Cristalización, Precipitación y Secado
Cristalización, Precipitación y Secado
Cristalización, Precipitación y Secado
Durante el proceso de cristalización los cristales deben formarse primero y luego crecer. Al
fenómeno de formación de pequeños cristales se le llama nucleación y a la formación capa por capa
del cristal se le llama crecimiento.
La cristalización es muy utilizada a nivel industrial para recuperar sales como cloruro de
sodio y sulfato de amonio a partir de soluciones acuosas. Algunas sustancias orgánicas como la
sacarosa y la glucosa también son obtenidas mediante procesos que involucran una operación de
cristalización. Varios productos biotecnológicos de uso masivo como algunos antibióticos y ácidos
orgánicos, así como algunos productos terapéuticos, son comercializados en forma de cristales. Esta
diversidad de procesos se traduce en una gran variabilidad en la capacidad de los cristalizadores
industriales que oscila de gramos a cientos de toneladas por día.
Desde el punto de vista industrial el término “hábitat del cristal” se refiere a los tamaños
relativos de las caras del cristal. El hábitat de un cristal es de gran importancia: los cristales largos
como agujas se rompen muy fácilmente durante su centrifugación y secado; los cristales en forma
de disco son difíciles de lavar durante su centrifugación y difíciles de filtrar. Los cristales esféricos
son los más fáciles de manejar.
Los datos experimentales de equilibrio sirven de base para la evaluación de las diversas
opciones que existen para llevar a cabo un proceso de cristalización ya que permiten, entre otras
cosas: a) determinar si el sólido que se cristaliza sólo contiene el soluto de interés, b) seleccionar el
solvente, c) establecer el rango de temperatura y presión de operación, d) conocer la concentración
del líquido a la salida del cristalizador y e) determinar la recuperación máxima posible de la
operación. El conocimiento del comportamiento de la solubilidad de una sustancia es básico en la
selección del modo para realizar su cristalización.
Sobresaturación
Pudiera pensarse que una solución con una concentración de soluto mayor a la de
saturación forma inmediatamente cristales pequeños o núcleos. Sin embargo, actualmente es bien
conocido que bajo diferentes condiciones una solución puede contener más soluto que el
correspondiente a la saturación, formando lo que se conoce como solución sobresaturada. El
estudio del fenómeno de sobresaturación es fundamental en el diseño de cristalizadores.
La curva de solubilidad separa dos regiones: a) la región de subsaturación donde una
solución es capaz de disolver más soluto a las condiciones dadas y b) la región de sobresaturación.
Cinética de la Cristalización
Nucleación
Nucleación primaria
Nucleación secundaria
Crecimiento
Velocidad de crecimiento
El crecimiento sólo puede ocurrir en la superficie del cristal y las resistencias involucradas
en el crecimiento son la de la difusión del soluto hasta la superficie del cristal y la resistencia a la
integración del soluto a la superficie del cristal.
Longitud característica
Uno de los objetivos de la cristalización es producir cristales de tamaño uniforme, por tal
motivo la velocidad de crecimiento de un cristal generalmente se asocia a una longitud característica
medible. Esta longitud puede ser determinada por varios métodos, siendo el más utilizado el del
tamizado de los cristales bajo estudio.
PRECIPITACIÓN
Introducción
El hecho de que las proteínas sean moléculas anfotéricas se debe a que sus superficies
presentan regiones hidrofóbicas, y regiones hidrofílicas cargadas ya sea positiva o negativamente.
Los métodos utilizados para la precipitación de proteínas que se revisan en esta sección y
que están basados en la disminución de la solubilidad por alteración el solvente son: a) precipitación
con sales, b) precipitación isoeléctrica, c) precipitación con solventes y d) precipitación con
polímeros no iónicos.
Una de las técnicas más ampliamente utilizadas para la purificación de enzimas es la llamada
precipitación por insolubilización por salado o “salting out” (Cheng et al., 2006), que se realiza
agregando altas concentraciones de sal a la solución en la que se encuentra la proteína para producir
su precipitación.
Debido a esta propiedad hay proteínas que pueden permanecer en solución a altas
concentraciones de sal.
Las sales que producen mejores resultados, esto es, una mayor precipitación de la proteína,
son aquellas que producen deshidratación de las regiones hidrofóbicas y fomentan la hidratación
de las regiones polares de la proteína, sin interaccionar directamente con ésta. Existen reglas
heurísticas para seleccionar la sal más adecuada para un proceso de precipitación, algunas de ellas
son las siguientes:
Precipitación isoeléctrica
En el punto isoeléctrico el efecto de las fuerzas electrostáticas entre las proteínas es casi
nulo. En estas condiciones la solubilidad de la proteína es mínima, y en consecuencia las moléculas
de proteína tienden a unirse y a precipitarse. A este tipo de precipitación se le llama precipitación
isoeléctrica.
La precipitación isoeléctrica comúnmente se realiza a pH’s ácidos, debido a que los ácidos
son baratos y varios de ellos como el fosfórico, clorhídrico y sulfúrico son aceptables en productos
alimenticios (Salcedo-Chávez et al., 2002). La principal desventaja de usar ácidos es su potencial de
producir daños irreversibles a la proteína.
Cuando se agrega un solvente orgánico como etanol o acetona, a una solución acuosa de
proteínas (a un pH y temperatura dados), se producen agregados de moléculas proteicas que
tienden a precipitar. Este efecto se debe principalmente a que el solvente presenta una constante
dieléctrica menor que la del agua, lo cual produce un incremento en las fuerzas de atracción entre
cargas opuestas y una disminución en el grado de ionización de los radicales de la proteína, y en
consecuencia una disminución de la solubilidad de ésta.
También debe tenerse muy en cuenta la flamabilidad del solvente principalmente cuando
se trabaja a gran escala, ya que algunos de ellos como los alcoholes son altamente inflamables y el
uso seguro de los mismos ocasiona incrementos en los costos.
Algunos criterios que es necesario considerar en la selección del solvente es que éste debe
ser: a) completamente miscible en agua, b) no reactivo con las proteínas, c) un buen agente
precipitante y d) seguro.
Una ventaja adicional de la precipitación con polímeros no iónicos es que éstos estabilizan
la proteína y permiten realizar la precipitación a temperatura ambiente. Además, a diferencia de la
precipitación por salado en la cual debe eliminarse la sal antes de seguir con cualquier operación de
fraccionamiento por intercambio iónico, los polímeros no iónicos generalmente pueden ser eluidos
durante el paso de la proteína por un intercambiador iónico.
En general las proteínas son muy sensibles a la temperatura. Sin embargo, hay proteínas
que se mantienen estables a temperaturas altas. Cuando esto sucede, puede usarse la temperatura
para desnaturalizar y precipitar proteínas contaminantes y aislar la proteína de interés.
La precipitación con temperatura puede ser riesgosa debido a que los daños que se
ocasionen a la enzima de interés son irreversibles. La solución se calienta hasta una temperatura
dada, se mantiene por un periodo de tiempo a dicha temperatura y enseguida se enfría
rápidamente. Por lo tanto, se requiere contar con sistemas de enfriamiento adecuados, sobre todo
en tanques agitados, para lograr bajar adecuadamente la temperatura y evitar así que ésta pueda
dañar a la proteína de interés. Es conveniente realizar el calentamiento en presencia de sulfato de
amonio en la solución, debido a que éste estabiliza las proteínas e inhibe la actividad de las
proteasas, que como es sabido se incrementa con la temperatura.
Desnaturalización por pH
Debido a que ciertas proteínas de interés son estables a pH’s extremos, se ha utilizado esta
propiedad para purificarlas mediante la precipitación por desnaturalización selectiva de sus
proteínas contaminantes.
La estabilidad que presentan algunas proteínas en una solución con solventes orgánicos, es
una propiedad que ha sido utilizada en procesos de purificación mediante la precipitación de
proteínas contaminantes con estos solventes.
La precipitación por afinidad bioespecífica ocurre sólo cuando el ligando se une con las
proteínas o enzimas y forma agregados. El tipo de agregados que se forman depende del tipo de
ligando y de la proteína.
SECADO
Introducción
Existen varias formas de secar un material. En el caso de productos biológicos una limitante
en la selección del método de secado, es la temperatura que puede soportar el material de interés
sin perder actividad, de tal manera que las alternativas para estos materiales son más limitadas.
Además, es necesario conocer las diferentes formas en que puede ser conducida una
operación de secado. Asimismo, se requiere el conocimiento de la cinética de secado que depende
de la velocidad de transferencia de calor y de la velocidad de evaporación (Tsotsas et al., 2003). Una
cinética necesaria de considerar en esta operación que no tiene paralelo con otras operaciones, es
la velocidad de desactivación del material de interés por efectos térmicos.
Si un sólido húmedo se expone a una corriente continua de aire, puede ganar o perder
humedad dependiendo de la presión de vapor que ejerza el agua del sólido y de la presión de vapor
de la corriente del aire. Si la presión de vapor del agua del sólido es mayor que la presión de vapor
del aire, entonces el sólido pierde humedad, en el caso contrario su humedad aumenta. Cuando la
presión de vapor del agua del sólido iguala la presión de vapor de la corriente de aire, entonces el
sistema está en equilibrio.
La presión de vapor que ejerce la humedad contenida en un sólido depende de la forma de
la humedad, el tipo de sólido y la temperatura.
En la mayoría de los materiales biológicos se pueden distinguir dos formas del agua
contenida en el sólido: agua libre y agua ligada.
El agua libre se caracteriza por ejercer una presión de vapor igual a la del agua pura. Este
tipo de agua se localiza en los espacios entre las células de los materiales o en los capilares de
precipitados porosos.
El agua ligada se caracteriza por ejercer una presión de vapor menor a la del agua pura. Este
comportamiento lo presenta el agua cuando está contenida en el interior de células. También en el
caso de algunos caldos donde los solutos alteran las propiedades del agua o ésta forma enlaces con
sustancias orgánicas.
Punto de rocío: El punto de rocío de una mezcla aire-agua es la temperatura a la cual dicha
mezcla (sin estar en contacto con agua) se satura al ser enfriada a presión total constante. Cuando
una mezcla en su punto de rocío se enfría más allá de este punto, el vapor de agua condensa
formando una neblina o rocío.
Calor húmedo de una mezcla aire-vapor de agua: El calor húmedo es la capacidad calorífica
de la mezcla aire-vapor de agua. Es el calor necesario para incrementar un grado centígrado la
temperatura de una mezcla aire-vapor de agua, por kg de aire seco de la mezcla.
Volumen húmedo: El volumen húmedo es el volumen total que ocupa una mezcla aire-
vapor de agua por kg de aire seco a la presión de una atmósfera
Métodos de Secado
El método de secado que debe ser utilizado en un bioproceso depende del tipo de producto,
sus propiedades físicas, su tolerancia a la temperatura y los requerimientos de proceso en cuanto a
la forma de operación ya sea intermitente o continua.
Métodos adiabáticos
Estos métodos consisten en el secado por medio de adición de calor con aire caliente. Los
secadores por aspersión y los secadores de tipo instantáneo operan de acuerdo a este método. Son
utilizados para secar partículas que no toleran altas temperaturas como proteínas unicelulares y
enzimas.
Los factores que controlan la velocidad de estos procesos determinan la velocidad del
secado. Los mecanismos de transferencia de masa están íntimamente relacionados con el tipo de
sólido a secar (homogéneo, granular, etc.), mientras que la forma de transferir calor depende del
método de secado (adiabático o no adiabático).
Existen dos enfoques fundamentales para modelar los procesos de secado: a) modelos de
parámetros agrupados y b) modelos de parámetros distribuidos. El primero supone que las
propiedades físicas y los componentes de los materiales a secar permanecen uniformes a través del
lecho del material. Los modelos de parámetros distribuidos permiten una diferente composición del
material en determinadas regiones (Katekawa y Silva, 2006; Wang y Langrish, 2009).
Fuente:
Tejeda, A., Montesinos, R., & Guzmán, R. (2011). Bioseparaciones. México:
Pearson.