Condiciones de Trabajo en Las Haciendas de México

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Reporte de lectura 2 Hernández Osorno Juan Carlos/ SC03A

Condiciones de trabajo en las haciendas de México durante el


porfiriato: modalidades y tendencias.

En esta lectura se parte desde los diferentes grupos de trabajadores en México


antes del porfiriato en términos de status, condiciones de vida, el acceso a los
bienes y su relación con las estructuras scioeconómicas existentes.

Tomando como punto de inicio se debe señalar de manera importante dos


transformaciones que ayudarán a entender las condiciones de vida en torno a las
haciendas dentro y fuera de ellas durante la época porfirista, las cuales son: la
expropiación de las tierras comunales de las aldeas y la disminución del salario real
de los trabajadores de las haciendas.

Dentro de esto, la lectura se basa en el modelo del “peón por endeudamiento”, el


cual resulta crucial en la investigación del autor puesto que con él pretende
determinar la importancia que tenía en la época y las circunstancias en que se
empleaba.

La expropiación de tierras creó una nueva reserva de mano de obra, lo cual hizo
que las plantaciones se desarrollaran principalmente en las tierras tropicales del sur,
mientras que la minería se concentró en los estados norteños.

Así pues, se generaron a su vez las condiciones laborales respecto de cada tipo de
hacienda, donde por lo general había cuatro clases de trabajadores:

 Peones de residencia permanente (acasillados/gañanes)


 Trabajadores eventuales
 Arrendatarios
 Medieros
Reporte de lectura 2 Hernández Osorno Juan Carlos/ SC03A

Los acasillados vivían permanentemente en la hacienda y su ingreso provenía de


una parcela cedida por el hacendado; raciones de maíz u otros bienes que les eran
dados cada año; el derecho de pastar a su ganado en tierras de la hacienda, y el
salario por día de trabajo en la hacienda.

Su obligación consistía en labrar las tierras, cuidar del ganado u algunos otros
trabajos domésticos, sin embargo, estas condiciones como ya fue mencionado,
variaban de hacienda en hacienda.

Los temporales eran comúnmente residentes de aldeas indígenas libres y dueños


de tierras o pequeños propietarios en busca de ingresos complementarios. Eran
pagados en efectivo o con el uso de tierras de la hacienda y en ocasiones con
apacentamientos (dar pasto al ganado). Este tipo de trabajadores predominaban en
el centro de México.

Los arrendatarios no prestaban servicios a la hacienda, sino que alquilaban desde


pequeñas parcelas hasta grandes extensiones e inclusive un rancho entero. Estos
cultivaban por si mismos sus tierras y otros contrataban trabajadores; sus cosechas
eran vendidas a la hacienda y a veces al mercado libre.

Los medieros vivían en la hacienda o en aldeas cercanas; unos eran agricultores de


subsistencia que apenas cubrían sus necesidades, mientras que otros producían
excedentes¹.

¹ El excedente se iguala al ahorro, ya que significa cualquier beneficio que recibe algún organismo y que no es consumido.
Por ejemplo una empresa, la familia, un ente del gobierno, etc. Con esto se quiere decir, que todas las entidades pueden
obtener un ahorro siempre y cuando no consuman más de lo necesario. La ganancia de un grupo familiar será igual a la
sumatoria de los sueldos de sus integrantes; si se gasta dicho sueldo en su totalidad, entonces no existirá un excedente
que les permita ahorrar. Históricamente el excedente comenzó a surgir con la entrada de la ganadería y de la agricultura,
por ejemplo esa parte de la producción que sobraba luego de satisfecha la demanda, era intercambiada por otros productos,
por estatus social, o reconocimiento. Muchas familias de la época, solo tenían a su disposición los productos que ellos
cosechaban, así que utilizaban la producción que le excede y lo intercambiaban por otros productos.
Reporte de lectura 2 Hernández Osorno Juan Carlos/ SC03A

Como dato, el autor adjunta información encontrada por Bohumil Badura


(historiador) que señala los adeudos de 125 residentes en la hacienda de San
Nicolás de Ulapa, los cuales en total sumaban tan sólo 889 pesos, mientras que la
misma hacienda debía 1420 pesos a 147 trabajadores. Se adjuntan también datos
sobre haciendas que debían más dinero a los trabajadores de lo que estos debían
a éstas.

Entonces esto nos dice que deber a la hacienda no implicaba necesariamente el


peonaje por endeudamiento, puesto que no siempre se le obliga al deudor que
abandonaba la hacienda volver por la fuerza, al menos no en el centro de México.

Por otro lado, acercándose más al sur la cifra de peones endeudados era diferente,
era mucho mayor al de la mesa central por lo cual había un sistema eficaz de policía
para hacer volver a los deudores fugitivos.

Haciendo una repetición en cuanto a lo que se dijo sobre el diferente tipo de


condiciones de vida dentro de las haciendas, el tipo de sistema y de producción;
podemos resumir al autor en puntos breves que engloban las tres divisiones (sur,
centro y norte).

En cuanto al sur encontramos que la producción de caucho, café, tabaco y


henequén aumentó notablemente. Sin embargo, las condiciones de los trabajadores
cada vez fueron más deplorables, esto se debía a que los hacendados se
esmeraban en alargar los contratos de los peones, plan que consistía en hacer
pagos por adelantado a los jóvenes nacidos en las haciendas y que estaban por
casarse, así mismo se les hacía pagos por adelantado a peones que estaban por
terminar su contrato para poder volver a su casa y así se veía obligado a volver y
cubrir su deuda el siguiente año.

Mientras tanto en el centro se dependía más de los mercados domésticos. La


producción de las haciendas consistía en el maíz, el pulque y algunas haciendas
azucareras. La mano de obra sobraba y el salario real de los trabajadores bajó
precipitadamente, también fue necesario reducir el ingreso real del mediero y el
Reporte de lectura 2 Hernández Osorno Juan Carlos/ SC03A

arrendatario. Obligaban a los arrendatarios a sembrar a medias, es decir sembrar


lo dispuesto por la hacienda y aun así pagar por el alquiler de la tierra. Por otro lado,
al mediero se le adelantaban sumas grandes de dinero y semillas para la siembra,
no había seguridad para ellos, les eran cobrados los bueyes que morían en su uso.
Eran explotados de muchas maneras.

Finalmente, en el norte era igual de distinta, sin embargo, lo mismo que en el sur la
demanda de productos agrícolas del norte venía acompañada por la escasez de
mano de obra. El desarrollo del sudoeste norteamericano y el ferrocarril que unió a
México con Estados Unidos, abrió un nuevo mercado para el algodón, el ganado y
los minerales del norte de México, lo que a su vez produjo escasez de brazos.

Era más difícil ejercer una nueva forma de esclavitud puesto que era fácil para los
peones cruzar la frontera ya que Estados Unidos no regresaba a los peones
endeudados y las minas no titubeaban en contratar a los peones fugitivos. Los
hacendados norteños ofrecían incentivos, entre ellos un salario creciente que elevó
los sueldos de los labradores, esto con el fin de atraer y conservar trabajadores.

Había más trabajadores eventuales, y en las haciendas dedicadas a la ganadería


predominaban los vaqueros y los trabajadores permanentes quienes se requerían
todo el año. Mientras que los otros trabajaban el resto del año en las minas o en
Estados Unidos pudiendo así ahorrar y hacer de un nivel socioeconómico medio.

En conjunto, los trabajadores de las haciendas del norte tenían mucho más
movilidad ascendente que los del centro y el sur.

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