formas. Tasa cada
100.000 habitantes. República Argentina y provincia de Buenos Aires, 2015.
272
Informe anual 2018
96 lo hicieron por encima del promedio provincial. Vale la pena destacar que
de los 24 partidos en los que se asienta al menos una unidad penal, en 10 hubo
un crecimiento interanual superior al provincial (entre un 11 y un 227%)81. De
acuerdo con lo expresado por el INEP:
Tabla 30. Cantidad de casos de TBC y HIV notificados por año en cárceles de
la provincia de Buenos Aires.
Año
Enfermedad 2016 2017
OMS B24 + TBC 4 15
TBC 183 421
Total 187 436
Fuente: CPM en base a los datos enviados por la Dirección Provincial de Salud Penitenciaria dependiente del
Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
81 No se consideraron los partidos en los que en el año 2014 hubo 0 casos para calcular las variaciones anua-
les. Todos los datos presentados fueron elaborados a partir del informe publicado por el Instituto Nacional de
Enfermedades Pulmonares (INEP, 2016).
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Informe anual 2018
La falta de información sobre la enfermedad en los espacios carcelarios es no-
toria: no se informa la metodología con la que se construyen estos datos, ni se
brindan especificaciones que son fundamentales para un análisis detallado, por
ejemplo la unidad penal en la que se encontraba alojada la persona al momento
del diagnóstico. En 2017 se informaron 249 casos más que en 2016: una varia-
ción anual de 133%, lo cual indica alta morbilidad. Estos datos requieren de una
intervención urgente, pues el riesgo sanitario de propagación de la enfermedad
en gran medida está asociado a la deplorable situación sanitaria de las cárceles.
Esto excede al SPB y es una cuestión de política pública en la que el Ministerio
de Salud es responsable como autoridad sanitaria máxima de la Provincia.
En lo que sigue analizaremos la situación en el espacio carcelario a partir de los regis-
tros de inspecciones a tres unidades penales que cuentan con sector de internación
para enfermos de TBC, y de las entrevistas realizadas a los profesionales del área y
a los detenidos internados en ella. En el monitoreo se registraron las condiciones
de tratamiento de las personas internadas y el proceso que debieron atravesar hasta
llegar a la internación. En la mayoría de las situaciones registradas, la internación
se concreta cuando la enfermedad ya ha generado un marcado desmejoramiento
general de la salud. Se tomarán como ejes para el análisis las condiciones materiales,
la alimentación y la política de atención y cuidado durante la internación. Además,
se buscará relevar qué perspectiva de sujeto se pone en juego para generar ciertas
modalidades de atención basadas en la no garantía de los derechos humanos.
Las unidades seleccionadas presentan tres características: todas tienen sector de
internación y aislamiento (la UP 1 de Olmos posee el sector de internación más
grande del sistema carcelario después de la cárcel hospital UP 22, donde no sólo
se atiende e interna a detenidos alojados en esa unidad penal sino que recibe de-
tenidos de otras unidades); corresponden a diferentes circuitos carcelarios -cir-
cuito campo (UP 2) y circuito La Plata (UP 1 y 9)-; están implicadas en acciones
judiciales que abordan problemas de acceso a un efectiva atención de la salud.
Relato completo de dos detenidos que padecieron TBC, y que fueron oportuna-
mente entrevistados por el equipo del CCT.
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Informe anual 2018
a escupir sangre, empeoraba el cuadro de fiebre y reiterados episodios de
hemoptisis (continuaba escupiendo sangre). En estas condiciones estuvo
durante tres semanas; en la primera no solicitó atención médica; luego de
que sus síntomas se agravaran, solicitó en reiteradas ocasiones acceder a
sanidad de la unidad. Sin embargo esto no fue concedido y su familia debió
acudir al juzgado para solicitar atención médica; recién a partir de la inter-
vención judicial logra recibir atención médica en la unidad.
Ante el cuadro de gravedad que presentaba, lo dejaron internado. Cuan-
do le preguntamos sobre las condiciones de internación, Maxi hizo refe-
rencia especialmente a la mala alimentación, ya que había estado un día
completo sin comer.
Desde que llego a sanidad, Maximiliano no salió de la celda de aislamien-
to respiratorio, la cual no cuenta con las condiciones necesarias para alo-
jar a pacientes con tuberculosis. Mientras estaba internado, compartió
celda con otro enfermo de TBC, quien finalmente fallece frente suyo. Al
respecto nos cuenta: “era un pibe re joven, que se trago su propia sangre”.
Él vivencia toda la situación: ante la desesperación empezaron a llamar al
servicio penitenciario para que lo auxilien, pero que no había nadie.
Dos días después de ver morir a su compañero, a Maxi le dan el alta médica
y vuelve al pabellón. Inmediatamente después es trasladado a la UP 9 con un
diagnóstico de principio de neumonía. En esa unidad fue internado en el área
de sanidad, en la sala de aislamiento junto a un paciente con TBC, directo
positivo, sin recibir medicación. En el mismo día de su llegada, a Maximilia-
no se le indicó la toma de medicamentos para la tuberculosis, toma a diario
7 pastillas. Luego de que se le indicaran las mismas, se le realizaron estudios:
placas, análisis de sangre y esputo. El día de la entrevista aún no tenía resulta-
dos de los estudios, pero le habían dado el alta médica: “la doctora pasó y me
dijo que hoy me iba a los pabellones porque ya tengo el alta, pero no entiendo
que tengo, si principio de neumonía o principio de tuberculosis”.
Ante la pregunta por parte del equipo por la toma de medicación, Maxi
refiere no haber escuchado ni saber lo que es la prueba de sensibilidad, ni
refiere haber recibido información acerca de la tuberculosis. Asimismo,
no se le han realizado controles de foco a sus compañeros de celda en
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Informe anual 2018
ninguna de las unidades por donde transitó ni a sus familiares (registro
de entrevista con detenido internado, 30/10/17, UP 9).
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Informe anual 2018
nales. Estos testimonios muestran que en las cárceles la política de salud está
orientada a generar padecimientos y no garantizar el acceso a un derecho. Ello
puede observarse en diversos aspectos:
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Informe anual 2018
vamos durante el desarrollo de una entrevista que se le suministraron 2 blíster
de medicación vencidos. Según refirieron no hay recorridas de control por el
pabellón, cada detenido debe solicitar su control diario. En una de las celdas
de aislamiento nos entrevistamos con una persona que se encontraba allí por
un pos operatorio en uno de sus pulmones, sin embargo se le estaba realizando
el tratamiento por TBC con medicación que manifestó le estaba haciendo mal.
En la UP 2 no hay médico de guardia diario, hay faltante de medicación, los profe-
sionales y el personal de sanidad no recorren los pabellones. La mayor parte de las
entrevistas realizadas a personas con TBC muestran que no hay recorridas periódi-
cas por parte de los médicos u otros profesionales de la salud, tampoco los enferme-
ros se encargan de asistir en situaciones diarias o tareas específicas como adminis-
tración de medicación y consultas sobre el bienestar o evolución de cada paciente.
El contacto de los detenidos con TBC suele ser a través de los guardias del SPB,
lo que agudiza la falta de claridad en la información sobre su proceso de salud,
genera incertidumbre, malestar, miedo y angustia. Además lleva a que se expre-
se con más crueldad la desigualdad del vínculo médico-paciente. El detenido
entrevistado en la UP 2 refirió que generalmente quien lo asistía era personal
del SPB, lo que también expresa que las lógicas de internación se encuentran
centralizadas en el control y no en la salud.
2. Condiciones materiales
En este apartado se analizarán las condiciones materiales que presentan los espa-
cios sanitarios en las cárceles, específicamente los pabellones donde las personas
atraviesan el proceso de internación. En el caso de los enfermos de TBC, corres-
ponde a la primera etapa de la enfermedad (fase I) que dura alrededor de 2 meses.
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Informe anual 2018
La UP 1 -ubicada en la localidad de Olmos, La Plata- es una de las cárce-
les más grandes de la Provincia; tiene régimen cerrado, capacidad para
alojar a 1.056 personas y una población de 2.601, lo que implica una
sobrepoblación del 146%. Cuenta con una unidad sanitaria con capaci-
dad de internación de cuatro salas y 33 camastros en total; tres salas son
de internación general y una de aislamiento para enfermedades infec-
tocontagiosas, entre ellas TBC. La sala 3 de aislamiento cuenta con 17
celdas individuales. La mayoría se encontraba desocupada y en malas
condiciones materiales:
- Las ventanas de las celdas tenían faltantes de vidrios en su to-
talidad, empeorando las condiciones de frío y humedad en el espacio;
frente a esta situación las personas debían colgar sus frazadas sobre las
puertas rejas y en las ventanas para disminuir el ingreso del aire frio.
- Había gran humedad en el ambiente, lo que no obedecía a cues-
tiones climáticas sino a la antigüedad de la construcción y a la falta de
mantenimiento del edificio. En casi todas las paredes de las celdas se
observaban hongos de humedad.
- Las celdas ni el pabellón contaban con calefacción.
- En las celdas la instalación eléctrica era insegura. Las personas
que habían logrado ingresar un fuelle (resistencia eléctrica), por inter-
medio de sus familiares, lo instalaban de manera precaria e insegura.
- El acceso a las duchas era deficiente y faltaba agua caliente.
- Los colchones eran muy delgados y estaban en malas condicio-
nes. Esto resulta especialmente agravante considerando que las perso-
nas con la enfermedad experimentan fuertes dolores musculares, espe-
cialmente en la espalda.
- Faltan elementos de higiene personal y para la celda. Sólo quie-
nes accedían a visitas familiares podían cubrir estas falencias.
- Se observaron inodoros con el sistema de descarga incompleto
(sin tapas), pérdida constante de agua o con el sistema de descarga de
agua roto (lo que lo volvía inutilizable). En general los baños estaban en
condiciones higiénicas deplorables.
La UP 2 -ubicada en la localidad de Sierra Chica, Olavarría- es una de las
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Informe anual 2018
cárceles más antiguas de la Provincia, con un régimen cerrado, con capa-
cidad82 para alojar a 943 personas y una población total de 1.793; lo que
genera una sobrepoblación del 90%. Cuenta con dos salas de aislamiento
para TBC. En el momento de la inspección, no estaban habilitadas para
su uso a raíz de una presentación judicial, por lo que el pabellón se en-
contraba en proceso de reformas. En el momento en el que se realizó la
inspección a esta unidad sanitaria, las dos personas que padecían TBC se
encontraban alojadas en una sala común sin las condiciones necesarias
para el tratamiento. El principal problema era la falta de baño en la celda
de internación, por lo que debían solicitar que los saquen al baño del sec-
tor de Sanidad; no siempre había alguien disponible para escuchar el pe-
dido, por lo que pasaban largas horas esperando hasta acceder a un baño.
No había vidrios en las ventanas, las paredes tenían mucha humedad y sin
mantenimiento. Sólo poseían un camastro con colchón.
La UP 9 se encuentra ubicada en la ciudad de La Plata y es de régimen cerrado;
tiene un cupo83 de 874 personas y una población de 1.593, lo que genera una
sobrepoblación del 82%. En su unidad sanitaria dispone de un sector general de
internación y una sala de aislamiento, generalmente utilizada para la interna-
ción de personas que padecen TBC.
El médico jefe de sanidad indicó que la sala de aislamiento debía ser clausurada
por las malas condiciones materiales y porque no cumplía con dos cuestiones
básicas establecidas en el protocolo dispuesto por la DPSP: “el aislamiento de
un paciente en la misma Unidad se realizará en un espacio aireado e iluminado
dispuesto para ese fin”84. La sala de aislamiento posee una única ventana que
no puede abrirse ya que da al patio de recreo de otros pabellones, razón por la
cual no permite el ingreso de ventilación ni de luz natural. Por estos motivos,
el director había elevado una nota donde precisaba esta situación. Sin embargo,
seguían alojando personas allí y no se dispuso ninguna medida al respecto.
Las principales falencias en las condiciones materiales:
82 Posee cupo judicial establecido en 1.550 personas. Sin embargo, el establecimiento de este cupo no respeta
ninguno de los parámetros establecidos por los organismos internacionales para los lugares de encierro.
83 Posee cupo judicial establecido en 1450 personas. Sin embargo, el establecimiento de este cupo no respeta
ninguno de los parámetros establecidos por los organismos internacionales para los lugares de encierro.
84 El Protocolo a cumplimentar ante la presencia de caso de TBC, elaborado por la Dirección Provincial de
Salud Penitenciaria (DPSP), fue presentado por un caso de TBC ante el Tribunal de Responsabilidad Penal
Juvenil 1 del Departamento Judicial de Mercedes.
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Informe anual 2018
- No contaba con purificador de aire, por lo cual no se mejora la
calidad del aire durante la estadía de las personas internadas, que deben
permanecer las 24 horas del día en la celda.
- Tanto las paredes como el techo de la habitación poseían serias
manchas de humedad.
- Las instalaciones eléctricas no eran las adecuadas y no había en-
chufes, por lo cual la conexión era a través de cables pelados y cintas.
- Los colchones donde dormían los detenidos eran finos y de me-
nor tamaño que las camas, lo cual generaba un mayor dolor de espalda en
las personas internadas.
- No entra luz natural en la habitación, agravante en las situaciones
de tuberculosis, ya que una forma de eliminar el bacilo es a través de la
misma.
- El baño presenta problemas de humedad y mucha suciedad, con-
secuencia de la falta de provisión de elementos de higiene adecuados.
Las condiciones antes descriptas son similares en las tres unidades analizadas y
no difieren de los problemas generales que presentan los pabellones en general85.
Esto resulta un agravante en tanto se destinan a la internación de personas con
un padecimiento que requiere de condiciones mínimas para su abordaje. En el
caso de la TBC, ambientes libres de humedad, con buena ventilación y adecuada
luz solar son parte de los requerimientos mínimos para abordar el proceso de
cura. Estas malas condiciones materiales de alojamiento e internación enferman
y agravan cuadros que son fácilmente abordables fuera de la cárcel.
3. Alimentación
La TBC genera pérdida de peso en su etapa inicial, acompañado por un debilita-
miento generalizado en las defensas del organismo. Por este motivo, una buena
alimentación es parte fundamental del tratamiento e incide en el buen desarro-
llo y evolución del proceso de recuperación de la salud. La comida elaborada
que entregan en las unidades se caracteriza por su escasez, mal estado, falta de
cocción e insuficiente variedad. Frente a esto, las personas que se encuentran
internadas en aislamiento cocinan lo que le entregan las familias y reelaboran
85 Para un análisis de las malas condiciones materiales como modalidad específica de tortura, ver capítulo
Tortura y gobierno en este Informe.
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Informe anual 2018
la comida provista por las autoridades. Las personas entrevistadas en la sala de
aislamiento de la UP 1 confirmaron esta situación: el SPB entregaba alimentos
crudos que debían ser preparados sin contar con la infraestructura necesaria:
La celda donde organizaron el sector cocina contaba con un fuelle
con conexión insegura, se observan cables colgando (registro de
campo, Sanidad UP 1, sala de aislamiento).
Para cada detenido se proveían dos bifes de carne como ración diaria y un re-
fuerzo de comida ya cocida, generalmente insuficiente. Frente a la escasez, una
de las estrategias utilizadas por las personas detenidas era enviarles esquelas a
otras personas alojadas en distintos pabellones de la unidad para que les envíen
alimentos y colectivizar lo conseguido.
En la UP 9 la comida se caracteriza por su insuficiencia. Los entrevistados ma-
nifiestan que es buena pero escasa, por ello se cocinan algún suplemento para
acompañar lo que les dan. Por otra parte, resulta especialmente grave que nin-
guno de los pacientes con tuberculosis tenía indicación médica de una dieta
especial y reforzada, que permita hacer frente a la pérdida de peso y debilidad.
Tampoco se les indicaba una dieta hepatoprotectora, indispensable para amor-
tiguar las fuertes dosis de medicamentos que implica el tratamiento. Allí todos
los pacientes comen lo mismo.
En cuanto a la alimentación en el sector de sanidad y en pacientes
con tuberculosis en particular, el Jefe expreso que nadie tiene dietas
especiales: “es la misma que el resto… pero esto es un catering, mejor
que cualquier villa” (jefe de Sanidad de la UP 9, registro de campo).
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Informe anual 2018
se analiza el objeto de la denuncia, las motivaciones y causales que les han dado
origen y qué respuestas han generado.
A diferencia de las intervenciones individuales o colectivas que regularmente rea-
liza esta institución, en las causas analizadas se trabajó a partir de la denuncia
iniciada por actores judiciales. En la UP 2 y la UP 15 las presentaciones fueron
iniciadas por la Defensoría General de cada Departamento Judicial, Azul-Olava-
rría y General Pueyrredón respectivamente. A partir de la denuncia, hemos tra-
bajado de manera conjunta, constituyendo un interesante antecedente de trabajo
interinstitucional en pos de que se garanticen los derechos de los/as detenidos/as.
Puntualmente en el caso de la UP 2, la CPM ha presentado un amicus curiae86
para acompañar el habeas corpus preventivo-colectivo por agravamiento de las
condiciones de detención presentado por la Defensoría General de Azul, a cargo
del Dr. Diego Fernández. En la presentación se sintetizan los agravamientos que
le dan origen a la demanda:
86 Presentaciones que puedan realizar terceros ajenos a una disputa judicial con un justificado interés en la
resolución del litigio, a fin de aportar elementos fácticos, teóricos y jurídicos para la sustentación del proceso
judicial. Su trascendencia como institución lleva a organizaciones civiles a presentarse espontáneamente
para asegurar que no se restringirá ningún derecho fundamental.
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Informe anual 2018
enfermedad, aunque tienen una persona del sector asignada para asu-
mir dicha tarea en la medida de sus posibilidades. […] refieren que el
equipo de radiografía esta fuera de funcionamiento, lo que obliga a
articular con el hospital municipal en casos que resulta necesaria para
confirmar el diagnóstico y que los reactivos que envían desde Direc-
ción Salud Penitenciaria no son de calidad adecuada, no se utilizan y
obliga a proveerlos por parte de los médicos del sector por sus propios
medios. Agregan que no se proporciona al personal médico elementos
de protección personal indispensables para la exposición al TBC, y
los barbijos que proveen no son adecuados (causa 3967, Juzgado de
Ejecución 2, General Alvear, Departamento Judicial Azul).
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Informe anual 2018
de internación (al punto de mojar los colchones y las pertenencias de las perso-
nas alojadas), sanitarios en mal estado, letrinas en vez de inodoros, faltante de
grifería, cantidad de baños y ubicación inadecuados, duchas sin agua caliente.
Los profesionales entrevistados por la Defensoría refirieron que las condiciones
de infraestructura eran pésimas, la humedad detectada en los techos es conse-
cuencia de que se inunda y varios de los baños debieron ser clausurados.
El día 11 de julio de 2017 se realizó una audiencia en la sede del Juzgado de Eje-
cución Penal 1 de Azul en la que participan responsables de la Dirección de In-
fraestructura del SPB, de la Dirección Provincial de Asuntos Contenciosos, de la
Dirección Provincial de Coordinación de Alcaidías Departamentales del Ministe-
rio de Justicia, la Defensoría General y la Comisión Provincial por la Memoria. Es
de destacar que en esa audiencia no participó ningún representante de la Direc-
ción de Salud Penitenciaria (DPSP), actor central para la toma de decisiones en
el campo de la salud. Desde la Defensoría General se solicitó se intime a la DPSP
para que genere un verdadero plan de acción y arme una mesa de trabajo para
que sostenidamente se aboque, al menos, al tema de TBC. También se plantea la
necesidad de que se elabore un protocolo de actuación que permita detectar las
diferentes situaciones de TBC al ingreso de cada detenido a la Unidad.
Desde la dirección de Infraestructura del SPB se planteó que se necesitan deter-
minadas modificaciones, algunas de resolución a corto plazo y otras a largo plazo.
Asimismo, refiere que las medidas básicas para paliar las necesidades actuales son:
colocación de extractores en habitaciones para sacar afuera el aire viciado y evitar
contagios, reposición de vidrios, rasquetear y pintar con buena calidad de elemen-
tos para terminar con desprendimientos de cascarones y filtraciones, y asegurar
que la zona de los tableros permanezca en perfecto estado. Ante este planteo, la
CPM expuso la necesidad de ampliar la mirada en relación a las modificaciones
que deben ser realizadas, teniendo en cuenta que las personas contraen TBC en
los pabellones donde viven; por lo que es fundamental que en estos espacios tam-
bién se realicen las modificaciones pertinentes. También se planteó la necesidad
que desde el Instituto Nacional de Epidemiología (INE) se capacite a la población
penitenciaria. El 9 de octubre, tres meses después de la de la audiencia en la que se
comprometieron a realizar las modificaciones necesarias, se inspecciona nueva-
mente el sector sanidad de la UP 2. Constatamos que aún no estaban habilitadas
285
Informe anual 2018
las salas de TBC, por lo cual seguían internando pacientes tuberculosos en una
sala común, sin baño en la celda y sin asistencia específica.
87 El Ministerio de Salud de la Nación estableció la obligatoriedad del registro de casos de TBC en su reso-
lución 814/2001: Normas técnicas para el control de la TBC.
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Informe anual 2018
En primera instancia, se efectúa una inspección ocular al sector de sanidad y
se realiza audiencia pública el 17 de diciembre de 2015. Participaron el juez
de Garantías Juan Tapia, la defensora general Cecilia Boeri, el fiscal Alejandro
Pellegrinelli, el médico Gastón Rolando (del área de epidemiología de la zona
sanitaria octava), el médico Luciano Ricci (como apoderado de la fiscalía de
Estado), el médico Alejandro Bidondo (jefe del área de sanidad del Complejo
Penitenciario Este), y las médicas Olga Miller y María Cristina Colino Ozones
(por el INE). La audiencia se centró en conocer las modalidades para el registro,
detección y tratamiento de TBC.
En la audiencia se indaga sobre el fallecimiento de detenidos por TBC. Ante
estos interrogantes, Bidondo -único representante de Salud Penitenciaria- se li-
mita a afirmar que no tiene claridad respecto del número de fallecidos y que no
le remiten información luego de la autopsia. La gravedad de estas afirmaciones
radica en que el desconocimiento de las causas de estos fallecimientos impi-
de que se adopten medidas preventivas con la población conviviente e impide
construir información sobre causal de muertes y estadísticas sobre el crecimien-
to de determinada enfermedad. El juez interviniente pregunta sobre las con-
diciones reales para diagnosticar el estado general de la población carcelaria y
determinar quiénes pueden padecer o estar contagiados de TBC antes de que
se manifieste en formas más graves. Hace referencia a las diferentes dificultades
que tienen los detenidos para llegar a sanidad, consecuencia de la mediación del
SPB. El médico Bidondo afirma que para realizar una pesquisa a toda la pobla-
ción debería tomarles una muestra de esputo a todos, lo que resulta imposible
“metodológicamente”. Refiere que un enfermero recorre todas las mañanas to-
dos los pabellones para entregar medicación psicotrópica y tiene conocimiento
de cómo detectar TBC. Esta parece ser la única manera de diagnosticar posibles
casos de TBC. Según Bidondo:
…en su defensa es necesario dejar sentado que si bien los centros de
detención son lugares predispuestos para el desarrollo de la enferme-
dad, no se le puede endilgar a Sanidad un brote de TBC en la cárcel, ya
que los ingresos diarios que son numerosos dificultan un control ini-
cial, y lo cierto es que algunas personas pueden ingresar ya infectadas
al Complejo Batán (médico A. Bidondo, 17/12/15, audiencia pública).
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Informe anual 2018
Refiere que en el control sólo se busca el sintomático respiratorio, no se hace
masivamente radiografía ni esputo seriado. Los argumentos esgrimidos por el
Dr. Bidondo reafirman lo que venimos sosteniendo. La falta de compromiso del
profesional a cargo de sanidad de todo un complejo penitenciario y la asunción
de las deficiencias en el servicio de salud como constitutivas dan cuenta de lo
que denunciamos y es la orientación estructurante de todo el sistema de salud:
la denegación de un derecho.
La mediación penitenciaria a la que hace referencia el juez Tapia (la que impide
o entorpece el efectivo acceso al sector sanitario de las unidades penales) ha
sido denunciada sostenidamente por la Comisión por la Memoria, sin obtener
ningún cambio. Ese primer limitante, sumado a la falta de medidas preventivas
y de promoción de la salud, hace que los controles de TBC sean sumamente
tardíos e insuficientes.
En relación a la atención una vez diagnosticada la enfermedad, el médico Bi-
dondo especifica que comienza el tratamiento y se dispone el aislamiento res-
piratorio por dos meses y el refuerzo alimentario que, si no hay disponible en
el penal, “se autorizan su ingreso por parte de los familiares”. Lo cual implica
reconocer sin escrúpulos la inobservancia del Estado frente a sus deberes. La
alimentación de las personas detenidas y el debido tratamiento de las enferme-
dades no pueden delegarse en terceros.
En relación con necesidad de realizar una detección temprana de la enfermedad,
la médica Colino Ozores del INE recomienda que, al ingreso de cada detenido
a la unidad, se realice un interrogatorio sintomático respiratorio y placa de tó-
rax; lo que garantizaría un diagnóstico temprano y certero. Considera que sería
necesario que se tomen medidas en relación a todo el personal de la Unidad, ya
que la cárcel está siendo lugar de concentración de la enfermedad. Y expresa la
necesidad de que la atención no se realice sólo mediante guardias sino que exis-
tan profesionales abocados al seguimiento de los detenidos y para tener mayor
conocimiento sobre la evolución de los procesos de salud-enfermedad.
Como respuesta a estos planteos de las especialistas, Bidondo se limita a remar-
car las dificultades para llevarlas adelante, puesto que implicaría la derivación
de los detenidos al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) de Mar del
Plata, con la necesaria notificación a los jueces para que autoricen la salida y la
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Informe anual 2018
satisfactoria articulación con las instituciones de salud extramuros. Las dos difi-
cultades marcadas, son parte de las responsabilidades cotidianas de Salud Peni-
tenciaria, y deberían estar garantizadas para cualquier situación, mucho más en
casos de gravedad como la TBC.
El jefe del área sanitaria da cuenta de la mirada que prima sobre el detenido. Re-
fiere que hay un factor determinante y es que se trabaja en un medio donde los
pacientes –las personas detenidas- son renuentes a concurrir a sanidad y pedir
asistencia médica.
Las afirmaciones del doctor Bidondo se asientan sobre fuertes prejuicios en rela-
ción a la población carcelaria: la culpabilidad y responsabilidad sobre las situacio-
nes de salud. Dan cuenta que, desde los máximos responsables de la atención de la
salud, entienden que el derecho a la salud es un beneficio o privilegio al cual sólo
algunos debieran acceder. Esto se traduce en una imposibilidad para entender la
salud como un proceso colectivo y su atención como una responsabilidad estatal.
Luego de la audiencia, a partir de las evidencias presentadas sobre las falencias
en la detección y tratamiento de la enfermedad en el Complejo Este, desde el
juzgado se resuelve:
- Ordenar examen de baciloscopia a toda la población de la UP 15.
- Ordenar la implementación de un mecanismo de detección de ca-
sos para diagnóstico de TBC por medio de radiografía de tórax y presencia
de agente de salud que recorra los pabellones de las unidades del complejo
para una búsqueda activa de la enfermedad.
- Ordenar a la Dirección de Sanidad del Complejo la confección de
un registro único de casos de TBC, junto a la confección de fichas indivi-
duales sobre la enfermedad y el reordenamiento de las historias clínicas.
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Informe anual 2018
- Ordenar al SPB la adecuada provisión de alimentación para perso-
nas con TBC, y mejoras en las condiciones habitacionales haciendo hinca-
pié en la provisión de colchones y de luz y ventilación natural.
- Coordinar con el Ministerio Publico Fiscal la comunicación rápi-
da del resultado de las autopsias a la Dirección de Sanidad del Complejo.
La resolución, dispuesta en diciembre de 2015, apunta a implementar medidas que
consideren no sólo a la población que atraviesa la enfermedad: amplía la mirada ha-
cia una perspectiva integral y preventiva, en tanto indica la realización de controles
generales al ingreso a la Unidad. Considera las condiciones de detención como agra-
vante y condicionante de la enfermedad y, por último, indica la necesidad de realizar
un registro que permita controlar la existencia de TBC en el Complejo.
El 5 julio de 2017 el juzgado interviniente recorrió el sector de sanidad de la
UP 15, como respuesta a la notificación de la defensora general en relación a
dar cumplimiento a lo indicado en diciembre de 2015. En dicha recorrida, se
notifica que en la Unidad ya no se cuenta con médico infectólogo, el sector de
laboratorio quedó sin personal para tomar muestras y determinar patologías, y
hay escasez de personal para atender las demandas cotidianas. El médico entre-
vistado informa que no cuentan con personal que realice las recorridas a fin de
tomar las muestras y detectar posibles casos de TBC, en atención a lo dispuesto
en el habeas corpus. Asimismo, explicita que no funciona el equipo de rayos
con lo cual tampoco pueden cumplir con la obligación de tomar la placa a cada
interno a su ingreso a la unidad.
Luego de esta recorrida, el 14 de julio de 2017 se realiza una nueva audiencia en la
que se encuentra presente el director de Salud Penitenciaria, quien manifiesta un
total desconocimiento de la realidad de la Unidad y argumenta que se sigue cum-
pliendo con el protocolo, pese a que los mismos profesionales de la unidad penal
manifiestan lo contrario. Asimismo, expresa que se está elaborando un programa
integral para mejorar las salas de guardias y el sector destinado al aislamiento respi-
ratorio, comprometiéndose a realizar las mejoras en primer lugar en Mar del Plata.
Sin embargo, en agosto de 2017 el Juzgado de Ejecución Penal 1 a cargo del juez
Perdichizi realiza una nueva recorrida por la unidad, específicamente por sanidad,
en la cual verifica las siguientes deficiencias: no hay infectólogo, carecen de pro-
fesionales suficientes para atender la demanda que reciben y/o hacer seguimiento
290
Informe anual 2018
de la población, realizan extracciones de sangre pero se analizan en el HIGA Mar
del Plata (donde se aceptan pocas muestras semanales), no disponen de aparato
para radiografías porque se rompió y no reciben toda la medicación que necesitan.
Como respuesta a los emergentes del recorrido por ese y otros sectores de la unidad,
se ordenó la desratización y limpieza de los sectores y la provisión de elementos de
higiene a los detenidos; además se reiteró a Salud Penitenciaria la necesidad de de-
signar personal médico y de enfermería para cubrir las guardias médicas en todas
las unidades del complejo, y destinar los móviles suficientes para que puedan ga-
rantizarse los controles, derivaciones y asistencia a turnos en hospitales extramuros.
Cuatro meses después, en diciembre de 2017, la CPM presentó un nuevo habeas
corpus al Juzgado de Garantías 4 de Mar del Plata dada la grave situación que
atravesaba sanidad de la UP 15 respecto a la atención de la salud. Los problemas
denunciados fueron relevados en la inspección realizada al sector de sanidad con
fecha de 13/12/2017, que incluyó entrevistas con el personal. Los agravamientos
denunciados fueron: escasez de médicos y especialidades, dificultades y falencias
en la articulación con el hospital zonal, dificultad para cumplir con turnos progra-
mados por ausencia de móvil propio, falta laboratorio (sólo pueden derivar diez
muestras al mes para analizar en el hospital). En la misma presentación, se solicitó
al juzgado que se ordene a la DPSP la provisión de los recursos necesarios, que
se garanticen las guardias médicas de 24 horas y ambulancia propia, y el cumpli-
miento de los turnos extramuros. Se denuncia la falta de insumos y medicación
como también de elementos básicos frente a emergencias.
A pesar del proceso judicial iniciado en el año 2015, que generó resoluciones
importantes en relación a la necesidad de un diagnóstico temprano de la en-
fermedad, en las dos últimas inspecciones del año 2017 las deficiencias bási-
cas continúan, lo que da cuenta de una desobediencia de las medidas judiciales
resueltas. Esto evidencia la decisión de los responsables del Poder Ejecutivo,
específicamente de la DPSP, de continuar con su actual política sanitaria y violar
sistemáticamente el acceso a la salud de las personas detenidas.
Son escasas las sentencias que buscan garantizar los derechos de las personas
detenidas. Cuando existen, los responsables del Poder Ejecutivo se niegan sis-
temáticamente a cumplir con lo dispuesto. La respuesta de los actores judiciales
para exigir el cumplimiento de los mismos es exigua y, cuando la hay, no logra
291
Informe anual 2018
revertir la postura del Poder Ejecutivo en virtud de resoluciones de tribunales
superiores que avalan su accionar ilegal88.
Lo descripto a partir de las presentaciones analizadas no es excepcional sino
parte de una práctica extendida y sistemática. Desde la CPM, presentamos co-
tidianamente distintas acciones asentadas en lo relevado en inspecciones perió-
dicas a lugares de encierro; generalmente las demandas son desoídas o, aunque
reconocidas, el Poder Judicial no garantiza el cumplimiento de las resoluciones.
Es necesario que el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo asuman sus responsabili-
dades y garanticen que el cumplimiento de una pena no implique la vulneración
del derecho a la vida y a la salud de las personas.
Hasta aquí hemos dado cuenta de un sistema sanitario signado por la ausencia de
planificación de políticas de promoción y prevención de la salud. Sin embargo esto no
implica que tenga políticas frente a la urgencia. Analizaremos el caso de la UP 3 de San
Nicolás –específicamente, ante la aparición de varios casos de meningitis- para adver-
tir sobre las graves falencias en materia de atención de salud en casos de urgencia, que
impiden que se brinde una atención de calidad para los/as detenidos/as.
En marzo de 2017 tomamos conocimiento del fallecimiento por meningitis de una
persona y la internación de otra en el hospital de la localidad de San Nicolás, ambos
alojados hasta entonces en la UP 3. Frente a estos hechos, la falta de información de las
autoridades y la incertidumbre y temor de los demás detenidos alojados en la unidad,
se inicia una protesta que culmina con tomas de muestras de sangre y entrega de me-
88 La Suprema Corte provincial (causa B.74.749) convalidó la desobediencia del Ministerio de Seguridad rechazando
-con el voto de los jueces Hilda Kogan, Eduardo Pettigiani, Daniel Fernando Soria y Luis Genoud- el planteo del juez de
Garantías de Lomas de Zamora, Dr. Jorge López, quien solicitó su intervención frente al desconocimiento reiterado de sus
órdenes por parte del poder ejecutivo en un habeas corpus colectivo. Otro ejemplo es la resolución adoptada por el juez de
Ejecución de Mar del Plata, Ricardo Perdichizzi: luego de 5 años de dictar una sentencia reiteradamente incumplida por
el Estado provincial, dispuso astreintes por un monto de 25 pesos diarios por cada interno alojado en el Complejo Peni-
tenciario Batán. La resolución incumplida, dictada con fecha 30 de abril de 2010 señalaba que el Estado debía garantizar
entre otras cuestiones la higiene, limpieza, desinfección y desinsectación de la Unidad y otorgar y garantizar la asistencia
médica. Frente a la fijación de astreintes, la Fiscalía de Estado apeló y la Sala III de la Cámara de Apelación y Garantías de
Mar del Plata -integrada por los jueces Juan Manuel Fernández Daguerre, Raúl Alberto Paolini y Pablo Martín Poggetto-
revocó la aplicación de astreintes por no considerarla idónea. Casi como una ironía, la Alzada pone de manifiesto: “no se
nos escapan las dificultades para el cumplimiento inmediato de lo ordenado por V.S en la resolución firme dictada en el
año 2010...”. Cinco años después resulta irrisorio hablar de cumplimiento inmediato de las resoluciones.
292
Informe anual 2018
dicación para prevenir la enfermedad. El reclamo de los detenidos tenía por objeto no
sólo expresar el dolor ante la muerte de un compañero sino también reclamar que se
les provea de elementos de limpieza y desinfección; casi una medida desesperada para
hacer frente al temor de que la enfermedad se propague. La respuesta fue la entrega
de un jabón y una botella pequeña de cloro, insuficiente para higienizar un espacio
contaminado por mucha suciedad -tal como luego describiremos.
Ante esta situación la CPM realizó una inspección del día 3 de marzo de 2017,
para conocer las medidas adoptadas posteriores a la muerte del joven y las condi-
ciones materiales de detención y de atención de la salud. Se realizaron entrevistas
a detenidos del sector de alcaidía, pabellón 3, leoneras -llamadas por el SPB celdas
de seguridad- y celdas de alojamiento transitorio. Se constató que estos sectores
estaban en pésimas condiciones, no aptas para alojar personas y con clara reper-
cusión en la salud de la población. Se detectaron los siguientes problemas:
- No existían medidas preventivas ante la enfermedad emergente en el pa-
bellón de alcaidía, donde se produjo la muerte de una persona detenida.
- No existía atención médica adecuada para ninguno de los detenidos en-
trevistados.
- Se realizó una pericia médica a 5 pacientes que presentaban un estado de
salud grave, necesitaban atención médica urgente (dentro de las 24 horas)
y no recibían atención.
- Se realizó una pericia médica a 8 pacientes que presentaban un estado
de salud que requería de atención médica dentro de las 72 horas y no re-
cibían atención.
293
Informe anual 2018
- Muchas de las celdas tenían pulmones (huecos en las paredes
para comunicarse entre celdas, pero también implican riesgo de recibir
agresiones).
- Graves condiciones de hacinamiento.
- Falta de colchones: en la celda 18 viven 3 personas con un col-
chón; una vive sin colchón hace 3 meses, otra hace un mes; en la celda
14 son 3 personas con 2 colchones.
- Aislamiento: el régimen era cerrado, sólo tienen 2 horas de pa-
tio por día.
Se detectaron dos leoneras cercanas al patio -originalmente eran los baños de la
cancha- convertidas en celdas con capacidad para una persona; al momento de
la inspección había encerrados hasta 5 detenidos en cada una. Las condiciones
materiales los volvían espacios no aptos para el alojamiento:
- Gravísimo hacinamiento.
- Letrinas tapadas de materia fecal.
- 4 o 5 personas durmiendo en el piso.
- Aislamiento con encierro de 24 horas.
- Graves condiciones de salud sin atención médica.
- Conexiones eléctricas inseguras.
- Infestación de cucarachas.
En las celdas de seguridad 1 y 2 las personas alojadas entrevistadas relataron
brotes en la piel o heridas de bala de goma que no tenían el debido tratamiento
médico. En la celda 1 se alojaban 5 personas que fueron derivadas del sector de
alcaidía; se encontraban cumpliendo régimen de cuarentena dada la presunción
de contagio de meningitis. En la celda 2, se encontraban personas a las que el
SPB les negaba la posibilidad de alojarse en algún pabellón de la unidad, clasifi-
cadas arbitrariamente como “conflictivas”.
En ese mismo momento, dada la gravedad de los hechos, se presentó un habeas
corpus colectivo al juez de Ejecución de turno, Anselmo Ezequiel González, y
se solicitó su presencia en la unidad para que constate las condiciones de deten-
ción. Ante la presencia del juez, y su constatación junto al equipo de monitoreo
de este organismo, se le solicitó la clausura inmediata de las celdas de seguridad
294
Informe anual 2018
1 y 2, y la prohibición de alojamiento permanente de personas en la celda de
alojamiento transitorio. Se solicitó que las personas sean reubicadas en la misma
unidad y que no se las traslade, a fin de evitar la ruptura del contacto familiar. El
juez resolvió hacer lugar al habeas corpus y clausurar los sectores mencionados
por el hacinamiento y las pésimas condiciones de alojamiento.
Si bien el origen del monitoreo fue por una cuestión de salud, en la inspec-
ción no sólo advertimos falencias en relación al abordaje de la enfermedad sino
también graves condiciones materiales de detención y desinformación de los
detenidos que vivían con gran incertidumbre la situación de salud. Había fuerte
malestar y angustia por hacinamiento y malas condiciones de detención y por
la sensación de poder enfermarse en cualquier momento y no estar recibiendo
ningún tipo de atención.
Cuando hablamos de salud no sólo hacemos referencia a las atenciones necesa-
rias y tratamientos oportunos según la patología sino también aquellos cuida-
dos e información que permiten reducir la desesperación entre las personas que
se encuentran compartiendo el mismo lugar de encierro.
295
Informe anual 2018
del resto de las cárceles. Sin embargo, con una capacidad de internación para
60 personas tiene una baja posibilidad de respuesta frente al total de población
detenida en la Provincia (a diciembre de 2017 llegaban a 38.320 las personas en
cárceles y alcaldías, y hubo en promedio 44 detenidos internados), distribuida
además en diferentes localizaciones geográficas. Resulta difícil pensar en una
única unidad-hospital en una provincia de enormes dimensiones donde las dis-
tancias entre los penales son muy largas. El tiempo de traslado que implica se
convierte en un agravante del proceso de enfermedad que puedan estar transi-
tando las personas detenidas.
En diciembre de 2016 se reinauguró luego de poner en valor el quirófano y reali-
zar otras refacciones, que exigieron que durante gran parte del año no estuviera
en funcionamiento. En ese marco, se prometió la realización de un elevado nú-
mero de cirugías y una nueva organización que permitiría la atención por turnos
programados. En el transcurso de 2017 realizamos distintos monitoreos con el
objetivo de relevar información que nos permita dar cuenta del cumplimiento
o no de los objetivos propuestos por la gestión del SPB y Salud Penitenciaria. En
enero se realizó una primera inspección, que contempló el recorrido por las salas
de atención e internación, observando especialmente las condiciones materiales
y las prácticas de atención, se mantuvieron entrevistas con directivos, personal
y detenidos internados; se constataron serios problemas que impedían brindar
una adecuada atención. Los problemas más acuciantes: falta de insumos médicos
para realizar intervenciones quirúrgicas, consecuente desuso del quirófano y los
espacios de pre y pos operatorio, no había sala de internación para mujeres, ali-
mentación deficiente, problemas de ventilación e insuficiente mantenimiento de
las celdas. En la entrevista, el subdirector de Asistencia y Tratamiento, Mariano
Bawner, afirmó que el quirófano no estaba en funcionamiento por falta de insu-
mos e hizo especial hincapié en que la unidad cuenta con insuficiente personal
del SPB; o sea, le otorgó una desmedida centralidad al control de la seguridad por
encima de la atención de las personas enfermas. El médico entrevistado destacó
la insuficiente cantidad de personal y la inadecuada incorporación de mujeres
oficiales en una unidad que aloja sólo varones.
A partir de la recorrida por el sector de cirugía y de la lectura del libro de prác-
ticas quirúrgicas, se constató que la última cirugía había sido realizada en no-
296
Informe anual 2018
viembre de 2016. El personal del sector dijo que no se podían programar nuevas
cirugías por la falta de insumos mínimos para realizar prácticas quirúrgicas, de
baja ni alta complejidad. Por lo mismo, la actividad del sector se ve reducida al
seguimiento de pacientes que están a la espera de una cirugía y a curaciones me-
nores. En la recorrida por el sector de internación de cirugía hemos constatado
que había detenidos esperando desde hacía mucho tiempo que le practiquen
cirugías programadas previamente.
En el sector de clínica médica hay 14 celdas, con capacidad para alojar 29 per-
sonas. Los principales problemas en las condiciones de alojamiento: calor ex-
tremo sin ningún tipo de ventilación; en algunas celdas la letrina rebalsaba y/o
la mochila de agua estaba rota y la salida de agua era constante. Además, no
entregaban elementos de higiene para uso personal o para la celda, cuando la
limpieza de cada sector estaba a cargo de los mismos detenidos (todos con se-
rios problemas de salud). La alimentación no era de buena calidad, por lo que
debían alimentarse con lo que les proveía la familia.
Se recorrió el sector de infectología donde había 10 personas internadas con
enfermedades infectocontagiosas, como TBC o VIH. Los principales emergen-
tes fueron: la limpieza de las celdas queda a cargo de los mismos enfermos, la
comida es de mala calidad (muchas veces no pueden consumirla por el mal
estado en el que se la entregan), el único control es la pregunta diaria de cómo
están (un guardia del SPB desde la puerta de la sala), la medicación la provee un
enfermero o detenido que cumple funciones de limpieza en el sector.
En el sector de admisión se alojaban las personas inmediatamente después del
ingreso para ser evaluadas y definir su tratamiento y modalidad de abordaje.
En este recorrido se constataron serios problemas en relación con la asistencia
de la salud: carencia total de personal para las tareas de asistencia cotidiana y/o
enfermería, escasez y mala calidad en la comida, sin un sector de internación
destinado a las mujeres.
En septiembre se realizó una nueva inspección. La máxima autoridad era en-
tonces el interventor del Ministerio de Justicia, Marcelo Ferrari. En el marco de
la entrevista, especificó que se han realizado cambios para garantizar operacio-
nes quirúrgicas y realizaciones de estudios para detenidos de toda la Provincia.
Refiere que en ese momento se priorizaba la realización de cierre de colostomía,
297
Informe anual 2018
cierres de hernias y operación de ciertos tumores. De acuerdo con lo afirmado
por esta autoridad, no están teniendo problemas con la cantidad de profesio-
nales, tienen una planta médica de 30 profesionales y también han nombrado
a un jefe de enfermería. Nos comunica que los detenidos con problemas de
salud llegan a esta unidad a partir de la demandas de interconsultas de otros
profesionales, y también han implementado la modalidad de equipos itineran-
tes. Se trata de profesionales que recorren las unidades y a partir de ahí soli-
citan listado de enfermedades a los profesionales de cada unidad. En función
de ello, revisan a los detenidos y determinan si es necesaria la operación y se
otorga turno a la cárcel-hospital. Se sigue atendiendo exclusivamente a varones.
Se recorrieron los sectores de clínica médica, cirugía, infectología y admisión.
Hemos constatado ciertas mejoras en las condiciones materiales de detención
y fundamentalmente los profesionales refieren que cuentan con los insumos
necesarios para trabajar.
Uno de los problemas que surge en las entrevistas con el personal es que los
detenidos en otras unidades penales, que solicitan y se les otorga un turno en la
UP 22 no concurren en tiempo y forma. Esta situación genera interrupción en
los controles y seguimientos de pacientes. Es importante remarcar que desde el
mismo personal encargado de entregar turnos, se reconoce que los detenidos
no son trasladados oportunamente, generando una desatención que tiene como
único responsable al SPB. En este sentido, desde los registros proporcionados
por la unidad surge que:
Es decir que, en promedio, más del 60% de los turnos no fue efectivizado por
falta de traslado del detenido a la cárcel-hospital. Estos datos tienen su correlato
298
Informe anual 2018
en las entrevistas mantenidas con sectores de sanidad del resto de las unidades
penales de la provincia y con las personas detenidas en ellas: la falta de traslados
es un problema central y determinante para la atención de la salud. La mayoría
de las sanidades carecen de móvil/ambulancia propia, con lo cual dependen del
SPB para trasladarse hacia otros centros de salud; sumado a la falta de personal
destinado al acompañamiento y, en muchos casos, la falta de nafta para los mó-
viles disponibles impiden que se realicen controles y seguimientos adecuados y
pérdida de recursos dispuestos a tal finalidad.
Como afirmamos al inicio de este apartado, un polo hospitalario ubicado en la
ciudad de La Plata no puede resolver los problemas de salud de los complejos pe-
nitenciarios: las distancias y problemas diferenciados de cada uno impiden que se
convierta en un lugar de referencia como se pretende desde la gestión provincial.
En entrevistas con profesionales de las unidades del circuito del campo dan
cuenta de la poca utilidad de la UP 22. Los casos de urgencias se derivan a hos-
pitales zonales, y para turnos programados tampoco constituyen una opción
válida por las dificultades de cumplir con los traslados a tanta distancia.
Otro problema es cómo se detectan los problemas que deben ser tratadas en
la UP 22 porque no hay contacto directo entre los profesionales de la salud y
la persona detenida que tiene un padecimiento, sino sólo con los que señala el
SPB para recibir atención. Como hemos denunciado desde este organismo, el
acceso a la salud es un problema generado por la mediación que realiza el SPB
y porque los profesionales de la salud no recorren los pabellones. La cárcel-hos-
pital presenta algunas mejoras en sus condiciones materiales, en la cantidad de
profesionales y en la posibilidad de realizar cirugías que antes no se realizaban,
pero no alcanza a resolver problemas estructurales de la atención sanitaria. Para
ello es necesaria y urgente una mirada integral sobre el sistema que permita dar
respuestas a los problemas cotidianos de salud que presentan los detenidos.
299
Informe anual 2018
2017 por el Registro Nacional de Casos de Tortura (RNCT), que seleccionó la
falta o deficiente asistencia de la salud como tema para analizar en profundidad,
a fin de avanzar en su cualificación como práctica penitenciario-sanitaria viola-
toria de los derechos humanos.
El relevamiento incluyó la toma de este tipo de tortura mediante la ficha del RNCT
(durante el trabajo de campo en cárceles o la reconstrucción de entrevistas de in-
tervención del Comité contra la tortura de la CPM) registrando hechos con sus co-
rrespondientes descripciones en 32 cárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense90.
Complementariamente, se aplicó una guía de pautas de entrevista a las personas
detenidas para relevar –más allá de los hechos puntuales de tortura padecidos– di-
mensiones vinculadas con el acceso a sanidad, la intervención en sanidad y la inter-
vención en la Unidad 22 (hospital). Asimismo, se seleccionaron 4 lugares de deten-
ción (unidades 1, 2, 22 y 33) para entrevistar a personal de la Dirección Provincial de
Salud Penitenciaria y registros de observación en los espacios sanitarios.
Sobre la base de este material empírico se elaboró un informe que consta de siete
ejes en los que se recorren y analizan los principales emergentes del relevamien-
to. A continuación se vuelcan los resultados de uno de ellos: la producción de
enfermedades en la cárcel91. Se describe el impacto que lo carcelario tiene en la
salud de los presos y las presas, atendiendo a la generación de dolencias físicas
y padecimientos mentales, que en algunos casos pueden llegar a provocar la
muerte. Para ello se recuperan las descripciones acumuladas acerca de las ma-
las condiciones materiales y alimentarias, las agresiones físicas penitenciarias,
el aislamiento, los traslados y la desvinculación familiar-social, de manera de
situar a la falta o deficiente asistencia de la salud entre las prácticas carcelarias
violentas que constituyen la multidimensionalidad de la tortura.
300
Informe anual 2018
y, consecuentemente, insalubres condiciones materiales. En los relevamientos
del RNCT se destacan por su frecuencia ciertas deficiencias materiales que ge-
neran enfermedades o que agravan padecimientos preexistentes:
301
Informe anual 2018
la pared para levantarme” (caso del RNCT, 2017).
- El detenido tiene disminuida la movilidad del cuerpo. También
padece una hernia de disco que le repercute en la cadera y la pierna de-
recha por pinzamientos de columna. Sufre fuertes dolores, no se puede
mantener en pie. Cuando ingresó a la cárcel lo hicieron dormir una
noche en el piso de una leonera. “Le pedí al encargado una ampolla
(inyección para el dolor) porque no daba más porque había dormido en
el piso y hacía mucho frío. Me respondió ‘yo también tengo una hernia
y sigo trabajando” (caso del RNCT, 2017).
También se destaca el impacto de las malas condiciones materiales en afecciones
respiratorias, como describen los siguientes registros y testimonios:
- Está internado por TBC desde hace tres semanas en sanidad, des-
pués de cuatro o cinco meses con tos en el pabellón donde estaba alojado.
“Empecé a tener tos fuerte, estaba muy flaco. Estaba en un pabellón de tra-
bajadores, éramos 16, entonces el que dejaba de trabajar tenía que dormir
en el piso. Como estaba débil no podía trabajar; tuve que dormir en el piso,
te cagás de frío” (caso del RNCT, 2017).
- Está resfriado porque debe higienizarse con agua fría (caso del
RNCT, 2017).
- Tiene asma y está en una celda húmeda, con frío porque no hay
vidrios en las ventanas, sin colchón ni mantas. Todo esto impacta en su
salud (caso del RNCT, 2017).
Los dolores agudos y las dificultades respiratorias que producen las malas con-
diciones materiales se destacan entre los testimonios en virtud de los malestares
inmediatos que producen. Sin embargo, es importante resaltar que las deficiencias
generalizadas impiden la prevención sanitaria al tiempo que generan la propa-
gación de agentes patógenos y agravan cuadros de todo tipo: infectocontagiosos,
bacterianos, neurológicos, gastrointestinales, cardiovasculares, dermatológicos.
302
Informe anual 2018
comida le había provocado dolencias de salud92. Al igual que las deficiencias en
las condiciones materiales de detención, la generalizadamente mala calidad de
la comida (carente de los valores nutricionales correspondientes, mal cocida, en
mal estado), su insuficiente cantidad, el inadecuado racionamiento y la falta de
hidratación generan patologías y agravan enfermedades preexistentes.
Entre las dolencias producidas por la mala alimentación e hidratación las per-
sonas entrevistadas señalaron retortijones y dolores estomacales, alergias, der-
matitis, anemia, acidez, pérdida de peso, mareos, descomposturas, indigestión,
diarrea, náuseas y vómitos, deshidratación y gastritis.
- “Pasé hambre cuando me trajeron a admisión. Durante 3 días
traté de no comer para no enfermarme. Vomitaba la comida del SPB, te-
nía mal olor. Cuando mi familia pudo visitarme me trajeron para comer
y cocinarme” (caso del RNCT, 2017).
- Cuando ingresó a SAC tuvo que empezar a comer la comida de
la unidad que le generó una reacción alérgica. Cuando estaba en pabe-
llón comía lo que cocinaban con los otros detenidos (caso del RNCT,
2017).
- Cuando reciben visitas come bien, sino tiene que comer lo que
le da el SPB y le provoca dolencias y descompostura. “La comida la
traen por el piso” (caso del RNCT, 2017).
- “La comida que traen no la como, por eso estoy flaco. No nos
dan cubiertos, como con la mano” (caso del RNCT, 2017).
También es significativa la cantidad de personas entrevistadas que padecen cua-
dros clínicos complejos por los que deben recibir la denominada “dieta espe-
cial” (que consta de determinado tipo y cantidad de alimentos por prescripción
médica), pero que no la reciben y ven agravadas sus condiciones de salud por
este motivo. Entre las víctimas que describieron falta o deficiente alimentación
durante 2017 se registraron complicaciones en casos de hepatitis, hernias, obe-
sidad, hipertensión, diabetes, problemas de vesícula, cáncer, HIV y TBC.
- “Como poco, la comida es mala. Por la medicación que tomo
[para VIH] necesito comer bien pero no me dan dieta especial” (Caso
del RNCT, 2017).
92 Base: 130 hechos descriptos de falta o deficiente alimentación con dato.
303
Informe anual 2018
- “Tengo gastritis y no me dan la dieta especial. No como la co-
mida que traen porque una vez me hizo mal. Vivo a fideos, consigo de
dónde puedo” (caso del RNCT, 2017).
- “Tengo una hernia abdominal y no me dan dieta especial. La
comida me cae mal, me descompone, me dan náuseas, se me inflama el
estómago. Necesito hervir lo que me traen sí o sí, pero no tengo fuelle.
Los chicos me pasan galletitas de agua” (caso del RNCT, 2017).
- Padece hipertensión y obesidad pero no le dan dieta especial.
Aumentó 37 kilos en los últimos dos años (caso del RNCT, 2017).
En muchos casos por las propias patologías y por el agravamiento a la salud
que implica ingerir los alimentos que provee el SPB las personas se mantienen
literalmente a pan y agua.
- “La comida te hace mal a la panza, ni me acerco. Agarro el pan
y lo como con el mate cocido” (caso del RNCT, 2017).
- “Bajé mucho de peso. A la comida de acá hay que atacarla con
hambre porque si no es incomible. Tomo mate y como pan hasta que no
aguanto más de hambre. No tengo visitas, por eso no tengo para cocinar-
me” (caso del RNCT, 2017).
- “No se puede comer, lo vomito todo. Tomo mates y como el pan
porque no tengo visitas. Desde que estoy en buzones bajé de peso” (caso
del RNCT, 2017).
Los efectos de esta situación son graves debilitamientos corporales y
anímicos producto de la falta de ingesta y, consecuentemente, la baja en
las defensas corporales. A contrapelo con los más básicos postulados de
la nutrición, en las cárceles bonaerenses la opción es comer y enfermarse
o no comer para sortear temporalmente los dolores más intensos e ir
deteriorando la salud paulatinamente.
3. Agresiones físicas
La sistematicidad con que las agresiones físicas penitenciarias se producen en
las cárceles bonaerenses es también muestra de que la producción de dolor se
encuentra en el centro de las prácticas de gobierno penitenciario.
El relevamiento del RNCT durante 2017 arroja que un 90% de los hechos de
304
Informe anual 2018
agresión física penitenciaria registrados resultó en lesiones para las víctimas y
que estas fueron de gravedad intermedia y severa en un 80% de los casos93. Es
decir que se registra un alto nivel de producción de sufrimiento físico asociado
a estas prácticas violentas. Entre las lesiones que describieron las víctimas se
destacan: múltiples impactos de balas de goma en distintas partes del cuerpo,
dolores, raspones, inflamaciones, hematomas, hinchazones, cortes, pérdida de
audición, baja de presión, convulsiones, desmayos, fracturas, luxaciones, difi-
cultades para caminar y para respirar, derrames en los ojos y pérdida de visión,
dolor de cabeza, fiebre, hemoptisis, hematuria y hemorragias digestivas.
- Hace 3 meses fue torturado por el SPB en la Unidad 28 y por los
golpes en la cabeza tiene mareos y dolores constantes. Necesita que lo
atienda un neurólogo. Hace una semana fue golpeado por el SPB nueva-
mente en la Unidad 45 y tiene golpes en la cabeza, la mano lastimada, el
ojo hinchado, no se puede mantener en pie. Le duelen mucho el cuerpo
y la cabeza (caso del RNCT, 2017).
- Al ingresar a la unidad fue golpeado severamente por agentes
de la dirección del SPB. Lo desmayaron a golpes en la cabeza y por los
golpes internos orinaba y defecaba con sangre (caso del RNCT, 2017).
- Hace 3 meses personal penitenciario lo puso boca abajo y le
disparó en la pierna izquierda a la altura de la rodilla con postas de
goma. Le rompieron los ligamentos (caso del RNCT, 2017).
- Al bajar del camión le sacaron sus pertenencias (tenía 2 mo-
nos). Como reclamó el SPB le pegó, lo patearon en el piso, le tiraron gas
pimienta y le dio un ataque de epilepsia (caso del RNCT, 2017).
- Hace 2 semanas lo golpeó el SPB en la Unidad 32. Dos días des-
pués volvió a ser golpeado en el marco de una represión en el pabellón.
Quedó descompensado, con fiebre y dificultades para respirar. Estaba
escupiendo sangre y veía nublado. No lo atendió ningún médico (caso
del RNCT, 2017).
También se registran casos de particular ensañamiento con personas que tenían
lesiones y dolencias físicas preexistentes.
- “Cuando ingresé a la unidad me pegaron. Estaba usando mu-
93 Base: 130 hechos descriptos de agresiones físicas con dato.
305
Informe anual 2018
letas por una operación de fémur y cadera de hace unos años y me las
rompieron. Me golpearon en todo el cuerpo, me pisaban la cintura, me
dieron culatazos y con el caño de la escopeta en las piernas y la espalda”
(caso del RNCT, 2017).
- “Entraron a mi celda a las 6 y media de la mañana el jefe del pe-
nal, el jefe de requisa, eran como diez. Me capearon, me pegaron golpes
en la cabeza. Me tiraron gas pimienta y soy asmático, casi me muero
acá adentro. Tengo un bypass en el brazo, me doblaban la mano y yo les
decía que tengan cuidado que tengo el bypass y nada, no les importaba
nada. Me traían (a admisión) con la cara contra el piso, re fuerte, los
brazos atrás” (caso del RNCT, 2017).
- Es rengo de la pierna izquierda, tiene amputados 3 dedos del
pie y el SPB le volvió a lastimar la pierna en una golpiza (caso del RNCT,
2017).
- Tiene problemas en el fémur de la pierna izquierda. Se le infec-
tó y por reclamar los medicamentos el SPB lo sacó de traslado aducien-
do que tenía mala conducta. Cuando llegó a la Unidad 35 el Servicio lo
golpeó y se le intensificaron los dolores y se le inflamó la pierna (caso
del RNCT, 2017).
Como puede verse en las descripciones expuestas, el rasgo general de las lesio-
nes ocasionadas por las golpizas penitenciarias es la combinación, la diversidad
y la multiplicidad de afecciones nuevas o agravantes de cuadros preexistentes.
306
Informe anual 2018
no me mantengo en pie. Estoy sucio, con olor, no me dejan bañarme.
Me robaron todas las pertenencias, de toda la ropa que tenía quedé con
lo puesto. Tampoco me dejan llamar por teléfono. Cada vez que pido
algo me pegan, me maltratan” (caso del RNCT, 2017).
- Hace 4 meses que está detenido, siempre en buzones. Esto com-
plica su situación de salud. Tiene discapacidad pulmonar por una pu-
ñalada desde hace 5 años y por la humedad de los buzones le cuesta
respirar, se ahoga (caso del RNCT, 2017).
- “El traslado fue un viaje de 4 ó 5 días. Era bajar de un camión
y te suben a otro repleto. Vas 800 kilómetros con las manos amarroca-
das al piso, sin moverte. Cuando te levantás ves las estrellas” (caso del
RNCT, 2017).
- “Estoy con muletas y usted vio cómo son los camiones, van de
un lado para otro. El camión pisa un pozo y me mata el dolor” (caso del
RNCT, 2017).
- “Estoy siempre en depósito porque no me reciben los penales.
Desde 2012 estoy con la calesita, la jueza me niega el traslado a una uni-
dad cercana. Tengo dolor al orinar y problemas de riñones que empeo-
ran con los traslados [por la posición del cuerpo, golpes penitenciarios
y la cantidad de horas sin poder ir al baño]” (caso del RNCT, 2017).
En particular, se destacan en las entrevistas realizadas en 2017 los testimonios
que dan cuenta de los efectos de estos malos tratos y torturas para las personas
que padecen enfermedades respiratorias y epilepsia (y por lo tanto sufren ata-
ques durante el aislamiento), así como aquellas que tienen movilidad reducida
y necesitan asistencia.
- Anoche a las 2 de la mañana tuvo un ataque en los buzones, no
podía respirar. Comenzó a golpear la puerta y otros detenidos llamaron
al SPB. Cuando llegaron los agentes después de un tiempo prolonga-
do se reían desde afuera de la celda. Cuando le abrieron y lo sacaron
al pasillo mejoró con el aire. Tardaron 30 minutos en llegar a sanidad.
En sanidad lo atendió el enfermero y le dijo que eran broncoespasmos
(caso del RNCT, 2017).
- Lo sacaron del pabellón porque no puede cocinarse ni llevar
307
Informe anual 2018
nada porque está quebrado (brazo y pierna derechas inmovilizadas).
Ahora espera traslado desde hace dos días en depósito, muy dificultado
por el aislamiento porque necesita asistencia para todo (caso del RNCT,
2017).
- Tiene convulsiones y está aislada, se encuentra sola en una cel-
da desde hace 3 días. Ayer no se podía levantar de la cama, le duele mu-
cho el cuerpo. Convulsiona durmiendo y se levanta toda contracturada.
Necesita un relajante muscular pero no se lo dan y tampoco dejan que
lo pase la familia. Cuando convulsiona pasa una hora reclamando que
la atiendan. Ayer después de una hora la vio un enfermero y sólo le dio
un inyectable (caso del RNCT, 2017).
- Tiene una fractura expuesta de tibia y peroné, con tutores colo-
cados. Lo trasladaron a la Unidad 23 y la doctora dijo “este chico acá no
entra y tuve que ir saltando en un pie ida y vuelta hasta el camión” (caso
del RNCT, 2017).
Estos relatos dan cuenta del plus de agravamiento que trae aparejado el aisla-
miento y la situación de tránsito, vinculado con el quiebre de estrategias de su-
pervivencia que las personas detenidas generan durante el encarcelamiento. Los
presos y las presas dependen en gran medida de los aportes materiales y alimen-
tarios pero también de las tareas de cuidado de sus compañeros/os ante la des-
provisión y el abandono penitenciarios. El aislamiento y los traslados quiebran
los lazos de solidaridad que permiten mitigar ciertos padecimientos.
En este sentido también resultan vitales para la salud de las personas detenidas
los aportes de familiares y allegados/as (comida, ropa, abrigo, medicamentos,
artículos de higiene personal) que se ven limitados durante el aislamiento, el
tránsito y especialmente por la distancia entre las unidades penales y los lugares
de residencia de las visitas. En otras palabras, los impedimentos a la vinculación
pueden significar enfermarse o agravar una patología crónica, pasar hambre por
falta de alimentación, no poder asearse y por ende iniciar procesos infecciosos.
Pero además de limitar el acceso a los elementos materiales y alimentarios más
elementales, el aislamiento, los traslados y la consecuente desvinculación fami-
liar y social tienen efectos subjetivos negativos. Los contactos con familiares y
allegados/as son la principal relación que los presos y las presas tienen con su
308
Informe anual 2018
vida previa y exterior a la cárcel y verlos suspendidos genera fuertes impactos
emocionales y afectivos, provocando angustia y cuadros depresivos.
Finalmente, cabe señalar que los traslados y el aislamiento cancelan, suspenden
o modifican tratamientos médicos.
- “Me tienen con una rotativa. En un año y medio pasé por 24
unidades. Me fui hace 5 meses de acá por una denuncia y me volvieron
a traer. Corro riesgo porque entro a unidades con prohibición. Cada 20
días me cambian de penal. Tengo una herida con pus y cuando me van
a atender me sacan. Si presentás un habeas corpus al juzgado te atiende
una enfermera, te sacan una placa y le dicen al juzgado que te atendie-
ron y te sacan de traslado” (caso del RNCT, 2017).
- “Vengo dando vueltas por los penales hace 3 meses, siempre
en pabellones de depósito. Mi esposa está embarazada de 8 meses y no
puede llegar a las unidades lejos. Tengo problemas de hemorroides, me
habían derivado a la Unidad 36 para que me vea un cirujano y me daban
una dieta pero se cortó con el traslado” (caso del RNCT, 2017).
- Hace dos años recibió una puñalada que le perforó el pulmón
derecho y lo operaron en un hospital extramuros. La familia le debe
traer los medicamentos. Como lo trasladan constantemente no puede
acceder a atención en hospital extramuros, además de que se encuentra
en aislamiento en malas condiciones materiales en pabellones de trán-
sito (caso del RNCT, 2017).
De esta manera, las prácticas penitenciarias de aislamiento y de traslados,
con la consiguiente desvinculación familiar y social que producen, también
emergen como fuente de afecciones, padecimientos y enfermedades pro-
ducidas por la cárcel.
5. La multidimensionalidad de la tortura
Esta breve síntesis acerca de la producción de enfermedades en las cárceles bo-
naerenses94 recupera la premisa acerca de la multidimensionalidad de la tortura
que sostiene la CPM y los restantes organismos integrantes del RNCT. Las vio-
94 La CPM considera, que debe referirse a enfermedades producidas por la cárcel antes que a enfermedades
en la cárcel.
309
Informe anual 2018
lencias que describimos (pero también las que generan las requisas vejatorias,
los robos y las amenazas, especialmente en términos de impacto subjetivo) al-
canzan -con mayor o menor frecuencia, con mayor o menor intensidad- a todas
las personas detenidas en la provincia de Buenos Aires, aumentando exponen-
cialmente los riesgos para su salud y potenciando las patologías, el dolor y el
deterioro físico y psíquico.
En estas cárceles en las que la salud mental y física –en última instancia, la vida–
de las personas detenidas es sistemáticamente despreciada y sometida a distin-
tas formas de tortura que se combinan y se imbrican: ¿se puede considerar de
manera atomizada la oferta sanitaria de las unidades penales? En otras palabras,
¿se puede analizar la gestión de la salud-enfermedad como un aspecto disociado
o ajeno a lo carcelario en tanto dispositivo productor de dolor y de sufrimiento?
En este marco, partimos de la idea de que la (falta o deficiente) asistencia de la
salud que analizamos es una dimensión constitutiva de la tortura. Los registros
sistemáticos acerca de la producción de enfermedad en las cárceles provinciales,
exigen asumir a la sanidad no como un servicio extra-penitenciario (que, en el
mejor de los casos, vendría ex post facto a curar los padecimientos que la cárcel
produce) sino que es otra de las prácticas violentas que conforman el gobierno
de las poblaciones encarceladas.
310
Informe anual 2018
En abril de 2017 ingresó a la UP 32, es ubicado en SAC (celdas de aisla-
miento) donde, a través de un pulmón (abertura hecha en la pared por
la que se pueden comunicar las celdas), fue herido por otro interno con
una faca en el abdomen. Debido a la gravedad de la lesión fue trasladado
al hospital Mi Pueblo de Florencio Varela, donde le realizaron curacio-
nes, siendo derivado nuevamente a la Unidad donde permaneció apro-
ximadamente quince días. A pesar de sus malas condiciones de salud, es
trasladado a la UP 18, donde permanece alojado nuevamente en celda
de aislamiento. A comienzos de junio, mostraba un estado general muy
deteriorado presentando gran distención abdominal y constipación; en
esa ocasión es atendido en Sanidad de la unidad donde, sin evaluación
médica ni realización de estudios que permitan llegar a un diagnóstico
certero, se le prescribió un laxante que no surtió ningún efecto. Ante el
evidente deterioro de su salud, la procuradora de la unidad se comunicó
con el juzgado, para manifestar la gravedad de la situación, y con su ma-
dre, para informarle que no le estaban brindando atención médica. Ella
se presentó inmediatamente en el juzgado, haciendo hincapié en el riego
de vida que corría su hijo. El 8 de junio, debido a su estado, es trasladado
al Hospital de Gonnet de La Plata donde es evaluado y sometido inme-
diatamente a cirugía debido a la grave infección que presentaba, producto
de la herida recibida con anterioridad; debieron operarlo nuevamente a
los cuatro días y resecarle parte de los intestinos. Durante todo ese mes
debieron intervenirlo en cuatro ocasiones y en la última se le practicó
una ileostomía, debido a la gravedad de la peritonitis que padecía, que no
llegaba a revertir pese a los tratamientos.
A partir de ese momento los informes médicos comenzaron a dar cuenta
del delicado cuadro de salud que presentaba, aludiendo la situación límite
con que había ingresado. A pesar de esta delicada situación de salud y de
las difíciles circunstancias que estaba atravesando, se encontraba esposa-
do de mano y pie derechos a la cama del hospital, una más de las torturas
que venía padeciendo desde su ingreso al sistema penal.
Llegando al mes de septiembre, con algunos altibajos en su estado de sa-
lud, se cumplieron tres meses de internación y seis operaciones conse-
311
Informe anual 2018
cutivas. Pero la situación no logró revertirse: debieron someterlo a diez
nuevas intervenciones quirúrgicas entre octubre y noviembre, porque su
estado se tornó de extrema gravedad y lo colocó al borde de la muerte.
El mes de diciembre lo encuentra sumido en estado caquéctico: pesaba
38 kg, sin posibilidades de recuperación y en fase terminal. Esto llevó a
que los médicos decidieran realizarle un coma inducido con el fin de no
prolongar su estado de sufrimiento. Es así que el día 8 de enero de 2018,
en horas de la madrugada, Martin, con 25 años de edad, fallece por una
causa perfectamente prevenible y tratable. La desidia de un régimen car-
celario perverso -donde la vida de los privados de libertad carece de todo
valor, donde la práctica cotidiana consiste en el sometimiento y la tortura
extrema- lo condujo a la muerte.
En el este capítulo se abordará la situación específica que atraviesan las mujeres y las
personas trans que permanecen detenidas en las cárceles provinciales. En particular
analizaremos los tipos de tortura o malos tratos que padecen para dar cuenta del
plus de sufrimiento que implica la desigualdad de género en este contexto.
Entre los años 2002 y 2017 la cantidad de mujeres detenidas creció un 197.6%
en la provincia de Buenos Aires, con un crecimiento interanual promedio de
8.31%. En un marco de crecimiento del encarcelamiento, signado por la inade-
cuada infraestructura carcelaria y sostenidas prácticas de tortura y/o malos tra-
tos, las condiciones de privación de libertad en mujeres y personas trans dan
cuenta del modo en que la ley penal y el poder patriarcal refuerzan la domina-
ción y subordinación del varón sobre las identidades feminizadas.
Abordar su análisis requiere tener presente tanto la normativa que regula espe-
312
Informe anual 2018
cialmente sus derechos, como la responsabilidad y obligación del Estado en no
profundizar la relación de dominación varón-mujer. Como veremos a lo largo
de este capítulo, nada de esto sucede en las cárceles: es el propio Estado, a través
de sus funcionarios/as judiciales y penitenciarios/as, quienes la violentan siste-
máticamente, profundizando la desigualdad de género.
A partir de la conjugación de fuentes primarias (informes de campo de las ins-
pecciones, entrevistas con trans y mujeres detenidas, presentaciones judiciales
individuales y colectivas) y fuentes secundarias (datos oficiales sobre población
detenida, partes del SPB sobre hechos violentos, informes de visitas institucio-
nales por la acordada 3415 e informes de otros organismos de defensa de los
derechos humanos), se presentan los principales emergentes de las tareas de
monitoreo durante 2017.
A lo largo del año se realizaron 30 inspecciones a distintos espacios de encierro
donde permanecían detenidas mujeres y personas trans (UP 8, UP 33, UP 40,
UP 4, UP 3, UP 45, UP 32, UP 2, Instituto Cerrado Ferrari de Merlo, Comisaría
Villa Alsina). A partir de estas tareas se realizaron distintas presentaciones judi-
ciales: habeas corpus colectivos (UP 40, UP 8, UP 32), denuncia penal (UP 8),
denuncia en asuntos internos penitenciarios (UP 8); intervención art. 25 inc. 3
del CPPBA (UP 33 y UP 8) y un amicus curiae (UP 2).
El capítulo se organiza en dos apartados, Mujeres en prisión y Trans/travestis en
las cárceles bonaerenses, en los que se toman como ejes analíticos los tipos de
tortura que padecen estos grupos poblacionales, haciendo hincapié en la especifi-
cidad que adoptan en función de su género y que implica una sobre vulneración.
Las cárceles fueron construidas para varones (mayoritariamente jóvenes), acorde
a los lineamientos de la política criminal. La persecución penal a mujeres y trans
nunca se correspondió con una adecuación de las condiciones de detención que
considere sus necesidades específicas. Así, los distintos aspectos que implica la vida
en el encierro -la distancia que existen entre la cárcel y los lugares de origen de las de-
tenidas y de sus hijos/as que muchas veces quedan al cuidado de terceras personas,
el contacto con el grupo familiar, la arquitectura penitenciaria, la atención sanitaria,
la oferta educativa, recreativa y laboral- se transforman en padecimientos y vulne-
ración de derechos. Esas vulneraciones no son exclusivas de las mujeres y personas
trans, pero sí impactan de manera diferencial y con mayor violencia.
313
Informe anual 2018
A esas cuestiones comunes a toda la población detenida, se suman cuestiones
específicas determinadas por el género: el encarcelamiento de mujeres embara-
zadas, el proceso biológico de la gestación, o atravesar un tratamiento hormonal
para la adecuación al género autopercibido en el marco de la prisión. Las par-
ticularidades configuran necesidades diferenciadas que deberían ser atendidas
de modo de no acentuar las desigualdades y las violencias de género desde las
prácticas y rutinas estatales presentes en el encierro y todo el sistema penal.
Durante 2017 tomamos como eje de trabajo la cuestión de género por la necesidad
imperiosa de visibilizar la violencia solapada que padecen las mujeres y la pobla-
ción trans/travesti prisionizadas, así como también, a la obligación de desenmas-
carar aquellos discursos oficiales que pregonan programas y políticas de género
que están muy lejos de materializarse. Resulta difícil imaginar de qué modo se de-
linean políticas con perspectiva de género, careciendo de indicadores específicos
que permitan construir un verdadero estado de situación. Por ello, este capítulo
aborda diferentes problemas que permiten dar cuenta de la ausencia de progresos
en ese sentido, puesto que se profundizaron aun más las aristas sensibles más per-
versas y peligrosas que atraviesan a las prisiones de mujeres.
Los distintos tipos de tortura relevados durante 2017 en cárceles y anexos femeni-
nos de la Provincia muestran cómo las intervenciones del sistema penal reproducen
314
Informe anual 2018
relaciones asimétricas de género, materializadas en una serie de prácticas opresi-
vas que impactan diferencialmente sobre las mujeres. La imposición del régimen
de aislamiento, requisas vejatorias y degradantes -aplicadas de manera reiterada y
sistemática-, agresiones físicas y verbales, amenazas y represiones conjugan y ar-
ticulan las violencias físicas y simbólicas, y terminan reforzando la subordinación
varón/mujer que impone el patriarcado, fortaleciendo los estereotipos que lo sostie-
nen. Estas prácticas se dan en el marco de un sistema penal conformado por actores
penitenciarios, judiciales y mediáticos que sostienen estructuralmente la violencia
patriarcal. Cuando la violencia la ejercen los varones hacia mujeres presas, hay un
plus de sufrimiento que pretendemos visibilizar.
95 Los datos sobre población detenida corresponden a los informados en los partes de población elaborados
por el SPB y provistos por el Ministerio de Justicia.
96 Para ver los datos de mujeres detenidas por año, ver anexos.
315
Informe anual 2018
Gráfico 18. Cantidad de mujeres detenidas en el sistema penitenciario
provincial (2002-2017).
Fuente: CPM en base a los informes anuales del SNEEP (2002-2013) y los partes de población elaborados por
el SPB y provistos por el Ministerio de Justicia (2014-2017).
316
Informe anual 2018
con el mercado laboral, que no considera sus capacidades, intereses o conoci-
miento previos por fuera de dichas tareas.
A su vez, las escasas ofertas de talleres dependen de las decisiones arbitrarias del
SPB, y -como sucede en la mayoría de las cárceles, más allá del género- su acceso
no garantiza recibir un pago acorde a las tareas desarrolladas. En las cárceles de
mujeres monitoreadas durante 2017, surge como una modalidad particular la
obligatoriedad de gastar lo percibido en la proveeduría del penal.
De acuerdo con lo informado por la Prosecretaria de Derechos Humanos de la Uni-
versidad Nacional de La Plata (UNLP), en la unidades 8, 33, 54 y 51 hay mujeres que
estudian en diferentes carreras dependientes de esta casa de estudios. En términos
generales, las mujeres privadas de la libertad que son estudiantes están en peores
condiciones que los varones. Tienen una mayor dependencia de las facultades para
acceder a los materiales de estudio (bibliografía, fundamentalmente) porque mu-
chas no reciben visitas de familiares, que suelen ser la principal fuente de ayuda
sobre todo en lo relacionado con trámites previos (acceso al título secundario, por
ejemplo). No hay ninguna egresada que haya hecho toda la carrera privada de la
libertad, esto puede ser producto de las dificultades que deben afrontar quienes es-
tudian en prisión como del menor tiempo de condena en el caso de las mujeres.
Las dos unidades que tienen centro de estudiantes (UP 8 y UP 33, ubicadas en La
Plata) son espacios muy chicos, donde no entran todas las alumnas, y con escasos
recursos. Puntualmente en el caso de la UP 33 la llave del espacio la maneja el SPB y
sufren de requisas constantes. En la UP 8 hay 8 mujeres activas rindiendo y en la UP
33, 14 estudiantes. En ambas unidades tienen muchas dificultades para conseguir
ser trasladadas para rendir, y para acceder a los centros de estudiantes. En la UP 51
de Magdalena hay 25 estudiantes universitarias. Sin embargo, no cuentan con un
espacio propio, les prestan la biblioteca durante algunas horas pero es de usos múl-
tiples. La mayor distancia entre esta unidad y las unidades académicas vuelve más
dificultoso el acceso a los materiales bibliográficos. En la UP 54 de Florencio Varela
estudian 4 mujeres y es la peor unidad en relación a los traslados para rendir: desde
el 2015 solo han sacado a rendir a las estudiantes en 5 oportunidades. No tienen un
espacio físico ni lugar para estudiar y deben hacerlo en los pabellones.
317
Informe anual 2018
- Las mujeres frente al sistema penal
Las prácticas y resoluciones de los agentes del sistema penal en la provincia de
Buenos Aires reproducen las desigualdades sociales y jurídicas que afectan a las
mujeres privadas de su libertad, y funcionan como determinantes restrictivos de
su acceso a la justicia.
Las mujeres han sufrido una discriminación histórica y estereotipada: padecen
desventajas sistemáticas y son objeto de actos de violencia física, sexual y psicoló-
gica, entre otro tipo de abusos. Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) ha analizado el impacto diferencial en las mujeres que se en-
cuentran privadas de su libertad, expresando que se encuentran bajo el “completo
poder” de los agentes del Estado y en una situación de indefensión (CIDH, 2017).
En el marco de las entrevistas realizadas en las unidades 8 y 33 respecto al acceso
a las justicia y asistencia jurídica, detectamos: falta de contacto con sus defenso-
res/as y los/las jueces a cuya disposición se encuentran ellas y los hijos bajo su
cuidado; ausencia de circuitos de información sobre el estado de sus causas y la
de sus hijos que quedan extramuros en instituciones del Estado; extrema dilación
de los procesos; invisibilidad absoluta en el procedimiento penal de la violencia
que han sufrido muchas de las mujeres detenidas, fundamentalmente en relación
a los hechos cometidos por sus parejas sobre sus hijos; ineficacia de los mecanis-
mos procesales existentes para el abordaje de la situación particular de las mujeres
detenidas. Según el registro de las entrevistas, la mayoría de las mujeres alojadas
en la UP 8 expresó ser asistida por defensores/as oficiales y poseer escaso o nulo
contacto con los/as mismos. Varias de las entrevistadas manifestaron no haber
tomado contacto en ninguna oportunidad con su defensor/a desde el momento
de su detención, lo cual demuestra el estado de indefensión en que se encuentran.
El uso excesivo de la prisión preventiva en delitos de penas bajas. El índice de
prisión preventiva continúa siendo alto en los procesos penales sobre mujeres:
llegó al 60.4% en diciembre de 2017, superando en más del 10% los valores de
varones procesados (49.8%).
318
Informe anual 2018
Gráfico 19. Porcentaje de mujeres detenidas según situación procesal,
2014-2017.
Fuente: CPM en base los partes de población elaborados por el SPB y provistos por el Ministerio de Justicia
(2014-2017).
A partir de las bases del SNEEP correspondientes al año 2016, podemos analizar
más detalladamente lo relacionado con la situación procesal de las mujeres deteni-
das. De 1.218, 706 (58%) estaban procesadas sin condena firme. Sabemos la fecha
de detención de 690, sobre las que se calcula el tiempo de detención sin condena
firme: 47.4% llevaba hasta 1 año detenida sin condena firme; 52.6% llevaba más de
1 año y 14% llevaba más de 3 años, el plazo máximo establecido por ley.
Por otra parte, del total de condenadas para el año 2016 el 56% tenía penas me-
nores a 6 años. Esto se corresponde con el tipo de delitos por el que son deteni-
das: un 31% por infracción a la ley 23.737 (tenencia y tráfico de estupefacientes)
y un 28.2% por hurtos, robos y otros delitos contra la propiedad (ver en anexos
los datos completos desagregados).
319
Informe anual 2018
Tabla 32. Cantidad de mujeres condenadas,
según duración de la condena (2016).
Tabla 33. Personas detenidas con monitoreo electrónico según género (valores
porcentuales), Buenos Aires, 2014-2017.
Varones Mujeres
2014 1.4% 10.3%
2015 2.3% 15.0%
2016 3.0% 18.7%
2017 3.4% 22.0%
Fuente: CPM los partes de población elaborados por el SPB y provistos por el Ministerio de Justicia.
320
Informe anual 2018
Gráfico 20. Cantidad de niños y niñas detenidos junto a sus madres (enero
2015/diciembre 2017).
Fuente: CPM en base a los partes de población elaborados por el SPB y provistos por el Ministerio de Justicia.
321
Informe anual 2018
as menores de cinco años. Los obstáculos, lejos de ser desactivados, se com-
plejizan en el tiempo y responden a la priorización de criterios burocráticos y
administrativos que no contemplan las condiciones de vida fuera de la cárcel.
322
Informe anual 2018
Tabla 34. Acceso a morigeración de la pena por género, Buenos Aires, 2016.
Medida Varones Mujeres
Acceso a salidas transitorias 2.3% 2.5%
Acceso a régimen de pre libertad 14.5% 8.2%
Acceso a régimen de prisión discontinua 2.6% 1.6%
No acceso a reducción de la pena 41.7%* 47.1%*
* Estos valores deben analizarse teniendo en cuenta el alto porcentaje de “sin datos”: 58.1% en varones y 47.1%
en mujeres. Fuente: CPM en base a datos del SNEEP (Bases SNEEP 2016).
323
Informe anual 2018
Tabla 35. Cantidad de personas detenidas según última situación laboral antes
de la detención, por género (valores absolutos y porcentuales),
Buenos Aires, 2016.
Sexo
Última situación laboral Masculino Femenino
Sin dato 1.489 4.6% 0 0.0%
Trabajo en tiempo 6075 18.7% 135 11.1%
completo
Trabajo en tiempo parcial 11.010 33.9% 252 20.7%
Desocupado/a 13.888 42.8% 831 68.2%
Total 32.462 100% 1218 100%
Fuente: CPM en base a los datos publicados por el SNEEP (Base SNEEP 2016).
Como sostiene Rita Segato (2003), la violencia contra las mujeres tiene un ca-
rácter simbólico que traspasa la individualidad de quien es afectada directa-
mente; así, una sanción individual -una golpiza o un traslado- interpela y busca
disciplinar al colectivo de mujeres detenidas. La violencia propia de la cárcel se
manifiesta en sus cuerpos a través de mecanismos de poder tendientes a su con-
trol, sometimiento y fragilidad. El poder carcelario sobre ellas se materializa en
sus cuerpos a través de distintas técnicas violentas desplegadas por los agentes y
funcionarios del servicio penitenciario: el aislamiento, las requisas, la represión,
las agresiones físicas y los traslados arbitrarios son algunas.
Desde el año 2006 se denuncian desde la CPM las condiciones de detención de
mujeres en tanto constituyen distintos tipos de tortura y malos tratos: falta de
adecuación de la infraestructura, altos niveles de violencia física -represiones
violentas y agresiones-, requisas vejatorias, traslados gravosos, aislamientos y
un deficiente sistema de atención de la salud; son sus principales modalidades.
Estas cuestiones puntuales, sumado a la ausencia total de una perspectiva de
género en todas las políticas que atañen a esta población, conforman el marco
de vulneración de derechos de las mujeres detenidas.
Durante el 2017 realizamos 25 inspecciones a lugares de detención de mujeres,
programadas o sorpresivas, en el marco del monitoreo de las condiciones de
detención o como respuesta a situaciones de emergencia. Asimismo, realizamos
324
Informe anual 2018
6 presentaciones colectivas (habeas corpus, informes y denuncias penales) por
hechos de violencia, condiciones inhumanas de detención y el régimen estricto
de vida que padecen las detenidas. A su vez, se realizaron 292 presentaciones
individuales por detenidas en cárceles de mujeres (no se consideran los anexos).
Vale remarcar que en las entrevistas con detenidas en cárceles exclusivas para
mujeres nos comunicaron 792 agravamientos, de los cuales 213 correspondían
a deficiente atención de la salud, 142 a afectación del vínculo familiar, 111 a
cuestiones procesales y 81 a malas condiciones materiales (para ver el detalle de
todos los agravamientos ir a Anexos).
Una de las denuncias realizadas por este organismo98 fue a partir de la represión
en la UP 8 de Los Hornos, luego del fallecimiento de una mujer por falta de
atención médica. A continuación presentamos parte de la denuncia realizada, a
partir de la voz de quienes la padecieron:
98 Causa PP-06-00-026843-17/00 que tramita ante la UFIJ nro. 7 del Departamento judicial de La Plata, ca-
ratulada “Personal Servicio Penitenciario Unidad 8 La Plata s/ severidades, vejaciones y/o apremios ilegales”.
325
Informe anual 2018
En el relato de los hechos se identifican los siguientes tipos de tortura: agresio-
nes físicas (golpes, disparos, gas pimienta, tirones de pelo), verbales (hostiga-
miento), amenazas de muerte, deficiente atención de la salud. Acorde con la
multidimensionalidad de la tortura, todos tienen como consecuencia nuevos
hechos de tortura: terminaron en el aislamiento extremo como modalidad de
castigo, el padecimiento de requisas violentas y traslados arbitrarios de 5 (cin-
co) mujeres sin intervención de la justicia. Pero esto no es todo: estas prácticas
violentas las realizan hombres sobre el cuerpo de las mujeres.
En las unidades carcelarias inspeccionadas observamos gran presencia de per-
sonal masculino donde se alojan mujeres, hecho vinculado a la intervención
ante situaciones de alta conflictividad y también al cumplimiento de funciones
administrativas y de seguridad en forma permanente, contrariando lo dispuesto
por la normativa internacional99.
Durante 2017, detectamos que las modalidades y los despliegues de vio-
lencia por parte del personal penitenciario no distinguen entre varones
y mujeres. En las entrevistas registradas surge que, en el caso de las mu-
jeres, se produce una fuerte articulación entre violencia física, verbal y
simbólica: reciben patadas, trompadas, les tiran del pelo, las mangue-
rean con agua fría, las insultan y las humillan con palabras ofensivas
relacionadas con su género. En el marco de las entrevistas realizadas
fueron registrados los siguientes relatos:
- “(…) puta, la concha de tu madre, vos te vas a ir, esta es mi
cárcel…”, expresión del subdirector Edgardo López hacia una detenida
(entrevista a una mujer alojada en la UP 8 Los Hornos, el 20/07/2017).
- “Ingresaron a requisar en la celda, personal masculino además del
femenino, me esposan en las manos y me llevan a sanidad para sacarme una
placa pues suponían que tenía un celular en mis partes interiores, y es ahí
donde el señor López me decía ‘vos sos un hombre’” (entrevista a una mujer
alojada en la UP 8, 20/04/2017).
- “Entró el subdirector López, quien me golpeó y amenazó con gol-
99 Principios y buenas prácticas sobre la protección de las personas privadas de libertad en las Américas.
Principio XX. Adoptados por la Comisión Interamericana de derechos Humanos durante el 131º período
ordinario de sesiones, celebrado del 3 al 14 de marzo de 2008; Reglas mínimas para el tratamiento de los re-
clusos también se refieren a la formación especial del personal penitenciario, y en su regla 53, establece la regla
especialísima respecto de los custodios de la población penal femenina.
326
Informe anual 2018
pearme hasta matarme, me saca de requisa con más de 17 agentes masculi-
nos más la señora Peralta y Díaz, quienes son las jefas del SPB, y Ayala, jefa
de tratamiento. Después de un rato me traen a los buzones, a eso de las 3
de la mañana. Antes de sacarme me ponen de nuevo contra la pared, me
esposan y me bajan por la fuerza, me llevan a sanidad donde me quieren re-
quisar de nuevo, allí nuevamente entra López y me tira al piso con su propia
fuerza, se me sube arriba y me pone la rodilla arriba de la cabeza. Mientras
me requisaron y los demás me patearon en el piso a la altura de las costillas”
(entrevista a una mujer alojada en la UP 8 Los Hornos, 20/04/2017).
La violencia de género se despliega en las instituciones carcelarias a través de la
presencia de personal masculino destinado a garantizar, a través del uso de la fuer-
za física y sexual, el orden institucional y el tratamiento disciplinar de las mujeres
que no se adaptan a las normas institucionalizadas o al cumplimiento de su rol
femenino caracterizado centralmente por la docilidad y el sometimiento.
Desde la Comisión por la Memoria, hemos constatado hechos de violencia ejer-
cida por personal masculino que ha derivado en denuncias penales y en denun-
cias a asuntos internos del Servicio Penitenciario Bonaerense, solicitando la in-
vestigación adecuada de los mismos y el apartamiento del personal masculino.
Otra modalidad relevada de tortura son las requisas corporales, que se caracterizan
por la violencia con la que se despliegan y por su carácter vejatorio: son expuestas a
desnudos innecesarios teniendo que exhibir sus cuerpos ante otras detenidas, perso-
nal médico y penitenciario. Forman parte de las prácticas violentas que soportan las
mujeres que se encuentran detenidas y aparecen en la totalidad de los testimonios de
las mujeres entrevistadas. Como lo indicó la CIDH en el caso Castro100, estas prác-
ticas deben ser enmarcadas en el tipo de violencia sexual que afectan al colectivo
femenino, tanto para las detenidas como para quienes las visitan.
Una de las modalidades de este tipo de tortura es el desnudo parcial: las muje-
res deben levantarse la remera y el corpiño mostrando los pechos desnudos, y
después bajarse los pantalones y la ropa interior para ser vistas. Otra modalidad
100 Según la decisión de la Corte IDH en el caso Castro, sustentada en la Convención para prevenir, sancionar y erra-
dicar la violencia contra la mujer: “la violencia sexual se configura con acciones de naturaleza sexual que se cometen en
una persona sin su consentimiento, que además de comprender la invasión física del cuerpo humano, pueden incluir
actos que no involucren penetración o incluso contacto físico alguno”. El fallo dispuso que “las revisiones vaginales
practicadas en total ausencia de regulación, practicadas por personal policial y no de salud, y como una medida prime-
ra y no de último recurso en el objetivo de mantener la seguridad en la prisión, constituye violencia contra la mujer”.
327
Informe anual 2018
es la del desnudo total: las detenidas deben sacarse toda la ropa, entregarla al
SPB que también la requisa y luego adoptar posturas humillantes (como hacer
sentadillas), a fin de profundizar el registro en la zona genital-anal, para luego
quedar durante varios minutos desnudas frente al personal y sus compañeras.
Estas modalidades van adoptando distintas características: según los testimo-
nios recabados durante el monitoreo, en general son obligadas a levantarse el
corpiño o bien les pasan las manos por los aros y bordes del mismo. También
suelen ser provocadas al pasarles la espada (el detector de metales) varias veces
entre las piernas, sobre la vagina y por distintas partes del cuerpo. En ocasiones
hacen sonar la espada intencionalmente para sacar a alguien del pabellón o san-
cionarlas. Este instrumento de control del cuerpo forma parte de una rutina de
prácticas degradantes y humillantes con un fuerte impacto material y simbólico.
Pero no sólo se trata de la violencia sobre el propio cuerpo. En las requisas de pabe-
llón, mientras permanecen semidesnudas, ingresan hombres armados y con escudos,
que miran desde la puerta y a veces también entran a las celdas. En el caso de las mu-
jeres que viven con sus hijos, este tipo de violencia es particularmente invasivo: “acá
te revisan todo... hasta el pañal puesto del nene” (entrevista a detenida en la UP 33).
El aislamiento, como tipo específico de tortura, se aplica de manera generalizada
como modalidad de sanción. Consiste en la imposición de un encierro prolonga-
do de 20 a 24 horas en las celdas propias o en áreas específicas de la unidad, estén
o no destinadas a ese fin, como el sector de sanidad. Tal como lo definimos en
nuestros sucesivos informes anuales, el aislamiento es “la cárcel dentro de la cár-
cel”, un espacio que aglutina todas las violencias. Es una práctica utilizada como
instrumento de control a la que son sometidas las mujeres detenidas. Tal como lo
describe Pilar Calveiro (2012) “el aislamiento en los sistemas penitenciarios es una
modalidad de castigo utilizado por el Estado para controlar, modular o cortar los
flujos comunicacionales de las personas detenidas entre sí y con sus redes familia-
res”. En las cárceles de la Provincia se instrumenta de diversas formas: puede ser en
las celdas de castigo denominadas buzones o en celda propia, de manera solitaria o
colectiva. En la mayoría de las unidades y anexos de mujeres, los pabellones de ais-
lamiento no tienen luz natural y se encuentran en pésimas condiciones materiales.
En el mes de abril de 2017, en los buzones de la UP 8, constatamos que:
(…) al momento de la inspección se alojaban tres mujeres que están allí
328
Informe anual 2018
desde hace más de un mes. Las condiciones materiales no son las apropia-
das: las griferías de los lavabos están en pésimas condiciones perdiendo
agua, y trae como consecuencias [...] humedad constante en la celda; hace
frío, situación que empeora debido a la falta de luz natural y falta en los
vidrios de los ventiluces. Los colchones están en muy mal estado, hú-
medos y deformados. Las detenidas conviven con un olor nauseabundo
producto de la falta de limpieza. Están 23 horas encerradas, pudiendo
salir media hora para bañarse y hablar por teléfono. No reciben adecuada
atención de salud. Refieren que se cortan las líneas del teléfono por lo cual
no pueden comunicarse con el .exterior (informe de campo, inspección
realizada el 20/04/2017, UP 8 de Los Hornos).
Como puede verse en la cita anterior, los espacios de aislamiento conjugan las
distintas modalidades de tortura, reforzando el impacto sobre quienes la pade-
cen: malas condiciones materiales, desatención de la salud, afectación del vín-
culo familiar. La cárcel dentro de la cárcel. A esto se suma que el traslado hacia
estas celdas no siempre se efectúa junto con los elementos personales de las
mujeres. Las salidas autorizadas para higiene personal varían en cada unidad,
pero nunca superan la hora de duración. Durante la medida de aislamiento, las
autoridades penitenciarias impiden el contacto con otras detenidas y con sus fa-
miliares -incluso con los hijos- y, en algunos casos, las llamadas telefónicas. Este
mecanismo de castigo conlleva además una serie de trastornos psicológicos que
muchas veces derivan en intentos de suicidio y heridas auto infligidas.
329
Informe anual 2018
ción judicial por requisas violentas y falta de asistencia en salud- y a la UP 33 de
Los Hornos -las presentaciones judiciales realizadas involucran deficiencias en
la asistencia a la salud tanto de las mujeres como de niños y niñas detenidos/as
junto a sus madres. En el análisis de estos registros se puntualizará en las defi-
ciencias del sistema de atención de la salud y en las condiciones carcelarias que
producen o empeoran las afectaciones a la salud de quienes permanecen presas.
La UP 33 fue monitoreada en dos momentos del año, febrero y agosto, en los que
se recorrieron el sector de sanidad y los pabellones donde hay mujeres alojadas
con sus hijos/as. Por otra parte, la UP 8 se inspeccionó en distintos momentos
del año, para realizar un seguimiento de los agravamientos registrados y denun-
ciados; en las realizadas en los meses de febrero y marzo, se recorrió el sector
de separación del área de convivencia (SAC), el pabellón de adultas mayores
(PAM), el sector de admisión, los pabellones 1, 3 y 4, la unidad sanitaria y el
sector de depósito y cocina.
Durante el monitoreo en ambas unidades se registró ausencia de políticas de
acceso y atención de la salud, agravadas por el despliegue de prácticas violentas
sobre las mujeres con la connivencia de los profesionales del sector de sanidad.
Otro agravante es que las víctimas de un sistema de desatención de la salud eran
colectivos especialmente vulnerables: embarazadas, mujeres que estaban atrave-
sando el puerperio y niños y niñas detenidos juntos a sus madres.
En cuanto al acceso a la asistencia médica, en la UP 8 constatamos la gravedad
del estado de salud de varias de las detenidas entrevistadas y examinadas por la
perita médica Dra. Emma Virginia Creimer, que formaba parte de nuestro equi-
po de monitoreo: mujeres con cáncer, hipertensión, diabetes, enfermedades de-
generativas y otras sin tratamiento continuo ni dieta adecuada. Para acceder al
sector de sanidad, las detenidas debían desplegar diferentes medidas de reclamo
y protesta (golpear puertas, por ejemplo) que no siempre daban los resultados
esperados y solían derivar en sanciones o requisas violentas. En la UP 33 también
se registró que el acceso a sanidad se encontraba mediado por el SPB y que los
médicos no recorren los pabellones. Esto generaba dificultades al momento de
advertir y tratar situaciones de salud, especialmente grave en los casos de niños
y niñas como también de mujeres embarazadas, cuando una atención temprana
puede ser determinante. En el SAC de la UP 8 el acceso era incluso más dificultoso
330
Informe anual 2018
por el aislamiento que impide la vinculación entre mujeres, por lo que la media-
ción de los agentes del SPB adquiere más fuerza. En el pabellón 1 las detenidas
entrevistadas dijeron: “Para que te saquen tenés que hacer quilombo, y cuando te
llevan no tienen medicamentos”; en el 3 manifestaron que tienen que protestar y
golpear las rejas para que las lleven a sanidad, incluso para dos que tienen cáncer
y viven encerradas en ese pabellón. Esta modalidad de protesta como estrategia
para recibir atención se repite también en la UP 33 donde la situación de salud de
los niños y niñas lleva muchas veces a la desesperación de sus madres frente al
ninguneo de los agentes del SPB para llevarlos al sector de sanidad. En la entre-
vista con el personal de salud, surgió como un problema recurrente la pérdida de
turnos médicos, porque los guardias del SPB no llevan a las detenidas al sector.
La desatención de la salud produce un deterioro evidente. En la UP 8 nos en-
contramos con personas con patologías crónicas que no recibían atención ade-
cuada, en muchos casos no les realizaron los estudios ginecológicos anuales de
control y prevención y, en los casos en los que accedían, no accedían los resulta-
dos. La atención psicológica no era confidencial ni privada: el consultorio psico-
lógico no tenía las paredes hasta el techo, por lo que desde los demás espacios se
escuchaba todo lo que allí se hablaba. En la UP 33 el psiquiatra las ve solo para
verificar la medicación que consumen, sin realizar un tratamiento complemen-
tario. A esto se sumaba el maltrato por parte del personal de sanidad: “uno de
los enfermeros nos verduguea cuando nos atiende y nos atiende drogado”. En
la UP 33, tres días a la semana no contaban con la presencia de un pediatra. En
ninguna de las unidades se registran controles periódicos de salud en casos de
tratamientos por patologías generales, no se desarrollan tareas de promoción
y prevención en salud, ni se tiene en cuenta la especificidad de la población a
la que deberían atender; las mujeres no reciben información pre y post parto,
como tampoco sobre las enfermedades que pueden atravesar sus hijos e hijas
durante sus primeros años de vida.
Es de destacar la falta de respuestas adecuadas ante las consultas médicas realizadas.
En las primeras inspecciones del año a la UP 8, la Dra. Creimer realizó evaluaciones
médico legales a 16 detenidas que presentaban diversas patologías: se identificaron
7 casos de extrema gravedad (con necesidad de atención médica y tratamiento in-
minente), 7 casos de mediana gravedad (con necesidad de diagnóstico inminente, y
331
Informe anual 2018
posible necesidad de atención médica y tratamientos), y 2 casos sin patologías.
Otro problema que surgió en ambas unidades es la falta de medicamentos.
Puntualmente, se registró en la UP 33 que quienes cursaban detenidas el primer
trimestre de embarazo no recibieron ácido fólico. Al momento de las inspeccio-
nes tampoco contaban con anticonceptivos. En cuanto a la provisión de otros
insumos, destacamos que para los/as niños/as entregan tres veces a la semana
pañales, claramente insuficientes: en caso de diarrea, les piden certificado mé-
dico para la entrega de más pañales, situación que desgasta a las madres ya que
deben renegar por las dificultades ya descritas en relación al acceso al sector, y
porque una vez allí dificultan y demoran la atención.
A esto se suman las falencias estructurales y materiales en ambas unidades:
- En la UP 8 no había ambulancia, por lo que cuando deben tras-
ladar a alguien lo hacen en móviles comunes; mientras que en la UP 33 el
móvil que utilizaban para los traslados no era de uso exclusivo del sector.
Frente a una emergencia podría estar siendo utilizado para un traslado
por comparendo, poniendo en grave riesgo a las personas encarceladas.
- En cuanto a los sectores de internación, la UP 8 no cuenta con un
espacio destinado a ese fin y en la UP 33 no era utilizada para el alojamien-
to de personas con problemas de salud sino para personas con conflicto
en otros pabellones. En el momento de la inspección había dos personas;
una estaba allí desde hacía varias semanas a pesar de haber solicitado aloja-
miento en un pabellón; cursaba la semana 30 de embarazo y permanecía en
un aislamiento casi absoluto. No se podía cocinar y la higiene de la celda no
era la adecuada, no accedía a duchas, sino que debía bañarse en la misma
celda en pésimas condiciones materiales.
- Las condiciones materiales que definen el contexto en el cual
transitaban la enfermedad eran: humedad, escasa higiene, cucarachas,
colchones en malas condiciones.
- En la UP 33 nos entrevistamos con la obstetra de guardia, quien
especificó que uno de los problemas es la alimentación para las emba-
razadas, ya que reciben la misma dieta que sus compañeras: escasa car-
ne, y mala calidad y estado de las verduras. Los/as niños/as no reciben
lácteos, cereales ni suplementos dietarios acordes a la edad.
332
Informe anual 2018
Las entrevistas y las evaluaciones médicas realizadas en ambas unidades dan
cuenta de la falta de un tratamiento integral a los problemas de salud, ya que
no se contemplan las condiciones de alojamiento donde deben cursar sus tra-
tamientos, la alimentación que reciben y la posibilidad de acceder a espacios al
aire libre. En ese sentido, el personal del sector de sanidad sólo menciona en las
entrevistas todo lo relacionado a la provisión de medicamentos e insumos o can-
tidad de consultas o estudios, sin ponderar otros factores igualmente importan-
tes en el tratamiento de enfermedades como las detectadas en la unidad penal.
Algunos casos registrados:
- Caso 1: padecía de una artritis reumatoide deformante, con las
articulaciones de ambos lados del cuerpo afectadas, fracturas patológicas,
dolores de distinta intensidad, articulaciones con pérdida del rango de mo-
vimiento y gravemente deformes. Patología que requiere control periódico
mediante especialistas, imágenes y laboratorio. Nada de ello se cumple.
- Caso 2: presentaba grave inestabilidad emocional. Gastritis por
antecedentes de pinzamiento vertebral. Lesión en región sacro coxígea.
Intenso dolor en la zona. Presentaba secreción activa en la zona y su
secreción era quirúrgica. Con alteración en la marcha y actividad coti-
diana, lo que desencadenaba nuevas patologías como edema en región
pertrocantérea derecha, generando un síndrome del trocánter mayor.
Requería asistencia por especialistas, evaluación semiológica, imageno-
logía y de laboratorio, así como resolución quirúrgica. Ninguna de estas
medidas se llevó a cabo.
- Caso 3: padecía obesidad mórbida, diabetes, dislipemia, hiper-
tensión arterial, asma. En el momento del examen médico legal se solicitó
al médico de guardia la atención de la mujer, cuestión que es negada por
éste, siendo así necesario solicitar la atención extramuros urgente.
Además de estos y otros casos con patologías complejas que requieren un es-
pacio y abordaje específico, se registraron situaciones de salud producidas o
condicionadas por el espacio carcelario. A continuación enfocaremos casos de
desatención de la salud en los que se identifican además la mayoría de los otros
tipos de tortura, agravando el proceso que atravesaba la persona detenida.
En abril de 2017, se recorrieron los sectores de aislamiento (SAC) de la unidad 8
333
Informe anual 2018
donde nos entrevistamos con mujeres que padecían diferentes problemas de sa-
lud, consecuencia directa o indirecta de las torturas de las que fueron víctimas.
Una de las entrevistas fue con una mujer condenada desde hacía cuatro años y
dos meses, a disposición del Juzgado de Ejecución 1 de La Plata. Permanecía
en dicho sector desde hacía 30 días en absoluto aislamiento; una semana antes
la habían golpeado agentes masculinos del SPB: la amenazaron de muerte y la
trasladaron golpeándola hasta sanidad, donde le dieron una inyección que la
durmió; luego de ello la trasladaron nuevamente a buzones. Estaba muy dolori-
da, especialmente en la espalda, sentía temblores en todo el cuerpo y había per-
dido mucho peso. El lugar donde estaba alojada era sumamente frío y no podía
dormir. Había tenido neumonía y, por los síntomas que presentaba -dolores de
espalda, pérdida de peso, vómitos-, temía padecer tuberculosis. En el marco de
la entrevista se mostró sumamente angustiada y desanimada ante el prolongado
aislamiento, situación que requería de urgente atención psicológica.
Otra mujer entrevistada en el mismo sector estaba cargo del Juzgado de Ejecución
2 de Morón, condenada a cinco años y dos meses y detenida desde hacía 8 meses.
Fue golpeada por los agentes masculinos del SPB 11 días antes de nuestra entre-
vista: aún tenía marcas de golpes en su rostro, derrame en el ojo izquierdo, veía
borroso y le dolía la cabeza. La había evaluado un oftalmólogo luego de la golpiza,
pero no volvieron a llevarla a los controles posteriores que le habían indicado.
Además, recibía medicación psiquiátrica (cinco pastillas por día), sin ningún tipo
de control o seguimiento. Se encontraba en aislamiento: permanecía 23 horas por
día en la celda, y salía únicamente para bañarse y hablar por teléfono.
En estas situaciones descriptas se enuncian lógicas del acceso y la modalidad de la
estructura sanitaria. En primera instancia, las mujeres fueron golpeadas por hombres
del SPB, una mientras era trasladada al sector de sanidad donde los profesionales y/o
personal participaron o silenciaron esta situación. En ambos casos los golpes impar-
tidos generaron lesiones y dolores que requerían atención y cuidados que no fueron
garantizados en su totalidad; al mismo tiempo, luego de la atención profesional debe-
rían realizar la denuncia por torturas, cosa que no hicieron. Las condiciones descriptas
agravan los cuadros de salud, sumado al aislamiento al que son confinadas.
A mediados de año tomamos contacto con otra situación de gravedad en esta
unidad: la muerte de una mujer de 49 años que fallece luego de varios días de
334
Informe anual 2018
reclamar por acceso a la salud, lo que fue ignorado por el SPB y el sector de
sanidad. Luisa Elena Cienfuegos Melgarejo se encontraba alojada en la UP 8,
privada de la libertad desde hacía dos años y dos meses. Desde su ingreso ha-
bía puesto en conocimiento al SPB sobre su precaria situación de salud, ya que
padecía diabetes, hipertensión, reumatismo y obesidad mórbida (presumible-
mente secundaria a córticoterapia). La documentación provenía de la historia
clínica de un hospital extramuros (Hospital de Monte Grande) como también
las indicaciones sobre dieta y tratamiento medicamentoso que debía recibir en
forma permanente. A pesar de esto, se hizo caso omiso a su especial estado de
salud, por lo que nunca recibió dieta especial. La unidad se limitó a proveerle
medicación para la diabetes: para el resto de la medicación que necesitaba de-
pendía de que alguno de sus hijos pudiera visitarla, que pasen la requisa previa
a la visita familiar y que se la proporcionen. Durante los dos años que estuvo de-
tenida reclamó en innumerables ocasiones atención médica y dieta, ya que sus
síntomas se iban agravando con descompensaciones cada vez más frecuentes, a
tal punto que el reclamo era reforzado por sus compañeras. En varias ocasiones
presentó crisis hipertensivas que fueron medicadas hasta estabilizarla, siendo
remitida nuevamente al pabellón. Sólo en una ocasión desde el área de sanidad
se solicitó una interconsulta con el servicio de cardiología de la UP 22, pero
no fue concretada por falta de traslado. Bajo esas circunstancias fueron trans-
curriendo los días de esos más de dos años, sometida a un sufrimiento físico y
psicológico extra a la pena impuesta por la ley.
Es en ese contexto que el 15 de julio de 2017, en el marco de la visita de sus fa-
miliares, sufre una descompensación y es trasladada con urgencia al servicio de
sanidad de la Unidad donde al verificar la gravedad de la situación se la deriva
al UPA (Unidad de Pronta Atención) ubicada en la zona. A las 12.45 hs, Luisa
Elena fallece como consecuencia de lo que se diagnostica como un infarto de
miocardio, consecuencia mediata de su problema de base.
Luisa Elena Cienfuegos Melgarejo, con 49 años y dos bajo custodia del Estado
–que había ingresado con diagnósticos y prescripciones claras, y solamente era
necesario que se le suministrara la dieta y la medicación pertinentes- se consti-
tuyó en una nueva víctima de la desidia y el menosprecio por la vida que sufren
las personas privadas de la libertad.
335
Informe anual 2018
Luego de esta muerte, y frente a la reacción de muchas de sus compañeras de pa-
bellón, el SPB solo respondió con más violencia y tortura -como fue descripto más
arriba- y las víctimas no fueron atendidas aunque presentaban impactos de balas
de goma y muchas se desmayaron por inhalar gas pimienta. Aunque sumaron un
nuevo tipo de tortura: después de la represión fueron puestas en aislamiento en
sus celdas. Según los relatos relevados, las mujeres con heridas y perdigones en
sus piernas fueron sacadas del pabellón arrastradas de los pelos, a golpes de puño
y recibiendo amenazas constantes hasta llegar al sector de sanidad. Algunos tes-
timonios refirieron que, luego de ser revisadas superficialmente por los médicos,
fueron nuevamente golpeadas por el Sr. López. Así, ante prácticas violentas del
SPB, que producen daños en el cuerpo de las personas detenidas, el sector sanita-
rio es participe de estas torturas, desconociendo todo principio de ética profesio-
nal. Frente a la crisis, impotencia y angustia provocada por el fallecimiento de una
compañera, no hubo medidas que contuvieran y acompañaran a las mujeres; por
el contrario, sufrieron una represión violenta que pone de relieve las falencias en
términos de atención y garantía de la salud en la Unidad.
En diciembre se realiza una nueva inspección junto a la Defensoría de Casación
Penal de la Provincia, en la que nuevamente se detectaron -además de otros ti-
pos de tortura y/o malos tratos como malas condiciones materiales de detención
y deficiente alimentación- problemas en el acceso y atención de la salud: defi-
ciente acceso a turnos en hospitales extramuros, ausencia de dietas especiales
para personas con diabetes, problemas de presión, VIH y TBC. A raíz de esto, se
realizó una nueva presentación judicial por la desatención de la salud de 11 mu-
jeres que presentaban problemas de salud sin tratar: una mujer con problemas
traumatológicos, dos con VIH, tres con hipertensión, una con problemas oftal-
mológicos, dos con cáncer, una con un quiste ovárico y otra con gastroenteri-
tis. Ninguna recibía adecuada atención. Frente a estas situaciones las respuestas
judiciales han resultado insuficientes e inadecuadas, no generaron mecanismos
que garanticen su ejecución y cumplimiento, y en algunos casos expusieron a las
mujeres ante el SPB, lo que profundiza su vulnerabilidad.
En las estructuras sanitarias de las unidades 8 y 33 persisten dos graves problemas:
- Ausencia de políticas de atención de la salud integrales que
apunten a la promoción y protección de la salud como a la atención
336
Informe anual 2018
específica en el caso de enfermedades desarrolladas o problemas diag-
nosticados.
- Ausencia de política y mirada de género que permita abordar
las situaciones problemáticas de la cárcel en ese sentido, lo que acarrea
fuertes problemas en términos de salud, en su sentido más integral.
En el SPB, y particularmente en las unidades sanitarias en las cárceles, existe una
mirada que no diferencia en problemas que puedan tener las personas trans, varo-
nes, mujeres, niños/as, jóvenes y mujeres alojadas con sus hijos/as. Suelen enten-
derse los problemas de la misma manera, con el mismo impacto y esto obstaculiza
pensar en políticas que contemplen las diferentes identidades de género.
La mayoría de las sanidades de las cárceles de mujeres tienen ginecólogas; esa es
una diferencia específica, pero no se implementan políticas diferenciadas en la
promoción y prevención de la salud que contemplen temas como la educación
sexual integral desde una mirada de género que permita interrogar los lugares es-
tereotipados que han ocupado y ocupan dichas mujeres en su cotidiano. No se tra-
bajan aspectos vinculados a la atención de salud física, emocional y simbólica de
mujeres que atraviesan embarazos, puerperio y crianza de niños/as en el encierro.
337
Informe anual 2018
mismo en que no son registradas por su identidad de género sino por el nombre
otorgado al nacer. Por otro lado son recluidas en pabellones junto a detenidos va-
rones con causas por delitos contra la integridad sexual, asimilando la transexua-
lidad a un delito sexual. La falta de datos en relación a la identidad autopercibida
deriva en una inexistente producción de otro tipo de información que dé cuenta
de la realidad particular que atraviesan estos grupos cuando son encarcelados.
Sucede con diversas prácticas discriminatorias en el ámbito del Poder Judicial,
que reproduce los prejuicios que aún prevalecen en parte de la sociedad. El
rechazo del sistema judicial a esta población constituye uno de los obstáculos
principales para el acceso a la justicia. Esto se refleja, además, en la dificultad
que deben atravesar para realizar denuncias de violencia y abuso, así como para
acreditar la condición de víctima. Luego del avance legislativo con la ley de iden-
tidad de género 26.743 del año 2012, desde el SPB informan que se han diseña-
do protocolos de actuación para el alojamiento, control, registro y traslado de
personas trans. Sin embargo su aplicación es obsoleta pues no existen políticas
de sensibilización y capacitación en género, identidad de género y sexualidades
entre las/os operadoras/es judiciales y el personal de la fuerza de seguridad.
Por otro lado, nos encontramos con que la desatención de la salud de personas
trans deriva en muertes evitables. Durante el 2017, han fallecido tres personas
por enfermedades no asistidas: Pamela Macedo Panduro, Angie Velázquez Ra-
mírez y Damaris Becerra Jurado.
A continuación describiremos las dimensiones centrales que adquiere la des-
atención de la salud de trans/travestis, a partir de entrevistas a las personas
detenidas:
- Imposibilidad de continuar o comenzar tratamientos hor-
monales.
- Pérdida de turnos en hospitales extramuros.
- Falta de atención por profesionales especializados y con for-
mación o, al menos, sensibilidad de género. Las personas que ingre-
san al penal muchas veces no son atendidas por un profesional médi-
co, solo son revisadas de visu por personal de enfermería.
- Alto porcentaje de personas que padecen VIH entre la po-
blación trans; sin embargo, rara vez les realizan los controles necesa-
338
Informe anual 2018
rios ni se les respeta adecuadamente el suministro de medicación ni
de dieta especial indicada. En algunos de los casos, las personas que
ingresan realizando tratamientos en la calle, debieron suspenderlos
en su vida en el encierro debido a la falta de acceso y de controles
médicos. Tampoco reciben la medicación de protección gástrica,
fundamental para estos casos en que los cócteles de medicamentos
son fuertes y generan problemas estomacales.
- Como en el resto de las cárceles bonaerenses, los profesionales
de la salud no realizan recorridas periódicas por el pabellón y el acceso
a sanidad se encuentra mediado por el SPB, quien utiliza este poder
para extorsionar -muchas veces sexualmente- a las detenidas trans.
- No se respeta la aplicación de la ley 26.743 sobre identidad de
género, que indica la realización de trámites para los diversos trata-
mientos incluidos en el plan médico obligatorio.
Esto se produce en un marco en el que el trato o la vinculación médico-pacien-
te está determinada por una fuerte cuota de abuso de poder y violencia que se
expresa en que médicos y médicas se refieren a ellas por su identidad legal, y no
por la autopercibida. También se utiliza la condición de extranjeras de muchas
de ellas para violentarlas y negarles una correcta atención de su salud.
La falta de una política de salud o plan integral se traduce en acciones u omi-
siones que violentan derechos: falta de estudios epidemiológicos, falta de infor-
mación sanitaria básica, falta de personal o aparatología en los centros de salud,
falta de medicamentos, falta de historias clínicas legal y debidamente confeccio-
nadas, discontinuidad en los tratamientos, incumplimiento de los traslados a las
derivaciones para estudios o asistencia especializada, lugares de internación sin
la debida limpieza o condiciones mínimas, falta de colchones, deficiente presta-
ción alimentaria e incumplimiento en la entrega de dietas especiales prescriptas.
En cuanto a las condiciones de detención, en la inspección realizada en octubre
al pabellón 10 de la UP 2 -denominado trabajadores-autogestión-diversidad de
género y en los pabellones 2 y 11 de la UP 32 constatamos como agravamientos:
- la mala calidad en la comida suministrada, recibiendo como
dieta especial solo una ración de carne cruda por día;
- faltante de colchones;
339
Informe anual 2018
- falta de entrega de productos de limpieza o higiene personal;
- mal funcionamiento del sistema de calefacción, supliendo las perso-
nas aquellas fallas mediante uso de fuelles, en la UP 32 carecen de todo tipo
de calefacción;
- carencia de vidrios en ventanas de la celdas y del pabellón;
- precariedad de las instalaciones eléctricas, con cables a la vista
y carencia de enchufes;
- invasión de insectos en celdas, lugares comunes, cocina y área de
sanitarios;
- falta de agua en inodoro y en las piletas de la celdas en la UP 32;
- falta de agua caliente en los dos pabellones de la UP 32.
En este contexto se deben analizar las muertes producidas durante 2017 de tres
personas trans/travesti, producto de la desatención a la salud por omisión peni-
tenciario-médico y total abandono del Estado.
La muerte de las personas detenidas bajo custodia estatal es la peor consecuen-
cia de la privación del derecho a la salud y la ausencia de un plan sanitario sus-
tentable. Si bien se comprende por “muertes en el encierro” a todos los casos de
todas las personas muertas por cualquier causa mientras sus vidas están a cargo
de la administración penitenciaria en cualquier lugar que sucediera, aquí nos re-
feriremos a las muertes que son consecuencia directa o mediata de la privación
del derecho a la salud. La cárcel no es solo un contexto físico: es el gobierno del
SPB el que las produce en el contexto general de un sistema penal que viola de
manera generalizada los derechos de las personas que capta y encierra. .
En el ámbito penitenciario y judicial, estas muertes son denominadas “no trau-
máticas”, y responden a problemas de salud que el sistema penal no resolvió,
generó o agudizó, y que cuyo abordaje integral no fue promovido por los agentes
de la justicia, que siempre son sumamente traumáticas para víctimas, familiares
y compañeros/as de encierro.
Resoluciones judiciales
En junio de 2017, con motivo de la acción de habeas corpus colectivo impul-
sada por la CPM radicada ante el Juzgado en lo Correccional del departa-
mento judicial de Quilmes -caratulada “Habeas Corpus - Detenidos Unidad
340
Informe anual 2018
Penal Nº 32”- su titular se declaró incompetente para intervenir por entender
que ya estaba interviniendo el Juzgado Correccional Penal 2 del Departa-
mento Judicial La Plata, a cargo del Dr. Eduardo Eskenazi, en el marco de la
causa F-4032 de habeas corpus colectivo caratulada “Vázquez Haro Claudia
(OTRANS Argentina) s/ habeas corpus”. Se dispuso una serie de medidas
de acción y prevención a fin de garantizar la integridad física de las mujeres
trans/travestis privadas de su libertad en las comisarías de la ciudad de La
Plata y en las unidades penitenciarias de la provincia de Buenos Aires. Resol-
vió cuestiones en relación a la deficiencia en la atención sanitaria al colectivo
de mujeres trans/travesti alojadas en la UP 32: incumplimiento de la dieta
especial, deficiencia edilicias y respecto a las condiciones de detención de las
personas alojadas en el pabellón 9 y comisaría 11ª de La Plata.
En marzo de 2017 nos presentamos como amigos del tribunal ante la Cá-
mara de Apelaciones y Garantías en lo Penal del Departamento Judicial de
Azul en la causa 35118, caratulada “Dr. Diego Lucas Fernández Defensor
Gral. S/ Habeas Corpus Colectivo Unidad No 2.” a fin de aportar argumen-
tos a la presentación efectuada sobre el agravamiento de las condiciones
de detención que padecen las personas alojadas en la UP 2 respecto de la
vulneración del derecho a la salud y en particular aquellas que se encuen-
tran en el erróneamente denominado “pabellón de homosexuales”. El 17
de noviembre de 2017 se designa audiencia con el fin de elaborar un pro-
grama integral de acceso a la salud y las prestaciones contempladas por la
ley 26.743 para todas las personas que integran la comunidad transgénero
de la UP 2; articulación con programas de género e identidad sexual del
Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos aires, la tarea de consultar,
asesorar y tratamiento médico adecuado que permita a quien lo desee, ac-
ceder a las prestaciones que se contemplan en la ley 26.743; capacitación
para agentes del SPB, respecto a los derechos que prevé la ley, confección
de protocolo de acuerdo a los artículos 4 y 12 de la ley antes mencionada
para que previo consentimiento de cada persona, se inserten en todos los
registros oficiales y comunicaciones públicas y privadas el nombre de pila
autopercibido, como así también para su inscripción en el Registro Nacio-
nal de las Personas.
341
Informe anual 2018
- Relatos de la muerte
Pamela Macedo Panduro tenía 29 años, era de nacionalidad peruana y se en-
contraba privada de su libertad desde el 9 de noviembre de 2016. Fue detenida
y encerrada durante varios días en una comisaría de narcotráfico de La Plata
junto a otras personas; luego fue trasladada a la alcaidía 1 de La Plata donde
permaneció en una celda inhabilitada, enferma de tuberculosis; días después
-el 23 de diciembre de 2016- fue trasladada a la UP 32. Después de 5 días en los
que continuó la desatención a la salud, fue llevada e internada de urgencia en el
hospital zonal Mi Pueblo donde finalmente muere el 1 de enero de 2017.
Según lo constatado, a su ingreso en la Unidad se registra en el libro de atención
de sanidad “con tratamiento de toxoplasmosis, con medicación”. Sin embargo,
surge de los relatos de sus compañeras de pabellón, que ella no recibía medi-
cación. Ese mismo día por la tarde en el libro de sanidad se registra “cefalea
intensa”, atendida por la enfermera de turno. Finalmente, en el mismo libro el
día 26/12, se lista a Macedo entre 6 pacientes de infectología.
Mientras la institución gestionaba y registraba así la salud de Pamela, sus compa-
ñeras de pabellón indican que ella pasó 25 días en la comisaría en pésimas con-
diciones materiales, muy mal alimentada y con su salud ya muy comprometida.
Al llegar a la unidad penal fue encerrada en la celda 20 del pabellón 2, donde su
estado de salud se terminó de deteriorar: no podía caminar, vomitaba todo lo que
comía, tenía fiebre, le dolía mucho la cabeza. Su compañera de celda relata que
Pamela llegó a la unidad con fiebre, gritaba del dolor de cabeza, no podía dormir.
Pamela contó que le habían dicho que tenía un tumor en la cabeza.
Relatan sus compañeras que cuando la llevaron a sanidad el 23/12 le dijeron que
no tenía ningún papel que indicara que estaba enferma, por lo cual la devolvie-
ron a la celda (la atención de ese día está firmada por la enfermera). Según se in-
dica arriba, ya sufría todos los síntomas descriptos y en su historia clínica consta
justamente su historia. Al día siguiente volvieron a llevarla a sanidad, donde le
inyectaron una ampolla para el dolor -la víctima no sabía que medicamento le
suministraron. Ya en ese momento Pamela estaba muy débil, no se podía levan-
tar de la cama, no tenía fuerza ni para levantar un vaso de agua.
Los días 26 y 27 de diciembre su salud seguía empeorando: la sacaron a sanidad
pero no había médico para atenderla. Esos días Pamela no durmió en toda la
342
Informe anual 2018
noche por el dolor: “se revolcaba en la cama del dolor, le dolía la mitad de la
cabeza”. Durante esos días las compañeras de pabellón la llevaron alrededor de
6 veces a sanidad, sin conseguir que sea atendida. Finalmente, el día 28/12 la
sacan al hospital para que muera pocos días después. Según el director de la
Unidad, fue él (y no un médico) quién decidió la internación porque evaluó el
estado de la paciente como crítico.
Angie Velásquez Ramírez, de nacionalidad peruana, fue detenida el 18 de febre-
ro de 2017 en un supuesto operativo antidrogas y alojada en la comisaría 11 de
Ringuelet (inhabilitada para alojar detenidos por resolución ministerial y judi-
cial). Al momento de la detención, fue sometida a desnudez forzada mediante
una requisa íntima en la vía pública y -según el relato de la policía- le secuestra-
ron de su cuerpo una cantidad insignificante de estupefacientes. El 9 de marzo
fue trasladada a la UP 32, donde estuvo pocos días. Angie, tenía una enferme-
dad crónica que se mantenía controlada, pero durante el encierro se agravó. Por
eso fue trasladada a la cárcel hospital, UP 22, donde muere el 16 de marzo.
Damaris Becerra Jurado, de nacionalidad peruana, se encontraba detenida hacía
2 años y 3 meses a disposición del Tribunal Oral Criminal 3 del departamento
judicial de La Plata. Luego de padecer una enfermedad crónica la cual no con-
trolada debidamente y ante la falta de medicamentos, dieta especial y condicio-
nes necesarias de habitabilidad, el 26 de noviembre de 2017 fallece en la UP 32.
Se inició una causa judicial caratulada “averiguación de causales de muerte” que
tramita en la UFIJ 11, del departamento judicial de Florencio Varela.
- Conclusiones
Las prácticas carcelarias descriptas en este capítulo muestran qué lejos se en-
cuentra el Estado de generar políticas con perspectiva de género en instituciones
tan crueles y violentas como las cárceles, especialmente frente a mujeres y trans/
travestis. Cada mujer o trans acarrea una larga historia de discriminación y des-
valorización que se profundizan en el encierro carcelario. Las marcas violentas
de estas instituciones dan cuenta de la manera en que el cuerpo se transforma
en campo de disputa en el marco de las relaciones de poder patriarcales. Frente
a esto el Estado es parte activa de la violencia.
La situación de la población trans/travesti en contexto de encierro da cuenta de
343
Informe anual 2018
la extrema vulnerabilidad a la que son sometidas, tanto desde el sistema penal
como desde el patriarcado. Sus ya acotadas posibilidades de sobrevivir y la corta
esperanza de vida de este colectivo empeoran en la cárcel. El sistema opresor de
la heteronorma vulnera abiertamente desde el derecho a la salud hasta el dere-
cho a la identidad, teniendo como consecuencia el peor desenlace: la muerte, la
desidia, la indiferencia y la xenofobia en manos del Estado. Ante el incremento
de los números de estas muertes en contexto de encierro, es importante comen-
zar a hablar de víctimas de travesticidio o transfemicidio como crímenes de
género en los que el Estado, como opresor, debe ser el responsable y reparador.
La posibilidad de pensar de manera crítica estos conceptos ofrece una oportuni-
dad para producir nuevas estrategias de abordaje sobre este tipo de violencia en
contexto de encierro. Es urgente reflexionar acerca del alojamiento en cárceles
masculinas destinado al colectivo trans/travesti, y cómo deben ser tratadas por
agentes penitenciarios, profesionales de la salud y sobre todo por el Poder Judi-
cial, responsable de tomar medidas tendientes a subsanar y reparar la tortura y
el menoscabo que padecen.
344
Informe anual 2018
tos, estudios, curaciones; se suman falta de alimentos especiales, condiciones
edilicias que agravan los problemas y quiebre del contacto con los familiares,
quienes generalmente proveen los insumos necesarios para la subsistencia. En-
fermarse en la cárcel abre una perspectiva difícil para las personas detenidas: las
expectativas de vida son menores que fuera de ella.
Los suicidios y homicidios, de menor peso cuantitativo aunque no de relevancia,
también guardan relación con distintas dimensiones de la tortura penitenciaria.
Hay diversas instancias en las que la cárcel incide y genera las condiciones nece-
sarias para que se produzcan los suicidios, así como las hay también -aunque no
se utilizan- para detectar y prevenir potenciales conductas suicidas. La adminis-
tración de la escasez sumada a prácticas activas de los agentes penitenciarios -la
delegación del gobierno carcelario, el abandono del deber de custodia y la gestión
de armas blancas (facas)- derivan en escenarios de violencia interpersonal que
provocan muertes. Con todo, la visión oficial de los actores penitenciarios y judi-
ciales insiste en atribuir las causas de las muertes a la enfermedad (física o mental)
y a la violencia entre pares: una mayoría de fallecimientos por “causas naturales”,
seguidos por suicidios que responden a “decisiones individuales” y homicidios
producto de “problemas entre presos”, sin considerar el contexto y las circunstan-
cias en que ocurren, ambas cuestiones que señalan la responsabilidad estatal.
Parte de esa responsabilidad, una vez producidas las muertes, consiste en regis-
trarlas. Los poderes Ejecutivo y Judicial lo hacen de manera deficitaria, pese a te-
ner no sólo la obligación legal sino también la capacidad para esto. Como muestra
la siguiente tabla, ningún organismo oficial contabilizó el total de muertes ocurri-
das en los últimos dos años y, más grave aún, es que ni siquiera registraron la mi-
tad. A excepción de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, en 2017
los demás manifiestan un conocimiento de los casos inferior al del año anterior.
345
Informe anual 2018
Tabla 36. Porcentaje de muertes informadas por cada fuente respecto al total
de muertes producidas en contextos de encierro
bajo custodia del SPB, 2016-2017.
Fuente 2016 2017 Diferencia
Comité contra la tortura CPM 10% 32% 22%
Secretaría de DDHH provincial 22% 31% 9%
Medios de comunicación 1% 6% 5%
Corte Suprema de Justicia 46% 45% -1%
Procuración (informes trimestrales) 26% 16% -10%
Órganos judiciales 28% 14% -14%
Procuración (registro único de
77% 57% -20%
detenidos)
Ministerio de Justicia 93% 0% -93%
Fuente: registro anual de muertes producidas en contextos de encierro, CPM.
En el caso de los órganos judiciales (juzgados y tribunales del fuero penal), la mer-
ma puede entenderse en el marco de la modificación en 2014 de la resolución 2825,
a partir de la cual los jueces dejaron de estar obligados a informar a la CPM los
decesos ocurridos en contextos de encierro. Dicha reforma fue decidida por la Cor-
te (resolución 3452/14) con el objetivo manifiesto de centralizar la información en
su Subsecretaría de Derechos Humanos para la administración de un registro de
muertes (acordada 3826/16)101. Pero resulta evidente que este registro no viene fun-
cionando: según lo informado a la CPM, en los últimos dos años la Corte no relevó
siquiera la mitad de los fallecimientos ocurridos en cárceles y alcaidías provinciales.
También han disminuido los niveles de información de la Procuración General.
Por un lado, las oficinas judiciales insertas en las unidades penitenciarias reduje-
ron el porcentaje de fallecimientos que comunican en los informes trimestrales, ya
de por sí bajo. Regularmente sólo tres (de 49) procuradores relevan esta cuestión.
El Registro Único de Detenidos, por su parte, conoce los casos en función de que
toda muerte ocurrida en contexto de encierro deriva en una investigación penal.
Considerando entonces que para 2017 sólo informó el 57%, se abre el interro-
gante de si esto responde a un déficit registral o a que algunas muertes no están
siendo investigadas, incumpliendo los fiscales la resolución 115/13. Por último, el
346
Informe anual 2018
Ministerio de Justicia -al igual que hizo con el resto de la información solicitada a
fines de 2017- hasta la fecha de publicación de este Informe no remitió a la CPM
el listado de fallecimientos. Plantea una seria sospecha que, pasado ya un semestre
desde la finalización de 2017, siga sin hacerse pública esta información.
Aquí radica el mayor problema, ya que esta fuente es la que normalmente más
se acerca a la cifra real (en 2016 informó el 93%). No es posible reconstruir el
total de fallecimientos sin los datos del Ministerio. Por tanto, en este Informe
manejamos un total provisorio e incompleto para el año 2017 (ver anexo II).
Como respuesta a la desidia del Estado respecto al registro de los fallecimientos ocurri-
dos bajo su custodia, la CPM administra un registro anual de muertes producidas en
contextos de encierro, que se nutre de una multiplicidad de fuentes, mayoritariamente
oficiales: organismos de los poderes Judicial y Ejecutivo de la provincia de Buenos Ai-
res, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación y personas detenidas
o familiares. Como muestra la Tabla 36, la reducción de información oficial se viene
compensando con el aumento del relevamiento propio en el marco de las acciones de
monitoreo que hace periódicamente el Comité contra la tortura de la CPM.
347
Informe anual 2018
Gráfico 21. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB, 2008-2017.
102 La tasa de muertes en el Servicio Penitenciario Federal fue de 3,3 en 2016 -un punto más baja que en el
SPB- y de 3,5 en 2017 (cada 1.000 personas detenidas). Ver Boletín Estadístico Nº 9 de la Procuración Peni-
tenciaria de la Nación, 4º trimestre de 2017.
348
Informe anual 2018
Gráfico 22. Tasa de muertes cada 1.000 personas detenidas
bajo custodia del SPB, 2008-2017.
Entre 2008 y 2016 las muertes producidas por problemas de salud representaron
el 68%, los homicidios 21% y los suicidios 11%, con promedios anuales y men-
suales sumamente preocupantes103.
103 Sin contar en el total 149 muertes sobre las cuales se desconocen las causas, la mayoría correspondiente
a 2017.
349
Informe anual 2018
Gráfico 23. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB, según
causas, 2008-2016 (valores porcentuales y medios).
* No se incluye el año 2017 debido a que no se informaron las causas en el 40% de los casos.
Y, como muestra el Gráfico 24, las primeras son las que muestran el mayor in-
cremento: un 73% entre 2008 y 2016.
350
Informe anual 2018
Gráfico 24. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB, según
causas, 2008-2016 (valores absolutos).
* No se incluye el año 2017 debido a que no se informaron las causas en el 40% de los casos.
104 Informe del Relevamiento de las investigaciones penales preparatorias por homicidios dolosos, Provincia
de Buenos Aires, 2016, Procuración General. No se compara el año 2017 debido a que no se informaron las
causas de muertes en cárceles en el 40% de los casos.
105 Datos de mortalidad por causas externas, según grupos de edad, año 2016. Dirección de Información en
Salud, Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. Disponible en: http://www.ms.gba.gov.ar/sitios/
infoensalud/estadistica/hechos-vitales-y-demograficos/ (consultado el 17/05/2018).
351
Informe anual 2018
6.3 Las muertes en 2017
* Base: 111 casos con dato en la variable Edad (83% del total).
352
Informe anual 2018
40% de los casos se aglomeran en 3 departamentos: Lomas de Zamora (16%),
San Martín (13%) y La Matanza (11%), que también constituyeron la mayoría en
2016, siendo Lomas de Zamora el departamento que posee el mayor porcentaje
de personas fallecidas a su cargo en ambos años. Dentro de las procesadas, el
63% estaba a disposición de tribunales orales y el 37% de juzgados de garantías.
En cuanto a los lugares de encierro, durante 2017 se produjo al menos una muerte
en 37 de las 62 cárceles y alcaidías de la provincia de Buenos Aires. Cabe destacar
que el 82,5% ocurrió en establecimientos del SPB, mientras que las demás ocurrie-
ron bajo la modalidad de monitoreo electrónico a cargo de la misma institución.
353
Informe anual 2018
cuando la intervención de los médicos poco puede hacer para torcer la tendencia
del deterioro y el abandono acumulados. Entre ambos establecimientos suman
el 42% de las muertes, ocurriendo el 29% en hospitales y el 13% en la unidad 22.
108 Dentro de la categoría sin especificar incluimos: I) Si la fuente dice “muerte traumática” sin especificar
si fue homicidio, suicidio o accidente. II) Si la fuente refiere a las causas inmediatas de la muerte, como “paro
cardio-respiratorio traumático”, “paro cardio-respiratorio no traumático”, “falla multiorgánica”, etc. III) Cuan-
do existe comunicación judicial pero en ella no se define la causa de muerte explícitamente.
354
Informe anual 2018
Como las fuentes oficiales no informan o no investigan las causales de las muer-
tes que se producen en contexto de encierro, se busca complementar dicha in-
formación a través del uso de fuentes alternativas109. Hemos podido reducir mí-
nimamente la faltante de datos (Tabla 41), permitiendo afirmar que:
- Los homicidios y suicidios son más que los informados oficial-
mente, en el primer caso por lo menos el doble.
- La desatención de la salud sigue siendo la causa mayoritaria de
las muertes ocurridas en la cárcel.
Tabla 41. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB, según causa
relevada en fuentes oficiales y alternativas, 2017.
Causa de muerte Cantidad Porcentaje
Homicidio 8 6%
Suicidio 12 9%
Sin dato 54 40%
Desatención de la salud 60 45%
Total 134 100%
Fuente: registro anual de muertes producidas en contextos de encierro, CPM.
109 Datos obtenidos en el marco de las inspecciones a los lugares de encierro o la recepción de los mismos en la
CPM (a través de personas detenidas, familiares u otros organismos de la sociedad civil). Se realizan llamados
telefónicos a los lugares de detención para ampliar información y se consultan los medios de comunicación.
110 Vale aclarar que de las personas muertas que se encontraban bajo arresto domiciliario, son los únicos 4
casos que se logró conocer la causa de muerte. Los restantes 18 figuran sin dato en dicha categoría.
355
Informe anual 2018
Por último, cruzando las causas de muerte con la edad de los fallecidos, obser-
vamos que:
- Todas las víctimas de homicidio eran menores de 35 años, y
seis de ocho menores de 25.
- La gran mayoría de las personas suicidadas (diez sobre doce)
tenía menos de 45 años.
- El 71% de los fallecidos por desatención de la salud tenía me-
nos de 55 años y casi la mitad era menor de 45.
Tabla 42. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB por
desatención de la salud, según franja etaria, 2017.
Edad Cantidad Porcentaje
De 18 a 24 4 7%
De 25 a 34 14 25%
De 35 a 44 15 16%
De 45 a 54 13 23%
De 55 a 64 7 13%
65 y más 9 16%
Total 56 100%
Fuente: registro anual de muertes producidas en contextos de encierro, CPM.
* Se desconoce la edad de 4 personas fallecidas por desatención de la salud.
Uno de los jóvenes que componen ese primer 7% se llamaba Miguel Ángel Araoz
Villalba. A los 21 años, detenido en la UP 30 de Alvear, falleció el 16 de octubre de
2017 por tuberculosis (TBC). Para conocer el tiempo previo a la muerte y analizar
en qué medida el contexto carcelario la hizo posible, vale la pena revisar la causa
judicial111 y recuperar el discurso de un detenido que fue testigo de los minutos ante-
riores a la muerte de Miguel, mientras clamaba por atención de su salud en la cárcel
donde estaban alojados ambos112. Este testigo se mostró angustiado ante la situación
111 Interviene por “averiguación de causal de muerte” la UFIJ 20 de General Alvear, en IPP 728/17.
112 El relato del testigo surge a partir de una inspección realizada por la CPM en octubre de 2017 a la UP 9 de La
Plata, donde el mismo estaba alojado. Dicha persona había estado internada en la UP 30 y fue trasladada a la 9 luego
de la muerte de Araoz Villalba.
356
Informe anual 2018
vivida y manifestó que mientras él estaba en el sector de sanidad de la UP 30 no re-
cibía atención adecuada, y era desesperante el cuadro de ese día -el momento en que
fallece Miguel- puesto que no había personal disponible que les brindara atención.
Refiere que su compañero murió abandonado.
“Un pibe re joven que se tragó su propia sangre y, ante la desesperación,
empezaron a llamar al servicio penitenciario para que lo auxilien, pero
que no había nadie”.
La lectura del expediente permite considerar ejes interesantes vinculados a la
declaración de personas y un detenido que ejercen funciones en sanidad, desde
las cuales hemos pesquisado agravantes.
- Ausencia de médico de guardia al momento en que se descom-
pensa Miguel. En una declaración se afirma que en dicho momento
no había médico de guardia y que el doctor mencionado es quien
recién ingresaba: “Arriba de la ambulancia camino al Hospital le
comunico al Dr. Lista que estuviera atento para una posible deri-
vación a Saladillo si lo compensaban en el Hospital”. (Declaración
de Ostoich, Germán Américo, enfermero presente en Sanidad el
16/10, IPP 728/17).
- Negación de atención en el hospital de la zona en el momento de
máxima gravedad de Miguel y minutos antes a su muerte. Dice al
respecto la declaración: “Al llegar al Hospital yo bajé con la historia
clínica, y le presenté el paciente a la Dra. Ceci, quien me recibió en
la Sala de Atención de Guardia, estábamos los dos solos y le conté
cómo traía al paciente, que era un TBC positivo, expectoración de
sangre, que todavía tenía pulso y la Doctora me dijo que no lo cono-
cía al paciente, que no lo iba a atender, que cualquier cosa a las doce
del mediodía estaba el médico de guardia de policía Bustamente; que
ahí me comuniqué con el Dr. Lista quien me dijo que ya estaba en la
Unidad y le dije que no me lo atendieron y que volvía a la Unidad,
que así la interrogué a la doctora si lo iba a atender y me contestó
nuevamente que no…; que inmediatamente subí a la ambulancia y
no constaté signos vitales y al llegar a Sanidad me estaba esperando
el Dr. Lista quien constató el óbito”. (Declaración de Ostoich, Ger-
357
Informe anual 2018
mán Américo, enfermero presente en Sanidad el 16/10, IPP 728/17).
358
Informe anual 2018
(…). Ahí me dice el encargado ‘buscá al enfermero’”. (Declaración de
detenido que trabaja en el sector de Sanidad, IPP 728/17).
359
Informe anual 2018
tante anterioridad a la expresión documental de diagnóstico (…).
Esta agravación de síntomas que lo posicionan como un paciente
crónicamente enfermo pudo haber ocasionado que a la progresión
de dicha infección se anexaran debilitamientos orgánicos multi-
funcionales de los otros sistemas y órganos de la economía corpo-
ral. (…) Se ha advertido que la única maniobra destinada a evitar
el cuadro asfíctico del paciente fue colocarlo de costado y even-
tualmente controlar sus signos vitales los que no se encuentran
consignados en la hoja de evolución sobre el hecho puntual del
día 16/10. Por lectura además se ha detectado que ninguna de las
normas habituales de traslado ha sido cumplida adecuadamente.
El paciente es trasladado solo en la caja de ambulancia, no existió
acompañante para-médico o médico para supervisar su estado clí-
nico el cual a entender de quien suscribe era crítico”. (Declaración
de Mirta Mollo Sartelli, perito médico forense, IPP 728/17).
360
Informe anual 2018
III. Políticas de niñez
361
Informe anual 2018
362
Informe anual 2018
1. CAUSAS ESTRUCTURALES, CAUSAS OCULTAS,
CAUSAS QUE EMERGEN
En este capítulo analizaremos las políticas públicas que lleva adelante la provincia
de Buenos Aires respecto de los niños, niñas y adolescentes (en adelante NNyA),
en el marco del sistema de promoción y protección integral de los derechos de
los NNyA.
Este abordaje integra y es continuidad del diagnóstico e intervención que la
CPM viene desarrollando respecto a la promoción y protección de los derechos
de NNyA y, en particular, lo relativo a la violencia estatal desplegada contra este
segmento particularmente vulnerado1.
En esta dirección y tal como destacamos en otras oportunidades, la ratificación
de la Convención internacional de derechos del niño (CIDN) implicó un cambio
radical desde el punto de vista jurídico, político y cultural. La discusión sobre
la forma de entender y tratar con la infancia, tradicionalmente encarada desde
una perspectiva asistencialista y tutelar, cedió frente a un planteo de la cuestión
en términos de ciudadanía y de derechos para los NNyA.
Con la ratificación de tratados y pactos internacionales de derechos humanos,
los Estados asumen una serie de obligaciones que deben ser materializadas a
través de la implementación de políticas públicas. En el caso de los NNyA, la
CIDN impone una obligación respecto de la necesidad de diseñar e implementar
políticas específicas que busquen garantizar derechos, a partir de su consideración
como sujetos de derechos en un marco de autonomía progresiva.
Como ya se ha desarrollado en informes anteriores, la ley provincial 13.298 y la ley
26.061 a nivel nacional constituyen una base normativa para la implementación
de las políticas públicas que garanticen el ejercicio y disfrute pleno, efectivo y
permanente de los derechos y garantías de los NNyA, de conformidad con lo
establecido en la normativa internacional.
1 http://www.comisionporlamemoria.org/static/prensa/cct/informesanuales/Informe_2017.pdf pagina 62 y
257; http://www.comisionporlamemoria.org/static/prensa/cct/informesanuales/Informe_2016.pdf pagina 225 y
http://www.comisionporlamemoria.org/static/prensa/cct/informesanuales/Informe_2015.pdf pagina 289. https://
tbinternet.ohchr.org/_layouts/treatybodyexternal/Download.aspx?symbolno=INT%2fCRC%2fIFS%2fARG%-
2f28943&Lang=es Informe al Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas
363
Informe anual 2018
El 18 de abril del 2007, luego de dos años de suspensión de la entrada en vigencia
de la ley 13.298 por decisión de la Suprema Corte de Justicia provincial, quedaron
habilitados los caminos para la construcción del sistema de promoción y protección
de los derechos de la niñez y adolescencia (en adelante SPPDN). A 12 años de la
sanción de la ley 13.298 consideramos necesario volver a repasar su contenido en
función del tiempo transcurrido y la falta de implementación efectiva.
En la provincia de Buenos Aires, la ley 13.298 de promoción y protección integral de
los derechos del niño, niña y adolescentes y la ley 13.634, que establece el fuero de
Responsabilidad Penal Juvenil, se complementan conformando el marco normativo.
Esta normativa se sanciona de manera contemporánea a la ley 26.061 que establece
del sistema de promoción y protección integral de los derechos de NNyA a nivel
nacional. Ambas legislaciones receptan los principios establecidos en la CIDN,
sancionada en 1989, puesta en vigor en 1990 e incorporada a la Constitución
nacional en 1994. El eje fundamental es el reconocimiento de los NNyA como
sujetos de derechos que, junto con el establecimiento de su derecho a ser escuchados,
constituyó un cambio de paradigma respecto del viejo modelo del patronato.
Este temperamento quedó plasmado en la ley 13.298 que establece como
objetivos primordiales la promoción y protección integral de los derechos de los
NNyA, garantizando el ejercicio y disfrute pleno, efectivo y permanente de los
derechos y garantías, reconocido en la legislación vigente. Destaca la condición
de persona humana de todo NNyA con los mismos derechos de los cuales goza
una persona adulta, más un plus específico de derechos por su condición de
personas en crecimiento, señalando sus características propias y comprendiendo
al mismo tiempo que se encuentran en una situación de vulnerabilidad, debido
a su natural proceso evolutivo, y al desarrollo del proceso de socialización,
en el que afianzan sus lazos sociales y afectivos, recreando y afirmando las
características de su subjetividad. De ahí que la ley 13.298 establezca que para
determinar el interés superior del niño en una situación concreta -entendido
como la máxima satisfacción integral y simultánea de sus derechos en un
marco de libertad, respeto y dignidad, para lograr el desenvolvimiento de sus
potencialidades, y el despliegue integral y armónico de su personalidad- se debe
apreciar la condición específica de los niños como sujetos de derecho.
Asimismo dispone que todos los derechos reconocidos a los niños –tanto por
364
Informe anual 2018
los instrumentos internacionales como por la Constitución y las leyes-, se
deban asegurar con absoluta prioridad. Dicha preferencia implica la prevalencia
en la exigibilidad de su protección jurídica, cuando sus derechos colisionen
con intereses de los mayores de edad, o de las personas públicas o privadas,
estableciendo una regla de preferencia a favor de los NNyA cuando exista
conflicto entre los derechos e intereses de todos los niños, frente a otros derechos
e intereses igualmente legítimos.
Como ya se ha descripto en informes anteriores, esta ley ha instituido un sistema
de promoción y protección de los derechos de los niños como un conjunto de
organismos, entidades y servicios que formulan, coordinan, orientan, supervisan,
ejecutan y controlan, las políticas, programas y acciones, en el ámbito provincial
y municipal, destinados a promover, prevenir, asistir, proteger, resguardar y
restablecer los derechos de NNyA, así como establecer los medios a través de
los cuales se asegure el efectivo goce de los derechos y garantías reconocidos por
la Constitución nacional y la legislación vigente. La condición de sistema que
establece la ley está dada por la concertación de acciones que deben desplegar
las diferentes jurisdicciones, los organismos públicos competentes y las
organizaciones comunitarias bajo el principio de co-responsabilidad. Es decir que
esas relaciones interinstitucionales estructuradas y desplegadas en función de
co-responsabilidades de los actores, cuyas competencias y cometidos establece
la ley, es lo que constituye el sistema propiamente dicho. De esta manera, el
decreto 300/05 reglamentario de la ley 13.298 pretendió sustituir la práctica de la
“derivación” de casos entre instituciones por la de la “construcción de relaciones
de co-responsabilidad e interdependencia” con el objeto de promover, proteger
y restituir derechos en forma integral.
Se establece así un sistema de protección integral de derechos de las NNyA
organizado en tres niveles: nacional, provincial y municipal. El nivel nacional
está integrado por el organismo especializado en materia de derechos de infancia
y adolescencia dependiente del Poder Ejecutivo Nacional, la Secretaría Nacional
de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), colocando al Consejo Federal de
Niñez, Adolescencia y Familia (COFENAF) como órgano de articulación,
diseño y participación con las provincias.
En el caso de la provincia de Buenos Aires la ley 13.298 promueve una
365
Informe anual 2018
institucionalidad donde la mayor responsabilidad corresponde al Organismo
Provincial de Niñez y Adolescencia, dependiente del Ministerio de Desarrollo
Social de la Provincia.
Asimismo, la normativa provincial prevé la creación y designación de una
comisión interministerial, un observatorio social, un defensor del niño y un
Consejo provincial de niñez y adolescencia como instancia interjurisdiccional
de planificación, coordinación y articulación entre los municipios y el organismo
provincial en la materia, en donde participan otros efectores provinciales del
sistema de promoción y protección de derechos.
Es importante destacar que el observatorio social nunca fue creado y, con
relación al defensor del niño, resulta alentador que se haya puesto en marcha la
selección a nivel nacional, y se espera que la Provincia siga el mismo camino, a
través de un proceso que establezca pautas claras y a partir de una convocatoria
a concurso público. Resulta indispensable la puesta en funcionamiento de la
Defensoría como dispositivo de acompañamiento y control de los mecanismos
de gestión de los procedimientos estatales en relación a los derechos de niños,
niñas y adolescentes. El sistema se descentraliza a partir del establecimiento
de servicios locales en los municipios, entendidos como unidades técnico
operativas cuyas funciones son facilitar que el niño amenazado o violados sus
derechos pueda acceder a los programas y planes disponibles en su comunidad.
Los mismos son coordinados por servicios zonales establecidos en cada una de
las diferentes regiones del Ministerio de Desarrollo Social.
Por su parte la ley 13.634 crea el fuero de Responsabilidad Penal Juvenil en la
provincia de Buenos Aires, integrado por el Tribunal de Casación, cámaras de
Apelación y Garantías en lo Penal, tribunales de Responsabilidad Penal Juvenil,
Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil, Juzgado de Garantías del Joven
y Ministerio Público del Joven. Se trata de un régimen aplicable a todo niño
punible -es decir, que tenga entre 16 y 18 años-, imputado de la comisión de
un delito en la Provincia. En principio, prevé la privación de la libertad como
último y excepcional recurso y, en caso de restringirla, sea por el período más
breve posible, debiendo cumplirse en instituciones específicas, separadas de las
de adultos, a cargo de personal especialmente capacitado teniendo en cuenta las
necesidades de su edad, reconociendo al niño sujeto a proceso penal de todos
366
Informe anual 2018
los derechos y garantías reconocidos a los mayores.
A nivel provincial, en el año 2016 a través de la ley 14.805 se crea el Organismo
Provincial de Niñez y Adolescencia (OPNyA), bajo la órbita del Ministerio
de Desarrollo Social Provincial, desjerarquizando el área que anteriormente
atendía la materia relacionada con NNyA, que tenía a la Secretaría de Niñez y
Adolescencia de rango ministerial con presupuesto propio.
En el marco de la ley 13.298, el organismo debe diseñar y ejecutar las políticas
públicas destinadas a la promoción y protección de los derechos de NNyA, en
este sentido crea distintas instancias que si bien sus atribuciones ya han sido
mencionadas en informes anteriores consideramos necesario reflejar la situación
actual en cuanto a su funcionamiento.
Teniendo en cuenta los estándares normativos que someramente han sido enunciados,
a lo largo de este capítulo se procurará dar cuenta de las deficiencias relevadas en 2017,
como continuidad de las líneas desarrolladas en informes anteriores.
Para esto, la información y el registro de casos se convierten en una herramienta
fundamental al momento de analizar la situación de los NNyA en la provincia
de Buenos Aires. La ausencia de datos rigurosos y de acceso público respecto de
las problemáticas, coadyuvan a la construcción de un estereotipo que caracteriza
a los NNyA como peligrosos. Esto no solo determina una construcción social
perversa, sino que es condición de posibilidad de la violencia estatal, policial
y judicial bajo la excusa de "combatir la inseguridad". Es por ello que la
elaboración de información, instrumentos e indicadores que permitan verificar
el cumplimiento de las obligaciones estatales en materia de derechos humanos
con relación a la niñez cobra especial relevancia.
Las desigualdades socioeconómicas de la Provincia -cuya población representa
el 37,7% del total del país- se expresan territorialmente y se manifiestan de la
misma manera en los municipios. La inequidad y la desigualdad son transversales
a todos los indicadores que se construyen. Según datos de Unicef2, “en Argentina
el 29,7% de las personas está en situación de pobreza. Sin embargo, cuando nos
centramos en hogares donde residen niñas, niños o adolescentes este porcentaje
asciende al 47.7% (18 puntos porcentuales más que la pobreza en general). La
2 www.unicef.org/argentina/sites/unicef.org.argentina/files/2018-03/Monitoreo-La_pobreza_monetaria_en_
la_ninez_y_adolescencia_2017.pdf
367
Informe anual 2018
pobreza extrema, por su parte, afecta al 10.8% de los niños y adolescentes del
país, frente al 5.6% de la población general”. El informe señala preocupación
respecto al índice referido a la pobreza que afecta al 47.7% de los niños, niñas
y adolescentes, ya que sufre un aumento sustancial, llegando al 85% cuando
el niño reside en un hogar cuyo jefe o jefa está desocupado, al 64% cuando es
inactivo y al 65% cuando es un asalariado informal.
El Observatorio de la deuda social de la Universidad Católica Argentina (UCA)3
refleja que entre el 2016 y el 2017 la pobreza infantil pasó del 60.4% al 62.5%, es decir,
creció un 2.1%. La situación de los NNyA de 0 a 18 años se agravó y la tendencia
indica que esto se mantendrá o agravará. Si se toman los datos más actualizados
de la UCA con una muestra más abarcativa del último trimestre del año 2017, se
observa que la intensidad de privaciones en los NNyA llegó al 65%, o sea, 8.200.000
niñas, niños y adolescentes del país. Es relevante tener presente que del articulado de
la ley 13.298 surge la obligación de la Provincia de asegurar con absoluta prioridad
la realización de sus derechos sin discriminación alguna. Las políticas públicas y
programas sociales dirigidos a la niñez y adolescencia deben asegurar a todas y
todos los NNyA el ejercicio pleno de sus derechos en igualdad de condiciones.
La pobreza constituye uno de los principales obstáculos para el ejercicio adecuado
de los derechos por parte de los NNyA ya que los derechos a una vivienda adecuada,
alimentación, y a vivir en familia son afectados de manera directa por la pobreza. La
indivisibilidad e interdependencia de los DDHH, exige no perder de vista que la falta
de acceso a una categoría de derechos, conspira contra el acceso a otro, de manera
tal que la falta de acceso a la salud, la educación, la vivienda, entre otros, no pueden
desvincularse de otras vulneraciones como la violencia policial o judicial. Se trata,
sin dudas, de un grupo particularmente vulnerado que requiere ser restituido en sus
derechos mediante políticas específicas que destinen el máximo de recursos y que no
desplieguen acciones y mensajes contradictorios entre sí. Es decir, que mientras trata
de garantizar el acceso a la educación, no coloque retenes policiales para el control del
acceso a la ciudad de los jóvenes de barrios excluidos. Así lo establece la ley 13.298, al
indicar el deber de remover obstáculos, de cualquier orden, que limitando de hecho
la igualdad y la libertad, impidan o entorpezcan el pleno desarrollo de los niños y
su efectiva participación en la comunidad (artículo 5). La falta de inversión social
3 http://uca.edu.ar/es/noticias/diferentes-representaciones-de-la-pobreza-infantil-en-la-argentina
368
Informe anual 2018
suficiente evidenció la regresividad de las políticas públicas adoptadas por el Estado
respecto de la legislación vigente para abordar la problemática de NNyA.
Desde la CPM se ha señalado la necesidad de destinar mayor cantidad de fondos
para la implementación del SPPDN, como también la necesidad de una ley de
financiamiento especifica4. En ese sentido, la implementación del SPPDN –así
como la instauración de un procedimiento especial para los jóvenes acusados
de cometer una acción tipificada como delito- se encuentra condicionada por la
contradicción entre los enunciados y la política concreta.
Las políticas públicas que se proyectan, como las iniciativas orientadas a la baja
en la edad de punibilidad o la reforma del fuero Penal Juvenil, no pretenden
resolver los problemas estructurales sino que contribuyen a debilitar el
paradigma de la protección integral, consolidando un camino de regreso al
sistema de protección tutelar aún vigente en las prácticas institucionales y el
razonamiento de muchos de sus operadores5.
La intervención de las fuerzas de seguridad, las detenciones arbitrarias, el código
contravencional, las amenazas de cierre y precariedad de los servicios locales
(efectores del sistema de promoción y protección de derechos), la precaria situación
laboral de los operadores de niñez, la falta de capacitación y de financiamiento para la
prestación de los servicios usuales y corrientes de algunas instituciones, el recorte de
las becas a los hogares y centros de día, el desfinanciamiento de programas oficiales,
el intento permanente de bajar la edad de punibilidad y la reconversión de centros
de detención (asimilados a cárceles) evidencian la decisión de ejecutar políticas
públicas orientadas a la represión y el encierro, en lugar de políticas inclusivas e
igualadoras de promoción, protección y restitución de derechos.
A partir de la evaluación de los datos obtenidos, se advierte como el aumento del
presupuesto provincial no se tradujo en un aumento proporcional en cada área
sino que, por el contrario, áreas como Niñez han ido perdiendo su participación
porcentual en el presupuesto total general. Puntualmente, en 20176 se asignó al
Organismo Provincial de Niñez el 0.37% del presupuesto total de la Provincia.
4 http://www.comisionporlamemoria.org/static/prensa/cct/informesanuales/Informe_2015.pdf
Capitulo 3. Políticas de niñez y adolescencia, pagina 291.
5 Todo esto en un contexto que, tal como se desarrolla en la sección sobre políticas de seguridad, recrudece la
intervención policial y punitiva, en particular la dirigida a los jóvenes.
6 El presupuesto total de la Provincia de Buenos Aires fue de $ 551.695.000.000, asignándole al Organismo
Provincial de Niñez y Adolescencia (OPNyA) un presupuesto de $ 2.053.439.583. Ministerio de Economía del
la Provincia de Buenos Aires.
369
Informe anual 2018
Cuando se compara con el presupuesto asignado a Seguridad vemos que este
representa el 8.83% del presupuesto total provincial.
Fuente: elaboración propia CPM, con datos del Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires.
370
Informe anual 2018
Tabla 1. Presupuestos provinciales, general y áreas de Seguridad y de Niñez,
2008-2017 (en pesos).
Fuente: elaboración propia CPM, con datos del Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires.
371
Informe anual 2018
durante los años siguientes llegando al máximo en el año 2017, donde el
presupuesto destinado a Seguridad es 25 veces mayor que el destinado a NNyA.
Fuente: elaboración propia CPM, con datos del Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires.
372
Informe anual 2018
terapéutico diurno (CTD), cuyo objetivo era la atención psicológica de niños
y niñas mediante talleres diversos, en varios barrios de la Provincia; también
dejó de funcionar el programa de apoyo a la crianza. Los ocho trabajadores del
programa CTD fueron reubicados en el programa autonomía joven, cuyo equipo
provincial está formado por 9 profesionales, contratados bajo el régimen fiscal
de monotributo que se renueva cada tres meses. El programa fue anunciado
con muchas expectativas favorables con relación a los jóvenes que egresan del
sistema; en la actualidad evidencia una conformación precaria por el reducido
número de profesionales que lo integran como también por las características
precarias de contratación, y funciona sólo en 44 municipios.
El OPNyA, en varias oportunidades y a través de telegramas o telefónicamente
desde la Dirección de Programas, comunicó a las instituciones la cancelación de
aproximadamente 150 convenios de los 312 que se encuentran en ejecución bajo
la modalidad fortalecimiento comunitario o centro de día, argumentando un
direccionamiento de fondos del Ministerio de Economía en línea con los recortes
presupuestarios que viene llevando a cabo la gestión provincial. Esta reducción
se logró desactivar debido a la intervención de organizaciones e instituciones
que trabajan con NNyA. En el siguiente cuadro, se observa la cantidad de
convenios con los que cuenta el OPNyA en sus diferentes modalidades, y con
relación a los diferentes programas.
373
Informe anual 2018
Tabla 2. Convenios del OPNyA según modalidad.
Proyectos
Proyectos Proyectos
propios
Programas conveniados conveniados Totales
del Estado
con ONGs con municipios
provincial
Fortalecimiento
312 0 0 312
comunitario - Centro de día
Casas de encuentro
0 0 1 1
comunitario
Crianza sin violencia 2 17 0 19
Operadores de calle 0 34 0 34
Autonomía joven 9 44 1 54
Total 323 95 2 420
Fuente: CPM en base a información proporcionada por el OPyNA.
374
Informe anual 2018
2.2 Preponderancia de las medidas excepcionales de protección (abrigo)
375
Informe anual 2018
alternativo al grupo de convivencia cuando en éste se encuentren amenazados
o vulnerados sus derechos, y hasta tanto se evalúe la implementación de otras
medidas tendientes a preservarlos o restituirlos.
Según la información suministrada por la Subsecretaría de Promoción y
Protección de Derechos de NNyA, dependiente del OPNyA, la cantidad NNyA
alojados en dispositivos bajo su responsabilidad bajo la modalidad de medidas
de abrigo asciende a 3.233, lo que muestra un aumento sustancial (del 19%)
respecto al año 2016. Este incremento a su vez se refleja en el aumento de las
situaciones de “Ausencia / Serias dificultades del adulto responsable”, “Situación
de calle”, “Violencia - Negligencia” y “Maltrato psicológico o emocional”, que
permiten determinar —a partir de la tipificación utilizada para establecer la
causa del ingreso al sistema— un incremento de problemáticas intrafamiliares,
derivadas de la precariedad social que atraviesan las familias.
Vale destacar que el 93% de los NNyA abordados por el sistema de promoción y
376
Informe anual 2018
protección de derechos tienen 17 años o menos y, de ese total, están repartidos
homogéneamente en los tres rangos etarios (0-5, 6-11, 12-17) creciendo
levemente a medida que tienen mayor edad.
Para el rango etario de 18 años o más hay 159 NNyA abordados por el SPPDN,
mientras que el fuero de Responsabilidad Penal Juvenil (en adelante FRPJ)
aborda 297 (casi el doble), lo que demuestra que la intervención del Estado
en cuanto a NNyA es predominantemente a través del sistema penal y no del
SPPDN.
Con relación a la modalidad empleada a la hora de gestionar el alojamiento de
NNyA abordados a través de medidas de abrigo, observamos que de los 3233
registrados por el SPPDN, el 84% -es decir 2.700 - se encuentran alojados en
instituciones conveniadas con el OPNyA, por lo general organizaciones no
gubernamentales independientes del Estado provincial (tercerizadas) a las que
se les otorga una beca mensual por NNyA para su asistencia. Solo el 16% de los
NNyA están en establecimientos oficiales. La misma modalidad de tercerización
se emplea en el caso de comunidades terapéuticas y clínicas psiquiátricas.
Como se mencionó en párrafos anteriores el abordaje desde el SPPDN se da en
mayor medida a través de las medidas de protección de derechos, específicamente
377
Informe anual 2018
a partir de medidas de abrigo, en contraste con lo establecido por la propia ley
13.298, como así también con lo establecido en la normativa internacional.
378
Informe anual 2018
durante su última sesión del 14 de mayo al 1° de junio del año 2018, se manifestó
profundamente preocupado con relación al Estado argentino por el gran número
de niños en cuidado residencial y el hecho de que el cuidado residencial es, en la
práctica, utilizado como la colocación primaria de cuidado alternativo. Por ello,
recomendó al Estado argentino que aumente los recursos asignados a los esfuerzos
para prevenir la separación de los niños con sus familias y garantizar la prestación
suficiente de apoyo y asistencia, acelerando el proceso de desinstitucionalización y
que la atención residencial se utilice como último recurso.
379
Informe anual 2018
políticas públicas a implementar.
− Servicios locales
Los municipios destinan la mayor parte de los fondos al sostenimiento de los
equipos de los servicios locales de promoción y protección de derechos (en
adelante SLPPD), que asimismo resultan insuficientes. En menor medida,
los destinan a la puesta en marcha de programas propios y de asistencia
alimentaria. Sin servicios locales suficientes no es posible cumplir con los
objetivos prioritarios del SPPDN. Estos equipos técnico-profesionales deberían
conformar dos áreas de intervención:
1- Área de atención de casos para recibir denuncias, realizar diag-
nósticos, escuchar y orientar a los NNyA, efectuar seguimientos y su-
pervisión de acciones, y confeccionar fichas y registros de los NNyA
que se atiendan y de sus familias
2- Área de programas de medidas cuyo cometido principal será ac-
tuar de soporte para las decisiones que tome la familia y el equipo del área
de atención de casos, incidiendo en los servicios públicos básicos para via-
bilizar el acceso a los derechos, garantizar el cumplimiento de las prestacio-
nes convenidas y promoviendo las iniciativas necesarias que apunten a la
prevención de la amenaza o violación de los derechos de los NNyA
De acuerdo al relevamiento realizado, llegamos a determinar que serian
necesarios 2,5 veces más SLPPD que los existentes en la Provincia; esto surge de
datos relevados con relación a la situación de 47 municipios que involucran a
una población total de 8.027.917, de los cuales 2.675.972 son NNyA.
Debido a la falta de infraestructura con la que cuentan muchos municipios, los
espacios físicos de funcionamiento de los servicios locales son compartidos con
otras áreas y no cuentan con los insumos básicos para desarrollar la tarea (PC,
impresora, internet, teléfono).
Más de la mitad de los municipios de la provincia tiene centralizada la atención de los
SLPPD, contradiciendo los principios de cercanía, accesibilidad y descentralización
que propone la ley, los que permitirían que se generen vínculos de confianza y
referencia entre las familias y los equipos técnicos de los mismos. En este sentido, el
Comité de derechos del niño recomienda al Estado argentino que se adopten medidas
380
Informe anual 2018
para garantizar que los criterios de descentralización, tal como se describen en la ley
26.061, no obstaculicen la coordinación entre las entidades provinciales que se ocupan
de la protección de la infancia, en particular en las zonas rurales y remotas.
Con relación a los recursos humanos con los que cuentan los SLPPD, más de la mitad del
personal cumple funciones dentro del espacio físico asignado para su funcionamiento,
distribuyéndose el resto entre operadores de calle y personal administrativo de la
dirección. La forma de contratación precaria que se impone al personal de los equipos
no garantiza la estabilidad del personal en el espacio, provocando una gran rotación
que deriva en la imposibilidad de construir referencias con las familias.
La realidad demuestra que no hay articulación sólida entre los actores de la sociedad
civil vinculados a la niñez y las áreas municipales encargadas del funcionamiento del
SPPDN, contrariando el principio de co-responsabilidad que hace a la condición del
sistema, una de las tantas causas que impiden su funcionamiento.
En este contexto, el Comité de los derechos del niño manifiesta que sigue
preocupado porque el nivel de inversión en los niños por parte del Estado
argentino no haya sido lo suficiente como para compensar el impacto negativo de
los graves problemas económicos y sociales, crisis que comenzó en 2002 y que ha
llevado a un aumento de la pobreza y la desigualdad social. El Comité recomienda
además que el Estado argentino asigne recursos humanos, financieros y técnicos
adecuados en todos los niveles de gobierno, para la implementación de todas
las políticas, planes, programas y medidas legislativas dirigidas a los niños, y
establecer mecanismos apropiados y procesos inclusivos a través de los cuales
la sociedad civil, el público y los niños puedan participar en todas las etapas del
proceso presupuestario, incluida la formulación, implementación y evaluación.
381
Informe anual 2018
en los municipios son el plan Más vida (85%), el programa de responsabilidad
compartida Envión (82%) y las unidades de desarrollo infantil (65%).
382
Informe anual 2018
la totalidad de las intervenciones evidenciaría también el fracaso de un sistema
que no revierte la vulneración de derechos de los NNyA, limitándose a evaluar
y diagnosticar, sin producir acciones concretas.
Como ya hemos manifestado, la legislación vigente impone a los órganos estatales
competentes el deber de extremar medidas y/ políticas públicas orientadas a
hacer efectivos los derechos de los NNyA. La actuación de los órganos estatales
competentes no se adecua a los principios que regulan el sistema de promoción
y protección de los derechos del niño: “el interés superior del niño”, la garantía
de “pleno desarrollo” -que promueve la remoción de los obstáculos de cualquier
orden-, el “principio de prioridad” -que establece en cabeza del Estado el deber de
asegurar con absoluta prioridad la realización de sus derechos-, la “prevalencia
en la exigibilidad de la protección jurídica”, y la “especificidad de los dispositivos
de intervención” para abordar la problemática.
La complejidad de las situaciones que atraviesan los NNyA abordados por el
SPPDN requiere de un trabajo conjunto de los equipos de los servicios locales
y/o zonales que accionen de manera cohesiva y se vinculen articuladamente con
los sectores estatales involucrados, como así también con los actores sociales
que trabajan en sus territorios, a fin de construir una intervención integral.
Estas cuestiones demandan un fuerte compromiso institucional y político tanto
a nivel provincial como municipal. Un compromiso que permita sostener los
equipos en el tiempo y con los recursos adecuados, a fin de dar respuesta y
revertir las condiciones de vulneración de derechos en la que se encuentran los
NNyA de la provincia de Buenos Aires, en particular del conurbano bonaerense.
383
Informe anual 2018
más aun cuando se encuentren en conflicto con la ley penal.
De acuerdo a esta normativa específica, el niño al que se le atribuya haber
infringido leyes penales -o se acuse o declare culpable de haber infringido
esas leyes- debe ser tratado de manera acorde con el fomento de su sentido de
dignidad y valor: fortalecer el respeto del niño por los derechos humanos y las
libertades fundamentales de terceros, que se tenga en cuenta la edad del niño/a, la
importancia de promover su integración y que asuma una función constructiva
en la sociedad. La protección integral de los derechos del niño, su formación
plena, la reintegración en su familia y en la comunidad, la mínima intervención,
la subsidiariedad, la solución de los conflictos y la participación de la víctima
constituyen principios rectores para la interpretación y aplicación de las normas
del proceso penal. También que el niño asuma una actitud constructiva y
responsable ante la sociedad, adquiriendo respeto por los derechos humanos y
las libertades fundamentales de todas las personas.
Resulta de suma importancia el “principio de mínima intervención”, entendido
como la disminución hacia su máxima expresión de las instancias penales,
habilitando y fomentando otros medios menos invasivos y más efectivos para
resolver el conflicto. El Estado, a través del régimen penal juvenil, debe intervenir
como instrumento de garantía y constituirse como controlador de los mecanismos
previos de resolución alternativa de conflictos o medidas desjudicializadoras, sin
alterar ni disminuir los derechos de quienes forman parte del conflicto, y no ser
-como en el sistema tutelar- la principal herramienta de intervención que encubre
la falta de políticas públicas en general y criminales en particular.
384
Informe anual 2018
atraviesan la cotidianeidad.
A diario las fuerzas policiales desconocen, transgreden y tergiversan la ley a
través de prácticas ilegales, vulnerando los derechos y garantías de NNyA; el
Poder Judicial, salvo casos excepcionales, suele convalidar y tolerarlas. Estas
prácticas, que constituyen modos de actuar y de hacer, muchas veces revelan
los verdaderos criterios con los que se desempeñan las fuerzas policiales,
consolidando interpretaciones, destrezas y saberes más allá de la legislación
vigente. Tienen objetivos precisos y están orientadas a producir y mantener cierto
control del territorio, defender relaciones de poder y conservar la productividad
de diversos mercados ilegales que no se sostendrían sin el involucramiento de
las fuerzas policiales.
Algunos casos dan cuenta de estas prácticas rutinarias:
A mediados de agosto de 2017, la familia de DO (un niño de 14
años) sufre el primer allanamiento extremadamente violento,
del que participaron funcionarios del grupo GAD y agentes de
la comisaría 1ª de Olavarría. Irrumpen rompiendo la puerta, en
ningún momento exhiben la orden judicial que habilite dicha
diligencia; la madre manifiesta que de este procedimiento participó
el jefe de calle de la comisaría en cuestión. El domingo 27 de agosto,
alrededor de las 12 del mediodía, se presentan funcionarios de la
comisaría 1ª de Olavarría a notificarle que habían aprehendido al
niño acusado de haber ingresado a una casa con fines de robo; al
acercarse, su madre observa que su hijo estaba esposado dentro
del móvil policial. En esas condiciones fue trasladado al hospital
donde le realizan el examen médico correspondiente y luego
vuelven a la comisaría, donde lo liberan a las 16 hs. El niño cuenta
que en el móvil policial fue insultado, amenazado y golpeado por
funcionarios policiales. Al día siguiente el niño entra corriendo
a su casa; posteriormente un agente de la comisaría ya citada
irrumpe pateando la puerta, disparando postas de goma y gritando
“Dame al Corcho (niño) porque se me quiere meter en las casas,
me quiere robar todo el barrio. Tu hijo me tiene podrido. Al
viejo ya le dimos 9 corchazos”. Cabe mencionar que el padre de
385
Informe anual 2018
niño se encuentra privado de su libertad y en el momento de su
detención recibió 9 disparos por parte de funcionarios policiales
de la comisaría 1ª. Menciona además que en ese momento llegan
otros móviles de la comisaría y varios policías ingresan a la casa.
En este procedimiento hieren a su mamá en su pierna con postas
de goma. Cuando logran detener al niño, un agente policial lo
golpea contra la pared, lo ahorca y le apunta con una escopeta Ítaca
en la boca, al grito de “me tenés cansado pibe”. Ante una nueva
detención del niño su madre se dirige a la fiscalía a realizar la
denuncia. Cuenta que estuvo detenido allí desde las 21.30 hasta las
3 hs aproximadamente, lapso en el cual fue amenazado y golpeado
por al menos dos policías que lo ahorcaban al punto de sentir
que se desmayaba, que intentaba dormirse y lo golpeaban en la
cabeza y lo amenazaban constantemente con que iban a “violarlo
y tirarlo a un zanjón”. El relato da cuenta de las persecuciones,
hostigamientos, allanamientos constantes, amenazas, malos tratos,
torturas y privaciones ilegitimas de libertad sobre el Niño, que las
mismas son sistemáticas y de una violencia que va en incremento.
386
Informe anual 2018
mañana y que su hijo fue llevado al hospital cerca del mediodía, no
teniendo en cuenta la gravedad de la lesión producida. Cabe destacar
que el centro de operaciones policiales del Ministerio de Seguridad
nos informó, en el mes de junio de 2017, que dicha comisaría se
encuentra clausurada por dos resoluciones ministeriales (2109/11
y 153/12) y por resolución judicial. La madre relata que les niegan
todo tipo de información, por lo que desconoce los motivos de
la detención, las condiciones de salud de su hijo, como también
los órganos judiciales intervinientes. Agrega que pudo hablar con
uno de los adolescentes que había sido detenido con su hijo, quien
presentaba lesiones en su rostro y apenas podía caminar; éste le
informó que se encontraba en ese estado debido a las golpizas
propinadas por los funcionarios policiales, y que los otros jóvenes
se encontraban en igual situación, sin atención médica.
La CPM presentó una acción de habeas corpus en el Juzgado de Garantías 1 de La
Plata, que fue rechazado por considerar que la detención se produjo en flagrancia.
Los jóvenes recuperaron la libertad y al poco tiempo el joven herido se trasladó a
Paraguay, según nos comunicaron sus padres, por miedo a represalias policiales.
387
Informe anual 2018
psicofísica; son utilizadas para recrear estereotipos, estigmas y prejuicios que
se asientan sobre algunos rasgos particulares (vestimenta, hábitos, formas de
hablar, lugar de residencia) que permiten construir un imaginario que releva las
trayectorias individuales de aquellos NNyA como violentas, sustraídas a toda
ética y moral y alejadas de las normas de convivencia social. Estos imaginarios
discriminatorios se utilizan luego para justificar intervenciones violentas
(allanamientos, detenciones, hostigamientos, persecuciones, armado de causas
y otras prácticas ilegales) que se apartan flagrantemente de la normativa vigente.
Algunas intervenciones y casos recibidos dan cuenta de esto:
El viernes 13 de enero de 2017, se emitió por canal Trece, en el
programa Nosotros a la mañana, un informe sobre la supuesta
banda integrada por jóvenes del Bajo Flores. Se exhibieron y
difundieron sin serio resguardo las imágenes de rostros de niñas,
niños y adolescentes, a quienes mencionaron como “la banda del
Bajo Flores”. Si bien parte de los rostros fueron pixelados, los jóvenes
resultaban fácilmente reconocibles. Más grave resulta que en muchas
de esas fotos aparecieron los nombres de esos jóvenes y la manera de
buscarlos en facebook. Es así que, sin su consentimiento ni el de sus
padres, se afectó la libertad, intimidad y dignidad de esos chicos,
exponiéndolos a serios riesgos para su vida e integridad física. En el
informe se relataron hechos en los cuales se sindica a los NNyA, de
modo afirmativo y condenatorio, como autores de delitos.
Algo de similar tratamiento ocurrió en otro caso. El 16 de julio del 2017,
en el programa Periodismo Para Todos de canal Trece, se emitió un
informe sobre el niño TS de Villa Caraza. Se difundió con un claro sesgo
estigmatizante, vulnerando todas la normas que protegen a los niños,
niñas y adolescentes. La entrevista se realizó sin el consentimiento de un
adulto mayor y sin la voluntad libre del niño, todo ello a sabiendas de la
vulnerabilidad social, económica, física y psicológica que padece desde
su nacimiento. Solo tuvo el propósito evidente de estigmatizar y generar
en la sociedad un imaginario colectivo del prototipo de niño delincuente.
Para ello se usó su imagen como producto comunicacional y se le dio
388
Informe anual 2018
amplia difusión en medios masivos de comunicación7.
Estos casos fueron denunciados por la CPM a la Defensoría del Público, que tomó
medidas al respecto, y al ENACOM, ente que no ha tomado medias sancionatorias.
Estos dos casos son sólo ejemplos de una práctica cotidiana y extendida, que debe
ser corregida por los medios y debidamente sancionada por la autoridad de control.
389
Informe anual 2018
sistema que nada puede hacer frente a las causas que originaron la situación.
Para esta población se proponen dos soluciones: la detención y encierro de niños
y niñas no punibles cada vez más pequeños o el traslado a unidades penales de
jóvenes mayores de 18 años, que cumplen su condena en los centros de detención
del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia (OPNyA). Por otra parte, se
sigue produciendo la reconversión de centros de contención en espacios cerrados.
Además, el OPNyA, ha decidido incorporar agentes del SPB en los centros cerrados,
lo que constituye un indicio más de la carcelización del sistema penal juvenil.
Las situaciones por las que se decide la detención y encarcelamiento de un joven
son diversas, como así también los argumentos por los cuales se evalúa el tipo
de sanción que le corresponde.
Los jóvenes detenidos, según el informe 2017 del registro de procesos del niño
de la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia:
Otros* 97 7%
De la lectura de la tabla 4 surge que, durante el año 2017, eran 1.424 los jóvenes
detenidos afectados por el fuero de Responsabilidad Penal Juvenil (FRPJ). El
390
Informe anual 2018
83% se encuentra privado de su libertad en instituciones que se hallan bajo
administración del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia (OPNyA), en
unidades penales bajo la administración del Servicio Penitenciario Bonaerense
(SPB) o en instituciones de salud y otros servicios penitenciarios. En el 17% de
los casos se recurrió a la prisión domiciliaria.
Como podemos observar gran parte de los jóvenes encerrados está bajo la órbita
del OPNyA: el 46% de la población total. El dato preocupante es el altísimo
porcentaje, más del 30%, de jóvenes bajo custodia del SPB que aún dependen del
fuero Penal Juvenil. La preocupación se fundamenta en la cada vez mayor pérdida
de especialización en cuanto al abordaje propio del fuero, y en el incremento
de hechos denunciados que continúan padeciendo los jóvenes en las unidades
penitenciarias que cuentan con el programa de asistencia y tratamiento para
jóvenes adultos (PATJA), así como en el centro cerrado Virrey del Pino8.
La edad de los 657 jóvenes detenidos en los centros de detención del OPNyA
(dato obtenido de sus partes diarios) se observa en la tabla 5. El mayor porcentaje
(75.2%) lo consolidan los jóvenes de entre 16 y 18 años; luego el 19.5% agrupa
a los jóvenes de 19 años o más; y el 5.3% representa a los niños de entre 13 a 15
años, que debieran ser abordados por el sistema de promoción y protección de
derechos (SPPD) y no por el FRPJ ya que no son punibles.
Los niños se convierten en los nuevos clientes del sistema penal cada vez
más chicos. No solo se ha infantilizado la pobreza de manera alarmante9 sino
8 Se desarrollará en este capítulo el incumplimiento de la modalidad tratamental que se enuncia.
9 Para mayor detalle ver Niños bajo el sistema de promoción y protección.
391
Informe anual 2018
que el endurecimiento de las políticas represivas y estigmatizantes también
recaen contra ellos10. Según la información procesada11 durante 2015 en de los
dispositivos de encierro, la población no punible encerrada constituyó un 0.83%
de la población total, durante 2016 observamos que comienza a incrementarse
ascendiendo al 3.1% y, durante el año 2017, ese incremento continuó,
representando un 5.3% de la población total.
392
Informe anual 2018
concentra más de la mitad (casi el 60%) de las causas iniciadas a jóvenes12.
393
Informe anual 2018
de la expresa prohibición y de ser negado por las autoridades públicas. Esto ha sido
reiteradamente documentado mediante los registros obtenidos en las dependencias
policiales. La totalidad de los niños no punibles entrevistados manifestaron haber
estado alojados en comisarías entre 2 y 24 horas hasta ser trasladados. Esto representa
una condición de posibilidad para las torturas y otros tratos crueles y degradantes.
Ninguno de los niños denunció estos hechos ante las autoridades judiciales.
Algunos relatos:
− “Allanaron el domicilio de mi mamá, entraron por la fuerza, no
nos mostraron orden judicial, tiraron un tiro en el techo y nos gritaban
que nos tiremos al piso, solo me llevaron a mí detenido a la comisaría de
Monte Grande, estuve 24 horas detenido. En la comisaría me pegaron
piñas en la mejilla y me amenazaron de muerte, me decían que me iban
a tirar un tiro en la frente”.
− “Estuve en una comisaría durante 2 horas, 4 policías me pegaron
piñas, patadas, palazos, me fracturaron una costilla y me lastimaron la
boca”.
− “En la calle antes que me lleven a la comisaría los policías me
daban cachetazos para que hable, me maltrataron me decían estúpido,
atrasado, hablá, me amenazaban con llevarme a la comisaría 1ª, estuve
12 horas detenido en la comisaría de Don Torcuato. No me dieron
comida ni agua”.
− “Me detuvieron en la calle, estaban de civil, me llevaron a la
comisaría”.
− “Estuve dos días esposado en la comisaría del lado de afuera del
calabozo, me verduguearon y pegaron cachetazos en la cabeza”.
− “Estuve un día detenido en la comisaría, en una pieza al lado de
la guardia, esposado durante toda la noche. Mi mamá se quedó afuera”.
− “Fui detenido varias veces por la gendarmería en mi barrio y
me echaron gas pimienta”.
Estos relatos dan cuenta del contrasentido que ya hemos denunciado en otros
informes y que en algunos casos terminan con la muerte de jóvenes. Se trata
de intervenciones estatales respecto de un segmento de la población sobre el
que se ha decidido su inimputabilidad y su especial protección. Sin embargo,
394
Informe anual 2018
las intervenciones desplegadas bajo el pretexto de la protección los terminan
violentando y encerrando en las peores condiciones.
395
Informe anual 2018
que componen el sistema penal juvenil. La resolución ministerial 370 fue elaborada
por la dirección de Institutos Penales del OPNyA con la participación de la CPM.
Con acuerdos y desacuerdos se elaboró una propuesta de régimen de vida transversal
para todas las instituciones que fijaba un piso mínimo de derechos respetuoso de
la normativa nacional e internacional. Esta herramienta no debía representar una
limitación para mejorar aún más las condiciones de vida en estos lugares, y a su vez
garantizaba que los derechos de los jóvenes estuviesen dentro de las prioridades de las
autoridades del OPNyA. El documento debía estar publicado en su totalidad en todos
los centros de detención (cerrados, de recepción y alcaldía) y comunicado a cada joven
que ingresaba a estos lugares, garantizando su comprensión de parte del personal
de custodia y tratamiento. La resolución también establece un sistema de sanciones
disciplinarias, determinando que no podrán aplicarse en los establecimientos penales
medidas más gravosas que las fijadas y que deben tender a la implementación de
medidas de reparación, apercibimiento o educativas que no implicaran encierro en
celda, además de prohibir las sanciones colectivas y acumulativas.
Con posterioridad al 2011, solicitamos la reapertura de dicha mesa de diálogo sin
obtener respuesta favorable. Los encuentros con miembros del OPNyA fueron
en los estrados judiciales ya que, pese a las reiteradas notas e informes respecto
al funcionamiento de algunos centros y al incumplimiento de la resolución, no
se avanzó favorablemente en la garantía de protección de derechos que debieran
tener asegurados los jóvenes.
Con el cambio de gobierno -pese a los distintos fallos judiciales que convalidaron
la reglamentación y luego del leve avance que representó esta resolución en el
ámbito del OPNyA- el mismo órgano ejecutor no siempre la respetó, utilizando
la normativa en fundamento escrito para sostener un tratamiento ficcional que
no se tradujo en la implementación de una política pública tendiente a mejorar
los estándares de encierro y tratamiento para con los jóvenes.
La publicación y comprensión de la reglamentación continúa sin cumplirse en la
mayoría de los lugares de encierro. Las medidas sancionatorias no cumplen con
los principios socioeducativos que debieran contemplar sino que se aplican las más
gravosas -como el aislamiento y encierro en celda- sin diferenciar los motivos que
les dan origen. La violencia, el destrato y la utilización de mecanismos tortuosos y
amenazantes van a aparecer constantemente en los relatos de los jóvenes.
396
Informe anual 2018
4.4 Condiciones de sobrevida en los centros de detención para jóvenes
− Sobre-encarcelamiento
El sobre-encarcelamiento y la consecuente superación de los cupos de detenidos
es parte de la regularidad de todos los lugares de encierro. Desde 2015 observamos
que existe un aumento sostenido en la cantidad de jóvenes encarcelados, es decir
que se encierran personas por encima de la capacidad establecida formalmente
en los centros de detención.
14 La información utilizada es la construida con nuestros propios instrumentos. Daremos cuenta de manera
cuantitativa de los datos que el Registro Nacional de Casos de Torturas y/o malos tratos (RNCT) y el programa
de inspección a lugares de encierro de la CPM construyen a partir de las inspecciones realizadas, registrando
los tipos de tortura y/o malos tratos. Los “hechos denunciados” son hechos que se comunican o informan en
el marco de una entrevista y no necesariamente son informados posteriormente a las autoridades judiciales.
397
Informe anual 2018
Gráfico 9. Nivel de ocupación de los centros de detención de jóvenes a cargo
del OPNyA, provincia de Buenos Aires, 2015-2017.
670
660
650
640
Cant idades
630
620
610
600
590
580
2015 2016 2017
Cupo Jóvenes
Fuente: CPM en base a información proporcionada por el OPNyA para los años 2015-2016, y parte de
398
Informe anual 2018
pero se modifican en función de la demanda de encierro y, en ocasiones, frente a
las resoluciones de las acciones colectivas del Poder Judicial. A modo de ejemplo
podemos citar el cambio en la modalidad de los centros Leopoldo Lugones de
Azul, Pellegrini de Abasto y COPA de Abasto, en el cual duplicaron la capacidad
de alojamiento sin haber modificado las precarias condiciones edilicias16.
Como en las cárceles para adultos, el OPNyA no informa públicamente el
criterio utilizado para definir el cupo que podría tener cada dispositivo, así
como tampoco cuáles fueron los criterios para resolver su modificación. Como
señalamos en el informe anual de 2011, “los criterios para fijar la capacidad
de alojamiento se limitan a contabilizar un cupo allí donde hay un camastro o
donde haya lugar para ubicar un colchón”.
Esta sobrepoblación se traduce en el agravamiento de las condiciones materiales
de detención. Situaciones extremas fueron detectadas en algunas inspecciones
realizadas en 201717, donde se relevaron jóvenes durmiendo en el piso, muchos
de ellos sin colchones. También hallamos jóvenes alojados en sectores no
habilitados como fue el caso del centro cerrado Almafuerte donde, al momento
de la inspección, había jóvenes alojados en aulas o en el gimnasio.
399
Informe anual 2018
paredes descascaradas y con hongos por humedad, la ausencia de vidrios y/o
policarbonato que minimicen las inclemencias del tiempo, duchas sin grifería y,
salvo contados casos, falta de agua caliente, de agua potable, materia fecal.
Durante 2017, el RNCT18 entrevistó a 39 víctimas que sufrían o habían sufrido
malas condiciones materiales de detención en los dos meses anteriores en centros
cerrados o de recepción del OPNyA. El RNCT registra información sobre 21
posibles deficiencias en las condiciones materiales de detención. El siguiente
cuadro muestra su distribución para el total de víctimas de malas condiciones
materiales de detención:
400
Informe anual 2018
No provisión y/o deficiente provisión de ropa de
9 23.1
cama
Falta de luz artificial 8 20.5
Falta de colchón 8 20.5
Falta de calzado 6 15.4
Humedad 6 15.4
Falta de acceso a duchas 5 12.8
Falta de ropa 5 12.8
Falta de ventana 3 7.7
Irregular acceso a sanitarios 3 7.7
Malos olores 3 7.7
Instalación eléctrica riesgosa 2 5.1
Colchón deteriorado / medio colchón 1 2.6
Total 349 894.9
Respuesta múltiple. Base: 39 víctimas de malas condiciones materiales.
Fuente: 50 casos del RNCT, GESPyDH-CPM, 2017.
401
Informe anual 2018
lugar donde padecían las malas condiciones materiales es la siguiente:
La mayoría consignó que las malas condiciones las padeció en su lugar habitual
de alojamiento. Esto implica que, en promedio, permanecieron en estas
condiciones deficientes 226 días, registrando un caso extremo de tres años en
las mismas condiciones. Finalmente del cuadro también se desprende que 13
jóvenes padecieron malas condiciones materiales de detención en espacios de
tránsito. El promedio de tiempo padeciendo estas condiciones fue de 22 días;
es necesario remarcar la gravedad de este hecho, teniendo en cuenta que los
espacios de tránsito suelen estar aún en peores condiciones que los lugares de
alojamiento habitual.
Uno de los registros obtenidos da cuenta de estas condiciones: “La celda está
muy fría, tiene la ducha tapada hace muchos días, esto provoca humedad en el
piso y las paredes. Paredes todas manchadas y sucias. En la ducha sale sólo agua
hirviendo y no la fría, por lo que juntan agua en un balde con agua caliente y le
agregan fría para bañarse. Hay ratas muy grandes”.
Durante la inspección al centro Araoz Alfaro, encontramos jóvenes alojados
en una celda en el pasillo de ingreso a los pabellones que -según refieren
los responsables institucionales- se utiliza a modo de enfermería. Allí nos
entrevistamos con dos jóvenes que habían sido víctimas de intoxicación por el
humo de colchones encendidos. El denominado sector de enfermería funciona
como alojamiento y como buzones. Las condiciones materiales de detención
402
Informe anual 2018
son gravosas: no cuenta con aireación ni ventilación, las ventanas no se abren,
tampoco cuenta con sanitarios, deben realizar sus necesidades en un bidón o
en el piso. Está alejado del sector de control y guardia, por lo cual no logran ser
escuchados con rapidez si requieren atención de algún tipo. No cuentan con
camastros ni camas, los colchones se encuentran sobre el piso. Los techos están
en mal estado de conservación, se observa deterioro en las paredes, techos con
grietas y humedad.
En algunos de los centros de detención los servicios sanitarios se encuentran
en el interior de las celdas, con una pequeña pared divisoria del camastro y
no del espacio destinado al almuerzo o cena. En aquellos centros en donde
se comparte la celda con otro u otros detenidos, esta situación genera que se
vulnere la privacidad de los jóvenes.
En los centros en donde los jóvenes no cuentan con sanitarios al interior de la
celda, durante el horario de pernocte o en los espacios de sanción y/o aislamiento
y/o tránsito se los obliga a realizar sus necesidades en recipientes plásticos
(bidones o bolsas), que son retirados al día siguiente cuando se levantan o luego
de insistir a alguno de los asistentes de guardia. El sistema de sanitarios también
suele estar colapsado, como constatamos en el centro de recepción Malvinas
Argentinas, donde el olor era nauseabundo y permanente. En el centro cerrado
Pellegrini los 21 jóvenes alojados al momento de la inspección debían usar un
baño con un solo inodoro, ya que los tres restantes se encontraban clausurados.
La falta o limitado acceso a sanitarios atenta y vulnera la dignidad humana de
los jóvenes. La persistencia en el uso de prácticas denigrantes, como defecar en
una bolsa de residuos o en una de las esquina del lugar de alojamiento, no puede
tolerarse ni tiene justificación razonable alguna.
Colchones rotos o descosidos, abrigo insuficiente, ropa inadecuada para la
estación del año o con roturas, prohibición del uso de zapatillas y/o de ropa
personal así como pertenencias afectivas son violaciones a los derechos de los
jóvenes privados de libertad que agravan y agudizan las condiciones materiales
de detención.
Los colchones permanecen durante todo el día fuera de la celda. Las autoridades
argumentan que los retiran para ventilarlos, y que ello constituye una acción
saludable. Sin embargo -según surge del relato de los jóvenes- el retiro de
403
Informe anual 2018
colchones funciona como una sanción informal, y la razón es que no puedan
permanecer acostados en horario diurno, durante el tiempo que están dentro de
la celda que, en alguno casos, llega a ser la mayor parte del día.
La posesión de efectos personales es un elemento fundamental del derecho a la
intimidad y es indispensable para el bienestar psicológico de las personas. En las
entrevistas observamos cómo estas violaciones generan angustia, dolor y atentan
contra la dignidad de las personas. La prohibición del uso de zapatillas ha sido
una práctica constante en los centros de detención de jóvenes, así como también
la posibilidad de tener en las celdas cartas o fotos de sus seres queridos. Algunas
de estas prácticas se han modificando a partir de la presentación de acciones
colectivas. Los argumentos de estas prohibiciones se basan en lógicas securitarias
y de gobernabilidad del encierro de los/as jóvenes detenidos/as, argumentaciones
falaces que debieran resolverse priorizando el menor tiempo posible de aislamiento.
19 Esta empresa ha ganado la licitación en septiembre de 2017 por tres años más. En el predio Villa Nueva
Esperanza de Abasto funciona la cocina y el almacenamiento de los alimentos frescos y secos. Desde allí se
distribuyen las viandas con movilidad que según se informa cuenta con conservación térmica, pero que no
garantiza que al momento de llegada a los jóvenes conserve la temperatura adecuada.
20 Extracto del informe de la médica perito del Cuerpo Técnico Auxiliar del Fuero de Responsabilidad Penal
Juvenil del departamento judicial de La Plata, 9/10/2017.
21 Extracto del informe del Juzgado de Garantías 3 La Plata, 27/10/2017
404
Informe anual 2018
− Contaminación fecal del agua
La provisión de agua potable es otro de los servicios indispensables que el
Estado debe asumir. En las muestras de agua tomadas en varias inspecciones
constatamos contaminación. En el centro de recepción Malvinas Argentinas,
en el marco de la inspección, se presentó un habeas corpus colectivo donde,
entre otros agravamientos, denunciamos la contaminación del agua, porque su
análisis de laboratorio arrojó como resultado que era biológicamente no apta
para el consumo humano. El OPNyA presentó resultados que contradicen lo
comprobado y el juzgado actuante ordenó que el OPNyA provea agua envasada
a los jóvenes, que la empresa Cook Master realice la limpieza de los tanques y un
tercer análisis sin fecha establecida.
En el centro cerrado Ibarra, los jóvenes detenidos referían que cursaban
síntomas fuertes de diarrea y vómitos desde hacía ya un tiempo (algunos
cursando síntomas febriles durante nuestra recorrida), y que los asociaban al
consumo de agua.
En el centro cerrado y de recepción Eva Perón, los jóvenes denunciaban similares
síntomas. Por tal motivo se tomaron muestras del agua que dieron como
resultado la presencia de contaminación fecal -o sea escherichia coli positiva- en
las cañerías de suministro de agua22. El hallazgo de escherichia coli en el agua
indica que la materia fecal se introdujo y advierte la posibilidad de que existan
organismos patógenos que produzcan enfermedades humanas de transmisión
hídrica: gastroenteritis, hepatitis, cólera, fiebre tifoidea, disentería, etc.
Las respuestas presentadas por el OPNyA en el marco de distintos habeas
corpus colectivos son inadmisibles: niegan sin argumentos sólidos los estudios
realizados por la Universidad Nacional de La Plata, ofreciendo como prueba
los análisis que delegan en la empresa privada Cook Master, la misma que tiene
adjudicada la provisión de alimentos.
405
Informe anual 2018
− Falta o deficiente asistencia de la salud
Los jóvenes alojados en los dispositivos del ámbito penal padecen falta o
deficiente atención a la salud. Si bien cada centro cuenta con profesionales
o algún espacio destinado a la atención de los jóvenes (excepto los centros
Almafuerte y Virrey del Pino), carecen de un sector de internación. El acceso
a la atención extramuros se encuentra obstaculizado, la mayoría de las veces
por no contar con movilidad propia o ambulancia. La articulación con los
servicios de salud municipales o de la Provincia suele ser dificultosa y no
siempre garantiza los traslados. Habitualmente los profesionales no entregan a
los jóvenes el diagnóstico ni las indicaciones del tratamiento, ubicándolos como
sujetos pasivos en el proceso de salud que atraviesan.
Cuando se requiera atención y tratamiento por padecimientos mentales,
en general se articula con algún/a psiquiatra que se encuentra en la sede del
OPNyA. Estos, en función del diagnóstico, suelen indicar tratamiento con
medicamentos suministrado por los asistentes de guardia o por personal de
enfermería, en caso de haberlo. Hemos detectado que la supervisión de la toma
de medicamentos presenta distintas formas: desde solicitar a los jóvenes que
abran la boca y levanten la lengua, moler las pastillas para asegurarse el control
de su ingestión, hasta las entrega de la dosis diaria sin supervisión.
En cuanto al diagnostico y tratamiento frente a situaciones de abstinencia o
consumo de sustancias toxicas, la articulación con los centros especializados solo
se garantiza –y aun así de manera intermitente- en caso que las disponga un juez.
El RNCT relevó 25 casos de jóvenes que padecieron falta o deficiente asistencia
de su salud, que describieron 34 hechos en total. Más de la mitad de las víctimas
manifestó que la desatención se produjo sobre un problema de salud que ya
estaba diagnosticado, pero que el tratamiento era inexistente o no era realizado
correctamente. Por su parte, cabe destacar que el promedio de tiempo en que
las víctimas padecían estas afectaciones de su salud fue de un año y tres meses.
Por su parte, 13 jóvenes indicaron padecer una dolencia aguda o lesión; estos
son problemas de salud que se presentan de modo irregular o circunstancial
(dolor de muelas, cólicos o dolencias como resultado de agresiones físicas por
parte de los funcionarios). En estos casos el promedio de tiempo padeciendo la
desatención fue de casi dos meses.
406
Informe anual 2018
En el 50% de los hechos, los jóvenes habían llegado a acceder a un contacto con
el servicio médico, pero la atención fue deficiente.
407
Informe anual 2018
la interrumpieron. En la calle hacía tratamiento por las adicciones que
me hacía bien, pero al quedar detenido se cortó”.
− (...) con motivo de un incendio, lo sacaron inconsciente de celda y fue
llevado a buzones. Desde que lo sacaron, hasta el otro día, no recibió
atención médica. Le cuesta respirar, pero no le dan la medicación. No lo
llevaron al hospital. Le duele el pecho, saliva y escupe color negro. Tiene
problemas para dormir, en el anterior centro le daban medicación pero
acá no le dan.
− Tiene una herida de bala en el estómago. Le duele y le supura. No le
dan nada, ni calmantes, ni para limpiarse. Denunció con el defensor y
por eso le dieron una caja de medicamentos que desconoce que eran; se
los dieron pero siguió supurando la herida. Lo llevaron al hospital para
revisarle el brazo que no lo puede mover (por una golpiza policial). Le
hicieron una placa pero no le dijeron nada ni le entregaron medicación.
− “’Cuando me detuvieron hace cuatro años me enfrenté con la policía.
Me llevaron al hospital y me cosieron pero me quedaron más de 30
perdigones en el cuello. Tengo problemas para respirar y para hablar.
De noche me quedaba sin respiración y tengo miedo de morirme...”
Por problemas familiares se cortó en ambos brazos y lo sacaron al
hospital de la calle, lo curaron y lo volvieron a dejar en la celda. Nunca
tuvo asistencia psicológica, pese a que lo ha solicitado en distintas
oportunidades.
Un ejemplo elocuente y representativo de la deficiente asistencia a la salud es el
predio Villa Nueva Esperanza. En este predio se concentran la mayor cantidad de
dispositivos penales de la Provincia y, por lo tanto, la mayor cantidad de jóvenes
privados de su libertad. Se dispone de un espacio común para la atención de la
salud a través de una enfermería centralizada. El lugar está destinado a la asistencia
médica, odontológica y de enfermería de los jóvenes detenidos. También se realiza
el precario examen médico y odontológico de ingreso, y las interconsultas que el
médico solicite. El enfermero de guardia es el encargado de realizar el precario de
ingreso de los jóvenes y posteriormente el médico hace la historia clínica. Cada
centro cerrado es el responsable del archivo de la historia clínica y es el que se
encarga de llevar a cabo las indicaciones médicas. La enfermería solo provee la
408
Informe anual 2018
medicación; en caso de no tenerla cada centro debe comprarla. También cada
centro es el responsable de suministrar la medicación a los jóvenes, así como de
que cumplan con el tratamiento indicado por el médico.
Entre los aspectos más salientes detectamos que esta enfermería central:
-No cuenta con sala de internación ni sala de aislamiento para jóvenes
con enfermedades infectocontagiosas.
-No cuenta con anestesia local ni inyectable para realizar arreglos o
extracciones dentarias. Los directores de cada centro deben comprarla.
En las inspecciones detectamos que, en general, a los jóvenes les faltan
piezas dentarias y frecuentan procesos infecciosos e inflamatorios que
solo se detienen por un tiempo hasta que vuelven a aparecer.
-La ambulancia no se encuentra las 24 horas en el lugar; solo permanece
hasta el mediodía; está en la Dirección de Automotores del OPNyA en la
ciudad de La Plata o en su defecto en la casa del chofer. Ante una urgencia
es solicitada por la enfermería; si el chofer no llega se llama al 107, ya que
se halla suspendido el servicio de emergencia domiciliaria.
-El suministro de medicamentos es realizado por los asistentes de
minoridad, utilizando controles de toma diferenciales, como ya hemos
descripto: a algunos jóvenes los obligan a abrir la boca y levantar la
lengua luego de entregar el medicamento, a otros se lo dan molido, a
otros se les entrega en el horario indicado y a algunos se les entrega el
blíster directamente.
- Hay un solo baño: está en malas condiciones, sucio y no cuenta con
agua caliente.
-La única pileta con agua para el lavado de manos y de instrumental es la
del baño, que no garantiza las mínimas condiciones sanitarias.
-No hay calefacción, ni siquiera en el consultorio médico para revisar a
los jóvenes.
Algunos de estos aspectos surgen del informe técnico del fuero de Responsabilidad
Penal Juvenil del departamento judicial La Plata:
(...) las historias clínicas se hallan incompletas. La realización del
examen médico de ingreso, en algunos casos es tardía o no se efectúa.
Las evoluciones de las historia clínicas no son las adecuadas en
409
Informe anual 2018
tiempo y forma, corresponden solamente a los inconvenientes de
salud que presentan los jóvenes. No se consignan los diagnósticos,
tratamientos indicados y evolución. No existe un protocolo de
exámenes de rutina para los jóvenes que ingresan. La condición
de limpieza de los espacios de atención -consultorios- el día de
la visita es regular. Las guardias médicas de los días miércoles,
viernes, sábados y domingos se cubren de forma pasiva y rotativa
por el personal médico de planta (3 profesionales).23
410
Informe anual 2018
Los responsables institucionales entrevistados dan cuenta de la evasión ocultando
o justificando la responsabilidad de los agentes que tienen bajo su cargo la custodia
de los jóvenes, alimentando el discurso punitivo como única solución al conflicto.
En la inspección al centro de recepción de Malvinas Argentinas, las autoridades
del centro nos refirieron:
“... que desde el momento de su asunción, mayo del 2017, hemos
sido perjudicados por el recorte presupuestario, ya que el OPNyA
no ha resuelto el nombramiento de personal, con anterioridad
contábamos con 60/70 asistentes de minoridad y hoy diariamente
tenemos entre 15 o 16 asistentes sosteniendo el dispositivo donde
se encuentran detenidos 60 jóvenes. Las guardias se sostienen
con 10 asistentes fijos más 5 o 6 trabajadores que cumplen horas
extras...” “... esta disminución de asistentes provoca que los jóvenes
no puedan participar de las actividades planificadas ya que para
cualquier movimiento se debe disponer de un asistente para
asegurar el movimiento de un joven...” “... el recorte presupuestario
afectó la movilidad externa e interna de los jóvenes, antes
contábamos con un móvil en el centro y ahora debemos coordinar
los movimientos de los jóvenes con el área de traslado del OPNyA,
que se encuentra en La Plata, este sistema es engorroso ya que
debemos confeccionar con un día de anticipación una hoja de ruta
y solicitar a La Plata la autorización. Debemos poner prioridades
para dar lugar a los traslados, donde las “audiencias importantes”
las garantizamos disponiendo personal y otros movimientos
quedan pendientes (como por ejemplo derecho a la educación, a la
actividad física, a la recreación, etc.) o son resueltos a partir de la
movilidad particular de algún trabajador del dispositivo...”
De acuerdo al informe presentado por una trabajadora social del cuerpo
técnico de Responsabilidad Penal Juvenil, en centro cerrado Legarra: “se puede
mencionar que el personal de atención de los alojados es poco para las actividades
cotidianas que se realizan y el exceso de horas trabajadas del personal a cargo
podría redundar en mala atención”.
411
Informe anual 2018
− Acceso a la justicia y cuestiones procesales
El acceso a justicia se encuentre cada vez más limitado y lejano de la comprensión
de los y las jóvenes. En las entrevistas realizadas, la falta de acceso a la justicia y la
consulta respecto de cuestiones vinculadas al trámite de sus causas (cuestiones
procesales) son de los principales hechos denunciados.
Gráfico 10. Cantidad y tipo de hecho denunciado por los jóvenes entrevistados
por el CCT.
Fuente: elaboración propia, SISCCOT, CCT-CPM, 2017. Para 17 casos no se dispone dato acerca del tipo de
hecho comunicado.
412
Informe anual 2018
Cuando se les extiende la prisión preventiva, en algunos casos la interpretan
como una extensión de la penalidad y no como una excepcionalidad en el
tiempo procesal debido a factores de la investigación penal.
Respecto de la ingeniería judicial, sólo logran identificar algunas situaciones,
como la posibilidad de “hacer conducta” cuando están encerrados, para lograr
su libertad de manera más rápida.
La mayoría de los/las jóvenes temen lo que puedan escribir y enviar los equipos
técnicos de los centros a los juzgados o tribunales, y expresan que los amenazan
con enviar informes negativos cuando trasgreden alguna pauta de convivencia
o del régimen de vida.
Como fuera, los jóvenes desconocen el procedimiento aplicable y que existen
reglas mínimas que les otorgan derechos y garantías para disponer de defensa
y de un debido proceso legal. Esto se da en un contexto en el que la posibilidad
de contar con un proceso oral que asegure las garantías es cada vez más lejana,
debido a la extorsión y abuso de los juicios abreviados.
Si bien el sistema está funcionando y en plena vigencia, es necesario fortalecer
los lugares en donde la defensa y los equipos interdisciplinarios intervengan,
acompañen, asesoren y expliquen a los jóvenes el funcionamiento del fuero de
Responsabilidad Penal Juvenil. Algunos relatos obtenidos dan cuenta de estas
dificultades.
Centro cerrado Virrey del Pino:
− “Prendí fuego la celda. Salí para hospital. Sufrí algunas
quemaduras, ese día estaba enojado por una sanción colectiva y no había
hecho nada (...) luego de la internación de 10 días volví al instituto. El día
que prendí fuego me puse mal porque estaban por darme la transitoria y
con la sanción colectiva pensé que esto se retrasaba…Me llegó el papel en
el que me niegan la transitoria por prender fuego”.
− “Hace bastante que no veo a mi defensor (pertenece a la defensa
pública) y hace más de cinco meses que no veo al juez. Llevo casi cuatro
años detenido y sé que me voy cumplido, me hubiera ido cumplido en
febrero pero me dieron seis meses más por una causa interna”.
Centro de recepción de Lomas de Zamora:
− Refiere que quiere ir a comparecer con su defensor y también
413
Informe anual 2018
con su juez. No tiene claridad sobre su causa. Quiere poder hablar con
ellos. También quiere que se le garantice la visita íntima, ya que acá no
puede acceder a esta instancia. Tiene pareja que es la madre de su hijo.
Centro Cerrado Eva Perón:
− Hace un mes que está detenido, y no ha podido comunicarse
con su juzgado ni con su defensor. No tiene idea de cómo sigue su causa,
si tiene preventiva o no. Es la primera vez que está detenido.
− Hace cuatro meses que está en este instituto, está con prisión
preventiva. Desde que se le dictó la misma, no ha tenido contacto con
su defensa (...) lo tenían que llevar a comparecer, ya que debían revisar
la preventiva y entrevistarse con la defensa, quiere saber cuál es su
situación procesal, es la primera vez que está detenido y no conoce las
cosas relacionadas con la detención y el procedimiento.
414
Informe anual 2018
Como se desprende del cuadro anterior, el 52.4 % de los jóvenes manifestó
que el motivo de desvinculación familiar y social se relacionaba a la detención
en centros de encierro lejanos al lugar de residencia de su familia o allegados.
Teniendo en cuenta el lugar de detención donde se denunciaron los hechos, se
desprende que sólo en un caso la persona detenida se encontraba en un radio
menor a los 30 kilómetros de su entorno familiar.
Algunos relatos:
− “Estaba en el Pablo Nogués y me sacaron por una discusión
que tuve con el director. En ese lugar estaba más cerca de mi familia y
no pasaba hambre, porque mi familia podía llevarme comida. Les cuesta
mucho venir” (...) “Las requisas a los familiares son muy estrictas, les
sacan la ropa, los aritos, les hacen hacer flexiones y abrir la boca. Mi
abuela no viene a verme por eso”.
− “No veo a mi bebé porque es mucho viaje, quiero cuidarlo”.
415
Informe anual 2018
Tanto las jóvenes como las autoridades informaron que no cumplen los
turnos en hospitales extramuros por falta de móvil o por ausencia de personal
femenino que acompañe a las jóvenes. Lo mismo ocurre con los comparendos,
constituyendo todo ello un obstáculo en el acceso a la salud y a la justicia.
Advertimos además, a partir de los relatos, que allí acontecen situaciones que
constituyen una discriminación por género. Las jóvenes tienen prohibido el uso
de pinzas de depilar, esmalte para uñas, maquillaje, tintura y bijouterie. También
verificamos que la rutina diaria de las jóvenes se estructura en función de las
tareas de limpieza y de cocina, y no por el acceso a educación o la formación
profesional. A ello deben sumarse las especiales características del régimen
de vida: tres días de aislamiento al ingreso de la institución, donde priman las
requisas vejatorias, el impedimento de visitas íntimas y la administración y
limitación en la cantidad diaria de cigarrillos.
(Un caso que muestra el riesgo de vida latente para la vida de los jóvenes)
Como ocurre en los lugares de detención para adultos y en las dependencias
policiales, los centros de detención de jóvenes no cuentan con protocolos y elementos
suficientes para intervenir ante incendios. Lo ocurrido en el centro Araoz Alfaro es
una muestra cabal de las condiciones de posibilidad para que se produzcan hechos
que atenten contra el derecho a la vida de los y las jóvenes detenido/as.
El 8 de marzo de 2017, la Comisión Provincial por la Memoria inspeccionó el centro
cerrado Araoz Alfaro de La Plata y constató que 5 jóvenes habían sufrido graves
lesiones y debieron ser hospitalizados, por un incendio producido el 7 de marzo.
Algunos de los relatos:
− “Los pibes gritaban que los saquen, que les abran la celda y la
puerta no se podía abrir; comenzamos a sentir el humo que rápidamente
nos invadió y fuimos llevados al gimnasio”.
− “Todo comenzó luego de dos requisas durante el día, donde
los maestros revolvieron todo, cortaron colchones y revisaron todas las
celdas”.
416
Informe anual 2018
− “Nos mostraban las marrocas, pensamos que nos iban a poner
las esposas y nos iban a pegar. Nos estuvieron verdugueando varios días.
Sobre todo desde el lunes”.
Los jóvenes contaron que después de la cena, alrededor de las 20 hs, comenzaron
a reclamar por la situación que venían padeciendo. Luego prendieron fuego uno
de los colchones, que rápidamente empezó a despedir un humo intenso. Frente
a esta situación, comenzaron a llamar a los asistentes de minoridad, de manera
insistente y por el lapso de entre 30 ó 40 minutos, gritando y golpeando las
puertas. Finalmente concurrieron uno o dos asistentes quienes, al ver el fuego
por debajo de la puerta, intentaron entrar a la celda, pero el chapón estaba
sumamente caliente. Luego de varios minutos, lograron abrir el candado y
comenzaron a sacar a los jóvenes de a uno. Los dos asistentes sacaron primero
a un joven y, luego de diez minutos, sacaron a otro, hasta sacar a los cuatro
restantes. Dos de los jóvenes estaban desmayados. A los se alojaban en las celdas
contiguas los sacaron alrededor de una hora y media más tarde, y luego fueron
llevados al polideportivo o a las celdas de recreación.
Los jóvenes expresaron que no recibieron atención médica hasta que se hizo
presente la CPM. Recién ahí comenzaron llevarlos de a uno al sector de sanidad.
Dos de los cinco jóvenes debieron ser trasladados al hospital San Martin,
quedando en observación en el área de terapia intensiva. El 9 de marzo un
equipo de profesionales se constituyó en el hospital San Martin con el objeto de
recaudar información sobre la situación de los jóvenes; se tomó conocimiento
de que uno de ellos sufrió quemaduras de tipo A y debió ser entubado y sedado
-según expresaron los médicos de guardia- quedando en coma farmacológico.
Este joven se encontraba sin posibilidad de reacción y esposado a la cama. Esta
hecho gravísimo solo pudo resolverse a partir de una presentación judicial que
dispuso el cese de la medida, irracional, desproporcionada e inhumana.
Otro joven sufrió lesiones leves producto del fuego, quedando en observación
con oxigeno, para luego ser trasladado a una cama del sector de internación
general. Permaneció casi 10 días internado y actualmente se encuentra alojado
nuevamente en el centro Araoz Alfaro.
El tercer joven debió ser internado en el hospital Alejandro Korn de Melchor
Romero, quedando en estado de coma farmacológico y entubado en el sector
417
Informe anual 2018
de terapia intensiva. Permaneció internado una semana, también sujetado a la
cama con esposas.
Uno de los jóvenes entrevistados relató que el día del suceso perdió la
conciencia por aproximadamente 15 minutos. Luego del hecho permaneció en
el denominado sector “anexo enfermería” sin recibir ningún tipo de atención
de profesionales de salud. Manifestó tener un fuerte dolor en el pecho, salivar y
escupir de color negro, que tuvo fiebre y no recibió ninguna atención. Fue solo
tras la intervención del CCT-CPM que fue atendido por el médico del centro,
quien le indicó antibióticos, nebulizaciones y corticosteroides, aclarando que no
contaban en el centro con esta última medicación.
Otro de los jóvenes fue alojado en el sector “anexo enfermería” luego del incendio.
Al ser entrevistado relató que con posterioridad al incendio permaneció en
aislamiento sin recibir ningún tipo de atención médica ni fue llevado al hospital:
“lo único que hice fue tirarme al piso y cuando reaccioné me ardía todo el
cuerpo, me sentía al borde de la muerte”. Pudimos constatar que presentaba
lesiones visibles en su cuerpo: quemaduras y ampollas del lado izquierdo en
mano, brazo, antebrazo, hombro, omóplato y ojo. También mencionó dolor e
irritación de garganta, dificultades respiratorias y falta de apetito.
Las condiciones generales en que se encuentra el centro ya habían sido denunciadas
por la CPM mediante un habeas corpus colectivo24 iniciado el día 26 de abril de
2016. Pese a la gravedad de los hechos, el juzgado interviniente no dictó sentencia.
Frente al retardo de justicia y los nuevos hechos ocurridos, se presentó un pedido
para que se resuelva la presentación y se tomen medidas urgentes.
418
Informe anual 2018
Las resoluciones judiciales tardan en producirse; cuando se efectivizan y
pretenden el cese de estas violaciones de derechos humanos, se apela a instancias
superiores o no se cumplen si quedan firmes. La recurrente modificación o
estiramiento de plazos para el cumplimiento y las incomparecencias frente
a citaciones judiciales provoca consecuencias cotidianas en los jóvenes que
padecen la afectación continua de sus derechos.
A fines del año 2016, se realizó una presentación a las autoridades del OPNyA
denunciando una serie de agravamientos y solicitando una respuesta urgente
ante la vulneración de derechos que estaban padeciendo los jóvenes. Ante la
falta de respuesta del Organismo, a comienzos de febrero del año 2017 la CPM
concurrió al centro cerrado del Virrey del Pino, constatando nuevos y viejos
agravamientos en las condiciones de detención; hubo una nueva presentación
judicial, que se estableció como habeas corpus colectivo presentado ante el
juzgado de Garantías del Joven 1 del Departamento Judicial de La Matanza25.
Se denunciaba que el centro cerrado no solo está gestionado con la modalidad
penitenciaria sino que también comparte actividades y tareas con las personas
detenidas en la alcaldía situada en los pabellones contiguos. Las personas
encerradas en la alcaldía ingresan por el centro cerrado, limpian y desarrollan
tareas de mantenimiento, y circulan por el espacio; eso genera cruces de
poblaciones entre quienes están a disposición del régimen penal de adultos y del
régimen penal juvenil.
La prevalencia de la gobernabilidad penitenciaria y carcelización del centro se
ha profundizado y la cogestión ha provocado un avance de las tareas del SPB
por sobre las propias del OPNyA. Se instauró la reproducción de prácticas
securitarias propias del ámbito carcelario de adultos: un régimen de aislamiento
extremo, requisas vejatorias y reiteradas sanciones colectivas. Esto dejó de lado
la especialidad tratamental propia del sistema penal juvenil para dar lugar a la
modalidad penitenciaria propia del régimen de adultos: se transformó en una
cárcel para jóvenes.
El gobierno del lugar ha pasado a manos penitenciarias: ellos disponen y deciden
la organización o el acceso a las actividades de los jóvenes, provocando que
25 Causa 05-00-000028-17/00, caratulada “Habeas corpus colectivo. Beneficiarios: internos del Instituto de
Virrey del Pino”.
419
Informe anual 2018
prevalezca esa lógica de la seguridad por sobre el acceso a la salud, la asistencia
psicológica, la educación, la formación laboral y la recreación.
El otro conjunto de hechos denunciados atañe a deficientes condiciones de
detención que acarrean riesgos graves ante siniestros, faltante de vidrios en
ventanas, falta de conexión eléctrica o lámparas, falta de provisión de elementos
de higiene y limpieza, deficiente alimentación, escaso régimen de visitas
familiares.
Durante mayo del año 2017 -luego de varias citaciones a audiencias que no
se efectivizaron por la incomparencia del OPNyA- finalmente se logró una
resolución judicial que aunque no da cuenta del fondo de la cuestión cita a las
partes y ordena al OPNyA a presentar un detallado programa de modificación
de las condiciones de detención que padecen los jóvenes en el centro cerrado.
Se exponen las consideraciones que realizaron los peritos convocados por el
Juzgado de Garantías en el marco del habeas corpus.
La pericia del ingeniero civil:
(…) se considera prioritario las reparaciones del rubro electricidad
(a realizar en el corto plazo) por afectar la seguridad, colocación
de puertas en gabinetes de tableros de equipos de calefacción de
entretechos de los tres módulos, así como provisión de cables en
las celdas que no tienen, reparación de artefactos de iluminación,
llaves de luz, toma corrientes, colocación de puertas tablero eléctrico
de comando perteneciente al SUM, protección de terminaciones
de cables. También la reparación de artefactos sanitarios y sus
accesorios y la erradicación del nido de avispas en el módulo I.
Lo que vieron las peritos trabajadoras sociales:
“...observamos que la población allí alojada es joven, atravesada por
significativas historias de vida en las que han padecido situaciones
de vulnerabilidad. De ahí parte la relevancia de contar con medidas
socio educativas apropiadas y eficientes (…) que la política de
encierro existente y aislamiento permanente obstaculiza esta
posibilidad (…) el sistema de encierro existente obstaculiza que al
joven se lo pueda entrenar en el desarrollo de sus potencialidades
como persona, afectando tanto su presente como su futuro. Que
420
Informe anual 2018
la situación actual del centro donde prevalece la cotidianeidad del
encierro, la carencia de estímulos formativos, de proyectos, el fácil
acceso a sustancias psicoactivas, como así también la incertidumbre
por escasos contactos con funcionarios judiciales a cargo de sus
procesos penales, tendrían directa relación con los intentos de
autoeliminación o suicidio.”
Puntos centrales de las pericias médicas:
…la deficiencia se notó en la falta de personal odontológico ya
que por ser una población de adultos jóvenes presentan muchas
consultas al respecto (…) los turnos para ser asistidos fuera del
centro de alojamiento también es una gran deficiencia ya que como
único vehículo de traslado cuentan con una ambulancia y se pierden
turnos de atención con especialistas (…) sobre el tratamiento de
adicciones que se realiza en el CPA local, se pierden los turnos
debido a que el encargado de la movilización de los jóvenes
está a cargo del SPB y estos por falta de vehículos o por razones
de seguridad retrasan los traslados (…) es importante que se
erradiquen estos pájaros ya que su materia fecal transmite diversas
enfermedades y causa afecciones respiratorias (…) como medidas
de prevención la fumigación periódica, mallas de contención para
palomas; cerco perimetral a fin de ahuyentar roedores. (…) en
cuanto a las porciones que se sirven a la población juvenil es a vista
del perito escasa en cuanto a la cantidad, no pudiendo evaluar la
calidad de la comida que se sirvió ese día.
Ante todas estas evaluaciones, el juez de Garantías del Joven interviniente,
Gustavo Indovino, resolvió en año 2017 ordenar al titular de Niñez y
Adolescencia de provincia de Buenos Aires, y en el marco del decreto del Poder
Ejecutivo provincial 2460/10, que “arbitre los medios necesarios para que en
el plazo perentorio e improrrogable de 15 días de efectivo cumplimiento con
la implementación de un plan de acción consistente en diseñar y elaborar
un proyecto que abarque, brinde y contenga solución a todas y cada una
de las consideraciones elaboradas por los peritos ingeniero civil Santiago
Carlos Autino, de la licenciadas Mercedes Pinget y María de la Paz Peruzzo
421
Informe anual 2018
(trabajadoras sociales) y del perito médico Dr. Roberto Fernández y en qué
plazo prudente se puede poner en marcha el mismo a los fines de normalizar
las anomalías observadas”. En segundo orden exigió se conceda importancia al
corte de césped y a finalizar el cerramiento contra palomas en el SUM, ambas
tareas para prevenir posibilidad de gérmenes, insectos y alimañas. En tercer
orden expresó que deberá proveerse la reposición de acrílicos en las ventanas
antes del invierno.
Luego de lo resuelto por el Poder Judicial en mayo, en junio se cita a audiencia a
las partes; el OPNyA, representado por el Dr. Granillo Fernández, subsecretario
de Responsabilidad Penal Juvenil, debía entregar en forma escrita el plan de
acción exigido. El Poder Ejecutivo no se presenta a la audiencia ni agrega en
la causa el plan de acción. En agosto se vuelve a convocar a audiencia citando
también a la CPM. Nuevamente las autoridades del OPNyA no concurrieron ni
presentaron ningún tipo de plan o propuesta. Siguió dilatándose hasta el mes de
setiembre, cuando realizamos otra inspección al centro cerrado y detectamos
que las condiciones de detención seguían siendo gravosas y violatorias de
los derechos de los jóvenes encerrados. En octubre nos comunicamos con
las autoridades del Poder Judicial, manifestando la grave preocupación por
la falta de respuesta; nos informan que las autoridades del OPNyA se habían
comprometido hacía una semana a entregar el mencionado plan, acción que
volvió a incumplirse. Se realizó una nueva presentación judicial, solicitando el
urgente cumplimiento de sentencia.
Finalmente, y luego de haber corrido casi seis meses de la primera resolución
judicial incumplida por el OPNyA, en diciembre el juez de Garantías del Joven
1 del Departamento Judicial de La Matanza resuelve en la causa sobre habeas
corpus colectivo:
“…Hacer lugar, parcialmente a la presente acción de Habeas
Corpus en los términos de los arts. 405, 406, 415 y ccdtes. Del CPP.
II.- Ordenar al Titular de la Secretaría de Niñez y Adolescencia de
la Provincia de Buenos Aires y en el marco del Decreto del Poder
Ejecutivo Provincial 2460/10, disponiéndose un plan de acción
que deberá ejecutarse en forma inmediata, en el plazo perentorio
e improrrogable de 15 días (…) en tres aspectos fundamentales
422
Informe anual 2018
observados a fin del mejoramiento en las condiciones de
alojamiento de los Jóvenes en el Centro de Recepción de Virrey
del Pino. 1) Aspecto Psicosocial, Educativo y de Reinserción social
de los jóvenes alojados: a fin de que los jóvenes permanezcan
menos tiempo en las habitaciones, tengan más actividad de
esparcimiento… garantizar que los jóvenes puedan acceder a:
Recreación al aire libre, talleres de jardinería y huerta, cursos de
capacitación laboral que le ofrezca herramientas para el futuro,
asistencia diaria a la escuela. También el acceso a tratamientos
psicológicos y específicos de adicción (…) 2) Aspecto Sanitario,
Salud, Seguridad e Higiene: a) Coordinar para que el CPA local
realice reuniones periódicas sobre la temática de adicción…
b) Adquirir un vehículo con sus respectivos choferes…3)
Condiciones de Detención o Edilicias: a) Continuar y programar
con anticipación la periodicidad de las obras de reparación,
mantención y conservación del rubro electricidad (a realizar en
el corto plazo) por afectar la seguridad; También la reparación de
artefactos sanitarios y sus accesorios. b) En segundo orden: debe
concederse importancia al mantenimiento en el corte de césped
para prevenir posibilidad de gérmenes, insectos y alimañas. c) En
tercer orden: Continuar con la reposición de acrílicos en ventanas
pendientes antes del invierno, y las tareas (pintura, limpieza de
paredes) realizándose rutinariamente”.
Esta resolución judicial fue desobedecida nuevamente por las autoridades
provinciales.
423
Informe anual 2018
Desde su creación, este dispositivo mostró esta disputa lográndose imponer
lo securitario a partir de diversas prácticas de disciplinamiento (humillación,
subordinación, obediencia), degradación y de violencia (destrato, maltrato,
golpes), sufrimiento y dolor como partes indispensables del tratamiento.
Se ha implementado un modelo de máxima seguridad, por sobre el modelo
resocializador, a partir de la reproducción de prácticas heredadas de las fuerzas
represivas, y arraigadas en la cultura institucional correccional penal. Se han
asimilando prácticas y dispositivos del sistema padecido por los mayores (persecución,
hostigamiento y torturas, alojamiento en condiciones inhumanas, limitado acceso
a la justicia, al debido proceso y una defensa técnica de calidad, uso extorsivo del
juicio abreviado, y padecimiento en los lugares de encierro), convirtiendo al centro
mencionado en una verdadera cárcel-depósito de jóvenes pobres.
Este cuadro de situación desnaturaliza el sentido de creación de un centro de
detención específico para jóvenes mayores de 18 años, así como un régimen de
responsabilidad penal juvenil con herramientas educativas y formativas para la
reinserción, donde la sanción debiera estar encuadrada en el cumplimiento de
medidas socio-educativas y mayores garantías en el proceso.
Los jóvenes entrevistados no acceden a actividades de recreación: ni educativas
y mucho menos laborales. No hay permisos de salida frente al fallecimiento de
un familiar o allegado significativo para su historia. Ante la carencia de recursos
económicos, por la localización geográfica se ven impedidos de sostener
afectivamente sus vínculos significativos. No cuentan con atención integral de
su salud, no se les provee una alimentación adecuada en calidad ni cantidad
nutricional, permanecen recluidos en una celda unicelular durante todo el día,
no se les propone nada para hacer que les interese. Sólo padecer.
Permanecen en un régimen de reclusión en celda de 18 a 24 horas continuas.
A este régimen de reclusión en celda los jóvenes lo denominan “engome”. Los
jóvenes no salen todos juntos al comedor sino que se dividen en dos grupos,
según el ala en la que se encuentran. Se turnan una vez por medio: salen por la
tarde o por la mañana al comedor: si un joven sale hoy por la mañana y entra a
la celda a las 13.30 permanecerá 24 horas en la misma hasta tener la recreación
del día siguiente. Y luego permanecerá 18 horas en aislamiento. Durante las
entrevistas se observó que este método de castigo -en sí mismo o asociado a
424
Informe anual 2018
otros agravamientos- somete a los jóvenes a un estado de exacerbación de su
pensamiento. Solo existen dos talleres; los detenidos dicen: “no sirven para
nada”; “estaría bueno alguno de oficio, no sé para qué me puede servir afuera
haber leído la biblia, no me van a contratar para leer la biblia”.
Relatos:
− LFC: “el engome (reclusión en celda) te lleva a pensar una
banda… te lleva a veces a estar triste y a veces a estar enojado”.
− HEL: “acá estás todo el tiempo encerrado; te las pasa todo el
tiempo pensando. Tuve que sacar las fotos de mis hijos (en referencia a
fotos adheridas a la pared de la celda) y dárselas a mi vieja para no pensar
en ellos”.
− EIL: “a la noche me agarra angustia de tanto pensar y si no hago
deporte que me canse no puedo dormir”.
− IR padece dificultades para conciliar el sueño: “durante el
engome me tengo que mantener todo el tiempo ocupado para no pensar.
A veces estoy a todo ritmo y al otro día sin ganas de nada”.
− MLB se encuentra recluido en celda de aislamiento las 24 horas
dentro del sector de sanidad con diagnóstico de psicosis paranoica: “desde
que estoy encerrado, escucho las voces a cada rato” (haciendo referencia
a que la reclusión en celda aumenta la frecuencia de sus alucinaciones
auditivas).
Quienes prescriben y ejecutan el tratamiento son los responsables institucionales
que gobiernan el encierro: directores del OPNyA y del SPB (asistentes de
minoridad y agentes de seguridad) y profesionales. Son los que, de acuerdo a
su función, moldean un régimen de vida implementando rutinas con horarios
para levantarse, para acostarse, para comer, recrearse, salir al patio, asearse y
comunicarse con el exterior. La regulación de los tiempos y las actividades se
modifican permanentemente en función de criterios que ponderan la seguridad
interna con la excusa de evitar cualquier posible conflicto.
Los jóvenes no tienen garantizado el contacto telefónico con el mundo exterior:
el teléfono en ocasiones no funciona por problemas en la línea y tampoco pueden
realizar llamadas a telefonía móvil, situación que interfiere y limita la comunicación
con sus familiares ya que la gran mayoría dispone de telefonía fija en su vivienda.
425
Informe anual 2018
LFC dice: “el teléfono no anda para hablar con un celular; a veces quiero
escuchar la voz de mi mamá y no puedo...”; situación que se suma a la reclusión
en celda y la vincula con que: “acá (en referencia a la celda) te la pasás cajeteando
(pensando) todo el día” como otro factor estresante de la reclusión en celda.
El incremento en la cantidad de jóvenes detenidos y la ausencia de personal del
OPNyA se utilizan como fundamento para justificar mayor tiempo de permanencia
en las celdas. Se prioriza el cumplimiento de la política de seguridad interna, y
justifican el encierro excesivo para que los jóvenes no se crucen ni se peleen; los
dividen según la clasificación que hayan realizado de ellos, regulando una escasa o
nula cantidad horaria entre la escuela, los talleres y la recreación y/o contacto con
el mundo exterior según la cantidad de personas que puedan controlar.
Las disciplinas abocadas al tratamiento de los jóvenes en este centro son, de
manera limitada, la psicología y el trabajo social, utilizadas como una parte
necesaria en el engranaje que debe sostener el tratamiento ficcional. Una vez que
los jóvenes son ingresados a este dispositivo, deben comenzar a dar explicaciones
acerca de cuáles fueron los motivos que lo llevaron hasta el encierro, y describir
cuestiones intimas innecesarias cada vez que son entrevistados o interrogados.
Comienzan por una serie de entrevistas que completan el inicio del tratamiento:
el aislamiento en una celda durante 3, 5 ó 7 días, justificando la inclusión
institucional. Los jóvenes deben desprenderse de lo que traen del espacio de
libertad o del lugar de traslado y disponerse al tratamiento, para lo cual el
despojo de sus pertenencias resulta indispensable.
El relato del tratamiento a partir de las palabras de los integrantes del equipo
técnico, contrastándolo con el de los jóvenes, no hace más que dar cuenta de
que el abordaje técnico profesional es utilizado por el sistema de gobierno
institucional para inscribir en los jóvenes la idea de que están en la cárcel.
Los jóvenes son conscientes de que en realidad no hay tratamiento posible sin
continuidad, con escasas horas de educación en propuestas que no se condicen
con sus trayectos formativos, sin posibilidad de contar con la certificación de su
aprendizaje y en un lugar de alojamiento que no garantiza condiciones dignas.
Este engranaje es sostenido por un sistema de sanciones arbitrario y discrecional
y por prácticas y requisas vejatorias que pre-moldean una subjetividad
controlada, donde el castigo expresa su capacidad de producir sufrimiento y
426
Informe anual 2018
dolor, de someter y de subordinar, y de producir obediencias fingidas en una
relación asimétrica en la que los jóvenes se construyen en víctimas silenciadas.
Los jóvenes manifestaron que ante diferentes faltas cometidas o adjudicadas, la
sanción que reciben es el aislamiento en celda por 7 ó 10 días. Cuando -según el
criterio de los agentes del SPB- los jóvenes “les faltan el respeto”, son golpeados
por ellos y por los asistentes de minoridad; además los amenazan con “largarles
el perro” (literalmente, ingreso de los canes al pabellón). Preguntados sobre en
qué consistían las faltas de respeto, manifestaron que llamar reiteradas veces a
los agentes del SPB o asistentes de minoridad porque se encuentran encerrados
en las celdas y necesitan algo, o quejarse por la falta de atención es tomado por
los agentes como una falta de respeto y son sancionados.
Exigir derechos a partir de la palabra no se encuentra contemplado como
posibilidad. Los jóvenes refieren que al poco tiempo de ingresar a la institución
descubren que la palabra no es una herramienta válida o exitosa -en el mejor
de los casos- para acceder o satisfacer sus derechos; que cuando reclaman se los
desestima sistemáticamente y, en algunos casos, se los silencia con amenazas o
insultos.
Relatos:
KMZ: “acá te tienen como un juguete, hacen lo que quieren con vos”.
LFC: “acá si armas bondi (reclamar a los gritos golpeando la puerta o
insultar a los asistentes) te engoman en la celda por siete días…pero es lo
mismo, porque estamos todo el día engomados...” Preguntado por qué se
llega a insultar a los asistentes, respondió: “cuando reclamás, te dicen a
todo que sí pero no te dan bola, no te dan cabida, hacen lo que quieren”.
427
Informe anual 2018
54 de Florencio Varela para estar junto a su hermano; el otro joven, LC, había
solicitado una salida extraordinaria para vincularse con su tía de crianza, quien
padecía una enfermedad terminal con pronóstico de pronta definición. Ambos
jóvenes no fueron escuchados. Fueron literalmente descolgados totalmente des-
vanecidos y llevados de urgencia al hospital. La respuesta del OPNyA fue la de-
rivación a una unidad penal psiquiátrica bajo la órbita del SPB, lo que evidencia
falta de determinación en cuanto a garantizar el cumplimiento de los derechos
de los jóvenes bajo su tutela y a disposición exclusiva del fuero penal juvenil.
Los intentos de suicidio no fueron abordados por personal idóneo: una inter-
vención siempre tardía y sin aras de prevención de sucesos futuros. Dos días
después se produjeron al menos 15 casos de autolesiones que se abordaron con
una mirada punitiva, como un problema de conducta de los jóvenes y no como
una cuestión de salud. Los jóvenes entrevistados que se autolesionaron han ma-
nifestado gran temor a que sus juzgados tomen conocimiento del tema. Los jó-
venes entrevistados vincularon su padecimiento con la aplicación simultánea
de una serie de agravamientos: para el 30 de diciembre se había suspendido la
salida a recreación y, previo a ello, padecieron de una requisa sumamente vio-
lenta. Se postergó el día de visitas que estaba pautado, pasándolo a la semana
siguiente. A ello se le sumó la imposibilidad de comunicarse telefónicamente
con sus familiares.
Relatos:
− AG: “Acá los pibes se cortan porque nadie les da bola”.
− EM: “Nadie me escucha en el centro cuando estoy mal, ni la
psicóloga estaba. Tengo que esperar a que se pase todo, pienso cosas que
me hacen mal por eso me termino cortando".
− EIL: “...ese día no me podía comunicar (con su familia) le pedí
al encargado para que me dejara entrar a buscar la agenda y no me dejo,
así empezó mi día; a la noche de repente me agarró angustia, empecé a
pensar un par de cosas, agarré el feites (pequeño elemento de corte) y me
corté”.
− IR: “Ya veníamos mal en la semana y el 31 a la tarde nos
apagaron toda la música, imagínate, a la noche todos cajeteando”
(haciendo referencia a la exacerbación del pensamiento angustiante).
428
Informe anual 2018
− ZF: “No me podía comunicar con mi familia; imagínese que
cumplo años entre las dos fechas, se me juntó todo (…) preferí lastimarme
a lastimar a otro”.
− KMZ: “El 31 y 1º nos engomaron a todos (reclusión en celda)
por 48 horas, nos pasaron las visitas del fin de semana al miércoles,
no podíamos hablar por teléfono con nuestras familias y encima nos
hicieron requisa. Yo recién el 31, por suerte pude hablar con una vecina
de mi vieja; todos los pibes reclamaban poder hablar con sus familias”.
− LE: “(…) después de los cortes, me trasladan a sanidad y de ahí
al hospital; me tuvieron que coser 12 puntos”.
En estos casos, las conductas autolesivas no deben percibirse como episodios
aislados del contexto, libradas a la voluntad de los individuos que las practican. Todo
lo contrario, la exacerbación de los cuadros de angustia o ansiedad generados por
el aislamiento y otros agravamientos descriptos anteriormente dan lugar a estados
depresivos o de excitación psicomotriz. Al no existir posibilidad de resolución, no
deja más opción a los jóvenes que canalizar dichos impulsos contra sí mismos o
contra otros, un pasaje desde el campo del pensamiento hacia la acción. En este caso
podemos afirmar que las autolesiones son el último destino de la violencia que, en
sus distintas formas, es aplicada sobre los jóvenes por la propia institución.
En relación a las consecuencias psicológicas que presentaron los jóvenes luego
de padecer estas prácticas institucionales a fin de año, HEZ manifestó que para
esas fechas se encontraba padeciendo de insomnio, ataques de ira -“golpeaba la
pared para sacarme la bronca”-, embotamiento emocional y retraimiento social
-“después de tanto encierro cuando salís un ratito no te daba ganas de hablar
con nadie”; “como que vos te encerrás solo”-, ideaciones de muerte -“tenía ganas
de no vivir más”. Refiere que algunos de estos síntomas fueron desapareciendo
con el tiempo y dando lugar a la aparición de otros como fatiga, apatía: “estaba
todo cansado, sin ganas de nada, todo el día acostado”.
Los jóvenes IR, EL, FZ y R padecían dificultades para conciliar el sueño, ataques
de ira, autolesiones e ideaciones de muerte claramente vinculados con los
agravamientos en sus condiciones de detención.
En el caso de MLB las consecuencias de aquel episodio fueron más graves ya se
encontraba bajo una reclusión en celda dentro del sector de sanidad (aislado del
429
Informe anual 2018
resto de la población). Refiere que para esas fechas comenzó a padecer de un
aumento en la frecuencia de las alucinaciones y una exacerbación del delirio con
ideaciones de muerte, que vinculó con el aislamiento: “desde que me encerraron
acá escucho las voces a cada rato. Ese día no me sacaron a hablar por teléfono
con mi familia, estaba pensando un montón, me puse triste y bueno…”
Se les propone a los jóvenes que moldeen su subjetividad mientras pasan su
tiempo de detención en condiciones indignas, inhumanas y degradantes. Los
despojan de sus pertenencias, los humillan y los degradan; de esta manera se
inscribe el sufrimiento como parte indispensable del tratamiento.
Todos los jóvenes entrevistados dieron cuenta de padecer algún tipo de sufrimien-
to psíquico vinculado al tratamiento que reciben y sus condiciones de detención.
Se observó la presencia de síntomas como insomnio o dificultades para mantener
el sueño, embotamiento emocional, pesadillas, sueños angustiantes, ataques de
ira, híper vigilancia. Todos asociados a agravamientos en las condiciones de de-
tención, entre los que el aislamiento adquiere un valor central. En este sentido, se
ha constatado que un mayor grado de aislamiento se vincula con la aparición de
síntomas, el aumento de su frecuencia y el deterioro de los cuadros.
Luego de los episodios de intento de suicidio, autolesiones y otros síntomas,
muchos de los jóvenes refirieron no haber recibido atención psicológica. La
detección y atención inmediata de estos síntomas resulta un paliativo necesario.
Sin embargo, cuando la causa se vincula con las prácticas institucionales
que padecen, una atención de la salud que no se focalice en el cese de estos
agravamientos está condenada al fracaso. Y, lejos de paliar las consecuencias
psicológicas de la tortura, las termina amplificando.
Los síntomas descriptos por los jóvenes (sin conciencia de enfermedad al
momento de las entrevistas) muestran cuadros de estrés postraumáticos y, en
algunos casos, depresivos, los que según el Protocolo de Estambul26 resultan
compatibles con el padecimiento de torturas.
Desde la creación del centro cerrado Virrey del Pino a la fecha, hemos obser-
vado el incremento de suicidios y/o intentos de suicidio, denunciando que este
26 El Manual de investigación y documentación efectiva sobre tortura, castigos y tratamientos crueles, inhu-
manos o degradantes, o Protocolo de Estambul, es un conjunto de normas internacionales para documentar
la tortura y sus consecuencias. Adoptado en el año 2000 por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos, sirve como guía internacional para la evaluación de las personas que han
sido torturadas, a fin de investigar los casos y reportarlos a la justicia.
430
Informe anual 2018
lugar de encierro daña y produce muerte en lugar de garantizar derechos. Por
esto resulta indispensable que se modifiquen las condiciones que hicieron posi-
bles los hechos denunciados y se clausure el lugar. En estos verdaderos depósitos
de jóvenes no se respeta la normativa vigente ni el derecho protector de este
colectivo, no se implementan políticas y programas para la responsabilización
juvenil o su reinserción, no existen dispositivos de tratamiento psicológico o de
adicciones ni espacios educativos adecuados.
Los reiterados habeas corpus colectivos e individuales y denuncias penales y
las visitas institucionales periódicas de los jueces, ineficaces para garantizar la
tutela judicial efectiva, dan cuenta de la falta de cumplimento del deber judicial
de garantizar la vida de jóvenes detenidos a su disposición. Las intervenciones
judiciales suelen culminar en algunas recomendaciones o informes inocuos.
La CPM viene denunciando y advirtiendo que esto pasaría desde el año 2014,
tras la implementación de un régimen carcelario basado en la administración de
la violencia y el aislamiento extremo como política de control del espacio. Los jó-
venes alojados en el centro Virrey del Pino continúan siendo víctimas de este
sistema de la crueldad, demostrándose una vez más que su sufrimiento no pro-
duce ningún cambio en las condiciones de detención y mucho menos en las
obligaciones que el Estado debe respetar y garantizar.
Frente a la gravedad de lo que sucede, la nula intervención judicial -pese a las re-
iteradas denuncias y pedidos de que el Servicio Penitenciario Bonaerense deje de
intervenir en lugares de encierro de jóvenes y el Organismo de Niñez asuma sus
funciones y obligaciones- la CPM presentó en 2018 una medida cautelar ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos reclamando medidas de protec-
ción para los jóvenes. El hecho más grave ocurrido en este lugar fue el asesinato
del joven Federico Salazar, caso que será analizado en el próximo informe anual.
431
Informe anual 2018
Tribunal de Casación de la provincia de Buenos Aires, al momento de resolver el
habeas corpus interpuesto en favor de los derechos de todos los jóvenes privados
de libertad27, se refiere a ese traslado a unidades de adultos argumentando que
desde el programa de jóvenes adultos se podría contener al grupo de jóvenes
provenientes del sistema de responsabilidad penal juvenil.
Luego de presentado el informe del año 2016, solicitamos que fuera reintegrado
a los dispositivos penales juveniles un grupo de jóvenes mayores de 18 años
que el OPNyA había trasladado desde el centro Virrey del Pino a cárceles
dependientes del SPB. Las personas acusadas o condenadas que hubieren
cumplido los 18 años de edad y se encuentren a disposición de los órganos
jurisdiccionales del fuero de responsabilidad penal juvenil deben continuar
alojados en establecimientos que estén bajo la órbita del OPNyA, en función
del principio de especialidad del fuero y la necesidad de no interrumpir los
procesos socioeducativos que vienen desarrollando en estos ámbitos. Ello
implica que no puede imponerse el traslado automático de aquellos jóvenes
que cumplieron 18 años de edad a una penitenciaría de adultos.
El traslado a cárceles de adultos -ordenado por el funcionario Granillo Fernán-
dez sin el aval judicial correspondiente- no sólo contradice los principios y obje-
tivos de la ley 13634 vulnerando los derechos y garantías de los jóvenes sino que
termina por agravar sus condiciones de encierro.
El sistema penal propone un tratamiento diferencial para la población de entre 18
y 21 años de edad acusada o condenada por cometer un delito. El mismo se en-
cuentra enunciado en las leyes de ejecución que rigen tanto en el ámbito provin-
cial (art. 1528) como nacional (art. 197 y 19829) siendo este ultimo el que establece,
27 Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires (Ley 11.982), doctores Carlos Ángel Natiello,
Horacio Daniel Piombo y Benjamín Ramón María Sal Llargués, con la Presidencia del primero de los nom-
brados, a efectos de resolver en causa 52.327 de este Tribunal, caratulada “Niños y adolescentes de los depar-
tamentos judiciales de la provincia de buenos aires s/ Habeas Corpus Colectivo”.
28 Ley de Ejecución Penal Provincial Nro. 12256, establece en su art. 15: “Los jóvenes adultos (de 18 a 21 años)
serán alojados en establecimientos o secciones especiales con el objeto de facilitar el desarrollo de aquellos
programas asistenciales y/o de tratamiento que, implementados para pequeños grupos, contemplen con es-
pecial énfasis los aspectos formativos y educativos de los mismos, teniendo en cuenta la especificidad de los
requerimientos propio de la edad”.
29 Ley de Ejecución Nacional artículo 197. Los jóvenes adultos de dieciocho a veintiún años deberán ser aloja-
dos en instituciones especiales o en secciones separadas o independientes de los establecimientos para adultos.
En su tratamiento se pondrá particular empeño en la enseñanza obligatoria, en la capacitación profesional
y en el mantenimiento de los vínculos familiares. Articulo198: Excepcionalmente y mediando los informes
favorables del organismo técnico-criminológico y del consejo correccional del establecimiento, quienes hayan
cumplido veintiún años podrán permanecer en instituciones o secciones especiales para jóvenes adultos hasta
432
Informe anual 2018
de manera excepcional y en función de informes criminológicos, la permanencia
de los jóvenes de 21 hasta 25 años en las unidades penales donde se implementa el
programa especial. Pero esta normativa hace referencia a los jóvenes que cometie-
ron delitos siendo mayores de edad, no a quienes los cometieron siendo menores
y por tanto juzgados por el fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.
Durante el 2017, la cantidad de jóvenes mayores de 18 años que dependen del fue-
ro de Responsabilidad Penal Juvenil y estuvieron bajo custodia del SPB representa el
30% (427 jóvenes) de la población detenida (1.424 jóvenes30), y han sido trasladados a
unidades penales, muchas veces sin el aval judicial. La fuente señalada no indica a qué
unidades penales fueron trasladados así como tampoco si los jóvenes fueron incluidos
en pabellones o unidades donde se dice implementar el programa jóvenes adultos.
433
Informe anual 2018
tratamiento y proyecto ciudadano, que no cuentan con tiempo prefijado sino que
se prevén de acuerdo al proceso personal de cada joven. Una vez cumplidos los 21
años, la extensión del tratamiento hasta los 25 años dependerá de las evaluaciones
del equipo técnico del programa y de la solicitud de los jóvenes31.
La resolución expresa que en todas las etapas se promoverá el principio de
especialización, contemplando el alojamiento diferenciado para los jóvenes
adultos, la asistencia psicosocial, el vínculo con su grupo familiar referente,
el acercamiento a su lugar de residencia y de posible inserción social, el
fortalecimiento de la educación, la capacitación en el trabajo y la formación
ciudadana donde el respeto al otro y a las normas de convivencia sean el eje
central del abordaje asistencial. Otra de las cuestiones que se consideran es
promover, a través de la buena convivencia y el mantenimiento de la disciplina,
la erradicación de los episodios de violencia priorizando el uso de regímenes
abiertos o semi-cerrados de modo preferencial al cerrado.
31 Resolución 4864, del 28-10-09, publicada en Orden del Día 205/2009.Fdo. Dr. Fernando Díaz, Jefe del
Servicio Penitenciario Bonaerense.
434
Informe anual 2018
común, falta de agua caliente, faltantes de caños y grifería en duchas, falta de
elementos de limpieza y personales entre otras deficiencias tratamentales.
Informe elaborado por el jefe de despacho de la Oficina Judicial de la Unidad 45:
La situación habitacional en la mayoría de los pabellones es de
notorio hacinamiento, ello considerando que cada una de las celdas
mide 2,5 m de frente por 6 m de profundidad; totalizando 15 metros
cuadrados; y que los estándares internacionales en materia de
condiciones de detención y derechos de las personas privadas de su
libertad fijan un mínimo de 7 metros cuadrados aproximadamente
por detenido. Esto estipularía un cupo de dos personas por celda.
A pesar de ello, la Administración Penitenciaria ha diseñado este
establecimiento dotando a cada celda de cuatro camas, es decir
cuatro plazas por celda. Durante recorrida de inspección se han
observado hasta ocho detenidos conviviendo en una misma celda.
De esta observación se desprende que cuatro personas deben
dormir sobre el piso de las celdas o de a dos en una misma cama”32.
Las necesidades de las personas detenidas y la mejora en las condiciones
edilicias se deben resolver a partir de la autogestión; en concreto: son los
grupos familiares de las personas privadas de libertad los que deben sostengan
económicamente no solo las necesidades básicas sino también los arreglos
edilicios y el mantenimiento de los proyectos laborales que se les requiere a los
jóvenes para permanecer en el programa jóvenes adultos.
Otro de los agravamientos que observamos es que no todos los jóvenes alojados
en la unidad se encuentran incluidos en el programa: un 16% (73 jóvenes) de
la población no accede. Por otro lado, la mencionada inclusión en cada etapa
del programa refiere más a una cuestión burocrática que de real acceso a algún
tipo de tratamiento diferencial. En cuanto a la composición etaria de aquellos
jóvenes que están incluidos el 92% (419) tiene entre 18 a 21 años de edad y un
8% (37) entre 21 y 25 años, lo que correspondería a la extensión en el programa.
En de la denominada “etapa de a admisión”33 se encuentran 311 jóvenes. Los
32 Gerardo Zaratiegui, jefe de despacho a cargo de la Oficina Judicial con asiento en la Unidad Carcelaria 45
de la localidad de Melchor Romero.
33 “…Una vez incluido en la Etapa de Admisión, el joven será entrevistado por el Grupo de Admisión y
Seguimiento quien le informará sobre el programa de tratamiento que recibirá. Luego de que el joven pueda
comenzar a conocer…” Programa Jóvenes Adultos Unidad Penal 45, Información brindada a la Comisión por
435
Informe anual 2018
diferentes aspectos debieran acontecer que en esta etapa deben ser garantizados
por los efectores del programa y no por la voluntad del joven, por ejemplo:
entrevistas psicológicas individuales y encuentro con el grupo familiar, asambleas
de convivencia, inclusión en espacio educativo formal. Por parte de los jóvenes
debe existir el compromiso de permanecer en el tratamiento e ir incorporando
herramientas y recursos para una sana convivencia, que disminuya a la mínima
expresión las actitudes y hechos de violencia física y/o verbal hacia otros.
Relatos:
− “Nosotros fuimos entrevistados, pero depende del horario que
lleguemos a la unidad, hay veces que lo hace el jefe del penal y otras la
junta pero ninguno nos explico el funcionamiento del programa”.
− “No conozco a la psicóloga, dicen que es la que a veces viene a
pasar una película”.
− “Pasa mucho tiempo hasta ir a la escuela o hacer algún curso”.
− “Los referentes del pabellón convocan a asamblea y ahí
decidimos entre todos mejorar el lugar donde vivimos”.
En la “etapa de tratamiento”34 se encuentran 115 jóvenes, y aquí debería
comenzar el trabajo con el joven y su familia en modo personalizado y grupal
(multifamiliar). El objetivo en esta etapa es que los jóvenes puedan lograr el
afianzamiento de su proceso personal con inclusión educativa sostenida
y/o laboral, el afianzamiento de la relación vincular familiar y vislumbrar un
objetivo para la etapa final. Nuevamente observamos que hay acciones que
deben garantizar los efectores -como la inclusión en un espacio de capacitación
en oficio o en un espacio laboral- y actos voluntarios de los jóvenes como, por
ejemplo, sostener los objetivos propuestos por él mismo y consensuados con el
equipo tratante, comprender las consignas básicas de convivencia, y asimilar el
respeto al otro y el sostenimiento de los espacios educativos.
La falta de congruencia entre los planteos formales del programa y la oferta de
la unidad expresa contradicciones que el sistema no podrá resolver. Se les exige
a las personas que deben estar incluidas en la educación formal y la unidad no
garantiza el acceso. Sólo 158 jóvenes de los 529 detenidos se encuentran incluidos
436
Informe anual 2018
en educación formal, y 53 personas del total de la población cuenta con la
oportunidad de acceder a formación profesional. El faltante de espacios áulicos
para el dictado de las clases es otro de los agravamientos que padecen los jóvenes:
hace más de un año que no se terminan de construir las dos aulas que ampliarían
en parte la inclusión educativa y la obra no tiene fecha de culminación.
Relatos:
− “Hace 7 meses que ingrese al penal y aún no estoy incluido en
la escuela secundaria, presenté los papeles y fui incluido en un curso de
yoga de todos los que hay.”
− “Como no tengo DNI no fui incluido en la escuela”.
− “No tengo carnet de trabajador pero escriben que trabajo; yo
limpio los buzones de castigados (alusión al sector de separación del área
de convivencia SAC)”.
Según refieren los jóvenes no cuentan con posibilidades reales de incluirse en
actividades laborales propias de la unidad: son muy pocos los que cuentan con el
carnet de trabajador y realizan oficios de mantenimiento de la unidad penal. Algunos
jóvenes que no cuentan con el reconocimiento como trabajadores refieren que se
justifica esta opción con un informe que deja sentado que realizan tareas laborales,
como sacar la basura del pabellón o realizar algún tipo de tarea de limpieza.
La vulneración del derecho a la educación es otro de los problemas que padecen:
la falta de cupos, el faltante de espacios áulicos, la ausencia de certificación de
sus trayectos formativos, la falta del documento de identidad son obstáculos
para el acceso no solo del derecho a la educación sino de otros derechos.
El jefe de despacho de la Unidad 45, Gerardo Zaratiegui, indicó en su informe:
A la hora de obtener un derecho liberatorio los Jueces deniegan
los mismos argumentando que no se ha accedido a la educación
formal, aspecto que no depende de la voluntad de ellos sino de las
autoridades educativas y la administración penitenciaria. Agregan
que los que van a la escuela lo hacen de manera muy inconstante,
una vez por semana con suerte, y durante no más de una hora
y media por día. Que hay pabellones que directamente no son
considerados para ir a estudiar.
437
Informe anual 2018
Dentro de la etapa de proyecto ciudadano para la inclusión social35 se encuentran
30 jóvenes, y el objetivo de este momento es hacer hincapié en proyectos para
el egreso definitivo o transitorio. En los casos de jóvenes penados, el equipo
tratante debe articular con el Patronato de Liberados.
Para contrarrestar lo enunciado -sea a partir de la letra escrita en la resolución
como en las enunciaciones de los responsables de la unidad penal-, compartimos
relatos de las personas detenidas que dan cuenta de la implementación del
programa, de las prácticas que se promueven y de los recursos que se disponen.
Informes de campo:
− Lucas: hace siete meses que está en la Unidad y en el programa
jóvenes adultos, nunca lo llevaron a la escuela ni le permitieron participar
de algún taller. Por la distancia, la familia solo lo puede visitar una vez
cada mes. Quiere ser trasladado”.
− Juan: manifestó que un mes atrás fue violentamente agredido
por otros internos, en el pabellón 7, donde permanecía alojado. Refirió
que en ese contexto fue víctima del robo de sus pertenencias y producto
de las agresiones sufrió fractura en la mandíbula. Nunca fue llevado a un
hospital extramuros para ver su situación; está en el SAC y quiere irse de
la Unidad Penal.
− Kevin: quiere comparecer con su defensa, ahora no lo están
llevando a la escuela, hizo hasta tercer grado.
− Oscar: está alojado en pabellón de admisión de la Unidad Penal,
hace tres semanas que llegó, ha pedido ser incorporado al programa
aunque está esperando cupo. Le dijeron que si hacia las cosas bien, iba a
poder ingresar al programa.
Los relatos e informes de campo dan cuenta de que este programa no funciona
como se planificó esquemáticamente en la resolución para la atención de los
jóvenes adultos. Por lo tanto, menos aun podría ser una opción para los jóvenes
que provienen de centros cerrados del sistema de responsabilidad penal juvenil.
Hemos desarrollado y denunciado que la carcelización del centro cerrado Virrey
del Pino, se presenta como el paso previo a peores condiciones de detención.
La co-gestión entre el OPNyA y el SPB ha demostrado que no es posible otro
35 Ídem 3.
438
Informe anual 2018
tipo de asistencia y tratamiento para los jóvenes que fortalezca sus procesos de
responsabilización y autonomía, generando condiciones que les permitan contar
con herramientas para mejorar sus condiciones fuera del encierro. Es necesario
observar que la población seleccionada por el sistema penal y que transita y
padece el encierro no puede, por voluntad propia, modificar las condiciones
sociales en las que se reproduce su vida cotidiana; mucho menos enfrentar o
resistir al manejo territorial de las fuerzas de seguridad o a las redes que pujan
en administrar los espacios sociales en los cuales debieran reinsertarse.
En esta unidad penal, solo el 5% de la población que la habita proviene del
sistema de responsabilidad penal juvenil. Los jóvenes que ingresan al programa
no están recibiendo verdaderamente ningún tipo de propuesta específica que les
permita modificar su situación.
Otro de los factores que inciden en la imposibilidad de funcionamiento real del
programa -que no está al margen de los problemas que padecen los detenidos en
el resto de las unidades penales- es que las cárceles no se encuentran cercanas a los
lugares de residencia de sus familiares. No contemplar la realidad de sobrevivencia
económica de los grupos familiares, la distancia que deben recorrer y los recursos
con los que deben contar para sostener con frecuencia las visitas y -si funcionara
realmente el programa- la concurrencia a entrevistas con los profesionales de los
equipos técnicos para sostener el tratamiento vincular propuesto da cuenta de
algunas de las dificultades para la eficacia de la propuesta tratamental.
Para analizar este punto, agrupamos a los jóvenes según los departamentos
judiciales más próximos a la ciudad de La Plata, donde se encuentra la Unidad
Penal 45, y los departamentos judiciales más lejanos.
439
Informe anual 2018
Tabla 10. Procedencia de los jóvenes detenidos por departamento judicial.
La Plata 85 (16%)
Quilmes 56 (10%)
La Matanza 67 (12%)
Morón 59 (10%)
Mercedes 19 (4%)
Zarate-Campana 2 (1%)
Otros 7 (3%)
Fuente: resolución 208/07 y concordantes de la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia de la
Provincia de Buenos Aires y a la resolución 1/2016 del Dpto. de DDHH, políticas penitenciarias y denuncias
de la Procuración General SCJBA. Gerardo Zaratiegui, jefe de despacho a cargo de la Oficina Judicial con
asiento en la Unidad Carcelaria 45 de la localidad de Melchor Romero. El total de población difiere en función
de haber seleccionado un parte de detenidos de un mes posterior a la inspección realizada.
Por un lado ubicamos aquellas localidades que se hallan en una distancia que
va desde 1 kilómetro hasta 40 kilómetros aproximadamente; en este grupo
se encuentran el 25% de la población alojada. En el segundo grupo, desde 60
kilómetros aproximadamente a 80 kilómetros de distancia, se encuentra un 33%
de la población. Finalmente en el tercer grupo se encuentran las localidades
que están a más de 80 kilómetros de distancia, lo cual indica que el 42% de la
población de la Unidad proviene de estas localidades más lejanas.
Este recorte, pese a ser arbitrario, pretende dar cuenta del incumplimiento de
la resolución respecto al alojamiento en unidades próximas a los lugares de
residencia de los grupos familiares ya que, además de la distancia en kilómetros,
está la cantidad de transportes que deben combinarse para poder acceder a las
unidades penales.
440
Informe anual 2018
Para el 75% de la población alojada resulta dificultoso el sostenimiento de la
vinculación familiar y, en el marco de las exigencias que el programa impone, se
ve imposibilitada por la cantidad de profesionales que tiene el equipo técnico al
cual se le delega la acción tratamental con las familias. La cantidad de profesionales
asignados al programa es de sólo 8 técnicos y/o profesionales: coordinador a
cargo (coordinador de seguridad), coordinadora técnica (coordina curso y parte
tratamental), operadores convivenciales (3), 2 psicólogas y una psicóloga social.
Sumado a la dependencia total del programa a la noción básica de seguridad,
además del hacinamiento y manejo penitenciario total de los pabellones, no sólo
fracasa en la mayoría de las ocasiones el rol del equipo técnico sino que a veces
agrava la situación de los jóvenes.
Lo referido al régimen de sanciones, seguridad y distribución está en manos
del personal de seguridad: el equipo técnico siempre puede sugerir, pero nunca
decidir. Cuando hay jóvenes sancionados, la posibilidad de opinar del equipo es
casi nula, funciona la lógica penitenciaria. Idéntica situación sucede frente a la
definición de morigeraciones o cambio de regímenes: los jóvenes no requieren de
su intervención y prefieren seguir figurando administrativamente como incluidos.
441
Informe anual 2018
inhumanas condiciones de detención y bajo el mismo régimen de encierro que
sus madres38. Los niños y niñas conviven con sus madres en celdas pequeñas y en
condiciones de riesgo para su salud, (humedad, falta de calefacción, ventilación,
instalaciones eléctricas inseguras). Asimismo se detectan graves falencias en la
atención de la salud, y las condiciones de higiene39. A pesar de que la Unidad Penal
33 cuenta con pabellones específicos para mujeres madres, no se cumplen criterios
de cuidado para los niños y las niñas: se trata de pabellones de dos pisos con una
escalera, sin medidas de seguridad y sin mobiliario adecuado para su edad.
El derecho a la educación y esparcimiento no alcanza los estándares adecuados.
Los niños/as no cuentan con los estímulos ni el goce de experiencias que se
producen extra muros. En el caso de que concurran al jardín de infantes, las
mujeres están imposibilitadas de ejercer su rol tal como lo hacen quienes se
encuentran en libertad. De este modo se impide el acompañamiento a sus
hijos/as en el desarrollo de sus actividades, tal como se espera en las mismas
normativas educativas que incluyen a la familia como un factor fundamental del
proceso de aprendizaje.
La detención de mujeres madres tiene como consecuencia directa que, en muchos
casos, los niños/niñas se encuentren sin la persona que hasta el momento de la
detención estaba a cargo de su cuidado y manutención. A veces quedan a cargo
de familiares directos u otros vínculos; otras, por falta de estos u otros vínculos
de contención, terminan institucionalizados. La mayoría pierde contacto
con sus hermanos y con su mamá, por motivos económicos y/o de distancia,
convirtiéndose en un castigo derivado de la situación de detención de la madre.
De este modo la configuración familiar se ve conmovida por la imposibilidad
de sostener los vínculos. En la mayoría de las entrevistas, las mujeres detenidas
con sus hijos/as manifestaron desconocer si los equipos técnicos de los servicios
sociales o zonales intervinieron en relación a los hijos de los que fueron
38 Estas condiciones fueron ampliamente abordadas en los distintos informes anuales Informe CPM 2009.
pág 157, 160,161Informes CPM 2012 pág. 184, 185, 193, 199 Informe CPM 2013 pág. 240 Informe CPM 2015
pág. 199-202 Informe CPM 2016 pág. 163-214.
39 La atención del derecho a la salud es precaria, dado que la presencia de profesionales de la salud no ga-
rantiza la atención ye que está siempre mediada por los agentes del SPB, el acceso a la salud es parte de un
sistema de premios y castigos implementado tal como hemos expresado en acciones judiciales y e Informes
anteriores la designación de nuevos profesionales, así como de aparatología o medicación específica para la
atención de la salud de los niños es importante, aunque no suficiente para la atención integral de la salud en
los lugares de detención.
442
Informe anual 2018
separadas al momento de la detención. Desde la CPM, solicitamos información
sobre el seguimiento que se dispensa a estos casos; pudimos detectar que los
distintos organismos estatales no tienen ningún registro sobre cuál es el número
de niños/as en estas condiciones, cuáles fueron los procesos por los que han
pasado, cuál es la situación en la que se encuentran. La situación se agrava
cuando los niños/as permanecen con familiares directos o indirectos, ya que por
lo general esta situación se concretó de manera informal y sin que medie una
decisión judicial que designe la guarda o tutela. De este modo, quienes tienen los
niños a cargo no pueden ejercer derechos como cobrar la asignación universal
por hijo, documentarlos, acceder a sistemas educativos o de salud.
Las mujeres y los niños/as que se encuentran en lugares de detención no pueden
acceder a las instituciones y programas que derivan de las leyes de promoción
y protección de derechos. En esta dirección, de las entrevistas realizadas en la
UP 33 surge que ninguna de las madres tuvo contacto con un representante del
servicio local o servicio zonal de promoción y protección de derechos (de La
Plata o de la provincia de Buenos Aires). No todas las mujeres madres perciben
la asignación universal por hijo; las razones más comunes son: imposibilidad de
realizar el trámite por estar detenidas, falta de DNI, la asignación la cobraba otro
familiar y ya no lo hace. La AUH no es un subsidio sino un derecho universal, y
en estos casos se desprende claramente la imposibilidad de hacer las diligencias
necesarias, por lo que se hace notoria la falta de acción del los dispositivos de
políticas de protección de la niñez.
En la actualidad existe un plexo normativo que incorpora todos los principios
y postulados de la Convención sobre los derechos del niño, pero el acceso a
programas nacionales o locales de promoción y protección de los derechos del
niño se incumple totalmente hacia el interior del encierro. No existen programas
específicos, dependientes del Organismo de Niñez y adolescencia del Ministerio de
Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires, que determinen la intervención
de los servicios locales y/o zonales en relación a los niños/as que residen en la
cárcel con sus madres y de los que fueron separadas al momento de la detención.
El Estado limita su acción a habilitar la permanencia de los niños/as con sus
madres hasta que cumplen cuatro años, desconociendo el vínculo de crianza
como una construcción social que requiere de un andamiaje de acompañamiento
443
Informe anual 2018
imposible en las condiciones de detención que se describen. Escaso impacto ha
tenido la expresa habilitación legal respecto de la opción por medidas alternativas
al encierro que evitarían que las mujeres y los niños/as permanecieran bajo el
grave padecimiento de la privación de la libertad en establecimientos carcelarios.
Resulta entonces por demás preocupante que no se arbitre medida alguna desde
el sistema de promoción y protección en relación a estos niños/as que tienen sus
derechos vulnerados desde el momento que padecen las mismas condiciones de
encierro que sus madres, y que tienen vedado el acceso a programas establecidos
para otros niños/as también con afectación de sus derechos, lo que en principio
implica una violación al interés superior y un acto claro de discriminación.
La cárcel no es un lugar seguro para mujeres embarazadas, bebés o niños
pequeños, y no es aconsejable separarlos de sus madres. El Estado no solo debe
reconocer el derecho de la mujer de ejercer su maternidad en un ambiente fuera
de la cárcel sino que debe atender las responsabilidades del cuidado y protección
de derechos de los niños alojados en prisión.
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Informe anual 2018
IV. Políticas de salud mental
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Informe anual 2018
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Informe anual 2018
1. EL PADECIMIENTO MENTAL Y SU TRATAMIENTO
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Informe anual 2018
personas. En las inspecciones hemos constatado y registrado:
Más allá del avance que implicó la sanción de la LNSM (ley nacional de salud
mental), prevalecen políticas estatales sustentadas en una concepción de la salud
mental que despliega discursos y prácticas regresivas contrarias a esta norma-
tiva y que reponen el paradigma del manicomio. La combinación de discursos
psiquiatrizantes basados en el modelo médico hegemónico, el tipo de instalacio-
nes arquitectónicas (pabellones amplios, distanciados entre sí, con mobiliario
en pésimas condiciones, paredes y techos con humedad, baños sin ningún tipo
de división que preserve la intimidad) y las prácticas manicomiales vinculadas a
la reducción de la autonomía de las personas3 son elementos que fundamentan
la decisión de la CPM de utilizar el término “manicomio” para referirse a este
tipo de instituciones4.
Los padecimientos de salud mental abordados en los manicomios son cuadros
que, en general, tienen su origen en situaciones de vulnerabilidad psicosocial.
Así como se habla de la “selectividad del sistema penal”, podemos establecer un
paralelismo y hablar de “selectividad del sistema de salud mental”. No cualquier
persona que presenta un padecimiento mental tiene como destino final este
tipo de instituciones públicas. Estos lugares alojan a personas que presentan un
padecimiento mental pero que además carecen de redes de apoyo familiar y/o
comunitario, viven en situaciones de grave vulnerabilidad económica y social,
están excluidos del sistema laboral y, por ende, de cualquier tipo de cobertura
3 Consideramos la palabra como el recurso fundamental para acceder a un verdadero conocimiento del malestar
y poder abordarlo de manera integral, en sus dimensiones psico-socio-biologicas. Se constata permanentemente
que no se da lugar a la palabra de los privados de libertad, fundamentalmente porque las causas del sufrimiento
psíquico están fuertemente asociadas a los agravamientos que la propia institución genera y sostiene.
4 Foucault, Michel (1984). “El juego de Michel Foucault”, en Saber y verdad. Madrid: Ediciones de la Piqueta,
pp. 127-162.
448
Informe anual 2018
de obra social. Sin embargo, la condición fundamental es que desde cierto ima-
ginario social cumplan con ciertas características que los tornan peligrosos. El
loco/pobre/peligroso como destinatario final de este gran engranaje manicomial.
Se pueden distinguir tres tipos de instituciones manicomiales destinadas al alo-
jamiento de personas con padecimiento mental.
Estatales: los hospitales monovalentes o especializados a cargo del Ministerio de
Salud; las unidades penitenciarias psiquiátricas de Melchor Romero a cargo de
Servicio Penitenciario Bonaerense (Ministerio de Justicia).
Privadas: instituciones de gestión privada, habilitadas y fiscalizadas por el Es-
tado, dentro de los cuales se distinguen las clínicas psiquiátricas y las llamadas
“comunidades terapéuticas”.
Si bien se diferencian en cuanto al tipo de gestión, al organismo del cual dependen
(en el caso de los públicos), al tipo de población que alojan y a ciertas caracterís-
ticas edilicias, comparten la misma lógica manicomial vulneradora de derechos.
En este capítulo se expondrán los agravamientos relevados en las instituciones
inspeccionadas. Si bien cada caso tiene su particularidad, las vulneraciones sis-
temáticas de derechos se repiten en cada institución, exponiendo casos extre-
madamente graves.
Este complejo entramado de saberes y prácticas responde a determinados in-
tereses que se traducen en acciones directamente vinculadas a las políticas pú-
blicas. Si bien durante el período anterior se avanzó en cuanto a la sanción de
las leyes nacional y provincial, hasta el día de hoy sigue siendo una deuda la
adecuación presupuestaria, la elaboración de un plan provincial y la creación
de dispositivos alternativos al manicomio. Sin embargo, el gobierno nacional
actual ha ido más allá, intentando modificar de manera regresiva la orientación
de la política de salud mental.
La gestión actual del gobierno nacional ha adoptado una serie de medidas re-
gresivas que incluyó la designación de Andrew Blake en el cargo de director na-
cional de Salud Mental y Adicciones, pese a los fuertes cuestionamientos que le
hicieran distintas organizaciones y colectivos que alertaban sobre su trayectoria
contraria a este paradigma. A modo de confirmación, apenas asumido el cargo,
el funcionario designado baja de rango a la Comisión interministerial de salud
mental y adicciones transfiriéndola de la Jefatura de Gabinete al Ministerio de
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Informe anual 2018
Salud. De esta manera, se inicia un camino de retroceso en cuanto al abordaje
de los consumos problemáticos/adicciones con la intención de que continúen
siendo abordados desde el paradigma punitivo. De forma subsidiaria, suspende
la convocatoria al consejo consultivo honorario (integrado por más de 30 orga-
nizaciones) y lo sustituye por representantes de la corporación médica hegemó-
nica pertenecientes a esta corporación. Desde este nuevo espacio comienzan a
trabajar en una propuesta de modificaciones a la LNSM, que quitaba autonomía
al Órgano de revisión nacional, afectaba la interdisciplina, la competencia de la
defensa y fundamentalmente los derechos consagrados por el art. 4, que ordena
al Estado nacional abordar las adicciones como una afección de la salud mental5.
En octubre de 2017 tomó estado público un proyecto de resolución ministerial
impulsado por la Dirección Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud
de la Nación, a través del cual se planteaba una serie de modificaciones a la ley
26.657 en sus aspectos centrales.
La primera modifica el concepto de padecimiento mental definido en el art. 1
del decreto 603 como “… todo tipo de sufrimiento psíquico de las personas y/o
grupos humanos”. La modificación propuesta sustituye el concepto de “sufri-
miento psíquico” por el de “trastorno de la conducta…todo tipo de trastorno
mental o del comportamiento que se encuentre descripto o sea objeto de aten-
ción en el Capitulo V de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la
Organización Mundial de la Salud (OMS, CIE- 10º Revisión)…”.
En el mismo sentido que la modificación anterior se reglamenta el art. 3 de la ley del
proyecto en cuestión, en el decreto 603 dicho artículo no estaba reglamentado. En este
caso, es el concepto de salud mental el que se ve modificado dejando de ser un “pro-
ceso determinado por componentes históricos, socio económicos, culturales, biológi-
cos y psicológicos cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de cons-
trucción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda
persona”. Pasaba considerarse como “un estado de bienestar en el cual el individuo es
consciente de sus propias capacidades y con capacidad de hacer una contribución a su
comunidad. La afectación en la Salud Mental, entendida como alteración en el com-
portamiento, puede deberse a múltiples y determinados factores biológicos (alteracio-
nes bioquímicas, metabólicos, etc.), psicológicos (experiencias tempranas, vivencias
del sujeto, aprendizajes, etc.) y sociales (cultura, ámbito social y familiar, etc.).”
5 A este respecto se debe destacar que en la actualidad, y como se describirá más adelante, el abordaje de las
adicciones dentro de las comunidades terapéuticas se realiza desde un paradigma punitivo en donde la po-
tencial peligrosidad de las conductas dan lugar a la utilización de métodos de tortura con objeto de suprimir
dichos comportamientos. En este sentido, la modificación descripta legitimaría este tipo de prácticas tortuosas
para el abordaje de la salud mental.
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Informe anual 2018
Ambas modificaciones contradicen el texto y alteran el espíritu de la ley, refor-
zando aquellas prácticas que la normativa obliga a desterrar. La definición de
padecimiento mental en los términos de sufrimiento psíquico determina a la
psique como vía de acceso al malestar y dirige el abordaje profesional a indagar
sus causas en el discurso de las personas: escuchar para acceder al conocimiento
del malestar y sus causas que -según nuestra experiencia- se encuentran vincu-
ladas en mayor o menor medida con la falta de acceso a derechos. Así, el conte-
nido del malestar que se observa dentro de los lugares de encierro se identifica
con un reclamo de acceso a derechos elementales. El loco dentro del manicomio
no sufre solo de su locura -como generalmente se cree- sino de hambre, de frio,
de castigo, de abandono, entre otros agravamientos.
Definir el padecimiento mental como un trastorno comportamental desvía la
atención profesional del sufrimiento psíquico dirigiéndola hacia la conducta
con el claro objetivo de modificarla. Reconducirla a patrones medianamente
aceptables para el medio social de la persona, para lo cual ya no sería necesario
conocer el malestar sino solo el comportamiento. La conducta desviada, po-
tencialmente peligrosa, se vuelve entonces en una patología en sí misma y no la
expresión de un reclamo de acceso a derechos.
Dichas modificaciones a los conceptos de padecimiento mental y salud mental
revierten la importancia que la LNSM le da a la palabra del sujeto como la vía
de acceso al conocimiento del malestar y el abordaje de sus causas. Y, tal vez lo
más importante: la poli-causalidad expresada en los términos del art. 3 indica el
sentido de las intervenciones en salud que despoja a los profesionales de salud
clásicos (psiquiatras e incluso psicólogos) del monopolio de las intervenciones
en salud mental, permitiendo que profesionales de otras materias lleven adelan-
te intervenciones a los fines de abordar el sufrimiento psíquico.
Se destacan otras modificaciones como la quita de autonomía al Órgano de revi-
sión nacional, la supresión de la igualdad de condiciones de todas las disciplinas
profesionales vinculadas para acceder a cargos de conducción de equipos y la
reinstalación de manicomios bajo la figura de establecimientos especializados
fundamentalmente para el abordaje de los consumos problemáticos.
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Informe anual 2018
2. CONDICIONES GENERALES DE INTERNACIÓN
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Informe anual 2018
que motivaron acciones judiciales tanto individuales como colectivas, así como
también la puesta en marcha de acciones administrativas frente al Ministerio de
Salud provincial, la autoridad de aplicación de la LNSM.
Como se mencionó anteriormente, los manicomios a cargo del Ministerio de
Salud alojan a personas con padecimiento mental en situación de vulnerabili-
dad económica y social, que sufren la exclusión del sistema y son consideradas
peligrosas. Los manicomios públicos alojan a aquellas personas que cumplen
con el prototipo social de loco, pobre y peligroso.
Esa peligrosidad que se le atribuye a la persona con padecimiento mental explica
en parte por qué muchas veces son trasladadas al hospital mediante la fuerza
policial, como se describe en las entrevistas. En lugar de tomar intervención
el servicio de salud, se aborda a través de una fuerza de seguridad que carece
de cualquier tipo de capacitación y que mayoritariamente recurre a la reduc-
ción violenta, maltratos y golpes como forma de controlar las crisis agudas. En
muchos casos incluso alojan a las personas con padecimientos mentales en co-
misarías, agravando los cuadros agudos e incrementando los riesgos para su
integridad física.
Al momento del ingreso se han observado irregularidades con respecto a la le-
galidad de las internaciones: las personas no son informadas debidamente sobre
el tratamiento que van a recibir y se constató, mediante la revisión de historias
clínicas, que el consentimiento informado es prácticamente inexistente. Irre-
gularidades detectadas respecto a la modalidad de abordaje: sobremedicación
farmacológica, sujeción mecánica discrecional, aplicación de regímenes de ais-
lamiento, falta de actividades recreativas. A todo esto se suman las paupérri-
mas condiciones materiales de internación: construcciones edilicias en pésimas
condiciones, falta de higiene y limpieza en la mayoría de los sectores, humedad
en paredes y techos, moscas e insectos, instalaciones eléctricas deficientes y pe-
ligrosas para las personas, baños en condiciones desastrosas.
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Informe anual 2018
- Agravamientos relevados
El análisis de los agravamientos relevados durante las inspecciones de cuenta
que la falta de atención médica clínica se presenta como el más frecuente en los
manicomios públicos. En segundo lugar se detectó la presencia de síntomas de
sobremedicación farmacológica, seguida de la aplicación de regímenes de aisla-
miento, la presencia de torturas y malos tratos y, casi con la misma frecuencia,
la sujeción mecánica.
Fuente: Elaboración propia a partir de información relevada en inspecciones realizadas por el programa a
manicomios a cargo del Ministerio de Salud de la Provincia de Bs. As., durante el año 2017.
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Informe anual 2018
Gráfico 2. Distribución porcentual de la comunicación de atención medica
deficiente o nula.
Fuente: Elaboración propia a partir de información relevada en inspecciones realizadas por el programa a
manicomios a cargo del Ministerio de Salud de la Provincia de Bs. As., durante el año 2017.
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Informe anual 2018
el mobiliario, como así también con indicadores de sobremedicación que han
impedido o dificultado la realización de la entrevista. En el 67% de las personas
entrevistadas se constató la presencia de lentitud motora y verbal, hipersaliva-
ción, rigidez corporal, estado de somnolencia permanente e incontrolable. Estos
signos, conjuntamente con el relato de las personas sobre los efectos tortuosos
de la medicación sobre sus cuerpos, manifiestan la utilización de cocteles farma-
cológicos con fines ajenos a los exclusivamente tratamentales, en contraposición
con lo regulado por la LSM con respecto a este punto. Por otra parte se observa
la ausencia de evaluaciones interdisciplinarias a la hora de la prescripción y mo-
dificación de cocteles psicofarmacológicos. En las historias clínicas solo figura
una enumeración de la medicación que debe suministrarse y en muchos casos
transcurre un extenso periodo de tiempo sin que haya sido modificado. Todo
esto da cuenta de la hegemonía psiquiátrica del tratamiento y la utilización de la
medicación como forma de suplir la necesidad de cuidados especiales.
Fuente: Elaboración propia a partir de información relevada en inspecciones realizadas por el programa a
manicomios a cargo del Ministerio de Salud de la Provincia de Bs As, durante el año 2017.
Algunos de los testimonios de las personas que dan cuenta de los efectos perju-
diciales de la medicalización discrecional sobre sus cuerpos:
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Informe anual 2018
me sentía mareada, me encerraron en el dormitorio y quedé dos días
tirada".
- “Si reaccionás mal te golpean, te pichicatean, hay mucha medi-
cación”.
- “Se me cae la saliva”.
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Informe anual 2018
en algunos de los indicadores más relevantes como mortalidad y cantidad de
internaciones, aunque restan revertirse situaciones que vulneran derechos. El
manicomio Alejandro Korn de Melchor Romero presenta la particularidad de
ser objeto de varias acciones judiciales. Se mencionan a continuación las más
importantes, en función de su carácter colectivo y estructural.
La primera que se describe es la causa “Gutiérrez, Griselda Margarita y otra c/
hospital interzonal Alejandro Korn y otro S/amparo” que cuenta con fallo de
Suprema Corte de Justicia de la Provincia del 15 de julio del año 2015 y que
se encuentra en etapa de ejecución. En los argumentos de los votos los miem-
bros de la SCBA reconocen “la grave problemática de fondo discutida” y que las
condiciones de internación no respetan los estándares mínimos que obliga al
Estado la normativa internacional en la materia. Por lo tanto ordenan al gobier-
no de la provincia de Buenos Aires elaborar y presentar ante el juez de primera
instancia un plan de refuerzo de la planta de personal de enfermería. Al mismo
tiempo ordenan garantizar la disponibilidad efectiva de un enfermero por cama,
con cobertura adecuada en los turnos correspondientes, en una cantidad que,
en todo caso, no ha de ser menor a la de 130 enfermeros y, a la vez, en su progra-
mación contemple las medidas de externación que el Ministerio de Salud haya
previsto y aprobado en el contexto de la aplicación de las leyes nacional 26.657
(v. arts. 9, 11, 14, 15, 20 y concs.) y provincial 14.580 y sus respectivas reglamen-
taciones. En cuanto atañe a las tareas de mantenimiento edilicio, se ordena a la
provincia de Buenos Aires elaborar y presentar ante el juez de grado un plan
integral de mantenimiento y mejora del edificio e infraestructuras de servicios
e instalaciones.
La otra acción judicial de envergadura sobre este mismo hospital fue un habeas
corpus colectivo presentado en 2014 por la CPM a favor de las personas inter-
nadas en los tres grandes manicomios de la Provincia. El Poder Judicial decidió
dividir la causa en tres y remitirlas a los departamentos judiciales correspon-
dientes a cada manicomio. En el caso del Alejandro Korn se unificó a la causa
“Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) c/ Provincia de Buenos Aires s/
amparo” que tramita en el Juzgado Contencioso Administrativo 3 de La Plata
a cargo del Dr. Francisco José Terrier. Esta causa había recaído previamente en
el Juzgado Contencioso Administrativo 1 a cargo del juez Luis Federico Arias,
quien realizó una inspección al nosocomio y constató el estado denunciado,
dictando una medida cautelar que ordenaba una modalidad de intervención del
hospital. La Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, por un
conflicto de competencias, resolvió sortear nuevamente el expediente y revocar
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Informe anual 2018
parcialmente la medida cautelar argumentando que el Poder Judicial no puede
“diseñar políticas públicas”.
Claramente se observan discrepancias en los fallos de segunda instancia con respec-
to a los argumentos de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires en relación
a la judicialización en materia de políticas públicas, en este caso de salud mental,
tema controvertido y que es objeto de análisis y estudio por diferentes especialistas7.
El principal argumento de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Adminis-
trativo para revocar parte del fallo del juez Arias fue que se violaba la división de
poderes al “diseñar políticas públicas”. Por su parte, la SCBA en el fallo de la causa
“Gutiérrez, Griselda Margarita y otra c/ hospital interzonal Alejandro Korn y otro S/
amparo” da cuenta de que, al violarse derechos fundamentales de una población es-
pecialmente vulnerable, se podría generar responsabilidad internacional en función
de los diversos tratados a los que hemos adherido como Estado.
La diferencia de criterios en estas dos sentencias que versan sobre el mismo
objeto, nos permite traer a primer plano la discusión sobre el rol que toma la
justicia cuando está en juego la vulneración de derechos humanos fundamenta-
les. Es el propio Estado quien debiera garantizar estos derechos. El voto del juez
Juan Carlos Hitters en la causa Gutiérrez echa luz sobre el tema:
(…) el meollo de la cuestión enfrenta, por un lado, el derecho a la salud
de los pacientes del hospital Alejandro Korn en sus aspectos asisten-
ciales y la obligación impostergable del Estado provincial de asegurarlo
con acciones positivas; y por otra parte, el ejercicio de la potestad dis-
crecional del Poder Ejecutivo provincial para nombrar a los empleados
públicos, de conformidad con los arts. 52 y 144 de la misma carta cons-
titucional…se advierte que la Cámara de Apelación erró en la interpre-
tación asignada a las normas que rigen el caso, al conferirle prelación
jerárquica a una regia de organización administrativa como es la atri-
bución de nombrar a los empleados públicos, por sobre aquellas que
reconocen la operatividad de los derechos sociales fundamentales; y al
fijar un alcance interpretativo tan amplio para la primera que importó,
lisa y llanamente, excluir del control judicial al ejercicio de facultades
discrecionales por parte de la Administración.
Argumentar el principio republicano de la división de poderes no resulta sufi-
ciente para eximir de responsabilidades al Estado que debe garantizar derechos
7 Basch, Fernando, “Breve introducción al litigio de reforma estructural”, documento base para el seminario
Remedios judiciales y monitoreo de ejecución de sentencias en el litigio de reforma estructural, Buenos
Aires, 4 y 5 de noviembre de 2010.
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Informe anual 2018
fundamentales de las personas internadas8.
En la causa que tramita ante el Juzgado Contencioso Administrativo 3, a pro-
puesta de quienes iniciamos las actuaciones, se conformó una mesa de trabajo
permanente. En la audiencia convocada por el juez Terrier, a cargo de dicho juz-
gado, se homologó la propuesta y fijó tres puntos para la conformación del tema-
rio a desarrollar en una primera etapa: protocolo PASA, muertes y relevamiento.
De esta manera el Poder Judicial institucionalizó el dispositivo, otorgándole el
carácter de permanente y ordenando pautas claras de funcionamiento. Insta a
que las autoridades del Ministerio de Salud designadas para dicha mesa tengan
poder de representación y decisión, establece que se deben labrar actas de cada
encuentro, y compromete a los diferentes actores intervinientes a la elaboración
de informes periódicos conjuntos. El magistrado va estableciendo el temario de
la mesa9 con una serie de puntos a ser trabajados con plazos preestablecidos.
En informes anteriores la CPM dio cuenta de temas trabajados en el marco de
este dispositivo. Una de las primeras tareas fue el análisis de la información
provista por el Ministerio de Salud; se concluyó en la necesidad de mejorar las
variables e indicadores puesto que las deficiencias metodológicas de lo releva-
do no generaron datos confiables y suficientes para la planificación de políticas
públicas específicas para este nosocomio. A partir del trabajo conjunto, se inició
una expansión de las variables e indicadores para perfeccionar la construcción
de información y mejorar la capacidad de intervención.
8 La Sala V de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal en causa «S., A. F y Otros c/ ENM Salud de
la Nación y Otros s/Amparo Ley 16.986» en diciembre de 2005 resolvió que: “una serie concatenada de omisiones
sucesivas de parte de los órganos de las diversas jurisdicciones, de sus estamentos y de las dependencias que com-
ponen la burocracia estatal, que culmina en la lesión de los derechos fundamentales de los pacientes. Así como
resulta claro que el sistema tradicional de asistencia a la Salud Mental no puede cambiar de un día para el otro,
también lo está que el mantenimiento indefinido del "statu quo" resulta manifiestamente lesivo de los derechos
invocados en la demanda. Al respecto, cabe destacar que no es admisible que cada una de las jurisdicciones de-
mandadas se excuse, imputando esa situación a la otra, pues ambas están igualmente obligadas por los términos
de las leyes y la convención internacional referida”. La causa fue iniciada por las defensoras públicas curadoras
Soledad Fernández Mele y María Adelina Navarro Lahitte ante el Juzgado Contencioso Administrativo Federal 9.
9 La mesa quedó compuesta por representantes de Ministerio de Salud (Dirección Provincial de Salud Mental
y Adicciones y Dirección Provincial de Hospitales) representantes por Fiscalía de Estado, los directores del
Hospital, un responsable del área de estadísticas, un miembro de la comisión de óbitos, CELS, MDR y CPM.
A partir del primer encuentro de la mesa se suma un equipo del Órgano de Revisión Local de Salud mental.
Luego es convocada Curaduría general de alienados., A solicitud de la Mesa, participan representantes de
Dirección Provincial de Salud Comunitaria, Entornos Saludables y no violentos, representantes del departa-
mento de Enfermería y Jefes de Servicio. El último ingreso a la mesa fue un representante de la Secretaría de
DDHH en función del rol de dicho organismo como coordinador de la mesa interministerial de salud mental.
Al mismo tiempo, se acordó la posibilidad de citar a otros actores para trabajar temas puntuales.
460
Informe anual 2018
mientos administrativos internos que regulan la libre circulación de las personas
internadas en el Hospital. Se trabajó para la construcción de un procedimiento
de salidas de usuarios y usuarias del servicio de salud mental, en reemplazo
del procedimiento anterior, denominado PASA, que sólo registraba indiscrimi-
nadamente la ausencia sin autorización de usuarios del Hospital. Este nuevo
procedimiento es armónico con la legislación vigente, que estipula que las res-
tricciones deben tener carácter excepcional y estar debidamente fundadas por
un equipo interdisciplinario. El nuevo protocolo de proceso de atención y exter-
nación sustentable apunta a un registro integral del tratamiento de la persona;
incluye un apartado denominado procedimiento de notificación de ausencias,
complementado por otros apartados que registran aspectos centrales del trata-
miento. En la mesa se acordó la implementación por etapas del nuevo procedi-
miento, comenzando con una experiencia piloto en cuatro salas. El plan piloto
demandó capacitación para el personal de dichas salas y se acordó la conforma-
ción de cuatro equipos de capacitadores conformados por actores de la mesa.
Desde las autoridades ministeriales se pudo observar una actitud receptiva a los
señalamientos realizados durante el proceso de implementación y acompañaron
con las gestiones necesarias para tal fin.
− Muerte
El temario incorporó este tema de gran relevancia dado que los manicomios
de la provincia de Buenos Aires presentan tasas de mortalidad elevadísimas. El
Alejandro Korn no es la excepción: alcanzó en 2016 una tasa de 73.53 cada 100
mil habitantes. Desde la CPM se solicitaron medidas puntuales para realizar
acciones preventivas que aunque resultan básicas no se cumplían: campaña per-
manente de higiene de manos (las autoridades instalaron en las salas dispensers
de jabón liquido); capacitación en RCP y maniobra de Heimlich (se realizó en
varios servicios y la evaluación parece positiva: hubo personas que fueron salva-
das con esta maniobra); agua caliente y calefacción (aunque persisten problemas
de infraestructura, las autoridades se comprometieron a un plan de manteni-
miento y refacción de los artefactos instalados); se pudo constatar que existían
costumbres institucionalizadas muy arraigadas de sacar a la intemperie a las
personas internadas mientras higienizan las salas a horas muy tempranas sin
contemplar el frío en invierno o el calor en verano (se obtuvo un compromiso
de las autoridades para revertir dichas prácticas).
Sin establecer una relación de causalidad lineal, queremos dar cuenta de que
luego de la ejecución de estas simples medidas se produjo una significativa di-
461
Informe anual 2018
minución de la tasa de mortalidad: 36.54 cada 100 mil habitantes. De todas for-
mas es necesario seguir insistiendo en la investigación de las muertes, como
instan formalmente los órganos de revisión local y nacional a través de resolu-
ciones específicas.
− Sexualidad
Desde la parte actora se viene sosteniendo que la cuestión de la sexualidad y de
las violaciones no tiene un abordaje adecuado. Se propuso introducir el tema
como punto en la agenda. Por iniciativa del Ministerio de Salud se resolvió la
conformación de una comisión sobre sexualidad libre de violencia que se en-
cuentra funcionando periódicamente dentro del Hospital. La comisión se fijó
varias líneas de acción: la elaboración de un protocolo para el abordaje de si-
tuaciones de violencia sexual, la promoción de los derechos en capacitaciones
destinadas al equipo de salud, y la constitución de una consejería en derechos
sexuales y reproductivos dentro del hospital. Si bien la agenda de trabajo es muy
amplia, se viene avanzando en los puntos señalados (informe conjunto CELS,
CPM y MDR: La situación de las mujeres en el hospital psiquiátrico Dr. Alejandro
Korn Melchor Romero).
− Sobremedicación
Uno de los temas que se incluyó por fuera del temario original establecido para
tratar en la mesa fue el uso de psicofármacos. Luego de varias discusiones se
acordó la conformación de un comité sobre uso de psicofármacos en los abor-
dajes terapéuticos (CUPAT). El Comité tendrá como funciones (i.) Elaborar li-
neamientos técnico/institucionales para definir el uso de la medicación desde
perspectiva de abordaje interdisciplinario; (ii.) analizar los planes de medica-
ción y llevar a cabo actividades de incidencia y promoción para que los equi-
pos tratantes revean periódicamente si los esquemas terapéuticos asignados a
cada usuario se ajustan a sus necesidades y a los estándares legales vigentes;
(iii.) conformar un espacio propicio de debate multisectorial y permanente que
problematice los usos de la medicación en contextos manicomiales; (iv.) generar
instancias de capacitación para todo el cuerpo de trabajadores del Hospital y (v.)
cumplir tareas de consultoría para los casos que se presenten en el Hospital. En
la conformación del mismo se solicitó de la parte actora que se incluyan repre-
sentantes de la sociedad civil, de usuarios y un organismo de derechos humanos.
− Comisión violencia institucional
Dadas las situaciones de violencia institucional denunciadas ante la Justicia por
462
Informe anual 2018
la CPM y llevadas a la mesa se constituyó la comisión de violencia institucional.
La misma fue propuesta por la Dirección provincial de salud comunitaria, en-
tornos saludables y no violentos que se incorporó al espacio de trabajo.
− Comida digna
Luego de haber agotado la vía del dialogo en el marco de la mesa y no obtener
ningún avance concreto, la parte actora presentó un informe conjunto con el
diagnóstico sobre la alimentación de las personas internadas en el hospital. Fue-
ron incorporados relatos de usuarios y fotos de cómo llegaba la comida a las
salas. En respuesta, el Ministerio de Salud decidió realizar una auditoría de la
cocina que terminó en un informe que también se sumó a la causa. Las autori-
dades del hospital se vieron obligadas a presentar un plan de mejoras; se com-
prometieron principalmente a realizar refacciones en la cocina y se compraron
insumos -carros con recipientes térmicos para asegurar que la comida llegue a
la temperatura adecuada, platos, vasos y cubiertos- para dotar a todas las salas.
463
Informe anual 2018
Desde el año 2014 la CPM inspecciona el manicomio Hospital Interzonal Dr.
José A. Esteves; se relevaron graves violaciones de derechos humanos que se de-
nunciaron judicial y administrativamente, entre ellas abuso sexual y violación a
mujeres internadas. Estas presentaciones judiciales se realizaron durante 2016 y
2017. Si bien hay un marco estructural y general de violencia contra las mujeres,
el encierro bajo la custodia del Estado genera mayor vulneración ya que impide
de plano que se generen estrategias frente a los abusos sufridos: desde no poder
denunciar ni hablar sobre las violencias, hasta el desmérito de la palabra por ser
locas. De este modo, y según la CIDH10, las características de la violencia sexual
en las instituciones de salud exigen procedimientos especiales para la denuncia,
investigación y proceso judicial, tratándose de espacios limitados por la autori-
dad y las relaciones de poder entre médico-paciente, entre otras.
En las inspecciones realizadas durante el 2017 dentro del sector de admisión, se
registraron hechos compatibles con delitos de abuso sexual por parte de perso-
nal de la institución, lo que muestra el grado de vulneración, desidia y desarti-
culación estatal en lo referido a las internaciones de mujeres.
La situación reviste mayor gravedad por la trayectoria de extrema vulnerabi-
lidad que ellas habían transitado. Una de las jóvenes entrevistadas manifestó
haber sido abusada en varias ocasiones por un trabajador que cumple funciones
por la noche dentro del sector. Relata que luego de tomar la medicación noctur-
na (se medica luego del almuerzo y luego de la cena), mientras se encontraba
orinando en el baño, ingresó el enfermero de ese turno, se paró frente a ella,
extrajo su pene y mientras lo sostenía con una mano con la otra tocaba sus
senos y su vagina; en ese mismo acto este hombre le pidió que le realizara una
felatio. Ella le pidió que parara y señaló su vagina: “le dije que me dolía”. Relata
que en otras ocasiones sufrió tocamientos por parte de esta persona. Otra de las
mujeres refirió haber presenciado cómo este mismo hombre le tocaba los senos
a la joven anterior. Asimismo, hubo denuncias de diferentes mujeres que fueron
víctimas de agresión física por parte de este enfermero: L11 relata que la empujó
contra la pared produciéndole una herida cortante sobre la frente y expresó ha-
ber visto a este trabajador tocarle los senos de otras internas.
Luego de dichas entrevistas se solicitó la intervención de la Unidad Funcional
de Instrucción 9 de Lomas de Zamora, que se constituyó en el lugar con un
equipo a cargo del agente fiscal, Dr. Mariano Leguiza Capristo. Al finalizar su
10 Informe de la CIDH del año 2011 “Acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia sexual: la edu-
cación y la salud”.
11 Todas las iníciales de nombres referidas en este apartado no son reales para preservar la confidencialidad
de las denunciantes.
464
Informe anual 2018
actuación en el lugar, la fiscalía dispuso una restricción perimetral al trabajador
denunciado de 500 metros a la redonda del hospital. Luego de que las mujeres
denunciantes fueran trasladadas a otras instituciones, esta restricción fue dejada
sin efecto por el juez de Garantías interviniente y el enfermero continuó desa-
rrollando tareas dentro del hospital.
En otra inspección, realizada durante el mismo año, se mantuvieron entrevis-
tas con mujeres alojadas dentro del sector de admisión. Una de ellas relató que
cuando se baña es observada por un enfermero que la instó a apurarse o la ba-
ñaba él; expresa "acá perdés identidad de persona". Todas las mujeres alojadas
dentro de este sector se bañan a la vista de personal masculino y todas expresa-
ron sentir ultrajada su intimidad por esta práctica.
465
Informe anual 2018
frido -en tanto colectivo de mujeres- algún tipo de vulneración a sus derechos.
Cabe destacar que el Esteves es el único manicomio provincial que aloja exclu-
sivamente a mujeres, sin embrago carece de políticas de género. La ausencia
de prácticas de cuidado y atención específicas que lo distingan del resto de los
manicomios es absoluta, por lo cual se reproducen y refuerzan las violencias
hacia las mujeres.
Las mujeres alojadas en sala de admisión son levantadas todos los días alrededor
de las 5 de la mañana y llevadas hasta las duchas, debiendo bañarse frente a per-
sonal masculino y secarse con sábanas viejas por falta de toallas. Dentro de los
baños se observó la falta de puertas en boxes, duchas rotas, pisos mojados, ino-
doros rotos o sin tapa. No hay papel higiénico y las mujeres deben procurarse un
trapo que se encuentra tirado en el piso para limpiarse o limpiarse con su propia
ropa. En ocasiones comparten este trapo para higienizarse. No hay cortinas en
las duchas para resguardar la intimidad, dándose las situaciones anteriormente
descriptas donde refirieron sentirse ultrajada por esta práctica.
De las entrevistas realizadas, impresiona el caso de C, quien se encontraba en sala
de admisión. Refirió tener una fractura en la clavícula derecha y no haber recibi-
do ningún tratamiento médico. La señora A expresó sentir que la medicación le
provoca acidez, sólo la hace dormir, y que en la sala no hacen ninguna actividad;
que en reiteradas ocasiones solicitó insumos para escribir pero no se los brindaron
desde el servicio. La señora F expresó que ingresó por las fuerzas de seguridad,
que al momento de su ingreso fue atada de pies y manos a la cama, perdió el co-
nocimiento por dos días y que esta situación la vive “como una tortura”. Además,
refiere que el médico psiquiatra que la atiende la maltrata; que el enfermero de
turno noche (el mismo denunciado por abuso) la agarra del cuello y la amenaza
por no querer tomar la medicación. Otra de las mujeres relató que al ingresar al
manicomio la ataron, que no sabe cuántas horas estuvo en esta condición y que
“le dieron una pichicata”; que el enfermero denunciado da medicación de más e
intentó abusar de una de las chicas. Asimismo, indagada sobre golpes y amenazas
por parte del personal de la institución, relata que ha sido víctima por parte del
mencionado enfermero, que la ahorcó, la tiró al piso y le piso el hombro.
Una de las mujeres expresó que en varias oportunidades cuando entró “en crisis”
fue sometida a sujeción mecánica: le aplican medicación inyectable y en esta situa-
ción pierde el control de esfínteres. Considera que ha sido medicada no sólo como
medida terapéutica sino también como forma de castigo; que hay malos tratos y
negligencia de parte de enfermeros y profesionales, y que la situación cambia radi-
calmente con nuestra presencia. Comenta que fue internada por su pareja, y que la
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Informe anual 2018
interna cada vez que hay conflictos entre ellos. En la historia clínica figuran varias
internaciones y re-internaciones; en al menos tres oportunidades, el consentimiento
informado lo firmó la pareja, quien tuvo órdenes de restricción de acercamiento.
Por comunicaciones que mantuvimos con los juzgados, pudimos saber que efec-
tivamente la internaba sistemáticamente el mismo hombre que tenía una orden de
restricción por violencia. En este caso el hospital no pudo informar de manera in-
mediata qué juzgado intervenía en la internación. Esta situación no era un hecho
aislado. Desde la CPM se solicitó a las autoridades del hospital información de todos
los juzgados de las mujeres entrevistadas en las inspecciones. No solo hubo demoras
sino que, en la mayoría de los casos, hubo errores en la información proporcionada.
Esto lleva inevitablemente a preguntar ¿cómo informan sobre la internación a los
juzgados correspondientes para cumplir con la legalidad de las internaciones?
Otra mujer relató que el marido le pega, que se droga y fuma paco. A veces no
solo le pega sino que la viola y le roba su pensión de $6.000. Relata que tiene tres
hijos, que se los sacaron y que el marido le aclaró que la va a matar y nadie -prin-
cipalmente los hermanos- va a hacer nada. Se angustia y llora por esta situación
y pide que se haga justicia. Refiere que como tratamiento a su padecimiento solo
le dieron una inyección a su ingreso.
Desde el hospital no se promueve el mantenimiento de vínculos familiares y/o
socio-comunitarios, incluso se obstaculizan. Las llamadas telefónicas están res-
tringidas y quedan a discreción del enfermero a cargo, no constatando en la
historia clínica restricciones de carácter excepcional debidamente fundadas por
el equipo interdisciplinario ni informadas al juez competente.
Con respecto a la modalidad de abordaje dentro del servicio de admisión de
este manicomio, a lo largo de las inspecciones se supo que hay un promedio de
25 mujeres privadas de su libertad que se encontraban bajo un régimen de ais-
lamiento de 20 horas por día, habiendo casos de aislamiento de hasta 24 horas.
¿Cómo puede concebirse un tratamiento de la salud que use sistemáticamente
una práctica torturante?
Según surge del análisis de las entrevistas realizadas en una de las inspecciones,
de 17 personas entrevistadas 10 de ellas sufrieron sujeción mecánica al momen-
to de su ingreso al sector: fueron reducidas, atadas de pies y manos con correas
a la cama e inyectadas con un potente psicofármaco. En algunos casos llegaron
a estar bajo esta práctica por más de 12 horas. En algunas de las mujeres se ob-
servaron hematomas que ellas vincularon con esta práctica.
Cuando se indaga en el equipo de salud sobre la existencia de algún protocolo que
regule esta práctica, responden que “existe pero no lo tenemos en papel”. Es alar-
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Informe anual 2018
mante la desidia y desprotección por parte del Estado y los equipos de salud frente
a situaciones tan extremas y delicadas como la sujeción mecánica y la sedación a
personas con urgencias psiquiátricas. Hay que resaltar los riesgos que esta práctica
conlleva en el marco de tratamientos psicofarmacológicos, razón por la cual debe
estar supervisada adecuadamente en el marco de protocolos específicos. Muchas
de las pacientes refirieron haber sentido esta práctica como una tortura.
En relación a la medicación de las mujeres, se relevó que a la necesidad de suplir
los tratamientos adecuados, a la falta de acompañamiento terapéutico o cuida-
dos especiales. Este sector aloja un promedio de 25 ó 30 mujeres en situación de
crisis aguda y cuenta para su cuidado con tres enfermeros por turno. La falta de
trabajadores o trabajadoras que den acompañamiento y cuidados específicos a las
mujeres con padecimiento mental es estructural y parte fundamental de las viola-
ciones a los derechos humanos que se denuncian desde la CPM. De esta manera
las mujeres pasan el día en absoluta inactividad. En las salas con acceso al patio
son levantadas a las 5 am para el baño, pudiendo salir luego de las 9 am hasta
las 12; luego de las 20.30 horas son encerradas con candado dentro de una habi-
tación colectiva. Durante el día la habitación colectiva permanece cerrada y sus
pertenencias inutilizadas. Consecuentemente se observó mujeres durmiendo en
el suelo o sobre muebles por la imposibilidad de ingresar a la habitación colectiva.
En consonancia con lo descripto anteriormente, se des-subjetiva a las mujeres
impidiéndoles la realización y el acceso de sus plenos derechos; se profundiza la
desvinculación social impidiendo llamados telefónicos, acceso a la información,
a visitas y salidas. No solo no tienen acceso a llamadas telefónicas gratuitas sino
que tampoco se les permite el acceso a diarios y revistas de actualidad, ni mirar
programas de televisión de actualidad sobre todo noticieros. La alimentación
que reciben es de pésimo aspecto, resulta insuficiente, no hay variedad en el
menú y en ocasiones se encuentra en mal estado. Las mujeres la describen como
“asquerosa” y que deben comerla porque si no “las retan”.
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Informe anual 2018
mantenimiento general: no había agua caliente y las mujeres debían bañarse con
agua fría. Dentro de la sala dormitorio, vidrios rotos en algunas de las ventanas,
olor es nauseabundo; en el espacio exterior había basura, pañales y botellas. En las
entrevistas las mujeres relatan que no tienen acceso directo a los muebles donde
guardan sus pertenencias, porque están cerrados y las llaves en poder de las en-
fermeras. Al ser consultada, la psicóloga presente en la sala nos informa que es la
única profesional que trabaja allí junto a 13 enfermeras en turnos de 6 horas. De
este modo, quedan las evaluaciones, informes, cambios en la medicación a cargo
de un solo profesional. Destaca que, en términos generales, los diagnósticos son
esquizofrenias residuales y retrasos, siendo una sala de pacientes crónicas.
Con respecto al control judicial en relación a la legalidad de las internaciones, la
Dra. Wolos destacó que los juzgados solicitan todos los meses los informes y nos
facilitó una planilla protocolar que envía el hospital como respuesta. Expresa
que en ocasiones se puede sumar algún informe en caso de que fuera necesario.
Sin embargo, al momento de relevar las historias clínicas pudimos ver que hay
copia de dichas planillas, pero no figura el pedido del Juzgado y tampoco se
cumple con el plazo fijado por la ley 26.657 según la cual debe elevarse un in-
forme por mes del paciente enviado al Juzgado pertinente. Las historias clínicas
tampoco cumplen con la normativa vigente donde se especifica cuáles son los
aspectos formales que deben cumplir.
En la sala Bosh, al momento de una de las inspecciones, se relevó la presencia de
63 mujeres. El espacio cuenta con tres habitaciones y -según refieren las enfer-
meras- la primera sala es para las chicas que se hacen pis, la segunda sala corres-
ponde a las “más independientes” y la sala de enfermería donde están las “más
dependientes”. Como en los casos anteriores, falta mantenimiento total en los
baños: a esta altura podemos asegurar que es un rasgo estructural del estable-
cimiento. El cuarto general tiene alrededor de 33 camas separadas en filas e hi-
leras y duermen las mujeres “menos dependientes”. Al lado de cada una hay un
pequeño mueble rectangular donde guardan sus pertenencias. Algunos tienen
candado, otros no. Al momento de la inspección del lugar ningún integrante del
equipo profesional se encontraba presente.
En el año 2017 se realizaron varias inspecciones más a este manicomio, en dos
oportunidades se inspeccionó la sala de admisión en donde las condiciones ma-
teriales seguían presentando idénticas falencias que durante el año 2016. Con
respecto a la modalidad de abordaje, se constató la continuidad de prácticas vin-
culadas al aislamiento, a la sujeción mecánica y a la sobremedicación. Una de las
mujeres refirió que fue llevada al hospital por personal policial masculino, que
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Informe anual 2018
fue maltratada por los efectivos, quienes la subieron al patrullero a la fuerza su-
jetándola de piernas y brazos; que al momento de su ingreso recibió medicación
inyectable por lo que comenzó a sentirse mareada; que la desnudaron y la ba-
ñaron a la fuerza, la arrojaron en la cama y permaneció dos días en este estado.
Según surge del análisis de las historias clínicas, el abordaje profesional de los cua-
dros de salud mental en todos los sectores inspeccionados es básicamente psicofar-
macológico, y no se realizan abordajes interdisciplinarios sistemáticos, enfocados
en el tratamiento del malestar y el padecimiento de las mujeres ni de los aspec-
tos psicosociales en juego. Las evoluciones registradas carecen de conclusiones
conjuntas de distintos profesionales. Algunas mujeres solo fueron atendidas por
profesionales psiquiatras a los fines exclusivos de ser medicadas. Esto también da
cuanta del abordaje parcial de la salud, que es en esencia y por definición integral.
Sin soslayar las pésimas condiciones materiales en las que son privadas de la
libertad las mujeres allí alojadas, se debe señalar la ausencia de dispositivos ten-
dientes a la atención integral de la salud y la falta de redes de apoyo para la
externación, además de la total ausencia de mecanismos de control frente a las
internaciones involuntarias. El control del Poder Judicial no solo es inexistente o
parcial, sino que en ocasiones atenta nuevamente contra las mujeres internadas.
14 Informe conjunto CELS, CPM y MDR “La situación de las mujeres en el Hospital Psiquiátrico Dr. A. Korn,
M. Romero (noviembre, 2017).
470
Informe anual 2018
− Naturalización institucional de la violencia
(Ausencia de abordaje de las violencias contra las mujeres)
Las violencias a las que se ven sometidas las mujeres en los manicomios cons-
tituyen violencia institucional15 ya que -como enuncia la ley de protección in-
tegral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los
ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales- es la que se manifies-
ta en el ámbito público y es perpetrada por sus agentes. Muchas de las usuarias
entrevistadas refieren que no son escuchadas, que su palabra no es tenida en
cuenta o que molesta, sobre todo cuando se vincula con agravamientos que la
propia institución genera. Incluso, algunas refieren haber recibido represalias
por denunciar hechos de abuso sexual o reclamar el acceso a derechos.
En el último caso de abuso sexual denunciado por la CPM, la victima expresó
que luego de denunciar los abusos padecidos de un enfermero del manicomio fue
reducida mecánicamente por el personal de enfermería del servicio de admisión;
que al preguntar por qué la ataban a la cama las enfermeras le respondieron que lo
hacían para que deje ensuciar a su compañero de trabajo. Este nivel de impunidad
se maneja a veces al interior de las salas, donde reina una especie de zona liberada.
Así como la ley de desprotección gobierna al interior de las salas, afuera rige la
misma norma: las mujeres quedan en estado de vulnerabilidad total cuando son
abandonadas en el patio impidiéndole el ingreso a las salas. Durante su perma-
nencia en el patio no hay equipos profesionales que acompañen las necesidades
de las mujeres y es en esta ocasión que una de ellas fue víctima de abuso sexual
con acceso carnal por una persona ajena al hospital, en el horario de visita. Du-
rante el horario de acceso a patio permanecen en el exterior sin posibilidad de
acudir a su equipo de salud frente a una emergencia. Esta desprotección es una
de las condiciones institucionales que posibilita que sucedan los abusos.
Frente a estos hechos, los directivos del manicomio Esteves desestiman la voz de
las usuarias haciendo referencia a los diagnósticos cada vez que manifiestan al-
gún reclamo. De este modo soslayan toda la violencia estructural que la institu-
ción despliega sobre las mujeres. El trato que reciben las infantiliza, las desacre-
dita como sujetos de derecho y las niega como personas. Esto se refuerza con la
falta de políticas públicas con perspectiva de género que elimine estas prácticas.
15 Ley 26485. Art. 6 artículo 6º— Modalidades. A los efectos de esta ley se entiende por modalidades las
formas en que se manifiestan los distintos tipos de violencia contra las mujeres en los diferentes ámbitos,
quedando especialmente comprendidas las siguientes:
b) Violencia institucional contra las mujeres: aquella realizada por las/los funcionarias/os, profesionales, personal y agentes
pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública, que tenga como fin retardar, obstaculizar o impedir que las
mujeres tengan acceso a las políticas públicas y ejerzan los derechos previstos en esta ley. Quedan comprendidas, además,
las que se ejercen en los partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales, deportivas y de la sociedad civil.
471
Informe anual 2018
En lo que a sexualidad refiere, la mirada lleva la suposición de que estas muje-
res son asexuadas reforzando el tabú sobre el tema. No se habla de sexualidad,
no se accede a información sobre métodos de cuidado, y se vulneran todos los
derechos sexuales y reproductivos. Todo ello deviene facilitador del abuso, en
sentido amplio, sobre el cuerpo de estas mujeres.
El Ministerio de Salud y las autoridades del hospital son responsables de promo-
ver y garantizar políticas públicas16que garanticen a las mujeres una internación
libre de violencia y discriminación. Para ello deberían constituirse mecanismos
dentro y fuera del hospital que tengan en consideración las violencias previas
que sufrieron las mujeres antes del ingreso y garantizar que en la internación
-como último recurso- no se sigan reproduciendo e incrementando. Para ello
los mecanismos a crearse deben tener en consideración la palabra de las mujeres
y sus historias previas de vida.
− Fundamentación convencional
El preámbulo y el artículo 6 de la Convención sobre los derechos de personas
con discapacidad reconocen que “las mujeres y las niñas con discapacidad sue-
len estar expuestas a un riesgo mayor, dentro y fuera del hogar, de violencia,
lesiones o abuso, abandono o trato negligente, malos tratos o explotación (….) y
están sujetas a múltiples formas de discriminación”.
Asimismo, el artículo 16 establece para los Estados partes ciertas obligaciones
desde una perspectiva de género, que deberán adoptar todas las medidas perti-
nentes para impedir cualquier forma de explotación, violencia y abuso asegu-
rando, entre otras cosas, que existan formas adecuadas de asistencia y apoyo que
tengan en cuenta el género y la edad para las personas con discapacidad y sus
16 Ley 26.485 ART. 7: Preceptos rectores. Los tres poderes del Estado, sean del ámbito nacional o provincial,
adoptarán las medidas necesarias y ratificarán en cada una de sus actuaciones el respeto irrestricto del dere-
cho constitucional a la igualdad entre mujeres y varones. Para el cumplimiento de los fines de la presente ley
deberán garantizar los siguientes preceptos rectores: a) La eliminación de la discriminación y las desiguales
relaciones de poder sobre las mujeres; b) La adopción de medidas tendientes a sensibilizar a la sociedad, pro-
moviendo valores de igualdad y deslegitimación de la violencia contra las mujeres; c) La asistencia en forma
integral y oportuna de las mujeres que padecen cualquier tipo de violencia, asegurándoles el acceso gratuito,
rápido, transparente y eficaz en servicios creados a tal fin, así como promover la sanción y reeducación de
quienes ejercen violencia; d) La adopción del principio de transversalidad estará presente en todas las medidas
así como en la ejecución de las disposiciones normativas, articulando interinstitucionalmente y coordinando
recursos presupuestarios;
e) El incentivo a la cooperación y participación de la sociedad civil, comprometiendo a entidades privadas y
actores públicos no estatales; f) El respeto del derecho a la confidencialidad y a la intimidad, prohibiéndose la
reproducción para uso particular o difusión pública de la información relacionada con situaciones de violen-
cia contra la mujer, sin autorización de quien la padece;
g) La garantía de la existencia y disponibilidad de recursos económicos que permitan el cumplimiento de los
objetivos de la presente ley; h) Todas las acciones conducentes a efectivizar los principios y derechos recono-
cidos por la convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.
472
Informe anual 2018
familiares y cuidadores, incluso proporcionando información y educación sobre
la manera de prevenir, reconocer y denunciar los casos de explotación, violencia
y abuso. Los Estados partes asegurarán que los servicios de protección tengan en
cuenta la edad, el género y la discapacidad.
Para impedir que se produzcan casos de explotación, violencia y abuso, los Esta-
dos partes asegurarán que todos los servicios y programas diseñados para servir
a las personas con discapacidad sean supervisados efectivamente por autorida-
des independientes. Los Estados partes tomarán todas las medidas pertinentes
para promover la recuperación física, cognitiva y psicológica, la rehabilitación
y la reintegración social de las personas con discapacidad que sean víctimas de
cualquier forma de explotación, violencia o abuso, incluso mediante la presta-
ción de servicios de protección. Dicha recuperación e integración tendrán lugar
en un entorno que sea favorable para la salud, el bienestar, la autoestima, la
dignidad y la autonomía de la persona y que tenga en cuenta las necesidades
específicas del género y la edad.
Asimismo, los Estados partes adoptarán legislación y políticas efectivas, inclui-
das legislación y políticas centradas en la mujer y en la infancia, para asegurar
que los casos de explotación, violencia y abuso contra personas con discapaci-
dad sean detectados, investigados y, en su caso, juzgados.
Ahora bien, en el art. 1º de la Convención de Belém Do Pará se define la violen-
cia contra la mujer como “cualquier acción o conducta, basada en su género, que
cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en
el ámbito público como en el privado.” Siguiendo esta definición y lo enumerado
en la Convención sobre los derechos de personas con discapacidad podemos
hablar de la violencia sexual como una violación a los derechos humanos y una
clara manifestación de la discriminación por sexo, ya que las mujeres son afec-
tadas en mayor proporción.
Por último, la CIDH considera que el artículo 7 de la Convención de Belém do Pará
y el artículo 19 de la Convención Americana pueden ser interpretados conforme a
la Convención interamericana para la eliminación de todas las formas de discrimi-
nación contra las personas con discapacidad y la Convención sobre los derechos de
personas con discapacidad. De esta forma las obligaciones para prevenir, sancionar
y erradicar la discriminación y violencia contra las mujeres y niñas deben ser refor-
zadas aún más frente a la situación de mujeres y niñas con padecimientos mentales17.
17 En el informe de la CIDH del año 2011 “acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia sexual: la
educación y la salud” expresa que el respeto y la garantía del derecho de las mujeres y las niñas a vivir libres de
violencia y discriminación es uno de los principales desafíos de los sistemas de protección de los derechos hu-
manos a nivel regional e internacional. La mayoría de los Estados se ha comprometido a adoptar medidas que
aseguren la prevención, investigación, sanción, procesamiento, y reparación de los actos de violencia contra
473
Informe anual 2018
Es notorio que el Ministerio de Salud, el Hospital Esteves y los equipos de salud
que allí funcionan carecen de una orientación ética y práctica que regule sus
intervenciones en el sentido de las convenciones y una perspectiva en derechos
humanos.
474
Informe anual 2018
a la justicia, la debida diligencia y el deber de prevención; el deber de reparar
violaciones a los derechos humanos; la prevención como un elemento clave para
erradicar la violencia contra las mujeres y toda forma de discriminación; y la
importancia de capacitar a personas encargadas de responder ante los delitos de
violencia contra la mujer, entre otros pronunciamientos.
En las decisiones sobre los casos de Raquel Martín de Mejía y de Ana, Beatriz y
Celia González Pérez, la CIDH por primera vez abordó el concepto de violencia
sexual como tortura y el acceso a la justicia para las víctimas, en el contexto del
sistema de casos individuales.
En el caso particular de Raquel Martín de Mejía, la Comisión encontró al Es-
tado peruano responsable por violaciones al derecho a la integridad personal
bajo el artículo 5 de la Convención americana y la convención interamericana
para prevenir y sancionar la tortura. Al abordar la violación sexual, la Comi-
sión determinó que se habían “conjugado” los tres elementos enunciados en la
Convención para probar la existencia de tortura: 1.- "un acto a través del cual
se inflija a una persona penas y sufrimientos físicos y mentales"; 2.- "cometido
con un fin"; y 3.- "por un funcionario público o por una persona privada a ins-
tigación del primero". Al analizar estos elementos, la Comisión tuvo en cuenta
el sufrimiento físico y psicológico causado por la violación sexual, la posibilidad
de que la víctima sufriera “ostracismo” si denunciaba estos actos, y la forma en
que la violación pudo haber sido perpetrada con la intención de castigar e inti-
midar a la víctima.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos abordó por primera vez de ma-
nera específica la violencia sexual contra las mujeres en su sentencia sobre el
caso penal Miguel Castro Castro vs Perú. En dicha sentencia, la CIDH analizó
el alcance y las consecuencias del delito de violencia sexual sufrido por muje-
res bajo custodia del Estado. En este sentido, la Corte encontró una violación
al artículo 5 de la Convención Americana e interpretó su alcance tomando en
consideración como referencia de interpretación la Convención de Belém do
Pará. Por otro lado, la CIDH sostuvo por primera vez que la violencia de género
es una forma de discriminación de acuerdo a los precedentes del Comité para la
eliminación de la discriminación contra la mujer. Es destacable que en el marco
de la sentencia, la Corte ofreció una definición expansiva al fenómeno de la vio-
lencia sexual considerando que: “la violencia sexual se configura con acciones
de naturaleza sexual que se cometen en una persona sin su consentimiento, que
además de comprender la invasión física del cuerpo humano, pueden incluir
actos que no involucren penetración o incluso contacto físico alguno”.
475
Informe anual 2018
La Corte asimismo afirmó en sus sentencias en los casos de Inés Fernández Or-
tega y Valentina Rosendo Cantú varios principios importantes vinculados con
la obligación de los Estados de actuar con la debida diligencia y de garantizar un
adecuado acceso a la justicia ante casos de violencia sexual: a) la violación se-
xual constituye una forma paradigmática de violencia contra las mujeres cuyas
consecuencias, incluso, trascienden a la persona de la víctima; b) una violación
sexual puede constituir tortura aún cuando consista en un sólo hecho u ocurra
fuera de instalaciones estatales, si existe intencionalidad, sufrimiento severo y
una finalidad por parte de los perpetradores; c) una violación sexual vulnera va-
lores y aspectos esenciales de la vida privada de una persona, supone una intro-
misión en su vida sexual, anulando su derecho a tomar libremente las decisiones
respecto con quien tener relaciones sexuales, la cual es una de las decisiones más
personales e íntimas, y sobre las funciones corporales básicas; d) ante un acto de
violencia contra una mujer, resulta particularmente importante que las autori-
dades a cargo de la investigación la lleven adelante con determinación y eficacia,
teniendo en cuenta el deber de la sociedad de rechazar la violencia contra las
mujeres y las obligaciones del Estado de erradicarla y de brindar confianza a las
víctimas en las instituciones estatales para su protección; e) la investigación en
casos de violencia sexual debe intentar evitar en lo posible la re victimización o
re experimentación de la profunda experiencia traumática; y f) la declaración
de la víctima sobre un hecho de violencia sexual es fundamental en la investiga-
ción, juzgamiento y sanción de los hechos.
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Informe anual 2018
Las tres unidades penitenciarias denominadas psiquiátricas dependientes del
SPB se encuentran en Melchor Romero: la UP 45, la UP34 y la UP 10; la última
seguía alojando, a fines del 2017, a dos personas sobreseídas declaradas inimpu-
tables, aunque modificó su modalidad a régimen abierto. Estas unidades no tie-
nen características diferentes al que las conviertan en establecimientos de salud
propiamente dichos; es decir, no son dispositivos que permitan el abordaje espe-
cífico de los cuadros de acuerdo a la normativa vigente. El abordaje de la salud
mental en estos manicomios está hegemonizado por el paradigma de seguridad:
frente a una descompensación o crisis, el primer contacto con el paciente son
agentes penitenciarios, quienes abordan problemas de salud mental pese a su
total desconocimiento de la especificidad.
Según surge de las inspecciones realizadas por la CPM, el abordaje de la salud
mental dentro de las unidades penitenciarias viola la perspectiva de derechos
que propone la ley de salud mental vigente. El SPB sostiene una praxis diaria
-cuyo principal objetivo es mantener la disciplina y el control de la Unidad-
basada en concepciones que se alejan de considerar a las personas con padeci-
miento mental como sujetos de derechos. En este sentido, el sistema de salud
penitenciario se constituye como un modelo de atención de la salud mental que
vulnera los principios establecidos por la normativa nacional y provincial en la
materia. El abordaje no se concibe ni desarrolla interdisciplinariamente, no se
diseña respetando los principios de atención primaria en salud ni reforzando,
restituyendo o promocionando sus lazos sociales. Tampoco se garantiza el de-
recho a la protección de la salud mental de las personas alojadas en los manico-
mios del SPB; por el contrario, los cuadros se agravan.
Las condiciones de detención deterioran notablemente la salud mental de las
personas. Según surge de las entrevistas que realiza el equipo del programa de
Salud Mental de la CPM dentro de las unidades penitenciarias de la provincia de
Buenas Aires, las prácticas terapéuticas vinculadas a la atención en salud mental
no tienen en cuenta el contexto punitivo y sumamente represivo en el que son
alojadas las personas, lo opuesto a la noción de salud mental integral. Se detec-
taron casos en los que los profesionales tratantes desconocían que la persona
evaluada llevaba varios meses sometida a un régimen de aislamiento en celda,
sin acceso a patio, a duchas ni atención médica y en condiciones inhumanas de
habitabilidad. El sometimiento a este tipo de régimen, asociado a otras formas
de restricción de derechos, se configura como tortura. Si esto no se tiene en
cuenta, se arriba a diagnósticos parciales basados en la descripción de signos y
477
Informe anual 2018
síntomas. De este modo, los equipos profesionales determinan situaciones de
“inestabilidad” mental o “peligrosidad” (término sin vigencia en la perspectiva
de derechos, pero fuertemente arraigado aún en el ámbito carcelario y la justi-
cia penal) y, sin considerar el contexto, responsabilizan subjetivamente a quien
padece sin involucrar a la institución que aloja. Quienes evalúan el estado de
salud invisibilizan las condiciones y vulneraciones de derechos: al omitir esta
situación intencionalmente, son cómplices y funcionales a la existencia y conti-
nuidad de la tortura. Estas situaciones son un común denominador en todas las
unidades penitenciarias bonaerenses, sin embargo adquieren mayor gravedad
en los manicomios a cargo del SPB, por alojar personas con un estado mayor de
vulnerabilidad.
Desde que las personas son privadas de la libertad, se genera un circuito en el
que se le niegan sus pertenencias, sus documentos y en ocasiones se las despoja
de su ropa. Se les niega la posibilidad de comunicarse con familiares o amigos,
de expresar sus dolencias a personal de salud, de asearse cuando lo desean, de
comer comida digna, de mantener su intimidad; en definitiva se las despoja de
su autonomía. En ocasiones, los agentes del SPB no le dirigen la palabra a los
detenidos por varios días, desoyendo los pedidos y reclamos más elementales.
Este circuito de deterioro subjetivo es prácticamente igual en todas las unidades
penitenciarias; la diferencia está en los destinatarios: se trata de personas con
padecimiento mental, a veces atravesando crisis agudas, y las consecuencias en
su salud son más graves.
Todo esto da cuenta de una primacía del criterio de seguridad sobre el sanitario
en el abordaje de problemáticas de salud mental en manicomios a cargo del SPB.
- Agravamientos relevados
Un análisis de los agravamientos relevados durante las inspecciones da cuenta
de la falta de atención médica clínica como la vulneración que se presenta con
mayor frecuencia en los manicomios del SPB, al igual que lo relevado en los ma-
nicomios a cargo del Ministerio de Salud. En segundo lugar se destaca la reclu-
sión de las personas en celdas de aislamiento, seguida de la presencia de malos
tratos, la sobremedicación y por último la utilización de la sujeción mecánica.
478
Informe anual 2018
Grafico 4. Distribución de agravamientos relevados durante
las inspecciones a manicomios del SPB.
Fuente: Elaboración propia a partir de información relevada en inspecciones realizadas por el programa a
manicomios a cargo del Ministerio de Salud de la Provincia de Bs. As., durante el año 2017.
− Unidad Penitenciaria 34
En esta unidad se distingue el pabellón de separación del área de convivencia
(PSAC), que cuenta con 8 celdas cuyas dimensiones no superan los 1.80 x 2.00
metros, como el principal lugar utilizado para la reclusión de las personas en
celdas de aislamiento. Las personas recluidas allí pasan todo el día en total ais-
lamiento dentro de las celdas A partir de reiteradas inspecciones se constató:
suciedad acumulada dentro de las celdas, fuertes olores nauseabundos, moscas
y cucarachas, falta de ventilación suficiente, falta de vidrios en ventanas. Debido
al espacio reducido, las letrinas se localizan a escasos centímetros de los camas-
tros de hormigón donde las personas duermen y comen. Se distingue la utiliza-
ción de dos pequeñas celdas similares a las de PSAC, localizadas en el sector de
sanidad, para aislar a personas que requieran atención médica por enfermeda-
des físicas o descompensaciones de sus cuadros psiquiátricos.
Siempre que se inspecciona esta unidad se relevan situaciones de extrema grave-
dad y violaciones de todo tipo de derechos de las personas allí alojadas.
479
Informe anual 2018
Testimonios de algunas de las personas entrevistadas:
- “Hace cinco días que estoy atado a la cama, estaba con esposas
pero cuando entraron ustedes me dejaron las correas nada más. Tengo
que mear y cagar en una botella”.
- “Acá te dan pichicata todos los días”.
- “No tengo para comunicarme con mi familia ni con mi juzga-
do. Lo que más quiero es hablar con mi familia, no saben que estoy acá”.
- “Antes estaba en pabellón y ahí vi como ataban a la gente, eso
me hizo re mal por eso pedí que me lleven a buzones pero tengo pánico,
no puedo estar encerrado, me corté y me tragué una bombilla porque
no me sacaban”.
- “Pedí que me vea el dentista porque me dolía la muela, fui y me
sacó dos muelas juntas, sin anestesia y no me dieron nada para el dolor”.
− Unidad Penitenciaria 45
En esta unidad se encuentra el anexo psiquiátrico femenino. El SPB se refiere a
este anexo como “acompañamiento terapéutico” e insiste en referirse a los espa-
cios de alojamiento como “salas”. Sin embargo, tal como se describió anterior-
mente, se constató que las características estructurales y funcionales y la lógica
aplicada son propias de una cárcel y que los espacios de alojamiento de las mujeres
son pabellones. El anexo psiquiátrico cuenta con dos espacios utilizados para la
reclusión en celdas de aislamiento de las mujeres detenidas: la sala de de observa-
ción y evaluación (SOE) y la sala de pacientes agudas (SPA). También cuenta con
tres pabellones colectivos. El sector SOE consta de 4 celdas y carece de sistema
de calefacción, por eso las detenidas calientan sus celdas con fuelles eléctricos. El
sistema eléctrico se encuentra deteriorado y en condiciones que implican un alto
480
Informe anual 2018
riesgo. Se constató la presencia de cables colgando y expuestos sus vivos en una
de las celdas. Las duchas se encuentran en el pasillo, separadas por una cortina;
al ser entrevistadas las detenidas refirieron la presencia de agentes penitenciarios
masculinos al momento de la ducha, vulnerando su intimidad.
El sector SPA consta de 4 celdas de 2,7 x 1,9 metros También carece de sistema
de calefacción pese a las bajas temperaturas y presenta similares características en
cuanto a la instalación eléctrica. Consta de 2 duchas sin ningún tipo de elemento
que sirva para el resguardo de la privacidad de las mujeres al momento de bañarse.
Es importante destacar las consideraciones del procurador de esta Unidad:
“Si bien este establecimiento es especializado en psiquiatría no deja de
ser una cárcel, no debiendo ser considerado de ninguna manera un hos-
pital neuropsiquiátrico. Las mujeres aquí alojadas no son pacientes de
un hospital sino que son personas privadas de su libertad sometidas a
un régimen de vida impuesto por la administración penitenciaria”. En el
mismo sentido y con respecto a las mujeres sobreseídas alojadas en esta
Unidad refiere: “… las mujeres sobreseídas en los términos del art. 34 del
C.P… No se encontrarían gozando de los derechos y garantías estableci-
dos en la norma nacional. Esto es debido a que una Unidad carcelaria no
puede ser considerada, por sus características, concepción y funciona-
miento, como un centro de atención y tratamiento de la salud mental…
a los fines de evitar situaciones de vulnerabilidad, se debería adaptar
y reformar la institución carcelaria a la normativa legal en materia de
salud mental o permitir el traslado de las pacientes a un establecimiento
adecuado para un correcto tratamiento de sus patologías mentales”18.
El programa de Salud Mental de esta CPM realizó varias inspecciones a la UP
45 durante el año 2017. Debido a la gravedad de las situaciones relevadas se pre-
sentó acción de habeas corpus colectivo el 1 de junio de 2017, ante el Juzgado de
Garantías 4 de La Plata, a cargo del Dr. Juan Pablo Masi, exigiendo la clausura de
las celdas de aislamiento, entre otras solicitudes. Hubo dos ampliaciones poste-
riores por falta de medicación específica y por suspensión de suministro de gas;
a la fecha esta acción se encuentra sin resolución. En la presentación inicial se
destacaron dos agravamientos en lo relativo a la modalidad de abordaje:
- El faltante de medicación especifica en la Unidad, lo cual lleva a la inte-
rrupción abrupta del tratamiento farmacológico o a la utilización de los psico-
fármacos disponibles en lugar de los adecuados por la especificidad de la pato-
18 Informe enviado por Gerardo Zaratiegui (procurador de UP 45) al Departamento de Derechos Huma-
nos, Políticas Penitenciarias y Denuncias perteneciente a Procuración General SCJBA, relativo al trimestre
julio-agosto-septiembre de 2016.
481
Informe anual 2018
logía tratada. No se observa un control regular de los esquemas farmacológicos
que apunten, en los casos en los que sea posible, a una disminución gradual
junto con la utilización de otro tipo de abordajes. Tanto las autoridades como
las propias personas entrevistadas han referido que en estos casos se produce un
aumento de las descompensaciones de los cuadros.
- El uso del aislamiento seguido de desnudo corporal y administración de
psicofármacos inyectables, como medida disciplinaria y como única respuesta
terapéutica frente a casos de crisis agudas o descompensaciones. La denomi-
nada sala de pacientes agudas (SPA), comparte las mismas características es-
tructurales y de funcionamiento con los denominados internamente buzones
de unidades penitenciarias no psiquiátricas. Con respecto a la modalidad de
abordaje el mismo informe del Procurador destaca:
“Las pacientes en este sector permanecen, por indicación médica, en-
cerradas en su celda durante todo el día, en condiciones que no se co-
rresponden en tanto el trato brindado y las condiciones de alojamiento,
con lo que debería entenderse como un estricto control y tratamiento de
una enfermedad mental. Esta situación no se asemejaría a la atención
de la salud brindada en una institución de la comunidad”. Asimismo
agrega: “En ocasiones es notable la contraposición de criterios médicos
y de seguridad con respecto al trato y lugar de alojamiento brindado
a las pacientes, generando diferencias en las decisiones adoptadas por
los profesionales de la salud tanto como por personal penitenciario, sin
coincidir ambas posturas por más razonables que estas sean. Estas si-
tuaciones, en algunos casos, agravan las condiciones de detención de
las internas y ponen de manifiesto la incompatibilidad de la dualidad de
funcionamiento- cárcel vs. Institución neuropsiquiátrica- existente en el
establecimiento”.
482
Informe anual 2018
medicación Neumoterol 200, que me lo trae mi familia pero cada tres
meses cuando me visitan”.
- “Estar encerrada me hace mal, me pone triste” (mujer que lle-
vaba seis meses alojada en celda de aislamiento).
- “Yo estaba en la celda de al lado, desnuda. Desde hace cuatro días.
Cuando entraron ustedes me dieron ropa y me cambiaron a esta celda”.
483
Informe anual 2018
Gráfico 5. Distribución porcentual de la utilización de la reclusión
en celdas de aislamiento.
Fuente: Elaboración propia a partir de información relevada en inspecciones realizadas por el programa a
manicomios a cargo del Ministerio de Salud de la Provincia de Bs. As., durante el año 2017.
484
Informe anual 2018
alojan a personas sobreseídas de su delito en los términos del artículo 34 del CP,
es decir por no haber comprendido la criminalidad de sus actos. A estas perso-
nas se les impone una medida de seguridad por tiempo indeterminado.
Por las características de la población encerrada en estas unidades su tratamien-
to debe enmarcarse en la ley nacional de salud mental 26.657 (LSM) y su decreto
reglamentario 603 de 2013. Esta normativa acoge, a su vez, lo normado por la
Convención internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad.
19 Artículo 34 del Código Penal. No son punibles: 1º. El que no haya podido en el momento del hecho, ya sea
por insuficiencia de sus facultades, por alteraciones morbosas de las mismas o por su estado de inconsciencia,
error o ignorancia de hecho no imputables, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones. En
caso de enajenación, el tribunal podrá ordenar la reclusión del agente en un manicomio, del que no saldrá sino
por resolución judicial, con audiencia del ministerio público y previo dictamen de peritos que declaren desa-
parecido el peligro de que el enfermo se dañe a sí mismo o a los demás. En los demás casos en que se absolviere
a un procesado por las causales del presente inciso, el tribunal ordenará la reclusión del mismo en un esta-
blecimiento adecuado hasta que se comprobase la desaparición de las condiciones que le hicieren peligroso.
485
Informe anual 2018
En este sentido la LSM es la norma especial que regula la materia y le asigna
el sentido interpretativo a lo enunciado como “lugar de alojamiento”, en am-
bas normativas bajo diferentes nombres: establecimiento asistencial / estableci-
miento adecuado / manicomio.
Asimismo, la LSM establece que las internaciones por salud mental deben rea-
lizarse en hospitales generales20. Dispone la sustitución de los manicomios por
dispositivos alternativos, incluyendo en la población considerada a las personas
que se encuentran enmarcadas dentro del artículo 3421 del Código Penal. Por
ello esta población no puede ser alojada en instituciones carcelarias pues -como
se ha mencionado en informes anteriores y en lo que sigue- bajo ningún punto
de vista constituyen un establecimiento adecuado, según la LSM.
Actualmente no solo se dispone la privación de libertad en cárceles sino que
además el tratamiento se basa en métodos de tortura que exacerban los sínto-
mas y agravan los cuadros.
Regresando al marco normativo, la LSM se enmarca en los estándares inter-
nacionales de derechos humanos y viene a adecuar la normativa interna a los
mismos. En este sentido recoge los principios de Naciones Unidas para la pro-
tección de los enfermos mentales y para el mejoramiento de la atención de salud
mental, la Declaración de Caracas de la Organización Panamericana de la Salud
y de la Organización Mundial de la Salud para la reestructuración de la atención
psiquiátrica dentro de los sistemas locales de salud y los principios de Brasilia
rectores para el desarrollo de la atención en salud mental en las Américas.
Así mismo las reglas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de
los reclusos (reglas Nelson Mandela) establecen que en el caso de reclusos con
discapacidades o enfermedades mentales: “No deberán permanecer en prisión
las personas a quienes no se considere penalmente responsables o a quienes se
20 Artículo 27 de la LNSM. Queda prohibida por la presente ley la creación de nuevos manicomios, neuropsiquiátricos
o instituciones de internación monovalentes, públicos o privados. En el caso de los ya existentes se deben adaptar a los
objetivos y principios expuestos, hasta su sustitución definitiva por los dispositivos alternativos. Esta adaptación y sus-
titución en ningún caso puede significar reducción de personal ni merma en los derechos adquiridos de los mismos.
Artículo 28 de la LNSM. Las internaciones de salud mental deben realizarse en hospitales generales. A tal
efecto los hospitales de la red pública deben contar con los recursos necesarios. El rechazo de la atención de
pacientes, ya sea ambulatoria o en internación, por el solo hecho de tratarse de problemática de salud mental,
será considerado acto discriminatorio en los términos de la ley 23.592.
21 El único supuesto de la ley de salud mental que excluye a las personas privadas de su libertad por el art 34
CP de la aplicación de la ley, es el artículo 23 cuando se refiere a la externación. El alta, externación o permisos
de salida son facultad del equipo de salud que no requiere autorización del juez. El mismo deberá ser informa-
do si se tratase de una internación involuntaria, o voluntaria ya informada en los términos de los artículos 18
ó 26 de la presente ley. El equipo de salud está obligado a externar a la persona o transformar la internación en
voluntaria, cumpliendo los requisitos establecidos en el artículo 16 apenas cesa la situación de riesgo cierto e
inminente. Queda exceptuado de lo dispuesto en el presente artículo, las internaciones realizadas en el marco
de lo previsto en el artículo 34 del Código Penal.
486
Informe anual 2018
diagnostique una discapacidad o enfermedad mental grave, cuyo estado pudiera
agravarse en prisión, y se procurará trasladar a esas personas a centros de salud
mental lo antes posible” (regla 109).
El Tribunal de Casación Penal, en la sentencia Chaparro22, interpretó que la
LSM debe tenerse en consideración para las personas privadas de su libertad
por el art 34:
Si bien es cierto que reiterada doctrina del máximo tribunal provincial
tiene establecido que el Código Penal establece las medidas de seguri-
dad para los inimputables y que éstas tienen como presupuesto y fun-
damento la peligrosidad, la interpretación del art. 34 inc.1 del C.P. debe
efectuarse a la luz de lo que establece la Ley de Salud Mental que tuvo
por finalidad adecuar la normativa interna a los estándares internacio-
nales de los derechos humanos.
- Criterio de peligrosidad
La población que se encuentra alojada en estas instituciones es una población a
la que históricamente se privó de la libertad sin un justificativo unívoco que sos-
tenga esta decisión. Se entendía que estas personas resultaban peligrosas y por
lo tanto se justificaba el encierro, conforme a criterios positivistas de principios
del siglo XX. Su fundamento varió entre teorías de la prevención especial y en
ideas de la defensa social frente a personas que se consideran potenciales focos
de peligro (teorías de la prevención general).
Con la adopción de los tratados internacionales de derechos humanos y la LSM,
se torna inadmisible seguir sosteniendo el encierro de una persona bajo el cri-
terio de peligrosidad, en este sentido se cuenta con jurisprudencia de la CIDH y
de la propia Corte Suprema que rechazan este concepto como valoración de la
persona humana.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso Fermín Ramírez vs.
Guatemala, sentencia del 20 de junio de 2005, estableció que el criterio de peli-
grosidad no puede fundar ninguna potestad punitiva y además resulta contrario
a la Convención Americana de Derechos Humanos y violatoria de su art 2, incu-
rriendo el Estado en responsabilidad internacional. Destacan que la inseguridad
jurídica que genera la peligrosidad, por su indeterminación normativa, genera un
amplio margen para la discrecionalidad punitiva contrario a las exigencias de la
Convención. Además, es altamente discriminatorio y refleja a un derecho penal
de autor que no se compadece con la dignidad inherente al ser humano. Sostienen
22 TCP BA, Sala V, Chaparro, 23/10/2014. Registrado bajo 714.
487
Informe anual 2018
que “el concepto de peligrosidad ha sido desterrado por las más modernas co-
rrientes del Derecho penal de orientación democrática --modernas, sin embargo,
con casi un siglo de vigencia--, que han insistido en la necesidad de hacer de lado
esta noción de raíz positivista (…) El positivismo que campeó en el último tercio
del siglo XIX caló en múltiples ordenamientos penales, entre ellos las oleadas de
códigos iberoamericanos con las que despuntó nuestro siglo XX”23.
En este mismo sentido se expresa nuestra Corte Suprema de Justicia en el caso
Gramajo estableciendo que el criterio de peligrosidad24 es un concepto basado
en un cálculo de probabilidades acerca del futuro comportamiento de una per-
sona, e implica un juicio de valor subjetivo del juez o la doctrina, resultando un
criterio arbitrario inverificable25. La normativa que aún admite como criterio
de encierro la peligrosidad del sujeto, debe ser interpretada conforme a los es-
tándares de derechos humanos, y en este sentido debe sustituirse el criterio de
peligrosidad por el de riesgo cierto e inminente tal como lo indica la LSM, de lo
contrario se constituye como inconstitucional por ser violatoria de un derecho
penal de acto e inverificable. El criterio de riesgo cierto e inminente es interpre-
tado como aquella contingencia o proximidad de un daño que ya es conocido
como verdadero, seguro e indubitable que amenace o cause perjuicio a la vida o
integridad física de la persona o de terceros26.
23 CIDH, Serie C N° 126 caso Fermín Ramírez contra Guatemala, sentencia del 20 de junio de 2005.
24 CSJN, Fallos: 329:3680“Cuando se maneja el concepto de peligrosidad en el derecho penal, se lo hace sin
esa base, o sea, como juicio subjetivo de valor del juez o del doctrinario, con lo cual resulta un concepto vacío
de contenido verificable, o sea, de seriedad científica. De este modo, resulta directamente un criterio arbitrario
inverificable. En síntesis: la peligrosidad, tomada en serio como pronóstico de conducta, siempre es injusta o
irracional en el caso concreto, precisamente por su naturaleza de probabilidad, pero cuando la peligrosidad ni
siquiera tiene por base una investigación empírica, carece de cualquier contenido válido y pasa a ser un juicio
arbitrario de valor, que es como se maneja en el derecho penal.”
25 La Corte Suprema concluye esta Sentencia tomando la advertencia de Binding: De aceptarse la peligrosidad
como fundamento de la pena impuesta con el nombre que sea, sería necesaria otra Revolución Francesa: Pues-
to que se trata de una teoría con semejante desprecio de la personalidad humana, con semejante inclinación a
victimar en el altar del miedo a miles de humanos de carne y hueso, sin miramientos y sobre las pruebas más
defectuosas, una teoría de tamaña injusticia y tan ilimitada arbitrariedad policial, prescindiendo del presente,
no ha encontrado secuaces, salvo en los tiempos de dominio del terror. De tener éxito esta teoría, desencade-
naría un tempestuoso movimiento con el fin de lograr un nuevo reconocimiento de los derechos fundamenta-
les de la personalidad (Karl Binding, Die Normen undihre Übertretung, Tomo II, 1, Leipzig, 1914, pág. 464).
26 Decreto reglamentario 693/13 en su Art. 20.- Entiéndase por riesgo cierto e inminente a aquella contingen-
cia o proximidad de un daño que ya es conocido como verdadero, seguro e indubitable que amenace o cause
perjuicio a la vida o integridad física de la persona o de terceros.
Ello deberá ser verificado por medio de una evaluación actual, realizada por el equipo interdisciplinario, cuyo
fundamento no deberá reducirse exclusivamente a una clasificación diagnóstica. No se incluyen los riesgos
derivados de actitudes o conductas que no estén condicionadas por un padecimiento mental.
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Informe anual 2018
de seguridad en las unidades penales se encuentran privadas de su libertad por
tiempo indeterminado, en violación al principio de proporcionalidad. La medi-
da de seguridad -sea por su duración temporal indeterminada, por los criterios
que la sustentan (peligrosidad) y/o el lugar de alojamiento (cárceles)- resulta
más restrictiva de derechos que las penas y, en este sentido, su aplicación cons-
tituye una pena cruel inhumana y degradante, reconocida tanto en la jurispru-
dencia de la CIDH como en la de nuestra Corte Suprema.
En las unidades penitenciarias mencionadas se relevaron datos de las personas alo-
jadas bajo medidas de seguridad. En enero de 2017, había 133 personas detenidas
sujetas a medida de seguridad. De ese total, en 28 casos la medida de seguridad ha-
bía superado el máximo de la pena que le habría correspondido en caso de ser impu-
table. En el mismo sentido, en 27 casos la medida de seguridad superó el término de
la condicional que le hubiera correspondido en caso de haber aplicado el máximo de
la pena, y en 19 casos la medida de seguridad superó el mínimo de la pena que se le
podría haber impuesto27. Nuestro máximo tribunal, en los antecedentes R.M.J y en
Antuña28, establece que la imposición de una medida de seguridad indeterminada
temporalmente viola los principios constitucionales de razonabilidad, proporciona-
lidad e igualdad ya que la persona declarada inculpable ve afectados sus derechos en
mayor medida que si hubiese sido eventualmente condenada.
En el caso de M. J. R, la Corte indica que:
(…) el sujeto ha permanecido privado de su libertad, de manera coac-
tiva más tiempo incluso del que le habría correspondido in abstracto en
el supuesto de haber sido condenado a cumplir el máximo de la pena
previsto para el delito cometido, a la luz del instituto de la libertad con-
dicional. En estas condiciones, tanto el principio de proporcionalidad
como el propósito de respetar el principio de igualdad, que se buscó con
la declaración de inimputabilidad, se ven seriamente comprometidos
debido a que se muestra como irrazonable que una persona, a la que el
Estado no quiere castigar, se vea afectada en sus derechos en una medida
mayor de la que le hubiese correspondido de haber sido eventualmente
condenada como autor responsable.
En Gramajo la Corte establece en cuanto a la indeterminación de las medidas
de seguridad que:
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Informe anual 2018
La pena por tiempo indeterminado resulta inconstitucional por cuanto
viola el principio de culpabilidad, el principio de proporcionalidad de
la pena, el principio de reserva, el principio de legalidad, el principio de
derecho penal de acto, el principio de prohibición de persecución penal
múltiple (ne bis in ídem) y el principio de prohibición de imposición de
penas crueles, inhumanas y degradantes29.
En sentencia del Tribunal de Casación también se aborda la duración de las me-
didas de seguridad y el concepto de peligrosidad estableciéndose que:
La decisión que se adopte deberá tener en cuenta los principios rectores
establecidos en la Ley de Salud Mental, entre ellos, aquellos que tienen
como finalidad priorizar la temporalidad y atenuación de la privación
de libertad y rechazar la concepción basada en que la peligrosidad es in-
manente al ser humano y por lo tanto inmodificable; debiendo arbitrar
mecanismos de abordaje conjuntos que garanticen al paciente detenido
su autovalimiento, autonomía y responsabilidad dada la existencia de
una internación involuntaria de larga data30.
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Informe anual 2018
Esta ausencia estatal produce una total discrecionalidad de las instituciones pri-
vadas en cuanto al manejo y al abordaje brindado a las personas. A la gravedad
de esta situación se le suma el desconocimiento de parte del Estado de todo tipo
de información con respecto a estas instituciones, habilitadas por él mismo para
el tratamiento de personas con padecimiento mental. La falta de datos oficiales
confiables y fehacientes se constituye en una situación alarmante, en tanto impi-
de el control del Estado de cualquier tipo de problema.
Cabe destacar que actualmente no existen normas de habilitación y fiscalización
a nivel provincial específicas para dispositivos de salud mental por lo que estos
lugares están siendo habilitados utilizando el decreto-ley 7314/67, una norma-
tiva que ha quedado obsoleta luego de los avances en materia de salud mental.
491
Informe anual 2018
alojar a 48 personas conforme a disposición 2711 de fecha 1 de octubre de 2014,
de la Dirección Provincial de Coordinación y Fiscalización Sanitaria del Minis-
terio de Salud de la Provincia de Buenos Aires y, al momento de la inspección,
se encontraban internadas 60 personas. Posteriormente se tomó conocimiento
sobre la irregularidad de la habilitación exhibida ese día por los responsables
de la institución, ya que el Ministerio de Salud contaba con la documentación
original en la que figuraba un cupo de 24 personas. Este hecho fue denunciado
penalmente por la CPM y se encuentra en etapa de investigación.
Entre las personas internadas se encontraron hombres y mujeres de variadas
edades, algunos adolescentes menores de edad provenientes de otras provincias.
Se relevaron graves violaciones a derechos humanos: del total de las personas
entrevistadas, el 82 % refirió haber padecido la falta de atención médica clínica,
seguida por torturas y malos tratos, manifestada por el 78 % de las personas
entrevistadas y, casi en igual medida, síntomas de sobremedicación.
Fuente: Elaboración propia a partir de información relevada en inspección realizada por el programa a la
comunidad terapéutica Fundación San Camilo en el año 2017.
492
Informe anual 2018
Entre las vulneraciones relevadas se destacan los casos de privación ilegítima de
la libertad y afectación del vínculo afectivo familiar. Se registró que muchas de
las internaciones que inicialmente fueron realizadas voluntariamente al poco
tiempo de ingresar a esta institución dejaron de serlo en virtud de los agrava-
mientos que estas personas padecieron. Sin embargo, y luego de que los usuarios
manifestaran a las autoridades su negativa a continuar con dicha internación, se
los mantuvo privados de su libertad coercitivamente a la vez que se los incomu-
nicaba o censuraban las comunicaciones con el exterior.
En cuanto a la práctica de tortura, y tratos crueles inhumanos o degradantes,
la mayoría de las personas entrevistadas relató la rutina institucional: si en el
ingreso a la institución las personas expresaban alguna resistencia (en general,
reclamo por la imposibilidad de comunicarse con sus familiares), otros usuarios
-en quienes los directivos de la institución delegaban estas funciones- las redu-
cían violentamente; luego les inyectaban psicofármacos como halopidol. Poste-
riormente las encerraban en una habitación, desnudas y atadas de pies y manos
a una cama. Por el efecto de los psicofármacos dormían mucho tiempo, a veces
dos días consecutivos, pero permanecían encerradas alrededor de una semana.
En algunos casos se encontraban sujetadas mecánicamente a la cama por todo
ese tiempo y siempre bajo la vigilancia de estos delegados internos a quienes
también se denomina “operadores”.
Con respecto al estado de salud de los usuarios, se constató la presencia de afec-
ciones clínicas sin tratamiento, personas con afecciones cutáneas como sarnilla,
con cortes en brazos sin tratamiento ni curaciones, personas con prótesis sin
ningún tipo de control ni mantenimiento.
Un párrafo aparte merecen las condiciones materiales en las que se encontraba
esta institución. Las dependencias de la Fundación San Camilo se distribuían en
varias construcciones dentro de un campo cerrado; cada una alojaba diferentes
poblaciones. Estaba el Campo A que alojaba principalmente a niños y adoles-
centes varones, el Campo B que alojaba a hombres adultos, y una construcción
de dos habitaciones que alojaba a niñas, adolescentes y mujeres adultas. En el
fondo del predio se encontraban otras construcciones destinadas -según infor-
mó la institución- a actividades recreativas; se encontraban sin uso, abandona-
das y en pésimas condiciones estructurales. Todas las camas de las habitaciones
tenían colchones de goma espuma (no ignífugos), deteriorados, en pésimas con-
diciones de higiene y con ropa de cama obsoleta.
Todas las dependencias inspeccionadas presentaban mucha humedad. En los
baños se encontraron cañerías rotas. En las paredes había cables expuestos. En
493
Informe anual 2018
las habitaciones había ventanas sin vidrios. Todos los espacios presentaban olo-
res nauseabundos, humedad, pisos mojados y presencia de moscas e insectos.
Al momento de la inspección, la Comunidad no contaba con suministro de gas,
por lo que las personas alojadas se bañaban con agua fría y no accedían a cale-
facción por este medio.
Se destaca una habitación del Campo A denominada “habitación de niñez”, que
alojaba a niños y jóvenes menores de edad. Todo el lugar presentaba humedad
en pisos y paredes, colchones obsoletos, totalmente deteriorados y húmedos al
contacto. El baño tenía cinco inodoros uno al lado del otro sin ningún tipo de
división que preservara la intimidad. Las duchas se disponían de la misma ma-
nera: sin ningún tipo de división, paredes ni cortinas que separara los espacios.
Al momento de la inspección se encontraba inundado, todo el piso presentaba
agua, las condiciones de higiene eran pésimas, no disponía de luz eléctrica ni de
calefacción y había faltante de vidrios en las ventanas.
Tal como se ha destacado anteriormente, en algunos casos el tratamiento se
constituye como un agravamiento más padecido por las personas internadas.
La situación de la Comunidad San Camilo lo confirma. Con respecto a la mo-
dalidad de abordaje, se constató la ausencia de un abordaje interdisciplinario:
las internaciones se realizaban afectando deliberadamente el mantenimiento de
vínculos, contactos y comunicación de las personas internadas con sus fami-
liares, allegados y con el entorno laboral y social, las medidas de aislamiento o
restricciones de contacto se administraban de manera sistemática y discrecional
sin ningún fundamento válido ni interdisciplinario.
Según surge del análisis de las entrevistas, dentro de la institución se desplegaba
una lógica de premios y castigos sobre los usuarios a los fines de su disciplina-
miento y control. Los encargados del tratamiento eran los llamados “operado-
res”, personas que habían pasado por la internación y cumplían esta función
obteniendo beneficios de las autoridades a cambio (acceso al exterior, vestimen-
ta, alimentación adecuada y comunicación telefónica liberada). También se ob-
servó falta de actividades terapéuticas o recreativas: las personas pasaban todo
su tiempo en total inactividad.
Por último, se constató la falta de acceso a la justicia: las personas entrevistadas
que refirieron estar bajo seguimiento de algún juzgado desconocían el fuero,
número y departamento judicial que ordenaba su internación. El resto de los en-
trevistados (internados involuntaria o voluntariamente) desconocían si existía
algún juzgado que estuviera interviniendo para garantizar la adecuación legal
de su internación.
494
Informe anual 2018
Algunos relatos, en su mayoría de jóvenes o adolescentes:
- “Acá sale agua fría, si te fugás te inyectan y te dejan por unos días en-
cerrado. Te dan de comer fideos todos pegados, una masa que no podés
comer… Hay gente que se corta, esto no es para un chico de 15 años. Uno
de los que esta acá te amenaza con que te va a agarrar a puñaladas, a otro
de los operadores le gusta inyectarnos”.
- “Hace cuatro meses que caí acá… estaba en un hotel que me daba el ser-
vicio de Protección y Promoción de allá… me trajo Niñez y Adolescencia
con la ambulancia y un policía, me dijeron que me llevaban al hospital…
me quise tirar de la ambulancia, me esposaron, me dieron seis inyeccio-
nes y me dejaron acá. Estoy medio arresacado, nos medican mucho, la
comida es horrible y hace cuatro días que no me baño porque el agua
sale fría. Quiero denunciar, quiero que cierre este lugar, es un infierno,
me quiero ir a la granja Crear en Rosario… desde los 10 años que estoy
en hogares”.
- “Hace tres meses que estoy acá, me trajeron de Secretaría de Niñez de
Rosario, me trajeron esposado en camilla con la policía… cuando llegué
me medicaron con Etumina y me mandaron a dormir… estoy cansado de
estar acá, el agua está fría, la comida es fea, el baño está tapado. Estaba en
una pensión y en Niñez me la sacaron, cuando me desperté en la pensión
estaba toda la policía y me trajeron acá. Estuve en muchos hogares antes,
mi abuela falleció y me fui a la calle”.
- “Acá me agarré sarnilla en todas las manos, no me llevan al hospital, me
medican re fuerte que te mandan a dormir, quiero denunciar… Mientras
hablo por teléfono, nos escuchan y si denuncio me cortan”.
- “Hace cinco meses que estoy internado… la vengo sufriendo porque
no veo a mi mamá, vino dos veces nada más. No le conté nada, yo estoy
bastante bien pero hay chicos que están mal… Los inyectan cuando se
quieren fugar, hay dos operadores que nos daban mucha medicación. A
mí me dieron un inyectable, no podía mover los brazos y lloraba porque
me dolía y no me podía mover… Me engomaron en la pieza 1 del campo
A, no tiene puerta pero no te dejaban salir, se ponían los operadores para
que no salgamos. Estuve engomado con cuatro pibes más… eso duró tres
días y estábamos medicados”.
- “Me trajeron en una camioneta de Niñez con un policía, esposado, y
con mi mamá. Yo pedí que viaje ella”.
- “Tuve un accidente hace quince años y perdí la pierna. La prótesis está
495
Informe anual 2018
rota, la silicona está podrida. Creo que tengo sífilis pero no me hacen
análisis”.
- “Acá estoy peor que en la cárcel”.
- “Me vio un juez de Venado Tuerto y me dijo que me iban a llevar a Ni-
ñez… Hace dos meses que estoy acá… Pipi te metía la jeringa en la cola,
te la sacaba y te la volvía a meter de castigo. A C. lo dejaron doblado,
a mí me encerraron y me dejaron en calzoncillos. Llegue por Niñez de
Venado Tuerto, no hablé con mis papás. Llegué todo lastimado y no me
llevaron al hospital. Estoy todo sucio, no te podés bañar porque el agua
sale congelada, los de Niñez me dejaron acá y se fueron. Pipi era el que
maltrataba, lo echaron pero es el novio de Luján la que está ahora. Se fugo
L., un nene de 11 años que le ataban las manos al pito”.
- “Me trajeron hace tres meses. No me vio ningún médico, me trajo una
combi. Me quiero ir a donde estaba en Rosario, no vamos a la escuela, me
atan de pies y manos y cuando estaba en crisis me encerraron. Tengo diez
hermanos y mi mamá tiene cáncer. Mi papá está preso por violarme y no
lo quiero ver más”.
- “Cuando llegué acá me encontré con que nos encerraban, nos maltra-
tan, hay días que ni salimos de la casa… Me estoy descomponiendo, no
sé qué me pasa… creo que es falta de comida".
- “Cuando entré me dieron halopidol inyectable, estuve dos días dur-
miendo. Todos los que entran pasan por eso”.
- "Acá te pichicatean cuando te peleás o te mandás una cagada".
- "Acá si te vas de boca te medican y quedas dos días durmiendo".
- “Vine por voluntad propia y no me dejan ir”.
- “Hace tres meses que estoy acá, me trajo la policía, antes estuve en una
comisaría, no me vio ningún abogado, no los vi mas a mis papás; me aga-
rraron con un arma, es la primera vez que estoy encerrado; estoy mal, el
agua está fría, cuando hablo con mi mamá no me dejan hablar de eso. No
quiero estar más acá, me dan pastillas que me hacen dormir".
- “Cuando alguien se fuga, lo buscan y le pegan”.
496
Informe anual 2018
de Garantías 7 de Pilar, Dr. Walter Saettone. Por otro lado se realizaron inter-
venciones ante las autoridades ministeriales, específicamente ante la Dirección
Provincial de Registro y Fiscalización Sanitaria a cargo de la Dra. Ana Talco.
En su resolución, el juez impuso una restricción de admisión e ingreso además
de otras medidas vinculadas a la mejora de las condiciones materiales y al abor-
daje de los padecimientos de las personas allí alojadas. Asimismo le dio inter-
vención al Ministerio de Salud en función de la existencia de irregularidades
con respecto a la habilitación.
Por otro lado la CPM radicó dos denuncias penales: una en la UFI 4 de Pilar, a
cargo del Dr. Jorge Nocceti, en la que se solicitó la investigación por los delitos
de torturas, privación de la libertad, lesiones, amenazas, entre otros; esta inves-
tigación se encuentra actualmente en curso. La otra fue una denuncia contra el
Dr. Eduardo Bardin, ex director provincial de Registro y Fiscalización Sanitaria
dependiente del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, y contra
el responsable de la Fundación San Camilo por las irregularidades en la habili-
tación y la falsificación de los documentos presentados por las autoridades de la
comunidad. En el caso de esta última denuncia, la UFI 8 de La Plata, a cargo del
Dr. Néstor Hugo R. Tesón, dispuso desestimó los hechos denunciados y resolvió
archivar las actuaciones.
Finalmente, luego de una serie de intervenciones y de un seguimiento riguroso
de parte del equipo profesional del programa de Salud Mental de la CPM, con
el objetivo de promover el resguardo de las personas alojadas, el Ministerio de
Salud de la provincia de Buenos Aires clausuró la comunidad terapéutica San
Camilo.
497
Informe anual 2018
de la incidencia que pueden haber tenido determinados factores institucionales
vinculados a condiciones materiales de internación, modalidad de abordaje, ré-
gimen de vida, falta de atención médica.
Pero, en virtud de los déficits estructurales de abordaje de esta situación, al día
de hoy el Ministerio de Salud sigue desconociendo a ciencia cierta la cantidad de
personas que mueren cada año en el marco de internaciones por razones de sa-
lud mental. La CPM ha denunciado en reiteradas ocasiones la falta de análisis de
la mortalidad dentro de los manicomios. En el informe 2016 se destacó: “El Es-
tado provincial no construye información que permita analizar en qué medida
el agravamiento en las condiciones de internación dentro de estos manicomios
gravita en la causa de estos fallecimientos”.
La Subsecretaría de Derechos Humanos de la SCBA está llevando adelante un
registro de muertes. Sin embargo no logra ser completo y acabado, en tanto se
construye a partir de las notificaciones que realizan los juzgados intervinientes
en las internaciones de las personas fallecidas: si el magistrado no cumple con tal
compromiso esa muerte no es informada y por lo tanto no figura en el registro.
498
Informe anual 2018
es un tema que continúa siendo objeto de diversos estudios científicos, no es
menor destacarlo ya que la sobremedicación farmacológica es el segundo agra-
vamiento más relevado en los manicomios pertenecientes al Ministerio de Salud
inspeccionados durante el año 2017. Actualmente -según hemos constatado a
partir de la revisión de historias clínicas- predomina la prescripción de psico-
fármacos de primera generación, como el halopidol, caracterizados por actuar
sobre síntomas positivos (delirio o alucinaciones); sin embargo deben sopesar-
se sus efectos secundarios debilitantes: trastornos del movimiento, aumento de
peso, falta de motivación. Según afirman diferentes estudios científicos, el uso
a largo plazo de medicación antipsicótica aumenta el riesgo de cardiopatías y
síndrome metabólico, entre otros efectos indeseables32. Un dato significativo es
que los esquemas farmacológicos se han mantenido sin modificaciones por ex-
tensos períodos de tiempo, principalmente en los pabellones o salas que alojan
a personas internadas prolongadamente (los mal llamados “crónicos”). Es decir,
la administración de psicofármacos se prolonga en el tiempo como modalidad
exclusiva de abordaje.
Si bien este tema excede a los fines de este capítulo, su consideración elude un
análisis superficial de las muertes producidas en manicomios. Frente a una pa-
tología clínica -sea o no efecto adverso de la administración prolongada de de-
terminados psicofármacos- la atención clínica médica es deficiente, cuando no
directamente nula.
Uno de los argumentos con los que se intenta diluir esta responsabilidad del
Estado es que las personas con padecimiento mental internadas mueren “por
vejez”. A partir de la construcción de información que se ha realizado con los
datos recabados (por falta de datos oficiales) se pueden cuestionar fuertemente
esos postulados. Del total de personas fallecidas durante el año 2017 (sector
público y privado), el 59% muere antes de los 70 años. El porcentaje es mayor en
los hospitales públicos, donde el 64,4% de las personas fallecidas durante el año
2017 no llegó a los 70 años.
499
Informe anual 2018
Tabla 1. Edades agrupadas de las personas fallecidas durante 2017 en el
marco de internaciones por razones de salud mental, en los sectores público y
privado, provincia de Buenos Aires (valores absolutos y porcentuales).
Fuente: CPM en base a datos proporcionados por la SCJBA y Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.
* Base: 90 casos. Se desconoce la edad de 2 personas fallecidas en el sector público.
500
Informe anual 2018
No mueren viejos ni mueren por vejez. Como se ha señalado aquí, las personas
internadas en los manicomios presentan síntomas de sobremedicación y aten-
ción médica deficiente o nula. Se suma el hecho de que las personas con una
enfermedad clínica deben cursar su cuadro viviendo en pésimas condiciones
materiales y de higiene: baños en deplorables condiciones de limpieza, mala
alimentación, falta de calefacción, presencia de insectos y roedores, humedad y
suciedad excesivas. Es decir: aquellas personas que, además del padecimiento de
salud mental, presentan algún cuadro clínico (que puede sido generado por la
propia institución) deben cursar su enfermedad en condiciones materiales que
no superan ningún estándar y que se constituyen como graves vulneraciones de
derechos humanos. Sin dudas, estas condiciones de internación tienen efectos e
influyen en la evolución tanto del padecimiento mental como de la salud física
de las personas internadas.
Se llega a la muerte como punto final de un camino de vulneración de derechos
y de abandono. Tal como se presentan, los datos actuales no permiten ponderar
el proceso que lleva a la muerte y que incluye todas las prácticas anteriormente
descriptas que se sistematizan e impactan en el cuerpo de las personas. Por esta
razón resulta fundamental investigar cada una de las muertes producidas en este
contexto.
En este sentido el Órgano de Revisión Nacional aprobó la resolución 15/201433
y el documento anexo denominado Muertes en instituciones monovalentes de
salud mental. La resolución concluye con recomendaciones e insta a operadores
judiciales, administrativos y sanitarios a determinadas pautas de acción. Como
primera medida, requiere a las instituciones en las que se produce el fallecimien-
to la inmediata intervención judicial y del Ministerio Publico Fiscal. También
solicita la construcción de un registro en el que figuren los datos de las personas
fallecidas así como también el juzgado y fiscalía intervinientes. Por otro lado,
solicita al Ministerio de Salud de cada provincia que disponga las medidas nece-
sarias para garantizar el cumplimiento de estas pautas de acción. En relación a
los actores judiciales, la resolución los insta a la investigar en plazos razonables
e indagar las acciones y omisiones vinculadas a las condiciones de internación
según el protocolo de Estambul. Además sugiere que la investigación considere
el factor encierro entre los potenciales determinantes de la muerte.
Ahora bien, se está muy lejos del cumplimiento de esta resolución y de la des-
naturalización de la muerte de personas con padecimiento mental en lugares de
encierro. Durante el año 2017 se produjeron 92 muertes en manicomios públi-
33 Resolución ORN 15/2014.
501
Informe anual 2018
cos, de ese total solo el 7,6% se caratularon como “muerte dudosa” iniciándose
la investigación correspondiente. El resto son muertes que se naturalizan; no
hay intención de visibilizar cómo diferentes factores institucionales pudieron
gravitar como causas de esos fallecimientos que, lejos de ser hechos aislados,
son la expresión más cruda de años de institucionalización y segregación, de
abandono y desidia de parte del Estado.
502
Informe anual 2018
Tabla 3. Personas fallecidas durante 2017 en el marco de internaciones por
razones de salud mental, según tipo de institución, provincia de Buenos Aires
(valores absolutos y porcentuales).
Fuente: CPM en base a datos proporcionados por la SCJBA y el Ministerio de Salud de la provincia de
Buenos Aires.
503
Informe anual 2018
Tabla 4. Personas fallecidas durante 2017 en el marco de internaciones por
razones de salud mental, en manicomios a cargo del Ministerio de Salud de la
provincia de Buenos Aires (valores absolutos y porcentuales).
Fuente: CPM en base a datos proporcionados por la SCJBA y Ministerio de Salud de la provincia de Buenos
Aires.
504
Informe anual 2018
permanentemente registradas en los certificados de defunción de las personas
con padecimiento mental.
Tal como indica la Tabla 5, teniendo en cuenta la totalidad de los casos, en un
56,6% no se especifica la causa de la muerte. Es decir, figura la causa inmedia-
ta (PCR, insuficiencia respiratoria, muerte súbita, etc.) pero no se indica otra
causa mediata o de origen de la muerte. En un 34.1% se indica algún problema
de salud previo, ya sea como causa mediata o de origen de la muerte. La clasifi-
cación de las causas de muertes se realizó según la construcción de un criterio
interno debido a la falta de criterios uniformes y compartidos que permitan un
análisis pormenorizado. Tal como lo refleja la situación actual, no solo se está
incumpliendo la resolución del ORN y la resolución provincial, sino también
lo planteado por un reconocido organismo internacional como la OMS. Estos
fallecimientos son desestimados al registrar como causa de muerte categorías
que nada dicen acerca de los verdaderos factores que llevaron a ese desenlace.
505
Informe anual 2018
cidas, en el 45.7% de los casos se registran causas de muerte inespecíficas.
Sector
Total
Causa de muerte Público Privado
0 1 1
4 0 4
506
Informe anual 2018
Tabla 7. Causas de muerte registradas en certificados de defunción de
personas fallecidas en manicomios a cargo del Ministerio de Salud de la
provincia de Buenos Aires.
Causa de muerte
Bronco- Problemas Sin Causa Total
S/D
Hospital aspiración de salud especificar dudosa
Cabred 1 4 25 1 31
(Open 0
Door) 25% 10% 61% 16.7% 33.7%
3 16 1 20
Korn 0 0
(Romero) 75% 40% 100% 21.7%
19 15 5 39
Esteves 0 0
(Temperley) 47.5% 36.6% 83.3% 42.4%
1 1
Taraborelli 0 0 0 0
(Necochea) 2.5% 1.1%
Dardo 1 1
Rocha 0 0 0 0
(Cañuelas) 2.4% 1.1%
4 40 41 6 1 92
507
Informe anual 2018
4. LA TORTURA Y SUS CONSECUENCIAS DESDE LA
PERSPECTIVA DE LA SALUD MENTAL
508
Informe anual 2018
La concepción desde la cual se define a la tortura es fundamental y debe ser
consecuente con la evaluación que se hace de sus efectos. En las intervenciones
realizadas se procedió según los lineamientos del manual para la investigación y
documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles inhumanos o
degradantes (protocolo de Estambul). Este es el instrumento recomendado por
Naciones Unidas como el estándar de referencia, internacionalmente aceptado,
para la evaluación de las consecuencias físicas y psicológicas de la tortura.
En este capítulo se expondrán algunas conclusiones a partir de la intervención en
tres casos: con víctimas de tortura producidas en una comisaría, con los sobrevivien-
tes de un incendio en una comisaría y con jóvenes alojados en un centro cerrado.
La historia de la tortura -es decir, la reconstrucción que cada víctima puede hacer del
hecho- es fundamental. Este componente central de la evaluación resulta agotador
para las víctimas, sobre todo si al momento de ser evaluados permanecen detenidas36.
En el marco de una inspección realizada a la comisaría de Domselaar (San Vicen-
te), la CPM relevó el testimonio de personas allí detenidas que fueron sometidas
a torturas sistemáticas por parte de los agentes policiales. Desde el programa de
Salud Mental se intervino realizando la evaluación y seguimiento de las víctimas.
La historia de la tortura relevada a partir de la evaluación de seis víctimas:
- Refiere que el día 18 de enero fue detenido y alojado en
la comisaría donde fue brutalmente golpeado a su ingreso. Que
al ingresar fue alojado en una oficina, obligado a desnudarse y
arrodillarse sobre granos de maíz estando sujetadas sus manos
por su espalda. Que, en el marco de este episodio, fue víctima
de quemaduras con agua caliente en cabeza y cuello y pasaje de
corriente en su torso. Que, luego de ello, fue llevado a un espacio
contiguo a la celda, donde se alojaban detenidas, obligado a ves-
tirse de mujer con ropas que les sustrajeron a ellas. Que en ese
hecho los agentes policiales intentaron penetrarlo analmente.
Que le introdujeron un “cigarrillo en la cola”. Que mientras estos
sucedían los policías ponían música en alto volumen. Que reci-
bió amenazas de todo tipo “no me mires si no te vas a arrepentir”.
36 Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles inhuma-
nos o degradantes. Oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos.
509
Informe anual 2018
Que fue nuevamente quemado con agua caliente en el marco
de insultos. Que, al momento de ser llevado al cuerpo médico,
fue amenazado de muerte para que no contase las causas de sus
lesiones.
- Refiere que antes de su detención se encontraba pade-
ciendo de un constante hostigamiento policial. Que en reitera-
das ocasiones fue detenido en la vía pública por agentes policia-
les “siempre me paraban en la calle”, quienes buscaban intimi-
darlo y sacarle información, generándole un estado de constante
persecución “yo quería que me vieran trabajar y que no andaba
en nada”, “solo iba de casa al trabajo y del trabajo a casa”. Que fue
detenido luego de un allanamiento en su casa. Que al salir de su
casa y antes de ingresar al patrullero los agentes policiales co-
menzaron a golpearlo en el marco de insultos y amenazas. Que
fue trasladado hacia la comisaría y recluido en un calabozo lin-
dante a la celda colectiva. Estando allí se presentó un agente po-
licial como Satanás “¿sabes quién soy yo? Yo me llamo Satanás”
quien lo golpeaba, insultaba y amenazaba para que firmase un
escrito y le diera información. Que estos episodios se repetían
cada media hora. Que al otro día, y antes de llevarlo al cuerpo
médico, los policías le tiraron unas gasas y una botellita de agua
oxigenada y le dijeron que se limpie la cara. Durante el traslado
hacia el cuerpo médico le dijeron “si te preguntan por los golpes
decís que te caíste de la escalera”. Que una vez en cuerpo médico
fue entrevistado por una médica y en presencia de dos policías.
Que la médica se reía mientras lo revisaba.
- Refiere que desde que ingresó a la comisaría comenzó a
sufrir por parte de distintos agentes policiales vejaciones sexua-
les como insultos, burlas, amenazas, tocamientos. Que durante
toda su detención agentes policiales tanto masculinos como fe-
meninos pretendían humillarla frente al resto de las detenidas.
Que mientras mantenía visitas con sus familiares era controlada
por agentes policiales quienes permanecían parados detrás de
sus familiares los pocos minutos que duraban las mismas “me
controlaban para que no le contara lo que yo sufría”. Que el tra-
to que las detenidas recibían estaba teñido de un alto conteni-
do sexual, insinuaciones, insultos, humillaciones. Que el temor
510
Informe anual 2018
al abuso sexual era constante. Asimismo, cuando las detenidas
manifestaban su disgusto por las insinuaciones y pedidos de in-
tercambio sexual se ensañaban con ellas negándoles la comida
o el agua caliente y en ocasiones perdían la noción del tiempo.
Expresa que una noche comenzó a sentir ruidos de golpes, gri-
tos, cachetazos, “ruido a corriente, a la picana”. Escuchaba como
golpeaban a un chico “lo mataban a golpes”. Ella comenzó a llo-
rar y a gritar “pensaba que podría ser mi hermano, les gritaba
que basta”. Que luego ingresó a su celda el jefe, les mostró una
foto de un nene golpeado y les dijo: “si ustedes son madres vayan
preparando unos termitos calientes”. Que luego de eso llevaron
al chico a un espacio lindante a su celda, les pidieron que les die-
ran ropa interior y vistieron al joven con estas prendas. Refiere
que estaba aterrorizada, que las hicieron participar de la tortura
tirándole agua caliente al joven. Que en un momento cuando
el joven y los policías se encontraban en la cocina ella pudo ver
las sombras de los movimientos que se proyectaban contra una
pared, la silueta de un policía que parecía estar violando al joven,
con gritos y gemidos del joven que acompañaban el vaivén del
movimiento de la silueta del policía.
- Refiere que desde el momento de su detención y aloja-
miento en la comisaría fue víctima de toda una serie de tormen-
tos de naturaleza sexual y de género por parte de agentes poli-
ciales de dicha institución. Que fue testigo de distintos abusos,
amenazas, golpes y golpizas cometidos sobre otras detenidas y
detenidos. Que dentro de toda esta serie de tormentos a la que
fuera sometida durante su detención resalta el episodio de tor-
turas sobre una persona por parte de agentes policiales de dicho
lugar y de cómo fue obligada a participar del mismo. Remarca
también otro episodio de tormentos sexuales.
- Resalta que luego de los hechos ejecutados por agentes
policiales fueron amenazadas, las insultaron, uno de los agentes
les arrojo pirotecnia dentro de la celda, que también golpeaban
las rejas con una silla a los gritos de “putas, las voy a dejar salir,
pegarles un tiro en el culo y decir que se escaparon”. Resalta que
este hecho fue el más gravoso que le tocó vivir.
- Que en el marco de constantes amenazas, acoso sexual,
511
Informe anual 2018
intentos de abuso, resalta un episodio cuando agentes de dicha
seccional intentaron abusar tanto de ella como del resto de las
detenidas que se encontraban recluidas en el lugar. Asimismo
relata otros hechos de abusos, golpes, torturas, de los que fuera
testigo y en el último caso obligada a participar y por los cuales
prestó declaración en fiscalía competente. Que durante su deten-
ción en dicha comisaria fue víctima de distintos prácticas violen-
tas de naturaleza sexual y de género.
Otro de los hechos que se destacó por su gravedad fue el incendio pro-
ducido en la comisaría 1ª de Pergamino, en el que murieron asfixiadas y
quemadas siete personas privadas de su libertad. Desde este programa
se evaluó a siete sobrevivientes y testigos de los hechos los que, luego del
incendio, fueron alojados en una unidad penitenciaria del SPB.
La historia de la tortura reconstruida por cada uno de ellos:
- Manifiesta una clara evitación a tratar el hecho que pa-
deció durante su detención en la comisaría. Respecto del mis-
mo refiere que lo sacaron inconsciente y permaneció en hospital
por diez días antes de ingresar a esta U-P. Manifiesta que fueron
abandonados intencionalmente por los policías durante el in-
cendio.
- Refiere que en el momento en que comenzó a propa-
garse el fuego y el humo en la comisaría todos comenzaron a
golpear las rejas y a llamar a los gritos al encargado para que los
ayudara, sin obtener respuesta. Impresiona una clara evitación
del hecho traumático por lo que prefiere no volver a relatar el
hecho.
- Refiere que desde el inicio del incendio en la comisaría
todos empezaron a golpear las rejas y a gritar pidiendo ayuda,
que cuando el humo comenzó a ser muy denso se cubrió con
trapos húmedos y ayudó a su compañero de celda a hacer lo
mismo, aguantando la respiración mojaba los trapos para vol-
ver a resguardarse con ellos. Que gritaba a los policías para que
entraran a ayudarlos pero le contestaron que ya habían llamado
a los bomberos, que se cubrieran la cara con algo. Que los bom-
beros llegaron y demoraron la entrada, desconoce la razón, que
él solamente gritaba y golpeaba la reja. Que una vez sofocado el
512
Informe anual 2018
incendio, él y sus compañeros vieron cómo sacaban los cuerpos
de los fallecidos y que uno de ellos aún estaba con vida, murió
afuera porque no lo asistieron rápidamente.
- Refiere que durante su alojamiento en la comisaría lle-
garon a estar nueve personas adentro de una celda, hacinados.
Que no contaban con camas ni colchones suficientes por lo cual
algunas personas debían dormir en el piso. Que al momento del
incendio y cuando el fuego se propagó comenzó a golpear la reja
y a pedir ayuda a gritos. Que las personas fallecidas gritaban
desesperadamente para que los policías presentes en el lugar los
ayuden pero que en determinado momento comenzaron a gritar
debido al dolor ya que las llamas comenzaron a quemarlos. Que
él pudo sentir cómo se golpeaban contra una pared intentando
desesperadamente encontrar una salida.
- Refiere no poder entender por qué dejaron morir que-
mados a los jóvenes: “para la policía somos animales”. Rompe
en llanto durante la entrevista al recordar los hechos ocurridos
durante el incendio.
Por último, se expondrá la reconstrucción realizada a partir de los acon-
tecimientos ocurridos en un centro cerrado para jóvenes en conflicto con
la ley, ubicado en Virrey del Pino (La Matanza). En este caso el hecho se
caracterizó por la convergencia de una serie de agravamientos que confi-
guraron un circuito y que se llevaron a cabo en una fecha muy compleja:
durante los días 30, 31 de diciembre de 2017 y 1 de enero de 2018. Entre
los componentes de este circuito se destacan el aislamiento, la falta de
contacto telefónico con sus familiares, las requisas violentas, los malos
tratos constantes y las degradantes condiciones materiales de detención.
Para estas fechas, 19 jóvenes alojados dentro de esta institución se produ-
jeron lesiones en su cuerpo y dos de ellos intentaron suicidarse. Muchos
debieron ser derivados a un hospital extramuros por la gravedad de sus
heridas. Desde este programa se evaluó a seis de los jóvenes que todavía
permanecían alojados en el lugar.
Durante las entrevistas los jóvenes relataron:
- “El 31 y 1 nos engomaron a todos (reclusión en celda)
por 48 horas, nos pasaron las visitas del fin de semana al miér-
coles, no podíamos hablar por teléfono con las familias y encima
nos hicieron requisa… … yo recién el 31, por suerte, pude hablar
513
Informe anual 2018
con una vecina de mi vieja”…“todos los pibes reclamaban poder
hablar con sus familias”.
- Se produjo cortes en su cuerpo el día 30 por la noche,
por lo que fue derivado a hospital extramuros. “Ese día no me
podía comunicar (con su familia)… …le pedí al encargado para
que me dejara entrar a buscar la agenda y no me dejó, así empezó
mi día… …a la noche de repente me agarró angustia, empecé
a pensar un par de cosas, agarré el feites (pequeño elemento de
corte) y me corté”.
- Se produjo cortes en brazo derecho en día 31 a la noche.
“Ya veníamos mal en la semana y el 31 a la tarde nos apagaron
toda la música, imagínate, a la noche todos cajeteando (referen-
cia a la exacerbación del pensamiento angustiante)”.
- Se autolesionó: “no me podía comunicar con mi fami-
lia… …imagínese, que cumplo entre las dos fechas, se me juntó
todo… …preferí lastimarme a lastimar a otro”.
Resulta necesario aclarar que las conductas autolesivas, en estos casos, no deben
comprenderse como episodios aislados del contexto ni libradas a la voluntad de
los individuos que las practican. Todo lo contrario: la exacerbación de los cua-
dros de angustia o ansiedad generados por el aislamiento (y otros agravamientos
descriptos anteriormente) dan lugar a estados depresivos o de excitación psi-
comotriz. Al no poder resolverse, estos impulsos no encuentran otra forma de
canalización que contra uno mismo o contra otros, un pasaje desde el campo del
pensamiento hacia la acción. En este caso podemos afirmar que las autolesiones
son el último destino de la violencia que, en sus distintas formas, es aplicada
sobre los jóvenes por la propia institución.
514
Informe anual 2018
la evolución sea desfavorable. En este punto de la evaluación es fundamental
tener en cuenta los lineamientos establecidos por el protocolo de Estambul res-
pecto a síntomas que pueden presentarse en una persona que continúa deteni-
da, sometida a un ambiente de amenaza o de opresión38. La intervención de este
programa con víctimas de hechos acontecidos en comisarías confirmó el rol
preponderante que juega la continuidad del sometimiento de las víctimas a un
régimen carcelario en la evolución desfavorable de su cuadro.
El seguimiento a través de un registro temporal permite dar cuenta de cómo las
condiciones de alojamiento en unidades penitenciarias gravitaron como facto-
res de agravamiento de los síntomas originales y a la aparición de otros. A con-
tinuación se expone la evolución temporal de una de las víctimas.
En la primera entrevista, realizada en abril, se arribó a la siguiente conclusión:
Presenta dificultades para conciliar el sueño o mantenerlo,
sueños de angustia o pesadillas recurrentes con elementos
de distintos hechos traumáticos, irritabilidad con estallidos
de llanto vinculados a recuerdos intrusivos. Una profunda
constricción afectiva con evitación de pensamientos rela-
cionados con el trauma. Imposibilidad de mantener contac-
to visual al momento de recordar algunos aspectos de los
incidentes traumáticos. Mantiene conciencia de un cambio
en su personalidad y una baja en su autoestima con senti-
mientos de desesperanza.
Luego de un mes, en mayo, se la volvió a entrevistar:
Continúa con dificultades para conciliar el sueño y mante-
nerlo, duerme por periodos de no más de 3 horas y despierta,
experimenta sueños de angustia o pesadillas recurrentes con
elementos de distintos hechos traumáticos, recuerdos intru-
sivos. Presenta irritabilidad, ataques de llanto acompañados
de angustia de pecho y disnea que le impiden el habla durante
el episodio. Se evidencia una profunda constricción afectiva.
Durante la entrevista manifiesta gran angustia y temor por
eventuales represalias de la policía, no solo a sus familiares
sino a quienes se acerquen a ella. Al inicio de la entrevista
presenta fuertes temblores acompañados de llanto y angustia.
Relata pesadillas asociadas a su hija de 3 años con dificultades
para sostener el relato sin quebrarse. En el sueño “decía que
38 Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles inhuma-
nos o degradantes. Oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos.
515
Informe anual 2018
yo no la quería más y que la había abandonado y yo le ex-
plicaba que no”. Se siente totalmente desprotegida dentro de
la Alcaidía, afirma “tengo miedo todo el tiempo (…) Siento
que me miran cuando me baño”. Refiere que luego de una en-
trevista con el psicólogo de la Alcaldía sufrió un episodio de
llanto y angustia acompañada de intenso miedo “tengo mie-
do que le pase algo a mi familia, a ustedes, a cualquiera que se
acerque a mí” Asimismo, dice no confiar en nadie dentro de
la Alcaldía “no hablo con nadie, me trago todo”; refiere sentir
pánico, indagada sobre qué significa esto refiere “siento mu-
cha angustia, mucha bronca” Reiteradas veces expresa que su
máxima preocupación es que le suceda algo malo a personas
cercanas, “tengo miedo que le pase algo malo a alguien por
mi culpa”.
Se mantuvo otra entrevista 14 días después, en la que se evidencia un claro dete-
rioro del cuadro que encuentra su causa fundamental y retroalimentación en el
contexto penitenciario en el que continúa alojada:
Durante la entrevista manifiesta que evita salir de su celda
por miedo a sufrir nuevos ataques por parte del personal
policial. Refiere que a su ingreso en esta Unidad fue direc-
tamente alojada en lo que comúnmente se denomina buzón,
una celda de aislamiento en la que permaneció al menos 18
hs. Refiere que evita las actividades como talleres, escuela e
incluso las visitas por temor a nuevas agresiones. Asimismo,
comenta “acá abren la puerta, está abierto pero salgo un poco
y vuelvo rápido” refiriéndose a la posibilidad de salir al patio.
Persiste el temor a que le suceda algo, no solo a ella, sino a
cualquiera de sus familiares. Esta situación motiva una serie
de estrategias que permitan disminuir la angustia que le ge-
nera la posibilidad de que alguien sea lastimado, así “no retiro
los elementos de cocina por miedo (…) no pido las medici-
nas, por miedo.” Comenta que particularmente la aterra uno
de los pasillos: “lo evito y cuando tuve que pasar no miro a
nadie, tengo mucho miedo en los pasillos”. Sostiene que un
familiar cercano sufrió varios infartos por su culpa: “si yo no
estuviera acá él no se hubiera infartado, es responsabilidad
mía” Asimismo, relata que su hija llora mucho cuando hablan
516
Informe anual 2018
por teléfono y esto la angustia aún más.
Afirma sentir mareos en varias oportunidades del día y lo re-
laciona con la mala alimentación por la calidad de la comida.
Al ser indagada por atrasos en su ciclo menstrual refiere que
continúa con las irregularidades y que “son por los nervios”.
Relata que luego de conversar con su abogado sobre su situa-
ción procesal “me agarró un ataque de nervios, me enferma
la cabeza”. Vuelve a expresar, como en entrevistas anteriores,
que su máxima preocupación es que le suceda algo malo a
personas cercanas: “tengo miedo que pase algo malo por mi
culpa”.
En el mes de junio se tomó el siguiente registro:
Persisten las dificultades para conciliar el sueño y mante-
nerlo. Presenta sueños de angustia o pesadillas recurrentes.
Irritabilidad. Profunda constricción afectiva. Se mantienen y
profundizan distintas estrategias de evitación que la limitan
a espacios cada vez más reducidos. Excesivo sentimiento de
culpa. Asimismo, se profundizan los recuerdos y pensamien-
tos intrusivos y aparecen ideas de muerte en relación a estos
pensamientos.
Durante la entrevista manifiesta nuevamente la serie de evi-
taciones que realiza por temor a sufrir nuevos ataques por
parte del personal policial, también manifiesta haber ido al
Fines una vez luego de la última entrevista. Relata en tono
excitado que desconfía de su abogado y que este la amena-
zó “me asustó, me sentí amenazada”. Asimismo, transmite no
saber de su causa refiriendo “no sé cómo estoy escrita”. En
repetidas oportunidades describe “sentía que me volvía loca,
que me tenía que matar”; “escuchaba las voces, los gritos del
paraguayo”, “mi cabeza me pide un parate”.
Refiere que toma 2 pastillas de 2,5 mg por la mañana y por
la noche, no recuerda qué pastillas son y manifiesta no poder
dormir. Relata que por alguna razón decidió acostarse en el
piso pero que sintió mucho miedo de que la quemen o le tiren
agua hirviendo por las ranuras de las puertas. Expresa “mi
cabeza ya no da para más problemas”, “me va a pasar algo a
mí, a mi hija, a todos”.
517
Informe anual 2018
El caso se expone como ejemplo de una constante que se relevó en la mayoría de
las personas entrevistadas que permanecían alojadas en un régimen carcelario:
los agravamientos en las condiciones generales de detención se configuraron
como agentes estresantes coexistentes que impactaron sobre ellas deteriorando
sus cuadros de salud. El hacinamiento, el sometimiento a régimen de aislamien-
to extremo y por tiempo indeterminado, la falta de colchones, la suciedad en
celdas, la alimentación insuficiente y de mala calidad, la atención médica defi-
ciente o nula tuvieron un papel preponderante en la evolución desfavorable de
los cuadros, y es lo que permite hablar de una continuación de la tortura.
Es importante señalar que, en todos los casos, las víctimas remarcaron el ais-
lamiento como uno de los agravamientos más perjudiciales. Según refirieron,
este régimen las somete a un estado de exacerbación del pensamiento, acto que
internamente denominan como cajeteo, y la re-experimentación del hecho trau-
mático ocupa casi todo el tiempo.
Al respecto de la reclusión en celda de aislamiento, los jóvenes entrevistados en
el centro cerrado refirieron permanecer en un régimen de aislamiento de 18 a 24
horas por día, al que denominan engome. Durante las entrevistas se observó que
este método de castigo en sí mismo o asociado a otros agravamientos los somete
a un estado de exacerbación de su pensamiento expresado a través de sus relatos:
- “El engome (reclusión en celda) te lleva a pensar una
banda… …te lleva a veces a estar triste y a veces a estar enojado”.
- “Acá estas todo el tiempo encerrado… …te las pasa todo
el tiempo pensando… …tuve que sacar las fotos de mis hijos (en
referencia a fotos adheridas a la pared de la celda) y dárselas a mi
vieja para no pensar en ellos”.
- “A la noche me agarra angustia de tanto pensar y si no
hago un deporte que me canse no puedo dormir”.
- “Me tengo que mantener todo el tiempo ocupado para
no pensar”. Y como consecuencia del mismo: “a veces estoy a
todo ritmo y al otro día sin ganas de nada”.
- Uno de los jóvenes se encuentra recluido en celda de aisla-
miento dentro del sector de sanidad las 24 horas del día, con diagnos-
tico de psicosis paranoica, y las consecuencias son más graves aun:
“desde que estoy encerrado escucho las voces a cada rato”, haciendo
referencia a que la reclusión en celda aumenta la frecuencia de sus
alucinaciones auditivas. “Pongo música para no escucharlas”, hacien-
do referencia a una estrategia personal que ha podido desarrollar.
518
Informe anual 2018
Otro caso en el que se constató el hecho de que la permanencia de las víctimas
en ámbitos de encierro lleva a un deterioro significativo de su cuadro se expresa
a través de los testimonios relevados con los sobrevivientes del incendio en la
comisaría. En este caso, todas las personas fueron trasladadas a una unidad pe-
nitenciaria del SPB. En el relevamiento se encontró como común denominador
una constante re-experimentación del trauma en estado de vigilia, por estar ex-
puestos a condiciones que simbolizan y les recuerdan el hecho, a lo que se suma
el sometimiento a un régimen de aislamiento extremo.
Algunos de los registros:
519
Informe anual 2018
de hechos de tortura39.
Los diagnósticos más comunes asociados con la tortura como hecho traumático
son el trastorno de estrés post-traumático (TEPT) y la depresión mayor. Si bien en
algunos casos se encontraron consecuencias vinculadas a un diagnóstico clínico,
es dable destacar que las secuelas más graves se manifiestan a través de cambios en
la visión de sí mismo, de los otros, del mundo, la posición de la propia persona en
el mundo, la capacidad para relacionarse, la identidad personal; cambios que en
muchas personas adquieren un carácter permanente e irreversible40.
La evaluación, mediante protocolo de Estambul, a seis de las víctimas de tortura en
una comisaría arrojó como resultado la presencia de síntomas que dicho instrumen-
to vincula con la aplicación de torturas. En tres se relevaron síntomas característicos
del TEPT: la re experimentación del trauma, en algunos casos mediante pensamien-
tos o recuerdos intrusivos y en otros mediante pesadillas o sueños angustiantes.
También se relevó la puesta en marcha de diferentes estrategias evitativas destinadas
a impedir la reedición del trauma, y la presencia de embotamiento emocional. Por
último, en términos generales, se registraron conductas vinculadas a la híper exci-
tabilidad, expresada fundamentalmente a través de la irritabilidad, de un estado de
ansiedad generalizada y dificultades para conciliar o mantener el sueño.
En las otras tres víctimas evaluadas se arribó a una conclusión diagnóstica vin-
culada a cuadros depresivos: trastornos del apetito y pérdida de peso, culpa ex-
cesiva, desvalorización, fatiga y falta de energía, insomnio, entre otros.
Las consecuencias de la tortura vinculadas a un diagnóstico clínico también fueron
relevadas en la evaluación de los sobrevivientes del incendio en la comisaría que
produjo la muerte de otros detenidos. En este caso se relevó la presencia de estas
dos categorías diagnósticas concurrentes en la mayoría de las personas. Teniendo
en cuenta que el TEPT y la alteración depresiva mayor no constituyen dos entida-
des nosológicas separadas con etiologías claramente diferenciadas, se presentó una
dificultad a la hora de encuadrar los distintos síntomas en una u otra categoría. Se
observó que la aparición de síntomas compatibles con estados depresivos fue pos-
terior a la presencia de síntomas compatibles con TEPT. Por esta razón, en los casos
en que concurrieron las categorías de TEPT con estados depresivos se tomó como
diagnostico principal aquel cuyos síntomas fueron preponderantes e iniciales en la
evolución del cuadro y se indicó, en cada caso, si se acompañaba con otros síntomas.
39 Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles inhuma-
nos o degradantes. Oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos.
40 Pérez-Sales, P. (2009) Peritación psicológica y psiquiátrica de maltrato y tortura en solicitantes de asilo. Uso
del Protocolo de Estambul. En Iñaki Márquez, Alberto Fernández Liria, Pau Pérez-Sales. Violencia y Salud
Mental. Publicaciones Asociación Española de Neuropsiquiatría. Madrid.
520
Informe anual 2018
También se destacó como sumamente preocupante un hecho referido por mu-
chos de los sobrevivientes: manifestaron haber sido entrevistados por profesio-
nales psicólogos del servicio de sanidad de la unidad penitenciaria en presencia
de agentes del SPB; esto vulnera la intimidad de las víctimas y da cuenta de la
imposibilidad de este servicio de salud para abordar estos cuadros. Al momento
de las entrevistas los cuadros presentaban carácter agudo. A partir de relevar las
condiciones de alojamiento y la falta de atención psicológica, en las conclusio-
nes no se descartó que los síntomas presentados se modificaran con el tiempo
hacia una evolución desfavorable.
En el caso de los jóvenes entrevistados en el centro cerrado, al momento de la
evaluación todos daban cuenta de padecer de algún tipo de sufrimiento psíqui-
co vinculado al tratamiento que reciben y a sus condiciones de detención. Se
relevó la presencia de síntomas como el insomnio o dificultades para mantener
el sueño, embotamiento emocional, pesadillas, sueños angustiantes, ataques de
ira e híper-vigilancia. Todos asociados a agravamientos en las condiciones de
detención, entre los que el aislamiento adquiere un valor central. En este senti-
do, se pudo establecer una correlación entre el tiempo que la persona permane-
ce aislada en celda y la aparición de síntomas, el aumento de su frecuencia o el
deterioro de los cuadros. A mayor tiempo en aislamiento, mayor probabilidad
de evolución desfavorable.
Las consecuencias de la tortura a nivel individual no solo son psicológicas, tam-
bién se relevó la presencia de múltiples secuelas físicas. En algunos casos siendo
secuelas directas del hecho y, en otros se registraron patologías de salud previas
que se agravaron a partir del hecho y debido a la posterior falta de atención mé-
dica-clínica. Algunos de los testimonios recogidos dan cuenta de esta situación:
- Refiere padecer de diabetes insulinodependiente y ser
atendido de forma deficiente. Que los hechos deterioraron dicho
padecimiento profundizando su cuadro “después del incendio se
me disparó la diabetes a 600”, “ayer me agarró un ataque” .Que la
dieta especial le resulta insuficiente. Asimismo presenta fuertes
dolores en sus pulmones con disnea periódica que localiza como
secuela del incendio.
- Presencia de síntomas somáticos: cefalea constante, pa-
decimiento gastrointestinal, náuseas y vómitos.
- Del relato se desprende posible presencia de problemas
cardíacos, refiere sentir taquicardia, “pinchazos” en el corazón,
que se le duerme el brazo izquierdo y la molestia se expande has-
521
Informe anual 2018
ta la zona de la espalda. A estos síntomas asocia dolor en la boca
del estómago y gusto amargo en la boca.
- Presencia de síntomas somáticos: cefalea constante, ta-
quicardia, padecimiento gastrointestinal acompañado por nau-
seas, sin poder determinar el origen de las mismas: “no sé si es
porque estoy nervioso o qué”.
El segundo nivel en el que se manifiestan las consecuencias de la tortura es el
familiar. Tal como plantea Kira (2002), la familia puede experimentar diferentes
formas de disfunción o perturbación41. En las víctimas evaluadas se encontraron
casos en los que se produjo una alteración sustancial de la calidad de vida de la
familia debido a problemas de salud que se desencadenaron como consecuencia
del hecho padecido por la víctima. En otros casos, las repercusiones del sufri-
miento de la persona torturada causaron una sensación de amenaza constante y
pérdida de la seguridad que afectó al sistema familiar. Esto se vio traducido en
una preocupación constante por la posibilidad de le suceda algo a un familiar.
Los efectos en los niños y niñas de las familias revisten mayor gravedad, en tanto
podría haber mayores posibilidades de que éstos sufran traumas secundarios.
Algunos registros de las evaluaciones que dan cuenta de estas situaciones:
- “Si yo no estuviera acá él no se hubiera infartado, es res-
ponsabilidad mía”.
- Siente remordimiento por su familia, su padre tuvo un
ACV cuando se enteró del incendio, por esta razón no puede
visitarlo actualmente. Que lo visitan su hija y su hermana con
mucho esfuerzo ya que implica un gasto económico muy gran-
de. Que es la primera vez que alguien de su familia está en esta
situación y que es un mundo al que no están acostumbrados, ni
siquiera él mismo por ser su primera vez detenido.
- No ve a sus hijos hace más de 3 meses. Que recibe la vi-
sita de su mamá pero sabe que le implica un gran gasto y eso “lo
pone mal”.
- “Siento que me van a matar, me quise hacer la superhé-
roe y descuidé a mi familia”.
- Refiere estar “muy triste” por no tener visitas ya que su
padre está muy enfermo: “tiene ulceras y está en cama, vomitan-
do sangre (…) no sé cuánto tiempo de vida le queda”. También
manifiesta gran angustia por no ver a sus hijos: “hace cinco me-
41 Kira IA (2002). Torture assessment and treatment: the wraparound approach. Traumatology 8 (2): 61-90.
522
Informe anual 2018
ses que nos los veo”.
- Reiteradas veces expresa que su máxima preocupación
es que le suceda algo malo a personas cercanas: “tengo miedo
que le pase algo malo a alguien por mi culpa”. Asimismo, relata
que su hija llora mucho cuando hablan por teléfono y esto la an-
gustia aún más. Refiere que tuvo meningococemia y que perma-
neció más de un año internada siendo más pequeña. Refiere que
este virus le dejó secuelas, “una discapacidad” y que siguen apa-
reciendo alteraciones producto de la enfermedad. De este modo
relata que uno de sus ojos está viéndose afectado, que las lesiones
en la piel están presentes, “tiene la piel para afuera, frágil”.
- Durante la entrevista manifiesta que hace más de 3 me-
ses y medio que no ve a su hijo de 2 años. Relata llorando estar
muy preocupada por sus hijos: “cuando hablo con A. se queda
tildado, necesita ayuda (...) antes no era así”. Su hermana está con
sus hijos y no la ve hace más de dos meses: “no tengo ganas de
vivir, quiero estar con mis hijos.” Comenta “trato de estar lo más
fuerte posible, pero ya no puedo más”; relata que su madre sigue
muy enferma: “antes de ayer tenía mucha fiebre, estaba agitada y
le dieron inyecciones con antibióticos”.
- “¿Cómo sé que no les van a hacer nada a mi familia?”
- Durante la entrevista manifiesta que vio a sus dos hijos,
de 7 y 10 años, luego de 10 meses. Que a L. de 6 años no lo ve
desde abril; relata que esto le provoca gran sufrimiento, que los
ve muy tristes a ellos y que “lastimar a tus propios hijos te desca-
lifica para toda tu vida”.
- “Me duele más causarles vergüenza a mis hijos. Me due-
len mucho mis hijos...salir a la sociedad.” Manifiesta que ve a su
familia pero “me siento sola. No me hallo. No puedo”.
- “Denunciar me perjudicó un montón, me gustaría tirar
todo para atrás. Tengo miedo por los nenes”.
523
Informe anual 2018
o ataque contra el sistema de valores de una comunidad42. Es importante desta-
car que en estos casos se arriba a un diagnóstico, como forma de reproducir un
discurso compartido en relación a las posibles consecuencias de la tortura. Sin
embargo es fundamental enfatizar que por sí sola la consideración de un diag-
nóstico no permite ponderar la magnitud de los procesos individuales y social
Conclusión
A partir del análisis de los diferentes casos, en cada uno se puede identificar
un objetivo de la tortura -entendido como su finalidad- y un método -la forma
mediante la cual se ejecuta.
En los hechos acontecidos en el centro cerrado y en el incendio de la comisaría,
se identifica la aplicación de una forma de tortura cuya finalidad es anular la
personalidad de los detenidos y disminuir su capacidad física y mental. Esto es
un común denominador en las unidades penitenciarias bonaerenses. Esta mo-
dalidad de la tortura se ejecuta a través de métodos de castigo: la reclusión en
celda, la privación de acceso a actividades físicas y recreativas, la privación de
42 RCT (International Rehabilitation Council for Torture Victims) Una guía práctica del protocolo de Estam-
bul: para psicólogos: https://issuu.com/irct/docs/psychological_sp_web_red
43 Madariaga, C. Trauma psicosocial, trastorno de estrés postraumático y tortura. En: La tortura y otras viola-
ciones de los derechos humanos. Primer seminario latinoamericano y del Caribe, Red Salud DDHH. Editores:
ECAP, ODHAG, IRCT. Antigua, Guatemala, 2000.
524
Informe anual 2018
contacto telefónico con sus familiares, la privación de visitas, la privación de
mecanismos de reclamo de acceso a derechos y las sanciones aplicadas a las dis-
tintas formas de reclamo, el alojamiento en condiciones materiales inhumanas,
la falta de atención médico-clínica y psicológica.
En el caso de la comisaría esta situación generó las condiciones de posibilidad
para el desenlace fatal, con la consecuencia de siete muertos. La tortura adquirió
una forma particular y tuvo un desenlace brutal.
El recorrido por la historia reconstruida por las víctimas de la otra comisaría
permite situar otro objetivo de la tortura que se expresa en su forma más cruda
y directa. Una modalidad de la tortura cuya finalidad radica en la aplicación in-
tencional de sufrimientos físicos y mentales como castigo personal. Se evidencia
entonces que, en tanto se agrava el objetivo, también se produce un recrude-
cimiento del método que vehiculizó la aplicación de la tortura. Se registraron
diferentes tipos de vejaciones: insultos, abusos sexuales, violaciones, maltratos,
golpes, amenazas, insinuaciones sexuales, humillaciones, quemaduras con agua
caliente, aplicación de corriente eléctrica. En el caso de las víctimas mujeres,
todas las prácticas estaban teñidas de un alto contenido sexual.
Como se ha expuesto, cada caso tiene su especificidad: en cada hecho la tortura
adquirió una particularidad por haberse aplicado con un objetivo y a través de
un método. Sin embargo, el resultado final es el mismo: el padecimiento de las
víctimas. Las consecuencias relevadas a nivel individual se manifiestan a través
de diagnósticos clínicos o mediante diferentes reacciones psicológicas, en cada
caso dependiendo de los recursos personales, de la historia previa, pero funda-
mentalmente de la historia post-trauma. Es decir, el contexto en el que tuvieron
que elaborar el trauma jugó un rol preponderante en la evolución de los cuadros.
Es fundamental concebir a la tortura como un mecanismo complejo que no
sólo traumatiza el cuerpo de la víctima: daña también la autonomía, la identi-
dad, la sensación de seguridad y supervivencia. Más allá de la presencia de un
diagnóstico, el mayor impacto registrado en las víctimas estuvo en su sentido de
pertenencia y en el sistema de sentido de sí mismas y del mundo44.
44 Kira IA (2002). Torture assessment and treatment: the wraparound approach. Traumatology 8 (2): 61-90.
525
Informe anual 2018
526
Informe anual 2018
V. Políticas de justicia
527
Informe anual 2018
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Informe anual 2018
1. UNA MIRADA SOBRE EL FUNCIONAMIENTO DEL
PODER JUDICIAL EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
529
Informe anual 2018
consensuados por diversos actores en los foros públicos en los que se discutió el
proyecto. En particular nos referimos a la posibilidad de que se utilicen recursos
humanos existentes en la policía bonaerense para implementar la Policía Judicial.
La delegación permanente y sin control de la investigación penal en la policía
bonaerense provoca hechos graves como las denominadas “causas armadas”, donde
la policía involucra a personas inocentes que sufren la privación de su libertad
-como se constata en la descripción de casos posterior. La falta de implementación,
que se atribuyó a deficiencias del marco normativo, hoy se presenta más allá de la
reforma realizada. El desafío es intervenir en uno de los pilares fundamentales del
poder de la policía bonaerense: la investigación en función judicial.
Por su parte, la ausencia sostenida de contralor sobre el accionar de los fiscales
-como se dijo en el Informe 2017, generó acciones delictivas por parte de los
funcionarios investigados en causas penales aún en curso- habilita situaciones de
falta de objetividad, retardo de justicia, maniobras dilatorias en la investigación
criminal y otros supuestos que consolidan la impunidad.
Fuera de la órbita de competencia de la Procuración, resaltamos un aspecto
central que consiste en el sistema de enjuiciamiento y remoción de magistrados y
funcionarios judiciales a través del procedimiento establecido en la ley 13.661. Una
herramienta para perseguir a jueces incómodos para el poder, como el caso de
Luis Arias y, en la mayoría de los casos, para proteger o encubrir a funcionarios de
manera corporativa, como es el caso del fiscal de Mar del Plata Fabián Fernández
Garello, involucrado en causas por delitos de lesa humanidad. Por tal motivo, es
necesario asumir una reforma integral del sistema de enjuiciamiento de magistrados
y funcionarios judiciales, ya que la propuesta por la ley 15.031 resulta limitada.
Asimismo, debe optimizarse el mecanismo de selección de jueces y funcionarios
judiciales a partir de la implementación de concursos transparentes dotados de
mayor publicidad, a fin de propiciar un Poder Judicial a cargo de magistrados
idóneos, independientes y comprometidos en la defensa de los derechos humanos.
En un contexto de creciente conflictividad, aumento del desempleo y
profundización de la exclusión social, preocupa que las políticas y prácticas
represivas ganen terreno frente a la acción preventiva del Estado, de la mano
de discursos justificatorios y de una presencia desproporcionada de las fuerzas
de seguridad en el territorio, lo que genera condiciones para la vulneración de
530
Informe anual 2018
derechos. El Poder Judicial ha acompañado el incremento del poder represivo y
tiene una responsabilidad central en el ingreso de personas al sistema a partir de
la habilitación de la selectividad policial. Pero también del uso sistemático del
proceso de flagrancia, el juicio abreviado y la prisión preventiva. Por lo tanto,
es el responsable del colapso crítico de los lugares de detención por promover
la permanencia de personas en esas condiciones y tolerar la situación, y no
garantizar el cumplimiento de las sentencias que obligan al Poder Ejecutivo a
revertir esta situación. Es fundamental un cambio en el Poder Judicial que quite
centralidad a la policía, ejerza control sobre sus intervenciones en los procesos
penales, dote de razonabilidad a las medidas de coerción durante el proceso
y garantice condiciones adecuadas de detención de las personas privadas de
libertad. La falta de acciones contundentes en este sentido da cuenta de su co-
responsabilidad en la vulneración de los derechos humanos.
Frente a un panorama de graves violaciones a los derechos humanos, es
indispensable que el Poder Judicial asuma su rol de garante en la vigencia del
derecho y el cumplimiento de la ley. A lo mencionado, debe agregarse su función
de contralor de los lugares de encierro, tarea que no cumple de manera adecuada.
Este capítulo analiza también el funcionamiento de estos sistemas de visita y la
falta de compromiso de los operadores judiciales con las personas detenidas.
Resulta oportuno transcribir aquí algunas de las recomendaciones del Comité
contra la tortura de la ONU (CCT) al Estado argentino en su 60º período de
sesiones celebrado entre el 18 de abril y el 12 de mayo de 2017, instancia en la que
la CPM presentó un informe alternativo de la situación de los derechos humanos
y la actuación de las fuerzas de seguridad. Las recomendaciones del CCT al Estado
se vinculan directamente con aspectos que venimos destacando y son continuidad
en el presente informe: falta de compromiso institucional con la investigación,
delegación en la policía bonaerense y falta de creación de la policía judicial como
forma de promover la intervención de un órgano independiente, preponderancia
del uso de tipos penales leves, ausencia de mecanismo de protección efectivos de
víctimas, denunciantes y testigos, entre otras.
En esta dirección, en el apartado relativo a investigación de denuncias de tortura
y malos tratos, el CCT señaló:
(…) el Comité reitera su preocupación expresada en las observaciones
531
Informe anual 2018
finales anteriores (párr. 6 (b) y (c)) acerca de la impunidad imperante ante
el elevado número de casos documentados. Conforme a informaciones
recibidas, ello sería debido a las deficientes investigaciones judiciales,
que no logran sustentar la versión de las víctimas, el apego de los
funcionarios judiciales a la versión oficial que aporta el personal
policial y penitenciario y la errónea calificación de los hechos en figuras
delictivas más benignas. Asimismo, preocupa al Comité la resistencia
de las víctimas y los testigos para denunciar los hechos por el temor
a represalias, ante la falta de un mecanismo que permita ofrecerles
protección, particularmente si se encuentran en detención (arts. 2, 12,
13 y 16).
En función de esto el CCT instó al Estado a:
(…) Garantizar que todas las denuncias de tortura o malos tratos sean
investigadas con prontitud e imparcialidad por un órgano independiente,
sin relación institucional o jerárquica entre los investigadores y los
presuntos autores. El Estado parte debería considerar a este respecto la
creación de una policía judicial independiente a órdenes de la Fiscalía,
tal y como recomendó el SPT (CAT/OP/ARG/R.1, párr. 110);
(…) Velar por el cumplimiento del protocolo de investigación fiscal en
casos de tortura y las Reglas Mínimas de Actuación para la Investigación
de Lesiones y Homicidios Cometidos por Miembros de las Fuerzas de
Seguridad;
(…) Velar por que las autoridades inicien de oficio una investigación
siempre que haya motivos razonables para creer que se ha cometido un
acto de tortura o malos tratos;
(…) Velar por que los presuntos autores sean enjuiciados debidamente
y, de ser declarados culpables, se les impongan penas acordes con la
gravedad de sus actos. (...) sería una violación de la Convención
enjuiciar únicamente como malos tratos conductas en las que también
están presentes los elementos constitutivos de tortura;
(…) Incrementar las actividades de formación de fiscales y jueces con el
fin de mejorar la calidad de las investigaciones y la correcta calificación
de los hechos;
532
Informe anual 2018
(…) Garantizar que los presuntos autores de tortura y malos tratos sean
suspendidos de sus funciones de forma inmediata y durante toda la
investigación, en particular si existiese riesgo de que, en caso contrario,
estén en condiciones de reincidir, tomar represalias contra la presunta
víctima u obstaculizar la investigación;
(…) Establecer un sistema de protección y asistencia de víctimas y
testigos de actos de tortura privados de libertad, para protegerles contra
cualquier forma de represalia;
(…) Adoptar con prontitud medidas disciplinarias y penales contra los
agentes estatales responsables de proferir amenazas o tomar represalias
contra las víctimas y los testigos de actos de tortura”.
En lo que sigue se desarrollan aspectos destacados anteriormente a partir del
análisis de casos en los que la CPM intervino como querellante, veedora, amicus
curiae, entre otros.
533
Informe anual 2018
fuerzas de seguridad de elevada jerarquía. De manera recurrente detectamos que
la investigación y juzgamiento de los delitos cometidos bajo la órbita de fuerzas
policiales o penitenciarias excluyen la responsabilidad penal de los funcionarios
políticos restringiendo la acción punitiva a los miembros subalternos.
La respuesta judicial a las masacres de Magdalena y de Pergamino muestra
distintas aristas de esta selectividad.
534
Informe anual 2018
situación de peligro teniendo la obligación que el cargo del Director de Unidad
le imponía”, (Sentencia del 12 de febrero de 2018, Tribunal Oral en lo Criminal
Nº 5 de La Plata, integrado por los Jueces Carmen Palacios Arias, María Isabel
Martiarena y Ezequiel Augusto Medrano, en la causa Nº 2787/0972).
La condena al jefe de la Unidad remarca que los funcionarios del servicio
penitenciario son responsables de las consecuencias que tiene alojar a personas
que están bajo cuidado del Estado en lugares de detención que no están en
condiciones de ser habilitados. Asimismo, el Tribunal afirmó que las autoridades
de la Jefatura del Servicio Penitenciario Provincial conocían el deficitario
funcionamiento de la red contra incendio. En esta dirección expresó que:
(...) “ha quedado probado debidamente que los internos alojados en
dichas condiciones se encontraban expuestos de manera intolerable
al riesgo de un previsible incendio peligroso que ponía en juego
la integridad física y la propia vida de cada uno de los residentes
del módulo 16 de Unidad Nro. 28 de Magdalena, pese a lo cual
las autoridades del Servicio Penitenciario que conocían esta grave
situación omitieron adoptar medidas para evitar este riesgo típico
y de este modo garantizar el cuidado y seguridad de los internos a
su exclusivo cuidado; peligro que se concretó en el incendio que
lamentablemente ocurrió la noche del 15 de octubre de 2005”.
(Sentencia del 12 de febrero de 2018, Tribunal Oral en lo Criminal
Nº 5 de La Plata, integrado por los Jueces Carmen Palacios Arias,
María Isabel Martiarena y Ezequiel Augusto Medrano, en la causa
Nº 2787/0972).
Sin embargo, la acción de la justicia no estuvo dirigida a dilucidar las
responsabilidades de los funcionarios públicos que tenían bajo su órbita
la gestión del Servicio Penitenciario, como el propio Jefe del Servicio y las
autoridades del Ministerio de Justicia, órgano del que depende funcionalmente.
535
Informe anual 2018
de su libertad en la comisaría 1º de la Policía de la Provincia de Buenos Aires,
la investigación se dirige a determinar las responsabilidades penales de los
efectivos que se encontraban en el lugar al momento de los hechos. Todos los
agentes eran de bajo rango con excepción del comisario, quien se entregó a la
justicia en mayo 2017 luego de estar prófugo más de un año. Se excluye así,
también en este caso, la investigación sobre el accionar de las autoridades de las
que depende funcionalmente la Comisaría 1º, tanto en la estructura de la Policía
de la Provincia como en el Ministerio de Seguridad. De hecho, las condiciones
del lugar de detención en materia de seguridad e higiene no eran las adecuadas
y por ende siempre estuvieron en riesgo la vida y la integridad física de las
personas allí detenidas bajo custodia del Estado3.
Así lo demuestra el informe pericial elaborado por la Superintendencia Federal
de Bomberos de la Policía Federal Argentina de donde surge que, en las distintas
dependencias de la Comisaría (Sala de espera, Oficina de Administración, Oficina
del Comisario, pasillo interno, Oficina Judicial, Oficina de Administración, Sector
calabozos, Oficina de “Imaginaria”, entre otras) existían, al momento del hecho,
cuestiones irregulares y/o antirreglamentarias en lo referido a la señalética de
evacuación, chapas baliza (colocadas pero sin sus correspondientes extintores),
faltantes de luminaria, cables expuestos sin protección, cañerías de gas no
reglamentarias en contacto con material inflamable (Oficina del Segundo Jefe) o
la llave de paso de gas sin su manija correspondiente (Oficina Judicial), faltante
de rejillas de ventilación, etc. En los sanitarios se detectó el faltante de agua. En el
ingreso exterior a las celdas se comprobó la existencia de una electrobomba sin
gabinete de protección y conexión eléctrica aérea con empalmes a la vista. En la Sala
de “Imaginaria” la iluminación era deficiente, existían tableros adicionales sin tapa
calada de protección, faltante de rejillas de ventilación como en toda la dependencia
y carencia de botiquín de primeros auxilios y extintores. No se hallaron luces de
emergencia en ningún sector del inmueble ni sistemas de detección y supresión
(rociadores) de incendios. Por último, en cuanto al factor de ocupación del
alojamiento, se estableció que teniendo en cuenta la superficie disponible (10,67m2)
en la celda donde se produjo el siniestro, este factor era de una persona por 1,52 m2
3 Ver en este capítulo: Graves violaciones a los derechos humanos en comisarías de la provincia de Buenos Ai-
res. La masacre de Pergamino. Ver informe especial de la CPM sobre la masacre de Pergamino en: http://www.
comisionporlamemoria.org/archivos/informes/informes-especiales/informe-masacre-de-pergaminio-2018.pdf
536
Informe anual 2018
ya que en ese momento se encontraban alojados los siete jóvenes que fallecieron.
En este marco, la CPM presentó ante el titular de la Fiscalía N° 3 de Pergamino a cargo
de la investigación una denuncia penal para que se investiguen las responsabilidades
político-funcionales en el hecho. Esta causa no avanzó al ritmo de la principal, y
si bien podría responder a la necesidad de dar prioridad a la investigación por las
muertes de los jóvenes, destacamos la centralidad de imprimirle celeridad por parte
de la Fiscalía, al proveer pruebas pendientes requeridas.
La CPM ha denunciado a los largo de estos años las dificultades del Ministerio
Público Fiscal para abordar las investigaciones de torturas y otros tratos crueles,
las muertes producidas por policías o aquellas ocurridas en los lugares de
encierro. Los aspectos centrales que detectamos, son:
- Falta de políticas claras e integrales de persecución de la tortura.
- Falta de estrategias para la investigación.
- Ausencia de investigaciones independientes.
- Opción por calificaciones legales más leves que el delito de tortura.
- Falta de prioridad en estas investigaciones.
- Falta de formación específica de los operadores judiciales.
- Descreimiento de la palabra de las víctimas.
- Falta de recursos humanos y materiales adecuados.
- Ausencia de programas de protección de víctimas y testigos.
Dos aspectos se destacan como positivos pero aún permanecen en la instancia
de reconocimiento normativo: la creación de la Policía Judicial y las fiscalías
especializadas en violencia institucional.
En este punto, como en los anteriores, resulta pertinente volver sobre las
recomendaciones del Comité contra la tortura de la ONU citadas anteriormente.
La falta de avance en las investigaciones, la escasa prioridad asignada a las
537
Informe anual 2018
mismas y la elección de figuras penales leves son un problema estructural. Así
lo demuestran los datos oficiales remitidos a la CPM vinculados con las causas
penales iniciadas en el marco de la Resolución 1390 de la Procuración General.4
Entre 2014 y 2017 (primer semestre)5 se abrieron 13.076 investigaciones que
incluyen 14.722 delitos, presuntamente cometidos por 7.357 imputados, contra
12.207 víctimas. El total de investigaciones iniciadas equivale a un promedio de
3.800 por año (2014-2016).
El 65% de las causas que se iniciaron se calificaron como “severidades,
vejaciones y/o apremios ilegales”, seguidas por un 12% correspondiente a “abuso
de autoridad y violación de los deberes”, un 10% por “otros delitos” -que no se
especifican- y casi un 9% por lesiones. Todos estos delitos, insistimos, prevén
penas en prisión de meses a un máximo de cinco años. Esto contrasta con la
escasa cantidad de casos caratulados como “torturas” -apenas 37 causas-, que
prevé una pena de 8 a 25 años.
4 Esta resolución determina la forma de registro y el temperamento para intervenir en causas en las que estén
involucrados agentes públicos; establece como criterio general la prioridad en la investigación y la no delega-
ción de la misma.
5 Los datos correspondientes al segundo semestre de 2017 no están disponibles y, según se le informó a la
CPM, serán incluidos en el primer informe del Registro de Violencia Institucional a publicarse en 2018.
538
Informe anual 2018
Gráfico 1. Delitos imputados en el marco de la resolución 1390, según
carátula, 2014-2017 (primer semestre).
Fuente: CPM en base a informe preliminar sobre datos vinculados con investigaciones penales comprendidas
por la res. PG 1390/01, Procuración General de la provincia de Buenos Aires.
*Delitos no especificados.
**Homicidios dolosos, privación de la libertad, tortura, encubrimiento, allanamiento ilegal, torturas seguidas
de muerte.
6 De esas 270 causas la CPM tiene conocimiento de que la mayoría fue elevada a juicio, no así de sus resultados.
539
Informe anual 2018
Gráfico 2. Formas de finalización de causas judiciales en el marco de la
resolución 1390, años 2014 a 2017 (primer semestre).
Fuente: CPM en base a informe preliminar sobre datos vinculados con investigaciones penales
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Informe anual 2018
investigación y el aporte de elementos probatorios estuvieron a cargo de la CPM,
que se constituyó como particular damnificado en representación de la familia
de Gabriel. No obstante los elementos probatorios que obran en la causa y de los
reiterados pedidos de detención efectuados, el fiscal denegó los requerimientos
de manera sistemática aduciendo que aun restaban otros extremos probatorios
para determinar la responsabilidad de París en los hechos. Después de dos años,
las medidas a las que aludía el fiscal no fueron producidas, lo que demuestra la
intención de estancar la investigación y dilatar la detención del imputado.
A raíz de esta situación se solicitó el apartamiento del fiscal Nieva Woodgate sin
obtener una respuesta favorable. Pasado el tiempo, una reestructuración funcional de
la Fiscalía General de Quilmes derivó en la designación del Dr. Conde como fiscal en el
caso. Desde entonces, pasaron ocho meses de su intervención como agente fiscal pero
no se produjeron avances en la investigación. No se han dispuesto actos procesales de
relevancia en la causa y no se avanzó en la imputación formal del agente involucrado.
Es decir que aun con el nuevo fiscal, la causa sigue estancada lo que implica un retardo
de justicia que consecuentemente se convierte en una garantía de impunidad. En
efecto, constan en la causa sobrados elementos probatorios que permiten avanzar en
la investigación, como también existían elementos contradictorios, que solo fueron
detectados por los particulares damnificados o bien por la fiscalía, pasado un año y
medio del homicidio. Esto también demuestra el desinterés investigativo.
Así quedó expresado al presentar el pedido de recusación, entendiendo que la
conducta del funcionario se enmarcó dentro de lo que se denomina “temor de
parcialidad”. Temor que viene traducido por la pérdida de confianza de la víctima
y como ha reconocido la Sala II de la Cámara departamental en el femicidio de
Natalia Gallo: "(…) no puede pasar inadvertido el rol de aliado y coactor que la Ley
confiere al particular damnificado en el proceso y la necesidad de una comunidad de
obrar, hoy lejana, para el éxito de la gestión encomendada" disponiendo en aquella
oportunidad, el apartamiento del agente fiscal Dr. Federico Nieva Woodgate-.
541
Informe anual 2018
3.2 El caso Matías Banuera
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Informe anual 2018
4. LA NECESIDAD DE UNA REFORMA INTEGRAL DEL
SISTEMA DE ENJUICIAMIENTO
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Informe anual 2018
15.031, cuyo debate fue propiciado por un proyecto del Ejecutivo provincial, que
si bien contiene una batería de modificaciones9, no llega a constituir la reforma
integral necesaria para un sistema de enjuiciamiento que cumpla su cometido
con eficacia y en un marco de respeto por los derechos humanos, dado que no
aborda algunos de los aspectos nodales del sistema.
Una reforma integral del sistema de enjuiciamiento debe incorporar los
siguientes elementos:
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Informe anual 2018
esta cuestión en la faz investigativa, que informe a todas las jurisdicciones sobre
la normativa vigente y que proceda a la averiguación actualizada del estado de las
denuncias penales que involucren a funcionarios judiciales bonaerenses.
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Informe anual 2018
preliminar en la que se definen la mayoría de las denuncias.
Es notable la carencia dentro del sistema de enjuiciamiento de datos y estadísticas
oficiales respecto del desarrollo y estado de los procesos. La publicidad de los
mismos permitiría transparentar el sistema, así como también la posibilidad de
un contralor social más efectivo.
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Informe anual 2018
los magistrados y demás funcionarios del Poder Judicial, en tanto agentes del Estado,
sobre quienes pesa la obligación de actuar conforme a la ley y con estricto respeto a
las normas constitucionales y tratados internacionales de promoción y protección
de los derechos humanos. Junto a las barreras sociales, culturales, económicas y de
otra índole y de las disfunciones burocráticas, de las que ya hemos hablado en el
Informe 2017, el correcto desempeño de los magistrados y funcionarios judiciales
es un elemento imprescindible para garantizar este derecho.
Los casos a continuación dan cuenta del doble estándar y la necesidad de
promover un sistema más transparente que permita anticuerpos ante el uso
instrumental del poder político.
5.1 El caso del fiscal general de Mar del Plata Fabián Fernández Garello
547
Informe anual 2018
convocó a varios represores -entre ellos a Fernández Garello- a prestar
declaración indagatoria por los hechos denunciados. No obstante, a pesar de su
gravedad y del estado procesal del funcionario en la causa penal, el jurado de
enjuiciamiento al pronunciarse respecto a su competencia en la investigación,
resolvió el archivo de la denuncia. En tal circunstancia, se optó por un tratamiento
dual de la denuncia; por un lado, extremando requerimientos formales respecto
de la condición procesal en las causas judiciales que comprometen a Fernández
Garello; y por el otro, excediéndose en el análisis de las cuestiones formales
previstas por la ley, para adentrarse en un estudio de fondo de las actuaciones,
realizando una valoración de la prueba adelantada.
Respecto al primer aspecto del tratamiento adoptado por el jurado, el fiscal se
encuentra comprendido en las causales del art. 19, el cual estipula que para el
caso de que “fuere imputado como autor de delitos comunes, ajenos a sus
funciones, el Fiscal o el Juez de la causa pondrá el hecho inmediatamente en
conocimiento del Jurado por intermedio de la Secretaría Permanente del Jurado
de Enjuiciamiento de Magistrado y Funcionarios”. Sin embargo, a la hora de
evaluar su condición de imputado se adoptó un criterio extremadamente formal
desconociendo tal condición al aducir que dicho órgano no había sido notificado
formalmente, aunque en los fundamentos de su decisión deja claro efectivamente
que el Jurado no desconoce la convocatoria a prestar declaración indagatoria de
Fernández Garello. La norma tampoco indica en qué consiste el procedimiento de
notificación que deberá efectuar el magistrado o fiscal interviniente en la causa en
la que se encuentra imputado el denunciado. Así, para el caso de que la imputación
se haya dictado en una causa en trámite en el fuero federal (por ejemplo, delitos de
lesa humanidad), en muchas ocasiones los magistrados intervinientes omiten la
notificación requerida, lo que como en el caso de Fernández Garello sirvió como
fundamento para resolver el archivo de la denuncia.
En relación al segundo aspecto del temperamento adoptado por el jurado, el
mismo se adentra en el análisis de fondo de la denuncia, adelantándose a la
instancia correspondiente. La argumentación esgrimida por el Jurado justificó
el accionar del Fiscal que, al momento de concursar su cargo, incurrió en el
ocultamiento de su condición de espía de la DIPPBA y miembro de las fuerzas
operativas de la dictadura, en base a “la limitación prevista en el artículo 10
548
Informe anual 2018
de la ley 20.195, vigente al tiempo de los hechos, en tanto disponía que ‘Todas
las actividades que desarrolle la Secretaría de Informaciones del Estado, como
asimismo su organización, funciones y documentación, son calificadas en
interés de la seguridad nacional, de estrictamente secreto y confidencial, siendo
de aplicación a los efectos penales lo dispuesto en el Código Penal de la Nación
Argentina en materia de violación de secretos, no se advierte entidad que
amerite la apertura de la competencia de este Jurado’”.
La ley mencionada por el jurado fue promulgada el 28 de febrero de 1973 bajo
el carácter de secreta -dictada durante el gobierno militar de facto del general
Alejandro Agustín Lanusse- y reguló exclusivamente los procedimientos y
actuaciones correspondientes a la ex SIDE y de su personal, no siendo aplicable
para otras agencias de inteligencia, como es el caso de la Dirección General de
Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA).
Asimismo, la normativa de facto utilizada por el Jurado para fundamentar el
ocultamiento de Fernández Garello al Estado provincial es extraída del descargo
que el funcionario realizó durante el trámite del expediente. Por tal motivo, el
Jurado se adelantó arbitrariamente en la valoración de la prueba y asumió como
propia la defensa esgrimida por el fiscal, fuera del momento de valoración en el
proceso de enjuiciamiento.
La resolución vulnera la garantía del debido proceso en virtud de que al haber
resuelto el jurado de enjuiciamiento el archivo de las presentes actuaciones,
adoptó una decisión apresurada que impidió la apertura de la instancia de
sumario y no dio lugar a un análisis más exhaustivo sobre la prueba respecto
de los hechos denunciados, coartando de esta manera la posibilidad de llegar a
obtener una sentencia fundada que respete la garantía del debido proceso legal.
En el jury hubo dos votos en minoría de dos conjueces -Leandro Adolfo Matilla
(Dpto. Judicial de Zárate-Campana) y Eduardo Carlos Zimmermann (Dpto.
Judicial de San Martín)-, quienes manifestaron que los cargos llevados a análisis
alcanzaban la competencia del jurado, al cumplir los requisitos esenciales que
establece el art. 26 y 27 de la ley 13.661.
El jurado estuvo compuesto por los legisladores de Cambiemos, Juan Pablo
Allan y Santiago Nardelli, y los del Frente Renovador (UNA) Hernán Albisu
y Lisandro Bonelli. El diputado por el FPV Avelino Zurro estuvo ausente en
549
Informe anual 2018
la audiencia. En igual sentido votaron los abogados Alicia Cristina Racig (San
Isidro) y Horacio Enrique Hernández (San Martín).
La CPM ha presentado un recurso extraordinario ante la SCJBA, con el objetivo
de que la resolución sea revisada, declarándola nula y ordenando la constitución
de un nuevo jurado para que juzgue los cargos presentados contra el Dr. Fabián
Uriel Fernández Garello.
550
Informe anual 2018
con la determinación de los elementos que la constituyen. Resulta evidente,
entonces, que los argumentos son más bien políticos y no tanto jurídicos, lo que
es posible en virtud de la amplitud en la redacción de algunas de las fórmulas
legales que establecen las causales de destitución de los magistrados.
Asimismo, resulta indubitable que las acusaciones que pesan sobre el juez
Arias no están vinculadas con su accionar en el ejercicio de sus funciones
-establecidas, definidas y delimitadas por la ley- sino más bien con el contenido
de sus sentencias, lo cual atenta contra la naturaleza y el propósito del instituto
juicio político, puesto que, a pesar de su nombre, éste debe asegurar un control
jurídico -y no político- de la actuación de los magistrados.
En efecto, lo que se evidencia en la acusación contra el juez Arias es un juicio de
valor respecto del contenido material de sus fallos, que en todos los casos están
vinculados con la protección efectiva de los derechos humanos consagrados
tanto en nuestro derecho interno como en el derecho internacional. Se estaría
incurriendo, de continuar en el mismo sentido, en un supuesto de persecución
por causas políticas, lo que resulta violatorio además de lo establecido en el
artículo 19 del Pacto internacional de derechos civiles y políticos.
En oportunidad de presentar un amicus curiae ante el jurado de Enjuiciamiento,
la CPM señaló aspectos relevantes que demuestran que las imputaciones son
infundadas, que hay ausencia de consideraciones jurídicas sustanciales y lo que
se cuestiona es el contenido de las sentencias del magistrado. Pero quizás lo
más llamativo haya sido constatar que las resoluciones judiciales por las que
se solicita su destitución están fundadas, en su totalidad, en preceptos legales
que consagran derechos humanos y establecen mecanismos de protección de
los mismos. Es decir, que en dichos casos la actuación del juez no es facultativa
ni está sujeta al margen de discrecionalidad que suelen tener los magistrados
-al menos en lo que a interpretación jurídica se refiere- sino que está ordenada
por el imperativo que implica el respeto irrestricto de los derechos humanos, la
responsabilidad del Estado en su efectivización, el principio pacta suntservanta
consagrado en la convención de Viena sobre el derecho de los tratados y el rol
del Poder Judicial en su carácter de garante último del respeto de las normas.
Se le ha imputado al juez Arias haber incurrido en causales de destitución por
su intervención en diversos procesos legales en los que se encontraba en juego el
551
Informe anual 2018
derecho a la vivienda adecuada. En la causa “Ponce Núñez Marcelo Enrique c/ Fisco
de la Provincia de Buenos Aires se tramitaba el derecho al acceso a la vivienda de un
grupo de familias ante un inminente desalojo de un predio ubicado en la localidad
de Gorina. En la causa “Defensoría oficial juvenil Nº 16 de La Plata c/ Ministerio
de Seguridad y otros s/ Medida autosatisfactiva” se tramitaba el requerimiento de
suspender todo acto de desalojo compulsivo de un predio situado en el Barrio San
Carlos de la ciudad de La Plata hasta tanto sean relocalizados. En la causa “Calles
Añasgo Ronald y otros c/ Fisco de la Provincia de Buenos Aires s/Medida cautelar
autónoma” se solicitaba la suspensión de un desalojo.
En todas estas causas el accionar del juez Arias estuvo direccionado a la protección
del derecho a la vivienda adecuada de personas en situación de vulnerabilidad,
lo que de ninguna manera puede encuadrarse en alguna de las causales de
destitución ni pueden valorarse como conductas reprochables. Por el contrario, se
trata de resoluciones acordes con nuestro ordenamiento jurídico y en sintonía con
los instrumentos internacionales de protección de los derechos humanos.
Otro de los hechos interpretados por el acusador como causal de juicio político
y que motiva estas actuaciones es el desempeño del juez Luis Federico Arias
en el marco de las causas iniciadas por la inundación ocurrida en la ciudad
de La Plata el día 2 de abril de 2013, vinculado a garantizar el derecho a la
información pública respecto de la cantidad de víctimas fatales producto de
dicho acontecimiento. En efecto, el juez Arias intervino a instancias de diversas
representaciones de la sociedad civil, una de ellas impulsada por esta CPM,
en autos “Comisión Provincial por la Memoria C/ fisco de la Provincia de
Buenos Aires S/ habeas data”, como también las impulsadas por el Colectivo de
Investigación y Acción Jurídica (CIAJ), entre otros peticionantes.
La actuación del juez Arias estuvo destinada en todo momento a garantizar el
derecho humano a la información pública, entendido como la posibilidad de
toda persona de acceder en tiempo y forma adecuada, a información en poder
del Estado relativa a asuntos de carácter público, salvo las excepciones que por
diversos motivos pueden establecer las leyes.
Otra de los causas que se invoca para su destitución es “Dimicroff Matías c/
Fisco de la Provincia de Buenos Aires s/ Medida Autosatisfactiva” en la que
el juez Arias dictó una medida cautelar ordenando la atención médica de una
552
Informe anual 2018
persona privada de libertad en un establecimiento hospitalario extramuros
debido a la gravedad de su cuadro, tenía una pierna amputada con una infección
generalizada. La resolución judicial estaba dirigida a efectivizar el derecho
humano a la salud, receptado en los artículos 41, 42 y 75 inc. 22 y 23 de la
Constitución nacional.
Se trata de derechos fundamentales, íntimamente ligados a la afirmación de la
dignidad de la persona y que, como la CPM ha denunciado, son sistemáticamente
vulnerados en las cárceles de la provincia de Buenos Aires.
El jurado está presidido por el Dr. Eduardo Pettigiani e integrado por los conjueces
legisladores Roberto Costa, Jorge D' Onofrio, Santiago Revora, Walter Carusso y Pablo
Garate, y los conjueces de la matrícula Fabián Ramón González, Diego Alejandro
Molea, Osvaldo Enrique Pisani, Ambrosio Luis Bottarini y José Alberto Apaz.
6. CAUSAS ARMADAS
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Informe anual 2018
hechos y ulteriormente impartir justicia; pero que además significa la supresión
ilegal y arbitraria de uno de los derechos más elementales de una persona como
la libertad ambulatoria. La policía a través del armado de una causa penal priva
de su libertad a un individuo inocente. Se inicia un proceso judicial que tiene
como consecuencia inmediata el dictado de la prisión preventiva, medida
coercitiva que suele prolongarse hasta la finalización del juicio oral, lo cual en la
práctica implica al menos un par de años.
En los informes anteriores, la CPM ha dado cuenta del armado de causas
penales como práctica sistemática. En el Informe 2005-2006 se describió el
caso de Gabriel Roser, quien fue víctima de una causa fraguada por la policía
de la comisaría 6º de La Plata en la que se lo imputó por un robo con armas.
En el caso de Facundo Goñi, limpiavidrios en la plaza Moreno de La Plata, la
policía lo hostigó y acusó de portación ilegal de arma de uso civil agravado. En
el juicio se logró demostrar que se había tratado de una causa armada, a pesar
de haber estado detenido seis meses. En el informe de 2012 se dio cuenta de la
investigación llevada adelante por el juez de Garantías de Mar del Plata, Juan
Tapia, quien evidenció un mecanismo recurrente de armado de causas penales
a partir de denuncias y repetición de testigos para incriminar a determinadas
personas. También se describió el caso del capitán Gabriel Alejandro Ávalos,
titular de la comisaría de Pedro Luro, denunciado por abuso de autoridad y
coacción agravada por acciones vinculadas con denuncias de delitos inexistentes
e imputación de personas inocentes.
La lista de causas armadas por parte de las fuerzas de seguridad es interminable.
Sin embargo, nos parece relevante citar algunos casos paradigmáticos en este
sentido como la situación que le tocó vivir a Fernando Carrera, condenado
injustamente como consecuencia de una escena plantada por la policía para
incriminarlo y justificar su accionar negligente y violatorio de las normas
que regulan el ejercicio de sus funciones, puesto que además de incriminarlo
le dispararon salvajemente provocándole ocho impactos en su cuerpo y otros
diez en su vehículo. Al mismo tiempo, el caso de González Nievas acusado de
homicidio en ocasión de robo. En ambas oportunidades, la CPM se presentó
como amicus curiae y denunció las irregularidades de las investigaciones.
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Informe anual 2018
6.1 Jonatan Ingla: una investigación basada en estigmatización y prejuicios
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Informe anual 2018
respeto por la vida humana y en una situación límite es probable
que sin consentimiento quite la vida al prójimo (sic).
Asimismo los testimonios de la Sra I.L. configuran un elemento que refleja la
participación de los agentes policiales en la incorporación de versiones falsas
para la construcción de la imputación de J.I. y la posterior ratificación de los
órganos jurisdiccionales. El primer relato de la Sra I.L. en sede policial afirma
la participación de dos sujetos masculinos conduciendo una motocicleta
y la descripción detallada de la vestimenta de uno de ellos, todos elementos
que, llamada a declarar en sede de fiscalía, fueron desmentidos por la misma
persona: “Yo no vi nada, solamente escuché los gritos de la chica y el ruido de la
moto”. Resulta alarmante que, en la formulación del requerimiento de elevación
a juicio, la Fiscalía retoma el primer testimonio para acreditar la materialidad
ilícita, autoría y responsabilidad de J.I.
A su vez, los testimonios de los niños H.R. y C.G. -a los que fraguaron
sus declaraciones, fueron intimidados cuando fueron buscados en sus
respectivos hogares sin autorización de sus padres y no les permitieron leer sus
declaraciones- configuran un elemento contundente que evidencia el irregular
accionar policial. Esto se acreditó en la segunda oportunidad en que declararon
en sede judicial. La CPM realizó la denuncia correspondiente ante la Dirección
de Asuntos Internos, sin avances hasta el momento.
También resulta significativa la vaguedad e imprecisión del testimonio de la
víctima que en ningún momento identifica a J.I. como su atacante, sino que
solamente lo ubica posteriormente en las cercanías de un lugar público al que
suelen concurrir los jóvenes, y a bordo de una motocicleta de las características
similares a la incautada. En el mismo sentido, el hecho de que los informes
periciales de ADN y de manchas biológicas en las sábanas de la víctima no
reflejaron presencia de material genético, pese a lo cual fueron incorporados
a los elementos que acreditarían el hecho, dejan expuesta intencionalidad de
incriminar a J.I. de manera infundada.
Estos elementos, sumados a otros de carácter subjetivo, dieron a una versión
construida por la policía que carece de sustento probatorio y trae aparejado un
grave peligro para la libertad del imputado.
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Informe anual 2018
6.2 Claudio Castro: una acusación fiscal arbitraria
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Informe anual 2018
Otra circunstancia grave consiste en la decisión de la Cámara de Apelaciones
de resolver la elevación a juicio a pesar del minucioso y exhaustivo trabajo
del juez de Garantías que examinó detalladamente los extremos probatorios
concluyendo que debía absolver a los imputados y no elevar la causa a juicio.
Se evidenció asimismo, siguiendo el patrón de causas armadas, una instrucción
con bajo estándar administrativo, con lo que pareciera ser una única hipótesis
no habiendo complejizado durante la etapa de la investigación.
7. ACCESO A LA JUSTICIA
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Informe anual 2018
efecto, la CPM incrementó el uso de este instituto durante 2017 para intervenir
en casos de materias diversas y ante diferentes instancias.
Una de las causas en las que participó en materia de gatillo fácil es el homicidio de
Pablo Alcorta a manos de la policía. En ese caso puntual la CPM se presentó ante
el tribunal poniendo de manifiesto que las muertes por gatillo fácil son parte de las
expresiones más crudas de la violencia estatal, que no se tratan de acontecimientos
aleatorios o delitos atribuibles a características individuales de los victimarios, sino que
en su gran mayoría se inscriben en un patrón de ocurrencia condicionado por las
lógicas institucionales y las condiciones de trabajo imperantes en las agencias policiales.
También por la convalidación de estas prácticas el Poder Judicial ya que en muchos
casos se adopta como cierta la versión policial. Se recurre también con asiduidad al uso
de causales de justificación como la legítima defensa, que son los mecanismos con que
el poder judicial propicia la impunidad en la mayoría de los casos.
Es una obligación jurídica para el Estado, en materia penal, respetar las garantías
procesales que son las seguridades que se otorgan para impedir que el goce
efectivo de los derechos fundamentales sea conculcado por el ejercicio del poder
estatal, ya sea limitando ese poder o repeliendo el uso.
La CPM también ha intervenido en otro caso paradigmático: la causa por el
homicidio del profesor Carlos Fuentealba, el 4 de abril del año 2007, por parte de
las fuerzas de seguridad de la provincia de Neuquén. En esa oportunidad el punto
en cuestión era la pretensión de consagrar la prescriptibilidad de las causas de
violencia institucional, extremo que fue rebatido por este organismo. Se expresó
en el memorial jurídico presentado que la vasta experiencia de la CPM en este
terreno nos permite aseverar que la judicialización de los casos de violencia
institucional conllevan una extensa cantidad de años en su proceso investigativo,
donde en muchas ocasiones se ven los límites de los funcionarios judiciales
(Ministerio Público Fiscal, juzgados, tribunales y Cámaras penales) que actúan en
estos casos, quedando truncos los procesos, garantizando así la impunidad de los
victimarios. Es importante analizar que los actores que participan de estos hechos
son parte de sistemas o redes muy difíciles de franquear. En este caso en particular
se imputan a funcionarios tanto del gobierno de la provincia de aquel momento,
como altos mandos de las fuerzas de seguridad, muchos de los cuales continuaron
en sus funciones luego de 2007. Expresó la CPM que el espíritu de cuerpo de los
559
Informe anual 2018
sectores que impulsan políticas represivas necesariamente debe ser superado a
partir de una actuación férrea y comprometida de parte de la justicia, tanto del
Ministerio Público Fiscal como de los jueces intervinientes.
En este caso lamentablemente está claro que fue la querella quien impulsó la
investigación durante todos estos años. El Ministerio Público Fiscal no sólo no
promovió la investigación sino que sistemáticamente solicitó el sobreseimiento
de los imputados.
En su presentación la CPM aportó elementos jurisprudenciales como el de la Suprema
Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires en la causa “Ponce Raúl y Gerez
Pablo Martín s/ incidente de prescripción, P.111.858”, donde consideró que el hecho
enjuiciado debía ser considerado una “grave vulneración de derechos humanos”
acercando este concepto al de “delitos de lesa humanidad” que, sin llegar a igualarlos,
pone énfasis en evitar cuestiones vinculadas con la prescripción de la acción.
En el caso de la causa armada por la policía a Juan Manuel Moreno -un militante social
de la organización Resistencia unida y popular de Almirante Brown, injustamente
condenado- la CPM se presentó como amicus curiae ante la Cámara de Casación
Penal, el órgano que tiene que resolver la apelación pertinente. En dicha presentación
se relató la experiencia de este organismo en materia de estas prácticas violatorias
de los derechos humanos denominadas “causas armadas”, tendientes a implicar a
determinadas personas como involucradas en un delito cuando jamás lo estuvieron.
Se aportó evidencia jurisprudencial imprescindible para la dilucidación de la apelación
vinculada con el fallo de la CSJN en el caso Carreras, donde destacó que:
(…) resulta decisivo que el juez, aún frente a un descargo que
pudiera estimarse poco verosímil, mantenga una disposición
neutral y contemple la alternativa de inocencia seriamente, esto
es, que examine la posibilidad de que la hipótesis alegada por el
imputado pueda ser cierta. Desde esta perspectiva, la presunción de
inocencia consagrada en el artículo 18 puede ser vista, en sustancia
como el reverso de la garantía de imparcialidad del tribunal.
560
Informe anual 2018
8. EL PODER JUDICIAL Y EL ENCIERRO
561
Informe anual 2018
los operadores judiciales sobre la necesidad de un relevamiento en profundidad.
Sostenemos la idea de que, al no explicitar de manera exhaustiva los lineamientos
metodológicos ni las variables a relevar, se da margen a una heterogeneidad
de registros, los cuales generalmente resultan inacabados, parcializados o
simplemente legitimadores de las malas condiciones de detención.
Según establece la acordada, hay dos tipos de relevamiento organizados por cada
comité departamental12: la visita bimestral y la visita semestral. En la primera,
plantea “recorrer la totalidad del establecimiento o lugar de detención a efectos
de verificar el estado edilicio, las condiciones de seguridad e higiene, el régimen
carcelario impuesto a los internos, el servicio de salud, la alimentación y toda
otra situación que se estime relevante” (art. 4). Pese a que fue planteado a la Corte
provincial en el marco de los aportes que este organismo y otras organizaciones
hiciéramos al momento de elaborarse este instrumento, este relevamiento
omite indagar sobre casos de torturas o maltrato ocurridos o denunciados,
identificación de sujetos, lugar, circunstancias, etc. Esta omisión implica que
el relevamiento bimestral carece de exhaustividad en cuanto a la denuncia
de estas graves violaciones de derechos humanos que suceden sistemática y
cotidianamente en los ámbitos de encierro. Sin perjuicio de considerar que los
jueces pueden, en el marco de sus competencias, relevar dichos casos en sus
visitas bimestrales, lo cierto es que a partir del análisis de diversos informes
de visita institucional surge que estos hechos no son relevados, ni siquiera
informados y mucho menos denunciados por los operadores judiciales.
Tampoco en las visitas bimensuales se especifica una metodología de intervención
adecuada a fin de relevar estos hechos: no se requiere acceso a las celdas ni entrevistas
confidenciales y personales con los/as privados/as de libertad; no se recomienda
entrevistar a todas y cada una de las personas detenidas en un pabellón, a fin de
evitar su exposición: ante el temor de alguna represalia por denunciar casos de
malos tratos o tortura, y la falta de garantías para la confidencialidad, muchas
veces prefieren no hablar con los operadores judiciales.
12 Acuerdo 3632/13 Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires, Artículo I: En cada departamento judicial se
conformará un Comité Permanente que estará integrado por el Presidente de la Cámara Penal respectiva, o
el integrante que aquel designe, y por el Defensor General y el Fiscal General, o por el Fiscal o Defensor que
aquellos designen. El Comité será el encargado de programar el régimen de visitas institucionales de las cárce-
les y otros establecimientos de detención, así como de verificar el cumplimiento de las mismas y elaborar los
informes pertinentes, los que serán remitidos a la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Corte.
562
Informe anual 2018
Las visitas buscan relevar descriptivamente las actividades educativas, laborales
y recreativas, omitiendo la relación entre oferta y demanda respecto de la
cantidad de personas detenidas en la unidad, su periodicidad, la calidad, las
dificultades reales de acceso y demás cuestiones que hacen a un relevamiento
más allá de la mera descripción de la oferta institucional.
Por otro lado, las visitas institucionales semestrales persiguen formalmente “una
inspección con mayor rigor y detenimiento” (art. 4), a partir de un abordaje
más profundo. Sin embargo, también soslayan previsiones que redundan en un
relevamiento superficial: no se habla de asistir con peritos expertos a la hora de
establecer las condiciones edilicias de la unidad, dejando así al arbitrio judicial
cuestiones que exceden lo meramente visual. Estas visitas promueven, por
ejemplo, el relevamiento de higiene y conservación de insumos; sin embargo
pasa por alto la provisión, cantidad y periodicidad de su entrega; y, cuando este
relevamiento se realiza, simplemente se hace mención a la falta de suministro, sin
indagar responsabilidad institucional. Si bien relevan la distribución y suministro
de medicamentos y los exámenes y controles médicos practicados, no atienden
al acceso real y efectivo a la salud de las personas detenidas. Omiten, al igual que
las visitas bimensuales, la oferta con relación a la demanda y la intermediación
permanente de los agentes penitenciarios para el acceso a las instancias médicas.
El sistema de visitas no considera un relevamiento que tome en cuenta los
siguientes aspectos: a) la palabra de las personas detenidas, b) las prácticas
cotidianas de los agentes penitenciarios y de los funcionarios de Salud
Penitenciaria, c) la alimentación que reciben las personas en sus celdas y el
estado de la misma, y d) la tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes que
relaten las personas privadas de libertad.
No es menor la elección que se hace de los términos: los jueces no inspeccionan,
los jueces visitan. No concurren a los lugares para controlar la vigencia de los
derechos humanos sino para convalidar el accionar institucional que los vulnera.
Es igualmente grave que la acordada no plantee el problema de la fuente de
información, es decir, a quiénes se escucha para construir la mirada judicial.
Como venimos señalando en diversos informes anuales y a través de nuestras
presentaciones judiciales, consideramos que la palabra de las personas
privadas de libertad debe ser prioritaria y la del SPB, subsidiaria. Es imposible
563
Informe anual 2018
la equiparación de estos dos tipos de fuente, ya que hay una relación de
subordinación entre una y otra; hacerlo limita la visita judicial a un relato
predominantemente penitenciario del encierro.
La acordada establece que las visitas sean realizadas por los magistrados una
vez por bimestre al menos y que semestralmente se haga otra visita donde se
inspeccionará con mayor rigor y detenimiento. Si bien esto podría considerarse
un retroceso respecto a lo preceptuado por la acordada 3415/08 -que establecía
visitas mensuales y trimestrales-, lo cierto es que lo más importante es la calidad
del relevamiento, no sólo la cantidad. Si las visitas judiciales se hicieran con la
profundidad necesaria para instar acciones que hagan cesar los agravamientos
constatados, se convertirían en una verdadera herramienta jurisdiccional para
controlar no sólo las condiciones de encierro sino el respeto de los derechos
de las personas privadas de libertad. Sin embargo, en la práctica cotidiana, las
visitas distan mucho de dicho objetivo.
Es importante aclarar que el artículo 3 de la acordada, si bien plantea el carácter
reservado del programa de visitas, no explicita taxativamente la prohibición de
que los funcionarios del fuero penal (magistrados, fiscales, defensores) informen
con antelación de sus respectivas asistencias a las unidades penitenciarias. Esta
omisión no es menor, ya que al dar aviso de las fechas y horarios de la visita es
inevitable que se alteren algunas de las condiciones a monitorear y/o se ejerza
presión sobre los detenidos y las detenidas para guardar silencio.
564
Informe anual 2018
judicial en sí misma. Salvando algunas excepciones, un análisis de todo un año
de las visitas judiciales permite dar cuenta que su real operatividad institucional
está mal concebida desde el inicio. Toda su estructura de funcionamiento está
diseñada para permitir la discrecionalidad del funcionario que realice la visita,
convirtiéndola en un procedimiento formal más que un control judicial.
Según la acordada, cada establecimiento de detención debe ser visitado ocho
veces por año, considerando las seis visitas bimestrales y las dos semestrales.
Teniendo en cuenta que el SPB gestiona 55 establecimientos penitenciarios y
que de cada visita surge un informe que el magistrado eleva al correspondiente
comité departamental, se supone la existencia de 440 informes realizados, 330
bimestrales y 110 semestrales. De ese universo, a la CPM le fueron remitidos 66,
de los cuales aquí se seleccionan algunos para un análisis específico y preliminar.
La acordada 3415/08 avala el acceso de la CPM a la totalidad de los informes
elaborados por los magistrados: el art. 7 señala que los “organismos
gubernamentales y ONGs podrán acceder a los registros, previa petición
fundada”; y en los considerandos de dicha norma se afirma que:
Con el objeto de estrechar aún más la tarea de integración con las
organizaciones no gubernamentales involucradas en el tema, esta
Suprema Corte autorizó la entrega a la Comisión por la Memoria
de la totalidad de los informes que los señores magistrados remiten
a este Tribunal en cumplimiento de la manda del Acuerdo 3118.
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Informe anual 2018
Departamento judicial Cantidad
La Plata 20
San Martín 12
Bahía Blanca 10
San Nicolás 6
Junín 5
Lomas de Zamora 3
San Isidro 3
Mar del Plata 3
Mercedes 2
Azul 2
Total 66
En estos 66 informes, la mirada de los jueces está puesta mayormente sobre las
condiciones edilicias, la sobrepoblación y la falta de colchones. Si bien se trata
de algunos de los problemas más urgentes, no son menos importantes el acceso
a la salud, la calidad de los alimentos, las torturas y violencia física y psíquica
ejercida por los agentes penitenciarios, la práctica extendida del aislamiento, la
oferta de actividades educativas, laborales y recreativas, los obstáculos puestos
para las visitas familiares, los traslados permanentes13.
Otras dos cuestiones directamente relacionadas con lo anterior pueden señalarse
de este cúmulo de informes. Por un lado, sólo en 31 visitas los jueces tomaron
como fuente de información a las personas detenidas; en la mayoría de los casos
construyeron los diagnósticos considerando fundamentalmente la palabra de
los funcionarios penitenciarios y, en segundo término, de los profesionales de
sanidad. Por otro lado, 43 de las 66 visitas no derivaron en medidas para modificar
las malas condiciones relevadas. A continuación ejemplificamos estos y otros
problemas, describiendo con mayor detalle algunos de los informes disponibles.
13 El conjunto de los agravamientos se abordan en detalle en los capítulos 2 y 3 de la sección Políticas peni-
tenciarias.
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Informe anual 2018
- Unidad penitenciaria 19 de Saavedra
− Condiciones materiales
Cantidad de personas alojadas en la unidad 663, capacidad 675. Pabellón 11:
se advirtió al momento de la visita, faltantes de colchones para la totalidad
de detenidos por celda. Las canillas existentes en los baños de las celdas se
hallaban perdiendo o bien eran dejadas abiertas por los detenidos a fin de
paliar el mal olor de dicho sector (vgr. celdas 5, 6 y 8). Las paredes de las
celdas denotaban suciedad (vgr. celdas 4 y 8). Se observó gran presencia de
moscas en los diferentes sectores del pabellón: área común, celdas y patio.
En el Pabellón n° 10, se advirtió en forma concordante lo antes detallado.
Asimismo se observó varios faltantes de vidrios de las ventanas de las celdas
(celda n° 4, incluso en el invierno, celda 7 y 8). La presencia de cucarachas
caminando por las paredes de las celdas. Los internos refirieron que no
funcionaba el calefón para el agua caliente, debiéndose bañar con agua fría.
En el pabellón de separación de área de convivencia (SAC), se pudieron
establecer las siguientes falencias: gran presencia de moscas y canillas rotas.
Los internos fueron contestes en señalar que se encuentran las 24 horas
del día encerrados, que carecían de colchones en su gran mayoría hasta
momentos previos de realizarse la visita. Puntualmente manifestaron que
la provisión se había llevado a cabo en razón de la visita, diez minutos antes
del arribo al sector. Asimismo, varios de ellos, indicaron desconocer los
números de días por los cuales se encuentran sancionados; que únicamente
egresan a ducharse temprano a la mañana y que han recibido malos tratos
y golpes por parte del servicio penitenciario. En referencia al área de la
cocina, particularmente en el sector donde se manipula la carne, se observó
gran presencia de moscas.
14 A cargo de la jueza de Garantías en lo Penal 3 de Bahía Blanca, Susana Graciela Calcinelli.
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Informe anual 2018
− Acceso a la atención médica
En relación al área sanitaria, el galeno del lugar informó que los psicofármacos
y analgésicos son los medicamentos sobre los cuales hay más faltantes,
agregándose a ellos las bolsas de colonoscopia. En el área de Psicología, la
profesional de la especialidad manifestó que no hay en el establecimiento
atención psiquiátrica. La mayoría de los detenidos fueron contestes en
señalar y reclamar por las demoras excesivas y los incumplimientos
reiterados, por carencia de móvil oficial, respecto de los traslados para los
que cuentan con el aval correspondiente de los jueces a cuya disposición se
encuentran, o el cumplimiento de régimen de visitas autorizado.
La carencia de móviles trasunta en una afectación y conculcación directa
de los derechos y garantías de las personas privadas de libertad allí alojadas,
agravándose las condiciones de detención en virtud de que el 70% de la
población carcelaria resulta oriunda del Gran Buenos Aires, distante a más de
600 km del establecimiento penal, con lo cual se agrava la situación de lejanía
con sus vínculos familiares, jueces de la causa, y sus respectivas defensas. Ello,
amén de que se está incumpliendo con las diferentes órdenes judiciales que se
han dictado por los jueces naturales respecto de cada detenido en particular.
En la visita del 27/03/201715, tres meses después, el juez relevó:
− Condiciones materiales
Cantidad de personas alojadas en la unidad 687, capacidad 738. Si bien en
el establecimiento el estado de las instalaciones eléctricas es bueno, no se
verificó la existencia y funcionamiento de disyuntores y llaves térmicas en
los tableros, en los que pueda constatarse la existencia de artefactos anti
vandálicos, la toma en las celdas y las conexiones a los artefactos sean
reglamentarias. A la fecha de la visita, se habían entregado a la Unidad la
cantidad de 10 colchones ignífugos, hallándose pendientes 50, solicitados
mediante una presentación hecha ante el Juzgado de Ejecución Penal
Departamental, siendo a través de su titular ante quien se realizan gestiones
para el mejoramiento de las condiciones de los internos.
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Informe anual 2018
− Acceso a la atención médica
Sólo menciona como dato relevante la falta de ambulancia en el sector de
Sanidad.
Por último, el dictamen de diciembre de 2017 del comité departamental de
Bahía Blanca:
Pabellones en regulares condiciones. Duchas en funcionamiento escaso
para la población. Iluminación artificial Precaria. Calefacción por
cocinas en pasillos. Faltante de colchones. Boquetes cercanos a los techos
de las celdas. Cables Colgando. Escasa entrega de insumos de limpieza.
Área de cocina en regulares condiciones de higiene y conservación.
Pabellón de Aislamiento en condiciones de higiene no adecuadas.
Dificultades para recibir visitas, atento la distancia y lugar geográfico de
la Unidad. Alimentación escasa y sin variedad, según manifestaciones
de los internos. La unidad no cuenta con Servicio de ambulancia.
− Condiciones materiales
Pabellón 10: la celda 5 estaba inundada por la rotura de la canilla y perdía
agua permanentemente. Viven allí 6 personas, las cuales no tienen acceso a
ninguna actividad en este pabellón, ni a cancha los sacan. Solo 2 detenidos
salen a la escuela, pese a que hicieron una lista varias veces para acceder
a escuela y trabajo, donde se anotaron todos. El único acceso al aire libre
es el patio del pabellón, todo de material y de reducidas dimensiones. Los
detenidos nos contaron que en este pabellón les dan solo 3 pasajes por mes
para todo el pabellón, porque eso siempre genera problemas para ver a quien
se los dan cada vez. No les dan yerba, ni azúcar, ni fideos, en este momento
son rubros faltantes (corroborado en el depósito y con las autoridades). La
mayoría de los detenidos son del conurbano y no tienen visitas, por lo que
la falta de suministros básicos empeora su situación.
Pabellón SAC: las celdas se encontraban en estado de inhabitabilidad y
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Informe anual 2018
absolutamente desprovistas, con filtraciones en los techos que producen,
constantemente, humedad en pisos y paredes. Las ventanas no tienen vidrios,
motivo por el cual el frío recrudece y se hace insoportable. No se permiten
fuelles. Muchas celdas no poseían instalación eléctrica lo que provocaba la
falta de iluminación durante largas horas del día. El ingreso de luz natural
era muy escaso debido a que las personas alojadas en SAC utilizan lo que
disponen a su alcance, para tapar las ventanas sin vidrios y así evitar el frio.
Había personas que no poseían colchón y dormían en el piso húmedo, no se
permite en este lugar el uso de sabanas. Se registró la falta de recolección de
los residuos en las celdas, motivo por el cual los detenidos disponían de un
rincón para acumular la basura. Las cloacas se tapan constantemente. Los
detenidos permanecen las 24hs del día en el interior de las celdas.
− Alimentación
Los detenidos relatan que la comida no se puede ingerir por el mal sabor,
la falta de sal y el exceso de grasa, está compuesta, mayormente, de soja en
diversas variantes (albóndigas, hamburguesas). No pueden cocinarse en la
celda, ni reciben alimentos en visita. En los depósitos se verificó la falta de
carne y yerba, entre otros insumos.
Podemos observar que existen algunas coincidencias entre lo relevado por los
operadores judiciales y lo constatado por la CPM en cuanto al registro de los
agravamientos de las condiciones de encierro. Sin embargo, en el caso de los
jueces no se traducen en medidas concretas para el cese de los mismos. De los
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Informe anual 2018
protocolos analizados no surge ningún tipo de medida judicial que busque hacer
cesar los agravamientos que mencionan. En cambio, se reducen a informar al
comité departamental y éste a su vez realiza un compendio de los mismos para
elevar a la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Corte.
Este es un ejemplo de cómo las visitas pueden ser un procedimiento burocrático:
los jueces se preocupan más por el cumplimiento formal de la acordada que por
modificar las condiciones de vida en el encierro.
− Condiciones materiales
Pabellón 7, lamentable estado de los sanitarios, con falta de higiene y
pérdidas de agua constantes (suelo inundado). Asimismo informa falta de
higiene en el sector de cocina.
− Acceso a la atención médica
La higiene de la citada Área, a la fecha de la visita era deplorable, con olores
nauseabundos que emanaban del sector de sanitarios. En relación a los
insumos médicos, informa la señora Juez que en gran medida son provistos
por los médicos de cada especialidad.
− Condiciones materiales
Sector A: cuenta con el deterioro propio de los años, con poco mantenimiento
del sector del depósito, la cámara frigorífica se encontraba dañada.
16 A cargo de Claudia Cecilia Fortunatti, jueza del Tribunal Oral Criminal 2 de Bahía Blanca.
17 A cargo del juez Guillermo Gastón Mercuri, del Juzgado de Garantías en lo Penal 2 de Bahía Blanca.
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Informe anual 2018
El pabellón 1 A, contaba con 34 internos, con un total de 20 celdas. Cada
celda cuenta con letrina y lavamanos con agua fría. El baño en común posee
3 duchas, funcionando sólo una de ellas. El lavatorio común también poseía
agua fría. El agua caliente que se utiliza es la del surgente. El pabellón no
cuenta con gas natural. La nave sólo posee luz artificial. El sector a la fecha
de la visita, se encontraba sin el servicio de gas natural. Se observaron cables
de luz expuestos en la nave.
En el pabellón 2 B de Evangélicos se hallaban alojados 66 internos, con 22
celdas. Se observaron algunos cables en las celdas.
En el pabellón 5 se alojaban 102 internos, con capacidad para 104. Las
condiciones generales del pabellón eran malas. Cada celda cuenta con
inodoro y lavamanos con agua fría, hallándose el termo tanque dañado. El
estado de paredes y pisos, en general era malo, estaban deteriorados, con
filtraciones, fisuras tanto en sectores comunes como celdas. Se observaron
cucarachas. La nave central sólo cuenta con luz artificial.
En el sector B sub-unidad, módulo 1 –evangelistas-, se alojaban 59 internos,
con capacidad para 48 detenidos. En general se observó buena higiene y
prolijidad en el pabellón.
Módulo 3, con 57 internos y capacidad para 48 detenidos. Faltante de
colchones por exceso de población.
Módulo 4, con 63 internos y capacidad para 48 detenidos. Se observó
presencia de cucarachas en el sector donde los internos llevan a cabo la
cocción de alimentos. Manifiesta el magistrado que un interno refirió que el
módulo cuenta con un faltante de 16 colchones, en razón de ello se ofició al
Ministerio de Justicia.
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Informe anual 2018
de medicamentos solicitados a la Dirección Provincial de Salud. Asimismo
existe faltante de medicamentos para próstata.
− Condiciones materiales
722 personas alojadas, cupo de la unidad 589.
Resulta altamente preocupante la falta real de un sistema anti siniestros.
Tanto las personas detenidas como el personal penitenciario a cargo del
Sector, desconocía la existencia de plan de evacuación.
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Informe anual 2018
En el SAC masculino las condiciones materiales se constituían en
inhumanas, debido a que allí se percibía, pese a que el día era soleado y
caluroso, mucho frío. El estado del lugar era insalubre debido a la falta de
elementos de higiene tanto para uso personal como para la limpieza del
pabellón, las letrinas se encontraban tapadas y se percibía mucho olor a
materia fecal en todo el sector.
Las condiciones materiales en las que se encuentra el Pabellón, son de un
gran deterioro edilicio y carece de luz natural tanto los sectores comunes
como las celdas. Por otro lado, no existe calefacción central, ni tampoco un
sistema de ventilación.
Anexo mujeres: en el sector de admisión, la celda se encontraba en pésimo
estado. Estaba despojada de todo tipo de mobiliario. Lo único que había
era un tirante de cama de madera sobre el piso, y sobre él, se encontraba un
colchón viejo y desarmado, era lana apelmazada metida dentro de una funda.
El lavamanos perdía agua, haciendo que el piso del baño y de la celda se
mojara, humedeciendo así, las pertenencias que en encontraban en el piso
por falta de lugar en donde colocarlas.
Las condiciones materiales del SAC eran inhumanas, es un lugar oscuro,
húmedo y sucio. Las celdas son espacios pequeños, en donde se percibía
mucha humedad y malos olores. Había mucha suciedad. Las paredes estaban
descascaradas, con rastros de humedad y falta de mantenimiento añejo. En el
pabellón de mujeres con hijos el acceso al área de sanidad, es una de los mayores
problemas, debido a que en la unidad no hay ni ginecólogo ni pediatra.
El acceso esta mediado por el SPB. Cuando requieren alguna atención
deben concurrir a la unidad sanitaria a dos cuadras del penal. Por otro lado,
el mayor reclamo de las detenidas es que los niños alojados allí están más
encerrados que ellas mismas. Reclaman en ese sentido, que los niños no
pueden salir a ninguna actividad y que en el jardín maternal no tienen cupo
(solo hay dos niños alojados).
La situación antes descripta, se encuentra doblemente agravada por el
impedimento de ingresar juguetes y golosinas al pabellón, y la alimentación
de los niños es la misma que la de las madres, por lo cual no les entregan
lácteos como queso, yogurt y leche, estos se suman y se destacan de la larga
574
Informe anual 2018
lista de productos que nos les permiten ingresar.
− Alimentación
La comida era de mala calidad, a simple vista tenía muy mal aspecto y las
personas entrevistadas se referían a ella como “incomible”.
− Actividades socio-educativas
Aislamiento de 24 hs. de corrido en el pabellón SAC.
En el Pabellón 1 Sector A se detectó que las requisas realizadas por el
equipo de requisas son sumamente vejatorias. Las personas entrevistadas
describieron a las mismas como “un allanamiento”, siendo que les sustraen
sus pertenencias, tiran sus objetos al suelo, les mezclan los alimentos.
Asimismo, las requisas personales son realizadas de forma permanentes,
incluyendo cuando regresan de las visitas y consisten en cacheo debiendo
meterse los dedos en la boca.
En relación al Pabellón 3, cuyo funcionamiento es de Alcaldía y Depósito,
las personas detenidas se encuentran 23 hs. Dentro de las celdas, y en ellas
no les permiten tener ningún tipo de pertenencia. Las comunicaciones con
el mundo exterior son nulas ya que ni siquiera acceden al teléfono.
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Informe anual 2018
y el agravamiento de las condiciones de detención, para luego informar al
comité departamental, el cual a su vez realiza un compendio de los mismos
y un dictamen que no agrega ninguna cuestión relevante ni registra u ordena
ninguna medida.
− Condiciones materiales
1100 personas alojadas, cupo 770. Tratándose de un establecimiento de
más de un siglo de antigüedad y más allá de las gestiones encaminadas por
los sucesivos directores, la misma está más en condiciones de operar como
museo que como centro de detención, resultando obsoleta e inadecuada
para el fin que se le incumbe.
Las condiciones de todos los pabellones son precarias contestes con la
antigüedad del establecimiento, se advierten tareas de refacción y pintura
primarias con el propósito de atemperar el impacto visual del deterioro.
Se hizo saber el faltante de colchones, no solo por la superpoblación del
establecimiento, sino por el deterioro y agotamiento de la vida útil de los
mismos.
El sector de mujeres aloja 17 penadas y 23 procesadas, condiciones de
higiene y orden consecuentes con el número de internas.
− Alimentación
Se encontraban preparando pastel de papa cuyos ingredientes impresionaban
satisfactoriamente.
18 A cargo del juez Marco Tomas Estanislao Barski, del Tribunal Oral Criminal de Mercedes.
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Informe anual 2018
− Actividades socio-educativas
La unidad cuenta con primaria y secundaria, como así también cursos
de capacitación laboral, panadería, peluquería, electricidad, mecánica de
automotor, y maestro pizzero, sin embargo la oferta de cursos no satisface
la demanda de la unidad. Varios internos realizando tareas en el sector de
talleres, herrería, luthiers, pintura, latonería.
Se reciben visita todos los días, dividiéndose por sectores, las visitas de
encuentro íntimo son los lunes, martes y miércoles, jueves los internos
trabajadores y viernes quienes están en el sector de tránsito. Cada pabellón
cuenta con un teléfono con tarjeta control.
− Condiciones materiales
1139 personas alojadas, cupo de la unidad 650. Cuenta con pabellones
colectivos, los cuales se muestran limpios, prolijos y los baños cuentan con
agua caliente. Se informa que fueron instalados nuevos termo tanques,
remplazando los que se encontraban rotos.
Se observa que varios de los internos no disponen de colchones, por lo menos
el 10% de la población duerme con frazadas sobre el piso. Se verifica que
ningún lugar del penal hay manguera de incendio, si bien están las bocas de
agua y los gabinetes, todo se encuentra roto. Los responsables de la unidad
refieren que el agua no llega a las bocas de agua, pues el sistema de incendio
19 A cargo del juez Oscar Quintana, presidente de la Cámara de Apelación y Garantías en lo penal de Mercedes.
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Informe anual 2018
esta desactivado hace meses. Resulta imperativo solución inmediata.
Al ingresar al penal, se puede observar la limpieza y el orden, pese a la antigüedad
de la construcción. Se observan buenas condiciones de higiene y salubridad,
tanto en pabellones como en sector de enfermería, internación y cocina.
− Alimentación
Buena disposición y manejo de los alimentos, detenidos con dietas
específicas y buen manejo de las cantidades.
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Informe anual 2018
afectan la salud de las personas detenidas, las cuales, además de enfermarse
–situación que podría evitarse–, no reciben atención médica adecuada que
resguarde la recuperación de la salud.
En relación a esta unidad vemos una notable diferencia en cómo los jueces
observan la realidad carcelaria: en la visita judicial de agosto el juez destaca las
malas condiciones de la unidad hasta el punto de afirmar que resulta obsoleta e
inadecuada para el fin que se incumbe; contrariando esto, en la visita de noviembre
hace mención a que los pabellones son limpios y prolijos; en ésta, además, se aclara
que “el ingreso a la unidad no resultó sorpresivo para las autoridades, quienes
sabían de nuestra visita y se muestran amables a nuestros requerimientos”, lo que
nos permite inferir que había una preparación previa de la unidad a los fines de
recibir la visita del juez. Pese a estas grandes diferencias en cuanto a la forma de
interpretar las condiciones de detención, ambos operadores judiciales coinciden
en no formular ningún tipo de denuncia por el agravamiento de las condiciones
de encierro u ordenar medida alguna para hacer cesar las vulneraciones
constatadas. Ninguno ve como un agravamiento que la unidad se encuentre
sobrepasada en su capacidad, y sólo mencionan que excede la capacidad de plazas,
sin problematizarla. La visita de noviembre relata el mal funcionamiento de la
ambulancia y manifiesta que varias personas denunciaron la presencia plagas de
insectos, sin embargo tampoco se ordena medida alguna en lo inmediato.
− Condiciones materiales
Pabellón 1: En el mismo se alojan 11 internos con problemas de adicciones,
20 A cargo del juez Daniel Alejandro De Marco, Juzgado de Garantías en lo penal 1 de Mar del Plata.
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Informe anual 2018
la capacidad es para 19 personas. Los internos realizan actividades
relacionadas con su adicción. El mismo se encuentra en buenas condiciones
de higiene.
Pabellón 2: Los internos aquí alojados pertenecen al culto Adventista. Las
instalaciones se encuentran en óptimas condiciones de higiene y con buena
iluminación. El suministro de agua no tiene problemas de acuerdo a lo
referido por los internos.
Pabellón 3: El pabellón de separación de área de convivencia se encuentra
en pésimas condiciones de higiene: piso con agua, mal olor, las tapas del
desagüe se encuentran mal colocadas, oxidadas y rotas. Se observan cables
en el piso y colgando de las puertas de las celdas, los cuales pertenecen
a las líneas telefónicas. Se encuentran alojados 38 internos. El personal
nos informa que estos salen al patio en grupos de 4 o 5 de acuerdo a las
afinidades para evitar conflictos.
Pabellón 4: los internos practican el culto adventista. El pabellón se
encuentra en buenas condiciones. Los internos pueden salir al patio en
cualquier momento del día.
Pabellón 5: El pabellón se encuentra en buenas condiciones. Los internos
pertenecen al culto evangelista. Los mismos refieren que hay agua caliente y que
se les provee de productos de limpieza. Algunas ventanas no poseen vidrios.
Pabellón 6: El pabellón se encuentra en excelentes condiciones de higiene.
Los internos también pertenecen al culto adventista.
Pabellón 7: Se encuentra clausurado por orden judicial. El mismo ha
comenzado a ser reparado. Se colocó una nueva instalación eléctrica,
colocándose la toma embutidas en la construcción del pasillo, fuera de las
celdas para evitar que accidentes. El Subdirector Montes de Oca nos informa
que estas instalaciones fueron verificadas por un electricista matriculada de
la Unidad de Jefatura del servicio penitenciaria.
21 A cargo del juez Daniel Alejandro De Marco, Juzgado de Garantías en lo penal 1 de Mar del Plata.
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Informe anual 2018
− Condiciones materiales
Informan faltante de 32 colchones.
Pabellón 12: 70 internos. Cables sueltos, falta de fluorescentes, falta de
artículos de limpieza, la cocina se encuentra totalmente destruida, sin
hornallas ni horno en funcionamiento.
Pabellón 14: en peor situación se encontró. Aloja 82 internos refieren
filtraciones en claraboya sin vidrios y falta de agua caliente. La celda 43
presenta cloacas tapadas, siendo imposible su habitabilidad, instando al
personal del SPB al interno que allí alojado.
Pabellón 10 en el cual se alojan 97 internos, se constata la existencia de
cables sueltos. Internos informa el faltante de agua caliente la que solo se
puede obtener en la madrugada.
− Condiciones materiales
Informan las autoridades de la unidad que ingresaron 90 colchones, con
los que se cubrieron las faltantes, sin embargo debido a nuevos ingresos
de internos, aún faltan 25 colchones. Igualmente informan que debido al
incremento de la población carcelaria, en el sector I algunas de las celdas
que cuentan con un camastro alojan dos internos. A estos internos se les
provee colchón. Informan que los artículos de limpieza se les proveen a
cuenta gotas. Se observa en el ingreso al módulo II falta de mampostería,
vidrios, y deterioro de paredes y techos.
Pabellón 9: pabellón de culto evangélico con 94 internos se observa una
higiene aceptable, la comida, según refieren es buena, hay conexiones
precarias, la pintura se encuentra en condiciones aceptables. Hay buena
iluminación.
Pabellón12: población 96 internos. Conexiones precarias, fuelles, faltante
de vidrios, falta de higiene, falta de iluminación, residuos de comida en
las cloacas, techos ennegrecidos, numerosos cables que colgaban ropa. Los
internos refieren falta de psicólogos.
22 A cargo del juez Gabriel Perdichizzi, Juzgado de Ejecución Penal Nº 1 de Mar del Plata.
581
Informe anual 2018
Pabellón 13: 97 internos, iluminación buena, falta de vidrios, mejores
condiciones que el pabellón 12, los teléfonos funcionan y hay provisión de agua
caliente.
− Alimentación
Módulo B1: Manifiestan que están bien de salud y la comida que les proveen
ellos la mejoran agregándole otros elementos.
− Actividades socio-educativas
De lo relevado pudimos observar que el régimen impuesto es de un
aislamiento extremo de 24 horas diarias en celdas individuales. De la
misma forma, en todos los pabellones inspeccionados se registra falta de
actividades formativas, educativas, laborales y recreativas.
El pabellón SAC y Admisión son pabellones con regímenes especiales, donde
se alojan personas por diversos motivos, bajo la denominación de resguardo
judicial, “propia voluntad”, sancionado formalmente por las autoridades del
SPB, “medida de seguridad penitenciaria”, o “sin sanción formal.”
582
Informe anual 2018
- Unidad penitenciaria 9 de La Plata
− Condiciones materiales
1.523 personas alojadas, cupo 1.450. Faltante de 100 colchones ignífugos. Se
observó humedad en los pabellones 5 y 6, también en el sector de jóvenes
adultos. 600 detenidos que profesan el culto evangélico y 96 ex fuerza. La
unidad cuenta con pabellones de vigilancia y tratamiento con patios amplios
al aire libre, las celdas están en buen estado conservación y limpieza, como
así también los sectores de talleres, acopio y limpieza.
− Alimentación
Es realizada por la empresa Cook Master, las viandas estaban preparadas
y listas para ser entregadas. Se realizan en el penal con ayuda de internos.
23 A cargo de las defensoras Claudia Gigante y Pilar Sagastume, integrantes de la Unidad Funcional de la
Defensa 4 de La Plata.
24 A cargo del juez Ernesto Eduardo Domenech, del Tribunal Oral Criminal 3 de La Plata.
583
Informe anual 2018
− Actividades socio-educativas
Los talleres de herrería, carpintería y pintura de automóviles se encontraban
funcionando.
En contraste con estas miradas, las inspecciones de la CPM de los días 28/4/2017 y
9/9/2017 permitieron constatar los siguientes problemas, posteriormente
denunciados ante el Juzgado de Ejecución Penal 1 de La Plata.
584
Informe anual 2018
− Alimentación
La alimentación es escasa y de mala calidad, sobre todo la provisión de carnes,
y es inexistente el suministro de frutas y lácteos. Manifestaron problemas con
la alimentación, debido a que la comida se descompone al transcurrir pocas
horas, en vista que las altas temperaturas, la humedad y la falta de heladera en
el sector, generan la rápida descomposición de los alimentos.
- Conclusiones
Del análisis de los protocolos de visita judicial -considerando éstos y otros que
no se incluyen aquí por razones de espacio- surgen distintos puntos críticos que
configuran una cadena de falencias institucionales dentro del Poder Judicial, que
terminan siendo funcionales al agravamiento de las condiciones de encierro.
Primero: las visitas se hacen generalmente de forma aislada, sin tomar en cuenta
lo constatado por las realizadas con anterioridad o en las acciones de habeas
corpus presentadas por instancias no pertenecientes al Poder Judicial.
Segundo: el relato judicial suele representar un espacio carcelario armónico,
siendo excepcionales los informes que relevan torturas o malos tratos por parte
de los funcionarios.
Tercero: la consulta exclusiva al personal penitenciario o de salud lleva
recurrentemente a que la falta de acceso a derechos sea leída como voluntad de los
detenidos y no en función de los cupos y las condiciones que dispone el Estado.
Cuarto: más allá de las sucesivas modificaciones al procedimiento de visitas,
585
Informe anual 2018
se mantiene la falta de criterios objetivos para el relevamiento; esto contribuye
a la aparición de sesgos subjetivos o de contradicciones al momento de las
observaciones.
Quinto: en relación con lo anterior, estas imprecisiones también repercuten en
la confección de los informes y su posterior utilización; en concreto, la falta de
uniformidad entre los distintos informes dificulta compararlos y agregarlos para
un estudio global de las condiciones de encierro en la Provincia.
Sexto: como vimos en la mayoría de los informes analizados, la constatación
de agravamientos en las condiciones de detención no derivan en que los jueces
ordenen medidas, siendo éste uno de los sentidos más importantes de las visitas.
La mala confección de los informes, la poca profundidad con la que se realizan,
la falta de medidas urgentes frente a situaciones constatadas y la desconexión
con las visitas anteriores o con denuncias de otras instituciones generan un
cúmulo de ineficacias que hacen de esta práctica un visita meramente formal
más que un control jurisdiccional.
A diez años de la acordada 3415/08 y a cinco de la 3632/13 -resoluciones que
pretendieron hacer más eficaz el procedimiento de las visitas-, los relevamientos
judiciales siguen siendo actos formales que generalmente no proporcionan
ninguna mejora a las vulneraciones de derechos, y muchos menos son un
medio de denuncia o prevención de casos de tortura. Su resultado suele ser la
legitimación de las distintas violencias carcelarias.
586
Informe anual 2018
Anexos
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Informe anual 2018
588
Informe anual 2018
I
589
Informe anual 2018
en las fuerzas de seguridad, como lo habilita el Código Procesal Penal de la
provincia de Buenos Aires (CPPBA). Asimismo establece la obligación de las
fiscalías generales departamentales de informar mensualmente a la Procuración
General el inicio y desarrollo mensual de dichas investigaciones. En concreto,
para el año 2012 la Procuración registró a través de esta resolución 11 casos de
muertes en todo el territorio de la provincia de Buenos Aires.
Conscientes del alto nivel de sub-registro de esta fuente -en función de
investigaciones previas, de la consulta en bases de datos alternativas3 y de nuestro
propio trabajo de seguimiento de estos casos en los medios de comunicación-, se
diseñó una estrategia tendiente a recuperar los casos invisibilizados por el registro
oficial. En este marco, se realizaron pedidos específicos por escrito a la fiscalía
general de cada uno de los departamentos judiciales en los que en ese momento
se encontraba dividida la provincia de Buenos Aires4. Se solicitó la totalidad de
las investigaciones penales preparatorias (IPP) iniciadas durante 2012 en las que
estuviera involucrado personal policial o de otras fuerzas de seguridad (tanto
provinciales como nacionales, incluido el Servicio Penitenciario) que hubieran
dado muerte con armas de fuego o por otros medios5. El pedido se reforzó
mediante llamados telefónicos a fin de explicar la solicitud, haciendo hincapié
en que la información debía ser relevada manualmente en cada fiscalía, ya que
el primer dato informado por la Procuración (11 muertes) surgía del sistema
informático del Ministerio Público (SIMP). A partir de este trabajo manual, se
informaron 26 IPP.
Para complementar la búsqueda, se apeló como una tercera fuente de información
a la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad (AGAI),
que en estos casos debe iniciar una investigación sumarial administrativa.
Se elevó el mismo pedido que a las fiscalías generales entendiendo que este
organismo solamente puede informar sobre las actuaciones de la Policía de la
provincia de Buenos Aires. Por esta vía fueron informadas 53 investigaciones
iniciadas, lo que representa el doble de las informadas por las fiscalías generales
3 Las bases alternativas son las de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) y
la del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Estas bases no trabajan con el mismo universo pero nos
permiten construir una referencia general del número de casos.
4 En aquella instancia de la investigación eran 18 los Departamentos Judiciales.
5 Realizamos este tipo de solicitud amparados en las facultades que se otorgan a la CPM, a través de la reso-
lución de Procuración Nº 352/04 y la reiteratoria 4365/04 de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de
Buenos Aires, para solicitar dicha información.
590
Informe anual 2018
y el quíntuple de las informadas por la Procuración General a través del SIMP.
Del cruce de estas tres fuentes se llegó a un número de 74 muertes provocadas
por funcionarios policiales y otras fuerzas de seguridad durante el año 2012
en la provincia de Buenos Aires. Recabar esta información implicó un trabajo
arduo que requirió la articulación de diversas fuentes.
En esta etapa, además, se implementaron estrategias tendientes a completar el
registro de casos a partir de información recolectada de la prensa y se accedió
a las bases de datos de otros organismos, particularmente la del CELS. Ante
el carácter fragmentario de la información se utilizó como criterio para la
incorporación (o expulsión) de casos en la base contar con al menos dos entre
las siguientes tres variables: fecha de ocurrencia, lugar de ocurrencia y nombre
de la víctima. Una vez procesada e incorporada esta información, la base pasó a
tener 129 víctimas.
Repasando lo dicho hasta aquí, relevamos información del SIMP de la
Procuración General, de las fiscalías generales, de la AGAI, de medios de
comunicación y otras bases de datos, de acuerdo al siguiente detalle:
SIMP (Procuración) 11
El cruce de estas tres fuentes
Fiscalías generales (Procuración) 26
permitió identificar 74 víctimas
AGAI (Ministerio de Seguridad) 53
El resultado del trabajo no se torna relevante por la cifra final sino porque,
sobre todo, logramos un registro no solo completo sino complejo y heterogéneo.
Completo no implica que dé cuenta de la cifra total de muertes provocadas por
funcionarios policiales mediante el uso de armas de fuego sino que, frente al
alto sub-registro de las fuentes oficiales, posibilita acceder a un panorama más
integral de la situación y poner en evidencia las falencias de las instituciones
591
Informe anual 2018
estatales frente a esto. Complejo en tanto el acceso a las IPPs permite contar
con datos que otras bases no cuentan, derivado de las fuentes a las que apelan
(principalmente, la prensa). Heterogéneo porque los diversos caminos a través
de los cuales accedimos a los casos nos proveen de datos sobre cada uno, en
general más completos en el caso de contar con el expediente judicial y menos
completos en caso de derivar de la noticia policial.
De la experiencia del OPS en el registro y construcción de la base de datos
para el año 2012 se evidencia el incumplimiento de la obligación del Estado de
garantizar el acceso a la información pública sobre las víctimas de la violencia
letal policial. Del total de casos, el Ministerio de Seguridad sólo informó el 41%,
las fiscalías generales el 20% y la Procuración General apenas el 8%. En suma,
poco más de la mitad (57%) pudo conocerse a través de fuentes oficiales mientras
que el resto debió rastrearse por otras vías. A pesar de poseer un sistema legal
en el que la vida constituye un bien jurídico de mayor protección, el Estado
invisibiliza las muertes producidas por sus propios/as agentes. El Estado no
construye ni publicita datos que permitan disponer políticas públicas tendientes
a abordar el tema. La falta de visibilidad implica, a su vez, la falta de interés en
este tipo de muerte. De esta manera, además, surge que la cifra de homicidios,
usualmente utilizada como dato incuestionable por la obligación de denuncia
y registro, se vuelve cuestionable al menos en relación con las muertes aquí
analizadas. Por último, si bien estos homicidios forman parte de la estadística
oficial, no se consideran mayoritariamente como lo que son: muertes producto
del uso letal de la fuerza policial.
Registramos un total de 122 casos, a los que entendemos como hechos que
incluyen al menos una persona fallecida por el uso letal de la fuerza policial y
sobre los cuales contamos con al menos dos de las siguientes tres variables: fecha
del evento, lugar del evento y nombre de la/s víctima/s.
592
Informe anual 2018
El registro da cuenta de 129 víctimas fatales de las cuales 89 (69%) figuran
en nuestro registro con nombre y apellido y 40 (31%) figuran como NN o sin
nombre. Mantuvimos las víctimas NN de las cuales contábamos con datos sobre
la fecha y el lugar del evento. En aquellas víctimas NN en que coincidían estos
datos, consideramos que se trataba del mismo episodio, unificando los datos en
un solo caso.
En relación con los presuntos victimarios, contamos con 128 registros.
Entendemos por victimarios a aquellos sujetos pertenecientes a fuerzas de
seguridad que realizaron disparos de arma de fuego que impactaron en las
víctimas y que resultaron identificados en el expediente judicial y/o en las
fuentes de prensa.
Finalmente, otro dato general de importancia es que el estudio incluye 31
expedientes judiciales referidos a estos casos. Estos expedientes ofrecen una
serie de detalles que permiten establecer un conjunto de datos, hipótesis y cruces
de variables que constituyen un aporte central de nuestro estudio al campo de
investigaciones sobre el uso letal de la fuerza policial. En todo caso, establecemos
para los diferentes datos la fuente correspondiente o el número que conforma su
universo, de forma tal que el/la lector/a puede dimensionar el dato y su origen.
593
Informe anual 2018
Gráfico 1. Sexo/género de las víctimas de uso letal de la fuerza policial,
año 2012 (porcentajes)
Un dato saliente es que entre los 40 NN, 24 son varones, en 16 casos el sexo o
género no se encuentra explicitado y en ningún caso son mujeres. Esto refuerza
una hipótesis de nuestro estudio: frente al carácter mayoritario de varones
muertos por la fuerza letal policial, corroborado por todas las investigaciones
disponibles, el carácter de mujer de la víctima constituye un elemento noticiable
(o usualmente recuperado por los medios de comunicación para la construcción
de noticias). En otras palabras, los medios suelen explicitar cuando se trata de
una mujer, por lo que podríamos suponer que los 16 casos sobre los cuales no
poseemos datos refieren a víctimas varones.
Una segunda variable saliente es la edad de las víctimas, una categoría que
dividimos en rangos para un análisis agregado: entre 0 y 9 años no hay casos,
entre 10 y 17 años son 15 casos (12%), entre 18 y 32 se reúne el 42% de los casos,
y a partir de los 33 años el 17.5% de los casos, mientras que de 36 casos (28%)
no contamos con datos.
594
Informe anual 2018
Gráfico 2. Edad de las víctimas de uso letal de la fuerza policial, año 2012
(porcentaje).
De esta manera, en caso de excluir a aquellos casos para los cuales no contamos
con datos -es decir, 93 casos para los cuales contamos con el dato-, podemos
afirmar que el 63% de las víctimas poseen entre 10 y 25 años, mientras que
el 37% posee 26 años o más. Esta cifra se asemeja a la del año 2017, cuando
ascendieron al 61.70 % las víctimas menores de 25 años.
Un primer dato saliente sobre los victimarios refiere al sexo o género atribuido
por la fuente. Entre los 128 victimarios no contamos con el dato para 32 casos
(25%), mientras que 96 son varones (75%) y no hay registro sobre mujeres. En
línea con la hipótesis planteada más arriba, estimamos que los casos para los
cuales no contamos con datos son varones en tanto de tratarse de mujeres sería
una característica destacada por la prensa.
Para analizar la edad de los victimarios mantuvimos los rangos etarios que
definimos para las víctimas. Además, en un segundo momento, agrupamos dos
categorías más generales bajo la idea de discutir con la extendida hipótesis de
que son los/as funcionarios/as policiales jóvenes quienes, por falta de formación
595
Informe anual 2018
y/o de experiencia, protagonizan este tipo de hechos. Los datos indican que en
6 casos (5%) los victimarios tienen entre 18 y 25 años, en 39 casos (30%) tienen
26 años o más, mientras que en 83 casos (65%) no contamos con el dato. Como
se observa, para esta variable poseemos pocos datos debido a que no suele
figurar en la prensa sino en los expedientes judiciales. Los datos con los que
contamos permiten cuestionar la idea de que son los/as agentes jóvenes quienes
protagonizan este tipo de hechos.
596
Informe anual 2018
datos. Por un lado, que el año de referencia de este estudio, el 2012, aunque
en una tendencia de constante crecimiento de la fuerza, es previo al aumento
exponencial del número de integrantes de la policía de la provincia. En 2014,
durante la segunda gestión de Daniel Scioli (2011-2015), la provincia incorporó
10 mil cadetes a la fuerza -la promoción de efectivos más grande de Sudamérica-
y en 2015 sumó 15 mil para prestar funciones en las nuevas policías locales. Por
otro lado, es importante destacar que en 2012 la Gendarmería y la Prefectura
recién habían comenzado a llevar a cabo tareas de patrullaje policial en zonas de
la capital federal y el conurbano bonaerense.7 Sin embargo, más allá del aumento
del personal de fuerzas federales en actividades de tipo policial en la provincia,
la base de datos preliminar de la CPM no evidencia un aumento considerable de
su participación en muertes por uso letal de la fuerza.8
Una variable central en nuestro análisis es si los agentes involucrados se
encontraban uniformados. Registrar si al momento del hecho los victimarios se
encuentran con la ropa reglamentaria o vestidos de civil es importante debido a
que el uniforme constituye un elemento primordial para su identificación como
agente público. En otros términos, el hecho de estar uniformados o de civil da
cuenta de la situación laboral de los/as agentes al momento de la actuación que
resultó en la muerte.
597
Informe anual 2018
Gráfico 4. Uniformados o no uniformados (porcentajes).
598
Informe anual 2018
Gráfico 5. Condición de los presuntos victimarios: en actividad y retirados
(porcentajes).
599
Informe anual 2018
Gráfico 6. Condición laboral de los presuntos victimarios en actividad
(porcentajes).
Sobre la circunstancia
Uno de los datos más contundentes que aporta la investigación -cobra aún más
relevancia al cruzarlo con los datos referidos a la condición laboral del victimario
a la que acabamos de referir- se vincula a la circunstancia en la que ocurren las
muertes. En este sentido, 58 hechos se producen en el marco de supuestos robos
(48%), que se dividen en términos prácticamente iguales entre supuestos robos
al victimario (31 casos) y supuestos robos a terceros (27). Le sigue a los supuestos
robos una categoría residual que denominamos “otros”, con 6 casos (5%), en la
cual se incluyen allanamientos, secuestros y situaciones particulares. En 5 casos,
600
Informe anual 2018
un 4%, las muertes se producen en el contexto de una persecución. En 2 casos,
un 2%, los decesos se producen en el contexto de femicidios. Finalmente, en 51
casos (41%) no contamos con datos.
601
Informe anual 2018
Sobre la dimensión territorial
En relación con la variable territorial, un primer dato es el departamento
judicial de ocurrencia de las muertes10. De 122 casos se registran las siguientes
frecuencias: 24 en San Martín (20%), 21 en Lomas de Zamora (17%), 16 en
Quilmes (13%), 8 en Morón (7%), 14 en Mercedes (11%), 9 en La Matanza
(7%), 7 en Mar del Plata (6%), 6 en La Plata (5%), 6 en San Isidro (5%), 3 en
Zárate-Campana (2%), 1 en Dolores (1%), 1 en Necochea (1%) y 1 en Azul (1%),
mientras que no tenemos datos para 5 casos (4%).
10 Los departamentos judiciales son las unidades territoriales en las que se divide la provincia de Buenos
Aires a fin de su administración de justicia. Dependen del Ministerio de Justicia del gobierno de la Provincia.
11 Referimos concretamente a Bahía Blanca, Junín, Pergamino, Trenque Lauquen y San Nicolás.
602
Informe anual 2018
Tabla 1. Departamentos judiciales y densidad poblacional, año 2012.
Departamento Cantidad de
Población* Densidad poblacional*
judicial casos
Trenque Lauquen 243.214 5,1
Azul 1 435.636 8,2
Dolores 1 284.172 8,6
Bahía Blanca 626.894 9
Necochea 1 118.855 9,7
Junín 274.158 12,5
Pergamino 129.480 32,6
Mercedes 14 1.098.701 43,3
San Nicolás 314.234 49,4
La Plata 6 1.160.614 68,4
Mar del Plata 7 723.685 69,8
Zárate-Campana 3 452.154 144,8
San Isidro 6 1.400.996 813,1
Quilmes 16 1.333.192 2650,5
Lomas de Zamora 21 2.435.802 3724,5
Morón 8 1.198.668 3982,3
San Martín 24 1.618.813 5432,3
La Matanza 9 1.775.816 5497,9
Fuente: Observatorio de Políticas de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. * Datos del censo 2010.
En tercer lugar, una mirada de los datos hacia el interior de los departamentos
judiciales muestra una distribución que evidencia la necesidad de abordar estos
hechos desde unidades territoriales más circunscritas.
603
Informe anual 2018
Tabla 2. Departamentos judiciales, partidos y muertes por uso letal de la
fuerza.
Departamento Partidos con
Casos Partidos sin muertes
judicial muertes
Azul, Benito Juárez, Bolívar,
General Alvear, General
Azul 1 Olavarría (1).
Lamadrid, Laprida, Las Flores,
Rauch, Tandil y Tapalqué.
Ayacucho, Castelli,
Chascomús, General Belgrano,
General Guido, General
Dolores 1 Dolores (1). Lavalle, General Madariaga,
Partido de La Costa, Lezama,
Maipú, Pila, Pinamar, Tordillo y
Villa Gesell.
La Matanza 7 La Matanza (7). -
Berisso, Brandsen, Cañuelas,
Ensenada, General Paz,
La Plata (4) y
La Plata 6 Lobos, Magdalena, Monte,
Presidente Perón (2).
Punta Indio, Roque Pérez,
Saladillo y San Vicente.
Almirante Brown
(3), Avellaneda (1),
Lomas de Zamora 18 Esteban Echeverría Ezeiza
(1), Lanús (6), Lomas
de Zamora (7).
General Pueyrredón Balcarce, General Alvarado,
Mar del Plata 5
(5). Mar Chiquita.
Alberti, Bragado, Carmen de
Areco, Chivilcoy, General Las
General Rodríguez Heras, Marcos Paz, Mercedes,
Mercedes 11 (1), Moreno (8), Luján Navarro, 9 de Julio, Salto,
(2). San Andrés de Giles, San
Antonio de Areco, Suipacha y
Veinticinco de Mayo.
Morón (5), Ituzaingó
Morón 7 Hurlingham.
(1), Merlo (1).
Necochea 1 Necochea (1). Lobería y San Cayetano
Quilmes (9) y
Quilmes 11 Berazategui
Florencio Varela (2).
604
Informe anual 2018
Tres de Febrero (11),
San Martín (7), José
San Martín 24 C. Paz (1), Malvinas -
Argentinas (3), San
Miguel (2).
Pilar (2), San Isidro
San Isidro 5 (1), Tigre (1), Vicente San Fernando.
López (1).
Escobar (1), Zárate Campana y Exaltación de la
Zárate-Campana 2
(1). Cruz
Fuente: Observatorio de Políticas de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.
605
Informe anual 2018
Tabla 3. Homicidios totales y por uso letal de la fuerza policial, según
departamento judicial, año 2012.
Departamento Homicidios por uso Homicidios
% representación
judicial letal de la fuerza totales
Azul 1 23 4,3
Dolores 1 14 7,1
La Matanza 9 171 5,2
La Plata 6 68 8,8
Lomas de Zamora 21 216 9,7
Mar del Plata 7 66 10,6
Mercedes 14 79 17,7
Morón 8 64 12,5
Necochea 1 6 16,6
Quilmes 16 121 13,2
San Martín 24 181 13,2
San Isidro 6 80 7,5
Zarate-Campana 3 39 7,6
Fuente: Observatorio de Políticas de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.
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Informe anual 2018
Lomas de Zamora (7), General San Martín (7), Lanús (6), Morón (5) y General
Pueyrredón (5). Se trata de partidos que forman parte del conurbano bonaerense,
con excepción del último. Además, son partidos que, según la proximidad con
la Capital Federal, conforman el primer cordón del conurbano bonaerense, con
excepción de Moreno (ubicado en el segundo cordón) y General Pueyrredón
(ubicado en el interior de la Provincia).
Finalmente, se desprende que el 80% de los casos (98) se producen en
departamentos judiciales que conforman el denominado conurbano bonaerense,
que el 16% (19) ocurren en el resto del territorio provincial, mientras que del 4%
(5) no tenemos datos.
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Informe anual 2018
Gráfico 10. Lugar de ocurrencia de los homicidios (porcentajes).
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Gráfico 12. Distribución según día de la semana (porcentaje).
609
Informe anual 2018
Los datos derivados de las variables banda horaria, día de la semana y mes
del año evidencian una gran dispersión de los casos, lo que impide construir
características prototípicas compartidas en lo referente a la situación espacio-
temporal. Esto desmitifica la idea extendida de que este tipo de muertes ocurren
durante la noche-madrugada y principalmente en los fines de semana. Nuestra
hipótesis es que las coordenadas de ocurrencia de estos hechos se encuentran
asociadas fundamentalmente a la dinámica del delito urbano, de la producción
de supuestos robos, por lo que estos datos deben analizarse conjuntamente con
las estadísticas delictivas.
Los siguientes datos corresponden a los 31 casos en los cuales el equipo del
OPS logró reunir los expedientes judiciales. Esta dimensión tiene como objetivo
indagar acerca del funcionamiento del Poder Judicial a la hora investigar casos
de uso letal de la fuerza por parte de funcionarios/as de seguridad. Registramos
una serie de categorías que nos permiten examinar diferentes instancias del
proceso judicial.
Un primer elemento a destacar es si aplica la resolución 1390. Esta categoría
refiere a una acordada de la Procuración General de la Suprema Corte provincial
que determina que en los delitos cometidos por funcionarios públicos en el
ejercicio de sus atribuciones (el caso de los agentes de las fuerzas de seguridad)
el/la fiscal debe ocuparse exclusivamente de la investigación sin poder realizar
delegaciones, corriendo de ese modo también a la fuerza a la que pertenece el/
la involucrado/a. Sobre la aplicación de la resolución 1390 hemos detectado,
en el análisis de los expedientes, que la podemos hallar en forma explícita, al
ser mencionada en la causa judicial, o en forma implícita, no apareciendo en la
causa pero sí en los hechos. Según nuestro relevamiento, en 18 casos se aplica la
resolución, en 8 casos de manera implícita y en 10 casos de manera explícita. En
13 causas, por el contrario, no se aplica.
La explicación al hecho de la aplicación o no aplicación de la mencionada
resolución se puede abordar desde diversas perspectivas:
a) La primera dimensión que sobrepasa el parámetro de aplica-
610
Informe anual 2018
ción -que resulta ser el más importante a la luz de los hechos que se
investigan- tiene que ver con la cantidad de causas que se inician por la
resolución: sólo 11 causas fueron relevadas por la Procuración a través
de dicha normativa, lo cual puede tener una estrecha relación con el
tipo de sistema informático que utiliza la justicia penal. El SIMP es un
sistema de gestión y no estadístico, pese a ello es el principal instrumen-
to utilizado para relevar datos provenientes de los expedientes judicia-
les. Sumado a esta variable, de entrevistas obtenidas con funcionarios
judiciales hemos podido rescatar como parte del problema la resistencia
de los/as operadores/as judiciales para completar los campos que no re-
sultan obligatorios para continuar con la carga de los actos propios del
proceso penal.
b) La segunda dimensión es la redacción e interpretación de la
resolución 1390, que textualmente establece su aplicación a “delitos co-
metidos por funcionarios públicos en el ejercicio de sus atribuciones”.
El problema se presenta con la expresión “en el ejercicio de sus atri-
buciones”, ya que las interpretaciones que se realizan de la misma no
son a la luz de otras normativas que rigen particularmente la actuación
policial. Algunos funcionarios judiciales interpretan que un agente po-
licial en franco de servicio no encuadraría dentro de la expresión “en
el ejercicio de sus atribuciones”, pero dicha interpretación sólo puede
resultar posible si no se tiene en cuenta el estado policial definido en las
leyes que regulan el funcionamiento de las fuerzas de seguridad12.
Un segundo elemento se vincula a en calidad de qué (imputado, testigo) los/as
funcionarios policiales son traídos/as a las investigaciones judiciales. Para poder
abordar este punto decidimos centrarnos en la audiencia establecida en el artículo
308 CPPBA13, que refiere a la declaración que se brinda ya en calidad de imputado
12 Ley 13.982, art. 2: “la situación jurídica que resulta del conjunto de derechos y deberes establecidos por las
leyes y reglamentos, para el personal que ocupa un lugar en las escalas jerárquicas de las Policías de la Provincia
y comprende exclusivamente a éste, quien lo conserva después de cesar en el servicio activo, excepto que el cese
se produzca por baja.” Decreto N°1050/09 Reglamentario de la ley 13.982, art. 31: “las características del estado
policial son permanentes. No se limitan al tiempo de servicio diario ni a la sección u oficina a la que se hallan
destinados; comprenden igualmente las horas francas en las que podrá tomar la intervención a la que alude el ar-
tículo 11 inciso e) de la “Ley de Personal” y deberá acudir con prontitud al llamado del superior cuando ello obe-
dezca exclusivamente a razones de fuerza mayor y seguridad que así lo requieran, tales como casos de conmoción
interna, catástrofes, emergencias u otras que hagan indispensable la prestación de servicios por parte del agente”.
13 Artículo 308.- (Texto según Ley 13.943) Procedencia y término: Existiendo elementos suficientes o indicios
611
Informe anual 2018
del delito que se investiga. En 18 casos observamos que la audiencia del artículo 308
no se lleva a cabo mientras que en 13 casos esto sí ocurre. Ello pone de manifiesto
que en 18 casos de los 31 analizados ni siquiera se avanzó en la toma de declaración
indagatoria, por lo cual no fueron imputados formalmente como presuntos autores
al menos hasta un año después de haberse iniciado las investigaciones14.
Con el fin de obtener información acerca de la instancia en que se halla el proceso
judicial a 2018, realizamos llamadas telefónicas a las fiscalías intervinientes,
pudiendo recabar la siguiente información:
- 22 IPPs fueron archivadas y los agentes de las fuerzas de seguridad
sobreseídos o, en algunos casos, no fueron investigados en calidad de imputados.
- 2 causas fueron elevadas a juicio, recibiendo uno de los imputados una
condena de 4 años la cual fue recurrida ante el Tribunal de Casación Penal, que
redujo la pena a 3 años y le otorgó la libertad condicional. El otro imputado
recibió una condena de 2 años de prisión en suspenso.
- 2 causas se encuentran elevadas a juicio.
- 1 causa aún se encuentra en etapa de investigación.
- 4 causas no pudimos actualizar la información porque no logramos
comunicarnos con las UFI intervinientes.
El hecho que de 31 expedientes el 70% hayan sido archivados pone de relieve la
mirada del Poder Judicial sobre estas muertes. La lectura de los expedientes nos
permite aportar no solo este dato como parámetro de la ligereza con la cual se
resuelven las investigaciones. Podemos expresar que del total de 31 expedientes
en 9 de ellos las carátulas reproducen los delitos consignados en las actuaciones
policiales, por lo que la calificación “homicidio” se ve reemplazada por los
supuestos delitos cometidos por la persona fallecida. Asimismo, y plenamente
relacionado con lo dicho anteriormente, en la categoría “imputado” aparece la
persona fallecida -la víctima- y en la categoría víctima se consigna al personal
de la fuerza de seguridad -el imputado.
Este tipo de recurrencias representan, antes que errores o confusiones en el
plano formal-burocrático, una pre-concepción de hecho sobre estas situaciones
que debe gestionar la justicia. Los expedientes analizados demuestran una baja
vehementes de la perpetración de un delito y motivo bastante para sospechar que una persona ha participado en su
comisión, el Fiscal procederá a recibirle declaración, previa notificación al Defensor bajo sanción de nulidad (...).
14 Los expedientes fueron recibidos entre 2013-2014.
612
Informe anual 2018
(y en algunos casos nula) actividad fiscal tendiente al esclarecimiento de los
hechos y sus circunstancias.
Los/as funcionarios/as judiciales convalidan, a través de sus prácticas, la
impunidad en las muertes producidas por uso letal de la fuerza policial. Sus
investigaciones parciales, además, impiden comprender la complejidad de las
situaciones y generar instancias que permitan repensar la actuación policial
desde una perspectiva respetuosa de los derechos humanos.
A modo de conclusión
15 Esta información se desprende de los relevamientos realizados por la Procuración General de la Suprema
Corte de Justicia, disponibles en https://www.mpba.gov.ar/web/estadisticas.php.
16 La necesidad de construir indicadores que den cuenta de los efectos particulares de estas nuevas (o reno-
vadas) políticas públicas fueron retomados en un reciente Documento de Trabajo del OPS denominado “La
seguridad en cuestión. Apuntes de un debate acerca del campo de estudios sociales sobre el delito, la violencia
y la policía en la Argentina actual”. Disponible online:http://observaseguridad.fahce.unlp.edu.ar/Documen-
to%20de%20trabajo%201.pdf
613
Informe anual 2018
Más allá de esto, nuestra investigación demuestra la continuidad de una amplia
legitimación expresada en el alto nivel de impunidad en los casos registrados
en relación con el uso ilegal de la fuerza policial. La investigación que el OPS
desarrolla desde 2013, usando como caso testigo al año 2012, permite concluir
que la convalidación judicial a este tipo de muertes es una práctica extendida y
arraigada en el sistema judicial de la provincia de Buenos Aires.
El registro que realizamos repara, por lo general, en casos en los cuales las
víctimas de la violencia letal policial se encontraban cometiendo presuntos
ilícitos; de hecho, cerca de la mitad de los casos corresponden a supuestos
robos a terceros o a los victimarios. Se trata de escenas donde la existencia de
un supuesto ilícito edifica una retórica legitimadora que se expresa claramente
en la práctica judicial. La justicia autoriza y legitima el uso de la fuerza en
situaciones donde se prioriza el cuidado de un bien material por sobre la vida
de las personas. Frente a estas situaciones, no investiga el accionar policial, no
cuestiona cómo el/as o los/as agentes involucrados/as usaron sus armas, no
repara en los criterios de operatividad y fuerza utilizados. Los sujetos que utilizan
armas no son interpelados ni evaluados como funcionarios públicos, tampoco
por la autoridad ministerial. Las esferas políticas, por su parte, no reparan en
que la problemática vinculada al uso de la fuerza letal policial no se produce al
margen del escenario de intervención policial. Es decir, según evidencian los
resultados de nuestra investigación, las muertes ocurrieron mayoritariamente
en intervenciones policiales con agentes fuera del horario laboral que se
vinculan a la ocurrencia de supuestos delitos. Atendiendo a estos motivos es que
se impone la necesidad de repensar el estado policial, la obligación de intervenir
fuera del horario de trabajo, generalmente en soledad, y de generar condiciones
institucionales que habiliten el uso de herramientas de intervención, entre las
cuales el uso letal de la fuerza sea la última opción.
614
Informe anual 2018
II
ANEXOS DE LA SECCIÓN POLÍTICAS PENITENCIARIAS
Capítulo 1
Total de privaciones de la libertad según modo de inicio, por año, en la
provincia de Buenos Aires (2012-2017).
Año Aprehensión policial Detención con orden judicial
2012 24581 88,92% 3062 11,08%
2013 29201 90,31% 3134 9,69%
2014 32606 90,43% 3451 9,57%
2015 31819 89,85% 3596 10,15%
2016 33696 89,43% 3984 10,57%
2017 35057 88,16% 4708 11,84%
Fuente: CPM en base a los informes anuales del Registro Único de Detenidos de la Procuración General de
la provincia de Buenos Aires.
615
Informe anual 2018
Porcentajes de requerimientos de detención y prisión preventiva,
Buenos Aires (2013-2017).
% de requerimientos
% de conversión de PP sobre total
en detención de requerimientos % de requerimientos
sobre total de de conversión en de PP sobre total de
Año detenciones detención detenciones
2013 58,9% 56,6% 33%
2014 60,4% 55,1% 33%
2015 56,8% 59,0% 34%
2016 58,7% 58,1% 34%
2017 55,2% 62,3% 34%
Fuente: CPM en base a datos publicados por el RUD en sus informes anuales sobre Aprehensiones y detenciones
con orden judicial; información sobre Requerimientos proporcionada por la Secretaría de Planificación
de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, a partir de las planillas remitidas por los
titulares de los Juzgados en cumplimiento de las resoluciones de inventario y acuerdo 3623. Se contabilizan
las resoluciones, independientemente si conceden o deniegan el requerimiento. Los datos del año 2017 son
parciales, preliminares y están sujetos a modificaciones.
Capítulo 4
Ministerio de Justicia (30/01/2018). Balance de Gestión. Enero a Diciembre
2017. Información sobre Salud:
“Garantizamos la provisión de medicamentos e insumos médicos en
todas las áreas sanitarias de los Complejos Penitenciarios.
2016: Pusimos en marcha el Hospital General de Agudos Mixtos en la U. 22
de Lisandro Olmos, en el que se realizaron en 2017 más de 120 intervenciones.
2017: Adquirimos 10 ambulancias para el fortalecimiento de los distin-
tos Complejos Penitenciarios.
Aplicamos 13.000 vacunas a internos y agentes.
Realizamos 300 estudios ginecológicos a fin de prevenir el cáncer de
mama y cuello de útero.
Inauguramos 7 Centros de Tratamiento Ambulatorio alcanzando un total
de 24 centros activos, entre Ambulatorios y Comunidades Terapéuticas.
Desarrollamos la primera etapa del proyecto de Historias Clínicas Digi-
tales, con el objetivo de optimizar el control de la salud de los internos,
el trabajo de los profesionales y la utilización de medicamentos.”
616
Informe anual 2018
Capítulo 5
Cantidad de mujeres detenidas por año, Buenos Aires (2002-2017);
variación interanual y del período 2002-2017.
617
Informe anual 2018
Homicidios culposos 37 3,0
Homicidios dolosos (tent.) 35 2,9
Violaciones 28 2,3
Delitos contra el honor 17 1,4
Hurto y/o tentativa de hurto 17 1,4
Lesiones Dolosas 11 0,9
Delitos contra la seguridad pública 9 0,7
Lesiones Culposas 8 0,7
Privación ilegítima de la libertad 8 0,7
Amenazas 7 0,6
Delitos contra la administración pública 6 0,5
Otros delitos contra la libertad 4 0,3
Delitos contra el orden público 3 0,2
Delitos contra la seguridad de la nación 3 0,2
Contravenciones 2 0,2
Delitos contra la fe pública 2 0,2
Delitos contra el estado civil 1 0,1
Delitos contra los poderes públicos 1 0,1
Delitos previstos en leyes especiales 1 0,1
Infracción ley 13.944 incumplimiento de
deberes 1 0,1
Sin dato 9 0,7
Total 1218 100
Fuente: CPM en base a las Bases del SNEEP correspondientes al año 2016.
U P U P U P U P
Tipo de entrevista UP 8 33 50 51 52 Subtotal
Informe urgente 90 43 1 12 1 147
Informe 31 12 1 0 1 45
Hábeas corpus 20 8 2 5 0 35
Hábeas corpus urgente 8 3 2 7 0 20
Informe por art. 25 inc. 3 9 4 0 4 0 17
618
Informe anual 2018
Comparendo con juez 6 9 0 0 0 15
Comparendo con defensor 3 7 0 0 0 10
Solicitud de resolución 0 0 1 1 0 2
Otros 1 0 0 0 0 1
Subtotales 168 86 7 29 2 292
Fuente: CPM.
619
Informe anual 2018
Autolesión 1 1 0 0 0 2
Traslado constantes 0 0 1 0 0 1
Huelga de hambre 0 0 0 1 0 1
Arma blanca 0 0 0 1 0 1
Subtotal 429 220 27 103 13 792
Fuente: CPM.
620
Informe anual 2018
GRÁFICOS
621
Informe anual 2018
modalidad de monitoreo electrónico, 2014-2017 (valores absolutos).
Gráfico 17. Cantidad de plazas de 27 cárceles bonaerenses, según cupo judicial y real.
Gráfico 18. Cantidad de mujeres detenidas en el sistema penitenciario
provincial (2002-2017).
Gráfico 19. Porcentaje de mujeres detenidas según situación procesal, 2014-
2017.
Gráfico 20. Cantidad de niños y niñas detenidos junto a sus madres (ene-
2015/dic. 2017).
Gráfico 21. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB, 2008-2017.
Gráfico 22. Tasa de muertes cada 1.000 personas detenidas bajo custodia del
SPB, 2008-2017.
Gráfico 23. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB, según
causas, 2008-2016 (valores porcentuales y medios).
Gráfico 24. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB, según
causas, 2008-2016 (valores absolutos).
TABLAS
622
Informe anual 2018
Tabla 9. Total de casos, hechos y víctimas informados/as, período 2017.
Tabla 10. Tipo de hechos violentos informados (nominales y porcentuales),
período 2017.
Tabla 11. Cantidad de casos según cantidad de víctimas por caso (agrupados),
período 2017.
Tabla 12. Cantidad de víctimas por género (valores nominales y porcentuales),
período 2017.
Tabla 13. Consecuencias físicas según tipo por víctima.
Tabla 14. Intervención de agentes sanitarios según tipo por víctima.
Tabla 15. Medidas adoptadas según tipo por víctima.
Tabla 16. Cantidad de hechos de “Autolesión” combinados con otro tipo de
hecho violento.
Tabla 17. Cantidad de víctimas según tipo de consecuencia física informada,
período 2017.
Tabla 18. Cantidad de medidas informadas, período 2017.
Tabla 19. Cantidad de autolesiones por detenido, período 2017.
Tabla 20. Casos y hechos de violencia en el Complejo San Martín, años 2016-
2017.
Tabla 21. Hechos de violencia en el Complejo San Martín, según tipo de
hecho, años 2016-2017.
Tabla 22. Hechos descriptos según tipo de tortura y/o maltrato.
Tabla 23. Hechos descriptos según tipo de problema de salud desatendido.
Tabla 24. Hechos descriptos según tipos de deficiencia en la asistencia de la
salud.
Tabla 25. Características de los hechos descriptos de aislamiento según
modalidad.
Tabla 26. Hechos descriptos de malas condiciones materiales según tipo de
deficiencias padecidas.
Tabla 27. Hechos descriptos según tipo de deficiencia en la alimentación.
Tabla 28. Cantidad de entrevistas en donde se denuncia uno o más hechos
vinculado/s a la desatención de la salud en cárceles dependientes del SPB,
durante 2017.
Tabla 29. Notificación de casos de tuberculosis, todas las formas. Tasa por
623
Informe anual 2018
100.000 hab. República Argentina y provincia de Buenos Aires, 2015.
Tabla 30. Cantidad de casos de TBC y HIV notificados por año en cárceles de
la provincia de Buenos Aires.
Tabla 31. Turnos otorgados y efectivizados en la UP 22, por mes, 2017.
Tabla 32. Cantidad de mujeres condenadas, según duración de la condena
(2016).
Tabla 33. Personas detenidas con monitoreo electrónico según género (valores
porcentuales), Buenos Aires, 2014-2017.
Tabla 34. Acceso a “beneficios procesales”, por género (Buenos Aires, 2016).
Tabla 35. Cantidad de personas detenidas según última situación laboral antes de la
detención, por género (valores absolutos y porcentuales), Buenos Aires, 2016.
Tabla 36. Porcentaje de muertes informadas por cada fuente respecto al total
de muertes producidas en contextos de encierro bajo custodia del SPB, 2016-
2017.
Tabla 37. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB, según franja
etaria, 2017.
Tabla 38. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB, según lugar de
detención, 2017.
Tabla 39. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB, según lugar de
muerte, 2017.
Tabla 40. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB, según causa
oficial, 2017.
Tabla 41. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB, según causa
relevada en fuentes oficiales y alternativas, 2017.
Tabla 42. Muertes de personas detenidas bajo custodia del SPB por
desatención de la salud, según franja etaria, 2017.
MAPAS
624
Informe anual 2018
134
personas fallecidas en 2017
en cárceles bonaerenses
625
Informe anual 2018
Canelo Barreiro, Hugo
Cañete, Antonio Eduardo
Castelas Piazza, Alberto Alfredo
Cepeda Conde, Horacio Virgilio
Chaparro Corolotto, Raúl Leonardo
Chávez Artaza, Romina Soledad
Chede, José Audemio
Cienfuegos Melgarejo, Luisa Elena
Cinquina Cavelis, Miguel Ángel
Conlón Montenegro, Oscar
Conzón Tarantino, Facundo Nahuel
Coria Vasallo, Miguel Ángel
Correa Ledesma, Luis Alberto
Cruz, Brian Claudio
Cruz Rodríguez, Nazareno Nahuel
Decima Campos, Aldo César
Del Valle, Oscar
Díaz Cotelo, Luis Alberto
Díaz Ruíz, Diego Armando
Diez Consorte, Luciano Sebastián
Domínguez Rincón, Hugo Víctor
Escobar Varvelli, Marcelo Alejandro
Estévez Morales, Carlos Eduardo
Fernández, Jorge Pedro Celestino
Ferraro, Juan Rafael
Ferrise Maidana, Ariel Walter
Franco Monzón, Lorena Paola
Gomensoro Saucedo, Ramón Dionisio
Gómez, Antonio Ángel
Gómez Aguirre, Ceferino Alberto
Gómez Fleitas, Darío Marcelo
González, Pedro León
González Agüero, Sandra Marcela
González González, Juan Carlos
Herrera Trejo, Cristian Daniel
Humerez Robledo, Juan L.
626
Informe anual 2018
Iglesia Soria, Claudio Guillermo
Iribarren o Ibarra, Gabriel Alejandro o Daniel Javier
Jatip Carballo, Mario
Jurado I., Federico Máximo
L o F, D. E o W. J.*
Larrea, Ariel Victoriano
Lemes Pereyra, Pedro Damián
Leyes, Luis Oscar
Luna Taulo, Cristian Daniel
Lusardi Martino, Leandro Germán
Luzuriaga Arnes, Juan Gabriel
M. D. A. *
Marino García, Marcelo Walter
Martinero Suarez, Juan Manuel
Martínez Piris, Juan De Dios
Martino Labordet, Horacio Osvaldo
Maydana Larrea, Aníbal Alejandro
Miranda Gaitán, Jorge Ceferino
Medina Alderete, Omar Eduardo
Medina Bogado, Eduardo Osvaldo
Menvielle, Néstor Oloferne
Moreyra, Adán Darío Daniel
Morua Torres, José Antonio
Niz García, Claudio Juan o Juan Carlos
Núñez Galván, Matías Ezequiel
Núñez Rivero, Juan José
Olivera Acuña, Gustavo Ramón
Ortiz Arauco, Ever Manuel
Ortiz Pedini, Nahuel Alan
P. R.L. A.*
Páez Sallago, Luis Rubén
Paz Bustos, Rodolfo Gustavo
Pereyra Fernández, Mario Daniel
Piquer Rebol, Rubén Darío
Plaza Villagasta, José Aniceto
R. F. R. *
627
Informe anual 2018
Ren San Martín, Daniel Rogelio
Reyes López, Alberto Manuel
Reynoso Rodríguez, Roberto Fabián
Ribeiro, Gildemar
Ríos Monzón, Norberto Osmar
Rivero Strobell, Gastón Francisco
Rodríguez Aguirre, José Alberto
Rojas Verón, Fabián Ramón
Romero, Paulo Andrés
Rotela Pérez, Jésica Natalia
Ruiz Cabrera, Adrián Aníbal
S. R G. F. *
Sabatin Behrens, Ángel Oscar
Salhab Z., Raúl Edgardo
Sanabria Montero, Leonel Sebastián
Sánchez Giménez, Héctor Anselmo
Sandoval Cantuni, Alfredo Bruno
Silva Dip, Hernán Marcos
Sosa Solís, Sergio Daniel
T.C. C. *
Tello, Sergio Sebastián
V. D. V.M. A. *
Valcarcel Graña, Rodolfo
Velásquez Ramírez, Angie
Vergara Jiménez, Juan Antonio
Villalba, Ramón
Villanueva Gómez, Fernando Javier
Vizcay Marquez, José Martín
Yedro Núñez, Juan Epifanio
Zotelo Barboza, David
628
Informe anual 2018
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
629
Informe anual 2018
se le dirigen. Revista de la Asociación de Magistrados y Funcionarios
de la Justicia de la Nación, 39-40. Disponible en http://ijeditores.com/
articulos.php?idarticulo=48988&print=2#indice_5
Programa Nacional de Control de la Tuberculosis (2013). Normas técnicas 2013. Santa
Fé: Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Dr. Emilio Coni.
Segato, R. (2003). Las estructuras elementales de la violencia. Bernal: Universidad
Nacional de Quilmes.
Vitale, G. y García, G. N. (Comps) (2011). Abolicionismo de la prisión sin
condena. Una corriente latinoamericana en el siglo XXI. Buenos Aires:
Editores del Puerto.
Documentos oficiales
Registro Único de Detenidos (RUD) (2017). Informe estadístico anual 2016.
Procuración General ante la Suprema Corte de Justicia de la Provincia
de Buenos Aires. Disponible en https://www.mpba.gov.ar/rud#informes
Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena (SNEEP). Informe
anual 2016. Dirección Nacional de Política Criminal, Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Disponible en: http://www.
jus.gob.ar/areas-tematicas/estadisticas-de-politica-criminal/mapa.aspx
630
Informe anual 2018
631
Informe anual 2018
III
AGRADECIMIENTOS
632
Informe anual 2018
Bordón, Comedor Los Pichoncitos (San Martín), Cooperativa textil Esperanza
(San Martín), Cooperativa textil Patagonia (San Martín), Coordinadora contra
la impunidad policial de Avellaneda, Asociación de familiares de detenidos
y detenidas Tandil (FADDET), Asociación civil de familiares de detenidos
y liberados de San Martín (FADELI), Familiares de Andrea Viera, Familiares
de Fabián Gorosito, Familiares de Omar Cigarán, Familiares de Pablo Alcorta,
Familiares y amigos de Andrés Núñez, Familiares organizadores de la marcha
nacional contra el gatillo fácil, Familiares de víctimas del sistema de la crueldad
(FAVISIC), Organización de familiares Lázaro levántate y anda (La Matanza),
Red de familiares víctimas de violencia institucional de Malvinas Argentina,
Red de familiares víctimas de violencia institucional de San Martín.
633
Informe anual 2018
Al Sistema de coordinación y seguimiento de control judicial de unidades
carcelarias, presidente, Dr. Gustavo Hornos, e integrantes.
634
Informe anual 2018
Trabajadores de la Educación de la Provincia de Buenos Aires (SUTEBA),
Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires
(CICOP) y Agremiación Docente Universitaria Marplatense (ADUM).
A los centros de acceso a la justicia (CAJ) y los equipos de trabajo del programa
ATAJO del MPF de la Nación.
635
Informe anual 2018
Diego Milanesi, Ricardo Berenguer, Pablo Vaccani, Claudio Santagatti, Fabiana
Ripani, Sebastián Montiel, Diego Lucas Fernández, Carolina Villanueva,
Gabriela Mattina, Silvana Paz, Patricio Ignacio Barraza, Leandro Martín Rubio,
Paola Vanesa Sifre, José Nicolás Villafañe, Federico Facundo Merlini, Marcelo
Selier, Mabel Amoretti, Nancy Reynoso, Fernanda Di Clemente, Natalia Giombi,
David Perelmuter, Raquel Ponzinibbio, Pablo Luis Di Meglio, Gabriel Vitale,
María Fernanda Saumell, Fernando Vallone, Bárbara Franco, Ana Laura López,
Claudio Pandolfi, Lucas Logioco, Laura Sobredo, Luciano Hazan y Julián Axat.
636
Informe anual 2018
Mesa ejecutiva
Coordinador: Roberto Cipriano García
Integrantes: Susana Méndez, Ernesto Alonso, Sandra
Raggio y Valeria Corfiel
Direcciones generales
Directora general de áreas: Sandra Raggio
Directora general de administración: Valeria Corfiel
Programa de Investigación
Directora: Samanta Salvatori
637
Informe anual 2018
Comité contra la tortura
Programa Inspección de lugares de encierro
Sub-directora: Victoria Noielli
638
Informe anual 2018
Programa promoción y protección de los derechos
de niños, niñas y jóvenes
Sub-director: Marcelo Iafolla
Comunicación y cultura
Coordinador: Diego Díaz
Programa de administración
Sub-director: Emanuel Castagnasso
Sub-directora: Cecilia Berterretche
639
Informe anual 2018
640
Informe anual 2018
641
Informe anual 2018