Manifiesto Antropologico PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 8

El Manifiesto Antropológico.

Cinco

CRÍTICAS
PARA RECONSTITUIR LA ANTROPOLOGÍA
en el siglo xxi

Mario E. Sánchez Dávila


Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas
[email protected]

«Si todos estamos más o menos de acuerdo en decir que la


antropología, a pesar de que el colonialismo constituye uno
de sus ‘a priori’ históricos, hoy parece estar en vías de cerrar
su ciclo kármico, entonces es preciso aceptar que es hora
de radicalizar el proceso de reconstitución de la disciplina
llevándolo hasta su fin. La antropología está lista para aceptar
íntegramente su nueva misión, la de ser la teoría-práctica de la
descolonización permanente del pensamiento»
Eduardo Viveiros de Castro

Resumen
En la actualidad, una parte importante de la disciplina antropológica
– en pasillos y aulas universitarias, en investigaciones y publicaciones
académicas, y, sobre todo, en el flujo del seno de la vida social – se parece
haber quedado atrapada en el pasado. Este artículo argumenta dicha
postura, construyendo cinco críticas que llaman a romper la parálisis
antropológica y, consecuentemente, a apostar por una antropología
pertinente para el siglo XXI.

Palabras clave
Antropología, críticas, epistemología, dogma, redención, etnografía,
DE LETRAS

teoría, semiología

133
POZO
1. LA CRÍTICA del investigador saber hallar/
LABERINTOS

EPISTEMOLÓGICA combinar las herramientas


pertinentes. Así, cuando el
investigador – para poner un
Hoy en día, en tiempos ejemplo – estudia objetos-su-
que constatan la penetra- jetos que se extienden a través
ción de las tecnologías de de medios de una cultura
información y comunicación electrónica, como Facebook
en sociedades y culturas, la o Second Life, ¿no es acaso
disciplina antropológica ha necesario repensar lo que
tenido que plantearse serios hasta ahora se conoce como
problemas epistemológicos. el método antropológico de
No es una novedad que las investigación par excellence,
tecnologías de información y la etnografía, en tanto que el
comunicación, desde mitad trabajo de campo tradicional
del siglo XX hasta el pre- exige todavía, para observar
sente, vienen configurando y participar, una relación
nuevos modos de producción cara a cara, in situ, con una
de sentido, modificando, ine- presencia corporal y geográfi-
vitablemente, así, objetos y camente delimitada, del obje-
sujetos de estudio. Tampoco to-sujeto de estudio? ¿Acaso el
es una novedad que, cuando hecho de investigar dentro de
cambian los objetos-sujetos una sociedad mediatizada y
de estudio, el investigador socializada por imágenes tele-
se vea obligado a cambiar la visivas – para poner otro ejem-
metodología de acercamien- plo – no nos solicita repensar
to a los mismos, con el fin la noción misma de trabajo
de obtener información y de de campo? ¿Acaso – y para
producir conocimiento sobre terminar con los ejemplos – el
estos. Desde la filología, ya hecho de investigar dentro de
Amado Alonso, Karl Vossler y grupos mafiosos, terroristas
Leo Spitzer nos han advertido, o narcotraficantes – con sus
al respecto, que no existen prácticas cotidianas ilegales
recetas únicas y universales y socialización a través de la
para el análisis de los suje- violencia – no nos evidencia
tos-objetos de estudio, pues la inutilidad, estorbo y en-
cada sujeto-objeto de estudio torpecimiento para este tipo
impone su propia metodolo- de investigación que traen
gía de análisis, siendo tarea consigo los tan mentados
POZO

134
DE LETRAS
consentimientos informados? través de las tecnologías de
¿No sería, por decir lo menos, información-comunicación.
ingenuo solicitar y esperar En fin, toda la multicultura-
que un mafioso, un terrorista o lidad y multisocialización de
un narcotraficante exprese su toda urbe. Y, sin embargo, la
consentimiento y su intención antropología ha convertido
voluntaria de participar en la en su tótem de estudio a los
investigación, o informarle sujetos-objetos de las dos
que se grabarán en audio y/o primeras preocupaciones,
video las conversaciones y si- descuidando, así, y con gran
tuaciones ilegales y violentas? negligencia, las múltiples an-
thropo-lógicas que descansan
Sin embargo, antes de en la tercera preocupación. Y,
hablar siquiera de cambiar ¿por qué la disciplina antropo-
la metodología de acerca- lógica se estancó en la segun-
miento, el investigador tiene da preocupación, quedándose
que comprender y aceptar así atrapada en el pasado?
el cambio de su objeto-su-
jeto de estudio. Eso no ha
sucedido con la disciplina
antropológica. Al principio,
2. LA CRÍTICA
los objetos-sujetos de estudio DOGMÁTICA
de la antropología fueron los
exóticos y los distantes y los
otros no semejantes. Luego, Uno de los dogmas centra-
sus objetos-sujetos de estudio les de la doctrina cristiana se
se volvieron los marginales, encuentra en el concepto de
los pobladores rurales y los redención. El acto cristiano de
semejantes no tan distantes ni redimir y la acción del reden-
tan diferentes. Entonces, y sin tor devienen en la liberación
abandonar las anteriores pre- de la pena – ya sea simbólica
ocupaciones, los siguientes o de otro tipo – del anthropos
objetos-sujetos debieron ser, con el objetivo final de devol-
consecuentemente, los próji- verle lo que históricamente
mos-próximos-nosotros de la le ha sido arrebatado – ya sea
urbanidad. Y, con ellos, sus su alma pecadora, su libertad
medios de comunicación, sus cautiva, su voz silenciada, su
diversas y diferentes prácticas cultura subordinada u otras
DE LETRAS

cotidianas, sus extensiones a propiedades. El quehacer

135
POZO
antropológico – digámoslo antropológica cuando se con-
LABERINTOS

ya – es una práctica redento- funde indiscriminadamente


ra. Por supuesto, más allá de redención con investigación.
generalizar, nos referimos a Y, pues, lo que subyace es
aquel quehacer que ha dejado que, a través de la excusa in-
de ser de investigación cien- vestigativa, se lleva a cabo un
tífico-social, confundiendo proyecto de redención, a título
su misión de productor de científico-social, de la misión
conocimiento con una misión cristiana. Y permitir que la
redentora. Este problema –es misión redentora se infiltre
necesario mencionarlo – lo entre los objetivos gnoseológi-
sufrieron Karl Marx, las prác- cos de cualquier ciencia social
ticas ideológico-subversivas no sólo es irresponsable sino
que reinventaron el espíritu incluso hasta peligroso. Así,
de los textos marxistas y, pues, redimir – devolverles
lastimosamente, también las presencia y agencia, voz y
ciencias sociales de hoy. voto dentro de las investi-
gaciones antropológicas – a
Muy pocos pondrían en los sectores marginalizados
duda que la acción redentora y a las clases históricamente
– de quien y de donde sea que inferiores de las sociedades,
venga, mientras sea a título deviene en una lucha – pe-
propio, personal y explícito – ligrosa, por otorgarle valor
constituye un noble proyecto científico ha dicho acto a nom-
humanitario. Lo importante, bre de las ciencias sociales – a
aquí es lo que subyace en las favor de un proyecto ideológi-
producciones de la academia co, religioso y/o político, más
no investigativo. Razón de
ser de toda ciencia social –
parece necesario explicitarlo
– es su carácter investigativo
LO QUE SUBYACE ES QUE,
y opuesto a toda infiltración
A TRAVÉS DE LA EXCUSA de la misión redentora y del
periodismo fútil. La antropo-
INVESTIGATIVA, SE LLEVA A CABO
logía – que aún se precia de
UN PROYECTO DE REDENCIÓN, A ser una ciencia social – no
debería haber desplazado su
TÍTULO CIENTÍFICO-SOCIAL, DE LA
verdadero e importante objeti-
MISIÓN CRISTIANA. vo cumbre: la comprensión de
POZO

136
DE LETRAS
las anthropo-lógicas; es decir, exposición de las vivencias y
de las diferentes y diversas las anécdotas del antropólogo
lógicas del hombre. Lógicas y de los anthropos redimidos
de pensamiento y de acción. dentro de tiempos y espacios
Y, ¿cómo afecta el proyecto también narrativizados y re-
redentor en la producción dimidos? Pero, ¿dónde queda
antropológica? el análisis y la reflexión cien-
tífico-social? Es decir, ¿dónde
queda el hecho socio-cultural
aislado y las anthropo-lógi-
3. LA CRÍTICA cas? Muchos datos antropoló-
ETNOGRÁFICA gicos se quedan en etnografía.
Y, todavía peor, al publicarse
como gnosis cuando son mer-
Si el objetivo cumbre de cancía, devienen en una esta-
la disciplina antropológica es fa de falta de rigor académico
comprender las diferentes y y de falsificación del conoci-
diversas anthropo-lógicas, la miento. Y el análisis de las
etnografía es un medio per- producciones de sentido y la
fectamente válido para llegar profundización en contornos
a dicho objetivo. Pero, aten- socio-culturales, económi-
ción: un medio, no un fin en cos, políticos y demás, en los
sí misma. Lastimosamente, el cuales se encuentra inserto el
proyecto redentor – al que ha- anthropos, termina siendo, en
cíamos referencia en la segun- muchos casos, un anexo, un
da crítica – ve a la etnografía apéndice o una incrustación.
y, por lo tanto, a los datos del Entonces, contexto y adorno.
trabajo de campo, como el Entonces, mercancía y no
pináculo de su misión. Y es gnosis. En ese sentido, como
que, en la lógica redentora de la institución antropológica ya
la antropología, ¿qué mejor no se avoca a comprender las
para devolverle al anthropos diversas anthropo-lógicas, y
su presencia y agencia, su voz sí a redimir etnográficamente
y voto que una crónica – al al anthropos, la universidad –
mejor estilo de las narraciones que ha formado antropólogos
de ficción, pero con un listado en función de la redención
de nombres, apellidos, edades camuflada en la investigación
para recordarnos que no es li- científica-social – se ha ocu-
DE LETRAS

teratura lo que leemos – que la pado de proveer a sus estu-

137
POZO
diantes de textos etnográficos dos porque, implícitamente,
LABERINTOS

y de gran cantidad de material sus innovadoras propuestas


de campo. Pero, en ese tránsi- cuestionan la misma validez
to, ¿qué ha olvidado? del establishment ideológico
de muchos antropólogos y de-
más científico-sociales – son
importantes para comprender
4. LA CRÍTICA TEÓRICA no sólo sistemáticamente la
pertinencia de los signos en
La riqueza del metalenguaje el tiempo y de la larga dura-
antropológico – especialmente, ción de la humanización, sino
el que fue generado por Mar- también de las rupturas y con-
cel Mauss, Émile Durkheim, tinuidades, las pertinencias y
Bronislaw Malinowski, Mary permanencias de los modos
Douglas y Claude Lévi-Strauss, de producción de sentido en
entre otros – constituye una nuevas sociedades y culturas
contribución indiscutible al que se tejen en la actualidad.
entendimiento de muchas y
diversas anthropo-lógicas. Pero, hoy en día, este me-
Hoy en día, sin embargo, este talenguaje antropológico clá-
metalenguaje antropológico sico – y mucho más el de los
clásico no aparece más, ante los teóricos de otras disciplinas
estudiantes, como un referente –aparece como una referencia
teórico que amerite reflexión, lejana y perdida en el tiempo
análisis y producción contun- que el estudiante recuerda
dente y rigurosa de ideas. en la universidad a través
de resúmenes hechos por
Y si llega a suceder eso con profesores a los que, inescru-
el metalenguaje propio de la pulosamente, les ha bastado
antropología, a los teóricos de con reproducir lugares de
otras disciplinas se les presta nacimiento, fechas y títulos
mucho menos o nula aten- de publicación, anécdotas
ción. Las propuestas de Jack varias y algunos principales
Goody, Alvin Toffler, Marshall postulados. En otras palabras,
McLuhan, Eric Havelock, Al- alusiones a externalidades y
bert d’Haenens o Juan Bion- no al quid de las propuestas.
di Shaw y Eduardo Zapata Reduciendo el conocimiento
– entre muchos otros que ya sobre la producción teórica
de por sí están estigmatiza- de un autor – importante
POZO

138
DE LETRAS
para la constitución misma sin preocuparse antes en
de la disciplina en el caso del comprenderla –, la semiología
metalenguaje antropológico se reduce a la decodificación
clásico – a una sola clase uni- de textos sin sus inherentes
versitaria a lo mucho. Y, por relaciones con los procesos
supuesto, no hay evaluacio- sociales y las estructuras
nes de comprensión lectora y culturales. Para muchos aca-
mucho menos de producción démicos, así mismo, es in-
escrita. Y ello no sólo impide aceptable la idea de que la
que el alumno aprehenda antropología, y con Umberto
una base teórica de formación Eco (1978), sea reemplazada
para, después, cuestionar y por la semiología, en tanto
producir una propia. Sino forma científica de la antro-
que también cierra la posi- pología (Eco, 1973). A pesar
bilidad de reformulaciones de que la idea – propuesta, en
teóricas que expliquen el principio, por un semiólogo –
funcionamiento de las nue- haya sido esbozada luego por
vas realidades y fenómenos Clifford Geertz (1973) y Ed-
socio-culturales que están mund Leach (1976), quienes
surgiendo y tomando forma concibieron a la semiología
en la actualidad. No obstan- como la base del proyecto
te, sólo existen resúmenes. antropológico, así como por
Y resúmenes de resúmenes. Claude Lévi-Strauss (1973),
Y, en base a ello, profesores quizá el más laureado y clási-
y alumnos que trabajan e in- co de los antropólogos, quien
vestigan reproduciendo. No concibió, rescatando la defi-
produciendo. Y, nuevamente, nición de semiología de Fer-
mercancía por gnosis. Con- dinand de Saussure (1916), a
texto por texto. Falsificación y la antropología como el ocu-
olvido del conocimiento. pante del estudio de la vida de
los signos en el seno de la vida
social. Y todavía más impor-
tante, fue Lévi-Strauss (1973)
5. LA CRÍTICA quien sugirió, implícitamente,
SEMIOLÓGICA que las categorías antropo-
lógicas – como mito, ritual,
parentesco, reciprocidad o
Para muchos académicos alianza – son, finalmente, ca-
DE LETRAS

– que la han estigmatizado tegorías semiológicas, puesto

139
POZO
que todos los fenómenos en Todo lo consignado aquí
LABERINTOS

los que se interesa la antro- – probablemente alarmante


pología exhiben el carácter para muchos pero nunca
de signos – una piedra, por injusto – sugiere, consecuen-
ejemplo, puede ser un signo temente, que la disciplina an-
cuyo significado difiera de tropológica no podrá volverse
una sociedad a otra – y todos un sano texto autocoherente,
los dominios de la sociedad exhaustivo y simple mientras
se encuentran impregnados no comprenda y acepte – y se
de significación. Finalmente, reconstituya a partir de – las
terminando con Lévi-Strauss cinco críticas que vuelven pa-
(1973), para quien el hombre tológica su textualidad.
se comunica por medio de
signos, la antropología forma
parte, y no al contrario, de Referencias Bibliográficas
las ciencias semiológicas.
Proyecto imperativo, pues,
el de comprender, discutir y ECO, U. (1980) [1973], Signo, Ed.
discernir, con el mismo ím- Labor.
petu objetivo, la oferta y la
utilidad de las herramientas ECO, U. (2000) [1978], Tratado de
de análisis semiológico, para semiótica general, Ed. Lumen.
construir, posteriormente, un
propio y repensado metalen- GEERTZ, C. (2003) [1973], La inter-
guaje antropológico que sirva pretación de las culturas, Ed. Gedisa.
para comprender, analizar
y reflexionar en torno a las LEACH, E. (1978) [1976], Cultura y
producciones e interpretacio- comunicación: la lógica de la conexión
nes de sentido, las diferentes de los símbolos, Ed. Siglo XXI.
y diversas anthropo-lógicas y
las realidades socio-cultura- LÉVI-STRAUSS, C. (2011) [1973], An-
les de un modo sistemático, tropología estructural II, Ed. Siglo XXI.
riguroso y contundente, si es
que se pretende apostar por SAUSSURE, F. (1945) [1916], Curso
el valor de la búsqueda y de de lingüística general, Ed. Losada.
la reflexión científica en la
investigación socio-cultural. VIVEIROS DE CASTRO, E. (2010)
[2009], Metafísicas caníbales: líneas de
antropología postestructural, Ed. Katz.
POZO

140
DE LETRAS

También podría gustarte