El Taller de Los Talleres
El Taller de Los Talleres
El Taller de Los Talleres
Antonio F. Salonia
El porqué de este libro. . .
Este libro configura tan sólo una propuesta, cuyo desarrollo final queda en
manos del lector.
Sabemos, con mayor o menor certidumbre, de nuestro deseo; y desde ese
lugar propio emitimos un mensaje. Mensaje inscripto en un contexto histórico-
social. No podemos saber de la sincronía del otro con nuestro deseo; a lo más,
esperamos sintonía. De cómo cada palabra nuestra resuene en ese otro depen
derá que estas páginas abran a la reflexión, estimulen nuevas experiencias o,
simplemente, corroboren el hacer de cada día.
Las bases de todo lo que se propone en este libro transitan el campo de la
psicología social, el psicoanálisis, la pedagogía nacida con la escuela nueva y
desarrollada en el pensamiento de Freire, Lapassade, Mannoni y otros muchos
autores tendientes a la participación y a la autogestión.
Se parte de la concepción piagetiana, en un intento de didáctica constructivista.
Desde ese punto de mira es que no ofrecemos recetas ni metodologías acabadas.
Muchas de las ideas propuestas han sido ensayadas y evaluadas; se registran
en el libro algunas experiencias conducidas por nosotros y otros maestros.
Tomamos como nuestro el punto de convergencia entre transgresión y acto
creativo, y esperamos que estas páginas generen nuevas alternativas y multi
pliquen la potencialidad creadora de cada lector.
Esto, tanto a partir de su lectura crítica, como de su capacidad para construir
nuevas hipótesis y relaciones que superen las contradicciones y estereotipos que
suelen esterilizar el hecho educativo.
Esta propuesta está pensada, fundamentalmente, a partir de la experiencia;
para estudiantes y docentes de nivel terciario, tanto en las carreras de Profeso
rado de Jardín Maternal, Jardín de Infantes y Escuela Primaria, como para otros
estudios referidos a la formación de profesionales en Psicopedagogía, Asistencia
Educacional y Ciencias de la Educación. Puede ser de interés, además, para
otros profesionales vinculados con la enseñanza media, la asistencia social y la
coordinación de grupos culturales y recreativos.
Pensamos en docentes que aún conserven el poder de asombrarse; que estén
dispuestos a jugar y a crear; que naturalmente disfruten al enlazar el sentir, el
pensar y el hacer, que puedan leer en cada situación las relaciones que se
establecen; que estén dispuestos a transformar y a transformarse; por lo tanto,
docentes que sean capaces de producir nuevos conocimientos.
Somos conscientes de que la modalidad de trabajo en Taller implica un desafío;
muchos creen que se trata sólo de una moda, y esperan que la reforma de hoy
desaparezca mañana.
Restan muchos estudiantes y maestros, de todos los niveles y. especialidades,
cuya lectura de la realidad y de su propia historia los alienta a un trabajo dife
rente, a la búsqueda del vínculo, a la relación simétrica entre el sujeto-que-
aprende y el sujeto-que-enseña, a tener en cuenta el saber popular, lo cotidiano
como punto de partida del saber científico, a creer en el hombre y en el desarrollo
de su potencial.
Para ellos es este libro.
María Teresa González Cuberes
í a c de psicología
•« •i-íO T O C A
I Los talleres educativos como propuesta
1
'
)
como fuentes privilegiadas del aprender en todas las edades.
MI mirada hacia el Taller como propuesta educativa proviene de participar,
observar y coordinar talleres. Desde esta vertiente es que me refiero al Taller
como tiempo-espacio para la vivencia, la reflexión y la conceptualización,
como síntesis del pensar, el sentir y el hacer. Como “ el” lugar para la participa
ción, el aprendizaje, y la sistematización de los conocimientos.
Maestro y alumno, a partir del Taller, se enfrentan con un nuevo estilo de en
cuentro; sé abre el camino al autoaprendizaje, a la autonomía moral y a la re
cuperación y el desarrollo del potencial creativo. Queda poco espacio para el
verbalismo, las relaciones paternalistas y el dogmatismo.
Pienso que trabajar en educación con la modalidad de Taller debe ser más una
decisión personal que producto de una consigna o normativa pedagógica. Es
decir, el Taller no puede deberse a una imposición, ni tampoco improvisarse. De
no ser libre opción para el maestro, sólo puede generar resistencias, encubiertas
en razones ciertas o pretextos, como la falta de espacio, de tiempo, de materia-
i les. De no ser libre opción para el alumno, tropezamos con el desinterés, la indis
ciplina y el desorden, independientemente de la temática, del número de partici
pantes o del profesionalismo del maestro. En ambos casos se instala el “como si
se estuviera haciendo” , los resultados del trabajo son pobres, el proyecto tiene
corto alcance, la experiencia concluye tan pronto como la rutina permite reorga
nizar las defensas.
Me gusta la expresión que explica el Taller como lugar de manufactura y men-
tefactura. En el Taller, a través del interjuego de los participantes con la tarea,
confluyen pensamiento, sentimiento y acción. El Taller, en síntesis, puede con
vertirse en el lugar del vínculo, la participación, la comunicación y, por ende, lugar
de producción social de objetos, hechos y conocimientos.
\
3
El pasado en el presente del Taller
La palabra taller proviene del francés, “ateller", y significa estudio, obrador,
obraje, oficina. También define una escuela o seminario de ciencias donde asisten
los estudiantes.(2) Aparentemente el primer taller fue un obrador de tallas.(3)
De una manera o de otra, el Taller aparece, históricamente, en la Edad Media.
En aquella época, los gremios de artesanos pasaron a ocupar el lugar, de los
mercaderes. Esta organización de trabajadores se continuó hasta el siglo XIX.
Sólo los "maestros" artesanos eran miembros del gremio y llegar a serlo no era
fácil. El "maestro" hábil en su oficio, aceptaba en su Taller a un cierto número de
aprendices, quienes comenzaban su aprendizaje alrededor de los doce años.(4)
Durante su entrenamiento, que podía prolongarse entre cinco y doce años, según
la habilidad requerida, los aprendices compartían casa y comida con el "maestro"
Una vez completada su formación, el aprendiz adquiría la condición de oficial, y
aunque estuviera en condiciones de abrir su propio comercio, aún no podía incor
porarse al gremio. Para ser admitido debía rendir exámenes orales y presentar su
"obra maestra"; aprobados estos requisitos, pasaba a ser maestro".
Como vemos, el Taller, como lugar de trabajo y aprendizaje, no es un hecho
novedoso, y con los años fue incorporándose en distintas áreas.
El adiestramiento de discapacitados y marginados sociales incluye actividades
de Taller; las carreras de Arquitectura y Artes Visuales también lo incorporan para
entrenar a los estudiantes a partir del hacer.
El lenguaje cotidiano habla de “atelier" para designar el lugar de trabajo, el
estudio de pintores, ceramistas, escultores.
En las últimas décadas aparece la palabra "workshop" en los programas de for
mación, de extensión universitaria y de posgrado, relacionados con la Psicología y
otras ciencias referidas al hombre.
Es reciente en nuestro país la difusión del Taller en las escuelas, mucho más
en la tarea cotidiana del aula. En un principio los talleres se relacionaron con la
plástica, las actividades prácticas, literarias y expresivas.
Al tiempo de enviar este libro a prensa tuve oportunidad de conocer un docu
mento de apoyo con orientaciones sobre Talleres, dirigido a los maestros de la
provincia de Buenos Aires. De su lectura extraigo una serie de coincidencias y
otras tantas diferencias con respecto a Igs propuestas que desarrollo en estas
páginas. Sea como sea, la simultaneidad en la aparición de estos y otros trabajos
sobre el tema expresa la necesidad de promover ensayos, de transformar la tarea
educativa, de abrir un espacio de aprendizaje alternativo. Personalmente creo
que hoy se puede pensar en el Taller vinculado tanto a las actividades manua
les y creativas o expresivas como al aprendizaje de materias instrumentales:
Matemática, lecto-escritura, Ciencias Sociales.
Tal vez. esa tan reciente difusión entre nosotros haga pensar que sólo se trata
de una moda: otros encontrarán que ya en otras épocas han trabajado "como en
(2) Diccionario de uso del español. M Moliner. Madrid. Ed. Grades. 1983.
(3) Primer diccionario general etimológico de la lengua española. Madrid. Roque Barcia. 1883.
(4) Nueva historia universal. Barcelona. Ed Marin. 1968.
taller", aunque no se llamaran de ese modo. Comprender sus fundamentos teó
ricos e ideológicos, ampliarlos a través del seguimiento del proceso de aprendiza
je según esta modalidad, reallmentar los descubrimientos con la investigación, la
reflexión y el hallar nuevos enlaces conceptuales, permitirá el salto cualitativo.
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V
II El Taller nace y se hace
9
El taller nace y se hace
Hasta aquí hemos visto cómo nace el Taller como propuesta pedagógica. Cabe
ahora detenernos en el análisis del aprendizaje, como proceso mutuamente modi
ficante entre los sujetos y objetos que interactúan en el Taller.
11
su “ adaptación activa a la realidad” . Ese modelo de aprendizaje, construido en la
historia de los encuentros con los objetos de conocimiento, sintetiza en cada aquí
y ahora lo que podemos y lo que no podemos, nuestras posibilidades y limi
taciones.
Es a partir de esta matriz que organizamos nuestra experiencia; que interpre
tamos lo permitido y lo no permitido, la queja y la protesta, la obediencia y la
transgresión.
Siguiendo con la teoría pichoniana, tarea educativa y tarea terapéutica coin
ciden en tanto rompen con el estereotipo. Esto se da, en tanto el cambio en el
sujeto implica desestructuración de lo previo y nueva estructuración.
El docente, maestro-coordinador en este proyecto, permite al grupo y a cada
uno de sus integrantes, acercarse a una nueva visión de sí mismo y de la realidad
que lo circunda.
El Taller, de acuerdo con lo expuesto, intenta superar el modelo de escuela
conocido, enriquecer la mirada sobre uno mismo, sobre los demás y sobre la
realidad que nos rodea.
Didáctica constructivista
El conocimiento físico
Se descubre. Colón descubrió América a partir de sus viajes; pero el continente
americano existía aún antes de que Colón lo descubriera.
El conocimiento lógico-matemático
Se inventa o re-inventa. Se inventó él avión, la receta de pan dulce o el títere
de guante. Ni las relaciones lógico-matemáticas, ni los objetos inventados tenían
existencia antes de su invención.
El conocimiento social
Al contrario de quienes creen que este tipo de conocimiento es producto de la
internalización de normas sociales, a partir de Piaget nos damos cuenta que tam
bién se construye desde el sujeto. El niño pequeño obedece a la autoridad adulta,
pero recién se maneja socialmente de manera autónoma cuando adopta o cons
truye dichas normas. Será a partir de estas ideas que los maestros podrán tra
ducir la teoría piagetiana a una didáctica constructivista: aquella que organiza
la tarea educativa de acuerdo con el proceso del desarrollo, y centra su mira
en lo que el niño hacé y piensa en el presente. Algunos principios que nacen
de esta concepción son:
13
Una mirada hacia el coordinador (5)
La acción en un Taller se da, de acuerdo con lo dicho, a partir del deseo del
coordinador; en sincronía con sujetos deseantes, que encuentran un punto de
acercamiento. Entiendo a la coordinación como un modo especial de relación en
tre un sujeto, sea o no docente, y un grupo. El coordinador es un facilitador de la
comunicación y el aprendizaje, participa con el grupo en la producción de cono
cimientos. El coordinador no capitaliza ni el poder ni la información, se aleja cons
cientemente del lugar del “ supuesto saber” . Cuando el grupo, habituado a rela
ciones de dependencia o sometimiento, intenta colocar al coordinador en el lugar
del “ saber-poder” , éste no se hace cargo de la demanda y devuelve a los inte
grantes la oferta, de modo que esto circule y posibilite la salida: señal de auto
nomía, de creación, de crecimiento.
Es necesario diferenciar coordinación grupal, de liderazgo y autoridad: el líder
influye sobre los demás, por encima de lo que es influido por ellos. Cuando el
líder es una figura impuesta, se erige en autoridad, se lo habilita para detentar
poder. El maestro, tras años signados por relaciones de dominación, tiende a
proceder como líder impuesto: autoritariamente. Conduce o guía a los alumnos
con estilo directivo. Debido a su rol prescripto, sostiene y se sostiene en la pose
sión de la verdad.
El Taller demanda un coordinador no directivo, más observador que infor
mante, más continente que conductor. Hace falta un maestro que sea firme,
coherente y abierto para mantener el orden, más que fiscalizarlo. Los maestros
necesitamos un largo y profundo ejercicio para poder “ corrernos” del lugar del
que todo lo sabe y lo puede o lo debería saber y poder. Aun cuando tomemos
conciencia de nuestros aspectos autoritarios o demagógicos, aun así podemos
creer que nuestros alumnos se sentirán inseguros si no exhibimos nuestra sabi
duría o dominio. Podemos sentir que no cumplimos con la escuela y la sociedad.
Sus preceptos determinan que el maestro recibe su paga por enseñar y no por
aprender con sus alumnos.
El coordinador hace una lectura de los emergentes grupales: qué se dice, de
qué se habla, cómo se hace lo que se hace, qué no se dice ni se hace. Intenta
desocultar lo que desean o detestan, lo que saben y lo que necesitan o esperan.
El coordinador discrimina los silencios y los bullicios de incomunicación o estanca
miento y los momentos silenciosos o bulliciosos de reflexión y producción. Su
rol se vuelve activo cuando señala al grupo lo que eérá ocurriendo, cuando expli
cita lo que los participantes no alcanzan a ' estar viviendo el momento;
cuando al expresar sus hipótesis, reenvía al diupo hacia nuevas formas de
pensar. El coordinador, esté o no acompañado de un observador, observa,registra
y da cuenta al grupo de cómo se acercan y abordan la tarea, qué dinámica desa
rrollan, cómo resuelven las contradicciones y los problemas. No enjuicia, sólo
realimenta el trabajo desde sus señalamientos y devoluciones. Con una sola
pregunta, como en la mayéutica, el coordinador puede relanzar al grupo hacia la
reflexión, la producción y la síntesis. A veces, los grupos no necesitan siquiera
esa pregunta. Pregunta que, mal situada, obtura el trabajo y puede llevar al es
tancamiento, al malentendido, a obstaculizar el proceso.
(5) Agradezco a los licenciados Orlando Calo y Sara Alzemberg sus aportes sobre este tema.
La tarea del maestro-coordinador es una tarea psicopedagógica, en términos
de promoción y prevención de la salud y el aprendizaje de sus coordinados. Por
ello se evita la “ interpretación silvestre” o “ la interpretación al paso”, que resulta
agresiva e invasora. El coordinador comprende y aprende, junto con el grupo.
16
► At,. DE PSICQJ.OÜA
17
Cómo se planifica un taller
19
Más adelante expondremos algunas experiencias de Talleres para docentes opera; la *.a
que pueden orientar a quienes deseen explorar estas modalidades de capacita ción se re -
ción y perfeccionamiento. temática o
En esta etapa es cuando el coordinador de un Taller debe comenzar a pensar Vale sus
en la temática, o en las propuestas a discutir con su grupo. Ante la consulta de inevitable
algunos maestros, suelo responder: cada nue•¡
nan habra-
¿Por qué no .. .reeñcontrar un viejo deseo que nunca se cristalizó? dualmer- T
.. .desarrollar una habilidad abandonada?
. . .comenzar con algo nuevo, nunca intentado?
. . .profundizar en algún aspecto de la vida cotidiana? Segundo
Por otra parte, si el maestro-coordinador ha podido escuchar las necesidades e Todo pre
intereses del grupo, la elección se facilita. Se trata de encontrar el punto de hay morne
coincidencia entre lo que deseamos llevar a cabo y el o los deseos expresados la autoreg
por los participantes. Puede ser éste un momento confusional, de discusiones
Las pro:
apasionadas, de búsqueda del consenso, no obstante es el momento de analizar
objeto de
lo que se desea, los miedos o ansiedades que el tema y la situación nueva
expener-c*
despiertan, el vínculo que se teje entre los sujetos y entre ellos y las propuestas.
cambio cr
Cuando los participantes ya tienen una historia previa compartida, es necesario promov aa
estar atentos a las adjudicaciones y asunciones de roles, a los intercambios de el procese
ofertas y demandas. Si el grupo no tiene historia, es tiempo de acercamientos y pósitos.
alejamientos, movidos por la “ telé” . Este sentimiento, las más de las veces inex
El cocrc
plicable, da cuenta de la aceptación o “amor a primera vista” o a la inversa, de
ponibi cae
unos participantes hacia otros. Sentimiento que no necesariamente se correspon
grado de
de con el otro ni con sus verdaderos afectos.
facción. *,
En la medida que se da tiempo para el intercambio y que se comienza a de zan a co<
linear la propuesta, los participantes se afilian, aunque aún la relación es super obstác- c;
ficial. El encuentro se da más por la temática, el tipo de propuesta, que por un funciona
verdadero juego de mutuas representaciones; es probable que, cumplido el tiem
Este e<
po en común, el grupo se disperse y vuelvan a encontrarse en el lugar y hora
cambio. [
convenida para la próxima reunión.
movi zar
En la posibilidad de elaborar un plan de acción y, consecuentemente con el tica, entrt
“ quitarse el almidón”, los miembros comienzan a expresar sentimientos de per dora.
tenencia. Hablan de “ nuestro taller”, “nosotros y los demás” , “vamos a hacer” ...
A partí
Progresivamente, el intercambio de ideas y materiales habla de pertinencia; entre
como en
todos pueden planificar, ordenar la secuencia del proyecto, analizar lo convenien marca c
te y lo inconveniente.
SUetOS .
Es el tiempo de ponerle nombre al Taller, definir su alcance, procurar los ma CXT* r e í
teriales, distribuir las responsabilidades, organizar la información, preparar el am los — s—
biente. A esta altura los roles de saboteador, portavoz y “chivo emisario” son Crea-
adjudicados y asumidos por los distintos miembros. Si ello ocurre de modo fun signTca
cional y rotativo, estamos en presencia de un grupo que tiende al crecimiento. asegt's.
Alguien propone, otros tienden a frenar el cambio o la propuesta, alguien carga Una y
con el fracaso o la pérdida. Esto se revierte y, alternativamente, distintos miem cultaces
bros acusan el progreso y las resistencias al cambio. El grupo se entusiasma y trans*c~
20
pax docentes opera; la tarea, la producción, está en marcha y el interjuego necesidad-satisfac
s de capacita- ción se remodela una y otra vez. El grupo sale del “como si” y se concentra en la
temática o trabajo previsto, es pertinente.
ínzar a pensar Vale subrayar que el tiempo de pre-tarea, tiempo de ansiedades básicas, es
!a consulta de inevitable, y por diestro que sea el coordinador aparecerá en los comienzos de
cada nueva sesión. Hasta que se vislumbra la entrada en tarea, quienes coordi
nan habrán sido activos; sus intervenciones se espaciarán e irán cambiando gra
:ó? dualmente.
21
Tercer momento: conclusión y nuevos proyectos
Acerca de la evaluación
Este tema merece, desde ya, una reflexión profunda y una revisión de los cri
terios conocidos, de las prácticas en vigencia en la mayoría de las instituciones
educativas y de los resultados de las mismas. No es el objetivo de este libro
ahondar en esa problemática pero pienso que nuestras escuelas necesitan in
ventar nuevas estrategias de evaluación, y en esa tarea debemos comprometer
nos todos.
Con respecto a los Talleres, no obstante, intentaré delinear algunas orientacio
nes para llevar adelante el seguimiento y la evaluación del proceso. Incluiré, como
propuesta, tres acciones complementarias: el seguimiento, la evaluación y la
supervisión.
22
El seguimiento
mplica el uso de técnicas e instrumentos que permitan registrar, revisar y super-
ción de la meta . isar la marcha del Taller, tanto en lo que hace a la dinámica grupal, como al
alongada. Hay estilo y características de la producción, la forma de abordar los temas, el uso y
oío evaluar sus aprovechamiento del tiempo, el espacio y los materiales. Esta tarea se ve facili
cel estructurar tada cuando se opera en co-coordinación o se trabaja con observadores. Desde
lo el producto. este punto de vista, si los maestros-coordinadores guardan crónicas de cada
sesión, las analizan y discuten, no sólo pueden articular buenas devoluciones,
rás y balancear
sino que están obteniendo las bases para la evaluación.
lantean nuevos
nticipa la sepa-
. do, por haber La evaluación
I deseo nunca Según H. Kesselman, es, sintéticamente, volver a recorrer el camino en un
atento de comprensión histórica desde donde se ha partido, para darle sentido al
Succión y re estado actual de los vínculos. En función de ello se realiza el reajuste o se plani-
ducción puede f:can nuevas estrategias o propuestas.
y lo simbólico. Seguimiento y evaluación son tácticas Indisolubles que garantizan el desarrollo
relacionar, con- del experimento, posibilitan verificar la relación entre predicciones y resultados,
se reflexiona entre objetivos y logros, entre proyectos y realizaciones. Cuando hablamos de
scubrimientos. seguimiento y evaluación nos referimos a la mirada hacia el grupo, a la tarea y a
•a coordinación:
eas. El grupo
n de contradic- Propongo utilizar los vectores señalados por E. Pichón Riviére: pertenencia,
"odificaciones pertinencia, cooperación, aprendizaje, comunicación, actitud hacia el cambio.
:adicipantes se La tarea
5' espacio para — abordaje del tema y la actividad;
s. La extensión —resolución de problemas;
d. de la enver- —comunicación, aprendizaje, proyectos;
del grupo y la —producción;
—entrenamiento en la autonomía y en la autogestión;
— aprovechamiento de materiales;
— ensayos e intentos creativos;
—elaboración de ansiedades, pérdidas, malentendidos;
—conclusión del proyecto.
s ón de los cri
as instituciones El coordinador
o de este libro —forma de introducir el proyecto;
s necesitan in- —'ornas de intervención, consignas, devoluciones, estímulos;
5 comprometer- — autoconciencia de resonancias, actitudes hacia el grupo y la tarea;
—comunicación intelectual y afectiva con el grupo, la tarea y la institución;
jnas orientado- — capacidad para observar, evaluar y solicitar supervisión.
Incluiré, como No creo que todos estos ítems agoten el tema; los equipos docentes podrán, a
•valuación y la partir de introducirse en una modalidad poco frecuente, encontrar variantes y as
pectos complementarios. *
23
La supervisión IV Qué
No me refiero exclusivamente a la tarea de directivos e inspectores, sino más
bien a una función que, ejercida desde “ afuera” , posibilita ampliar la visión del un T¡
trabajo, hace aportes, cuestiona y realimenta la coordinación.
La supervisión no se hace desde arriba, no implica superioridad tampoco. Un
grupo de maestros puede trabajar en la lectura y discusión de las crónicas y enri
quecerse mutuamente con sugerencias, hipótesis o señalamientos. Cuando los
terapeutas están en la etapa de su formación advierten la necesidad de “ contro
lar” o “ supervisar” su trabajo con pacientes, con su psicoterapeuta de mayor
experiencia. Esto les permite reasegurarse y comprender el juego transferencial
y contratransferencial, presente en su actividad en el consultorio. Creo que los
docentes en ese sentido, nos vemos beneficiados, igualmente, cuando solicita
mos supervisión a un profesional más experimentado.
Mi criterio, en síntesis, acerca del seguimiento, la evaluación y la supervisión,
intenta superar los límites de la evaluación sumativa y formativa, los porcentajes
de conductas u objetivos logrados; tiende hacia la búsqueda de nuevas estrate
gias más integradoras.
Cabe agregar el concepto de intervisión, o sea, la mirada entre pares; ya sea
la lectura crítica, el aporte, el “ feedback” o la ayuda entre participantes o bien
entre coordinadores. Se trata en este caso de un trabajo o re-trabajo asentado,
fundamentalmente, en las relaciones simétricas cuyo ejercicio beneficia a am
bos: quien ofrece y quien recibe.
El aula taller
Así como vemos que el taller puede abordar una determinada temática o con
cretar ciertas prácticas, es posible pensar en un aula en la que todos los partici
pantes y su o sus coordinadores trabajen en forma de taller.
Se trata de un avance, tanto en el sentido de la interdisciplina como del afian
zamiento de los logros que se obtienen con esta modalidad operativa. En el aula
taller el espacio será transformable, los grupos se reunirán de diversas maneras,
ya sea porque los convoca una determinada tarea, para que unos puedan apoyar
a otros menos avanzados, y por otros motivos. Los trabajos, los agrupamientos,
las propuestas serán presentados por el docente-coordlnador o por los partici
pantes. Todos podrán dedicarse a la misma experiencia o, de manera individual
o en pequeños grupos, atender distintas consignas. Los plenarios, las muestras,
y los intercambios posibilitarán la comunicación de hallazgos y dificultades; po
drán servir, además, para interesar a aquéllos que se demoraban en abordar as
pectos previamente establecidos como objetivos para el conjunto.
En el aula taller, mientras unos participantes leen y comentan un texto, otros
resuelven problemas prácticos o hacen cuentas, algunos exploran con materia
les y equipos un principio físico, al mismo tiempo que otros discuten con el coor
dinador el plan de trabajo para los próximos días. El tiempo tendrá otras dimen
siones y la entrada y la salida de los profesores que actúen como co-coordinadores
ya no se corresponderá al tradicional “ horario mosaico” . ¿Utopía? No tanto, va
rias escuelas están haciendo una experiencia de este tipo.
24
crores, sino más
IV Qué hace falta para desarrollar
: ar la visión del un Taller
:ad tampoco. Un
3 crónicas y enri
aos. Cuando los
dad de “ contro-
oeuta de mayor
|0 transferencial
c. Creo que los
cuando solicita-
a supervisión,
ios porcentajes
nuevas estrate-
b pares; ya sea
: pantes o bien
bajo asentado,
leneficia a am-
r~ática o con-
:cs los partici-
Ante la pregunta sobre qué hace falta para desarrollar un Taller, yo respondo
hace falta un poco de todo y mucho de nada, aunque prefiero decir que el
c'"cip a l punto de partida es el deseo del coordinador y de los participantes.
Actitud docente
27
Recursos y materiales Recuerdo
sitas” , que !
No dejo de pensar en quién leerá estas páginas; trato de imaginar su experien '•ación. No (
cia, su entorno, sus intereses, necesidades, con qué infraestructura cuenta, qué bio científica
puede obtener de su comunidad. Otras ace
Sería fascinante pensar en aulas-taller vidriadas, con excelente iluminación, cer contacte
ventilación y con instrumental y mobiliario adecuados. televisivo L
mas educa
Soy consciente de que las limitaciones en estos aspectos pueden convertirse
equipos, ya
en una barrera para frenar un Taller, pero también pienso en la posibilidad de
encontrar caminos y resoluciones posibilitadoras de la experiencia.
Hay un sector de recursos y materiales específicos para cada Taller, la materia
prima para algunos, el instrumental para otros, las fuentes de consulta para la Tiempo v
mayoría. Un “ Taller de arreglo de bicicletas” , por ejemplo, puede ser tentador
para los alumnos de grados medios y superiores que posean bicicletas, que pue El ámbito
dan recolectar herramientas, lubricantes, esmaltes y antioxidantes, soldadores, forma pern
etcétera. Si además se interesan por la física, la mecánica o la química, este externas. 5
Taller puede abrir el campo a terrenos insospechados. Por otra parte, si en la dos a la ec
comunidad educativa hay padres bicicleteros, mecánicos o ingenieros es posible cunstanc as
realizar adaptaciones, y hasta invenciones imprevisibles. oroyecto oí
Otros Talleres pueden idearse a partir del material de desecho, Talleres de Si nuesv
plástica dedicados al “ collage” . Talleres literarios orientados hacia el teatro de contar cor
títeres o la dramatización, Talleres de inventiva en los que se realicen maquetas, sadas. este
pistas gigantescas para carreras de autos de juguete, esculturas, construcciones, Un Talle
reproducciones en miniatura. cálido en ;r
de madera
uminacon
exhibición
La bibliografía Taller. ta~":
os peque»1
Lamentablemente, en una sociedad oprimida por lo económico y distanciada del adivinanza
hábito de la lectura por placer, es bastante difícil encontrar bibliotecas escolares o Como e
populares bien nutridas y actualizadas. niños y e i
Afortunadamente, los diarios, en su mayoría, han comenzado a incluir seccio horas pue<
nes destinadas a los niños, a la crítica sobre libros pedagógicos y destinados al con el cu©
público infantil, a los comentarios sobre novedades y actividades culturales y cien les e introc
tíficas. Si los piso
Partimos de la idea de que el maestro no sabe, ni debe saberlo todo, y que trapos de |
sus ingresos no siempre posibilitan la actualización bibliográfica. De todos modos, fácilmente
realizar una tarea educativa con visión de futuro exige que tanto alumnos como Los Tall
docentes sean diestros en el manejo de fuentes. trunientos
Cada Taller origina cientos de interrogantes, abre campo a la fantasía, a la sivos. en i
elucubración y al ansia de saber. El hombre posee un impulso epistémico, o alumnos. |
deseo de conocer, que debiera mantenerse vivo indefinidamente. Existe una vas \mciona~ii
tísima variedad de textos que posibilitan investigar y profundizar sobre los temas tos. de esc
escogidos para los Talleres. Los maestros, los auxiliares, los practicantes y los En cua*1
padres, incluso los mismos niños pueden ir organizado un sistema de archivo de exten s on
material periodístico e informativo a partir de artículos, notas, folletos o revistas. de la ~ter
Recuerdo las viejas enciclopedias, como “ El tesoro de la juventud” y “ Univer
sitas” , que siempre proporcionaban respuestas a los niños y jóvenes de mi gene
ración. No creo que hoy hayan sido reemplazadas, ya que la velocidad del cam
bio científico implicaría una constante actualización.
Otras alternativas para obtener referencias lleva a consultar catálogos, estable
cer contactos con otras escuelas, con bibliotecas, con el periodismo escrito, oral y
televisivo. La industria de los medios audiovisuales ya produce videos y progra
mas educativos y, con el correr del tiempo, las escuelas podrán contar con
equipos, ya sea propios o provenientes de otras instituciones para escolares.
Tiempo y espacio
32
V Cómo se conjugan taller y disciplina
33
Cómo se conjugan taller y disciplina
35
La función del docente-coordinador se traduce en la explicitación de un en
cuadre consistente, en el discutir y elaborar con el grupo las pautas del trabajo y
los límites.
Hay cosas que los niños no pueden realizar; hay peligros reales que es nece
sario controlar; pero una cosa es controlar los peligros y otra fiscalizar a los niños
impidiendo el autocontrol progresivo. Los alumnos pueden, con la coordinación
del docente, elaborar reglamentos, hacerlos cumplir, discutir las sanciones, orga
nizar los consejos de clase. Se entrenan de ese modo para un futuro rol cívico,
para actuar democráticamente, para llegar al consenso, a la negociación honesta,
a la resolución de los conflictos.
Importa favorecer, mediante la participación, los comportamientos responsables
y e! compromiso con lo que se hace, se dice y se piensa. Creo que cuando el
alumno-deseante encuentra en el Taller el cauce para la satisfacción, cuando la
tarea y la productividad dan placer, la disciplina reina naturalmente.
El alumno autónomo acepta las normas porque las considera justas y ne
cesarias. El alumno heterónomo, sometido, necesita una disciplina impuesta
desde afuera y no tiene posibilidad ni de analizarla ni de discutirla.
El sujeto autónomo se comporta socialmente por decisión propia y no por el
temor a la reprobación* o el castigo. La reflexión grupal, las experiencias de
autogestión, la autoevaluación ayudan al alumno a madurar en el uso de una
libertad responsable.
Los maestros tenemos experiencias que señalan que cuando los alumnos están
interesados, cuando se trabaja activamente, cuando todos tienen oportunidad de
participar, puede haber bullicio pero no hay indisciplina.
No tengo dudas de que los Talleres funcionan mejor cuando los grupos son
poco numerosos o se los subdivide de acuerdo con las preferencias manifesta
das; tampoco descarto la incidencia de un ambiente poco adecuado en la pro
ducción de desorden. No obstante estoy convencida de lo beneficioso que resulta
para niños y adultos encontrar un grupo con el cual establecer un buen vínculo
como paso previo al cambio.
Las ideas que poseemos acerca de la disciplina no siempre han sido reflexio
nadas por nosotros mismos; muchas veces implican criterios adquiridos por el
sólo participar en la vida de las instituciones. Este ejercicio intenta que quienes
actúan o esperan actuar como coordinadores, analicen los criterios que sostienen,
y a partir de allí confirmen o reformulen sus propuestas.
El cuadro que se presenta a continuación invita a escribir en cada uno de los
cuadrantes superiores lo que el coordinador piensa que puede y no puede hacer
cuando le exigen ser disciplinado. Lós cuadrantes de la parte inferior, en cambio,
le proponen un espacio para expresar lo que quiere y no quiere que sus alumnos
vivan como disciplina en el Taller. De la confrontación de lo escrito en unos y
otros cuadrantes surge un contenido muy rico para la reflexión individual y grupal
entre coordinadores, observadores y supervisores.
36
¿Qué puedo? ¿Qué no puedo?
37
VI El taller como lugar de la creatividad
39
* a í; de p s ic o l o g ía
El taller como lugar de la creatividad aiBUdracA
41
atreverse a pensar distinto, cuando el grupo funciona como sostén, ya no es
riesgoso.
Piaget explica a Bringuier, en una de sus entrevistas, que cuando intenta crear
utiliza tres procedimientos:
• no lee nada acerca del tema que lo preocupa hasta haber hallado algunas
ideas propias;
• trata de leer todo lo que puede acerca de aspectos o campos afines al aspecto
que le interesa;
• utiliza un “chivo emisario” o “cabeza de turco” , como punto de partida para la
contradicción, la superación y el descubrimiento de lo nuevo.
Sin duda, desde el pensamiento piagetiano, el período más creativo en la vida
del hombre, es el que abarca desde el nacimiento hasta los dieciocho meses. El
bebé pasa de los reflejos congénitos al dominio de la marcha, a la construcción
de la inteligencia y con ello a la posibilidad de comunicarse, aprender, pensar,
jugar, crear.
Para poder crear hay que poseer cierta disponibilidad, deseo, tiempo, alguna
idea, algún material: podemos crear en la playa, con la arena y un palito, en la
soledad y el silencio de un cuarto, a partir de un lápiz y un papel, en la cocina,
con tres o cuatro ingredientes, en el laboratorio, a partir de algunos microorga
nismos.
La palabra crear proviene del latín creare, que significa engendrar o producir
algo nuevo. Cuando hablamos de creatividad en educación, hablamos de des
arrollar o potenciar la capacidad creadora de todos aquellos comprometidos en
la tarea, maestros, alumnos, padres, supervisores.
Una estrategia sencilla para movilizar la capacidad creativa de un grupo con
siste en solicitarle que encuentren tantos usos como les sea posible inventar para
un objeto cotidiano: una alfombra, un cesto de mimbre, un lápiz.
Otra propuesta puede ser saludar a los compañeros con una rima: “ Marcela, ya
no le duele la muela” , “Carlitos trajo zapatos limpitos” , “Juan Manuel escribe y
escribe en un papel” ...
Se puede intentar, “ de jugando y creando” , la definición de una determinada
palabra, real o inventada: “Ojotroco: es un ojo situado a la derecha del cuaderno,
que mira lo que vas haciendo, que te dice si está mal o está bien. ¡Cuando te
molesta mucho lo tapás con un papel glacé y listo!”
El proceso creativo implica hallar soluciones integradoras. Es posible medir los
resultados del proceso, tanto por la calidad como por la cantidad. La estética del
producto, su acabamiento como hipótesis confirmada son siempre circunstancia
les, arbitrarias y replanteares. El rol del maestro ha de ser facilitador, su ac
titud será segurizante.
Niños y adultos, para poder llevar a cabo un trabajo creativo deben:
• aprender a expresarse con libertad;
• aprender a escuchar a los demás antes de contestar o refutar;
aprender a dialogar más que a juzgar;
• pensar por sí mismos, más que agregarse a lo dicho por otro;
• intentar la autocrítica;
• llevar adelante las propias iniciativas;
• tener en cuenta al “ interlocutor imaginario” que suele frenar, dirigir o anular la
propia idea.
44
Vil Talleres para estudiantes, maestros
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“ [ . . . ] la creatividad en el campo
del arte y de la ciencia es sólo una
parte de la verdad, ya que hay una
manera creativa de vivir lo cotidiano,
de relacionarnos sin estereotipos, de
singularizarse las relaciones huma
nas, de atender nuestros asuntos do
mésticos . . . ”
Fidel Moccio
45
Talleres para estudiantes, maestros y profesores
Consecuente con la idea acerca del nacimiento del Taller como deseo del
coordinador y los participantes, en sincronía o sintonía, insisto en la necesidad de
haber vivido experiencias de Talleres como'paso previo a su conducción. No se
nace sabiendo coordinar, tampoco se nace con la capacidad de organizar Talle
res. La educación sistemática, por otra parte, suele dejarnos en el “como si
aprendiéramos haciendo” . A menudo me pregunto, al leer textos de orientación
para estudiantes y docentes, por qué razón se sugieren objetivos, actividades y
bibliografía de consulta y no se propone, además, que los maestros jueguen,
exploren, ensayen y se reúnan en grupo; desarrollen un Taller como paso previo
a! trabajo en el aula. (6).
En los Talleres que he coordinado, en general pocos docentes recuerdan sus
juegos infantiles, las experiencias gratas relacionadas con el crear, inventar, des
cubrir o hacer por sí mismos. Pocos han vivido situaciones grupales de verdadera
comunicación, cooperación y participación en el proceso de aprendizaje. La ma
yoría recuerda el “trabajo en equipo” como una experiencia de distribución de
capítulos o segmentos del trabajo entre los participantes, como el “trabajo” de
algunos y la negligencia de otros. Muchos han leído psicología evolutiva, técnicas
grupales y aún la psicología genética de J. Piaget, sin poder relacionar lo leído
con su experiencia personal o con los procesos observados en los niños. Los
mismos profesores que los han formado encaran sus clases desde el segmento
de información que les compete, pocos se ocupan de la articulación entre teoría y
(6) Se incluye en el Apéndice el informe sobre el Taller “ Los niños y las ciencias” .
47
realidad, los menos procuran la integración entre su asignatura y las demás. Afor
tunadamente, ni todos los docentes son iguales, ni todos han sido educados en la
fragmentación, ni mucho menos el proceso descripto es irreversible.
Ro Langer, coordinadora de mi último año de formación como Psicóloga social,
dice: “ para conocer y crear, es necesario amar y disfrutar la relación con el
objeto de aprendizaje” ...
Yo creo que la tarea del coordinador con el grupo incluye, además, el humor y
la alegría. Es necesario apelar a las experiencias positivas, a aquellas que nos
dejaron pensando, que nos llenaron de sentimiento, que nos permitieron vivir el
interjuego entre el yo-no-yo y el vos-y-yo. A partir de creer que se aprende a
participar, participando, pienso que se aprende a coordinar un Taller, participando
en talleres y coordinándolos. En esa creencia he asistido a Talleres de distintas
modalidades, tanto en nuestro país como fuera de él, y he coordinado Talleres
con diferentes objetivos, extensión y profundidad. No siempre los resultados han
sido exitosos, no siempre los efectos han sido los esperados, pero las más de las
veces han producido verdaderas modificaciones en los participantes y los han
convertido en multiplicadores en los diferentes ámbitos de su trabajo. Lo más
gratificante de estas experiencias es que todos hemos aprendido, nos hemos
cuestionado, hemos reflexionado y encontrado nuevas relaciones entre teoría y
práctica, entre vida cotidiana y saber científico, entre sentimiento y pensamiento.
El observador en el Taller
Registra el proceso de las sesiones, y juntos preparamos la devolución para
cada reunión del grupo. El observador, ya sea que registre todo lo que ocurre,
rescate los emergentes o indicadores de situaciones clave o participe comple
mentando mis señalamientos, prepara su propia lectura e interpretación de lo que
ocurre. Juntos trabajamos sobre lo que ambos hemos visto, sentido y pensado y
a partir de ello planeamos evaluaciones, devoluciones, reelaboraciones y nuevas
propuestas para el grupo. Yo funciono como coordinadora: trabajo con los parti
cipantes desde sus expectativas, ganas y miedos, explicitó los objetivos de la
propuesta, coordino ios juegos, experiencias y ejercicios, los momentos de refle
xión, teoría y conceptualización. Además hago devoluciones y señalamientos,
intento el “ insight” (la captación de la estructura) de los participantes, facilito la
resolución del conflicto, la comunicación y el aprendizaje grupal. Todo esto implica
aceptar y tolerar que el grupo destruya para reconstruir en un nivel diferente y con (7
técnicas distintas; implica sintonizar con el grupo creador, con los sujetos como
“seres de anticipación” . Observador y coordinador intentamos sostener un en
cuadre operativo, continente y en constante redefinición. La presencia de un
observador, sea o no participante, asegura una visión y lectura más amplia y
profunda de todo fenómeno grupal. El observador posibilita una mirada comple
mentaria a la del coordinador, lo confirma, realimenta, cuestiona o enriquece. El
trabajo compartido garantiza a quienes participan, el poder ver el entrecruzamien
to entre las determinaciones del endo y el exo grupo. Se intercambian hipótesis,
se repiensa el proceso, se elabora la devolución realimentadora. El grupo, cada
uno de sus miembros, se beneficia como resultado de esta “ lectura comple
mentaria” del acontecer del Taller, aún cuando observador y coordinador o co-
coordinadores, no coincidan en sus hipótesis.
Sólo se lograrán los objetivos cuando la tarea sea integrada y mutuamente
enriquecedora y uno “funcione” como supervisor del otro.
El lugar de trabajo
Los preparativos
La idea de realizar este Taller nació del interjuego de deseos y experiencias
previas y una demanda creciente de parte de estudiantes, maestros, profesores y
otros profesionales interesados en llevar adelante Talleres en su trabajo cotidiano
49
A partir de la democracia en nuestro país comenzó a gestarse el permiso para
participar, para buscar otras formas de relación, de acceso al conocimiento. Se
revalorizó la cultura popular. Quienes veníamos trabajando de otra manera, en
forma silenciosa fuimos abandonando la autocensura. Irrumpieron cientos de
propuestas, algunas hasta el punto de saturación, otras producto de la improvi
sación de quienes suben al barco a último momento. Como me señalaban hace
poco algunos compañeros, palabras como “ darse permiso” , “disparador” , “emer
gente” , “ participar” , “ implícito-explícito”, se constituyeron en la jerga del momento.
“ En la marcha se acomodan los bultos” , dice un viejo refrán, y con el correr del
tiempo podremos decantar los resultados, pasada la efervescencia y adquiridas
genuinas experiencias.
Como dice The Httle red School book (El pequeño libro rojo) en su última página:
Tú no puedes separar la escuela de la sociedad. Tienes que cambiar una
para mejorar la otra. No permitas que esto te desanime.
Cada pequeña cosa que cambies en la escuela podrá surtir efecto en la
sociedad. Cada pequeña cosa que cambies en la sociedad, podrá tener
consecuencias en la escuela.
Trabajar por el cambio siempre comienza contigo. La lucha está en manos de
diferentes personas en diferentes lugares. Pero para todos es la misma
lucha.
Organizar un Taller es un doble desafío, hacer posible que los participantes se
asuman como protagonistas del proceso de aprendizaje y de cambio y el de
poder acompañarlos en ese generar conocimientos en grupo, co-pensando con
ellos.
Comenzamos por diseñar un volante para promover el Taller: el nombre del
mismo resultó de juguetear con el lenguaje. Nos acordamos de El cantar de los
cantares; conjeturamos si podría parecer presuntuoso (no lo somos), si su texto
convocaría no sólo a quienes conocían nuestro trabajo previo. Se acercaron estu
diantes, maestros preescolares y de escuela primaria, asistentes sociales, una
socióloga, directoras de escuelas, asistentes educacionales, una religiosa.
Decidimos que se realizarían cinco sesiones de dos horas y cuarto, lo que
totalizaría quince horas de cátedra. Enunciamos la temática proponiendo:
— ¿Qué es un Taller?
— ¿Cómo se planifica un Taller?
—¿Qué hace falta?
—Taller y disciplina.
— El lugar de la creatividad.
Explicitamos la dinámica: integración teórico-experiencial en grupo pequeño y
heterogéneo. Encuadre operativo con coordinador y observador.
Creemos que a mayor heterogeneidad de los participantes, en cuanto a edad,
sexo, formación, grado de experiencia, tipo de trabajo y otros factores, la pro
ductividad grupal se incrementa. Al entretejerse la verticalidad de cada sujeto
con la trama horizontal grupal el conocimiento se reconstruye y se enriquece.
Pensamos en un máximo de 15 ó 16 participantes, para garantizar el intercambio
y la participación activa de cada uno. Hicimos llegar los volantes a escuelas,
institutos de formación docente y otras instituciones frecuentadas por público en
general. En este caso no convocábamos a padres y abuelos como en otros
50
JPEAXRO MAQUETAS COCIM MECANICA HUERTA HISTORIETA CERAMICA E lE C T K IC IIi/
SOCIOLOGIA U T I 'R l ^ D K j r a A C m i m iS I C / J f f ilI K T E R lA QUIMICA EDUCACION SE}
P O T C C R A O D I O R I E N T
I O N A
V0CAC1CNAIC
Scoloo^ J i J rario títeres decoración
|U A QUi S?Í7 i^ D U C A cT oN S K X U A I ^ T E ^ f f - ^ T O m S a F i T PERIODISMO BATIK INSTRUÍ1
IIO K VG W C TC m . DISFNO ECOMBIA ITTgjM RJO JSAKPI.riT.J2A-. TEATRO MACHETAS
COORO/NA:
MARIA TERESA GONZALEZ C U BEPES
NIVEL I
TEMAS '
- ¿ QUE ES UN TALLER ?
- ¿ COMO SE PLANIFICA UN TALLER ?
- ¿ QUE HACE FALTA ?
TALLER Y DISCIPLINA.
EL LUGAR DE LA CREATIVIDAD.
IN M M i* I mCMPC/O/i
51
i
Talleres, tampoco nadie se acercó desde ese rol, aunque algunos participantes
descubrieron aspectos referidos a la relación con sus hijos. Algunos asistentes se
acercaron como “delegados” de su lugar de trabajo para poder luego actuar como
multiplicadores. Otros, luego de transmitir lo vivenciado entusiasmaron a sus
compañeros a participar en encuentros de esta naturaleza.
A lo largo del desarrollo del Taller varios miembros narraron sus intentos y
logros a partir de llevar a sus alumnos algunas de las actividades y propuestas
originadas en el grupo.
El esquema de trabajo
Primera reunión
— Bienvenida, apertura, los asistentes se sientan en ronda.
— Presentación de los participantes mediante juegos.
— Confrontación de objetivos y expectativas y explicitación del encuadre.
— Propuesta de actividad.
— Momento de reflexión y conceptualización.
— Despedida.
El juego o ejercicio inicial puede ser, entre otros, sacar de la cartera o bolso un
objeto significativo, comentar algo sobre cómo y por qué lo eligieron, qué significa
o recuerda. A partir de eso: presentarse, hablar de sí mismo, de las ganas y
miedos, de las expectativas o propósitos que los traen al Taller. En ese momento
nace el juego-no-tan-juego de identificaciones y proyecciones entre los miembros.
Comienzan a tejerse los vínculos, muy gradualmente.
52
La actividad propuesta en una de las ediciones de este Taller fue que cada
miembro, a partir de varias cajas que contenían material de desecho debía ela
borar un elemento que tuviera que ver con:
—la naturaleza: plantas o animales;
—personajes: humanos, reales o ficticios;
—lo cultural o lo producido por el hombre: casas, transportes u otros elementos
que, incluso, podrían producir efectos de luz, movimiento o sonido.
Debían seleccionar una de estas alternativas y trabajar individualmente. Una
vez confeccionado su elemento, cada uno explicó lo que había hecho, y lo colocó
en el lugar deseado sobre un tablero de madera. Los participantes rodeaban
dicho tablero y seguían con atención el proceso. Confeccionaron árboles, casitas,
algunos personajes reales y fantásticos, soles, y un auto que se desplazaba
cuando se tiraba de los piolines sujetos a las partes delantera y trasera.
A partir de todo eso les propuse que intentaran una integración. Se vieron en la
necesidad de ilegar a acuerdos, de hacer modificaciones; apareció la credibi
lidad y la desconfianza, la necesidad de consenso. Finalmente se logró una
“ maqueta” , con un texto, una historia y una duda: ¿qué hacer con lo que habían
producido? Muchos se llevaron su parte, para sus hijos o para sus alumnos.
En el momento de reflexión y conceptualización se trabajó sobre la idea de qué
es un Taller. Se buscaron definiciones, se clarificó que el Taller tanto podía
referirse a lo manual como a lo intelectual y a lo afectivo. Se hicieron referencias
a experiencias previas, a posibles aplicaciones.
Antes de la despedida ya se estableció un esbozo de esquema referencial
compartido.
Segunda reunión
— Devolución de emergentes.
— Retrabajo grupal sobre los emergentes y la temática.
— Propuesta de actividades.
— Momento de reflexión y conceptualización.
— Despedida.
El plan inicial para esta reunión preveía subdividir al grupo y mientras unos
trabajarían con el observador, preparando pan blanco y pan integral, otros harían
experiencias científicas con plantas, conmigo.
En reunión de equipo, el observador y yó, luego del análisis del primer encuen
tro, resolvimos modificar el plan. De acuerdo con las expectativas planteadas por
los integrantes y del interjuego de los deseos, decidimos dividir la reunión en dos
partes y reducir al mínimo el tiempo de reflexión y conceptualización; brevemente
se introdujo el tema ¿cómo se planifica un Taller?
En la primera parte, luego del trabajo sobre la devolución, presentamos el
material e intentamos que los asistentes se dividieran en dos subgrupos, inte
grándose con aquellos que menos conocían. Un grupo debía armar un circuito
eléctrico que permitiera ¡luminar y que se instalaría en el artefacto que debía
elaborar el otro grupo. Les proporcionamos a unos todo tipo de elementos vin
culados con las instalaciones eléctricas, sirvieran o no para el proyecto. A los
otros les entregamos material de desecho en profusión. El intento dio resultado.
53
Luego del análisis conciso de la experiencia se pasó a la segunda parte de la
reunión. Entregamos al grupo total una colección de ejemplares de un suplemento
dominical infantil. La propuesta fue mirarlos, leer entre lineas, tomarlos o dejarlos,
buscar otros, compartirlos, agruparse por coincidencias. A partir de ese momento
les sugerimos que armaran parejas o tríos y que elaboraran un proyecto simple y
practicable en sus lugares de trabajo, proyecto que trabajaríamos en la cuarta
reunión.
La despedida y el cierre, en esta reunión, se prolongó por más tiempo que en
el encuentro anterior. Solicitamos que para la próxima sesión trajeran “fotos” .
Tercera reunión
— Devolución de emergentes.
— Conceptualización.
— Propuesta de actividad.
— Momento de reflexión y conceptualización.
— Despedida.
Luego de que el observador y yo analizáramos lo vivenciado por el grupo y
preparáramos la devolución, optamos por planear un comienzo remedando una
“clase tradicional” . A medida que los participantes iban llegando los instábamos a
tomar ubicación en hileras, de modo levemente autoritario. Esta vez se rompió
con el círculo, con la idea de que todos hiciéramos la experiencia de una comu
nicación entrecortada.
Comencé con una clase formal, hacía la devolución, teorizaba y no perdía
oportunidad de señalar las transgresiones; les exigía que tomaran notas apresu
radamente. Se vivía dramáticamente, una de tantas situaciones conocidas por
todos. Cuando sentí que no resistía más y que el grupo estaba suficientemente
movilizado, suspendí la dramatización. A partir de allí adoptamos posiciones más
cómodas y comenzamos con el intercambio. Se completó la devolución y el tema
referido a cómo se planifica un Taller. Todos recuperamos el buen humor.
0
Entonces comenzamos con la actividad. Les habíamos pedido que trajeran
“fotos” , evitando intencionalmente dar consignas más amplias. Cada uno deco
dificó la propuesta a su modo; trajeron lo que pudieron, lo que quisieron, no lo
que “debieron” . Aparecieron postales, fotos de familiares, incluso de un perro muy
querido; alguien no trajo nada, otra incluyó fotos de una revista. Les pedí que
mostraran lo que habían traído, que comentaran el cómo, el porqué y el cuándo
de cada fotografía; esto llevó un tiempo, tiempo compartido.
Algunos sintieron no haber comprendido la consigna, otros se justificaron; otros
expresaron intereses, momentos de su historia personal, debilidades. .. Propuse
que cada uno seleccionara una foto, el que no había traído nada eligió una que le
prestaron. Las fueron colocando, una a continuación de la otra sobre un panel de
madera ubicado en el centro del círculo de participantes; mencionaron detalles,
orígenes, porqués ...
Quedó representada una serie: de sujetos, de historias, de deseos, de impostu
ras. Les resultó difícil articular una historia en común, tenían que prescindir de la
anécdota. La tendencia a individuarse, discriminarse, aún seguía vigente, pero
pudieron hilvanar una secuencia. En el momento de reflexión y conceptualización
54
se vio en esa actividad el origen para un Taller literario, de fotografía, de perio
dismo, de orientación educacional y vocacional, de educación sexual y vida
familiar. El grupo pudo conceptualizar, ya en esta reunión, sobre qué hace falta
para llevar adelante un Taller.
El juego realizado recibió el nombre de “ Luz, cámara, acción” . Dieron luz,
"foco” a cada fotografía, narraron o explicaron su significado, seleccionaron sólo
una. El ojo “cámara” , paseó por la colección de fotos articuladas, inventó per
sonajes, escenas. Se tejió la historia y los personajes entraron en “acción” y fue
posible llegar a la dramatización.
Al finalizar les propusimos que durante la semana se reunieran en parejas o
tríos para completar su proyectado Taller y para planear una actividad de modo
que todos “jugáramos” un segmento de la propuesta en la reunión siguiente.
Cuarta reunión
— Devolución de emergentes.
— Propuesta de actividad.
— Momento de conceptualización.
— Despedida.
Comenzamos con la devolución. De pronto, los participantes “descubrieron” al
observador. Hasta ese momento no había sido tenido en cuenta. En el desarrollo
dei Taller que comento como ejemplo, contamos con un observador varón, que
además se ubicaba habitualmente fuera del “ círculo libidinal” . No obstante, el
observador se incluyó en la acción grupal en la sesión que trabajamos el tema de
ia electricidad. Decidí, entonces, dedicar ese momento de la reunión para expe
rimentar lo que sería un “ Taller de reflexión” . Analizamos en grupo:
—el no “ver” fuera del círculo, a quien los “mira” ;
— la inclusión del hombre en la tarea educativa;
— la conveniencia-inconveniencia de trabajar en equipo, el coordinador con el ob
servador.
Todo esto dio lugar a un rico intercambio y a la formulación de varias pro
puestas.
De todos modos, me parece importante señalar que no en todas las “ ediciones”
del “Taller de los talleres” trabajamos de este modo. Éste es un aspecto que aún
investigamos: el rol del observador, sea hombre o mujer, su incidencia en el
grupo, se incluya o no en la rueda; ya sea que participe activamente, sólo haga
acotaciones o no tenga ninguna participación hasta la última reunión; en que
recobra la palabra y hace su devolución final. La actividad prevista para esta
sesión partía de lo que habíamos solicitado a los integrantes en el encuentro
previo. En grupo discutimos temas, objetivos y propósitos de cada plan; antici
pamos la dinámica, conjeturamos acerca de los posibles resultados. Cada pro
puesta posibilitaba entrelazar nuevas alternativas; se encontró el nexo entre las
temáticas, entre proyectos y realizaciones. Cada pareja o trío propuso un juego o
actividad relativa al Taller proyectado; todos participamos, reflexionamos y reali
mentamos. Desde la coordinación, que en ese momento funcionaba como super
visión, intenté que el grupo generara nuevas ideas y enlaces inéditos. Trabaja
mos, además, el tema de la disciplina en el Taller.
55
✓
Esta reunión permitió que el grupo tomara conciencia de su crecimiento, de su
autonomía. Se puso en juego la llamada “ pulsión creadora” ; se realimentaron
entre ellos. Nos despedimos en un clima de producción que hacía difícil el corte,
el cierre y la vuelta a la cotidianeidad.
Quinta reunión
— Devolución de emergentes.
— Propuesta de actividad.
— Reflexión y conceptualización.
— Reelaboración, devolución .del observador y cierre.
Comenzamos, como en todas las reuniones, por la devolución. Luego les
propuse armar dos subgrupos; mientras uno debía trabajar en la confección de
máscaras y disfraces, el otro prepararía un libreto. Cuando ya concluían, los invité
a rotar; quienes ya estaban disfrazados se dedicarían a trabajar el libreto, y el
grupo que ya tenía su texto confeccionaría máscaras y disfraces. El tema pro
puesto para ese juego fue: “Si no me hubieras mirado con esos ojos. . . ” A con
tinuación dramatizaron las escenas; todos reímos por las ocurrencias, nos asom
bramos por las derivaciones logradas a partir del título propuesto; se incluyó el
cuerpo, el gesto y el movimiento. Fácilmente se reflexionó sobre creatividad; de la
vivencia se pudo llegar a la conceptualización.
Esta reunión posibilitó llegar a la síntesis, se reelaboraron aspectos analizados
durante el proceso, se plantearon nuevas hipótesis y proyectos. La despedida, el
cierre, esta vez fueron largos, afectuosos, prometedores de nuevos encuentros-
reencuentros.
56
sobre todo esto, los participantes descubrieron que al retirarse nadie vaciaba el
mate ni ordenaba los elementos; los almohadones y otros materiales quedaban
desparramados como mudos testigos del encuentro.
Se abrió el interrogante sobre la conveniencia-inconveniencia de ordenar
luego del juego. Algunos sostenían que se rompía la magia, otros enfatizaban la
necesidad de afirmar la autonomía y la cooperación. En muchas ocasiones, en
el momento de retirarse ordenaban y decidían llevarse a casa algo de lo que
habían realizado.
Observamos con curiosidad que las más de las veces, quienes ponían todo
en orden eran mamás con hijos pequeños o adolescentes.
• Desde la tercera reunión aparecieron esbozos de alusión a la finalización del
Taller, a la “ muerte” del grupo.
Ya en la cuarta sesión se trabajó sobre el “duelo” y la disolución del grupo.
La despedida en el quinto encuentro mostró el enlace afectivo y a través de la
reelaboración se percibió el nivel de producción grupal.
Se discutió sobre la secuencia vivida y surgió la conjetura sobre lo que podía
haber ocurrido si el Taller hubiera comenzado con una propuesta más exigente
y comprometedora desde el primer día. Coincidieron en la necesidad de pro
mover una integración progresiva, acorde con lo que los participantes puedan.
• En otras “ediciones” del Taller se Introdujeron variantes, tanto en el orden de
presentación de las propuestas, como en la forma de introducir temáticas o
consignas. Se usaron otros juegos para conocerse, el trabajo con máscaras fue
precedido por un tiempo dedicado a la sensopercepción del rostro; se incluyó
música y desplazamientos en el ambiente.
• En una oportunidad, en la cuarta reunión no comenzamos con la devolución
sino que se propuso al grupo que intentara hacerla como ejercicio. Les pedí
que articularan lo vivido, lo esperado, lo deseado, lo negado y lo rechazado;
esto permitió entrever el significado de un “Taller de reflexión” . Descubrieron
que contener al grupo implica mucho más que tener a ios niños o a los parti
cipantes ocupados y tranquilos.
• En más de un caso se iniciaron las sesiones con el reconocimiento del espacio
y un trabajo corporal creciente, hasta llegar al juego y la danza.
• Una actividad que no resultó de acuerdó con lo esperado fue cuando soli
citamos a los presentes que a partir de una historia nacida en cada subgrupo,
la representaran como “ comedia musical” unos y como “zarzuela” los otros.
Descubrimos allí que la gente joven, en general, ha tenido poco contacto con
dichos géneros musicales y, como consecuencia, se hizo necesario proporcio
nar bastante ayuda para concretar la propuesta.
57
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58
rogé- VIII Propuestas de talleres para
$’’ o los más pequeños
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¡dos-
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Esta propuesta puede parecer poco original, pero implica la posibilidad de re
pensar la “clase de música” , tal como se viene desarrollando en la mayoría de los
casos. Tanto el repertorio de canciones tradicionales, como la producción de
excelentes conjuntos nacionales de música para niños ofrecen un nivel rico de
estimulación para el juego con sonidos y palabras.
Crear una canción a partir de un juego, cambiarle el texto a algo conocido (los
cantitos de “ Clemente” , por ejemplo), introducirse en la sonorización y la instru
mentación, utilizar grabador y cinta tanto para grabar como para reproducir,
pueden ser actividades estructurales en un Taller de este tipo. Los niños y la
maestra podrán optar por trabajar en este taller de manera libre, disponibles al
juego y no presionados por una cuestión de horario o espacio. La inclusión de
niños más grandes, adolescentes que integren un conjunto en la escuela media
cercana, familiares de los niños que se interesen por la música o toquen algún
instrumento, permitirá descubrir nuevas posibilidades. La diferencia estará puesta,
entonces, en el tipo de convocatoria, en el énfasis en lo creativo, ,en el respeto de
las posibilidades individuales, en la introducción de la música desde otro encuadre.
Sin dejar de lado las propuestas curriculares y organizativas en lo que respecta
a la educación musical, este Taller puede ocupar un tiempo o sesión semanal,
mientras otro subgrupo se interesa por algún otro proyecto. Este Taller posibilita
tanto la introducción en el mundo del sonido y de la música como el desarrollo
lingüístico y expresivo.
61
En cuanto a espacio y materiales no implica demasiados requisitos, y creo que
ni siquiera exige algo más que una maestra sensible y entusiasta, aunque no
tenga una formación profesional específica.
Vamos de excursión
No se trata en este caso de la realización de una simple experiencia directa o
de una excursión como las que se realizan cerca de la primavera. El proyecto
puede derivar en una introducción al “scoutismo” o bien en un campamento en
las proximidades de la escuela: sierras, arroyo, bosque, granja, criadero o estan
cia. Cuanto menos urbana e industrializada sea la zona, mayor contacto con la
naturaleza ofrecerá, lo que para niños de ciudad y que viven en departamentos ya
es toda una aventura. Aún para aquellos que habitan en zonas despobladas o
rurales será una novedad recorrer lugares, explorar y descubrir el entorno en
compañía de otros niños y sus maestros.
Este Taller involucra un tiempo de complejos preparativos, alistarse para pro
ceder de acuerdo con las circunstancias, hacer simulacros o ensayos “de jugan
do” , tales como hacer un picnic sobre el césped o asar batatas en un terreno
baldío. Aprender a manejar herramientas y utensilios, preparar los elementos para
cocinar y comer, alistar las mochilas son algunas de las actividades previas.
Además es posible investigar sobre el lugar, su vegetación, las piedras y el tipo
de terreno que visitarán.
Los niños pueden incluso participar en la confección de reglamentos y listas de
pertrechos y tareas o en convocar a los acompañantes y hacerlos partícipes del
programa.
Vamos a jugar y pensar
Este Taller puede dar lugar a todo tipo de juegos lógicos, tanto referidos a la
psicomatemática como a la psicollngüística. En varios lugares del país se están
desarrollando valiosísimas experiencias vinculadas a la psicogénesis de la Ma
temática.
Alfredo Palacios y Emilio Giordano señalan: "Reivindicamos la necesidad de
perder todo el tiempo que sea necesario, si se trata de la formación integral de
nuestros niños. ¿Cuánto demora la semilla en ser planta? [ . . . ] SI la construcción
genuina del número representa, como lo representa, el fundamento del futuro
aprendizaje matemático del niño, no podemos mezquinar el tiempo de siembra y
preparación; será preciso invertir todo lo que sea necesario. El proceso de la
educación matemática del niño debe ser un reto a la creatividad y a la inteli
gencia; debe dejar de ser un estéril y fastidioso desafío a la memoria.”
Estos autores, junto con Sara Paín, Oscar Oñativia y otros, conducen de una
manera u otra a pensar en la iniciación al número a partir de la manipulación y
conceptualización de la realidad. El número, el tiempo y el espacio son cons
trucciones que el niño y sólo él deberá lograr. El maestro-coordinador construc
tivista acerca materiales, interroga, cuestiona, observa, piensa y actúa en función
de lo que el niño propone.
Por otra parte, las investigaciones de Emilia Ferreiro y algunos de los autores
ya nombrados, en el campo de la adquisición de la escritura abren un espacio
didáctico lleno de Interrogantes y conjeturas.
Este Taller requiere un maestro-coordinador pensante, curioso, capaz de “ poner
a Piaget en acción” cada vez que planifica u observa el trabajo de sus niños.
Los bloques Dienes, la ropa y el calzado de los niños, los materiales de trabajo
de la sala, todos, posibilitan la realización de juegos para pensar. Las imágenes,
las grabaciones, los libros, y aún los productos de la naturaleza también pueden
ser punto de partida para estas actividades. Desde luego que cualquiera sea la
actividad que se proponga el Taller, en este caso, debe ser pensada desde cada
niño; por eso sólo se trabaja con un pequeño grupito por vez.
Existe una amplia bibliografía sobre estos temas, pero considero conveniente
que el maestro-coordinador, además de leer, discutir y reflexionar con sus pares,
realice la experiencia propia en un Taller de capacitación profesional.
Vamos a construir
66
IX Talleres para los niños más grandes
67
Talleres para los niños más grandes
69
Taller de reparaciones y mecánica
Este Taller puede concitar el interés tanto de niñas como de varones; la difi
cultad de la tarea emprendida dependerá de la edad de los niños, del grado de
estimulación ambiental, de los medios materiales con que se cuente y de los
recursos del coordinador o de los miembros de la comunidad que cooperen.
Arreglar un enchufe, cambiar bombitas de las lámparas, reconocer las piezas'
de la olla de presión, reparar una plancha, limpiar un ventilador, vaciar y reponer
la bolsa de la aspiradora, rehacer un dobladillo, reforzar pantalones, colocar
“ cuentos” en canillas, son algunas de las actividades que ya casi no se aprenden
en el hogar y que ayudan a resolver más de un conflicto doméstico.
A partir de estas ideas el Taller puede complejizarse, hasta llegar a remover la
pintura de un viejo mueble, reponer azulejos, empapelar una pared o clavetear
una silla poco estable. Arreglar una bicicleta, decorar un moisés, confeccionar
almohadones, efectuar sencillas soldaduras, son quehaceres que nunca se en
cuentran demasiado iejos de la vida de los niños y los adultos.
Taller de periodismo
La mayoría de los docentes con los que he trabajado expresan sorpresa, in
terés o asombro cuando ofrezco una colección de suplementos infantiles de un
diario dominical, hecho ya comentado en este libro. La propuesta se multiplica
como en caleidoscopio, según el grupo, según el objetivo del Taller que los
congrega, según el momento de la historia grupal. A partir de hojear los distintos
ejemplares se abre el camino a un Taller de teatro, de ciencias sociales, de
religión, de orientación vocacional o sobre la familia y la vida doméstica. Hay
quienes proponen un Taller de manualidades, de ecología o de periodismo.
Alrededor de 1968, y creo que en ese sentido éramos pioneras, Alicia —mi
compañera docente en el Jardín de Infancia Mitre— y yo iniciamos “Cuatrocosas” ,
periódico de la “sala 4” . Participaban en él los niños, sus padres, que acercaban
notas y propuestas, “tipeaban” , Imprimían y nosotras, que articulábamos la tarea
con todos. Nada menos parecido a un estereotipado mensaje entre hogar y
escuela; no era un boletín, tampoco un recurso para la comunicación y la convo
catoria de asuntos “oficiales” . Comentábamos en “ Cuatrocosas” las actividades y
novedades del grupo, sugeríamos lugares para visitar, espectáculos, lecturas para
padres e hijos. Mostrábamos cómo era posible introducir a los niños en los
hábitos de orden e higiene, cómo incluirlo's en la cocina, cómo aprovechar un
viaje largo para realizar agrupamientos, seriaciones, para estructurar el tiempo o
jugar con las palabras. Reproducíamos canciones y poesías aprendidas, propiciá
bamos el apoyo paterno en las experiencias directas dentro y fuera de la escuela
y estimulábamos la continuidad y consistencia de los aprendizajes. Compartíamos
intereses, hallazgos, Interrogantes y reflexiones.
Con el correr de los años he observado intentos de periodismo escolar, repor
tajes, entrevistas y debates orales y televisivos, conducidos por, para y con
niños. Me gustaría pensar que no son experiencias esporádicas, producto de si
tuaciones circunstanciales. Los niños, no importa su edad, su manejo de la len
gua, de la expresión gráfica o de su habilidad para dactilografiar, son capaces de
participar en la actividad periodística.
El periodismo escolar permite atravesar fronteras geográficas, culturales, his
tóricas, posibilita el acceso y el dominio de la lengua escrita y oral, introduce en el
análisis del presente y en la conjetura del futuro.
En este Taller pueden confluir varios docentes-coordinadores,- la producción del
periódico, desde su diseño y composición hasta la cobertura de las notas, incluye
actividades científicas, expresivas y sociales.
Taller de decoración
Taller de energía
Se trata de un tema quizá poco explorado. Este Taller tiene tanto que ver con
física, mecánica o ciencias en general, como con una tendencia cada vez más
difundida y necesaria: la búsqueda de “energías alternativas” . Movimientos como
“ Vuelta a la naturaleza” , “ Naturismo” , “ Macrobiótica” , “Vegetarianismo” ya dejan
de ser modas y se instituyen en camino de análisis, reflexión y recuperación del
hombre y su mundo, sometido a la acumulación de armamento nuclear, a la
expoliación de sus recursos naturales, a la implacable transformación y destruc
ción de su medio natural.
Hace pocos días la televisión mostraba un corto publicitario, tendiente al ahorro
de energía; entretanto poderosos motores humeantes, en otro canal, mostraban la
potencia de una determinada marca y la destreza de un piloto, sin que muchos de
los miembros de la circunstancial audiencia pudieran descifrar la contradicción.
Comprender que cada hoja de papel desperdiciada, que el uso de aerosoles o el
desaprovechamiento de la luz solar contaminan, desperdician o atacan la posibi
lidad de supervivencia humana, no es fácil. Tampoco es un conocimiento auspi
ciado por quienes manejan la producción de ese papel o ese aerosol.
Sólo quienes se rebelan pueden comprender la necesidad de mantener el aire
puro, de preservar la riqueza del subsuelo, de evitar la contaminación de los sem
brados con pesticidas y fertilizantes. Reconocer que el uso de un determinado
producto afecta la salud o que hacer una tala indiscriminada de árboles es un
delito, son temáticas ineludibles en una sociedad que defiende su derecho a
una vida sana y segura.
Recuerdo haber visitado una “ estación de tecnología intermedia” en Gales,
Gran Bretaña, donde determinadas plantas, yuyos entre nosotros, posibilitaban
mantener a raya a ciertos insectos y depredadores, que de otro modo hubieran
sido combatidos con plaguicidas.
El cerrar puertas y ventanas para aprovechar el calor ambiente, el apagar luces
Innecesarias, el aprovechar el afrecho que se despoja al trigo en afán de “ lim
piarlo químicamente” , pueden ser entendidos a partir de un Taller dedicado a
desentrañar el tema energético.
Probar cómo rinde más una estufa de leña, según su tiraje, ubicación o según
las dimensiones del cuarto por calefacclonar; saborear un pan integral cocido
entre todos, calcular la cantidad de ramas de árboles consumidas en la elabo
ración de un solo block de papel borrador, son aspectos que un maestro alertado
puede anticipar como tareas para un Taller dedicado al tema de la energía.
Este Taller posibilita enfocar temas tales como “ Orientación vocacional” , “ Orien
tación familiar” “ Educación sexual”, y puede preparar para ingresar al campo
laboral, para la administración del hogar, o la crianza de los hijos. Otros temas no
tan difundidos como “ Paternidad responsable” , “ Sexismo” , “ Derechos humanos”
y muchos más pueden ser analizados, trabajados grupalmente y desarrollados
como temática de un taller para preadolescentes, adolescentes y adultos. En este
caso el debate, la aplicación de encuestas, la indagación bibliográfica, las entre
vistas a personalidades destacadas del medio, el ensayo o simulacro de situacio
nes cotidianas, la proyección de filmes o diapositivas, la visita a servicios de mi
noridad o rehabilitación de delincuentes, las dramatizaciones, la redacción de
ensayos, la lectura comentada de notas perodísticas y la misma elucidación de
los problemas grupales, son actividades creativas y conducentes a los logros
previstos.
No es poco frecuente que los hijos mayores se hagan cargo de las actividades
hogareñas, del cuidado de hermanos pequeños mientras sus padres se ausentan
para trabajar. Tampoco es infrecuente que chicos y chicas muy jóvenes armen
una pareja, aún inmaduros y poco conocedores de las tareas y responsabilidades
que ello implica. Es común que la sociedad repruebe esos hechos; lo cierto es
que poco se hace para iniciarlos en sus deberes y derechos, para protegerlos de
elecciones equivocadas, para ofrecerles un espacio consistente de aprendizaje de
la realidad. Acercarlos a la psicología infantil, a la sociología, al análisis de las
formas de administración del hogar, Introducirlos en sus responsabilidades cívicas
a través de las actividades de un Taller puede ser una experiencia sólida y grata,
tanto para los participantes como para quienes coordinen las actividades.
A través del Taller se pueden analizar noticias periodísticas, entrevistar a mé
dicos, sacerdotes, asistentes sociales. Se pueden ensayar recetas de comida,
efectuar reparaciones domésticas, realizar el mantenimiento de jardines y balco
nes.
La visita a jardines de infantes, jardines maternales, hogares escuela y salas de
pediatría puede generar acciones de voluntariado y constituye un acercamiento vi
vencial a la psicología del niño.
El adolescente responsable del manejo de su dinero, de su dieta, de su pro
grama de actividades suele tomar conciencia de las fuerzas que lo llevan al
consumismo, al descontento y a la inadaptación.
El o los maestros-coordinadores de un Taller de este tipo se encontrarán con la
ardua tarea de seleccionar estímulos convenientes, generar una genuina parti
cipación grupal y aún estar dispuestos a enfrentar las contradicciones propias y
del mismo sistema en que accionan.
>
76
X Talleres para padres, familiares
y miembros de la comunidad
77
Talleres para padres, familiares y miembros
de la comunidad
79
en el caso de planear Talleres para la comunidad el cuidado debe ser aún más
firme. La falta de previsión, las propuestas proclives al desborde pueden reforzar
el no cambio, el no aprendizaje, la resistencia a integrarse.
Los Talleres que se pueden proponer corresponden a una amplia gama, desde
aquellos más ligados a lo artesanal, a lo creativo y a lo expresivo, hasta los refe
ridos a habilidades de tipo intelectual, al análisis y a la reflexión sobre problemá
ticas familiares, sociales o referidas a la salud.
A continuación enumero una cantidad de proyectos que seguramente ya se
desarrollan en algunas escuelas y otros que, se me ocurre, pueden ampliar las
perspectivas actuales. La lista no es completa, pero puede generar ideas más
adecuadas a la realidad de cada establecimiento y de cada comunidad.
Posibles Talleres
— Educación sexual.
— Psicología del niño y del adolescente.
— Educación familiar.
— Los límites en la educación de los hijos.
— Confección y arreglo de ropa.
— Cocina saludable.
— Huerta familiar y jardinería.
— Computación para la familia.
—Juegos lógicos y Matemática.
— Lenguaje creativo y lecto-escritura.
— Expresión corporal y matrogimnasia.
— Animación de fiestas infantiles.
— Capacitación de líderes de juego y creatividad.
— Decoración y reparaciones hogareñas.
— Planeamiento del presupuesto familiar.
— Organización de centros comunitarios.
Los Talleres serán planificados entre los coordinadores y observadores, sean o
no docentes, y algunos representantes del personal de la escuela que estén ge
nuinamente interesados en la experiencia. Los encuentros proporcionarán, en
todos los casos, momentos de vivencia, de reflexión y conceptualización. Podrán
incluir lecturas, juegos, dramatizaciones, realización de paseos y experiencias
prácticas. Es necesario prever mecanismos de seguimiento y evaluación. Podrán
ser gratuitos, con una contribución voluntaria o arancelados, de acuerdo con la
realidad del contexto donde se desarrollen. En el caso que se produzcan objetos
concretos o se realicen trabajos observables podrán concluir con una muestra o
exposición.
Más tarde, los participantes podrán funcionar como recursos humanos auxi
liares del maestro, para realizar en el aula actividades afines al Taller vivenciado
por ellos.
Si la comunidad cuenta con institutos de educación terciaria o claustros univer
sitarios, es probable que se pueda gestionar la participación voluntaria de profe
sionales y estudiantes para la coordinación y observación grupal. Por otra parte,
80
es factible que entre ios padres existan especialistas con disponibilidad para con
ducir un proyecto que no exija un compromiso superior a sus posibilidades reales.
Incluso es probable que dentro de la comunidad haya grupos de tercera edad,
entre cuyos integrantes se cuente con personas con interés, tiempo y habilidad
para iniciar a otros en aquello sobre lo que son capaces.(8)
En Francia, actualmente hay grupos de abuelos que ofician como “abuelos sus
titutos” y se reúnen para jugar con chicos de la vecindad. En nuestro país, entre
otros muchos casos, conozco a una Psicóloga social que además de coordinar
grupos de tercera edad, goza como abuela al asistir y participar en las clases de
sus nietos. Sé también de otra abuela, profesora de grabado y estampado, que a
partir de su jubilación reúne en su casa a los niños vecinos para iniciarlos en la
plástica.
Las escuelas pueden ofrecer espacios, fuera del horario de clases; los templos
e iglesias disponen de salones utilizables, y cada vez es más frecuente que en
los barrios exista una sociedad de fomento o un centro comunitario que puede dar
asiento a los Talleres. Cualquiera de esos lugares suele congregar gente y con
vertirse en sede de estas actividades.
83
A qué podemos jugar
85
esto le posibilita al coordinador analizar: la dificultad para “entender” las consig
nas, las tendencias a alejarse, a abandonar, las repeticiones, el negativismo, la
energía puesta en el retrabajó de una idea o proyecto, observable en el grupo
como totalidad o en determinados miembros en particular. La elaboración de la
despedida, las conclusiones, la evaluación también pueden incluir el juego; esto
posibilita enfrentar las ansiedades y capitalizar los esfuerzos.
En cuanto a la fuente concreta de dónde obtener juegos, creo que es posible
seleccionar algunos de la bibliografía sobre el tema, inventar otros y enriquecer el
bagaje, tanto asistiendo a otros Talleres como instando a los participantes a hacer
aportes.
En mi experiencia, un juego deliberadamente pensado para desarrollar el len
guaje en un grupo, puede servir como precalentamiento en otro; un juego de pen
samiento abstracto puede ser útil para personas entrenadas en ciencias o como
evaluación de un grupo menos entrenado, que concluye su trabajo en el Taller de
Matemática.
En todo esto hace falta un coordinador que no vaya más allá de sí mismo y de
las posibilidades del grupo, que no se crea todopoderoso, que respete el ritmo y
el nivel de la producción grupal, que facilite la conjetura y evite la rotulación. Hace
falta un coordinador que estimule la complementariedad más que la rivalidad o la
competencia entre todos quienes integran el grupo.
Creación de juegos
86
ceso de gestación en el que la consigna “traigan fotos para la próxima” , posibilitó
una ramificación de potenciales juegos-propuestas.
Nuestro objetivo era que a partir de un material determinado se planearan dis
tintos Talleres. La incógnita estaba incluida en el hecho de pedir tan sólo “fotos” ,
sin ningún tipo de aclaración. Esto permitió trabajar un segundo objetivo; una mis
ma propuesta puede resonar de diversas maneras; así, a partir de las diferencias
en el material, cada uno puede encontrar su propio Taller.
Alternativas o pasos
Cada uno trae “lo que puede” ; nosotros inventamos alternativas que, separa
das, ya pueden constituir un juego, o que, reunidas, pueden implicar pasos o
etapas:
• cada uno muestra a los demás sus fotos y las comparten;
• cada uno elige una de las fotos y explica algo sobre ella;
• entre todos seleccionan algunas al azar y encuentran razones para hacerlo;
• cada uno arma una secuencia con sus fotos y narra una historia;
• cada uno arma una secuencia con sus fotos y comienza la historia;
• los demás la completan;
• cada uno elige una de sus fotos, se arma al azar una secuencia y se narra
una historia en cadena;
• una vez armada la secuencia de fotos, los participantes alternan sus puestos
de modo que unos narren el episodio correspondiente a la foto del otro;
• inventar, individualmente o en parejas, el tema o motivo para un taller a par
tir de la elección de una foto:
—Taller de vida familiar,
—Taller de religión,
—Taller de fotografía,
—Taller de floricultura.
El trabajar con un grupo posibilita ampliar la gama de propuestas, reconoqer
que algunas ideas ya fueron probadas o expuestas por otros, cuestionarse si se
han agotado las alternativas, abrir un espacio para seguir pensando.
87
Y el que no, el que no, una prenda tendrá
Juegos de agrupamiento
Al llegar los integrantes se les entrega una tarjeta de color, o un cartón con
media palabra, o la figura de un objeto cotidiano; una mahzana, una campana,
una estrella; desde ese momento se buscan para agruparse.
88
Otra forma es, una vez que el grupo está reunido, dar consignas para que se
unan: los que tienen zapatillas con cordón, los que tienen el cabello largo, las sol
teras, las que aún tienen esperanza, los que quieren y no pueden, los que
pueden y no quieren . ..
A partir de estas propuestas los participantes se juntan, se separan, se vuelven
a integrar, y generalmente quedan reunidos en grupos heterogéneos mediante un
juego que convoca el azar.
(9) Agradezco a la profesora Elena Stapich, de quien aprendí muchos juegos de lenguaje creativo.
(1°) Cuento inventado por los participantes de un Taller de creatividad.
(11) Hechizo propuesto por un grupo en un ejercicio de lenguaje creativo.
objetos han llegado a la oficina del correo que recoge objetos perdidos; el grupo
debe nombrar o definir los personajes que pudieron perder cada uno de dichos
objetos.
Los voluntarios pueden salir de la habitación y planear, individual o grupalmen
te, las escenas donde esos objetos fueron extraviados; puede ser una escena con
parlamentos o muda. Quienes quedan en el espacio de trabajo piensan, entretan
to, cómo pueden actuar para confirmar si quien reclama el objeto es verdadera
mente la persona que lo extravió.
90
►AC. DE PSICOLOGIA
Juego de las estatuas “vistas por dentro” ■ f» L íO T « C A
Cuando el grupo se está integrando, cuando cada uno comienza a quitarse “el
almidón o la careta” , les pregunto quiénes son “ aquí y ahora” . Con o sin acom
pañamiento musical, les propongo que corporicen, que expresen con actitudes
corporales lo que sienten y creen se r... Sin duda esto no es un suceso acciden
tal; mucha reflexión sobre lo acontecido en el grupo y sobre la conveniencia de
usar este ejercicio me permite conjeturar sobre el momento adecuado, sobre la
continencia que ofrece el encuadre, sobre el compromiso que exige a los parti
cipantes.
A partir de la propuesta, cada uno va fijando un gesto, una acción, se detiene y
se siente a sí mismo en ese gesto, en esa acción. Luego los invito a acercarse a
otro, unirse en una frase corporal. Naturalmente, al término reflexionamos sobre lo
experimentado.
Juego de contrapunto
Una vez que los participantes se conocen bien y que han ejercitado su capa
cidad creadora con diferentes materiales, se les solicita que se integren en dos
equipos. Cada subgrupo se define a sí mismo; buscan puntos de contacto, coin
cidencias; eligen un nombre y señalan Jas características que los agrupa. Desdé
ese momento inventan una canción o murga, breve, con una o dos cuartetas.
Se inicia el contrapunto con la presentación de cada grupo, al término cada
grupo delibera y prepara una respuesta para los otros, ya sea reafirmando su
propia propuesta o invalidando la de los contendientes. Se cantan los contrapun
tos y nuevamente los equipos se reúnen para preparar el “ remate” , o canción
final.
Juego corporal
El grupo se subdivide en pequeños grupitos de tres o cuatro integrantes. Cada
subgrupo se organiza como para funcionar como un puesto de kermese o parque
de diversiones. Un grupo ofrecerá masajes en la espalda, otro caricias en el
rostro, otros jugarán al espejo, o a la ronda. El resto de los participantes actuará
como familias o grupos de amigos que disfrutan de los entretenimientos. Para ello
deberán obtener su “pase” o entrada. Así, cada grupito que conforma un Stand o
propuesta, establecerá en secreto cuál es la consigna para poder jugar con ellos;
por ejemplo, el grupo que ofrece rondas solicita que se cuente un chiste para ser
acreedor del pase; el grupo que hace masajes exige gestos de aburrimiento.
Cuando “ la familia” se aproxima y pregunta por el precio o condición para
jugar, se le responde con indicios hasta que cumple con la consigna prevista y
pueda jugar al espejo o recibir caricias.
92
'"Dañero La búsqueda de la incógnita es otro juego. El coordinador señala que en algún
ven. Así, lugar del edificio, o de las cercanías, se ha escondido algo que todos deben ir a
buscar. Se puede subdividir al grupo en “ cuadrillas” , y organizar que cada una
ce lo tra- parta con una consigna diferente, que implique una incógnita. Por ejemplo, deben
y otras, encontrar en el edificio de la escuela algo que pertenece al dominio abiótico y que
aoajo en ocupa un lugar que no le corresponde; en este caso se escondió una piedra bajo
la mesa de la secretaría. O bien, deben encontrar un texto que no coincide con
todo lo demás; cuando se trata de hallar un aviso o póster sobre una pared, cuyo
mensaje es contradictorio con lo que sugiere esa pared o ese edificio. La cuadrilla
sale en la búsqueda; si no encuentra la solución vuelve, y se envía otro grupo con
5 países, una consigna algo más clara. Así sucesivamente hasta que se logra encontrar el
o haber objeto buscado.
os: cada
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una acti-
93
Apéndice
95
Apéndice
ANEXO 1
Trabajo de: Prof. María Teresa González Cuberes. Prof. Martha Díaz (12)
Síntesis
Talleres:
Moda, Perfeccionamiento o Recuperación del potencial creativo
Encontramos en este nombre todo lo que expresaba nuestra idea, pero nos
aterraba y nos aterra la inclusión de este nombre en la semiótica dominante. No
se trata de un producto de “venta libre” para el consumismo clasista...
Nuestro punto de partida fue “ hacer todo de verdad” . Mirando al niño aprendi
mos que él sabe cuando un adulto “ es” y cuando “ se hace” el que es. Así
llegamos a la respuesta de por qué jugar.
. . .Si juego y gozo con el juego, el otro goza conmigo...
Fuimos uniendo el juego, flujo espontáneo y vital, con el descubrir y el inventar,
generadores del pensar...
El tiempo-espacio que nos “permitimos” nosotras mismas nos fue acercando al
que sería nuestro objetivo: “ Recuperar el potencial de la imaginación, el goce y la
creación” . Y así creció nuestro folleto ...
Nos propusimos:
■propiciar la comunicación “de boca en boca” acerca de nuestro proyectado
taller;
98
"El mundo es tan grande o tan pequeño,
TALIEP como el tamaño de la ventana a través
de la cual nos asomamos a él.”
Fidel Moccio
//
JU G A R nos im a g in a r y c r e a r . . .
G OZAR
PENSAR en voz a l
▼íe.ias
nuevos
COORDINAN
MA.T GONZALEZ
_
Receta básica
ropa cómoda;
1 bolsa de residuos, tamaño consorcio;
1 tijera común o de piquitos;
1 abrochadora, si es posible, marcadores.
• Condimento * Relleno
y2 tonelada de curiosidad; ojos para ver, oídos para escuchar...
abundante deseo de jugar; piel, corazón y tripas para sentir....
cantidad suficiente de ansiedad.
Para mañana
1 sábana o manta de dos plazas;
« 1 media, zoquete o guante viejo;
i cajitas varias y materiales de desecho;
1 pote de témpera de color;
tijeras, aguja e hilo de coser;
adhesivo sintético;
t abrochadora;
) retacitos de tela y bolsas de papel.
<
100
maestras, 1 brocha o esponja;
ones, de restos de papeles y lanas;
• Guarnición o acompañamiento
2 alguna;
algo prestado,
algo viejo,
itrvas; algo usado,
avisto de algo nuevo,
roñas de algo recuperado.
Nuestro plan
¿A qué jugamos?
Todo fue un juego, del principio al fin; desde la estrategia para consignar su
presente, al llegar, hasta la ronda de la despedida final. Las esperábamos con el
ambiente dispuesto. Los materiales ocultos bajo unas mantas no dejaban de des
pertar curiosidad.
( En el primer encuentro
Se hablaba de “curso” , “temática” , “ programa” , pero el clima mostraba entu
siasmo, inquietud y muchas ganas ...
101
Una vez, dado el “ presente” y siempre jugando, les entregámos diez circulitos
de papel para que solucionaran un juego “para pensar” . Ellas no padecían la sen
sación de amansadora y desconocimiento, y nosotras podíamos cruzar afectos al
encontrarnos y saludar a cada una. Una vez resuelto el juego, con premura por
unas, con esfuerzo por otras, nos integramos en ronda; con nuestros almohado
nes y nuestras carteras. Era tiempo de comenzar a conocerse... El primer
intento fue a través de un objeto extraído de nuestras carteras: presentándolo nos
presentábamos. Aún éramos una serie...
¿Quiénes somos frente a quien aún no conocemos? ¿Cómo somos “de verdad” ?
¡Porque eso es lo que importa!
Y entonces jugamos de a dos, en la plaza, en una tarde soleada... Nos pusi
mos en las manos de otro a través del juego del Lazarillo. .. Juego a ciegas,
juego en silencio, silencio después del juego. De regreso en el salón, cada una
escribió sus impresiones:
“ ¡Cuántas sensaciones perdemos cuando creemos dominar todo con la mirada!”
“ ¡Qué importante la experiencia de depender de la mano de otro! Aún no en
tiendo el lenguaje de esa m ano. . . ” Alguien dice: “ Necesitaba un código” .
“ ¡Qué difícil y qué placentero puede ser confiar...!”
“ ¡Qué importante es vivir la experiencia del «ciego» para poder hacer después
de «Lazarillo». Te apurabas tanto, que me enseñaste a guiarte despacito...”
“ ¡Qué difícil no poder hablar durante el juego; qué fácil es escribir cuando sé
qué quiero decir. . . ”
Luego jugamos con agua, con sonidos, con libros “atractivos, hermosos pero
incomprensibles” .
El nene se siente libre; no le importa mojarse, chapotear. El agua no agota sus
ganas. ¿Será el niño “ agotado en nosotras” quien nos impide gozar y hace que
se encuentren mil objeciones para que el niño juegue con agua?
Nos miramos nuevamente, algo más nos conocíamos. Intentamos un dibujo-foto
interactivo de cada una. El vínculo se esbozaba... en dos días volveríamos a vernos.
Segunda reunión
Después del juego, al llegar, nos envolvimos en sábanas para un sueño... El
recogimiento grupal entrelazó nuestros recuerdos ... Apareció el placer y la fanta
sía. Naturalmente se recordaron patios, olores, sonidos y “cositas” que nos acom
pañaron en la infancia. Otra vez el silencio, el intercambio. .. Luego, las manos
se fueron haciendo “ personajes” . Pasar al títere fue fácil... El títere cobró vida,
se reunió con otros. El retablo improvisado se pobló de voces y movimiento...
Las vivencias dieron paso a la reflexión... nos dijimos ¡hasta mañana!
Tercera reunión
La más intensa.
Comenzó con otro juego para pensar. Más tarde, el maquillaje, permitió encon
trar en el rostro del otro una posible mitad. Luego, espacio, sogas, música y nues
tro cuerpo en movimiento .. . “Cuanto más me expando, más conozco de mí y de
mi espacio” . Me libero —más abarco, más comprendo— . .. doy soporte y me
sostienen.
102
Juntas encontramos un Tiempo... creamos ritmos... La represión histórica-
social no impidió gozar el nivel de lo sensual. Más tarde, la creación plástica gru
pal, de grandes dimensiones, permitió nuevos descubrimientos: “ Lo colectivo, sin
sumisión, es difícil. .. pero posible” . En la búsqueda se expresa el enojo, la pul
seada, el goce. .. sentimos cansancio. La creación nos enriqueció, se habla de
parto . . . A pesar de ese todo, la tarea devolvió a cada uno la propia palabra, figu
ra que emergía de ese fondo ...
Último encuentro
Esas miradas ¿eran un anticipo de despedida?. .. Esta vez, en ronda, se habla
de pertenencia, se toman un tiempo para sentirse juntas... Necesitan tomar dis
tancia para pensar en los nenes, que el lunes las encontrarán “otras” . El concur
so de sombreros posibilita que todas recibamos un premio, la “prenda ’ de la des
pedida . . . Las canciones creadas en grupo, hablan de cierres ... de aperturas ...
ANEXO 2
Taller “Los niños y las ciencias’’, una propuesta
para los docentes.
Iniciación a la investigación científica en el jardín de infantes
y los primeros grados
En este trabajo se informa sobre lo realizado, reflexionado y conceptualizado
desde 1983 en adelante, en el desarrollo de Talleres para maestros de jardín de
infantes y primeros grados interesados en la iniciación a las ciencias.
En algunos casos trabajé sola, pese a no especializarme en el área. En otras
ocasiones, la posibilidad de co-coordinar con Jorgelina La Cava, profesora de Bio
logía, aparte de darnos la oportunidad de divertirnos, asombrarnos y descubrir
cosas nuevas permitió enriquecer lo conceptual y lo metodológico.
Objetivos:
— reflexionar acerca del método científico como instrumento de aprendizaje;
— desarrollar criterios que acerquen el punto de vista psicológico a la tarea
didáctica;
—vivenciar situaciones de exploración, descubrimiento e investigación.
Temática
—¿Qué es ciencia y qué es método científico?
—¿Qué conceptos incluye la iniciación a la investigación científica?
—¿Cómo piensa el niño y qué debe responder el adulto?
—¿Qué hacer para introducir al niño en el campo de las ciencias?
Dinámica
Trabajo en pequeños grupos con estrategia de Taller y experiencias de labo
ratorio.
Cada sesión del Taller incluyó un tiempo de juego, algunas experiencias cien
tíficas y un momento de reflexión y teoría. Algunos juegos facilitaron una actividad
integradora de lo corporal, lo espacial, lo verbal y la agudización de la capacidad
de observar: propusimos a los participantes que salieran a la calle y recorrieran
unas cuadras en un tiempo preestablecido; debían observar todo en la búsqueda
de algo nunca visto, o que les despertara interés; podrían recoger algo en su
camino y traerlo al Taller. Les dábamos la orden de salida de a uno, y les indicá
bamos, alternativamente, diferentes direcciones, de modo que no se reunieran o
comentaran entre sí; cada uno recorrería el trayecto y observaría todo por sí
mismo y sin distracciones.
Pese a que la consigna había omitido, deliberadamente, orientar la búsqueda
de determinados objetos o fenómenos, la mayoría volvió con elementos de la na
turaleza o que propiciaban la investigación científica. Alguien descubrió musgo
entre viejos ladrillos, otro recogió piedrecillas; una participante trajo la novedad de
que una casona en la proximidad mostraba un macizo de violetas en medio de un
viejo muro de ladrillos revocados.
Otra vez el juego favoreció el acceso a lo imaginario y a la transgresión: cada
uno debía traer una mandarina; se hicieron toda clase de observaciones, compa
raciones y ensayos; luego abrieron un gajo y descubrieron que era una “ peluca”
para dedos. Se dibujaron ojos y boca de modo que esos dedos se convirtieran en
títeres. Finalmente, los participantes concluyeron comiéndose su mandarina.
En cuanto a las experiencias propiamente dichas trabajamos con calor, con
solución y mezcla, con polea: los participantes conjeturaban, relacionaban, expli
caban y podían extraer conclusiones. Los momentos de conceptualización y teoría
completaban y reafirmaban lo vivido a nivel experiencial.
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TALLER
LO S NIÑOS
Y
LA S CIEN CIA S
¡VICIACION A U INVBST/CACíCN CIENTIFICA
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puede incluir mesadas con instrumental para la investigación, tablero de informa
ciones, repisas para colecciones, acuarios e insectarios. Además es posible con
tar con una mini-estación meteorológica, gallinero, huerta y almácigos. La varie
dad de herramientas e instrumentos puede ser infinita y aún de su precariedad es
posible sacar provecho: martillos, linternas, caños, bandas elásticas, esponjas,
carozos, anilinas, rulemanes, broches de la ropa, embudos, pipetas y fósforos, al
combinarse en un esfuerzo del ingenio, pueden constituir bases del equipamiento.
No todos los elementos estarán al alcance de la mano en forma permanente:
algunos sólo serán utilizados por el maestro, otros servirán para improvisar ante
la falta de herramientas o elementos específicos.
Algunas preguntas