Validez Koppitz

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Recibido / Recebido: 25.11.2013 - Aceptado / Aceite: 21.02.2014

Un Estudio Normativo de los Ítems Evolutivos del Test del Dibujo de la Figura
Humana en Niños Indígenas Yaquis

Developmental Items of the Human Figure Drawing Test in a Sample of Yaqui


Indian Children - A Normative Study

María Teresa Fernández Nistal1, Ana María Tuset Bertran2, y Guadalupe de la Paz Ross Argüelles1

Resumen
Se presentan datos sobre las propiedades métricas y normas de los ítems evolutivos del Dibujo de la Figura
Humana de Koppitz (2002) obtenidos de una muestra de 665 niños del grupo indígena yaqui (México) entre los
5 y los 11 años de edad y los resultados de la comparación de estas normas con las de Koppitz. Los resultados
indican: a) la presencia de ítems evolutivos, b) una correlación significativa de baja a moderada entre el funcio-
namiento en el DFH y el Test de Matrices Progresivas Coloreadas (Raven, 1993), c) una consistencia interna alta
entre los ítems y d) diferencias entre las normas obtenidas y las de Koppitz. Se concluye que este sistema es útil
para evaluar el nivel de madurez mental de los niños de esta comunidad indígena, pero con el uso de normas
locales que aseguren la realización de interpretaciones correctas de las puntuaciones que obtienen estos niños.

Palabras Clave: dibujo de la figura humana, indígenas yaquis, madurez conceptual, validez, normas

Abstract
Data are presented on the metric properties and norms of developmental items of the Koppitz Human Figu-
re Drawing (2002) for a sample of 665 children, between 5 and 11 years of age, from a Yaqui indigenous group
(Mexico), and the comparison of these standards with those of Koppitz. The results indicate: a) The presence of
developmental items, b) a significant correlation, between low to moderate, between performance in the HFD
and the Coloured Progressive Matrices Test (Raven, 1993), c) a high internal consistency among the items, and
d) differences between these results and Koppitz standards. We conclude that this system is useful in assessing
the level of children’s mental maturity within the indigenous community, but only with the use of local rules in
order to ensure correct interpretations of children performance.

Keywords: draw-a-person test, yaqui indians, conceptual maturity, validity, norms

1
Profesoras del Departamento de Psicología del Instituto Tecnológico de Sonora. Calle 5 de Febrero, 818 Sur. Col. Centro, 85000, Ciudad
Obregón, Sonora, México. 6444100921. E-mail: [email protected]
2
Profesora emérita del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos. Universidad de Barcelona, España.
Este trabajo se ha realizado gracias a la financiación del Programa de Fomento y Apoyo a Proyectos de Investigación del Instituto Tecno-
logico de Sonora(claves: 00288 y 00505) y a la valiosa colaboración de los centros escolares y alumnos que participaron.

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Introducción & Hickman, 2004; Sisto, 2006; Wechsler, 1998).


Desde la perspectiva evolutivo-psicométrica,
El objetivo de este artículo es presentar datos el DFH se considera una prueba no verbal que
sobre la validez y fiabilidad del sistema de madu- proporciona una estimación del nivel de madurez
ración mental del Dibujo de la Figura Humana conceptual o mental de los niños (Harris, 1991;
(DFH) de Koppitz (2002) en una muestra de niños Koppitz, 2002; Maganto & Garaigordobil, 2009a).
de la comunidad indígena yaqui (Sonora, México), Algunos autores han cuestionado la utilidad del
obtener normas específicas de esta población in- DFH como test de funcionamiento intelectual,
fantil y compararlas con las del estudio original de basándose en los resultados de los estudios de va-
Koppitz. El trabajo forma parte de una investigaci- lidez del DFH, que han encontrado correlaciones
ón más amplia sobre la validez del sistema de Kop- entre bajas y moderadas con las puntuaciones de
pitz (2002) y el Test del Dibujo de Dos Figuras Hu- otros test de inteligencia y un bajo poder predic-
manas (T2F) (Maganto & Garaigordobil, 2009a) tivo del rendimiento académico de los niños (Ai-
como medidas del funcionamiento intelectual, en kman, Belter, & Finch, 1992; Imuta, Scarf, Pharo,
una muestra de niños del grupo indígena yaqui. & Hayne, 2013; Motta, Little, & Tobin, 1993; Scott,
El dibujo es una forma de representación de la 1981; Ter Laak, de Goede, Aleva, & Van-Rijswijk,
realidad natural en la infancia, que está presente en 2005; Willcock, Imuta, & Hayne, 2011). Sobre los
casi todas las culturas, siempre que los niños dis- aspectos intelectuales que están implicados en el
pongan de los materiales necesarios para dibujar DFH, Knoff (2003) ha manifestado que esta téc-
(Ives & Gardner, 1984). Uno de los temas preferidos nica evalúa sólo un tipo de madurez intelectual,
que eligen espontáneamente los niños para dibujar la cual es operacionalizada por tareas viso-mo-
es la figura humana (Harris, 1991; Marín, 2003). toras que requieren reconocimiento cognitivo,
Los primeros estudios sistemáticos sobre el di- experiencial y ambiental de las características fí-
bujo infantil se iniciaron a finales del siglo XIX con sicas de las personas y la habilidad para represen-
una perspectiva evolutiva. Estos estudios descri- tarlas gráficamente durante una situación de test.
bieron las etapas del desarrollo del dibujo infan- En la práctica profesional, el DFH, se utili-
til (Harris, 1991; Marín, 2003) y constituyeron el za generalmente como un instrumento de scree-
fundamento para que algunos autores propusieran ning del nivel madurativo mental de los niños y
el dibujo de la figura humana como una técnica como una prueba adicional dentro de una bate-
psicométrica para la evaluación de la inteligencia ría de tests (Flanagan & Motta, 2007; Maganto &
(Harris, 1991). El primer desarrollo formal de esta Garaigordobil, 2009b; Willcock et al., 2011). En
perspectiva corresponde al Test del Dibujo de un los ámbitos clínico y educativo ha sido uno de
Hombre de Goodenough (1926). Posteriormen- los instrumentos más utilizados con niños y ado-
te, en 1963, Harris publicó una versión revisada lescentes (Cashel, 2002; Costenbader, Rohrer, &
y ampliada del sistema de Goodenough (Harris, Difonzo, 2000; Flanagan & Motta, 2007; Ochoa,
1991). En la década de los 40, se desarrolla desde Riccio, Jimenez, de Alba, & Sines, 2004). Entre las
la corriente psicoanalítica el uso del dibujo de la razones de esta popularidad, se encuentran que
figura humana como una técnica proyectiva para la tarea propuesta es breve, atractiva y no amena-
la evaluación de la personalidad. La autora más in- zante para los niños y el carácter no verbal, que
fluyente de esta perspectiva fue Machover (1949). hace que sea útil en la evaluación de niños con
En 1968, Koppitz publica Psychological evaluation problemas de lenguaje, hiperactividad, atención
of children’s human figure drawings, en donde in- y aprendizaje (Abell, Wood, & Liebman, 2001;
tegra la perspectiva evolutivo-psicométrica de Scott, 1981; Sisto, 2000) o que no conocen la len-
la figura humana como test de madurez concep- gua del país (Abell et al., 2001). Además, es un test
tual y la perspectiva proyectiva como prueba de que requiere poco tiempo en la aplicación y cor-
personalidad. En los últimos años han surgido rección (Maganto & Garaigordobil, 2009b, 2011).
nuevos sistemas de puntuación, tanto en Estados Para Koppitz (2002), el dibujo de la figura hu-
Unidos como en otros países (Maganto & Garai- mana refleja principalmente el nivel evolutivo del
gordobil, 2009a, 2011; Naglieri, 1988; Reynolds niño y sus relaciones interpersonales, es decir,

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sus actitudes hacia sí mismo y hacia las personas 1982; Hutz & Antoniazzi, 1995; Merino, Honores,
significativas de su vida. Para evaluar ambos as- García, & Salazar, 2007; Ozer, 2009; Vélez et al.,
pectos, distinguió dos tipos de signos en el dibujo 2011). Con respecto a la fiabilidad test-retest, Rae
de la figura humana: a) signos relacionados con & Hyland (2001) encontraron un índice de corre-
la edad y el nivel de maduración (ítems evoluti- lación bajo (0.32) en un periodo de dos semanas.
vos) y b) signos relacionados con las actitudes y Los estudios sobre la validez de constructo
preocupaciones del niño (indicadores emocio- del DFH de Koppitz (2002) se han basado fun-
nales). Con respecto a los ítems evolutivos, Kop- damentalmente en las correlaciones con otros
pitz (2002) los define como un signo en los DFH tests de inteligencia. Las investigaciones que han
infantiles que: a) están relacionados principal- correlacionado las puntuaciones obtenidas en el
mente con la edad y maduración y aumentan en DFH con las de la Escala Wechsler de Inteligen-
frecuencia a medida que el niño crece y b) no cia para Niños (WISC) (Wechsler, 1949) y la Es-
están muy influidos por la consigna dada, el ins- cala de Inteligencia Stanford-Binet (Thorndike,
trumento empleado para dibujar, el aprendiza- Hagen, & Sattler, 1986) han encontrado, normal-
je escolar ni por la capacidad artística del niño. mente, correlaciones con el CI Total significati-
Para construir la escala de madurez concep- vas, con valores variables que oscilan entre bajos
tual, Koppitz (2002) seleccionó 30 ítems, a partir (0.28) y altos (0.80) (Abell et al., 1996; Koppitz,
de su propia experiencia clínica y del sistema de 2002; Gayton et al., 1974) e índices de correlaci-
Goodenough-Harris (Harris, 1991) y determinó ón más altos con el CI Manipulativo (entre 0.31
la frecuencia con que aparecían estos 30 ítems y 0.67), que con el CI Verbal (entre 0.22 y 0.54)
en los DFH de una muestra de alumnos entre 5 (Abell et al., 1996; Gayton et al., 1974), lo que ha
y 12 años de edad, de escuelas de distintas zonas indicado que en el dibujo de la figura humana es-
de Estados Unidos. A partir de estos resultados, tán más implicadas las habilidades perceptivas y
dividió los ítems en cuatro categorías en función motoras, que las verbales. Con el Test de Matri-
de su frecuencia en los DFH: a) ítems esperados ces Progresivas Escala Coloreada (MPC) (Raven,
(86-100%), b) ítems comunes (51-85%), c) ítems 1993) se han encontrado correlaciones signifi-
bastante comunes (16-50%) y d) ítems excep- cativas, que se sitúan entre valores bajos y altos;
cionales (0-15%). Según Koppitz (2002), sólo la Vedder, Van de Vijfeijken & Kook (2000) encuen-
omisión y presencia de los ítems esperados y los tran una correlación entre las puntuaciones bru-
excepcionales, respectivamente, están relaciona- tas en el DFH y el MPC de 0.45 y Van de Vijfei-
dos con el nivel de madurez mental del niño, por jken (1994, citado en Vedder et al., 2000) de 0.75.
lo que únicamente consideró en su sistema estos Los estudios que han analizado el desarrollo
dos ítems. A partir de este supuesto, proporciona evolutivo de los ítems madurativos del sistema
normas de los ítems esperados y excepcionales Koppitz (2002) en poblaciones infantiles no es-
obtenidos en el grupo de estandarización, para tadounidenses, han mostrado un incremento
cada grupo de edad y sexo. Esta autora propone de estos ítems a medida que aumenta la edad de
un sistema sencillo de puntuación que consiste los niños (Abell et al., 1996; Hutz & Antoniaz-
en restar un punto por cada ítem esperado que zi, 1995; Jegede & Bamgboye, 1982; Ozer 2009).
no aparezca en el DFH, sumar un punto por cada Con relación a las diferencias de sexo en la eje-
ítem excepcional dibujado y, para evitar puntajes cución, existen resultados discrepantes. Los es-
negativos, sumar un valor de 5. La puntuación tudios de Koppitz (2002) y Ozer (2009) encon-
se puede situar entre los valores 0 y 8, que tienen traron diferencias de sexo en la frecuencia de los
una equivalencia con el cociente intelectual (CI). ítems evolutivos en los DFH, sin embargo otros
Respecto a las propiedades métricas del sis- trabajos como el de Jegede & Bamgboye (1982)
tema Koppitz (2002), la mayoría de los estudios y el de Hutz & Antoniazzi (1995) no encontra-
han encontrado una fiabilidad interevaluadores ron diferencias en la ejecución de niños y niñas.
alta, que frecuentemente se ha situado por encima La influencia de la cultura en los dibujos infan-
de 0.80 (Abell, Von Briesen & Watz, 1996; Gay- tiles de la figura humana se estableció hace tiempo
ton, Tavormina, Evans, & Schuh, 1974; Gonzales, con los estudios transculturales realizados del Test

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del Dibujo de un Hombre de F. Goodenough. Har- ón a las normas de Koppitz (2002), lo que indi-
ris (1991) mencionó que las influencias culturales ca una peor ejecución en estos niños brasileños.
se reflejan en el hecho de que los niños norteameri- La influencia de los elementos socioculturales
canos y europeos tienden a obtener puntuaciones en la ejecución de los niños en los DFH, confir-
más altas en este test que los niños de otras cultu- man la necesidad de contar con normas locales
ras, especialmente en el periodo final de la infancia para una interpretación más válida y justa de las
y también por las diferencias en la ejecución rela- puntuaciones. Las normas de Standards for educa-
cionadas con el sexo. Con el sistema de Koppitz, tional and psychological testing (American Educa-
Vedder et al. (2000) encontraron puntuaciones tional Research Association – AERA –, American
más bajas en los niños de Curacão, en comparaci- Psychological Association – APA – y el National
ón con las normas holandesas de Van de Vijfeijken Council on Measurement in Education – NCME
(1994, citado en Vedder et al., 2000) y las estadou- –, 1999), establecen que se debe obtener la vali-
nidenses de Koppitz (2002). Las razones que se han dez de las puntuaciones de los tests independien-
argumentado sobre estas diferencias tienen que temente para cualquier población con diferen-
ver con las distintas formas de expresión del arte cias culturales (etnia, o nivel socioeconómico)
pictórico de cada grupo cultural (Dennis, 1966; respecto a la población para la que fue construi-
Martlew & Connolly, 1996; Mehryar, Tashakko- do el test. Precisamente, sobre el DFH, autores
ri, Yousefi, & Khajavi, 1987) y las diferencias en como Harris (1991) y Cox (1993) han expresado
los valores motivacionales y de logro de cada que para obtener resultados más válidos, el test
cultura (Laosa, Swartz, & Díaz Guerrero, 1974). debería reestandarizarse para cada grupo con
El nivel socioeconómico también es una varia- características culturales y sociales diferentes.
ble que afecta el rendimiento de los niños en las En México, el sistema del DFH de Koppitz (2002)
pruebas del DFH. En general, se ha encontrado es uno de los más utilizados (Esquivel, Heredia, &
una mejor ejecución en niños de niveles socioeco- Lucio, 2007). En las comunidades indígenas yaquis
nómicos medios y altos, que en los niños de bajos es el sistema que actualmente utilizan los psicólo-
recursos socioeconómicos (Mehryar et al., 1987; gos que trabajan con niños y adolescentes. Una re-
Ozer, 2009; Pfeffer & Oluwu, 1986). La revisión visión de la literatura sobre los estudios normati-
de la literatura sobre el test Goodenough-Harris vos del DFH de Koppitz (2002) en México, mostró
realizada por Scott (1981) mostró que el nivel so- que no existen trabajos publicados con la poblaci-
cioeconómico es una de las variables que más in- ón general mexicana ni con el grupo étnico yaqui,
fluye en el rendimiento de los niños en este test. por lo que los profesionales que usan este sistema
Por otro lado, los estudios normativos del sis- del DFH utilizan las normas de Koppitz, obtenidas
tema madurativo de Koppitz (2002) en muestras en la década de los 60, de una muestra de niños es-
de niños de otros países y culturas han encontrado tadounidenses (Esquivel, Heredia & Lucio, 2007).
diferencias en los ítems evolutivos respecto a los Partiendo de la necesidad de contar con normas
obtenidos por Koppitz (Gonzales, 1982; Hutz & locales y actualizadas de los tests para una correcta
Antoniazzi, 1995; Merino et al., 2007; Ozer, 2009; interpretación de la ejecución de los niños, se plan-
Vélez et al., 2011). Los estudios realizados en La- tearon los siguientes objetivos: (1) Analizar la va-
tinoamérica de Merino et al. (2007) y Vélez et al. lidez y fiabilidad del sistema de maduración men-
(2011) encontraron un número mayor de ítems tal del DFH de Koppitz (2002) en una muestra de
evolutivos en los dibujos de los niños que parti- niños yaquis entre los 5,0 y los 11,11 años de edad.
ciparon en sus estudios, en comparación al gru- El análisis de la validez se realiza a través del estu-
po de estandarización de Koppitz (2002). Según dio evolutivo de los ítems madurativos y de la cor-
estos autores, estas diferencias se explican por el relación entre el funcionamiento de los niños en el
efecto Flynn (Flynn, 2007). Sin embargo, Hutz DFH y la prueba de inteligencia Test de Matrices
& Antoniazzi (1995) encontraron en la mayoría Progresivas Coloreadas (Raven, 1993). En cuanto
de los grupos de edad de una muestra de niños a la fiabilidad, se estudia la consistencia interna de
brasileños una disminución de los ítems espera- los ítems evolutivos y el acuerdo interevaluadores;
dos y un aumento de los excepcionales en relaci- (2) Obtener normas específicas en la pobla-

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ción infantil de este grupo cultural y com- Contexto


pararlas con las de Koppitz (2002), con el El grupo indígena yaqui – o yoremes como
fin de determinar la utilidad de las normas ellos se denominan – pertenece a la familia Yu-
de esta autora en la población infantil yaqui. to-Azteca, grupo Pima y subgrupo Opata Cahita
De acuerdo con los estudios anteriores que Tarahumara (Fábila, 1978). Antes de la conquis-
han encontrado diferencias en el funcionamien- ta española, vivía en pequeños agrupamientos en
to de niños de otras culturas en los DFH (Gon- los márgenes del curso inferior del río Yaqui, en
zales, 1982; Hutz & Antoniazzi, 1995; Merino el actual estado de Sonora. Eran agricultores se-
et al., 2007; Ozer, 2009; Vélez et al., 2011) y una minómadas y guerreros (Spicer, 1994). Con la co-
ejecución inferior en grupos de nivel socioeco- lonización de los misioneros jesuitas, la poblaci-
nómico bajo (Mehryar et al., 1987; Ozer, 2009), ón yaqui se concentró en ocho pueblos (Loma de
conjeturamos que existirán diferencias en los Guamúchil -tradicionalmente pueblo de Cócorit-,
ítems esperados y excepcionales que se identi- Loma de Bacum, Tórim, Vícam Pueblo, Pótam,
fiquen en la muestra de niños yaquis compa- Ráhum, Huírivis y Belém), que actualmente cons-
rados con los de las normas de Koppitz (2002). tituyen las unidades fundamentales de organizaci-
ón política y social de este grupo (Figueroa, 1993).
Método El Instituto Nacional de Estadística Geografía e
Informática (INEGI) estimó que el número de
Participantes habitantes yaquis en el año 2000 se situaba alre-
La muestra está formada por 665 alumnos de 8 dedor de 34,877, distribuidos en 52 comunidades
escuelas públicas situadas en las comunidades ya- y principalmente en los ocho pueblos tradiciona-
quis (Sonora, México), de 3° de Preescolar a 6° de les (Martínez, 2010). La lengua yaqui pertenece
Primaria. El tamaño de la muestra es representati- a la familia lingüística Yuto-Nahua y, hoy en día,
vo de la población total de alumnos de estos nive- 14,162 habitantes la hablan (Diario Oficial, 2010).
les escolares. El tipo de muestra es no probabilísti- El grado de marginación de las comunidades
ca, puesto que el personal de la Unidad de Servicio yaquis es alto (Consejo Nacional de Población –
de Apoyo a la Educación Regular (USAER) de la CONAPO –, 2010). La mayoría de los yaquis tra-
zona se encargó de indicar los centros escolares bajan como mano de obra barata en los campos
que estaban dispuestos a colaborar en la investi- agrícolas, la construcción, las maquiladoras y en el
gación. Se excluyeron de la muestra los niños que sector pesquero durante la temporada alta del ca-
no tenían entre los 5.0 y los 11.11 años de edad marón. Las mujeres yaquis que trabajan fuera del
y aquellos que presentaban deficiencias visuales hogar, lo hacen como dependientas en tiendas y
y auditivas que no podían corregirse adecuada- como trabajadoras domésticas (Moctezuma, 2007).
mente con el uso de lentes y audífonos, respecti- En el territorio yaqui se ofrece educación esco-
vamente. En la tabla 1 se presentan la distribución lar desde el nivel inicial hasta el medio superior. El
de los participantes por edad y sexo de la muestra. 70% de las escuelas preescolares y primarias son
de modalidad indígena, el 35% general y el 25%
del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CO-
NAFE). Los programas de estudio de las escuelas
Tabla 1
Distribución de los alumnos por edad y sexo de la muestra indígenas se basan en los programas nacionales es-
tablecidos por la Secretaría de Educación Pública
(SEP) y utilizan los libros de texto en español de la
SEP y los libros en yaqui “Jiak Noki”, elaborados por
el Proyecto Educativo de la Tribu Yaqui (PETY).

Instrumentos
Se han utilizado los siguientes instrumentos: a)
el sistema de puntuación de la madurez mental del
DFH de Koppitz (2002) y b) el Test de Matrices

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Progresivas Coloreadas (MPC) forma cuadernillo confortables de los centros escolares, dentro del
(Raven, 1993). El MPC evalúa la habilidad de ra- horario escolar y durante los meses de agosto a di-
zonamiento abstracto o no verbal. Este test está ciembre de 2012. Dos de los psicólogos aplicaron las
formado por ilustraciones de figuras geométricas pruebas en idioma español y uno en yaqui o español,
abstractas con fondos coloreados, que representan dependiendo de la lengua materna de los alumnos.
un patrón de pensamiento, una matriz, de manera
incompleta. La tarea del sujeto consiste en elegir la Procedimiento en el análisis de los datos
figura que falta entre las alternativas proporciona- Se seleccionaron al azar 31 protocolos del
das. Esta prueba consta de 3 series (A, Ab, B) de 12 DFH, que fueron calificados por tres psicólogos
problemas cada una (Raven, Court & Raven, 1993). siguiendo los criterios de puntuación del siste-
ma de maduración de Koppitz (2002). Se analizó
Procedimiento el acuerdo intercalificadores del número total de
Se solicitó al psicólogo de la USAER de la zona ítems presentes en estos 31 DFH y se obtuvo un
escolar yaqui su apoyo para la realización de esta coeficiente de correlación intraclase promedio
investigación, quien se encargó de comunicar a de .993 (p=.000), lo que indica un acuerdo inter-
maestros, alumnos y padres de distintos centros calificadores muy alto, por lo que el resto de los
escolares, los objetivos de la investigación, en qué protocolos se dividió entre los tres evaluadores y
consistiría la participación de los alumnos y so- cada protocolo se calificó una sola vez. Los MPC
bre el uso confidencial de los resultados individu- se calificaron siguiendo el criterio del manual de
ales de la prueba. Finalmente, el psicólogo indicó esta prueba. Las puntuaciones de ambos test se in-
los 8 centros escolares que aceptaron participar. trodujeron al programa IBM SPSS Statistics 19.0.
Tres psicólogos aplicaron el DFH y el MPC in-
dividualmente a todos los alumnos de los grupos Resultados
escolares que cumplían con los criterios de selecci-
ón de la muestra. Las administraciones se realiza- Para analizar si existe un patrón de de-
ron en una única sesión, en primer lugar se aplicó sarrollo de los ítems madurativos de Koppitz
el DFH y en segundo lugar el MPC. La consigna (2002) en la muestra de niños yaquis, se realizó
utilizada en el DFH corresponde a la del T2F (Ma- un análisis de varianza de un factor, que mos-
ganto y Garaigordobil, 2009a), que es similar a la tró una diferencia significativa en el número
de Koppitz (2002), con la diferencia de que en el total de ítems presentes en los DFH de los dis-
T2F se solicita el dibujo de una segunda persona tintos grupos de edad, F (6, 665) = 85.460, p <
del sexo opuesto al dibujado en primer lugar. La .01. En la tabla 2 se observa como la media de
consigna del dibujo de la primera persona fue la ítems presentes en los DFH aumenta a medida
siguiente: “Quiero que en esta hoja dibujes una fi- que se incrementa la edad de los participantes.
gura humana, una persona”. A los niños pequeños El método post hoc de Bonferroni indicó que
que no entendían el significado de la palabra “per- las comparaciones de las puntuaciones medias de
sona”, se les dijo: “Puedes dibujar un niño o una
niña, o un muchacho, o una muchacha, lo que Tabla 2
te guste dibujar”. A los niños que dibujaron una Estadísticos descriptivos de ítems presentes en el DFH, por
grupos de edad y en la muestra total
figura hecha con palitos, les indicamos: “Tiene
que ser una persona completa, como una perso-
na de verdad o real”. A continuación, se entregó
otra hoja a los participantes y se les pidió que di-
bujaran una persona del otro sexo. En el presen-
te trabajo sólo se consideraron para el análisis los
dibujos de la primera figura humana dibujada.
El MPC forma cuadernillo se aplicó según las
instrucciones del manual de este test (Raven et al.,
1993). Las administraciones se realizaron en salas ítems entre los grupos de edad de 5, 6 y 7 años

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difieren significativamente entre sí (p=.000). Las del método de dos mitades para todos los niños
comparaciones entre los 7 y 8 años, 8 y 9 años y 8 de la muestra y, separadamente, para cada gru-
y 10 años de edad no fueron significativas (p>.05), po de edad. Como se puede observar en la ta-
pero sí la comparación entre los 8 y 11 años de bla 4, en las distintas edades los coeficientes alfa
edad (p=.000). A partir de los 9 años, ninguna de de Cronbach oscilan entre valores moderados
las comparaciones de puntuaciones medias con las (.626) y altos (.717). Considerando la muestra
de los grupos de edad posteriores difiere signifi- total, el coeficiente fue alto (.799). Los resultados
cativamente entre sí (p>.05). Un contraste polinó- del método de dos mitades (ver tabla 4), señalan
mico entre las puntuaciones medias de ítems pre- que los coeficientes Spearman-Brown en los dis-
sentes en los DFH y los distintos grupos de edad,
mostró que entre ambas variables existe una relaci- Tabla 4
ón lineal significativa, F (1, 665) = 457.428, p<.01, Coeficientes alfa de Cronbach y Spearman-Brown en los
es decir, que se produce un aumento de la media distintos grupos de edad y en la muestra total
de ítems presentes en los dibujos a medida que
se incrementa la edad de los niños de la muestra.
Un análisis de varianza univariante (sexo x
edad) mostró que no existe diferencia significativa
en las puntuaciones medias de ítems presentes en
los DFH según el sexo, F (1, 665) = 1.298, p > .05,
ni en los efectos de la interacción de las variables
sexo y grupos de edad, F (6, 665) = 1.492, p > .05.
Con el fin de obtener información sobre la va-
lidez concurrente de las puntuaciones del DFH, tintos grupos de edad fueron moderados (en-
se correlacionó el número total de ítems presen- tre .600 a .675) y en la muestra total alto (.792).
tes en los DFH (puntuación bruta) con la pun- Para estudiar la adecuación de las normas de
tuación directa de los participantes en el MPC. Koppitz (2002) a la muestra de niños yaquis, se
Los resultados se presentan en la tabla 3. Como realizó un análisis comparativo que consistió en
se puede apreciar, en la mayoría de los grupos de aplicar los criterios de clasificación de los ítems
edad la correlación fue significativa, positiva y madurativos de esta autora a los datos obtenidos
con valores bajos (entre .207 y .346), a excepción en este estudio, es decir, los ítems con una fre-
del grupo de edad de 7 años, donde el índice de cuencia de aparición de 86% o más se considera-
correlación fue no significativo. Considerando la ron esperados y los ítems con una frecuencia de
muestra total de niños, la correlación fue positiva, 15% o menos, excepcionales. En los casos de los
ítems esperados y excepcionales de las normas de
Tabla 3 Koppitz (2002) que no cumplían con los criterios
Coeficientes de correlación de Pearson entre los ítems presen- para ser clasificados como tales en la muestra de
tes en el DFH y la puntuación directa en el MPC niños yaquis, se estudió la bondad de ajuste de las
frecuencias obtenidas a la proporción 86 (en el
caso de los ítems esperados) y 15 (en los ítems ex-
cepcionales), a través de la prueba Chi-cuadrado
para una muestra. Para realizar esta comparación
se diferenció la ejecución de los niños y las niñas
en cada grupo de edad, a pesar de que no se en-
contraron diferencias significativas según el sexo.
Como se puede observar en la Tabla 5, se han
significativa y presentó un valor moderado (.572). encontrado diferencias entre los ítems esperados
El análisis de la consistencia interna de los del estudio de Koppitz (2002) y los identificados
ítems evolutivos del DFH en esta población, se en la muestra de niños yaquis. Esencialmente, estas
obtuvo a partir del modelo alfa de Cronbach y diferencias consisten en una disminución de estos

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Ítems Evolutivos del Test del Dibujo de la Figura Humana en Niños Indígenas Yaquis 84

ítems en la mayoría de los grupos de edad de los


niños yaquis, en relación a los de Koppitz (2002). El
grupo de edad que ha presentado más diferencias Discusión
corresponde al de 5 años, en el que se han elimina-
do 3 ítems esperados, tanto en el grupo de las niñas Los resultados sobre los aspectos de la va-
como en el de los niños. En los grupos de niñas de lidez y confiabilidad del sistema de maduraci-
6 y 7 años y los niños de 10 se han eliminado dos ón mental de Koppitz (2002) que se han ana-
ítems. En el resto de los grupos se ha eliminado 1 lizado en esta investigación, indican que es un
ítem esperado, a excepción de los niños de 7 y 8 test adecuado para evaluar el nivel madurati-
años y las niñas de 10 años, que han mantenido vo conceptual en niños de la comunidad yaqui.
los ítems esperados del estudio de Koppitz (2002). El primer aspecto analizado sobre la validez, el
El ítem esperado “nariz” es el que ha presenta- análisis de las diferencias evolutivas de los ítems
do más diferencias con respecto a las normas de del sistema, indicó diferencias estadísticamente
Koppitz (2002). No ha alcanzado el porcentaje ne- significativas según las edad de los niños, es decir,
cesario para ser considerado esperado en las niñas un aumento de los ítems dibujados a medida que se
y niños de 5 y 6 años, en las niñas de 7 años y en los incrementa la edad de los niños de la muestra, con
niños de 9 años. También han presentado diferen- una puntuación media que va de 9.93 en la edad de
cias los ítems “piernas en 2 dimensiones” (no con- 5 años a 18.19 en el grupo de edad de 11 años. Este
siderado esperado en las niñas de 7, 8 y 9 años) y incremento de los ítems dibujados en el DFH con-
“brazos hacia abajo” (no considerado esperado en firma la relación con la edad y maduración de los
los niños de 10 y en los niños y niñas de 11 años). ítems evolutivos del sistema Koppitz en una pobla-
Únicamente en 4 grupos de niños yaquis se ción diferente a la del estudio original de Koppitz
han añadido ítems esperados en relación a las (2002), así mismo es consistente con los resulta-
normas de Koppitz (2002). Estos grupos son los dos de los estudios que han analizado el desarrollo
niños de 7 años, en el que se ha añadido el ítem evolutivo de los ítems del sistema de esta autora en
“cabello”; los niños de 9 años, en donde se aña- poblaciones infantiles no estadounidenses (Abell
den los ítems “cabello” y “dedos” y las niñas de et al., 1996; Hutz & Antoniazzi, 1995; Jegede &
10 años y los niños de 11 años, que incluyen a Bamgboye, 1982; Ozer 2009). Esta tendencia evo-
la lista de esperados “pies en 2 dimensiones”. lutiva se detiene alrededor de los 9 años de edad,
En cuanto a los ítems excepcionales (Tabla en donde ya no se encontraron diferencias signifi-
6), los resultados muestran un aumento de estos cativas en las puntuaciones medias con los grupos
ítems en la muestra de niños yaquis con respecto de edad posteriores. Ozer (2009) también encon-
a los identificados en el estudio de Koppitz (2002), tró en una muestra de niños turcos, que a los 9
en todos los grupos de edad y en ambos sexos. Los años se detiene el desarrollo evolutivo de los ítems.
grupos que han presentado más ítems excepcio- El segundo aspecto, que tiene que ver con la
nales añadidos son las niñas de 9 y 11 años, con 6 validez concurrente del sistema de maduración
ítems añadidos y las niñas de 7, 8 y 10 años y los de Koppitz (2002), mostró índices de correlación
niños de 10 y 11 años de edad, en los que se han significativos entre el número de ítems dibujados
añadido 5 ítems excepcionales. En el resto de los en los DFH y el MPC en todos los grupos de edad,
grupos, se han añadido entre 2 y 3 ítems. Solamen- con valores bajos, a excepción del grupo de edad
te se ha eliminado un ítem excepcional de Koppitz de 7 años en donde el índice de correlación fue no
(2002) en el grupo de niños yaquis de 5 años, que significativo. Teniendo en cuenta la muestra total,
es “pies en 2 dimensiones”. La comparación entre el el índice de correlación fue significativo y mode-
número total de ítems excepcionales obtenidos en rado. Por lo que se puede concluir que existe una
los distintos grupos de edad del estudio de Koppitz asociación de baja a moderada entre el número de
(2002) y el obtenido en la muestra de niños yaquis detalles que dibujan los niños en el DFH y la ha-
indica diferencias más marcadas en los grupos bilidad de razonamiento abstracto o no verbal que
de niños de más edad, que en los más pequeños. evalúa el MPC. Este resultado es consistente con
los estudios anteriores que han encontrado índices

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Tabla 5
Comparación de los ítems esperados en el DFH obtenidos en Koppitz (Ko) y en la muestra de niños yaquis (Ya), según grupos de edad y sexo
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Nota: La información sobre las normas de Koppitz que se presenta en esta tabla ha sido extraída de las tablas 2 y 3 del original en inglés (1968).
a La diferencia con respecto a la frecuencia esperada (86%) no es significativa (p>0.05)
b La diferencia con respecto a la frecuencia esperada (86%) es significativa al p<0.01
c La diferencia con respecto a la frecuencia esperada (86%) es significativa al p<0.05
85
Tabla 6
Comparación de los ítems excepcionales en el DFH obtenidos en Koppitz (Ko) y en la muestra de niños yaquis (Ya), según grupos de edad y sexo
Ítems Evolutivos del Test del Dibujo de la Figura Humana en Niños Indígenas Yaquis

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Nota: La información sobre las normas de Koppitz que se presenta en esta tabla ha sido extraída de las tablas 2 y 3 del original en inglés (1968).
a La diferencia con respecto a la frecuencia esperada (15%) no es significativa (p>0.05)
b La diferencia con respecto a la frecuencia esperada (15%) es significativa al p<0.01
86
Ítems Evolutivos del Test del Dibujo de la Figura Humana en Niños Indígenas Yaquis 87

de correlación significativos con valores variables, pos de edad de los niños yaquis, siendo las dife-
que oscilan entre bajos y altos entre las puntuacio- rencias más marcadas en los grupos de niños de
nes del DFH y las obtenidas en otros tests de fun- más edad, en donde se añadieron entre 5 y 6 ítems
cionamiento intelectual (Abell, et al, 1996; Kop- más con respecto a los de las normas de Koppitz.
pitz, 2002; Gayton et al., 1974; Vedder et al., 2000). Los ítems excepcionales que fueron menos dibu-
En cuanto a la fiabilidad, los coeficientes alfa de jados por los niños yaquis en todos los grupos de
Cronbach y de Spearman-Brown obtenidos en la edad fueron “rodilla”, “perfil” y “proporciones”.
muestra total, indican que existe una consistencia Estas diferencias indican que la utilización de
interna alta entre los ítems evolutivos del sistema las normas de Koppitz no es adecuada para es-
de maduración de Koppitz (2002) en esta pobla- tablecer interpretaciones de las puntuaciones de
ción. Por otro lado, los resultados del acuerdo los niños yaquis en este test porque, en todos los
interevaluadores muestran una coincidencia alta grupos de edad, el uso de estas normas subesti-
entre las puntuaciones otorgadas por los distin- ma las puntuaciones obtenidas por los niños en
tos evaluadores de los DFH, lo cual es consistente el DFH. Los estudios normativos anteriores del
con los estudios anteriores que han analizado este sistema madurativo de Koppitz (2002) en niños
tipo de fiabilidad (Abell et al., 1996; Gayton et al., de otros países y culturas también han encontra-
1974; Gonzales, 1982; Hutz & Antoniazzi, 1995; do diferencias en los ítems evolutivos respecto a
Merino et al., 2007; Ozer, 2009; Vélez et al., 2011). las normas de Koppitz (Gonzales, 1982; Hutz &
El análisis de las diferencias de sexo en el nú- Antoniazzi, 1995; Merino et al., 2007; Ozer, 2009;
mero de ítems dibujados en el DFH, indicó que Vélez, et al., 2011), lo que ha puesto de manifies-
no existen diferencias significativas en función de to la necesidad de contar con normas locales.
esta variable. Este resultado coincide con los ob- El resultado más destacado del análisis com-
tenidos por Hutz & Antoniazzi (1995), Jegede & parativo entre los datos obtenidos en la muestra
Bamgboye (1982) y con los datos proporcionados de niños yaquis y las normas de Koppitz (2002)
por Harris (1991) sobre el funcionamiento similar consiste en el peor funcionamiento de los niños
en el DFH en niños y niñas de varios grupos de in- yaquis en el DFH. En general, estos niños dibu-
dígenas norteamericanos. Sin embargo, difiere de jaron menos ítems evolutivos en sus dibujos que
los resultados obtenidos por Koppitz (2002) en su los niños estadounidenses de la estandarización
muestra de estandarización, que encontró que los de Koppitz (2002). El estudio de Hutz & Antonia-
dibujos de las niñas en los primeros grupos de edad zzi (1995), realizado con niños brasileños de Porto
eran superiores a los de los varones y que alrede- Alegre, también mostró un peor funcionamiento
dor de los 8-9 años estas diferencias desaparecen. en los dibujos de los niños, es decir, un aumento
Con respecto al segundo objetivo de este tra- de los ítems excepcionales y una disminución de
bajo, la comparación de las normas obtenidas en los esperados en la mayoría de los grupos de edad.
este estudio con las de Koppitz (2002), los resul- Las explicaciones que se han dado sobre las
tados indican diferencias en los ítems esperados diferencias en el funcionamiento de los niños en
y excepcionales. En relación con los ítems espe- el DFH, apuntan a la influencia de elementos cul-
rados, se ha encontrado una disminución de es- turales y socioeconómicos. Diversos autores han
tos en la mayoría de los grupos de edad de los mencionado que la importancia que otorga un
niños yaquis, en comparación a los del grupo de grupo cultural a la expresión artística puede influir
estandarización de Koppitz. Los ítems esperados en la ejecución de los niños en el DFH (Dennis,
que han presentado más diferencias son “nariz”, 1966; Mehryar et al., 1987). En el grupo indígena
“piernas en 2 dimensiones” y “brazos hacia aba- yaqui, el desarrollo artístico es relativamente es-
jo”, que no se han considerado esperados en va- caso, comparado con los pueblos de Mesoamérica
rios grupos de edad y sexo de la muestra de niños y con el mundo occidental, por lo que los niños
yaquis. Respecto a los ítems excepcionales, los yaquis pueden tener menos experiencia con acti-
resultados muestran más diferencias, que en los vidades artísticas y esto se refleja en sus dibujos de
ítems esperados. Estas diferencias consisten en un la figura humana. Otro aspecto que puede influir
número mayor de estos ítems en todos los gru- en la baja ejecución de los niños yaquis en el DFH

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Ítems Evolutivos del Test del Dibujo de la Figura Humana en Niños Indígenas Yaquis 88

tiene que ver con las diferencias en los valores mo- puntuaciones que obtienen los niños. Dentro de
tivacionales y de logro de cada grupo sociocultural una batería de tests que incluya otras medidas de
(Laosa et al., 1974); en las sociedades más desar- funcionamiento intelectual, la utilización de estas
rolladas, como en la mayoría de los países europe- normas del DFH puede ayudar a los psicólogos
os y en Estados Unidos, los niños están inmersos que trabajan con esta población infantil a tomar
en un sistema de valores que enfatiza más el logro decisiones más adecuadas sobre las intervenciones
y el retraso de la gratificación inmediata a favor de psicoeducativas que necesitan los niños evaluados.
metas a largo plazo que las sociedades menos de-
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