Seamos Siervos Ejemplares

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Serie de Sermones – La Fuente del Gozo, Carta a los Filipenses

Sermón N°11 – Seamos siervos ejemplares


Por: Jorge Betancur

Hoy continuaremos con nuestra serie de sermones que hemos titulado “La Fuente del Gozo”, la cual se
centra en la carta del Apóstol Pablo a la iglesia de los Filipenses.

Para beneficio de aquellos que no recuerdan o no estuvieron la semana antepasada, hablamos sobre
Dejar las murmuraciones y contiendas (Filipenses 2:14-16), en donde entendimos la importancia para la
iglesia el dejar las murmuraciones y contiendas.

El sermón del día de hoy lleva por título Seamos siervos ejemplares desarrollado en:

Filipenses 2:17-30 “17 Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe,
me gozo y regocijo con todos vosotros. 18 Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.
Timoteo y Epafrodito 19 Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también
esté de buen ánimo al saber de vuestro estado; 20 pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan
sinceramente se interese por vosotros. 21 Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo
Jesús. 22 Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el
evangelio. 23 Así que a éste espero enviaros, luego que yo vea cómo van mis asuntos; 24 y confío en el
Señor que yo también iré pronto a vosotros. 25 Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito, mi
hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades;
26 porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais
oído que había enfermado. 27 Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo
misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre
tristeza. 28 Así que le envío con mayor solicitud, para que al verle de nuevo, os gocéis, y yo esté con
menos tristeza. 29 Recibidle, pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como
él; 30 porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que
faltaba en vuestro servicio por mí.”

Cualquier cristiano que haya leído bastante los escritos de los grandes siervos de Dios, alcanzan a
vislumbrar en parte lo que había en la mente de aquellos hombres y mujeres. Por lo general, su cualidad
más admirable es la disposición para hacer grandes sacrificios.

Thomas Brooks, un puritano del siglo XVII comento sabiamente que “El ejemplo es el discurso más
poderoso”. El ejemplo, es el liderazgo espiritual digno de ser imitado por todos aquellos creyentes que
entienden la importancia de ser luz en un mundo de tinieblas como hablamos en el sermón anterior.

El ejemplo personal ilustra los principios bíblicos en acción y demuestra cómo deben practicarse.
Cuando los hijos de Dios examinan a fondo las normas divinas a la luz de sus pecados, faltas, debilidades
y fracasos, dichos parámetros parecen imposibles de alcanzar, es por ello, que tenemos el ejemplo
supremo de Jesús, el cual debe ser nuestro modelo de vida.

Juan 13:15 “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.”

Filipenses 2:17-30 presenta tres hombres cuyas vidas constituyen modelos excepcionales de vida
piadosa.
1.- Pablo: un modelo de servicio gozoso y abnegado (Filipenses 2:17-18)

Nada caracterizaba tanto la vida y el ministerio de Pablo como el amor por el Señor, su obra y por su
pueblo.

Ese amor impulsaba a Pablo a servir sin reservas y con abnegación. Él temía que no esforzarse al
máximo, podría perder su recompensa.

1 Corintios 9:24-26 “24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno
solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 25 Todo aquel que lucha, de todo se
abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 26
Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea
el aire”

Él era profundamente consciente de que tenía un llamado, así como dones y capacidades por las cuales
el Señor, como es fiel y justo, pediría cuentas. Pablo escribió acerca de esa obligación a los corintios.

1 Corintios 4:1-2 “4 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de
los misterios de Dios. 2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.”

El apóstol Pablo entendía que su llamado era para un servicio abnegado y se compara como ser una
ofrenda de libación sobre el sacrificio dado a Dios.

“Derramado en libación sobre el sacrificio”. La frase entera se traduce en una sola palabra griega que es
spendo, que significa “ser derramado en libación”. La ofrenda de libación, era una ofrenda líquida, era
un ritual conocido en muchos pueblos antiguos. Después de poner el animal sacrificado sobre el altar,
los sacerdotes tomaban vino y lo derramaban sobre el sacrificio ardiente o en tierra frente al altar. Ese
acto simbolizaba la elevación del sacrificio hasta la nariz de la deidad a quien se ofrecía.

Pablo entendió que el servicio abnegado por la iglesia, es una ofrenda dada para Dios, la cual debe ser
dada gozosamente.

Colosenses 1:24 “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de
las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia”

Todo lo que un creyente sacrifica por el Señor será siempre sustituido por algo infinitamente más
valioso, lo cual es la gloria de Dios manifiesta en la vida de sus hijos y la iglesia.

2 Corintios 4:17 “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más
excelente y eterno peso de gloria”

Pablo sin lugar a dudas, es un siervo ejemplar para la iglesia de hoy. Con sinceridad y humildad podía
exhortar a los corintos que fueran imitadores de él (1 Corintios 11:1), ya que él puso sus ojo como lo
dice en Hebreos, en el ejemplo de Jesús.

Hebreos 12:2 “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
2.- Timoteo: un modelo de servicio fiel (Filipenses 2:19-24)

El segundo ejemplo de siervo espiritual es Timoteo, el amado hijo de Pablo la fe. Timoteo era fiel y
confiable en todo sentido y sin duda apto para ser un modelo que los filipenses pudieran imitar. Para
Pablo, Timoteo era el único que tenía el mismo ánimo que él.

La frase “del mismo ánimo” se traduce en el griego como isopsuchos, que solo aparece aquí en el Nuevo
Testamento, es un adjetivo compuesto por isos “igual” y psiche “alma”. Su significado literal es “de una
misma alma” o “de un alma” y alude a personas que tienen espíritus afines y por ende, los mantiene
unidos una fidelidad increbrantable.

La fidelidad es un atributo fundamental de Dios.

Deuteronomio 7:9 “Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones”

1 Corintios 4:1-2 “4 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de
los misterios de Dios. 2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.”

3.- Epafrodito: un modelo de servicio de amor (Filipenses 2:25-30)

El tercer modelo de siervo espiritual es Epafrodito. Él no era un apóstol ni líder espiritual como Pablo,
tampoco era un diácono como Timoteo. Pero el hecho que los filipenses lo eligiaran para llevar su
ofrenda a Pablo y servirle, demuestra que Epafrodito tenía un amor sincero hacia la obra de Dios y hacia
Pablo.

El nombre Epafrodito significa “el que pertenece a” o “el favorecido de Afrodita”, la diosa friega del
amor. El nombre era común dentro de los tiempos de Pablo y con el tiempo significo “amoroso” o
“digno de ser amado”.

Su nivel de servicio sacrificado al Señor es especialmente instructivo y alentador para el creyente a quien
los ejemplos de grandes predicadores y pastores como Pablo y Timoteo podrían parecerle inalcanzables.
Él constituye un ejemplo de espíritu de sacrificio por causa de Cristo donde no hay aplausos públicos, ni
distinción, ni cargos de importancia, ni grandes talentos y dones. Él no era un predicador, maestro o
líder destacado y aun así su ejemplo parecer ser más relevante y alcanzable.

1 Juan 4.7-9 “7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es
nacido de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 9 En
esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo,
para que vivamos por él.”

Pablo escribe que Epafrodito por su gran amor, expuso su vida para suplir sus necesidades. Exponiendo
es la traducción de una forma del participio griego paraboleuomai, que significa literalmente
“desechar”. Habla de exponer el bienestar personal de manera voluntaria y ponerse a sí mismo en
riesgo, pasando completamente por alto su propio bienestar.

Jesús mismo nos dio ejemplo de este amor.

Juan 15:13 “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.”
Poco después de la época neotestamentaria, un grupo de cristianos se unió para formar una asociación
a la que llamaron Parabolani, que significa “Los intrépidos”. Basándose en el ejemplo de Epafrodito,
visitaban prisioneros y ministraban a los enfermos, especialmente a quienes padecían enfermedades
peligrosas y contagiosas y no recibían ayuda.

Romanos 15:1-3 “1 Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no
agradarnos a nosotros mismos. 2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para
edificación. 3 Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios
de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.”

Conclusión

Mateo 25:14-30 “14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus
siervos y les entregó sus bienes. 15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno
conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. 16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció
con ellos, y ganó otros cinco talentos. 17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. 19 Después
de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. 20 Y llegando el que
había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me
entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. 21 Y su señor le dijo: Bien, buen
siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 22
Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí
tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. 23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre
poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 24 Pero llegando también el
que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no
sembraste y recoges donde no esparciste; 25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la
tierra; aquí tienes lo que es tuyo. 26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías
que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 27 Por tanto, debías haber dado mi dinero
a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 28 Quitadle, pues, el
talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que
no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí
será el lloro y el crujir de dientes.”

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