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Cubagua

El descubrimiento de Margarita y Cubagua se nubla en la historia entre enigmas y


contradicciones. La riqueza de la zona era tan abundante y codiciable que la
verdad se perdió entre secretos, mitos y medias palabras. Muchos historiadores
coinciden en que Cristóbal Colón descubrió estas islas en su tercer viaje, el 15 de
agosto de 1498, bautizando a la isla mayor como Margarita en honor a la infanta
Margarita de Austria, quien se casó en 1497 con el infante Don Juan, hijo de los
Reyes Católicos.

Juan Manzano Manzano, acucioso investigador de la Real Academia Española de


la Historia, asegura que Colón visitó toda esta región en su segundo viaje y arribó
a estas islas en 1495. Llamó a la isla mayor Margarita, quizás con la intención de
identificarla a posteriori por sus ricos ostrales. Todas las investigaciones están de
acuerdo sobre la tesis que durante los viajes colombinos no hubo desembarco en
las islas. Alonso de Ojeda es el primer europeo que después de escudriñar
Cubagua desembarca en Margarita, el año de 1499, como parte de la primera
expedición donde venían Américo Vespucio y el insigne cartógrafo Juan de La
Cosa, autor del primer mapamundi (1500) y también el primero en aseverar que las
Antillas no eran Cipango (Japón), como había afirmado Colón. Juan de la Cosa
planteó que todas aquellas tierras pertenecían a una novísima geografía
desconocida para el mundo europeo.
Este plano, el primero que menciona Venezuela, lo trazó Juan de la Cosa en su viaje de 1499 y a
su regreso a España dibujó un mapamundi en el año 1500
En el Golfo, hacia la entrada del Lago, aparece por primera vez el nombre de Veneciuela.
La parte oriental, correspondiente a nuestro tema, es llamada: Costa de Perlas.
Los viajeros, al momento de observar los collares de perla del atavío de la mujer
indígena, dieron inicio al sueño europeo sobre las riquezas que atesoraba aquel
mundo nuevo.
Nueva Cádiz de Cubagua fue la primera ciudad europea de Suramérica y la tercera
del Continente, y tuvo una corta pero intensa historia. La hipótesis que indica al
propio Cristóbal Colón como el descubridor de las islas de Margarita y Cubagua,
en 1495, tiene como mejor argumento, el rápido poblamiento de Cubagua. Nueva
Cádiz ya era una ranchería para la pesca de la perla antes que Vasco Núñez de
Balboa descubriera, en 1513, el Océano Pacífico. Antes del viaje de Magallanes
(1519 – 1522) y para cuando Hernán Cortés conquista México en 1522, ya Nueva
Cádiz tenía un gran esplendor, aunque sólo llevaba el título de ciudad a partir del
12 de septiembre de 1528, otorgado por Real Cédula. Para esa época Nueva
Cádiz ya contaba con su Ayuntamiento, Convento de San Francisco e iglesia,
además, de un importante avance urbano, del que hoy sólo exhibe un grupo de
cimientos que no sobrepasa el metro de altura, sin embargo, Cubagua no es una
isla grande, sino pequeña, estéril y sin agua. Para poblarla fue necesario llevar
todo por barco y abastecer constantemente la ciudad. El agua dulce, por ejemplo,
se buscaba en el río Cumaná (Manzanares). Pero la riqueza perlífera compensaba
cualquier obstáculo y la isla se convirtió resueltamente en un centro poblado
importante donde la vida era dura y la extración de ostras desenfrenada.
La primera trata de esclavos de América tiene lugar en Nueva Cádiz. La
insuficiencia de hombres para la fatigante y peligrosa labor de extraer la
ostras de las profundidades del mar, hizo que los españoles compraran a los
Caribes sus congéneres indígenas, que éstos habían capturado en sus
avances militares por las antillas. Luego, los buscadores de perlas
introducirían esclavos desde África. Estos esclavos eran obligados a bucear
en jornadas interminables que casi siempre terminaban fatalmente.
Para 1540, la isla de Cubagua seguía siendo estéril y las perlas se agotan. Así
comenzaba a morir la ciudad; los comerciantes se mudaban al Cabo de La
Vela, donde se habían descubierto otros ricos placeres. Los ataques piratas
eran frecuentes y los habitantes de Nueva Cádiz emprendieron su salida de la
isla, algunos fueron tras la fortuna de los nuevos ostrales, otros se radicaron
como colonos en Margarita o en Tierra Firme. Durante este tiempo (diciembre
de 1541) ocurrió un maremoto de gran intensidad registrado por Juan de
Castellano en su Elegías de Varones Ilustres de Indias, escrita a finales del s.
XVI, donde hace una relación del suceso:
Cuando cierta señal nos representa
Bravos y furiosos movimientos.
Siguiese después de esto tal tormenta
Que hizo despertar a los soñolientos
De todos los vientos rigurosa guerra
y el mar mucho más alto que la tierra.
Por muchos años se pensó que Nueva Cádiz había sido aniquilada por este
evento. Sin embargo, el afamado arqueólogo José María Cruxent afirmó que la
destrucción de la ciudad no fue violenta, sino por la erosión, saqueos de piratas y
buscadores de tesoros, éstos últimos por varios siglos. De la certeza del
maremoto y posterior tormenta no hay duda, pero ésta no destruyó la ciudad; no
obstante fue excelente excusa para pedir a la corona el traslado de las autoridades
hacia la isla de Margarita. Cuando arribaron los primeros colonos a Tierra Firme en
Cubagua sólo quedaban ruinas de una ciudad abandonada, pero su histórica
opulencia alimentó el sueño de los aventureros y la codicia de los piratas.

Entre los años 1955 y 1961, se realizó la exploración arqueológica de Cubagua por
José María Cruxent, ella interpretó la secuencia histórica de la de ciudad de Nueva
Cádiz, su inicio como centro poblado, su desarrollo urbano y su fin. Cruxent
desenterró la historia y obtuvo una muestra importante de ese esplendor. Las
piezas arqueológicas recuperadas en Cubagua pertenecen al Instituto Venezolano
Investigaciones Científicas (IVIC) En la década de los ‘70, gracias a la
colaboración del prof. Cruxent, obtuvimos el grupo de imágenes que aquí les
presentamos
Gran Escudo Imperial de Carlos V que
Ornará la Casa Capitular de Nueva
Cádiz. Esculpido en piedra de Araya por
Pedro de Herrera – s. XVI / col.
Museo Bolivariano de Caracas
Las remesas de perlas a la Península en las primeras décadas del s. XVI (Grabado holandés de la época)
Ruinas de Nueva Cádiz de Cubagua (1977)
Ruinas de Nueva Cádiz de Cubagua (1977)
El suelo de Cubagua entrega sus secretos.
Espacio correspondiente al convento de San
Francisco (1955-1961)
Imágenes realizadas durante las excavaciones de José María
Cruxent en Cubagua, entre los años 1955-1961
Ruinas de Nueva Cádiz de Cubagua (1977)
A B

A La tumba de un personaje en el
recinto de la iglesia.
B El sello real en cerámica hallado entre
las ruinas de la Ayuntamiento
C Sello de plomo para lacrar
correspondencia
Imágenes realizadas durante las excavaciones de José María
Cruxent en Cubagua, entre los años 1955-1961
Las Perlas
Los mariscos como mejillones y otras,
desarrollan perlas en sus caparazones
cuando un grano de arena se aloja por
La botija llena de perlas. A pesar de sus casualidad en su interior, el animal segrega
siglos bajo tierra, las perlas de Cubagua nácar, una sustancia estimulada por la
brillan con su antiguo esplendor. JMC irritación, que es lo que genera la perlas
Imágenes realizadas durante las excavaciones de José María
naturales. En un placer, de cada 1000
Cruxent en Cubagua, entre los años 1955-1961 ostras tan sólo una contiene perla.
Podemos imaginar entonces la riqueza
perlífera de Cubagua y su rápida
destrucción en 30 años
Ruinas de Nueva Cádiz de Cubagua (1977)
José María Cruxent mide el escudo
de piedra con las insignias
franciscanas hallado durante las
excavaciones en el solar que ocupó
el convento.
Imagen realizadas durante las excavaciones de
Cubagua, entre los años 1955-1961

Escudo de la orden franciscana – s.


XVI – Cubagua / col. IVIC (1977)
De las ruinas del convento apareció este grifo —animal fabuloso— esculpido en
piedra de Araya - s. XVI - Cubagua / col. IVIC (1977)
Grifo, detalle (1977)
Gárgola de piedra del
convento de San
Francisco - s. XVI -
Cubagua / col. IVIC
(1977)
Columna decorativa
hallada en el
convento de San
Francisco – s. XVI –
Cubagua / col. IVIC
(1977)
Ruinas de Nueva Cádiz de Cubagua - Ayuntamiento? (1977)
Estela esculpida en piedra. Ayuntamiento? - s. XVI – Cubagua / col. IVIC (1977)
Olambrilla - s. XVI - Cubagua / col. IVIC (1977)
Azulejo decorativo de unos siete centímetros de lado, que se combina con baldosas
rectangulares, generalmente rojas, para formar pavimentos y revestir zócalos.
Olambrilla - s. XVI - Cubagua / col. IVIC (1977)
Azulejo de Cuenca o Arista - s. XVI - Cubagua / col. IVIC (1977)
Azulejo: del árabe: az-zulaiy, el ladrillito
Azulejo de un panel – s. XVI – Cubagua / col. IVIC (1977)
Fragmento de gárgola - s. XVI - Cubagua / col. IVIC (1977)
Jarrita corriente -
s. XV — XVI -
Cubagua / col.
IVIC (1977)
Albarello catalán - s.
XV—XVI -Cubagua /
col. IVIC (1977)
Albarello, del italiano.
Bote de cerámica
usado en las
farmacias, de boca
ancha y forma
cilíndrica, estrechada
en la parte central
Cántaro o cantimplora - s. XVI - Cubagua / col. IVIC (1977)
Jarra de barro, con cuello y boca ancha, de un asa - s. XVI - Cubagua / col. IVIC (1977)
Imágenes:
* Cristóbal Colón y Nao Santa María en la
Web
* Cubagua en Google Earth
* José María Cruxent: Revista el Farol n.º 160
– octubre 1955 – Año XVII
* Francisco Perdomo Terrero: marzo 1977

Digitalización y montaje:
Francisco Perdomo Terrero

Octubre 2007
[email protected]
IN MEMÓRIAM
de

José María Cruxent


1911 - 2005

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