El documento describe la escala de autoestima de Coopersmith y los conceptos clave relacionados con la autoestima. Explica que la autoestima se refiere a la evaluación que hace una persona de sí misma, y que Coopersmith identificó cuatro bases de la autoestima: significado, competencia, virtud y poder. También describe los niveles de autoestima (alta, media y baja) y los componentes cognitivos, emocionales y conductuales de la autoestima.
El documento describe la escala de autoestima de Coopersmith y los conceptos clave relacionados con la autoestima. Explica que la autoestima se refiere a la evaluación que hace una persona de sí misma, y que Coopersmith identificó cuatro bases de la autoestima: significado, competencia, virtud y poder. También describe los niveles de autoestima (alta, media y baja) y los componentes cognitivos, emocionales y conductuales de la autoestima.
El documento describe la escala de autoestima de Coopersmith y los conceptos clave relacionados con la autoestima. Explica que la autoestima se refiere a la evaluación que hace una persona de sí misma, y que Coopersmith identificó cuatro bases de la autoestima: significado, competencia, virtud y poder. También describe los niveles de autoestima (alta, media y baja) y los componentes cognitivos, emocionales y conductuales de la autoestima.
El documento describe la escala de autoestima de Coopersmith y los conceptos clave relacionados con la autoestima. Explica que la autoestima se refiere a la evaluación que hace una persona de sí misma, y que Coopersmith identificó cuatro bases de la autoestima: significado, competencia, virtud y poder. También describe los niveles de autoestima (alta, media y baja) y los componentes cognitivos, emocionales y conductuales de la autoestima.
Descargue como DOCX, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9
ESCALA DE AUTOESTIMA COOPERSMITH
Bases teóricas de la Investigación
En este sentido una vez revisadas las investigaciones
antecedentes, se hace necesario penetrar en el estudio de cada variable en particular, de la mano de las principales teorías en las cuales ésta investigación fundará sus basamentos.
La Autoestima
Se hace imprescindible puntualizar el concepto de
autoestima como tal. Con la acepción que se utiliza es relativamente reciente, y es uno de los grandes descubrimientos de las ciencias de la conducta en el siglo XX. Tal como lo señala Volvi, citado por Cortés (1999), es propia del castellano, en otros idiomas podría sustituirse por “autoconcepto” o “autoimagen positiva” pero sin duda reduciendo su connotación actual. Es preciso aclarar entonces qué cosa es la autoestima separándola de otros conceptos similares que pueden formar parte de ella, complementarla o simplemente confundir a quienes no están realmente claros sobre su significado.
En este sentido Reasoner, citado por Raffini (1998), define”
la autoestima como la apreciación del propio valor e importancia, caracterizada por la posibilidad de responsabilizarse de uno mismo y de actuar de manera responsable hacia los Demás (p.19). Este concepto general resulta verdaderamente valioso, sobre todo si se aplica a la educación, desglosándolo en sus tres componentes, de acuerdo al mencionado autor: En primer lugar el valor y la importancia inherentes al individuo como ser humado, por lo tanto debe brindarse la oportunidad al joven de experiencias que le generen sentimiento de orgullo, evitando aquellas que puedan producir expectativas que culminen en la desvalorización.
Por otra parte la posibilidad de responsabilizarse por sí
mismo, deriva de la sensación del propio valor, alimentado tanto en la casa como en la escuela, de suerte que los docentes deben propiciar un clima donde se favorezca la integridad y la responsabilidad individual, ofreciendo incentivos particularmente atractivos para motivar por igual a todos los jóvenes.
Por último la posibilidad de actuar de manera responsable hacia los
demás, deja entre ver que para valorarse en necesario valorar también a los demás, lo que incluye por supuesto escuchar y respetar los pensamientos y sentimientos de otros. En este sentido el docente debe proporcionar consciente y sistemáticamente, actividades que faciliten en los estudiantes el proceso de experimentar la valía que poseen las diferencias, lo importante de aprender a escuchar y de asumir la responsabilidad por las propias acciones, sean estas positivas o negativas.
Por otra parte Rogers (1967), establece que la autoestima es la
composición experiencial constituida por percepciones que se refieren al Yo, a las relaciones con los demás, con el medio y la vida en general, así como los valores que el sujeto concede a las mismas. Se puede apreciar en consecuencia que para este autor el concepto es netamente sujetivo, donde cada individuo va a poseer una experiencia individual, muy arraigada a su marco referencial.
Asimismo, Coopersmith (1976) la conceptualiza como la
evaluación que el individuo hace de sí mismo expresando una actitud de aprobación o desaprobación e indica la extensión en la cual el individuo se cree capaz, significativo y exitoso. En este caso la autoestima es igualmente subjetiva, agregando que el sujeto puede aprobar o no, el resultado de dicha percepción. Niveles de autoestima
En sintonía con lo anteriormente expuesto, el mismo autor
citado por Méndez (2001), plantea que existen distintos niveles de autoestima, por lo cual cada persona reacciona ante situaciones similares, de forma diferente; teniendo expectativas desiguales ante el futuro, reacciones y autoconceptos disímiles. Por lo cual, caracteriza a las personas con alta, media y baja autoestima.
Al respecto, las personas que poseen una autoestima alta
son expresivas, asertivas, con éxito académico y social, confían en sus propias percepciones y esperan siempre el éxito, consideran su trabajo de alta calidad y mantienen altas expectativas con respecto a trabajos futuros, manejan la creatividad, se autorrespetan y sienten orgullo de sí mismos, caminan hacia metas realistas. Por su parte las personas con una media autoestima, son personas expresivas, dependen de la aceptación social, igualmente tienen alto número de afirmaciones positivas, siendo más moderadas en sus expectativas y competencias que las anteriores.
Por último, las personas con baja autoestima son
desanimadas, deprimidas, aisladas, consideran no poseer atractivo, son incapaces de expresarse y defenderse; se sienten débiles para vencer sus deficiencias, tienen miedo de provocar el enfado de los demás, su actitud hacia sí mismo es negativa, carecen de herramientas internas para tolerar situaciones y ansiedades. Desarrollo de la autoestima
Cabe considerar el desarrollo de la autoestima como un
proceso que se lleva a cabo mediante una serie de fases que permiten su desarrollo, según Coopersmith (1990), estos son:
El grado de trato respetuoso, de aceptación e interés que el
individuo recibe de las personas significativas de su vida.
La historia de éxito, el status y la posición que el individuo tiene
en el mundo.
Los valores y las aspiraciones por los cuáles estos últimos
pueden ser modificados e interpretados.
La manera singular y personal de responder a los factores que
disminuyen la autoestima, ya sea que el individuo minimice, distorsione o suprima las percepciones de las fallas propias y las de los demás.
Generalmente ésta se construye en la infancia y es muy posible
que perdure por siempre, por lo tanto se debe ser cuidadoso de los mensajes emitidos hacia los niños desde su más tierna edad, puesto que lo acompañaran durante el resto de su vida, ya sea de forma consciente o inconsciente. El desarrollo de una autoestima positiva requiere de establecer una sensación de identidad reforzada por las opiniones de los demás y por una constante autoevaluación. No está de más destacar el papel privilegiado que una vez más juega el docente, quien mediante comentarios positivos, intencionalmente emitidos puede ayudar a sus alumnos a poner atención a sus características individuales y a realizar descripciones más exactas de si mismas.
Igualmente importante es la reafirmación que tiene lugar
durante la adolescencia, ya que durante esta etapa el joven es especialmente susceptible en lo que respecta a la imagen que envía a los demás y el eco que ésta tiene. Se debe prestar especial consideración a los modelos que ellos eligen pues serán determinantes en la personalidad que como futuros adultos están forjando. En ésta búsqueda los alumnos necesitan aliento para explorar diversas opciones, comentarios positivos acerca de sus fortalezas y debilidades, y sobre todo una aceptación incondicional.
Bases de la autoestima
Ahora bien desde la perspectiva del mencionado autor, este
sostiene que las personas desarrollan un concepto de sí mismas de acuerdo a cuatro bases, las cuales según sus estudios son: a) Significado, la forma en que consideran que son amados por las personas importantes en sus vidas y el grado de aprobación que reciben de las mismas. b) Competencia, para llevar a cabo las tareas que consideran importantes. c) Virtud, su adhesión a las normas de ética y de moral. d) Poder, el grado en que influyen en sus propias vidas y en las de los demás.
Igualmente plantea que la autoestima no es un concepto
estático, fluye, puede disminuir, aumentar o mantenerse. Por lo tanto las personas experimentan las mismas situaciones de formas diversas, teniendo expectativas distintas sobre el futuro, reacciones desiguales ante los mismos estímulos y en fin otras opiniones sobre conceptos similares. Componentes de la autoestima
Según Cortés de Aragón (1999), la autoestima tiene una
serie de componentes de diversa índole, entre los cuales señala: el componente cognoscitivo, el componente emocional y componente conductual.
autoconcepto, autocomprensión, autoimagen y autopercepción. Todos estos conceptos están referidos a la representación mental que cada uno elabora de sí mismo; a los conocimientos, percepciones, creencias y opiniones de los diversos aspectos que conforman la personalidad. De suerte que el conocimiento personal es absolutamente necesario para poder autorregularse y autodirigirse. De igual manera la autoestima se ve afectada por la eficacia de cada uno para superar los problemas por iniciativa propia y para la autorrealización personal.
2. Componente emocional- evaluativo, no se puede separar los
sentimientos y emociones de los deseos y las necesidades del ser humano. Todos los sentimientos referidos a sí mimo determinan la autoestima que es la base de la autorrealización que cada uno desea conseguir. Este componente como conjunto de sentimientos se denomina autoaceptación, autoevaluación, autovaloración y autoaprecio. En la medida que estos sentimientos sean asertivos, en esa medida puede una persona gestionar su propio crecimiento personal. Sobre todo el individuo debe ser auténtico, de manera que reconociendo sus potencialidades y limitaciones, pueda a su vez fortalecerse como persona, y buscar ayuda cuando crea que la situación lo amerite.
3. Componente conductual, partiendo de la premisa que la
autoestima es conocerse, evaluarse y aceptarse, no es menos cierto que implica la acción hacia el exterior o actividad con el entorno, en otras palabras interacción y adaptación al medio. La persona con una rica autoestima se manifiesta por medio de una actividad permanente, que puede definirse en términos como: conducta coherente, conducta congruente, conducta responsable, conducta autodirigida, autonomía, autodirección y muchas otras.
De esta manera se presenta como una estructura que se
subdivide de ésta forma para facilitar su estudio, pero tales componentes están tan estrechamente relacionados que es imposible concebir uno sin el otro, solamente con el objeto de analizarlos es posible aceptar esta categorización.
Igualmente Barroso (1998), en su modelo de desarrollo de la
autoestima la enfoca como una energía que fluye y se mueve en una línea ondulada, llenando huecos, terminando situaciones incompletas y permitiendo un crecimiento armónico e integral a partir de etapas en un continuo dinámico, donde el individuo a la vez que satisface sus necesidades, vive procesos y desarrolla el sí mismo y el contexto hasta llegar al final de su existencia, donde por fin se funda con el Universo. Ahora bien, como lo señala Albarrán (2004), todos los autores convergen en la idea que la autoestima es la fuerza interna que da sentido, propósito, coherencia, canaliza capacidades y permite trabajar con certeza en el logro de objetivos realistas y planificados. Dimensiones de la autoestima
Desde la perspectiva que se ha adoptado, Coopersmith
(1976), señala que la autoestima posee cuatro dimensiones que se caracterizan por su amplitud y radio de acción, logrando identificar las siguientes:
1. Autoestima en el área personal: consiste en la evaluación
que el individuo realiza y con frecuencia mantiene de sí, en relación con su imagen corporal y cualidades personales, considerando su capacidad, productividad, importancia y dignidad, lleva implícito un juicio personal expresado en la actitud hacia sí mismo.
2. Autoestima en el área académica: es la evaluación que el
individuo hace y con frecuencia sostiene sobre sí mismo, en relación con su desempeño en el ámbito escolar teniendo en cuenta su capacidad, productividad, importancia y dignidad, lo cual nuevamente implica un juicio personal manifestado en la Actitud hacia sí mismo.
3. Autoestima en el área familiar: consiste en la evaluación que
el individuo hace y frecuentemente mantiene con respecto a sí, en relación con sus interacciones con los miembros de su grupo familiar, su capacidad, productividad, importancia y dignidad , implicando un juicio personal manifestado en las actitudes asumidas hacia sí mismo.
4. Autoestima en el área social: es la valoración que el individuo
realiza y con frecuencia mantiene con respecto a sí mismo en relación con sus interacciones sociales, considerando su capacidad, productividad, importancia y dignidad, lo cual igualmente lleva implícito un juicio personal que se manifiesta en las actitudes asumidas hacia sí mismo.
En pocas palabras el individuo realiza frecuentes
estimaciones de sus frecuentes interacciones consigo mismo y con el ambiente en el que se desenvuelve, logrando monitorear constantemente como influye dentro de él, posterior a lo cual y de acuerdo con la satisfacción que esto le brinde, va a asumir una actitud hacia sí mismo. Es decir, es una calle de doble circulación: de acuerdo a sus relaciones en los ámbitos ya mencionados, así mismo va a ser la actitud asumida ante sí, en otras palabras su autoestima.