Unidad - 5 - Manejo Post-Electoral en Funciones de Estado 1
Unidad - 5 - Manejo Post-Electoral en Funciones de Estado 1
Unidad - 5 - Manejo Post-Electoral en Funciones de Estado 1
• La promoción emprendedora: Se trata de formar una coalición política que apoye una
opción predeterminada y pueda neutralizar la oposición.
• La gestión del desarrollo de una política: Se trata de gestionar un proceso que lleve a
una decisión “de calidad”, no predeterminada.
Los directivos públicos deben decidir asuntos importantes de la política pública, pero sus
conocimientos, visión y experiencia personal no son casi nunca suficientes para despejar
incertidumbres y riesgos. Las decisiones son casi siempre difíciles, porque en ellas
subyacen tensiones entre diferentes valores.
Por ese motivo, los directivos públicos con mucha frecuencia necesitan, para tomar
decisiones, contar con una influencia superior a la suya propia: necesitan construir apoyo
y legitimidad, y ese el el objetivo de la gestión política.
De tal modo, la gestión política configura los mandatos de acción y los inviste de apoyo y
legitimidad. En general, es muy necesaria, pero hay casos en que se vuelve
completamente indispensable:
• Cuando hay que conseguir autorización caso por caso para cambios e innovaciones.
Contextos y formas de la gestión. Se trata de ubicar con precisión, en cada caso, los
contextos o ámbitos donde hay que llevar adelante gestiones políticas, y qué formas
conviene que tomen dichas gestiones en cada ámbito seleccionado.
Dinámica de las situaciones. Una vez realizado todo lo anterior, se trata del seguimiento
de la dinámica del entorno autorizador y de los cambios en las situaciones políticas que
pueden afectar a la política, la estrategia o a sus ejecutores.
Los actores políticos importantes para una gestión política varían mucho según los casos,
y deben ser establecidos mediante un análisis muy ciudadoso por los directivos públicos,
pero pueden señalarse, en general, los siguientes tipos:
Los actores políticos: Se trata de los superiores políticos inmediatos, otros funcionarios
políticos relacionados, las comisiones parlamentarias, las agencias de supervisión y
control. En general se trata de los actores del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo,
aunque en algunos casos, puede tratarse de miembros del Poder Judicial, cuando el tema
se refiere a cuestiones de las cuales ellos se ocupan.
Los partidos políticos: El respaldo obtenido de los actores políticos de gobierno puede
complementarse con la acción explicativa al partido o coalición que los respalda, para
facilitar la construcción del mandato legitimador, y a los partidos de oposición, para
disminuir y neutralizar las probables objeciones que puedan plantear, o al menos para
asegurar una clara comprensión del asunto a debatir.
Los grupos de interés y las asociaciones profesionales: Según la naturaleza del tema, la
gestión política debe contactar y buscar el apoyo adicional de los grupos de la sociedad
civil que se interesan o tienen idoneidad para la cuestión a debate. Su apoyo puede
ayudar a obtener el respaldo de los representantes políticos.
Para obtener mandatos políticos, hay que combinar diversos intereses y valores mediante
procedimientos formales o acuerdos convencionales. Una decisión que implique un
mandato político es más legítima si es tomada mediante un procedimiento apropiado.
Esos procesos pueden ser aceptados por estipulación legal, por tradición, por eficacia, o
por la capacidad de los participantes. También influyen valores tales como
representatividad, idoneidad, experiencia, antecedentes o concordancia con opiniones
convencionales vigentes.
La gestión de políticas es una cuestión técnica y ética: se trata de que las técnicas
empleadas sean a la vez éticas y eficaces. En todos los casos, es un error pensar que se
pueda conseguir lo que se quiere sin negociar, particularmente cuando la renuencia a
negociar se basa en la creencia de que las propias posiciones y planteos contienen toda
la “verdad” y el “bien” de la comunidad. Es riesgoso y poco ético no contrastar las propias
ideas sobre el valor público con los otros ciudadanos y sus representantes. La actitud
adecuada en una democracia pluralista es abierta al aprendizaje y respetuosa de las
diferencias. Es la búsqueda de un equilibrio entre defender y difundir el propio punto de
vista y aprender de los demás. El logro de mayor valor público se encuentra justamente
en ese diálogo.
http://www.eumed.net/libros-
gratis/2010d/777/gestion%20politica%20o%20gestion%20hacia%20arriba.htm
http://www.hamiltonsegura.com/mediatraining.html
Entre los recursos que menciona el libro se encuentra el de "contaminación", que consiste
en atribuir al adversario político debilidades o hechos poco deseables y propios más bien
de otros grupos o de otras personalidades. De esta forma "se le contamina" ante el
votante y se le restan puntos en la campaña. Domenach habla de la regla de la
exageración y la desfiguración y menciona también el muy conocido recurso de la
orquestación.
Las formas de esparcir este tipo de comunicación -a todas luces nociva y antiética pero
altamente eficaz- son variadas, y dependen de los recursos con que se cuente. Va desde
la orquestación de medios, hasta los simples graffiti que se exponen impunemente en
paredes y muros.
Una salida honrosa de un candidato para atacar a su opositor, y aún así verse como un
buen ciudadano, es decir castamente por radio o televisión: "Yo no creo que mi honorable
colega esté involucrado con el escándalo del contrabando como mucha gente dice…" Y,
sin parecerlo, ha echado a rodar un rumor que puede resultar devastador para el
contrincante.
Una de las técnicas más divertidas que conocí para esparcir el rumor se trata del contacto
presencial. Suele darse en los días inmediatamente anteriores a las elecciones y se
orquesta con partidarios-actores que se prestan para el juego. En grupos de dos o tres
hablan "entre ellos" del caso (vocean el rumor); pero lo interesante es que lo hacen
intensamente en ascensores de edificios públicos donde otros puedan oírlos, en
restaurantes, en la calle misma, usando un tono de voz de "expertos" y sin que
aparentemente les interese que los demás se enteren. Luego, sencillamente entra en
juego el "adorable morbo" del ciudadano común: "¿Supiste lo que se dice de…?",
pregunta, con una sonrisa pícara y generalmente cómplice. Y se inicia el círculo
comunicativo que el impulsador del rumor visualizó y deseó.
Los graffiti, como se dijo, son una de las fuentes más usuales para esparcir el rumor. Para
un grupo político es tremendamente fácil proceder con las famosas "pintas", achacando al
opositor acciones deplorables o cuestionándole su trayectoria. Una vez que el graffiti se
expone en lugares altamente públicos, poco podrá hacer el aludido por evitar la
propagación. El graffiti por sí mismo -dado su anonimato y, por lo tanto, su vileza- se
constituye en una manera fácil y usual de esparcir el rumor, generalmente con carácter
calumnioso e incontrolable.
Las imágenes hablan muchas veces más que las palabras. Recuerdo el caso de una
fotografía que, días antes de unas elecciones en Costa Rica, circuló entre miles de
costarricenses. Aparentemente uno de los candidatos había enviado una "linda" tarjeta
navideña propia a sus conciudadanos, deseándoles una feliz navidad. Parte sin novedad,
¿correcto? Lo interesante es que en la foto el candidato -al que se le había tratado de
vincular con cierta inclinación por el elíxir etílico- se veía obviamente ebrio.
¿Qué efecto tiene el rumor? A veces devastador… a veces inofensivo... y a veces,
incluso, de efecto revertido y totalmente diferente al que esperó obtener quien produjo la
comunicación. Depende de cómo se monte y de cuán creíble parezca ser la condición que
el rumor trata de esparcir. En el caso del político "navideño", por ejemplo, se dio el "efecto
bumerán": el candidato de la foto más bien recogió frutos positivos de un electorado que
lo eligió por una importante mayoría dos meses después de que circulara el "rumor
gráfico".
¿Y qué de los medios electrónicos? Con la importancia que tomó Internet en el mundo de
la comunicación -simplemente sin parangón en la historia- y con una curva de uso
continuamente en crecimiento, la red mundial se convirtió en otro peligroso medio de
difusión de comunicación tendencializadora. Si bien es cierto que el sitio puede
identificarse respecto a la fuente, también lo es que la legislación y el control son
virtualmente inexistentes, y que mucha de la información que circula ya en millones de
computadoras procede de fuentes no fidedignas es basado en suposiciones o en
intenciones por lo menos nebulosas.
¿Estaremos ante otra generación del rumor, totalmente insospechada para Jean-Marie
Domenach? ¿Habremos entrado ya a la era del "rumor virtual"?