Problemas Dermatofitosis o Tiñas
Problemas Dermatofitosis o Tiñas
Problemas Dermatofitosis o Tiñas
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Índice de contenidos
1. ¿Qué son las tiñas o dermatofitosis?
2. ¿Cuál es su epidemiología?
3. ¿Qué formas clínicas pueden presentarse?
4. ¿Cómo las diagnosticamos?
5. ¿Cómo las tratamos?
6. Bibliografía Guías clínicas relacionadas
7. Más en la red Información para pacientes relacionada
8. Autora Realizar comentarios o aportaciones
Las tiñas o dermatofitosis son infecciones fúngicas causadas por hongos filamentosos adaptados a adherirse e invadir los
tejidos queratinizados (piel, pelo y uñas), digiriendo y asimilando la queratina. En la presente revisión nos ocuparemos
exclusivamente de estos hongos, también llamados dermatofitos, que comprenden alrededor de 40 especies y están
clasificados en los géneros Microsporum (M), Trichophyton (T) yEpidermophyton (E) (Molina de Diego A, 2011).
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¿Cuál es su epidemiología?
Según su hábitat natural, los dermatofitos se clasifican en antropofílicos (humanos), zoofílicos (animales) o geofílicos (suelos)
(tabla 1). Desde su nicho ecológico habitual, pueden pasar a infectar estructuras queratinizadas de animales o humanos
(Molina de Diego A, 2011). Las infecciones antropofílicas suelen ser de carácter epidémico, con una mayor tasa de portadores,
a diferencia de las infecciones geofílicas y zoofílicas que son esporádicas. La respuesta del huésped a los dermatofitos
antropofílicos suele ser de leve a no inflamatoria por el proceso de adaptación de estos hongos a los seres humanos, a
diferencia de los zoofílicos y los geofílicos que suelen provocar respuestas inflamatorias agudas e intensas.
Además de la fuente del dermatofito, las presentaciones clínicas también dependen de factores del huésped, así los individuos
inmunocomprometidos son más susceptibles a formas más graves, a infecciones por hongos resistentes al tratamiento, o a
micosis profundas. Otros factores epidemiológicos adicionales son la edad, el sexo y la raza del huésped. Las costumbres
locales también pueden influir en la incidencia y patrones de dermatofitosis, así, por ejemplo, el uso de calzado oclusivo, que
favorece la maceración, aumenta la frecuencia de tiña del pie y onicomicosis (Gómez E, 2016).
Algunas especies muestran una distribución ubicua, mientras que otras, principalmente antropofílicas y algunas zoofílicas,
pueden tener restricciones geográficas; en consecuencia, los agentes etiológicos pueden variar entre continentes y de un país
a otro, como ocurre con la tiña del cuero cabelludo. En España, el agente causal más importante de la tinea capitis en los niños
es M. canis (80%), seguido de T. mentagrophytes (8%), ambos dermatofitos zoofílicos. Sin embargo, en los últimos años
estamos apreciando un aumento en el número de casos por dermatofitos antropofílicos importados, principalmente T.
violaceum, T. soudanense y M. audouinii, la mayoría en relación a movimientos migratorios desde países africanos, bien sea
por adopción de niños nacidos fuera de España o por padres emigrantes (Arévalo MP, 2015).
En España las especies que se encuentran habitualmente son M. canis, M. gypseum, T. mentagrophytes, T. rubrum, T.
tonsurans, T. verrucosum yE. floccosum (Gómez E, 2016).
En nuestro medio, los animales habitualmente involucrados son gatos domésticos, y con menor frecuencia los perros, en
infecciones por M. canis, y los roedores, como conejos y hámsteres, en las infecciones por T. mentagrophytes (Gómez E,
2016).
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Es la infección micótica más frecuente en la edad pediátrica, siendo el 70% niños prepúberes; cuando afecta adultos suelen ser
mujeres postmenopáusicas o inmunosuprimidos (Gómez E, 2016).
Es la infección por dermatofitos de las zonas pilosas de la cara y cuello. Se relaciona con la exposición directa a animales,
principalmente causada por las especies zoofílicas T. interdigitale, T. verrucosum y, con menos frecuencia, M. canis, pero
también hay hongos antropofílicos que causan tiña de la barba en zonas endémicas (T. schoenleinii, T violaceum y T. rubrum)
(Gómez E, 2016). Las formas de presentación son:
Superficial: forma menos inflamatoria semejante a la tiña del cuerpo o a la foliculitis bacteriana, causada por hongos
antropofílicos, que puede cursar con alopecia reversible (figura 3).
Inflamatoria: también llamada sicosis tricofítica, es más frecuente y muy similar al querion del cuero cabelludo, con
alopecia cicatricial, y es causada por microorganismos zoofílicos (figura 4).
Tiña del cuerpo (tinea corporis)
La tiña del cuerpo, también denominada herpes circinado por su forma anular, hace referencia a las dermatofitosis de la piel
lampiña, a excepción de las palmas, las plantas y las ingles. La transmisión puede ser directa entre personas o con animales
infectados, a partir de objetos contaminados (fómites) o por autoinoculación desde otras partes del cuerpo. Cualquier
dermatofito puede causar tiña corporal, pero el más habitual es T. rubrum, seguido del E. floccosum, T. interdigitale, M.
canis y T. tonsurans (Molina de Diego A, 2011).
La presentación clásica es una placa anular y serpinginosa con descamación en todo el borde activo eritematoso, que puede
tener vesículas y pústulas, y que avanza de forma centrífuga (figuras 5 y 6). Pueden confluir unas con otras formando placas de
gran tamaño, policíclicas o psoriasiformes, sobre todo en inmunocomprometidos. La aplicación de corticoides o
inmunomoduladores tópicos puede modificar la morfología anular, dando origen a lo que se conoce como tiña incógnita (tinea
incognito) (Gómez E, 2016) (figura 7).
El granuloma de Majocchi es una infección dermatofítica superficial y subcutánea que afecta la parte más profunda de los
folículos del vello. Se presenta como pápulas foliculares con descamación y nódulos profundos eritematovioláceos dispuestos
de forma anular; es más frecuente en pacientes inmunodeprimidos y en zonas tratadas con corticoides tópicos o depiladas
(Schieke SM, 2012) (figura 8).
Figura 8. Granuloma de Majocchi en paciente con infección por VIH.
La tiña de las manos puede contagiarse por contacto directo con una persona o un animal o el suelo infectado, o por
autoinoculación. Habitualmente suele afectar una sola mano, la dominante, coexistiendo con afectación de pies y uñas de los
pies, dando origen al denominado patrón de "síndrome de dos pies y una mano". La forma de presentación más frecuente es
descamación fina y seca en las palmas, más acentuadas en los pliegues. Si hay dermatofitos zoofílicos involucrados, puede
haber placas eritematosas, circinadas, con vesiculopústulas en la periferia acompañadas de descamación central, en palmas,
3ro y 4to espacios interdigitales, y caras laterales de 3 últimas falanges (Gómez E, 2016) (figuras 9A y 9B).
Figura 9
A) Tinea manuum por T. mentagrophytes var. erinacei tras pinchazo con erizo de tierra (mascota), B) estudio histológico con
coloración PAS evidenciando la presencia del hongo en la capa córnea (flechas).
Tiña inguinal (tinea cruris)
Es la segunda dermatofitosis más prevalente. Comprende las dermatofitosis de las ingles, los genitales y las zonas púbica,
perineal y perianal. La propagación es similar a la tiña del cuerpo, favorecidas por la oclusión y el clima húmedo y cálido. Es
frecuente su asociación con tiña del pie o de las uñas, por lo que siempre deben ser explorados los pies y las uñas cuando
estamos ante una tiña de las ingles o del cuerpo. La mayoría son por T. rubrum y E. floccosum, por lo que no suelen ser
inflamatorias, aunque si tienden a ser crónicas (Gómez E, 2016; Molina de Diego A, 2011).
Se presentan como placas anulares bien delimitadas con bordes sobreelevados y descamativos, bilaterales, desde el pliegue
inguinal hasta la cara interna de muslos; menos frecuentes son los parches eritematosos y descamativos con pápulas y
vesículas en parte interna de muslos. También se denomina como eccema marginado de Hebra.
Causada principalmente por T. rubrum y, con menor frecuencia, por T. interdigitale y E. floccosum.
La tiña del pie es la dermatosis más frecuente, con una prevalencia mundial del 10%, atribuida principalmente al calzado
oclusivo y el uso de baños, duchas y piscinas comunitarias (Schieke SM, 2012). Puede presentarse de cuatro formas diferentes
o como una combinación de ellas:
Interdigital (intertriginosa): es la más habitual, comienza con descamación, eritema y maceración en pliegues interdigitales
y subdigitales, pudiendo propagarse hacia planta y empeine adyacente.
Hiperqueratósica crónica (en mocasín): descamación grisácea, difusa o en placas, en zonas de plantas, laterales y medial
del pie, con eritema variable, vesículas y anillos descamativos de diámetro inferior a 2 mm (figura 10).
Vesiculoampollar: vesículas duras de más de 3 mm de diámetro, vesiculopústulas o ampollas en zona plantar y
periplantar.
Ulcerosa aguda: vesículas, pústulas y úlceras purulentas en la superficie plantar causadas generalmente por la cepa
zoofílica de T. interidigitale, que pueden sobreinfectarse por bacterias gram negativas desarrollando celulitis, linfangitis,
adenopatías y fiebre.
Figura 10. Tinea pedis con descamación en zonas laterales del pie.
Son reacciones inflamatorias por hipersensibilidad retardada en una zona distante de la micosis inflamatoria inicial, con
ausencia de componentes micóticos en la lesión y desaparición al resolverse la dermatofitosis original. Son polimorfas, desde
vesículas y ampollas en manos y pies, foliculares o no, que simulan un cuadro dishidrosiforme, hasta eritemas reactivos como
el eritema nudoso, el eritema anular centrífugo o la urticaria (Schieke SM, 2012).
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Hay que tener en cuenta que la positividad de la muestra depende en buena parte de la calidad de la muestra que tomemos,
teniendo en cuenta: a) demorar 2 semanas si ha habido tratamiento antifúngico previo; b) tomar la muestra del borde de
lesiones cutáneas, que es la zona más activa; y c) recoger una cantidad suficiente y con el instrumental adecuado (hojas de
bisturí para raspado de lesiones secas, pinzas para tracción de pelos afectados, escobillones o hisopos estériles para muestras
inflamatorias) (Gómez E, 2016).
Examen microscópico con hidróxido de potasio (KOH) al 10-20%: permite visualizar hifas tabicadas y ramificadas, de
forma rápida y económica, en las escamas del borde de avance en la piel, el pelo obtenido por tracción. No permite definir
la especie, ni el perfil de susceptibilidad. Su sensibilidad es mayor que la del cultivo, aunque puede dar resultados falsos
negativos hasta en el 15% de los casos.
Cultivo: permite la determinación de las especies en base a la morfología microscópica de microconidios y
macroconidios, junto las características del cultivo. Se incuban con mayor frecuencia en medio de agar dextrosa de
Sabouraud, durante 4 semanas antes de darlos por finalizados por ausencia de crecimiento.
Histología: se utiliza para el diagnóstico de erupciones cutáneas generalizadas o resistentes al tratamiento, y para el
diagnóstico del granuloma de Majocchi, en el que el examen con KOH de las escamas superficiales suele ser negativo.
No se utiliza en el estudio de las dermatofitosis típicas. Puede ser de utilidad en la tiña del cuero cabelludo para confirmar
la presencia de hifas en el tallo del pelo, y constituye la prueba más sensible para el diagnóstico de las onicomicosis,
evitando así la demora del cultivo. Se utilizan tinciones especiales como el ácido peryódico de Schiff (PAS) y la
metenamina argéntica para destacar la presencia de hifas, aunque se pueden reconocer de forma sutil con la tinción de
hematoxilina y eosina.
Fluorescencia con lámpara de Wood (365nm): puede revelar fluorescencia (pteridina) en el pelo infectado con
determinados hongos en zonas pilosas de barba o cuero cabelludo. Los pelos fluorescentes deben ser traccionados para
estudio microscópico directo con KOH y cultivo. Los microorganismos ectotrix como M. canis y M. audouinii presentan
fluorescencia al examen con lámpara de Wood, mientras que los endotrix como el T. tonsurans no la revelan.
Dermatoscopia: ha demostrado su utilidad en tiña del cuero cabelludo y tiña del cuerpo con compromiso del vello, en las
que se han descrito pelos en coma, en zigzag, en sacacorchos, traslúcidos y en código Morse (Gómez E, 2016).
Técnicas moleculares: se están desarrollando test rápidos para el análisis por secuenciación genética y reacción de
cadena de la polimerasa que podrían ayudar al diagnóstico rápido y precoz de la infección, así como en la determinación
de resistencia a fármacos, pero todavía tienen una utilidad limitada (Kumar Sahoo A, 2016).
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Las dermatofitosis pueden ser tratadas de forma tópica o sistémica, la elección dependerá de la localización, la severidad de la
infección y de las características del paciente (tabla 2). Debido a que los fármacos de uso tópico no logran penetrar en los
folículos infectados, las tiñas del cuero cabelludo se tratan normalmente con antimicóticos orales. Las tiñas de piel lampiña
pueden tratarse con antimicóticos tópicos si son placas aisladas, y deberían reservarse los tratamientos orales para lesiones
diseminadas, con componente inflamatorio o con afectación del vello corporal. Por su toxicidad, antes de comenzar el
tratamiento oral con antimicóticos se aconseja confirmar el diagnóstico por medios de laboratorio.
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Más en la red
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Autora
María del Pilar Arévalo Bermúdez Doctora en Ciencias de la Salud por la Universidad de A Coruña
Médico Especialista en Dermatología y Venereología
Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria
Servicio de Dermatología. Complejo Hospitalario Universitario A Coruña. Servizo Galego de Saúde. A Coruña. España.
Agradecimiento a los Dres. Manuel Almagro, Jesús García Silva y Catherine Tomé Espiñeira por su colaboración con parte de
la iconografía presentada.
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Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.