Antología Literaria
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Setiembre de 2014
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Los sueños Para lograr que nuestros sueños constituyan un poder en este plano y en
Ancestralmente la gente sabia sostenía que los sueños eran portales a mundosotros debemos “creer”; creer en que con ellos podemos crear mundos
alternos, que durante la vigilia jamás podríamos comprender o ver. inimaginables, podemos lograr obtener lo inalcanzable, conocer lo
Tanto los aborígenes americanos como europeos creían que el manejo del sueñoinsondable…en el creer en el poder del manejo del sueño se encuentra
era sumamente importante para conectarnos con esos mundos y con nuestraoculto nuestro poder para concretarlos en esta realidad.
espiritualidad, con todo nuestro ser…
Los druidas celtas solían afirmar que uno podía soñar lo que deseara, pues Prof. Bárcena Andrea.
nuestros sueños son construidos por nosotros y estos no deberían dominarnos;
pues es así como realizaban una práctica para lograr soñar lo que quisieran.
Esta práctica consistía en anotar en un papel aquello con lo que deseaba
encontrase en sus sueños; así como colores, sabores, aromas etc., luego
concentrados en esto debían dormir y al día siguiente anotar qué era lo que
exactamente habían soñado. Si la persona no lograba su cometido debía
volver a escribir lo mismo la noche siguiente y así sucesivamente hasta
lograrlo.
De este modo podían soñar y hablar con animales, o seres que ya no se
encontraban en este mundo, e inclusive conocer sitios desconocidos. Te invito a leer los siguientes textos referidos a los sueños y el
En América los indios pensaban lo mismo y también al igual que los druidas, soñar. Te invito a reflexionar a partir de los mismos y desentrañar
los chamanes solían perfeccionarse en el arte del dominio del sueño. Estos al así tus más profundos sueños…¿Tú con qué sueñas?
igual que aquellos bebían mezclas realizadas con hongos y raíces alucinógenas
para inducir el sueño e ingresar en otras dimensiones.
Los chamanes, cuyo oficio es “curar almas”, sostenían que las enfermedades
físicas provenían de afecciones espirituales, algunas de estas podían ser
descubiertas y curadas a través del sueño.
A partir de la inducción podrían manejar su espíritu e inclusive conectarse
con su Nahualt, y transformarse en otro ser.
Así, para evitar las pesadillas (malos sueños) existían y aún existen los
atrapasueños, los cuáles purifican esos viajes excepcionales de nuestro
inconsciente y nuestra alma.
De este modo podemos todos y cada uno de nosotros aprender a soñar lo
que queramos, podemos construir nuestros propios mundos o visitar
algunos desconocidos sin necesidad de sufrir peligro alguno.
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*3°.Persona: No
lineal, pero se intercala
con episodios del
*Inspirado en uno
real pero algo
de los fines de los
protagonistas.
circular… (recuerda los conceptos
participa en la pasado. transformado
Lu por la estudiados durante el año anterior
Luego de leer y reflexionar historia, permanece imaginación del *De fondo: su función es sobre el tema), luego lo trataremos en
determina: fuera . * In media res: se escritor. Ej:”El
hacer que
inicia el relato en un señor de los se luzcan los personajes clases.
1) Averiguar la biografía de cada Este puede ser: punto intermedio y de anillos”. principales y secundarios. b-2)En caso de no ser una narración,
autor y brevemente trascríbela. Omnisciente: sabe allí se va narrando *Inventado por el
determina a qué género literario
más que los tanto lo anterior como escritor.
2) Busca las palabras que personajes del relato. lo posterior. Ej: cuentos -El relato literario pertenece el texto.
desconozcas en el diccionario. Esquisciente: sabe lo policiales. puede transcurrir en c)Realiza cada una de las actividades al
mismo que los distintos tiempos:
3) ¿Cuál es la temática de cada uno personajes del relato. *En un tiempo final de cada texto.
de estos cuentos? Por ejemplo: en el Deficiente: sabe contemporáneo al 4) Reflexiona y produce un escrito
cuento “Me alquilo para soñar” la personajes del relato.los
menos que del escritor.
*En un tiempo
sobre tu sueño ideal, ¿Allí qué crearías?,
temática es: El uso del poder de la pasado ¿Cómo sería? ¿Con quién te
premonición como un oficio…la *En tiempo futuro. encontrarías?.
superstición e inclusive el aprovechamiento de la creencia de quien Agrega en este escrito seis palabras
de las desconocidas como mínimo.
emplea a la soñadora.
4-)a)Realiza un breve argumento de cada uno de ellos.
b)1-En caso de ser una narración :Relee los conceptos estudias el
año anterior referidos a “ Los componentes de la narración” e
identifica o determina cada uno de ellos en estos cuentos .
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del inferior: mucho más arduo que tejer una cuerda de arena o que ritos, lo enviaría al otro templo despedazado cuyas pirámides persisten
amonedar el viento sin cara. Comprendió que un fracaso inicial era aguas abajo, para que alguna voz lo glorificara en aquel edificio
inevitable. Juró olvidar la enorme alucinación que lo había desviado al desierto. En el sueño del hombre que soñaba, el soñado se despertó.
principio y buscó otro método de trabajo. Antes de ejercitarlo, dedicó un
mes a la reposición de las fuerzas que había malgastado el delirio. El mago ejecutó esas órdenes. Consagró un plazo (que finalmente
Abandonó toda premeditación de soñar y casi acto continuo logró dormir abarcó dos años) a descubrirle los arcanos del universo y del culto del
un trecho razonable del día. Las raras veces que soñó durante ese período, fuego. Íntimamente, le dolía apartarse de él. Con el pretexto de la
no reparó en los sueños. Para reanudar la tarea, esperó que el disco de la necesidad pedagógica, dilataba cada día las horas dedicadas al sueño.
luna fuera perfecto. Luego, en la tarde, se purificó en las aguas del río, También rehizo el hombro derecho, acaso deficiente. A veces, lo
adoró los dioses planetarios, pronunció las sílabas lícitas de un nombre inquietaba una impresión de que ya todo eso había acontecido... En
poderoso y durmió. Casi inmediatamente, soñó con un corazón que latía. general, sus días eran felices; al cerrar los ojos pensaba: Ahora estaré
con mi hijo. O, más raramente: El hijo que he engendrado me espera y no
Lo soñó activo, caluroso, secreto, del grandor de un puño cerrado, color existirá si no voy.
granate en la penumbra de un cuerpo humano aun sin cara ni sexo; con
minucioso amor lo soñó, durante catorce lúcidas noches. Cada noche, lo Gradualmente, lo fue acostumbrando a la realidad. Una vez le ordenó
percibía con mayor evidencia. No lo tocaba: se limitaba a atestiguarlo, a que embanderara una cumbre lejana. Al otro día, flameaba la bandera
observarlo, tal vez a corregirlo con la mirada. Lo percibía, lo vivía, desde en la cumbre. Ensayó otros experimentos análogos, cada vez más
muchas distancias y muchos ángulos. La noche catorcena rozó la arteria audaces. Comprendió con cierta amargura que su hijo estaba listo para
pulmonar con el índice y luego todo el corazón, desde afuera y adentro. El nacer -y tal vez impaciente. Esa noche lo besó por primera vez y lo
examen lo satisfizo. Deliberadamente no soñó durante una noche: luego envió al otro templo cuyos despojos blanqueaban río abajo, a muchas
retomó el corazón, invocó el nombre de un planeta y emprendió la visión leguas de inextricable selva y de ciénaga. Antes (para que no supiera
de otro de los órganos principales. Antes de un año llegó al esqueleto, a los nunca que era un fantasma, para que se creyera un hombre como los
párpados. El pelo innumerable fue tal vez la tarea más difícil. Soñó un otros) le infundió el olvido total de sus años de aprendizaje.
hombre íntegro, un mancebo, pero éste no se incorporaba ni hablaba ni
podía abrir los ojos. Noche tras noche, el hombre lo soñaba dormido. Su victoria y su paz quedaron empañadas de hastío. En los crepúsculos
de la tarde y del alba, se prosternaba ante la figura de piedra, tal vez
En las cosmogonías gnósticas, los demiurgos amasan un rojo Adán imaginando que su hijo irreal ejecutaba idénticos ritos, en otras ruinas
que no logra ponerse de pie; tan inhábil y rudo y elemental como ese circulares, aguas abajo; de noche no soñaba, o soñaba como lo hacen
Adán de polvo era el Adán de sueño que las noches del mago habían todos los hombres. Percibía con cierta palidez los sonidos y formas del
fabricado. Una tarde, el hombre casi destruyó toda su obra, pero se universo: el hijo ausente se nutría de esas disminuciones de su alma. El
arrepintió. (Más le hubiera valido destruirla.) Agotados los votos a los propósito de su vida estaba colmado; el hombre persistió en una suerte
númenes de la tierra y del río, se arrojó a los pies de la efigie que tal de éxtasis. Al cabo de un tiempo que ciertos narradores de su historia
vez era un tigre y tal vez un potro, e imploró su desconocido socorro. prefieren computar en años y otros en lustros, lo despertaron dos
Ese crepúsculo, soñó con la estatua. La soñó viva, trémula: no era un remeros a medianoche: no pudo ver sus caras, pero le hablaron de un
atroz bastardo de tigre y potro, sino a la vez esas dos criaturas hombre mágico en un templo del Norte, capaz de hollar el fuego y de
vehementes y también un toro, una rosa, una tempestad. Ese múltiple no quemarse. El mago recordó bruscamente las palabras del dios.
dios le reveló que su nombre terrenal era Fuego, que en ese templo Recordó que de todas las criaturas que componen el orbe, el fuego era
circular (y en otros iguales) le habían rendido sacrificios y culto y que la única que sabía que su hijo era un fantasma. Ese recuerdo,
mágicamente animaría al fantasma soñado, de suerte que todas las apaciguador al principio, acabó por atormentarlo. Temió que su hijo
criaturas, excepto el Fuego mismo y el soñador, lo pensaran un meditara en ese privilegio anormal y descubriera de algún modo su
hombre de carne y hueso. Le ordenó que una vez instruido en los condición de mero simulacro. No ser un hombre, ser la proyección del
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sueño de otro hombre ¡qué humillación incomparable, qué vértigo! A 3. Los estudiantes de quienes se habla en el texto ¿existían o eran
todo padre le interesan los hijos que ha procreado (que ha permitido) imaginarios? ¿Qué les enseñaba? Infiera de qué época se está
en una mera confusión o felicidad; es natural que el mago temiera por hablando en el cuento.
el porvenir de aquel hijo, pensado entraña por entraña y rasgo por
4. Describa cómo fue surgiendo la creación del hombre. ¿Por qué
rasgo, en mil y una noches secretas.
lo llama hijo? ¿Era real?
El término de sus cavilaciones fue brusco, pero lo prometieron 5. ¿Qué le enseñó a este ser?¿Quién le dio vida a su creación?.
algunos signos. Primero (al cabo de una larga sequía) una remota 6. ¿Adónde lo mandó cuando ya estaba listo y qué hizo para que
nube en un cerro, liviana como un pájaro; luego, hacia el Sur, el cielo no se sintiera diferente a los otros hombres?
que tenía el color rosado de la encía de los leopardos; luego las 7. ¿Qué nombre se le da al hombre-creador al final del cuento?
humaredas que herrumbraron el metal de las noches; después la fuga 8. ¿Qué se dice, finalmente, sobre este hombre-creador¿Por qué se
pánica de las bestias. Porque se repitió lo acontecido hace muchos puede asegurar que Borges propone al fuego como fuerza creadora
siglos. Las ruinas del santuario del dios del fuego fueron destruidas y destructiva? ¿Cuál cree usted que era el propósito del autor al
por el fuego. En un alba sin pájaros el mago vio cernirse contra los
muros el incendio concéntrico. Por un instante, pensó refugiarse en las
escribir este cuento?
aguas, pero luego comprendió que la muerte venía a coronar su vejez 9. Encuentre un significado a la simbología del círculo en este
y a absolverlo de sus trabajos. Caminó contra los jirones de fuego. cuento.
Éstos no mordieron su carne, éstos lo acariciaron y lo inundaron sin
calor y sin combustión. Con alivio, con humillación, con terror,
comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba
soñándolo.
empecé a comprar correspondencia de desconocidos, Si bien la carta estaba dirigida a sí mismo, comenzaba
tanto para mí como para la historia en cualquiera de con un saludo —sumamente afectuoso, además de
sus ramas. Algunas cartas las he adquirido por su extenso—. Párrafo siguiente, Óscar María recalcó y
singular subjetividad, otras por la belleza de su argumentó la urgencia de leerla íntegramente cada 1
sinceridad y, la minoría, las que más aprecio, por su de enero. A continuación…
involuntaria extravagancia. Entre ellas, la que releo con
mayor frecuencia es una donde el autor es a su vez el “Lo que voy a decir podrá parecerte obvio, pero, por
receptor, peculiaridad que por sí sola es irrelevante. favor, tómate el tiempo que haga falta para revivir el
Los diarios personales cumplen ese requisito, sin temor que ahora siento: el niño que fui ha
mencionar los textos escritos en circunstancias de desaparecido y el adolescente también. Yo no quiero
peligro, como en una guerra, por ejemplo. Aunque ser el siguiente.
éstos, generalmente, pasan a ser un listado de Hace un par de meses volví a leer el diario que escribí
promesas desesperadas a cumplir siempre y cuando se de niño y tuve la sensación de estar curioseando en la
salga airoso. En todo caso, lo que hace de ésta algo vida de un extraño, de un niño que podría ser
especial es el temor racional de un hombre a dejar de cualquier niño. No me preocupé, pero la curiosidad
existir antes de morir. que sentí fue enorme. Me dediqué a preguntarle a la
gente acerca de su propia infancia. Hablé con mis
La carta fue escrita el 18 de abril de 1969. Junto a la hermanas, mis padres, mis abuelos y, después de
fecha, a la izquierda, un garabato, que sólo los estos últimos, con cada una de las personas mayores
parientes y vecinos fueron capaces de identificar del pueblo. Mientras más viejo se es, más se recuerda
como la firma de Óscar María Pascual. El sobre que la la niñez. Y, al oír sus respuestas, sí me preocupé.
contenía, en blanco. No hubo necesidad de poner la Todos, sin excepción, se refirieron a aquellos años
dirección del destinatario, dado que nunca se tuvo la con un ‘yo era’; es decir, con un ‘yo dejé de ser’. Era
intención de enviarla fuera del número 7, calle Alta, como si viesen una proyección de cine, donde uno
Navaleno, provincia de Soria, España. Pero salió de siente por empatía o anhelo, deseando vivir lo que ya
ahí, como parte del equipaje, rumbo a Madrid, donde no son, porque en algún momento se rompió el
el señor Pascual falleció en marzo del presente año. contacto.
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Celebración de la fantasía
Fue a la entrada del pueblo de Ollantaytambo, cerca del
Cuzco. Yo me había despedido de un grupo de turistas y
estaba solo, mirando de lejos las ruinas de piedra, cuando
un niño del lugar, enclenque, haraposo, se acercó a pedirme
que le regalara una lapicera. No podía darle la lapicera que
tenía, porque la estaba usando en no sé que aburridas
anotaciones, pero le ofrecí dibujarle un cerdito en la mano.
Súbitamente, se corrió la voz. De buenas a primeras me
encontré rodeado de un enjambre de niños que exigían, a grito
pelado, que yo les dibujara bichos en sus manitas cuarteadas
de mugre y frío, pieles de cuero quemado: había quien quería
un cóndor y quién una serpiente, otros preferían loritos o
lechuzas y no faltaba los que pedían un fantasma o un dragón.
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Actividades:
Luego de leer estos textos:
Escribe tú uno, (puede ser un cuento, poema o anécdota) referido a tus
sueños…¿Con qué sueñas?¿Cómo piensas que será todo en 20 años?¿Crees
que a medida que crecemos vamos perdiendo nuestra capacidad de soñar,
imaginar y/o desear?¿nos volvemos más realistas a medida que maduramos
o una cosa no tiene nada que ver con la otra?
A LAS NUEVE de la mañana, mientras desayunábamos en la terraza del Habana taberna de estudiantes latinos. Yo había llegado de Roma esa manana, y aún recuerdo
Riviera, un tremendo golpe de mar a pleno sol levantó en vilo varios automóviles que mi impresión inmediata por su espléndida pechuga de soprano, sus lánguidas colas de
pasaban por la avenida del malecón, o que estaban estacionados en la acera, y uno zorros en el cuello del abrigo y aquel anillo egipcio en forma de serpiente. Me
quedó incrustado en un flanco del hotel. Fue como una explosión de dinamita que pareció que era la única austríaca en el largo mesón de madera, por el castellano
sembró el pánico en los veinte pisos del edificio y convirtió en polvo el vitral del primario que hablaba sin respirar con un acento de quincallería. Pero no, había nacido
vestíbulo. Los numerosos turistas que se encontraban en la sala de espera fueron en Colombia y se había ido a Austria entre las dos guerras, casi niña, a estudiar
lanzados por los aires junto con los muebles, y algunos quedaron heridos por la música y canto. En aquel momento andaba por los treinta años mal llevados, pues
granizada de vidrio. Tuvo que ser un maretazo colosal, pues entre la muralla del nunca debió ser bella y había empezado a envejecer antes de tiempo. Pero en cambio
malecón y el hotel hay una amplia avenida de ida y vuelta, así que la ola saltó por era un ser humano encantador. Y también uno de los más temibles.
encima de ella y todavía le quedó bastante fuerza para desmigajar el vitral. Viena era todavía una antigua ciudad imperial, cuya posición geográfica entre
Los alegres voluntarios cubanos, con la ayuda de los bomberos, recogieron los los dos mundos irreconciliables que dejó la Segunda Guerra había acabado de
destrozos en menos de seis horas, clausuraron la puerta del mar y habilitaron otra, y convertirla en un paraíso, del mercado negro y el espionaje mundial. No hubiera
todo volvió a estar en orden. Por la mañana no se había ocupado nadie del automóvil podido imaginarme un ámbito más adecuado para aquella compatriota fugitiva que
incrustado en el muro, pues se pensaba que era uno de los estacionados en la acera. seguía comiendo en la taberna estudiantil de la esquina sólo por fidelidad a su origen,
Pero cuando la grúa lo sacó de la tronera descubrieron el cadáver de una mujer pues tenía recursos de sobra para comprarla de contado con todos sus comensales
amarrada en el asiento del conductor con el cinturón de seguridad. El golpe fue tan dentro. Nunca dijo su verdadero nombre, pues siempre la conocimos con el
brutal que no le quedó un hueso entero. Tenía el rostro desbaratado, los botines trabalenguas germánico que le inventaron los estudiantes latinos de Viena: Frau
descosidos y la ropa en piltrafas, y un anillo de oro en forma de serpiente con ojos de Frida. Apenas me la habían pesentado cuando incurrí en la impertinencia feliz de
esmeraldas. La policía estableció que era el ama de llaves de los nuevos embajadores preguntarle cómo había hecho para implantarse de tal modo en aquel mundo tan
de Portugal. En efecto, había llegado con ellos a La Habana quince días antes, y distante y distinto de sus riscos de vientos del Quindío, y ella me contestó con un
había salido esa mañana para el mercado manejando un automóvil nuevo. Su nombre golpe:
no me dijo nada cuando leí la noticia en los periódicos, pero en cambio quedé —Me alquilo para soñar.
intrigado por el anillo en forma de serpiente y ojos de esmeraldas. No pude averiguar, En realidad, era su único oficio. Había sido la tercera de los once hijos de un
sin embargo, en qué dedo lo usaba. próspero tendero del antiguo Caldas, y desde que aprendió a hablar instauró en la
Era un dato decisivo, porque temí que fuera una mujer inolvidable cuyo nombre casa la buena costumbre de contar los sueños en ayunas, que es la hora en que se
verdadero no supe jamás, que usaba un anillo igual en el índice derecho, lo cual era conservan más puras sus virtudes premonitorias. A los siete años soñó que uno de sus
más insólito aún en aquel tíempo. La había conocido treinta y cuatro años antes en hermanos era arrastrado por un torrente. La madre, por pura superstición religiosa, le
Viena, comiendo salchichas con papas hervidas y bebiendo cerveza de barril en una prohibió al niño lo que más te gustaba, que era bañarse en la quebrada. Pero Frau
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Frida tenía ya un sistema propio de vaticinos. Estuve en Viena más de un mes, compartiendo las estrecheces de los
—Lo que ese sueño significa —dijo— no es que se vaya a ahogar, sino que no estudiantes, mientras esperaba un dinero que nunca llegó. Las visitas imprevistas y
debe comer dulces. generosas de Frau Frida en la taberna eran entonces como fiestas en nuestro régimen
La sola interpretación parecía una infamia, cuando era para un niño de cinco de penurias. Una de esas noches, en la euforia de la cerveza, me habló al oído con
años que no podía vivir sin sus golosinas dominicales. La madre, ya convencida de una convicción que no permitía ninguna pérdida de tiempo.
las virtudes adivinatorias de la hija, hizo respetar la advertencia con mano dura. Pero —He venido sólo para decirte que anoche tuve un sueño contigo —me dijo—.
al primer descuido suyo el niño se atraganto con una canica de caramelo que se Debes irte enseguida y no volver a Viena en los próximos cinco años.
estaba comiendo a escondidas, y no fue posible salvarlo. Su convicción era tan real, que esa misma noche me embarcó en el último tren
Frau Frida no había pensado que aquella facultad pudiera ser un oficio, hasta para Roma. Yo, por mi parte, quedé tan sugestionado, que desde entonces me he
que la vida la agarró por el cuello en los crueles inviernos de Viena. Entonces tocó considerado sobreviviente de un desastre que nunca conocí. Todavía no he vuelto a
para pedir empleo en la primera casa que le gustó para vivir, y cuando le preguntaron Viena.
qué sabía hacer, ella sólo dijo la verdad: “Sueño”. Le bastó con una breve explicación Antes del desastre de La Habana había visto a Frau Frida en Barcelona, de una
a la dueña de casa para ser aceptada, con un sueldo apenas suficiente para los gastos manera tan inesperada y casual que me pareció misteriosa. Fue el día en que Pablo
menudos, pero con un buen cuarto y las tres comidas. Sobre todo el desayuno, que Neruda pisó tierra española por primera vez desde la Guerra Civil, en la escala de un
era el momento en que la familia se sentaba a conocer el destino inmediato de cada lento viaje por mar hacia Valparaíso. Pasó con nosotros una mañana de caza mayor
uno de sus miembros: el padre, que era un rentista refinado; la madre, una mujer en las librerías de viejo, y en Porter compró un libro antiguo, descuadernado y
alegre y apasionada de la música de cámara romántica, y dos niños de once y nueve marchito, por el cual pagó lo quehubiera sido su sueldo de dos meses en el consulado
años. Todos eran religiosos, y por lo mismo propensos a las supersticiones arcaicas, y de Rangún. Se movía por entre la gente como un elefante inválido, con un interés
recibieron encantados a Frau Frida con el único compromiso de descifrar el destino infantil en el mecanismo interno de cada cosa, pues el mundo te parecía un inmenso
diario de la familia a través de los sueños. juguete de cuerda con el cual se inventaba la vida.
Lo hizo bien y por mucho tiempo, sobre todo en los años de la guerra, cuando la No he conocido a nadie más parecido a la idea que uno tiene de un Papa
realidad fue más siniestra que las pesadillas. Sólo ella podía decidir a la hora del renacentista: glotón y refinado. Aun, contra su voluntad, siempre era él quien presidía
desayuno lo que cada quien debía hacer aquel día, y cómo debía hacerlo, hasta que la mesa. Matilde, su esposa, le ponía un babero que parecía más de peluquería que de
sus pronósticos terminaron por ser la única autoridad en la casa. Su dominio sobre la comedor, pero era la única manera de impedir —que se bañara en salsas. Aquel día
familia fue absoluto: aun el suspiro más tenue era por orden suya. Por los días en que en Carvalleiras fue ejemplar. Se comió tres langostas enteras descuartizándolas con
estuve en Viena acababa de morir el dueño de casa, y había tenido la elegancia de una maestría de cirujano, y al mismo tiempo devoraba con la vista los platos de
legarle a ella una parte de sus rentas, con la única condición de que siguiera soñando todos, e iba picando un poco de cada uno, con un deleite que contagiaba las ganas de
para la familia hasta el fin de sus sueños. comer: las almejas de Galicia, los percebes del Cantábrico, las cigalas de Alicante, las
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espardenyas de la Costa Brava. Mientras tanto, como los franceses, sólo hablaba de Sólo entonces caí en la cuenta de que habían transcurrido trece años desde que
otras exquisiteces de cocina, y en especial de los mariscos prehistóricos de Chile que nos conocimos.
llevaba en el corazón. De pronto dejó de comer, afinó sus antenas de bogavante, Y —Aun si tus sueños son falsos, jamás volveré —le dije. Por si acaso.
me dijo en voz muy baja: A las tres nos separamos de ella para acompañar a Neruda a su siesta sagrada.
—Hay alguien detrás de mí que no deja de mirarme. La hizo en nuestra casa, después de unos preparativos solemnes que de algún modo
Miré por encima de su hombro, y así era. A sus espaldas, tres mesas más allá, recordaban la ceremonia del té en el Japón. Había que abrir unas ventanas y cerrar
una mujer impávida con un anticuado sombrero de fieltro y una bufanda morada otras para que hubiera el grado de calor exacto y una cierta clase de luz en cierta
masticaba despacio con los ojos fijos en él. La reconocí en el acto. Estaba envejecida dirección, y un silencio absoluto. Neruda se durmió al instante, y despertó diez
y gorda, pero era ella, con el anillo de serpiente en el índice. minutos después, como los niños, cuando menos pensábamos. Apareció en la sala
Viajaba desde Nápoles en el mismo barco que los Neruda, pero no se habían restaurado y con el monograma de la almohada impreso en la mejilla.
visto a bordo. La invitamos a tomar el café en nuestra mesa, y la induje a hablar de —Soñé con esa mujer que sueña —dijo. Matilde quiso que le contara el sueño.
sus sueños para sorprender al poeta. Él no le hizo caso, pues planteó desde el —Soñé que ella estaba soñando conmigo —dijo él.
principio que no creía en adivinaciones de sueños. —Eso es de Borges —le dije. Él me miró desencantado. —¿Ya está escrito?
—Sólo la poesía es clarividente —dijo. —Si no está escrito se va a escribir alguna vez —le dije . Será uno de sus
Después del almuerzo, en el inevitable paseo por las Ramblas, me retrasé a laberintos.
propósito con Frau Frida para refrescar nuestros recuerdos sin oídos ajenos. —Me Tan pronto como subió a bordo, a las seis de la tarde, Neruda se despidió de
contó que había vendido sus propiedades de Austria y vivía retirada en Porto, nosotros, se sentó en una mesa apartada, y empezó a escribir versos fluidos con la
Portugal, en una casa que describió como un castillo falso sobre una colina desde pluma de tinta verde con que dibujaba flores y peces y pájaros en las dedicatorias de
donde se veía todo el océano hasta las Américas. Aunque no lo dijera, en su sus libros. A la primera advertencia del buque buscamos a Frau Frida, y al fin la
conversación quedaba claro que de sueño en sueño había terminado por apoderarse encontramos en la cubierta de turistas cuando ya nos íbamos sin despedirnos.
de la fortuna de sus inefables patrones de Viena. No me impresionó, sin embargo, También ella acababa de despertar de la siesta.
porque siempre había pensado que sus sueños no eran más que una artimaña para —Soñé con el poeta —nos dijo.
vivir. Y se lo dije. Asombrado, le pedí que me contara el sueño.
Ella soltó su carcajada irresistible. “Sigues tan atrevido como siempre”, me —Soñé que él estaba soñando conmigo —dijo, y mi cara de asombro la
dijo. Y no dijo más, porque el resto del grupo se había detenido a esperar que Neruda confundió— ¿Qué quieres? A veces, entre tantos sueños, se nos cuela uno que no
acabara de hablar en jerga chilena con los loros de la Rambla de los Pájaros. Cuando tiene nada que ver con la vida real.
reanudamos la charla, Frau Frida había cambiado de tema. No volví a verla ni a preguntarme por ella hasta que supe del anillo en forma de
—A propósito —me dijo—: Ya puedes volver a Viena. culebra de la mujer que murió en el naufragio del Hotel Riviera. Así que no resistí la
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tentación de hacerle preguntas al embajador portugués cuando coincidimos, meses 3. ¿En dónde y bajo que circunstancia se encuentra el narrador
y Pablo Neruda?
después, en una recepción diplomática. El embajador me habló de ella con un gran
4. ¿Qué dice el narrador sobre la apariencia de Frau Frida?
entusiasmo y una enorme admiración. “No se imagina lo extraordinaria que era”, me 5. ¿Cuándo llega Frau Frida a Viena y cómo era en ese entonces
dijo. “Usted no habría resistido la tentación de escribir un cuento sobre ella”. Y la ciudad?
prosiguió en el mismo tono, con detalles sorprendentes, pero sin una pista. que me 6. ¿Qué opinas sobre las facultades premonitorias de Frau
permitiera una conclusión final.
Frida? ¿son auténticas?
7. ¿Qué opinas del modo en que Frau Frida se enriqueció?
—En concreto —le precisé por fin—: ¿qué hacía?
—Nada —me dijo él, con un cierto desencanto—. Soñaba. Actividad de Producción escrita:
Marzo 1980
Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos
hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una
Actividad de comprensión de “Me alquilo para soñar”: expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:
-No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a
1. Lee el cuento. sucederle a este pueblo.
2. ¿De qué modo encuentra Frau Frida la muerte?
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Ellos se ríen de la madre. Dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que -Sí, pero nunca a esta hora.
pasan. El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos está
carambola sencillísima, el otro jugador le dice: desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
-Te apuesto un peso a que no la haces. -Yo sí soy muy macho -grita uno-. Yo me voy.
Todos se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa
preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Contesta: calle central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que dicen:
-Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre -Si este se atreve, pues nosotros también nos vamos.
esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo. Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animale
Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con todo.
su mamá o una nieta o en fin, cualquier pariente. Feliz con su peso, dice: Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:
-Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto. -Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa -y entonces
-¿Y por qué es un tonto? incendia y otros incendian también sus casas.
-Hombre, porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en med
de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en de ellos va la señora que tuvo el presagio, clamando:
este pueblo. -Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca.
Entonces le dice su madre:
-No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.
La pariente lo oye y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero:
-Véndame una libra de carne -y en el momento que se la están cortando, agrega-:
Mejor véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor
es estar preparado.
El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar una libra de
carne, le dice:
-Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a
pasar, y se están preparando y comprando cosas.
Entonces la vieja responde:
-Tengo varios hijos, mire, mejor deme cuatro libras.
Se lleva las cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en
media hora agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el
rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo, está esperando que
pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde, hace calor
como siempre. Alguien dice:
-¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?
-¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!
(Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con
brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.)
-Sin embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
-Pero a las dos de la tarde es cuando hay más calor.
-Sí, pero no tanto calor como ahora.
Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:
-Hay un pajarito en la plaza.
Y viene todo el mundo, espantado, a ver el pajarito. ACTIVIDADES “ALGO MUY GRAVE VA A SUCEDER EN ESTE PUEBLO”.
-Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.
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ACLARACIÓN: Se dice que Gabriel Gracía Márquez contó esta historia en un congreso de
escritores para ejemplificar la diferencia entre los relatos orales y los escritos. Así pues, lo
que acabamos de escuchar (leer) pertenecería a la literatura oral, no a la escrita.
Actividades de Comprensión:
1. ¿Por qué Dámaso no acierta la sencilla carambola por la que ha apostado un
peso?
2. ¿Por qué la pariente del ganador de la apuesta decide comprar dos libras de
carne?
3. ¿Qué es la brea? ¿Por qué los músicos del pueblo no pueden tocar al sol?
4. ¿Qué dos sucesos ordinarios interpretan como extraordinarios los asustados
habitantes del pueblo?
5. ¿Qué consecuencia tuvo la difusión del mal presagio de la señora?
6. ¿Crees que se puede extraer alguna “moraleja” de este cuento? ¿Cuál?
7. Como todos los relatos tradicionales, el cuento puede dividirse en
planteamiento, nudo y desenlace. Resume brevemente cada una de las partes del
relato.
El Peatón de Ray Bradbury -Hola, los de adentro -les murmuraba a todas las casas, de todas las aceras-.
¿Qué hay esta noche en el canal cuatro, el canal siete, el canal nueve? ¿Por
dónde corren los cowboys? ¿No viene ya la caballería de los Estados Unidos
por aquella loma?
Mead, con la luz del reflector en sus ojos, no podía ver a los hombres. -Lo he dicho; para tomar aire, y ver, y caminar simplemente.
-Leonard Mead -dijo. -¿Ha hecho esto a menudo?
-¡Más alto! -Todas las noches durante años.
-¡Leonard Mead! El coche de policía estaba en el centro de la calle, con su garganta de radio que
-¿Ocupación o profesión? zumbaba débilmente.
-Imagino que ustedes me llamarían un escritor. -Bueno, señor Mead -dijo el coche.
-Sin profesión -dijo el coche de policía como si se hablara a sí mismo. -¿Eso es todo? -preguntó Mead cortésmente.
-Sí -dijo la voz-. Acérquese. -Se oyó un suspiro, un chasquido. La portezuela
La luz inmovilizaba al señor Mead, como una pieza de museo atravesada por trasera del coche se abrió de par en par-. Entre.
una aguja. -Un minuto. ¡No he hecho nada!
-Sí, puede ser así -dijo. -Entre.
No escribía desde hacía años. Ya no vendían libros ni revistas. Todo ocurría -¡Protesto!
ahora en casa como tumbas, pensó, continuando sus fantasías. Las tumbas, -Señor Mead...
mal iluminadas por la luz de la televisión, donde la gente estaba como muerta, Mead entró como un hombre que de pronto se sintiera borracho. Cuando pasó
con una luz multicolor que les rozaba la cara, pero que nunca los tocaba junto a la ventanilla delantera del coche, miró adentro. Tal como esperaba, no
realmente. había nadie en el asiento delantero, nadie en el coche.
-Sin profesión -dijo la voz de fonógrafo, siseando-. ¿Qué estaba haciendo -Entre.
afuera? Mead se apoyó en la portezuela y miró el asiento trasero, que era un pequeño
-Caminando -dijo Leonard Mead. calabozo, una cárcel en miniatura con barrotes. Olía a antiséptico; olía a
-¡Caminando! demasiado limpio y duro y metálico. No había allí nada blando.
-Sólo caminando -dijo Mead simplemente, pero sintiendo un frío en la cara. -Si tuviera una esposa que le sirviera de coartada... -dijo la voz de hierro-.
-¿Caminando, sólo caminando, caminando? Pero...
-Sí, señor. -¿Hacia dónde me llevan?
-¿Caminando hacia dónde? ¿Para qué? El coche titubeó, dejó oir un débil y chirriante zumbido, como si en alguna
-Caminando para tomar aire. Caminando para ver. parte algo estuviese informando, dejando caer tarjetas perforadas bajo ojos
-¡Su dirección! eléctricos.
-Calle Saint James, once, sur. -Al Centro Psiquiátrico de Investigación de Tendencias Regresivas.
-¿Hay aire en su casa, tiene usted acondicionador de aire, señor Mead? Mead entró. La puerta se cerró con un golpe blando. El coche policía rodó por
-Sí. las avenidas nocturnas, lanzando adelante sus débiles luces.
-¿Y tiene usted televisor? Pasaron ante una casa en una calle un momento después. Una casa más en una
-No. ciudad de casas oscuras. Pero en todas las ventanas de esta casa había una
-¿No? resplandeciente claridad amarilla, rectangular y cálida en la fría oscuridad.
Se oyó un suave crujido que era en sí mismo una acusación. -Mi casa -dijo Leonard Mead.
-¿Es usted casado, señor Mead? Nadie le respondió.
-No. El coche corrió por los cauces secos de las calles, alejándose, dejando atrás las
-No es casado -dijo la voz de la policía detrás del rayo brillante. calles desiertas con las aceras desiertas, sin escucharse ningún otro sonido, ni
La luna estaba alta y brillaba entre las estrellas, y las casas eran grises y hubo ningún otro movimiento en todo el resto de la helada noche de
silenciosas. noviembre.
-Nadie me quiere -dijo Leonard Mead con una sonrisa. FIN
-¡No hable si no le preguntan!
Leonard Mead esperó en la noche fría.
-¿Sólo caminando, señor Mead?
-Sí. Actividades de El peatón:
-Pero no ha dicho para qué.
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caminar, simplemente cada uno por su lado, y en todas partes vimos gentes -Claro, eso es; pues si no estaríamos haciéndolo. Me imagino que hoy, por
con los ojos clavados en los escritorios, o que se observaban las manos, o primera vez en la historia del mundo, todos saben qué van a hacer de
que miraban la calle. Hablé con algunos. Stan hizo lo mismo. noche.
-¿Y todos habían soñado? -Me pregunto, sin embargo, qué harán los otros, esta tarde, y durante las
-Todos. El mismo sueño, exactamente. próximas horas.
-¿Crees que será cierto? -Ir al teatro, escuchar la radio, mirar la televisión, jugar a las cartas, acostar a los
-Sí, nunca estuve más seguro. niños, acostarse. Como siempre.
-¿Y para cuándo terminará? El mundo, quiero decir. -En cierto modo, podemos estar orgullosos de eso…como siempre.
-Para nosotros, en cierto momento de la noche. Y a medida que la noche El hombre permaneció inmóvil durante un rato y al fin se sirvió otro café.
vaya moviéndose alrededor del mundo, llegará el fin. Tardará veinticuatro -¿Por qué crees que será esta noche?
horas. -Porque sí.
Durante unos instantes no tocaron el café. Luego levantaron lentamente las -¿Por qué no alguna otra noche del siglo pasado, o de hace cinco siglos o diez?
tazas y bebieron mirándose a los ojos. -Quizá porque nunca fue 19 de octubre de 2069, y ahora sí. Quizá porque esa
-¿Merecemos esto? -preguntó la mujer. fecha significa más que ninguna otra. Quizá porque este año las cosas son como
-No se trata de merecerlo o no. Es así, simplemente. Tú misma no has son, en todo el mundo, y por eso es el fin.
tratado de negarlo. ¿Por qué? -Hay bombarderos que esta noche estarán cumpliendo su vuelo de ida y vuelta a
-Creo tener una razón. través del océano y que nunca llegarán a tierra.
-¿La que tenían todos en la oficina? -Eso también lo explica, en parte.
La mujer asintió. -Bueno -dijo el hombre incorporándose-, ¿qué hacemos ahora? ¿Lavamos los
-No quise decirte nada. Fue anoche. Y hoy las vecinas hablaban de eso platos?
entre ellas. Todas soñaron lo mismo. Pensé que era sólo una coincidencia. Lavaron los platos, y los apilaron con un cuidado especial. A las ocho y media
-La mujer levantó de la mesa el diario de la tarde-. Los periódicos no dicen acostaron a las niñas y les dieron el beso de buenas noches y apagaron las luces
nada. del cuarto y entornaron la puerta.
-Todo el mundo lo sabe. No es necesario. -El hombre se reclinó en su silla -No sé…-dijo el marido al salir del dormitorio, mirando hacia atrás, con la pipa
mirándola-. ¿Tienes miedo? entre los labios.
-No. Siempre pensé que tendría mucho miedo, pero no. -¿Qué?
-¿Dónde está ese instinto de autoconservación del que tanto se habla? -¿Cerraremos la puerta del todo, o la dejaremos así, entornada, para que entre un
-No lo sé. Nadie se excita demasiado cuando todo es lógico. Y esto es poco de luz?
lógico. De acuerdo con nuestras vidas, no podía pasar otra cosa. -¿Lo sabrán también las chicas?
-No hemos sido tan malos, ¿no es cierto? -No, naturalmente que no.
-No, pero tampoco demasiado buenos. Me parece que es eso. No hemos El hombre y la mujer se sentaron y leyeron los periódicos y hablaron y
sido casi nada, excepto nosotros mismos, mientras que casi todos los escucharon un poco de música, y luego observaron, juntos, las brasas de la
demás han sido muchas cosas, muchas cosas abominables. chimenea mientras el reloj daba las diez y media y las once y las once y media.
En el vestíbulo las niñas se reían. Pensaron en las otras gentes del mundo, que también habían pasado la velada
-Siempre pensé que cuando esto ocurriera la gente se pondría a gritar en cada uno a su modo.
las calles. -Bueno -dijo el hombre al fin.
-Pues no. La gente no grita ante la realidad de las cosas. Besó a su mujer durante un rato.
-¿Sabes?, te perderé a ti y a las chicas. Nunca me gustó la ciudad, ni mi -Nos hemos llevado bien, después de todo -dijo la mujer.
trabajo, ni nada, excepto vosotros tres. No me faltará nada más. Salvo, -¿Tienes ganas de llorar? -le preguntó el hombre.
quizás, los cambios de tiempo, y un vaso de agua helada cuando hace -Creo que no.
calor, y el sueño. ¿Cómo podemos estar aquí, sentados, hablando de este Recorrieron la casa y apagaron las luces y entraron en el dormitorio. Se
modo? desvistieron en la fresca oscuridad de la noche, y retiraron las colchas.
-No se puede hacer otra cosa. -Las sábanas son tan limpias y frescas…
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1. Lee el cuento y haz un resumen del mismo. Birch, antes de 1881, era el enterrador municipal de Peck Valley, siendo
2. ¿Cuál crees que es su tema? un rústico y primitivo, incluso para como puede ser ese tipo de gente. Lo
3. ¿Por qué si todo el mundo sabe que el mundo va a terminar, que he oído sobre sus métodos resulta increíble, al menos para una ciudad,
e incluso Peck Valley se habría estremecido de haber conocido la dudosa
nadie hace nada por evitarlo o para ponerse a salvo? ética de sus artes mortuorias en materias tan escabrosas como el apropiarse
4. Ponte en el lugar de alguno de los protagonistas (el hombre o de los forros, invisibles bajo la tapa del ataúd, o el grado de dignidad que
la mujer) y explica qué harías en su situación. daba al disponer y adaptar los miembros no visibles de sus inquilinos sin
5. ¿Qué podemos aprender de este cuento? vida a unos recipientes no siempre calculados con exactitud precisa. Más
concretamente, Birch era dejado, insensible y profesionalmente indeseable,
aunque no creo que fuera mala persona. Era, sencillamente, tosco de
Actividades de producción escrita: temperamento y profesión... bruto, descuidado y borracho, y así lo probaba
su fácil tendencia a los accidentes, así como su carencia de esos mínimos
1-¿Cuál es tu opinión sobre este cuento? de imaginación que mantiene el ciudadano medio dentro de ciertos límites
2-Inventa un nuevo final. Relee los últimos párrafos y cambia las dos fijados por el buen gusto.
últimas frases con lo que se dicen el hombre y la mujer por otras dos
frases según tu propia creatividad. No sabría decir cuándo comienza la historia de Birch, ya que no soy un
relator avezado. Supongo que puede empezar en el frío diciembre de
1880, cuando el terreno se heló y los sepultureros descubrieron que no
podían cavar más tumbas hasta la primavera. Afortunadamente, el pueblo
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era pequeño y las muertes bastante escasas, por lo que fue imposible dar fabricado aquella caja para Matthew Fenner, pero la dejó a un lado, por
a todas las cargas inanimadas de Birch un paraíso temporal en el simple ser demasiado tosca y endeble, en un rapto de curioso sentimentalismo
y anticuado mortuorio. El enterrador se volvió doblemente perezoso con provocado por el recuerdo de cuán amable y generoso fue con él el
aquel tiempo amargo y pareció sobrepasarse a sí mismo en descuido. pequeño anciano durante su bancarrota, cinco años antes. Había dado al
Nunca había colocado juntos tantos ataúdes flojos y contrahechos, o viejo Matt lo mejor que su habilidad podía crear, pero era lo bastante
abandonado más flagrantemente el cuidado del oxidado cerrojo de la ahorrativo como para guardarse el ejemplar desechado y usarlo cuando
puerta del mortuorio, que abría y cerraba a portazos, con el más Asaph Sawyer murió de fiebres malignas. Sawyer no era un hombre
negligente abandono. amable y se contaban muchas historias sobre su casi inhumano
temperamento vengativo y su tenaz memoria para ofensas reales o
Al fin llegó el deshielo de primavera y las tumbas fueron laboriosamente fingidas. Con él, Birch no sintió remordimientos cuando le asignó el
habilitadas para los nueve silenciosos frutos del espantoso cosechero que destartalado ataúd que ahora apartaba de su camino, buscando la caja de
les aguardaba en la tumba. Birch, aun temiendo el fastidio de remover y Fenner.
enterrar, comenzó a trasladarlos una desagradable mañana de abril, pero
se detuvo, tras depositar a un mortal inquilino en su eterno descanso, por Fue justo al reconocer el ataúd del viejo Matt cuando la puerta se cerró
culpa de una tremenda lluvia que pareció irritar a su caballo. El cadáver de un portazo, empujada por el viento, dejándolo en una penumbra aún
era el de Darius Park, el nonagenario, cuya tumba no estaba lejos del más profunda que la de antes. El angosto tragaluz admitía sólo el paso de
mortuorio. Birch decidió que, el día siguiente, empezaría con el viejo los más débiles rayos, y el ventiladero sobre su cabeza virtualmente
Matthew Fenner, cuya tumba también se encontraba cerca; pero la ninguna, así que se vio obligado a un profano palpar mientras hacía un
verdad es que pospuso el asunto por tres días, no volviendo al trabajo trastabilleante camino entre las cajas, rumbo al pestillo. En esa penumbra
hasta el día 15, Viernes Santo. No siendo supersticioso, no se fijó en la fúnebre agitó el mohoso pomo, empujó las planchas de hierro y se
fecha, aunque tras lo que pasó se negó siempre a hacer algo de preguntó por qué el enorme portón se había vuelto repentinamente tan
importancia en ese fatídico sexto día de la semana. Desde luego, los recalcitrante. En ese crepúsculo, además, comenzó a comprender la
sucesos de aquella noche cambiaron enormemente a George Birch. verdad y gritó en voz alta, mientras su caballo, fuera, no pudo más que
darle una réplica, aunque poco amistosa. Porque el pestillo tanto tiempo
La tarde del 15 de abril, viernes, Birch se dirigió a la tumba con caballo y descuidado se había roto sin duda, dejando al descuidado enterrador
carro, dispuesto a trasladar el cuerpo de Matthew Fenner. Él admite que atrapado en la cripta, víctima de su propia desidia.
en aquellos momentos no estaba del todo sobrio, aunque entonces no se
daba tan plenamente a la bebida como haría más tarde, tratando de Aquello debió suceder sobre las tres y media de la tarde. Birch, siendo de
olvidar ciertas cosas. Se encontraba sólo lo bastante mareado y temperamento flemático y práctico, no gritó durante mucho tiempo, sino
descuidado como para fastidiar a su sensible caballo, sofrenándolo junto que procedió a buscar algunas herramientas que recordaba haber visto en
al mortuorio, por lo que éste relinchó y piafó y se agitó, tal como lo una esquina de la sala. Es dudoso que sintiera todo el horror y lo
hiciera la ocasión anterior, cuando le molestó la lluvia. El día era claro, horripilante de su posición, pero el solo hecho de verse atrapado tan lejos
pero se había levantado un fuerte viento, y Birch se alegró de contar con de los caminos transitados por los hombres era suficiente para
refugio mientras corría el cerrojo de hierro y entraba en el vestíbulo de la exasperarlo por completo. Su trabajo diurno se había visto tristemente
cripta. Otro no podría haber soportado la húmeda y olorosa estancia, con interrumpido, y a no ser que la suerte llevase en aquellos momentos a
los ocho ataúdes descuidadamente colocados, pero Birch, en aquellos algún caminante hasta las cercanías, debería quedarse allí toda la noche o
días, era insensible y sólo cuidaba de poner el ataúd correcto en la tumba más tarde. Pronto apareció el montón de herramientas y, seleccionando
correspondiente. No había olvidado las críticas suscitadas por los martillo y cincel, Birch regresó, entre los ataúdes, a la puerta. El aire
parientes de Hannah Bixby cuando, deseando transportar el cuerpo de había comenzado a ser excesivamente malsano, pero no prestó atención a
ésta al cementerio de la ciudad a la que se habían mudado, encontraron este detalle mientras se afanaba, medio a tientas, contra el pesado y
en la caja al juez Capwell bajo su lápida. corroído metal del pestillo. Hubiera dado lo que fuera por tener una
linterna o un cabo de vela, pero, careciendo de ambos, chapuceaba como
La luz era tenue, pero la vista de Birch era buena y no cogió por error el podía, medio a ciegas. Cuando se cercioró de que el pestillo estaba
ataúd de Asaph Sawyer, a pesar de que era muy similar. De hecho, había bloqueado sin remisión, al menos para herramientas tan rudimentarias y
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bajo tales condiciones tenebrosas de luz, Birch buscó alrededor otra comenzaba a golpear con el martillo, el caballo, fuera, relinchaba en un
forma de escapar. La cripta había sido excavada en una ladera, por lo que tono que podría haber sido tanto de aliento como de burla. Cualquiera de
el angosto túnel de ventilación del techo corría a través de algunos los dos supuestos hubiera sido apropiado, ya que la inesperada tenacidad
metros de tierra, haciendo que esta dirección fuera inútil de considerar. de la albañilería, fácil a simple vista, resultaba sin duda sardónicamente
Sobre la puerta, no obstante, el tragaluz alto y en forma de hendidura, ilustrativa de la vanidad de los anhelos de los mortales, aparte de motivo
situado en la fachada de ladrillo, dejaba pensar en que podría ser de una tarea cuya ejecución necesitaba cada estímulo posible.
ensanchado por un trabajador diligente, de ahí que sus ojos se demoraran
largo rato sobre él mientras se estrujaba el cerebro buscando métodos de Llegó el anochecer y encontró a Birch aún pugnando. Trabajaba ahora sobre
escapatoria. No había nada parecido a una escalera en aquella tumba, y todo el tacto, ya que nuevas nubes cubrieron la luna y, aunque los progresos
los nichos para ataúdes situados a los lados y el fondo -que Birch apenas eran todavía lentos, se sentía envalentonado por sus avances en lo alto y lo
se molestaba en utilizar- no permitían trepar hasta encima de la puerta. bajo de la abertura. Estaba seguro de que podría tenerlo listo a medianoche...
Sólo los mismos ataúdes quedaban como potenciales peldaños, y, aunque era una característica suya el que esto no contuviera para él
mientras consideraba aquello, especuló sobre la mejor forma de implicaciones temibles. Ajeno a opresivas reflexiones sobre la hora, el lugar
colocarlos. Tres ataúdes de altura, supuso, permitirían alcanzar el y la compañía que tenía bajo sus pies, despedazaba filosóficamente el muro
tragaluz, pero lo haría mejor con cuatro, lo más estable posible. Mientras de piedra, maldiciendo cuando lo alcanzaba un fragmento en el rostro, y
lo planeaba, no pudo por menos que desear que las unidades de su riéndose cuando alguno daba en el cada vez más excitado caballo que
planeada escalera hubieran sido hechas con firmeza. Que hubiera tenido piafaba cerca del ciprés. Al final, el agujero fue lo bastante grande como
la suficiente imaginación como para desear que estuvieran vacías, ya para intentar pasar el cuerpo por él, agitándose hasta que los ataúdes se
resultaba más dudosa. mecieron y crujieron bajo sus pies. Descubrió que no necesitaba apilar otro
para conseguir la altura adecuada, ya que el agujero se encontraba
Finalmente, decidió colocar una base de tres, paralelos al muro, para exactamente en el nivel apropiado, siendo posible usarlo tan pronto como el
colocar sobre ellos dos pisos de dos y, encima de éstos, uno solo que tamaño así lo permitiera.
serviría de plataforma. Tal estructura permitiría el ascenso con un
mínimo de problemas y daría la deseada altura. Aún mejor, pensó, podría Debía ser ya la medianoche cuando Birch decidió que podía atravesar el
utilizar sólo dos cajas de base para soportar todo, dejando uno libre, que tragaluz. Cansado y sudando, a pesar de los muchos descansos, bajó al suelo
podría ser colocado en lo alto en caso de que tal forma de escape y se sentó un momento en la caja del fondo a tomar fuerzas para el esfuerzo
necesitase aún mayor altitud. Y, de esta forma, el prisionero se esforzó final de arrastrarse y saltar al exterior. El hambriento caballo estaba
en aquel crepúsculo, desplazando los inertes restos de mortalidad sin la relinchando repetidamente y de forma casi extraña, y él deseó vagamente
menor ceremonia, mientras su Torre de Babel en miniatura iba que parara. Se sentía curiosamente desazonado por su inminente escapatoria
ascendiendo piso a piso. Algunos de los ataúdes comenzaron a rajarse y casi espantado de intentarlo, ya que su físico tenía la indolente corpulencia
bajo el esfuerzo del ascenso, y él decidió dejar el sólidamente construido de la temprana media edad. Mientras ascendía por los astillados ataúdes
ataúd del pequeño Matthew Fenner para la cúspide, de forma que sus sintió con intensidad su peso, especialmente cuando, tras llegar al de más
pies tuvieran una superficie tan sólida como fuera posible. En la escasa arriba, escuchó ese agravado crujir que presagiaba la fractura total de la
luz había que confiar ante todo en el tacto para seleccionar la caja madera. Al parecer, había planificado en vano elegir el más sólido de los
adecuada y, de hecho, la encontró por accidente, ya que llegó a sus ataúdes para la plataforma, ya que, apenas apoyó todo su peso de nuevo
manos como a través de alguna extraña volición, después de que la sobre esa pútrida tapa, ésta cedió, hundiéndole medio metro sobre algo que
hubiera colocado inadvertidamente junto a otra en el tercer piso. no quería ni imaginar. Enloquecido por el sonido, o por el hedor que se
expandió al aire libre, el caballo lanzó un alarido que era demasiado
Al cabo, la torre estuvo acabada, y sus fatigados brazos descansaron un frenético para un relincho, y se lanzó enloquecido a través de la noche, con
rato, durante el que se sentó en el último peldaño de su espantable la carreta traqueteando enloquecidamente a su zaga.
artefacto; luego, Birch ascendió cautelosamente con sus herramientas y
se detuvo frente al angosto tragaluz. Los bordes eran totalmente de Birch, en esa espantosa situación, se encontraba ahora demasiado abajo
ladrillo y había pocas dudas de que, con unos pocos golpes de cincel, se para un fácil ascenso hacia el agrandado tragaluz, pero acumuló energías
abriría lo bastante como para permitir el paso de su cuerpo. Mientras para un intento concreto. Asiendo los bordes de la abertura, trataba de
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auparse cuando notó un extraño impedimento en forma de una especie de último, cómo el vengativo granjero podría caber en una caja tan acorde al
tirón en sus dos tobillos. Enseguida sintió miedo por primera vez en la diminuto Fenner.
noche, ya que, aunque pugnaba, no conseguía librarse del desconocido
agarrón que hacía presa de sus tobillos en entorpecedora cautividad. Davis se fue el cabo de dos horas largas, urgiendo a Birch a insistir en todo
Horribles dolores, como de salvajes heridas, le laceraron las pantorrillas, y momento que sus heridas eran producto enteramente de clavos sueltos y
en su mente se produjo un remolino de espanto mezclado con un madera astillada. ¿Qué más, añadió, podría probarse o creerse en cualquier
inamovible materialismo que sugería astillas, clavos sueltos y similares, caso? Pero haría bien en decir tan poco como pudiera y en no dejar que
propios de una caja rota de madera. Quizás gritó. Y en todo momento otro médico tratase sus heridas. Birch tuvo en cuenta tal recomendación el
pateaba y se debatía frenética y casi automáticamente mientras su resto de su vida, hasta que me contó la historia, y cuando vi las cicatrices -
conciencia casi se eclipsaba en un medio desmayo. antiguas y desvaídas como eran- convine en que había obrado
juiciosamente. Quedó cojo para siempre, porque los grandes tendones
El instinto guió su deslizamiento a través del tragaluz, y, en el arrastrar que fueron dañados, pero creo que mayor fue la cojera de su espíritu. Su forma
siguió, cayó con un golpetazo sobre el húmedo terreno. No podía caminar, de pensar, otrora flemática y lógica, estaba indeleblemente afectada y
al parecer, y la emergente luna debió presenciar una horrible visión resultaba penoso notar su respuesta a ciertas alusiones fortuitas como
mientras él arrastraba sus sangrantes tobillos hacia la portería del "viernes", "tumba", "ataúd", y palabras de menos obvia relación. Su
cementerio; los dedos hundiéndose en el negro mantillo, apresurándose sin espantado caballo había vuelto a casa, pero su ingenio nunca lo hizo.
pensar, y el cuerpo respondiendo con una enloquecedora lentitud que se Cambió de negocio, pero siempre anduvo recomido por algo. Podía ser
sufre cuando uno es perseguido por los fantasmas de la pesadilla. No sólo miedo, o miedo mezclado con una extraña y tardía clase de
obstante, era evidente que no había perseguidor alguno, ya que se remordimiento por antiguas atrocidades cometidas. La bebida, claro, sólo
encontraba solo y vivo cuando Armington, el guarda, respondió a sus agravó lo que trataba de aliviar.
débiles arañazos en la puerta.
Cuando el doctor Davis dejó a Birch esa noche, tomó una linterna y fue al
Armington ayudó a Birch a llegar a una cama disponible y envió a su hijo viejo mortuorio. La luna brillaba en los dispersos trozos de ladrillo y en la
pequeño, Edwin, a buscar al doctor Davis. El herido estaba plenamente roída fachada, así como en el picaporte de la gran puerta, lista para abrirse con
consciente, pero no pudo decir nada coherente, sino simplemente musitar: un toque desde el exterior. Fortificado por antiguas ordalías en salas de
"¡Ah, mis tobillos!" "Déjame" o "Encerrado en la tumba". Luego llegó el disección, el doctor entró y miró alrededor, conteniendo la náusea corporal y
doctor con su maletín, hizo algunas preguntas escuetas y quitó al paciente espiritual ante todo lo que tenía ante la vista y el olfato. Gritó una vez, y luego
la ropa, los zapatos y los calcetines. Las heridas, ya que ambos tobillos lanzó un boqueo que era más terrible que cualquier grito. Después huyó a la
estaban espantosamente lacerados en torno a los tendones de Aquiles, casa y rompió las reglas de su profesión alzando y sacudiendo a su paciente,
parecieron desconcertar sobremanera al viejo médico y, por último, casi lanzándole una serie de estremecedores susurros que punzaron en sus oídos
espantarlo. Su interrogatorio se hizo más que médicamente tenso, y sus como el siseo del vitriolo.
manos temblaban al curar los miembros lacerados, vendándolos como si
desease perder de vista las heridas lo antes posible. -¡Era el ataúd de Asaph, Birch, tal como pensaba! Conozco sus dientes, con
esa falta de incisivos superiores... ¡Nunca, por dios, muestre esas heridas! El
Siendo, como era Davis, un doctor frío e impersonal, el ominoso y cuerpo estaba bastante corrompido, pero si alguna vez he visto un rostro
espantoso interrogatorio resultó de lo más extraño, intentando arrancar al vengativo... o lo que fue un rostro... ya sabe que era como un demonio
fatigado enterrador cada mínimo detalle de su horrible experiencia. Se vengativo... cómo arruinó al viejo Raymond treinta años después de su pleito
encontraba tremendamente ansioso de saber si Birch estaba seguro - de lindes, y cómo pateó al perrillo que quiso morderlo el agosto pasado... era
absolutamente seguro- de que era el ataúd de Fenner en la penumbra, y de el demonio encarnado, Birch, y creo que su afán de revancha puede vencer a
cómo había distinguido éste del duplicado de inferior calidad del ruin de la misma Madre Muerte. ¡Dios mío, qué rabia! ¡No quiero ni pensar en que se
Asaph Sawyer. ¿Podría la sólida caja de Fenner ceder tan fácilmente? hubiera fijado en mí!
Davis, un profesional con larga experiencia en el pueblo, había estado en
ambos funerales, aparte de haber atendido a Fenner como a Sawyer en su -¿Por qué lo hizo, Birch? Era un canalla, y no le reprocho que le diera un
última enfermedad. Incluso se había preguntado, en el funeral de éste ataúd de segunda, ¡pero fue demasiado lejos! Bastante tenía con apretujarlo de
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alguna manera ahí, pero usted sabía cuán pequeño de cuerpo era el viejo guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros
Fenner. padres y toda la infancia.
Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una
-Nunca podré borrar esa imagen de mis ojos mientras viva. Usted debió de locura pues en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la
patalear fuerte, porque el ataúd de Asaph estaba en el suelo. Su cabeza se limpieza por la mañana, levantándonos a las siete, y a eso de las once yo le
había roto y todo estaba desparramado. Mira que he visto cosas, pero eso era dejaba a Irene las últimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina.
demasiado. ¡Ojo por ojo! Cielos, Birch, usted se lo buscó. La calavera me Almorzábamos al mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer
revolvió el estómago, pero lo otro era peor... ¡Esos tobillos aserrados para fuera de unos platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa
hacerle caber en el ataúd desechado de Matt Fenner! profunda y silenciosa y cómo nos bastábamos para mantenerla limpia. A veces
llegábamos a creer que era ella la que no nos dejo casarnos. Irene rechazó dos
Actividades de En la cripta: pretendientes sin mayor motivo, a mí se me murió María Esther antes que
llegáramos a comprometernos. Entramos en los cuarenta años con la
1-Realiza una síntesis argumental de este cuento. inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de
Investiga qué sostienen los egipcios a cerca del día en que los muertos hermanos, era necesaria clausura de la genealogía asentada por nuestros
resucitan. bisabuelos en nuestra casa. Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos
2-Relaciona este tema con las creencias latinoamericana acerca del primos se quedarían con la casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el
terreno y los ladrillos; o mejor, nosotros mismos la voltearíamos
tema.
justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.
3-Luego crea una noticia que comente lo sucedido en este cuento,
Irene era una chica nacida para no molestar a nadie. Aparte de su
como si hubiera sucedido en la realidad. actividad matinal se pasaba el resto del día tejiendo en el sofá de su
dormitorio. No sé por qué tejía tanto, yo creo que las mujeres tejen cuando
han encontrado en esa labor el gran pretexto para no hacer nada. Irene no era
así, tejía cosas siempre necesarias, tricotas para el invierno, medias para mi,
mañanitas y chalecos para ella. A veces tejía un chaleco y después lo destejía
en un momento porque algo no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el
montón de lana encrespada resistiéndose a perder su forma de algunas horas.
Los sábados iba yo al centro a comprarle lana; Irene tenía fe en mi gusto, se
complacía con los colores y nunca tuve que devolver madejas. Yo
aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librerías y preguntar
vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba
nada valioso a la Argentina.
Pero es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene,
porque yo no tengo importancia. Me pregunto qué hubiera hecho Irene sin el
tejido. Uno puede releer un libro, pero cuando un pulóver está terminado no se
puede repetirlo sin escándalo. Un día encontré el cajón de abajo de la cómoda
de alcanfor lleno de pañoletas blancas, verdes, lila. Estaban con naftalina,
apiladas como en una mercería; no tuve valor para preguntarle a Irene que
Casa tomada pensaba hacer con ellas. No necesitábamos ganarnos la vida, todos los meses
Julio Cortázar llegaba plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero a Irene solamente la
entretenía el tejido, mostraba una destreza maravillosa y a mi se me iban las
Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las horas viéndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y
casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) una o dos canastillas en el suelo donde se agitaban constantemente los ovillos.
Era hermoso.
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Cómo no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una parte tomada muchas cosas que queríamos. Mis libros de literatura francesa,
sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la por ejemplo, estaban todos en la biblioteca. Irene pensó en una botella de
parte mas retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo Hesperidina de muchos años. Con frecuencia (pero esto solamente sucedió los
con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde había primeros días) cerrábamos algún cajón de las cómodas y nos mirábamos con
un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual tristeza.
comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán -No está aquí.
con mayólica, y la puerta cancel daba al living. De manera que uno entraba Y era una cosa mas de todo lo que habíamos perdido al otro lado de la casa.
por el zaguán, abría la cancel y pasaba al living; tenía a los lados las puertas Pero también tuvimos ventajas. La limpieza se simplificó tanto que aun
de nuestros dormitorios, y al frente el pasillo que conducía a la parte mas levantándose tardísimo, a las nueve y media por ejemplo, no daban las once y
retirada; avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y mas allá ya estábamos de brazos cruzados. Irene se acostumbró a ir conmigo a la
empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar a la izquierda cocina y ayudarme a preparar el almuerzo. Lo pensamos bien, y se decidió
justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo mas estrecho que llevaba esto: mientras yo preparaba el almuerzo, Irene cocinaría platos para comer
a la cocina y el baño. Cuando la puerta estaba abierta advertía uno que la casa fríos de noche. Nos alegramos porque siempre resultaba molesto tener que
era muy grande; si no, daba la impresión de un departamento de los que se abandonar los dormitorios al atardecer y ponerse a cocinar. Ahora nos bastaba
edifican ahora, apenas para moverse; Irene y yo vivíamos siempre en esta con la mesa en el dormitorio de Irene y las fuentes de comida fiambre.
parte de la casa, casi nunca íbamos más allá de la puerta de roble, salvo para Irene estaba contenta porque le quedaba mas tiempo para tejer. Yo andaba un
hacer la limpieza, pues es increíble como se junta tierra en los muebles. poco perdido a causa de los libros, pero por no afligir a mi hermana me puse a
Buenos Aires será una ciudad limpia, pero eso lo debe a sus habitantes y no a revisar la colección de estampillas de papa, y eso me sirvió para matar el
otra cosa. Hay demasiada tierra en el aire, apenas sopla una ráfaga se palpa el tiempo. Nos divertíamos mucho, cada uno en sus cosas, casi siempre reunidos
polvo en los mármoles de las consolas y entre los rombos de las carpetas de en el dormitorio de Irene que era más cómodo. A veces Irene decía:
macramé; da trabajo sacarlo bien con plumero, vuela y se suspende en el aire, -Fijate este punto que se me ha ocurrido. ¿No da un dibujo de trébol?
un momento después se deposita de nuevo en los muebles y los pianos. Un rato después era yo el que le ponía ante los ojos un cuadradito de papel
Lo recordaré siempre con claridad porque fue simple y sin para que viese el mérito de algún sello de Eupen y Malmédy. Estábamos bien,
circunstancias inútiles. Irene estaba tejiendo en su dormitorio, eran las ocho de y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar.
la noche y de repente se me ocurrió poner al fuego la pavita del mate. Fui por (Cuando Irene soñaba en alta voz yo me desvelaba en seguida. Nunca pude
el pasillo hasta enfrentar la entornada puerta de roble, y daba la vuelta al codo habituarme a esa voz de estatua o papagayo, voz que viene de los sueños y no
que llevaba a la cocina cuando escuché algo en el comedor o en la biblioteca. de la garganta. Irene decía que mis sueños consistían en grandes sacudones
El sonido venía impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la que a veces hacían caer el cobertor. Nuestros dormitorios tenían el living de
alfombra o un ahogado susurro de conversación. También lo oí, al mismo por medio, pero de noche se escuchaba cualquier cosa en la casa. Nos oíamos
tiempo o un segundo después, en el fondo del pasillo que traía desde aquellas respirar, toser, presentíamos el ademán que conduce a la llave del velador, los
piezas hasta la puerta. Me tire contra la pared antes de que fuera demasiado mutuos y frecuentes insomnios.
tarde, la cerré de golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta Aparte de eso todo estaba callado en la casa. De día eran los rumores
de nuestro lado y además corrí el gran cerrojo para más seguridad. domésticos, el roce metálico de las agujas de tejer, un crujido al pasar las
Fui a la cocina, calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del hojas del álbum filatélico. La puerta de roble, creo haberlo dicho, era maciza.
mate le dije a Irene: En la cocina y el baño, que quedaban tocando la parte tomada, nos poníamos a
-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado parte del fondo. hablar en voz mas alta o Irene cantaba canciones de cuna. En una cocina hay
Dejó caer el tejido y me miró con sus graves ojos cansados. demasiados ruidos de loza y vidrios para que otros sonidos irrumpan en ella.
-¿Estás seguro? Muy pocas veces permitíamos allí el silencio, pero cuando tornábamos a los
Asentí. dormitorios y al living, entonces la casa se ponía callada y a media luz, hasta
-Entonces -dijo recogiendo las agujas- tendremos que vivir en este lado. pisábamos despacio para no molestarnos. Yo creo que era por eso que de
Yo cebaba el mate con mucho cuidado, pero ella tardó un rato en reanudar su noche, cuando Irene empezaba a soñar en alta voz, me desvelaba en seguida.)
labor. Me acuerdo que me tejía un chaleco gris; a mi me gustaba ese chaleco. Es casi repetir lo mismo salvo las consecuencias. De noche siento
Los primeros días nos pareció penoso porque ambos habíamos dejado en la sed, y antes de acostarnos le dije a Irene que iba hasta la cocina a servirme un
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vaso de agua. Desde la puerta del dormitorio (ella tejía) oí ruido en la cocina; hermanos.
tal vez en la cocina o tal vez en el baño porque el codo del pasillo apagaba el
4) Para vos: ¿Quiénes son los invasores? ¿Por qué no los enfrentan los
sonido. A Irene le llamo la atención mi brusca manera de detenerme, y vino a
mi lado sin decir palabra. Nos quedamos escuchando los ruidos, notando hermanos?
claramente que eran de este lado de la puerta de roble, en la cocina y el baño, 5) ¿Qué significado se puede asignar al hecho de que el protagonista
o en el pasillo mismo donde empezaba el codo casi al lado nuestro. arroje la llave en el desenlace?
No nos miramos siquiera. Apreté el brazo de Irene y la hice correr
conmigo hasta la puerta cancel, sin volvernos hacia atrás. Los ruidos se oían 6)¿Cuál es la complicación en “Casa tomada”? ¿Cómo se resuelve?
más fuerte pero siempre sordos, a espaldas nuestras. Cerré de un golpe la 7) Observen este pequeño video donde el autor habla del cuento y
cancel y nos quedamos en el zaguán. Ahora no se oía nada. apunten qué dice sobre eso y sobre otras interpretaciones que se han
-Han tomado esta parte -dijo Irene. El tejido le colgaba de las manos
dado a su relato.
y las hebras iban hasta la cancel y se perdían debajo. Cuando vio que los
ovillos habían quedado del otro lado, soltó el tejido sin mirarlo. Enlace: http://www.youtube.com/watch?v=5PjoxnppeMQ
-¿Tuviste tiempo de traer alguna cosa? -le pregunté inútilmente. Extra: Para que observen y luego comentemos les dejo dos
-No, nada.
representaciones audiovisuales del cuento. en una de ellas se escucha a
Estábamos con lo puesto. Me acordé de los quince mil pesos en el
armario de mi dormitorio. Ya era tarde ahora. Cortázar leyendo el cuento.
Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Enlace1: https://www.youtube.com/watch?v=7WCkhLhR2xk
Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y Enlace2: https://www.youtube.com/watch?v=tWP5oaNtJzU
salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de
entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que algún pobre
diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y
con la casa tomada.
(De Bestiario, 1951)
Sucedidos/1
Empecé a buscar empleo. Puede calcularse un término medio de dos años la busca
de empleo. Si tiene suerte, usted se coloca al año y medio, y si anda en la mala,
nunca. A todo esto, mi novia y la madre andaban a la greña. Es curioso: una,
contra usted, y la otra, a su favor, siempre tiran a lo mismo. Mi novia me decía:
-Vos tenés razón, pero cuándo nos casamos, querido?
Mi suegra, en cambio:
-Usted no tiene razón de protestar, de manera que haga el favor de decirme cuándo
se puede casar.
Yo, miraba. Es extraordinariamente curiosa la mirada del hombre que está entre
una furia amable y otra rabiosa. Se me ocurre que Carlitos Chaplín nació de la
conjunción de dos miradas así. E1 estaría sentado en un banquito, la suegra por un
lado lo miraba con fobia, por el otro la novia con pasión, y nació Charles, el de la
dolorosa sonrisa torcida.
Le dije a mi suegra (para mí una futura suegra está en su peor fase durante el
noviazgo), sonriendo con melancolía y resignación, que cuando consiguiera
empleo me casaba y un buen día consigo un puesto, qué puesto ... ! ciento
cincuenta pesos!
Casarse con ciento cincuenta pesos significa nada menos que ponerse una soga
al cuello. Reconocerán ustedes con justísima razón, aplacé el matrimonio hasta
que me ascendieran. Mi novia movió la cabeza aceptando mis razonamientos
(cuando son novias, las mujeres pasan por un fenómeno curioso, aceptan todos
los razonamientos; cuando se casan el fenómeno se invierte, somos los hombres
los que tenemos que aceptar sus razonamientos). Ella aceptó y yo tuve el
orgullo de afirmar que mi novia era inteligente.
Me ascendieron a doscientos pesos. Cierto es que doscientos pesos son más que
ciento cincuenta, pero el día que me ascendieron descubrí que con un poco de
paciencia se podía esperar otro ascenso más, y pasaron dos años. Mi novia puso
cara de "piola", y entonces con gesto digno de un héroe hice cuentas. Cuentas.
DEL QUE NO SE CASA - Roberto Arlt claras y más largas que las cuentas griegas que, según me han dicho, eran
interminables. Le demostré con el lápiz en una mano, el catálogo de los muebles
Yo me hubiera casado. Antes sí, pero ahora no. Quién es el audaz que se casa con en otra y un presupuesto de Longobardi encima de la mesa, que era imposible
las cosas como están hoy? todo casorio sin un sueldo mínimo de trescientos pesos, cuando menos,
Yo hace ocho años que estoy de novio. No me parece mal, porque uno antes de doscientos cincuenta. Casándose con doscientos cincuenta había que invitar con
casarse "debe conocerse" o conocer al otro, mejor dicho, que el conocerse uno no masas podridas a los amigos.
tiene importancia, y conocer al otro, para embromarlo, sí vale. Mi futura suegra escupía veneno. Sus ímpetus llevaban un ritmo mental
Mi suegra, o mi futura suegra, me mira y gruñe, cada vez que me ve. Y si yo le sumamente curioso, pues oscilaban entre el homicidio compuesto y el asesinato
sonrío me muestra los dientes como un mastín. Cuando está de buen humor lo que simple. Al mismo tiempo que me sonreía con las mandíbulas, me daba
hace es negarme el saludo o hacer que no distingue la mano que le extiendo al puñaladas con los ojos. Yo la miraba con la tierna mirada de un borracho
saludarla, y eso que para ver lo que no le importa tiene una mirada agudísima. consuetudinario que espera "morir por su ideal". Mi novia, pobrecita, inclinaba
A los dos años de estar de novio, tanto "ella" como yo nos acordamos que para la cabeza meditando en las broncas intestinas, esas verdaderas batallas de
casarse se necesita empleo, y si no empleo, cuando menos trabajar con capital conceptos forajidos que se largan cuando el damnificado se encuentra ausente.
propio o ajeno. Al final se impuso el criterio del aumento. Mi suegra estuvo una semana en que
se moría y no se moría; luego resolvió martirizar a sus prójimos durante un
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tiempo más y no se murió. Al contrario, parecía veinte años más joven que con los zapatos amarillos del señor inspector. Y vino,
cuando la conociera. Manifestó deseos de hacer un contrato treintanario por la naturalmente, una alocución, como ellos dicen.
casa que ocupaba, propósito que me espeluznó. Dijo algo entre dientes que me -Niños que en este ámbito del saber primario sorbéis las
sonó a esto: "Le llevaré flores". Me imagino que su antojo de llevarme flores no materias como la enredadera sorbe el sol...¡atchís!
llegaría hasta la Chacarita. En fin, a todas luces mi futura suegra reveló la -¡Salud, señor inspector! -prorrumpió la clase en pleno.
intención de vivir hasta el día que me aumentaran el sueldo a mil pesos. El inspector pasó una mirada furibunda por los bancos mientras
Llegó el otro aumento. Es decir, el aumento de setenta y cinco pesos. se llevaba a su importante apéndice nasal un pañuelito muy
Mi suegra me dijo en un tono que se podía conceptuar de irónico si no fuera
bien planchado, que luego volvió a doblar y colocar en el bolsillo
agresivo y amenazador:
superior de su saco negro con trencilla, y retomó el hilo del
-Supongo que no tendrá intención de esperar otro aumento.
discurso:
Y cuando le iba a contestar estalló la revolución.
Casarse bajo un régimen revolucionario sería demostrar hasta la evidencia que se -El sol!...,el sol!... ¡atchís!
está loco. O cuando menos que se tienen alteradas las facultades mentales. Martirena me dijo por lo bajo, pero de modo que sonó bien
Yo no me caso. Hoy se lo he dicho: alto:
-No, señora, no me caso. Esperemos que el gobierno convoque a elecciones y a -Debe ser un resfrío de sol...
que resuelva si se reforma la constitución o no. Una vez que el Congreso esté El inspector intentó matarlo de una mirada y continuó:
constituido y que todas las instituciones marchen como deben yo no pondré -El sol o, mejor dicho, sus rayos, llamados también irradiación
ningún inconveniente al cumplimiento de mis compromisos. Pero hasta tanto el febea...¡atchís!
Gobierno Provisional no entregue el poder al Pueblo Soberano, yo tampoco -¡Salud, señor inspector! -volvimos a decir a coro, creyendo
entregaré mi libertad. Además que pueden dejarme cesante. proceder muy correctamente. La señorita nos hacía señas de
que no insistiéramos, pero nosotros éramos muy bien
Fuente: ARLT, ROBERTO, Aguafuertes porteñas. Buenos Aires, Futuro, 1950 (págs. educados y no perdonábamos estornudo. Y éstos se sucedían
160-162)
cada vez con mayor frecuencia, y el inspector, par retomar el
hilo de la perorata, tenía antes que retomar el hilo del pañuelo,
LOS ESTORNUDOS - Conrado Nalé Roxlo suponiendo que lo fuera. Hasta que, con un violento "buenas
Los estornudos no suelen traer nada bueno, decían las viejas tardes", se despidió y se fue como una tromba a ponerse
de antes, y tenían razón; pues lo que traen o anuncias, rapé sinapismos, sin duda.
aparte, es un resfriado. Pero yo sé de unos estornudos que Ya alejado el ogro, la clase en pleno soltó la carcajada, y
fueron el soplo inspirador de cierta notable pieza literaria; y muchos se pusieron a estornudar por burla.
eso que no fueron musicales expresiones de una nariz célebre -Niños -dijo severamente la señorita Italia-, nunca debemos
por su belleza, como la de Cleopatra, cosa que habría burlarnos de los defectos físicos del prójimo.
justificado un madrigal, sino rotundas explosiones de las de un Y para aleccionarnos trajo al día siguiente, pues era repentista,
chinito, bastante retobado él, inspector de escuelas la fábula que va a leerse y que felizmente guardo entre mil
provinciales. Misterios de la poesía que la ciencia no se cuadernos escolares.
explica. EL CANARIO Y EL JAMELGO
Las cosas ocurrieron así. Cierto coche de punto, también puede llamárselo de plaza,
El señor inspector penetró en el aula, y, tras de retribuir con que formaba conjunto
una sonrisa de vinagre de luto los almíbares que se con un jamelgo de raída traza, y un anciano cochero, en el
desparramaban por la bondadosa cara de la señorita Italia pescante, detúvose delante
Migliavacca, mi inolvidable maestra de primeras letras, subió a de una pajarería en cuya puerta un canario, infatuado tenorino
la tarima, tarima que crujió gentilmente para ponerse a tono con sutil artificio,
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Frase eternamente inconclusa puesto que en la farmacia cunden Cuando los Salinsky desembocan de un taxi Lucas les da las
alaridos y toda clase de instrucciones y contraórdenes, Lucas noticias y el petiso le larga la guita justa pero eso sí le agradece
corre a ver y de paso a rajar, y se encuentra con el sector cinco minutos la solidaridad y el compañerismo, de golpe no
masculino de la familia Salinsky y en el medio el viejo Salinsky hay taxis por ninguna parte y Lucas que ya no puede más se
que se ha caído de la silla y lo traen porque viven al lado y no es larga calle abajo pero es raro andar en piyama fuera del barrio,
cosa de molestar al doctor si no tiene fractura de coxis o algo nunca se le había ocurrido que es propio como estar en pelotas,
peor. El petiso Salinsky que es como fierro con Lucas se le para peor ni siquiera un colectivo rasposo hasta que al final el
agarra del piyama y le dice que el viejo es duro pero que el 128 y Lucas parado entre dos chicas que lo miran estupefactas,
pórlan del patio es peor, razón por la cual no sería de excluir una después una vieja que desde su asiento le va subiendo los ojos
fractura fatal máxime cuando el viejo se ha puesto verde y ni por las rayas del piyama como para apreciar el grado de
siquiera atina a frotarse el culo como es su costumbre habitual. decencia de esa vestimenta que poco disimula las
Este detalle contradictorio no se le ha escapado al viejo Olivetti protuberancias, Santa Fe y Canning no llegan nunca y con
que pone a su señora al teléfono y en menos de cuatro minutos razón porque Lucas ha tomado el colectivo que va a Saavedra,
hay una ambulancia y dos camilleros, Lucas ayuda a subir al entonces bajarse y esperar en una especie de potrero con dos
viejo que vaya a saber por qué le ha pasado los brazos por el arbolitos y un peine roto, la Tota debe estar como una pantera
pescuezo ignorando por completo a sus hijos, y cuando Lucas en un lavarropas, una hora y media madre querida y cuándo
va a bajarse de la ambulancia los camilleros se la cierran en la carajo va a venir el colectivo.
cara porque están discutiendo lo de Boca versus River el A lo mejor ya no viene nunca se dice Lucas con una especie de
domingo y no es cosa de distraerse con parentescos, total que siniestra iluminación, a lo mejor esto es algo así como el
Lucas va a parar al suelo con el arranque supersónico y el viejo alejamiento de Almotásim, piensa Lucas culto. Casi no ve
Salinsky desde lacamilla jódete, pibe, ahora vas a saber cómo llegar a la viejita desdentada que se le arrima de a poco para
duele. preguntarle si por casualidad no tiene un fósforo.
En el hospital que queda en la otra punta del ovillo Lucas tiene Episodio de Un Tal Lucas – Julio Cortázar
que explicar el fato, pero eso es algo que lleva su tiempo en un
nosocomio y usted es de la familia, no, en realidad yo, pero
entonces qué, espere que le voy a explicar lo que pasó, está bien
pero muestre sus documentos, es que estoy en piyama, doctor,
su piyama tiene dos bolsillos, de acuerdo pero resulta que la
Tota, no me va a decir que este viejo se llama Tota, quiero decir
que yo tenía que comprarle una caja de fósforos a la Tota y en
eso viene Juárez y. Está bien, suspira el médico, bájale los
calzoncillos al viejo, Morgada, usted se puede ir. Me quedo
hasta que llegue la familia y me den plata para un taxi, dice
Lucas, así no voy a tomar el colectivo. Depende, dice el
médico, ahora se usan indumentos de alta fantasía, la moda es
tan versátil, hacele una radio de cubito, Morgada.
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ARRIBA EL TELÓN
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Soneto I
Matilde, nombre de planta o piedra o vino,
de lo que nace de la tierra y dura,
SOLO PARA LEER Y palabra en cuyo crecimiento amanece,
en cuyo estío estalla la luz de los limones.
Soneto III
Áspero amor, violeta coronada de espinas,
matorral entre tantas pasiones erizado,
lanza de los dolores, corola de la cólera,
por qué caminos y cómo te dirigiste a mi alma?
Es que anoche tus manos, en mis manos de fuego, Su principio, su medio y fin es éste:
dieron tantas dulzuras a mi sangre, que luego, ¿pues por qué, Alcino, sientes el desvío
llenóseme la boca de mieles perfumadas. de Celia, que otro tiempo bien te quiso?
Alma desnuda
Alma que a ratos suelta mariposas
Soy un alma desnuda en estos versos,
A campo abierto, sin fijar distancia,
Alma desnuda que angustiada y sola
Y les dice: libad sobre las cosas.
Va dejando sus pétalos dispersos.
Una enorme luz El Pillo: ¡Ah, chuma verdad! ¡¡¡Arriba las manos!!! (Las dos reaccionan y recién
Luciérnaga El Pillo: ¡Quiero que me den todo el dinero que tienen! ¡Para hoy!
De otra, La Cajera: Muy bien. ¿Me dan el número de su cuenta, por favor?
En un campo de El Pillo: Sí, anote es el… (El Gandaya golpea la cabeza de su compañero)
Miradas rotas. El Gandaya: ¡No seas tonto, oe! (Mira a la encargada) Mételo todo en estas bolsas ¡Y
rápido!
Un reposo claro La encargada: ¡Sí, en seguida! (Va a colocar el dinero en las bolsas que les dio).
Y allí nuestros besos, La Clienta: ¿¡Pero dónde está la policía cuando se le necesita!?
Lunares sonoros (En eso, sale del baño el oficial; flojo y totalmente indiferente ante la situación)
Del eco, El Policía: ¡Ay, qué rico! (Voltea y ve a la Cajera y a la Clienta tiradas en el suelo
Se abrirían muy lejos. boca abajo) ¿Qué está haciendo ahí? ¿Qué, está calientito el piso o qué? (Ella le
señala con el dedo a los asaltantes) ¿Qué pasa? (Voltea y ve la punta de las pistolas
Y tu corazón caliente, en su cara) (Se asusta y comienza a gritar) ¡¡¡Mamaaaaaaaa!!!! (Al instante se
Nada más. arrodilla y junta sus manos) ¡Por favor, no me maten tengo esposa con dos hijos y
Federico García Lorca.
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otros tal vez por ahí!… ¡Yo que sé pero por favor no me maten por su madrecita El Pillo: Sí, las acabo de mandar a hacer, ¿Te gusta? (Comienza a leerlo y mientras
linda! lo hace, la expresión en su rostro comienza a cambiar)
La Clienta: ¡Oiga! ¿¡Pero qué clase de policía es usted, que no cumple su deber El Policía: ¡Inaudito!, ¡Ahora hasta los asaltantes hacen su “cherry”! ¡Qué tal raza!
aprehendiendo a esos rufianes!? La Clienta: ¡Usted cállese, que para policía es un completo inútil!
El Policía: (Le quita la pistola al Pillo y se la muestra a la Clienta) ¿¡Y qué, no ha visto El Policía: ¡Oiga no le permito que me insulte! ¡A la policía, se le respeta!
el tamañote de arma que tienen!? (Se la devuelve al asaltante) La Clienta: ¡Qué “a la policía se le respeta”! ¡Si usted para lo único que sirve, es para
La Clienta: (Se coge la cabeza) ¿Y para esto pago mis impuestos? comer e ir al baño! (Los asaltantes discutían en silencio sobre la tarjeta)
El Gandaya: ¡Al suelo usted también! ¡¡¡Rápido!!! El Gandaya: ¿¡Pero has gastado la plata en esto!? ¿¡Qué tenías en la cabeza!?
El Policía: ¡Ya voy! ¡Ya voy! (Se echa al suelo, al costado de la Clienta y ella le dice) El Policía: Una pierna de pollo. Sí, eso es lo único que pude comer. Me va a perdonar
La Clienta: (Dice con sarcasmo) “¡Ahora que usted está a mi lado, me siento más ¿Pero, sabe usted a qué se parece?
tranquila!” El Pillo: A la “Tía Camote”, a ella le encargué las tarjetas.
El Policía: ¿Ah sí? ¿Y qué cree? ¿Qué yo soy superman, que las balas me chocan y El Gandaya: Mira ya olvídalo y vámonos (Ve a las personas) Bueno fue un gusto
rebotan? hacer trato con ustedes, nos vamos (Los dos se retiran apuntándoles con sus armas
La Clienta: ¡Ya mejor…cállese la boca! mientras que los otros se quedan en el suelo asustados, hasta que se fueron. A los
(Llega la Cajera con las bolsas de dinero) pocos segundos, entra El Pillo rápidamente y les deja la tarjeta)
La Cajera: (Le da toda atemorizada) Acá está. El Pillo: (Habla en voz baja) Acá abajito está el número, llámenos (Al instante de
El Gandaya: Espero que esté todo. dejarles la tarjeta, se va. Todos se quedan mirándolo muy sorprendidos y extrañados.
La Cajera: Si desea, lo puede contar. Luego, se levantan).
El Pillo: A ver... (Abre la bolsa y sacando el dinero, comienza a contar) 100, 200, El Policía: (Todo cursi, toma la palabra) Tuvieron suerte esta vez (La Clienta lo mira
300… (El Gandaya toma la mano de su compañero y lo mira con ojos furiosos) ¡Pero con indignación).
compañero! Hay que estar seguros que no nos falte nada… La Clienta: Mire, mejor cállese antes que me amargue (Va donde la Cajera y la
El Gandaya: Guarda… eso… ahora… ¿Ok? encuentra maquillándose) ¿¡Y usted, qué está haciendo?
El Pillo: Muy bien, pero luego no vengas a reclamar que te han robado, ah. La Cajera: ¡Ay pues con todo esto, se me cayó todo el maquillaje!
El Gandaya: Si no te callas ahora, vas a estar con ellos en suelo. El Policía: Bueno lo que es por mí, esta pelea me ha dado hambre. ¡Ya regreso, voy
El Pillo: No te quejes después, no más… a comer!
El Gandaya: ¡¡¡Ya!!! (Mira a la Clienta y a la Cajera) Bueno bueno, estos caballeros, La Clienta: ¡Oiga! ¿¡Y usted a dónde cree que va!?
se retiran. Muchas gracias por su colaboración. El Policía: ¿Qué? ¿También quiere un sanguchito? Hay de pollo, de chancho de…
El Pillo: Sí, y para cualquier asalto o secuestro, acá está nuestra tarjeta (Se las La Clienta: ¡Qué sanguchito, ni que “ocho cuartos”! ¡Lo que debe hacer es investigar
entrega mientras lo quedan mirando con extrañeza) este asalto para atrapar a los asaltantes!
El Gandaya: Este… (Extiende su mano hacia la tarjeta) ¿Me lo prestas un momento? La Cajera: Este lo único que atrapa es una papa rellena con ensalada.
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ESCENA # 2
ESCENA # 3
FIN
Actividades:
1-¿Cuál es el conflicto dramático en cada una de las obras leídas?
2-¿Cómo se resuelven cada uno de ellos? Explica.
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BIBLIOGRAFÍA: