Leccion de I Unidad
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CUSCO – PERÚ
2018
UNIDAD DE FILOSOFÍA, EVOLUCIÓN HISTÓRICA Y
APRENDIZAJE PROBLEMÁTICA DE LA FILOSOFÍA
1:
Las condiciones que la hacen posible.- Son muchas las razones que hacen de Grecia un lugar
propicio para que aparezca la filosofía.
Razones geográficas
Razones culturales. La religión
Razones económicas. Trabajo esclavos
Razones políticas. Democracia
Paso del mito al logos.- El estudio de la naturaleza se hace de un modo racional no mítico.
Todas las cosas están hechas de algo que subyace a todos los cambios, es la sustancia de la
que se componen todas las cosas (el Arché).
“La pasión por la admiración es propio del filósofo” (Platón, Obra “Teeteto”)
“El asombro empujó a los primeros pensadores a las especulaciones filosóficas”
(Aristóteles, Obra “La Metafísica).
“La duda metódica es la condición de todo verdadero filosofar y la vía de la “certeza”
( Renato Descartes, Obra “Discurso del Método”)
“Las situaciones límite hace que se tome el más profundo pensar” ( Karl Jaspers, Obra
“Introducción a la Filosofía”)
a) Asombro. Uno de los elementos que caracteriza el saber filosófico está planteado a partir
de la capacidad de asombro que tiene el hombre. Anteriormente señalamos que fue
Aristóteles quien de manera contundente pone de manifiesto que, gracias a la facultad que
posee el ser humano de maravillarse, observar, contemplar todo cuando le rodea y tratar de
buscar respuestas a cuestiones que desconciertan a su intelecto, es posible el surgimiento
de la filosofía. A partir de un recorrido histórico podríamos identificar diferentes cuestiones
que tradicionalmente han inquietado al ser humano y lo han conducido a la búsqueda de
respuestas explicativas, a saber, la libertad, el alma, el sentido de la vida, el conocimiento,
los valores, etcétera.
b) Duda. Aunado a la capacidad de asombro que posee el hombre se encuentra la actitud
crítica de dudar, de cuestionar la tradición, la autoridad, lo cual implica la utilización de la
duda como condición existencial, misma que se expresa a través de experimentar angustia,
intranquilidad o desasosiego ante la realidad, o como método de conocimiento, en la que
se establece como condición de posibilidad para la generación del conocimiento.
c) Reflexión racional. Estrechamente vinculado a la capacidad de asombro y duda que
caracterizan la filosofía, encontramos un tipo de reflexión ordenada, coherente,
fundamentada en razones, lo cual le otorga el título de ser un saber de reflexión racional.
En este sentido, las explicaciones que otorga son aceptadas en la medida en que están
fundamentadas en argumentos, que pueden ser discutidos y sometidos a crítica; es decir,
las explicaciones que presenta no son dogmáticas
d) Visión totalizadora. A lo largo del tiempo, algunos filósofos han considerado que otro
rasgo que caracteriza a la filosofía es que ofrece una visión totalizadora de la realidad, en
tanto que tiene un objeto de estudio distinto de las demás ciencias, pues abarca todas las
cosas; esto significa que es el más amplio, ya que no se centra en segmentos o parcialidades
de la realidad, sino en la totalidad de lo real. Así, al tener por objeto de estudio la totalidad
de cuanto existe, se encarga de poner de manifiesto los aspectos que fundamentan la
realidad para tratar de llegar a su esencia. En este sentido, intenta proporcionar una visión
de conjunto de lo real para tratar de descubrir su fundamento último.
e) Pregunta. Otro de los aspectos que caracterizan a los planteamientos filosóficos se
evidencia a partir de la estructura con la que plantea las cuestiones que han sido de capital
importancia a lo largo de los siglos. Los grandes problemas de la filosofía están expresados
en forma de preguntas; por ejemplo, para Aristóteles la filosofía puede ser entendida como
una indagación causal, en tanto que es una búsqueda que interroga por el ser, la sustancia,
el hombre, la realidad, etc., desde su fundamento último. De esta manera, la pregunta
filosófica cobra importancia en la medida que siempre está orientada hacia la búsqueda–
respuesta de los grandes problemas de la filosofía.
f) Amor a la sabiduría. Afirmar que la filosofía se caracteriza como un amor a la sabiduría
podría implicar, por un lado, el reconocimiento de nuestra propia ignorancia y, por otro, la
necesidad de ir a la búsqueda de la verdad. Así, la actividad filosófica consiste en el puro
deseo de conocer y contemplar la verdad, esto es, un amor desinteresado por la verdad a
partir del cual es posible reconocer que la filosofía constituye una pasión libre por la
sabiduría.
De este modo, la filosofía constituye un fin en sí misma porque tiene como objetivo la
búsqueda, contemplación y deleite de la verdad.
g) Formas de expresión. Hemos de reconocer que la filosofía tiene múltiples formas de
expresión, tanto oral como escrita, entre las más comunes podríamos mencionar el ensayo,
el tratado y el diálogo. Centraremos la atención en una de las formas de expresión más
importantes de la actividad filosófica en la antigüedad y que ha subsistido a lo largo de la
historia: el diálogo, el cual es entendido como una discusión organizada mediante
preguntas y respuestas entre individuos interesados por una misma cuestión en la que se
intenta precisar y respecto de la cual se pueden mantener inicialmente puntos de vista
distintos. Como caso específico, podríamos mencionar que una de las primeras
manifestaciones de diálogo dentro del pensamiento occidental se encuentra en los Diálogos
de Platón.
Partiendo de que la filosofía es el amor por la sabiduría diríamos entonces que esta
definición clásica la convierte en una tensión que nunca concluye, en una búsqueda sin
término del verdadero conocimiento de la realidad. La importancia y utilidad de la Filosofía
es una verdad práctica y de sentido común. Si se considera la Filosofía por parte de su
etimología, nada más digno del ser humano, como el ser inteligente, que el de la búsqueda
del amor a la sabiduría. Al mismo tiempo la filosofía es un saber eminentemente
interdisciplinar, ya que emplea las aportaciones de diferentes disciplinas científicas y de
distintos tipos de saber, sin limitarse a ninguno de ellos; en este sentido, la filosofía va más
allá de las habituales especializaciones del saber científico.
Este rasgo es una derivación de su carácter general y crítico. Debemos señalar que en
filosofía posee un gran valor la actitud interrogativa, y se ha dicho que en ella son más
importantes las preguntas que plantea que aquellas respuestas que pueda ofrecer: tal
consideración es consecuencia del carácter crítico que caracteriza a la filosofía. Algo así
como lo practicado por Sócrates “La Mayéutica”. La Mayéutica es un método con que el
maestro, mediante preguntas, va haciendo que el discípulo descubra nociones que en él
estaban latentes.
Por otra parte dentro de todas estas ramas se ha desarrollado la que se le llama
“Filosofía Técnica” Aunque podemos afirmar que todo hombre o mujer son filósofos, la
filosofía ha desarrollado a lo largo de su historia un conjunto de conceptos y métodos que
conforman una técnica y una sensibilidad conceptual muy determinada; de ahí que sea
necesario destacar el carácter técnico que posee gran parte del trabajo filosófico. Es éste un
rasgo que no ha hecho sino aumentar en los dos últimos siglos, cuando el análisis filosófico
se ha visto enriquecido con un elevado nivel de complejidad, que exige un conocimiento
especializado. Es posible distinguir varias áreas de investigación filosófica: ontología y
metafísica (análisis crítico de la estructura de la realidad); teoría del conocimiento,
epistemología o gnoseología (análisis del origen, estructura y alcance del conocimiento);
lógica (estudio del razonamiento o argumento válido); ética (teoría de la acción humana y
de sus valores); estética (teoría de la belleza y del arte); y, por supuesto, la historia de la
filosofía. Cabe señalar, asimismo, la existencia de una variedad de análisis filosóficos de
determinadas ramas de la ciencia o de la actividad humana, que constituyen áreas
especializadas como son la filosofía de la historia, la filosofía de la ciencia, la filosofía del
derecho o la filosofía de las ciencias sociales, entre otras.
-ÍNDICE-
AL LOGOS.
IV.- PLATÓN.
V.- ARISTÓTELES.
INTRODUCCIÓN.
La filosofía nace en Grecia con el objetivo de buscar la verdad de la naturaleza y del hombre. El
saber filosófico no sólo es universal sino prende conocer las primeras causas y principio del ser, es
decir de la totalidad de la existencia.
Podemos distinguir en ella los siguientes periodos filosóficos:
Periodo pre-socrático es caracterizado por la reflexión sobre la cosmología. Ellos pretenden
conocer el principio de todas cosas, es decir cómo surge y como se generó el universo, por
eso, según Aristóteles no son filósofos sino son físicos o naturales porque pone los
principios de la existencia del mundo en los elementos de la naturaleza: agua, aire fuego
tierra, átomo, etc.
Periodo antropológico, se caracteriza porque centran su reflexión sobre el hombre. Ellos deja
de lado los problemas cosmológicos y se centran en el hombre y en los problemas éticos y
sociales y políticos. En este contexto cabe situar por antonomasia a Sócrates y luego sus
contrincantes los sofistas.
Periodo Sistemático, se caracteriza por organización y sistematización de los conocimientos
filosóficos. De esta tarea se encargaron los titanes de la filosofía griega Platón (427 a.C.-
347 a.C.) y Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.). Estos gigantes de la filosofía también afrontaron
diversa temas de interés filosófico, Metafísico, gnoseológico, ético, político, cosmológico,
lógico, etc.
Periodo ético, se caracteriza por la reflexión sobre la ciencia moral, entendida como búsqueda
del camino de la felicidad. Poco a poco, la cultura helenística irá orientándose hacia
filosofías de carácter religioso o de salvación individual, con alguna de las cuales llegará a
conectar de un modo u otro la religión cristiana.
1) EL MITO:
El hombre, situado ante los fenómenos del mundo físico (terremotos, inundaciones, día y
noche, tormentas, etc.), sin grandes posibilidades de dominarlos, construye acerca de ellos
explicaciones fantástico-religiosas (=mitos).
Una de las características que definen al ser humano es su capacidad de interrogarse, de buscar
explicaciones (algo a lo que le empuja su razón).
En el mundo prefilosófico griego, es decir, en el periodo mitológico, las explicaciones hablan
de dioses, con Zeus (Theos) como Ordenador supremo, y con el Destino gobernando la vida
humana de modo imprevisible. Autores:
HOMERO y HESIODO. Para ellos, los poderes o fuerzas que causan y generan todo lo que
ocurre en la Naturaleza (Physis) son de carácter divino y caprichoso (incomprensibles
esencialmente para la razón humana).
2) EL PASO AL LÓGOS:
El paso paulatino a la explicación racional (lógica), estará condicionado por unas circunstancias
socio-culturales determinadas: descomposición de la estructura social monárquica y progresiva
implantación de la democracia.
Con la Polis (Ciudad-Estado), aparece el polites, el ciudadano, el cual queda inserto en la
isonomía o igualdad de todos ante la ley. Leyes políticas en cuya elaboración y aprobación el
ciudadano tiene, no sólo el derecho, sino la obligación de participar.
El hombre comienza a perder fe en los mitos, buscando explicaciones racionales de la
naturaleza: explicaciones que acuden a causas naturales para dar cuenta de los fenómenos
naturales.
La .razón busca causas en el ámbito de las realidades naturales, y para ello procede con método
(en griego significa .camino hacia.): es decir, cada paso dado en el conocimiento de las causas
debe ser comprensible y homogéneo con lo explicado, sin saltos fantásticos ni apelaciones a
la fe (a creer sin entender)
Mitos (µύ): Los mitos son relatos de carácter Lógos (ó): Palabra griega con un significado
fabuloso o fantástico, en los que se exaltan las muy extenso: así, lógos quiere decir espíritu,
hazañas de personajes divinos, que intervienen como inteligencia, razón, orden cósmico y, en general, se
fuerzas sobrenaturales en la producción de los refiere a toda actividad relacionada con el esfuerzo
fenómenos de la Naturaleza. Suelen guardar una científico destinado a comprender la realidad. En
estrecha relación con las creencias religiosas y las sentido estricto, significa palabra. (= légein: decir,
tradiciones culturales hablar).
La primera etapa de la filosofía va desde los inicios del siglo VI a.C. hasta la 1ª mitad del siglo V a.C.
Los llamados filósofos presocráticos son anteriores a Sócrates. Su preocupación filosófica fundamental
es la explicación de la Naturaleza (Physis).
Geográficamente se desarrollan en las colonias jónicas e itálicas de Grecia. Ciudades ricas y muy
comunicadas, que entran en contacto con otras culturas, lo que lleva a sus ciudadanos a construir
modelos de interpretación y explicación de la realidad distintos de los tradicionales (=es decir, de los
homéricos o mitológicos).
1) EL CONCEPTO DE NATURALEZA
Los primeros filósofos son conocidos como .físicos. porque su preocupación fundamental es conocer
la Physis (=Fisis=Naturaleza).
La Physis es, en primer lugar, la causa que hace que algo determinado llegue a existir. Así entendida, la
physis es la .esencia propia de las cosas existentes (hombres, caballos o sauces llorones tienen una
forma intrínseca de ser gracias a la cual existen como tales).
Ahora bien, la .razón unifica las causas y busca la physis radical, es decir, la causa o principio originario
de la que se generan o nacen las cosas que componen el mundo.
Esta physis original es el arkhé o arjé: una realidad material que ha existido siempre (.arkhé. = lo
antiguo, lo arcaico). {La idea cristiana de .creación. como surgimiento a partir de la nada es
incomprensible para el hombre griego}.
Lo que surge del arjé es un mundo ordenado según una ley (un lógos), es decir, surge un cosmos (caos).
2 leyes/fuerzas: Amor-Odio.
4) HERÁCLITO Y PARMÉNIDES:
Heráclito (llamado .el oscuro.) y Parménides intentan unas filosofías puramente racionales, aunque tal
vez fue Parménides el que logró un sistema más coherente.
HERÁCLITO:
1. No es sistemático. Escribe sentenciosamente. Influirá en Nietzsche.
2. Las ideas principales serían:
a) Todo cambia o fluye, nada hay permanente. .No podemos bañarnos dos veces en el mismo
río.. Lo único permanente es el perpetuo Devenir de todas las cosas.
b) Este .devenir no es caótico ni irracional, sino que está gobernado por un Lógos o
Razón Universal, el cual está también presente en el alma humana, por lo que ésta es capaz
de llegar a conocerlo.
c) El cambio se produce por la lucha de contrarios (día/noche, nacimiento/muerte,
salud/enfermedad, etc.).
d) Por eso dirá que .La guerra (pólemos) es el padre de todas las cosas.. Heráclito inaugura
el modo de pensar dialéctico (para el cual la contradicción es el principio del ser y de
nuestro conocimiento del ser).
e) Todos los opuestos/contradicciones, sin embargo, constituyen una unidad básica.
Así dice: .Lo uno está hecho de todas las cosas y todas las cosas proceden del uno.).
f) Esta unidad es el Fuego, que es el arjé fundamental y eterno.
PARMÉNIDES:
- Es posible que fuera pitagórico. Afirma que el ser (to on) es aquello que todas las cosas tienen
en común: que son, que existen. Tal es la realidad única y fundamental, cuyo conocimiento
sólo es posible a través de la razón (vía de la verdad) y no de los sentidos (vía de la opinión o
del error). Inaugura la Ontología (=parte de la filosofía que se ocupa de reflexionar acerca del
ser o lo que existe, es decir, acerca del ente). Influirá en Platón.
a. Su filosofía es radicalmente racionalista. Está construida en forma de deducción
racional a partir de un solo principio lógico: que el ser es y el no-ser no es.
b. Si el no-ser no es, entonces el ser no puede proceder de él ni volver a él; por tanto, el
ser es eterno, inengendrado e imperecedero.
c. Si no hay no-ser, entonces sólo hay ser; luego es único e infinito.
d. Si sólo hay ser, entonces no caben cambios en él (es decir, no es posible que pase a
ser lo que no-es o que pase a no-ser lo que es), porque el ser es inmutable. El ser que
existe realmente para Parménides es como una esfera compacta e inmóvil.
e. Pero los seres que percibimos, como este hombre, esta piedra o este pájaro, no son
eternos, ni infinitos, ni inmutables, aunque los sentidos parecen asegurarnos que
existen.
f. Según Parménides, los seres que percibimos por los sentidos no son más que
apariencias carentes realidad, una simple ilusión, un sueño. El .ser. que existe
realmente sólo se deja conocer por la razón.
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«La vía de la verdad (que nos conduce a la ciencia =epistéme) se muestra como el único
camino realmente practicable para el filósofo, pues, como dice la diosa, los dos únicos
caminos de investigación que se pueden concebir son: «El uno, que el ser es y que el no-
ser no es. Es el camino de la certeza, ya que acompaña a la verdad. El otro, que el ser no
es y que necesariamente el no-ser es. Este camino es un estrecho sendero, en el que nada
iluminará tus pasos. Ya que no puedes comprender lo que no es, pues no es posible, ni
expresarlo por medio de palabras. Porque lo mismo es pensar y ser. E necesario decir y
pensar que lo que es, es, ya que el ser es y el no-ser no es; afirmaciones que te invito a
considerar bien.» PARMÉNIDES-
1) LOS SOFISTAS:
Gracias a la colaboración de todos los ciudadanos, los griegos, liderados por Atenas, vencen a los persas
en las Guerras Médicas. Ello conlleva, por un lado, el esplendor económico, político y militar de la pólis
ateniense, y por otro lado, una profunda democratización de la ciudad. Todos pueden participar en la
vida pública. Y para ello se preparan en la Oratoria y la Retórica (artes de hablar bien en el ágora=plaza)
y en la Dialéctica (habilidad para, mediante la palabra, preguntar y responder adecuadamente).
Los sofistas surgen como pedagogos o maestros que enseñan esas .artes parlamentarias. Y, algo
insólito, cobran por lo que enseñan.
Con los sofistas se produce el llamado .giro antropológico de la filosofía griega: frente a los primeros
filósofos, que son físicos (reflexionan sobre la Physis o Naturaleza), ellos van a centrarse en el Ánthropos,
es decir, el Hombre (reflexionan sobre la Moral, la Política, el Conocimiento, la Religión, el Lenguaje,
etc.).
Además, los sofistas introducen el relativismo moral (no hay verdades morales universales) y el
escepticismo (no hay conocimientos absolutos, válidos para todos). Sus argumentaciones retóricas y
dialécticas estaban destinadas a convencer y a tener éxito en la vida pública más que a buscar la verdad.
Algunos sofistas importantes son:
PROTÁGORAS: afirmó que todo conocimiento lo realizamos a través de los sentidos, siendo por ello
subjetivo, sin que nos sea posible alcanzar una verdad absoluta. No hay un ser único e inmutable que
podamos conocer con la razón. Las cosas sólo son lo que parecen ser en cada momento a nuestros
sentidos. .El hombre (individual) es la medida de todas las cosas.. .Tal como me aparecen las cosas a
mí, así son para mí; tal como te aparecen a ti, así son para ti.
GORGIAS: afirmó el más radical escepticismo. Escribe: .Nada existe de modo inmutable; suponiendo
que algo existiese de tal modo, no sería cognoscible; y suponiendo que fuera cognoscible, no sería
comunicable.. Nuestro lenguaje (=lógos) sólo puede expresar el aparecer fenoménico de las cosas, no
su ser esencial.
PRÓDICO: afirmó que ninguna religión es verdadera. La religión surge de la inclinación psicológica
del hombre a adorar aquello de lo que depende su vida, es decir, aquello que le es necesario para vivir
(el Sol, el Agua, la Tierra, etc.) o le infunde temor (el Rayo, las Tormentas, algún animal salvaje, etc.).
2) SÓCRATES:
Su influencia en la historia de la filosofía es enorme, aunque nunca escribió nada.
Conocemos su vida, que transcurre íntegramente en Atenas, y su pensamiento gracias especialmente a
los .diálogos. de Platón, el más famoso de sus discípulos.
En el año 399 fue condenado a beber cicuta (un veneno) por corromper a la juventud y ser impío para
con los dioses de la ciudad.
a) Sentido de su filosofía:
Confundido a veces con los sofistas. Sin embargo, no cobra por enseñar y, sobre todo, busca
continuamente la verdad. Algo que el hombre puede alcanzar a conocer gracias a su alma racional.
Insiste en la importancia que tiene el autoconocimiento del hombre: Conócete a ti mismo.
Lo más importante para su reflexión filosófica no es la naturaleza (physis), sino los temas
antropológicos, en especial los morales: lo que es bueno y malo, la justicia, la virtud, etc.
b) El método:
Sobre asuntos morales no sólo hay opiniones, sino que podemos llegar con la razón a definir ciertas
verdades universales.
Su método, basado en el diálogo, es la Mayéutica (en griego se llama así al arte de las comadronas para
ayudar a dar a luz; la madre de Sócrates era comadrona): primero, mediante la ironía, ha de hacerse
descubrir al interlocutor su ignorancia, y en segundo lugar, y siempre gracias al diálogo, el interlocutor
ha de sacar a la luz ciertas verdades morales universales olvidadas pero existentes en su alma racional.
c) Intelectualismo moral:
Consiste en afirmar que el saber y la virtud coinciden (es decir, que .hombre sabio. = hombre bueno.).
Sócrates sostiene que sólo se es malo por ignorancia,
Únicamente el conocimiento de la virtud nos permite ponerla en práctica tanto en la vida privada como
en la pública, es decir, ser virtuosos.
V.- PLATÓN
Además, las cosas del .mundo sensible. (=mundo de entidades particulares que captamos por los
sentidos) sólo existen a causa de las Ideas, en cuanto .PARTICIPAN. del ser de las Ideas, imitándolas..
Son, pues, .COPIAS materiales e imperfectas de las Ideas.
En sus últimos diálogos, Platón afirma que las cosas del mundo sensible han sido hechas por un ser
divino, bueno e inteligente, al que llama Demiurgo (=artesano o hacedor, que identifica con la Idea
suprema del Bien), el cual dio forma a una materia (indeterminada y existente desde siempre) teniendo
como modelo a las Ideas.
{Esta concepción de los dos mundos -el sensible y el de las Ideas- la expuso Platón en el diálogo República
mediante el famoso mito de la caverna. Nos presenta a unos hombres encadenados que se hallan dentro de una
caverna subterránea y que sólo pueden dirigir su vista hacia la pared del fondo de la caverna, en la cual se
proyectan sombras producidas por un fuego exterior cuya luz entra a través de una abertura situada en una
elevación del terreno a espaldas de aquellos hombres. Con este mito Platón pretende significar que nosotros
vemos habitualmente sombras (las cosas del mundo sensible), mientras que la verdadera realidad que las causa
o produce sólo puede llegar a conocerse mediante una ruptura con la costumbre de ver sombras/apariencias
gracias a una educación que nos permita ir ascendiendo por los distintos saberes -Arte, Física, Matemáticas y
Dialéctica- hasta alcanzar a ver con los .ojos del alma., es decir, con la razón, la verdadera realidad eterna e
inmutable, la de las Ideas.}
Influido por Parménides, Platón distingue dos tipos de conocimiento: el sensible (el que nos
proporcionan los sentidos, que tiene como objeto el devenir y que es simple opinión -dóxa-) y el
inteligible (el de la razón, que tiene como objeto la esencia de lo real o «eidos», es decir, las Ideas, y que
es propiamente intelección, y en su grado superior llámase ciencia o epistéme).
El conocimiento, si quiere llegar a ser ciencia (epistéme), ha de pasar por CUATRO GRADOS:
Influido por Sócrates, Platón afirma que llegar a conocer las Ideas no es sino recordarlas. La educación
(=paideia), por tanto, persigue la anámnesis o reminiscencia (recordar las verdades que el alma tiene
olvidadas).
4) LA ÉTICA:
Cada una de las partes del alma ha de alcanzar una virtud (=una excelencia en su modo de ser).
_ A la .parte racional. o inteligencia le corresponde alcanzar la Sabiduría (sophía) o Prudencia
(phrónesis): que consiste en saber dirigir bien a las otras partes del alma, alcanzando la armonía
entre ellas.
_ A la .parte irascible le corresponde alcanzar la Valentía (andreia): fuerza o coraje para seguir
las indicaciones del alma racional.
_ Y a la .parte concupiscible le corresponde alcanzar la Templanza (sophrosine): moderación
racional o prudente de los apetitos y deseos corporales.
Cuando la .parte racional consigue, a través de la Sabiduría, dotar de Valentía a la parte irascible y
moderar con Templanza los apetitos de la parte concupiscible, entonces el alma entera alcanza la virtud
suprema y fundamental: la Justicia (dikaiosine), que consiste en la armonía o equilibrio entre las partes.
5) LA TEORÍA POLÍTICA:
_ En el diálogo República expone Platón su teoría de la Ciudad Justa, y de cómo deben ser educados
sus ciudadanos para conseguirla.
_ La Ciudad ideal que Platón diseña está compuesta (a semejanza del alma) por tres partes o clases de
seres humanos, cada una de las cuales será educada para cumplir una función dentro de la ciudad:
Los TRABAJADORES Y ARTESANOS (.hombres de bronce.): producen los alimentos,
vestidos, viviendas, etc. que la ciudad necesita. Serán aquellos ciudadanos en los que predomine el alma
concupiscible (son la mayoría). Serán educados en la virtud de la Templanza: moderación de los
apetitos.
Los GUERREROS (.hombres de plata.): defienden la ciudad, ejercitándose en el arte de la guerra.
Serán aquellos ciudadanos en los que predomine el alma irascible. Llevarán un modo de vida comunista,
es decir, no tendrán propiedad privada ni familia, siendo educados por la Ciudad, que se convierte así
en su gran familia. Su educación tendrá como objetivo la consecución de la Valentía: fuerza/voluntad
para seguir las indicaciones de la inteligencia.
Los GOBERNANTES (.hombres de oro.): gobiernan la ciudad haciendo leyes justas
(=que persiguen el .bien común. introduciendo armonía en el todo social). Para ello, han de ser
FILÓSOFOS, es decir, aquellos en quienes predomina el alma racional. Serán educados en la
Dialéctica, en la Ciencia que les permita alcanzar el conocimiento racional de las Ideas y, en último
término, la suprema y principal entre ellas, es decir, la Idea del Bien. Su educación perseguirá fomentar
en ellos la Sabiduría o Prudencia (=capacidad de la inteligencia para dirigir hacia el Bien a toda la
Ciudad). Tampoco poseerán propiedad privada ni familia.
Pero la virtud más importante de la Ciudad es la JUSTICIA, sólo alcanzable cuando cada parte de la
ciudad cumple bien su función propia y, por tanto, existe armonía/equilibrio en el todo social.
En la ciudad platónica, las mujeres participan en la vida política en condiciones de igualdad con los
hombres.
En cuanto a las formas de gobierno, hay unas que son saludables (=persiguen el Bien común) y otras
que están enfermas (=han perdido el equilibrio entre las partes, persiguiendo un bien parcial):
Mito de la caverna:
_ La caverna (.sombras.) representa al mundo sensible.
_ La salida del prisionero por la .áspera subida alude a la educación.
_ El Sol que ilumina el exterior de la caverna es la Idea del Bien, y el mundo luminoso es
el Cosmos Noetós.
¿Para qué educar? Para hacer buenos ciudadanos y buenos gobernantes:
¿Qué es educar? No es introducir saberes en el alma, sino hacer que la parte racional mire
en la dirección correcta, es decir, hacia la luz, hacia las Ideas, para que vaya por sí misma
recordándolas.
¿Quién debe gobernar? Las .mejores naturalezas., es decir, aquellos en los que predomina
la parte intelectual/racional del alma, que serán educados en la Dialéctica y, por tanto,
serán Filósofos. .Las gentes sin educación y sin experiencia de la verdad jamás serán aptas
para gobernar una ciudad.. Sólo quienes son educados en el conocimiento de la idea del
Bien pueden ser buenos gobernantes de la pólis.
Educación del gobernante:
La liberación del mundo de las sombras ha de pasar por una serie de grados: los grados
del conocimiento: 1º sólo podrá ver .las imágenes de los objetos reflejadas en las
aguas. (Arte); 2º podrá mirar .los objetos mismos. (Física); 3º podrá mirar .las estrellas
y los cielos. (Matemáticas) y 4º, por fin, podrá contemplar .el propio Sol en su misma
región y tal cual es en sí mismo. (Dialéctica). El conocimiento superior, el que alcanza
.lo que cada cosa es en sí., su Idea, sólo es posible por medio de la
Dialéctica, la cual se ayuda como saber introductorio, del de las Matemáticas.
La Ciencia superior: la Dialéctica o Ciencia de las Ideas:
La Dialéctica es el arte del diálogo capaz de hacer que nuestra razón, animada por el
amor (eros) a la verdad, .ascienda sin ayuda de los sentidos, al principio mismo de las
cosas, a su esencia (=Idea). Sólo la ciencia de la Dialéctica nos permite llegar a conocer
las Ideas y la suprema de todas, el Bien. Por ello, ha de ser la culminación del proceso
educativo de los gobernantes: para que gobiernen bien la ciudad.
V.- ARISTÓTELES
Nace en Estagira (Tracia) en el año 384 a.C. Hijo de Nicómaco, médico del
rey Filipo de Macedonia. Fue preceptor de Alejandro Magno. Funda en Atenas el
Liceo, donde se filosofa paseando alrededor de un patio (peripatéticos). Muere en el
322 a.C. en la isla de Eubea.
Escribe sobre biología, física, ética, política, lógica, metafísica, etc. Obra enciclopédica. Tarda
más en conocerse que Platón, pero cuando llega a ser conocido en Europa en la Baja
Edad Media (sgs. XI-XIV), Aristóteles será llamado .el Filósofo por judíos, árabes y
cristianos (como, por ejemplo, Tomás de Aquino, en cuya filosofía influirá mucho).
Para Aristóteles lo que existe realmente no son las Ideas (como para Platón), sino la sustancia
individual, es decir, la cosa concreta y material que percibimos con nuestros sentidos, sometida a
cambios y transformaciones, a generación y corrupción, a movimiento. La filosofía aristotélica intenta
dar una explicación coherente de la realidad empírica y del movimiento constante que observamos en
ella. (La crítica a la Teoría de las Ideas de su maestro Platón consiste precisamente en rechazar la existencia
de las Ideas porque, siendo inmutables, no explican el movimiento de la realidad sensible).
Aristóteles clasifica las ciencias del siguiente modo:
1) La Lógica:
La Lógica aristotélica se ocupa de estudiar el Silogismo demostrativo (razonamiento deductivo en el
que a partir de ciertas afirmaciones verdaderas que llamamos premisas, se sigue/demuestra la verdad
de otra afirmación como conclusión), la Definición (que consiste en la determinación esencial de lo
que una cosa es) y las Categorías (que son los conceptos más generales que utilizamos al tratar de
definir lo que una cosa es).
2) La Metafísica:
Tiene dos sentidos: como Ontología se ocupa de estudiar los aspectos comunes a todo ente, es decir, a
todo lo que existe o es; y como Teología se ocupa del ente supremo o Dios.
Como Ontología, Aristóteles formula los siguientes conceptos:
Sustancia, esencia y accidentes.
La teoría hilemórfica.
Ser-en-potencia y ser-en-acto (explicación del movimiento de los seres).
Como Teología, Aristóteles construye, entre otros, el concepto (muy utilizado posteriormente, como
veremos, por Tomás de Aquino) de Primer Motor Inmóvil:
Si todo movimiento de los seres tiene su punto de partida en el ser-en potencia (es decir,
en la capacidad que tienen los seres de llegar a ser otra cosa distinta de la que son en un
momento dado), entonces hay que admitir que un primer ser-en-acto (no en potencia, pues en
este caso no habría tenido capacidad de actuar) fue la causa que impulsó al principio el
movimiento de los seres. Además, ese Primer Motor ha de ser Inmóvil, pues de lo contrario
necesitaría otro ser-en-acto anterior a él que lo hubiese puesto en movimiento, y éste a su vez
otro, y así indefinidamente, sin que nada hubiese llegado alguna vez a estar en acto.
3) La Física:
Se ocupa de estudiar las causas del movimiento o cambio de los seres naturales (es decir, de los seres
no producidos por el hombre).
_ Cuatro son las causas físicas del movimiento:
Causa material: el sustrato material de lo que algo está hecho.
Causa formal: es la esencia que determina a una cosa o sustancia a ser lo que es.
Causa eficiente: es el agente inicial exterior que impulsa el movimiento o cambios de una
sustancia.
Causa final: es la finalidad (télos) que persigue el movimiento o cambios en la sustancia.
La finalidad del movimiento en los seres naturales es siempre la actualización de sus
potencialidades.
Dos son las clases de movimiento o cambio en los seres:
De cualidad
Cambios accidentales De cantidad (cambios que no
De lugar afectan a lo que una
sustancia es)
4) Los seres vivos:
Lo que caracteriza y distingue a los seres vivos de los inertes es que en ellos la materia está animada
por una .forma específica, que es lo que se llama alma: principio vital de la materia, el cual muere
cuando la vida cesa.
Según las clases de alma hay tres clases de seres vivos:
Los vegetales: están animados por un alma vegetativa, que les permite
crecer, nutrirse y reproducirse.
Los animales: están animados por un alma sensitiva, que les permite,
además, desplazarse en el espacio y sentir.
El hombre: posee un alma racional, que le permite entender los conceptos
abstractos y el razonar inteligente.
Para Aristóteles (a diferencia de Platón) el conocimiento ha de ser explicado a partir de los sentidos
(las sensaciones o experiencia sensible). Gracias a las sensaciones nos formamos una imagen particular
de los objetos. Y a partir de esa imagen nuestro entendimiento es capaz de abstraer el principio esencial
(la forma) de los objetos, lo cual nos permite entenderlos como pertenecientes a una clase determinada.
(Como dirán más tarde algunos filósofos escolásticos, entre ellos TOMÁS DE AQUINO, o los
filósofos del llamado empirismo inglés.: .Nihil est in intellectu quod prius non fuerit in sensu., es decir, todo
el saber que hay en nuestro entendimiento ha pasado en primer lugar por los sentidos, o dicho de otro
modo, es fruto de la experiencia.)
6) La Ética:
Es eudemonista, es decir, una ética de la felicidad (.eudaimonía. = buen ánimo o buen espíritu). Pues
la felicidad es el fin (télos) de todas nuestras acciones; se desea por sí misma y no para conseguir otras
cosas; va unida a la posesión de algunos bienes materiales (como una casa, libros, amigos, etc.); consiste
en el ejercicio y perfeccionamiento de lo más propiamente humano, es decir, del entendimiento o razón
(lógos), por lo que no es alcanzable por el hombre que vive solo, sino únicamente por el que vive en
pólis, es decir, por el ciudadano. En la ciudad (la más perfecta forma de asociación humana, según
Aristóteles) el hombre, a través del diálogo con iguales, desarrolla su racionalidad, su lógos, y por
tanto su esencia humana.
La virtud es necesaria para alcanzar la felicidad. Pero la virtud no se deriva del saber (como en Sócrates
o Platón) sino de la práctica habitual de acciones virtuosas.
La virtud más importante es la Prudencia, que consiste en el hábito de elegir con entendimiento qué
acción es el justo medio (ni exceso ni defecto) adecuado a uno para su felicidad o bien vivir.
7) La Teoría Política:
El hombre no puede alcanzar la virtud, y por tanto la felicidad, al margen de la pólis. Por
ello la Ética se subordina a la Política, pues aunque ambas tratan sobre cuál es el bien del
hombre, sin embargo, dice Aristóteles, .el bien es ciertamente deseable cuando interesa a
un solo individuo, pero se reviste de un carácter más bello y más divino cuando interesa a
un pueblo y a un Estado entero..
La Prudencia es aquella virtud que nos permite saber cuál es nuestro bien individual, es
decir, qué acción es el justo medio adecuado a uno; pero si la aplicamos a conseguir el bien
de la pólis (o .comunidad civil., dice en el texto) entonces podemos llamarla Política.
7.1.- El fundamento de la sociabilidad humana: El hecho de vivir en sociedad es algo esencial a la
naturaleza humana. El hombre, dice Aristóteles, es por naturaleza (por physis; no por acuerdo o
nómos) un .zôon politikón., es decir, un .animal político., un ser que vive en pólis. Y la causa o
fundamento de la natural sociabilidad humana reside en que es el único animal que posee
palabra/lenguaje (lógos), y no sólo voz (phoné) como los demás animales. La voz, a través de
sonidos, permite expresar el dolor, el miedo, la alegría, etc., es decir, sentimientos privados y
subjetivos; mientras que gracias a la palabra los hombres razonan y pueden salir de su
individualidad, llegando a establecer acuerdos, mediante el diálogo, sobre lo que es justo o injusto,
bueno o malo, etc., y dice Aristóteles en el texto, .es la comunidad de estas cosas lo que constituye
la casa y la ciudad..
7.2.- Etapas por las que ha pasado la sociabilidad humana: El hombre sólo puede desarrollar
plenamente su naturaleza humana (racional), su ser-hombre, su humanidad, unido en sociedad con
otros hombres. El insociable por naturaleza, dice Aristóteles, es una bestia (menos que hombre) o
un dios (más que hombre). Esta esencial sociabilidad humana ha hecho que fueran surgiendo una
serie de comunidades: primero la casa o familia, más tarde la aldea o pueblo, y por fin, la
comunidad más perfecta de todas, la ciudad o comunidad civil.
_ 1º) La familia o casa (oikía): es la comunidad primera constituída por la unión de hombre, mujer,
esclavos y los hijos de todos ellos. El hombre y la mujer se unen para la generación, es decir, para
dejar semejantes tras de sí; y el señor y el esclavo para la cooperación y la seguridad de ambos, pues
el esclavo ha nacido para ser mandado porque no es capaz de prever las cosas con su mente. La
casa es, por tanto, la comunidad primera, la unidad económica básica, surgida para satisfacer las
necesidades cotidianas de la vida.
_ 2º) Más tarde, la unión de varias casas, originariamente del mismo linaje familiar, dio lugar a la
formación de la aldea (kóme) o pueblo, constituída para satisfacer necesidades no cotidianas.
_ 3º) Y, por último, varias aldeas fueron agrupándose hasta constituír la Ciudad (pólis) o
comunidad civil que, dice Aristóteles en el texto, .tiene el extremo de toda suficiencia, y que surgió
por necesidades de la vida, pero existe ahora para vivir bien.. Es decir, en la ciudad el hombre no
sólo ve satisfechas sus necesidades materiales cotidianas, sino que sobre todo se halla en un ámbito
político-moral capaz de permitirle vivir bien (=ser feliz de acuerdo con su naturaleza racional).
La Ciudad es posterior históricamente a las otras formas de comunidad (la casa y la aldea), pero por
naturaleza es anterior a ambas, pues la naturaleza de una cosa es lo que tal cosa llega a ser una vez ha
acabado su desarrollo; y la casa y la aldea sólo alcanzan su plena realización cuando llegan a constituír
una ciudad. En la casa y en la aldea está ya presente la ciudad, como forma potencial o télos al que
tienden. Casa y aldea son modos deficientes e incompletos de comunidad, que sólo llegan a su acabada
realidad en la pólis.
7.-3: La finalidad (télos) de la vida política: En la pólis, además de satisfacer sus necesidades
materiales primarias, el fin que le es dado alcanzar al hombre consiste en el vivir bien o felicidad.
Pues sólo en la ciudad el hombre ha llegado a realizar un espacio de diálogo (necesario para el
establecimiento de las leyes) en el que ejercita aquello que le constituye como tal, es decir, su
inteligencia o lógos, permitiéndole llevar una vida conforme a la virtud propiamente humana. La
pólis, pues, es una comunidad de hombres libres orientada a la finalidad de vivir bien o felicidad.
En cuanto a la Justicia, Aristóteles la concibe como el conjunto de normas jurídicas o leyes que
los hombres libres establecen por acuerdo. La pólis existe por naturaleza, pero las leyes de la ciudad
son fruto del acuerdo (nómos) entre los ciudadanos, los cuales, gracias a que poseen lógos y no
sólo phoné, pueden a través del diá-logo acordar lo que es justo e injusto, bueno o malo, etc. La
Justicia, por tanto, es necesaria socialmente, siendo la virtud política fundamental, gracias a la cual
se introduce armonía y orden entre los ciudadanos, pues, como dice el texto, .apartado de la ley y
de la justicia (el hombre) es el peor de los animales., pero no es el fin último de la pólis.
7.-4: Los grupos humanos en la pólis: El vivir bien o felicidad (auténtico fin de la pólis) sólo es
para los ciudadanos libres, no para los esclavos ni para las mujeres, pues a éstos la naturaleza (.que
no hace nada en vano., dice Aristóteles) los ha creado como utensilios vivientes para la felicidad
del hombre libre. Las mujeres y los esclavos han nacido para obedecer, siendo incapaces de llevar
una vida plenamente racional y conforme a la virtud. Asimismo, a diferencia de Platón, Aristóteles
no admite que se supriman en la pólis la familia ni la propiedad privada. La familia porque, como
sabemos, es la comunidad primera en la que el hombre satisface sus necesidades cotidianas o
inmediatas de la vida. Y la propiedad privada, porque todo aquello que no es de nadie o es de todos
se descuida más que lo que pertenece a uno solo.
7.-5: Formas de gobierno: Un gobierno sólo es legítimo si sirve al bien común o bien vivir de los
ciudadanos; lo que hace inaceptable una forma de gobierno es que las leyes no sean aplicadas en
dirección al bien común, sino al bien privado o particular.
Aristóteles se inclina por una forma de gobierno que sea el justo medio conseguido al
combinar las tres formas aceptables; considera que de ese modo la pólis consigue una mayor estabilidad.
Este periodo va desde la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.), que coincide prácticamente con la de
Aristóteles, hasta el inicio de la era cristiana.
La cultura helenística puede definirse como la resultante del encuentro y mezcla de la cultura griega
con elementos culturales no griegos, en especial orientales. Tal mezcla o sincretismo cultural entre lo
griego y lo bárbaro-oriental fue el inevitable resultado de las guerras de conquista de Alejandro Magno,
las cuales llevaron la cultura helena hasta las costas de la península arábiga y la India.
En este periodo, el sentido de la armonía de la Grecia clásica es sustituido por un barroquismo o
expresionismo sentimental. Frente a la agitación de los tiempos, las teorías éticas van a proponer
formas de vida cuyo objetivo es alcanzar la ataraxia (=la imperturbabilidad del ánimo).
En el terreno político, la Ciudad-Estado (pólis) autónoma e independiente, desaparece engullida en la
grandiosa realidad del Imperio, que se convierte en el nuevo marco social de referencia para el
individuo.
Atenas ya no es el centro político y cultural del mundo helénico, sino ciudades como Antioquía,
Pérgamo, Rodas y, muy especialmente, Alejandría (situada en la desembocadura del Nilo).
Durante este periodo se desarrollan las matemáticas y las ciencias adoptan un tono experimental:
Durante los cinco primeros siglos de nuestra era (es decir, desde el nacimiento de Jesucristo hasta la
caída del Imperio Romano en el año 476), aparece y adquiere una fuerza cada vez mayor el
Cristianismo. ¿Religión o Filosofía? Es una religión que poco a poco va adoptando ideas de las
filosofías paganas de la época, primero para defender su fe en un contexto cultural adverso, y más tarde
para formular variados sistemas filosóficos propiamente cristianos.
Entre las corrientes filosóficas con las que los cristianos se encuentran y de las que adoptan algunas
ideas, citaremos:
o _ El platonismo judío: FILÓN DE ALEJANDRÍA, afirma que Dios es absolutamente
trascendente (está más allá de todo lo que Él ha creado) y, por tanto, es incomprensible para la
razón humana.
o _ El estoicismo romano: defiende la inmortalidad del alma y el dominio racional de las pasiones
y apetitos corporales como modo de alcanzar la felicidad. Filósofos estoicos son: el hispano
SÉNECA, el esclavo EPÍCTETO y el emperador MARCO AURELIO.
o _ El neoplatonismo: PLOTINO (Sg. III), realiza una síntesis entre platonismo y pitagorismo
identificando el Bien platónico con el Uno pitagórico. Explicará cómo todo lo que existe procede
del Uno acuñando el concepto de emanación: mediante un proceso de carácter necesario y eterno
el mundo va surgiendo a partir del propio ser del Uno.
Los primeros pensadores cristianos, al intentar formular una idea comprensible del nuevo Dios que
anuncian/predican, asimilarán variadas dosis de filosofía griega y de religión judía. De la filosofía griega
tomarán, sobre todo, una cierta concepción metafísica de lo divino, presente en el Ser de Parménides, el
Bien de Platón, el Primer Motor de Aristóteles y el Lógos Universal de Heráclito y los estoicos. De la religión
judía adoptarán, entre otras muchas ideas, la de que Dios es una entidad inmaterial misteriosa que ha
creado por voluntad propia todas las cosas existentes, incluido el hombre. De acuerdo con ese carácter
misterioso y trascendente del Dios cristiano, se va a desarrollar en los primeros siglos la Teología
Negativa: es decir, una ciencia de Dios en la que sólo se alcanza a conocer lo que Dios no es, pues el
ser divino es tan absolutamente trascendente, infinito y perfecto, que nuestro limitado e imperfecto
entendimiento es incapaz de llegarlo a conocer positivamente.
Del siglo I al V es el periodo de la Patrística o de los Padres de la Iglesia. Es un periodo largo de
tiempo en el que van apareciendo concepciones teóricas diferentes:
o La primera es la de los Apologistas (=defensores de la fe): TERTULIANO (sg. II), cuya frase
.Credo quia absurdum. (.Creo porque es absurdo.) representa bien la postura de los apologistas.
Desdeñan en general la filosofía por innecesaria para la fe.
o La segunda corriente es la de los Padres Griegos: SAN GREGORIO NACIANCENO y SAN
GREGORIO DE NISA (siglo IV): conocen la lengua griega y realizan un trasvase de ideas de la
Filosofía griega al Cristianismo, en especial de platonismo y estoicismo. Consideran que la Filosofía
ha de ser cultivada porque es de utilidad para la Fe.
o La tercera corriente es la de los Padres Latinos: destaca por encima de todos SAN AGUSTÍN
(354-430), quien desarrolló el primer gran sistema de filosofía cristiana de raíz platónica justo en el
momento en que el Imperio Romano se desintegra. Para San Agustín, la Filosofía es .ancilla
Theologiae. (=sierva de la Teología). Por tanto, que la Razón es un instrumento del que la Fe puede
y debe servirse para clarificar la verdad cristiana. Creo para entender, y entiendo para creer., dirá
más tarde San Anselmo, filósofo cristiano de la línea platónico-agustiniana.
LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
-ÍNDICE-
INTRODUCCIÓN.
El tránsito de la filosofía en la Antigüedad a la filosofía en la Edad Media viene marcado por una
serie de elementos nuevos que se introducen en el pensamiento occidental por una religión, el
CRISTIANISMO.
Desde la aparición del Cristianismo hasta la crisis del pensamiento medieval del S. XIV, la filosofía
se va a constituir como discusión en torno a dos fuentes de conocimiento distintas: FE y RAZON. La
confrontación entre estas dos actitudes ante el hombre y ante el mundo, entre las exigencias de la
fe y las imposiciones de la razón, contribuyen a generar un ambiente que conformará una filosofía
con sentido propio.
El triunfo del Cristianismo o cuando menos, su equiparación intelectual con la filosofía griega
durante el imperio romano, se debe a unos cuantos cristianos cultos que tomaron una posición
frente al pensamiento pagano (sobre todo con el interlocutor más válido, el PLATONISMO) y que
crean lo que se puede llamar FILOSOFIA CRISTIANA. La culminación de este proceso de
enfrentamiento podemos encontrarla durante el S. V en el pensador de Hipona, SAN AGUSTIN.
Después de la caída del imperio romano y hasta el siglo XIII, la filosofía medieval será, sobre todo,
AGUSTINISMO. Habrá que esperar a la filosofía de SANTO TOMÁS para que se produzca un nuevo
rumbo en la filosofía occidental. La lectura de Aristóteles por pensadores árabes, su expansión
junto con el crecimiento del ISLAM y su introducción en las universidades occidentales durante los
siglos XII y XIII alentará la necesidad de sintetizar el pensamiento agustiniano (de base
neoplatónica) y el aristotelismo. De esto son muestra ejemplar las ideas tomistas.
http://www.iesdionisioaguado.org/joomla/Distancia/fil2/filmedieval.pdf
El siglo XIV inicia la decadencia del pensamiento de la Edad Media. El renacimiento del humanismo
promueve la emancipación del hombre de la protección divina y fomentan la creación de un
pensamiento racional libre que marcará el horizonte filosófico de los siguientes siglos. .
I.- LA FILOSOFÍA CRISTIANA EN LA ALTA EDAD MEDIA
(Sgs. V-X)
LA ESCOLÁSTICA.
El término .escolástica procede del vocablo scholasticus, cuya traducción literal sería .el que enseña en
una escuela.. Concretamente se llamaba así al maestro que enseñaba Trivium y Quadrivium en las escuelas
monacales, catedralicias y palatinas. Por extensión, el término Escolástica designa la filosofía que se
desarrolló en las escuelas durante los siglos finales de la Edad Media; tal filosofía constituye la expresión
más perfecta y acabada del pensamiento medieval.
Hacia el siglo XI la situación económica de Europa mejora notablemente. La organización social es el
Feudalismo. Resurgen poco a poco las ciudades (burgos). Es constante la lucha entre el Papado y el
Imperio, lucha que desemboca en el acrecentamiento del poder político y económico de la Iglesia. En
la península ibérica, tras varios siglos de luchas, cristianos y musulmanes comienzan un periodo de
pacífica convivencia, cuyas consecuencias más notables son la creación de la Escuela de Traductores
de Toledo, en donde se va a llevar a cabo el trasvase al latín de textos árabes que conservan buena
parte de filosofía griega desconocida en la Europa cristiana. El conocimiento de Aristóteles, en especial
a través de los comentarios del gran filósofo árabe Averroes, causará tal impacto entre los pensadores
cristianos que pronto Aristóteles será conocido como .el Filósofo.
Hasta el siglo de apogeo de la Escolástica, el siglo XIII, el de Tomás de Aquino, las relaciones entre la
razón y la fe van a ser en general entendidas al modo de San Agustín. Es decir, se considera que la
filosofía sirve como herramienta al servicio de la teología: ancilla theologiae (sierva de la teología). Pero
cuando en el siglo XIII llegue a ser ampliamente conocida la filosofía de Aristóteles y la de sus
comentaristas árabes, como Averroes, se empezará a considerar que la Razón es una facultad capaz,
por sí sola, de proporcionar una visión unitaria del Universo, a veces incompatible con la de la Fe. Esto
hace que los pensadores cristianos se vean obligados a separar y distinguir la filosofía de la teología,
aunque inmediatamente después traten de concordarlas, de buscar temas en los que ambas puedan
colaborar. Esta va a ser la posición de Tomás de Aquino. Pero, al final de la Edad Media, en el siglo
XIV, Fe y Razón se separarán definitivamente. Así, por ejemplo, uno de los autores más importantes
del periodo de crisis de la escolástica, Guillermo de Ockham, sostendrá que tratar de demostrar la
existencia de Dios o algún otro dogma de fe con argumentos racionales es una empresa condenada al
fracaso. El dogma sólo puede fundarse en la fe que el creyente tiene en la palabra de Dios revelada en
la Biblia, y tratar de darle un fundamento racional lo destruye.
Dentro del espíritu de colaboración entre la razón y la fe, nos encontramos en el siglo XI con la primera
gran prueba para demostrar racionalmente la existencia de Dios hecha por un filósofo cristiano, San
Anselmo de Canterbury: cuando pensamos en la .idea de Dios., pensamos en un ser más perfecto
que el cual no cabe pensar ningún otro; pues bien, siendo la existencia una perfección , Dios debe
existir no sólo como .idea mía, sino en la realidad, porque si no fuera así, cualquier otro ser por el
hecho de existir sería más perfecto que Él, lo que estaría en contradicción con la .idea que tenemos de
Dios (=ser más perfecto que el cual no cabe pensar ningún otro); luego, Dios existe.
Esta demostración, a diferencia de las vías tomistas, es una demostración a priori, es decir, se realiza
sin acudir a la experiencia, únicamente mediante la consideración lógica de la .idea que nuestra razón
posee de Dios: la .idea. de Dios exige que tal ser exista necesariamente, luego ha de existir. Las .vías
tomistas. Son demostraciones a posteriori, es decir, en ellas se parte de alguna cualidad experimentable
del mundo, a partir de la cual se concluye en la necesidad de que haya una causa que la produzca.
II.-3) SANTO TOMÁS DE AQUINO (Siglo XIII)
3) LA TEOLOGÍA:
_ En la Suma Teológica, Tomás de Aquino plantea dos cuestiones básicas en torno a Dios:
A) ¿Existe Dios? (Pregunta por la existencia)
B) ¿Qué es Dios? (pregunta por la esencia?
A) Sobre la primera cuestión tratan los tres artículos que hemos de comentar:
_ Artículo 1º: Si la existencia de Dios es una verdad evidente por sí misma.
_ Artículo 2º: Si la existencia de Dios es una verdad demostrable.
_ Artículo 3º: Si Dios existe.
Los tres presentan una estructura expositiva semejante:
En primer lugar, se enuncia el tema de forma problemática. (.Si..).
En segundo lugar, se exponen las dificultades para admitir la tesis enunciada. (.Parece que..).
En tercer lugar, se oponen a las dificultades las opiniones de alguna autoridad, como Aristóteles
(al que llama .el Filósofo.), algún Padre de la Iglesia o la misma Biblia. (.Por el contrario..).
En cuarto lugar, Tomás de Aquino expone su posición teórica ante la tesis tratada. (.Respuesta..).
En quinto y último lugar, se explica, de acuerdo con la respuesta dada, por qué las dificultades no
eran tales, sino errores. (.Solución..).
_ Artículo primero: .Si la existencia de Dios es evidente por sí misma. Para responder a esta cuestión, Tomás
de Aquino distingue entre:
Proposiciones evidentes en sí mismas y para nosotros.
Proposiciones evidentes en sí mismas pero no para nosotros.
Santo Tomás afirma que la proposición .Dios existe es evidente en sí misma pues el predicado (.existe.)
está incluido esencialmente entre los atributos/propiedades del sujeto (.Dios.). Es más: su predicado se
identifica con el sujeto, pues la esencia de Dios consiste en existir. Por ello, la proposición .Dios existe es,
además de evidente en sí misma, evidente para los sabios, es decir, para quienes han llegado a conocer con su
razón natural tal evidencia.
Por tanto, una proposición es evidente en sí misma, si el predicado está incluído entre los atributos
esenciales del sujeto. Ahora bien, si de una proposición se desconoce la naturaleza esencial del sujeto, aun
siendo evidente en sí misma, no lo será para quienes ignoran tal naturaleza. Por ello, la proposición .Dios existe
no es evidente para nosotros, puesto que, dada la absoluta trascendencia e infinitud divinas, desconocemos la
naturaleza esencial de Dios. Además está el hecho de que hay ateos, es decir, quienes niegan que la existencia
de Dios sea evidente. Luego, aun siendo una proposición evidente en sí misma, no lo es para nosotros. De ahí
que deba ser demostrada (y habrá de serlo a partir de lo que nos es más conocido: los seres de la naturaleza,
cuya existencia sólo se explica como efecto de la existencia de una causa anterior a ellos y primera, a saber,
Dios).
Artículo 2º: ¿Es demostrable la existencia de Dios? Santo Tomás distingue dos tipos de demostraciones:
o Demostración propter quid: se demuestra la existencia de algo a partir de la causa que lo produce.
Es una demostración cuyo punto de partida es lo anterior (la causa) y cuya conclusión es lo
posterior (el efecto producido).
o Demostración quia: se demuestra la existencia de algo a partir de sus efectos conocidos. Es una
demostración cuyo punto de partida es lo posterior (el efecto) y cuya conclusión es lo anterior (la
causa que lo produce).
Después de hacer esta distinción, Tomás de Aquino afirma que la existencia de Dios no puede ser objeto
de una demostración propter quid, pues Dios existe por causa suya (ese per se), y no por una causa anterior
a Él que lo haya producido. Sin embargo, puede utilizarse una demostración quia, pues todos los seres que
observamos en la naturaleza no existen por sí, sino por una causa anterior y distinta de ellos mismos (esse
per alium). Remontándonos a la Causa Primera de todo lo que existe llegamos a Dios.
_ Artículo 3º: .Si Dios existe. Tomás de Aquino propone sus .cinco vías. o pruebas racionales para demostrar
la existencia de Dios.
Todas las vías presentan la siguiente estructura argumentativa:
El punto de partida es la comprobación empírica de una realidad sensible/natural cuya
existencia requiere una explicación.
La afirmación del principio de causalidad (.nada existe sin una razón o causa que
explique su existencia.), que lleva a afirmar la necesidad de que exista una
Causa Primera.
La conclusión es que esa Causa Primera es Dios y que, por tanto, Dios existe.
1ª vía: La vía del movimiento. La primera de las vías, que tiene su origen en Aristóteles, parte del hecho
de experiencia que supone el movimiento o cambio de los seres naturales. Las cosas del mundo se mueven
(pasan de ser-en-potencia a ser-en-acto) y todo movimiento tiene que tener una causa exterior, pues nada puede
ser a la vez el principio motor y la cosa movida. La serie de seres que se mueven por causa de otros no puede
ser infinita, pues si así fuera, nada habría empezado a moverse. Por tanto, es necesario afirmar la existencia de
un Primer Motor que no es movido por ningún otro. Ese Primer Motor Inmóvil (causa del movimiento de todos
los seres) es Dios (que también puede ser llamado Acto Puro, pues si el movimiento es el paso de ser-en-
potencia a ser-en-acto, y Dios no es movido por nada, entonces es que no posee nada en potencia, siendo
solamente Acto Puro).
2ª vía: La vía de la causalidad eficiente. La segunda vía, basada también en Aristóteles, parte del
hecho de que todas las causas eficientes que existen en la naturaleza son a su vez causadas, pues ninguna cosa
puede ser causa eficiente de sí misma, pues para ello la cosa tendría que ser anterior –en cuanto causa- a sí
misma -en cuanto efecto-. Y como la serie de causas causadas no puede ser infinita (ya que si no hay una causa
primera, tampoco habrá una segunda ni una última), hay que admitir la existencia de una Causa Primera, para
explicar la existencia de las demás causas. Esta primera causa es Dios.
3ª vía: La vía de la contingencia. Basada también en Aristóteles, y que Kant llamará más tarde
.prueba cosmológica. Parte del hecho empírico de la contingencia, es decir, del hecho de que todos los seres de
la realidad, aunque existen, podrían perfectamente no haber existido o dejar de existir, ya que ninguno es
necesario. Por ello, si existen es por causa de otro. Pero si todos los seres fueran contingentes/posibles, nada
habría empezado a existir ni existiría en la actualidad. Luego el hecho de que existan implica la existencia de un
Ser Necesario, causa de la existencia de todos los seres cuya existencia es contingente. Ese Ser Necesario es
Dios.
4ª vía: La vía de los grados de perfección. Es la más platónica de todas las vías. Afirma que tras la
mayor o menor perfección de las cosas ha de existir un ser perfecto en grado sumo, el cual es el término de
comparación que nos permite apreciar el más y el menos en la perfección de los seres del mundo. Esa suma
perfección es la causa (en el sentido platónico del original, frente a la copia) de los diversos grados de perfección
que observamos en los seres del mundo, los cuales participan./.imitan./.copian en grado diferente aquella
Perfección Máxima. Este Ser Perfectísimo es Dios.
5ª vía: Vía del orden cósmico. Que tiene su origen en los estoicos, y será llamada por Kant
.prueba teleológica.. Todas las operaciones/actividades de los cuerpos naturales tienden a algún fin (télos),
aunque tales cuerpos carezcan de conocimiento. La regularidad con que alcanzan ese fin indica que no llegan a
él por casualidad. Pero si carecen de conocimiento es preciso afirmar que alguien conoce por ellos,
introduciendo inteligencia en sus operaciones. Esa Inteligencia Ordenadora (que es la causa del orden
observado en el Cosmos) es Dios.
El filósofo inglés DAVID HUME (sg. XVIII) rechazará la validez de las vías tomistas porque todas se
apoyan en el principio de la causalidad, el cual, según Hume, no es más que una ley de nuestro psiquismo
(nuestro modo de enlazar aquellos hechos que la experiencia nos muestra juntos habitualmente: al hecho que
aparece en primer lugar lo llamamos .causa. del segundo, al que llamamos .efecto.).
Unos años más tarde, el filósofo alemán MANUEL KANT llegará a la conclusión de que todas las
posibles demostraciones de la existencia de Dios se reducen a tres: la prueba ontológica de San Anselmo, la
prueba cosmológica (la de la contingencia de los seres) y la teleológica (la del orden universal) de Santo Tomás.
La de San Anselmo es rechazable porque en ella se da un salto no válido racionalmente desde lo lógico (la .idea.
que nuestra mente tiene de Dios) a lo ontológico (a afirmar la .realidad. o .existencia. de tal idea). La cosmológica
es en el fondo ontológica, porque el concepto de .ser necesario es solamente mental, no se deriva de la
experiencia, dado que los seres observables son todos contingentes, por lo que afirmar la
.existencia de tal idea es cometer el mismo salto de lo lógico a lo ontológico que da el argumento anselmiano.
En cuanto a la prueba teleológica, Kant descubre que en el fondo es cosmológica, pues se está afirmando que
el orden observable en el universo es contingente, por lo que es .necesario que exista un ser inteligente que lo
ordene. En fin, según Kant, el argumento teleológico es en el fondo cosmológico, y éste a su vez es ontológico,
por lo que si este último es rechazable, entonces los tres lo son.
B) Sobre la segunda cuestión teológica (la de ¿Qué es Dios?, es decir, la pregunta por la esencia divina),
Santo Tomás sostiene que nuestra razón es incapaz de conocer adecuadamente la naturaleza o esencia de Dios,
por ello sólo nos cabe seguir una vía negationis (=decir lo que no es: in-finito, in-mutable, in-material, etc.). Y
cuando atribuimos a Dios alguna cualidad positiva (como que es bueno, inteligente o perfecto), entonces hemos
de hacerlo vía eminentiae, es decir, elevando tal cualidad a un grado eminente (=de infinita simplicidad).
A Dios le atribuímos las propiedades que Parménides dio al Ser (Uno, Eterno, Infinito e
Inmutable), también las conclusiones de las cinco vías (Primer Motor, Causa Primera, Ser
Necesario, Ser Perfectísimo e Inteligencia Ordenadora), asimismo le atribuímos todas aquellas perfecciones que
observamos en los seres naturales, pero hemos de hacerlo, según Tomás de Aquino, de modo analógico, es
decir, por parecido o semejanza, pues tales atributos no dicen lo mismo cuando son referidos a las criaturas que
cuando son referidos a Dios. Y ello porque hay una diferencia ontológica radical entre el .ser/existencia de
Dios y el de las criaturas: Dios es el esse per se (existe por sí mismo), mientras que los demás seres esse per alium
(su existencia la reciben de otro). Y tal atributo (el de .existir por sí mismo.) es el que distingue al ser necesario
de los seres contingentes.
GUILLERMO DE OCKHAM
Su principio filosófico fundamental es el principio de economía de los entes, según el cual sólo hemos
de admitir como existentes realmente aquellos seres que percibimos con los sentidos.
Esto significa que la realidad está compuesta únicamente de seres particulares, y los
llamados .universales. (como Hombre, Rosa o Árbol) son nada más que nombres
(términos lingüísticos) con los que nos referimos a la realidad y la clasificamos. Esta
postura se denomina nominalismo. El cual se orienta hacia la investigación de la
naturaleza observable, prescindiendo de cuestiones teológicas y filosóficas que no se
refieran a hechos observables.
Asimismo, Ockham niega que las vías tomistas sean pruebas racionales
válidas: porque en ellas acaba afirmándose la existencia de una Causa Primera que no
puede observarse. Y para Ockham sólo ha de afirmarse que existe realmente aquello que podemos percibir
con los sentidos. Por tanto, aunque gracias a la Fe creemos que Dios existe como Causa de todo el
Universo, sin embargo la Razón humana no puede demostrarlo, porque el uso de la razón está limitado al
campo de lo empírico.
Según Ockham, sólo la Fe nos asegura que Dios existe. Esta postura se denomina fideísmo. Defiende, por
tanto, una separación radical entre la Razón y la Fe.
El nominalismo de Ockham, producto del ambiente empirista de la inglesa Universidad de Oxford,
contribuyó a independizar y dar autonomía a la Razón frente a la Fe, liberando a la Filosofía de su
servidumbre escolástica a la Teología. Esta nueva orientación de la Filosofía hacia el conocimiento de la
naturaleza observable, trajo consigo el progresivo desarrollo de las ciencias modernas, en especial de la
Física, todavía llamada Filosofía de la Naturaleza.
LA FILOSOFÍA MODERNA
-ÍNDICE-
MODERNA.
SCHOPENHAUER.
La filosofía moderna marco un cambio de época, iniciando con el renacimiento y continuando con los
dos grandes movimientos geográficamente diferenciables: el racionalismo continental y el empirismo
británico. Estas dos corrientes establecen no sólo los principios de la filosofía moderna, sino también
las bases y los métodos de las ciencias naturales y humanas. Continúa su avance con el movimiento
ilustrado, que se desarrolla a lo largo del siglo XVIII, coronándose con la filosofía trascendental de
Kant, Rousseau, Marx. He optado por alcanzar esta breve introducción, con el fin de facilitar una
visión de sucinta de la filosofía moderna.
I.- LA ÉPOCA DEL RENACIMIENTO (Siglos XV y XVI)
Las reglas del método cartesiano quieren darnos la certeza (=la seguridad subjetiva racional) de que
cualquier afirmación así alcanzada será absolutamente verdadera. Pues, para Descartes, todos los
conocimientos verdaderos que podamos conseguir han de estar trabados deductivamente del mismo
modo que en las demostraciones matemáticas.
3) La duda metódica:
_ La filosofía cartesiana comienza por la .duda metódica., pues tal como dice la primera regla no se
debe aceptar como verdadera ninguna afirmación que no sea del todo evidente:
Primero, hay que dudar de todos los conocimientos que nos han llegado a través de los
sentidos, pues éstos nos engañan a menudo.
En segundo lugar, hay que dudar también de todos nuestros razonamientos, pues a veces
nos equivocamos «aun en las más sencillas cuestiones de geometría». Así pues, hay que dudar
también de las verdades que proceden de la razón o verdades matemáticas.
Y, en tercer lugar, hay que dudar incluso que el mundo exista, pues pudiera ser una ilusión
nuestra, un sueño del pensamiento, y cuando uno sueña vive como absolutamente reales lo
que no son más que fantasías.
3) La primera verdad de la filosofía cartesiana: el cogito:
_ Ahora bien, el mismo hecho de dudar de todos los conocimientos revela la existencia indudable de
una realidad que está pensando eso, es decir, revela la existencia de una cosa pensante (res cogitans).
De ahí que Descartes concluya afirmando la primera verdad indudable = evidente de su sistema
filosófico: .Yo., que pienso y dudo, es necesario que sea algo, por tanto, «Cogito, ergo sum» (Pienso,
luego existo); pues no podría dudar si no fuese alguna cosa (en latín, res), algo que existe aunque sólo
sea como actividad pensante.
_ Para Descartes, pensamiento (en latín cogitatio, y en francés pensée) es toda actividad que se
produce en el interior de nuestra conciencia o .yo.: dudar, entender, afirmar, negar, querer, imaginar,
sentir, etc., es decir, todo acto consciente del espíritu. El .Yo., es decir, «el alma por la cual soy lo que
soy», dice Descartes, es «una sustancia cuya total esencia o naturaleza consiste en pensar».
_ El .yo pienso, luego existo no sólo es la primera verdad de la filosofía cartesiana, sino también el
prototipo de toda verdad, pues es intuída con absoluta claridad y distinción (=evidencia) por el
pensamiento. De ahí que Descartes afirme: «Me parece que puedo establecer como regla general que
todo lo que percibo clara y distintamente es verdadero». Tal es el criterio cartesiano de verdad: sólo es
verdadero aquello que el .yo. intuye/percibe con absoluta evidencia.
{Con la filosofía cartesiana da comienzo lo que se ha llamado el giro idealista de la filosofía moderna:
- Los filósofos griegos y medievales sostenían una gnoseología realista: para ellos, el
conocimiento verdadero es adecuatio intellectus rei (adecuación de nuestro entendimiento a la cosa). Pues las
cosas que tratamos de conocer existen realmente fuera de nuestro espíritu, y llegar a conocerlas
verdaderamente consiste en adecuar nuestra razón o inteligencia a lo que ellas son.
- La filosofía cartesiana, por el contrario, va a desarrollar una gnoseología idealista, cuyo punto
de partida es la realidad indudable del pensamiento, el cual trata de conocer el mundo exterior, cuya realidad
no es en absoluto evidente para la razón, mediante ideas (que son imágenes que el pensamiento/razón se
hace de las cosas). Ahora la filosofía considera que sólo las ideas percibidas con absoluta claridad y
distinción (=evidencia) son verdaderas, es decir, nos permitirán conocer adecuadamente la realidad.}
5) Tipos de ideas:
_ La primera verdad indudable es la realidad del .Yo pienso.. Además, este .Yo. posee ideas acerca del
mundo. Escribe Descartes: «De entre mis pensamientos, unos son como imágenes de cosas, y a éstos
sólo conviene con propiedad el nombre de idea». Pero ¿cómo podemos estar seguros de que existe
realmente el mundo al que se refieren las ideas que tiene el .Yo.?
_ Descartes examina los diferentes tipos de ideas que hay en el .cogito. o .yo:
o Ideas adventicias: son las que han llegado al .yo. a través de los sentidos, «parecen venir
de fuera», dice Descartes, como por ejemplo, la de caballo, casa o un determinado color.
o Ideas facticias: son las que fabrica el propio yo con la imaginación, como por ejemplo, un
caballo con alas o cualquier otro producto de la fantasía.
o Ideas innatas: no proceden del mundo exterior a través de los sentidos ni son fabricadas
por el .yo., sino que éste las posee desde que nace, «parecen nacidas conmigo» escribe
Descartes, como por ejemplo, la idea de triángulo perfecto, la de que si A=B, entonces B=A,
o la idea de Dios. Son ideas que poseen en sí mismas evidencia racional, siendo claras y
distintas, y constituyendo por ello los principios del conocimiento.
_ Las ideas adventicias y las facticias no sirven como punto de partida para demostrar la existencia real
del mundo exterior al .yo pensante. Las adventicias no sirven porque, aunque parecen provenir
precisamente de la realidad exterior al .cogito., pudieran ser un simple sueño mío que yo tengo por real.
Y las facticias, porque al ser fabricadas en el interior del yo no prueban la existencia de nada exterior a
él.
Por ello, para demostrar la realidad del mundo exterior al .yo., Descartes va a echar mano de una idea innata: la
de Dios.
6) La idea de Dios:
_ Es indudable que tenemos la idea de Dios y que no ha llegado a nuestro .yo. a través de los sentidos,
no es, pues, adventicia. Ahora bien, pudiera ser facticia, construída por nuestra imaginación. Por tanto,
lo primero que hace Descartes es demostrar que Dios no es sólo una idea construída por el
pensamiento, sino una realidad cuya existencia es evidente. Para ello utiliza tres argumentos o pruebas
demostrativas:
Argumento gnoseológico: la idea de Ser Perfecto (=Dios) que posee el pensamiento no es
adventicia (no ha llegado al .yo. a través de los sentidos) ni facticia (pues siendo nuestro pensamiento
imperfecto, como indican sus continuos errores y sus dudas, no puede por sí solo formarla, dado que
lo perfecto no puede proceder de lo imperfecto), por lo que debe haber sido puesta en el pensamiento
humano por un ser de tal naturaleza, es decir, por
Dios.
Argumento cosmológico (o de la contingencia, tomado de Tomás de Aquino, quien a su vez lo
toma de Aristóteles): es un hecho que yo soy una realidad contingente, y todo lo que es contingente
debe su existencia a otro, pero si todos los seres fueran contingentes nada habría empezado a existir,
por lo que, en última instancia, lo que es contingente debe su existencia a un ser que sea necesario
(=exista por sí mismo). Tal Ser Necesario cuya existencia hay que afirmar por el hecho de que yo soy
una realidad contingente es Dios.
Argumento ontológico (tomado de San Anselmo): la idea de Ser Perfecto implica necesariamente
que tal ser exista, del mismo modo que la idea de triángulo implica que ha de tener tres lados. Luego,
la idea de Ser Perfecto hace referencia a algo que no sólo ha de existir mentalmente, sino realmente.
_ Una vez que Descartes demuestra la existencia de Dios, pasa a demostrar la existencia del mundo del
siguiente modo: puesto que Dios existe y es absolutamente perfecto, ha de ser también bueno y veraz,
por lo que no puede permitir que nos engañemos creyendo que el mundo existe realmente fuera de
nuestro .yo. si no fuera cierto. Por tanto, el mundo no es un simple sueño que tomamos como real,
sino algo que existe realmente fuera del .yo.
_ Así pues, para Descartes, Dios es la garantía de la existencia real del mundo.
_ Pero, además, Dios también garantiza que nuestras ideas, si son evidentes, es decir, si el pensamiento
las intuye con absoluta claridad y distinción, nos proporcionan un conocimiento verdadero del mundo.
_ Descartes compara el saber humano (que él identifica con la Filosofía) con «un árbol cuyas raíces
son la Metafísica, el tronco es la Física y las ramas que parten de ese tronco son todas las demás
ciencias». La metáfora del árbol sugiere, por un lado, la UNIDAD DE TODAS LAS CIENCIAS, pues
por diversos que sean sus objetos todas son producto de la misma facultad racional del hombre o .buen
sentido.; y, por otro lado, que LA METAFÍSICA ES LA CIENCIA FUNDAMENTAL, pues contiene
los principios del conocimiento, es decir, las ideas primeras y evidentes acerca del Ser que han de servir
de punto de partida para las demás ciencias.
_ Lo primero que ha de hacer la Metafísica es establecer qué tipo de realidades básicas o sustancias
existen. La idea de sustancia, para Descartes, significa una realidad que no necesita de ninguna otra
para existir y que además existe de modo invariable por debajo de las modificaciones que pueda
soportar. En sentido estricto, la idea de sustancia sólo es aplicable a Dios, pues sólo Él, dada su
perfección, no necesita de ninguna otra realidad para existir. Pero, en sentido amplio, el espíritu y la
materia son también sustancias porque existen con independencia mutua: el espíritu no necesita
materia alguna para existir, ni la existencia de la materia necesita del espíritu.
_ La Metafísica cartesiana sostiene, pues, que hay tres clases de sustancias:
- Una sustancia espiritual infinita: Dios (de infinito poder).
- Dos sustancias finitas: Espíritu y Materia.
_ Pero las sustancias no pueden conocerse más que a través de sus atributos (=propiedades esenciales)
y sus modos (=propiedades accidentales o modificaciones no esenciales de la sustancia).
_ Los atributos de las sustancias son:
- El de Dios: la Perfección infinita.
- El del Espíritu: el Pensamiento.
- El de la Materia: la Extensión (= Espacio).
_ Por eso, Descartes llama res cogitans (cosa pensante) al Espíritu o .Yo., cuyos modos son las
diversas actividades de pensamiento, como dudar, entender, afirmar, negar, emocionarse, querer,
imaginar, etc. Y .res extensa. (cosa extendida en el espacio) a la sustancia material, cuyos modos son
los diversos cuerpos o figuras geométricas que puede adoptar la materia, así como sus movimientos o
cambios de posición en el espacio.
_ Así pues, la esencia propia de los cuerpos es la extensión (=espacio) y la de las almas o espíritus es el
pensamiento.
_ El hombre es, por tanto, la unión de dos sustancias completamente distintas: una material y otra
pensante: el cuerpo (que ocupa un espacio) y el alma (que no necesita nada material ni espacio alguno
para existir). Pero, si cada sustancia es una realidad independiente de cualquier otra, ¿cómo se
relacionan o comunican? ¿cómo es posible que una modificación en el cuerpo afecte al alma o Yo
pensante? o ¿cómo puede una modificación en el alma, un deseo por ejemplo, llegar a afectar al cuerpo?
Descartes sostiene que a través de la glándula pineal, situada en la base del cerebro, tiene lugar la
comunicación o acción recíproca de las sustancias en el hombre.
8) La Física cartesiana: el mecanicismo:
_ Si el pensamiento sólo utilizase ideas evidentes o ideas que no siendo evidentes se deduzcan de otras
que sí lo sean, sería capaz de llegar a conocer el mundo tal y como es en sí mismo.
_ Para Descartes, sólo las ideas que se refieren a cualidades primarias de los objetos físicos (como
espacio y movimiento) son evidentes para la razón, y gracias ellas el .Yo pensante puede representarse
y conocer el mundo en su realidad esencial. Mientras que aquellas otras ideas referidas a las cualidades
secundarias de los objetos (como color, sabor, sonido, etc.) carecen de evidencia racional, pues son
tan variables que no permiten conocer el mundo más que en apariencia. Las cualidades primarias son
objetivas (claras y distintas), pues pertenecen esencialmente a los objetos, mientras que las cualidades
secundarias son subjetivas (confusas), pues existen sólo en nuestro .Yo pensante..
_ El único Mundo que nuestra razón concibe con evidencia no es este de nuestra vida cotidiana que
vemos a través de los sentidos, sino uno compuesto de líneas, ángulos y figuras geométricas en
movimiento. Para Descartes, cuya física inaugura la visión propia de la ciencia moderna, el mundo es
un colosal mecanismo moviéndose según las leyes de la mecánica (ley de la inercia, ley del movimiento
rectilíneo y ley de la conservación del movimiento). Y el movimiento, impulsado inicialmente por
Dios, pero que ahora existe únicamente en virtud de sus propias leyes, no es el paso de la potencia al
acto, como dijo Aristóteles, sino que consiste en cambios de posición de la materia/cuerpos en el
espacio, cambios que son siempre producidos por alguna causa eficiente, es decir, por un agente
exterior al móvil.
_ Los seres vivos no poseen ningún tipo de alma. Son únicamente mecanismos materiales muy
complejos.
1) Impresiones e ideas:
_ Descartes afirmó que el conocimiento del mundo se produce a través de las ideas. Hume sustituye el
término .idea por el de .percepción. (=todo aquello que capta nuestra mente). El conocimiento de la
realidad lo conseguimos percibiéndola. Pero no todo lo que percibimos tiene la misma intensidad.
_ Las percepciones de la mente son de dos clases:
Impresiones: son las percepciones más intensas y vivaces, el impacto de las cualidades
sensibles de los objetos sobre nuestros sentidos. Pueden ser de la sensación (captación de
colores, sabores, formas.) o de la reflexión (captación de un deseo, un sentimiento, una
emoción existente en el interior de nuestro espíritu). Además, hay impresiones simples
(percepción de un color o un sentimiento) o complejas (percepción de un cuadro o de varios
sentimientos a la vez).
Ideas: son las percepciones menos intensas. Proceden todas de alguna impresión pasada,
es decir, las ideas son la huella o copia que las impresiones han ido dejando en nuestro espíritu.
Pueden ser también simples (la idea de un color o de un sentimiento) o complejas (la idea de
un cuadro o de un conjunto de emociones).
_ Hume niega que en la mente haya ideas innatas (como afirmó Descartes). Para él, todas nuestras
ideas tienen su origen en alguna impresión anterior.
_ Para Hume, sólo la impresiones poseen la claridad y distinción, es decir, la evidencia, que Descartes
exigía a las ideas para considerarlas verdaderas. Las ideas, por el contrario, a menudo no sabemos qué
significan y necesitamos indicar la impresión de la que proceden.
_ Hume defiende un empirismo radical: el criterio para decidir qué ideas son verdaderas consiste en
que podamos indicar de qué impresión proceden o son copia. Así pues, el límite de lo que podemos
conocer con verdad son las impresiones; más allá de éstas sólo hay especulación (=mera actividad
intelectual que no conduce a ningún conocimiento cierto).
_ Pues bien, según Hume, realizamos inferencias causales cuando observamos habitualmente
determinados hechos en las siguientes circunstancias:
Próximos en el espacio y en el tiempo.
Primero siempre el hecho que consideramos causa.
Y en conjunción constante, es decir, siempre unidos.
_ Escribe Hume: «Todos los razonamientos referentes a cuestiones de hecho están basados en la
relación de causa y efecto». En virtud de la causalidad afirmamos (y esto es lo importante) que hay
cierta conexión necesaria (=que no puede no darse) entre los hechos, de modo que cuando
observamos el considerado causa inferimos que se producirá necesariamente el efecto. Ahora bien,
nuestras impresiones nos muestran que ciertos hechos van siempre seguidos de otros, sin que jamás
tengamos impresión de que tal sucesión sea necesaria, simplemente observamos que ocurre así. Por
tanto, afirmar que la causalidad es un hecho, que hay cierta conexión causal necesaria entre los hechos,
no es más que una creencia surgida en nuestro entendimiento por costumbre al observar que ciertos
hechos se dan constantemente unidos. Ahora bien, tal creencia (en la causalidad) es tan viva, lleva
asociada un sentimiento tan intenso (un feeling, lo llama Hume), que es capaz de ejercer sobre el
entendimiento un influjo diferente al de cualquier concepto simplemente pensado o al de cualquier
ficción imaginada, haciendo que la consideremos/sintamos como verdadera. De este modo,
concebimos (de acuerdo con nuestra creencia en la causalidad) el postulado de uniformidad de la
naturaleza, es decir, afirmamos que el futuro curso de la naturaleza será semejante al que hemos
experimentado en el pasado, aunque tal supuesto no pueda ser demostrado racionalmente, ni
tengamos, claro está, impresión del futuro para afirmarlo. Escribe Hume: «Estamos determinados
solamente por la costumbre a suponer el futuro en conformidad con el pasado. No es, pues, la razón
la guía de la vida humana, sino la costumbre. Solamente ella determina a la mente a suponer, en todos
los casos, que el futuro es conforme al pasado. Por fácil que pueda parecer este paso, la razón no será
capaz de darlo en toda la eternidad».
_ Resumiendo: Hume afirma que la idea de causa no procede de ninguna impresión, no es, por tanto,
el conocimiento de un hecho, sino un mecanismo subjetivo, de carácter psicológico, en virtud del cual
nuestra mente enlaza/asocia determinadas ideas de acuerdo con su experiencia pasada. La causalidad
es, pues, una creencia surgida en nosotros por costumbre y sentida vivamente como verdadera por
el entendimiento.
_ El empirismo radical de Hume, al sostener que todas nuestras ideas para ser verdaderas han de
proceder de alguna impresión, le lleva al escepticismo y al fenomenismo.
Al fenomenismo: porque el universo que podemos conocer es un conjunto de fenómenos
(=una realidad que impresiona/aparece a nuestros sentidos), y nunca conocemos lo que sea en sí
mismo, esencialmente. Más allá de las impresiones nada conocemos con certeza. Éstos son, dice
Hume, «los límites estrechos del entendimiento humano».
Al escepticismo: porque los conocimientos que alcanzamos sobre cuestiones de hecho o
realidad empírica, al estar basados en la causalidad (=una creencia surgida en nuestro psiquismo
por costumbre), no pasan de ser únicamente probables, aunque creemos que son absolutamente
ciertos con un sentimiento muy vivo. Sólo la Lógica y la Matemática alcanzan conocimientos con
certeza racional absoluta, pero que no se refieren a los hechos.
_ Kant es un filósofo de la Ilustración, cuya evolución intelectual presenta dos periodos: el periodo
precrítico (racionalista, basado en la filosofía de Descartes) y el periodo
crítico (en el que, tras la lectura del Tratado de la Naturaleza Humana de
Hume, formula su propia filosofía: el idealismo trascendental).
_ En el periodo crítico Kant escribe sus tres conocidas .críticas.: la
Crítica de la Razón Pura (1781), la Crítica de la Razón Práctica (1788) y la
Crítica del Juicio (1790). Nuestro texto a comentar es el .Prólogo. a la
primera y más importante de esas obras: la Crítica de la Razón Pura. En esta
obra (.crítica. procede del griego .krinein. que significa juzgar, evaluar,
discriminar, analizar), Kant se plantea el análisis de nuestra facultad racional
de conocimiento, tratando de evaluar si la Metafísica (=.conocimiento especulativo de la razón. que se
levanta enteramente por encima de la experiencia, con meros conceptos.) puede llegar a ser una ciencia
como la Matemática o la Física, o si no es más que un conjunto de palabras carentes de significado,
como dijo Hume.
_ En el texto a comentar Kant dice que hay saberes (como la Lógica, desde Aristóteles, la
Matemática, desde Tales y .el admirable pueblo griego., la Física, desde Bacon, Galileo, Newton, etc.)
que han entrado por .el camino seguro de la ciencia., mientras que la Metafísica, .a pesar de ser muy
antigua., no es más que un andar a tientas., .en el que la razón se atasca continuamente cuando intenta
conocer a priori alguna ley sobre la realidad.
_ En la época de Kant dos son las posturas acerca de si la Metafísica es una ciencia o no:
El racionalismo (dogmático, lo llama Kant, y difundido en Alemania por Leibniz y Wolff):
sostiene que la Metafísica no sólo es una ciencia, sino la ciencia fundamental, que contiene los
principios del ser.
El empirismo (escéptico, defendido por Hume): niega el carácter de ciencia a la Metafísica,
diciendo de ella que es un falso saber, una simple especulación sin objeto.
_ Para determinar si la Metafísica es o puede ser ciencia, hay que indagar qué condiciones debe cumplir
un juicio (= una afirmación acerca de la realidad) para ser considerado científico.
1) Los juicios científicos:
_ Un juicio es científico cuando aumenta nuestro conocimiento sobre la realidad y, además, su verdad
es universal, válida siempre para todos los objetos.
_ Veamos qué tipos de juicios existen:
- Juicios analíticos: son aquellos cuyo predicado se limita a analizar lo que se halla contenido en el
concepto del sujeto, sin aportar más información sobre éste.
Por ejemplo: .Los gatos son felinos. o .El triángulo es un polígono de tres lados..
Estos juicios no añaden nada a nuestro conocimiento del sujeto, se limitan, pues, a explicitar lo que significa el
sujeto. Ahora bien, son juicios cuya verdad es universal (válida siempre) y a priori (no procede de la experiencia).
- Juicios sintéticos: son aquellos cuyo predicado aporta acerca del sujeto alguna información nueva,
como por ejemplo, .Los gatos de mi casa odian el cocido. Estos juicios aumentan nuestro conocimiento sobre
el sujeto. Ahora bien, son juicios cuya verdad es particular (sólo es válida para ciertos casos) y a posteriori (hay
que comprobarla en la experiencia).
_ Ni los juicios analíticos (porque no aumentan nuestro conocimiento, aunque su verdad sea universal
y a priori) ni los sintéticos (porque aumentan nuestro conocimiento, pero son particulares) constituyen
verdaderos juicios científicos. Según Kant, sólo lo serán aquellos juicios que sean, a la vez, sintéticos
y a priori (es decir, que aumenten nuestro conocimiento y sean universales).
_ La tarea que Kant se propone en la Crítica de la Razón Pura es indagar cómo son posibles los juicios
sintéticos a priori en la Matemática, la Física y si también son posibles en la Metafísica.
TABLA DE CATEGORIAS
Juicios de Cantidad Juicios de Cualidad Juicios de Relación Juicios Modales
Unidad Realidad Sustancia y accidente Posibilidad-Imposibilidad
Pluralidad Negación Causalidad Existencia-Inexistencia
Totalidad Limitación Acción recíproca Necesidad-Contingencia
Cualquier fenómeno, sea el que sea, al tratar de pensarlo y comprenderlo nuestro entendimiento lo
incluye en una o varias de las citadas categorías: así, por ejemplo, diremos que es una determinada sustancia.,
compuesta de una .pluralidad de partes, que es causa o efecto de otra, y que es contingente o necesaria su
.existencia., etc.
Por tanto, conocer un objeto sólo es posible mediante la aplicación de las categorías (o leyes del
entendimiento) a la experiencia sensible del mismo. Por eso dice Kant que las categorías, sin intuiciones
empíricas que las llenen, están vacías (= son puras formas de entender, pero algo dado a los sentidos), del
mismo modo que las intuiciones empíricas, sin conceptos que las piensen y entiendan, están ciegas (= no llegan
a constituir ningún conocimiento).
Pensar = manejo de conceptos.
Conocer = aplicar conceptos a las intuiciones empíricas, es decir, a los fenómenos.
Los juicios de la Física son juicios sintéticos a priori, es decir, juicios que aumentan nuestro
conocimiento sobre la realidad y son universales, porque resultan de aplicar las categorías de nuestro
entendimiento a todo posible fenómeno de la experiencia.
La Dialéctica Trascendental: se ocupa de analizar la Razón, que es la faculta que aspira a conocer
los «Principios». Escribe Kant: .Todo nuestro conocimiento comienza por los sentidos, pasa de éstos al
entendimiento, y termina en la razón. No hay en nosotros nada superior a ésta para elaborar el material de la
intuición sensible y someterlo a la suprema unidad del pensar.. Así pues, la razón es aquella facultad que
tiende a darle la mayor unidad posible a todos nuestros conocimientos. Los mismos razonamientos son un
modo de unificar las afirmaciones o juicios mediante algún enlace lógico-deductivo. Esta tendencia unificadora
de la Razón la lleva a formarse tres conceptos o Principios supremos o, como Kant los llama, tres Ideas:
La Idea de Alma: es la suprema unificación (el Principio) de todo lo que
conocemos por experiencia interna, como fenómenos pertenecientes a una sustancia
espiritual.
La Idea de Mundo: es la suprema unificación (el Principio) de todos nuestros
conocimientos obtenidos por experiencia externa, como fenómenos pertenecientes a
una sustancia material.
La Idea de Dios: sería la suprema unificación (el Principio) de todo lo que
conocemos, sea por la experiencia interna o externa, como fenómenos pertenecientes
a una sola sustancia divina.
Estas Ideas son los objetos que desde siempre ha tratado de conocer la Metafísica. ¿Puede la
Metafísica construir juicios sintéticos a priori sobre esos objetos y llegar a ser, por tanto, una ciencia como la
Matemática o la Física? No, dice Kant, porque sobre tales objetos no tenemos ninguna intuición empírica, algo
necesario para que comience el conocimiento. La Metafísica consistiría en la aplicación lógica de las categorías
del entendimiento a .objetos. (Dios, Alma, Mundo) que no nos son dados en ninguna intuición empírica. Por
eso la razón, en su dialéctica o diálogo lógico consigo misma, puede llegar a afirmaciones contrarias sobre esos
.objetos sin que podamos conocer cuál de ellas es verdadera realmente, así por ejemplo, afirmamos que el
mundo es eterno, pero también que tuvo que empezar a existir o a ser en acto en un momento dado, que el
alma es una sustancia inmortal, pero también que no es ni sustancia ni inmortal, que Dios existe, pero también
que sólo es una idea nuestra, etc. Según Kant, la Metafísica está reflejando la inclinación natural de la razón
humana por ir más allá de la experiencia: al noúmeno, a lo que las cosas son en sí mismas, a lo incondicionado,
es decir, a lo que existe independientemente de nuestras condiciones trascendentales o aprióricas del
conocimiento.
La metafísica dogmática (la racionalista) que pretende alcanzar un conocimiento racional de la
realidad no derivado de la experiencia, no es ciencia de ningún modo. Ahora bien, según Kant, otra metafísica
sí es posible: la metafísica crítica, entendiendo por tal la crítica de la razón, es decir, el estudio riguroso que
investiga/analiza las condiciones a priori del conocimiento.
Ahora bien, hay un ámbito en el que la razón está obligada a ir más allá de la experiencia y es legítimo
que así lo haga, y es el ámbito de la moral, en el cual la razón se lanza más allá del presente experimentable,
para proponerse deberes morales o ideales que han de ser realizados.
_ En esta obra Kant expone su teoría moral. La Razón puede tener un uso teórico (=se ocupa de
conocer cómo son las cosas) y un uso práctico (=se ocupa de determinar cómo debe ser la conducta
humana).
_ Kant indaga en esta Crítica si hay algún a priori moral en la razón humana, de acuerdo con el cual
comportarse siempre. Afirma que sí: consiste en actuar por deber y no por un motivo distinto de
considerar que es nuestro deber. El actuar por deber y no por las consecuencias que se deriven de los
actos convierte a las acciones en auténticamente morales, obligando en conciencia a cualquier ser
racional, y siendo por tanto un principio moral de carácter universal.
_ La exigencia racional de obrar moralmente (=por deber) se expresa en un imperativo categórico:
.Hagas lo que hagas, actúa de tal modo que quieras que tu acción se convierta en ley universal (=válida,
pues, para toda persona)..
_ Si la voluntad de los hombres llegara a ser enteramente buena, es decir, a actuar sólo por deber,
podríamos esperar que la humanidad fuera una auténtica comunidad ética (de .santos felices., ha
escrito Kant). Pero para poder hablar de la dimensión moral del hombre y de lo que cabe esperar
racionalmente de la moralidad humana, hay que postular tres afirmaciones que no pueden demostrarse
y que constituyen una .fe racional. o una .metafísica de la razón práctica.. Los tres postulados de la
razón práctica son:
La Libertad: Hay que afirmarla porque sólo las acciones que son hechas libremente
pueden ser calificadas moralmente. Y hay que afirmarla sin demostración, es decir, hay que
postularla, porque para nuestro entendimiento todos los fenómenos, incluídos los actos
humanos, están sometidos a la causalidad (uno de los conceptos a priori del entendimiento o
categorías). Así pues, en cuanto fenómenos, las acciones humanas sólo podemos entenderlas
como causadas y, por tanto, no libres. Pero en cuanto noúmeno (= en sí mismo) el hombre
puede ser pensado, aunque no conocido, como un ser libre.
La Inmortalidad del Alma: dada la brevedad de la vida humana y lo excesivo de la
exigencia emanada del a priori de la razón práctica, se hace necesario postular la existencia de
otra vida más allá de ésta para que nuestra alma pueda llegar a ser alguna vez completamente
moral.
La existencia de Dios: hay que postularla como garantía de que moralidad y felicidad
coincidirán finalmente. Es decir, que actuar por deber conllevará la felicidad. Kant no rechaza,
pues, que la felicidad sea una consecuencia de nuestras acciones morales, lo que rechaza es que
sea el motivo por el que las realizamos y no únicamente por deber.
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Según Kant, todas las posibles cuestiones filosóficas se resumen en las siguientes preguntas, a las que su
filosofía trató de dar una respuesta:
_ Rousseau parte, como Locke, de que los hombres en .estado de naturaleza., es decir, antes de formar
la sociedad, eran libres e iguales. Con el concepto de .estado de naturaleza. Rousseau afirma referirse a
algo «que no existe ya, que acaso no ha existido nunca, que probablemente no existirá jamás, y del que
es preciso tener conceptos adecuados para juzgar con justicia el estado presente». Así pues, es una
hipótesis teórica que ha de servir como criterio o ideal desde el que juzgar la sociedad existente, que
«no presenta otra cosa que la violencia de los hombres poderosos y la opresión de los débiles».
_ Si en la sociedad actual hay enormes desigualdades entre los hombres, que hacen a unos amos y a
otros esclavos, habrá que, primero, preguntar cuál ha sido el proceso histórico que alejó a los seres
humanos de su .estado natural. y los condujo a un estado social semejante, y, segundo, proponer algún
tipo de reforma de la sociedad que permita al hombre volver a tener aquella igualdad y libertad que
poseía en el estado de naturaleza.
_ Los hombres en .estado de naturaleza eran buenos, libres e iguales. Pero, debido seguramente al
crecimiento demográfico, tuvieron que dedicarse a la agricultura, estableciéndose la propiedad
privada de la tierra. Escribe Rousseau: «El primero a quien después de cercar un terreno se le ocurrió
decir .esto es mío., y halló personas bastante sencillas para creerle, fue el verdadero fundador de la
sociedad civil. ¡Cuántos crímenes, guerras, muertes, miserias y horrores habría evitado al género
humano aquel que, arrancando las estacas de la cerca, hubiera gritado a sus semejantes: .Guardaos de
escuchar a este impostor; estáis perdidos si olvidáis que los frutos son para todos y la tierra no es de
nadie.!». Por tanto, debido a la instauración de la propiedad privada dio comienzo la historia de la
desigualdad social y económica entre los hombres y la falta de libertad de la mayoría. Ahora bien,
Rousseau no defiende la abolición de la propiedad privada, sino su regulación legal para que nunca
pueda ser excesiva. Así escribe: «¿Queréis dar consistencia al Estado? Acercad los grados extremos
tanto como sea posible; no permitáis ni gentes opulentas ni mendigos. Ambos extremos son igualmente
funestos para el bien común».
Por tanto, la V.G. es el instrumento u órgano que el Pueblo Soberano posee para establecer las Leyes
y dirigirse al Bien Común.
4) El Pueblo Soberano: (Capítulos IX, X y XI)
_ El contrato social transforma a cada individuo particular en parte de una unidad política soberana
que, escribe Rousseau, «en otro tiempo se llamaba Ciudad y toma ahora el de República o Cuerpo
Político, que es llamado por sus miembros Estado, cuando es pasivo; Soberano, cuando es activo;
Poder, al compararlo con sus semejantes; respecto a los asociados, toma colectivamente el nombre de
Pueblo, y particularmente el nombre de Ciudadanos, en cuanto son partícipes de la autoridad soberana,
y Súbditos, en cuanto sometidos a las leyes del Estado». Tal Soberano (=el Pueblo) es el único poder
legítimo para establecer las Leyes, siendo, por tanto, el poder legislativo.
_ La soberanía popular posee las siguientes características:
Es inalienable: la soberanía no puede ser delegada en nadie, sólo el mismo Pueblo en
persona puede ejercerla. Escribe Rousseau: «Toda ley que el Pueblo en persona no haya
ratificado es nula, no es una ley». (Capítulo I)
Es indivisible: sólo hay un poder soberano dentro de la sociedad, el del Pueblo, el cual
puede, si así es su voluntad, encargar la administración, no la aprobación, de las leyes, a un
grupo de personas, que son llamadas magistrados o gobierno.
(Rousseau rechaza, por tanto, la doctrina de Montesquieu, común en las democracias
occidentales, de la existencia de tres poderes dentro de la sociedad:
Legislativo, Ejecutivo y Judicial). (Capítulo II)
Es infalible: porque el Pueblo, al manifestarse a través de la Voluntad General,
necesariamente aprobará las leyes más acordes con el interés general. (Capítulo III)
Es absoluta: porque el poder del Pueblo no puede ser limitado por ningún otro dentro de
la sociedad, quedando absolutamente subordinados a él todos los ciudadanos. Su única
limitación reside en el cumplimiento de la Ley. (Capítulo IV)
5) La Ley (Cap. VI) y tipos de leyes (Cap. XII):
_ Ya hemos dicho que la teoría política del contrato social intenta hacer compatibles la libertad de los
individuos con la necesaria obediencia a las leyes. Escribe Rousseau: «Un pueblo libre obedece, pero
no sirve; tiene jefes, pero no amos; obedece a las leyes, pero no obedece más que a las leyes; y es por
la fuerza de las leyes por lo que no obedece a los hombres». En la sociedad resultante del contrato los
hombres son libres, como lo eran en .estado de naturaleza., pues sólo hay leyes en cuya aprobación
todos han participado a través de la Voluntad General.
_ Las leyes son acuerdos o convenciones generales adoptadas por el Pueblo, es decir, actos de
soberanía, que sólo pueden referirse a todo el cuerpo social, no a una parte de él. Por el contrario, los
actos de magistratura son los que realizan los magistrados o gobierno, y consisten en la
administración de las leyes mediante decretos (=decisiones del gobierno para aplicar las leyes a una
parte del todo social). La ley, sin embargo, sólo puede ser general (=referirse a todo el cuerpo político),
para que persiga el interés general, y no el de una parte del todo.
_ Además, las leyes han de promover la igualdad entre los ciudadanos. Escribe Rousseau: «Es
precisamente porque la fuerza de las cosas tiende siempre a destruir la igualdad, por lo que la fuerza de
la legislación debe siempre tender a mantenerla».
_ Tres son los tipos de leyes necesarias en la sociedad:
Leyes políticas: son las leyes fundamentales de la sociedad; en terminología actual
son el conjunto de leyes que forman una Constitución y regulan la forma de Estado y
de Gobierno.
Leyes civiles: son las que regulan las relaciones de los ciudadanos entre sí y de éstos
con el Estado (=que es el conjunto de instituciones creadas por el Pueblo para
administrar/aplicar las leyes).
Leyes penales: son las leyes que determinan el castigo para quien incumpla las
anteriores.
_ Además de estas leyes, Rousseau afirma que existen otras, .grabadas en los corazones de los
ciudadanos. y que envejecen más lentamente que aquéllas: son las costumbres y la opinión del Pueblo,
de las que, dice Rousseau en el texto, .el gran legislador se ocupa en secreto., es decir, las tiene muy en
cuenta a la hora de proponerle al Pueblo Soberano buenas leyes (=adecuadas al cuerpo político y
posibles de cumplir) para su aprobación.
6) El Legislador (Capítulo VII):
_ Quien aprueba las leyes es el Pueblo, a través de su Voluntad General, pero existen personas de
naturaleza genial capaces de llevar a un Pueblo a aprobar aquellas leyes que, sintonizando
perfectamente con sus costumbres, carácter, situación geográfica, riquezas naturales, etc., le habrán de
llevar a conseguir el bien común, abriendo así una época de felicidad social o bienestar general. Esos
genios políticos de .inteligencia superior’ son los legisladores. Que una sociedad llegue a tener buenos
legisladores es una cuestión de suerte histórica, un .milagro de la naturaleza.
7) El Gobierno (Capítulos X y XI):
_ Escribe Rousseau: «Llamo gobierno o administración suprema al ejercicio legítimo de ejecutar las leyes, y príncipe o
magistrado al hombre o a la corporación a la que se confía esa administración».
_ Es decir, Rousseau distingue entre el Soberano (= Pueblo que mediante su Voluntad General aprueba
las leyes) y el Gobierno (= persona o grupo de personas que tienen como misión o encargo ejecutar o
administrar las leyes y sólo las leyes que el Soberano aprueba, y cuyos actos son sólo de magistratura,
es decir, de administración/ejecución de las leyes, nunca de soberanía). El Gobierno, por tanto,
únicamente puede establecer decretos (=normas de menor generalidad que las leyes que sirven para
aplicar éstas a una parte del cuerpo político).
_ Rousseau no propone una forma de gobierno ideal, adecuada para todos los Pueblos y todas las
circunstancias. Así escribe: «La cuestión de cuál es el mejor gobierno carece de respuesta y de
determinación; o, más bien, hay tantas respuestas cuantas combinaciones posibles hay de las situaciones
absolutas y relativas de todas las naciones». Rousseau se inclina por un gobierno democrático para
los Estados pequeños (de poca extensión geográfica y poca población); por uno aristocrático para los
Estados medianos; y por uno monárquico para los Estados grandes. Ahora bien, todas las formas de
gobierno son susceptibles de abuso y degeneración, por lo que el Soberano ha de vigilar
constantemente para que las leyes que aprueba sean bien administradas/ejecutadas por el Gobierno,
cambiándolo si es preciso cuando considere que su administración es mala.
La teoría política de Rousseau reconoce la estructura dualista de las sociedades modernas (Pueblo,
por un lado, y Estado, por otro), afirmando que el único poder soberano reside en el Pueblo
(=ciudadanos o sociedad civil), mientras que el Estado sólo es un conjunto de instituciones (la
suprema de las cuales es el Gobierno) encargadas de administrar las leyes y sólo las leyes que el
Soberano aprueba mediante su Voluntad General
.
3.-1) RELACIONES DE PRODUCCIÓN: Los hombres, al tener que trabajar para producir bienes con
los que asegurar su vida, establecen entre sí relaciones de carácter económico. No son simples relaciones entre
individuos, sino relaciones entre clases sociales: entre la clase que posee los medios de producción (fábricas,
máquinas, tierra, etc.) y aquella otra de los que únicamente poseen su fuerza de trabajo y, por tanto, han de
trabajar para la anterior. Las relaciones de producción se expresan jurídicamente como relaciones de propiedad.
La sociedad burguesa (cuyo sistema económico de producción es el que Marx somete a análisis=crítica)
se caracteriza porque las relaciones de producción están basadas sobre la propiedad privada de los medios
productivos. Son relaciones entre capitalistas o burgueses (propietarios de las industrias y del capital) y
proletarios (poseedores únicamente de su propio trabajo), en virtud de las cuales los capitalistas someten a los
proletarios a una constante alienación económica, que consiste en que los trabajadores son desposeídos de
la mayor parte de su trabajo. Y dado que el trabajo es lo que nos constituye como humanos, los trabajadores
son desposeídos de su humanidad.
La alienación económica de los trabajadores consiste en que éstos no reciben el producto de su trabajo,
sino sólo una pequeña parte, el salario, mientras el resto es la plusvalía o ganancia que pasa a engrosar el capital
del propietario de los medios de producción. El capital no es, por tanto, más que trabajo alienado al trabajador.
Y como, de acuerdo con las leyes de la Economía burguesa, el crecimiento del capital es constante, resulta que
en la sociedad capitalista la deshumanización de los trabajadores crece también constantemente.
El materialismo histórico afirma que las fuerzas productivas de toda sociedad tienden a aumentar, pero que
al hacerlo llega un momento en que entran en contradicción con las relaciones de producción establecidas. Tal
contradicción consiste en que las relaciones de producción llegan a convertirse en trabas para el desarrollo de
las fuerzas productivas. Tal es la dialéctica material que rige el desarrollo histórico de las sociedades humanas.
3.-3) LA INFRAESTRUCTURA o MODO DE PRODUCCIÓN: El modo de producción o
infraestructura de una sociedad lo forman las relaciones de producción establecidas en esa sociedad más las
fuerzas productivas alcanzadas en ella.
Es, por tanto, la estructura económica de la sociedad, la base material (=económicoproductiva) sobre
la que se levanta el resto de la estructura social (llamada por Marx superestructura, y que veremos un poco
después). De acuerdo con el materialismo histórico, analizar el modo de producción de una sociedad (es decir,
su infraestructura) proporciona la clave para explicar y comprender el resto de las manifestaciones de la vida de
esa sociedad: su forma de organización política, el conjunto de sus leyes, sus ideas, sus creencias, su arte, etc.
La historia humana ha pasado, según Marx, por los siguientes modos de producción:
_ Asiático: modo de producción primitivo, basado en una economía de subsistencia y en el que
las relaciones productivas consistían en relaciones de cooperación entre iguales para trabajar el
medio de producción fundamental (la tierra), que era de propiedad colectiva.
_ Antiguo: es el modo de producción de la Edad Antigua, basado en la relación productiva entre
hombre libre y esclavo, relación que establecía que la tierra, así como el esclavo, eran propiedad
del hombre libre.
_ Feudal: modo de producción de la Edad Media, basado en la relación productiva entre señor y
siervo, relación que establecía que el señor era propietario de la tierra, pero no del siervo, el cual
estaba obligado, para vivir, a trabajar la tierra de aquél y entregarle parte (el diezmo) de lo que
conseguía producir.
_ Capitalista o moderno burgués: es el modo de producción de la Edad Moderna, burguesa e
industrial; es el que Marx analiza. En él las relaciones de producción se dan entre capitalistas y
proletarios. Los capitalistas son los propietarios del nuevo y fundamental medio de producción
de la edad moderna: las industrias; y los proletarios trabajan en ellas a cambio de un salario, siendo
alienados de la mayor parte de su trabajo. Esta alienación económica de los trabajadores es lo que
permite la formación y acumulación del capital. Ahora bien, el vertiginoso aumento de las fuerzas
productivas que ha desatado el industrialismo choca con las relaciones burguesas de producción,
creando las condiciones materiales que permitirán su superación por otras relaciones de
producción y, por tanto, la formación de otra sociedad.
Lo característico del modo de producción burgués es que todos los objetos, incluído el hombre y su
trabajo, son mercancías, es decir objetos que no sólo tienen un valor de uso (sirven para satisfacer alguna
necesidad, son útiles) sino, sobre todo, un valor de cambio (sirven para ser intercambiados en última instancia
por dinero, proporcionando una ganancia o aumento del capital). Y la finalidad del intercambio comercial en
la Economía burguesa no es conseguir mercancías útiles, sino aumentar constantemente el capital, lo que sólo
es posible a través de una creciente alienación económica de los trabajadores y, por tanto, de una creciente
deshumanización social.
Marx afirma que debido a las contradicciones económicas de la sociedad burguesa (contradicción entre
el enorme aumento de las fuerzas productivas de la sociedad industrial y unas relaciones de producción que se
quedan obsoletas, trabando el desarrollo de esas fuerzas productivas, lo que condena a la miseria a gran parte
de la sociedad), pues debido a tales contradicciones, decimos, surgirá un modo de producción capaz de
superarlas dialécticamente y cerrar, dice Marx, «la prehistoria de la sociedad humana»:
_ Comunista: es el modo de producción que, según Marx, sucederá al modernoburgu és.
Comienza con la abolición de la propiedad burguesa: «propiedad que convierte el trabajo de
muchos en la riqueza de unos pocos», ha escrito Marx. En el modo de producción comunista
quedarán superadas las luchas políticas y económicas entre la clase de los capitalistas y la de los
proletarios gracias a unas relaciones de producción basadas en la propiedad colectiva de los medios
productivos. Unas relaciones de igualdad y de cooperación que impulsarán de nuevo el desarrollo
de las fuerzas productivas y el reparto equitativo de lo producido. De esta manera, el modo de
producción comunista creará las condiciones económicas para una sociedad sin clases, dando
comienzo la verdadera historia del hombre libre, solidario y no alienado.
3.-4) LA SUPERESTRUCTURA: Es el conjunto de instituciones políticas, culturales, religiosas, etc. de la
sociedad, que se levantan sobre la infraestructura y están condicionadas por ésta. Marx divide la superestructura
social en:
_ La estructura jurídico-política: está compuesta por el Derecho (leyes) y el Estado
(instituciones políticas) de la sociedad. Para Marx, la estructura jurídico-política de la sociedad no
es el producto del Espíritu humano en su camino hacia un mayor espacio de Libertad, como afirmó
Hegel, ni el producto de un pacto entre ciudadanos libres e iguales, como afirmó Rousseau, sino
el producto de las condiciones económicas de la sociedad, es decir, de la infraestructura social. Por
eso, quien ejerce el dominio en el terreno económico es el que domina en el terreno político
(controla el poder de las instituciones del Estado, y elabora las leyes). El Estado, por tanto, no es
signo del progreso histórico de la Razón, sino un instrumento de opresión en manos de la clase
económicamente dominante.
_ La Ideología o Formas de conciencia social: son las ideas, las creencias, los valores morales
o artísticos, etc. de una sociedad. Escribe Marx: «Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes
en cada época; o, dicho en otro términos, la clase que ejerce el poder material (=económico) dominante es la ejerce el
poder espiritual (=ideológico) dominante». En el texto a comentar podemos leer: «El modo de producción de
la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre
(en terminología hegeliana, el Espíritu) lo que determina su ser, sino por el contrario, el ser social
(económico/productivo) es lo que determina su conciencia (=su Espíritu y las ideas que hay en él, ideas con las que
el hombre es consciente de sí mismo, proporcionándose una representación del mundo, de la vida, de la sociedad y de
su propio lugar en ella, etc.)».
4) Conclusiones:
El materialismo histórico es una teoría filosófica en torno a la historia humana, que es concebida
como un progresivo aumento de las fuerzas productivas del hombre. Pero ese
progreso material está sometido a oposiciones dialécticas, pues el aumento de las
fuerzas productivas acaba entrando en contradicción con las relaciones de
producción establecidas. Éstas, en vez de servir para el progreso de aquéllas, se
convierten en trabas suyas, lo que da lugar a un periodo de revolución social. Las
contradicciones dialécticas existentes en la infraestructura de la sociedad se manifiestan en la superestructura
como lucha de clases (lucha por el poder político y económico entre los propietarios de los medios de
producción y los que sólo poseen su capacidad de trabajo). En el modo de producción burgués o economía
burguesa las dos clases en conflicto son capitalistas y proletarios.
Tal es la dialéctica material que impulsa la historia humana hacia la sociedad comunista (que Marx ve
surgir entre las enormes contradicciones de la sociedad burguesa), hacia una sociedad en la que no exista
propiedad privada de los medios productivos y cuyas relaciones de producción se darán entre hombres libres e
iguales. Sociedad sin clases con la que daría comienzo la verdadera historia del hombre no alienado.
La transformación de la realidad social que Marx observa en el horizonte de la historia no es un deber,
al modo kantiano, que la razón humana tiene a priori la obligación de realizar, sino algo que se produce por la
dialéctica propia de la realidad material/económica que los hombres van creando para asegurar su existencia.
La filosofía, eso sí, tiene la obligación de comprender las leyes dialécticas de la historia y ayudar de ese modo a
que el cambio sea lo menos doloroso posible. Esta confianza en la .marcha de la historia es propia de
prácticamente todos los filósofos del siglo XIX, el siglo del optimismo, del progreso hasta que se produce la
Gran Guerra, el verdadero comienzo histórico, no cronológico, del atribulado siglo XX.
FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA
-ÍNDICE-
I.- POSITIVISMO
II.- NEOPOSITIVISMO
III.- FEMOMENOLOGÍA
V.- HERMENEUTICA
VII.- PERSONALISMO
La Filosofía Contemporánea, que se extiende desde el último tercio del siglo XIX hasta nuestros días, se
caracteriza por una enorme variedad de escuelas y enfoques filosóficos. En medio de este contexto, ¿qué
ha pasado con la filosofía del siglo XX? A continuación se relatan de manera esquemática las principales
corrientes filosóficas del siglo XX, exceptuando la filosofía analítica, que es objeto de estudio en otro tema.
Entre esas corrientes cabe mencionar: la fenomenología, el existencialismo, la hermenéutica, la Escuela de
Fráncfort, y otros.
Lo primero que hemos de advertir de las señaladas concepciones filosóficas del siglo XX es que, la
fecundidad de autores y obras, resulta homogénea en los siguientes aspectos:
La filosofía del siglo XX es un esfuerzo por re-pensar categorías antiguas, como las de Razón
(Fenomenología, Filosofía Analítica, Hermenéutica, Existencialismo, Escuela de Fráncfort,
Estructuralismo y Posmodernismo), Estado (Escuela de Fráncfort, Liberalismo y Republicanismo)
Sujeto (todas ellas), Ciudadanía (Escuela de Fráncfort, Liberalismo y Republicanismo) y Poder (Escuela
de Fráncfort, Existencialismo, Estructuralismo, Posmodernismo). Y se trata de re-pensarlas para evaluar
hasta qué punto podrían seguir valiendo y cuál ha sido su alcance.
La supuesta “filosofía del siglo XX” también parece homogénea a la hora de dar soluciones: entrados
en crisis la Razón moderna, el Sujeto moderno, el Estado moderno, etc. lo más conveniente resulta su
liquidación. Y por liquidación cabe entender aquí también su renovación
I.- POSITIVISMO
Positvismo proviene del vocablo latín positus = puesto, el sufijo Tivus = Relación activa y el sufijo ismos
= Tpería o doctrina. Por ende, positivismo es un sistema filosfico que está basada en el método científico
experimental que se caracteriza por rechazar las creencias universales y las nociones a priori. Desde la
perspectiva de los positivistas, la única clase de conocimientos que resulta válida es el de carácter científico, el
cual surge de respaldar las teorías tras la aplicación del método científico. (Julián Pérez Porto y María Merino
(2012). Definición de positivismo: (http://definicion.de/positivismo/))
Ubicación cronológica y representantes. El término positivismo fue utilizado por primera vez por el filósofo y
matemático francés del siglo XIX Auguste Comte (1798-1857), pero algunos de los
conceptos positivistas se remontan al filósofo británico David Hume (1711-1775), al
filósofo francés Saint-Simon (1760-1825), y al filósofo alemán Immanuel Kant (1724-
1804). Además de Auguste Comte en Francia, los representantes más significativos del
positivismo son: John Stuart Mil¡ (1806-1873) y Herbert Spencer (1820-1903) en
Inglaterra; Jakob Moleschott (1822-1893) y Errist Haeckei (1834-1919) en Alemania;
Roberto Ardigó (1828-1920) en Italia. Por lo tanto, el positivismo se integra en tradiciones
culturales diferentes: en Francia se inserta en el interior del racionalismo que va desde Descartes hasta la
ilustración; en Inglaterra, se desarrolla sobre la tradición empirista y utilitaria, y se relaciona a continuación con
la teoría darwinista de la evolución; en Alemania asume la forma de un rígido cientificismo y de un monismo
materialista; en Italia, con Ardigó, sus raíces se remontan al naturalismo renacentista, aunque sus frutos más
notables -debido a la situación social de la nación ya unificadalos brinda en el ámbito de la pedagogía y de la
antropología criminal.
Características.
1) A diferencia del idealismo, en el positivismo se reivindica el primado de la ciencia: sólo conocemos aquello
que nos permite conocer las ciencias, y el único método de conocimiento es el propio de las ciencias naturales.
2) El método de las ciencias naturales (descubrimiento de las leyes causales y el control que éstas ejercen sobre
los hechos) no sólo se aplica al estudio de la naturaleza sino también al estudio de la sociedad. 3) Por esto la
sociología -entendida como la ciencia de aquellos «hechos naturales» constituidos por las relaciones humanas y
sociales- es un resultado característico del programa filosófico positivista.
4) En el positivismo no sólo se da la afirmación de la unidad del método científico y de la primacía de dicho
método como instrumento cognoscitivo, sino que se exalta la ciencia en cuanto único medio en condiciones de
solucionar en el transcurso del tiempo todos los problemas humanos y sociales que hasta entonces habían
atormentado a la humanidad.
5) Por consiguiente, la época del positivismo se caracteriza por un optimismo general, que surge de la
certidumbre en un progreso imparable (concebido en ocasiones como resultado del ingenio y del trabajo
humano, y en otros casos como algo necesario y automático) que avanza hacia condiciones de bienestar
generalizado, en una sociedad pacífica y penetrada de solidaridad entre los hombres.
6) El hecho de que la ciencia sea propuesta por los positivistas como único fundamento sólido de la vida de
los individuos y de la vida en común; el que se la considere como garantía absoluta del destino de progreso de
la humanidad; el que el positivismo se pronuncie a favor de la divinidad del hecho: todo esto indujo a algunos
especialistas a interpretar el positivismo como parte integrante de la mentalidad romántica. En el caso del
positivismo, sin embargo, sería la ciencia la que resultaría elevada a la categoría de infinito. El positivismo de
Comte, por ejemplo -afirma Koiakowski-, «implica una construcción de filosofía de la historia
omnicomprensiva, que culmina en una visión mesiánica».
7) Tal interpretación no ha impedido sin embargo que otros exegetas (por ejemplo, Geymonat) descubran en
el positivismo determinados temas fundamentales que proceden de la tradición ilustrada, como es el caso de la
tendencia a considerar que los hechos empíricos son la única base del verdadero conocimiento, la fe en la
racionalidad científica como solucionadora de los problemas de la humanidad, o incluso la concepción laica de
la cultura, entendida como construcción puramente humana, sin ninguna dependencia de teorías y supuestos
teológicos.
8) Siempre en líneas generales el positivismo (John Stuart Mill constituye una excepción en este aspecto) se
caracteriza por una confianza acrítica y a menudo expeditiva y superficial en la estabilidad y en el crecimiento
sin obstáculos de la ciencia. Dicha confianza acrítica se transformó en un fenómeno consuetudinario.
9) La positividad de la ciencia lleva a que la mentalidad positivista combata las concepciones idealistas y
espiritualistas de la realidad, concepciones que los positivistas acusaban de metafísicas, aunque ellos cayesen
también en posturas metafísicas tan dogmáticas como aquellas que criticaban. 10) La confianza en la ciencia y
en la racionalidad humana, en definitiva, los rasgos ilustrados del positivismo, indujeron a algunos marxistas a
considerar que la acostumbrada interpretación marxista -según la cual el positivismo no es más que la ideología
de la burguesía en la segunda mitad del siglo xix- es insuficiente y, en cualquier caso, posee un carácter reductivo.
Desarrollo histórico. A principios del siglo XX un grupo de filósofos interesados en la evolución de la ciencia
moderna, rechazaron las ideas positivistas tradicionales que creían en la experiencia personal como base del
verdadero conocimiento y resaltaron la importancia de la comprobación científica. Este grupo fue conocido
como los positivistas lógicos entre los que se encontraban el austriaco Ludwig Wittgenstein y los filósofos
británicos Bertrand Russell y George Edward Moore. El Tractatus logico-philosophicus (1921) resultó tener una
influencia decisiva en el rechazo de las doctrinas metafísicas por su carencia de sentido y la aceptación del
empirismo como una materia de exigencia lógica. Los positivistas hoy en día, que han rechazado la llamada
escuela de Viena, prefieren denominarse a sí mismos empiristas lógicos para disociarse de la importancia que
dieron los primeros pensadores a la comprobación científica. Mantienen que el principio de verificación en sí
mismo es inverificable en el campo filosófico.
(http://concurso.cnice.mec.es/cnice2006/material003/Recursos%20Materiales/Terminos/Positivismo.pdf)
II:- NEOPOSITIVSMO
Giovanni Reale (1988) Historia del Pensamiento Filosófico y Científico. Tomo III. Barcelona, España: Herder;
Directrices generales.- En los años que transcurren entre las dos guerras, la reflexión sobre el método
científico recibe un impulso decisivo. Durante ese período el centro principal de la filosofía de
la ciencia fue la universidad de Viena, donde un grupo de científicos filósofos –reunidos en
torno a Moritz Schlick- dieron vida al Círculo de Viena (el Wiener Kreis). El pensamiento de los
miembros del círculo se conoce con el nombre de "neopositivismo" o "positivismo lógico", y
se caracteriza por una actitud decididamente antimetafísica y por toda una serie de profundos
análisis de gran relevancia acerca del lenguaje, la estructura y los métodos de las ciencias
naturales, y los fundamento de la matemática.
Los orígenes y la formación del Círculo de Viena.- El neopositivismo inició su andadura cuando el físico y
filósofo Moritz Schlick (1882-1936) fue llamado desde Kiel a la universidad de Viena, para encargarse de la
cátedra de Filosofía.
Viena constituía un terreno especialmente idóneo para el desarrollo de las ideas neopositivistas, dado que allí,
el liberalismo representó la orientación política predominante. Además la universidad de Viena, a diferencia de
la mayoría de las universidades alemanas y debido al influjo de la Iglesia católica, se había mantenido
básicamente incontaminada por el idealismo.
Schlick fue llamado a Viena en 1922, sin embargo, narra Herbert Feigl, ya antes de la guerra de 1914-1918, un
grupo de jóvenes doctores de filosofía se reunían para discutir sobre todo cuestiones de filosofía de la ciencia.
En aquella época el positivismo de Ernst Mach constituía la principal inspiración de este pequeño grupo de
estudiosos.
Estas reuniones anteriores a la primera guerra mundial se recordarán como la época "prehistórica" del
neopositivismo, cuya historia comienza en 1924, cuando Herbert Feigl y Friederich Waismann se entrevistaron
con Schlick con la idea de formar un grupo de debate. Schlick aceptó la iniciativa, y como consecuencia
comenzaron los coloquios del viernes por la noche. Este fue el inicio del Círculo de Viena, que contó entre sus
primeros miembros con el matemático Hans Hahn, el sociólogo Otto Neurath y su esposa Olga (hermana de
Hahn y también matemática), Feliz Kaufmann (entonces profesor de filosofía del derecho), Víctor Kraft
(filósofo versado en historia e interesado por la metodología científica) y el matemático Kurt Reidemeister,
quien 1924 propuso leer y discutir el Tractatus logico-philosophicus de L. Wittgenstein. En 1926 también R. Carnap
fue llamado a la universidad de Viena. Hahn y Schlick mostraron sus preferencias por él, en lugar de Hans
Reichenbach, quien por su parte en Berlín había fundado la Sociedad para la Filosofía científica, cuyos objetivos
eran análogos a los del Círculo de Viena.
El manifiesto programático del Wiener Kreis.- En 1929 se publicó, firmado por Neurath, Hahn y Carnap,
el manifiesto del Círculo vienés: La concepción científica del mundo. Frank dice que hacia 1929 los miembros del
círculo caímos en cuenta de que estaba surgiendo una nueva filosofía, por lo tanto decidimos en primer lugar
publicar una monografía sobre nuestro movimiento; más tarde, organizar un debate; por último, fundar una
revista filosófica para difundir los trabajos del grupo.
Las líneas esenciales del programa neopositivista, expuestas en el escrito programático antes citado, eran las
siguientes: 1)constitución de una ciencia unificada, que abarcase todos los conocimientos proporcionados por
la física, las ciencias naturales, la psicología, etc.; 2) el medio para lograr dicho propósito debía consistir en el
uso del método de análisis lógico elaborado por Peano, Frege, Whitehead y Rusell; 3) los resultados de la
aplicación de ese método al material de las ciencias empíricas permitirían augurar: a) la eliminación de la
metafísica; b) una clarificación de los conceptos y de las teorías de la ciencia empírica, así como de los
fundamentos de matemática.
Las teorías fundamentales del neopositivismo.- En cuanto a las tesis fundamentales de la filosofía
neopositivista se afirma lo siguiente: 1) el principio de verificación constituye el criterio distintivo entre
proposiciones sensatas y proposiciones insensatas, de manera que dicho principio se configura como criterio
de significación que delimita la esfera del lenguaje sensato con respecto al lenguaje carente de sentido, que sirve
para expresar el mundo de nuestras emociones y nuestros miedos; 2) basándose en ese principio, sólo tienen
sentido las proposiciones que pueden verificarse empírica o fácticamnte, esto es, las aserciones de las ciencias
empíricas; 3) la matemática y la lógica constituyen únicamente conjuntos de tautologías, estipulados de forma
convencional e incapaces de decir algo acerca del mundo; 4) la metafísica, junto con la ética y la religión, al no
estar constituidas por conceptos y proposiciones verificables de modo fáctico, son un conjunto de preguntas
aparentes que se basan en pseudoconceptos; 5) la labor que debe realizar el filósofo serio consiste en un análisis
de la semántica (la relación entre lenguaje y realidad a la que se refiere aquél) y de la sintaxis (relación recíproca
entre los signos de un lenguaje) del único discurso significativo: el discurso científico; 6) por lo tanto, la filosofía
no es una doctrina, sino una actividad: actividad esclarecedora del lenguaje.
M. Schlick y el principio de verificación.- Se ha dicho que los primeros miembros del Círculo de Viena
leyeron y comentaron el Tractatus logico-philosophicus de Ludwig Wittgenstein. Este había escrito que "comprender
una proposición quiere decir saber cómo están las cosas en el caso de que sea verdad". Para Schlick esto quería
decir que "el significado de una proposición es el método de su verificación. El criterio de verdad o falsedad de
una proposición consiste en el hecho de que, bajo determinadas condiciones, algunos acontecimientos se
produzcan o no.
Las palabras sólo tienen significado cuando indican algo factual, los asertos sólo tienen un sentido cuando
expresan un estado de cosas posible. Si no es así, en el primer caso habrá un pseudoconcepto, y en el segundo
una pseudoproposición.
El transplante del neopositivismo a América.- Desde alrededor del 1930 hasta 1938, año en que tiene lugar
la anexión nazi de Austria, se puede asistir a la fase de "despegue internacional" del Círculo de Viena. Dicha
fase se caracteriza por autorizadas aceptaciones y por adquisiciones doctrinales relevantes, así como por la
desaparición de Schlick –fue asesinado en 1936 por un ex alumno suyo, y Hans Hahn había muerto dos años
antes- por la progresiva diáspora del grupo originario, con el consiguiente trasplante del movimiento de
pensamiento que ya se conoce con el nombre de neopositivismo, positivismo lógico o empirismo lógico, al
otro lado del Atlántico, sobre todo en los Estados Unidos, Carnap, en su Autobiografía intelectual, evoca así el
oportuno crédito concedido en América al neopositivismo por parte de algunos jóvenes estudiosos, tanto
filósofos como científicos.
III.- FENOMENOLOGÍA
Representantes:
Husserl (Alemania, 1859-1938). El método fenomenológico influyó notablemente en autores interesados en la
llamada “filosofía de la existencia” u ontología fenomenológica como Martin Heidegger
(Alemania, 1889-1976), Jean-Paul Sartre (Francia, 1905-1980), quien hubo de subtitular “El
ser y la nada”, su obra filosófica más emblemática, de la siguiente manera: “Ensayo de
ontología fenomenológica”, y Maurice Merleau-Ponty (Francia, 1908-1961). La
fenomenología husserliana también influyó en la filosofía de Ortega y Gasset (España, 1883-
1955), en tanto que éste consideraba la necesidad de “salvarnos en las cosas mismas” y
entendía que la coexistencia yo-mundo tenía el orden siguiente: yo soy con las cosas, en medio
de ellas, frente a ellas, porque las cosas nos afectan, porque vivir es estar en el mundo y las
cosas son para mí, es decir, para una conciencia, porque pienso las cosas.
Tesis principales:
“ir a las cosas mismas”: hallar las esencias (eidos)
La conciencia, que es la que realiza ese “viaje” a las cosas mismas, que es la que se hace con las
esencias (por eso es una “conciencia eidética”) es intencionalidad, un tender hacia las cosas, un buscarse
y encontrarse, hallarse, diría Ortega, en ellas.
El mundo es para una conciencia. No se trata de caer en el idealismo más extremo (el mundo es
representación, contenido de mi conciencia), sino de comprender la realidad, el ser, como un plano de
coexistencia: si la conciencia es pura intencionalidad, entonces ésta tiene su ser fuera de ella, en el
mundo, en el afuera que son las cosas. Y gracias a ese tender hacia lo que no es ella se reconoce como
tal, se autoconoce. Por tanto, la afirmación „el mundo es para una conciencia‟ supone el
reconocimiento implícito y necesario para mi existencia de la existencia de lo otro, de la “otredad” o
de lo que no soy yo.
Por esta misma razón, el yo, la afirmación de la conciencia, no es algo cerrado, no es pura intimidad,
no es mera subjetividad, sino que es una estructura “abierta al mundo”, una salida hacia las cosas.
Método:
“Epojé”. Se trata de partir del escepticismo, pero en clave exclusivamente metodológica, es decir, no
como tesis epistemológica ni ontológica, pues no se trata de afirmar que o bien nada existe o si existe no puede
ser conocido, sino que se trata de postular el principio de “suspensión del juicio” acerca de la “tesis natural del
mundo”. Epojé significa: suspendamos el juicio sobre la tesis realista para en vez de partir del plano objetivo de
la existencia, en vez de comenzar por el mundo, podamos comenzar desde la conciencia (plano subjetivo) y así
poder comprender ésta como una estructura abierta, intencional. La finalidad no es quedarse en la constatación
de la existencia de la conciencia sino en la comprensión de la relación que hay entre el mundo y la conciencia.
Representantes:
Aunque pueden ser tratados como términos semejantes, “existencialismo” y “filosofía de la existencia” no son
términos del todo equivalentes. El concepto de existencialismo es más general y sirve para
calificar un movimiento cultural que va desde la filosofía (Jean-Paul Sartre, Francia 1905-1980,
Simone de Beauvoir, Francia 1908-1986) y la literatura (además de los dos autores anteriores,
quienes también destacaron sobresalientemente en el campo de la literatura, cabe hacer
especial mención a las figuras de Franz Kafka –1883-1926- y Albert Camus -1913-1960) a las
artes (en el cine, por ejemplo, se puede calificar de existencialista a Ingmar Bergman –Suecia
1918-2007-, con películas como: “El séptimo sello”, “Fresas salvajes”, “Los comulgantes” y
“Persona”, entre otras). En cambio, el término de “filosofía de la existencia” ha de ser
reservado para el campo particular de la filosofía sin ser por ello un terreno homogéneo ni en
sus tesis ni en sus argumentos; en este campo cabe mencionar a figuras tan importantes en la historia de la
filosofía como Martín Heidegger (Alemania, 1889-1976), que merecería un capítulo aparte, S. Kierkegaard
(Dinamarca, 1813-1855), de cuya reacción frente al hegelianismo arranca tanto el existencialismo como la
filosofía de la existencia, Karl Jaspers (1883-1969) y, en España, Miguel de Unamuno (1864-1936), preocupado
especialmente por el tema de la inmortalidad (entendida como lucha contra la muerte, como ansia de
inmortalidad) y del sentimiento trágico de la vida, y concibiendo la filosofía como algo cercano más a la poesía
que a la ciencia.
Tesis principales:
La existencia precede lógica y ontológicamente a la esencia: el hombre, por tanto, no está definido de
antemano. Es un proyecto, algo que tiene que hacerse, que está abocado al futuro. Recordemos que estas
tesis también fueron defendidas por Ortega y Gasset, aunque no es posible incluir a este filósofo en el
ámbito del existencialismo. La realidad humana es, así, su propio trascender hacia aquello que le falta. En
este sentido diría Sartre en “El existencialismo es un humanismo”: “El hombre es el único que no sólo es
tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se
quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace”.
De esta forma, el hombre está condenado a la libertad: su existencia viene definida por su ser libre. El hombre
es libre, pero no elige ser libre, ésta es su condición, su condena, su facticidad: está obligado a elegir, a
elegir-se; la libertad no es sólo „poder elegir‟ sino sobre todo „tener que elegir‟.
Esta libertad es siempre una libertad-en-situación, porque cuanto más experimentamos nuestra libertad
más reconocemos la del otro; cuanto más nos exige, más la exigimos. De nuevo Ortega compartiría esta
tesis existencialista al afirmar que la libertad se vive siempre en una circunstancia.
Pero si verdaderamente la existencia precede a la esencia, si el hombre es libre, absolutamente libre en tanto
que está condenado a ello, entonces es responsable de lo que es, que es justamente lo que hace. Así el
primer paso del existencialismo es poner a todo hombre en posesión de lo que es, y asentar sobre él la
responsabilidad total de su existencia. Y cuando se habla de que el hombre es responsable de sí mismo, no
se quiere indicar solamente que el hombre es responsable de su estricta individualidad, sino que es
responsable de todos los hombres.
En la medida, pues, en que el menor gesto me compromete, estoy lleno de “angustia”. Tal y como expresa
Sartre, la angustia es la conciencia de la libertad: el darse cuenta de la estricta relación de paridad entre
libertad y responsabilidad, porque no es posible la una sin la otra.
Dado que la realidad humana es un perpetuo trascender hacia la coincidencia consigo misma que no se
dará jamás, el hombre, en palabras de Sartre, es una “pasión inútil”. No encuentra nada que lo justifique,
nada que se convierta en su tabla de salvación, nada que lo sujete invariablemente a la existencia: “Existir
es estar ahí, simplemente: los existentes aparecen, se dejan encontrar, pero nunca se puede deducirlos”. Por
esto mismo, “Lo esencial es la contingencia. La existencia no es necesidad.... La contingencia no es una
máscara, una apariencia que pueda disiparse; es lo absoluto, en consecuencia, la gratuidad perfecta”,
escribiría Sartre en su novela “La Náusea”.
El nominalismo ontológico es otro de los principios básicos del existencialismo. Esto quiere decir que lo
realmente existente, los únicos existentes, son los individuos. Las pretendidas esencias, los “universales”
que decían los Escolásticos, son sólo nombres, productos de nuestro lenguaje, contenidos de nuestro
pensamiento.
Finalmente, otro de los rasgos definitorios del existencialismo es el ateísmo. Escribe Sartre: “No puede
haber problemas conceptuales de Dios. Las pruebas de la existencia de Dios son absurdas, pero las
demostraciones de que Dios no existe no muestran mucho más… La no existencia de Dios es algo que se
vive pero no se prueba”. Bien es cierto que no todos los autores incluidos en el existencialismo defienden
una postura atea, ni que todos los ateísmos desemboquen en el existencialismo, pues bien pueden estar
vinculados al materialismo, como son los casos del ateísmo en D‟ Holbach y Marx. El ateísmo propio del
existencialismo parte de la tesis de que “Tanto si Dios existe como si no existe la moral es un asunto entre
hombres”. No obstante, el ateísmo no es un principio para el existencialismo, sino más bien la consecuencia
lógica de una determinada ontología y ética existencialista. Por eso, el propio Sartre aludía a una distinción
de existencialismos: según Sartre, habría un existencialismo cristiano (G. Marcel y K. Jaspers, por ejemplo)
y un existencialismo ateo (él mismo, Albert Camus, Simone de Beauvoir y Martin Heidegger, entre otros).
Metodología:
El existencialismo no posee un método propio sino que aglutina distintas perspectivas metodológicas
con una misma pretensión, a saber: comprender la existencia humana, su lugar en el mundo, ofrecer
inteligibilidad al proyecto de vida del ser humano. Entre los métodos que concurren en la filosofía existencialista
cabe destacar: A) la ontología fenomenológica, esto es, una aplicación del método fenomenológico a la
investigación ontológica de la existencia humana; esta perspectiva metodológica la encontramos brillantemente
escenificada en los libros “Ser y Tiempo” de Martin Heidegger y “El ser y la nada” de Jean-Paul Sartre. B) otro
de los métodos presentes en el existencialismo es el denominado por Sartre “psicoanálisis existencial”, método
de comprensión existencial de la vida del individuo y de cuyo rendimiento ha dejado Sartre notables muestras
en obras suyas como “Flaubert, el idiota de la Familia”, “Baudelaire” y en un par de guiones cinematográficos:
“Freud” y “Tifus”. C) junto a la fenomenología y el psicoanálisis, el método dialéctico heredado de Hegel
completa el orbe metodológico del existencialismo, que en su etapa final aborda un diálogo con el marxismo
por el carácter histórico y estructural que poseía éste a partir de la década de los cincuenta y sesenta del siglo
XX. Resultado de este diálogo fue la obra de Sartre: “Crítica de la razón dialéctica”.
V.- HERMENÉUTICA
Representantes:
De la hermeneia griega como facultad para transmitir mensajes (el dios Hermes trae el mensaje del hado) y de la
radicalización y universalización del ars interpretandi latina humanista a principios del siglo
XIX a cargo de Schleiermacher (1768-1834) surge un modelo epistemológico conocido como
hermenéutica que enfatiza ontológicamente la comprensión en tanto que modo
conformador de toda experiencia humana del mundo.
Sería, después, W. Dilthey (1833-1911) quien había de reservar la hermenéutica,
entendida como comprensión, para nombrar el método propio de las ciencias humanas o
ciencias del espíritu.
Por su parte, Hans-Georg Gadamer (1900-2002) hubo de ampliar el campo de esta
técnica a todo tipo de textos y sobre todo centró el interés de la hermenéutica en el hecho mismo de la
comprensión. Así, en Gadamer encontramos la depuración de este método, el comprender, enfocándolo hacia
la tarea ontológica del preguntar filosófico.
Sin embargo la hermenéutica no habría aparecido sin la constatación histórica epistemológica del giro hacia el
sujeto inducido por la fenomenología kantiana y hegeliana, las cuales habían de potenciar la necesidad de hallar
en la subjetividad las condiciones de posibilidad de la objetividad.
Tesis principales:
Dilthey plantea la necesidad de clarificar la dimensión metodológica de las ciencias del espíritu frente a las
ciencias de la naturaleza. Si la tarea de éstas es la explicación, la función de aquéllas es la comprensión.
Comprender es, pues, la preocupación principal de la hermenéutica. Pero, ¿comprender qué y cómo? Se
trata de comprender al hombre, es decir, ofrecer una visión unitaria del mismo, el sentido de su existencia.
Para ello será necesario comprender el sentido de los hechos estudiados por las ciencias humanas o ciencias
del espíritu, que son las encargadas de estudiar las múltiples dimensiones de lo humano.
Gadamer, seguidor de Heidegger, entiende como éste que comprender es la tarea genuina del hombre, ya
que es su forma auténtica de ser. Somos en la medida en que hacemos por comprender cuanto nos rodea
y comprendernos a nosotros mismos.
Para comprender hay que centrarse en el lenguaje. Por eso, Gadamer pondría de manifiesto, como también
Heidegger (“el lenguaje es la casa del ser”, decía este autor), que el ser es el lenguaje. Y, así, la experiencia
hermenéutica es de naturaleza lingüística. No hay otra alternativa que interpretar, comprender, el mundo
desde el lenguaje y en el lenguaje, porque es precisamente en el lenguaje donde el mundo se presenta, se
ofrece.
Por tanto, la verdad sólo acontece en el lenguaje y su desvelación es el sentido que nace de la comprensión,
de la interpretación.
Desde la perspectiva hermenéutica conocer es interpretar. Pero el concepto mismo de interpretación lleva
aparejado el de crítica: se trata de un interpretar crítico, pues para conocer no basta con el rendimiento
ofrecido por la facultad metodológica del entendimiento sino que es necesario, además, hallar
significativamente el proceso de conocimiento.
De esta forma, la hermenéutica, como vivencia del comprender interpretativo, es el desarrollo de toda una
antropología del sentido: la hermenéutica de un texto ha de llevarse a cabo tomándonos a nosotros mismos
como referencia, ya que el sentido de un texto se sitúa en lo que el texto significa para nosotros o, dicho
de otro modo, la significación del texto no alcanza únicamente los niveles sintáctico y semántico del mismo
sino de manera muy especial su nivel pragmático. De ahí que la hermenéutica aluda existencialmente a tres
procesos conformadores del comprender: entender, explicar y aplicar.
Pero, como todo texto tiene un contexto (recordemos que la hermenéutica nunca deja de ser una técnica
de interpretación de textos), la comprensión de las acciones del hombre no será posible sin atender al
contexto. Y éste es su historia, lo que Gadamer llamaba “tradición” en “Verdad y Método”, obra insigne
de su filosofía.
Comprender un texto exige ponernos en diálogo con dicho texto, supone conversar. El sentido de los
textos es inagotable y el sentido no viene sin más sino que resulta de algo puesto: si Kant aludía a la
necesidad de la razón de postular a priori, es decir, de poner algo que posibilitara el conocimiento y sin lo
cual éste sería imposible, la hermenéutica, especialmente en Gadamer, alude a la necesidad de “poner” el
sentido del texto. Pero eso que ponemos y que hace posible el sentido (del texto, de la acción, del ser en
definitiva) no es algo que nazca de nuestra voluntad, no es algo que surja del capricho del autor y/o del
intérprete, sino que es algo en lo que ambos están incluidos: es la historia, la tradición o situación que
envuelve, que contextualiza al texto. Por eso diría Gadamer que no es la historia la que nos pertenece sino
que pertenecemos a la historia.
Dado que no hay interpretación sin presupuestos, no hay texto sin contexto, y que esos presupuestos
conforman una “tradición” a modo de pasado siempre activo en el presente, entonces todo juicio, toda
interpretación, parte de una serie de presupuestos del juicio. Gadamer alude a estos con el concepto de
prejuicio. Pero no debemos entender moralmente este término sino según un sentido estrictamente
hermenéutico: para Gadamer, el prejuicio es el presupuesto necesario que hace posible el juicio. Prejuicio
quiere decir que para comprender es preciso fusionar el presente con el pasado. Por tanto, la tarea
hermenéutica de ilustración no consiste en eliminar los prejuicios, sino en distinguir los verdaderos de los
falsos.
Metodología:
Desde el punto de vista estrictamente epistemológico, la hermenéutica es la búsqueda de una
renovación (epistemológica) de las ciencias del espíritu o ciencias humanas frente al dominio de las ciencias de
la naturaleza refrendado filosófica y políticamente por el positivismo. Así, la hermenéutica como epistemología
de las ciencias humanas (Dilthey, Von Wright) pretende autonomizar el comprender como forma de
racionalidad histórica frente al explicar como episteme de las ciencias naturales.
Pero la metodología hermenéutica tiene una profundidad ontológica, una carga ontológica: es el
llamado “círculo hermenéutico”, término introducido por Martin Heidegger, con el que se alude a la necesidad
de englobar tanto al sujeto como al objeto, esto es, a la cosa definida y a las condiciones de la definición;
condiciones no sólo lingüísticas (materiales y simbólicas) y gnoseológicas (métodos de conocimiento,
instrumentos de percepción, etc.) sino sobre todo intencionales; dicha estructura intencional que el interpretar
crítico tiene que tener en cuenta conforma no sólo la serie de expectativas individuales del sujeto cognoscente
sino especialmente el contexto del texto, es decir, la situación del comprender. Así, el comprender hermenéutico
supone un nuevo tratamiento del problema de la relación sujeto/objeto, porque tiene que tomar en
consideración una doble contingencia: la de la cosa u objeto y la del intérprete o sujeto.
VI.- PERSONALISMO
El precursor del personalismo fue I. Kant por sus aportes en torno a la persona como un valor absoluto y no
un medio, distinguiéndola así radicalmente de los objetos. Esta intuición ha servido a la postre
para colocar bases a la propuesta filosófica y cultural del personalismo. Los Grandes
representantes del personalismo son: I. Kant, S. Kierkegaard, J. Maritain e. Mounier, m.
Nedoncelle, G. Marcel, K. Vojtyla, r. Guardini.
Historia.- El personalismo surgió en la Europa de entreguerras con el objetivo de ofrecer
una alternativa a las dos corrientes socio-culturales dominantes del momento: el colectivismo y
el individualismo. Colectivismo: es un movimiento que pone a la sociedad por encima del personalismo, su
concepto principal es que vale la pena sacrificar los fines del individuo por el bien común. Individualismo: este
concepto se basa en que e l centro de la discusión es el individuo, es egocentrismo, es progreso individual sin
importar la sociedad, es capitalismo salvaje.
Personalismo: toma elementos de los dos conceptos anteriores y los asume modificados: 1) Da
primacía a la persona sobre la sociedad. 2) Transforma al individuo en persona señalándole un deber de
solidaridad social. 3) Al personalismo también se le ha llamado personalismo comunitario por establecer una
relación equilibrada entre persona y sociedad. El personalismo es una filosofía realista, original y moderna, la
realidad existe independientemente de la persona.
Características del personalismo: 1. Persona: la categoría de persona es el concepto fundamental y
estructura de su antropología: a) Esta idea es un aporte original, se hace referencia a la persona pero no de
manera central. b) Toda filosofía personalista debe usar el concepto de persona como el centro, no como
sustancia. Donde la persona es considerada como un modo concreto y específico de entender el humano, no
es un simple sinónimo de hombre (inteligencia, libertad, corazón, espiritual; síquica y corpórea; cognitiva,
dinámica y afectiva.) 2. Distinción entre personas vs animales y cosas. a) Personalismo: afirma una distinción
esencial entre las personas, animales y cosas. b) Las diferencias, en el hombre hay bondad y maldad y en los
animales y cosas no. Seminario “Responsabilidad y Rehumanización, obligaciones territoriales” Impartido por
el ORSALC 3. Afectividad: es un elemento central de la persona, este elemento que le permite amar y sufrir. 4.
Relaciones interpersonales, es la relación que existe (Yo-Tú) y que se dan en sociedad y en la familia. 5. Primacía
de los valores morales y religiosos. 6. Corporeidad y sexualidad: toma en cuenta el papel que juega el cuerpo en
la persona, donde éste no es meramente biológico; sino también psique y espíritu. Existen dos tipos de personas
Hombre – Mujer, esencialmente idénticos y radicalmente diferentes. 7. Personalismo social: centra a la persona
como sujeto social ya que vive y se desarrolla en sociedad. 8. Filosofía como medio de influir en la realidad: la
filosofía no debe quedarse en sólo ejercicio académico, sino que debe ponerse al servicio dela sociedad. 9.
Unión entre fe y cultura: los filósofos personalistas han procurado ser coherentes con sus creencias. 10. La
relación de la filosofía moderna: el personalismo asume elementos positivos de la filosofía moderna, tales como
la subjetividad, la conciencia el yo o la reivindicación de la libertad. http://www.uv.mx/cuo/files/2014/08/4.-
Juan_Manuel_Burgos.pdf
Representantes:
Su origen está en el llamado Instituto de Investigación Social, adherido a la Universidad de Francfort, creado
en 1923. Horkheimer sería su segundo director y junto a él Adorno, como cabeza
de fila, pero también Marcuse, Fromm, Benjamin y, en una segunda etapa, Habermas.
En 1934, la persecución nazi obligó a sus miembros a exiliarse en
EE.UU. y precisamente allí se quedaría definitivamente Marcuse. Pero,
Horkheimer y Adorno habían de volver e, integrado Habermas a partir de 1956,
dar un nuevo impulso al Instituto.
La participación del malogrado Benjamin (se suicidaría en la frontera
franco-española ante la incesante persecución nazi que sufría por su ascendencia
judía) fue escasa pero intensa y se centró especialmente en la crítica literaria y en el análisis crítico de los aspectos
estéticos de la sociedad capitalista de aquel momento.
La participación de Habermas cambiaría el rumbo de la Teoría Crítica. Tal y como él explica se debió
a que, a diferencia de sus predecesores, no era judío, sino protestante y a que no vivió maduramente (Habermas
nació en 1929) la época del nazismo ni del estalinismo. La bibliografía de Habermas es muy abundante, sin
embargo hemos de citar Teoría de la Acción Comunicativa y Conocimiento e interés como obras capitales no sólo para
entender el pensamiento habermasiano sino para comprender integramente la labor intelectual de la Escuela de
Fráncfort.
Tesis principales:
El proyecto general de la Teoría Crítica se apoya en los siguientes Principios epistemológicos: A)
Indisoluble unidad teoría-praxis. B) No hay razón para el neutralismo axiológico de la ciencia, además es
imposible: el neutralismo no es neutral. Siempre existe una conexión entre conocimiento e interés. C) Ideal
emancipatorio del conocimiento: la crítica tiene como aspiración la libertad. D) Analizar la realidad social desde
la categoría de totalidad.
La tarea primordial de la Teoría Crítica era especificar qué otro modelo de razón era posible y si estaba
capacitada para superar las alienaciones o esquizofrenias -como gustaban de llamarlas- de la sociedad capitalista
del momento. Pero esto era una labor no sólo epistemológica, sino que desde la preocupación epistemológica
por la ciencia tenía que incidir críticamente en la transformación de la sociedad de aquel momento.
El Ideario filosófico de la Teoría Crítica seguirá siendo el de la emancipación social del individuo.
A pesar de poder hablar de la Escuela de Fráncfort o Teoría Crítica como un grupo relativamente
homogéneo y compacto, quizá por sus intereses comunes y por una metodología compartida, cabe establecer
una serie de especificidades que singularizan los proyectos filosóficos de los autores que componen esta
Escuela:
Horkheimer: Crítica epistemológica de la racionalidad instrumental: denuncia la Dictadura de las ciencias
positivas, la ausencia de autocrítica de la razón y la manipulación de la conciencia; insiste en la necesidad
de una relectura de los ideales ilustrados y en la revisión crítica del marxismo, desentendiéndose de
proyectos revolucionarios y de la máxima del determinismo económico y la lucha de clases como motor de
la historia.
Adorno: Centra la reflexión en el individuo. Este es el único ser natural. Propone una “Dialéctica negativa”
como proyecto metodológico, epistemológico y ontológico, que lleve a cabo una autocrítica de la razón y
denuncie cualquier forma de dominio. Finalmente, Adorno aspira a una superación del modelo de libertad
del liberalismo, porque esa libertad no nos ha hecho finalmente libres; sólo ha hecho libre al poder
económico.
Marcuse y Fromm llevan a cabo una síntesis de marxismo y psicoanálisis, porque el marxismo necesitaba
un enfoque psicológico que articulara la relación entre infraestructura económica y supraestructura
ideológica y porque la libertad puede hacer sentir al hombre su radical soledad: el miedo a la libertad.
Marcuse centraba la crítica a la racionalidad instrumental se centra en la denuncia de la
unidimensionalización.
Habermas es el creador de la llamada “Racionalidad comunicativa”: la teoría de la acción comunicativa no
es simplemente una teoría más aunque alternativa a la tradicional, sino que es una nueva manera de entender
la racionalidad. Para Habermas la racionalidad es “la forma en que los sujetos capaces de lenguaje y de
acción hacen uso del conocimiento”. La teoría de la acción comunicativa está basada en los siguientes
principios: a) Paradigma de la intersubjetividad o comunicación: planteamiento de una comunidad
orientada al entendimiento mutuo a través del diálogo; b) Vinculación conocimiento e interés: no es posible
la neutralidad axiológica de la ciencia-técnica, pues todo conocimiento responde a un interés; c) Unidad
teoría-praxis; d) Relectura de Marx por medio de la influencia de Weber y el funcionalismo; e) Renovación
de los ideales ilustrados (libertad, justicia, solidaridad) a través de una ética del consenso.
Finalmente Habermas es el autor de la “ética dialógica”, la cual es un proyecto de universalización de las
normas de discurso racional instaurando la pragmática del consenso como movilización democrática de la
libertad del individuo. Se trata de una ética procedimental (pues únicamente indica mediante qué
procedimiento se debe buscar la fundamentación racional de una norma moral), universalista (se dedica a
buscar un consenso racional sobre intereses comunes) y política (ya que tiene como presupuesto la
existencia de una comunidad de habla o de diálogo como ejemplo de democracia participativa). De acuerdo
con esta ética dialógica se halla la teoría habermasiana de la verdad: la verdad como consenso: “Según esta teoría sólo puedo
(con ayuda de oraciones predicativas) atribuir un predicado a un objeto si también cualquiera que pudiera entrar en discusión
conmigo atribuyese el mismo predicado al mismo objeto; para distinguir los enunciados verdaderos de los falsos, me refiero al
juicio de los otros y, por cierto, al juicio de todos aquellos con los que pudiera iniciar una discusión (incluyendo contrafácticamente
a todos los oponentes que pudiera encontrar si mi vida fuera coextensiva con la historia del mundo humano). La condición
para la verdad de los enunciados es el potencial asentimiento de todos los demás. Cualquier otro tendría que poder convencerse
de que atribuyo justificadamente al objeto el predicado de que se trate, pudiendo darme, por tanto, su asentimiento. La verdad
de una proposición significa la promesa de alcanzar un consenso racional sobre lo dicho”.
Metodología:
La razón crítica, propuesta por la Teoría Crítica, dedica sus esfuerzos a Transformar la dialéctica: de la
positividad o identidad como signo de la dialéctica hegeliana, la Teoría Crítica propone una razón negativa, una
“dialéctica negativa” capaz de derrocar los ideales hegelianos que identifican realidad y racionalidad, sirviendo así
de discurso ideológico legitimador y eternizador del presente.
Para la Teoría Crítica, es necesario concebir el conocimiento mediado por el interés; no existe
conocimiento sin mediación social, política, histórica, económica, etc. Por tanto, ninguna teoría es imparcial,
neutral. Además, transformar la relación de conocimiento significa superar el tradicional esquema sujeto-objeto,
impuesto por el clasicismo griego y el cartesianismo, para entablar una relación de sujeto a sujeto, ya que el
sujeto cognoscente está inmerso en el objeto que nos proponemos conocer. Con este nuevo modelo evitaremos
dualismos, tanto metafísicos como epistemológicos.