Victor Raul Haya de La Torre

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VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE

Biografía

Político peruano nacido en (Trujillo, 1895 - Lima, 1979),


fundador del partido aprista, procedente de una familia
acomodada, de tendencia nacionalista, se educó en las
universidades de Lima y Londres. Ya como estudiante inició
actividades políticas, centradas en la idea de extender la
educación a las clases trabajadoras, se convirtió en la mayor
fuerza política del Perú. (1919) Participó de movimientos
estudiantiles, su oposición a la dictadura de Augusto B.
Leguía le llevó a la cárcel, de donde salió tras una huelga de
hambre para exiliarse en México (1923-30) en donde participó en
la fundación de la Alianza Popular Revolucionaria Americana,
APRA, cuya filosofía política se basaba en la oposición a la
interferencia extranjera en la política peruana.

Regresó al Perú (1931) y se postuló a la presidencia, pero


perdió ante el conservador Luis Sánchez Cerro, que mandó
arrestar a los miembros de APRA. Liberado y prohibido
oficialmente de la vida pública. Participó en el renombrado de
APRA para el Partido del Pueblo y ayudó a elegir (1945) al
presidente José Luis Bustamante y Rivero, candidato del Frente
Democrático Nacional, en cuyo gobierno ejerció gran influencia.

Con la deposición de Rivero por el general Manuel Odría tres


años después, quedó exilado cinco años en la embajada de
Colombia, en Lima, hasta tener permiso para abandonar el país
(1954). Volvió a vivir en México hasta que regresó a Perú
(1957). Se eligió por segunda vez a la presidencia (1962), fue
elegido, pero la elección fue anulada por una intervención
militar y en nuevo pleito, un año después, la victoria fue de
Fernando Belaunde Terry. Fiel a las ideas reaccionarias y anti
clasistas, durante toda su existencia propuso una revolución
antiimperialista y murió en Lima.

Seis años después de su muerte, APRA llegó por primera vez a la


presidencia de Perú con Alan García. Entre varias de sus obras
de contenido político, se destacaron por la emancipación de
América Latina (1927), Ideario y formación aprista (1930) y El
antiimperialismo y el APRA (1936)
¿Qué es el APRA?

El Partido Aprista Peruano (APRA) es un partido político


inicialmente proyectado a escala continental, de postura afín a
la centroizquierda y miembro de la Internacional Socialista. Las
siglas APRA provienen del nombre de la Alianza Popular
Revolucionaria Americana, propuesta inicial de su fundador
Víctor Raúl Haya de la Torre de formar una red de movimientos
sociales y políticos antiimperialistas en América Latina. Sus
militantes son llamados "compañeros" debido a la Fraternidad
creada por Haya de la Torre.

Está dentro de los partidos políticos más antiguos de América.


Entre los partidos políticos peruanos en actividad es el más
longevo, caracterizado por haber sido despojado de victorias
electorales por golpes militares o gobiernos militares luego de
haber triunfado en las urnas, también pasó por dos largos
periodos de ilegalidad, tanto bajo gobiernos militares como
civiles, habiendo sido perseguido con especial saña por Luis
Miguel Sánchez Cerro y Manuel A. Odría. El Partido Aprista
Peruano ha llegado al poder democráticamente en dos
oportunidades: en 1985 y en 2006, ambas bajo la candidatura de
Alan García.

Aunque el APRA no logró extenderse a toda América Latina, como


era el sueño de Haya, sí fue una poderosa influencia para otras
organizaciones progresistas latinoamericanas, como, Acción
Democrática (AD) en Venezuela, que tiene un logotipo semejante,
y el Partido Socialista de Chile. Victor raúl: biografía
de haya de la torre 1895-1931, FELIPE COSSIO DEL POMAR

FUNDACIÓN DEL APRA

El partido político latinoamericano es considerado como tal el 7


de mayo de 1924, en un acto en el cual Haya de la Torre, cercano
colaborador del político y educador mexicano José Vasconcelos
Calderón entrega al presidente de la Federación de Estudiantes
de México la bandera Indoamericana y este acto es considerado
como la fundación oficial del APRA. La formulación de sus
principios está en un artículo publicado en el número de
diciembre de 1926 de la revista inglesa Labour Monthly "What is
the A.P.R.A." (en inglés), donde se formulan los 5 puntos del
APRA, en la creación de un Frente Único latinoamericano (o
indoamericano según Haya de la Torre):

 Acción contra el Imperialismo

 Por la Unidad Política de América Latina.


 Por la nacionalización de tierras e industrias.

 Por la internacionalización del Canal de Panamá.

 Por la solidaridad con todos los pueblos y clases


oprimidas del mundo.

La primera organización política aprista se crea en 1927 en


París. Finalmente el 20 de septiembre de 1930 se funda el
"Partido Aprista Peruano". Con lo cual el APRA tiene una base
nacional para efectuar sus tareas.

A pesar de que el APRA se proponía ser una agrupación política


internacional latinoamericana, es actualmente un partido
político peruano con un importante influencia en el pensamiento
de la izquierda democrática continental.[cita requerida]
Mantiene cercanía con movimientos políticos social demócratas de
otros países de Latinoamérica. También hay que hacer notar que
hubo importantes partidos latinoamericanos de origen aprista,
como Acción Democrática de Venezuela, el Partido Liberación
Nacional de Costa Rica, el Partido Socialista de Chile, el
Partido Aprista de Cuba, entre otros. Los simpatizantes del
APRA, aún cuando están diseminados por todo el país, concentran
-en homenaje a su fundador Víctor Raúl Haya de la Torre-, una
mayor e importante fuerza en la región de la costa norte peruana
conocido como el"Sólido Norte".

EL FRENTE ÚNICO

El A.P.R.A. organiza el gran Frente Único antiimperialista y


trabaja por unir en ese frente a todas las fuerzas que, en una
forma u otra, han luchado o están luchando contra el peligro de
la conquista que amenaza a nuestra América. Hasta 1923, ese
peligro fue presentido o interpretado diversamente. Para unos
era un conflicto de razas (sajón y latino); para otros, un
conflicto de culturas o una cuestión de nacionalismo. De las
Universidades Populares "González Prada", del Perú, surgió una
nueva interpretación del problema, y especialmente de la forma
de acometerlo. Se había ya enunciado el hecho económico del
imperialismo, pero no sus características de clases y la táctica
de lucha para defendernos de él.

De las Universidades Populares González Prada se lanza la


primera voz en este sentido, en 1923, invocando la unión de la
juventud de trabajadores manuales e intelectuales para una
acción revolucionaria contra el imperialismo. (Véase la revista
Córdoba, primera semana de febrero de 1924). En el año de 1924
la Primera Liga Antimperialista Panamericana fue fundada en
México, y en 1925 la Unión Latinoamericana en Buenos Aires. La
Liga Antimperialista fue el primer paso concreto hacia la
formación del Frente Único de obreros, campesinos y estudiantes
proclamado por las Universidades Populares González Prada, del
Perú, y bautizado con sangre en la masacre de Lima del 23 de
mayo de 1923, por el gobierno del Perú, "made in U.S.A." La
Unión Latinoamericana de Buenos Aires fue fundada como el Frente
Único de los intelectuales antimperialistas. Pero la Liga
Antimperialista Panamericana no enunció un programa político
sino de resistencia al imperialismo, y la Unión Latinoamericana
se limitó a fines de acción intelectual. Cuando a fines de 1924
se enuncia el programa del A.P.R.A., presenta ya un plan
revolucionario de acción política y de llamamiento a todas las
fuerzas dispersas a unirse en un solo Frente Único.

EL APRA COMO PARTIDO

Desde el primer momento, el APRA apareció como "un movimiento


autónomo latinoamericano, sin ninguna intervención e influencia
extranjera", como se dice claramente en el artículo. Esta
declaración significaba, sin lugar a dudas, que la nueva
organización no estaba sometida ni iba a someterse nunca a la
Tercera, a la Segunda o a cualquier otra internacional política
con sede en Europa; y definía así su fisonomía de movimiento
nacionalista y antimperialista indoamericano.

Y aquí un poco de historia. A principios del otoño europeo de


1926 y hallándome en Oxford, recibí una amistosa carta de
Lozowsky, el Presidente de la Internacional Sindical Roja o
Profintern, quien me comunicaba que después de haber leído el
artículo de The Labour Monthly traducido al ruso por una revista
de Moscú, "daba la bienvenida al nuevo organismo". Lozowsky, con
quien había conversado sobre los problemas sociales y económicos
americanos durante mi visita a Rusia en el verano de 1924, no
oponía en su carta objeción alguna a la declaración expresa del
APRA para constituirse en Partido, ni a su carácter autónomo,
tan nítidamente enunciado en las líneas que copio arriba. Se
concretó a explicarme que disentía de nuestro plan de incorporar
a los intelectuales de ambas Américas en el movimiento y
especialmente a los norteamericanos, sosteniendo que los aliados
antimperialistas que los pueblos indoamericanos deberían tener
en los Estados Unidos, no debían ser los intelectuales burgueses
o pequeño-burgueses, sino los obreros. La carta de Lozowsky era,
pues, bastante vaga y repetía las conocidas frases hechas de la
ortodoxia marxista. Conviene advertir que Lozowsky me escribía
en inglés, lengua que recién comandaba bajo la dirección de una
profesora norteamericana, quien sirvió de intermediaria durante
toda esta correspondencia.

Bruselas definió, pues, la línea teórica aprista y planteó bien


claramente nuestras diferencias con el comunismo. Era de
esperarse que desde entonces el APRA fuera el blanco de críticas
acerbas. Para el Comunismo no puede existir otro partido de
izquierda que no sea el oficial de la III Internacional de
Moscú, de ortodoxia estalinista. Toda organización política que
no comanda Moscú debe ser execrada y combatida. Después del
Congreso de Bruselas de 1927, lo fue el APRA.

Ahora bien, las objeciones teóricas de los comunistas pueden


sintetizarse así:

 El APRA como Frente Único Antimperialista está demás


porque desempeña los mismos fines que la Liga
Antimperialista Panamericana o de las Américas: fines de
resistencia al imperialismo; y

 Como partido también está demás, porque ya existen los


Partidos Comunistas para cumplir la tarea política que se
propone el APRA.

Examinemos ambas objeciones:

El Frente Único de las Ligas Antimperialistas dependientes de la


III Internacional sólo enuncia un programa de resistencia contra
el imperialismo. Pero resistir no basta. Protestar contra los
avances del soldado yanqui en Nicaragua o en cualquier otro de
los países agredidos de Indoamérica, es solo un aspecto de la
lucha contra el imperialismo. El imperialismo es esencialmente,
un fenómeno económico que se desplaza al plano político para
afirmarse. En Europa el imperialismo es "la última etapa del
capitalismo" -vale decir, la culminación de una sucesión de
etapas capitalistas-, que se caracteriza por la emigración o
exportación de capitales y la conquista de mercados y de zonas
productoras de materias primas hacia países de economía
incipiente. Pero en Indoamérica lo que es en Europa "la última
etapa del capitalismo" resulta la primera. Para nuestros pueblos
el capital inmigrado o importado, plantea la etapa inicial de su
edad capitalista moderna. No se repite en Indoamérica, paso a
paso, la historia económica y social de Europa. En estos países
la primera forma del capitalismo moderno es la del capital
extranjero imperialista. Si examinamos la historia económica
indoamericana, descubriremos esta general característica: Con el
capital inmigrado se insinúa en nuestros pueblos agrícola-
mineros la era capitalista. Y es Inglaterra -donde el
capitalismo define más pronto su fisonomía contemporánea-, la
nación que inicia la exportación de capitales. "Comparadas con
las de otros países, las inversiones británicas han actuado como
pioneros en el descubrimiento y apertura de nuevos campos de
desarrollo" dice C. K. Hobson.

Fundación del Partido Aprista Peruano (PAP)

Durante la vida republicana en nuestra política del siglo XX en


el tercer decenio ocurrió un hecho histórico, “en la noche de 20
de Setiembre de 1930, un grupo de trabajadores manuales e
intelectuales, reunidos en un taller de ebanistería, en el
barrio de la Victoria, Lima aprobaron y suscribieron el Acta de
Inauguración de la Sección de APRA en la ciudad de Lima”

El Partido Aprista Peruano surgió en un crucial periodo de


nuestra historia republicana, en cuanto a los partidos políticos
tradicionales no lograron sobrevivir la prolongada autocracia
del Oncenio. Tal es así que el Partido Civil o civilista feneció
de forma oficial cuando los representantes más notables como:
los doctores Matías Manzanilla y Manuel Vicente Villarán
expresaron al corresponsal de “La Nación” de Buenos Aires que el
Partido Civil había dejado de existir; en tanto el partido de
don Nicolás de Piérola “El Partido Demócrata” casualmente había
desaparecido después de la muerte del Califa.

Aunque algunos años más muy esporádicamente tuvo la vigencia en


la formación de coaliciones en épocas electorales. La misma
suerte corrió con el Partido Demócrata Reformista de Leguía, que
con la muerte del dictador desapareció en 1930.

La significativa contribución del naciente Partido Aprista


Peruano como partido político en el Perú fue: “en la gran
inquietud que despertó en los jóvenes, principalmente entre los
estudiantes y trabajadores, alcanzando organizar una fuerza
auténticamente popular a través de la cual movilizaron a los
sectores mayoritarios que hasta entonces había permanecido al
margen del acontecer político del país”. De manera que se podría
decir que el Partido Aprista Peruano había conseguido colocar al
pueblo en la categoría de protagonista de su propio destino,
esto fue a base de una intensa disertación ideológica de sus
líderes y un esfuerzo tenaz de movilizaciones políticas como
también la organización partidaria y acciones en defensa de los
sectores más explotados.

El otro punto que quiero resaltar aquí es que antes de suscribir


el Acta de Inauguración de la Sección de Apra en Lima, existían
ya constituidos varios secciones apristas en otros países. Tal
fue el caso de la célula aprista de Paris (Francia) que funcionó
desde el año de 1927, las secciones del Apra en Costa Rica,
México, Santo Domingo, Bolivia, en Argentina existió dos células
activas uno en Buenos Aires con Juan de Dios Merel Dulanto y en
la Plata con Luis E. Heysen, sin embargo faltaba en el país
donde nació Haya de la Torre.

Cuando se vislumbraba la caída de Leguía en aquella época, “los


apristas multiplicaron sus actividades especialmente en las
Secciones Apristas de México y Buenos Aires, para lo cual
designaron a Luis E. Heysen y Luis Eduardo Enríquez por orden de
Haya de la Torre” para que organice los preparativos de la
creación del Sección Aprista en el Perú. Entonces, Enríquez
retornó al país por vía Cuzco en el mes de Abril de 1930, pero
cayó en poder de la policía y fue apresado, con la caída de
Leguía el 22 de Agosto de 1930, el nuevo gobierno dio amnistía
política y así salieron muchos apristas entre ellos, Luis
Eduardo Enríquez.

Sin embargo, desde la creación de este nuevo partido político,


los apristas fueron perseguidos y encarcelados. Hoy el Apra es
uno de los partidos políticos más longevos de nuestro país. A la
fecha cuenta con más de ocho decenios de vida política
ininterrumpida. No obstante que dentro de este periodo tuvo
épocas de virajes, retrocesos y triunfos, de modo que los
apristas rememoran las épocas de persecuciones políticas también
los encarcelamientos en los gobiernos dictatoriales de Sánchez
Cerro, Benavides y Odría. Estas épocas incluso: “fueron
declarados como ilegal y proscrito”. A estas pesadumbres de los
apristas, Basadre refirió al respecto: “Poco después de
establecerse el nuevo partido fue perseguido como eran las
organizaciones de la extrema izquierda. La persecución alcanzó a
los principales dirigentes del Apra (...) Seoane fue desterrado
a Buenos Aires junto a Luis Heysen, acusados ambos de
actividades conspirativas al gobierno peruano (...)”.

En 1932 las persecuciones continuaron con mayor tenacidad por el


gobierno de Sánchez Cerro, veintitrés representantes apristas
ante la Asamblea Constituyente fueron desaforados, perseguidos y
posteriormente desterrados. El día 7 de Julio del mismo año
amaneció entre balas y movimientos callejeros. Se había iniciado
un proceso de revolución en Trujillo liderado por un militante
aprista de nombre Manuel Barreto a quien la gente, por su
contextura robusta lo llamó como “el Búfalo”. Este fue un líder
obrero aprista nacido en Callao al parecer los apristas le deben
su seudónimo a este hombre.

Los revolucionarios llegaron a tomar la ciudad, y fue: “nombrado


el Prefecto del pueblo Agustín Haya de la Torre, hermano del
fundador del Apra”. La respuesta del gobierno de turno fue muy
aplastante y dramática, en efecto, “miles de aprista fueron
perseguidos, torturados y fusilados en Trujillo. Aun así, el
proceso revolucionario que se había iniciado en Trujillo”.
Posteriormente fue secundado pronto por movilizaciones populares
en diferentes puntos del país: Cajamarca, Huaraz, Huancavelica
posteriormente en Ayacucho.

El día 30 de Abril de 1933 fue asesinado Sánchez Cerro. Lo


sucedió en el poder el General Benavides, reiniciando una nueva
y dura etapa de persecución de los apristas. La represión
continuó y los presos políticos del Real Felipe, realizaron
huelga de hambre para entonces, el proceso contra Haya de la
Torre cobró un giro inesperado. “En el mes de mayo del mismo
año, los empleados del juzgado se constituyeron a la cárcel con
el objetivo de realizar la declaración instructiva de Haya de la
Torre”. Según Murillo (1976), el líder aprista se negó cooperar
y declarar dicha instructiva, sin embargo, por consecuencias de
un criminal atentado en su celda, Haya de la Torre fue liberada.
En el mes de Agosto de 1933 se dictaron algunas medidas a favor
de los perseguidos políticos, entre ellas, la ley 7782 para los
presos políticos, la autorización de las libertades públicas y
el corte a todos los juicios de excepción de las acciones
protagonizadas por la corte marcial que se refería
fundamentalmente a los expatriados. En el mes de Octubre se
reabrieron los locales del partido y, pese a la oposición de los
remanentes sanchecerristas, el diario de circulación nacional
“La Tribuna” volvió a circular. Se inauguraron 20 locales de la
universidad popular “González Prada”. También se inauguraron los
primeros comedores populares del pueblo. Volvían los desterrados
quienes impulsaron la reorganización de la maquinaria del
partido. Y en el mes de noviembre en la Plaza de Toros de Acho
nuevamente se reunió el pueblo para escuchar las propuestas del
fundador del Apra.

El descontento de la población creció cada vez más por los


rumores sobre una probable postergación de las elecciones. En
efecto, en: “un breve tiempo, con el apoyo de la Alianza
Nacional y un grupo de militares en actividad intentaron
sublevarse con resultados insignificantes. Se produjeron los
actos de insurgencia en defensa de los derechos del pueblo. Por
delación se frustró la conspiración y fueron apresados más de
200 apristas”. En el año de 1935 el partido aprista fue
declarado ilegal, el sustento de tal determinación fue en que en
el Art. 53 de la Constitución del 1933, declaró fuera de la ley
a los partidos políticos de carácter Internacional. En 1936 se
ratificó la medida que proscribió al partido de Haya de la Torre
impidiéndosele la participación en las elecciones generales. En
1937 en el norte de Lima fue asesinado uno de los mejores
líderes Manuel Arévalo Cáceres, al capturarlo lo aplicaron la
Ley de la fuga disparándole un artero balazo por la espalda.
“Estas dramáticas situaciones de los aprista hasta el años de
1945, fueron sometidos a una implacable persecución, denominada
como la gran clandestinidad”. Y que después prosiguieron durante
el gobierno del Gral. Odría. De hecho estos acontecimientos
formaron, forman y formarán parte de las memorias de los
apristas. Cómo son recordados por sus militantes especialmente
en Ayacucho.

En consecuencia el Apra fue el primer partido moderno y de masas


de nuestro país; adoptó una ideología propia que pretendía
repensar el país desde una óptica marxista latinoamericana; se
dotó de una organización, una mística y una disciplina férrea
que le permitieron sobrevivir duras épocas de persecuciones y
encarcelamientos, así como cambios drásticos en su línea
político-doctrinaria; protagonizaron los momentos más
importantes de la historia política peruana de las últimas ocho
décadas. Para los peruanos de todas las edades, el Apra es un
referente importante de sus pasiones y certidumbres políticas:
de hecho, resulta casi imposible permanecer indiferente a su
presencia, a su legado histórico y a su conocido aunque
cambiante apego por los símbolos y rituales partidarios.

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