Apuntes de Sociologia
Apuntes de Sociologia
Apuntes de Sociologia
Las ciencias sociales son resultado de un proceso histórico de formación y progresión, lo que implica que a la historia le
precede la prehistoria y a los fundadores les anteceden los precursores. Bajo esta directriz analítica, se considera que
para precisar la emergencia, conformación y constitución del pensamiento social en su devenir histórico es importante
establecer los diferentes periodos históricos por los cuales ha transitado en su desarrollo. Si bien es muy evidente que
ciertas ideas sociales ya están presentes en épocas bastante remotas, sólo por cuestiones metodológicas se analiza
únicamente el desarrollo histórico de las ideas sociales en la antigüedad, edad media y edad moderna. Es decir, no se
examinan las reflexiones sociales de sentido común que ya se producen en la prehistoria sino aquellas que se dan en la
denominada historia.1
En la antigüedad, existen diversas ideas sociales que se desarrollan tanto en el antiguo oriente como en el viejo
occidente. Las primeras inquietudes sistematizadas sobre cuestiones vinculadas a la vida en sociedad surgen en
civilizaciones orientales tales como ser Egipto, Babilonia, India y China. Estas sociedades agrarias se caracterizan por
desarrollar una forma de gobierno basada en la autoridad de un “déspota”, quien era el encargado de organizar,
planificar, dirigir y controlar la vida social o la vida en comunidad. En términos del materialismo histórico se estaría
hablando de un modo de producción “asiático o despótico tributario” que se desarrolló en algunas regiones de Asia,
Egipto, Persia, China e India.
En estas antiguas colectividades orientales, representaciones, actitudes, pautas, hábitos, normas, usos, costumbres,
creencias y sistemas de organización social y política se encuentran contemplados en una serie de manuscritos, códigos
y leyes.
Jordán (1997), señala que en el antiguo Egipto, “La sabiduría de Ptah-Hopet”; “La sabiduría de Ipuver”; “Las
instrucciones del Rey Ahvot” y la “Instrucción de Emene-Mope”, son legajos donde se hallan establecidas ciertas
pautas sociales, religiosas, culturales, políticas, económicas e ideológicas, a partir de las cuales se establece un sistema
de estratificación social que ubica a los hombres en niveles o estratos superiores e inferiores. Asimismo, esta autora
sostiene que a través de estos legajos se identifica a Dios con el Faraón, se instituyen derechos y obligaciones, se
instauran castigos y recompensas y se dictan leyes en función de la disciplina, la obediencia y la autoridad.
Más adelante, Jordán expresa que en Babilonia, ciertas nociones vinculadas a las relaciones y las normas sociales se
encuentran descritas en el célebre “Código Hammurabi”, considerado como la expresión de la ley divina y humana que
rige la vida en sociedad.2 El Código señala que por instrucciones de Dios, Hammurabi debe gobernar con derecho,
justicia, libertad e igualdad. Contempla una guía de procedimientos legales e imposición de penas por acusaciones
injustificadas, falso testimonio, daños personales y errores judiciales. Asimismo, recoge una serie de disposiciones que
regulan la actividad económica sobre el derecho de propiedad, préstamos, depósitos, deudas, propiedad doméstica y
derechos familiares (Díaz, 2012).
Jordán (1997), señala que en la India, se tiene a los “Vedas”, el Código “Manú” y el “Mahabharata” como escritos que
contemplan ciertos aspectos sociales, culturales, políticos e ideológicos que corresponden al análisis social y en
particular al estudio sociológico.
A decir de Jordán, los Vedas son cuatro libros sagrados escritos en sánscrito, bastante antiguos que contienen el
conocimiento material, religioso y espiritual y la vez establecen ciertas reglas y normas religiosas y sociales que rigen el
comportamiento social y colectivo.3
1
La división entre prehistoria e historia está en función del descubrimiento de la escritura hace aproximadamente 3.300 a.C.
2
El Código fue elaborado por el Rey de Babilonia, Hammurabi que probablemente vivió entre los años 1729 a 1686 a.C. Una copia de este Código
esculpida en un bloque de piedra negra de dos metros de alto, fue encontrada por un equipo de arqueólogos franceses en Irak, entre 1901-1902 (Díaz,
2012).
3
La palabra “veda” significa conocimiento.
1
Esta misma autora sostiene que el Código Manú escrito entre el año 200 a.C. al 100 d.C., contiene normas para la
celebración de rituales y ceremonias, así como instrucciones morales y sociales. 4 Según Jordán este Código establece un
sistema de estratificación social en función de las siguientes castas: Los Brahmanes (señor de todos los hombres), los
Chatrias (guardianes del Estado), los Vaisias (agricultores, ganaderos y comerciantes) y los Sudras (esclavos sin
derechos). Para preservar y desarrollar este sistema de estratificación se destaca el poder del castigo; “solamente el
castigo gobierna a todos los seres, sólo el vela cuando ellos duermen los sabios consideran el castigo como la ley” (v.
Roselle, 1973; Jordán, 1997, p. 56).
Jordán dice que el Mahabharata que significa la “Gran Guerra” fue escrito alrededor del año 300 a.C., y describe la
lucha, por la posesión de un reino del norte de la India, entre dos ramas o linajes de una misma familia noble, los
pandavas y los kauravas,. Asimismo, señala que este escrito hace referencia a una serie de normas, valores y costumbres
religiosas que regulan el comportamiento individual y social de los hindús, siendo su principal mensaje la verdad y la
rectitud.
Continuando con la explicación de Jordán (1997), se señala que en la China, las ideas sociales están expuestas por
Confucio, Mo-ti, y el libro Tao-Te-king o Taoísmo, cuyo fundador es Lao-Tsé.
Confucio (551-479 a.C.), señala que la sociedad tiene elementos nobles y superiores (gobernantes) e inferiores que
deben admitir el poder y la autoridad (súbditos). Asimismo, sostiene que la causa de la diferenciación o la
estratificación social es el conocimiento, la cultura y la ilustración (v. Palestro, 1976; Mendoza, 1992). Vinculado a este
punto, Jordán expresa que en este tipo de cultura la familia es la unidad de la sociedad y que hábitos, costumbres y ritos
deben contribuir al equilibrio y el orden social.
Mo-ti, (479-381 a.C.), dice que lo que une a los hombres es el “amor universal” que a la vez determina el orden y el
equilibro social y cuando uno de estos aspectos se altera acontecen los males o las calamidades sociales. Asimismo,
señala que en principio los hombres vivían sin gobierno, sin autoridad, sin leyes y sin jerarquías, debido a ello a través
del consenso eligieron al hombre más inteligente y capaz para que los gobierne (v. Mendoza, 1992; Jordán, 1997).
El libro Tao-Te-king de Lao-Tsé, postula el “no hacer nada”, debido a que una sociedad prospera cuando el gobierno
está tranquilo sin alterar el orden. En función de ello, sostiene que hay una marcha natural de la vida social que se debe
respetar y cuando esto no sucede se da la división de la sociedad en fuertes y débiles, pero que esta situación se revierte
a través del Tao como ley natural (v. Toselle, 1973; Mendoza, 1992; Jordán, 1997).
En sociedades occidentales, las ideas sociales se remontan a la labor intelectual desarrollada, por los filósofos griegos y
las diferentes escuelas filosóficas como ser la escéptica, la cínica, la epicúrea y la estoica. Por un lado, los filósofos de
la antigüedad desarrollan reflexiones sociales y esbozan una filosofía social a través de la labor de Hesíodo, Heráclito y
Demócrito y, por otro lado, las escuelas filosóficas elaboran una doctrina ética interesada en la conducta del hombre en
torno a la búsqueda y la obtención de la felicidad. En principio, este pensamiento filosófico busca explicaciones
referentes al origen del cosmos y, posteriormente, se preocupa por el hombre y su comportamiento social. En esta
última etapa, denominada “socrática” adquiere gran importancia las ideas sociales de los filósofos Platón y Aristóteles
(v. Palestro, 1976; Mendoza, 1992).
Platón (427-347 a.C.), los biógrafos de este filósofo griego proporcionan diferentes versiones de su vida, sus viajes y
sus obras o diálogos. Se sostiene que son dos ciudades, Atenas y Egina, las que se disputan como su lugar de
nacimiento. Asimismo, se dice que no acompaño a Sócrates, en los últimos momentos de su vida sino que tras su
condena huyó de Atenas. También se dice que algunas de sus obras no le pertenecen sino que son de autoría de alguno
de sus discípulos. En contraste, otros historiadores señalan todo lo contrario, pues afirman que fue testigo de la muerte
de su maestro.5 A la vez se indica que no incurrió en el plagio y que toda su producción intelectual es propia y original
(v. Fernández, 1975; Ballén, 2004)
Poviña (1985, p. 132), vinculando esta controversia con la teoría sociológica, sostiene que “muchos sociólogos afirman
que fue el primer precursor de nuestra ciencia. Sin embargo, en Platón no hay propiamente una Sociología, sino que su
pensamiento se encamina a estudiar la sociedad desde el punto de vista filosófico. Es decir, que encontramos una
Filosofía Social y no una Sociología. Esta afirmación se justifica se justifica si tenemos en cuenta que Platón trata de
estudiar la sociedad no como es sino como deber ser. No es una noción realista, sino más bien valorativa.” En cambio,
4
Los historiadores proporcionan diferentes periodos en los cuales fue escrito el Código Manú.
5
Sócrates fue maestro de Platón fue acusado de corromper a la juventud y al ser condenado a muerte decide suicidarse bebiendo cicuta.
2
otros especialistas señalan que algunas dimensiones de su análisis social, entre otras, sobre el Estado, la polis, la
política, la estratificación social, la organización de la sociedad, la analogía entre organismo animal y social, el conflicto
de clases y la guerra constituyen parte substancial del análisis sociológico (Amado y Rojas, 1999).
A pesar de estas controversias, lo evidente es que nació en una familia aristocrática y que su verdadero nombre fue
Aristocles Podros, siendo Platón su seudónimo que significaba “ancha espalda.” En el año 388 a.C., al retorno de uno
de sus viajes fue vendido como esclavo y, posteriormente, comprado y liberado por un amigo. En el año 387 a.C., otros
biógrafos señalan el año 361 a. C., instituyó en las afueras de ciudad de Atenas, la Academia que fue organizada bajo
ciertos reglamentos, contaba con bibliotecas, museos, aulas y a la vez desarrollaba seminarios sobre astronomía,
biología, matemáticas, política y filosofía para los estudiantes que residían en este recinto que se constituye en un
antiguo antecedente de las instituciones universitarias. Esta escuela del pensamiento ateniense trabajó
ininterrumpidamente alrededor de 400 años hasta que fue clausurada por ser considerada una amenaza para el
cristianismo (v. Ballén, 2006; Salamanca, 2010).
La filosofía de Platón (1970), postula la existencia de dos mundos: el mundo de las apariencias y el mundo de las
esencias, es decir, la presencia de un mundo material y otro inmaterial. 6 Según este filósofo el mundo sensible no tiene
esencia ni existencia, es pura apariencia y el mundo de las ideas y el mundo del “ser”, es contrapuesto al mundo de las
apariencias, “no ser” (Ballén, 2006). Este planteamiento filosófico vinculado a temas del conocimiento, la justicia, la
ética y la moral se expresa en sus principales obras como ser “La República”, “El Gobernante” y “Las Leyes”, las
mismas que tienen como principal finalidad política el tratar de organizar un modelo ideal de Estado.
Platón al considerar los factores que constituyen el origen de lo social, asigna gran importancia a los factores
económicos, debido a que considera al hombre como un ser social que necesita de los demás para satisfacer ciertas
necesidades de subsistencia y defensa. Según este filósofo griego la agrupación de los hombres determina la
conformación de la “polis” o la ciudad, la misma que provoca espontáneamente la división social del trabajo que da
lugar a la división de la ciudad en clases sociales: La clase inferior dedicada a los trabajos materiales, la clase superior
conformada por la clase pensante y la clase encargada de velar por el orden y la defensa de la ciudad.
Poviña (1985), sostiene que Platón en su obra “La Republica”, en función de una analogía biológica, establece una
suerte de división social del trabajo sobre las base de las diferentes facultades que tienen los hombres: sentido, voluntad
o razón, facultades que les permiten realizar tres grades actividades: mantenerse, protegerse y gobernarse. A decir de
Poviña, así se tendría a la clase de los trabajadores o artesanos encargados de satisfacer las necesidades o “apetitos” de
la sociedad, a los guerreros o soldados encargados de resguardar la sociedad y a los magistrados encargados de gobernar
la sociedad.
Platón establece un sistema de estratificación social vinculado a las tres partes del alma: La racional, anhelosa y sensual.
La parte racional conformada por los filósofos facultados de dirigir, controlar, organizar y administrar el Estado, la
parte anhelosa personificada por los guerreros o guardianes encargados de la protección del Estado y la parte sensual
representada por artesanos, labradores y trabajadores que producen una serie de bienes y servicios. Recomienda que
toda sociedad para su buen desenvolvimiento debe estar organizada en función de estas tres “castas”. También afirma
que este sistema de estratificación social nace de la desigualdad innata de los hombres y la necesidad de la
especialización y, debido a ello, la esclavitud resulta ser una necesidad del Estado ideal (v. Roselle, 1973; Poviña, 1985;
Salamanca, 2010)
En su obra las “Leyes”, continuando con su analogía del ser humano con la sociedad, Platón trata de establecer un
sistema de estratificación social ya no dentro la misma sociedad, sino entre las diferentes sociedades considerando que
las funciones apetitivas corresponde por su sensualidad a los egipcios y fenicios, a los nórdicos el ejercicio de la
valentía y a los griegos la labor de intelectuales o magistrados (Poviña, 1995).
Platón en sus tres diálogos sobre la política, la Republica, el Político y las Leyes establece distintas formas de gobierno,
cinco en la Republica, siete en el Político y dos en las Leyes. Con relación a estas formas de gobiernos o sistemas
políticos, en su dialogo “El Gobernante” o el “Político” expresa que un gobierno puede ser Aristocrático si gobiernan
los sabios; Timocrático si gobiernan los guerreros, oligárquico si gobiernan pequeñas minorías enriquecidas y
Democrático si gobiernan los del pueblo y a la vez considera a la Tiranía como un gobierno ilegitimo en vista de que
6
Explica la relación entre ambos mundos a través del “Mito de la Caverna”.
3
representa los intereses de los sectores sociales inferiores y minoritarios de la sociedad. 7 Según Platón los sistemas
políticos se van degenerando desde la Aristocracia, que es la forma ideal de gobierno, transitando por la Timocracia,
gobierno de la clase militar y la Oligarquía, gobierno de pequeñas minorías hasta la Democracia en la que gobierna el
pueblo. Este filósofo no considera a este último sistema de gobierno como el “ideal” debido a que provocaría la
anarquía, pues todos se consideran capaces de gobernar, situación que da lugar a un exceso exagerado de libertad que
origina la Tiranía (v. Platón, 1970; Roselle, 1973; Poviña, 1985)
Platón sostiene que la reunión de familias inicialmente da lugar a la conformación de tribus y clanes y posteriormente a
la formación de las ciudades, distinguiendo tres tipos: 1) ciudades agrícolas, 2) ciudades comerciales y 3) ciudades
mixtas que armonizan las dos formas anteriores (Poviña, 1995). A partir de la estratificación social y las formas de
organización de la vida en comunicad que plantea Platón se percibe en este filósofo un esbozo o intento de formulación
de una noción del conflicto o la lucha de las clases sociales cuando afirma en su análisis sobre las distintas formas de
gobierno y en particular de la forma degenerativa de la oligarquía que “una ciudad siempre comprende dos grupos
sociales, al menos, que están en guerra entre sí, la de los ricos y la de los pobres que conspiran siempre unos contra
otros.”
Aristóteles (384-322 a.C.), igualmente en este filósofo existe distintas versiones muchas veces confrontadas sobre su
vida, obras e historia. Nació en Estagira, Macedonia, fue discípulo de Platón, y fundador de la lógica y la biología.
Abordó desde una posición más realista una diversidad de temas filosóficos, naturales, sociales, políticos, económicos,
culturales e ideológicos. En función de ello se sostiene que es el primer representante del espíritu sociológico, pues su
análisis se basa en la observación de los hechos sociales (Poviña, 1995).
Si bien es bastante amplia la bibliografía elaborada por este filósofo griego, únicamente por cuestiones metodológicas
interesa analizar su obra principal “Política” o “La Política” donde aborda diversas cuestiones filosóficas, económicas,
sociales y políticas.
En la Política, Aristóteles (1972) dice que el hombre no puede bastarse a sí mismo, debido a ello nace su congénita
necesidad de agrupación con sus semejantes lo que da lugar a la conformación inicial de la familia y la aldea y,
posteriormente, de la ciudad o la polis. Asimismo, expresa que el hombre es un ser social por naturaleza, es el animal
más sociable, es un ser político por esencia y a la vez sostiene que es la reunión de los hombres la que origina el grupo,
la comunidad, la sociedad y el Estado, instituciones sociales que sólo son posibles cuando existe un interés y un fin
común. Al respecto, Reforza (2000), sobre la base de las ideas de Aristóteles, sostiene que el hombre por naturaleza es
un animal político y social y debido a estas dos cualidades tiende a asociarse primero como familia, posteriormente
como tribu y más adelante como Estado con el propósito de cumplir y organizar funciones específicas dirigidas al
ciudadano. Sin embargo, este autor aclara que la condición de ciudadano depende el tipo de Constitución, el ciudadano
será distinto en una democracia, en una aristocracia o en una oligarquía.
Aristóteles sostiene que las diferencias y desigualdades sociales y económicas son inherentes y naturales a la sociedad,
debido a que algunos hombres están por naturaleza destinados a caer bajo el dominio de un amo o de un rey. En
contraste, otros hombres están destinados a ser libres y ciudadanos de un Estado libre, justo y útil. Así, este filósofo
justifica la desigualdad social, es decir, la esclavitud afirmando que por naturaleza algunos hombres nacen libres y otros
esclavos. Es más aún sostiene que la justicia, el derecho y la organización del Estado no pueden legislar sobre los
esclavos porque no se trata de personas sino de “cosas”. Vinculado a este punto, Reforza (2000) señala que Aristóteles
“excluye de la categoría de ciudadano: en primer lugar, a las mujeres, los niños y a los esclavos, por ser seres inferiores
o, al menos, incompletos; y en segundo lugar, a los artesanos, obreros, mercaderes y labradores, por ser seres serviles al
tener que trabajar para vivir.”
7
Según Biancucci (1974), “el deseo de obtener una ciudad perfecta lleva a Platón a prescribir la muerte de los niños que nazcan defectuosos y matar o
desterrar a los individuos insociables”.
4
Con relación al sistema político, Aristóteles en el Libro Tercero, Capítulo V de “La Política”, señala que el Estado es el
poder supremo a través del cual los hombres establecen para la vida en comunidad una serie de derechos y obligaciones.
Asimismo, sostiene que existen tres principales tipos de Estado: la Monarquía, gobierno de una sola persona en bien de
todos o de la comunidad, la Aristocracia, gobierno de la minoría a favor o en bien de todos o la comunidad y el Estado
Político o Republica, gobierno de la mayoría a favor de todos. Vinculado a este punto, Aristóteles dice que las
diferentes clases sociales existentes en la “polis” determinan distintas formas de gobierno, en el Estado pueden
participar políticamente los ricos (gobierno oligárquico), los virtuosos (gobierno aristocrático) y los pobres (gobierno
democrático). Vinculada a esta tipología, señala “que las desviaciones de estos gobiernos son: la tiranía que lo es del
reinado; la oligarquía que lo es de la aristocracia; la demagogia que lo es de la república. La tiranía es una monarquía
que sólo tiene por fin el interés personal del monarca; la oligarquía tiene en cuenta tan sólo el interés particular de los
ricos; la demagogia, el de los pobres. Ninguno de estos gobiernos piensa en el interés general” 8
Las ideas sociales en esta época se enmarcan dentro de la religión cristiana que trata de explicar la realidad a través de
un conjunto de sistemas teológicos y metafísicos sobre la base de la “fe” en lo “divino”, en las “sagradas “escrituras” y
en las “especulaciones religiosas” que no se encuentran en la naturaleza sensible. Al interior de esta forma de
pensamiento teológico se distinguen dos corrientes de pensamiento fundamentales: Una que inicialmente sostiene que la
“razón” es incompatible con la “fe” y otra que posteriormente sugiere que la “razón” es compatible con la “fe”. En esta
época toda acción social se refleja y enmarca sobre todo en la religión cristiana y su moral. Estas ideas sociales
fuertemente vinculadas a la religión están representadas principalmente por San Agustín y su obra “De Civitas Dei” o
Ciudad de Dios y por Santo Tomas de Aquino y sus obras “Summa Theologica y “Summa contra Gentiles”. San
Agustín fue el mayor exponente de la etapa patrística y Santo Tomas de la escolástica.
San Agustín (354 - 430), afirma que el Estado por sí mismo no puede crear una organización social justa e igualitaria
sino que necesariamente se requiere de la ayuda de Dios y de la Iglesia. En correspondencia con esta puntualización
sostiene que la felicidad verdadera no es terrenal sino que se encuentra en el más allá, es decir, en el paraíso terrenal. Su
idea básica sostiene que la historia de la humanidad no es más que la lucha entre dos reinos: El de Dios o Ciudad de
Dios (Civitas Dei) y el del mundo o Ciudad Terrenal (Civitas terrena). En correspondencia con esta idea sostiene que el
Estado, encargado de garantizar el bienestar, la paz y la justicia, tiene un origen divino y, en consecuencia, el
gobernante representa la voluntad de Dios en la tierra (v. Roselle, 1973, Rossi, 2000; Laubach, 2006). Referente a este
punto, Laubach (2006, p. 1), señala que una de las ideas principales en la emergente filosofía política de San Agustín
como está expuesta en De civitate Dei es la noción de que ninguna persona debe lealtad incondicional a una sociedad
terrenal.”
Con relación al Estado, San Agustín desarrolla tres perspectivas: la visión negativa en tanto que el Estado es percibido
como producto del pecado, la visión positiva en tanto que el Estado puede reflejarse como reflejo de la sociabilidad de
la naturaleza humana y la tercera visión ecléctica que fusiona ambas visiones anteriores, a través de las nociones de
sociabilidad e insociabilidad, pues si bien considera que el Estado es producto del pecado plantea que también funciona
como remedio y reparación al estado de pecado (Rossi, 2000)
Santo Tomas (1225-1274), en función del pensamiento filosófico de Aristóteles afirma la sociabilidad del hombre a
partir de tres ideas básicas: El hombre es un ser social por naturaleza, la sociedad es la comunidad de intereses y para
lograr sus objetivos necesita de la autoridad. Asimismo, sostiene que el poder y el Estado derivan de Dios y que la
sociedad se desarrolla en función de las siguientes cuatro leyes: 1) La ley eterna que es la ley fundamental que rige a
todas las demás; 2) la ley natural que es el reflejo de la ley eterna en los seres vivos; 3) la ley humana que se expresa en
el derecho, las normas y las reglas y 4) la ley divina que es la revelación de la palabra de Dios en las Sagradas
Escrituras (Jaramillo, 1951).
A partir de la concepción aristotélica, Santo Tomas propone tres formas de gobierno: La monarquía, la Aristocracia y la
Democracia. Siguiendo la tendencia política del feudalismo, se inclina por un tipo de gobierno monárquico y no por la
democracia en vista de que esta última es considerada como la fuente de los conflictos internos y debido a ello sostiene
que el gobierno debe concentrase en una sola persona, similar al modo como el corazón rige el cuerpo y Dios al
8
Biancucci (1974) señala que Aristóteles fue el primer filósofo que hizo un estudio positivo de la sociología política al comparar 158 constituciones
de las ciudades griegas, llegando a la conclusión que la mejor forma de gobierno es aquella “en la que gobiernan los mejores” y “la que más
eficazmente contribuya al bien de la ciudad”.
5
universo (v. Roselle, 1973; Gettell, 1978). A decir de Gettell (1978), Santo Tomas desarrolla su pensamiento en la línea
de la llamada escolástica, señalando entre los fines del Estado: La protección y conservación de la población, el
establecimiento y arreglo de las comunicaciones, la acuñación de la moneda, los pesos y las medidas y la protección de
los pobres.
Martínez (2002, p. 70), sostiene que para Santo Tomas “existen dos fuentes de conocimiento distintas, una natural, la
razón, y otra sobrenatural la revelación. No hay conflicto entre ellas sino que se complementan: la revelación la fe, nos
revela aquello que nuestra razón no puede alcanzar.” En función de esta puntualización señalar que Santo Tomas
elabora una suerte de teoría del conocimiento articulando la fe y la razón. Dicha articulación provocara la polémica
entre “fe/razón” que posteriormente adoptara nuevas formas y discusiones, pues será la lucha entre defensores de la
Biblia y los defensores de la ciencia.
En esta época, mediados del siglo XV, al margen de la labor “intelectual” de los grandes teólogos también se producen
numerosas obras con “contenido social” escritas por diversos autores que relatan los viajes de los grandes descubridores
y que contienen noticias, relatos, descripciones e informaciones de carácter económico, político, social y cultural,
pertenecientes a otras sociedades y culturas. En este contexto, signado por los viajes geográficos, surge una vasta
literatura que contiene reflexiones y conclusiones acerca de nuevos modos de vida, trabajo, gobierno, costumbres,
creencias y tradiciones que prevalecen en los nuevos pueblos descubiertos.9 Es decir, un aporte muy importante al
análisis social son las observaciones y experiencias recogidas por los hombres que visitan o conquistan otras tierras y
que llegan a conocer nuevas formas de organización social, política, cultural, económica e ideológica.
A fines del feudalismo el ambiente intelectual cambia con los grandes viajes transoceánicos que dan a conocer nuevas
sociedades, culturas y nuevas formas de organización social, trabajo e instituciones sociales. Las experiencias y los
datos empíricos que son resultado de estos viajes favorecen la observación y la reflexión social, se establece el tránsito
de una literatura narrativa a una literatura reflexiva, vale decir, la literatura social que era básicamente descriptiva
comienza a ser organizada y clasificada. En realidad, conquistadores, navegantes y observadores de la antigüedad
pueden ser considerados como los precursores de las ciencias sociales, pues en sus viajes estudian, describen y relatan
costumbres, leyes, tradiciones, instituciones y otras manifestaciones de las relaciones sociales (v. Roselle, 1973)
Según Timasheff (1975), en esta época el interés por los problemas sociales aumenta considerablemente con la
importante contribución intelectual de los llamados filósofos de la historia, en una primera etapa, a partir del siglo XIV
hasta el siglo XVIII y, en una segunda etapa, a partir del siglo XVIII o el denominado mundo moderno. Pese a los
diferentes momentos históricos, criterios doctrinarios, filosóficos, políticos e ideológicos de los filósofos de la historia,
su labor constituye un avance significativo en la preocupación por establecer y hallar los principios y las leyes que rigen
el desarrollo y la transformación de la vida social. Entre los principales filósofos de la historia mencionar a Maquiavelo,
Bacon, Montesquieu, Voltaire y Rousseau.
Nicolás Macchiavello (1469-1527), más conocido como Maquiavelo, es autor de las siguientes obras, entre otras: “La
vida de Castruccio Castracani de Luca”, “Historia de Florencia”, “El asno de oro”, “La Mandrágora”, “Discursos sobre
la Primera Década de Tito Livio”, “El Arte de la Guerra”, “De las Conjuras” y “Epistolario”. Su principal la obra “El
Príncipe”, es considerada como la primera tentativa de abordar los hechos sociales bajo un criterio científico basado en
la observación y la experiencia. Esta obra al margen de su contenido sociológico enriquece a la teoría política y se dice
que establece el famoso principio de que el “éxito justifica los medios”. Sobre la base de este postulado que separa la
política de la ética, Maquiavelo sostiene que un Estado necesariamente debe estar bajo el poder y dominio de un
“Príncipe” quien debe valerse de todos los medios posibles, por inmorales que estos parezcan, para hacer triunfar la
República.
Según algunos autores el mérito de Maquiavelo radica en el hecho de haber dejado los criterios morales que buscaban el
“buen gobierno”, para examinar con un “perfil amoral” la política del “gobierno eficaz”. Su análisis no solo se remite al
ejercicio del poder, sino también a los factores que influyen en su adquisición y conservación y, debido a ello, dedica
sus diez consejos al “nuevo príncipe” que debe defender y mantener el poder frente a sus súbditos y a las potencias
vecinas (Schenoni, 2007).
9
A mediados del siglo XV las rutas marítimas se trasladan del Mediterráneo al Atlántico, siendo España y Portugal los países que realizaron las más
importantes empresas descubridoras.
6
Francis Bacon, (1561-1626), considerado el fundador del empirismo filosófico y científico. Es autor de una diversidad
de obras literarias, filosóficas y políticas, siendo las principales: “El avance del saber” y “Novum Organum” o
“indicaciones relativas a la interpretación de la naturaleza” y “Nueva Atlántida”. Palestro (1976), sostienen que este
filósofo y estadista inglés se constituye en uno de los pioneros del pensamiento científico moderno al poner en vigencia
el mecanismo del método experimental que consiste en la observación atenta de las cosas y de los fenómenos de la
naturaleza, en la experimentación o reproducción de los fenómenos en distintas circunstancias y en la inducción de
leyes generales. Según Palestro, la preocupación de Bacon por conocer las leyes que rigen la naturaleza con el propósito
de dominarla y transformarla se verá posteriormente profundizada a través del racionalismo y el naturalismo que son las
vertientes originales para la constitución de las ciencias sociales.
A decir de Villarroel (1985), Bacon “preconiza el método del descubrimiento de las verdades basado en hechos y como
resultado del experimento y la experimentación.” En tal sentido, su mérito indiscutible radica en el descubrimiento y la
aplicación del método experimental en las ciencias de la naturaleza y en la constatación de que el fin último de las
ciencias naturales no es simplemente el “saber por saber”, sino en su aplicación práctica para progreso de la humanidad.
Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu (1689-1755), escritor y jurista francés considerado como uno de los
más importantes filósofos de la historia es autor, entre otras obras, de “Cartas Persas”, “Consideraciones sobre las
causas de la grandeza y decadencia de los romanos” y “El Espíritu de las leyes.” En su primera obra, “Cartas Persas”,
hace una crítica a los políticos franceses de su época, a las instituciones francesas durante la monarquía y a las
condiciones sociales, políticas, económicas e ideológicas que prevalecen en el régimen feudal. Su segunda obra
“Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos”, es considerada como la que
proporciona el mayor aporte a la filosofía de la historia, pues plantea que “los acontecimientos sociales no son obra del
azar, sino producto de causas perfectamente determinadas, decir, están vinculados a determinadas leyes sociales
(Poviña, 1985)10. En su tercera obra “El Espíritu de las leyes”, analiza las tres principales formas de gobierno,
República, Monarquía y Despotismo y a la vez establece las relaciones que existen entre las áreas geográficas y
climáticas y las circunstancias generales y las formas de gobierno que se producen.11 Es decir, analiza la influencia de
los factores físicos sobre los hechos colectivos, atribuyendo vital importancia al factor geográfico, especialmente el
clima, deduciendo que el Despotismo es el sistema de gobierno que más se adapta a los climas cálidos, la Monarquía a
los climas templados y la Republica a las áreas frías. Estas ideas sobre la importancia e influencia de los factores
geográficos en la vida social proporcionan posteriormente un gran impulso a los estudios de la antropología (Biancucci,
1974).
Francisco María Arouet (1694-1788), más conocido como Voltaire escribió, entre otras, las siguientes obras “El siglo de
Luis XIV”, “Cartas Filosóficas” o “Carta a los Ingleses”, “Epístola sobre Newton”, “Ensayos sobre las costumbres y el
espíritu de las naciones”, “Diccionario Filosófico” y “Filosofía de la Historia”. Este filósofo francés considerado el
máximo representante del intelectualismo y el ateísmo del siglo XVIII, afirma que el hombre es reflejo de su ambiente
histórico social y que la sociedad se gobierna por la existencia de una ley natural que es la ley de la razón, la igualdad y
la libertad. Al respecto, Voltaire señala que el hombre es por naturaleza un ser social, racional y religioso, siendo su
facultad más importante la racionalidad que permite el progreso y la perfectibilidad. Asimismo, puntualiza que las
costumbres y los usos son el reflejo del espíritu de la sociedad (Poviña, 1985)
Voltaire afirma que el sistema político de la República es la forma original de sociabilidad, siendo la Monarquía, es
decir, el poder representado por la nobleza y el clero una desvirtuación de la vida social, económica y política. Debido a
ello, sostiene que las instituciones feudales como ser la servidumbre y el feudo constituyen un gran obstáculo para el
normal desenvolvimiento de la vida individual y social. Frente a esta realidad plantea la aniquilación de los derechos,
instituciones y privilegios feudales como ser el señorío, la servidumbre, el vasallaje, la inquisición y las rentas.
Asimismo, señala que sólo con la extinción del poder de la nobleza y el clero la sociedad puede recuperar sus legítimos
derechos (v. Palestro, 1976).
Juan Jacobo Rousseau (1712-1778), es autor, entre otras, de tres importantes obras que contribuyen al análisis de la
realidad en términos de naturaleza, cultura y sociedad Estas obras son: “Si el restablecimiento de las ciencias y de las
artes ha contribuido al mejoramiento de las costumbres; “El origen de la desigualdad entre los hombres” y “El Contrato
Social”. En esta última considerada como la más importante y difundida universalmente, Rousseau afirma que el
10
Según Montesquieu cuatro leyes fundamentales rigen la vida social; 1) la necesidad de paz entre los hombres; 2) la satisfacción del hambre; 3) las
exigencias del sexo y 4) el deseo de vivir en sociedad (Poviña, 1985)
11
“Montesquieu, Charles-Louis de Secondat, barón de", Enciclopedia Microsoft® Encarta® 98 © 1993-1997
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hombre nace libre, pero es la sociedad quien lo encadena y con el afán de recuperar su libertad y ejercer sus derechos
debe participar activa y democráticamente de un régimen legislativo. En otras palabras, sostiene que los hombres para
recobrar su antigua, primitiva y natural libertad, deben asociarse políticamente a través de un pacto democrático que
permita establecer sus derechos y obligaciones, los cuales deberán estar formulados, aplicados y regulados a través de la
conformación del Estado y de una serie de disposiciones legales que se verán expresadas en la denominada Constitución
Política. Con relación al Estado, Rousseau distingue tres sistemas políticos o tipos de gobierno: La monarquía, cuando
se encomienda el control del gobierno a una sola persona; la aristocracia, cuando el control del gobierno está en función
de varias personas y la democracia, cuando es el mismo pueblo quien se hace cargo del gobierno.
A decir de Poviña (1985, p. 140), en el pensamiento social de Rousseau (1991) es posible identificar tres principios
fundamentales: 1) la naturaleza es buena y la sociedad la perjudica; 2) la vida social se guía por el instinto y el
sentimiento; no por la inteligencia y 3) la sociedad, el arte, las ciencias y la civilización han corrompido al género
humano. En función de estos principios Rousseau señala que el hombre ha transitado de un estado natural donde
prevalecía el amor y la compasión hacia un hombre histórico contemporáneo donde prevalece la disputa por la riqueza y
el poder. En tal sentido, bajo la perspectiva filosófica y política de Rousseau el hombre para “regenerarse”, es decir,
para volver a su estado natural primitivo debe necesariamente establecer un pacto social que le permita recuperar su
antigua libertad.
A partir del siglo XVIII, es frecuente la idea de una rigurosa separación entre la ciencia y la filosofía, surge entonces la
necesidad de establecer un carácter objetivo y sistemático en la explicación de la realidad y a la vez brota un
movimiento ideológico que posibilita la liberación del conocimiento del escolasticismo y la emancipación del
pensamiento humano de antiguas premisas teológicas y metafísicas, es decir, nace la idea de que es posible conocer la
realidad sin ayuda de lo sobrenatural, lo metafísico, divino y lo religioso. Este movimiento intelectual permite el
desarrollo del conocimiento y, en primera instancia, la aparición de las ciencias naturales y, luego, prepara el camino
para la constitución y emergencia de las ciencias sociales (Villarroel, 1985)
Según Villarroel (1985), el notable desarrollo de las ciencias naturales, particularmente de las matemáticas, la física, la
química, la mecánica, la biología y la medicina, posibilita sacar el análisis social del campo de lo sobrenatural y
considerar a los hechos, fenómenos y procesos sociales como elementos del mundo de la naturaleza regidos por
determinadas leyes. Lo importante en esta época es el surgimiento de la “idea” de que la realidad social, al igual que la
realidad natural, se encuentra sometida a leyes independientes de la voluntad de los hombres, lo que ya implica una
visión laica, ya no se recurre a explicaciones teológicas para explicar la existencia humana y se asume una posición más
científica frente al mundo natural y social. Estas nuevas ideas que plantean de que es posible conocer la realidad sin
ayuda de lo sobrenatural y lo divino provocan el denominado el Iluminismo, la Ilustración, el Racionalismo o el Siglo
de las Luces.
Las ideas centrales de estos movimientos intelectuales que nacen de filósofos tales como Descartes, Voltaire,
Condorcet, Hobbes, Locke, Hume, Diderot y Montesquieu, entre otros, se resumen en los siguientes aspectos: 1) La
razón es la propiedad universal e inherente del hombre; 2) Todos los hombres son iguales, la naturaleza humanan es
única; 3) Los hombres crean sus instituciones para satisfacer sus necesidades; 4) El progreso es la ley esencial de la
sociedad y 5) Los hombres se guían por el ideal de la humanidad (v. Roselle, 1973; Villarroel, 1985).
El pensamiento de los filósofos de la Ilustración o del Siglo de las Luces sienta ciertas bases teóricas para una
revolución del conocimiento que con el transcurso del tiempo, en principio, incentiva el desarrollo de profundas
revoluciones políticas y económicas y, posteriormente, tiene su expresión práctica en la emergencia y la conformación
de las ciencias sociales.
El transito del feudalismo al capitalismo se explica por dos grandes revoluciones: La revolución política en Francia y la
revolución económica en Inglaterra. Ambos procesos “revolucionarios” dan lugar a la constitución de una sociedad en
“profunda crisis” signada por la extinción del poder de la nobleza y el clero, la desruralizacion de la economía, la
concentración de la producción, el florecimiento de la industria, la explotación laboral, la conformación de centros
urbanos y la nueva configuración de las clases sociales. En función de estos cambios estructurales brotan nuevos
problemas sociales y, en otros casos, se agudizan antiguos males sociales que ahora a través del desarrollo del
conocimiento deben ser explicados y resueltos en forma científica. Es el caso de la pobreza, la miseria, la explotación,
la movilidad social, las clases sociales, los conflictos sociales, la gobernabilidad, las migraciones y la urbanización
(Rivera, 2001)
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Para dar respuestas sistemáticas y objetivas a ciertos problemas sociales, económicos, políticos, culturales e ideológicos
surgen las ciencias sociales en función de la siguiente noción: La realidad social puede ser explicada bajo la relación
causa/efecto y al margen de valoraciones subjetivas. En este nuevo contexto histórico social, resulta ya imprescindible
conocer la organización política de la sociedad, las instituciones, las leyes que rigen la actividad y las relaciones
económicas, la influencia del medio físico en la conducta humana, la conducta individual y social de los hombres, las
costumbres, las normas y los valores y a la vez encuadrar en el plano estadístico las relaciones sociales (Villarroel,
1985).
Entre los siglos XVIII y XIX, en el marco de emergencia y constitución de una sociedad capitalista e industrial, surgen
algunas ciencias sociales que empiezan a definir de manera teórica y empírica su “objeto de estudio” y su “campo
metodológico”, se está haciendo referencia, entre otras disciplinas, a la política, la economía, la geografía social, la
historia, el derecho, la psicología, la antropología, la sociología y la estadística social.
En el transcurso de la historia, en los hombres siempre ha existido el interés y la inquietud por observar y reflexionar
sobre la comunidad en la cual surgen, persisten y desarrollan, es decir, siempre ha existido una ansiedad por
comprender el sentido y el significado de sus relaciones sociales, sus grupos sociales, su interacción social, sus
instituciones y, en definitiva, su vida en comunidad. En principio, estos intentos de sistematización de la vida en
sociedad se enmarcan dentro de lo que se puede denominar el conocimiento empírico y se expresan en las obras de los
filósofos de la antigüedad, los teólogos de la edad media y los filósofos de la historia de la época contemporánea. En
correspondencia con esta realidad, en la conformación del conocimiento científico de la realidad social y/o del
pensamiento sociológico fueron importantes, las observaciones e ideas sociales elaboradas, entre otros, por Sócrates,
Platón, Aristóteles, San Agustín, Santo Tomas, Maquiavelo, Voltaire, Rousseau, Montesquieu, Hegel, Saint-Simon y
Augusto Comte.
Según historiadores de la sociología son varios los factores objetivos y subjetivos que han contribuido a la constitución
y emergencia de la sociología como ciencia social autónoma y diferenciada del resto de las otras ciencias sociales, en
particular de la política, economía e historia. Al respecto, Thomas Bottomore (1967), sostiene que las condiciones que
dieron origen a la sociología fueron tanto intelectuales como sociales y que ambas realidades se producen y reproducen
no de manera aislada e independiente sino de modo interrelacionado e interdependiente. Con relación a los antecedentes
intelectuales, Bottomore sostiene que la sociología tiene un cuádruple origen en la filosofía política, la filosofía de la
historia, las teorías biológicas de la evolución y los movimientos de reforma social y política. Según este autor dos de
estos antecedentes, la filosofía de la historia y el conocimiento de las condiciones sociales, tienen particular importancia
en la constitución de la sociología como disciplina autónoma y científica.
Bottomore (1967), sostiene que la filosofía de la historia como creación intelectual del siglo XVIII contribuye a la
constitución de la sociología desde el punto de vista filosófico y científico. Según Bottomore, “desde el punto de vista
filosófico, esta contribución ha consistido en las nociones de desarrollo y progreso y, desde el punto de vista científico,
en los conceptos de periodos históricos y de tipos sociales.” Este autor marxista afirma que la labor intelectual de los
filósofos de la historia posibilita establecer una clara oposición entre Estado y sociedad civil, es decir, una marcada
diferenciación entre “sociedad política” y “sociedad civil”. Al respecto, como ejemplo de esta nueva concepción,
Bottomore menciona la obra de Fergurson quien analiza la naturaleza de la sociedad, la población, la familia, el
parentesco, la diferenciación social, la propiedad y las costumbres como un sistema de instituciones sociales
interrelacionadas e interdependientes.
En cuanto al conocimiento de las condiciones sociales, Bottomore dice que su origen es bidimensional: Por un lado, se
tiene el prestigio de la ciencia natural y, por otro lado, los movimientos de reforma social. Según Bottomore, esta
bidimesionalidad supone la convicción de que ahora es posible y recomendable analizar los problemas sociales con los
mismos métodos de las ciencias naturales. A decir de Bottomore, surge la idea de que los hechos sociales pueden ser
observados, comparados, clasificados y cuantificados, al igual que los hechos naturales. Asimismo, dice que brota el
convencimiento de que los problemas sociales que generan y agudizan las sociedades industriales, como ser la
migración, la pobreza, la miseria, la marginalidad, la desigualdad, la discriminación y la diferenciaron social no son
fenómenos naturales, flagelos de la naturaleza o de la providencia divina sino resultado de la ignorancia humana o de
relaciones de explotación.
Según Bottomore, estos movimientos intelectuales, la filosofía de la historia y la descripción de los hechos sociales, no
se producen al margen de las circunstancias sociales que prevalecen en Europa Occidental en los siglos XVIII y XIX, es
9
decir, este movimiento intelectual también se explica por la rapidez y la profundidad de los cambios sociales que se
están produciendo y por el contraste en las culturas que los descubrimientos geográficos permitieron dar a conocer. En
palabras de Bottomore, se demuestra que la filosofía de la historia no es sólo un producto intelectual sino que su origen
también se halla vinculado a dos importantes revoluciones: La revolución industrial y la revolución francesa. Asimismo,
se constata que la necesidad de la descripción de los hechos sociales no surge únicamente por el deseo de aplicar los
métodos de las ciencias naturales sino que es resultado de la emergencia de una nueva concepción ideológica de los
males sociales generados por ambas revoluciones que permiten la conformación de una sociedad industrial (v. Riazanof,
1962; Bottomore, 1967)
Otros historiadores de la sociología, con ligeras variantes, consideran a estas condiciones tanto intelectuales como
sociales como los elementos más inmediatos que posibilitan la constitución de las ciencias sociales en general y en
particular de la sociología.12 Expresan que a partir del siglo XVI, resulta más frecuente la idea de una rigurosa
separación entre la fe y la razón, la ciencia y la filosofía y la sociedad civil y la sociedad política. Señalan que en este
nuevo contexto histórico social, signado por profundos cambios cognoscitivos, tecnológicos, económicos y políticos,
nace la necesidad de establecer un carácter objetivo y sistemático en la explicación de la realidad social. Esta
preocupación intelectual posibilita la emergencia de un movimiento ideológico que permite, por un lado, la liberación
del conocimiento del escolasticismo y, por otro lado, la emancipación del pensamiento humano de antiguas premisas
teológicas (Rivera, 2001)
La idea de que es posible conocer la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, es decir, la realidad sin “la ayuda” de lo
sobrenatural, lo divino o lo religioso, posibilita la conformación de las ciencias naturales y prepara el camino para la
constitución y emergencia de las ciencias sociales (Villarroel, 1985). En efecto, el desarrollo de las ciencias naturales,
particularmente de la astronomía, las matemáticas, la física, la química, la mecánica y la biología, posibilita sacar el
análisis social del campo de lo sobrenatural e introducirlo a plantear que los fenómenos y hechos sociales como
elementos del mundo de la naturaleza pueden ser analizados con los mismos métodos de las ciencias naturales. Según
Villarroel (1985), este movimiento intelectual que plantea la idea de que es posible conocer la realidad social sin la
ayuda de lo sobrenatural se sustenta en dos principios fundamentales: por un lado, los fenómenos sociales pueden
explicarse bajo la relación causa/efecto, tal como sucede con los fenómenos del mundo natural y las relaciones sociales
y, por otro lado, las instituciones deben estudiarse al margen de cualquier sistema de valoración ética.
En el siglo XVIII, llamado el “Siglo de las Luces”, se profundiza “este movimiento intelectual que tiende a popularizar
y divulgar aquello que antes pertenecía a una elite, surge una difusión del espíritu crítico y escéptico que cuestiona las
certezas tradicionales, una tendencia secularizadora de la cultura y, a la vez, el inicio de nuevos valores como la razón,
el progreso y la libertad” (Rivera, 2001, p. 11). Este nuevo movimiento cultural e intelectual, conocido como la
Ilustración o Enciclopedismo plantea las siguientes proposiciones: a) La razón es una propiedad universal e inherente
del hombre; b) los hombres son todos iguales, puesto que la naturaleza humana es única; c) los hombres crean sus
instituciones para satisfacer sus necesidades; d) el progreso es la ley esencial de la toda sociedad y e) los hombres se
guían y se comportan según los ideales de la humanidad (Villarroel, 1985)
Para otros historiadores de la sociología para que nazca el fenómeno del estudio sociológico se da la convergencia de
una serie de factores que propician su origen, siendo algunos de éstos componentes los viajes geográficos que implican
descubrimientos y expediciones que dan a conocer nuevas formas de vida e instituciones sociales, las revoluciones
políticas que revelan que el orden social y político no es inmutable y que establecen la idea de que el poder radica en el
pueblo y las revoluciones económicas que hacen posible la emergencia de una sociedad industrial que provocan
cambios profundos en las antiguas formas de vida social. Serán precisamente estos factores, entre otros, los que
posteriormente fundamentan las bases racionales para la constitución de las ciencias sociales y, en consecuencia, de la
sociología como disciplina autónoma y diferenciada de otras ciencias sociales (v. Jordán, 1997; Ticona, 1979; Tezanos,
2006)
La transformación de la sociedad feudal en sociedad capitalista se explica por dos grandes revoluciones: La revolución
política en Francia y la revolución económica en Inglaterra. La primera modifica los sistemas de gobierno y la
composición de las clases sociales y la segunda provoca un notable desarrollo de las fuerzas productivas, debido a la
aplicación de la ciencia y la técnica en el proceso productivo.
12
En la explicación de constitución de la sociología existen pensadores, por un lado, con una orientación liberal y radical y, por otro lado, con una
posición conservadora y romántica.
10
La revolución francesa estalla en 1789, llega a su fase culminante en 1793 y partir de 1794 empieza a declinar hasta
la instauración en 1799 de la dictadura militar de Napoleón que asume el gobierno hasta 1815. Con relación a este
proceso revolucionario expresar que hasta fines del siglo XVIII, Francia estuvo gobernada por una monarquía
absoluta y el poder en todas sus dimensiones, políticas, sociales, económicas e ideológicas se hallaba en manos de la
nobleza y el clero.
En este contexto histórico social, signado por la desigualdad social, por la explotación, por el malestar económico y
por las ideas “revolucionarias” de que el gobierno debía ser compartido, que debía ser de leyes y no de hombres, que
todos los hombres son libres e iguales por naturaleza, que el poder radica en el pueblo y que el gobierno debe actuar
por el bien público, el 12 de julio de 1789 se produce un enfrentamiento entre dos grupos sociales antagónicos
representados por la clase pobre de las ciudades y las clases sociales privilegiadas. 13 Según Riazanof (1962), se
enfrentan masas populares, pequeños productores, campesinos, pequeños y medianos industriales que no tenían
privilegios contra la aristocracia y las instituciones feudales. Fruto de esta pugna, el poder político recae en manos de
la pequeña burguesía revolucionaria y los obreros parisienses. A decir de Riazanof, los jefes revolucionarios de este
movimiento social plantean despojar a Francia de las supervivencias del régimen feudal, crear condiciones políticas
que permitan a todos los poseedores desarrollar libremente sus actividades y a los pequeños propietarios procurarse
una renta mediana con un oficio honrado o con una honesta explotación del trabajo ajeno, bajo la consigna de la
libertad, igualdad y fraternidad.
Desde 1760 hasta 1830, la revolución industrial comienza a modificar las bases técnicas de la producción,
reemplazando las antiguas herramientas de los artesanos por nuevas máquinas. 14 Esta innovación tecnológica que se
produce principalmente en la rama textil inglesa posibilita la aplicación de una serie de descubrimientos e inventos
que transforman la técnica del tejido y la hilandería.
Los inventos e innovaciones tecnológicas que se aplican en el proceso de trabajo permiten el establecimiento de la
actividad industrial que concentra cada vez más la producción y posibilita la desaparición progresiva de los pequeños
talleres y de los artesanos quienes paulatina y respectivamente son sustituidos por las fábricas y los proletarios. Sin
embargo, expresar que la revolución industrial no solamente provoca cambios económicos sino también modifica
otras esferas de la sociedad, pues transforma el modo de vida, el entorno familiar, las relaciones familiares, las
costumbres, las relaciones sociales, las ideas y las representaciones sociales. Asimismo, en este nuevo contexto
histórico social de carácter industrial signado por un proceso de desruralizacion masiva, incipiente industrialización y
una urbanización acelerada surge un estilo de vida urbano inadecuado y deficiente, vinculado a la precariedad de la
vivienda y la falta de servicios sanitarios, equipamiento urbano, agua potable y alumbrado eléctrico (v, Riazanof,
1962; Rivera, 2001)
Los cambios políticos, económicos e ideológicos que se dan como resultado de la revolución francesa y la revolución
industrial dan lugar a la aparición de nuevos problemas sociales y, en otros casos, a la agudización de antiguos males
sociales.15 En este contexto de caos, desorganización y desintegración social surgen algunos pensadores que plantean la
necesidad de explicar y resolver científicamente los problemas sociales que provoca la conformación de una sociedad
industrial, es decir, germina la posibilidad de utilizar la metodología científica para conocer, entender, explicar, predecir
y controlar la sociedad humana y sus desarrollo. Empiezan “a desarrollarse especificas ciencias sociales que se plantean
la necesidad de conocer las leyes de determinados hechos sociales como ser la organización política de la sociedad;
descubrir las leyes de las relaciones económicas; la influencia del medio físico sobre la conducta humana; encontrar la
justificación del comportamiento del hombre en la historia y encuadrar en el plano estadístico las relaciones sociales”
(Villarroel, 1985, p. 25).
Las primeras ciencias sociales que se instituyen son la historia, la economía, la sociología, la política y la antropología.
Más adelante se desarrollan la geografía, la psicología y el derecho. Si bien algunas de ellas, como la geografía, la
política y la historia, se cultivan desde la antigüedad, en esta etapa de desarrollo de la sociedad industrial se diferencian
13
Las masas populares y las multitudes de Paris asaltan y toman el 14 de julio, La Bastilla, prisión real que llega a simbolizar el despotismo de los
Borbones.
14
La revolución industrial es un concepto acuñado por Engels para hacer referencia a los cambios tecnológicos que modificaron el proceso de
producción, mediante la incorporación del uso de máquinas.
15
Según algunos autores la sociología es sobre todo una ciencia de la nueva sociedad industrial.
11
por tratar de asegurar un conocimiento objetivo de la realidad a través de hallazgos empíricos y no simplemente sobre la
base de la especulación o la intuición de la verdad.
En el caso de la sociología, los grandes pensadores sociales del siglo XIX y principios del XX fueron Augusto Comte
(1798-1857), considerado el padre de la sociología y creador del positivismo; Herbert Spencer (1820-1903), cuyas ideas
justificaron la superioridad de los ricos y poderosos como “los más aptos” y Carlos Marx (1818-1883) creador del
materialismo dialéctico e inspirador de numerosos movimientos políticos obreros que postulan el cambio social a través
del conflicto y la revolución social. A este inicial pensamiento sociológico, posteriormente le siguen en orden de
importancia, Émile Durkheim (1858-1917), creador del primer intento de la investigación sociológica y Max Weber
(1864-1920) fundador del estudio moderno de la sociología. A decir de (Rivera, 2001, p. 15), se trata de pensadores
sociales, económicos y políticos que influyeron enormemente en la conformación de la sociología occidental.
La vida en comunidad, los grupos sociales, las relaciones sociales, las instituciones, los conflictos, las inequidades, la
explotación, el orden, el poder, la estratificación, la diferenciación, la desigualdad, la integración, la participación, la
gobernabilidad y el cambio social, son algunas cuestiones sociales, entre otras, que históricamente han acompañado e
inquietado al hombre desde sus orígenes. Si bien es cierto que ya se hallan observaciones, reflexiones e ideas
importantes sobre lo que se conoce como el “análisis sociológico” en filósofos, teólogos, legisladores y exploradores de
todas las épocas y civilizaciones, es válido señalar que los estudios “científicos” relacionados a la vida social son
relativamente recientes.
Fue a lo largo de la edad media, a través del “pensamiento social” de Nicolás Maquiavelo (1469-1527), Giambattista
Vico (1668-1744), Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu (1689-1755) y Francois
Marie Arouet, más conocido como Voltaire, (1694-1778), donde la cultura occidental instituye inicialmente las bases
intelectuales para que posteriormente, a inicios del siglo XIX, Claude Henri de Rouvroy, conocido como el Conde de
Saint-Simon y Augusto Comte expusieran la necesidad de “crear una ciencia del hombre” que estudie con el mismo
carácter metodológico de las ciencias naturales, los factores precipitantes y los efectos que provocan hechos, fenómenos
y procesos sociales.
1.3.1. Saint-Simon
Claude Henri de Rouvroy, Conde de Saint-Simon, nace el 17 de octubre de 1760 en Somme, Francia, en el seno de una
familia ilustre de la nobleza europea. A los 19 años de edad viaja a Estados Unidos para combatir con el grado de
capitán en la guerra de la Independencia. En 1789, a su regreso a Francia, ofrece su apoyo y se identifica con las ideas
de la revolución francesa, renunciando a su título aristocrático.16 Después de estar en prisión, realizar constantes viajes y
desarrollar una vida bohemia, a fines del siglo XVII, inaugura un periodo de “aprendizaje filosófico”. “Inicia este
aprendizaje filosófico bajo la idea de reducir a unidad sistemática los resultados de diversas ciencias, y obtener de tal
sistema los principios para la solución de los problemas fundamentales de la sociedad (Agulla, 1987, p. 22). Al
respecto, Agulla (1987), expresa que Saint-Simon trata de aprovechar sus experiencias, sus viajes, sus conversaciones,
sus imaginaciones y su entusiasmo para responder la difícil, caótica, confusa e inesperada situación por la que
atravesaba la Francia postrevolucionaria. Comienza su aprendizaje filosófico a través de la asistencia a la Escuela
Politécnica y la Escuela de Medicina, la lectura de autores clásicos tales como Sócrates, Bacon, Descartes,
Montesquieu, Concorcet y las ideas del movimiento intelectual de la Ilustración.
La influencia de estos autores determina una línea de pensamiento y de acción que se expresa en su producción
intelectual y su accionar político. Según algunos autores en el desarrollo del pensamiento de Saint-Simon es posible
establecer dos etapas que transitan desde 1802 a1815 y de 1816 a 1825: la primera donde prevalece la preocupación por
los problemas filosóficos de las ciencias y la segunda donde predomina la preocupación por los problemas de la
sociedad industrial. En función de ambas preocupación elabora una amplia producción intelectual conformada por una
serie de ensayos, memorias, cartas y manifiestos. En 1803, publica “Cartas de un habitante de Ginebra a sus
contemporáneos”, en 1808 publica la “Introducción a los trabajos científicos del siglo XIX”, en 1810 el “Plan para una
16
En 1793, obtiene el cambio de su nombre aristocrático por un nombre plebeyo: Jacques Bonhomme.
12
nueva Enciclopedia”, en 1811 “Memorias sobre la ciencia del hombre”, en 1814 escribe con su secretario y alumno
Agustín Thierry “La organización de la sociedad europea”, en 1817 aparece la publicación periódica “La industria”, en
1821 publica “Sistema industrial”, en 1823 publica con la colaboración de Augusto Comte “Catecismo político de los
industriales” y en 1825, año de su fallecimiento, publica su último trabajo denominado “El nuevo cristianismo” (v.
Bottomore, 1967; Agulla, 1987)
Saint-Simon es considerado como uno de los fundadores del socialismo “utópico”, doctrina teórica, política e ideológica
que se opone al capitalismo por razones éticas y prácticas, pues considera que se constituye en un sistema económico
injusto que explota a los trabajadores y posibilita a los ricos incrementar sus ingresos mediante la denominada plusvalía.
A pesar de su valiosa contribución teórica, los socialistas “modernos” no llegan a establecer los mecanismos efectivos a
través de los cuales pueda ser posible lograr un sistema económico más justo e igualitario, debido a ello es que reciben
la denominación de “utópicos” en vista de que sus ideas no podían efectivizarse en realidades o soluciones concretas,
sus escritos únicamente contienen razonamientos en favor de una organización social, dirigida por hombres sabios y
basada en la industria a fin de beneficiar de manera equitativa a todos los componentes de la sociedad.
Agulla (1987, p. 27), sostiene “de las ideas básicas de Saint-Simon se destacan dos contribuciones fundamentales para
el desarrollo de la teoría sociológica, por un lado, la aparición y el paulatino desarrollo de la sociedad industrial como
un necesario determinismo histórico y, por otro lado, la movilización de este proceso por la acumulación de las
conclusiones del conocimiento de la ciencia política y por la acción práctica de los políticos orientados en este sentido.
Esta doble acción se une en el concepto de interés”. En función de este razonamiento, Saint-Simon desarrolla el
concepto de “fisiología social”17 que destaca la idea de que la sociedad funciona básicamente por intereses económicos.
Al respecto, Saint-Simon expresa que “la ciencia del hombre destaca que las diversas clases de hombres que integran la
sociedad, no pueden inventar, y ni siquiera concebir correctamente, otras cosas que las que les antojen útiles a sus
intereses, que no pueden trabajar más que en aquello que les parece pueda serles ventajoso” (Agulla, 1987, p. 27).
A partir de estas nociones y en el contexto de la necesidad de un nuevo ordenamiento social y político en la sociedad
industrial, Saint-Simon elabora su producción intelectual vinculada al análisis de los problemas que provoca este tipo de
sociedad capitalista, tratando de responder a las siguientes interrogantes: ¿Cuáles serán las instituciones de una sociedad
de este tipo, y cuáles sus fuerzas dominantes? ¿Cuál será su organización política? ¿Será quizá radicalmente distinta de
las organizaciones antiguas? ¿Dónde se situarán los poderes sociales y cuál será su naturaleza? ¿Subsistirán las clases
sociales, y, en caso afirmativo, cuáles serán sus relaciones? ¿Cuál será la cualidad particular de las relaciones sociales?
(Ansart, 2003)
En 1813, Saint-Simon ya establece la tentativa de estudiar la moderna sociedad industrial bajo la directriz analítica del
método positivo, producto de dicha tentativa un año más tarde propone el plan de “reorganización de la sociedad
europea”, posteriormente aparece “La Industria”, publica “Sistema industrial” y “Catecismo político de los
industriales.18
En 1814, publica “La reorganización de la sociedad europea”. Al respecto, Agulla (1987, p. 26), sostiene que esta obra
contiene “dos ideas básicas que serán fundamentales para la posterior elaboración de su teoría sociológica. Por una
parte, la afirmación de que todas las instituciones deben tener por fin el mejoramiento de la condición moral, intelectual
y física de la clase más numerosas y la más pobres y, por la otra, la afirmación del significado y el valor del trabajo,
pues Saint-Simon afirma (“…todo para el trabajo y todo por el trabajo”). Más adelante, Agulla (1987), sostiene que en
el centro de la especulación teoría de Saint-Simon se instala el problema de la paz y la reorganización de la sociedad. Al
respecto, Saint-Simon sostiene que “se podrá alcanzar la paz sólo mediante la organización del trabajo. Y la
organización del trabajo va a depender de una nueva clasificación de las ciencias y de un claro agrupamiento de los
sabios, (científicos e industriales) que son los que deben gobernar esa sociedad (los científicos y los artistas)”.
En el año 1821, publica “Del Sistema Industrial”, obra en la cual plantea la idea de que en la sociedad de los
industriales no prevalecerá la explotación del hombre por el hombre sino más bien la explotación de la naturaleza por el
hombre a través de la conformación de empresas colectivas. En función de esta idea, Saint-Simon sostiene que no
existirían contradicciones entre los intereses de los industriales y los intereses de la trabajadores, pues el objetivo del
17
En Saint-Simon, “La comprensión de los fenómenos de la organización social exigirá, pues, recurrir a los modelos de las ciencias de la vida; así, en
la Memorias sobre la ciencia del hombre, Saint-Simon buscará en la fisiología los modelos teóricos necesarios a la edificación de las ciencias del
hombre. Señala entonces que los trabajos realizados en el campo de la anatomía comparada pueden suministrar las “bases positivas de la ciencia del
hombre” (Ansart, 2003).
18
A partir de 1813, Saint-Simon, ante su incapacidad para dar expresión ordenada y coherente a sus ideas, recurre a la ayuda de Agustín Thierry y
Augusto Comte, quienes trabajaran por el lapso de casi diez años como sus secretarios.
13
desarrollo económico no será el lucro o el interés personal sino más bien el de mejorar las condiciones de vida de los
trabajadores. Para Saint-Simon, este desarrollo económico tanto en la ciudad como en campo permitirá transformar la
suerte de los trabajadores que tienen como principal medio de subsistencia solamente su fuerza de trabajo. Sin embargo,
aclara que este desarrollo no debe ser únicamente económico sino también moral y físico a través de la “secularización”
de los valores cristianos que deberán ser difundidos por la elite de “sabios positivos” (v. Agulla, 1987; Timasheff,
1974).
En 1823, publica “La Industria” obra que fue escrita conjuntamente con su alumno y secretario Augusto Comte. En este
trabajo analiza el proceso de transición del sistema feudal hacia el sistema industrial y puntualiza que este nuevo tipo de
sociedad constituye una realidad distinta, con características, dinámicas y leyes propias que no se identifican con el
ordenamiento político vigente. Saint-Simon afirma también que en tiempos de ignorancia la dirección de la actividad
nacional fue principalmente militar y, secundariamente, industrial. Dice que en esta época todas las clases sociales
estaban subordinadas a la clase militar, pero el progreso de la civilización trajo consigo un reordenamiento social donde
la clase industrial debe ser constituida como la primera de todas; de ahí que las otras clases deben serle subordinadas.19
Asimismo, sostiene que el cambio inevitable de un régimen a otro se caracteriza por una época de transición y de crisis
y, debido a ello, de un ordenamiento social y político que posibilite que el ordenamiento político “responda”
adecuadamente al ordenamiento social prevaleciente. De ahí su llamado a los “industriales” y la “realeza” para que
asuman esa responsabilidad histórica: una responsabilidad voluntaria y consciente (Agulla, 1987, p. 29).
En tal sentido, Saint Simón señala “la sociedad no puede ser conducida del régimen feudal a régimen industrial
rutinariamente, pues dichos regímenes son radicalmente distintos e incluso opuestos”. Según Saint-Simon, el primero se
basa en el principio de la desigualdad y el segundo se funda en el principio de la igualdad y se opone al establecimiento
derechos y privilegios hereditarios. A decir de Saint-Simon, el único medio que existe para establecer un régimen
industrial consiste precisamente en reorganizar el sistema de las ciencias, la educación, la religión, las leyes, las
finanzas, en interés de la producción, lo cual se puede lograr con la toma del poder político por medio pacíficos y sobre
la base de los intereses de la realeza y la clase industrial.
Una idea que se constituye en Saint-Simon en una de las más importantes para el desarrollo de la teoría sociológica es
la de concebir la “estructura de la sociedad como una estructura de estratos sociales.” Esta idea le permite a Saint Simon
“descubrir” la aparición y el funcionamiento de la sociedad industrial. Según Saint-Simon para entender esta estructura
es indispensable hacer referencia al trabajo o, mejor dicho a la división del trabajo, es él que define precisamente lo
social del hombre en la sociedad industrial, es él que define al industrial define como “clase” y lo diferencia de otro. Por
eso, es un industrial todo productor (v. Agulla, 1987; Ansart, 2003).20
Saint-Simon sostiene que en la sociedad feudal existían tres clases sociales: nobles, burgueses e industriales y que a
partir de la revolución, la sociedad se encuentra divida únicamente en dos clases sociales: burgueses e industriales. Por
otro lado, afirma que las clases sociales se organizan en función de intereses principalmente económicos, pero desde
una perspectiva política, debido a ello habla de la existencia de una clase gobernante y otra gobernada. Según Saint
Simon la importancia de esta distinción se encuentra en la función que tienen para el desarrollo de la sociedad
industrial, ya que la de los gobernantes tiende a identificarse con una “clase ociosa” y la de los gobernados con una
“clase productora”. Asimismo, sostiene que en el futuro los industriales se convertirán en la primera clase, entre todas
las clases de la sociedad y pasaran de gobernados a gobernantes (Agulla, 1987).
En su obra, “El organizador”, Saint-Simon señala que la clase “industrial” se compone por 1) aquellos que realizan
trabajos de utilidad directa para la sociedad (cultivadores, artesanos, obreros, etc.); 2) aquellos que dirigen estos trabajos
o cuyos capitales están invertidos en las empresas industriales (ingenieros, fabricantes, capitalistas, negociantes, etc.) y
3) aquellos que contribuyen a la producción con el trabajo útil a los productores (científicos, intelectuales, comerciantes,
etc.).
La producción intelectual, de Saint-Simon concluye con una preocupación religiosa. Vinculado a este aspecto, en su
estudio “El nuevo cristianismo” postula que no se puede separar lo material de lo espiritual y que todo sistema social no
es más que la aplicación de un sistema de ideas, pues la religión cumple una función decisiva en la organización de las
sociedades. Su “nuevo cristianismo” deja a un lado los problemas dogmáticos y rituales y presenta un contenido ético y
social, a partir del cual considera que “el paraíso no está detrás de nosotros ni en la vida celestial, sino en nuestra vida
19
Saint-Simon entiende por clase industrial a un sistema de estratificación clasista, es decir, un ordenamiento de la población sobre la base de
intereses económicos y ocupacionales.
20
Según Saint-Simon, un industrial es un productor, es decir, un cultivador, carpintero, cerrajero, carretero, fabricante o negociante.
14
futura en la tierra.” Paradójicamente, estas ideas sobre la religión aparecen en un contexto histórico donde prevalece el
racionalismo, el positivismo y el agnosticismo.
Augusto Comte, filósofo y matemático, cuyo nombre completo es Isidore Marie Auguste François Xavier, nace en
Montpellier, Francia el 19 de Enero de 1798 y muere en París el 5 de Septiembre de 1857 a la edad de 59 años. Crece en
un ambiente familiar profundamente católico, con ideas religiosas, monárquicas y conservadoras que paradójicamente
fueron contrarias a las ideas y la conciencia social de Comte, pues fallece ateo y pierde la fe a los 14 años.
Fue un hombre muy inteligente, metódico y de excelente personalidad. Sin embargo, su vida pública y privada no fue
muy afortunada o feliz, pues fue difícil, desgraciada y bastante contradictoria. 22 En 1814, inicia sus estudios superiores
en la Escuela Politécnica de París, su pensamiento se halla influenciado por la filosofía de la historia y por las ideas
sociales y políticas del Conde de Saint-Simon, filósofo, político y doctrinario francés que fue uno de los primeros y el
más destacado socialista utópico. En su juventud fue alumno y, posteriormente, trabaja como secretario, entre 1813 y
1824, de su maestro Saint-Simon de quien heredó la preocupación por lo social, el término de "física social" para
referirse al estudio positivo de las leyes fundamentales que rigen hechos, fenómenos o procesos sociales y la ley de las
tres etapas que explica el desarrollo de la sociedad.
La producción intelectual de Comte está conformada por las siguientes obras, “Opúsculos”, escrito entre 1819 y 1826,
“Curso de Filosofía Positiva”, escrito entre 1832 y 1842, “Discurso sobre el Espíritu Positivo”, escrito en 1844,
“Sistema de Filosofía Positiva”, escrito entre 1851 y 1854, “Catecismo Positivista”, escrito en 1852 y “Calendario
Positivista”, escrito en 1856. Su labor intelectual gira en torno a los efectos negativos que provocan las revoluciones
económicas y políticas de Europa y frente a esta situación de crisis, desorden y caos, centraliza su preocupación
intelectual en el mejoramiento de la sociedad y en función de ello considera indispensable la creación de una nueva
ciencia de la sociedad.
Según Nicholas Timasheff, (1974, p. 34), “la teoría sociológica de Comte forma un sistema en el centro del cual se
encuentran dos proposiciones interrelacionadas: la ley de las tres etapas y el teorema de que las ciencias teóricas forman
una jerarquía en la que la sociología ocupa la cima.” Pero al margen de estas dos proposiciones citadas por este autor
cabe señalar que en el pensamiento social de Comte también se encuentran otras dos premisas fundamentales
vinculadas al método positivo y la división de la sociología (Poviña, 1985)
Augusto Comte (1975), sobre la base de la filosofía positiva hace un intento de ordenar o clasificar todos los
conocimientos.23 En función de esta tentativa sostiene que las ciencias pueden ser clasificadas en teóricas o puras y
prácticas o aplicadas. A la vez afirma que las ciencias teóricas pueden dividirse en concretas y abstractas. Las primeras
analizarían fenómenos concretos y las segundas intentarían descubrir las leyes que rigen estos fenómenos, determinando
su coexistencia y sucesión. A partir de esta desagregación tipológica, Comte señala que las ciencias teóricas abstractas
21
Sansimonismo doctrina que propugnada la conformación de una sociedad guiada por científicos e industriales
22
Tuvo dos fracasos matrimoniales y la falta de empleo, la rivalidad académica y el excesivo trabajo intelectual provocaron en su persona una crisis
nerviosa que lo llevo al manicomio y al borde del suicidio. Murió en la extrema pobreza, tal es así que algunos de sus amigos y alumnos le dieron
sepultura a través de una colecta pública (Moreno, 2005.
23
Según Augusto Comte la filosofía positiva es la única salida intelectual para salir de la crisis social que ha provocado la Revolución Francesa tanto
en Francia como en Europa.
15
forman una serie o jerarquía en la cual el eslabón superior depende del eslabón anterior en vista de que trata de
fenómenos más concretos y complejos. (Timasheff, 1974).
Timasheff (1974, p. 35), sostiene que en este esquema jerárquico de clasificación de las ciencias Comte considera a “las
matemáticas, como la ciencia más general, simple, abstracta y ajena a la humanidad y a la vez como la base de dicha
jerarquía sobre la cual se ubican las demás ciencias como ser la mecánica, que la identifica con la astronomía, a la que
la sigue la física, la química y la biología y encima de las ciencias naturales y sociales ubica a la física social o la
sociología, como la ciencia más particular, concreta, cercana a la humanidad y a la vez la más compleja.”24 Para Comte
esta ordenación jerárquica de las ciencias implica que la sociología ocupa un lugar superior entre lo orgánico y lo
psíquico. Esta ubicación privilegiada en la cima de las ciencias humanas tenía el significado de pretender hacer de la
sociología una ciencia totalizadora de las ciencias sociales encargada de remediar los problemas del hombre y la
sociedad
Otros autores señalan que Augusto Comte clasifica a las ciencias en cinco fundamentales: astronomía, física, química,
fisiología y física social o sociología. Asimismo, que rechaza como ciencias a la psicología y a la economía y considera
a las matemáticas más como un método o técnica que como una ciencia teórica. Empero, a pesar de existir ligeras
diferencias en ambos tipos de explicación, se advierte la idea de que todas las ciencias forman una jerarquía sobre la
base de una generalidad decreciente y una complejidad creciente (v. Alcorta, 1956; Palestro, 1976; Agulla, 1987;
Tezanos, 2006)
A decir de Comte, esta jerarquización y sucesión de las ciencias responde a una necesidad lógica e histórica, desde la
perspectiva lógica, afirma que a cada ciencia le corresponde un antecedente lógico y un impulso necesario para la
constitución de la siguiente ciencia, es decir, que cada ciencia se funda en una anterior y a la vez predispone la
emergencia de otra posterior y, desde la perspectiva histórica, señala que esta transición de una ciencia a otra se produce
desde lo más general y simple, desde lo más abstracto y ajeno a la humanidad, a lo más particular y complejo, a lo más
concreto y cercano a la humanidad. Al respecto, Poviña (1985), dice “Comte en su trabajo “Curso de filosofía positiva”
estudia cada una de las ciencias que conforman esta clasificación para luego entrar en el análisis de la nueva “Física
Social” que a partir de la lección 47 del tomo IV recibirá la denominación de sociología.
Para Augusto Comte esta ordenación jerárquica de las ciencias no sólo obedece a una necesidad lógica sino también a
una necesidad histórica, pues este orden respondería a un desarrollo de la propia historia. Por eso no es casual que este
ordenamiento represente el orden de su aparición histórica, pues los conocimientos científicos responden a la realidad
social de las cual emergen (Agulla, 1987, p. 44). A partir de estas argumentaciones teóricas, Comte considera a la
sociología como la nueva ciencia social de la sociedad industrial, como la más particular, la más compleja, la más
concreta y la más cercana al hombre. Para Comte, la sociología vendría a ser la cúspide del saber positivo o científico.
Asimismo, la expresión de una ciencia teoría, general y abstracta que abarca el estudio positivo del conjunto de las leyes
fundamentales propias de todos los fenómenos sociales (Poviña, 1985, 159.)
Para responder las interrogantes ¿Por qué cambian las sociedades? y ¿Qué explica su progreso o desarrollo?, Comte
formula la célebre “ley filosófica de las tres estados” que sostiene que "a determinado grado de desarrollo de la sociedad
le corresponde determinado grado de desarrollo del conocimiento". Esta ley plantea que la humanidad en su conjunto y
el individuo como su parte constitutiva, se encuentran determinados a transitar por tres estados sociales diferentes que
hallan su relación de correspondencia con diferentes grados de desarrollo intelectual: El estadio teológico o ficticio, el
estadio metafísico o abstracto y el estado positivo o científico. 25 En palabras de Augusto Comte la etapa teológica
corresponde a la edad media, la metafísica a los siglos XVII y XVIII y la positiva comprende desde el siglo XIX.
Según Augusto Comte lo que sostiene el motor de la historia y lo que incentiva el progreso de la humanidad es el
“conocimiento”. Advierte que la manera de “interpretar” el mundo define la “forma” que tiene la sociedad y a la vez
que los cambios que se producen en esa “interpretación” producen los cambios de la vida social e histórica. Afirma que
el desarrollo y la educación del individuo también transita por estos tres estadios: teológico en la infancia, metafísico en
la juventud y positivo en la madurez. Asimismo, plantea que de igual modo y siguiendo la misma secuencia histórica, la
humanidad se ha organizado mediante estas tres formas de interpretación de la realidad. En tal sentido, habla de
sociedades agrícolas, militares e industriales.
24
Comte denomina a la nueva ciencia de la sociedad, inicialmente “física social” y luego la rebautiza como “sociología”
25
El análisis de estos tres estadios lo efectúa en su obra “Curso de filosofía positiva”
16
A continuación sobre la base de los planteamientos teóricos de Augusto Comte (1988), expresados en su obra “Discurso
sobre el espíritu positivo” se efectúa una caracterización de los tres estadios propuestos por este autor: estadio teológico,
metafísico y positivo.
Estadio teológico o ficticio, en esta primera etapa el intento por comprender la realidad se lo realiza a través de causas o
explicaciones sobrenaturales o divinas, primero a través del fetichismo (atribuir a los cuerpos exteriores una vida
parecida a la humana, pero más enérgica y poderosa) y luego del politeísmo (retirar la vida a los objetos materiales para
trasladarlos a seres ficticios, invisibles que intervienen en los fenómenos naturales y sociales) y, posteriormente, del
monoteísmo (restringir el dominio de la imaginación a favor de la razón), es decir, el intento de explicación de la
realidad por una circunstancia que esta fuera del fenómeno o por algo que esta fuera de la experiencia y la evidencia
empírica, debido a ello se dice que en esta etapa prevalece la ignorancia. En esta etapa teológica los intérpretes de la
realidad son los sacerdotes y los ejecutores los militares, dado que la conquista era considerada como la fuente principal
de la prosperidad de los pueblos. En tal sentido, a este estadio le correspondería en principio una sociedad agrícola y,
posteriormente, una sociedad de tipo militar sobre la base de la autoridad y la jerarquía (Comte, 1988).
Estadio metafísico o abstracto, en este estadio se cuestiona la racionalidad teológica y lo sobrenatural es reemplazado
por especulaciones no verificables, metafísicas, confusas y por abstracciones personificadas. Es decir, por algo o por
situaciones difíciles de comprender y contrastar con la realidad concreta. Debido a ello, se afirma que en este estadio
predomina la superstición sobre la base de entidades o abstracciones personificadas. En esta etapa del desarrollo del
conocimiento, los interpretes de la realidad son los filósofos y los ejecutores los legistas, personas que conocen las leyes
o la jurisprudencia y, en cierta medida, los comerciantes. Según Comte este estadio es de transición y los entes
metafísicos tienen la función de debilitar el estadio teológico y preparar el camino para el advenimiento del estadio
positivo (Comte, 1988).
Estadio positivo o científico, en esta etapa ya se trata de explicar la realidad con leyes científicas a través de la
aplicación de métodos, técnicas y observaciones reales y objetivas. Es decir, se trata de explicar los fenómenos de la
realidad bajo la relación causa/efecto. Debido a ello, se sostiene que en este nivel de desarrollo del conocimiento ya
prevalece la razón, en vista de que no sólo se busca saber qué son las cosas sino que mediante la observación y la
experiencia se trata de explicar por qué se dan así las cosas y además se intenta deducir las leyes que las rigen, para
poder prever, controlar y dominar la realidad. Según Comte en esta etapa positiva culmina la teoría de las ciencias con
la aparición de la sociología y con el instrumento para explicar científica y positivamente los fenómenos sociales. A
decir de este filósofo a este nivel de desarrollo del conocimiento le corresponde una sociedad industrial, conducida por
científicos y sabios expertos que aseguran un orden social (Comte, 1988).
Comte señala que cada ciencia tiene su propio método con características propias. Asimismo, sostiene que las ciencias
naturales utilizan el método positivo en función de cuatro procedimientos básicos: observación, comparación,
clasificación y experimentación. Considera que el método positivo por excelencia aplicable en las ciencias naturales
resulta también adaptable al campo de las ciencias sociales, en particular al ámbito de la sociología. Al respecto, señala
que para alcanzar el conocimiento objetivo o “positivo” de la vida social a través de la aplicación del método positivo
se tiene que utilizar necesariamente los siguientes cuatro procedimientos: observación, experimentación, comparación y
el método histórico (v. Timasheff, 1974; Poviña, 1985; Agulla, 1987).
A decir de Comte la “observación”, es decir, el empleo de los sentidos físicos, sólo es válida y fructífera cuando se halla
orientada por la teoría. Asimismo, reconoce que la aplicación de la “verdadera experimentación” resulta casi imposible
en el estudio de la sociedad y, en función de ello, recomienda realizar varias observaciones dirigidas a encontrar
conexiones causales, es decir, exhorta aplicar el método histórico que consiste en la búsqueda de las leyes generales que
rigen la constante variación de las opiniones humanas. Este punto de vista, del fundador de la sociología, refleja la
importancia de las ideas o el conocimiento en el desarrollo histórico de la sociedad, tal como lo expresa en su célebre
ley de las tres etapas. En opinión de Comte resulta indispensable realizar “comparaciones fructíferas” o convenientes
entre las sociedades humanas y las sociedades animales, es decir, recurrir a la analogía orgánica con el propósito de
establecer “clasificaciones” que permitan comprender diferencias y semejanzas entre las sociedades coexistentes y las
clases sociales de una misma sociedad (v. Timasheff, 1974; Poviña, 1985).
17
Comte (1975), divide a la sociología en dos grandes campos a través de dos conceptos que son tomados de la biología:
La estática social y la dinámica social. El hecho principal de la estática es el orden y de la dinámica el progreso
(Timasheff, 1974). A decir de algunos sociólogos esta división obedece a la necesidad de estudiar a la sociedad en
reposo y en movimiento.26
Se dice que la estática social o la teoría del orden comprende el estudio de las leyes comunes de toda vida social, es
decir, de las leyes de la existencia, la coexistencia, la armonía, el orden, el equilibrio y la semejanza. Al respecto,
Timassheff (1974) sostiene que para Augusto Comte “el orden social total se establece de acuerdo con las leyes de la
naturaleza. Todo orden particular puede contener muchas, y a veces graves, deficiencias, pero esta situación puede ser
rectificada por la intervención racional de seres humanos”
Comte en relación a los factores que hacen el orden de la sociedad sostiene que el fundamento de la sociedad es el
consenso universal de la cual deriva la división social del trabajo y la solidaridad. Al respecto, sostiene “la división
social del trabajo determina la complejidad de la sociedad, por lo tanto hay que estudiar cuidadosamente la solidaridad y
la cooperación”. Asimismo, Comte sostiene que al margen del consenso lo que determina también el orden es la familia,
la raza, el clima, las ideas, los instintos y las instituciones políticas, sociales, económicas, religiosas. Debido a la
importancia que tienen las instituciones en el establecimiento del orden también se habla de estática social o teoría de
las instituciones.
La dinámica social o la teoría del progreso está vinculada a las leyes de sucesión de los fenómenos, es decir, a aquellas
circunstancias que posibilitan el desarrollo, el progreso y la evolución de la sociedad. A decir de Comte la evolución o
el progreso de la sociedad debe ser físico, moral, político pero sobre todo intelectual. Para Comte los factores que
hacen el progreso, el cambio o la dinámica de la sociedad, al margen del conocimiento, son el tedio, el odio, el temor a
la muerte, la densidad de la población, la especialización y la necesidad básica de subsistir. Con relación a la velocidad
del progreso material e inmaterial señala que esta se encuentra determinada por variables tales como la raza, el clima y
la labor intelectual y política.
Vinculando ambas dimensiones, Comte afirma que orden y progreso no se contraponen sino que más bien guardan una
estrecha relación de correspondencia y mutua dependencia, ya que no puede existir y establecerse ningún orden social
sino es compatible con el progreso y no es posible un progreso duradero sino se consolida mediante el orden. Sin
embargo, considera que el orden social es el factor preponderante en el progreso de la humanidad. Como bien lo
expresa Ines Tardel (1990), “si la sociología dinámica estudia las leyes de la evolución de las circunstancias sociales, la
sociología estática estudia sus conexiones, representando para la práctica política, el progreso y el orden,
respectivamente.”
Antes de la constitución de la sociología como disciplina científica fueron varios los “intentos intelectuales” para
abordar, explicar y resolver los problemas sociales, los mismos que se diferencian entre sí por los principios “teóricos”,
“metodológicos”, “ideológicos”, “políticos” y “doctrinarios” sobre los cuales se fundan. Si bien han sido diversos estos
intentos a continuación sólo se exponen los más importantes: La filosofía de la historia, el positivismo, el liberalismo
social y el socialismo.
La filosofía de la historia se encuentra vinculada a los problemas relativos al sentido de la historia, la regularidad del
devenir histórico y la dirección del desarrollo de la humanidad, es decir, trata de encontrar las leyes que rigen el
desarrollo histórico de la humanidad. Si bien sus orígenes se remontan a la edad media, principalmente a través de las
ideas de San Agustín y Juan Bautista Vico 27, son los hombres de la ilustración los que combaten la teologización de la
historia, introducen la idea de la causalidad, elaboran la teoría del progreso, sostienen la tesis de que la historia humana
constituye una unidad y explican la interacción del medio social y físico en la sociedad (Villarroel, 1985).
26
Algunos sociólogos no están de acuerdo con esta forma de explicación, ya que los conceptos de estática y dinámica no implica que la sociología
debe estudiar a la sociedad en reposo y movimiento. Según estos sociólogos, esta interpretación es equivocada, confusa y desconcertante.
27
En San Agustín (354-430) los acontecimientos históricos son vistos desde un ángulo teológico.
18
Según Bottomore la filosofía de la historia como especulación intelectual es creación del siglo XVIII y tiene entre sus
principales fundadores al Abbé de Saint Pierre y a Giambattista Vico quienes al introducir la noción o idea general del
“progreso” han contribuido a formular una nueva concepción de la historia.
Giambattista Vico (1668-1744), filósofo de la historia italiano en su obra escrita en 1725 “Ciencia nueva”, sostiene que
la naturaleza es incognoscible para el hombre, por ser obra de Dios, quien es el único que la puede conocer y lo único
que puede conocer el hombre es el hecho histórico, como producto de su libre actividad. Asimismo, este filósofo señala
que las sociedades humanas progresan a través de una serie de etapas que abarcan desde la barbarie a la civilización,
para retornar nuevamente a la barbarie. Sostiene que del estado de barbarie y el embrutecimiento, los hombres ingresan
a la primera etapa, llamada la edad divina o de los dioses, aparecen la religión, la familia y otras instituciones básicas;
en la siguiente, edad heroica o de los héroes, donde predomina el mito sobre la historia y la fantasía sobre la razón, la
gente corriente es sometida por una clase dominante de nobles; en la última etapa, la edad humana o de los hombres, la
gente se rebela y logra la igualdad, pero en el proceso la sociedad empieza a descomponerse. Estas ideas de Vico sobre
el desarrollo social y la historia tuvieron una fuerte influencia en el pensamiento social de Montesquieu, Voltaire,
Comte, Hegel y Marx (v. Roselle, 1973; Poviña, 1985).
En el siglo XVIII, los hombres de la ilustración bajo el lema “atreverse a conocer” sostienen que el hombre es una de
las fuerzas más importantes de la naturaleza y que es capaz de actuar sobre ella, descubriendo las leyes que rigen su
desarrollo. Esta “idea” de que se puede conocer y transformar la naturaleza si se conocen las leyes que rigen su
desarrollo da lugar también a la idea de que los hechos sociales están sometidos a leyes y, que por lo tanto, se puede
prever y dirigir el progreso de la sociedad. En el caso particular de la sociología se sostiene que la contribución de la
filosofía de la historia es bidimensional: Por un lado, en función de las nociones de desarrollo y progreso y, por otro
lado, con relación a los conceptos de periodos históricos y de tipos sociales (Bottomore, 1967). Como bien lo expresa el
filósofo francés Jean Antoine Condorcet (1743-1794) “los hechos sociales no ocurren al azar, no hay que aprenderse los
acontecimientos, sino buscar la clave que les da lugar: En esto se parecen la sociología y la filosofía de la historia”.
1.4.2. Positivismo
El término de “positivismo” fue utilizado por primera vez a mediados del siglo XIX por el filósofo y matemático
francés Augusto Comte. Sin embargo, algunas “ideas positivistas” se remontan al filósofo británico David Hume, al
filósofo francés Saint-Simon y al filósofo alemán Immanuel Kant. En la actualidad, el positivismo se diferencia del
positivismo iniciado y formulado por Comte y es más conocido como “neopositivo, “positivismo lógico” o “empirismo
lógico”, teniendo una fuerte influencia en algunas ciencias sociales a partir de las corrientes teorías del funcionalismo y
el conductivismo.
El positivismo es un sistema filosófico que fue fundado por Augusto Comte y Herbert Spencer, bajo la premisa de que
toda ciencia, para ser considera como tal, debe basarse en “hechos positivos”, es decir, en hechos objetivos, concretos,
ciertos y reales que proceden de la experiencia. Según este sistema lo positivo tiene como características centrales lo
útil, lo cierto, lo preciso y lo constructivo. Su argumentación filosófica se basa en la idea de que el conocimiento
científico se asienta en hechos que son susceptibles de ser sensorialmente percibidos, considera a los hechos como la
única realidad científica en vista de que sólo puede ser comprensible lo que existe en la experiencia sensible (Palestro,
1976)
El positivismo en Comte o el positivismo comtiano se funda en dos grandes premisas estrechamente vinculadas e
interrelacionadas: Por un lado, la sociedad puede ser epistemológicamente asimilada a la naturaleza y en la vida social
reina una armonía natural y, por otro lado, la sociedad está regida por leyes naturales, es decir, por leyes invariables,
independientes de la voluntad y de la acción humanas. En función de ambas premisas, Comte (1985) sostiene “entiendo
por física social la ciencia que tienen por objeto el estudio de los fenómenos sociales, considerados con el mismo
espíritu que los fenómenos astronómicos, físicos, químicos y fisiológicos, es decir, sujetos a leyes naturales invariables,
cuyo descubrimiento es el fin especial de mis investigaciones”. Más adelante acota “sin admirar o maldecir los hechos
políticos, y viendo esencialmente en ellos, como en cualquier otra ciencia, a simples sujetos de observación, la física
social considera a cada fenómeno bajo el doble punto de vista elemental de su armonía con los fenómenos coexistentes
y su encadenamiento con su estado anterior”. Asimismo, plantea que el método de las ciencias naturales, la experiencia
y la inducción y los procedimientos de la observación, comparación, clasificación y experimentación, pueden y deben
ser aplicados en el campo de las ciencias sociales y, sobre todo, postula que la observación debe ser “neutra” y
“objetiva.”
19
Esta idea de hacer de la sociología una ciencia “neutra” y “objetiva” es criticada y calificada como conservadora,
reaccionaria y contrarrevolucionaria en claro enfrentamiento con las propuestas “ilustradas” de Voltaire y Rousseau.
Por ello, se dice que la filosofía positiva se define por oposición a la filosofía “negativa” y “critica” de los teóricos de la
revolución francesa. Al respecto, Lowy (1974) sostiene que la idea central de la corriente positivista es de una
simplicidad evangélica: En las ciencias sociales, así como en las ciencias de la naturaleza, es necesario desprenderse de
los prejuicios y las presuposiciones, separa los juicios de hecho de los juicios de valor, la ciencia de la ideología. Según
Lowy con esta idea se plantea que el fin del sociólogo debe ser alcanzar la neutralidad serena imparcial y objetiva,
propia del físico, del químico y del biólogo.
Según el positivismo debido a que las leyes sociales son leyes naturales, la sociedad no puede ser modificada o
transformada, por lo tanto esta corriente filosófica plantea aceptar el “statu quo” y consolidar el orden público, por
medio de una prudente resignación. A decir de Lowy estas ideas revelan el verdadero sentido de la palabra “positivo”
empleada por Comte para oponer su doctrina a “las peligrosas teorías negativas, críticas, destructivas, disolventes,
subversivas o revolucionarias de la filosofía de la ilustración, de la revolución francesa y del socialismo.”
Según los críticos del positivismo, el error fundamental de esta corriente filosófica es la incomprensión de la
especificidad metodológica de las ciencias sociales con relación a las ciencias naturales, especificidad cuyas rasgos
principales son: El carácter histórico de los fenómenos sociales, transitorios, temporales, susceptibles de ser
transformados por la acción de los hombres, la identidad parcial entre el sujeto y el objeto del conocimiento, el hecho de
que en los problemas sociales están en juego las miradas antagónicas de las diferentes clases sociales, las implicaciones
político/ideológicas de la teoría social y que el conocimiento de la verdad puede tener consecuencias directas sobre la
lucha de clases (Lowy, 1974)
1.4.3. Socialismo
El origen del concepto se remite a un texto escrito en el año 1753 por Anselm Desing, posteriormente es utilizado en el
siglo XVII por los grandes ilustradores franceses y comienza a tener un uso más frecuente desde principios del siglo
XIX por los intelectuales radicales. Es utilizado para designar teorías y acciones políticas opuestas al individualismo y
postular un sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal
de los sectores económicos. El socialismo supone una reacción al liberalismo clásico que exaltaba los logros
individuales y los derechos privados, a costa del bienestar colectivo. Comparte con la teoría liberal la idea del progreso
y la abolición de los privilegios aristocráticos aunque, a diferencia de los liberales, consideraba a la postura liberal como
una fachada que enmascaraba la avaricia capitalista (Roselle, 1973).
Entre los primeros teóricos del socialismo se hallan el aristócrata francés Claude Henri de Rouvroy, Conde de Saint-
Simon, (1760-1825), el filósofo y socialista también francés Charles Fourier (1772-1837) y el empresario británico y
doctrinario utópico Robert Owen (1771-1858). Estos filósofos conocidos como los clásicos “socialistas utópicos” se
oponían al capitalismo por razones éticas, morales y prácticas, pues consideran que el capitalismo constituía un sistema
económico injusto que explotaba a los trabajadores, los degradaba y los hundían en la miseria, transformándolos en
máquinas o bestias y permitía a los ricos incrementar sus ingresos mediante la denominada plusvalía. 28
Estos filósofos socialistas plantean eliminar la pobreza, la explotación, los conflictos y el establecimiento de nuevas
formas de producción y distribución de los productos a fin de conseguir una comunidad armoniosa. Sin embargo, a
pesar de su valiosa contribución teórica y su preocupación práctica, no llegan a establecer los mecanismos efectivos a
través de los cuales pueda ser posible lograr una organización social más justa y equitativa. Como bien lo señala Lenin
(1980), los socialistas utópicos criticaban la sociedad capitalista, la condenaban, la maldecían, soñaban con su
destrucción, imaginaban un régimen superior y se esforzaban por hacer que los ricos se convencieran de la inmoralidad
de la explotación, pero no indicaban una solución real. Por ello, es que se los denomina “utópicos” en vista de que sus
ideas no podían efectivizarse en realidades concretas y que en sus exigencias para transformar las relaciones existentes
predominaba solamente una dimensión ética y moral.
Gracias a Marx y a Engels, el “socialismo utópico” adquiere un soporte teórico y práctico a partir de una concepción
materialista de la historia. En su “socialismo científico”, sostienen que el capitalismo es el resultado de un proceso
histórico caracterizado por un conflicto continuo entre clases sociales opuestas, una burguesía y un proletariado.
Señalan que esta lucha de clases determinada por la propiedad privada de los medios de producción, provocará una
28
La palabra “Utopía” viene del título de un libro escrito en el siglo XVI, por el estadista ingles Tomas Moro, para hacer referencia a un lugar o una
situación que representa el ideal perfecto, lo cual es difícil de alcanzar.
20
revolución social y desencadenará en la dictadura del proletariado, siendo el objetivo final del socialismo establecer una
sociedad comunista sin propiedad privada y clases sociales.
Ezequiel Ander-Egg (1987), sostienen que las diferencias entre socialismo utópico y socialismo científico se basan en
los siguientes rasgos centrales: a) Haber fundamentado científicamente el socialismo mediante una denuncia, la crítica
de la economía política y un anuncio, el socialismo sólo puede realizarse mediante la transformación de las relaciones
sociales y económicas; b) Haber comprendido la conexión que existe entre construcción del socialismo y clase obrera,
cuestión que no había sido mencionada por los socialistas utópicos y c) Haber propugnado la acción del proletariado y
la realización del socialismo por la vía de la lucha de clases.
.
1.4.4. Liberalismo
Es una doctrina filosófica y un movimiento político y económico que se desarrolla en el siglo XVIII sobre todo en
Europa, con el propósito de enfrentar al régimen feudal y la monarquía absoluta. A decir de Vargas (2007, p. 67) “el
liberalismo como ideología nace inspirado en el individualismo tiene su raíces en la reforma protestante del siglo XVI,
en las revoluciones inglesas del siglo XVII y en la influencia de los pensadores del siglo XVII y XVIII”
Su origen histórico se remonta al siglo XVII, a partir de las ideas del primer pensador liberal John Locke (1632-1704),
filósofo y médico inglés que en sus escritos políticos defiende la soberanía popular, el derecho a la rebelión contra la
tiranía y la tolerancia hacia las minorías religiosas. Posteriormente, se tienen las obras de David Hume y de los
economistas clásicos como Adam Smith y David Ricardo quienes profundizan esta teoría liberal sobre todo en el ámbito
económico. Al respecto, Vargas del Carpio (2000, p. 11), sostiene que la primera versión sistemática del naciente
liberalismo fue la obra de Adam Smith (1726-1790) y sus continuadores más importantes son David Ricardo (1772-
1823), Jean Baptiste Say (1767-1832) y Thomas Robert Malthus (1776-1834).
Según Vargas del Carpio, el liberalismo gira en torno a dos conceptos básicos, el individualismo y la libertad y como
expresión de los intereses y del pensamiento de la burguesía, se constituye en un programa político, social y económico
que básicamente postula: Las garantías constitucionales y los derechos individuales, el libre desarrollo y la libertad de
los ciudadanos, la limitación y la división de los poderes del Estado y el Estado de Derecho, es decir, la igualdad de los
hombres ante la ley.29
Zambrano (2010, p. 143), dice que “en la enciclopedia digital: “wikipedia” (http://es.wikipedia. org/wiki/Liberalismo),
se encuentra una definición precisa de lo qué es el liberalismo y sus principales características”. Este autor citando esta
fuente electrónica sostiene que el liberalismo como sistema filosófico, económico y político, promueve la libertad
individual e intenta poner un límite al poder coercitivo de los gobiernos sobre las personas; se opone a cualquier forma
de despotismo, demanda la democracia representativa y la división de poderes y presenta las siguientes características:
a) El individualismo, que considera al individuo primordial, como persona única y en ejercicio de su plena
libertad, por encima de todo aspecto colectivo.
b) La libertad como un derecho inviolable que se refiere a diversos aspectos: libertad de pensamiento, de
expresión, de asociación, de prensa, etc., cuyo único límite consiste en la libertad de los demás, y que debe
constituir una garantía frente a la intromisión del gobierno en la vida de los individuos.
c) El principio de igualdad entre las personas, entendida en lo que se refiere a diversos campos jurídico y político.
Es decir, para el liberalismo, todos los ciudadanos son iguales ante la ley y ante el Estado.
d) El derecho a la propiedad privada como fuente de desarrollo e iniciativa individual, y como derecho inalterable
que debe ser salvaguardado y protegido por la ley.
f) La Tolerancia Religiosa.
29
El individualismo hace referencia a la exagerada libertad del hombre.
21
Durante el siglo XIX, el liberalismo se impuso en gran parte de los países occidentales y sus postulados sirvieron de
soporte político e ideológico en la conformación de las “constituciones” de los Estados modernos. En el siglo XX entra
en decadencia debido a que sus fundamentos filosóficos se van distorsionando, se convierte en una tendencia
conservadora y defensora de ciertos intereses particulares y bajo el denominativo de neoliberalismo adopta una versión
distinta a su etapa de formación, en algunos casos aceptando y en otros postulando la “no intervención” del Estado en la
vida económica y social (Roselle, 1973)
En función de la diversidad de restricciones, obligaciones, deberes y derechos que se dan en los individuos y en la vida
en comunidad existen diversas formulaciones teóricas del liberalismo, las cuales abarcan distintas dimensiones y en
función de ello se suele hablar de liberalismo económico, político y social.
Según la teoría liberal, el Estado debe seguir una política de mínima intervención sobre la actividad económica sobre la
base de la teoría del “laissez faire y laissez passer” o "dejad hacer, dejad pasar", premisas que expresan “la tolerancia
hacia toda iniciativa, puesto que los asuntos económicos de la sociedad se arreglarían por sí solos sin que el Estado u
otra organización interviniera en su funcionamiento” (Ander-Egg, 1987, p. 177). En esta directriz analítica, el
“liberalismo económico”, postula la “no intromisión estatal” en las relaciones mercantiles, el comercio, la producción,
el intercambio, las condiciones de trabajo, etc., es decir, plantea la “no intervención” en el proceso de producción, ya
sea para imponer medidas de higiene y de seguridad laboral, reglamentar el trabajo de mujeres y niños o para organizar
un sistema de seguridad social. Asimismo, sostiene que la “no intromisión” garantiza la igualdad de condiciones de los
individuos en el desarrollo de la actividad económica que se mueve por el “interés personal” y por la “rivalidad en la
competencia”, lo que permite que se establezca un marco de competencia perfecta, sin restricciones ni manipulaciones
(Vargas, 2007).
Éstas premisas “liberales” se sustentan, de un lado, en la convicción de que cada individuo buscará lo mejor para sí
mismo, y, del otro lado, en que las relaciones sociales surgidas de esta forma tienden a beneficiar a todos, siendo la
labor del Estado corregir los casos en los cuales lo último no se cumpla.
En el ámbito político, la ideología liberal encuentra sus bases teóricas en Montesquieu quien en obra “El Espíritu de las
Leyes” señala que no hay personas ni sistemas políticos perfectos, y, que por lo tanto, el Estado debe desarrollar un
conjunto de pesas y balanzas en el cual hallen su equilibrio los distintos poderes que rigen sobre el individuo, para que
ninguno pueda devenir en una tiranía (Vargas, 2007). En esta línea analítica, el “liberalismo político”, inspira la
organización del Estado de Derecho dentro del marco de la democracia liberal. Los elementos principales de este
sistema político son el poder de los ciudadanos como voluntad general de poder gubernamental y la elección de sus
representantes de manera democrática, libre y soberana. Asimismo, el liberalismo político sostiene que el Estado de
Derecho como marco jurídico e institucional resguarda las libertades y los derechos de las personas.
Bajo esta directriz analítica, el “liberalismo social”, postula que la sociedad debe proteger la libertad y la oportunidad
para todos los ciudadanos, situación bajo la cual el Estado debe jugar un papel muy importante. Si bien apoya el
mercado libre, la empresa privada y la acción estatal, considera que la carencia de educación, salud, vivienda o empleo
son una amenaza a la libertad.
El liberalismo social es una corriente de pensamiento liberal que surge en Europa a finales del siglo XIX y se halla
vinculada a los efectos sociales, económicos y políticos que provoca la revolución francesa y la revolución industrial
(Zambrano, 2010). Esta nueva concepción se basa en la idea de que la transición del feudalismo al capitalismo, ha
determinado la conformación de una sociedad industrial que amplia y profundiza desigualdades sociales, políticas y
económicas. La pobreza, miseria, ignorancia, insalubridad, desocupación, explotación laboral, entre otros males
sociales, que prevalecen en mucha gente, particularmente en la clase obrera, obliga a algunos pensadores liberales a
sustentar que estas paupérrimas condiciones de vida y trabajo se podrían mejorar con la acción coordinada y la
intervención del Estado.
Para los liberales sociales las deficiencias en trabajo, ingreso, salud, educación, vivienda y servicios básicos se
constituyen en un atentado a la libertad y a la oportunidad de los ciudadanos y dichas deficiencias deben ser
necesariamente subsanadas por la acción colectiva de la sociedad y el Estado. A decir de Cortez y Calles (2011), esta
nueva forma de abordar estos males sociales provoca la gran diferencia entre liberalismo clásico y liberalismo social,
22
pues el primero practica una represión de la clase obrera y el segundo trata de integrarla a la sociedad liberal. Según
ambas autoras “esta diferenciación supone dos cambios fundamentales con relación al liberalismo clásico: Por un lado,
se trata de superar el individualismo atomístico del viejo liberalismo mediante una concepción orgánica dando pie en
favor de la sociedad y, por otro lado, propugna una intervención del Estado en el campo de lo social” (Cortez y Calles,
2011, p. 43).
El liberalismo social se constituye en un constante y prolongado esfuerzo por configurar un nuevo liberalismo que a
pesar de sus diferencias del liberalismo clásico, comparte un conjunto de ideas y supuestos en torno a la defensa de los
siguientes aspectos: El individualismo social, la revuelta contra la exclusividad de la libertad negativa y la apuesta por
complementarla con la libertad positiva, el establecimiento de ciertos límites a los derechos de la propiedad, la
promoción de igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades, la mayor y mejor redistribución de la riqueza a través
de procedimientos de justicia social, el amplio grado de intervencionismo estatal y ciertos aspectos del Estado del
bienestar y la democracia representativa y la potenciación de la participación política de la ciudadanía (v. Vargas del
Carpio, 2000; Zambrano, 2010; Cortez y Calles, 2011).
La principal diferencia radica en el hecho de que el liberalismo clásico postula una represión de la clase obrera y pide la
“no intervención” del Estado. En cambio, el liberalismo social, trata de integrar a la clase obrera a la sociedad liberal y
plantea la intervención del Estado en la cuestión o la “deuda social”. Los liberales sociales si bien apoyan el “libre
mercado” consideran que algunos servicios públicos, como ser la vivienda, la salud y la educación, deben ser
proporcionados, garantizados o regulados por el Estado. Asimismo, plantean que la libertad es algo realizable sólo bajo
ciertas circunstancias sociales y económicas favorables. Sin embargo, estas demandas son rechazadas por los liberales
clásicos quienes afirman que el Estado no tiene ninguna obligación de intervenir en la sociedad para ayudar al
“perjudicado” y que más bien al interferir en el mercado está destruyendo la libertad y hacer esto para hacer a la gente
libre resulta contradictorio (Cortez y Calles, 2011).
La sociología desde su aparición ha insistido en la necesidad de remarcar el carácter científico de sus proposiciones y en
la necesidad de aplicar los métodos científicos. Esta realidad conduce a abordar la cuestión del conocimiento y el
método científico. Al respecto, señalar que existen diversas controversias y polémicas entre los autores que señalan que
la sociología no es una ciencia y entre aquellos autores que afirman que la sociología efectivamente es una ciencia. Los
positivistas sostienen que para que las ciencias sociales sean consideradas científicas deben utilizar el método científico
de las ciencias naturales y adaptarlo al estudio de los fenómenos sociales. Por otro lado, el problema de la cientificidad
de la sociología conduce a elaborar una serie de afirmaciones que coinciden en señalar que en ciencias naturales es
posible concebir un sistema teórico exacto, definitivo y cerrado, en cambio en ciencias sociales esta posibilidad es
inconcebible debido a la complejidad del comportamiento humano que confiere sentido y finalidad a lo que hacen.
Dilthey (1951) sostiene que la aplicación del modelo positivista es aplicable a las ciencias naturales y no a las ciencias
sociales debido a que existe una diferencia substancial entre los hechos naturales y los hechos sociales. Asimismo,
afirma que existe una diferencia metodológica entre las ciencias naturales y sociales, pues las ciencias naturales
proponen una “explicación causal” y, en contraste, las ciencias sociales ponen mayor énfasis en una “interpretación” o
“comprensión de los significados”. Desde su perspectiva, este autor combate la dominación del conocimiento por las
ciencias naturales consideradas “objetivas”; y propone establecer una ciencia social “subjetiva'” que deber estudiar la
"realidad sociohistórica" de la cual se forma parte.
Giddens (1994), dice que la ciencia es el uso de métodos sistemáticos de investigación, pensamiento teórico y examen
lógico de argumentos teóricos para desarrollar un cuerpo de conocimiento sobre un objeto particular. Asimismo,
expresa que el trabajo científico depende de la mezcla de pensamiento osadamente innovador y de la disposición y el
control cuidadoso de la evidencia para apoyar o desechar hipótesis y teorías. Según este autor, la información y las
ideas acumuladas durante el estudio y el debate científico son siempre, hasta cierto punto tentativas y abiertas a la
revisión, o incluso a ser descartadas totalmente, a la luz de nuevas pruebas o argumentos.
En función de estas argumentaciones, Giddens considera que la sociología es una disciplina científica en el sentido de
que implica la aplicación de métodos de investigación, el análisis de datos y el examen de teorías a la luz de la
evidencia y de la discusión lógica. Sin embargo, afirma que estudiar a los seres humanos es diferente a observar los
sucesos del mundo natural y ni el marco lógico ni los hallazgos de la sociología pueden entenderse adecuadamente
23
desde las comparaciones con la ciencia natural. En definitiva, este autor sostiene que la sociología es una ciencia debido
a que aplica métodos científicos de investigación y evalúa las teorías a la luz de la evidencia empírica y la discusión
lógica. En tal sentido, la sociología no puede configurarse siguiendo mecánicamente el modelo “positivista” de las
ciencias naturales debido a que el estudio de la conducta humana obedece a otros parámetros.
Con relación a este debate “epistemológico”, se sostiene que la discusión acerca del carácter científico de la sociología
está actualmente superada; ya nadie le niega su cientificidad y como tal tiene también métodos y técnicas particulares
que le permiten abordar el estudio de los fenómenos y de la realidad social (Mendoza, 1992)
Según Ander-Egg (1979), se entiende a la ciencia como un conjunto de conocimientos racionales, de tipo conjetural,
que pueden ser verdaderos o falsos, que se obtienen de una manera metódica y que se verifican en su constatación con
la realidad. Este cuerpo de conocimientos orgánicamente sistematizados dentro de cada ciencia, hace referencia a
hechos y fenómenos de una misma naturaleza a través de un lenguaje o vocabulario que le es propio y que es
susceptible de ser transmitido. García (2000), afirma que la finalidad última de la ciencia, que se constituye un
conocimiento paralelo, simultáneo, complementario o contrapuesto a otro tipo de conocimiento, es hacer inteligible
determinados aspectos de la realidad a través de ciertas características de procedimiento, construcción, exposición y
verificación. Según García la ciencia es ante todo abordar y confrontar los fenómenos descritos, descubrir sus
semejanzas, agrupar en géneros y clases y proporcionar una explicación causal de sus regularidades y diversidades.
Históricamente la ciencia surge por el deseo innato del hombre de conocer y por la utilidad práctica que le reporta
determinado tipo de conocimiento. En tal sentido, su desarrollo gradual coincide con el progresivo desarrollo de la
humanidad, lo cual supone que el objeto y el método de la ciencia han cambiado constantemente como resultado de su
acción, avance y perfeccionamiento.
El concepto de método hace referencia a un conjunto de procedimientos, reglas y pasos fijados de antemano de manera
voluntaria y reflexiva con el propósito de alcanzar un fin propuesto. Se recurre al método como un instrumento
científico para lograr el conocimiento racional de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Método y ciencia
constituyen una unidad indisoluble, pues el método hace la ciencia y la ciencia al gestarse hace el método y en la
producción del conocimiento, los resultados dependen directamente del método utilizado.
En la cuestión del método es importante distinguir los tres significados principales que adoptan en el contexto del
proceso investigativo. El método entendido como horizonte de visibilidad implica la existencia de diferentes enfoques,
paradigmas o matrices de pensamiento que permiten abordar y aprehender la realidad. El método como secuencia lógica
implica una serie de pasos, reglas y procedimientos que se deben seguir para llevar a cabo acciones investigativas de
manera coherente, adecuada y sistemática. El método como procedimiento hace referencia a la forma de recolectar e
interpretar datos a través de los métodos de investigación teórica, análisis y síntesis, inducción y deducción, abstracción
y concreción y lo histórico y lo lógico y los métodos de investigación empírica, observación, medición y
experimentación (Torrico, 1993).
Después de Comte surgen numerosos “sociólogos” que a través de determinados criterios teóricos, metodológicos e
ideológicos intentan efectuar un análisis sistemático de la “sociedad”. Esta situación que también da lugar a la
emergencia de diferentes “corrientes sociológicas” provoca dos grandes problemas, por un lado, el definir qué es
sociología y, por otro lado, el determinar cuál es su objeto de estudio. Al respecto, Ely Chinoy (1975) sostiene que
frente a la interrogante ¿Qué es la sociología?, la respuesta parece ser muy obvia “es el estudio de la sociedad”. Sin
embargo, afirma que esta respuesta no dice ni explica nada en vista de que se presupone que ya se sabe lo que es
sociedad.
Según la definición etimológica, el término de sociología es de etimología bilingüe, deriva del latín “socius” que
significa compañero o socio y del griego “logos” que significa estudio o tratado. Según la generalidad de los sociólogos
esta definición etimológica de la sociología como el estudio de la sociedad no expresa de manera clara, exacta y precisa
lo que es la sociología y, por ello, es considerada como la menos valida, aceptada y compartida por la mayoría de los
sociólogos.
24
La Enciclopedia Ilustrada Siglo XXI, define a la sociología como la ciencia que estudia el desarrollo, la estructura, las
instituciones y la función de la sociedad, basada en el concepto de que los seres humanos no actúan de acuerdo a sus
propias decisiones individuales, sino bajo influencias culturales e históricas y según los deseos y expectativas de la
comunidad en la que viven.
Émile Durkheim, dice que la sociología puede ser definida como la ciencia que estudia los hechos sociales y como la
ciencia de las instituciones, de su génesis y funcionamiento; Max Weber, define a la sociología como la ciencia que
pretende comprender, interpretándola, la acción social para, de esta manera, explicarla causalmente en su desarrollo y
efectos; Hans Freyer, precisa a la sociología como la ciencia de la realidad social que se halla constituida por tres
estratos: grupos, relaciones y acciones sociales; Ferdinad Tönnies, considera a la sociología como la ciencia de la
convivencia humana, que implica un existir común de individuos que actúan unos sobre otros, es decir, que se
encuentran en una relación recíproca y Talcott Parsons, define a la sociología como la ciencia que trata de desarrollar
una teoría analítica de los sistemas de acción social, en la medida de que estos sistemas pueden ser comprendidos de
acuerdo con su propiedad de integrarse alrededor de valores comunes (v. Bottomore, 1967; Timasheff, 1974; Jordan,
1977, Agulla, 1987;)
En su obra “Curso de Filosofía Positiva”, Comte asigna a la nueva disciplina científica de la sociedad la tarea de
descubrir las leyes generales y particulares que rigen el desarrollo de la sociedad, rechazando el contenido de la
economía y la política. Asimismo, considera que esta nueva ciencia aplicando el método positivo se convertiría en una
ciencia de previsiones que marcaría el rumbo del progreso y el desarrollo social. A partir de Comte surgen numerosos
“sociólogos” con diferentes principios teóricos, metodológicos, doctrinarios e ideológicos, situación que da lugar a la
emergencia de numerosas escuelas y corrientes sociológicas que provocan un problema a la sociología en dos
dimensiones: ¿Qué es y qué estudia la sociología?
La definición de la sociología y la determinación de su objeto de estudio han cambiado constantemente, pues cada
“sociólogo importante” ha definido a la sociología a “su manera” a través de determinados criterios teóricos y
metodológicos. Esto implica, por un lado, que no se puede hablar de una sociología, pues existen diferentes sociologías,
más específicamente existen distintas teorías sociológicas y, por otro lado, que desde su constitución como disciplina
científica, su objeto de estudio ha sido materia de discusión y análisis. Con el afán de superar esta “dificultad” de
responder ¿qué es y qué estudia la sociología?, existe la tendencia a recurrir a los argumentos teóricos de los llamados
“clásicos”: Marx, Weber y Durkheim.
Carlos Marx, fundador del materialismo histórico, señala que para comprender las características de la sociedad y su
funcionamiento es necesario analizar sus relaciones de producción, es decir, la forma bajo la cual los hombres se
relacionan entre sí en el proceso de producción, proceso que a su vez determina la posición en la producción y conforma
las diversas clases sociales.
Max Weber sostiene que la sociología es una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social, es decir,
la acción de sujetos que se dirigen hacia la conducta de otros sujetos, para de esta manera explicarla causalmente en su
desarrollo y sus efectos. Weber afirma que si se quiere explicar adecuadamente la vida social, la sociología debe
entender y explicar creencias, intenciones, valores y significados presentes en los individuos.
Émile Durkheim, heredero intelectual de Saint-Simon y Augusto Comte, construye el objeto de estudio de la sociología
desde la exterioridad y las coerciones sociales que determinan las conductas individuales. Considera que la sociología
debe estudiar los hechos sociales e intentar descubrir las relaciones existentes entre ellos. Define al hecho social como
“todo modo de hacer fijo o no, que puede ejercer sobre el individuo una imposición exterior; o que también es general
en la extensión de una sociedad dada, al mismo tiempo que posee existencia propia, independiente de sus
manifestaciones individuales” (Durkheim, 1986). Asimismo, Durkheim señala que estos hechos sociales pueden
descubrirse de dos maneras: Primero por su poder de coacción sobre los individuos, evidenciado con frecuencia en las
sanciones aplicadas a diversos tipos de conducta; y segundo, por su difusión general dentro del grupo (Timasheff,
1974).
La constitución de las ciencias sociales es cronológicamente posterior a la conformación de las ciencias naturales. Esta
“emergencia tardía” ha determinado que las ciencias sociales no desarrollen conceptos, principios y métodos propios,
25
por lo que se han visto obligadas a utilizar la terminología y la metodología de las ciencias naturales. Así, por ejemplo,
los iniciadores de la sociología recurren a los conceptos de “fisiología social”, “física social”, “dinámica social,
“estática social” y a la aplicación del “método positivo” para explicar la realidad social. Esta insuficiencia en la
terminología y la carencia de metodología propia induce a la construcción de los “modelos” sobre la base de analogías
orgánicas, biológicas, matemáticas, físicas y mecánicas.
Etimológicamente el concepto de modelo viene del italiano "modello" y del latín "modulus", que significa una cantidad
que sirve de medida o tipo de comparación en determinados cálculos. De "modelo" deriva el verbo modelar que sugiere
una acción de imitar, reproducir o ejemplo a seguir en función de un objeto, persona o valor social. A partir de estos
significados básicos, “modelo” sociológicamente significa o hace referencia a una representación o una construcción
mental. (Ander- Egg, 1988). Sin embargo, aclarar que para que un modelo reproduzca de manera concreta y precisa las
propiedades del objeto de investigación, resulta imprescindible que en su construcción mental exista una cierta analogía
y coherencia lógica entre partes, propiedades y procesos del "objeto" y del "modelo". De no existir dicha relación o
semejanza los resultados serán insuficientes tal como sucede con más de una teoría sociológica. También señalar que
resulta recomendable no ceñirse estrictamente al modelo de modo que no sea posible ver nuevos hechos, fenómenos,
procesos o circunstancias sociales. De prevalecer tal rigidez se incurre en el riesgo de cerrar y negar nuevas
posibilidades a la ciencia y a las investigaciones sociales. En otras palabras, si se encasilla la realidad y los hechos,
fenómenos y procesos sociales a un determinado modelo sociológico se tiende a caer en el dogmatismo (v. Jordán,
1997; Moreno, 2005)
La palabra mecánica proviene del griego “mekhane” que significa máquina y expone la idea de movimiento y
equilibrio. Sobre la base de este significado básico surge la escuela mecanicista de la sociología que se constituye uno
de los modelos más antiguos adaptados al estudio de la sociedad.
A partir del siglo XVI, los rápidos cambios y progresos que se dan sobre todo en las matemáticas, que sirven como base
explicativa de la física, la mecánica y la química, inducen a los “precursores” de la sociología a tratar de explicar la
realidad social por medio de la terminología y los principios de la mecánica.30 En el siglo, XVIII, bajo la influencia del
mecanicismo y sobre la base de las nociones de “materia”, “movimiento, “espacio” y “reposo” surgen las nociones de
“física social” y “mecánica social” con el afán de interpretar la forma de comportamiento del individuo y de la
sociedad.31
La "física social" imagina “al hombre como un objeto físico, una especie de máquina compleja cuyas acciones y
procesos psíquicos podían ser analizados de conformidad con los principios de la mecánica. Su comportamiento,
responde a la actividad de su cerebro, y éste, actúa basándose en los estímulos generados por la sociedad. Así, el
individuo está compuesto por elementos integrados y su individualidad es un elemento de la sociedad, de la mecánica
social” (Gutiérrez, 1984, p. 171).
Sobre la base de la explicación de Pitirim Sorokin señalar que la “mecánica social” concibe al funcionamiento de la
sociedad como un sistema astronómico que se halla compuesto por la totalidad de los individuos, los cuales son
elementos unidos por "atracción" mutua o separados por "repulsión". Bajo esta directriz analítica, Sorokin llega a
considerar a la sociedad y el Estado como "sistemas de oposición en equilibrio" y que los procesos sociales resultaban
de la "gravitación", la "atracción" o la "inercia" que se efectúa sobre los individuos o grupos sociales. Según este autor
la organización social, la autoridad y el poder son una consecuencia de las "presiones" originadas por los átomos
moleculares sociales, es decir, por las acciones de los hombres que se hallan interrelacionados estrechamente como
partes integrantes de la maquinaria social.
En este modelo mecanicista, los conceptos físicos de materia, espacio, tiempo, atracción, inercia, poder, estructura y
sistema, entre otros, fueron aplicados dentro de un marco de connotaciones diferentes al estudio del hombre y la
sociedad. En correspondencia con esta analogía mecánica se llega a las nociones sociológicas de espacio social, espacio
moral, posición social, poder social, estructura social y sistema de coordenadas sociales, la cual definía la posición o el
lugar que el hombre ocupa en el espacio social, es decir, en el sistema social (Azuara, 1991).
30
En esta etapa se tienen los planteamientos matemáticos de Nicolás Copérnico, Johannes Kepler, Galileo Galilei e Isaac Newton.
31
Se compara a la sociedad con una máquina, en particular con un reloj.
26
Con el transcurso del tiempo, varios sociólogos, por un lado, utilizando esta analogía de la realidad social con los
principios de la física y la mecánica y, por otro lado, aplicando sus conceptos con diferentes connotaciones, han
realizado importantes contribuciones a la teoría sociológica. En la segunda mitad del siglo XIX, Vilfredo Pareto,
ingeniero precursor de la mecánica racional, a partir de los principios más generales de la física y la mecánica y lo que
considera que podía aplicarse en el plano metodológico al estudio de la realidad social, construye la base de la noción
de "sistema" que designa a un conjunto de elementos interrelacionados e interdependientes que podían o no encontrarse
en un estado de equilibrio, y susceptibles al cambio o la transformación. El aporte más importante de Pareto a la teoría
sociológica es la noción de que la sociedad constituye un sistema en equilibrio conformado por diversas moléculas
interdependientes, dichas moléculas serían los individuos que utilizan sus sentimientos esenciales en la conservación del
equilibrio. A decir de este autor si surgen transformaciones que rompen dicho equilibrio también surgen cambios
opuestos encaminados a restablecer el equilibrio. En correspondencia con estas nociones sociológicas señala que la
sociedad es un sistema, es decir, un todo, conformado por partes interdependientes e interrelacionadas, donde el cambio
de una de las partes afecta al todo y viceversa.
Según Pareto, en cada sociedad hay fuerzas sociales que conservan o modifican la forma o la estructura social, es decir,
prevalece un equilibrio dinámico que si es sometido a la presión de fuerzas externas dan lugar a la emergencia de
acciones “lógicas” y/o “alógicas”. Al respecto, se sostiene que una determinada acción social es lógica si la finalidad
que se persigue es objetivamente alcanzable y los medios utilizados son congruentes objetivamente con la finalidad. Por
lo tanto, todas las acciones desempeñadas fuera de este marco son consideradas alógicas” (v. Buckley, 1970; Gutiérrez,
1984).
El modelo mecanicista se basa en los adelantos de las matemáticas, la física y la mecánica. En cambio, el modelo
orgánico se inspira en los progresos de la biología, particularmente en las ideas del naturalista y fisiólogo inglés Charles
Darwin32. En su obra escrita en 1859, "El Origen de las especies por medio de la selección natural" plantea la idea de
que todas las formas de vida se han desarrollado a través de un lento proceso de “selección natural” a través del cual se
forman y reproducen los seres vivos y una “supervivencia” del más apto ya que los menos aptos para la adaptación al
medio no lograr sobrevivir. Esta nueva visión sobre el origen y la evolución de las especies posibilita la constitución del
modelo orgánico también conocido como evolucionismo o darwinismo. Este modelo tuvo una fuerte influencia en
sociología en vista de que el conglomerado social podía ser abordado e interpretado como un organismo vivo, como un
cuerpo social que dispone de un proceso constantemente evolutivo, en donde se produce tanto la selección natural como
la supervivencia del más apto.
Si bien la analogía entre organismo social y organismo animal es muy remota y surge en las ideas filosóficas de Platón,
fue el teórico social ingles Herbert Spencer, quien intenta proporcionar a su analogía orgánica un status científico
estableciendo las semejanzas y diferencias que se producen tanto en la vida social como en la vida orgánica33.
Entre las semejanzas menciona: a) La sociedad al igual que el organismo animal cumple el denominado ciclo vital, es
decir, nace, crece, desarrolla, reproduce y muere; b) La sociedad al igual que cualquier organismo animal siempre
experimenta desarrollo o crecimiento, c) El crecimiento significa un cambio de estructura y un aumento en la
complejidad de sus funciones; d) La evolución aumenta en la sociedad y en el organismo animal diferencias de
estructuras y funciones y e) Las diferencias experimentadas con el crecimiento incrementan el cambio de las funciones
(v. Jordán, 1977; Poviña 1985).
Entre las diferencias afirma: a) En el organismo o animal las partes conforman un todo concreto y en la sociedad las
partes están más o menos libres y dispersas; b) En el organismo animal la conciencia se concentra en una parte del
agregado o del todo y en la sociedad esta se halla difundida entre todos sus miembros y c) En el organismo animal las
partes están en beneficio del todo o existen de tal modo, en la sociedad no se observa que necesariamente las partes
existan en función del todo (v. Jordán, 1977; Poviña, 1985)
En función de la determinación de estas semejanzas y diferencias se sostiene que existe una analogía entre organismo
social y organismo animal únicamente en función de la noción de “dependencia mutua entre las partes que integran un
todo”. Pero esta idea es también valida en el modelo mecánico, pues se tiende a hablar de sistema nervioso, sistema
32
En función de los avances de la biología, no es casual o extraño que el padre de la sociología, Augusto Comte, utilice los conceptos biológicos de
estática y dinámica para hablar de estática y dinámica social
33
Rousseau en su obra “el Contrato Social” señala que el cuerpo político es similar a un cuerpo animal.
27
respiratorio, sistema reproductor, sistema óseo, etc. Asimismo, de sistema económico, sistema político, sistema
comunicacional, sistema familiar, etc.
Con relación a este modelo orgánico metodológicamente es necesario establecer la diferencia que se establece entre
analogía "organísmica" y analogía "orgánica", ya que algunos autores llegan al extremo de la analogía “organísmica”
buscando equivalentes sociales con órganos biológicos como el corazón, la cabeza, el pulmón, el cerebro, los brazos, la
sangre etc. Así, por ejemplo, se habla de “los brazos de la sociedad”, “el corazón de la ciudad”, “las venas abiertas de
America Latina, etc. (Buckley, 1970)
Este modelo se basa en los avances de la biología y en el principio del progreso y perfeccionamiento continuo del
hombre hacia una meta final de la historia o de la humanidad que se traduce en la conquista total de la felicidad, la
libertad, la igualdad, la fraternidad, la armonía y el pleno y absoluto reconocimiento de la personalidad social del
hombre (Jordán, 1997). En otras palabras, el modelo evolutivo implica una idea progresista del hombre y de la
sociedad.
En biología, el concepto de evolución señala que “las formas vivientes tienen una filiación continua, que se produce a
través del tiempo y por una serie de cambios y transformaciones graduales no interrumpidas en las que unas especies
dan origen a otros organismos, que llegan a tener características morfológicas y fisiológicas que los distinguen
específicamente de aquellos de los que se han originado” (Ander-Egg, 1987, p. 126). Con una connotación casi similar
este concepto pasa de la biología al campo social para hacer referencia al proceso histórico de desarrollo de las
sociedades mediante el perfeccionamiento de las instituciones políticas, sociales, económicas y culturales.34
A partir de estas nociones, la concepción evolucionista postula que las sociedades, instituciones y grupos sociales
modifican constantemente sus estructuras adaptándolas a las nuevas condiciones externas e internas en una línea de
progreso y perfectibilidad, es decir, que los sistemas y las estructuras sociales surgen, persisten, cambian o se disuelven
paulatina e ininterrumpidamente. Los primeros sociólogos sustentan principios evolucionistas propios de las ciencias
naturales susceptibles de ser aplicados en las ciencias sociales. Por ello, no es casual que asignen a la nueva ciencia de
la sociedad la tarea de descubrir las leyes que rigen la emergencia, la preservación, el desarrollo y la transformación de
las sociedades. Al interior del modelo evolucionista se ubican las ideas de Comte, Spencer, Durkheim y Marx, entre
otros, quienes con ciertas diferencias de interpretación teórica, metodológica e ideológica consideran que la historia de
la humanidad recorre por etapas bien definidas que van en permanente ascenso de lo negativo a lo positivo, de lo
inferior a lo superior o de lo simple a lo complejo.
Según Augusto Comte (1988) la ley que provoca el cambio social es evolutiva y en función de ello el desarrollo de la
humanidad ha transitado por tres grandes etapas bien definidas donde a cada una de ellas le corresponde un determinado
tipo o nivel de conocimiento. Sostiene que en el “estadio teológico” que comprende la edad media se obtiene el
conocimiento a través de agentes sobrenaturales en función de la “fe”, en el “estadio metafísico” que abarca los siglos
XVII y XVIII se alcanza el conocimiento mediante entes metafísicos en función de la “razón” y, finalmente, en el
“estadio positivo” se llega al conocimiento de los fenómenos naturales y sociales a través de la “ciencia”.
Herbert Spencer plantea que las sociedades tienen una primera etapa de organización que está constituida por
“sociedades simples”; una segunda etapa conformada por “sociedades compuestas”; una tercera etapa establecida por
las llamadas “sociedades doblemente compuestas” y, finalmente una tercera etapa instituida por “sociedades triplemente
compuestas”. Según este autor las sociedades compuestas nacen de la reunión de algunas sociedades simples, las
doblemente compuestas por la reunión de sociedades compuestas y así sucesivamente. Asimismo, sostiene que al
interior de las “sociedades triplemente compuestas” se distinguen dos tipos de sociedades: Las sociedades militares y
las sociedades industriales. Las sociedades militares se conforman sobre la base de una “cooperación obligatoria” y las
sociedades industriales sobre la base de una “cooperación voluntaria”. Pero en última instancia son sociedades que
representan formas de dominación, una fundada estamentalmente en la nobleza y la otra fundada clasistamente en la
burguesía (v. Jordán, 1977; Poviña, 1985).35
34
En su sentido más amplio se define a la evolución como el proceso de cambio en el cual cada etapa tiene conexión con una etapa precedente. Este
proceso implica una acción de pasar, variar, alterar o transitar de un estado a otro. En tal sentido, todo proceso de evolución supone crecimiento,
desarrollo, continuidad y progreso.
35
Las sociedades simples están conformadas por las familias unidas en las llamadas hordas, las sociedades compuestas están conformadas por las
familias unidas en los denominados gens y clanes, las sociedades doblemente compuestas están conformadas por gens y clanes reunidos en tribus y
las sociedades triplemente compuestas están dadas por la reunión de tribus que conforman pueblos y las naciones.
28
A decir de Spencer, los factores que determinan las distintas etapas de la evolución social están vinculados a la forma y
la función del gobierno y que en sociedades primitivas hay por lo menos cuatro etapas: a) Cuando no hay un jefe, b)
cuando hay un jefe ocasional c) cuando hay un jefe más o menos permanente y d) cuando hay un jefe estable (v. Jordán,
1977; Poviña, 1985).
Émily Durkheim sostiene que la sociedad ha evolucionado en función de la división del trabajo social y que a cada
sociedad le corresponde una forma básica de solidaridad. Asimismo, afirma que en sociedades primitivas no existía una
división del trabajo social, pues un sólo hombre realizaba casi todas las actividades como ser la recolección, la caza, la
pesca, etc. A decir de Durkheim con el desarrollo de la sociedad y el trabajo las actividades tienen a dividirse en roles
más especializados surge el cazador, el artesano, el soldado, el labrador, el recolector, etc. En cambio, afirma que en
sociedades consideradas modernas ya prevalece una “hiperfragmentación” del trabajo, pues se depende de una infinita
cadena de trabajadores que proveen diferentes bienes y servicios.
Comparando sociedades arcaicas y adelantadas, sostiene que las primeras se caracterizan por la solidaridad mecánica y
las segundas por la solidaridad orgánica. Dice que la solidaridad mecánica es casi natural y se produce con la
identificación con el “otro” sobre la base de la igualdad de los miembros individúales de una sociedad: En cambio, la
solidaridad orgánica es mucho más compleja y se fundamente en la desigualdad y en la idea “de que cada uno sabe que
depende del otro”. Según Durkheim, en sociedades donde la solidaridad es mecánica, existen fuertes estados de
conciencia colectiva que es entendida como la suma total de costumbres, creencias y sentimientos comunes al término
medio de los individuos de la sociedad y que por sí mismos forman un sistema. Asimismo, Durkheim señala que la
solidaridad orgánica surge cuando se desarrolla la división del trabajo social y la consiguiente diferenciación entre los
hombres lo que produce una interdependencia creciente en la sociedad que se refleja en la mentalidad y en la moral
humana. Siguiendo la teoría evolucionista de Spencer, plantea que los mecanismos que provocan la división del trabajo
son: La masa, las migraciones y los contactos culturales. De estos tres mecanismos solamente destaca dos: Por un lado,
el volumen del grupo, es decir, el incremento en la cantidad de las personas que necesariamente conllevan a una mayor
diferenciación social que supone una mayor especialización y con ello una mayor división del trabajo social y, por otro
lado, la densidad del grupo, es decir, la unidad material, cantidad de contactos, la densidad moral y la cohesión social.
Carlos Marx sostiene que la sociedad ha transitado por diferentes modos de producción, cada uno de ellos caracterizado
por el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y por determinadas relaciones de producción, por el sistema de
poder establecido y por su propio sistema de clases sociales que establece la existencia de una clase dominante que se
encuentra en constante conflicto con una clase dominada. Así, al interior del marxismo, se señala que en la evolución de
la humanidad se han sucedido varios modos de producción como ser el régimen de la comunidad primitiva, el modo de
producción asiático o despótico tributario, el régimen esclavista, el feudalismo, el capitalismo y, de acuerdo a
determinadas coyunturas, algunos países habrían alcanzado un nuevo sistema económico como es el socialismo que
también tiende a evolucionar a partir de su propias contradicciones que harán posible la emergencia de un nuevo tipo de
sociedad: El comunismo. (v. Castro, 1986; Méndez, 1994). Desde esta posición materialista de la historia, se plantea,
por un lado, que a cada uno de estos modos de producción le corresponde un determinado sistema de clases sociales:
esclavos y esclavistas, siervos y señores feudales, proletarios y burgueses y, por otro lado, que la historia de la
humanidad no es más que la historia de la lucha de clases (Marx y Engels, 2007).
Este modelo tiene su origen en el funcionamiento fisiológico y se base en los estudios realizados por el biólogo y
médico Claude Bernard, sobre la "homeostasis" que hace referencia al proceso mediante el cual un organismo vivo
mantiene las condiciones internas constantes necesarias para la vida, es decir, denota la idea de que cualquier lesión en
los tejidos genera mecanismos propios e inmediatos de defensa que detienen el daño y, luego, lo normalizan al igual que
sus funciones (Jordán, 1977).
Según Jordan, esta idea es recuperada en 1926 por Walter Cannon para hacer referencia a la capacidad del cuerpo para
regular la composición y volumen de la sangre, y por lo tanto, de todos los fluidos que bañan las células del organismo,
el "líquido extracelular". En organismos vivos la homeostasis implica consumir la energía necesaria y desarrollar los
mecanismos propios de defensa para mantener una posición de equilibrio frente a fluctuaciones provenientes de
condiciones externas e internas y asegurar que los efectos de dichas variaciones sean mínimos. Esta noción de
homeostasis que señala que el organismo vivo es capaz de detectar la presencia de cambios en el medio y de
29
controlarlos a través de sus mecanismos homeostáticos, se constituye en la base para la conformación del modelo del
equilibrio social que expresa que un organismo social, un grupo o un individuo puede resistir, neutralizar o reponer una
“lesión” o “crisis” a través de sus energías y mecanismos propios de defensa. En correspondencia con esta noción, este
modelo del equilibrio tiene el objeto de demostrar que la sociedad al igual que el proceso de la homeostasis desarrolla
mecanismos propios de defensa (Jordán, 1977).
El representante más destacado de este modelo es Talcott Parsons quien traslada esta función fisiológica al campo de la
sociología, afirmando que la ruptura del equilibrio social debido a un conflicto social debe ser resuelta por medidas
inmediatas que repongan la estabilidad alterada. En función de esta idea, Parson elabora y formula su modelo
estructuro/funcionalista y considera que los males sociales tienden a eliminarse o por lo menos mitigarse a partir de los
propios mecanismos de autodefensa que tiene la sociedad.
A decir de Jordán (1997), el crítico de mayor representatividad de este modelo es Inkeles, quien objeta esta analogía y
considera que si bien la homeostasis se produce en el campo fisiológico no se produce la misma relación y semejanza
en el campo social ya que no es posible comparar estructuras celulares con los sujetos sociales que son parte de un
conflicto social y, debido a ello, resulta imposible que una sociedad vuelva a ser la misma después de un conflicto
social al igual que una lesión que sufre el organismo animal. En función de esta realidad, existe una fuerte crítica a este
modelo que plantea el equilibrio social y que obedece a una tendencia conservadora y reaccionaria, interesada en
mostrar que el equilibrio es el estado normal de la sociedad y que los problemas o conflictos sociales son algo anormal,
disfuncional o patológico. Asimismo, se dice que el problema del cambio social pierde importancia en favor de la
situación estable o el orden de la sociedad, es decir, en favor de una posición conservadora.
Este modelo se halla influenciado por el desarrollo de las ciencias biológicas y los trabajos de Charles Darwin. Se
constituye en una contraposición al modelo del equilibrio social y fue impulsado por Lewis Coser y Ralph Dahrenfort,
quienes señalan que en toda sociedad no necesariamente predomina el equilibrio social sino la diferenciación, la
oposición, la divergencia y la desigualdad social.36 Según los representantes de este modelo, el origen de esta situación
contradictoria y conflictiva no obedece a cuestiones neutrales, como ser habilidades, capacidades, cualidades y
aptitudes, sino a diversos ordenes de posiciones de poder y de bienes al interior de un sistema de competencia donde
algunos sujetos y sectores sociales tienen mayores posibilidades y oportunidades en función de una serie de factores
principalmente socioeconómicos.
Este modelo recomienda no analizar a la sociedad como un orden establecido, una armonía plena, un equilibrio social
establecido sino como resultado de una lucha o conflicto tenaz entre sus componentes. De este modo, se dice que se
obtendrá una visión objetiva, real, concreta y verdadera de la realidad social y los hechos que genera. Al respecto,
Lewis Coser señala que el conflicto es “una lucha con respecto a valores y derechos sobre Estados, poderes y recursos
escasos, lucha en la cual el propósito es neutralizar, dañar o eliminar a los rivales”. En cambio, Ralph Dahrenfort
sostiene que “el conflicto es el motor de la historia, es lo que mantiene el desarrollo de la sociedad y es un factor
indispensable del proceso universal del cambio social. Este conflicto, para ser socialmente relevante se manifiesta más
allá de las relaciones individuales. Encuentra su ámbito de desarrollo entre los roles sociales, entre grupos sociales,
entre sectores de la sociedad, entre sociedades y entre organizaciones supranacionales” (v. Castro, 1986; Rojas, 2012)
Algunos autores identifican este modelo con el llamado “darwinismo social”, que postula que el desarrollo de los seres
humanos y las sociedades se ajusta al patrón descrito por Darwin en su teoría de la evolución por selección natural. En
tal sentido, se sostiene que personas y grupos sociales, así como los animales y las plantas, compiten por la
supervivencia y, por consiguiente, por el éxito reproductivo, donde la supervivencia y el éxito serian resultado de la “ley
del más fuerte”. Desde esta óptica, las personas o los grupos sociales que alcanzan riqueza y poder son considerados
como los más aptos y las personas o grupos sociales que carecen de riqueza y de poder son calificados como los menos
capacitados. Bajo este marco de conflictividad, personas, grupos, instituciones y sociedades intentan imponer intereses
propios a través de conflictos funcionales y disfuncionales.
Se define al método “como el camino a seguir mediante una serie de operaciones, reglas y procedimientos fijados de
antemano, de manera voluntaria y reflexiva, para alcanzar un cierto fin que puede ser material o conceptual” (Ander-
36
La teoría del conflicto social surge entre 1950 y 1960 como una reacción al análisis funcional y que habría sido superada por el neo marxismo.
30
Egg, 1987, p. 196). En función de esta conceptualización se entiende al método sociológico como el conjunto de
normas, pasos, procedimientos, reglas y medios anticipados y reflexivos de los que se vale el sociólogo para investigar
y verificar hechos de la realidad social.
El matemático francés Henri Poincare sostiene que la sociología es la ciencia que cuenta con más métodos y menos
resultados. Este juicio si bien es duro resulta ser verdadero, pues la sociología ha producido pocas generalizaciones de
alto nivel y sus resultados más bien guardan relación con un nivel inferior de generalización, la elaboración de un marco
conceptual, la clasificación de los tipos sociales y el establecimiento de algunas correlaciones entre los fenómenos
sociales. En tal sentido, la puntualización de Poincare es válida y la cuestión del método en sociología conduce al viejo
problema entre las diferencias entre “naturaleza” y “sociedad” y los procedimientos metodológicos que se deben utilizar
en su descripción e interpretación.
Entre esas diferencias se puede mencionar a las siguientes: Por un lado, entre el mundo natural y el mundo social o
cultural hay dos grandes diferencias. En primer lugar, el mundo natural sólo puede ser observado y explicado desde el
exterior. En cambio, el mundo social puede ser observado y comprendido desde el interior y es inteligible porque los
hombres pertenecen a ese mundo y se enfrentan con productos de mentes similares y, por otro lado, las relaciones entre
los fenómenos del mundo natural son relaciones mecánicas de causalidad, en cambio, las relaciones entre los
fenómenos del mundo social son relaciones de valor y de intención. Otra gran diferencia señala que en ciencias
naturales el “objeto de estudio” ya está “dado”, en contraposición en ciencias sociales “el objeto de estudio” es
resultado de un proceso de “construcción”.
Estas diferencias también conducen a establecer una distinción entre los métodos de las ciencias naturales y los métodos
de las ciencias sociales. Sin embargo, la mayoría de los sociólogos coincide en señalar que si bien existen diferencias
entre el mundo natural y el mundo social ambos están interrelacionados y hasta cierto punto utilizan los mismos
métodos. Es más aún sostienen que si bien entre las ciencias naturales y sociales existen diferencias en cuanto al objeto
de estudio esto no implica una diferencia radical en los métodos de investigación. Bajo esta directriz, se afirma que los
sociólogos utilizan casi todos los métodos de recopilación de información empleados por otras disciplinas científicas,
desde avanzadas estadísticas matemáticas hasta la interpretación de textos.
Si bien los métodos son transferibles entre las diferentes disciplinas científicas se considera que los principales métodos
de la sociología son: La observación, el comparativo, el histórico, el histórico/comparativo, el monográfico, el
tipológico, el formal y el estadístico.
Ander-Egg (1988, p. 216) sostiene que “la observación es el procedimiento que utilizamos en nuestra vida cotidiana
para adquirir conocimientos, observando hemos adquirido buena parte de lo que sabemos”. Más adelante este autor
puntualiza que la observación es la base y el punto de partida para la ciencia experimental y como técnica de
investigación se constituye en un procedimiento para recolectar datos. En tal sentido, desde el punto de vista técnico,
la observación consiste en “utilizar los propios sentidos del investigador para observar los hechos y realidades
sociales presentes, y a la gente en el contexto real en donde desarrolla normalmente sus actividades” (Ander-Egg,
1988, p. 216)
La observación como condición imprescindible en todo proceso investigativo consiste en la percepción sensorial
dirigida a la obtención de datos e información sobre ciertas personas, cosas, objetos, hechos, fenómenos o procesos de
la realidad. Como método, y a veces entendida como técnica, la observación tiene una amplia y larga historia en la
investigación sociológica, pues se obtienen datos e información a través de la observación controlada, participante,
directa e indirecta (v. Rodríguez, et al 1984; Díaz, 2011)
En la directriz analítica de Díaz (2011) puntualizar que la “observación controlada” supone el empleo de instrumentos
conceptuales y materiales que permiten un registro sistemático de datos y un análisis crítico de los resultados. Según
este autor, la “observación participante” es resultado de la interacción con el grupo estudiado, confiando en la
información proporcionada por los informantes seleccionados del grupo. Esta observación participante puede ser
“pasiva”, cuando el investigador se limita a un papel de simple espectador, de una manera externa al grupo y “activa”
cuando se introduce en la realidad observable, pero sin identificarse con ella debido a que perdería una cualidad
importante, la objetividad de la ciencia. Ambos tipos de observación pasiva y activa conforman la denominada
observación directa ya que supone recolectar datos de primera mano a través de encuestas, entrevistas, grupos focales,
31
informantes clave y dinámicas de grupo. En contraste, la observación indirecta se funda en los datos que ofrecen el
material bibliográfico, los censos, las estadísticas, los mapas, las grabaciones y las fotografías (Díaz, 2011).
Rodríguez et al (1984), sostiene que todo proceso de observación básicamente contempla cinco elementos: El objeto
de la observación, el sujeto de la observación, las condiciones de la observación, los medios de la observación y el
sistema teórico o de conocimientos que sirve de guía en la observación. Según el colectivo de estos autores en la
aplicación del método de la observación bajo cualquier de sus modalidades y de sus elementos se recomienda
observar una selección imparcial de la información a fin de que proporcionen al investigador aspectos esenciales en la
descripción y explicación de un hecho, fenómeno o proceso social.
Fue considerado por bastante tiempo el método sociológico por excelencia, el mismo que consiste en establecer nexos
causales y a la vez postula que para demostrar que un fenómeno es causa de otro es preciso examinar los casos en que
ambos fenómenos se encuentran simultáneamente presentes o ausentes y así poder establecer si uno depende o no del
otro (Durkheim, 1986).
Bottomore señala que en ciencias naturales este proceso es facilitado por la experimentación y ante la imposibilidad de
su aplicación en ciencias sociales se recurre a la experimentación indirecta o al método comparativo que permite hallar
determinados nexos causales. Este método considerado por Durkheim como una “experiencia indirecta”, consiste en
relacionar o comparar a través de la observación, dos o más fenómenos con el propósito de deducir ciertas semejanzas y
diferencias y a la vez establecer nexos causales. Principalmente fue utilizado por los sociólogos evolucionistas para
demostrar similitudes o diferencias de costumbres, valores, relaciones e instituciones sociales. Es decir, este método fue
utilizado en la comparación de sociedades y culturas diversas y sus partes, donde cada una de ellas es analizada y
apartada para obtener dos cosas: Por un lado, afirmaciones generales comunes a todas las sociedades y culturas sobre
circunstancias dadas y, por otro lado, explicaciones de las variaciones, lo que puede ser considerado como una
aproximación al método experimental (Jordán, 1977)
Gómez y De León (2014, p. 229), dicen que “el objetivo del método comparativo es la generalización empírica y la
verificación de hipótesis, siendo sus principales ventajas la eventualidad de comprender cosas desconocidas a partir de
las conocidas, la posibilidad de explicarlas e interpretarlas, perfilar nuevos conocimientos, destacar lo peculiar de los
fenómenos conocidos, sistematizar la información distinguiendo las diferencias con fenómenos o casos similares”
El método histórico tiene una doble influencia: La filosofía de la historia y la teoría biológica de la evolución. Consiste
en el análisis detallado de factores, antecedentes, causas y condiciones históricas bajo las cuales surge y se desarrolla un
determinado hecho, fenómeno o proceso social, es decir, se concentra en los problemas del origen, desarrollo y
transformación de hechos, fenómenos, procesos e instituciones sociales. Este método a partir de un análisis del
recorrido histórico de una determinada realidad social permite comprender sus factores precipitantes, naturaleza,
características, funcionamiento, desarrollo, transformación, dimensiones, magnitud e impacto.
Los que formulan este método sostienen que la reconstrucción de los hechos históricos pasados aporta al sociólogo una
información muy importante, de la cual se extraen nuevos datos e informaciones que permiten un conocimiento más
objetivo y exacto de la vida social y los fenómenos, hechos o procesos sociales que provoca. Al respecto, Lorenzo
(2011), señala que para Wilhelm Dilthey todo saber debe analizarse a la luz de la historia, sin esta perspectiva, el
conocimiento y el entendimiento sólo pueden ser parciales. Asimismo, citando a Dilthey, afirma que la historia es
indispensable para el análisis sociológico en vista de que todo hecho social es un hecho histórico y todo hecho histórico
es un hecho social.
Este método tiene como principal precursor al etnólogo inglés Edwar Tylor y se lo utiliza para establecer la
comparación y la correlación existente, entre dos hechos, fenómenos, procesos sociales o instituciones a través del
tiempo en cuanto a su origen, desarrollo y transformación. Se dice que este método que nace de la convergencia lógica
y coherente de lo histórico y lo comparativo tiene una mayor amplitud dialéctica y comprensiva, pues determinando el
comportamiento histórico compara, analiza, extrae y selecciona características diferenciales entre hechos sociales,
instituciones o grupos sociales. Es decir, el método histórico comparativo en el análisis de una determinada dimensión
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de la realidad social en términos de hechos, fenómenos o procesos sociales explica las condiciones de su emergencia,
ofrece el cuadro de sus condiciones de existencia y permite establecer comparaciones.
Durkheim, en su obra Las Reglas del Método Sociológico, sostiene que un método o instrumento muy importante para
el análisis sociológico es la historia comparada, la cual permite comprender a las instituciones, pues sus análisis
histórico posibilita saber de qué está conformada, los elementos que la componen y las interrelaciones que se establece
entre dichos elementos. A decir de Durkheim la descripción hace posible establecer divergencias y similitudes y a la vez
comparaciones entre distintas instituciones.
El método monográfico, inicialmente, formulado por el sociólogo francés Federico Le Play, es utilizado para describir
en forma “concreta”, “detallada” y “profunda” uno o varios aspectos de un hecho, fenómeno o proceso social. Le Play
afirma que el conocimiento científico necesariamente debe estar basado en la observación, de lo contrario se trata
únicamente de un pensamiento especulativo e imaginativo. Debido a ello, construye su método monográfico a partir de
la observación directa del fenómeno en estudio (Forni, Freytes y Quaranta, 2008). Estos últimos autores citados señalan
que en la época de Le Play, 1848, existían únicamente dos procedimientos para la observación de los hechos sociales:
las estadísticas nacionales y los informes elaborados a partir de la observación directa sobre algunas situaciones críticas,
Le Play se inclinó por esta última cuestión metodológica y a través de la combinación lógica y coherente de indicadores
cuantitativos y cualitativos eligió como objeto de estudio a “familias tipo” de cada sociedad.
Aplicando este método al análisis de la realidad social, Federico Le Play elaboró una serie de monografías sobre las
familias obreras europeas en términos de una descripción detallada de sus gastos o su presupuesto familiar destinado a
la alimentación, vestimenta, vivienda, propiedades, salud, educación, ahorro, costumbres y diversiones. A partir de esta
pormenorizada representación estableció una serie de explicaciones sociológicas vinculadas a ciertas variables como ser
la estructura familiar y la movilidad social, la estructura familiar y el tipo de empleo, etc (Forni, Freytes y Quaranta,
2008).
Según Villarroel (1985), lo característico de este método es la delimitación o concreción del área u objeto de estudio
hasta límites relativamente estrechos, por una parte y, por otra parte, la profundidad o el interés por llegar al mayor
detalle. Este método que consiste en la descripción atenta, detallada y minuciosa de hechos, fenómenos, procesos o
instituciones sociales particulares, ha sido ampliamente utilizado para elaborar trabajos monográficos y es calificado
como el procedimiento fundamental de la sociología.
El método tipológico consiste en abstraer e individualizar las características distintivas de uno o más hechos, fenómenos
o procesos sociales. La aplicación de este método implica tipificar, seleccionar y clasificar lo que se pretende investigar
en unidades de análisis o grupos de comparación a través de un análisis que logre develar los puntos de comparación de
ciertos nexos causales. Este método, en función de los principios y procedimientos de la biología, observa
características esenciales de hechos, fenómenos o procesos sociales con el afán de seleccionarlos, separarlos y
agruparlos bajo ciertos criterios o parámetros, es decir, bajo ciertos tipos o símbolos representativos de una cosa. Al
respecto, mencionar que el denominado “tipo” hace referencia a rasgos, características o cualidades particulares y
generales que nos son atribuidas a una persona, grupo, institución o proceso, sino al conjunto del cual forma parte.
A decir de López (1996, p. 12) “la tipología como contenido refleja la naturaleza sustantiva de los fenómenos sociales;
tipos de sociedades, tipos de acción social, tipos de capital, tipos de empleo. La tipología como forma es una distinción
expresada en términos clasificatorios que nos permiten afirmar que las sociedades, la acción social, el capital o el
empleo, se pueden reconocer a través de una diversidad de tipos. El método tipológico adquiere entidad propia en la
medida que identifica cierto conjunto de rasgos abstraíbles de diversos objetos de investigación y son los que
configuran la forma del objeto”
El método formal se constituye en una reacción contra el evolucionismo y el carácter enciclopédico de la sociología
primitiva. Este método consiste en analizar las “formas” de asociación o interacción como “formas” particularizadas por
el contenido histórico (Jordán, 1977). Su iniciador fue el alemán Georg Simmel y su desarrollo teórico se encuentra
influenciado por la diferencia entre ciencias sociales y ciencias naturales y la escuela filosófica de la fenomenológica.
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Esta escuela en el ámbito de la sociológica plantea que el individuo es un actor social que produce y reproduce su
contexto histórico social a partir de sus interacciones cotidianas que implican una relación entre “el yo y el otro” (v.
Con relación a lo último, Schütz (1979, p. 39), citada por Rizo (2006) afirma que “al vivir en el mundo, vivimos con
otros y para otros, y orientamos nuestras vidas hacia ellos. Al vivenciarlos como otros, como contemporáneos y
congéneres, como predecesores y sucesores, al unirnos con ellos en la actividad y el trabajo común, influyendo sobre
ellos y recibiendo a nuestra vez su influencia, al hacer todas estas cosas, comprendemos la conducta de los otros y
suponemos que ellos comprenden la nuestra”.
Según Simmel este método debe ocuparse de aquellas “formas” de sociabilidad o interacción social que no han sido
estudiadas por las ciencias tradicionales, formas que no aparecen en grandes instituciones como son el Estado, el
sistema económico, sistema político sino en relaciones menores entre los individuos, en función de ello este método
tiene una gran influencia de la psicología y centraliza su análisis en el estudio de las formas elementales del
comportamiento social particularmente de pequeños grupos. En tal sentido, se tiende a vincular al método formal con la
denominada “microsociología” que se ocupa del análisis de la relación que se establece en la cotidianidad de los
individuos, es decir, de las relaciones menores o relaciones cara a cara, las mismas que vinculan al individuo con la
sociedad a nivel individual.
Se considera a Adolfo Quetelet como uno de los precursores en la aplicación del método estadístico al análisis, la
descripción y la explicación de la conducta social. Según Arthur Bowley (2002), el método estadístico consiste en una
descripción cuantitativa de la realidad social considerada como un todo organizado. A partir de este método se trata
de definir, de delimitar las clases, de especificar las características de los miembros de estas clases, de medir su
importancia o variación.
Se recurre a la estadística como un procedimiento para la descripción y explicación cuantitativa de los hechos sociales
que a la vez son considerados como “cosas”. Este método estadístico implica la recopilación de datos estadísticos
descriptivos, el uso de la técnica del muestreo, la aplicación de modelos matemáticos y el desarrollo de simulaciones
informáticas con el fin de establecer relaciones entre variables independientes, dependientes e intervinientes. En
sociología este método permite medir y controlar cuantitativamente las características de una muestra extraída de un
determinado universo poblacional. Asimismo, posibilita medir y estimar, frecuencias, porcentajes, proporciones,
distribuciones y promedios de las denominadas variables.
La sociología tiene en la estadística un método muy eficaz de manejo del dato sin cuya base resulta inútil todo intento
por establecer tendencias vinculadas al aspecto cuantitativo del hecho, fenómeno o proceso social. La aplicación del
método estadístico resulta lógica y coherente si se considera que todo hecho, fenómeno o proceso social es
cuantificable.
CAPÍTULO 2
AUTORES CLÁSICOS DE LA SOCIOLOGÍA
Filósofo alemán que al sistematizar un cuerpo de ideas filosóficas, económicas, políticas y sociales da lugar a la
conformación del llamado marxismo. Carlos Marx establece una explicación materialista e histórica de la realidad y del
hombre en función de un análisis exhaustivo de la economía, en particular de la esfera de la producción. Para ilustrar
sus afirmaciones teóricas sobre el sistema de explotación que prevalece en el sistema económico capitalista, analiza la
Inglaterra de la segunda mitad del siglo XIX, dicho análisis le permite pasar de una simple descripción del sistema
capitalista hacia una comprensión y explicación profunda de sus leyes, su dinámica y sus perspectivas futuras.
Marx desarrolla una importante labor intelectual con una fuerte influencia de la economía inglesa, el socialismo francés
y la filosofía alemana y plantea una teoría social o una concepción materialista de la historia donde el análisis del
funcionamiento del capitalismo y el papel de la clase obrera se constituyen en los elementos centrales. Pero al margen
de su tarea teórica, desarrolla una ardua y fecunda labor política en favor del movimiento obrero y a la vez promueve la
34
conformación de la Asociación Internacional de Trabajadores que aglutina a varias asociaciones obreras creadas con el
propósito de unir las organizaciones socialistas y comunistas de todo el mundo, las mismas que aspiran acabar con el
sistema capitalista. Fue un filósofo, político, sociólogo y economista, convencido de que no es posible comprender a la
sociedad moderna sin referirse al funcionamiento del sistema económico, ni comprender la evolución del sistema
económico si se descuida la teoría de su funcionamiento (Lenin, 1980)
Carlos Marx nació en Tréveris el 5 de mayo de 1818 y fallece en Londres en 1883. Estudió en el prestigioso Colegio de
los Jesuitas Friedrich Wilhelm y en las universidades de Bonn, Berlín y Jena. Por no contrariar al deseo de su padre
estudia leyes, profesión que nunca le atrajo ejercer y su interés más bien estuvo centralizado en la filosofía,
principalmente en las obras de Spinoza, Leinbniz, Hume y Kant. En 1835, ingresa a la universidad de Bonn,
posteriormente continua sus estudios en la universidad de Berlín y el 15 de abril de 1841, recibe el título de doctor en la
facultad de filosofía de la universidad de Jena con la presentación de una tesis sobre la filosofía de Epicuro.
En 1842, publica un artículo en La Rheinische Zeitung, “La Gaceta Renana”, de Colonia y poco después pasa a ser su
jefe de redacción de este periódico. Las críticas sobre las condiciones económicas, sociales y políticas vertidas en sus
artículos periodísticos lo enemistaron con las autoridades políticas, situación que lo obliga a dejar su puesto en 1843,
poco después el periódico deja de editarse. Entre los artículos más importantes que Marx público en La Gaceta Renana,
existe uno que se refiere a la situación de los campesinos vitivinicultores del valle de Mosela, esta investigación
periodística mostró a Marx que su conocimientos de economía política eran insuficientes, por lo que se dedicó a su
estudio (Lenin, 1980).
En 1843, a mediados de junio, contrae matrimonio con Jenny von Westphalen y en noviembre de este mismo año se
traslada a Paris y publica algunos artículos en la revista “Anales Franco/Alemanes” donde ya se muestra como el
revolucionario que pregona “la crítica despiadada de todo cuando existe” y, en especial “la crítica de las armas”, y que
apela a las “masas” y al “proletariado” (Lenin, 1980). En esta ciudad en 1844, recibe la visita de Federico Engels y en
función de la afinidad de ideas teóricas y políticas comienzan a trabajar juntos en el análisis del sistema capitalista, los
principios del comunismo y en la organización de un movimiento internacional de trabajadores.
En 1845, por sus actividades revolucionarias es obligado a abandonar Paris y se traslada a Bruselas, donde en 1847,
conjuntamente Federico Engels, reciben el encargo de elaborar una declaración de principios que sirva para unificar
todas estas asociaciones e integrarlas en la Liga de los Justos, que más tarde cambia de nombre por la Liga de los
comunistas y adopta la doctrina de Marx y Engels. El programa conocido como el Manifiesto Comunista, fue redactado
por Marx basándose parcialmente en el trabajo preparado por Engels y representa la primera sistematización de la
doctrina del socialismo moderno.
En 1848, poco después de la aparición del Manifiesto, estallan varios procesos revolucionarios en Francia, Alemania y
el Imperio Austriaco, situación que obliga al gobierno belga a expulsar a Marx por el temor de que la corriente
revolucionaria se extienda también por este país. Años más tarde, en 1864, se funda en Londres la famosa I
Internacional, la “Asociación Internacional de los Obreros”, siendo Marx el “alma” de la Asociación, el autor de su
primer “llamamiento” y de un gran número de resoluciones, declaraciones y manifiestos. Según Lenin, el intenso
trabajo en la Internacional y sus ocupaciones teóricas aún más intensas, minaron definitivamente la salud de Marx,
quien continuó trabajando para concluir El Capital, pero su enfermedad le impidió concluir su obra y el 14 de marzo de
1883 se quedó dormido apaciblemente para siempre en su sillón (Riazanof, 1962, Lenin, 1980)
La producción intelectual de Carlos Marx se inaugura con la elaboración de una serie de artículos periodísticos que
fueron publicados en el periódico “Rheinische Zeitung” y en la revista “Anales franco alemanes”. Posteriormente,
redacta numerosos escritos en forma personal o en forma conjunto con Engels, la mayoría dedicado a la difusión del
socialismo y el comunismo.
Como teoría sociología los escritos de Marx se pueden reducir a dos postulados fundamentales: La proposición de que
el factor económico es determinante en la estructura y el desarrollo de la sociedad y que las cosas del mundo, incluida la
sociedad, están sometidas a las leyes de la dialéctica. La combinación de ambas proposiciones se halla expuestas en las
siguientes obras: Manuscritos Económicos y Filosóficos (1844); Tesis sobre Feuerbach (1845); Trabajo Asalariado y
Capital (1849); La Lucha de Clases en Francia (1850); El Dieciocho Brumario de Luís Bonaparte (1851 y 1852);
35
Prólogo a la Contribución la Crítica de la Economía Política (1859); Salario, Precio y Ganancia, (1865); La Llamada
Acumulación Originaria del Capital, Capítulo XXIV, El Capital; La Guerra Civil en Francia (1871) y Critica al
Programa de Ghota (1875)
Según Bottomore (1967), Carlos Marx desarrolla su trabajo intelectual en torno a dos grandes temas interrelacionados
que polarizaron gran parte de su labor intelectual. El primer tema, se orienta al descubrimiento de “la ley económica de
la evolución moderna“, es decir, la “ley de la evolución del capitalismo”. Para ello, escribe los tres libros de “El
Capital”, donde en uno de sus pasajes sostiene “en esta obra estudio el modo de producción capitalista, y las relaciones
de producción e intercambio que le corresponden. A decir de Bootomore, entre otros autores, como Inglaterra es el
lugar clásico de esta producción saco de este país los hechos y los ejemplos principales que sirven de ilustración al
desarrollo de mis tesis”. El segundo gran tema, fue el de los procesos específicos de conflictos de clase. Esta
problemática política la aborda en obras como La luchas de clases en Francia (1850) y La guerra civil en Francia
(1871).
Según Engels, en la primera obra se proclama por vez primera la “fórmula” en la que unánimemente los partidos
obreros de todos los países del mundo condensan su demanda de una transformación económica: La apropiación de los
medios de producción por la sociedad. Asimismo, también se enuncia, por primera vez, la tesis que expresa que el
socialismo obrero moderno se distingue tajantemente de todos los distintos matices del socialismo feudal, burgués,
pequeño burgués, etc., al igual que de la confusa comunidad de bienes del comunismo o socialismo utópico y del
comunismo obrero espontáneo.
Marx pretendía descubrir la estructura y el funcionamiento de los sistemas de producción a través de la dinámica
histórica generada por los antagonismos y conflictos de clase que engendraban. Sus distintos estudios históricos
filosóficos, políticos y económicos se incrustaban mutuamente, proporcionando las diferentes piezas y materiales que
podían conducir a la explicación global que aspiraba construir. Todo ello, era contemplado por Marx, no desde una
óptica neutra y pasiva, sino desde una perspectiva crítica, política e ideológica enmarcada en el materialismo dialéctico
e histórico. Marx pensaba que la sociedad no debe ser considerada como un ente abstracto al margen del individuo, pues
entendía a los individuos como seres sociales que desarrollan su verdadera naturaleza en la sociedad. Bajo esta
perspectiva marxista, la sociedad era vista como el marco en el que se producían las interacciones sociales, y las más
importantes de estas, para Carlos Marx, eran las que tenían lugar en la esfera de la organización de la producción
material (Gemkow, 1975).
Por su parte, Tezanos (2006), sostiene que en el pensamiento de este filósofo alemán es posible distinguir cinco
postulados básicos: 1) El carácter central de las relaciones de producción; 2) La dialéctica de interacción entre la
infraestructura socio/económica y la superestructura jurídico/política; 3) La dialéctica entre realidad social y conciencia
social; 4) La dialéctica de las contradicciones, conflictos o cambios, en la que las revoluciones son vistas como
expresión de las necesidades de ajuste de los sistemas sociales, una vez que se llega a un punto crítico de ruptura y 5)
La perspectiva de evolución social en la historia humana a partir de una tipología básica de los cuatro grandes modos de
producción (el asiático, el antiguo, el feudal y el burgués)
Teórico socialista alemán que conjuntamente con Marx elabora y desarrolla el llamado “socialismo científico” sobre la
base de la concepción materialista de la historia. Sus estudios teóricos y su experiencia vivida lo conducen al
convencimiento de que la historia sólo podía explicarse a partir del desarrollo económico de la sociedad. Sostiene que
las calamidades sociales de su tiempo eran el resultado inevitable de la aparición del sistema económico capitalista y
que únicamente podría eliminarse este sistema a través de la lucha de clases y, consecuentemente, con la revolución
social que culminaría en la conformación de una sociedad comunista.
Al margen de su labor intelectual tuvo un conocimiento directo acerca de las condiciones de vida y de trabajo que
prevalecían en los trabajadores, debido a que trabajó entre 1842 y 1844 en una fábrica de tejidos que su padre poseía en
la ciudad inglesa de Manchester. En función de esta realidad vivida o experimentada, como bien lo expresa Lenin
(1980), “Engels fue el primero en afirmar que el proletariado no es sólo una clase que sufre, sino que la vergonzosa
situación económica en que se encuentra lo impulsa inconteniblemente hacia delante y lo obliga a luchar por su
emancipación definitiva”. Más adelante, Lenin puntualiza “fue también el más notable científico y maestro del
proletariado contemporáneo de todo el mundo civilizado”.
36
2.2.1 Aspectos biográficos
Federico Engels nace en 1820 en la ciudad de Barmen y fallece en Londres en 1895. Pensador, economista y político
alemán, fundador conjuntamente con Marx, de un conjunto de ideas filosóficas, económicas, políticas y sociales que se
conocen como materialismo dialéctico, materialismo histórico, economía política y socialismo científico. Desde muy
joven estuvo influenciado por los trabajos del poeta alemán Heinrich Heine y por las ideas del filósofo alemán Georg
Wilhelm Friedrich Hegel.
En 1839, empieza a redactar artículos literarios y filosóficos y en 1842, se hace partidario de las ideas comunistas
gracias al socialista alemán Moses Hess, por esta misma época conoce a Marx con quien elabora numerosas obras y
desarrolla una ardua labor política.
Entre 1842 y 1844, tiene contactos con el movimiento obrero inglés y realiza estudios de economía política llegando al
convencimiento “de que la historia sólo podía explicarse sobre la base del desarrollo económico de la sociedad y que los
males sociales de su tiempo eran resultado de la propiedad privada y sólo podrían eliminarse mediante la lucha de clases
que conduciría inevitablemente a un Estado Comunista”, estas ideas son expuestas en su obra “La situación de la clase
obrera en Inglaterra”. En 1844, Engels entra en contacto directo con Marx, quien también había publicado una serie de
escritos que simpatizaban con el movimiento obrero y el comunismo. Ambos filósofos alemanes descubren que habían
llegado por caminos separados a similares conclusiones, por lo que deciden trabajar conjuntamente.
A decir de Lenin (1980, p. 50), “Marx y Engels fueron los primeros en demostrar que la clase obrera, con sus
reivindicaciones, es el resultado necesario del sistema económico actual que, con la burguesía, crea y organiza
inevitablemente al proletariado. Demostraron que la humanidad se verá liberada de las calamidades que la azotan
actualmente, no por los esfuerzos bienintencionados de algunas nobles personalidades, sino por la lucha de clase del
proletariado organizado. Asimismo, fueron los primeros en esclarecer en sus obras científicas que el socialismo no es
una invención de soñadores, sino la meta final y el resultado inevitable del desarrollo de las fuerzas productivas dentro
de la sociedad contemporánea.”
En Paris, bajo la influencia de los socialistas franceses y de la vida en Francia, Marx y Engels se hacen socialistas y
escriben la obra “La sagrada familia, o Crítica de la crítica crítica”, donde realizan una sátira a los hermanos Baur que
calificaban desdeñosamente al proletariado como una masa sin espíritu crítico. La colaboración entre ambos se prolonga
hasta la muerte de Marx en 1883 y se lleva a cabo en dos sentidos, por un lado, realizan la exposición sistemática de los
principios del comunismo, conocido más tarde como marxismo y, por otro lado, organizan un movimiento comunista
internacional.37
De 1845 a 1847, Engels vive en Bruselas y Paris, alternando sus estudios teóricos con su vinculación práctica con
obreros alemanes residentes en estas ciudades, conjuntamente Marx se relacionan con una asociación clandestina
alemana la “Liga de los Comunistas” que les encarga la exposición de los principios fundamentales del socialismo, así
surge el famoso “Manifiesto Comunista” en 1848. En palabras de Lenin, “este librito vale por tomos enteros: inspira y
anima, aún hoy, a todo el proletariado organizado y combatiente del mundo civilizado”.
Después de la revolución de 1848 que estalla primero en Francia y luego se extiende a otros países europeos, Marx y
Engels retornan a Prusia donde asumen la dirección de la “Nueva Gaceta Renana”, que luego de un periodo
revolucionario y el triunfo de las fuerzas de reacción fue nuevamente clausurada, Marx fue expulsado del país y Engels
participa de tres batallas, pero una vez derrotada de la revolución se refugia en Suiza, desde donde llega a Londres.
Hasta 1870, Engels vive en Manchester y Marx en Londres, situación que no impide su permanente contacto, “se
escribían a diario”, intercambian opiniones y comentarios y continúan elaborando el socialismo científico.
En 1870, se traslada a Londres y hasta la muerte de Marx, ambos filósofos desarrollan una vida intelectual compartida,
fruto de esta labor se tiene a las siguientes obras: La Sagrada Familia (1845); La ideología Alemana (1845); Feuerbach.
Oposición entre las Concepciones Materialistas e Idealistas (1846) y el Manifiesto del Partido Comunista (1848).
Además de contribuir con estas sus obras a la teoría del marxismo, Engels participa activamente en la conformación del
movimiento revolucionario europeo de su época y la creación en 1864 del Consejo General de la Asociación
37
Engels, Friedrich, Encyclopedia Microsoft® Encarta® 98 © 1993-1997 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
37
Internacional de los Trabajadores o Primera Internacional Comunista e indirectamente participa a través del diseño de
programas y políticas de la creación de la Segunda Internacional en 1889. 38
Marx muere sin haber podido redactar en forma definitiva su obra sobre El Capital, solamente había concluido un
borrador. Después de este deceso, en 1883 Engels sistematiza esta serie de notas y borradores para posteriormente
redactar, el segundo y tercer volumen de El Capital.
En 1885, edita el segundo volumen y en 1894 el tercer volumen, no tuvo tiempo de redactar el cuarto volumen. A decir
de Lenin con la elaboración de estos volúmenes, Engels erigió a su genial amigo un monumento majestuoso en el cual,
involuntariamente, grabó también con trazos indelebles su propio nombre. En efecto, esos dos tomos de El Capital son
la obra de los dos alemanes; Marx y Engels. Más adelante Lenin, puntualiza “siempre, y por supuesto, con toda justicia,
Engels se posponía a Marx. Al lado de Marx, escribió Engels a un viejo amigo suyo, siempre toque el segundo violín”.
La contribución personal de Federico Engels a la exposición teórica del marxismo incluye los siguientes trabajos: La
Situación de la Clase Obrera en Inglaterra (1844); Principios de Comunismo (1847); Sobre la Acción Política de la
Clase Obrera (1871); Contribución al Problema de la Vivienda (1873); Anti-Dühring (1878); Del Socialismo Utópico al
Socialismo Científico (1880); Dialéctica de la Naturaleza (1883); El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el
Estado (1884); El Papel de la Violencia en la Historia (1888) y El Problema Campesino en Francia y Alemania (1894).
Se dice que el destino y el pensamiento de Engels se encuentran vinculados al de Marx debido a que la obra teórica y
práctica que ambos filósofos elaboraron se convirtió en algo común. En palabras de Lenin (1980), Marx y Engels
“fueron los primeros en esclarecer en sus obras científicas que el socialismo no es una invención de soñadores, sino la
meta y el resultado inevitable del desarrollo de las fuerzas productivas dentro de la sociedad contemporánea”.
La obra escrita por Engels sobre “La situación de la clase obrera en Inglaterra”, describe de modo objetivo y sistemático
las penurias que sufría el proletariado inglés. Según Lenin, ni antes de 1845, ni después, ha aparecido una descripción
tan brillante y veraz de los padecimientos que sufre la clase obrera. Esta obra se constituye en una terrible acusación
contra el capitalismo y la burguesía. Posteriormente, en una serie de obras, escritas de manera personal o conjuntamente
con Marx, analiza los complejos fenómenos de la economía capitalista y la necesidad inevitable de su extinción a través
de la lucha política de la clase obrera.
Durkheim rompe con las corrientes de pensamiento dominantes de su época y plantea un tipo de sociología sobre la
base del análisis de los hechos sociales, el desarrollo y uso de este concepto se constituye en el núcleo central de la
sociología en Durkheim. Es considerado como el fundador de la escuela francesa de sociología, seguidor de Augusto
Comte a quien le atribuye la constitución de la sociología.
Sus principales ideas que dieron lugar a corrientes sociológicas como el funcionalismo y el estructuralismo sostienen
que es la sociedad la que determina los modos de actuar y de pensar de las personas, es decir, que la sociedad produce
caminos de acción, de pensar, de sentir, que no controlamos, coactivos, que nos gobiernan sin que nos demos cuenta
(Lafforgue, 2001). Su preocupación central es responder la siguiente interrogante ¿Cómo asegurar la cohesión, el orden
en una sociedad compleja, industrial, dinámica, en donde los lazos tradicionales, dados por la religión y la costumbre,
que ataban al individuo con su comunidad y su autoridad estaban definitivamente rotos? Si bien sus preocupaciones
teóricas en torno a este interrogante fueron consideradas como conservadoras, en su época fue considerado como un
gran liberal.
A decir de Durkheim para explicar el desarrollo y la preservación de la sociedad se debe tomar en cuenta tres factores:
La densidad de la población, el desarrollo de las vías de comunicación y la conciencia colectiva. Asimismo, considera a
la religión como uno de los aspectos más importantes de la vida social.
38
La Asociación Internacional de Trabajadores, aspiraba a acabar con el sistema capitalista y tuvo como su figura predominante a Carlos Marx quien
redactó los estatutos y emitió el discurso inaugural..
38
2.3.1. Datos bibliográficos
Emile Durkheim es considerado el maestro indiscutible de la sociología francesa, nace el 15 de abril de 1858 en Epinal,
Francia y fallece quebrado por el dolor que le produjo la muerte de su hijo en la Primera Guerra Mundial, un 15 de
noviembre de 1917. Descendía de una larga estirpe de rabinos e inicialmente realiza estudios para convertirse en rabino,
pero al llegar a la adolescencia rechaza esta herencia religiosa y abraza el agnosticismo. Por ello, el interés que mantuvo
en su vida por la religión fue más académico que teológico.
En 1882 se gradúa en la Escuela Normal Superior de Paris, posteriormente trabaja como profesor de derecho y filosofía.
Pero al margen de su formación académica en estas disciplinas científicas, tiene un amplio conocimiento en economía,
sociología, folklore y antropología cultural.
Entre 1882 y 1887, enseña filosofía en varios institutos de la región de Paris, en 1896, funda la principal revista
sociológica francesa el “Année Sociologique” y a partir de 1887, comienza a enseñar sociología, fue nombrado profesor
en la Universidad de Burdeos e imparte el primer curso de ciencia social en una universidad francesa.
En 1893, publica su tesis doctoral, “La división del trabajo social”, en 1902 fue nombrado profesor de la famosa
Universidad Francesa La Sorbonne y en 1906 es designado profesor de Ciencias de la Educación, denominación que se
modifica en 1913 por la denominación Ciencias de la Educación y Sociología.
Durkheim fue uno de los pioneros del desarrollo de la sociología moderna y reconoce en Augusto Comte a su maestro,
de este filósofo toma el interés positivista por el empirismo y la importancia del grupo en la determinación de la
conducta humana. Su formación teórica fue básicamente filosófica, fuertemente influenciado por el “positivismo
comteano”, por el “evolucionismo spenceriano” y la “tradición jurídica francesa” de Montesquieu y Tocqueville.
Durkheim fue un sociólogo y un sociólogo científico, no solamente por ser profesor de sociología sino porque
fundamentalmente defiende la autonomía científica de la sociología y la aplicación del método científico al estudio de
los fenómenos sociales. Se constituye en un autor fundamental que ha contribuido a la institucionalización de la
sociología como disciplina científica y autónoma en función de dos aspectos fundamentales, por un lado, ha permitido
delimitar el objeto de estudio de la sociología y, por otro lado, ha posibilitado establecer una metodología adecuada para
el análisis sociológico.
Durkheim era políticamente liberal, pero intelectualmente adopta una tendencia conservadora, al igual que Comte y los
contrarrevolucionarios católicos, temía y rechaza el desorden social. Por ello, el tema central de su obra fue los
desórdenes sociales que provocaron la revolución francesa y la revolución industrial: Conflictos laborales,
derrocamiento de la clase dominante, divorcio entre la iglesia y el Estado y el nacimiento del antisemitismo político. 39
Gran parte de su obra está dedicada al estudio del orden social y considera que los desórdenes sociales no constituyen
parte necesaria del mundo moderno y pueden solucionarse introduciendo reformas sociales. Mientras que Marx
consideraba que los problemas sociales del mundo moderno eran inherentes a la sociedad, Durkheim y la mayoría de los
pensadores clásicos no estaban de acuerdo con estas ideas. Es en este sentido, que las ideas de Marx sobre la necesidad
de la revolución social contrastaban radicalmente con las ideas reformistas de Durkheim. Por ello, a medida que la
teoría sociológica clásica se desarrolla predomina el interés durkheimiano por el orden y la reforma, en contraposición
se apaga la postura marxista que plantea el conflicto y la revolución social
Durkheim muestra interés por el socialismo, pero con una visión muy diferente al pensamiento de Marx y Engels. Para
Durkheim el socialismo representaba un movimiento encaminado hacia la regeneración moral de la sociedad por medio
de la moralidad científica, por ello no tuvo interés alguno por los métodos políticos o los aspectos económicos del
39
Antisemitismo, movimiento, actitud o doctrina en contra de la religión y cultura del pueblo judío. El término designa las conductas de quienes
proponen la discriminación hacia los judíos en general, pero se incluye a aquellos pueblos que hablan lenguas semíticas como el árabe y el hebreo. El
término semita, aplicado en un principio a todos los descendientes de Sem, hace referencia a un grupo de pueblos del Suroeste asiático que engloba
tanto a los judíos como a los árabes. Posteriormente, el término antisemitismo, que surgió hacia 1879, designó la hostilidad exclusiva hacia los judíos
basándose en aspectos etnológicos y no religiosos.
39
socialismo. Asimismo, no considera al proletariado como la “salvación de la sociedad” y se oponía radicalmente a la
agitación y la violencia social.
El pensamiento de Durkheim en sus dos primeras obras revela características de los sociólogos enciclopédicos, Comte,
Spencer, Montesquieu y Tocqueville, pero a partir de 1895, fecha en que pública “Las reglas del método sociológico”,
adopta una posición más “analítica”, manteniendo la tradición positivista de Comte y el análisis funcionalista de
Spencer.
Durkheim, pensaba que los métodos científicos debían aplicarse al estudio de la sociedad y creía que los grupos sociales
presentaban características que iban más allá de la suma de las características o conductas de los individuos. Estudia la
base de la estabilidad social, es decir, los valores compartidos por una sociedad, como la moralidad y la religión. En su
opinión, estos valores, que conforman la conciencia colectiva son los vínculos de cohesión que mantienen el orden
social. Sostiene que la desaparición de estos valores conduce a una pérdida de estabilidad social o anomia y a
sentimientos de ansiedad e insatisfacción en los individuos. Estas nociones sobre la realidad social se hallan en su
producción intelectual conformada por las siguientes obras: Estudio sobre Montesquieu, tesis en latín; La División del
Trabajo en la Sociedad, tesis doctoral escrita en 1887 y publicada en 1893; Las Reglas del Método Sociológico (1895);
El Suicidio (1897); Representaciones Colectivas e Individuales (1899); Juicios de Realidad y Juicios de Valor (1911);
Las Formas Elementales de la Vida Religiosa (1912); Educación y Sociología (1992); Sociología y Filosofía (1924); La
Educación Moral y El Socialismo (1928).
La División del trabajo en la sociedad (1893), es la primera obra sociología de Durkheim y trata sobre la solidaridad
social. Esta obra es considerada como el estudio más importante sobre la historia de la sociología y tiene el propósito de
abordar el nacimiento del mundo moderno a través de los conceptos de división del trabajo y derecho represivo. La
estructura de esta obra se halla dividida en una introducción y tres libros: En la introducción hace referencia al problema
objeto de investigación, en el libro primero, analiza la función de la división del trabajo, el libro segundo hace
referencia a las causas y las condiciones de la división del trabajo y el libro tercero establece las formas anormales de la
división del trabajo.
Durkheim parte de la idea de que la división social del trabajo es una ley histórica que no solamente corresponde al
ámbito económico sino que tiene una influencia creciente en los diferentes ámbitos de la sociedad. Por ello, sostiene
que la división social del trabajo al mismo tiempo que es una ley de la naturaleza, es también una regla moral de la
conducta humana, ya que se impone como una mandato moral que se expresa en la sociedad como algo inherente: La
especialización. En función de estas consideraciones teóricas se formulan las siguientes interrogantes ¿Para qué sirve y
de qué depende la división social del trabajo? Con el afán de responder dichas interrogantes, primero analiza la función
de la división social del trabajo, es decir, trata de responder a qué necesidades sociales responde, después investiga
cuáles son las causas y de qué condiciones depende y, por último, trata de clasificar las principales formas anormales
que presenta para evitar que se confunda con otras.
En su análisis sociológico recurre al concepto de “función” y sostiene que “preguntarse cuál es la función de la división
del trabajo, significa investigar a qué necesidad corresponde”. Según Durkheim la división del trabajo responde a
ciertas necesidades morales, las cuales al ser reglas de acción que se imponen imperativamente a la conducta humana
conllevan necesariamente una sanción. Esta argumentación conduce a Durkheim a sostener que verdadera función de la
división del trabajo es “crear entre dos o más personas un sentimiento de solidaridad”. En consecuencia, a decir de
Durkheim “la división del trabajo es la fuente sino la única, al menos la principal de la solidaridad social y ésta es la que
hace posible la vida social”.
Durkheim sostienen que la solidaridad social se presenta como un “hecho interno”, casi un sentimiento, que no es
directamente observable, por ello hay que recurrir a un “hecho exterior” que lo simbolice, siendo este “hecho o símbolo
visible” el Derecho. En función de esta idea Durkheim comienza a desarrollar su teoría que se expresa en dos hipótesis:
la una expresa, cuanto más solidarios son los miembros de una sociedad, más relaciones diversas sostienen, sea entre sí,
sea con el grupo tomado colectivamente y, la otra, el número de esas relaciones es necesariamente proporcional al de las
reglas jurídicas que las determinan.
40
Ambas hipótesis conducen al problema de la cohesión, como forma de garantizar la solidaridad. Al respecto, sostiene
que “lo que existe y vive realmente son las formas particulares de solidaridad: La solidaridad doméstica, la solidaridad
profesional, la solidaridad nacional, la solidaridad del pasado, la solidaridad del presente, etc.” Según Durkheim, cada
una de estas “solidaridades” tiene su propia naturaleza y por ser “formas” y “formas morales” su estudio corresponde a
la sociología.
Otro concepto clave en su teoría social es el de “conciencia colectiva” que es definida como “el conjunto de creencias y
de sentimientos comunes al término medio de los miembros de una misma sociedad y que forma un sistema
determinado que tiene vida propia”. En esta directriz analítica, sostiene que la solidaridad social une directamente al
individuo con la sociedad, a la conciencia individual con la conciencia colectiva y que cuando esta solidaridad está
basada en las semejanzas de los individuos se constituye en una solidaridad mecánica y, en cambio, cuando se basa en
la desigualdad de los individuos se trata de una solidaridad orgánica.
Durkheim, comparando sociedades arcaicas y adelantadas, sostiene que las primeras se caracterizan por la solidaridad
mecánica y las segundas por la solidaridad orgánica. La solidaridad mecánica tiene sus raíces en la igualdad de los
miembros individúales de una sociedad y la solidaridad orgánica en su desigualdad. El contraste entre estos dos tipos de
sociedad, uno mecánico y el otro orgánico, sirve de fondo para el estudio de los fenómenos colectivos. Señala que en las
sociedades donde la solidaridad es mecánica, existen fuertes estados de conciencia colectiva que al ser resultado de
similitudes humanas, su fuerza e independencia son mayores cuanto más pronunciadas son las analogías entre los
individuos de la sociedad. Por otro lado, puntualiza que la solidaridad orgánica surge cuando se desarrolla la división
del trabajo y la consiguiente diferenciación entre los hombres que produce una interdependencia creciente en la
sociedad que se refleja en la mentalidad y en la moral humana y en el hecho de la solidaridad orgánica misma. Al
aumentar esta última, disminuye la importancia de la conciencia colectiva.
En función de ello, Durkheim sostiene que “la división del trabajo social desempeña cada vez más el rol que
antiguamente cumplía la conciencia común”. Así, sostiene Durkheim, se llega a una ley de la historia: “La solidaridad
mecánica, en primer momento, sola o casi tanto, pierde progresivamente terreno y la solidaridad orgánica se vuelve
poco a poco preponderante”.
Según Durkheim, “la vida social deriva de una doble fuente: La similitud de conciencias y la división del trabajo
social”. En el primer caso, el individuo esta socializado, porque, no teniendo individualidad propia se confunde así con
sus semejantes en el seno de un mismo tipo colectivo. En el segundo caso, porque teniendo una fisonomía y una
actividad personal que los distinguen de los otros, depende de ellos en la misma medida en que se distingue de ellos y
en consecuencia de la sociedad que resulta de su unión. A decir de este autor, los dispositivos que provocan la división
del trabajo son dos: 1) El volumen del grupo, es decir, el incremento en la cantidad de las personas que necesariamente
llevan a una mayor diferenciación social. La consecuencia es una mayor especialización y con ello una mayor división
del trabajo social y 2) la densidad del grupo, es decir, la unidad material, cantidad de contactos, y la densidad moral,
cohesión social.
Las Reglas del método sociológico (1895), es su segunda obra importante, en ella elabora un discurso del método,
presenta un nuevo concepto de la conciencia colectiva y analiza a los denominados hechos sociales.40 Esta obra tiene el
propósito de extender el racionalismo científico a la comprensión de la conducta humana, es decir, parte de la premisa
de que la conducta humana se la puede y debe explicar bajo la relación causa/efecto. La estructura de la obra consta de
un prefacio, una introducción, seis capítulos y las conclusiones. Capítulo I, ¿Qué es un Hecho Social? (Definir el objeto
de estudio o de investigación de la sociología); Capítulo II, Reglas relacionadas con la observación de los hechos
sociales (Eliminar prenociones y prejuicios); Capítulo III, Reglas relacionadas con la distinción entre lo patológico y lo
normal (Descripción de tipos normales); Capítulo IV, Reglas relacionadas con la constitución de los tipos ideales.
(Constitución de géneros y especies); Capítulo V, Reglas relacionadas con la explicación de los hechos sociales.
(Investigación comparativa y causal) y Capítulo VI, Reglas relacionadas con la administración de la prueba (Tentativa
de formular leyes generales y particulares).
En el primer capítulo, ¿qué es un hecho social?, señala que responder esta interrogante supone definir claramente lo que
es un hecho social y que para ello resulta indispensable saber cuáles son los fenómenos que se consideran como hechos
sociales. Esto implica diferenciar ciertos hechos psicológicos, físicos y biológicos de los hechos estrictamente sociales.
En “La división del trabajo en la sociedad”, dice que la conciencia colectiva está compuesta por las representaciones y sentimientos del hombre
40
medio que forma la mayoría del grupo. En cambio, en “Las reglas del método sociológico, señala que las analogías mentales y emocionales de la
mayoría nacen de la presión que ejerce sobre cada uno de ellos la conciencia colectiva.
41
A partir de esta diferenciación, señala “llamamos hecho social a todo modo de hacer, fijo o no, que puede ejercer sobre
el individuo una imposición exterior; o también, que es general en la extensión de una sociedad dada, al mismo tiempo
que posee existencia propia, independiente de sus manifestaciones individuales”.
En el segundo capítulo, en función de la definición del hecho social, intenta establecer ciertas reglas relacionadas con la
observación de los hechos sociales. Durkheim fija la primera regla “considerar a los hechos sociales como cosas que
solamente se realizan a través de los hombres y que son resultado de la actividad humana”. “Tratar los fenómenos
sociales como cosas, es tratarlos en calidad de “dato” que constituye el punto de partida de la ciencia y es cosa todo lo
dado, todo lo que se ofrece o, más bien se impone a la observación: El fenómeno del comportamiento humano”. Por
consiguiente, plantea que se debe considerar a los “hechos sociales en sí mismos, separados de los sujetos conscientes
que se los representan, es necesario estudiarlos desde afuera, como cosas exteriores, pues con ese carácter se presenta a
nosotros”.
En este acápite plantea tres corolarios41 precedentes a la formulación de las reglas principales del método: 1) El primer
corolario expresamente señala que es necesario desechar sistemáticamente todas las prenociones; 2) En este corolario se
expresa que la regla anterior es totalmente negativa. Enseña al sociólogo a evitar el dominio de las ideas vulgares, para
dirigir su atención a los hechos, pero no dice de qué modo debe aprender los hechos para realizar su estudio objetivo.
De ahí que señala que toda investigación científica se refiere a un grupo determinado de fenómenos que responden a
una misma definición, entonces la primera actividad del sociólogo debe ser la definición de las cosas que él investiga, a
fin de que se sepa, y se sepa bien, a que se refiere.
En función de estas consideraciones plantea la siguiente regla “no tomar jamás como objeto de las investigaciones sino
un grupo de fenómenos definidos previamente por ciertos caracteres exteriores que les son comunes e incluir en la
misma investigación a todos los que responden a esta definición” y 3) En este corolario se dice que la sensación
fácilmente tiene un carácter subjetivo. En tal sentido, el sociólogo debe desechar valoraciones subjetivas y analizar los
caracteres exteriores de los hechos sociales con la mayor objetividad posible. Por lo tanto, en el análisis de los hechos
sociales “debe esforzarse por abordarlos desde un ángulo en que se presenten aislados de sus manifestaciones
individuales”.
En el tercer capítulo, reglas relacionadas con la distinción entre lo normal y lo patológico, advirtiendo que el método de
la observación puede confundir entre “lo que debe ser” y “lo que puede ser de otra manera”, establece las reglas
relativas a la distinción entre lo normal y lo patológico. Para ello, sostiene que es necesario encontrar algún signo
exterior inmediatamente perceptible y objetivo que pueda lograr distinguir entre ambos órdenes de hechos. Durkheim
llama normales a los hechos que exhiben las formas más generales y asigna a las restantes el nombre de anormal o
patológico, en función de este análisis formula tres reglas: 1) Un hecho es normal para un tipo social determinado,
considerado en una fase determinada de su desarrollo cuando se manifiesta en la medida de las sociedades de esta
especie, consideradas en la fase correspondiente de su evolución; 2) Es posible verificar los resultados del método
anterior demostrando que la generalidad del fenómeno se ajusta a las condiciones generales de la vida colectiva en el
tipo social considerado y 3) Esta verificación es necesaria, cuando el hecho se relaciona con una especie social que aún
no, ha cumplido su evolución integral.
En el cuarto capítulo, reglas relacionadas con la constitución de los tipos sociales, parte del supuesto que solamente se
puede calificar de normal o anormal un determinado hecho social sólo en relación con una especie social determinada,
por ello es necesario establecer clasificaciones y constitución de especies. En función de ello, formula el principio de la
clasificación que se enuncia de la siguiente forma “se comenzará por clasificar a las sociedades de acuerdo con el grado
de composición que exhiben, adoptando como base la sociedad perfectamente simple o de segmento único; en el seno
de estas clases, se distinguirán diferentes variedades, según se produzca o no una coalescencia total de los segmentos
iniciales”.
En el quinto capítulo, reglas acerca de la explicación de los hechos sociales, se advierte la tendencia funcionalista en la
explicación de los hechos sociales. Al respecto, Durkheim dice “que cuando se intenta explicar un hecho social es
necesario investigar separadamente la causa eficiente que lo produce y, la función que cumple”. Asimismo, sostiene que
es preciso “determinar si hay correspondencia entre el hecho considerado y las necesidades generales del organismo
social y en que consiste esta correspondencia, sin preocuparnos de saber si la misma fue intencional o no”.
41
Proposición que se infiere de lo demostrado
42
Según Durkheim es necesario buscar la causa de un fenómeno social antes de intentar la determinación de los efectos,
pero además de ello también es necesario hallar el papel que cumple en la afirmación de la armonía general. De esta
manera, llega a la siguiente regla “debe buscarse la causa determinante de un hecho social entre los hechos sociales
antecedentes, y no entre los estados de la conciencia individual. Por otra parte, es fácil advertir que todo lo anterior se
aplica a la determinación de la función, tanto como a la de la causa: La función de un hecho social sólo puede ser social,
es decir, consiste en la producción de efectos sociales útiles. Indudablemente, puede ocurrir, y así es a veces, que como
por contragolpe es útil también para el individuo. Pero este resultado feliz no es su razón de ser inmediata. Por lo tanto,
podemos completar la proposición anterior afirmando lo siguiente: La función de un hecho social debe ser buscada
siempre en la relación que mantiene con cierto fin social”.
En el sexto capítulo, reglas relacionadas con la administración de la prueba, señala que “sólo existe un medio de
demostrar que un fenómeno es causa de otro, y consiste en comparar los casos en que se presentan o faltan
simultáneamente, y establecer si las variaciones que se exhiben en estas combinaciones de circunstancias atestiguan que
uno depende del otro”. Al respecto, señala que cuando es posible reproducirlos artificialmente de acuerdo a la voluntad
del observador se habla del método de la experimentación, pero cuando esta situación no es posible, el método utilizado
es el de la experimentación indirecta o método comparado, Durkheim señala que este método consiste en relacionar o
contrastar a través de la observación dos o más fenómenos con el propósito de deducir diferencias o establecer
relaciones causales. Asimismo, expresa que el único método adecuado para la sociología es el método comparativo y
que el método de las variaciones concomitantes es el instrumento por excelencia de las investigaciones sociológicas. Sin
embargo, aclara que para que este método tenga un criterio científico es necesario tomar como base de las
comparaciones realizadas la siguiente proposición “a un mismo efecto corresponde siempre una misma causa”. Al
respecto, para ilustrar su planteamiento señala que si “el suicidio depende de más de una causa, ello responde al hecho
de que, en realidad, hay varias clases de suicidios”. Con relación al método comparativo señala que “no es posible
explicar un hecho social de cierta complejidad si no se sigue su desarrollo integral en todas sus especies sociales”. Para
concluir, señala que “la sociología comparada no es una rama especial de la sociología; es la sociología misma, en tanto
que cesa de ser meramente descriptiva y aspira a explicar los hechos”.
En su acápite referido a las conclusiones, expresa que son tres los caracteres o principios del método sociológico que
plantea: En primer lugar, sostiene que es independiente de toda filosofía y que lo único que reclama es que el principio
de causalidad se aplique a todos los fenómenos sociales, es decir, que la ley de la causalidad verificada en el campo
social se reconozca también valida en el campo del mundo social. En segundo lugar, declara que su método es objetivo,
se subordina a la idea de que los hechos sociales son cosas, y deben ser tratados como tales. En tercer lugar, plantea que
su método es exclusivamente sociológico, considerando que la sociología no es el anexo de otra ciencia sino que tiene
un carácter diferenciado, autónomo y con una personalidad independiente.
La extensa monografía de Durkheim acerca de El Suicidio (1897), señala que la felicidad del ser humano no es posible
si éste exige más de lo que puede obtener, si el hombre se plantea fines inaccesibles cae en la decepción. Esta obra a
partir de esta idea contiene la teoría de la coacción social, la misma que se halla estrechamente vinculada con sus ideas
sobre la conciencia colectiva. Este estudio sociológico está destinado a comprobar que un fenómeno considerado como
simplemente individual puede explicarse como un hecho social fuertemente influenciado por el grado de integración
social a ciertas instituciones sociales como ser la familia, la religión y la economía. En esta obra, a partir de las nociones
estadísticas de Quételet, investiga los índices del suicidio en diferentes segmentos de la población europea, emplea su
análisis estadístico para dos fines: Primero para refutar las teorías que pretenden explicar las variaciones del grupo en el
número de suicidios a partir de factores psicológicos, biológicos, raciales, genéticos o geográficos, en lo que tuvo
notable éxito y, segundo, para apoyar con pruebas empíricas su propia explicación teórica sociológica.
Durkheim llega a la conclusión de que los diferentes índices de suicidios son consecuencias de las diferencias en la
estructura social, especialmente de las diferencias en el grado y tipo de solidaridad social. Así, el suicidio egoísta,
producto de una integración de grupo relativamente débil, prevalece en aquellos grupos en que se manifiesta la falta de
cohesión social, por ejemplo, entre los cebiles y los protestantes y el suicidio anómico, inducido por el trastorno de las
normas sociales, sería estimulado por los cambios súbitos característicos de los tiempos modernos. Demostró
claramente que la solidaridad social puede inducir al suicidio, como lo revela su tercer tipo, el suicidio altruista que se
manifiesta en índices elevados en ciertas sociedades primitivas y en algunos ejércitos modernos. En el cuarto tipo de
suicidio, el fatalista, sostiene que éste se produce debido a que el individuo siente que su vida no tiene sentido, siendo el
casi típico el suicidio de un esclavo. Esta obra es citada con frecuencia como un hito fundamental en el estudio de la
sociedad en función de la unión de la teoría conceptual y la investigación empírica. Por ello, se dice que la mayor
importancia de este estudio radica en el hecho de demostrar la función de la teoría sociológica en la ciencia empírica.
43
Cuadro Nº 1
Tipos de suicidios
Sociólogo y economista alemán que se opuso a la concepción marxista que considera a los fenómenos religiosos y
culturales como parte de una superestructura que depende de una estructura económica. A diferencia de esta posición
“economicista”, Weber en su obra más importante “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” sostiene que la
aparición y el desarrollo del capitalismo en algunos países de Europa, se explica por la ética calvinista que ve en el
“éxito económico” una prueba de la gracia de Dios.
Weber afirma que toda acción humana tiene un significado debido a que tiene el propósito de influir en las acciones de
otra u otras personas. Sostiene que esta acción que la denomina como social tienen una connotación valorativa dirigida
hacia fines concretos, subjetivamente deseados, en virtud de tener un por qué o motivación y un para qué o finalidad. A
partir de estas proposiciones Weber afirma que si se quiere explicar la vida social, se debe entender, describir y explicar
creencias, intenciones, valores y significados, es decir, se debe comprender el mundo simbólico o los factores subjetivos
que intervienen en el comportamiento individual. Asimismo, se opone a la idea positivista de que a una causa le sigue
un determinado efecto y sostiene que la esencia crítica sociológica consiste en analizar la diversidad de causas de un
fenómeno y luego establecer el grado de influencia de cada una de ellas, pero tomando en cuenta que dicha influencia es
siempre provisoria.
Max Weber nace el 21 de Abril de 1864 en Erfurt, Prusia y fallece en Munich el 14 de Junio de 1920. Estudia derecho y
economía en las universidades de Heidelberg, Berlín y Gotinga. En 1895, dicta cátedra de Economía Política en la
Universidad de Friburgo y un año después pasa a la Universidad de Heidelberg. Sin embargo, una grave enfermedad
nerviosa lo lleva a abandonar la cátedra universitaria en 1900, actividad que será retomada en 1918. Dirige la influyente
revista alemana “Archiv für sozialwisseuschaft und socialpolitil”, donde publica sus más celebres artículos, estudios y
ensayos en los que delimita su concepción del método básico o “ideas tipo” que rige la racionalización de los
comportamientos sociales. También colabora con numerosos artículos de prensa e interviene activamente en la política
como miembro del partido liberal nacional. Protesta contra la guerra submarina durante la Primera Guerra Mundial y
propugna la negociación de la paz. Tras el fin de la guerra participa en la elaboración de una nueva constitución
Alemana.
Weber fue economista, historiador, sociólogo y filósofo y desde una perspectiva estrictamente científica efectuó un
análisis sistemático de la historia mundial y del desarrollo de la civilización occidental. Por la objetividad de su
pensamiento social es calificado como un sociólogo analítico que considera a la sociología como una respuesta teórica
a los problemas sociales concretos de una determinada época. La metodología que plantea es “histórica/comparativa” y
tiene como principales temas de estudio: Las estructuras políticas, las estructuras de dominación, la nación, la acción
social, la estratificación social, el poder, el mercado y las clases sociales.
Weber combina su interés por la economía con la sociología y su pensamiento tiene la influencia de varios autores
como ser Dilthey, Jaspers, Stammler, Simmel, entre otros, siendo destacada la de Carlos Marx. Por ello, no es casual
que se considere que toda la obra de Weber sea una respuesta distinta a la propuesta “economicista” de Marx. Dedica
buena parte de su producción intelectual al estudio multidimensional de la relación y la influencia de la religión en la
estructura social, política y económica de cada sociedad. En función de ello, intenta demostrar que los valores éticos y
religiosos habrían sido determinantes en el desarrollo del capitalismo. La mayoría de sus obras fueron publicadas de
44
manera póstuma siendo sus principales trabajos los siguientes: La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo (escrita
entre 1904 y1905); Estudio sobre Sociología de la Religión (publicada en 1921); Estudios de Metodología, (publicada
en 1922); Economía y Sociedad (publicada en1922) y Estudios de Sociología y Política de la Historia Social y
Económica (1924).
Según Timasheff (1974) la producción intelectual de Weber está centralizada en el estudio del origen y desarrollo de las
instituciones políticas, económicas, jurídicas y religiosas de occidente. Sin embargo, con el afán de confirmar la tesis de
que “existe una interconexión entre el nacimiento del capitalismo moderno y el desarrollo y el carácter del
protestantismo”, también realiza brillantes investigaciones sobre los sistemas religiosos y filosóficos de China, India,
Israel, etc.
Hacia el fin de su vida empieza a escribir su obra más conocida “Economía y sociedad, sociología de las religiones”,
dentro de la cual se halla inmerso el capítulo, que luego aparece como libro independiente, “La ética protestante y el
espíritu del Capitalismo. La tesis de este estudio, que vincula el nacimiento del capitalismo al desarrollo de la doctrina
calvinista de la predestinación y a la consiguiente interpretación del éxito económico como garantía de la gracia divina,
tiene como propósito fundamental ofrecer una visión comprehensiva de los mecanismos de interdependencia mutua que
existen entre los sistemas de creencias y el medio económico y social. Para Weber el nacimiento del capitalismo
moderno fue afectado por la aparición de la ética protestante, especialmente por la calvinista. Apoyándose en datos
estadísticos sostiene que en la Alemania contemporánea las zonas predominantemente protestantes eran más ricas con
relación a las zonas principalmente católicas. A decir de Weber esta situación se explica por “las diferencias existentes
entre los modos de vida de los protestantes y católicos, quienes tienen menor impulso adquisitivo que los protestantes
prefiriendo llevar una vida bien asegurada. A los protestantes les pasaba justo lo contrario, de aquí la idea que la gente
tiene del catolicismo como un alejamiento del mundo y del protestantismo como religión materialista”.
En esta su obra se habla del “espíritu” del capitalismo moderno y del “espíritu” del protestantismo, otorgando a este
término una connotación que implica un sistema de máximas de conducta humana signadas por el orden, la disciplina y
la jerarquía. Bajo esta directriz analítica, se considera la práctica de la conducta adquisitiva como una especie de
vocación, si bien la ética protestante no sanciona la adquisividad, insiste en la salvación. En su forma calvinista, dicha
salvación depende del destino, de la decisión inmutable de Dios, donde el individuo no puede hacer nada para
conseguirla, pero como la salvación es el centro de la vida religiosa de la persona, ésta se interesa por saber si está entre
los elegidos. En tal sentido, el éxito en la vocación terrenal será un indicio de que es uno de aquellos. Según Weber,
esas máximas de conducta religiosa y terrenal, están tan de acuerdo entre sí y que el nacimiento de la orientación ética
protestante puede considerarse como condición necesaria, aunque no suficiente, del nacimiento del capitalismo
moderno, es decir, “las máximas de acción basadas en la ética calvinista dirigieron a los creyentes a conducirse de
acuerdo con el espíritu del capitalismo moderno”.
Con el afán de apoyar esta tesis, estudia diferentes civilizaciones orientales llegando, por un lado, a comprobar que “las
ideas religiosas y filosóficas que imperaban en estas culturas orientales habían impedido el desarrollo del capitalismo, a
pesar de la existencia de factores económicos favorables para que se produjera dicha evolución” y, por otro lado, a
concluir “de que no hay circunstancias económicas específicas que garanticen el nacimiento del capitalismo, es
necesaria por lo menos otra condición, que pertenece al mundo interior del hombre: La aceptación psicológica de
valores e ideas favorables al cambio”
En el campo específicamente sociológico, una preocupación central se halla relacionada a la comprensión en el plano de
la significación y la acción humana. Según Weber, entre ciencias naturales y ciencias sociales existen grandes
diferencias, en las primeras se trata de observar y deducir uniformidades invariables en fenómenos materiales y, en
cambio, en las segundas se trata de comprender e interpretar acciones e intenciones subjetivas en los seres humanos.
Vinculada a esta idea de la comprensión subjetiva, señala que por “acción” debe entenderse una conducta humana, (bien
consista en una hacer externo o interno, ya en un omitir o permitir) siempre que el sujeto o los sujetos de la acción
enlacen a ella un sentido subjetivo.
La “acción social”, por tanto, es una acción en donde el sentido mentado por su sujeto o sujetos está referido a la
conducta de otros, orientándose por ésta en su desarrollo”. Más adelante puntualiza que “la acción social (incluyendo
tolerancia u omisión) se orienta por las acciones de otros, las cuales pueden ser pasadas, presentes o esperadas como
futuras (venganza por previos ataques, replica a ataques presentes, medidas de defensa frente a ataques futuros). Los
“otros” pueden ser individualizados y conocidos o una pluralidad de individuos indeterminados y completamente
45
desconocidos”. Max Weber afirma que la acción humana es social siempre que los sujetos de la acción incorporen en
ella un sentido subjetivo y una connotación valorativa, es decir, no es neutra, ni indiferente, sino que está encaminada
hacia fines concretos, subjetivamente deseados, en virtud de tener un ¿por qué?, vale decir, un justificación y un ¿para
qué?, es decir, un propósito u objetivo. Para Weber la “comprensión en el plano de la significación” tiene lugar de dos
maneras: 1) Como comprensión directa mediante la observación del sentido subjetivo del acto de otra persona. Así, por
ejemplo, el bloquear de una calle, se capta el sentido porque se conoce las intenciones subjetivas que se le atribuye a
nuestra propia acción semejante, y 2) Como comprensión del motivo o entendimiento del contexto emocional en que
tiene lugar la acción. En el mismo ejemplo, un bloqueo de una calle puede generar sentimientos de adhesión o rechazo.
A decir de Weber, existen tres tipos de acción social: tradicional, afectiva y racional, pero al margen de éstos tres tipos
admite la posibilidad de que existan otros. En la explicación de Weber estos tres tipos de acción social presentan los
siguientes rasgos:
1) Acción tradicional, se refiere aquel tipo de conducta que se basa en la costumbre arraigada, es decir, se trata de
una conducta que se realiza desde tiempos antiguos. Por el hábito de haberla ejercido, sé acciona o se comporta
de una manera determinada y casi mecánica.
2) Acción afectiva, se vincula a lo emotivo, determinada por afectos y estados sentimentales actuales, es decir, es
aquel tipo de comportamiento fundado sólo en la emoción o en la sensación, son aquellas acciones que se
justifican en sí mismas.
3) Acción racional, se la subdivide en dos tipos de comportamientos racionales, es decir, dos tipos de
comportamiento que calculan la relación entre medios y fines. Por un lado, la acción social con arreglos a
fines: Determinada por expectativas en el comportamiento tanto de objetos del mundo exterior como de otros
hombres y utilizando expectativas como “condiciones o medios” para el logro de fines propios racionalmente
sopesados y perseguidos y, por otro lado, la acción social con arreglo a valores: Determinada por la creencia
consciente en el valor, ético, estético, religioso o de cualquier otra forma como se le interprete, propio y
absoluto de una determina conducta, sin relación alguna con el resultado, o sea puramente en mérito de ese
valor.
Weber plantea que el estudio de la acción social requiere el método del tipo ideal o puro que hace referencia a una
construcción mental que exagera o acentúa uno o más rasgos o aspectos observables de la realidad. Según Weber, el
tipo así construido puede llamarse “ideal” porque existe como una idea o como una concepto límite con el que se
analiza y compara acontecimientos o situaciones de la vida, o las acciones en el proceso de la investigación y que hacen
posible establecer relaciones causales entre sus elementos. Al respecto, Timasheff (1974, p. 227), sostiene que uno de
los ejemplos más ilustrativos del procedimiento del tipo ideal es la descripción que hace Weber de los tres tipos de
autoridad legítima, cada uno de los cuales descansa en un modo diferente de prefundada en la creencia en reglas o
normas impersonales y en el tender a la legitimidad. Siguiendo la directriz analítica de Weber, Timassheff dice: existe
una “autoridad sobre bases racionales”, que implica el derecho a mandar de los individuos que adquieren autoridad de
acuerdo con dichas reglas; este tipo racional legal es aproximadamente el de la sociedad occidental contemporánea. La
“autoridad tradicional”, se basa en la creencia en la santidad de las tradiciones y en la legitimidad de la posición de
quienes poseen autoridad de acuerdo con la tradición, como en el caso de las monarquías consagradas. Finalmente, la
“autoridad carismática” descansa sobre la devoción a la específica y excepcional santidad, heroísmo o carácter ejemplar
de una persona y de los modelos u órdenes normativos o revelados por él; ejemplos de este tipo son jefes carismáticos
tales como Gandhi y Hitler. Sin embargo, a decir, de Timassheff, Max Weber reconoce que estos tipos ideales no
agotan las posibilidades de la existencia de otros tipos de autoridad legítima.
Talcott Parsons nace en los Estados Unidos en 1902 y fallece en 1979, en la ciudad de Munich, Alemania. Estudia en el
Amherst College, la London School of Economics y la Universidad de Heidelberg (Alemania). En 1926, después de
graduarse en economía es designado como profesor en el Amherst College y, a partir de 1927 hasta 1974, trabaja en la
Universidad de Harvard, primero como instructor de economía, luego como profesor y posteriormente como jefe del
Departamento de Sociología. Su interés primordial fue la biología y su pensamiento tiene una fuerte influencia de las
ideas: biológicas de Spencer y Henderson, antropológicas de Malinowski, económicas de Marshall y sociales de Weber,
Sorokin, Pareto y Durkheim. De estos autores, Spencer, Weber, Durkheim y Pareto tuvieron trascendental importancia
en su formación teórica y su producción intelectual.
Ritzer (1993), señala que Talcott Parsons es un “teórico empedernido”, un “gran sistematizador” que intenta elaborar un
esquema analítico cerrado para interpretar lo sociológico. Con el propósito de alcanzar este propósito, elabora una
producción intelectual conformada por las siguientes obras: La Estructura de la Acción Social (publicada en 1937);
Ensayos sobre Teoría Sociológica Pura y Aplicada (1949); Hacia una Teoría General de la Acción Social (1951) y El
Sistema Social, (1951). A estas sus obras se incluyen otros trabajos académicos, compuestos por varios artículos y
ensayos de teoría y metodología sobre temas sociológicos particulares muy vinculados a la economía, la familia y la
medicina. Parsons considerado como un sociólogo analítico ha contribuido a mejorar la teoría sociología a través de su
vasta producción intelectual, la cual básicamente plantea la necesidad de construir una teoría general sistemática de la
conducta humana.42
Talcoot Parsons considera que el desarrollo de una teoría sociológica facilitaría la descripción, el análisis y la
investigación empírica, pero que dichas actividades requieren una estructura general de referencia y la comprensión de
la estructura del sistema teórico como tal. (Timasheff, 1974). A decir de Parsons esta teoría sociológica debe ser
“estructural/funcional” y considera a la acción social como la materia apropiada de la sociología, debido a ello no es
casual que gran parte de sus estudios se hallen vinculados al análisis de los alcances teóricos de la acción social. 43 En su
obra “La estructura de la acción social” sostiene que la acción social es la conducta humana voluntaria orientada a la
obtención de determinados fines, la misma que engloba cuatro aspectos: a) como obtención de fines; b) como situación
dada; c) como regulaciones normativas y d) como esfuerzo desplegado, gasto de energías o motivación.
Sostiene que cuando la conducta puede ser y es analizada a partir de estos cuatro aspectos, se llama “acción” y que
“cada acción es siempre la acción de una actor para influir en las acciones de otra u otras personas”. Con el transcurrir
del tiempo, esta teoría inicial sobre la acción social sufre modificaciones y fue reelaborada a través de una serie de
trabajos como ser “Ensayos sobre teoría sociológica pura y aplicada” (1949), “El sistema social” (1951” y “Hacia una
teoría general de la acción” (1951).
42
Parsons estuvo muy interesado por la teoría psicoanalítica y en la necesidad de formular una teoría sistemática de la conducta humana..
43
Esta realidad confirma la fuerte influencia de Max Weber.
47
vinculada a “normas o principios”. Es a partir de este esquema teórico que se construye analíticamente los cuatro
sistemas de acción: Sistema de acción, sistema social, sistema cultural y sistema de la personalidad.
Un aspecto central en la teoría de Parsons se halla vinculado al tema del “funcionamiento de estructuras” que requiere
del análisis de la “posición”, el “papel” y las “normas institucionales”. La “posición” se refiere al lugar que ocupa el
actor en un sistema de relaciones sociales considerado como estructura, concepto análogo al de status social; el “papel”
se refiere a la conducta del actor en su relación con los otros, concepto semejante al de rol social y las “normas sociales”
se refieren a las expectativas normadas que definen culturalmente la conducta adecuada de personas que representan
diversos papeles sociales, este concepto está relacionado al de institución social. Otra de sus preocupaciones teóricas se
halla vinculada al análisis de las “instituciones”. Según Parsons, la “institucionalización debe ser considerada como un
mecanismo unificador fundamental de los sistemas sociales. Porque la institucionalización comprende a la vez la
estructuralización o conversión en normas de las orientaciones por valores en el sistema social y la interiorización de los
sistemas de valores en la personalidad humana. La institucionalización es el proceso integrador y estabilizador por
excelencia; forma un vínculo entre la sociedad y la cultura de un lado, y la personalidad y la motivación de otro”
(Timasheff, 1974, p. 307). Entre otras preocupaciones teóricas se desataca el análisis de las “variables normativas” que
denotan las “alternativas” que surgen en las normas, expectativas de un papel o en las preferencias individuales.
En su estudio “El sistema social”, presenta cinco pares de variables normativas esbozadas del siguiente modo:
1) Afectividad contra neutralidad afectiva: La norma es afectiva si permite la satisfacción inmediata del interés
del actor, pero afectivamente neutral si impone disciplina y pide el renunciamiento a favor de otros intereses.
2) Egoísmo contra interés colectivo: Las normas sociales pueden definir como legitima la persecución de los
intereses privados del actor, u obligarlo a actuar en interés del grupo.
3) Universalismo contra particularismo: Se refiere a las normas de valor que están altamente generalizadas, éste a
las que tienen valor para un actor particular en relaciones particulares con objetos particulares.
4) Realización contra cualidad: Puede atribuirse importancia ya a la consecución o realización de ciertos fines, o a
los atributos de la otra persona, por el hecho de que es esto o lo otro.
5) Especificidad contra difusión: Puede definirse específicamente un interés, de suerte que no se suponga que
existe ninguna obligación fuera de los limites señalados; o de un modo difuso, de suerte que pueda suponerse
que las obligaciones van más allá de la definición expresa.
Según Talcott Parsons si bien estas alternativas son independientes unas de otras, existe la posibilidad de establecer
ciertas combinaciones. Así, por ejemplo, establece las siguientes combinaciones: Especificidad y universalismo,
afectividad y realización, difusión y particularismo y neutralidad afectiva y cualidad.
CAPÍTULO 3
PRINCIPALES TEORÍAS SOCIOLÓGICAS
Las argumentaciones teóricas que se elaboran sobre ciertos ámbitos de la realidad social se llaman “perspectivas”,
“enfoques”, “teorías”, “paradigmas” o “matrices teóricas sociales”. Al respecto, Torrico (2004: 33) señala que “un
paradigma teórico social es una matriz racional, o sea un marco articulado de conceptos “desde” o “a través” del que se
puede “mirar” una determinada zona dada de la realidad social para conocerla en términos científicos”. Erick Torrico
citando a Kuhn sostiene “un paradigma es un molde teórico generador de teorías, condicionador de visiones y
posibilitador de aprehensiones conceptuales”
En función de estas conceptualizaciones se infiere que la teoría o el paradigma supone “contemplación” e implica una
determinada forma de “ver”. Ahora bien si se considera a la realidad social como una suma compleja y flexible de
relaciones, hechos y procesos sociales, no existe una “sola mirada” o una “única forma de ver”, existen “distintas
miradas y formas ver” que expresan distintas concepciones teóricas sobre un mismo objeto de estudio. Es el caso de la
sociología donde existen “distintas o varias miradas”, a continuación sólo se hace mención a las tres matrices teóricas
48
más relevantes que se utilizan para abordar la realidad social: El análisis funcional, el análisis dialéctico y el análisis
sistémico.
3.2. Funcionalismo
El funcionalismo sociológico tiene sus raíces muy remotos en particular en el positivismo de Comte, transita por las
ideas sociales de Spencer y adquiere personalidad propia a partir de los trabajos de Émily Durkheim, Robert Merton,
Talcott Parsons y Vilfredo Pareto. Sus orígenes se encuentran en el “organicismo positivista” que construye su propio
cuadro de análisis de la realidad social sobre la base del modelo orgánico.
Si bien el funcionalismo tiene sus orígenes en los iniciadores de la sociología, como teoría social sólo se despliega
gracias a la antropología cultural y como teoría sociológica se desarrolla a través del pensamiento sociológico de Emily
Durkheim, para quien la explicación sociológica funcionalista consiste en determinar las causas de un fenómeno, hecho
o proceso social y a la vez en establecer las funciones que cumple.
A principios del siglo XX, el funcionalismo como teoría social se desarrolla gracias a la notable y determinante
influencia de la antropología cultural.44 Alcanza un notable desarrollo a partir de los trabajos y estudios realizados por
los antropólogos ingleses Bronislaw Malinowski y Radcliffe Brown, quienes identifican al funcionalismo antropológico
con el análisis sistemático de las interrelaciones e interdependemcias que se establecen entre las partes que componen
un todo y consideran a las funciones que ellas cumplen como el principal elemento para comprender el desarrollo y
funcionamiento de sociedades primitivas. Desde la visión antropológica se plantea que para la comprensión de un
determinado sistema sociocultural es de vital importancia el análisis de las “funciones” que cumplen los elementos
culturales tanto materiales como inmateriales. Lo expuesto implica que el funcionalismo como corriente de
interpretación social no se desarrolla inicialmente en el ámbito de la sociología sino que adquiere gran importancia en el
análisis antropológico y luego gracias a la influencia de la denominada antropología cultural llega a ocupar un lugar
muy importante en el análisis sociológico.
El funcionalismo es la versión actual del modelo orgánico que fue formulado en el siglo XIX, por Spencer. Este autor
desde una visión evolucionista, explica la realidad social a través de la vieja analogía entre organismo social y
organismo animal.45 Sin embargo, es válido señalar que esta comparación orgánica ya se halla presente en el
pensamiento filosófico y político de algunos filósofos griegos como ser de Platón.
A partir de esta analogía, el concepto de "función" que se aplica en biológica para hacer referencia al ejercicio de un
aparato u órgano, es trasladado al análisis social con un significado que lo vincula a “la contribución que aporta o
realiza un elemento la organización o a la acción del conjunto del cual forma parte". Sucede casi lo mismo con los
conceptos de “estructura”, “sistema”, “aportación”, “interdependencia” e “integración” que devienen de la biología y se
extienden con alcances connotaciones diferentes en el análisis sociológico. Según la analogía orgánica, las "partes" son
cada órgano del organismo animal, el mismo que es entendido como un "todo" o un “sistema”, en el cual cada una de
estas “partes” se encuentran “interrelacionadas” y cumplen “funciones” especificas encaminadas a dirigir, regular,
controlar y preservar la armonía biofísica.
Bajo esta directriz analítica, cada órgano o parte del sistema llamado organismo, realiza una o varias funciones
esenciales para la conservación del organismo o la especie a la cual pertenece. De manera “similar” se considera a la
sociedad como un “todo o un “sistema” que se halla conformado por “partes” interdependientes e interrelacionadas que
cumplen funciones que contribuyen a la preservación y el desarrollo del “todo” o el “sistema”.
Cuadro Nº 2
ANALOGÍA ENTRE ORGANISMO
ANIMAL Y SOCIAL
44
La antropología que etimológicamente significa la “ciencia del hombre” se divide en dos grandes campos: la antropología física y la antropología
cultural. La primera analiza al hombre como unidad biopsicosocial, es decir, estudia las características biológicas, raciales, físicas y corporales de las
poblaciones humanas antiguas y modernas. En cambio la segunda analiza al hombre como miembro de la sociedad, es decir, analiza el
comportamiento social aprendido del hombre en la vida en comunidad y las pautas de comportamiento que crea, transmite y asimila.
45
El concepto de sistema no solamente se encuentra en el modelo orgánico sino que también es de vital importancia en el modelo mecánico.
49
Unidades: Células. Unidades: Personas.
Estructura: Relaciones entre células Estructura: Relaciones sociales
Actividades: Conducta de las células. Actividades: Conducta de personas y grupos.
Funciones: Papel que se cumple en diferentes Funciones: Papel que se cumple en diferentes
actividades para poder mantener la estructura actividades para poder mantener la estructura social.
orgánica. Correspondencia entre los efectos de la Correspondencia entre los efectos de la actividad y
actividad y necesidades de la estructura orgánica. necesidades de la estructura social.
Para una mayor comprensión del punto de vista funcional y en función de esta analogía orgánica resulta importante
conceptualizar de manera clara, precisa y exacta sus “conceptos centrales” o “conceptos eje”, los cuales principalmente
son los siguientes: Estructura, función, sistema y componentes estructurales.
3.2.2.1. Estructura
El concepto de estructura proviene del verbo latino "struere" que significa "construir", "reunir muchos o varios
elementos en un todo" también simboliza "componer un todo con muchas partes". A partir de este significado
etimológico se lo utiliza en diferentes ámbitos para designar el modo o la forma como están dispuestas las partes o
como se hallan articuladas unas con otras formando una totalidad concreta. Así, por ejemplo, se habla de la estructura
de un edificio, un informe, un discurso o una pieza musical (Ander-Egg, 1987).
Este concepto utilizado frecuentemente en arquitectura, medicina, química, física, matemáticas, biología, literatura,
entre otras ciencias, se extiende al campo social con diversos alcances. Sin embargo, su significado básico denota “el
conjunto, la dinámica y la forma que adoptan las relaciones que se establecen entre sí las diversas partes o elementos
constitutivos de un todo”. En sociología, designa "el modo o la forma como está dispuesta la sociedad", lo que de otro
modo significa la "estructura de la sociedad". Asimismo, hace referencia a la forma, el modo, la disposición o la
organización interna de las partes que conforman la sociedad, las mismas que tienen y mantienen relaciones
interdependientes, interrelacionadas y solidarias, pero de tal modo que la modificación de cualquiera de ellas afecta
inevitablemente a todas las demás.
3.2.2.2 Función
El término de función alcanza diferentes significados o connotaciones tanto en el lenguaje común como en el lenguaje
científico. Se lo utiliza para hacer referencia a una tarea o ejercicio realizado, una actividad desempeñada, una
significación precisa o una cierta relación de correspondencia entre dos o más cantidades. En el uso cotidiano se lo
entiende como sinónimo de reunión, festividad, ceremonia, ocupación o ejercicio. En cambio, en el lenguaje científico
con connotaciones diferentes se lo utiliza en biología, matemáticas, física, química y mecánica.
En sociología, el término de función fue utilizado inicialmente por Herbert Spencer y luego con mayor precisión por
Emily Durkheim, quien define a la función social "como la correspondencia que existe entre ésta y las necesidades".
Así, señala que la función social de la escuela es la de instruir. En el campo de la antropología, se lo utiliza para
designar "el aporte que realiza una parte con relación al todo, es decir, la contribución que realiza el individuo o el
grupo a una determinada sociedad o cierta cultura". También se lo maneja para hacer referencia a "las aportaciones que
el todo realiza con relación a las partes, es decir, vinculada al contribución que realiza la sociedad o una cultura al grupo
social o al individuo".
Al interior del funcionalismo, este término tiene dos significados: La función social entendida como actividad adecuada
y la función social como una actividad determinada por el sistema y sostenedora del mismo. En tal sentido, los
funcionalistas hablan de la función de la familia, el grupo social, el ejército, la justicia, como los biólogos hablan de la
función del corazón, el hígado, el cerebro, las extremidades. Instituciones u órganos vitales que desarrollan funciones
que solo tienen razón de ser y de existir si cumplen una cierta actividad beneficiosa. En esta línea teórica, la función
social tiene un carácter positivo y beneficioso para el conjunto de la sociedad, pasa a tener sentido únicamente en
relación a una finalidad utilitaria y todo lo que no se "acomoda", no se "ajusta" y no "contribuye" a lo ya existente,
constituye una anormalidad, una inadaptación, una manifestación patológica, una disfunción o una disfuncionalidad.
3.2.2.3. Sistema
50
Este término viene del griego "systema" que significa reunión. A partir de este significado etimológico se define al
sistema como un todo unitario, organizado, orgánico, en sus diferentes partes, elementos o componentes que poseen
ciertas cualidades, propiedades, posiciones e interrelaciones definidas entre sí y que son dependientes recíprocamente
los unos con los otros de manera tal que conforman un conjunto bien definido y delimitado (Ander-Egg, 1987). Con
este significado básico es utilizado en diferentes ciencias naturales y sociales. Se habla entonces de sistema solar,
sistema métrico, sistema decimal, sistema nervioso, sistema reproductor y sistema muscular. Asimismo, se habla de
sistema social, político, económico, financiero, judicial, comunicacional, cultural, familiar y sistema de partidos.
La noción de sistema social implica la presencia de “al menos dos personas que interactúan en un determinado contexto
social con un objetivo dado”, siendo también aplicable a grupos, sociedades, instituciones y colectividades sociales en
las que existen ciertas estructuras, actividades o posturas interrelacionadas. Se dice que este concepto en el ámbito
social se constituye en el soporte científico que sustenta el estudio de los datos de una sociedad, en vista de que para su
análisis sistemático es preciso definir la naturaleza de los componentes de un grupo social y la relación que éstos
mantienen entre sí.
En sociología, el concepto de sistema social se encuentra estrechamente ligado al concepto de estructura social.
Empero, puntualizar que la estructura se refiere a los estratos, agrupaciones y asociaciones sociales. En cambio, el
sistema social hace referencia a los individuos. En palabras de Talcott Parsons, el sistema social consiste “en una
pluralidad de actores individuales que interactúan entre sí en una situación que tiene al menos un aspecto físico o
ambiental”. Desde la visión funcionalista, el sistema social supone toda forma colectiva de vida donde los individuos se
constituyen en sus elementos más esenciales. El análisis funcional, formula que las principales unidades del sistema
social son las colectividades y los roles y las principales pautas que vinculan estas unidades son los valores y las normas
(Ander-Egg, 1987). En esta perspectiva funcional, estas unidades, partes o elementos del sistema social se denominan
componentes estructurales (Guidens, 1993; Ritzer, 1995)
El estructuro/funcionalismo denomina a las partes que conforman la sociedad, “componentes estructurales”, los cuales
son el rol, las normas, los valores y las instituciones. El rol social es un concepto clave en el análisis del sistema social,
es definido como el papel que desarrolla el individuo, la forma o el modo como el individuo interactúa con los demás,
siendo diferentes los roles que desempeña. Las normas sociales suponen un comportamiento dentro de ciertas pautas
culturales socialmente establecidas por un determinado sistema social, es decir, se trata de pautas de acción o “reglas de
juego” que rigen y condicionan la conducta individual y colectiva. Los valores sociales hacen referencia a formas de
sentir, actuar y de pensar que una persona o un grupo social juzgue deseable y estimable de realizar, la elección que se
realiza con relación a lo que desee, juzgue o estime realizar dependerá de la escala de valores. Las instituciones son
definidas como estructuras permanentes de roles, relaciones sociales y pautas de comportamiento, es decir, implican la
presencia de un grupo de personas, que cumplen determinados roles o funciones ya la vez buscan un objetivo común.
Rocher (1987) en su obra “Introducción a la Sociología” sostiene que el funcionalismo ha recorrido por tres etapas
principales: El funcionalismo absoluto o radical de Radcliffe Brown y Bronislaw Malinoswski; el funcionalismo
relativo de Robert Merton y el funcionalismo estructural de Talcott Parsons.
Las ideas del funcionalismo absoluto corresponden a los antropólogos ingleses Bronislaw Malinowski y Radcliffe
Brown, es decir, a la denominada escuela antropológica británica y constituyen la base del análisis antropológico de
pequeñas comunidades tribales. El funcionalismo absoluto de la cultura parte del principio de que "en todos los tipos de
civilización, cada costumbre, cada objeto material, cada idea y cada creencia desempeña una función vital, tiene una
tarea que llevar a cabo, constituye en una parte indispensable de una totalidad orgánica" (Rocher, 1987).
Esta puntualización, que corresponde a Malinowski, supone una rigurosa relación de causalidad entre necesidad y
función, es decir, implica que cada función satisface determinada necesidad. Según Rocher (1987), Malinowski en
relación a las funciones plantea tres postulados; 1). "Postulado de la unidad funcional de la sociedad que pretende que
los elementos culturales y las actividades sociales sean funcionales para el sistema social o cultural entero", 2)
"Postulado del funcionalismo universal, según el cual todo elemento cultural o social desempeña una función” y 3)
"Postulado de necesidad, con la pretensión de que cada elemento cultural o social sea indispensable".
51
El funcionalismo absoluto o radical considera a la sociedad y la cultura como un conjunto organizado e integrado que
conforman una totalidad. Por ello, existe la tendencia a utilizar el concepto de sistema sociocultural para designar este
vínculo dialéctico entre sociedad y cultura. Este tipo de funcionalismo, señala que existen ciertas necesidades que toda
sociedad humana debe satisfacer para preservarse y no destruirse a sí misma, dichas necesidades son satisfechas a través
de las instituciones sociales, las que existen en cuánto cumplen una función social con vistas a la manutención del
sistema (Quezada et al, 2001). Asimismo, plantea un mayor énfasis en la técnica de la observación participante y toma
como principales unidades de análisis a las sociedades arcaicas.
Con el transcurso del tiempo y como una reacción a este enfoque que es considerado sólo valido para el análisis de
sociedades simples o comunidades tribales, surge el funcionalismo relativizado con el afán de analizar sociedades
modernas o complejas.
Desarrollado por Robert Merton trata de refutar o criticar las afirmaciones del funcionalismo absoluto a través de la idea
de que no existe una integración absoluta de todas las funciones de la sociedad y que solamente este tipo de integración
se produce en las sociedades arcaicas o primitivas estudiadas por Brown y Malinowski. Al respecto, sostiene "Así como
un solo elemento puede tener varias funciones, así también una sola función puede ser desempeñada por elementos
intercambiables". De modo que no todo elemento es necesariamente funcional: por ejemplo, puede que algunas
prácticas mágicas no sean tan efectivas o funcionales y sustituyan a prácticas profanas que pueden ser más accesibles y
más eficaces (Rocher, 1987: 337) Esta nueva postura plantea que no existe la rigurosa causalidad entre necesidad y
función, en consecuencia, una necesidad puede ser satisfecha por varias funciones y una sola función puede satisfacer
muchas necesidades.
Quezada et al (2001: 127) sostiene que “Merton enfatiza la necesidad de incluir en todo análisis funcional, la
especificación de las unidades para las cuales es funcional una manifestación social o cultural dada, y destaca que lo
que es funcional en determinadas unidades, puede ser disfuncional en otras”. Según este autor, bajo esta óptica
funcionalista, Merton establece una doble dimensión en las funciones: la función y la disfunción. La primera se refiere a
todas las formas de hacer, pensar y sentir que contribuyen a la adaptación o el ajuste de un determinado sistema. En
cambio, las segundas son aquellas formas de hacer, pensar y sentir que obstaculizan o entorpecen la adaptación o el
ajuste del sistema. Asimismo, Merton establece una diferenciación entre funciones manifiestas y funciones latentes. Las
primeras incluyen formas de hacer, pensar y sentir que contribuyen al ajuste y/o la adaptación y las segundas implican
aquellas formas de hacer, pensar y sentir que ni son comprendidas ni son deseadas.
Es también conocido como estructuro/funcionalismo y se distingue de las dos anteriores concepciones funcionalistas
debido a que centraliza su análisis en la sociedad y no en sus elementos culturales o sociales. En palabras de Rocher
(1987; 340), "el tercer tipo de funcionalismo, llamado funcionalismo estructural, se distingue de los anteriores por el
hecho de no aplicarse al análisis de los elementos culturales o sociales. El punto de partida de análisis es aquí la
sociedad, contemplada de una manera abstracta y global a la vez. Se indaga entonces cuáles son las funciones esenciales
que deben ser desempeñadas para que la sociedad exista, se mantenga y perpetúe. Es la búsqueda de lo que se ha dado
en llamar los prerrequisitos funcionales o imperativos funcionales”.
Talcott Parsons, su máximo exponente, plantea que el rasgo característico de un sistema social es su estructura social y
entiende a la función social como aquello que se debe realizar para que el sistema y la estructura social se mantengan,
es decir, sostiene que el sistema y la estructura social se mantienen con el aporte funcional de los subsistemas, los
cuales vendrían a ser el sistema cultural, social, psíquico y biológico.
Bajo esta directriz analítica del funcionalismo estructural, Parsons trata de establecer cuáles son las funciones
principales que debe desarrollar la sociedad para que ella exista y se preserve. Al respecto, sostiene que estas funciones
serían las siguientes:
52
c) Funciones de conocimientos generales y comunes.
d) Funciones de comunicación.
e) Funciones de integración.
g) Funciones de socialización.
Parsons, señala que el sistema social supone una forma colectiva de vida como ser: familia, barrio, escuela, trabajo,
región, partido político u otro grupo social que incluya la existencia de una serie de relaciones sociales entre sus
miembros. Asimismo, sostiene que en toda vida en comunidad o forma colectiva de vida se observa la existencia de una
serie de dificultades o problemas sociales que le son propios e inherentes, los cuales deben ser resueltos o por lo menos
mitigados a partir del desarrollo de determinadas funciones.
En la perspectiva del análisis funcionalista de Talcott Parsons, los principales problemas sociales que enfrenta toda
sociedad o sistema social son principalmente los siguientes: Adaptación, logro de fines, integración y mantenimiento de
pautas y manejo de tensiones. Parsons denominada a estos cuatro problemas “imperativos funcionales”, imperativos
porque son esenciales y no pueden faltar en cualquier sistema social y funcionales porque cumplen una determina
función al interior del sistema social. Asimismo, señala que estos cuatro problemas funcionales se resuelven por cuatro
funciones cada una de ellas en cargada de resolver un problema. Se está hablando de las funciones de adaptación,
funciones de prosecución de objetivos, funciones de integración y funciones de estabilidad normativa (Ritzer, 1995)
1) Con relación al problema de la adaptación se señala que todo sistema social debe adaptarse a su medio social y
no social, lo primero se resuelve a través de los mecanismos y los agentes de socialización y lo segundo a
través de dos hechos económicos principales como son el proceso de trabajo y la división social del trabajo.
2) En relación al problema vinculado con el logro de fines se menciona que todo sistema social se organiza con el
afán de alcanzar uno o más propósitos mediante el esfuerzo solidario y cooperativo individual y colectivo de
todos sus miembros. En este sentido, se considera que sobre la base del interés individual se podrá conformar
el interés colectivo o nacional y alcanzar por ejemplo, la paz, la libertad, la soberanía, etc.,
3) Vinculado al problema de la integración se expresa que en todo sistema social sus miembros deben ser leales
unos con otros y con el sistema social como totalidad. Consecuentemente con esta situación, la conducta
desviada, la inestabilidad, la disfuncionalidad y otros males sociales deben ser controlados de modo
participativo a partir de actitudes integrativas.
4) En relación al problema del mantenimiento de pautas y manejo de tensiones se dice que todo sistema social
debe transmitir a las nuevas generaciones ciertas pautas de comportamiento que imperiosamente deben ser
internalizadas a través de los diferentes agentes o mecanismos de socialización. Asimismo, que se debe crear y
desarrollar mecanismos de control social para establecer el orden social y manejar tensiones y conflictos
sociales.
La corriente funcionalista a partir de los conceptos: componentes estructurales, estructura, función y sistema, entiende a
la sociedad “como un sistema social, es decir, como un todo conformado por partes interdependientes e
interrelacionadas que cumplen funciones concretas, beneficiosas y esencialmente destinadas a la subsistencia,
fortalecimiento y expansión del todo”.46 Asimismo, considera a la sociedad como una red de grupos que cooperan y
operan en forma sumamente ordenada y equilibrada en función de una serie de reglas y valores compartidos por la
46
La idea de que la sociedad es un conjunto de instituciones relacionadas que trabajan en favor del sistema en su conjunto se remonta, en la época
moderna, a los escritos de Maquiavelo, y fue desarrollada por Montesquieu y los ilustrados.
53
mayoría de los miembros de la sociedad. Parsons a partir de esta noción básica de sociedad postula una triple definición
de sociedad como: Sistema social, (Representación abstracta del objeto de estudio de la sociología) Estado Nación
(Representación empírica del objeto de estudio de la sociología) y Sociedad Moderna (Representación más abstracta de
la sociedad que el Estado y más concreta que el sistema social). 47
La perspectiva funcional, desemboca en la noción de equilibrio de la sociedad donde cada grupo o institución realiza
funciones útiles o beneficiosas que persisten porque son funcionales al sistema, además permiten satisfacer ciertas
necesidades y desaparecen cuando estas cambian. En consecuencia, el cambio social únicamente rompe de manera
momentánea el equilibrio de la sociedad, pues al poco tiempo a través de la adaptación se restaura de nuevo el orden y
el equilibrio.
Esta noción analítica funcionalista supone que todo sistema social se halla perfectamente constituido, integrado,
equilibrado y organizado. Sin embargo, para muchos sociólogos esta concepción funcional se halla encasillada en una
perspectiva conservadora y reaccionaria, pues consideran que la sociedad de ningún modo constituye un todo
armonioso, donde prevalece el equilibrio, la perfecta interrelación entre las partes y la adecuada coordinación en las
funciones. Al contrario, postulan que en la sociedad predomina la desigualdad, la marginalidad, la diferenciación, el
conflicto y la desorganización social, económica, política y cultural, no como producto de la “disfuncionalidad” sino
como resultado de desigualdades sociales y económicas que nacen debido a la prevalencia de relaciones asimétricas de
poder, dominio y explotación. En términos generales, este es el planteamiento de las teorías basadas en el conflicto
social, como es el caso del marxismo.
3.3. Marxismo
El marxismo debe su origen y formulación a la labor intelectual desarrollada por los filósofos alemanes Karl Marx y
Friedrich Engels y la contribución teórica y práctica llevada a cabo por el filósofo ruso Wladimir Ilich Ulianov, más
conocido como Lenin. Tiene sus raíces históricas en la primera mitad del siglo XIX e integra un sistema de
concepciones filosóficas, económicas, sociales y políticas. Por ello, se habla de materialismo dialéctico, economía
política, materialismo histórico y socialismo científico. A decir de Lenin (1980), el marxismo ha tomado como sus
componentes esenciales a todo lo mejor que la humanidad ha creado hasta ese entonces: filosofía alemana, economía
inglesa y socialismo francés.
Cuadro Nº 3
VERTIENTES DEL MARXISMO
Entre 1760 y 1830, se desarrolla una revolución tecnológica que da lugar a la emergencia de una sociedad industrial que
lejos de alivianar ciertas penurias provoca la emergencia de nuevos males sociales y la agudización de antiguos males
sociales. Es el caso de la extrema pobreza, la miseria, la desocupación, el desempleo, la explotación, la desigualad y la
diferenciación social y económica. Esta realidad conflictiva y adversa, particularmente para los sectores sociales
tradicionalmente vulnerables, determina que algunos intelectuales progresistas inicien una dura crítica al sistema
capitalista y a la vez busquen alternativas basadas en una distribución más equitativa e igualitaria de la riqueza y el
poder.
En primera instancia, la crítica a este nuevo sistema de explotación a través de la producción y reproducción de la
plusvalía da lugar a la emergencia o la conformación del llamado “socialismo utópico”, representado por los filósofos
franceses Henry de Saint Simón, François Marie Charles Fourier y el empresario ingles Robert Owen. Estos
denominados socialistas utópicos consideran que esta nueva “sociedad industrial” se encuentra signada por la
explotación del hombre por el hombre, la injusticia social, la explotación de la fuerza de trabajo y la existencia de
47
Dato disponible en escritosociologicos.blogspot.com/2011/09/triple-definicion-de-talcott-parsons.html
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profundas desigualdades socioeconómicas. Sostienen que la producción industrial, la civilización urbana y la
mentalidad capitalista eran responsables de la pobreza, la miseria, la anarquía, la corrupción, la explotación y otros
males sociales. Asimismo, aseveran que para transformar esta cruda realidad resulta indispensable la abolición de la
propiedad privada y la conformación de una forma de propiedad comunitaria o de unidades de producción y de
consumo bajo un sistema económico de tipo cooperativo. Pese a estas “buenas intenciones”, los proyectos socialistas
utópicos fracasan debido a la carencia de soluciones concretas y efectivas.
En una segunda instancia, este movimiento intelectual y social de marcada efervescencia provoca la constitución de la
teoría marxista en función de las ideas socialistas de los alemanes Karl Marx y Friedrich Engels quienes formulan el
“socialismo científico” que esencialmente postula la abolición de la propiedad privada de los medios de producción y la
transformación del Estado Capitalista en Estado Socialista a través de un proceso revolucionario violento y radical
liderado por la clase obrera o el proletariado. Como crítica al sistema capitalista, proporciona una explicación
materialista y dialéctica de la evolución histórica social sobre la base del análisis sistemático de los diferentes modos de
producción y la forma de apropiación de la riqueza por parte de una clase social dominante, en detrimento de otra clase
social dominada. Este análisis de los modos de producción conduce al marxismo a descubrir los conflictos de clase y a
develar el motor oculto de la vida social: la lucha de clases.
Ander-Egg (1987: 193), sostiene que el “materialismo dialéctico es el núcleo filosófico del marxismo y la base de la
concepción materialista de la historia, de su interpretación económica y del materialismo histórico”. Según este autor el
término de materialismo dialectico fue acuñado por el filósofo ruso Plejanov y fue elaborado como concepción
filosófica por Marx y Engels, aunque señala que ambos alemanes nunca lo utilizaron.48
El materialismo dialéctico como concepción filosófica del mundo, y sin negar el valor de las formaciones ideológicas y
espirituales, considera a la materia como el cimiento de toda realidad y causa de toda transformación y que el mundo
está en continuo movimiento conforme a las leyes de la dialéctica: El cambio dialectico, la acción recíproca, la
contradicción y los cambios cuantitativos y cualitativos. (Politzer, 1970, Ander-Egg, 1987). En otras palabras, postula
que todo lo que nos rodea, todo lo existente como ser la naturaleza orgánica e inorgánica, la sociedad y los individuos es
materia que se encuentra en movimiento conforme a determinadas leyes y que el conocimiento de dichas leyes no sólo
permitirá un conocimiento objetivo de la realidad sino también una orientación política que posibilite la transformación
revolucionaria (Riazanof, 1962, Ander-Egg, 1987)
La extensión de la dialéctica al estudio de la sociedad y la historia está vinculada al materialismo histórico que
interpreta el desarrollo histórico y social mediante el análisis de los diferentes sistemas económicos que se han
desarrollado en la historia de la humanidad. Se considera al materialismo histórico como una teoría científica que
proporciona el conocimiento de realidades concretas, constituyéndose en el “hilo conductor” que permite a Marx
analizar la emergencia, desarrollo y transformación de los diferentes modos de producción, en particular el modo de
producción capitalista.
Lenin (1980) señala que en el prólogo a su “Contribución a la crítica de la económica política”, Marx formula
acabadamente las tesis fundamentales del materialismo hecho extensivo a la sociedad humana y a su historia. He aquí
sus palabras:
“Mi primer trabajo, emprendido para resolver las dudas que me asaltaban, fue una revisión crítica de la filosofía
hegeliana del derecho, trabajo cuya introducción vio la luz en 1844 en los "Deutsch-Französische Jahrbücher",
que se publicaban en París. Mi investigación desembocaba en el resultado de que, tanto las relaciones jurídicas
como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del
espíritu humano, sino que radican, por el contrario, en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume
Hegel, siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y
que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la Economía Política. En Bruselas, a donde me trasladé
en virtud de una orden de destierro dictada por el señor Guizot, hube de proseguir mis estudios de Economía
Política, comenzados en París. El resultado general a que llegué y que, una vez obtenido, sirvió de hilo conductor
a mis estudios, puede resumirse así: en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas
relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una
determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. l conjunto de estas relaciones de producción
forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y
política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida
48
Algunos autores sostienen que este término fue utilizado por primera vez por Engels en su obra el Anti-Dühring
55
material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la
que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una
determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las
relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de
propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas,
estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base
económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando
se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las
condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales,
y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, las formas ideológicas en que
los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos
juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de revolución por su
conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida
material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna
formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y
jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su
existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre
únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos
sólo brotan cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización. A
grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso, en la formación económica de la
sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de
producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un
antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los
individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa brindan, al mismo
tiempo, las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por
tanto, la prehistoria de la sociedad humana”.
“Federico Engels, con el que yo mantenía un constante intercambio escrito de ideas desde la publicación de su
genial bosquejo sobre la crítica de las categorías económicas (en los Deutsch-Französische Jahrbücher), había
llegado por distinto camino (véase su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra) al mismo resultado que
yo. Y cuando, en la primavera de 1845, se estableció también en Bruselas, acordamos elaborar en común la
contraposición de nuestro punto de vista con el punto de vista ideológico de la filosofía alemana; en realidad,
liquidar cuentas con nuestra conciencia filosófica anterior. El propósito fue realizado bajo la forma de una crítica
de la filosofía pos hegeliana. El manuscrito -dos gruesos volúmenes en octavo- ya hacía mucho tiempo que había
llegado a su sitio de publicación en Westfalia, cuando no enteramos de que nuevas circunstancias imprevistas
impedían su publicación. En vista de eso, entregamos el manuscrito a la crítica roedora de los ratones, muy de
buen grado, pues nuestro objeto principal: esclarecer nuestras propias ideas, ya había sido logrado. Entre los
trabajos dispersos en que por aquel entonces expusimos al público nuestras ideas, bajo unos u otros aspectos, sólo
citaré el Manifiesto del Partido Comunista escrito conjuntamente por Engels y por mí, y un Discurso sobre el
librecambio, publicado por mí. Los puntos decisivos de nuestra concepción fueron expuestos por primera vez
científicamente, aunque sólo en forma polémica, en la obra Miseria de la filosofía, etc., publicada por mí en 1847
y dirigida contra Proudhon”
Según Aron (1969), las principales ideas que se pueden extraer de este escrito que da cuenta de la interpretación
económica de la histórica son las siguientes:
a) Los hombres entran en determinadas relaciones necesarias que son independientes de su voluntad, es decir, son
parte de relaciones que se interponen al margen de sus preferencias.
b) En toda sociedad es posible distinguir una base económica o infraestructura y una superestructura, es decir,
niveles económicos, políticos, jurídicos e ideológicos.
c) El factor dinámico de la sociedad es la contradicción entre las relaciones de producción y las relaciones de
propiedad, es decir, la lucha de clases.
d) Existe una distinción entre infra y superestructura y entre realidad social y conciencia social, no es la
conciencia la que determina la realidad sino por el contrario la realidad social determina la conciencia.
Entre los años de 1840 y 1850, Marx y Engels formularon los principios del materialismo histórico, los cuales se hallan
en función de una interpretación materialista de la historia. De acuerdo a dicha interpretación existen cuatro leyes
56
fundamentales que rigen el desarrollo de la vida social: 1) Las fuerzas productivas progresan constantemente; 2) El
desarrollo de las relaciones de producción se corresponde con el progreso de las fuerzas productivas; 3) El progreso de
las fuerzas productivas y de las relaciones de producción ocurre independientemente de la voluntad del individuo y 4)
Cuando las fuerzas productivas alcanzan cierta etapa de desarrollo, las relaciones de producción se transforman en un
impedimento.
Una de las tesis fundamentales del materialismo histórico señala que “el modo de producción de la vida material
condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina
su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia” (Lenin, 1980, p. 18). Según este postulado
el conjunto de relaciones que conforman la infraestructura es dependiente de la estructura o la base material económica.
En palabras de Engels (1980, p. 15), la concepción del materialismo histórico “ve la causa final y la fuerza propulsora
de todos los acontecimientos históricos importantes en el desarrollo económico de la sociedad, en las transformaciones
del modo de producción y cambio, en la consiguiente división de la sociedad en distintas clases y en la lucha de esas
clases entre sí”.
A partir de estas puntualizaciones el materialismo histórico afirma que en toda sociedad es posible distinguir una base
económica o infraestructura sobre la cual se eleva una superestructura. Denomina “infraestructura o base” a la
estructura económica de la sociedad, la misma que se halla conformada por las relaciones de producción y las fuerzas
productivas y a la vez designa como “superestructura” a las instituciones jurídicas/políticas, Estado, Derecho y a las
formas de conciencia social que corresponden a un determinada infraestructura. Con relación a las categorías de
estructura y superestructura, Engels en su obra el Anti-Dühring señala que “la estructura económica de la sociedad
constituye en cada caso el fundamento real a partir del cual hay que explicar en última instancia toda la superestructura
de las instituciones jurídicas y políticas, así como los tipos de representación religiosa, filosófica y de otra naturaleza, de
cada periodo histórico”.
Melotti (1977: 47) sostiene que para el materialismo histórico “infraestructura y superestructura constituyen una unidad
indisoluble, inseparable, un bloque histórico, que debe comprenderse en su totalidad y su especificidad. Esta unidad
global recibe el nombre de “formación social” o, como también suele denominarse para resaltar el elemento
determinante en última instancia “formación económica-social que abarca la totalidad de la vida social en una unidad
dialéctica de todos los ámbitos estructurales y superestructurales”.
Marx no descubre las clases ni la lucha de clases, sino que su gran aporte radica en el hecho de pasar de la descripción
de la existencia de clases sociales, al discernimiento de su origen y a la vez proporcionar la ley que rige la lucha de
clases. Al respecto, se sostiene que Marx nunca pretendió describir las clases dentro de una sociedad, sino explicar la
transformación de las formaciones sociales, como consecuencia del antagonismo de las dos clases fundamentales
(Lenin, 1980).
El marxismo para explicar la procedencia de las clases sociales expresa “los hombres tienen ideas que los hacen actuar.
Estas ideas nacen de las condiciones de existencia material en las cuales viven. Estas condiciones de existencia material
están determinadas por el lugar social que ocupan en la sociedad, es decir, que pertenecen a una clase, y las clases a su
vez están determinadas por las condiciones económicas en las cuales evoluciona la sociedad” (Politzer, 1970: 129).
La concepción materialista expresa que las clases sociales no han existido siempre y que no siempre han sido las
mismas sino que son resultado de ciertas condiciones históricas y que en cada uno de los diferentes modos de
producción son diferentes pero que salvo en la comunidad primitiva y el socialismo, siempre ha existido una clase
social explotadora y otra explotada. Según el marxismo en la sociedad existen principalmente dos clases antagónicas
que luchan unas contra otras: Las que poseen los medios de producción y las que no los poseen. Este enfrentamiento
antagónico que se producen entre ambas clases, por sus intereses estratégicos de clase, se denomina lucha de clases, la
misma que se constituye en las fuerzas motrices de la historia, es decir, en el motor oculto de la evolución de la vida
social (v. Lenin, 1980).
Con relación a la lucha de clases el marxismo señala que “la historia de todas las sociedades que han existido hasta hoy,
es la historia de la lucha de clases”. Carlos Marx escribe en el Manifiesto Comunista “toda la historia de la sociedad
humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases: Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y
57
siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en
una lucha ininterrumpida, velada unas veces y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la
transformación revolucionaria de todo régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes”.
Para el marxismo, esta lucha de clases se produce cuando una clase se opone a la otra y sólo aparece, al igual que las
clases sociales, en un determinado momento de desarrollo de la sociedad. Asimismo, sostiene que dicho enfrentamiento
antagónico se da en tres niveles que corresponden a las tres estructuras regionales que conforman la estructura social
global. Se habla entonces de la lucha económica, política y jurídica, pugnas que no se desarrollan de manera separada
sino que se fusionan en una unidad. Sin embargo, se sostiene que para que exista un enfrentamiento real de las clases
sociales no basta con la lucha económica ni la lucha ideológica, sino se trata de transitar o desarrollar el nivel de la
lucha política, es decir, cuestionar y luchar por el poder.
El socialismo científico expresa que a medida que se agudizan las contradicciones de la sociedad, la lucha de clases
adquiere un carácter radical y violento, hasta que llega un momento en que las clases sociales oprimidas logran
apoderarse del poder que hace posible su condición de explotación y empiezan a destruir las antiguas relaciones de
producción. Este proceso consciente y violento que transforma la estructura de la sociedad, en términos de relaciones de
producción y clases sociales, recibe la denominación de “revolución social” que se distingue de otras acciones políticas,
debido a que supone un cambio radical de las estructuras económicas, sociales y políticas.
La idea de la revolución violenta constituye la base teórica de la doctrina de Marx, Engels y Lenin, quienes expresan
que la sustitución del Estado Burgués por un Estado Proletario sólo es posible a través de la revolución social que no
tiene un matiz negativo sino que es una solución dinámica al desfase que ha surgido entre la correspondencia necesaria
entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. La revolución social se hace presente cuando las viejas y
anacrónicas relaciones de producción se convierten en trabas para el desarrollo de las nuevas fuerzas productivas. Bajo
esta interpretación marxista, la revolución social no tiene fines catastróficos, sino más bien aspectos reparadores, pues
no es el nuevo sistema social, sino el antiguo el que se constituye en un obstáculo en el normal desarrollo de la
sociedad.
Lenin sostiene que a todo proceso revolucionario necesariamente le antecede una "situación revolucionaria", la misma
que es producto o resultado de la combinación de una serie de factores objetivos y subjetivos. Entre los factores
objetivos menciona: 1) La imposibilidad de la clase dominante de mantener sin cambios las actuales formas de
dominación; 2) La agudización por encima de lo corriente de la miseria de la clase social oprimida, la pobreza, la
desocupación y otros males sociales y 3) La considerable actividad de las masas populares empujadas por la situación
de crisis que afecta a la clase social dominante. A decir de Lenin, una situación revolucionaria no necesariamente
desemboca en una revolución social, la cual solamente es posible si a las anteriores condiciones objetivas se agrega una
condición subjetiva: La capacidad de la clase revolucionaria para realizar acciones de masa lo suficientemente vigorosas
como para poder romper completamente con el antiguo régimen, gobierno o sistema.
Marx y Engels, no elaboraron una teoría acabada a cerca del Estado, lo cual no significa que no han desarrollado ciertas
ideas, conceptos y referencias teóricas sobre el Estado. Al contrario, existe una diversidad de estos elementos que
permiten una aproximación teórica a la concepción materialista del Estado que dicho sea de paso fue tergiversada de
manera oportunistas y mal intencionada por algunos intelectuales burgueses.
Federico Hegel, (1987: 208), sostiene que “El Estado es la realidad de la Idea ética; es el Espíritu ético en cuanto
voluntad patente, claro por sí mismo, sustancial, que se piensa y se conoce, y que cumple lo que él sabe y como lo
sabe”. Esta tesis es rebatida por Marx en su trabajo publicado en 1843, bajo el título de “Critica a la Filosofía del Estado
de Hegel”. En este escrito Marx (2002) se opone a la concepción idealista del Estado y empieza su crítica a partir de la
noción de que “El Estado político no puede existir sin la base natural de la familia y la base artificial de la sociedad
burguesa”. A decir de Marx, en Hegel esta noción aparece invertida, pues este filósofo idealista alemán considera que
“no es la existencia de la familia y de la sociedad civil la condición de existencia del Estado, sino que por el contrario,
es el, Estado, como idea de la “comunidad moral”, él que se “divide” en dos esferas: la familia y la sociedad civil”
(Hegel, 1987).
58
A juicio de Marx (2002), en Hegel la “idea” es el único elemento activo, de ella deviene el sujeto, entonces, el
verdadero sujeto (familia y sociedad civil) aparece como predicado, como una nueva y simple determinación de la idea.
Lo que plantea Marx, es que el verdadero sujeto (familia y sociedad civil) no aparezca como predicado, en una
determinación de la idea (Estado) y sobre la base de esta polémica de “poner sobre los pies lo que en Hegel marchaba
cabeza abajo”, establece una crítica al Estado hegeliano, para demostrar que tanto las relaciones jurídicas, como las
formas de Estado, no pueden ser explicadas por sí mismas ni por el llamado desarrollo general del espíritu humano, sino
que estas relaciones jurídicas y las formas de Estado, radican en las relaciones naturales de la vida, o sea en la sociedad
civil, en sus relaciones de producción que se corresponden con un cierto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas
materiales y, por lo tanto, con un modo de producción determinado, con una determinada producción de la familia, de
los estamentos o de las clases, en otras palabras, con una determinada sociedad civil que se corresponde, a un
determinado Estado político que no es más que la expresión oficial de la sociedad civil.
Para Marx “El Estado del régimen político, es el elemento subalterno, y la sociedad civil, el reino de las relaciones
económicas, es lo principal”. Contrariamente, Hegel ve en el Estado el elemento determinante y considera a la sociedad
civil como el elemento condicionado por el Estado. Esta concepción materialista, que se contrapone al idealismo de
Hegel, explica que los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad tienen como base causas materiales y, que por lo
tanto, el desarrollo de la sociedad humana está condicionado por el desarrollo de las fuerzas productivas que a la vez
establecen determinadas relaciones de producción.
Bajo esta directriz analítica materialista, se sostiene que la historia del desarrollo de la sociedad es, ante todo la historia
de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción de los hombres y, además, se afirma que las fuerzas
motrices de la historia, son en última instancia, las clases y sus luchas que se hallan determinadas por estas condiciones
económicas. Es pues en este sentido que Marx y Engels (2007), afirman que “la historia de la sociedad humana, no es
más que la historia de la lucha de clases”.
Según Marx, al haberse establecido, en el desarrollo de las sociedades diferencias de clases sociales que son
condicionadas por la división del trabajo y la propiedad privada de los medios de producción, se hace necesario la
conformación y la existencia de un poder político para legitimar, la propiedad privada, o sea se hace indispensable una
organización política de la correspondiente clase explotadora que permita mantener por la fuerza a la clase explotado,
en las condiciones de opresión determinadas por el modo de producción existente, lo que significa que, “mediante la
emancipación de la propiedad privada con respecto a la comunidad, el Estado cobra una existencia especial junto a la
sociedad civil y al margen de ella”.
Como bien lo expresa Lenin (1982, p. 7), en Marx el Estado “es la forma bajo la cual los individuos de una clase
dominante hacen valer sus intereses comunes y en la que se condensa toda la sociedad civil de una época, o sea, es un
órgano de dominación de clase es un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del “orden” que legaliza y
afianza esta opresión amortiguando los choques entre las clases”.
Federico Engels (1985), plantea algunas nociones teóricas sobre el Estado en su obra “El origen de la familia, de la
propiedad privada y del Estado”. Según Engels el Estado no ha existido siempre, pues hubo sociedades que se
desarrollaron sin una noción del Estado y de su autoridad. Asimismo, afirma que el Estado fue generándose
paulatinamente debido al desarrollo histórico del trabajo y de la familia. En esta perspectiva, sostiene que dicho
desarrollo dio origen a la propiedad privada, a la existencia de diferencias en la acumulación de riquezas, a la aparición
de ricos y pobres y a la emergencia de los antagonismos de clase. A decir de Engels la antigua sociedad gentilicia,
basada en la consanguinidad, al desaparecer por el choque de las clases sociales recién formadas dio lugar a la
conformación de una nueva sociedad resumida en el Estado, que nace como una imperiosa necesidad para legitimar la
propiedad privada y dar el derecho a la clase poseedora de explotar a los desposeídos. Para ilustrar estas apreciaciones
teóricas de Engels se hace referencia a la cita que se encuentra en el capítulo “Barbarie y Civilización” en la cual
resume su análisis histórico materialista sobre el Estado al puntualizar:
“Así pues, el Estado no es de ningún modo un poder exteriormente impuesto a la sociedad; tampoco es la
realización de la idea moral; “ni la imagen y la realización de la razón”, como lo pretende Hegel”. Es más bien un
producto de la sociedad cuando llega a un grado de desarrollo determinado; es la confesión de que esa sociedad se
pone en una irremediable contradicción consigo misma, y está dividida por antagonismos irreconciliables, que es
impotente, para conjurar. Pero a fin de que las clases antagonistas, de opuestos intereses económicos, no se
consuman a sí mismas y a la sociedad con luchas estériles, hácese necesario un poder que domine,
ostensiblemente a la sociedad y se encargue de dirimir el conflicto o mantenerlo dentro de los límites de “orden”.
59
Y ese poder, nacido de la sociedad, pero que se pone por encima de ella, y se hace, cada vez más extraño, es el
Estado (Engels, 1985, p. 212).
Engels percibe una articulación del Estado no solo con la clase dominante sino también con las clases explotadas y con
el resto de la sociedad a través de diferentes mecanismos de “mediación” que enmascaran el “verdadero” papel del
Estado. Por ello, bajo la concepción marxista se sostiene que el Estado “llega al resto de la sociedad, mostrándose ya no
como la portadora de los intereses particulares de la clase dominante, sino como el órgano que representa los intereses
generales”. Según Engels esta relación del Estado y la sociedad en su conjunto mediatizada por relaciones de poder
resulta necesaria para preservar la sociedad, amortiguar el choque antagónico y posibilitar que la clase dominante no
devore a la clase explotada.
Lenin, frente a las innumerables tergiversaciones que sufren los conceptos de Marx y Engels acerca del Estado, ve la
necesidad de restaurar la verdadera doctrina de los fundadores del socialismo científico y, en función de ello,
sistematiza ciertas referencias teóricas originales sobre el Estado que se encuentran en diversos textos de los fundadores
del socialismo científico. Esta tarea se plasma particularmente en su trabajo “El Estado y la Revolución” que surge en la
clandestinidad y en el que polemiza con Carlos Kautsky a quien lo acusa de ser el principal representante de los
tergiversadores del marxismo.
Engels plantea dos vías en la emergencia del Estado al afirmar que, en algunos casos, el Estado puede ser anterior a las
clases sociales y, en otros casos, puede suceder lo contrario. En cambio Lenin plantea una sola vía: primero surgen las
clases y su división antagónica y, posteriormente, el Estado, es decir, que para Lenin el Estado es un producto de las
clases sociales y, que por lo tanto, es por naturaleza, un “organismo clasista” en vista de que se constituye en un
instrumento de dominación de una clase sobre otra y esta clase explotadora necesita de una fuerza pública especial
(ejército, cárceles, instituciones coercitivas) para subordinar a la clase explotada. Si bien Lenin ve al Estado como un
instrumento de explotación, contra la clase oprimida, aclara que esta forma de agrupación política no solo funciona
coercitivamente sino que acciona también legitimándose ante las clases.
Lenin (1982) para explicar el papel histórico y la significación del Estado apela a los argumentos teóricos de Marx y
Engels para manifestar que “El Estado es producto y manifestación del carácter irreconciliable de las contradicciones de
clase. El Estado surge en el sitio, en el momento y en el grado en que las contradicciones de clase no pueden
objetivamente conciliarse y que la historia del Estado demuestra que las contradicciones de clase son irreconciliables”.
Más adelante este filósofo ruso señala, que como las clases no han existido, siempre, ni el Estado, estas desaparecerán
inevitablemente como han aparecido en su tiempo y, por lo tanto, también desaparecerá el Estado. Vinculado a lo
último, indica que la revolución violenta es una necesidad histórica para la “extinción” del Estado. Sin embargo, no
plantea la destrucción o la abolición del Estado, sino más bien reemplazarlo por la dictadura del proletario, es decir, lo
que proyecta no es la aniquilación del Estado, ni reemplazarlo con otro, con distinto carácter.
Para Lenin no se trata de una apropiación, sino de un cambio en la naturaleza del Estado, es decir, “el proletario
organizado como clase dominante” Al respecto, en el Manifiesto Comunista se expresa “el proletariado se valdrá del
poder político para ir despojando gradualmente a la burguesía de todo el capital, de todos los instrumentos de
producción, centralizándolos en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase dominante, y
procurando aumentar por todos los medios y con la mayor rapidez posible las fuerzas productivas” (Lenin, 1980; Marx
y Engels, 2007).
Lenin (1982), con relación a la extinción indica que “la doctrina de Marx y Engels sobre el carácter inevitable de la
revolución violenta se basa fundamentalmente en el hecho de que la sustitución del Estado burgués por el Estado
proletario es imposible sin la revolución violenta”. En función de esta tesis, los fundadores del socialismo científico
sostienen en el Manifiesto Comunista que cuando “hayan desaparecido las diferencias de clase y toda la producción este
concentrada en manos de la sociedad, el Estado perderá todo carácter político”.
Althusser en su texto “Ideología y aparatos ideológicos del Estado” (1970), elabora una serie de argumentos que se
constituyen en un gran aporte al análisis de la teoría del Estado. Inicialmente, Althusser (1986, p. 108), resume la
“teoría marxista del Estado”, en los clásicos del marxismo, a partir de las siguientes afirmaciones:
d) El proletario debe conquistar el poder para destruir el aparato burgués del Estado y, en una primera fase,
reemplazarlo por un aparato del Estado completamente distinto, proletario, y después, en las fases ulteriores,
desarrollar un proceso radical, el de la destrucción del Estado (fin del poder del Estado y de todo aparato del
Estado)
Más adelante Althusser (1986, pp. 108-109), señala que la teoría marxista del Estado, de la cual disponemos, es, en
parte, “descriptiva”. En función de esta puntualización dice que esta teoría representa una fase de la constitución de la
teoría que exige, por sí misma que se la supere. En criterio de Althusser para efectivizar está “superación teórica”
resulta indispensable desarrollar esta teoría descriptiva y convertirla en teoría, a secas, es decir, sostiene que para
comprender los mecanismos del Estado y su funcionamiento de debe “agregar otra cosa” a la “teoría marxista” del
Estado. En función de ello, expresa que “para hacer avanzar la teoría del Estado es indispensable tomar en cuenta no
sólo la distinción entre poder del Estado y aparato del Estado, sino también otra realidad, que se sitúa de modo
manifiesto junto al aparato del Estado y no se confunde con él. Llamaremos a esta realidad por su concepto; aparatos
Ideológicos del Estado” (Althusser, 1986, p.109)
Althusser sostiene que no se debe confundir los “aparatos ideológicos del Estado”, con el “aparato represivo”
propiamente dicho del Estado que funciona con cohesión, violencia e incumbe al dominio público (policía, ejército,
administración, cárceles, tribunales). Según Althusser los “aparatos ideológicos del Estado” funcionan con ideologías y
pertenecen al dominio privado; se trata de los aparatos ideológicos religiosos, escolares, familiares, jurídicos, políticos,
sindicales, informativos y culturales que básicamente responden a la ideología dominante. Asimismo, dice que
“ninguna clase puede detectar durablemente el poder del Estado sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en
los aparatos ideológicos del Estado” (Althusser, 1986, p.112).
3.4. Sistemismo
El análisis estructural/funcional y el análisis sistémico, tienen un origen teórico común: La teoría de los sistemas
generales. El primer enfoque, el análisis estructuro/funcional fue inicialmente utilizado por los sociólogos y,
posteriormente, por los politólogos. En cambio el segundo enfoque, el sistémico tiene una suerte inversa, inicialmente
utilizado por los politólogos es posteriormente muy utilizado por los sociólogos.
Torrico (2004, p. 69), señala que “para el sistemismo, la realidad es un conjunto jerarquizado de suprasistemas, sistemas
en sí y subsistemas que se relacionan dinámicamente y que están constituidos por totalidades de diversa magnitud cuyas
fronteras son recortables desde el punto de vista teórico de acuerdo con el tipo de interacciones que establecen entre sí”.
Si bien este paradigma social puede ser aplicado en distintos campos de las ciencias sociales ha sido bastante
desarrollado en el campo de la teoría política.
Este enfoque sistémico interpreta la vida política como una serie compleja de procesos mediante los cuales ciertos tipos
de insumos (input) se convierten en el tipo de productos (output) que se pueden denominar políticas administrativas,
decisiones y acciones ejecutivas. Así considera que la vida política es un sistema de conducta incorporado a un
ambiente a cuyas influencias está expuesto el sistema político mismo, que a su turno reacciona frente a ellas. La
interrogante central que trata de responder el análisis sistémico es ¿Cómo logran persistir los sistemas políticos en un
mundo, donde coexisten la estabilidad y el cambio?
El análisis sistémico tiene como a su mayor representante a David Easton (1969), siendo este enfoque también conocido
como el análisis “insumo/producto”. Las tesis fundamentales del análisis de Easton sostienen: a) La vida política es
considerada metodológicamente como un sistema de conducta; b) La vida política como sistema no existe en el vació
sino que se halla rodeada de ambientes físicos, biológicos, sociales y psicológicos; c) La vida política conforma un
sistema abierto expuesto a influencias procedentes de los demás sistemas a los que está incorporado y d) Los sistemas
políticos necesitan la capacidad de responder y adaptarse a las perturbaciones, circunstancias e influencias de sus
ambientes.
61
Easton (1970) sostiene que el análisis sistémico promete ofrecer una estructura teórica más expansiva, completa y
flexible de la que puede brindar incluso un enfoque de equilibrio formulado con cabal conciencia y bien desarrollado.
Puntualiza, que para que este análisis tenga éxito debe establecer sus propios imperativos teóricos, es decir, sus propios
conceptos, siendo los conceptos básicos o centrales de este enfoque los siguientes: Sistema, ambiente, respuesta y
retroalimentación.49
3.4.1.1. Sistema
Easton define al sistema como cualquier conjunto de variables, independientemente del grado de relación existente
entre ellas. De este modo, entiende al sistema como el conjunto de elementos conectados por algunas relaciones
características y que se influyen recíprocamente mediante ciertos procesos característicos.
3.4.1.2. Ambiente
Para Easton el ambiente hace referencia al contexto social y físico en el cual se desarrolla un sistema y donde se
distinguen dos dimensiones: La intrasocietal y la extrasocietal. Según Easton la primera dimensión consta de todos
aquellos sistemas que pertenecen a la misma sociedad que el sistema político pero que no son sistemas políticos, se trata
del sistema ecológico, biológico, de la personalidad y social. Estos sistemas comprenden series de conducta, actitudes e
ideas tales como la economía, la cultura, la estructura social y las personalidades individuales, se trata de segmentos
funcionales de la sociedad, uno de cuyos componentes es el propio sistema político. La segunda dimensión comprende
todos los sistemas que están fuera de la sociedad dada, son componentes funcionales de una sociedad internacional un
suprasistema del que forma parte toda sociedad individual.
3.4.1.3. Respuesta
A decir de Easton todo sistema está abierto a las influencias que puede provocar tanto el ambiente intrasocietal como el
ambiente extrasocietal. Estas influencias se las denomina “perturbaciones”, las cuales actúan sobre el sistema y muchas
veces lo modifican. Las variaciones o perturbaciones que se producen en las estructuras y procesos dentro de un sistema
se pueden interpretar con provecho como esfuerzos alternativos constructivos o positivos por parte de los miembros del
sistema, para regular o hacer frente a una tensión que procede tanto de las fuentes ambientales internas como externas.
Dichos esfuerzos hacen referencia a las denominadas respuestas.
3.4.1.4. Retroalimentación
En Easton la retroalimentación o “feedback” es la capacidad de un sistema para subsistir a una tensión en función de la
presencia y naturaleza de la información y de las demás influencias que vuelven a los actores y a los que toman
decisiones. Este circuito contribuye a explicar los procesos mediante los cuales el sistema puede hacer frente a la
tensión, gracia a la retroalimentación se aprovecha lo sucedido procurando modificar en consecuencia la conducta
futura.
Easton define al sistema social como una conformación de interacciones entre personas y a la vez sostiene que dichas
interacciones forman las unidades básicas de dichos sistemas. Según Castro (1977, p. 57), “tal y como se entiende en
este enfoque un sistema político no es pues, una constelación de seres humanos que forman un sistema de partes
interrelacionadas, sino un sistema analítico formado por abstracciones que se concentran en elementos relacionados del
comportamiento humano. En este último contexto, se puede distinguir una amplia gama de tipos de sistemas analíticos
tales como los políticos, económicos y religiosos”.
En esta directriz sistémica, manifestar que la sociedad es considerada como un suprasistema que admite dentro de sí a
todos los demás sistemas, lo que da lugar a considerar a la sociedad como un tipo único de sistema social que incluye
otros sistemas menores. Según el análisis sistémico lo que distingue a los sistemas menores, como ser la familia, el
linaje, las clases sociales, de un sistema mayor y complejo como la sociedad, es la “asignación obligatoria o autoritaria
de valores”. Easton dice que estas asignaciones obligatorias y/o autoritarias distribuyen cosas valoradas entre las
personas y los grupos a través de uno o más de tres procedimientos posibles: a) Privando a la persona de algo valioso
49
Las ideas y referencias bibliográficas de este acápite han sido tomadas de dos textos principales de Easton: Esquema para el análisis político y
Enfoques sobre teoría política (1970).
62
que poseía, b) entorpeciendo la consecución de valores que de lo contrario se habrían alcanzado y c) permitiendo el
acceso a valores a ciertas personas y negándolas a otras. Por otro lado, se sostiene que una asignación es autoritaria
cuando las personas por diferentes razones se ven obligadas a aceptar dichas decisiones. Si bien existen varias razones
para que los miembros de un sistema se sientan obligados, se tienen a las siguientes razones principales: a) por temor al
empleo de la fuerza, b) por temor a una sanción psicológica severa, c) por el interés personal, d) por la tradición y e) por
la legalidad o ilegalidad.
A decir de Easton todo sistema político se desarrolla en un determinado ambiente que comprende dos dimensiones: Lo
social y lo físico. En otras palabras, implica un ambiente intrasocietal y un ambiente extrasocietal.
A decir de Easton el ambiente intrasocietal está conformado por varios sistemas internos que son importantes para la
subsistencia y el cambio del sistema político. Entre estos sistemas menciona a los siguientes:
a) Sistema ecológico que comprende el ambiente físico y las condiciones orgánicas no humanas de la existencia
humana. Según Easton al interior del primer aspecto se tiene las características geográficas, en términos de
topografía, extensión territorial, clima y recursos naturales. En cambio, el segundo aspecto incluye a la
naturaleza, ubicación y accesibilidad en la provisión de alimentos, la flora y la fauna.
b) Sistema biológico, que resulta importante en la interpretación de la conducta política de los países, aspectos
relacionados a las características genéricas de la conducta de los individuos en términos de herencia biológica.
Por ello, a decir de Easton, algunos grupos sociales tienen, por un lado, a comportarse pacífica y racionalmente
y, por otro lado, de manera violenta y conflictiva.
c) Sistema social, los sistemas sociales se hallan comprendidos por aquellos elementos que pertenecen a la misma
sociedad como ser los sistemas culturales, estructuras sociales, sistemas demográficos y sistemas económicos.
d) Sistema de la personalidad que según Easton hace referencia a las motivaciones individuales que poseen los
miembros del sistema político, así como al carácter nacional y los diferentes tipos de conducta política
asociados a los diversos tipos de personalidad.
Para Easton el ambiente extrasocietal, está conformado por sociedades y sistemas políticos diferentes al de la propia
sociedad y cuyas relaciones afectan en mayor o menor medida a un determinado sistema social. Según Easton se trata
de componentes funcionales de una sociedad internacional, suprasistema del que forma parte toda la sociedad
individual. Esto implica que cada sistema social, se encuentra como un subsistema al interior de una sociedad o un
sistema internacional. Para ilustrar esta puntualizaciones señalar que Bolivia no se puede explicar al margen de su
relación con el sistema capitalista mundial, es decir, no se la puede entender al margen de sistemas políticos
internacionales, sistemas ecológicos internacionales y sistemas sociales internacionales.
El análisis sistémico sostiene todo sistema político y/o social no se encuentra indefenso frente a perturbaciones
organizadas o no, que se pueden presentar y afectar. Al contrario, los miembros de un sistema político tienen la
oportunidad de responder a dichas tensiones tanto internas como externas con el propósito de asegurar la persistencia y
la estabilidad de un determinado sistema.
Castro (1986), sobre la base de las ideas de Easton señala que el funcionamiento de un sistema político debe tener en
cuenta lo que sucede en su ambiente intrasocietal o extrasocietal o los factores que le afectan en mayor o en menor
grado. Según este autor esta puntualización implica que un sistema político a través de sus estructuras y procesos debe
actuar sobre determinados “insumos” en términos de demandas, exigencias y tensiones provenientes del ambiente que
lo rodea, de tal modo que los convierta en “productos” en términos de decisiones autoritarias y su ejecución.
A decir de Castro dichos “productos” vuelven a los sistemas del “ambiente o al ambiente insumo”, directa y sin
intermediarios, dando lugar a un proceso de “retroalimentación” al propio sistema. Más adelante Castro puntualiza que
este proceso es dinámico, implica una continua retroalimentación, el flujo constante de “insumos” del ambiente hacia el
sistema político, a la vez un flujo continuo de “productos” desde el sistema político hacia los ambientes, finalmente
expresa que cuando se modifican estos ambientes surgen nuevos insumos. Sobre la base de estas puntualizaciones
63
señalar que un sistema político no es más que un medio para convertir en “productos” ciertos “insumos” de allí proviene
la denominación del análisis “insumo/producto”.
El análisis sistémico analiza, por un lado, el funcionamiento del sistema político y sus relaciones con el ambiente tanto
interno como externo y, por otro lado, intenta explicar las distintas respuestas que propician o generan los sistemas
políticos. Al respecto, Easton sostiene que un sistema político está expuesto de dos modos a tensiones procedentes de
las demandas:
a) Si sus autoridades no se encuentran en condiciones de satisfacer en cierta medida las demandas de sus
miembros, por lo menos de los políticamente más poderosos, o se resisten a satisfacer dichas demandas, se
estima que esta situación provoca un descontento social cada vez mayor. A su vez esta situación puede
provocar la emergencia de movimientos sociales separatistas, insatisfechos que intenten desestabilizar al
régimen de gobierno o el propio sistema.
El análisis sistémico considera que la capacidad de un sistema y de sus autoridades para responder las tensiones
depende, por un lado, de la información que se tenga del estado del sistema y su ambiente y, por otro lado, de la
capacidad que se desarrolle para transmitir dicha información a las autoridades correspondientes para dar una respuesta
a dichas demandas. En consecuencia, es pues la combinación de tales propiedades la que permite que un sistema
responda eficaz y eficientemente a sus tensiones o demandas.
Easton considera que un sistema debe obtener tres tipos de información para responder y afrontar las tensiones: 1)
Tanto las autoridades como los miembros del sistema político que actúan en su nombre deben conocer las condiciones
reinantes en el ambiente intra y extra sistema; 2) Las autoridades deben informarse sobre la disposición de los
miembros a prestar apoyo y a la vez sobre las demandas expresadas, cuando menos por los políticamente influyentes.
Se especifica que es importante saber si son adictos al borde de la rebelión y cuáles son sus demandas específicas y 3)
Se debe conocer cuáles son los efectos que mantienen los productos, entendiéndose por productos, las asignaciones
autoritarias de valores o decisiones obligatorias y las acciones que las implementan o su relación con ellas. Según
Easton, en este proceso de responder y afrontar tensiones, resulta también imprescindible el flujo de la información con
relación al logro de objetivos y el cumplimiento de determinadas demandas.
Como se observa, el análisis sistémico brinda la oportunidad de acercarse a un conocimiento más concreto y objetivo de
la realidad social, lo cual facilita la toma de decisiones de diverso orden. Se sostiene que esta concepción sistémica ha
venido cobrando mayor fuerza en los últimos años gracias a los movimientos de la “ecología profunda”, el “holismo” y
las ideas “posmodernistas” que han puesto nuevamente en escena las nociones de estabilidad y equilibrio (Torrico,
2004).
Cuadro Nº 4
PRINCIPALES TEORÍAS SOCIOLÓGICAS
64
Valores El consenso sobre los valores une a la sociedad. El conflicto divide a la sociedad. La
ilusión del consenso de valores es
mantenida por las clases dominantes.
Instituciones Cultivan Valores y lealtades comunes que unen a Cultivan valores y lealtades que
la sociedad protegen a las clases privilegiadas.
Estado Refuerzan las normas que reflejan el consenso de Refuerzan las normas impuestas por las
Leyes valores. clases dominantes para proteger sus
interese de clase.
CAPÍTULO 4
ESTRUCTURA O SISTEMA
El mundo está conformado por una diversidad de “cosas” que se hallan tanto fuera como dentro de la experiencia.
Dichas “cosas” que expresan características tangibles e intangibles conforman la llamada “realidad” que engloba a tres
grandes dimensiones: naturaleza, sociedad y pensamiento. En función de esta tridimensionalidad se tiende a hablar de
realidad natural, social y cognoscitiva.
Se entiende por realidad social al conjunto de hechos, fenómenos y procesos sociales que existen y se expresan de modo
manifiesto en un determinado momento histórico y en un cierto contexto espacial y temporal, como resultado de las
relaciones sociales que se establecen entre los hombres que integran una determinad comunidad. A partir de esta
constatación se considera que son las ciencias sociales las encargadas del análisis sistemático de dicha realidad social, la
misma que es considerada como única, diversa, compleja, universal y sometida a determinadas leyes. En sociología,
dicha realidad social se constituye en una unidad de análisis que es abordada a través de diferentes paradigmas,
matrices, perspectivas, teorías o enfoques que responden a ciertos criterios teóricos, metodológicos e inclusive
ideológicos. Esto supone que para el análisis de la realidad social resulta imprescindible adoptar cierta postura teórica y
65
metodológica. En el caso de los sociólogos, éstos han respondido de manera muy diferente y a veces contradictoria esta
“cuestión teórica/metodológica” principalmente sobre la base de los conceptos de estructura y sistema.
El termino de estructura implica un conjunto de elementos que relacionados entre sí conforman una totalidad concreta.
Bajo este significado básico comienza a ser utilizado a partir del siglo XVII, específicamente en el campo científico de
lo natural y lo biológico para hacer referencia a las relaciones existentes entre las partes de un todo. Así, por ejemplo, se
habla de estructura molecular, estructura ósea y estructura corporal. En el ámbito social, el concepto de estructura social
implica básicamente tres elementos: 1) la idea de un conjunto o de una totalidad, 2) la existencia de unas partes
interrelacionadas que componen ese conjunto o totalidad y 3) la disposición ordenada de relaciones o posiciones de las
partes del conjunto. Es decir, se trata de un todo conformado por muchas partes que se articulan de una manera o un
modo específico.
Sociológicamente el concepto de estructura social significa un modo de abordar la llamada realidad social. De modo tal
que la realidad social vista estructuralmente implica percibirla como “algo” constituida por un conjunto o por la
totalidad de partes vinculadas entre sí. En tal sentido, desde el ámbito de la sociología, se puede definir a la estructura
social como un conjunto de partes relativamente estables que mantienen entre sí relaciones simétricas o asimétricas de
diverso grado (Ander-Egg, 1988).
Este concepto que resulta central para definir a la sociedad fue utilizado inicialmente por Herbert Spencer para
comparar la estructura de la sociedad con la estructura de un organismo vivo u organismo animal. En función de esta
analogía orgánica se considera a la estructura de la sociedad como la organización de las partes o unidades dependientes
e integradas del todo y solidarias entre sí. Ya desde tiempos de Aristóteles y Platón pasando por Spencer hasta llegar a
Marx, entre otros filósofos, el análisis de la estructura social ha tenido lugar por medio de diferentes concepciones
sociales.50
Max Weber sitúa a la acción social en la estructuración de todas las manifestaciones sociales. Por su parte, Carlos Marx
ve la estructura económica de la sociedad en las relaciones sociales de producción y las fuerzas productivas y afirma
que sobre esta estructura se conforma una superestructura que incluye niveles ideológicos, políticos y jurídicos. Sobre la
base de la teoría expuesta por Marx y Engels, surge el marxismo estructural que se halla representando por pensadores
sociales como Louis Althusser, Nicos Poulantzas y Maurice Godelier. En una posición teórica opuesta, Talcott Parsons
elabora su teoría del sistema y la organización social a través de los conceptos de estructura y función a partir de esta
concepción se desarrolla el funcionalismo estructural. Según Parsons, la estructura comprende los elementos del sistema
relativamente constantes y estables como son roles, colectividades, normas y valores. En esta directriz analítica
funcional, los sociólogos norteamericanos señalan que los componentes de la estructura social o “componentes
estructurales” son status, rol, pautas y procesos sociales (v. Aron, 1969; Timasheff, 1974; Agulla, 1987; Ritzer, 1993)
4.1.2. Sistema
Sistema en su acepción más amplia implica un conjunto de elementos relacionados entre sí, que se dan o constituyen
una unidad. Esta noción fue en primera instancia aplicada en las ciencias naturales para luego ser transportada con
connotaciones diferentes al ámbito de lo social. Así, por ejemplo, inicialmente se habla de sistema solar, sistema
nervioso, sistema reproductor, y sistema circulatorio y, posteriormente, de sistema social, sistema político, sistema
comunicacional, sistema familiar, sistema de parentesco, etc.
Acebedo y Brie (2006), señalan que la noción de sistema entendida como un conjunto de elementos conectados en
función de un determinado fin se ha generalizado casi en todas las ciencias naturales y sociales y que en el ámbito de las
ciencias sociales esta noción se aplica tanto a teorías como al conjunto de acciones que toman su sentido último en
cuanto son partes interdependientes e interconectadas entre sí.
50
Radcliffe-Brown y Claude Lévi-Strauss fueron los representantes de dos concepciones diferentes y enfrentadas en relación a la estructura:
Radcliffe-Brown a partir de un modelo conceptual comparó la sociedad a un mecanismo en funcionamiento cuyas partes pueden ser descritas y
representadas por los propios participantes. En cambio, Lévi-Strauss, a través de su modelo teórico diametralmente opuesto a la concepción de
Radcliffe, consideró a la estructura como algo “latente” en la realidad pero a modo de un “orden oculto”, es decir, que sus partes sólo pueden ser
interpretadas y explicadas.
66
En sociología, si bien la noción de sistema social se halla relacionada con la noción de estructura social en esta última
se distinguen estratos, agrupaciones, asociaciones y normas colectivas, en cambio en la primera se considera
fundamentalmente a los individuos (Ander-Egg, 1988). Según la definición de Parsons, “el sistema consiste en una
pluralidad de actores individuales que interactúan entre sí en una situación que tienen al menos un aspecto físico o
ambiental. Los actores se encuentran motivados por una tendencia a obtener un “óptimo de gratificación”, y cuyas
relaciones con sus situaciones, incluyendo a los demás, están medidas y definidas por un sistema de símbolos
culturalmente estructurados y compartidos. Las principales unidades del sistema social son las colectividades y los
roles, y las principales pautas que vinculan estas unidades son los valores y normas” (Ander-Egg, 1988, p. 299).
Si se parte del hecho de que un sistema social se constituye para obtener un propósito o una finalidad específica, cuando
se aplica a la actividad humana se entiende que ese sistema está compuesto cuando menos por dos personas que
interactúan en un medio determinado y con un objetivo dado. En función de ello, la noción de sistema social es aplicada
a grupos, sociedades, instituciones y colectividades sociales en las que existen ciertas estructuras, actividades, opiniones
o posturas interrelacionadas. Sin embargo, dentro de un sistema social es preciso tomar en consideración que existen
fronteras o límites que favorecen el equilibrio o estabilidad interna y que entre sus componentes hay una actividad de
intercambio que implica la entrada y salida de demandas y satisfactores (Easton, 2006)
Estructura y sistema son nociones emparentadas. En efecto, a partir de la noción de que la estructura se halla
conformada por partes relativamente estables e interrelacionadas, se asume que estas “estructuras parciales” cumplen
determinadas funciones respecto de un todo o un sistema del que forman parte. Asimismo, si se parte de la idea de que
el sistema implica un conjunto o una totalidad de partes relacionados entre sí, se asume que esta noción es también
aplicada a grupos, instituciones, colectividades y sociedades donde existen subsistemas o estructuras interrelacionadas.
En tal sentido, las estructuras de grupos, instituciones, colectividades, comunidades y sociedades son consideradas
como un sistema.
Por otro lado, señalar que estructura y sistema son conceptos centrales o conceptos “eje” en el análisis de las grandes
matrices sociales, el funcionalismo y el marxismo. Para el enfoque funcional la sociedad se halla conformada por partes
o sistemas que se pueden analizar por separado o en su conjunto, entonces se habla de subsistemas. Al respecto, señalar
que Parsons ha elaborado su teoría del sistema social bajo la premisa de que todo sistema social está conformado por
componentes estructurales y que para reproducirse debe resolver ciertas funciones básicas. Desde una perspectiva
diametralmente opuesta, el materialismo histórico considera a la sociedad como una totalidad social global conformada
por varias estructuras regionales: estructura económica (fuerzas productivas y relaciones de producción); estructura
jurídica/política (disposiciones legales, Estado) y estructura ideológica (ideas, costumbres). Según la concepción
marxista en esta estructura global, una de las estructuras regionales es dominante, respecto a las otras pero en última
instancia la estructura determinante es la económica.
Para el funcionalismo y concretamente para el “funcionalismo estructural” hay una estrecha relación entre estructura y
sistema. Talcott Parsons (1999) define el concepto de estructura social como “un conjunto de relaciones de unidades
pautadas relativamente estables” y añade que “la unidad del sistema social es el actor que participa del sistema social
desempeñando roles, pautas y procesos sociales”. Para Parsons esta definición se basa en cuatro premisas:
1) La estructura permanece con los mismos perfiles, mientras que los individuos van siendo reemplazados unos
por otros.
2) Las estructuras sociales son “esquemas de acción pautadas” en vista de que son dadas en las sociedades
haciendo abstracción de la población concreta y de los individuos particularizados.
3) Las estructuras sociales implican distintas formas estandarizadas de relaciones de ordenamiento, de distancias
sociales, de jerarquías y de dependencias de unos individuos y grupos respecto a otros, según los papeles
sociales que desempeñan.
4) La estructura social general de una sociedad está formada por un conjunto de subestructuras, o estructuras que
están interconectadas de forma muy diversa.
67
4.2.1. Sistema de la acción
Parsons en sus diferentes trabajos intenta construir un esquema conceptual de referencia para explicar la acción social o
el comportamiento sociológico. Considera que la acción social tiene tres elementos interrelacionados: actor situación y
orientación. En función de esta idea, Parsons sostiene que toda acción cuenta con tres sistemas básicos: Sistema de la
personalidad, sistema social y sistema cultural (Agulla, 1987).
Parsons define al sistema de la acción como una pluralidad de actores individuales o colectivos, que interactúan entre sí
dentro de una determinada situación que se compone de una situación física o geográfica, de una situación social y de
un sistema de símbolos o una cultura (Agulla, 1987). A decir de Parsons el sistema de la acción es un sistema de los
niveles del análisis social, los cuales en orden jerárquico o de importancia son los siguientes: 1) Entorno de la acción:
realidad última; 2) Sistema cultural; 3) Sistema social; 4) Sistema de la personalidad; 5) Organismo conductual y 6)
Entorno de la acción: entorno físico/orgánico (Ritzer, 1993, p. 117) A decir de Parsons estos seis niveles se hallan
jerárquicamente interrelacionados y se integran en su sistema de dos formas: Por un lado, cada uno de los sistemas
inferiores proporciona las condiciones que requieren los niveles superiores y, por otro lado, los niveles superiores
controlan a los niveles inferiores.
Talcott Parsons en el análisis de los sistemas de la acción, enfrenta el problema del orden en función de la siguiente
interrogante ¿Qué es lo que evita el enfrentamiento de todos contra todos? A decir de Ritzer (1993), la respuesta
propuesta por Parsons se basa en los siguientes supuestos:
1) Los sistemas sociales tienen la característica del orden y de la interdependencia de las partes;
2) Los sistemas sociales tienden hacia un orden que se mantiene por sí mismo, o por el equilibrio.
3) Los sistemas sociales pueden ser estáticos o verse implicados en un proceso ordenado de cambio.
4) La naturaleza de una parte del sistema social influye en la forma que pueden adoptar las otras partes.
7) Los sistemas sociales tienden al automantenimiento, que implica el mantenimiento de fronteras y de relaciones
entre las partes y el todo, el control de las variaciones del entorno, y de las tendencias de cambio del sistema
desde su interior.
A través de estos supuestos se advierte que Parsons centraliza su análisis en el problema del “orden” y no enfatiza la
problemática del “cambio”. En función de ello, estructura su sistema general de la acción en función del sistema social,
sistema cultural, sistema de la personalidad y el organismo conductual.
Parsons (1999), sostiene que el sistema social consiste en una pluralidad de actores individuales que interactúan entre sí
en una situación que tiene, al menos, un aspecto físico o de medio ambiente; actores motivados por una tendencia a
“obtener un óptimo de gratificaciones” y cuyas relaciones con sus situaciones, incluyendo a los demás actores, están
mediadas y definidas por un sistema de símbolos culturalmente estructurados y compartidos”. Según Ritzer (1993, 119),
en esta conceptualización sobre el sistema social se hallan muchos de los conceptos clave de la obra de Parsons: los
actores, la interacción, el entorno, la maximización de la gratificación y la cultura.
A decir de Ritzer (1993), en el análisis del sistema social, Parsons se interesa por los denominados componentes
estructurales como ser: status, roles, colectividades, normas y valores. El análisis de estos elementos estructurales lo
conducen no sólo a una postura estructuralista sino también funcionalista, pues establece una serie de prerrequisitos
funcionales en todo sistema social, los cuales a decir de este sociólogo estadounidense son los siguientes:
1) Los sistemas sociales deben ser estructurados de modo que sean compatibles con otros sistemas.
68
2) Los sistemas sociales para sobrevivir deben contar con el apoyo de los otros sistemas.
3) Los sistemas sociales deben satisfacer una proporción significativa de las necesidades de los actores.
4) Los sistemas sociales deben provocar en sus miembros una participación eficiente y suficiente.
5) Los sistemas sociales deben ejercer un cierto control sobre la conducta potencialmente desintegradora.
Parsons considera a la cultura como el principal elemento que liga los diversos aspectos del mundo social o del sistema
de la acción, según este sociólogo la cultura transversaliza la interacción social entre los actores e integra la
personalidad y los sistemas sociales (Ritzer, 1993). Dice Parsons que la cultura se simboliza o expresa en ciertas normas
y valores y en el sistema de la personalidad es internalizada por el actor. Asimismo, señala que el sistema cultural no es
sólo parte de otros sistemas sino que también tiene una existencia separada, pues constituye el acervo social de
conocimientos, símbolos e ideas, aspectos que se hallan en el sistema social y de la personalidad, pero que no se
convierten en parte de ellos.
En función de estas conceptualizaciones, Parsons define al sistema cultural en términos de su relación con los otros
sistemas de la acción. Así, la cultura es un sistema pautado y ordenado de símbolos que son objeto de orientación de los
actores y de las pautas institucionalizadas del sistema social. La cultura al ser simbólica y subjetiva, tiene la capacidad
de transmitirse con facilidad y rapidez de un sistema a otro a través del aprendizaje y la socialización (Ritzer, 1993).
Para Parsons el sistema de la personalidad está controlado no sólo por el sistema cultural sino también por el sistema
social. Pese a ello, Parsons asigna cierta independencia al sistema de la personalidad al afirmar que “la personalidad se
convierte en un sistema independiente mediante las relaciones que mantiene con su propio organismo y debido a la
particularidad de su propia experiencia vital, no es mero epifenómeno”.
Según Parsons, la personalidad se define como un sistema organizado de la orientación y la motivación de la acción del
actor individual, siendo el componente básico de la personalidad las “disposiciones de necesidad” que son entendidas
como las unidades más relevantes de la motivación de la acción.
Parsons distingue las disposiciones de necesidad de los impulsos que son parte del organismo biológico y considera que
las disposiciones de necesidad no son tendencias innatas, sino adquiridas a través del proceso mismo de la acción, es
decir, se trata de impulsos moldeados por la sociedad. A decir de Parsons, las disposiciones de necesidad impulsan a los
actores a aceptar o rechazar objetos presentes en el entorno, o a buscar nuevos objetos si los que están a su alcance no
satisfacen las disposiciones de necesidad. En opinión de este sociólogo estadounidense existen tres tipos básicos de
disposiciones de necesidad:
a) El primero impulsa al actor a buscar amor, aprobación y satisfacción en sus relaciones sociales.
b) El segundo incluye valores internalizados que conducen a los actores a observar diversos modelos culturales.
c) El tercero está vinculado a las expectativas de rol que llevan a los actores a dar y obtener respuestas adecuadas.
Si bien el organismo conductual se constituye en uno de los cuatro sistemas de la acción, Parsons lo incluye como un
sistema residual. Con relación a este punto, sostiene que el organismo conductual se constituye en la fuente de energía
para el resto de los sistemas y su organización se encuentra influenciada por los procesos de condicionamiento y
aprendizaje que se producen durante la vida del individuo. A decir de Ritzer (1993, p. 125), Parsons no ofreció muchas
69
ideas sobre el organismo conductual, “pero debemos alabar a Parsons por haberlo incluido como parte de su sociología
aunque no fuera más que por anticiparse al interés actual por la sociobiología que demuestran algunos sociólogos”
Talcott Parsons sostiene que todo sistema social para sobrevivir necesita resolver cuatro funciones básicas, la
identificación y determinación de estas funciones las explica en su denominado esquema AGIL.51
a) Funciones de adaptación. Todo sistema social debe adaptarse y adaptar el entorno social y no social a sus
necesidades, siendo uno de los medios de adaptación, el trabajo y la división social del trabajo que permite las
diferenciaciones de roles dentro del sistema de producción de bienes y de servicios. Es precisamente a través
de esta diferenciación que se adquieren tecnologías, habilidades y destrezas que permiten incrementar la
productividad de los diferentes sectores económicos.
b) Funciones de logros de fines. Todo sistema social tiene uno o más fines que alcanzar a través del esfuerzo
solidario individual y colectivo. Uno de estos fines es la seguridad y para satisfacer esta necesidad se debe
promover la movilización de todos los recursos nacionales tanto en periodos de conflicto como en periodos de
paz.
c) Funciones de integración. Todo sistema social se encuentra constituido por diversos grupos sociales. En estos
grupos sociales las pautas institucionalizadas deben ser integrativas. Los miembros de un sistema social deben
ser leales, unos con otros y con el sistema como totalidad y toda conducta desviada o disfuncional debe ser
controlada.
d) Función de mantenimiento de pautas y manejo de tensiones. Todo sistema social tiene mecanismos de
socialización a través de las cuales las pautas culturales llegan a ser incorporadas a las personalidades que
integran el sistema como sus miembros. Una vez internalizadas dichas pautas, los socializados pueden
desarrollarse o renovarse bajo rituales o símbolos apropiados. En cuanto al manejo de tensiones señalar que
toda sociedad para reproducirse con efectividad debe desarrollar mecanismos propios de autodefensa para
resolver perturbaciones, conflictos y desordenes.
Parsons, sobre la base de su esquema AGIL, realiza el análisis de la estructura del sistema general de los cuatro sistemas
de acción: Sistema de acción; Sistema social, Sistema cultural, Sistema de la Personalidad y Organismo conductual.
Vinculado a este punto, (Ritzer, 1993, p. 117) señala “El organismo biológico es el sistema de acción que cumple la
función de adaptación al ajustarse o transformar el mundo externo. El sistema de la personalidad realiza la función del
logro de metas mediante la definición de objetivos del sistema y la movilización de recursos para alcanzarlos. El
sistema social se ocupa de la función de integración, al controlar sus partes constituyentes. Finalmente, el sistema
cultural cumple la función de proporcionar a los actores las normas y los valores que les motivan para la acción”
Una de las principales contribuciones del materialismo histórico al análisis de la historia y la sociedad gira en torno a
los conceptos de sistema y estructura. En Marx y Engels existe el convencimiento de que no es posible comprender a la
sociedad sin referirse al funcionamiento del sistema económico, ni comprender la evolución del sistema económico si se
descuida la teoría de su funcionamiento. Desde esta perspectiva, ambos alemanes señalan que todo sistema social no es
más que un sistema de relaciones de producción y expresan que todo modo de producción está constituido por una
estructura global formada por tres estructuras regionales: económica, jurídico/política e ideológica. 52
El materialismo histórico sostiene que la sociedad está conformada por una infraestructura, sobre la cual se levanta una
superestructura. Señala que la infraestructura que es considerada la base de la sociedad está integrada por la estructura
económica que es resultado de la combinación de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Asimismo,
51
A (Adaptación), G (Capacidad para alcanzar metas), I (Integración) y L (Latencia o mantenimiento de pautas.
52
Marx intentó elaborar una teoría de la sociedad que explique el funcionamiento, la estructura, las contradicciones y el devenir histórico de la
sociedad sobre todo capitalista. Además de ello, que exponga el carácter antagónico o clasista de todas las sociedades históricamente conocidas.
70
expresa que la superestructura está conformada por dos estructuras, por una parte, se tiene la estructura ideológica que
se halla integrada por los sistemas de ideas, representaciones sociales o la ideología en sí y el sistema de actitudes,
comportamientos sociales o las llamadas costumbres y creencias y, por otra parte, se halla la estructura jurídica/política
que se halla conformada por el conjunto de aparatos institucionales y de normas destinadas a reglamentar el
funcionamiento de la sociedad (Melotti, 1977)
La concepción marxista que pretende ser crítica, histórica y estructural, sostiene que se debe asumir como objeto de
investigación el análisis de la infraestructura y la superestructura de cada formación social determinada temporal y
espacialmente, es decir, se debe analizar las diferentes estructuras que la constituyen y a la vez extraer las leyes que
rigen su movimiento, manifestadas en el proceso de transición de una a otra formación social. En esta directriz analítica
marxista, se afirma que el materialismo histórico parte de la premisa de la existencia de seres humanos que para
subsistir requieren de comer, beber, alojarse, vestirse y de algunas cosas más. Entonces la primera acción histórica es la
producción de los medios disponibles para la satisfacción de estas necesidades, es decir, la producción de la vida
material es condición fundamental de toda historia desde épocas muy remotas hasta la actualidad y que debe cumplirse
todos los días y a todas las horas, simplemente para mantener con vida a los hombres (v. Politzer, 1970; Melotti, 1977).
El marxismo señala que el modo como los hombres producen sus medios de subsistencia depende de la naturaleza
misma de los medios de subsistencia que encuentran y deben reproducir. Sin embargo, aclara que este modo de
producción no debe ser considerado sólo en cuanto reproducción de la existencia física de los individuos, se trata ya,
más bien, de un determinado modo de actividad de estos individuos, un determinado modo de manifestar su vida, un
determinado modo de vida de los mismos. Tal y como los individuos manifiestan su vida, así son. Lo que son coincide,
por lo tanto, con su producción, tanto en “lo que” producen como el modo “como” lo producen. Lo que los individuos
son depende, pues, de las condiciones materiales de su producción (Echevarría, 1984).
Estas argumentaciones teóricas del marxismo que se encuentran en algunos pasajes de la “Ideología Alemana” y la
“Introducción a la Crítica de la Economía Política”, expresan que todos los ámbitos de la vida social están
condicionados por parte de las relaciones de producción realmente existentes en una determinada sociedad, es decir, la
estructura económica condiciona las instituciones sociales y las formas de conciencia social que prevalecen en una
determinada sociedad. Estos dos últimos ámbitos, lo jurídico/político y lo ideológico, no tendrían, respecto a la
estructura económica, más que una relativa “apariencia de autonomía”.
El marxismo define al modo de producción como la forma en la que en determinado contexto se desarrolla el proceso
de producción de bienes materiales bajo una doble dimensión: La dimensión social que implica la “relación
hombre/hombre” y la dimensión natural que supone la “relación hombre/naturaleza”. Asimismo, sostiene que en cada
contexto histórico, las formas que asumen estas dos dimensiones y relaciones, relaciones de producción y fuerzas
productivas, son las que definen un determinado modo de producción, es decir, la forma como los hombres se
organizan para satisfacer sus necesidades en determinada época. Sin embargo, con relación a esta categoría marxista
señalar que no se debe confundir la expresión "modo de producción de bienes materiales" con el concepto "modo de
producción", el primer término se constituye en una noción descriptiva y únicamente se refiere a la estructura
económica de la sociedad. En cambio, el segundo término constituye un concepto teórico y se refiere a la totalidad
social global, es decir, hace referencia tanto a la estructura económica como a los otros niveles de la totalidad social
global en términos de lo jurídico, político e ideológico.53
Como bien lo expresan Lapidus y Ostroviritianos (1974), no se debe confundir la expresión “modo de producción de
bienes materiales” con el concepto “modo de producción”. La primera expresión es empleada por Marx y Engels para
describir una forma de producción de bienes materiales: es una expresión descriptiva. El segundo es un concepto teórico
que incluye además de la producción de bienes materiales, el nivel económico y los otros niveles de la realidad social:
jurídico/político e ideológico.
Más adelante ambos autores señalan que en vista de que Marx y Engels nunca han definido el concepto de modo de
producción que frecuentemente emplean, las ideas de ambos alemanes han sufrido serias tergiversaciones, la mayoría de
los autores utilizan esta expresión sin definirla y la limitan a un significado que se reduce al nivel económico. Por otro
53
El problema entre estos dos términos radica en que Marx y Engels no definieron jamás el concepto de modo de producción y por ello los
tergiversadores del marxismo sólo limitan su significado al ámbito económico. En función de ello, se critica al marxismo en el sentido de que pregona
solamente un determinismo económico.
71
lado, señalan que el concepto de modo de producción no designa una realidad concreta o una sociedad situada temporal
y espacialmente, sino que más bien se trata de una abstracción, es decir, hace referencia a un objeto abstracto, a una
totalidad social pura, “ideal” en la que la producción de bienes materiales se efectúa en forma homogénea. En tal
sentido, se sostiene que no existe un modo de producción “puro”, pues no se produce de manera homogénea, lo que en
realidad sucede es que en toda sociedad concreta existe la coexistencia de diferentes modos de producción. Para
designar esta realidad históricamente determinada, espacial y temporalmente el materialismo histórico recurre al
concepto de formación social.
En palabras de Lapidus y Ostroviritianos (1974), la formación social es una totalidad social concreta históricamente
determinada en el tiempo y el espacio, es una estructura compleja, compuesta de una estructura económica, una
estructura ideológica y una estructura jurídica/política que corresponde a una sociedad determinada o a un conjunto de
sociedades con características más o menos similares. En estrecha relación a este punto, Melotti (1977), expresa que
infraestructura y superestructura conforman una unidad inseparable un bloque histórico que debe comprenderse en su
totalidad y su especificidad. Según este autor dicha unidad global recibe el nombre de formación social o como también
suele denominarse para resaltar en última instancia el factor determinante “formación económica social”. Asimismo,
sostiene que a diferencia de los que sucede con el concepto de estructura económica (conjunto de relaciones de
producción en una determinada sociedad) y el modo de producción (combinación de fuerzas productivas y relaciones de
producción), el concepto de formación social abarca la totalidad de la vida social, en una unidad dialéctica de todos los
elementos infra y superestructurales y con una coherencia básica entre ambas.
Melotti (1977, p. 17) sostiene que de todos los conceptos introducidos por Marx y Engels quizá este concepto, a pesar
de su aparente sencillez, sea el más difícil de precisar. Según este autor si bien las fuerzas productivas se las definen
como las fuerzas que resultan de la combinación de los elementos del proceso de trabajo bajo determinadas relaciones
de producción, dichas fuerzas también engloban las energías naturales utilizadas en determinado contexto para la
producción como ser la fertilidad de la tierra, los sistemas de riego, el trabajo de los animales, la fuerza del viento y del
agua, la energía del vapor, etc. Asimismo, Melotti dice que las fuerzas productivas incluyen al trabajo del hombre y los
conocimientos científicos como son los inventos y descubrimientos y que también encierran aspectos técnicos como son
las habilidades, entrenamientos, especialización, capacitación y calificación. Además de ello, también considera como
fuerzas productivas a las formas de organización social en términos de división del trabajo, cooperación simple,
cooperación compleja, etc.
Vinculado a estas puntualizaciones de Melotti es válido señalar que las fuerzas productivas constituyen una estructura
en la cual están interrelacionadas dialécticamente las fuerzas productivas naturales y las fuerzas productivas
intrínsecamente sociales. En términos generales, se dice que las fuerzas productivas están conformadas por los
instrumentos y los diversos mecanismos mediante los cuales el hombre influye sobre la naturaleza y la transforma, es
decir, por lo general se la vincula a los avances tecnológicos. Por otro lado, señalar que las fuerzas productivas registran
a lo largo de la historia un desarrollo, por lo menos en cuanto a tendencia.
Sin embargo, también existe la posibilidad de que retrocedan debido, por un lado, a causas sociales como conflictos
sociales, guerras, invasiones y conquistas y, por otro lado, a catástrofes naturales como ser lluvias, sequías,
inundaciones, epidemias y terremotos (Melotti, 1977). Pese a ello, a largo plazo, la regla general es su desarrollo, lo
cual permite diferenciar en la historia a distintos niveles o grados de desarrollo de las fuerzas productivas. Vinculado a
este punto, el materialismo histórico plantea que “el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas condiciona las
relaciones de producción y tomadas en un momento del proceso de desarrollo de la humanidad y articuladas en un todo,
constituyen el modo de producción que caracteriza una formación social concreta” (Ander-Egg, p. 137).
El marxismo sostiene que la base de la sociedad es la producción de bienes materiales, pues los hombres para sobrevivir
necesariamente deben satisfacer ciertas necesidades materiales e inmateriales y para satisfacer estas necesidades deben
producir los bienes y servicios capaces de satisfacer dichas necesidades. Asimismo, señala que los hombres no
producen individualmente los bienes materiales, sino en interrelación con otros individuos. Por consiguiente, la
producción bajo cualquier condición que se realice es siempre una producción social y el trabajo constituye una
actividad del hombre como ser social. Bajo esta directriz analítica, señalar que todo proceso de producción contempla
dos dimensiones: La una técnica y la otra social. La dimensión técnica es objeto de análisis de las ciencias naturales y la
72
dimensión social de la producción es objeto de estudio de la economía política (Academia de las Ciencias de la U.R.S.S,
1956)
En esta directriz analítica, señalar que la economía política marxista sostiene que la producción está caracterizada por
dos elementos inseparables: El proceso de trabajo y las relaciones de producción. En el Tomo I de El Capital, en el
capítulo referido a la producción de la plusvalía absoluta, cuando Marx analiza el proceso de trabajo, señala que sus
elementos más simples son tres: La actividad personal del hombre o el trabajo, el objeto sobre el cual se ejerce el
trabajo y el medio por el cual se realiza el trabajo. A estos dos últimos elementos, Marx los nombra como “medios de
producción” y a la energía humana empleada en el proceso de trabajo, la designa como “fuerza de trabajo”. Por ello, en
un párrafo del tomo II de El Capital, Marx señala que cualesquiera que sean las formas sociales de la producción sus
factores son siempre dos: Los medios de producción y la fuerza de trabajo. Asimismo, expresa que los hombres no se
enfrentan solos y aislados a la naturaleza sino básicamente en interrelación con otros individuos, a éstas relaciones que
los hombres establecen en el proceso de trabajo se denominan relaciones de producción.
Marx en su texto “Trabajo asalariado y capital”, dice que los hombres no pueden trabajar sin asociarse, necesariamente
para enfrentar a la naturaleza y efectuar el proceso de producción establecen y desarrollan determinadas relaciones. En
el libro III del Capital, cuando analiza el proceso social de producción, señala que las relaciones de producción están
conformadas por las relaciones técnicas de producción y las relaciones sociales de producción. Las características que
adoptan cada una de estas relaciones estarían determinadas por el tipo de relaciones que se establecen entre los agentes
de la producción y los medios de producción.
Las relaciones técnicas de producción hacen referencia a la división técnica del trabajo, al tipo de cooperación y a las
características técnicas del medio de trabajo. Estas relaciones se caracterizan por el tipo de control o dominio que los
agentes de la producción pueden ejercer sobre los medios de trabajo y el proceso de trabajo (Harnecker, 1971). En
cambio, las relaciones sociales de producción están vinculadas a las condiciones sociales que prevalecen en una
determinada sociedad. En función de esta diferenciación es posible clasificar a los agentes de la producción desde dos
puntos de vista: Desde el punto de vista técnico en trabajadores directos e indirectos y desde el punto de vista social en
trabajadores no propietarios y propietarios de los medios de producción.
A partir de esta categorización cada agente de producción esta doblemente determinado tanto por su función técnica
como por su función social siendo esta última la que tiene un carácter dominante. Así, por ejemplo, en el sistema
capitalista un obrero, desde el punto de vista técnico, es considerado como un trabajador directo y, desde el punto de
vista social, es considerado como un trabajador privado de los medios de producción. Una vez establecida la doble
dimensión de las relaciones de producción se define a las relaciones sociales de producción como aquellas relaciones
que se establecen entre los propietarios de los medios de producción y los productores directos en un determinado
proceso de producción. Es decir, las relaciones de producción hacen referencia a las relaciones que se establecen entre
los agentes de la producción y los medios de producción, las mismas que pueden ser antagónicas o de explotación y no
antagónicas o de cooperación (v. Harnecker, 1971; Melotti, 1977; Politzer, 1981)
A decir de Melotti (1977), las relaciones de producción son necesarias, en el sentido de que se presentan al individuo
como previamente constituidas y en las que se debe entrar independientemente de la voluntad de los individuos.
Asimismo, manifiesta que las relaciones de producción presentan una coherencia básica respecto a las fuerzas
productivas. En realidad, cada relación de producción concreta implica un determinado nivel de desarrollo de las
fuerzas productivas siendo el caso de la comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo y el capitalismo.
El materialismo histórico señala que en conjunto las relaciones de producción y las fuerzas productivas constituyen la
infraestructura económica de la sociedad, es decir, la base real y material sobre la cual se eleva una superestructura
jurídica, política, a la que le corresponden determinadas formas de conciencia social. 54 Al respecto, Federico Engels en
su trabajo la “Revolución de la Ciencia de Emilio Dühring” (Anti-Dühring), señala “la estructura económica de la
sociedad constituye en cada caso el fundamento real a partir del cual hay que explicar en última instancia toda la
superestructura de las instituciones jurídicas y políticas, así como los tipos de representación religiosa, filosófica y de
otra naturaleza, de cada periodo histórico”.
54
Althusser (1986) expresa que Marx y Engels han llamado infraestructura o base a la estructura económica de la sociedad y superestructura a las
instituciones jurídicas, políticas, al Estado, el derecho y las formas de conciencia social que corresponden a una infraestructura determinada.
73
Con relación a la estructura económica, Marx en el “Prefacio a la Critica de la Economía Política” señala que “en la
producción social de su vida los hombres contraen determinadas relaciones necesarias, independientes de su voluntad,
relaciones de producción que corresponden a un grado determinado del desarrollo de las fuerzas productivas materiales.
El conjunto de relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad”.
Althusser (1986) dice que esta tesis no sólo verifica que la estructura económica tiene que ser considerada como el
conjunto de relaciones de producción de una sociedad dada, sino que también confirma que el grado de desarrollo de las
fuerzas productivas es la base material sobre la cual se establecen las relaciones de producción. Según Althusser, esta
noción expresa que la estructura económica de la sociedad está conformada por relaciones de producción y fuerzas
productivas. En cuanto a la estructura ideológica sostiene que la ideología cohesiona a los individuos en sus papeles,
funciones y relaciones. En palabras de Althusser, dicha estructura estaría conformada por dos sistemas: sistemas de
ideas/representaciones y sistemas de actitudes/comportamientos sociales. El primer sistema abarca las ideas o
ideologías políticas, jurídicas, morales, religiosas, estéticas y filosóficas. En cambio, el segundo sistema se halla
constituido por el conjunto de hábitos, creencias, valores, costumbres y tendencias a reaccionar de determinada manera.
Se dice que en una sociedad de clases, la ideología está destinada a asegurar la cohesión de los hombres en la estructura
general de la explotación de clase, es decir, está dirigida a asegurar la dominación de una clase sobre la otra, haciendo
posible la reproducción de las relaciones de producción y la aceptación de las condiciones de explotación como algo
fundado en la “justicia”, el “deber moral” o la “voluntad de Dios. Debido a ello, Marx afirma “las ideas dominantes son
las ideas de la clase dominante”.
Con relación a la estructura jurídico/política se dice que éste nivel se halla conformado por un conjunto de aparatos
institucionales y normas destinadas a reglamentar el funcionamiento de la sociedad en su conjunto. Al respecto, se
señala que en una sociedad dividida en clases sociales, lo jurídico/político se encuentra asegurado y representado por un
aparato autónomo: El Estado que monopoliza el poder y la violencia legítima, con el afán de mantener bajo sujeción de
la clase dominante a todas las otras clases sociales que dependen de ella. Esta visión de la estructura política/jurídica
explica una de las tesis fundamentales del marxismo “el Estado es un instrumento de dominación al servicio de la clase
dominante.” (v. Lenin, 1980; Lenin, 1982).
En función del planteamiento marxista se colige que todos los ámbitos de la vida social están condicionados por las
relaciones materiales de existencia, lo que significa, por un lado, que las instituciones sociales, como ser la organización
jurídica y política y, por otro lado, que las formas de conciencia social en términos de ideas, teorías, creencias, moral,
arte, filosofía y costumbres se hallan determinadas por la estructura económica. Sin embargo, es necesario tomar en
cuenta que esta “determinación”, no es mecánica, como bien lo expresa Melotti (1997), “los distintos ámbitos
superestructurales presentan, más allá de su condicionamiento fundamental por parte de la estructura económica, una
autonomía relativa y una coherencia interna, necesarias de subrayar frente a ciertas interpretaciones mecanicistas y
unilaterales del materialismo histórico”
CAPÍTULO 5
EVOLUCIÓN Y CAMBIO SOCIAL
El concepto de evolución hace referencia a un proceso de cambio o transformación en el cual cada etapa tiene conexión
con una etapa precedente. Dicho proceso supone una acción de pasar, variar, alterar o transitar de un estado anterior a
otro posterior. En consecuencia, todo proceso de evolución supone avance, ampliación, crecimiento, adelanto,
desarrollo, continuidad, perfeccionamiento y progreso. Con este significado básico se lo utiliza tanto en ciencias
naturales como en las ciencias sociales. Así, en ciencias naturales se habla de evolución natural, evolución animal,
evolución física y evolución climática y, en ciencias sociales, se habla de evolución económica, evolución política,
evolución cultural, y evolución social. Asimismo, por extensión con el término de evolucionismo se hace referencia en
lo social y natural, a un sistema general del desarrollo de los seres vivos, conforme se han ido formando
progresivamente.
74
Para examinar al hombre y la sociedad en su desarrollo histórico es imprescindible ubicarlo en dos dimensiones: La
evolución de la naturaleza y la evolución de la sociedad. Bajo esta directriz analítica, señalar que la evolución general
de la vida o la evolución del mundo natural y social sobre la tierra comprende dos etapas cualitativamente distintas y de
diferentes tiempos de duración. La primera etapa llamada biogenética, abarca un periodo de cientos de millones de
años, empieza con la aparición sobre la tierra de los primeros seres vivos y se prolonga hasta el momento en el cual el
hombre aparece sobre la tierra. En cambio, la segunda etapa denominada antropogenética es mucho más corta y se
inaugura con la aparición del hombre sobre la tierra y su posterior proceso de hominización.
Con relación a las teorías expuestas para explicar el origen de la vida, dichas explicaciones o visiones se polarizan en
dos grandes teorías: Teoría creacionista y evolucionista. La primera, se basa en premisas teológicas cristianas que
señalan que el universo y los hombres han sido creados por algo divino y sobrenatural. Según esta teoría, todas las
especies vivientes, incluida la humana, han sido creadas por Dios. En contraste, la segunda, dice que existe una ley
general de desarrollo de los seres vivos, conforme a la cual se han ido formando paulatinamente. Según esta teoría, en
los seres vivos existen transformaciones constantes en las que unas especies dan lugar a la emergencia de otros
organismos, esta serie progresiva habría sido la siguiente: peces, batracios, reptiles, pájaros, mamíferos y, finalmente,
hombre.
Ander-Egg (1988), define a la evolución social como los cambios producidos dentro de un cierto periodo que afectan la
estructura y el funcionamiento de una determinada sociedad de una manera visible, estable y permanente. Según este
autor la evolución supone un proceso histórico de crecimiento y desarrollo que comprende el ámbito económico,
político, social y cultural de una sociedad. En esta directriz analítica señalar que la evolución social se constituye uno de
los temas centrales de la sociología, siendo su preocupación esencial la de explicar las causas, características,
consecuencias y la dirección de la evolución social. Por ello, no es casual que los primeros sociólogos propugnen
principios evolucionistas, desarrollan ideas vinculadas a un continuo perfeccionamiento del hombre y la sociedad,
donde la meta final es la conquista de la felicidad, la libertad, la igualdad, la fraternidad y el reconocimiento integral del
hombre. Sostienen ideas evolucionistas, entre otros, Comte, Spencer, Durkheim y Marx.
La concepción evolucionista tanto en el ámbito natural como en el social postula que el mundo natural y social transita
por una serie de etapas más o menos definidas que son resultado de cambios relativamente constantes, en una línea de
progreso y de perfección. Este planteamiento ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad y representado
por diversos pensadores, ya en la antigua Grecia existía en ciertos filósofos la noción de que las especies se
transformaban en otras especies. Sin embargo, esta idea estuvo olvidada hasta que en el siglo XVIII fue retomada por
pensadores progresistas como Pierre de Maupertuis, Erasmus Darwin y Jean Baptiste de Lamarck (Sánchez y Yerena,
2004)
En la primera mitad del siglo XIX, este pensamiento se hizo habitual en círculos intelectuales y fue Charles Darwin,
(1809-1882), nieto de Erasmus, quien en función del principio de la “selección natural” formulada por Alfred Russel
Wallace, expone la teoría de la evolución en 1859 a través de la publicación de su estudio “El origen de las especies por
medio de la selección natural”, más conocido como “El origen de las especies”. Este científico británico, sentó las bases
teóricas de la moderna teoría evolutiva, al sostener que todas las formas de vida se han desarrollado a través de un lento
proceso de selección natural (Perez, 2004). Su trabajo tuvo fuerte influencia en diferentes disciplinas científicas y en
diferentes autores como es el caso de Herbeth Spencer, quien es considerado como uno de los primeros sociólogos que
desarrolla estudios sobre el cambio social desde una perspectiva evolucionista. En su enfoque teórico conocido también
como “socialdarwinismo” o “sociobiología”, Spencer sostiene que ciertas sociedades o razas, por lo general, las
occidentales y blancas, son naturalmente superiores. En función de esta premisa, afirma que la sociedad es un proceso
natural en el cual debe dejarse triunfar a las especies mejor preparadas, las más fuertes. Al respecto, se dice que Spencer
con su teoría no hizo otra cosa que justificar, legitimar y festejar el predominio colonialista inglés y el triunfo del
capitalismo de libre mercado (Lafforgue, 2001).
Desde la perspectiva sociológica la concepción evolucionista presupone que la sociedad pasa por una serie de etapas
más o menos definidas y que la etapa actual es resultado de un cambio gradual y continuo, en una dirección hacia el
progreso y la imperfección. Vinculado al concepto de evolución se tienen el concepto de cambio que significa acción de
pasar, variar, alterar o transitar de un estado precedente a otro posterior. Con este significado básico se lo utiliza en los
distintos ámbitos del conocimiento empírico y científico. Así, en el ámbito cotidiano se habla de cambio de residencia,
cambio de ocupación y cambio de carácter, en el campo de las ciencias naturales se habla de cambio biológico, cambio
75
fisiológico, cambio climático y cambio ambiental y, en ciencias sociales, se habla de cambio económico, cambio
político, cambio demográfico, cambio cultural y cambio social.
Ander-Egg (1987), vincula al cambio social con las variaciones producidas dentro de un cierto periodo, que afectan la
estructura y funcionamiento de una sociedad de una manera no efímera, ni transitoria, sino estable y permanente.
Rocher (1987), señala que el cambio social es toda transformación observada en el tiempo que afecta de manera
provisional y define la estructura o el funcionamiento de la organización social y cuyo resultado es modificar el curso
de la historia. Cohen (1980), sostiene que cualquier cambio en la estructura de la sociedad o un cambio en la
organización social de la sociedad, se denomina cambio social. Fichter (1964), define al cambio social como un proceso
inherente a la naturaleza de la sociedad que implica una variación de un estado precedente a otro consecuente.
A partir de estas conceptualizaciones señalar que el cambio social indica las transiciones o modificaciones que se
producen en el sistema y/o la estructura de la sociedad en términos de transformación de relaciones sociales, grupos,
personas, procesos, hechos, fenómenos e instituciones sociales. Esto significa que el cambio social afecta de manera
directa e indirectamente y de modo temporal o permanente, la organización y el funcionamiento de la sociedad.
Independientemente de actores, motivaciones y temporalidad del cambio, señalar que en toda transformación social
intervienen cuatro elementos: 1) La unidad o las unidades sociales en las cuales se produce el cambio social. Así, por
ejemplo, se tiene a la familia, el grupo, la clase, la comunidad o la institución; 2) El tiempo en que ha ocurrido u ocurre
el cambio, es decir, la cronología del cambio. Así, por ejemplo, se tiene a la Revolución Nacional del 1952; 3) El
espacio o el contexto geográfico donde se ha producido el cambio social. Así, por ejemplo, se tiene los cambios
producidos por la Reforma Agraria en el ámbito rural; y 4) La dirección que provoca el cambio, el cual puede ser
cultural, tecnológico, ideológico, político o material. Así, por ejemplo, se tiene el Voto Universal que provoca un
cambio político.
El cambio social se constituye en uno de los problemas centrales de la sociología. Es más aún, la sociología surge por la
inquietud de explicar las causas y la dirección de los cambios que se producen en la sociedad como consecuencia de la
revolución industrial y la revolución francesa. Dicha preocupación esta expresada en las obras de Comte, Spencer y
Marx, quienes intentan proporcionar una explicación sociológica en torno a la problemática del cambio social. 55
Desde la perspectiva sociológica, se sostiene que el cambio social es un proceso inherente a toda sociedad y que la
rapidez o la lentitud de dicho cambio se encuentra determinada por una serie de factores demográficos, geográficos,
sociales, económicos, políticos, psicológicos, tecnológicos, ideológicos y culturales. 56 Si bien el estudio “científico” del
cambio social es reciente las cuestiones que históricamente se plantea son casi las mismas de épocas pasadas y están
vinculadas a las siguientes interrogantes: ¿Qué factores determinan el cambio social?; ¿Qué es lo que cambio?, ¿Cuáles
son las motivaciones del cambio?, ¿Quiénes intervienen en el cambio?, ¿Cuál es la dirección del cambio?; ¿Cómo se
expresa el cambio?; ¿Es posible predecir, controlar y dirigir el cambio? (Jordán, 1977, p. 219). En la respuesta a estas
interrogantes, entre otras, existen diversas explicaciones sociológicas que responden a ciertos criterios teóricos,
metodológicos e ideológicos.
A decir de Cohen (1980) existen cuatro principales teorías sociológicas sobre el cambio social: Teorías evolucionistas,
teorías de la ciclicidad, teorías del equilibrio y teorías del conflicto. Con ligeras diferencias Pitirim Sorokin habla de
teorías lineales, teorías cíclicas y teorías de variables recurrentes o erráticas. Por su parte, Ezequiel Ander-Egg (1988,
pp. 41-42), habla de las siguientes teorías del cambio social:
a) Teorías evolucionistas, sostienen que la sociedad se desarrolla desde las formas más simples hasta las más
complejas y que necesariamente tienden al mejoramiento social. En tal sentido, adoptan un carácter progresista
y etnocentrista. Son representantes de estas teorías, entre otros, Comte, Spencer, Marx y Morgan.
b) Teorías lineales, consideran al cambio como un movimiento progresivo expresado por el paso de un estado a
otro, condicionando cada paso las posibilidades de los siguientes pasos, constituyendo una línea continua que
sube con el transcurso del tiempo. Son representantes de estas teorías, entre otros, Comte, Spencer y Marx
55
El problema del cambio se constituye en uno de los grandes problemas de los iniciadores de la sociología y en la actualidad de los sociólogos
contemporáneos.
56
La explicación filosófica del cambio ha precedido al análisis social, es decir, los filósofos de la antigüedad ya han intentado de responder las
grandes interrogantes formuladas en torno a los cambios que se operan en la sociedad (Jordán, 1977).
76
c) Teorías de la ciclicidad, expresan que la sociedad atraviesa por varias etapas o fases sucesivas dentro de un
determinado tiempo. Estas etapas constituyen ciclos repetitivos y no progresivos, en vista que luego de
alcanzar una fase se vuelva a la anterior, si bien no de manera idéntica si de manera muy similar. Son
representantes de estas teorías, entre otros, Sorokin, Splenger, Toynbee y Pareto.
d) Teorías del equilibrio, afirman que la sociedad está conformada por partes independientes e interrelacionadas
que contribuyen a la eficacia de la sociedad. Si el cambio desorganiza una de las partes, existe la necesidad de
implementar cambios adicionales con el afán de restaurar el estado de equilibrio y de armonía de la sociedad.
Son representantes de estas teorías, entre otros, Parsons y Durkheim
e) Teorías del conflicto, consideran a la sociedad como un conjunto de grupos o clases sociales que se hallan en
permanente conflicto entre sí. Por ello, los cambios sociales ocurren cuando dichos grupos o clases sociales
compiten antagónicamente por bienes y servicios disponibles. Son representantes de estas teorías, entre otros,
Marx y Engels
f) Teorías variablemente recurrentes o erráticas, sustentan que no hay regularidades en el cambio social ni en la
historia, postulan que la sociedad es esencialmente dinámica e histórica y conduce a un mundo errático en vista
de que las diferentes etapas por la que transita son cualitativamente diferentes unas de otras. Son representantes
de estas teorías, entre otros, Dilthey y Rickert.
A partir de las argumentaciones teóricas de estas teorías del cambio social, entre otras, es correcto sostener que el
análisis sociológico del cambio social implica la descripción, la explicación y la interpretación de las circunstancias
objetivas y subjetivas que tienden a alterar el relativo equilibrio y la armonía de la sociedad.
El cambio social no necesariamente implica adelanto, avance, progreso y desarrollo. Sin embargo, en el análisis
sociológico la mayoría de los autores coincide en señalar que el cambio social se fundamenta en el tránsito de sistemas
y/o estructuras preponderantemente “tradicionales” hacia sistemas y/o estructuras sociales predominantemente
“modernas”. Según esta perspectiva esta transformación implica necesariamente un proceso de “mejoramiento” o
“perfeccionamiento”. En esta directriz analítica, Jordán (1997), señala sociológicamente que existen diferentes
concepciones del cambio social, las cuales están vinculadas a la evolución, el progreso, el desarrollo, las tensiones, la
adaptación, el conflicto o el equilibrio.
Spencer explica el cambio social a partir de la teoría evolucionista y la analogía orgánica. Este filósofo señala que la
evolución social es el tránsito desde “sociedades simples”; pasando por “sociedades compuestas” y “sociedades
doblemente compuestas” hasta conformar “sociedades complejas o triplemente compuestas”. Según Spencer estos
procesos de cambio social están vinculados a las características y funciones del gobierno y determinan la conformación
de sociedades comunitarias, militares e industriales.
Condorcet en su obra escrita en 1795 “Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano”, expone
el progreso de la especie humana a través de una teoría que expresa que la especie humana ha transitado por nueve
épocas, empezando por la primitiva. Según este filósofo francés este progreso de la sociedad seria resultado del
conocimiento, en función de ello esboza el concepto de una décima etapa donde, en gran medida, a través de la razón y
la educación, podría alcanzarse la perfección humana.
Sain-Simon considera que la sociedad en su trayectoria histórica transita o pasa por tres estadios, uno después del otro,
lo que implica una progresión lineal del cambio social a través del recorrido desde el estadio teológico donde prevalece
la ignorancia, hacia el estadio metafísico donde predomina la superstición y de éste hacia el estadio positivo donde ya
prevalece la razón.
Comte en función de las ideas de Condorcet y Saint-Simon, formula su “ley de los tres estadios” con el afán de explicar
el cambio social. Esta ley que sostiene que “a determinado nivel de desarrollo de la sociedad le corresponde
determinado nivel de desarrollo del conocimiento”, expresa el paso de un estadio a otro, desde un estadio teológico,
pasando por un estadio metafísico, hasta un estadio positivo. Según esta ley la humanidad ha vivido tres grandes etapas
y a cada una de ellas le corresponde un determinado tipo de conocimiento que ha cumplido una función determinada en
la evolución.
77
Marx y Engels, plantean una teoría del cambio social sobre la base del desarrollo de las fuerzas productivas y las
relaciones de producción. Expresan que cuando no existe una relación de correspondencia entre estos elementos se
produce un desequilibrio que conduce necesariamente al cambio. Estos filósofos alemanes plantean un cambio social en
espiral que transita por diferentes modos de producción
Pareto interpreta el cambio social a través de la teoría de la circulación de las elites. Esta teoría que es considerada
cíclica señala que el cambio social es resultado de la lucha que sostienen diversas elites por alcanzar el poder político.
Según Pareto las elites son minorías privilegiadas de la sociedad que se conforman sobre la base de capacidades,
rangos, virtudes y poder económico, existiendo dos principales clases de elites: La gobernante y no gobernante y la
circulación de estas elites seria la que determina el cambio social.
En función de estas conceptualizaciones mencionar que la gran mayoría de los pensadores sociales vincula el cambio
social con el tránsito de sociedades “tradicionales” hacia sociedades “modernas” o de sociedades comunitarias hacia
sociedades asociativas. Bajo esta directriz analítica, señalar que las sociedades comunitarias o precapitalistas son
sociedades de escasa especialización, simples y presentan las siguientes características: a) Actividad económica basada
en la caza, la pesca, la agricultura y la ganadería; b) Existen fuertes lazos de parentesco consanguíneo, pues por lo
general se trata de sociedades familiares; c) Existe una escasa o débil movilidad social, muy poca estratificación social y
una difusa autoridad y dirección; d) Existe en la sociedad una fuerte solidaridad social; e) La conducta social está
determinada por las costumbres y no por una normatividad jurídica; f) Se trata de sociedades que cuenta con cantidades
reducidas de personas y g) En estas sociedades existe el trabajo comunitario. En contraste, las sociedades asociativas
son sociedades que han ingresado a un periodo de civilización, viven conformando centros urbanos y presentan las
siguientes características: a) Existe una gran división social del trabajo; b) Existe debilitamiento de los lazos familiares
haciéndose más fuertes los nexos económicos, políticos y sociales c) Existe una gran movilidad social y una
estratificación social muy diversa; d) La ley y la normatividad jurídica juegan un papel importante y ocupa casi toda la
actividad individual y social de las personas y e) Son sociedades abiertas que generalmente cuentan con numerosos
inmigrantes que pertenecen a otras sociedades (v. Fichter, 1964; Cohen, 1980; Moreno, 2005).
Al interior de la teoría y la concepción del cambio social existe una diversidad de interpretaciones teóricas que
responden a diferentes posiciones políticas e ideológicas. Así, se habla de cambio funcional y estructural o de reforma y
revolución, en función de esta tipología se establece las siguientes teorías: a) La teoría del consenso sociológico
representado por Parsons y Merton; b) La teoría del conflicto sociológico representado por Dahrendorf y Coser y c) La
teoría del conflicto radical representado por Marx, Engels y Lenin. Estas tres concepciones teóricas sobre el cambio
social se las puede polarizar en dos grandes teorías: la teoría del consenso y la del conflicto. La primera expresada por
el análisis funcional y la segunda por el análisis dialéctico. La teoría del consenso considera que las reglas, normas y
valores socialmente aceptados y compartidos son fundamentales para la existencia de la sociedad y su acatamiento se
basa en un acuerdo tácito. A partir del análisis funcional se considera que la modificación radical de dichos
“componentes estructurales” altera el equilibrio y el orden social, por lo que postula que si existe la necesidad de que se
produzca un cambio social el mismo debe realizarse de una manera gradual, ordenada, pacífica y consensuada. En
contraste, la teoría del conflicto establece que existe un dominio de unos grupos sociales sobre otros, los cuales
establece un orden social sobre la base de la explotación, manipulación y control de los grupos dominantes. En función
de esta realidad esta teoría considera que el cambio social es necesario e inevitable, el mismo que debe ser efectuado de
modo violento, radical y destinado a destruir dicho sistema de dominio y explotación (Sztompka, 1995).
El funcionalismo no tiene como preocupación central el problema del cambio, sino que más bien centraliza su análisis
en la problemática del orden social.57 El análisis funcional ve a la sociedad como un orden relativamente armónico de
“partes” interdependientes e interrelacionadas, donde cada una de ellas cumple funciones que contribuyen a la eficacia
integral de la sociedad. En consecuencia, considera que el cambio social sólo interrumpe temporalmente dicho “orden”
en vista de que serán otros cambios los que posibilitarán que la sociedad retorne a su estado normal de armonía y
equilibrio, debido a ello, considera que el cambio social debe estar subordinado a la estabilidad e identifica dos tipos de
cambio: Cambios “en” el sistema y cambios “de” sistema. Los cambios “en” el sistema están vinculados a aquellos
57
El marxismo habla de la necesidad histórica del cambio social en función de una modificación violenta y radical de las estructuras económicas a
través de la revolución, es decir, propugna cambios “de” sistema y no cambios “en” el sistema.
78
cambios “cuantitativos” que no afectan la estructura básica del sistema social, es decir, se trata de cambios que se dan
en los grupos, instituciones, valores, creencias y costumbres. A los cambios que se producen bajo estas características se
los conoce como “reformas” debido a que introducen cambios graduales y concertados que no cambia la esencia y la
naturaleza de la sociedad. En cambio, los cambios “de” sistema están relacionados a cambios “cualitativos” profundos
que se dan en las estructuras sociales en vista de que ya no se acepta al orden social establecido como válido y legítimo,
buscándose la modificación de las estructuras económicas y de los sistemas de poder a través de la violencia y la
subversión. Este tipo de cambio que produce cambios radicales en la esencia y la naturaleza de la sociedad reciben la
denominación de “revolución”.58
Según el funcionalismo, las causas del cambio no son monocausales, no se explican por una sola causa, sino que son
multicausales, siendo los principales agentes del cambio: El progreso, las necesidades, los conocimientos, la economía,
el crecimiento poblacional, las migraciones, los partidos políticos o las masas. Al respecto, Cohen (1980), señala que
los factores que influyen en el cambio social son: factores geográficos (recursos naturales, desastres naturales, medio
geográfico), factores tecnológicos (desarrollo e innovaciones tecnológicos), factores ideológicos (valores, creencias,
conocimientos), factores de liderazgo (líderes, elites, partidos) y factores poblacionales (tamaño y crecimiento de la
población).
El marxismo estudia la sociedad y las leyes generales y particulares que rigen su desarrollo, mediante el análisis de las
estructuras económicas. Engels en su estudio “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”, expresa
que el tránsito de nuestra especie del orden animal a la sociedad humana constituye un proceso muy complejo que es
resultado de la aparición y el desarrollo del trabajo. Es decir, que la evolución de la sociedad se explica por la evolución
del modo en que los hombres se organizan para satisfacer sus necesidades materiales. Marx en “El Capital” dice “lo que
distingue a las épocas económicas unas de otras no es lo que se hace, sino cómo se hace”, es decir, con qué
instrumentos de trabajo se produce (fuerzas productivas) y bajo qué relaciones interindividuales se produce (relaciones
de producción). Señala que entre ambos elementos existe una relación de correspondencia y cuando las relaciones de
producción se convierten en una traba para el desarrollo de las fuerzas productivas es inevitable el cambio. Desde esta
perspectiva se considera a la evolución o la historia de la sociedad como una sucesión consecutiva de modos de
producción. Al respecto, Lenin en su texto “Obras Escogidas” señala que la humanidad en su conjunto ha conocido
cuatro modos de producción: la comunidad primitiva, el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo y, actualmente, se
vive el socialismo como una fase de transición al comunismo. 59
Según Nikitin (1973, p. 12) “la primera formación económica fue el régimen de la comunidad primitiva”. En realidad,
la comunidad primitiva nace con el hombre mismo y es la primera forma en que los hombres se organizan para
satisfacer necesidades. En este periodo, el hombre se halla indefenso frente a la naturaleza y sobrevive de la recolección
de raíces, arbustos y frutos silvestres y, posteriormente, de la pesca y la caza. Su estructura económica, fuerzas
productivas y relaciones de producción, eran bastante atrasadas, rudimentarias y primitivas, situación que hace a los
hombres muy dependientes de la naturaleza. Con el transcurrir del tiempo al margen de la recolección de vegetales que
se encontraban en la naturaleza, los hombres comienzan a dedicarse a la caza y la pesca, siendo los primeros fabricantes
de instrumentos de trabajo, los grupos nómadas de cazadores que usan la piedra para cazar y cortar su comida (v.
Nikitin, 1973; Engels, 1985).
En este régimen prevalece la propiedad colectiva de los medios de producción, al no existir la propiedad privada, existe
la producción comunitaria bajo relaciones de cooperación y ayuda mutua. En una primera instancia, los hombres se
comportan como propietarios y miembros de la comunidad, donde el objetivo del trabajo no es la creación de valor o
excedente económico, sino garantizar el mantenimiento del individuo y su familia, por un lado, y, por otro lado,
asegurar la reproducción de la comunidad. Se trata pues de una sociedad de autoconsumo y autosubsistencia, donde no
existe la lógica de la acumulación de excedentes.
Engels (1985), sostiene que con el mejoramiento de las fuerzas productivas y las relaciones de producción surge la
“división natural del trabajo” determinada por el sexo y la edad, hombres, mujeres y niños ya cumplen trabajos
58
La reforma es conservadora (derecha) y la revolución es radical (izquierda)
59
Las referencias o las fuentes bibliográficas del acápite referido a los modos de producción han sido tomadas de diferentes autores como ser Engels
(1985), Aguilar (1987), Méndez (1993),
79
específicos y que posteriormente, con el desarrollo de la estructura económica aparece la “primera división social del
trabajo”, aunque algunos hombres siguen siendo nómadas, aparecen aquellos que se dedican a la caza y la pesca y
aquellos que se dedican a la agricultura incipiente y el pastoreo. Según Engels esta nueva división social del trabajo
permite el aumento de la producción y de la productividad y, en función de ello, la consolidación de la agricultura y el
descubrimiento de la vasija de barro y el fuego provocaran posteriormente la “segunda división social del trabajo”, a la
caza, la pesca, la agricultura y el pastoreo se agrega una nueva ocupación laboral, los oficios, nace la especialización y
surgen alfareros, artesanos, fabricantes de armas, etc. Continuando con la explicación de Engels, señalar que esta nueva
división social del trabajo va a permitir el intercambio y/o el trueque y brotan los mercaderes que representan la “tercera
división social del trabajo”. Simultáneamente, en esta etapa, la propiedad colectiva de los medios de producción se va
transformando, se transita de la propiedad colectiva de los medios de producción hacia un tipo de propiedad familiar. La
reproducción de estas relaciones de producción se verá limitada por la producción misma y el crecimiento de la
población que en vez de reproducir estas condiciones irán suprimiéndolas, es decir, desintegrando la comunidad y sus
relaciones sociales. Así, al incrementarse la producción debido a la división social del trabajo y la especialización
aparece el excedente económico y va emergiendo la propiedad privada y las clases sociales. En este periodo de
transición y de modificación de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, juega un papel muy importante
el conflicto, la guerra y la conquista, eventos sociales que posibilitaran el periodo de transición de la comunidad
primitiva al esclavismo (Aguilar, 1987)
En función de las argumentaciones teóricas de Engels (1985), Aguilar (1987) y Méndez (1994), señalar que lo más
característico de este primer modo de producción se puede resumir en los siguientes tres aspectos:
Méndez (1994), en base a la explicación del materialismo histórico, señala que el modo de producción asiático o
despótico tributario se desarrolla en ciertas regiones del Asia, debido a la desintegración de la comunidad primitiva. Sin
embargo, aclara que algunas de las características de este modo de producción también se encuentran en algunas
civilizaciones de la América prehispánica como ser los aztecas y los incas (Marx, 2009, p. 70). Según Méndez en este
régimen económico se advierte como rasgo principal la presencia de un soberano que se denomina “déspota”, el cual
representa y personifica a toda la comunidad y se encarga de concretizar tributos e imposiciones a las comunidades
sometidas.60 Más adelante sostienen que si bien en este régimen prevalece la propiedad colectiva de la tierra y de los
medios de producción, existe la explotación de una clase social sobre otra y la apropiación colectiva del excedente.
Marx (2009), señala que en este régimen existe una situación de “esclavitud general”, pues una comunidad explota
colectivamente a otra comunidad. Sin embargo, establece una diferenciación con el esclavismo al señalar que en esta
situación de esclavitud generalizada no hay dependencia y explotación personal sino que ambas realidades se dan de
manera colectiva. Esta explotación de una comunidad por otra se vincula principalmente a la guerra y la conquista, la
comunidad vencedora explota a la comunidad vencida mediante el pago de tributos o bien esclavizando a los vencidos
para que trabajen las tierras de los vencedores. Sin embargo, este trabajo no tiene un beneficio particular, sino que se
encamina al beneficio de la comunidad en vista de que éstas se explotan colectivamente.
Méndez (1993), citando a Maurice Godelier (1969), sostiene que este modo de producción despótico tributario se
diferencia cualitativamente de la comunidad primitiva por presentar las siguientes características:
60
Maurice Godelier (1969, p. 30), señala que “el modo de producción asiático no se identifica con la comunidad primitiva, puesto que su
funcionamiento implica y desarrolla la explotación del hombre por el hombre, la formación de una clase dominante, y aparece más bien como una
forma de evolución y de disolución de las comunidades primitivas ligada a nuevas formas de producción como la agricultura sedentaria, la
intensificación de la ganadería, el uso de metales, etc.”
80
d) Los grandes trabajos comunales.
5.8.3. Esclavismo
Después de la desintegración de la comunidad primitiva, el desarrollo de las fuerzas productivas provoca la emergencia
de nuevas condiciones objetivas y subjetivas que van a posibilitar la modificación de las relaciones de producción
existentes, situación que da lugar a un nuevo sistema económico, el esclavismo que surge a partir de la propiedad
privada de los medios de producción y la división de la sociedad en clases antagónicas. La base de las relaciones de
producción de este nuevo régimen es la propiedad privada no sólo de los medios de producción sino también de la
propia fuerza de trabajo. Este régimen se desarrolla particularmente en Egipto, Babilonia, Grecia y Roma y como rasgo
económico fundamental desarrolla la propiedad privada de todos los elementos que conforman el proceso de trabajo. De
estas nuevas relaciones de propiedad, surgen dos clases antagónicas: los esclavistas que son los dueños de los medios de
producción y los esclavos que no son propietarios de medios de producción, ni siquiera de su fuerza de trabajo,
situación que posibilita la explotación del hombre por el hombre y el desarrollo y la apropiación del excedente
económico por parte de una clase social dominante, los esclavistas. En consecuencia la base de la producción es el
esclavo que al desarrollar ciertas actividades productivas permite que algunas clases sociales se dediquen al desarrollo
de la filosofía, la política, la astronomía, las matemáticas, la medicina, la biología, etc.
Según Méndez (1983), el desarrollo de las fuerzas productivas en el modo de producción esclavista se expresa en:
b) El desarrollo de grandes edificaciones que alcanza elevados niveles, construyéndose las pirámides, tumbas
egipcias y otras grandes obras como ser vías de comunicación y sistemas de riego.
d) El desarrollo en el uso de piedras preciosas para ornamentar y producir taladros y otros instrumentos para
cortar y perforar.
e) El desarrollo en los sistemas de riego que permiten captar, conducir, almacenar y distribuir agua para la
agricultura y la ganadería.
El perfeccionamiento de las fuerzas productivas conduce al desarrollo del comercio, surgen los llamados mercaderes.,
paralelamente, aparece y se desarrolla la moneda para viabilizar y facilitar el intercambio. Con el transcurrir del tiempo
el desarrollo de las fuerzas productivas entra en contradicción con las relaciones de producción, lo que da lugar a un
proceso de transformación del modo de producción. Vinculado a este punto, manifestar que en el esclavismo las
relaciones de producción son de explotación en función de la propiedad privada de los medios de producción, del
producto y del propio productor. La explotación y las condiciones infrahumanas en la que se encuentra el esclavo da
origen a diversas sublevaciones, surge la necesidad histórica de sustituir “violentamente” las relaciones de producción
esclavistas, producto de ello se liberan los esclavos, se reparten las tierras para que la cultiven a cambio de un tributo y
surgen los colonos que son el antecedente de los siervos feudales.
5.8.4. Feudalismo
El feudalismo es un modo de producción característico de la edad media europea. 61 Cuando en el siglo V, los pueblos
germanos conquistan el Imperio Romano de Occidente ponen fin al ejército profesional romano y lo sustituyen por el
suyo, conformado por soldados que sirven a sus caudillos militares por razones de honor y por el afán de obtener un
determinado botín. En este contexto, los jefes militares de los pueblos conquistadores van repartiendo la tierra usurpada
61
Para comprender la génesis, desarrollo y consolidación del feudalismo, es necesario establecer una división en dos periodos: por un lado, la alta
edad media que comienza en el siglo V, con las invasiones bárbaras y se extiende hasta el siglo X, fecha a partir de la cual los normandos, los
sarracenos y los húngaros invaden nuevamente Europa y, por otro lado, la baja edad media que se inicia en el siglo XI, y que implica el apogeo
medieval y la época de crisis que va desde el siglo XIII hasta el siglo XV.
81
a sus leales súbditos, a sus incondicionales, quienes de este modo logran obtener porciones de tierra. Simultáneamente,
muchos pequeños campesinos libres se fueron reuniendo alrededor de un gran señor para que les proporcione
protección. Ambas realidades, interrelacionadas con otras, dan lugar a la conformación de las dos grandes instituciones
feudales: El feudo y la servidumbre.
El feudo consiste en una porción de tierra más o menos amplia que se le otorga de manera hereditaria a un señor feudal
a cambio de la prestación de servicios militares al rey, otros nobles o jefes militares de alta jerarquía. El señor feudal
tenía un poder económico y político sobre estas tierras y la facultad de entregar porciones de su tierra a los siervos para
que la cultiven a cambio de una determinada renta o tributo. El feudo o la tierra del señorío se dividía en tres partes
diferentes: La “reserva señorial”, constituida por las tierras más fértiles y más aptas para el cultivo, de uso exclusivo del
señor feudal y trabajada principalmente por los siervos. Los “mansos”, constituidos por pequeñas parcelas cedidas a los
colonos quienes, a cambio del usufructo de la tierra, trabajaban algunos días del año para el señor y, además de ello, se
comprometían a entregarle una parte de su cosecha. Por último, se tienen a las “tierras comunales” que eran de
aprovechamiento común y estaban conformadas por pastizales y bosques.
La servidumbre es la modalidad que asumen las relaciones de producción durante el régimen económico feudal. Dichas
relaciones basadas en la propiedad privada de los medios de producción dan lugar a la existencia de dos clases sociales
antagónicas: Los señores feudales, propietarios de los medios de producción y los siervos, que tan sólo son dueños de la
fuerza de trabajo y que se ven forzados a pagar una renta al señor feudal. La servidumbre es una relación social
diferente al esclavismo, si bien el siervo no es un hombre completamente libre, tampoco se halla en una situación de
esclavitud. La fuerza de trabajo más que pertenecer al señor feudal, se halla sujeto a la propiedad privada de la tierra.
Por ello, cuando las tierras pasan a propiedad de otro señor feudal, los siervos continúan en las tierras. La base de las
relaciones de producción es la propiedad privada de la tierra, lo que determina la existencia de relaciones de explotación
a través de la renta.
Nikitin (1971), con relación a la renta, sostiene que el tiempo de trabajo del campesino se dividía en dos partes: trabajo
necesario y adicional. Durante del tiempo de trabajo necesario, el campesino producía el producto indispensable para su
propia existencia y la de su familia. Durante el tiempo de trabajo adicional producía un “plus producto”, del cual se
apropiaba el señor feudal en calidad de renta del suelo, renta en trabajo, en especie y en dinero.62
A decir de María Eugenia Romero (2010), las características principales del régimen económico feudal son las
siguientes:
a) La existencia de ciertas relaciones políticas y militares y el juramento de homenaje y fidelidad entre la nobleza.
b) La red de dependencias personales, partía del rey, pasaba por los vasallos y subvasallos y llegaba hasta los
campesinos. El vasallo juraba fidelidad a su señor y se comprometía a ofrecerle consejo, auxilio militar y
ayuda económica y a cambio el señor feudal se obligaba a proteger a su vasallo a través de la "envestidura" y
le entregaba un "beneficio" que consistía en una porción de tierra.
d) Los caballeros podían adquirir dos o más feudos y eran proclives a ceder, a su vez, parte de esas posesiones en
la medida necesaria para obtener el servicio al que estaban obligados con su superior.
e) El marco legal que permitía el desenvolvimiento de la sociedad feudal fue el "señorío rural", que consistía en
un territorio en el cual se hallaba el castillo, residencia del señor feudal y su familia, las tierras del señor y las
aldeas en las cuales habitaban los siervos.
f) El poder de los señores feudales se asienta en la posesión de las armas que le permiten imponer en sus
dominios servicios militares, prestaciones personales y pago de tributos.
g) El feudalismo fue profundamente religioso, la iglesia tuvo una importancia no sólo en el plano religioso sino
también en el orden económico, político, social y cultural.
62
La renta en trabajo, supone el trabajo de los siervos durante algunos días de la semana en tierras del señor feudal, la renta en especie, implica la
entrega de una parte de la cosecha al señor feudal y la renta en dinero, sucede cuando el señor feudal cobra ciertos impuestos a sus siervos.
82
h) El clero llega a convertirse en propietario de grandes extensiones territoriales y al igual que los señores
feudales percibe rentas y diezmos.
i) Lo espiritual queda subordinado a lo material y la concepción con la que nace la religión cristiana va
modificándose, llegando a constituirse en un aparato ideológico en función de una clase social dominante: los
señores feudales.
j) La base del desarrollo del sistema feudal se encuentra en el trabajo del siervo y la apropiación de la renta en
trabajo, especie y dinero.
k) La producción estaba destinada sólo a la satisfacción de las necesidades del feudo y no para negociar o
comerciar, no se producen mercancías.
l) La ruralización de la economía debido a que las actividades principales están vinculadas a la agricultura.
m) El sistema de producción agrícola era rudimentario y de baja productividad, ya que los instrumentos de trabajo
eran bastante primitivos, como ser azadones, palas, arados, molinos, picotas, etc.
n) El escaso desarrollo de las fuerzas productivas, la subproducción de la tierra y la incapacidad para almacenar
alimentos, determina una constante amenaza de hambre para los siervos.
o) El comercio tuvo importancia secundaria y sólo se reducía al intercambio de pocos productos entre los feudos
cercanos, por medio del trueque o la moneda acuñada por el señor feudal.
Con el tiempo, estas características van transformándose, dando lugar a fuerzas productivas y relaciones de producción
más desarrolladas. En este nuevo contexto, como resultado del desarrollo de los “burgos” a orillas de los feudos surgen
las ciudades como centros comerciales y artesanales. Asimismo, la producción artesanal de los burgos que se efectúa en
talleres artesanales poco a poco es reemplazada por la producción mercantil simple, por la producción de mercancías
para el intercambio. El comercio y el uso del dinero adquieren mayor importancia, entre productores de mercancías
surge la competencia que da lugar a la diferenciación social entre ricos y pobres, tanto en la ciudad como en el campo.
Así, gradualmente las relaciones feudales van despareciendo para dar paso a las relaciones capitalistas.
5.8.5. Capitalismo
Según Urquidi (1975, p. 203) “la transformación de la sociedad feudal en capitalista tuvo lugar cuando gran parte de los
campesinos y artesanos fueron desposeídos de los medios de producción. Esto, es, en otros términos, cuando un sector
de la población representado por los capitalistas, concentró en su poder los medios de producción, y otro, el más
numerosos representado por los trabajadores, carecía completamente de tales medios de producción”. Más adelante,
sostiene que en el capitalismo la “base de las relaciones de producción es la propiedad sobre los medios de producción,
mas no sobre la persona de los productores mismos, como ocurría, por ejemplo, durante el esclavismo o la sociedad
feudal” (Urquidi, 1977, p. 207).
Al respecto, Méndez (1994) sostiene que el modo de producción capitalista es resultado de la combinación de los
siguientes aspectos:
b) En el ámbito social, se debilita el poder de la nobleza y el clero, situación que da lugar a la revolución francesa.
c) En lo político, se constituyen Estados centralizados que reemplazan la fragmentación política del feudalismo.
83
f) En lo ideológico, se libera la razón de antiguas premisas teológicas y se observa notables avances técnicos y
científicos, que posibilitan la revolución industrial.
Ander-Egg (1988) sostiene que el sistema económico capitalista la producción de mercancías transita por tres formas
básicas:
1) La producción mercantil simple es la producción de mercancías basada en la propiedad privada de los medios
de producción y en el trabajo personal. Es por esta razón que en la producción mercantil simple, el fruto del
trabajo pertenece a su productor;63
3) La producción maquinizada se realiza cuando los trabajadores se dedican a un sólo proceso de la producción,
se incrementa la especialización de la fuerza de trabajo y de los instrumentos de trabajo. Posteriormente, la
aplicación de operaciones repetitivas del trabajador y de las herramientas trae como consecuencia la invención
de las maquinas que se va a encargar precisamente de realizar dichas operaciones repetitivas. 64
El término “kapitalism” que significa capitalismo, fue acuñado a mediados del siglo XIX por Marx, para designar el
sistema económico en el cual individuos y empresas llevan a cabo la producción e intercambio de mercancías. Este
sistema atraviesa por dos fases históricas: La fase premonopolista y la fase monopolista 65.
La fase premonopolista o de libre competencia va desde el siglo XVI hasta al último tercio del siglo XIX, se asienta en
la competencia entre capitalistas en la esfera de la circulación, por ello se la conoce como “capitalismo comercial”. En
principio, la producción de mercancías se realiza a través de la producción mercantil simple y la manufactura y, luego,
mediante la producción maquinizada. Paralelamente, el capital comercial amplía sus funciones desde la esfera de la
circulación hacia la producción. En esta fase, la competencia entre capitalistas se centraliza en costos y calidad de
mercancías y predominan sociedades anónimas. Poco a poco, el capital se concentra y acumula en pocas manos o
empresas, por la absorción de las empresas que no pueden mantenerse en la competencia, surgen grandes empresas con
fuertes capitales que son administradas por unos cuantos capitalistas.
La fase monopolista o imperialista comprende el último tercio del siglo XIX, hasta la actualidad. 66 Esta última etapa
analizada por Lenin en su obra “El imperialismo, fase superior del capitalismo”, presenta los siguientes rasgos:
b) La fusión del capital bancario con el industrial y la conformación del capital financiero y la oligarquía
financiera. Lenin define al capital financiero como aquel capital que se halla a disposición de los bancos y que
lo utilizan los industriales. Sostiene que este “capital financiero, concentrado en muy pocas manos y que goza
del monopolio efectivo, obtiene un beneficio enorme, que crece sin cesar, con la constitución de sociedades, la
63
La producción mercantil simple surge ya en la época de desintegración de la comunidad primitiva, tiene también lugar en el régimen esclavista, así
como en el feudalismo, pero alcanza su máximo desarrollo en el capitalismo. En la producción mercantil simple se tiene la siguiente ecuación:
mercancía – dinero- mercancía. En cambio, en la producción capitalista ampliada se tiene la siguiente ecuación: dinero – mercancía – dinero.
64
La base de las relaciones de producción capitalista es la propiedad privada de la burguesía sobre los medios de producción y el proletariado
desprovisto de dichos medios que se ve obligado a vender su fuerza de trabajo. Las relaciones de explotación adoptan la forma de la plusvalía.
65
Ander-Egg señala que el capitalismo ha transitado desde el capitalismo mercantil, pasando por el capitalismo industrial hasta el capitalismo
financiero.
66
Lenin denomina imperialismo a la fase superior del capitalismo
84
emisión de valores y los empréstitos del Estado, consolidando la dominación de la oligarquía financiera e
imponiendo a toda la sociedad un tributo en provecho de los monopolistas”.
e) El reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas. En relación con esta política colonial mundial,
Lenin sostiene “cuanto más desarrollado está el capitalismo, cuanto más sensible se hace la insuficiencia de
materias primas, cuanto más dura es la competencia de materias primas en todo el mundo, tanto más
encarnizada es la lucha por la adquisición de colonias”. En función de estos rasgos, se dice que “el
imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en la cual ha tomado cuerpo la dominación de
monopolios y del capital financiero, ha adquirido una importancia de primer orden la exportación de capital, ha
empezado el reparto del mundo por los trusts internacionales y ha terminado el reparto de todo el territorio
entre los países capitalistas más importantes”.
5.8.6. Socialismo
Lafforgue (2001, p. 32), señala que Carlos Marx “no dejo ningún tipo de receta o prescripción acerca de cómo debería
ser una sociedad socialista o comunista, apenas realizó algunas observaciones sobre un futuro Estado socialista a partir
de la experiencia de la Comuna de Paris, revolución obrera del año 1871”. Ander-Egg (1988, p. 301), dice que el
socialismo es un “sistema de organización que reemplaza al capitalismo mediante una revolución hegemonizada por la
clase obrera”. Lenin (1980) sostiene que el socialismo es un sistema económico que reemplaza al capitalismo a través
de la revolución del proletariado que hace posible la socialización de la producción y los medios de producción y a la
vez la desaparición de las clases sociales y la extinción del Estado. Al respecto, Engels (1985, p. 100), señala “la
sociedad que reorganice la producción sobre la base de una asociación libre, de productores iguales, enviara la máquina
del Estado al lugar que entonces le ha de corresponder: el museo de antigüedades junto a la rueca y el hacha de bronce”.
Sobre la base de la explicación teórica de Urquidi (1975), Méndez (1994) y Ander-Egg (1988), señalar que las
principales características del socialismo son:
a) La eliminación de la propiedad privada burguesa de los medios de producción, pues al no existir propiedad
privada individual existe la propiedad social sobre los medios de producción, la que puede ser estatal o
cooperativa. Pese a ello, aún existe la propiedad privada personal que da el derecho al uso y disfrute de objetos
personales.
b) Las relaciones de producción son de cooperación y ayuda mutua basadas en la propiedad social de los medios
de producción y en desarrollo de las fuerzas productivas.
c) La existencia de diferencias entre las clases sociales, aunque ya no con un carácter antagónico, pero que
tienden a desaparecer.
d) La desaparición la explotación del hombre por el hombre, pero se sigue desarrollando un excedente económico
que se distribuye a la sociedad en su conjunto o incrementa la inversión social.
85
f) La finalidad de la producción socialista es la satisfacción de necesidades sociales y no la obtención de
ganancias.
g) La supresión de la producción anárquica que prevalece en el capitalismo por una planificación central que
permita producir bienes y servicios que hacen falta para satisfacer necesidades sociales.
h) La propia planificación posibilita sino hacer desaparecer por lo menos mitigar la crisis, el desempleo y la
inflación.
i) La planificación permite el desarrollo armónico y sostenible de la ciudad y el campo y de las diferentes zonas y
regiones geoeconómicas.
j) La desaparición de la contradicción capitalista de producción social y apropiación privada debido a que existe
la producción social y la apropiación social de lo producido.
k) El socialismo representa la transición hacia un modo de producción superior que sería el comunismo.
El socialismo elimina la propiedad privada, la explotación del hombre por el hombre y las clases sociales e intenta
producir de manera planificada en forma asociada y no competitiva con el fin de mejorar el bienestar social. Según el
marxismo la esencia y la finalidad del socialismo no sólo busca la producción social y la distribución equitativa sino la
disposición de un ámbito donde el hombre pueda desarrollar todas sus potencialidades y sea sujeto y no objeto de la
historia. Al respecto, Marx (1946), dice que el socialismo busca que el hombre deje de ser un monstruo mecánico,
lisiado y se convierta en un ser humano plenamente desarrollado. Este régimen económico que defiende un sistema
económico y político basado en la socialización de la producción y en el control estatal de los sectores económicos,
surge con la revolución rusa, en 1917 con la proclamación de un Estado soviético, denominado desde 1922 como Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).67
CAPÍTULO 6
OBJETOS Y TEMAS DE LA SOCIOLOGÍA
Según Cohen (1975), a la interrogante: ¿Qué estudia la sociología?, la respuesta parece ser simple y sencilla, pues en
función de su raíz etimológica se tiende a definirla como el estudio de los seres humanos que viven en sociedad. Sin
embargo, señalar que también otras ciencias sociales estudian el comportamiento humano o la vida en sociedad, es el
caso, de economía, historia, política, comunicación social, psicología, antropología y derecho. En función de esta
realidad Cohen, señala que la cuestión ¿de qué trata la sociología?, se podría responder definiendo a la sociología como
el estudio de los grupos humanos o la interacción humana, o de las instituciones sociales o tal vez del sistema de acción
social. Sin embargo, puntualiza que para comprender y determinar el objeto de estudio de la sociología es necesario
conocer el significado de los principales conceptos que hacen la teoría sociológica.
Debido a la dificultad que existe para definir y determinar que estudia la sociología o el objeto de estudio de la
sociología conviene puntualizar que el hombre es un ser social por naturaleza, desde su nacimiento tiende a vivir e
interactuar en grupos sociales tales como la familia, la escuela, el barrio, la comunidad, la sociedad y el Estado, es decir,
el hombre nace, vive y muere rodeado de personas, con las cuales establece diversas relaciones sociales que llegan a
constituir un complicado sistema de grupos e instituciones sociales, cuyo funcionamiento se rige por un conjunto de
valores socialmente compartidos y aceptados. Esta realidad social descrita implica que en toda sociedad existe una
cierta bidimensionalidad: La agregación y la interacción de individuos, ambas dimensiones provocan una serie de
eventos que se constituyen en objeto de estudio de la sociología, se está haciendo referencia a hechos sociales,
fenómenos sociales, grupos sociales, relaciones sociales, procesos sociales e instituciones sociales.
67
La Revolución Rusa hace referencia a las dos revoluciones que triunfaron en 1917. La primera, ocurrida entre el 8 y el 12 de marzo de 1917 (del 23
al 27 de febrero del calendario juliano, empleado entonces en Rusia), derrocó a la monarquía autocrática imperial; suele ser denominada Revolución
de Febrero. La segunda, que se inició con una insurrección armada el 6 y 7 de noviembre (24 y 25 de octubre), fue organizada por el partido
bolchevique en contra del Gobierno Provisional instaurado tras la primera fase revolucionaria y operó una transformación en las relaciones
económicas, políticas y sociales de la sociedad rusa.
86
6.2. Individuo o persona
.Antes de realizar un análisis sociológico de algunos componentes estructurales de la sociedad y para evitar confusiones
es necesario establecer el significado de persona e individuo. En términos sociológicos, es criterio generalizado utilizar
indistintamente los conceptos de persona, individuo, hombre o ser humano. Sin embargo, expresar que si bien estos
conceptos están relacionados no necesariamente significan lo mismo. El concepto de persona deriva del latín “persona”
que a la vez tiene su origen en la voz griega “prosopon” que significa “rostro”, “mascara” o “semblante”. En cambio, el
concepto de “individuo” proviene del latín “individuus” que significa indivisible, no dividido, algo único y no repetible.
En esta directriz analítica, se sostiene que cada hombre constituye algo único, indivisible, con un rostro o un semblante
propio, como unidad y sujeto con relación a sí mismo, a los otros hombres y a la realidad. La persona o el individuo se
constituye en la unidad social básica y, en consecuencia, la sociedad y el grupo no pueden existir sin la presencia de
dicha unidad social.
Joseph Fichter (1964), sostiene que la persona o el individuo constituye una unidad “biopsicosocial” y que como unidad
sociológica tiene una posición social en determinada estructura o sistema social y a la vez cumple determinados roles de
acuerdo a ciertas pautas o modelos de comportamiento. Desde esta perspectiva funcional, se sostiene que el individuo o
la persona para poder participar activamente de la sociedad necesariamente deberá conformar los llamados grupos
sociales.
Las personas o los individuos para ser parte de la sociedad y desarrollar su característica más esencial que es el de
adquirir derechos y aceptar obligaciones, forzosamente tienen que conformar diferentes grupos sociales que les
permiten, por un lado, satisfacer necesidades, manifestar ideas, opiniones y sentimientos y, por otro lado, establecer
lazos de cooperación y sociabilidad. Para la sociología la participación de las personas en la vida social, no es
individual, sino a través de la conformación de determinados grupos sociales que son considerados como las unidades
básicas de la sociedad, que posibilitan a los individuos interactuar en la sociedad. Esto implica que el grupo social es el
intermediario entre individuo y sociedad.
Bruce Cohen (1980), expresa que un grupo social es cualquier número de persona que interactúan entre sí y que
comportante una conciencia de pertenencia o afiliación, basada en expectaciones de conducta comunes.
Ezequiel Ander-Egg (1987), define al grupo social en función de la existencia de dos o más personas que se hallan en
interacción durante un periodo de tiempo apreciable, que tienen una actividad u objetivo común dentro del marco de
ciertos valores compartidos y con una conciencia de pertenencia suficiente para despertar la identificación como grupo.
Joseph Fichter (1990), considera al grupo social, como un conjunto de personas cuyas relaciones se basan en la
interrelación de roles y status, que comparten ciertos valores y creencias y que son suficientemente conscientes de
valores semejantes y de sus relaciones reciprocas, siendo capaces de diferenciarse entre sí.
Lina Torres (2001), define al grupo social como la existencia de dos o más personas que se hallan en interacción
durante un periodo de tiempo relativamente apreciable. Asimismo, que comparten una actividad u objetivo común
dentro de ciertos valores compartidos y con una conciencia de pertenencia que les permite identificarse como grupo.
Enrique Acebedo y Roberto Brie (2006), definen al grupo social como un conjunto de individuos que interactúan entre
sí regular y conscientemente, persiguiendo metas u objetivos comunes a partir de una entramado normativo propio y
una organización interna, desempañando cada miembro, a partir del grado de conciencia de pertenencia, un rol
especifico correspondiente a su status.
En función de estas conceptualizaciones señalar que los grupos sociales están conformados por personas que tienen
algún tipo de relación social entre sí, tienen una cierta estabilidad y tienen un sentido de pertenencia que los adscribe e
identifica como tales. Asimismo, expresar que están conformados por un número limitado de miembros, lo que facilita
su cohesión y su identificación de quienes pertenecen o no a él. Debido a estas características se dice que el concepto de
grupo social es diferente a los conceptos de muchedumbre, conglomerado y categorías sociales (Ander-Egg, 1988)
Según Ander-Egg (1988), la “muchedumbre” implica el agrupamiento espontáneo y diverso de individuos que se
reúnen en un lugar en forma más o menos transitoria, sin una organización, estructura e identidad. Así, por ejemplo, se
87
tiene la asistencia a un partido de fútbol. Cohen (1980), sostienen que el “conglomerado” involucra la presencia en un
lugar de personas anónimas o desconocidas entre sí, sin organización y con escaso contacto interpersonal, si bien los
conglomerados mantienen juntas y comunicadas a las personas, esto se ciñe a ciertas circunstancias: Así, por ejemplo,
las personas que viajen en un vehículo de transporte público. Jordán (1977) sostienen que las “categorías sociales”
engloban la agrupación o clasificación de personas en categorías sociales, sin la necesidad de que se encuentren juntos
en un lugar específico, es decir, no existe un agrupamiento físico y concreto. Así, por ejemplo, la categoría social de los
intelectuales.
De acuerdo al análisis sociológico, para que un grupo social exista y se desarrolle como tal, se necesita de las siguientes
acciones: a) motivos o sentimientos por parte de los miembros, b) tareas o actividades que sean cumplidas y c)
comunicación o interacción entre los miembros.
Los grupos sociales pueden ser clasificados de acuerdo a diferentes criterios teóricos. Sin embargo, la clasificación que
tiene un mayor alcance científico y que connota dimensiones sociológicas importantes es la distinción entre grupos
primarios y grupos secundarios.
En función de esta tipología señalar que en los grupos primarios por lo general prevalece afecto, simpatía, lealtad,
dedicación, sentimientos y contactos muy directos. Cohen (1980) señala que los rasgos principales de un grupo social
son los siguientes:
a) El tamaño: Tiene que ser lo suficientemente pequeño como para que sean posibles las relaciones “cara a cara”
entre sus miembros.
b) El tipo de relaciones: Han de ser personales y caracterizadas por cierto grado de proximidad, intimidad y
conocimiento mutuo.
c) El sentido de conciencia grupal: Que supone un grado de identificación mutua lo suficiente como para que las
personas desarrollen un sentimiento de pertenencia grupal que les permita hablar y verse a sí mismas en
términos de “nosotros”.
d) La importancia para sus miembros: No sólo en cuanto permite alcanzar ciertos fines u objetivos específicos
sino también porque el grupo también proporciona un conjunto de gratificaciones personales, psicológicas y
emocionales.
De la descripción de estos rasgos particulares se desprende que los grupos sociales primarios se caracterizan por el
contacto directo, intimo, interpersonal, emocional, afectivo, identificatorio y por la existencia de objetivos,
sentimientos comunes, lealtades compartidas y permanentes y estrechos lazos o vínculos de afecto.
Los grupos sociales secundarios, en contraposición, hacen referencia a grupos sociales bastante grandes, menos unidos
y donde no es posible entrar en una relación directa y personal, el contacto no es directo sino simbólico y abstracto, y
prevalecen actitudes de indiferencia y relaciones impersonales, deliberadas y transitorias. A decir de Cohen (1980), los
rasgos esenciales de los grupos secundarios son las siguientes:
a) El tamaño del grupo social es relativamente grande, compuestos por numerosos y anónimos miembros.
c) Las relaciones entre sus miembros son indirectas, pues se trata de organizaciones, asociaciones, instituciones o
clases sociales.
Mendoza (1992, pp. 184-185) habla de los siguientes grupos sociales: Los grupos inorganizados o semiorganizados
(público, multitud) y grupos sociales organizados, divididos en agrupaciones biosociales (raza, sexo, edad) y
socioculturales (estatales, laborales, económicos, religiosos, políticos, educativos). Asimismo, establece otra tipología
que se basa en la estructura de los grupos: los grupos verticales que hacen abstracción de las diferencias de clase,
cultura o edad (las razas, las religiones y las naciones); los grupos horizontales, fundados en antagonismo entre
superioridad e inferioridad (burguesía y proletariado, clase, castas, etc.). Además de esta tipología, esta autor habla
88
también de grupos biológicos (edad, parentesco, sexo) grupos geográficos (tribus, aldeas, ciudades) y grupos
sociológicos (asociación, logia, liga, sindicato, club)
Al margen de esta tipología, los grupos sociales también pueden clasificarse según su relación con otras variables como
ser tamaño, objetivo, función, temporalidad, relaciones, identificación, organización, estructura, etc. Al respecto,
Georges Gurvitch (1979), ofrece la siguiente clasificación de los grupos sociales.
Cuadro Nº 5
TIPOLOGÍA DE LOS GRUPOS SOCIALES
Todos los grupos sociales tienen un origen que se halla vinculado a un interés común o colectivo, pues los individuos
tienden a reunirse o agruparse con un determinado fin, propósito u objetivo. A partir de esta constatación resulta valido
manifestar que los grupos sociales una vez conformados cumplen diversas funciones tanto para el individuo como para
la sociedad. Según Joseph Fichter (1964), las principales funciones de los grupos sociales son las siguientes:
a) Son los formadores de la personalidad, pues a través de los grupos el individuo alcanza ciertos niveles de
sociabilidad que determinan su personalidad básica
b) Son medios de presión que ejercen sobre el individuo, es decir, controlan la conducta e imponen disciplina
conforme a las normas establecidas por la sociedad.
c) Son mecanismos que posibilitan al hombre satisfacer la necesidad de intimidad y convivencia con sus
semejantes.
d) Son formas de agrupamiento que permiten el desarrollo y el cumplimiento de actividades y objetivos que no
podrían ser alcanzados individualmente.
e) Son formas de agrupación que ejercen la función de defensa y protección frente a problemas sociales e
incrementan el poder de acción.
f) Son entidades que cumplen la función de transmitir una serie de valores y normas que sirven de base para el
futuro comportamiento de los individuos.
En ciencias sociales se tiende a utilizar indistintamente las expresiones de "hecho social" y "fenómeno social". Con
relación a ambas expresiones resulta importante realizar las siguientes precisiones, el "hecho" es lo que sucede o ha
sucedido y hace referencia a un dato objetivo, concreto y real de la experiencia que sirve de base y punto de partida del
conocimiento científico. A partir de este significado básico, por extensión se define al "hecho social" como toda
actividad o realidad concreta que sucede en el ámbito de la vida en sociedad y que existe independientemente de la
89
voluntad del individuo y que ejerce alguna influencia sobre él (Ander-Egg, 1987). En cambio, el "fenómeno" significa
lo que aparece, lo que se manifiesta, lo que se hace patente por sí mismo en el ámbito de la realidad en términos de lo
social, natural o psíquico, siendo observable y verificable por medio de los sentidos. Con este sentido básico y por
extensión se define al “fenómeno social” como las cosas tangibles e intangibles que en la realidad social se concretizan
por sí mismos y que son objeto de observación y comprobación (Ander-Egg, 1987).
En sociología, Durkheim en su obra “Las reglas del método sociológico” define al hecho social como "todo modo de
hacer, fijo o no, que puede ejercer sobre el individuo una imposición exterior; o que también es general en la extensión
de una sociedad dada y al mismo tiempo posee existencia propia, independiente de las manifestaciones individuales". Si
bien Durkheim considera al hecho social como una “cosa”, distingue dos grandes tipos de hechos sociales: Los
materiales y los inmateriales, según su argumento los hechos sociales materiales son claramente externos y coercitivos
y, en cambio, los hechos sociales inmateriales no se encuentran tan definidos. Durkheim dice que dentro de los hechos
sociales materiales se tiene a la sociedad, los componentes estructurales de la sociedad, como ser la iglesia, la familia y
el Estado y los componentes morfológicos de la sociedad como ser la distribución de la población, canales de
comunicación y estructura de las viviendas. En contraste, señala que los hechos inmateriales están conformados por la
moralidad, la conciencia colectiva, las representaciones colectivas y las corrientes sociales.
Para Alfredo Poviña el hecho social “es producto del grupo que, aunque de naturaleza psíquica, se exterioriza en
determinados modos de pensar, sentir o actuar”. Según Villarroel (1985, p. 67) son varios los aspectos que contribuyen
a tipificar o caracterizar el hecho social, siendo los principales los siguientes:
a) Los hechos sociales constituyen un hecho general, es decir, afectan o son compartidos por todos o algunos
miembros de la sociedad y surgen de la vida en comunidad o la vida grupal. Por ejemplo: La costumbre, el
desempleo, el analfabetismo, la migración, la violencia, el maltrato y la pobreza.
b) Los hechos sociales son observables, es decir, que se los pueden percibir sensorialmente por tratarse de datos
reales, concretos y objetivos de la realidad social. Por ejemplo: La pobreza, el trabajo infantil, el matrimonio,
la educación y la violencia.
c) Los hechos sociales son cuantificables o estadísticos, es decir, que pueden asumir valores cuantitativos
susceptibles de ser medidos. Por ejemplo: La violencia intrafamiliar alcanza a 8 de cada 10 mujeres o la
pobreza alcanza al 63% de la población total.
d) Los hechos sociales son temporales, es decir, tienen un carácter histórico debido a su repetición y a los
cambios que sufre a través del tiempo. Por ejemplo: Las tradiciones, la educación, el trabajo, la socialización y
los conflictos sociales.
e) Los hechos sociales son espaciales, es decir, se refieren a formas de actuar, pensar y sentir que tienen los
grupos humanos en determinada sociedad ubicada espacial o geográficamente. Por ejemplo: Las migraciones
rurales, el desempleo urbano, la violencia intrafamiliar y el trabajo infantil en las minas.
f) Los hechos sociales tienen un poder coercitivo, es decir, que son formas de actuar, pensar y de sentir que se
imponen al individuo aún en contra de su voluntad. Por ejemplo: La comunicación, la educación, las creencias
y los movimientos sociales.
Según Anthony Giddens (1994), la sociología presenta una doble perspectiva complementaria al analizar la realidad
social: subjetiva o interna y objetiva o externa. Ambas perspectivas de análisis se remontan a las dos concepciones
sobre la acción social: La del sociólogo alemán Max Weber y la del teórico social francés Émile Durkheim.
Para Max Weber, la denominada acción social se viene a constituir en el objeto de estudio de la sociología. De acuerdo
a este sociólogo alemán este concepto hace referencia al comportamiento humano en los diferentes contextos sociales,
la misma que se halla estructurada de acuerdo a ciertas normas socialmente compartidas y aceptadas por todos los
miembros de una colectividad.
Weber define la sociología como “la ciencia de la acción social” y afirma que “la acción humana es social siempre que
los sujetos de la acción incorporen en ella un sentido subjetivo”, esto significa que los caracteres de una acción social se
90
encuentran en la percepción y en la comprensión del sujeto de la conducta de los demás. En cambio, para Durkheim, el
carácter social de la acción humana es objetiva, ya que obedece a las “maneras colectivas de obrar, pensar y sentir
externas al individuo”, que ejercen un poder coercitivo sobre su conducta.
En función de ambas argumentaciones teóricas se advierte que en Weber la acción social tiene más un carácter más
subjetivo y, en contraste, en Durkheim la acción social se halla más vinculada a una dimensión objetiva.
La acción social ha sido también estudiada por el sociólogo estadounidense Talcott Parsons, uno de los principales
teóricos de la sociología funcionalista. Parsons a partir de la definición de Weber, en su obra “La estructura de la acción
social”, sitúa a la acción social en cuatro subsistemas: biológico, psíquico, social y cultural, los mismos que conforman
el sistema de la acción social. Señala que toda acción social es siempre global, es decir, inscrita en esos cuatro
subsistemas y es resultado de la interacción de las fuerzas o influencias de cada uno de ellos.
En Parsons, la teoría de la acción social está estrechamente vinculada al análisis de la “conducta”, la misma que se halla
orientada a la obtención de determinados “fines”. Según Parsons la conducta vinculada a la acción social contempla
cuatro aspectos fundamentales, los cuales son los siguientes: a) como situación dada, b) como obtención de fines o
propósitos, c) como regulaciones normativas y d) como esfuerzo desplegado.
Parsons para desarrollar su concepto de acción social pone el siguiente ejemplo: Análisis de esta situación “la conducta
de un hombre dirigiéndose hacia el lago a pescar”. a) pescar es el fin elegido; b) su situación comprende al automóvil, el
camino, el lugar donde se halla; c) la regulación normativa se da en la legalidad del acto que debe realizar y d) el acto
de pescar implica esfuerzo, atención, interés, etc. 68
Según Parsons “cuando la conducta puede ser y es analizada así, se llama acción y cada acción es siempre la acción de
un actor” (Jordán, 1997, p. 81). Asimismo, Parsons sostiene que en toda acción siempre están presentes tres elementos
interrelacionados: a) el actor o la persona que hace algo, b) la situación en la cual se encuentra el acto o los actores y c)
la orientación del actor en la situación. De los conceptos de actor, situación y orientación del actor extrae las categorías
descriptivas de la acción como marco de referencia conceptual y señala que “estos conceptos, en consecuencia, actúan
como categorías generales y descriptivas de la acción, a los que cada una de las ciencias, dentro de lo que después
Parsons llama “sistemas” (sistema de la personalidad, sistema social, y sistema cultural), tienen que adecuar su
conceptualización analítica y propia” (Parsons, 1999).
Se define al proceso social como un conjunto de fases sucesivas que se producen y reproducen en un hecho o fenómeno
social y que a la vez guardan relación mutua, es decir, hace referencia a la manifestación de los diferentes modos de
interacción humana y a la sucesión sistemática de cambios que se originan en una determinada dirección. Al respecto,
se afirma que los seres humanos establecen sus relaciones con los demás por medio de un conjunto de formas de
interacción estandarizadas, que unas veces los conduce a competir, otras a cooperar, otras a oponerse, etc., a estas
formas de interacción estandarizadas se las califica en sociología como “procesos sociales”.
Ely Chinoy (1975), dice que los procesos sociales constituyen una forma superior de relación social entre las personas y
hacen referencia al modo en que se produce la acción o la interacción de una persona según ciertas expectativas de
comportamiento.
Ander-Egg (1988), sostiene que con el concepto de proceso social se hace referencia al conjunto de cambios que se
producen en las relaciones sociales que tienen una dirección definida y que producen unos resultados específicos.
Joseph Fichter (1990), define al proceso social como la manifestación o expresión de los diferentes modos de la
interacción humana.
De acuerdo a estas definiciones conceptuales manifestar que los procesos sociales son resultado de las acciones llevadas
a cabo por los individuos o grupos sociales con el afán de alcanzar ciertos propósitos, es decir, se trata de conductas
repetitivas mediante las cuales dos o más personas interactúan recíprocamente.
68
Dicho ejemplo se encuentra citado por Betty Jordán de Albarracín (1977: 81)
91
Tezanos (2006), sostiene que los procesos sociales son formas tipificables y repetitivas de interacción social bajo las
cuales las personas organizan y orientan sus conductas sociales en las diferentes instancias grupales e institucionales
que constituyen el entramado de la sociedad. Asimismo, señala que con cierta frecuencia los procesos sociales tienden a
ser clasificados y englobados en nuevas dualidades, por ejemplo, los procesos sociales conjuntivos que tienden a
reforzar la integración social (la cooperación, la acomodación y la asimilación) y los procesos sociales disyuntivos que
tienden a producir un mayor distanciamiento entre las personas, debilitando la integración y la solidaridad (el conflicto,
la oposición y la competencia).
Según Tezanos los procesos conjuntivos o procesos sociales positivos hacen referencia a las formas de interacción
social mediante los cuales los individuos se acercan y comparten recíprocamente para alcanzar uno o varios propósitos
u objetivos. En tal sentido, a decir de este autor, estos procesos sociales suponen altruismo, generosidad, desinterés,
solidaridad y justicia y se expresan en situaciones sociales de cooperación, acomodación y asimilación. En función de
las argumentaciones teóricas de Tezanos señalar que:
a) La cooperación es una forma de interacción social que implica el esfuerzo permanente de dos o más personas y
posibilita alcanzar objetivos comunes. La cooperación tiene diferentes expresiones como ser la acción común
(cada individuo actúa en función de bien común), la acción auxiliadora (algunas personas prestan ayuda a
otras, por motivos de interés propio) y la acción interrelacionada (ciertas personas efectúan acciones de mutua
correspondencia, se trata de apoyos sociales).
b) La acomodación es una forma de interacción social a través del cual dos o más personas buscan reducir,
impedir o eliminar el conflicto. Se trata de un ajuste formal y externo para evitar o disminuir el conflicto, es
una especie de equilibrio entre fuerzas contrarias que se expresan en la tolerancia, el compromiso y el arbitraje.
c) La asimilación es una forma de interacción, mediante el cual las personas o grupos sociales aceptan
recíprocamente ciertas pautas o modelos de comportamiento. Se trata de un ajuste formal e interno que
modifica actitudes y valores de modo que permitan compartir e integrarse a objetivos comunes.
Tezanos sostiene que los procesos disyuntivos o procesos sociales negativos hacen referencia a las formas de
interacción social mediante los cuales los individuos se separan y se constituyen en menos solidarios en la obtención de
un determinado propósito. En tal sentido, según este autor, estos procesos sociales suponen antagonismo, lucha,
hostilidad e injusticia y se expresan en: Conflicto, oposición y competición. Bajo la directriz analítica de Tezanos
expresar que:
a) El conflicto es una forma de interacción, mediante la cual las personas o grupos tratan de impedir y frustrarse
mutuamente en el logro de ciertos objetivos, llegando a lesionar o destrozar al adversario. Se trata de una
competencia consciente, emocional que se lo efectúa individual o colectivamente y se expresa en situaciones
sociales como la rivalidad, el debate, la contienda, el duelo y la guerra.69
b) La oposición es una forma de interacción, a través de la cual las personas o grupos sociales se oponen o
resisten mutuamente con el afán de obstaculizarse en el logro de ciertos objetivos. La oposición utiliza una
diversidad de medios como son las campañas de desprestigio, los rumores, el enfrentamiento o la
ridiculización del adversario.
c) La competición es una forma de interacción por medio del cual las personas o grupos sociales persiguen
directamente obtener para sí mismos una meta o un objetivo específico. Es considerada como la forma más
elemental y universal de interacción, generalmente se trata de una lucha pacífica por lograr satisfacciones
propias sin intentar destruir al adversario.
El concepto de institución tiene varias connotaciones y no es posible encasillarlo al interior de una definición única y
precisa. Simboliza, entre otros significados, “cosa establecida o fundada” y a la vez se lo utiliza para designar una
“acción” o un “estado”, es decir, se lo vincula tanto con pautas normativas como con determinadas formas de
organización social.
69
Según algunos autores el conflicto es una lucha tenaz por los valores y el status, el poder y los recursos que son escasos.
92
Conforme a esta bidimensionalidad, Ander-Egg (1987), utiliza el concepto de institución para designar a un conjunto de
normas, roles y pautas de comportamiento ya instituidas y aceptadas por una determinada sociedad o parte de ella y por
extensión también lo utiliza para designar a las asociaciones u organizaciones gubernamentales o no gubernamentales
que suponen una serie de pautas institucionalizadas, cristalizadas en una organización formal. En cambio, otros autores
en lugar de “limitar el significado de institución a normas o pautas sociales específicas, consideran a la institución como
un conjunto de normas relacionadas centradas alrededor de algún tipo de actividad humana o gran problema, como
serian el proveer de alimento y refugio, el cuidado de los niños o el mantenimiento del orden y la armonía en el grupo”
(Chinoy, 1975, p. 39).
Al margen de estas y otras precisiones conceptuales, manifestar que se entiende a una institución social como: a) El
modo o la forma bajo la cual determinada sociedad organiza sistemáticamente sus actividades; b) El sistema organizado
de normas, roles, status, relaciones y procesos sociales que expresan valores y procedimientos comunes destinados a
satisfacer necesidades; c) El núcleo de normas sociales que dirigen el comportamiento de los seres humanos en sus
actividades diarias agrupadas alrededor de necesidades básicas y d) La organización formal que asumen las personas o
los grupos sociales.
La mayoría de los sociólogos coincide en señalar que las instituciones sociales son sistemas organizados de roles, status,
relaciones sociales y pautas de comportamiento que dirigen cotidianamente el comportamiento humano. Asimismo,
afirman que las instituciones son aceptadas por una sociedad o parte de ella y que tienen la finalidad de regular las
actividades de los individuos que buscan asegurar la satisfacción de alguna necesidad.
Tezanos (2006) señala que los elementos básicos de la sociedad están en función de los siguientes componentes: 1)
Unos sistemas de reproducción y socialización básica de los individuos, 2) unas estructuras económicas, adquisitivas,
instrumentales y de división de trabajo, 3) un sistema de poder, de articulación territorial y de utilización legitima de la
fuerza y 4) un sistema de creencias, de religión o de integración der valores. A decir de este autor para efectivizar el
funcionamiento adecuado de cada uno de estos cuatro componentes la sociedad se ha dotado de una serie de
instituciones sociales vinculadas respectivamente a la familia, el trabajo, el Estado y la cultura
Una institución social es un sistema de pautas sociales relativamente permanentes y organizadas que formula ciertas
conductas sancionadas y unificadas, con el propósito de satisfacer y responder ciertas necesidades materiales e
inmateriales de la sociedad.
Como parte de la cultura las instituciones sociales presentan las siguientes características fundamentales: a) Tiene como
objetivo principal el de satisfacer necesidades; b) Formula valores fundamentales que comparten sus miembros; c)
Algunos valores se convierten en parte de la tradición; d) Ocupan un lugar central en la sociedad por su amplia base
social; e) Si bien son interdependientes cada institución tiene relativa autonomía y f) Sus ideales son generalmente
compartidos por la gran mayoría (v. Cohen 1980; Tezanos, 2006)
Desde una perspectiva funcionalista, Joseph Fitcher (1964), dice que las instituciones sociales contemplan las siguientes
características: a) Son intencionales, pues cumplen propósitos y objetivos comunes para satisfacer una determinada
necesidad; b)Tienen una estabilidad relativamente durable, debido a que incluyen pautas, roles y relaciones sociales
permanentes y con modificaciones lentas; c) Conforman una estructura, por la existencia de una serie de elementos
interrelacionados e interdependientes entre sí; d) Poseen unidad y coherencia, entre objetivos, intereses y funciones; e)
Tienen ética propia ya que están en función de valores, modelos de comportamiento repetidos, que se expresan en
normas, leyes, códigos y reglamentos escritos y f) Tienen un carácter histórico, pues tienen un cierto origen y un
determinado fin.
En la línea analítica de Cohen (1980) y Ritzer (1993) señalar que las principales funciones de las instituciones son las
siguientes:
a) Las instituciones son socialmente conformadas, aceptadas y compartidas, tienen la finalidad de regular las
actividades de los individuos que buscan asegurar la satisfacción de alguna necesidad, es decir, tienden a
cumplir determinadas funciones. A decir de Ticona (1979, p. 65), las funciones esenciales de una institución
social son las siguientes:
93
b) Simplifican y facilitan el comportamiento humano, esto implica que una institución ya existe y lo que realiza el
individuo es simplemente aprender, conocer y desarrollar determinados modelos de comportamiento, roles y
relaciones sociales.
c) Coordinan, estructuran y estabilizan el sistema social mediante el desarrollo de determinados roles, relaciones
y pautas de comportamiento.
d) Desarrollan un control social evitando las desviaciones, las disfunciones y la anormalidad, situaciones que
perjudican el normal desarrollo del sistema social.
Tomando en cuenta las variables universalidad, importancia y necesidades, se habla de instituciones primarias y
secundarias. Las instituciones primarias son esenciales y básicas a toda sociedad y en ellas participan el mayor número
de personas. En cambio, las instituciones secundarias son de menor importancia y varían según el tipo de sociedad y la
participación de sus miembros. Según Ticona (1979), al interior de las instituciones primarias se encuentran la
institución: familiar, económica, educativa, política, religiosa y recreativa.
a) La familia es un modelo cultural que perdura por el comportamiento de sus miembros, es la encargada de
regular lo referente a las relaciones sexuales, la procreación de los hijos, la socialización y la formación de la
personalidad del individuo.
b) La institución económica es el conjunto de pautas, papeles y relaciones sociales que realizan los hombres con
el propósito de proporcionar a la sociedad los bienes y servicios capaces de satisfacer ciertas necesidades. La
necesidad de sobrevivencia y la división social del trabajo ha hecho de la economía una institución clave de la
sociedad.
c) La institución educativa cumple las funciones de transmitir los saberes, los conocimientos y la herencia
cultural. Asimismo, de socializar a los individuos, inicialmente esta labor comienza en la familia y continúa
formalmente en la compleja organización multiformada del sistema educativo.
d) La institución política hace referencia al conjunto de pautas, roles y relaciones que se refieren a la
administración general y de orden público de la sociedad. Al interior de esta institución se hallan
subinstituciones como los poderes del Estado, la policía, el ejército y las instituciones públicas.
e) La institución religiosa cumple la función de establecer las relaciones del hombre con la divinidad y dicha
relación comprende un conjunto de creencias, actos de culto, devoción, fidelidad, dogmas y otras normas
vinculadas a lo teológico. Incluye también sistemas morales y éticos que señalan lo bueno y lo malo en las
pautas de comportamiento externas e internas
f) Las instituciones recreativas cumplen la función de satisfacer las necesidades de descanso físico y psicológico
a través del desarrollo de ciertas actividades de ocio y esparcimiento recreativo.
El término de orden es bastante amplio y tiene diversas aplicaciones y connotaciones tanto en el campo del
conocimiento empírico como del conocimiento científico. En el ámbito cotidiano, el término orden hace referencia a la
colocación o disposición de las personas, los animales o las cosas en los lugares que les corresponde como partes de un
todo. De este modo, se vincula al orden con la idea o la noción de la presencia de “algo” bien colocado, bien ubicado e
instalado en el sitio correspondiente. También se lo utiliza como sinónimo de mandato o disposición relacionada a la
buena administración o el correcto funcionamiento de algo.
Con este sentido básico el término es utilizado por diferentes disciplinas científicas tanto naturales como sociales. En el
campo de las ciencias naturales se lo utiliza con un sentido clasificatorio se habla de orden biológico, orden natural y
orden de género y especie y, en ciencias sociales, se hace referencia al orden político, orden cultural, orden institucional
y orden social.
94
Ander-Egg (1987), define al orden social como la disposición o el arreglo del conjunto de relaciones humanas y de
instituciones que configuran la trama relacional dentro de una sociedad, en un momento histórico determinado. Por su
parte, Acebedo y Brie (2006), sostienen que al interior del pensamiento filosófico social y político la cuestión del orden
social es tratada fundamentalmente en términos de armonía, convivencia y consenso. Para Robert Dowse y John
Hughes (1975), el orden social es el proceso mediante el cual las interacciones de los miembros de los grupos sociales
se convierten en modelos, lo que vienen a significar que las interacciones son relativamente estables en el tiempo y que
la forma que adoptan puede resultar a veces relativamente previsible.
En la perspectiva sociológica, el orden social supone la sumisión de todos los miembros de una sociedad a ciertas
normas, valores y leyes establecidas. Asimismo, expresa las relaciones que se instituyen en instituciones y grupos
sociales para garantizar la preservación, funcionamiento y continuidad de la vida social. A partir de estas
aproximaciones teóricas se infiere que el orden social se construye, no se hereda y que en el caso de la sociedad resulta
indispensable ya que es la única forma a través de la cual se desarrolla la vida y a la vez exista armonía, equilibrio y
coherencia en las relaciones sociales que se dan entre personas, grupos, instituciones y el Estado; la ausencia de normas
o la desobediencia a las mismas provocaría el caos y el desorden social.
Castro (1986) sostienen que el orden social es una construcción social, se construye y los hombres luchan por
mantenerlo, perfeccionarlo o modificarlo. Según este autor al margen de lo justo o injusto que puede ser un determinado
tipo de orden social, han surgido varios argumentos teóricos, políticos e ideológicos que tratan de describir, explicar e
interpretar el problema del orden social a partir de sus orígenes y repercusiones. 70
Siguiendo la propuesta teórica de Castro (1986, p. 106) señalar que para este autor existen tres grandes teorías sobre el
orden social: a) el orden social basado en la fuerza como agente de cohesión, b) el orden social basado en la existencia
del interés mutuo y c) el orden social basado en la existencia de un compromiso colectivo con los objetivos del Estado y
la sociedad.
Castro (1986, p. 106), expresa “que los teóricos que plantean la presencia necesaria de la fuerza para garantizar el
orden, parten del supuesto de que el hombre es por naturaleza egoísta, conflictivo, malvado y ansioso del poder. Para
Thomas Hobbes, por ejemplo, la vida del hombre en el estado de naturaleza es solitaria, miserable, repugnante, brutal y
breve. Y añade que el hombre tiene un deseo permanente e inagotable de poder que sólo termina con la muerte. Por su
parte, Maquiavelo expresa que los hombres tienen menos escrúpulos en ofender a aquellos que se hacen querer que a
aquellos que se hacen temer”.
Según Castro, ambos filósofos, consideran al hombre como un ser egoísta, de mente estrecha y ansioso de poder, vale
decir, que la naturaleza del hombre está llena de una serie de impulsos antisociales y que vivir en sociedad no cambia
esta naturaleza humana, porque estos impulsos inherentes al hombre son anteriores a la conformación de la sociedad. A
decir de este autor, estos argumentos sobre la naturaleza egoísta del hombre se ven reforzados con los trabajos de Freud
que señala que los niños nacen con fuertes impulsos agresivos y sexuales cuya expresión ilimitada, si se permite que se
desarrolle en la mayoría de los individuos ponen en peligro la estabilidad de la sociedad. Castro citando a Freud, señala
“los hombres son criaturas entre cuyos instintos existe una fuerte dosis de agresividad, consideran a su vecino, no sólo
un colaborador o un objeto sexual en potencia, sino también alguien sobre quien se sienten tentados a satisfacer su
agresividad, a explotar sin compensación su capacidad de trabajo, a servirse sexualmente de él sin su consentimiento, a
apoderarse de sus bienes, a humillarlo, a causarle dolor, a torturarlo y a matarlo”.
Bajo la perspectiva de Castro, el comportamiento del ser humano necesariamente debe ser controlado y la sociedad y
sus normas se convierten en un mecanismo de coerción, de tal modo de que se admite a la fuerza como mecanismo
necesario para poder configurar el orden social. Según este modo de percibir el problema, el orden existe en la sociedad
como resultado del empleo o de la amenaza de ejercer el poder para asegurar conformidad y obediencia. En
consecuencia, el hombre hace lo que se espera de él, porque si no se somete puede verse amenazado por un castigo, una
privación o una sanción. El hombre obedece porque de no hacerlo podría ser castigado (v. Dowse y Hughes, 1975)
70
Las referencias de este acápite han sido tomados de dos libros, uno, DOWSE, Robert y HUGHES, John: “Sociología política” y, el otro, CASTRO,
Jaime: “Sociología. Para Analizar la sociedad”.
95
Más adelante, Castro afirma que esta teoría que plantea el uso de la fuerza para asegurar el orden lleva implícita una
teoría de la elite, ya que el poder en la sociedad se encuentra distribuido de manera inequitativa dando lugar a que unos
tengan más poder sobre otros. Al respecto, recurriendo a las ideas de Hobbes, este autor señala que la sociedad sólo
existe si los hombres se someten al Estado, ya que si los hombres fuesen todos iguales en fuerza y astucia sería
imposible la vida en sociedad, esto significa que cuando una elite monopoliza el poder y la fuerza, asegura la obediencia
de los demás y la existencia del orden social. Empero, no se distingue o se establece los usos que del poder y la fuerza
haga su poseedor y monopolizador. Según Castro, bajo esta relación social, los monopolizadores del poder y la fuerza
requieren de una comunicación constante con la población, pues si sólo funcionan con la represión, la estabilidad seria
precaria, en vista de que la población exigiría mayor participación en la distribución del poder y de los beneficios
materiales. Entonces, entre monopolizadores del poder y la población se solicita de un mínimo de negociación sobre la
distribución del poder, status, prestigio, propiedad y otras formas de participación, ya que este hecho garantiza en
alguna medida el orden social.
A decir de Dowse y Hughes (1975), la fuerza como soporte del orden social resulta insuficiente para obtener obediencia
por un periodo largo, más aún si dicho orden se encuentra traducido en un ente despótico y autoritario que limita la
comunicación y la participación.
Castro, sostienen que en este paradigma social, el orden se produce por el interés mutuo en la medida de que se ha
conciliado el interés individual y/o de grupo, es decir, el acuerdo entre partes asegura el orden social. En palabras de
Castro, a diferencia de la teoría de la coerción, en la cual la conciliación sólo es posible con el uso de la fuerza, aquí la
conformidad se da sin imposición, siendo el consenso producto de una socialización en la que los individuos reconocen
tener intereses más o menos comunes a los que todos aspiran. En otras palabras, el interés individual hace el interés
colectivo. De este modo, para este autor el orden se establece por el respeto y el interés mutuo y no por una autoridad,
sino porque los hombres hacen lo que creen que deben hacer. En criterio de Castro, al interior de este paradigma del
interés mutuo pueden identificarse dos versiones: El interés individual y la competencia.
En el primer caso, se admite que los hombres tienen intereses privados que incluyen el placer, el orgullo, la seguridad o
la estima, entonces el orden social surge a partir del hecho de que varios hombres se dan cuenta de los beneficios que
reporta la cooperación en términos de seguridad y ventaja, es decir, se percatan de los beneficios de la contribución y,
por lo tanto, del orden. Aquí se admite el carácter igualitario y la voluntad de los hombres para participar de los
beneficios de la cooperación, lo que no siempre puede ocurrir así, porque en sociedades concretas la distribución del
poder es casi siempre desigual. En cambio, en el segundo caso, el orden resulta como consecuencia de una interacción
involuntaria o relación social que se hace competitiva y conflictiva en vista de que los bienes y los recursos por adquirir
son limitados y escasos. Castro parafraseando a Adam Smith sostiene los hombres persiguen su propio interés sin
preocuparse demasiado por el interés de los demás, esto implica que por naturaleza son competidores y desiguales en
función de variables económicas, sociales y culturales. En todo caso, “el orden social y el Estado no hacen más que
proteger los resultados de la competencia, siendo este esquema propio del sistema liberal” (Castro, 1986, p. 109).
Esta teoría es también denominada como el “consenso de valores” porque supone que el orden se produce cuando los
hombres se hallan identificados en torno a valores y objetivos comunes (Castro, 1986, p.109). Según Castro, los
criterios individualistas de las otras teorías se desechan debido a que se considera que la estabilidad de la comunidad es
sólo posible en tanto que los hombres tengan intereses colectivos comunes o afines. A decir de Castro dichos valores u
objetivos comunes llevan implícito un acuerdo sobre los medios para conseguirlos, dichos medios están conformados
por normas, valores, reglas y pautas que regulan el comportamiento individual y social de los hombres.
Bajo esta perspectiva, manifestar que el orden social se halla presente en la función y los objetivos de estos medios que
al ser parte de la cultura o de un determinado sistema sociocultural son trasmitidos, aprendidos y trasmitidos de una
generación a otra a través de un proceso de socialización. De este modo, a partir de una conducta individual y social
aprendida se lograría garantizar el consenso, la cohesión y el orden social.
96
Frecuentemente se define al poder vinculado a distintos modos de dominación, autoridad, imposición o fuerza. En el
ámbito social, el término de poder implica autoridad, dominio, facultad para hacer, abstenerse o para mandar algo.
Asimismo, designa una relación asimétrica mediante la cual una persona, un grupo, una sociedad o una cosa puede
imponer su voluntad aún en contra de la voluntad de uno. En función de este significado básico son varios los autores
que sostienen que el poder implica una relación asimétrica que se expresa en la capacidad de decisión de uno sobre otro,
expresando superioridad.
Con un sentido diferente Friedrich Nietzsche (2000), en su obra “La voluntad del poder”, señala que el hombre es
voluntad de poder el mismo que se constituye en un elemento móvil, variable, plástico, que interpreta, modela, confiere
sentido y da valor a las cosas. En función de esta puntualización Nietzsche señala que el poder no necesariamente reside
en el hecho de dominar sino que se encuentra también vinculado a una virtud creadora y donadora.
Timasheff (1961), estima que el poder social tiene dos condiciones: una es la de mando y la otra de obediencia, lo cual
significa que en una relación de partes, hay un sujeto activo, el que manda y, por otro lado, hay un sujeto pasivo, el que
obedece. En cambio, Weber (1970) define al poder como “la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una
relación social, aún en contra de toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad, sería una
noción sociológicamente amorfa por cuanto, todas las cualidades imaginables de un hombre y toda suerte de
constelaciones posibles pueden colocar a alguien en la posición de imponer su voluntad en una situación dada”.
En palabras de Paz (1989), en Weber, el poder no está relacionado a la propiedad de los medios de producción, sino a
las “cualidades del hombre” y las “distintas constelaciones posibles”, es decir, implica una acción subjetiva individual y
una condición objetiva, pues un sujeto impone su voluntad en función de sus cualidades que se ven favorecidas por una
situación concreta, la misma que se halla en función de tres ámbitos principales: el económico, el político y el social, en
función de ello, Weber habla de poder económico, político y social.
En el campo de la sociología, el análisis del poder resulta de suma importancia debido a que casi, por no decir todas, las
relaciones sociales comportan ciertas relaciones de poder. En cuanto a su origen se indica que el poder se origina en la
sociedad como consecuencia del establecimiento de determinadas relaciones sociales, lo que significa que el poder no
se da espontáneamente, no es algo estático, ni amorfo. Al contrario, el poder se hace, se crea, se materializa, se
conserva, se procura mantenerlo y se lucha por él dentro de un contexto social determinado. Se afirma que al interior de
una sociedad el poder brota por el consenso o la coerción, es decir, para obtener obediencia y conformidad. En tal
sentido, quien detenta el poder puede hacer uso de dos medios que se encuentran a su alcance; la persuasión o la fuerza.
En el primer caso, se puede recurrir a la ideología, el ingenio, el conocimiento o la experiencia para obtener obediencia
o sumisión. En el segundo caso, el titular del poder puede utilizar los medios coactivos o la fuerza.
Castro (1986), en su obra “Sociología. Para Analizar la sociedad” señala que existen cuatro tipos principales de poder:
El poder social, el poder político, el poder estatal y el poder nacional.
a) El poder social es la primera forma concreta de poder en vista de que se expresa a partir de una relación entre
dos o más partes, donde uno obtiene obediencia del otro, en caso de no existir dicha obediencia o sumisión no
se dan relaciones de poder.
b) El poder político se halla institucionalizado por el Estado y es privativo de él. En este marco, los grupos
políticos entran en una competencia “democrática” o “violenta” para conseguir el poder político,
convirtiéndose el gobernante en el titular del poder.
d) El poder nacional es la capacidad que tiene el Estado y sus correspondientes aparatos estatales para imponer su
voluntad ya sea por medio de la persuasión, la negociación o la fuerza Este tipo de poder engloba cuatro
dimensiones: El poder económico, el poder psicosocial, el poder político y el poder militar.
97
Una de las principales preocupación a lo largo de la historia de la humanidad está vinculada a la determinación de los
límites y los alcances de poder. Se dice que el poder por lo general provoca conflictos, genera antagonismos, aviva
rivalidades, incita a la ambición, aumenta las pretensiones e induce a cometer excesos. En esta línea de explicación,
señalar que históricamente se ha comprobado que en los diferentes sistemas económicos quienes han detentado el poder
han hecho un uso ilimitado y abusivo, siendo los casos más ilustrativos el régimen esclavista y feudal. En ambos modos
de producción el poder de la clase dominante era absoluto, sin límites y sin restricciones, situación que ubicaba en
términos de inferioridad a los esclavos y siervos respectivamente.
Ruiz del Castillo (1939), sostiene que con el advenimiento de la revolución francesa, la revolución industrial y el
desarrollo teórico de Rousseau y Montesquieu el poder comienza a tener ciertos límites más precisos. Según este autor
en este nuevo contexto histórico social, nace la idea de que el poder no deviene de algo divino o sobrenatural y que no
necesariamente se debe concentrar en una sola persona o grupo social, sino que brota de la voluntad de los hombres.
A decir de Ruiz Castillo, surge la noción de que no se puede abusar del poder, señalando que es preciso que el poder
frene al poder. A partir de estas ideas, en la sociedad contemporánea brotan las “Constituciones” que norman la vida
individual y colectiva de las personas y, en consecuencia, serán los gobiernos los encargados de marcar los límites del
uso del poder con el afán de evitar excesos o abusos del poder. Para ilustrar las ideas de Ruiz del Castillo sobre los
límites del poder se presenta el siguiente cuadro:
Cuadro Nº 6
EVOLUCIÓN DE LOS LÍMITES DEL PODER
El conflicto implica discordia, divergencia o antagonismo entre partes que tienen intereses o fines contrapuestos. A
partir de este significado básico y por extensión el conflicto social hace referencia a un proceso en el cual dos o más
personas y/o grupos sociales se enfrentan entre sí en razón de tener y defender ciertos intereses, demandas, objetivos y
valores diferentes, procurando excluir al contrincante que es considerado como un adversario.
El conflicto social supone una relación de oposición entre las partes cuyos portavoces creen tener objetivos
incompatibles, es decir, en todo conflicto entre personas, grupos, comunidades o países, existe como condición
necesaria una relación de oposición entre dos o más partes y aun cuando pueden intervenir más elementos, estos
siempre llegar a formar coaliciones y, por lo tanto, a polarizarse en dos fuerzas antagónicas opositoras.
Para muchos cientistas sociales el conflicto social es un aspecto constitutivo e inherente a la vida en comunidad, pues
las personas, los grupos sociales, las clases sociales y el Estado no siempre ha producido y reproducido relaciones de
cooperación, acuerdo y de apego, contrariamente siempre han existido y van existir periodos de oposición,
enfrentamiento o de conflicto. Los conflictos sociales existen desde que aparece el hombre es parte del desarrollo de la
sociedad y ofrece oportunidades tanto para avanzar como también para provocar violencia y barbarie, siendo sus
principales factores precipitantes: a) el modo de distribución de la riqueza, b) la pugna entre representaciones sociales,
c) el enfrentamiento entre civilizaciones y d) la lucha por demandas y reivindicaciones sociales (v. Dahrendorf, 1962;
Coser, 1970)
Castro (1986), citando a Elton Mayo, sostiene que en principio la teoría sociológica no consideraba al conflicto social
como un hecho social sino más bien como un fenómeno individual que era resultado de ciertas perturbaciones anímicas
y, por lo tanto, su tratamiento debería ser exclusivamente psicológico o psiquiátrico, sin considerar los aspectos sociales
que estaban presentes en el origen y el desarrollo del conflicto. Sin embargo, otros autores señalan que la sociología,
desde sus inicios hasta la actualidad, ha considerado al conflicto social como un hecho social controversial e importante
que puede ser comprendido y explicado a través de diferentes matrices sociales. Así, por ejemplo, para el marxismo el
conflicto social es resultado de las desigualdades socioeconómicas y es considerado como un mecanismo necesario para
el cambio, la transformación y el mejoramiento de la sociedad. En cambio, para la sociología norteamericana, y en
particular para la corriente funcionalista, el conflicto social llega a ser considerado como una anormalidad o una
patología social que necesariamente debe ser eliminada.
98
La escuela funcionalista estudia al conflicto social bajo el supuesto del funcionamiento equilibrado, armónico, pacífico
y perfecto de los sistemas sociales y sus correspondientes subsistemas, analizando cada hecho, fenómeno o proceso
social en cuanto contribuye a mantener la armonía del sistema, pues lo opuesto significaría la presencia del conflicto.
Asimismo, el funcionalismo reconoce el carácter social del conflicto aunque solamente tiene como preocupación central
buscar el equilibrio y la armonía en la sociedad (Castro, 1986).
En esta misma perspectiva funcionalista, Robert Merton (1972), considera a los conflictos sociales como hechos,
fenómenos o procesos disfuncionales, es decir, como situaciones que no contribuyen al buen funcionamiento de la
sociedad y que más bien poseen una fuerza disgregadora, desintegradora y destructiva del sistema social. En tal sentido,
expresa que el conflicto como disfunción disminuye la adaptación al sistema y representa una desviación de las normas
y del equilibrio social. Bajo este paradigma funcional, se identifica al conflicto social como un hecho eminentemente
destructivo y disfuncional.
Desde una posición diferente, Lewis Coser (1961), señala que no se debe estudiar al conflicto social como un destructor
de sistemas sino más bien como un hecho social que cumple una función dentro de todo sistema. Este autor establece
una distinción entre los conflictos que no contradicen los supuestos básicos sobre los que se funda la convivencia social
y aquellos en los cuales las partes contendientes o una de ellas ya no comparten los valores básicos sobre los cuales
descansa la legitimidad del sistema social.
A decir de Coser en un conflicto las expectativas entre las partes son casi siempre diferentes, contradictorias y frente a
esta realidad ciertas cuestiones no pueden considerarse satisfechas de antemano. En consecuencia, para este autor la
solución al conflicto dependerá de la conducción del Estado y el tipo de equilibrio del poder que prevalece en ese
momento. Esto implica que el conflicto social para su regulación y administración da la posibilidad de la emergencia de
nuevas normas que requieren de su institucionalización como una forma de solución, es decir, el conflicto ayuda a
revitalizar las normas existentes y/o contribuye a la emergencia de otras y, en ese sentido, una sociedad flexible se
beneficia con el conflicto, porque tal conducta al ayudar a crear y modificar normas, asegura su continuidad y
equilibrio.
El aporte de Coser radica en el hecho de reconocer que existen conflictos sociales que pueden estar planteados dentro de
determinadas reglas de juego que el Estado previamente ha regulado a través de disposiciones legales y que pueden ser
manejados y solucionados dentro de ciertas reglas, normas y valores preestablecidos. Asimismo, en el convencimiento
de que existen conflictos que están dirigidos a destruir el sistema, al buscar su sustitución por otro sistema o cambiar su
naturaleza ya que los valores existentes se encuentran cuestionados.
En criterio de Castro (1986, p. 125), “en cualquiera de estas dos situaciones, el sistema social cumple una función
integradora y mediadora, para salvaguardarse, sobre todo, de los conflictos sociales que destruyen la base consensual de
la relación social; en este caso el sistema social trata de administrar, controlar y regular el conflicto a través de la
institucionalización y tolerancia del mismo”.
Otro autor importante en la sociología de los conflictos es el sociólogo británico de origen alemán Ralf Dahrendorf
(1962), que combina la tradición liberal con elementos marxistas. 71 Considera a la sociedad como el escenario de
constantes disputas por el poder y por la autoridad que sólo terminan con la muerte. A decir de Dahrendorf, el conflicto
siempre está presente en la sociedad de manera latente o manifiesta debido a que los recursos son escasos y que siempre
habrá la necesidad de redistribuirlos. Desde esta óptica, expresa que no es aceptable una teoría social basada en la
armonía y la cooperación y, debido a ello, puntualiza que la ausencia del conflicto implicaría estancamiento y
decadencia. En tal sentido, Dahrendorf sostiene la tesis de que los conflictos sociales se concretan a mantener y
fomentar la evolución de las sociedades en sus partes y en su conjunto.
A decir de este autor, los conflictos son el motor de la historia y, por lo tanto, son inevitables y necesarios, por ello
expresa que no habría que cuestionarse sobre su desaparición, sino encontrar las formas para una solución razonable y
productiva. Estas argumentaciones teóricas establecen que el conflicto social tiene una energía creadora y promotora del
71
Sociólogo y politólogo alemán nacionalizado británico, es uno de los principales representantes de la sociología de los conflictos. Nacido en
Hamburgo, estudió filosofía y se doctoró con una tesis sobre Karl Marx. Entre sus obras destacan: Las clases sociales y su conflicto en la sociedad
industrial (1959), Homo sociologicus (1959), Ensayos sobre teoría de la sociedad (1968), La nueva libertad: supervivencia y justicia en un mundo en
cambio (1975), En defensa de la Unión Europea (1976), El nuevo liberalismo (1982), Reflexiones sobre la revolución en Europa (1991), La
democracia en Europa (1993), Ley y orden (1994) y El conflicto social moderno (1994).
99
cambio social, es decir, reconocen el importante rol histórico que juega el conflicto en el cambio social. Bajo esta
perspectiva, se considera que el surgimiento de un conflicto es resultado entre quienes poseen el poder y quienes no lo
tienen, en consecuencia, el conflicto es producto de la lucha por el poder y puede darse en cualquier institución,
estructura social y/o relación social. Asimismo, se reconoce que el conflicto social es inherente a cualquier relación
social en vista de que la sociedad no es un todo armónico y equilibrado sino que siempre incluye diferencias y
disconformidades entre grupos, valores, objetivos y expectativas diferentes y antagónicas.
Al interior del marxismo el conflicto social se plantea como una lucha de clases sociales bajo el supuesto de que entre
las clases sociales los objetivos que individualmente poseen las partes son antagónicos e irreconciliables. En
consecuencia, el interés de una clase, como la burguesía, será dominar al proletariado, en tanto que este último tiene el
objetivo de destruir a la clase que detenta el poder. A partir de estos objetivos de clase opuestos, el marxismo plantea
como única forma de acabar con la lucha de clases, la desaparición de una de ellas mediante un proceso revolucionario
y la necesidad de la presencia hegemónica de una de ellas, en todo caso a través de la dictadura del proletariado.
Castro (1986), sostiene que como condición necesaria el conflicto implica la presencia de dos partes antagónicas que
pueden ser personas, grupos o países, Debido a ello, afirma que la unidad básica del análisis sociológico es la “acción
social” que surge cuando existe una interacción mínima entre dos partes, la misma que no es de cooperación sino más
bien conflictiva. Además de ello, dice que se tiene que considerar que en todo conflicto los aspectos que intervienen son
los siguientes: a) poseen una estructura, b) cuentan con objetivos contrarios que da lugar a la oposición, c) surgen en
una determinada coyuntura y d) recurren a mecanismos legales e ilegales para dirimir diferencias y/o imponer conducta.
Si se asume que los conflictos sociales son inherentes a la estructura social también se debe admitir que las relaciones
sociales no son todo el tiempo de cooperación, sino que coyunturalmente entran en contradicción u oposición lo que
implica que un conflicto brota cuando determinadas condiciones objetivas y subjetivas la hacen factible. En este marco,
la labor investigativa sociológica consiste en determinar cuáles son estas condiciones que convierten al conflicto de
latente en manifiesto (Brandonin, 2005)
Vinculado a este punto, Dahrendorf (1962) sostiene que los conflictos se presentan bajo dos dimensiones: latentes y
manifiestas. Las primeras suponen que ninguna de las partes es consciente de la relación de oposición o de que tienen
objetivos incompatibles cuya consecución por una de ellas perjudica al otro. En contraste, las segundas se producen
cuando una de las partes, por lo menos, percibe acertada o erróneamente que uno o más de sus objetivos o intereses está
siendo amenazado o estorbado por las intenciones o las actividades de una o más partes.
Según Marcelo Quiroz (201), todo conflicto social como proceso está constituido por determinados elementos que
establecen una cierta relación. A decir de este autor, estos elementos del conflicto son los siguientes:
a) Participantes: Implica la presencia de dos o más actores que necesitan definir una determinada condición de
desacuerdo de intereses o necesidades contrapuestas que deben ser equilibradas o resueltas a través de la
intervención de los mismos.
b) Intereses o necesidades: Supone la insatisfacción, o la inadecuada determinación del satisfactor, ante una
necesidad que genera demandas, es decir, dos o más personas no satisfacen adecuadamente una necesidad y
provocan intereses contrapuestos debido a que uno de los miembros se siente insatisfecho y éste pretende
equilibrar esta condición de insatisfacción a través del conflicto, el cual puede resolverse mediante la
negociación, la mediación, la conciliación o el arbitraje
c) Percepción o sentimiento de oposición: Señala la sensación que tiene una de las partes del conflicto de sentirse
afectado por una determinada condición fáctica o simbólica que impide su desarrollo y altera las relaciones de
convivencia.
d) Objeto o relación de discordia: Engloba los elementos materiales e inmateriales que mejoran y/o alteran las
relaciones de convivencia adecuada de las partes que conforman una determinada unidad social.
100
e) Posibilidad de soluciones: Implica las condiciones, relaciones, capacidades y posibilidades de desarrollo tanto
social como individual que tienen los actores involucrados en el conflicto para enfrentar y resolver un proceso
de discordia.
Básicamente se habla de dos tipos de conflictos: Externos e internos, Los primeros están vinculados a conflictos
internacionales entre Estados Nacionales. Este tipo de conflicto surge debido a que los objetivos nacionales de un
Estado se ven amenazados o perjudicados, situación que representa una amenaza para su autonomía, seguridad,
soberanía e integridad. En cambio, los segundos ocurren dentro de una estructura nacional interna a través del
enfrentamiento antagónico entre grupos primarios (pandillas, vecinos, familias) o grupos secundarios (sindicatos,
empresas, partidos políticos, asociaciones, organizaciones sociales o movimientos sociales)
Los procedimientos que utilizan las partes en disputa para alcanzar sus objetivos también son de dos tipos: No coactivos
y coactivos: Los primeros utilizan la persuasión como un medio para convencer al oponente para que acceda en relación
con los objetivos que se desean alcanzar. También se manejan las recompensas contingentes que ofrecen “algo” a
cambio de alguna concesión que facilite el alcanzar ciertos objetivos, en esta plano se pueden adscribir los denominados
aparatos ideológicos del Estado, como por ejemplo, la propaganda, el discurso, la comunicación y la información. En
cambio, los segundos utilizan la presión y la fuerza como un medio para alcanzar objetivos propuestos, en esta
dimensión se puede incluir los llamados aparatos represivos del Estado, como por ejemplo, la policía, el ejército, las
marchas, los paros, las huelgas y las protestas sociales (v. Althusser, 1986)
Ander-Egg (1988), dice que el concepto de control social hace referencia al conjunto de medios y procedimientos a
través de los cuales la sociedad o las organizaciones sociales encaminan y obligan a los individuos y a los grupos
sociales a adoptar ciertos comportamientos, normas, reglas, conductas, valores, ideas e ideales que el individuo, el
grupo o la sociedad considere socialmente aceptadas como buenas. Esta puntiualizacion implica que el control social es
un mecanismo formal a través del cual la comunidad organizada controla, ordena, regula e impone modelos o esquemas
de comportamiento, es decir, es una especie de presión o coacción social para que determinadas normas, costumbres y
usos sociales sean desarrollados en un ritmo de cierta uniformidad y equilibrio.
En función de estas precisiones conceptuales expresar que el rasgo característico del control social es la presión o la
coerción que ejerce sobre los individuos, obligándolos a conducirse de una manera determinada. Este rasgo
característico conduce a establecer distintos niveles de control, siendo los más importantes los siguientes: De la
sociedad sobre el individuo, del individuo sobre la sociedad y la de un pequeño grupo sobre el resto de la sociedad.
Según Ander-Egg, el control social en cuanto forma de presión, se ejerce bajo dos formas diferentes, por un lado, el
control coactivo que opera por medio de la fuerza, los castigos, las sanciones, las restricciones y, por otro lado, el
control persuasivo que actúa sobre la gente apelando al elogio, la recompensa, la sugestión, el reconocimiento. Por su
parte, Louis Althusser (1986), habla de los aparatos represivos del Estado que controlan recurriendo a la coerción
(policía, ejercito, justicia) y los aparatos ideológicos del Estado que controlan recurriendo a la ideología (religión,
escuela, familia, medios de comunicación, cultura)
Al margen de estas dos visiones señalar que existe una vasta tipología sobre los mecanismos de control, a continuación
solamente mencionar los más importantes: Control positivo (persuasión, educación, ideología) y control negativo
(castigos, imposición, reclusión, amenazas); control social formal (leyes, decretos, reglas, disposiciones legales) y
control informal (aplausos, distinciones, premios); control de grupo (publicidad, propaganda, educación) y control
institucional (normas, reglas, sanciones).
101
CAPÍTULO 7
ROL, STATUS Y PAUTAS DE COMPORTAMIENTO
Desde la perspectiva funcionalista se considera a la sociedad como un sistema de relaciones sociales, como un gran
grupo social conformado por individuos que interactúan entre sí, como un conjunto de instituciones que hacen posible
la vida social y como un sistema conformado por componentes estructurales. En esta directriz analítica, en el estudio de
la sociedad resulta importante abordar la problemática sociológica del rol, el status, las pautas de comportamiento, la
movilidad social y la organización social.
Etimológicamente el termino rol deriva del inglés “rol”, del francés “role” y del latín “rotulus, de ahí que en el campo
de la dramaturgia hace referencia al papel que representa o que debe recitar un actor en una pieza teatral (Ander-Egg,
1988, p. 266). Con este significado básico y en vista de que cada rol supone una determinada forma de conducta, se
espera que los individuos se adapten a las características de sus roles sociales al igual que los actores en una obra teatral
se ajustan al papel escrito por el autor (Tezanos, 2006). En 1920, este término se introduce en la psicología para explicar
los comportamientos ocupacionales y, posteriormente, se aplica en otras disciplinas sociales para describir y explicar las
relaciones interpersonales.
En sociología, este concepto también se lo utiliza con significados equivalentes, pues los términos de rol y papel social
sirven para designar al comportamiento que en una sociedad dada debe esperarse de un individuo en una situación
determinada, habida cuenta de su correspondiente status social, es decir, designa la conducta social esperada de una
persona en función del lugar que ocupa en el espacio social. (Cohen, 1980).
En función de esta analogía, entre los conceptos de rol y papel, se dice que la noción de rol social es igualmente muy
semejante al papel que desarrolla un actor de teatro en la representación de un personaje, pero dicha representación que
el hombre hace en la vida social, no es imaginaria y ficticia o no representa a un personaje ajeno, sino que se representa
a sí mismo y a su propia personalidad. En función de ello, es válido sostener que el papel o rol social es la
102
representación de funciones, deberes, derechos y obligaciones que son desempeñados por el hombre en la vida en
comunidad. Como bien lo señalan algunos sociólogos “el rol puede ser entendido como el papel que pone en práctica la
persona en el drama social, o, en un sentido más preciso, como el sistema de expectativas sociales que acompañan a la
presentación pública de los sujetos de un determinado status social” 72
Ely Chinoy (1975), señala que el rol social es la representación de funciones, deberes, derechos, acciones y obligaciones
desempeñados por el hombre en la vida social.
Bruce Cohen (1980), define al rol social como el comportamiento que otros esperan de una persona que tiene un status
determinado.
Ezequiel Ander-Egg (1998), dice que los roles sociales configuran un conjunto de pautas y reglas de comportamiento
socialmente identificadas y fácilmente reconocibles, constituyendo un marco de interacción en las relaciones
interpersonales y grupales.
Benne y Sheats, citados por Clementina Acchini de Martinez (1995), expresan que el rol social es el conjunto de normas
de conducta que exige el grupo a quien ocupa una determinada posición social que espera que adopte a la hora de
cumplir, con sus deberes.
A partir de estas precisiones conceptuales señalar que el rol social es la forma como una persona interactúa con las
demás, es el papel que pone en práctica en la vida social, es el comportamiento social que se espera de una persona y es
el sistema de expectativas sociales que acompañan a la presentación pública de la persona en función de su status social.
En función de esta realidad descrita la sociedad es vista como un conjunto de roles sociales que los individuos
desempeñan en una determinada forma, que les orienta en su comportamiento y que les permite prever el
comportamiento que los otros tendrán de acuerdo al rol social que desempeñan en un momento concreto (v. Chinoy,
1975; Jordan, 1977)
Las relaciones sociales no se producen de manera casual y poco predecible sino que se desarrollan en función del
denominado rol social. Esto implica que las personas actúan en diversos ámbitos sociales de acuerdo a las pautas
concretas y las formas de comportarse propias del rol que desempeñan. Según Bottomore (1967), cada rol social supone
determinadas formas de comportarse y de actuar al interior de la sociedad, pues se espera que sus miembros se adapten
a las características de sus roles de la misma manera que los actores en una obra de teatro, se desenvuelven sobre la base
del papel escrito por el autor. Esta conceptualización expresa que un actor individual se organiza y desarrolla
determinados roles sobre la base de las expectativas que se producen en un determinado contexto de interacción social.
En función de esta situación descrita, Puig (2010), sostiene que los roles están caracterizados por cinco rasgos
principales:
1) Los roles sociales son modos de comportamiento estandarizados y socialmente establecidos que son
transmitidos de generación en generación.
2) Los roles sociales enmarcan una serie de valores, normas, pautas y reglas de comportamiento.
3) Los roles sociales forman parte de un círculo o una estructura social que supone un conjunto de relaciones de
interacción concretas.
4) Los roles sociales definen campos de acción legítima dentro de las competencias propias de un rol especifico.
5) Los roles sociales forman parte del sistema de autoridad más amplio e implican el cumplimiento de
determinados deberes y obligaciones para uno mismo y para los demás.
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103
Se dice que el rol principal define la personalidad social, la cual es definida como la sumatoria de los roles sociales que
desempeña un individuo. Así, por ejemplo, una persona puede desempeñar el rol de padre de familia, hijo, hermano,
amigo, vecino o amigo, pero por encima de esto roles puede ser conocido bajo el rol principal de profesional. En
realidad, en la vida en comunidad las personas tienden a desarrollar distintos roles sociales, una persona no desempeña
un rol social único, sino que simultáneamente desarrolla varios roles en función de ámbitos, ambientes, contextos y
posiciones sociales diferentes.
Joseph Fichter (1964), admite que existen varios de tipos de roles, puntualiza que unos roles son asignados y otros
asumidos; unos son sencillos y otros complejos; unos son principales y otros secundarios. Sin embargo, aclara que estos
tipos de roles no existen de manera aislada, pura y única, sino que se presentan de manera interrelacionada y compleja.
Otros autores clasifican los roles sociales en función de lo micro y macro social, se habla entonces de roles
microsociales y roles macrosociales. En el marco de estas tipologías, una primera clasificación de los roles conduce a la
diferenciación entre roles principales y secundarios. Asimismo, entre roles prescritos y desempeñados y entre roles
sencillos y complejos.
Bruce Cohen (1980), señala que el modo en que la sociedad espera que las personas cumplan un determinado rol se
denomina rol prescrito. Sin embargo, expresa que algunas personas no siempre se comportan de acuerdo a las
expectativas que espera la sociedad, entonces se hace referencia a un rol desempeñado que expresa la forma en que una
persona ejecuta efectivamente un rol específico.
Según Cohen, la discrepancia entre el rol prescrito y el rol desempeñado puede tener origen en una falta de comprensión
por parte del individuo respecto al rol que socialmente se le exige, un deseo de no ajustarse a los requerimientos
esperados del rol o a una incapacidad del individuo para desempeñar efectivamente un rol. Asimismo, este autor
expresa que para que una persona pueda desempeñar adecuadamente un rol resulta necesario que tenga una
personalidad apta para ello. Si se produce lo contrario, se sostiene que se produce lo que se llama distancia de rol (la
persona no se involucra emocionalmente son el rol); tensión de rol (la persona tiene dificultades para desempeñar el rol
esperado) y fracaso o conflicto de rol (la persona desempeña uno o varios roles simultáneamente y se halla vinculada a
conductas contradictorias y conflictivas).
Como se puede advertir el hecho de que todo individuo tenga que desarrollar simultáneamente diferentes roles, conlleva
un cierto potencial de incompatibilidad, conflictividad y de tensión entre los requisitos y las características del
desarrollo de los diferentes roles. Esta conflictividad en el desempeño de roles que entran en contradicción entre sí,
puede conducir a la distorsión de la personalidad y al desarrollo de conductas desviadas o disfuncionales.
Ninguna persona puede estar al margen de un sistema o una estructura social totalizadora, pues es siempre parte o
unidad y, en consecuencia, ocupa un lugar frente a los demás en términos de superioridad o inferioridad y/o semejanza
o diferencia. Es decir, ninguna persona puede estar al margen de un ordenamiento social debido a que necesariamente
ocupa una situación, posición o un status social.
Acebedo y Brie (2006), dicen que status es una voz latina que significa “estado” o “situación”. Según Ander-Egg
(1988), con este significado básico se lo utiliza en sociología para hacer referencia al rango, el prestigio, la ascendencia,
la categoría o la posición que tiene un individuo con relación a los otros, ya sea al interior de un grupo, una estructura o
un sistema social. Sin embargo, en función de estas conceptualizaciones es necesario aclarar que muchas veces se
utiliza erróneamente este concepto de status como sinónimo de fama, gloria, excelencia o alta posición social, cuando
en su significado estricto no contempla una carga valorativa, lo cual no significa que el status puede ser alto, medio o
bajo. Si bien es muy evidente que una persona posee diferentes status, es innegable que algunos de los status indican
posiciones sociales más altas o más bajas con relación al sistema de valores que prevalece en determinada sociedad.
El antropólogo Ralph Linton (1960), interpreta al status social como el conjunto de derechos, deberes y obligaciones
que un individuo posee en el marco de su grupo. Bruce Cohen (1980), entiende por status a la posición social de un
individuo o el rango social de un grupo cuando éste es comparado a otros grupos. Asimismo, sostienen que la posición
de status de una persona, determinará los derechos y privilegios que le serán atribuidos. Según Acebedo y Brie (2006),
el status es uno de los elementos componentes de la estructura social y designa la posición de un individuo dentro de un
sistema social determinado.
104
En función de estas definiciones se puede precisar al status social como el rango, prestigio o posición social que tiene el
individuo en un determinado grupo social, en la comunidad o en la sociedad, el cual es reconocido objetiva y
socialmente por el resto de la sociedad y se encuentra determinado por factores sociales, económicos, políticos,
culturales, demográficos, biológicos e ideológicos. El status hace referencia a la posición social que uno ocupa y no a la
persona misma, no proviene del juicio que uno tenga de sí mismo en términos de prestigio, privilegio o jerarquía, sino
de la valoración social de los miembros del grupo y de la sociedad, pues ellos son quienes a su juicio le asignan un
status determinado. En consecuencia, el status social es conferido según la escala de valores que predominan y
caracterizan a una determinada sociedad (Ticona, 1979)
Para advertir, apreciar o calificar el status existen elementos externos y observables como ser: La ascendencia, el origen
social, la edad, el sexo, la etnia, la instrucción, la ocupación laboral, la riqueza, la profesión, el estado civil, etc. Esta
situación revela que existe una diversidad de status, pero que en función de los elementos que intervienen en la
conformación del status, en términos generales se habla de status adscrito y status adquirido.
El status adscrito hace referencia a ciertas cualidades que el individuo los obtiene al momento de nacer, es decir, está
vinculado a cuestiones inherentes o factores predeterminados que son legados por el entorno familiar en términos de
origen social, cuestiones económicas, antecedentes étnicos, rasgos culturales y posición social. Así, por ejemplo, un
individuo que nace en el seno de una familia con posición social y económica privilegiada tendrá sin haber realizado
“nada” un determinado status desde su nacimiento. En cambio, el status adquirido es el resultado del desarrollo de una
serie de eventos que permiten alcanzar una determinada posición social, es decir, este tipo de status es alcanzado a
través del trabajo, el esfuerzo y las capacidades desarrolladas por el individuo. Así, por ejemplo, se tiene la profesión
adquirida por una persona (v. Chinoy, 1975; Cohen 1980; Ander-Egg, 1988)
Ralph Linton (1960), señala que el status adscrito se refiere a las cualidades de la persona que le vienen dadas por la
situación y posición más o menos inalterable en que nace y se desarrolla, sin mediar la voluntad del logro. Así, por
ejemplo, se tiene la etnia, origen social, la nacionalidad, la ascendencia, el sexo, la edad y el entorno familiar. En
contraste, según Linton el status adquirido se refiere a las cualidades que tiene el individuo fruto de realizaciones y
logros personales. Así, por ejemplo, se tiene la ocupación laboral, el título académico, el estado civil, el lugar de
residencia y el nivel de vida.
Según Bruce Cohen (1980), en sociedades tradicionales el status social que poseía un individuo era bastante consistente
y se combinaba y ajustaba entre sí. En cambio, en sociedades modernas, donde el status se adquiere tanto por
adscripción como por atribución, las personas ocupan al mismo tiempo diferentes posiciones sociales, a veces
incompatibles entre sí, debido a la presencia de distintas expectativas en conflicto. Esta situación es conocida como la
“inconsistencia de status”, donde las personas reaccionan de las siguientes maneras: Se identifican con cada status en
conflicto, niegan su asociación con el status de menor nivel o manifiestan gran confusión o inseguridad. Así, por
ejemplo, muchas personas de ciertos estratos sociales suelen cambiarse de apellido para ingresar a institutos policiales o
militares.
Gerhard Lenski (1969), desarrolla el concepto de “cristalización insuficiente de status” con una connotación similar a la
de “inconsistencia de status”. Este sociólogo estadounidense utiliza este concepto para explicar el comportamiento de
aquellos individuos que poseen una posición económica elevada y sufren discriminación y de aquellos individuos que
poseen elevado status social pero tienen bajos ingresos. En función de esta realidad, Lenski plantea el concepto de
“inconsistencia de status”, que describe a un individuo con una cristalización de status inferior a la de otro sujeto de la
misma sociedad y del mismo nivel de status (Acebedo y Brie, 2006)
En función de la directriz analítica de Joseph Fichter (1964); Ely Chinoy (1975) y Bruce Cohen (1980) señalar que los
elementos constitutivos del status están vinculados a los siguientes aspectos:
a) Origen social o ascendencia familiar que concede a la persona una posición de privilegio, consideración o
discriminación. Esta situación se vincula a la posición social de la familia, la actividad de los padres, el lugar
de residencia, el tronco racial, los rasgos culturales, la situación económica o la pertenencia a cierto grupo
social de tipo religioso, corporativo o laboral.
105
b) Riqueza o posesión de bienes materiales que permiten calificar y reconocer el status social de una persona,
pues estos factores determinan cierto poder económico, nivel de vida, estándar de vida, confort, prestigio y
vínculos sociales privilegiados.
c) Nivel de instrucción o educación que determina la posición o el status social de una persona, es decir, el status
social depende del grado de conocimientos que posee una persona y por lo general determina una relación
proporcional.
d) Formación profesional que otorga a las personas status sociales diversos y con distintos niveles de valoración
según la actividad laboral específica que desempeñen.
e) Utilidad funcional que se vincula al valor de la contribución que un individuo realiza en favor de la sociedad a
partir de su profesión, oficio, especialidad u ocupación.
f) Particularidades de edad y sexo que determinan status sociales diferentes en términos de la posición social de
hombres, mujeres, niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores.
Entre rol y status social se establecen relaciones reciprocas, pero ambos aspectos no se identifican entre sí, es decir, no
representan o significan lo mismo. En efecto, el status responde a una posición social en la sociedad, en cambio el rol
está vinculado al aspecto dinámico y cambiante de la personalidad. El ejercicio del status determina el rol que debe
desarrollar una persona y, a su vez, el rol se refiere al modo como un status social debe ser desempeñado. Dentro de una
determinada sociedad, a cada status o posición social que tiene un individuo le corresponde un determinado rol o
comportamiento socialmente esperado. Por ello, es válido señalar que el rol es el aspecto dinámico del status, pues
cuando el individuo ejerce los derechos y deberes correspondientes a un status no hace más que desplegar un rol
especifico (Ticona, 1979).
Chinoy (1975), dice que status y rol son dos caras de una misma moneda, status es la posición con relación a otras
posiciones y rol es la pauta de conducta que se espera de las personas que ocupan un determinado status. Esto significa
que las personas representan o desempeñan ciertos roles sociales y llenan u ocupan un status social que es una especie
de identificación social que las coloca y ubica en relación con otras personas y que necesariamente implica alguna
especie de rol. Sin embargo, hay que aclarar que una persona no ocupa un solo status y desarrolla un único rol, al
contrario ocupa muchos status y desempeña varios roles.
Lo expuesto significa que el status hace referencia a “lo que es la persona” y el rol a “lo que hace la persona” y si bien
existe una relación estrecha, status y rol denotan en el contexto social significados bastante diferentes. Según Chinoy
(1975, p. 55), los conceptos de rol y status social tienen importancia teórica y operativa para el análisis de los diferentes
componentes estructurales de la sociedad como ser los grupos sociales, las relaciones sociales y las instituciones
sociales, como bien lo expresa este autor “los conceptos de rol y status son los instrumentos mediante los cuales las
concepciones de la sociedad como grupos y relaciones pueden ser integradas en forma sistemática con las de la
sociedad como instituciones”.
Se dice que las pautas de comportamientos hacen referencia a la forma como actúan los individuos en unidades mayores
capaces de generar una acción social acordada. Estas pautas de comportamiento tienen su origen en propósitos y fines
comunes y reflejan las expectativas de comportamiento del grupo social, es decir, hacen referencia a lo que las personas
que rodean al individuo, “esperan” que éste desarrolle en determinadas situaciones sociales (Mendoza, 1992). También
se expresa que toda pauta de comportamiento se halla siempre estipulada, conducida y controlada por reglas de
conducta social, pues los miembros de un determinado sistema sociocultural se hallan casi siempre sometidos a una
imposición social que los obliga a comportarse según ciertos esquemas sociales establecidos, el mismo que instituye un
sistema de sanciones y recompensas. En tal sentido, se dice que los modos de pensar, sentir y actuar de las personas no
existen y se desarrollan de manera casual y arbitraria, sino que son resultado de ciertas normas o reglas que
sociológicamente se vienen a denominar pautas o modelos de conducta, los cuales a la vez se hallan establecidos por un
determinado contexto social y cultural (v. Jordan, 1977; Ticona, 1979).
106
Ticona (1979), señala que la pauta o modelo de conducta, es la uniformidad de pensar y de actuar reconocido,
constante, homogéneo, generalizado y uniformado que se repite regularmente en una pluralidad de personas. Asimismo,
expresa que la pauta o modelo de comportamiento es la unidad básica de la cultura, de los roles sociales y de las
instituciones, que a la vez sirve de modelo o guía para la conducta y el comportamiento social de los individuos. Por su
parte, Joseph Fichter (1975), sostiene que las pautas de comportamiento no sólo se refieren a formas externas sino
también a formas internas que establecen determinadas formas de actuar, sentir y pensar culturalmente prescritas y
socialmente aceptadas, las mismas que permanentemente condicionan las conductas individuales y colectivas. Según
este autor las pautas de comportamiento son identificables porque reúnen las siguientes características:
El comportamiento humano se exterioriza en una conducta fáctica o simbólica que se desarrolla no de modo mecánico,
errático e irracional sino de manera planificada, consciente y racional en virtud de cierta actividad cerebral. Esto implica
que toda persona tiene la capacidad de actuar, pensar y sentir de un modo particular, lo que da origen a la conformación
de pautas de comportamiento externas e internas.
Jordan (1977), señala que las pautas de comportamiento externas son aquellas conductas a través de las cuales se
materializa la actividad humana, es decir, se trata de comportamientos o modos de obrar que pueden ser percibidos
sensorialmente de manera directa, son a la vez aceptadas y frecuentemente repetidas en forma idéntica, por eso se la
vinculan a las prácticas y hábitos sociales o culturales. Así, por ejemplo, dar la mano, saludar, acudir al trabajo, etc.
Asimismo, esta socióloga boliviana, sostiene que las pautas internas de comportamiento conceptual son modos de
pensar o sentir no visibles, es decir, se trata de comportamientos o conductas que no se los contempla directamente, por
lo tanto, se debe inferir o deducir cómo piensan y sienten las personas de acuerdo a lo que hacen. Estas conductas
conceptuales no se pueden estudiar mediante la observación directa se las debe deducir ya que están expresadas en
ideas, opiniones, juicios, prejuicios, creencias, preferencias y actitudes. Así, por ejemplo, la opinión y el juicio que se
tiene sobre un conflicto social.
Fichter (1964), sostiene que las pautas o modelos de comportamiento tienen su significación, jerarquía e importancia
propia que es determinada por tres elementos principales: Universalidad, presión social y valor social. Según este autor
la universalidad se vincula al mayor o menor grado de conformidad con los esquemas de comportamiento colectivo, es
decir, se refiere a la proporción y la frecuencia de las personas que cumplen o repiten un cierto modelo de conducta. La
presión social hace referencia a la imposición social de modelos de conducta o normas de comportamiento, por ello a
veces va acompañada de un cierto sistema de sanciones, castigos y recompensas, frente a ellas las personas pueden
reaccionar a favor o en contra a través de la conformidad, aprobación o la indiferencia y el rechazo. El valor social tiene
que ver con la importancia, calidad, rango, valor o jerarquía que le atribuye la sociedad, el grupo social o el individuo a
una determinada pauta o modelo de comportamiento social. De acuerdo a estos tres elementos mencionados por Fichter,
universalidad, presión social y valor social es posible clasificar pautas de comportamiento en tres categorías principales,
en orden de jerarquía, se hace referencia a las normas, las costumbres y los usos sociales (Jordán, 1977).
Gonzales (1991), dice que las normas sociales son comportamientos instituidos sujetos a determinadas reglas y normas
de conducta social. Según este autor se trata de pautas de comportamiento de mayor jerarquía, fundamentales y
necesarias para la estabilidad y el equilibrio de las relaciones sociales, pues obliga a los individuos a aceptar los
esquemas de conducta establecidos recompensando el comportamiento aprobado y sancionando el comportamiento no
aprobado. Según Ander-Egg (1988), se trata de pautas culturalmente adquiridas socialmente aprobadas y aceptadas que
rigen la conducta individual y colectiva de los miembros de una sociedad. Se trata del “comportamiento debido” o las
107
“reglas de juego” que rigen la vida en comunidad, por lo tanto existen sanciones si se las infringe, se trata de leyes,
estatutos, reglamentos, códigos y principios, que básicamente existen en función de ciertas normas jurídicas,
institucionales, morales y religiosas.
Las costumbres son comportamientos colectivos que son desarrollados por determinados grupos sociales y están
conformadas por una serie de tradiciones, rutinas y valores sancionados o aprobados que mantienen el equilibrio y se
expresan en manifestaciones simbólicas como ser doctrinas, símbolos, ritos y solemnidades. Se trata de pautas de
comportamiento de menor jerarquía, son menos exigentes y obligatorias, son pautas valoradas como deseables
establecidas a través del tiempo y cuya exigencia es relativa por cuanto no van acompañadas de la presión y sanción
social, pero si se hallan sujetas a una estimación o valoración subjetiva (González, 1991).
Gonzales (1991), dice que los usos sociales son comportamientos habituales de los individuos y que a la vez se
constituyen en una forma de cohesión social del grupo debido a que producen la integración y el orden. Asimismo,
señala que revisten menor jerarquía o importancia y son menos obligatorias, socialmente no existe una penalidad social
o si bien en algunos casos se produce la misma no es rigurosa. A decir de Ander- Egg (1988, p. 328) los usos sociales
“son formas institucionalizadas de actuar que orientan los actos rutinarios de la vida cotidiana, bajo la forma de
costumbres, hábitos, usanza, estilos o maneras de obrar comunes a los integrantes de un grupo humano determinado,
tienen un bajo grado de obligatoriedad y la sanción social no existe o no es severa”
Las pautas o modelos de comportamiento tienen una relativa universalidad o valoración social, en términos de
aceptabilidad, temporalidad y jerarquización, debido a que no son las mismas en todo tiempo y lugar sino que adquieren
características diferentes en función del contexto espacial, temporal, social y cultural (Jordán, 1977). Así, por ejemplo,
una determinada costumbre válida y socialmente aceptada en un cierto contexto sociocultural no puede tener la misma
significación y valoración en un contexto distinto. Al interior de las variaciones de las pautas de comportamiento las
variables de mayor influencia serían las siguientes: tiempo, lugar y posición social. Las variaciones producidas por el
tiempo debido que el devenir histórico provocan modificaciones importantes en las pautas de comportamiento. Las
variaciones producidas por el ámbito geográfico, pues el lugar puede influir en la mayor o menor presión de
determinadas pautas de comportamiento. Las variaciones producidas según los estratos sociales debido a que ciertas
personas o grupos sociales desarrollan pautas de comportamiento diferenciadas.
Ticona (1979), sostiene que existe una estrecha relación entre status, rol y pautas de comportamiento. El status designa
la posición social del individuo, el rol se vincula a lo que hace el individuo y las pautas de comportamiento se vinculan
a la forma como el individuo desarrolla un rol, es decir, a la manera de comportarse o la conducta que adopta. Según
Ticona en función de esta interrelación entre rol, status y pauta de comportamiento es posible identificar tres niveles al
interior de la conducta social: Conductas exigibles, conductas permisibles y conductas prohibidas.
a) Conductas exigibles están ligadas a los comportamientos importantes y principales de un rol social, se trata de
obligaciones, deberes, exigencias o requisitos que necesariamente debe desarrollar una persona con relación a
su grupo o institución. Así, por ejemplo, se exige que un policía cumpla su obligación de velar por la seguridad
de los ciudadanos o se espera que un universitario cumpla con sus labores académicas.
b) Conductas permisibles están relacionadas a los comportamientos menos exigidos e impuestos, se trata más
bien de comportamientos que se desarrollan con libertad y autonomía, es decir, que la persona puede elegir o
no su realización. Si bien son permisibles en algunos casos no son deseables, pero sí de todos modos lo efectúa
una persona solamente tiene una sanción moral o ética. Así, por ejemplo, el aplazarse en una materia es
permisible, pero no deseable o el consumo de bebidas alcohólicas en jóvenes.
c) Conductas prohibidas están vinculadas a comportamientos no deseados, no permitidos, es decir, se trata de acciones que
van en contraposición a lo establecido socialmente, a lo regulado, van contra las normas jurídicas establecidas y por ello
son sancionados o penados jurídicamente por la sociedad. Así, por ejemplo, el asesinato con alevosía que tiene una
condena de 30 años o el robo cometido por una persona.
Cuadro Nº 7
RELACIÓN ENTRE STATUS, ROL Y CONDUCTA
108
Status Rol Conducta
Conjunto de roles sociales Conjunto de deberes Pautas de comportamiento
y obligaciones
Lo que el hombre es Lo que el hombre hace Como lo hace el hombre
SE afirma que en la sociedad contemporánea un aspecto muy destacado se encuentra vinculado a la rapidez y la
facilidad que tienen los individuos para desplazarse de un lugar a otro, ya sea en forma “física” o en forma “virtual”. En
el campo social, se observa una mayor disposición a que las personas se trasladen de un lugar a otro y pasen de una
posición social a otra, no existe barreras absolutas que limiten o impidan el movimiento de los individuos tanto física
como socialmente. En el análisis sociológico se afirma que las personas y los grupos sociales pueden moverse o
desplazarse en el “espacio social” de dos maneras principales, la una a través del espacio, de un lugar a otro y la otra
dentro del grupo, de una posición social a otra (Ticona, 1977).
La primera forma recibe la denominación de movilidad física o geográfica y comprende el traslado de una persona o un
grupo de personas de un determinado espacio social o geográfico hacia otro. Esta movilidad física también denominada
como movimiento migratorio implica movimientos físicos a través del espacio, dando lugar a diferentes flujos
migratorios que son determinados por los lugares de expulsión o recepción de personas. Se habla entonces de
migraciones externas e internas, asimismo, de migraciones rurales, urbanas, interurbanas e intraurbanas. En cambio, la
segunda forma recibe la calificación de movilidad social que hace referencia al cambio de posición social de la persona
dentro del grupo o la sociedad en la que se desenvuelva.
La movilidad social se refiere a la capacidad de los miembros de una sociedad para moverse en la escala o el espacio
social, se la vincula a un sistema estratificado y se refiere al cambio de posición social de una persona, tanto en
dirección horizontal como vertical. Se considera que esta diferenciación conceptual entre movilidad física o geográfica
y movilidad social resulta muy importante porque permite separar significados y evitar ambigüedades o confusiones
dentro del análisis social, es decir, esta diferenciación señala que el desplazamiento o el movimiento de los individuos,
puede realizarse en dos dimensiones: una dentro de la sociedad, llamada movilidad social y la otra a través del espacio,
denominada movilidad física (v. Jordan, 1977; Cohen, 1980; Ander-Egg, 1988)
La movilidad social que implica el movimiento de un individuo de una posición social a otra, ha sido analizada por
diferentes corrientes sociológicas, pues se trata de un fenómeno sociológico que se constituye en un aspecto importante
para el estudio y la comprensión de la sociedad y sus sistemas de estratificación social. A continuación se presentan
algunas definiciones sobre este aspecto central de la sociedad:
Víctor Ticona (1979), señala que la movilidad social es el cambio de posición social ascendente (subida) o descendente
(bajada) que experimentan frecuentemente las personas dentro del grupo en el que actúan. Por su parte, Bruce Cohen
(1980), define a la movilidad social como el movimiento de las personas de un status social a otro. Puntualiza, que los
individuos pueden desplazarse socialmente hacia arriba o hacia abajo, o permanecer en el mismo nivel pero en una
posición social diferente. En cambio, Ander- Egg (1987) con el concepto de movilidad social designa el desplazamiento
de los individuos o grupos sociales de una posición social a otra, dentro de todas las posibles articulaciones de una
sociedad. Este desplazamiento puede ser de lugar, de grupo, de rol, de clase o de situación y Jaime Castro (1990) define
a la movilidad social como el desplazamiento de los individuos o grupos sociales dentro de sus propios estratos sociales
o el traslado ascendente o descendente de un estrato a otro.
A partir de estas definiciones es válido expresar que la movilidad social hace referencia a la capacidad que tiene el
individuo de trasladarse de una posición social a otra, tanto en dirección horizontal como vertical, es decir, la movilidad
social implica traspasar el status social a los límites superiores o inferiores. Se deduce que la movilidad social es menor
en sociedades tradicionales en vista de lo limitado de los roles y status y, en contraste, es mayor en sociedades
modernas debido a la enorme cantidad de status y roles sociales considerados. Como bien lo expresa Mendoza (1992) la
movilidad social engloba las oportunidades y facilidades que brinda la sociedad urbanizada a sus miembros para
ascender de una clase social a otra. Estas oportunidades y medios varían, pero se reconoce a la educación como el
medio más efectivo para la movilidad social, porque ella permite mejorar la ocupación laboral, las relaciones sociales y
los ingresos económicos.
109
7.5.2. Tipos de movilidad social
Existen varios tipos de movilidad social, tomando en cuenta la dirección del cambio de posición social o status, la
movilidad social puede ser horizontal o vertical (v. Jordán, 1977; Cohen, 1980; Ander-Egg, 1988; Giddens, 1994).
La movilidad horizontal designa el desplazamiento de status a través de un mismo nivel social, esto significa que el
desplazamiento social puede ser adelante o atrás pero dentro del mismo nivel o la misma situación social. En este tipo
de movilidad social, a pesar de transitar de un status a otro, los individuos conservan su nivel de vida y posición social.
Así, por ejemplo, un obrero puede cambiar de trabajo sin que se modifique su posición y prestigio social o un
universitario puede pasar de un curso a otro, pero sigue siendo estudiante. En contraste, la movilidad vertical designa el
cambio de status de un nivel que oscila hacia otro, esto implica una direccionalidad hacia arriba o hacia abajo, se habla
entonces de movilidad social vertical ascendente y movilidad social descendente (v. Cohen 1980)
La movilidad vertical ascendente supone escalar, subir, trepar o adquirir un status de mayor jerarquía social. Este tipo
de movilidad resulta ser evidencia de prosperidad o mejoramiento de status debido al incremento de la riqueza, el mayor
nivel de educación, la mejor ocupación laboral y el mayor reconocimiento social. Así, por ejemplo, se tiene al
presidente Evo Morales o cuando un universitario culmina sus estudios y se titula. En cambio, la movilidad vertical
descendente implica perder, rebajar, caer o llegar a un status de menor jerarquía social. Este tipo de movilidad es la
expresión de pérdida de prestigio, poder, ingreso o descrédito personal, situaciones que influyen negativamente en el
status o la posición social de una persona y que se explican por una serie de factores económicos, sociales, políticos y
culturales. Así, por ejemplo, se tiene a algunos Ministros de Estado que han sido recluidos en centros penitenciarios por
faltas cometidas o cuando un estudiante universitario abandona la universidad. Se sostiene que la movilidad social
vertical es más frecuente y más flexible en ámbitos urbanos, a diferencia de contexto rurales, donde sería más frecuente
la movilidad horizontal en vista de que la mayoría de los individuos conserva su posición y nivel de vida (v. Cohen,
1980).
Según Ticona (1979), dicha movilidad vertical que es característica de las ciudades está determinada por los siguientes
factores:
a) El desarrollo educativo y de las instituciones educativas que despiertan inquietudes de superación y crean las
condiciones de igualdad de oportunidades.
b) Las instituciones económicas, sociales, políticas y culturales que actúan como canales para la circulación
vertical de los individuos.
d) La existencia de nuevos valores culturales que se difunden a través de los modernos medios de comunicación
social.
La movilidad social es entendida como el desplazamiento de los individuos o grupos sociales dentro de sus propios
estratos o transitando de un estrato a otro. Ahora bien dicho desplazamiento puede ser favorecido o entorpecido por
diferentes factores. Según Jordán (1977), estos factores pueden estar vinculados a la política, la inmigración, la
variabilidad en la fecundidad, la presencia o no de competencia, la disponibilidad de oportunidades y la existencia de
normas de igualdad o desigualdad, En cambio, Cohen (1980) menciona como los factores que intervienen en la
movilidad social al tamaño de la familia, la raza y etnia, la educación, el sexo y la posición ordinal en la familia, el
matrimonio y la gratificación diferida.
En función de la visión analítica de ambos autores Jordán (1977), Cohen (1980) y la directriz analítica de Tezanos
(2006), señalar que los factores facticos y simbólicos que intervienen en la movilidad son los siguientes:
a) El sexo debido a que en sociedades machistas y patriarcales, existe la tendencia a no valorizar el rol social de
la mujer y más bien se tiende a relegarla obstaculizando su ascenso social.
110
b) La edad es una variable biológica que establece ciertas representaciones sociales que pueden favorecer o
entorpecer la movilidad social.
c) El estado civil es una variable sociodemográfica que en el caso de las parejas conyugales asigna cierta
valoración social.
d) La ocupación se constituye en un factor central que llega a establecer marcadas posiciones y diferencias
sociales.
e) La educación que en sociedad urbanizadas se constituye en una variable importante para ascender posiciones
sociales.
f) La etnia debido a que la pertenecía a determinados grupos sociales o estirpes llega a favorecer o entorpecer el
ascenso social.
g) Los ingresos económicos se constituyen también en una variable económica que determina el status, confort y
nivel de vida de los individuos.
h) Los conocimientos que se vinculan a procesos de educación y aprendizaje resultan importantes para trasladar
al individuo de una posición a otra.
i) El poder vinculado a dimensiones económicas, sociales y políticas generalmente contribuye a una movilidad
social ascendente.
j) Las costumbres que se refiere a la resistencia o no que los individuos pueden adoptar con relación a los
cambios, lo que viene a favorecer o entorpecer la movilidad social.
Como se puede observar el volumen de la movilidad social no sólo depende de factores objetivos sino también de
factores subjetivos. La apreciación o valoración que se dan de estos factores determina la intensidad de la movilidad
social que se da dentro de una sociedad dada. En todo caso de nada sirve que una sociedad proclame igualdad de
oportunidades si existen las denominadas “barreras sociales y/o culturales” que impiden transitar de un estrato a otro y
niegan la posibilidad de mejorar condiciones de vida y de trabajo. Estas barreras socioculturales tienden a crear
conflictos y tensiones sociales entre los miembros de una sociedad y facilita la conformación de pequeñas minorías
privilegiadas y grandes mayorías postergadas, siendo los antagonismos de clase la expresión más aguda de esta realidad
conflictiva, pues no se observa una renovación de las “elites” y las suficientes oportunidades para que el resto de los
individuos mejoren su posición social, sus condiciones de vida y de trabajo, más al contrario se advierte una posición
conservadora y rígida de las “elites gobernantes”, es decir, la movilidad social resulta insuficiente para frenar y resolver
las tensiones que afectan a una sociedad dividida en clases sociales.
Desde el análisis funcionalista se tiende a definir a la sociedad como un sistema de relaciones. Bajo esta directriz
analítica funcional esta definición sirve de base para el análisis del concepto de relación social. En el ámbito
sociológico, se define a la relación social como “toda conexión o vinculo que surge sobre la base de la interacción y la
mutua comprensión de dos o más personas”. Según Ely Chinoy (1975, p. 43), “el concepto de relación social se basa en
el hecho de que la conducta humana se halla orientada de innumerables maneras hacia otras personas. Los hombres no
sólo viven juntos sino que continuamente se hallan en interacción, respondiendo unos a otros y conformando sus
acciones en relación con la conducta de los demás”.
En función de las consideraciones teóricas de este autor manifestar que una relación social existe o brota cuando los
individuos o los grupos sociales tienen expectativas reciprocas con relación a la conducta de otros, es decir, una relación
social se compone de una interacción social, la misma que no es unilateral, no es momentánea, ni una respuesta única a
un estímulo único sino que implica un proceso continuo entre acción y reacción. Así, por ejemplo, se establecen
relaciones sociales de cooperación entre padres e hijos de una manera más o menos regular en función de las
expectativas mutuas sobre la conducta individual de cada uno de ellos.
El tipo de relaciones sociales que establecen los hombres en diversas áreas sociales son diversas y complejas, se habla
entonces de relaciones sociales organizadas o no, directas o indirectas, conscientes o inconscientes, corporativas o
111
antagónicas (Chinoy, 1975). En torno a una tipología de las relaciones sociales, Max Weber en “Economía y sociedad”
señala que las relaciones sociales pueden ser abiertas o cerradas. Según este economista y sociólogo alemán es relación
social “abierta al exterior cuando y en la medida en que la participación en la acción social recíproca, que, según su
sentido, la constituye no se encuentra negada por los ordenamientos que rigen esa relación a nadie que lo pretenda y
esté en situación real de poder tomar parte en ella”. En contraste, señala que la relación social es “cerrada al exterior
cuando y en la medida en que aquella participación resulta excluida, limitada o sometida a condiciones por el sentido de
la acción o por los ordenamientos que la rigen”. Según Weber, el carácter de la relación social abierta o cerrada se halla
condicionado tradicional, afectiva o racionalmente con arreglo a fines o a valores.
Sobre la base de estos tipos de relaciones sociales se establece la tradicional dicotomía vinculada, por un lado, a
relaciones sociales primarias, cuando se da una interacción cara a cara como ser en la familia, aula, pandilla o la zona y,
por otro lado, a relaciones sociales secundarias en función de una interacción que no necesariamente implican una
relación cara a cara como ser el sindicato, empresa o la universidad.73
En función de esta diversidad de relaciones sociales es correcto expresar que la sociedad no sólo se encuentra
compuesta por individuos relacionados entre sí, sino también por grupos e instituciones sociales interrelacionadas y
superpuestas. Por ello, Chinoy (1975, pp. 45-46), citando a Logan y Kolb (1949), dice que la sociedad “es la matriz de
relaciones sociales dentro de las cuales se desarrollan otras formas de vida de grupo”. Así, por ejemplo, una familia
implica la presencia de individuos relacionados entre sí, pero al margen de este entorno familiar, el padre, la madre o los
hijos pueden ser parte de otras formas de agrupación social, como ser el sindicato, la junta de vecinos, la religión, la
escuela, el trabajo, la universidad u otros espacios sociales donde necesariamente establecen una serie de relaciones
sociales que difieren en los diferentes ámbitos sociales.
Se define a la organización en función de dos significados básicos, por un lado, como “proceso organizador” que indica
la forma de determinar y establecer, estructuras, procedimientos y recursos necesarios y apropiados para llevar a cabo
una acción y, por otro lado, como “formación organizada” que indica que toda agrupación social como totalidad, tienen
un número de miembros y una diferenciación interna de funciones (Ander-Egg, 1987).
A partir de la extensión de este significado este mismo autor con relación a la organización social señala que “esta
expresión denota la idea de que la sociedad está articulada en una totalidad. Cada una de las distintas partes que forman
esa totalidad tienen funciones diferenciadas, al mismo tiempo que existe una división social del trabajo, cuya
configuración permite alcanzar fines específicos de la vida en sociedad, habida cuenta de que la mayor parte de la
satisfacción de las necesidades humanas no se logra con la acción individual directa”.
Robert Merton en su texto “Teoría y estructuras sociales” (1972), concibe a la organización social como un proceso a
través del cual los individuos que conforman una comunidad se unen en unidades mayores capaces de desarrollar una
acción concertada, aceptando, cada uno y cada vez más, las actitudes, sentimientos e intereses de los otros.
En función de ambas conceptualizaciones, se entiende a la organización social vinculada a la idea de que la sociedad se
halla articulada a un sistema social conformado por partes interdependientes e interrelacionadas, donde cada una de
estas partes que conforman dicha totalidad cumplen funciones diferenciadas que permiten alcanzar los fines específicos
de la vida en comunidad, en vista de que la mayoría de las necesidades materiales e inmateriales no se alcanzan a través
de la acción individual sino a través de la interrelación entre los individuos. En esta perspectiva analítica, se tiende a
precisar a la organización social como un sistema interrelacionado de roles y status que son asignados socialmente y
desarrollados en función de ciertas de pautas de comportamiento que corresponden a un determinado contexto social y
cultural (Chinoy, 1975)
73
Vinculado a este punto, Ticona (1977) habla de grupos primarios y grupos secundarios.
112
Ahora bien toda organización social depende del contexto económico, social y cultural donde se desenvuelve, situación
que determina que no existe una universalidad sobre los roles, status y pautas de comportamiento, las cuales serán
diferentes en importancia, jerarquía y valoración social de acuerdo al sistema social y cultural en el cual se
desenvuelven (Ticona, 1997). Es decir, según Ticona lo que es una persona, “lo que hace y la forma como lo hace” no
adquiere las mismas características en todas las sociedades y culturas, existen diferencias substanciales entre estos tres
elementos. Así, por ejemplo, lo que es permisible en una sociedad será prohibida en otra sociedad y viceversa. Se tiene
el caso de la poligamia que es permisible en algunas sociedades y que en otras sociedades o comunidades no solamente
está prohibida y sancionada socialmente sino que también se halla penada por un ordenamiento legal.
Según Ely Chinoy (1975, p. 56), “el análisis de una organización o estructura social exige la identificación de los roles y
status por los que está constituida y el examen de las relaciones que existen entre ellos. Desde el punto de vista
sociológico el estudio de los grupos humanos es el estudio de la organización social”.
CAPÍTULO 8
ESTRATIFICACIÓN SOCIAL Y CLASES SOCIALES
8.1. Antecedentes
En cualquier tipo de sociedad la participación de sus miembros es siempre desigual y diferente. A partir de esta
constatación, señalar que toda sociedad conocida es, ha sido y será separada en estratos o grupos sociales diferentes en
función de criterios económicos, políticos, sociales, culturales, biológicos, ideológicos o demográficos. En sociología,
se utiliza el concepto de “estratificación social”, para designar esta disposición, división o diferenciación social en los
individuos y grupos sociales, en términos de la conformación de clases, capas, estratos o categorías sociales. Este
concepto tiene su origen en las ciencias geológicas y en 1945 se incorpora a la sociología para designar la ubicación
diferencial de los individuos que componen un determinado sistema social, en términos de superioridad o inferioridad
de acuerdo a ciertos criterios como ser edad, sexo, estado civil, linaje, origen social, tipo de propiedad, riqueza, ingreso,
ocupación, cultura, grado de instrucción, popularidad y otros (Ander-Egg, 1988)
Sorokin (1960), define a la estratificación como la diferenciación de una determinada población en clases jerárquicas
superpuestas que se manifiesta a través de la existencia de capas superiores e inferiores. Para este autor existen tres
tipos principales de estratificación social; la económica, política y la ocupacional.
Ander-Egg (1988), sostiene que la estratificación social es la disposición, división o diferenciación de los individuos o
grupos sociales en clases, capas, estratos o categorías, que se sitúan en diversos planos jerárquicos superpuestos,
diferenciados en función de una o más características específicas o generales.
Parsons (1999), define a la estratificación social como una ordenación diferencial de los individuos humanos que
componen un sistema social y los órdenes que resultan de ésta como conceptos de superioridad o inferioridad que
guardan entre sí.
113
Davis y Moore (1972), afirman que la estratificación significa desigualdad social que se viene a constituir en un recurso
inconscientemente desarrollado a través del cual las sociedades se aseguran que las posiciones sociales más importantes
estén ocupadas responsablemente por las personas más calificadas.
Barber (1974) afirma que la diferenciación y la valoración social son la base de la estratificación social, éste es un
hecho que históricamente se ha presentado en el transcurso de la evolución de la sociedad.
Como bien lo expresa (Castro, 1986, p. 84), “los hombres, en toda sociedad se hallan diferenciados, unos se identifican
como superiores, mientras que otros aparecen como inferiores: pobres y ricos, amos y esclavos, patricios y plebeyos,
etc., son ellos uno de los tantos papeles sociales diferenciados que han existido y existen en casi todas las sociedades”.
De acuerdo a estas conceptualizaciones teóricas señalar que la estratificación social hace referencia a la distribución
jerárquica de individuos o grupos sociales en estratos superiores e inferiores, los mismos forman una determinada
jerarquía de prestigio, dinero y poder. A decir Davis y Moore (1972), dicha jerarquía se encuentra establecida tanto por
algunos rasgos fácticos y simbólicos como por ciertos aspectos materiales e inmateriales.
La división de la sociedad en grupos sociales que conforman una determinada jerarquía de prestigio y de poder es una
característica universal que siempre ha llamado la atención de filósofos, políticos y sociólogos en diferentes periodos
históricos. Sin embargo, sólo a partir del desarrollo de las modernas ciencias sociales este proceso social ha sido
sometido a un estudio y un análisis crítico y científico. Al respecto, Chinoy (1975), señala que los sistemas de
estratificación en cualquier sociedad provienen de las siguientes condiciones: volumen de las clases y grupos de status,
la distribución del poder entre ellos, las delimitaciones entre grupos y sus tipos y grados de conciencia en el proceso de
la movilidad social y la especificación de la clase y el volumen de la propiedad que poseen, sus ocupaciones y los
valores de los cuales deriva su status,
En la actualidad, los sociólogos en función del status social, las oportunidades que se tienen y los valores que
prevalecen en una sociedad acostumbran a distinguir tres principales sistemas de estratificación social: Los estamentos,
las castas y las clases sociales (v. Bottomore, 1967; Jordan, 1977; Castro, 1986)
Se define a una casta como “un grupo social endogámico y hereditario, compuesto por elementos homogéneos que,
dispuestos en una ordenación jerárquica bien definida, supone diferentes rangos y posiciones” (Ander-Egg, 1988, p.
48). En otras palabras, se trata de algunos individuos que comparten ciertos rasgos comunes y al hallarse dispuestos en
un orden jerárquico asumen en un sistema social una determinada posición social. Al respecto, Bottomore (1967),
sostiene que en un sistema de jerarquía social por castas predomina el status adquirido y la impenetrabilidad, es decir,
según este autor los miembros de una casta están adscritos a ella por nacimiento y conforman un tipo de estratificación
social cerrado y estático que impide el acceso de los miembros de otras castas. Para ilustrar esta su conceptualización,
Bottomore pone el caso de la India donde prevalece un sistema de ordenación jerárquica por castas:
a) Los Brahamanes, constituyen la casta de los sacerdotes y los sabios que son los individuos encargados de
dirigir la sociedad.
b) Los Kshatryas, está constituida por el Rey, los guerreros y los militares que resultan ser los ejecutores de lo
que “ven” los sacerdotes o sabios.
c) Los Vaisyas, constituida por los mercaderes y los comerciantes, son considerados como los administradores.
d) Los Sydras, conformada por obreros, campesinos, artesanos y esclavos quienes son calificados como los
trabajadores.
Según Pániker (2014) además de estas cuatro castas existen el “dalit” o los “parias” conformados por individuos que no
pertenecen a ninguna de estas castas o que han sido expulsados de alguna casta, ya sea por faltas cometidas o por las
que cometieron sus antepasados. A decir de este autor en el sistema de estratificación de la India la pertenencia a una
determinada casta supone cierta especialización laboral que va acompañada de una desigual distribución de bienes y
servicios, como ser tierra, alimento, vivienda, educación, salud, etc.
114
8.2.2. Sistema de estamentos
Se define al estamento como un grupo social conformado por personas que tienen una misma situación jurídica y gozan
de similares privilegios (v. Bottomore, 1967; Ander-Egg, 1988). En un sistema de estamentos predomina un status
adquirido y cierta movilidad social, es decir, que en este sistema puede participar hasta cierto punto el status adquirido y
existe la posibilidad de transitar de un estamento a otro.74
Esta diferenciación funcional fijada jurídicamente y determinada por las costumbres constituye un sistema de
estratificación típico de las sociedades feudales en función de la propiedad de la tierra, con claro predominio de los
círculos de pertenencia (Acebedo y Brie, 2006). A decir de Acebedo y Brie en sociedades feudales prevalecía una
ordenada graduación social a partir de los siguientes estamentos: la familia real, el alto clero, la nobleza, los caballeros,
los plebeyos, los villanos, los mercaderes, los campesinos libres y los siervos de la gleba.
Se define a la clase social como un grupo de personas que se hallan en igual situación social y que comparten una
situación semejante o conllevan un mismo estilo de vida (Ander-Egg, 1988). En un sistema de estratificación por clases
sociales predomina el status adquirido, sin perjuicio de que continué la vigencia del status adscrito y existe una mayor
movilidad social. Según Castro (1986), este sistema de estratificación que se basa sobre todo en la capacidad económica
surge como resultado de la complejización de la sociedad, la aparición de la propiedad privada, la constitución de clases
sociales y la emergencia de una sociedad industrial. Como bien lo expresa Tezanos (2006), las clases sociales en
contraposición a las castas y los estamentos son grupos económicos en un sentido más exclusivo.
Al interior de este sistema de estratificación la clasificación más conocida es aquella que establece la existencia de tres
clases sociales. En función de esta tipología Ticona (1997, p. 91) señala las principales características de estas tres
clases sociales.
a) La clase social alta que presenta las siguientes características: a) Posición de riquezas y grandes bienes de
fortuna, b) Una forma refinada de condiciones de existencia de vida material; c) Un sentimiento de orgullo y
seguridad de clase; d) Un espíritu reaccionario y conservador; e) Un concepto discriminatorio hacia las otras
clases y f) Un espíritu de opresión a las clases bajas.
b) La clase social media que tiene las siguientes características: a) Imitan las formas de vida de la clase alta; b)
Conceden gran importancia a la cultura, la ciencia y la técnica; c) Tienen un alto sentido ético y religioso; d)
Es conservadora de la propiedad privada y e) Es a veces conservadora y otras veces revolucionaria.
c) La clase social baja que presenta los siguientes rasgos: a) Bajos niveles de instrucción; b) Viven
exclusivamente del producto de su trabajo; c) Bajo nivel de vida; d) Es religiosa sin causas reales; e) Es
conservadora de tradiciones, costumbres y creencias; f) Es oprimida, estática y tradicional y g) Es combativa y
revolucionaria.
Gerhard Lensky (1969), sostiene que los estudios realizados con relación a la estratificación social se pueden polarizar
en dos corrientes o teorías bien definidas: La teoría de la integración y la teoría del conflicto. Según Lensky la primera,
es decir, la teoría de la integración funda sus principios en la necesidad funcional de especialización que tiene la
sociedad para distribuir sus actividades, es decir, que la conformación de grupos o estratos sociales es resultado de la
distribución funcional de la sociedad. Esta teoría considerada como conservadora busca explicar el origen y la presencia
de desigualdades sociales como un hecho inherente y natural a la sociedad, siendo sus principales representantes los
sociólogos norteamericanos Parsons, Davis y Merton.
En cambio, a decir de Lensky, la segunda teoría, vale decir, la teoría del conflicto tiene una explicación opuesta, pues
parte de la idea de que los grupos o estratos sociales tienen su origen en la disputa por la apropiación de mercancías y
sus consecuencias derivadas en la lucha por el poder y el privilegio. Según este sociólogo norteamericano la teoría del
74
Se define a la movilidad social como la transición o el desplazamiento de individuos de un estrato a otro, el mismo que puede ser horizontal o
vertical.
115
conflicto plantea que la desigualdad y la diferenciación social no es un hecho inherente a la humanidad y que en la
sociedad no necesariamente prevalece la armonía sino un escenario conflictivo de disputas constantes y violentas por
alcanzar el poder económico, político y social. Esta teoría considerada como revolucionaria en vista de que propugna el
cambio social tiene como a sus representantes más importantes Marx, Engels, Lenin, Coser y Dahrendorf.
Al margen de esta dicotomía de las teorías de la estratificación social, existe otra posición teórica, es el caso de una
tercera teoría que recibe la denominación de “teoría histórica”. Es en este sentido, se habla de tres teorías de la
estratificación social: la histórica, la funcional y la marxista (v. Cohen, 1980; López, 1989; Giddens, 1994).
Weber, en el capítulo, de su obra “Economía y Sociedad”, “La distribución del poder en la comunidad: Clases,
estamentos y partidos”, expone la problemática social de la estratificación social. Para Weber la estratificación social es
resultado de la distribución del poder al interior de la comunidad política, el cual se halla distribuido y representado por
las “clases”, los “estamentos” y los “partidos políticos”. En función de esta tipología, Weber divide a la sociedad en tres
tipos: La clase, fundada en diferencias económicas, el estamento, instituido por el status y el prestigio y el partido,
fundado en el poder político. Con relación a la teorización de Weber, Paz (1986) expresa que para comprender la teoría
weberiana vinculada a la estratificación social resulta indispensable la conceptualización de tres nociones básicas:
poder, acción social y mercado.75
8.3.1.1. El poder
Weber define al poder como “la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aún contra
de toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad (...), ubica a alguien en la posición de
imponer su voluntad en una situación dada”. Se observa que en Weber el poder no está relacionado con la propiedad de
los medios de producción, sino que más bien se encuentra vinculado con las “cualidades del hombre” y las “distintas
constelaciones posibles”, es decir, implica una acción subjetiva individual, donde el sujeto impone su voluntad en
función de sus cualidades naturales que se ven favorecidas por una situación concreta.
Según Weber los fundamentos de la probabilidad de imponer la propia voluntad en una situación dada o en una
determinada relación social serian de tres tipos: En el campo del mercado, el honor social o la autoridad política sobre
los demás, situación que da lugar a la existencia de tres formas de poder: económico, social y político. Para Weber, el
poder económico no se identifica con el poder en general, señala que más bien puede ocurrir lo contrario, es decir, que
el origen del poder económico puede ser consecuencia de otros motivos. Asimismo, sostiene que se ambiciona el poder
no sólo con fines de enriquecimiento, sino por la valoración social, honor o el prestigio que representa, el cual también
puede constituir la base de la conformación del poder económico.
Weber (1977, p. 18) dice que la acción social “es una acción con sentido propio dirigida a la acción de otros” y, en
función de ello, sostiene que “la acción social se orienta por las acciones de otros, las cuales pueden ser pasadas,
presentes o futuras y los otros pueden ser individualizados y conocidos o una pluralidad de individuos indeterminados y
completamente desconocidos”.
En función del “sentido de la acción”, establece cuatro tipos de acción social: 1) Racional con arreglo a fines,
determinada por expectativas en el comportamiento tanto de los objetos del mundo exterior, como de otros hombres y
utilizando estas expectativas como “condiciones” o “medios” para el logro de fines propios racionalmente sopesados y
perseguidos; 2) Racional con arreglo o valores, determinada por la creencia consciente en el valor propio y absoluto de
una determinada conducta, sin relación alguna con el resultado, o sea puramente en mérito de su valor; 3) Afectiva,
especialmente emotiva, determinada por afectos y estados sentimentales actuales y 4) Tradicional, determinada por una
costumbre arraigada.
8.3.1.3. Mercado
75
Este acápite está desarrollado sobre la base de las argumentaciones teóricas de Max Weber (1970) y Danilo Paz Ballivián expresadas en su artículo
“La distribución del poder en Weber”.
116
Para Weber, el mercado representa socializaciones racionales, socializaciones, que aunque tengan un carácter
extremadamente efímero, aparecen como arquetipo de toda actividad racional que en virtud del cambio tiene su
escenario en el mercado, el cual surge tan pronto concurre una pluralidad de individuos en el cambio y en las
probabilidades de cambio, que hacen posible el desenvolvimiento del fenómeno especifico del mercado: El regateo,
cuya importancia radica en el hecho de que representa una “acción comunitaria”, es decir, que el interesado particular
“orienta sus ofrecimientos”, teniendo en cuenta la acción probable de otros interesados.
Según Weber “la comunidad del mercado en cuanto tal, es la relación práctica de la vida más impersonal en la que los
hombres pueden entrar”. Más adelante este sociólogo y economista alemán puntualiza que los participantes del cambio,
constituyen la comunidad de mercado, caracterizada de modo opuesto a toda sociedad racional, en tanto los individuos
solo se orientan por el interés de los bienes de cambio. Para Weber, el mercado es una simple relación de interesados
que no se asientan exclusivamente entre particulares sino en la totalidad de interesados en el cambio. Sostiene que el
mercado en contraposición a toda comunidad basada en la confraternización o parentesco no repara más que en la cosa,
no en la persona, no conoce ninguna obligación de fraternidad ni de piedad, más al contrario todas ellas son obstáculos
para el libre desarrollo de la comunidad de mercado.
En Weber el tipo de poder económico, social o político determina la naturaleza de los grupos sociales que se llegan a
conformar en la sociedad. Al respecto, Nicole Laurin (1976), sostiene que en Weber según la distribución del poder se
conforman las siguientes jerarquías: a) La jerarquía económica, basada en el poder económico que constituyen a los
individuos en “clases” sociales; b) La jerarquía social, basada en el poder social, en la condición del “honor”, que
constituyen a los individuos en “estamentos” y c) La jerarquía política, que responde a la distribución del poder político
y se halla compuesta por grupos que reciben el nombre de “partidos”.
En esta perspectiva, Weber señala que es necesario distinguir tres tipos de “ordenes” que influyen directamente en la
distribución del poder: 1) Orden jurídico, puede garantizar tanto el poder como la existencia del honor, pero no es su
causa fundamental sino un suplemento que incrementa las posibilidades de su posesión sin que siquiera pueda asignarla;
2) Orden social es la forma que se distribuye el honor social dentro de una comunidad y 3) Orden económico, que es la
manera de distribuir y utilizar los bienes y los servicios económicos. En esta directriz analítica, se sostiene que la
distribución de los poderes en el seno de una comunidad está representada por las “clases”, los “estamentos” y los
“partidos”.
8.3.1.5. Clases
Para Weber, las “clases” son un conjunto de individuos que comparten las mismas probabilidades de adquirir bienes,
maneras de obtención de ingresos y destino personal, es decir, son individuos que comparten una misma situación de
clase, la misma que es resultado de la posición de los individuos en el mercado. Más adelante puntualiza que se debe
entender por “situación de clase”, el conjunto de probabilidades típicas: 1) de provisión de bienes; 2) de posición
externa; 3) de destino personal que derivan en un determinado orden económico, de la magnitud y naturaleza de
disposición, o de la carencia de él, sobre bienes y servicios y de las maneras de su aplicabilidad para la obtención de
rentas e ingresos. Weber entiende por clase a todo grupo humano que se encuentran en una misma “situación de clase”,
situación que se encontraría determinada por las diferencias de propiedad, recursos económicos, bienes de consumo,
medios de producción, ganancias y calificaciones personales. En función de la “situación de clase” determinada por las
diferencias de propiedad, Weber habla de clase propietaria y clase lucrativa.
Según Weber en la clase propietaria se distinguiría la positivamente privilegiada y la negativamente privilegiada. Las
clases propietarias positivamente privilegiadas estarían conformadas por los rentistas (de esclavos, de tierras, de minas,
de instalaciones, de bancos, de valores) y los acreedores (de ganado, de cosechas, de dinero). En cambio, las clases
sociales propietarias negativamente privilegiadas serian típicamente: a) objetos de propiedad (serviles); b) los de clases
(proletariado en sentido antiguo); c) deudores y d) pobres. En esta línea de explicación Weber dice que entre ambas
clases se ubicarían las denominadas “clases medias” que sacan ingresos económicos de sus propiedades o cualidades de
educación, algunas de estas clases pueden ser consideradas como “clases lucrativas”.
A decir de Weber las denominadas clases lucrativas de igual forma se diferencian en positiva y negativamente
privilegiadas. Las clases lucrativas positivamente privilegiadas estarían conformadas por los empresarios (comerciantes,
armadores, industriales, empresarios agrícolas, banqueros y financieros y en algunas circunstancias por “profesiones
liberales” y trabajadores con condiciones monopólicas). En cambio, según Weber las clases lucrativas negativamente
117
privilegiadas estarían conformadas por los trabajadores (calificados, semicalificados y no calificados). Del mismo
modo, como en el caso anterior, entre ambas clases lucrativas, existirían clases medias conformadas por campesinos,
artesanos y con frecuencia por funcionarios, profesiones liberales y trabajadores en condiciones monopólicas.
Weber afirma que las clases sociales pueden juzgarse como resultante de las escalas anteriores en tanto responden al
mercado de bienes, como al mercado de servicios, debido a ello estarían conformadas por: a) el proletariado en su
conjunto; b) la pequeña burguesía; c) la “intelligentsia” sin propiedad y los expertos profesionales; d) las clases de los
propietarios y los privilegiados por la educación.
Danilo Paz (1986), en una suerte de crítica a esta posición, sostiene que esta ampulosa definición de las clases sociales y
su determinación por las probabilidades de disposición de bienes en el mercado trae consigo la abstracción de la
realidad de los explotados y de los explotadores. Sostiene que Weber al señalar que la pertenencia a una clase está
determinada por la facultad de disponer bienes en el mercado, borra la diferencia social que se establece en función de
la posesión o no de los medios de producción.
Paz afirma que en lugar de la clásica dicotomía clasista entre: explotados y explotadores, surge una escala autónoma y
abstracta de: poseedores y no poseedores, ricos y pobres, gente que dispone de bienes y gente que carece de ellos.
Asimismo, expresa que al no considerar las clases económicas en torno a la producción sino más bien por la disposición
de bienes y la manera de obtener ingresos, la oposición entre las clases sociales aparece como una lucha genérica de
desposeídos contra poseedores de bienes y no de medios de producción, entonces se reduce la lucha de clases a una
simple oposición de deudores y acreedores o a una lucha por mejores salarios, dejando en la oscuridad la lucha de los
siervos y señores feudales, de la burguesía y los terratenientes y de la burguesía y el proletariado.
8.3.1.6. Estamentos
En Weber, los estamentos conforman “un conjunto de hombres que dentro de una asociación, reclaman de un modo
efectivo: a) una consideración estamental exclusiva y eventualmente también; b) un monopolio exclusivo de carácter
estamental”, lo que significa que comparten una misma “situación estamental” condicionada por la “consideración
social” que es el reconocimiento de ciertas cualidades por la colectividad. Afirma que en oposición a la “situación de
clase” que se halla condicionada por motivos fundamentalmente económicos, la “situación estamental” está
condicionada por la estimación social, positiva o negativa, del “honor” adscrita a alguna cualidad común a muchas
personas.
Según Weber, la base de la conformación de estamentos es un estilo propio de vida y secundariamente el carisma
hereditario y el monopolio de poderes de mando político, que dan lugar a tres tipos de estamentos que pueden
originarse: a) Primariamente en un modo de vida estamental propio y en particular dentro de lo anterior por la
naturaleza de la profesión (estamentos de modos de vida y profesionales); b) Secundariamente por carisma hereditario a
través de pretensiones efectivas de prestigio, en mérito a una procedencia estamental (estamentos hereditarios) y c) Por
apropiación estamental como monopolios de poderes de mando político o hierocráticos, (estamentos políticos e
hierocráticos). En Weber, la pertenencia a una clase se halla determinada por aspectos fundamentalmente económicos,
es decir, por un factor objetivo. En cambio, la pertenencia a un estamento deriva de la apreciación del prestigio social,
es decir, de un elemento subjetivo vinculado al origen social, educación y modo de vida.
8.3.1.7. Partidos
Dice Weber, “llamamos partidos a las formas de socialización que descansando en un reclutamiento, formalmente,
libre, tienen como fin proporcionar poder a sus dirigentes dentro de una asociación y otorgar por este medio a sus
miembros determinadas probabilidades ideales o materiales. Pueden ser formas de socialización efímera o de cierta
duración y aparece como asociaciones de toda clase y forma: sequitos carismáticos, servidumbres tradicionales y
adeptos racionales con arreglo a fines y arreglo a valores, según una concepción del mundo”. Señala que a diferencia de
las clases y estamentos, los partidos suponen siempre una “socialización” y no una simple acción comunitaria por el
hecho de estar dirigido a un fin necesariamente. Esto implica que la acción comunitaria de los partidos contiene siempre
una socialización que va dirigida a propósitos ideales o materiales como a un fin personal.
Según Weber la clasificación de los partidos, responde tanto a la dirección del logro que persiguen, como a su estructura
que varía según la organización de la comunidad en “clases” o “estamentos” y sobre todo a la estructura de
“dominación” prevalesciente. En la explicación de Weber, según la dirección del logro que persiguen, los partidos
pueden ser: a) Partido de padronazgo que se dirigen al logro del poder para el jefe y la ocupación de puestos
118
administrativos a favor de los cuadros; b) Partidos estamentales y clasistas que están dirigidos de modo predominante y
consciente por intereses de estamentos o clases y c) Partidos ideológicos dirigidos por fines de objetivos concretos o por
fines abstractos, concepciones del mundo. Según su estructura o dominio, los partidos pueden pertenecer a los mismos
tipos que las demás asociaciones, o sea, estar orientados de un modo “carismático plebiscitario”, (fe en el caudillo) o
“tradicional” apego al prestigio social del señor o del vecino sobresaliente, o “racional” (adhesión a su dirigente) y su
cuadro administrativo nombrado con arreglo a la ley.
El funcionalismo para diseñar su esquema sobre la estructura de la sociedad parte de nociones bio/psíquicas. Asimismo,
esta teoría señala que ninguna sociedad es “sin grupos” o “no se halla estratificada” e intenta en términos funcionales
explicar la necesidad universal de la estratificación social en todos los sistemas sociales. Según el análisis funcional, la
estratificación social existe como algo universal por la necesidad funcional de toda sociedad de “colocar y motivar” a
los individuos en la estructura social. A partir de esta realidad, el funcionalismo sostiene que la desigualdad social se
constituye en un recurso inconscientemente creado por la sociedad para asegurarse que las posiciones sociales más
importantes sean ocupadas por las personas más calificadas. En consecuencia, para el funcionalismo la participación
diferenciada de los miembros de una sociedad es resultado de un proceso que distribuye de manera desigual derechos,
obligaciones, privilegios y privaciones, lo cual determina que una sociedad quede estratificada (v. Cphen, 1980;
Giddens, 1994; Parson, 1999; Duek e Inda, 2014)
Bruce Cohen (1980), señala que los funcionalistas consideran que la estratificación social existe para satisfacer mejor
las necesidades de la sociedad, pues algunos beneficios como ser ingresos, poder, status y roles deben estar distribuidos
de manera inequitativa entre los miembros de la sociedad para de este modo garantizar que los puestos más importantes
sean ocupados por personas bien capacitadas.
En esta misma línea funcional, Davis y Moore (1966), expresan que la necesidad funcional que explica la presencia
universal de la estratificación es la exigencia, sentida por toda sociedad, de colocar y motivar a los individuos en la
estructura social. Estos autores señalan que una sociedad de algún modo debe distribuir a sus miembros en posiciones
sociales diferentes e inducirlos a realizar tareas inherentes a esas posiciones, es decir, motivarlos en dos niveles
diferentes, por un lado, infundir en los individuos idóneos el deseo de ocupar ciertas posiciones y, por otro lado, una vez
que las ocupen, impulsar el deseo de cumplir con las tareas respectivas.
Estos autores, Cohen, por un lado, y, por otro lado, Davis y Moore señalan que si los deberes relativos a las diferentes
posiciones fueran todos igual de gratos al hombre, todos igualmente importantes para sobrevivencia de la sociedad y
requieran todos de la misma capacidad o talento, no importaría quién ocupe ésta u otra posición y el problema de la
estratificación se vería reducido. Asimismo, afirman que de hecho no todas las posiciones sociales son las mismas,
algunas son más agradables que otras, algunas requieren de mayor talento o adiestramiento que otras y algunas son más
importantes que otras. En función de ello, expresan que la sociedad debe crear un “sistema competitivo” y un “sistema
de recompensas”, que otorgue mayor importancia e incentive a los individuos a conseguir ciertas posiciones sociales y a
la vez establezca ciertos tipos de recompensas a través de la distribución de algunos servicios que en orden de
importancia serian: a) las cosas que contribuyen al sustento y el confort, b) las cosas que contribuyen a la diversión y la
distracción, y c) las cosas que contribuyen al autorespeto y la autoafirmación.
Desde la perspectiva funcionalista la posición social o el status social dentro el cual una persona nace, crece y
desarrolla, influye decisivamente en el transcurso de su vida en términos de promedio de vida, salud mental, educación,
ocupación, conducta, estabilidad conyugal, filiación religiosa, actitudes, valores y participación social. En esta línea de
explicación funcional son varios los sociólogos que sobre la base de la concepción de Talcott Parsons que afirman que
las principales características de la estratificación social giran en torno a los siguientes aspectos:
a) Todo sistema social está conformado por roles sociales que realizan diferentes labores en función de su status
social.
c) Existe en el sistema social un acceso diferencial de los miembros de la sociedad a las diversas posiciones
sociales.
d) Existe en el sistema social la conformación de determinados estratos en función de la jerarquía de los roles.
119
8.3.3. Teoría marxista
Para el materialismo histórico la estratificación social y la conformación de clases sociales es resultado de una serie de
desigualdades determinadas principalmente por el ámbito económico. Al respecto, se dice que Carlos Marx nunca
pretendió describir las clases sociales dentro de una sociedad, sino explicar que las transformaciones en los sistemas
económicos son resultado del antagonismo de dos clases fundamentales: explotadores y explotados, que al interior del
desarrollo histórico de la sociedad están representados por los esclavistas y esclavos; por los señores feudales y siervos
y por los burgueses y proletarios (Marx y Engels, 2007)
La concepción materialista, señala que en situaciones particulares de cada sociedad existen dos clases sociales
antagónicas, pero que no todos los individuos forman parte de una de estas clases sociales, pues sólo los grupos que
participan en forma directa en el proceso de producción llegan a constituirse en clases sociales, lo que implica que
existen grupos sociales que no pueden definirse como clases sociales ya sea por representar grupos intermedios entre las
clases antagónicas o por no estar ligados directamente al proceso de producción sino al servicio de alguna de las
instituciones que conforman las estructuras ideológicas, políticas o jurídicas (Harnecker, 1971).
Asimismo, se expresa que no se debe confundir la clase social con la fracción de clase que corresponde a la
conformación de subgrupos en los que se descompone una clase social. Así, por ejemplo, la burguesía tiene como
fracciones de clase: La burguesía industrial, burguesía, comercial y burguesía financiera. Los exponentes de esta teoría
expresan que los bienes, servicios y beneficios deben estar distribuidos de manera equitativa en vista de que la
diferenciación socioeconómica no es funcional para la sociedad, sino que esta situación determina la conformación de
minorías privilegiadas y grandes mayorías postergadas.
La cuestión de las clases sociales no solamente ha sido interpretada desde la perspectiva marxista sino que existen
numerosas interpretaciones y definiciones desde diferentes posiciones teóricas, doctrinarias e ideológicas. Desde una
perspectiva no marxista se dice que en un sistema de clases, las jerarquías sociales están principalmente determinadas
por diferencias en cuanto a riqueza e ingresos económicos, situaciones que tienen su origen en una serie de actividades
ocupacionales y en una determinada forma de posesión de bienes. En consecuencia, los individuos pertenecientes a una
misma clase social coinciden relativamente en las mismas pautas de vida, valores e intereses (Cohen, 1980).
Joseph Fichter (1964), dice que una clase social es un agregado de personas o individuos que según su posición dentro
de la división general del trabajo en determinada sociedad, participan de un grado de poder semejante y de un prestigio
igual o casi igual dentro de un sistema de estratificación social y
Bruce Cohen (1980), entiende por clase social a un segmento de la población que difiere de otros segmentos de la
misma, en cuanto a valores comunes, prestigio, actividades asociativas, riquezas acumuladas, otras posesiones
personales y etiqueta social. Desde una posición marxista, Lenin define a la clase social por el lugar que ocupan en un
sistema de producción, por su papel en la organización social del trabajo y por el modo y proporción en que obtienen
parte de la riqueza social que poseen.
Nicholas Timasheff (1974), dice que las clases sociales como colectividad presentan las siguientes características
principales: a) Están unidas por lazos económicos y ocupacionales por su posición dentro del sistema de producción,
consumo, poder político y acceso a la educación; b) Antagónicas entre sí, porque cada clase lucha por lograr mejores
condiciones de vida social; c) Solidarias para sus miembros, pues son conscientes de la similitud de los intereses
económicos y de las posibilidades de vida y d) Semiorganizadas o falta de organización formal, ya que se constituyen
en simples agregados de personas con intereses económicos parecidos.
Se dice que Thomas Bottomore (1967), afirma que los principales puntos de coincidencia, que pueden destacarse de
entre la diversidad de conceptos sobre las clases sociales, son dos: Primero, que los sistemas de jerarquías sociales que
son las clases no forman parte de un orden de cosas natural e invariable, sino que son un artificio o producto humano
sometido a cambios de carácter histórico. Segundo, “las clases sociales, en contraste con las castas o los Estados
feudales, son grupos económicos en un sentido más exclusivo” (Tezanos, 2006). Según Bottomore, citado por Tezanos
(2006), estos postulados quedan resumidos en los siguientes puntos:
a) La subsistencia humana se basa en la producción, que es por tanto, la actividad social básica e imprescindible.
120
b) Los sistemas de producción, en cuanto van evolucionando, suponen una división creciente del trabajo;
c) La división del trabajo implica la existencia de distintos papeles sociales que tienen que ser desempeñados
necesariamente.
d) En tal sentido, todo sistema de producción implica que a los hombres les son atribuidos papeles, que suponen
el establecimiento de determinadas relaciones sociales.
e) La posición relativa de los distintos grupos sociales en la red de las relaciones de producción implica la
división de la sociedad en clases.
Si bien la definición de clase social generalmente se halla vinculada a factores económicos, algunos autores coinciden
en señalar que no se puede definir a la clase social solamente a partir de una dimensión económica sino que es necesario
considerar en su determinación dimensiones ideológicas, culturales, raciales, étnicas y sociales (López, 1989).
Al respecto, Cohen (1980) indica que en la sociedad norteamericana los tres indicadores básicos de una clase social son
el ingreso, la ocupación y la educación, a los cuales habría que agregar otras variables tales como la raza, la religión, la
nacionalidad, el sexo, el lugar de residencia y el contexto familiar. De acuerdo a estas precisiones teóricas de Cohen
manifestar que al momento de interpretar el significado del concepto de clase social resulta imprescindible considerar
tres cuestiones básicas: 1) el concepto de clase social está cargado de connotaciones políticas e ideológicas; 2) el
concepto de clase social casi siempre está asociado a alguna teoría social, por lo que su interpretación responde a
determinados horizontes de visibilidad o concepciones de la realidad social y 3) el concepto de clase social se encuentra
vinculado a determinado contexto histórico social ubicado en el tiempo y el espacio.
Carlos Marx murió sin poder redactar el último tomo de “El Capital”, el cual estaba destinado al análisis de las clases
sociales. Sin embargo, esta situación no significa que no haya producido y elaborado ciertas referencias teóricas que den
cuenta de una de las cuestiones centrales de la teoría marxista: Las clases sociales.
Marx nunca dio una definición de las clases sociales y por ello dentro del marxismo se tiende a recurrir a la definición
proporcionada por Lenin quien en su artículo “Una Gran Iniciativa”, sostiene que “las clases sociales son grandes
grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema históricamente determinado de la
producción social, por su posición, generalmente establecida y sancionada por las leyes, frente a los medios de
producción, por su función en la organización social del trabajo y, por lo tanto, por el modo en que obtienen una parte
de la riqueza social o la medida en la que disponen de ella. Las clases son grupos de personas en los que uno puede
apropiarse del trabajo del otro, merced al diferente lugar que ocupa en un determinado sistema de economía social” 76.
La existencia de clases sociales o grupos sociales antagónicos no fue descubierta por Marx, ellas históricamente han
existido siempre y fueron motivo de análisis de muchos historiadores y economistas en diferentes momentos de
desarrollo de la sociedad (Tezanos, 2006). El propio Marx señala en su célebre carta escrita el 5 de marzo de 1852,
dirigida a su amigo y compañero de lucha José Weydemeyer, “por lo que a mí refiere, no me cabe el mérito de haber
descubierto la existencia de las clases sociales en la sociedad moderna ni la lucha de ellas. Mucho antes que yo, algunos
historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas
burgueses la anatomía de éstas. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases
sociales sólo va unida a determinadas fases históricas del desarrollo de la producción, 2) que la lucha de clases
conduce, necesariamente a la dictadura del proletariado y 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el
tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases”.
En función de estas puntualizaciones señalar que el aporte fundamental del marxismo reside en señalar que existe una
estrecha relación entre las clases sociales y las relaciones de producción. A partir de esta tesis, Marx y Engels
demostraron que la división de la sociedad en clases sociales guarda estrecha relación con el surgimiento de la
propiedad privada sobre los medios de producción, sobre los instrumentos de trabajo y sobre todo lo que el hombre
necesita para la producción de bienes materiales (v. Timasheff, 1961; Politzer, 1970 Echazu, 1988)
76
Este artículo fue escrito en el año de 1919.
121
Según el marxismo, en determinado momento de desarrollo histórico de la producción, una minoría de la sociedad
concentra en sus manos los medios de producción y obtiene a partir de esta situación la posibilidad de explotar a la otra
parte de la sociedad que esta privada de los medios de producción. (Harnecker, 1979). Como bien lo expresa Lenin
(1980), las clases sociales aparecen en determinado momento de desarrollo de la sociedad y la producción y conforman
grupos humanos, en los cuales, uno puede apropiarse el trabajo del otro gracias a las distintas relaciones en que se
hallan respecto a los medios de producción.
Para el marxismo las clases sociales son el resultado de una determinada época, de un determinado grado de desarrollo
de la producción vinculada a las relaciones de producción y las fuerzas productivas. Señala que surgen cuando aparece
la propiedad privada y sostiene que estas desaparecerán solamente con la supresión de la propiedad privada. En
consecuencia, para el marxismo las clases sociales son transitorias (Aguilar, 1987)
Otra contribución del marxismo en relación a las clases sociales, radica en el hecho de considerar que "toda la historia
de la humanidad, hasta la actualidad, es una historia de la lucha de clases”, es decir, afirmar que la lucha de clases
sociales son las fuerzas motrices de la historia y son el motor del cambio social
Las relaciones de producción antagónicas, y no las relaciones de propiedad, conforman la esencia de la división de la
sociedad en clases, es decir, constituye un error definir a las clases sobre la base de las relaciones de propiedad, lo
correcto es definir a las clases sociales por las denominadas relaciones de producción. En función de esta realidad para
el marxismo son las condiciones económicas las que dan origen a las clases sociales. Bajo esta perspectiva analítica, al
analizar el desarrollo de la sociedad se comprueba que las clases sociales no han existido siempre y se demuestra que en
el pasado muy lejano no hubo clases sociales. Al respecto, se sustenta que “en cada uno de los diferentes modos de
producción, salvo en el primero y en el ultimo, ha habido una clase social explotadora y otra explotada” (Lafforgue,
2001, p. 37).
Engels (1985), sobre la base teórica de los trabajos antropológicos de Morgan, en su obra “El origen de la familia, de la
propiedad privada y del Estado”, sostiene que la prehistoria de la humanidad se divide en tres épocas: El salvajismo, la
barbarie y la civilización. Dice que las dos primeras épocas conforman el llamado comunismo primitivo que se
caracteriza por el trabajo comunitario, pues no existe la propiedad privada de los instrumentos y el objeto de trabajo y
sólo existe una división del trabajo en función del sexo. Así, por ejemplo, los hombres se dedican a la caza y la pesca y,
en cambio, la mujer al cuidado de los niños y la casa.
Engels puntualiza que con el desarrollo de la sociedad y el trabajo surge la primera gran división social del trabajo,
entre recolectores, cazadores, pescadores, agricultores y pastores. Según Engels, a partir del desarrollo de la producción
surge la segunda división social del trabajo entre recolectores, cazadores, pescadores, agricultores, pastores y los oficios
domésticos, entonces surge la posibilidad de producir más de lo que se necesita para la subsistencia. Engels dice que al
incrementarse la producción, debido a la división social del trabajo y la especialización que incrementa la productividad
surge un excedente económico y la posibilidad de apropiarse de éste e intercambiarlo. Aparece entonces la tercera
división social del trabajo a través de la emergencia de los mercaderes que permiten y desarrollan el intercambio o el
trueque de algunos bienes materiales. De este modo, en explicación de Engels aparece la propiedad privada, pues se
pasa de la propiedad colectiva a la propiedad familiar, para luego llegar a la propiedad privada de los medios de
producción.
A decir de Engels este proceso descrito provoca la desintegración de la comunidad primitiva, pues el desarrollo de las
fuerzas productivas crea las condiciones para que se modifiquen las viejas relaciones de producción, conformándose así
una nueva organización social con rasgos propios que se conoce como el modo de producción esclavista donde aparece
y se desarrolla la propiedad privada sobre los medios de producción, el producto total y sobre el propio productor.
Asimismo, en palabras de Engels, esta posibilidad de generar, apropiarse e intercambiar un excedente económico hace
posible la aparición de la primera división de la sociedad en clases antagónicas: amos y esclavos, explotadores y
explotados.
Posteriormente, las clases sociales constituidas sobre la base de las principales relaciones de producción se modifican
según el desarrollo del modo de producción: La clase de los campesinos de las comunidades de aldea y la de los
funcionarios estatales, en el modo de producción asiático; la clase de los esclavos y la de los amos, en el modo de
producción antiguo; la clase de los siervos y la de los señores feudales, en el modo de producción feudal; la clase de los
122
proletarios y la de los burgueses, en el modo de producción capitalista: La clases de los sometidos al Estado y la de los
burócratas, en el colectivismo burocrático (Melotti, 1977).
El marxismo reconoce que en una sociedad concreta existen diversas clases sociales y fracciones de clase, pero sostiene
que hay dos clases sociales que son las principales. A decir de Melotti (1977), en “Revolución y contrarrevolución en
Alemania”, Marx y Engels diferencian la nobleza feudal, la burguesía, los grandes y pequeños campesinos, los siervos
cultivadores, los braceros agrícolas y los obreros en la industria y en la “Lucha de clases en Francia”, Marx diferencia la
burguesía financiera, la burguesía industrial, la burguesía mercantil, la pequeña burguesía, los campesinos, el
proletariado y el subproletariado. Asimismo, Melotti sostiene que en el “Manifiesto Comunista”, Marx habla de
plebeyos y patricios, en la antigua sociedad romana y aprendices y maestros artesanos en las ciudades medievales y que
en el III libro del “Capital” afirma que los propietarios de simple fuerza de trabajo, los propietarios de capital y los
propietarios de tierras, cuyas respectivas fuentes de ingreso son el salario, el beneficio y la renta del suelo, o, dicho de
otra forma, los obreros asalariados, los capitalistas y los terratenientes, forman las tres grandes clases de la sociedad
moderna, basada en el régimen capitalista de producción.
El marxismo habla de dos tipos de intereses: intereses espontáneos inmediatos e intereses estratégicos a largo plazo. Los
primeros se refieren a las aspiraciones que manifiestan las clases sociales motivados por problemas actuales o
coyunturales de su existencia. En tal sentido, una lucha por reivindicar este tipo de intereses tiene como objetivo
principal solamente lograr un bienestar inmediato, de ahí que la lucha es simplemente reformista ya que no cuestiona el
sistema mismo de explotación. Por consiguiente, los intereses espontáneos inmediatos no pueden ser considerados
como intereses de clase. En cambio, los segundos se refieren a los intereses que surgen de la situación propia de cada
clase social en la estructura económica de la sociedad (Harnecker, 1979)
A partir de esta puntualización se constata que existe una bidimensionalidad, los intereses estratégicos de una u otra
clase social. El interés estratégico a largo plazo de la clase dominante es perpetuar su dominación y, en contrate, el
interés de la clase dominada es destruir este sistema de dominación. Con relación a los intereses de clase, Carlos Marx
en “La sagrada familia”, escrita conjuntamente con Federico Engels, sostiene que “no se trata de lo que se plantea
ocasionalmente como objetivo este o aquel proletariado, o incluso el proletariado en su totalidad. Su objetivo y su
acción histórica están manifiesta e irrevocablemente trazados por su propia situación vital, como por toda la
organización de la sociedad burguesa actual”.
Para el marxismo sólo la clase trabajadora en cuanto asume como interés estratégico a largo plazo, la destrucción de la
estructura social dominante alcanza una conciencia de clase, es decir, una conciencia de los verdaderos intereses de
clase. Entonces la conciencia de clase es un dato objetivo y racional relacionado con la situación objetiva o las
condiciones de existencia de vida material: La situación que cada clase ocupa en la producción social (v. Politzer, 1970;
Harnecker, 1979; Althusser, 1986)
Marx, por un lado, expresa que en la sociedad capitalista las clases sociales existen aunque no sean conscientes de sus
intereses semejantes y, por otro lado, afirma que una clase social existe de un modo completo cuando sus integrantes
tienen una clara conciencia de su situación objetiva y una voluntad política de alcanzar sus intereses, es decir, cuando
asume un papel político (v. Politzer, 1970; Vitale, 1982)
En función de ello, Marx establece una diferenciación entre “clase en sí” y “clase para sí”. La “clase en si” hace
referencia a las clases sociales que no han alcanzado una conciencia plena de su situación y se hallan alejadas de la
lucha política. En cambio, la “clase para sí” hace referencia a las clases sociales que sí son conscientes de su situación
objetiva, sus intereses de clase y su lucha política en función de sus objetivos estratégicos a largo plazo, entonces la
conformación de conciencia de clase resulta ser un elemento fundamental para el desarrollo de la lucha de clases, la
revolución social y la dictadura del proletariado (Reis, 2005)
123
CAPÍTULO 9
CULTURA Y SOCIEDAD
El concepto de sociedad nace de los intentos hechos durante los siglos XVI y XVII, para diferenciar al Estado de otras
formas de organización social, aunque la tentativa de análisis sistemático de la naturaleza de la sociedad sólo aparece
con la sociología a partir de 1839 con Augusto Comte. En cambio, el concepto de cultura se populariza en Alemania,
durante el siglo XVIII, e inicialmente se lo utiliza en antropología a partir de 1871, principalmente por Edward Tylor y
comienza a ser empleado en sociología a partir del siglo XX. Ambos conceptos son utilizados en el campo social con
connotaciones bastante diferentes y hasta hoy no existen definiciones puntuales, exactas y únicas que sean válidas y
compartidas por la mayoría de los sociólogos y antropólogos. Así, por ejemplo, se sostiene que a pesar de su enorme
importancia en ciencias sociales, el concepto de “sociedad” es uno de los más vagos y ambiguos. En consecuencia, no
es posible dar una definición clara, precisa y única que sea aceptada por la mayoría de los cientistas sociales (v. Chinoy,
1975; Villarroel, 1985; Tezanos, 2006).
Existen numerosas definiciones del concepto de sociedad formuladas por diferentes autores y corrientes que responden
a diversos criterios teóricos y metodológicos. Sin embargo, todas estas definiciones tienen como común denominador,
por un lado, su status y carácter científico y, por otro lado, hacen referencia a la vida en comunidad y las relaciones
sociales. Puestas así las cosas se tiene a definir a la sociedad como: un resultado del comportamiento humano, un
sistema de relaciones sociales, una totalidad social global, un conjunto de personas o individuos, un conjunto de grupos
sociales, un conjunto de instituciones, un conjunto de relaciones sociales, una formación histórica natural, una
asociación humana, una agrupación natural o un sistema social.
Con relación al concepto de cultura, señalar que el origen de este concepto se encuentra ligado a un régimen económico
social de carácter esclavista y agrícola. Bajo este contexto y a partir de su raíz etimológica que proviene del latín
“colere” que significa “cultivar” se lo maneja hasta el siglo XV en relación con el trabajo de la tierra (Ander-Egg, 1988;
Acebedo y Brie, 2006)
124
De manera general y en función de los conceptos de sociedad y cultura se puede definir y sugerir el interés de la
sociología y la antropología Sin embargo, puntualizar que los hechos, fenómenos o procesos que se dan tanto en la
sociedad como en la cultura no existen independientemente uno del otro, sino en una mutua interrelación debido a que
no existe sociedad sin cultura y que la cultura sólo existe dentro de la sociedad. En este sentido, se define a la sociedad
como un grupo de personas que viven en comunidad y la modalidad cómo se comportan estas personas se conoce con el
nombre de cultura. Por ello, no es casual que muchos autores utilicen el término de sistema sociocultural para hacer
referencia a la sociedad y la cultura.
Ticona (1977), sostiene que el ser humano nace y se desarrolla en dos tipos de ambiente. Por un lado, se halla el
ambiente natural conformado por los factores del mundo físico, es decir, conformado por elementos de la naturaleza
como ser la tierra, el agua, el aire, los animales y las plantas y, por otro lado, se encuentra el ambiente artificial
conformado por factores socioculturales materiales e inmateriales, es decir, por cosas o elementos creados por el
hombre como ser instrumentos de trabajo, herramientas, artefactos, construcciones, caminos, viviendas, normas,
valores, costumbres, religión, etc. Según este autor a este último ambiente se viene a denominar como cultura.
Bajo esta directriz analítica señalar que los miembros de una sociedad comparten una determinada cultura. Por tal
razón, resulta imposible que una sociedad y una cultura existan separadamente, ambas conforman una unidad dialéctica
pues son interdependientes e interrelacionadas. En otras palabras, si existe sociedad necesariamente debe existir una
cultura que le corresponda. Por ello, sociológicamente se sostiene que todas las personas tienen "su" cultura, tanto las
mayorías como las minorías, pues desde el momento que nacen las personas tienen un mundo artificial al cual
pertenecen y necesariamente tienen que asimilar. La necesidad de “separar” sociedad y cultura solamente se constituye
en un recurso metodológico, pues esta disgregación no significa que ambas existan por separado, aisladas y excluyentes.
Todo lo contrario, ambas constituyen un todo único como resultado o producto no de una situación mecánica sino de la
interrelación de diferentes componentes estructurales que conforman un sistema o un todo único. Dicho de otro modo,
sociedad y cultura son fenómenos sociales que derivan de la actividad del ser humano y ambas constituyen una unidad
dialéctica que no puede ser separada.
Se parte de dos afirmaciones muy puntuales: Por un lado, que la sociología y la antropología tienen orígenes bastantes
diferentes y que se hallan divididas por diferencias de enfoque, terminología y metodología y, por otro lado, que entre
ambas ciencias existe una estrecha relación y un deseo mutuo de reforzarse (Brailowsky, 2001). En capítulos anteriores
se efectuó un recorrido sobre el proceso de constitución y emergencia de la sociología. Asimismo, sobre su objeto de
estudio y las diferentes teorías que se utilizan en el análisis sociológico. En este capítulo se pone mayor énfasis en el
análisis de la denomina antropología. Sin embargo, e inicialmente para evitar ciertas confusiones resulta importante
establecer una definición conceptual que permita diferenciar a la antropología de la arqueología.
El termino de Arqueología proviene del griego “archaios”, que significa “viejo” o “antiguo”, y “logos”, que simboliza
“ciencia”, a partir de este significado etimológico se lo utiliza para designar a una disciplina social que se dedica al
estudio de viejas o antiguas culturas humanas.
La mayoría de los arqueólogos definen a la arqueología como el “estudio sistemático de los restos materiales de la vida
humana ya desaparecida”, en cambio otros la definen como “la reconstrucción de la vida de los pueblos antiguos”, la
arqueología analiza restos culturales materiales e inmateriales que básicamente corresponden a la prehistoria y es la
ciencia encargada de preservar y restaurar estos restos que se constituyen en patrimonio del Estado y/o de la humanidad
(Binford, 1972). En cambio, a partir de su raíz etimológica se considera a la antropología como el “estudio del hombre”
o la “ciencia natural del hombre” (Villarroel, 1985). Sin embargo, manifestar que esta definición resulta ser muy
ambigua y, por lo tanto, no determina de manera clara y precisa su objeto de estudio, pues también existen otras
ciencias que estudian al hombre desde diferentes perspectivas teóricas. Así, por ejemplo, se tiene a la anatomía, la
biología, la medicina, la psicología, la economía, la sociología y la historia, entre otras disciplinas científicas, que
también estudian al hombre como miembro del reino animal y como miembro de la sociedad.
Para clarificar el objeto de estudio de la antropología señalar que esta ciencia efectivamente estudia al hombre, pero
considerándolo como una unidad biopsicosocial, es decir, se trata de una ciencia social que combina en una sola
disciplina el enfoque de las ciencias biológicas y las ciencias sociales. Por ello, se tiende a dividir a la antropología en
antropología física y antropología cultural. La primera que analiza al hombre como un organismo biológico, es decir,
examina las características biológicas, físicas y corporales de las poblaciones humanas antiguas y modernas, a través del
estudio de personas fallecidas y vivas en términos de estatura, dentición, forma y color del pelo, color de piel, rasgos
125
somáticos, grupo sanguíneo y otras características fisiológicas y anatómicas. En cambio, la antropología cultural analiza
al hombre como un organismo social, es decir, estudia las características del comportamiento social aprendido del
hombre en la vida en comunidad y el modo de vida que crea, asimila y transmite (Brailowsky, 2001)
Brailowsky sostiene que el hombre básicamente se constituye en un organismo animal, es parte del reino animal y sólo
secundariamente es un animal social. En este plano analítico, la antropología física principalmente se ocupa del proceso
de hominización, la biología humana y el estudio de otros primates, aplicando los métodos de las ciencias naturales, es
decir, analiza las características biológicas y corporales de las poblaciones humanas antiguas y modernas, debido a ello
tiene una relación más próxima con las ciencias naturales, como por ejemplo con: a) La fisiología que trata del estudio
del funcionamiento de órganos y tejidos de los seres vivos en lo que respecta a sus funciones vitales; b) La anatomía
que se refiere al estudio morfológico descriptivo de las características somáticas o corporales de los seres vivos y c) La
zoología que tiene que ver básicamente con el estudio de los animales en sus aspectos estructurales y funcionales (v.
Tezanos,2006; Correas, 2010)
Por otro lado, señalar que la antropología física también analiza el origen y la evolución del hombre, tratando de
responder a dos interrogantes centrales respecto al origen de la humanidad: ¿Qué ocurrió y cómo ocurrió?
Para responder la primera interrogante la antropología física utiliza el método comparativo a través del estudio de restos
fósiles de monos y hombres, es decir, trata de establecer el origen del hombre utilizando la llamada paleontología que
afirma: La edad del universo es superior a los 12.500 millones de años, la conformación del sistema solar tiene una edad
aproximada de 4.700 millones de años, la vida vegetativa y animal recién empieza hace alrededor de 600 millones de
años y la evolución del género humano data de aproximadamente 5 millones de años. La antropología física sostiene
que no es posible desconocer la ascendencia animal del ser humano, es decir, su parentesco colateral con los
antropomorfos, pues pertenece a la clase de los mamíferos, orden de los primates, suborden antropoideo, familia
hominidae y se sitúa dentro de esta familia en la subfamilia de los homíninos (Engels, 1989).
En cambio, para despejar la segunda interrogante la antropología física recurre a la genética humana o al estudio
científico de la trasmisión de caracteres físicos, bioquímicos y de comportamiento, es decir, analiza la variabilidad y la
herencia genética de los seres vivos y la adaptación biológica de los seres vivos al ambiente físico o el medio
geográfico.
Brailowsky (2001, p. 142), señala que la “antropología sociocultural se compone de varias subdisciplinas
especializadas, siendo las más reconocidas; la etnografía, la arqueología y la antropología lingüística”. Según este
autora de manera específica la llamada antropología cultural se ocupa de la descripción y análisis de las culturas , las
tradiciones, las costumbres, las creencias socialmente aprendidas, del pasado y del presente, es decir, trata básicamente
de la cultura y los hechos , fenómenos y procesos culturales
La antropología se ocupa del hombre como ser social, es decir, analiza el comportamiento humano aprendido, la
cultura, las pautas de comportamiento, la personalidad básica, la socialización y otros elementos culturales y para ello
requiere del concurso de otras ciencias sociales como son la etnología, la etnografía, la lingüística y la antropología
social.
9.4.1. Etnografía
Del griego "ethnos" que significa raza o pueblo y "graphein" que implica escribir. Por ello, etimológicamente etnografía
significa escribir sobre los pueblos, es decir, designa al estudio descriptivo de las sociedades humanas antiguas y
modernas utilizando diversos documentos, observaciones y entrevistas orales.
9.4.2. Etnología
Es la ciencia especializada que analiza a los pueblos y los grupos sociales, en términos de modo de vida e historia. A
diferencia de la etnografía busca interrelaciones entre los pueblos y sus ambientes, entre los hombres y su cultura y las
diferencias existentes entre culturas y rasgos culturales. La etnología va más allá de la simple descripción y pone mayor
énfasis en el análisis y la comparación de los sistemas culturales.
126
9.4.3. Antropología social
Llamada también sociología comparativa analiza las instituciones sociales, la estructura social y los componentes
estructurales, tales como la familia, las relaciones de parentesco, los grupos de edad, la organización política y las
actividades e instituciones económicas.
9.4.4. Lingüística
La lingüística es la ciencia del lenguaje que estudia aspectos psicológicos y sociológicos de la comunicación
lingüística, el análisis de este rasgo cultural es fundamental para comprender las características de los sistemas de
comunicación de las distintas culturas y la forma como han evolucionado.
La antropología es una ciencia social que está íntimamente vinculada a diferentes disciplinas científicas, por un lado,
tiene una estrecha relación con las ciencias naturales tales como la biología, la anatomía, la fisiología, la embriología, la
genética, la física, la química y las matemáticas y, por otro lado, guarda una estrecha relación con las ciencias sociales
en particular con la historia, la sociología, la psicología, el derecho, la economía, etc.
Esta relación se explica debido a que es necesario considerar que en el análisis de los procesos de crecimiento y
variación de los sistemas culturales, existen ciertos hechos, fenómenos y procesos que no son momentáneos sino que se
hallan en constante movimiento y transformación y que tienen un pasado, existen en el presente y continuaran
existiendo en el futuro, es decir, presentan un cierto devenir histórico. En este sentido, se señala que todo sistema
sociocultural "es" resultado de lo que "ha sido" y lo que "será", viene a ser producto o resultado de lo que "han sido" y
lo que "es". Asimismo, se dice que ni el presente ni el futuro pueden entenderse sin un conocimiento del pasado y para
ello resulta imprescindible el análisis histórico.
Se afirma con suficiente evidencia teórica y empírica que antropología y sociología son las disciplinas sociales más
interrelacionadas, coinciden en su interés o su objeto de estudio que resulta ser el comportamiento humano, las pautas
de comportamiento, las instituciones y la organización social. Asimismo, sus aproximaciones teórico/metodológicos
tienen mucho en común, así se tiene al funcionalismo y al marxismo como principales paradigmas en el análisis de la
sociedad y la cultura.
En cuanto a esta relación se afirma que antropología y psicología se ocupan de la conducta humana y debido a ello
tienen mucho en común. Así, por ejemplo, la psicología es la ciencia que analiza cómo aprende el hombre y cómo
aprende a aprender. En cambio, la antropología enseña qué se aprende en los distintos sistemas socioculturales, cómo se
enseña y cuáles son las recompensas y castigos de este proceso de socialización.
El derecho es un rasgo o elemento cultural muy importante en cualquier sistema sociocultural, pues favorece a
establecer y hacer cumplir ciertas normas, reglas y pautas de comportamiento. Estos comportamientos socialmente
aceptados, compartidos y sancionados hacen posible establecer un orden y una organización adecuada. Empero, señalar
que la sociedad y sus reglas cambian constantemente siendo el origen, características y evolución de las normas
jurídicas el objeto de análisis de la antropología.
La antropología guarda también una estrecha relación con la economía porque a través de esta interrelación es posible
comprender y analizar las distintas formas de organización económica que históricamente han adoptado los hombres
127
para satisfacer sus necesidades materiales, es decir, permite comprender el ciclo económico: Producción, circulación,
intercambio, distribución, consumo e inversión.
A pesar de la estrecha relación e interdependencia que tiene la antropología con otras disciplinas científicas, existen tres
factores que diferencian a la antropología en particular de otras ciencias sociales: a) estudia a la humanidad como un
todo, b) principalmente recurre a la observación participante a través del método comparativo y c) utiliza y desarrolla el
concepto de cultura.
El ser humano nace, crece y vive en dos tipos de ambiente: Uno es el ambiente natural, conformado por factores del
mundo físico, es decir, por elementos de la naturaleza. El otro es el ambiente artificial, compuesto por factores sociales,
económicos y políticos, es decir, por elementos materiales e inmateriales elaborados por el hombre. A este ambiente
que ha construido el hombre se denomina cultura, lo que implica que todos los elementos materiales e inmateriales que
el hombre ha creado se engloban bajo el concepto de cultura.
El concepto de cultura etimológicamente deviene del latín "colere" y ""colui" que designa el acto o el proceso de
"cultivar", "cuidar", "honrar", "rendir culto", especialmente a los dioses y la tierra. Así, por ejemplo, se menciona a la
agricultura que significa el cultivo o el honrar a la tierra. Históricamente el concepto de cultura se encuentra ligado a un
régimen económico y social de carácter esclavista y agrícola. De este modo, a partir de su raíz semántica hasta el siglo
XV fue utilizado en función al trabajo de la tierra. En la actualidad, el concepto de cultura es utilizado con una gran
amplitud y pluralidad de significados. Sin embargo, esta diversidad de significados se puede reducir a tres concepciones
básicas: el concepto popular, el concepto antropológico y el concepto científico.
En función de la explicación de Ticona, (1977, pp. 70-71) a continuación se hace un determinación del significado de
cultura desde el ámbito popular, antropológico y científico
En el lenguaje común, cotidiano o vulgar se considera a la cultura como sinónimo de instrucción o educación,
adiestramiento o formación, es decir, se la vincula con la adquisición de un conjunto de informaciones, saberes o
conocimientos y con el resultado de dicha adquisición. En otras palabras, se tiene a identificar a la cultura con el
refinamiento intelectual, científico o artístico. Por ello, es muy frecuente oír hablar en el lenguaje cotidiano de que
determinada persona es culta, porque dispone y conoce muchas cosas, datos o conocimientos.
Consecuentemente con esta concepción se dice que una persona es culta o tiene cultura debido a que ha adquirido y
desarrollado capacidades intelectuales, es decir, tiene ciertos conocimientos empíricos y/o científicos. Por ello, se tiende
a sostener que a mayor grado de instrucción se tiene mayor cultura y viceversa. Asimismo, desde esta visión de la
cultura se señala que cuando alguien no tiene dicho “refinamiento intelectual” es una persona ignorante o inculta, se
habla entonces de la existencia de personas “cultas” e “incultas”.
Dentro de esta concepción, la cultura se la identifica, por un lado, como una forma de ser, de hacer y de pensar de las
personas y, por otro lado, como el conjunto de obras e instituciones que han conformado los hombres. En tal sentido, en
esta definición antropológica la cultura comprende el conjunto de rasgos que caracterizan los modos de vida de un
determinado grupo social y que se expresan a través de una serie de elementos como ser objetos materiales e
inmateriales. Este modo de vida que caracteriza a un determinado grupo social o una comunidad viene a ser resultado
de las relaciones y acciones reciprocas que establecen los hombres y de su relación con la naturaleza a través del
proceso de trabajo. Así, por ejemplo, se habla de la cultura tihuanacota, aymará, quechua, cochabambina, paceña o la
cultura de los pobres, de los ricos, de los alcohólicos, de los niños trabajadores, etc.
128
Al interior de esta concepción, el cúmulo de conocimientos que las personas poseen o exhiben y el modo de vida que
caracteriza a una sociedad, son solamente atributos o partes de una cultura. En tal sentido, se tiende a definir a la cultura
como todos aquellos bienes materiales e inmateriales que el hombre ha creado para satisfacer sus necesidades y lograr
que la especie humana sobreviva. Bajo esta concepción se da el nombre de cultura a todo “documento” donde el
hombre ha dejado huella, esta realidad engloba a los instrumentos de trabajo, construcciones, viviendas, artefactos, vías
de comunicación, sistemas de comunicación, tecnologías, símbolos, patrones de conducta, valores y normas que
determinan como una sociedad vive y los transmite o socializa de generación en generación.
Joseph Fichter (1964), define a la cultura como "la configuración total de las instituciones que comparten en común las
personas en cualquier momento de su existencia". Marx Weber (1970), sostiene que “la cultura está conformada por
símbolos y significaciones elaboradas y compartidas por las sociedades y que poseen un carácter convencional”. Talcott
Parsons (1999), indica que “la cultura se constituye en un sistema de símbolos en virtud de los cuales los hombres dan
significación a su propia existencia”.
El antropólogo Edward Tylor, citado por Montes del Castillo (2002), afirma que la cultura "es una compleja totalidad
que incluye conocimientos, creencias, artes, moral, leyes, derecho, costumbres, hábitos, aptitudes y capacidades
adquiridas por el hombre como miembro de una sociedad".
El fundador de la antropología norteamericana, Franz Boas, citado por Montes del Castillo (2002), define a la cultura en
términos psicológicos, expresa que la cultura "es un conjunto que incluye todas las manifestaciones de los hábitos
sociales de una comunidad social y las reacciones del individuo en la medida que se ven afectados por las actividades
humanas del grupo en el cual vive."
En la directriz analítica del materialismo histórico, la cultura es “la síntesis de los valores materiales y espirituales
alcanzados por una determinada sociedad, ubicada temporal y espacialmente”. Define a la cultura como parte de las
condiciones de existencia de vida material, es decir, como parte y resultado de la producción social, la misma que es
considerada como la base y la fuente del progreso y de la cultura material e inmaterial.
El concepto de cultura se utiliza en diferentes planos, partiendo de la experiencia vulgar que se expresa en el lenguaje
común de las personas que lo utilizan como sinónimo de conocimientos y saberes siguiendo con otros autores que la
definen como la conducta aprendida y otros cientistas sociales que la definen como todo lo que el hombre ha producido,
resta ahora la definición en el sentido sociológico. Desde este punto de vista, se desecha la falsa idea popular o vulgar
que algunos miembros de la sociedad tienen cultura y otros no, todos los seres humanos sin distinción de clase y status
tienen cultura. En tal sentido, la sociología define a la cultura como una categoría superior de convivencia que distingue
a la especie humana de los demás seres vivos de la naturaleza. Dice que la cultura es un rasgo distintivo de la
humanidad y que el hombre es el único ser vivo capaz de producir y reproducir cultura.
Jordán (1977), señala que la cultura se desarrolla temporal y espacialmente, es resultado de la práctica social y se
constituye un proceso histórico, lo que significa que tiene un desarrollo histórico, un devenir y como tal se transmite de
una generación a otra. En tal sentido, la cultura como cualquier hecho social se va modificando conforme evoluciona la
sociedad. Sin embargo, a pesar su carácter evolutivo es también tradicional y enraizada, pues el hombre al nacer hereda
actividades, elementos y producción material e inmaterial de generaciones anteriores. Si bien las generaciones humanas
desaparecen y se sustituyen unas por otras, lo creado por ellas se transmite a la siguiente generación a través de los
diferentes agentes de socialización.
Fitcher (1964), citado por Jordán (1977, p. 144), reconoce el carácter acumulativo de la cultura cuando afirma que en la
formación de la cultura hay que tomar en cuenta dos fuentes: Por un lado, lo heredado de culturas anteriores o
precedentes y, por otro lado, el aspecto puramente ambiental que hace referencia a lo creado por los hombres que aún
viven. Así, la cultura no es una ni la misma, sino que persistentemente se va enriqueciendo con el “aporte cultural” de
cada época o de cada nueva generación.
Según Cohen (1980), en cualquier sistema sociocultural se da la presencia de una cultura ideal y una cultura real. En
función de las argumentaciones teóricas de Cruce Cohen señalar que la cultura ideal está conformada por los patrones
de conducta abiertos, formales y socialmente aceptados y compartidos, es decir, por lo que efectivamente se espera que
realicen los miembros de una sociedad. En cambio, la cultura real está integrada por lo que realmente hace la gente y no
por lo que debería hacer.
Con el afán de ilustrar lo expuesto indicar que lo ideal en determinados grupos sociales es preservar la denominada
identidad cultural. Sin embargo, se tiende a reproducir interna y persistentemente procesos de transculturación, es decir,
se incide en la identidad cultural con la adopción de nuevos rasgos culturales. En tal sentido, se estaría reproduciendo la
cultura real. Asimismo, lo ideal es que los miembros de una sociedad defiendan sus recursos naturales. Empero, en
ciertos grupos nacionales existe la tendencia a la depredación y el saqueo de dichos recursos naturales. Del mismo
modo, se advierte la reproducción de la cultura real.
El estudio de la cultura implica el análisis objetivo y sistemático de los diferentes elementos materiales e inmateriales
que acompañan la actividad humana. Entre los elementos materiales se tiene a los elementos físicos creados por el
hombre. Es decir, se trata de cosas u objetos concretos, tangibles y fisonomizables de una cultura. Así, por ejemplo, se
tiene a las viviendas, edificaciones, vías de comunicación, instrumentos de trabajo, vestimentas, construcciones,
utensilios y artefactos. En contraste, entre los elementos culturales inmateriales se hallan elementos del mundo
simbólico como ser signos, ritos, representaciones sociales y otras manifestaciones de la ideología y la conciencia
social. Así, por ejemplo, se tiene a las religiones, creencias, valores, normas, tradiciones, costumbres y conocimientos
(v. Jordán, 1977; Villarroel, 1985).
Sobre la base de las argumentaciones teóricas de Jordán (1977) y Villarroel (1985) a continuación se hacen algunas
precisiones conceptuales sobre los conceptos de creencias, valores, normas, tradiciones y conocimientos.
Las creencias se constituyen en una parte importante en la conformación intelectual y emocional del pasado y el
presente de una cultura. Son el conjunto de proposiciones o hechos que son aceptados como verdaderos sin que ellos
hayan sido verificados y comprobados. Es decir, son aquellas cosas que se consideran con certeza absoluta, aunque no
se piense en ellas, lo cual implica que las creencias son suficientes y válidas solamente desde el punto de vista
subjetivo, pero insuficientes desde el punto de vista objetivo y racional. Constituyen una aceptación plena que excluye
toda duda, pero carecen de carácter intelectual y lógico que es una característica de la certeza y el saber. Así, por
ejemplo, se tiene la creencia en la coca, en la bendición a la Pachamama, en la virgen de Urkupiña, en las alasitas, en
los dioses, etc.
Los valores culturales son los elementos simbólicos que hacen referencia a la cualidad que hace digno de estima a un
individuo, una situación o un objeto y además a lo que el individuo estima o desea hacer. En términos generales, se
tiende a definir a los valores como sentimientos enraizados en los miembros de la sociedad, los mismos que señalan las
pautas de acción y de comportamiento de los individuos. Los valores se pueden clasificar de acuerdo a la utilidad y los
fines que persigue la actividad humana. Así, por ejemplo, se tiene el valor de la amistad, la justicia, el respeto, la
puntualidad, la responsabilidad, etc.
Las normas son sinónimas de criterio, patrón o pauta de acción que necesariamente se debe seguir o a las que el
individuo se debe ajustar. Las normas sociales implican pautas de comportamiento socialmente adquiridas, aprobadas y
130
aceptadas por una determinada sociedad, las mismas que rigen la conducta individual y colectiva de sus miembros. En
otras palabras, son las "reglas de juego" necesarias para la vida en comunidad, pues señalan lo que es socialmente
aceptado y lo que es inaceptable, lo que es correcto y lo incorrecto en situaciones dadas con respecto a las relaciones
sociales con los demás miembros de la sociedad. Así, por ejemplo, se tiene el uso adecuado de las normas de tránsito.
Las tradiciones se vinculan a la "acción de dar, entregar, transmitir” y se refieren al proceso de comunicación y
transmisión de creencias, doctrinas, ritos, prácticas, hechos o noticias a través de generaciones. Se las considera como la
continuidad de ideas, instituciones, costumbres o "modos de ser" que un determinado grupo social conserva a lo largo
del tiempo, debido a ello, las tradiciones se constituyen en formas acostumbradas y usuales de actuar dentro de
determinada sociedad. Así, por ejemplo, la peregrinación al Santuario de Copacabana, la tradición de celebrar el día de
todos los santos, la tradición de bailar en determinadas fiestas folklóricas y la tradición de celebrar navidad y año nuevo.
Las costumbres son las que determinan el modo de conducirse de acuerdo a determinadas pautas, hábitos o modos
particulares de pensar, sentir y de hacer. Constituyen un aspecto principal que forma parte de la personalidad distintiva
del individuo, el grupo o el sistema sociocultural. Son establecidas a lo largo del tiempo y sujetas a una estimación
moral y valorativa. Asimismo, constituyen un determinado tipo de comportamiento del que participan varios miembros
del grupo o la sociedad en su conjunto y que han adquirido una fuerza de imposición o un carácter coercitivo. En el
ámbito del Derecho, las costumbres a menudo están incorporadas a un sistema legal, algunas leyes constituyen
costumbres de especial significación y son formalizadas mediante un ordenamiento jurídico y quienes quebrantan
dichas costumbres se ven amenazados por el castigo legal. Así, por ejemplo, la costumbre de saludar a las personas
mayores y, por otro lado, se tiene a la costumbre de no robar que ha posibilitado que esta pauta de comportamiento al
ser socialmente aceptada, generalizada y sancionada se convierta en ley.
Los conocimientos son elementos cognitivos representados por las disciplinas científicas, el ambiente intelectual y por
los diferentes niveles del conocimiento que expresan la capacidad de los miembros de la sociedad para enriquecer
conocimientos empíricos, experimentales, precientificos, científicos y filosóficos. Así, por ejemplo, la tecnología que
utilizan determinadas sociedades es la expresión de los conocimientos científicos.
Son múltiples las características que presenta la cultura a continuación en la directriz analítica de Herskpvits, citado por
Villarroel (1985), Cohen (1980) y Gómez (2007), solamente se señalan las más importantes:
a) La cultura es aprendida, lo que implica que desde el punto de vista de las personas y los grupos sociales la
cultura es esencialmente hereditaria y ambiental.
b) La cultura es transmitida, esto significa que el hombre y el grupo social asimila y aprende la cultura, para
posteriormente transmitirla a otras generaciones valiéndose de los agentes de socialización como son la
familia, la escuela y el trabajo.
c) La cultura es social, porque básicamente es compartida por todos y cada uno de los miembros de una
determinada sociedad.
d) La cultura es ideal, debido a que se convierte y transforma en pautas ideales para los miembros que participan
de ella, existe en la mente de los hombres bajo la forma de ideas pero ellas se hacen tangibles y se concretizan
a través de conductas corporales.
e) La cultura es satisfactoria, porque necesaria y principalmente satisface determinadas necesidades las mismas
que pueden ser físicas, biológicas, sociales y espirituales.
131
Cohen (1980), sostiene que toda cultura debe organizarse de un modo sistemático y lógico, con la finalidad de que los
individuos se integren y se desarrollen eficientemente al interior de ella. Según este autor dicha organización está en
función de las siguientes dimensiones: El rasgo cultural, el complejo cultural y las instituciones culturales.
En la directriz analítica de Cohen señalar que el rasgo cultural se encuentra conformado por la unidad más pequeña de
la cultura, es decir, es la unidad cultural mínima. Así, por ejemplo, se tiene un símbolo, un calzado, un sombrero, un
objeto, un detalle, una frase, etc. En cambio, el complejo cultural está constituido por la agrupación, la interdependencia
y la interrelación de diferentes rasgos culturales. Así, por ejemplo, se tiene a una danza, una vestimenta, una
comunidad, etc. Finalmente, la institución cultural se halla conformada por un sistema social organizado y normalizado
que permite llevar a cabo ciertas funciones que tienden a satisfacer determinadas necesidades individuales y colectivas.
Con relación a las funciones de la cultura, Bruce Cohen (19080, p. 26), señala que “con el objeto de llevar adelante las
funciones necesarias y satisfacer las necesidades de los miembros del grupo, todas las sociedades han establecido cinco
instituciones sociales básicas: la familiar, la educativa, la política, la economía y la religiosa. Además de estas, las
sociedades modernas han incorporado otras instituciones. Por ejemplo, en los Estados Unidos han sido agregadas la
institución militar y la recreacional”
Según Ticona (1977), toda cultura general o particular, civilizada o primitiva tiene y desarrolla las siguientes funciones:
a) distingue y diferencia un grupo social de otro, b) permite la unificación y comunicación entre los hombres, c)
regulariza las relaciones y el comportamiento social, c) genera sentimientos de solidaridad, d) reproduce los
fundamentos de la estructura social y e) contribuye a la formación de la personalidad social.
La cultura genera y desarrolla diferentes hechos, fenómenos y procesos culturales al interior de una determinada
sociedad. Esta situación se explica porque todo sistema sociocultural está conformado por destinos, usos,
comportamientos, voluntades, valores, es decir, por hombres que actúan, piensan y se desenvuelven en función de
ciertos sentimientos, normas y pautas de comportamiento. Entre los más importantes procesos culturales que se
desarrollan en un sistema sociocultural, mencionar a: la subcultura, la contracultura, el etnocentrismo, la aculturación, la
transculturación, el shock cultural, el cambio y retraso cultural y procesos de desterritorialización y reterritorialización.
A continuación siguiendo sobre todo la directriz analítica de Cohen (1980) y García Canclini (1989) se desarrollan las
características de estos aspectos culturales mencionados.
9.11.1. Subcultura
En toda cultura existe una subcultura, la misma que se refiere a un determinado modo de vida de un grupo o sector
social dentro de una cultura más amplia que acepta varias normas y elementos culturales de la cultura global, pero que
fundamentalmente produce y desarrolla ciertas normas, valores, costumbres y creencias que le son propias. El
materialismo histórico señala que en toda sociedad dividida en clases sociales antagónicas, la cultura no es homogénea.
Carlos Marx señala que las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época y que por lo tanto la
clase social que detenta el poder económico de la sociedad, al mismo tiempo detenta y ejerce el poder ideológico,
político y espiritual. Lenin profundizando el pensamiento de Marx, puntualiza que en cada nación contemporánea hay
dos naciones y, por lo tanto, se da la existencia de dos culturas nacionales en cada cultura nacional, una cultura
dominante y una cultura dominada. En cambio, desde la perspectiva funcionalista se dice que al interior de una cultura
nacional existen diferentes subculturas, es decir, diferentes modos de vida que caracterizan a un determinado grupo
social. Así, por ejemplo, se habla de la subcultura de la calle en la cual se desenvuelven los niños callejeros. Asimismo,
se señala a la delincuencia como una manifestación de la subcultura y se habla también de la cultura de la pobreza o la
subcultura de los pobres que hace referencia a un determinado modo de vida que se transmite de generación a
generación.
9.11.2. Contracultura
En toda cultura global se advierte la presencia de una contracultura, la misma que es producida y reproducida por
grupos o sectores sociales que desafían y rechazan dura y violentamente las normas y las expectativas de la cultura
dominante.
132
Según Herrera (2009, p. 73), “la contracultura es un paradigma que nos permite comprender el devenir de expresiones
culturales alternativas a un sistema. Incluye manifestaciones artísticas, científicas, sociales, filosóficas, económicas y
políticas, contrarias o diferentes a la Cultura Oficial, a la cultura del sistema; es una forma específica de ver la realidad,
establece límites a lo hegemónico, formula interrogantes, introduce enigmas en el imaginario social”. Esta situación
implica que la contracultura en vez de ajustarse al modo de vida impuesto por la cultura dominante, busca producir y
desarrollar cambios fundamentales o bien alejarse de cultura global. Así, por ejemplo, se habla de “la cultura originaria”
como manifestación de desafió y rechazo a ciertos valores culturales que responden a la “cultura occidental”.
9.11.3. Etnocentrismo
Ander-Egg (1988, p. 124) dice que el etnocentrismo implica una “actitud o tendencia a considerar a su pueblo, su
cultural, su sociedad o su propio grupo, como el centro de todo”. Según Pardinas (1974, p. 17), “etnocentrismo es una
palabra frecuentemente usada por los antropólogos sociales, significa la tendencia a elegir los valores y las costumbres
del grupo en que uno ha nacido y ha sido educado en normas infalibles de juicios y valoración de las conductas de
cualquier otro grupo sociocultural”. Lo que significa según Pardinas que un sistema de valoración o una forma de vida
distinta será despreciada, rechazada y condenada como incivilizada.
Si bien todos los sistemas socioculturales estimulan el etnocentrismo, no todos sus miembros son igualmente
etnocentristas. Se dice que este proceso cultural es inherente a la naturaleza humana y que provoca impactos positivos y
negativos. En función de ello se dice que el etnocentrismo no es lo mismo que el racismo que resulta ser una situación
extrema y negativa. Así, por ejemplo, por un lado, todo boliviano, orureño, cochabambino, paceño, cruceño, potosino,
beniano, etc., se siente orgulloso de su región. Pero una situación extrema son los etnocentrismos que se generan entre
cambas (oriente) y collas (occidente).
9.11.4. Aculturación
La aculturación designa a los procesos o fenómenos culturales que resultan del contacto directo, indirecto y la
interacción entre grupos de individuos con culturas diferentes (Cohen, 1980). Según Ander-Egg (1988), este encuentro
cultural provoca cambios posteriores en uno u otro grupo social, o en ambos grupos, debido principalmente a la perdida,
adopción, asimilación o rechazo de elementos y rasgos culturales ajenos. También se hace referencia con este proceso a
la influencia de una cultura donante o “activa” sobre otra cultura receptiva o “pasiva”, con este alcance supone un
contenido discriminatorio. Así, por ejemplo, se tienen a ciertos jóvenes aymarás que gustan y ejecutan el rock.
Asimismo, se tiene a la celebración de la fiesta de “Todos Santos” y, paralelamente, la fiesta de “Halloween”
9.11.5. Transculturación
Ander-Egg (1988, p. 324), dice que este “termino creado por el antropólogo cubano Fernando Ortiz en oposición al de
aculturación, para señalar el tránsito de una cultura a otra”. Según este autor la transculturación expresa el proceso de
transferencia de complejos, rasgos o elementos culturales de una cultura a otra cultura como consecuencia de un
persistente contacto activo y mutuo que posibilita precisamente dicho proceso de transformación. Asimismo, dice que
este proceso cultural implica dos fases indisolubles la "desculturación" o la perdida de rasgos de la cultura precedente y
la "neoculturación" o la aparición de nuevos rasgos culturales como resultado de este encuentro de dos culturas. Así, por
ejemplo, se tiene la agrupación de la morenada “Los Intocables” que combina en su simbología aspectos originarios con
rasgos foráneos, sobre todo norteamericanos. Del mismo modo, se tiene el baile de la cueca que se practica en
diferentes países de la región andina Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, etc.
Cohen (1980), afirma que el shock cultural hace referencia a la exposición de un individuo o un grupo social a un
contexto cultural ajeno o extraño. En otras palabras, este proceso cultural supone que una determinada persona o un
determinado grupo social se adscribe “involuntariamente” en un “nuevo” sistema sociocultural donde no comparte las
mismas convicciones, expectativas, costumbres o creencias. Así, por ejemplo, se tiene el comportamiento algunos de
los migrantes de extracción rural en el ámbito urbano, el comportamiento de algunos bolivianos que migran a los
Estados Unidos y que tienen el problema del idioma y la alimentación.
133
Si bien la mayoría de las personas y los grupos sociales se resisten a dejar viejas tradiciones, valores y costumbres, en
favor de otras manifestaciones culturales nuevas, resulta inevitable que las culturas cambien a través del tiempo (Cohen,
1980). Entre los factores que afectan la rapidez o lentitud del cambio se tiene el medio geográfico, el crecimiento
demográfico y las necesidades sentidas. Todo cambio cultural implica necesariamente cambios materiales e
inmateriales, pues existen cambios tecnológicos que modifican la base material de la sociedad y también cambios
ideológicos que modifican las normas, los valores, las costumbres y la organización social.
Sin embargo, cuando existe una disparidad entre ambos factores se habla de retraso cultural, lo que supone que no
existe una relación de correspondencia entre los elementos materiales e inmateriales. Así, por ejemplo, la proliferación
de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han provocado profundos cambios en los procesos de
información y comunicación y a la vez han suscitado la denominada “brecha” digital”, es decir, marcadas diferencias en
los niveles de acceso y consumo por parte de las personas, grupos o países.
La globalización se constituye en un proceso que intenta homogenizar al mundo, es decir, imponer cierta influencia
política, económica, social y cultural. Para García Canclini (1999), la globalización no es un simple proceso de
homogenización, sino que se trata de un proceso de reordenamiento de diferencias y desigualdades sin suprimirlas.
Asimismo, sostiene que las implicaciones de este nuevo reordenamiento del proceso de expansión y acumulación del
capitalismo han afectado las distintas dimensiones de la sociedad en términos económicos, políticos, sociales,
ideológicos, comunicacionales y culturales. Sin embargo, García Canclini aclara que a pesar de este intento de
“globalización” y de “reordenamiento” se advierte que en las sociedades siempre subsisten ciertas costumbres, valores
y tradiciones locales, es decir, que la cultura siempre oscila entre el cambio y la permanencia y entre lo tradicional y lo
moderno.
Según García Canclini (1989), la desterritorialización hace referencia a la perdida de la relación natural entre cultura y
territorio geográfico y social, lo que da lugar a la formación de nuevos territorios culturales. Un ejemplo de este
proceso, es la migración de personas de países pobres hacia países ricos, lo que da lugar a un desarraigo social que
implica rupturas y adaptaciones culturales. Esta desterritorialización provoca una fusión cultural que se conoce con los
nombres de transculturación, indigenización e hibridización.
A decir de García Canclini la transculturación se produce cuando se traslada formas culturales en el tiempo y el espacio
a través del contacto con otras culturas, dicha relación produce nuevas formas culturales híbridas que mezclan formas
culturales del lugar de origen con las del lugar de acogida. Así, por ejemplo, se tiene en poblaciones migrantes rurales
hacia centro urbanos una mezcla entre lo moderno y lo tradicional. Según este antropólogo argentino como resultado de
la hibridizacion surge la llamada indigenización que engloba el proceso a través del cual las formas culturales
importadas adoptan rasgos culturales locales en forma muy enraizada que se piensa que son “bien locales”. Así, por
ejemplo, se tiene el uso del “sombrero” por parte de la chola boliviana, no se puede “entender” a la chola boliviana sin
su sombrero que es un elemento que originariamente no corresponde a la realidad nacional sino que fue trasladada
desde Europa.
Estos tres fenómenos transculturación, indigenización e hibridización transforman de manera mutua la cultura y la vez
provocan la denominada reterritorialización que supone un proceso cultural a través de la cual se modifica ciertas pautas
de comportamiento externas e internas provocando la conformación y apropiación de nuevos espacios culturales. Este
proceso de reterritorialización abarca dos fenómenos que actúan en conjunto: Por un lado, los bienes materiales a
inmateriales están abiertos o son susceptibles al cambio o nuevas interpretaciones y, por otro lado, la cultura
constantemente se va reconstituyendo a través de la interacción social y a la influencia de la tecnología de las
comunicaciones (Garcia Canclini, 1989).
134
CAPÍTULO 10
ECONOMÍA Y SOCIEDAD
10.1. Economía
El origen etimológico de la palabra economía deviene del griego "oikonomia", de "oikos" que significa “casa” y de
"nomos" que significa “ley”. A partir de su raíz etimológica, sobre todo en la antigüedad se entiende a la economía
como una rama del conocimiento destinada a abarcar solamente el ámbito comunal o domestico de la actividad
económica en sus más simples funciones de producción y distribución.
Ander-Egg (1988, p.103) señala que la economía es la “ciencia que estudia los mecanismos de producción, distribución
y consumo de bienes materiales”. Según este autor la economía seria el estudio del hecho o proceso económico. Por su
parte, Mendoza (1992, p. 216) sostiene que la economía es “la ciencia que estudia la distribución de los recursos
escasos entre un número ilimitado de fines competitivos”. En función de estas conceptualización se dice que el objeto
de la economía es el de “suministrar a los hombres de todo aquello que necesitan para conservar su existencia y para
llevar una vida digna y adecuada a su doble condición de seres corporales y espirituales” (Mendoza, 1992, p. 216)
Como la mayoría de las ciencias sociales y naturales, la economía es antigua y moderna a la vez. Es moderna como
conocimiento científico, pues solo cuenta con aproximadamente 200 años y es antigua como conocimiento empírico o
saber vulgar, debido a que en los hombres siempre han tenido la preocupación por resolver el problema de la
subsistencia y la sobrevivencia. En efecto, los problemas de la subsistencia, la sobrevivencia, el trabajo, la producción,
la división del trabajo y las formas de organización del trabajo ya se hallan presentes desde épocas muy remotas como
ser la comunidad primitiva, es decir, desde los grupos sociales más antiguos como son las hordas, los clanes, las gens y
las tribus, pues en estas formas de organización social ya se expresa la preocupación de sus miembros por satisfacer
ciertas necesidades básicas.
135
Brue y Grant (2009), expresan que para precisar la conformación de la economía como ciencia es necesario establecer
diferentes momentos históricos en el desarrollo del pensamiento social y económico. Según ambos autores si bien
ciertas reflexiones económicas ya están presentes en los hombres de la prehistoria y posteriormente son sistematizadas
por los filósofos de la antigüedad y los teólogos de la edad media, su carácter científico sólo se explica a través de la
labor realizada por los filósofos de la historia, en la edad moderna.
En la directriz analítica de Brue y Grant es posible establecer tres principales etapas en la evolución de la ciencia
económica: La etapa “formativa o preparatoria” que incumbe a la época antigua y la edad media, en las cuales se
realizan ciertas reflexiones económicas combinadas con aspectos filosóficos, morales, religiosos o políticos, la etapa
“precientífica”, vinculada a la edad moderna donde la economía empieza a diferenciarse de otras áreas del
conocimiento, siendo las corrientes económicas más representativas la mercantilista y la fisiocrática y, finalmente, la
etapa “científica” que coincide con los profundos cambios del siglo XVII y donde ya existe la preocupación por
investigar los fenómenos económicos en el plano científico, corresponden a esta época la economía clásica y la teoría
marxista.
En la antigüedad son valiosas las ideas que aportan dos grandes filósofos, Aristóteles y Platón. Hay algunos autores que
sostienen que la expresión de economía le corresponde a Aristóteles quien entiende a la economía como la ciencia del
abastecimiento y el arte del aprovisionamiento o la adquisición de bienes y servicios. Por ello, en este momento
histórico se considera a la economía como la ciencia de la administración de la economía doméstica. Por parte, Platón
establece un sistema de estratificación social y un esbozo sobre la lucha de clases a partir de determinados factores
económicos.
Las ideas sociales en la edad media se enmarcan al interior del cristianismo, las mismas que se hallan signadas por un
pensamiento teológico y metafísico. En lo que se refiere al ámbito económico, en esta época las reflexiones económicas
adquieren mayor importancia con la aparición de nuevas formas de organización del trabajo mucho más complejas que
en comunidades domésticas. En este periodo feudal fueron muy discutidos los sistemas de propiedad territorial, la
servidumbre, las rentas, el problema de los mercados, la acuñación y el uso de la moneda.
Con el transcurso del tiempo, el interés por los problemas sociales y económicos se incrementa considerablemente con
la contribución de los llamados filósofos de la historia, quienes a pesar de sus diferencias teóricas, políticas y
doctrinarias, desarrollan una labor intelectual que se constituye un avance significativo por establecer y hallar las leyes
que rigen el desarrollo económico y social. Es a partir de esta preocupación que se sientan las bases teóricas para la
emergencia de un análisis científico de la actividad económica. En este marco de transformación de la sociedad y el
pensamiento, la actividad económica se liberan del pensamiento escolástico y de las relaciones propias de una economía
feudal de subsistencia, surge el convencimiento de considerar a la vida económica como un fenómeno natural sometido
a determinadas leyes generales y particulares, en función de la propiedad, la libertad y la seguridad (v. Jordán, 1977;
Villarroel, 1985)
En el siglo XVIII, considerado como la edad de la razón o la época de la Ilustración, se inauguran importantes
investigaciones económicas. Así, por ejemplo, se tiene la "Tabla Económica" de Francois Quesnay (1758), "La Riqueza
de las Naciones" de Adam Smith (1776) y "La Teoría del Valor" (1820) de David Ricardo.
Surgen los fisiócratas que consideran como valor fundamental de la economía a la agricultura, consideran parasitaria a
la actividad estatal y estéril a la actividad industrial. Son los primeros filósofos en sostener que el origen de la riqueza se
halla en la esfera de la producción y no en el de la circulación. En cuanto a la relación Estado/Economía se plantea la
política del “laissez faire-laissez passer”, es decir, “del dejar hacer, dejar pasar”. Los fisiócratas afirman que un Estado
crecerá de manera acelerada y eficiente si se adopta una política económica de completa libertad comercial conforme a
las leyes naturales de la actividad económica. Adam Smith que asume estos principios “liberales” señala que la
felicidad humana y la riqueza de las naciones podían incrementarse con mayor rapidez y eficacia mediante la adopción
por todos los Estados Nacionales de una política económica de completa libertad comercial e industrial. A partir de
estos principios económicos surge la economía que viene a ser la disciplina social científica que estudia el esfuerzo de
los hombres para satisfacer sus necesidades y lograr el bienestar material (v. Villarroel, 1985; Brue y Grant, 2009;
Romero, 2010)
Por lo expuesto, líneas arriba es válido señalar que la economía como conocimiento humano vinculado a la producción
y la administración ordenada y prudente de los bienes tiene un origen que coincide con el origen mismo de la
humanidad. En este sentido, como saber humano que centraliza su análisis en el trabajo, la producción, la escasez de los
recursos y la multiplicidad de las necesidades presenta un avance histórico paralelo al desarrollo del conocimiento y la
136
sociedad y sólo a partir del siglo XVIII, a través de la labor intelectual de los filósofos de la historia y en particular de
los fisiócratas, se sientan las bases teóricas y metodológicas para un análisis científico de la realidad económica.
El estudio histórico del pensamiento económico debe ser ubicado a través del tiempo y el espacio en vista de que las
corrientes económicas hallan su relación de correspondencia con el desarrollo de la sociedad y el conocimiento. Lo que
significa que para comprender determinado pensamiento económico es preciso relacionarlo con su dimensión histórica,
intelectual, social y económica, pues las características de estas dimensiones en una sociedad dada en el tiempo y el
espacio determinan la emergencia de ideas económicas muy particulares. A pesar de que la economía se desarrolla
como conocimiento científico solamente a partir de los siglos XVII y XVIII, con la emergencia de una sociedad
capitalista o industrial, desde sociedades muy remotas que se ubican en la llamada comunidad primitiva se han trazado
algunas ideas económicas que se constituyen en importantes antecedentes históricos de muchas y posteriores doctrinas
económicas. Sin embargo, se dice que las reflexiones económicas que surgen en esta época no pueden ser consideradas
aún como doctrinas económicas, ya que corresponden a un nivel precario del desarrollo de la sociedad, el conocimiento
y la ciencia.
Debido a que en la comunidad primitiva el proceso económico era muy simple y primitivo, las ideas económicas están
enfocadas únicamente en la mejor forma de obtener los bienes que permitan satisfacer las necesidades de la
colectividad. Posteriormente, con el desarrollo de este tipo de sociedad y la emergencia de nuevas formas de trabajo,
relaciones de producción, división social del trabajo y la conformación de la propiedad privada se irán modificando
ciertas reflexiones sobre la actividad económica individual y social del hombre pero sin alcanzar un orden lógico y
sistemático.
En el régimen esclavista, el pensamiento económico evoluciona a través de las ideas de los filósofos griegos. Platón
analiza algunos aspectos de la “Ciudad Estado” desde una perspectiva económica y es Aristóteles quien posibilita un
mayor avance del pensamiento económico de la época.
Platón en su obra “La República” explica la división social del trabajo como resultado de las diversas cualidades o
aptitudes naturales de los hombres y de la gran cantidad de necesidades humanas. Piensa que la ciudad o la “polis”
surge como resultado de la división social del trabajo que a la vez establece un sistema de estratificación social cerrado
en función de tres castas: La racional, la anhelosa y la sensual, siendo la primera la encargada de gobernar, la segunda
de vigilar y controlar y la última la encomendada para desarrollar las faenas serviles de la producción y la circulación de
la riqueza (Cachanosky, 1994).
Aristóteles, a partir de su estudio sobre “La Política”, este filósofo es considerado como el primer economista analítico,
pues fue quien puso los cimientos de la economía y el primero en plantear ciertos problemas económicos que luego
serán profundizados por otros economistas. Define a la economía en función de dos dimensiones, por un lado, como
ciencia encargada de la administración doméstica y, por otro lado, como ciencia del abastecimiento que se ocupa de la
adquisición, es decir, que estudia la circulación de los bienes. Asimismo, propone las bases de la teoría del valor al
distinguir entre valor de uso y valor de cambio y explica las funciones del dinero en el intercambio, establece una
distinción entre dinero y capital y reconoce que el cambio se basa en la equivalencia entre los productos (Cachanosky,
1994).
En la Edad Media, las aportaciones teóricas al pensamiento económico fueron pocas y provienen de pensadores ligados
a la Iglesia. Los teólogos sobre la base de la doctrina de la Iglesia Católica desarrollan el “Derecho Canónico” en
función de un conjunto de preceptos y normas religiosas de conducta que regulaban el comportamiento económico
individual y colectivo. Consideran a la economía como un conjunto de leyes, entendidas como preceptos morales cuya
finalidad era la buena administración de las actividades económicas. Asimismo, formulan principios del precio justo,
del cual depende del valor inherente de las mercancías y quien se aparta de estos principios era considerado como
inmoral. Señalan que del precio justo se deriva el salario justo, que es aquel que permite vivir al trabajador y su familia
con razonable decencia. Sólo justificaban al comercio cuando existen ventajas a las dos partes y era necesario para el
bienestar social. En contrate, consideran a la usura como injusta, inmoral y condenan el interés por el dinero.
10.2.2. Mercantilismo
137
Con la denominada época moderna surge el llamado mercantilismo que refleja las condiciones del capitalismo
comercial del siglo XVI y XVII.77 Esta línea de pensamiento económico se basa en la propiedad privada y en la
utilización de los mercados y el comercio como forma de organizar la actividad económica. Los antecedentes que hacen
posible esta corriente económica son la aparición de los Estados nacionales modernos, la destrucción del sistema feudal
y de las ideas medievales, el mayor interés por el comercio y las actividades económicas, la aparición del capitalismo
comercial y de los monopolios comerciales, los descubrimientos marítimos y la colonización, el incremento de los
vínculos entre el Estado y el comercio, el desarrollo de una economía monetaria y del capital dinero y la emergencia del
Renacimiento y del Protestantismo.78
Brue y Grant (2009), sostienen que para el mercantilismo el Estado juega un papel muy importante en la dirección y
realización de la política económica, concede vital importancia a la explotación de los metales preciosos y la
conformación del mercado interno y el comercio exterior. Asimismo, ambos autores señalan que para el mercantilismo
la existencia de una población numerosa se constituye en un factor esencial para la generación de riqueza social en vista
de que proporciona mano de obra barata y, además, dicen que desde la visión mercantilista las colonias deben ser
fuentes de materia prima para la metrópoli y mercado para los productos manufacturados. En términos generales, a
partir de las puntualizaciones de Brue y Grant, se advierte que el mercantilismo incentiva la venta, el comercio y la
acumulación de dinero.
A fines del siglo XVII y sobre todo en el siglo XVIII se desarrolla el capitalismo industrial, que se constituye en la base
del capitalismo actual. El desarrollo del capitalismo industrial trae consigo la evolución de nuevas ideas económicas,
por lo tanto las ideas mercantiles que habían cumplido su función paulatinamente van desapareciendo (Pérez, 2011).
Los pensadores que en este contexto histórico social desarrollan sus ideas económicas reciben el nombre de fundadores
de la economía política y representan la transición entre el mercantilismo y la economía clásica.
Díaz (2014), afirma que el médico, poeta, científico y economista inglés William Petty es el mayor representante de las
nuevas ideas económicas y es considerado como el fundador de la economía política debido a su esbozo de la teoría del
valor trabajo que fue posteriormente reelaborado por los clásicos y por Carlos Marx. Asimismo, Díaz señala que Petty
plantea que la propiedad privada determina la posición social de los individuos, el Estado debe proteger la propiedad
industrial y que todos deben contribuir con los gastos del Estado. Según Díaz otra importante contribución de Petty
radica en la sistematización de los conceptos de precio natural y precio político. A decir de Díaz, Petty también habla de
una ley del salario, expresando que a cada trabajador se le debe dar únicamente lo necesario para subsistir porque si se
le proporciona más, trabajará menos y no rendirá igual. Según el economista inglés, William Petty lo único que produce
excedente es la producción de la tierra; el excedente de la tierra era la renta que equivalía a la utilidad o la ganancia
(Méndez, 1993).
10.2.3. Fisiócratas
La escuela fisiócrata surge en el siglo XVIII y es la precursora de la economía moderna, básicamente plantea que en la
economía existe un orden natural que no requiere la intervención del Estado para mejorar las condiciones de vida de las
personas y a la vez considera a la agricultura como la única actividad realmente productiva debido a que es la única que
da un producto neto y a la industria, comercio y servicios como económicamente estériles. Asimismo, sostiene, que la
sociedad al igual que el mundo físico está sujeta a leyes y a un orden natural y que el Estado debe limitar su
intervención, de manera que el individuo pueda desenvolverse libremente, estima que la riqueza circula a través de las
clases sociales por causes preestablecidos y que el Estado es copartícipe de la propiedad por lo que debe cubrir sus
gastos a través de un impuesto único a cargo de los propietarios territoriales (v. Villarroel, 1985; Brue y Grant, 2009)
El principal representante de la escuela fisiócrata fue el médico y economista francés Francois Quesnay (1694–1774)
quien en su estudio “Cuadro económico”, realiza una descripción de la distribución y circulación de la riqueza. Quesnay
afirma que el comercio y la industria no eran productivos y que tan sólo la agricultura es el sector que podía generar
riqueza. Asimismo, postula la existencia de una ley económica natural que debe actuar sin ningún tipo de
intervención.79
77
Los profundos cambios sociales, económicos, políticos y culturales que se operan en Europa en los siglos XV y XVI son los factores que inauguran
la llamada edad moderna.
78
Esta información se halla contenida en diferentes sitios web, pero sin hacer referencia a los autores u obras, por ejemplo se tiene a:
www.monografias.com › Economía y economico1upv.blogspot.com/
79
Esta puntualización se encuentra en https://es.wikipedia.org/wiki/Fisiocracia
138
Bajo la directriz analítica de Brue y Grant (2009) y Pérez, (2011) señalar que los postulados principales de la teoría
fisiócrata están en función de los siguientes puntos:
a) La conformación de un excedente denominado “produit net” que resulta de la diferencia entre bienes
producidos y bienes consumidos.
b) La afirmación de que la agricultura es la única que produce el “produit net”. Divide el trabajo en dos
categorías: Uno productivo y otro estéril. El trabajo productivo es el que crea excedente; cualquier trabajo que
no produzca excedente es trabajo estéril.
c) La exposición del análisis de la circulación excedente entre las diversas clases sociales, considerando que
existen tres clases sociales; los dueños de la tierra, o sea los terratenientes; los agricultores que arriendan la
tierra, clase realmente productora y la clase estéril formada por artesanos, comerciantes, etcétera.
d) La elaboración de una teoría del precio basada en el costo de producción de los artículos manufacturados.
e) La afirmación de que la industria no produce valores, sólo los transforma, por lo que no añade nada a la
riqueza de la sociedad. Por lo tanto, el trabajo industrial es estéril.
Brue y Grant (2009), afirman que a fines del siglo XVIII se producen una serie de cambios tecnológicos, sociales y
políticos que transforman las relaciones económicas capitalistas y a la vez las doctrinas económicas. Según estos
autores estos cambios radicales fueron resultado de los siguientes aspectos: a) el desarrollo de la revolución industrial,
que modifica radicalmente la forma de producción con la invención y desarrollo de la maquinaria, b) la independencia
de Estados Unidos de América, que transforma las relaciones tradicionales del colonialismo y c) la Revolución
francesa, que cambia radicalmente las estructuras feudales que todavía imperaban en Francia.
A decir de See (1961), estos tres acontecimientos hicieron que el capitalismo comercial evolucione hasta llegar a
convertirse en capitalismo industrial. Según Romero (2010), en este nuevo contexto histórico social surgen los
economistas denominados clásicos que desarrollan las siguientes ideas fundamentales:
h) Dada la existencia de leyes naturales que gobernaban el funcionamiento de la economía, y la guía de la mano
invisible, toda interferencia por el estado o por los particulares era indeseable. (Liberalismo económico).
c) El equilibrio natural en la sociedad se consigue porque cada individuo, al buscar su propio beneficio, beneficia
a los demás.
d) Su teoría pretende hacer válidas para todas las épocas las particularidades de su sociedad.
g) Su teoría del valor distingue entre valor de uso (utilidad de un bien) y valor de cambio (capacidad de un bien
para ser cambiado por otros).
h) Paradoja smithiana que consiste en afirmar que las cosas que tienen un gran valor de uso frecuentemente tienen
un valor de cambio pequeño, mientras las cosas que tienen un pequeño valor de uso tienen un gran valor de
cambio (agua-diamantes).
k) Teorías de los salarios (subsistencia, negociación, mayor o menor agrado de la ocupación, lo que cuesta
aprender el correspondiente oficio, la constancia de la ocupación, según la confianza merecida por el obrero, y
de acuerdo a la probabilidad de éxito.
El economista británico David Ricardo profundiza las aportaciones realizadas por Adam Smith. En su principal obra
escrita en 1817, “Principios de economía política y tributación”, desarrolla una serie de nociones sobre la teoría del
valor y la distribución. Al margen de estas nociones, a decir de Romero (2010), las principales ideas de David Ricardo
que han contribuido a la teoría económica están en función de los siguientes postulados:
a) Teoría del valor. "El valor está determinado no sólo por el trabajo presente sino también por el pasado."
b) El precio natural de trabajo está determinado por los medios de subsistencia; mientras que el precio de
mercado lo está por el crecimiento de la población. .
c) La renta es aquella parte del producto de la tierra que se paga al dueño de ésta por el uso de las energías
indestructibles del suelo.
d) Niega la renta absoluta y habla de la renta diferencial basada en las diferencias de fertilidad del suelo y en la
cercanía o lejanía del mercado.
e) Rendimientos decrecientes.
f) Define al capital como aquella parte de la riqueza de una nación que se emplea en la producción.
140
g) El comercio exterior resulta beneficioso al especializarse en la producción de un bien en el cual se tenga
ventaja comparativa por la dotación natural de recursos. Aun cuando esa nación pueda producir varios bienes
el intercambio resulta benéfico, ya que así se pueden adquirir más bienes y a un precio menor.
h) El papel de Estado consiste simplemente en proporcionar protección legal para todas las transacciones
económicas y recaudar impuestos, los cuales deben ser tan bajos como sea posible.
j) La distribución del ingreso dentro de una sociedad formada por tres clases: capitalistas (ganancia),
terratenientes (renta) y trabajadores (salario).
La principal contribución del pastor ingles Robert Thomas Malthus, al pensamiento económico fue la formulación de su
teoría sobre la población que se hace pública en 1798 en su libro “Ensayo sobre el principio de la población”. Según
Pressat (1981, p. 15), “el punto de partida de sus especulaciones fue la comprobación de la desigualdad había entre los
posibles crecimientos de la población, por un lado y de los medios de subsistencia por otro”. A decir de Malthus, citado
por Pressat, la población crece más rápido que los medios de subsistencia, pues la población tiende a aumentar en
forma geométrica, en tanto que la subsistencia solo puede hacerlo mediante una forma aritmética. Es otras palabras, la
especie humana aumentaría como la progresión de los números 1,2,4,8,16,32 y así sucesivamente (progresión
geométrica), mientras que los medios de subsistencia lo harían como los números 1,2,3,4,5,6, y así sucesivamente
(progresión aritmética).
Según Malthus, la población tiende a crecer más rápido que la oferta de alimentos disponible para la subsistencia. De
ello, concluye que cuando se produce un aumento de la producción de alimentos superior al crecimiento de la
población, se estimula la tasa de crecimiento y si la población aumenta demasiado con relación a la producción de
alimentos, el crecimiento se frena, debido a las hambrunas, las enfermedades y las guerras. 80 Para este economista,
clérigo y demógrafo británico nacido en 1766, existen dos principales formas de frenar el crecimiento de la población:
Los frenos positivos como el hambre y las guerras y los frenos preventivos como la contención moral y los vicios. Sin
embargo, expresar que la teoría de malthusiana contradecía la visión optimista, que prevalece en el siglo XIX, según la
cual la fertilidad de una sociedad acarrearía el progreso económico.
Se dice que la tesis maltusiana se basa en la imposibilidad de incrementar la producción y en función de ello plantea
reducir o controlar el crecimiento de la población. Es más aún plantea “que los pobres no tienen derecho a ser
mantenidos” (Pressat 1981, p. 16). Con relación a la teoría malthusiana y continuando la directriz analítica de Romero
(2010) señalar que para esta autora las contribuciones más importantes de Malthus a la teoría económica son las
siguientes:
a) La población tiende a crecer en forma geométrica, en tanto que los medios de subsistencia aumentan en forma
aritmética.
d) Había dos formas de frenar este crecimiento: una los frenos preventivos (disminuyen la natalidad) y otra los
frenos positivos (aumentan la mortalidad).
e) Enuncia la ley del hierro de los salarios, según la cual el crecimiento de la población está abocado a reducir los
salarios de los trabajadores hasta niveles de subsistencia.
f) Oposición a la ayuda a los pobres. Censura la intervención del estado que pretende disminuir la miseria de los
pobres.
80
"Malthus, Thomas Robert", Enciclopedia Microsoft® Encarta® 98 © 1993-1997 Microsoft Corporation.
81
Esta Ley formulada por el economista Jean-Baptiste Say dice “cada oferta crea su propia demanda”
141
10.2.5. Marxismo
El marxismo se constituye en una doctrina económica que se inaugura y empieza a desarrollar a partir de mediados del
siglo XIX. Se considera a esta doctrina como la verdadera sucesora de la economía clásica siendo sus principales
representantes los filósofos alemanes Carlos Marx y Federico Engels y el filósofo ruso Vladimir Ilich Ulianov más
conocido como Lenin. Sin embargo, aclarar que el marxismo no es solamente una doctrina económica sino que también
es una concepción del mundo que implica diversos aspectos filosóficos, sociales, económicos y políticos. Por ello, es ya
lugar habitual hablar de materialismo dialéctico, materialismo histórico, economía política y socialismo científico.
Algunas de las principales contribuciones del marxismo a la teoría economía están en función de los siguientes
postulados:
c) Sostiene que el régimen económico es la base de la sociedad, sobre la cual se eleva la superestructura, es decir,
los aspectos jurídicos, políticos e ideológicos.
Aunque la base científica de las ciencias económicas se empieza a desarrollar a partir del siglo XVIII, es válido señalar
que mucho más antes desde la época de los filósofos y políticos de la Grecia y Roma antigua, pasando por los teólogos
de le edad media hasta llegar a las ideas económicas de los fisiócratas en la edad moderna, ya existían ciertas
argumentaciones empíricas sobre la actividad económica. La historia del pensamiento económico señala que la
expresión de economía aparece por primera vez en el siglo XVII, con la publicación en 1615 de la obra "Tratado de
Economía Política" de Antoine de Montchretien (Castro, 2012, p. 37) Sin embargo, algunos autores atribuyen la
denominación del concepto de economía a Aristóteles.
Independientemente de que sea el discípulo de Platón, quien haya o no empleado por primera vez este término, es
innegable que Aristóteles fue el predecesor de muchas ciencias y el primer analista económico. En su época, la
economía fue considerada como la ciencia de la administración de la comunidad doméstica, expresión que debe
entenderse en un sentido más amplio como la organización económica originaria de la gran familia sea esta de carácter
cooperativo o señorial, como ser la casa del señor, del amo, del príncipe o el hacendado.83 En función de este contexto,
Aristóteles entendía a la economía como "la ciencia del abastecimiento que trata del arte de la adquisición".
Bajo el régimen feudal y como resultado de las nuevas formas de trabajo mucho más complejas ya se entiende a la
economía como una rama del conocimiento que se halla dirigida a la administración de los bienes y las rentas de los
feudos, con el objetivo central de promover su fortalecimiento. Sin embargo, al igual que el conjunto de ciencias
sociales también la economía se enmarca bajo los principios y las nociones de lo teológico o religioso.
82
Esta información vinculada al aporte del marxismo se halla contenida en varios sitios web, pero sin hacer referencia a los autores u obras, por
ejemplo se tiene a: www.monografias.com › Economía y economico1upv.blogspot.com/
83
Esta determinación del campo de acción proviene de su significado etimológico “administración del hogar” en función de las actividades
económicas más simples la producción y distribución.
142
En la época de la Ilustración y el Racionalismo se publican dos grandes obras económicas que sientas las bases
científicas de la economía. En 1758, Francois Quesnay publica su obra la "Tabla Económica" donde afirma que el
comercio y la industria no eran productivos y sólo la agricultura podía generar riqueza. Asimismo, plantea las
nociones preliminares del liberalismo En 1776, Adam Smith publica su obra "Investigaciones sobre la Naturaleza y
Causa de la Riqueza de las Naciones", donde sostiene que la mejor forma de emplear el capital en la producción y
distribución de la riqueza es aquella en la que no interviene el gobierno. Asimismo, profundiza las ideas del
liberalismo económico (v. Méndez, 1993; Romero, 2010).
Según Romero (2010), estas dos obras monumentales y otros estudios de la época centralizan su análisis en
principios, leyes y teorías aplicables a los tres grandes campos de la actividad económica: creación, distribución y
consumo de la riqueza. En función de esta realidad, “las definiciones clásicas consideran que la economía política
debe analizar el proceso de creación de la riqueza, examinando los aspectos relacionados con su distribución, hasta
llegar a considerar la última etapa, la del consumo”84. Así, por ejemplo, se tiene la definición de Federico Engels,
citado por Méndez (1993), que señala que “la economía política es la ciencia que estudia las leyes que rigen la
producción, la distribución, la circulación y el consumo de los bienes materiales que satisfacen necesidades humanas”
Las definiciones basadas en la trilogía: creación, distribución y consumo prevalecen hasta las últimas décadas del siglo
XIX. En 1890, el economista y profesor ingles de la Universidad Británica de Cambridge, Alfred Marshall en su estudio
"Principios de Economía" propone una nueva orientación conceptual que le permite definir a la economía "como la
ciencia social que examina la parte de la actividad individual y social especialmente consagrada a alcanzar y a utilizar
las condiciones materiales de bienestar" (Méndez, 1993)
Según varios autores esta definición, aparentemente simple, se constituye en una línea divisoria entre las definiciones
clásicas y contemporáneas. En efecto, las definiciones clásicas de la economía no se ocupaban del análisis de las causas
y los efectos de hechos económicos tales como la depreciación, inflación, recesión, escasez y atraso económico, pues
centralizan su análisis particularmente en la esfera de la producción (Mankiw, 2009).
Hoy se atribuye a la economía el análisis de las causas de la prosperidad y de las recesiones, el análisis de los problemas
que genera la escasez de recursos teniendo en cuenta las necesidades ilimitadas y se le asigna la tarea de investigar
cuales son las condiciones necesarias para la universalización del bienestar de todos los pueblos. Como bien lo expresa
Corredor (1995), citando a Robins (1932), la moderna definición de la economía gira en torno a tres aspectos
fundamentales: a) son varios los productos capaces de satisfacer las necesidades humanas, b) el tiempo y los recursos
para lograrlos son limitados y c) como los hombres son seres llenos de deseos y aspiraciones ilimitadas su acción
económica implica necesariamente permanentes actos de selección.85
La esencia del problema económico y del objetivo de la ciencia económica contemporánea, seria analizar la conducta
asumida por los hombres en la selección de los recursos escasos de que disponen para satisfacer sus necesidades
ilimitadas. Es decir, el estudio de las formas del comportamiento humano que resultan de la relación existente entre las
necesidades ilimitadas que se deben satisfacer y los recursos que aunque escasos se prestan a usos alternativos. A pesar
de estos intentos de conceptualización de la “economía”, señalar que aún no existe una definición única, exacta, precisa,
valida y compartida por la mayoría de los economistas. Contrariamente existe una diversidad de definiciones que
responden a ciertos principios teóricos, políticos y doctrinarios. A continuación se señala algunas de ellas:
"La economía es la ciencia que se ocupa del estudio de las leyes económicas que indican el camino
que se debe seguir para mantener un elevado nivel de productividad, mejorar el nivel de vida de la
población y emplear correctamente los recursos escasos."
"La economía es la ciencia que tiene por objeto la administración de los escasos recursos de que
disponen las sociedades humanas, estudia las formas cómo se comporta el hombre ante la difícil
situación del mundo exterior ocasionada por la tensión existente entre las necesidades ilimitadas y los
medios limitados con que cuentan los agentes de la actividad económica."
“La economía es la ciencia que analiza las fases y los fenómenos que genera el proceso económico
que se halla conformado por la producción, la circulación, la distribución, el intercambio, el consumo
y la inversión”.
84
Disponible en www.itap.edu.mx/documentos/tutoriales/economia/ECONOMIA.doc
85
Leonel Robins escribió en 1932 su obra “Ensayo sobre la naturaleza y el significado de la ciencia económica”.
143
"La economía es la ciencia que analiza todas las actividades económicas que el hombre realiza con el
fin de producir bienes materiales para satisfacer sus necesidades".
“La economía es la ciencia que analiza la forma en que los hombres y la sociedad eligen, con dinero o
sin él, el empleo de recursos productivos escasos y limitados para producir diversos bienes y
distribuirlos para su consumo, presente o futuro, entre las diversas personas o grupos sociales que
conforman la sociedad”.86
Mendoza (1992, p. 217), sostiene que el “objeto de la economía es suministrar a los hombres de todo aquello que
necesitan para conservar su existencia y para llevar una vida digna y adecuada a su doble condición de seres corporales
y espirituales. No es un fin en sí misma, sino un medio que ha de contribuir a la realización de la vida humana en
bienestar, libertad, seguridad y justicia social”. En función de esta su definición sostiene que su importancia radica en el
hecho de que el conocimiento objetivo de los procesos económicos permite a los hombres entender adecuadamente el
desenvolvimiento de la actividad económica en sus diferentes fases de prosperidad y depresión.
Las actividades humanas consideradas económicas son aquellas que se desarrollan sobre los bienes escasos y que sirven
para satisfacer ciertas necesidades, es decir, se trata de las acciones que se desarrollan al interior del denominado
proceso económico que engloban a un conjunto de hechos y actividades que intervienen entre la aparición de las
necesidades del hombre y la satisfacción de las mismas. Este conjunto de hechos y actividades económicas
esencialmente conforman las siguientes fases: Producción, circulación, distribución, consumo e inversión. Sobre la base
de las conceptualizaciones de Borisov, Zhamin y Marakova (1977), a continuación se efectúa la definición de cada uno
de ellas:
10.4.1. Producción
Es la actividad que tiende a incrementar la utilidad de los bienes limitados para la satisfacción de ciertas necesidades, es
decir, son las operaciones necesarias para hacer útiles y aptos a los bienes para la satisfacción de ciertas necesidades.
Todo proceso de producción requiere del desarrollo de un proceso de trabajo, es decir, de una actividad consciente del
hombre para crear transformar algunas “cosas” en productos o mercancías. Se dice que los factores de la producción son
tierra, capital, trabajo y empresa. La tierra comprende los recursos naturales como ser agua, minas, flora y fauna. El
capital está conformado por los medios de producción acumulados como ser maquinarias, herramientas, edificios,
infraestructura, materias primas y brutas y capital de trabajo. El trabajo incluye la energía física e intelectual de los
hombres y la empresa es el ente que desarrolla las actividades de organización y coordinación.
10.4.2. Distribución
Consiste en repartir el resultado de la producción entre los distintos elementos que la componen, es decir, es la
asignación de beneficios que le corresponde a cada uno de los factores que intervienen en la producción de los bienes.
Estos beneficios o ganancias se conocen como ingresos y se distribuyen de la siguiente manera: A la tierra le
corresponde la renta, es decir, el precio que se paga por el uso de los recursos naturales. Al capital le corresponde el
interés o el precio pagado por el uso del capital. Al trabajo le corresponde el salario o el precio del trabajo expresado en
moneda y a la empresa le corresponde el beneficio o lo que le queda al empresario después de pagar todos los demás
factores mencionados.
10.4.3. Circulación
Consiste en el transporte de los bienes producidos de un lugar a otro. El elemento principal de la circulación es el
cambio, a cuya mejor realización contribuyen otros elementos como ser el comercio, el transporte, el crédito, la
moneda, etc. El cambio se realiza a través de la compra y venta de bienes y servicios que conforman el mercado interno
y externo, situación en la cual juega un papel muy importante el precio. A través de la circulación los bienes producidos
salen de los centros de producción hacia los mercados y llegan a poder de los consumidores. La circulación es el
movimiento de la riqueza hacia su destino y se halla determinada por la producción y la distribución.
86
Estas definiciones de economía han sido tomadas del Curso de Especialización en “Elaboración, Evaluación y Administración de Proyectos
Sociales” que ha sido impartida en la Universidad Privada Franz Tamayo, en el año1998.
144
10.4.4. Consumo
Es la utilización o el uso de los bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades. Constituye la última fase del
proceso económico, es decir, es resultado de las operaciones de producción, circulación y distribución. Al respecto,
señalar que existen dos formas de consumo: Por el uso, que implica aprovechar el bien hasta que ya no sirva o se
extinga y por eliminación que supone aprovechar un bien de una sola vez. Asimismo, se puede clasificar los distintos
tipos de consumo en función de la clase de bienes que se gastan e incluyen los bienes duraderos, como los coches o los
muebles, que tienen una vida media de más de tres años; el consumo de bienes no duraderos o perecederos, como los
alimentos, prendas de vestir, que se desgastan o usan con relativa rapidez y, por último, los servicios coyunturales,
como puede ser tomar movilidad o servicios médicos.
10.4.5. Inversión
La inversión es el empleo de los bienes producidos, en un nuevo acto de producción, es decir, es el gasto que se efectúa
para aumentar la riqueza futura y posibilitar un crecimiento de la producción. La materialización de la inversión
depende del agente económico que la realice, el cual puede ser el individuo, la familia, la comunidad o el Estado. Sin
embargo, señalar que la inversión es relativa en vista de que un gasto puede significar para determinado agente
económico una cierta inversión y para otro no.
Debido a la multiplicidad de hechos. Fenómenos y procesos económicos y la diversidad de relaciones causales y las
repercusiones que provocan, se ha constatado que no es posible separar en el análisis los fenómenos esencialmente
económicos de los extraeconómicos, pues en cualquier sistema social intervienen elementos económicos, políticos,
culturales, demográficos, estadísticos, etc. Esta situación conduce a analizar la realidad social, no como un todo aislado
sino en relación y a partir de otras áreas del conocimiento. Esta necesidad epistemológica de combinar las disciplinas
científicas con otras, bajo un enfoque multidisciplinario se inaugura a mediados del siglo XX y para aproximarnos a
este enfoque se describe la interrelación e interdependencia de la economía con las principales ramas del conocimiento
social.
La interdependencia entre economía y política es muy remota, es más se puede afirmar que en la antigüedad constituían
una rama única que comprendía el análisis del trabajo, la producción, la industria, el comercio, la agricultura, los
tributos, las clases sociales, la esclavitud, la moneda, el valor, la renta etc. Esta interrelación que se inaugura en la
comunidad primitiva, perdura en la edad antigua y la edad media y solamente a partir del siglo XVI hasta el siglo
XVIII, ambas disciplinas se liberan de principios escolásticos y preparan el terreno para su posterior desarrollo
autónomo como disciplinas científicas (Villarroel, 1985)
Esta interdependencia proviene del hecho de que el Estado es el ente encargado de organizar la sociedad, relacionar las
clases sociales y establecer diferentes instituciones donde se desarrollan las actividades económicas. Con relación a esta
interdependencia e interrelación, entre economía y política, el materialismo histórico sostiene que la acción económica
determina el nivel político de la sociedad que generalmente responde a intereses de una clase dominante y que el grupo
de dominación política se encuentra subordinada a los niveles económicos que detentan el poder político (Lenin, 1980).
Según Mankiw (2009), los sistemas políticos y económicos se encuentran muy integrados y su interrelación es bastante
clara, de tal suerte que no tiene sentido un estudio aislado de cada uno de ellos, dicha conexión no es solo estructural
sino también en términos coyunturales. Así, por ejemplo, la inestabilidad de las instituciones políticas conduce
fatalmente a la inestabilidad económica. Del mismo modo, la estabilidad económica condiciona la estabilidad de los
centros de disposición del poder político.
Entre economía y sociología existen relaciones estrechas y muy remotas. En realidad, ya la antigüedad los filósofos
griegos partieron del análisis de factores económicos para explicar muchos procesos sociales, del mismo modo en la
edad media y parte de la edad moderna los diferentes autores analizaban el sistema social, la estructura social, las clases
sociales y la lucha que se establecían entre ellas a través de un análisis económico (v. Marx, 1983; Engels, 1985. Fue
145
sólo a partir del siglo XVIII cuando economía y sociología se fragmentan como disciplinas científicas autónomas. Esta
división especializada continua hasta el siglo XIX, pero también a partir de esta época se exige una mayor
comunicación entre ellas y se reduce la distancia entre sociología y economía por considerar a los hechos económicos
como hechos sociales y como componentes estructurales del sistema social. Así, por ejemplo, hechos, fenómenos y
procesos sociales como la integración social, el conflicto social, el comportamiento de los grupos, la estratificación
social y el cambio social caen dentro del campo de gravitación de la economía.
Es innegable también la estrecha correspondencia que existe entre economía e historia porque los hechos económicos,
en su mayor parte, por no decir en su totalidad, están condicionados y determinados por la permanente evolución
histórica de las civilizaciones o culturas, es decir, se trata de hechos históricos, como por ejemplo, la producción que
tienen un recorrido histórico a través del tiempo y el espacio. En este marco, la investigación histórica es de vital
importancia para el economista, pues proporciona la necesaria ubicación o localización física, en el tiempo y el espacio,
de las actividades humanas y sus formas de organización para desarrollar procesos de trabajo y satisfacer sus
necesidades. Así, la historia permite establecer la conexión existente entre los niveles políticos, jurídicos e ideológicos y
el desarrollo y la dinámica económica de las sociedades (Marx, 2007). Por ello, se sostiene que el economista debe
apoyarse en la historia, no solamente para descubrir en ella el pasado, sino para tratar de comprender mejor el presente
y anticipar el futuro.
La interrelación entre economía y geografía resulta ser muy evidente, debido a que las instituciones económicas y las
formas de organización de la actividad productiva varían de país en país e incluso entre las diversas regiones en función
del factor demográfico (Pressat, 1970). Es decir, las características físicas, geográficas y el medio ambiente juegan un
papel fundamental en la base económica de una sociedad. Por ejemplo, las características geográficas de un
determinado territorio determinan si un país o una región es minera, ganadera, agrícola, petrolera o piscícola.
Asimismo, es importante en el ámbito económico la ubicación espacial de los mercados, los factores productivos y los
recursos humanos y naturales. En este sentido, la geografía económica es de gran utilidad para la política económica,
pues se requiere de una descripción e inventario de los recursos humanos y naturales que permita una adecuada
planificación y aprovechamiento de recursos humanos, financieros y tecnológicos.
La economía se encuentra ligada a la estructura jurídica de un sistema social. En efecto, existe una estrecha relación
entre economía y derecho toda vez que corresponde a la ley situar al hombre, la producción, la empresa y a la sociedad
delante del poder político, definiendo derechos y obligaciones y fijando los límites dentro de los cuales puede ejercer
una libertad de acción al interior de una actividad económica. Por otro lado, la acción económica al tener a tres sujetos:
individuos, empresas y Estado, éstos tienen y definen tres diferentes esferas de interés y cada una de ellas entra en
conflicto potencial entre las otras dos (Aguilar, 1987). Por ello, es necesario que la libertad de organización y de
competencia de las empresas, así como la libertad de opción y de actividad económica de los individuos, deban estar
permanentemente ajustadas a las leyes de tal forma que concilien los intereses y las responsabilidades de cada uno de
ellos (Mankiw, 2009).
Así, por ejemplo, en el siglo XVIII los economistas clásicos defendían el individualismo y el Estado liberal,
posteriormente en la segunda mitad del siglo XX, el Estado empieza a aumentar su importancia y participación en la
actividad económica restringiendo el poder y la libertad individual de decidir económicamente y, posteriormente, a
fines del siglo XX se inaugura una política económica neoliberal que permite al mercado regular la actividad económica
en sustitución del Estado. La situación descrita hizo posible que el conocimiento económico y jurídico abandone viejas
concepciones que los mantenían alejados para estrechar las relaciones de interdependencia que actualmente las
caracterizan.
Manifestar que la economía no solamente tiene una estrecha relación con las ciencias sociales sino también con otros
ámbitos del conocimiento científico siendo el caso de las matemáticas y la estadística descriptiva y analítica. Respecto a
este último punto, manifestar la denomina estadística social permite a la economía cuantificar los fenómenos
económicos y para su explicación establecer modelos económicos y modelos matemáticos. A partir de la estadística y
146
las matemáticas es posible establecer cálculos para la planificación de la actividad económica y prever los movimientos,
fluctuaciones o modificaciones de la actividad económica. Asimismo, es posible establecer promedios, tendencias,
porcentajes, prevalencias y otros parámetros cuantitativos en el análisis de hechos económicos, tales como la
producción, circulación, distribución, consumo e inversión
El nombre de “economía política” procede de dos voces griegas: “politeia” y “oikonomia”, Politeia significa
“organización social” y oikonomia que a su vez está formada por otras dos voces “oiko” que significa “casa”,
“administración doméstica” y “nomos” que significa “ley”. Se dice que este término fue utilizado por primera vez en el
siglo XVIII, por Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill y otros precursores de la economía. Estos autores
denominados clásicos consideran a la economía política como una rama de la política. Así, Adam Smith considera que
la economía política es el estudio de "la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones".
Se dice que el objeto de la economía política es el análisis de la vida económica del hombre, la cual se la define como el
conjunto de esfuerzos que realizan los seres humanos con el objeto de satisfacer sus necesidades a través de la
producción de bienes y servicios. En función de esta definición, señalar que los fines de la economía política pueden ser
teóricos y/o prácticos. Los primeros buscan el conocimiento objetivo de la actividad económica, es decir, el
conocimiento de los principios y las leyes que rigen las fases del proceso productivo tratando de que este sea lo más
profundo, exacto y definitivo.
Estos fines son alcanzados por la Economía Política Pura que analiza los aspectos teóricos de la actividad y las
relaciones económicas. En cambio, los segundos buscan aplicar estos conocimientos teóricos en la solución de
problemas económicos concretos que afligen a la sociedad y que dificultan la normal y completa satisfacción de las
necesidades. De este modo, se busca el bienestar general con la aplicación práctica de la economía política. Estos fines
son la cuestión principal de la Economía Política Aplicada la misma que aprovecha los principios teóricos de la
economía política en la vida económica de los pueblos con el afán de lograr el bienestar social (v. Borisov, Zhamin y
Marakova, 1977; Walras, 1982)
Para alcanzar los fines y los objetivos que se plantea la economía política se tienen diferentes caminos o métodos, entre
los principales señalar a los siguientes:
Este método consiste en analizar primero los casos particulares y después formular una ley general, siguiendo las
siguientes tres etapas: a) el análisis y la comparación de los hechos, b) la formulación de hipótesis por la cual se
generalizan resultados alcanzados y c) la comprobación de la hipótesis formulada, la cual si es comprobada teórica y
empíricamente se eleva a la categoría de ley (Rodríguez, et al, 1984)
Dicho método consiste en partir de una ley general para llegar al estudio de casos particulares. Es una forma de pensar
de tipo descendente y comprende tres etapas: a) la formulación de un principio o ley general, b) el estudio comparativo
de casos particulares y c) la comprobación del principio enunciado (Rodríguez, et al, 1984).
Este método básicamente consiste en el estudio del encadenamiento de las contradicciones que engendran la historia,
siguiendo un proceso de tres etapas: a) tesis (afirmación), b) antítesis (negación) y c) síntesis (negación de la negación).
Este método estudia la emergencia, evolución y transformación de todo lo existente, para explicar por qué un hecho,
fenómeno o proceso ha llegado a ser así y no de otra manera. Según este método la historia enseña cómo se han
147
formado las instituciones económicas y sociales y como se han originado y evolucionado los fenómenos de carácter
económico y social.
Se dice que la economía política marxista se diferencia substancialmente de la economía política clásica, en vista de que
la economía política clásica sólo se ocupa de aquellas consecuencias sociales que constituyen el objetivo inmediato de
los actos realizados por los hombres en la producción y el cambio. En cambio, la economía política marxista pone al
descubierto el proceso de formación de la sociedad capitalista y varios aspectos centrales de su estructura y
funcionamiento y a la vez se constituye en una poderosa arma en manos del proletariado en su lucha por conformar una
sociedad socialista (Engels, 1989).
Según el Manual de Economía Política de la URSS (1974), la Economía Política figura entre las ciencias sociales y
estudia las leyes de la producción social y de la distribución de los bienes materiales en las diferentes fases de desarrollo
de la sociedad humana. Esta definición parte de la idea de que la base de la vida de la sociedad es la producción
material, pues los hombres para vivir necesitan satisfacer sus necesidades en términos de alimento, vestido, vivienda y
otras necesidades. Para satisfacer estas y otras necesidades materiales los hombres deben necesariamente producir
determinados bienes, es decir, deben trabajar. En esta directriz analítica, se sostiene que esta producción no se lo efectúa
de manera individual sino en interrelación con otros hombres. Por lo tanto, la producción es siempre y bajo cualquier
condición una producción social y el trabajo una actividad del hombre social.
El Manual de Economía Política de la URSS (1974), señala de acuerdo a la economía política marxista “la producción
presenta un aspecto técnico y un aspecto social. El aspecto técnico de la producción lo estudian las ciencias naturales y
técnicas: La física, la química, la metalurgia, la mecánica, la agronomía, etc. La economía política estudia el aspecto
social de la producción, las relaciones sociales de producción o sea las relaciones económicas entre los hombres”.87
Lenin, en su estudio “El desarrollo del capitalismo en Rusia, sostiene que "la economía política no se ocupa en modo
alguno de la producción, sino de las relaciones sociales de los hombres en la producción, del régimen social de la
producción". A partir de estas consideraciones teóricas, expresa que la economía política estudia las relaciones de
producción en su interdependencia con las fuerzas productivas, las fuerzas productivas y las relaciones de producción,
unidas, forman el modo de producción.88
Marx en el Prólogo a la “Contribución a la Critica de la Economía Política”, sostiene que “las fuerzas productivas
constituyen el elemento más dinámico de la producción y que el conjunto de las relaciones de producción forma la
estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la supraestructura jurídica y política y a la que
le corresponden determinadas formas de conciencia social”. A decir de Marx esta supraestructura, al formarse,
reacciona activamente sobre la base, acelerando o entorpeciendo su desarrollo, al cambiar la base económica, cambia
también la supraestructura. En función de estas conceptualizaciones, Marx sostiene que la economía política estudia las
relaciones de producción, la base de la sociedad y su acción mutua con la supraestructura, esto es, con la ideología, y
con las concepciones e instituciones políticas.
Engels en su estudio “La Revolución científica de Herr Eugen Dühring”, más conocido como el Anti-Dühring, afirma
que la economía política “investiga, ante todo, las leyes específicas de cada fase de desarrollo de la producción y del
cambio y sólo después de haber realizado esta investigación puede formular algunas leyes verdaderamente generales,
aplicables a la producción y al cambio en su conjunto”.
El Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la U.R.S.S (1974). señala que la economía política es
la ciencia de las relaciones sociales de producción, es decir, de las relaciones económicas entre los hombres y esclarece
las leyes que gobiernan la producción y la distribución de los bienes materiales en la sociedad humana, a lo largo de las
diversas fase de su desarrollo.89
87
Manual de Economía Política, Academia de Ciencias de la U.R.S.S., México, Grijalbo, 1974.
88
Ob. Cit.
89
Las relaciones sociales de producción que se han desarrollado en el transcurso de la historia, son el régimen de la comunidad primitiva, el régimen
esclavista, el régimen despótico tributario, el feudalismo, el capitalismo y el socialismo.
148
10.7.2. Método de la economía política
El método de la economía política marxista es el método del materialismo dialéctico, es decir, la economía política
marxista aplica los principios del materialismo dialéctico e histórico al estudio del régimen económico de la sociedad.
Al respecto, Marx en su obra “El método en la economía política” señala que “en el análisis de las formas económicas
de nada sirven el microscopio ni los reactivos químicos, El único medio de que aquí disponemos es la capacidad de
abstracción”.
Con relación al método de la economía política, Nápoli (1992, pp. 106-109), señala que son varios los autores que han
considerado rescatar los siguientes planteamientos teóricos:
a) En Marx el método es siempre método para algo y ese algo lo determina el objeto que se va estudiar. En tal
sentido, se expresa que antes de preguntar acerca del método que utiliza Marx, es preciso establecer el objeto
de investigación, el cual seria “el régimen capitalista de producción y las relaciones de producción y
circulación que a él corresponden”, es decir, “las leyes que rigen y explican el desarrollo del modo de
producción capitalista”.
b) La teoría de Marx prioriza ciertos aspectos de la realidad, interroga a la sociedad desde una perspectiva, es
decir, analiza la sociedad capitalista no a partir de su desarrollo tecnológico de un sector sino a partir de las
relaciones sociales que se dan entre los agentes productivos.
c) En el método de Marx se distingue entre método de investigación y método de exposición. Se dice que esta
distinción implica dos momentos en los que la abstracción como operación mental permite diferenciar y aislar
las relaciones esenciales y al mismo tiempo reconstruir el todo a partir de la concatenación de dichas
relaciones. En consecuencia, el método de producción de conocimiento se halla compuestos por dos
momentos, “el de investigación y el de exposición con la particularidad de que sólo a través de este último se
podría indagar sobre el primero”
d) Existe en algunos autores una confusión al no distinguir entre modo de producción capitalista y proceso de
desarrollo capitalista concreto que se ha dado en cada sociedad. Esto implica que el capitalismo no “se ha
desarrollado en el vacío” sino en “contextos históricos diferentes destruyendo formas no capitalistas re incluso,
refuncionalizando dichas formas y coexistiendo con ellas”. Siendo estas formas concretas de combinación las
que interesan conocer a la economía política.
Nápoli (1992, p. 111), señala que el punto de partida del método es la distinción entre objeto real y objeto de
conocimiento que en la terminología de Marx corresponde al concreto real y al concreto de pensamiento. Según esta
autora el primer problema es precisamente la relación entre ambos a partir de su distinción. Asimismo, expresa que no
es suficiente plantear que la relación es una relación de conocimiento, en el sentido que el concreto de pensamiento es la
apropiación cognoscitiva del concreto real a través de la abstracción.
En palabras de Marx (1983), parece justo comenzar por lo real y lo concreto, no obstante, partir de lo que parece real y
concreto es un camino erróneo porque desde el punto de vista del conocimiento se tendría una representación caótica,
debido a ello el camino correcto parece ser partir del concreto representado y por abstracción llegar a descubrir las
categorías más simples y llegando a este punto habrá que emprender el viaje de retorno, pero esta vez no se obtendrá
una representación caótica de un conjunto sino una rica totalidad con múltiples determinaciones y relaciones. Según
Marx, esto significa que a partir de las categorías más simples, más abstractas, sería posible la reconstrucción de lo
concreto como síntesis de múltiples determinaciones. Este concreto es el concreto pensado que permite el conocimiento
del concreto real (Boron, Amadeo y González, 2006). Engels con relación al método de la economía política señala,
“Con este método, partimos siempre de la relación primera y más simple que existe históricamente, de hecho; por
tanto, aquí, partimos de la relación económica con que nos encontramos. Luego, procedemos a analizarla. Ya en
el sólo hecho de tratarse de una relación, va implícito que tiene dos lados que se relacionan entre sí. Cada uno de
estos dos lados se estudia separadamente, de donde luego se desprende su relación recíproca y su interacción. Nos
encontramos con contradicciones, que reclaman una solución. Pero, como aquí no seguimos un proceso
discursivo abstracto, que se desarrolla exclusivamente en nuestras cabezas, sino una sucesión real de hechos,
ocurridos real y efectivamente en algún tiempo o que siguen ocurriendo todavía, estas contradicciones se habrán
planteado también en la práctica y en ella habrán encontrado también, probablemente, su solución. Y si
149
estudiamos el carácter de esta solución, veremos que se logra creando una nueva relación, cuyos dos lados
contrapuestos tendremos que desarrollar ahora, y así sucesivamente”.90
En función de estas argumentaciones, expresar que el método que fue utilizado por Marx implica un proceso de
abstracción que va desde lo más simple hasta lo más complejo, es decir, utiliza la inducción como método de
explicación y exposición. Al respecto, expresa Federico Engels
“La Economía Política comienza por la mercancía, por el momento en que se cambian unos productos por otros,
ya sea por obra de individuos aislados o de comunidades de tipo primitivo. El producto que entra en el
intercambio es una mercancía. Pero lo que le convierte en mercancía es, pura y simplemente, el hecho de que a la
cosa, al producto, vaya ligada una relación entre dos personas o comunidades, la relación entre el productor y el
consumidor, que aquí no se confunden ya en la misma persona. He aquí un ejemplo de un hecho peculiar que
recorre toda la Economía [529] Política y ha producido lamentables confusiones en las cabezas de los
economistas burgueses. La Economía Política no trata de cosas, sino de relaciones entre personas y, en última
instancia, entre clases; si bien estas relaciones van siempre unidas a cosas y aparecen como cosas. Aunque ya
algún que otro economista hubiese vislumbrado, en casos aislados, esta conexión, fue Marx quien la descubrió en
cuanto a su alcance para toda la Economía Política, simplificando y aclarando con ello hasta tal punto los
problemas más difíciles, que hoy hasta los propios economistas burgueses pueden comprenderlos.”91
Toda teoría científica tiene el carácter de instrumento de conocimiento que si bien no proporciona un conocimiento
acabado de una realidad concreta, proporciona ciertos medios e instrumentos que permiten conocerla de manera
rigurosa. De allí, que cuando se habla de teoría marxista se está haciendo referencia a un conjunto de conceptos
abstractos que sirven como instrumentos para analizar diferentes modos de producción y distintas formaciones sociales.
Si bien en la concepción marxista de la historia existe un amplio cuerpo de conceptos, a continuación solamente se
señalan aquellos que se consideran los más importantes.
Althusser (1986, p. 87), dice que Carlos Marx, afirmaba que “hasta un niño de cinco años sabe que una sociedad no
sobrevive más de un año sino reproduce las condiciones de producción, al mismo tiempo que produce. La reproducción
de las condiciones de producción es entonces la condición última de la producción”. Por su parte, Federico Engels, en
una carta dirigida en 1890 a Bloch, sostiene que “según la concepción materialista de la historia, el elemento
determinante de la historia es en última instancia la producción y reproducción de la vida real. Ni Marx, ni yo hemos
afirmado nunca otra cosa que esto; por consiguiente si alguien la tergiversa afirmando que el elemento económico es el
único determinante, la transforma en una teoría sin sentido, absurda y abstracta. La situación económica es la base, pero
en muchos casos ejercen influencia o prevalecen diversos elementos de la superestructura”.
En función de estas ideas de los fundadores del marxismo señalar que la concepción materialista de la historia parte del
principio de que la producción es la base de todo orden social, debido a que los hombres forzosamente se organizan
para producir sus bienes materiales de subsistencia, situación que determina los demás ámbitos de la vida en sociedad.
A partir de este postulado, se sostiene que para poder estudiar a la sociedad es necesario tomar como punto de partida el
análisis del proceso de producción, es decir, la forma como los hombres producen sus bienes materiales. Asimismo, se
considera que la causa última y el motor decisivo de los hechos históricos importantes hay que buscarlos en el
desarrollo económico de la sociedad, en los cambios de los modos de producción, en la división de la sociedad en clases
sociales y en la lucha que ellas establecen entre sí. Bajo esta directriz analítica, también se postula que la evolución
histórica o la historia de la humanidad se halla determinada por las relaciones económicas de producción. Por ello, se
pregona la importancia de analizar la forma como los hombres se organizan para producir los medios materiales que les
permiten satisfacer sus necesidades (v. Harnecker, 1971; Lapidus y Ostrovitianov, 1971; Melotti, 1977; Lenin, 1980)
Ander-Egg (1987, p. 245) define a la producción como la suma total de actividades y operaciones del proceso de
transformación dirigido por los hombres que, combinando los llamados factores de producción, convierte algo en un
bien de uso; extracción de materias primas y su transformación, transporte y almacenamiento, con vistas a ser puesta en
el mercado”. Dentro la concepción marxista, se define a la producción como las actividades que realizan los hombres en
determinado contexto social, espacial e histórico con el afán de transformar “algo” en un bien de uso capaz de satisfacer
90
Esta puntualización de Federico Engels se halla en un artículo escrito por él que se constituye en una reseña de libro de Carlos Marx “Contribución
a la Critica de la Economía Política”, la misma que está disponible en https://pendientedemigracion.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/oe1/mrxoe116.htm
91
Idem.
150
ciertas necesidades. A partir de este postulado el marxismo sostiene que todo proceso de producción se encuentra
caracterizado por dos elementos inseparables: El proceso de trabajo y las relaciones de producción.
Engels (1962), escribió en el “Anti-Dühring” se denomina proceso de trabajo a todo proceso de transformación de un
objeto determinado, sea éste natural o ya trabajado, en un producto determinado. A decir de Engels, esta transformación
es efectuada por una actividad humana determinada, utilizando determinados instrumentos de trabajo. Marx en el
primer Libro del Capital, analiza el proceso de trabajo y señala que en dicho proceso concurren los siguientes factores:
El trabajo del hombre, el objeto de trabajo y los medios de trabajo. Esto significa que los elementos del proceso de
trabajo son el objeto sobre el cual se trabaja, los medios con los que se trabaja y la actividad humana utilizada en el
proceso.
La actividad humana que se desarrolla en el proceso de producción de bienes materiales se denomina corrientemente
como "trabajo", el mismo que se expresa en una cierta cantidad de productos e implica el empleo de una cierta cantidad
de energía humana que se denomina "fuerza de trabajo", la misma que es definida como el conjunto de capacidades
físicas e intelectuales que el hombre emplea en la transformación y adaptación de los objetos de la naturaleza para dar
satisfacción a sus necesidades. Es decir, hace referencia al desgaste físico e intelectual que efectúa el hombre con el
propósito de producir un bien material que puede adoptar la modalidad de producto o mercancía. Sin embargo, no se
debe confundir el concepto "trabajo" con el concepto "fuerza de trabajo", ya que el primero hace referencia a la
actividad humana realizada en el proceso de producción y el segundo hace referencia a la energía humana empleada en
el proceso de trabajo. Por confundir ambos conceptos, los economistas clásicos fueron incapaces de descubrir el origen
de la explotación capitalista (v. Harnecker, 1971; Melotti, 1977)
El objeto de trabajo es aquello donde recae el trabajo del hombre, es decir, se constituye en el elemento o la cosa que se
somete al proceso de transformación para llegar a convertirlo en un producto útil, el mismo que puede llegar a tener un
valor de uso o de cambio.
En el Manual de Economía Política de la URSS (1974), se dice “el objeto de trabajo es aquello sobre el cual recae el
trabajo del hombre. Los objetos de trabajo pueden ser suministrados directamente por la naturaleza, como ocurre por
ejemplo con los árboles que se talan en el bosque o con los minerales extraídos del subsuelo. Cuando se los somete
previamente a la acción del trabajo, como los minerales en la industria metalúrgica, el algodón elaborado por la fábrica
de hilados o la hilaza utilizada en las fábricas textiles reciben el nombre de primeras materia o materias primas”.
Al respecto, Harnecker (1971), sostiene que existen tres tipos de objeto de trabajo: La materia bruta, la materia prima y
las materias primas auxiliares. La materia bruta es la sustancia que proviene directamente sin cambios de la naturaleza,
es aquella que el trabajo no hace sino depender de ella. Así, por ejemplo, se tiene los árboles cortados, el mineral
extraído, etc. En cambio, la materia prima es la sustancia que ha sufrido una modificación cualquiera efectuada por el
proceso de trabajo. Así, por ejemplo, se tiene la madera elaborada como tablas y el mineral purificado. Asimismo,
manifestar que la materia prima puede constituirse en materia prima principal o materia prima auxiliar. Estas últimas
pueden ser "absorbidas" por el instrumento de trabajo como el carbón, la electricidad o pueden ser "incorporadas" a la
materia prima principal como la tintura, la levadura o simplemente puede ser una "ayuda" para la ejecución del trabajo
como el caso de los materiales destinados a iluminar o calentar los locales en los cuales se trabaja
151
Según el Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la U.R.S.S (1974), “los medios de trabajo son
todas aquellas cosas de que se sirve el hombre para actuar sobre los objetos del trabajo y transformarlos”, es decir, son
todas las cosas que utiliza el hombre para actuar sobre el objeto de trabajo y transformarlo.
Estos medios son entendidos en un sentido estricto y en un sentido amplio. Los medios de trabajo en un sentido estricto
son las cosas o el conjunto de cosas que el trabajador interpone directamente entre él y el objeto sobre el cual se trabaja.
En otras palabras, son las cosas que sirven de intermediarios entre el trabajador y el objeto sobre el cual se trabaja,
principalmente se trata de herramientas empleadas por el hombre para trabajar que van desde los toscos instrumentos de
piedra hasta las maquinas modernas. En cambio, los medios de trabajo en un sentido amplio comprenden además de los
medios ya señalados, a todas las cosas materiales que intervienen indirectamente en el proceso de transformación y son
indispensables para realizar dicho proceso se está hablando de la tierra, edificios, caminos e infraestructura (Harnecker,
1971)
La producción de bienes materiales no puede realizarse si no participan en ella tanto la materia prima y/o bruta como
los medios de trabajo en su sentido más amplio, Marx llama a ambos elementos: “medios de producción”, los cuales
están conformados por el objeto sobre el cual se trabaja y por los medios de trabajo en su sentido más amplio. El
Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la U.R.S.S (1974), sostiene que “Los medios de trabajo
son todas aquellas cosas de que se sirve el hombre para actuar sobre los objetos del trabajo y transformarlos. Figuran a
la cabeza de ellos los instrumentos de producción”
Dentro de la concepción marxista se señala que “de por sí, los medios de producción aislados de la fuerza de trabajo no
pueden crear nada”. En consecuencia para que el proceso de trabajo, el proceso de creación de los bienes materiales, se
inicie es necesario que a los medios de producción se incorpore la fuerza de trabajo, es decir, el conjunto de energías
físicas y espirituales del hombre que le permiten producir los bienes materiales. En tal sentido, la fuerza de trabajo
constituye el elemento activo de la producción la que crea y pone en movimiento los medios de producción y al
perfeccionarse los instrumentos de producción, se perfecciona también la capacidad de trabajo del hombre, su destreza,
sus hábitos y su experiencia productiva (Harnecker, 1971).
Los medios de producción con que se crean los bienes materiales y los hombres que los ponen en acción y producen con
ellos estos bienes conforman las fuerzas productivas de la sociedad.92 Con relación a este último concepto, se dice que
de todos los conceptos introducidos por Marx y Engels quizá sea éste, a pesar su aparente sencillez, el más difícil de
precisar (Melotti, 1977, p. 17). Se las tiende a definir como “las fuerzas que resultan de la combinación de los
elementos del proceso de trabajo bajo relaciones de producción determinadas. Miden la capacidad de producción de la
sociedad y su grado de desarrollo determina las relaciones económicas” (Ander-Egg, 1988, p. 137).
Sin embargo, se debe considerar que las fuerzas productivas también comprenden a las energías naturales utilizadas
para la producción como ser la fertilidad de la tierra, el trabajo de los animales, la fuerza del viento y del agua, la
energía del vapor, etc. Asimismo, incluyen al trabajo humano y el sistema de conocimientos científicos como son los
inventos y descubrimientos, los aspectos técnicos como ser la habilidad, entrenamiento, especialización, capacitación y
calificación de la fuerza de trabajo y las formas de organización social en términos de división del trabajo, cooperación
simple, cooperación compleja, etc. (Melotti, 1977)
Como se podrá advertir las fuerzas productivas conforman una estructura en la cual se relacionan dialécticamente las
fuerzas productivas naturales y las fuerzas productivas intrínsecamente sociales, es decir, las fuerzas productivas están
conformadas por elementos, instrumentos y mecanismos mediante los cuales el hombre influye sobre la naturaleza y la
transforma. Conforman el elemento más dinámico de la producción y registran a lo largo de la historia un cierto
desarrollo, por lo menos en cuanto a tendencia.
Vincualado a las relaciones de producción el materialismo histórico señala que los hombres no se enfrentan solos a la
naturaleza, es decir, no producen individualmente sino en interrelación con otros, juntos, en grupos, en sociedades.
Debido a ello, se dice que la producción bajo cualquier condición es siempre una producción social y el trabajo una
actividad del hombre social. Al respecto, Marx en su folleto “Trabajo asalariado y capital” sostiene que los hombres
92
Manual de Economía Política, Academia de Ciencias de la U.R.S.S., México, Grijalbo, 1974.
152
“no pueden producir sin asociarse de un cierto modo, para actuar en común y establecer un intercambio de actividades.
Para producir, los hombres contraen determinados vínculos y relaciones, y a través de estos vínculos y relaciones
sociales, y sólo a través de ellos, es como se relacionan con la naturaleza y como se efectúa la producción”.
Melotti (1977, pp. 19-20) sostiene que las relaciones sociales que establecen los hombres en el proceso de producción
de bienes materiales forman las relaciones de producción que se las entiende como aquellas relaciones interindividuales,
históricamente determinadas, socialmente estructuradas y establecidas por los hombres por el hecho de su participación
en el proceso social de producción. En otras palabras, las relaciones de producción engloban las relaciones que se
establecen entre propietarios de los medios de producción y los productores directos en un proceso de producción
determinado, relación que depende del tipo de relación de propiedad, posesión, disposición o usufructo que ellos
establezcan con los medios de producción. Estas relaciones de producción que son necesarias, en el sentido de que se
presentan al individuo como previamente constituidas y en las que se debe entrar independientemente de la voluntad del
individuo, pueden ser antagónicas o de explotación y no antagónicas o de cooperación (Melotti, 1997).
Al respecto, el Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la U.R.S.S (1974), dice “El carácter de las
relaciones de producción depende ante todo de quienes dispongan en propiedad los medios de producción, como ser la
tierra, los bosques, los edificios, los medios y las vías de comunicación y de que estos sean propiedad privada de ciertos
individuos, grupos o clases sociales que los empleen para explotar a los trabajadores, o de que pertenezcan a la
sociedad, la cual se proponga como fin la satisfacción de las necesidades materiales y culturales de las masas populares.
La forma de propiedad sobre los medios de producción ejerce, por tanto, una influencia decisiva sobre el sistema de las
relaciones de producción”
Las relaciones de producción presentan una “correspondencia” respecto a las fuerzas productivas, cada relación de
producción concreta implica un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. Como lo afirma Marx, “en
la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, independientes de su voluntad,
relaciones de producción que corresponden a un grado determinado de las fuerzas productivas materiales”.
Sin embargo, hay que aclarar que esta “correspondencia” no implica una relación causal en un sentido único entre
fuerzas productivas y relaciones de producción, las primeras no son simple efecto de las segundas sino que se
desarrollan en forma desigual. El desarrollo de las fuerzas productivas es un adelanto constante, a pesar de existir
periodos de estancamiento. En cambio, las relaciones de producción no cambian cada día y tienden a quedar retrasadas
con relación al desarrollo de las fuerzas productivas, pues éstas al llegar a una determinada fase de su desarrollo,
rebasan el marco de las relaciones de producción existentes y entran en conflicto con ellas, así se produce una “no
correspondencia” que empieza a frenar obstaculizar su desarrollo, en tal sentido surge la necesidad de modificarlas.
Según la “ley de correspondencia” entre fuerzas productivas y las relaciones de producción, “el desarrollo de las fuerzas
productivas se ve favorecido y estimulado cuando las relaciones sociales de producción corresponden al grado de
desarrollo de las fuerzas productivas” (Harnecker, 1971, 45). Esto significa que para que las fuerzas productivas de la
sociedad puedan progresar más o menos sin trabas es necesario que las relaciones de producción se hallen en
consonancia con el carácter de las fuerzas productivas (Melotti, 1977; Mendez, 1993)
Se dice que este concepto de gran poder operativo, se constituye en el concepto eje o central de la concepción marxista.
Sin embargo, Lapidus y Ostrovitianov (1971, p. 15), sostienen que “Marx y Engels no han definido nunca el concepto
de modo de producción que tan a menudo emplean. La mayoría de los autores marxistas utilizan esta expresión sin
definirla, a los que la definen limitan su significado solo a nivel económico”.
En la dirección analítica de ambos filósofos rusos señalar que esta puntualización implica que no se debe confundir la
expresión "modo de producción de bienes materiales" con el concepto "modo de producción", la primera expresión
solamente constituye una noción descriptiva y sólo se refiere a la estructura económica de la sociedad. En contraste, el
segundo término constituye un concepto teórico y se refiere a la totalidad social global, es decir, hace referencia a la
estructura económica como a los otros niveles de la totalidad social global como es lo jurídico, político e ideológico.
A partir de estas consideraciones teóricas expresar que el concepto marxista de modo de producción hace referencia la
forma, manera o modo de producir bienes materiales en diferentes momentos históricos, es decir, hace alusión a la
forma como los hombres se organizan para satisfacer sus necesidades en determinada época. Todo modo de producción
presupone determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y comporta determinadas relaciones de
producción, la articulación especifica de ambas, definen los diversos modos de producción (Mendez, 1993)
153
10.7.3.9. Estructura y superestructura
Carlos Marx sostiene en el Prólogo a la “Contribución a la Critica de la Economía. Política” que en conjunto las
relaciones de producción y las fuerzas productivas constituyen la estructura económica de la sociedad, es decir, la base
real y material sobre la cual se eleva una superestructura jurídica, política y a la que le corresponden determinadas
formas de conciencia social. En esta perspectiva, sostiene que el modo de producción de la vida material condiciona el
proceso social, político y espiritual de la vida y que no es la conciencia de los hombres la que determina su ser social,
sino por el contrario es su ser social quien determina la conciencia social. A partir de esta tesis, en Marx se desprende
que todos los ámbitos de la vida social están condicionados por las relaciones materiales de existencia, lo que significa,
por un lado, que las instituciones sociales, como ser la organización jurídica y política y, por otro lado, que las formas
de conciencia social en términos de aspectos ideológicos, están determinadas por la estructura económica, con una
relativa apariencia de autonomía.
Según Lafforgue (2001, p. 34), la relación que existe entre la estructura y las superestructuras consiste en una
articulación compleja que puede definirse de la siguiente manera: Por un lado, la base o la estructura económica
determina en última instancia a las superestructuras y, por otro lado, las superestructuras poseen, sin embargo, una
autonomía relativa que les permite tanto incidir sobre la base material como desarrollarse autónomamente, siempre y
cuando no rebase los limites estructurales dados por la base.
El análisis de la producción de mercancías y de las condiciones del nacimiento, desarrollo, expansión y supresión del
capitalismo, fue realizado por Carlos Marx en estrecha colaboración de Federico Engels. Marx en los tres libros de El
Capital analiza la sociedad capitalista, en el libro I señala “en esta obra estudio el modo de producción capitalista, y las
relaciones de producción e intercambio que le corresponden. Como Inglaterra es el lugar clásico de esta producción
saco de este país los hechos y los ejemplos principales que sirven de ilustración al desarrollo de mis tesis”. De esta
puntualización se desprende que Carlos Marx analiza un objeto abstracto: El modo de producción capitalista y toma a la
Inglaterra de la segunda mitad del siglo XIX como un referente empírico para ilustrar sus afirmaciones teóricas
(Lapidus y Ostrovitianov, 1974).
10.7.4.1. Mercancía
En la sociedad capitalista la producción de mercancía es predominante y debido a ello no resulta casual que el trabajo
de Marx “El Capital”, empiece con el análisis de la mercancía que se la define como una cosa que satisface alguna
necesidad humana y que puede cambiarse por otra cosa. Sin embargo, manifestar que la producción de mercancías no se
presenta de repente ni para la totalidad de la sociedad. En realidad, las mercancías solamente aparecen cuando los
productores no destinan sus “productos” a la satisfacción de sus necesidades propias o de la comunidad, sino que su
producción está destinada al intercambio por otras mercancías.
Al respecto, Nikitin (1971, p. 29), señala que “la mercancía es una cosa que, en primer lugar, satisface una determinada
necesidad del hombre; en segundo lugar, no se produce para el propio consumo, sino con destino a la venta, al cambio.
Cuando un hombre hace algún objeto para el propio consumo, entonces se trata de un "producto" y no de una
“mercancía”. Para que el producto sea una mercancía debe satisfacer una necesidad social, es decir, debe existir la
demanda de él por parte de otros miembros de la sociedad, ya que si nadie lo necesita nadie tiene el deseo de
comprarlo”.
Desde la concepción marxista las mercancías tienen un “valor de uso” y un “valor de cambio”. El “valor de uso” hace
referencia a la utilidad especifica que tiene una cosa u objeto para satisfacer una necesidad humana y el "valor de
cambio", es la proporción en que se cambia cierto número de valores de uso de una clase por cierto número de valores
de uso de otra clase, es decir, es el valor que tienen las cosas para poder cambiarse por otras o por dinero. Asimismo,
puntualizar que cuanto mayor es su valor de uso es menor su valor de cambio y viceversa.
10.7.4.2. Valor
En la producción capitalista los productos no se destinan al consumo personal sino esencialmente a la venta, es decir, al
cambio. Bajo esta directriz analítica, señalar que una cosa que satisface una necesidad y puede cambiarse por otra cosa
154
se denomina mercancía. La utilidad de esa cosa hace de ella un valor de uso y un valor de cambio, o simplemente valor.
Con relación a este punto, Lenin (1980, p 24) expresa:
“La experiencia diaria nos muestra que, a través de millones, de miles de millones de estos actos de intercambio,
se equiparan constantemente, unos con otros, todo género de valores de uso, los más diversos e incompatibles
entre sí.. ¿Qué tienen en común esos diversos objetos, que constantemente son equiparados entre sí en
determinado sistema de relaciones sociales? Lo común entre ellos es que todos son productos del trabajo. Al
cambiar los productos, los hombres equiparan los más diversos tipos de trabajo. La producción de mercancías es
un sistema de relaciones sociales en el cual los distintos productores crean diversos productos (división social del
trabajo), y en el cual todos esos productos se equiparan entre sí en el proceso de cambio. Por lo tanto, lo que es
común a todas las mercancías no es el trabajo "concreto" de una determinada rama de producción, no es un solo
tipo de trabajo, sino el trabajo humano "abstracto", el trabajo humano en general. Toda la fuerza de trabajo de una
sociedad dada, representada en la suma del valor de todas las mercancías, es una y la misma fuerza humana de
trabajo; así lo demuestran miles de millones de hechos del cambio. Por consiguiente, cada mercancía en particular
sólo representa determinada parte del tiempo de “trabajo socialmente necesario”. La magnitud del valor de una
mercancía es determinada por la cantidad de trabajo socialmente necesario o por el tiempo de trabajo socialmente
necesario para producir una mercancía dada o un valor de uso dado. Al equiparar sus diversos productos entre sí
durante el cambio, los hombres equiparan entre sí los diversos tipos de trabajo que realizan. No lo saben pero lo
hacen". Esta puntualización de Lenin, señala el doble carácter del trabajo materializado en las mercancías y
expresa que el valor es una relación entre dos personas, es una relación encubierta por una envoltura natural, es
decir, se trata de relaciones sociales de producción que se manifiestan en el fenómeno masivo del cambio. “Como
valores, las mercancías son solamente cantidades determinadas de tiempo de trabajo condensado”.
Para la economía política marxista el valor de una mercancía es creado por el trabajo, la magnitud del valor es
determinado por la cantidad de trabajo que encierra una determinada mercancía. Al respecto, Marx (1946, p. 9)
expresa “la substancia del valor es el trabajo; la medida de la cantidad de valor es la cantidad de trabajo, que a su vez se
mide por la duración y el tiempo de trabajo”. Sin embargo, aclara que la magnitud del valor de las mercancías, se
determina no por el tiempo de trabajo individual de cada productor aparte, sino por el tiempo de trabajo socialmente
necesario para la producción de determinada mercancía.
Según Marx (1946, p. 9) “el tiempo de trabajo que determina el valor de un producto es el tiempo socialmente necesario
para su producción, es decir, el tiempo necesario, no en un caso particular, sino por término medio; estos es, el tiempo
que requiere todo trabajo ejecutado con el grado medio de habilidad y de intensidad y en las condiciones ordinarias con
relación al medio social convenido”. A decir de la economía política marxista, por regla general, el tiempo de trabajo
socialmente necesario depende de las condiciones de producción en las que se crea la masa mayor de mercancías de una
clase dada. En consecuencia, esta concepción materialista dice que debido a que el tiempo de trabajo socialmente
necesario se modifica constantemente, también cambia la magnitud del valor. Esta modificación vendría a ser resultado
de la productividad del trabajo (v. Marx, 1949; Nikitin, 1971; Lenin, 1980).
Para la economía política marxista el valor no es una propiedad física o cualidad de la mercancía debido a que no es
posible captar sensorialmente el valor. Lo que sí es posible es percibir el valor encerrado en la mercancía que se
manifiesta bajo la forma de dinero que cumple una función social muy importante en la producción mercantil, pues el
dinero es la mercancía que sirve para expresar y medir el valor de todas las demás mercancías (Nikitin, 1971). Sin
embargo, aclara que el dinero no ha existido siempre, hubo en determinados momentos de desarrollo de la sociedad que
determinadas mercancías servían de equivalentes. Solamente con el transcurso del tiempo y debido al desarrollo del
cambio se vio la necesidad de establecer un equivalente universal y la mercancía que cumple este papel es precisamente
el dinero.
Según Nikitin (1971) el dinero cumple distintas funciones, siendo la fundamental la de servir de medida de valor, esto
implica que con la ayuda del dinero se mide el valor de todas las mercancías, Sin embargo, aclara que para cumplir esta
función el propio dinero debe poseer un valor. Asimismo, señala que el valor de la mercancía expresado en dinero se
llama precio y que el precio es la expresión en dinero del valor de la mercancía.
Nikitin (1971, pp. 37-40), expresa que una otra función que también cumple el dinero es el de ser un medio de
circulación de mercancías, pues en el sistema capitalista el intercambio de mercancías se lo efectúa a través del dinero.
A decir de Nikitin con el desarrollo de la economía mercantil, el dinero además cumple la función de medio de
acumulación o medio de atesoramiento, esto significa que el dinero expresa universalmente riqueza y poseyéndolo se
puede adquirir cualquier otra mercancía. Otra función que menciona este economista ruso está relacionado al hecho de
155
que el dinero sirve de medio de pago, esto supone que el dinero pasa de las manos del comprador a las del vendedor.
Asimismo, expresa que el dinero desempeña la función de dinero mundial ya que permite el intercambio de mercancías
en el mercado mundial, pues es el medio universal de pago y el exponente universal de la riqueza social. Finalmente,
sostiene que en sociedades basadas en la explotación del hombre por el hombre, el dinero tiene un carácter clasista que
sirve de medio de explotación.93
10.7.4.5. Plusvalía
Etimológicamente deriva del francés "plus value" que significa "mayor valía", a partir de este significado este concepto
indica el incremento en el valor de cualquier cosa. La concepción marxista define a la plusvalía como el valor que el
obrero crea más allá del valor de su fuerza de trabajo, este concepto es clave para entender la explotación capitalista ya
que se constituye en la fuente de la ganancia.
En economía política la teoría de la plusvalía fue desarrollada por los economistas clásicos y luego por Marx y Engels
quienes le dieron su significado actual: El valor suplementario producido por el trabajo del obrero asalariado, que el
capitalista se apropia. Se dice que Marx al establecer la división entre capital constante (maquinas, herramientas,
materias primar y combustibles que no cambian en el proceso de producción y sólo se transfiere a la nueva mercancía
producida a medida que se consumen) y capital variable (fuerza de trabajo que al concluir el proceso de producción crea
un nuevo valor superior al valor de la fuerza de trabajo que el capitalista paga en forma de salario), puso al descubierto
el misterio del capital que consiste en que únicamente el capital variable es fuente de plusvalía.
Lenin (1980, p. 26), expresa que “al alcanzar la producción de mercancías determinado grado de desarrollo, el dinero se
convierte en capital. La fórmula de la mercancía era: M (mercancía) - D (dinero) - M (mercancía), o sea, venta de una
mercancía para comprar otra. Por el contrario, la fórmula general del capital es D - M - D, o sea, la compra para la venta
(con ganancia). Marx llama plusvalía a este incremento del valor primitivo del dinero lanzado a la circulación”.
Lenin puntualiza que para obtener plusvalía “el dueño del dinero necesita encontrar en el mercado una mercancía cuyo
valor de uso posea la propiedad particular de ser fuente de valor”, una mercancía cuyo proceso de uso sea, al mismo
tiempo, proceso de creación de valor. Más adelante, sostiene que esta mercancía existe, es la fuerza de trabajo del
hombre. Su uso es trabajo y el trabajo crea valor. A decir, de Lenin el dueño del dinero compra fuerza de trabajo por su
valor, valor que es determinado como el de cualquier otra mercancía, por el tiempo de trabajo socialmente necesario
para su producción, es decir, el costo del mantenimiento del obrero y su familia. Asimismo, puntualiza que “el dueño
del dinero que compra la fuerza de trabajo tiene el derecho de consumirla, es decir, a obligarla a trabajar durante el día
entero, por ejemplo, doce horas. Ahora bien, durante seis horas, (tiempo de trabajo “necesario”), el obrero crea un
producto suficiente para cubrir los gastos de su mantenimiento, y durante las seis horas restantes (tiempo de trabajo
“adicional”) crea un producto "adicional" no retribuido por el capitalista que es la plusvalía” (Lenin, 1980, p. 27)
Lenin (1980, p 28), señala que la concepción materialista expresa que básicamente existen “dos métodos principales
para poder incrementar la plusvalía, a través de la prolongación de la jornada de trabajo, es decir, la plusvalía absoluta y
mediante la reducción del trabajo necesario, es decir, la plusvalía relativa.
Marx define a la plusvalía absoluta como aquel valor suplementario que el capitalista obtiene al prolongar el tiempo de
trabajo socialmente necesario. Esto significa la intensificación del grado de explotación del obrero. Consecuentemente
con esta situación como el capitalista no conoce de límites en su afán de incrementar sus ganancias y obtener una
plusvalía mayor, trata de prolongar al máximo la jornada de trabajo (Marx, 1949).
La plusvalía relativa es aquel valor suplementario que obtiene el capitalista al hacer descender el valor de la fuerza de
trabajo con la implementación de las maquinas o nuevas tecnologías. Este segundo modo de aumentar la plusvalía
consiste en reducir el tiempo de trabajo necesario y aumentar a cuenta de eso el tiempo de trabajo adicional,
manteniendo invariable la duración de la jornada de trabajo, lo cual implica que el incremento de la productividad del
trabajo reduce el valor de la fuerza de trabajo y del tiempo de trabajo necesario.
93
Marx explica las funciones del dinero en El Capital, Capítulo III: La moneda o la circulación de las mercancías
156
En el análisis de la producción de la plusvalía relativa, Marx investiga las tres etapas históricas fundamentales de la
elevación de la productividad del trabajo en el capitalismo: 1) la cooperación simple; 2) la división del trabajo y la
manufactura; 3) las máquinas y la gran industria (Lenin, 1980, p. 28)
Desde el punto de vista del proceso de producción, en el capital hay que distinguir dos partes: Por un lado, se encuentra
el capital constante invertido en medios de producción en términos de máquinas, instrumentos de trabajo y materias
primas. Sin embargo, aclarar que su valor su transfiere de una vez o en partes al producto terminado. Por otro lado, se
tiene al capital variable, invertido en la fuerza de trabajo. Contrariamente a lo anterior, el valor del capital variable no
aparece invariable, sino que se acrecienta en el proceso de trabajo al crear plusvalía. Esto implica que al finalizar el
proceso de producción, el capital variable crea un nuevo valor superior al valor de la fuerza de trabajo. La parte del
capital que se gasta en la compra de la fuerza de trabajo y que crece en el proceso de producción debido a que los
obreros crean plusvalía se denomina capital variable. Los economistas burgueses niegan la división de capital constante
y capital variable y sólo reconocen la división del capital en términos o cálculos comerciales como es el capital fijo y el
capital circulante. Esta división del capital sólo permite ver el mecanismo de la producción y enmascara la explotación
capitalista.
Nikitin (1971, p.67), sostiene que “al poner en claro la división del capital en constante y variable, Marx denunció y
explicó la esencia de la explotación capitalista y, además, señaló el modo de medir el grado de explotación”. Más
adelante, expresa que el capital constante (c) no crea la plusvalía, por ello se la debe excluir al determinar la cuota de
plusvalía. El capital variable (v) es la fuente de la plusvalía. En función de ello, dice que para determinar la magnitud
relativa de la plusvalía hay que compararla sólo con el capital variable. 94
10.7.4.8. Salario
La fuerza de trabajo bajo el capitalismo es una mercancía y tiene determinado valor. El valor de la fuerza de trabajo
expresada en dinero es el precio de la fuerza trabajo. Al respecto, Marx (1949, p. 165), dice “el salario es el precio, no
del trabajo, sino de la fuerza de trabajo”. Vinculado a este punto, expresar que los economistas burgueses tratan de
ocultar la explotación capitalista y afirman que el salario es el precio del trabajo al obrero, Asimismo, señalan que el
obrero produce mercancías y percibe por su trabajo el precio del trabajo, es decir, un salario. Esta engañosa apariencia
de que el salario no es otra cosa que la retribución del trabajo se debe a que el obrero cobra su salario después de
trabajar cierto tiempo. Además, de que se establece con arreglo al tiempo, horas, días, semanas o meses, o en relación
con el producto elaborado. Así, da la impresión de que el salario es el pago del trabajo.
En explicación de Marx (1949), en realidad el salario es la forma disfrazada, disimulada y encubierta del valor o del
precio de la mercancía fuerza de trabajo. Para Marx el trabajo no es una mercancía por tal razón no tiene valor ni precio.
En realidad, para que se venda el trabajo debe existir antes de su venta ya que no se puede vender lo que no existe. Por
ello, cuando se contrata un obrero, todavía no hay trabajo alguno, lo que en realidad existe es la capacidad para trabajar
o la fuerza de trabajo. Debido a ello, al capitalista no le interesa el obrero como tal, sino su capacidad para trabajar, es
decir, su capacidad para crear plusvalía. Como en el capitalismo el salario se presenta como forma de pago del trabajo,
inevitablemente se tiene la impresión de que se paga todo el trabajo del obrero.
Según la explicación de Marx, el salario oculta el hecho de que el capitalista sólo paga una parte de la jornada de
trabajo, mientras que la otra no es retribuida. Es decir, el salario crea la falsa apariencia de que es paga todo el trabajo
del obrero asalariado, enmascarando y velando la explotación. Esta situación es precisamente la que diferencia al
capitalismo de otro tipo de sociedades explotadoras anteriores. Bajo el esclavismo existe una forma abierta y descarada
de explotación, el esclavo era una cosa que pertenecía al esclavista quien podía hacer lo que quisiera con él. En el
feudalismo la explotación se expresa en el pago de renta en trabajo, especie y dinero que efectuaba el campesino al
terrateniente. En el capitalismo el salario enmascara la explotación de los obreros por parte de los propietarios de
medios de producción
Las premisas históricas para la aparición del capital son, en primer lugar, la acumulación de cierta suma de dinero en
manos de ciertas personas, cuando existe un nivel de desarrollo de la producción relativamente alto y, en segundo lugar,
94
Marx (1949), explica este punto en El Capital; Capitulo VIII: Capital constante y capital variable.
157
la existencia de obreros libres en dos sentidos, por un lado, libres de toda traba o restricción impuesta en la venta de la
fuerza de trabajo, libres de la tierra y de los medios de producción y, por otro lado, desposeídos que nada tienen excepto
su fuerza de trabajo para subsistir.
Marx (1949, p. 235), en el único capítulo histórico de “El Capital” denominado “El secreto de la acumulación
primitiva”, señala que “hemos visto que el dinero se convierte en capital, el capital en origen de supervalía y la
supervalía en origen de un nuevo capital. Pero la acumulación capitalista supone la presencia de plusvalía, y ésta el
modo de producción capitalista, el cual, a su vez depende de la acumulación ya operada, en manos de productores
mercantiles, de capitales bastante considerables. Todo este movimiento, por consiguiente, parece que gira en un círculo
vicioso, del que no podría salirse sin admitir una "acumulación primitiva" que sirva de punto de partida a la producción
capitalista, en vez de proceder de ella. ¿Cuál es el origen de esta acumulación primitiva?”
Para responder esta interrogante Marx (1949), sostiene que “según la historia real y verdadera, la conquista, la
servidumbre, el robo a mano armada, el reinado de la fuerza bruta, son los que siempre han triunfado”. Por el contrario,
dice Marx que en los manuales de economía política clásica es el idilio el que ha florecido, pues con relación al origen
del capital, se sostiene que jamás han existido otros medios de enriquecerse que el trabajo, el esfuerzo y el derecho. A
decir de Marx, los clásicos afirman que desde tiempos inmemoriales viven en el mundo gente con distinto carácter.
Unos son trabajadores, emprendedores y ahorradores y los otros son flojos, vagos y haraganes. A partir de esta realidad
los primeros fueron concentrando poco a poco riquezas mientras que los otros continuaron como pobres y vagos. En la
concepción materialista de Marx, esta es la explicación tergiversada del surgimiento del capital, es decir, según el
fundador del socialismo científico esta explicación es la tergiversación premeditadamente de la historia para explicar el
origen de la clase capitalista y la clase obrera.
En oposición a esta explicación tergiversada, Marx en el capítulo de referencia explica con detalles la verdadera
historia del origen del capital y afirma que su origen radica en el saqueo externo e interno a través del uso de la
violencia. Por ello, afirma que si el dinero, “nace con manchas naturales de sangre en un carrillo”, el capital viene al
mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies hasta la cabeza. Para Marx las relaciones
capitalistas aparecen ya en el periodo de descomposición del feudalismo y que para el surgimiento del sistema
capitalista son indispensables dos condiciones: La existencia de seres personalmente libres, pero carentes de medios de
producción y la existencia de dinero y de medios de producción en manos de personas particulares. Estas dos
condiciones ya empiezan a crearse en el modo de producción feudal y se ven incentivadas con la aplicación del método
de la violencia por parte de los propietarios de tierras, la burguesía naciente y el poder estatal respecto a las masas
populares.
Marx afirma “la estructura económica de la sociedad capitalista brotó de la estructura económica de la sociedad feudal”.
Al disolverse ésta salieron a la superficie los elementos necesarios para la formación de aquélla y que a la vez la
violencia hizo las veces de comadrona en el proceso de nacimiento de la producción capitalista. Según Marx el
contenido de la acumulación originaria reside en crear las dos condiciones indispensables para el surgimiento del
capitalismo. Por ello, afirma que la acumulación originaria no es más que el proceso histórico de disociación entre el
productor y los medios de producción. Este proceso constituye la prehistoria del capital y en Inglaterra se produjo la
forma más típica de acumulación inicial de capital. Los lores se apoderaron de las tierras comunales campesinas e
incluso expulsan a los campesinos de sus propias casas, convirtieron en pastizales para ovejas las tierras arrebatadas por
la fuerza a los campesinos y las entregaron en arriendo a los granjeros. Este hecho se explica por la gran demanda de
lana por parte de la naciente industria textil (Marx, 1949).
La burguesía naciente recurrió a los métodos de usurpación, el uso de la violencia con la complicidad del Estado quien
promulga la denominada "legislación sanguinaria". Al despojar a los campesinos de sus tierras se lograba un doble
objetivo: En primer lugar, la tierra pasa a ser propiedad privada de un grupo relativamente pequeño y, en segundo lugar,
se asegura la afluencia de obreros asalariados a la industria. De esta manera, se crea las dos condiciones indispensables
para el surgimiento del capitalismo: “la existencia de seres personalmente libres, pero carentes de medios de producción
y de medios de existencia, lo que los obliga a vender su fuerza de trabajo, y segundo, grandes sumas de dinero y medios
de producción en manos de personas particulares”.
Marx señala que en la formación de grandes riquezas pecuniarias, necesarias para crear grandes empresas capitalistas se
han utilizado cuatro sistemas fundamentales: 1) el sistema colonial, o sea, el saqueo y la esclavización de los pueblos
atrasados de América, Asia y África, b) el sistema tributario, los monopolios y otras formas de apropiación de parte de
158
los impuestos que se recaudan de la población, c) el sistema del proteccionismo, el fomento de la industria capitalista
por parte de Estado y d) los métodos inhumanos de explotación (Marx, 1949, pp. 241-244)
A decir de Marx “en la historia de la acumulación originaria hacen época todas las transformaciones que sirven de
punto de apoyo a la naciente clase capitalista, y sobre todo los momentos en que grandes masas de hombres son
despojadas repentina y violentamente de sus medios de subsistencia y lanzadas al mercado de trabajo como proletarios
libres y desheredados. Sirve de base a todo este proceso la expropiación que priva de su tierra al productor rural, al
campesino. Su historia presenta una modalidad diversa en cada país, y en cada uno de ellos recorre las diferentes fases
en distinta gradación y en épocas históricas diversas. Reviste su forma clásica sólo en Inglaterra, país que aquí
tomamos, por tanto, como modelo”.
En algunos escritos el marxismo señala que sólo existen dos clases antagónicas en cada modo de producción donde
prevalecen relaciones de explotación: esclavos y amos, siervos y señores feudales, obreros y patrones. En función de
esta puntualización, Harnecker (1971), se plantea la siguiente interrogante: ¿Cómo se explica entonces que Marx, al
referirse al capitalismo y en algunos capítulos de El Capital, hable de tres clases: Capitalistas, terratenientes y obreros?.
Para despejar esta interrogante, esta autora expresa que Marx identifica en un determinado modo de producción dos
clases antagónicas principales, protagonistas del conflicto y capaces de determinar la transformación revolucionaria o el
derrumbe de la sociedad existente, sin que esto signifique que en determinada formación económica social no existan
otras clases sociales. Según Harnecker, no cabe duda que Marx reconoce la existencia de distintas clases sociales dentro
de una misma sociedad, como ampliamente los demuestran sus diferentes obras histórico/políticas.
En esta directriz analítica, señalar que lo que distingue a la sociedad capitalista o burguesa, de otros sistemas
económicos, es la existencia de dos clases fundamentales antagónicas: La burguesía y el proletariado. La burguesía es la
clase social que posee los medios de producción y los emplea para explotar a los obreros. En cambio, el proletariado es
la clase social de los obreros asalariadas, privados de los medios de producción y obligada a someterse a la explotación
capitalista. Marx con relación a ambas clases, en el primer libro de “El Capital”, señala que “el capitalista y el obrero
asalariado son los únicos agentes y factores de la producción cuyas relaciones y cuyo antagonismo emanan de la esencia
misma del régimen de producción capitalista” (Harnecker, 1971).
Con relación al origen del proletariado moderno, Marx en el capítulo histórico denominado “El secreto de la
acumulación primitiva”, señala:
“el preludio de la transformación que había de echar los cimientos para el régimen de producción capitalista,
coincide con el último tercio del siglo XV y los primeros decenios del XVI. El licenciamiento de las huestes
feudales, que, como dice acertadamente Sir James Steuart, “llenaban inútilmente en todas partes casas y patios”,
lanzó al mercado de trabajo a una masa de proletarios libres y desheredados. El poder real, producto también del
desarrollo burgués, en su deseo de conquistar la soberanía absoluta aceleró violentamente la disolución de estas
huestes feudales, pero no fue ésa, ni mucho menos, la única causa que la produjo. Los grandes señores feudales,
levantándose tenazmente contra la monarquía y el parlamento, crearon un proletariado incomparablemente
mayor, al arrojar violentamente a los campesinos de las tierras que cultivaban y sobre las que tenían los mismos
títulos jurídicos feudales que ellos, y al usurparles sus bienes comunales. El florecimiento de las manufacturas
laneras de Frandes y la consiguiente alza de los precios de la lana, fue lo que sirvió de acicate directo para esto en
Inglaterra. La antigua aristocracia había sido devorada por las guerras feudales, la nueva era ya una hija de sus
tiempos, de unos tiempos en los que el dinero es la potencia de las potencias. Por eso enarboló como bandera la
transformación de las tierras de labor en terrenos de pastos para ovejas”.
159
CAPITULO 11
POLÍTICA Y SOCIEDAD
11.1. Política
Según Ander-Egg (1982, p. 235), la palabra política etimológicamente es de la misma familia que la palabra griega
“polis”, “ciudad/estado”, de donde derivan también la “política”, que implica “estado”, “constitución”, “régimen
político”, “republica” y a la vez deviene la palabra “politika” que supone “cosas políticas o civicas” y “politike” que
denota el “arte de hacer política”. Según este autor a partir de este significado básico del término política se habla de
filosofía política que denota los principios rectores conforme a los cuales se organiza la sociedad. Asimismo, de ciencia
política que estudia los hechos relacionados con el fundamento, organización, ejercicio, objetivo y dinámica del poder
en la sociedad.
La política surge en la antigua Grecia como una forma de pensamiento filosófico a través de las ideas de dos grandes
filósofos, Platón y Aristóteles quienes a través de “La República” y “La Política” respectivamente, contribuyeron en
gran medida al proceso de emergencia y constitución, en principio, de la filosofía política y, posteriormente, al
desarrollo de la ciencia política que específicamente se halla vinculada a la administración del poder del gobierno en
busca del orden y el control sobre la sociedad o la vida en comunidad. Con el transcurso del tiempo, el predominio del
cristianismo en el mundo occidental feudal determina una nueva orientación en la filosofía política sobre todo a través
de las ideas políticas de teólogos tales como San Agustín de Hipona y Santos Tomas de Aquino. Ya en la sociedad
considerada moderna se desarrollan las ideas políticas de Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes, John Locke, Jean
Jacques Rousseau, Charles Montesquieu, Immanuel Kant, Alexis Tocqueville, Federico Hegel, Carlos y Federico
Engels.95
95
Cronológicamente se considera los periodos de la historia de la siguiente manera: Edad Antigua (4000 a.C. hasta el año 476 d.C.) Edad Media (476
d.C. hasta el año 1453), Edad Moderna (1453 hasta 1789) y Edad Contemporánea (1789 hasta la actualidad)
160
En vista de que resulta muy amplia y compleja la revisión del pensamiento político de todos los filósofos, teólogos y
filósofos de la historia que han contribuido a la emergencia, constitución y desarrollo de la política, únicamente por
cuestiones metodológicas y sobre todo a través de terceros se examina en las tres grandes etapas históricas del
desarrollo de occidente las ideas políticas de dos autores por etapa o periodo.
Povina (1985, p. 128) señala que “el hombre en todos los tiempos, se ha preocupado y ha reflexionado, de algún modo,
sobre la vida en grupos, habiendo hecho tentativas de toda especie para explicar la sociedad”. En correspondencia con
esta puntualización señalar que en la antigua Grecia, desde diferentes dimensiones, las reflexiones sobre la vida
económica, social y política ya se hallan presentes en varios filósofos que pertenecen a la etapa socrática. Si bien la
política como una reflexión científica, sistemática y metodológica es relativamente nueva sus antecedentes tienen
orígenes bastante remotos que se remontan a las primeras doctrinas de filosofía política elaborada por los filósofos
griegos Sócrates, Platón y Aristóteles
Platón discípulo de Sócrates se ocupó de temas relacionados al conocimiento, la naturaleza, la astronomía, la ecología,
la ética, la moral, el valor, la retórica, la lingüística y la belleza. Asimismo, desde de un punto de vista sobre todo
filosófico abordó una serie de cuestiones históricas, sociales, económicas, políticas e ideológicas. Al respecto, Ballén
(2006), dice “si bien Platón se inquietó por una diversidad de temas su verdadera preocupación fue la política, por la
que vivió, estudió, viajó y fue hecho prisionero y esclavo”. En efecto, su pensamiento político se halla expresado en sus
principales obras como la “República”, el “Político” y las “Leyes” y comprende aspectos tales como: la fundación del
Estado, la justicia, la educación, la formación del gobernante, la guerra, el papel de la mujer en la organización política
de la sociedad, la corrupción, la libertad y la esclavitud.
En la República que es una de sus obras más conocidas esboza o diseña la conformación de una sociedad o Estado ideal
sobre la base del principio de la justicia. Asimismo, describe cinco formas de gobierno: el gobierno perfecto o excelente
y cuatro formas deformadas de gobierno que vienen a ser resultado de los distintos grados de corrupción que va
sufriendo el Estado, los cuales en orden de importancia son: timocracia, oligarquía, democracia y tiranía.
Bajo la directriz analítica de Platón señalar que la aristocracia es el gobierno de los mejores, es el gobierno de los
filósofos, pues en ellos prevalece el “alma racional” que impone justicia, paz y tranquilidad. Sin embargo, a decir de
Platón, sucede que a veces los aristócratas debido a ciertas circunstancias van perdiendo el poder político y para
recuperarlo se ven obligados a aliarse con los militares quienes aprovechan esta oportunidad para apoderarse de este
tipo de poder dando lugar a la timocracia.
Según Platón, la timocracia es el gobierno de los militares que por sus cualidades vinculadas al valor y el heroísmo y no
tanto a la sabiduría se sienten capaces de gobernar, en ellos prevalecería el “alma anhelosa”. Este sistema político que
nace a partir de la aristocracia, es un sistema de gobierno intermedio entre la aristocracia y la oligarquía, siendo
resultado de la profunda crisis que se produce entre los que detentan el poder debido a la corrupción, la movilidad y el
cambio.
La oligarquía que es una forma degenerativa de la timocracia es el gobierno que se asienta en la fortuna y la riqueza,
donde una pequeña minoría de ricos concentra el poder político y la riqueza, mientras que la gran mayoría de los
ciudadanos se empobrece y no participa del gobierno. Platón dice que en el régimen oligárquico surgen dos Estados: “El
Estado de los pobres y el Estado de los ricos que conviven en el mismo lugar y conspiran siempre unos contra otros”
(Ballén, 2006). Más adelante, el filósofo griego sostiene que cuando los pobres se rebelan y expulsan a los oligarcas
conforman una nueva forma de gobierno: la democracia.
Continuando con la explicación de Platón señalar que la democracia nace de la oligarquía y se caracteriza porque en
esta forma de gobierno abunda la libertad para todos los ciudadanos, es el gobierno del pueblo donde todos los
ciudadanos se consideran capaces de gobernar. El régimen democrático estaría conformado por el sector de la
burocracia que administra el Estado, el sector de los ricos que tienen el poder económico y el sector del pueblo que
trabajan para sí mismos, no ocupan cargos públicos y no detentan el poder económico.
Platón, señala que así como el sistema democrático nace de la oligarquía, la tiranía nace a partir de la democracia sobre
todo por la degradación o el relajamiento de la libertad que da lugar a la anarquía y la demagogia. La tiranía es el
gobierno de uno solo, el tirano, es decir, de un líder que ha sido creado por el pueblo y lo primero que hace es suprimir
las libertades, se transita de una extrema libertad a una restricción extrema. Al respecto, Platón con relación al tirano
161
señala que “es forzosamente fatal que semejante individuo perezca a manos de sus adversarios o que se haga tirano y de
hombre se convierta en lobo” (Ballén, 2006, p. 75)
A decir de Poviña (1985, p. 133), Platón en su obra el “Político” intenta establecer una organización política de la
sociedad a partir de la delimitación de las diferentes formas que puede adoptar el Estado, para ello distingue: “la
monarquía, que es el gobierno de uno solo con una Constitución como guía; y la tiranía, o sea el gobierno de uno solo
pero sin Constitución; la democracia, que el gobierno de muchos con Constitución; la aristocracia, que el gobierno de
unos pocos con Constitución; y la oligarquía, también gobierno de un pequeño grupo, pero sin Constitución. Y si bien la
monarquía es la forma de gobierno que él propugna, reconoce que la más aceptable para el grupos es la democracia,
cuya forma degenerada es la demagogia” 96
Por su parte, Ballén (2006) señala que en esta obra Platón no realiza un análisis extenso e intenso de las formas de
gobierno como lo hace en la Republica sus observaciones está más bien centralizadas en tres formas de gobierno, “el
gobierno de uno, el gobierno de pocos y el gobiernos de muchos: El gobierno de uno es la monarquía, el gobierno de
unos pocos es la aristocracia y el gobierno de la muchedumbre es la democracia”. Sin embargo, a decir de este autor,
Platón llega a la conclusión que no son tres las formas de gobierno sino siete; el gobierno perfecto o excelente,
monarquía, tiranía, aristocracia, oligarquía, la democracia legal y la democracia ilegal. Llega a esta conclusión a partir
de la división de las tres principales formas de gobierno y la inclusión del gobierno excelente o perfecto que propone.
Más adelante Ballén sostiene que en Platón lo que determina si un gobierno es bueno o malo es la ley, entonces la
monarquía si se desarrolla en función de las leyes, es el mejor gobierno de los seis regímenes, sin la ley da lugar a la
tiranía. Asimismo, señala que para Platón el gobierno de pocos si se apega a la ley es la aristocracia si se hace al margen
de la ley da lugar a la oligarquía. En cuanto a la democracia, dice que para este filósofo esta forma de gobierno no
buena ni mala en comparación a la demás debido a que el poder y la autoridad están distribuidas en pequeñas parcelas y
numerosos individuos. Por lo tanto, a decir de Platón de “todos los regímenes políticos que son legales, este es el peor,
pero de todos los que no observan las leyes, es el mejor” (Ballén, 2006, p. 76).
En la obra las Leyes, Platón establece una especie de síntesis de las distintas formas de gobierno analizadas en sus dos
obras anteriores la Republica y el Político. Según Ballén en correspondencia con esta síntesis este filósofo también
instituye la importancia de las leyes en el gobierno mixto, monarquía y democracia, que actualmente rige en todo el
mundo. Al respecto, Platón puntualiza “no hay que legislar gobiernos con poderes ni formas puras de gobierno, pues
hay que pensar que una ciudad debe ser libre, prudente y amiga de sí misma y que el que legisla debe hacerlo apuntando
a esa finalidad” (Ballén, 2006, p. 76).
Se dice que en esta obra las “Leyes” Platón efectúa ya una propuesta de Estado efectiva, realista y posible a partir del
análisis de varios regímenes políticos e instituciones económicas, políticas y administrativas que se habrían desarrollado
antes y durante su época, en particular estudia los regímenes políticos de Esparta, Persia y Atenas En función de este
análisis sintetiza las formas de gobierno en dos: monarquía y democracia de las cuales derivarían otras formas de
gobierno. Relacionado a este punto, Platón expresa “Ateniense. Escucha entonces. Hay como dos madres de los
sistemas políticos, de cuyo entrelazamiento con razón podría decirse que surge el resto. Es correcto llamar a la una
monarquía y a la otra democracia. De una es la expresión más alta la raza de los persas, de la otra, nosotros. Casi todas
las formas restantes. Como dije, son variaciones de éstas. Por tanto, es necesario e imprescindible que los sistemas
políticos participen de estas dos, si realmente ha de haber libertad y amistad con inteligencia” (v. Bautista 2014; Miñon,
2015)
Al igual que en Platón, existen varias contradicciones entre los biógrafos de Aristóteles. Algunos dicen que este filósofo
tuvo una vida turbulenta, licenciosa y derrochadora. En cambio, otros afirman que su vida estuvo consagrada al estudio
de la filosofía y otras saber. Asimismo, se dice que no amaba y que fue ingrato con Platón. En contraste, otros señalan
que levanto un altar en honor a su maestro. Lo evidente es que nació en Estagira, Macedonia, su verdadero nombre era
Eratóstenes, lo apodaban el “segundo Platón” o “Beta” y a sus 17 años ingreso a la Academia donde fue discípulo de
Platón por el lapso de 20 años, al fallecer su maestro recorrió por Asia y Persia, donde fue tutor de Alejandro III el
Magno, al volver a Atenas en el año 334 a.C. fundó el Liceo, donde al igual que en la Academia había dos grupos de
discípulos, los que participaban de conocimientos más profundos y los que recibían conocimientos más sencillos y
prácticos
96
Algunos autores nombran el dialogo el “Político” como el “Gobernante”.
162
Aristóteles no está de acuerdo e impugna algunas de las ideas de Platón y debido a su ateísmo fue el primer hombre en
filosofar por sí mismo sin recurrir a Dios. Al respecto, sostuvo “nada hay en la mente que no haya estado antes en los
sentidos”. Desde una visión positiva se ocupó de varios campos del conocimiento en particular de las ciencias naturales
y médicas, estableció la clasificación de los animales en vertebrados e invertebrados. Además de ello abordó una
diversidad de temas relacionados a la filosofía, política, estética, retorica, física, astronomía y la metafísica, fue
fundador de la lógica e instauró una clasificación de las ciencias en teóricas (matemáticas, física y metafísica) prácticas
(ética, política y economía) y poéticas (poética y retorica).
Escribió alrededor de 200 obras bajo dos modalidades, los destinados al gran público llamados “exotéricos” y los que se
hallaban restringidos a cuestiones más profundas consideradas filosóficas o “esotéricos”.
Poviña (1985), sostiene que en su obra “Ética a Nicómaco” ya se advierte una noción de “asociación” en relación a la
justicia y la amistad, y un paralelismo entre los vínculos de la familia y las relaciones sociales en las diferentes formas
de gobierno. Este autor sostiene que en función de dicho paralelismo, Platón sostiene que para la satisfacción de ciertas
necesidades humanas está la familia y el gobierno. La familia como la asociación natural y permanente que reúne al
padre, la madre y los hijos, y los amos y esclavos, a través de sus dos funciones básicas la propagación de la especie y la
provisión de alimentos hace posible el cumplimiento de ciertas necesidades de la vida familiar. En cambio, las
necesidades de seguridad, entre otras, se satisfacen a partir de la relación entre gobernantes y gobernantes, relación que
es resultado de la asociación de aldeas que da lugar a la conformación de la “polis” o la ciudad.
Aristóteles en su obra más importante “Política o “La Política”, a diferencia de su maestro Platón, elabora un análisis
más realista de la sociedad y su dimensión política, debido a ello ya no es considerado el “poeta de la política” sino el
“naturalista de la política”. En palabras de Povina, en esta su obra analiza al hombre en una doble dimensión: ética y
política.97 En la dimensión ética estudia al hombre como ser humano como individuo y en la dimensión política lo
examina como parte del contexto, el grupo y la sociedad. En función de esta última dimensión se dice que el hombre es
un ser social por naturaleza y a la vez es un animal político. Según esta idea para Aristóteles el hombre no puede
desenvolverse al margen del grupo, afirma “para no vivir en sociedad tendría que ser “o un bruto o un dios”. Esta
afirmación supone a su vez el principio aristotélico de que el Estado es anterior y superior al individuo; y que éste no
puede bastarse a sí mismo para su fines propios” (Poviña, 1985, p. 135).
En la Política, Aristóteles sostiene que la “polis”, la ciudad, es producto de la asociación de aldeas y como unidad
suprema busca la felicidad de todos los ciudadanos. 98 Según este filósofo la polis es una forma acabada de organización
política donde el ciudadano puede participar políticamente y cumplir sus fines esenciales. Luego de definir la polis y
establecer su propósito, analiza su origen y necesidades. En el capítulo 1, del libro primero de la Política señala “todo
Estado es, evidentemente, una asociación, y toda asociación no se forma sino en vista de algún bien, puesto que los
hombres, cualesquiera que ellos sean nunca hacen nada sino en vista de lo que les parece ser bueno. Es claro, por tanto,
que todas las asociaciones tienen a un bien de cierta especie, y que el más importante de todos los bienes debe ser el
objeto de las más importante de las asociaciones, de aquella que encierra todas las demás, y a la cual se llama
precisamente Estado y asociación política”.
Más adelante, Aristóteles señala que las bases de la familia están en función de dos primeras asociaciones, la del señor y
el esclavo, la del esposo y la mujer y que la naturaleza teniendo en cuenta la necesidad de la conservación ha creado a
unos seres para mandar y a otros para obedecer, por un lado, y por otro lado, seres superiores e inferiores y, por
consiguiente, ha fijado la condición especial de la mujer y el esclavo. 99 Asimismo, dice que la “primera asociación de
muchas familias conforman el pueblo y la asociación de muchos pueblos forma un Estado completo, que llega, si puede
decirse así, a bastarse absolutamente a sí mismo, teniendo por origen las necesidades de la vida, y debiendo su
subsistencia al hecho de ser éstas satisfechas. Así el Estado procede siempre de la naturaleza, lo mismo que las primeras
asociaciones, cuyo fin último es aquél; porque la naturaleza de una cosa es precisamente su fin, y lo que es cada uno de
los seres cuando ha alcanzado su completo desenvolvimiento se dice que es su naturaleza propia, ya se trate de un
hombre, de un caballo o de una familia. Puede añadirse que este destino y este fin de los seres es para los mismos el
primero de los bienes, y bastarse a sí mismo es, a la vez, un fin y una felicidad. De donde se concluye evidentemente
que el Estado es una hecho natural, que el hombre es un ser naturalmente sociable, y que el que vive fuera de la
sociedad por organización y no por efecto del azar es, ciertamente, o un ser degradado, o un ser superior a la especie
humana; y a él pueden aplicarse aquellas palabras de Homero: “Sin familia, sin leyes, sin hogar…”. Concluye
97
Aristóteles en sus libros de ética señala que “el ser humano siempre tiende a hacer el bien, al menos su propio bien, todas sus decisiones estarían
encaminadas a buscar algún bien o beneficio, siendo el máximo bien la felicidad la cual se la consigue a través de sabiduría, virtud y la razón”.
98
Las formas políticas de las polis se hallan en función de quién o quiénes tenían el poder político.
99
Los gobiernos de Atenas, democráticos o no, excluían a los esclavos y las mujeres de todo derecho político por considerar que no eran ciudadanos.
163
afirmando “que la naturaleza arrastra instintivamente a todos los hombres, a través de la sabiduría y la virtud, a la
asociación política sobre la base de las leyes y la justicia”.
En el libro tercero, capítulo V, señala que “siendo cosas idénticas el gobierno y la constitución, y siendo el gobierno
señor supremo de la ciudad, es absolutamente preciso que el señor sea un solo individuo, o una minoría. O la multitud
de ciudadanos”. En función de esta idea establece 6 tipos de organización política: 1) Monarquía, cuando el gobierno es
ejercido por la persona más virtuosa, 2) Aristocracia, cuando el gobierno está en manos de unos pocos mandatarios
virtuosos, 3) Republica, cuando se da una combinación entre la Oligarquía, gobierno de unos pocos ricos y la
Democracia, gobierno de muchos pobres, 4) Tiranía cuando una persona ejerce un poder autoritario, 5) Oligarquía,
cuando el poder lo tienen unos pocas personas que no son virtuosas y 6) Demagogia cuando se corrompe la democracia
y se manipula emociones y esperanzas para ganar apoyo popular. Al interior de esta tipología considera a la Monarquía,
la Aristocracia y la Republica como tres tipos normarles de gobierno y la Tiranía, la Oligarquía y la Demagogia como
tres formas de gobierno desviadas.
La cuestión filosófica, social, política e ideológica en esta época se enmarca al interior de la religión a partir de la
filosofía patrística y la escolástica. La primera nace por la inquietud de organizar la religión cristiana y la necesidad de
defensa comunidad eclesiástica frente a otras religiones, siendo su autor más representativo San Agustín. La segunda
tiene el propósito de conducir al hombre a la comprensión de la verdad revelada en los evangelios y sus relaciones con
la razón, es decir, establecer una coordinación entre la fe y la razón, profundizando en el conocimiento de las verdades
de fe a través de la razón, siendo el autor más destacado Santo Tomas de Aquino quien busca fundir la filosofía con la
fe,
San Agustín de Hipona, cuyo nombre completo es Aurelio Agustín nació el 13 de noviembre en Tagaste, África romana
en el año 345 y falleció el 28 de agosto del 430. Según sus biógrafos en sus primeros años de vida desarrollo una vida
de disipada y excesos que lo hizo apartar de la religión. Con el transcurso de tiempo, ya en su etapa adulta en el año
386, a partir del estudio de algunos textos filosóficos neoplatónicos y la influencia de los sermones del Obispo
Ambrosio, transita del escepticismo al cristianismo y llega a la conclusión de que “Dios es la luz, sustancia espiritual de
la que todo depende que no depende de nada”. En el año 391 fue ordenado sacerdote en Hipona, cuatro años más tarde
fue nombrado Obispo de esta ciudad y posteriormente a partir del 410 elabora varias de sus obras destacándose Los
“Soliloquios”, las “Confesiones” y “La Ciudad de Dios”.100
Poviña (1985), sostiene que el pensamiento filosófico y político de San Agustín se encuentra en su obra “la Ciudad de
Dios” escrita sobre la base de un hecho histórico la invasión a Roma por los Barbaros en el año 410. “los paganos
sostenían que la causa de todo aquel mal estaba en el abandono de los antiguos dioses y la adopción de la nueva
religión: el cristianismo. La religión cristiana, decían, hace a los hombres afeminados y los aleja de las preocupaciones
de la guerra”. Frente a este argumento San Agustín escribe su obra para demostrar que Roma había caído no por causa
del cristianismo sino por los vicios y la corrupción de su época. Al respecto, Rossi (2008) señala si bien es correcto
decir que la obra de San Agustín estuvo destinada a refutar la idea de que los responsables de la caída de Roma son los
cristianos, esta obra va más allá, pues contiene una explicita teología de la historia que toma al hombre y la humanidad
como protagonistas de la misma.
En “La Ciudad de Dios” expresa su pensamiento filosófico, teológico y político, plantea que al igual que la naturaleza la
sociedad también se halla regida por leyes. Sin embargo, aclara que las leyes humanas son de origen divino, pues
habrían sido dictadas por Dios. A partir de estas ideas centrales expone el origen de dos Estados, la ciudad de Dios y la
ciudad del mundo terrenal.101 Sobre la base de esta bidimensionalidad considera al Estado desde tres visiones: pesimista
o negativa, optimista o positiva e intermedia
En la directriz analítica que establece Rossi (2008), en relacion al pensamiento político de San Agustín sobre la
problemática del Estado, manifestar los siguientes puntos: Es posible pensar el concepto de Estado en San Agustín bajo
una valoración pesimista, una interpretación positiva y una posición intermedia que combina ambas visiones.
100
Rossi (2008), señala que tres ciudades, Cartago, Roma y Milán y su estancia en ellas contribuye a modificar el pensamiento filosófico de San
Agustín.
101
Señala que desde que el hombre habita la tierra aparecen dos tipos de sociedad: la terrestre y la divina, la primera formada por los pecadores y la
segunda por los bienaventurados (Poviña, 1985)
164
En función de la “visión pesimista” se vincula el origen del Estado y de la sociedad política con el pecado. Según San
Agustín, en contraposición a la ciudad de Dios, el Estado de este mundo vendría ser la ciudad del diablo y, debido a
ello, toda acción política sería considerada indigna de los ciudadanos de Dios. Se dice que esta visión se fundamenta en
el siguiente pasaje de la Ciudad de Dios “Así la soberbia imita perversamente a Dios. Odia bajo él la igualada con su
compañeros, pero desea imponer su señorío en el lugar de Él”. En función de esta visión negativa se acentuaría la
contraposición entre la Civitas Dei y la Civitas Diaboli, ubicando en la primera a la Iglesia y en la segunda al Estado
(Rossi, 2000)
A partir de la “visión optimista” del Estado, se considera que la sociedad política continúa la tendencia natural del
hombre de incorporar sus esfuerzos para alcanzar el bien, a modo de una ampliación de la vida familiar. Según San
Agustín, el Estado es como una gran familia, en la que sus miembros cooperan y se ayudan mutuamente en procura de
la comunidad y la paz. Dice San Agustín que existe una articulación armónica entre la familia y el Estado, al señalar “de
donde se sigue que el padre de familia debe guiar su casa por las leyes de la ciudad, de tal forma que se acomode a la
paz de la misma”. Bajo esta visión se recalca que la sociedad política es el reflejo de la sociabilidad de la naturaleza
humana y que esta tendencia natural se habría dado al margen del pecado, ya en su estado de inocencia.
Sobre la base de la “visión intermedia” del Estado se sostiene que existen dos tendencias opuestas en el origen del
Estado: la sociabilidad e insociabilidad humanas. Según San Agustín, el denominado pecado original provocó la ruptura
de la comunicación entre los hombres y la emergencia de relaciones de jerarquía. En tal sentido, se considera que si
bien el Estado es producto del pecado funciona como remedio y reparación del pecado.
Santo Tomás de Aquino, nació cerca de Aquino, Nápoles, Italia en el año 1225. Recibió instrucción en gramática,
moral, música, filosofía y región. A finales del año 1239, ingresa a la Universidad de Nápoles donde se introduce al
estudio de la lógica aristotélica y en 1256 adquiere un doctorado en teología. Escribió varias obras como entre las cuales
mencionar “Sobre el ente y la esencia”; “Sobre los Principios de la Naturaleza; “Comentarios a la Política de
Aristóteles”; “Suma Contra gentiles” y “Suma Teológica”
En su principal obra el tratado de teología titulado Suma Teológica escrita en 14 tomos entre 1259 y 1272 trata de
responder algunas interrogantes acerca de Dios, si Dios existe. 102 Pero al margen de cuestiones teológicas también
desarrolla una serie de ideas filosóficas, políticas y sociales e intenta conciliar el pensamiento de Aristóteles con la
cosmovisión cristiana de San Agustín. Combinando su posición religiosa, política y social, considera al hombre como
un ser social por naturaleza y al Estado como un despliegue de esta inherente esencia social humana. A diferencia de
San Agustín plantea que la sociedad, el Estado y el gobierno son instituciones naturales fundadas en la naturaleza social
del hombre.
Santo Tomas de Aquino reconoce distintas formas de gobierno del Estado a partir de una bidimensionalidad del Estado:
el justo e injusto. El Estado justo e imparcial que busca el bien común a través de tres formas de gobierno: la
monarquía, la aristocracia y la democracia. En contraste, el Estado injusto que tiende al bien particular también a partir
de tres formas de gobierno la tiranía, la oligarquía y la demagogia.
Con relación a la ley, Santo Tomas afirma que es obra de la razón y la define como “la regla y medida de los actos que
induce al hombre a obrar o lo retrae de ello” y a la vez expresa que su función es la organización racional de la sociedad
en busca del bien común y debe ser promulgada por quien tiene a su cuidado la comunidad. En base a esta idea habla de
una ley eterna, una ley divina, una ley natural y una ley positiva. La ley eterna es la que Dios impone al universo, al
mundo y la sociedad que aunque se halle fuera del alcance de la razón humano no es contraria a la razón; la ley divina
es la dictada por Dios al hombre, es la que se halla en la biblia; la ley natural es la expresión de la ley divina en la razón
humana y se basa en la inclinación natural que tiene el hombre de “hacerse el bien y evitar el mal”. Según Santo Tomas
como esta ley natural, es muchas veces demasiado general y abstracta para los hombres, debe ser especificada a través
de las normas particulares, que una vez promulgadas se convierten en la ley positiva o humana.
Nicolás Maquiavelo nació en Florencia en 1469, realizó diversas actividades diplomáticas que contribuyeron al
desarrollo de su pensamiento político. Con el afán de preservar la soberanía de Florencia intentó un acercamiento entre
Luis XII de Francia y el papa Julio II, al fracasar esta tentativa fue acusado de traición y encarcelado en el año de 1513.
102
Alguno autores dicen que esta obra fue escrita entre 1265 y 1274
165
Al recuperar su libertad por este mismo año comienza a escribir su principal obra “El Príncipe” que fue dedicado a
Lorenzo de Médecis, estadista y gobernante “de facto” de la Republica de Florencia. 103
Maquiavelo en esta su obra plantea la necesidad de cambio en la Política de Lorenzo de Médecis y en veintiséis
capítulos establece una serie de consejos que debe seguir un gobernante o príncipe para asegurar su poder, es decir, no
establece cómo se debería actuar sino como se debe actuar para conservar el poder. La forma como expone dichos
consejos han generado una serie de controversias contradictorias que oscilan entre la aceptación y el rechazo, la
admiración y la indiferencia y la adhesión y la discrepancia. En tal sentido, algunos autores los consideran como un
apologista de la crueldad, el engaño y la tiranía y, en cambio, otros como el precursor de la sociología del conocimiento
y la ciencia política.
Se dice que para entender el pensamiento de Maquiavelo es necesario hacer referencia al contexto en cual se
desenvuelve, es decir, Italia, más precisamente Florencia que se halla signada por problemas tales como la presión de
los barbaros, la pugna entre el gobierno y la iglesia, las guerras y la inestabilidad política, el decaimiento de relaciones
feudales, la irrupción de relaciones mercantiles, la liberación del conocimiento de premisas teológicos, los grandes
descubrimientos, situaciones, entre otras, para los cuales los principados no estaban preparados (Paz, 1986, Segura,
2001)104.
Es en este contexto Maquiavelo envía a Lorenzo de Médicis su escrito “De Principatibus”, en el cual describe los
diferentes tipos de principados y establece las causas porque muchos de ellos perdieron el poder y otros lo mantuvieron.
Más adelante, señala como se debe gobernar en los diferentes tipos de principados, tomando en cuenta el modo o la
forma a través del cual se lo llega a adquirir. Sostiene que con el afán de alcanzar y mantener el poder, el príncipe debe
tener ciertas virtudes y sobre todo fortuna y al mismo tiempo saber cómo utilizar la fuerza y las armas. Al respecto,
afirma que tanto los príncipes que han hecho uso excesivo de la fuerza como aquellos que han renunciado a la fuerza
han perdido igualmente el poder. Para evitar esta situación señala que el príncipe debe ser amado y temido, pero si no
logra ambas cosas es preferible que sea temido pero no hacerse odiar con sus súbditos, pues dice que hombres obedecen
más por miedo que por voluntad propia y si odian al príncipe constantemente se conspirará contra él. Por esta razón el
príncipe debe saber administrar la fuerza y la crueldad, es mejor infringir un castigo duro y ejemplificador que pequeños
castigos que con el paso del tiempo se olvidan.
Señala que “un príncipe tiene dos cosas que temer, es a saber: primero, en lo interior de su Estado, alguna rebelión por
parte de sus súbditos; segundo, por fuera, un ataque por parte de una potencia vecina. Se precaverá contra este segundo
temor con buenas armas y, sobre todo, con buenas alianzas que el conseguirá siempre si él tiene buenas armas”. Para
superar dichos temores recomienda que bajo ciertas circunstancias se deba castigar tanto al pueblo como a los
poderosos y que la guerra sea un elemento muy importante en la política. Al respecto, dice “Un príncipe no debe tener
otro objeto, otro pensamiento, ni cultivar otro arte más que la guerra, el orden y la disciplina de los ejércitos, porque es
el único que se espera ver ejercido por el que manda. Este arte es de una tan gran utilidad que él no solamente mantiene
en el trono a los que nacieron príncipes, sino que también hace subir con frecuencia a la clase de príncipe a algunos
hombres de una condición privada” (Maquiavelo, 1969)
Maquiavelo sostiene que el príncipe debe parecer justo, bueno, compasivo y magnánimo. Pero también expresa que
“Es, pues, necesario que un príncipe que desea mantenerse aprenda a poder no ser bueno, y a servirse o no servirse de
esta facultad según que las circunstancias lo exijan” (Maquiavelo, 1969). Asimismo, recomienda que el Príncipe no
debe hacerse odiar “Lo que más que ninguna cosa le haría odioso seria, como lo he dicho, ser rapaz, usurpar las
propiedades de sus gobernados, robar sus mujeres; y debe abstenerse de ello, esto provoca un odio profundo y el miedo
entre los gobernados a ser las próximas victimas los une contra su príncipe. Siempre que no se quitan a la generalidad
de los hombres su propiedad ni su honor viven ellos como si estuvieran contentos” (Maquiavelo, 1969).
Si ve en peligro el conservar su poder debe recurrir a la mentira, el engaño e incluso el asesinato, pues su moral debe ser
diferente a la moral ordinaria, sus virtudes no necesariamente tienen que coincidir con las virtudes de los hombres
ordinarios, no debe juzgarse sus actos en sí sino las consecuencias que provoca. Al respecto, señala “no es necesario
que un príncipe posea todas las virtudes de que hemos hecho mención anteriormente; pero conviene que él aparente
poseerlas. Aunque me atreveré a decir que si él las posee realmente, y las observa siempre, le son perniciosas a veces;
en vez de que, aun cuando no las poseyera efectivamente, si aparenta poseerlas le son provechosas. Puedes parecer
103
Se considera a “El Príncipe” como el texto fundador de la ciencia política.
104
El siglo XVIII es llamado el siglo de las luces, la ilustración o el iluminismo por el avance social, económico, político, cultural e ideológico que se
produce.
166
manso, fiel, humano, religioso, leal y aun serlo; pero es menester retener tu alma en tanto acuerdo con tu espíritu, que,
en caso necesario, sepas variar de un modo contrario.
En Maquiavelo el objeto de estudio de la política es el análisis de las luchas por el poder entre los hombres. Su
planteamiento se aleja de una concepción religiosa y metafísica, se independiza de Dios y del “deber ser” para
explicarse como algo que “es en sí” (Schenoni, 2007). En tal sentido, en El Príncipe centraliza su análisis en los medios
a través de los cuales se adquiere, conserva y se pierde el poder y, en función de ello, dedica una serie de consejos al
príncipe o el jefe de un principado para conservar y utilizar el poder político frente a los amigos, pueblo y ejército y a
los enemigos externos e internos. Según Maquiavelo el príncipe debe utilizar todos los medios necesarios para
conseguir el objetivo máximo que es el bienestar del pueblo y el Estado, pues el “fin justifica los medios” 105
Jean-Jacques Rousseau, nace en Ginebra, Suiza el 28 de junio de 1712, fue uno de los filósofos más destacados del
movimiento intelectual de la Ilustración y uno de los más influentes en el desarrollo de la revolución norteamericana, la
revolución francesa, los movimientos independistas de Latinoamérica y las revoluciones nacionales de Europa.
Desempeñó varios oficios como el de grabador, músico, empelado público, granjero y escritor. A partir de 1745, escribe
varios artículos para la Enciclopedia y en 1750 con su trabajo el “Discurso sobre las ciencias y las artes” gana un
concurso de la Academia Francesa de Dijon. 106 Con el recibimiento de este galardón, inicia su carrera literaria y en
1762 escribe sus dos grandes obras “Emilio o de la Educación” y el “Contrato Social”.
Se dice que ambas obras causaron una gran convulsión y lo hicieron impopular, por lo que tuvo que abandonar Francia.
También se dice que a pesar del cuestionamiento a su labor intelectual dejo como herencia de pensador radical y
revolucionario sus dos frases más celebres: “el hombre es bueno por naturaleza” y “el hombre nace libre pero en todos
lados es encadenado” (Sánchez, 2014). A partir de estas ideas la doctrina de Rousseau plantea que “el hombre es bueno
por naturaleza y que es la sociedad cruel y ambiciosa la que lo transforma” y en función de la tesis de que todos los
hombres son libres e iguales por naturaleza, habla de tres tipos de libertades; la libertad natural que se la pierde con el
contrato, la libertad civil que se halla limita por la voluntad popular y la libertad moral que es la única que convierte al
hombre en amo de sí mismo.
A decir de Sánchez, (2014), las principales ideas filosóficas y política de Rousseau se hallan expuestas en su obra El
Contrato Social, donde plantea “una nueva política basada en la voluntad general, y en el pueblo como soberano. La
única forma de gobierno legal será aquella de un Estado republicano, donde todo el pueblo legisle; independientemente
de la forma de gobierno, ya sea una monarquía o una aristocracia, no debe afectar la legitimidad del Estado. El poder
que rige a la sociedad es la voluntad general que mira el bien común de todos los ciudadanos”.
El Contrato Social consta de 4 libros, y de 9, 12, 18 y 9 capítulos respectivamente. Rousseau inicia su primer libro con
la expresión de que “el hombre ha nacido libre y, sin embargo, por todas partes se encuentra encadenado. Tal cual cree
el amo de los demás, cuando, en verdad, no deja de ser esclavo como ellos”. Más adelante, señala que la sociedad más
antigua y la única natural es la familia donde los hijos solo se hallan unidos para su conservación y que en determinado
momento al romperse este vínculo natural que los une, tanto padres como hijos recobran su libertad su independencia y
si continúan unidos ya no es naturalmente sino por su voluntad por convenio. Al respecto, señala “Es, pues la familia, si
así se quiere, el primer modelo de las sociedades políticas: el jefe es la imagen del padre, y el pueblo es la imagen de los
hijos; y habiendo nacido todos iguales y libres, solo enajenan su libertad por su utilidad misma. Toda diferencia consiste
en que en una familia el amor del padre hacia los hijos le paga el cuidado que de ellos ha tenido; y en el Estado, el gusto
de mandar suple el amor que el jefe no tiene a sus pueblos” (Rousseau, 1991)
Después de analizar el derecho del más fuerte y la esclavitud, sostiene que si se llega a un punto donde prevalecen
serios obstáculos que dañan la conservación es necesario unir fuerzas y hacerlas obrar. “Esta suma de fuerzas solo
puede nacer del concurso de muchas separadas; pero como las fuerzas y la libertad de cada individuo son los principales
instrumentos de su conservación, ¿Qué medio encontrará para obligarlas sin perjudicarse y sin olvidar los cuidados que
se debe a sí mismo? Esta dificultad, reducida a mi objeto, puede expresarse en estos términos: “Encontrar una forma de
asociación capaz de defender y proteger con toda la fuerza común la persona y los bienes de cada uno de los asociados;
pero de modo que cada uno de estos, uniéndose a todos, solo obedezcan a sí mismo y quede tan libre como antes”. Este
es el problema fundamental cuya resolución se encuentra en el contrato social”. (Rousseau, 1991).
105
Algunos autores atribuyen el origen de esta frase a Maquiavelo y otros a Napoleón Bonaparte.
106
Otros biógrafos señalan que en el año 1749 la Academia de Dijo le extendió sus brazos hacia la inmortalidad (Segura, 2001).
167
Señala que el “contrato es, una forma de asociación “binaria” con una única clausula; la enajenación total y sin reservas
de cada individuo con todos sus derechos a la comunidad. Es binaria debido a que la más mínima modificación respecto
a esta condición hace nulo su efecto. Mediante este acto “santo” de asociación se produce al instante un cuerpo moral y
colectivo, que recibe el nombre de Republica y cuerpo político que no produce otra cosa que la voluntad general”
(Segura, 2001), Puntualiza Rousseau “Por el contrato social, cada uno de nosotros se enajena totalmente, con todos su
derechos, en favor de la comunidad. Cada contratante es a la vez, sin embargo, soberano y súbdito. Soberano por cuanto
es miembro activo del Estado; Súbdito, puesto que ha de obedecer las leyes que dicho Estado vote”. Más adelante dice
que todas las cláusulas de este contrato se reducen a una sola, “la enajenación total de cada asociado con todos sus
derechos hecha a favor común: porque en primer lugar, dándose cada uno en todas sus partes, la condición es la misma
para todos; siendo la condición igual para todos, nadie tiene interés en hacerla onerosa a los demás”.
Según Rousseau “esta asociación produce un cuerpo moral y colectivo, compuesto de tantos miembros como voces
tiene la asamblea, cuyo cuerpo recibe el mismo acto de unidad, su ser común, su vida y su voluntad. Esta persona
pública, que de este modo es un producto de la unión de todas las otras, tomaba antiguamente el nombre de Civitas y
ahora de República o de cuerpo político, al cual sus miembros llaman Estado cuando es pasivo, Soberano cuando es
activo y Potencia comparándola con sus semejantes”.
Después de señalar que “la voluntad general es el pueblo constituido en soberano. Con ella se trata de lograr que el
hombre elimine el amor en sí mismo en favor del amor del grupo. Sólo así, al obedecer, será libre el hombre y la justicia
se impondrá al instinto”. En el segundo libro establece las cuatro características centrales la soberanía que no es más
que el ejercicio de la Voluntad General: es inalienable (privativa del soberano), es indivisible (es o no es), es infalible
(es siempre correcta) y es absoluta (tiene derecho de coacción para el conjunto). Al respecto, Rousseau señala “al querer
el pueblo necesariamente el bien de todos y cada uno, la Voluntad General es siempre recta y jamás se podrá errar”
(Rousseau, 1991).
En este mismo libro Rousseau señala que la ley no es una imposición sino una cuestión que no nace de la voluntad
común o individual sino de la voluntad general, la ley no sería otra cosa que resultado de la voluntad general, donde el
"pueblo" sería el "legislador"; “las leyes no son realmente sino las condiciones de la asociación civil. El pueblo sumiso
a las leyes debe ser el autor de las mismas”. Al respecto, dice “Una ley no será tal mientras el pueblo no la haya
ratificado personalmente”. Dice que “todo lo que nosotros podemos ver con gran claridad respecto a la ley es que, no
sólo para que sea ley es preciso la voluntad de aquel a quien obliga pueda someterse con conocimiento de ella, sino que
es preciso también, para que sea natural, que hable de modo inmediato de la voz de la naturaleza” (Rousseau, 1991).
En el capítulo XII, del libro segundo, divide a las leyes en tres principales: leyes políticas, leyes civiles y leyes penales,
a esta tipología agrega a las costumbres. Las leyes políticas son las que establecen la relación del todo con el todo, es
decir, la relación entre el gobierno y el soberano. Las leyes civiles son las que instituyen las relaciones de los miembros
entre sí o con el cuerpo entero, relación que debe ser en el primer caso, tan reducida y en el segundo caso tan extensa
posible de suerte que cada ciudadano se halle en perfecta independencia con respecto a los otros y en una excesiva
dependencia de la ciudad, la cual se consigue siempre por los mismos medios, porque sólo la fuerza del estado puede
causar la libertad de sus miembros. Las leyes penales establecen la relación entre el hombre y la ley en función de la
desobediencia y el castigo. Luego de establecer esta tipología señala “A estas tres clases de leyes hay que agregar una
cuarta, la más importante de todas, que no se graba ni en mármol ni en bronce, sino en el corazón de los ciudadanos, la
que forma la verdadera constitución del Estado, y que adquiriendo día a día da nuevas fuerzas, reanima o suple a las
leyes que envejecen o se extinguen; que conserva en el pueblo el espíritu de su institución y sustituye insensiblemente la
fuerza de la costumbre a la de la autoridad. Hablo de usos, de costumbres, y sobre todo de la opinión, parte desconocida
para nuestros políticos, pero de la cual depende el éxito de todas las demás leyes; parte de la cual se ocupa en secreto el
legislador mientras parece limitarse a confeccionar reglamentos particulares que no son sino el arco de ese edificio,
cuya inamovible llave constrúyenla lentamente las costumbres. Entre estas diversas clases, las leyes políticas, que
constituyen la forma de gobierno, son las únicas relativas a la materia de que trato” (Rousseau, 1991)
En el tercer libro, por un lado, define al gobierno como “un cuerpo intermedio establecido entre los súbditos y el
soberano para su mutua correspondencia, encargado de la ejecución de leyes y el mantenimiento de la libertad tanto
civil como política” y, por otro lado, identifica y clasifica distintas formas de gobierno, sin señalar cual es el mejor o
peor, situación que según Rousseau estaría dada por las circunstancias sociales y por la forma efectiva de lograr el
objetivo final del pacto social, la conservación y multiplicación de la especie humana.
Rousseau habla de las siguientes formas de gobierno: la democracia, cuando el Soberano encomienda el gobierno a todo
el pueblo o a la mayor parte del pueblo, cuando el Soberano pone el gobierno está en manos de un pequeño número de
168
personas se habla de aristocracia y cuando el gobierno se concentra en solo magistrado se habla de monarquía. A pesar
de esta división señala que “no hay ningún gobierno simple, pues un jefe único ha de tener magistrados: un Gobierno
popular ha de tener un jefe. Así, pues, en la repartición del poder ejecutivo hay siempre una gradación desde el número
mayor al menor, con la diferencia de que a veces el número mayor depende del menor, y a veces al revés”.
Finalmente, en el cuarto libro, entre otras cosas, ataca a la religión cristiana considerándola incompatible con la libertad
y como lo opuesto a la República. Asimismo, habla de tres tipos de religión: la religión del hombre que no tiene
templos, altares ni ritos, ser trataría de una religión pura del evangelio; la religión del ciudadano que se halla asentada
en un país donde sus dioses, dogmas y cultos están señalados por ley y la religión extravagante que da a los hombres
dos legislaciones, dos jefes, dos patrias, estableciendo una serie de ambigüedades. En función de esta tipología señala
“no hay ni puede haber religiones exclusiva, se deben tolerar todas las tolerantes, con tal que sus dogmas no se opongan
a los deberes de los ciudadanos” (Rousseau, 1991)
11.5. El Estado
En la edad antigua, los griegos vinculan al Estado con la ciudad o la “polis”. En función de ello se habla de “ciudad
Estado” o “Estado ciudad”. Al respecto, Aristóteles en su obra la “Política” expresa:
“No puede ponerse en duda que el Estado está naturalmente sobre la familia y sobre cada individuo, porque el
todo es necesariamente superior a la parte, puesto que una vez destruido el todo, ya no hay partes, no hay pies, no
hay manos, a no ser que por pura analogía de palabras se diga una mano de piedra, porque la mano separada del
cuerpo no es ya una mano real. Las cosas se definen en general por los actos que realizan y pueden realizar, y tan
pronto como cese su aptitud anterior no puede decirse ya que sean las mismas; lo único que hay es que están
comprendidas bajo un mismo nombre: Lo que prueba claramente la necesidad natural del Estado y su
superioridad sobre el individuo es que, si no se admitiera, resultaría que puede el individuo entonces bastarse a sí
mismo aislado así del todo como del resto de las partes; pero aquel que no puede vivir en sociedad y que en
medio de su independencia no tiene necesidades, no puede ser nunca miembro del Estado; es un bruto o un dios”
En la edad media, surge una nueva concepción de Estado que es bastante diferente a otras formas de organización como
la “polis”. Al respecto, se dice que el fundador de la Ciencia Política y quién introduce esta concepción moderna de
Estado es Maquiavelo, quien en su obra El Príncipe con relación al Estado sostiene que “el hombre es por naturaleza
perverso y egoísta, sólo preocupado por su seguridad y por aumentar su poder sobre los demás; sólo un Estado fuerte,
gobernado por un príncipe astuto y sin escrúpulos morales, puede garantizar un orden social justo que frene la violencia
humana”
Según los criterios teóricos, metodológicos y prácticos de los diferentes autores existen diferentes teorías o hipótesis
sobre el origen del Estado, las cuales resultan ser válidas si hallan su correspondiente referente empírico. Algunos
autores hablan de la teoría religiosa, la teoría del pacto social y la teoría sociológica. Otros mencionan a la teoría
teológica, la teoría histórica o sociológica y a la teoría contractualista. En cambio, otros indican a la teoría del derecho
divino, la teoría del contrato social, la teoría de la solidaridad e interdependencia social y la teoría marxista. Asimismo,
se habla de la teoría de la armonía y la teoría del conflicto, la primera vinculada al análisis funcional y la segunda al
análisis marxista. Sin embargo, aclarar que al margen de estas teorías también existen otras concepciones teóricas que
explican el origen del Estado.
A partir de la teoría religiosa en la gran mayoría de los antiguos cultos se señala que el origen del Estado se halla
vinculado a una revelación divina, teológica o sobrenatural como parte de la religión y como producto de un mandato
entregado a los hombres por un poder supremo o un dios. Según Ander-Egg (1988, p. 118), esta teoría vinculada al
derecho divino “hace derivar de Dios la autoridad soberana; la de la fuerza, que otorga carácter jurídico a toda potestad
superior con facultades para hacerse obedecer”.
Villarroel (1980), dice que la teoría religiosas se divide en dos grandes visiones: la primera sostiene que Dios, como
poder supremo no sólo ha creado un poder público considerado en sí mismo, sino que ha designado a una persona o un
grupos de personas que se hallan envestidas del poder político para hacerse cargo del Estado. En cambio, la segunda
plantea que no solamente es la voluntad de Dios que designa a una persona o a personas para hacerse cargo del Estado
sino que intervienen también la dirección providencial de los sucesos y las voluntades humanas.
169
11.5.3. Teoría del pacto social
Esta teoría tiene distintas versiones sirve para justificar ciertos sistemas de gobierno como ser el democrático y el
absolutista y a la vez postula la solidaridad e interdependencia social (Ander-Egg, 1988). Esta teoría que fue formulada
por Rousseau quien afirma que en un principio de la humanidad, los hombres vivían en un estado de naturaleza gozando
de una primitiva y natural libertad ilimitada, sin estar sujetos a leyes, normas, valores, reglas o pautas de
comportamiento individual y social. Según Rousseau esta realidad de desmedida libertad, habría provocado una
sociedad caótica, anárquica, en crisis y signada por diversos conflictos sociales. Dice este filósofo que frente a ello, y
debido al nivel de desarrollo de la sociedad y el conocimiento, en un determinado momento histórico los hombres
llegan a establecer un “pacto o contrato social” para crear una comunidad política que controle la conducta individual y
social. De este modo, a decir de Rousseau surge el Estado como resultado de la voluntad colectiva con sus respectivos
aparatos represivos e ideológicos que buscan establecer derechos y obligaciones de sus miembros y a la vez establecer
el orden en la sociedad.
Los partidarios esta teoría sostienen que los hombres para establecer dicho pacto social conceden parte de sus derechos
individuales reservándose para sí algunos derechos que son inalienables e inherentes a la naturaleza humana. A decir de
Villarroel el contrato o pacto social nace del miedo y es precisamente este sentimiento, el impulso egoísta de la
conservación el que instiga a los individuos a conformar la sociedad política en beneficio de todos
Villarroel (1980, p. 107) sostiene que “las teorías sociológicas estudian al Estado como un hecho real y objetivo,
independientemente de los hombres”. Más adelante señala que se trata de una construcción social que se vincula al
mando, el poder o la dominación. Debido a ello, se plantea que el origen del Estado es un problema sociológico que
busca esclarecer que hechos, fenómenos o procesos sociales han dado lugar a la estructura estatal y su vínculo con la
sociedad en su conjunto
En esta perspectiva analítica , las teorías sociológicas se asientan en un análisis sistemático y objetivo del origen,
desarrollo, características y funcionamiento de esta forma de agrupamiento humano y su vínculo con el poder social,
existiendo para ello dos grandes teorías sociológicas: teoría funcionalista y la teoría marxista. La primera vincula a la
armonía social y la segunda al conflicto social.
El funcionalismo analiza la cuestión del Estado a través de los conceptos de sistema, estructura, función, orden y
equilibrio, Bajo esta directriz analítica Guerrero y Vacaro (2000), señalan que la “conformación de la estructura estatal
responde al cumplimiento de necesidades surgidas de la mayor complejidad social, quizá producto del aumento
demográfico, y todo ello en un marco armónico o solidario del conjunto de la sociedad”.
Al interior del análisis funcional se dice que Talcott Parsons elabora su sociología sobre un objeto de estudio que posee
una definición triple, los cuales son el Sistema social, Estado Nación y Sociedad Moderna. A partir de esta
conceptualización, Parsons (1999) vincula el concepto de sociedad al de Estado Nación que pertenece y se llega a
constituir como el ejemplo más importante como objeto al cual la sociología dirige su conocimiento. A decir de
Parsons, es en los Estados Nación donde se institucionalizan “patrones de conducta, normas, e instituciones guiadas por
valores liberales y democráticos”. Para Parsons los Estados Nación representan a su vez un progreso de la humanidad
en términos de desarrollo, organizativos, económicos, a través de la expansión de programas de industrialización,
educación, bienestar y consumo (v. Ritzer, 1993; Giddens, 1994).
El marxismo explica la cuestión del Estado básicamente a partir de su origen y evolución y, en función de ello, habla de
diferentes modos de producción. Asimismo, señala que el Estado no ha existido siempre y que únicamente aparece
vinculado a la aparición de la propiedad privada y la división de la sociedad en clases antagónicas. Lo que diferencia al
marxismo de otras concepciones teóricas es la idea de la “extinción” del Estado
Bajo esta directriz analítica de Engels (1985), se dice que en el primer periodo del régimen de la comunidad primitiva
prevalecía la propiedad colectiva y no existía la desigualdad social, las clases sociales y la explotación del hombre por
170
el hombre. Según Aguilar (1987), a esta época denominada de la “manada colectiva”, en vista de que los grupos
sociales eran reducidos, errantes y unidos por la necesidad de sobrevivencia, le continua una sociedad más estable y
sólida agrupada en torno a la “gens” que se constituye en una forma prístina de organización social propia del régimen
avanzado de la comunidad primitiva, se trata de un grupo de individuos unidos por lazos de sangre, el trabajo colectivo
y la comunidad de bienes.
Este régimen gentilicio transita por dos etapas: matriarcado y patriarcado. En la etapa del matriarcado la mujer cumple
una función muy importante en el desarrollo de procesos de trabajo y en la determinación del parentesco, tomando en
cuenta la línea materna. Con la diversificación de las actividades laborales nace la primera división natural del trabajo
entre la mujer y el hombre, pues algunas de ellas ya son desarrolladas exclusivamente por los hombres quienes pasan a
ocupar una posición social importante, el hombre se convierte en la cabeza de la familia y el parentesco ya se determina
por línea paterna.
En el ámbito político del régimen gentilicio “surge el jefe que expresaba con sus acciones y ordenes la coincidencia de
intereses de todos los miembros de la Gens, por lo que ejercía el poder con ayuda de toda la colectividad” (Aguilar,
1987, p. 68). Se produce y reproduce un orden y control social basado en la fuerza reguladora de la costumbre, si bien
coexiste la autoridad y el poder, aún no existe el Estado, pues no se observa la existencia de personas que ejercen el
poder y manejan un determinado aparato coercitivo basado en la fuerza.
En el ámbito económico a través del desarrollo de las fuerzas productivas surge la primera gran división social del
trabajo, entre la agricultura y ganadería. Con el desarrollo de estas dos actividades y la fundición de metales se produce
la segunda gran división social del trabajo, los oficios se separan de la agricultura y la ganadería. Posteriormente, el
desarrollo de la economía mercantil y la ampliación del mercado provocan la tercera gran división social del trabajo, la
conformación de los mercaderes.
En el ámbito social el hombre se convierte en jefe de hogar y surge la propiedad familiar que incentiva el intercambio
individual, siendo el ganado el principal objeto de intercambio. Con la emergencia de la familia patriarcal se empieza a
producir más medios de existencia de los necesarios, los cuales son destinados al mercado. La familia se convierte en la
unidad económica de la sociedad y a la vez se polariza entre familias fuertes y ricas y familias débiles y empobrecidas,
la desigualdad de bienes provoca la desigualdad social.
En la línea analítica de Engels, se sostiene que el desarrollo de la familia, la división social del trabajo y la propiedad
privada dan lugar al origen del Estado (Melotti, 1977; Lenin, 1980; Aguilar, 1987; Méndez, 1993). A decir de Engels
esta forma de agrupación humana nace cunado la sociedad se divide en clases sociales antagónicas, colocándose por
encima de la sociedad y adoptando una apariencia de imparcialidad y neutralidad, a través de una relación no solo con
la clases dominante sino también con todas las otras clases sociales que le permite enmascarar su carácter clasista y
coercitivo y aparecer como expresión de la voluntad e interés colectivo.
Para diferenciar al estado de otras formas de agrupación social es necesario precisar los conceptos de pueblo, nación y
patria. Sobre estos tres conceptos mencionados existen diversas, amplias y flexibles interpretaciones teóricas en función
de la visión teórica, metodológica y práctica que prevalece en los diferentes autores.
En relación al concepto “pueblo” señalar que principalmente existen tres perspectivas, desde la perspectiva jurídica
implica el conjunto de personas o ciudadanos que tienen el derecho a votar, desde la perspectiva sociológica supone el
conjunto de personas y familias que habitan un lugar, una región o un país y desde la perspectiva política se la vincula
con los sectores sociales tradicionalmente más vulnerables107.
El concepto “nación” a partir de su significado etimológico hace referencia a un grupo de personas nacidas en un mismo
y que comparten lazos históricos y culturales comunes. Es la comunidad natural constituida por familias y se la tiene a
confundir con la noción de Estado que tiene una mayor connotación política y jurídica, si bien la nación es parte del
Estado tiene una connotación más sociológica, cultural y étnica. En tal sentido, se señala que la noción de nación es más
amplia y no puede constituirse en Estado en tanto no alcance autodeterminación política. Asimismo, que hay Estado que
agrupan varias naciones y naciones dispersas por más de un Estado (Ander-Egg, 1987).
107
En primera instancia este término se utilizó como contraposición a la nobleza y posteriormente a la burguesía.
171
El concepto de “patria” a partir de su significado etimológico “tierra de los padres”. A partir de este significado básico
se suele designar la patria como el lugar o la tierra natal o adoptiva con la cual un individuo se encuentra ligado a través
de diversos elementos materiales e inmateriales como ser habitantes, tierra, territorio, instituciones, historia, normas,
leyes, tradiciones, emociones y sentimientos afectivos.
Se sostiene que los elementos clásicos del Estado son territorio, población, gobierno y soberanía. Sin embargo, algunos
autores hablan de población, territorio, derecho y poder. Otros señalan a los elementos materiales como ser territorio y
pueblo y los elementos formales como ser los órganos institucionales y la autoridad legal que cumplen funciones de
organización y control. En cambio, los otros hablan de territorio, nación y leyes. Asimismo, de territorio, poder,
soberanía, pueblo y reconocimiento internacional (cfr. Aguilar, 1988; Ander-Egg, 1988; Villarroel)
11.7.1. Territorio
Este elemento hace referencia a la superficie terrestre y marina donde se halla asentado el Estado, el mismo que puede
estar delimitado natural o artificialmente. Al respecto, mencionar que el territorio o espacio físico de un Estado se halla
delimitado por las fronteras o límites de la superficie territorial que demarcan el alcance de su dimensión jurídica y
política. Jurídicamente es el espacio físico hasta donde se llega el poder público. En tal sentido, este ámbito espacial es
importante para establecer los límites de la soberanía y el ejercicio del poder que en el caso del territorio se denomina
“dominio” el cual se extiende en términos de longitud, latitud, altura y profundidad.
El territorio que se constituye en la base material o superficie física donde se asienta el Estado, y que también incluye el
espacio aéreo, puede ser favorable o desfavorable en función de los siguientes aspectos: tamaño o superficie, ubicación
o situación geográfica, relieve o morfología del suelo, accesibilidad geográfica y de recursos naturales.
11.7.2. Población
Este elemento tiene que ver con los hombres o conjunto de personas que viven al interior del territorio del Estado y que
se encuentran vinculados por un régimen jurídico, independientemente de su origen social, religión, ideología y cultura.
Se trata de personas que pueden conformar en un cierto territorio pueblos, naciones o patrias.
Sobre la población o las personas que pertenecen a un Estado recae el contenido de las disposiciones legales o jurídicas
emanadas del Estado, siendo la población objeto del poder público en términos de cierta bidimensionalidad, por un
lado, la asignación de obligaciones y, por otro lado, el reconocimiento de derechos.
11.7.3. Gobierno
Este elemento se vincula con el conjunto de órganos elegidos y establecidos para administrar y dirigir al Estado, es
decir, con el conjunto de personas e instituciones revestidos de poder que tienen a su cargo actividades vinculadas al
poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, En tal sentido, son las instancias encargadas de hacer elaborar y hacer cumplir
la Constitución y las leyes. Todo gobierno responde a la forma de organización del Estado, el cual puede ser
republicano o monárquico, unitario o federal, democrático o dictatorial.
11.7.4. Soberanía
La soberanía es la facultad que tiene un Estado para autogobernarse, autolimitarse y autoobligarse es decir, tomar
decisiones sin ningún tipo de injerencia. Este elemento que proporciona unión y fuerza al Estado está vinculado con el
poder, en particular con el poder supremo, el cual residiría en el pueblo. A decir de varios autores el poder es el atributo
más importante del Estado, a nivel nacional tiene mayor valor que la ley y a nivel internacional lo confiere la categoría
de “potencia”.
El poder como construcción social permite al Estado imponer su “voluntad” como una regla social socialmente
compartida haciendo posible la conformación de un “orden coactivo” para imponer un “orden determinado. Todo
Estado necesita del ejercicio del poder para efectivizar fines, metas, funciones y competencias, siendo el poder del
Estado único, indivisible, independiente y soberano.
172
CAPÍTULO 12
SOCIEDAD Y COMUNICACIÓN
La conformación de una nueva sociedad postindustrial caracterizada por profundas transformaciones como ser el
establecimiento de nuevas relaciones entre economía, sociedad y Estado, la globalización del planeta, la irrupción de
nuevos medios de comunicación, la conformación de una sociedad de masas y la emergencia de nuevas tecnologías de
información y comunicación, ha establecido nuevos, diversos y complejos escenarios a partir de los cuales se viene
transformando la cotidianidad de las personas, las relaciones sociales, los grupos sociales, las instituciones y los países.
En este contexto de profundos cambios, la denominada revolución tecnológica ha posibilitado la emergencia de las
llamadas nuevas tecnologías de la información y comunicación (TICs), las mismas que vienen modificando las formas
de transmisión de información y comunicación a través del flujo veloz e instantáneo de imágenes, voces, estímulos y
mensajes que influyen directamente en los modos de percibir y representar la realidad (Castells, 2005).
Si bien ambos conceptos se hallan estrechamente vinculados es necesario tomar en cuenta que presentan significados o
connotaciones diferentes, lo que implica que comunicación no es igual o no es lo mismo que información. Ander-Egg
(1988, p. 62), define a la comunicación como “un proceso de transmisión de signos, señales o símbolos de cualquier
clase entre personas”. Asimismo, considera a la comunicación como “una relación entre individuos encaminada a la
transmisión de significados mediante el empleo del lenguaje, la mímica, los ademanes, las actitudes, etc. En esta
interacción, ambas partes actúan como emisores y receptores de mensajes”. Por otro lado, este mismo autor, define a la
información como el acto que facilita datos e información referida a la situación de una persona, institución, grupo
social, hecho, fenómeno o proceso social.
173
Según Noseda (1972), citado por Beltrán (2007, p), la comunicación no es un acto sino un proceso por el cual una
individualidad entra en cooperación mental con otra, hasta que ambas llegan a constituir una conciencia común. La
información es, por el contrario, sólo una trascripción unilateral del empuje de un emisor a un receptor. La irradiación
de mensajes sin retorno de dialogo, proveniente de informantes centralizados, no puede identificarse con la co/actividad
intersubjetiva que es la comunicación. Por su parte, Rowac, Rosengren y Sigurd, citados por Beltrán (2007, p. 77)
señalan que “comunicarse se refiere a un proceso bilateral que tiene elementos tanto emocionales como cognoscitivos y
que ocurre en forma verbal así como no verbal. Informar, por otra parte, se refiere a un proceso unilateral de
comunicación verbal predominante dirigido hacia el conocimiento”.
Con relación a comunicación e información manifestar que históricamente se observa cambios substanciales en ambos
procesos ligados a las diversas técnicas disponibles en determinado momento de desarrollo de la sociedad, lo que ha
permitido su tránsito que va desde el empleo de la simple palabra, pasando por los signos y símbolos, hasta llegar a la
utilización de alta tecnología. En el marco de la “primera revolución industrial”, los procesos de urbanización e
industrialización fueron los factores principales para la emergencia de la llamada comunicación masiva que tiene como
componentes fundamentales: La masa de la audiencia, los comunicadores y la práctica comunicacional. En este
contexto, el correo, el teléfono, el cine, la radio, la prensa y la televisión son algunos medios, entre otros, que han
contribuido a ampliar la escala de la comunicación, la información, la capacidad de multiplicación de los mensajes, la
rapidez en la comunicación y la posibilidad de llegar a un gran número de personas.
En esta directriz analítica, manifestar que las últimas grandes transformaciones tecnológicas en los medios de
comunicación están enlazadas a la denominada “segunda revolución industrial” que ha posibilitado la emergencia de un
nuevo patrón tecnológico donde prevalece la cibernética y la microelectrónica. Dichos avances tecnológicos en el caso
de los medios de comunicación e información, han dado lugar a la conformación de las nuevas tecnologías de
información y comunicación.
Su conformación y desarrollo se debe a la revolución promovida por la convergencia tecnológica de tres sectores
industriales que antes trabajaban de manera autónoma: La “informática” (computadora electrónica, transistor,
microprocesador, chips y la computadora personal), la “información” (periódico, radio y televisión) y la
“comunicación” (cable inalámbrico y el teléfono). La correlación de estos tres sectores y sus correspondientes
subsectores sobre la base de la informática y la digitalización ha hecho posible la conformación de nuevos sistemas de
comunicación y han posibilitado la emergencia de nuevas formas de organización y de proporcionar servicios en los
sistemas tradicionales. En tal sentido, las TICs pueden ser tanto tradicionales, como la radio, la televisión y los medios
impresos, como nuevas, en forma de equipos físicos y programas informáticos como satélites, computadoras, Internet,
correo electrónico, celulares, scanner’s, cámaras digitales, asistentes personales digitales, facsímiles, módems y
grabadoras de CD y DVD. En la coyuntura actual, todos estos modernos instrumentos de alta tecnología permiten
transmitir, procesar y difundir información de manera rápida e instantánea optimizando el manejo de la información y el
desarrollo de la comunicación.
Desde los albores de la humanidad, el hombre para sobrevivir se ha visto en la necesidad de desarrollar procesos de
comunicación e información a través del lenguaje. 108 En principio, esta necesidad fue satisfecha a través de sonidos,
gruñidos y gestos similares al de otros animales. Con el transcurso del tiempo, la comunicación humana comienza a
diferenciarse de la comunicación animal y el hombre ya recurre a las señales, los dibujos, los signos y las acciones para
establecer otros sistemas más complejos de comunicación e información. El afán de satisfacer esta sentida necesidad
trajo consigo la evolución de ciertos conocimientos, aptitudes y habilidades que ya posibilitan en determinados grupos
sociales comunicarse a través de tambores, señales de humo u otro tipo de signos. De esta manera, los hombres van
creando algunas herramientas, en principio bastante “rudimentarias” para interrelacionarse con los demás y
posteriormente para sentar las bases para el establecimiento de un lenguaje propio y común entre todos.
El desarrollo de las herramientas y las formas de comunicación tendrá un hito muy importante con el descubrimiento de
la escritura, hace aproximadamente unos 5.000 a.C. A partir de entonces surge una nueva forma de comunicación que
permite transmitir cierta información y posibilita intercambiar conocimientos, saberes, sentimientos, opiniones e
108
Si se entiende el lenguaje como un medio de expresión y de comunicación a través de sonidos, signos e imágenes.
174
inquietudes.109 Otro hito de gran importancia en el desarrollo de los medios de comunicación se constituye el
descubrimiento de la imprenta, inventada en China hacia el año 600 d.C. y después en Europa en el siglo XV. 110 Se
considera al alemán Johann Gutenberg, como el inventor de la imprenta en Occidente en el año de 1450 y se dice que su
labor contribuyó en forma decisiva a la aceptación inmediata del libro impreso en sustitución del libro manuscrito.
Posteriormente, con el transcurrir del tiempo los elementos vitales de la comunicación e información en términos de
“emisor”, “receptor”, “medio”, “canal”, “mensaje”, “fuente”, entre otros, serán transformados, desarrollados y
mejorados. De esta manera a través de una serie de innovaciones tecnológicas surgirán, inicialmente, los denominados
medios tradicionales de comunicación y, posteriormente, las nuevas tecnológicas de la información y la comunicación
Según los representantes de la teoría de los “macrociclos” en la historia de la humanidad se han producido dos grandes
revoluciones del conocimiento y la tecnología. La primera es la revolución industrial que se desarrolla en Inglaterra en
el último tercio del siglo XIX y se expresa en la aplicación del conocimiento al proceso productivo a través el
descubrimiento de nuevas máquinas e instrumentos de trabajo, elementos que van a perfeccionar la producción de
mercancías y que hacen posible la emergencia de una sociedad industrial o capitalista.
Corresponden a este periodo el descubrimiento y la difusión de algunos nuevos medios de comunicación denominados
“tradicionales” como ser la fotografía (1826), telégrafo (1835), teléfono (1876), fonógrafo (1877), radio o telegrafía
inalámbrica (1895), cine (1895) y la televisión (1926). La segunda revolución industrial es la que se inicia a fines de la
década de los setenta y principios de los ochenta y se expresa en nuevos sistemas de comunicación e información
gracias a los avances de la cibernética y la microelectrónica que generan un nuevo mundo de sonidos, imágenes y otros
estímulos audiovisuales que van a adquirir una fuerte influencia en el desenvolvimiento de la sociedad y de sus
miembros.
Como lo expresa Fernández (2005, p. 344) la “convergencia entre las telecomunicaciones y las tecnologías
comunicacionales dieron como resultado la emergencia de nuevas tecnologías de información y la comunicación que
permitieron la expansión de la comunicación vía satélite, la distribución de mensajes por cables o mediante sistemas de
transmisión de microondas, grandes adelantos de la televisión, nuevas formas de emisión de radio, aparatos de
videotape y videodiscos, así, como sistemas de distribución de televisión por cable y, por supuestos la computadora
electrónica”.
En este nuevo contexto, desde fines de los 70 y principios de los 80, surge una sociedad post/industrial caracterizada por
profundos cambios tecnológicos que vienen modificando la base material de la sociedad y, de modo particular, los
procesos de comunicación y los sistemas de producción, distribución y consumo de información. En efecto, la
conformación de este nuevo patrón tecnológico ha introducido una nueva forma de relación entre Estado, economía,
sociedad y cultura, es decir, ha materializado una nueva forma de vivir, producir, gestionar y comunicar (Castells,
2005). Al respecto, son varios los autores que sostienen que este reacondicionamiento del sistema capitalista ha hecho
interdependientes a todas las economías del mundo y ha profundizado el desarrollo desigual de las sociedades. En
correspondencia con esta posición, Néstor García Canclini (1995), afirma que este “reacondicionamiento” no es un
simple proceso de homogenización, sino que se trata de un reordenamiento de las diferencias y desigualdades sin
suprimirlas.
En la sociedad “industrial” prevalece una lógica en función de los procesos industriales y si bien en la llamada sociedad
“postindustrial”, la industria también juega un papel muy importante, serán los procesos y los nuevos mecanismos de
comunicación e información los que se van a constituir en los ejes organizadores centrales de casi todos los ámbitos y
las dimensiones de la sociedad
A partir de este sintético desarrollo histórico de procesos de comunicación y transferencia de información que se
produce entre individuos o grupos sociales, ya sea mediante el habla o por cualquier otro sistema o medio, se advierte
que ambos procesos son de vital importancia para la preservación, expansión y el desarrollo de cualquier tipo de
sociedad. También se pone en evidencia de que estos procesos históricamente se han visto expresados o plasmados en
109
La escritura cuneiforme estaba conformada por signos que tenían la forma de “cuña” que fueron grabados en tablillas de arcilla y en materiales de
metal, madera y piedras. Las primeras inscripciones cuneiformes estaban formadas por pictogramas, donde cada palabra representaba un signo. Luego
aparece la escritura ideográfica donde los signos representan palabras compuestas y hace aproximadamente 800 a.C., surge la escritura alfabética,
donde cada signo representa un sonido de la lengua hablada.
110
Se utiliza el término de imprenta, para designar diferentes procesos que se desarrollan para reproducir palabras, imágenes o dibujos sobre papel,
tejido, metal u otros materiales.
175
diferentes sistemas o medios de comunicación e información que guardan una estrecha relación de correspondencia con
el nivel de conocimiento que ha alcanzado en determinado momento el desarrollo de la sociedad.
Ante de hablar de comunicación de masas resulta imprescindible hacer referencia a la sociedad de masas. Según
Swingewood (1981) citado por Lozano (1996), a partir de mediados del siglo XIX, sobre todo en Europa y Estados
Unidos, se desarrollan las denominadas sociedades industriales. La conformación de este nuevo tipo de sociedad que
erosiona los vínculos sociales y familiares de los individuos, masificándolos y aislándolos de sus grupos primarios y de
referencia, es resultado de los siguientes factores: La división social del trabajo, la organización industrial a gran escala,
la producción automatizada de mercancías, la concentración de la población urbana, el crecimiento de las ciudades y el
incremento de movimientos políticos masivos de las clases trabajadoras. La interrelación de estos factores provoca la
emergencia de audiencias conformadas por individuos pasivos, aislados, manipulables, irracionales e ignorantes que
eran muy susceptibles de ser influenciados por los medios masivos de comunicación.
Bajo este contexto, histórico social y tecnológico se constituye la comunicación de masas. Ander-Egg (1988), con la
expresión de comunicación de masas designa los medios de difusión modernos, caracterizados por su capacidad de
alcanzar a un público extenso. Entre estos medios se encuentran la radio, el cine, la televisión, la prensa, las revistas y
los discos. Según este autor la comunicación de masas es la traducción al castellano de la palabra inglesa “mass media”,
propiamente “medios de masa”, compuesta de “mass” y “media”, palabra latina derivada de “médium”, “medio”. Por
ello, en un sentido estricto sostiene que hay que hablar de “medios masivos de comunicación” y no de “comunicación
de masas”, pues lo peculiar de estos medios no es la comunicación entre “las masas”, sino el hecho de la producción
masiva de sus mensajes.
Los pasos para la conformación de una “comunicación de masas” se inauguran con la invención del telégrafo eléctrico,
pasan por la invención del teléfono fijo y la radiotelefonía hasta llegar a la invención de la televisión, el Internet y la
telecomunicación móvil. Este tipo de sociedad se verá consolidada por la revolución tecnológica que vive la sociedad,
es decir, por los avances significativos en las tecnologías de la informática, información y comunicación que se
expresan en la generalización del uso de las tecnologías, las redes de comunicación, el rápido desenvolvimiento
tecnológico, el desarrollo científico y la globalización de la comunicación e información.
El desarrollo comunicacional, tecnológico e informático que ha dado origen a las denominadas Nuevas Tecnologías de
la Información y la Comunicación, ha transitado por cinco etapas: La primera etapa se caracteriza por el hecho de que
los medios de comunicación presentan un escaso desarrollo tecnológico y sus finalidades eran estrictamente militares.
La segunda etapa se inaugura a mediados del siglo XX con el descubrimiento del transistor y su implementación en
algunos medios de comunicación. La tercera etapa se vincula a la fabricación en 1964 de un nuevo componente
electrónico, el circuito integrado que alcanza una mayor capacidad en almacenar información. La cuarta etapa se
inaugura en el año 1971 con la implementación del chip de circuito integrado o microprocesador.111 La quinta etapa que
contempla la década de los 80 engloba la producción de recursos y medios informáticos con el afán de lograr que
ciertas actividades sean mucho más rápidas y que estos medios lleguen a la mayor cantidad de personas. En este marco
histórico social, el notable desarrollo tecnológico convergente de las industrias de la informática, la información y la
comunicación que se habían mantenido separadas hacen posible la emergencia de las denominas TICs.
Según Fernández (2005), la convergencia de estas tres grandes industrias, informática, información y comunicación, da
como resultado la emergencia de una comunicación electrónica que hace posible tres aspectos principales: 1). Mover
señales de un lugar a otro mediante los nuevos sistemas de comunicación (vía satélite), 2). Almacenar información
altamente compacta, eficiente y fácil de recuperar (discos duros, chips, DVD, VCD) y 3). Conectar computadoras entre
sí (Internet)
Las TICs son recursos, instrumentos y procesos utilizados para transmitir, procesar, recuperar, almacenar, organizar,
manejar, producir, difundir, presentar e intercambiar información por medios electrónicos y automáticos. Estas TICs
están conformadas por equipos físicos y programas informáticos, como ser computadoras, scanners, cámaras digitales,
teléfonos, celulares, facsímiles, módems y grabadoras y reproductoras de CD y DVD, radio y televisión, además de
programas informáticos como bases de datos y aplicaciones multimedia.
111
El microprocesador incluye a todos los componentes electrónicos que constituyen la unidad central de proceso
176
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), concibe a las TICs como “algo más que informática y
computadoras, puesto que no funcionan como sistemas aislados, sino en conexión con otras mediante una red. También
son algo más que tecnologías de emisión y difusión, como televisión y radio, puesto que no sólo dan cuenta de la
divulgación de información, sino que además permiten una comunicación interactiva.”112.
La Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (UNESCO), señala que las TICs
tienen “la capacidad de remodelar y transformar profundamente los modos en que la gente organiza su vida, interactúa
con otras personas y participa en los diferentes ámbitos de la sociedad. Estas tecnologías son el cimiento de un cambio
radical que, desde las definiciones industriales/postindustriales de desarrollo, dará origen a un nuevo paradigma basado
en el modelo de las sociedades de la información. Este cambio traerá consigo la redefinición de los mundos del trabajo,
el aprendizaje y la investigación, el ocio y el espectáculo, la participación y el gobierno”. 113
Arratia et al (2006, p. 20) definen a las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TICs) como “aquellas
tecnologías que permiten transmitir, procesar y difundir la información de manera instantánea, y constituyen, por lo
tanto, la base sobre la cual se construye la sociedad de la información. Éstas son el resultado de una cultura tecnológica
mediatizada y artificializada que representa una “realidad virtual” y una digitalización ilimitada”. Asimismo, se dice
que las TICS construyen nuevos espacios de tiempo en donde se constituyen nuevas formas de relación social y de
formas institucionales, nuevas categorías de aprensión de la experiencia personal y social así como nuevas dimensiones
de la cultura (Castells, 2005).
Anthony Giddens (2002), señala que esta serie de transformaciones tecnológicas que ha tenido lugar durante el siglo
XX han transformado por completo el rostro de las telecomunicaciones a partir de la innovación de la transmisión a
distancia de información, sonidos o imágenes fijas o en movimiento por medios tecnológicos. Asimismo, este autor
sostiene que esta tendencia dominante que ha dado lugar a la conformación de las TICs no sólo implica una revolución
tecnológica sino que también se halla modificando en su conjunto a la sociedad, la economía y la cultura.
Casi con similar criterio Castells (2005), sostiene que el nuevo paradigma tecnológico organizado en torno a la
tecnología de la información en interacción con la economía global y la geopolítica mundial se encuentra
materializando un nuevo modo de producir, comunicar, informar, gestionar y vivir.
Es un hecho indiscutible que las TICs se constituyen en el hecho tecnológico más importante del siglo XX, pues al
optimizar el manejo de la información y el desarrollo de la comunicación están provocando profundos cambios en los
diferentes niveles de la sociedad, no solamente en el ámbito de la comunicación e información, sino también en los
ámbitos económicos, políticos, sociales y culturales, simultáneamente, están transformando paulatinamente los
contextos comunitarios, familiares e individuales. Se observa que las TICs se han introducido en casi todas las
actividades humanas, se hallan presentes tanto en procesos, actividades, instituciones, organizaciones como en la vida
cotidiana de personas y grupos sociales, modificando sus formas de comunicación, información, entretenimiento y
esparcimiento. En el campo específico de la comunicación, estas nuevas tecnologías comunicacionales vienen
modificando las formas de comunicación, los escenarios de consumo cultural y las identidades culturales. Pero no sólo
ello, sino que también están provocando profundas modificaciones en los diferentes paradigmas comunicacionales y a
la vez están provocando serias controversias de aceptación y/o rechazo en diferentes espacios tanto académicos como
cotidianos.
Las ventajas de las TIC se hallan determinadas por la forma cómo se las utilice y la importancia que se le otorgue. En
esos términos, se expresa que los beneficios podrían ser los siguientes: Facilitan las comunicaciones, eliminan las
barreras del tiempo y el espacio, favorecen la cooperación y colaboración entre distintas entidades, aumentan la
producción de bienes y servicios de valor agregado, elevan la calidad de vida de los individuos, provocan el surgimiento
de nuevas profesiones y mercados y permiten un acceso igualitario a la información y al conocimiento. Si bien es cierto
que las TICs presentan ciertas ventajas resulta también muy evidente que provocan ciertas consecuencias negativas o
desventajas, entre las principales se menciona a que pueden ser utilizadas con fines ilícitos o delincuenciales,
reemplazan tradicionales formas de ocio, distracción o esparcimiento, incentivan una sociedad individualista y de
consumo, provocan cambios culturales, alineación y aculturación, modifican las tradicionales formas comunicación,
despersonalizándolas, construyen nuevas identidades culturales e incentivan el plagio.
112
Asociación Latinoamericana de Integración, Secretaría General. La brecha digital y sus repercusiones en los países miembros de la ALADI.
113
Citado por Karina Herrera en Comunicación y Desarrollo en la Sociedad de la Información en Comunicación, nuevos escenarios y conflictos
sociales, IV Encuentro Nacional de Investigadores de la Comunicación, Cochabamba, 2004
177
12.6. Sociedad de la información
Las nuevas TICs ha provocado la emergencia de una sociedad de la información que se caracteriza por el uso extendido
de los medios de comunicación e información que transitan desde los “medios tradicionales” como la radio, la
televisión y los medios impresos hasta los “medios modernos” como los satélites, la computadora, la Internet, la
telefonía y los celulares, entre otros. A decir de Erick Torrico (2002), la conformación de este nuevo tipo de sociedad
sobre la base de la revolución tecnológica está provocando la emergencia de una “nueva era” caracterizada por
importantes transformaciones a nivel de la sociedad, la economía, la política, la cultura y la vida cotidiana. De acuerdo a
la literatura revisada ésta llamada “nueva era”, signada por profundos cambios tecnológicos que repercuten en los
procesos de comunicación e información, recibe diversas y distintas denominaciones, tales como la “era del
conocimiento”, “era de la Internet” o “era de la información”, apelativos que también derivarían en la conformación de
una “sociedad del conocimiento”, “sociedad de la Internet” o “sociedad de la Información”. 114
a) La noción de la “era de la información” sostiene que en el desarrollo de la civilización se han producido tres
grandes olas del cambio económico: la ola agrícola, la ola industrial y la ola de la información.
b) La concepción de “aldea global” afirma que la organización social habiendo partido de la forma tribal
alimentada por la comunicación oral habría pasado a otra destribalizada producto de la incursión de la imprenta
y desembocaría en una última, retribalizada, que reconectaría al planeta y repondría el sentido comunal y
activador de lo sensorial de la vida tribal original.
f) La concepción de la “sociedad red” se basa en la aceptación de que existe un “nuevo paradigma tecnológico”
conformado por la microelectrónica, las TICs y la ingeniería genética y, en la constatación, de que las redes
están transformando las relaciones de producción, consumo, poder y experiencia. Como bien lo puntualiza
Manuel Castells (2005), la era de la información y la sociedad red se expresan como la “cultura de la
virtualidad real”.
Según datos publicados por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), agencia dependiente de la ONU, la
penetración de las TICs a escala mundial sigue siendo imparable aunque de manera desequilibrada. Según estadísticas
del 2008, se informa que existen 4.000 millones de suscripciones a la telefonía móvil, 1.300 millones a líneas fijas y
cerca de un cuarto de la población utilizan la red Internet, pese a ello aún subsisten grandes diferencias entre regiones y
entre países industrializados y países en desarrollo.115 En función de estas estadísticas, señalar que las TICs se han
convertido en un recurso muy importante tanto para los países desarrollados como para los países menos desarrollados y
al interior de ellos para la mayoría de sus habitantes.
En el discurso se pregona que las TICs se constituyen en un “pasaporte” para la participación equitativa y el desarrollo
económico, social, cultural y educativo en vista de que promueven el acceso igualitario de los ciudadanos a la
comunicación e información, lo que proporcionaría no sólo mejores oportunidades económicas, sino también una mayor
y mejor calidad de vida. Sin embargo, si bien estas realidades pueden ser válidas en el contexto de sociedades
114
Pero al margen de estas denominaciones, la "nueva era o sociedad" ha sido también calificada como postindustrial, tecnotrónica, informatizada,
cableada, interconectada, digital o aldea global (v. Giddens, 2002; Castells, 2005)
115
La Razón, 08.03.09.
178
desarrolladas, con relación a las sociedades subdesarrollabas la implementación de las TICs han generado y en alguno
casos profundizado ciertos desequilibrios sociales y económicos.116 Son varios los estudios que han confirmado que la
expansión de las TICs, si bien es global se produce en forma desequilibrada y diferenciada, es decir, la difusión de la
telefonía móvil, los ordenadores, los satélites, los módems, los scanner y la red Internet es amplia pero en su acceso, uso
y consumo prevalecen grandes diferencias o desigualdades, sse habla entonces de la conformación de la denominada
“digital divide” o “brecha digital” que hacen referencia a la polarización entre las países, regiones, grupos y personas
que tienen la posibilidad de acceder y consumir las nuevas TIC en su vida cotidiana y las que no tienen acceso a las
mismas o que no saben cómo utilizarlas para sacarles provecho.
Según Castells (2005), esta brecha digital no sólo se da entre países, sino entre ciudades de una misma nación o entre el
área urbana y el área rural o entre mujeres y hombres, entre jóvenes y personas de la tercera edad o entre quienes tienen
acceso a la educación formal de los que no lo tienen. Es decir, la brecha digital se expresa en marcadas diferencias
dentro de un mismo país y al interior de su estructura social o de sus habitantes. Por ejemplo, los usuarios de las TICs
en Europa y América representan entre el 43 y 44% de la población. En cambio, en Asia es cerca del 15% y en África
es menos del 5%. En el caso específico de la red Internet en África el porcentaje de usuarios de la red con relación al
mundo es de 1,5%, en Asia es de 34% y en Europa de 29,2%, frente a un 6,3% de América Latina y El Caribe.
En el caso boliviano, se sabe que existen comunidades enteras que ni siquiera cuentan con la conectividad de un solo
teléfono y menos con equipos de computación, mientras que en ciudades del eje central, como La Paz, Cochabamba y
Santa Cruz algunas familias tienen más de tres líneas telefónicas y cuentan por lo menos con una computadora.
Asimismo, acceden a la telefonía móvil y los servicios del cable y el Internet. 117 Para ilustrar aún más esta cuestión de la
“brecha digital” señalar, por ejemplo, que el Japón ingresó a la era de la televisión digital con alta resolución de imagen
y sonido en el año 2003 y se estima que el país recién en el lapso de al menos 10 años podrá ingresar a este sistema de
señal digital. Sin embargo, es preciso aceptar que esta brecha digital no solamente está vinculada y determinada por
aspectos técnicos y económicos sino que también se encuentra determinada por factores geográficos, sociales,
económicos, educativos y culturales.
Sobre el caso específico del acceso y uso de la red Internet un estudio realizado en el 2008, por la Unión Internacional
de Telecomunicación señala que 23 de cada 100 personas en el mundo utilizan la red, aunque los niveles de uso pasan
de ser muy altos en los países ricos a extremadamente bajo en los países subdesarrollados.118 Este estudio revela que en
los países con altos niveles de ingresos se paga relativamente poco por el acceso a Internet, mientras que en los países
más pobres se paga relativamente más por el acceso a la red por los altos precios de la banda ancha. Se afirma que esta
brecha digital concebida como la línea divisoria entre regiones, países, comunidades, grupos sociales o personas que
aprovechan las nuevas tecnologías de información y comunicación y las que no tienen acceso o no sabe utilizarlas,
limitan en gran medida las posibilidades de desarrollo colectivo e individual. 119
Uno de los principales recursos de las denominadas nuevas TICs es la conformación de la Red Informática, que si bien
no es la única es la más importante. Se denomina Red Informática, cuando dos o más computadoras u ordenadores se
hallan conectados de manera que puedan intercambiar información y compartir recursos, como ser fax, impresoras,
scanner, etc. Cuando las computadoras están conectadas a un mismo organismo, empresa o institución, la red
informática se denomina red interna o “Intranet”. En cambio, cuando las computadoras se hallan conectadas a redes
informáticas más amplias se habla de “Internet”.
El nombre de Internet procede de dos términos, “inter” que significa enlace o conexión y “network” que denota red, de
ahí que Internet signifique la “interconexión de redes”. A partir de este significado básico se entiende a Internet como la
red de computadoras interconectadas entre sí que ofrecen acceso y comparten información a través de un lenguaje
común. Es decir, “el Internet es la interconexión de redes informáticas que permiten a los ordenadores o computadoras
conectadas comunicarse directamente a cualquier otro ordenador de la red”.120
116
Se dice que así como estos avances tecnológicos han dado lugar a cambios importantes en el desarrollo de las sociedades, también han
profundizado la brecha o exclusión que ya aquejaba a personas, comunidades y países.
117
En el país mucha gente ni siquiera tiene telefonía básica, que es un medio necesario para acceder al servicio de Internet y cuando recurre a este
servicio a través de los sitios Internet tienen limitaciones sobre todo de tiempo.
118
La Razón, 08.03.09.
119
Con el afán de superar este problema la Nueva Constitución Política del Estado, en su artículo 103, plantea como política de Estado la
implementación de estrategias para incorporar la aplicación de TICs a través de una Plan Nacional de Inclusión Digital
120
La red es la que hace posible la interconexión entre individuos o estaciones por medio de un sistema de comunicación por cable.
179
Con relación a este importante componente de las nuevas TICs, manifestar que la red Internet, es considerada como la
“red de redes” o la “superautopista de la información” y en la sociedad postindustrial se constituye en una plataforma
muy importante tanto para los países desarrollados como para los países menos desarrollados. Si bien la red Internet es
una herramienta se suma importancia en la emergencia de nuevas formas de comunicación e información, no resulta ser
la única, pero si resulta muy evidente de que se constituye en uno de los mayores exponentes de las TICs.
Al respecto, Marcelo Guardia (2008, p. 54), expresa que el internet “con todos sus recursos y submedios incorpora a su
poderoso arsenal interactivo a todos los medios inventados en el pasado, comenzando por la pizarra, pasando por el
correo, el teléfono, el cine, la radio, la televisión, el video, el libro, las revistas, los periódicos, el ordenador e
incorporando nuevas formas y medios de comunicación e información”.
En la actualidad, esta red Internet simboliza en el ámbito global un modo de comunicación, de información, de vida y
de cultura que va más allá de los avances tecnológicos y del lugar que ocupa tanto en espacios públicos como en
ámbitos privados. En el caso boliviano, aunque la interacción informática todavía no se halla bien desarrollada, la
implementación de la red Internet sobre todo a partir de locales públicos está provocando importantes cambios en
algunas dimensiones de la sociedad boliviana, pues ha eliminado las barreras del tiempo y la distancia y ha permitido a
la gente compartir información y establecer nuevos sistemas de comunicación.
Los datos que se transmiten por Internet “viajan” en pequeños paquetes de información desde la computadora personal
hacia una computadora central y de ahí se “trasladan” hacia otras computadoras a través de distintos caminos y redes, es
decir, distintos tipos de comunicación. En vista de que la información viaja por cables de “fibra óptica” de un servidor a
otro de manera instantánea y a gran velocidad, el Internet recibe también la denominación de la “autopista de la
información”. En la denominada “red Internet”, “red de redes”, “superautopista de la información” o “ciberespacio”
cada computadora cuenta con una dirección única en todo el mundo, la misma que identifica a una red que está
conectada a Internet y recibe la denominación de dirección IP (Internet Procotol).121 Este denominado Protocolo de
Internet (IP) es el soporte lógico básico empleado para controlar el sistema de redes, es decir, controlan y encaminan la
información desde el ordenador emisor hasta el ordenador receptor.
Los distintos tipos de servicio proporcionados por la red Internet utilizan diferentes formatos de dirección. Así, por
ejemplo, las redes informáticas utilizan sufijos que indican el país, (.es) para España, (.ar) para Argentina o (.bo) para
Bolivia. Asimismo, manejan sufijos que especifican el tipo de organización a que pertenece la red informática en
cuestión, que por ejemplo puede ser una institución educativa (.edu), un centro militar (.mil), una oficina del Gobierno
(.gov) o una organización sin ánimo de lucro (.org). La denominada Universal Resource Locutor (URL), hace referencia
al método de identificación de documentos o lugares en Internet, es decir, se trata de una cadena de caracteres que
identifica el tipo de documento, la computadora, el directorio y los subdirectorios en el que se encuentra el documento y
su nombre.122 Por ejemplo, el URL de la página WEB de la Universidad Mayor de San Andrés es http://www.umsa.bo.
La parte del URL antes de los dos puntos indica el protocolo necesario para acceder al documento. La etiqueta http
indica que el documento se encuentra en www. La siguiente parte del URL, www, indica un nombre para la
computadora donde se encuentra el documento (una máquina puede tener más de un nombre o alias). El nombre umsa
indica el nombre del dominio o red local donde se encuentra la máquina (puede haber más subdominios separados por
puntos). La extensión .bo indica que está en Bolivia.123
Los servicios básicos del Internet son: La World Wide Web, el correo electrónico o e-mail, el Chat, el FTP (File
Transfer Protocol que significa el intercambio de archivos que no pueden ser transmitidos por correo electrónico) y el
downloads servicio gratuito que permite descargar programas, documentos, juegos, videos y música.
Para acceder a la red Internet se necesita de un ordenador o una computadora, (software de comunicación), un modem,
(dispositivo que conecta la computadora a la línea telefónica con el afán de comunicarse con otras computadoras) una
línea telefónica, un explorador o navegador y una conexión a un servidor Internet. Sin embargo, últimamente han
surgido nuevas formas de acceder a la red sin la necesidad de utilizar algunos de estos “recursos tradicionales”, se está
121
El término de “ciberespacio” fue acuñado William Gibson en su novela escrita en 1984 “Neuromancer”.
122
Enciclopedia Microsoft® Encarta® 98 © 1993-1997 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
123
El http puede leer e interpretar ficheros de una máquina remota: no sólo texto sino imágenes, sonidos o secuencias de vídeo. Enciclopedia
Microsoft® Encarta® 98 © 1993-1997 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos
180
hablando de las redes inalámbricas, presentes en terminales de buses, aeropuertos, subterráneos, universidades, plazas,
parques o poblaciones enteras..
El Internet definido como la red de redes de ordenadores capaces de comunicarse entre sí, es más que un recurso
tecnológico en vista de constituir un medio que posibilita la interacción, la comunicación, la organización y el
establecimiento de relaciones sociales. En la actualidad, con más de 1.100.000.000 millones de usuarios distribuidos en
todo el planeta y más de 11.500.000.000 de páginas Web se ha convertido en el medio de comunicación más extendido
de toda la historia de la humanidad, eliminando barreras del tiempo y el espacio y posibilitando a la gente compartir
información.124 Sus nuevas aplicaciones que cotidianamente se introducen están modificando los diferentes ámbitos de
la sociedad. Según Fernández (2005, p. 356), “mediante el Internet se puede estar en contacto con amigos en lugares
lejanos del planeta, conseguir información de la universidad en la que se desea estudiar, realizar compras, vender y
adquirir acciones, rentar un departamento, obtener información médica e inclusive conversar con deportistas y
políticos.”
La red Internet es resultado de un proceso histórico social de emergencia y constitución que se remonta al periodo
anterior de la denominada “guerra fría”. 125 Según Castells (2005, p. 32), el Internet se origina en un audaz plan ideado
en la década de los sesenta por los “guerreros tecnológicos” del Servicio de Proyectos de Investigación Avanzada del
Departamento de Defensa de los Estados Unidos (Advance Research Projects Agency, ARPA), con el propósito de
evitar la toma o la destrucción de las comunicaciones estadounidenses en caso de guerra nuclear. En función de estos
propósitos se afirma que a finales de 1969 se establece la primera conexión entre cuatro computadoras conocida como
ARPANET que posteriormente evoluciona hacia la red Internet. Sin embargo, algunos autores sostienen que el objetivo
de la constitución de la primera Red ARPANET, vinculado a la defensa contra ataques nucleares solamente es un mito,
en vista de que este no fue el único propósito, sino que ARPANET fue diseñado debido a que los modos de
conmutación de información eran poco confiables. El resultado que buscaban sus inventores era la conformación de una
arquitectura de red que no podía ser controlada desde ningún otro centro y que se encuentre compuesta por miles de
redes informáticas autónomas que tengan innumerables modos de conectarse, sorteando las diversas barreras
electrónicas.
Esta red que se inaugura en 1969, en el Pentágono o en el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, bajo el
denominativo de ARPANET, acabó convirtiéndose en la base de una red de comunicación global y horizontal de miles
de redes, de la que se han apropiado individuos, grupos y países de todo el mundo para toda clase de propósitos,
bastante alejados de las preocupaciones de una guerra fría extinta. En 1980, se interconectaron una red de ordenadores
de distintos Departamentos de ciencia de algunos Estados de Estados Unidos (EEUU) con ARPANET, estableciéndose
lo que ahora se conoce como la red Internet. Sin embargo, “se toma enero de 1983, como la fecha de nacimiento de
Internet en vista de que en este momento el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, decide usar el protocolo
TCP/IP en su red ARPANET, creando la red ARPA INTERNET, que empezó a ser usada por otras agencias
gubernamentales, entre ellas la NASA, por lo que su denominación fue evolucionando al de Federal Research Internet,
TCP/IP INTERNET y finalmente se quedó con el nombre de Internet”
Cuadro Nº 8
CRONOLOGÍA HISTORIA DE LA
RED INTERNET
124
Wikipedia
125
La guerra fría hace referencia a la disputa que enfrentó después de 1945 a Estados Unidos y los países aliados, de un lado, y al grupo de naciones
lideradas por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), del otro. No se produjo un conflicto militar directo entre ambas superpotencias,
pero surgieron intensas luchas económicas y diplomáticas. Los distintos intereses condujeron a una sospecha y hostilidad mutuas enmarcadas en una
rivalidad ideológica en aumento (Enciclopedia Microsoft® Encarta® 98 © 1993-1997 Microsoft Corporation).
181
1987 Se incrementan los servidores a 5.000.
1989 Aparece la WWW.
1993 Internet se introduce al público.
1993 Existen 100 World Wide Web Sites
1994 Se cuenta con 2.000.000 de servidores a nivel mundial.
1995 Se tiene a 4.000.000 de servidores y 30.000.000 de usuarios.
1996 Se crea el gigante de la Web, el buscador Google.
1996 Existen 90.000 World Wide Web Sites
1997 Existen 200.000 World Wide Web Sites
1998 Se tiene 148.000.000 de ordenadores conectados a Internet.
2006 En septiembre, surge el Facebook.
2006 Internet alcanza a los 1.100.000.000 de usuarios.
2008 Existen 6.300.000.000 World Wide Web Sites o paginas Web
A pesar de que los orígenes de la red Internet se remontan a fínales de la década de los sesenta sólo a partir de la década
de los ochenta se ha producido su expansión masiva y acelerada. En la actualidad, la difusión acelerada de la red y lo
imprescindible que se ha convertido en la cotidianidad de miles de personas, grupos sociales e instituciones de casi
todos los países del mundo, han hecho de que cada 17 de mayo se celebre el Día Mundial de Internet.
Son varios los autores que expresan que la red Internet ofrece un mundo de infinitas posibilidades que el usuario sin
moverse de la casa ni de la computadora, entre tantas y tantas aplicaciones, puede desarrollar las siguientes actividades:
a) conversar en forma instantánea con personas que se hallan en cualquier parte del mundo, b) obtener información
diversa y amplia sobre diversos temas, c) transmitir cualquier tipo de datos, d) escuchar música y ver videos, e) leer
periódicos locales y de otros países, f)) ver imágenes por satélite, g) efectuar cursos virtuales a distancia, h) realizar
viajes virtuales, i) conocer a personas y países, j) comprar o vender mercancías y servicios, k) grabar, copiar, transferir,
guardar y acceder a información de audio, video y texto y l) jugar en red.126
c) En el ámbito económico, la red Internet está modificando las formas de producción y comercialización en
negocios o empresas. La red posibilita establecer transacciones económicas de forma rápida, instantánea y
segura, brindando nuevas oportunidades de comercialización a través de las páginas Web.
d) En el campo de la publicidad y propaganda, la red Internet se halla generando nuevas formas de competencia y
comercialización de mercancías. En este plano, la red permite llegar rápida, segura y expansivamente a clientes
y potenciales clientes.
e) En el espacio político, la red Internet está generando nuevas formas de organización y participación política.
Asimismo, está posibilitando la organización y el desarrollo de ciertos movimientos sociales y de nuevas
formas de movilización social.
126
Información disponible: www.slideshare.net/arelycardona/redes2-8181554; archivo.eluniversal.com.mx/articulos/63925.html
182
f) En el campo cultural, la red Internet se halla incentivando el consumo cultural y la conformación de
identidades culturales. Se atribuye a la red cambios importantes en hábitos, costumbres, modo de vida y
consumo en las personas.
g) En el contexto familiar e individual, la red Internet está provocando cambios en el comportamiento social e
individual, externo e interno de las personas y las familias en términos de una serie de nuevos conocimientos,
actitudes y prácticas.
h) En el contexto educativo, la red Internet está permitiendo establecer nuevos esquemas y métodos educativos en
el proceso enseñanza/aprendizaje. Asimismo, está posibilitando acceder a datos e información antes limitada o
inaccesible.
De acuerdo a la literatura revisada se ha constando que existen dos posiciones enfrentadas que se polarizan, por un lado,
en la creencia de que red tienen aspectos positivos y, por otro lado, en la idea de que prevalecen aspectos negativos.
Siguiendo la línea de Giddens (2002), señalar que las opiniones sobre los efectos de la red Internet en la interacción
social se encuentran divididas, Unas a favor y otras adoptan una postura pesimista. En efecto, unos ven a Internet como
un elemento positivo que ha venido a expandir y enriquecer las redes sociales de las personas. En cambio, otras
opiniones señalan que el Internet aumenta el aislamiento social y el individualismo. Si bien estas opiniones se hallan
signadas por la subjetividad resulta innegable que la red Internet está provocando profundos individuales y colectivos.
Los que comparten la primera visión expresan que el Internet ofrece innumerables ventajas para la organización y el
desenvolvimiento de actividades individuales y colectivas en diferentes ámbitos y dentro de los cambios positivos
mencionan a la comunicación más fluida la facilidad y rapidez en el acceso de información, el acceso las 24 horas del
día y no existe el riesgo de la adicción. En contraste, los que comparten la segunda visión señalan que no todos los
cambios que ha generado la red son positivos sino que existen también innumerables desventajas y dentro de las cuales
mencionan a la mala información y publicidad engañosa, la existencia de muchas posibilidades para la adicción el
fomento al consumo y la sobreinformación. En esta directriz analítica, también señalar que estas posiciones
confrontadas también giran en torno a ciertos hechos o procesos sociales vinculados a la interacción social, la
educación, el juego, la pornografía, la adicción y el control social.
Resulta evidente que la red Internet ha modificado substancialmente las formas tradicionales de comunicación, al
eliminar las barreras del tiempo y la distancia. Ahora más que nunca es más fácil comunicarse con cualquier parte del
mundo y simultáneamente con un número amplio de personas, pero no solamente es posible hablar con otras personas
sino verlas y conversar en “vivo y en directo” no importando la distancia, el tiempo y el horario. Pero además de ello,
ahora económicamente resulta más barato comunicarse en comparación a los costos que demanda el correo o la
comunicación telefónica.
Estas realidades descritas vinculadas a la relación existente entre Internet, comunicación e interacción social han
provocado dos visiones confrontadas. Unos señalan que la red ha posibilitado expandir y enriquecer las relaciones
sociales, las redes sociales y la interacción social. Es decir, los que defienden el Internet señalan que este medio acerca a
los usuarios a la tecnología y a las nuevas formas de comunicación interpersonal. En contraste, otros especialistas han
llegado a la conclusión de que la red contribuye a reducir el círculo social e incide negativamente a las relaciones
sociales, desplazando la actividad social y reemplazando los lazos fuertes de unión por otros más vínculos mucho más
débiles. En tal sentido, se afirma que las amistades creadas en la red parecen ser más limitadas que las respaldadas por
una proximidad física (v. Vilches, 2001; Valenzuela, 2003; Castells, 2005). Al interior de esta visión pesimista o
negativa también se sostiene que el uso del Internet por parte de un segmento de la población implica solo una
ampliación del ámbito privado, un lugar de oportunidades de comunicación, por tanto, sólo un ámbito virtual y no
público, ya que no se constituye en un espacio de interacción real con la sociedad civil y sus miembros.
Como en toda innovación tecnológica existe el deseo o la pretensión de aplicar el “nuevo medio” como un instrumento
útil para transmitir, socializar y aplicar conocimientos y, vincularlo al proceso enseñanza/aprendizaje. Es el caso,
183
saltando distintos periodos históricos, de la imprenta, la radio, la televisión y de las nuevas tecnologías de la
información y comunicación que a partir de la década de los ochenta, van adquiriendo importancia como factores de
desarrollo económico y como potencial comunicativo y educativo (Levis, 2000).
El uso y la aplicación del Internet en el campo educativo están provocando distintas creencias, opiniones, visiones o
actitudes polémicas y generando serias y complejas controversias, pues simultáneamente genera la fascinación y el
desencanto, la adscripción y el rechazo y la actitud positiva frente a la visión negativa o viceversa. Son varios los
estudios y los especialistas que coinciden en manifestar que introducir la red al proceso educativo en términos de
enseñanza/aprendizaje provoca ciertas ventajas y desventajas.
Entre las ventajas, se menciona la posibilidad de acceder a una múltiple y diversa información en forma rápida e
instantánea, lo que permite encontrar lo que uno busca o necesita con relación a una determinada temática o establecer
enlaces con los temas elegidos, esta realidad demuestra que ahora fácilmente se puede acceder a información que antes
se hallaba restringida o era inaccesible. Bajo esta óptica, se sostiene que como nunca antes había sucedido con otros
“medios”, el Internet ofrece la posibilidad de acceder y compartir una cantidad enorme de información que hasta ahora
era inaccesible por otros medios.
Asimismo, se señala como una gran ventaja de la red la posibilidad de que los alumnos puedan acceder a una mayor
información que aquella que los profesores o los docentes proporcionan o poseen. Por ello, no es casual que en algunos
países sobre todo desarrollados algunos centros de enseñanza estén utilizando la red con objetivos dirigidos a la
educación y, sobre todo, a la investigación académica, con el afán de aprovechar las ventajas del audio, el video y la
multimedia para mejorar la calidad de la enseñanza y el aprendizaje. Es el caso, por ejemplo, del Estado de California
(EEUU) que ofrece libros de textos electrónicos o libros digitales gratuitos a sus alumnos de primaria y secundaria. 127
En contraposición, también se expresa que la enorme cantidad que ofrece la red provoca en el usuario una
“sobresaturación de información”, lo que en muchos casos lejos de constituir una ventaja se constituye en una gran
desventaja. Dentro de esta visión pesimista, son muchos los estudios que sostienen que la red Internet adquieren mayor
importancia en el campo económico, en particular en el ámbito comercial y no tanto en la educación misma, “la
enseñanza es vista por los sectores empresariales como un negocio muy rentable que debe ser promovido activamente”
(Arriata, et al, 2006). Por ello, no resultaría casual la emergencia y la proliferación de los denominados “cursos
virtuales” tanto a nivel del “pre” como del “post” grado de formación académica. Asimismo, dentro de esta actitud
pesimista se sostiene que en el campo educativo es mayor la probabilidad de la dependencia y el hábito a que la red
Internet resuelva la mayor parte de los problemas sobre todo aquellos vinculados a la búsqueda de información y
elaboración de trabajos.
En el marco de una mirada pesimista, para algunos especialistas del campo educativo y de la comunicación, “hoy en
día, la sensación que produce Internet es un ruido, una serie de interferencias, una explosión o cúmulo de ideas distintas,
de personas diferentes, de pensamientos distintos, de tantas y tantas posibilidades que, en ocasiones, puede resultar
excesivo”. Esta actitud obedece el hecho de que la red Internet proporciona una enorme cantidad de información, lo que
hace más probable que el “usuario se pierda” en la red. Por ello, no es casual que se afirme que el Internet en “buenas
manos” resulta ser beneficioso, pero que si no se le da el “uso adecuado” resulta ser perjudicial y nocivo, es decir,
cuando se usa la red sin el debido conocimiento y la suficiente orientación, sus ventajas se pueden convertir en
desventaja y muchas veces en peligro.
Frente a estos dilemas y posiciones contrapuestas, resultaría imprescindible adecuar el Internet a las necesidades y
expectativas del ámbito educativo. Sin embargo, se observa que sobre todo en países subdesarrollados los sistemas
educativos formales son lentos en asimilar e implementar los nuevos cambios tecnológicos. Suelen reproducir un
sistema de enseñanza/aprendizaje memorístico, repetitivo, tradicional y descontextualizado frente a los grandes avances
de los sistemas informáticos y tecnológicos que exigen de una permanente actualización. En un mundo “tecnologizado”
la necesidad de actualizar conocimientos, habilidades y capacidades debería ser ya algo habitual. Bajo esta dimensión,
la educación debe replantear contenidos, fines, metas, objetivos, pedagogías, didácticas y utilizando el Internet hacer de
la enseñanza y el aprendizaje, algo agradable, útil y práctico. Esto implica diseñar una política educativa adecuada a un
entorno cibernético.
127
La Razón, 17.05.09.
184
Con relación al acceso y consumo de videos juegos y juegos en red que se hallan en el Internet las posiciones también
se hallan divididas. Unas en contra y otras en favor de esta nueva forma de diversión y ocio. Son varios los estudios y
los especialistas que tienen una visión muy negativa de esta nueva modalidad de esparcimiento, la crítica que realizan se
centraliza en el carácter demasiado violento del contenido de los mismos, alegando que el usuario puede repetir esta
situación violenta en la vida práctica.
En el ámbito internacional, algunos estudios realizados reportan efectos perjudiciales en los habituales usuarios,
identificando “una relación de corto plazo entre los juegos violentos y un comportamiento cada vez más agresivo”. Se
dice que los videojuegos determinan que los “jóvenes usuarios” asuman una conducta violenta, destructiva,
individualista, competitiva y carente de valores. Asimismo, señalan que casi no existen juegos educativos y que en la
mayoría de los juegos que practican los “jóvenes usuarios” prevalecen situaciones vinculadas a la violencia, la
destrucción y la eliminación al “enemigo” superando ciertos obstáculos y siguiendo determinadas estrategias.
Dichas investigaciones sostienen que permitir que los jóvenes, adolescentes y niños desarrollen “batallas salvajes y
crueles entre personajes animados, con el fin de destruir o pulverizar al enemigo”, los convierte en personas inmunes
frente al dolor y la violencia, existiendo la posibilidad de que utilicen la agresión y la violencia para solucionar
problemas que afrontan en la vida cotidiana. A nivel nacional, algunos estudios realizados sostienen que el contenido de
los video juegos signado por peleas, batallas, violencia y muerte es el alimento cotidiano de quienes principalmente
consumen estos juegos: niños y adolescentes. Expresan que una “sobre dosis” de violencia internalizada lleva a la
imitación o reproducción de hechos violentos, por ello no resultaría casual la proliferación de pandillas juveniles.
Según estos estudios se estaría entrenando a jóvenes y adolescentes para la victoria a fuerza de violencia, no importando
los medios que se utilicen para conseguir el triunfo (Iriarte, 2002). Asimismo, se afirma que los contenidos violentos de
los juegos son un adiestramiento de jóvenes y niños para el mundo actual altamente violento y en el cual muchas veces
reproducen la competencia de “ganar o morir” (Uberhuaga et al, 2005). Los contenidos de algunos juegos considerados
como los más populares brindan a las personas más jóvenes realidades virtuales que se caracterizan por: violencia,
muerte y hostilidad. En éstas, matar o destruir son entendidos como una manera normal de divertirse. Entonces podría
decirse que los jóvenes están asumiendo una cultura de violencia, de destrucción y, sobre todo, de competitividad,
carente de valores (Arratia et al, 2005).
Se considera que estas apreciaciones resultan ser exageradas, pues no es correcto sostener que el “incremento de la
delincuencia”, la “violencia social”, la “proliferación de pandillas” y la “cultura de la destrucción y la violencia” son
producto del comportamiento asumido por los “jóvenes usuarios” que se hallan expuestos persistentemente a este tipo
de videos juegos. Es decir, se considera que estas afirmaciones no tienen el suficiente respaldo empírico que confirme la
correlación existente entre actitudes violentas y disóciales y consumo de juegos interactivos violentos. Es necesario
reconocer que las fuentes principales del comportamiento violento y ofensivo están vinculadas a otras variables de tipo
familiar, social, político, económico y cultural. Así, por ejemplo, son varias las investigaciones que han constatado que
la violencia intrafamiliar es resultado de la transmisión de la violencia de padres a hijos. Asimismo, que existe cierta
relación de correspondencia entre pobreza, desempleo, crecimiento poblacional y violencia.
Al afirmar que estos juegos, en donde prevalece la idea de matar o destruir, instigan al desarrollo de una cultura de la
violencia y un universo simbólico carente de valores, se olvida que anteriores generaciones también jugaban a la
“guerra” y a la muerte”, sólo que en esta época se utilizaban “pistolas o espadas de juguete”. Por otro lado, cuando se
señala que los “video juegos” están enmarcados en un entorno virtual agresivo y violento y demarcan siempre la
confrontación y la competencia, también se olvida que cualquier deporte llamase fútbol, billar, básquet o natación,
implica también la idea de “acabar” con el adversario en base al enfrentamiento y la competitividad. Si bien en la red
existen juegos con contenidos violentos y muy violentos, no todos los juegos son iguales e inclusive existen ciertos
juegos que contienen un contenido educativo implícito que aunque no forman parte de los “juegos educativos” tienen
características muy particulares e interesantes que se pueden aplicar al campo educativo. Esto implica que en sí los
juegos no son malos o buenos sino que estos se hallan determinados por su contenido, por la representación social que
se otorga, por el universo simbólico y las prácticas habituales que pueden provocar.
Según información documental y periodística, la pornografía representa una buena parte del tráfico en la red Internet. Se
dice que existen 260 millones de páginas Web que contiene cierto material pornográfico. Asimismo, se informa que
alrededor de 30 millones de personas consultan cotidianamente estas páginas. Esta enorme “oferta y demanda de
pornografía” ha obligado a la Corporación de Internet para la Asignación de Nombre y Números (ICANN), a asignar y
185
gestionar direcciones del protocolo Internet y crear un dominio exclusivo para los sitios pornográficos. Dicho dominio
es el .xxx, el mismo que permite dar acceso o evitar contenidos pornográficos, “aquellos que la quieren ver podrán;
aquellos que no, lo podrán filtrar”.128
De esta información se desprende que existen millones de usuarios de ambos sexos y casi de todas las edades que
acceden cotidianamente a páginas con alto contenido erótico o pornográfico. Bajo este marco, algunas de las
desventajas que se señalan respecto al uso del Internet están vinculadas precisamente al acceso de páginas
pornográficas. Si bien no se “percibe públicamente” que los usuarios estén usando la red para acceder a páginas
eróticas, resulta innegable que algunos usuarios entran “conscientemente” a estas páginas y, en cambio, otros entran de
manera “involuntaria” o por “curiosidad”, pues han entrado a estos sitios a través de la publicidad y los enlaces o
encuentran en sus correos electrónicos, mensajes de texto o imágenes con este tipo de contenido. Respecto a esta última
situación la cartilla sobre “Consejos de seguridad virtual para navegar protegido”, elaborada por la Fundación Ricky
Martin, señala que cotidianamente “nueve de cada diez niños acceden a la pornografía infantil por accidente mientras
están realizando sus asignaciones”.
Una gran desventaja que se menciona con relación al uso de la red se encuentra vinculada a la posibilidad de la
“adicción tecnológica”, es decir, la posibilidad de que muchos usuarios no puedan vivir sin la red y/o que ocupan gran
parte de su vida utilizándola. En relación con la adicción a las tecnologías o adicciones tecnológicas, investigaciones
realizadas sostienen que esta adicción adquiere una bidimensionalidad; puede ser pasiva (como a la televisión o a los
reproductores de imágenes y sonido) o puede ser activa (como a los juegos electrónicos o al Internet).
Vinculado a este punto son varios los especialistas que polarizan sus visiones en torno a la adición o no la red. Esta
situación ha conducido a varios autores, como ser Youg (1996; Griffiths (1997) y Echeburúa y Cols (1999), citados por
Ortiz y Fuentes (2004) “a proponer la existencia de un desorden de adicción a Internet similar a los problemas que
aparecen con otras conductas adictivas, como ser el juego, el sexo, el trabajo, las drogas, etc.” Para el análisis de esta
adhesión exagerada a la red han propuesto el término de “adicción al ordenador/Internet” o “adicciones tecnológicas”
que hacen referencia a un fenómeno o desorden pautativo que depende tanto del “medio” como del “mensaje”, sin
inclinarse a favor de ninguno de ellos. Sin embargo, expresar que la problemática social vincula a la adicción es
controversial, ambigua y se discute en torno a “qué tipo de adicción” genera el Internet, si la adicción es al “medio” o al
“mensaje”.
Guerricaechevarria y Echeburúa (1997), ilustran esta controversia al poner como ejemplo la problemática que surge
entre adicción al sexo y adicción al Internet. Ambos autores señalan que “un individuo que fuese adicto a las páginas de
contenido sexual, ¿sería un adicto al sexo, a Internet, o a ambos? Asimismo, exponen un caso clínico de adicción a las
líneas telefónicas de “party line” y “eróticas”, expresando que se trata de una variante de adicción al sexo. En este caso
nos sería difícil de entender que existiera una adicción al teléfono en sí”.
En la perspectiva de ambos autores también surge la controversia en la relación entre adicción a los juegos y adicción al
Internet. Un usuario puede ser adicto a los juegos y para ello utiliza la red de manera casi obsesiva, entonces surge la
interrogante ¿hacia qué es adicto?, al juego o el Internet. Asimismo, este mismo dilema se presenta en la relación
existente entre comunicación e Internet, pues muchos jóvenes y adolescentes han desplazado al teléfono por el Internet
en sus conversaciones. Entonces también se plantea la polémica con relación a la adicción, si ésta es al “medio” o la
“actividad” que se realiza.
Desde una perspectiva innovadora Tpascott (1998, p. 108), a partir de la definición de adicción “como el uso
persistente, compulsivo y dañino de una substancia que produce síntomas de abstinencia cuando se deja de utilizar”,
considera que resulta absurdo afirmar que uno es adicto a la tecnología. Para defender su posición sostiene que se tiene
que demostrar en el usuario un uso compulsivo y síntomas de abstinencia severos y señala que los resultados de su
investigación revelan que los jóvenes y adolescentes siempre regresan a la red porque disfrutan de algo, es decir, les
reporta algo. En tal sentido, señala que no existe tal adicción a la tecnología, “el poder de sujeción no se debe a la
tecnología, se debe a que el medio permite al usuario hacer cosas que les gusta que les son atractivas y divertidas”.
Para ilustrar sus afirmaciones señala que por ejemplo un “adicto a la heroína”, no recurre a esta sustancia para aprender
y solucionar problemas, más al contrario la droga elimina la habilidad de solucionar problemas. En cambio, un “adicto
128
La Razón, 28.06.10.
186
al Internet” tiene la capacidad de confrontar, aprender y abordar sus propios asuntos de manera constructiva. Así, por
ejemplo, un adolescente que entra al Internet puede estar tratando de resolver un problema escolar, laboral o familiar,
buscar información para reparar algún artefacto o simplemente compartir “penas y alegrías” con alguien.
Con relación a la “adicción a la tecnología Internet” los datos estadísticos expresan que por ejemplo en España “el 60%
de los jóvenes entre los 16 y 34 años no se imagina la vida sin Internet y el 49% se pasa conectado más de dos horas al
día. Asimismo, que el 66% de ellos se conecta varias veces al día a Internet o permanece “on line” al menos 20 horas a
la semana”129
La emergencia, constitución y la expansión de la Red Internet no solamente implica transformaciones técnicas, sociales,
económicas, políticas y culturales sino que también ha provocado y a la vez demanda profundos cambios en los
sistemas jurídicos en términos de control y vigilancia, es decir, la red Internet no sólo ha modificado las modalidades de
comunicación, información, entrenamiento y diversión, sino que también viene modificando diferentes ámbitos de la
vida en comunidad y generando diferentes pautas de comportamiento, muchas de ellas que oscilan entre lo permisible y
lo prohibido. Asimismo, manifestar que el acceso a la red Internet plantea muchas cuestiones éticas en vista de que en la
mayoría de sus servicios no existen mecanismos de vigilancia y de control social e institucional.
Como bien lo señalan algunos estudios, el desarrollo científico y tecnológico del siglo XX ha devenido también en la
emergencia de los denominados “delitos informáticos” y en la necesidad de tratar cuestiones vinculadas a las libertades
y el derecho de información, expresión y comunicación. Esto implica que las sociedades requieren de nuevas
disposiciones jurídicas que administren y dirijan las nuevas modalidades de acceso y aprovechamiento de las nuevas
tecnologías, en particular de la maravilla moderna de la telefonía celular y la red Internet. Si bien en algunos países se
restringen ciertos contenidos políticos, religiosos e ideológicos son controlados por la “censura” del gobierno, existe la
gran posibilidad de “burlar o eludir dichos filtros” siempre y cuando se tenga el conocimiento, la habilidad y los medios
necesarios.
Con relación a la red Internet se podría decir que su acceso es libre e irrestricto en vista de que no existe un control
estatal o social, más bien algunas de sus restricciones están vinculadas a problemas de accesibilidad geográfica y
disponibilidad económica. Su uso masivo puede constituirse en una herramienta ventajosa como también en un serio
peligro. Bajo este nuevo contexto, surgen una serie de actitudes vinculadas a las implicaciones legales, morales y éticas
que acompañan el acceso y uso de la red. Por un lado, se señala que no se puede restringir el derecho que tienen los
individuos a la información, la expresión y la comunicación, y, por otro lado, se ataca a la red expresando que al no
existir restricciones en su acceso y consumo, los usuarios, especialmente los más jóvenes se hallan expuestos a una serie
de peligros fácticos y simbólicos. Resulta innegable que muchos sitios de la red Internet explicita e implícitamente
inducen e incentivan individual y colectivamente el racismo, el odio, el fanatismo, la violencia, el resentimiento, la
discriminación y la pornografía. Esto hace que los usuarios se hallen expuestos de manera voluntaria e involuntaria a
contenidos que no los desea. Así, por ejemplo, la red pone de manera explícita e implícita en la pantalla mala
información y publicidad engañosa que se halla vinculada a aspectos disóciales o delictivas como ser la pornografía y el
acceso a datos personales o cuentas bancarias.
Evitar que los usuarios observen o tengan acceso a juegos con contenidos, mensajes e imágenes agresivas, violentas o
pornográficas, “legal o jurídicamente” resulta muy difícil. Por ello, han surgido algunas organizaciones con el propósito
de proteger a los usuarios sobre todos a los “más jóvenes” frente a la actitud de personas malintencionadas que utilizan
la red para robar, atraer a sitios ilegales, promover conductas indeseables, dañinas o adictivas u obtener información
confidencial que puede ser utilizada en contra de los usuarios. En la actualidad, las organizaciones más conocidas que
buscan proteger a los menores en la red son “Panda Segurity” y Fundación Ricky Martín.
Se otorgan diferentes sentidos y significados a la red Internet, es decir, existen diferentes modos de entender y
representar algunas ideas o visiones que se tienen sobre la red. Si bien existe una multiplicidad de visiones o actitudes
129
Estos datos han sido proporcionados por la compañía proveedora de servicios de Internet Yahoo! España, que ha bautizado a ese colectivo con el
particular nombre “generación-i”.
187
sobre esta tecnología todas ellas se polarizan en dos: La visión o actitud de los adultos y la propia visión o actitud de los
jóvenes.
Uno de los derechos fundamentales de las personas tiene que ver con el derecho que tienen a emitir libremente ideas y
opiniones. Sin embargo, se observa que cuando se toca “cosas” o “aspectos” concernientes a la adolescencia y/o la
juventud no se llegan a considerar sus condiciones de vida material, sus sentidos, sus subjetividades y sus propias
representaciones sociales. Por lo general, cuando se toca sus dificultades y problemas para cubrir necesidades básicas
como ser educación, salud, empleo, ingresos, participación, comunicación o sexualidad, siempre prevalece una visión
“adultista bastante subjetiva”.
En la mayoría de los adultos la presencia cotidiana de la red en lo más jóvenes provoca una marcada inquietud porque
simplemente “saben o creen” que esta tecnología solamente internaliza “mensajes inapropiados” y “alejados” de los
intereses, expectativas y necesidades de los “más jóvenes”. Consideran que la red convierte a los jóvenes usuarios en
“violentos”, “apáticos”, “adictos”, “flojos” e “inactivos”. Asimismo, imaginan que algunos males sociales como ser la
delincuencia, el alcoholismo, la drogadicción, la prostitución, el pandillismo y las acciones violentas, entre otras, son
resultado de la adicción de los jóvenes a la tecnología.
En función de las apreciaciones que prevalecen en el mundo adulto se piensa que es muy frecuente que ellos denoten
cierta actitud negativa sobre el Internet no tanto por lo “que es sino por lo que creen que es”. En tal sentido, no debe
extrañar que hoy existan tantos “mitos” en torno a las poblaciones jóvenes, algunos tienen su origen en la falta de
información y otros son producto de la “mala fe”, por ello no resulta casual identificar a los “más jóvenes” con valores
y actitudes negativas y contradictorias y concluir con la sentencia “en mis tiempos no era así”, “ahora a los jóvenes no
les importa nada”, “no se mueven del televisor, la computadora o el Internet”, “se las pasan hablando por celular” o “los
jóvenes han cambiado tanto, ahora son bien violentos y apáticos”.
Vinculado a este punto, mencionar que Tapscott (1998) señala que parte de la inquietud de los adultos con respecto a
los más jóvenes tiene su raíz en la preocupación que suscita la relación entre jóvenes, adolescentes y niños y la
tecnología. La expansión acelerada de la red y de sus recursos atemoriza a muchos padres, maestros y otros adultos. Les
inquieta que esta nueva y poderosa herramienta se encuentre en manos de los más jóvenes sobre todo porque muchos de
estos adultos sienten que ellos mismos realmente no entienden la tecnología. Si bien se considera que esta inquietud es
válida, resulta más conveniente tomar medidas sensatas para minimizar riesgos, en vez de prohibir y alejar a jóvenes y
adolescentes del uso de la red.
Se sostiene que existe una falta de capacidad en la mayoría de los adultos para entender los cambios tecnológicos de la
época y simplemente tienden a producir y reproducir representaciones sociales que tienen a “penalizar o criminalizar”
las actitudes y las prácticas “tecnológicas” que asumen las nuevas generaciones. Así, por ejemplo, cuando en 1895 se
inventa el cine se piensa que los libros y los escritores iban a desaparecer, lo mismo sucede cuando aparece la televisión
y está pasando lo mismo con los desarrollos tecnológicos de fines del siglo XX. Esto no significa que las cosas
necesariamente tengan que ir de lo mejor a lo peor.
Desde una visión adulta más “objetiva y realista” se considera que no se trata de “satanizar a la red” sino de lo que más
bien se trata es de “formar usuarios más selectivos”, “alfabetizar tecnológicamente”, “demistificar la tecnología” y
“reconocer contenidos indeseables o alienadores social y culturalmente”. Como bien lo puntualiza Baggott, citada por
Tapscott (1998, p. 81), “los más jóvenes comienzan a desarrollar independencia y seguridad en sí mismos, pues a una
edad muy temprana; pueden encontrar lo que quieren y necesitan de modo rápido, fácil y honesto. Muchos dicen que en
la red no sienten la necesidad de protección de nadie ni de nada”
Se considera que si bien es necesario tomar en cuenta las actitudes del mundo adulto resulta también imprescindible
conocer, valorar, interpretar y aplicar las actitudes que adoptan los “más jóvenes”, desde su visión y conforme al
contexto donde ellos se desenvuelven y no simplemente a partir del predominio de una visión adultista donde prevalece
concepciones más interesadas en “proteger”, “integrar” y “formar” la “potencialidad de los más jóvenes”. Desde la
visión de los más jóvenes también se reconoce que no todo lo que contiene el Internet es bueno o malo, es decir, que el
uso del Internet conlleva ciertas ventajes y desventajas. Pese a esta realidad, la mayoría de los usuarios jóvenes
considera a la red Internet como una “maravilla” que les proporciona nuevas, llamativas y renovadas formas de
entretenimiento, comunicación, diversión e información. Por ello, no es casual que cuando surge un nuevo “dispositivo
digital” se abalancen sobre él e inmediatamente socialicen con sus pares nuevas experiencias y significados. Esto
sucede en particular con relación a los nuevos sitios Web y la aparición de nuevos programas, videos juegos, música y
videos musicales.
188
12.9. Internet en Bolivia
A pesar de la denominada “brecha digital”, el auge y la expansión de la red Internet ha posibilitado de que este
importante recurso de las TICs llegue con diferentes niveles de intensidad a países desarrollados y subdesarrollados;
ámbitos urbanos y ámbitos rurales; “minorías privilegiadas” y “amplias mayorías postergadas”, es decir, ha llegado a
todos los países, a la ciudad y al campo y a los ricos y a los pobres. En el caso boliviano, el país se conecta al correo
electrónico en noviembre de 1989 gracias a la labor de Clifford Paravicini y de un grupo de ingenieros y cuatro
estudiantes de la Carrera de Ingeniería Electrónica de la Universidad Mayor de San Andrés. 130 En primera instancia,
este grupo de profesionales y de estudiantes logra establecer la “mensajería electrónica” o el “correo electrónico” con el
Institute For Global Communications de San Francisco, California (EEUU) y, posteriormente, con el resto del mundo.
Así nace el correo electrónico o e-mail en Bolivia con el nombre de BolNet (Bolivian Network) y asume el dominio. bo.
Según información periodística, se sabe que “hasta 1989, de 43 países conectados al mundo a través del mail, Bolivia
era el numero 22; en la región el quinto, pues primero era Brasil, después Argentina, Chile, Uruguay y Bolivia, después
le siguen Venezuela, Ecuador, Perú, Paraguay y Colombia”. 131
Las primeras instituciones que se conectaron a la red Internet fueron entidades universitarias, la Universidad Mayor de
San Andrés se conecta en noviembre de 1989, la Universidad Mayor de San Simón en enero de 1990, la Universidad
Gabriel René Moreno en marzo de este mismo año, al igual de que Universidad Andina Simón Bolívar. Por esta misma
época, se conectan el Programa de Naciones Unidades para el Desarrollo (PNUD), la Organización Mundial de la Salud
(OMS), la Presidencia, la Cancillería y casi todas las Embajadas Extranjeras. En los años subsiguientes, se conectan
algunas otras organizaciones, empresas e instituciones estales y no gubernamentales. En función de este inicial acceso
institucional su difusión masiva se inaugura en agosto de 1995 cuando el gobierno promueve la red Internet bajo la
tutela de la Vicepresidencia de la Republica. Con el trascurso del tiempo y por el alto costo de la línea telefónica y la
falta de infraestructura, la red Internet fue introduciéndose paulatinamente a los hogares bolivianos principalmente a las
denominadas ciudades del eje: La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz. En estas ciudades se constituyen y/o surgen
algunas empresas telefónicas que ofertan servicios de Internet siendo el caso de COTEL, COTAS, ENTEL, VIVA,
TIGO, entre otras.
En Bolivia, si bien los orígenes de la “mensajería electrónica” se remontan a finales de la década de los ochenta su
difusión y expansión recién comienza a partir de agosto de 1995, cuando el país se conecta a Internet y BolNet se
convierte en el primer sitio Web del país. Si bien en el país existen las condiciones que posibiliten hacer uso del Internet
existen una serie de factores que explican la escasa penetración de esta tecnología en los hogares bolivianos, siendo uno
de los principales aspectos el alto costo telefónico y de acceso a Internet. Al respecto, Steinbach (2005), señala que a
pesar que en el país existen las condiciones de infraestructura y tecnología que permiten hacer uso del Internet se
observan ciertos factores que explican la escasa penetración de esta tecnología en los usuarios bolivianos.
Para el 2000, un informe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia señalaba que estos factores eran los
siguientes: Alto costo telefónico y de acceso a Internet, insuficiente ancho de banda para conectarse al exterior, escasa
difusión de las ventajas y posibilidades que brinda esta tecnología, falta de capacitación de los usuarios actuales y
potenciales, escasez de contenidos en español, la falta de confianza de los consumidores en la existencia real de
empresas proveedoras de bienes y servicios y la falta de confianza de los proveedores en la solvencia de los
consumidores y en el pago de sus servicios: Adicionalmente, este informe menciona que el Bolivia es un mercado
pequeño y marginal para el comercio mundial, que se encuentra atrasado en el aprovechamientos de Internet y el uso
del comercio electrónico debido al bajo índice de penetración de computadoras y el bajo índice de conexión a Internet y
que la gran mayoría de las empresas bolivianas no cuentan con las condiciones técnicas y no tienen formación y
capacitación en lo referente a la red Internet.132 Con el transcurrir de los años algunos de estos factores que limitaban el
acceso a la red se fueron revertiendo y se viene observando un aceptable acceso al Internet tanto en ámbitos públicos
como privados.
En el país, la red Internet va adquiriendo vital importancia en la cotidianidad de las personas en vista de que al margen
de ciertas restricciones económicas y geográficas, su accesibilidad no tiene serias limitaciones, prohibiciones ni
censuras. Si bien son pocos los grupos poblacionales que tienen la posibilidad de acceder a este servicio a través de
conexiones domiciliarias, aproximadamente el 5.8% de la población boliviana total, la inmensa mayoría de los usuarios
130
La Razón, 28.06.09.
131
Idib.
132
Citado por Steinbach (2005) en “Uso de las tecnologías de información y comunicación en las organizaciones agropecuarias del oriente boliviano”.
189
accede a la red a través de locales públicos, entidades laborales o instituciones educativas. La red Internet al llegar a los
bolivianos también ha provocado la abertura y el ensanchamiento de la llamada “brecha digital” entre los hogares
pobres, en muchos de los cuales el acceso y uso del Internet es muy limitado, por no decir nulo, debido a que ni siquiera
cuentan con una línea telefónica que es un recurso indispensable para el acceso a la red. No obstante, con la expansión
de la red se ha venido extendiendo su acceso y uso de manera relativamente sencilla y a bajo costo económico a través
de la proliferación de los locales públicos que ofertan servicios de Internet.
Aproximadamente, a partir del 2001 se da el fenómeno de la apertura y proliferación de estos locales públicos, primero
surgen en zonas centrales o residenciales y luego poco a poco van expandiéndose tanto por zonas urbanos populares
como por áreas rurales. Fue precisamente la creciente demanda de los usuarios, ante la imposibilidad de tener este
servicio a domicilio, la que ha causado la expansión de los locales públicos que ofrecen acceso a la red. A nivel
nacional, según información periodística se sabe que hasta mediados del año 2009 existían 580.000 usuarios que habían
contratado los servicios de algunas empresas que ofertan acceso a la red Internet, aproximadamente el 5.8% de una
población total estimada en 10.000.000 de habitantes. En la actualidad, la gran mayoría de los usuarios de Internet
accede a este servicio a través de los llamados “cibercafés” y los “sitios Internet”. Pero estas no son las dos únicas
formas de acceder al Internet, muchos usuarios que no tienen conexiones de Internet en sus casas también lo hacen a
través de su fuente laboral o del lugar donde estudian.
Un estudio realizado por la empresa CIES Internacional sobre una muestra de 515 personas de las ciudades de La Paz,
El Alto, Cochabamba y Santa Cruz revela que la gente de La Paz y El Alto es la que más navega por la red Internet. 133
Asimismo, este estudio revela que de las 515 personas encuestadas, 359 no contaban con una conexión domiciliaria de
la red y que 156 tenían acceso al servicio en sus hogares. Por otro lado, el estudio expresa que el índice más bajo de
conexión domiciliaria a Internet se registra en la ciudad de El Alto, con un 2.3%, la sigue la ciudad de La Paz con el
18.2%, Santa Cruz de la Sierra con el 25% y el registro más alto de conexión domiciliaría a Internet lo registra la ciudad
de Cochabamba con un 38.1%. En contraste, El Alto es la urbe que tiene mayor registro de gente que se conecta a la red
desde locales públicos. Desagregando esta información periodística se sabe que de 43 personas consultadas, 37 tienen
acceso al Internet a través de los llamados “cibercafés”, en términos relativos esto significa que sólo el 14% de las
personas encuestadas cuenta con este servicio en su domicilio y el 86% accede a la red desde locales públicos, oficinas
o instituciones educativas.134
Cuadro Nº 9
ACCESO A INTERNET POR CIUDAD
2009
Ciudad %
La Paz 72.5
El Alto 61.4
Santa Cruz 58.1
Cochabamba 51.9
La emergencia de la “sociedad red” y los “bienes culturales” y “consumos culturales” que produce y se reproduce se
constituyen en un fenómeno a escala mundial que afecta a casi todos los miembros de una sociedad,
independientemente de la edad, el sexo, la etnia, la clase, el status, el nivel de vida y la denominada brecha digital. Sin
embargo, a decir de Castells (2005), la era de la información y la sociedad en red se expresa como “la cultura de la
virtualidad real” que marca un escenario contextual de referencia, del cual los principales usuarios son los jóvenes.
Casi de manera similar se expresa Fajnzylber (2003), citado por Arriata et al (2006), cuando afirma que “el despliegue
de la informática parece contener una crisis histórica en la configuración del saber y la autoridad, en el sentido de que
son los niños y jóvenes quienes comprenden y manejan mejor la tecnología”. Retomando las ideas de Morduchowicz
(2003), citado por Arriata et al (2006), esta situación se explicaría porque las nuevas generaciones tienen una nueva
concepción del espacio y el tiempo, además de una mayor capacidad para integrar elementos visuales y sonoros debido
a que casi siempre los niños, los adolescentes y los más jóvenes han estado en contacto permanente con la televisión,
los juegos interactivos, los videos, las computadoras, etc.
133
La Razón, 16.09.09.
134
La Razón, 16.08.09.
190
Al respecto, Don Tapscott (1998, p. 1), señala que la “nueva generación denominada “generación net o generación N”
se diferencia de todas las anteriores generaciones debido a que es la primera en crecer rodeada de medios digitales. Los
hogares, las escuelas, las fábricas y las oficinas tienen todos computadores, y son corrientes tecnologías digitales como
cámaras, videojuegos y CD-ROM. Estos nuevos medios tienden a conectarse cada vez más entre sí a través de Internet,
una red de redes en proceso de expansión que todos los meses atrae a un millón de nuevos usuarios. Hoy en día los
niños están tan inmersos en el mundo de los bits que piensan que “todo” forma parte del paisaje natural. Para ello, la
tecnología digital no resulta más intimidante que una videograbadora o una tostadora”. Según este autor la “generación
net” está inmersa en el mundo de las TICs y se sienten más a gusto con ellas que sus progenitores, ya que están
aprendiendo, jugando, comunicándose, trabajando y creando comunidades de modos muy distintos de los que utilizaron
sus padres.
Para ilustrar esta situación con la realidad nacional, expresar que la generación de los setenta, que fue testigo de la
llegada de la televisión a Bolivia y que estaba “obligada” a ver diariamente de 19.00 a 22.00 p.m. un solo canal, en este
caso el canal “7” del Estado, tiende en la actualidad a “mirar sin cambiar” de canal “un sólo programa”, desde el
principio hasta el final. En cambio, la generación actual que ya tiene la posibilidad de acceder a múltiples canales e
inclusive la señal del cable, tiende a “ver” “simultáneamente varios programas” debido a la accesibilidad y la facilidad
de manipular el “control remoto”. Asimismo, señalar que la mayoría de los adultos presenta “serias dificultades”, para
manipular juegos interactivos o en red, utilizar la computadora, programar su celular o navegar en la red a diferencia de
la “facilidad” con la cual los niños de corta edad aprenden y manipulan estos recursos de las denominadas TICs.
En el ámbito nacional, esta realidad ha sido constatada a través de la investigación realizada por Uberhuagua et al
(2006), que expresa que principalmente son los jóvenes quienes utilizan crecientemente los servicios de la red Internet.
Asimismo, mediante el estudio realizado por Arratia et al (2006), que sostiene que los jóvenes urbanos de nivel
socioeconómico bajo que viven en los barrios populares perirubanos tienen acceso a innovaciones tecnológicas en
negocios públicos de barrios con limitada posibilidad económica.
Esta etapa de revolución de las comunicaciones no debe ser vista solamente con optimismo, sino que desde el ámbito de
la teoría comunicacional debe ser abordada con sentido crítico y reflexivo. Bajo esta perspectiva, señalar que en el
acceso y el consumo social de la red Internet existen varias problemáticas o puntos en controversia, vinculados al
contenido de los mensajes, las modalidades de acceso y consumo, los usuarios principales, las formas de interacción
social, las necesidades que satisface, los consumos culturales, la conformación de identidades culturales y los
conocimientos, los hábitos y las prácticas que esta provoca en los habituales usuarios.
En la sociedad contemporánea, el Internet ha creado una plataforma para el libre flujo de información, ideas y
conocimientos a escala global y ha modificado de manera sustancial e irreversible la forma en que el conjunto de la
sociedad funciona. Abarcan casi todos los ámbitos de la cotidianidad humana, se hallan en todas partes y modifican los
ámbitos de la experiencia cotidiana como ser el trabajo, las formas de estudiar, las modalidades para comprar y vender,
los trámites, el aprendizaje, la enseñanza y el acceso a la comunicación, entre otros. Es más aún, la aparición, el
desarrollo y la expansión de estas denominadas nuevas tecnologías aplicadas a los medios comunicacionales han
posibilitado que algunos medios se conviertan en un factor de poder en la vida social y cultural.
Por ello, hoy por hoy, la red Internet vinculada a la revolución permanente de la tecnología comunicacional se
constituyen en un órgano de poder capaz de informar e influir sobre el conjunto de la población. Debido a ello, no
resulta casual que ocupen un puesto importante en el Estado y la sociedad y que como pocas instancias de la vida
contemporánea generen simultáneamente la fascinación y el rechazo. Como bien lo expresa un documento preparatorio
para la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, el desarrollo del Internet ha provocado “un cambio
fundamental en todos los aspectos de nuestras vidas, incluyendo la difusión de conocimientos, el comportamiento
social, las prácticas económicas y empresariales, el compromiso político, los medios de comunicación, la educación y la
salud, el ocio y el entretenimiento”.135
Internet desde su aparición y proliferación esta generado profundos cambios no solamente a nivel comunicacional sino
también en el ámbito de la sociedad en su conjunto, en lo económico, político, social, cultural e ideológico. La red va
creando nuevas formas de información, comunicación, entretenimiento, control, organización, administración y
comercialización. Asimismo, está provocando nuevos conocimientos, actitudes y prácticas y a la vez nuevos valores,
135
El Juguete Rabioso, Año 1, Nº 4, 2003. Esta Cumbre Mundial se desarrolló en Ginebra en el año de 2003.
191
modelos, hábitos, consumos e identidades culturales. Sin embargo, al margen de estos profundos cambios expresar que
también esta modificado las matrices teóricas de interpretación de la realidad social y en campo de la comunicación está
transformando la conceptualización misma de la naturaleza de la comunicación e información y de los diferentes
paradigmas teóricos y metodológicos que la abordan.
Al respecto, Marcelo Guardia (2008) expresa que la presencia de este invento trae consigo una nueva dimensión
cultural a la comunicación social y de masas, cuyo punto más vulnerable, detectado y teorizado por los diversos
paradigmas, fue la verticalidad de sus flujos de información dirigidos a un masivo público receptor. La interactividad o
posibilidad de instaurar flujos bidireccionales (horizontalidad), tan demandada por los teóricos de los años 60 y 70,
llegó para uso de millones de personas, pero no a causas de la “lucha de los pueblos dominados” sino gracias y a través
del mercado capitalista en un contexto neoliberal.
Se sostiene que para abordar la realidad social, en términos de hechos, fenómenos o procesos sociales no existe una sola
teoría sino que existen diferentes teorías que reciben el nombre de paradigmas o enfoques. Al respecto, Erick Torrico
(1998), sostiene que en el análisis de la realidad social existen cuatro principales paradigmas teórico/sociales, los cuales
vendrían a ser los siguientes: funcionalismo, dialéctica crítica, estructuralismo y sistemismo. 136 Casi en la misma línea
de interpretación Pineda et al (1994), sostienen que los paradigmas sociales se reducen a cuatro, el paradigma empirista,
subjetivista, crítico e integrado. Otros autores también coinciden en señalar que los principales paradigmas sociales son
cuatro: El análisis sistémico, el funcionalismo, el estructuralismo y el marxismo (Lozano, 1996; Torrico, 2002)
Polarizando los principales paradigmas que se utilizan en el análisis de la realidad social se puede hablar de dos
paradigmas fundamentales: El funcionalismo y el marxismo.
El funcionalismo es considerado como uno de los paradigmas más importantes para el estudio del sistema social o la
sociedad, a través de los conceptos de “función”, “estructura” y “sistema” considera a la sociedad como un sistema o un
todo conformado por partes interdependiente e interrelacionadas donde cada una de estas partes cumple una función que
contribuye y aporta a la preservación, el desarrollo y la expansión del sistema. El marxismo a partir del materialismo
histórico se constituye en otro de los principales paradigmas que se utiliza para el conocimiento de la realidad social,
desde una perspectiva materialista y dialéctica plantea que para comprender el desenvolvimiento y el desarrollo de la
sociedad se debe analizar el proceso de producción, es decir, la estructura económica o la “infraestructura” de la
sociedad sobre la cual se eleva la “superestructura” con sus correspondientes niveles o estructuras políticas, jurídicas e
ideológicas.
Este planteamiento teórico sostiene que la infraestructura determina la superestructura, por ello la importancia de su
análisis. Dentro de la explicación funcionalista sobre la base de las nociones de “función” y “sistema”, se considera a la
comunicación social en términos de funcionalidad ya que permite satisfacer ciertas necesidades y ajustar y/o eliminar
ciertos elementos disfuncionales al sistema social. En esta perspectiva la comunicación contribuye a controlar,
fortalecer y expandir el sistema social. En cambio, desde una perspectiva diferente, para el marxismo la comunicación
es parte de la superestructura de la sociedad y se constituye en un aparato ideológico que permite producir y reproducir
un sistema económico y sus relaciones de producción.
En términos generales, el funcionalismo a partir de una posición “conservadora” no cuestiona el rol de los medios de
comunicación en la distribución desigual del poder. En contraste, el marxismo desde una posición “revolucionaria”
cuestiona críticamente el papel de los medios de comunicación en la preservación de un sistema basada en la
concentración de la riqueza y el poder en manos de minorías privilegiadas.
En función de ambas grandes matrices sociales, Torrico (2004) habla de diferentes cuadros teóricos explicativos,
periodos y efectos comunicacionales. Habla entonces del análisis sistémico, el estructuro/funcionalismo, la dialéctica
crítica y la Escuela de Frankfurt, Asimismo, hace referencia al periodo difusionista, el periodo crítico y el periodo
culturalista. Por su parte, Lozano (1996) afirma que los teóricos de la comunicación se dividen en dos grandes grupos:
El enfoque positivista y el enfoque crítico.
El enfoque positivista sostiene que los fenómenos sociales, al igual que los naturales, responden a leyes inmodificables
y que el científico social debe adoptar una posición de neutralidad frente a la realidad social, pues debe ser un
observador objetivo que analiza las leyes y las causas que rigen los fenómenos sociales. Los teóricos de la
136
TORRICO, Erick: Abordajes y Períodos de la Teoría de la Comunicación, 1ª ed., Ateneo, Buenos Aires, Grupo Editorial NORMA, 2004.
192
comunicación de masas que se identifican con esta posición son también conocidos como funcionalistas,
estructuralistas, empiristas y conductivistas. Según Lozano (1996), estas perspectivas teóricas tienden a enfatizar la
“utilidad de los sistemas y fenómenos comunicacionales para la estabilidad y la preservación de las sociedades actuales
y evitan cualquier cuestionamiento sobre el rol de la comunicación en la distribución desigual del poder y del control de
los grupos sociales. En cambio, el enfoque crítico asume una posición totalmente opuesta en vista de que plantea
analizar la comunicación al interior del contexto histórico social y cuestiona las desigualdades económicas, sociales,
políticas y culturales en los diferentes sistemas contemporáneos.
En este contexto de desigualdad entre ricos y pobres, los críticos cuestionan el rol de la comunicación en la
preservación de sistemas injustos, pues tendrían el propósito de difundir y reproducir la ideología de elites económicas
y políticas. Según este autor, los enfoques positivistas principalmente se desarrollaron en los Estados Unidos y los
enfoques críticos, muy vinculados al marxismo, tuvieron su origen en Europa.
En el contexto latinoamericano, el enfoque critico ha sido adaptado por la “Escuela culturalista latinoamericana”,
representada, entre otros, por autores tales como Jesús Martín Barbero (Colombia), Néstor García Canclini
(Argentina/México) y Guillermo Orozco (México). Esta perspectiva latinoamericana, se adscribe en la teoría que
aborda la comunicación desde el polo del receptor a través de cinco corrientes principales: Consumo cultural, frentes
culturales, recepción activa, uso social de los medios y las mediaciones.
Al respecto, Martín Barbero (1987), sostiene que “la recepción de los mensajes de la comunicación de masas no es
pasiva por parte de las audiencias sino que atraviesa por mediaciones que articulan el contenido con la rutina diaria del
uso de los medios en el contexto familiar, comunitario y racional”. Por su parte, García Canclini (1995), afirma que en
el estudio de los procesos de recepción de la comunicación de masas se debe introducir el estudio del denominado
consumo cultural. En esta misma directriz analítica, Guillermo Orozco (1997), señala que la cantidad y la calidad de
información, conocimientos y valores que tiene el receptor “median” su recepción.
Erick Torrico en su obra “Abordajes y periodos de la teoría de la comunicación” (2004), habla de la teoría como un
“modo específico de ver la realidad”, estableciendo tres tipos de teorías: generales, particulares y específicas. Según
este autor, estas últimas, es decir, las teorías específicas que son consideradas de rango medio reciben también la
denominación de enfoque teórico. Torrico (2004), sobre la base del planteamiento de Robert Merton (1972), señala que
los enfoques teóricos derivan de las teorías particulares, los cuales por su parte, mantienen relaciones de orden lógico y
sustantivo con algunas teorías generales.
Hasta hace algunos años atrás, con relación a la investigación en comunicación social, prevalecían dos paradigmas
sociales principales, el uno vinculado a la teoría del consenso y el otro a la teoría del conflicto. El primero, que guarda
estrecha relación con el funcionalismo se encuentra sustentado en el rol que los medios cumplen sobre el individuo o los
grupos expuestos. En cambio, el segundo que se halla vinculado al marxismo centraliza su análisis en la coacción
ideológica que tienen los medios sobre las clases sociales.
En relación con esta polarización de los enfoques comunicacionales, Marcelo Guardia (2008, p. 52), señala que “el
modelo estructural funcionalista entiende que el receptor es el destinatario del proceso, objeto de una estrategia que
tiene un punto de partida y objetivos políticos y económicos definidos. La teoría crítica explica ampliamente cómo el
receptor es una víctima de un sistema industrial de producción de bienes simbólicos con propósitos uniformizantes y
conformistas, para sostener un sistema de producción masificador eficiente, productivo y consumista”.
Ambas perspectivas centralizan su análisis en los medios, el contenido de los mensajes y los sujetos, quienes son
considerados como simples “objetos moldeables”. Una nueva forma de ver a los elementos que intervienen en un
proceso comunicacional es a través de las “mediaciones” que sostiene que “toda comunicación es mediada desde la
sociedad, al cultura, la política y la subjetividad”. Esto implica que la recepción de los mensajes se encuentra vinculada
a la acción múltiple de mediaciones individuales, institucionales, tecnológicas y contextuales.
Según Orozco en la recepción televisiva intervienen la mediación cognoscitiva, cultural, situacional o de referencia,
institucional y videotecnológica, esto implica que la apropiación de los mensajes televisivos se da antes, durante y
después de la exposición a ellos, debido al complejo funcionamiento de estas mediaciones en cada individuo, es decir,
cuando una persona ve televisión “no se enfrenta a la pantalla con la mente en blanco sino que trae a ella una serie de
193
actitudes, ideas y valores o repertorio cultural que pone en juego con los repertorios preferentes propuestos en los
mensajes televisivos”.
En términos generales, la propuesta que plantea el enfoque de las mediaciones sostiene que “el receptor ya no es
considerado como un simple objeto moldeable, sino como un sujeto activo en la creación de visiones e incluso
divisiones del mundo, capaz de salir del texto al contexto” (Zapata, 2005, p. 100), es decir, que existe una recepción
activa de los mensajes que conduce a las audiencias a producir sus significados y no solo a reproducir los mensajes que
le llegan. Se considera que este enfoque de las mediaciones, sobre la base de los argumentos teóricos de Jesús Martín
Barbero, Néstor García Canclini y sobre todo del mexicano Guillermo Orozco puede permitir abordar a través del
proceso investigativo las distintas problemáticas sociales y comunicacionales que provoca la red Internet en términos de
identificar qué necesidades satisface el Internet, cuáles son los modos de existencia de Internet, cómo circula y quiénes
se apropian de sus mensajes y cómo intervienen las mediaciones individuales, institucionales, tecnológicas y
contextuales en el uso, acceso y consumo de la red Internet.
CAPITULO 13
REDES SOCIALES Y SOCIEDAD
Como todo hecho social la comunicación y la información se constituyen en una realidad histórica que constantemente
va modificándose en función del tiempo y el espacio. Ambas realidades que son principales características de la
sociedad humana se han venido modificando desde los iniciales proceso de hominización hasta la conformación de
sociedades postindustriales. Al respecto, Martin Serrano (2007), señala “la comunicación humana es en sus orígenes, un
recurso que desarrollan los homínidos, para adaptarse a su desadaptada condición en el mundo natural. Y hasta hace
muy poco así ha seguido funcionando. En la hominización se tiene a la vista de qué manera el organismo y los
comportamientos del hombre moderno, adquieren la impronta de su condición de comunicante”.
Más adelante este autor sostiene que “la comunicación está implicada en la reproducción de los grupos. Los cuales
satisfacen las necesidades colectivas, en tanto que la información que producen sobre el medio social que han creado, se
oriente a impedir el regreso al estado de naturaleza. Pero al tiempo se utiliza la comunicación para reproducir el estado
194
de la naturaleza. Porque entrega sus recursos a los humanos que la trabajan, en tanto que la información que manejan
sobre el medio en el que viven, les permita restaurar los procesos naturales”.
Comunicación e información como práctica humana, natural, universal y espontánea han adoptado diferentes formas y
manifestaciones en función del desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad. Desarrollo histórico que ha
permitido “el tránsito de la comunicación e información que va desde el empleo de la simple palabra, pasando por los
signos y símbolos, hasta llegar a la utilización de alta tecnología” (Moreno, 2010: 7).
Con relación a este proceso histórico se sostienen que la voz humana fue el primer sistema utilizado por el hombre para
comunicarse, luego está el sonido de los silbidos, los tambores y el fuego de las antorchas. Hasta principios del siglo
XVIII, las noticias eran transmitidas mediante correos a caballos o carros postales que llagaban a recorrer
aproximadamente 350 kilómetros por día. En el año de1832, el estadounidense Samuel Morse introduce el primer
aparato telegráfico eléctrico y en 1844 se inaugura la primera línea telegráfica del mundo entre Washington y Baltimore
en los Estados Unidos. En 1876, otro estadounidense, Alejandro Graham Bell inventa el teléfono. A mediados de 1895,
Guillermo Marconi consigue transmitir mensajes por medio de la telegrafía sin utilizar hilos o cables sino a través de
ondas hertzianas.
El siglo XX, se inaugura con la transmisión de noticias a la velocidad de 300.000 kilómetros por segundo a través de la
radiotelefonía y en 1926 se trasmiten las primeras señales televisadas y en 1944 se generan las primeras imágenes en
colores.
Según Thompson (2006), en función del desarrollo histórico de la comunicación e información y de sus diferentes
modalidades que adoptan es posible establecer al interior de ellos tres grandes grupos:
Medios auxiliares o complementarios conformados por medios que llegan y/o afectan en menor grado a un
menor grupo de personas en un momento dado.
Medios alternativos engloban formas nuevas de promoción de productos, algunas ordinarias y otras muy
innovadoras.
Medios masivos son aquellos medios que llegan y/o afectan a un mayor número de personas en un momento
dado.
Según Giddens (2002) en la historia de la humanidad se han producido dos grandes revoluciones del conocimiento y la
tecnología.137
La primera revolución denominada industrial se desarrolla en Inglaterra en el último tercio del siglo XIX y a través de
la aplicación del conocimiento al proceso productivo da lugar al descubrimiento de nuevas máquinas e instrumentos de
trabajo que mejoran la producción de mercancías y a la vez provocan la constitución de una sociedad industrial o
capitalista. Corresponde a este periodo el descubrimiento y la difusión de algunos “nuevos medios de comunicación”
denominados “tradicionales” como ser la fotografía (1826), el telégrafo (1835), el teléfono (1876), el fonógrafo (1877),
el radio o telegrafía inalámbrica (1895), el cine (1895) y la televisión (1926).
La segunda revolución industrial o revolución postindustrial se inicia a fines de la década de los setenta y principios de
los ochenta y posibilita la emergencia de nuevos sistemas de comunicación e información gracias a los avances de la
cibernética y la microelectrónica que provocan un nuevo mundo de sonidos, imágenes y otros estímulos audiovisuales
que con el transcurso del tiempo van a adquirir una fuerte influencia en el desenvolvimiento de la sociedad y de sus
miembros. Esta segunda revolución tecnológica contemporánea se explica por los avances significativos en las
tecnologías de la informática, la información y la comunicación y se expresa en la generalización del uso de las
tecnologías, las redes de comunicación, el rápido desenvolvimiento tecnológico, el desarrollo científico y la
globalización de la información.
137
La tecnología es el conjunto de conocimientos y técnicas que se aplica en forma ordenada y que permite al hombre modificar su entorno material o
inmaterial con el afán de satisfacer ciertas necesidades.
195
La primer revolución industrial posibilita reemplazar el esfuerzo físico del hombre por la máquina y la segunda
revolución conformar una sociedad automatizada (Ander-Egg, 1988, p. 266). En el campo de la comunicación permiten
a los países más avanzados industrialmente como ser Inglaterra, Francia, Alemania Y Estados Unidos desarrollar los
medios de comunicación, difundir mayor información, alcanzar públicos extensos y conformar una sociedad de masas a
través del telégrafo, la radio, el cine, la prensa y la televisión.
Ambas revoluciones tecnológicas han provocado y vienen provocando profundos cambios en los diferentes ámbitos de
la sociedad, como ser el establecimiento de nuevas relaciones entre economía, sociedad y Estado, la irrupción de nuevos
medios de comunicación, la aparición de nuevas formas de comunicación e información, la configuración de una
sociedad del conocimiento y la conformación de una sociedad de masas. Al respecto, Castells (2005), sostiene que la
emergencia, el desarrollo y la expansión de las NTICs han conformado la denominada sociedad de la información o
sociedad red donde la tecnología juega un papel fundamental que facilita la producción, distribución y manipulación de
información y a la vez ha establecido una cultura digital que hace referencia a un nuevo modo de vida donde la
tecnología ha provocado importantes cambios en las formas de comunicación, información y entretenimiento.
Swingewood (1981) citado por Lozano (1996), señala que a partir de mediados del siglo XIX, sobre todo en Europa y
Estados Unidos, se conforman las sociedades industriales que erosionan los vínculos sociales y familiares de los
individuos, masificándolos y aislándolos de sus grupos primarios y de referencia, este proceso seria resultado de los
siguientes factores:
En el marco de la segunda revolución industrial surgen las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación
(NTICs) que engloban una serie de recursos, instrumentos y procesos utilizados para transmitir, procesar, recuperar,
almacenar, organizar, manejar, producir, difundir, presentar e intercambiar información por medios electrónicos y
automáticos. Se hallan conformadas por equipos físicos y programas informáticos, como ser computadoras, scanners,
cámaras digitales, teléfonos, celulares, facsímiles, módems y grabadoras y reproductoras de CD y DVD, radio y
televisión, además de programas informáticos como bases de datos y aplicaciones multimedia. Todos estos modernos
instrumentos que contienen alta tecnología permiten transmitir, procesar y difundir información de manera rápida e
instantánea optimizando el manejo de la información y el desarrollo de la comunicación.
Giddens (2002) señala que una serie de transformaciones tecnológicas que ha tenido lugar durante el siglo XX han
transformado por completo el rostro de las telecomunicaciones a partir de la innovación de la transmisión a distancia de
información, sonidos o imágenes fijas o en movimiento por medios tecnológicos que han dado lugar a la conformación
de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) que no solo han transformado los procesos de
comunicación e información sino que han modificado también diferentes dimensiones de la a la sociedad, en términos
económicos, sociales, políticos y culturales,
En esta misma línea de explicación, Fernández (2005, p. 344), sostiene que “la convergencia de estas tres grandes
industrias, informática, información y comunicación, dieron como resultado la emergencia de nuevas tecnologías de
información y comunicación que permitieron la expansión de la comunicación vía satélite, la distribución de mensajes
por cables o mediante sistemas de transmisión de microondas, grandes adelantos de la televisión, nuevas formas de
emisión de radio, aparatos de videotape y videodiscos, así, como sistemas de distribución de televisión por cable y, por
supuesto, la computadora electrónica”.
Este proceso histórico de constitución de las NTICs ha transitado por cinco etapas: la primera etapa se caracteriza por
presentar un escaso desarrollo tecnológico y sus finalidades estrictamente militares (1900). La segunda etapa por el
descubrimiento del transistor y su implementación en algunos medios de comunicación (1950) La tercera etapa por
introducir un nuevo componente electrónico, el circuito integrado que alcanza una mayor capacidad en almacenar
información (1964). La cuarta etapa por la implementación del chip de circuito integrado o microprocesador (1971). La
quinta etapa por la producción de recursos y medios informáticos con el afán de lograr que ciertas actividades
comunicativas e informativas sean mucho más rápidas y que estos medios lleguen a la mayor cantidad de personas
(1980).
Según Fernández (2005), el desarrollo de estas cinco etapas es producto del avance tecnológico de la informática, la
información y la comunicación que han posibilitado tres aspectos principales: 1). Mover señales de un lugar a otro
mediante los nuevos sistemas de comunicación (vía satélite); 2). Almacenar información altamente compacta, eficiente
y fácil de recuperar (discos duros, chips, DVD, VCD) y 3) y Conectar computadoras entre sí (Internet)
De acuerdo a varios especialistas las NTICs se constituyen en el hecho tecnológico más importante del siglo XX, pues
han modificado el rostro de las telecomunicaciones a partir de la innovación de la transmisión a distancia de
información, sonidos o imágenes fijas o en movimiento por medios tecnológicos. Asimismo, se expresa que al
optimizar el manejo de la información y el desarrollo de la comunicación han provocado profundos cambios en los
diferentes niveles de la sociedad, no solamente en el ámbito de la comunicación e información, sino también en los
ámbitos económicos, políticos, sociales, culturales e ideológicos y paralelamente están transformando los contextos
comunitarios, familiares e individuales, es decir, están materializando un nuevo modo de producir, comunicar, gestionar
y vivir (v. Guiddens 2002; Castells, 2005)
Al respecto, Castells (2005), señala que las nuevas tecnologías de información y comunicación vienen modificando las
formas de transmisión de información y comunicación a través del flujo veloz e instantáneo de textos, imágenes, voces,
estímulos y mensajes que influyen directamente en los modos de percibir y representar la realidad. Por su parte, la
Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, sostiene que el desarrollo de las NTICs ha provocado “un cambio
fundamental en todos los aspectos de nuestras vidas, incluyendo la difusión de conocimiento, el comportamiento social,
las prácticas económicas y empresariales, el compromiso político, los medios de comunicación, la educación y la salud,
el ocio y el entretenimiento”. 138
Las aplicaciones de NTICs se hallan centralizadas en procesos de comunicación e información, las mismas pueden ser
agrupadas en tres grandes dimensiones: la informática, el video y la telecomunicación. El desarrollo base en informática
fue posible gracias al perfeccionamiento del “microchip” que permitió compactar y proporcionar mayor capacidad de
memoria a los procesadores y los sistemas ópticos. El desarrollo base en video posibilitó la aparición de las pantallas
138
El Juguete Rabioso, Año 1, Nº 4, 2003. Esta Cumbre Mundial se desarrolló en Ginebra en el año de 2003.
197
planas, el tratamiento digital de la imagen y la imagen electrónica de alta definición. El desarrollo en
telecomunicaciones posibilitó dos grandes avances los satélites y la fibra óptica que aumentaron la cantidad de flujo de
información. En función de estas tres dimensiones, informática, video y telecomunicación se habla de redes, terminales
y servicios.
Las “redes” son los diferentes puntos que posibilitan el acceso a la información y la comunicación entre los cuales se
tiene a la telefonía fija, la telefonía móvil, la banda ancha, las redes de televisión y la red Internet.
Los “terminales” o dispositivos hacen referencia a los puntos de acceso para los usuarios como son las computadoras,
los celulares, los televisores, el navegador internet, los reproductores de audio y video y las consolas de juegos.
Los “servicios” hacen referencia a lo que ofrecen las NTICs como ser el correo electrónico, la información, el comercio
electrónico, el video juego, el entretenimiento, la música y las redes sociales.
Las ventajas de las NTIC se hallan determinadas por la forma cómo se las utilice y la importancia que se le otorgue. 139
En esos términos, se expresa que los beneficios podrían ser los siguientes:
Si bien es cierto que las NTICs presentan ciertas ventajas resulta también muy evidente que provocan ciertas
consecuencias negativas o desventajas, entre las principales se menciona:
Incentivan la flojera.
Uno de los principales recursos de las NTICs, que si bien no es el único, se constituye en uno de las más importantes, es
la “red informática”. Se denomina “red informática”, cuando dos o más computadoras u ordenadores se hallan
conectados de manera que puedan intercambiar información y compartir recursos, como ser fax, impresoras, scanner,
139
Existen varios estudios sobre los efectos de las redes sociales los cuales circulan en la red internet, entre las principales mencionar las siguientes
fuentes: https://www.lifeder.com › Tecnología; formared.blogspot.com/2013/11/ventajas-y-desventajas-del-internet.html; www.eoi.es/.../ventajas-y-
desventajas-del-internet-en-el-proceso-de-reclutamiento/
198
correos etc. Cuando estas computadoras están conectadas a un mismo organismo, empresa o institución, la red
informática se denomina red interna o “Intranet”. En cambio, cuando las computadoras se hallan conectadas a redes
informáticas más amplias se habla de “Internet”, es decir, de la interconexión de redes informáticas que posibilitan a
todas las computadoras conectadas comunicarse directamente entre sí.
La red Internet entendida como “la red de redes” de computadoras capaces de comunicarse entre sí, es más que un
recurso tecnológico en vista de que es un medio que posibilita la interacción, la comunicación, la organización y el
establecimiento de múltiples relaciones sociales. Para el año 2015, con más de 3 mil millones de usuarios distribuidos
en todo el planeta, cifra que representa el 42% de la población mundial, se ha convertido en el medio de comunicación
más extendido de toda la historia de la humanidad, eliminando barreras del tiempo y espacio y posibilitando a la gente
compartir información.140
La palabra red procede del latín “rete” para hacer referencia a la estructura que tiene un patrón característico. El
Diccionario de la Real Académica de la Lengua Española asigna a la palabra red doce significados, interesa aquellos
que señalan que una red es un conjunto de elementos organizados para determinado fin o de personas relacionadas para
desarrollar determinada actividad. A partir de este significado básico por extensión de habla de redes familiares, redes
privadas, redes locales, redes sociales, redes culturales y redes económicas.
Vinculando las nuevas tecnologías de información y comunicación con el concepto de red se habla de redes
informáticas y redes sociales. Sin embargo, señalar que el concepto de red social fue utilizado mucho antes de la
aparición de las computadoras y el Internet para hacer referencia a una comunidad en la cual los individuos estaban
conectados de alguna forma a través de amistades, valores o relaciones sociales. Actualmente, se utiliza el término de
red social vinculada a la plataforma Web que permite a las personas e instituciones conectarse entre si
Castro (2000), sostiene que las redes sociales en Internet son comunidades virtuales donde sus usuarios interactúan con
personas de todo el mundo con quienes encuentran gustos o intereses en común. Funcionan como una plataforma de
comunicaciones que permite conectar gente que se conoce o que desea conocerse, y que les permite centralizar recursos,
como fotos y vídeos, en un lugar fácil de acceder y administrado por los usuarios mismos.
Weinberg (2009), citado por Real, Leyva y Heredia (2014), señala que los portales de redes sociales son páginas web
que permiten que los individuos se conozcan entre sí a partir de interés compartidos estableciendo portales.
Generalmente se utilizan para conectarse con viejos amigos o encontrara nuevos. Los portales de redes sociales son
algunas de las páginas más populares del Internet.
Díaz (2010) afirma que las redes sociales son sitios o espacios en la red Internet que cuentan con una serie de
herramientas tecnológicas muy sencillas de utilizar que permiten la creación de comunidades de personas en las que se
establece un intercambio dinámico por diferentes motivos: espacios para conocerse, intercambiar ideas y reencontrarse
con otras personas; ofertar productos, servicios y realizar negocios; compartir e intercambiar información en diferentes
medios y buscar empleo o talento.
García (2010), sostiene que las redes sociales “son formas de interacción social, definidas como un intercambio
dinámico entre personas, grupos e instituciones en contextos de complejidad que generan comunidades, en los últimos
tiempos, también virtuales. Las redes sociales son un sistema abierto y en construcción permanente que involucra a
conjuntos de personas que se identifican con las mismas necesidades y problemáticas y que se organizan para potenciar
sus recursos. Las redes sociales permiten socializar colectivos articulándolos en proyectos comunes y creando así
espacios interactivos compartidos”.
Gálvez y Calderón (2012, p. 50), definen a las redes sociales como “plataformas de Internet que agrupan a personas que
se relacionan entre sí y comparten información e intereses comunes. Su principal objetivo es entablar contactos con
gente, ya sea para reencontrarse con antiguos vínculos o para generar nuevas amistades”.
Valenzuela (2013, p. 7), define a una red social como “una estructura social formada por nodos, habitualmente
individuos u organizaciones, que están vinculados por uno o más tipos de interdependencia tales como valores, puntos
de vista, ideas, intercambio financiero, amistad, parentesco, contacto, comercio, entre otros”.
140
Información disponible en noticiascausayefecto.com/2015-comenzo-con-mas-de-3-mil-millones-de
199
El Manual de Enfoque Teórico del Programa Uso Responsable de las TIC (2001), dice que las redes sociales son “sitios
Web que suelen presentar una forma intuitiva de uso, donde las personas se presentan con sus datos personales,
intereses y fotografías e invitan a sus amigos a unirse conformando redes de vínculos e interacciones entre individuos.
Además de estos sitios Web pueden brindar otros servicios para la publicación de fotos, videos, mensajería asincrónica
y canales de chat, etc. Para el uso de los servicios de una red social es necesario inscribirse, generalmente en forma
gratuita. En las redes sociales uno crea una red de contactos con los que comparte la información y contenidos que
publica, al mismo tiempo que uno puede acceder a ver las publicaciones de los demás”
En función de estas consideraciones teóricas se puede decir que las redes sociales son comunidades o espacios virtuales,
es decir, sitios Web de la red Internet que agrupan a personas conocidas y/o desconocidas para que se relacionen entre si
y compartan información o intereses, necesidades o expectativas comunes. Entonces se llama red social no únicamente
al grupo de personas sino al sistema virtual que los aloja y les brinda algunos servicios específicos para establecer un
proceso de comunicación a grandes distancias.
Una red social se refiere a un conjunto o una aglomeración de actores sociales o institucionales, es decir, a un grupo de
personas, grupos o instituciones que se encuentran relacionados entre sí sobre la base de determinados criterios como
ser una relación profesional, laboral, gremial, educativa o de amistad y/o parentesco. Con este significado básico se
habla de redes sociales en Internet que se constituyen en sitios Web que permiten que los individuos establezcan grupos
en base a criterios que ellos mismos eligen y a la vez se conozcan entre sí a partir de intereses compartidos.
La red social es una página o un sitio Web a través del cual los usuarios conectados intercambian información personal
y contenidos de multimedia, llegando a establecer una comunidad virtual e interactiva de “amigos” y de “amigos de
amigos”. Asimismo, una red social como una “comunidad virtual”, es decir, como una plataforma de la red Internet que
agrupa a personas que se relacionan entre sí y comparten información e intereses comunes, busca establecer contactos
con personas de distintos lugares del mundo. Sin embargo, conviene aclarar que una red social no es lo mismo que una
comunidad virtual, ya que en la red social los vínculos entre los usuarios son infinitos y no necesariamente tienen un
interés común, mientras que la “comunidad virtual” se conforma precisamente sobre la base de intereses comunes.
A mediados de la década de los noventa, aparecen los primeros sitios Web que incentivan la conformación de redes a
través de “círculos de amigos en línea”, denominativo que inicialmente se utiliza para describir a las relaciones sociales
en comunidades virtuales. Con el transcurso del tiempo, estos círculos de amigos en línea se popularizan con la llegada
específica de las redes sociales que no solo se constituyen en espacios virtuales para reencontrar o crear amigos sino
también en sitios para intercambiar expectativas e intereses afines.
Con relación a estos antecedentes históricos, Valenzuela (2013), sostiene que para hablar de redes sociales se tiene que
mencionar a la World Wide Web y la Web 2.0, esta última que permitió al consumidor sin ser un experto/técnico o
especialista generar información en distintos formatos y entornos. Sobre la base de explicación de esta especialista
señalar que la historia de las redes sociales ha transitado por las siguientes etapas:
1971, se envía el primer correo electrónico entre dos computadoras, una a lado de la otra.
1995, la Web alcanza al millón de sitios, algunos de ellos ya ofrecen a los usuarios la posibilidad de personalizar sus
experiencias en línea a través de la publicación de su propio contenido y la conexión con otros usuarios de intereses
similares. En este mismo año aparecen los primeros antecedentes de las redes sociales, cuando el ex universitario
norteamericano Randy Conrads crea una red social en Internet bajo el nombre de “Classmates” (compañeros de
clase.com), para conectar y mantener el contacto con antiguos compañeros de estudios. Para algunos autores esta es la
primera red social que posibilita luego la conformación de Facebook pues permite el contacto de alumnos y ex alumnos
(v. Gálvez y Calderón, 2012).
1997, aparece “Sixdegrees” (seis grados.com), que se constituye en el primer sitio web de redes sociales que permite
crear “perfiles de usuarios” y “listas de amigos”.
2003, surge MySpace (www.myspace.com) que se constituye en una de las redes sociales pioneras. Esta red fue
instituida con el propósito de atraer usuarios adolescentes y “veinteañeros” que buscaban contactarse “online” y a la vez
200
compartir cierta información. También en este año aparecen Linkedln y Facebook, esta última es una plataforma virtual
que sirve para conectar estudiantes de la Universidad de Harvard.
2005, YouTube comienza como servicio de alojamientos de video y MySpace se convierte en la red social más
importante de Estado Unidos. En este año también se dice que las redes sociales son los sitios más visitados y populares
de internet, entre las cuales en orden de importancia se menciona a Facebook, Google +, Twitter, YouTube, Linkdln e
Instagram.
2006, se inaugura la red social de Microblogging Twitter y Google cuenta con 400 millones de búsquedas por día.
2009, en este años se dice que existen 200 redes sociales con más de 850 millones de usuarios en todo el mundo.
2010, Google lanza Google Buzz sui propia red social integrada con Gmail y Facebook crece a cerca de 550 millones
de usuarios, se expanden Twitter, Linkedln y YouTube.
2011, Linkedln se constituye en la segunda red más popular de los Estado Unidos con 33.9 millones de visitas al mes.
Se lanza Google+ la nueva propuesta de red de Google.
2012, Facebook supera la cifra de 1.000 millones de usuarios e Instagram alcanza a los 100 millones de usuarios.
Entre las redes sociales más populares se tiene a MySpace141, Facebook, Twitter y Sonico, en la actualidad una de las
redes sociales virtuales más populares es el Facebook que en el año 2010 contaba con más de 400 millones de usuarios
y para el año 2013 se estimaba que el número de usuarios habría alcanzado a aproximadamente 1.060 millones de
usuarios.142
Gómez (2010), sobre la base a la información de un artículo académico de una Universidad californiana señala que para
hablar de redes sociales en Internet tiene que existir necesariamente tres aspectos: 1) Puede construirse un perfil
personal, 2) puede establecerse conexiones o amistades con otros usuarios y 3) puede consultarse quienes son tus
amigos y los amigos de tus amigos. La primera red que cumplía estos requisitos fue “SixDegrees” que apareció en
1998.
Las redes sociales se basan en la teoría conocida como “seis grados de separación” formulada por el escritor húngaro
Frigyes Karinthy inicialmente propuesta en 1930 y postula que todas las personas del mundo se hallan contactadas entre
sí con un máximo de seis personas como intermediarios en la cadena que crece exponencialmente conforme el número
de conexiones, dando por resultado que sólo se necesita un número pequeño de estas conexiones para formar una red
que conecta a todos, haciendo teóricamente posible el hacer llegar un mensaje a cualquier persona en el mundo. 143
Hütt (2012), señala que las redes sociales pueden ser de dos tipos “generalistas”, buscan facilitar las relaciones sociales
y “profesionales” fomentan las relaciones entre profesionales y en función de esta tipologia expresan diversos objetivos,
entre los principales se menciona a los siguientes aspectos:
En función de estos propósitos u objetivos se establece la denominada “3 C” de las redes sociales: comunicación
(estimulan el diálogo), comunidad (permiten integrar grupos afines) y cooperación (promueven acciones compartidas).
141
Según la separata del periódico La Razón “Punto Web 03”, MySpace tiene un estimado de visitantes mensuales que supera los 50 millones, fue
adquirido por Fox en el año 2006 y tienen oficinas en todo el mundo, aunque en los últimos tiempos ha tenido que reestructurase debido a la crisis
internacional y la competencia de otras redes.
142
Información disponible en www.merca20.com/facebook-2013-1060-millones-de-usuarios/
143
Información disponible en www.vix.com/es/btg/curiosidades/.../que-dice-la-teoria-de-los-seis-grados-de-separaci...
201
A partir de la interrelación y retroalimentación de estas “3 C” las redes sociales han modificado el modo de
relacionarse, comunicarse, distraerse, socializarse, comercializar, informarse y de generar una nueva cultura digital (v.
Castro, 2004; Gómez, 2010; Díaz, 2010; Hütt, 2012)
Existe una diversidad de redes sociales, pues hay redes artísticas, profesionales, musicales, deportivas, políticas,
educativas, laborales, familiares, etc. En tal sentido, se podría decir que hay redes sociales para cada afición, inquietud,
propósito y tema específico. Se sostiene que en la actualidad existen más de 200 redes sociales que si bien son bastante
diferentes, en función de los objetivos o propositos que persigue se las puede agrupar en cuatro grandes grupos:
Entre las redes sociales que tienen como objetivo fundamental el “de conocer nuevos amigos o reencontrarse con ellos”
se tienen a las siguientes:
MySpace (www. MySpace.com), nace en 2003 y es la segunda en importancia. Si bien es utilizada por jóvenes y
adolescentes como un sitio social es más popular por permitir crear perfiles de “personas públicas” principalmente
vinculados a la farándula, convirtiéndose en una plataforma de promoción de cantantes y de grupos musicales.
Facebook (www.facebook.com), creada en 2004 y que se constituye en la red social más popular sobre todo en los
jóvenes y adolescentes. A través de esta red se publica información personal, se suben fotografías, se comparten videos,
música e información y se extiende la red de amigos.
Twitter (www.twitter.com), creada en 2006 y es la tercer en importancia con la particularidad de que permite a los
usuarios enviar pequeños textos de no más de 140 caracteres.
Entre las redes sociales que tienen como objetivo fundamental el “de contactar profesionales y empresas” se tienen a la
siguiente:
Linkdln (www. Linkdln.com) fundado en 2002 y lanzado el 2003 tienen más de 400 millones de usuarios y se
constituye en una red social para profesionales quienes se registran en este sitio Web incorporando datos personales,
profesionales y trayectoria laboral.
A nivel regional, las redes sociales más conocidas son “Badoo”, “Facebook”, “Google+”, “MySpace”, “Sonico”
“Youtube” y “Twitter”. En cambio, a nivel nacional, una de las redes sociales más conocidas es el Facebook.
El acceso y uso de los servicios de una red social está en relación al desarrollo de las siguientes actividades:
a) Crear un perfil de usuario. Para ser parte de una red social es necesario crear un “perfil” a través de un correo
electrónico y en cual se incorporara ciertas características del usuario en términos de nombre, edad, dirección,
actividades gustos, intereses, etc.
b) Incorporar a los amigos. Una vez que se ha creado el perfil de usuario se invita a ciertos amigos a ser parte de
su red. Esta invitación se la efectúa a través de un mensaje el mismo que puede ser aceptado o rechazado.
c) Intercambiar datos e información. Después de haber conformado un grupo de amigos en la red social el usuario
puede comunicarse con ellos y se puede subir y/o intercambiar mensajes, fotografías, videos, música, etc.
202
d) Hacer crecer la lista de amigos. Con el afán de agrupar y lograr más amigos, los usuarios continúan invitando a
más gente a participar de la red, es decir, se intenta incorporar “amigos de amigos” y de este modo expandir la
lista de amigos.
A partir del tratamiento de estos pasos o actividades se advierte que el propósito fundamental de las redes sociales es
básicamente la “conocer gente y tener más amigos”. Por ello, no es casual que se afirme que “coleccionar amigos
virtuales se ha convertido en un deporte a nivel mundial” 144 . En efecto, se advierte que las redes sociales permiten que
los usuarios construyan su propia “página Web” en la que pueden describir y dar a conocer quiénes son y cuáles son sus
necesidades, aspiraciones, deseos, simpatías y aficiones. Además, posibilita que se suban fotografías, textos, juegos,
links comentarios, videos, música y otras aplicaciones.
Si bien resulta muy dificultoso establecer una tipología acerca de los diferentes consumidores de las redes sociales, un
estudio realizado por Ofcom ha establecido los siguientes tipos de usuarios. 145
Socializadores alfa: Personas que utilizan las redes sociales para coquetear, conocer nuevas personas y
entretenerse.
Buscadores de atención: Personas que crean un perfil para buscar atención y recibir comentarios de otras
personas para ello publican una foto y personalizan sus perfiles.
Seguidores: Personas que se inscriben en las redes sociales para mantenerse al día con sus
amigos.
Fieles: Personas que usan las redes para reavivar viejas amistades de colegio o de la
universidad
Funcionales: Personas que utilizan las redes sociales más ocasionalmente para propósitos más
concretos y particulares.
Al igual que sucede con los diferentes recursos de las NTICs, los usos que se le dan a las redes sociales son diversos y
complejos, los mismos que pueden generar una serie de ventajas o aspectos positivos entre los cuales mencionar a los
siguientes:
b) Ahorran tiempo.
c) Eliminan distancias.
d) Reducen costos
144
Puntualización disponible en bolmangani.blogspot.com/2011/02/el-efecto-facebook.html
145
Información disponible en http://www.ofcom.org.uk
203
k) Utilizan como medio de publicidad
a) Conforman nuevas formas de socialización con demás personas de diferentes países y culturas.
b) Generan conocimiento sobre nuevas culturas y países desde donde se encuentra el usuario.
c) Facilitan el compartir archivos multimedia (videos, fotos, música) con familiares y amigos
d) Posibilitan conocer y estar en contacto con nuevas marcas, nuevos productos y servicios.
Si bien en las redes sociales hay grandes ventajas también existen grandes desventajas o dificultades como ser las
siguientes:
b) Existen anonimatos
Los que se adscriben a la visión negativa del uso de las redes sociales son sobre todo personas que desde una “visión
adultista estereotipada” reclaman la existencia de un ordenamiento jurídico y legal que regule y controle su
funcionamiento. Así, por ejemplo, en el país se plantea la necesidad de establecer normas porque “hay que pensar de
una vez por todas en una normativa jurídica que pueda controlar la publicidad principalmente del Facebook. Eso no es
atentar contra la libertad de pensamiento y de expresión, sino fundamentalmente es evitar un daño moral a nuestros
niños y jóvenes”.146
13.6. Facebook
Al interior de las nuevas tecnologías de información y comunicación uno de los recursos más populares es la red
Internet y dentro de esta red el segundo “sitio web” más visitado después de Google es la red social denominada
Facebook que se encuentra abierta a cualquier persona que tiene una cuenta de correo electrónico.
El Facebook permite conectarse a las personas a través de la red Internet para compartir recursos, impresiones e
información con gente que ya se conoce a través de aplicaciones como ser el de amigos, los grupos y páginas, el muro y
los juegos en línea. Asimismo, posibilita adscribirse o conformar grupos, sociales, familiares, laborales, educativos o
institucionales para mantener “conectados” a sus miembros y publicar e intercambiar información entre ellos. Los
usuarios del Facebook publican información personal, laboral y profesional, suben fotografías, comparten música o
videos, chatean y conforman comunidades virtuales según sus inquietudes e intereses. Al realizar y/o reforzar sus
contactos con amistades de distintas partes del mundo en “forma diaria millones de personas actualizan sus datos,
describen sus actividades, comparten lo que hicieron un fin de semana, suben fotos a la red o visitan los perfiles de otros
usuarios”.147
146
Declaraciones a ERBOL por parte del Vicepresidente de la Cámara de Diputados y representante del Movimiento Al Socialismo (15.09.15)
147
Ídem.
204
Ser parte del Facebook permite construir un grupo de contactos que son exhibidos en la “lista de amigos”, la cual está
conformada por amigos personales que sé conoce o por amigos de amigos a quienes se puede transmitir estados de
ánimo, experiencias personales y/o compartir ciertos recursos. Sin embargo, aclarar que en las redes sociales el
términos de “amigo” tiene un significado diferente al tradicional cotidiano, pues es “amigo” aquel usuario que ha sido
invitado a visitar un sitio personal de la red.
Rocha (2010), sostienen que el Facebook es considerado como la red social más importante y se constituye en el
espacio de socialización por excelencia al interior de la red Internet. Según esta autora este sitio web fue tomado por los
jóvenes para hacer de Facebook su espacio preferido y que ante el potencial comercial que representa u ofrece ha sido
“retomado” política y comercialmente por los adultos.
El Facebook es un sitio web gratuito de redes sociales que fue creado en febrero del año 2004, por el estudiante de la
Universidad de Harvard de Estados Unidos, Mark Zuckerberg. Inicialmente se hallaba restringida a los estudiantes de
esta universidad y se populariza a partir de 2006, aparece en su versión española a mediados de 2007 y luego es
traducida en 70 idiomas.148 La idea que inspiro a crear el Facebook fue la publicación anual de la Phillips Exeter
Academy que anualmente publicaba un listado con las fotos de los alumnos.
En la actualidad, una de las redes sociales virtuales más populares es el Facebook que para el año 2010 contaba con más
de 400 millones de usuarios.149 Para el año 2013, se estima que a nivel mundial el número de usuarios del Facebook ha
alcanzado a 1.060 millones.150 En el año 2014, se estima que el Facebook supera los 1.280 millones de usuarios activos,
de los que 609 millones acceden diariamente desde dispositivos móviles. 151
Antes las personas para comunicarse e informarse utilizaban las cartas manuscritas y luego mediante los teléfonos. Ya
en sociedades contemporáneas la comunicación e información se hizo más rápida e instantánea a través del correo
electrónico y el Facebook que han eliminado las barreras del tiempo y el espacio y han modificado tradicionales formas
de conversar, compartir y socializar mensajes. El éxito del Facebook en relación a otras tradicionales formas de
comunicación, inclusive el correo y el teléfono celular, radica en la diversidad de servicios y aplicaciones que ofrece
sobre todo para compartir información y conformar grupos de manera rápida. A través de este medio la información
“vuela” entre personas o grupos que comparten los mismos intereses, visiones y pensamientos modificando de este
forma la manera de organización individual y colectiva. Se puede llegar a mucha gente conocida y desconocida de un
modo que antes no se podía hacer
El acceso y uso este servicio que es gratuito se lo efectúa a través de un correo electrónico de manera individual o
colectiva. Al respecto, manifestar que en el Facebook existen dos tipos de cuentas: la personal o individual que es
gratuita y a la que puede acceder cualquier usuario y la empresarial que posibilita el encuentro entre empresas y
clientes, en algunos casos su acceso y uso es gratuito y en otros tienen un costo económico.
La apertura de una cuenta Facebook permite al usuario entrar a una red social que conecta, amigos, familiares y otras
personas o instituciones a quienes se los puede ubicar a través de su correo electrónico, nombre o apellido. Asimismo,
posibilita crear perfiles que contienen información personal e intercambiar mensajes públicos o privados entre el grupo
de “amigos” y/o “amigos de amigos”. La visualización de estos datos puede estar restringida o ser libre para cualquier
persona.
Después de crear una cuenta el sistema señala quienes tienen ya un perfil de Facebook y a la vez indica que personas
quienes incorporarse a la red de amigos, situación que puede ser aceptada o rechazada a través de un “clic”. Para ello, se
envían mensajes a ciertas personas invitándolas a ver determinan cuenta de Facebook. En caso de ser “aceptado” se
puede acceder a la información pública del “amigo” quien puede hace lo propio con la del usuario. A través de esta
aplicación acercarse o en su defecto alejarse de una determina persona. Al respecto, señalar que en algunos países se ha
148
Un sitio web, es un espacio virtual en Internet. Se trata de un conjunto de páginas web que son accesibles desde un mismo dominio o subdominio
de la World Wide Web (WWW).
149
Revista Especializada de Ciencia y Computación, El Diario, 17.05.10
150
Información disponible en sisgecom.com/tag/red-social/
151
Información disponible en cincodias.com › Tecnología
205
introducido una aplicación que genera datos de localización y a través de estas aplicaciones una persona puede evitar un
encuentro no deseado o incómodo.
El Facebook tiene varias herramientas o aplicaciones siendo el más popular el denominado “muro” que es un espacio
que permite a cada usuario publicar y comentar ciertos mensajes de texto y de contenido de multimedia, es decir, entre
otras cosas, posibilita escribir mensajes, colocar fotografías, ver videos, comunicar noticias, establecer conversaciones,
crear eventos, compartir enlaces y armar grupos
En la aplicación “información” se puede hacer público fecha de nacimiento, lugar de residencia, estado civil, estudios
realizados, carrera profesional, actividad laboral y ciertas preferencias y aficiones sociales, políticas, culturales o
deportivas. Al respecto señalar que ninguna de las redes sociales obliga a los usuarios a divulgar información personal
familiar, laboral y de otra índole, es más ofrece medios para limitar o restringir el acceso a ciertos datos personales.
Otra aplicación útil son las “fotos” que permite publicar y compartir fotografías a las que se puede añadir una
“descripción” y “etiquetar” a quienes salgan en ellas. Sin embargo, existe la posibilidad de anular dichas
“etiquetaciones”
Si bien no existen restricciones para acceder y crear una cuenta de Facebook se debe tomar en cuenta que existen ciertos
riesgos, sucede que en muchos casos algunos usuarios han publicado demasiada información e imágenes que han sido
utilizados por algunas personas para desarrollar algunos actos disóciales y/o delincuenciales. En función de esta
realidad son varias las instituciones y los grupos sociales que han desarrollado una serie de recomendaciones, entre las
cuales, mencionar a las siguientes:
a) Configurar adecuadamente la privacidad para que el contenido que se publique solamente pueda ser accesible a
determinadas personas.
b) Evitar publicar información personal como dirección, número de teléfono, numero de celular, etc.
c) Considerar que cuando se publica una fotografía se pierde el control de su difusión y duración, aunque después
se la borre no desaparece de la red.
d) Guardar las conversaciones del chat ya que puede ser útil en caso de problemas o dificultades
Valenzuela (2013), en cuanto a la seguridad en el uso de las redes sociales señala los siguientes puntos a considerar:
e) Controlar las aplicaciones que se agregan a la red social debido a que continuamente implican vulnerabilidad
para la cuenta y sus usuarios.
g) Buscar asesoría técnica en casos de tener dudas sobre el comportamiento del sitio.
206
Un especialistas en redes sociales señala 4 aspectos que se tienen que tomar en cuenta para el uso del Facebook: 1)
Infórmese bien acerca del Facebook; 2) Piense para qué va a usar Facebook; 3) Revisar las opciones de seguridad que
ofrece Facebook y aprendan a manejarla bien y 4) Tener cuidado con todo lo que se hace en Facebook.152
La propia empresa Facebook proporciona varias aplicaciones para que los usuarios establezcan sus propios mecanismos
de control en el acceso y uso de esta red social. Cuando no se activan ciertas restricciones, cualquier otro usuario puede
ver y copiar información, fotos, textos, imágenes u otros archivos digitales. Para evitar esto existen algunas formas de
controlar y personalizar el perfil social como ser por ejemplo: publicar en el perfil solo algunos datos, personalizar el
perfil y denuncia mensajes no deseados.
En la parte superior derecha hay un candado, con esta opción se puede elegir quienes pueden ver la información que se
ha publicado en el perfil puede ser solo el usuario, sus amigos, amigos de sus amigos o todo el público. Se puede evitar
la llegada de mensajes mediante dos filtros. Se los puede bloquear con dos opciones: el filtro básico y el estricto. El
segundo admite mensajes de los conocidos, pero los de la gente extraña son desviados.
De igual manera se puede bloquear las imágenes en las que aparece el dueño de la cuenta. Muchas veces por este medio
sucede el acoso, es por eso que el usuario puede eliminar de su perfil una fotografía que no es de su agrado, pero
también puede hacer conocer que no le gusta dicha imagen y la persona que la compartió será notificada.
Se recomienda abstenerse de publicar todos los datos porque la gente mal intencionada sabe muy bien cómo crear
identidades falsas para “acercarse” a determinado usuario. El portal de Facebook no debe convertirse en una necesidad
básica.
Desde la aparición y la expansión del Facebook se han realizado diferentes estudios realizados por una serie de
investigadores particulares, empresas, organizaciones y universidades con el propósito de establecer los efectos y las
repercusiones que está provocando a nivel individual y social en diferentes ámbitos públicos o privados. Algunas de
estas investigaciones se han realizado con cierto rigor teórico y metodológico y, en cambio, otras con cierta ligereza
metodológica. Debido a ello, se puede encontrar una diversidad de resultados empíricos muchas veces contradictorios y
polémicos.153 En función de estas fuentes electrónicas a continuación se presenta algunas conclusiones a las cuales han
arribado ciertos estudios y ciertas curiosidades que presenta la red social Facebook:
152
Información disponible en www.eabolivia.com/.../1977-bolivia-frente-a-la-presencia-de-facebook.h
153
Existen varios estudios sobre los efectos de las redes sociales los cuales circulan en la red internet, entre las principales mencionar las siguientes
fuentes: omicrono.elespanol.com/.../los-8-efectos-que-puede-tener-facebook-sobre-tu-bienesta.; www.salud180.com/.../facebook-puede-generar-
depresion-en-jovenes-de-baja-autoest...¸ www.dailytrend.mx/tecnologia/efectos-uso-facebook-en-exceso
207
l) El Facebook puede disminuir el autocontrol.
Se entiende por “estudios culturales a una tradición de estudios, focalizados en la relación entre medios de
comunicación y cultura popular, que surge a mediados de los 60 en Inglaterra como reacción, por una lado, al
conservadurismo del funcionalismo y, por otro, al exceso de determinismo economicista de la economía política basada
en el marxismo. Los estudios culturales no son una teoría, sino más bien un campo de estudios de temáticas
similares”.154
Zapata (2005, p. 100), dice que estos estudios culturalistas plantean un nuevo tipo de conocimiento de la comunicación
en las sociedades, “proponiendo alternativas al proceso “emisión/recepción”, tanto al funcionalismo sustentado en el rol
que los medios cumplen sobre el individuo o grupos expuestos, como al pensamiento marxista que centró su atención en
la coacción ideológica; perspectivas ambas que unilateralizaron las relaciones entre medios y sujetos”. A decir, de
Orozco (1997), citado por Guardia (2005), “este modelo a su vez se inscribe dentro de otro mayor conocido como el de
“la mediación”, y hasta como “paradigma de la mediación” que ha servido de sustento para diversas investigaciones que
vinculan ámbitos complejos, como culturas populares, identidad, comunicación, educación y desarrollo social.
154
Disponible en fouce.net/Docencia/Curso_estudios_culturales.htm
208
En el marco de los denominados estudios culturales se advierte que el concepto de “consumo cultural” adquiere enorme
importancia para comprender la problemática del consumo en sociedades modernas o culturas digitales de los
“dispositivos digitales” que han surgido como resultado del desarrollo tecnológico de los medios de comunicación. En
relación a las investigaciones sobre el consumo cultural señalar que estas son realizadas principalmente por
universidades, centros de investigación, organismos internacionales y nacionales y especialistas particulares. Este tipo
de investigaciones establecen una estrecha relación con el análisis de las audiencias y el accionar de las denominadas
industrias culturales.
Lozano (1996), dice que las principales características de los estudios sobre el consumo cultural son las siguientes: Se
desarrollan vinculando la comunicación y la cultura, predomina el desarrollo de investigaciones empíricas sobre las
reflexiones teóricas, desarrollo de la investigación individual y grupal así como de perspectivas multidisciplinarias y
recuperación de varias de las dimensiones políticas del consumo cultural que habían sido descuidadas con su actual
vinculación al tema de la ciudadanía cultural.
Guardia (2005, p. 107), sostiene que “los estudios culturales han demostrado que se trata de teorías que ayudan a
comprender de manera más adecuada la complejidad de los procesos de producción de sentido, en contexto de la vida
cotidiana a través de su aplicación en objetos diversos de comunicación, en estudios de la vida cotidiana e identidad, en
estudios de recepción y en estudios de comunicación y educación”. Este autor desagregando estos cuatro tipos de usos
señala que los estudios culturales en el campo de la investigación comunicacional han permitido: vincular el análisis de
la comunicación social con la cultura, la identidad, la vida cotidiana y los objetos culturales. Asimismo, constatar de
que los receptores son activos y que su vida cotidiana le permite reanalizar los mensajes de la comunicación masiva e
inclusive de la propia realidad circundante. Además de incluir recursos comunicacionales en el aula y cuando se
desarrollan las capacidades decodificadoras de los receptores de medios y mensajes masivos.
Si bien en Latinoamérica entre los principales exponentes de esta “nueva forma de ver a la comunicación que desplaza
el concepto de dominación para asumir el de hegemonía, es decir, el paso de la mera imposición al de la negociación,
figuran Néstor García Canclini, Jesús Martin Barbero y Guillermo Orozco” (Zapata, 2005, p. 100), solamente por
cuestiones metodológicas se ha visto por conveniente tomar en cuenta las argumentaciones teóricas y metodológicas del
argentino Néstor García Canclini y el chileno Guillermo Sunkel. En tal sentido señalar que a nivel latinoamericano, para
entender el denominado enfoque teórico del "consumo cultural" es necesario hacer referencia a dos estudios: “El
consumo cultural y su estudio en México: una propuesta teórica” de Néstor García Canclini (1993) y “El consumo
cultural en América Latina. Construcción teórica y líneas de investigación”, a cargo del Guillermo Sunkel (1999).
Al respecto, Lozano (1996, p. 193), puntualiza que ambos autores, Néstor García Canclini y Guillermo Sunkel, se
ubican al interior de los enfoques críticos sobre la recepción en particular en el llamado enfoque del consumo cultural.
García Canclini (1993), en su trabajo sobre el consumo cultural y la propuesta teórica establece una diferenciación
conceptual entre consumo y consumo cultural. Canclini sostiene que el consumo tiene una connotación sobre todo
económica. En cambio, afirma que el concepto de consumo cultural se halla vinculado a la noción de cultura. A partir
de ello, expone una definición inicial del consumo como un "conjunto de procesos socioculturales en que se realizan la
apropiación y los usos de los productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso y de cambio, o
donde al menos estos dos últimos se configuran subordinados a la dimensión simbólica" (García Canclini, 1993, p. 89).
Antes de establecer la definición de “consumo” García Canclini, establece 6 modelos de consumo, los cuales según este
autor son los siguientes: 1) El consumo como lugar de reproducción de la fuerza de trabajo y de expansión del capital,
2) el consumo como lugar donde las clases y los grupos compiten por la apropiación del producto social, 3) el consumo
como lugar de diferenciación social y distinción simbólica entre los grupos, 4) el consumo como sistema de integración
y comunicación, 5) el consumo como escenario de objetivación de los deseos y 6) el consumo como proceso ritual
(Citado en Sunkel, 1999 y Lozano, 1996).
Para García Canclini (1993, p. 32), estos seis modelos propuestos son necesarios para explicar ciertos aspectos de
cualquier tipo de consumo “ninguno es autosuficiente y, sin embargo, aún es difícil establecer principios teóricos y
metodológicos transversales que los combinen”, es decir, explican cualquier tipo de consumo pero no necesariamente el
consumo cultural. A partir de esta argumentación teórica y metodológica, sostiene que para definir el consumo cultural
es necesario incorporar el concepto de cultura.
209
En relación a este concepto sostiene que no existe una definición única sino que prevalecen diferentes significados que
entran en debate teórico y metodológico. Sin embargo, el entiende a la cultura como “el conjunto de procesos donde se
elabora la significación de las estructuras sociales, se la reproduce y transforma mediante operaciones simbólicas”.
Además señala que es conveniente reducir el término de cultura a “la producción de fenómenos que contribuyen
mediante la representación o reelaboración simbólica de las estructuras materiales, a reproducir o transformar el sistema
social”.
A partir de la incorporación de la noción de cultura sostiene que “el consumo cultural no es un consumo diferente de
cualquier mercancía. Es más bien el mismo consumo, pero desde la dimensión de la cultura. Viene a ser el conjunto de
procesos de apropiación y uso de productos en los que el valor simbólico, más allá de su valor operativo y utilitario,
prevalece sobre los valores de uso y cambio. O donde al menos estos últimos se configuren subordinados a la dimensión
simbólica”.
Masa adelante puntualiza que esta definición de consumo cultural permite incluir no sólo el consumo de bienes
materiales sino también de aspectos simbólicos como los programas de televisión, los discursos políticos y marcas de
productos. Sin embargo, aclara que este consumo no es “pasivo” sino que intervienen aspectos de aceptación o rechazo,
negociación o refuncionalización de acuerdo al tipo de cultura en el cual el individuo se desenvuelve.
Sunkel (1999: 24), en su trabajo “El consumo cultural en América Latina”, si bien plantea estar de acuerdo con la
definición propuesta por García Canclini en relación al concepto de consumo cultural, considera que es necesario un
replanteamiento teórico y metodológico. Por un lado, teórico porque aún no existe un modelo capaz de explicar los
procesos de consumo cultural en vista de que son regulados por variables económicas, políticas y simbólicas y, por otro
lado, metodológico porque no existe una metodología privilegiada para su abordaje teórico. Con relación a este punto
metodológico sugiere que el estudio del consumo cultural se aleje de la confrontación entre lo cualitativo y cuantitativo
a través de una complementariedad de ambos enfoques metodológicos.
Este autor define al consumo cultural como "como una práctica cultural que se manifiesta tanto en la apropiación y usos
de todo tipo de mercancías y no sólo en los llamados 'bienes culturales”. (Sunkel, 1999, p. 26) Asimismo, señala que en
Latinoamérica la importancia del estudio del consumo cultural es producto de dos desplazamientos teóricos y
metodológicos: “El primero es el paso del estudio del mensaje como estructura a la recepción crítica y el segundo paso
consiste en el desplazamiento del análisis ideológico del mensaje por la llamada recepción critica” (Sunkel, 1999,
pp.15-17)
Se advierte que García Canclini (1993) y Guillermo Sunkel (1999) incorporan la antropología social en el ámbito de la
comunicación, vinculando el análisis a procesos culturales amplios y posiciones conceptuales complejas e
interdisciplinarias, en particular tratando de explicar teórica y empíricamente la recepción de la comunicación de masas
a través del concepto de consumo cultural. Al respecto, se sostiene que tanto Sunkel como García Canclini proponen
“una teoría sociocultural del consumo integrando teorías económicas, psicoanalíticas, antropológicas, sociológicas y
comunicacionales (Lozano, 1996: 199). Bajo esta directriz analítica, ambos especialistas sostienen que en las sociedades
modernas, el consumo es un proceso y una práctica cultural y, por lo tanto, no puede ser analizado dejando de lado la
dimensión simbólica del mismo. En tal sentido se plantea que el consumo cultural se constituye en un proceso social
que supone no únicamente un proceso económico utilitario sino básicamente símbolos y signos culturales. Como bien lo
puntualiza Lozano (1996: 200) “para Canclini, la mejor forma de analizar los procesos de recepción de la comunicación
de masas es a través del concepto de consumo cultural.
En la perspectiva analítica de ambos autores, la importancia de introducir el concepto de “cultura” en los estudios de
comunicación social radica en el hecho de que siempre hay diferencias de significación entre la producción y la
recepción del mensaje. Así, por ejemplo, la cultura entendida como el modo de vida que prevalece en un determinado
grupo social en términos de “significados” y “prácticas”, puede determinar el éxito o el fracaso de una campaña
publicitaria o del consumo de un determinado bien o servicio.
García Canclini (1993), tomando en cuenta lógicas y/o racionalidades económicas, sociales, políticas, comunicativas y
culturales, plantea seis modelos teóricos sobre el consumo cultural:
3) El consumo es el lugar de diferenciación social y distinción simbólica entre los grupos (Racionalidad cultural).
4) El consumo como sistema de integración y comunicación, de intercambio de significados entre los diferentes
grupos sociales (Racionalidad comunicativa).
6) Proceso ritual, a través del cual la sociedad hace explícitas las definiciones públicas de lo que el consenso
general cree valioso (Racionalidad cultural)
Según Canclini estos seis modelos, pero aclara que ninguno de estos modelos es autosuficiente, son únicamente útiles
para analizar la manera en que determinados grupos sociales usan y se apropian de todo tipo de productos culturales que
aparecen en los medios de comunicación.
Al margen de esta tipología de modelos sobre el consumo cultural, la propuesta teórica de Canclini también incluye la
conceptualización del “público”, al que conceptualiza como “una suma de sectores que pertenecen a estratos
económicos y educativos diversos, con hábitos de consumo cultural y disponibilidad diferentes para relacionarse con los
bienes ofrecidos por el mercado. Sobre todo en las sociedades complejas, donde la oferta cultural es muy heterogénea,
coexisten varios estilos de recepción y comprensión, formados en relaciones dispares con bienes procedentes de
tradiciones cultas, populares y masivas. Esta heterogeneidad se acentúa en las sociedades latinoamericanas por la
convivencia de temporalidades históricas distintas” (Canclini, 1990, p.142).
A partir de esta conceptualización, Canclini sostiene que el consumo de los mensajes de los medios de comunicación no
es homogéneo sino que es bastante heterogéneo en función de los “públicos” que se dividen en una gran numero de
grupos diferenciados a partir de variables sociales, económicas, demográficas y culturales. A decir de Lozano (1996, p.
200) “cada grupo, a pesar de las diferencias geográfica entre sus miembros, interactúa de cierta manera con ciertos tipos
de mensajes de los medios: las personas van ubicándose en ciertos gustos musicales y en modos divergentes de
elaboración sensible según las brechas generacionales, las distancias económicas y educativas”. A partir de estas
apreciaciones sobre los públicos se sostiene que el consumo de ciertos bienes se convierte en un recurso simbólico que
expresa status, diferencias de clase y pertenencia a ciertos grupos.
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