Rulfo y Arguedas
Rulfo y Arguedas
Rulfo y Arguedas
de Rasu-Ñiti”
Si bien el carácter que adquiere la muerte en los relatos “Talpa”, de Juan Rulfo, y
“La agonía de Rasu-Ñiti”, de José María Arguedas, es completamente distinto, ella se
encuentra asociada a elementos similares, constantes en la producción literaria de ambos
autores. En estos cuentos, la muerte se vive como una experiencia colectiva, lo cual es un
reflejo del común enfoque en comunidades, a pesar de las diversas circunstancias
particulares. Por otro lado, existe un importante vínculo entre la muerte y las creencias
religiosas, el catolicismo en “Talpa” y la cosmovisión andina en “La agonía de Rasu-Ñiti”,
el cual define el momento final para los dos personajes que mueren en los cuentos y
justifica las acciones que conducen a ese final. Por último, hay una interesante relación
entre la muerte y la danza en los relatos. Esto es más evidente en el cuento de Arguedas,
ya que toda la acción narrativa se enfoca en una danza tradicional, la que trae consigo la
muerte del protagonista. En el caso del cuento de Rulfo, la danza aparece solo en un
momento específico, pero tiene una gran carga significativa en la trama.
Toda la trama en “La agonía de Rasu-Ñiti” está compuesta a partir de las creencias
religiosas de los personajes, es decir, según la cosmovisión andina. El Wamani es quien
motiva la danza, y la muerte de la persona no trae tristeza porque el Wamani se
manifiesta a través de otro dansak. Es interesante analizar la presencia de la religiosidad
en “Talpa”, donde funciona con elementos contradictorios. El viaje a Talpa se realiza
debido a que Tanilo se siente morir, y cree que la Virgen de Talpa es la única capaz de
curarlo. El hermano y la esposa, quienes tienen una relación adúltera, apoyan la idea
porque saben que el viaje será difícil, garantizando la muerte del enfermo. De este modo,
mientras que la religión trae esperanza para Tanilo, los otros personajes la utilizan como
excusa para alcanzar un objetivo subyacente. A pesar de que los objetivos específicos
son distintos, la religión es lo que motiva el avance hacia el objeto de deseo, así que se
encuentra en la base de la acción, al igual que en el caso del dansak en el cuento de
Arguedas.
La danza en ambos cuentos se encuentra estrechamente ligada a la creencia
religiosa. Como se ha dicho, el dansak se entrega en su arte, sintiendo al Wamani que se
manifiesta en él, con una intensidad que conduce a la muerte. Puede percibirse una
intensidad similar en el momento en el que Tanilo participa en unas danzas al llegar a
Talpa. Se dice que el enfermo baila casi enfurecido, dándolo todo de sí, porque al
encontrarse tan cerca de la muerte, se entrega por completo a su fe, deseando verse
favorecido por la virgen. Mientras que la caída de Rasu-Ñiti termina por elevar su figura,
Tanilo cae y se ve sometido a la indiferencia de otros danzantes, que lo pisan sin darse
cuenta de su presencia. Si bien Tanilo no muere en la danza, comparte con Rasu-Ñiti el
haber muerto en contacto con su creencia religiosa, pues no abandona la fe hasta el final,
rezando a gritos. La diferencia es que Rasu-Ñiti es el protagonista de su destino, y
aunque actúa según lo que le pide el Wamani, es él quien lleva a cabo las acciones.
Tanilo, en cambio, obedece a la voluntad de su hermano y su esposa, siendo la danza el
único momento en el que abandona su pasividad. Esta responsabilidad sobre el destino y
la muerte es también otro de los factores que condiciona la reacción de quienes se
encuentran junto a él, con el aporte de la cosmovisión en el cuento de Arguedas, y el
sentimiento de culpa en el de Rulfo.